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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año XLIX, número 27 (2.523) Ciudad del Vaticano 7 de julio de 2017 El Papa envía un videomensaje al congreso de Scholas occurrentes Construir la paz El himno de la próxima JMJ Con ritmos característicos de la cultura panameña y bajo el lema “He aquí la sierva del Señor, há- gase en mí según tu palabra” (Lucas 1, 38), elegido por el Papa Francisco, fue presentado el him- no oficial de la XXXII Jornada Mundial de la Juventud Panamá 2019, ante miles de jóvenes y adultos —laicos y miembros del clero— que se dieron cita en el Centro de Convenciones ATLAPA , para la Cena de Pan y Vino, prin- cipal evento de apoyo al Semina- rio Mayor San José. El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, mani- festó que «este himno expresa la misión a la que estamos llamados como discípulos y misioneros en estos tiempos, a ejemplo de la Virgen María», tras agregar que «Nos entusiasma ponerlo hoy a disposición de los jóvenes del mundo, para que cantándolo se preparen alegres y dispuestos a dejarse transformar por Dios». El himno está escrito y com- puesto por Abdiel Jiménez, cate- quista y salmista de la parroquia Cristo Resucitado, en San Migue- lito, autor de varias piezas litúrgi- cas, miembro de diversos coros y egresado de la Facultad de Cien- cias Religiosas de la Universidad Católica Santa María La Antigua. Tras una amplia selección entre las 56 propuestas, examinadas por un jurado compuesto por una do- cena de reconocidos profesionales de la música panameña, se esco- gieron las tres mejores. Finalmen- te, el Comité Ejecutivo de la JMJ junto con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida de la Santa Sede, eligiera el himno ga- nador. Después de dos semanas de trabajo creativo y musical, finali- zó la producción y arreglos de esta primera versión del himno, a cargo de Aníbal Muñoz, director de Corcheas Music & Audio Post, con la colaboración de Carlos Sa- maniego y Ricky Ramírez, profe- sionales de gran trayectoria musi- cal. Tal y como explican desde la organización, la Jornada Mundial de la Juventud es «un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa, en un ambiente festivo, religioso y cultural, que muestra el dinamismo de la Iglesia y da testimonio de la actualidad del mensaje del Jesús». Se realiza ca- da tres años y la última fue a Cracovia en el año 2016. La JMJ Panamá 2019 será del 22 al 27 de enero de 2019 en la Ciudad de Panamá. El objetivo de la JMJ es «favorecer el encuentro personal con Cristo, que cambia la vida; promover la paz, la unidad y la fraternidad de los pueblos y las naciones del mundo, a través de la juventud como embajadora». VIDEOMENSAJE A SCHOLAS O CCURRENTES EN PÁGINA 8

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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00

L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Año XLIX, número 27 (2.523) Ciudad del Vaticano 7 de julio de 2017

El Papa envía un videomensaje al congreso de Scholas occurrentes

Construir la pazEl himno

de la próxima JMJCon ritmos característicos de lacultura panameña y bajo el lema“He aquí la sierva del Señor, há-gase en mí según tu palabra”(Lucas 1, 38), elegido por el PapaFrancisco, fue presentado el him-no oficial de la XXXII JornadaMundial de la Juventud Panamá2019, ante miles de jóvenes yadultos —laicos y miembros delc l e ro — que se dieron cita en elCentro de Convenciones AT L A PA ,para la Cena de Pan y Vino, prin-cipal evento de apoyo al Semina-rio Mayor San José.

El arzobispo de Panamá, JoséDomingo Ulloa Mendieta, mani-festó que «este himno expresa lamisión a la que estamos llamadoscomo discípulos y misioneros enestos tiempos, a ejemplo de laVirgen María», tras agregar que«Nos entusiasma ponerlo hoy adisposición de los jóvenes delmundo, para que cantándolo sepreparen alegres y dispuestos adejarse transformar por Dios».

El himno está escrito y com-puesto por Abdiel Jiménez, cate-quista y salmista de la parroquiaCristo Resucitado, en San Migue-lito, autor de varias piezas litúrgi-cas, miembro de diversos coros yegresado de la Facultad de Cien-cias Religiosas de la UniversidadCatólica Santa María La Antigua.

Tras una amplia selección entrelas 56 propuestas, examinadas porun jurado compuesto por una do-cena de reconocidos profesionalesde la música panameña, se esco-gieron las tres mejores. Finalmen-te, el Comité Ejecutivo de la JMJjunto con el Dicasterio para losLaicos, la Familia y la Vida de laSanta Sede, eligiera el himno ga-n a d o r.

Después de dos semanas detrabajo creativo y musical, finali-zó la producción y arreglos deesta primera versión del himno, acargo de Aníbal Muñoz, directorde Corcheas Music & Audio Post,con la colaboración de Carlos Sa-maniego y Ricky Ramírez, profe-sionales de gran trayectoria musi-cal.

Tal y como explican desde laorganización, la Jornada Mundialde la Juventud es «un encuentrode jóvenes de todo el mundo conel Papa, en un ambiente festivo,religioso y cultural, que muestrael dinamismo de la Iglesia y datestimonio de la actualidad delmensaje del Jesús». Se realiza ca-da tres años y la última fue aCracovia en el año 2016. La JMJPanamá 2019 será del 22 al 27 deenero de 2019 en la Ciudad dePanamá. El objetivo de la JMJ es«favorecer el encuentro personalcon Cristo, que cambia la vida;promover la paz, la unidad y lafraternidad de los pueblos y lasnaciones del mundo, a través dela juventud como embajadora».VIDEOMENSAJE A SCHOLAS O CCURRENTES EN PÁGINA 8

L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Ciudad del Vaticanoe d . e s p a n o l a @ o s s ro m .v a

w w w. o s s e r v a t o re ro m a n o .v a

GI O VA N N I MARIA VIANd i re c t o r

Giuseppe Fiorentinosub director

Silvina Pérezjefe de la edición

Redacciónvia del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano

teléfono 39 06 698 99410

TIPO GRAFIA VAT I C A N A EDITRICEL’OS S E R VAT O R E ROMANO

don Sergio Pellini S.D.B.director general

Servicio fotográficop h o t o @ o s s ro m .v a

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página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 7 de julio de 2017, número 27

El Pontífice reza por el fin de la violencia invocando a Nuestra Señora de Coromoto

Por una solución pacífica a la crisis venezolana

Un «llamamiento para que se ponga fin a laviolencia y se encuentre una solución pacífica ydemocrática a la crisis» venezolana fuelanzado por el Papa al finalizar el Ángelusdel 2 de julio en la plaza de San Pedro.Antes, comentando como es habitual elEvangelio del domingo, el Pontífice se detuvosobre la parte conclusiva del discurso misionerode Jesús.

Queridos hermanos y hermanas:La liturgia nos presenta las últimas frases

del discurso misionero del capítulo 10 delEvangelio de Mateo (cf. 10, 37), con el cualJesús instruye a los doce apóstoles en elmomento en el que, por primera vez les en-vía en misión a las aldeas de Galilea y Ju-dea. En esta parte final Jesús subraya dosaspectos esenciales para la vida del discípu-lo misionero: el primero, que su vínculocon Jesús es más fuerte que cualquier otrovínculo; el segundo, que el misionero no selleva a sí mismo, sino a Jesús, y medianteél, el amor del Padre celestial. Estos dos as-pectos están conectados, porque cuantomás está Jesús en el centro del corazón yde la vida del discípulo, más “t r a n s p a re n t e ”es este discípulo ante su presencia. Vanjuntos, los dos.

«El que ama a su padre o a su madremás que a mí, no es digno de mí...» (v. 37),dice Jesús. El afecto de un padre, la ternu-ra de una madre, la dulce amistad entrehermanos y hermanas, todo esto, aun sien-do muy bueno y legítimo, no puede ser an-tepuesto a Cristo. No porque Él nos quierasin corazón y sin gratitud, al contrario, esmás, sino porque la condición del discípuloexige una relación prioritaria con el maes-tro. Cualquier discípulo, ya sea un laico,una laica, un sacerdote, un obispo: la rela-ción prioritaria. Quizás la primera preguntaque debemos hacer a un cristiano es: «¿Pe-

ro tú te encuentras con Jesús? ¿Tú rezas aJesús?». La relación. Se podría casi parafra-sear el Libro del Génesis: Por eso deja elhombre a su padre y a su madre y se une aJesucristo, y se hacen una sola cosa (cf. Gé-nesis 2, 24). Quien se deja atraer por estevínculo de amor y de vida con el Señor Je-sús, se convierte en su representante, en su“embajador”, sobre todo con el modo deser, de vivir. Hasta el punto en que Jesúsmismo, enviando a sus discípulos en mi-sión, les dice: «Quien a vosotros recibe, amí me recibe, y quien me recibe a mí, reci-be a Aquel que me ha enviado» (Mateo 10,40). Es necesario que la gente pueda perci-bir que para ese discípulo Jesús es verdade-ramente “el Señor”, es verdaderamente elcentro de su vida, el todo de la vida. Noimporta si luego, como toda persona hu-mana, tiene sus límites y también sus erro-res —con tal de que tenga la humildad derecono cerlos—; lo importante es que no ten-ga el corazón doble —y esto es peligroso.Yo soy cristiano, soy discípulo de Jesús, soysacerdote, soy obispo, pero tengo el cora-zón doble. No, esto no va.

