periódico wayuunaiki edic 187/nov-2014

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WWW.WAYUUNAIKI.COM AÑO XIV-No. 186 VENEZUELA COLOMBIA, NOVIEMBRE 2014 - DL PP2000012U637 - ISSN-1317-1275. Bs.F. 10,00/$3000 13 14 La visión y el esfuerzo femenino detrás de Semtur 134 años de Paraguaipoa Lea Crónica del Cambio , líneas que escribirá Jayariyú Farías Montiel, sobre temas actuales que motiven la transformación de las realidades ROSTROS DE RIOHACHA La ciudad del río consagrada bajo la interculturalidad JU’UPUNAAIRUA SÜCHIIMA

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El retrato de la ciudad del río muestra entre sus perfiles el rumbo de sus 470 años.

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AÑO XIV-No. 186 VENEZUELA COLOMBIA, NOVIEMBRE 2014 - DL PP2000012U637 - ISSN-1317-1275. Bs.F. 10,00/$3000

13 14

La visión y el esfuerzo femenino detrás de Semtur

134 años de ParaguaipoaLea Crónica del Cambio,

líneas que escribirá Jayariyú Farías Montiel, sobre temas actuales

que motiven la transformación de las realidades

ROSTROS DE RIOHACHA

La ciudad del río consagrada bajo la interculturalidad

JU’UPUNAAIRUA  SÜCHIIMA

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WAYUUNAIKIEL PERIÓDICO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

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WAYUUNAIKIEL PERIÓDICO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

D I R E C T O R I O

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63-9 Presidenta Editora: Dulcinea Montiel

Directora General - Fundadora: Jayariyú Farías Montiel Coordinador de prensa: Andrés Boscán Reporteros: Carmen Aragua, Leonel López, Mermis FernándezCoordinadora de Gestión de aliados: Ana Kay Farías Coordinador de Monagas: Cruz Alguaca Coordinadora Dpto. Guajira (Colombia): Claudia Sierra Traducciones: Manuel Román Fernández Coord. investigación y documentación: Manuel Román Fernández Consejo Consultivo: Nemesio Montiel, Weilder Guerra Curvelo, Esther Pana, Estercilia Simancas Pushaina, Neida Luzardo, Hilduara Barliza y Elimenes Zambrano

Asesores Jurídicos: Román Antonio Montiel, Nicolino Primi Montiel y Eric González Diseño Gráfico y Diagramación: D.G. Carlos Raffe

Editora: Fundación WayuunaikiUrb. La Rosaleda Av. 80D No. 82A-04. Quinta La Guajirera Maracaibo, estado Zulia - VenezuelaTelfs. Venezuela: 0416-6693669 - 0426-6228395 Oficina Colombia: Calle 15 No. 12-40, Maicao Telf. Colombia: 315-7588148. Correo: [email protected] - www.wayuunaiki.org.ve

Especial

Vladimir Daza VillarRío de Hacha fue uno los pri-meros centros urbanos funda-dos en el siglo XVI, exactamente en 1545 cuando los españoles huían de la falta de agua de la ciudad de Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la Vela. Diversos historiadores han de-mostrado que el Cabo de la Vela fue en verdad un campamento perlero hispánico que metió a los wayuu a la lógica brutal de la economía mundial de aquel entonces.

Desde sus inicios la función urbana de Riohacha fue la de contener a los bravos indígenas y servir de albergue a los seño-res de las canoas, quienes con mano de obra aborigen y negra explotaban los bancos de perla; desde entonces, existió la calle de las perlas donde los nativos “peruleaban”, es decir, comer-ciaban con las perlas.

Se insiste en el problema funda-mental del crecimiento urbano de Riohacha como la falta de una base agrícola que alimen-tase a la población y de una comunidad indígena que jamás fue sometida. Los intentos de fundar pueblos en el territorio wayuu fueron un total fracaso en el siglo XVIII.

En 1769, los indígenas se le-vantaron contra el poder co-lonial y quemaron la ciudad, además destruyeron otros poblados que con esfuerzo construyeron los padres capu-chinos. Así pues, Riohacha re-presentaba en la imaginación europea la tierra de la Nación Guajira y el punto donde con-fluían los piratas ingleses y franceses para comerciar con los guajiros, contrabandear y subvertir el orden.

En el siglo XIX muchas colonias comienzan a decaer en función de los nuevos centros urbanos mestizos que se habían mante-nido al margen del interés de la Corona. Riohacha se había re-ducido a capital de la provincia de Padilla, una de las tantas que componía el Estado Soberano del Magdalena y que mantuvo el cinturón sanitario que protegía el frágil orden del Caribe (Santa Marta, Cartagena de Indias y el sometimiento de los chimilas), de la Nación Guajira.

Los historiadores han reconstruido esos pasajes que relatan la convivencia de culturas

¿De dónde nace la interculturalidad de Riohacha?Jalejeejatü  eweetuin  tuu  piamapuluin  jukuai’pa Suchiima

El capitán Londoño posa en medio de dos wayuu. Foto: Cortesía Banco de la República

Cacique Tupa, jefe de la casta epinayú, de las sabanas de Marañamana en 1909. Foto: Cortesía Banco de la República

Mujer wayúu luciendo mercancía en 1909. Foto: Cortesía Banco de la República

Mapa del Cabo de la Vela de Francisco José de Cal-das. Foto: Cortesía Banco de la República

Para finales del siglo, un docu-mento describe que los “edificios en la ciudad (están) techados en paja”, dándole a ésta un “aspecto triste y primitivo” y unas pocas con tejas. Además, “no hay otros edificios públicos que el hermo-so templo de la patrona”, la de la Virgen de los Remedios, la de la cárcel y un local donde funciona la escuela; la población era de 3 mil 81 habitantes.

La relación de la vieja ciudad colonial con los wayúu no cam-

biaría en los años venideros. En el documento citado se afirma que en “las cercanías de la pobla-ción todo es agreste y salvaje”, es decir, por un lado, Riohacha no había superado el plano urbano colonial y por el otro, la ciudad aún consideraba el río Ranche-ría como la línea fronteriza entre la “Ciudad-Fuerte” y el territorio indígena.

Aún en 1900, la dinámica de la ciudad dependía del comercio con los wayuu, de las pieles de chivo, y de los buzos guajiros de perlas y del dividivi. Lamen-tablemente, la historiografía co-lombiana ha visto solamente el comercio wayuu como una for-ma de resistencia cultural pero no de trabajado en la creación de los circuitos y rutas comerciales locales y regionales.

Los comerciantes de la región más bien parecían mercaderes que marchaban de feria en feria, es decir, por las rancherías ha-ciendo trueque de cueros, per-las, sal y dividivi. El Diccionario Geográfico de La Guajira estima-ba que en la península había 5

mil negociantes que tenían trato con los aborígenes.

En 1920, Álvarez Jiménez, ad-ministrador de la Aduana de Riohacha escribió al Ministro de Hacienda sobre la realidad del comercio local: “el dividivi, la sal, las pieles y las perlas son los pro-ductos cuya explotación susten-ta la vida de los indios guajiros y también la del comercio rio-hachero”. En efecto, la economía regional estaba fundamentada en un activo intercambio como había sucedido en el período co-lonial y republicano.

“Esta ciudad es importante por su comercio exterior, e interior con el Valle-Dupar” del cual se traía palo de Brasil, maderas y se llevaba todo artículo al puer-to de Riohacha. Este riohachero junto con el de Santa Marta eran los ancladeros más importantes del Estado del Magdalena y es-taba habilitado para sostener el comercio exterior.

Por la aduana de Riohacha salía algodón, azúcar, cueros, cobre, café, hierro manufacturado, ma-deras preciosas, carey, cueros y dividivi. Por ejemplo, a media-dos del siglo XIX, se calculaba en 6 mil toneladas la exporta-ción de palo de Brasil, aunque por este puerto se importaban productos tan finos y difíciles de comprar en Bogotá como aceitu-nas, alcaparras, aceite de almen-dras, pianos, perfumería, rones del Caribe.

También entraban productos in-dustriales como bombas hidráu-licas, balanzas de hierro, ejes para carro, máquinas de coser y papel de imprenta.

La huella de las limitaciones del puerto y el comercio local se re-velaba en la imagen de Riohacha como un pueblo modesto donde “las casas con piso no pasan de una docena”, cubiertas con techo de paja y con ventanas sin vi-drios, la misma aldea que cono-ció Henri Candelier a finales del siglo XIX.

El desarrollo de la “ganadería” indígena era posible en la árida Guajira por los extensos pastos naturales que todavía a princi-pios del siglo XX cubrían a las planicies de su territorio.

El crecimiento de la localidad fue lento, en 1918, todavía for-maba parte del Departamento del Magdalena, tenía 9 mil 960 habitantes en 1928. Para el 64 ,́ de los 7 mil 85 edificios que habían en Riohacha, 6 mil 975 eran viviendas, apenas 10 eran considerados de uso industrial, 23 para comercio y servicios y el resto de uso para actividades oficiales.

