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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año LII, número 44 (2.690) Ciudad del Vaticano 30 de octubre de 2020 Que las armas se callen y se garantice el derecho a la educación y al futuro Anuncio del Papa durante el Ángelus NUEVOS CARDENALES Página 2

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Page 1: Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 OL’ S S E ......e-mail: editorial@salesianos.edu.pe. página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 30 de octubre de 2020, número 44

Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00

L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Año LII, número 44 (2.690) Ciudad del Vaticano 30 de octubre de 2020

Que lasarmas se

callen y segarantice

el derechoa la

educacióny al futuroAnuncio del Papa durante

el Ángelus

NUEVOS CARDENALES

Página 2

Page 2: Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 OL’ S S E ......e-mail: editorial@salesianos.edu.pe. página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 30 de octubre de 2020, número 44

L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Ciudad del Vaticanoredazione.spagnola.or@sp c.va

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página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 30 de octubre de 2020, número 44

Al finalizar el Ángelus el Papa invoca el fin de la violencia

Promover la justicia y el bien común en Nigeria

Ángelus

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

En la página evangélica dehoy (cfr. Mt 22, 34-40), undoctor de la Ley pregunta aJesús cuál es «el manda-

miento mayor» (v. 36), es decir elmandamiento principal de toda laLey divina. Jesús responde sencilla-mente: «“Amarás al Señor, tu Dios,con todo tu corazón, con toda tu al-ma y con toda tu mente”» (v. 37). Ya continuación añade: «El segundoes semejante a éste: Amarás a tuprójimo como a ti mismo» (v. 39).

La respuesta de Jesús retoma yune dos preceptos fundamentales,que Dios ha dado a su pueblo me-diante Moisés (cfr Dt 6, 5; Lv 19,18). Y así supera la trampa que lehan tendido para «ponerle a prue-ba» (v. 35). Su interlocutor, de he-cho, trata de llevarlo a la disputa en-tre los expertos de la Ley sobre la je-rarquía de las prescripciones. PeroJesús establece dos fundamentosesenciales para los creyentes de to-dos los tiempos, dos fundamentosesenciales de nuestra vida. El prime-ro es que la vida moral y religiosano puede reducirse a una obedienciaansiosa y forzada. Hay gente quetrata de cumplir los mandamientosde forma ansiosa o forzada, y Jesúsnos hace entender que la vida moraly religiosa no puede reducirse a unaobediencia ansiosa y forzada, sinoque debe tener como principio elamor. El segundo fundamento esque el amor debe tender juntos e in-separablemente hacia Dios y hacia elprójimo. Esta es una de las principa-les novedades de la enseñanza de Je-

sús y nos hace entender que no esverdadero amor de Dios el que no seexpresa en el amor al prójimo; y, dela misma manera, no es verdaderoamor al prójimo el que no se derivade la relación con Dios.

Jesús concluye su respuesta conestas palabras: «De estos dos man-damientos penden toda la Ley y losProfetas» (v. 40). Esto significa quetodos los preceptos que el Señor hadado a su pueblo deben ser puestosen relación con el amor de Dios ydel prójimo. De hecho, todos losmandamientos sirven para realizar,para expresar ese doble amor indivi-sible. El amor por Dios se expresasobre todo en la oración, en particu-lar en la adoración. Nosotros descui-damos mucho la adoración a Dios.Hacemos la oración de acción degracias, la súplica para pedir algunacosa…, pero descuidamos la adora-ción. Adorar a Dios es precisamenteel núcleo de la oración. Y el amorpor el prójimo, que se llama tambiéncaridad fraterna, está hecho de cer-canía, de escucha, de compartir, decuidado del otro. Y muchas vecesnosotros descuidamos el escuchar alotro porque es aburrido o porqueme quita tiempo, o de llevarlo,acompañarlo en sus dolores, en susp ru e b a s … ¡Pero siempre encontra-mos tiempo para chismorrear, siem-pre! No tenemos tiempo para conso-lar a los afligidos, pero mucho tiem-po para chismorrear. ¡Estad atentos!Escribe el apóstol Juan: «Quien noama a su hermano, a quien ve, nopuede amar a Dios a quien no ve»(1 Jn 4, 20). Así se ve la unidad deestos dos mandamientos.

En el Evangelio de hoy, una vezmás, Jesús nos ayuda a ir a la fuenteviva y que brota del Amor. Y talfuente es Dios mismo, para ser ama-do totalmente en una comunión quenada ni nadie puede romper. Comu-nión que es un don para invocar ca-da día, pero también compromisopersonal para que nuestra vida no sedeje esclavizar por los ídolos delmundo. Y la verificación de nuestrocamino de conversión y de santidadestá siempre en el amor al prójimo.Esta es la verificación: si yo digo“amo a Dios” y no amo al prójimo,no va bien. La verificación de queyo amo a Dios es que amo al próji-mo. Mientras haya un hermano ouna hermana a la que cerremosnuestro corazón, estaremos todavíalejos del ser discípulos como Jesúsnos pide. Pero su divina misericordiano nos permite desanimarnos, esmás nos llama a empezar de nuevocada día para vivir coherentementeel Evangelio.

Que la intercesión de María San-tísima nos abra el corazón para aco-ger el “mayor mandamiento”, el do-ble mandamiento del amor, que re-sume toda la ley de Dios y de la quedepende nuestra salvación.

Al finalizar la oración mariana elPontífice lanzó un llamamiento por elfin de la violencia en Nigeria y saludóalgunos grupos de fieles presentes en laplaza respetando las medidas deseguridad adoptadas para evitar ladifusión de la pandemia.

Queridos hermanos y hermanas:

Sigo con particular preocupa-ción las noticias que llegandesde Nigeria, sobre los en-

frentamientos violentos sucedidos re-cientemente entre las fuerzas del or-den y algunos jóvenes manifestantes.Recemos al Señor para que se evite

siempre todo tipo de violencia, en laconstante búsqueda de la armoníasocial a través de la promoción de lajusticia y del bien común.

Os saludo a todos vosotros, roma-nos y peregrinos venidos de diferen-tes países: familias, grupos parro-quiales, asociaciones y fieles. En par-ticular, saludo al grupo “Célula deevangelización” de la parroquia SanMiguel Arcángel en Roma; y tam-bién a los chicos de la Inmaculada,¡que son bastantes hoy!

El próximo 28 de noviembre, enla vigilia del primer domingo de ad-viento, celebraré un Consistorio parael nombramiento de trece nuevoscardenales. Estos son los nombres delos nuevos cardenales.

— Mons. Mario Grech, SecretarioGeneral del Sínodo de los Obispos;

— Mons. Marcello Semeraro, Pre-fecto de la Congregación para lasCausas de los Santos;

—Mons. Antoine Kambanda, Ar-zobispo de Kigali, en Ruanda;

— Mons. Wilton Gregory, Arzo-bispo de Washington;

— Mons. José Advincula, Arzobis-po de Cápiz, en Filipinas;

— Mons. Celestino Aós Braco, Ar-zobispo de Santiago de Chile;

— Mons. Cornelius Sim, Obispotitular de Puzia de Numidia y Vica-rio Apostólico de Brunéi, KualaLumpur;

— Mons. Augusto Paolo Lojudice,Arzobispo de Siena-Colle di Vald’Elsa-Montalcino;

— Fray Mauro Gambetti, francis-cano conventual, Custodio del SacroConvento de Asís;

Junto a ellos uniré a los miembrosdel Colegio Cardenalicio:

— Mons. Felipe Arizmendi Esqui-vel, Obispo emérito de San Cristó-bal de las Casas, en México;

— Mons. Silvano M. Tomasi, Ar-zobispo titular de Asolo, NuncioAp ostólico;

— Fray Raniero Cantalamessa, ca-puchino, Predicador de la Casa Pon-tificia;

— Mons. Enrico Feroci, párrocoen Santa María del Divino Amoreen Castel de Leva.

Recemos por los nuevos Cardena-les, para que, confirmando su adhe-sión a Cristo, me ayuden en mi mi-nisterio de Obispo de Roma, por elbien de todo el santo pueblo fiel deD ios.

A todos os deseo un feliz domin-go. Por favor, no os olvidéis de rezarpor mí. ¡Buen almuerzo y hastap ro n t o !

Trece nuevos cardenales serán creados por Francisco en el próximo Consistorio quese celebrará el sábado 28 de noviembre. Dio el anuncio él mismo al finalizar elÁngelus rezado el domingo 25 de octubre con los fieles reunidos en la plaza deSan Pedro.

