observador semanal del 3/03/2012

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S eguimos caminando en el tiempo de cua- resma y estimulados por el mensaje del Pa- pa que nos llama a no conformarnos con una prácti- ca religiosa superflua o a una ca- ridad puramente “formal”, sino a luchar también por “abrir a los demás a la lógica del bien”, nos detenemos en dos aspectos de la realidad que implican tremendos desafíos a los católicos paragua- yos hoy. Y son los tan nombrados, aunque poco atendidos, temas de la educación y de la salud. Lo primero que nos pide el Pa- pa es fijarnos, observar con de- tenimiento, no descartar nada de lo que nos rodea y de lo que nos sucede porque allí está presente Cristo. En esta realidad está ha- blándonos Dios. ¿Y cuál es la realidad en edu- cación y salud hoy? Que en vez de mejorar, se deterioran, que en vez de progresar, retroceden. Que hay una gran mayoría de la pobla- ción que vive las más tremendas injusticias en sus necesidades de salud y educación, como verdade- ros Lázaros que se ponen debajo de la mesa a comer de las migajas que echan al piso sus ricos con- ciudadanos y “hermanos de reli- gión”. ¿Y dónde radica el problema? El problema no está solamente, como tanto nos gusta pensar y concluir, en la forma torcida de manejar el presupuesto, ni tampo- co está en que no podemos vaciar la sociedad de sus “hombres es- combro” (perdón por utilizar es- ta expresión tan inhumana) co- mo a muchos hipócritas les gus- ta aseverar. Porque quien tiene un mínimo de conciencia sabe por experiencia que ni el presupues- to ni la corrupción son entes que flotan en el aire nomás, sino que son formas concretas de relacio- narnos con la realidad que hemos aprendido en el mismo seno de nuestras familias católicas apos- tólicas gua`u. Y decimos esto, no apelan- do a un moralismo o a un espi- ritualismo que busca la fórmula del hombre correcto en las prác- ticas voluntaristas y “coherentes” de lo que llamamos bien común. ¿Más, de qué bien común habla- mos? ¿No nos cansamos de re- petir los mismos discursos des- de hace tantos años sobre la ne- cesidad de cambiar, de transfor- mar nuestra sociedad, como si la sociedad nada tuviera que ver con uno mismo, con mis plantas mar- chitas, con mis ventanas cerradas, con mi forma volátil de posicio- narme ante mi situación de vida concreta? A los católicos, más que a nin- gún otro, nos debería dar más vergüenza la situación de pobre- za, abandono y desidia en que se encuentran nuestras escuelas y hospitales públicos, y debería darnos vergüenza nuestro silen- cio y complicidad con tantas in- justicias. ¿Hasta cuándo come- teremos el pecado de omisión? ¿Cuál es el límite de nuestra tibie- za? ¡Qué dolor inmenso ver tantos ancianos descuidados en los hos- pitales, tantos niños abandonados a su suerte en las escuelas, mien- tras en la mayoría de las “entida- des de servicio” reinan tanta pe- reza, tanta gula, tanto despilfarro, tanto abuso! Es muy serio el llamamiento a la conversión en este tiempo. Es urgente un cambio de actitud. Es hora de despertar el deseo, ali- mentar el deseo del corazón hu- mano que duerme y agoniza en muchos paraguayos, hermanos nuestros. El deseo de libertad, de justicia, de amor que debería mo- vernos a buscar la verdad de nues- tra sociedad mucho más allá de las mediaverdades y mentiras que se difunden en muchos medios de comunicación, en las universida- des, en los consultorios médicos. Porque hoy casi todos hemos per- dido el coraje de buscar la verdad y el bien de las cosas que vivimos cotidianamente. Estamos rendi- dos al relativismo racionalista y no nos sentimos parte del proble- ma, aunque lo somos. El Papa nos llama hoy a la correc- ción fraterna. ¿Mas quién se de- ja corregir, quién se deja inter- pelar? ¿Quién obedece al Santo Padre?... Por suerte, hay muchos gritos que no pueden ser censu- rados, sobre todo en los jóvenes que piden algo más de nosotros, de nuestras escuelas católicas, de nuestros maestros católicos, de nuestros enfermeros católicos, de nuestros médicos católicos… Y nos molestan, nos incomodan sus impertinencias. Magnífico. Por- que Dios quiere despertarnos de nuestro letargo. ¿No te das cuen- ta mamá, no te das cuenta papá que tu hijo lleva 9 años de escue- la y no aprende ni siquiera a leer un libro al año? ¿No te das cuen- ta de que lo estás convirtiendo en un egoísta y en un holgazán de- jándolo al arbitrio de sus deseos y el “me gusta” y no “me gusta” co- mo criterios de relacionamiento con la realidad? ¿No te das cuen- ta de que mientras vos estás traba- jando todo el día fuera de casa, él está metiéndose en el mundo de la pornografía, que le están sacando la inocencia con tanto reguetón, chateo y DVD violento que vos mismo le comprás y le hacés ver? ¿No te das cuenta maestro que tu desgano y tu divorcio de la reali- dad en tus clases le transmiten fo- bia a tus alumnos hacia el cono- cimiento científico, hacia la bús- queda de las verdades últimas, y que el desorden y el vai vai que les apañás les alejan de la belleza de la vida y de la plenitud profesional por- que se vuelven unos mediocres? ¡Y cuánta mediocridad reina en nuestro Paraguay católico! Debería darnos vergüenza. Sería un inicio de cambio para sacudirnos de la modorra. “Pienso aquí en la actitud de aquellos cristianos que, por res- peto humano o por simple como- didad, se adecúan a la mentalidad común, en lugar de poner en guar- dia a sus hermanos acerca de los modos de pensar y de actuar que contradicen la verdad y no siguen el camino del bien”, denuncia el Papa en su mensaje de cuaresma. Ojalá y nos inquieten algo sus pa- labras. Ojalá. Observador Semanal PALABRAS DE CERTEZA Y ESPERANZA RESPONSABLES: GUILLERMO LESMES - NATHALIA LEMIR - www.sanrafael.org.py - EMAIL: [email protected] - AÑO VII - Nº 345 - JUEVES 1 DE MARZO DE 2012 Entrevista Monseñor Giussani (Año 1988) El suicidio liberal: libertad de culto si, libertad religiosa no Fraternidad de CL pide elevar a los altares a Mons. Guissani Ratzinger y el ecumenismo: un análisis profundo y brillante en pos de la unidad (VII) O BSERVADOR SEMANAL PAG. 7 PAG. 6 PAG. 3 PAGS. 4-5 “Fijémonos” en la vergonzosa realidad

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Observador Semanal del 3/03/2012

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Page 1: Observador Semanal del 3/03/2012

S eguimos caminando en el tiempo de cua-resma y estimulados por el mensaje del Pa-pa que nos llama a

no conformarnos con una prácti-ca religiosa superfl ua o a una ca-ridad puramente “formal”, sino a luchar también por “abrir a los demás a la lógica del bien”, nos detenemos en dos aspectos de la realidad que implican tremendos desafíos a los católicos paragua-yos hoy. Y son los tan nombrados, aunque poco atendidos, temas de la educación y de la salud.

Lo primero que nos pide el Pa-pa es fi jarnos, observar con de-tenimiento, no descartar nada de lo que nos rodea y de lo que nos sucede porque allí está presente Cristo. En esta realidad está ha-blándonos Dios.

