proposiciones nº 17

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1 Revista de los residentes del CAMF de Leganés, nº 17, invierno 2013/14 CARTA DE NUESTRO NUEVO DIRECTOR Entrevistas Una fisio joven en el gimnasio MARÍA, UNA ENTUSIASTA DE SU TRABAJO Reportajes UN PARAÍSO AL ALCANCE DE NUESTRAS SILLAS La Farmacia del Parque Los baños del Pabellón Europa Opinión EL PECADO DE SER MUJER A mis compañeras SIEMPRE HAY UNA SEGUNDA PARTE Un chequeo al CAMF Cultura EXISTEN LOS MILAGROS Leer en el ebook La exposición de Velázquez en el Prado El príncipe Felipe Próspero

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Revista creada integramente por los residentes del CAMF de Leganés

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14 CARTA DE NUESTRO NUEVO DIRECTOR

EntrevistasUna fisio joven en el gimnasioMARÍA, UNA ENTUSIASTA DE SU TRABAJO

ReportajesUN PARAÍSO AL ALCANCE DE NUESTRAS SILLASLa Farmacia del ParqueLos baños del Pabellón Europa

OpiniónEL PECADO DE SER MUJERA mis compañerasSIEMPRE HAY UNA SEGUNDA PARTEUn chequeo al CAMF

CulturaEXISTEN LOS MILAGROSLeer en el ebookLa exposición de Velázquez en el Prado El príncipe Felipe Próspero

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La redacciónC. Cobo GonzálezManolo BenéitezAmparo AlmonacidAmeba

MaquetaciónEnrique Muñoz

ColaboradoresSebastián RoldánCarmen SoriaPevaÁngel HernándezAlicia Castillo SánchezBelén SánchezIsabel QuintasAna Belén VelascoCésar VidaurreGabriel López Lara Mercedes García CasadoPilar PueblasJuan María PratsConchi LópezAMFIVIL

Avda. de Alemania, 1428916 Leganés [email protected] en formato digital:www.issuu.com/revistaproposicioneswww.escribiradrede.blogspot.com

Estimados residentes, usuarios y empleados:Tras unas semanas entre vosotros y ya desde el co-

nocimiento de vuestra realidad, soy más consciente que nunca de que las personas con discapacidad no constituís un grupo social separado, ya que deseáis vivir, estudiar y divertiros en los mismos lugares y de la misma forma que lo hacen otras personas de vuestra edad, o del modo más parecido posible, superando las barreras sociales, arquitec-tónicas y urbanísticas que lo impiden.

Os confieso que en este tiempo he vivido escenas y situaciones que me han impactado de forma muy positiva, animándome a lanzaros un mensaje de optimismo, y a la vez, de agradecimiento por aprender de vuestras lecciones de vida.

Vengo con la ambición, entusiasmo y objetivo profe-sional de convertir el CAMF de Leganés en el CAMF de re-ferencia del país por su excelencia en la gestión y su trato humano. Sin duda, tenemos un largo camino que recorrer, un camino lleno de dificultades, pero que todos juntos, com-partiendo la misma ambición, podemos recorrer en menos tiempo del que pudiera parecer.

El hecho de haberme encontrado, entre los empleados del CAMF, con profesionales que comparten esta ambición, me hace sentir que este camino es posible, que este camino merece la pena y que con el respeto, compren-sión y colaboración mutua entre empleados y residentes podemos convertir nuestro Centro en un lugar donde merezca la pena vivir y trabajar.

No quiero, en esta magnífica oportunidad que me habéis brindado de dirigirme a vosotros, olvidarme de los voluntarios. Personas que a diario, con su esfuerzo y generosidad de corazón, dan mayor y mejor sentido a vuestras vidas. Todos ellos cuentan y contarán con mi apoyo y reconocimiento.

Tampoco sería justo por mi parte olvidarme de hacer un sentido re-cuerdo a residentes y trabajadores de este Centro que me precedieron y que, algunos de ellos, ya no están entre nosotros, pero que con su esfuerzo y humanidad han dejado una huella imborrable en el corazón de muchos de vosotros. Me emociona ver cómo vuestros ojos se humedecen cuando me mostráis sus fotografías colgadas de las paredes de vuestras habitaciones y despachos. Paredes que con su sola presencia adquieren un color y un signi-ficado muy intenso y emotivo. No dudéis ni un solo momento de que por ellos y por cada uno de los residentes, familiares y trabajadores de este Centro, voy a dar lo mejor de mí mismo en este apasionante proyecto profesional y humano que se me presenta y del que ya me siento plenamente partícipe. Y lo voy a hacer desde el respeto, la cercanía y la calidez humana, pero también desde la máxima exigencia y profesionalidad que se requiere para conseguir los objetivos descritos.

Es tiempo de Navidad, tiempo de compartir, tiempo de nostalgia, tiem-po de generosidad y solidaridad. Agradeceros la cálida acogida que me habéis dispensado residentes, familiares, voluntarios y trabajadores y desearos que en estas entrañables fechas nos acerquemos más los unos a los otros para

conseguir que nuestro Centro sea el mejor hogar que el residente pudiera tener y el mejor lugar de trabajo que un trabajador pudie-ra desear.

