magazine dokkÔdÔ nº6

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Dokkodo Revista digital Nº6 febrero/marzo 2014 Tradición, historia y actualidad de las artes marciales Ars Longa, Vita Brevis PEDRO VELASCO ARÉVALO Muay Thai Karate Aikido Taiji Quan Esgrima Antigua

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Revista de artes marciales digital. Historia, tradición, y actualidad. www.magazinedokkodo.com

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Page 1: Magazine DOKKÔDÔ Nº6

DokkodoRevista digital

Nº6febrero/marzo 2014

Tradición, historia y actualidad de las artes marciales

Ars Longa, Vita Brevis PEDRO VELASCO ARÉVALO

Muay Thai • Karate • Aikido • Taiji Quan • Esgrima Antigua

Page 2: Magazine DOKKÔDÔ Nº6

SUMA

RIO

dkkd06

in the cage POTENCIACIÓN

tao-yi-wu

shin gi tai

TAO Y CAMINO DEL GUERRERO

SHOEI MIYAZATO SENSEI

in memoriam

p. 14

p. 38

p. 68

p. 30

clase descrita por Shigehide

Akamine Sensei

Page 3: Magazine DOKKÔDÔ Nº6

ARS PALESTRINAE

en el tatami

p. 16

p. 46

ARTES MARCIALES JAPONESAS

artes marciales occidentales LA VERDADERA DESTREZA

ronin

p. 27

p. 42

p. 8

p. 58

EL MOMENTO ES AHORA investigación

EL WUBEIZHI

carta de Hiroo

Mochizuki

LA RESPIRACIÓN

Y LA MENTE EN

EL AIKIDO

Page 4: Magazine DOKKÔDÔ Nº6

para más información escribenos a [email protected]

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Page 5: Magazine DOKKÔDÔ Nº6

editorial

arece una obviedad, pero sólo se cumple un año una vez en la vida. En realidad, Dokkōdō nació como proyecto en otoño de 2012, nació como la necesidad de materializar las experiencias personales de sus fundadores en algo material, palpable, perdura-

ble y comunicativo. Al principio, (cosas de la primera vez, donde todo son fantasías y expectativas), Dokkōdō tenía que nacer de la fundación de un sello editorial (Acento Gráfico) o ser la misma revista la justifica-ción de la editorial. El proyecto consistía en la aglutinación de varias publicaciones se-gún los intereses y los compromisos de sus fundadores. Y al final, lo que iba a ser una sencilla revista de Artes Marciales engulló todos los esfuerzos. Desde el principio, nos dimos cuenta de que publicar una revista de Artes Marciales era sorprendentemen-te fácil, escribir textos, publicarlos en la Red, patentar sus derechos y editarlos era

una cosa que asombraba por su sencillez. Hacerlo bien era el reto.

Cuando escribes y te leen miles de personas de España e Hispanoamérica y aún de otras partes del mundo es algo que puede llevarte a sufrir vértigo. Cuando publicas una entrevista o un reportaje de un Maestro, tienes la responsabilidad de ser fiel a su firma y a su nombre. Dokkōdō nos adentró en el mar de los sargazos y todavía, un año después, luchamos con el timón para mantener un rumbo.

Porque esa era la clave: ¿Qué rumbo se-guir? ¿Cómo ha de ser una revista dedicada a las Artes Marciales? ¿Hay algún referente en el ámbito nacional o internacional? No lo sabíamos bien, por lo que lo único que podíamos esperar de nosotros mismos era dar cada paso en un estrecho desfila-dero y aprender de los errores. Entonces, sin que nadie nos conociera, es más, sin que aún existiéramos, nos lanzamos a pedir entrevistas y conseguir firmas. Y como han de suceder las cosas que verdadera-mente importan, todo ocurrió sin pensarlo demasiado, acudieron manos y voces en nuestra ayuda y nos abrieron la puerta de muchas casas. Como decía el poeta Virgilio. «La Fortuna ayuda a los valientes»: Fortuna audaces iuvat.

Hemos cumplido un año, y es justicia agradecer a los que lo hicieron posible:

Por tanto, damos las gracias de corazón a: Ángel Martínez Sensei, que nos brindó con generosidad sus investigaciones que luchó por conseguir y sonsacar al tiempo y al si-lencio para así rescatar el verdadero legado de Funakoshi. Pedro Martín Sensei, desde su delicado y hermoso dojo japonés nos prestó sus palabras y nos abrió las puertas de décadas de Budo acumuladas en una vida dedicada a sus alumnos. Basilio Parres Sensei, por verter su amor por la enseñanza, por lo que hace, y convic-ción de que el Karate va mucho más allá del deporte y constituye un tipo de vida. Vicente Gómez Sensei, por compartir las más íntimas sensaciones que produjeron en él miles de horas acumuladas junto al sable japonés. Sifu Sebastián Reina, por confiar en nuestra revista desde el primer momento y dedicar-nos un bello artículo sobre el Taiji Quan. Luis Mochón Sensei, que apostó por noso-tros en nuestra primera etapa y nos brindó su profundo amor por el Arte de O Sensei

y de como el Aiki impregna cada instante de la vida.

Al campeón Borja Martínez, por su compromiso, meticulosidad y profesiona-lidad, nunca podremos saber si pudimos transmitir toda la fuerza y energía que imprime a sus clases. Sifu Juan Carlos Serrato, que desde la distancia, abrió los documentos internos de su escuela para el público desde nuestra páginas. Al Maestro Pedro Velasco Arévalo, todo un caballero español del siglo XXI y un verda-dero reivindicador de que en esta parte del mundo también existieron guerreros.

Sifu Fernando Liuzzi, por transmitir su lucidez y su mirada sobre la dimensión interna e inmaterial de las Artes Marciales. Sifu Alejandro Álvarez, por compartir con el público hispanohablante el legado de una escuela de Kung Fu verdadero y tradicional. Víctor Megía Sensei, por brindarnos su amistad y apoyo y ser artífice de poder con-templar el Karate de raíces más profundas.

A José Santos Nalda Sensei, que se fijara en nosotros y decidiera publicar en Dokkōdō indicaba que llevábamos un buen rumbo.

A Ricardo Fuchs Camani Sensei, por enseñarnos la historia de su bello estilo de Karate Matsubayashi Ryu. Al Maestro Jaime Girona, quien nos ha sorprendido en este número por su erudi-ción, dominio y conocimiento.

Por supuesto, agradecemos a todos los maestros que han dejado que Dokkōdō reflejara algo de su vida dedicada a las Artes Marciales, mil gracias a Deogracias Medina Sensei, Tetsutaka Sugawara Sensei, Saito Hitohira Sensei, Guro Ian Forster, Shigehide Akamine Sensei, Kru Begoña Álvarez, Jimmy Mora Sensei, Sifu Ángel García Soldado, Maestro Manuel Rivas, Sifu Francisco Márquez, Guro Hugo del Campo, Manuel Medina Vaquero Sensei, Instructor Francisco Torrero, Joaquín Muñiz González Sensei y al Maestro Fernando Chamizo.

Sabemos lector, que esta lista de agradecimientos ha sido prolija. Espero que nos entiendas, para nosotros era imprescindible.

Gracias a ti, lector, si en alguno de los seis números de Dokkōdō hemos hecho que sientas aún más pasión por las Artes Marciales, si lo conseguimos, valió la pena.

un año es una vida...

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AGENDA DKKD febrero- marzo

ZENBUKAI, es la Asociación Española para el progreso de las Artes Marciales. Estas Artes Marciales son el Karate-do Shito Ryu, la Defensa Personal y el Nihon Kobudo (Katana, Bokken, Jo, Tanto, Kei-Bo, Nawa y armas de la po-licía japonesa). Avalados por los maes-tros D. Juan Antonio Bish Lorenzo, 8º Dan de karate-do Zenbukai, 7º Dan de Okinawa Kobudo World Oshukai Federation y AEOK y miembro del Estamento de Entrenadores y Técnicos de la Federación Madrileña de Karate. D. Alonso Hernández Martos, 8º Dan de Karate-do FMK, miembro de la Comisión Delegada de la Federación Madrileña de Karate, y Director del Departamento de Tai Chi de la Federación Madrileña de Karate. y D. Luis Beamud García, 8º Dan de Karate-do Zenbukai, Experto en Defensa Personal y Presidente de la Asociación española de Okinawa Kobudo. Este es su calendario de eventos para los meses de Febrero y Marzo:

9 Febrero, Curso Defensa Personal, or-ganizado por la Federación Madrileña de Karate

15 Febrero, Curso de Karate y Kobudo en Armilla, Granada

16 Febrero, Curso Defensa Personal, ZENBUKAI

20-22 Febrero Nihon Kobudo AEOK 2 Marzo Taichi Chuan 8 Marzo Okinawa Kobudo 15 Marzo Defensa Personal Seguridad 23 Marzo Curso Karate, Kata y Bunkai.

Tras la venida a España de Endo Seishiro Sensei, y de sus seminarios y conferen-cias impartidos en la ciudad de Granada. Contínua el calendario de seminarios de Aikido por celebrar en la provincia. En esta ocasión, los días 15 y 16 de Febrero, ven-drá a España Kaname Ariga Sensei, 5º Dan Aikikai y alumno de Seishiro Endo Sensei.

El seminario se impartirá en la bella localidad de Güejar Sierra, población cer-cana a las estribaciones de Sierra Nevada y situada en un paraje incomparable. Para mayor información contactar con Guillermo Balderas Sensei, [email protected] y Luis Mochón Sensei, [email protected]

Marcos Sala Ivars, Hombuchô en España Muso Jikiden Eishin Ryu iaijutsu -Komei Jyuku- Ryoen Ryuko, Hombu RyoEn Ryu naginatajutsu. Prepara una trilogía de seminarios para dar a conocer las escuelas clásicas japonesas (Koryu) en España: Estos seminarios cons-tarán de:

1º Curso de ZNIR Tôhô Gohon y Musô Jikiden Eishin Ryû iaijutsu: Domingo 2 de Marzo

2º Curso de ZNIR Tôhô Gohon y Musô Jikiden Eishin Ryû iaijutsu: Abril.

3º Curso de ZNIR Tôhô Gohon

y Musô Jikiden Eishin Ryû iaijutsu: Junio-Julio

Impartidos por Sekiguchi Kenryû, Hombuchô de España de Musô Jikiden Eishin Ryû iaijutsu en el dôjô Tai Itsu Kan (C/ Boltaña 40, Nave 2-Metro Torre Arias).

El horario de estos cursos será el siguiente:

Sesión de Mañana: 10-13h. Sesión de Tarde: 16-19h.Precios:Curso entero: 20€ miembros de

Asociación Iaijutsu-Naginatajutsu/Alumnos de dôjô Tai Itsu Kan. 25€ personas ajenas a la asociación/dôjô.

Sesión suelta: 15€ miembros de Asociación Iaijutsu-Naginatajutsu/Alumnos de dôjô Tai Itsu Kan. 20€ personas ajenas a la asociación/dôjô.

Aquellos ajenos al koryû que realicen un curso y demuestren seriedad y aplicación en el entre-namiento serán susceptibles de ser admitidos y poder practicar kata de koryû en los siguientes cursos.

No se tendrán en absoluto en cuenta los grados en ZNKR iaidô u otras artes marciales, en cambio se valorará el interés, la dedicación y la seriedad en la práctica.

SEMINARIOS DE ZNIR TÔHÔ GOHON Y MUSÔ JIKIDEN EISHIN RYÛ IAIJUTSU

CALENDARIO DE ACTIVIDADES DE LA AEOK Y LA ZENBUKAI

Seminario de Aikido impartido por Kaname Ariga Sensei, 5º Dan Aikikai

AIKIDO

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DokkodoRevista digital Nº4

octubre/noviembre 2013Tradición, historia y actualidad de las artes marciales

Shigehide Akamine SenseiEntre el Karate y el Zen

Muay Thai • Iaido • Karate • Aikido • Kobudo • Taichi Chuan • Eskrima

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PORTADA MAGAZINE DOKKODO NÚMERO 4 octubre/noviembre de 2013

www.magazinedokkodo.com

Page 8: Magazine DOKKÔDÔ Nº6

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A principios del presente año llegaba a nuestra redacción un correo electrónico oficial firmado por don Koxe Pérez, Vicepresidente de la World Yoseikan Federation en el que se incluía una car-ta firmada por Hiroo Mochizuki Soke. La carta iba por firmada por el Maestro Mochizuki y esta-ba reproducida y traducida a cuatro idiomas, en-tre ellos, el español. Desde Dokkodo reproducimos íntegramente su contenido teniendo en cuenta su importancia y pese a que sabemos que ya ha circu-lado por otros cauces. Quede por delante nuestra total neutralidad ante cualquier cuestión organiza-tiva, adminstrativa o de cualquier índole pública de la Yoseikan Budo como se puede leer en nuestros Estatutos.

La Redacción.

Carta de Hiroo Mochizuki

•••Soke de la Escuela Yoseikan

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febrero/marzo 2014 dkkd

(*) El término japonés «Kaiden» es a menudo mal interpretado por los extranjeros que lo asimilan a una enseñanza de técnicas secretas. En realidad, dicho diploma ("Menkyo") corresponde a la validación del dominio del conjunto de técnicas inculcadas por una Escuela, y equivale más o menos a un diploma de profesor.

En el mundo del Yoseikan

Este año 2013 viene marcado con el 10° aniversario del fallecimiento de mi padre, Maestro Minoru MOCHIZUKI, primer Soke de la Escuela Yoseikan.

Designado como su sucesor en el ámbito del Budo de la Escuela Yoseikan, he sentido todo el peso de la responsa-bilidad que esta herencia acarrea, ya sea para transmitir y enriquecer los conocimientos de la Escuela o para asegurar su perennidad.

Mediante esta carta, quisiera primeramente agradecer a sus alumnos más próximos el apoyo proporcionado para esta misión y, sobretodo, sus esfuerzos en la preservación del espíritu de trabajo, de investigación y de rectitud que tuvo mi padre desde la creación del 1er Hombu dojo Yoseikan en Shizuoka en 1931 (Hitoyado cho).

Como Soke de la Escuela Yoseikan desde el año 2000, me veo obligado a recordar públicamente la lista oficial de los Expertos a los que mi padre concedió, hace ya casi veinte años, el diploma «Menkyo Kaiden» (*). Fue editada a petición suya en abril de 1996 en el boletín de su organización internacional BUDO YOSEIKAN.

1. MOCHIZUKI Hiroo2. MURAI Kyoichi (†)3. SUGIYAMA Shoji4. MOCHIZUKI Tetsuma5. MOCHIZUKI Kanji (†)6. AKAHORI Katsutoshi

Salon de Provence, 27 de agosto de 2013

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carta de Hiroo Mochizuki • Soke de la Escuela Yoseikan

(**) «Okuden» evoca la noción de profundización pero también de infinito, la entrada en el ámbito secreto de más difícil acceso. Es el último peldaño del conocimiento, que asocia valor técnico y mental; el reconocimiento del genio humano en su capacidad para proyectarse hacia el futuro y para reinventar las enseñanzas recibidas (no solamente técnicas) haciéndolas evolucionar en función del contexto.

7. YAMASHITA Takeshi8. SHINMURA Masaji9. SUGIYAMA Seiichi10. YOSHIDA Nobumasa11. SUGIYAMA Tadashi12. YAMAMOTO Kazumasa13. MOCHIZUKI Seiichi (†)14. TAKAHASHI Minoru15. TEZUKA Akira (†)16. WASHIZU Terumi17. AUGÉ Patrick18. KENMOTSU Hiroaki19. FUKUJI Shigetaka20. KAN MasakiMe corresponde ante todo reparar el lamentable e inexplicable olvido que hizo desaparecer de esta lista el nombre

del Señor Alain FLOQUET, agregado de la Escuela Yoseikan desde 1958. Agente ineludible en el desarrollo europeo de nuestra Escuela, figuraba en la lista original de los trece Mankyo Kaiden de 1992. Igualmente, quisiera honrar, subrayando su benevolencia inquebrantable hacia nuestra Escuela, los nombres de Masaji SHINMURA, Kazumasa YAMAMOTO y Masaki KAN, que se mantuvieron siempre discretamente presentes, eficaces y fieles. Deseo así mis-mo, rendir homenaje al Señor Seiichi MOCHIZUKI, quien ha dejado una profunda huella en mi recuerdo, tanto por su espíritu de iniciativa como por su lealtad.

