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TINTAS Y RECUERDOS FRESCOS DE LA MUERTE DE GARCÍA MÁRQUEZ YA PASÓ UN AÑO, DE LA DE GÜNTER GRASS, CASI DOS SEMANAS. AMBOS, A SU MODO, PROVOCAN UN COMPLEJO TEJIDO DE MEMORIAS Y VALORACIONES. EL LIBRO, HOY LA CELEBRACIÓN DEL DÍA MUNDIAL DEL LIBRO ES UNA EXCELENTE OCASIÓN PARA REFLEXIONAR ACERCA DE SU INVALORABLE APORTE AL PATRIMONIO CULTURAL DE UNA NACIÓN, QUE, PARA SER CONSIDERADA COMO TAL, NECESITA DE UNA LITERATURA QUE DÉ TESTIMONIO DE SU EXISTENCIA EN MEDIO DE LA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA Y CULTURAL. 6 Y 7 3 DOMINGO | 26 de abril de 2015 | año 6 | N° 282 Cambio

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Page 1: La Esquina 26-04-15

TINTAS Y RECUERDOS FRESCOSDE LA MUERTE DE GARCÍA MÁRQUEZ YA PASÓ UN AÑO, DE LA DE GÜNTER GRASS, CASI DOS SEMANAS. AMBOS, A SU MODO, PROVOCAN UN COMPLEJO TEJIDO DE MEMORIAS Y VALORACIONES.

EL LIBRO, HOY

LA CELEBRACIÓN DEL DÍA MUNDIAL DEL LIBRO ES UNA EXCELENTE OCASIÓN PARA REFLEXIONAR ACERCA DE SU INVALORABLE APORTE AL PATRIMONIO CULTURAL DE UNA NACIÓN, QUE, PARA SER CONSIDERADA COMO TAL, NECESITA DE UNA LITERATURA QUE DÉ TESTIMONIO DE SU EXISTENCIA EN MEDIO DE LA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA Y CULTURAL.

6 Y 7

3

DOMINGO | 26 de abril de 2015 | año 6 | N° 282

Cam

bio

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2 Domingo 26 de abril de 2015

El reconocimiento de los pueblos a sus trabajadores tiene diversas ma-nifestaciones. Desde condecoracio-nes, premios, pensiones vitalicias o el más sincero abrazo, la acción de

reconocer la obra de unos y otros (y además a sus autores) es también un ejercicio de fortale-cimiento de las identidades locales.

Si en Bolivia el cine empezó a filmarse en 1904, poco es lo que se ha hecho hasta ahora por reconocer a quienes han dedicado vida y pasión a este “oficio del siglo XX” como lo des-cribe Guillermo Cabrera Infante.

El país tiene una tradición cinematográfica importante, este dato que sugiere una inicia-ción temprana en el oficio de “hacer cine”, no es simplemente un hecho curioso, sino que de-muestra una cierta inquietud por verse, la cual en los primeros años es fomentada por las cla-ses dueñas del poder, quienes utilizarán tam-bién los medios cinematográficos en su favor. La historia invertirá los papeles y Sanjinés pon-drá la cámara sobre los excluidos para reinven-tar el cine en Bolivia. Esta división es resulta-do de un proceso hecho día a día, cuestión que además siembra de fechas importantes un ca-lendario que suma ya 111 años.

Lo cierto es que el cine no se hace sólo, y que detrás de cada una de las realizaciones existen equipos humanos importantes, que de una u otra forma han dejado huella en esta centena-

ria historia. En este sentido, el problema prin-cipal (actual) es la falta de reconocimiento de sus empeños y trabajo. O dígase también, la falta de visibilidad que nombres propios en las producciones locales, más allá de ciertos acto-res/actrices y/o el director que firma la obra.

Como gran ejemplo de un trabajo sistemá-tico enciclopedista, el esfuerzo de Elías Blanco Mamani, quien ha contribuido a la cultura na-cional con importantes aportes bibliográficos como: Diccionario de poetas bolivianos, Tari-jeños en la cultura boliviana o Diccionario de novelistas bolivianos, entre otros. Estos libros son evidencias de la urgencia de publicaciones que reconozcan a quienes hacen cultura en el país. Blanco, como comunicador social, tuvo la voluntad a mediados de los años noventa del siglo pasado en el extinto periódico Presencia, en su columna Un día como hoy en la cultura boliviana, de reconocer a los artistas en Boli-via, y sus notas especiales sobre cine del año 1996, son columnas periodísticas de investiga-ción que muestran la importancia de tener una base de datos referencial sobre nuestro cine.

Son los ciudadanos que reconocen a los tra-bajadores, pero es también urgente una vo-luntad política desde los gobiernos, nacional o locales, para poder fomentar las iniciativas particulares que sintetizan el sentir colectivo. El cine en Bolivia necesita que se avance ha-cía la valoración de sus protagonistas, para así poder difundir las enseñanzas de cada uno de ellos, en este presente/futuro sembrado de más de cien años de producción cinematográfica.

La necesidad de un diccionarioREFLEXIÓN SOBRE LA NECESIDAD DE UNA PUESTA EN VALOR DE LOS CREATIVOS DEL CINE.

Claudio SánchezCrítico de cine

Argentina, boliviana, peruana: Juana Ma-nuela Gorriti (1818-1892) fue una america-na cuya vida y obra se desenvolvió por igual en la historia y la cultura de estos tres países. Nació en Salta, se casó en Bolivia con el que se-ría luego presidente del país, vivó en Lima en la flor de su madurez personal e intelectual y pasó los últimos años de su vida en Buenos Aires. Go-rriti, considerada hoy una de las escritoras clási-cas del siglo XIX latinoamericano, nos revela en el conjunto de su obra aspectos extraordinarios tanto de la vida argentina, como de la boliviana y de la peruana en los albores de estas naciones sudamericanas.

