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EL TATA SANTIAGO DECODIFICADO DIFERENTES ENFOQUES DE ESPECIALISTAS DAN CUENTA DE LAS VARIAS FACETAS DE ESTA DEVOCIÓN: SU ORIGEN, LA ESTRECHA CONEXIÓN CON LA DEIDAD ILLAPA Y LA RELACIÓN CON LA MORENADA. MARCELO QUIROGA SANTA CRUZ Y LA NECESIDAD DE COMUNICACIÓN EN CIERTA OCASIÓN MANIFESTÓ QUE SU VOCACIÓN DE ESCRITOR EMPEZÓ A DESPUNTAR COMO UNA NECESIDAD DE COMUNICACIÓN, QUE REBASÓ LAS LIMITACIONES IMPUESTAS A UN DIÁLOGO DE CARÁCTER INDIVIDUAL; DICHO Y HECHO, A TRAVÉS DE SUS ESCRITOS DENUNCIÓ UNA REALIDAD SOCIAL INEQUITATIVA Y NECESITADA DE MODIFICACIONES. 4, 5, 6 Y 7 8 DOMINGO | 26 de julio de 2015 | año 6 | N° 295 Archivo del Museo Nacional de Arte - Muestra temporal Tata Santiago - Tata Illapa (2009).

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EL TATA SANTIAGO DECODIFICADODIFERENTES ENFOQUES DE ESPECIALISTAS DAN CUENTA DE LAS VARIAS FACETAS DE ESTA DEVOCIÓN: SU ORIGEN, LA ESTRECHA CONEXIÓN CON LA DEIDAD ILLAPA Y LA RELACIÓN CON LA MORENADA.

MARCELO QUIROGA SANTA CRUZ Y LA NECESIDAD DE COMUNICACIÓN

EN CIERTA OCASIÓN MANIFESTÓ QUE SU VOCACIÓN DE ESCRITOR EMPEZÓ A DESPUNTAR COMO UNA NECESIDAD DE COMUNICACIÓN, QUE REBASÓ LAS LIMITACIONES IMPUESTAS A UN DIÁLOGO DE CARÁCTER INDIVIDUAL; DICHO Y HECHO, A TRAVÉS DE SUS ESCRITOS DENUNCIÓ UNA REALIDAD SOCIAL INEQUITATIVA Y NECESITADA DE MODIFICACIONES.

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DOMINGO | 26 de julio de 2015 | año 6 | N° 295

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2 Domingo 26de julio de 2015

Las películas biográficas, los también llamados film de biopic, son un géne-ro sumamente rico para poder hacer lecturas y relecturas de personajes que marcaron el ritmo de la historia.

Si bien estos proyectos cinematográficos asumen grandes responsabilidades y pueden entronizar o denostar al elegido. Éstas suelen ser cintas que ponen de manifiesto un discurso en el cual mili-tan y al cual responden. Es emblemática la cinta protagonizada por Omar Sharif Che! (1969) o las representaciones que ha hecho el cine ruso sobre los líderes de la revolución, es también importan-te lo que los estudios en Hollywood han realiza-do para poder escribir la propia historia del cine desde el cine, he ahí el caso de Chaplin (1992).

El filme fue dirigido por Richard Atten-borough (el director había realizado Gand-hi —otro biopic— en 1982) y protagonizada por Robert Downey Jr. (quien recientemente ha interpretado dos grandes papeles del cine de Hollywood: Iron Man y Sherlock Holmes); reconstruye la vida de una de las mayores le-yendas y mitos del cine universal. La interpre-tación que hace Downey Jr. de Charles Cha-plin permite descubrir a un hombre detrás del personaje, más allá del propio Charlot, el vagabundo que conquistó todas las pantallas

on esta pregunta, un ejército de encuestadores se despla-zó por el eje del país, buscando un número o índice que pueda determinar si realmente el boliviano lee o no lee, y quizás terminar con el famoso estereotipo o creencia sobre el mentado hábito de la lectura en el país.

Las respuestas arrojaron escalofriantes resultados: más de la mitad de los encuestados (el 54%) no leyó ningún libro; el 28% completó uno o dos textos; el 11% logró leer de tres a cinco libros; finalmente, el 6% devoró más de 5 textos.

