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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año LII, número 27 (2.674) Ciudad del Vaticano 3 de julio de 2020 S UPERAR LAS ENFERMEDADES DEL RACISMO , LA INJUSTICIA Y LA INDIFERENCIA

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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00

L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Año LII, número 27 (2.674) Ciudad del Vaticano 3 de julio de 2020

SUPERAR LASENFERMEDADESDEL R A C I S M O,LA INJUSTICIA

Y LA INDIFERENCIA

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L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Ciudad del Vaticanoredazione.spagnola.or@sp c.va

w w w. o s s e r v a t o re ro m a n o .v a

ANDREA MONDAd i re c t o r

Giuseppe Fiorentinosub director

Silvina Pérezjefe de la edición

Redacciónvia del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticano

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página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 3 de julio de 2020, número 27

Soluciones de paz para la dramática crisis de Siria

Ángelus

Siria, Yemen y Ucrania: en elÁngelus del domingo 28 de junioel pensamiento del Papa fue paralas poblaciones de estos tres países

que están viviendo situaciones deemergencia provocadas por graves

crisis políticas, sociales yhumanitarias. Francisco habló al

finalizar la oración mariana—rezada con los fieles reunidos enla plaza de San Pedro respetando

las medidas de seguridadadoptadas por la pandemia—

después de una reflexión dedicadaal pasaje evangélico (Mateo 10,37-42) de la liturgia dominical

El papa reza también por Yemen y por Ucrania

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En este domingo, el Evangelio (cf. Ma t e o10, 37-42) expresa con fuerza la invitacióna vivir plenamente y sin vacilación nues-tra fidelidad al Señor. Jesús pide a sus

discípulos que tomen en serio las exigencias delEvangelio, incluso cuando esto requiere sacrificioy esfuerzo. Lo primero que les exige a quienes lesiguen es poner el amor a Él por encima del amorfamiliar. Dice: «El que ama a su padre o a su ma-dre, […] a su hijo o a su hija más que a mí, no esdigno de mí» (v. 37). Jesús ciertamente no preten-de subestimar el amor a los padres y a los hijos,pero sabe que los lazos de parentesco, si se ponenen primer lugar, pueden desviar del verdaderobien. Lo vemos: ciertas corrupciones en los go-biernos se dan precisamente porque el amor porla parentela es mayor que el amor por la patria yponen en los cargos a los parientes. Lo mismocon Jesús: cuando el amor [por los familiares] esmayor que [el amor por] Él, no va bien. Todospodríamos dar muchos ejemplos a este respecto.

Sin mencionar las situaciones en las que los la-zos familiares se mezclan con elecciones opuestasal Evangelio. Cuando, por el contrario, el amor alos padres y a los hijos está animado y purificadopor el amor del Señor, entonces se hace plena-mente fecundo y produce frutos de bien en lapropia familia y mucho más allá de ella. En estesentido, dice Jesús la frase. Recordemos tambiéncómo reprende Jesús a los doctores de la ley queprivan a sus padres de lo necesario con el pretex-to de dárselo al altar, de dárselo a la Iglesia (cf.Marcos 7, 8-13). ¡Los reprende! El verdadero amora Jesús requiere verdadero amor a los padres, alos hijos, pero si primero buscamos el interés fa-miliar, esto siempre nos lleva por el camino equi-vo cado.

Luego dice Jesús a sus discípulos: «El que notoma su cruz y me sigue no es digno de mí» (v.38). Se trata de seguirlo por el camino que Élmismo ha recorrido, sin buscar atajos. No hayamor verdadero sin cruz, es decir, sin un precio apagar en persona. Y lo dicen muchas madres,muchos padres que se sacrifican tanto por sushijos y soportan verdaderos sacrificios, cruces,

porque aman. Y si se lleva con Jesús, la cruz noda miedo, porque Él siempre está a nuestro ladopara apoyarnos en la hora de la prueba más dura,para darnos fuerza y coraje. Tampoco es necesarioinquietarse por preservar la vida, con una actitudtemerosa y egoísta. Jesús amonesta: «El que en-cuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vi-da por mí —es decir, por amor, por amor a Jesús,por amor al prójimo, por servir a los demás—, laencontrará» (v. 39). Es la paradoja del Evangelio.Pero también tenemos, gracias a Dios, muchosejemplos. Lo vemos en estos días. ¡Cuánta gente,cuánta gente lleva cruces para ayudar a otros! Sesacrifica para ayudar a quienes lo necesitan en es-ta pandemia. Pero, siempre con Jesús, se puedehacer. La plenitud de la vida y la alegría se en-cuentra al entregarse por el Evangelio y por loshermanos, con apertura, aceptación y benevolen-cia. De este modo, podemos experimentar la ge-nerosidad y la gratitud de Dios. Nos lo recuerdaJesús: «Quien a vosotros acoge, a mí me acoge[…]. Y todo aquel que dé de beber tan sólo unvaso de agua fresca a uno de estos pequeños […]no perderá su recompensa» (vv. 40; 42). La gene-rosa gratitud de Dios Padre tiene en cuenta hastael más pequeño gesto de amor y de servicio pres-tado a nuestros hermanos. En estos días, un sa-cerdote me contó que se había conmovido porqueun niño de la parroquia se le acercó y le dijo:“Padre, estos son mis ahorros, una cosa pequeña,es para sus pobres, para aquellos que hoy lo nece-sitan a causa de la pandemia”. ¡Pequeña cosa, pe-ro grande! Es una gratitud contagiosa que nosayuda a cada uno de nosotros a mostrar gratitudhacia aquellos que se preocupan por nuestras ne-cesidades.

Cuando alguien nos ofrece un servicio, no de-bemos pensar que todo no es debido. No, mu-chos servicios se realizan de forma gratuita. Pen-sad en el voluntariado, que es una de las mejorescosas que tiene la sociedad italiana. Los volunta-rios... ¡Y cuántos de ellos dejaron sus vidas en es-ta pandemia! Se hace por amor, simplemente porservicio. La gratitud, el reconocimiento, es en pri-mer lugar una señal de buenos modales, perotambién es una característica distintiva del cristia-no. Es un simple pero genuino signo del reino de

Dios, que es el reino del amor gratuito y genero-so.

Que María Santísima, que amó a Jesús másque a su propia vida y lo siguió hasta la cruz, nosayude a ponernos siempre ante Dios con el cora-zón abierto, dejando que su Palabra juzgue nues-tro comportamiento y nuestras opciones.

Al finalizar la oración mariana, después delllamamiento por Venezuela, el Papa saludó a losdiferentes grupos de fieles presentes.

Queridos hermanos y hermanas:

El próximo martes, 30 de junio, se celebra-rá la cuarta Conferencia de la Unión Eu-ropea y las Naciones Unidas para “ap o-yar el futuro de Siria y su región”. Ore-

mos por esta importante reunión, para que puedamejorar la dramática situación del pueblo sirio yde los pueblos vecinos, en particular de Líbano,en el contexto de graves crisis sociopolíticas yeconómicas que la pandemia ha hecho aún másdifíciles. ¡Pensad que hay niños con hambre queno tienen comida! Por favor, que los líderes seancapaces de hacer la paz.

También os invito a rezar por la población deYemen. También en este caso especialmente porlos niños que sufren a causa de la grave crisis hu-manitaria. Así como por los afectados por las gra-ves inundaciones en el oeste de Ucrania: que pue-dan experimentar el consuelo del Señor y la ayu-da de los hermanos.

Dirijo mi saludo a todos vosotros, romanos yperegrinos procedentes de Italia y otros países.¡Veo banderas: polaca, alemana y otras! En parti-cular, saludo a todos los que participaron estamañana, aquí en Roma, en la misa de rito congo-leño, rezando por la República Democrática delCongo. Saludo a la delegación congoleña presen-te. ¡Qué gente estupenda estos congoleños!

Os deseo a todos un buen domingo. Por favor,no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo!Y nos vemos mañana para la fiesta de san Pedroy san Pablo.

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número 27, viernes 3 de julio de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 3

Este año, por primera vez en su his-toria, la Asociación de Prensa Cató-lica organiza la Conferencia de Me-dios Católicos de manera virtual, acausa de la situación sanitaria actual.Ante todo, deseo expresar mi cerca-nía a quienes han sido afectados porel virus y a quienes, incluso a riesgode sus vidas, han trabajado y siguentrabajando para asistir a nuestroshermanos y hermanas que lo necesi-tan.

El tema que ustedes han elegido

para acercar a las personas, acortarlas distancias, proveer la informaciónnecesaria y abrir las mentes y los co-razones a la verdad. Fue precisamen-te esta constatación la que llevó a lacreación de los primeros periódicoscatólicos en sus países, además delconstante apoyo que les prestaronlos Pastores de la Iglesia. Lo vemosen el caso del Catholic Miscellany deCharleston, fundado en 1822 por elobispo John England, y que fue se-guido de muchos otros periódicos yrevistas. Hoy, como entonces, nues-

hombres y mujeres con sólidos valo-res que protejan la comunicación detodo lo que puede distorsionarla odesviarla hacia otros propósitos.

Les pido, por tanto, que perma-nezcan unidos y sean signo de uni-dad también entre ustedes. Los me-dios de comunicación pueden sergrandes o pequeños, pero en la Igle-sia estas no son categorías importan-tes. En la Iglesia, todos hemos sidobautizados en un único Espíritu yhechos miembros de un solo cuerpo

bien para todos. Solamente con esamirada podemos trabajar eficazmen-te para superar las enfermedades delracismo, la injusticia y la indiferen-cia, que desfiguran el rostro de nues-tra común familia. Que, través de sudedicación y su trabajo diario, pue-dan ustedes ayudar a los demás acontemplar las situaciones y las per-sonas con los ojos del Espíritu. Quecuando nuestro mundo hable apre-suradamente con adjetivos y adver-bios, los comunicadores cristianoshablen con sustantivos que reconoz-

tras comunidadescuentan con los pe-riódicos, la radio, latelevisión y las redessociales para compar-tir, comunicar, infor-mar y unir.

