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FIN DE AÑOUN BELLO RECUERDO PARA EMILIA …

Sucesos¡ES LA POLICÍA! o “Igualdad en la diversidad”EL FINAL DE ETALo que hay que andar para imprimir esta revistaHISTORIAS DE SUSPENSE EN EL METROUNA MUJER CAMBIA LA LEY

CulturaTRICENTENARIO de la Biblioteca Nacional

Eugène Delacroix: UN ROMÁNTICOCOMPARTO MESA CON UN GRAN POETA

LA SUPERACIÓN A TRAVÉS DEL ARTE

ReportajesJerusalén: UN VIAJE ALUCINANTECon “Masnatur”: ÁVILA EN FIESTAS

FIN DE AÑO

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LLEGAMOS AL FINAL DE 2011 CON MUCHAS COSAS HE-CHAS Y CON OTRAS SIN HACER................................LO IMPORTANTE ES SABER QUE TODOS CONTINUAMOS MIRANDO AL FUTURO A PESAR DE LAS DIFICULTADES Y SIEMPRE CON GANAS DE HACER LO MEJOR CADA DÍA.COMO CADA AÑO, ES MI DESEO QUE EL PRÓXIMO AÑO 2012 NOS ENCUENTRE JUNTOS CON MUCHA ENERGÍA PARA EL TRABAJO EN COMÚN QUE SEGUIREMOS REALIZANDO.

PARA CADA UNO DE USTEDES, UN ABRAZO MUY ESPECIAL ¡¡¡¡¡Y UN MUY FELIZ AÑO 2012!!!!!

Silvia Palamarchuk

La redacciónC. Cobo GonzálezManolo BenéitezAmparo AlmonacidFernando CastellanosInés BarrigasAmeba

MaquetaciónEnrique Muñoz

ColaboradoresSebastián RoldánCarmen SoriaPevaÁngel HernándezBelén SánchezRoberto MendozaIsabel QuintasÁngel Vázquez BlancoCésar VidaurreGabriel López LaraAMFIVIL

Avda. de Alemania, 1428916 Leganés MADRIDrevistaproposiciones@gmail.comProposiciones en formato digital:www.issuu.com/revistaproposicioneswww.escribiradrede.blogspot.com

LOS DEL CAMF ESTAMOS “IN” Este pasado 3 de diciembre los residentes artistas del CAMF hemos organizado una exposición de arte en el C. C. Julián Besteiro en colaboración con los compañeros di-versos funcionales que nos agrupamos en el Foro Municipal de dis-CAPACIDAD para celebrar el Día Internacional de la dis-CAPACIDAD. Lo de celebrar es un decir, pues ni siquiera se presentó la concejala del área, que se había comprometido. Debió de informarse de que no iba a haber ni vino español ni patatas fritas en el acto de inau-guración de esta exposición de nuestras creaciones. Pero ni su desplante ni la falta de vino o canapés deslució el evento, esta es la verdad, pues la asistencia de público fue masiva y nuestras obras cosecharon y siguen cosechando, allí colgadas de las paredes del Besteiro, el éxito y admiración que se merecen, tanto de crítica como de ventas. Y unos días antes, al comienzo de la semana, le fue entregada a nuestra directora Silvia Palamarchuk la placa conmemorativa del XX Aniversario de nuestro Centro de Atención a Diversos Funcionales Físicos (CAMF) en dependencias del Ayuntamiento de nuestra ciudad por los responsables del Foro Municipal de dis-CAPACIDAD, distinción que desde aquí agrade-cemos en lo que nos toca.

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Me encontraba ocupado en mi aseo per-sonal (quien conoce nuestro desenvolvimiento diario sabe que a algunos “independientes” nos lleva buena parte de la mañana, y ese es mi caso) cuando oí por megafonía que me esperaban en recepción. Como podéis suponer, no me encon-traba en disposición de pasearme por los pasi-llos, y menos de recibir a quien me buscaba, por razones éticas, o al menos de decoro, pues estaba en paños meno-res.

Fue unos de esos momentos en que te fluyen varias ideas a la mente: “Si pulso el timbre a esta hora qui-zá las cuidadoras estén ocupadas y tarden en venir, puedo llamar con el móvil a la ordenanza y hablar directamente con ella”. Pensaba en esto cuando tocaron a la puerta y entró la cuidadora. ¿Casualidad? Más bien yo creo esto: “Gustad y ved que es bueno El Se-ñor; dichoso el hombre que confía en Él”, Salmo 34:8.

La cuidadora llamó a Recepción para infor-marse y volvió sorprendida diciendo:

–¡Es la policía! ¿Te han puesto una multa?–A mí, no, –contesté– pero ayudadme a po-

nerme un pantalón y que suban.Ipso facto, me puse el pantalón y poco des-

pués entraron las agentes en mi habitación.Después de saludarnos y pedirles perdón

por ser recibidas de aquella guisa (eran dos seño-ras) me informaron de que yo había salido, en el sorteo, suplente del presidente de una de las me-sas electorales y que, si lo deseaba, podía apelar.

Sinceramente os digo, amig@s, que me hu-biera gustado cumplir con el deber y derecho po-

lítico que se me ofrecía, pero después de escu-char la opinión de una persona que había ejer-cido su función como vocal en otra ocasión, consideré que no sería conveniente aceptar este cargo, por lo que presenté mi excusa en el Ayuntamiento de Leganés, en espera de que fuese aceptada.

Días más tarde, vuelta a empezar. Mis-ma situación y lugar, y la policía preguntando por mí. Esta vez la sor-presa fue menor, me traían la resolución fa-

vorable a mi alegato. En este caso eran un chico y una chica, que muy amables me informaron y aceptaron hacerse unas fotos para ilustrar este ar-tículo.

Aprovecho la ocasión para expresar mi agradecimiento a las fuerzas de orden público y a aquellas personas que, sabiéndolo o no, deposi-taron su confianza en un diverso funcional como yo y, según parece ser, en algún otro: “Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas”, Hch. 10:34.

DePuertasAdentro

Ángel Hernández

Vida 3

¡ES LA POLICÍA!O “IGUALDAD EN LA DIVERSIDAD”

Amigos de Proposiciones, aquí me tenéis de nuevo con un título, cuanto menos anecdótico, si no sor-prendente. Y es que, quizás, el hecho que me ocupa así lo parece. De cualquier modo, determinarlo vosotros mismos.