Científicos, filósofos, economistas, pedago-gos, psicólogos, sociólo-gos y otros, apoyándose en las ideas más frescas de la ciencia y la cosmo-visión originaria se disponen a través de lo com-plejo emprender el camino del reencuentro con la epistemología de la ciencia, aún en medio del caos. Quizás conjugando el caos con la epistemo-logía o de otra manera con la Epistemología del Caos. Este libro se presenta como un texto orien-tado a la educación superior.

La novela juvenil Aca-demia Europa cuenta la historia de este ado-lescente –amante de la música y recurrente internauta– y la del mis-terioso Michael Carver, fundador de la Academia Europa. En ese difícil trayecto por derrotar al mie-do Tony se enterará de la historia de Michael, del amor profundo por una mujer y las razones por las que se convirtió en un misterioso perosnaje, las cuales tienen mucho que ver con lo que le está sucediendo.

AUTOR: Juana Manuela Gorriti (Edición de Leonardo García Pabón)EDITORIAL: Plural

AUTOR: Carlos Álvarez De ZayasEDITORIAL: Kipus

AUTOR: Brayan Mamani MagneAÑO: 2010EDITORIAL: Santillana

Narrativa andina

Epistemología del caos

Academia Europa

BIBLIOFAGIA

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DIRECTORAdalid Cabrera Lemuz

EDITOR GENERALJavier Mancilla Luna

EDITOR DE LA ESQUINAMiguel A. Rivera G.

Colaboradores: Marcelo Arduz Víctor MontoyaClaudio SánchezJuan Carlos FloresGonzalo Montero

Diseño: Eusebio Lazo Sumi

Diagramación: Horacio Copa Vargas

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3Domingo 26de abrilde 2015

En el Día Mundial del Libro y del De-recho de Autor, que se celebra cada 23 de abril desde 1996, los respon-sables del Ministerio de Culturas dirán que los libros son las armas

contra la ignorancia y la incultura, así se viva todavía en un país donde el libro es un artículo de lujo y el derecho de autor un mero enuncia-do lírico, sobre todo, si se piensa que el escritor no vive del fruto de su trabajo intelectual.

A estas alturas de la historia, cuando todas las sociedades están inundadas de libros, es difícil imaginar que primero fue la palabra, y la palabra fue Dios, ya que el torrente de publicaciones parece indicar que su inicio no está en la creación del mundo, sino en un ca-taclismo intelectual más espectacular que el mito de Babel, donde el lenguaje de los hom-bres fue confundido por castigo divino.

Estoy casi seguro que usted, como cual-quier otro lector interesado por el libro, se ha preguntado alguna vez cómo surgió este ob-jeto que cobija en sus páginas todo el saber humano. Si me lo permite, y sin mayores pre-tensiones de erudición, intentaré acercarle a esta historia apasionante, gracias a una Enci-clopedia y un manojo de libros sobre libros.

Ya se sabe que los hombres primitivos no conocían la escritura. Su lenguaje era única-mente oral y se expresaban por medio de di-bujos simples. La primera forma de escritu-ra, que data de hace unos 5.500 años, estaba compuesta de imágenes; cada imagen repre-sentaba un objeto o un pensamiento. Pero la escritura con imágenes era complicada, requería de demasiados signos para ser en-tendida y su aprendizaje tomaba muchísimo tiempo. De modo que los escribanos, cons-cientes de que en todo idioma existen pala-bras que no pueden representarse con dibu-jos, se vieron obligados a inventar los signos gráficos (grafemas) para poder representar las cosas y las ideas.

¿Cómo se originó el primer libro? Muchas son las opiniones que se han vertido con re-lación al origen del primer libro, sin

que se haya llegado, hasta la fecha, a su exacto conocimiento. Sin embargo, ya sabe-mos que los dibujos y los signos se grababan con punzones sobre arcilla cocida al horno, que una vez unidas entre sí, análogamente a las hojas de los libros modernos, se con-servaban frecuentemente en los templos y en las bibliotecas de los palacios, como en la del rey asirio Asurbanipal (627-669 a. de JC), donde un arqueólogo francés, tras excavar las ruinas palaciegas en la ciudad de Níni-ve, aparte de dar con los restos de la biblio-teca más antigua del mundo, halló mapas hechos en arcilla cocida, que conservaban una escritura cuneiforme.

Con el transcurso del tiempo, se empezó a escribir sobre pergaminos, que eran pieles de ovejas, corderos, terneros, etc., prepara-dos especialmente para escribir sobre ellos. El pergamino sustituyó al papiro poco antes de la Era cristiana. Los pergaminos, a dife-rencia de los papiros, iban escritos por am-bas caras y, una vez cosidos unos con otros, formaban una especie de libros de cuero lla-mados “códices”. Otras veces se unían for-mando tiras que se arrollaban alrededor de un cilindro de madera. Según los expertos, la escritura sobre pergamino apareció gra-cias a Atalo I, rey de Pérgamo, fundador de la biblioteca que lleva este nombre, entrando así el libro en su pleno apogeo; primero, por-que se podía escribir el pergamino por las dos caras y, segundo, porque se introdujo el uso de plegarlos, hasta llegar a la obtención del papel en el siglo XIII de nuestra Era.

En la Edad Media (desde el siglo IV en ade-lante), los monjes empezaron a hacer libros

usando el papel que habían in-ventado los chinos, cuya

fabricación y uso fue-ron introducidos

en Europa por medio de los

árabes. Los libros de la época estaban elabo-rados con cáñamo y lino, después siguió fabri-cándose con algodón, trapos viejos, hasta que se llegó a usar diversos materiales. Antes de la invención de la imprenta, era muy difícil confeccionar un libro, ya que había que ha-cerlos uno a uno y escribir todo a mano. Por eso había muy pocos libros y sólo se podían encontrar en los monasterios, donde existían talleres para escribirlos y empastarlos.

