24 capitulos

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cuento corto y sin terminar de mi amigo sepian tnosin

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DeMstico anarquistaaPeronista catlico

Sepian Tnosin

Primera parte(Ethos)"Lo irreal no es el ser, pues descansa en la ilusin y el falso conocimiento. Pero aquello que es, nunca dej ni dejar de ser, pese a las apariencias."(Bagavad Guita)

1Ayer me robaron. Cinco pibitos, me sujetaron las muecas, los tobillos; me escanearon: queran mi celular.Se los mostr, Nokia 1100.-no vale nada!- grit enfurecido.-Es verdad, no vale nada- reconoci el ms pequeo ante el cabecilla.-disculp- dice este tendiendo su mano.-no!- digo lleno de rabia.-pero eh, todo bien- dice, clavando sus ojos, sinceramente, arrepentidos.-no!- vuelvo a decir. Y mi corazn late con violencia.Empiezo a lanzar alaridos vyanse! Vyanse! Se pierden en las sombras.A lo lejos, oigo a un crespn consolarse con su trino.

2Llego a casa de Pablo, nos saludamos.Conversamos largo y tendido, hasta el atardecer.Llega Paola, con una botella de vino. Bebemos y miramos el monitor de la computadora. La red social de moda Facepunk.-Conoc a una chica que es igual a vos- dice de repente.-ah- contesto sin mostrar demasiado inters.-sos vos pero mujer, se llama Vea- insiste.-soy andrgina- digo como si declamara un poema solemne.Tipea algo en la barra de bsqueda.-mir, mir- balbucea, entrando a su perfil.-te gusta?- mostrndome una foto en la que se ve una muchacha sonrindole a la cmara.-es linda- reconozco- pero solo son las vestiduras de un ser, adems, vos una exagerada

3Nunca salgo de mi casa sin un mazo de Tarot en el bolsillo de la camisa. Me gusta citar el Bagavad Guita, el Zohar y algunos conceptos de la Kabalah como los sefirots.Me regocijo creando discursos sincrticos, un poquito de anarquismo ontolgico por qu, un poco de oriente; Lao Tse, budismo. Una psca del Kibalin, una cucharada de paganismo y listo: las polaridades mentales danzan en armona: mente sana- cuerpo sano.Tres copas de vino y penetro al gran tao.

4Salgo a caminar por la costanera.Veo el reflejo, fantasmagrico, de las luces que se reflejan sobre el agua.Desciendo por las escaleras, paseo por la playa. Un perro amistoso se acerca a mi agitando su cola; no lo toco, est mojado y emana un olor asqueroso.Reviso mis bolsillos, encuentro una lucirnaga. La miro, sus ojos verdes brillan en la palma de mi mano. Toco el centro de su exoesqueleto, da un espasmo involuntario.Muerdo su abdomen, bebo sus fluidos. Arrojo el cuerpo vaco.Las luces proyectadas en el ro danzan, viran sus colores.Un zumbido metlico comienza a envolverme, oigo, en silencio, las voces del aire.

5-Hey, chabn, Cmo ands?-Bien, ac andamos, vagando por el universo infinito.-ni hablar, lo has visto a Soren?- Mir, el otro da cay a casa, andaba medio bajn, tomamos un vino, miramos una pelcula en la PC; Visitador Q, de un japons. Despus se fue.-lo ltimo que me enter es que le quisieron robar.-Uh, s, anda re paranoico. Va a casa y tipo once ya se quiere ir si se hace muy tarde directamente se queda a dormir.

6Despierto. A la derecha; una cama de dos plazas, en cuyo interior Pablo dormita con la boca abierta.A la izquierda; un caloventor encendido. Sus aspas se mueven con nfasis, el aire que impulsa atraviesa una resistencia de cobre y se calienta, para distribuirse en la habitacin.El calor asciende. Estoy acostado sobre el suelo, en un colchn de cuna; mis piernas sobre una frazada plegada en cuatro partes. Afuera: dos grados bajo cero.Me incorporo, el ronroneo del caloventor se funde con los trinos de unos pjaros.Lleno un jarro con agua, enciendo la hornalla, lo coloco sobre el fuego.Presiono el botn de encendido de la CPU, camino hasta el bao.Me lavo la cara, contemplo mi rostro en el espejo.