Ángel firmando la apelación

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El comunicado vino precedido de las conclu-siones que se aprobaron en la Conferencia de Paz ce-lebrada en San Sebastián, conferencia de notables internacionales con el apoyo de todos los partidos vascos, salvo PSE y la sección vasca del PP. En el co-municado, ETA refrenda las conclusiones de la Con-ferencia y declara el cese de la lucha armada.

Dicho comunicado no ha sido interpretado por todos de igual manera. Mientras que en Euskadi la gente se lo toma en serio, como un signo de que no habrá vuelta atrás, en Madrid, y sobre todo en sus medios de comunicación más reaccionarios, léase ABC, El Mundo, La Razón, se afirma que es un comu-nicado más, y que ETA tiene que disolverse, entregar las armas y pedir perdón a las victimas. O sea, la ren-dición. En Madrid negaban que hubiera una guerra y ahora sólo quieren la victoria. Pero en las guerras hay víctimas de ambos lados. Y si ETA ha asesinado a

gente, la policía también ha matado a gente. Y a eso, los vascos también pueden llamarlo asesinatos.

Esperamos que el nuevo gobierno salido de las urnas el 20N tome a partir de ahora las decisio-nes correctas para que el proceso de paz que se abre camino con este comunicado no se quede en nada. Rajoy tendrá que controlar las zancadillas de compa-ñeros de partido, tipo Esperanza Aguirre, a ver si es capaz de conseguirlo. Aunque gente como Rosa Diez o los de la caverna informativa tratarán de impedirlo. Porque esa es otra, los medios de comunicación más reaccionarios no saben sino poner todas las trabas para que esto no llegue a buen fin.

O sea, parece que estamos en lo que se podría decir que es el final del túnel. Aunque todavía puede quedar bastante tiempo hasta que las cosas se solu-cionen definitivamente. ETA tendrá que entregar las armas y tendrá que disolverse. Pero el mayor proble-ma será qué hacer con los presos.

Tenemos la esperanza de que entre todos con-sigan llegar al mejor acuerdo posible y que de una vez para siempre se acaben los asesinatos, las tortu-ras, y se pueda vivir en paz por fin, y que no pase como hace unos años, que la penúltima tregua termi-nó como el rosario de la aurora, con la terminal de Barajas, la T4, por los aires.

Es cierto que ETA a lo largo de su historia se ha caracterizado por tratar de conseguir la mayor notoriedad posible con sus acciones. Una de las ac-ciones que mas fama dio a la banda fue la voladu-ra de Carrero Blanco, penúltimo Jefe de Gobierno

de Franco. Otro momento importante en su historia fue el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco. Fue a partir de aquí que ETA empezó a perder gran parte del apoyo que tenía dentro de la sociedad vasca. Y lo mismo ocurrió con el asesinato de Francis-co Tomás y Valiente. A raíz

de su muerte la gente, pero sobre todo el colectivo estudiantil, empezó a manifestarse en contra. Y ello hizo que sus acciones tuvieran cada vez menos eco entre la población.

Y además, que la policía ha estrechado el cerco y a ETA le resulta cada vez más difícil actuar. Tan di-fícil le resulta que en los dos últimos años no ha habi-do afortunadamente atentados. Es noticia únicamen-te por las detenciones y los comandos desarticulados.

En fin, que todos estos motivos han llevado a ETA a publicar el comunicado del cese de la lucha armada. A ver si esta vez es la definitiva, y todos po-demos vivir en paz mañana.

DePuertasAfuera

Fernando Castellanos

EL FINAL DE ETAHace unas semanas se produjo una noticia que todos los españoles estábamos esperando: ETA declaraba en un comunicado que dejaba la lucha armada, después de casi cincuenta años en la línea de fuego. ETA ha matado en este tiempo a más de 800 personas.

Momento de la Conferencia de Paz en San Sebastián

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Creo que tengo la necesidad de coger el testigo para que este bello recuerdo no caiga en el olvido.

Me quedo de Emilia con un primer y lejano recuerdo, un viaje a la ‘Expo’ de Sevilla: esos fueron mis primeros momen-tos cercanos a ella. Descubrí una Emilia profundamente religiosa, tal vez mística, silenciosa, pero cercana a todos los que necesitaban de su compañía. Una persona siempre rodeada de aquellos que vagan en el silencio por unos pasillos o un hall de ascensores, aquellos que, por no poder co-municarse, poca gente los aprecia, pasando de largo sin desearles ni los buenos días, sin pararse a pensar que quizá tengan alguna necesidad. Pero Emilia sí los conocía, creo que tenía hasta la ha-bilidad de percibir sus necesidades, los escuchaba, hablaba por ellos y ponía su voz.

Quiero quedarme con el último año de Emi-lia. Este verano se acercó a mí, solo quería algo de conversación y la necesidad de recibir un abrazo. Percibí en ella cierto miedo a la muerte. Tengo que reconocer que en aquel momento sentí una gran tristeza, me llegaba como una despedida, a su ma-nera, pero me llenó de orgullo sentir que yo, entre otras muchas, era una persona querida para ella.

Me sorprendió su fuerza y lucha por sobre-vivir. Ahí empecé a conocer a una Emilia nueva, a una Emilia artista, muy crítica con ella misma, pero también a una persona constante, con una fuerza admirable. A una Emilia comunicativa, abierta a cualquier tema. Reconozco que me sorprendió el escuchar algunas conversaciones, donde mostraba lo actual y abierta que era. Una mujer ‘super’ coque-ta, llena de colores vivos. Esos colores que trasmi-ten Vida, Luz y Esperanza.

Recuerdo las peleas cariñosas con su maestra de taller, su querida Amparo, su segunda psicólo-ga, su descubridora, como ella le decía. Esas peleas para no utilizar colores oscuros, o a su parecer no adecuados a la pintura que hacía. Le gustaba pintar flores, pero no marrones y negras, esos colores no

los quería en su paleta. Ella quería aferrarse a la vida después de

ese descubrimiento, pero también era realista y conocedora de su situación física y no por eso se derrumbó. Hablaba abiertamente de la muerte, hasta le ponía cara, SÍ, la cara de Brad Pitt.

Recuerdo mis últimas visitas, ya encamada en su habitación, siempre con ganas de conversación, de risas y de compañía. Nunca sentí tristeza en su mirada, hasta en los últimos días nos trasmitía ilu-sión y mucha paz para comenzar ese nuevo camino.

Pero nos dejó demasiado pronto, yo hubiera querido pasar más tiempo con ella.

