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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año LII, número 34 (2.680) Ciudad del Vaticano 21 de agosto de 2020 Una vacuna universal que no dé prioridad a los más ricos

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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00

L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Año LII, número 34 (2.680) Ciudad del Vaticano 21 de agosto de 2020

Una vacuna universal que no déprioridad a los

más ricos

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L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Ciudad del Vaticanoredazione.spagnola.or@sp c.va

w w w. o s s e r v a t o re ro m a n o .v a

ANDREA MONDAd i re c t o r

Giuseppe Fiorentinosub director

Silvina Pérezjefe de la edición

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página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 21 de agosto de 2020, número 34

No olvidar las familias que luchan contrala pandemia

ÁngelusLa invitación del Pontífice al finalizar la oración mariana del 16 de agosto

El Líbano y Bielorrusia, pero también las familias que luchan con los problemasprovocados por la pandemia, han estado en el centro de la oración del Papa alfinalizar el Ángelus del 16 de agosto en la plaza de San Pedro. Anteriormenteel Pontífice había comentado el pasaje evangélico de la liturgia del domingo quecuenta el encuentro entre Jesús y la mujer cananea (Mateo 15, 21-28).

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de este domingo (cfr. Mt 15, 21-28) describe el encuen-tro entre Jesús y una mujer cananea. Jesús está al norte de Galilea,en territorio extranjero, para estar con sus discípulos un poco ale-jado de las multitudes, que lo buscan cada vez más numerosas. Y

entonces se acerca una mujer que implora ayuda para la hija enferma:«¡Ten piedad de mí, Señor!» (v. 22).

Es el grito que nace de una vida marcada por el sufrimiento, por el sen-tido de impotencia de una madre que ve a la hija atormentada por el maly no puede curarla. Jesús al principio la ignora, pero esta madre insiste, in-siste, también cuando el Maestro dice a los discípulos que su misión estádirigida solamente a las «ovejas perdidas de la casa de Israel» (v. 24) y noa los paganos. Ella le sigue suplicando, y Él, a este punto, la pone a prue-ba citando un proverbio —parece casi un poco cruel esto— : «No está bientomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos» (v. 26). Y la mujer en-seguida, despierta, angustiada, responde: «Sí, Señor, pero también los pe-rritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos» (v. 27). Conestas palabras esta madre demuestra haber intuido que la bondad del DiosAltísimo, presente en Jesús, está abierta a toda necesidad de sus criaturas.Esta sabiduría plena de confianza toca el corazón de Jesús y le arrebatapalabras de admiración: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como de-seas» (v. 28). ¿Cuál es la fe grande? La fe grande es aquella que lleva lapropia historia, marcada también por las heridas, a los pies del Señor pi-diéndole que la sane, que le dé sentido.

Cada uno de nosotros tiene su propia historia y no siempre es una histo-ria limpia; muchas veces es una historia difícil, con muchos dolores, mu-chos problemas y muchos pecados. ¿Qué hago, yo, con mi historia? ¿Laescondo? ¡No! Tenemos que llevarla delante del Señor: «¡Señor, si Túquieres, puedes sanarme!» Esto es lo que nos enseña esta mujer, esta buenamujer: la valentía de llevar la propia historia de dolor delante de Dios, de-lante de Jesús; tocar la ternura de Dios, la ternura de Jesús. Hagamos, no-sotros, la prueba de esta historia, de esta oración: cada uno que piense enla propia historia. Siempre hay cosas feas en una historia, siempre. Vamosdonde Jesús, llamamos al corazón de Jesús y le decimos: «¡Señor, si Túquieres, puedes sanarme!».

Y nosotros podremos hacer esto si tenemos delante de nosotros el rostrode Jesús, si nosotros entendemos cómo es el corazón de Cristo: un corazónque tiene compasión, que lleva sobre sí nuestros dolores, que lleva sobre sínuestros pecados, nuestros errores, nuestros fracasos.

Pero es un corazón que nos ama así, como somos, sin maquillaje. «¡Se-ñor, si Tú quieres, puedes sanarme!». Y por esto es necesario entender aJesús, tener familiaridad con Jesús. Y vuelvo siempre al consejo que osdoy: llevar siempre un pequeño Evangelio de bolsillo y leed cada día unpasaje. Llevad el Evangelio: en el bolso, en el bolsillo y también en el mó-vil, para ver a Jesús. Y allí encontraréis a Jesús como Él es, como se pre-senta; encontraréis a Jesús que nos ama, que nos ama mucho, que nosquiere mucho. Recordad la oración: «¡Señor, si Tú quieres, puedes sanar-me!». Bonita oración. Que el Señor nos ayude, a todos nosotros, a rezaresta bonita oración que nos enseña una mujer pagana: no cristiana, ni ju-día, sino pagana.

La Virgen María interceda con su oración, para que crezca en cada bau-tizado la alegría de la fe y el deseo de comunicarla con el testimonio deuna vida coherente, que nos dé la valentía de acercarnos a Jesús y decirle:«¡Señor, si Tú quieres, puedes sanarme!».

Al finalizar la oración mariana, el Papa ha dirigido su pensamiento enparticular a todas las «situaciones dramáticas en el mundo que causansufrimiento a la gente»

Queridos hermanos y hermanas:

Sigo rezando por el Líbano, y por las otras situaciones dramáticas enel mundo que causan sufrimiento a la gente. Mi pensamiento va tam-bién a la querida Bielorrusia. Sigo con atención la situación post-

electoral en este país y hago un llamamiento al diálogo, al rechazo de laviolencia y al respeto de la justicia y del derecho. Encomiendo a todos losbielorrusos a la protección de la Virgen, reina de la paz.

Saludo con afecto a todos vosotros, romanos y peregrinos de diferentespaíses. En particular, saludo a los religiosos brasileños presentes aquí enRoma —con muchas banderas—, estos religiosos siguen espiritualmente laPrimera Semana Nacional de la vida consagrada, que se celebra en Brasil.Buena semana de la vida consagrada. ¡Adelante! ¡Dirijo un saludo tambiéna los valientes jóvenes de la Inmaculada!

Estos días son días de fiesta: que puedan ser un tiempo para restaurar elcuerpo, pero también el espíritu mediante momentos dedicados a la ora-ción, al silencio y al contacto relajante con la belleza de la naturaleza, donde Dios. Que esto no nos haga olvidar los problemas que hay por el Co-vid: muchas familias que no tienen trabajo, que lo han perdido y no tienenpara comer. Que nuestros descansos de verano estén también acompañadosde la caridad y de la cercanía a estas familias.

¡Os deseo a todos un feliz domingo y un buen almuerzo! Y por favor,no os olvidéis de rezar por mí. ¡Hasta pronto!

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número 34, viernes 21 de agosto de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 3

El mensaje del cardenal secretario de Estado, en nombre del Papa, para el Encuentro de Rimini 2020

Con el binóculo de la maravillaPublicamos el mensaje que el cardenalsecretario de Estado, Pietro Parolin, ennombre del Papa, ha enviado al obispode Rimini, Francesco Lambiasi conocasión de la apertura de la edición2020 del Encuentro para la amistadentre los pueblos, que se celebra del 18al 23 de agosto sobre el tema«Privados de maravilla, quedamossordos a lo sublime»

Excelencia Reverendísima,el Santo Padre desea hacer llegar através de usted su deseo de éxito dela XLI edición del Encuentro para laamistad entre los pueblos, que se de-sarrollará principalmente en modali-dad digital. A los organizadores y alos que participarán el Papa Francis-co les asegura su cercanía y oración.

¿Quién no se ha sentido unido alos otros por la experiencia dramáti-ca de la pandemia? «Nos dimoscuenta de que estábamos en la mis-ma barca, todos frágiles y desorien-tados. La tempestad desenmascaranuestra vulnerabilidad y deja al des-cubierto esas falsas y superfluas se-guridades con las que habíamosconstruido nuestras agendas, nues-tros proyectos, rutinas y prioridades.Nos muestra cómo habíamos dejadodormido y abandonado lo que ali-menta, sostiene y da fuerza a nuestravida» (Fra n c i s c o , Momento extraor-dinario de oración, Atrio de la Basí-lica de San Pedro, 27 de marzo de2020).

El título de este año: «Privadosde maravilla, quedamos sordos a losublime» (A.J. Heschel, Dios en bus-ca del hombre, Turín 1969, 274),ofrece una contribución valiosa yoriginal en un momento vertiginosode la historia. En la búsqueda de losbienes más que del bien, muchos ha-bían apuntado exclusivamente sobrelas propias fuerzas, sobre la capaci-dad de producir y ganar, renuncian-do a esa actitud que en el niño cons-tituye el tejido de la mirada sobre larealidad: el asombro. Con tal propó-sito, G.K. Chesterton escribía: «Lasescuelas y los sabios más herméticosnunca han tenido la gravedad quehabita en los ojos de un bebé de tresmeses. La suya es la gravedad delasombro frente al universo, y esteasombro no es misticismo, sino sen-tido común trascendente» (El acusa-do, Turín 2011, 113).