¿Y cuál es la realidad en edu-cación y salud hoy? Que en vez de mejorar, se deterioran, que en vez de progresar, retroceden. Que hay una gran mayoría de la pobla-ción que vive las más tremendas injusticias en sus necesidades de salud y educación, como verdade-ros Lázaros que se ponen debajo de la mesa a comer de las migajas que echan al piso sus ricos con-ciudadanos y “hermanos de reli-gión”.

¿Y dónde radica el problema? El problema no está solamente, como tanto nos gusta pensar y concluir, en la forma torcida de manejar el presupuesto, ni tampo-co está en que no podemos vaciar la sociedad de sus “hombres es-combro” (perdón por utilizar es-ta expresión tan inhumana) co-mo a muchos hipócritas les gus-ta aseverar. Porque quien tiene un mínimo de conciencia sabe por experiencia que ni el presupues-to ni la corrupción son entes que fl otan en el aire nomás, sino que son formas concretas de relacio-narnos con la realidad que hemos aprendido en el mismo seno de nuestras familias católicas apos-tólicas gua u.

Y decimos esto, no apelan-do a un moralismo o a un espi-ritualismo que busca la fórmula del hombre correcto en las prác-ticas voluntaristas y “coherentes”

de lo que llamamos bien común. ¿Más, de qué bien común habla-mos? ¿No nos cansamos de re-petir los mismos discursos des-de hace tantos años sobre la ne-cesidad de cambiar, de transfor-mar nuestra sociedad, como si la sociedad nada tuviera que ver con uno mismo, con mis plantas mar-chitas, con mis ventanas cerradas, con mi forma volátil de posicio-narme ante mi situación de vida concreta?

A los católicos, más que a nin-gún otro, nos debería dar más vergüenza la situación de pobre-za, abandono y desidia en que se encuentran nuestras escuelas

y hospitales públicos, y debería darnos vergüenza nuestro silen-cio y complicidad con tantas in-justicias. ¿Hasta cuándo come-teremos el pecado de omisión? ¿Cuál es el límite de nuestra tibie-za? ¡Qué dolor inmenso ver tantos ancianos descuidados en los hos-pitales, tantos niños abandonados a su suerte en las escuelas, mien-tras en la mayoría de las “entida-des de servicio” reinan tanta pe-reza, tanta gula, tanto despilfarro, tanto abuso!

Es muy serio el llamamiento a la conversión en este tiempo. Es urgente un cambio de actitud. Es hora de despertar el deseo, ali-

mentar el deseo del corazón hu-mano que duerme y agoniza en muchos paraguayos, hermanos nuestros. El deseo de libertad, de justicia, de amor que debería mo-vernos a buscar la verdad de nues-tra sociedad mucho más allá de las mediaverdades y mentiras que se difunden en muchos medios de comunicación, en las universida-des, en los consultorios médicos. Porque hoy casi todos hemos per-dido el coraje de buscar la verdad y el bien de las cosas que vivimos cotidianamente. Estamos rendi-dos al relativismo racionalista y no nos sentimos parte del proble-ma, aunque lo somos.

El Papa nos llama hoy a la correc-ción fraterna. ¿Mas quién se de-ja corregir, quién se deja inter-pelar? ¿Quién obedece al Santo Padre?... Por suerte, hay muchos gritos que no pueden ser censu-rados, sobre todo en los jóvenes que piden algo más de nosotros, de nuestras escuelas católicas, de nuestros maestros católicos, de nuestros enfermeros católicos, de nuestros médicos católicos… Y nos molestan, nos incomodan sus impertinencias. Magnífi co. Por-que Dios quiere despertarnos de nuestro letargo. ¿No te das cuen-ta mamá, no te das cuenta papá que tu hijo lleva 9 años de escue-la y no aprende ni siquiera a leer un libro al año? ¿No te das cuen-ta de que lo estás convirtiendo en un egoísta y en un holgazán de-jándolo al arbitrio de sus deseos y el “me gusta” y no “me gusta” co-mo criterios de relacionamiento con la realidad? ¿No te das cuen-ta de que mientras vos estás traba-jando todo el día fuera de casa, él está metiéndose en el mundo de la pornografía, que le están sacando la inocencia con tanto reguetón, chateo y DVD violento que vos mismo le comprás y le hacés ver? ¿No te das cuenta maestro que tu desgano y tu divorcio de la reali-dad en tus clases le transmiten fo-bia a tus alumnos hacia el cono-cimiento científi co, hacia la bús-queda de las verdades últimas, y que el desorden y el vai vai que les apañás les alejan de la belleza de la vida y de la plenitud profesional por-que se vuelven unos mediocres? ¡Y cuánta mediocridad reina en nuestro Paraguay católico! Debería darnos vergüenza. Sería un inicio de cambio para sacudirnos de la modorra.

“Pienso aquí en la actitud de aquellos cristianos que, por res-peto humano o por simple como-didad, se adecúan a la mentalidad común, en lugar de poner en guar-dia a sus hermanos acerca de los modos de pensar y de actuar que contradicen la verdad y no siguen el camino del bien”, denuncia el Papa en su mensaje de cuaresma. Ojalá y nos inquieten algo sus pa-labras. Ojalá.

Observador Semanal

P A L A B R A S D E C E R T E Z A Y E S P E R A N Z A

RESPONSABLES: GUILLERMO LESMES - NATHALIA LEMIR - www.sanrafael.org.py - EMAIL: [email protected] - AÑO VII - Nº 345 - JUEVES 1 DE MARZO DE 2012

Entrevista Monseñor Giussani(Año 1988)

El suicidio liberal: libertad de culto si, libertad religiosa no

Fraternidad de CL pide elevar a los altares a Mons. Guissani

Ratzinger y el ecumenismo:un análisis profundo y brillanteen pos de la unidad (VII)

OBSERVADORSEMANALPAG. 7PAG. 6PAG. 3 PAGS. 4-5

“Fijémonos”en la vergonzosa realidad

Page 2: Observador Semanal del 3/03/2012

Jueves 1 de marzo de 2012 Jueves 1 de marzo de 20122 3OBSERVADORSEMANAL OBSERVADORSEMANAL

Preocupado fui a conver-sar con un amigo y le con-té todo, y además le pre-

gunté ¿cómo puede ser que en un país donde la mayoría de las per-sonas son católicas se logra poner en marcha el Marco Rector?

Él me confi rmó que lastimosa-mente es así: las ideas que se en-cuentran en el Marco Rector, ya circulan en libros escolares y se enseñan en las aulas; también ocurre en algunos colegios ca-tólicos desubicados. Añadió mi amigo- eso ocurre por la poca fe de algunos católicos en los cole-gíos y en la administración pú-blica. Es como si el corazón de muchos católicos- decía él- es-tá muy lejos de Cristo. Muchos adultos, ¡no son adultos en la fe!, porque muestran su fe solo los domingos, en los gestos comuni-tarios, en las varias catequesis, pe-ro en la vida cotidiana existe una lejanía de Cristo, salvo cuando se ponen a rezar, o llevan a cabo ges-

tos en el nombre de Cristo. Pero en los asuntos de la vida laboral cotidiana Cristo parece como ais-lado del corazón. Esta lejanía del corazón con respecto a Cristo de muchos católicos, que trabajan en los lugares del poder de la admi-nistración pública, en los hospita-les, en las escuelas, permite al po-der de hacer lo que se le antoja. Y así sin ruido, sin encontrar obstá-culos, ponen en marcha una cultu-ra que sólo puede destruir nuestra civilización- concluyó mi amigo.