Tenía algo pendiente: terminar y dejar escritas el final de sus memorias. Esas memorias llenas de esperanza y de buenos recuerdos de lo mejor que pasó por su vida, su querido Pepe, su amada her-mana, su madre, las verdaderas memorias de una persona.

Pero tú, Emilia, te lo digo, nos dejaste antes de tiempo. Te lo digo yo, que me comprometí con-tigo en conseguir a alguien que tuviera la habilidad de pasar tus pensamientos a papel y tinta, esas me-morias siempre positivas, para que tu recuerdo que-dase con nosotros.

Decidiste dejarnos un día antes de esta cita, pero quiero pensar que tal vez lo que querías era que alguien lo contara por ti. Por eso, mi querida Emilia, me atrevo a pedirte permiso, para que este recuerdo tuyo quede escrito por mí.

DePuertasAdentro

Belén Sánchez

UN BELLO RECUERDO PARA EMIL IA …

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Llegamos a la C/ Físicas y la imprenta Truyol se había mudado.

Mi colega Andrés echaba sapos y culebras por la boca. Enrique estaba un poco mas sereno.

Habíamos rodado desde el metro Puerta del Sur una media hora, y el colega empujando mi silla cuesta arriba.

Y todos los coches incordiando.Enrique, con su silla eléctrica, no se había can-

sado.Vimos en la pared un letrero con la nueva direc-

ción, que se habían cambiado a la C/ Ebanistas.Enrique sacó su móvil y buscó en el GPS la nue-

va dirección de Truyol.Andrés me tuvo que empujar otra vez.Ebanistas estaba a tomar pol culo. Llegamos con

la lengua fuera, sobre todo el colega, ¡que se joda!Nos atendió Elena, que ya conoce a Enrique.Elena, qué gusto haberla conocido, aunque no

me hizo ni puto caso.Es guapa y joven, la señora. Tiene poca confianza

conmigo.Había bastante gente en la imprenta.Yo fui de escucha. Elena, ni caso me hacía.Era una nave mogollón de grande. Muchas má-

quinas y mucho papel.Enrique parece el jefe allí. Alfonso, el jefe de ver-

dad, hasta le pide permiso para poner los precios. Nos hace la revista de saldo.

Me lo pasé peor por la tarde. Estuve en el cine viendo El Capitán Trueno. La banda sonora con Asfalto no estaba mal.

El 22 voy a Vista Alegre, canta Barón Rojo. Siem-pre vas sin acompañante.

Esto era un paréntesis de lo que hice con Enri-que y el colega.

Y los coches, en las aceras aparcados. A la vuelta, tuvimos que ir con las sillas por la calzada, un peligro.

El polígono ese está muy retirado. Lo recorrimos entre camiones y fulanos. Primero

a la calle Físicas, y desde allí a los Ebanistas. En el parque, yo iba mirando el culo a las mamás,

que me hacían el mismo caso que Elena. Me dice Andrés que haga fotos a Barón Rojo, lle-

varé la cámara cargada.Aquí dentro me aburro muchísimo. Mi tía dice

que haga actividades, que se me seca el cerebro y las neuronas se atrofian.

Truyol es una imprenta muy grande, pero yo iba de mirón. Me gustó más otra chi-ca amable y muy sim-pática, pero no le pedí el nombre.

A Enrique, esta se lo explicaba todo. Yo me agobiaba porque no entendía nada de esas mierdas de programas de maquetación.

En diciembre el colega me tiene que volver a llevar a Eba-nistas. Es el precio por mi artículo.

Con estas dos mujeres ya será distin-to. Ya hay un conoci-miento y haremos mi-gas.

El paseo fue bo-nito, aunque yo no te-nía vela en el entierro.

Elena y la otra, no sé cómo se llamaba, que me perdone...

DePuertasAfuera

Gabriel López Lara

Lo que hay que andar para imprimir esta revista

DESTINO FINAL, LA C/ EBANISTAS

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Aterrizamos en TelAviv de noche y, al pasar la aduana, me pusieron en la maleta más etiquetas que a un instituto en campaña electoral. Menos mal que nuestra Sole me había preparado el pasaporte. Si no, de allí no paso. Nos instalamos en un hotel humilde de la ciudad. Íbamos unos diez diversos funcionales, y algunos como yo, en silla de ruedas, con nuestro asistente. En total unas veinte personas, y todo lo financiaba la fundación Hospitalidad Jesús de Nazaret. Cenamos sopa, un pesca-dito rico con patatas, y todo acompañado de pan con semillas de sésamo. En realidad, durante toda la semana comimos como reyes.

Amaneció y nos fuimos en autocar hasta Gaza. Otra vez a enseñar los pasaportes. El guía se encargó esta vez de hablar con los soldados. En Gaza íbamos a visitar un orfelinato de víctimas de la guerra. Lo que más me impresionó fue encontrarme con un bebé tran-quilísimo, más guapo que la madre del cordero, de tres días de edad, que las monjas estaban criando a biberón, y cuyos padres, los dos, habían sido asesinados el día an-terior por los soldados israelíes. Las calles estaban llenas de pedruscos enormes, era imposible mover las sillas de ruedas. Estábamos en un campo de batalla, pero la gente tenía ganas de vivir y parecía feliz. Volvimos a dormir a TelAviv con el ánimo encogido.

Al día siguiente y después de un opíparo desayu-no, nos fuimos al río Jordán a oír misa en una barca. Y allí hizo la primera comunión una niña que viajaba con nosotros. También nos acompañaban en el viaje otros

dos niños, que ya habían pasado el trance. La odisea del embarque de nuestras sillas fue mucho menor que el desembarco. La tarde de este día la pasamos en TelAviv, en el mercado, de bote en bote, muchas y muchos pales-tinxs por allí.

Al día siguiente nos trasladamos a Jerusalén, a un tres estrellas. Impresionantes las mezquitas, impresio-nantes las medias lunas sobre los minaretes. Los taxis parecían los de Barcelona, pero no había turistas, todo era auténtico. Y lo más, la subida al Calvario ¡Vaya cal-vario de pedruscos! ¡Y yo con la cruz a cuestas! Solo hicimos a pie las estaciones segunda y tercera. Sentí una paz interior como nunca la había sentido en mi vida, lo mismo que siente un niño dormido en brazos de su madre. Después subimos en bus a lo alto del monte, al Gólgota, donde está la basílica del Santo Sepulcro. Y de allí, al huerto de Getsemaní, con todo Jerusalén a tus pies. Ninguna imagen en todo el viaje más impresionan-te que esta visión. Era como ver en piedra la historia de los hombres, todas las guerras de los dioses en un mismo mural.