Viene a la mente la invitación deJesús a ser como niños (cfr Mt 18,3),pero también la maravilla frente alser, que constituyó el principio de lafilosofía en la antigua Grecia.

Es este asombro en el que pone yvuelve a poner en marcha la vida,consintiéndole volver a empezar encualquier circunstancia: «Es la acti-tud que hemos de tener porque lavida es un don que siempre nosofrece la posibilidad de empezar denuevo», dijo el Papa Francisco, in-sistiendo en la necesidad de riacquis-tare asombro para vivir: «La vida sinasombro se vuelve gris, rutinaria; lomismo sucede con la fe. Y tambiénla Iglesia necesita renovar el asom-bro de ser morada del Dios vivo, Es-posa del Señor, Madre que engendrahijos» (Homilía, 1 de enero de 2019).

En los días pasados hemos experi-mentado esa dimensión del asombroque asume la fuerza de la compasiónen presencia del sufrimiento, de lafragilidad, de la precariedad de laexistencia. Este noble sentimientohumano ha impulsado a médicos yenfermeros a afrontar el grave desa-fío del Coronavirus con dedicaciónextenuante y compromiso admirable.El mismo sentimiento rico de afectopor los propios estudiantes ha per-mitido a muchos profesores a acogerel cansancio de la didáctica a distan-cia, asegurando la conclusión delaño escolar. E igualmente ha consen-tido a muchos volver a encontrar enlos rostros y en la presencia de losfamiliares la fuerza para afrontar di-ficultades y cansancios.

En este sentido, el tema del próxi-mo Encuentro constituye una pode-rosa llamada a descender en la pro-fundidad del corazón humano a tra-vés de la cuerda del asombro. ¿Có-mo no tener un sentimiento originalsentimiento de asombro frente al es-

reducidas o parciales, obligándose acensurar o a olvidar algún aspectode la realidad. Dentro de sí él poseeun anhelo de infinito, una tristezainfinita, una nostalgia que se apagasolo con una respuesta igualmenteinfinita. La vida sería un deseo ab-surdo, si esta respuesta no existiese»(J.M. Bergoglio, en Vida de donGiussani, cit., 1034).

Varias personas han ido en buscade respuestas o incluso simplementepreguntas sobre el sentido de la vi-da, a lo que todos aspiran, inclusosin ser conscientes de ello. Entoncessucedió algo aparentemente paradó-jico: en lugar de saciar su sed másprofunda, el confinamiento ha des-pertado en algunos la capacidad demaravillarse frente a personas y he-chos que antes se daban por senta-dos. Una circunstancia tan dramáti-ca ha devuelto, al menos por untiempo, una forma más genuina deapreciar la existencia, sin ese com-plejo de distracciones y prejuiciosque contaminan la mirada, desenfo-

Por eso el tema que caracteriza elEncuentro lanza un desafío decisivoa los cristianos, llamados a testimo-niar el profundo atractivo que ejercela fe en virtud de su belleza: «laatracción de Jesús», según una ex-presión querida por el siervo deDios Luigi Giussani. Ha escrito so-bre ello, a propósito de la educacióna la fe, el Santo Padre, en lo que seretiene el documento programáticode su pontificado: «todas las expre-siones de verdadera belleza puedenser reconocidas como un senderoque ayuda a encontrarse con el Se-ñor Jesús.. Si, como dice san Agus-tín, nosotros no amamos sino lo quees bello, el Hijo hecho hombre, re-velación de la infinita belleza, es su-mamente amable, y nos atrae haciasí con lazos de amor. Entonces sevuelve necesario que la formación enla via pulchritudinis esté inserta enla transmisión de la fe» (Exort. ap.Evangelii gaudium ,167).

El Papa por eso os invita a conti-nuar colaborando con él en el testi-

pectáculo de un paisaje de montaña,o escuchando música que hacen vi-brar el alma, o simplemente frente ala existencia de quienes nos aman yel don de la creación? El asombro esrealmente el camino para recoger lossignos del sublime, es decir de eseMisterio que constituye la raíz y elfundamento de todas las cosas. Dehecho «no solo el corazón del hom-bre se presenta como un signo, sinotambién toda la realidad. Para inte-rrogarse frente a los signos es nece-saria una capacidad extremadamentehumana, la primera que tenemos co-mo hombres y mujeres: el asombro,la capacidad de asombrarse, como lallama Giussani. Solo el asombro co-noce» (J.M. Bergoglio, en A. Savora-na, Vida de don Giussani, Milán2014, 1034). Por eso J.L. Borges hapodido decir: «Todas las emocionespasan, solo el asombro permanece»(El desierto y el laberinto).

Si no se cultiva esa mirada, uno sevuelve ciego delante de la existencia:encerrado en uno mismo, quedaatraído por lo efímero y deja decuestionar la realidad. Incluso en eldesierto de la pandemia, a menudohan surgido preguntas latentes:¿cuál es el significado de la vida, eldolor, la muerte? «El hombre nopuede conformarse con respuestas

can las cosas, vacían el asombro ynos distraen de preguntarnos quié-nes somos.

En el pleno de la emergencia sani-taria el Papa ha recibido una cartafirmada por diferentes artistas, quele daban las gracias por haber reza-do por ellos durante una misa enSanta Marta. En esa ocasión dijo:«Los artistas nos hacen entender quées la belleza, y sin la belleza no sepuede entender el Evangelio» (Me d i -tación matutina, 7 de mayo de 2020).

Lo decisiva que es la experienciade la belleza para alcanzar la verdadlo ha mostrado, entre otros, el teólo-go Hans Urs von Balthasar: «En unmundo sin belleza también el bienha perdido su fuerza de atracción, laevidencia de su deber ser cumplido;y el hombre se queda perplejo frentea esto y se pregunta por qué no de-be más bien preferir el mal. Tambiénesto constituye de hecho una posibi-lidad, incluso mucho más excitante.En un mundo que no se cree máscapaz de afirmar lo bello, los argu-mentos a favor de la verdad hanagotado su fuerza de conclusión ló-gica: el proceso que lleva a la con-clusión es un mecanismo que ya noclava a nadie, y la misma conclusiónno concluye más» (Gloria I, Milán2005, 11).

moniar al experiencia de la bellezade Dios, que se ha hecho carne paraque nuestros ojos se asombren en elver el rostro y nuestras miradas en-cuentren en Él la maravilla de vivir.Es lo que dijo un día San Juan Pa-blo II, del que hace poco hemos re-cordado el centenario del nacimien-to: «Vale la pena ser hombre, por-que Tú, Jesús, has sido hombre»(Homilía, 15 de abril de 1984). ¿Noes quizá este asombroso descubri-miento la mayor contribución quelos cristianos pueden ofrecer parasostener la esperanza de los hom-bres? Es una tarea de la que no po-demos escapar, especialmente en esteestrecho recodo de la historia. Es lallamada a ser transparencias de labelleza que nos ha cambiado la vida,testigos concretos del amor que sal-va, especialmente hacia los que aho-ra más sufren.

Con estos sentimientos, el SantoPadre envía de corazón la BendiciónApostólica a Vuestra Excelencia y atoda la comunidad del Encuentro,pidiendo que sigan recordándolo enla oración. Uno mi cordial saludo,mientras me confirmo, con un senti-do de distinguido respeto,

de la Excelencia Vuestra Reveren-dísima dev.mo Pietro Card. ParolinSecretario de Estado

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página 4 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 21 de agosto de 2020, número 34

El Papa dona instrumental médico

Ve n t i l a d o re sy ecógrafos

serándistribuidos

a los hospitales

«D ar prioridad a la ora-ción»: es la sugerenciapropuesta por el PapaFrancisco en la carta a

las religiosas y a los religiosos de Brasilque están dando vida, desde el domingo16 al sábado 22 de agosto, a la primeraSemana nacional de la vida consagrada.

Francisco pide, en primer lugar, au-tenticidad de la vida. Y en la conciencia«de que el camino vocacional tiene suorigen en la experiencia de saberse ama-do por Dios», recuerda que la llamadaes a la «alegría» y que «sólo se encuen-tra en el don de sí mismo a los demás».

Por otra parte, el Papa escribe en sucarta, «ante los desafíos impuestos porla sociedad actual, que atraviesa uncambio de época, debemos estar atentospara evitar la tentación de tener una vi-sión mundana, que nos impide ver lagracia de Dios como protagonista de lavida y nos lleva a buscar cualquier susti-tuto».

Y el «mejor antídoto contra esta ten-tación es dar prioridad a la oración enmedio de todas nuestras actividades,con la certeza de que los que mantienensus ojos fijos en Jesús aprenden a vivirpara servir».

