la esquina 15-03-15

8
FORTI: DEFENSOR DE LA CULTURA LIBER FORTI RECORRIÓ CENTROS MINEROS CON OBRAS DE TEATRO NO SÓLO DIFUNDIENDO LA CULTURA A TRAVÉS DE ÉSTE, SINO COMO PARTE DE UNA LABOR SINDICAL. A POCOS DÍAS DE RECORDAR LA FECHA DE SU MUERTE, DOS PERSONAJES QUE TRABAJARON CON ÉL LO RECUERDAN Y HOMENAJEAN. CONVERSANDO CON ADOLFO CÁCERES ROMERO LA LITERATURA FANTÁSTICA BOLIVIANA TAMBIÉN TIENE SUS PROPIOS ESTANDARTES, UNO DE LOS MÁS RENOMBRADOS DE ESTE ÁMBITO ES EL ORUREÑO ADOLFO CÁCERES, QUIEN OFRECE SU VISIÓN SOBRE ESTE GÉNERO LITERARIO Y PRESENTA ALGUNOS DE SUS TRABAJOS INSCRITOS DENTRO DE ESTA IMPORTANTE CORRIENTE, CON MIRAS AL ENCUENTRO QUE SE REALIZARÁ EN SANTA CRUZ. 2 Y 3 4 Y 5 DOMINGO | 15 de marzo de 2015 | año 6 | N° 276 Cambio

Upload: cambio20

Post on 08-Apr-2016

235 views

Category:

Documents


6 download

DESCRIPTION

 

TRANSCRIPT

Page 1: La Esquina 15-03-15

FORTI: DEFENSOR DE LA CULTURALIBER FORTI RECORRIÓ CENTROS MINEROS CON OBRAS DE TEATRO NO SÓLO DIFUNDIENDO LA CULTURA A TRAVÉS DE ÉSTE, SINO COMO PARTE DE UNA LABOR SINDICAL. A POCOS DÍAS DE RECORDAR LA FECHA DE SU MUERTE, DOS PERSONAJES QUE TRABAJARON CON ÉL LO RECUERDAN Y HOMENAJEAN.

CONVERSANDO CON ADOLFO CÁCERES ROMERO

LA LITERATURA FANTÁSTICA BOLIVIANA TAMBIÉN TIENE SUS PROPIOS ESTANDARTES, UNO DE LOS MÁS RENOMBRADOS DE ESTE ÁMBITO ES EL ORUREÑO ADOLFO CÁCERES, QUIEN OFRECE SU VISIÓN SOBRE ESTE GÉNERO LITERARIO Y PRESENTA ALGUNOS DE SUS TRABAJOS INSCRITOS DENTRO DE ESTA IMPORTANTE CORRIENTE, CON MIRAS AL ENCUENTRO QUE SE REALIZARÁ EN SANTA CRUZ.

2 Y 3

4 Y 5

DOMINGO | 15 de marzo de 2015 | año 6 | N° 276

Cam

bio

Page 2: La Esquina 15-03-15

2 Domingo 15 de marzo de 2015

Líber Forti ha emprendido su viaje fi-nal y de plena libertad hace unas horas en la ciudad de Cochabamba, aquejado por una fuerte enfermedad que sobrellevó con sacrificio hasta sus

97 años dedicados intensamente a labores cul-turales y políticas en los períodos más difíciles y duros de la historia boliviana; marcados por crueldades a sangre y fuego.

Fue fundador y director del Conjunto Teatral Nuevos Horizontes de Tupiza desde 1946 -em-blemático en la Historia del Teatro Boliviano- y Asesor Cultural de la Federación Sindical de Tra-bajadores Mineros de Bolivia, en la época más dura de luchas de los trabajadores en contra de las dictaduras por el respeto de sus derechos y para que se ponga fin a las injusticias y represio-nes que costaron la vida de miles de bolivianos.

Nació en Tucumán en 1918 y en su ni-ñez se trasladó con su familia a Tupiza don-de adoptó su segunda nacionalidad. Ya joven volvió a la Argentina y allí tuvo sus primeras experiencias teatrales. A su retorno a Tupi-za y al encontrar un grupo teatral ofreciendo puestas en escena dirigidas por Alipio Medi-naceli -también ácrata-, no dudó en unírsele y apoyar con lo aprendido.

Era un privilegio compartir con Líber en con-versaciones sobre teatro, cine y otras artes, la li-teratura en general y la política; era inevitable vibrar con él ante el drama boliviano o reír por sus citas de fino sarcasmo y humor. Tras abra-zar el anarquismo desde muy joven –honró así su nombre-, compartía sus ideas con todos pero no intentaba siquiera imponerlas. De esa mane-ra logró la conformación del grupo Nuevos Ho-rizontes –como director y actor- con gente en su mayoría joven que se inició en el teatro y otras artes. Primero en presentaciones teatrales espo-rádicas y luego durante más de 15 años de giras por casi todo Bolivia –centros mineros priorita-riamente–, Argentina y Chile.

Los miembros de Nuevos Horizontes hacían todo de manera voluntaria y gratuita: brinda-ban sus esfuerzos para la preparación y puesta en escena no sólo de obras de teatro, también de radioteatro, exposiciones de pintura-dibu-jo, grabados, conciertos musicales y otras acti-vidades. Los recursos que se obtenían apenas alcanzaban para cubrir costos de escenografía y utilería, pasajes y estadía en las giras; y com-pra de zapatos y útiles escolares para los niños pobres. Se esforzaban para que el teatro, he-cho con responsabilidad y calidad plenas, “sea la senda de fraternidad que acerque a los hom-bres a un destino mejor”.

El grupo también publicó en una impren-ta tipográfica a su cargo la Revista Teatro en formato carta y alcanzó 13 números, y su Bo-letín Nuevos Horizontes –tabloide– que so-

brepasó el medio centenar de nú-meros. Ambas pu-blicaciones fueron distribuidas en miles de ejemplares en Bolivia –a precios ínfimos – y otros países del continente y Europa.

Conformaron Nuevos Horizontes artis-tas ahora en su mayoría fallecidos y po-cos aún con vida: Ana Romano, José Ma-ría Cortez, Emma Duchén, José García, Bertha Porcel, los hermanos Godofredo, Adalberto e Iván Barrientos (músicos), Ar-cira Sotelo, Antonio Toro (Pintor profesor de Artes Plásticas), Alfredo Domínguez (guita-rrista, cantautor y dibujante), Gastón Suá-rez (escritor), Javier Alfaro, María Elena “Kika” Burke, Tony Aramayo, Tomás Úzqueda, Oscar Vargas del Carpio (es-critor y poeta), Adalberto Redín, Ceci-lio del Callejo, César Romano,Teresa Vaca Cortez, Tomás Úzqueda, Humber-to Vacaflor, quien escribe este homenaje póstumo y muchos otros más.

