misioneros nº 137

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Con los brazos abiertos, más dedos millones de jóvenes acogen alpapa Francisco en Río de Janeiro,con motivo de la celebración de laJornada Mundial de la Juventud.

1144

en este número...

y además...

EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org

Nº 137 . VERANO, 2013

AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60 COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10 COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40 FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99 MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60 MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99 INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 355 23 42 MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 525 32 04 MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78 MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71 MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16 MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40 MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55 MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16 PADRES BLANCOSMenorca, 3. 28009 Madrid. Tel. 91 574 04 00SOCIEDAD DE MARÍA - MONFORTIANOSGarabay, 7. 2º. 28850 Torrejón de Ardoz(Madrid). Tel. 91 677 69 11 SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41

coeditores

T E R C E R M I L E N I O

IGLESIA A FONDO

PRIMER PLANO

La presencia creciente de musulmanes ennuestras sociedades suscita no pocasveces recelos y miedos. El padre blancoMiguel Larburu responde a muchas delas inquietudes que genera esta situación.

INFORMELas experiencias misioneras de verano noson una aventura aislada. Muy al contra-rio, el encuentro con Dios a través de losmás necesitados suele dejar una huellaque ha transformado a muchas personas.

7 TRIBUNA «La luz de la fe»

10 EL OBSERVADORESTADOS UNIDOSEGIPTO

18 ASÍ VA EL MUNDOVENEZUELA - IRÁNREP. CENTROAFRICANA

34 ENTREVISTAKKiikkee BBaayyoo, misioneroen la R. D. del Congo

37 ANIMACIÓN MISIONERA

41 CARISMASHermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor

44 CULTURA"Oriente Medio no necesita muros, necesita puentes"

52 MISIÓN VIVA350 años de evangelizaciónde Casanare (Colombia)

56 MISIÓN VIVAHHuummbbeelliinnaa ddeell CCaaññoo, misionera en Nicaragua

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Han sido 100 días... yni una sola noche.Desde que el pasado13 de marzo el papa

Francisco se asomara al balcónpara proclamar que sus “herma-nos cardenales” le habían ido abuscar “al fin del mundo” paraponerlo al frente del pastoreo dela comunidad católica de los cin-co continentes, el “obispo de Ro-ma” ha vivido una auténtica lunade miel. No solo con sus fieles, alos que ha inyectado una buenadosis de ilusión y estímulo evan-gelizador, sino que también haatraído la atención de los aleja-dos de la Iglesia, de los ateos yagnósticos, de los defensores deuna sociedad secularizada. Y haabierto además muchas esperan-zas para el entendimiento con elmundo islámico y, sobre todo, conla comunidad judía, a la que leune una fuerte amistad con algu-no de sus miembros.

La verdad es que, al buenodel papa Francisco, le bastaronunos pocos minutos para comen-zar a cautivar al mundo. La mane-ra en la que se presentó en losprimeros instantes de su pontifi-cado, hasta pedir con natural sen-cillez la bendición de los fielesque habían ido a escuchar elanuncio de la elección del nuevoPapa, era indicio de una humil-dad, de una necesidad de sentirseacompañado, que a todos gustó.Solo quedaba la pequeña duda de

que aquellos primeros gestos fue-ran una mera pose. Pero bastaronapenas unas horas, unos días a losumo, para que Jorge Mario Ber-goglio convenciera a todos de queél es así, de que quiere estar “alservicio de los demás”, de que legusta sentir el calor de la gente,porque necesita querer y ser que-rido, “porque –como él mismo di-ce– no puedo estar solo”. Por eso,

se fue a vivir a la residencia deSanta Marta en lugar de a un pa-lacio que podría resultar demasia-do solitario; por eso, reparte be-sos y abrazos, sin cansarse, entreniños, enfermos y pobres; por eso,lava y besa los pies de jóvenes re-clusos, incluida una muchachamusulmana; por eso, no duda envisitar a los inmigrantes de Lam-pedusa, para que no se sientanabandonados, hacer suyo su dra-ma y poner coto a la “globaliza-ción de la indiferencia”.

Y en el fondo de todos estosgestos personales, se descubre ladefensa de una Iglesia que estéabierta al mundo, especialmenteen los lugares de frontera, endonde más falta haga; una Iglesiapobre y para los pobres, que se

ponga al servicio de los más ne-cesitados y que derroche amor;una Iglesia constructora del Reinode Dios, profundamente misione-ra; una Iglesia, hostil al “carreris-mo” y a toda forma de injusticia;una Iglesia que denuncie el es-cándalo de una pobreza que per-mite que millones de niños, hom-bres y mujeres se mueran dehambre, habiendo recursos para

dar de comer a todos; una Iglesiaque sea voz de los que no la tie-nen, que dé visibilidad a los invi-sibles de este mundo, que hagaque los últimos sean los prime-ros; una Iglesia libre y coherente.

Es tal la expectación levantadaen estos primeros meses de pon-tificado de Francisco que la únicaduda que suscita en algunos essaber si será capaz de respondery mantener tanta ilusión desper-tada; si, cuando llegue el momen-to, la caída no será aún mayor.Visto lo acontecido en estos cienprimeros días, los malos augurioslo van a tener difícil. La revolucióndulce del papa Francisco cautiva.Jesús y su mensaje de salvaciónson sus pilares, los mismos quelos de la Iglesia misionera.

E D I T O R I A L

DIRECTOR Alfonso Blas REDACCIÓN Rosa Lanoix, Rubén Azuara DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES Anastasio Gil, Rafael Santos, DoraRivas, Montserrat Vilaseca, Antonio José Molina, José Beltrán, José Carlos Ro-dríguez, José Ignacio Rivarés, Modeste Munimi, José Ramón Carvallada, María

Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, Joaquín Martínez, Juan Lázaro Sánchez, Vicente MarquésRuiz, Lourdes Gabilondo DOCUMENTACIÓN Ana Fernández ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36

T E R C E R M I L E N I O

En estos primeros cien días de pontificado, el papaFrancisco ha sabido inyectar en los fieles una

buena dosis de ilusión y estímulo evangelizador.

CIEN DÍAS DEL PAPA FRANCISCO

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14 misioneros NÚM. 137, VERANO DE 2013

I G L E S I A A F O N D O

La presencia y la visibilidad de los musulmanes ennuestras sociedades occidentales suscitan inquietuden la ciudadanía y, a menudo, miedo y rechazo enmuchos. ¿Será el islam fundamentalmente intoleran-te? ¿Existe una agenda secreta para la islamizacióndel planeta? Muchas personas se hacen estas y otraspreguntas. Los católicos, también. El padre blanco Mi-guel Larburu, misionero en Argelia y actualmentemiembro de ARCRE (Acción para el Encuentro de Cul-turas y Religiones en Europa) nos habla de estas cues-tiones de máxima actualidad.