Como bien saben mis allegados, nunca he dado gran importancia a títulos ni grados. Por muy prestigioso que sea, un diploma rara vez refleja el valor humano del individuo. Que yo sepa, sólo el Menkyo Okuden (**) que mi padre sin duda mereció, parece corresponderse con un verdadero ideal de realización personal.

En este año conmemorativo, considero oportuno dirigirme a la inmensa familia del Yoseikan para analizar la situación de la posición actual de nuestra Escuela, aclarar ciertas zonas oscuras y reparar algunos malentendidos. Así podremos considerar su porvenir más serenamente.

• Algunos de los antiguos alumnos del 2° Hombu Dojo Yoseikan de Shizuoka (Daiku-cho, creado en 1950) han ele-gido cultivar el recuerdo de las primeras investigaciones de los años 1959-63. Su participación, desconocida durante demasiado tiempo, no ha sido inútil y no puede ser reducida a un simple conservatorio de esta parte de la enseñanza de mi padre. De igual modo han contribuido al éxito de nuestra Escuela en el mundo, gracias a la reputación que le han asegurado al Yoseikan.

• Algunos de mis primeros alumnos europeos como son Alain FLOQUET (Aikibudo), Roland HERNAEZ (Nihon Tai-Jitsu), Guy SAUVIN (Sei Do Jyuku), u otros más tardíos, como Gérard OLIVIER (Kempo) han desarrollado su propio método. Otros como Pascal LEPLAT (Kick Boxing), Jacques TAPOL (Karaté) y muchos otros, se han especia-lizado en una disciplina que han sabido hacer crecer gracias a su experiencia y su talento personal. Todos ellos han aportado su ladrillo al edificio de las artes marciales desarrollando un sistema que enriquece el patrimonio común y asegura la perennidad de las técnicas.

Deben saber que estoy orgulloso de estar, en parte, en el origen de su investigación marcial personal.• Otros practicantes más alejados, han creado su propio sistema, queriendo inspirarse de las investigaciones y la

reputación de nuestra Escuela para promover sus experimentaciones. Ello ha acarreado problemas de legibilidad y de legitimidad sobre los cuales trataré más adelante.

• En lo que a mí concierne, he elegido continuar la progresión por el mismo camino y filosofía dibujados por mi padre a partir de los estudios que realizamos juntos en los años 50, motivado por el mismo espíritu de investigación que lo animó hasta el final de su vida.

Más allá de un lazo o rango de filiación, de grado o título, la herencia del nombre Yoseikan que me transmitió toma, desde mi punto de vista, todo su sentido en la utilización que de él se ha hecho con respecto al objetivo fijado por mi padre, es decir, el trabajo de experimentación y de innovación.

A comienzos de los años 60, tras mi primera estancia en Europa, mi padre y yo trabajamos a menudo juntos

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febrero/marzo 2014 dkkd

carta de Hiroo Mochizuki • Soke de la Escuela Yoseikan Soke de la Escuela Yoseikan • carta de Hiroo Mochizuki

sobre el tatami del 2° Hombu Dojo Yoseikan. Yo le asistía o le reemplazaba desde que tenía 14 años, pues mi padre estaba a menudo ausente o indisponible por su actividad profesional de fisioterapeuta. En este dojo se entrenó Jim ALCHEICK en los años 50, ya fuera con mi padre o conmigo mismo.

En aquella época yo tenía el 3er dan de judo, 4° dan de karate, 5° dan de aikido y 5° dan de iaido, y la mayoría de las katas de base resultaron de aquellas sesiones de trabajo entre mi padre y yo:

Hyori no kata, Tai sabaki no kata, Gen ryu no kata, Suwari waza, el primer Hashakuken cuya forma inicial cayó en el olvido e incluso la misma Tai no kata elaborada tras haber visto juntos una manifestación de Sumo en la televisión. En cuanto a la kata Happoken, tal como la transmitió mi padre, su versión original se la enseñó en China un Maestro originario de Okinawa.

Fue en 1964 cuando el 3er Dojo Yoseikan de Shizuoka tomó sitio en Mukoshikiji.Hoy en día, en nuestro 5° Hombu Dojo (Salon de Provence), me encuentro sumergido en la misma situación con

mis hijos Mitchi y Kyoshi durante nuestros entrenamientos bisemanales en común. Teniendo cada uno una visión técnica y estratégica diferente, conseguimos intercambios particularmente enriquecedores. Aprendo mucho de ellos como mi padre aprendió de mí en otra época, al mismo tiempo que me aportaba su experiencia y su valoración. Es una fuente de satisfacción permanente. Basta con abrir los ojos para entender que no sólo se aprende de los mayores, sino también de los jóvenes e incluso de los niños.

A título personal, estoy orgulloso y feliz del compromiso de mis hijos, de su hermosa complementariedad, de sus talentos equitativos compartidos y de la llama con la cual llevan la tradición familiar. Percibo mejor que nadie hasta qué punto es complicada su tarea y delicada su posición. Aún y todo, tengo la seguridad de saber que trabajan en total sinergia con un departamento de técnicos y expertos, pues conciben el porvenir de nuestra disciplina gracias al inter-cambio y el reparto de las competencias. Es una versión que me colma, pues siempre asocié al nombre de Yoseikan el concepto de «laboratorio de investigación» y la noción de ayuda mutua.

Poca gente lo sabe pero, aunque fui formado por mi padre en kendo, judo, aikido, laido y kobudo, empecé a practicar el kárate y el boxeo inglés en Japón a petición suya. De igual manera me animó enérgicamente para que estudiara el boxeo francés a la vuelta de uno de sus primeros viajes a Francia. Mi padre practicaba pocos atemis pero su dominio le parecía necesario para la ejecución de la misión que me encomendó personalmente a partir de aquella época: Realizar una síntesis de las artes marciales. Era su mayor ambición.

Al dejar de lado mi diploma de veterinario tan duramente conseguido y sacrificar mis sueños de juventud para consagrarme a ese objetivo, renuncié a la carrera profesional a la que debía dedicarme en Brasil. Mi hermano menor Tetsuma, que tenía como objetivo reunirse conmigo al finalizar sus estudios de agricultura debió optar también por otra trayectoria de vida. Fue entonces cuando decidió especializarse, al igual que nuestro padre, en fisioterapia.

Kanji, nuestro hermano más joven se reunió conmigo a partir de 1976. Me acompañó en este camino con gran talento, tanto tiempo como su salud se lo permitió. Participó técnicamente en la elaboración de la primera obra sobre el Yoseikan Budo, publicada en Francia en 1979. Aún estábamos juntos para traer a nuestro padre de Japón en 1999, y nos apoyó en los últimos años de la vida de éste.

Todos los que tuvieron la oportunidad de conocerlo pudieron apreciar, más allá de sus remarcables cualidades técnicas, el gran valor humano de Kenji. Es también una ocasión para rendirle homenaje, ya que desgraciadamente nos dejó en junio de 2009.

Así pues, finalmente dediqué mi existencia a las artes marciales. Ello me llevó a definir un nuevo enfoque peda-gógico bajo el nombre de Yoseikan Budo. Éste hace hincapié en la lógica común (tanto biomecánica como táctica) de todas las artes marciales.

Para ello, me basé en las nociones fundamentales transmitidas por mi padre:– concepto de Ma, de Hyoshi de Sen– estudio y desarrollo de las estrategias y de las pedagogías resultantes de las katas de baseA pesar de los numerosos escollos encontrados en el camino, tengo el sentimiento de haber respetado las expecta-

tivas de mi padre y de haber llevado a cabo la tarea que me encomendó. Aún me consagro a ello con asiduidad, pasión y honestidad, y la voluntad indefectible de compartir y transmitir algo positivo.

En junio de 1999, alertado por el estado de salud de nuestro padre por mi hermano Tetsuma, lo visité en Japón junto con mis dos hijos en un geriátrico donde se marchitaba de aburrimiento.

Habiendo muerto mi madre 3 años antes, invité a mi padre a instalarse en Francia con nosotros, proposición que aceptó inmediatamente con entusiasmo. No fue simple organizar el desplazamiento pero finalmente logramos supe-rar los obstáculos administrativos y logísticos. Por consiguiente, lo acogimos en Aix en Provence a finales de 1999, donde se asentó desde entonces de forma natural la sede (4° Hombu Dojo) del Yoseikan.

En 2001, la condición física y moral de mi padre se mejoraron considerablemente. A menudo paseaba en el parque que había detrás de nuestra vivienda y practicaba algunos ejercicios.

Desde su silla de ruedas, hacía más de un año que participaba regularmente en nuestros entrenamientos como

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carta de Hiroo Mochizuki • Soke de la Escuela Yoseikan

observador vigilante y apasionado, incluso en lo que respecta al nuevo sistema de kihon mediante música ejecutado por su nieto Mitchi. Aún recuerdo su descontento cuando no lo despertaba para llevarlo a clase...

Convencido del valor de nuestro trabajo, y preocupado por juntar a la familia Yoseikan y aportarle oficialmente su reconocimiento, pidió por escrito a sus más antiguos alumnos de Shizuoka que se unieran a nuestra organización. Su rechazo le afectó de forma profunda y prolongada.

A raíz de esto, en Japón se produjo cierta agitación entre los más tradicionalistas, que tuvo como consecuencia la creación de una organización denominada «Seifukai», esencialmente dedicada a la transmisión de las técnicas de Aikijutsu enseñadas por mi padre. Los técnicos implicados, reivindicando en cierto modo una posición de herederos espirituales, solicitaron a mi hermano menor Tetsuma en calidad de presidente. Preocupado por apaciguar las ten-siones, aceptó dicho título con un generoso espíritu de conciliación de acuerdo con su naturaleza profunda.

En lo que a mí respecta, respeto su libertad de decisión pues no tuvieron ni el mismo recorrido técnico, ni las mismas oportunidades de encuentro y confrontación y, sobretodo, no se implicaron en la misma misión de investi-gación y de desarrollo internacional.

Únicamente lamento que ninguna visita de Japón de un representante del Seifukai haya permitido a día de hoy un intercambio directo con mi padre o conmigo mismo. Ello habría permitido hacer un balance sobre las elecciones ya claramente expresadas en la carta pública de 1992 y durante la ceremonia internacional de 2000.

Y sobre todo, habría concedido a mi padre la oportunidad de confirmar a viva voz sus últimas voluntades.Desgraciadamente, mi relación con mi padre ha estado a veces cubierta con malos entendidos e incomprensiones,

generalmente alimentados por terceros por diversas razones.Mi alejamiento prolongado de Japón ha favorecido largo tiempo la propensión a la manipulación y el gusto por

la intriga de ciertas personas supuestamente fieles a nuestra Escuela. Deploro la oposición competitiva totalmente ficticia de los miembros de mi familia. Algunas artimañas me parecen claramente incompatibles con los valores de las artes marciales: lealtad, honor, respeto - que estas personas pretenden representar.

Veo con tristeza un cínico desvío de la noción de ayuda mutua tan estimada por mi padre.De hecho, únicamente al final de su vida pudo mi padre apreciar plenamente la envergadura de nuestra disciplina,

observando mi trabajo y el de sus nietos durante las clases regulares de Aix-en-Provence, el de nuestros expertos y alumnos durante los cursillos internacionales en los cuales deseó participar hasta su último suspiro. Fue entonces cuando validó claramente el resultado y tengo la satisfacción de pensar que ello formó parte de sus últimas alegrías en este mundo.

Actualmente, y para orgullo mío, la Escuela Yoseikan inspirada por mi padre y fiel a su espíritu, es ante todo una obra de continuidad, no solamente mía y de mis hijos, sino también la de numerosos técnicos que la enriquecen cada día con sus aportaciones personales.

En el plano organizativo ¿en qué punto estamos ?• La mayoría de los practicantes ha entendido la apuesta de la experimentación y nos ha acompañado en las dife-

rentes etapas de investigación a lo largo de estos años, en los que muchos otros se han sumado.Hoy en día constituyen una gran promesa de futuro para nuestra Escuela.• Para mi gran satisfacción, practicantes que se alejaron de nuestra dinámica han hecho la elección detenidamente

meditada de aliarse junto con sus alumnos a la organización Yoseikan bajo la égida de la World Yoseikan Federation (WYF).

Les agradezco la confianza que nos manifiestan y les animo a compartir con nosotros el fruto de sus experiencias.• Paralelamente, veo que –por cortesía y sin por ello renegar sus orígenes- los alumnos más respetuosos con las

elecciones de la familia MOCHIZUKI han sabido cambiar el nombre de sus métodos cuando su evolución personal los ha llevado a crear su propio sistema.

Aplaudo su honestidad y les estoy por ello agradecido.• Finalmente, a la inversa, he observado que –por costumbre, por ignorancia o debido al alejamiento – el nombre

Yoseikan sirve a veces para designar sistemas personales sin vínculo alguno con los de nuestra Escuela, lo cual en-gendra numerosas confusiones de cara al público.

El uso del nombre de una Escuela de Budo no atañe únicamente a las cuestiones de tipo jurídico, reduciendo así en cierto modo el trabajo iniciado por mi padre a una especie de sello. Siempre he indicado públicamente que el tér-mino «Yoseikan» no era simplemente una marca registrada. Sin embargo, se entiende que entre lo que está permitido o es posible, atañe a la responsabilidad personal de aquellos que reivindican pertenecer a nuestra Escuela el mantener un vínculo técnico y pedagógico regular con el Hombu Dojo de referencia.

Pido pues formalmente a los responsables de aquellas corrientes que no deseen trabajar en estrecha colaboración con nuestra organización mundial Yoseikan, que por favor procedan a los cambios de nombre necesarios y les doy las gracias por anticipado.

En adelante, un mejor empleo de nuestra energía y una repartición más racional de las tareas permitirán plantear

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febrero/marzo 2014 dkkd

carta de Hiroo Mochizuki • Soke de la Escuela Yoseikan Soke de la Escuela Yoseikan • carta de Hiroo Mochizuki

una proyección optimizada para nuestra Escuela y me alegro por ello.Podemos así proseguir con mayor confianza nuestra tarea de enriquecimiento de las artes marciales en general y

del Yoseikan Budo en particular.Conforme a su vocación, la organización mundial WYF se esmera en acoger a todos los practicantes que compar-

ten los valores morales y pedagógicos preconizados por mi padre. Funciona mediante una cooperación exclusiva con la Escuela Mochizuki, dedicada a la investigación técnica.

Mi padre decía que era importante viajar para abrir el espíritu, comprender el mundo y a las personas, sobre todo para los jóvenes. Por mi parte, siempre he considerado nuestra disciplina ante todo como un vector de encuentro y de intercambio entre las personas y una herramienta de desarrollo de la polivalencia y de la creatividad personal. Es éste el ideal que durante años he perseguido sin descanso.

He cometido muchos errores, pero también he aprendido mucho, he tenido la suerte de conocer por el mundo y en todos los ámbitos a muchas personas de calidad. Entre todas estas excelentes personas, quisiera honrar aquí a dos de ellas, que durante toda su vida trabajaron intensamente por el éxito de todos: La señora Ayako MOCHIZUKI, mi madre, admirable esposa y aguda consejera de mi padre y la señora Eliane MOCHIZUKI, mi esposa, sin quien el Yoseikan Budo y yo mismo no seríamos lo que somos. Que sepan que soy consciente de la suerte que he tenido y que tengo de vivir a su lado.

Este aniversario me ofrece la oportunidad de recordar, de dar las gracias a todos aquellos que me han acompaña-do, animado, inspirado y siguen haciéndolo, y en primer lugar a mi padre, que es el origen de esta hermosa aventura bajo el estandarte del Yoseikan.

Hiroo MOCHIZUKISoke de la Escuela Yoseikan

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maestros y estilos · in memoriam

el pasado 2 de Julio fallecía Shoei Miyazato en la ciudad argentina de Córdoba. No había pasado un día desde que la redacción de DOKKŌDŌ aterrizaba en Buenos Aires cuando recibimos la fatal noticia. No debemos ocultar que en nuestros planes se albergaba la idea de entrevistarlo para nuestra revista. Asumiendo el dolor de la familia, y pese a que estuvimos un mes en Argentina, no contactamos con su hijo, Masatoshi Miyazato para concluir lo planeado. Cuando volvimos a España, decidimos preparar una pequeña biografía Shoei Miyazato Sensei.