No debe tener el corazón doble, sino elcorazón simple, unido; que no tenga el pieen dos zapatos, sino que sea honesto consi-go mismo y con los demás. La doblez noes cristiana. Por esto Jesús reza al Padrepara que los discípulos no caigan en el es-píritu del mundo. O estás con Jesús, con elespíritu de Jesús, o estás con el espíritu delmundo. Y aquí nuestra experiencia de sa-cerdotes nos enseña una cosa muy bonita,una cosa muy importante: es precisamenteesta acogida del santo pueblo fiel de Dios,es precisamente ese «vaso de agua fresca»(v. 42) del cual habla el Señor hoy en elEvangelio, dado con fe afectuosa, ¡que teayuda a ser un buen sacerdote! Hay una re-ciprocidad también en la misión: si tú dejas

todo por Jesús, la gente reconoce en ti alSeñor; pero al mismo tiempo te ayuda aconvertirte cada día a Él, a renovarte y pu-rificarte de los compromisos y a superar lastentaciones. Cuanto más cerca esté un sa-cerdote del pueblo de Dios, más se sentirápróximo a Jesús, y un sacerdote cuantomás cercano sea a Jesús, más próximo sesentirá al pueblo de Dios.

La Virgen María experimentó en primerapersona qué significa amar a Jesús separán-dose de sí misma, dando un nuevo sentidoa los vínculos familiares, a partir de la fe enÉl. Con su materna intercesión, nos ayudea ser libres y felices misioneros del Evange-lio.

Al finalizar la oración mariana, después delllamamiento por Venezuela, el Papa saludó alos distintos grupos de fieles presentes.

Queridos hermanos y hermanas:El 5 de julio se celebrará la fiesta de la

independencia de Venezuela. Aseguro mioración por esta querida nación y expresomi cercanía a las familias que han perdidoa sus hijos en las manifestaciones. Hago unllamamiento para que se ponga fin a la vio-lencia y se encuentre una solución pacíficay democrática a la crisis. ¡Que Nuestra Se-ñora de Coromoto interceda por Venezuela!Dirijo un saludo a todos vosotros, ¡roma-nos y peregrinos! Saludo en particular a losfieles irlandeses de Belfast, y a los jóvenesde Schattdorf (Suiza) que han recibido re-cientemente el sacramento de la confirma-ción. Saludo a los varios grupos parroquia-les y a las asociaciones, así como además alos participantes de la moto-peregrinacióndesde Cardito (Nápoles).

A todos os deseo un feliz domingo. Porfavor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buenalmuerzo y hasta pronto!

número 27, viernes 7 de julio de 2017 L’OSSERVATORE ROMANO página 3

A la Confederación italiana de sindicatos de trabajadores el Papa pide garantizar mayor justicia a los excluidos

La verdadera vocación del sindicatoEs urgente «un nuevo pacto social para el trabajo»que tutele a las personas más ancianas y cree empleopara los jóvenes». Lo dijo el Papa a los delegadosde la Confederación italiana de sindicatos detrabajadores (CISL) que participaron en la audienciaque tuvo lugar el miércoles 28 de junio por lamañana, en el Aula Pablo VI.

Os doy la bienvenida con motivo de vuestrocongreso, y agradezco a la Secretaría General sup re s e n t a c i ó n .

Habéis elegido un lema muy hermoso para estecongreso: “Por la persona, por el trabajo”. Personay trabajo son dos palabras que pueden y debenestar juntas. Porque si pensamos y decimos traba-jo sin la persona, el trabajo termina por convertir-se en algo inhumano, que olvidando a las perso-nas se olvida y se pierde a sí mismo. Pero si pen-samos en la persona sin trabajo decimos algo par-cial, incompleto, porque la persona se realiza ple-namente cuando se convierte en trabajador, entrabajadora; porque el individuo se hace p e rs o n acuando se abre a los demás, a la vida social,cuando florece en el trabajo. La persona florece enel trabajo. El trabajo es la forma más común decooperación que la humanidad haya generado ensu historia. Cada día millones de personas coope-ran simplemente trabajando: educando a nuestroshijos, poniendo en funcionamiento equipos mecá-nicos, resolviendo asuntos en una oficina... El tra-bajo es una forma de amor civil: no es un amorromántico ni siempre intencional, sino que es unamor verdadero, auténtico, que nos hace vivir ysaca adelante el mundo.

Por supuesto, la persona no es sólo trabajo…Tenemos que pensar en la sana cultura del ocio,de saber descansar. Esto no es pereza, es una ne-cesidad humana. Cuando pregunto a un hombre,a una mujer, que tiene dos, tres hijos: “Pero díga-me, ¿usted juega con sus hijos? ¿Tiene este‘o cio’?”— “¡Eh!, sabe, cuando voy al trabajo, toda-vía están dormidos, y cuando vuelvo ya estánacostados”. Esto es inhumano. Por eso, junto conel trabajo, debe ir pareja también la otra cultura.Porque la persona no es solamente trabajo, por-que no siempre trabajamos y no siempre tenemosque trabajar. De niños no se trabaja y no se debetrabajar. No trabajamos cuando estamos enfer-mos, no trabajamos cuando somos ancianos. Haymuchas personas que todavía no trabajan, o queya no trabajan. Todo esto es verdadero y conoci-do, pero hay que recordarlo también hoy, cuandohay todavía demasiados niños y jóvenes en elmundo que trabajan y no estudian, mientras el es-tudio es el único “trabajo” bueno de los niños yde los jóvenes. Y cuando no siempre y no a todosse les reconoce el derecho a una jubilación justa —justa porque no es ni demasiado pobre ni dema-siado rica: las “jubilaciones de oro” son un insultoal trabajo no menos grave que el de las jubilacio-nes demasiado pobres, porque hacen que las desi-gualdades del tiempo del trabajo se hagan peren-nes. O cuando un trabajador enferma y es descar-tado también por el mundo del trabajo en nom-bre de la eficiencia — y, sin embargo, si una per-sona enferma puede, dentro de sus límites, traba-jar, el trabajo también desempeña una función te-rapéutica: a veces uno se cura trabajando con losdemás, trabajando juntos, para los demás.

Es una sociedad necia y miope la que obliga alas personas mayores a trabajar demasiado tiempo yobliga a una entera generación de jóvenes a not ra b a j a r cuando deberían hacerlo para ellos y paratodos. Cuando los jóvenes están fuera del mundodel trabajo, las empresas carecen de energía, deentusiasmo, de innovación, de alegría de vivir,que son bienes comunes preciosos que mejoran lavida económica y la felicidad pública. Es por tan-to urgente un nuevo pacto social humano, un nuevopacto social para el trabajo, que reduzca las horasde trabajo de los que están en la última tempora-da laboral para crear trabajo para los jóvenes quetienen el derecho-deber de trabajar. El don deltrabajo es el primer don de los padres y de lasmadres a los hijos y a las hijas, es el primer patri-

monio de una sociedad. Es la primera dote con laque les ayudamos a levantar el vuelo libre de lavida adulta.

Quisiera subrayar dos desafíos trascendentalesque hoy el movimiento sindical debe afrontar ysuperar si quiere seguir desempeñando su papelesencial para el bien común.

El primero es la p ro f e c í a , y se refiere a la natura-leza misma del sindicato, a su vocación más ver-dadera. El sindicato es expresión del perfil proféticode una sociedad. El sindicato nace y renace todaslas veces que, como los profetas bíblicos, da voz alos que no la tienen, denuncia al pobre “vendidopor un par de sandalias” (cfr Am ó s 2,6), desen-mascara a los poderosos que pisotean los dere-chos de los trabajadores más frágiles, defiende lacausa del extranjero, de los últimos, de los “des-cartes”. Como demuestra también la gran tradi-ción de la CISL, el movimiento sindical tiene susgrandes temporadas cuando es profecía. Pero ennuestras sociedades capitalistas avanzadas el sin-dicato corre el riesgo de perder esta naturalezaprofética suya y volverse demasiado parecido a lasinstituciones y a los poderes que, en cambio, de-bería criticar. El sindicato, con el pasar del tiem-po, ha terminado por parecerse demasiado a lapolítica, o mejor dicho, a los partidos políticos, asu lenguaje, a su estilo. En cambio, si le falta estadimensión típica y diferente, también su accióndentro de las empresas pierde fuerza y eficacia.Esta es la profecía.

Segundo desafío: la innovación. Los profetasson centinelas, que vigilan desde su atalaya. Tam-bién el sindicato tiene que vigilar desde las mura-llas de la ciudad del trabajo, como un centinelaque mira y protege a los que están dentro de laciudad del trabajo, pero que mira y protege tambiéna quienes están fuera de las murallas. El sindicatono realiza su función esencial de innovación so-cial si vigila solo a los que están d e n t ro , si sóloprotege los derechos de quien ya trabaja o está ju-bilado. Esto se debe hacer, pero es la mitad devuestro trabajo. Vuestra vocación es también la deproteger los derechos de quien todavía no los tiene,los excluidos del trabajo que también están ex-cluidos de los derechos y de la democracia.