Desde hace más de unadécada, muchos son losacontecimientos que sehan ido produciendo y

que están ocasionando un deterio-ro de la convivencia entre el islamy los países occidentales; un ma-lestar que, en estos últimos años,está registrando un crecimientoexponencial. Los atentados del 11de septiembre, y más tarde losacontecidos en Madrid y Londres,marcaron profundamente nuestrosespíritus. Hoy, las guerras enOriente Medio y las involucionesque se registran en los países quehan conocido las “primaveras ára-bes” están demostrando que loscristianos son en muchos casos ob-jeto de vejaciones y el blanco delas violencias, muy lejos de las es-peranzas que prometían los cam-bios de regímenes que se habíanproducido en estas naciones.

España ha pasado de ser cunade emigrantes a receptáculo denumerosos inmigrantes, lo que seexplica a menudo por la proximi-dad del continente africano. Pero,al mismo tiempo, conviene no ol-vidar que en estos recientes añosde crisis se está de nuevo asis-tiendo a una inversión del flujo:muchos jóvenes, bien formados,no tienen otra posibilidad de tra-bajo que hacer las maletas y salira otros países europeos o... ¡lati-noamericanos!

Frente a estos fenómenos, mu-chos tienen miedo y algunos sesienten frágiles e indefensos. Mie-do a una islamización de nuestrassociedades, miedo a la imposiciónde reglas que emanan de la sharia(ley islámica) y de costumbresque nos parecen arcaicas e intole-rantes; miedo a perder la identi-dad europea y cristiana...; en fin,

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miedo del proselitismo de algu-nos grupos islámicos radicales.

Estos temores invaden tambiéna los católicos, a menudo los pri-meros en haber acogido a los mu-sulmanes en Europa, y los que, através de Cáritas y otras organiza-ciones eclesiales, ofrecen su ayudaen estos tiempos de crisis. Pero,entre el rechazo del islam y la aco-gida ingenua, ¿no habría espaciopara otro tipo de aproximación?...

Diagnóstico de las actitudes miedosas

Existen actitudes espontáneasde racismo de tipo primario, a me-nudo ligadas a la extrema derecha,y reacciones clásicas contra el ex-tranjero, más concretamente elmusulmán, que tienen, en la ma-yoría de los casos, raíces históricas.Ahí están las cruzadas, que aúnhoy siguen pesando en el universode nuestros prejuicios sociocultu-rales, y no digamos nada de la con-quista/reconquista de España, queha dejado marcadas las pasionesde unos y otros. En el ámbito con-temporáneo, están los episodioscoloniales que habitan nuestrasmemorias; y ya en el momentopresente, nos encontramos con

una precariedad económica de laque responsabilizamos al otro, queviene a “robar nuestros empleos”.

Estos prejuicios, insinuacionesy acusaciones se están convirtien-do, en manos de intelectuales delaboratorio, en rebuscadas teoríasque pretenden ver en el empujedemográfico de las poblacionesmusulmanas un intento de impo-nerse progresivamente a las po-blaciones nacionales. Teorías queencuentran asimismo en su reli-giosidad, en su “tirón” en térmi-nos de conversiones, en la visibili-dad de los símbolos islámicos, enel desarrollo del comercio alimen-ticio halal (puro)..., aspectos deuna hipotética resistencia a “inte-grarse” y signos visibles de una in-culturación invertida de Europa, o,en el caso de España, una vuelta ala historia de la conquista musul-mana. Y, en su opinión, todo estoocurre ante la indolencia de los eu-ropeos ciegos, que llegarían inclu-so a negar dicho peligro, gracias aque están de moda proposicionesde tipo multiculturalista.

Este es el tipo de argumentosque se convierten en doctrina pa-ra quien desconfía o no quiere alextranjero. Bastaría consultar los

innumerables sitios web que con-tinuamente están destilando estasteorías catastrofistas –ahora, tan-to de derechas como de izquier-das– para comprobarlo. Es hora,por lo tanto, de abrir los ojos e in-vitar a la gente de buena voluntada “pinchar globos” que estamoshinchando “por acción y omisión”.

“Pinchando globos”El espacio de esta revista no

permite contraargumentar las in-numerables tesis catastrofistasque las redes nos escupen en for-ma de ensayos, artículos, vídeos...,con la intención de alimentarnuestras fobias y fantasmas colec-tivos. Además, sinceramente, seríaun ejercicio muy aburrido.

Sí merece la pena señalar queuna de las tesis recurrentes en es-ta clase de información es la quepretende hacernos creer que el is-lam es una religión en progresiónexponencial. Sin embargo, paísesde mayoría musulmana, como Iráno Argelia, registran una natalidadque está por debajo del nivel derenovación generacional. Y si noscentramos en la realidad europeaen la que vivimos y en esta “ma-rea musulmana” ante la que

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queremos estar precavidos, ynos paramos un momento en las

tasas de fecundidad tomadas delPew Research Center, nos daremoscuenta de que, por ejemplo enAlemania, la población musulma-na, mayoritariamente turca, regis-tra una diferencia prácticamenteinapreciable en la tasa de fecundi-dad con respecto a la poblaciónnacional (1,9 niños por mujer). Lamisma tendencia se confirma enSuiza, en Holanda o en Francia.

En cuanto a los flujos migrato-rios, hay que señalar que, segúnlas estadísticas de la Unión Euro-pea, Marruecos es claramente elpaís que aporta el mayor número

de inmigrantes, con 157.000 per-sonas por año. Sin embargo, el flu-jo migratorio asiático hacia el Vie-jo Continente en el mismo periodode tiempo es mucho mayor, con97.000 chinos y 93.000 indios, pro-venientes de países que no son demayoría musulmana.

Merece también la pena dete-nerse también en el mito de lasconversiones al islam. Analizandoel caso del Reino Unido, donde seproduce el mayor número de con-versiones (unas 4.000 al año), secomprueba que este dato equivalea que se registra la conversión deuna persona por cada 600 en un

país de 60 millones de ciudadanos.Si el ritmo de conversiones semantiene, el Reino Unido sería unpaís musulmán en... ¡6.000 años!Ciertamente nada que ver con laprogresión de aumento de los pen-tecostales, que entre 1998 y 2005se situó, según el Atlas de las reli-giones, en un 34%.

Si nos fijamos en el crecimien-to de la población mundial, la co-munidad musulmana, según datosdel Pew Research Center, deberíacontinuar aumentando hasta al-canzar los 2.200 millones en 2030,pero más lentamente de lo que ve-nía ocurriendo: 1,7% de crecimien-

to entre 2010 y 2020, y solo el1,4% de 2020 a 2030. Esta caída dela curva de crecimiento sería másnotable en Asia, Oriente Medio,África del Norte y... Europa.