Y al día siguiente, un paseo hasta el Muro de las Lamentaciones, cubierto con el kipá, y hasta la Explana-da de las Mezquitas, allí mismo.

Y otro día, hasta Nazaret, a visitar lugares relacio-nados con el nacimiento de Jesús, las excavaciones de la casa de la Anuncia-ción, la iglesia de San José... Son lugares venerables, verdade-ramente santos. Y Caná... y el Monte Carmelo, toda Gali-lea a nuestros pies.

No me ha-bía atrevido ni a so-ñar con un viaje así. Nunca imaginé que yo podría repetir los pasos de Jesús, con la cruz sobre mi hom-bro y rodando sobre los mismos adoquines que hirie-ron sus rodillas. O visitar Galilea, el Jordán... y la guerra, esta maldita guerra que consume desde hace tantos años unas tierras tan deseadas, tan pobladas.

DePuertasAfuera

César Vidaurre

Jerusalén

UN VIAJE ALUCINANTE

Ha sido el primer viaje de mi vida en avión y disfruté como un cochino. Son impresionantes las islas del Mediterrá-neo vistas a 10.000 metros de altura. Iba a ser un buen introito del viaje que me esperaba.

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Los reporteros teníamos concertada la visi-ta con Arturo Girón, del Gabinete de Prensa, y su Jefa, María Luisa Cuenca, del Área de Acción Cul-tural. Después de dos trenes y siete ascensores, por suerte todos en buen uso, salimos a la calle en Puerta del Sol y nos dirigi-mos rodando sobre nuestras sillas hasta la sede de la BNE en Colón para encon-trarnos allí que nos recibía una becaria, Carla, muy amable, y nos informaba de que tanto Arturo Girón, su jefe, como María Luisa Cuenca tenían com-promisos más urgentes que atender.

–Nos das un disgusto, Carla, no nos desplaza-mos durante dos horas por los subterráneos de la ciu-dad para encontrarnos con las puertas cerradas por-que se nos han adelantado los de Informe Semanal, que seguro que han madrugado menos que nosotros.

–Prometo que os iréis de aquí con toda la infor-mación que veníais a buscar.

En el rato largo de espera, hasta que Carla se hizo con la situación, pudimos curiosear entre los ob-jetos de la tienda instalada en el hall de entrada. Lo más sorprendente fue encontrar allí, entre facsímiles de los cuadernos de Leonardo da Vinci y otros mu-chos incunables o ediciones princeps, el facsímil de la Enciclopedia Álvarez, 1º Grado, la misma por la que los tres reporteros habíamos sido escolarizados. Fue una ternura de encuentro, quizá lo mejor de la mañana.

La becaria Carla fue un prodigio de eficiencia. Nos consiguió el dossier de prensa del Tricentena-

rio, que es lo que buscábamos en realidad. Pero no se agotaron aquí sus atenciones. Buscó y comprometió a otra responsable, Ana Boludo, para que nos diese un paseo por las dependencias de la Biblioteca, por las accesibles a nuestras sillas. El edificio es un pala-

cio del s. XIX y no son muchas las salas adaptadas.

Ana Boludo nos informó de co-sas muy sabrosas. El decreto de fun-dación, como Bi-blioteca Real, fue firmado por Felipe

V el día 29 de diciembre de 1711 y abrió oficialmente sus puertas el día 1 de enero de 1712 en un pasadizo entre el Alcázar Real y el convento de la Encarnación. Para su crecimiento y conservación se fijaron impues-tos especiales de tabaco y naipes, o sea, que desde su origen la BNE le debe mucho a los vicios nacionales. Ha dado muchas vueltas por Madrid hasta llegar a su actual sede en Recoletos, inaugurada en 1892, entre los fastos del cuarto centenario del descubrimien-to de América y a los sones de una marcha triunfal compuesta ad hoc por el maestro Barbieri, tan des-afortunada que no volvió a tocarse jamás, aunque es intención de los organizadores del Tricentenario que vuelva a sonar este año que viene por si el tiempo, como ocurre con el vino, la ha mejorado. La BNE se abastece y crece por varias vías. El Depósito Legal es la principal fuente de crecimiento de los depósitos, obli-gatorio por ley para todo lo que se edita en España, ya sea en papel o en soportes audiovisuales. Otra vía es la compra directa de todo lo que pueda interesar,

DePuertasAfuera

C. Cobo González, Manolo Benéitez y Amparo Almonacid

La Biblioteca Nacional de España celebra su Tricentenario

MIL TRABAJADORES CUSTODIAN NUESTROS LIBROS

“Mil personas cuidamos de los 368 kilómetros de estanterías, entre esta sede de Recoletos y nuestro nuevo depósito en Alcalá de Henares”, fue lo primero que nos contó la becaria portuguesa Carla, nuestra improvisada guía du-rante la visita a la Biblioteca Nacional de España, en la plaza Colón de Madrid, con motivo del Tricentenario de su fundación por Felipe V, el Borbón bipolar que provocó una guerra para acceder al trono.

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entre lo que se edita en el mundo, tanto en castellano como en otros idiomas. Y además, se permiten canjes, siempre que sean de interés, y se reciben donaciones de particulares. Ana nos insistió en un concepto fun-damental, a la hora de entender una institución como la BNE: la conservación. La conservación de los de-pósitos es lo que da sentido a la institución, pues allí se encuentra todo, o casi, del patrimonio cultural de nuestro país, desde joyas irrepetibles y valiosísimas hasta las más humildes publicaciones de los más dis-cretos creadores entre nuestros paisanos. Por cierto, que las obras de nuestros autores del CAMF están allí depositadas y conservadas. Los curiosos podéis comprobarlo consultando sus catálogos por Internet.

–¿Cómo es posible que un tan ingente tesoro cultural concite tan poca curiosidad entre los espa-ñoles? –preguntó la compañera Cipriana, a la vista de los datos de visitantes anuales a sus salas de lecturas, apenas unos 13.000 carnés de usuarios.

Nuestra guía insistió en la labor de depósito y conservación de la institución y en que es una biblio-teca de bibliotecas, pero su respuesta no explica se-mejante desapego del ciudadano, y aún del ciudadano culto. Por cierto, de la BNE no salen los libros, no se hacen préstamos como en las demás bi-bliotecas públicas.