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número 44, viernes 30 de octubre de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 3

En la Jornada de la alimentación el Papa vuelve a proponer la institución de un fondo mundial para el desarrollo de los países más pobres

El hambre tragedia y vergüenza para la humanidad«Para la humanidad el hambre no essólo una tragedia sino una vergüenza».La denuncia del Papa Francisco llegaa través del videomensaje en lenguaespañola con el que intervino en laceremonia que tuvo lugar el viernes 16de octubre en Roma, en la sede de laOrganización de las Naciones Unidaspara la alimentación y la agricultura(FAO), con ocasión de la Jornadamundial de la alimentación.

A Su Excelenciael señor Qu DongyuDirector General de la FA O

En el día en que la FA O cele-bra su 75º aniversario decreación, quiero saludar austed y a todos los miem-

bros que la componen. Su misión eshermosa e importante, porque uste-des trabajan con el objetivo de de-rrotar el hambre, la inseguridad ali-mentaria y la malnutrición. El temapropuesto para este año con ocasiónde la Jornada Mundial de la Ali-

No basta con producir alimentos, sino

que también es importante garantizar

que los sistemas alimentarios sean

sostenibles y proporcionen dietas

saludables y asequibles para todos

Somos conscientesde que hay que res-ponder a este desafíoen una época que estállena de contradiccio-nes: por un lado, so-mos testigos de unprogreso sin preceden-tes en los diversoscampos de la ciencia;por otro lado, el mun-

mentación es significativo: «Cultivar,nutrir, preservar», y esto «Juntos.Nuestras acciones son nuestro futu-ro». Este tema destaca la necesidadde actuar conjuntamente y con lavoluntad firme para poder generariniciativas que mejoren nuestro en-torno y promuevan la esperanza demuchas personas y de muchos pue-blos.

A lo largo de estos 75 años, la FA Oha aprendido que no basta con pro-

ducir alimentos, sino que también esimportante garantizar que los siste-mas alimentarios sean sostenibles yproporcionen dietas saludables yasequibles para todos. Se trata deadoptar soluciones innovadoras quepuedan transformar la forma en queproducimos y consumimos los ali-mentos para el bienestar de nuestrascomunidades y de nuestro planeta,fortaleciendo así la capacidad de re-cuperación y la sostenibilidad a lar-go plazo.

Por eso, en este periodo de grandificultad causada por la pandemiade Covid-19, es todavía más impor-tante apoyar las iniciativas imple-mentadas por organizaciones comola FA O, el Programa Mundial de Ali-mentos (WFP) y el Fondo Internacio-nal de Desarrollo Agrícola (FIDA)con vistas a promover una agricultu-ra sostenible y diversificada, sostenerlas pequeñas comunidades agrícolasy cooperar para el desarrollo ruralde los países más pobres.

do se enfrenta a múltiples crisis hu-manitarias. Lamentablemente, cons-tatamos que, según las estadísticasmás recientes de la FA O, a pesar delos esfuerzos realizados en los últi-mos decenios, el número de perso-nas que luchan contra el hambre yla inseguridad alimentaria crece, estácreciendo y la actual pandemia agu-dizará todavía más esas cifras.

Para la humanidad el hambre noes sólo una tragedia sino una ver-

güenza. En su mayor parte, está cau-sada por una distribución desigualde los frutos de la tierra, a lo que seañade la falta de inversiones en elsector agrícola, las consecuencias delcambio climático y el aumento delos conflictos en distintas zonas delplaneta. Por otra parte, se desechantoneladas de alimentos. Ante estarealidad, no podemos permanecerinsensibles o quedar paralizados. To-dos somos responsables.

La crisis actual nos demuestra quese necesitan políticas y acciones con-cretas para erradicar el hambre en elmundo.

En ocasiones las discusiones dia-lécticas o ideológicas nos llevan lejosde alcanzar este objetivo, y permiti-mos que hermanos y hermanas nues-tros sigan muriendo por falta de ali-mento. Una decisión valiente seríaconstituir con el dinero que se usa

en armas y otros gastos militares “unFondo mundial” para poder derrotardefinitivamente el hambre y ayudaral desarrollo de los países más po-bres. De este modo, se evitarían mu-chas guerras y la emigración de tan-tos hermanos nuestros y sus familiasque se ven obligados a abandonarsus hogares y sus países en busca deuna vida más digna (cf. Fratelli tutti,nn. 189, 262).

Señor Director General: Al mani-festar mi deseo de que la labor de laFA O sea cada vez más incisiva y másfecunda, invoco la bendición deDios sobre usted y quienes cooperanen esa misión esencial de cultivar latierra, nutrir a los hambrientos y sal-vaguardar los recursos naturales, demodo que todos podamos vivir dig-namente, con respeto y con amor.Muchas gracias.

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número 44, viernes 30 de octubre de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO páginas 4/5

Nuevo llamamiento a no tener miedo de una historia milenaria que es una ventana al futuro

Europa, vuelve a descubrir tus idealesSin una noble motivación nos descubrimos frágiles y divididos

El proyecto europeo surge como voluntad de poner fin a las divisiones del pasado.Nace de la conciencia de que juntos y unidos somos más fuertes, que «la unidad essuperior al conflicto» y que la solidaridad puede ser «un modo de hacer la historia,un ámbito viviente donde los conflictos, las tensiones y los opuestos pueden alcanzaruna unidad pluriforme que engendra nueva vida»

Al Venerado HermanoSeñor Cardenal Pietro Parolin

Secretario de Estado

En este año, la Santa Sede y laIglesia en Europa celebran al-gunos acontecimientos signifi-cativos. Hace cincuenta años

se concretó la colaboración entre laSanta Sede y las Instituciones europeassurgidas después de la segunda guerramundial, mediante el establecimientode las relaciones diplomáticas con lasentonces Comunidades Europeas y lapresencia de la Santa Sede como Ob-servador ante el Consejo de Europa.Después, en 1980, se creó la Comisiónde los Episcopados de las Comunida-des Europeas (COMECE), en la que par-ticipan con un delegado propio todas

las Conferencias Episcopales de los Es-tados Miembros de la Unión Europea,con el objetivo de favorecer «una cola-boración más estrecha entre dichosEpiscopados, en orden a las cuestionespastorales relacionadas con el desarro-llo de las competencias y de las activi-dades de la Unión»1. Además, este añose celebró el 70.º aniversario de la De-claración Schuman, un acontecimientode gran importancia que ha inspiradoel largo camino de integración del con-tinente, haciendo posible que se supe-ren las hostilidades producidas a causade los dos conflictos mundiales.

A la luz de estos acontecimientos,usted tiene previsto próximamente visi-tas significativas a las Autoridades de laUnión Europea, a la Asamblea Plenariade la COMECE y a las Autoridades delConsejo de Europa, por lo que consi-dero oportuno compartirle algunas re-flexiones sobre el futuro de este conti-nente, que me es particularmente queri-do, no sólo por los orígenes familiares,sino también por el rol central que esteha tenido y pienso que todavía debe te-ner —si bien con tonos diversos— en lahistoria de la humanidad.

Ese rol se vuelve todavía más rele-vante en el contexto de pandemia queestamos atravesando. De hecho, el pro-yecto europeo surge como voluntad de

poner fin a las divisiones del pasado.Nace de la conciencia de que juntos yunidos somos más fuertes, que «la uni-dad es superior al conflicto»2 y que lasolidaridad puede ser «un modo de ha-cer la historia, un ámbito viviente don-de los conflictos, las tensiones y losopuestos pueden alcanzar una unidadpluriforme que engendra nueva vida» 3.En nuestro tiempo, que «da muestrasde estar volviendo atrás»4, en el queprevalece la idea de ir cada uno por sucuenta, la pandemia constituye comouna línea divisoria que obliga a haceruna elección: o se sigue el camino to-mado en el último decenio, alentadopor la tentación de la autonomía, en-frentando crecientes incomprensiones,contraposiciones y conflictos; o bien seredescubre ese camino de la fraterni-

las palabras que san Juan Pablo ii p ro -nunció en el Acto europeo en Santiagode Compostela: Europa, «vuelve a en-contrarte. Sé tú misma»5. En un tiem-po de cambios repentinos se corre elriesgo de perder la propia identidad,especialmente cuando desaparecen losvalores compartidos sobre los que sefunda la sociedad.

En este momento, quisiera decirle aEuropa: Tú, que has sido una fragua deideales durante siglos y ahora pareceque pierdes tu impulso, no te detengasa mirar tu pasado como un álbum derecuerdos. Con el tiempo, aun las me-morias más hermosas se desvanecen yacaban siendo olvidadas. Tarde o tem-prano nos damos cuenta de que loscontornos del propio rostro se esfuman,nos encontramos cansados y agobiados

más que al pasado. No tengas miedode tu anhelo de verdad, que desde laantigua Grecia abrazó la tierra, sacandoa la luz los interrogantes más profun-dos de todo ser humano; de tu sed dejusticia, que se desarrolló con el dere-cho romano y, con el paso del tiempo,se convirtió en respeto por todo ser hu-mano y por sus derechos; de tu deseode eternidad, enriquecido por el en-cuentro con la tradición judeo-cristiana,que se refleja en tu patrimonio de fe,de arte y de cultura.

