fase 2.2 grupo 1

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El lago Mjøsa baña los 8 km de costa de Hamar, está presente desde las ruinas de la catedral en el extremo más occidental de la ciudad hasta el pabellón olímpico en la parte este, y es visible desde puntos como la plaza central de Stortorget, pero su papel en la ciudad sólo se destaca durante un corto periodo de tiempo cuando los locales se bañan y caminan en el paseo que discurre paralelo a éste. Nuestro proyecto quiere incorporar el lago en el día a día de Hamar, sirviéndose de su elemento principal: el agua. Para ello emplearemos como instrumento de proyecto el agua que recibe diariamente esta localidad en forma de lluvia o nieve. En la primera propuesta generábamos una topografía que delimitaba diferentes espacios óptimos para los espectáculos visuales, audiovisuales, sonoros y contemplativos. El agua se utilizaba como factor sorpresa que amplificaba estas experiencias y cambiaba la imagen del espacio público. Además, todo esto se apoyaba en una capa tecnológica que aseguraba que los espectáculos y su visionado pudiesen llevarse a cabo y una capa vegetal que aislaba o aumentaba las sensaciones sonoras y visuales de la plaza. El programa de este espacio público se basaba en la contemplación tanto de los espectáculos como del entorno natural de la plaza. En la segunda propuesta, el agua sigue siendo el elemento principal pero teniendo un papel diferente: se incorpora en un circuito cerrado reconocible desde todos los puntos de la plaza y que conecta físicamente con el lago. Añadimos a la utilización del agua de lluvia y nieve recolectada mediante pendientes, el aprovechamiento de la que proviene de las viviendas y comercios de Stortorget. Por tanto, el agua que en otros casos se pierde, toma un nuevo valor relacionando la plaza y el lago. La vegetación se mantiene pero a diferencia de la primera propuesta donde funcionaba independientemente del agua, ahora forma parte del ciclo de depuración y reaprovechamiento, por lo que vegetación y agua se necesitan mutuamente. El agua se convierte en el elemento que genera vida urbana y dota de identidad al espacio público, ya que no sólo hace partícipe al que se encuentra en la plaza sino que involucra a comercios y viviendas creando un nuevo paisaje artificial y nuevas actividades relacionadas con esta. Si en nuestra anterior propuesta el ciudadano tenía un papel contemplativo con una actuación limitada, en la actual la modifica y es siempre consciente de como el agua interviene y cambia la plaza. Estos cambios también proceden de factores externos como las estaciones: según los estados del agua, el paisaje cambia y tiene una nueva finalidad e interés. Este paisaje artificial, no trata de imitar o substituir el que encontramos a orillas del lago, sino que se apoya en él funcionando los 365 días del año. Ahora el agua del lago formará parte de la rutina de los habitantes de Hamar.

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De donde venimos y a donde vamos

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Page 1: Fase 2.2 Grupo 1

El lago Mjøsa baña los 8 km de costa de Hamar, está presente desde las ruinas de la

catedral en el extremo más occidental de la ciudad hasta el pabellón olímpico en la parte este,

y es visible desde puntos como la plaza central de Stortorget, pero su papel en la ciudad sólo

se destaca durante un corto periodo de tiempo cuando los locales se bañan y caminan en el

paseo que discurre paralelo a éste.

Nuestro proyecto quiere incorporar el lago en el día a día de Hamar, sirviéndose de su

elemento principal: el agua. Para ello emplearemos como instrumento de proyecto el agua que

recibe diariamente esta localidad en forma de lluvia o nieve.

En la primera propuesta generábamos una topografía que delimitaba diferentes

espacios óptimos para los espectáculos visuales, audiovisuales, sonoros y contemplativos. El

agua se utilizaba como factor sorpresa que amplificaba estas experiencias y cambiaba la

imagen del espacio público. Además, todo esto se apoyaba en una capa tecnológica que

aseguraba que los espectáculos y su visionado pudiesen llevarse a cabo y una capa vegetal

que aislaba o aumentaba las sensaciones sonoras y visuales de la plaza. El programa de este

espacio público se basaba en la contemplación tanto de los espectáculos como del entorno

natural de la plaza.

En la segunda propuesta, el agua sigue siendo el elemento principal pero teniendo un

papel diferente: se incorpora en un circuito cerrado reconocible desde todos los puntos de la

plaza y que conecta físicamente con el lago. Añadimos a la utilización del agua de lluvia y nieve

recolectada mediante pendientes, el aprovechamiento de la que proviene de las viviendas y

comercios de Stortorget. Por tanto, el agua que en otros casos se pierde, toma un nuevo valor

relacionando la plaza y el lago.

La vegetación se mantiene pero a diferencia de la primera propuesta donde funcionaba

independientemente del agua, ahora forma parte del ciclo de depuración y reaprovechamiento,

por lo que vegetación y agua se necesitan mutuamente.

El agua se convierte en el elemento que genera vida urbana y dota de identidad al

espacio público, ya que no sólo hace partícipe al que se encuentra en la plaza sino que

involucra a comercios y viviendas creando un nuevo paisaje artificial y nuevas actividades

relacionadas con esta. Si en nuestra anterior propuesta el ciudadano tenía un papel

contemplativo con una actuación limitada, en la actual la modifica y es siempre consciente de

como el agua interviene y cambia la plaza. Estos cambios también proceden de factores

externos como las estaciones: según los estados del agua, el paisaje cambia y tiene una nueva

finalidad e interés.

Este paisaje artificial, no trata de imitar o substituir el que encontramos a orillas del

lago, sino que se apoya en él funcionando los 365 días del año. Ahora el agua del lago formará

parte de la rutina de los habitantes de Hamar.

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ELISA ALVAREZ + CLAUDIA RODENAS + EMMA GABALDA