Conviene, por tanto, utilizarinstrumentos muy sencillos, quetenemos a mano gracias a Inter-net, y hacer uso de ellos con unmínimo de raciocinio, evitando asíuna divulgación sin criterio.

¿Somos cristianos?En nuestras actitudes profun-

das, es importante hoy que tenga-mos las cosas claras desde la fe yel Evangelio. En ningún caso sepuede hacer como algunos cristia-nos que pretenden “destruir el is-lam para salvar a los musulma-nes”. Ciertamente, nunca fue la ac-titud de Jesús, que supo reconoceren personas como la siriofenicia, elcenturión, los griegos que queríanverle..., un auténtico proceso reli-gioso, que no necesariamente de-sembocó en llegar a ser cristianos.

16 misioneros NÚM. 137, VERANO DE 2013

I G L E S I A A F O N D O

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n la declaración delConcilio Vaticano IINostra aetate (1965),

"sobre las relaciones de laIglesia con las religiones nocristianas", se incluyen estaspalabras de honda valora-ción con respecto a los cre-yentes del islam:

"La Iglesia mira tambiéncon aprecio a los musulma-nes, que adoran al únicoDios vivo y subsistente, mise-ricordioso y omnipotente,Creador del cielo y de la tie-rra, que habló a los hom-bres, a cuyos ocultos desig-nios procuran someterse porentero, como se sometió aDios Abrahán, a quien la feislámica se refiere de buengrado. Veneran a Jesús comoprofeta, aunque no lo reco-nocen como Dios; honran aMaría, su madre virginal, y aveces incluso la invocan de-votamente. Además, esperanel día del juicio, cuando Diosrecompensará a todos loshombres una vez que hayanresucitado. Aprecian, por tan-to, la vida moral y veneran aDios sobre todo con la ora-ción, las limosnas y el ayuno.

Si bien en el transcurso delos siglos han surgido nopocas disensiones y enemis-tades entre cristianos y mu-sulmanes, el santo Sínodoexhorta a todos a que, olvi-dando lo pasado, ejerzansinceramente la compren-sión mutua, defiendan ypromuevan juntos la justiciasocial, los bienes morales, lapaz y la libertad para todoslos hombres" (n. 3).

En este sentido, hay una actitudque me parece esencial para no-sotros, inspirada en el Sermón dela montaña (Mt 5-7): la concepcióncristiana de la reciprocidad. En es-te punto, hay que ir más allá de losderechos humanos, perfectamentelegítimos en su formulación y as-piraciones, e incluso más allá de lapropuesta intercultural o interreli-giosa. Jesús cuestiona la reciproci-dad como criterio; las exigenciasde Jesús son radicales.

Nuestra reacción habitual antelas peticiones de los musulmanes,como son la construcción de luga-res de culto, la comida halal, lasfiestas religiosas, etc. –el catálogocompleto de sus reivindicacionesen España se puede consultaren Observatorio Andalusí–, es: “¿Aqué vienen estas reivindicaciones,cuando «en su tierra» no existe nin-guna libertad religiosa, y los cris-tianos son ciudadanos de segundaclase y están perseguidos?”. Y seañade, claro, la coletilla: “¡Aquí es-

tamos cediendo constantemente entodo, y ellos no ceden en nada!”.

Jesús, en cambio, advierte: “Vo-sotros decís: «Ojo por ojo...». Yo osdigo: amad a vuestros enemigos,haced el bien a los que os odian...,rezad por los que os calumnian... Alque te pide la capa, dale también latúnica”. Aclaro, además, una evi-dencia: en la reciprocidad con losmusulmanes, no se puede hablarde enemigos. En este caso, habríaque decir: “... incluso si actúan co-mo enemigos”. O sea, que con másrazón si no lo son.

La enseñanza de Jesús, en su ra-dicalidad, no se aplicará material-mente. Incluso Jesús pidió explica-ciones al que le pegó en la cara. Enfin, no se puede deducir inmediata-mente de esta interpelación perso-nal un criterio colectivo o político.Sencillamente, hay que dejarse mi-rar por la mirada buena de Jesús;dejarse transformar por Él.

MIGUEL LARBURUMisionero de África

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Un sinceroaprecioUn sinceroaprecioE

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Pedro vuelve a Brasil. Ensus 26 años de pontificado,

Juan Pablo II viajó a estepaís en cuatro ocasiones, y

Benedicto XVI una, en2007, para inaugurar la V

Conferencia General delEpiscopado Latinoamerica-no. Ahora le toca el turno

a Francisco. Al primer Papalatinoamericano de la histo-ria le esperan en Río de Ja-neiro, con los brazos abier-

tos, más de dos millonesde jóvenes participantes en

la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

22 misioneros NÚM. 137, VERANO DE 2013

PEDROPEDROVUELVE A BRASILVUELVE A BRASIL

P R I M E R P L A N O

Seis intensos días en Bra-sil, en el que es el primerviaje internacional del pa-pa Francisco tras su elec-

ción el pasado 13 de marzo. Se tra-ta de un viaje “heredado” de Bene-dicto XVI, que, a buen seguro, asu-me de buena gana, pues, pese asus 77 años, Francisco goza debuena salud, se siente joven y estáa gusto con los jóvenes. Vuelve,además, a su querida América Lati-

na. En Brasil le esperan nada me-nos que 400.000 compatriotas. Pe-ro ese es solo el número de argen-tinos que se cree van a cruzar lafrontera para asistir a esta vigési-ma octava JMJ, la duodécima de ca-rácter internacional. El número to-tal de participantes en el evento,sin embargo, se espera que superelos dos millones. No obstante, tresdías antes de que expirase el plazode inscripción, a finales de junio,

los registrados oficialmente eranúnicamente 250.000. Eso quieredecir que la mayor parte de los queacudan a Río lo harán “por sucuenta”, sin contar con la organi-zación, con lo que ello supone encuanto a problemas de logística.Los “peregrinos” españoles sonunos 3.000, la mitad de ellos, almenos, miembros del Camino Neo-catecumenal, movimiento que, co-mo suele ser habitual, celebra al

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NÚM. 137, VERANO DE 2013 misioneros 23

día siguiente de la clausura un en-cuentro con su fundador, Kiko Ar-güello. Con la Conferencia Episco-pal (CEE) viajan 128 personas, en-tre ellas tres obispos: Mons. Brau-lio Rodríguez, arzobispo de Toledoy presidente de la Comisión Epis-copal de Misiones; Mons. José Ig-nacio Munilla, obispo de San Se-bastián; y Mons. Xavier Novell, ti-tular de Solsona; estos dos últimos,responsables de la pastoral juvenil.