7 Te despertaste Qu hora es? Las nueve, tom un mate. dormiste bien en el suelo? pasaste fro? Como un perro, pero uno acostumbrado. Ah, bien entonces. Est rico. Creo que ya abri los patitos tenes plata? Cinco pesos. Tom diez, compr un kilo de pan y una manteca chica. Qu tipo de pan? pan-pan? o galleta? Galletas, al lado de la puerta tienen bolsitas ya preparadas. Ok

.

No me alcanz, faltaron dos pesos con veinticinco. Cunto estaba la manteca? Siete con veinticinco. que hijo de puta! El otro da estaba seis. Le dije que despus le llevabas lo que faltaba. Joya. Voy a poner msica dale? Dale, pero no muy alto. The kletzmer band clik, listo. Est bueno. S, pens que te iba a gustar, adems de ambientar este da gris. te qued alguna Lampyridae? A ver mmm, no s donde la dej. Ac, mir y tambin estn tus llaves.

Toma el insecto, se le han perdido algunas patitas, lo deshace con sus dedos; coloca el polvo resultante en el cuenco de una pipa. La enciende.Comenzamos a divagar, nuestras conversaciones comienzan a tornarse incoherente y muy animadas.

8Hundo mis manos en los bolsillos de mi saco. Camino a una velocidad promedia.Una nube de vapor asciende desde mis labios.Llego a mi departamento, abro la puerta. Hay ropa sucia, tarros de acrlico y pinceles dispersos en el suelo.Quito el cubrecama arrugado, me acuesto, tomo la grabadora, presiono el botn rojo de Rec. La cinta magntica comienza a desplazarse, digo:El da est gris, llovizna cada algunos minutos. Sobre la mesa de luz est La montaa Mgica.La vida de Hans es montona y aburrida. Hace un mes estoy leyendo esta novela, no la disfruto demasiado, pero me resisto a abandonar su lectura. El libro anterior, igual de extenso, lo le en dos das.Presiono Stop. Lleno una cacerola con agua y la pongo sobre la anafe.busco una carpeta con archivos Mp3 dentro del ordenador. Clik secundario, reproducir enComienza a sonar la quinta sinfona de Beethoven. Esparzo sal dentro de la olla. Danzo, esquivando medias sucias y calzoncillos, en el centro de la habitacin.Las molculas de H2O rompen la tensin superficial dentro del contenedor, llegan a cien grados centgrados.Coloco los espaguetis.Pasan cinco minutos, me quito toda la ropa y me siento junto a la estufa.Cuelo los fideos, pico una cebolla, la salteo en un sartn, agrego pur de tomate.Dejo hervir unos minutos, en los que escribo:El da que fabin Ful conoci a Alberto Quetedeo, el telfono cumpla cinco aos desde su invencin. Aun no se haba patentado, cosa que hara Graham Bell catorce aos ms tarde, sin darle crdito a Antonio Meucci, su verdadero creador, quien desarroll el sistema para comunicarse con su mujer enferma.Fabin Ful trabajaba como lavacopas en el caf Las margaritas, y esa noche, al salir a fumar un cigarrillo, encontr a Alberto, haraposo y ebrio en el callejn que daba a la puerta trasera de la cocina.En una servilleta, Ful envolvi dos rebanadas de pan junto a una tajada de jamn y se las ofreci al vagabundo.Tres das ms tarde, Alberto volvi a aparecer, esperando, pacientemente, que Fabin saliera a fumar.Apago la anafe, vierto la salsa sobre la pasta.Como sin apuro, la quinta de Beethoven finaliza, se desvanecen sus ltimos acordes.Abro la ventana, en el departamento de abajo una mujer tiende la ropa.Vuelvo a la mesa, levanto los cubiertos y contino el texto:

Esta vez, Alberto estaba sobrio. Esbozaba una gran sonrisa y sostena en su mano una cajetilla de cigarros importados, que no dud en ofrecer a Fabin cuando est apareci.Ful estaba anonadado ante aquel cambio brusco, quiso indagar sobre el asunto, pero el otro se precipit a decir:-a qu hora sals? Me gustara invitarte unas cervezas.-encantado, pero cerramos una y media, y recin son las nueve.- no importa, te espero en Sefin, Lo ubicas?- s nos vemos ah entonces.Cierro el cuaderno. Entro al bao.Defeco leyendo a Proust, jalo el cordn y un torbellino de agua arrastra las heces.Me lavo las manos y, despus, me acuesto a dormir la siesta.

9Camino, solitario, por las calles de la ciudad.Me detengo en la plaza, abro el bolsillo pequeo de la mochila, extraigo una lucirnaga, est viva, tras cinco das de encierro.Muerdo su abdomen y bebo, suavemente, su sistema digestivo.Unas palomas, huyen, alborotadas, desde las copas de los rboles. La imagen se detiene, las aves permaneces, inmviles, en el cielo; los paseantes tambin quedan quietos y el sonido desaparece.Cierro los prpados, los aleteos reaparecen, se fugan, pero su eco persiste.Pienso en el texto que comenc a escribir ayer, el inventor del telfono, el escenario urbano-marginal; y me llega, desde un sitio muy lejano, el nombre de Chejov, Antn.Dijo:el arte no debe demostrar, con mostrar le bastaCuando Graham Bell patenta la idea de Meucci, el pequeo Antn tena diecisis aos y seguramente comenzaba a fabular su futuro profesional.Me arden los ojos, en el bolsillo interior del saco tengo un apuntador, lo abro y anoto:

simultneamente se sucedeninfinitos azaresque unen el vaco al todo.Gran aleph: mrame

Guardo el resto de insecto en la mochila, me levanto del banco y me alejo de la plaza.Voy sin destino, mis pies conocen el camino y diez minutos mas tarde, Paola me invita a pasar.

10-Qu haces, Soreana?-ac andamos. vos?-pas, en un toque iba a venir Ger.-Joya, me queda un pedacito de Tuca, igual; seguro l trae.

Nos sentamos en el comedor, tomamos unos mates, vemos transcurrir el tiempo.

-estoy escribiendo una novla, por ahora so dos personaes, estn en el siglo diecinueve.El tinte del escrito es mas bien marginal.-tus personajes son siempre marginales, como vos.-s, pero hacen cosas, no como yo. Si por mi fuera, estara todo el da leyendo.-sos loco.Ceba otro mate. Lo sostengo, contemplo la espuma.-el verde mar en la habitacin.-Jajaja!Sorbo. Sus sabor es intenso. Buena yerba.-che, tus personajes se parecen a alguno de nosotros?- en realidad no lo s, quiz tengan rasgos amalgamados. Todos somos un poco del otro con el que nos vinculamos.- si me vas a usar como personaje , hacme decir algo interesante.-bueno, decime algo interesante, entonces.-emmmcon Jacobo estamos mal, la otra vez me lo cruc a Lauro, terminamos yendo a la chacra y-coitaron.-siii!-sos! Despus quers que escriba cosas interesantes sobre vos.-bueno quers que te cuente?-dale .11Era sbado (creo), el roco brillaba sobre el pasto.Regresaba de un seminario de Clown.Cuando cruc por la plaza vi a dos viajeros, uno era lindo.El feo deca que era poeta, nada que ver a vos.Lauro es sensible, reservado. bueno en finlos invit a la chacra. Despues cay el Ger, y Jacobo (que se termin yendo)hicimos un fuego y quiz el ondular de las flamas la luna.Fue hermoso, delicado como el cuerpo de una abeja rosando los pistilos.Golpean la puerta.Llega Ger.