Por eso, y también motivada por el Mensaje del Santo Padre en el inicio de la Santa Cuaresma, me atrevo a escribir con caridad fraterna, con el deseo de cumplir nuestro deber supremo de que se haga efectiva entre los católicos la corrección fraterna con vista a la salvación eterna. Una corrección que nace desde el deber supremo de no callarnos frente al mal.

M.F

¿Padre Giussani, pue-

de explicarnos qué es

Comunión y Libera-

ción, partiendo justamente del

significado de estas palabras?

El nombre nació en la peor épo-ca de la historia de la Universidad italiana, después del año 68 y sur-gió de un grupito de universita-rios que frecuentaban la Universi-dad Católica de Milán. Ellos frente

a aquello que parecía una traición universal, creyeron descubrir que la respuesta real a las urgencias au-ténticas del mundo juvenil, que se expresaban también con los abe-rrantes métodos de la contestación, podía venir por un camino seguro solamente inspirándose en las su-gerencias de una fe vivida, afron-tando a los problemas reales, en la modalidad real con que las ne-cesidades de los jóvenes emergían y buscaban camino, “de la comu-nión en Cristo, puede surgir la libe-ración verdadera del hombre en su vida concreta”. A partir de la fe se podían encontrar, imaginar y reali-zar concretamente iniciativas que, interesando a las personas, com-prometiéndolas, comenzaran a dar respuestas concientemente provi-sorias, pero más auténticas a las cuestiones que se planteaban. Entre los distintos problemas y necesida-des, dentro del ámbito de estas ten-tativas de respuestas, nada queda-ba excluido. Ningún tipo de interés era marginado por ellos, tampoco el interés estrictamente político, así como el amplio campo de los inte-reses sociales. Por esto, algunos, a primera vista, toman a Comunión y Liberación como un movimien-to político, mientras que no lo es de hecho, sino que su punto de parti-da, sus raíces, están por una parte en la pasión por lo humano, y por otra, en una admirable fi delidad a esa fe, en la cual se propone una es-peranza concreta en el afrontar es-ta pobre humanidad.

La fe sugiere juicios y dicta cri-terios, inclusive en el compromiso político. Su sugerencia puede ser útil para una profundidad que no olvide nada, contra todo sectaris-mo o parcialización equívoca, para salvaguardar todos los valores hu-manos.

En Paraguay, tuvieron la expe-riencia de las Reducciones don-de cada dimensión de la vida era, como dice la palabra, reducida a la esencia de la fe. San Roque Gonzá-lez que el Papa ha canonizado aquí el 16 de mayo pasado, para noso-tros es un maestro utilísimo y ac-

tualísimo. Amar a Cristo signifi ca intentar transformar de un modo más humano y más adecuado toda la realidad.

¿Por qué Comunión y Liberación

ha sido atacada en Italia e inclu-

so en España en estos tiempos?

Cuando el Papa estuvo en Asun-ción, en su primer discurso dijo que la fe no puede ser confi nada a los templos ni reducida a la con-ciencia privada. Yo creo que esta-mos siendo atacados porque toma-mos muy en serio estas palabras del Papa, que, por otra parte, siem-pre fueron características de la vi-da cristiana. Es totalizante la con-ciencia de la pertenencia a Cris-to. El sujeto transformado por es-ta pertenencia, es sujeto en toda

tentativa de respuesta a los intere-ses humanos. Desde el Imperio Ro-mano hasta hoy el poder busca im-pedir a los cristianos el ser cristia-nos con esta totalidad de horizon-te. Vale decir, el poder muy a me-nudo, busca impedir a los cristia-nos que sean plenamente hombres, que la respuesta de la fe sea la tota-lidad de lo humano, para cualquier interés, para cada instante de la vi-da. De modo pues, que dentro de cualquier asunto, deseamos que se manifi este la Gloria de Cristo, por-que esto da más alegría al hombre, equilibra mucho más los factores en acción.

En lo que se refi ere a España creo que muy banalmente, los ata-ques que nos vienen son de la pren-sa que se equivoca por tener como

fuente de información la peor pren-sa radical-masónica italiana.

Sin embargo, estas acusacio-

nes, estas críticas provienen a

veces de medios católicos, so-

bre todo de Italia y tal vez tam-

bién en España…

De parte de ambientes ca-tólicos que normalmente ac-ceden a una concepción de la fe como distinta de la vida.

El Papa ha dicho varias veces

que ama mucho a Comunión

y Liberación, y ha expresado

también mucha estima por su

persona; en efecto, usted fue

elegido hace poco personal-

mente por el Papa para el Sí-

nodo sobre los Laicos. ¿De dón-

de nace esta afinidad entre Co-

munión y Liberación y Juan Pa-

blo II?

Pienso, ante todo, que el Papa cree de verdad en la utilidad, en la si-tuación actual de la Iglesia, de las actividades de los movimientos. La Iglesia para vivir debe “mo-verse”, para simplifi car la etimolo-gía de la palabra… Una vez el Pa-pa nos dijo que “vuestro modo de afrontar los problemas humanos es muy parecido al mío, o mejor, di-ría que es el mismo”. Con gran es-tupor y gratitud, hemos escucha-do de Juan Pablo II este reconoci-miento. La más precisa defi nición de aquello que nos caracteriza co-mo cristianos, vino justamente del Papa cuando, en su discurso por el 30° Aniversario del Movimien-to (ndr . 1984) nos dijo textualmen-te: “Nosotros creemos en Cristo

muerto y resucitado, en Cristo pre-sente aquí y ahora, que sólo puede cambiar y cambia, transfi gurándo-los al hombre y al mundo”. Nos re-conocimos totalmente en esta ma-gistral síntesis. Me gusta hacer no-tar esta comprobación, como noso-tros estamos acostumbrados a de-

cirlo, de la verdad de Cristo, preci-samente en su capacidad, casi mi-lagrosa, de transformar la vida del hombre y de la sociedad, cuando el hombre es inspirado por la fe y el amor a Cristo. Me gusta subra-yar la palabra que el Papa ha usa-do, “transfi gurando”, o sea, no cen-surando, no marginando, no olvi-dando, sino invistiendo al hombre y al mundo de un signifi cado dis-tinto, según toda su expresividad. Esto es más pleno y da también resultados concretos más plenos.

Por otra parte cada encíclica del Papa constituye para nosotros el redescubrimiento de nuestra iden-tidad y una guía clara para nuestro camino en el tiempo que vivimos.

La primera y creo yo la más importante, aconteció en los primeros días de mi lle-

gada al país cuando por una in-fección que contraje en Italia y por razón de que no llegaron las medicinas que yo tenía que to-mar por la operación al corazón - que es el comodín - tuvieron que cortarme el dedo del medio de la pierna derecha. En el mo-mento del corte yo he levantado mi cabeza y he visto lo que ha-

cían y pude ofrecer mi dedo al Señor. Finalmente he ofrecido algo de mí, de verdad y no con el pensamiento.

Así ha empezado mi historia en este país y así sigue con el traba-jo en el pequeño grupito del mo-vimiento de Comunión y Libera-ción en Guayaquil y también si-gue en el trabajo parroquial don-de el fi n es vivir una gran amistad como aquello que vivo con el pa-dre Aldo y ayudar las personas a romper el individualismo típico

de la ciudad que se dedica al co-mercio, a la industria, al dinero.