E pluribus unum, elideal de unidad enmedio de la diversi-dad reflejado en el le-ma de los EstadosUnidos, también de-be inspirar el servicioque ustedes ofrecen al

(cfr. 1 Cor 12:13). Co-mo en todo cuerpo, amenudo son losmiembros más peque-ños los que, al final,son los más necesa-rios. Lo mismo suce-de en el cuerpo deCristo. Cada uno denosotros, dondequieraque nos encontremos,está llamado a contri-buir, mediante la pro-fesión de la verdad en

para la Conferencia de este año —To -gether While Apart, Juntos mientrasestamos separados— expresa elo-cuentemente el sentido de uniónque, paradójicamente, ha surgido dela experiencia de distanciamiento so-cial impuesta por la pandemia. Enmi mensaje del año pasado para laJornada Mundial de las Comunica-ciones Sociales, reflexioné sobre có-mo la comunicación nos permite ser,como dice San Pablo, “m i e m b ro sunos de otros” (cfr. Ef 4, 25), llama-dos a vivir en comunión dentro deuna red de relaciones en continuaexpansión. A causa de la pandemia,todos hemos percibido más plena-mente esta verdad. De hecho, la ex-periencia de estos meses pasados nosha demostrado que la misión de losmedios de comunicación es esencial

bien común. Ello es urgentementenecesario hoy, en una era marcadapor conflictos y polarizaciones a losque la propia comunidad católica noes inmune.

Necesitamos medios de comunica-ción capaces de construir puentes,defender la vida y abatir los muros,visibles e invisibles, que impiden eldiálogo sincero y la comunicaciónverdadera entre personas y comuni-dades. Necesitamos medios de co-municación que puedan ayudar a laspersonas, especialmente a los jóve-nes, a distinguir el bien del mal; adesarrollar juicios sólidos basados enuna presentación clara e imparcialde los hechos; y a comprender la im-portancia de trabajar por la justicia,la concordia social y el respeto anuestra casa común. Necesitamos

el amor, al crecimiento de la Iglesiahasta su plena madurez en Cristo(cfr. Ef 4:15).

La comunicación, lo sabemos, noes meramente una cuestión de com-petencia profesional. Un verdaderocomunicador se dedica completa-mente al bien de los demás en todoslos niveles, desde la vida de cadapersona a la vida de toda la familiahumana. No podemos comunicarverdaderamente si no nos involucra-mos personalmente, si no podemostestimoniar personalmente la verdaddel mensaje que transmitimos. Todacomunicación tiene su fuente últimaen la vida de Dios Uno y Trino, quecomparte con nosotros las riquezasde su vida divina y, a su vez, nos pi-de que, unidos en el servicio a suVerdad, comuniquemos ese tesoro alos demás.

Queridos amigos, invoco cordial-mente sobre ustedes y sobre los tra-bajos de su Conferencia la efusiónde los dones del Espíritu Santo desabiduría, entendimiento y consejo.Solamente la mirada del Espíritunos permite no cerrar los ojos antelos que sufren y buscar el verdadero

can y presenten la silenciosa reivin-dicación de la verdad y promuevanla dignidad humana. Que donde elmundo ve conflictos y divisiones,puedan ustedes mirar a los pobres ya quienes sufren, y dar voz a las sú-plicas de nuestros hermanos y her-manas necesitados de misericordia yc o m p re n s i ó n .

La Iglesia celebró ayer la solemni-dad de los Apóstoles Pedro y Pablo.Que el espíritu de comunión con elobispo de Roma, que ha sido siem-pre un sello distintivo de la prensacatólica de sus países, los mantengaa todos ustedes unidos en la fe y fir-mes ante las efímeras modas cultura-les que carecen de la fragancia de laverdad evangélica. Sigamos rezandojuntos por la reconciliación y la pazen nuestro mundo. Les aseguro miapoyo y mis oraciones por ustedes ysus familias. Y les pido, por favor,que me recuerden en sus oraciones.

Vaticano, 30 de junio de 2020

La experiencia de estos meses pasadosnos ha demostrado que la misión de losmedios de comunicación es esencial paraacercar a las personas, acortar lasdistancias, proveer la informaciónnecesaria y abrir las mentes y loscorazones a la verdad

Necesitamos medios de comunicacióncapaces de construir puentes, defender lavida y abatir los muros, visibles e invisibles,que impiden el diálogo sincero y lacomunicación verdadera entre personas ycomunidades

Mensaje a la Catholic Press Association

Los medios católicos unidoscontra el racismo y las injusticias

Un llamamiento al compromiso para “superar las enfermedadesdel racismo, lainjusticia y la indiferencia, que desfiguran el rostro denuestra común familia” fuedirigido por el Papa a los operadores de la comunicación católica en un mensajeenviado el martes 30 de junio a los miembros de la Catholic Press Association(Asociación de Prensa Católica) con ocasión de su conferencia anual. Publicamos,a continuación el texto del mensaje.

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página 4 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 3 de julio de 2020, número 27

Publicado por el Pontificio consejo para la promoción de la nueva evangelización

Un nuevo «Directorio para la Catequesis»Redactado por el Pontificio consejo para lapromoción de la nueva evangelización, el nue-vo «Directorio para la Catequesis» fue pre-sentado en directo a través de vídeo el jueves,25 de junio, en la Oficina de prensa de laSanta Sede. A continuación, publicamos deforma casi íntegra, la intervención del arzo-bispo presidente.

RINO FISICHELLA

La publicación de un Directoriopara la Catequesis representa unevento feliz para la vida de laIglesia. En efecto, para quienes se

dedican al gran compromiso de la cate-quesis puede marcar una provocación po-sitiva porque permite experimentar la di-námica del movimiento catequético quesiempre ha tenido una presencia significa-tiva en la vida de la comunidad cristiana.El Directorio para la Catequesis es un docu-mento de la Santa Sede confiado a toda laIglesia. Ha requerido mucho tiempo y es-fuerzo, y llega a la conclusión de una am-plia consulta internacional. Se dirige en

A partir del Concilio Vaticano II lo quehoy presentamos es el tercer Directorio. Elprimero de 1971, Directorio catequísticogeneral, y el segundo de 1997, Directoriogeneral de la catequesis, marcaron estosúltimos cincuenta años de historia de lacatequesis. Estos textos han desempeñadoun papel fundamental. Han sido una ayu-da importante para dar un paso decisivoen el camino catequético, sobre todo reno-vando la metodología y la instancia peda-gógica. El proceso de inculturación quecaracteriza en particular a la catequesis yque, sobre todo en nuestros días, deman-da una atención muy particular, ha reque-rido la composición de un nuevo D i re c t o -rio.

La Iglesia se enfrenta a un gran desafíoque se concentra en la nueva cultura conla que se encuentra, la digital. Focalizar laatención en un fenómeno que se imponecomo global, obliga a quienes tienen laresponsabilidad de la formación a no ter-giversar. A diferencia del pasado, cuandola cultura se limitaba al contexto geográfi-co, la cultura digital tiene un valor que se

pendientemente de dónde provenga. Encualquier caso, ella se convierte en unaconfrontación imprescindible para la Igle-sia en virtud de su “comp etencia” sobre elhombre y su pretensión de verdad.

Quizás, sólo por esta premisa, era nece-sario un nuevo Directorio para la cateque-sis. En la era digital, veinte años son com-parables, sin exageración, al menos a me-dio siglo. De aquí se deriva la exigenciade redactar un Directorio que tomase enconsideración con gran realismo la nove-dad que se asoma, con el intento de pro-poner una lectura que implicara la cate-quesis. Por este motivo, el Directorio nosólo presenta los problemas inherentes a lacultura digital, sino sugiere también cuálescaminos seguir para que la catequesis seconvierta en una propuesta que encuentreal interlocutor en condiciones de com-prenderla y de ver su adecuación con elpropio mundo.

Existe, sin embargo, una razón más deorden teológico y eclesial que ha llevado aredactar este Directorio. La invitación avivir cada vez más la dimensión sinodal,

primer lugar a los obispos, primeros cate-quistas entre el pueblo de Dios, porqueson los primeros responsables de la trans-misión de la fe (cf. n. 114). Junto a ellosestán implicadas las Conferencias episco-pales, con sus respectivas Comisiones parala catequesis, para compartir y elaborar unesperado proyecto nacional que apoye elcamino de cada diócesis (cf. n. 413).

Los más directamente implicados en eluso del Directorio, sin embargo, siguensiendo los sacerdotes, los diáconos, laspersonas consagradas, y los millones decatequistas que diariamente ofrecen congratuidad, fatiga y esperanza su ministerioen las diferentes comunidades.

La dedicación con la que trabajan, so-bre todo en un momento de transicióncultural como éste, es el signo tangible decómo el encuentro con el Señor puedetransformar a un catequista en un genuinoe v a n g e l i z a d o r.

ve afectado por la globalización en cursoy determina su desarrollo. Los instrumen-tos creados en esta década manifiestanuna transformación radical de los compor-tamientos que inciden sobre todo en laformación de la identidad personal y enlas relaciones interpersonales. La veloci-dad con que se modifica el lenguaje, ycon él las relaciones conductuales, dejaentrever un nuevo modelo de comunica-ción y de formación que afecta inevitable-mente también a la Iglesia en el complejomundo de la educación. La presencia delas diversas expresiones eclesiales en elvasto mundo de Internet es ciertamenteun hecho positivo, pero la cultura digitalva mucho más allá. Ella toca de raíz lacuestión antropológica, decisiva en todocontexto formativo, sobre todo en lo refe-rente a la verdad y a la libertad. Plantearesta cuestión, hace necesario verificar laidoneidad de la propuesta formativa inde-

no se pueden olvidar los últimos Sínodosque ha vivido la Iglesia. En 2005 la Euca-ristía, fuente y cumbre de la vida y misiónde la Iglesia; en 2008 la Palabra de Diosen la vida y misión de la Iglesia; en 2015la vocación y misión de la familia en laIglesia y en el mundo contemporáneo; en2018 los Jóvenes, la fe y el discernimientovocacional. Como se puede observar, hayconstantes en todas estas asambleas quetocan de cerca el tema de la evangeliza-ción y de la catequesis como puede verifi-carse en los documentos que les han se-guido. Más concretamente, es necesarioreferirse a dos sucesos que marcan de ma-nera complementaria la historia de este úl-tima década en lo que respecta a la cate-quesis: el Sínodo sobre la Nueva evangeli-zación y la transmisión de la fe en 2012,con la consiguiente Exhortación Apostóli-ca del Papa Francisco Evangelii gaudium,y el vigésimo quinto aniversario de la pu-

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número 27, viernes 3 de julio de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 5

blicación del Catecismo de la Iglesia Cató-lica, ambos directamente de la competenciadel Pontificio Consejo para la Promociónde la Nueva Evangelización.