12Ger sonre. Se desprende la mochila. Nos besa la mejilla.-tengo algo que te va a encantar- dice. Abriendo la cremallera de su pintarrajeada mochila.una etiqueta, violeta, del pico de una botella: Cavernet Sauvignon.-Excelente- digo; mirando con sonrisas en los ojos.Paola deja el mate y el termo sobre la mesada de la cocina.Ger se sienta en un silln afelpado.Aproximo un banquito de madera y exijo un destapador.Paola regresa con el artilugio e introduzco su espiral plateado en el corcho. pluc! Sale.Bebo un sorbo. Hago un pequeo buche y trago. Paso la botella a Ger.Afuerael tiempo pasa.

13Me desperezo frente a la cama.Otro da gris en la metrpolis, si llueve: har tortas fritas.Busco las medias, hay una dentro de la zapatilla. la otra? Reviso debajo de la cama: Nada. Detrs del ropero: Nada. Me decido por buscar otra. Una nueva pareja de soquetes que pregonan la diversidad como alternativa. Es una pena que sea ms larga que la otra.Apronto el mate. Cebo el primero, chupo.Abro el cuaderno. Escribo:Alberto espera sentado en una de las mesas del fondo. Pide una cerveza para justificar su presencia en el lugar.En la barra, un gordo que lleva puesta una camisa a cuadros. Con la mano izquierda sostiene un vaso de whisky, con la otra fuma. Conversa, amenamente, con el cantinero. Su acento deja en evidencia su ascendencia alemana.Alberto piensa que es extrao que no beba cerveza tibia.En el otro extremo, una rocola reproduce un cuarteto para chelo de Bach.El mozo trae una botella de cerveza junto con un platito lleno de manes. Coge algunos y los introduce en su boca, mastica un poco y baja la pasta aceitosa con un trago largo. Saca del maletn un libro de bolsillo. Es una antologa de poesa china.Abre el libro al azar. Lee:< Los gansos salvajes vuelan a travs del cielo arriba, su imagen se refleja en el agua helada abajo. Los gansos no intentan emitir su imagen sobre el agua, ni el agua intenta retener la imagen de los gansos. >El platito queda vaco. Alberto se dirige a la rocola y revisa la lista de reproduccin. Se decide por la Sonata para piano, nmero uno, de Beethoven.De regreso a su mesa el pelado le sonre.Se sienta, vuelve a posar sus ojos sobre las pginas del libro. Lee tres poemas de Li Po, enciende un cigarro, lo termina, camina hasta el bao.Mientras tanto, en el caf Las margaritas Fabian Ful termina de lavar todos los utensilios, deja el delantal colgado de un gancho y saluda a su jefe.Recorre tres cuadras hasta el bar e ingresa, empujando una puerta de cristal.Alberto sale del bao, ve a Fabin conversando con el mozo y el cabeza de foco.Se tienden la mano, van juntos hasta la mesa del fondo y piden dos cervezasGolpean la puerta. Me levanto, abro.Gustavo me sonre. Est todo mojado.14-he, Gustavo scate las zapatillas. Dejlas sobre el trapo de piso. te agarr muy lejos?-Diez cuadras de ac.-Que bueno, llueve, voy a hacer tortas fritas.-Bien ah tengo dos bichitos.Coloco un fragmento de levadura en el vaso, vierto agua tibia.En un bowl, tengo harina tres ceros. Hecho sal a los bordes, un huequito central. Amaso con las manos desnudas, hasta desarrollar el gluten.-Tom un mate.-Ayer hice una obra, fijate, est sobre la cajonera.Toma la hoja de papel.-Genial. Bastante sombra, el detalle de las manos.-estoy en proceso de descifrar el mensaje que el cuadro tiene para ofrecer. Si pints cien cuadros probablemente dos sean trascendentes.-prendo nuestro espritu entomolgico.-s, ya me vibran las antenas.