Es a partir de mediados de los años 70, cuando se empieza a notar cambios en el plano urba-no de la ciudad, con los primeros barrios como el Calancala. El censo de 1973 registra que el municipio de Riohacha creció en 39 mil 508 habitantes, la presen-cia indígena era visible: de las 23 mil 290 viviendas de La Guajira al menos 10 mil 771 eran vi-viendas en “aéreas indígenas”.

¿Quién pudo haber construido un proyecto regional urbano de una ciudad marina de escala pequeña, pero moderna? La Rio-hacha de los años 60 no logró crear una élite política que se plantease integrar el viejo espa-cio colonial al nacional; tarea de por sí colosal.

La buena Virgen de los Reme-dios quien según la tradición detuvo la furia del mar embra-vecido en el siglo XVI sostiene la esperanza de los riohacheros en un futuro promisorio. Cada 2 de Febrero, Día del Retorno, los pobladores del Hacha se reúnen en la Catedral para celebrar las fiestas de la Virgen y conjurar las tristezas.

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María Curiel Gómez, coordinadora del Plan “Rio-hacha 470 años”, definió el propósito de gestión del programa. Foto: Andrés Boscán

La remodelación de plazas tiene como propósito el encuentro familiar, cultural y ciudadano. Foto: Archivo

Wanee  ou’punawaa  je’ketü  jumuin Suchiima jukajee  jikeraajuin  470 juuyase

Servicios públicos, infraestructura, educación y turismo serán los ejes de trabajo de la gestión municipal

El nuevo rostro de Riohacha en sus 470 añosAndrés Boscán La ciudad del río arribará a sus 470 años en el 2015. Vestida de interculturalidad se pretende consagrar el desarrollo susten-table para potencializar los atractivos de la capital guajira fundada, por recolecto-res de perla, en 1545; el cabildo local ha instaurado el Plan “Riohacha 470 años” con la integración de cuatros ejes: servi-cios públicos, infraestructura y ornato, educación competitiva y posicionamien-to turístico y cultural; y así dejar en el pasado las penurias que ha sufrido Suchi-imma (nombre indígena) en la historia y mejorar su rostro.

Rafael Ceballos, alcalde de Riohacha, ha ma-nifestado en reiteradas oportunidades que su propuesta estratégica tiene una visión de largo plazo, sin embargo, es el mejor obse-quio que puede darle a la ciudad y la mejor acción para cerrar su gestión en octubre del año próximo.

Estrategia de gestiónMaría Curiel Gómez, secretaria técnica de “Riohacha 470 años”, enfatizó que los factores de cambio pueden presentar re-sistencia, pero la integración de las opi-niones debe siempre trabajar en conso-nancia por un mejoramiento de la calidad de vida y de la productividad de la locali-dad, “este plan siempre estuvo visionado por el alcalde y va inmerso en su progra-ma de gestión, pero también es la oportu-nidad perfecta para que el riohachero le coloque su sello de identidad a la ciudad

y se desmitifique la teoría de que Nicolás Federmann fue el fundador del poblado”.

Con una inversión que supera los 742 mil millones de pesos se pretende, en servicios públicos: sustituir la red de aguas blancas y servidas, construir estaciones de servicios de gas vehicular e instalar alumbrado eléc-trico en la carretera Riohacha – Maicao; en infraestructura y ornato: la renovación de la Calle 7 “Ancha”, avenida “El Progreso” y “Estudiantes”, los parques Coquivacoa y Tomarrazón, la construcción del parque

de la Vida y la tercera etapa del Malecón, así como la recuperación de la malla vial de pa-vimento y la construcción de viviendas.

Del mismo modo, en materia educativa se busca consagrar la alimentación escolar en los niños wayuu, adecuación y ampliación de la infraestructura escolar en zonas rurales y la adaptación tecnológica en las escuelas; para la salud, garantizar a las comunidades indí-genas el Centro de Recuperación Nutricional “Tepichi Kana´a” y la sana alimentación en las rancherías. Por último, en turismo posicionar la ciudad como un destino cultural y de patri-monio a través de eventos y actividades que logren consagrar el Distrito Turístico.

Cultura y patrimonio“Hay una mezcla entre las políticas públicas y el sentir patrimonial del riohachero. La ciudad apenas está posicionándose y aún

no existen esas grandes inversiones en in-fraestructura, vialidad y servicios que haga deponer a las personas su sentir de pre-servación por un factor económico”, señaló Curiel Gómez al referirse sobre ese enclave y fortalecimiento de lo propio en los más de 250 mil habitantes.

El mencionado hibrido intercultural no re-presenta mayores desafíos en la visión de una potencia, “eso ya hace parte de la gente, porque uno crece con eso, uno crece compar-tiendo con un afro, un indígena, con extranje-ros que vienen a trabajar en la minería y que va permeando ese entendimiento”, detalló la directiva municipal en referencia al potencial turístico que representan las rancherías al margen de la ciudad, pero integradas al de-sarrollo económico y cultural que prevalece por encima de la agricultura y la ganadería que alimenta al pueblo riohachero.

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Henry Palmar/ Andrés BoscánSu padre de nacionalidad italiana se dedi-caba a la ganadería, fue el principal motor y ejemplo que vio para seguir adelante en su vida. Esa fascinación por los negocios se vio reflejada en su gestión como directora de-partamental de Turismo. Ruth Berardinelli, con linaje guajiro de la casta apushaina ama fervorosamente su tierra, a la que ha entre-gado su trabajo.

Diversos programas y alianzas con secto-res públicos y privados incursionaron a La Guajira en la palestra turística, exaltando los valores culturales propios: las comunidades indígenas. “Mucha gente me preguntaba porque en los afiches promocionales apare-cía una paisana, yo siempre respondía que playas, palmeras y costa tendían todas las ciudades del Caribe, pero lo único que sólo nosotros teníamos era a los wayuu”, relató anecdóticamente.

Pese a que nunca se profesionalizo, siempre ha tenido visión de desarrollo, toda su expe-riencia la ha obtenido a lo largo del tiempo, llevándola a convertirse actualmente en la presidenta del Festival “Francisco El Hom-bre”, un concurso vallenato que se realiza anualmente en la capital guajira.

Por allá, por finales de los 80 ́el destino la arrimó para convertirla en alcaldesa interi-na de Riohacha por tan sólo 45 días, mien-tras se preparaban las elecciones extraordi-narias. Durante ese poco tiempo instauró lo que llama “La Revolución de las pequeñas cosas” como programa de gobierno, encar-gándose del saneamiento, ornato y vialidad del poblado, debido a que los recursos eco-nómicos se encontraban congelados.

Yessica Aguilar / Andrés Boscán Diseñadora de su propio sueño, creyente de su tierra, emprendedora e impulsora del et-nicismo en las pasarelas colombianas, Mar-tha Arredondo, dice haber cumplido con el propósito de su camino como modista, “cuando mis colegas siguen y renuevan mi trabajo significa que he cumplido”.

Estudiar Diseño de Moda no fue nada fácil, aseguró, no sólo porque La Guajira no cre-yera en la moda, sino que desde el seno de su familia no era bien vista la profesión, sin embargo, la trascendencia cultural que im-prime a sus colecciones, la delicadeza de sus piezas y el mensaje que trasmiten son úni-cos e irrepetibles, “el inicio fue duro, mi her-mano me decía que era muy inteligente para estudiar Moda, y luego veía como no se valo-raba mi potencial en la avenida La Marina”.

Los componentes de su trabajoDesde hace 17 años Arredondo introduce a sus piezas la cultura wayuu a través de los tejidos, “para mí esto no es una tendencia, ahora es una tendencia. Para mí es un modo de vida que yo quería mostrar al mundo a través de mis diseño”.

La idea se ha popularizado, se ha permeado en la manufactura textil y se ha orientado tomar elementos y mezclarlo, afirmó la mo-dista, “hay una gran diferencia con mis cole-gas que trabajan la cultura porque les pro-duce un bienestar económico. Lo que hago es querer mostrar lo que son los artesanos,

Ruth Berardinelli, presidenta del Festival “Francis-co El Hombre”, ha ocupado virtuosos cargos de la administración pública. Foto: Andrés Boscán

Marta Arredondo trabaja de la mano con artesanas wayuu para imponer tendencia en las pasarelas colombianas. Foto: Andrés Boscán

El CORAZÓN GUAJIRO de Ruth Berardinelli La CREENCIA de la

moda y el estilismo en Riohacha

Siempre recuerda que durante esa corta gestión la participación de la gente era im-presionante, aunque no se tenían recursos siempre había la colaboración y la dispo-sición de los ciudadanos, “limpiando en aquel entonces la avenida Los Estudiantes, recuerdo que estaba sola y sin un peso en el bolsillo. Era mediodía y ya tenía hambre y un señor de un restaurante me regalo el almuerzo, me dijo que me lo había ganado por el trabajo que estaba haciendo”.

Una respetable hoja de vida exhibe la labor de esta madre, abuela, riohachera. En un mundo machista siempre destaca el lide-razgo de las mujeres, y más aún a cargos de entidades públicas.