Por otra parte, debido al rudimentario sis-tema de elaboración, era costoso adquirir una obra importante, por cuya causa sólo se pres-taban los libros con muchas garantías de se-guridad, y se adquirían en forma parecida a la que se obtenía la propiedad de una casa o heredad, o sea mediante escritura pública. Después apareció la imprenta, que en princi-pio era una máquina imperfecta, pero capaz de imprimir lentamente muchas copias sobre el papel. Y, aunque el invento de la imprenta moderna se le atribuye a Johannes G. Guten-berg (Alemania, 1394-1468), se especula que ésta existió mucho antes de su nacimiento. Empero, a pesar del enorme caudal de libros que se han publicado acerca del invento de la imprenta y sus iniciadores, se sabe que Guten-berg, asociado con Johann Fust, publicó la Bi-blia latina a dos columnas, en 1455, y perfec-cionó en Estrasburgo el proceso de impresión con tipografía móvil, dándole a la imprenta un desarrollo considerable, hasta llegar a la prensa de rodillo. Actualmente se usan las ro-tativas, que consiguen imprimir grandes ro-llos de papel en muy poco tiempo. Luego se cortan en hojas, se encuadernan y resultan los libros, que se distribuyen por millares en los más diversos idiomas y países.

El libro, lejos de ser un simple depósito de pa-labras, es el reflejo de un país cuyas raíces están insertas en una tradición cultural determinada. Por eso mismo, la celebración del Día Mundial del Libro es una excelente ocasión para reflexio-nar sobre el invalorable aporte del libro al pa-trimonio cultural de una nación que, para ser considerada como tal, necesita de una literatura que dé testimonio de su existencia en medio de la diversidad lingüística y cultural.

Por lo demás, la celebración anual del Día Mundial del Libro sirve para recordarles a los gobernantes y gobernados que, a pesar del galopante desarrollo de la cibernética y las ediciones digitales, el libro impreso seguirá siendo instrumento sui géneris de expresión, educación, comunicación y reflexión crítica; una lección que deben aprender los respon-sables de las instituciones culturales del Esta-do, para ser más respetuosos con los autores -quienes merecen recibir una parte justa de los ingresos generados por sus libros- y evitar que las obras del acervo cultural sucumban en las brumas del olvido.

El libro, siempre el libro“EL LIBRO ES EL REFLEJO DE UN PAÍS CUYAS RAÍCES ESTÁN INSERTAS EN UNA TRADICIÓN CULTURAL DETERMINADA”

Víctor Montoya Escritor y pedagogo

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Un pilar de la ciencia ficción boliviana“LOS ESCRITORES PARECEN DECIR QUE ES NE-CESARIO RESALTAR Y VALORAR LO NUESTRO.

Iván Prado Sejas

Gonzalo Montero Poeta y escritor de ciencia ficción

LITERATURA

Iván Prado Sejas es un escritor de narrati-va fantástica y ciencia ficción, además de actual presidente de Poetas Ensayistas y Narradores (PEN) Bolivia, filial Cocha-bamba, quien rompiendo paradigmas y

prejuicios ha logrado obtener una merecida carta de ciudadanía para la ciencia ficción con sabores y colores bolivianos.

Gonzalo Montero.- Iván, psicólogo, poeta y narrador, ¿por qué la ciencia ficción?Iván Prado Sejas.- Es la misma pregunta

que yo me hacía hace algunos años. Sin em-bargo, hago un recorrido mental hacia mi pasado, mi infancia y juventud, y me veo le-yendo obras de Julio Verne, Asimov y otros es-critores de ciencia ficción. Asimismo, me veo en la universidad investigando temas de as-tronomía, astrofísica, física cuántica, parap-sicología, ufología y esoterismo. Entonces, los ingredientes para enriquecer mi narrativa en la literatura fantástica fueron reunidos du-rante muchos años, y luego se plasmaron en obras literarias. Por otro lado, escribir obras de ciencia ficción y narrativa fantástica me gratifica bastante, puesto que proyecto mi forma de ver la vida, y además disfruto de la información que “me llega”, puesto que uso el método intuitivo para escribir.

GML.- Si consideramos a la literatura como creación basada en elementos de ficción, ¿qué es lo que caracteriza al género de ciencia-ficción como tal?IPS.- De acuerdo a Asimov, la ciencia ficción

es la antesala de la ciencia del futuro. Muchos de los desarrollos en tecnología de avanzada son fruto de la imaginación de los escritores de ciencia ficción. Por ejemplo, Julio Verne en sus obras muestra inventos, que para la épo-ca eran puramente ficción, sin embargo, dé-cadas después esos “inventos” se convirtieron en realidad. Por otro lado, hubo un tiempo en que la ciencia ficción se caracterizaba más por mostrar tecnología avanzada, ya sea en socie-dades utópicas o distópicas, o sea se destacaba más la ciencia ficción llamada “dura”; sin em-

también producción en poesía, en cuento y novela, “realistas”, que iré mostrando para-lelamente en el transcurso del tiempo.

GML.- ¿Cuáles son las conclusiones preliminares de la investigación que llevas a cabo para encontrar las raíces del género de la ciencia ficción en Bolivia?IPS.- Considero que la ciencia ficción boli-

viana tiene dos raíces, una focalizada en la tradición anglosajona e ibérica, y otra foca-lizada en las tradiciones de las culturas an-dino-amazónicas. Por ejemplo, obras como Venus Reluciente y Nova, de Dennis Morales; Después de la Bombas, de Gonzalo Lema; El Viaje, de Rodrigo Antezana; Hyperrealidad, de Ronald Rodríguez; El Hombre, de Álvaro Pérez; y La Bella Durmiente, de Adolfo Cáce-res, se adecuan a una tradición occidental; por otro lado, De cuando en cuando Saturnina; Los Sueños del Padre, Samay Pata y Hananpacha; Viaje al Fondo del Bar, de Gonzalo Montero, toman elementos relevantes de las culturas andino-amazónicas; y por último, haciendo un mix, se podría citar la novela Iris, de Ed-mundo Paz Soldán, y el libro de cuentos Me-morias del Futuro, de Miguel Esquirol. Ésta es una primera aproximación, puesto que es necesario un mayor análisis para configurar mejor a la ciencia ficción boliviana.