La evangelización ocupa el lugar princi-pal en la vida de la Iglesia y en la enseñan-za cotidiana del Papa Francisco. No podríaser de otra manera. La evangelización es latarea que el Señor resucitado confió a suIglesia para ser en el mundo de todos lostiempos el fiel anuncio de su Evangelio.Prescindir de este presupuesto equivaldríaa convertir a la comunidad cristiana en unade las muchas asociaciones beneméritas,fuerte durante sus dos mil años de historia,pero no la Iglesia de Cristo. La perspectivadel Papa Francisco, entre otras cosas, se si-túa en fuerte continuidad con la enseñanzade san Pablo VI en la Evangelii nuntiandide 1975. Ambos no hacen más que referirsea la riqueza surgida del Vaticano II que, enlo referente a la catequesis, encontró supunto focal en Catequesis tradendae (1979)de san Juan Pablo II.

La catequesis, por lo tanto, debe estaríntimamente unida a la obra de evangeliza-ción y no puede prescindir de ella. Necesi-ta asumir en sí las características mismas dela evangelización, sin caer en la tentaciónde convertirse en un sustituto o querer im-poner a la evangelización sus propias pre-misas pedagógicas. En esta relación la pri-macía pertenece a la evangelización, no ala catequesis. Esto nos permite entenderpor qué a la luz de Evangelii gaudium, es-te Directorio está calificado para apoyaruna “catequesis kerigmática”.

El corazón de la catequesis es el anunciode la persona de Jesucristo, que va más alláde los límites del espacio y del tiempo parapresentarse a cada generación como la no-vedad que se ofrece para alcanzar el senti-do de la vida. En esta perspectiva, se indi-ca una nota fundamental que la catequesisdebe hacer suya: la misericordia. El keryg-ma es anuncio de la misericordia del Padreque sale al encuentro del pecador, no con-siderado más como un excluido sino comoun invitado privilegiado al banquete de lasalvación que consiste en el perdón de lospecados. Si se quiere, es en este contextoque la experiencia del catecumenado tomafuerza como experiencia del perdón ofreci-do y de la vida nueva de comunión conDios que se sigue de ahí.

La centralidad del kerygma, sin embargo,debe entenderse en sentido cualitativo notemporal. En efecto, requiere estar presenteen todas las fases de la catequesis y de ca-da catequesis. Es el “primer anuncio” quesiempre se hace porque Cristo es el úniconecesario. La fe no es algo obvio que se re-cupera en los momentos de necesidad, sinoun acto de libertad que compromete todala vida. El D i re c t o r i o , pues, hace suya lacentralidad del kerygma que se expresa ensentido trinitario como compromiso de to-da la Iglesia. La catequesis, como expresael D i re c t o r i o , se caracteriza por esta dimen-sión y por las implicaciones que conllevaen la vida de las personas. Toda la cateque-sis, en este horizonte, adquiere un valor pe-culiar que se expresa en la profundizaciónconstante del mensaje evangélico. La cate-quesis, en definitiva, tiene como objetivoconducir al conocimiento del amor cristia-no que lleva a quienes lo han acogido aconvertirse en discípulos evangelizadores.

El Directorio se articula tocando variostemas que no hacen más que remitir al ob-jetivo de fondo. Una primera dimensión esla mistagogía que se presenta a través dedos elementos complementarios entre sí:ante todo, una renovada valorización delos signos litúrgicos de la iniciación cristia-na; además, la progresiva maduración delproceso formativo en el que está implicadatoda la comunidad. La mistagogia es uncamino privilegiado a seguir, pero no esopcional en el itinerario catequético, per-

manece como un momento obligatorio por-que inserta cada vez más en el misterio quese cree y se celebra. Es la conciencia de laprimacía del misterio lo que lleva a la cate-quesis a no aislar el kerygma de su contex-to natural. El anuncio de la fe es siempreanuncio del misterio del amor de Dios quese hace hombre para nuestra salvación. Larespuesta no puede ser otra que la acogidadel misterio de Cristo en sí mismo paraque pueda arrojar luz sobre el misterio dela propia experiencia personal (cf. GS 22).

Otra novedad del Directorio es el vínculoentre la evangelización y el catecumenadoen sus diversas acepciones (cf. n.62). Es ur-gente llevar a cabo una “conversión pasto-ral” para liberar a la catequesis de ciertoslazos que le impiden ser eficaz. El primerose puede identificar con el esquema de laescuela, según el cual la catequesis de lainiciación cristiana se vive sobre el paradig-ma de la escuela. El catequista sustituye almaestro, el aula de la escuela se sustituyepor la del catecismo, el calendario escolares idéntico al de la catequesis... El segundoes la mentalidad según la cual la catequesisse hace para recibir un sacramento. Es ob-vio que una vez terminada la Iniciación, secrea un vacío para la catequesis. El terceroes la instrumentalización del sacramentopor parte de la pastoral, de modo que lostiempos de la Confirmación se establecenpor la estrategia pastoral de no perder elpequeño rebaño de jóvenes que queda enla parroquia y no por el significado que elsacramento posee en sí mismo en la econo-mía de la vida cristiana.

El Papa Francisco escribió que “Anun-ciar a Cristo significa mostrar que creer enÉl y seguirlo no es sólo algo verdadero yjusto, sino también bello, capaz de colmarla vida de un nuevo resplandor y de un go-zo profundo, aun en medio de las pruebas.En esta línea, todas las expresiones de ver-dadera belleza pueden ser reconocidas co-mo un sendero que ayuda a encontrarsecon el Señor Jesús… Entonces se vuelvenecesario que la formación en la via pul-chritudinis esté inserta en la transmisión dela fe (EG 167). Una nota de particular valorinnovador para la catequesis puede expre-sarse por la vía de la belleza sobre todo pa-ra permitir conocer el gran patrimonio dearte, literatura y música que posee cadaIglesia local. En este sentido, es comprensi-ble que el Directorio haya colocado el cami-no de la belleza como una de las “fuentes”de la catequesis (cf. nn. 106-109).

Una última dimensión ofrecida por elDirectorio se encuentra en ayudar a entrarprogresivamente en el misterio de la fe. Es-ta connotación no puede ser delegada auna sola dimensión de la fe o la catequesis.La teología indaga el misterio revelado conlos instrumentos de la razón. La liturgia ce-lebra y evoca el misterio con la vida sacra-mental. La caridad reconoce el misterio del

hermano que extiende la mano. La cate-quesis, de la misma manera, nos introduceprogresivamente a acoger y vivir el misterioglobalmente en nuestra existencia diaria. ElDirectorio hace suya esta visión cuando pi-de expresar una catequesis que sepa hacer-se cargo de mantener unido el misterioaunque lo articule en las diversas fases deexpresión. El misterio cuando es captadoen su realidad más profunda, requiere si-lencio. Una verdadera catequesis nunca es-tará tentada a decir todo sobre el misteriode Dios. Por el contrario, ella deberá intro-ducir el camino de la contemplación delmisterio haciendo del silencio su conquista.

Por lo tanto, el Directorio presenta la ca-tequesis kerygmática no como una teoríaabstracta, sino más bien como un instru-mento con un fuerte valor existencial. Estacatequesis encuentra su punto de apoyo enel encuentro que permite experimentar lapresencia de Dios en la vida de cada uno.Un Dios cercano que ama y sigue los acon-tecimientos de nuestra historia porque laencarnación del Hijo lo compromete direc-tamente. La catequesis debe involucrar atodos, catequista y catequizando, en la ex-periencia de esta presencia y en el sentirseinvolucrado en la obra de la misericordia.En resumen, una catequesis de este géneropermite descubrir que la fe es realmente elencuentro con una persona antes de seruna propuesta moral, y que el cristianismono es una religión del pasado, sino unacontecimiento del presente. Una experien-cia como ésta favorece la comprensión dela libertad personal, porque resulta ser elfruto del descubrimiento de una verdadque hace libre (cf. Jn 8, 31).

La catequesis que da la primacía al keryg-ma es contraria a cualquier imposición,aunque fuese aquella de una evidencia queno permita vías de escape. La elección defe, de hecho, antes de considerar los conte-nidos a los cuales adherirse con el propioasentimiento, es un acto de libertad porquese descubre amado. En este contexto, esbueno considerar cuidadosamente lo que elDirectorio propone en cuanto a la impor-tancia del acto de fe en su doble articula-ción (cf. n. 18). Por mucho tiempo la cate-quesis ha centrado sus esfuerzos en dar aconocer los contenidos de la fe y con quépedagogía transmitirlos, dejando desgracia-damente de lado el momento más determi-nante: el acto de elegir la fe y dar el propioasentimiento.

Esperamos que este nuevo Directorio parala Catequesis pueda ser de verdadera ayuday apoyo a la renovación de la catequesis enel único proceso de evangelización que laIglesia no se ha cansado de llevar a cabodesde hace dos mil años, para que el mun-do pueda encontrar a Jesús de Nazaret, elHijo de Dios hecho hombre para nuestrasalvación.

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número 27, viernes 3 de julio de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO páginas 6/7

Nace la Conferencia eclesial de la Amazonía

Una respuesta sinodalal grito de la tierra

La propuesta de los Padres Sinodales de “crear un organismo episco-pal que promueva la sinodalidad entre la Iglesia de la región pana-mazónica, que ayude a delinear el rostro amazónico de la Iglesia yque continúe la tarea de encontrar nuevos caminos para la misión

evangelizadora” (D F, 115), y el pedido del papa Francisco, unido a sus cuatrosueños para este territorio y para la Iglesia toda, en su exhortación postsino-dal Querida Amazonía, “que los pastores, consagrados, consagradas y fieleslaicos de la Amazonia se empeñen en su aplicación, (QA, 4), ha encontradorespuesta en la Asamblea de Proyecto de Constitución de la ConferenciaEclesial de la Amazonía, celebrada virtualmente el 26 y el 29 de junio de2020. Esta Asamblea, realizada de manera inédita por canales digitales, hasido una novedad del Espíritu, y hace parte de este esperanzador kairós quecontinúa el camino sinodal para abrir nuevos caminos para la Iglesia y parauna ecología integral en la región panamazónica.