Lo principal es la amistad, por-que sin ella no hay una verdade-ra comunión, no hay un camino de fe.

El resto es intentar responder a quienes el Señor me hizo encon-trar y conocer, personas que vi-vían en una casa para abandona-das por sus familiares, por toda la sociedad y, sobre todo, tam-bién por la Iglesia, porque mu-chos de ellos ni siquiera estaban

bautizados.En estos años hemos bautizado

a más de 50 personas que ahora tienen un nombre y un apellido; le hemos dado a muchos de ellos la comunión y confi rmación.

Muchas historias interesantes, pero sobre todo muchas personas que han encontrado a Dios por medio de la caridad y del amor de los hombres.

Es muy interesante el traba-jo con el grupo de los padrinos. Les podría contar también el otro encuentro signifi cativo en estos años: fue con algunas niñas vio-ladas por sus parientes que viven en un hogar y que hemos podido ayudar con el sostén económico de amigos italianos.

Son muchas las historias de estos años. Quiero terminar, sin embargo, contándoles de un en-cuentro que ha marcado mi vi-da: un encuentro que comenzó en otra parroquia donde yo estu-ve algunos meses. Con algunos drogadictos que viven en la ca-lle ha nacido una amistad verda-dera y todas las veces que me en-

cuentro con uno de ellos en la ca-lle, sucio y mal vestido, me salu-da y me abraza. Esto para mi es conmovedor.

Padre Alberto

“Sin amistad no hay una verdadera comunión, no hay un camino de fe”

T E S T I M O N I O

En ocasión de un encuentro con los responsables del Movimiento de Comunión y Liberación de Amé-rica Latina, celebrado en Asunción en julio de 1988, su fundador, monseñor Luigi Giussani concedió una entrevista a un grupo de periodistas. La misma fue publicada íntegramente en el primer número de la revista Huellas de Paraguay en enero de 1989. Partiendo desde el signifi cado mismo de las pa-labras “Comunión y Liberación”, Don Giussani realiza un interesante recorrido en el que se revelan una afi nidad y cercanía con el Papa Juan Pablo II además de una aguda mirada sobre los problemas que aquejan al hombre de hoy que parten de una pasión por la Gloria Humana de Cristo.

El marco rector ya se aplica E N T R E V I S T A A M O N S E Ñ O R L U I G I G I U S S A N I ( 1 9 2 2 - 2 0 0 5 ) ,

F U N D A D O R D E C O M U N I Ó N Y L I B E R A C I Ó N ( I )

C A R T A A L D I R E C T O R

CASA DIVINA PROVIDENCIA

“SAN RICCARDO PAMPURI”

Tupá Rembiapo Roga

Queridos Ami-gos, Les invita-mos a que se-an una gota de agua para el océano de amor que se vive en la Clínica Casa Divi-na Providencia. Hemos lanza-do un “Progra-ma de Apadri-

namiento a Pacientes de la Clínica”.En promedio un paciente mensual cuesta 7.000.000Gs. Proponemos di-ferentes formas de apadrinamiento desde 100.000Gs. Por tanto pen-samos en esta propuesta como medio de sostenimiento de esta obra que tanto beneficia a nue-stro país. La primera página de nuestro web-site explica de manera detalla-da el programa de apadrinamiento. www.sanrafael.org.pyA aquellos interesados, por favor co-municarse con Andrea: 611-214.“Gracias y nunca olviden que cualquier cosa que se hace en favor de estos herma-nos que más sufren, lo hacen a Jesús. Y la recompensa será grande, ya en la tierra”.

P. Aldo

QugomoanagocéquClínaHedoma

Querido Observador Semanal:Quiero contar lo que me pasó unos días atrás mientras estaba ayudando a mi abuela a hacer un libro para el quinto grado de lengua castellana. Iba todo bien, pero me pareció raro que pidieron que no hable de familia con padre y madre, ni del valor de la madre. Cuando mi abuela se percató de lo que le pedían, no dudó ni un instante en hacer lo que su corazón le sugería: que una familia sin el padre y la madre, no solo no es familia y va contra la constitución, sino que mata el corazón del niño. Por eso escribió el libro sin escuchar a los “burros” del MEC que quieren ponernos en una postura nefasta que atenta contra la dignidad del niño y de nuestra civilización.

Amigos del Observador:

Faltan dos meses para llegar

a los cuatros años de mi per-

manencia en el Ecuador, en

esta ciudad de Guayaquil, lla-

mada “La perla del Pacifi -

co”. Todas las gracias de es-

tos cuatro años de los cuales

tengo que agradecer al Se-

ñor por todas las gracias re-

cibidas.

“El poder muy a menudo,

busca impedir a los cristianos

que sean plenamente hom-

bres, que la respuesta de la fe

sea la totalidad de lo huma-

no, para cualquier interés, pa-

ra cada instante de la vida”

“Si vivir la experiencia de un

movimiento, reconocido

como eclesial, es un modo de

vivir la Iglesia, subrayar

nuestra identidad es

subrayar nuestra pertenencia

a la Iglesia”

Continuará...

“Amar a Cristo signifi ca intentar transformar de un modo más humano y adecuado la realidad”

Mons. Giussani tuvo unafecto muy particular

haciael Paraguay

Page 3: Observador Semanal del 3/03/2012

Jueves 1 de marzo de 2012 Jueves 1 de marzo de 20124 5OBSERVADORSEMANAL OBSERVADORSEMANAL

El 22 de febrero pasado, al término de la Misa ce-lebrada en la Catedral de

Milán por el cardenal Angelo Scola con motivo del XXX ani-versario de reconocimiento pon-tifi cio de la Fraternidad de Co-munión y Liberación (CL) y el VII aniversario del fallecimien-to del sacerdote Luigi Giussani, el padre Julián Carrón, presiden-te de la Fraternidad de CL, hizo pú-blico que ha presentado al Arzobis-po de Milán la petición de apertura de la causa de beatifi cación y de ca-nonización de Monseñor Giussani.

La petición ha sido remitida el 22 de febrero de 2012, día del an-iversario y fi esta de la Cátedra de San Pedro, a través de la postula-dora nombrada por el Presidente

de la Fraternidad, que se ha con-stituido canónicamente como Ac-tor de esta Causa. Se trata de la Sra. Chiara Minelli, profesora de Derecho Canónico y Eclesiásti-co en la Universidad degli Studi di Brescia.

La instancia ha sido presentada al Arzobispo de Milán -en cuya diócesis ha nacido, vivido y ejer-cido Giussani, sacerdote diocesa-no-, en conformidad con la Con-stitución Apóstolica Divinus Per-fectionis Magister, 25.I.1983, con las Normae servandae in inquisi-tionibus ab Episcopis faciendis in causis sanctorumde el 7.II.1983, nn.11-15, y con la Instructio Sanctorum Mater, 17.V.2007, Parte II, Titulo I, art. 25 § 1 y 2, solicitando al Arzobispo que abra el proceso diocesano informativo

sobre la vida, las virtudes y la fa-ma de santidad de monseñor Lu-igi Giussani.

El redescubrimiento de la tradición y la historia de la Igle-sia, para expresarla de formas ac-tuales, marcó el carisma de mon-señor Giussani.