GML.- Muchos comentarios señalan al contenido de tus obras como un análisis político-social de problemas contemporáneos, desarrollado en sociedades utópicas o distópicas en otras dimensiones espacio-temporales. ¿Qué opinas?IPS.- Lo político y social están fuertemen-

te inmersos en mis obras, puesto que consi-dero que el hombre está camino a conseguir desarrollar una sociedad ideal y desechar una sociedad decadente. Hoy el mundo se encuentra en una etapa de crisis, y viendo desde lo utópico y lo distópico, podríamos decir que el hombre está pisando dos sende-ros, uno el de la transformación, por lo tan-to, el de la evolución; y otro, el de la cristali-zación o anquilosamiento, que involucra la involución. Fruto de esta dicotomía surgen escritores que refuerzan uno u otro sende-ro; yo estoy con aquellos que transforman y buscan una nueva sociedad, por lo tanto, lo político y lo social están presentes en la mayor parte de mis obras, junto a aspectos filosóficos, psicológicos, espirituales, exis-tenciales y humanistas, que también son relevantes. Mi última novela, Hananpacha, muestra todos estos factores, algunos “muy realistas”, que están ocurriendo en la actua-lidad, y otros que se proyectan al futuro.

GML.- ¿Cómo ves la actitud del lector promedio frente al género de la ciencia ficción?

bargo, surgen también obras de autores como Bradbury, LeGuin, Dick y otros que juegan en sus tramas con ideologías y sistemas de vida, entonces emerge la ciencia ficción denomina-da “blanda”. Posteriormente surgió la infor-mática en el mundo cotidiano y surge de for-ma casi inmediata el ciberpunk; y así, en el transcurso del tiempo, la ciencia ficción se va enriqueciendo de distintos subgéneros que ha-cen de ella un género mayor, sobre todo en los países del norte. .

GML.- ¿Tu literatura se inscribe o identifica con alguno de esos subgéneros que señalas?IPS.- En la mayoría de mis obras combi-

no distintos subgéneros que le dan cierta característica singular a las tramas que pre-sento al lector. Ingreso en la opera espacial, la ciencia ficción blanda, la ciencia ficción dura y el ciberpunk; y también hago uso de la narrativa fantástica, desde lo fantástico y lo maravilloso, por ejemplo en Las Amazonas, Poder y Gloria.

GML.- ¿Consideras que se está creando en Bolivia una corriente de literatura fantástica andino-amazónica?IPS.- Existe una fuerte inclinación de

parte de los escritores nacionales de cien-cia ficción y narrativa fantástica en colocar en sus obras elementos que hacen parte de nuestra tradición cultural andino-amazóni-ca. En ciencia ficción, tenemos la obra clá-sica De cuando en cuando Saturnina, de Alison Spedding, que tiene elementos de la cultu-ra aymara; en Las Amazonas, Poder y Gloria se tienen elementos de la cultura incaica; en Samay Pata hay aspectos de los mitos y leyendas preincaicos e incaicos de la zona de Samaipata, y en Hananpacha reitero los elementos quechuas; Adolfo Cáceres acu-de a elementos tiwanacotas en algunos de sus relatos; en Huellas de Luna y Viaje al Fon-do del Bar hay relatos de ciencia ficción don-de también se observan elementos de la cul-tura quechua. Dennis Morales en su última producción, Waka Waka, introduce elemen-tos de nuestras culturas en el ámbito de lo mestizo y lo quechua. Entonces, pienso que se está configurando una literatura fantás-tica boliviana con características propias, y algunas obras ya muestran este proceso. Los escritores parecen decir que es necesario re-saltar y valorar lo nuestro.

GML.- ¿Cuál ha sido tu producción?IPS.- Mi ingreso a la literatura se da en

una etapa posterior de mi vida. Yo me ha-bía dedicado a la psicología y a la docencia universitaria durante más de veinte años, y un día se me ocurrió escribir Inka Kuti-munña, en quechua, y lo presenté a un con-curso literario en 1998 y gané. Éste fue un primer paso, sin embargo, fue recién en el año 2004 que di el segundo paso, cuando empecé a escribir sobre las amazonas, una novela de narrativa fantástica para jóvenes con elementos de ciencia ficción. El argu-mento de esta novela me vino a la men-te, logré plasmarlo en un lapso de tiempo bastante corto. Luego vinieron mis otras obras de ciencia ficción como El Crepúsculo en la Noche de los Tiempos, Los Sueños del Padre, Samay Pata, y finalmente Hananpacha, que fue editada el año pasado. También publi-qué cuentos de ciencia ficción en revistas, blogs y webs. Hasta el período en el que es-cribí y publiqué mi novela sobre las amazo-nas, diría que para mí la ciencia ficción era simplemente un hobby, y no pensaba en ser escritor, pero después de El Crepúsculo... di el tercer paso, para luego dar otros, y empecé a asumir la ciencia ficción como un género en el cual tengo un potencial a ser desarro-llado, ya como escritor, y por otro lado em-piezo a disfrutar de lo que escribo. Tengo

El escritor y las portadas de algunas de sus obras más conocidas.

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4-5Domingo 26 de abrilde 2015

Un pilar de la ciencia ficción bolivianatambién producción en poesía, en cuento y novela, “realistas”, que iré mostrando para-lelamente en el transcurso del tiempo.