Con mi afecto Jose Luis Sánchez Serra Director CAMF Leganés

Jose Luis Sánchez Serra

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DePuertasAdentro

Cipriana Cobo

Una fisio joven en el gimnasio

Decidimos en la redacción de la revista hacer este reportaje porque observamos que el gimnasio, durante este otoño, estaba cada día más lleno de residentes, todos activados y con cara de estar repartiéndose caramelos. Queríamos con ello daros a conocer a la nueva fisioterapeuta, ella es quien ha contestado a nuestras preguntas.–¿Dónde estudiaste la carrera?–Estudié en la Universidad Rey Juan Carlos, en Al-corcón, es una buena facultad de Fisioterapia.–¿Cuántos años llevas trabajando ya?–Desde que terminé la carrera han pasado doce años, que no soy tan joven. Al principio me costaba encontrar trabajo de fisio.–¿Y has trabajado en otras cosas?–Empecé a trabajar repartien-do un periódico gratuito en la RENFE de Zarzaquemada y, en un colegio, en el comedor, dando de comer a niños y cuidándolos en el patio. En ese colegio, una compañera me habló de una ami-ga que trabajaba en un balneario en un pueblo de Zaragoza y que se venía a trabajar a Madrid. Le pasó a su amiga mi currículo y me llamaron del balneario, y allí estuve casi un año. Estando allí, me llamaron de una residencia de Madrid. Acepté este nuevo trabajo y en la residencia estuve tres años. Después decidí irme a trabajar a Francia. Me fui con una compañera y estuvimos en un hospi-tal público, en un pueblo cerca de París: allí nos encontramos a muchos más españoles. Fue una experiencia muy enriquecedora, tanto a nivel pro-

fesional como personal. Estuve casi dos años en Francia. Me vine otra vez para acá, y fui enlazando suplencias en hospitales y centros de salud, cole-gios de integración, etc., hasta que aprobé la opo-sición y he terminado aquí.–Parece que te gusta tu trabajo, hablas con entusiasmo.–Sí me gusta, y sé que es una suerte poder trabajar en lo que quiero. Además, dentro de la Fisioterapia hay muchos campos de actuación, y a mí me gusta

más trabajar con adultos, como hago aquí. Es muy gratificante poder ayudar a otras personas a mejo-rar su calidad de vida.–¿En qué situación has encontrado el gimnasio?–Se nota que es un centro que lleva muchos años en funcionamiento y en el gimnasio hay un poco de todo, cosas más antiguas y otras más novedo-sas. Como Noelia y yo éramos nuevas las dos aquí, hemos ido organizando todo como nos ha ido pa-

SE NOS ABREN NUEVAS ESPECTATIVAS

Silvia es nuestra fisioterapeuta actual y vive en el barrio más popular de Leganés, en San Nicasio, al otro lado de la vía del tren. Viene a trabajar en bici, lo cual es una suerte. Y viene contenta, le gusta su trabajo. Es lo que nos ha confesado.

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DePuertasAdentroreciendo mejor. Noelia se ha ido y me he quedado sola (Noelia ha pedido la excedencia a los pocos días de

tomar posesión de la plaza). Cuando venga la suplen-te, ya veré cómo nos volvemos a organizar. Hay

muchas cosas por hacer, como actualizar todas las historias, hacer nuevas evaluaciones de los residen-tes, hacer los seguimientos, etc.–¿Te gustaría cambiar algo de este trabajo?–Hemos entrado nuevas un grupo muy joven de chicas, yo, dos terapeutas ocupacionales y la logopeda. Hacemos buen equipo y es-tamos coordinadas para trabajar con los residentes. Poco a poco creo que nuestro trabajo se irá notando. Por supuesto que también estamos coordinadas con Laura, la psicóloga, que es igual de joven pero más veterana en el centro. Me gustaría dis-poner de más tiempo y que hubiera más fisios, para dedicar más tiempo a cada re-sidente.–¿Notas que los residentes tengamos interés por cuidarnos y estar en forma?–Hay un poco de todo entre vosotros.

Pero como no se obliga a nadie a venir al gimna-sio, los que venís lo hacéis motivados y con ganas de trabajar. Me ha sorprendido mucho que haya tantos residentes con una vida tan activa, hacéis excursiones, viajes, etc. Además, todas las creacio-nes de los talleres de Plásticas, cuadros, esculturas, etc. También he leído algunas cosas vuestras y me habéis recitado alguna poesía. No paráis, hacéis cosas realmente sorprendentes.–¿Y cómo nos portamos los residentes en el gimnasio? ¿So-mos constantes? ¿Ponemos interés?–Hay residentes que vienen muy de tarde en tarde y otros que vienen todos los días y son muy cons-tantes. Incluso los hay que vienen dos veces al día, porque hacen varias cosas. Por lo general, ponéis interés.–¿Cómo se lleva el trabajo sin compañera de tarde?–Ya te he dicho que un poco agobiada, pero me voy acostumbrando. Aunque no me da tiempo a tratar a todo el mundo que me lo pide, me voy distribuyendo el tiempo como puedo. En general, todos sois bastante comprensivos en este aspecto.–¿Sabes si vendrá pronto una compañera por la tarde?–Parece ser que ya no va a tardar mucho. Y tengo ganas de que así sea. Quiero ya organizarme bien y poner horario a todos los residentes que necesitan recibir tratamiento.

Como podéis comprobar, Silvia es muy amable, contestó a todas las preguntas y lo hizo con mucho encanto. Lo que más le ha contrariado fue quedarse sola a los pocos días de comenzar a trabajar con nosotros, pero lo lleva bien. Lo cierto es que en el gimnasio parece que hay más movi-miento que nunca, y ello se debe a su trabajo.

Silvia atendiendo a una residente

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DePuertasAfuera

Amparo Almonacid

Una visita al Museo de Antropología

Porque la mujer no solo ha sido madre, sino también el pilar fundamental de la tribu, tanto por su trabajo como por sus iniciativas en el núcleo familiar y social. ¿Qué nos está pasando para que hoy continue-mos negando a la mujer el respeto y la dignidad que merece?

En una sociedad machista como la nuestra

continúan poniéndose dificultades a las mujeres para participar en ella. Según las estadísticas, en las universi-dades, hoy por hoy, ya las matrículas de chicas superan a las de los chicos. Y sin embargo ¿a quién le interesa que la mujer no tenga el reconocimiento que merece para su integración plena en todos los ámbitos, tanto laborales como sociales? Porque lo cierto es que la mujer conti-núa discriminada en todos los puestos de responsabilidad de la sociedad.