En esta perspectiva, señala el Pontífi-ce, sólo queda una pregunta, la mismaque «había propuesto en la Carta Apos-tólica a las personas consagradas de2014: “¿Es Jesús verdaderamente el pri-mer y único amor, como lo propusimoscuando profesamos nuestros votos?” Só-lo si lo hacemos podremos, como esnuestro deber, amar verdadera y miseri-cordiosamente a cada persona que en-contremos en nuestro camino, porquehabremos aprendido de Él lo que es elamor y cómo amar: sabremos cómoamar, porque tendremos su corazón».

Mientras tanto, en el Ángelus del do-mingo, Francisco expresó su aliento a lainiciativa brasileña al saludar a una de-legación que se ha comprometido a se-guir desde Roma el trabajo de la Sema-na dedicada a la vida consagrada.

Dieciocho ventiladores de cuidados in-tensivos Draeger y seis ecógrafos por-tátiles Fuji están a punto de ser envia-dos a Brasil: será la nunciatura apostó-

lica la que los envíe directamente a los hospitalesque los necesiten en particular en su lucha con-tra el coronavirus. El cardenal Limosnero Kon-rad Krajewski lo ha hecho público, señalandoque, desde el comienzo de la emergencia sanita-ria, «el Papa Francisco dirige incesantemente susincero llamamiento a la generosidad y la solida-ridad hacia las poblaciones y los países que máss u f re n » .

El envío de ventiladores y ecógrafos para Bra-sil, explica el Cardenal, es posible «gracias al ge-neroso compromiso de la asociación Hopeonlus, que, altamente especializada en proyectoshumanitarios de salud y educación, ha trabajadopara encontrar equipos médicos de alta tecnolo-gía que salvan vidas a través de varios donan-tes», proporcionando «el procedimiento detransporte e instalación en hospitales individua-les». Y con el compromiso directo de la nuncia-tura apostólica en Brasil «este gesto de solidari-dad y caridad cristiana puede ayudar realmentea los más pobres y necesitados».

El Cardenal recordó también que «la Limos-nería Apostólica, para concretar la cercanía y elafecto del Santo Padre en este momento de duraprueba y dificultad, se ha movilizado de diversasmaneras y en varios frentes para buscar materialsanitario y equipos electromédicos para donar amuchas estructuras sanitarias que se encuentranen situaciones de emergencia y pobreza», ayu-dándoles así a «encontrar los medios necesariospara salvar y curar muchas vidas humanas».

Carta del Papa a los religiosos de Brasil

La prioridad de la oración

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número 34, viernes 21 de agosto de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 5

El Papa indica a los Caballeros de Colón el ejemplo de McGivney

Hermanos de quien sufre en la escuela del fundador

Más de 77 millones de horas donadas en obras solidariasen el último año. Pero esto debe ser sólo un punto departida. La ahora inminente beatificación del funda-dor —el sacerdote Michael McGivney que será eleva-

do a los honores de los altares el 31 de octubre— puede ser paratodos los Caballeros de Colón una profundización del «compro-miso de vivir como discípulos misioneros en la caridad, la unidady la fraternidad», alimentando esa «ayuda caritativa» que, con«un espíritu de solidaridad cristiana», el orden laico proporciona alos que sufren como resultado de la pandemia en este período, y alos olvidados y marginados desde el principio. Este es el mandatoque el Papa Francisco les ha dado en los últimos días, a través deuna carta en inglés - firmada por el Cardenal Pietro Parolin, Se-cretario de Estado - dirigida al Caballero Supremo Carl A. Ander-son.

La 138ª convención de los Caballeros de Colón se celebró el 4de agosto, este año en modo virtual debido a la emergencia de lacovid-19.

Es precisamente el «espíritu de solidaridad cristiana», subrayóel Pontífice, el que ha «caracterizado de manera particular la vida

son aún más necesarias para promover la paz, la reconciliación yla justicia».

Esta es la misión asumida por los Caballeros de Colón que, enesta encrucijada fundamental de su historia, miran con renovadoorgullo sus raíces. Es en este sentido que la decisión, anunciada enla reunión anual, de crear un nuevo centro de peregrinación enhonor del fundador en New Heaven. El Centro de Peregrinacióndel Beato Miguel McGivney se levantará en el edificio que actual-mente alberga el museo sobre la historia de la orden y será, convistas a la beatificación, una herramienta para conocer mejor su fi-gura y su obra. El Informe Anual también se presentó durante laconvención, dando testimonio de cómo esas raíces siguen dandofrutos hoy en día. Los Caballeros de Colón cuentan, en 12 países,con dos millones de miembros comprometidos a «hacerse herma-nos» y a «prestar atención a todos los que sufren y viven en la ne-cesidad». Una implicación que se ha traducido en el último año,según el Informe, no sólo en un considerable compromiso finan-ciero con las obras de beneficencia (más de 187 millones de dóla-res), sino también y sobre todo en la implicación personal de susmiembros, calculada en millones de horas de servicio, de tiempodedicado a los demás. También, y sobre todo, en el difícil períodode la emergencia de la covid-19, durante el cual tomó forma elproyecto «No dejar a nadie atrás»: la amplia gama de iniciativas(desde la ayuda económica a familias y parroquias, hasta la recogi-da de alimentos y los servicios de asistencia personal) implicó amás de un millón de personas.

y la actividad» del Padre McGivney, quien como párroco, concre-tamente cercano a la vida cotidiana de las personas, «conocía bieny quería imprimir en su rebaño la urgencia del mandato evangéli-co: “Cada vez que habéis hecho estas cosas a uno de estos mishermanos más pequeños, me las habéis hecho a mí”». Y «las vir-tudes heroicas y el ejemplo de fe» del sacerdote americano po-drían inspirar «a buscar cada día en la oración la sabiduría y lafuerza para ejercer -añadió citando un pasaje de Evangelii gau-dium—“‘una fraternidad [...] que sepa mirar a la sagrada grandezadel prójimo, que sepa descubrir a Dios en cada ser humano”».

Una visión, leemos en la carta, plenamente evocada por el temade la propia convención: «Caballeros de la hermandad». Ese prin-cipio que ha animado al Padre McGivney desde el principio, tam-bién ha caracterizado, en la «creatividad de la caridad», la acciónde la orden en estos meses en los que el mundo «se enfrenta al re-to de la pandemia y sus efectos de gran alcance en la vida econó-mica y social de las personas».

El Pontífice, ha escrito el Cardenal Parolin, «está agradecidopor estas y las otras innumerables formas en que los Caballeros deColón continúan dando testimonio profético del sueño de Dios deun mundo más fraternal, justo y equitativo en el que todos seanreconocidos como prójimos y nadie quede atrás».

El mensaje enviado a Anderson recuerda cómo toda la historiade la Orden está marcada por estos valores, la verdadera sangrevital de la misión evangelizadora de la Iglesia. Fundada en 1882por McGivney junto con un grupo de católicos laicos, la asocia-ción comenzó su actividad dedicándose a los sectores más margi-

nados de la sociedad, principalmente viudas y huérfanos. El sacer-dote que lo concibió, hijo de inmigrantes irlandeses, llevó a caboel ministerio pastoral como vicepárroco en New Heaven y luegocomo párroco en Thomaston, Connecticut. En el anuncio de lapróxima beatificación de McGivney, el Caballero Supremo Ander-son resumió su figura y su legado espiritual de la siguiente mane-ra: «Ha inspirado a generaciones de católicos a arremangarse yponer en práctica su fe».

Una de las primeras preocupaciones del fundador fue «promo-ver el bienestar material y espiritual de los trabajadores y sus fami-lias», y por lo tanto «desde los primeros días - se lee en la cartafirmada por el Secretario de Estado - el cuidado de la familia hasido una prioridad para los Caballeros de Colón». Una preocupa-ción que continúa hoy en día con una «fuerte y valiente defensade la dignidad inviolable de la vida humana desde su concepción»y con una serie de iniciativas destinadas a «fortalecer la vida fami-liar». Porque es precisamente en el apoyo y fortalecimiento de lavida familiar, se subraya, que «los individuos y las sociedades cre-cen en la solidaridad, el respeto mutuo, la verdad, la misericordiay el amor. En un momento de inestabilidad social, estas virtudes

Distribución de vestimenta en Denver

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número 34, viernes 21 de agosto de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO páginas 6/7

Pablo VI insistió en que tanto los pastores de la Iglesia como cada bautizado han de ser siempre apóstoles dela paz, no dejando de invitar a todos a luchar incansablemente por su instauración. Puede decirse que esesta una de las convicciones más profundas del Santo Padre, la cual expresó de múltiples maneras durantesu fecundo pontificado

Algunas claves del Magisterio Socialde San Pablo VI en su peregrinación a Colombia.