“Defender la libertad es defender la cultura. Sólo en condiciones de li-bertad el genio fructifica en obras perdurables (…)”, editorializó Lí-ber en la Revista Teatro. Al afrontar una crisis de incomprensión en el medio social e internamente eco-nómica y de tensiones, Nuevos Ho-rizontes puso fin a sus actividades en 1963. Líber se integró a la FSTMB que lideró Juan Lechín Oquendo.

Líber participó después de otros intentos artísticos en Cochabamba y La Paz, pero de muy corta duración, a raíz de persecuciones políticas. En 1979 fundó en La Paz la Cooperativa Nuevos Horizontes que puso en escena “Co-rrupción en la Corte” bajo la dirección del argentino Pedro Asquini. El Golpe de Estado del 17 de julio de 1980 mar-có asesinatos y desapariciones de cente-nares de bolivianos; también puso fin al emprendimiento teatral.

Decía Rafael Barret: “Difícil es des-prenderse de las realidades, lo he-roico es desprenderse de los sue-ños”. Tiempo después, Líber también tuvo que despedir a su compañera Ana Santiago, a Lechín y muchos otros sin-dicalistas, políticos y artis-tas que fueron partiendo. Y ahora tomó la senda hacia su libertad total y defini-tiva. Paz en su tumba.

“DEFENDER LA LIBERTAD ES DEFENDER LA CULTU-RA. SÓLO EN CONDICIONES DE LIBERTAD EL GENIO FRUCTIFICA EN OBRAS PERDURABLES”.

Carlos Burke Bravo Periodista

DIRECTORAdalid Cabrera Lemuz

EDITOR GENERALJavier Mancilla Luna

EDITOR DE LA ESQUINAMiguel A. Rivera G.

Colaboradores: Marcelo Arduz Ruiz Iván Prado Sejas Luis Rico Víctor Montoya Carlos Burke Bravo

Diseño: Eusebio Lazo Sumi

Diagramación: Horacio Copa Vargas

Líber Forti en plena libertad

Page 3: La Esquina 15-03-15

3Domingo 15 de marzo

de 2015

L iber Forti llegó a Tupiza en el tiempo de siembra. La tierra esta-ba fecunda y humedecida por el sudor de los trabajadores ferrovia-rios y una juventud hambrienta

de cultura universal. En el segundo patio de la imprenta ‘Renacimiento’, Liber convoca-ba a los jóvenes que nos disponíamos a fa-bricar los spots de luz para el escenario de las obras del teatro ‘Nuevos Horizontes’. Allí nacieron grandes artistas, Cecilio del Calle-jo, que interpretaba el personaje principal de la Roma antigua en la obra La zorra y las uvas, que tuvo su estreno en el Teatro Suipa-cha, derivando en la cotidiana anécdota del “ser tupiceño” y la cúspide artística en un teatro minero iluminado con la luz de los guardatojos del público trabajador.

El poro de yerba mate fue el motivo de mi relación con Liber cuando estaba ensayando La visita de la anciana dama, donde mi herma-na Marina hacía uno de los papeles y yo tenía que cuidarla del supuesto galán que tenía una gran colección de palabras soeces y un lengua-je amoroso con el que convenció a mi madre para que mi hermana actuara en la obra.

Fui testigo (los días jueves y domingo), de la instalación de la radio que terminaba en una bocina para los oyentes que daban vueltas la plaza Independencia a partir de la 19.00 hasta que llegaba marchando la Banda de la Policía que ofrecía la Retreta con músi-ca popular. En esta radio nació el programa ‘El simplicio’ con Humberto Vacaflor, era un programa de crítica a la administración pú-blica de la Joya de Bolivia.

Participé en las noches de bohemia cuan-do Alfredo Domínguez interpretaba bo-leros, cuando los hermanos Adaco e Ivan Barrientos tocaban su marimba de bote-llas, mientras Liber floreaba el lenguaje que casi siempre derivaba en el anarquismo de Pierre Joseph Proudhon, el anarcosindi-calismo, Rafael Barret y Severino di Jova-ni. Aquello no era lo mío, mi sueño estaba en otra almohada. Pasaron los años y Forti apareció en Potosí cuando ya era asesor cul-tural de la Federación Sindical de Trabaja-dores Mineros de Bolivia. La larga conversa-ción terminó con la decisión de viajar a La

Paz. En 1971 creamos el Departamento de Cultura de la Prefectura de La Paz. Mientras hacíamos realidad la cultura en las 20 pro-vincias, por las noches ensayábamos la obra Doce hombres y pugna de Raginald Ros, hasta que llegó el 21 de agosto y el coronel Hugo Banzer nos hizo correr por calles clandesti-nas. A partir de ese momento disfrutamos sólo de las cartas que Liber nos enviaba con Iginio, un montonero a quien le cambiamos identidad y Ana Santiago con la que padeci-mos el encierro y la tortura con Víctor Za-pana, escultor de las piedras de Comanche.

Salimos al exilio a Grenoble, Francia, cuan-do nos enteramos que Ana y Liber habían lle-gado a París y vivían en la Rue de L arp en el barrio latino. Allá nos fuimos cuando anun-ciaron la liberación de anarquistas prisione-ros de la dictadura de Francisco Franco. Des-pués de mucho tiempo vi la cara de contento de Forti entrando al teatro de La Mutualité. Allí aprendimos la canción de Leo Ferré, Los anarquistas, y nos regalamos los tres tomos de Rafael Barret, anarquista uruguayo. Ana Santiago, Liber Forti, Cecilia Costa y yo éra-mos las parejas perfectas para disfrutar de la inolvidable ciudad luz. En 1982 nos encon-tramos en La Paz retornando del segundo exilio de México y Argentina y organizamos las movilizaciones de mineros para terminar en el Teatro al Aire Libre Jaime Laredo can-tando con don Juan Lechín, Filemón Escobar, Simón Reyes, Edgar Ramírez, Víctor López y empezando a grabar el disco Los mineros volve-remos junto a muchos cantautores solidarios envueltos en collares de dinamitas y frente a diez mil trabajadores movilizados. Allá co-nocimos a Jean Claude Wicky, un suizo que entró hasta el último nivel de las minas bo-livianas para confirmar, con sus fotografías, que “el diablo sólo sueña en blanco y negro”.