En numerosos casos es la mujer que no se valora a sí misma en sus ca-pacidades. Una razón fundamental que explica esta conducta es la educación transmitida en la familia de generación en generación, que va minando la auto-estima de la mujer y dejando en la cuneta a tantas y tantas supervivientes que, por el simple hecho de ser mujeres, no tuvieron la oportu-nidad de demostrar sus talentos. La otra razón es so-cial, es la discriminación, pues a esta presión en la fa-

milia se añade la desconsideración de la sociedad, que desmoraliza a las mujeres, por estar siempre desplaza-das de centros de decisión, hasta terminar manipuladas por falta de autoestima.

Por norma, no se da el valor suficiente a sus trabajos ni se remuneran con justicia. Ni ella misma está acostumbrada a exigir lo que verdaderamente le corresponde por miedo a ser desplazada. Así es como nos vamos quedando en el camino, sin disfrutar de to-das las cualidades que poseemos.

Ya es hora de que estas ideas que aquí escribo se defiendan por todos de una vez y que la sociedad despierte, dando el suficiente reconocimiento a la mu-jer, que siglo a siglo ha soportado el gran peso de no ser reconocida su aportación al funcionamiento de la sociedad.

En los países desarrollados la mujer ya está des-puntando en los diferentes puestos a los va teniendo acceso, si bien que con gran esfuerzo y ningún apoyo. En cambio, en los países subdesarrollados el proble-ma es más crudo, pues la mujer todavía está menos protegida y muy escasamente valorada. Es una nece-sidad que gobiernos y ONGs trabajen juntos para el reconocimiento y ayuda a las mujeres en todas partes, que a pesar de estar en un segundo plano, son piezas fundamentales en la buena marcha de las sociedades y

en el desarrollo de las civilizaciones. Sin sus capacida-des serían nulos los avances económicos y sociales en el mundo.

EL PECADO DE SER MUJER

En una reciente visita al Museo Nacional de Antropología me fui dando cuenta de la importancia del trabajo e iniciativas de la mujer en las diversas sociedades a lo largo de la historia del ser humano. Y esto me ha hecho pensar.

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Queridas compañeras:Ha llegado el fin de mi trabajo en el cen-

tro (de momento). De algunas de vosotras me he despedido y expresado mi agradecimiento, pero de otras no.

Quiero compartir con vosotras mi apren-dizaje en el año que he estado en el centro.

He aprendido: que rascarse, comer, dar-se la vuelta en la cama, vestirse, cambiarse de

ropa, desnudarse, levantarse y acostarse... lavar-se y peinarse, ponerse una compresa, depilarse, lavarse los dientes... limpiarse una lágrima... y un montón de actos reflejos que hacemos auto-máticamente cada día sin reparar en ello, es sin duda un regalo del cielo que no siempre sabe-mos apreciar y agradecer.

He aprendido que sin humildad para de-

jarse enseñar no es posible la convivencia.He aprendido de vuestro compañerismo,

generosidad, vuestra alta calidad humana, cari-ño y sensibilidad, vuestro saber poner límites sin que por ello quede mermada vuestra dedica-ción y profesionalidad en el trabajo.

He disfrutado muchísimo de vosotras. De cada una en cada momento, os he mirado, observado y me siento muy orgullosa de haber

pertenecido a vuestro grupo.

Me llevo vuestro cariño, vuestras risas y a veces lloros... me lle-vo vuestras miradas de complicidad... y unos deliciosos desayunos con fruta y pan rico rico...

Habéis aguanta-do con paciencia y buen humor mis despistes durante muchos meses y ahora que empezaba a controlar!!!!!

Sin duda que volveré al centro, que

me volverán a llamar... pero aunque así no sea, me voy plenamente satisfecha y agradecida por todo lo aprendido y vivido a vuestro lado.

Un amigo es un tesoro y yo he encontra-do muchos tesoros entre vosotras.

Os quiero Toñi Septiembre 2013

DePuertasAdentro

A mis compañeras

EN LA 2ª PLANTA DEL CAMF DE LEGANÉS

Antonia Castro

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DePuertasAdentro

Juan María Prats

Monitora recién llegada

MARIA, UNA ENTUSIASTA DE SU TRABAJO

Os preguntaréis quién es esta tal María. La estáis viendo paseándose por cafetería y así desde hace unos tres meses y a ninguno os ha pasado desapercibida: es la nueva monitora de Ocio y Tiempo Libre de nuestro CAMF, en realidad, la animadora sociocultural, porque hace un par de semana la chica que estaba, Alicia, se tuvo que ir y vino ella a sustituirla.

Por fin tenemos sala los chicos de la boccia, en la 1ª planta, y fue aquí donde entrevisté a nuestra mo-nitora.–María, ¿qué es eso de ser animadora sociocultural?–La animadora sociocultural tiene como función prin-cipal acercar la cultura y todos los recursos culturales existentes en la comunidad a los usuarios, en este caso a todos vosotros. Este proceso se lleva a cabo a partir de dinámicas, actividades y talleres.–¿Y cómo te enteraste de que el CAMF necesitaba animadora sociocultural?–A través de Alicia, la antigua animadora. Conocí a Ali-cia a través de Merche, la mujer que lleva la cafetería. Fue una casualidad, porque precisamente Alicia, que iba a dejar su trabajo para viajar, me animó a presen-tarme a la vacante de ani-madora. No, nunca había trabajado con personas di-versas funcionales, siempre con niños y adolescentes.–¿Qué objetivos te planteas en tu trabajo con nosotros?–Mi objetivo sois vosotros y vuestra diversión. Con las sesiones de animación so-ciocultural pretendo que os lo paséis bien, a la vez que invertís vuestro tiempo en aprender cosas nuevas o vol-ver a hacer actividades que os gustaron anteriormente.–Háblanos de tu programación.–Os propongo tres tardes a la semana de animación sociocultural, y cada día hacemos actividades diferen-tes. Los lunes, de 5 a 6, hacemos aerobic o slalom, con relajación, y de 6 a 7, El grupo de debate, en el que cada semana tratamos un tema de actualidad y damos nuestra opinión, intercambiando conocimientos sobre el tema elegido. Los miércoles, de 5 a 6, Lugares y costumbres, que charlamos de los aspectos sociales, culturales y geográ-ficos de un país del mundo, lo situamos en el mapa-