La visita pastoral de Pablo VI a Colombia se realizó entre losdías que van del 22 y el 24 de agosto de 1968

San Pablo VI abordó el tema del desarrollode los pueblos especialmente en su Homilíadel día 23 de agosto, en la Misa celebrada conocasión de la Jornada del Desarrollo. Partien-do de la llamada a convertir el amor en elprincipio de renovación moral y de regenera-ción social de América Latina, el Papa animó ahacer “eficaz” este amor en toda actividad aptapara favorecer la promoción integral del hom-bre y de los pueblos: alfabetización, educación,formación profesional, formación de la con-ciencia cívica y política.

Resaltó asimismo el Santo Pontífice que eldinamismo de la fe, tradicional y renovada, hade despertar cada vez más el sentido de frater-nidad y de colaboración armoniosa en orden auna constante convivencia pacífica, e impulsary consolidar los esfuerzos para el progreso or-denado y la equidad, en conformidad con losprincipios de justicia y de caridad cristianas(cf. Discurso en el encuentro con el Señor Presi-dente de la República, 22 de agosto).

Por otra parte, en el discurso pronunciadoen la residencia del Jefe de Estado (23 de agos-to), el Papa habló de la misión de la Iglesia en

la formación de ciudadanos, en la enseñanzade la ética y de la moral, en la tutela de los de-rechos de libertad y de justicia, en la constanteinvitación a la responsabilidad social de todos.

Montini fue todavía más explícito en el dis-curso de inauguración de la II Conferencia delEpiscopado Latinoamericano, pues se refirió ala dimensión social de la evangelización, queexige la formación de sacerdotes, religiosos ylaicos en las principales líneas de la DoctrinaSocial de la Iglesia, y clamó por una tareaevangelizadora más decidida y valiente frente alos grandes problemas que agobiaban —y si-guen hoy lacerando— a los pueblos latinoame-ricanos.

El Papa Francisco nos recuerda también hoyque la luz evangélica aporta grandes beneficiosa la construcción de la ciudad terrena, por loque es importante y necesario promover la re-novación de la fe, para que haya clara concien-cia de que el compromiso de los católicos debealcanzar los variados ámbitos de la vida huma-na y de las culturas (cf. Lumen fidei, 54-55). Deningún modo la Iglesia puede sustraerse de sucompromiso con las realidades temporales,

pues es parte infaltable del anuncio del Evan-gelio.

Trabajar con valentía por la equidad socialLa cercanía de Pablo VI con los pobres, los

agricultores, los obreros se hizo visible en dis-tintos momentos de su peregrinación a Colom-bia; sus palabras para ellos son quizás las másenérgicas y esperanzadoras de todo su viajepastoral. Dirigiéndose a los campesinos (23 deagosto), reiteró que la Iglesia está del lado delos menesterosos y que no puede dejar de escu-char sus gemidos y angustias, porque ellos re-presentan al mismo Cristo. Señaló igualmenteque la tarea de la Iglesia va dirigida a consoli-dar los principios de los cuales dependen lasacciones para remediar la miseria de tantos, fo-mentando también la dignidad humana y cris-tiana de los más desfavorecidos.

La Iglesia no puede renunciar a la denunciade las desigualdades económicas entre ricos ypobres y, consecuentemente, ha de promoverlas iniciativas y programas para el desarrollointegral y el bien de todos.

Montini aprovechó su presencia en Colom-bia para invitar a los gobiernos de América La-tina y de todos los países a afrontar con pers-pectivas amplias y valientes las reformas nece-sarias que garanticen a sus pueblos un ordensocial más eficiente.

Particularmente, se refirió al imperativo deadelantar una reforma agraria para lograr quelos más pobres puedan gozar de los bienesproductivos, redistribuyendo la posesión y eluso de las tierras. En este contexto, Pablo VIurgió la solidaridad entre las naciones, inclusi-ve con sugerencias concretas. Pidió, por ejem-plo, poner en marcha vías fáciles de comerciointernacional, con el propósito de favorecer alos países sin suficiencia económica.

El Papa Francisco no se cansa de aseverarcuán imprescindible es hoy globalizar la solida-ridad. Escuchar el clamor de los indigentes ysalir a su encuentro es el mejor antídoto contrael consumismo egoísta y la cultura del descar-te, que privan a los más pobres del alimento,del agua y de lo más elemental para para so-brevivir y gozar de condiciones dignas para suexistencia (cf. Evangelii gaudium, 53).

Conclusión

En medio de las contrariedades que vivenuestro mundo, en medio de sus encrucijadas yanhelos, retos y problemáticas, el ejemplo deSan Pablo VI, su amor a la Iglesia, su fina yperspicaz clarividencia, nos sirven de acicatepara no dejar a nadie al margen de nuestraatención amorosa.

El mensaje social de Juan Bautista Montini,tenaz pregonero de la Buena Nueva de la sal-vación, es una inagotable fuente de inspiraciónpara los agentes de pastoral de nuestros días.Su palabra es también un caudaloso hontanarpara cuantos se esfuerzan con su testimoniopor reavivar la fraternidad y la solidaridad, queparecen enfriarse en estos momentos y de lasque, sin embargo, tanto precisan nuestros con-temporáneos, tentados por la indiferencia y lamedio cridad.

Recurramos, pues, a la intercesión de esteSanto Pontífice. No echemos en saco roto susatinadas enseñanzas. Antes bien, que fortalez-can a la Iglesia para que no desista, a partirdel amor de Dios, en la realización de su mi-sión de redención de las personas y de los pue-blos, especialmente de los más postergados.

*Observador Permanente de la Santa Sede antela FAO, el FIDA y el PMA

FERNAND O CHICA ARELLANO*

Del 22 al 25 de agosto de 1968 San PabloVI realizó una peregrinación a Colom-bia con ocasión de la celebración delXXXIX Congreso Eucarístico Internacio-

nal en Bogotá y de la II Conferencia General delEpiscopado Latinoamericano, que se realizó enMedellín tras haber sido inaugurada por el SantoPadre en Bogotá.

La lectura pausada de los discursos que pro-nunció en ese viaje apostólico es altamente reco-mendable. De ellos se extraen advertencias válidaspara la hora presente, con preciosas pautas de dis-cernimiento y acción pastoral. Por este motivo meparece importante recordar algunos puntos delacervo doctrinal de Montini en su visita pastorala esa hermosa nación latinoamericana. Represen-tan una clave que abre la puerta a la comprensiónde su magisterio social. En efecto, las afirmacio-nes de Pablo VI en Colombia son una aplicaciónde la Encíclica Populorum Progressio (26 de marzode 1967) y, al mismo tiempo, una preparación dela enseñanza posterior del Pontífice en escritos

como la Exhortación Apostólica Evangelii Nun-tiandi (8 de diciembre de 1975).

No a la fuerza de las armasy a la carrera armamentista

Al partir de Roma, al amanecer del 22 de agos-to, el Pontífice se refirió a la ocupación de Praga(Checoslovaquia) por parte de las tropas de laURSS y de sus aliados del Pacto de Varsovia, ex-cepto Rumanía. También abordó esta situación enel mensaje a los comunicadores de prensa, radio ytelevisión (23 de agosto), ocasión en la que pidióa los gobiernos hacer lo necesario para detener lacarrera armamentista y dedicar los fondos gasta-dos a aliviar los grandes problemas que angustiana los pueblos. No omitió, en la santa misa paralos campesinos (23 de agosto), una clara indica-ción de que toda forma de violencia es contrariaal espíritu cristiano y retarda el cumplimiento delas aspiraciones de justicia.

En este contexto Pablo VI insistió en que tantolos pastores de la Iglesia como cada bautizado

han de ser siempre apóstoles de la paz, no dejan-do de invitar a todos a luchar incansablementepor su instauración. Puede decirse que es estauna de las convicciones más profundas del SantoPadre, la cual expresó de múltiples maneras du-rante su fecundo pontificado.

Hoy también la proliferación de las armas con-tinúa retrasando el desarrollo de los pueblos ycondena a las naciones a la miseria y a la esclavi-tud. Por eso no es extraño que el Papa Francisco,en nuestros días, alce reiteradamente su voz cla-mando por la detención de la carrera armamentis-ta y alentando a las naciones a invertir en paz ysolidaridad, de modo que se financien, no unasindustrias que engendran muerte, sino aquellasnecesidades básicas a las que tantos hermanosnuestros no pueden hacer frente por su pobreza(cf. Discurso a la Sesión anual de la Junta Ejecuti-va del Programa Mundial de Alimentos. 13 de junio2016, n. 2).