Shoei Miyazato nació el 30 de Marzo de 1928. Pese a ser oriun-do del archipiélago de las Ryukyu, se trasladó a la isla principal de Japón, concretamente a la ciudad de Osaka, donde cursó la escuela primaria y secundaria. Es conocido el dato por el que la escuela de Kenwa Mabuni, la Shito Ryu era la que predominaba en aquella ciu-dad por aquel entonces. Con 13 años, Shoei Miyazato comienza a es-tudiar Shito Ryu Karatedo. Es curioso apuntar que también practicó boxeo occidental. Desde sus comienzos, el joven Miyazato demostró una pasión inusitada por las Artes Marciales. La II Guerra Mundial provoca que Shoei Miyazato vuelva a la devastada Okinawa, en ese momento, contaba con 18 años de edad. Miyazato intenta retomar la práctica del Karate e ingresa en el dojo de Katsuya Miyahira con 19 años. Practica durante varios años hasta ser considerado Uchi Deshi, alumno asistente de Miyahira Sensei. En el año 1948 se casa con su es-posa, Yoshiko Nakasone, con ella formaron una gran familia de 6 hijos Masao, Yuriko, Masatoshi, Suiko, Mercedes y Noemí Miyazato. Poco a poco, comenzaba a alcanzar grados dentro de la Escuela Shorin Ryu Shidokan; en el año 1955 recibe el 3° Dan y en 1958 el 4° Dan.

En 1959 decide emigrar a la Argentina con toda su familia. No se queda en Buenos Aires decidiendo adentrarse en el País. En Marzo de ese mismo año llega a Córdoba. Decide impartir clases de Karate en su dojo. Para dar a conocer su estilo realiza una ex-hibición en la Asociación Japonesa. Un año más tarde se le otorga el 5º Dan. Desde el principio se le otorga el permiso de difundir el estilo Shorin Ryu Karatedo. Para 1974 ya era 8º Dan de Shorin Ryu Karatedo, por lo crea la Shorin Ryu Karatedo Miyazato Dojo, siendo el Hombu Dojo en Córdoba, en Villa Cabrera.

El año 1980 fue un año especial ya que volvió a reencontrarse con Katsuya Miyahira Sensei. Miyahira Sensei viaja a Argentina para conocer el dojo de su alumno. En 1990 Miyazato Sensei viaja a Okinawa para las celebraciones del 40º Aniversario del dojo de Miyahira Sensei. Ese mismo año recibirá el 9º Dan.

Tras estos años de separación de su patria natal, Miyazato Sensei decide viajar de nuevo a Okinawa. Continúa estudiando en el dojo de Miyahira Sensei, y colabora impartiendo clases en el dojo de Kohai Shiroma. También participa en la exhibición de la Inauguración del Castillo de Shuri (Shurijo).

En la actualidad la Shorin Ryu Karatedo Miyazato Dojo está ex-tendido por países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, España, Méjico, Perú, Suecia y Uruguay. Shoei Miyazato fallece el 2 de Julio de 2013 con 85 años. Su hijo, Masatoshi Miyazato, es el actual di-rector del Hombu Dojo de Córdoba y depositario del legado de su padre.

Descanse en paz, Miyazato Sensei.

SHOEI MIYAZATO SENSEI

• IN MEMORIAM •

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ARS PALESTRINAE

la reinvención de un estilo

• •

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pedro velasco arévalo

fotos Julietta Prado

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jamás hemos de olvidar el propósito del arma como instrumento de muerte. Es por ello, que hemos de imbuirnos de una serie de valores...

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ace un tiempo, durante la realización de un documental sobre el estudio de las artes marciales tradicionales europeas, entrevisté a un reconocido Maestro de un estilo japonés para que compartiera su punto de vista respecto a la importancia de la espada como arma e icono en dife-rentes culturas a lo largo de la historia. En un momento de la entrevista le pregunté si consideraba posible reconstruir un arte marcial cuya linea de aprendizaje maestro/alumno hace siglos quedó interrumpida, utilizando como principal herramienta numerosos textos que nos muestran unas disciplinas de combate de gran madurez, eficacia y sutileza. A esa pregunta, rápida-mente respondió que no le parecía posible, y tras unos segundos apostilló que aunque no creía factible reconstruir una escuela a partir de unos testimonios impresos o ma-nuscritos, si creía en la reinvención de esas viejas escuelas dándoles una nueva vida y propósito adecuados al mundo actual.

La declaración de este maestro me hizo recapacitar y analizar desde otro punto de vista no solamente mi trabajo, sino los ob-jetivos del mismo y su finalidad intrínseca. De esas reflexiones surgieron varias pre-guntas de difícil resolución que me obli-garon a realizar un repaso por el camino andado, mi situación actual y hacia donde quería dirigir mis pasos. En este artículo trataré de manera bastante resumida di-versas cuestiones que me parecen de gran importancia a la hora de abordar el estu-dio y posterior puesta en práctica de estas disciplinas.

Esta publicación profundiza en los con-ceptos presentados en el número 3 de esta revista, bajo el título de «Artes Marciales Tradicionales Europeas: Una nueva per-cepción de una vieja realidad» —No es im-prescindible su lectura, pero puede ayudar a contextualizar la presente publicación —. Comenzaremos realizando una breve pre-sentación de nuestra situación actual, seguidamente hablaremos de cual es la dinámica de trabajo en las salas de armas que regentamos y concluiremos el artículo realizando una reflexión sobre los valores que sustentan y motivan nuestra práctica.

Durante más de 20 años he estudiado diversas artes marciales y deportes de con-tacto, por lo que tenía claro la diferencia

entre las unas y los otros. Ambos caminos son totalmente legítimos y respetables, siempre y cuando se trabajen desde la honestidad.

A día de hoy, uno de los grandes pro-blemas del panorama marcial, es que de-portes de contacto nos son vendidos como artes marciales, y que tradiciones marcia-les se han deportivizado hasta tal punto, que poco queda de la disciplina original. Este problema se acentúa cuando tratamos con estilos que prácticamente están en sus inicios y en los que cualquiera de los prac-ticantes más veteranos en España —en mi caso apenas ocho años de investigación y práctica—, nos podemos hacer llamar «maestro», sin haber pasado por un proce-so real de aprendizaje a manos de alguien capacitado en una línea tradicional, puesto que como comenté anteriormente, tal línea no existe y nuestra labor consiste en estu-diar enseñanzas que hace siglos se dejaron de practicar.

A día de hoy —y a semejanza de hace unas décadas, cuando diversos estilos orientales se dejaron ver en nuestro país—, para ser Instructor, Maestro, Teniente de sala o cualquier título que se quiera osten-tar, basta con haber formado un grupo de entrenamiento en una ciudad donde hasta ese momento se desconociesen estas dis-ciplinas, pudiéndonos encontrar al frente de una sala de armas desde un respetable

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Maestro con una investigación y trabajo que lo respalden, a un embaucador con más ego que conocimiento real.

Con lo anteriormente mencionado puede parecer que menosprecio mi propio trabajo y el de otros estudiosos de estas artes. Nada más lejos de la realidad, solo quiero poner de manifiesto la juventud de nuestra labor y lo parcial de nuestra com-prensión del Arte, insuficiencias a las que día a día un buen número de practicantes de diversas escuelas nos enfrentamos con diligencia y constancia para estar a la altu-ra del reto que tenemos ante nosotros.

También cabe remarcar el trabajo de agrupaciones como la AEEA (Asociación Española de Esgrima Antigua) y la FEEH (Federación Española de Esgrima Histórica) que, desde sus respectivas vi-siones, dirigen sus esfuerzos a dotar a los docentes que están adscritos a las mismas de las herramientas didácticas necesarias para cumplir sus objetivos.

La mayor parte de los grupos buscan la reconstrucción fidedigna de la labor de al-gún maestro histórico concreto o tradición que sirve de base sobre la que cimentar el trabajo de toda la escuela a lo largo de los años. Tareas harto difíciles de realizar contando solo con material escrito e ilus-traciones como principales referencias, ya

que sin un ejemplo en vivo de sus ense-ñanzas, solo podemos realizar una serie de interpretaciones sujetas a nuestra percep-ción y talento.

Aun así se han alcanzado ciertos niveles de calidad a la hora de dar vida a las accio-nes descritas en los manuales de esgrima, sin embargo no nos hemos de quedar so-lamente en la parte técnica, sino en el pro-pósito del aprendizaje en sí mismo, ya que en el pasado los motivos que impulsaban a aprender el juego de las armas eran dife-rentes a los que a día de hoy motivan a los modernos esgrimidores.

De nada serviría acercarse de nuevo a una eficacia marcial, si esta carece de fun-damento. Los objetivos del entrenamiento no pueden ser la preparación para un due-lo o la autodefensa. En un contexto con-temporáneo, sobra decir que las espadas o alabardas están fuera de lugar.

Llegados a este punto e independien-temente del valor cultural e histórico que tienen estas investigaciones, las dos vías por las que pueden discurrir el desarrollo de las mismas, son la deportiva o la del arte marcial.

Nosotros hemos optado por trabajarlas en el entorno del arte marcial, a este traba-jo lo denominamos Ars Palestrinae —Arte de la Palestra—, en base a la definición que

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una vez tenemos claro nuestro objetivo a la hora de entrenar, hemos de estudiar los concep-tos y técnicas mostra-dos en los manuales con una visión crítica del contexto en el que eran practicadas.

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Don Enrique de Leguina en su Glosario de Voces de Armería, que indica que en el siglo XVI se definía así al arte de la esgri-ma —no hemos de confundirlo con el Ars Duellicae, que se refiere al arte de la gue-rra— y anteriormente a eso, «palestrina» se utilizaba como sinónimo de lucha.

El objetivo del Ars Palestrinae es inter-pretar las técnicas mostradas en los trata-dos para desarrollar sistemas de combate con armas —espada de mano y media,

espada y broquel, daga, alabarda, etc. y sin ellas —lucha y pugilato— dentro del contexto de enfrentamientos singulares o en grupo, en el marco de la autodefensa o el duelo, nunca en el de una batalla. Salvo contadas excepciones, los antiguos trata-dos muestran técnicas útiles en duelos o juegos de armas, muy diferentes de la rea-lidad de una guerra.

Todo esto tenemos que adaptarlo al ám-bito de una sala de armas moderna donde

el entrenamiento de estilos de combate pretéritos, propicien la evolución personal del practicante en su búsqueda de la per-fección marcial.

Una vez tenemos claro nuestro objetivo a la hora de entrenar, hemos de estudiar los conceptos y técnicas mostrados en los ma-nuales con una visión crítica del contexto en el que eran practicadas. Dentro del tra-bajo con armas esto es de suma importan-cia. Por poner un ejemplo, el uso de unos simples guantes de cuero en un combate a espada, podía marcar una gran diferencia entre las acciones que se podían ejecutar con seguridad y las que no. Se ha demos-trado en ensayos realizados, que con di-chos guantes se puede apresar con la mano la hoja del rival sin riesgo a recibir corte alguno.

Por ello hay que diferenciar entre reali-zar un tocado y herir. Lo primero es rela-tivamente fácil, sobre todo si lo compara-mos a lo segundo, puesto que el tocar con la hoja de una espada en una zona despro-tegida no es demasiado complicado. Lo di-fícil es realizar una acción con el arma que sea segura para el que la ejecuta, buscando una parte del cuerpo concreta, con el filo o la punta correctamente orientados, con una potencia idónea y que una vez reali-zado el ataque podamos mantenernos en

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el mismo o retirarnos de manera segura.Es complejo transmitir a los alumnos la

necesidad de ejecutar acciones más elabo-radas a la hora de combatir en un asalto, para ellos es mucho más sencillo e intuiti-vo el golpear de manera más o menos di-recta la primera zona desprotegida que se vea. Es preciso enseñarles de manera em-pírica la diferencia entre un tocado y una herida, y para este propósito las pruebas de corte con armas afiladas son fundamenta-les, puesto que nos muestran lo complica-do que es herir con un arma real.

La primera vez que realicé pruebas de corte en condiciones más o menos contro-ladas —un cerdo recién salido del matade-ro, correctamente dispuesto sobre una es-taca y con diferentes tipos de protecciones textiles que simulaban desde una simple camisa de lino a una chaqueta acolchada con varias capas de tela— me di cuenta de lo complejo que es herir y de lo fútiles que eran la mayor parte de las acciones que hasta el momento realizábamos en clase y tomábamos como efectivas — Cortes su-perficiales debido a una incorrecta orien-tación del filo, falta de presión en las sajas, incorrecta aplicación de la potencia de

golpeo provocando una falta de control del arma, etc -. Fue una experiencia su-mamente frustrante además de un toque de humildad que me ayudó a evaluar mi auténtico nivel de habilidad y enfocar mis esfuerzos hacia una línea de estudio de mayor efectividad y rigor.

No tener esto en cuenta propicia una dicotomía en el trabajo marcial, en el que se insiste por un lado en la realización de técnicas complejas y refinadas, pero luego en combate los esgrimidores buscan el to-cado oportunista dentro del más puro en-cuadre deportivo, buscando puntuar antes que sobrevivir.

A la deportivización de estos estilos también contribuyen los cánones de se-guridad en los que nos movemos, puesto que tanto las protecciones con las que con-tamos, como nuestras armas de entrena-miento nos permiten bastante libertad a la hora de golpear sin provocar lesión alguna en nuestro compañero. Por este motivo, la única presión que hay en un torneo es a la que nos somete nuestro ego buscando los laureles de la victoria, sabiendo que salvo por un desafortunado accidente saldremos ilesos del asalto.

a la deportivización de estos estilos también contribuyen los cánones de seguridad en los que nos movemos, puesto que tanto las protecciones con las que contamos, como nuestras armas de entrenamiento nos per-miten bastante libertad a la hora de golpear sin provocar lesión alguna en nuestro compañero.

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Viendo esto, en el trabajo de sala, el combate no es un fin en sí mismo, sino la puesta en escena de las acciones que nos permitirán salir indemnes de ese trance y para ello tenemos que tener la certeza de qué técnicas funcionan y cuales no, para poder evaluar de manera honesta su reper-cusión en un combate.

Otro punto interesante del entrena-miento con armas es cuando se llega al cuerpo a cuerpo, esta situación en sí mis-ma ofrece tantos cursos de acción como para ser trabajada con la profundidad ne-cesaria que precisaríamos en el estudio de un estilo completo.

Este hecho se produce por la siguiente razón. Para poder entender de manera ple-na el trabajo con armas, se ha de tener al menos cierta destreza en el combate desar-mado, puesto que llegados a una distancia corta, las acciones de golpeo y lucha se ha-cen mucho más peligrosas cuando hay un arma por medio.

Históricamente y a la hora de combatir por la propia vida, no hay acción efectiva que no se pueda utilizar, sin embargo eso no implica que a los niveles de destreza en los que hoy día nos movemos, podamos realizar de manera segura todas las técni-cas que nos muestran los tratados.

Hay múltiples maneras de estrangular, luxar, golpear, apresar y proyectar con un arma, la mayor parte de ellas son adapta-ciones de técnicas que existen en estilos de lucha sin armas y que usan el arma como una herramienta para hacer más efectiva la acción o concepto del que provienen.

Por poner ejemplos prácticos, cuando se usa una espada las luxaciones se rea-lizan con una mayor palanca que las de mano vacía, pudiendo ocasionar sin mu-cho esfuerzo la rotura de algún hueso o la dislocación de un miembro, y cuando se estrangula o apresa se suele utilizar el filo para causar de manera adicional una saja en la carne —al usar armas embota-das, en este caso se reduciría la gravedad de la lesión— o también se puede realizar una punción en alguna zona blanda con la guarda del arma.

Para este tipo de acciones, no hay pro-tección que valga y por ello no podrían ser usadas en un torneo debido al enorme riesgo de accidente. Sin embargo y como nos indican los viejos textos, son maneras muy eficaces para acabar con un adversa-

la mayor parte de los grupos buscan la reconstruc-ción fidedigna de la labor de algún maestro históri-co concreto o tradición que sirve de base sobre la que cimentar el trabajo de toda la escuela a lo largo de los años.

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rio y poder salir con vida de un combate.La única manera de trabajar acciones

que en su tiempo pretendían ser letales o al menos terriblemente lesivas, es desde el control de nuestro propio cuerpo y del arma que empuñamos, a la hora de ejecu-tarlas o de recibirlas, percibiendo el mo-mento de inflexión en el que tenemos que «rendirnos» a una técnica bien realizada, ya que resistirnos desde una posición de inferioridad probablemente culmine en una lesión.

Con el tiempo, uno de nuestros afanes es poder integrar en un asalto todas las po-sibilidades de maniobra que nos permitan las diferentes armas que estudiemos, en sus diferentes distancias —incluyendo el cuerpo a cuerpo—. Para ello es preciso un entrenamiento que contemple la lucha en combinación con el trabajo armado.