La relocalización de treinta mil mineros y La marcha por la vida que nos llevó a dis-cutir en los campamentos de Huanuni, Si-glo XX, Catavi, Colquiri, San José, Corocoro, Chorolque, Viloco y La mirada esperanzada de París, me regalaron esto que llevo aden-tro: un Liber Forti maestro, un amigo un hermano que hasta el último momento sos-tiene la lágrima de la alegría y el corazón que abraza. Por el amor y la firmeza de Gise-la Derpic sabremos otras historias del más grande anarquista boliviano. Buen viaje de regreso a la tierra que esperó 95 años para abrazarte y saber que eres semilla.

Liber Forti: Abrazarte y saber que eres semilla“MAESTRO, AMIGO, HERMANO, QUE HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO SOSTIENE LA LÁGRIMA DE LA ALEGRÍA Y EL CORAZÓN QUE ABRAZA”.

Luis Rico Músico

El músico junto a Forti.

Luis

Rico

Page 4: La Esquina 15-03-15

4-5Domingo 15 de marzo

de 2015

Adolfo Cáceres y su visión de la literatura fantástica

“NO CREO QUE LA FANTASÍA SE CONSTITUYA EN UN SUBGÉNERO; SIMPLEMENTE ES UNA NUEVA FORMA DE VER LA REALIDAD

Iván Prado Sejas Escritor y Presidente del Pencochabamba

LETRAS

Adolfo Cáceres Romero es un escritor consagrado en las le-tras bolivianas y reconocido a nivel internacional. Sus obras no sólo han recorrido por el

territorio nacional, sino también han sido editadas en otros países, y por esto, él re-presenta a la literatura boliviana, en espa-cio y tiempo, con una vasta producción. Considerando que se aproxima el primer encuentro de ciencia ficción y literatura fantástica de Bolivia, a realizarse en la ciu-dad de Santa Cruz en el mes de junio, apro-vechamos para hablar con el escritor sobre distintos temas relacionados con la narra-tiva fantástica y la ciencia ficción.

IPS.- Se afirma que para los latinoamericanos la fantasía está inmersa en la realidad, y por eso Camila Villate señala: “el arte fantástico latinoamericano tiene la particularidad de que en él la fantasía no surge completamente de la imaginación del artista, sino que viene de una interpretación particular de la realidad que lo circunda. Todo esto es posible porque en la naturaleza y en la historia latinoamericana existen rasgos misteriosos, suficientes como para que lo fantástico pueda ser tomado desde allí”. ¿Qué nos puede decir respecto a esta afirmación de Villate?ACR.- Que es muy simple, al pretender

particularizar algo que se encuentra en el despertar de todas las culturas, ya sea en América, Europa, África o Asia. No dudo de la capacidad de esta comunicadora social,

pues ella misma se define como buena lectora, pero el arte fan-tástico, si bien, como dice: “no surge completamente de la imaginación del artista”, olvi-da que quien lo hace arte es el artista; de otro modo se que-daría en la oralidad anónima, perdiéndose o distorsionán-dose con el transcurso del tiempo. Veamos qué pasa con Tolkien y su saga de El Señor de los anillos. Primero, este escritor inglés crea una mi-tología, como sustento de su obra, con base a los mitos y leyendas populares de su medio; así lo confiesa cuan-do dice: “Quisiera que tu-viéramos más de esto ate-sorado, algo de este mismo carácter y que haya perte-necido a los ingleses”. El célebre ‘Fausto’ de Goethe emerge de los antiguos mitos germanos. Si nos fi-jamos bien, la literatura alemana comienza con Los nibelungos, obra anó-nima del siglo XIII. En ella lo real maravilloso es

su sustento; entonces, en nuestra América, latina o hispánica, obras como Pedro Páramo, del mejicano Juan Rul-fo, nos maravillan con su trasfondo mítico; lo mismo que en Cien años de soledad, de García Márquez, que hasta crea un espacio geográfico como la región de Macondo, en Colombia.

IPS.- Hoy, en el mundo de la cultura universal, tenemos un desbordamiento de lo fantástico, tanto en el campo de la literatura, el cine y el arte en general. ¿A qué cree que se debe este fenómeno?ACR.- Ante todo, no es propiamente un

fenómeno. El romanticismo, en el siglo XIX, desbordaba con este tipo de obras. Si nos circunscribimos al ámbito bolivia-no, Modesto Omiste ha recopilado cientos de estos relatos del siglo XIX, en los dos volúmenes de sus Crónicas Potosinas. Lo propio ocurrió en el siglo XVIII, con Los anales de la Villa Imperial de Potosí, de Ar-zans y Vela; obra publicada, como “novela fundamental”, por el Ministerio de Cultu-ras del Estado Plurinacional de Bolivia. Por otra parte, las modas siempre han existi-do, relievando temas y tipos de obras, circunstancialmente. Desde luego, como ahora gozamos de un sistema político de-mocrático, las obras de represión, persecu-ción y masacre de trabajadores, han pasa-do de moda. ¿Volverán, como dice Bécquer, cuando “las oscuras golondrinas vuelvan a colgar sus nidos de tu balcón”?.

IPS.- Existen autores bolivianos que en algún tramo de su obra nos hablan de personajes míticos, de leyendas y hechos sobrenaturales, ¿estaría de acuerdo con decir

que la narrativa fantástica es el subgénero que siempre ha estado presente, aunque sea de manera subrepticia, en la narrativa boliviana?ACR.- Conozco algunos, como Argue-

das, que en su Raza de bronce, puso mitos indígenas; luego, Gamaliel Churata, en El pez de oro, nos brinda una obra singular con base a los mitos andinos; Jesús Lara es un recopilador de mitos, cuentos y leyen-das quechuas, al igual que Antonio Díaz Villamil y Antonio Paredes Candia; en nuestros días, Iris, la novela de ciencia y ficción de Paz Soldán, muestra una serie de mitos creados por ese autor. Finalmen-te, no creo que la fantasía se constituya en un subgénero; simplemente es una nueva forma de ver la realidad. No debemos olvi-dar que los mitos forman parte de la rea-lidad; sería imposible desarraigarlos de las creencias populares, sobre todo de sus fes-tividades y ritos, como el de la Pachama-ma. A pesar de ello, lo que casi siempre ha estado presente en la narrativa boliviana, han sido el paisaje y los problemas socia-les. Finalmente, en los narradores de las nuevas generaciones de hoy, encontramos problemas juveniles, pandillas, disfunción familiar, sexo, bajo la influencia -en algu-nos casos- de los narradores del realismo sucio de la primera mitad del siglo XX, en Estados Unidos.