Transformar el mundo con la fuerzadel Evangelio

“ ”

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página 8 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 21 de agosto de 2020, número 34

Toda nuestra vida estállamada, con la graciadel Espíritu, a convertirseen oración. Por esodebemos permitir que elSeñor permanezca siempreunido a nosotros. Y asínos transforma, día trasdía, haciendo nuestroscorazones más y mássimilares al suyo

Mensaje del Papa a las Franciscanas Mínimas del Sagrado Corazón

Con el estilode la pequeñez

El amor que Jesús nostiene no nos deslumbracon grandes efectosespeciales que pronto sedesvanecen, sino que esun amor concreto y fiel,hecho de cercanía, degestos que nos elevan ynos dan dignidad yconfianza. Pensemos enlos dos discípulos deEmaús que, confundidos yentristecidos, volvieron asu casa la noche dePascua

Queridas hermanas:

El 8 de agosto de 2021 será el cen-tenario del nacimiento en el cielo dela beata María Margarita Caiani,que en 1902 dio vida al Instituto delas Franciscanas Mínimas del Sagra-do Corazón. Me alegro de que voso-tras, sus hijas espirituales, queráisprepararos para este aniversario conel año jubilar que comienza hoy, enla memoria litúrgica de la Beata.

ser el estilo de vuestra vida: el estilode la pequeñez.

Esto se confirmó con el injerto devuestro Instituto en el árbol de lagran familia franciscana: os pusisteisen la escuela de San Francisco paraseguir mejor al Señor, que primero«se hizo pequeño, eligió esta vía. Lade humillarse y humillarse hasta lamuerte en la cruz» (Homilía de lamisa en la Casa Santa Marta, 23 dejunio de 2017).

Es un camino que hay que reco-rrer todos los días. Es un camino es-trecho y arduo, pero si uno lo siguehasta el final, la vida se vuelve fruc-tífera. Como lo fue para la VirgenMaría, mirada por el Altísimo preci-samente por ser humilde, pequeña(cf. Lucas 1, 47); y así se convirtió enla Madre de Dios.

Franciscanas, Mínimas, y especifi-có “del Sagrado Corazón”, paraarraigaros en la fuente de la Cari-dad. El amor que Jesús nos tiene nonos deslumbra con grandes efectosespeciales que pronto se desvanecen,sino que es un amor concreto y fiel,hecho de cercanía, de gestos que noselevan y nos dan dignidad y con-fianza.

Pensemos en los dos discípulos deEmaús que, confundidos y entristeci-dos, volvieron a su casa la noche dePascua (cf. Lucas 24, 13-35). El Se-ñor se hizo cercano a ellos no comoun héroe, sino como un compañerode camino; mientras caminaban lesexplicó «lo que había sobre él en to-das las Escrituras» (v. 27) y sus cora-zones ardieron de alegría; y luegopartió el pan, «entonces se les abrie-ron los ojos y le reconocieron» (v.31).

Podéis amar con el Corazón deJesús, con gestos ricos en ternura. Yel primer lugar en el que vivir esteamor simple y concreto es vuestracomunidad religiosa.

“Del Sagrado Corazón” no es sóloun complemento, sino que dice mu-cho más: habla de una pertenencia.El Señor os ha dado la vida, os hagenerado la fe y os ha llamado a síen la vida consagrada atrayéndoos asu corazón. Esta pertenencia se ma-nifiesta de una manera particular enla oración. Toda nuestra vida estállamada, con la gracia del Espíritu, aconvertirse en oración. Por eso de-bemos permitir que el Señor perma-nezca siempre unido a nosotros. Yasí nos transforma, día tras día, ha-ciendo nuestros corazones más ymás similares al suyo.

Hay momentos en el día que fa-vorecen esta unión con Dios: la Mi-sa, la Liturgia de las Horas, la Ado-ración, la meditación de la Palabra,el Rosario, la lectura espiritual. Quevuestro acto de ir al Señor esté llenode alegría, la alegría del niño quecorre a sus padres para abrazarlos ybesarlos. ¡Esta alegría atrae y es con-tagiosa! A veces parece que hay milcosas más necesarias que hacer, osentimos el cansancio de estar conJesús; pero, como los discípulos en

el Huerto de Getsemaní, Jesús nosinvita a permanecer allí, cerca de Él(cf. Marcos 14, 38). ¡Dejemos que elSeñor permanezca unido a nosotros!

Impulsadas por el Sagrado Cora-zón, seréis madres de los hermanos yhermanas que conozcáis “desde lacuna hasta la tumba”, como dijo labeata María Margarita. Proclamaréiscon alegría que el Señor nos mirasiempre con misericordia, tiene uncorazón misericordioso.

Vuestro carisma también tiene unadimensión reparadora. Este es ungran servicio para el bien del mun-do. El pecado arruina el trabajo queDios creó hermoso. Vosotras, convuestras oraciones y vuestros peque-ños gestos, sembráis en el campo delmundo la semilla del amor de Diosque hace nuevas todas las cosas. Lasemilla, cuando cae al suelo, no haceruido: así son las numerosas obrasque realizáis en Italia, Brasil, Egipto,Sri Lanka y Belén, especialmente enfavor de los niños y los jóvenes.Gestos capaces de hacer el mundomás bello, de iluminarlo con un rayode amor de Dios.

Queridas hermanas, os deseo unsanto y fructífero centenario. Le ase-guro mi recuerdo al Señor, por la in-tercesión de la Virgen María; y voso-tras también, por favor, no os olvi-déis de rezar por mí. A vosotras y acuantos se confían a vuestra caridadimparto cordialmente la BendiciónAp ostólica.

Roma, San Juan de Letrán, 8 deagosto de 2020

FRANCISCO

En la memoria litúrgica de la beata María Margarita Caiani, el sábado, 8 deagosto se abrió el año jubilar promovido por las Franciscanas Mínimas delSagrado Corazón con ocasión del centenario de la muerte de la fundadora, que secelebrará el año próximo. En esta ocasión, el Papa envió a las hermanas delinstituto el mensaje que publicamos a continuación.

Mi deseo es que este año sea unaocasión para que toda la Congrega-ción recuerde la vida y las enseñan-zas de la Fundadora, así como estoscasi ciento veinte años de camino,mirando también a los desafíos delfuturo. Es una gracia tener un cora-zón agradecido y reconciliado con elayer y los ojos llenos de esperanzaen el mañana; ay de refugiarse en unpasado que ya no es o en un maña-na que aún no es, huyendo del hoyen el que estamos llamados a vivir ya obrar. Este aniversario os llama aencarnar en nuestro tiempo las espe-cificidades de vuestro carisma. Queel Espíritu Santo, que lo despertó aprincipios del siglo pasado, os dé lafuerza para redescubrir su frescura yla capacidad de seguir perfumandoel mundo con el don de vuestra vi-da.

Vosotras sois las Franciscanas Mí-nimas del Sagrado Corazón. Quisie-ra detenerme brevemente en esten o m b re .

La Madre Caiani, llamándoos Mí-nimas, quiso enfatizar lo que debería

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número 34, viernes 21 de agosto de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 9

Medjugorje, en la tarde del sábado 1 de agosto, se leyó un mensaje enviadopor el Papa a los participantes. El texto original en croato fue entregado porel arzobispo Luigi Pezzuto, nuncio apostólico en Bosnia y Erzegovina.Publicamos, a continuación, una traducción en español.

¡Queridos!

El encuentro anual de jóvenes en Medjugorje es un tiempo ricoen oración, catequesis y fraternidad. Os ofrece a todos vosotrosla posibilidad de encontrar a Jesucristo vivo, especialmente enla Eucaristía, celebrada y adorada, y en la Reconciliación. Y de

este modo os ayuda a descubrir otra forma de vivir, diversa a la culturade lo provisional, según la cual nada puede ser definitivo, sino que sólocuenta el disfrute del momento presente. En este clima de relativismo,en el que es difícil encontrar respuestas verdaderas y seguras, las pala-bras guía del Festival: «Venid y veréis» (Juan 1, 39), dirigidas por Jesúsa los discípulos, son una bendición. Jesús también vuelve su mirada ha-cia vosotros y os invita a ir y a estar con él.

¡No tengáis miedo! Cristo vive y quiere que cada uno de vosotros vi-va. Él es la verdadera belleza y la juventud de este mundo. Todo lo quetoca se hace joven, se hace nuevo, se llena de vida y de sentido (cf. Ex-hortación apostólica Christus vivit, 1). Lo vemos precisamente en esa es-cena del Evangelio, cuando el Señor pregunta a los dos discípulos quele siguen: «¿Qué buscáis?». Y ellos responden: «Rabino, ¿dónde vi-ves?». Y Jesús dice: «Venid y lo veréis» (cf. Juan 1, 35-39). Y van y veny se quedan. En la memoria de aquellos discípulos la experiencia delencuentro con Jesús quedó tan grabada en ellos que uno de ellos inclu-so registró la hora: «Era más o menos la hora décima» (v. 39).

