periódico wayuunaiki edic 185/oct-2014

16
AHORA SOMOS WWW.WAYUUNAIKI.COM AÑO XIV-No. 185 VENEZUELA COLOMBIA, OCTUBRE 2014 - DL PP2000012U637 - ISSN-1317-1275. Bs.F. 20,00/$3000 ESPECIAL 12 DE OCTUBRE “DÍA DE LA RESISTENCIA INDÍGENA”

Upload: wayuunaikidigital

Post on 08-Apr-2016

241 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Inspirado en los senderos de máximo imperio del sur antes de la llegada de los españoles.

TRANSCRIPT

AHORA SOMOS WWW.WAYUUNAIKI.COM

AÑO XIV-No. 185 VENEZUELA COLOMBIA, OCTUBRE 2014 - DL PP2000012U637 - ISSN-1317-1275. Bs.F. 20,00/$3000

ESPECIAL 12 DE OCTUBRE“DÍA DE LA RESISTENCIA INDÍGENA”

WAYU

UNAI

KIEL

PER

IÓD

ICO

DE

LOS

PUEB

LOS

IND

ÍGEN

AS

2

WWW.WAYUUNAIKI.COME L C A M I N O D E L I N C A VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014

WAYUUNAIKIEL PERIÓDICO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

D I R E C T O R I O

J-30

8926

63-9 Presidenta Editora: Dulcinea Montiel

Directora General - Fundadora: Jayariyú Farías Montiel Coordinador de prensa: Andrés Boscán Reporteros: Carmen Aragua, Leonel López, Mermis FernándezCoordinadora de Gestión de aliados: Ana Kay Farías Coordinador de Monagas: Cruz Alguaca Coordinadora Dpto. Guajira (Colombia): Claudia Sierra Traducciones: Manuel Román Fernández Coord. investigación y documentación: Manuel Román Fernández Consejo Consultivo: Nemesio Montiel, Weilder Guerra Curvelo, Esther Pana, Estercilia Simancas Pushaina, Neida Luzardo y Elimenes Zambrano.

Asesores Jurídicos: Román Antonio Montiel, Nicolino Primi Montiel y Eric González Diseño Gráfico y Diagramación: D.G. Carlos Raffe

Editora: Fundación WayuunaikiUrb. La Rosaleda Av. 80D No. 82A-04. Quinta La Guajirera Maracaibo, estado Zulia - VenezuelaTelfs. Venezuela: 0416-6693669 - 0426-6228395 Oficina Colombia: Calle 15 No. 12-40, Maicao Telf. Colombia: 315-7588148. Correo: [email protected] - www.wayuunaiki.org.ve

En Cuzco en el 1589, el último sobreviviente de los invasores originales del Perú, Don Mancio Serra de Leguisamo, escribió en el preámbulo de su testamento lo siguiente:

Encontramos estos reinos en tal buen orden, y decían que los in-cas los gobernaban en tal sabia manera que entre ellos no había un ladrón, ni un vicioso, ni tam-poco un adultero, ni tampoco se admitía entre ellos a una mala mujer, ni había personas inmo-rales. Los hombres tienen ocu-paciones útiles y honestas.

El ceremonial del 21 de sep-tiembre lo realizan los ma-yores con mucha fuerza, se ofrecen pagamentos a la Ma-dre Tierra, pide y agradece, el universo autoriza y equi-libra, los mayores lideran los ritos y siempre lanzan un

mensaje, ese día en especial pidieron que los comunica-dores sigan caminando la palabra, recorriendo con la voz profunda de los pueblos que siguen resistiendo, ra-zón que nos motiva a seguir investigando sobre los cami-

nos que alguna vez marcha-ron los mayores con mucha sabiduría, no llegamos a tie-rras incas por mera suerte del destino, la Madre Tierra llama y hemos aprendido en WAYUUNAIKI a escuchar sus latidos.

Los infinitos hijos del sol: IncasCrónica del cambio

Jayariyú Farías MontielLlévame al Camino al Inca, solicité una vez pisé suelo boliviano, mejor conocido como Capac Ñan o Qhapaq Ñan, hoy un pasaje de muchos pueblos que atesoran en su mente y corazón las huellas de sus antepasados, en esa ruta que es parte real vial incaica, todos aún hablan de los incas, conocen sus historias y las comparten.

Bolivia toda indígena, palpita en tradi-ción, su gente aymara, quechua y de otras nacionalidades originarias están amarra-da a las raíces, hoy más que nunca ade-lantan un cambio social que exalta la cul-tura y reafirma su identidad, en las calles de La Paz aún se habla de Túpac Katari, de Túpac Amaru II, Atahualpa, Huayna Cápac y de todos los mayores que lucha-ron contra la opresión.

Los jóvenes mantienen el legado de la fuerza espiritual, y así lo demuestran danzando con vehemencia, emulando los pasos que alguna vez hicieron sus an-cestros, precisamente en territorio inca fui testigo de ese baile, de la energía del universo que abrigó en sus entrañas uno de los pueblos más trascendidos de la historia de la humanidad.

La Isla de la LunaDespués de dejar atrás una carretera mojada por el furor de una llovizna, llega-mos al Lago Titicaca, de gran importan-cia religiosa para los incas, Perú y Bolivia comparten sus aguas y en sus riberas hay poblados quechuas y aymaras, cuentan que el Lago tiene infinitas historias, todas asociadas a lugares ceremoniales y de re-poso de los Incas, es navegable y en sus pequeñas marejadas se siente su energía.

El Lago tiene varias islas pero visitamos la Isla sagrada de la Luna o la Isla Koati, ella tiene un brío mítico y femenino, al su-

bir un pequeño cerro disfruté de uno de los paisajes más hermosos que han visto mis ojos, era 21 de septiembre inició de solsticio de primavera por tanto en la isla habían mujeres dispuesta al ceremonial, cuentan quienes van a la isla para reci-bir a los visitantes que ese era el Palacio de las vírgenes del sol, había un templo llamado Iñakuyu o casa de las escogidas y sólo podía entrar el emperador inca máxima autoridad del imperio.

La entrada de la isla tiene sus obras de piedra, estoicas, soportaron un último saqueo, muchas de ellas fueron utilizadas para construir una cárcel, para los incas e incluso para quienes aún habitan la isla

son solemnes, ellos se encargan de man-tenerlas intactas, algunas de las paredes tienen pequeños cajones las personas de-jan allí monedas, hilos y alguna ofrenda.

El ofrecimiento tanto como el agradeci-miento es parte vital de la cultura andina,

cuentan los mayores que siempre fue así, ellos heredaron dicen las mejores co-sas de los incas, mensajes y modo de vida que deberían conseguir todas las cultu-ras que habitan el mundo para lograr la armonía que ha perdido.

Pagamento a la Madre Tierra

Las tierras, bosques, minas, pas-tos, casas y todas las clases de productos eran regularizadas y distribuidas de tal manera que cada uno conocía su propiedad sin que otra persona la tomara o la ocupara, ni había deman-das respecto a ello... el motivo que me obliga a hacer estas declaraciones es la liberación de mi conciencia, ya que me en-cuentro a mí mismo culpable. Porque hemos destruido con nuestro malvado ejemplo, las personas que tenían tal gobier-no que era disfrutado por sus nativos.

Eran tan libres del encarcela-miento o de los crímenes o los excesos, hombres y mujeres por igual, que el indio que tenía 100 mil pesos de valor en oro la dejaban abierta meramente dejando un pequeño palo con-tra la puerta, como señal de que su amo estaba fuera. Con eso, de acuerdo a sus costumbres, ninguno podía entrar o llevarse algo que estuviera allí.