Ana Boludo nos paseó por la sala de or-denadores, donde se ca-talogan y controlan to-dos los depósitos, y por la Antesala y el Salón de Lecturas, de 248 pupitres, apenas unos pocos ocu-pados. En la Antesala tuvimos el privilegio de ver el facsímil de los cua-dernos manuscritos de Leonardo en poder de la BNE, y algunas otras obras no tan prestigiosas pero no menos valiosas. Desde las paredes nos contemplaban los retratos al óleo de algunos premios Cervantes.

Y ya al otro lado del salón de lecturas, pared con pared con el depósito de doce plantas de la sede recoletos –seis de estas plantas subterráneas y seis en superficie– y sus más de 119 Km. de estanterías, nos contó nuestra guía el secreto más sabroso: durante una semana de septiembre de cada año, los trabaja-dores de la BNE, todos y de dos en dos, pues son

necesarios los testigos, se dedican a repasar centíme-tro a centímetro todas y cada una de las estanterías, a recolocar todos y cada uno de los libros mal ubicados y a levantar acta de todos los que faltan. Es la semana en que los bibliotecarios sueñan con signaturas y nú-meros currens.

Nos aseguró que la seguridad ha mejorado mu-cho, pero que los robos no se pueden evitar. Y otra cosa: los libros en la BNE no se ordenan por mate-rias, por autores, por orden alfabético, no, están or-denados por tamaños, por alturas, sobre todo para no desperdiciar espacio y poder meter más estanterías por lienzo. Es una pena que nuestras sillas no pudie-sen pasar a este sancta sanctorum, el corazón de una biblioteca.

En fin, que en el dossier que nos entregó Carla sobre el Tricentenario se habla, sobre todo, de las mu-chas exposiciones que se abrirán el próximo año, la más importante “Biblioteca nacional de España: trescientos años haciendo historia”, y que organiza la BNE pero que financia en su mayor parte AC/E, la marca que vende la cultura nacional.

No entramos al depósito, pero tuvimos rega-

los. Los que nuestro milagro particular, la portuguesa Carla, la becaria, consiguió para nosotros: unos sepa-radores que reproducen tres de las joyas de la BNE: el folio 24 v del códice Liber de laudibus Sanctae Crucis, de Rabanus Maurus (784-856), la primera lámina del libro Instrucción de musica sobre la guitarra española y me-todo de sus primeros rudimentos hasta tañerla con destreza, de Gaspar Sanz (1640-1710) y un cuadro de Mariano Fortuny, Árabes caminando bajo la tempestad.

Y esto ha sido lo más destacado de una mañana muy estimulante. Gracias, Carla.

El encuentro con Carla

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Tres revoluciones marcaron la vida de Eugène Delacroix, tres fechas históricas para Francia y para la humanidad: 1789, 1830 y 1848, los grandes hitos revo-lucionarios en Europa antes de la Comuna de París en 1871. Delacroix es el hijo de uno de los diputados jaco-binos que votó en la Convención ejecutar en la guilloti-na a Luis XVI y a María Antonieta. En 1830, siendo un pintor todavía que se abre camino, pintó una barricada de la segunda de Las tres gloriosas fechas que termina-ron por expulsar al fin de Francia a los Borbones, La libertad guiando al pueblo. Pero durante la revolución de 1848, en pleno éxito profesional, Delacroix se dedica-ba a pintar flores.

En fin, que la biografía de Delacroix es la histo-ria del romanticismo. De ahí que su pintura deba tanto a la literatura, empezando por los fundadores, como Goethe y Lord Byron, siguiendo por Walter Scott, Chateaubriand, Stendhal, y pasando por viejos refe-rentes como Shakespeare, como Milton, como Dante, etc. Su pintura, y sobre todo la exposición que hemos visto en Caixa Forum, es una especie de viñeta literaria. Emociona ver allí, con todo, a Milton viejo y ciego, dictando a sus hijas el Paraíso perdido.

Pero vamos a hablar de pintura, que es lo que me proponía al iniciar este artículo. Delacroix toma

como referentes a los barrocos, no tanto la serenidad de Velázquez o Vermeer, cuanto los escorzos y el color de Rubens y, si acaso, cierto ensimismamiento caracte-rístico de Rembrandt. El romanticismo rompe con el

neoclasicismo y con pintores tipo David, que fue testi-go de los hechos centrales de la Revolución Francesa y del Imperio. Renuncia a su mirada equilibrada y quizá demasiado fría y la cambia por una visión apasionada del mundo, demasiadas veces atroz. Nada que ver, empero, con los ha-llazgos del genial Goya, un pintor que Dela-croix apenas conoció. En Goya en-contrarán un maestro los pintores que van de verdad a revolucionar la historia de la pintura, comenzando por los socialistas del 1848 y siguiendo por los impresionistas. Delacroix y los románticos no serán sino una anécdota barroca en plena revolución de la pintura.

La aportación de nuestro pintor a la historia del arte fueron sus cuadros históricos y literarios. Obras como La matanza de Kios, de la que pudimos ver un estudio en la exposición, o Grecia expirando sobre las rui-nas de Missolonghi son un icono de la pintura universal. Lo mismo que Mujeres de Argel en sus habitaciones. O la Boda judía en Marraket, o los Derviches danzando en trance por sus calles. Estos cuadros con motivos africanos son realmente un hallazgo pionero. En fin, cuadros como el Hamlet y Horacio, que pudimos ver, tan emparentados con otro suyo más conocido, aunque no estaba, Dante con Virgilio en los infiernos, producen una gran emoción. Y por supuesto, homenajes como el gran Miguel Án-gel, fatigado, viejo, pensativo en su estudio de picape-drero genial, o el Milton ciego.

En fin, no deja de ser un bello resumen de su vida de ilustrador de la Literatura el hecho de que el último cuadro que pintara Delacroix en su vida fuera precisamente Ovidio entre los escitas.

DePuertasAfuera

Carmen Soria

Eugène Delacroix

UN ROMÁNTICO ILUSTRADOR DE ROMÁNTICOS

Autorretrato con chaleco verde

Las mujeres de Argel en su aposento

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Pues comencé a leer las Miniaturas de Iñaki y con lo primero que tropecé fue con estas dos pre-guntas: ¿Qué quiero expresar/ cuando expreso cariños/ inventados?/¿Por qué la realidad/ me niega los cariños,/si son mis invenciones? Probad a contestar cualquiera de ellas: si os satisface alguna respuesta, lo más proba-ble es que no hayáis entendido las preguntas. Y lo si-guiente que leí fue esto: Si es cuestión de pensar/ lo que tú piensas,/¿dónde está el misterio?/ Es más divertido pensar/ lo que nadie pensó. Ahora sí que el autor se atreve a con-testar la pregunta, bien compleja: ¿dónde está el miste-rio? Pocos humanos lo han desvelado, pero los que lo hicieron, Newton, Einstein, Nietzsche, Debord... los conocemos por su nombre. ¿Cómo es posible que aceptemos sin rechistar el pen-samiento único? La respuesta del poeta es la más emocionante imaginable: Es más divertido ser original.