mundi y evaluamos la experiencia. De 6 a 7 hacemos una dinámica, siempre diferentes, en forma de juego, trabajando valores y habilidades sociales. Los viernes nos dedicamos a realizar talleres programados en base a la temática del mes, en octubre la temática ha sido “Halloween”, en noviembre “Tengo un libro para tí” y en diciembre “Música para tus oídos”. Y cómo no, también entrenamos y jugamos a la Boccia, los tres días, de 7 a 8, lunes y miércoles en el pabellón Europa, y los viernes en el Salón de actos.–¿Conocías el mundo de la Boccia?–No, había oído hablar de este deporte pero nunca ha-bía tenido la oportunidad de asistir a un entrenamien-

to o campeonato. Ha sido cuando os he conocido a vosotros, cuando me he metido en el “mundillo” de la Boccia y me parece un deporte muy entreteni-do y que requiere de gran precisión. El entrenamien-to es imprescindible, como en otros deportes. Sé que para vosotros la Boccia es muy importante y por eso me estoy poniendo al día.–¿Qué significó para ti tener por fin una sala donde traba-jar?

–Significó tener un espacio para nosotros, un ambien-te cálido y familiar, un lugar que decoramos a nuestro gusto para sentirnos cómodos. Alicia, la antigua anima-dora, luchó mucho para conseguir una sala, y pasados dos años, justo antes de marcharse, se la concedieron. Ahora yo me siento una afortunada por tener un lugar que sea nuestro.

Pues esta es María. Ya os dije que era una entu-siasta de su trabajo. En sus respuestas lo podéis com-probar. Se preocupa mucho porque todos participemos en las actividades propuestas y pone un interés enorme en todo. Da gusto pasar las tardes con ella.

´´

María, nueva animadora sociocultural

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DePuertasAfuera

Ángel Hernández

Vida

“Los milagros existen” es una frase que, si no mu-chas veces, es cierto que de vez en cuando escuchamos. Yo soy de los que la afirman con absoluta seguridad. Y en esta ocasión quiero aprovechar la oportunidad que

se me da para daros a conocer lo que yo mismo he visto y oído.

Transcurría septiembre y me encontraba de va-caciones en un bonito pueblo de Alicante junto al mar. Los domingos, Carol (mi acompañante) y yo íbamos a la Iglesia.

Quizás fue el primer domingo cuando vimos a un coleguita, es decir, un usuario de silla de ruedas manual. Reparé en su delgadez y en que le llevaba otra persona. Al preguntar qué le pasaba, nos dijeron que era un enfermo de SIDA. No le dimos más importancia de la que tenía y entramos al culto, que fue de mucha bendición. Días después, de nuevo en la Iglesia, el pas-tor anunció que habían orado por él y que, como apa-rece en la Biblia, le habían bañado siete veces en el mar, y que este hombre fue sanado y había vuelto a su país para recuperarse, que era lo único que le faltaba. Ni que decir tiene que la alegría y el gozo nos llenaron a todos al ver y vivir la misericordia y el poder de Dios.

El pasado domingo, diez de noviembre, en la Iglesia donde me congrego en Madrid, reparamos en la presencia de un hombre que no nos era conocido. Y el domingo siguiente salió a dar su testimonio. Según

dijo, sufrió una subida de azúcar que le puso el nivel en mil doscientos (parece ser que si llega a seiscientos la muerte es casi segura).

Bien, este hombre, al que las enfermeras como broma llamaban “El dulzón”, entró en coma y perma-neció en ese estado nueve días. Durante este tiempo una hermana de la Iglesia le estuvo visitando y orando por él. Pues bien, el milagro se materializó, este hombre salió del coma y fue entonces cuando se enteró de lo que le había ocurrido, de que esa hermana había estado orando por él y de cómo Dios le había sacado de una muerte casi segura.

A veces Dios nos permite ver cosas como estas, para que nuestros corazones endurecidos reaccionen ante la indiscutible existencia de un Dios misericordio-so y fiel, pero os aseguro que milagros hay todos los días.

Seguramente os surgirán muchas preguntas: to-das ellas tienen respuesta en la Biblia, con solo leer un trocito cada día y pidiendo a Dios que nos dé revela-ción por el Espíritu Santo entenderemos muchas cosas.

“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3.

Bien, amigos y compañeros, hasta aquí mi ar-

tículo, mi mayor deseo es que aceptéis a Jesús como vuestro Señor y Salvador, Él cambia vidas y puede cam-biar la vuestra si queréis. Que el Señor os bendiga muy ricamente.

EXISTEN LOS MILAGROS

Me gustaría comenzar este artículo manifestando mis mejores deseos de felicidad, en estas fechas que se acercan, a todos los lectores de PROPOSICIONES y a todo el mundo en general, porque a la verdad son muchos los que la buscan pero pocos los que la encuentran.

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DePuertasAfuera

Mercedes García Casado

Mi fabuloso viaje a Tenerife

UN PARAÍSO AL ALCANCE DE NUESTRAS SILLAS

Eso sí, si vamos organizados, si vamos en grupo, porque si no el viaje nos sale muy caro. Esta vez iba en un grupo organizado por COCEMFE, y nos juntamos en Barajas para coger el avión. Hasta el aeropuerto teníamos que ir cada uno por nuestra cuenta. Y allí estaba yo con mi asistente personal, en este caso mi propia madre. Nos acercó mi hermana en su coche, y mi cuñado amenizó la espera como suele, hasta el embarque.

Pero yo de lo que quiero hablar es de Tenerife y del Teide. Tengo más de cincuenta años y todavía no me atrevo a soñar con cosas como estas, poder subir a 2400 metros, justo donde arranca la pirámi-de del nuevo volcán, que sube hasta la nubes, a 3718 metros, un monumento de la naturaleza, más alto que todas las montañas que crecieron en este país nuestro, España.