Francisco llega a Río el 22 dejulio, y regresa a Roma el día 28.En esos seis días, y además de lasrecepciones y encuentros de rigorcon las autoridades civiles –con lapresidenta Dilma Rousseff y con elalcalde Eduardo Paes, entre otros,quien le hará entrega de las llavesde la ciudad–, está previsto que elPapa viaje, en la mañana del miér-coles día 24 y en helicóptero, alsantuario de Nuestra Señora deAparecida, patrona de Brasil, ubi-cado a unos 200 kilómetros de Río;que en la tarde de ese mismo día,y ya de vuelta, visite a los enfer-mos del hospital San Francisco de

Asís de la Providencia, especializa-do en la recuperación de jóvenestoxicómanos; que acuda el día 25a la parroquia de San JerónimoEmiliani, situada en la favela deManguinhos, ya pacificada y unade las mayores de la ciudad, en laque viven más de 50.000 personas;y que mantenga, el 26, un en-cuentro con jóvenes reclusos en elPalacio Arzobispal. A todo ello hayque añadir las celebraciones euca-rísticas y los encuentros con el cle-ro local y latinoamericano, ademásde los actos propios de la JMJ: lafiesta de acogida, la confesión acinco jóvenes (uno por cada conti-nente), el almuerzo con una doce-na de muchachos de diversas na-cionalidades, el vía crucis en el pa-seo marítimo de Copacabana, la vi-gilia de oración en el mismo esce-nario, la eucaristía de clausura enGuaratiba y el encuentro con el co-mité organizador local.

Al término de la JMJ, Jorge Ma-rio Bergoglio habrá recorrido másde 18.000 kilómetros y pronuncia-do 17 discursos y homilías; su alo-

jamiento: la residencia Sumaré, lamisma que hospedó a Juan Pablo IIen sus visitas de 1980 y 1997; y desu seguridad se encargarán más de40.000 efectivos, entre policías ymilitares. La JMJ en sí cuenta con60.000 voluntarios. Cuando llegueel Papa, cientos de miles de jóve-nes llevarán ya tiempo partici-pando de esta fiesta del testimo-

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nio misionero en los llamados“Días en las Diócesis”, jornadas

previas al evento que se celebrandesde la JMJ de París de 1997 y queen Río han sido rebautizadas como“Semana Misionera”. Se espera queel encuentro en la ciudad carioca,además del primer gran baño demultitudes del nuevo Pontífice, de-je para el recuerdo un buen puña-do de imágenes y gestos imborra-bles. De entrada, ya antes de su co-mienzo, ha deparado dos noticias:por un lado, la declaración, porparte del Gobierno argentino, de laJMJ de Río como de “interés nacio-nal”, y por otro, el anuncio de laparticipación en ella de la presi-denta del país, Cristina Fernándezde Kirchner. Es la primera vez enla historia de estos encuentros, cre-ados por Juan Pablo II en 1984, queel jefe de Estado de otro país queno es el anfitrión acude a ver al Pa-pa. Aunque a la hora de escribir es-

tas líneas no hay aún nada confir-mado, no se descarta la presenciade otros altos mandatarios.

Un Brasil convulsoEl papa Francisco visita un país

convulso, como bien pudo compro-barse durante la Copa Confedera-ciones de fútbol, disputada el pasa-do mes de junio. Lo ocurrido en-tonces preocupa enormemente alas autoridades. Se trataba de laprimera gran prueba de las cuatroque tenía ante sí Brasil en los trespróximos años –Copa Confedera-ciones y JMJ (2013), Mundial de Fút-bol (2014) y Juegos Olímpicos(2016)– y, a las primeras de cambio,cuando los ojos del mundo estabanya fijados ahí, llegaron las revueltasy las protestas, fruto de la indigna-ción y del descontento social.

Todo comenzó el 10 de junio,tras el anuncio de un incrementode 20 céntimos de real (siete cén-

timos de euro) en el precio deltransporte público. La medida, enrealidad, no fue más que la mechaque prendió el fuego. La gasolinapara que las protestas fueran amás la puso la policía y la brutali-dad con la que se empleó para re-primir a los manifestantes. De mo-do que a los descontentos con lasubida del transporte, pronto seunieron los indignados por la ca-restía de la vida, por la corrupcióny, sobre todo, por el desorbitadogasto público (se habla de más de11.000 millones de euros) en in-fraestructuras para los eventos de-portivos, mientras se descuidan lasanidad, la educación y los servi-cios esenciales. Cinco personasmurieron en distintos incidentes–víctimas de atropellos, persecu-ciones policiales, gases lacrimóge-nos, etc.– acaecidos en las multi-tudinarias manifestaciones que tu-vieron lugar en São Paulo, Río deJaneiro, Belém, Manaos, Fortaleza,João Pessoa, Salvador, Brasilia, Be-lo Horizonte, etc, durante las tressemanas siguientes. De nada sir-vió que las autoridades de Río, SãoPaulo y otras cuatro grandes ciu-

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El encuentro con los jóvenes en laJMJ será el primer gran baño demasas del nuevo papa Francisco.

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dades más, en vista del grave ca-riz que tomaban los acontecimien-tos, dieran marcha atrás y revoca-sen las subidas del transporte.

“Las manifestaciones expresanla indignación de la gente frente ala impunidad y la mala gestión, yla insatisfacción por las accionesde los políticos que no dan res-puestas adecuadas a las necesida-des de las personas”, decía el ar-zobispo Paulo Mendes Peixoto, deUberaba, en el estado de MinasGerais, poco antes de que la Con-ferencia Episcopal hiciese pública,el 21 de junio, una declaración ofi-cial de su Comité Permanente enla que expresaban su “solidaridady apoyo” a las protestas, siempre ycuando estas fuesen pacíficas,pues “nada –recordaba– justificala violencia, la destrucción debienes públicos y privados, la faltade respeto y la agresión a las per-sonas e instituciones”.

Las movilizaciones –respaldadassegún las encuestas por hasta el94% de los brasileños– depararonfinalmente varios logros importan-tes, además de la marcha atrás enla subida del precio del transporte.

A causa de la presión social, y a lavelocidad de la luz, el Senado apro-bó un proyecto que endurece elcastigo a los condenados por co-rrupción (con penas de hasta 12años de reclusión) y, lo que es másimportante, dificulta la posibilidadde amnistía, indulto y abandono dela cárcel bajo fianza. La ley, queahora debe ser ratificada por elCongreso, llevaba durmiendo elsueño de los justos, en espera deser tramitada, desde 2011.

Otra victoria de la calle sobre laclase política ha sido la retiradadel Parlamento de la controvertidaPEC 37, una reforma constitucio-nal que, en caso de salir adelante,habría quitado a la Fiscalía la po-testad para investigar determina-dos delitos, entre ellos la corrup-ción. La iniciativa fue rechazadapor 430 votos en contra, nueve afavor y dos abstenciones. “Si sehubiera aprobado la «PEC de la im-punidad», como la apodaron losmanifestantes, las fiscalías no ha-brían podido indagar más sobre

los casos de corrupción, como eldel «mensalao» [el más grave delos últimos años, que afectó al Go-bierno de Lula Da Silva]”, indicanfuentes misioneras citadas por laagencia Misna, que subrayan quelas fiscalías han sido siempre ba-luartes en defensa de la justicia yde las causas populares.