Berardinelli marcó un antes y un después en el manejo de la promoción turística, y rescató los valores ciudadanos de un so-ciedad sucumbida en el narcotráfico, cata-logada por la historia como la época de “La Marimba”.

los indígenas wayuu. Es imposible que yo piense que cualquier diseñador no va a in-tervenir una mochila o no va a trabajar con mi cultura”.

El respeto y el conocimiento que ofrece la artista al trabajo de las artesanas es precia-do, “saber dónde están mis límites y donde está el del trabajo de ellas es sinónimo de respeto y conocimiento” en el proceso de in-tervención, innovación y trasformación.

Identidad culturalUn producto de Martha Arredondo pare-ciese no necesitar etiqueta, son reconocidos y populares pese a que pueden ser de alto costo; las fronteras de Colombia se han roto para la diseñadora.

Las pasarelas del próximo año esperan con ansias la colección que fusiona las sutilezas de telas con el tejido artesanal wayuu, y la confección de carteras, zapatos y accesorios con ese colorido que brindan las manos de las mujeres indígenas.

El impulso turístico y patrimonial bajo la gestión de una mujer

Las confecciones de Marta Arredondo han posicionado en la pasarela el etnicismo manufacturero

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Señor(es) ALCALDÍA DE MAICAO

NOTIFICACIÓN

AVISO DE COBROEl periódico WAYUUNAIKI, en virtud de sus atribuciones, informa al

ciudadano Eurípides Pulido Rodríguez, ALCALDE DE MAICAO, y/o al personal administrativo de dicha instancia gubernamental que tiene en mora el pago de las facturas Nº 0236 y 0259, correspondientes a los

mesesde Junio y Julio del año 2013. En tal sentido solicitamos la revisión del caso, bajo exhorto

al ciudadano alcalde para su inmediata cancelación.

Parte de los hermanos Barros junto a sus padres celebrando su cumpleaños. Foto: cortesía famila Barros.

Tuu  apaalakat  akuwai’pa  natuma  wayuu namuin  naa  kepiashiikana  Suchiima 

Los hermanos Barros son ejemplo vivo de la superación, el emprendimiento y el sentir étnico

La HERENCIA WAYUU en la familia riohacheraAndrés Boscán Aunque para los wayuu el linaje familiar es otorgado por la madre, para los Ba-rros eso no parece distarlos de su verda-dero sentir; cómo no ha de ser así, si su padre Cesar Darío tuvo 26 hijos con va-rias mujeres, pero a todos los crio como verdaderos hermanos, al menos eso es lo que José Manuel, uno de los mayores, puede decir del matrimonio de sus pa-dres.

Josefa Beatriz Zimmermann tuvo siete varones y dos hembras con Cesar Da-río. En una ranchería a 10 kilómetros de Riohacha iniciaron su familia. Recono-ciendo la identidad étnica de su esposo, Beatriz aprendió a hablar Wayuunaiki, a cocinar ovejo y entender la filosofía de vida; ser maestra le ayudo a forjar en sus muchachos ese entendimiento cul-tural y el orgullo de ser wayuu aunque no fuese ella quien se los heredase.

Los poblados de Carraipia, Manaure y Marañamana, cerca de Majayura, fueron hogar de los Barros antes de su llegada a la ciudad del río en 1969, ya más cre-cida la familia los momentos difíciles parecen borrarse por las anécdotas y las enseñanzas que recibieron los más pequeños como Darío, que nació en Rio-hacha y forjó su futuro con estudios y preparación, lo que lo llevó a emprender su proyecto de vida hace 19 años con la Constructora La Macuira, que en la ac-tualidad es un enclave familiar.

El legadoCesar “El Negro” cuenta que cuando el pan llegó a faltar en la mesa y las penurias agobiaban el hogar, su madre siempre con fortaleza y tesón “arreaba su ganado”

diciéndoles lo importante que era supe-rarse, trabajar y aprovechar las oportuni-dades.

En tal sentido, cada uno ha incursionado para enaltecer el legado de sus padres y trabajar para consagrar el futuro de las nuevas generaciones, por ejemplo, “El Negro” inició su negocio con la distri-bución de bebidas gaseosas y hoy posee una flota de transporte de carga pesada que recorre el país.

José Manuel se convirtió en el primer director departamental del Servicio Na-cional de Aprendizaje (Sena) e impulso el programa “Tejiendo Futuro” que invo-lucró sacar de las rancherías el talento artesanal de las mujeres wayuu para su promoción y exposición al mundo.

José, otro de los hermanos, vive en Brasil desde hace 15 años y se ha especializa-do en el área pediátrica de la medicina; y así mismo, cinco hermanos nacidos en

Venezuela se han formado en la docen-cia.

La mezcla familiarLa menor de todos es Josefa Barros Epiayu, y aunque lleve el nombre de la madre de sus hermanos, es hija de otra mujer. Su mamá, de origen wayuu, tuvo cuatro hijos, pero ella fue la única que recibió la crianza al lado de su padre, Cesar Darío; le ayudó a compenetrarse en un mismo núcleo familiar. Nombrada Majayura de Oro de Riohacha en 2008, la joven le ha dado tres nietos a la familia y labora junto a su hermano Darío y José Manuel en la constructora que da trabajo a más de 450 personas.

Ya sean Barros Duarte, Zimmermann, González o Epiayu, la fraternidad que invo-lucra a esta familia riohachera desde hace 45 años se ve manifiesta en la interrelación de sus miembros y en la forma de vida de la que se han hecho participes autodeno-minándose como propios wayuu.

Hermanos Barros desde la casa de Cesar “El Negro”. Foto: Andrés Boscán

Desde hace 45 años la fa-milia Barros ha instaurado su patrimonio en Riohacha. La esencia indígena la man-tienen viva junto a su padre wayuu y la sabiduría de su madre, que les enseñó a va-lorar sus orígenes

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“Mantequilla” se ha consagrado por su servicio, sabores y originalidad. Foto: Archivo

La tierra ofrece sus frutos como Shan´pulana (Crema de auyama). Foto: Archivo

El chivo se convierte en el principal del menú de “Mantequilla”. Foto: Archivo

Tuu  jeemetsekat  ne’kuin wayuu  awuinja’lataasü  muinka  jaa’in wanee  mantekiiya

La interculturalidad de Riohacha ha abierto espacios para la gastronomía étnica

El sabor de la cocina wayuu SE DERRITE como “Mantequilla”

Rosa López Graduado en Tecnología de Administra-ción Financiera, de Sistemas y en Cocina, José Luis Cotes Gutiérrez permitió que su pasión por la comida heredase ese toque distintivo y efusivo que brinda la gastro-nomía indígena local de Riohacha.

Cuenta que su capacitación en el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena) tuvo in-fluencia por la gran escuela gastronómi-ca: la cocina francesa, el bagaje culinario aprendido en su casa enseñado por Josefa Cotes, su abuela, que junto a sus tía y su madre criaron en él ese interés por los gustos y sabores.

Todo su conocimiento se vio reforzado al trabajar durante dos años en la Funda-ción “Guajira Indígena”, donde mantuvo un contacto muy cercano con familias wayuu, y conoció de primera mano lo

los ingredientes de los platos típicos que ellos preparan, y que conforman el legado cultural y ancestral de esta etnia que no conoce límites de fronteras”, enfatizó el tecnicista culinario.

Es imposible verlo separado de un cuchi-llo y una tabla para picar, “el chivo, la auya-ma, el frijol, el maíz y la sal como potencia-lizador de esos sabores, es lo que utilizan los wayuu en su cocina. Esos mismos sa-bores son los que se ofrecen en mi carta”.

Esa carta es ofrecida en “Mantequilla” un restaurante cálido donde se ofrecen hier-bas naturales que dan aroma y sabor a los platos, que con simpleza y sencillez enga-lanan la mesa.

Resultados de una investigación señalan que en La Guajira se produce un orégano de características especiales, que entre más seco, mejor se presenta su sabor, el cual supera el orégano que se vende en los supermercados y tiendas de cadena.

Las tendencias culinariasEn Mantequilla no abunda el pescado, no es tampoco la exclusividad de los prin-cipales restaurantes de la zona que han incursionado en la gastronomía propia indígena para exaltar los sabores terrosos de la localidad.

“La explicación está en la nula oferta del producto en el mercado interno, porque los mejores frutos marinos lo llevan a otras ciudades de Colombia y aquí dejan los me-nos apetecidos”, señaló Cotes, lamentando que este factor haga que en su menú no se pueda incluir productos del mar.

“La cocina wayuu es perfecta y tiene identidad. No necesita aromatizantes ni saborizantes distintos al que le proveen los ingredientes de los platos típicos que ellos preparan, y que conforman el legado cultural y ancestral de esta etnia que no conoce límites de fronteras” José Luis Cotes Gutiérrez

relacionado con la manipulación y pre-paración de los alimentos al vivo sentir aborigen.

De ese intercambio de saberes salieron buenos resultados, los wayuu aprendie-ron nuevas formas para preparar sus alimentos sin cambiar la esencia de los mismos y el cocinero aprendió la senci-llez natural que envuelve el fogón wayuu, de allí su extenso vocablo en Wayuunaiki.