Obviamente el estudio profundiza en otros datos como la edad de los lectores, lugar donde adquiere los libros y otros más, los que apun-tarán a evaluar planes y políticas en una franca medida por fortalecer y encaminar esfuerzos para la promoción de la lectura.

Dentro de esta dinámica de libros y formas de lectura, son de obli-gatoria referencia los medios tecnológicos, los que se han convertido en una especie de preocupación del sector librero, ya que estos sopor-tes permiten a los lectores acceder a libros de forma más sencilla y ba-rata (por no decir gratuita, en la mayoría de los casos).

Con eso en mente, el hábito de la lectura quedaría en segundo pla-no, pues al asumir que lo virtual está primando por sobre lo físico (el libro como tal), se está dando por sentado que la gente lee, la que era la mayor preocupación en un primer término, quedando por responder cuál es el formato en el que lee, y si esto tiene una incidencia sobre las editoriales, librerías y todos los involucrados en el negocio del libro.

En este punto se entra en la ya vieja discusión sobre la muerte del

libro físico (ya ni siquiera nos referimos al libro legal o pirata, quedan-do esto también relegado a segunda instancia en ciertas coyunturas), en la que aparentemente aún no hay ganadores ni perdedores, y don-de los que conforman este círculo editorial se han dado cuenta que la diversificación a varias plataformas y soportes son el camino indicado para evitar la extinción.

Aunque los escalofriantes indicadores citados parecerían confirmar la presunción de que en Bolivia no se lee (o se lee poco), lo cierto es que existen sectores que poseen la costumbre lectora y consumen literatu-ra, algo que a través de una serie de normativas se pretende fortalecer y ampliar, y es justamente donde debería ingresar el trabajo “creativo” de editoriales y autores para encontrar canales para llegar a la mayor cantidad de público posible, esto es no sólo al mencionado sector que ya tiene el hábito lector, sino una masificación de sectores. En ese sentido, ¿que acaso la tecnología no es una forma de poder acercar a más perso-nas a las letras, tomando en cuenta las muchas posibilidades que ofrece? Salvada esta brecha, el otro obstáculo que restaría por pasar es el del ac-ceso a las tecnologías como tal, aunque eso corresponde a otra discusión.

Sin duda, la publicación de los resultados completos de la encuesta impulsada por la Cámara Departamental del Libro de La Paz, y lleva-da a cabo por Ipsos, dará muchas luces sobre la forma en que leemos, y será un primer paso para que las acciones que se realicen a nivel público y privado no queden en buenas intenciones y sean efectivas, pero siempre con una visión a futuro y adaptable al desarrollo social y económico que vivimos.

persigue a Chaplin y lo acusa de ser comunista, provocando que el director tenga que escapar de Estados Unidos, a dónde sólo volverá en 1972 para recibir un premio Oscar Honorífico.

Diferente en su sentido pero cercano a la construcción de las historias del cine sobre el cine, está El maullido del gato (Peter Bognado-vich, 2002). Una obra coral en la que Chaplin es otra vez una de las figuras de la trama. Aquí se recurre a la leyenda, a la anécdota, a un gran secreto del cual todos conocen pero nadie nombra. En 1924, durante un fin de semana en el yate del magnate de los medios de comu-nicación William Randolph Hearst (el hombre inmortalizado por Orson Welles, en Ciudada-

no Kane), sucede el fallecimiento de uno de los invitados, aunque existe la hipótesis de

un supuesto asesinato. Esta película (que no es un biopic) también contribuye al imaginario de Hollywood y aporta su dosis de misterio a una de las historias

no contadas del cine, aunque claro está, tampoco importa mucho quién fue

el asesino, sino la develación de amoríos, r o m a n c e s , y otros ele-mentos de la fama y el es-trellato.

Chaplin, la vida en el cine

¿Cuántos libros leyó en los últimos 12 meses?

ALGUNOS FILMES TIENEN LA CAPACIDAD DE ENTRONIZAR O DENOSTAR A SU PROTAGONISTA, TRAÍDO DE LA VIDA REAL.

Claudio Sánchez Crítico de cine

DIRECTORAdalid Cabrera Lemuz

EDITOR GENERALJavier Mancilla Luna

EDITOR DE LA ESQUINAMiguel A. Rivera [email protected]

Colaboradores: Marcelo Arduz Víctor Montoya Claudio Sánchez Juan Cori Ch.

Escriben en este número:Édgar Arandia QuirogaMarcelo Arduz Claudio SánchezVíctor MontoyaJuan Cori Ch.