Es un signo muy especial que el nacimiento de esta Conferencia Eclesialde la Amazonía suceda en la fiesta de San Pedro y de San Pablo, como ges-to de su vocación para afirmar la identidad de la Iglesia, y de su opciónprofética y en salida misionera que brota como llamado ineludible para eltiempo presente. Esta festividad de nuestra Iglesia es también un gesto deagradecimiento por el servicio del Santo Padre, por lo que consideramosque el nacimiento de esta Conferencia Eclesial es un gesto de esperanza au-nado al Magisterio del Papa Francisco, quien ha acompañado cercanamentetodo este proceso.

La composición de esta Asamblea refleja la unidad en la diversidad denuestra Iglesia, y su llamado a una cada vez mayor sinodalidad; unidad ex-presada también por la invaluable presencia y compañía permanente de im-portantes miembros de la Santa Sede que sienten la cercanía y relación di-recta con el Sínodo de la Amazonía y con la misión de la Iglesia en este te-rritorio, las cuales sin duda seguirán desde sus respectivas instancias asistien-do estos nuevos caminos. La votación del nombre, luego de un profundodiscernimiento en esta fase del proceso: Conferencia Eclesial de la Amazo-nía, y de su identidad, composición y modo general de funcionamiento (es-tatuto), han sido aprobados de forma unánime en ambos casos, por parte delos miembros con voto.

Asimismo, con enorme esperanza y alegría compartimos la elección delCard. Claudio Hummes, (Brasil) como su presidente; de Mons. David Mar-tínez de Aguirre, (Perú), como su vicepresidente; y por otro lado, para elComité Ejecutivo se ha elegido a Mons. Eugenio Coter (Bolivia), comoobispo representante de las Conferencias Episcopales del territorio Amazóni-co, junto con las presidencias de las instancias eclesiales regionales queacompañarán este proceso de manera orgánica: CELAM, R E PA M , CLAR Y CÁRI-TA S ALyC; junto a los 3 representantes de los pueblos originarios designados:Sra. Patricia Gualinga del pueblo kichwa-Sarayakú (Ecuador); Hna. LauraVicuña Pereira del pueblo Kariri (Brasil); y Sr. Delio Siticonatzi del puebloAsháninka (Perú).

En estos tiempos difíciles y excepcionales para la humanidad, cuando lapandemia del coronavirus impacta fuertemente a la región panamazónica, ylas realidades de violencia, exclusión y muerte contra el bioma y los pueblosque la habitan, claman por una urgente e inminente conversión integral, laConferencia Eclesial de la Amazonía quiere ser una buena noticia y una res-puesta oportuna a los gritos de los pobres y de la hermana madre Tierra, asícomo un cauce eficaz para asumir, desde el territorio, muchas de las pro-puestas surgidas en la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para laRegión Panamazónica, celebrada en octubre de 2019, siendo también un ne-xo que anime a otras redes e iniciativas eclesiales y socio-ambientales a nivelcontinental e internacional (cf. D F, 115).

En comunión eclesial, en la festividad de San Pedro y San Pablo

MO N S. MIGUEL CABREJOS VIDARTE,PRESIDENTE DEL CELAM

CA R D. CLÁUDIO HUMMES,PRESIDENTE DE LA R E PA M

Y DE LA CONFERENCIA ECLESIAL DE LA AMAZONÍA

Crear conciencia sobrela importancia de la

AmazoníaMANUEL CUBÍAS

El Cardenal Claudio Hummes declaró en el momento dela inauguración de la Asamblea Constitutiva el viernes26 de junio: “Esta Conferencia hace parte de los nuevoscaminos que el Sínodo Especial de Obispos para la

Amazonía propuso. Es nuestra responsabilidad constituir estaConferencia, animados por nuestro querido Papa Francisco. Élmismo sugirió el nombre”. Por su parte, el Cardenal Pedro Ba-rreto, vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica dio labienvenida al nuevo organismo afirmando: “Ha llegado el mo-mento para dar gracias a Dios porque se ha creado la Conferen-cia Eclesial de la Amazonía, donde la voz de los indígenas en laAmazonía se ha escuchado”. El discernimiento en el camino re-corrido El nacimiento de la Conferencia Eclesial de la Amazoníadebe situarse en la tradición colegial y sinodal de las Iglesias deAmérica Latina y el Caribe. El Consejo Episcopal Latinoamerica-no (CELAM), tiene más de 75 años de colaborar con las iglesiasen la evangelización del continente. Ya desde 1955, con la Prime-ra Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Río de Janei-ro se comenzó a forjar una figura regional. De un inmenso valorson las Conferencias del Episcopado realizadas en Medellín,Puebla, Santo Domingo y Aparecida en sus deseos de incorporarel Concilio Vaticano II, y el magisterio más reciente, en los pro-cesos evangelizadores locales.

El padre Carlos María Galli afirma que la Conferencia deAparecida “se anticipó a imaginar nuevas formaciones eclesialesregionales (DAp 182) y tuvo la visión profética de llamar a cola-borar entre sí a las iglesias hermanas de la Amazonía,

“Crear conciencia en las Américas sobre la importancia de laAmazonía para toda la humanidad. Establecer, entre las iglesiaslocales de diversos países sudamericanos, que están en la cuencaamazónica, una pastoral de conjunto con prioridades diferencia-das para crear un modelo de desarrollo que privilegie a los po-bres y sirva al bien común” (DAp 475).

La Asamblea del Sínodo se celebró en Roma en octubre de2019 y en el Documento Final se subrayó la urgencia de abrirnuevos caminos para la Iglesia en el territorio amazónico

“La celebración del Sínodo logró destacar la integración de lavoz de la Amazonía con la voz y el sentir de los pastores partici-pantes. Fue una nueva experiencia de escucha para discernir lavoz del Espíritu que conduce a la Iglesia a nuevos caminos depresencia, evangelización y diálogo intercultural en la Amazonía.El reclamo, surgido en el proceso preparatorio, de que la Iglesiafuera aliada del mundo amazónico, fue afirmado con fuerza. Lacelebración finaliza con gran alegría y la esperanza de abrazar ypracticar el nuevo paradigma de la ecología integral, el cuidadode la “casa común” y la defensa de la Amazonía” (DF 4).

El Sínodo: crear un nuevo organismo eclesial, sinodal y epis-copal de dimensión regional

Las iglesias que comparten el territorio amazónico, junto conel CELAM, la R E PA M , la CLAR y las instancias vaticanas, han deli-berado para hacer realidad esta iniciativa que responde a los de-seos expresados por el Papa Francisco en la Exhortación Apostó-lica Querida Amazonia, quien les invita y orienta a concretizar lodiscutido en el Sínodo: “Dios quiera que toda la Iglesia se deje

Entrevista al obispo de Puerto Maldonado

«Nuestros pueblos tienenmucho que aportar en la mesa

común de la humanidad»B. GARCÍA, C. GONZÁLEZ Y C. PI TA

Hace apenas seis años Mons. David Martínez de Aguirre vivía en la comunidad nativade Kirigueti, en la selva del Cusco. Hablaba en matsigenka y aceptaba, feliz, que le pinta-ran la cara con achiote y le regalaran, en señal de bienvenida, un tazón de masato. Ayer,este misionero español de corazón indígena, desde 2014 obispo del Vicariato Apostólico dePuerto Maldonado, fue elegido vicepresidente de la Conferencia Eclesial Amazónica. Unainstitución que pronto será presentada ante el Papa Francisco para su aprobación definiti-va y que, además, se presenta como algo inédito dentro de la Iglesia Católica Universal.

En esta nueva misión, el reto será encarnar en la Amazonía el Evangelio a través de unorganismo que sea lo más cercano posible a la realidad de la selva y sus gentes, que res-ponde a los anhelos de los pueblos, de los pobres y del cuidado de la casa común. En estaentrevista, realizada en micrófono de Radio Madre de Dios, Mons. David Martínez deAguirre nos explica cómo se ha dado la conformación de la Conferencia Eclesial Amazóni-ca (CEA) y cómo afronta el nuevo papel que le tocará asumir.

¿Cómo ha sido el proceso para la conformación de la Conferencia Eclesial Amazónica, que ya seanunciaba después del Sínodo de la Amazonía?

Efectivamente, después del Sínodo de la Amazonía se conformó un comité post-sino dalpara dar continuidad al Sínodo, que fue fruto de todo un trabajo grande, de años atrás detodas las comunidades de la Amazonía. Se quería que esos documentos del Sínodo, esetrabajo conjunto, donde se marcaban unos retos, empiece a concretarse en la vida mismade nuestra Amazonía. Y una de las cosas es que se veían necesarias era conformar un orga-nismo eclesial amazónico que articule el trabajo de toda la iglesia amazónica, luego el Pa-pa también nos animó en Querida Amazonia. Fruto de ese sueño nace esta ConferenciaEclesial de la Amazonía. Ha habido un comité preparatorio y tanto el viernes como ayerlunes nos convocaron a los obispos de las diferentes conferencias episcopales amazónicas,junto con miembros indígenas que ya se habían propuesto en el comité postsinodal. He-mos dado nacimiento a esta Conferencia Eclesial de la Amazonía, que se va a presentar alPapa Francisco para su validación. Es de esa manera que nace este nuevo organismo quequiere articular el trabajo de la Iglesia hacia la inculturación del Evangelio.

¿En qué consiste la Conferencia Eclesial de la Amazonia y quienes lo conforman?