Afirmó que de esa amalgama de cono-cimientos obtuvo grandes experiencias, “lo que aprendí con los wayuu lo práctico en mi restaurante. Aprendí que la cocina debe ser natural, sin añadiduras sofistica-das”.

“La cocina wayuu es perfecta y tiene identidad. No necesita aromatizantes ni saborizantes distintos al que le proveen

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Antonio Márquez junto a su esposa Bélgica Quintana. Foto: Primeria Barros (Cortesía Diario del Norte)

Trabajos artísticos desarrollados por el pintor desde la Escuela

que fundo. Foto: Primeria Barros (Cortesía Diario del Norte)

Chii  matujainkai  emerawaa  Antonio Marques  jee  tuu   nukuai’pa  naa’inmajatkalü 

Una extraña enfermedad mantiene postrado al reconocido artista wayuu

Primeria Barros Pimienta (Diario del Norte)La anemia aplásica le quiere arrebatar la magia que Dios puso en sus manos, para plasmar en lienzo lo que inspira a su cora-zón, esas pinturas costumbristas del indómito paisaje de la tierra guajira son ahora el legado del re-conocido pintor wayuu Antonio Márquez.

La extraña y grave enfermedad lo tiene postrado en una cama, y desde hace un año le ha quitado la movilidad, pero, no ha podido afectar su corazón y su pasión por el arte. Ese amor no le permite dejarse vencer por los dolores en su cuerpo y las dificultades moto-ra, para seguir haciendo desde su cama y como puede sus dibujos a lápiz.

Su esposa siempre ha sido su apo-yado, la también artista Bélgica Quintana, es su mejor compañía. Durante “sus mejores tiempos” esa misma mujer a la que con solo mirar le hacen brillar sus ojos, fue

su modelo y musa de inspiración.Hoy, a sus 73 años, nacido en Rio-hacha y bajo la casta Gouriyu, el maestro del lienzo ha consagrado su formación en la universidad de la vida, se ha dedicado a producir pinturas en óleo y esculturas, y experimentado con otras técnicas artísticas, llevándolo a diferentes países.

En su fresca memoria aún pre-serva los recuerdos de su niñez en la Alta Guajira con sus padres, regreso a la capital cuando tenía ocho años de edad y desde enton-ces hizo sus primeros trazos de lo que sería el retrato de su historia de vida por más de 40 años de-dicado a difundir el patrimonio cultural de la etnia wayuu y de la región Guajira.

Su inicio plásticoHaciendo dibujos de propaganda del Teatro Aurora inició su carrera el maestro Márquez. Durante tres años se dedicó a ilustrar los avi-sos de las películas y obras que se presentarían en el centro cultural, una labor que le permitió perfec-cionar su habilidad para pintar.

A los 18 años organizó el primer taller de serigrafía y publicidad en Riohacha donde hacia avisos y es-tampados. Allí se inició como ar-tista, utilizando la técnica del óleo. En 1988, motivado por la falta de oportunidades para crear artistas en La Guajira, fundó la primera escuela de dibujo para niños y jó-venes que llamó: Escuela de Artes y Pintura “Antonio Márquez”, ase-guró durante la emotiva platica que “de esta escuela salieron los primeros pintores guajiros, mu-chos de ellos siguen trabajando ese arte que aprendieron conmi-go en otras partes del país”.

En su memoria aún preserva su primer cuadro: un desnudo que luego envió a la Escuela de Bellas Artes de Bogotá con el fin de que evaluaran su trabajo, pero nunca obtuvo respuesta, sin embargo en diversas exposiciones realizadas en Santa Marta, Barranquilla, Bo-gotá y, Paraguaipoa y Maracaibo (Venezuela) han descrito su estilo como clásico, ya que sigue vigente en cualquier modo y tiempo.

Ya como escultor ha logrado plasmar su creatividad en piezas como: los bustos de Luis Antonio Robles y Helio Pinedo Ríos, en el Palacio de Justicia de Riohacha y en el colegio Helio Pinedo Ríos, respectivamente; y los monu-mentos “Los Embarradores de Riohacha” y “La India”, en el par-que la India de la ciudad.

Su trascendencia le ha llevado la galería de Miami con su obra “La Vendedora de Pescado”, seleccio-nada por el comité del programa Plan Caribe de la Presidencia de la República, a través del Despacho de la Primera Dama de Barran-quilla, y con quien comparte junto a 20 expositores del Caribe.

En cada uno de sus trabajos lle-va plasmada parte de su esencia como artista y como amante de su arte, “la calidad de un pintor depende de la cantidad de pasado que lleve consigo” frase célebre Pablo Picasso.

La vida de Márquez ha estado llena de luchas y pasiones, espera que Dios sea generoso con él y le permita que pinte su última obra, “que a aquellos ‘viejitos del arte’ no mueran solos, enfermos, y sin una vida digna”.

El invencible ANTONIO MÁRQUEZ y sus pasiones

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Especial

Documentos históricos develan la verdad sobre la fundación de Riohacha

El OSTRAL PERLERO de Nuestra Señora de los RemediosEejetule  tuu  warutta  Karu’ule’ümaajatukat  yala Nuestra Señora de los Remedios

Weildler Guerra Curvelo Las características de los asen-tamientos hispanos ligados a la explotación perlera en el Caribe durante el siglo XVI requieren atención por su singular fenó-meno demográfico. Entre sus peculiaridades más relevantes pueden mencionarse, la movili-dad geográfica del heterogéneo conglomerado humano, la cual se concreta en eventos migrato-rios iniciados en la primera mitad del siglo, desde el grupo insular margariteño a la península de la Guajira y luego hasta Panamá; También, se encuentra el otor-gamiento a los asentamientos perleros por parte de la Corona un estatuto político especial que garantizaba su autonomía.

Examinar desde esa perspectiva el traslado de la ciudad de Nuestra Señora de los Remedios desde el Cabo de la Vela, en donde fue eri-gida en 1538, al Río de la durante los primeros meses de 1545.

La atracción de las perlas La existencia de ostrales perleros en las costas guajiras constituyó una reiterada atracción económi-ca que estimuló la organización de empresas de exploración, con-quista y poblamiento del territo-rio las cuales se limitaron inicial-mente al ámbito del litoral.

Aparece tempranamente en los primeros intentos de ocupación, según Petra Josefina Moreno, etnohistoriadora venezolana, el denominado periodo de contac-to inicial el cual transcurre entre 1499 y 1525. La apetencia per-lera surgió en la primera capitu-lación de Ojeda de junio de 1501 por la cual se creó la Gobernación de Coquivacoa al igual que en los asientos celebrados con Diego Caballero en 1525 y con Martín Fernández de Enciso en 1526. En esta última capitulación el interés por las perlas se evidencia al po-blar el llamado Golfo del Aljófar, extendido hasta el Cabo de la Vela. El poblamiento de la Gobernación de Santa Marta en 1525 señaló el inicio del segundo momento de-nominado por Moreno periodo de reconocimiento de las condi-ciones aprovechables de la penín-sula. A partir de ese año se explo-ra el interior del territorio guajiro y se ensayan formas de reducción de la población indígena como el levantamiento de nuevos asenta-mientos europeos en las costas que no llegan a consolidarse. Ello se intensifica al constituirse la Go-

bernación de Venezuela y Cabo de la Vela, en 1528, mediante ca-pitulación otorgada por la Corona a la casa comercial alemana de los Welser.

El periodo de asentamiento cas-tellano en la península se inicia efectivamente en 1538 con la lo-calización de los ostrales perleros por los habitantes de Cubagua (Venezuela).

Esta había sido tempranamente poblada pues ya en 1510 se le-vantaba allí una activa ranchería de pescadores de perlas. En 1521 la ranchería se ha convertido en una próspera ciudad llamada Nueva Cádiz de Cubagua “con plaza mayor, iglesia, conventos, mercado y servicios”, gozaba de un régimen de autonomía local pues se gobernaba por alcaldes y dependía en lo administrativo di-rectamente del Consejo de Indias y en lo judicial de la Audiencia de Santo Domingo.El ritmo de producción de sus ostrales se evidencia en el quinto real pagado a la Corona el cual sube de 200 marcos en 1521 a 700 en 1626 y alcanza su cenit en 1527 con un recaudo de más de 1200 marcos. Pero, la producción empieza a declinar hasta alcanzar menos de cien marcos en 1537 con lo que se inicia el fin de la prosperidad de la localidad.

Ante el derrumbe del rendimien-to de los bancales de Cubagua los comerciantes de perlas solicitan licencia a la corona para explorar otras áreas del Caribe. Durante ese mismo año las principales haciendas de perlas de Cubagua empiezan a trasladarse al Cabo de la Vela. Estas se componían de “canoas, indios e varcos navíos e casas movedizas y toda la gente esclavos naborías e bastimentos”. Kaplan considera que para ese año ya se encontraban en el Cabo de la Vela 900 indígenas esclavos con 38 canoas. Tovar corrobora: “Las perlas, como producto de ex-tracción, exigían capital para ope-rar e indios para que bucearan, por ello fueron empresarios y no pobladores corrientes los que se interesaron por estos espacios de la geografía y los negocios”.