Viendo que la mayor parte de nuestra labor consiste en investigar sistemas de combate que contemplan como herra-mienta de supervivencia, acciones que maten o incapaciten a un hipotético ri-

val, jamás hemos de olvidar el propósito del arma como instrumento de muerte. Es por ello, que hemos de imbuirnos de una serie de valores que nos hagan asumir la responsabilidad de ser depositarios de co-nocimientos, que puestos en práctica —independientemente de que a día de hoy haya maneras más eficaces de agredir a alguien que con un arma histórica—, po-drían conducir a un fatal desenlace.

Respeto, honor, disciplina y humildad, entre otros muchos méritos, son funda-mentales a la hora de practicar un arte marcial, ya sea de origen oriental u occi-dental. Todas estas cualidades se han de respirar en el lugar de entrenamiento, para ello hay que propiciar una adecuada etique-ta, que aunque sea de nuevo cuño, tiene que estar inspirada en la utilizada históricamen-te en las antiguas palestras y salas de armas.

La reinvención a la que se refería el maestro que mencioné al principio del ar-tículo, es sin duda a nivel filosófico y de concepción de este nuestro arte. No preten-demos rescatar virtudes medievales, la idea

es vivir el Ars Palestrinae en comunión con valores atemporales que fortalezcan nues-tro espíritu, dominando con la práctica las marcas que el ego, la ira o el miedo, van de-jando en nosotros día a día. El abordar estas cuestiones haciendo referencia a disciplinas marciales en las que se trabaja con armas da cierta vergüenza a muchos estudiantes de las mismas, ya que palabras como honor, valor o disciplina, han sido prostituidas en nuestra historia cercana por ciertos movi-mientos políticos que las han secuestrado para su propio uso, por eso es fundamen-tal recuperarlas y devolverles esa dignidad perdida.

En nuestras manos está dar nueva vida al legado de aquellos que hace siglos nos precedieron, usando sus enseñanzas para guiar nuestros pasos en la reinvención de un estilo que aúna el amor por la historia, la belleza de algo que es arte y es ciencia, la unión de lo antiguo y lo moderno, pero que es sobre todo un camino de crecimien-to personal, siendo en occidente nuestro particular DOKKŌDŌ.

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DokkodoDokkodo

dokkodofootnotes.blogspot.com.es

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RONINpor pedro martín

kenshinkan dôjô 2013

el momento es

A veces observo en el mundo del Budô un pensamiento enraizado en lo ya vivido, en lo experimentado por otros, en lo manifestado a

través de cuerpos, mentes y espíritus que ya no son sino historia; en ocasiones, esas entelequias proponen la vuelta al pensamiento de

unos, a los hechos de otros, a transitar caminos hollados, a visiones del arte anunciadas con anterioridad, como si la historia pudiera repetirse y las personas pudiéramos experimentar la práctica del Aikidô, el Karate Tradicional o el Kenjutsu de igual forma que lo

hicieron nuestros predecesores. >>

ahora

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ronin

«Repetir esos esquemas sociales, mentales y espirituales en nuestros días es del todo ficticio»

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Soy de los que creen que todas las cosas están en constante cam-bio, movimiento y transformación; todas han tenido un principio y todas, también, tendrán un final; por tanto, personas, hechos o palabras pertenecen a la corriente del devenir. Como nos enseñó Heráclito: uno no puede bañarse dos veces en el mismo río.

Pensaba en ello mientras escuchaba acerca de Antonio Stradivari. El maestro nació y vivió en Cremona, Italia, entre 1644 y 1737, sien-do considerado uno de los más extraordinarios luthiers que jamás hayan existido. El genio de este artesano ha trascendido los siglos y aún hoy los auténticos Stradivarius —latinismo de su propio ape-llido con el que se conocen sus creaciones— resultan ser piezas de coleccionistas tocadas en exclusiva por relevantes figuras de la mú-sica, quienes aprecian sobremanera el sonido que puede surgir de la estructura de los violines fabricados por aquel destacado artista. En nuestros días, más de docientos Stradivarius continúan viviendo entre nosotros. Los artesanos contemporáneos buscan afanosamen-te la razón de ser de tan alta perfección, dirigiendo sus pesquisas a los materiales que configuraban los instrumentos: maderas, barni-ces, pinturas, etc.

En los años en los que Stradivari vivió, Europa sufrió el conoci-do como «mínimo de Mauer», un período frío que azotó aún más a la población, haciendo que las difíciles condiciones de vida del con-tinente se agudizaran. El descenso de las temperaturas afectaría a todos los elementos por igual, incluyendo los bosques de Cremona, en donde Stradivari extraería la madera con la que construiría sus obras de arte. A este particular secreto, escondido en la climatolo-gía del momento, hay que añadir el particular tratamiento de los barnices que el maestro italiano utilizara para aplicar a sus violines.

Extraer la fórmula magistral no es una tarea fácil; aún hoy nadie ha conseguido igualar el sonido de un auténtico Stradivarius. ¿Hay que buscar su razón en las maderas, los barnices y sus componen-tes, el agua, el aire, la humedad del ambiente, la luz…?

Ha existido un único Antonio Stradivari y su obra es y será irrepetible.

Continuando con esta idea de singularidad, recordaba una conversación con mi maestro, Sugawara Sensei, acerca de la forja tradicional de Japón, el método Tatara y la relevancia del período Kamakura (1192-1333) en la creación artística de la espada.

En Japón se han estado forjando espadas desde el Período Heian

(siglo VIII); el proceso de influencia continental es evidente, siendo los primeros ejemplares prestaciones chinas y coreanas. A partir de aquí, el pueblo japonés elaboró su particular proceso de forjado, basado, fundamentalmente, en la arena ferruginosa. A este método se le denomina Tatara.

Observando la historia con perspectiva podemos comprobar la evolución de las piezas forjadas en los diferentes períodos, eviden-ciando los avances logrados y las aportaciones que fueron sumando los diferentes artistas. Toda esta evolución transcurría dentro de unos parámetros equilibrados, pero llegados al Período Kamakura se destapa un auténtico éxtasis estético, un mejoramiento inusitado de los elementos, una consecución nunca jamás lograda cuyo resul-tado fueron espadas de una belleza sin igual, forjadas con un acero inmejorable.

¿Cuál era el secreto? ¿Quizá la madera empleada en los hornos? ¿Un determinado tipo de arena con una proporción de hierro parti-cular? ¿Tal vez el carbón?… Lo cierto es que los actuales forjadores japoneses sueñan con encontrar aquella fórmula mágica, capaz de reproducir una hoja de sable de semejantes características, resul-tando hasta el momento infructuosos sus constantes intentos.

A todas luces, aquellas confluencias humanas, instrumentales y medioambientales, son imposibles de reproducir en la actualidad.

En un contexto similar podemos detenernos en la Cultura del Koryû, para observar que en el siglo XV vio la luz uno de los hitos del Bujutsu Tradicional de Japón: la Escuela Tenshin Shôden Katori Shintô ryû. Fue en la Prefectura de Chiba, en la llanura de Kantô.

Los Koryû tenían un nicho ecológico, antropológico, filosófico y espiritual muy definido y crecieron como hongos al abrigo de estos parámetros. La guerra fue una realidad durante varios siglos, hasta que la dictadura Tokugawa sometió al país a más de tres siglos de mutismo pacífico y aislacionista.

Los Koryû se gestaron en el campo de batalla, extrapolándose, posteriormente, al interior del dôjô, donde se perfeccionó, estruc-turó y desarrolló lo aprendido en la situación extrema que suponía el ejercicio de la guerra. Comprender la razón de unas formas (kata) es entender una mentalidad, unas relaciones sociales, un concepto de vida y muerte, una manera de estar en el mundo.

Estos escenarios descritos dieron como resultado Escuelas de Bujutsu tan determinantes como: Katori Shinto ryû, Kashima Shintô ryû, Shinkage ryû o Maniwa Nen ryû. La mentalidad de aquellas gentes era, primeramente, práctica, después, técnica y, finalmente, estética. ¿Estamos en condiciones de pensar como ellos?…

Estudiamos con pasión un Koryû, investigamos su historia para comprenderlo, disfrutamos de un Bujutsu cuyo contenido nos per-mite aprender acerca de un modo de entender la existencia y, tam-bién, de una manera de gestionar la guerra, pero no pretendemos emular a un guerrero del siglo XIV del medievo japonés. Semejante ilusión es una utopía carente de significado, alejada de la realidad, atemporal e inmadura. Repetir esos esquemas sociales, mentales y espirituales en nuestros días es del todo ficticio.

Como ocurre en la propia vida, también en Budô, tiempos per-sonas y hechos se marchan para no volver. Revivir la historia, es un imposible. Nos queda no obstante nuestro presente y la construc-ción a partir de ahora de nuestro futuro.

Nuestro momento, nuestra Oportunidad, es Ahora. ◆

«Los Koryû tenían un nicho ecológico, antropológico, filosófico y espiritual muy definido»

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POTENCIACIÓN

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POTENCIACIÓNn artículos anteriores publicados en DOKKŌODOŌ, estudiamos como realizar un programa de ca-lentamiento óptimo para una sesión de entrenamiento de Muay Thai, así como trabajar las téc-nicas en el cuerpo a cuerpo: el Chap Kao. En esta ocasión procederemos a proponer un progra-ma de trabajo físico para obtener potencia y explosividad en un microciclo de cinco días. Como se podrá comprobar es un trabajo de gran intensidad donde el practicante habrá de saber dosi-

ficar la fuerza y proceder según sus capacidades. Con este entrenamiento conseguiremos en cinco días un aumento considerable de la pegada y la recuperación entre series, este trabajo de potencia y resistencia anaeróbica es ideal para competidores que tengan en mente poder desplegar todo su potencial teniendo en cuenta la duración de un combate a pleno contacto y potencia.

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in the cagedias 1 y 4

Comenzamos con un calentamiento de 2 asaltos de comba o en caso de tener el material, saltos sobre neumático más 2 asaltos de sombra. Tras esto se realizará la siguiente sesión:

1º Durante todo el asalto soltaremos series de potencia de 10 directos descansando 3 o 5 segundos entre series.

2º Serie corta de puño y pierna con potencia máxima.

3º Serie corta de puño y rodilla con potencia máxima.

4º Serie de 3 o 4 golpes libres con potencia máxima.

5º Trabajo libre de Muay Thai.

Se repite el circuito 2 veces haciendo un total de 10 asaltos de 2 o 3 minutos.

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Trabajaremos el siguiente programa de 5 estaciones:

1º Fuerza de empuje al compañero y golpeo de puño o codo al pao.

2º Sentadillas con peso en línea 20 metros aproximadamente, la vuelta se realiza golpeando con rodillas.

3º Carretilla con saltos de flexiones y vuelta con golpes de puño y codo.

4º Salto en banco con peso de 15 o 20 kg y haciendo potencia de piernas, 10 con la derecha, 10 con la izquierda.

5º Golpeo de martillo en neumático para fortalecer hombros y pegada.

in the cagedias 2 y 5

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El calentamiento se repetirá de la misma forma que el día 1.

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4 5El circuito ha de repetirse 10 veces.

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in the cagedia 3

Procederemos a realizar el calentamiento antes apuntado. Tras esto se trabaja golpeo:

1º Sólo izquierda – derecha de puños a máxima potencia durante todo el asalto.

2º Serie de uno, dos y pierna a máxima potencia.

3º Serie de uno, dos y rodilla a máxima potencia.

4º Sólo pierna y rodilla a máxima potencia.

5º Golpeo en el cuerpo a cuerpo, giros y proyecciones durante todo el asalto.

6º – 7º Trabajo libre de Muay Thai con potencia máxima.

Calentamiento + golpeos a máxima potencia

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MATSUBAYASHI SHORIN RYU KARATEDO

YAKUSOKU KUMITEsesión descrita por Shigehide Akamine Sensei

fotos Julietta Prado

Desde principios del siglo xx han surgido en el Karatedo moderno va-rias formas de entrenamiento para poner en práctica las técnicas de combate enfocadas a ser utilizadas en una situación real. Previamente, y con muy poca seguridad, se concibe el entrenamiento del Karatejutsu

de Okinawa como entrenamiento fundamental en Hojoundo (ejercicios de resis-tencia y fortalecimiento) y Kata. Finalmente, y de forma Okuden (secreta, inter-na) se enseñaba el Bunkai: las aplicaciones de combate insertas en los Kata. El combate de verdad ser reservaba para los encuentros en forma de duelo sin cuar-tel para el adversario y eran raros y esporádicos. Es entonces, con la introducción del Karate en Japón cuando se comienza a practicar un tipo de Kumite preesta-blecido en un intento de imitar las formas de entrenamiento del Budo japonés. Así surgió el Ippon, Nihon, Sanbon o Gohon Kumite, combates preestablecidos a uno, dos, tres o cinco pasos, donde se estudian las técnicas en contacto con el adversario, la distancia y el tempo para ejecutarlas. Más adelante surgirían formas de combate deportivo (Shiai Kumite) o combate libre de estudio y relajado (tipo Randori en Judo): el Ju Kumite. Varias escuelas de Okinawa como (Goju Ryu, Matsubayashi Shorin Ryu), o Japón (Shito Ryu, Shotokan…) desarrollan otro tipo de entrenamientos formales y preestablecidos de combate: los Yakusoku Kumite.

Un Yakusoku Kumite es; grosso modo, un tipo de combate preestablecido,

shin gi taishigehide akamine sensei

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shin gi tai

FOTO 1. Tori y Uke frente a frente

FOTO 2. Uke ataca a Tori con Jodan Tsuki, Tori defiende retrocediendo con Jodan Uke

FOTO 3. Tori pasa al ataque y ataca con Gedan Tsuki, Uke retrocede defendiendo con Gedan Barai Uke.

FOTO 4. Uke vuelve a atacar con Jodan Tsuki. En este caso Tori contraataca por dentro de la guardia de Uke con Jodan Tsuki.

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donde las técnicas están pactadas de antemano, donde puede haber ataque y respuesta o una fluida serie de técnicas entre los dos con-tendientes (Uke y Tori). En cierta medida, un Yakusoku Kumite ate-sora en cada estilo un principio de combate que luego será aplicado en los Bunkai del estilo o en el combate real.

La tradición asevera que los Yakusoku Kumite de la Escuela Matsubayashi Ryu creada por Soshin Nagamine Soke provienen de la influencia del legendario Choki Motobu. El número de Yakusoku Kumite existente en la Matsubayashi Ryu se añaden a los 18 Katas que componen el estilo así como el Kobudo. Esto añadido al estudio de los bunkai, el Zen y el Hojoundo convierten al estilo en un Sogo Budo (Camino Marcial completo o integral).

De cierta manera, cada Yakusoku Kumite enseña un principio fundamental del cual existen infinitas variaciones. Por tanto, lo más importante no es observar los Yakusoku Kumite de Matsubayashi Ryu como respuestas preestablecidas sino estudiar los principios

presentes y aplicarlos en todas sus variantes. En los próximos núme-ros de DOKKODO expondremos los siete Yakusoku Kumite según las indicaciones orales que tuvo a bien proporcionarnos Shigehide Akamine Sensei.

El primer Yakusoku Kumite que acompaña estas páginas muestra el principio de Ai Uchi (defensa y ataque simultáneo). Esto queda claro en el último movimiento de la secuencia. Así por ejemplo, cuando el agresor acomete con tsuki, el defensor contraataca con un ataque de puño que en forma de contra. El defensor al permitir que el agresor acometa puede colocarse por dentro de la guardia del ata-cante. Es evidente, además, que la secuencia de ataques y contraata-ques se establecen según qué zonas del cuerpo quedan abiertas para ello. La relación que se establece entre los contendientes va entre el Go no Sen (contraataque puro) al Sen no Sen (anticipación al ataque del oponente). ◆

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LA RESPIRACIÓN Y LA MENTE EN EL AIKIDO

artes marciales japonesas

SEISHIRO ENDO SENSEI

Son muchas las conferencias a las que este humilde redactor asistió durante sus años de estudios en el Aula Magna de la Universidad de Granada. Por ella han pasado cientos de grandes eminencias de todos los ám-bitos de la cultura y de la ciencia: desde Fernando Savater, pasando por Juan Luis Arsuaga, entre muchos. El día 4 de Diciembre fue un día especial. Ante un auditorio bien nutrido se situaba la delgada figura de un

maestro de Budo japonés que destilaba delicadeza y sutileza. La escena era un tanto irreal, en un estrado, Seishiro Endo Sensei, 8º Dan de Aikido Aikikai, vestía su keikogi blanco y su hakama oscuro en las venerables tablas de la Facultad de Filosofía y Letras. La conferencia, además de estar auspiciada por la Spain Aikikai, también era avalada por el Departamento de Lingüística General y Teoría de la Literatura. Junto con Endo Sensei, lo acompañaban y presentaban José Jesús García Aragón, 6º Dan de Aikido Aikikai, y los profesores José Antonio Pérez Tapias, pro-fesor de Filosofía y el profesor Nobuo Ignacio López Sako, que hacía las veces de traductor de Endo Sensei. A la izquierda del escenario, se situaba Luis Mochón Corredor, 4º Dan Aikikai y otros asistentes para ayudar a Seishiro Endo Sensei en sus demostraciones.