El Evangelio nos relata que después de haber estado en la casa delSeñor, los dos discípulos se convirtieron en “m e d i a d o re s ” que permitena otros encontrarse con Él, conocerlo y seguirlo. Andrés fue inmediata-mente a decírselo a su hermano Simón y lo llevó a Jesús. Cuando vio aSimón, el Maestro le dio inmediatamente un apodo: “Cefas”, es decir,“Piedra”, que se convertiría en el nombre de Pedro (cf. Juan 1, 40-42).Esto demuestra que al encontrar a Jesús uno se convierte en una perso-na nueva, y recibe la misión de transmitir esta experiencia a los demás,pero siempre manteniendo la mirada fija en Él, el Señor.

Queridos jóvenes, ¿habéis encontrado esta mirada de Jesús que ospregunta: «¿Qué buscáis?»? ¿Habéis oído su voz diciéndoos: «Venid ymirad»? ¿Habéis sentido ese impulso de salir? Tomaos el tiempo paraestar con Jesús, para llenaros de su Espíritu y estar listos para la fasci-nante aventura de la vida. Id a Él, permaneced con Él en la oración,confiad en Él que es un experto del corazón humano.

Esta hermosa invitación del Señor: «Venid y veréis», dicha por el jo-ven y amado discípulo de Cristo, se dirige también a los futuros discí-pulos. Jesús os invita a conocerlo y este Festival se convierte en unaoportunidad para “venir y ver”. La palabra “venir”, además de indicarun movimiento físico, tiene un significado más profundo y espiritual.Indica un itinerario de fe cuyo propósito es “ver”, es decir, experimentaral Señor y, gracias a Él, ver el significado pleno y definitivo de nuestraexistencia.

El gran modelo de la Iglesia con un corazón joven, dispuesto a seguira Cristo con frescura y docilidad, sigue siendo siempre la Virgen María.La fuerza de su «sí» y de ese «hágase en mí» que le dijo al ángel siem-pre nos conmueve. Su «sí» significa involucrarse y tomar riesgos, sinotra garantía que la certeza de ser portador de una promesa. Su «Heaquí la esclava del Señor» (Lucas 1, 38) es el ejemplo más bello que nosdice lo que sucede cuando el hombre, en su libertad, se abandona en lasmanos de Dios. ¡Que este ejemplo os fascine y os guíe! María es la Ma-dre que vela «por los hijos, estos hijos que caminamos por la vida mu-chas veces cansados, necesitados, pero queriendo que la luz de la espe-ranza no se apague. Eso es lo que queremos: que la luz de la esperanzano se apague. Nuestra Madre mira a este pueblo peregrino, pueblo dejóvenes querido por ella, que la busca haciendo silencio en el corazónaunque en el camino haya mucho ruido, conversaciones y distraccio-nes». (Christus vivit, 48).

Queridos jóvenes, «corran atraídos por ese Rostro tan amado, queadoramos en la Sagrada Eucaristía y reconocemos en la carne del her-mano sufriente. El Espíritu Santo los empuje en esta carrera hacia ade-lante. La Iglesia necesita su entusiasmo, sus intuiciones, su fe» (ibid.,299). En vuestra carrera por el Evangelio, animada también por esteFestival, os encomiendo a todos a la intercesión de la Santísima VirgenMaría, invocando la luz y la fuerza del Espíritu para que seáis verdade-ros testigos de Cristo. Por esto rezo y os bendigo, y os pido que recéistambién por mí.

Roma, San Juan de Letrán, 29 de junio de 2020

FRANCISCO

Mensaje del Pontífice a los participantes del encuentro anual de los jóvenes en Medjugorje

Más allá de la cultura de lo provisionalCon ocasión del encuentro anual de los jóvenes

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página 10 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 21 de agosto de 2020, número 34

El 30 de julio se celebró la Jornada convocada por la ONU para sensibilizar a la comunidad internacional

El magisterio del Papa Franciscocontra la trata de seres humanos

“ No debe olvidarseque aunque este

fenómeno generalmentese identifique de manera

reductiva con losintereses que giran en

torno al mercado de laprostitución, también

incluye adopcionesilegales, la venta deórganos y todos esos

trabajos humillantes oilegales en las fábricas,

en las empresasagrícolas, en las

estructuras turísticas, abordo de barcos o en

casas particulares, queterminan involucrandoal menos a 40 millones

de nuevos «vulnerables»

GIANLUCA BICCINI

«U na actividad innoble, una vergüenza paranuestras sociedades que se consideran civiliza-das». Desde el principio del pontificado,Francisco ha denunciado con fuerza la plaga

de la trata de seres humanos, definiéndola «la esclavitud másextendida en este siglo XXI» y haciendo que sea uno de los te-mas recurrentes de su magisterio. Una atención constante, quevale la pena remarcar con ocasión de la Jornada mundial del 30de julio, convocada por la ONU precisamente en el 2013 —el añode la elección de Bergoglio como sucesor de Pedro— con el ob-jetivo de sensibilizar a la comunidad internacional sobre la si-tuación y sobre los derechos de las víctimas de este auténtico«delito contra la humanidad», que —palabras suyas— «atañe acada país, incluso a los más desarrollados, y que afecta a las per-sonas más vulnerables de la sociedad: las mujeres y las mucha-chas, los niños y las niñas, los discapacitados, los más pobres, aquien proviene de situaciones de disgregación familiar y social».

El Papa venido «del fin del mundo» siempre se ha preocupa-do por el destino de los que caen en las redes de este comerciosucio que, junto al de las armas y la droga, constituye una de lasactividades más rentables para el crimen organizado. Lo testimo-nia de forma inequívoca su biografía argentina de sacerdote ydespués de obispo en la capital Buenos Aires. Lo contaron alL’Ossevatore Romano pocos días después del cónclave el cartone-ro Sergio Sánchez — en primera fila, junto a los poderosos de latierra, entre los invitados de honor a la misa por el inicio de suministerio petrino — y don Gonzalo Aemilius, el sacerdote uru-guayo (hoy su secretario personal) saludado por el nuevo Obis-po de Roma al finalizar su primera celebración de domingo enla parroquia de Santa Ana en el Vaticano: Sánchez remarcó queBergoglio siempre se había alineado al lado de los trabajadores«contra la trata de los seres humanos usados como máquinas deproducción», el segundo evocó la grandes batallas sostenidaspor el cardenal contra la «esclavitud en todas las formas sutilesen las que se muestra».

Para sellar esta «vocación» original de servicio a los exclui-dos, el primer Papa latinoamericano de la historia nunca ha de-jado de llamar a la Iglesia — continuando a instar a otros líderesreligiosos, gobernantes y la comunidad internacional— a inscribirel tema entre las prioridades de la propia agenda pastoral. Enuna nota autógrafa en español, enviada en agosto de 2013 alcanciller de las Pontificia Academias de Ciencias y Ciencias So-

ciales, el obispo connacional suyo Marcelo Sánchez Sorondo,pedía explícitamente: «Creo que estaría bien ocuparse de la tra-ta de personas y esclavitud moderna». Desde entonces no hahabido ocasión en la que Francisco no haya vuelto sobre lo quedefinió un crimen de «lesa humanidad», a través de repetidosllamamientos en discursos, homilías y documentos, y con inicia-tivas concretas: por ejemplo con la creación en 2014 del GrupoSanta Marta —una alianza global de jefes de las policías, obis-pos y comunidades religiosas— y la institución de la Jornadamundial de oración y reflexión que se celebra cada año el 8 defebrero, en el recuerdo de santa Josefina Bakhita, la monja origi-naria de Sudán que de niña vivió la dramática experiencia deser vendida como esclava.

Además, no debe olvidarse que aunque este fenómeno gene-ralmente se identifique de manera reductiva con los interesesque giran en torno al mercado de la prostitución, también inclu-ye adopciones ilegales, la venta de órganos y todos esos trabajoshumillantes o ilegales en las fábricas, en las empresas agrícolas,en las estructuras turísticas, a bordo de barcos o en casas parti-culares, que terminan involucrando al menos a 40 millones denuevos «vulnerables». Y la emergencia sanitaria provocada porel covid-19 está exacerbando aún más los aspectos más dolorososen tiempos de pandemia, tal y como ha denunciado Caritas in-ternationalis.