Cuando vieron que pusimos cerraduras y llaves en nuestras puertas, supusieron que era por miedo a ellos, que tal vez no nos matarían, pero no porque creyeran que alguno pudiera robar la propiedad del otro. Así que cuando descubrieron que teníamos ladrones entre noso-tros, y hombres que buscaban hacer que sus hijas cometieran pecados, nos despreciaron.

WAYUUNAIKIEL PER

IÓD

ICO

DE LO

S PUEBLO

S IND

ÍGEN

AS

3

@WAYUUNAIKI_10 VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014 E L C A M I N O D E L I N C A

Yessica Aguilar Jujuy, Salta, Tucumán, Cata-marca, La Rioja, San Juan y Mendoza atesoran los vestigios en más de 30 mil kilómetros de largo de una red de cami-nos construida para conectar varios centros de producción, administrativos y ceremonia-les de la cultura incaica, lugares que permitieron la expansión del imperio que se impuso en esta zona del sureste a través de la tradición espiritual.

Las cumbres de más de 6 mil metros de altura eran sitios ceremoniales, el hallazgo de las Momias de Llullaillaco (Ni-ños de Llullaillaco o Niños del volcán) al oeste de la provincia de Salta, noroeste de Argentina así lo confirman.

Según los investigadores en-cargados de la expedición, los cuerpos fueron sacrificados durante La Capac Cocha, (ca-pac hucha o qhapaq hucha),

La trascendencia religiosa del Qhapaq Ñam

que podría traducirse como “obligación real”. Uno de los ri-tuales más importantes del ca-lendario Inca, que se realizaba entre abril y julio desde el siglo XIII y hasta comienzos del siglo XVI, en honor al dios Viraco-cha, (Qun Tiksi Wiraqucha en quechua).

Las ofrendas de niños y jóve-nes relacionadas a La Capac Cocha eran acompañadas por réplicas en pequeña escala del mundo real con formas antro-pomorfas, así como llamas y objetos de uso cotidiano.

El ritual tenía un claro objetivo: forjar y mantener lazos afecti-vos entre las comunidades or-ganizadas de todo el imperio. Esto implicaba marcar las fron-teras entre el mundo incaico conocido y civilizado; los lími-tes de percepción tanto como los límites geográficos entre lo conocido y lo desconocido.

Las momias encontradasEn la mayoría de las ceremo-nias, los niños eran drogados con una bebida de alcohol de maíz y coca y depositados in-

conscientes en el lugar del rito, donde morían por hipotermia.

En otros casos la muerte era provocada de manera más vio-

lenta, tal es el caso del niño del Aconcagua, con un fuerte golpe en la cabeza, al igual que el de la niña de Sara Sara y la joven del nevado Ampato, la Reina del cerro fue muerta con una herida punzante en el hemitó-rax derecho, mientras en algu-nos casos, como en Llullaillaco los cuerpos fueron deposita-dos en su cámara funeraria y cubiertos con grava, en el caso del cerro El Plomo se lo envol-vió en un complejo fardo fune-rario de varias piezas con una función y mensaje específicos.

30 mil kilómetros posee Argentina del imperio Inca

Tuu napaalakat akuaitpa naa ouu’tchiikana ji’ipa’jana Qapac Ñam

De casi 50 metros de largo y 28 de ancho, la obra arquitectónica del periodo de Huascar Capac, se encuentra ubicada al norte de Mendoza, en el Depar-tamento La Heras, y atraviesa una pendiente rocosa con vertiente natural de agua.

Existen varias versiones sobre la esencia de la obra, la primera y mayor-mente aceptada es la utilidad de las aguas termales de unos 40º centígra-dos para aliviar las dolencias de la parálisis de Ninan Cuyuchi, primogénito heredero al trono, quien escuchó sobre los poderes curativos de una ver-tiente de agua en el sur, aunque los libros de historia no confirman la teoría. Otra hipótesis argumenta que allí los nativos torturaban y ahogaban a sus enemigos.

La Capac Cocha se realizaba en la fiesta del señor Sol o la luna, Chasca Cuyllor (Venus) o

el lucero, y Chuqui Ylla, (Martes), así como para la coronación o muerte del inca.

WAYU

UNAI

KIEL

PER

IÓD

ICO

DE

LOS

PUEB

LOS

IND

ÍGEN

AS

4

WWW.WAYUUNAIKI.COME L C A M I N O D E L I N C A VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014

Colón: último en América

Hallazgos arqueologicos y viejos escritos deducen la relación entre los nativos con el viejo continente

Kolon: Nia achiiruwajachikai ya’yaa amerika

Atlántico, y para ciertos inves-tigadores los galos fundaron la ciudad de Temistitamán.

Los romanos, como grandes conquistadores, parece que también pusieron el pie en América, la presencia de varios restos arqueológicos: una mo-neda Romana en las Antillas, descubierta a principios de siglo, un vaso de terracota re-pleto de monedas romanas de bronce en el istmo de Darién (Panamá); una moneda del si-glo II encontrada en Tennessee (Estados Unidos) o una copa semejante a las halladas en Pompeya, donde curiosamente se encuentren frescos pintados con frutos americanos como la piña tropical y el bananás.

Cada vez, está más aceptada la idea de colonias vikingas en el continente, en el año 870 los no-ruegos descubrieron y coloniza-ron Islandia. Un siglo después Erik, el Rojo, llegó hasta Groen-landia, pero fue su hijo el que llegaría a tierras americanas.

Así, en su relato describe a la vez que nombra las nuevas tie-rras: Helluland, la Tierra de Pie-dras Planas (probablemente la costa sur de la Isla de Baffin, al norte de Canadá y muy cerca de la costa oeste de Groenlandia); Markland, la Tierra de los Bos-ques (la costa sur de la penínsu-la del Labrador, que ocupa todo el noroeste Canadiense); y Vin-land, la Tierra del Vino, donde encuentra viñedos y trigo salva-je (y que probablemente no sea sino el norte de Terranova).

En esta ocasión sí fueron divul-gados los descubrimientos pero no pudieron asentarse colonias permanentes hasta el año 1010 de la mano de un tal Thorfinn Karlseni. Así lo descubrió Lán-se Aux Meadows en el extremo norte de Terranova: ocho casas de típica estructura Vikinga

David CortezMaya Titi WayraDe acuerdo con lo que se nos suele enseñar, Cristóbal Colón descubrió América, y aunque sea esto lo que nos cuenta la historia, los indicios revelan que en realidad fue el último en re-descubrir lo que ya se conocía desde antiguo.

Habría que preguntarse a qué se deben las altas dosis de ni-cotina halladas en momias egipcias, cuando la única planta con considerables dosis de esta sustancia es la conocida como el tabaco, que sólo se encontraba por entonces en América. Tam-bién intriga la similitud con los mayas, tanto en la construcción de pirámides y en la momifica-ción de sus muertos como en sus exactísimos calendarios lunares de 360 días más cinco días nefastos.

El aventurero Thor Heyerdahl construyó un barco de papiro igual a los del antiguo Egipto de hace 4 mil años, y desde África zarpó rumbo a las Américas. Su viaje fue un éxito, y quizás otra prueba de un antiguo periplo lo constituyen las embarcaciones que aún hoy se construyen en el lago Titicaca (Bolivia-Perú), idénticas, salvo que en vez de papiro son de totora.

En Paso Alto (Brasil) se halló la siguiente inscripción “Somos cananeos de Sidón”, de la ciudad del Rey Mercader, y los fenicios tampoco escatimaron en pin-tadas; así, en Ronan (Brasil) escribieron “tras un largo y pe-ligroso viaje, efectuado en cua-tro barcos, alcanzamos, junto a nuestros compañeros y treinta esclavos el desembarcadero”.