El propio fundador no se sin-tió ‘autor’ de su movimiento, co-mo lo comentó en su carta al en-tonces Papa, el beato Juan Pab-lo II: “No sólo no pretendí nunca “fundar” nada, sino que creo que el genio del movimiento que he visto nacer consiste en sentir la urgencia de proclamar la neces-idad de volver a los aspectos el-ementales del cristianismo, es decir, la pasión por el hecho cris-tiano como tal, en sus elementos originales y nada más”.

En la homilía de la misa de sufragio, celebrada en la catedral de Milán, el arzo-

bispo de la diócesis ambrosiana, el cardenal Angelo Scola citó un pasaje del libro del Eclesiástico: “Ningún hombre es dueño de su soplo vital tanto como para con-tenerlo”. Una cita que, según el purpurado, armoniza bien con el pensamiento de Giussani de cu-ya propuesta educativa, recordó Scola, fue un “aspecto genial”, “la efi caz recuperación de la ver-dad cristiana de que nadie puede salvarse por sí mismo”.

Scola, quien fue hijo espiritual de Giussani, afi rmó que “en el misterio glorioso del Verbo en-carnado todo está salvado por-que todo fue asumido por Cristo” y recordó que, desde sus inicios, “la tradición de la Iglesia ambro-siana ha transformado la forma de la acción de Dios en la histo-ria humana (encarnación) en una fecunda propuesta educativa. De este modo ha generado a lo largo de los siglos, hijos conscientes de que “pierde demasiado tiem-po quien no ama” a Jesús”.

Más adelante destacó que “Monseñor Giussani expresó es-ta sensibilidad ambrosiana con fuerza profética hacia fi nes de los años ‘50, educando a la asun-ción integral de todos los aspec-tos de la existencia humana. Por la lógica de la Encarnación, el cristiano es aquel que testimonia -en la familia, en el trabajo, en la sociedad en todos los niveles hasta llegar a la política- la obra salvadora de Cristo resucitado”.

En otro punto, insistió que “la victoria sobre la vanitas, la gra-cia de la consistencia, se encuen-tra en el reconocimiento de Cris-to presente, que llama por el don total de sí mismo. Memoria y ofrecimiento que expresan de tal modo la plenitud afectiva que to-do hombre anhela y del cual el cristiano auténtico puede hacer experiencia”.

Recordó que Cristo llama a los suyos a hacer una experiencia in-audita en el que la consistencia del “yo” se llama “comunión”. “Comunión como estima a prio-ri por el otro, porque tenemos en común a Cristo mismo. Co-munión que está disponible para hacer cualquier sacrifi cio por la unidad “para que el mundo crea” (…) “Esta es la victoria sobre la vanitas. Esta comunión es la li-beración”, resaltó Scola.

Añadió que “nuestra comu-nión es con el Padre y su Hijo Jesucristo» (1 Jn 1, 3b). Cuando por gracia, nos convertimos en amigos de Dios, la comunión se convierte en un motor irresistible del compartir la vida, de todos los hermanos, en todos los ámbi-tos de la existencia humana”.

En la parte fi nal de su homilía, Scola valoró “el carisma católico que el Espíritu ha dado a mon-señor Giussani, que la Iglesia ha reconocido universalmente y de donde decenas de miles de per-sonas en todo el mundo pueden ahora gozar”.

Reconoció que “el encuentro de los Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades del 30 de

mayo de 1998, con el Beato Juan Pablo II, marcó una transición irreversible hacia una nueva fase eclesial confi rmada por los acon-tecimientos que están teniendo lugar en la Iglesia y en nuestro país. Como Benedicto XVI re-cuerda continuamente, este es el momento de la nueva evangeli-zación a la que todas las realida-des eclesiales deben concurrir en armoniosa unidad”.

Indicó que “el hombre post-moderno reclama la salvación, la coherencia: por esto necesi-ta de testimonios de esta forma bella del mundo (Ecclesia forma mundi), que es la Santa Iglesia de Dios”.

A P E R T U R A D E L A C A U S A D E B E A T I F I C A C I Ó N Y C A N O N I Z A C I Ó N D E L F U N D A D O R D E C O M U N I Ó N Y L I B E R A C I Ó N

En una solemne eucaristía celebrada con ocasión del séptimo aniversario de la muerte de monseñor Lui-gi Giussani, se dio inicio al proceso que puede llevar-lo a los altares. El cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán y muy cercano al legado de monseñor Gius-sani, presidió la ceremonia litúrgica en la que el pa-dre Julián Carrón, su suce-sor como presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación (CL), hizo pú-blica la noticia de la solici-tud de apertura de la cau-sa de beatifi cación y cano-nización.

“Es la primera vez que us-ted, como Pastor de la Archi-diócesis ambrosiana, presi-de y comparte con nosotros este gesto en el que, toman-do parte en el sacrifi cio de Cristo, hemos ofrecido nues-tra vida al Señor agradeci-dos por el don de Don Gius-sani, a cuya persona está us-ted inseparablemente unido, al igual que cada uno de no-sotros, y cuyo genio educa-tivo ha recordado usted mis-mo con ocasión de su entra-da en la Diócesis.

SALUDO DE DON JULIÁN CARRÓN AL CARDENAL SCOLA

“Giussani expresó la sensibilidad ambrosiana con fuerza profética”

“La posibilidad de vivir en el encuentro conCristo, un camino verdaderamente humano”

TRECHOS DE LA HOMILÍA DEL CARDENAL DE MILÁN, ANGELO SCOLA

“Para nosotros la expansión no fue nunca un objetivo de nuestro progra-ma. Diría más bien que en estos últi-mos años esto se

volvió una cuestión de obediencia al

Papa”

“La más grande genialidad humana no puede encontrar

quietud y paz, no puede vivir una pleni-tud de respuesta ade-

cuada, sino ponién-dose sobre las huellas de Cristo” pertenen-

cia a la Iglesia”

Fraternidad de CL pide elevar a los altares a Mons. Giussani

El motivo profundo de esta grati-tud – y lo digo a partir de mi ex-periencia personal – está en el he-

cho de que don Giussani, afrontando con ardor incansable y profunda fasci-nación humana la aguda tentación, hoy dominante, de una fractura aparente-mente insanable entre la fe y la vida, nos ha abierto la posibilidad (y en ella nos acompaña todavía) de vivir en el encuentro con Cristo un camino verda-deramente humano. Siguiendo su cari-sma, podemos comprobar cada día que la presencia del Salvador es la respuesta a esa necesidad de salvación que grita el «corazón de todo hombre en cualqui-er tiempo y lugar, por muy errático que sea su proceder a lo largo del camino de la vida», como Usted ha recordado en su intervención en el reciente congreso “Gesù nostro contemporaneo”.

En el mensaje dirigido al congreso, Benedicto XVI señalaba que «Jesús ha entrado para siempre en la histo-ria humana y sigue viviendo en ella con su belleza y poder, en ese cuerpo frágil y siempre necesitado de puri-ficación, pero también infinitamente

colmado del amor divino, que es la Iglesia». No deseamos más que vi-vir con la Iglesia y para la Iglesia, y servir con todo nuestro ser, en fi-lial obediencia a Usted y conforme a nuestras posibilidades, a esta Igle-sia ambrosiana, donde el carisma de don Giussani floreció hasta dar fru-tos copiosos en todos los continen-tes. En particular, le aseguramos nuestra cercanía y plena disponibili-dad en la inminente celebración del VII Encuentro mundial de las fami-lias, que será bendecido con la visita del Santo Padre que peregrina a Mi-

lán para confirmar nuestra fe.Por último, permítame dar a cono-

cer en esta circunstancia festiva que, a través del postulador, he presenta-do a Vuestra Eminencia la petición de apertura de la causa de beatifi-cación y canonización de Monseñor Luigi Giussani.