Un poco más abajo, en el blog, encontré otra perla: El barullo de la gente,/ el barullo de la vida,/ barullo y más barullo,/ qué le-jos estamos/ de la cueva que nos hizo. Si al antepasado nuestro que sa-lió de la cueva alguien le hubiese advertido de que se dirigía a este presente tan amenazado por sus descendientes, responsablemen-te hubiese evitado el paseo. La nostalgia del paraíso que sufrimos los humanos es en realidad nostalgia de la cueva.

Pero no nos engañemos, que la poesía de Iñaki es sencilla y precisamente por eso se carga de signifi-cados. Se la dicta la emoción y la escribe un corazón sin sombras, un corazón a la intemperie. Caminar y caer/ y dar explicaciones/ y volver a caminar/ y volver a caer: ¿Cabe alguna descripción más exacta y más sutil de la vida misma? Hay que ventilar la cabeza/ para que no se intoxique/ el corazón: No hay mejor consejo para los que nos envenenamos con las suposiciones de la des-

confianza. Para estar vivo, hay que ventilar la cabeza de sospechas, de envidias, de conspiraciones. La ley oprime/ al sabio: La ley oprime a todo el mundo, pero al sabio le oprime doblemente, pues oprime también su inteligencia anticipadora. Poesía sencilla, pura líri-ca, belleza pura, puro temblor. Aquella calle tan larga,/ aquella cuesta,/ aquella tarde tan larga/ y cansina/ que no termina nunca: ¿no os emociona este cansino lugar y este aburrido tiempo? Tiempo y lugar de nuevo en su fórmula exacta, esta vez poética, que no matemática. Tus ojos son/ como mi boli,/ escriben en mi piel/ con un trazo indeleble: son los ojos del amor. ¿Cómo se aprende/ a olvi-dar/ la voz que te guiaba? Otra pregunta para el misterio del hijo que niega al padre, el misterio del asesinato

del padre. ¿Es o no es puro es-calofrío esta poesía?

En fin, no podía faltar en-tre estas notas tan apresuradas el homenaje a la mujer: Tu mirada/ es como la sierra nevada,/ lo esconde todo,/ y tus gestos son de halcón/ y tu cuerpo es la vida,/ mujer. Esta mu-jer águila no puede ser menos que la gran diosa de la sabiduría, de la fertilidad, la diosa que nos hace. Y, por fin, algunos trazos que dibujan la muerte: Camino del silencio,/ camino del más allá,/ camino sin destino/ por el que nadie vuelve. Nadie vuelve... Hay mu-

cho de biografía en la poesía de Iñaki, como en todo buen poeta. Por eso que en sus Miniaturas escucha-mos también sus pulsos y sus sobresaltos y sus bron-cas. En fin, escuchamos al poeta: Voy camino del día/ y me espera al final/ la luna nueva de las sonrisas/ de todas las mujeres/ a las que hice felices/ en las horas oscuras. Pero hay mucho más en esta tormenta de Miniaturas que publi-can los adredistas en su blog: http://escribiradrede.blogs-pot.com/ Es un placer leerlas, os lo recomiendo. Pero hay que drogarse con prudencia de estas miniaturas, en dosis pequeñas, para disfrutarlas a tope.

DePuertasAdentro

Ángel Vázquez Blanco

Eugène Delacroix

UN ROMÁNTICO ILUSTRADOR DE ROMÁNTICOS

Ignacio Catá y sus Miniaturas

COMPARTO MESA CON UN GRAN POETA

Voy a hablaros de un descubrimiento reciente. Alguien me aconsejó que leyese los poemas que publica mi compañero de mesa Iñaki en el blog Escribiradrede con el título genérico de Miniaturas. Mi informador se puso tan pesado que lo hice. Lo que lamento ahora es que Iñaki jamás me haya hablado de su poesía.

Iñaki en la radio

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Así hemos conocido su arte, tanto lo que pintó antes de pasar por su en-fermedad, como lo que ha pintado después. En la pre-sentación de la exposición, micrófono en mano, nos

habló de cómo fue su antes y su des-pués, pero sobre todo su después. Habló de su re-cuperación y nos contó cómo había empezado a pin-tar de nuevo gracias a su nieta, que le pide sin más que lo intente. Ella nos confiesa que al principio le cuesta, pues se le caía mucho el pincel de las manos y no le resulta-ba fácil. Pero no desiste y ahí está el comienzo de sus nuevos mila-gros creativos.

A raíz de su tenacidad, co-mienza una nueva etapa en su pintura: pasa de pintar modelos a crear a partir de lo que tiene en sus recuerdos. Y así plasma en cuadros sucesivos todos los recuerdos de la UVI, que estaba incons-ciente, su origen y lazos familiares, su biografía y su esperanza.

Pinta de memoria, representando en uno de sus cuadros los rojos del coma en la UVI, en otro,

los firmes troncos que constituyen la familia, en el siguiente, este sendero que está siguiendo de la rehabilitación y la mejoría paulatina, y por fin lo que para ella es la libertad, representado en esa marina con las olas rompiendo suavemente en la arena otra vez, su forma de ver la vida.

Creo que esta fuerza creativa es otra prueba del “querer es poder”. Se nos han quedado graba-dos esos sus últimos cuadros, que nos transmiten tanta fuerza llena de color, y que a la vez le da a la autora esas fuerzas para seguir luchando día tras día en su superación, esas ganas de vivir con co-herencia, consciente de sí misma, sin rendirse. El colorido de su pintura es testigo. Muy consciente de su actual nuevo estado, Inés nos dice que te-nerlo todo en esta vida no es lo más importante para tener ganas de vivir y de seguir luchando.

Hablábamos de pintura, pero historias de superación como esta de Inés son ejemplares. So-bre todo, estas ganas que derrocha nuestra artista en todo lo que día a día realiza y este arte para ponerle color a su vida.

Gracias, Inés, por compartir con noso-

tros estos cuadros y aquellos in-olvidables momentos de tu charla, agarrada al micro.