Tras la presentación, toma la palabra Seishiro Endo Sensei:

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Esta no es la primera vez, más bien creo que la se-gunda que imparto una conferencia. No tengo mucha experiencia de hacer una presentación desde esta altura. Lo normal es hacer el Keiko (1) a la misma altura o más abajo respecto a todas las personas del recinto. El núme-ro de personas que asistan, además, no me preocupa especialmente.

Empecé a hacer Aikido hace 50 años. Como empecé a los 19 años es fácil calcular la edad que tengo. Por supuesto, era joven y los Sensei eran jóvenes. El tipo de Aikido que se enseñaba era joven y dirigido a jóvenes. Todos pensaban en hacer un Aikido vigoroso. La forma correcta era así. En fin, esa es la juventud. Y viendo los otros Budo, los jóvenes piensan que van a sentirse per-fectamente y mejorar en esos Budo. Supongo que será así para una gran mayoría de ellos. Yo llevo viniendo a España desde hace casi 18 años y en aquella época to-dos eran jóvenes. Yo por aquel entonces ya conocía un Aikido más suave. Para llegar a ese Aikido tardé unos 20 años. Por tanto, para aquel entonces tendría unos 40 años. Era aquella época de mucho movimiento, dolor, así era como nos enseñaban. Había incluso técnicas que iban a destinadas a dañar una parte del cuerpo, como los ligamentos. Llegué a pensar que si este Budo me llevaría a eso, mejor no continuar.

Entonces me lesioné el hombro derecho. Con el brazo en cabestrillo observaba la clase al no poder practicar. Mi Sensei era Yamaguchi Sensei. Un día me dijo: ya llevas 10 años de práctica, eres un experto; ¿Cómo podrías luchar con un sólo brazo? Pensé que era una pregunta curiosa. Entonces aprendí de él que existía este Aikido suave. Y dado que fue producto de este Aikido tan fuerte que yo me lesionara, decidí se-guir el método de Yamaguchi Sensei. Con la duda de si debía seguir este Aikido toda la vida, empecé consultar libros. Muchos de ellos trataban acerca del Zen. Ahí fue donde encontré la necesidad de practicar la respi-ración y el Zazen.

En Japón, la forma de sentarse en Seiza, la Flor de Loto del budismo, es difícil pero me obligaba a hacerla. Esta postura es para poner el orden la postura física, aunque también la emocional o psicológica. Es una realidad que en el Japón actual se está perdiendo esta costumbre de sentarse en Zazen para colocar el cuerpo correctamente.

A la hora de enseñarnos a respirar, esta postura de Seiza nos obliga a apretar la zona del vientre y el esfínter. Kokyu se compone de dos Kanji: el primero es exhalar y el segundo significa absorver. Tanto en el método Zen como en el Yoga se da importancia a la respiración suave, lenta y prolongada. En la respi-ración normal aunque no lo pretendamos al exhalar, inspiramos. Hay que tener la imagen de ese aire que se redirige por el cuerpo entero. Por supuesto, eso se hace imaginando el aire en la parte inferior del vientre. Al final, de forma suave, prolongada y lenta se expulsa el aire. Los expertos taoístas decían que el aire ha de salir por talones. Eso significa que la respiración es profun-da y larga.

No se sabe cuando empezó a usarse la postura de Seiza. Anteriormente se usaba la postura en la que se tenían los pies cruzados delante. Esta postura se trans-mitió a todos los niveles culturales de Japón. Para em-pezar, su influencia provino a través del budismo. India, China y Corea han creado una diferente influencia que conforma la cultura japonesa. Parodójicamente se po-dría decir que en estos países esta práctica no existía en todos los niveles. A mi modo de ver, es en Japón donde se desarrolla este espíritu budista. Aunque esto es algo que se está perdiendo, es verdad que aún se conserva este espíritu. Antes del Zazen, los samuráis se sentaban usando la postura Agura (2). Ya por aquella época se extendió al resto del pueblo esta práctica. En Japón es-taban presentes las tres clases feudales: la guerrera, la clerical y la campesina. Las personas más relevantes de estas clases sociales para hablar o negociar adoptaban

podría parecer una obviedad, pero la respi-ración normal puede provocar que nuestro movimiento sea normal.

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la postura de Seiza. La gente que los observaba, pese a que estuviesen hablando, negociando, en el fondo sabían que consistía en una postura de lucha. Era dífi-cil saber lo que pensaba la otra persona. Se solía decir entonces que el vientre «estaba hecho». Se hacían ne-gocios, transacciones, y naturalmente no sólo la clase samurái, sino todos tenían esta postura como la más importante para negociar, parlamentar, leer... ¿Qué opinan ustedes sobre esta postura?

Si consideramos el concepto de Shisei, «Shi» es lo externo, la forma, «Sei» expresa lo interior (3). Por eso cuando sentimos dolor en el estómago tendemos a en-cogernos. La postura erguida es las correcta de manera que no pueda verse lo interno. Hace falta mucha prác-tica, aunque si hacemos de esta postura algo cotidiano, no hará falta tanta práctica. Incluso, la forma de pensar de la persona cambia al usar esta postura correcta al centrarse el cuerpo. Francisco Javier (4) recorrió mu-chos países del mundo extendiendo el cristianismo. En sus misivas, Francisco Javier afirmaba que no ha-bía pueblo que se condujera tanto por la razón que los japoneses y que en modales y cultura superaban a los españoles. Afirmaba que los occidentales eran prontos a la ira y que eran poco prudentes. Afirmaba que los ja-poneses estaban acostumbrados a esconder su ira y ser moderados y prudentes y que controloban muy bien sus emociones.

Y en esto se puede resumir este aspecto, por ejem-plo, en Japón existen cuatro estaciones, pese a eso las casas eran de papel y madera. Ante los desastres, la actitud de los japoneses es de resignación: «Qué se le va a hacer, la casa se la ha llevado el tifón». Todo lo que aconteció en el tsunami y terremoto de Japón

Mi Sensei era Yamaguchi Sensei. Un día me dijo: ya llevas 10 años de práctica, eres un experto; ¿Cómo podrías luchar con un sólo brazo?

artes marciales japonesas

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pudo contemplarse: todo el mundo de forma segu-ra y sosegada abandonaba los lugares del desastre. Seguramente habría robos o hechos aislados, pero no fueron lo suficientemente importantes como para que fueran conocidos.

A la hora de sentarse, pues, ha de guardarse esta fuerza en el vientre. Cada vez que inspiro, ejerzo fuerza en la parte inferior del vientre. Lo más normal es que ninguno de nosotros sepamos cómo sentarnos. Al ob-servar nuestra forma de respirar: si nuestra forma de respirar es entrecortada o pausada ¿en qué situaciones emplearíamos una o la otra? Por ejemplo, cuando tene-mos una respiración pausada no nos ponemos nervio-sos, también podemos mantener la concentración du-rante más tiempo. Esto es fundamental en la práctica del Aikido. Cuando practicamos... ¿Cómo respiramos? Por supuesto, podría parecer una obviedad, pero la respiración normal puede provocar que nuestro movi-miento sea normal. Al subir aquí (al estrado) respiraba al ochenta por ciento. Ahora, aquí, tranquilo, lo hago al cien por cien.

En otras palabras, controlar la respiración o tener una respiración completa. Además, si esta respiración se completa con la otra persona realizamos una com-binación perfecta. Si esta se rompe todo se desmorona.

En este momento, Seishiro Endo hace una demos-tración en la que representa en su Aikido los con-ceptos antes planteados. Tras terminar la práctica continúa la ponencia:

Yo no ejerzo ninguna fuerza, hago lo normal para mí. ¿Qué es lo normal en otros? Cuando inhalamos in-troducimos algo del exterior en nosotros, cuando exha-lamos arrojamos algo de nosotros, si nos desprendemos

mal, también desperdiciamos esa energía. En el Shobogenzo dice Dogen (5): «Si abro las manos lo puedo asir todo, si las cierro no

consiguiré nada». Con estas palabras caí en la cuenta de que eso po-

día aplicarse a la respiración, podemos expulsar el aire de nosotros para introducir algo del mundo. La esencia del budismo es desprenderse para ser felices. Con mi Aikido he ido aprendiendo a desprenderme. Esto ha de surgir desde el movimiento. Aunque yo lo muestre en el entrenamiento tienen que pensar qué Aikido quieren. No es tarea fácil, ni rápido ni se hace en poco tiempo. No se trata de ir acumulando elementos negativos. Se trata de tener la percepción personal o propia de hacer este tipo de Aikido.◆

seishiro endo

los samuráis se sentaban usando la postura Agura. Ya por aquella época se extendió al resto del pueblo esta práctica.

1. Seminario, entrenamiento.2. Agura 胡坐, literalmente, «forma de sentarse de los bárbaros». 3. Shisei: 至 誠

4. Endo Sensei se refiere a San Francisco Javier, misionero jesuíta del siglo XVI que evangelizó Asia Oriental. 5. Seishiro Endo Sensei se refiere a Eihei Dogen (también lla-mado Zenji Dogen) fundador en el siglo XIII de la secta Soto Zen.

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LA RECUPERACIÓN DE LAS ARTES MARCIALES EUROPEAS HISTÓRICAS

artes marciales occidentalespor jaime girona

La Verdadera Destreza

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debemos evitar ser heridos y en lo posible evitar herir a

nuestro oponente, prefiriendo el desarme «

«

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e alegra que esta introduc-ción, que antes era absolu-

tamente necesaria, cada vez sea más breve. Hace unos años hablar de las artes marciales europeas provocaba una gran confusión y era necesario volver una y otra vez a despejar mitos y leyendas, e incluso defender su mera existencia histórica.

Ese tiempo ha pasado, por todo el mundo miles de personas investigan, reconstruyen y ponen a prueba en combate los antiguos estilos occidentales. Cada año más y más tratados antiguos salen a la luz, cada vez hay más datos y menos dudas sobre el camino a seguir. La recuperación de docenas de estilos europeos desapare-cidos hace décadas o siglos, ya es una realidad. Queda muchísimo por hacer, solamente hemos descubierto la punta de un inmenso iceberg, el pasado marcial de todo un continente, pero estos estilos han venido para que-darse. En este artículo hablaremos de uno de ellos, la Verdadera Destreza.

Hoy en día se ha vuelto difícil encontrar a alguien que no haya leído algo sobre el Capitán Alatriste. Términos como espada ropera, diestros y compases, que hace unos pocos años hubiesen resultado extra-ñísimos al lector, se han vuelto mucho más comunes. Múltiples novelas y relatos empiezan a mostrar una es-pecie de mosqueteros o duelistas patrios, reemplazando al tradicional D’Artagnan por los valentones y matasie-tes. Cada vez hay más interés por el tipo de esgrima que se practicaba en la España aurisecular y la espada ro-pera se está rodeando de una cierta mística, como una especie de katana local.

¿Qué es la espada ropera? Es el nombre moderno con el que conocemos el arma que asociamos a los

Mosqueteros. Es un arma pensada para la vida civil, lle-vada abiertamente con la ropa de calle. Las leyes espa-ñolas limitaban la longitud de las hojas a cinco cuartas de vara castellana, unos 104 cm, alcanzando la espada completa aproximadamente los 111 centímetros. Este tipo de medida se consideraba como la idónea en un hombre de medidas ideales, similar a las proporcio-nes del Hombre de Vitrubio o el Canon de la escultura clásica.

En la realidad, se fabricaban según el gusto y medi-das de su portador, por lo cual encontramos ejemplares mucho más grandes. Aunque es una espada que se usa principalmente para estocar, conserva la capacidad de ejecutar cortes, que son una parte importante del plan-teamiento táctico de la esgrima española.

¿Qué es la Verdadera Destreza? Una respuesta sim-ple sería decir que es el principal estilo de esgrima es-pañola practicado en el siglo XVII, en el momento en el que Reverte nos presenta a su Alatriste. En realidad, la historia de la Destreza empieza antes y termina mucho después, hace relativamente poco que perdimos esta tradición.

Su historia empieza a finales del siglo XVI y termina a finales del siglo XIX, y aunque se hizo famosa por su uso de la espada, incluía el uso de muchas más armas, como la daga, el broquel, la rodela, el montante, el man-gual, el espadín, el sable e incluso el fusil armado con bayoneta. Aunque la relacionamos siempre con España, lo cierto es que en su apogeo la Destreza llegó a mu-chos países, como Portugal, Brasil, México, Holanda, Alemania, Italia...

La Verdadera Destreza es concebida por un hom-bre, Jerónimo de Carranza, noble sevillano nacido en

artes marciales occidentales

M

Dimensiones de la espada ropera consideradas como ideales, calculadas tomando referencia el ombligo como centro del cuerpo. >

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el siglo XVI que en muchos sentidos representa el ideal del soldado literato que más tarde describiría Calderón de la Barca. Bajo la protección de la poderosa Casa de Medina Sidonia consiguió propiedades, se licenció en Derecho, obtuvo experiencias militares y fue nombra-do caballero de la Orden de Cristo por el rey Sebastián I de Portugal. Años más tarde, rotos sus lazos con el Ducado, se mudó a la Corte, en espera de conseguir un cargo sirviendo a la Corona. Se hizo muy famoso como experto en asuntos de honor y acabó logrando un pues-to como Gobernador en Honduras, donde tuvo múlti-ples aventuras enfrentándose a ataques piratas.

Durante su residencia en Sanlúcar de Barrameda, escribió De la filosofía de las armas y de su destreza y la agresión y defensa cristiana, libro dedicado al duque en el que plantea la Destreza, la esgrima, desde un punto de vista sorprendente: En el planteamiento de Carranza, el manejo de la espada no era una simple habilidad mecánica con la que combatir, sino una Ciencia en sí misma, que bebía de otras disciplinas como la Física, la Geometría, la Astronomía e incluso la Música. Su libro no es un tratado de técnicas, sino una vuelta de tuerca al papel social de la esgrima y las motivaciones para su estudio. Aunque la idea provocó mucha resistencia y se discutió durante décadas, cambió la concepción de la esgrima en España para siempre.

Miguel de Cervantes, admirador de la Verdadera Destreza, le dedicó un poema en su Galatea, en el Canto de Calíope:

Si queréis ver en una igual balanzaal rubio Febo y colorado Marte,procurad de mirar al gran Carranza,de quien el uno y otro no se parte.En él veréis, amigas, pluma y lanzacon tanta discreción, destreza y arte,que la Destreza, en partes dividida,la tiene a sciencia y arte reducida.

Otro hombre es responsable de difundir y consoli-dar la Verdadera Destreza, Pacheco de Narváez. Noble

baezano, pasó la mayor parte de su juventud como mi-litar en las Islas Canarias, donde llegó a ser Sargento Mayor. Todo indica que Pacheco nunca llegó a conocer personalmente a Carranza, pero inicialmente declaró ser alumno suyo, en el sentido de seguir los preceptos e ideas esgrimísticas que propuso. Fue enormemen-te prolífico como escritor, difundiendo y defendiendo sus ideas durante cuarenta años de publicaciones. En 1624, con Felipe IV, Pacheco logró el codiciado puesto de Maestro Mayor, trampolín y posición de autoridad desde donde pudo convertir a la Destreza en el estilo de referencia en España hasta la época borbónica.

El nombre de Pacheco puede ser familiar a los afi-cionados a Alatriste por el reflejo que hace Reverte de su terrible enemistad con Quevedo, con denuncias a la Inquisición de por medio. Quevedo hace una cruel des-cripción de un Diestro en su Vida del Buscón, llamado Pablos, ridiculizando a la Verdadera Destreza, y una historia confusa llega a mencionar un enfrentamiento físico con Pacheco. La fama actual de Quevedo ha he-cho que estos episodios tengan mucha trascendencia, pero siendo justos es preciso mencionar a otros grandes intelectuales que sí admiraron este estilo, como Juan de Mal Lara, Fernando de Herrera, Mosquera de Figueroa, el ya mencionado Cervantes, Calderón de la Barca o Agustín de Salazar.