El capitalismo de nuestro tiempo no compren-de el valor del sindicato, porque se ha olvidadode la naturaleza social de la economía, de la empre-sa. Este es uno de los pecados más graves. Econo-mía de mercado: no. Digamos economía social de

mercado, como enseñaba san Juan Pablo II: eco-nomía social de mercado. La economía ha olvida-do la naturaleza social que tiene como vocación,la naturaleza social de la empresa, de la vida, delos vínculos, de los pactos. Pero tal vez nuestrasociedad no entiende al sindicato porque no lo veluchar lo suficiente en los lugares de los “derechos deltodavía no”: en las periferias existenciales, entrelos descartados del trabajo. Pensemos en el 40%de jóvenes menores de 25 años que no tienen tra-bajo. Aquí. En Italia. ¡vosotros tenéis que lucharahí! Son periferias existenciales. No lo ve lucharentre los inmigrantes, los pobres, que están bajolas murallas de la ciudad; o simplemente no loentiende porque a veces —pero pasa en todas lasfamilias— la corrupción ha entrado en el corazónde algunos sindicalistas. No os dejéis bloquearpor esto. Sé que os estáis esforzando ya desde ha-ce tiempo en la dirección justa, especialmente conlos migrantes, con los jóvenes y con las mujeres.Y esto que digo podría parecer superado, pero enel mundo del trabajo la mujer es todavía de se-gunda clase. Podríais decirme: “No, está esa em-presaria, esa otra…”. Sí, pero la mujer gana me-nos, se la explota con más facilidad… Haced al-go. Os animo a continuar y, si es posible, a hacermás. Vivir las periferias puede convertirse en unaestrategia de acción, en una prioridad del sindica-to de hoy y de mañana. No hay una buena socie-dad sin un buen sindicato, y no hay un sindicatobueno que no renazca cada día en las periferias,que no transforme las piedras descartadas por laeconomía en piedras angulares. Sindicato es unabella palabra que proviene del griego “dike”, esdecir justicia y “syn” juntos: syn-dike, “justicia jun-tos”. No hay justicia juntos si no es junto con losexcluidos de hoy.

Os doy las gracias por este encuentro, os ben-digo, bendigo vuestro trabajo y os deseo lo mejorpara vuestro Congreso y vuestro trabajo diario. Ycuando nosotros en la Iglesia hacemos una mi-sión, por ejemplo, en una parroquia, el obispo di-ce: “Hagamos la misión para que toda la parro-quia se convierta, es decir dé un paso a mejor”.También vosotros “convertíos”: dad un paso amejor en vuestro trabajo, que sea mejor. ¡Gracias!

Y ahora os pido que recéis por mí, porque yotambién tengo que convertirme en mi trabajo; ca-da día tengo que hacer mejor para ayudar y cum-plir mi vocación. Rezad por mí y quisiera daros labendición del Señor.

página 4 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 7 de julio de 2017, número 27

El Papa invita a renovar la propia elección de fe durante la misa en la fiesta de los santos Pedro y Pablo

La pregunta decisivaUna invitación a renovar la elección de fe siguiendo el ejemplo de los santos Pedro y Pablo fue dirigido por elPapa a los pastores y a los fieles que participaron en la misa con motivo de la solemnidad de los patrones deRoma celebrada en el atrio de la basílica vaticana la mañana del jueves 29 de junio

La liturgia de hoy nos ofrece tres palabras funda-mentales para la vida del apóstol: confesión, per-secución, oración.

La confesión es la de Pedro en el Evangelio,cuando el Señor pregunta, ya no de manera gene-ral, sino particular. Jesús, en efecto, pregunta pri-mero: «¿Quién dice la gente que es el Hijo delHombre?» (Mt 16,13). Y de esta «encuesta» se re-vela de distintas maneras que la gente considera aJesús un profeta. Es entonces cuando el Maestrodirige a sus discípulos la pregunta realmente deci-siva: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (v.15). A este punto, responde sólo Pedro: «Tú eresel Mesías, el Hijo del Dios vivo» (v. 16). Esta esla confesión: reconocer que Jesús es el Mesías es-perado, el Dios vivo, el Señor de nuestra vida.

Jesús nos hace también hoy a nosotros esta pre-gunta esencial, la dirige a todos, pero especial-mente a nosotros pastores. Es la pregunta decisi-va, ante la que no valen respuestas circunstancia-les porque se trata de la vida: y la pregunta sobrela vida exige una respuesta de vida. Pues de pocosirve conocer los artículos de la fe si no se confie-sa a Jesús como Señor de la propia vida. Él nosmira hoy a los ojos y nos pregunta: «¿Quién soyyo para ti?». Es como si dijera: «¿Soy yo todavíael Señor de tu vida, la orientación de tu corazón,la razón de tu esperanza, tu confianza inquebran-table?». Como san Pedro, también nosotros reno-vamos hoy nuestra opción de vida como discípu-los y apóstoles; pasamos nuevamente de la prime-ra a la segunda pregunta de Jesús para ser «su-yos», no sólo de palabra, sino con las obras y connuestra vida.

Preguntémonos si somos cristianos de salón, deesos que comentan cómo van las cosas en la Igle-sia y en el mundo, o si somos apóstoles en cami-no, que confiesan a Jesús con la vida porque lollevan en el corazón. Quien confiesa a Jesús sabeque no ha de dar sólo opiniones, sino la vida; sa-be que no puede creer con tibieza, sino que estállamado a «arder» por amor; sabe que en la vidano puede conformarse con «vivir al día» o aco-modarse en el bienestar, sino que tiene que correrel riesgo de ir mar adentro, renovando cada día eldon de sí mismo. Quien confiesa a Jesús se com-porta como Pedro y Pablo: lo sigue hasta el final;no hasta un cierto punto sino hasta el final, y losigue en su camino, no en nuestros caminos. Sucamino es el camino de la vida nueva, de la ale-

gría y de la resurrección, el camino que pasa tam-bién por la cruz y la persecución.

Y esta es la segunda palabra, persecución. Nofueron sólo Pedro y Pablo los que derramaron susangre por Cristo, sino que desde los comienzostoda la comunidad fue perseguida, como nos loha recordado el libro de los Hechos de los Após-toles (cf. 12,1). Incluso hoy en día, en varias par-tes del mundo, a veces en un clima de silencio—un silencio con frecuencia cómplice—, muchoscristianos son marginados, calumniados, discrimi-nados, víctimas de una violencia incluso mortal, amenudo sin que los que podrían hacer que se res-petaran sus sacrosantos derechos hagan nada paraimp edirlo.

Por otra parte, me gustaría hacer hincapié espe-cialmente en lo que el Apóstol Pablo afirma antesde «ser —como escribe— derramado en libación»

(2 Tm 4,6). Para él la vida es Cristo (cf. Flp 1,21),y Cristo crucificado (cf. 1 Co 2,2), que dio su vidapor él (cf. Ga 2,20). De este modo, como fiel dis-cípulo, Pablo siguió al Maestro ofreciendo tam-bién su propia vida. Sin la cruz no hay Cristo,pero sin la cruz no puede haber tampoco un cris-tiano. En efecto, «es propio de la virtud cristianano sólo hacer el bien, sino también saber soportarlos males» (Agustín, Disc. 46, 13), como Jesús.Soportar el mal no es sólo tener paciencia y conti-nuar con resignación; soportar es imitar a Jesús:es cargar el peso, cargarlo sobre los hombros porél y por los demás. Es aceptar la cruz, avanzandocon confianza porque no estamos solos: el Señorcrucificado y resucitado está con nosotros. Así,como Pablo, también nosotros podemos decir queestamos «atribulados en todo, mas no aplastados;apurados, mas no desesperados; perseguidos, perono abandonados» (2 Co 4, 8-9).

Soportar es saber vencer con Jesús, a la manerade Jesús, no a la manera del mundo. Por eso Pa-blo —lo hemos oímos— se considera un triunfadorque está a punto de recibir la corona (cf. 2 Tm4,8) y escribe: «He combatido el noble combate,he acabado la carrera, he conservado la fe» (v. 7).Su comportamiento en la noble batalla fue única-mente no vivir para sí mismo, sino para Jesús ypara los demás. Vivió «corriendo», es decir, sinescatimar esfuerzos, más bien consumándose. Unacosa dice que conservó: no la salud, sino la fe, esdecir la confesión de Cristo. Por amor a Jesús ex-perimentó las pruebas, las humillaciones y los su-frimientos, que no se deben nunca buscar, sinoaceptarse. Y así, en el misterio del sufrimientoofrecido por amor, en este misterio que muchoshermanos perseguidos, pobres y enfermos encar-nan también hoy, brilla el poder salvador de lacruz de Jesús.

La tercera palabra es oración. La vida del após-tol, que brota de la confesión y desemboca en elofrecimiento, transcurre cada día en la oración. Laoración es el agua indispensable que alimenta laesperanza y hace crecer la confianza. La oraciónnos hace sentir amados y nos permite amar. Noshace ir adelante en los momentos más oscuros,porque enciende la luz de Dios. En la Iglesia, laoración es la que nos sostiene a todos y nos ayu-da a superar las pruebas. Nos lo recuerda la pri-mera lectura: «Mientras Pedro estaba en la cárcelbien custodiado, la Iglesia oraba insistentementea Dios por él» (Hch 12,5). Una Iglesia que rezaestá protegida por el Señor y camina acompañadapor él. Orar es encomendarle el camino, para quenos proteja. La oración es la fuerza que nos une ynos sostiene, es el remedio contra el aislamiento yla autosuficiencia que llevan a la muerte espiri-tual. Porque el Espíritu de vida no sopla si no seora y sin oración no se abrirán las cárceles interio-res que nos mantienen prisioneros.