Los egipcios guardaban bajo pena de muerte el secreto de las tierras más allá del Atlántico,

quizás por eso sólo nos queden pruebas de sus viajes en la mis-ma América. Muchos investiga-dores aseguran que las ruinas de ciudades como Nichteroy, Campos y Tijuca en Brasil, en Pattee´s Cave y en el monte Show en América del Norte, son de factura mediterránea.

La tradición griega habla de colonias Celtas al otro lado del

Alonso Sánchez era un marino, al que la historia le reservaba un extraño papel. Partió desde Huel-va en 1480 con sus compañeros rumbo a las Islas Orientales, pero una tormenta desvió la nave para ir a dar con ella a las Antillas, a la que más tarde sería La Española, pero que entonces los nativos la llamaban Quisqueira.

Así hizo un mapa de la isla y la ruta para regresar a su tierra, la fortuna no lo acompañó tampoco de vuelta de modo que llegó ya moribundo a las costas de Madei-ra (isla perteneciente a Portugal). Cayó a tierra desde su maltrecha embarcación a los pies de un avis-pado marino al que contó antes de morir todas sus andanzas para entregarle el mapa, sin saber que entregaba también todo el mérito a aquel conocido como Cristóbal Colón.

Sin perder tiempo Colón empezó las indagaciones, interrogó a dos marinos de Palos de la Frontera (Huelva) que le informaron sobre cómo habían llegado al Caribe, islas dibujadas ya en el mapa de Toscanelli, que Alfonso V de Por-

tugal entregó en 1475 a Teles de Meneses.

También se trasladó hasta Bre-taña para entrevistarse con Coa-talem, marino, que había estado bajo las ordenes de Jean Cous-tin, navegante y pirata según las circunstancias, que en 1488 las corrientes ecuatoriales le condu-jeron a las costas de Brasil, y no sería sino otro más en llegar de no conocer a Pinzón.

La historia cuenta cómo consiguió Colón hacerse con una expedición hacia las nuevas tierras, aunque recurriendo a cálculos trucados, quizás para justificar algo que ya sabía y que no podía develar; no era cuestión de contar historias de marinos y naufragios que no justi-ficaban el gasto de una expedición. Así que parece que Colón fue el que aun no siendo el primero en llegar, sí fue el que hizo posible por fin la colonización europea del conti-nente americano, aunque como si fuera una maldición, él, al igual que otros muchos después, no encon-traran en la aventura americana más que penurias y un trágico fin nada acorde con sus logros.

junto a agujas, lámparas de pie-dra de estilo Islandés medieval, fragmentos de un torno de hilar, una pequeña herrería con un yunque de piedra y un horno para extraer hierro.

Oídas de una tierra más allá del mar fueron más tarde los portugueses a los que tocaría de nuevo llegar a las costas americanas guardando celo-samente el secreto. Parece que en tiempos del rey Enrique se vieron sus costas más allá de Cabo Verde y así lo reflejaron en uno de los mapas de Bianco, el veneciano, de fecha 1447 para futuras expediciones.

La excursión capitaneada por Diego de Teive en 1452, se adentró en el Atlántico Nor-te y llegó hasta Terranova; la misma tierra a la que llegarían veinte años después los nobles portugueses Vaz Cortereal y Álvaro Martínez Omen, que en realidad formaban parte de una expedición danesa, que pudo haber alcanzado la bahía norteamericana de Hudson, , si-guiendo el rastro de los relatos y los bancos de peces.

Rituales incas en los valles del Lago Titicaca en Bolivia. Foto: Ojo de Tigre

ENCUENTRANOSEN LAS SIGUENTESDIRECCIONES:

WAYUUNAIKIEL PER

IÓD

ICO

DE LO

S PUEBLO

S IND

ÍGEN

AS

5

@WAYUUNAIKI_10 VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014 E L C A M I N O D E L I N C A

WAYU

UNAI

KIEL

PER

IÓD

ICO

DE

LOS

PUEB

LOS

IND

ÍGEN

AS

6

WWW.WAYUUNAIKI.COME L C A M I N O D E L I N C A VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014

Andrés BoscánEntre el cerro Huelen, los cau-ces norte y sur del río Mapocho y la milenaria avenida Brasil se erige la incaica ciudad de Tahuantinsuyo Sur. Similar a la conformación del Cuzco, en el siglo X antes de cristo, tribus nómadas deambulaban por el litoral sureño. Según investiga-ciones arqueológicas cerca del año 800 inició el asentamiento junto al río.

Los “promaucaes” fueron so-metidos por el imperio Inca a fines del siglo XV recibiendo ese nombre. Los mitimaes (ca-bildos) se establecieron en el centro de la ciudad y de inme-diato se constituyó la fortaleza de Huaca de Chena y su santua-rio del cerro El Plomo. El esta-blecimiento Inca trajo consigo

transformaciones culturales para los mapuches, quienes empezaron a adorar al sol y la luna, a vestirse con fibras de al-godón y a trabajar la cerámica.

No es hasta el 13 de diciembre de 1450, que los españoles llegan a Santiago de Chile, re-lacionándose lentamente con los nativos. Pedro de Valdivia, en una asamblea con los caci-ques Longko Huara, Guampilla, Roquingua, Vichato, Polobanda y Biticuna, jura la fundación de la nueva colonia; los indígenas aceptaron e incluso recomen-daron que se instalara en la pe-queña isla del río Huelén, según Carlos Larrain, historiador.

Con el imperio Inca ya extinto, Santiago del Nuevo Extremo rinde honor al apóstol Santiago,

patrono de España; se constru-ye la Plaza Mayor, la catedral, la cárcel y la casa del gobernador. Ocho cuadras apenas ocupa-ba la ciudad, que al inicio de la guerra del Arauca queda des-protegida y es abordada por el ejército de Michimalonco que se oponía a la invasión ibérica.

Los pobladores junto a Inés de Suárez, esposa de Valdivia, y 55 militares españoles pusieron freno a la embestida y recons-truyeron con casas de barro y paja el pequeño poblado. Mien-tras Santiago se reconstruía Concepción empezó a tomar relevancia política y militar, pero su cercanía a los campos de batalla y su posición geológi-ca le retornó el título de capital al poblado Mapocho en 1607.

Santiago Mapuche: el último parador del Qapac Ñam

La capital chilena marcó el final de los senderos incas

Santiago Mapuche: jujalajaayamuin tuu wopükat Qapac Ñam

Bajo el suelo de Santiago

Especialistas determinaron que en la región metropolitana de Santiago se encuentran al menos 442 sitios ar-queológicos indígenas, con hasta 10 mil años de antigüedad.

Cementerios, lugares ceremoniales y residencias son algunas de las zonas identificadas por el departamento de Patrimonio Indígena del Consejo de Monumentos Nacionales.

Uno de los sitios sería un cementerio usado por comunidades locales en el periodo alfarero temprano, donde se encuentra la empresa El Mercurio, en el sector oriente de la capital chilena.

En el catastro también se incluyeron oficialmente los pucarás de Cerro Chena, de San Bernardo, y las miste-riosas piedras tacitas del Cerro Blanco, ubicado en Recoleta. Estos lugares se utilizan actualmente para reuniones de algunas organizaciones aymaras. Además, en la precordillera se identifi-caron lugares ceremoniales y túmulos o sitios de entierro con piedras. En el centro de Santiago, en las calles Ban-dera y Catedral, se catastraron sitios de residencia de comunidades en las que se localizaron numerosos utensilios.