La población no se consolidó en el Cabo de la Vela hasta 1539 y aun siguió el proceso de traslado en 1540, fecha en la que, según Mo-rón, empieza a aparecer la corres-pondencia de los oficiales reales en las fuentes documentales.

El enclave político Nuestra Señora de los Remedios del Cabo de la Vela constituyó el primer asentamiento europeo que tuvo perdurabilidad en las costas guajiras. Antes del arribo

de las gentes de Cubagua a la pe-nínsula en 1538 la presencia eu-ropea se había manifestado tan solo en el paso de expediciones exploratorias hacia el interior del continente o en cortas campañas punitivas para castigar supuestos desmanes de los indígenas con-tra navegantes europeos. Estas entradas servían en realidad de pretexto para la torna de esclavos y el saqueo de los asentamientos nativos.

En búsqueda de un régimen de autonomía local similar al que gozaba Nueva Cádiz de los nue-vos pobladores hábilmente esgri-mieron como argumento la poca claridad que existía en la fijación de límites entre ambas entidades administrativas y la importancia de evitar enfrentamientos entre las gobernaciones hispanas. En efecto, en tanto que los venezola-nos consideraban que su gober-nación incluía al Cabo de la Vela como provincia y llegaba hasta el río Yaro o Hermo o de La Hacha, conocido actualmente como Ran-chería, los de Santa Marta argüían que el límite de su jurisdicción al-canzaba hasta el propio Cabo de la Vela considerado simplemente como accidente geográfico.

La presencia de los cubaguenses en la Guajira llevó a Jorge Espira, gobernador alemán de Venezue-la, a protestar en febrero de 1540, “no consienta en ese daño a mi gobernación” y amenaza con en-viar un teniente suyo con gente de a pie y a caballo para expulsar a los invasores. No menos hosti-les fueron las intenciones de las autoridades de Santa Marta. En 1542, el Gobernador Alonso Luis de Lugo tomó violentamente las perlas en poder de los oficiales reales, dispuso de manera inde-bida de los bienes de difuntos y encarceló al escribano del cabildo, entre otros delitos que fatigaban el derecho de Castilla.

La Ciudad se mueve hacia el Río de la Hacha El río actualmente conocido como Ranchería recibió nombres

diversos en las crónicas y docu-mentos del siglo XVI. Fue llamado inicialmente río Seturma, poste-riormente río de la Hacha y los venezolanos le conocieron como río Yaro o Hermoso. Así la crónica de Gonzalo Fernández de Oviedo (1549) dice: “desde el Cabo de la Vela se torna la costa al sur ocho o diez leguas hacia el río Setur-ma”. Pese a ello, la denominación que prevaleció durante la colonia fue la de Río de la Hacha y a la postre bautizó a la ciudad que se estableció en sus orillas llegando a desplazar incluso su nombre primigenio de Nuestra Señora de los Remedios.

Los cronistas aportan tres ver-siones sobre el origen de este nombre, López de Velasco (1574) registró la más antigua y escueta de estas: “y el río se llama así por un hacha que se hallaron en el los primeros pobladores”. Juan de Castellanos (1589) veterano explorador y uno de los prime-ros habitantes de la ciudad apor-ta otra versión que relaciona el nombre al río con la segunda ex-pedición de Alfinger realizada en 1531: “llegaron pues al Río de la Hacha, que este nombre tal es he-redero por una que perdió cierto soldado a tiempo que pasaba por su vado”.

Finalmente, Lucas Fernández de Piedrahita (1688) en su “Histo-ria del Nuevo Reino” aporta una explicación más tardía pero que prevalece hasta hoy “y descon-tentos del sitio por la falta de agua y leña que padecían resolvieron desampararlo y dando su acuer-do eligiesen mudarse a otro sobre la misma costa del mar treinta leguas a sotavento, junto a la boca del río de la hacha, así llamada por haber dado una de hierro al guajiro que se lo descubrió a los nuestros en ocasión que por aquellos arenales caminaban se-dientos” Esta versión es repetida por otros cronistas como Alonso de Zamora (1701) y Antonio Ju-lián (1787).

La buena Virgen de los Remedios detuvo la furia del mar embravecido protegiendo al poblado cuenta la leyenda. Foto: Archivo

Weildler Guerra Curvelo, antropólo-go, expone la verdadera historia de fundación de la ciudad. Foto: Andrés Boscán

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@WAYUUNAIKI_10 VENEZUELA-COLOMBIA - NOVIEMBRE 2014Especial

Wane  jayuuwaa  O’ut  junain  e’iyataa  e’inuushi  jia  ja’anasiaka   jiawasein   woumain

Pese a los esfuerzos la productividad de las mujeres wayuu se ve afectada por la competitividad del mercado

Andrés BoscánEl suelo se llena de colores, Jou-ttai susurra al oído sus historias mientras que Maleiwa forma parte de la faena de un cosmos convertido en la postal predilec-ta de Suchiimma. El centenar de mujeres wayuu, puestas en la primera avenida de Riohacha, se ha convertido en un atractivo intercultural que eleva sustan-cialmente el término turístico. El trabajo de las paisanas en-contró en las aceras del malecón su galería, su sostén familiar, y hasta su rol social.

Desde wattacho´unya se apos-tan en lo que se ha convertido en el punto de encuentro de la ciudad para vender sus pro-ductos: mochilas, cinturones, bisutería, wairenña (calzados) y wayuushe’in (mantas). “En un día bueno puedo vender de dos

y podemos estar hasta tres días haciendo una mochila, pero a la gente le gusta nuestro trabajo con calidad”.

El éxito del trabajoDesde otras comunidades, como Manaure, llegan las wayuu para vender sus productos, un vivo ejemplo es la historia de María Victoria Epiayu, que desde hace tres años trae los tejidos desde su pueblo “porque aquí podemos vender en un mejor precio, sin pa-gar impuesto y se convierte uno mismo en su propio patrono”.

Carlos González apenas si lle-ga a los 18 años, vende por día al menos 300 mil pesos, no fa-brica sus productos pero se ha convertido en un generador de empleo en las rancherías, donde otras mujeres se encargan de te-jer su sustento. Lo mismo hace

El AMANECER ARTESANAL se vuelve la mejor postal

hasta cinco mochilas” afirmó Sofía Epiayu, que desde hace seis años ha logrado cotizar sus tejidos y el de sus hermanas, aprendiendo el oficio de su ma-dre y su abuela.

CompetitividadLa competencia de mercado es dura, los precios pueden variar entre 40 mil hasta 55 mil pesos, y el grupo de mujeres, y hom-bres, aún no se pone de acuerdo para estabilizar un precio unita-rio que les permita hacer renta-ble sus ventas.

Luis Fernández trabaja junto a su prima María, procuran exten-der su toalla a las 7 de la maña-na para exhibir sus productos y ganar competencia con el resto de las artesanas, “si estamos tantas personas aquí es porque vendemos, pero es necesario

un acuerdo en los precios. Ya se han hecho muchas reuniones y cada quién se aprovecha de sus oportunidades para tarifar a su conveniencia”.

La Oficina de Turismo de La Guajira y el ayuntamiento local han fijado como única regla la disposición del lugar, sin cobro de impuesto, para la venta ex-clusiva de artesanías; el tema de los precios no es su atribución.

Ana Epiayu vende su mochila más costosa en 50 mil pesos, gasta en promedio 20 mil para comprar hilo e insumos y con-feccionar sus tejidos, en refe-rencia afirmó: “nosotros solos debemos ponernos de acuerdo sin intervención gubernamen-tal ni de privados, pero los que nos compran deben entender que el trabajo manual es largo

Elidith Orozco, ella hace negocio con un grupo de artesanas de San Antonio de Córdoba.

La críticaEl Servicio Nacional de Apren-dizaje (Sena) ha dictado talleres de formación y emprendimien-to en las comunidades wayuu, diversas organizaciones étnicas han promovido esos espacios, sin embargo, según Zadeth Arrieta, otro de los artesanos, las fundaciones indígenas “no sirven de mucho, sólo se aprove-chan de su condición para reci-bir los donativos trasnacionales y no hacer el verdadero trabajo que merece la cultura”.

Las noches riohacheras hacen gala del esplendor textil de sus indígenas, que parecen recoger su trabajo luego que la ciudad se acuesta a dormir.

El malecón de Riohacha se imprime de colores con la exposición de artesanías indígenas en sus aceras. Foto: AB

Lo hombres tambien cuentan con su espacio. Foto: AB

Hasta entrada la noche las artesanas venden sus productos. Foto: AB

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Suné Mawari Farías Montiel yGerardo de Jesús Farías

Especial

Candelaria Morales Álvarez, relató el desafío que representa para su étnica consagrar el reconocimiento cultural. Foto: Andrés Boscán

Naa   Senuukana  nachekalaitpa  ma’i  Suchiima jukajee nantuin junain  anaa  julu’u   nakuai’pa

Desde la época de la colonización la etnia ha sido sometida y obligada al desplazamiento de su territorio

La COMUNIDAD ZENÚ ha encontrado en Riohacha su nicho cultural

Andrés Boscán Candelaria Morales Alvares, hija de una indígena zenú, se ha convertido una autoridad tradicional de su etnia pese a ser mestiza, cuenta sobre lo que han vivido sus paisanos desde de la invasión colonial y el despojado de sus tierras, obligándolos a desplazarse a Riohacha. “Estoy agradecida con la ciudad, me vine hace 27 año sy este pueblo me ha brindado el calor humano, porque aquí no hay exclusión de culturas” fueron las palabras calificativas hacia el poblado pluriétnico donde converge gran diver-sidad de culturas.