Es algo inédito, porque no es una conferencia episcopal amazónica. Hasta ahora los or-ganismos de la iglesia estaban conformados por las Conferencias Episcopales, pero aquí sehabla de una Conferencia Eclesial de la Amazonía. Insisto, es algo inédito, novedoso en laiglesia, porque si bien es cierto aquí tenemos una Conferencia Episcopal, donde están losobispos, también hay religiosos, religiosas, laicos, algunos de ellos miembros de los pue-blos indígenas, y se quiere que sea más representativa de todo el pueblo de Dios, algo no-vedoso que se da en la Amazonía.

¿En qué momento han viajado los obispos, cómo se ha realizado esta reunión?

Con el covid todos nos hemos visto inmersos en la tecnología, hemos viajado a travésde las ondas, a través de los medios digitales (ríe). Evidentemente, todo ha sido virtual.

Para poder entender mejor la organización, ¿quiénes conforman la Conferencia Eclesial de laAmazonía, cómo va ejecutarse las acciones y que visión de futuro tienen?

Esta conferencia, de primeras, tiene que ser como cualquier organización de la Iglesia,donde todo se hace, siempre, en comunión. Busca la comunión dentro de cada dió cesis,entre diócesis, en este caso de toda la Amazonía y la comunión con toda la Iglesia univer-sal, con el Papa. Un primer proceso debe ser la validación por el mismo Papa Francisco.Entonces el CELAM, presidido por Mons. Miguel Cabrejos, junto con el cardenal ClaudioHummes que ha sido elegido presidente, presentarán ante el Santo Padre la CEA para queel Vaticano pueda erigir la Conferencia Eclesial de la Amazonía. Posteriormente, tendre-mos que ir viendo cómo organizarnos. El objetivo y la intención de todo, y del Sínodo, esun organismo que trata de ejecutar el plan pastoral que se ha trazado en el Sínodo y quefuimos trazando entre todos. Tendremos que ver cómo hacer un organismo que no sea tanburocrático pero que sí esté muy cercano a la realidad y responda a los anhelos del pue-blo, de los pobres y del cuidado de la Casa Común. Es un organismo para la Amazonía yque, desde la visión de la Amazonía, intenta encarnar el Evangelio y se plantea cómo ali-mentar e impulsar la vida de nuestros pueblos desde el Evangelio y anunciadores de la vi-da de Jesús desde la visión amazónica para todo el mundo.

Aterrizando en la realidad actual, y recogiendo una frase que se escucha a menudo, que “la Ama-zonía esta oprimida y codiciada desde muchos frentes”. ¿Es la Conferencia Eclesial Amazónica unorganismo que puede alertar sobre la problemática que vive la Amazonia, sería este uno de losmotivos por los que se crea?

La misión de la Iglesia es la salvación de las almas, de la persona, es anunciar el Evan-gelio, la buena noticia de Jesús, que es buena noticia para los pobres, y ese anuncio signi-fica una liberación del pecado, del mal, de todo aquello que nos oprime. Entonces, cual-quier organismo eclesial siempre es un organismo de anuncio y de tratar de extirpar el pe-cado de nuestra vida y buscar la felicidad de las personas. Ahora la Amazonía se ve condi-cionada, su proyecto de vida, por la codicia, por la sobreexplotación de sus territorios, porla marginación… Esta pandemia está desenmascarando las desigualdades que existen ennuestros países. Si bien es cierto que esta pandemia supera a cualquier sistema sanitariodel mundo, aquí es como más obsceno. Son evidentes las tremendas desigualdades que

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Ha nacido online, como tantas cosas en este tiempo de pandemia, en la solemnidad de san Pedro y sanPablo la Conferencia eclesial de la Amazonía, como «un gesto de esperanza aunado al Magisterio delPapa Francisco, quien ha acompañado cercanamente todo este proceso». La constitución de este organismoes fruto de cuatro días de trabajo, del 26 al 29 de junio, de una asamblea virtual. Desde distintospuntos del planeta se han reunido el presidente del CELAM, monseñor Miguel Cabrejos; el presidente y elvicepresidente de la R E PA M , cardenales Claudio Hummes y Pedro Barreto, un obispo por cada país quecomparte el territorio amazónico (9). Por Brasil hay dos representantes. También participan representantesde Cáritas de América Latina y el Caribe, monseñor José Luis Azuaje, de la CLAR, hna. Liliana Francoy de la R E PA M , Mauricio López. A estos se suman tres representantes de los pueblos originarios, PatriciaGualinga, la hna. Laura Vicuña y Delio Siticonatzi. Publicamos, a continuación, el comunicado de laAsamblea de proyecto de Constitución de la Conferencia Eclesial de la Amazonía.

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página 8 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 3 de julio de 2020, número 27

La misa del Papa en la solemnidad de san Pedro y san Pablo

Unidad y profecía por una Iglesia renovada

En la fiesta de los dos após-toles de esta ciudad, megustaría compartir con uste-des dos palabras clave: uni-

dad y profecía. Unidad. Celebramosjuntos dos figuras muy diferentes:Pedro era un pescador que pasabasus días entre remos y redes, Pabloun fariseo culto que enseñaba en lassinagogas. Cuando emprendieron lamisión, Pedro se dirigió a los judíos,Pablo a los paganos. Y cuando suscaminos se cruzaron, discutieron ani-madamente y Pablo no se avergonzóde relatarlo en una carta (cf. Ga 2,11ss.). Eran, en fin, dos personasmuy diferentes entre sí, pero se sen-tían hermanos, como en una familiaunida, donde a menudo se discute,aunque realmente se aman. Pero lafamiliaridad que los unía no prove-nía de inclinaciones naturales, sinodel Señor. Él no nos ordenó que noslleváramos bien, sino que nos amára-mos. Es Él quien nos une, sin uni-formarnos. Nos une en las diferen-cias.

La primera lectura de hoy nos lle-va a la fuente de esta unidad. Nosdice que la Iglesia, recién nacida, es-taba pasando por una fase crítica:Herodes arreciaba su cólera, la per-secución era violenta, el apóstol San-tiago había sido asesinado. Y enton-ces también Pedro fue arrestado. Lacomunidad parecía decapitada, to-dos temían por su propia vida. Sinembargo, en este trágico momentonadie escapó, nadie pensaba en salirsano y salvo, ninguno abandonó alos demás, sino que todos rezabanjuntos. De la oración obtuvieron va-lentía, de la oración vino una uni-dad más fuerte que cualquier amena-za. El texto dice que «mientras Pe-dro estaba en la cárcel bien custo-diado, la Iglesia oraba insistente-mente a Dios por él» (Hch 12, 5). Launidad es un principio que se activacon la oración, porque la oraciónpermite que el Espíritu Santo inter-venga, que abra a la esperanza, queacorte distancias y nos mantengaunidos en las dificultades. Constata-mos algo más: en esas situacionesdramáticas, nadie se quejaba delmal, de las persecuciones, de Hero-des. Nadie insulta a Herodes —mientras nosotros estamos tan acos-tumbrados a insultar a los responsa-bles. Es inútil e incluso molesto quelos cristianos pierdan el tiempo que-jándose del mundo, de la sociedad,de lo que está mal. Las quejas nocambian nada. Recordemos que lasquejas son la segunda puerta cerradaal Espíritu Santo, como les dije eldía de Pentecostés: La primera es elnarcisismo, la segunda el desánimo,

sino amar a los pobres; no ganar pa-ra nuestro beneficio, sino gastarnospor los demás; no necesitamos laaprobación del mundo, el estar biencon todos —nosotros decimos “estarbien con Dios y con el diablo”, que-dar bien con todos— no, esto no esprofecía. sino que necesitamos la ale-gría del mundo venidero; no aque-llos proyectos pastorales que parece-rían tener en sí mismo su propia efi-ciencia, como si fuesen sacramentos;proyectos pastorales eficiente, no, si-no que necesitamos pastores que en-tregan su vida como enamorados deDios. Pedro y Pablo así anunciarona Jesús, como enamorados. Pedro—antes de ser colocado en la cruz—no pensó en sí mismo, sino en suSeñor y, al considerarse indigno demorir como él, pidió ser crucificadocabeza abajo. Pablo —antes de serdecapitado— sólo pensó en dar suvida y escribió que quería ser «de-rramado en libación» (2 Tm 4, 6).Esto es profecía. No palabrería. Estaes profecía, la profecía que cambia lahistoria.

Queridos hermanos y hermanas,Jesús profetizó a Pedro: «Tú eres Pe-dro y sobre esta piedra edificaré miIglesia». Hay también una profecíaparecida para nosotros. Se encuentraen el último libro de la Biblia, don-de Jesús prometió a sus testigos fie-les: «una piedrecita blanca, y he es-crito en ella un nuevo nombre» (Ap2, 17). Como el Señor transformó aSimón en Pedro, así nos llama a ca-da uno de nosotros, para hacernospiedras vivas con las que puedaconstruir una Iglesia y una humani-dad renovadas. Siempre hay quienesdestruyen la unidad y rechazan laprofecía, pero el Señor cree en noso-tros y te pregunta: “¿Tú, quieres serun constructor de unidad? ¿Quieresser profeta de mi cielo en la tierra?”.Hermanos y hermanas, dejémonosprovocar por Jesús y tengamos el va-lor de responderle: “¡Sí, lo quiero!”.

la tercera el pesimismo. El narcisis-mo te lleva al espejo, a contemplartecontinuamente; el desánimo, a lasquejas; el pesimismo, a la obscuri-dad. Estas tres actitudes le cierran lapuerta al Espíritu Santo. Esos cris-tianos no culpaban a los demás, sinoque oraban. En esa comunidad na-die decía: “Si Pedro hubiera sidomás prudente, no estaríamos en estasituación”. Ninguno. Pedro, huma-namente, tenía motivos para ser cri-ticado, pero nadie lo criticaba. Nohablaban mal de él, sino que reza-ban por él. No hablaban a sus espal-das, sino que hablaban a Dios. Hoypodemos preguntarnos: “¿Cuidamosnuestra unidad con la oración, nues-tra unidad de la Iglesia? ¿Rezamosunos por otros?”. ¿Qué pasaría si re-záramos más y murmuráramos me-nos, con la lengua un poco más con-tenida? Como le sucedió a Pedro enla cárcel: se abrirían muchas puertasque separan, se romperían muchascadenas que aprisionan. Y nosotrosnos asombraríamos, como aquellamuchacha que, viendo a Pedro a lapuerta, no lograba abrirle, sino quecorrió adentro, maravillada por laalegría de ver a Pedro (cf. Hch 12,10-17). Pidamos la gracia de saber cómorezar unos por otros. San Pablo ex-hortó a los cristianos a orar por to-dos y, en primer lugar, por los quegobiernan (cf. 1 Tm 2, 1-3). “Pero es-te gobernante es…” y los epítetosson muchos; no los mencionaré,porque este no es el momento ni ellugar para para indicar los calificati-vos que se oyen contra los gober-nantes. Que los juzgue Dios, noso-tros recemos por los gobernantes:necesitan oraciones. Es una tareaque el Señor nos confía. ¿Lo hace-mos, o sólo hablamos, insultamos, yse acabó? Dios espera que cuandorecemos también nos acordemos delos que no piensan como nosotros,de los que nos han dado con lapuerta en las narices, de los que noscuesta perdonar. Sólo la oraciónrompe las cadenas, como sucedió aPedro, sólo la oración allana el cami-no hacia la unidad.