Al inmenso “e j é rc i t o ” de invisibles, absorbido en la malla deuna red de explotación que encuentra complicidad en el cinismoy la indiferencia, se dirige la preocupación del Papa Francisco,sobre todo a través del lenguaje de los gestos que en su magiste-rio tiene un valor del todo peculiar. Y así mucho no han olvida-do el 12 de agosto de 2016, cuando Bergoglio se dirigió a unaestructura romana de la «Comunidad Papa Juan XXIII» fundadapor don Oreste Benzi, para visitar a 20 mujeres liberadas de lacriminalidad de la prostitución; o por dar un ejemplo más cerca-no en el tiempo, su elección de visitar Tailandia (a día de hoysu último viaje internacional, que en noviembre de 2019 hizoetapa también en Japón) para hacerse cercano —como dijo du-rante la misa celebrada en Bangkok— a todos los niños, las ni-ñas y las mujeres «expuestos a la prostitución y a la trata, desfi-gurados en su dignidad más auténtica». Consciente de que esnecesario un gran trabajo para aumentar el nivel de atención dela opinión pública de esta realidad, para rasgar el velo de los si-lencios cómplices, dando voz a cada una de las víctimas, paraque ninguno se deje robar la esperanza de liberación y de resca-te.

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número 34, viernes 21 de agosto de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 11

Rescriptum ex audientia Ss.mi sobre la jurisdicciónde los patriarcas católicos orientales sobre la Península Arábiga

Teniendo en cuenta las pre-rrogativas históricas de lajurisdicción de los Patriar-cas Católicos Orientales en

la Península Arábiga, a petición ex-presa de éstos y en vista de un ma-yor bien espiritual para sus fieles,

después de haber sometido lacuestión, regulada hasta ahora por elRescriptum ex Audientia Ss.mi de 6de marzo de 2003, confirmado porel Rescriptum ex Audientia Ss.mi de8 de abril de 2006, a una profunda yprolongada reflexión en la Audienciaconcedida al Cardenal Secretario deEstado abajo firmante el 18 de mayode 2020,

el Supremo Pontífice Francisco hadispuesto lo siguiente:

1. Queda derogado el Rescriptumex Audientia Ss.mi de 6 de marzode 2003, confirmado por el Rescrip-tum ex Audientia Ss.mi de 8 deabril de 2006, con respecto a los Pa-triarcas Católicos Orientales. Al mis-mo tiempo, la jurisdicción de todosy sólo de los Patriarcas CatólicosOrientales se extiende a toda la Pe-nínsula Arábiga (Vicariatos Apostóli-cos de Arabia del Norte y del Sur);

2. El cuidado pastoral de los fielesorientales sobre los que ejercen sujurisdicción se realizará en coordina-ción con los Vicarios Apostólicos;

3. Sin perjuicio de las prerrogati-vas de los Representantes Pontifi-

cios, los Vicarios Apostólicos son losrepresentantes de la Iglesia Católicaante las autoridades políticas de losrespectivos países, y los PatriarcasOrientales se referirán a ellos a esteresp ecto;

4. En derogación del can. 85 § idel cceo, la eventual erección denuevas circunscripciones eclesiásticaspor parte de los Sínodos de las Igle-sias Patriarcales sui iuris estará sujetaa la autorización previa de la SedeApostólica. Esta derogación se esta-blece por cinco años, tras los cualesse revisará;

5. El Rescriptum ex AudientiaSs.mi de 6 de marzo de 2003, confir-mado por el Rescriptum ex Audien-tia Ss.mi de 8 de abril de 2006, si-gue en vigor para todos los fielesorientales que no pertenecen a lasIglesias patriarcales sui iuris presen-tes en la Península Arábiga.

Este Rescriptum se promulgarámediante su publicación en “L'O s-servatore Romano” y entrará en vi-gor el 6 de agosto de 2020 y luegose publicará en Acta Apostolicae Se-dis.

En el Vaticano, 22 de julio de 2020

PIETRO CA R D. PAROLINSecretario de Estado de Su Santi-

dad

El Papa bautizaa las gemelas siamesas

ALESSANDRO DE CAROLIS

La visita dentro de San Pedro, una inmensidad vista por primeraque casi aplasta, pero que se detiene frente a la estatua de la Vir-gen que estrecha al Jesús sin vida. De repente el resto de la in-mensidad pierde el interés, mientras que de pronto se enciende

una pregunta sobre ese «cuerpo inocente» de Cristo que recuerda «el cuer-po de mis hijas negado a la normalidad en mis brazos igualmente impo-tentes. ¿Por qué?». Es uno de los pasajes más poderosos de la carta dirigi-da al Papa de parte de Hermine Nzotto, la madre de las gemelas siamesasoriginarias de Centroáfrica, sometidas hace un mes en el hospital BambinoGesù a una operación extraordinaria de separación cránica y cerebral.

Dos niñas, Ervina y Prefina, que Francisco bautizó los días pasados enla Casa Santa Marta durante una ceremonia privada.

En la carta, Hermine Nzotto cuenta su vida de «joven campesina delbosque», nacida en un pueblo a 100 km de Bangui, la ciudad donde en2015 el Papa abrió el Jubileo de la misericordia abriendo la puerta santa dela catedral. Una puerta que para la madre de las dos niñas es mucho más.«Que el Papa bautice a mis milagrosas María y Francesca me da la confir-mación de que Dios está verdaderamente cercano a los últimos», escribeHermine.

«Si mañana más hijas podrán formar parte de los niños más afortunadosde la tierra, es decir ir al colegio y aprender lo que ignoro y que ahoratambién yo aspiro a saber, para ser capaz en un mañana de leer los versícu-los de la biblia a mis hijas, entonces —dice al Papa la autora de la carta—no es una puerta santa la que usted ha abierto en Bangui en 2015 y que seha cerrado un año después, sino que necesitados, como lo era yo, y la gen-te de buena voluntad como el equipo de médicos que cuidan a mis insepa-rables separadas».

En la página y un poco más de la carta, Hermine Nzotto da las graciasvarias veces a los médicos del Bambino Gesù, desde Mariella Enoc, presi-denta del hospital pediátrico, al profesor Carlo Efisio Marras, responsablede Neurocirugía, cuyo equipo ha «milagrosamente separado y resucitado»a sus niñas.

«La oración —concluye Hermine Nzotto— es lo que puede unir los pue-blos de la tierra; yo rezaré a María por usted, pero no necesito pedirle másen cuanto que como Su Santidad ha desafiado el peligro de las picadurasde mosquitos y la rebelión de 2015 en África Central, sabe pedirle a Maríaqué necesita el mundo».

Por el octavo año de pontificado

Medalla oficial

Desde el 11 de agosto está disponible en la Administración del pa-trimonio de la Sede Apostólica (APSA) y en los locales de la Li-brería editora vaticana, la medalla del octavo año del pontificadodel Papa Francisco. La obra tiene las siguientes características: en

el anverso está representado el escudo papal con el emblema de la Compa-ñía de Jesús, la estrella y la flor de nardo. La estrella simboliza la VirgenMaría y la flor de nardo representa a san José. El escudo está adornadopor los lados con ramas de lirios, otra flor símbolo de san José. Alrededor,en la parte alta, está incisa la inscripción franciscus pont max anno VIII,mientras que en la parte baja está el nombre de la artista, Carmen Testa.En el borde se encuentra la inscripción e civitate vaticana con el número dela medalla. En el reverso, en el centro de la medalla está representado sanJosé con el lirio en la mano y en brazos el Niño Jesús. La Iglesia universalestá representada por la basílica de San Pedro que aparece en el fondo dela composición. Todos los elementos subrayan cómo la medalla sea acuña-da en el 150º aniversario de la proclamación de san José como patrón de laIglesia universal por parte del beato Papa Pío IX . La imagen está acompa-ñada, en la parte baja, por la inscripción tu eris super domum meam tomadodel libro del Génesis (41, 40).

Cada ejemplar de la medalla está acompañado por un certificado de ga-rantía, numerado, con sello en relieve de la Secretaría de Estado y del Ins-tituto Poligráfico y de la Moneda y Timbre del Estado Italiano. Las piezasestán acuñadas en cantidades no superiores a las que se indican a conti-nuación: trípticos n. 30, oro n. 30, plata n. 1.500, bronce n. 3.000.

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página 12 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 21 de agosto de 2020, número 34

En la audiencia general el Papa continúa con sus reflexionessobre las cuestiones relacionadas con la pandemia

No se sale de la crisis sin “curar” las instituciones deinjusticias y desigualdades

Sería triste si la vacuna contra la covid-19 privilegiara a los más ricos y no fuera universal

42). «Cada cristiano y cada comuni-dad están llamados a ser instrumen-tos de Dios para la liberación y pro-moción de los pobres» (EG, 187).