La perdida de las tradiciones culturales, del trabajo y sus cultivos, y la violencia

ha dispersado a la etnia desde Amazo-nas hasta La Guajira, en la lucha por el reconocimiento. Aún en la actualidad, continúan forjando su organización para alcanzar beneficios en: alimenta-ción, educación, libreta militar y salud; derechos contemplados en la Constitu-ción de Política de Colombia y que aun está en la espera por el aval étnico que otorga el Ministerio del Interior.

Los zenú están organizados en cabildos locales, se destacan las regiones de Su-cre y Córdoba donde las comunidades se encuentran organizadas alrededor del Cabildo Mayor del Resguardo de San Andrés de Sotavento y en consejos me-nores en el Alto San Jorge. Estas comu-nas, con mayor grado de organización, se caracterizan por estar vinculadas a la Organización Indígena de Antioquia que resalta su lucha por la tierra como una constante de sus demandas.

El próximo 6 de diciembre, se realizaran elecciones para elegir a los capitanes de los cabildos de cada comuna, posterior a la asamblea que se realizará en Dibulla.

Nuestra hermosa Reina te extrañamos todos los días, a pesar que pasa el tiempo estas en cada recuerdo, en cada risa, en cada momento de nuestras vidas.

Dia: 26 de noviembre de 2014Lugar: Iglesia Santisimo Sacramento de Las Lomas

Dirección: Urbanización Las Lomas, Maracaibo - Hora: 6:00 de la tarde

Nunca han estado lejos sus almas que es su esencia continúan en cada rincón de nuestro hogar y nuestros corazones.

A pesar de los años sin verte, sin abrazarte físicamente, sentimos que nunca nos has dejado. El que te recuerda se le es inevitable sonreír y decir que fuiste un ser maravilloso con un carisma único, la alegría de muchos, un ejemplo de vida la luz que todavía nos ilumina.

Invitamos a la familia y amigos a una eucarística en honor a Suné Farías Montiel, a sus 11 años de su encuentro con el Señor,

y Gerardo Farías, a sus 13 años de partida física.

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@WAYUUNAIKI_10 Especial

Francisco Javier Daza Tovar ha ocupado cargos al frente de la Corpo-ración de Desarrollo de La Guajira y de elección popular como Gobernador. Foto: Archivo

Francisco Javier Daza Tovar fue gobernador de La Guajira durante el mandato presidencial de Virgilio Barco Vargas a finales de los 80. Foto: Archivo

Tuu shiimuinkat  naa’inmaajatuin  wanee  juchonyaashii  Suchiima

Francisco Javier Daza Tovar trabaja fervorosamente con el programa de desarrollo para el 2015

El VERDADERO AMOR del hijo adoptivo de Riohacha

Rosa LópezA 11 meses de su nacimiento su salud se vio quebrantada, nacido en el poblado de Distracción, ahora municipio del Departa-mento de La Guajira, se mudó a Riohacha por lo que según sus abuelos “sólo cura-rían la vida marina y los baños de mar”.

La etapa escolar de Francisco Javier Daza Tovar en el colegio “María Auxiliadora” y su maestra Emilia Gumersinda Mejía López,

En ese entonces, -recuerda Daza Tovar- se realizaba un concurso denominado “Los mejores bachilleres” patrocinado por Col-tejer, empresa textilera. En representación

Comercial De Todo Comercializadora Parada de la ruta La Concepción - La CurvaKiosko Leonel Frente a la Sede del Registro MunicipalKiosko BoulevardEn el Boulevard de La Concepción

Revistería La Parapetera Centro Comercial Coco Mall, diagonal al Banco ProvincialKiosko Basilicia Frente a la Plaza Jesús Enrique Lossada

ENCUÉNTRANOS EN:

de La Guajira participó con: Manuel del Prado Brito, Juan Bernardo León y Jorge Ballesteros Bernier.

La Universidad del Cauca le admitió en sus estudios superiores luego de aquel con-curso, sin embargo, la Universidad Javeria-na de Bogotá le graduaría como ingeniero civil.

Su profesionalización lo convirtió en el pri-mer director de la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira) y en enero de 1990 se posesionó como Gober-nador del Departamento de La Guajira de-jando su mandato al culminar el período presidencial de Virgilio Barco Vargas.

Su gestión se consagró en medio de pro-blemáticas sociales ligadas al narcotrá-fico, la administración pública debía ser un ente garante de libertades, derecho y sobretodo bienestar para los pobladores, ese perfil lo mantiene hoy ligado al Plan “Riohahcha 470” proyectado para el 2015, “En esta misión no estoy cobrando ningún emolumento, porque deseo que Riohacha pueda tener un proyecto prospectivo que le permita en los próximos 10 años contar con un Distrito Turístico, Cultural e Histó-rico a la altura de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta”.

Con expresión emotiva cito con elocuencia al gran pensador José Francisco Ruiz Mas-sieu, quién decía: “la gratitud es la memoria del corazón”, así mismo coló a Gabriel Gar-cía Márquez: recordar es fácil para el que tiene memoria, pero es difícil olvidar para el que tiene corazón”, con ello manifestó el anhelo de prestar desinteresadamente sus servicios a Riohacha y La Guajira, porque desea devolver su acogida con devoción a su tierra y su gente.

La formación en escuelas católicas forjó en el inge-niero el sentido de bon-dad y amor por lo suyo. El concurso “Los Mejores Bachilleres” de la empre-sa textilera Coltejer sirvió de espacio para que el ex-gobernador de La Guajira mostrará su madera de líder. Daza Tovar ha impul-sado diversos programas a través de la administración pública en pro del desarro-llo de la región

consagraron bajo una formación católica impregnar principios morales, que tiempo más tarde jugó un papel trascendental en su desarrollo de vida.

Sus tías se convirtieron en el núcleo fami-liar: Rosa, Judith y Regina Tovar Carrillo, esta última aún vive con 97 años. Sin em-bargo, su colegiatura siempre estuvo mar-cada por los internados como “La Divina Pastora”, regentado por misioneros capu-chinos italianos; obtuvo su bachillerato.

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Especial

Andrés BoscánLa maestra wayuu de Puerto Estrella la con-cibió con un oriundo de Uribia en 1961, la mayor de ocho hermanos se inspiraría en Riohacha para ejercer la comunicación y consagrarse como “Betty la de Caracol”.

Inmediatamente a su profesionalización en Santa Marta el mundo de la radio la cobijó, en ella se perfiló como productora y fun-damentalizó el ejercicio de su carrera. Las anécdotas en Radio Delfín y Almirante for-jaron en Betty Martínez “la gallardía de un buen periodista”. Los noticieros siempre fue-ron su fuerte hasta su paso por El Heraldo donde escribía la página “Guajira” y relataba los pesares y triunfos de la región.

Tiempo después redescubriría su identi-dad étnica al pasar por la corresponsalía de WAYUUNAIKI; los trasnochos que vivió para pulir sus crónicas le brindaron el orgullo para usar nuevamente wayuushe’in (man-ta). “La buena escuela” de la comunicación indígena le permitió ampliar sus recursos periodísticos otorgándole un reconocimien-to por su trabajo “El poder de la palabra”, que se inspiró en la historia de los putchipu y su trabajo por la preservación de la paz.

Desde hace seis años la televisión colombia-na exige ver la manta ante las cámaras, el fallecimiento de Jairo Romero le dio la opor-tunidad a la reportera wayuu de incursionar en Caracol Televisión y mostrar el rostro de La Guajira en el contexto nacional, “trabajar

“El PODER de la palabra” de una periodista wayuu

en una empresa tan grande y consolidada brinda beneficios no sólo en lo económico, sino en la valoración de lo que haces y la perspectiva que utilices para contar noti-cias”.

Aunque adora su trabajo, mantiene claro que es necesario formar a un “relevo gene-racional” que permita mantener la calidad, el equilibrio y el prestigio del periodismo como estandarte de lucha.

Su nieta Isabela Sofía y sus tres hijos le im-primen la sonrisa y el orgullo a la periodista riohachera, su sólido matrimonio ha sido el apoyo para llevar de la mano su carrera y su hogar, “en los momentos difíciles he aplica-do eso de poner las cosas en la balanza para saber que mi familia siempre será el mejor respaldo de lo que hago”.