GML.- ¿Cuáles son las conclusiones preliminares de la investigación que llevas a cabo para encontrar las raíces del género de la ciencia ficción en Bolivia?IPS.- Considero que la ciencia ficción boli-

viana tiene dos raíces, una focalizada en la tradición anglosajona e ibérica, y otra foca-lizada en las tradiciones de las culturas an-dino-amazónicas. Por ejemplo, obras como Venus Reluciente y Nova, de Dennis Morales; Después de la Bombas, de Gonzalo Lema; El Viaje, de Rodrigo Antezana; Hyperrealidad, de Ronald Rodríguez; El Hombre, de Álvaro Pérez; y La Bella Durmiente, de Adolfo Cáce-res, se adecuan a una tradición occidental; por otro lado, De cuando en cuando Saturnina; Los Sueños del Padre, Samay Pata y Hananpacha; Viaje al Fondo del Bar, de Gonzalo Montero, toman elementos relevantes de las culturas andino-amazónicas; y por último, haciendo un mix, se podría citar la novela Iris, de Ed-mundo Paz Soldán, y el libro de cuentos Me-morias del Futuro, de Miguel Esquirol. Ésta es una primera aproximación, puesto que es necesario un mayor análisis para configurar mejor a la ciencia ficción boliviana.

GML.- Muchos comentarios señalan al contenido de tus obras como un análisis político-social de problemas contemporáneos, desarrollado en sociedades utópicas o distópicas en otras dimensiones espacio-temporales. ¿Qué opinas?IPS.- Lo político y social están fuertemen-

te inmersos en mis obras, puesto que consi-dero que el hombre está camino a conseguir desarrollar una sociedad ideal y desechar una sociedad decadente. Hoy el mundo se encuentra en una etapa de crisis, y viendo desde lo utópico y lo distópico, podríamos decir que el hombre está pisando dos sende-ros, uno el de la transformación, por lo tan-to, el de la evolución; y otro, el de la cristali-zación o anquilosamiento, que involucra la involución. Fruto de esta dicotomía surgen escritores que refuerzan uno u otro sende-ro; yo estoy con aquellos que transforman y buscan una nueva sociedad, por lo tanto, lo político y lo social están presentes en la mayor parte de mis obras, junto a aspectos filosóficos, psicológicos, espirituales, exis-tenciales y humanistas, que también son relevantes. Mi última novela, Hananpacha, muestra todos estos factores, algunos “muy realistas”, que están ocurriendo en la actua-lidad, y otros que se proyectan al futuro.

GML.- ¿Cómo ves la actitud del lector promedio frente al género de la ciencia ficción?

IPS.- En Bolivia se lee poco, y esto también afecta al ámbito de la literatura de ciencia fic-ción; sin embargo, cuando uno va al cine, uno ve que las carteleras están llenas de películas de ciencia ficción y narrativa fantástica. ¿Qué significa esto? Que al boliviano le gusta la cien-cia ficción, y por esto llena las salas de cine, que de forma continua proyectan películas de este género. Entonces, los escritores de ciencia ficción nacionales tenemos que aprovechar esta tendencia de las personas y hacer que las mismas se vuelquen a leer obras de ciencia fic-ción de autores nacionales y extranjeros. Y por cierto, en este milenio, han aparecido muchos escritores que escriben ciencia ficción y narra-tiva fantástica, seguramente también induci-dos por los lectores, y esto dice mucho de la difusión de la literatura fantástica boliviana.

GML.- Algunos escritores tradiciona-les miran con cierto desdén a la literatura fantástica, ¿crees que es un género me-nor respecto a los otros?

IPS.- Ese “desdén” en algunos casos puede ser por desconocimiento del género y poca lectura; prejuicios personales; relacionar la literatura fantástica con cierta producción norteamericana de literatura basura con elementos de ciencia ficción o narrativa fan-tástica; relacionar el desarrollo de la tecno-logía con la ciencia ficción dura, sin tomar en cuenta la existencia de otros subgéneros; poca confianza en la creatividad de los escri-tores nacionales, y/o sobredimensionamien-to de otros géneros literarios. El género de la ciencia ficción y narrativa fantástica con-sidero yo que está en el mismo rango con los otros géneros, y por esto en la actuali-dad muchos de los escritores nacionales con-sagrados, como Cáceres, Rivero, Paz Soldán y otros, están produciendo obras dentro de este género, y además varias obras de litera-tura fantástica, como Hyperrealidad y El Hom-bre, han recibido premios literarios naciona-les importantes en estos tres últimos años. Igualmente, la novela Iris está como finalista de los premios literarios del festival español Semana Negra 2015.

GML.- ¿La ciencia ficción es un espacio de diversión o reflexión?IPS.- Considero que ambas están presen-

tes, ya sean en literatura, cine y/o arte de ciencia ficción, en menor o mayor grado. Por ejemplo, la película Avatar combina de forma espléndi-da ambas posibilidades. El cinéfilo puede ver la película y divertirse plenamente, con poca o ninguna reflexión, o puede no sólo divertirse, sino también reflexionar sobre el mensaje del filme. Asimis-mo, un libro de ciencia fic-ción puede entretener total-mente al lector, con poca o

ninguna reflexión, o puede producir en el lector bastante reflexión, combinada con entretenimiento. Y por cierto, esto depende también de la capacidad de análisis crítico del propio lector y de la postura ideológica (consciente o inconsciente) del escritor. De todas maneras, el entretenimiento es parte fundamental de la ciencia ficción, y por esto hoy en día el aumento de la producción de películas y libros dentro de dicho género.

GML.- ¿La organización del Primer Encuentro de Ciencia Ficción y Narrativa Fantástica de Bolivia, en la ciudad de Santa Cruz en junio del 2015, tiene algún significado importante para el mundo de las letras?IPS.- Este encuentro tiene una gran rele-

vancia, puesto que reunirá a lo más selecto de escritores nacionales con ponencias que mostraran el desarrollo actual de la cien-cia ficción y narrativa fantástica nacional, y con expositores invitados del extranjero. Este evento está organizado por el PEN BO-LIVIA y sus filiales, más la Cámara del Li-bro de Santa Cruz. Podríamos decir que las letras bolivianas se teñirán de lo fantástico, con mundos avanzados, con v ia - j e s en el tiempo, encuentro con alienígenas, mun-dos distópicos, gue-rras siderales, or-bes maravillosos, multiversos y me-gauniversos.