Hoy se bendicen los palios, que seentregan al Decano del Colegio car-denalicio y a los Arzobispos metro-politanos nombrados en el últimoaño. El palio recuerda la unidad en-tre las ovejas y el Pastor que, comoJesús, carga la ovejita sobre sushombros para no separarse jamás.Hoy, además, siguiendo una hermo-sa tradición, nos unimos de maneraespecial al Patriarcado ecuménico deConstantinopla. Pedro y Andréseran hermanos y nosotros, cuando esposible, intercambiamos visitas fra-

una provocación de Jesús: «Saúl,Saúl, ¿por qué me persigues?» (Hch9, 4). El Señor lo sacudió en su inte-rior; más que hacerlo caer al sueloen el camino hacia Damasco, hizocaer su presunción de hombre reli-gioso y recto. Entonces el orgullosoSaúl se convirtió en Pablo: Pablo,que significa “p equeño”. Después deestas provocaciones, de estos revesesde la vida, vienen las profecías: «Túeres Pedro y sobre esta piedra edifi-caré mi Iglesia» (Mt 16, 18); y a Pa-blo: «Es un instrumento elegido pormí, para llevar mi nombre a pue-blos» (Hch 9, 15). Por lo tanto, laprofecía nace cuando nos dejamosprovocar por Dios; no cuando ma-nejamos nuestra propia tranquilidady mantenemos todo bajo control. Nonace jamás de nuestros pensamien-tos, no nace de nuestro corazón ce-rrado. Nace sólo si nos dejamos pro-vocar por Dios. Cuando el Evange-lio anula las certezas, surge la profe-cía. Sólo quien se abre a las sorpre-sas de Dios se convierte en profeta.Y aquí están Pedro y Pablo, profetasque ven más allá: Pedro es el prime-ro que proclama que Jesús es «elMesías, el Hijo de Dios vivo» (Mt16, 16); Pablo anticipa el final de suvida: «Me está reservada la coronade la justicia, que el Señor […] medará» (2 Tm 4, 8).

Hoy necesitamos la profecía, perouna profecía verdadera: no de dis-cursos vacíos que prometen lo impo-sible, sino de testimonios de que elEvangelio es posible. No se necesi-tan manifestaciones milagrosas. A míme duele mucho cuando escuchoproclamar: “Queremos una Iglesiap ro f é t i c a ”. Muy bien. Pero ¿qué ha-ces para que la Iglesia sea profética?.Se necesitan vidas que manifiesten elmilagro del amor de Dios; no el po-der, sino la coherencia; no las pala-bras, sino la oración; no las decla-maciones, sino el servicio. ¿Quieresuna Iglesia profética? Comienza conservir, y callate. No la teoría, sino eltestimonio. No necesitamos ser ricos,

También la solemnidad de san Pedro y san Pablo, el lunes 29de junio, estuvo toca-da por la emergencia sanitaria a causa de la covid-19. El Papa Francisco celeb róla misa en el altar de la Cátedra de la basílica vaticana,durante la cual bendijolos palios destinados a cincuenta y cuatrometropolitanos nombrados en el últimoaño. Un número restringido de fieles participó en la misa y, a diferencia de los añosanteriores, el Pontífice no pudo entregar personalmente el palio a los diferentes me-tropolitanos, sino quese los confió simbólicamente al cardenal Giovanni Battista Re,decano delColegio cardenalicio. Como novedad introducida hace años para su b ra y a relvínculo con la Iglesia local, la auténtica imposición se llevará a cabo en las dióce-sis de los prelados a manos del representante pontificio. Las oraciones delos fielesfueron por el Papa y los obispos, por los gobernantes y los jueces,por los perseguidos,por los misioneros y los catequistas, por los pobres, por los que sufren y por las per-sonas solas. Después de la bendición concluyente, el Papa se recogió en oración fren-te a la estatua de la Virgen mientras seentonó el Salve Regina.

ternas en los respectivosdías festivos: no tantopor amabilidad, sino pa-ra caminar juntos haciala meta que el Señor nosindica: la unidad plena.Hoy, no han podido es-tar presentes físicamentedebido a las restriccionesde viajar impuestas porcausa del coronavirus,pero cuando bajé a vene-rar las reliquias de Pedro,percibía junto a mí, enmi corazón, a mi amadohermano Bartolomé.Ellos están presentesaquí, con nosotros.

La segunda palabra,profecía. Unidad y profe-cía. Nuestros apóstolesfueron provocados porJesús. Pedro oyó que lepreguntaba: “¿Quién di-ces que soy yo?” (cf. Mt16, 15). En ese momentoentendió que al Señor nole interesan las opinionesgenerales, sino la elec-ción personal de seguir-lo. También la vida dePablo cambió después de

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número 27, viernes 3 de julio de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 9

Entrevista a Cardenal Cláudio Hummes

Una luz a seguir cuando pase la emergencia

“Todo el proceso de preparación y realización del sínodo de la Amazonia ha demostrado lo

importante que será tener una Iglesia aliada y cercana a las comunidades y a la gente. Esto seráaún más importante después de la devastación producida por la pandemia. Será necesario

reconocer verdaderamente y en la práctica la importancia del cuidado de la creación, como un“nuevo camino” para la Iglesia, especialmente en la Amazonia

MARCELO FIGUEROA

Los efectos de la pandemia en las poblaciones más frágiles-de la Amazonia, la relación entre el hombre y la Creación,la aportación de la Laudato si’ para la edificación de unnuevo modelo económico y social estánentre los temas quese tocan en esta entrevista con el cardenal Cláudio Hum-mes,prefecto emérito de la Congregación para el clero.

Cómo ha impactado esta pandemia en la vida de las poblacio-nes en Brasil, el Continente y especialmente en la Amazonía?

El impacto está siendo devastador, acarreando una granincertidumbre sobre el futuro. También hay mucha angustiay sufrimiento por las innumerables muertes en el contextode un colapso de las instituciones de atención de la salud.En particular, los pueblos indígenas se sienten amenazadosporque tienen un sistema inmunitario más débil y una for-ma de vida más cercana a los demás, además de estar olvi-dados y abandonados por los gobiernos en la atención sani-taria.

¿Nos puede acercar alguna reflexión sobre la relación social, cul-tural, económica y ambiental entre esta pandemia y los postula-dos de Laudato si’?

Uno de los conceptos centrales de Laudato si’ es la ecolo-gía integral, demostrando que todo está interconectado. Enla manifestación de la pandemia de coronavirus, esta inter-conexión aparece claramente, por ejemplo, entre la interven-ción humana depredadora, devastadora en la naturaleza y lareacción de la naturaleza herida, entre salvar vidas y salvarla economía, entre la política que debe atender a todos porigual y la atención especial a los más frágiles y socialmentedesiguales como son los pueblos indígenas y todos los po-b re s .

”Desde su mirada pastoral y post sinodal, ¿Cuáles considera se-rán las líneas del ministerio cristiano en los tiempos que vienen?

Es difícil predecir cómo será la situación post-virus. Sinembargo, todo el proceso de preparación y realización delsínodo de la Amazonia ha demostrado lo importante queserá tener una Iglesia aliada y cercana a las comunidades ya la gente. Esto será aún más importante después de la de-vastación producida por la pandemia. Será necesario reco-nocer verdaderamente y en la práctica la importancia delcuidado de la creación, como un “nuevo camino” para laIglesia, especialmente en la Amazonia. Otra urgencia serácrear la conciencia de que la familia humana debe ser soli-daria, reconocer sus límites y debilidades y no apostar porel mito del progreso ilimitado que dispensa Dios.

¿Podemos pensar que una nueva era social, económica, política yhumana está iniciando con conceptos y liderazgos muy opuestos?De ser así. ¿Cómo ve el rol del pontificado de Francisco en estanueva era?

Probablemente en el primer tiempo post-virus la humani-dad será más comprensiva y menos depredadora y codicio-sa, como lo fue en la posguerra. Pero la historia parece de-cir que tales períodos son un paréntesis y poco a poco lahumanidad olvida y vuelve con toda su codicia de tener ypoder. El Papa Francisco será una luz que nos guiará en es-ta reconstrucción post-virus, ya sea religiosa, política o cul-tural. La Laudato si’ es una de esas luces que Francisco en-cendió. El Papa repite siempre que no debemos dejar quenos quiten la esperanza y que Dios siempre será positiva-mente sorprendente porque nos ama sin límites y viene anosotros para animarnos y liberarnos del mal.

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página 10 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 3 de julio de 2020, número 27

Crear concienciasobre la importancia

de la Amazonía

enriquecer e interpelar por ese trabajo,que los pastores, consagrados, consagra-das y fieles laicos de la Amazonia seempeñen en su aplicación, y que puedainspirar de algún modo a todas las per-sonas de buena voluntad” (QA 4).