Sostiene el exoesqueleto, muerde el abdomen succiona dos veces. Sus ojos se inyectan en sangre.clava sus iris en un punto cualquiera de la habitacin.Extiende su mano. Sostengo el insecto, le arranco una extremidad, la mastico y trago.Succiono dos veces, fluidos mucosos descienden por mis fosas.Siento el aleteo metlico.Las tortas fritas estn listas. Caliento otro litro de agua.Nos sentamos en semicrculo.Guardamos silencio. Sorbemos, la bombilla brilla, yerba que se hincha. Msica que se diluye, compartimos el amor al vaco.

15Camino sobre el puente naranja.Contemplo el ro. Un viento suave agita mis cabellos. En el otro extremo una silueta desenfocada aguarda.Avanzo unos pasos, la imagen difusa se vuelve ntida. Una nia vestida de blanco hecha a correr por el parque.Una voz. Hace eco, de forma misteriosa.-hemos venido a encontrar la gema que re.Centenares de insectos se precipitan hacia mi rostro. Me los quito con las puntas de los dedos. Estoy llegando al otro extremo del puente.Miro el centro de la calle, la nia est parada, inmvil.Un auto aparece a toda velocidad.Quiero gritar, pero no puedo.Ella permanece en el medio de la calle.Corro a empujarla.las luces del auto cada vez mas cerca.Siento el impacto del paragolpes en mis piernas.Todo se vuelve negro.

16Me sobresalto de la cama. Abro los prpados. Mis labios estn resecos, la habitacin a oscuras.Del otro lado de la ventana diviso el resplandor de la luna.Busco debajo de la cama mis pantuflas; hallo una, busco mejor, encuentro la otra.No tengo camisa. Me coloco un saco. Abro la puerta. Me siento en el primer escaln. Enciendo un cigarro.Arriba, en el terciopelo, negro, de la noche, la luna destella. Es blanca, como el vestido de la nia de mi sueo. Acaricio mi barba. Reflexiono: Un puente: dos extremos.Nia de vestido blanco: inocencia, pureza.Suicidio: Acto voluntario de entregarse a la muerte.Cul es el resultado de esta sumatoria?Termino el cigarrillo. Enciendo el CPU. El monitor ilumina mi rostro. Las aspas del ventilador refrigerante empiezan a girar.Escribo WWW en la barra de bsqueda. Termino la direccin.WWW.LUPAS.COM doy enter.Tipeo significado de los sueosLeo seis o siete pginas durante ochenta y siete minutos.

17Soar con nios, representa sus cualidades infantiles: o una vuelta a la infancia.Suee lo que suee, eso que suea es una prolongacin de la personalidad infantil.Su inocencia, su pureza, su simplicidad y su cuidadosa actitud.Suele representar deseos de su subconsciente. Volver al pasado y sentirse como antes, satisfecho con las cosas tan simples e interesantes que la vida tiene para ofrecer. Sin dificultades.Si el nio llora anuncia enfermedad.Si Ud. Suea que salva a un nio representa los intentos por su parte de salvarse a s mismo de ser destruido.Soar con una mujer vestida de blanco anuncia problemas de salud, probables cambios un poco preocupantes.Si suea que lleva un vestido blanco significa que las cosas no le irn muy bien.Soar con accidentes es un aviso.Tal vez desee frenar un poco, si tiene proyectado un viaje pospngalo.Tiene el control de su vida?