Desde lo alto del Teide se pue-de ver el mundo entero, si tuviésemos vista de lince. Con mis ojos pude ver toda la isla de Tenerife, sobre todo el valle de la Orotava, ese inmenso soca-vón que dejó el derrumbe en el Atlán-tico de la primitiva montaña, tan alta era –mucho más que la actual– y tan agobiada estaba de su grandeza que ya no se sostenía. Lo que hoy conocemos como Las Cañadas del Teide, ese paisa-je tan singular donde han pacido ya mi-llones de ovejas y sobre el que brotó la lava del nuevo volcán hace 600.000 años, es lo que quedó después del derrumbe de la primitiva montaña.

Pues bien, debajo y alrededor del Teide se orga-niza todo Tenerife, que es un paraíso. Nuestro grupo se alojaba al sur, entre las playas de los Cristianos y de las Américas. Y de nuestro hotel salían todas las excursiones. Teníamos a nuestra disposición un minibús adaptado.

Desde el hotel fuimos de visita, por ejemplo, a la basílica de la Candelaria, la virgen con un manto divino, deslumbrante de blanco. Fuimos también a La Laguna, la antigua capital de la isla y hoy Patrimonio de la Huma-nidad, llena de palacios y conventos, a la puerta de cada

uno de ellos un drago centenario y una palmera. Fuimos también al Puerto de la Cruz y nos dimos un paseo por la ciudad, hasta el complejo turístico diseñado por César Manrique, para finalizar en el lago Martiánez, de aguas tan cristalinas que el cielo se mira en ellas como en un espejo y les cede sus azules, hasta puedes mirarte la cara en sus aguas.

Los días que no hacíamos excursión, salíamos los que queríamos a la playa, unas veces a los Cristianos y

otras a las Américas. El mar es muy violento en estas pla-yas y hay que andarse con mucho cuidado. Están poco adaptadas, pero tienen una silla anfibia y los que querían bañarse tenían que turnarse en su uso. Las tardes rodando por el paseo marítimo, y al anocheces el premio de un helado en cualquiera de las heladerías más a mano. Estos helados italianos son quizá el recuerdo más familiar de mis vacaciones en Tenerife.

Y un saludo, en fin, para los compañeros de viaje, majos en general, y para los monitores de COCEMFE que facilitaron nuestra estancia en la isla. Ha sido un viaje al paraíso, inolvidable.

No era la primera vez que iba a las Islas Canarias, antes ya había estado en Lanzarote y Las Palmas. Aún así, estos fabulosos viajes no termino de creérmelos. Unos paraísos como estos, que hasta hace poco eran exclusivos de ingleses o alemanes ociosos, están hoy también al alcance de unos pensionistas como nosotros.

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DePuertasAfuera

Peva

Leer en el ebook

UN REGALO MUY OPORTUNO

Aunque estos días las nuevas tecnologías me es-tán jodiendo la marrana. Me refiero al ebook que me han regalado, un artilugio que está muy de moda, el libro electrónico. El invento tiene una pequeña pega y es que hay que aprender a manejarlo. Me está resultando más difícil que aprender a leer, sí, pues es digital, lo último de lo último, no tiene ni botones, todo se hace con el dedito, pero mi dedito estaba acostumbrado a otros me-nesteres.

Además, la cosa es que yo aprendí el arte de la lectura a una edad en que, más o menos, estás más capacitada para digerir lo que te están enseñando. Por aquel entonces era una niña, y ya se sabe que los tiernos infantes son como esponjas, lo absorben todo. O sea,

que antes la menda tenía 3, 4 y 5 añitos y, casualmente, ahora ya me acostumbré a contar los años poniendo ceros a esos números y, claro, las neuronas están algo más cascadas y no funcionan como antes.

Pero de todas las formas no hay que desespe-rarse, pues ahora mismo, y por otro milagro de la cien-cia, ¡YO!, Pilar Eva, estoy escribiendo en un ordenador. ¡Quién me lo iba a decir aquel primer día de PC!, que dejé escrito: “Cuando aprenda a manejar bien mi PC, nada bueno quedará en el mundo que se me resista”. Fui una inge-

nua, todavía no existía el móvil, el smartphone o, ahora, el ebook a dedo.

Todo lo que he aprendido no ha sido gratis, me ha costado un huevo, pero lo he conseguido. Y esto me pone a cien, porque veo que es cuestión de perseve-rancia y machacar el dedo, que no todos aprendemos de la misma manera, como tampoco todos podéis ser guapos. Yo, lo único que me pasa ahora es que aprendo más lento que las tecnologías. Estas me están rebasan-do un poco: cuando estoy superando un artilugio, va y el muy cabrón se queda viejo, y otro artefacto nuevo me amenaza, pues ya digo que la tecnología avanza mas deprisa que mis neuronas. Sin embargo, mi linda cabeza siempre está alerta para no quedarse atrás. Y aunque me

cuesta aprender más que a un niño de teta, cuando consigo meter la nueva idea en la gran maquina que es mi cabeza, ahí dentro ya se procesa y no se me olvida.

A mí no me apetecía leer en un libro electrónico. Decía que siempre ha-bía pasado las páginas una a una, cru-jientes y a veces oliendo a tinta, que ese olor a imprenta era lo que más me po-nía, que el placer era recrearte en cada página, tan llena de letras, y leerla poco a poco. Pero los años me han convencido de una pega en el libro de papel: es su grosor, o sea, su peso, excesivo para mí. Porque cuando un libro es muy gordo deja de ser un placer y se convierte en una lata, pesa como un muerto, y mo-

verlo de un sitio para otro es un rollo. Sobre todo para personas como yo, que me apaño de esta manera, o sea, como puedo.

Pues esta es la razón –bueno, y también que en mi último cumpleaños mi gente me lo regaló– de que ahora lea en un LIBRO ELECTRONICO y recomien-de a todo el mundo que lo desee aprender a leer en estos libros.

Bueno, y también leo en el ebook porque me da la gana, eso que quede claro.