Se regocija por el reconocimiento

“Orden al Mérito” conferido a nuestro

centro turístico y ratificamos nuestro compromiso para

la promoción del desarrollo

económico sustentable,

consolidando al Zulia como “un Destino Brillante”.

RECONOCIMIENTO A LA CONSTANCIA Y LA EXCELENCIA

PARADOR TURISTICOEL TROMPO

Carretera Nº 6 Troncal del CaribeCabecera del Puente Guajira Venezolana (sobre el río Limón).

Puerto Mara – Municipio Mara, Venezuela. Teléfono: 0416 9665606.

WAYUUNAIKIEL PER

IÓD

ICO

DE LO

S PUEBLO

S IND

ÍGEN

AS

7

@WAYUUNAIKI_10 VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014 E L C A M I N O D E L I N C A

Señor(es) ALCALDÍA DE MAICAO

NOTIFICACIÓN

AVISO DE COBROEl periódico WAYUUNAIKI, en virtud de sus atribuciones, informa al

ciudadano Eurípides Pulido Rodríguez, ALCALDE DE MAICAO, y/o al personal administrativo de dicha instancia gubernamental que tiene en mora el pago de las facturas Nº 0236 y 0259, correspondientes a los

mesesde Junio y Julio del año 2013. En tal sentido solicitamos la revisión del caso, bajo exhorto

al ciudadano alcalde para su inmediata cancelación.

Rosa LópezLas reseñas históricas señalan que hace 10 mil años llegaron al territorio guajiro los primeros pobladores pertenecientes a la familia lingüística arawak, le siguie-ron los chibchas y caribes que desplaza-ron a otros. Según Weildler Guerra Cur-velo, antropólogo wayuu, los españoles dieron nombres que no eran los autos-denominativos a los diferentes pueblos indígenas de Abya Yala.

Los ibéricos llamaron kuna, en el Darién, a los tules; en la Sierra Nevada denomi-naron arhuacos, a los que eran pueblos distintos: wiwa, ika, wiuntukwa y koguis; los de la Serranía del Perijá recibieron el nombre de motilones por su larga cabe-llera, cuando en realidad eran yukpas; en el caso de La Guajira, los nativos (Ata-naos, Cunares, Guanebucanes y Cocinas) fueron designados guajiros, término ex-tendido hoy para todo wayuu.

En la medida en que las organizaciones indígenas y el Estado han impulsado el reconocimiento de los derechos, se ha permeado la autodenominación con concepto propio, como lo contextualiza Guerra Curvelo, “durante mucho tiempo fueron llamados esquimales, a los que verdaderamente son los inuit. Estas re-ferencias demuestran que no siempre los nombres con los cuales son conocidos los pueblos, son los que ellos se dan a sí mismos, porque estos vienen de una de-nominación colonial”; muy característico de los imperios y las potencias.

Así mismo el continente recibió el nom-bre de América, por el cartógrafo italiano, mientras que los indígenas del Perú le lla-maban Tahuantinsuyo, y los de América Central, Abya Yala.

Las desavenenciasEl proceso de invasión fue violento des-de su concepción militar, lo que implicó la desaparición de muchas etnias, tal es el caso de los tainos. En la segunda mi-tad del siglo XVI, millones de indígenas habían muerto en el Caribe, producto no solo de las batallas y la esclavitud, sino por enfermedades como la viruela, o al menos eso es lo que cuenta la historia.

La resistencia ocasionó migraciones, aquellos del litoral se resguardaron en la sierra, los bosques y la selva preserva-ría su estirpe. A toda esta situación, los wayuu resistieron en medio de un con-texto social no tan homogéneo como el de ahora. Los cocinas nunca aceptaron

Ika, kankuamos, koguis, wiwas, cariachil, guanebucanes, caquetíos, guajiros, cocinas, makuiras,

eneal, anate y coanao, son algunas de las familias indígenas que tuvieron asentamiento en lo que hoy se

conoce como el Departamento de La Guajira

Autodenominación para la descolonización

El proceso misionero y la instauración de la República despojó la esencia cultural

Wayuwaa waneepia jumaa taashii julu’u wakuaitpa julia washatuin naata akuaitpa

el pastoreo como modo de vida y poste-riormente contrajo disputas por el gana-do. Los conflictos internos entre etnias sentencio su desaparición a principios del siglo XX.

Las leyendas alaban las grandes cons-trucciones de los guanebucanes, diver-sos cronistas hablan sobre la estética de su vestimenta y las joyas con las que decoraban su cuerpo; la codicia española exterminó su legado.

Hijos de Dios y la ConstituciónEn la época colonial y posteriormente la republicana los wayuu tuvieron que enfrentar procesos imperativos que pu-sieron en peligro su propia cultura. La presencia misional por diferentes sectas religiosas impuso el cristianismo y se-dentarismos.

Bajo razones de dominio los indígenas tuvieron que vivir “bajo policía y el toque de campana”, eso decían en el siglo XVIII. Si ellos eran sedentarizados se le podía poner impuesto y tributar a la corona. Según los obispos católicos, los wayuu te-nían que ser “hijos de la República y de la Iglesia”, dicho de otra manera, eran hijos de Dios y de la Constitución.

El pueblo wayuu tomó del cristianismo una serie de signos como las cruces y los bautizos, pero muy poco los matrimo-nios, en realidad un cristianismo exterior, porque jamás perdieron su visión cos-mogónica de la creación del mundo, las plantas y los animales.

La visión global nunca perdió vigencia entre los chamanes y el núcleo familiar, a pesar de realizar prácticas prestigio-sas de entierros, con sacerdotes y todos los ritos cristianos, sin embargo, cuando los indígenas se acogían a la religión, re-cibían una serie de prebendas como ga-nado y diferentes elementos materiales para estimularlos.

Existen registros del siglo XIX que dejan constancia del bautizo de los wayuu y sus recompensas: gallinas y cerdos, al hecho le tomaron ventaja y se bautizaban cinco y hasta seis veces, con tal de obtener su regalo.

El proceso evangelizador en la actualidad debate las razones del ser y el cosmos visto desde la óptica wayuu y la que posi-blemente dice la palabra de Dios, el senti-do de ser de la tierra parece desaparecer en la era postmoderna.

Mural de Diego Rivera Foto: Archivo

“Indígenas del nuevo mundo” de Theodoro Bry Foto: Archivo

WAYU

UNAI

KIEL

PER

IÓD

ICO

DE

LOS

PUEB

LOS

IND

ÍGEN

AS

8

WWW.WAYUUNAIKI.COME L C A M I N O D E L I N C A VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014

Andrés Boscán Aunque la historia fuese escri-ta por una sola de las partes, la América indómita gozaba de esplendor y esencia propia. A tan sólo 38 años de que los “ajenos”, procedentes del este, surcaran las aguas del Caribe; una tropa de 200 hombres en promedio se desplazaba hacia la región de Tumbes desde las tierras panameñas: el Tahuan-tinsuyo era el destino y Ata-hualpa el flanco.

La postal de Cajamarca en la faena no sólo contempla el áni-mo de los contendientes con el apóstol Santiago desenvainado su espada apoyando a los espa-ñoles ni la profecía de Huayna Cápac sobre la aparición de hombres blancos y barbudos apoderándose del imperio. Tampoco vislumbra superio-ridad de la pólvora sobre el arco y la flecha, o el miedo que infundía la caballería frente a la numerosidad de los nativos. Las tácticas militares no se comparan con los combates indígenas en la selva, abriendo hoyos en los llanos y apuntan-do a los equinos.

Según los historiadores, cuatro factores impulsaron a los espa-ñoles a invadir el actual Perú. La Corona había dado armas y uniformes a centenares de aberrados sociales y les había puesto en el mal llamado “Nue-vo Mundo”. El sur de Abya Yala era cuna de uno de los impe-rios más predominantes desde los orígenes, de infinita filoso-fía y profunda sapienza.