GML.- Menciona algunas obras y autores nacionales de literatura fantástica que consideras importantesIPS.- Considero que

la ciencia ficción boliviana está en franco desarrollo, con autores emergentes y obras como El Hombre, Iris, Viaje al fondo del Bar, Des-pués de las Bombas, Helena 2022, Hananpacha y otras, que seguramente darán mucho que ha-blar con el transcurrir del tiempo y la madu-ración de la literatura fantástica boliviana.

GML.- ¿Cuáles son tus proyectos para la incierta dimensión del futuro?

IPS.- Si me preguntas sobre mis proyectos literarios, tengo tres

obras terminadas, para pulir, una de cuentos y dos novelas. Asimismo, estoy por terminar otra novela de cuño realista, con ingredientes fantásticos y surrealistas. Por otro lado, ya estoy para sacar la segun-da edición de mi libro Los Sueños del Padre, con Amazon, y la tercera edición de Las Amazonas, Poder y Gloria, con la editorial Kipus. Ambos li-bros están “reacondiciona-

dos”. En el ámbito personal y familiar vivo el aquí y el aho-ra, en el eterno presente.

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6 Domingo 26 de abril de 2015

P ASADO—Pa, ¿has leído a García Márquez?—¡Yo a ese no le leo nada! —me res-

pondió mi abuelo. Dudó un momento, y agregó: —Pero, allá tú si quieres leerlo.

Sin pedir permiso ni perdón, yo ya lo había leído, de hecho. Mi pregunta era retórica, fru-to de mis ganas de jorobar a los catorce años y de tener un interlocutor, por supuesto, para compartir mis maravilladas impresiones lue-go de mi primera lectura de Cien años de so-ledad. Días después, descubrieron mi peque-ña travesura literaria, y cuando compraba mi propio ejemplar de ese libro, en un shopping en la cuneta de la avenida Libertad, me pre-guntó, aquel, mi abuelo —siempre presente, siempre, hasta hoy—, con el mismo tono ino-cente que yo había usado con él antes:

—¿Para qué compras un libro que ya leíste?—Para tenerlo, solamente —dije yo, sorpren-

dida, pero guardando la compostura, siempre.Y es que mi versión de Austral —que ahora

exhibe las puntas dobladas y una cubierta ex-tremadamente suave por el paso de los años y las manos— traía, además, un cuadro genealó-gico de la familia Buendía, para los lectores de memoria frágil que alcanzaban a los 50 años solamente de travesuras-desgracias, algo que se llama vida, dicen algunos. Tenía mi propio libro de García Márquez, era una mujer hecha y derecha que firmó, con una letra de mierda, la portadilla de la edición: Viña, 1994.

Las signaturas en mis libros de García Már-quez están datadas en distintos años, casi siem-pre en Quito, pero las ediciones son disímiles, algunas con pasta dura (Noticia de un secues-tro), otras con dedicatorias de quienes me las regalaron (Del amor y otros demonios, Crónica de una muerte anunciada y La mala hora), unas tan viejas que la pasta hay que mantenerla con scotch o el título es casi ilegible (Los funerales de la mama grande, El otoño del patriarca). En-tonces, diría yo en este punto: no tengo su obra completa ni soy su más grande fanática, pero sí fui —y soy— una buena lectora suya, y por eso es que hace un año, cuando anunciaron su muerte, pues sí, me dio pena. A veces, convives tanto con un autor que su vida te resulta más cercana que la de muchas personas que sí com-parten contigo el paso por la vereda.

García Márquez y yo teníamos una histo-ria juntos. Gracias a él hay imágenes que no se van de mi cabeza, imágenes recurrentes que se transmutan en pesadillas, ideas que, a su vez, me servirán —espero— para generar también textos, quizás a manera de homena-je —no humilde, no creo en virtudes inventa-das para quedar bien—, quizá a modo de pa-limpsesto que conjugue pesadillas colectivas. Una de esas imágenes es la de ese señor muy viejo, con alas enormes, arrastrando un polvo amarillento con sus plumas, el polvo más mi-serable de cualquier historia (mi edición de La triste e increíble historia de la cándida Erén-dira y su abuela desalmada está en la catego-ría de “un roce de más y paso a formar parte de ese mismo polvo”, así que pilas, hijo, con tu herencia, que no está para que le pintes ani-malitos rosados encima).

PRESENTE (CONFUSO)Lamento la digresión, no me es posible ha-

blar de García Márquez sin divagar, sin rela-cionar sus historias con mis propias etapas vitales, la adolescente, la adulta (sí, claro), la posible viejita (con suerte), el legado que le en-tregaré a mi hijo (siempre que con buena vo-

luntad no mande a quemar o vender los libros de su madre). Así que, insisto, cuando me en-teré de su muerte, me puse triste —no como una de sus putas—, pero pude, a modo de re-cuento, hacer una reflexión sobre mi propia vida, sobre cómo había pasado horas pegada a sus libros, y de cómo las obras llegan a tu vida en el momento en que tienen que llegar.

Escalofriante pero cierto: los libros te esco-gen y no tú a ellos, entre un cúmulo de pu-blicaciones en un librero polvoso (nota men-tal: sirve para un relato, con flores amarillas o mustias, grises). Los libros de García Már-

quez llegaron a mí cuando debían llegar. Y los dejé ir cuando tuve que hacerlo para pasar a otras trifulcas literarias. Pero él no se fue, vol-vió. Y ahora resulta que también era un hom-bre, con manías, como todos, y con él me en-cuentro ahora que conseguí Aquellos años del boom, de Xavi Ayén, mamotreto portentoso y divertidísimo. Cuando empecé a leer este li-bro, sentí que ya conocía a los personajes —a algunos… Me está entrando una obsesión ga-lopante por Donoso hoy— y que en el caso del Gabo, era como si me contaran las infidencias de la vida de un amigo al que quería mucho.