La fe, la esperanza y el amor ne-cesariamente nos empujan hacia estapreferencia por los más necesitados,1que va más allá de la pura necesariaasistencia (cfr. EG, 198). Implica dehecho el caminar juntos, el dejarseevangelizar por ellos, que conocenbien al Cristo sufriente, el dejarse«contagiar» por su experiencia de lasalvación, de su sabiduría y de sucreatividad (cfr. ibid.). Compartircon los pobres significa enriquecersemutuamente. Y, si hay estructurassociales enfermas que les impidensoñar por el futuro, tenemos que tra-bajar juntos para sanarlas, para cam-biarlas (cfr. ibid., 195). Y a esto con-duce el amor de Cristo, que nos haamado hasta el extremo (cfr. Jn 13,1) y llega hasta los confines, a losmárgenes, a las fronteras existencia-les. Llevar las periferias al centrosignifica centrar nuestra vida enCristo, que «se ha hecho pobre» pornosotros, para enriquecernos «pormedio de su pobreza» (2 Cor 8, 9).2

Todos estamos preocupados porlas consecuencias sociales de la pan-demia. Todos. Muchos quieren vol-ver a la normalidad y retomar las ac-tividades económicas. Cierto, peroesta «normalidad» no debería com-prender las injusticias sociales y ladegradación del ambiente. La pan-

demia es una crisis y de una crisisno se sale iguales: o salimos mejoreso salimos peores. Nosotros debemossalir mejores, para mejorar las injus-ticias sociales y la degradación am-biental. Hoy tenemos una ocasiónpara construir algo diferente. Porejemplo, podemos hacer crecer unaeconomía de desarrollo integral delos pobres y no de asistencialismo.Con esto no quiero condenar la asis-tencia, las obras de asistencia sonimportantes. Pensemos en el volun-tariado, que es una de las estructurasmás bellas que tiene la Iglesia italia-na. Pero tenemos que ir más allá yresolver los problemas que nos im-pulsan a hacer asistencia. Una eco-nomía que no recurra a remediosque en realidad envenenan la socie-dad, como los rendimientos disocia-dos de la creación de puestos de tra-bajo dignos (cfr. EG, 204). Este tipode beneficios está disociado por laeconomía real, la que debería darbeneficio a la gente común (cfr. Enc.Laudato si’ [LS], 109), y además re-sulta a veces indiferente a los dañosinfligidos a la casa común. La op-ción preferencial por los pobres, estaexigencia ético-social que provienedel amor de Dios (cf. LS, 158), nosda el impulso a pensar y a diseñaruna economía donde las personas, ysobre todo los más pobres, estén enel centro. Y nos anima también aproyectar la cura del virus privile-giando a aquellos que más lo necesi-

tan. ¡Sería triste si en la vacuna parael Covid-19 se diera la prioridad alos ricos! Sería triste si esta vacunase convirtiera en propiedad de esta oaquella nación y no sea universal ypara todos. Y qué escándalo sería sitoda la asistencia económica que es-tamos viendo —la mayor parte condinero público— se concentrase enrescatar industrias que no contribu-yen a la inclusión de los excluidos, ala promoción de los últimos, al biencomún o al cuidado de la creación(ibid.). Hay criterios para elegir cuá-les serán las industrias para ayudar:las que contribuyen a la inclusión delos excluidos, a la promoción de losúltimos, al bien común y al cuidadode la creación. Cuatro criterios.

Si el virus tuviera nuevamente queintensificarse en un mundo injustopara los pobres y los más vulnera-bles, tenemos que cambiar este mun-do. Con el ejemplo de Jesús, el mé-dico del amor divino integral, es de-cir de la sanación física, social y es-piritual (cfr. Jn 5, 6-9) —como era lasanación que hacía Jesús—, tenemosque actuar ahora, para sanar las epi-demias provocadas por pequeños vi-rus invisibles, y para sanar esas pro-vocadas por las grandes y visiblesinjusticias sociales. Propongo queesto se haga a partir del amor deDios, poniendo las periferias en elcentro y a los últimos en primer lu-gar. No olvidar ese parámetro sobreel cual seremos juzgados, Mateo, ca-pítulo 25. Pongámoslo en prácticaen este repunte de la epidemia. Y apartir de este amor concreto, ancla-do en la esperanza y fundado en lafe, un mundo más sano será posible.De lo contrario, saldremos peor deesta crisis. Que el Señor nos ayude,nos dé la fuerza para salir mejores,respondiendo a la necesidad delmundo de hoy.

Para “c u ra rs e ” de las «grandes yvisibles injusticias»causadas por lapandemia, es necesario «partir delamor de Dios, poniendo en elcentro lasperiferias y a los últimos en el primerlugar». El Pontífice loreiteró al finalde la catequesis, dirigiendo expresionesparticulares desaludo a los gruposlingüísticos de fieles conectados con él através de losmedios de comunicaciónsocial.

Saludo cordialmente a los fielesde lengua española. Pidamos aJesús que nos ayude a curar las

enfermedades que provocan los vi-rus, y también los males que causala injusticia social. Que el amor deDios, anclado en la esperanza y fun-dado en la fe, nos impulse a ponerlas periferias en el centro y a los úl-timos en primer lugar. Que el Señorlos bendiga.

1 cfr. Congregación para la Doctri-na de la Fe, Instrucción sobre algunosaspectos de la "Teología de la Libera-ción", (1984), 5

2 Benedicto xvi, Discurso inauguralde la V Conferencia General del Epis-copado Latinoamericano y del Caribe(13 de mayo de 2007), 3.

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

La pandemia ha dejado aldescubierto la difícil situa-ción de los pobres y la grandesigualdad que reina en el

mundo. Y el virus, si bien no haceexcepciones entre las personas, haencontrado, en su camino devasta-dor, grandes desigualdades y discri-minación. ¡Y las ha incrementado!

Por tanto, la respuesta a la pande-mia es doble. Por un lado, es indis-pensable encontrar la cura para unvirus pequeño pero terrible, que po-ne de rodillas a todo el mundo. Porel otro, tenemos que curar un granvirus, el de la injusticia social, de ladesigualdad de oportunidades, de lamarginación y de la falta de protec-ción de los más débiles. En esta do-ble respuesta de sanación hay unaelección que, según el Evangelio, nopuede faltar: es la opción preferen-cial por los pobres (cf. Exhort. ap.Evangelii gaudium [EG], 195). Y estano es una opción política; ni tampo-co una opción ideológica, una op-ción de partidos. La opción prefe-rencial por los pobres está en el cen-tro del Evangelio. Y el primero enhacerlo ha sido Jesús; lo hemos es-cuchado en el pasaje de la Carta alos Corintios que se ha leído al ini-cio. Él, siendo rico, se ha hecho po-bre para enriquecernos a nosotros.Se ha hecho uno de nosotros y poresto, en el centro del Evangelio, enel centro del anuncio de Jesús estáesta opción.

Cristo mismo, que es Dios, se hadespojado a sí mismo, haciéndoseigual a los hombres; y no ha elegidouna vida de privilegio, sino que haelegido la condición de siervo (cfr.Fil 2, 6-7). Se aniquiló a sí mismoconvirtiéndose en siervo. Nació enuna familia humilde y trabajó comoartesano. Al principio de su predica-ción, anunció que en el Reino deDios los pobres son bienaventurados(cfr. Mt 5, 3; Lc 6, 20; EG, 197). Esta-ba en medio de los enfermos, lospobres y los excluidos, mostrándolesel amor misericordioso de Dios (cfr.Catecismo de la Iglesia Católica,2444). Y muchas veces ha sido juz-gado como un hombre impuro por-que iba donde los enfermos, los le-prosos, que según la ley de la épocaeran impuros. Y Él ha corrido elriesgo por estar cerca de los pobres.

Por esto, los seguidores de Jesússe reconocen por su cercanía a lospobres, a los pequeños, a los enfer-mos y a los presos, a los excluidos, alos olvidados, a quien está privadode alimento y ropa (cfr. Mt 25, 31-36;CIC, 2443). Podemos leer ese famosoparámetro sobre el cual seremos juz-gados todos, seremos juzgados to-dos. Es Mateo, capítulo 25. Este esun criterio-clave de autenticidad cris-tiana (cfr. Gal 2,10; EG, 195). Algu-nos piensan, erróneamente, que esteamor preferencial por los pobres seauna tarea para pocos, pero en reali-dad es la misión de toda la Iglesia,decía San Juan Pablo II (cfr. S. JuanPa b l o II, Enc. Sollicitudo rei socialis,

«La pandemia es una crisis y de una crisis no se sale iguales: o salimos mejore so salimos peores. Nosotros debemos salir mejores, para mejorar las injusticiassociales y la degradación ambiental.». Lo dijo el Papa Francisco en la AudienciaGeneral del 19 de agosto, continuando el ciclo de reflexiones —inugurado elmiércoles 5— sobre la actualidad de losproblemas sanitarios y sociales causadospor el virus. El encuentro se celebró nuevamente en la biblioteca privada delPalacio Apostólico del Vaticano sin presencia de fieles, siguiendo las medidasadoptadas para contener la propagación del contagio. Comentando el pasajebíblico de la Segunda Carta a los Corintios (8, 1-2.9), el Pontífice exploró eltema «La opción preferencial por los pobres, la virtud de la caridad».