Que la Virgen – “fuente viva de es-peranza” – nos ayude a ser cada día más dignos de las promesas de Jesu-cristo y de la gracia inmensa que he-mos recibido y seguimos recibiendo a través del carisma de don Giussa-ni. Gracias, Eminencia”.

Page 4: Observador Semanal del 3/03/2012

Jueves 1 de marzo de 2012 Jueves 1 de marzo de 20126 7OBSERVADORSEMANAL OBSERVADORSEMANALR E F L E X I O N E S A C T U A L I D A D

La suerte del mundo actual está echada: el Estado pa-rece ya ocupar la “voz” de

Dios. O tal vez sería mejor decir, la de un dios con minúsculas. Esta es la propuesta: el ciudadano pue-de creer lo que quiera pues, al fi n y al cabo es cuestión de su concien-cia, pero esto solo será respetado y permitido si el contenido de esas creencias de la comunidad no se expresa de manera explícita y pú-blica. Así, el Estado busca la deca-pitación “democrática” del sentido religioso del ser humano. Es como decirle a una persona que lo que le da sentido a la pasión que mue-ve su vida se debe dejar encerrado en casa. O en el templo de la pa-rroquia. En esos dos lugares pue-de hacer y rendir culto como quie-ra. Se puede rezar privadamente. O bien, se puede adorar, partici-par en liturgias públicamente, pe-ro hasta ahí nomás.

Pero guay si se decide salir de esos ámbitos y si se pretende pro-poner como una forma de vi-da social lo que cree en su cora-zón y hacerlo en forma de iniciati-va social. Ahí ya no. Eso ya no es-tá permitido y si lo estuviere, de-bería atenerse a las “reglas” gene-rales del “dios” estatal. Ahí estará otro “dios”, el del Estado que de-cidirá el bien y el mal de aquellas organizaciones incluso obligan-do a iniciativas sociales de inspi-ración religiosa sobre el modo de sus obligaciones. El estado se con-vierte así en el factor decisivo, ar-bitro, fi n, padre, determinador de las creencias de confesiones reli-giosas. ¿Qué es eso que el Estado ha decidido de antemano? Ha de-cidido sobre los dogmas permiti-dos en la vida pública. Por ejem-plo, que la vida humana será res-petada en tanto en cuanto sea “ra-cional” –lo que excluiría de facto a fetos y embriones-; que la iden-

tidad humana no tienen nada que ver con la biología o sicología, pues todo es cultura y lo único que vale es el género –lo que exclui-ría al matrimonio tradicional-; que la “familia”, aunque este término, se debe decir, es más que equívo-co dentro de estas creencias, de-be si quiere participar en la vida social, atenerse al uso y práctica de no tener realmente una familia: el uso de los anticonceptivos debe ser distribuido gratis para todos.

Este es el suicidio, por su pro-pia mano, del liberalismo, de la ideología de mero procedimien-to actual, vacío, de una libertad de nombre pero sin contenido real. Un liberalismo que no propone el bien común, pues nada hay de co-mún, pues todo se vuelve relati-vo. Dice este liberalismo: no ex-cluimos a nadie. Ciertamente. Pe-ro seguidamente se agrega: todos los que quieran tener participa-ción en la labor pública están obli-gados a implementar lo que es de interés nacional y eso lo decidi-

mos nosotros. Y ese “nosotros” es el Estado, laicista, relativista. Na-da más. Nada menos. Si no se está conforme o se tiene una objeción de conciencia, es mejor irse a ca-sa. No hay tal derecho a la liber-tad de las conciencias. La liber-tad del ciudadano de vivir su fe, socialmente, estará condicionada a imbuirse y aceptar las normas del Estado. Esto es, la de dejar de ser y poseer lo que una religión es: y debe ser el de tener conse-cuencias sociales y morales: la posibilidad de cambiar la reali-dad. Ya sea que el católico admi-nistre un orfanato o dirija un co-legio, lidere un comedor para po-bres o regentee una universidad, el Estado le obliga a que garanti-ce a todos sus empleados los de-nominados “derechos reproduc-tivos,” sin importar en que esos supuestos derechos violen lo más íntimo de lo que la misma insti-tución enseña. El estado liberal, atenta contra sí mismo: quiere que todos, sin respetar lo más íntimo

qué es la conciencia de los demás, hagan lo que la ideología del esta-do quiere: el liberalismo contem-poráneo se suicida.

Pero eso no es liberal sino su contrario, es totalitario. Y na-da más. Por eso el sentido de cul-pa del liberalismo y su distinción gimnástica y oportunista, entre la libertad de “culto” y la libertad “religiosa” que hoy esgrime. Esa es la nueva estrategia de la demo-cracia liberal a lo Obama O a lo Lugo o Evo, qué más da: la de im-poner una “ética de género” a co-mo sea, disolviendo las creencias de los cuerpos sociales interme-dios. Pero hay algo aún más trági-co en todo esto: el pretender blo-quear las energías del drama del ser humano por la fuerza –la fuer-za de la ley en la imposición es-tatal, pero fuerza no obstante–. El drama de ser hombres, de arries-gar, de proponer nuestra experien-cia de Dios, de compartir lo que es la misericordia, de mostrar que el camino que elegimos para nues-

tra vida es lo mejor para la socie-dad, se limita, se prohíbe. No más misterios, no más realidades im-predecibles, el Estado tiene y de-be de calcular todo: cuándo se na-ce y cuándo se muere, con quien se puede contraer nupcias y con quién no, y hasta como se debe ser feliz.

No sabemos dónde terminara todo esto como se ha preguntado el nuevo Cardenal Timothy Dolan de Nueva York. De lo que sí pare-ce claro es el giro del liberalismo secularista, blando y acomodati-cio, que tiene pánico al riesgo, te-mor a la vida, a las creencias, a la posibilidad de ejercer, irónica-mente, la propia libertad. Ese es, fi nalmente, el gran pecado de to-da esta cultura, la de tener páni-co a la realidad. Si existe Dios, no importa para mi vida, como ha-bría dicho el teólogo Cornelio Fa-bro hace años. Pero ahora tene-mos algo más insidioso y más co-barde, y por lo mismo, menos hu-mano: aunque Dios exista; el Es-tado decidirá sobre nuestras vidas e incluso, le impondrá límites a Dios. A menos que uno viva ence-rrado en su pieza o en la casa pa-rroquial.

*Profesor y Filósofo; Director del Centro de Educación, Ética. Mra-

[email protected]

El suicidio liberal: libertad de culto si, libertad religiosa no

Mario Ramos-Reyes*

Ratzinger y el ecumenismo:un análisis profundo y brillante en pos de la unidad (VII)Seguimos publicando la entrevista al entonces Cardenal Ratzinger, hoy Benedicto XVI, en la que explica con lucidez la forma que tiene la iglesia católica de asumir el ecu-menismo. Entrevista que el entonces Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe concedió, en septiembre del 2000, al periódico alemán Frankfurter All-gemeine Zeitung, luego de las fuertes polémicas surgidas con ocasión de la publicación de la Declaración Dominus Iesus.