García Márquez, cuando escribió sus Cien años…, tenía empeñados los electrodomésti-cos, luego trabajaba en Madrid, en su estu-dio, con un quimono azul de obrero, y ade-más, era un fanático absoluto de la música, al punto de acondicionar su piso para que el sonido inundase en su totalidad el ambien-te. Era un hombre, fue un esposo y fue pa-dre. Un sujeto que no manejaba muy bien, al parecer —en este libro hay una anécdota sa-brosísima sobre otro conductor en Barcelona que mandó al colombiano a escribir, que eso era lo que sabía hacer—, que recibió un pu-ñetazo de su mejor amigo —otro Nobel, pero esa es otra historia, con aquel tengo otra his-toria, ay— y que murió hace un año, entre lu-ces lejanas, confusas, pues su memoria ya no era la misma. Al parecer, la ficción se le con-fundió con la realidad. Prefiero pensar que se encerró en Macondo para afincarse ahí, bajo un árbol de guayaba.

Y eso fue hace un año. Y aún hoy se lo re-cuerda. Yo lo recuerdo.

Ay.

FUTURO (IMAGINARIO, POSIBLE, DESEADO)—Ma, ¿has leído a García Márquez?—Si está en la biblioteca, pues sí, Miguel,

lo leí.—¿Y me lo recomiendas?Todo lo que te dejaré, amor mío, está reco-

mendado. Lee lo que quieras, que eso fue lo que me dijeron a mí.

Nunca pidas permiso para leer ni pidas perdón por pensar.

Y dile a la señora de atrás que le afloje las cadenas al ángel que tiene en el patio. Hacen un ruido horrible en las noches. Aún.

Los ángeles de García Márquez aún no piden permiso ni perdónESCALOFRIANTE PERO CIERTO: LOS LIBROS TE ESCOGEN Y NO TÚ A ELLOS...

Sandra Araya La barra espaciadora

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7Domingo 26 de abril de 2015

Con los ojos cansados, la mirada penetrante y unos espejuelos que colgaban discretos por su rostro, Günter Grass observó su tiempo, su Alemania y su mundo con esa

profundidad digna del intelectual comprome-tido e incorruptible. Supo conjugar muy bien su sólida función literaria con el lado político siempre de la mano con las causas justas.

Günter Grass fue un escritor espléndidamen-te maduro, no sólo fue testigo directo del siglo XX, sino también el portavoz de una Alemania particular y que jugó un papel protagónico en el amplio espectro de la historia. Cuestionado y acusado por su pasado en las Juventudes Hitle-rianas, cuando aún tenía 17 años, Grass alzó la vista hacia el Olimpo y se consagró como escri-tor definitivo, a tal punto de obtener el Premio Príncipe de Asturias en 1999 y el Premio Nobel de Literatura ese mismo año.

El tambor de hojalata (1959) es su primera no-vela y la que lo catapultó hacia el éxito. La crí-tica mordaz, la ironía despiadada, el especta-cular sentido del humor y la libertad creadora con que construye esta obra maestra la con-vierten en uno de los títulos más destacados de la historia de la literatura. Es más, Óscar, su protagonista, quien no desea crecer, fue in-mortalizado en el filme del director alemán Volker Schlöndorff que le valió el Oscar a la mejor película extranjera en 1977.

Recorriendo las latitudes del bagaje litera-rio de Grass y tras un largo silencio de más de 10 años de su primera publicación, encontra-mos a Años de perro (1963), una obra que mues-tra afanosa un cuadro de la Alemania en que nace, se desarrolla y desaparece el arrebato imperial del nacional socialismo. Decir por ejemplo que su propia técnica es ya una sáti-ra, un ajuste de cuentas con la megalomanía cultural es decir mucho. Obra original rein-venta el lenguaje y la narrativa para describir los horrores nuevamente inventados.

El gato y el ratón tercera obra de Grass, con la que se compone la trilogía de Danzig, es una no-vela inolvidable, a veces postergada por otras más famosas, donde el candor es, paradójica-mente, el que desnuda la realidad. Sin duda alguna, Grass cuestionó el poder a lo largo de la historia, lo que siempre le acarreó —en es-pecial en Alemania— todo tipo de ataques, co-mún destino de los profetas, pese a su solidari-dad y su coraje para con el dolor humano.

Cabe citar otros títulos para saber de qué estaba hecha la literatura de Günter Grass. Recordemos entonces a El rodaballo (1977) o Es cuento largo (1995) para darnos cuenta que su narrativa logró consolidar su imagen de escritor prolífico y de buena pluma. La ratesa, por ejemplo, es una obra diría apocalíptica, es una fábula, una alegoría futurista, un nuevo fin de los tiempos en el que humor y ternu-ra, burla y candor configuran de la mano de una libérrima estructura una sobrecogedora advertencia acerca del presente y el futuro del hombre sobre la tierra.

En efecto, Grass trató siempre de compo-ner situaciones y jugar con el lector, aunque se mostró cauto y precavido para que el que lo lea no tenga todo servido, sino pueda in-vestigar un poco y busque cierta información con que disgregar las tramas y los personajes. No es casualidad que otro libro suyo, Mi siglo (1999), forme parte de lo que dijimos. Cien re-latos, uno para cada año, cien viñetas, cien grabaciones que reflejan los hemisferios, los océanos y los continentes del planeta llamado Günter Grass. En efecto, múltiples voces que recorren escalas sociales y geográficas diver-sas donde no existe nada moralizador, pero sí un pensamiento crítico e irónico.