Diseño: Eusebio Lazo Sumi

Diagramación: Horacio Copa Vargas

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del mundo cuando el cine silente internacio-nalizó la distribución de películas y lo-gró llevar las cintas a los más diversos confines del mundo.

La biografía de Chaplin se con-vierte en una pieza importan-te para la construcción del imaginario histórico de Hollywood, porque celebra el cine en sí mismo. Aquí se ven los procesos creativos de uno de los mayores talentos de todos los tiempos. Pero también redime a un sistema po-lítico que

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Hacer una antología del cuento la-tinoamericano en Suecia es un desafío contra el tiempo y la me-moria, pues implica partir de la premisa de que varios de los escri-

tores abandonaron sus países de origen tras el advenimiento de las dictaduras militares, que sembraron el pánico y el terror entre quienes defendían los procesos democráticos y popula-res, y desataron una ola de exiliados que llega-ron a Suecia desde principios de los años 70.

De modo que estos escritores, asumiendo con dignidad su condición de asilados políti-cos y rompiendo la franja de distorsión que impone el exilio, siguieron recreando temas concernientes al terrorismo de Estado y la re-sistencia organizada, que no a pocos les indu-jo a forjar la “literatura de la represión”, pues-to que tanto el texto como el contexto de sus obras reflejan un proceso histórico cuyas con-secuencias dramáticas fueron la persecución, la tortura, la cárcel y el exilio.

Esta antología, sin escapar a errores y des-aciertos inherentes al oficio, es un “espejo” de la narrativa latinoamericana en Suecia, y no una “selección rigurosa” que nos hubiera obligado a “podar” demasiado, hasta no dejar sino a “pocos elegidos” entre los pocos escri-tores que cultivan el género del cuento. Por eso, para dar opción a que sean los propios lectores quienes juzguen los trabajos aquí presentados, se ha decidido incluir no sólo a los autores reconocidos por la crítica litera-ria, sino también a los menos conocidos, con la intención de rescatarlos de las tinieblas del olvido o del pesado silencio que conlleva la diáspora del exilio.

Ciertamente no es ya novedad la aparición de una que otra antología que recopile, con mayor o menor acierto, cuentos o poemas de autores latinoamericanos en Suecia, salvo el mérito de que éste es el primer intento se-rio de reunir en un solo volumen a la tota-lidad de los narradores latinoamericanos y, por lo tanto, la primera muestra panorámica de todo cuanto se ha producido en el curso de las últimas décadas.

Por otro lado, esta antología, que es el fruto de un trabajo apasionante y exhaustivo, pre-senta una imagen del desarrollo de la narra-tiva latinoamericana en Suecia, aunque se ca-recen de datos biográficos y bibliográficos que faciliten la elaboración de un trabajo antoló-gico sistemáticamente articulado, sobre todo, debido a la ausencia de obras de consulta que proporcionen las pistas de algunos autores cu-yos datos son inexistentes. Sin embargo, con paciencia y buena fe, se ha logrado reunir casi todo lo que se ha publicado en el género cuen-tístico, tanto de los escritores que decidieron permanecer en Suecia como de quienes retor-naron tras la caída de las dictaduras militares y la reapertura de los procesos de democrati-zación en América Latina.

Los cuentos de esta antología, a pesar de ser astillas de la robusta columna vertebral de la literatura latinoamericana, son piezas en las cuales se advierten cruces de planos tempora-

Asimismo, se debe destacar el hecho de que varios de los autores recrean el lenguaje colo-quial de su propio país, salpicando sus textos con interferencias idiomáticas, modismos re-gionales, paráfrasis y palíndromos que, además de ser excelentes recursos literarios, enrique-cen la sintaxis y el léxico del discurso narrativo.

Los cuentos ofrecen una variedad de temas, debido a que los autores, aunque provienen de una misma tradición literaria, reflejan las pe-culiaridades propias de cada país -incluido el exilio-, sobre cuyo escenario se desarrolla la acción argumental de la mayoría de los cuen-tos, que revelan las experiencias individuales o colectivas en un haz de composiciones que nos muestran al ser latinoamericana dentro y fuera de sus fronteras, constituyéndose en un mosaico cultural heterogéneo y, por eso mismo, rico en matices literarios.