DePuertasAdentro

Roberto Mendoza e Isabel QuintasInés Barrigas, una persona corriente, una de las nuestras, pero con una sensibilidad especial para el arte. Conocimos esta faceta de Inés gracias a una generosa exposición de su pintura que realizara estos días en el Centro.

Exposición de Inés Barrigas

LA SUPERACIÓN A TRAVÉS DEL ARTE

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Y ahora entremos en harina. Hace poco tiem-po fui a Madrid a solucionar unos trámites burocrá-ticos en dos sitios diferentes. Para llegar al primero, cerca de Legazpi, todo transcurrió perfectamente, sin problemas y rápido.

Solucionado el trámite, cogí el Metro en Le-gazpi para ir a Goya, a gestionar el segundo, hacien-do trasbordo en Sol. Pero …

... Cuando llegué a Sol empezó la película de suspense: al bajar del tren y dirigirme a los ascen-sores que deberían llevarme a la línea 2, la que va desde Sol hasta Goya, me encontré los dos fuera de servicio. La primera, en la frente. Así que continué viaje hasta Plaza España –me salté Ca-llao por despiste– para, desde allí, volver andando, perdón, rodando por Gran Vía y Preciados hasta Sol para, en un segun-do intento, acceder a la línea 2 desde la calle.

Ni por esas: al bajar al vestíbulo de Sol, me dijo una empleada del metro que todos los ascensores estaban fuera de servicio. Al parecer, al saltar los auto-máticos de la luz los dejó K O. El único que funcionaba era el que iba a Opera, que fue el que cogí, por sugerencia de la empleada, para ir a Goya.

Cuando llegué a mi destino, casi, y ya con el tiempo justo, me encontré con que esta vez no era el ascensor, sino una de las compuertas anchas de la barrera de salida, que estaba bloqueada impidiendo el paso. Allí estaba otra chica en silla, que también había echado horas bajo tierra. Ante la tardanza del técnico que iba a reparar la puerta, nos recomen-daron ir al final de la línea, en Argüelles, y dar la vuelta allí, para poder salir de allí por otro andén y otra barrera, pero los dos estábamos hartos de ir

de tren en tren y tiro porque me toca, así que nos plantamos: no nos moveríamos de allí hasta que re-pararan la puerta.

Por fin llegó el técnico a desmontar el portón y salimos a la calle.

Yo, visto que ya no podía cumplir con mi segundo objetivo, decidí pasar la tarde en Madrid para compensar el mal trago. Pero a la vuelta vino el postre: cuando llegué a El Carrascal el ascensor de la calle se acababa de averiar, con lo que me tocó ir hasta Julián Besteiro y volver al CAMF en mi silla, con la batería mas bien escasa. Un compañero me informó de que había salido veinte minutos antes

de El Carrascal y que todavía funcionaba el ascen-sor.

Yo entiendo que son muchos los ascensores de la red de Metro y que por esto sean inevitables algunas averías. Pero que haya tantas en un mismo día, eso ya es pasarse. Es más propio de una novela de suspense, y de las fuertes. Aunque, bien pensado, la realidad siempre superó a la ficción, porque lo que ya no puedo entender es que un simple salto de los automáticos ponga en jaque a todos los ascen-sores de una estación.

DePuertasAfuera

Manolo Benéitez

Historias de suspense en el Metro

UN VIAJE EN METRO PROPIO DE UNA PELICULA DE HITCHCOK

En este número volvemos al Metro de Madrid con una historia propia de una película de suspense, tanto que Hitchcok la haría suya. Pero no es porque tengamos fijación con el Metro. Es porque, cuando algo falla, hay que decirlo.

Manolo durante su odisea

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Las puertas del comedor del CAMF se abrie-ron excepcionalmente a las nueve de la mañana para los que íbamos de excursión. El autocar no nos hizo esperar mucho tiempo, pues el viaje era más largo que en otras ocasiones y teníamos que cumplir con los horarios previstos.

Ya en el autocar, Alicia (la jefa del grupo de voluntarios) nos entregó el programa con las actividades a realizar para el sábado y domingo. Alrededor de las doce menos cuarto el autocar nos dejó en la plaza de San Vicente, junto al res-taurante Las Murallas, que lo teníamos concerta-do para comer a la una de la tarde. Durante esa hora la mayor parte del grupo se quedó por los alrededores tomando el sol y paseando. Enrique, Amparo y yo nos fuimos calle arriba, siguiendo a la gente, que ataviada con sus mejores galas se

disponía a asistir a la misa que se celebraba en la Catedral por la Santa, que así es como llaman a Santa Teresa de Jesús en Ávila. Mientras esperá-bamos a que la sacasen en procesión, un lugareño

entabló conversación con nosotros. Nos pregun-tó de dónde éramos y a continuación nos dijo que habíamos tenido mucha suerte con el tiempo, pues por estas fechas otros años ya hace frío en Ávila, añadiendo que los inviernos allí son muy duros, llegando las temperaturas a bajar hasta los –15º y –20º C.Con el tiempo justo, después de ver pasar a la San-ta en procesión al son de la música de una banda militar, nos fuimos al restaurante, donde nos es-peraba un delicioso menú que constaba: –de pri-mero: sopa castellana, judías blancas de Ávila o ensalada.–de segundo: pierna de cordero o lubina al horno y tres postres a elegir.

Después de comer, muchos nos fuimos a tomar un cafecito a las terrazas que están al pie de

las murallas. Otros se fueron a visitar la Basílica de San Vi-cente, de estilo ro-mánico, lugar de en-cuentro con la guía que nos iba a ense-ñar durante toda la tarde los lugares y edificios más intere-santes de Ávila.

A las 16:30 h. empezó la visita guiada, explicándo-nos en primer lugar la historia de esta

Basílica. Seguidamente iniciamos la marcha hacia la Catedral del Salvador. Durante el recorrido a los pies de la muralla, nos fue explicando cómo se construyó para la defensa de sus moradores, y

DePuertasAfuera

C. Cobo González

Viajamos con “Masnatur”

CRÓNICA DE ÁVILA EN FIESTAS

La comida en el restaurante Las Murallas

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la historia de sus piedras.Llegados a la Catedral, nos encontramos

con la desagradable sorpresa de que no podemos acceder al interior por las típicas barreras arqui-tectónicas que padecemos a menudo los que va-mos en silla de ruedas: escalones, escalones y más escalones, sin rampa. Nos conformamos con ver la Catedral por fuera y continuamos nuestro re-corrido por las calles antiguas de Ávila. Pasamos por el Obispado, por el Palacio de los Dávila, has-ta llegar al Paseo del Rastro, desde donde tienes unas vistas de los alrededores de Ávila increíbles.