IPS.- Ha escrito ‘Nueva Historia de la Literatura Boliviana’, y en el primer volumen trata de las denominadas literaturas aborígenes o nativas. ¿En qué medida esta literatura ha dado relevancia a lo fantástico y por qué?ACR.- Primero, debo aclararte que con

esas literaturas comienza nuestra historia literaria. Son predominantemente orales y anónimas, tal como lo fueron los can-tos de los escaldos y trovadores en la Eu-ropa antigua. Ahora bien, casi todas esas obras están impregnadas de fantasía, por-que esos cantores, al no poder explicarse racionalmente los fenómenos naturales, les atribuían valores míticos; para ellos la naturaleza es divina y se halla anima-da por dioses tutelares. No te olvides que

hace unos años ridiculiza-ron a nuestro canciller Cho-quehuanca, por haber dicho que las piedras tienen sexo; es decir que hay piedras macho y también hembras. Eso es propio de la cosmo-visión de nuestras culturas originarias.

IPS.- Dentro de sus obras relacionadas con lo fantástico, tenemos La hora de los ángeles, editada en 1987, reeditada el 93 y el 2001, esta última con el título de Entre ángeles y golpes, donde muestras ángeles conjuncionados con personajes de la mitología andina. Las historias no sólo están bañadas de realismo, sino también poseen elementos fantásticos desde lo mítico, onírico y sobrenatural; entonces, ¿cómo resaltas lo fantástico en esta su obra?ACR.- En cierto modo, lo fantástico se

constituye en una constante en mi modo de fabular. Ya en 1975, en Copagira incluí cinco o seis cuentos fantásticos. Con ellos me fue bastante bien, están en distintas antologías tanto en nuestro país como en el extranjero. Mi cuento La tiza de color fue radioteatralizado y se halla en una se-rie de textos escolares; los otros cuentos, como: Erasmo y la muerte y La fosa del tiempo, reflejan un plano metafísico de la realidad; en fin, siempre me atrajo la lite-ratura fantástica. En La hora de los ángeles procuro crear cuentos de terror, al modo de Lovecraft y sus mitos. Mis ángeles son los expulsados del Paraíso, que vienen a perturbar la vida de los mortales. En par-te son los seres alados que se hallan en la Puerta del Sol, en Tiwanaku. El año 1982 los junté con mis cuentos de Los golpes, con el título de Entre ángeles y golpes y gané el Premio Franz Tamayo de La Paz. Ese libro recién se pudo publicar el 2001, junto con los cuentos de Copagira. Ahora bien, mi último libro de cuentos, que se halla en prensa (con Kipus), incide, en su segunda parte, con los mitos tiwanakotas. Este libro saldrá con el título de El puente de los suicidas.

IPS.- Otro de sus cuentos que tiene elementos de ciencia y ficción es El despertar de la bella durmiente. ¿Qué nos puede decir al respecto?ACR.- En alguna revista científica leí

que se estaban construyendo plataformas espaciales, para albergar hasta 10.000 ha-bitantes; sé que también existen labora-

torios espaciales; entonces, pensé que para el año 3000, con la Tierra contami-nada, el espacio estaría lleno de platafor-mas superpobladas y que, en una de ellas, se trabajaba para revivir los cuerpos crio-genizados en el siglo XXI. Mi personaje es una reina de belleza boliviana, que fue envenenada el día que la eligieron para el miss universo. El cuento relata cómo será la vida de aquí a mil años y las peripecias de la resucitación de la reina de belleza. Lo curioso es que este cuento primero sa-lió en croata, el año 2004, traducido por Zeljka Lovrencic, que preparó una anto-logía de cuentos bolivianos, chilenos y ecuatorianos; la versión boliviana recién salió con mi libro de cuentos infantiles, el 2009, con el título de El despertar de la bella durmiente.

IPS.- ¿Cuál es su parecer respecto a la realización de un primer encuentro de ciencia ficción y literatura fantástica en la Feria Internacional del Libro en Santa Cruz de la Sierra, para este 2015? ¿Qué se puede esperar de este evento?ACR.- Todo encuentro implica una

toma de contacto fundamental para el desarrollo de nuestras letras; en este caso, para los amantes de la literatura fantástica y de la ciencia ficción. No se puede esperar nada más que culmine con éxito y que el ref lorecimiento de es-tos géneros cobre un vigor enaltecedor para nuestra narrativa. Desde luego que estaremos a la espera de la publicación de las ponencias y las conclusiones del mencionado encuentro.

Cáceres, escritor orureño, junto a dos de sus obras dentro del género fantástico. pa

labr

asm

as.o

rg

Page 5: La Esquina 15-03-15

4-5Domingo 15 de marzo

de 2015

Adolfo Cáceres y su visión de la literatura fantástica

“NO CREO QUE LA FANTASÍA SE CONSTITUYA EN UN SUBGÉNERO; SIMPLEMENTE ES UNA NUEVA FORMA DE VER LA REALIDAD

Iván Prado Sejas Escritor y Presidente del Pencochabamba

LETRAS

Adolfo Cáceres Romero es un escritor consagrado en las le-tras bolivianas y reconocido a nivel internacional. Sus obras no sólo han recorrido por el

territorio nacional, sino también han sido editadas en otros países, y por esto, él re-presenta a la literatura boliviana, en espa-cio y tiempo, con una vasta producción. Considerando que se aproxima el primer encuentro de ciencia ficción y literatura fantástica de Bolivia, a realizarse en la ciu-dad de Santa Cruz en el mes de junio, apro-vechamos para hablar con el escritor sobre distintos temas relacionados con la narra-tiva fantástica y la ciencia ficción.

IPS.- Se afirma que para los latinoamericanos la fantasía está inmersa en la realidad, y por eso Camila Villate señala: “el arte fantástico latinoamericano tiene la particularidad de que en él la fantasía no surge completamente de la imaginación del artista, sino que viene de una interpretación particular de la realidad que lo circunda. Todo esto es posible porque en la naturaleza y en la historia latinoamericana existen rasgos misteriosos, suficientes como para que lo fantástico pueda ser tomado desde allí”. ¿Qué nos puede decir respecto a esta afirmación de Villate?ACR.- Que es muy simple, al pretender

particularizar algo que se encuentra en el despertar de todas las culturas, ya sea en América, Europa, África o Asia. No dudo de la capacidad de esta comunicadora social,

pues ella misma se define como buena lectora, pero el arte fan-tástico, si bien, como dice: “no surge completamente de la imaginación del artista”, olvi-da que quien lo hace arte es el artista; de otro modo se que-daría en la oralidad anónima, perdiéndose o distorsionán-dose con el transcurso del tiempo. Veamos qué pasa con Tolkien y su saga de El Señor de los anillos. Primero, este escritor inglés crea una mi-tología, como sustento de su obra, con base a los mitos y leyendas populares de su medio; así lo confiesa cuan-do dice: “Quisiera que tu-viéramos más de esto ate-sorado, algo de este mismo carácter y que haya perte-necido a los ingleses”. El célebre ‘Fausto’ de Goethe emerge de los antiguos mitos germanos. Si nos fi-jamos bien, la literatura alemana comienza con Los nibelungos, obra anó-nima del siglo XIII. En ella lo real maravilloso es

su sustento; entonces, en nuestra América, latina o hispánica, obras como Pedro Páramo, del mejicano Juan Rul-fo, nos maravillan con su trasfondo mítico; lo mismo que en Cien años de soledad, de García Márquez, que hasta crea un espacio geográfico como la región de Macondo, en Colombia.