Ya el Documento Final del Sínodo Es-pecial para la Amazonía en su número115, anima con fuerza y urgencia a lacreación de una instancia que dé dina-mismo e impulso a la labor evangeliza-dora en la Amazonía, territorio compar-tido por nueve países y habitado pormás de treinta millones de personas:

“Proponemos crear un organismoepiscopal que promueva la sinodalidadentre las iglesias de la región, que ayudea delinear el rostro amazónico de estaIglesia y que continúe la tarea de en-contrar nuevos caminos para la misiónevangelizadora, en especial incorporan-do la propuesta de la ecología integral,afianzando así la fisonomía de la Iglesiaamazónica” (DF 115).

La Conferencia naciente es ante todoeclesial, en ella están presentes las igle-sias encarnadas en los territorios amazó-nicos. Esta pluralidad será un elementoenriquecedor de la vida de las iglesiaslocales que viven la sinodalidad comobúsqueda de la voluntad de Dios, comoespacios de discernimiento al servicio dela evangelización.

La Conferencia nace acogida por elConsejo Episcopal Latinoamericano(CELAM) que la adscribe a su presiden-cia y asegura su autonomía funcional.Desde el CELAM esta Conferencia desa-rrolla sus vínculos con las ConferenciasEpiscopales y otras instancias eclesiales.

Por su parte, la Conferencia nacienteasume las orientaciones del Papa Fran-cisco para ayudar a la inculturación plu-ral e Intercultural en la región. Esteplanteamiento destaca dos orientacio-nes, según la Exhortación ApostólicaQuerida Amazonia: la encarnación ecle-sial y ministerial (QA 85) y el desarrolloen la Iglesia de la capacidad “para darlugar a la audacia del Espíritu, paraconfiar y concretamente para permitir eldesarrollo de una cultura eclesial propia,marcadamente laical. Los desafíos de laAmazonia exigen a la Iglesia un esfuer-zo especial por lograr una presencia ca-pilar que sólo es posible con un contun-dente protagonismo de los laicos” (QA

94).Patricia Gualinga, lideresa indígena,

con mucha esperanza, ante el nacimien-to de esta entidad declara: “La iglesiacatólica necesita entender a los pueblosindígenas, ¿cuál es el idioma que estánhablando? tratar de comprender que lailuminación del Espíritu está en estasculturas, y que allí está el gran aporteque vamos a dar a la humanidad comopueblos originarios para que no se des-truya la creación, la casa común y, esees un compromiso que la Conferenciadebe comenzar a ejecutar con celeridad,con profundidad para el bien de toda lahumanidad”.

El Cardenal Claudio Hummes fueelegido presidente de la nueva Confe-rencia y Monseñor David Martínez deAguirre el vicepresidente. El primero in-sistió en que el proceso sigue. Los docu-mentos que concretizan la iniciativa se-rán presentados a las instancias vatica-nas y al Papa Francisco para su aproba-ción.

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«Nuestros pueblos tienen mucho que aportar en lamesa común de la humanidad»

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existen entre las comunidades y la ciudad, así co-mo entre Puerto Maldonado y Lima. Hay unamarginación y muchas desigualdades, y una pre-sión sobre el territorio de los pueblos, sobre losrecursos del planeta que, evidentemente, no per-miten el plan de Dios, son estructuras que vancontra la humanidad y contra la vida. Todo loque vaya contra la vida es, lógicamente, una de-nuncia de la Iglesia, hay que levantar la voz pro-fética y comprometerse con la causa de los máspobres y de la tierra.

Entonces, ¿este organismo es una respuesta oportunaa la necesidad del grito de los pobres y de la tierraque nace desde los pueblos de la Amazonía?

El Sínodo de la Amazonía, si bien es cierto queha sido para nuestros pueblos, para organizarnoscomo Iglesia, ha tenido una repercusión universalimportante, porque la Amazonía es un bioma cru-cial para la humanidad y el cuidado del planeta.Ha supuesto decir “hermanos, el sistema económi-co que impera en el mundo tiene unas consecuen-cias letales en los lugares donde nosotros vivimos,en nuestros territorios, y afecta a nuestras vidas”.Eso va a seguir ocurriendo con esta conferencia.Es un llamado de atención, pero también es decirque nuestro mundo camina con un modelo de de-sarrollo económico que, además de llevar al plane-ta a una situación límite, genera unas desigualda-des terribles. Este sistema que produce un descar-te en las personas, que genera basura, que destru-ye el planeta; está claro que hay algo que no fun-ciona, que no cuadra y desde la vida de nuestrospueblos descubrimos una forma de vida que cree-mos que puede ser alternativa para el resto de lahumanidad. Este es un mensaje que se vive denuestros pueblos, que no solamente son objetosde recibir aprendizaje, sino que ellos son sujetos,actores que tienen que sentarse a la mesa y quetienen propuestas y una voz importante, que tieneque ser escuchada, no solo para su vida de ellos,sino para el proyecto de toda la humanidad. Ellostambién tienen algo que aportar en la mesa co-mún de toda la humanidad.

En lo personal, ¿cómo se siente, después de estos añosy, en lo actual, con este nombramiento?

Es una ilusión muy grande por todo lo que he-mos vivido y soñado durante tantos años en lascomunidades, y todo lo que los misioneros conlos pueblos indígenas y en tantas comunidadescampesinas hemos soñado y visto. Teníamos lasensación de que, en la Iglesia, como la vivimosen la Amazonía, no era tomada en cuenta. De es-to hay muchos ejemplos en la biblia, como el reyDavid era el que parecía que no contaba para na-da, pero él es el escogido. Hay cantidad de ejem-plos de cómo Dios se fija en el sencillo, cómo lamirada de Dios es una mirada diferente a la delos hombres. Nuestras misiones no tenían la visi-bilidad que ahora tienen y, en ese sentido, es bo-nito porque uno siente que la vida de aquello quequiere, de lo que ama, puede compartir ese amorcon otros. Siempre es bonito mostrar al enamora-do, a la enamorada, pero por otro lado uno tiene

ganas de invisibilidad, de quedar un poquito másen la comunidad y estar ayudando desde la reta-guardia. Ayer cuando me elegían para este servi-cio, pensaba que a esto me ha llevado la gente dePuerto Maldonado. La gente de nuestro Vicariatoen el encuentro con el Papa, porque aquel en-cuentro con el Papa le gustó mucho, se llevó unbonito recuerdo de Puerto Maldonado y, lo mis-mo, a los obispos de la Amazonía y eso ha hechoque Puerto Maldonado sea una jurisdicción im-portante de la iglesia y hoy en la Amazonía.

El 16 de marzo, después de declarada la emergenciasanitaria, usted dio un interesante mensaje (a travésde Radio Madre de Dios, para Puerto Maldonado).¿Qué nos puede decir ahora sobre la solidaridad, si-gue el mismo mensaje a pesar de que en la región to-davía la cuarentena continúa?

Sí, seguimos con aquellas primeras palabras.Hoy por hoy no hay medicinas, hay investigacio-nes, pero todos sabemos que no hay ninguna me-dicina para vencer esta enfermedad y que la mejormedicina es la solidaridad y la unidad. Sentirnostodos unidos con nuestras autoridades y con elpersonal de salud, con todos los que les toca estaral frente. Todos, haciendo mejor las cosas, exi-giendo y teniendo una visión crítica, pero es im-portante que todos tengamos esa conciencia clarade que tenemos que sumar, que tenemos que uniry no nos podemos descolgar. No puede ser queen esta pandemia alguien pretenda salir ganando,que quieran sacar rédito político, que quieran sa-car una mayor ganancia en un negocio, no puedeser que alguien pretenda aprovecharse en benefi-cio propio de esta situación. Aquí todos tenemosque invertir, sabiendo que vamos a perder algo enlo personal y vamos a ganar todos mucho en locomunitario, y esas pérdidas no son pérdidas, sinoinversión. Es lo que Jesucristo nos dijo “el quequiera salvar su vida la tiene que perder, la tieneque entregar”. El que esté buscando solo él salvar-se, va a perder la vida. Solo aquel que sea capazde jugársela por los demás, por la comunidad, esees el que la va a salvar.

La Iglesia amazónica tienes que ser signo de esperan-za, ¿cómo lograrlo en este momento?

En gran medida ya se está haciendo. ¿Cómo?Estando metidos en el sufrimiento, es importanteque no nos aislemos, que esta cuarentena nos llevea una cercanía del corazón, y es la mejor manerade hacer esperanza. No olvidarnos de llamar alque está enfermo, pasar un plato de comida al ve-cino que sabemos que está en dificultades. Estarpendientes unos de otros, creo que es la mejormanera de ser esperanza, que sintamos ese calorde familia, no hay peor cosa que la soledad. Heescuchado testimonios de personas que han pasa-do por el Covid y una de las palabras más terri-bles que escuchas es la soledad. Personas que aveces lo pasan solos o igual con dos o tres hijos,estando solos y enfermos. Apoyarnos unos aotros, ayudarnos todo lo que podamos, es la me-jor manera de ser esperanza.

*CAAAP y Radio Madre de Dios

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número 27, viernes 3 de julio de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 11

En el Ángelus de la solemnidad de san Pedro y san Pablo el abrazo espiritual del Pontífice al patriarca Bartolomé

Que en Roma todos puedan vivir con dignidad

Que en Roma “toda persona pueda vivir condignidad y encontrar el alegre testimonio delEvangelio”. Es el auspicio expresado por elPapa al finalizar el Ángelus de la solemnidadde san Pedro y san Pablo, rezado con los fielesreunidos en la plaza de San Pedro.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenosdías!