Hoy, mientras en Europa tantos seinterrogan con desconfianza sobre sufuturo, muchos otros la miran con es-peranza, convencidos de que todavíatiene algo que ofrecer al mundo y a lahumanidad. Es la misma confianza queinspiró a Robert Schuman, consciente

Sueño una Europa que sea una fami-lia y una comunidad. Un lugar que se-pa valorar las peculiaridades de todaslas personas y los pueblos, sin olvidarque estos están unidos por responsabi-lidades comunes. Ser familia significavivir la unidad teniendo en cuenta ladiversidad, a partir de la diferencia fun-damental entre hombre y mujer. En es-te sentido, Europa es una auténtica fa-milia de pueblos, distintos entre sí, pe-ro sin embargo unidos por una historiay un destino común. Los últimos años,y aún más la pandemia, han demostra-do que nadie puede salir adelante soloy que un cierto modo individualista deentender la vida y la sociedad lleva so-lamente al desánimo y a la soledad. To-do ser humano aspira a ser parte deuna comunidad, es decir, de una reali-dad más grande que lo trasciende y queda sentido a su individualidad. UnaEuropa dividida, compuesta de realida-des solitarias e independientes, fácil-mente se encontrará incapaz de hacerfrente a los desafíos del futuro. Encambio, una Europa comunidad, soli-daria y fraterna, sabrá aprovechar lasdiferencias y el aporte de cada uno pa-ra afrontar juntos las cuestiones que leesperan, comenzando por la pandemia,pero también por el desafío ecológico,que no se limita sólo a la protección delos recursos naturales y a la calidad delambiente en que vivimos. Se trata deelegir entre un modelo de vida quedescarta personas y cosas, y uno inclu-sivo que valora lo creado y a las criatu-ras.

Sueño una Europa solidaria y gene-rosa. Un lugar acogedor y hospitalario,donde la caridad —que es la mayor vir-tud cristiana— venza toda forma de in-diferencia y egoísmo. La solidaridad esexpresión fundamental de toda comu-nidad y exige que cada uno se hagacargo del otro. Ciertamente hablamosde una “solidaridad inteligente” que nose limite solamente a asistir las necesi-dades fundamentales en casos puntua-les.

Ser solidarios significa guiar al másdébil por un camino de crecimientopersonal y social, para que un día estepueda a su vez ayudar a los demás. Co-mo un buen médico, que no se limita asuministrar una medicina, sino queacompaña al paciente hasta la recupera-ción total.

Ser solidarios implica hacerse próji-mos. Para Europa significa particular-mente hacerse disponible, cercana y di-ligente para sostener —a través de lacooperación internacional— a los otroscontinentes —pienso especialmente enÁfrica—, de modo que se resuelvan losconflictos en curso y se ponga en mar-cha un desarrollo humano sostenible.

Además, la solidaridad se nutre degratuidad y engendra gratitud. Y lagratitud nos lleva a mirar al otro conamor; pero cuando nos olvidamos deagradecer por los beneficios recibidos,somos más propensos a cerrarnos ennosotros mismos y a vivir con miedo atodo lo que nos rodea y es diferente an o s o t ro s .

Lo vemos en los numerosos temoresque atraviesan nuestras sociedades ac-tuales, entre los que no puedo callar elrecelo respecto a los migrantes. Sólouna Europa que sea comunidad solida-

ria puede hacer frente a este desafío deforma provechosa, mientras que las so-luciones parciales ya han demostradosu insuficiencia. Es evidente, en efecto,que la necesaria acogida de los migran-tes no puede limitarse a simples opera-ciones de asistencia al que llega, a me-nudo escapando de conflictos, hambreo desastres naturales, sino que debeconsentir su integración para que pue-dan «conocer, respetar y también asimi-lar la cultura y las tradiciones de la na-ción que los acoge»7.

Sueño una Europa sanamente laica,donde Dios y el César sean distintospero no contrapuestos. Una tierraabierta a la trascendencia, donde el quees creyente sea libre de profesar públi-camente la fe y de proponer el propiopunto de vista en la sociedad. Han ter-minado los tiempos de los confesiona-lismos, pero —se espera— también el deun cierto laicismo que cierra las puertasa los demás y sobre todo a Dios,8 p or-que es evidente que una cultura o unsistema político que no respete la aper-tura a la trascendencia, no respeta ade-cuadamente a la persona humana.

Los cristianos tienen hoy una granresponsabilidad: como la levadura en lamasa, están llamados a despertar laconciencia de Europa, para animar pro-cesos que generen nuevos dinamismosen la sociedad.9 Los exhorto, pues, acomprometerse con valentía y determi-nación a ofrecer su colaboración en ca-da ámbito donde viven y trabajan.

Señor Cardenal:Estas breves palabras nacen de mi

solicitud de Pastor y de la certeza deque Europa aún tiene mucho que daral mundo. No tienen, por tanto, otrapretensión que la de ser un aporte per-sonal a la reflexión tan necesaria sobresu futuro. Le agradecería si puede com-partir su contenido en los diálogos quetendrá usted los próximos días con lasAutoridades europeas y con los miem-bros de la COMECE, que exhorto a cola-borar con espíritu de comunión frater-na con todos los obispos del continen-te, reunidos en el Consejo de las Con-

ferencias Episcopales de Europa(CCEE). Le ruego que lleve a cada unomi saludo personal y el signo de micercanía a los pueblos que representan.Sus encuentros serán ciertamente unaocasión propicia para profundizar lasrelaciones de la Santa Sede con laUnión Europea y con el Consejo deEuropa, y para confirmar a la Iglesiaen su misión evangelizadora y en suservicio al bien común.

Que no le falte a nuestra querida Eu-ropa la protección de sus santos Patro-nos: san Benito, los santos Cirilo y Me-todio, santa Brígida, santa Catalina ysanta Teresa Benedicta de la Cruz(Edith Stein), hombres y mujeres quepor amor al Señor han trabajado sincesar en el servicio de los más pobres yen favor del desarrollo humano, socialy cultural de todos los pueblos euro-p eos.

Mientras me encomiendo a sus ora-ciones y a las de cuantos tendrá oca-sión de encontrar durante su viaje, lepido que lleve a todos mi Bendición.

Vaticano, 22 de octubre de 2020,memoria de san Juan Pablo II.

FRANCISCO

Notas1 Estatuto de la COMECE, art. 1.2 Exhort. ap. Evangelii gaudium (24

noviembre 2013), 228.3 Ibíd.4 Carta. enc. Fratelli tutti (3 octubre

2020), 11.5 9 noviembre 1982, 4.6 Declaración Schuman, París, 9 mayo

1950.7 Discurso a los participantes en la

Conferencia “Repensando Europa” (28 oc-tubre 2017).

8 Cf. Entrevista al semanario católicobelga “Te r t i o ” (7 diciembre 2016).

9 Discurso a los participantes en laConferencia “Repensando Europa”.

terales a un problema que trasciendelos límites de los Estados, pero tam-bién, gracias al gran espíritu de media-ción que caracteriza a las Institucioneseuropeas, el deseo de recorrer con con-vicción el camino de la fraternidad quees además camino de la solidaridad,poniendo en marcha la creatividad ynuevas iniciativas.

Sin embargo, es necesario consolidarlas medidas adoptadas para evitar quelos empujes centrífugos recobren fuer-za. Resuenan hoy con gran actualidad

dad, que sin duda fue elque inspiró y animó a losPadres fundadores de la Eu-ropa moderna, a partir jus-tamente de Robert Schu-man.

En las noticias europeasde los últimos meses, lapandemia puso en evidenciatodo esto: la tentación de ircada uno por su cuenta,buscando soluciones unila-

de vivir el tiempo presente, y con pocaesperanza de mirar al futuro. Sin unanoble motivación nos descubrimos frá-giles y divididos, y más inclinados a la-mentarnos y a dejarnos atraer porquien hace de las quejas y de la divi-sión un estilo de vida personal, social yp olítico.