IPS.- Hoy, en el mundo de la cultura universal, tenemos un desbordamiento de lo fantástico, tanto en el campo de la literatura, el cine y el arte en general. ¿A qué cree que se debe este fenómeno?ACR.- Ante todo, no es propiamente un

fenómeno. El romanticismo, en el siglo XIX, desbordaba con este tipo de obras. Si nos circunscribimos al ámbito bolivia-no, Modesto Omiste ha recopilado cientos de estos relatos del siglo XIX, en los dos volúmenes de sus Crónicas Potosinas. Lo propio ocurrió en el siglo XVIII, con Los anales de la Villa Imperial de Potosí, de Ar-zans y Vela; obra publicada, como “novela fundamental”, por el Ministerio de Cultu-ras del Estado Plurinacional de Bolivia. Por otra parte, las modas siempre han existi-do, relievando temas y tipos de obras, circunstancialmente. Desde luego, como ahora gozamos de un sistema político de-mocrático, las obras de represión, persecu-ción y masacre de trabajadores, han pasa-do de moda. ¿Volverán, como dice Bécquer, cuando “las oscuras golondrinas vuelvan a colgar sus nidos de tu balcón”?.

IPS.- Existen autores bolivianos que en algún tramo de su obra nos hablan de personajes míticos, de leyendas y hechos sobrenaturales, ¿estaría de acuerdo con decir

que la narrativa fantástica es el subgénero que siempre ha estado presente, aunque sea de manera subrepticia, en la narrativa boliviana?ACR.- Conozco algunos, como Argue-

das, que en su Raza de bronce, puso mitos indígenas; luego, Gamaliel Churata, en El pez de oro, nos brinda una obra singular con base a los mitos andinos; Jesús Lara es un recopilador de mitos, cuentos y leyen-das quechuas, al igual que Antonio Díaz Villamil y Antonio Paredes Candia; en nuestros días, Iris, la novela de ciencia y ficción de Paz Soldán, muestra una serie de mitos creados por ese autor. Finalmen-te, no creo que la fantasía se constituya en un subgénero; simplemente es una nueva forma de ver la realidad. No debemos olvi-dar que los mitos forman parte de la rea-lidad; sería imposible desarraigarlos de las creencias populares, sobre todo de sus fes-tividades y ritos, como el de la Pachama-ma. A pesar de ello, lo que casi siempre ha estado presente en la narrativa boliviana, han sido el paisaje y los problemas socia-les. Finalmente, en los narradores de las nuevas generaciones de hoy, encontramos problemas juveniles, pandillas, disfunción familiar, sexo, bajo la influencia -en algu-nos casos- de los narradores del realismo sucio de la primera mitad del siglo XX, en Estados Unidos.

IPS.- Ha escrito ‘Nueva Historia de la Literatura Boliviana’, y en el primer volumen trata de las denominadas literaturas aborígenes o nativas. ¿En qué medida esta literatura ha dado relevancia a lo fantástico y por qué?ACR.- Primero, debo aclararte que con

esas literaturas comienza nuestra historia literaria. Son predominantemente orales y anónimas, tal como lo fueron los can-tos de los escaldos y trovadores en la Eu-ropa antigua. Ahora bien, casi todas esas obras están impregnadas de fantasía, por-que esos cantores, al no poder explicarse racionalmente los fenómenos naturales, les atribuían valores míticos; para ellos la naturaleza es divina y se halla anima-da por dioses tutelares. No te olvides que

hace unos años ridiculiza-ron a nuestro canciller Cho-quehuanca, por haber dicho que las piedras tienen sexo; es decir que hay piedras macho y también hembras. Eso es propio de la cosmo-visión de nuestras culturas originarias.

IPS.- Dentro de sus obras relacionadas con lo fantástico, tenemos La hora de los ángeles, editada en 1987, reeditada el 93 y el 2001, esta última con el título de Entre ángeles y golpes, donde muestras ángeles conjuncionados con personajes de la mitología andina. Las historias no sólo están bañadas de realismo, sino también poseen elementos fantásticos desde lo mítico, onírico y sobrenatural; entonces, ¿cómo resaltas lo fantástico en esta su obra?ACR.- En cierto modo, lo fantástico se

constituye en una constante en mi modo de fabular. Ya en 1975, en Copagira incluí cinco o seis cuentos fantásticos. Con ellos me fue bastante bien, están en distintas antologías tanto en nuestro país como en el extranjero. Mi cuento La tiza de color fue radioteatralizado y se halla en una se-rie de textos escolares; los otros cuentos, como: Erasmo y la muerte y La fosa del tiempo, reflejan un plano metafísico de la realidad; en fin, siempre me atrajo la lite-ratura fantástica. En La hora de los ángeles procuro crear cuentos de terror, al modo de Lovecraft y sus mitos. Mis ángeles son los expulsados del Paraíso, que vienen a perturbar la vida de los mortales. En par-te son los seres alados que se hallan en la Puerta del Sol, en Tiwanaku. El año 1982 los junté con mis cuentos de Los golpes, con el título de Entre ángeles y golpes y gané el Premio Franz Tamayo de La Paz. Ese libro recién se pudo publicar el 2001, junto con los cuentos de Copagira. Ahora bien, mi último libro de cuentos, que se halla en prensa (con Kipus), incide, en su segunda parte, con los mitos tiwanakotas. Este libro saldrá con el título de El puente de los suicidas.