Hoy celebramos a los santos patro-nes de Roma, los Apóstoles Pe-dro y Pablo. Y es un regalo en-contrarnos rezando aquí, cerca

del lugar donde Pedro murió como mártir yestá enterrado. Sin embargo, la liturgia dehoy recuerda un episodio completamente di-ferente: relata que varios años antes Pedrofue liberado de la muerte. Había sido arres-tado, estaba encarcelado y la Iglesia, preo-cupada por su vida, rezaba incesantementepor él. Entonces un ángel bajó para liberar-lo de la prisión (cf. Hechos 12, 1-11). Perotambién años después, cuando Pedro estuvoprisionero en Roma, la Iglesia ciertamentehabrá rezado. Sin embargo, en aquella oca-sión, no se le perdonó la vida. ¿Cómo esque en el primer caso fue liberado de laprueba y luego no? Porque hay una evolu-ción en la vida de Pedro que puede iluminarel camino de nuestra vida. El Señor le con-cedió grandes gracias y lo liberó del mal:también lo hace con nosotros. De hecho, amenudo acudimos a Él sólo en momentosde necesidad, a pedir ayuda. Pero Dios vemás allá y nos invita a ir más lejos, a buscarno sólo sus dones, sino a buscarle a Él, quees el Señor de todos los dones; a confiarleno sólo los problemas, sino a poner en susmanos la vida. De esta manera, Él puede fi-nalmente darnos la mayor gracia, la de darla vida. Sí, dar la vida. Lo más importanteen la vida es hacer de la vida un don. Y es-to es válido para todos: para los padres consus hijos y para los hijos con sus padres an-cianos. Y aquí me vienen a la mente muchaspersonas mayores, que la familia deja solas,como —me permito decir—, como si fueranmaterial de desecho. Y este es un drama denuestro tiempo: la soledad de los ancianos.La vida de los hijos y nietos no se convierteen un don para los ancianos. Hacerse donpara los casados y para los consagrados; esválido para todos, en casa y en el trabajo, y

para todos los que nos rodean. Dios deseahacernos crecer en el don: sólo así podemosser grandes. Crecemos si nos entregamos alos demás. Fijémonos en San Pedro: no seconvirtió en un héroe porque fue liberadode la prisión, sino porque dio su vida aquí.Su don ha transformado un lugar de ejecu-ción en el hermoso lugar de esperanza en elque nos encontramos.

Esto es lo que hay que pedirle a Dios: nosólo la gracia del momento, sino la graciade la vida. El Evangelio de hoy nos muestraprecisamente el diálogo que cambió la vidade Pedro. Se encontró ante la siguiente pre-gunta de Jesús: “¿Quién dices que soy yo?”.Y respondió: «Tú eres el Cristo, el Hijo deDios vivo». Y Jesús contestó: «Bienaventu-rado eres Simón, hijo de Jonás» (Mateo 16,16-17). Jesús le llama bienaventurado, es de-cir, literalmente, feliz. Eres feliz porque hasdicho esto. Tomemos nota: Jesús dice Bie-naventurado eres a Pedro, que le había di-cho Tú eres el Dios vivo. ¿Cuál es entoncesel secreto de una vida dichosa, cuál es el se-creto de una vida feliz? Reconocer a Jesús,pero a Jesús como Dios vivo, no como unaestatua. Porque no importa saber que Jesúsfue grande en la historia, no importa tantoapreciar lo que dijo o hizo: importa el lugarque yo le doy en mi vida, que lugar le doy aJesús en mi corazón. En ese momento Si-món escuchó a Jesús decir: «Tú eres Pedro,y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (v.18). No le llamó “Piedra” porque fuera unhombre sólido y de confianza. No, cometerámuchos errores después, no era muy de fiar,cometerá muchos errores, llegará incluso anegar al Maestro. Pero eligió construir su vi-da sobre Jesús, la piedra; y no —como diceel texto— sobre “la carne ni la sangre”, esdecir, sobre sí mismo, sobre sus capacida-des; sino sobre Jesús (cf. v. 17), que es lapiedra. Jesús es la roca en la que Simón seconvirtió en piedra. Podemos decir lo mis-mo del apóstol Pablo, que se entregó total-mente al Evangelio, considerando todo elresto como basura, para ganar a Cristo.

Hoy, ante los Apóstoles, podemos pre-guntarnos: “Y yo, ¿cómo enfoco la vida?¿Pienso sólo en las necesidades del momen-to o creo que mi verdadera necesidad es Je-sús, que hace de mí un don? ¿Y cómo cons-truyo mi vida, sobre mis capacidades o so-

bre el Dios vivo?”. Que la Virgen, que seconfió completamente a Dios, nos ayude aponerlo como base de cada día; y que ellainterceda por nosotros para que, con la gra-cia de Dios, podamos hacer de nuestra vidaun don.

Al finalizar la oración mariana, el Pontíficedirigió un saludo particular a los romanos y“a b ra z ó ” espiritualmente al patriarcaBartolomé, recordando que a causa de lapandemia la delegación del Patriarcadoecuménico no había podido participar, como eshabitual, en la celebración de san Pedro y sanPablo.

Queridos hermanos y hermanas:En primer lugar saludo a todos los roma-

nos y a quienes viven en esta ciudad, en lafiesta de los santos patrones, los ApóstolesPedro y Pablo. Por su intercesión, rezo paraque en Roma toda persona pueda vivir condignidad y encontrar el alegre testimoniodel Evangelio.

En este aniversario es tradición que unadelegación del Patriarcado Ecuménico deConstantinopla venga a Roma, pero esteaño no ha sido posible a causa de la pande-mia. Por lo tanto, envío un abrazo espirituala mi querido hermano el Patriarca Bartolo-mé, con la esperanza de que se puedan rea-nudar nuestras visitas recíprocas lo antesp osible.

Celebrando la solemnidad de san Pedro ysan Pablo, quisiera recordar a los muchosmártires que han sido decapitados, quema-dos vivos y asesinados, especialmente en lostiempos del emperador Nerón, precisamenteen esta tierra en la que vosotros os encon-tráis ahora. Esta es una tierra ensangrentadapor nuestros hermanos cristianos. Mañanacelebraremos su conmemoración.

Os saludo, queridos peregrinos aquí pre-sentes: veo banderas de Canadá, de Vene-zuela, de Colombia y otras… ¡Muchos salu-dos! Que la visita a las tumbas de los Após-toles fortalezca vuestra fe y vuestro testimo-nio.

Y deseo a todos una buena fiesta. Por fa-vor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen al-muerzo y hasta pronto.

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página 12 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 3 de julio de 2020, número 27

“ Más allá del escudo contrael virus la sociedad de lasnaciones debe hacer causa

común para restañar las heridas.La predicción habla de una

caída de las economías oscilandoentre 8 y 22 por ciento para este

año, con perspectiva larga derecuperación, dado el marco de

gasto catastrófico de los países, lanecesidad de multiplicar los

programas sociales y la dificultadextrema de resarcimiento fiscal de

los gobiernos

Solidaridad, nuevo paradigma.ALBERTO BARRANCO CH AVA R R Í A *

Multiplicada al infinito en el vértigo de las redes sociales, laimagen se convirtió en parábola frente al sufrimiento: Un niñode seis años extendiendo sus juguetes en el pretil de la puertadel edificio donde vive, con oferta de trueque por comida. La

virulencia de la pandemia, la obligada parálisis, la insensibilidad del dueñode la empresa donde labora el padre, lo dejó sin empleo… con semanaspor delante de encierro. A manera de bálsamo ante la herida llegó, fresco,espontáneo, el testimonio del niño. El sacrificio de su alegría por una lá-grima menos de la familia.

Con una estadística creciente, que supera ya los 10 millones de contagiosy una cifra cercana al medio millón de muertos en el escenario global, gol-peando a países desarrollados y arrollando a los más pobres, el común re-clama fraternidad, solidaridad, comunidad, como nuevo paradigma.

En esa certeza México planteó primero al consenso del Grupo de los 20y luego ante la Organización de las Naciones Unidas un resolutivo paraconvertir la posibilidad de una vacuna contra el terrible Covid-19 en bientangible de la humanidad. Boleto de salida para todos, colocada al margenla posibilidad de lucro desmedido. La iniciativa se aprobó con el voto de179 países.

Sin embargo, más allá del escudo contra el virus la sociedad de las na-ciones debe hacer causa común para restañar las heridas. La predicción ha-bla de una caída de las economías oscilando entre 8 y 22 por ciento para

este año, con perspectiva larga de recuperación, dado el marco de gasto ca-tastrófico de los países, la necesidad de multiplicar los programas sociales yla dificultad extrema de resarcimiento fiscal de los gobiernos.

La disyuntiva de algunas naciones en desarrollo se coloca entre honrarsus cuantiosas deudas externas en sacrificio de la exigencia de reforzar laestructura de medicina social y apoyar la inversión privada para restituirempleos o solicitar una moratoria, con la consiguiente degradación de sucalidad crediticia, frente a lo cual se reclamaría la condonación sin condi-ciones ni coacciones por parte de los organismos financieros internaciona-les.

Multiplicado al escándalo el desempleo se ensancharán, indefectiblemen-te, las veredas de la migración y las pendientes de la pobreza extrema, conpeligro de recrudecerse la violencia; agigantarse las inconformidades socia-les, y abonar el terreno a los abusos contra los más desvalidos y la tristeoferta de trabajos sub remunerados

La interacción, cadenas productivas para exportación; acuerdos de mi-gración ordenada; ayuda humanitaria; comunicaciones seguras y transferen-cia de experiencias exitosas en el combate contra el enemigo común sanita-rio no debe tener banderas ni ideologías, como no las tuvo la magnitud dela pandemia.

La terrible tragedia sembró, con profundas raíces, una lección de vida:Ninguno puede solo.

*Embajador de México ante la Santa Sede

El pésame de Franciscopor la muerte de Georg Ratzinger

El Papa Francisco envió al Papa emérito Benedicto XVI la letra quepublicamos a continuación cuando conoció la noticia de la muerte de suhermano, monseñor Georg Ratzinger, el 1 de julio.

A Su Santidad, Benedicto XVI, Papa emérito

Usted ha tenido la delicadeza de comunicarme antes que a nadie lanoticia de la muerte de su amado hermano Mons. Georg. Deseo re-novarle la expresión de mi más sentido pésame y de mi cercanía espi-ritual en este momento de dolor. Aseguro mi oración de sufragio porel difunto, para que el Señor de la vida, en su misericordiosa bon-dad, lo introduzca en la patria del cielo y le conceda el premio pre-parado para los fieles servidores del Evangelio. Y rezo también porusted, Santidad, invocando del Padre, por la intercesión de la Santí-sima Virgen María, el sostén de la esperanza cristiana y el tierno con-suelo divino.

Siempre unidos en la adhesión a Cristo Resucitado, fuente de es-peranza y paz.

Filial y fraternalmente

FRANCISCO

Vaticano, 2 de julio de 2020