El puesto de Maestro Mayor que mencionamos an-tes fue creado en 1478 por los Reyes Católicos, siendo el primer Maestro Mayor Gómez Dorado. Aunque las atribuciones variaron con los años y las circunstancias, Maestro de todos los reinos españoles, de Castilla, de Aragón, del Rey, de los jóvenes nobles de la Corte... Era una posición muy importante. Supuso un cambio del modelo medieval de gremios independientes a una es-pecie de funcionario real que fijaba los contenidos para examinarse y lograr el título de maestro de esgrima. Como es de esperar, el poder del Maestro Mayor no era absoluto, y dependía de subordinados y en ocasiones no tenía autoridad sobre ciertos reinos. El gran éxito de la Destreza se debió en parte al monopolio casi total que logró del puesto de Maestro Mayor a partir de Pacheco de Narváez, llegando a ser casi sucesorio entre la fami-lia de esgrimistas Cea. En época borbónica el título fue perdiendo prestigio y responsabilidades, desaparecien-do durante el reinado de Isabel II, que coincide con la gran decadencia de la Verdadera Destreza, a pesar de los breves destellos que supusieron iniciativas por recu-perarla como la de Gregorio CruzadaVillaamil, o de la tradicional resistencia militar a los cambios, personifi-cada en los últimos escritores de verdadera destreza, la familia de esgrimistas Mereló y Casademunt.

Realizada esta presentación, pasemos a algo más práctico: ¿En qué se basaba la Verdadera Destreza?

En una idea muy sencilla, debemos evitar ser he-

artes marciales occidentales

[…] por todo el mundo miles de personas investigan, re-

construyen y ponen a prueba en combate los antiguos esti-

los occidentales.

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ridos y en lo posible evitar herir a nuestro oponente, prefiriendo el desarme, pero si es necesario matarlo es lícito hacerlo. Para lograr esto, dejando a un lado todo el planteamiento matemático y filosófico del sistema, debemos alcanzar una posición desde la que sea posi-ble herir sin ser herido, llamada medio proporcionado. Para alcanzar este tipo de posición privilegiada, debe-mos considerar nuestro movimiento corporal.

La Verdadera Destreza sigue las ideas de Aristóteles, por lo cual diferencia el movimiento entre natural, con-forme a la naturaleza, y violento, contrario a la natura-leza. La explicación clásica serían los elementos tierra y fuego: Es natural que la tierra baje y el fuego suba, mientras que es violento que la tierra ascienda y el fue-go baje. Esgrimísticamente, consideramos natural ba-jar el brazo, porque es lo que nuestro cuerpo quiere al buscar reposo, y violento subirlo, porque le obligamos a realizar un esfuerzo. El movimiento natural se consi-dera más noble y útil, por lo cual colocarse encima de la espada del otro es la acción predilecta de la esgrima española. Esta teoría básica del movimiento se amplía al hablar del movimiento accidental, el extraño, el remiso, el de reducción y el mixto. Es decir, tenemos una teoría del movimiento en 6 direcciones: Bajar, subir, avanzar,

retroceder, alejarse lateralmente de la posición central, volver al centro y combinar estas 6 direcciones.

Sin embargo, aunque el movimiento natural es el que nos resulta más importante, no es igual el movi-miento natural innato que el movimiento artificial que se vuelve natural. Esta idea se explica en el Método de enseñanza de maestros en la ciencia filosófica de la ver-dadera destreza de las armas , publicado por Díaz de Viedma en 1639. En su juventud, Viedma fue un pro-metedor esgrimista muy seguro de sí mismo, hasta que conoció a un caballero de Alcántara, Gaspar de Ribera, «hombre tan aficionado que era su mismo centro tener la espada en la mano», que le derrotó tan claramente que Viedma decidió aprender su estilo, la Verdadera Destreza.

Su método se basa en la idea de que el movimiento natural e innato al hombre no es el que más le beneficia en el manejo de las armas. Considera que la mecánica de la verdadera destreza es superior al movimiento co-rriente, pero al ser un movimiento artificial es necesa-rio destruir lo innato para poder aprenderlo. Es decir, tenemos que volver a aprender a movernos, tenemos que hacer que nuestro cuerpo siga los principios de la Verdadera Destreza. Para lograrlo, Viedma propuso

Distancia de seguridad considerada en la esgrima española.

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artes marciales occidentales

una serie de ejercicios que, si resulta posible y atrae a los lectores, analizaremos en un artículo aparte.

Por ahora analicemos una serie de principios de la Verdadera Destreza para poder alcanzar la posición mencionado, el medio proporcionado.

Empezamos en otro medio, llamado de proporción, que hace las funciones de distancia de seguridad con nuestro oponente. El medio de proporción es un con-cepto complejo, pero lo explicaremos como la distancia en la cual enemigo necesita hacer un desplazamiento para poder herirnos. Si estamos más lejos la amenaza es muy pequeña, si estamos más cerca es muy grande, en general, en Destreza optaremos por el término medio cuando se nos ofrezca blanco y negro.

En el medio de proporción actúa un concepto, el Ángulo Recto, que se basa en el dominio de la línea central. En Destreza no queremos avanzar en línea rec-ta salvo ocasiones muy concretas, consideramos que es demasiado arriesgado y preferimos los ataques diago-nales y circulares. Sin embargo, debemos controlar la línea central para que no pueda ser utilizada contra no-sotros, para lo cual estiraremos el brazo para ocupar el centro y tocar el arma enemiga o se lo negaremos con diversas posturas de la espada. Cuando nos sea posible, recurriremos a la Agregación, el unir nuestra espada a la del contrario, preferentemente como hemos mencio-nado estando nosotros encima. Gracias a la agregación, conseguimos información táctil sobre las intenciones y puntos vulnerables de nuestro oponente. La sensibili-dad, conocida como tacto o sentimiento del hierro, es uno de los puntos claves para la eficacia de la esgrima española. Cuando se nos niega este contacto de armas, lo realizaremos igualmente en el aire, de forma virtual, tapando las posiciones más vulnerables esperando que llegue una oportunidad.

Tenemos por ahora una distancia segura, tenemos controlado el punto más obvio por el que pueden llegar los ataques del enemigo y tenemos un radar o antena que nos proporciona información. Ahora necesitamos controlar el arma del otro, para lo cual empleamos el Atajo. El Atajo sigue la idea básica de la fuerza de palan-ca, no queremos forcejear para dominar al rival, quere-mos una posición que nos permita recolocar su espada con comodidad. Con el contrario controlado, podemos hacer uno o varios desplazamientos que crean una he-rida realizada con seguridad. Este proceso puede ser rá-pido o lento, siendo muy características de la Verdadera Destreza las frases de armas largas, encadenamientos fluidos de técnicas y contras que recuerdan a una par-tida de ajedrez.

Para alcanzar el medio proporcionado, tenderemos a movernos de una forma muy concreta. El Ángulo recto, guardia o postura básica del practicante de Verdadera Destreza es muy simple, se trata simplemente de estirar

Al atajar ganamos control sobre la espada del adversario.

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el brazo armado, con poca separación entre nuestros pies y el torso erguido. Es una posición que se adop-ta para controlar la línea central, pero que está sujeta a cambios. Según nuestras necesidades encogeremos o estiraremos el brazo, y nuestra posición será más alta o más baja, o nos inclinaremos más o menos hacia los lados, pero continuamente volveremos a adoptar la po-sición básica.

Como peleamos en una distancia relativamente cor-ta, no podemos permitirnos grandes movimientos o as-pavientos como los del cine de capa y espada. Nuestro movimiento tiene que ser muy medido y permitirnos una pronta recuperación. Aprenderemos a controlar la inercia de nuestras acciones, un contraste llamado fuer-za extensa y fuerza intensa.

Para entender la fuerza extensa pensemos en el clá-sico movimiento que todo el mundo hace la primera vez que coge un arma afilada. A pesar de la posible ex-periencia previa, al principio siempre se cae en soltar un hachazo, en cortar de arriba del todo hasta el suelo. Es espectacular y cortamos esterillas o diversos blancos con facilidad, pero es una enorme diana que un lucha-dor experimentado sabrá aprovechar. Es el equivalente a un voleón cuando combatimos sin armas, es muy po-deroso pero lo vemos venir y nuestro oponente es muy vulnerable.

La fuerza intensa es la que nos permite controlar nuestro movimiento, con lo cual nuestra espada se de-tendrá en el punto que queramos. En un nivel básico, al dominar esta inercia evitamos grandes huecos y con-trolamos nuestra arma. Sin embargo, no es suficiente con retener nuestra espada, de lo contrario tendremos mucho control pero muy poca potencia, necesitamos un mecanismo que genere fuerza con poco movimiento y nos mantenga cubiertos.

Una de las formas de lograrlo es ejecutar por ejem-plo un corte circular de muñeca, a modo de moline-te, que abre pocos espacios. También podemos unir nuestro desplazamiento a la técnica, aportando nues-tro peso corporal a la acción, pero nuevamente tene-mos que controlar la inercia. Si cargamos demasiado nuestro peso caemos en el error llamado hacer extremo de cuerpo, una inclinación excesiva que nos hace difí-cil la recuperación. Por eso queremos mantener en lo posible nuestra posición erguida, para actuar como un tentetieso.

Un principio para llevar a la práctica estas ideas es la desigualdad. En Destreza no queremos hacer lo mismo que el otro, eso solamente logra negarse mutuamente oportunidades o provocar un forcejeo. Si quiero ejecu-tar una estocada, lanzo mi cuerpo hacia adelante como en un a fondo clásico de esgrima, pero no de cualquier manera. Si mi fondo es violento, es decir, si mi cuerpo se eleva como si saltase, puedo encontrarme con que mi

oponente se eleva a su vez, siendo desviada mi espada hacia arriba, quedando en una posición vulnerable. Si mi fondo es natural, es decir, si mi cuerpo se hunde al desplazarse, es la espada del otro la que resulta desvia-da. De la misma manera, si estoy en una posición baja y pretendo bajar aún más, puede que mi rival haga lo mismo, con lo cual acabaré bajo con su espada enci-ma mío, un blanco fácil. Si desde mi posición baja subo como una ola, es su arma la que tiene problemas para mantener una buena posición

Una acción más compleja para conseguir fuerza in-tensa que sigue este concepto de desigualdad es la mo-ción perfil-cuadrado. A diferencia de otros estilos de esgrima, en la Verdadera Destreza la posición del torso no es necesariamente la postura lateral que asociamos a la esgrima europea. El torso puede presentarse frontal, lateral o en una posición intermedia, que generalmen-te es la que preferimos porque nos da fácil acceso a las otras dos. Si antes hablábamos de subir y bajar, ahora entran en juego ideas laterales de alcance y fuerza. Si mi rival se pone lateral yo busco la frontalidad, si se coloca frontal yo busco estar lateral. En el primer caso busco una posición más fuerte, en el segundo una de más al-cance, en los dos busco hacer algo diferente a lo que me está proponiendo mi enemigo.

Partiendo de esa posición intermedia del torso, que llamamos presentar la línea colateral, podemos pasar con rapidez a estar frontales, llamada posición de cua-drado, o laterales, perfilados. Este movimiento de rota-ción del torso involucra una cantidad sorprendente de músculos, las cadenas cruzadas anteriores, que permi-ten retorcernos como un muelle, un tipo de movimien-to llamado línea elíaca o línea espiral en Destreza, mo-vimiento que generalmente expresamos con la mano al hacer pequeños círculos alrededor o con el arma del otro, pero que puede tener su versión en el torso.

En Destreza no queremos avanzar en línea recta

salvo ocasiones muy concretas, consideramos que

es demasiado arriesgado y preferimos los ataques diagonales y circulares.

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Pies de foto, de izquierda a derecha y de arriba a abajo • La postura del ángulo recto considerada en el medio de proporción está sujeta a cambios y adaptaciones. • En ausencia de contacto de espadas y ataques a diferentes alturas, es clave dominar la línea central para herir sin ser heridos. • Estocada básica practicada por la mayoría de los estilos europeos. • Ejemplo de exceso de movimiento que nos deja vulnerables.

Página siguiente• Empezamos a girar para cerrar nuestra línea interior y abrir la exterior

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Cuando rotamos primero en un sentido y luego en otro, generamos fuerza con poco movimiento.

La forma más simple de realizar esta moción es colo-carnos en guardia y buscar dominar el arma del otro por nuestro interior, es decir, siendo diestros que su espada quede hacia nuestra izquierda. Para ello, partiendo de la posición colateral, nuestra mano derecha se pondrá en supinación, lo que llamamos uñas arriba, y empujará hacia nuestra izquierda, girando a su vez nuestro tor-so. Sin embargo, no girará todo en la misma dirección, porque si la espada enemiga se escapa y empieza a hacer pases o libramientos, es decir, nos amenaza a izquierda y derecha con pequeños movimientos semicirculares, corremos el peligro de imitar a un limpiaparabrisas y bambolearnos de un lado a otro. Nuestro torso realizará el giro opuesto, quedando frontal. El movimiento im-plica un estiramiento extraño de la musculatura, por-que el hombro quiere girar en un sentido pero la cadera fuerza a moverse en otro. Pese a su rareza, con este mo-

vimiento hemos controlado con muchísima potencia el arma del otro y hemos cerrado sus blancos más obvios. Si pretende librar y colocarse a nuestra derecha, pode-mos soltar el muelle en sentido contrario, pronando nuestra mano, lo que llamamos uñas abajo, mientras el torso se perfila. Conseguimos el mismo efecto que en la situación anterior, y podemos volver a enroscar nuestro torso si vuelven a librarnos. El movimiento es complejo, pero con la práctica podemos ejecutarlo mientras nos desplazamos, logrando una cualidad serpentina.

Combinando todos los conceptos mencionados po-demos hacernos una idea del movimiento corporal de la Verdadera Destreza, una obsesión por el detalle y el control de lo que sucede en el caos del combate, idea que reflejó como nadie Cervantes en el Quijote, al ilus-trar el combate entre un Diestro y Corchuelo:

-Mirad, bachiller —respondió el licenciado: vos es-táis en la más errada opinión del mundo acerca de la Destreza de la espada, teniéndola por vana.

[…] por todo el mundo miles de personas investigan, re-

construyen y ponen a prueba en combate los antiguos esti-

los occidentales.

Posición que nos permite herir sin ser heridos

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-Para mí no es opinión, sino verdad asentada —repli-có Corchuelo; y si queréis que os lo muestre con la expe-riencia, espadas traéis, comodidad hay, yo pulsos y fuer-zas tengo, que acompañadas de mi ánimo, que no es poco, os harán confesar que yo no me engaño. Apeaos, y usad de vuestro compás de pies, de vuestros círculos y vuestros ángulos y ciencia; que yo espero de haceros ver estrellas a mediodía con mi Destreza moderna y zafia, en quien espero, después de Dios, que está por nacer hombre que me haga volver las espaldas, y que no le hay en el mundo a quien yo no le haga perder tierra.

-En eso de volver, o no, las espaldas no me meto —re-plicó el Diestro; aunque podría ser que en la parte donde la vez primera clavásedes el pie, allí os abriesen la sepul-tura: quiero decir que allí quedásedes muerto por la des-preciada Destreza.

-Ahora se verá —respondió Corchuelo.Y, apeándose con gran presteza de su jumento, tiró con

furia de una de las espadas que llevaba el licenciado en el suyo.

-No ha de ser así —dijo a este instante don Quijote, que yo quiero ser el maestro desta esgrima, y el juez desta muchas veces no averiguada cuestión.

Y, apeándose de Rocinante y asiendo de su lanza, se puso en la mitad del camino, a tiempo que ya el licencia-do, con gentil donaire de cuerpo y compás de pies, se iba contra Corchuelo, que contra él se vino, lanzando, como decirse suele, fuego por los ojos. Los otros dos labradores del acompañamiento, sin apearse de sus pollinas, sirvie-ron de aspetatores en la mortal tragedia. Las cuchilla-das, estocadas,altibajos, reveses y mandobles que tiraba Corchuelo eran sin número, más espesas que hígado y más menudas que granizo. Arremetía como un león irritado, pero salíale al encuentro un tapaboca de la zapatilla de la espada del licenciado, que en mitad de su furia le detenía, y se la hacía besar como si fuera reliquia, aunque no con tanta devoción como las reliquias deben y suelen besarse.