IPS.- Otro de sus cuentos que tiene elementos de ciencia y ficción es El despertar de la bella durmiente. ¿Qué nos puede decir al respecto?ACR.- En alguna revista científica leí

que se estaban construyendo plataformas espaciales, para albergar hasta 10.000 ha-bitantes; sé que también existen labora-

torios espaciales; entonces, pensé que para el año 3000, con la Tierra contami-nada, el espacio estaría lleno de platafor-mas superpobladas y que, en una de ellas, se trabajaba para revivir los cuerpos crio-genizados en el siglo XXI. Mi personaje es una reina de belleza boliviana, que fue envenenada el día que la eligieron para el miss universo. El cuento relata cómo será la vida de aquí a mil años y las peripecias de la resucitación de la reina de belleza. Lo curioso es que este cuento primero sa-lió en croata, el año 2004, traducido por Zeljka Lovrencic, que preparó una anto-logía de cuentos bolivianos, chilenos y ecuatorianos; la versión boliviana recién salió con mi libro de cuentos infantiles, el 2009, con el título de El despertar de la bella durmiente.

IPS.- ¿Cuál es su parecer respecto a la realización de un primer encuentro de ciencia ficción y literatura fantástica en la Feria Internacional del Libro en Santa Cruz de la Sierra, para este 2015? ¿Qué se puede esperar de este evento?ACR.- Todo encuentro implica una

toma de contacto fundamental para el desarrollo de nuestras letras; en este caso, para los amantes de la literatura fantástica y de la ciencia ficción. No se puede esperar nada más que culmine con éxito y que el ref lorecimiento de es-tos géneros cobre un vigor enaltecedor para nuestra narrativa. Desde luego que estaremos a la espera de la publicación de las ponencias y las conclusiones del mencionado encuentro.

Cáceres, escritor orureño, junto a dos de sus obras dentro del género fantástico. pa

labr

asm

as.o

rg

Page 6: La Esquina 15-03-15

6 Domingo 15 de marzo de 2015

Si ustedes son como yo, siempre de-ben tener algo para leer en el baño —cualquier cosa sirve—. Un repor-tero me contó que un día tuvo que pasar la noche en casa de un expre-

sidente; desesperado por leer algo, buscó por todas partes un libro o una revista y, para su asombro, no encontró nada que leer en ningún rincón de esa inmensa mansión costera, ni si-quiera un menú de comida china o un folle-to sobre alguna venta de pasteles de la iglesia local. He descubierto que últimamente se ha intentado mejorar esta situación; hay una an-tología bastante fácil de encontrar llamada Un-cle John’s Bathroom Reader, que en Amazon se describe a sí misma de la siguiente forma:

¡Al fin… aquí está… el libro que has estado es-perando! No más búsquedas desesperadas de úl-timo minuto para encontrar ese artículo perfecto. No más decisiones angustiosas entre textos super-ficiales y lecturas más serias. ¡Este pequeño volu-men lo tiene todo: entretenimiento, humor, educa-ción, trivialidades, ciencia, historia, cultura pop… y más! Incluso está organizado por extensión: pue-des pasar un rato con las Lecturas Rápidas, rela-jarte con los artículos de Longitud Normal, o po-nerte realmente cómodo con los Artículos Largos.

¿Se ha hecho alguna encuesta entre aque-llos que se encierran en el baño para pregun-tarles cómo pasan el tiempo adentro? ¿Leen, fuman, hablan solos, reflexionan sobre algu-na cosa, dicen plegarias o simplemente miran a su alrededor? Si no se ha hecho, ¿por qué? Todas esas luces de baño prendidas a altas ho-ras de la noche, en ciudades grandes y peque-ñas por igual, deben indicar que hay alguien adentro haciendo mucho más que responder al llamado de la naturaleza. Esposas que se deslizan del lado de sus esposos roncadores, esposos que no pueden dormir por el bruxis-mo de sus esposas, o simplemente viejos y lla-nos insomnes que buscan un refugio, un lu-gar tranquilo para leer y meditar. Con toda la vigilancia a la que una docena de agencias del gobierno y un número incontable de com-pañías privadas someten a cada norteameri-cano, no me sorprendería que ya se haya roto el velo que cubre el secreto de estas activida-des nocturnas. Ya deben tener monitoreados muy de cerca a algún dentista en Miami, un granjero de Iowa, una corista de Las Vegas, y a miles de otros a lo largo del país para determi-nar el nivel de peligro que representan ellos y otros lectores de baño para Estados Unidos. Es posible que, una vez sus descubrimientos se hagan públicos, sea necesario que el Congreso tome medidas al respecto.

¿Leían nuestros Padres Fundadores en sus bacinillas? Durante mi infancia en Serbia, cuando los baños externos eran habituales en el campo y la gente del común consideraba el papel higiénico un lujo decadente, la pila de periódicos viejos que guardábamos en la case-ta del baño no solo servía como sustituto del papel higiénico; también constituía un mate-rial de lectura llamativo que, además de servir como suplemento de mi educación, me entre-tenía. Era común —y probablemente todavía lo sea en algunas casas— enviar a alguien a tocar la puerta del baño cuando algún niño o adulto desaparecía y no podía ser encontrado. Todos hemos tenido parientes que pasan cantidades exorbitantes de tiempo en el retrete o tirados en una tina llena de agua mientras leen revis-tas y novelas, hasta que una pequeña fila se forma junto a la puerta, todos tan impacientes por hacer sus necesidades como por enterarse de qué es lo que el último ocupante, de aspecto culpable, ha estado leyendo adentro.

Como invitado en casas ajenas, he descu-bierto librerías de baño cuyo tamaño y preten-siones intelectuales me han quitado el aliento. Nunca entendí si los diálogos de Platón en el griego original, junto al Manifiesto comunis-ta de Marx y la última novela de Thomas Pyn-chon, estaban ahí para impresionar al visitan-te; o si, en el caso de otro tipo que tenía una pila de memorias de ex presidentes hasta Rea-gan, estaban ahí para causar risa. No puedo de-cir que haya encontrado mucha poesía en ba-ños, ni siquiera en casas de poetas, pero me he topado con una que otra antología. ¿Será inde-coroso leer alguno de los soliloquios de Hamlet o la “Oda a un ruiseñor” de Keats en esas condi-ciones? No lo sé. He escuchado que hay perso-nas que leen la Biblia en el baño, lo cual, inclu-so para alguien no creyente como yo, resulta impactante. Pero fue aún más horrible darme cuenta de que en el baño de un famoso colec-cionista de arte había una pintura de la Mado-na con el Niño, hecha por algún imitador muy talentoso de Rafael o —¡Dios nos libre!— por el maestro mismo. En cuanto a mis propias pre-ferencias, me muevo entre obras de referencia como Halliwell’s Film Guide [“Guía Halliwell de cine”], el Libro Guinness de los récords, un diccionario de filosofía y el Farmer’s Almanac [“Almanaque del granjero”]. Pero en caso de

emergencia estoy dispuesto a leer en la revista People que Kyra Sedgwick y Kevin Bacon son primos lejanos, o a saber si Emma Stone prefe-riría besar a Ryan Gosling o a Andrew Garfield.