El reencuentro de identidad y profesionalismo de Betty Martínez

Suchiima:  paala  jumaiwa  keejiasü  ma’i  natuma naa  ashajuliikana jee  naa  akujaliikana  achikuwaa 

Las investigaciones de Freddy González Zubiría muestran la pujanza de los medios en la localidad

Andrés BoscánComo toda ciudad puerto el auge de la prensa se convirtió en un potencial mercader en la ciu-dad del río, al menos así lo defi-ne Freddy González Zubiría en su libro “La prensa de Riohacha 1833 – 1953”. Ya constituida la ciudad y los factores políticos de la República instaurados el posi-cionamiento de la comunicación se hizo inminente, el comercio y las exportaciones lograron que la inversión en los periódicos se potencializara y las líneas de negocios fijó bases para lo que el autor denomina un crecimiento apabullante de los impresos en la localidad que apenas si se ex-tendía a ocho calles.

El texto publicado en 2011, con el apoyo del Fondo Mixto para la Promoción de la Cultura y las Artes, narra el hilo editorial que poseía la prensa “muy partidis-ta” durante 120 años, “en aquel entonces los grupos políticos eran quienes fundabna periódi-cos y sus noticias siempre esta-ban sujetas a sus ideologías, sin

exportadoras de mercancía co-lombiana, esas empresas fijaron una taza propagandística que sustentó por mucho las pági-nas de los nueve periódicos que llegaron a existir en Riohacha a finales del siglo XIX.

Aunque las inversiones en pu-blicidad eran altas la prensa de la época era efímera, “así como

Riohacha: PUERTO ESTRELLA para la prensa

importarles se echaban tierra unos con otros”, explicó para WAYUUNAIKI el escritor guajiro.

“La difusión del mensaje políti-co era crucial para el sostén de la prensa, pero existía un nivel cultural superior que permitía mostrar otras facetas de la ciu-dad”, enfatizó al referir que los contenidos de los periódicos eran profundos, interpretativos y aptos sólo para personas con un alto nivel de formación.

Por ejemplo, existían varios pe-riódicos a principios del siglo XX como: La Frontera con sus secciones de política, comercio, literatura, dirigido por Pedro Lubo; La Voz de Riohacha con co-mercio, industria, variedades, al mando de Rafael Romero Barros.

La vida política estaba animada por El Ideal y El Albor, cuyo di-rector era Rafael Romero, am-bas publicaciones hacían énfasis en la literatura y las variedades.

El surgimiento de La Nueva Era se convirtió en órgano del par-

tido republicano, también diri-gido por el inquieto Rafael Ro-mero, y La Bandera dedicado a la política e intereses generales.

Pululación de mercadoLas estrechas actividades eco-nómicas de la ciudad costera abrió espacios comerciales de envergadura con cuantiosas trasnacionales y compañías

aparecían periódicos, desapare-cían”; aún no se define si por sus lectores o por la saturación.

La confianza en la comunicación impresa imperó hasta la apari-ción de la radio en el siglo XX, sin embargo, los formatos y las carac-terísticas de cada tipo de medio consolidaron el goce de la infor-mación noticiosa en la localidad.

Freddy González Zubiría se ha dedi-cado a la investigación de la prensa durante el siglo XIX y XX. Foto: Andrés Boscán

Archivos del Banco de la República resguardan algunos de los principales periódicos de Riohacha. Foto: Cortesía Bando de la República

Así como aparecían periódicos, desapare-cían” afirma el autor en referencia a la conso-lidación de medios de comunicación desde 1833 hasta 1953

La periodista wayuu afirma que usar la manta para sus reportes noticiosos se ha convertido en una obligación. Foto: AB

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@WAYUUNAIKI_10 VENEZUELA-COLOMBIA - NOVIEMBRE 2014Opinión

Jayariyú Farías MontielLa gaita zuliana Paraguaipoa, escrita por Saúl Sulbarán e in-terpretada por Rafael Barroso en la agrupación Sorpresa po-pularizó el rinconcito ensoña-dor de la patria soberana…y es que sus pobladores aún la perciben así: una tierra galana, mi rinconcito natal, la letra de esta famosa canción describe a este poblado del municipio Guajira y en aquel entonces in-vitaba a conocerlo.

Hoy la realidad de Paraguai-poa es otra, cambió su rostro un poquito nada más, sigue allí

Paraguaipoa de ayer...Foto: Cortesía de Edwin Amable Silva

El Toro Senta’o donde los jóve-nes wayuu bailaban y se ena-moraban, sin embargo cambió su utilidad se ha convertido últimamente en centro de aco-pio para el Mercal “casa por casa” que atiende a las comu-nidades wayuu, la plaza sufrió una modificación tiene lám-paras y asientos de antaño y un parque infantil, de noche hay una cantidad de puestos de comida, que venden don-de mejor les convenga, hace poco fue inaugurado un Mer-cado Artesanal, está frente a la iglesia de piedra que por cierto mantiene cerradas sus puertas.

Las calles del centro de Para-guaipoa se abarrotan cuando pasan los estudiantes, las mo-

tos vienen y van como caballos desbocados, y más allá sigue Los Filúos con su acostumbra-do desbarajuste, la novedad: son los niños haciendo señas con sus dedos, los jóvenes parecen más expertos, Para-guaipoa esta circundada por “caletas” de combustible, si el pueblo ha crecido es porque el bachaqueo así lo ha querido.

El banco se fue hace muchos años, no hay cajero electrónico y prácticamente todo deben traerlo de El Moján o Maracai-bo, si la Guardia o el Ejército permiten que sus pobladores pasen sus mercados, pues exis-ten restricciones para el paso de productos no sólo de ali-mentos otros rubros también tienen prohibiciones, las con-

secuencias de estas negativas han obligado a muchos comer-ciantes a dejar sus negocios.

Hay desolación en Paraguai-poa, pero también hay triste-za, atrás quedo el pueblo del encuentro y los momentos de tradición, el rinconcito en-soñador de la región zuliana requiere urgente atención, ne-cesita atenuar la anarquía que hoy reina en ella, antes había barullo pero del bueno, había colores que matizaban el po-blado, pero sobre todo había la enorme voluntad de sus habi-tantes de marcar la diferencia, debemos recobrar el brío de nuestros antepasados, emular su mística y trabajo tesonero, miremos el pasado con la ener-gía de mejorar el presente. WWW.WAYUUNAIKI.ORG.VE

ENTRA YA

PALAAJEE Se trata de la dirección del mar, esto siempre obedece como una respuesta a una interrogante muy común en la población wayuu ¿jelejee-jechi pia? ¿De dónde vienes? Y la respuesta seria. Chejee-jechi taya palaajee, yo vengo del mar o de la cercanía del mar.

LA FUNDACIÓN OFICIAL

El presidente de Estados Unidos de Venezuela Anto-nio Guzmán Blanco, emite un decreto Nº 2249, firma-do en el Palacio Federal de Caracas, de fecha 12 de no-viembre de 1880, por el que se ordena trasladar la capital del Territorio Federal Gua-jira al punto denominado Paraguaipoa, siendo gober-nador Rudesindo González “Cachimbo” y el Coronel Sebastián Farías. El prime-ro Jefe de las Guardias de Afuera y el segundo coman-dante del puesto militar de Sinamaica. Esta capital se encontraba en Las Guardias de Afuera o Santa Teresa, co-nocida por los wayuu como Taiwai, donde existía una Guarnición Militar (Tomado del artículo PARAGUAIPOA 134 AÑOS DEL DECRETO ALIJUNA N° 2249 del Cro-nista del Municipio Guajira, Hilario Chacín)

Paraguaipoa 134 años en franca RESISTENCIA

Crónica del Cambio

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Maracaibo y Margarita serán sede de la octava y decima edición del evento

La VISIÓN Y EL ESFUERZO femenino detrás de Semtur

Henry PalmarDe belleza natural, con su cabello corto y esa sonrisa que no se quebranta pese a la magnitud de los desafíos que se propone, las exigencias de organizar eventos de mo-delaje, corporativos y sociales se convier-ten en el día a día de Carola Núñez, modelo, empresaria y directora de su agencia, quién en entrevista exclusiva para WAYUUNAIKI, contó las razones por la que convirtió a Ma-racaibo en sede de la octava edición de la Semana de la Moda y el Turismo (Semtur).

Nacida en la ciudad del sol amada, creció en la urbanización La Rosaleda, curso sus estudios en el Colegio Cagigal, y a los 15 años ya era modelo profesional formada por la profesora Dinora Morán. Desde jo-ven visionó su propia escuela y desde hace 17 años fundo Carola Studios; un espacio de formación integral y organización de eventos que durante los últimos ocho años ha posicionado en San Cristóbal, Táchira, la expoferia de la moda emergente y el desa-rrollo turístico.

Sobre la edición del 2015 develó que la rivera maracaibera volverá a ser sede del despliegue técnico y de producción del en-cuentro, por su alto nivel de compromiso, desarrollo, talento y receptividad del pú-blico, sin embargo, pretende visitar Marga-rita para la décima edición de Semtur.

Resaltar el talento de los emprendedores en las áreas de la moda y el turismo es el objetivo de la organización, así mismo, impulsar las causas benéficas han alcan-

Diversas fundaciones han sido beneficiadas, tales como: Fundación para el Trasplante de Médula Ósea, CEPI, Niños del Sol, Senos Ayuda, Vivir Mejor entre otras. La Fundación WAYUUNAIKI tuvo una participación especial y presento el desfile étnico en conjunto con la Casita de Waleker.