Ahora mismo no me acuerdo en qué habremos quedado, o sea, de qué tenía que escribir en este número de la revista. Pero es igual, yo no tengo ningún problema para escribir de cualquier tema. Me parece que me han encargado hablar de un libro interesante, sí, pero el caso es que tengo muchos libros interesantes entre manos. No hay misterio, me gusta leer, soy una buena lectora y para mí los libros guays son muchos.

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DePuertasAdentro

Sebastián Roldán

SIEMPRE HAY UNA SEGUNDA PARTE

Nací en una época difícil, muy dura. Aunque nunca me faltó de nada, empecé a trabajar desde niño. Fui simultaneando estudios y trabajo. Mi infancia, a pe-sar de todo, fue feliz, llena de creatividad y libertad. In-ventábamos nuestros propios juegos, aunque he de con-fesar que algunos eran bastante bárbaros.

En aquella época madurábamos muy pronto y a los 14 años ya te consideraban un hombre. Dejé los estudios porque me gustaba la actividad física y el traba-jo. También es verdad que era un estudiante de regular para abajo. Los libros me aburrían, frecuenté colegios públicos y privados. Pasé a trabajar en la panadería de mis padres. Teníamos una finca y llegué a ser un experto en la recolección de frutos y en la elaboración de vinos.

Mi juventud, como la infancia, fue bien movi-da. Me gustaba practicar deportes, más individuales que de equipo, pues me gustaba competir conmigo mismo. También me tiraba la tauro-maquia, los encierros y las capeas. La literatura, el cine y el teatro comenzaron a serme familiares. Me gusta-ba mucho relacionarme, los amigos.

A los 19 años mar-ché a Barcelona, donde mi padre era socio de una ca-fetería. En una ciudad tan cosmopolita y tan abierta cultural y socialmente, se abrió un nuevo mundo para mí. Descubrí infinidad de nuevas posibilidades de vida que ampliaron mis horizon-tes hasta lo insospechado. Hasta entonces, vivía un poco manipulado por las ideas retrógradas del franquismo. En Barcelona comenzaron a gustarme todos los vehículos a motor y ruedas, y comencé a manejarlos. También am-plié mis conocimientos taurinos por la relación con unos toreros muy amigos.

De Barcelona vine a Madrid, a Aviación de Ge-tafe, a cumplir el servicio militar. Fue una mala experien-cia, pues que robó año y medio de los mejores días de mi vida. Terminada la mili, trabajé de camionero durante dos años, una experiencia muy enriquecedora. Dejé los camiones y monté un negocio de alimentación y vinos, y un almacén de piensos compuestos, Parmentier, que distribuía en el entorno.

Por esta época comenzó a manifestarse mi es-pondilitis anquilosante, con síntomas como dolores en la columna, rigideces, etc. Como todos los jóvenes, tenía mis sueños y proyectos, pero fue ahora cuando comenzó el declive de mi vida. De ser un joven brillante al que to-dos admiraban, pasé a sentir la compasión de los otros. Y un día tuve que abandonar negocios y proyectos y, al poco de esto, dejé de andar totalmente.

Comenzaba la época más negra de mi vida, en la que tienes los pensamientos más raros, te sientes un ser desvalido, indefenso, que crees no servir para nada ya en la vida. Viví unos años con mi familia, pocos, porque a pesar de su gran proteccionismo, me sentía una pesada carga y ello me producía un gran malestar interior. Me decidí a pedir plaza en estos centros públicos pensando que mi vida era ya una historia acabada, con la idea de esperar la muerte.

Al principio fue duro, pues tenía que adap-tarme a mi nueva naturaleza y mis nuevos asistentes, con un organigrama no siem-pre aceptable. Pero ello me enseñó a luchar desde esta nueva condición y a crear defensas.

En el primer centro conviví con asesinos convic-tos, narcotraficantes, delin-cuentes de todo tipo y com-pañeros, muchos, que eran muy buena gente. Cambié

de centro y ya en el que vivo empecé a hacerme un sitio en la vida y en la sociedad, con la pintura, con los libros. Tuve una época de entrevistas en todas las televisiones, sin afán de protagonismo, solo por intentar que la mayo-ría de la gente nos conociera un poco tal como somos. Y hubo cadenas que lo hicieron con muy buena intención y otras que parecía que nos utilizaban como a monos de feria. Al final, todo esto para nada sirvió, ni para mí ni para nuestro colectivo. Hoy, desde la perspectiva de los años, no lo volvería a hacer.

Después de tantas vivencias, y otras muchas im-posibles de narrar aquí por falta de espacio, me hice una nueva persona y comencé a sentirme útil para todo otra vez. Así es como aprendí que nunca hay un final, que siempre hay una segunda parte.

El último cuadro de Sebas

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DePuertasAdentro

Pilar Pueblas

Un chequeo al CAMF

¿LAS COSAS PUEDEN FUNCIONAR MEJOR?

Llevo más de diez años en este CAMF y creo que conozco bien todas sus rutinas. Estos días hemos cambiado de director, que por cierto muestra mucho interés por la marcha cotidiana del centro, y por ello se me ha ocurrido hacer un repaso a cosas que considero que pueden mejorar, y mucho, en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, no está de más un repaso a lo que se cuece en la cocina, pues la comida es lo más importante para todos nosotros a diario, pero también un repaso a la higiene en general y a la convivencia, y por supuesto, a la escasez de personal, que lo complica todo un poco.

De lo primero que voy a hablar es de la comida. Y no quiero que se me malinterprete: los productos con que se elaboran los alimentos que nos sirven a diario son por lo general de mediana calidad. Por lo tanto, cuando un plato sale mal, y sale mal algunas veces, se puede achacar a la calidad de los alimentos, o sea, a lo que hay, pero también a la elaboración. Cuando se tira tan-ta comida porque a nadie le gusta es que algo falla, o en la cocina o en el producto base. Y no se justifica un plato poco apetitoso porque el personal sea nuevo y además escaso. Para ha-cer unas lentejas, cocer unas verduras o guisar unas patatas no hay mucho misterio. Se tira mucha comida porque no gusta, y esto es una pena que ocurra en los tiempos que corren.