El lector encontrará en cada uno de los cuentos, cuyos principales ejes temáticos son autónomos en extensión y tratamien-to, una respuesta a la diversidad que plan-tea esta antología; por ejemplo, la revela-ción del mundo rural en Acebey, Peña y Vargas; el sentido del humor y las peripe-cias del exilio en Bravo, Cárcamo, Castro,

Da Cruz, Pérez Santiago, Rojas y Villarroel; la curiosidad sexual y las pasiones violentas en Feijóo, Mardones, Montoya, Rico y Rossie-llo; la represión política y las reminiscencias de un pasado irreversible en Briones y Giane-lli; lo fantástico y onírico en Álvarez, Badilla, Calvo y Liscano.

Narradores de Latinoamérica en SueciaLA SELECCIÓN RESCATA A TEXTOS Y AUTORES IMPREGNA-DOS DE UN ESPACIO Y CIRCUNSTANCIAS MUY PARTICULARES

Víctor Montoya Escritor y pedagogo

les y narrativos, monólogos interiores y diálo-gos sugerentes, mundos oníricos y realidades contundentes; en síntesis, técnicas literarias destinadas a romper las estructuras formales del cuento tradicional.

Una bandera y un territorio sirvieron de marco e influencia circunstancial para la creación de los cuentos incluidos en la antología.

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Tata Santiago: cuando los vencidos bailan para el vencedorUNA HIPÓTESIS SOBRE LA CELEBRACIÓN DE LA FESTIVI-DAD, DONDE LA MORENADA COBRA UN NUEVO SIGNIFI-CADO A MERCED DE LOS ORÍGENES MÍTICOS DEL SANTO.

Miguel Rivera La Esquina

INVESTIGACIÓN

Cada 25 de julio, los numerosos poblados reunidos bajo el deno-minativo de Santiago son esce-narios de portentosas entradas folklóricas, donde la morenada

es la protagonista.A partir de ese enfoque, el investigador,

literato y docente Cleverth Cárdenas Pla-za ha realizado una hipótesis y reflexiones sobre esta práctica cultural, adentrándose en el origen mismo del mito de Santiago y cómo éste fue adaptado en esta región.

ANTECEDENTESCárdenas explicó que en el marco de la

invasión española a América se puede iden-tificar la llegada de tres tipos de poderes: poder civil (proveniente del rey y su Corte), poder militar (vinculado al primero y que responde al poder civil) y el poder eclesiás-tico (a través de los sacerdotes en la conquis-ta). Cuando la dominación no era posible mediante lo militar, se la hacía mediante lo espiritual a través de la conversión de los habitantes originarios en vasallos del rey y devotos católicos.

Por otro lado, recordó que el apóstol Santiago proviene de la mitología popular católica española, donde es el Santo que ayuda a los españoles a recuperar Tierra Santa y Europa de los musulmanes (mo-ros), el año 844. Esta tradición popular (no incluida en la Biblia) fue apropiada por la realeza y la propia iglesia, creando una ico-nografía en la que se lo muestra como un comandante de ejército, batallando y blan-diendo una espada.

CONQUISTA ESPIRITUALEl investigador indicó que durante la

conquista los españoles optaron por pos-tular un tipo de devoción a Santiago. Para esto recrearon sus hazañas (registra-das en canciones, narraciones, pinturas y otros) de una forma que sea entendida por los habitantes originarios de Améri-ca, quienes en aquel entonces no habla-

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Tata Santiago: cuando los vencidos bailan para el vencedor

Cada 25 de julio, los numerosos poblados reunidos bajo el deno-minativo de Santiago son esce-narios de portentosas entradas folklóricas, donde la morenada

es la protagonista.A partir de ese enfoque, el investigador,

literato y docente Cleverth Cárdenas Pla-za ha realizado una hipótesis y reflexiones sobre esta práctica cultural, adentrándose en el origen mismo del mito de Santiago y cómo éste fue adaptado en esta región.

ANTECEDENTESCárdenas explicó que en el marco de la

invasión española a América se puede iden-tificar la llegada de tres tipos de poderes: poder civil (proveniente del rey y su Corte), poder militar (vinculado al primero y que responde al poder civil) y el poder eclesiás-tico (a través de los sacerdotes en la conquis-ta). Cuando la dominación no era posible mediante lo militar, se la hacía mediante lo espiritual a través de la conversión de los habitantes originarios en vasallos del rey y devotos católicos.