Tuu  ne’rakalü  jee tuu  na’yataakalü achiiruwa  naa  jieyuukana 

juchiiruwajeesü  tuu  Semtur  munakalü

zado un factor de logro de envergadura, la reciente edición trabajo con funda-ciones como: FTMO ( Fundación para el Trasplante de Médula Ósea) Fundacio-nes CEPI, Los Niños del Sol y Senos Ayu-da, además de la Fundación Vivir mejor del Padre Rhonald Rivero y Fundación Wayuunaiki.

A través de los desfiles de pasarela, simi-lares a los expuestos por Mary Ann Alva-rado, orfebre zuliana, y Petra Rodríguez, diseñadora de alta costura, se captan los donativos y la colaboración para las insti-tuciones de labor social.

Tanto la Alcaldía de Maracaibo y el Centro de Artes “Lía Bermúdez” se convirtieron en los máximos aliados de la semana, por su dedicación, compromiso y fortaleci-miento de la actividad, “Semtur es una plataformas para los emprendedores, causas benéficas porque hay una inte-gración entre diseñadores y fundaciones, además agradezco por la buena receptivi-dad y el cariño que tuvimos por parte de los medios”

De igual modo, hizo énfasis en los aportes de la Dirección de Turismo de Maracaibo,

Corporación de Turismo, asociación Ho-telera del Zulia, Tranvía de Maracaibo y, a Raymar Valbuena y Yandy Rodríguez, rei-nas del Turismo de Maracaibo y San Cris-tóbal, respectivamente, que se convirtieron en imagen del evento.

Así mismo, la agradeció la colaboración de Bazarmás, Adolfredo Palencia, Dany Mogo-llón de Dany Stylos, al Comité de Reinado de la Feria de la Chinita, Academia de Ballet Flamenco La Giralda, Ballet Nacionalista del Zulia, Hotel Gran Delicias, Aparta Hotel Presidente.

Carola Nuñez, coordinadora del Semtur, detalló el proceso organizativo del gran evento. Foto: Andrés Boscán

Exposiciones artesanales wayuu hicieron gala en la expoferia en el Centro de Arte de Maracaibo “Lía Bermúdez”. Foto: Yessica Aguilar

La Casita de Waleker y Fundación WAYUUNAIKI indígenizaron la pasarela con varios desfiles étnicos. Foto: Henry Palmar

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VENEZUELA-COLOMBIA - NOVIEMBRE 2014 WAYUUNAIKIEL PERIÓDICO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

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@WAYUUNAIKI_10 Cultura

Jiaawase  jee  julejule  Woumain ya’yaa  wajiira  natuma wayuu

Manuel Román FernándezPara un mayor conocimiento geográfi-co y un mejor entendimiento territorial de la Guajira, como toda nación posee una división propia, autóctona, que sólo quienes lo habitan lo comprenden me-jor, ésta división territorial propia y au-tónoma comprende lo siguiente: 1.-Palaatu’u: ésta corresponde a la franja de tierra que bordea el mar o li-toral marítimo; los wayuu que viven en esta zona se le dice Palaatu’uje’ewai, que significa: “habitante de las costas”. Eti-mológicamente “Palaatu’u” proviene de la palabra “Palaa” (Mar) y “Stu’” (lado, ladera), que expresa: Laderas del Mar.

La mencionada franja territorial com-prende: Wünaapunaa, que corresponde a la zona costara meridional en el actual Golfo de Venezuela y abarca desde la desembocadura del Caño Paijana al sur de Kaimaalu’u (Caimare Chico), pasando por Paraguaipoa, Neima y Castilletes. Así mismo, zona costera nororiental, desde Castilletes hasta Punta Gallinas, y por último la zona costera occidental, desde Punta Gallinas hasta el oeste de Camaro-nes.

2.-Wüinñpumuin: se refiere a la Guajira oriental o Alta Guajira, quiere decir “lu-gar hacia donde van las aguas”. Los ha-bitantes de ésta región peninsular se les conoce como “Wayuu Wuinñpeje’ewai” (Arribero u Oriental). La zona compren-de desde Kusí (Cusia) hasta la serranía de la Makuira, y de allí hasta Punta Es-pada, Nazareth, Puerto Estrella, Chimare y Bahía Honda, retornando a Kusí, des-pués de bordear las serranías orientales de Jalaala (Jarara).

3.-Jalaala: referida a la Guajira central, significa “conjunto de colinas, cerros y lomas pedregosas”. En el espacio geográ-fico se encuentran planicies con vegeta-ción arbustiva, generalmente escasa. Su habitante se autodenomina Wayuu Ja-laalaje’ewai o Guajiro de tierra adentro. Ésta región comprende el norte del cerro de la Teta (epitsü, la cual se incluye en la región de Jalaala) y lugares adyacentes, al sur, Ipapure y serranías de Cojoro, al este con Iruwa, la cordillera de Palaas-hi y demás, al norte planicies de monte abajo hasta el mar y al oeste los montes de Isashii, por las cercanías de Ichi’pkii (Uribia).

4.- Wopumuin: la baja Guajira o Región Occidental significa “región hacia donde indica el camino” y alude al trayecto o camino que sigue el sol hasta su ocaso. Quienes habitan la región se denominan “Wayuu Wopuje’ewai” (Guajiro abajero u Occidental). Es la más extensa zona de la Guajira y por su condición se subdivi-de en:

4.1: Isashii: referida a la subregión de vegetación arbustiva, tupida y xerófila (montes bajos y de galería).

4.2: Wuna’apü: Abarca la subregión bos-cosa o de la selva de las tierras altas y de vegetación abundante y alta.

4.3: Anooüy o Anoüli: Es la subregión de las sabanas y llanuras que comprende a su vez Anoouy Wuinñpumuin y Anoouy Wayanaata. Los nativos de esta zona de-nominados Wayuu Anoulije’ewai, son conocidos como guajiro pampeano o sabanero.

5.- Jasale’ü: la provincia de los méda-nos, abarca una faja de tierra arenosa y de cocales, que se extiende bordeando el mar. La zona abarca la parte norte de A’yajuuy, pasando por Paraguaipoa, Juruba, el Cañito, las Pitias, las Guardias, Mata Palo, los hermanitos, Sinamaica, Wotonsiiya, Cardoncito y el Caño Paijana. Su nombre proviene del vocablo “Jasay”,

que quiere decir: Arena o lugar de los Arenales o médanos. Sus habitantes se les denomina “Wayuu Jasale’üje’ewai” (Guajiro de los medanos o habitantes de los médanos). Topográficamente com-prende:

5.1: Zona Norte: El Norte de A’yajuuy hasta Paraguaipoa, la zona comprende desde el mar y las extensas llanuras al este de la Candelaria y el oeste de los Fi-lúos.

5.2: Zona Sur: Desde Paraguaipoa hasta el Caño Paijana y Puerto Guerrero, el sur desde el mar y la Ciénaga de Wananay, que va desde los Filúos hasta Sinamai-ca. Se caracteriza por ser abundante en médanos a lo largo de la costa y luego llanuras hasta Sinamaica. Es un gran re-servorio natural de aguas potables pro-veniente de las lluvias que se almacena en el subsuelo.

6.- Wuna’apü: Es la zona de los bosques, comprende una parte de la cordillera sur occidental de la Guajira venezolana y otra a la zona de la subregión de la baja Guajira colombiana.

6.1: En la parte venezolana: La zona montañosa suroccidental se comprende a todo lo largo del curso superior del Río Limón-Guasare y los montes de Oca. Es la zona de mayor precipitación pluvial. Las tierras son fértiles y el monte es alto. Entre los poblados más importantes de la zona tenemos: Caujarito, Rancho Grande, El Tigre, Carretal, Guana, Ma-jayura, El Escondido, Iruwamana, Puerto Rosa, Molinetes, Tamaral y Guasare.

6.2: En la parte colombiana: Compren-de las tierras altas de vegetación mayor y de mejores recursos naturales y ferti-lidad en la tierra. La baja Guajira se de-sarrolla alrededor de las poblaciones de Carraipia, Cuestecita, San Juan Fonseca, Barrancas y Villanueva.

DIVISIÓNTERRITORIAL autóctona y autónoma

de la Guajira

Infografía Digital: Carlos Raffe

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Palaatu’u (Guajira de la costa)Wuimñpumuin (Guajira oriental)Jalaala (Guajira central)Isashii (Guajira Intermedia)

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Wopumuin (Guajira occidental)Anouli/Anoouy (Guajira de Sabana)Jasale’ü (Guajira de los MédanosWuna’apü (Guajira de los bósques)

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DIVISIÓN TERRITORIAL AUTÓNOMA Y AUTÓCTONA

DE LA GUAJIRA

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A Ñ O X I V - N o . 1 8 6 V E N E Z U E L A C O L O M B I A , N O V I E M B R E 2 0 1 4 - D L P P 2 0 0 0 0 1 2 U 6 3 7 - I S S N - 1 3 1 7 - 1 2 7 5 . B s . F. 1 0 , 0 0 / $ 3 0 0 0

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