Que los santos Apóstoles nos obtengan un co-razón como el suyo, cansado y pacificado por laoración: cansado porque pide, toca e intercede,lleno de muchas personas y situaciones para enco-mendar; pero al mismo tiempo pacificado, porqueel Espíritu trae consuelo y fortaleza cuando seora. Qué urgente es que en la Iglesia haya maes-tros de oración, pero que sean ante todo hombresy mujeres de oración, que viven la oración.

El Señor interviene cuando oramos, él, que esfiel al amor que le hemos confesado y que nuncanos abandona en las pruebas. Él acompañó el ca-mino de los Apóstoles y os acompañará también avosotros, queridos hermanos Cardenales, aquí reu-nidos en la caridad de los Apóstoles que confesa-ron la fe con su sangre. Estará también cerca devosotros, queridos hermanos Arzobispos que, reci-biendo el palio, seréis confirmados en vuestro vi-vir para el rebaño, imitando al Buen Pastor, queos sostiene llevándoos sobre sus hombros. El mis-mo Señor, que desea ardientemente ver a todo surebaño reunido, bendiga y custodie también a laDelegación del Patriarcado Ecuménico, y al queri-do hermano Bartolomé, que la ha enviado comoseñal de comunión apostólica.

número 27, viernes 7 de julio de 2017 L’OSSERVATORE ROMANO página 5

En la audiencia a la Organización internacional italo-latinoamericana

La emigración es un drama de divisiónLa emigración es «un drama de división»,porque «se dividen las familias, los hijos seseparan de los padres, se alejan de la tierrade origen, y los mismos gobiernos y países sedividen ante esta realidad». Lo recordó elPapa a los miembros de la Organizacióninternacional italo-latinoamericana, recibidosen audiencia el viernes 30 de junio por lamañana, en la sala clementina, con ocasióndel 50˚ aniversario de su fundación.

Señoras y señores:Ante todo les pido disculpas por el re-

traso. No estaba previsto que llegase conretraso, pero se alargaron las audiencias,así que les pido excusas. Les doy la bien-venida y les saludo con ocasión del 50˚aniversario de la Organización italo-lati-noamericana. Doy las gracias al presidentey al vicepresidente por las palabras quehan introducido nuestro encuentro.

En la Convención fundacional de vues-tra Organización se expresan sus finalida-

de la pobreza, del desempleo, de la desi-gualdad social, así como también explota-ción y abuso de nuestra casa común. Y es-to a un nivel que no hubieramos imagina-do hace diez años. Ante esta situación senecesita un análisis que tenga en cuenta larealidad de las personas concretas, la reali-dad de nuestro pueblo (cf. Enc. Laudatosi’, 144). Esto nos ayudará a darnos cuentade las necesidades reales que existen, ade-más de apreciar la riqueza que cada perso-na y cada pueblo lleva consigo.

Si el primer punto era individuar laspotencialidades, el segundo es c o o rd i n a rlos esfuerzos para dar respuestas concretasy hacer frente a los peticiones y necesida-des de los hijos e hijas de nuestros países.Coordinar no significa dejar hacer a otros,y al final aprobar; sino que conlleva mu-cho tiempo y mucho esfuerzo; es un tra-bajo escondido y poco apreciado, pero ne-cesario. Ante un mundo globalizado y ca-da vez más complejo, América Latina de-be unir esfuerzos para hacer frente al fe-

realidad. Es necesaria una política conjun-ta de cooperación para afrontar este fenó-meno. No se trata de buscar culpables yde eludir la responsabilidad, sino que to-dos estamos llamados a trabajar de mane-ra coordinada y conjunta.

Y por último, el tercer aspecto: p ro m o -v e r. Entre las muchas acciones que se po-drían realizar, considero que emerge porsu importancia la promoción de una cul-tura del diálogo. Algunos países estánatravesando momentos difíciles a nivel po-lítico, social y económico. Los ciudadanosque tienen menos recursos son los prime-ros en notar la corrupción que existe enlas distintas capas sociales y la mala distri-bución de las riquezas. Sé que muchospaíses trabajan y luchan para lograr unasociedad más justa, promoviendo una cul-tura de la legalidad. La promoción deldiálogo político es esencial, tanto entre losdistintos miembros de esta Asociación, co-mo con los países de otros continentes, demanera especial con los de Europa, por

des, entre las cuales promover el desarro-llo y la coordinación, así como tambiénindividuar las posibilidades de asistenciarecíproca y de acción común entre los paí-ses miembros (cf. Art. 1). Ante este com-promiso, deseo subrayar tres aspectos queme parecen importantes en el momentoactual.

En primer lugar individuar las potenciali-dades. Los países de América Latina sonricos en historia, cultura, recursos natura-les; además su gente es «buena» y solida-ria con los otros pueblos. Lo cual se hacomprobado en ocasión de las recientescatástrofes naturales, en cómo se han ayu-dado unos a otros, dando ejemplo a todala comunidad internacional. Todos estosvalores sociales están presentes, pero de-ben ser apreciados y potenciados. No obs-tante estos bienes del continente, la actualcrisis económica y social ha golpeado a lapoblación y ha producido un incremento

nómeno de la emigración; y gran parte desus causas habrían podido ser afrontadasya desde hace mucho tiempo, pero nuncaes demasiado tarde (cf. Discurso al CuerpoDiplomático ante la Santa Sede, 11 enero2016). La emigración siempre ha existido,pero en los últimos años se ha incrementa-do de una manera jamás vista antes.Nuestra gente, impulsada por la necesi-dad, va en busca de «nuevos oasis», don-de puedan encontrar mayor estabilidad yun trabajado que garantice mayor digni-dad a su vida. Pero en esa búsqueda, mu-chas personas sufren la violación de susderechos; muchos niños y jóvenes son víc-timas de la trata y son explotados, o caenen las redes de la criminalidad y la violen-cia organizada. La emigración es un dra-ma de división: se dividen las familias, loshijos se separan de sus padres, se alejande su tierra de origen, y los mismos go-biernos y los países se dividen ante esta

los lazos que les unen. En esta colabora-ción y en este diálogo se coloca la diplo-macia como instrumento fundamental yde solidaridad para alcanzar la paz (cf.ibid.). El diálogo es indispensable pero noel “diálogo entre sordos”. Se requiere unaactitud receptiva que acoja sugerencias ycomparta aspiraciones. Capacidad de es-cucha. Es un intercambio recíproco deconfianza, que sabe que en la otra partehay un hermano con la mano tendida pa-ra ayudar, que desea el bien de ambaspartes y quiere reforzar los lazos de frater-nidad y amistad para progresar por cami-nos de justicia y de paz.

Les animo en su compromiso en favordel bien común en nuestro continenteamericano y que la colaboración entre to-dos pueda favorecer a la creación de unmundo cada vez más humano y más justo.Muchas gracias.

número 27, viernes 7 de julio de 2017 L’OSSERVATORE ROMANO páginas 6/7

Anunciada por el cardenal secretario de Estado la visita del Pontífice a la FA O el próximo 16 de octubre

El objetivo de la seguridad alimentaria

Visita del Papa Francisco a la FAO (20-01-2014)

El próximo 16 de octubre, con ocasión

de la Jornada mundial de la alimentación

dedicada este año a reflexionar sobre

el tema “Cambiar el futuro de la migración”

el Papa Francisco irá a la FAO

El lunes 3 de julio por la mañana, el cardenal PietroParolin, Secretario de Estado, participó en Roma en lasesión inautural de la 40ª conferencia general de laOrganización de las Naciones Unidas para la alimentacióny la agricultura. Después de haber saludado a los vérticesdel organismo, al presidente del Consejo de Ministros de laRepública Italiana, Paolo Gentiloni, a los embajadores yrepresentantes permanentes y a todos los participantes, elpurpurado dio las gracias por la acogida recibida y laspalabras de bienvenida que le fueron dirigidas. Acontinuación procedió a leer el mensaje que Francisco quisotransmitir a los participantes en la Conferencia y parafinalizar anunció la visita del Papa a la FAO prevista parael próximo 16 de octubre. Publicamos la traducción delmensaje papal.

Señor Presidente:Me complace dirigirle mi deferente y cordial saludo,

así como a cada uno de ustedes, Representantes de losEstados miembros de la FA O, reunidos para la cuadragé-sima Conferencia de la Organización. Extiendo tambiénmi saludo al Director General de la FA O y a los Respon-sables de los otros Organismos internacionales presentesen esta reunión, que está llamada a dar respuestas preci-sas al sector agrícola y alimentario, de las que dependenlas expectativas de millones de personas.

1. No pudiendo esta vez estar con ustedes, según laconsolidada tradición que se remonta al inicio de estasede de la FA O en Roma, he pedido al Señor CardenalPietro Parolin, Secretario de Estado, llevar mi palabra deestímulo y apoyo, y manifestarles toda mi estima y con-sideración por la ardua tarea que deben realizar.

La Santa Sede sigue con mucha atención la actividadinternacional y quiere cooperar a orientarla para favore-cer no un simple progreso u objetivos teóricos de desa-rrollo, sino una real erradicación del hambre y de lamalnutrición.

Todos somos conscientes de que no basta la intenciónde asegurar a todos el pan cotidiano, sino que es necesa-rio reconocer que todos tienen derecho a él y que debenpor tanto beneficiarse del mismo. Si los continuos obje-tivos propuestos quedan todavía lejos, depende muchode la falta de una cultura de la solidaridad que no lograabrirse paso en medio de las actividades internacionales,que permanecen a menudo ligadas solo al pragmatismode las estadísticas o al deseo de una eficacia carente dela idea de compartir.