Como ya se hacía tarde, dejamos la visita para ver las reliquias de la Santa para otra ocasión y nos dispusimos a subir a las murallas por medio de una rampa y ascensor. Esta vez sí que estaban preparados para los que vamos rodando. Des-de lo alto de la muralla pudimos contemplar el hotel Los Cuatro Pos-tes, donde nos alojaría-mos esa noche.

Después de adju-dicarnos al voluntario, que nos iba a asistir en nuestras necesida-des básicas, y las habi-taciones –por cierto, amplias, confortables y con aseos bien adap-tados– fuimos todo el grupo a la terraza de la planta 3ª del hotel, desde donde pudimos contemplar un espectáculo de 20 minutos de fuegos artificiales y la belleza de la ciudad de Ávila iluminada al fondo.

A continuación, (ya eran las diez de la no-che) pasamos al comedor del hotel, donde nos tenían ya montadas las mesas para la cena, que se prolongaría hasta las once y media. Algunos compañeros, cansados por la actividad de la ex-cursión, se fueron a sus habitaciones a dormir y reponer fuerzas para la jornada que nos esperaba al día siguiente. Otros hicimos una intentona de acercarnos al recinto ferial, pero cuando llevába-mos recorrido parte del camino nos lo pensamos mejor y decidimos darnos la vuelta, pues la dis-

tancia de 1,5 km hasta el ferial, la calzada con tra-mos sin acera y el frío que empezaba a caer, nos desanimó. Total, que nos subimos a la primera planta y en sus salones montamos una timba de cartas hasta las 2:30h. de la madrugada.

El domingo a las diez de la mañana ya es-tábamos todos reponiendo fuerzas con el abun-dante desayuno que nos habían preparado para afrontar la segunda jornada. El autobús, después de bordear la ciudad, nos dejo a las puertas del Real Monasterio de Santo Tomás, el viejo con-vento de los Dominicos de estilo gótico, donde pudimos recorrer sus tres claustros y sus dos mu-seos, uno de Ciencias Naturales y el otro de Arte Oriental. Por último, solo pudimos contemplar el interior de la iglesia desde atrás, pues se estaba

celebrando la misa en esos momentos y el auto-car no tardaría en llegar para devolvernos al ho-tel, ya que la comida estaba prevista para las dos de la tarde. Terminada la buena mesa y mientras las maletas iban bajando de las habitaciones y su-biendo al autocar, tomamos café en la terraza del hotel, para posteriormente iniciar el viaje de re-greso al CAMF de Leganés. Llegamos alrededor de las 18:15h.

Mi agradecimiento y también el del resto de mis compañeros de viaje a los organizadores y voluntarios de MASNATUR, por su labor enco-miable, así como a la FUNDACIÓN PRÓJIMO PRÓXIMO por la aportación económica, que su-fragó los costes del viaje.

Claustro del Real Monasterio de Santo Tomás

Machismo en Turquía

SAFAK PAVEY: UNA MUJER CAMBIA LA LEY

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Y lo primero que quiero recordar es que hemos tenido y tendremos que luchar casi cuerpo a cuerpo, o sea, a brazo partido, por nuestros derechos, por co-sas tan normales como poder vestirse el ser humano como le viene en gana, independientemente del sexo de la persona.

Ocurría hace pocas semanas en Turquía, un país que todavía deja mucho que desear en derechos y libertades de la mujer. Vamos, que Turquía vive en épocas un poco remotas y que nosotros de-jamos atrás no hace mucho. Es por ello que nos alarman esas vi-das de mujeres con las libertades un poco mermadas.

Allí, en Turquía, hasta hace un mes había una ley que obliga-ba a las diputadas a vestir falda en el parlamento. No podían entrar al hemiciclo con pantalones, pues sus señorías podían desorientarse y confundir un culo masculino y un culo femenino. Digo yo que sería por eso, para guiar sus mira-das y sus manos lascivas. ¡Desde luego que estos diputados pare-cen extremadamente sensibles en asuntos morales! Parecen obispos.

Pues resulta que una de las diputadas, electa en las últimas legislativas, se presentó con su faldita, tan mona, en el pleno de constitución del parlamento, pero en vez de pierna izquierda lo que lucía era su habilitador, una prótesis muy ligera y muy eficiente. Por supuesto, la foto fue un éxito y un escándalo.

Esta diputada se llama Safak Pavey y tiene una biografía ejemplar de solidaridades a pesar de su ju-ventud, 33 años. Perdió su pierna y su brazo izquier-

dos cuando, siendo estudiante y con 19 años, intentó rescatar a un amigo al que había pillado la puerta del Metro de Zurich y el tren la arrastró. La convalecen-cia fue muy dura, y además lejos de su familia, pues en Turquía no había medios para su rehabilitación. En Londres se recompuso enteramente, se puso otra pierna y otro brazo y comenzó a trabajar para la oficina de comunicación y relaciones públicas de

ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, don-de ha ayudado a miles de ampu-tados en guerras y donde su en-tusiasmo ha sido ejemplar.

Pero en vez de seguir allí, se vuelve a Turquia, un país de hombres, de machos, un país ás-pero para una mujer. A ella estas pequeñeces no le asustan dema-siado y pelea por un escaño de diputada en el parlamento turco.

El caso es que Safak Pavey es minus y además coqueta. Y por cierto que un poco pasota, tanto que no le importó nada exhibir su pata de palo ante sus señorías, los machos turcos, y ante todo el mundo. La ley discriminatoria duró lo que tardó en llegar Safak

al estrado para jurar su cargo. Y, como por arte de magia, o sea, por sus mujeres, las faldas del hemiciclo se han convertido en flamantes pantalones.

Y todavía sus señorías machos justificaban la reforma de la ley “por deferencia a la pata de palo de nuestra diputada”. A lo que ha respondido ella decla-rando que está muy orgullosa de su prótesis, “aunque no puedo decir lo mismo de mis compañeros de es-caño”.

DePuertasAfuera

PevaHace unos días apareció en los medios informativos de todo el mundo una noticia digna de ser comentada en nuestra revista: una diputada turca era obligada a vestir falda, en vez de pantalón. Como somos diversos funcionales los que hacemos esta revista, o sea, minus, y como sois diversos funcionales la mayoría de los lectores, no podíamos dejar pasar la oportunidad sin hacer algún comentario.

Safak Pavey en el parlamento de Turquía