Por otro lado, recordó que el apóstol Santiago proviene de la mitología popular católica española, donde es el Santo que ayuda a los españoles a recuperar Tierra Santa y Europa de los musulmanes (mo-ros), el año 844. Esta tradición popular (no incluida en la Biblia) fue apropiada por la realeza y la propia iglesia, creando una ico-nografía en la que se lo muestra como un comandante de ejército, batallando y blan-diendo una espada.

CONQUISTA ESPIRITUALEl investigador indicó que durante la

conquista los españoles optaron por pos-tular un tipo de devoción a Santiago. Para esto recrearon sus hazañas (registra-das en canciones, narraciones, pinturas y otros) de una forma que sea entendida por los habitantes originarios de Améri-ca, quienes en aquel entonces no habla-

ban castellano. No sólo trajeron la icono-grafía correspondiente al Santo, sino que recrearon su mito a partir de la puesta en escena de los autosacramentales (pieza de teatro religioso de estructura alegíri-ca), los que se representaban en atrios de iglesias, narrando hechos de la Biblia, de-vociones, milagros, etcétera, para que los infieles las vean y se den cuenta quién era el verdadero Dios. Es en esa circunstan-cia que cuentan la victoria de un santo en una guerra a lo largo del vasto territorio americano, desde México hasta Chile.

DANZA DE CONQUISTAPara Cárdenas, lo que sucedió en el alti-

plano boliviano fue que la representación de Santiago, los moros, españoles y las bata-llas sufrieron una deformación en un grado más alto que en otros pueblos, pues mien-tras los otros conservan la tradición de San-tiago y los moros, en Bolivia se adaptó en el baile de la morenada.

La hipótesis del investigador es que la morenada no es una referencia a los afro-descendientes, sino a los moros. Una ob-servación que realizó es que el traje de la morenada es un pollerín, y esto no corres-ponde a los afros que llegaron a Améri-ca, ya que ellos arribaron en condición de esclavitud y alejados de tal prenda, mas bien, los que sí usaban pollerines eran los musulmanes, algo que se puede ver en al-gunas de las representaciones de Santiago en combate.

Al respecto, Cárdenas recordó que la his-toriadora boliviana María Luisa Soux des-cubrió (en una excursión para realizar un libro sobre Santiago en los Andes) que en todo lugar donde se celebra al Apóstol, la danza predominante es la morenada, e in-cluso en los poblados más representativos de esta festividad sólo se ejecuta esta dan-za, e incluso se le atribuyen castigos para quienes no siguen la costumbre.

“Es una danza de conquista”, sostuvo el investigador, “que finalmente termi-

1. Uan representación del Santo durante la guerra, en su rol de “matamoros”.2. La morenada en Guaqui: el baile de los vencidos. 3. Imagen de Santiago en su salida del templo del Guaqui, durante la fiesta en su honor. 4. La cruz como espada, obra de Ricardo Pérez Alcalá que se expuso en el Museo Nacional de Arte en la muestra temporal de 2009 Tata Santiago - Tata Illapa.

nó siendo transformada en tal grado que los cristianos salen de la representación y aparecen los moros, como morenos, bai-lando para Santiago, como una especie de epílogo de la representación teatral: los vencidos bailando para el vencedor”, donde sólo aparece Santiago, sin tomar en cuenta a los españoles.

SINCRETISMOEn la tradición andina el fuego y el true-

no están representados por Illapa, uno de los dioses más fuertes de esta teogonía, por lo que fue sencillo transponer la relación entre la divinidad y los arcabuces de los es-pañoles y la de Santiago como imagen de fuerza y batalla, explicó Cárdenas.

Sin embargo, sostuvo que el sincretismo en general no puede darse solamente lle-vando, por ejemplo, un símbolo determi-nado, imponerlo y adoptarlo, puesto que parte de un tipo de conocimiento y ma-nejo del saber de los otros. En ese marco, durante la conquista los sacerdotes reali-zaron una transformación de las creencias a partir de la adaptación de las prácticas culturales previas a una nueva, por lo que superpusieron las fiestas religiosas católi-cas al calendario festivo religioso andino, donde oportunamente Santiago coincidió la divinidad del rayo. Para los indígenas esto era lógico, ya que Santiago tenía los mismos poderes que Illapa.