El compromiso de cada País por aumentar el propionivel de nutrición, por mejorar la actividad agrícola y lascondiciones de las poblaciones rurales, se concreta en elimpulso del sector agrícola, en el incremento de la pro-ducción o en la promoción de una distribución efectivade los alimentos. Pero esto no basta.

En efecto, dichos objetivos lo que están pidiendo esque se considere cada día que el derecho de cada perso-na a ser liberada de la pobreza y del hambre dependedel deber que tiene toda la familia humana de ayudarde forma concreta a los necesitados.

Entonces, cuando un País no sea capaz de ofrecer res-puestas adecuadas porque no lo permita su grado de de-sarrollo, sus condiciones de pobreza, los cambios climá-ticos o las situaciones de inseguridad, es necesario que laFA O y las demás Instituciones intergubernamentales pue-dan tener la capacidad de intervenir específicamente pa-ra emprender una adecuada acción solidaria. A partir dela conciencia de que los bienes que nos ha entregadoDios Creador son para todos, se requiere urgentemente

que la solidaridad sea el criterio inspirador de cualquierforma de cooperación en las relaciones internacionales.

2. Una mirada a la situación actual del mundo no nosofrece imágenes consoladoras. No podemos, sin embar-go, permanecer únicamente preocupados o acaso soloresignados. Este momento de evidente dificultad debehacernos también más conscientes de que el hambre y lamalnutrición no son solamente fenómenos naturales oestructurales de determinadas áreas geográficas, sino queson el resultado de una más compleja condición de sub-desarrollo, causada por la inercia de muchos o por elegoísmo de unos pocos. Las guerras, el terrorismo, losdesplazamientos forzados de personas que cada vez másimpiden o, al menos, condicionan fuertemente incluso

las actividades de cooperación, no son fruto de la fatali-dad, sino más bien consecuencia de decisiones concretas.Se trata de un mecanismo complejo que fustiga ante to-do a las categorías más vulnerables, excluidas no solo delos procesos productivos, sino también obligadas a me-nudo a dejar sus tierras en busca de refugio y esperanzade vida. Como también están determinados por decisio-nes tomadas en plena libertad y conciencia los datos re-lativos a las ayudas a los Países pobres, que siguen mer-mando cada día, no obstante los reiterados llamamientosante las situaciones de crisis cada vez más destructorasque se manifiestan en diferentes áreas del planeta. Hayque ser conscientes de que en estos casos la libertad deelección de cada uno se conjuga con la solidaridad haciatodos, en relación con las necesidades, cumpliendo debuena fe los compromisos asumidos o anunciados.

A este respecto, animado también por el deseo dealentar a los Gobiernos, quisiera unirme con una contri-bución simbólica al programa de la FA O para proveer desemillas a las familias rurales que viven en áreas dondese han juntado los efectos de los conflictos y de la se-quía. Este gesto se suma al trabajo que la Iglesia vienerealizando, según su vocación de estar de parte de lospobres de la tierra y acompañar el compromiso eficaz detodos en favor suyo.

Este compromiso nos lo pide hoy la Agenda para elDesarrollo 2030, cuando reitera el concepto de seguridadalimentaria como objetivo impostergable. Pero solo unesfuerzo de auténtica solidaridad será capaz de eliminarel número de personas malnutridas y privadas de lo ne-cesario para vivir.

Es un desafío muy grande para la FA O y para todaslas Instituciones de la Comunidad internacional. Un re-to en el que también la Iglesia se siente comprometidaen primera línea.

Deseo, por tanto, que las sesiones de esta Conferenciapuedan dar un nuevo impulso a la actividad de la Orga-nización y ofrecer aquellos instrumentos deseados y es-perados por millones de hermanos nuestros que ven enla acción de la FA O no sólo una contribución técnica pa-ra aumentar los recursos y para distribuir los frutos de laproducción, sino también el signo concreto, a veces úni-co, de una fraternidad que les permite confiar en el fu-t u ro .

Que la bendición de Dios todopoderoso, rico en mi-sericordia, descienda sobre ustedes y sus trabajos y lesdé la fuerza necesaria para contribuir a un auténticoprogreso de la familia humana.

Vaticano, 3 de julio de 2017

FRANCISCO

página 8 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 7 de julio de 2017, número 27

Rezar por «nuestros hermanosque se han alejado de la fe, paraque, a través de nuestra oración ytestimonio evangélico, puedan re-descubrir la belleza de la vidacristiana».

Lo pide en Papa Francisco enlas intenciones de oración para elmes de julio publicadas en el Ví-deo del Papa.

De este modo, pide que «noolvidemos nunca que nuestra ale-gría es Jesucristo, su amor fiel einagotable. Porque cuando uncristiano se pone triste, quiere de-cir que se ha alejado de Jesús».

Asimismo, el Pontífice recuerdaque «en esos momentos no hayque dejarlo solo. Debemos ofre-cerle la esperanza cristiana con lapalabra sí, pero más con nuestrotestimonio, con nuestra libertad,con nuestra alegría».

Cada mes, la Red Mundial deOración publica un vídeo en elque se recogen las intenciones deoración del Papa Francisco, ani-mando a la Iglesia y a quien lodesee, a unirse a él con esta in-tención.

Nombramientos y Renuncias Vídeo del Papadel mes de julio

Para las víctimas del terremoto de la isla de Lesbos

La caridad de FranciscoEl Papa Francisco ha donado cincuenta mil euros para las necesidades dela población de la isla de Lesbos golpeada en los días pasados por un te-rremoto. Después de haber recibido un informe sobre lo sucedido, elPontífice rezó por las víctimas y quiso expresar su cercanía, con un dona-tivo que servirá para llevar alivio a muchas personas, comentó monseñorNikolaos Printezis, obispo de Naxos, Andros, Tinos y Mykonos y admi-nistrador apostólico “sede vacante” de Quíos, quien en los próximos díasirá a Lesbos para entregar el donativo pontificio. Como es sabido, el 16de abril de 2016 Francisco visitó un campo de refugiados en la isla, recor-dando a las víctimas de las migraciones.

El sisma, que golpeó las islas griegas de Lesbos y Quíos y la costa oc-cidental de Turquía, tuvo lugar el 12 de junio y tuvo una magnitud de6,3. El epicentro fue localizado en el mar Egeo a 10 kilómetros de profun-didad. Al temblor le siguieron otros de intensidad inferior.

Una mujer falleció y diez personas resultaron heridas y el balance másgrave de víctimas y daños fue en el pueblo de Vrisa, donde cayeron variascasas.

INFORMACIÓN VAT I C A N A

El Papa ha aceptado la renunciaal gobierno pastoral de la diócesisde Garagoa (Colombia) presentadapor monseñor JOSÉ VICENTE HUER-TA S VA R G A S.

El Papa ha nombrado obispo deGaragoa (Colombia) a monseñor JU-LIO HERNAND O GARCÍA PELÁEZ,

hasta ahora obispo de Istmina - Ta-dò (Colombia).

El Papa ha nombrado obispo dela diócesis de Tlaxcala (México) alreverendo P. JULIO CÉSAR SALCED OAQ U I N O, M.J., Superior General delos Misioneros de San José en Méxi-co.

El Papa ha nombrado nuncioapostólico en Perú a monseñor NI-COLA GIRASOLI, arzobispo titular deEgnazia Appula, hasta ahora nuncioapostólico en Trinidad y Tobago,Antigua y Barbuda, Bahamas, Bar-bados, Dominica, Jamaica, Granada,República Cooperativa de Guyana,Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía,San Vicente y las Granadinas, Suri-nam y delegado apostólico en Anti-llas.

El Santo Padre ha nombrado Se-cretario del Dicasterio para el Servi-cio del Desarrollo Humano Integralal Reverendo Sac BRUNO MARIEDUFFÉ, del clero de la archidiócesisde Lyon, Cofundador y Director delInstituto de Derechos Humanos dela Universidad Católica de Lyon,profesor de Ética Social y Sanitariaen el Centro Regional de Luchacontra el Cáncer Léon Bérard deLyon (Francia).

El Santo Padre ha aceptado la re-nuncia al gobierno pastoral de la ar-chidiócesis de San Juan de Cuyo(Argentina) presentada por monse-ñor ALFONSO RO GELIO DELGAD OEV E R S.

Le sucede monseñor JORGEEDUARD O LO Z A N O, hasta ahora obis-po coadjutor de la misma archidió-cesis.

Scholas occurrentes organiza un congreso en Jerusalén

La valentía del encuentro«Entre la universidad y la escuela, construir la paza través de la cultura del encuentro» es el tema delcongreso de Scholas occurentes que tuvo lugar del 2al 5 de julio en Jerusalén, con la participación deacadémicos procedentes de 41 institutos de todo elmundo. Publicamos el texto del videomensaje con elque el Papa Francisco intervino en la ceremonia declausura en la tarde del miércoles 5 en la sede de launiversidad hebrea de la ciudad santa.

En este momento jóvenes y adultos de Israel, dePalestina y de otras partes del mundo, de diferen-tes nacionalidades, credos y realidades, todos res-piramos el mismo aire, todos pisamos la mismatierra, nuestra casa común. Las historias son mu-chas, cada uno tiene la suya. Hay tantas historiascomo personas, pero la vida es una. Por eso quie-ro celebrar estos días vividos allí en Jerusalén,porque ustedes mismos, desde sus diferencias, lo-graron unidad. No se los enseñó nadie. Lo vivie-ro n .