Europa, ¡vuelve a encontrarte! Vuel-ve a descubrir tus ideales, que tienenraíces profundas. ¡Sé tú misma! Notengas miedo de tu historia milenaria,que es una ventana abierta al futuro

de que «la contribución que una Euro-pa organizada y viva puede aportar a lacivilización es indispensable para elmantenimiento de unas relaciones pací-ficas»6. Es la misma confianza que po-demos tener nosotros, a partir de valo-res compartidos y arraigados en la his-toria y en la cultura de esta tierra.

Por tanto, ¿qué Europa soñamos pa-ra el futuro? ¿En qué consiste su con-tribución original? En el mundo actual,no se trata de recuperar una hegemoníapolítica o una centralidad geográfica, nise trata de elaborar soluciones innova-doras a los problemas económicos y so-ciales. La originalidad europea está so-bre todo en su concepción del hombrey de la realidad; en su capacidad deiniciativa y en su solidaridad dinámica.

Sueño, entonces, una Europa amigade la persona y de las personas. Unatierra donde sea respetada la dignidadde todos, donde la persona sea un va-lor en sí y no el objeto de un cálculoeconómico o una mercancía. Una tierraque cuide la vida en todas sus etapas,desde que surge invisible en el senomaterno hasta su fin natural, porqueningún ser humano es dueño de la vi-da, sea propia o ajena. Una tierra quefavorezca el trabajo como medio privi-legiado para el crecimiento personal ypara la edificación del bien común,creando fuentes de empleo especial-mente para los más jóvenes. Ser amigosde la persona significa colaborar con suinstrucción y su desarrollo cultural.Significa proteger al que es más frágil ydébil, especialmente a los ancianos, losenfermos que necesitan tratamientoscostosos y las personas con discapaci-dad. Ser amigos de la persona significatutelar los derechos, pero también seña-lar los deberes. Significa recordar quecada uno está llamado a ofrecer la pro-pia contribución a la sociedad, porqueninguno es un universo cerrado en símismo y no se puede exigir respeto pa-ra sí, sin respeto por los demás; no sepuede recibir si al mismo tiempo no seestá dispuesto a dar.

Publicamos, a continuación, la carta que el Papa ha enviado al secretario de Estadocon ocasión del 40º aniversario de la Comisión de los episcopados de la Unión E u ro p e a(COMECE), del 50ª aniversario de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y laUnión Europea y del 50ª aniversario de la presencia de la Santa Sede como observadorpermanente en el Consejo de Europa. Coincidiendo con estos aniversarios, estabaprogramada, del 28 al 30 de octubre una visita del cardenal Parolin a Bruselas, quese ha suspendido a causa del agravamiento de la emergencia sanitaria. Se prevé que losencuentros con las autoridades de la Unión europea y con los miembros de la Comisiónde los episcopados de la Unión Europea puedan llevarse a cabo a través dev í d e o c o n f e re n c i a .

El Papa Francisco durante su 5° Viaje Internacional: la Visita al Parlamento Europeo y al Consejo de Europa, en Strasburgo

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número 44, viernes 30 de octubre de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO páginas 6/7

Son 250 los proyectos —por un total de 1.299.700 dólares y 473.410e u ro s — aprobados y financiados por el fondo instituido en nombre delPapa Francisco para ayudar a las Iglesias locales a afrontar la crisis dela pandemia. Lo indicó el arzobispo Giampietro Dal Toso, secretario

adjunto de la Congregación para la evangelización de los pueblos y presidentede las Obras Misionales Pontificias, en rueda de prensa el viernes 16 de oc-tubre, en la sala de prensa de la Santa Sede, para presentar los contenidos delaJornada Mundial de las Misiones que se celebra el domingo 18. «Los fondosproceden —ha explicado— de colectas en diferentes países a través de las direc-ciones nacionales de las Obras Misionales Pontificias: en total 120 y en particu-lar en España, Francia y Corea del Sur». Pero, significativamente, también«Ruanda y Bangladesh han creado colectas ad hoc».

«El trabajo no ha terminado también porque, gracias a Dios, tenemos otrosfondos disponibles, pero ahora se está implementando de otra forma, para noconfundir los subsidios que normalmente llegan a las Iglesias locales en esteperiodo con la ayuda a causa del Covid-19» afirmó el arzobispo. En realidad,«el mayor problema que muchas Iglesias de los territorios de misión se han en-contrado ha sido el cierre de las iglesias y por tanto la falta de celebraciones,con la consecuente falta de la colecta»; y «muchísimas de estas realidadeseclesiales viven simplemente de la colecta dominical y no tienen un sistemacentral de sustentación». Por eso «los subsidios fueron fuertemente a favor delas diócesis para la supervivencia de los sacerdotes y el pago de los costos ac-tuales, pero también de comunidades religiosas o escuelas católicas, así comopara las familias especialmente probadas».

Monseñor Dal Toso presentó en particular «la ayuda a un convento de mon-jas de clausura en Marruecos que viven de la providencia y, por su vocación,viven básicamente en su convento». Significativo, señaló, el apoyo brindado «afamilias cristianas en Bangladesh: una pequeña minoría y extremadamentepobre en un país a menudo sometido a cataclismos naturales». Además, segarantizó el apoyo «a diversas emisoras de radio y televisión de África para latransmisión de la catequesis y las celebraciones litúrgicas».

«Son ejemplos muy sencillos —dijo el arzobispo— pero sugieren que nuestrotrabajo está a favor de muchas pequeñas realidades ocultas, que a menudo es-capan a los grandes flujos de las ayudas». Por supuesto, reconoció, «me doycuenta de que a menudo es una gota en el océano de las necesidades». Pero«es una forma concreta de indicar una comunión en la Iglesia». Precisamentepor eso, añadió, las direcciones nacionales de las Obras Misionales Pontificiashan realizado un gran trabajo de sensibilización para la Jornada Mundial delas Misiones.

Además, precisamente en su mensaje para esta Jornada, el Papa Francisco re-lanza «la importancia de las Obras Misionales Pontificias y recuerda que, poruna larga tradición, la colecta de este domingo está destinada» a este servicioque apoya «la acción misionera de la Iglesia desde hace casi dos siglos con laoración, la caridad y la formación».

El arzobispo explicó «que en el fondo universal colaboran las Iglesias de to-do el mundo. No es solo una ayuda de norte a sur, sino un criterio de comu-nión y circularidad, donde todos contribuyen al bien de todos. Es un ejemplomás único que raro el que realiza esta forma de compartir, incluso económica,entre Iglesias».

Por eso, prosiguió, «es deber de las Obras Misionales Pontificias financiarlos proyectos pastorales y, por tanto, inherentes a la vida de la Iglesia quelentamente establece sus estructuras en las distintas partes del mundo. Estetambién es un elemento de especificidad. Aunque la cuestión financiera no esla primera ni la prioridad de las Obras Misionales Pontificias, sin embargo eldinero es una necesidad, ya que toda alma necesita un cuerpo».

JUNTO A LOS ENCLAUSTRAD OSEN MARRUECOS Y LAS FA M I L I A S

POBRES EN BANGLADESHEl arzobispo Dal Toso presenta los contenidos de los 250 proyectos financiados por el fondoinstituido en nombre del Papa Francisco para ayudar a las Iglesias locales para afrontar la

crisis de la pandemia

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Audiencia del Pontífice al presidentedel Gobierno de España

El sábado 24 de octubre, el Papa Francisco recibió en audiencia en el PalacioApostólico Vaticano a S.E. el Sr. Pedro Sánchez Pérez-Castejón, Presidentedel Gobierno de España, el cual se ha encontrado sucesivamente con S.E.Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Esta-

dos.Los coloquios en la Secretaría de Estado se han dedicado a las relaciones bilaterales

y a las cuestiones de interés común que atañen a la Santa Sede y a España. Tambiénse ha subrayado la oportunidad de un diálogo constante entre la Iglesia local y lasautoridades gubernamentales.

Posteriormente, se han abordado algunos temas de carácter internacional como laemergencia sanitaria actual, el proceso de integración europea y las migraciones.

El discurso al presidente del Gobierno de España recibido el sábado 24

Hacer crecer el país, consolidar la nación,construir la patria

Publicamos, a continuación, el texto del discursodirigido por el Papa al presidente del Gobiernode España Pedro Sánchez Pérez-Castejón,recibido en audiencia la mañana del sábado, 24de octubre.

Los saludo y muchas gracias.

Pensando en lo que yo podría decirlea usted, en reconocer en usted la la-bor de los políticos. El Papa PabloVI, y retomando también una tradi-

ción de otro Papa [Pío XI], decía que la polí-tica era una de las formas más altas de la ca-ridad. La política no sólo es un arte, sinoque para los cristianos es un acto de caridad,ennoblece y muchas veces lleva al sacrificiode la propia vida, sus tiempos de privacidad,tantas cosas, por el bien de los demás y estoes porque el político tiene entre sus manosuna misión muy difícil, muy difícil. Con trescanales, digamos así: para con el país, paracon la nación y para con la patria.