La iniciativa de la presidentaRousseff de convocar un referén-dum para la creación de unaAsamblea Constituyente que re-

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Según las encuestas, hasta el 94% delos brasileños respaldó las protestas

contra la subida del transporte.

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forme el sistema político ha sus-citado duras críticas entre los le-

gisladores y no será fácil, dado queel Partido de los Trabajadores, alque pertenece la presidenta, no tie-ne mayoría en el Congreso. En cual-quier caso, Rousseff ya ha enviadosu propuesta a la Cámara, y estatiene como puntos centrales la fi-nanciación de las campañas electo-rales y el sistema de votación.

Entre tanto, los movimientossociales siguen con sus moviliza-ciones para hacer de la política unservicio al bien común, y no un lu-gar para medrar y enriquecerse.

Una red integrada por 70 de estosmovimientos, que en el pasado yaconsiguió que se aprobara la lla-mada “Ley da ficha limpa” (la exi-gencia de que los candidatos acargos públicos tengan una fichapenal limpia), ha lanzado ahoraotra campaña que, bajo la denomi-nación “Reforma política ya”, pre-tende acabar con la financiación delos partidos políticos por parte delas empresas, práctica que luego se

traduce –aseguran– en “contratossobrefacturados” y “malversaciónde recursos públicos”.

Fuga de católicosHasta aquí, y grosso modo, el

Brasil social y político que va a en-contrar el Papa. Luego está, claro,el Brasil religioso. El país cuentacon 195 millones de habitantes, delos que 164,7 millones (el 84,4% dela población) se declaran católicos,

según datos de la Oficina Centralde Estadística de la Iglesia de di-ciembre de 2011. La Iglesia brasile-ña, según esa misma fuente, estáestructurada en 274 circunscripcio-nes eclesiásticas (archidiócesis, dió-cesis, prelaturas...), en las que hay10.802 parroquias y 37.827 centrospastorales. Los obispos son 453;los sacerdotes, 20.701; los religio-sos, 2.702; y las religiosas, 30.528.Hay, además, 2.903 diáconos per-manentes, 1.985 laicos de institu-tos seculares, 144.910 misioneroslaicos, 483.104 catequistas, 8.956seminaristas mayores y 2.671 se-minaristas menores. El país cuen-ta, igualmente, con 6.882 centroseducativos de la Iglesia, en los quese forman 1,9 millones de alum-nos, así como con 3.257 centros deeducación especial. Asimismo, laIglesia posee o gestiona 369 hospi-tales, 884 ambulatorios, 22 lepro-serías, 718 casas para ancianos yminusválidos, 1.636 orfanatos yguarderías, y 1.711 consultorios fa-miliares y centros para la protec-ción de la vida.

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P R I M E R P L A N O

Según las cifras que manejala Iglesia, el 84,4% de la población

brasileña se declara católica.

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Esa cifra de 84% de católicosno coincide, sin embargo, con laque proporciona el Instituto Brasi-leño de Geografía y Estadística, cu-yo censo de 2010 la rebaja nadamenos que al 64,4%. Independien-temente de la veracidad de uno uotro dato, lo cierto es que el des-censo paulatino, pero constante,del número de fieles católicos esun hecho; y otro, también incues-tionable, es que ese descenso sedebe en gran parte a la fuga de ca-tólicos a otras religiones. Tanto esasí que los evangélicos, según elcenso, representan ya el 22% de lapoblación total.

Este problema fue abordado enla última Asamblea Plenaria delEpiscopado, que reunió el pasadomes de abril en el santuario deAparecida a más de 350 prelados.Los obispos también estudiaron enese encuentro cuestiones de granimportancia para los más desfavo-recidos, como la reducción de laedad penal (a la que se opusieron,por considerar que, en caso deaplicarse, castigará sobre todo a

los jóvenes pobres y negros que vi-ven en los suburbios) y la pro-puesta de enmienda constitucio-nal para que sea el Congreso y noel Gobierno quien delimite las tie-rras indígenas, que también re-chazaron por considerar que la de-marcación, reconocimiento y titu-lación de esos territorios es “untema técnico que requiere de estu-dios antropológicos, etno-históri-cos y cartográficos”.

Con todo, el asunto estrella delencuentro fue la por entonces in-minente beatificación de Francis-ca de Paula de Jesús (1808-1895),más conocida como Nhá Chica,primera afrobrasileña que sube alos altares. La ceremonia tuvo lu-gar el sábado 4 de mayo en la ciu-dad de Baependi, en el estado deMinas Gerais, y a ella asistieronunas 50.000 personas. Nhá Chica–explicaron los obispos– fue hija ynieta de esclavos, una “mujer anal-fabeta y huérfana desde la infanciaque vivió en la pobreza y la senci-llez [...] y dedicó su vida a servir alas personas, sobre todo en la no-ble tarea de escuchar y aconsejar”.Su memoria litúrgica se celebrará,en adelante, el 14 de junio.

El llegar a contar con una san-ta vinculada a la esclavitud tienesu importancia, porque, aunqueresulte difícil de creer, esa lacra so-cial sigue estando muy presentehoy en Brasil. Nueve días despuésde la beatificación de Nhá Chica, elGobierno informaba de que a lolargo de 2012 fueron “rescatadas”2.849 personas que desempeña-ban trabajos “semejantes a la es-clavitud”, una cifra que supone unincremento de un 14% con respec-to al año anterior. Brasil fue, el 13de mayo de 1888, el último paísdel mundo en abolir la esclavitud,efeméride de la que se acaban decumplir 125 años.

JOSÉ IGNACIO RIVARÉS

ENCUENTRO INTERRELIGIOSO

a de Río de Janeiro es,tras la de Buenos Aires de1987, la segunda JMJ que

tiene lugar en América Latina. Elencuentro brasileño, que tienepor lema "Id y haced discípulosa todos los pueblos (cf. Mt 28,19)", presenta en las jornadasprevias una significativa nove-dad en forma de acto interreli-gioso. Y es que jóvenes judíos,católicos y musulmanes se handado cita el 21 de julio en laUniversidad Católica de la ciu-dad para debatir temas de inte-rés común y proponer accionesconcretas que ayuden a mejorarla sociedad. La iniciativa llega apropuesta de un grupo de chi-cos y chicas de estas tres reli-giones que se vienen reuniendoallí cada mes en un clima dediálogo y respeto recíproco. Enel plano ecuménico, el ConsejoNacional de Iglesias Cristianasde Brasil también ha organizadoun encuentro de jóvenes líderesen la catedral anglicana de Río.