Ustedes se animaron a mirarse a los ojos, seanimaron a desnudar la mirada y esto es impres-cindible para que se produzca un encuentro. Enla desnudez de la mirada no hay respuestas, hayapertura. Apertura a todo lo otro que no soy yo.En la desnudez de la mirada nos volvemos per-meables a la vida. La vida no nos pasa de largo.Nos atraviesa y nos conmueve y esa es la pasión.Una vez abiertos a la vida y a los otros, al quetengo al lado, se produce el encuentro y en ese

encuentro se da un sentido. Todos tenemos senti-do. Todos tenemos un sentido en la vida. Ningu-no de nosotros es un no. Todos somos sí, por esocuando encontramos el sentido es como si se nosensanchara el alma. Y necesitamos ponerle pala-bras a este sentido. Darle una forma que lo con-tenga. Expresar de algún modo eso que nos pasó.Y esa es la creación. Además, cuando nos damoscuenta que la vida tiene sentido y que ese sentidonos desborda necesitamos celebrarlo. Necesitamosla fiesta, como expresión humana de la celebra-ción del sentido.

Entonces encontramos el sentimiento más pro-fundo que se puede tener. Un sentimiento queexiste en nosotros por y a pesar de todo, por to-do y a pesar de todo. Este sentimiento es la grati-tud. Scholas intuye que de esto se trata educar.La educación que nos abre a lo desconocido, quenos lleva a ese lugar en el que todavía no se sepa-raron las aguas. Libre de prejuicios. Es decir librede juicios previos que nos bloquean, para desdeallí soñar y buscar nuevos caminos. De ahí quenosotros los adultos no podemos quitarle a nues-tros niños y jóvenes la capacidad de soñar, ni dejugar, que en cierta manera es un soñar despier-tos. Si no dejamos que el niño juegue es porquenosotros no sabemos jugar y si nosotros no sabe-mos jugar no entendemos ni la gratitud, ni la gra-tuidad, ni la creatividad.

Este encuentro nos ha enseñado que nuestraobligación es escuchar a los chicos y generar uncontexto de esperanza para que esos sueños crez-can y se compartan. Un sueño cuando es compar-tido se convierte en la utopía de un pueblo, en laposibilidad de crear una nueva manera de vivir.Nuestra utopía, la de todos los que de algún mo-do formamos Scholas es crear con esta educaciónuna cultura del encuentro. En las personas pode-mos unirnos valorando la diversidad de culturaspara alcanzar, no la uniformidad, no, sino la ar-monía, y ¡cuánto necesita este mundo tan atomi-zado!

Este mundo que le teme al diferente, que a par-tir de ese temor a veces construye muros que ter-minan haciendo realidad la peor pesadilla que esvivir como enemigos. ¡Cuánto necesita este mun-do salir a encontrarse! Por eso quiero agradecerleshoy, a los adultos, a los académicos de la Univer-sidad hebrea y de tantas universidades de todo elmundo que están allí presentes por no encerrarsey por poner sus valiosos conocimientos al serviciode la escucha.

Y a los jóvenes de Israel y Palestina y a los in-vitados de otros países del mundo gracias poranimarse a soñar, a buscar el sentido, a crear, aagradecer, a festejar, a poner la mente, las manosy el corazón para hacer realidad la cultura del en-cuentro. Muchas gracias.

número 27, viernes 7 de julio de 2017 L’OSSERVATORE ROMANO página 9

La destructivacultura del descarte

«El Papa Francisco sigue con afecto yconmoción la situación del pequeño CharlieGard y expresa cercanía a sus padres. Rezapor ellos, con la esperanza de que no sedescuide su deseo de acompañar y cuidarhasta el final al niño» (2 de julio)

Chris Gard y Connie Yates enuna foto tomada del perfil defacebook del padre de Charlie

D esiertoespiritual

LU C E T TA SCARAFFIA

El dramático caso del pequeño Charlie po-ne en evidencia los fallos que puede cau-sar la difusión generalizada de la culturadel descarte tantas veces denunciada confuerza por el Papa y por una visión solo

técnico-científica de la práctica médica. Provocandouna desconfianza que puede llevar a irreparablesrupturas de la fundamental alianza terapéutica entrepaciente (o, como en este caso entre la familia deeste último) y médicos, por una parte, y hasta la mi-stificación y la instrumentalización de las noticias,por otro. Algunos medios de comunicación, sobretodo en Italia, se han distinguido por seguir estetrágico acontecimiento haciendo de ello objeto deconflicto ideológico, ulterior ocasión para posicio-narse políticamente pro o contra la eutanasia. Aun-que en la desgarradora historia del pequeño CharlieGard este no es el problema. La frase, repetida va-rias veces, «desenchufar» evoca inmediatamente unacto de eutanasia, y no la posible elección de ponerfin a un ensañamiento terapéutico, sustituido porcuidados paliativos. ¿Y si ese cable no se hubieradebido enchufar nunca? En el caso británico no te-nemos los elementos para responder, pero sabemosque, en un mundo en el cual se pide a la cienciavencer a la muerte de todas las maneras posibles, escada vez más difícil encontrar un lugar para la dolo-rosa pero ineludible aceptación del final. Y para losmédicos encontrar las palabras para explicar a esospobres y desesperados padres que su dolor será ine-vitable, y ponerse a su lado con humanidad y cari-dad.

Aquí lo que ha faltado —parece entenderse— es unhorizonte humano y espiritual más amplio en el cualinscribir, aunque no explicar, el misterio del dolorinfantil, y más en general del sufrimiento. Correr deuna esperanza médica, a menudo ilusoria hacia otra,sin dejar a esa pobre criatura el modo de morir conel menor dolor posible, sino aceptando este trágicodestino, es el signo del desierto espiritual moderno,es la otra cara de la eutanasia y de una mentalidadque se está difundiendo cada vez más.

Ante el dramático caso del pequeño Charlie Gard

FERDINAND O CANCELLI

Desde octubre del año pasado elpequeño Charlie Gard ha sido tra-tado en el Great Ormond StreetHospital (Gosh) de Londres debi-do al empeoramiento de sus con-

diciones generales tras una rarísima forma pa-tológica. El síndrome de agotamiento mitocon-drial que lleva rápidamente a la disminuciónde las funciones vitales a causa de la debilidadmuscular y daños al sistema nervioso central: larespiración, la nutrición y la hidratación clíni-camente asistidas solo pueden retrasar la muer-te que permanece en tales casos casi una conse-cuencia inevitable.

El del niño inglés es un caso dramático bajomuchos puntos de vista: su tierna edad, la si-tuación de total dependencia, la fragilidad ex-trema de quien ni siquiera ha conseguido lloraren estos largos meses, la batalla legal de dosjóvenes padres para mantener el soporte vitalal pequeño, batalla que se ha infringido ante elrechazo de intervenir, por parte de la Corte eu-ropea de derechos humanos, pronunciado hacepocos días.

A complicar todo el caso ha contribuido unavez más la creciente y destructiva cultura deldescarte que, golpeando a los más débiles, en-turbia las aguas e impide distinguir la verdadde la mentira. «Charlie ha sido atendido poruno de los más expertos equipos médico-enfer-meros que nuestros excelentes hospitales pue-den ofrecer» se leía estos días en las columnasdel «Daily Telegraph».

Basándose en esta afirmación es necesariodetenerse atentamente y por un momento darun paso atrás para reflexionar cómo haya sidoposible llegar a un fracaso tan grande en uncontexto aparentemente de los mejores como esel descrito en el «Telegraph».

Los médicos del Gosh afirmaron que paraCharlie había llegado la hora de aplicar exclu-

sivamente los cuidados paliativos y por consi-guiente el soporte vital debía ser suspendidoen favor de un alivio de los síntomas.

¿Pero la medicina paliativa excluye todo me-dio de soporte vital? La respuesta es claramen-te no: la hidratación, la nutrición y la respira-ción asistida, a menos que no sean fuente deefectos adversos o que el paciente no las desee,pueden coexistir con el perfecto control de lossíntomas perturbadores puesto en práctica porun buen tratamiento paliativo.

¿Y si, dando la vuelta a la perspectiva, eltratamiento paliativo se hubiera considerado enel caso de Charlie desde el inicio de su histo-ria, se habrían puestos en práctica estos mediosde ayuda vital? Hay una posibilidad de queante la ineluctabilidad de la muerte inminentetales medios hubieran sido considerados “des-prop orcionados” ab initio y en consecuencia nopuestos en práctica, limitándose a controlar lossíntomas perturbadores hasta el natural y des-graciadamente inevitable fallecimiento que, aese punto y con la ayuda de un equipo espe-cializado, hubiera podido ocurrir también encasa.

El rol de la medicina paliativa entonces sevuelve crucial incluso en este caso: sin contra-dicciones la misma puede por un lado acompa-ñar a quienes, ayudados por las máquinas, sondestinados de todos modos a consumirse porinevitables complicaciones y por otro puedeenseñar a evitar el ensañamiento terapéutico encuyas dobleces pueden celarse insidias como laque han vivido en primera persona el pequeñoCharlie y sus padres Chris y Connie.