Günter Grass, alemán de nacimiento y es-critor de corazón, contuvo en él ciertos crite-rios de templanza y madurez, sobre todo en su obra. De más está decir que su vida política estuvo siempre en la cuerda floja, jugándose-la por defender sus principios y sus ideas. En suma, Grass es un planeta que no murió, por el contrario, se transformó en una estrella que brillará eterna en el firmamento.

Un viaje por el planeta Günter Grass“SUPO CONJUGAR SU FUNCIÓN LITERARIA CON EL LADO POLÍTICO SIEMPRE DE LA MANO CON LAS CAUSAS JUSTAS”.

Juan Carlos Flores Escóbar El ojo que escribe

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8 Domingo 26 de abril de 2015

Palabra maorí que alude a la ono-matopeya Quiuiquiuí, chillido emitido por el macho durante el galanteo a la hembra, que los zoó-logos anglosajones transcribieron

como Kiwi, de donde proviene la castellaniza-ción Kivi, referida al ave áptera de Nueva Ze-landa más conocida por los naturalistas por el nombre científico Apteryx australis (del gr. a: privativo y pteron: ala).

Entre 9.993 especies conocidas de aves (aun-que casi a diario en alguna latitud del planeta se descubre una o varias nuevas variedades de pájaros), la Sociedad Zoológica de Londres y la Universidad de Yale en New Haven eligieron un centenar de especies consideradas entre las más extrañas del mundo, en base a cuyo informe re-cientemente un grupo de conservacionistas lan-zó en el Internet un listado de las 10 aves más raras del mundo.

El documental ilustrado con fotos, incluye al 1) Ibis gigante de Camboya, 2) Egotelo de Nueva Caledonia, 3) Cóndor de California, 4) Kakapo o loro carnívoro de Nueva Zelanda, 5) Kagu de la isla Grand Terre, 6) Sisón de Benga-la, 7) Mochuelo de bosque, 8) Águila de Filipi-nas), 9) Rabihorcado de la isla de Navidad y 10) el Cucu terrestre de Sumatra.

Lo raro de la escueta lista, es que no se toma en cuenta a la especie que puede ser con-siderada la más extraña, que inclusive podría figurar entre las 10 rarezas de toda la escala zoológica, junto al Ornitorrinco y el Equidna, los mamíferos ovíparos también procedentes del continente australiano.

El Kivi, es la más pequeña de las ave aqui-lladas, del tamaño de un pollo, color marrón grisáceo, tiene la espalda jorobada y posee pa-tas robustas, con cuatro dedos y espolones, que a veces emplea en su defensa. Cuando está sosegado, se dice repliega la cabeza atrás con el pico apuntando a tierra y si se lo asusta corre con mucha ligereza, estirando la cabeza cual avestruz.

Difiere del resto de las aves vivientes en que tiene los orificios nasales, situados no en la base sino en el extremo de su largo, delgado y hasta flexible pico, guiándose por su excelente olfato para localizar lombrices, insectos y larvas de las que se alimenta, luego de escarbar y remover la tierra con sus fuertes garras.

Aunque denominado Apterix, este ave no está desprovista del todo de alas, sino que atro-fiadas en reducidos muñones se esconden bajo su abundante y lacio plumaje, que parece una melena formada por largas y gruesas cerdas, pero de extrema suavidad.

Proporcionalmente a su tamaño coloca los huevos más grandes de la escala zoológica. La hembra pone un solo y grande huevo (o máxi-mo dos), para que lo empolle el macho que cuenta con la mitad de la talla de su consorte, lo

cual daría origen al mito de que el Kivi es capaz de colocar un huevo de su mismo tamaño.

Entre especímenes australes que llegaron a Inglaterra en el siglo XIX, un ejemplar de Kivi lo portó el Dr. Shaw en 1812, pasando a posesión del conde Derby al deceso del biólogo, y no pre-sentándose otro largos años, se llegó a suponer era una especie extinta, fabulosa o que la des-cripción correspondía a los restos preservados en el British Museum de Londres del Dodo, ave incapaz de volar, estúpida e inofensiva, que en 1681 fue extinguida a garrote, por la única espe-cie “humana” de toda la escala zoológica.

Su hábitat lo constituyen las Ciénegas y te-rrenos con abundante mata entre la cual se es-conde y duerme la mayor parte del tiempo. Aun-que tiene el sentido de la vista atrofiado, sale de su escondite por pocas horas durante la noche en procura de alimento.

Al ser cotizado su plumaje por los nativos para la confección de mantas ceremoniales y el vestuario de los caciques, se puso a la especie en riesgo de extinción, utilizándose en la cacería linternas y jauría de perros, de los que huye refu-giándose en las hendeduras de las rocas, huecos de árboles o galerías que cava debajo la tierra.

El Kivi es la única especie del género Apte-riforme (que abarca tres variedades), y perte-nece al primitivo orden de las aves Corredo-ras, junto con el Avestruz, el Casuario el Emú o el Ñandú (entre ellos el Ñandú andino o ena-no, que el presidente vio desde un helicópte-ro corriendo en la gélida altiplanicie orureña junto a los carros del Dakar)…

A la clasificación, se pueden añadir dos fami-lias más: una prehistórica en la que se inscri-ben los Dyatrimas y Phororacos; y otra aunque perteneciente a tiempos históricos, extinguida por el hombre hace más de trescientos años. A este último género, perteneció el Pájaro Elefan-te (Dinornis maximus), el ave más grande de to-dos los tiempos con casi cuatro metros de altu-ra, que posiblemente era el ave Roc de que nos habla Marco Polo y una leyenda árabe...

Algo más que etimologías: kiviLA PEQUEÑA AVE NEOZELANDESA ES UNA DE LAS ESPECIES MÁS RA-RAS DE LA ESCALA ZOOLÓGICA.Marcelo Arduz RuizEscritor

El ave originaria de Nueva Zelanda.

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