La catedral católica, por suparte, expone, para su venera-ción, y hasta octubre próximo,una reliquia –una ampolla consu sangre– del beato Juan Pa-blo II, gran impulsor de estasjornadas y uno de los patronosdel evento de Río.

Por último, la JMJ acoge, del23 al 26 de julio, una "feria vo-cacional". Se trata de un espacioen el que los jóvenes puedenconocer más de cerca y entraren contacto con distintas comu-nidades y congregaciones reli-giosas que les pueden ayudar adescubrir su llamada. "El objeti-vo de la feria es llevar a todoslos que pasen por ahí a pregun-tarse qué es lo que Dios esperade ellos", ha dicho el P. LeonardoLopes, su coordinador.

L

NÚM. 137, VERANO DE 2013 misioneros 27

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enía 15 años y un claretia-no vino a clase a relatar-nos su experiencia misio-

nera en Honduras. No recuerdo niuna sola historia de las que contó,pero sí la fuerza con la que habla-ba de la vida allí. Yo ya participa-ba en los grupos juveniles y con-tinué mi camino pastoral en la pa-rroquia, comprometida en distin-tos voluntariados y apostolados.Pasaron los años y no me quitabade la cabeza esa «fuerza». Sentíaque, pese a mis muchos compro-misos, me faltaba algo. Quería «vi-

vir» y no «hacer»”. Con esta natu-ralidad, Laura echa la vista atrás.Bucea en la memoria para rescatarlos instantes en los que comenza-ba a insinuarse un proyecto de vi-da que hoy se consolida. Una ado-lescencia con algunas aspiracio-nes que no cuadraban con las desus compañeros de pupitre. Ade-más, una palabra pululaba en susratos libres: misión.

Hoy, Laura López Ortiz, con 31años, es la responsable del Depar-tamento de Estudios y Sensibiliza-ción de Fundación Proclade, ONG

T“

28 misioneros NÚM. 137, VERANO DE 2013

I N F O R M E

Un mes. Quizá dos. Las experiencias de verano en territoriosmisioneros no forman parte de una aventura aislada. Másbien, todo lo contrario. En unos casos, son el inicio de un pro-ceso de discernimiento vocacional; en otros, afianzan una in-quietud que costaba acallar... Pero, sobre todo, suponen unencuentro con ese Dios vivo que se manifiesta en la oracióncon una comunidad indígena, en la acogida generosa de quie-nes poco tienen entre sus manos. Una entrega que transformaa aquel que decide tomar ese vuelo con destino a la misión.

de los misioneros claretianos. Ytodo, tras una experiencia en te-rritorio de misión durante un ve-rano; ese tiempo de desconexiónde lo cotidiano, de la rutina. Unosmeses en los que abrirse a otrasrealidades, a ese eco que resuenaen el interior y que, normalmente,está acallado en la agenda de oc-tubre a junio. Un paso al frenteque, lejos de constituir un parén-tesis, puede marcar un antes y undespués en el ser y hacer de uncreyente. En su caso, desde aque-lla charla escolar hasta poner elsello en el pasaporte a Honduras,pasaron ocho años. “Estaba termi-nando la carrera y tenía que tra-bajar de mil cosas, al mismo tiem-po que estudiaba para poder pa-gar el billete de avión. Además, mifamilia no lo veía nada claro. Peroyo ya solo tenía una frase que seme repetía en la cabeza y en el co-razón: «Señor, tengo alma misio-nera...»”, explica Laura, conscientede que, ante aquella experiencia,“no sabía qué cambiaría en mí,

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cómo iba a vivirla, qué iba a pasardespués. Se había despertado enmi interior un alma misionera conmuchos miedos y dudas, pero conuna fe y una confianza que no ha-bía sentido nunca”. Aunque du-rante las jornadas de formación enMadrid se preparó para el acom-pañamiento de niños trabajadores,menores residentes en Aldeas SOS,en la cárcel..., a los tres días de lle-gar al país, la realidad se impuso.

“Se estaba celebrando una Mi-sión Popular en la diócesis y mon-señor Ángel Garachana –obispoespañol de San Pedro Sula– nece-sitaba ocho personas más. No sa-bía ni lo que era una Misión Popu-lar ni tenía ninguna gana de par-ticipar en ella. Pero recordé por

qué y por Quién estaba allí. Y solohabía una forma de responder:«Donde sea, lo que sea». Final-mente, me tocó, junto a otra vo-luntaria, ir a cinco aldeas garífu-nas de Tela”. A partir de ahí, vivióuno de los días “más bonitos, más

intensos, más llenos de vida y defe que he tenido” con comunida-des de base, familias y enfermos,animando a jóvenes y niños, pre-parando talleres de oración... “Ca-da minuto era para compartirlo,para celebrarlo, para salir al en-

cuentro o ser recibido. Aprendí, co-mo si fuera una niña de cincoaños, qué significan realmente tér-minos como vida, justicia, dignidady fe. Esa fue y es la Iglesia en laque creo”, subraya Laura, toman-do como punto de inflexión unafrase que escuchó nada más ate-rrizar: “Aquí no merece la pena ha-cer nada”. Ella descubrió, que va-lía la pena, al menos, arriesgar porintentar cambiar algo.

De regreso a España, sus in-quietudes se multiplicaron. Tanto,que volvió un año después a Hon-duras. Esta segunda cita fue la quela acabó de descolocar. “Quería de-jarlo todo y marchar para allá”.Entonces se cruzó en su camino laposibilidad de trabajar en Procla-de, y una conversación con dosamigos claretianos sirvió de guía:“Tu lugar está donde está tu en-trega; ¿dónde puedes servir másy mejor, hacer más y mejor por

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«Aprendí, como si fuera una niña de cinco años, qué significan realmente términos como vida, justicia, dignidad y fe».

LAURA LÓPEZ:

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30 misioneros NÚM. 137, VERANO DE 2013

esa mismagente?”. Des-

de ese instante, Laura asegura queesta pregunta se ha convertido ensu lema de cabecera, mientras de-dica sus esfuerzos a trabajar, de lamano de voluntarios de las 14 de-legaciones con las que cuenta laONG, para “estudiar las causas dela pobreza y la desigualdad, acer-car la realidad de injusticia, violen-cia o exclusión que viven comuni-dades en todo el mundo, proponeralternativas, hacernos más sensi-bles a las «luchas», esfuerzos y su-frimientos de las personas, cons-truir una cultura de la solidari-dad...”. Eso sí, con un pie aquí yotro allá. “Todos los veranos he se-guido participando en experienciasque me han llevado a Honduras,Paraguay y Uganda. Y siempre mesigue resultando muy difícil volver,como si me estuvieran arrancandouna parte de mí cada vez que cojoel vuelo de regreso a Madrid”.