Es quizás de una visión como esta de la quea menudo parecen desprovistos «uno de losmás expertos equipos médico-enfermeros quenuestros excelentes hospitales pueden ofrecer»:una visión que probablemente hubiera salvadoa los padres de la más que comprensible tenta-ción de buscar otras e improbables y costosassoluciones médicas.

página 10 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 7 de julio de 2017, número 27

Su vida da un giro importante cuandoJuan Pablo II le llama a dirigirla Sala de Prensa de la Santa Sedea la que el Pontífice polaco queríaimprimir nuevos ritmos

Fallece Joaquín Navarro Valls

Las lágrimas de QuicoANTONIO PE L AY O

Conocí a Joaquín en agosto de 1978 con ocasiónde la muerte del beato Pablo VI y del cónclave enel que fue elegido Juan Pablo I y desde entonceshe mantenido con él una continua relación profe-sional y amistosa. Él era entonces corresponsal enRoma del diario madrileño ABC y en 1983 fue ele-gido presidente de la Asociación de la Prensa Ex-tranjera en Italia cargo que abandonó cuando en1984 Karol Wojtyla le llamó para sustituir al pa-dre Romeo Panciroli al frente de la Sala de pren-sa de la Santa Sede. En dos décadas transformóel funcionamiento de este importante organismomodernizándolo y agilizándolo hasta convertirloen un indispensable medio de información paracuántos se interesaban por la actualidad de laIglesia católica en el mundo.

Navarro Valls nació en 1936 (pocos meses des-pués del inicio de la guerra civil española) en lalocalidad levantina de Cartagena donde cursó susprimeros estudios finalizados los cuales se trasla-dó a Granada y Barcelona para obtener la licen-ciatura en medicina especializándose más tarde enla rama de psiquiatría. Sus aficiones literarias lellevaron a cursar los estudios de periodismo en laUniversidad de Navarra. Por entonces ya habíaentrado en contacto con el “Opus Dei” del que se

hizo miembro numerario y colaboró en diversasactividades de la Obra tanto en Barcelona comoen Granada. En 1970 se trasladó a Roma convir-tiéndose en estrecho colaborador del fundadorsan Josemaría Escrivá de Balaguer y más tarde desu sucesor el beato Álvaro del Portillo trabajandosobre todo en las tareas de comunicación. A fina-les de los años setenta es nombrado corresponsalde ABC en Italia y Vaticano cubriendo también laactualidad en diversos países del área mediterrá-nea.

Su vida da un giro importante cuando Juan Pa-blo II le llama a dirigir la Sala de Prensa de laSanta Sede a la que el Pontífice polaco quería im-primir nuevos ritmos. Era el primer no italianoque desempeñaba dicha misión y pronto se hizonotar por su habilidad como comunicador; almismo tiempo modernizó las vetustas instalacio-nes de la Via della Conciliazione haciéndolas másfuncionales y eficaces ante la evolución de las tec-nologías de la comunicación. Navarro Valls con elpaso de los años incrementó su relación personalcon el Pontífice y con el entonces su secretariopersonal monseñor Stanislaw Dziwisz, hoy arzo-bispo emérito de Cracovia. Acompañó al Papa ensus numerosos viajes a los cinco continentes y es-taba a su lado incluso durante las vacaciones ve-raniegas en las montañas del norte de Italia. Me

atrevería a decir que existía entre ellos una empa-tía especial. Pero no sólo ejercía sus funciones co-mo director de la Sala de Prensa. Formó parte delas delegaciones vaticanas en las Conferencias In-ternacionales organizadas por la ONU en El Cairo(1994) Pekín (1995) y Estambul (1996) y actuó co-mo interlocutor especial en la preparación de al-gunos viajes papales particularmente delicados co-mo el de Cuba en 1998 antes del cual mantuvocon Fidel Castro una larguísima entrevista noctur-na y logró arrancarle al líder cubano algunas pro-mesas como la transmisión en directa televisiva de

todos las ceremonias celebradas por Karol Wojty-la en las isla caribeña.

Idea también suya fue no limitar la comunica-ción papal a los discursos u homilías sino am-pliarla también a la publicación de libros firma-dos por Karol Wojtyla. Así nacieron, entre otros,“Cruzando el umbral de la esperanza” (1994)“¡Levantaos! ¡Vamos! (2004) o “Memoria e identi-dad” traducidos a diversas lenguas y de los que sevendieron centenares de miles de ejemplares entodo el mundo. A medida que la enfermedad fueadueñándose de la persona de Juan Pablo II c re -ció la curiosidad mundial por su salud. En aque-llos largos años Joaquín Navarro acudió a sus co-nocimientos médicos para explicar mejor los pro-cesos —incluidas las diversas operaciones— queiban reduciendo cada vez más ostensiblemente lacapacidad motora y comunicadora del Papa. Si-multáneamente crecía en él la conciencia de com-partir la vida de un santo. «Soy consciente —de-claró— de que tendré que rendir cuentas a Diospor la inmensa suerte de haber podido trabajarcerca de un hombre en cuyo entorno se palpa laexistencia de la gracia». Su emoción le desbordóel 1 de abril del 2005 cuando en plena conferenciade prensa no pudo reprimir las lágrimas al res-ponder a un periodista que le preguntaba por sussentimientos ante el inminente fallecimiento de suquerido y admirado Papa polaco.

Al ser elegido sucesor de Pedro el cardenal Jo-seph Ratzinger, con el que Navarro Valls habíamantenido una estrecha relación, Benedicto XVI lemantuvo en su puesto pero, a la vista de todos, elpanorama había cambiado. Durante más de unaño siguió al frente de la “oficina” (como a vecesla llamaba) pero, según él mismo declararía mástarde, pidió al Papa en tres ocasiones ser sustitui-do. Así sucedió en el mes de julio del 2006 dandopaso al jesuita Federico Lombardi.

El “doctor Navarro” recuperó su vieja vocaciónpor la medicina y fue nombrado presidente delConsejo Asesor de la Universidad Campus Bio-médico que la prelatura del “Opus Dei” habíaabierto en las cercanías de Roma. De tanto entanto comparecía en las columnas de la prensadiaria o en emisiones de las televisiones de mediomundo. Nunca le pudimos convencer de que es-cribiera un libro de memorias “confesables” p erosiempre se resistía diciendo: «Lo más interesanteno lo podría contar y lo otro de alguna maneraya es conocido». Quizás haya dejado algunas pá-ginas inéditas que merecerían ser publicadas.

En pocas palabras fue un comunicador elegan-te y persuasivo, un miembro ilustre de la Prelatu-ra a la que pertenecía desde muy joven (donde fa-miliarmente se le conocía como Quico), un fielservidor de los Papas y de la Iglesia.

número 27, viernes 7 de julio de 2017 L’OSSERVATORE ROMANO página 11

Fiarsede la promesa de Dios

En la última homilía de Santa Marta antes del descanso es-tivo el Papa comenta que deberíamos tener todos el ADN deAbraham, padre en la fe, y vivir con el estilo cristiano del«despojamiento», siempre «en camino» sin buscar jamás lacomodidad pero con la capacidad de «decir bien». Segurosde que no se necesitan horóscopos o nigromantes para co-nocer el futuro, porque basta fiarse de la «promesa deDios». He aquí las coordinadas «simples» de la vida cris-tiana que el Papa Francisco propuso durante la misa cele-brada el lunes 26 de junio en Santa Marta.

La primera lectura, hizo notar enseguida el Papa refirién-dose al pasaje extraído del Génesis (12, 1-9), «nos habla delinicio de nuestra familia, del inicio de nosotros cristianoscomo pueblo». Y «comenzó así, con Abraham —explicó— y

a una tierra que tú has preparado para mí». He aquí en-tonces, prosiguió el Papa, «el hombre en camino, el hom-bre que vive en una tienda, una tienda espiritual: nuestraalma, cuando se coloca demasiado, cuando se instala dema-siado, pierde esta dimensión de ir hacia la promesa y en lu-gar de caminar hacia la promesa, lleva la promesa y poseela promesa». Pero «esto no va, no es propiamente cristia-no».

«Otra característica, otra dimensión de la vida cristianaque vemos aquí, en esta semilla del inicio de nuestra fami-lia, es la bendición» explicó Francisco. «Por cinco veces—hizo notar— se dice la palabra “b endición”, cinco veces eneste pequeño fragmento de nueve versículos» extraído delGénesis. Porque «el cristiano es un hombre, una mujer que“b endice”, es decir dice bien de Dios y dice bien de los de-más, y que se hace bendecir por Dios y los demás por laforma en la que va adelante».

En resumen, afirmó el Papa, «esto es un esquema, diga-mos así, de vuestra vida cristiana: el despojamiento, la pro-mesa y la bendición, ya sea la que Dios nos da como laque nosotros le damos a los demás». Porque, advirtió, «to-dos, incluso vosotros laicos, debéis bendecir a los demás,decir bien de los demás y decir bien a Dios de los demás.Y esto es “b endecir”». Pero «nosotros estamos acostumbra-dos —advirtió Francisco— a no decir bien muchas veces y lalengua se mueve un poco como quiere, ¿no?».

Por esta razón, añadió, «me gusta el mandamiento queDios da a nuestro padre Abraham, como síntesis de la vida,como debe ser él: “camina en mi presencia y sé irreprensi-ble”». Por ello, explicó, «“camina en mi presencia”, es de-cir ante mí, dejándote despojar por mí y tomando las pro-mesas que yo te hago, fiándote de mí, “y sé irreprensible”».En el fondo, comentó Francisco, «la vida cristiana es así desimple».

Y sugirió no olvidar el estilo del «despojamiento, la pro-mesa con el fiarse de Dios y la tienda —sin prepararse e ins-talarse demasiado— y la bendición».