18Estoy sentado sobre el travesao de mi bicicleta. La gente pasa, caminando, por la costanera. Los hombres llevan vinchas y gafas; las mujeres calzas de nylon, o licra.Giro mi cabeza unos noventa grados:El sol se proyecta sobre el ro.Oigo en ronroneo de los motores, de sus escapes nacen bocanadas de holln.Alguien se aproxima. Es pablo.-Qu haces, chabn?-ac andamos, contemplando el vaco.-Pero que lleno de cosas est tu vaco.-repleto de belleza y caos.-se nota.Revuelve el bolsillo de su camisa. Saca un pauelo descartable abollado, unas pelusas. Y al fin; exhibe entre sus dedos un tierno artrpodo.Insectum, calco del griego , Cortado al medioUn par de antenas, tres pares de patas, dos pares de alas, se estremecen entre los dedos de Pablo.-Recien capturado.-puedo?-Bueno.Estira su brazo y lo agarro.Lo miro, es hermoso. Muerdo el abdomen de la criatura. sta emite un chirrido que se desvanece con suavidad. Sorbo los fluidos.Emito, primero, cara de asco, luego, otra de placer y se lo devuelvo.Los insectos comprenden el grupo mas diverso del planeta. Hay, aproximadamente, un milln de especies descritas. Mas que todos los dems grupos de animales juntos, y con estimaciones de hasta treinta millones de especies no descritas, con lo que, potencialmente representan el 90% de las formas de vida sobre el planeta.Pablo bebe los rganos internos del coleptero, vaca su cuerpo, se guarda las patitas y lo arroja hacia la arena.

-El otro da tuve un sueo bastante extrao.-s?-S.-caminaba por la costanera. No recierdo si fumaba un cigarro o masticaba un bichito.Atravezaba el puente naranja. Y en el otro extremo: una nia pequea me deca algo que ya no recuerdo.As es la memoria, viste, se fuga. Por eso un intelectual activo necesita servirse del texto.El fin. La nia desapareca.-flashero.-eso no es todo, empezaba a oir un zumbido intenso terrorfico.Parpadeaba algunas veces y la nia reapareca, esta vez, en el medio de la calle. Un auto se acercaba a toda velocidad. La iba a chocar Entonces, saqu coraje de quien sabe donde y corr a apartarla del camino. Se salv, pero el auto me impacto en la zona de la cadera. Ah despert.Despues me levant de la cama, fum un cigarro en la vereda y busqu que podra significar todo aquello.-Ser algo as como que quers salvaguardar la integridad de tu inocencia?-vos decs mi lado sensible? QuizEn internet encontr varios datos interesantes. Haciendo una sumatoria de los signos, resolv que debo manejarme con cuidado.quiz es una advertencia: no tomes ginebra todas las noches.-tampoco vino, me parece.-Tampoco vino, es cierto pero en las tertulias improvisadas me resulta imposible no sorber la sangre de Baco.Comienza a hacer fro, nos montamos a nuestras bicicletas y pedaleamos hacia casa de Orbi.

19Orbi abre la puerta, lleva puesta una remera de Astroboy pintada a mano. Su rostro expresa, primero asumbro, luego duda, despus seguridad.-Pasen, recin llego de la Facu.Entramos, Pablo se instala en el sof. En el ordenador de Orbi se reproduce un recital de madona.-hago unos mates?- dice.-Dale- respondemos al unsono.Pablo abre una nueva pestaa e ingresa a su cuenta de Facepunk. Tiene cinco notificaciones:*Fulano ha comentado una foto en la que apareces.* Mengano te ha etiquetadoen una publicacin.* A tres adolescentes le gusta tu foto de perfil.-Est conectada Paola- Comenta.-escribile, decile que venga, que traiga unos escarabajos y un vino.Se escucha el tipeo, Madona lanza un alarido pseudoertico.-Dice que no tiene, pero trae vino.Reaparece Orbi con el termo y el mate.Se sienta frente a mi. Esboza una sonrisa pcara.-Anoche casi foll- revela.-Cmo que casi follaste?- digo.-s, lo conoc en el parque. Yo haba ido a morder una Mantis, los auriculares puestos. El crepsculo desovillndose sobre la costa.Se acerc a pedirme una patita. Le d casi todo el abdomen.-pero lo besaste al menos?-s- las mejillas de Orbi se sonrojan.-y?--Se llama Gastn. Es un pendejo, medio en el closet. Hace teatro con Julieta.Golpean la puerta. Pablo abre.Es Ger, entra su bicicleta y deja la mochila sobre la mesa. La misma est rota intencionalmente, con pretensiones estticas.-Puedo poner una cancin?- le dice a Pablo.-Dale- contesta l.Comienza a sonar The Smiths. Morrisey desenvuelve su aterciopelado canto.Sorbo un mate lavado, est tibio.-a veces siento que todos mis poemas son buclicos- digo.-Lo que pasa es que sos de Basavilbaso. Te criaste mirando el monte- reflexiona Ger.-Igual soy un poeta de Facepunk. Improviso, juego. Ni siquiera me importan esas unidades textuales. Que se fuguen, que se pierdan, que el poema sea voltil, un ejercicio desinteresado. Placer. Cien por ciento el Jardn de Epicuro.-escuch a este mexicano, me lo pas Gastn.La voz del mexicano comienza a proferir:Solo mis cuatesconocen el artede la buena compaay el vino.