Una vez, mientras estaba en lo que me pare-ció la comida más aburrida de la historia, se me ocurrió que una prolongada visita al excusado podría aliviar un poco mi tedio. Sin embargo, cuando llegué, me encontré con uno de esos ba-ños tan grandes que parecen una estación de tre-nes, en el cual lo único que había para leer eran algunas páginas de instrucciones de una caja de jarabe para la tos, escritas en letra menuda. Las estudié a fondo y sin afán antes de volver donde mi anfitrión y sus demás invitados. Obviamente, si no hay nada que leer, uno siempre puede pasar el tiempo rumiando acerca de si comprar o no un compañero para la carpa dorada que habita el acuario de la casa, o deliberar sobre si el universo es finito o infinito. Dejando de lado las bromas, estoy convencido de que en los baños ha habido reflexiones muy serias y que es una gran pérdida para la humanidad que los nombres y las ideas de estos filósofos no sean conocidos.

No hay duda de que Pascal tenía razón cuan-do dijo que la mayoría de los males en esta vida surgen de que “los hombres sean incapaces de permanecer quietos en un cuarto”. Con los ojos hinchados y envuelto en una bata vintage, el abuelo arrastra los pies en medias al lado de sus nietos, dejando escapar un gemido, mientras ellos están con la mirada fija en las pantallas de sus teléfonos, demasiado ocupados como para verlo pasar. Sabe que la historia está en su con-tra, que es posible que pertenezca a una espe-cie a punto de extinguirse; la que dependía de la materia impresa, destinada a ser relegada al Museo Smithsoniano, donde habrá una réplica de alguien como él sentado en el retrete con los pantalones abajo, leyendo un periódico, mien-tras pasan a su lado visitantes confundidos, algunos de los cuales se agacharán con curio-sidad para leer la pequeña descripción acerca de los hábitos de lectura de sus ancestros. Por otra parte, el viejo podría estar completamen-te equivocado y la tecnología podría decidir en-cargarse con gusto de esta necesidad humana, y proveer una nueva generación de e-readers y iPhones especialmente diseñados para usar-se en tocadores, baños públicos, y en cualquier otro lugar de la misma calaña.

La musa del cuarto de bañoREFLEXIÓN SOBRE LAS LECTURAS CUANDO LA NATURALEZA LLAMA.

Charles Simic(traducción de Andrea Garcés)El Malpensante

A veces, libros y otras lecturas pueden ser imprescindibles en el cuarto de baño.

dano

ah.c

om

Page 7: La Esquina 15-03-15

7Domingo 15 de marzo

de 2015

Las publicaciones clásicas de Walt Disney, traducidas de un golpe a de-cenas de idiomas, constituyen los vehículos más perfectos del contra-bando ideológico que los capitalis-

tas suministran a los niños y adultos de los países del llamado Tercer Mundo. Nadie des-conoce que estas historietas sean las fábulas más ingeniosas del siglo XX, y sus animali-tos, aparentemente ingenuos, los personajes antropomórficos más conocidos —reconoci-dos— de Estados Unidos.

En estas publicaciones a todo color, que sir-ven como instrumentos de colonización inte-lectual, Pato Donald y su caravana de amigos/enemigos desempeñan el mismo rol socio-his-tórico que las clases antagónicas del sistema capitalista, pues ni bien se abren las tapas sal-tan a la vista las luchas que se libran entre “buenos” y “malos”, entre quienes detentan el poder y los que atentan contra él.

No es casual que los argumentos de estas historietas insistan en la idea de que quienes tienen las riquezas, tienen también el poder; en tanto los desposeídos, que apenas son due-ños de su fuerza de trabajo, están condenados a obedecer sumisamente los mandatos supe-riores, y si alguna vez atentan contra la pro-piedad privada, son perseguidos y castigados como “delincuentes comunes”.

De modo que estas publicaciones, con am-plia popularidad en Estados Unidos, Europa, América Latina y el resto del mundo, no son ajenas al acontecer político. Si desenmasca-ramos a sus personajes, encontraremos: por un lado, al pato más rico del mundo, que res-ponde al nombre de Rico McPato (Tío Rico); un personaje con lentes redondos y apoyado en su bastón, que vive en completa soledad en una enorme mansión de Patolandia; él es el arquetipo del millonario que sueña con un mundo de fantasías, donde sea posible acumu-lar riquezas sin pagar salarios; y, por el otro, a los Chicos Malos —representados como una pandilla de salvajes o ladrones—, que son los proletarios, y cuya única vía para su libera-ción consiste en abolir el poder económico de la familia Donald; poder económico que, por lo demás, es inconcebible al margen de la plusvalía y el sudor de los obreros.

El mensaje más sustancial no está en el co-mienzo de las historietas, sino en el desenlace, que casi siempre es el mismo: si los Chicos Ma-los no terminan en la cárcel, y Rico McPato se hace más rico, es Donald quien, montando en cólera y haciendo uso de un parloteo ininteli-gible, arenga a sus sobrinos la consigna de que todos los luchadores de la justicia social son “estúpidos”. Asimismo, como él es el guardián de los intereses de la clase dominante, se pro-pone romper las manifestaciones de protesta con solo invitar a los “alboroteros” a tirar sus pancartas y beber limonada, para así enseñar a los lectores que los manifestantes, que luchan por la justicia social, son capaces de vender sus ideales a cambio de un vaso de limonada.

Pato Donald llega donde quiera y, donde está, construye palacios idénticos a los de Patolandia y subordina a los jefes de las tri-bus aún no civilizadas. Alrededor del 75% de estas historietas reflejan la expansión im-perialista en los países subdesarrollados, la relación existente entre la civilización y la barbarie, entre el imperio y las colonias, en-tre unos que tienen todo y otros que no tie-nen nada. No en vano las aventuras de Do-nald transcurren en tierras exóticas, llenas

de pirámides maravillosas y ruinas históri-cas, donde todavía es posible trocar las rique-zas con baratijas, como en toda conquista de una nación sobre otra.

En estas revistas de serie, al margen de referirse sutilmente al saqueo de las rique-zas naturales, ponen en evidencia el racis-mo y la xenofobia que lleva consigo el im-perialismo, porque ante los ojos de Pato Donald, disfrazado de turista o explorador, aquellos que no tienen la piel blanca no son humanos sino seres extraños, a quienes se debe contemplar desde lo alto de una esca-lera o con la ayuda de una lupa, pues si no son gigantes embrutecidos, son tan peque-ños como el dedo meñique. Y, claro está,

para demostrar la supremacía de una poten-cia que domina económica y culturalmen-te, la familia Donald no necesita intérpretes ni diccionarios bilingües para comunicarse con otros pueblos que comparten la suerte del despojo. Es decir, se supone que todos hablan, como por arte de magia, el idioma de Patolandia, incluidos los salvajes de caras labradas y cabezas emplumadas.