Los Hijos del Sol gozaban de riquezas (oro, plata y piedras preciosas) muy tentadoras bajo los conceptos que se con-cebían al otro lado del océano, sin embargo, las tácticas po-líticas, militares y científicas superaban la ambición de unos cuantos hombres.

La teoríaNorma Ferreiro, en su artículo “Trascendencia de la conquis-ta del Tahuantinsuyo”, publi-cado en la revista de historia de la Universidad Católica del Perú, expuso: “la ambición de España de encumbrarse a la categoría de primera nación de Europa, culmina su acariciado ideal al intervenir exponencial-mente en la conquista y coloni-zación de los más ricos territo-rios del Nuevo Mundo, sede, a su vez de los dos imperios más famosos de la América Preco-lombina: Tenochtitlán (Méxi-

Tahuantinsuyo: ¿invasión o

derrocamiento?

co) y Tahuantinsuyo (Perú)”; una razón muy a tono con la crisis económica que sufría Es-paña en el siglo XV.

El país ibérico, para muchos, poseía bajo la manga un as he-redado por los árabes cuando invadieron Castilla: las tácticas bélicas y la pólvora que signi-ficaron una avanzada en los campos de batalla; así mismo, el valor científico de la brújula desarrollando la cartografía de los mares y la tierra, que con-trarrestaba el instinto de los originarios.

Para Ferreiro, el factor religio-so fue sin duda la consagración de la invasión, aunque fuese la iglesia católica defensor de los pobladores indígenas ante el abuso de los militares penin-sulares. Fue el proceso evan-gelizador quién extinguió las esencias culturales y filosófi-cas, entrelazando así los inte-reses políticos y económicos de España y Portugal, reinados eminentemente adscritos al mandato de Dios.

Coyuntura Inca El dominio del Tahuantinsuyo no sólo estuvo enmarcada por la “superioridad tecnológica”: armas de fuego versus arcos y flechas, o el uso del caballo y del perro para la movilización y emboscadas; sino la diatri-ba política dentro del imperio incaico. Raúl Porras Barrene-chea, catedrático, devela tal vez uno de los primeros indicios de corrupción: la selección del Inca (Emperador) se realizaba mediante elecciones entre los

hijos más aptos y con compe-tencias para el mandato, por lo tanto, luego de la muerte de Huayna Cápac, sus hijos: Huás-car y Atahualpa, sostuvieron una guerra fratricida que afec-tó la gobernabilidad de la Tie-rra del Sol.

El legado de los orejones de Pachacútec y Túpac Yapanqui se convirtió en una sobria y

virtuosa casta militar, sin em-bargo, el gobierno de Huayna Cápac empezó a mostrar sus costuras restándole ímpetu a las legiones quechuas, lo que decretó la conquista de Quito como el principio del fin del imperio.

Las tropas militares apenas si podían someter los nuevos territorios, su educación ya no contemplaba abstinencia car-nal, privaciones y trabajo en los campos, sino riquezas y poder. Las fortalezas del imperio se fracturaron luego que el ejército Inca no lograra arrodillar a los cayambis. La muerte de Huayna Cápac, no sólo dejo vicios y de-cadencias envueltas en fausto, sino que heredó a Huáscar, ca-rente de firmeza para conducir el heterogéneo imperio.

Los enemigos, la indisciplina y la desobediencia se carac-terizaron durante el mandato del Hijo del Sol, enemistando a Cuzco con Quito, tal como recoge en sus investigaciones, Yasmín León Ponce, “Francis-co Pizarro, al llegar a Tumbes, encontró una ciudad destruida y saqueada. Le informaron que fue a causa de la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa”.

La separación del territorio permitió a Atahualpa, hijo ilegitimo, tomar control de la región norteña y acabar con el despotismo de la capital, “Pi-zarro se unió a los huascaristas para enfrentar a los atahualpis-tas, aunado a las rebeliones de muchas etnias que se negaban a seguir sometidas”.

Las traiciones, la cobardía y la incapacidad generaron una verdadera rebelión, y según Pedro Pizarro, historiador, el alto mando militar de ambos príncipes fue capaz de ultrajar momias y violar vírgenes del legendario caudillaje.

En tan sólo 10 años de la muer-te de Huayna Cápac a causa de la viruela, según Cieza de León, los jóvenes disolvieron el Terri-torio del Sol, incluso antes de que Francisco Pizarro, coman-dante de la expedición hacia el Tahuantinsuyo, llegara a Tum-bes.

Historiadores exponen cuatro factores trascendentes para la desaparición del imperio Inca

Tahuantinsuyo: ¿Ashutuna o’ütchiijee ayujaaushi nakuaitpa?

El proceso evangelizador consagró el dominio español sobre el territorio Inca. La crisis económica y política de España instauró las expediciones militares en América. Huáscar y Atahualpa llevaron a

la guerra civil a los pobladores del Tahuantinsuyo

Plaza Manco CápacEn honor al fundador del imperio Inca, Manco Cápac, el 25 de abril de 2013, se reinauguró la plaza central de Lima, con un monu-mento de 18 metros de altura y una extensión de 21 mil 500 me-tros cuadrados.

La obra se convirtió también en el museo abierto más grande de Perú y contempla estatuas de los héroes incas, baños subterráneos, cafetería y muros de exposición de 24 metros de largo por cinco de ancho, que incluye un sistema de iluminación Led incorporado. El proyecto se cotizó en más de seis millones de dólares.

WAYUUNAIKIEL PER

IÓD

ICO

DE LO

S PUEBLO

S IND

ÍGEN

AS

9

@WAYUUNAIKI_10 VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014 E L C A M I N O D E L I N C A

Yessica Aguilar La división del imperio del Sol no sólo estuvo marcada por la guerra civil entre Atahualpa y Huascar, hijos de Huayna Capac. Cajamarga fue testigo en 1533 de la arremetida de Francisco Pizarro, general español, junto a 160 soldados quienes buscaban la cabeza del usur-pador Inca. Mientras el hijo legitimo del último Sapa, Huascar, se encontraba detenido en los calabozos del santuario imperial, las tropas Quizquiz y Rumi-ñahui luchaban contra los invasores para preservar, no solamente Quito, nueva capital de la Tierra del Sol, sino el imperio mismo.

Quito: manzana de la discordia y la traición

La usurpación del Inca desató la guerra civil antes de la llegada de los españoles

Quito: jia jikiika’aya atkawaa jumaa aitkirawaa

Según Sarmiento Gamboa, historiador, la detención de Huascar fue producto de la traición, puesto que había

establecido alianza con los españoles para recuperar el trono, conservar Quito y asesinar a Atahualpa

La invasión de los pueblos del norte no sólo fue a través de la guerra, según Sar-miento Gamboa, cronista del linaje in-caico, la detención de Huascar fue pro-ducto de la traición, puesto que había establecido alianza con los españoles para recuperar el trono, conservar Quito y asesinar a Atahualpa.

Investigaciones para la película “Ata-hualpa, la caída del imperio Inca” tiran por tierra la versión del secuestro de Huascar, y aseguran que los españoles tomaron como rehén a Atahualpa, que había vencido a su hermano, para nego-ciar oro y tierras. Se prevé que el estreno se realice durante este año.

El actual Ecuador empezó a formar par-te de Chinchaysuyo luego del matrimo-nio de Huayna Cápac con Quilago, con-

siderada princesa del pueblo Caranqui, sin embargo, las relaciones comerciales de los paltas, malacatos, calvas y chapa-rra con Cuzco marcaron con anteriori-dad la dependencia al imperio, de allí el surgimiento del Qapac Ñam en el terri-torio.