Tiene la misión de hacer progresar el país,por la agricultura, ganadería, minería, inves-

tigación, educación, arte. Que el país crezca,que crezca el país. Y eso es desgastante. Tie-ne la misión de consolidar la nación, no sólocuidar las fronteras, que ya eso es muy im-portante, sino la nación como organismo deleyes, de modos de proceder, de hábitos.Consolidar la nación, y tiene la misión dehacer crecer la patria. País, nación y patriaestán en las manos de un político. Bastantetrabajo. Sé que no le es fácil, así que ustedtransmítalo a los miembros de su parlamentolo que piensa el Papa de esto: mi gran respe-to por la vocación política, una de las formasmás altas de la caridad.

Si bien, hacer progresar un país parece fá-cil, pero no lo es, supone relaciones interna-cionales continuamente de comercio, de cien-cia, de técnica, de todo. Consolidar la nacióna veces supone dificultades de entendimientocon los localismos, en todos los países loshay, los dialectos. Pero también de entendi-miento del derecho, de la justicia, de hacerque la nación sea cada vez más fuerte. Quizálo más difícil sea hacer progresar la patriaporque ahí entramos en una relación de filia-

ción. La patria es algo que hemos recibidode nuestros mayores. Patria, paternidad vienede ahí; y es algo que tenemos que dar anuestros hijos. Estamos de paso en la patria.Y construir la patria es lo que yo diría en es-te caso. Si para con el país hacerlo progresar,con la nación consolidarla y con la patria latenemos que construir. Construir la patriacon todos. Eso no es fácil. Construir la pa-tria donde no nos es permitido el borrón ycuenta nueva. En una empresa es permitido,en la patria no, porque es algo que hemos re-cibido. Y tampoco nos es permitido irnos arefugiar allá, en lo que fue hace cincuenta,cien años.

El desafío de recibir de las raíces para po-der dar fruto. Ahí hay un poema de Bernár-dez [soneto de Francisco Luis Bernárdez]muy lindo que dice: “todo lo que el árboltiene de florido le viene de aquello que tienede soterrado”, pero no se quedó en las raíces.Quizá la fantasía tradicionalista es volvamosa las raíces. Tomo la inspiración. Soy hijo,pero también tengo que ser padre en el futu-ro. Y para eso tengo que vivir un presenteque me implica discernimiento. Y eso no esfácil. Para mí es lo más difícil de lo político:hacer crecer la patria. Porque siempre se en-cuentran como coartadas para eso. Coartadasque, disfrazadas de modernidad o de restau-racionismo. Los movimientos son varios. Pe-ro coartadas para que la patria sea lo que yoquiero y no lo que he recibido y que tengoque hacer crecer libremente y ahí entran a ju-gar las ideologías: armar una patria a mi ca-beza, a mi mente, con mi idea, no con la rea-lidad del pueblo que yo recibí, que estoy lle-vando adelante, que estoy viviendo.

Hace dos años, quizá usted señora Emba-jadora lo conoce, se publicó acá en Roma unlibro de un intelectual italiano del PartidoComunista. Tiene un título muy sugestivo:«Síndrome 1933». ¿Lo conoce usted? Uno detapa roja. Muy lindo. Vale la pena leerlo.

Se refiere a Alemania, obviamente. Caídala República de Weimar, ahí empezó todauna ensalada de posibilidades de salir de lacrisis. Y ahí empezó una ideología a hacerver que el camino era el nacional socialismoy siguió y siguió y llegó a lo que conocemos:al drama que fue Europa con esa patria in-ventada por una ideología. Porque las ideo-logías sectarizan, las ideologías deconstruyenla patria, no construyen. Aprender de la his-toria eso. Y este hombre en ese libro, hacecon mucha delicadeza un parangón de loque está sucediendo en Europa. Dice: Cuida-do que estamos repitiendo el camino pareci-do. Vale la pena leerlo.

Con estas palabras simplemente quiero re-cordar a los políticos que la misión de elloses una forma muy alta de la caridad y delamor. No es cuestión de maniobras o de re-solver casos que todos los días llegan al es-critorio de los políticos, sino de servicio enlas tres vertientes: de hacer crecer el país, deconsolidar la nación y de construir la patria.Y es muy triste cuando las ideologías se apo-deran de la interpretación de una nación, deun país y desfiguran la patria. Me viene a lamente en este momento el poema de JorgeDragone: «Se nos murió la patria». Es el ré-quiem más doloroso que yo he leído y deuna belleza extraordinaria. Ojalá nunca nossuceda a nosotros.

Señor Presidente, le agradezco su visita.Agradezco a ustedes que hayan venido. Megratifica mucho y les pido, por favor, que re-cen por mí. Y los que no rezan, porque noson creyentes, al menos mándenme buenaonda, que me hace falta. Muchas gracias.

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En la audiencia al Marianum el Papa recuerda que sin las madres el mundo no tiene porvenir

Espacios más dignospara la mujer en la Iglesia

Hacen falta «espacios más dignos para la mujeren la Iglesia». Es lo que afirmó el PapaFrancisco en el discurso dirigido a los docentes yestudiantes de la Pontificia facultad teológicaMarianum de Roma, recibidos en audiencia lamañana del sábado, 24 de octubre, en el AulaPablo VI.

Queridos hermanos y hermanas:

Os saludo y os felicito por el 70 ani-versario de la fundación de vuestraFacultad de Teología. Gracias, pa-dre canciller, por sus amables pala-

bras. El Marianum, desde su nacimiento, fueconfiado al cuidado de los Siervos de María.Deseo, pues, que cada uno de vosotros vivasu servicio siguiendo el ejemplo de María, «laesclava del Señor» (Lc 1, 38). Un estilo maria-no, un estilo que será de gran beneficio parala teología, para la Iglesia y para vosotros.

Podríamos preguntarnos: ¿la Mariología,hoy, sirve a la Iglesia y al mundo? Obviamen-te, la respuesta es sí. Ir a la escuela de Maríaes ir a una escuela de fe y de vida. Ella, maes-tra porque discípula, enseña bien el alfabetode la vida humana y cristiana. Pero tambiénhay otro aspecto, vinculado a la actualidad.Vivimos en el tiempo del Concilio Vaticano II.Ningún otro concilio en la historia ha dado ala Mariología tanto espacio como el que le hadedicado el Capítulo VIII de Lumen gentium,que concluye y en cierto sentido compendiatoda la Constitución dogmática sobre la Igle-sia. Esto nos dice que los tiempos que vivimosson tiempos de María. Pero necesitamos re-descubrir a Nuestra Señora desde la perspecti-

todos seamos hermanos, donde haya lugar pa-ra cada descartado de nuestras sociedades»(Carta. enc. Fratelli tutti, 278). Necesitamos lamaternidad, la que genera y regenera la vidacon ternura, porque sólo el don, el cuidado yel compartir mantienen unida a la familia hu-mana. Pensemos en el mundo sin madres: notiene porvenir. Las ganancias y los beneficios,por sí solos, no tienen futuro; por el contra-rio, a veces aumentan las desigualdades y lasinjusticias. Las madres, en cambio, hacen que

Entre ellos, está precisamente el papel de lamujer: esencial para la historia de la salvación,no puede por menos que ser esencial para laIglesia y el mundo. ¡Pero cuántas mujeres noreciben la dignidad que se les debe! La mujer,que trajo a Dios al mundo, debe poder llevarsus dones a la historia. Se necesitan su inge-nio y su estilo. Lo necesita la teología, paraque no sea abstracta y conceptual, sino delica-da, narrativa, vital. La Mariología, en particu-lar, puede contribuir a llevar a la cultura, tam-

va del Concilio. Así como el Concilio sacó denuevo a la luz la belleza de la Iglesia volvien-do a las fuentes y limpiando el polvo que sehabía depositado sobre ella a lo largo de lossiglos, así las maravillas de María se puedenredescubrir mejor yendo al corazón de su mis-terio. Allí surgen dos elementos, bien destaca-dos por la Escritura: ella es madre y mujer.También la Iglesia es madre y mujer.