En alguna ocasión ya afirmé en esta revista que los trabajadores del centro son nuestras manos y nuestros pies – para algunos de nosotros son incluso la cabeza– y que sin ellos nuestra vida sería muy difícil, o mejor, inviable en todo punto para muchos. Pero esta opinión, e incluso mi agradecimiento, no me impide decir que, por ejemplo, la higiene en las habitaciones se descuida en ocasiones, so-bre todo los fines de semana. Nosotros vivimos en esas habitaciones y nos gustaría que estuviesen superlimpias. Lo cierto es que las dependencias comunes suelen estar siempre limpias más o menos, salvo los ascensores, que se usan más que se limpian y que, lógicamente, están vie-jos.

Otra cosa es que cada vez hay menos personal trabajando en este centro y las cuidadoras se tienen que deslomar para que no se produzcan deficiencias asisten-ciales. Estamos bien asistidos a pesar de los desajustes de plantilla porque ellas trabajan el doble. Pues bien, alguien tiene que hacerse también responsable de esta falta de trabajadores y de las condiciones de trabajo de toda la plantilla, lo mismo camareras que cuidadoras.

¿Son los mismos responsables que tantas veces nos han anunciado la reforma, tan necesaria, del centro

y su edificio, viejo a todas luces, y que otras tantas se ha pospuesto? Por cierto, nadie nos ha consultado para proyectar y aprobar los planes de reforma, y a lo mejor teníamos cosas interesantes que aportar. No hubiera es-tado de más la consulta, pero sobre todo, lo urgente es que estos planes se acometan de una vez.

Y en lo tocante a la convivencia, es una pena la desunión entre nosotros, los residentes. No nos ayuda-

mos lo que debiéramos, no tenemos criterios comunes en las cosas que nos afectan a todos, nos falta un poco de solidaridad y unión. Y de esto no podemos echar la cul-pa a nadie. En la convivencia con las trabajadoras, ahora mismo los problemas no son relevantes y las cosas mar-chan aceptablemente a pesar de la escasez de personal ya remarcada.

En fin, que el chequeo que he intentado al fun-cionamiento de nuestro centro no quería hacerlo exhaus-tivo. He abordado los temas que más nos preocupan a todos y no fue mi intención otra que hacerlos visibles, por si de una vez se pueden corregir. Y desde luego, no quiero con ello ofender a nadie.

Porque estoy segura de que, si se pone un poco más de interés por parte de todos, las cosas funcionarían mucho mejor.

Manifestación de trabajadores y residentes del CAMF de Leganés esta primavera.

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DePuertasAfuera

Cipriana Cobo

La Farmacia del Parque

UN PRÓSPERO NEGOCIO A BASE DE BUEN SERVICIO

Hay una farmacia cerca de nuestro centro, en la C/ Italia, la Farmacia del Parque, que ha sido ampliada recientemen-te. Mi interés por este establecimiento se debe a que a él acudimos la mayoría de los residentes del CAMF, y ahora más, des-de que aumentó el porcentaje a pagar en los medicamentos. Trabajan en esta farmacia cuatro empleadas y la dueña, Rosa.

Con la reforma, el local ha mejorado mucho y es muy cómodo para nosotros. Pero lo más importante es que se nos trata con gran deferencia. Este artículo se lo prometí a Elena, que es la más extrovertida, muy comuni-cativa y muy amable. Ella es la que contestó a la mayoría de mis preguntas.–¿Cuánto tiempo llevas aquí trabajando?–En esta farmacia ya llevo 17 años, soy auxiliar de far-macia y me gusta mi trabajo. He trabajado en otras dos farmacias antes de aquí. En total llevo trabajando 20 años, que no son pocos. Antes, esta farmacia era la farmacia de Rosa, pero con la reforma hemos cambiado el nombre y se llama Farmacia del Parque, un nombre como más familiar.–Y a raíz de la reforma ¿trabajáis mejor?–Sí y no. Ahora, dentro, nosotras tenemos menos espacio, es para que el público tengáis más. Vosotros, con las sillas de ruedas, estáis más cómodos, y lo mismo las mamás con los carritos de bebé. En general, yo diría que el espacio está mejor aprovechado que antes, tiene mejores escapa-rates, los productos de siempre están mejor expuestos, y hemos incorporado artículos de ortopedia que antes no teníamos.–Me decías que Rosa es la titular y también tu jefa, ¿cómo os lleváis con ella y entre vosotras?Rosa es la dueña y es como una madre para nosotras. En total, trabajamos aquí cinco personas, Rosa y otras tres, que son también farmacéuticas, y yo, que soy la única au-xiliar. Tenemos dos turnos, el de mañana, de 9:30 a 16:00, y el de tarde, de 16:00 a 21:30.–¿Venimos muchos residentes del CAMF? ¿Somos rentables para vuestro negocio?–Ahora venís más por aquello de que tenéis que pagar las

recetas. La mayoría sois muy majos y algunos, algo más pe-saditos. En general, como todo el mundo. El caso es que

este año ha sido infernal para nosotros, los farmacéuticos, por todos los nuevos impuestos a los medicamentos, el 10%, pero sobre todo el euro por receta. La gente se ne-gaba a pagarlo y nos pedía los impresos de reclamaciones. Ha sido un año muy complicado para todos, la verdad.–Me decías que te gustaba tu trabajo ¿te piensas jubilar aquí?Sí, sí, de siempre me ha gustado. La verdad es que estoy muy bien aquí. Todas nos llevamos bien y no hay nin-gún mal rollo entre nosotras. Hombre, a veces tenemos un poco de exceso de trabajo y nos ponemos nerviosas, pero por lo demás todo va muy bien. Por supuesto que me gustaría jubilarme aquí, pero al paso que va esto, cuando llegue la hora de nuestra jubilación, dentro de 30 años, seremos más las chicas de oro que otra cosa.

En fin, que Elena y sus compañeras, incluida la dueña, Rosa, estuvieron todas muy amables conmigo. Como decía al principio, su establecimiento es muy acoge-dor y da gusto ir allí.