La sierra ecuatoriana desde el Nudo de Azuay hasta el norte, resguarda entre sus colinas el camino del Inca, por los senderos transportaban ajo, algodón, sal y coca; mercancía desde los campos y la costa hasta las grandes ciudades. Según los cantos indígenas los chasquis (mensajeros) durante la guerra fueron

amos de las sendas, quienes informaban al emperador lo ocurrido en los campos de batalla.

Las inclemencias del clima y los desafíos del terreno obligaron a los ingenieros Incas a desafiar el complejo sistema. Si-milares a Cuzco, los puentes hechos de fibras naturales como mimbre (tasca, lloque, ichu o chchacomo) y las grandes terrazas marcaban las rutas zigzaguean-tes de las montañas, para comunicar pueblos como los kichwa, que llevaban textil artesanales a la capital.

Retrato de Atahualpa en el Museo de Historia de Brooklyn, Nueva York. Foto: Archivo

WAYU

UNAI

KIEL

PER

IÓD

ICO

DE

LOS

PUEB

LOS

IND

ÍGEN

AS

10

WWW.WAYUUNAIKI.COME L C A M I N O D E L I N C A VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014

Los “suyos” cardinales de la ciudad de los templos

La milenaria Machu Picchu esconde entre su arquitectura los vestigios de poder

Naa “Suyos” pienchituwa ji’ipapa’a nepiapala yala eerein

Andrés Boscán Los 130 kilómetros de distancia entre Cuzco y Machu Picchu, son suficientes para descubrir la grandeza milenaria del poderío Inca, la misma que le dio forma a más de 30 mil kilómetros del Qapac Ñam.

El templo del Sol y la habitación de las Tres Ventanas conservan entre su ar-quitectura la compleja filosofía de los antiguos pobladores de la ciudad de los templos. Los altos de las montañas denominados el barrio Sagrado, pre-servan los santuarios hacia los dioses y las grandes obras de sillar pulido que calzan perfectamente entre piedra y piedra.

Mientras que Machu Picchu se erigió como la ciudadela agrícola y de relación cósmica con el universo, Cuzco se con-solidaba como la capital político-militar del que sería, uno de los imperios más extensos de Abya Yala; los puntos cardi-nales darían control económico.

Los “suyos” eran las cuatros regiones que integraban la Tierra del Sol: Chinchaysu-yo, al norte integrado por las etnias chin-cha, chimúes y yungas; Collasuyo, en el sureste habitado por los aimaras, collas y puqinas; Contisuyo, hacia el suroeste ocupado por los conti y collaguas; y final-mente Antisuyo, en el oriente amazónico fundado por los antis.

Desde la actual plaza de Haukaypata se desprenden los senderos del llamado “Camino del Inca”, marcando la acti-vidad comercial, productiva, militar y religiosa del antiguo Perú, que por tra-tarse del centro poblado más grande del imperio la ingeniería no escatimó en el diseño de carreteras, puentes y edificios de finos acabados.

El territorio contempló un contexto geo-gráfico complejo desde la costa cálida hasta la selva espesa, atravesando las

Chinchaysuyo, al norte; Collasuyo, en el sureste; Contisuyo, hacia el suroeste; y Antisuyo, en el oriente

amazónico, se consolidaron como las regiones de colonización Inca. La vida económica, política y militar se

desarrolló a través del Qapac Ñam

cumbres andinas; los españoles nunca conocieron tal esplendor administrativo.

La ciudad de los andenes, las escali-natas y las fuentes de agua gozaba de una estructura social compleja, donde también hacia vida una clase popular, trabajadora del campo y al servicio del emperador. Los vestigios de esta cos-mopolita supraterrenal muestran a los pies de la montaña pequeñas viviendas, talleres de orfebrería, carpinterías y es-tablos para el ganado que en su tiempo sostuvieron al imperio andino.

Sin embargo, la primera piedra del sendero incaico condujo a los templos de Pachacámac y el Apu Pariacaca, de mano de entidades políticas de alta complejidad como Tiahuanaco o Huari, que en menor escala fueron interconec-tando centros de culto y poblados entre las costas peruanas y los picos nevados; las diatribas políticas y la guerra no les permitió ampliar la extensión de los ca-minos que tiempo después fundaría a Cuzco.

El Kkhapakk Ñan “Camino de los Qhapaq”

Es un camino que une los puntos de las redes llamados C´ejes (conglo-merado armónico de ayllus), que están ubicadas en proporciones geometricas de la irradiación de la Jach´a Qhana o más conocido como Chakana.

Preservación de la historia indígena

El gobierno peruano prevé inau-gurar dentro de dos meses el Gran Museo del Tahuantinsuyo, valorada en 100 millones de dólares, y que se construye cerca de la fortaleza de Sacsayhuamán, entrada de la ciu-dad imperial.

Jorge Acurio Tito, gobernador de Cuzco, detalló que el centro de ex-posiciones gozará de 500 hectáreas y simbolizará la relación cultural de las etnias peruanas y la antigua civi-lización del Cuzco.

La exposición inaugural contem-plará piezas de Machu Pichu de-vueltas por la Universidad de Yale y la recopilación de todas las obras históricas de diversos templos de la ciudad.

Se discute que se asigne el 15 por ciento, de los 59. 7 millones de dó-lares que genera la ciudadela Inca cada año por concepto de turismo, para mantenimiento y autogestión del centro arqueológico.

WAYUUNAIKIEL PER

IÓD

ICO

DE LO

S PUEBLO

S IND

ÍGEN

AS

11

@WAYUUNAIKI_10 VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014 E L C A M I N O D E L I N C A

El Katari:creación delcosmos y elindianismo

Chii Katari: Jukumajaiwa’aya tuu kasa eekalü namaa wayuu

Inka Waskar ChukiwankaEl Qhon Tiki es el “rayo primigenio fun-damental del universo” que se desplegó en forma de víbora de fuego con alas (Ninakatarl). De un lugar a otro en el cos-mos, luego de crear a las estrellas, al sol; a los planetas, a la tierra y a la luna; todo dentro de la vía láctea, que también tiene la figura de serpiente y se le denomina desde la antigüedad Jawira o Mayu (río). Así mismo creó las rocas, plantas, anima-les y a los humanos.

El cronista Waman Puma dice: “estos primeros indios adoraron al Tiksi Uira cocha, el señor fundamental y primario - que era nada menos el Qhon Tíksi o Tiki- cuando el Qhon Tiki, con su luz blanca y desplegada en los colores del arco iris, como una serpiente de fuego de colores, al llegar a la tierra se convirtió en piedra y luego en la serpiente constituyéndose así los orígenes de todo.

La teoría del Katari no se le ha compren-dido desde 1952, debido a que su signi-ficado original se le ha relacionarlo con la serpiente maligna sin alas de la Biblia. No se le confundir con el Catarismo de los partidos ni con el Tupajcatarismo de los sindicatos, ambos de tinte indigenis-ta, pero que surgieron con desviaciones teóricas sin comprender el verdadero mensaje.

La filosofía del Indianismo explica la esencia y los fines de la teoría de la ser-piente alada a partir de una fundamen-tación del origen y del devenir de la vida comunitaria, que permitiría comprender el desarrollo socioeconómico de las na-ciones indígenas compenetradas en el Estado Multinacional del Tahuantinsuyu.

La fertilidad de la tierraCuando fueron creadas las naciones por Qhon Tíki, en base a las piedras proce-dentes del rayo, dándoles sus colores, sus vestimentas, sus idiomas y sus lugares a cada uno, estas emergieron como ser-pientes humanas. Por ello hasta el día de hoy se mantiene la referencia del reptil como la formación de un ser viviente.