Madre. Reconocida por Isabel como «ma-dre del Señor» (v. 43), la Theotokos es tam-bién la madre de todos nosotros. En efecto, aldiscípulo Juan, y en él a cada uno de noso-tros, el Señor en la cruz dijo: «¡He aquí a tumadre!» (Jn 19, 27). Jesús, en aquella horasalvífica, nos estaba dando su vida y su Espí-ritu; y no dejó que su obra se cumpliera sindarnos a la Virgen, porque quiere que camine-mos en la vida con una madre, más aún, conla mejor de las madres (cf. Exhortación apos-tólica Evangelii gaudium, 285). San Franciscode Asís la amaba precisamente porque era ma-dre. Se ha escrito de él que «amaba con inde-cible afecto a la Madre del Señor Jesús, porser ella la que ha convertido en hermanonuestro al Señor de la majestad» (San Buena-ventura, Legenda major, 9, 3: FF 1165). NuestraSeñora hizo hermano nuestro a Dios, comomadre puede hacer más fraternales a la Iglesiay al mundo.

La Iglesia necesita redescubrir su corazónmaterno, que late por la unidad; pero lo nece-sita también nuestra Tierra para que vuelva aser la casa de todos sus hijos. La Virgen lodesea, «quiere parir un mundo nuevo, donde

cada hijo se sienta como en casa y dan espe-ranza. El Marianum está, pues, llamado a seruna institución fraterna, no sólo por el belloambiente familiar que os distingue, sino tam-bién por la apertura de nuevas posibilidadesde colaboración con otras instituciones, quecontribuirán a ampliar los horizontes e ir alpaso de los tiempos. A veces hay miedo deabrirse, pensando que se pierde la propia es-pecificidad, pero cuando uno se arriesga paradar vida y generar el futuro no se equivoca,porque hace lo mismo que las madres. Y Ma-ría es una madre que enseña el arte de encon-trarse y de caminar juntos. Es hermoso enton-ces que, como en una gran familia, en el Ma-rianum, confluyan tradiciones teológicas y es-pirituales diferentes que contribuyan tambiénal diálogo ecuménico e interreligioso.

Nuestra Señora —este es el otro elementoesencial— es mujer. Quizás el dato mariológi-co más antiguo del Nuevo Testamento diceque el Salvador «nació de mujer» (Ga 4, 4).En el Evangelio, además, María es la mujer, lanueva Eva, que desde Caná hasta el Calvariointerviene para nuestra salvación (cf. Jn 2, 4;19, 26). Finalmente, es la mujer vestida de solque cuida de la descendencia de Jesús (cf. Ap12, 17). Así como la madre hace de la Iglesiauna familia, la mujer hace de nosotros unpueblo. No es casualidad que la piedad popu-lar se incline con naturaleza por Nuestra Se-ñora. Es importante que la mariología la sigaatentamente, la promueva, a veces la purifi-que, prestando siempre atención a los “signosde los tiempos marianos” que atraviesan nues-tra época.

bién a través del arte y la poesía, la bellezaque humaniza e infunde esperanza. Y está lla-mada a buscar espacios más dignos para lasmujeres en la Iglesia, partiendo de la digni-dad bautismal común. Porque la Iglesia, co-mo dije, es mujer. Como María, es madre: co-mo María.

El Padre Rupnik hizo un cuadro, que pare-ce un cuadro de Nuestra Señora, y no es deNuestra Señora. Parece que la Virgen está enprimer plano, y en cambio el mensaje es: laVirgen no está en primer plano. Ella recibe aJesús, y con sus manos, como si fueran pelda-ños, hace que baje. Es la synkatabasis de Cris-to a través de Nuestra Señora: esa condescen-dencia... Y Cristo se presenta como un niño,pero Señor, con la Ley en su mano. Pero tam-bién como hijo de mujer, débil, aferrado almanto de Nuestra Señora. Esta obra del pa-dre Rupnik es un mensaje. ¿Y quién es Maríapara nosotros? La que, para cada uno de no-sotros, hace bajar a Cristo, Cristo plenitud deDios, Cristo hombre que se hizo débil por no-sotros. Cristo hombre que se hizo débil pornosotros. Veamos a la Virgen así: la que trae aCristo, la que hace pasar a Cristo, la que dioa luz a Cristo, y que siempre permanece mu-jer. Es tan simple... Y pidamos que NuestraSeñora nos bendiga.

Ahora os daré la bendición a todos voso-tros, pidiendo que siempre podamos tener ennosotros ese espíritu de hijos y de hermanos.Hijos de María, hijos de la Iglesia, hermanosentre nosotros.

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En un mensaje el Papa invoca medidas concretas para combatir la pobreza y defender el medioambiente

Urge un paradigma socioeconómico nuevoy más inclusivo

quietos, sino a convertirse en protagonistas para la construcción deun mundo más justo y fraterno. El logo —con la inscripción «JMJ Lis-boa 2023»— parece animado por el viento que mueve la simbólicabandera portuguesa representada en sus colores (verde, rojo y amari-llo). La representación estilizada por el Rosario recuerda la espiritua-lidad del pueblo portugués y la gran devoción a la Virgen de Fátima.El Rosario está significativamente colocado sobre un camino para re-cordar la experiencia de la peregrinación. Al lado está representadaMaría, en plena juventud, en el momento en el que lleva en el vien-tre al Hijo de Dios. La autora del logo —ganadora del concurso lan-zado para la ocasión— es Beatriz Roque Antunez, una diseñadoraportuguesa de 24 años.

Presentado el logode la JMJ de Lisboa 2023

El logo de la Jornada Mundial de la Ju-ventud que tendrá lugar en Lisboa en2023 se inspira en el tema elegido por elPapa: «María se levantó y partió sin de-

mora (Lc 1, 39)». El elemento principal de la re-presentación —presentado de forma significativael viernes 16 de octubre, día en el que se cum-plían 42 años de la elección del Papa Juan PabloII— es la Cruz. Está atravesada por un caminodonde destaca el Espíritu Santo. Se trata de unainvitación dirigida a los jóvenes a no permanecer

Urge «un nuevo y más inclusivoparadigma socioeconómico»: lo escribeel Papa Francisco en el mensajeenviado a los participantes delencuentro internacional del Movimientode los Focolares -organizado encolaboración con el Dicasterio para elServicio del desarrollo humano integral,el Movimiento católico mundial por elclima y EcoOne- que se celebró del 23al 25 de octubre en Castel Gandolfosobre el tema «Nuevos caminos haciauna ecología integral: cinco añosdespués de la Laudato si’».Publicamos, a continuación, unatraducción del texto que se leyó latarde del viernes 23.

Queridos hermanos y hermanas:

Saludo a todos los que parti-cipan en este Encuentro In-ternacional que se celebra enel marco del año especial de-

dicado al quinto aniversario de laCarta encíclica Laudato si’.

Expreso mi gratitud a EcoOne,iniciativa ecológica del Movimientode los Focolares, y a los representan-tes del Dicasterio para el Serviciodel Desarrollo Humano Integral ydel Movimiento Católico Mundialpara el Clima, que han colaboradopara hacer posible este evento.

Vuestro encuentro, sobre el tema«Nuevos caminos hacia una ecologíaintegral: cinco años después de laLaudato si’», plantea una visión re-lacional de la humanidad y el cuida-do de nuestro mundo desde diferen-tes puntos de vista: ético, científico,social y teológico.

Recordando la convicción deChiara Lubich de que el mundo lle-va en sí mismo un carisma de uni-dad, confío en que esta perspectivasuya guíe vuestro trabajo en el reco-nocimiento de que «todo está conec-tado» y de que «se requiere unapreocupación por el ambiente unidaal amor sincero hacia los seres hu-manos y a un constante compromisoante los problemas de la sociedad»(Carta enc. Laudato si’, 91).

Entre estos problemas está la ur-gencia de un nuevo y más inclusivoparadigma socioeconómico, quepueda reflejar la verdad de que so-mos «una única humanidad, comocaminantes de la misma carne huma-na, como hijos de esta misma tierraque nos cobija a todos» (Carta enc.Fratelli tutti, 8).

Esta solidaridad entre nosotros ycon el mundo que nos rodea necesi-ta una firme voluntad de elaborar yaplicar medidas concretas que favo-rezcan la dignidad de todas las per-sonas en sus relaciones humanas, fa-miliares y laborales, combatiendo almismo tiempo las causas estructura-les de la pobreza y trabajando paraproteger el medioambiente natural.

Lograr una ecología integral re-quiere una profunda conversión inte-

rior, tanto a nivel personal como co-munitario. Mientras examinan losgrandes desafíos a los que nos en-frentamos en estos momentos, entreellos el cambio climático, la necesi-dad de un desarrollo sostenible y lacontribución que la religión puedeaportar a la crisis ambiental, es esen-cial romper con la lógica de la ex-plotación y el egoísmo, y promoverla práctica de un modo de vida so-brio, sencillo y humilde (cf. Cartaenc. Laudato si’, 222-224).