Frente a DiosA Pedro Jara, los pobres le pu-

sieron frente al espejo. Frente a él

mismo. Frente a Dios. “Con los es-tudios de Teleco terminados, conuna excepcional beca de trabajo,con el prestigio que siempre soñé,con dinero, con... todo, me di cuen-ta de que no era feliz, de que ha-bía un agujero muy grande en mivida que nada de lo anterior pue-de cubrir. Solo a los pobres, aquienes equivocada e ingenua-mente pensaba, todavía con estacrisis existencial, que estabanpeor que yo, pude acercarme paraamar. Por ser pobres me fue fácilamarles, y ellos me enseñaron aamar. Yo pensaba que aún podíahacer algo por alguien. Fue en Cal-cuta donde descubrí que eran elloslos que hacían algo por mí. Que elenfermo y pobre era yo y no ellos.Ellos eran Dios”.

Un viaje con las Misioneras dela Caridad a la India, y nuevas sen-saciones comenzaron a aflorar:“Cuando ya llevaba algunos díasen Calcuta, me pregunté por quéera necesario estar allí. Pobrestambién había en España; sus ca-

ras me reflejaban a los mismospobres con los que compartía en lacasa de las hermanas de Madrid”.Unos días entre “los más pobresentre los pobres, que son nuestroshermanos”, como señalaba la bea-ta Teresa de Calcuta, y supo ver larespuesta: “Dios me llamaba a ex-perimentar un abandono muchomayor en Cristo sufriente en losmás pobres. Se quería encontrarconmigo en la intimidad, alejadode los ruidos y anestesia de la ru-tina diaria”. Los frutos brotaron

poco a poco. Adiós al prestigio queotros perseguían. “Seguí haciendola vida ordinaria, aunque los es-quemas de vida cambiaron radi-calmente. Ya no tenía sentido vivirpara mí. Hubo cambios en lo pro-fesional, donde pasé al ámbito dela enseñanza en un colegio escola-pio y me formé en el terreno de laPsicología con el objeto de ayudara tantas personas. Pero los cam-bios radicales vinieron primero dela mano del matrimonio y del ca-minar en el seno de una comuni-dad neocatecumenal. Posterior-mente, en un nuevo viaje a Calcu-ta, Dios me regaló la vocación deldiaconado permanente”. Ordenadohace un año y medio, Pedro apun-ta que “Dios es lo primero en mivida; como decía Madre Teresa,

I N F O R M E EN VERANO... ¡MISIONEROS!

«Fue en Calcuta donde descubrí que eran elloslos que hacían algo por mí. Que el enfermoy pobre era yo y no ellos. Ellos eran Dios».

PEDRO JARA:

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«mi Todo en todo». Da sentido a mimatrimonio, a mi familia –tengotres hijos– y al diaconado”.

Simplemente estar El retorno. Volver a la vida de

antes, evitando caer en la dinámi-ca del consumo, de no valorar másallá de lo que se ve con los ojos...Fue precisamente este el desafíoque asumieron Miguel Ángel Pe-reda y Marisa López, después depasar tres años en Potosí (Bolivia)de la mano de OCASHA-Cristianoscon el Sur. “Cuesta encajar todo lovivido, sobre todo esa sensaciónde incoherencia que te genera conrespecto a la sencillez que vivesallí. Al principio intentas vivir almargen del microondas y el móvily, finalmente, acabas comprándo-lo... Ahí es donde está la lucha conuno mismo y donde puedesver cuál es el verdadero cam-

bio que se ha producido en ti”, ex-plica Miguel Ángel, con el deseode volver en el horizonte, cuandosus tres hijos cumplan algunosaños más. Este matrimonio de en-fermeros se conoció en la univer-sidad, donde comenzaron a com-partir esperanzas. Él aportaba desu mochila personal su vida en laparroquia, mientras que ella habíacrecido en las Juventudes Maria-nas Vicencianas.

Precisamente gracias al movi-miento juvenil de las Hijas de laCaridad, tuvieron ese primer con-tacto con los pueblos del Sur. “Te-níamos unos 20 años –hoy 44– ydecidimos dar el paso yendo a laRepública Dominicana. Fue perfec-to para cambiar nuestros esque-mas, esa idea que puedes tener so-bre el mundo en tu cabeza y que

se trastoca cuando llegas allí. Po-nes olores a las cosas, nombre ycorazón a las personas... Nos topa-mos con una realidad diferente,tanto en lo sanitario como en loeclesial, especialmente los díasque pudimos compartir en Haití”,explican. Fueron dos meses que lesmarcaron. No podían quedarse pa-rados. “Poco a poco nuestro pro-yecto de pareja maduró, perosiempre se mantenía ese runrúnde tener algo más serio en la mi-sión”. OCASHA-Cristianos con elSur ofrecía esa formación y pro-puestas para poder permanecermás tiempo. Mientras sus amigosbuscaban la manera de cimentarsu carrera profesional, aquel vera-no en la República Dominicana leshizo forjar su vocación misionerapara marcharse tres años a Bolivia.

“Por eso no senti-mos que nuestra vi-da en Potosí fuera

parte de un proyecto. Quizá por-que nuestro anhelo consistía en vi-vir, trabajar, hacer amigos... Estar.Simplemente estar, con todo loque esto implica”, comenta MiguelÁngel, aunque sí capitanearan unainiciativa que buscaba fomentar laeducación en la zona de Potosídonde residían, así como recupe-rar la cultura andina.

Su inmersión en aquellas tie-rras fue tal que allí nació el pri-mero de sus hijos. “Supuso un sal-to en nuestra integración y rela-ción con nuestros vecinos, porquesentían que el bebé, o la guagua,como allá lo llaman, era uno másentre ellos, porque había nacidoallí”, reflexionan, poniendo en va-lor “el ejemplo de santidad y decompromiso de los cristianosque viven el Evangelio en Boli-

NÚM. 137, VERANO DE 2013 misioneros 31

«Nuestro anhelo consistía en vivir, trabajar, hacer amigos... Estar. Simplemente estar, con todo lo que esto implica».

MIGUEL ÁNGEL PEREDA Y MARISA LÓPEZ:

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via”. Ahora, desde su casa en Al-corcón, consideran que un cris-

tiano “no puede vivir de las ren-tas”, y mucho menos considerarque aquello fue solo una etapa, uncapítulo cerrado. Son conscientesde que, sin aquel primer verano,hoy no serían quienes son ni ha-brían adoptado a su tercer hijo–de origen boliviano– ni tampocohabrían edificado su fe.