Finalmente, el licenciado le contó a estocadas todos los botones de una media sotanilla que traía vestida, hacién-dole tiras los faldamentos, como colas de pulpo; derribóle el sombrero dos veces, y cansóle de manera que de despe-cho, cólera y rabia asió la espada por la empuñadura, y

arrojóla por el aire con tanta fuerza, que uno de los labra-dores asistentes, que era escribano, que fue por ella, dio después por testimonio que la alongó de sí casi tres cuartos de legua; el cual testimonio sirve y ha servido para que se conozca y vea con toda verdad cómo la fuerza es vencida del arte.

Sentóse cansado Corchuelo, y llegándose a él Sancho, le dijo:

-Mía fe, señor bachiller, si vuesa merced toma mi con-sejo, de aquí adelante no ha de desafiar a nadie a esgri-mir, sino a luchar o a tirar la barra, pues tiene edad y fuerzas para ello; que destos a quien llaman Diestros he oído decir que meten una punta de una espada por el ojo de una aguja. ◆

Girando en sentido opuesto cerramos la línea exterior y abrimos la interior .

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EL WUBEIZHI

INVESTIGACIÓN

ANTONIO GARCÍA PIÑAR

SUMMA DE LAS ARTES MILITARES: fuentes y semblanza de un libro único

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n el pasado número de DOKKŌDŌ hicimos una breve reseña del Muyedobotongji: el tratado más extenso y detallado de las Artes Militares coreanas. En el mismo, relatamos las diversas influencias que sufrió este mag-no libro y entre las cuales, además del Kenjutsu japonés, el texto hace un refundición del célebre Sun Zi Bing Fa (El Arte de la Guerra de Sun Zi) y seguramente, una obra de dimensiones titánicas: El Wubeizhi.

El Wubeizhi 武 备 志 «Sobre la preparación militar» es una enciclopedia militar elaborada en el período Ming 明(1368-1644) por el erudito Mao Yuanyi 茅 元 仪. Está compuesto por 240 juan (libros, entendién-dose estos como «capítulos» en una edición moderna) rica y detalladamente ilustrados. El libro se terminó en 1594, y la edición impresa más antigua data de 1621, aunque existe una impresión de tipos móviles desde finales del siglo xix, así como una impresión japonesa de mediados del siglo xvii. Esta última es la única tra-ducción casi completa hecha a otra lengua. Es muy improbable que se hicieran más traducciones de esta obra, la traducción y edición completa del Wubeizhi requiriría casi una vida de erudición y estudio de un experto en chino de los Ming. Durante el reinado de Qianlong 乾隆(1736-1795), debido a los movimientos nacionales de la etnia mayoritaria en China en contra de los Qing, el libro fue prohibido y no se incluyó en el Siku quanshu 四库 全书, (Summa de la literatura clásica). No ha habido obra que recogiera el Wubeizhi en otra colección debido a que la obra ya constituye en sí una recopilación total de todo el saber militar del siglo XVI.

crónica histórica

E

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composición de la obra

El Wubeizhi consta de cinco partes dividas en una variada temática. En la primera parte, los libros militares tradicionales son analizados de manera crítica, como los «Siete clásicos militares», el Wujing Zongyao 武 经 总 要, Taibaiyin jing 太白 阴 经y el Huqianjing虎 钤 经.

En general, el libro Mao Yuanyi estima a Sunzi como el libro militar más importante. Sun Zi debe de existir como inspiración en cada pensamiento o acción de un general que se precie. Aunque critica severamente los li-bros antes mencionados, el material que luego presenta-rá beberá en gran medida de los anteriores textos. De tal forma, es imposible entender el Wubeizhi sin las obras anteriores escritas durante la historia de China y de las que el Wubeizhi bebe constantemente. Más adelante se dará buena cuenta de ellas.

En la segunda parte, Mao Yuanyi presenta una gran cantidad de material, a través de la historia, halla ejem-plos prácticos sobre la guerra, tanto a nivel estratégico como táctico. En este caso, a influencia clara es el Bing Fa de Sun Zi. En todo momento Mao Yuanyi da la im-presión de ser más que un erudito: presenta numerosos ejemplos a pie de campo de alguien que los ha estudiado en las academias militares de los Ming o los ha presen-ciado personalmente en el fragor de la batalla. El libro está repleto de consejos pormenorizados y trata al lector como un comandante en jefe y como colega en el cuartel general de operaciones.

En la tercera parte, se ocupa de las tácticas de comba-te y entrenamiento. En 319 ilustraciones, el autor mues-tra la amplia gama de tácticas de batalla a través de todas las épocas. La selección de los soldados, su agrupación, la recompensa y el castigo, los emblemas de los batallo-nes, la formación y el despliegue es explicado en térmi-nos generales. En estos casos, incluidas las ilustraciones, los ejemplos han sido tomados de otros libros clásicos: el Jixiao Xinshu 纪 效 新书 y el Lianbing shiji 练兵 实 纪. Un punto importante que Mao recalca cons-tantemente es que antes de colocar a un soldado en un determinado batallón, hay que comprobar previamen-te su adecuación antes de asignarlo. Según su destreza, cualidades, fiereza, puntería, sangre fría, disciplina o experiencia deberá colocarse en un lugar determinado. Un soldado en un lugar equivocado es una brecha en la línea de batalla.

Para los interesados en la historia militar, la cuarta parte es de un valor incalculable: se trata la guerra desde el más mínimo detalle: tipos de guarniciones, campa-ñas, ataque y defensa, el uso del agua y el fuego como aliados en la batalla, la paga de los soldados, el forraje de los caballos y el suministro de grano. El autor describe

las señales, armas de fuego, pormenores del transpor-te fluvial, la vida de los soldados que conquistan tierras extranjeras y crean campamentos como colonias milita-res, incluso se habla del mejor servicio veterinario para los caballos, se estudia su morfología, raza, fogosidad y tratamiento.

En la última parte, se describe un aspecto importan-te: la adivinación usada en la guerra, un aspecto muy interesante del pensamiento militar en la antigua China. Mao Yuanyi asevera que lo principal en la guerra es la estrategia, aunque no se escatima que el Cielo eche una mano en un momento dado, se presentan varias tradi-ciones oraculares de la Antigua China (el Yi Qing, nu-merología, etc.) Otro tema del último capítulo es el des-pliegue de tropas a través de diferentes terrenos, y cómo un ejército en marcha y en los campamentos temporales se puede proteger contra ataques hostiles. Como adden-da, el Wubeizhi contiene una gran cantidad de material de origen diverso, por ejemplo, reserva un espacio im-portante al mapa de los viajes de Zheng He, el Zheng He hanghai tu 郑 和 航海 图, que resume el saber geográfico chino hasta el siglo XVI.

El Wubeizhi explica su propia existencia como la demostración de la máxima competencia militar de su autor. Un libro plagado de incontables toneladas de in-formación de toda una vida dedicada a la guerra.

las fuentesPor motivos de espacio, dejaremos para otra ocasión

un artículo dedicado al Arte de la Guerra de Sun Zi, y sobre la influencia que ejercerá en toda Asia Oriental, sí haremos una breve reseña de las obras citadas anterior-mente como fuentes del Wubeizhi de modo que poda-mos hacer una visión panorámica sobre la tratadística militar de la Antigua China.

El más antiguo de las tratados de técnica y estrate-gia militar es el Taibaiyin jing 太白 阴 Clásico de la Estrella Blanca Brillante es un tratado militar escrito por el período Tang 唐(618-907) obra del gobernador mi-litar Li Quan 李 筌. Pese a que hemos citado el libro por su título más conocido, el encabezado de la obra se titula: Shenji Zhidi taibaiyin jing 神 机制 敌 太白 阴 «Clásico de la Estrella Blanca Brillante y sobre la victoria sobre el enemigo a través de la Adivinación». Está com-puesto por 10 magnos volúmenes.

Aunque el título sugiere que las fuerzas sobrenatura-les están involucradas, la Taibaiyin jing dice claramente que el resultado de una batalla depende en gran medida de una buena planificación por parte del comandante, de la valentía de las tropas y del uso correcto de castigo y recompensa. La victoria también depende de la conduc-ta del gobierno. En cierta medida, no hace sino repetir las máximas repartidas en el Sun Zi Bing Fa. La origi-nalidad estriba en la introducción en la filosofía confu-ciana en la estrategia, ausente en Sun Zi. Sólo cuando

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un gobernante es benevolente en el sentido confuciano su estado será rico, ese gobernante entregado a los su-yos provocará que las tropas estarán dispuestos a luchar por su señor. El general, por otro lado, tiene que atraer asesores competentes además de valerse de las circuns-tancias meteorológicas, geográficas y políticas durante la guerra. Su ejército tiene que jugar un papel activo, de esa manera, el enemigo se verá obligado a reaccionar con desventaja y sobrepasado por los acontecimien-tos. El Taibaiyin jing proporciona una gran cantidad de información sobre la disciplina militar, las armas y herramientas necesarias para una contienda larga en la que se alterne el ataque y la defensa, describe fielmente los campamentos militares, las posibles formaciones de batalla y los movimientos más eficaces, sistemas de co-municación entre oficiales eficaces, medidas de atención y sanitarias para hombres y caballos, métodos de pre-dicción metereológica, y vocabulario relacionado con la

cosmología. La obra se hubiera perdido si no hubiese sido vertida en un manuscrito de la dinastía Song, y fue la que seguramente usó Mao Yuanyi.

El Huqianjing 虎 钤 经 «El Clásico del sello del tigre» es un tratado militar redactado durante el periodo Song del Norte 北宋(960- 1126) por el erudito Xu Dong 许 洞. El libro se terminó en 1004. Es de un tamaño consi-derable, 20 libros distribuidos en 210 capítulos, que en un alarde de erudición y vastísima cultura trata un tema distinto en cada sección del libro.

El Huqianjing describe las claves de la guerra en un lenguaje metafórico que divide la guerra en tres apar-tados a los que denomina «Reinos»: en primer lugar se situaría el el reino del hombre que planea combatir en la guerra, la moral de la tropa, el entrenamiento, su estado físico, la inteligencia de los generales, etc. En segundo lugar estaría el reino, la tierra, donde las características del terreno priman en la guerra defensiva y ofensiva, las emboscadas y la toma de posiciones en lugares que pro-porcionen la suficiente ventaja. Por último, el Huqianjing describe el reino del Cielo, donde la meteorología cum-ple un papel importante, aunque por supuesto la cultura china atribuye un rol fundamental a las estrellas, las dei-dades y otros elementos esotéricos. Avanzando el conte-nido del libro, Xu Dong repite hasta la saciedad una tesis fundamental: el buen general debe ser capaz de observar al enemigo y utilizar las propias tropas de una forma que éste no sea capaz de averiguar lo que las propias tropas

El Wubeizhi explica su propia existencia como la demostración de la máxima competencia militar de su autor.

Ilustración página anterior Xuande

jugando con eunucos

Mapa de Zheng He X Mapa de Zheng He X

crónica histórica

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están planeando hacer. Xu Dong explica que un general siempre debe ser capaz de identificar las oportunidades que brinda la fortuna (ji吉) y evitar las situaciones des-favorables en la medida de sus posibilidades( xiong 凶), es más importante aún poder discenir cuando el peligro se esconde en situaciones aparentemente ventajosas. A su vez, los movimientos de tropas tienen que adaptarse a tales reveses de la fortuna. De una manera más técnica, una base muy importante para la victoria es el suminis-tro de alimentos suficiente y armas excelentes, en otras palabras, un sistema logístico que funcione. Xu Dong enumera los puntos más importantes e impone una serie de condiciones: la condición previa a la creación de un ejército es un pueblo próspero que lo sostenga y preparado para las estrecheces de la guerra, la condición previa de toda táctica es un estado de salud férreo de las tropas: estas deben responder en el campo de batalla, donde habrán de correr, cabalgar, cavar zanjas o luchar durante días gracias a una buena alimentación y entre-namiento físico. La condición previa de un ejército bien plantado en el territorio es buscar una posición ventajo-

sa, el movimiento de un lado a otro tiene que ir tejiendo una tela de araña de posiciones de ventaja que vayan mi-nando la resistencia del enemigo. La condición previa para la victoria es armonizar las tropas y mantener su moral hasta el final. La condición previa de la exitosa defensa ante un asedio es una reserva suficiente de los suministros, la condición previa de un ejército fuerte y disciplinado es la aplicación justificada pero férrea de recompensas castigos. Un general sabio se apodera de todas las oportunidades ( duoshi 夺 恃), como el clima, los obstáculos geográficos, o el estado de ánimo del ejér-cito en el combate. Él tiene que contagiar el arte del en-gaño a su tropa para que las maniobras de despiste sean verdaderamente creíbles por el enemigo. (xi xu 袭 虚). Por supuesto, tiene que usar las propias fuerzas después de una batalla victoriosa para perseguir al enemigo, para atraparlo y aniquilarlo. En este último punto, Xu Dong difiere de casi toda la tradición china, empezando por Sun Zi, donde se opta por la conquista, el desarme y absorción del ejéricito enemigo. Hay que pensar que en la época de Sun Zi, el período de Primavera y Otoño y

Mao Yuanyi da la impresión de ser más que un erudito: presenta numerosos ejemplos a pie de campo de alguien que los ha estudiado en las academias militares de los Ming o los ha presenciado personalmente en el fragor de la batalla.

Lancero

Ballesta

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los Reinos Combatientes, la política y la guerra estriba-ba en la creación de alianzas al verse implicados varios reinos de fuerzas similares en el tablero. Para Xu Dong está vivo el conflicto con las tribus bárbaras de las este-pas, por lo que la opción que se elige es la destrucción humana llevada hasta la erradicación y exterminio del enemigo. Advierte Xu Dong que no siempre es bueno para aplicar los métodos tradicionales, por ello un ge-neral tiene que ser flexible y debe adaptar sus tácticas a las condiciones reales. Pese a la antigüedad de la obra, la fecha de impresión más antigua data de la época Ming 明(1368-1644 ).

El Wujing Zongyao 武 经 总 要 «Compendio de cuestiones importantes acerca de los clásicos militares»

es una de las obras más antiguas del período post di-nastía Tang que maneja el Wubeizhi. En concreto el texto describe el sistema y la administración militar de la época Song del Norte 北宋(960-1126). Fue escrito por Zeng Gongliang 曾 公 亮 y Ding Du 丁 度, el compendio consiguió una gran fama y fue usado como manual oficial de los Song desde 1045. Se compone de 40 libros dispuestos en dos volúmenes (Qianji 前 集y Houji 后 集). El título del libro no es del todo exacto ya el Wujing Zongyao no sólo cita a los clásicos antiguos, sino que ofrece una gran cantidad de información so-bre el sistema militar contemporáneo de los Song. En la primera colección (Qianji) el sistema militar (zhidu 制度) desde la antigüedad hasta el era Song se explica en 15 libros. Estos textos nutren de forma importante el Wubeizhi, ya que se describe en detalle el arte de la guerra, las tácticas de batalla, los métodos de entrena-miento, formaciones de batalla, el uso de unidades de infantería y caballería, la defensa y el asedio, la guerra usando fuego y agua, el reconocimiento del terreno el y espionaje, el aprovisionamiento de las guarniciones, así como todas las armas útiles en la batalla clasifica-das por clase. En los siguientes 5 libros se describen los sistemas antiguos y contemporáneos de defensa de las fronteras (Bianfang 边防), con muchas informaciones sobre el sistema de acantonamiento de tropas en China, así como la situación militar en los imperios vecinos de Liao 辽( 907-1125 ) y Xia occidental 夏(1038-1227), en un fino y minucioso análisis político y económico de asombrosa modernidad describe sus fortalezas y debi-lidades. En la segunda colección (Houji) se analiza las artes militares de la Antigüedad (gushi 故事) el tono es más lento y enciclopédico, repleto de citas y fuentes an-tiguas y desplegado durante 15 libros. En los últimos 5 capítulos se hace una relación de la guerra con el clima, las estaciones, la cosmología, la astrología. También se desarrolla toda una filosofía política de la guerra (zhan-hou 占 候), la guerra refleja de forma dialéctica el mun-do como una lucha de contrarios y tensiones. La guerra se basa en la posesión de la tierra y en un fracaso de la diplomacia que debe llegar a una resolución de una forma violenta. Siguiendo a Sun Zi, es mejor dominar al enemigo que aniquilarlo del todo. Al final se hace una descripción muy extensa sobre el uso del fuego. Su uso es vital para los asedios, como sistema de iluminación, para organizar la retirada controlada y para desarrollar armas de cohetería o artillería.