Espero que vuestra labor contri-buya a cultivar en el corazón denuestros hermanos y hermanas unaresponsabilidad compartida de unoscon otros, como hijos de Dios, y uncompromiso renovado de ser buenosadministradores del don de su crea-ción (cf. Gn 2,15).

Queridos amigos: Les agradezcouna vez más vuestra búsqueda yvuestros esfuerzos de colaboraciónpara hallar nuevos caminos que con-duzcan a una ecología integral, porel bien común de la familia humanay del mundo.

Mientras manifiesto mis mejoresdeseos y la oración por vuestras deli-beraciones durante este encuentro,invoco cordialmente sobre ustedes,sus familias y colaboradores la ben-dición divina, fuente de sabiduría,fortaleza y paz.

Y les pido, por favor, que seacuerden de mí en sus oraciones.

FRANCISCO

Roma, San Juan de Letrán,23 de octubre de 2020

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número 44, viernes 30 de octubre de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 11

De alguna manera,

describir lo que estamos

viviendo, ponerle nombre,

nos ayuda a entender,

procesar, pensar y buscar

horizontes esperanzadores

¿TOD OS EN UNABARCA SIN TIMÓN

EN E S TA PA N D E M I A ?

Estar todos en la mismabarca, con la utopía deotro centro de comandos yla mirada puesta en unanueva humanidad,requiere una renovadavisión integral, conectadaa todo lo creado yreconociendo al únicoTodopoderoso comotimonel

MARCELO FIGUEROA

En estos largos tiempos depandemia mundial, hemosutilizado varias figuras yterminologías para descri-

birla, como una manera nombrarlapara intentar manejar algo descono-cido y atemorizante. Al Covid-19 lohemos llamado: enemigo invisible,terremoto sanitario, tempestad epi-démica, inundación viral, etc. De al-guna manera, describir lo que esta-

lidades bíblicas de repetición. Almismo tiempo, nos acerca elementosque pueden ayudar a comprender yatravesar esta pandemia con una mi-rada iluminada en un Dios que re-nueva sus pactos de cuidado por sucreación. Es claro en ese pasaje delprimer testamento (Gn 6, 5 – 9,17)que el abandono del ser humano enel cuidado de la vida con sus herma-nos, con los seres vivos y con lacreación toda, traen catástrofes his-tóricas. Desastres donde toda la tie-rra queda bajo el agua de la incerti-dumbre, hundiéndose como humani-dad y navegando a la deriva sobreuna línea de flotación ficticia, por-que debajo de ella se ahoga toda lacasa común. Dios mira la tierra y lave corrompida (Gn 6, 12), reclama ypide cuentas por la sangre derrama-da, del hermano y toda vida no hu-mana. “Yo pediré cuentas de la san-gre y la vida de cada uno de uste-des, se las pediré a cualquier animal;y al hombre le pediré cuentas de lavida de su hermano …porque elhombre ha sido hecho a imagen deD ios” (Gn 9, 5-6). Pero la corrup-ción es integral, cósmica, humana,existencial, profunda y terminal, porlo que se hacen necesarias incon-mensurables cantidades de agua pu-rificadora.

El único refugio seguro para Noé,su familia y los seres de la creaciónes una embarcación. La palabra queutiliza el texto bíblico para hablarde esa embarcación particular es “te-vá”-( texto bíblico no es utilizada paranombrar “b a rc o ” como en otros pa-sajes. Además, la Torá utiliza el sus-tantivo “tevá”, que nombra un ele-mento que no tiene remos ni timón.Esta ausencia de instrumentos dedesplazamiento y de manejo del ar-ca, llama la atención ante las preci-sas y detalladas instrucciones queNoe recibe de Dios sobre la cons-trucción de la embaración (Gn 6, 14-16). Algunas veces, quizá como aho-ra en estos tiempos de pandemia, elhombre debe dejar sus usuales e ine-ficaces instrumentos de navegaciónpara dejar de timonel al Creador.Estar todos en la misma barca, conla utopía de otro centro de coman-dos y la mirada puesta en una nuevahumanidad, requiere una renovadavisión integral, conectada a todo locreado y reconociendo al único To-dopoderoso como timonel. “En elmundo actual los sentimientos depertenencia a una misma humanidadse debilitan, y el sueño de construirjuntos la justicia y la paz parece una

utopía de otras épocas. Vemos cómoimpera una indiferencia cómoda, fríay globalizada, hija de una profundadesilusión que se esconde detrás delengaño de una ilusión: creer que po-demos ser todopoderosos y olvidarque estamos todos en la misma bar-ca”3.

Solo la ferviente búsqueda deDios como el primigenio, nuevo y

malidad. “Muchas cosas tienen quereorientar su rumbo, pero ante todola humanidad necesita cambiar. Ha-ce falta la conciencia de un origencomún, de una pertenencia mutura yde un futuro compartido por to-dos”5.

Es conocido el final del realto bí-blico del diluvio. Dios salva, purifi-ca, renueva su pacto y da señalesmaravillosas con propio sello univer-sal y eterno. La bendición de cierredel relato (Gn 9, 1-17), es una alianzaunilateral, solemne y ecuménica querenueva el mandato original de serfecundos, multiplicarse y llenar latierra, y de custodiar la vida de todoser humano. Un pacto cósmico que,partiendo de Noé, atraviesa la hu-manidad, envuelve a los seres vivostanto animales como vegetales y seescribe con tinta indeleble en el fir-mamento infinito.

El Señor como timonel de la “te-va” del diluvio, no solo nos llevará auna nueva etapa en la historia hu-mana, sino que dibujará en forma dearco iris, su maravilloso compromisovisible a la esperanza. Y la esperan-za, que no defrauda, es la palabraque estabamos buscando al inicio deestos breves pensamientos para des-cribir lo que hoy no podemos mane-jar ni comprender. Porque: “La espe-ranza nos invita a reconocer quesiempre hay una sa lida, que siemprepodemos reorientar el rumbo”6.¡Alabado seas Señor, timonel y espe-ranza de tu maravillosa creación!

Notas1 Momento extraordinario de oración

en tiempos de pandemia 27-03-202 La solidaridad y la virtud de la

fe Catequesis 02-09-203 Fratelli tutti , 304 Laudato si’, , 535 Laudato si’, 2026 Laudato si’, 61

mos viviendo, ponerle nombre, nosayuda a entender, procesar, pensar ybuscar horizontes esperanzadores.

El Papa Francisco, en estos tiem-pos también nos habló utilizandopalabras como crisis, tempestados,salvatajes, naufragios, barcas, etc.Hace siete meses declaró que “nosdimos cuenta de que estábamos enla misma barca, todos frágiles y de-sorientados; pero, al mismo tiempo,importantes y necesarios, todos lla-mados a remar juntos, todos necesi-tados de confortarnos mutuamente.En esta barca, estamos todos” 1. Fi-guras similares utilizó también du-rante la serie catequística especial“Sanar el mundo”: “En medio decrisis y tempestades, el Señor nos in-terpela y nos invita a despertar y ac-tivar esta solidaridad capaz de darsolidez, apoyo y un sentido a estashoras en las que todo parece naufra-gar”2.

Estas figuras, nos llevan también auna relectura de textos bíblicos co-nocidos, como es el caso del diluviouniversal, Noé y el arca. El relatomítico, que encuentra similitudes enotras narraciones mesopotámicas,nos centra en un naufragio cósmicosin precedentes y también sin posibi-

eterno timonel de lo creado, nos lle-vará a reorientar el rumbo. ¡Es elgrito de los pobres y de la tierra,una vez más debajo de la linea deflotación de esta inunadación viral!“El gemido de la hermana tierra,que se une al gemido de los abando-nados del mundo, con un clamorque nos reclama otro rumbo” 4. De-bemos cambiar para dejar de norma-lizar la corrupción si deseamos ver-daderamente una nueva y sana nor-

““

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Continuando las reflexiones sobre el tema de la oración

Jesús no rechaza ni siquiera a lospecadores de la peor especie

del Padre (v. 15), un acto de solidari-dad con nuestra condición humana.Él reza con los pecadores del pueblode Dios. Metamos esto en la cabeza:Jesús es el Justo, no es pecador. Pe-ro Él ha querido descender hasta no-sotros, pecadores, y Él reza con no-sotros, y cuando nosotros rezamosÉl está con nosotros rezando; Él estácon nosotros porque está en el cielorezando por nosotros. Jesús siemprereza con su pueblo, siempre reza connosotros: siempre. Nunca rezamossolos, siempre rezamos con Jesús.No se queda en la orilla opuesta delrío —“Yo soy justo, vosotros pecado-re s ”— para marcar su diversidad ydistancia del pueblo desobediente,sino que sumerge sus pies en lasmismas aguas de purificación. Se ha-ce como un pecador. Y esta es lagrandeza de Dios que envió a suHijo que se aniquiló a sí mismo yapareció como un pecador.