Cárdenas manifestó que de esa forma se logró el sincretismo, pero los sacerdo-tes no se dieron cuenta de que el politeís-mo proseguía a través de las devociones que la misma iglesia católica tiene. Sostuvo que se continúan con esas prácticas a través de las representaciones locales de vírgenes o santos, pero la figura de Santiago adquiere

una concepción diferente, ya que más allá de ser patrono es una representación de po-der, y justamente la morenada es a su vez la máxima representación del poder econó-mico, haciendo que la devoción al santo se incremente cada vez más.

Recalcó que estas reflexiones son preli-minares y que todavía tienen que ser traba-jadas más en profundidad.

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Compostela, que en idioma gallego tiene el significado de ‘camino de la estrella’, es el nombre de la región en el extremo noroeste de la pe-nínsula ibérica, conocida en tiem-

pos romanos por la Finis Terrae (el final de la tierra) por constituir el extremo occidental del mundo entonces conocido, donde según la le-yenda, inmediatamente después de la muerte de Cristo, anduviera la virgen María portando la enseñanza de los evangelios junto a uno de los más fieles discípulos de Jesús, hoy errónea-mente conocido como Santiago y a quien para distinguirlo de su hermano Juan el evangelis-ta lo llamaban ‘el Mayor’, y por la arraigada creencia de que sus restos mortales se hallan allí enterrados (en sitio todavía no identificado de la Catedral), desde el siglo IX su nombre se antepuso al de la capital de Galicia.

De todas maneras, se debe aclarar que el mencionado apóstol se llamaba Jacob y no como hoy se lo conoce de manera univer-sal. La variación en el apelativo del santo se produjo cuando los cristianos, en las duras batallas contra los moros y ante el peligro inminente de una derrota, invocaban su auxilio: “¡Sant (Santo) Iacob (o la variante afectiva Tiago) ayúdanos!” —es decir Santia-go—, y sintiendo que por los aires acudía montado en brioso caballo blanco, se vol-caba la victoria a su favor. Y así, tanto repetir las palabras juntas se fusiona-ron en una sola; no obstante, las mul-titudinarias peregrinaciones que a pie dieran origen hacia el lugar man-tienen la nominación primigenia de Ruta Jacobea o Jacobina…

Por aquellos tiempos, desde ini-cios del mes de julio comenzaba el constante fluir de millares de peregri-nos procedentes de los más apartados rincones del viejo continente para dirigirse a pie hacia

Algo más que etimologías: Compostelana (la ruta)UNA DE LAS PEREGRINACIONES MÁS RENOMBRADAS FUE PROTA-GONIZADA POR EL VERDADERO SANTIAGO: JACOB.

Marcelo Arduz RuizEscritor

Galicia, y en tiempos modernos en caravanas motorizadas, aunque los más auténticos segui-dores de la tradición ya milenaria, como antes,

cumplen la promesa caminando en recorda-ción de los pasos que siguiera tan men-

tado apóstol, contando como punto de concentración los Pirineos para reco-rrer unos 700 kilómetros a través de una

ruta de campos de olivas y pintorescas villas, monumentales catedrales, castillos, puen-

tes de piedra, monasterios y caserones de albergue para peregrinos, llegando a sobrepasar el millón de fieles que devotamente cada año recorren los caminos jacobinos hasta divisar las

torres de la Catedral campostelana. Desde primitivos tiempos, andar

en peregrinaciones masivas consti-tuye una arraigada tradición popu-

lar en diversas partes del mundo, siendo tres en el ámbito cristia-no las más importantes metas: Roma, por cobijar las reliquias

del fundador de la Iglesia, San Pedro, llamando a los que siguen

la ruta ‘romeros’; Tierra Santa, don-de por portar los fieles palmas de Pascua se los conoce por ‘palmeros’, y

finalmente la que se orienta hacia la tierra depositaria de las reliquias de San-

tiago, llamando a los caminantes simple-mente ‘peregrinos’, pues a decir de Dante Alighieri: “sólo es peregrino aquél que va o viene de la casa de Santiago”.

Se afirma que estos caminos, en antaño, los recorrieron Carlomagno, San Francisco de Asís, la reina Isabel y entre otros sumos pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II. Además se suscitaron manifestaciones artísticas so-bre el tema, como la canción el Caminante, de Joan Manuel Serrat; la película La Vía Lác-tea, de Luis Buñuel; en historia el Liber Sanc-ti Jacobi (V vol.) de Aymeric Picave, también en literatura O diario de un mago (traducido al castellano como El peregrino), Best Seller mundial que a la fecha cuenta con más de medio centenar de ediciones, en el que el au-tor emprende la ruta guiado por la búsqueda de la iluminación interior.