El Wujing Zongyao describe como paulatinamente la sociedad china de las altas esferas va cambiando. La fuente civil del poder es el trono imperial, los coman-dantes pierden la independencia que tenían en pleno feudalismo y son meros ejecutores de las órdenes de los generales de la Corte y éstos del mismísimo emperador y de sus consejeros más allegados.

El Shiji Lianbing 练兵 实 纪 «Disposiciones prác-

Sun Zi debe de existir como inspiración en cada pensamiento o acción de un general que se precie

Detalle de guerrero de terracota con Jian

a la espalda

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crónica histórica

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ticas para el entrenamiento militar» es un tratado de la época Ming 明(1368-1644), muy cercano en el tiempo al Wubeizhi y escrito por Qi Jiguang戚继. Está com-puesto por nueve libros complementados con un su-plemento de seis más. El libro fue terminado en 1571. En la primera parte, se describe la formación de tropas. La base de la formación militar es que el hombre olvi-de su individualidad y salvo en el más fragoso cuerpo a cuerpo, las tropas tienen que estar preparadas para ser unidad militar que consistirá en una sola voluntad y una sola mente. Hace un análisis detallado de las proporcio-nes necesarias para disponer el armamento de la tropa, así se discute cuántas armas de fuego deben tener los soldados en proporción a las armas destinadas al cuerpo a cuerpo. Así, por ejemplo, una brigada de carros debe disponer de 128 carros y 256 cañones, así como de un gran número de fusiles y cohetes para que el ataque sea efectivo y la artillería «allane»la entrada de la unidad acorazada. Las unidades de infantería y caballería deben ser entrenadas de una manera diferente de mosqueteros

y artilleros debido a que las primeras recibirán heridas o herirán al enemigo mirándolo a los ojos. Sin embargo, durante la batalla, es importante que cada tipo de tropa coopere con las otras para que cada unidad puede sa-car provecho de la fuerza de toda la tropa en conjunto. Además de los soldados, las personas más importantes son altos funcionarios (que en la época constituían la base del gobierno chino), deben ser cuidadosamente seleccionados y entrenados en el arte de la guerra, so-bre todo, en cómo hacer uso de sus tropas, y la manera de alimentralos, entrenarlos y alentarlos. No se discute como se hace esta selección, aunque sabemos por otras fuentes que a esos altos puestos se accedía por oposicio-nes. Para los oficiales superiores, las academias militares (Wuxiang 武 庠) tienen que ser establecidas y financia-das para que proporcionen una formación actualizada y permanente. Sorprende que la lengua del Shiji Lianbing es relativamente simple, el fin es que sea fácilmente leída y sobre todo memorizada por oficiales como una herra-mienta para el uso práctico y que la memoria tenga estas

Tumba-fortaleza de los Ming

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«sentencias» de forma recurrente en un momento dado. El libro fue reimpreso varias veces en los períodos Ming y Qing además de ser vertido en varios manuscritos. Debido al tamaño manejable de la obra si apareció en colecciones clásicas como el Mohai jinhu 墨 还 金壶.

El Zheng He hanghai tu 郑 和 航海 图 Mapa de travesías marítimas de Zheng He es un mapa dibujado de acuerdo a los informes de varios viajes realizados por el almirante Zheng He 郑 和 durante los años 1425 y 1430 de la época Ming 明(1368-1644 ). El original era un mapa de enormes dimensiones pero se imprimió fi-nalmente en forma de libro. La primera impresión fue hecha por Mao Yuanyi茅 元 仪 para acompañar el li-bro 240 del Wubeizhi 武 备 志 ocupando 20 hermosas páginas. El mapa comparte el espacio junto a una carta de navegación, el Guohai Xianqing tu 过 海 牵 星 图

El mapa se realizó después de que el almirante Zheng He regresara de su sexto viaje. Los funcionarios que ayudaron a confeccionarlo residían en la capital del sur (Nanjing 南京), por lo que en el mapa aparece esta ciu-dad como referencia. El emperador que en ese momen-

to rige el Imperio chino es el emperador Xuanzong 明 宣宗. El texto advierte de que se prevé un séptimo viaje del cual no sabemos a ciencia cierta si se llevó finalmen-te a cabo. Nanjing constituye el centro del mapa, desde aquí, toda la ruta se muestra hasta la costa este de África. Cada país, provincia o los viajeros que conocieron son recogidos, así como la distancia, la altura astronómica, y en algunos lugares también la profundidad del agua. Asimismo se indica que la calidad de la orilla como para atracar la embarcación. Existen extraños errores que apuntan a posteriores errores de copia: la distancia dada desde Ormuz, en el Golfo Pérsico es diferente a la ida y la vuelta. El mapa atestigua más de 500 nombres de lugares y países extranjeros, muchos de ellos descono-cidos en China hasta ese momento. La escala que se usa no es real, sino relativa a los distintos puntos que se usan como referencia.

El Jixiao Xinshu 纪 效 新书 «Nuevo libro sobre la disciplina», es un tratado militar escrito en el período Ming 明(1368-1644) por el erudito Qi Jiguang 戚继光. La obra consta de 18 libros y se hicieron versiones hasta el final del período Ming. Como su destino era la biblioteca imperial, el libro está bellamente enriquecido con ilustraciones.

Además de las obras antes citadas, que mantienen un aire misceláneo y enciclopédico, el Jixiao Xinshu trata principalmente sobre las tropas. En primer lugar hace una detallada descripción de las mejores formas de selección de las distintas unidades de entre los campe-sinos, como agruparlos en unidades, enseñarles las ór-denes, señales y señas y practicar las maniobras de com-bate. Se hace una prolija descripción de como han de vivir en los campamentos lejos de sus familias de forma que mantengan la disciplina. El libro también porme-noriza las técnicas más efectivas del arte de la lucha con armas, las cuáles son analizadas. También se describen las diferentes formas de hacer la guerra, especialmen-te la guerra naval, la defensa de fortalezas a lo largo de la costa y las mejores tácticas en una batalla campal. A partir de su propia experiencia personal, el autor ade-lanta los puntos más importantes que se deben observar. Este documento es de una importancia vital al abando-nar la teoría y describir la situación militar de su época: ofrece una visión general de la situación a lo largo de la costa sur y describe cómo las tropas se pueden entrenar a cumpliendo la misión de vigilar las fronteras litorales. El enemigo principal en esta parte del Imperio se basaba en las incursiones navales de los piratas, no sólo en la costa, sino también en el interior del país, entre ellos se citan piratas de origen chino aunque también se nombra los piratas japoneses, los wako.

Un general debe disponer de unas tropas capaces en las que pueda confiar en todas las situaciones. El espíritu combativo de los soldados es vital, y ese espíritu sola-mente puede mantenerse si todos y cada uno de ellos practican las artes marciales. El ejército del general no

Funcionarios de la dinastía Ming

Xcrónica histórica

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necesita carne de cañón; todo soldado debe de ser una unidad de combate individual de la máxima eficacia. El Xinshu Jixiao describe una gran cantidad de armas de fuego y otras armas utilizadas en los combates, sor-prende la amplia gama de mosquetes y cañones de los ejércitos Ming. El libro contó con bastante difusión y re-produjo en varias ocasiones durante las dinastías Ming y Qing, también se hizo una copia japonesa en 1797.

conclusión Como se ha podido comprobar en este breve traba-

jo, la cultura china desarrolló una ciencia militar de un grado de profundidad y detalle imposible de comparar con ninguna cultura en el mundo. Es difícil no encon-trar un tema acerca del cual los tratadistas chinos no traten de forma sistemática. Es desolador, por otro lado, la dificultad que todo estudioso occidental tiene para acceder a estos textos. Salvo unas pocas traducciones en inglés, la mayoría de los textos continúan sin estar tra-ducidos. El hecho de que en las facultades de estudios sobre Asia Oriental promuevan que se estudie chino usando los caracteres simplificados que surgieron tras la Revolución Cultural de Mao Zedong no ayuda nada a la difusión de estos textos. Por suerte, la única copia del Wubeizhi puede ser consultada en los fondos digita-les de la Universidad de Harvard. Facilitamos, por otro lado, una breve bibliografía para el lector que quiera adentrarse en la historia de los tratados militares chinos que tanto influyeron en las artes marciales clásicas de China, Corea y Japón.◆

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

Cosmo (di) Nicola, (editor). Military culture in Imperial China. Harvard University Press, Cambridge. 2009

Gyves, Clifford Michael. An English translation of General Ji Jiguang «Quanjing Jieyao Pian». Arizona University Press (tesis).

Suárez, Thomas. Early Mapping of Southeast Asia: the epic story of Seafarers, adventurers... Singapur,Periplus Editions, 1999.

Soldado con jirafa procedente de Somalia

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TAO Y CAMINO DEL GUERREROFERNANDO LIUZZI, VASUDEVA

ablar del Camino del Guerrero tiene una connotación muy distinta para cada uno según el enfoque personal, y a veces en el contexto de las Artes Marciales, puede adoptar una significación diametralmente opuesta a lo que podríamos considerar «El Camino del Tao».

Si bien encontraremos elementos comunes en la apreciación de esa idea como pueden ser: la disciplina, la estrategia, la impecabilidad, la voluntad, la constan-cia, etc., todas estas cualidades que se manifiestan en la técnica, adquieren una dimensión más profunda, espi-ritual, solo cuando van acompañadas de otras menos ponderadas como la humildad, el amor, la compasión, la aceptación, el olvido de sí mismo, la falta de impor-tancia personal, la actitud de servicio... Sin las cuales no se alcanza a comprender que «la verdadera lucha es con uno mismo». Entonces nos damos cuenta que la mo-tivación, el objetivo, va a ser el elemento fundamental para que nuestra práctica marcial sea o no parte de ese

«Camino del Guerrero» a la luz del Tao.«El mejor militar no es marcialEl mejor luchador no es agresivo, El mejor conquistador no entabla combate, Un buen dirigente se coloca por debajo de sus

ayudantes,Eso se denomina la virtud de «no luchar»,Esa es la energía que mejor obedecen los hombres, Esa es la sabiduría de los Antiguos: Alcanzar la Unidad del Cielo»(Tao Te Ching, LXVIII)Así vemos que sólo cuando nos volvemos conscien-

tes de que la mayor parte de las dificultades que sur-gen en nuestra vida, son el resultado de nuestra propia reacción ante la realidad que nos toca vivir, de nuestra falta de capacidad para aceptar las cosas tal como son, de los fragmentos de nuestro pensamiento estructura-do sobre la base de experiencias que han dejado huella

tao-yi-wu

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tao-yi-wu filosofía- medicina- artes

en nosotros y tienen un efecto condicionante, que a la vez se cristaliza en emociones que van distorsionando nuestra percepción de la realidad; es decir, cuando to-mamos conciencia de que lo que nos impide ser felices y vivenciar la unidad de todas las cosas, somos noso-tros mismos, es cuando realmente podemos iniciar el Camino del Tao.

Entonces nuestra práctica en las Artes Marciales será de gran ayuda, nos dará centro, fortaleza, temple, voluntad, de forma que el mismo esfuerzo necesario para moldear el cuerpo y refinar nuestra técnica, irá abarcando cada vez aspectos más amplios de nosotros mismos, ayudándonos a desarrollar ecuanimidad y ese cierto desapego necesario para trabajar con nuestro cuerpo, nuestras emociones y poder así ir «limando las aristas» de nuestro propio ego, que impidan que flu-yamos de forma adecuada con el devenir. No obstante debemos comprender que esto es sólo una parte, que

aspectos más sutiles deben intervenir y que la determi-nación y la humildad necesaria para buscar y encontrar un maestro cualificado son aspectos imprescindibles.

En este tiempo tan particular en que nos ha tocado vivir, como un estigma propio del amanecer de la era de acuario en que el conocimiento ha salido a la luz del día y los procesos evolutivos se manifiestan de forma colectiva, muy distinto al camino individual y el oscu-rantismo de la era de piscis, tenemos increíbles ventajas que sintetizan el tiempo y la energía necesaria para de-sarrollar el conocimiento de lo que sea nos interese, por un lado la facilidad actual para viajar, y por otro lado Internet, que es sin duda la verdadera revolución cultu-ral a partir de la cual, incluso las barreras ideológicas, políticas, religiosas y culturales parecen desmoronarse al ampliar sus horizontes más allá de la identificación con el entorno inmediato.

Sin embargo a pesar de tener ahora más información

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tao-yi-wu

que nunca, las personas parecen estar menos prepara-das o menos dispuestas a realizar el esfuerzo necesario para convertir en una experiencia real tantas teorías fi-losóficas que sin una práctica consecuente, sólo satisfa-cen intelectualmente la sed del alma, ya sea por haberse habituado a un mayor confort, ya sea por valorar me-nos una posibilidad en medio de tantas otras...

De esta forma,poco a poco, van desapareciendo, tanto en Oriente como en Occidente, la tradición ini-ciática a través de la cual un maestro puede guiar a un aspirante en ese camino de la Oscuridad a la Luz, de lo Personal a lo Impersonal, de la Vida Ordinaria a la Divinidad del Guerrero.

Veamos, por ejemplo, algunos procedimientos pro-pios del Budismo Chan o del Zen, que en su momen-to tanto ha impregnado la vida de los dojos y de las Escuelas de Artes marciales Chinas y Japonesas.

Antiguamente, alguien que quisiera introducirse en su práctica, debía primero acercarse a un templo como visitante, durante al menos un año, participando en re-tiros y ceremonias, mostrando siempre una conducta adecuada y una actitud de servicio, hasta ganarse la confianza de alguno de los Maestros del mismo. Luego, si su intención era profundizar más, y abrigaba la in-tención de hacerse monje, debía conseguir que dicho Maestro lo avalara como padrino, tras lo cual era envia-

(...) nuestra práctica en las Artes Marciales será de gran ayuda, nos dará

centro, fortaleza, temple, voluntad, de forma que el mismo esfuerzo necesario para moldear el cuerpo y refinar nuestra técnica, irá abarcando cada vez

aspectos más amplios de nosotros mismos.

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filosofía- medicina- artes

do, con una carta de recomendación, a algún templo en una región distante de su ámbito familiar. Al llegar allí, a pesar de llevar su carta, invariablemente se le ponía a prueba, comenzando por no dejarle entrar en el Templo durante varios días, dejándolo expuesto a las condicio-nes climáticas más duras, sin comida y debiendo él mantener la compostura en todo momento, a veces in-sultándolo e insistiéndosele en que es una persona débil y tonta, no preparada para la vida monástica. Si aun así el aspirante persistía, finalmente se le daba comida y se le hacía entrar en una celda a la vista de todos, donde permanecía varios días más sin que se le hiciera el me-nor caso, solo cada tanto para tratar de disuadirlo de su determinación.

Si todo esto lo aceptaba sin protestar mínimamente, finalmente era aceptado como novicio, encomendán-dosele durante al menos un año, todas las tareas más duras, que no eran pocas, recibiendo apenas una mí-nima instrucción personal por parte del Maestro. Solo pasado este periodo era ordenado oficialmente como monje y comenzaba a recibir un trato cordial por parte de sus hermanos. A los tres años debía abandonar el monasterio, pudiendo permanecer en él solo unos po-cos escogidos por el Abad, para perpetuar el linaje. Tras esta larga austeridad que incluía periodos intensivos de práctica meditativa y de duros trabajos estacionales, se consideraba que por fin estaba preparado para afrontar con ecuanimidad todos los aspectos de la vida, la mente y las emociones, desarrollando distintos roles en la so-ciedad, sin dejar de lado el Camino del Guerrero.

Considerando todo esto...¿Cuántas personas que conocéis en el mundo de las

Artes Marciales estarían realmente dispuestas a un en-trenamiento semejante...? ¡Hay demasiado orgullo!

¿Y quién quiere rendirse de forma que confíe más en el Maestro que en su propia mente?

¿Y quién se esmera en refinarse por amor al prójimo e intención de servicio?

¿Podemos hacer de las Artes Marciales parte de ese Camino del Guerrero?

«Puede que un día el Sol salga por Occidente, pero el Bodhisattva (El Guerrero) tiene un solo Camino.»

(T. Suzuki) ◆

Entonces nuestra práctica en las Artes Marciales será de gran ayuda, nos dará centro, fortaleza, temple, voluntad, de forma que el mismo esfuerzo necesario para moldear

el cuerpo y refinar nuestra técnica, irá abarcando cada vez aspectos más amplios de nosotros mismos.

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