Solo mis cuatesinfunden confianza,invisible alegra;abismo.

Solo mis cuatesunsan su sonrisa como navaja,cortan, sin prisa, las nubes altas.Solo mis cuates-Est bueno. Pero tiene voz de viejo borracho.-ay, a mi me encant. solo mis cuates, ja!

20Oye la friccin de sus cubiertas. Paola avanza por las calles, pensando:

Un perro sale a ladrarle.-Quieta, chicha. Quieta.La perra mueve su cola con frenes.Golpea la puerta, azul, de chapa.Ger abre. Se miran. Se saludan con un beso.Los ltimos arpegios, de la cancin de Morrisey, se desvanecen,Pablo publica en su perfil de Facepunk:Soy un cazador de arcoris;cuando se renen los elfostiembla el alma,candombe.

21Abro los ojos. Me incorporo en la cama.Pongo agua en la pava, vaco la calabacilla. Limpio la bombilla.Me enjuago el rostro con agua helada.Espero frente a la hornallla, el agua zumba, comienza a agitar sus partculas.La coloco en el termo. Me siento frente a la mesa, abro el cuaderno. Escribo:.pens que no ibas a venir- dice Alberto Quetevedo.-Por qu no vendra?- responde Fabin.El mozo llega con las cervezas.Alzan los vasos de vidrio. Brindan.-salud- dice uno.-salud- dice el otro.Fabian barre con sus ojos el interior de aquel Bar. Clava sus ojos en el calvo.Alberto bebe su cerveza en silencio.-Te invit a venir aqu, porque quiero contarte la historia de mi vida.-est bien, comenz.-Nac en Sitland, me cri en Bermrs.A los seis aos sobreviv a un naufragio. Un arlequn me rescat, con su bote. Pas mi niez en una casa para hurfanos que haba fundado la iglesia.A los dieciocho, recorr el continente. Crec.Me enamor de manera leve, durante muchos aos. Hasta que conoc a Milena Blanc. Ella cambi mi vida. Nos casamos, naci Federico, Benjamn, Alba hace diez aos vivo en el despsito de una panadera. A mi mujer la acecinaron los milicos. Mis hijos viven en el exilio. Estoy mas solo que una ostra.-uno siempre est solo.-pero- a veces-est ms solo.22Cierro el cuaderno. Sorbo el ltimo mate. Me visto. Guardo el cuaderno y unos libros en el morral.Atraviezo la puerta, camino una docena de cuadras.Voy pensando:

Sigo caminando hacia la plaza, me siento all. El tiempo corre como un hmster en su jaula, sin sentido, prisionero de los ciclos.Alguien se acerca hasta mi. Est sucio, sostiene una botella de Wisky por la mitad.-Cmo va, amigo?- dice.-ac andamos- contesto, arrastrando las vocales.se sienta a mi lado, me ofrece un trago. Acepto. Una clida sensacin desciende por mi garganta. Es una bebida de calidad.- de donde lo sacaste?-Me lo regal un chabn, medio cheto. Anduve toda la tarde pidiendo. queres un pedacito de hormiga?- Uh, buensimo. Es fuerte?.-Mas o menos, lo consegu en los mrgenes. -sos de ac?-No, soy de Metropolis, me vine a dedo. Es fcil vagabundear por estos lados.-Eso parece, cada tanto me encuentro a uno como vos. Mordemos la hormiga en silencio. Surte efecto. Los ojos del linjera se inyectan en sangre.Vaciamos el contenido de la botella.-caminamos un poco?- dice.-dale.Nos dirijimos hacia la costanera. Una vez all contemplamos el puente naranja que une las orillas.Desendemos por las escalinatas, con el puente sobre nuestras cabezas, el vagabundo comienza a hablar:

- La primera vez que la vi no me llam la atencin. No era bella, ni siquiera entraba en la categoria de fea. Llevaba el pelo teido de rojo oscuro, recogido por un broche, no era alta ni baja normal. Sus manos eran grandes como las de un hombre.Algo de ella me gust, en sus manos, la plata, mucha.Pens: esta cuarentona debe andar necesitando una pija, y yo plata. Pero haba un impedimento, estaba detrs de ella en la fila del banco y hubiera sido demasiado evidente interesarme por ella cuando acababa, casualmente, de sacar dos mil dolares. S, dlares.Retir mi asqueroso cheque de doscientos pesos que me daba la municipalidad, por haber trabajado de payaso en el da del nio, y me lanc a seguirla. Como era de esperarlo subi a un coche importado.Alc mi bicicleta y la mont, pedale con fuerzas hasta agitarme- tengo que dejar el pucho- recuerdo que me dije.No la alcanc. Me di por vencido.Al menos tena mis doscientos pesos, una buena excusa para comprar tres bolsitas de alita de mosca y bebidas.Julio me mand a lo de la Poty.Nunca haba cado y estaba algo nervioso, nunca se sabe con qu tipo de transas se puede cruzar uno, dej mi bicicleta en el portn y camin por un sendero hasta la puerta de entrada. Un enorme chalet se alzaba ante m, pens en el precio que vendan los insectos para vivir ellos mejor. Sent odio.Me atendi un pibito de aproximadamente doce aos, yo pregunt por La Poty y, recogindose el pelo, color rojo, apareci ella.Sent adrenalina en todo el cuerpo, el corazn lata y no era la mosca.Cunto haba reflexionado cuando la perd de vista!cuntas acciones plane para un pasado que no sucedi! Y ahora la tena frente a mi esperando que hablara. Le ped las alas, no me anim a ms.

Empec a ir seguido, no por las alas de mosca, sino por lo que ella tena, algo que me atraa, plata.Un da al final le ment, le dije que estaba enamorado de ella, mir hacia adentro y luego a ambos costados. No haba nadie en la calle. Me hizo pasar.La casa no era tan lujosa como aparentaba, haba suciedad, vieja costumbre de su pobreza anterior, esparcida por toda la casa. Tarros de dulce de leche abiertos, cubiertos de moscas, platos sucios, bolsitas a medio preparar sobre la mesa. Me ofreci alas molidas, no quise. Vino?, dije que s.Hablamos un rato, bah, la dej hablar. Cada vez la vea ms cmoda.Cuando el vino surti efecto me decid a zarparme del todo, con mi mano derecha acarici sus piernas y cuando llegu a su tanguita estaba hmeda. Clav sus uas en mi cuello y me bes. Cogimos sobre la mesa, enharinados de alas. Me imagin siendo un crepel tibio. Luego fuimos a la cama y lo hicimos con ms fuerza. Nos desvanecimos de placer y quedamos ah, tendidos, esperando las luces del alba.El pendejo nunca se despert.A la maana siguiente mientras me lavaba la cara la muy turra segua durmiendo, su negocio era la noche.Busqu un afilado cuchillo y presionando una almohada sobre la cara del chico le cort la yugular.Cuando me preparaba a continuar con su madre, junto a la puerta, ella me miraba horrorizada y comenz a gritar. No dur mucho.Revolv los cajones y encontr mucha guita y varias tizas.A vos te lo cuento porque sos re piola y ya pasaron varios aos, la gorra nunca se rescat de que fui yo.23