La mujer en Patolandia no es más que un objeto de placer o “ama de casa”, como en toda sociedad capitalista y patriarcal, donde el he-cho de ser varón, rico o bello, es suficiente para dominar sobre los menos afortunados. Las mujeres, según los mensajes transmitidos en estas series cuyos argumentos contienen muy pocas escenas de diálogos,tiene sólo dos valores: su estatus social y su belleza física, consciente de que la mujer, aquejada por su miseria y fealdad, no tiene otro destino que vivir como esclava del hogar, recluida en la cocina y convertida en una máquina repro-ductora de hijos, a diferencia de la mujer her-mosa y sensual, cuya única función es satisfa-cer al hombre que la desposó y liberó, en gran medida, del trabajo doméstico.

Toda la serie de Pato Donald, desde su primera aparición impresa, el 9 de junio de 1934, estaba destinada a tener un rotundo éxito entre los lectores niños y adultos. Se constituyó en uno de los vehículos más per-fectos del patriotismo norteamericano y en el medio didáctico más eficaz para inculcar a sus lectores los valores propios de la cultura occidental capitalista. Si durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como propaganda en contra del nazismo alemán, durante la lla-mada Guerra Fría, protagonizada por el blo-que comunista y capitalista, fue el medio a través del cual, con imágenes divertidas y frases ingeniosas, se desbarato toda ideología que atentaba contra la Estatua de la Libertad y la bandera de Estados Unidos.

El contrabando ideológico en Pato DonaldHISTORIETAS QUE SON VEHÍCULOS DE CONTRABANDO IDEOLÓGICO Y COLONIZACIÓN INTELECTUAL.

Víctor Montoya Escritor y pedagogo

“El Tío Rico es el arquetipo del millonario que sueña con un mundo de fantasías, donde sea posible acumular riquezas sin pagar salarios”.

Víct

or M

onto

ya

Page 8: La Esquina 15-03-15

8 Domingo 15 de marzo de 2015

La palabra india Brahm designa el principio divino impersonal que anima el alma de los seres que pueblan la naturaleza, deri-vando de esta voz el nombre de

Brahmma, inicialmente conocido como Manú, el dios supremo de los antiguos ha-bitantes de la India, que se considera om-bligo del mundo por ser cuna de la espiri-tualidad y el techo del mundo, en alusión al Himalaya tachoneado de estrellas.

Brahmma, es el ser supremo, absoluto, eterno y nunca revelado, se lo representa algunas veces montado en un Anzar que simboliza el principio divino a través del huevo del que se supone hizo brotar el universo. Sin embargo, dentro de la no-ción religiosa actual integra la Trimurti o triada divina: él detentando el principio creador; mientras Vishnú ocupa el de la conservación, y Shiva el de la destrucción y transformación.

Naciendo el budismo tras el brahmanis-mo y difundirse en el oriente (principal-mente China, Japón y Corea), sin duda esta divinidad ha sido la inspiradora de los gigan-tescos Budas trifacéticos del principal la-masterio de Pekín, el Yonghe Gong, situado al pie de una céntrica esta-ción de Metro. En otros templos chinos es común su repre-sentac ión

en tres cuerpos separados; el de un lado la infan-cia de Buda; el del otro la madurez y en el central el Iniciado sentado sobre una flor de loto.

Esta imagen, también es antecesora de la re-presentación medieval del Cristo de los Tres ros-

tros o Gran Poder (llamado así por concentrar los tres poderes divinos en un solo Dios),

y posiblemente de la misma Santísi-ma Trinidad católica, teniendo en

cuenta que como dogma primordial de

Algo más que etimologías: Brahmanismo o BracanismoLA ESPIRITUALIDAD INDÚ DESLUMBRA E INVITA A PROFUNDIZAR EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO

Marcelo Arduz RuizEscritor

la doctrina cristiana fue aceptada en el primer Concilio de Nicea convocado por el emperador Constantino, que identifica a Cristo como “Hijo de Dios” o enviado del Padre, mientras otra co-rriente consideraba a Jesús el Gran Maestro, es decir un ser humano de carne y hueso.

Una especie de deslumbramiento despierta en nosotros las profundas raíces de la espiri-tualidad Indú, que más que simple panteísmo se puede decir se trata de un panenteísmo en el que Dios es todo en todas las cosas que nos rodean. Aquí la naturaleza se concibe como su-cesión infinita o cadena interminable de trans-formaciones, hacia delante y hacia atrás, sin principio ni fin, en la cual el fondo de las co-sas muda constantemente, siendo la tónica que asumen las apariencias del mundo material lo ilusorio, efímero y perpetuamente vario. De to-

das maneras, cada divinidad resulta impres-cindible e insustituible,

El segundo término de la trinidad india es Vishnú, el infinito. El universo existe solamen-

te por él; ha salido de él y volverá a él un día, como aliento en cuyo seno todo auténtico cre-yente sueña ser absorbido. Sus constantes reen-carnaciones se llaman Avatar y tiene mil nom-bres, considerándose que el recitarlos sin error u omisión es uno de los actos más meritorios en la religiosidad inda, equivalente a la santidad.

El terrible rol de Shiva parece oponerse a los anteriores, pero no es así, pues resulta

indispensable auxiliar y bienhechor den-tro la noción trinitaria, lo mismo que el de los otros dos, debido a que en la filo-

sofía india no hay muerte propiamente di-cha; el universo varía a cada momento, sin cesar, pero sus elementos no se pierden ni pe-recen, sino que se transforman, y en ese ciclo la destrucción también tiene significado de un nuevo nacimiento.

La muda a veces es dolorosa y de acuerdo al libre albedrío terreno, en algunos casos pue-de significar un retroceso existencial, depen-diendo del uso que se haya hecho de su po-der asimilando lo positivo o negativo; pero de igual manera representa la fuerza motora que permite al ser consciente su constante eleva-ción orientada hacia la divinidad.

Aunque a la religión indú, ante la mentalidad occidental se la suele presentar, a semejanza del parnaso olímpico griego como pluralidad divi-na, no se trata más que de las múltiples facetas que -como diría San Pablo mil años más tarde- asume la divinidad que habita dentro nuestro, en la cual vivimos, nos movemos y somos...