Arqueología espiritualEl qalawawa (monolito) con barbas que se encuentra en el centro del templete semisubterráneo, lleva en un unode sus costados un Katari con el rostro clásico de la serpiente. Dicho rostro es una re-presentación principal del origen y el de-venir de la vida y se encontrará en el hu-mano Sol o el Willka, ubicada en la parte central de la llamada Puerta del Sol.

La figura y estilización de la serpiente se establece en la parte central del fresco tallado en piedra; cuerpo, manos y en la escalinata. En uno de los 29 rayos que se desprenden se encuentra una cabeza de serpiente con tres plumas de aves coloca-das encima. Esto se lo recuerda al Qhon Tiki creador y dador de la vida.

Los rayos que salen del rostro del Wi-llka son las 24 serpientes, con cabezas de antenas y pumas expresados en los 17 rayitos de sol y en las seis cabezas de puma. Representan simbólicamente a las 24 naciones principales esparcidas en los cuatro puntos cardinales y en forma de 24 hombres águilas acompañan a los dos costados del Willka, los dos ojos del dios son del puma con alas.

En el centro del pecho del Willka, se en-cuentra el Katari--Cóndor, con la cabeza de serpíente, el cuerpo de siete triángu-los y en la cola lleva tres plumas del cón-dor, en si la figura estilada va de derecha a izquierda denotando el curso sideral y cósmico del rumbo existencial, constitu-yéndose en el taypi o medio del mundo dentro los cuatro partes del tiempo y es-pacio. En el extremo de la falda del Willka se ven seis rostros de serpientes de agua.

El pueblo chimane tiene su origen en aquella lombriz que se transformó, así también los demás pueblos indígenas del Amazonas y de la Plata ubican su origen en la serpiente, con alas y sin ellas.

La Pachamama Oraqe es fecundado por los rayos serpenteantes del Pachatata Inti, que se convierten en lluvias o en el semen esparcido y los hijos son las rocas, plantas, animales y humanos que son amamantados con la leche de los mon-tañas, los pechos de la Pachamama, y la leche son las aguas de los ríos, ahí en la cima del pecho, debajo de una piedra vive el Katari y saldrá en forma de rayo para anunciar con los vientos, la presencia de las lluvias y la buena cosecha en la piel de la Madre.

El Katari anuncia las lluvias y se convier-te en los ríos serpenteados y en los lagos protegidos por los sapos, por el anuncio de la serpiente tenemos buena cosecha, comida y vida, siendo la serpiente el propiciador de alimentos y de nuestras vidas. El Katari controla el clima, en sí es el regulador de la naturaleza y de la so-ciedad.

El nombre de Katari viene de Qallari (Principio), que cuando el rayo llegó a la tierra al transformarse se arrastra, se lo llamó Qatati y luego en Qatari, “el que se arrastra por el suelo”.

WAYU

UNAI

KIEL

PER

IÓD

ICO

DE

LOS

PUEB

LOS

IND

ÍGEN

AS

12

WWW.WAYUUNAIKI.COME L C A M I N O D E L I N C A VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014

WAYUUNAIKIEL PER

IÓD

ICO

DE LO

S PUEBLO

S IND

ÍGEN

AS

13

@WAYUUNAIKI_10 VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014 E L C A M I N O D E L I N C A

El “Corazón de la tierra” sobre las aguas del Texcoco

La instauración de un sistema económico permitió la gobernabilidad durante más de siete siglos

Tuu “jainkalü Mma” jirokusü juwuinñse Texcoco

Andrés Boscán Cuentan los cantos legendarios que del norte, “lugar de las garzas”, llegaron los guerreros nómadas en busca de la tie-rra prometida de Huitzilopochtli. Hay otros que dicen que los desterrados ya no serán más hijos del dios aztlán, quien convertido en ave los apodo mexicas. La creencia describe 100 años de travesías hacia el sur hasta encontrar los islotes a orillas del lago de Texcoco.

Los estudios arqueológicos muestran una Tenochtitlan consolidada para el año 1150 después de cristo, luego que la disuelta ciudad de Tollan (Puebla) hicie-se alianzas con los nativos para vencer a los olmecas y ocupar el altiplano central. Los chinampas (jardines flotantes) co-menzaron a crecer en las aguas del lago cuán rápido el imperio por mandato supremo: “asentaos, repartios, fundad señoríos por los cuatro caminos de la tierra y las aguas”.

Lo sagrado y lo profano comenzó a eri-girse, la plaza principal y los templos ocuparon la isla de Tenochtitlan, mien-tras que los nobles y los esclavos las afueras de Tlatelolco. Las piedras a las orillas del pantano como: tezontles, ba-saltos, andesitas y calizas, comenzaron a elevarse en pirámides y templos sobre estacas de maderas clavadas en el lecho, los canales comenzaron su proceso.

Poder económico para el desarrolloLa política fue fundamental para la ex-pansión del Estado Mayor, la hegemo-nía imperial se consolidó bajo la alianza entre Texcoco, Tlacopan y Tenochtitlán, sin embargo los nuevos territorios se consagraban sólo bajo concepto eco-nómico (pago de impuesto) lo cual permitía preservar la cultura, religión, funcionarios y lenguas, a menos que el asentamiento fuese considerado punto estratégico ante las rebeliones.

“Asentaos, repartios, fundad señoríos por los cuatro caminos de la tierra y las aguas” ordenó Huitzilopochtli

a sus hijos aztlán antes de erigir Tenochtitlan. El sistema económico basado en el trueque e impuestos impulso el desarrollo de los 500 mil kilómetros cuadrados que

ocupo el reinado azteca

y los sacerdotes, sino que se destinaba para la construcción de carreteras y nuevos cultivos. Esa misma actividad económica extendió el imperio a lo lar-go de 500 mil kilómetros cuadrados, desde el valle de Toluca hasta los actua-les estados de Guerrero y Oxaca, y des-de la costa de Chiapas hasta la frontera con Guatemala.

Por tratarse de una ciudad sobre las aguas, imaginar al “corazón de la tierra” como una Venecia mesoamericana, no dista de realidad, “Los aztecas apro-vechaban las corrientes fluviales para transportar grandes cargas de cultivos y piedras para la construcción, así como muros de contención para almacenar el agua dulce de los ríos en las desemboca-duras y surtir el acueducto de Tenochtit-lan, ya que el lago era salado”. Las escul-turas monolíticas encontradas durante la edificación del Zócalo de la ciudad de México (Plaza de la Constitución), des-criben el uso de la rueda y molinetes de agua, sin la ayuda de animales de carga, trabajando la tierra.

Reconstrucción de la historiaEs la arqueología y los cantos aztecas quie-nes se han encargado de rescribir la histo-ria milenaria, esa historia fracturada ante la llegada de Joaquín Cortez, comandante español, el 8 de noviembre de 1519.

El último eslabón azteca Xochimilco y sus alrededores tie-nen un gran valor ecológico, cultu-ral e histórico, el 4 de diciembre de 1986 fue declarado Zona de Monu-mentos Históricos junto al lago de Chalco. Un año más tarde la Organi-zación de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) lo declaró Patrimonio de la Humanidad por sus extensas chi-nampas y su esencia étnica.

Durante la invasión española, el lugar tuvo un destacado auge en la historia, ya que según la leyenda Cuauhtémoc visitó la laguna para conseguir ayuda en defensa de Te-nochtitlan. Allí sembró el sabino que aún existe en el actual barrio San Juan, pese al arrasó invasor du-rante la tercera fase de ocupación.