Jesús no es un Dios lejano, y nopuede serlo. La encarnación lo reve-ló de una manera completa y huma-namente impensable. Así, inaugu-rando su misión, Jesús se pone a lacabeza de un pueblo de penitentes,como encargándose de abrir unabrecha a través de la cual todos no-sotros, después de Él, debemos tenerla valentía de pasar. Pero la vía, elcamino, es difícil; pero Él va, abrien-do el camino. El Catecismo de laIglesia Católica explica que esta esla novedad de la plenitud de lostiempos. Dice: «La oración filial,que el Padre esperaba de sus hijosva a ser vivida por fin por el propioHijo único en su Humanidad, conlos hombres y en favor de ellos» (n.2599). Jesús reza con nosotros. Me-tamos esto en la cabeza y en el cora-zón: Jesús reza con nosotros.

Ese día, a orillas del río Jordán,está por tanto toda la humanidad,con sus anhelos inexpresados de ora-

ción. Está sobre todo el pueblo delos pecadores: esos que pensabanque no podían ser amados por Dios,los que no osaban ir más allá delumbral del templo, los que no reza-ban porque no se sentían dignos. Je-sús ha venido por todos, tambiénpor ellos, y empieza precisamenteuniéndose a ellos, a la cabeza.

Sobre todo el Evangelio de Lucasdestaca el clima de oración en el quetuvo lugar el bautismo de Jesús:«Sucedió que cuando todo el pue-blo estaba bautizándose, bautizadotambién Jesús y puesto en oración,se abrió el cielo» (3, 21). Rezando,Jesús abre la puerta de los cielos, yde esa brecha desciende el EspírituSanto. Y desde lo alto una voz pro-clama la verdad maravillosa: «Túeres mi Hijo; yo hoy te he engendra-do» (v. 22). Esta sencilla frase encie-rra un inmenso tesoro: nos hace in-tuir algo del misterio de Jesús y desu corazón siempre dirigido al Pa-dre. En el torbellino de la vida y elmundo que llegará a condenarlo, in-cluso en las experiencias más durasy tristes que tendrá que soportar, in-cluso cuando experimenta que notiene dónde recostar la cabeza (cfr.Mt 8, 20), también cuando el odio yla persecución se desatan a su alre-dedor, Jesús no se queda nunca sinel refugio de un hogar: habita eter-namente en el Padre.

Esta es la grandeza única de laoración de Jesús: el Espíritu Santotoma posesión de su persona y lavoz del Padre atestigua que Él es elamado, el Hijo en el que Él se refle-ja plenamente.

Esta oración de Jesús, que a ori-llas del río Jordán es totalmente per-sonal —y así será durante toda su vi-da terrena—, en Pentecostés se con-vertirá por gracia en la oración detodos los bautizados en Cristo. Élmismo obtuvo este don para noso-tros, y nos invita a rezar como Él re-zaba.

Por esto, si en una noche de ora-ción nos sentimos débiles y vacíos, sinos parece que la vida haya sidocompletamente inútil, en ese instantedebemos suplicar que la oración deJesús se haga nuestra. “Yo no puedo

rezar hoy, no sé qué hacer: no mesiento capaz, soy indigno, indigna”.En ese momento, es necesario enco-mendarse a Él para que rece por no-sotros. Él en este momento está de-lante del Padre rezando por noso-tros, es el intercesor; hace ver al Pa-dre las llagas, por nosotros. ¡Tene-mos confianza en esto! Si nosotrostenemos confianza, escucharemosentonces una voz del cielo, más fuer-te que la que sube de los bajos fon-dos de nosotros mismos, y escucha-remos esta voz susurrando palabrasde ternura: “Tú eres el amado deDios, tú eres hijo, tú eres la alegríadel Padre de los cielos”. Precisamen-te por nosotros, para cada uno denosotros hace eco la palabra del Pa-dre: aunque fuéramos rechazadospor todos, pecadores de la peor es-pecie. Jesús no bajó a las aguas delJordán por sí mismo, sino por todosnosotros. Era todo el pueblo deDios que se acercaba al Jordán pararezar, para pedir perdón, para hacerese bautismo de penitencia. Y comodice ese teólogo, se acercaban al Jor-dán “desnuda el alma y desnudoslos pies”. Así es la humildad. Pararezar es necesario humildad. Haabierto los cielos, como Moisés ha-bía abierto las aguas del mar Rojo,para que todos pudiéramos pasardetrás de Él. Jesús nos ha regaladosu propia oración, que es su diálogode amor con el Padre. Nos lo diocomo una semilla de la Trinidad,que quiere echar raíces en nuestrocorazón. ¡Acojámoslo! Acojamos estedon, el don de la oración. Siemprecon Él. Y no nos equivocaremos.

«Un acto tan cruel e insensato, que haarrebatado la vida de los pequeñosinocentes mientras »: así el PapaFrancisco definió la bárbara masacrede estudiantes que tuvo lugar elsábado 24 de octubre en Camerún. ElPontífice lo recordó al finalizar laaudiencia, lanzando un llamamientopor la paz para las regiones noroeste ysuroeste del país africano. Antes deguiar la oración del Padre nuestro y deimpartir la bendición, Francisco saludóa los diferentes grupos de fielesp re s e n t e s .

Me uno al dolor de las fami-lias de los jóvenes estudian-tes brutalmente asesinados

el sábado pasado en Kumba, en Ca-merún. Siento un gran desconciertopor un acto tan cruel e insensato,que ha arrebatado la vida de los pe-queños inocentes mientras estabanen clase en el colegio. ¡Qué Diosilumine los corazones, para que ges-tos similares no se repitan nuncamás y para que las atormentadas re-giones del noroeste y suroeste delpaís puedan finalmente encontrar lapaz! Espero que las armas se calleny se pueda garantizar la seguridadde todos y el derecho de cada jovena la educación y al futuro. Expreso alas familias, a la ciudad de Kumba ya todo Camerún mi afecto e invocoel consuelo que solo Dios pueded a r.

Saludo cordialmente a los peregri-nos de lengua española. Que el Se-ñor Jesús nos conceda la gracia dehacer que su oración, que es diálogode amor con el Padre, se conviertatambién en nuestra, con la seguridadde que Dios nos ama, nos perdona ynos invita a vivir como hijos e hijassuyos en intimidad con Él. QueDios los bendiga a todos.

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

Hoy, en esta audiencia, co-mo hemos hecho en lasaudiencias precedentes,permaneceré aquí. A mí

me gustaría mucho bajar, saludar acada uno, pero tenemos que mante-ner las distancias, porque si yo bajose hace una aglomeración para salu-dar, y esto está contra los cuidados,las precauciones que debemos tenerdelante de esta “señora” que se lla-ma Covid y que nos hace tanto da-ño. Por eso, perdonadme si yo nobajo a saludaros: os saludo desdeaquí pero os llevo a todos en el co-razón. Y vosotros, llevadme a mí enel corazón y rezad por mí. A distan-cia, se puede rezar uno por otro;gracias por la comprensión.

En nuestro itinerario de catequesissobre la oración, después de haberrecorrido el Antiguo Testamento, lle-gamos ahora a Jesús. Y Jesús rezaba.El inicio de su misión pública tienelugar con el bautismo en el río Jor-dán. Los evangelistas coinciden alatribuir importancia fundamental aeste episodio. Narran que todo elpueblo se había recogido en oración,y especifican que este reunirse tuvoun claro carácter penitencial (cfr. Mc1, 5; Mt 3, 8). El pueblo iba dondeJuan para bautizarse para el perdónde los pecados: hay un carácter pe-nitencial, de conversión.

El primer acto público de Jesús espor tanto la participación en unaoración coral del pueblo, una ora-ción del pueblo que va a bautizarse,una oración penitencial, donde to-dos se reconocían pecadores. Por es-to el Bautista quiso oponerse, y dice:«Soy yo el que necesita ser bautiza-do por ti, ¿y tú vienes a mí?» (Mt 3,14). El Bautista entiende quién eraJesús. Pero Jesús insiste: el suyo esun acto que obedece a la voluntad

La forma humilde de rezar por parte de Jesús, que no rechaza ni a los peorespecadores, fue el centro de la catequesis del Papa Francisco en la audienciageneral del miércoles por la mañana, 28 de octubre, en el aula Pablo VI.Prosiguiendo el ciclo de reflexiones sobre el tema de la oración, el Pontífice sedetuvo en el bautismo del Hijo de Dios, subrayando que su primer acto públicofue «la participación a una oración coral del pueblo».