_Ocasionalmente se

leen pasajes del Pa-

pa y también suyos

que relativizan la división de la

Cristiandad en un tratamiento

dialéctico de la historia de la sal-

vación. El Papa, entonces, habla

de “causas metahistóricas” de la

división y en su libro “Cruzan-

do el umbral de la esperanza” se

pregunta: “¿No podría suceder,

pues, que las divisiones hayan

sido y sean también un camino

para hacer descubrir a la Igle-

sia las múltiples riquezas con-

tenidas en el Evangelio de Cris-

to, y en la Redención realizada

por Él? Quizá tales riquezas, de

otro modo, no hubieran podi-

do salir a la luz”. De este modo,

la división de los cristianos pa-

rece una tarea didáctica del Es-

píritu Santo ya que, como dice el

Papa, para el conocimiento y la

acción humana es significativa

también una “cierta dialéctica”.

Usted mismo escribe: “Aún si las

divisiones son obras humanas y

culpas humanas, existe en ellas

una dimensión propia de la dis-

posición divina”. Si las cosas son

así, uno puede preguntarse con

qué derecho se contrasta la di-

dáctica divina identificando la

Iglesia de Cristo con la Iglesia

católica romana. Las indetermi-

naciones conceptuales que se

lamentan en el diálogo ecumé-

nico, ¿no existen también en las

especulaciones de la historia de

la salvación sobre la didáctica

de Dios?

_Este es un argumento difícil que concierne a la libertad humana y el gobierno divino. No existen res-puestas válidas en forma absolu-ta porque nosotros no sobrepasa-mos nuestro horizonte humano y, por lo tanto, no podemos develar el misterio que une estos dos ele-mentos. Lo que usted citó del San-to Padre y de mí se podría aplicar en forma amplia a la conocida fór-mula según la cual Dios escribe derecho incluso en renglones tor-cidos. Los renglones siguen sien-do torcidos y esto signifi ca que las divisiones tienen que ver con la culpa humana. La culpa no se vuelve algo positivo por el hecho de que de ella pueda surgir un pro-ceso de maduración cuando se la interpreta como algo que se puede

superar con la conversión y elimi-nar con el perdón.

Ya Pablo debió explicar a los ro-manos el equívoco surgido de su enseñanza sobre la gracia, según el cual, desde el momento en que el pecado produce gracia, entonces se puede permanecer tranquilos en el pecado (Rm 6, 19). El hecho de que Dios pueda transformar en bien también nuestros pecados no signi-fi ca ciertamente que el pecado sea algo bueno. Y el hecho de que Dios pueda sacar frutos positivos de la división, no la transforma en algo de por sí positivo.

Las indeterminaciones concep-tuales que de hecho existen se de-ben a lo insondable de la relación entre la libertad de pecar y la liber-tad de la gracia. La libertad de la gracia se muestra también en el he-cho de que, por una parte, la Iglesia no se hunde ni se disgrega en frag-

mentos eclesiales antitéticos dentro de un sueño irrealizable. El sujeto Iglesia, por la gracia de Dios, exis-te y subsiste realmente en la Igle-sia católica; la promesa de Cristo es la garantía de que este sujeto no se-rá nunca destruido. Pero, por otra parte, es cierto que este sujeto es-tá herido, en cuanto que realidades eclesiales existen y operan fuera de él. En esto se manifi esta al máximo el drama de la culpa y la paradóji-ca amplitud de la promesa de Dios.

Si se elimina esta tensión, para acordar fórmulas claras, y se afi rma que todas las comunidades eclesia-les son Iglesia y que todas son, aún con sus contrastes, la Iglesia una y santa, el ecumenismo se termina porque ya no existe ningún motivo para buscar la unidad auténtica.

_La misma cuestión se plantea

bajo otro aspecto: si la cuestión

de la profesión religiosa tiene

relación con la de la salvación

personal. ¿Para qué la misión,

para qué el debate sobre la “ver-

dad”, y documentos vaticanos, si

el hombre finalmente puede lle-

gar a Dios a través de todos los

caminos?

_El Documento no retoma en abso-luto la tesis subjetivista y relativis-ta según la cual cada uno puede ha-cerse santo a su modo. Esta es una interpretación cínica, en la cual yo percibo desprecio por la cuestión de la verdad y de la ética justa. El Documento afi rma, con el Concilio, que Dios da luz a cada uno. Quien busca la verdad, se encuentra obje-tivamente en el camino que lleva a Cristo y, con esto, también en el ca-mino hacia la comunidad en la cual

Él permanece presente en la histo-ria, es decir, la Iglesia.

Buscar la verdad, escuchar la conciencia, purifi car la propia es-cucha interior, son condiciones de salvación para todos. En ellas exis-te un vínculo íntimo y objetivo con Cristo y con la Iglesia. En este sen-tido se dice, entonces, que en las re-ligiones existen ritos y oraciones que pueden asumir un rol de prepa-ración evangélica, ocasiones o pe-dagogías en las que los corazones de los hombres son estimulados a abrirse a la acción de Dios.

Pero también se dice que esto no vale para todos los ritos. Existen, de hecho, algunos ritos (quien co-noce un poco de Historia de las Re-ligiones no podrá más que estar de acuerdo) que alejan al hombre de la luz. De este modo, la vigilancia y la purifi cación interior se obtienen mediante una vida que sigue la con-ciencia, que ayuda a determinar las diferencias, una apertura que fi nal-mente signifi ca pertenencia interior a Cristo.

Por eso, el Documento puede afi rmar que la misión sigue siendo importante en cuanto ofrece aque-lla luz de la que los hombres tienen necesidad en su búsqueda de la ver-dad y del bien.

_Pero la pregunta permane-

ce: si la salvación - con tal que,

como usted dijo, se viva escu-

chando la propia conciencia –

se puede obtener mediante to-

dos los caminos, ¿no pierde la

misión, entonces, urgencia teo-

lógica? De hecho, la tesis de la

“conexión íntima y objetiva” de

los caminos de salvación no ca-

tólicos con Cristo, ¿qué otra cosa

significa si no que Cristo mismo

hace superflua la distinción en-

tre verdad de salvación “plena”

y “deficitaria” desde el momen-

to en que Él, si está presente co-

mo instrumento de salvación, lo

está siempre y lógicamente de

modo pleno?

_Yo no dije que la salvación se pueda obtener mediante todos los caminos. El camino de la concien-cia, el tener la mirada fi ja en la ver-dad y el bien objetivo, es un cami-no único, aún si admite muchas for-mas a causa del gran número de personas y de situaciones. Sin em-bargo, el bien es uno y la verdad no

se contradice. El hecho de que el hombre no alcance el uno o la otra no relativiza la exigencia de ver-dad y de bien. Por eso, no es su-fi ciente persistir en la religión he-redada sino que es necesario per-manecer atentos al verdadero bien y, de este modo, ser capaces tam-bién de superar los confi nes de la propia religión. Esto tiene sentido sólo si existen realmente la verdad y el bien. No se podría estar en el camino de Cristo si Él no existie-se. Vivir con los ojos del corazón abiertos, purifi carse interiormen-te, buscar la luz, son condiciones indispensables para la salvación del hombre. Anunciar la verdad, es decir, dejar resplandecer la luz (“no bajo el celemín sino sobre el candelero”) es absolutamente ne-cesario.