Apochquiyauhtzin, tlatoani (prín-cipe), gobernó Xochimilco hasta 1541 bajo el nombre impuesto de Luis Cortés Cerón de Alvarado, el virreinato no le consideraba una amenaza. Xochimilco mantenía un intenso comercio con la Tenochtitlan y tam-bién era el paso de las trajineras que se dirigían desde los pueblos más orientales de los lagos durante la colonia. Como para la mitad del siglo XVI, los lagos del sur del valle habían quedado aislados, la única vía fluvial entre Xochimilco y la ca-pital era el canal de la Viga.

Miguel León Portilla, en su libro “Vi-sión de los vencidos” aseguró que fue la relación comercial la que consolido el imperio azteca, con su conocimien-to sobre el cero y entendimiento de las matemáticas establecieron un sistema económico.

Aunque surgen debates sobre el tipo de sistema, el trueque era el método monetario, sin embargo, el pago de impuesto no sólo mantenía a la realeza

Recientemente el Instituto Antropológi-co de la Universidad Autónoma de Mé-xico presentó una de sus investigaciones tituladas “La Gran Tenochtitlan”, donde se describe que los españoles corta-ron el suministro de agua de la ciudad, obligando a los mexicas a abandonarla, luego que durante la “Noche Triste” el pueblo azteca venciera al ejército espa-ñol, “en ese momento Moctezuma ya no era el tlatoani del imperio por traidor, su pueblo lo apedreó hasta su muerte, y el joven Ahuizotl comandaba la resisten-cia. Fue la falta de agua dulce la que obli-go a los mexicas a abandonar la capital que luego sería devorada por las llamas de los enemigos”.

Antigua Tenochtitlan. Foto: UAM

WAYU

UNAI

KIEL

PER

IÓD

ICO

DE

LOS

PUEB

LOS

IND

ÍGEN

AS

14

WWW.WAYUUNAIKI.COME L C A M I N O D E L I N C A VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014

WAYUUNAIKIEL PER

IÓD

ICO

DE LO

S PUEBLO

S IND

ÍGEN

AS

15

@WAYUUNAIKI_10 VENEZUELA - COLOMBIA EDICIÓN ESPECIAL 12 DE OCTUBRE 2014 E L C A M I N O D E L I N C A

“La Ruta Milenaria Wayuu del Sur” un patrimonio ancestralde la Guajira

Tuu “La Ruta Milenaria Wayuu del Sur” jia jutchiinka’aya junain jumaiwajatuin wakuaitpa ya’yaa wajira

Manuel Román FernándezLa “Ruta Milenaria Wayuu del Sur”, en los lugares más apartados de la península, fue hallada recientemente, precisamen-te en abril del presente año, durante un exhaustivo trabajo de investigación en la Guajira. Se trata de un camino antiguo que utilizaron los ancestros para comu-nicarse con los demás pueblos indígenas del sur del continente.

Durante días de recorrido y de observa-ción de varios sitios, indagando acerca de la cultura wayuu, los habitantes de la zona me guiaron hacia la playa, antes de llegar a ella llama mi atención un came-llón forrado de caracoles en línea recta con dirección de norte a sur y de varios kilómetros, tantos que a pie fue imposi-ble caminarlo.

Muchos abuelos mencionaban el antiguo camino de los wayuu cerca de la costa, toparse con el histórico camino ancestral era cuestión de observación y de simple curiosidad. El redescubrimiento históri-co digno de realzarlo como patrimonio del Gran Pueblo wayuu es una obra de ingeniería ancestral.

Los viejos hablan de la existencia de va-rios senderos ancestrales, una la “Ruta Milenaria Wayuu del Sur”; también se ha dicho de otras más, una que viene de la Alta Guajira: desde Nazareth pasando por Siapana, Ayujuuy (hoy Aalasü), Jalaa-la (media Guajira), cruzando más hacia el norte del poblado de Uribia, y que condu-ce hacia el Oeste, permitiendo las buenas relaciones con los pueblos indígenas de la Sierra Nevada y las costas del Caribe colombiano.

La descripción del hallazgoLa “Ruta Milenaria Wayuu del Sur” es un camino de arte por su forma y técni-ca. Hecho a base de conchales marinas y cruzando zonas de difícil acceso bordea la costa, de donde obviamente se ob-tuvo la materia prima de tan compleja vialidad terrestre. El propósito fue llegar a los lugares más apartados del sur de la Guajira y comunicarse con los demás pueblos indígenas para mayor facilidad en el intercambio económico de la nación wayuu mediante la práctica del trueque.

Los brocales del camino tienen una gro-sor de 30 centímetros a un metro, es allí donde lo definen las conchas, con una an-chura de dos metros y que va en paralelo al sendero en terrenos regulares, como también en zonas intrincadas en la de caño los Guacos, cerca de Waruttain, y en

Los caminos tejieron la relación de los pueblos originarios, la mayoría de estos con el pasar del tiempo son parte de las vialidades existentes y otras se encuen-tran en el olvido, como lo es la “Ruta Mile-naria Wayuu del Sur”, llamado así por su dirección e interconexión con el sur.

Los indígenas wayuu seguían un proce-dimiento casi idéntico en todas partes: cuando un grupo familiar tenía que des-plazarse a otro sitio, lo hacían tomando la ruta milenaria del camino wayuu, e iban en grupos para confrontar riesgos y peligros, bien de las fieras salvajes en algunas zonas como de las acciones beli-cosas de los kusina.

Puerto Sa’awa, donde es más visible. En promedio la zanja (la vía) tiene 10 me-tros de ancho entre los muros.

Aparentemente no es el único camino que hay, al occidente de la salina es visible algo similar, pero los médanos lo ocultan y las inclemencias del clima la deterioran. Rafael Fernández Uraliyuu, de 70 años, asegura haber nacido cerca del lugar, al norte de A’yajuuy, y desde que tiene uso de razón cuenta: “desde que era niño, mis abuelos me contaban de lo viejo que es éste camino (Jupuna wayuu junain ayaa-taa cha’ya Uucho’umuin, paala jumaiwa

eere naa Kusinakana), que servía para ir hacia allá -señalando hacia el sur-, donde están los kusina, lejos de aquí, y comer-cializar con ellos. Siempre lo hemos visto así, es un camino ancestral”.

Interconexión nativa en AméricaEs de afirmarse que ningún pueblo in-dígena en América estuvo aislado de los otros pueblos antes de la invasión espa-ñola, al contrario, tuvieron estrechas rela-ciones entre ellos, que hasta manejaban las mismas lenguas y códigos de comuni-cación para entenderse y resolverse con-flictos de forma solidaria.

RIOHACHA

CABO DE LA VELA

MANAURE

PUERTOVIRGEN

PUERTOESTRELLA

PUNTAESPADA

CAIMARECHICO

CASTILLETES

RUTA MILENARIAWAYUU DEL SUR

OTROS CAMINOSDE LA ALTA GUAJIRA HACIA EL OESTE

GOLFO DELA GUAJIRA

LEYENDA

URIBIA

LA RUTA MILENARIA WAYUU DEL SURInfografía digital: Carlos Raffe

Importante hallazgo arqueológico

AHORA SOMOS WWW.WAYUUNAIKI.COM

A Ñ O X I V - N o . 1 8 6 V E N E Z U E L A C O L O M B I A , O C T U B R E 2 0 1 4 - D L P P 2 0 0 0 0 1 2 U 6 3 7 - I S S N - 1 3 1 7 - 1 2 7 5 . B s . F . 2 0 , 0 0 / $ 3 0 0 0

Comuníquese con nosotros

Colombia:315-7588148

Venezuela0261-7629828

wayuunaiki_10