Deberíamos tener todos el ADN de Abrahampadre en la fe, y vivir con el estilo cristianodel despojamiento, siempre en camino sin buscarnunca la comodidad pero con la capacidadde decir bien

por esto nosotros decimos que Abraham es nuestro padre».Pero precisamente «la manera en la cual fue llamado Abra-ham marca también el estilo de la vida cristiana, el estilo».Abraham, efectivamente, responde a la pregunta sobre «có-mo debemos ser cristianos: si tú quieres, fácilmente vas allí,lees esto y tendrás el estilo». Un estilo que ciertamente seencuentra «también en los Evangelios». Pero así «como enla semilla está el ADN [el ácido desoxirribonucleico] del fru-to que vendrá después, también está en Abraham el estilode la vida cristiana, el estilo de nosotros como pueblo».

Y «una primera dimensión de este estilo es el despoja-miento» hizo presente Francisco. «La primera palabra» queel Señor dice a Abraham es: «vete». Entonces, «ser cristia-no conlleva siempre esta dimensión de despojamiento queencuentra su plenitud en el despojamiento de Jesús en lacruz». Por esto «hay siempre un “vete”, “deja”, para dar elprimer paso: “deja y vete de tu tierra, de tus parientes, dela casa de tu padre» es la orden del Señor para Abraham.

Pero «si hacemos un poco de memoria —prosiguió el Pa-pa— veremos que en los Evangelios la vocación de los dis-cípulos es un “vete”, “deja” y “ven”». Así es «también enlos profetas, pensemos en Eliseo, trabajando la tierra: “dejay ven” —“pero al menos permíteme que salude a los pa-d re s ”— “pero va y vuelve”». Es siempre el estilo del «deja yven».

«Un cristiano debe tener esta capacidad de ser despoja-do» insistió el Pontífice. «Por el contrario, no hay cristia-nos auténticos» y cierto «no lo son los que no se dejan, di-gamos despojar y crucificar con Jesús en la cruz», comopor ejemplo hizo san Pablo. Y «Abraham, dice la carta alos Hebreos, “por fiel obedeció” partiendo para una tierraque debía recibir en herencia y salió sin saber a dóndeiba». Por otro lado, afirmó el Papa, «el cristiano no tienehoróscopo para ver el futuro; no va al nigromante con labola de cristal» porque «quiere que le lea la mano: no, nosabe dónde va, hay que guiarle».

«El despojamiento», entonces, «es como una primera di-mensión de nuestra vida cristiana». Y esto «¿por qué? ¿Poruna ascesis quieta? No, para ir hacia una promesa». Y heaquí, entonces, «la segunda» dimensión indicada por Fran-cisco: «Nosotros somos hombres y mujeres que caminanhacia una promesa, hacia un encuentro, hacia algo —unatierra, dice a Abraham— que debemos recibir en herencia».

«A mí me gusta ver —confió el Pontífice— cómo se repiteen este pasaje, y en los de este capítulo que siguen, queAbraham no edifica una casa: pone una tienda, porque sa-be que está en camino y se fía de Dios, se fía». Y «Él, elSeñor, le hará saber cuál será la tierra. Hemos leído que sela ha hecho ver: “a tu descendencia, yo daré esta tierra”».Por su parte, «¿Abraham qué edifica, una casa? No, un al-tar para adorar al Señor: hace el sacrificio y luego recoge latienda y sigue caminando».

Por ello está «siempre en camino». Una actitud que nosrecuerda que «el cristiano quieto no es verdadero cristiano:el camino comienza todos los días por la mañana, el cami-no de encomendarse al Señor, el camino abierto a las sor-presas del Señor, tantas veces no buenas, tantas veces feas—pensemos en una enfermedad, en una muerte— p eroabierto, porque yo sé que tú me llevarás a un lugar seguro,

página 12 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 7 de julio de 2017, número 27

En el Ángelus en la solemnidad de los santos Pedro y Pablo

Por la Iglesiay el pueblo de Roma

Al «camino común» de los santosapóstoles Pedro y Pablo, «doscolumnas, sobre las cuales se apoya laconstrucción visible de la Iglesia», elPapa Francisco dedicó el Ángelus de lasolemnidad de los patrones de Roma,recitado con numerosos fieles reunidosen la plaza de San Pedro a medio díadel jueves 29 de junio.

Queridos hermanos y hermanas¡buenos días!

Los Padres de la Iglesia amabancomparar a los santos apóstoles Pe-dro y Pablo con dos columnas, sobrelas cuales se apoya la construcciónvisible de la Iglesia. Ambos sellaroncon su propia sangre el testimoniodado a Cristo con la predicación y elservicio a la naciente comunidadcristiana. Este testimonio se eviden-cia en las lecturas bíblicas de la li-turgia de hoy, lecturas que indican elmotivo por el cual su fe, confesada yanunciada, fue coronada luego conla prueba suprema del martirio.

El Libro de los Hechos de losApóstoles (Cfr. 12, 1-11) narra elevento de la prisión y de la consi-guiente l i b e ra c i ó n de Pedro. Él expe-rimentó la adversión al Evangelio yaen Jerusalén, donde fue encerradoen la prisión por el rey Herodes, «suintención era hacerlo comparecer an-te el pueblo» (v. 4). Pero fue salvadode manera milagrosa y así pudocumplir su misión evangelizadora,primero en Tierra Santa y despuésen Roma, poniendo todas sus ener-gías al servicio de la comunidad cris-tiana.

También Pablo experimentó lahostilidad de la que fue liberado p orel Señor. Enviado por el Resucitadoa muchas ciudades con poblacionespaganas, él encontró fuertes resisten-cias tanto por parte de sus correli-gionarios como de las autoridadesciviles. Escribiendo al discípulo Ti-moteo, reflexiona sobre su vida y so-bre su recorrido misionero, comotambién sobre las persecuciones su-fridas a causa del Evangelio.

Estas dos “l i b e ra c i o n e s ”, de Pedro yde Pablo, revelan el camino comúnde los dos apóstoles, que fueron en-viados por Jesús a anunciar el Evan-gelio en ambientes difíciles y en al-gunos casos hostiles. Ambos, consus situaciones personales y eclesia-les, nos demuestran y nos dicen hoy

a nosotros que el Señor está siemprea nuestro lado, camina con nosotros,no nos abandona jamás. Especial-mente en el momento de la prueba,Dios nos tiende la mano, viene ennuestra ayuda y nos libera de lasamenazas de los enemigos. Pero re-cordemos que nuestro verdadero

enemigo es el pecado, y el Malignoque nos empuja a él. Cuando nosreconciliamos con Dios, especial-mente en el Sacramento de la Peni-tencia, recibiendo la gracia del per-dón, somos liberados de los vínculosdel mal y aligerados del peso denuestros errores. Así podemos conti-nuar nuestro recorrido de alegresanunciadores y testigos del Evange-lio, demostrando que nosotros enprimer lugar hemos recibido miseri-c o rd i a .

A la Virgen María, Reina de losApóstoles, dirigimos nuestra ora-ción, que hoy es sobre todo por laIglesia que vive en Roma y por estaciudad, de la que Pedro y Pablo sonpatrones. Que le den el bienestar es-piritual y material. La bondad y lagracia del Señor sostengan a todo elpueblo romano, para que viva enfraternidad y concordia, haciendoresplandecer la fe cristiana, atesti-guada con intrépido ardor por lossantos apóstoles Pedro y Pablo.

Al finalizar la oración, después dehaber saludado a los cardenales y losmetropolitanos que participaron en lamisa, el Papa se dirigió a los gruposde fieles presentes.

Queridos hermanos y hermanas:Esta mañana, aquí en la Plaza he

celebrado la Eucaristía con los cincocardenales que he creado en el Con-sistorio de ayer y he bendecido lospalios de los arzobispos metropolita-nos nombrados durante el últimoaño y procedentes de diversos paí-ses. Les renuevo mi saludo y mismejores deseos y a cuantos les hanacompañado en esta peregrinación.Les animo a proseguir con alegría sumisión al servicio del Evangelio, encomunión con toda la Iglesia. En lamisma celebración he recibido conafecto a los miembros de la delega-ción enviada por el Patriarca Ecumé-nico de Constantinopla, el queridohermano Bartolomé. También estapresencia es signo de los lazos fra-ternales existentes entre ambas Igle-sias.

Dirijo un saludo cordial a todosvosotros, familias, grupos parroquia-les, asociaciones y a cada uno de losfieles procedentes de Italia y de tan-tas partes del mundo, especialmentede Alemania, Inglaterra, Bolivia, In-donesia y Qatar. Saludo a los estu-diantes de las escuelas católicas deSalbris en Francia, de Osijek enCroacia y de Londres.

Mi saludo va, sobre todo hoy, avosotros, fieles de Roma, ¡en la fies-ta de los santos patrones de la ciu-dad! ¡Un gran aplauso a todos losfieles de Roma! Para esta ocasión la“Pro Loco” romana ha promovido latradicional “Infiorata”, realizada pordiversos artistas y voluntarios delServicio Civil. ¡Gracias por esta ini-ciativa y por las hermosas represen-taciones florales! Y deseo recordartambién el espectáculo pirotécnicoque tendrá lugar esta noche en laPlaza del Popolo.

Deseo a todos una feliz fiesta. Y,por favor, no os olvidéis de rezarpor mí. ¡Buen almuerzo y hastap ro n t o !