“Las divisiones tienen que ver con la culpa humana.

La culpa no se vuelve algo positivo por el hecho de

que de ella pueda surgir un proceso de maduración…

Ya Pablo debió explicar a los romanos el equívoco surgido

de su enseñanza sobre la gracia, según el cual, desde el momento en que el pecado produce gracia, entonces se puede permanecer tranqui-los en el pecado (Rm 6, 19). El hecho de que Dios pueda

transformar en bien también nuestros pecados no signifi ca

ciertamente que el pecado sea algo bueno”.

Preparado por CCCL

Su Santidad Benedicto XVI

“Yo no dije que la salvación se pueda obtener medi-

ante todos los caminos. El camino de la conciencia,

el tener la mirada fi ja en la verdad y el bien objetivo, es un camino único, aún si admite muchas formas a

causa del gran número de personas y de situaciones.

Sin embargo, el bien es uno y la verdad no se contra-

dice”.

Page 5: Observador Semanal del 3/03/2012

Jueves 1 de marzo de 20128 OBSERVADORSEMANAL

Quisiera señalar que en la red hay poco más de veinte si-

tios donde podamos leer El Qui-jote íntegramente. Eso signifi ca que si un refrán cervantino apare-ce en Internet una veintena de ve-ces, lo más probable es que se es-té citando exclusivamente en ca-da una de esas referencias dife-rentes a la misma obra de Cer-vantes. Téngase en cuenta, ade-más, que algunas ediciones de El Quijote nos llegan sin adaptar, en “lenguaje de época” o viceversa, también hay ediciones especiales que facilitan la lectura de la obra sustituyendo palabras desconoci-

das y ofreciendo la versión orto-gráfi ca actual; con lo que algu-nas paremias han podido pasar desapercibidas con los métodos de búsqueda empleados.

Por supuesto, sabemos que no todos los refranes de El Quijo-te tienen la misma circulación ni gozan de un amplio conocimien-to por parte de los hablantes de hoy; no obstante, de los cincuen-ta refranes que participaron en un reciente estudio del mínimo pare-miológico tan sólo ocho no han si-do elegidos como pertenecientes

al mínimo, es decir, los cuarenta y dos refranes restantes sí son uni-dades vigentes y arraigadas en la memoria colectiva de la gente. Efectivamente, analizando el conjunto de paremias de El Quijo-te se puede observar que hay bas-tantes unidades que prácticamen-te no han tenido trascendencia so-bre el español de hoy. Así, a es-te tipo pertenecen los refranes si-guientes: Ya está duro el alcacel para zampoñas, Si os duele la ca-beza, untaos las rodillas, Regostó-se la vieja a los bledos y otros.

L A AV E N T U R A H U M A N A D E LO S S A N T O S

San OsvaldoHay dos santos que llevan el nom-

bre de Osvaldo, ambos de ori-gen inglés: uno fue rey y el otro, obis-po. Por caminos diferentes llega-ron a la santidad, que es la vocación común de todos los cristianos.

El más antiguo es Osvaldo, rey de Nortumbria, Inglaterra, del que tene¬mos poca información. La tradición lo presenta como un rey sa-bio, piadoso, valeroso en las guerras emprendidas en defensa de la patria y de la religión. Favoreció la evangeli-zación de Inglaterra iniciada cincuen-ta años antes por el gran apóstol San Agustín de Canterbury.

Los reyes de la Edad Media identi-fi caban la causa de la patria con la de la religión cristiana, de la cual se con-sideraban promotores y protectores.

Mientras libraba dura batalla contra los enemigos que amen-azaban la patria y la religión, Osvaldo cayó muerto en Masafi eld, el 5 de agosto del 642. El pueblo lo homenajeó con el título de mártir.

San Beda, el gran doctor de la Iglesia del siglo siguiente, narra con orgullo en su Historia de la Iglesia de Inglaterra las hazañas de este primer santo inglés.

Además, San Osvaldo fue también el primer rey santo de la Edad Media, presidiendo una serie de gloriosos reyes santos que en esta época lucharon para la formación de los nuevos pueblos europeos y promovieron una civilización profunda-mente cristiana.

Los numerosos reyes y reinas elevados a los altares comprue-ban cómo la santidad es posible en todos los estados de la vida y es compatible con todas las profesiones. Por otra parte, como dice San Pablo, si toda autoridad viene de Dios y es ejercida con prudencia, abnegación y fi delidad a Su plan, debe sanamente confl uir para la santifi cación de los hombres que la detentan.

El otro San Osvaldo fue arzobispo de York al fi nal del prim-er milenio. Era sobrino de San Otón, arzobispo de Canterbury, quien lo encaminó hacia los estudios superiores, que Osvaldo asimiló con mucho provecho. Una vez abra¬zado el estado cler-ical, Osvaldo fue canónigo de la catedral de Winchester. Aspi-rando de inmediato a una mayor perfección religiosa, aban-donó las como¬didades y los benefi cios, distribuyó sus bienes a los pobres y se dirigió hacia Francia con el fi n de entrar en la abadía benedictina de Fleury, donde pasó varios años en la más rígida disciplina monástica.

De regreso a su patria por ocasión de la muerte de su tío, fue sorprendido con el nombramiento de obispo de Worcester. Más tarde asumiría el pastoreo de la diócesis de York en el año 961.

Se dedicó con admirable celo pastoral a la dirección de las dos diócesis, preocupándose sobre todo por la formación del clero. Como necesitaba de un mayor número de sacerdotes para la evangelización e instrucción catequética de los fíeles, Osvaldo buscó en Francia a los monjes benedictinos. Para eso hizo con-struir siete monasterios nuevos, ade¬cuados para la formación de los misioneros.

La historia habla del santo obispo como de un hombre de gran dedicación pastoral, de edifi cante generosidad para con los pobres y trato delicado y bondadoso. Su vida fue austera hasta la severidad y condujo su obispado bajo los modelos más rígidos de la vida monástica.

Osvaldo falleció en el año 992, el día 29 de febrero y el pueb-lo le tributó enseguida el culto de veneración que la Iglesia rati-fi có incluyéndolo en la lista de los santos.

M.I.

L E T R A S D E C A N C I O N E S

C U L T U R A / L I T E R A T U R A

La voz del silencio

Sobre los refranes de “El Quijote” (IV)

Quería estar un poco a solaspara pensar, tú lo sabes,y he oído en el silenciouna voz dentro de mí,

y vuelven vivas demasiadas cosasque ya creía muertas...

y quien tanto he amado,del mar del silencio

regresa como una olaen mis ojos,

y lo que me faltaen el mar del silencio,

me falta sabes mucho más...

Hay cosas en un silencioque nunca me hubiera esperado.

Quisiera una voz,y de repente

te das cuenta que el silenciotiene el rostro de las cosas que has perdido,

y yo te siento amor,te siento en mi corazón,

estás retomando el lugar quetú nunca habías perdido,

que nunca habías perdido,que nunca habías perdido.

En el presente artículo se destacan

varios puntos de interés sobre el re-

franero de El Quijote, en particular

su actualidad, su importancia y su

carácter representativo para la len-

gua española de hoy, datos que tie-

nen sin duda una importante aplica-

ción al ámbito de la enseñanza.

Olga Tarnovska

(Tony Del Monaco, Dionne Warwick, Mina Mazzini, Andrea Bocelli)

El Hidalgo don Quijote de la Mancha y su escudero Sancho Panza