Un cambio cien por cienPaula Pascual cumple ya sus

terceras vacaciones en Milagro, unbarrio de la ciudad peruana deTrujillo, por el que se mueve conla misma naturalidad que por Ma-llorca. “Me ha cambiado la vidacien por cien”, certifica sin dudar-lo, y con la mirada puesta en unaexperiencia como la de Marisa yMiguel Ángel. “Por supuesto quemi objetivo es irme para un perio-do de tiempo más largo. Con la ca-beza fría, ya me hubiese marchadopara más días, porque estoy con-vencida de que voy a ser feliz allí,pero, al no tener un trabajo fijo,prefiero esperar a que se estabilicemi situación personal”. Mientrastanto, exprime al máximo los mo-mentos que pasa con los niños ylas familias que atienden las her-

manas franciscanas en una de laszonas con más podredumbre delpaís. “Se dedican principalmente arecoger cartón y plástico para queles paguen una miseria. Nuestroobjetivo es erradicar el trabajo in-fantil, que se den cuenta de que, através de la educación, pueden sa-lir adelante”. Así, Paula vuelca to-do su saber como maestra de edu-cación especial para realizar un ta-ller de lectoescritura con los me-nores, aunque, como ella mismareconoce, “lo más efectivo, dada lasituación en la que viven, son losmimos, los cariños y la escuchaque tanto necesitan”.

Y de la misma manera que apu-ra cada uno de los minutos en Pe-rú, a lo largo del curso, en Mallor-ca, lleva a cabo un trabajo incansa-ble de sensibilización. “Creo queestamos consiguiendo pequeñasgrandes cosas. Por ejemplo, desdeque les doy mi testimonio a losalumnos del centro donde estoy yles transmito las necesidades de ni-ños que, siendo como ellos, no tie-nen nada, hemos constatado cómotiran mucha menos comida y sonmás solidarios y capaces de com-partir, cuando antes no mostrabangestos de ayuda”. También ha apro-vechado para evangelizar a sus

amigos y a su familia. “Todo elmundo me dice que tengo muchomérito por marcharme en vacacio-nes. Yo no lo veo así. Más bien meconsidero afortunada, porque mehace profundamente feliz lo quehago. No puedo explicarlo de otramanera”. O sí; sobre todo cuandose le pregunta sobre cómo ha cam-biado su manera de vivir la fe. “Heaprendido el significado del térmi-no coherencia y a aplicármelo. Es-tar allí es estar en contacto direc-to con Dios; cada uno de esos ni-ños que se mueven entre los car-tones es Dios mismo”.

De hermano a sacerdoteDos meses fueron suficientes

para que Efraín Cervantes diera elsalto definitivo. Cuando los agusti-nos recoletos decidieron que cono-ciera la labor que los frailes llevana cabo en el Amazonas, él vivióaquel envío como un salto dentrode su opción por vivir en una fa-milia religiosa eminentemente mi-sionera. “Hasta entonces yo estabaconvencido de que solo quería serhermano, no sacerdote. Mi forma-dor me dijo poco antes de marchar:«Que Dios me libre de cambiar tudecisión»”. Pues bien, aquel viaje lehizo variar de parecer. ¿Su cometi-do? Acompañar a las comunidadesde la prelatura de Lábrea –en ple-na selva brasileña y de difícil acce-so–, que aglutina a nueve tribusindígenas y cuatro parroquias.

“Me bastó comprobar cómo amuchos poblados indígenas tan so-lo podía acercarse un sacerdoteuna vez al año. Ver la ilusión y, so-bre todo, la necesidad con la queesperaban que aquel hombre les

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«Estar allí es estar en contacto directo conDios; cada uno de esos niños que se

mueven entre los cartones es Dios mismo».

PAULA PASCUAL:

I N F O R M E EN VERANO... ¡MISIONEROS!

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llevara la eucaristía, les acompaña-ra como Iglesia local, me tocó. En-tonces caí en la cuenta de que unacosa es lo que yo quiero para mí, yotra bien distinta lo que Dios te pi-de y las necesidades que tiene laIglesia. Sentí que Dios me llamabaa dar un paso más”, comenta emo-cionado, pues en septiembre seráordenado presbítero y su primerdestino será precisamente Brasil.“Me pongo en muchos momentosen la piel de Pablo y esa pasión conla que llevaba a Dios a las comuni-dades”. Culmina así un proceso debúsqueda que comenzó en México,país de origen de Efraín Cervantes,que, tras entrar en el seminariodiocesano, se dio cuenta de que“no me sentía completamente lle-no, si bien sabía que el Señor mellamaba a entregarmepor completo a Él. Através de un sacerdo-te conocí la labor delos agustinos recole-tos en un hospital deMéxico, D. F.; compartí con ellos unvoluntariado de unos meses. Meenamoré del apostolado y de su vi-da en comunidad”. Ese Jesús quese hace presente en los aconteci-mientos de cada día, en la misiónde lo cotidiano, fue el que se ma-nifestó a Efraín, tanto para descu-brir su vocación a la vida religiosa,como para posteriormente ahon-dar su entrega en el sacerdocio.

Compartiendo vidaEsta invitación a salir de uno

mismo, a romper las fronteras y lasbarreras que nos separan de loslugares de misión, forma parte delquehacer de José Joaquín Tárragacomo delegado de Misiones de Al-bacete. Bolivia es su destino de es-te verano, junto con otro sacerdo-te y un joven perteneciente a losgrupos misioneros de la diócesisque se reúnen mensualmente en

Hellín y Albacete para promover laanimación misionera de la región.México, Guatemala y Chad son al-gunos de los países con los quehan colaborado en los últimosaños. “No se dan cambios radicalesen quienes marchan unos meses.Más bien, esa transformación, quese da siempre, forma parte de un

proceso de fe, pues todos los quehan participado han intensificadosu compromiso personal y comuni-tario”, explica el sacerdote. “Todoscontinúan en su grupo de anima-ción misionera y se convierten entestimonio vivo de la realidad quehan encontrado, además de animara que otros tomen el relevo”.

Y es que José Joaquín, antes deser delegado de Misiones, ya teníaa sus espaldas experiencias en Bo-livia, Zimbabue y Guatemala. “La

misión ha supuesto para mí siem-pre una llamada a vivir el Evange-lio y a transmitir a Jesús en otroambiente. De cada uno de estospaíses he salido fortalecido y conuna idea clara: no voy allí a hacer

cosas, sino a compartir la vida jun-to al otro. Las comunidades teabren su corazón de tal maneraque solo puedes estar agradecido”,comenta, si bien admite que hayun aspecto que toca especialmen-te la conciencia cuando de nuevose retoma la rutina en septiembre:“A nivel social te llaman la aten-

ción, un día tras otro, la injusticiay las desigualdades sociales que sesufren en América o África, a pesarde las riquezas naturales y cultu-rales que poseen sus países”.

JOSÉ BELTRÁN

NÚM. 137, VERANO DE 2013 misioneros 33

«Una cosa es lo que yo quiero para mí, y otra bien distintalo que Dios te pide y las necesidades que tiene la Iglesia».

EFRAÍN CERVANTES:

«Las comunidades te abren su corazón de tal manera que solo puedes estar agradecido».

JOSÉ JOAQUÍN TÁRRAGA:

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