En cuestión de peregrinaciones, final-mente habría que referirse a millares de mi-grantes que antaño orientaron sus pasos por aquel “camino de estrellas” hacia el Nuevo Mundo, embarcando en sus naves el mensaje evangelizador del santo hasta la otra orilla del océano para posesionarlo en su condición de santidad ‘Mayor’ en el área andina, y ya situados en esta parte del continente, identi-ficado con la poderosa deidad nativa denomi-nada Illapa (rayo) y conocido popularmente como Tata Santiago, quien es el más ponde-rado durante la festividad del 25 de julio (que le asigna el calendario cristiano) en la mayo-ría de las comunidades dispersas por la alti-planicie paceña, principalmente en las que se antepone el patronímico Santiago’, como Guaqui, Quime, Machaca, Callapa (que segu-ramente antes era ‘Illapa’), etc…

Una aproximación a la imagen de Santiago como apóstol (arriba); el mismo Santiago en su adaptación como guerrero, en una figura expuesta por el Museo Nacional de Arte en 2009 (abajo).

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L a significación intensa que tie-ne Santiago con el Tata Illapa (la divinidad aymara-quechua del rayo) tiene, seguramente, su origen en los momentos crucia-

les de las batallas que estas naciones (ig-norantes del uso de la pólvora) libraban con las tropas españolas y atribuían a la divinidad recién llegada ese poder. El re-lámpago aparece en el cielo en forma de zigzag, como una escalera que vincula a la Alaxpacha (el mundo de arriba) con la Ak’apacha (este mundo) y penetra la Mank’apacha (el mundo de abajo), los tres mundos de la cosmovisión de las naciones indígenas andinas que conforman el sus-tento de su filosofía y su ciencia.

Por eso es común que para ser Yatiris, esos sean “tocados” por el rayo para que obtengan la capacidad de ver y desci-frar los signos de la naturale-za y del ser humano, porque

pueden subir y bajar por el rayo a los tres mundos.

En los prestes del Tata Santiago (nom-bre familiar con el que se conoce al após-tol) se da la yuxtaposición y el sincretis-mo religioso: en algunas imágenes del culto se coloca un rayo piedra (meteorito con la imagen pintada de Santiago). Esta piedra se lanza al cielo, hacia la Vía Lác-tea, llamada también Santiago Thaki, o camino de Santiago, para provocar llu-vias en épocas de sequía.

El culto al Tata Santiago está arraiga-do en la población urbana y rural. San-tiago, en el área rural, es también conoci-do como Chuquilla o Qhun, divinidad del rayo, cuyo castigo es temido. Su carácter ambiguo, como en las épocas de la colo-nia, a favor de los españoles y otra a fa-vor de los indígenas, lo convierte en una divinidad que interrelaciona los tejidos culturales de la tradición judeo cristiana con las estructuras de la religiosidad in-dígena originaria.

Cuando alguna persona sufre la caída de un rayo en el área rural nadie se de-tiene a mirar, porque dicen que Santiago se apea de su cabalgadura y despedaza el cuerpo, si nadie lo ve, en cambio, el cuer-po se repondrá y será escogido por el San-to para que devele el futuro. Chamakanis y Laikas (o sabios poderosos de la noche) lo tienen representado en un amuleto y son los adversarios de los yatiris, con quienes disputan los espacios del bien y del mal. Asimismo, niños mellizos que nacen en medio de relámpagos y truenos son llamados hijos de Santiago y debe cuidarse de las tormentas eléctricas.

Es el protector de los camélidos, contra la acción de los rayos, ya que el pelaje de estos animales es un potencial receptor de los mismos.

El año 1555 fue proclamado protec-tor de Potosí. Arzans, el cronista, relata con detalle una gran fiesta realizada en su honor. En las zonas de los Yungas es considerado el protector de las comuni-dades y bajando hacia el río Parapetí, los pobladores trasmiten una tradición oral que cuenta que este Apóstol apareció como chiriguano y predicó el evange-lio; en poblaciones aledañas lo llaman San España.

Un santo militarizado fue conquis-tado por los indígenas para ponerse al frente de sus antiguos opresores y tiene, como su virtud más importante, la capa-cidad de tejer tramas horizontales y ver-ticales entre las diferentes clases sociales y visiones culturales en la expresión po-lisémica de la fiesta donde confluyen to-dos, cada 25 de julio.

Tata Santiago – Tata IllapaLA MEZCLA PERFEC-TA DE TRADICIÓN JUDEO CRISTIANA Y RELIGIOSIDAD INDÍ-GENA ORIGINARIA

Édgar Arandia Quiroga Artista y antropólogo

Una roca con la imagen del Tata, quizás un un rayo piedra (meteorito con la imagen pintada de Santiago).

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La letra de Marcelo“ENCONTRÓ EN LA PALABRA ESCRITA EL ME-DIO DE ENTABLAR UNA RELACIÓN DIRECTA E INDIRECTA CON LA COLECTIVIDAD”

Juan Cori Ch. Periodista

MEMORIA

Quizás porque a las matemá-ticas las vio más como una ciencia pura y como un ins-trumento muy difícil de uti-lizar para el fin que perse-

guía, es que siempre las mantuvo como un elemento al margen de sus predilecciones.

Marcelo Quiroga Santa Cruz (+) lo dijo de forma abierta y clara. Su camino estaba a kilómetros distancia de los números, su ruta era otra, de vinculación social.

Eso muestra los diversos artículos que escribió en la prensa mexicana en los años de exilio (década de los 70) que pasó en Mé-xico, expulsado de su patria por la dictadu-ra del general Hugo Banzer Suárez, contra quien años después impulsaría un juicio de responsabilidades.

En alguna ocasión, el declarado literato cochabambino, señaló que “su vocación de escritor comienza a despuntar como una necesidad de comunicación que rebase las limitaciones impuestas a un diálogo de ca-rácter individual”.

Encontró en la palabra escrita el me-dio de entablar una relación directa e in-directa con la colectividad, y por medio de ella transmitió sus críticas y juicios, resultado de la comprobación de una rea-lidad social inequitativa, profundamen-te injusta y necesitada de modificaciones fundamentales.

Se inició escribiendo sobre ficción litera-ria, pero sus intensos deseos de aproximar-se a la realidad social, provocaron un giro en sus letras.

La tapa de una notable edición de Los deshabitados. Al lado, Quiroga en su activa faceta política.

El ensayo: La victoria de abril sobre la na-ción (1960); Lo que no debemos callar (1968) y El saqueo de Bolivia (1972), entre otras, son un reflejo de su pensamiento.

La novela Los deshabitados (1959) es vista por muchos autores la obra cumbre del literato Quiroga Santa Cruz. Con su narración omnisciente y su técni-ca descriptiva caracteriza la actitud de sus personajes.

Esta una muestra de su obra: “Los dedos de María subieron y ba-jaron, sobando el lomo de una vena azulosa, hinchada y blanda como un intestino. La vena ofrecía su cuerpo al masaje o huía de él volup-tuosamente, como el cuerpo de un pez bajo el agua”.

El escritor Adolfo Cáceres Romero refirió que “con esta obra la novelísti-ca boliviana deja de reflejar el paisa-je y se sumerge en el yo del narrador, proyectado magistralmente en cada uno de sus personajes. Deja de ser docu-mental, social, para ser el testimonio de la soledad, con proyecciones metafísicas. Es reflexiva, por cuanto indaga las situaciones humanas extremas. Vida y muerte compen-dian la cotidianidad de sus protagonistas”.

El líder fundador del Partido Socialista 1 (PS-1) se declaró enemigo de mencio-nar nombres de los autores nacionales que le influyeron para sumergirse en la construcción de una obra, de un poema, de un ensayo, de un ver-so. Decía que ello implicaba un juicio en detrimento de otros nombres, que no hay uno solo, sino hay muchos escri-tores con méritos a los que debiera mencionarse.

Sin embargo, ya a es-cala universal, incluyó a todos aquellos que han contribuido a la corrien-te científica del marxis-mo, a la teoría científica de la revolución.

Quiroga Santa Cruz fue asesinado la maña-na del 17 de julio de 1980, en el inicio del golpe de Estado del dictador Luis Gar-cía Meza. Un grupo de paramilitares le disparó y desapare-ció su cuerpo has-ta la actualidad.