Elena

De izq. a dcha.: Ana, Lola, Elena, Rosa y Sandra.

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DePuertasAfuera

Manolo Benéitez

Los baños del Pabellón Europa:

EN CASA DEL HERRERO, CUCHILLO DE PALO

Lo que me parece una incongruencia enorme, que no entiendo en absoluto y me cabrea de mala ma-nera, es, en 1º lugar, que el Ayuntamiento, que tiene

una Ordenanza sobre Accesibilidad, sea el primero en incumplirla, saltándosela a la torera en algunos de sus edificios más emblemáticos, como es este caso, y a pe-sar de que las personas diversas funcionales lo estamos utilizando casi a diario.

En 2º lugar, otra contradicción que no entiendo es que, mientras en este pabellón los baños no están adaptados, en el Pabellón Olimpia, en el que estuvimos el grupo de animación el pasado día 3 de diciembre en un acto de celebración del día de las personas con disca-pacidad, y construido por la misma época o con pocos años de diferencia, sí están adaptados.

Otro ejemplo de incumplimiento es el teatro del Centro Cívico Rigoberta Menchú, que tampoco tie-ne baños adaptados, haciendo honor, en ambos casos, al refrán ya mencionado arriba: En casa del herrero…

En conclusión, me da la impresión de que de poco sirve tener leyes y ordenanzas sobre accesibilidad, si los que las promulgan también se las saltan a la torera.

Y aunque sea otro tema distinto, quiero llamar

la atención también sobre otras deficiencias que hemos encontrado camino del polideportivo. Me refiero a dos baldosas, una en cada acera, que están hundidas y son un peligro para todos, pero sobre todo para los que cir-culamos en silla de ruedas.

La primera, en la acera de los pares, la misma del polideportivo, está al lado de uno de los aparcamien-tos y pegando justo a una tapa de registro. Tiene el peli-gro de que si no la ves y la pisas un poco rápido, das un salto que en el mejor de los casos no pasa del susto y la correspondiente molestia, pero en el peor sales despe-dido de la silla o rompes una rueda.

La otra baldosa está junto a la esquina del pa-saje peatonal que va hasta la calle Italia. Y sucede lo mismo que en la anterior, yo mismo no la he visto y me la he tragado más de una vez, con el salto y susto co-rrespondiente. Otra característica que tienen en común las dos es que, al ser sólo una baldosa aislada y no estar muy hundidas, son prácticamente invisibles a menos que estés muy alerta o ya te las sepas de memoria.

Como conclusión, ahí va este toque de atención al Ayuntamiento para que se ponga las pilas y actúe en consecuencia.

El Pabellón deportivo Europa, por su cercanía al CAMF, es muy frecuentado por algunos residentes para presenciar las diversas competiciones deportivas que se celebran allí. Además, el grupo de animación y boccia del centro lo utiliza para los entrenamientos. Incluso la Federación de Deportes Adaptados ha celebrado en él varios torneos y campeonatos de boccia. En general, las instalaciones del Pabellón están bastante bien adaptadas, pero tienen un fallo tan importante que le hace suspender en accesibilidad, y de una manera totalmente rotunda: CARECE DE BAÑOS ADAPTADOS.

Baño del Pabellón Europa sin adaptaciones

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Carmen Soria

La exposición de Velázquez en el Prado

UN PSICÓLOGO GENIAL PARA MODELOS TRISTES

Lo cierto es que la exposición es deslumbrante, treinta retratos de Velázquez como pintor de la familia de su patrón, Felipe IV, durante los últimos once años de su vida, unos cuadros no habituales en la colección del museo. Es un privilegio poder observar estos retratos juntos, unas primas carnales casi de la mis-ma edad (la adolescente María Tere-sa, hija del rey, y la adolescente Ma-riana, su segunda esposa y madrastra de esta futura reina de Francia, pues casó por fin con Luis XIV, el Rey Sol) y la niña Margarita, hija de Mariana y hermanastra de María Teresa –la mis-ma infanta que el pintor retratara en Las Meninas, obra cumbre de la pin-tura universal– junto a su hermano, el príncipe heredero Felipe Próspero. La sola lectura de estos apuntes da fe de la insana consanguinidad en esta fa-milia.

Contemplar los retratos de estas niñas estremece. Para alguien como yo, que tanto me gusta el sol, es tristísimo observar la palidez y la tristeza en los rostros de estas desgraciadas infantas, cuya única distracción eran los bufones de la corte, mucho más sanos y, sin duda, mucho más afortunados. Monedas de cambio todas ellas en los pactos dinásticos, con matrimonios consumados a los quince años con tíos carnales que podían ser sus abue-los o primos muy poco atractivos, re-sumen la biografía de estas pobres ni-ñas que inmortalizara el gran pintor.

Hay un cuadro que me fasci-nó especialmente, el retrato del prín-cipe Felipe Próspero, pintado cuando el niño apenas había cumplido los dos años y que murió al poco. Velázquez lo pinta, lleno su pecho de exvotos y amuletos –una pata de tejón, una castaña y mil disparates más– ben-decidos todos en Roma por el Papa, cuando lo que necesitaba ese niño era un poco de sol y un poco de campo, y acompañado en el retrato por un perro lleno de vida. Miras los ojos del niño y los ojos del perro y descubres sin dudar

dónde está la inteligencia, la vida y la libertad. Pintar este retrato le debió de costar lágrimas a Velázquez, no conozco un cuadro más dramático.

Nada descubro si digo que Velázquez es un retratista excepcio-nal. Pocos le superan, yo no conozco ninguno. Su penetración psicológica hace inolvidables cualquiera de sus cuadros. Uno intuye que su conoci-miento del alma humana era mucho más profundo de lo que corresponde a un simple pintor de corte. Velázquez era un fisonomista excepcional, difícil de engañar. Era un genio que había aprovechado todas las oportunidades que tuvo, que no fueron tantas –yo creo que he tenido más– para crecer como ser humano y como pintor.

Hay en la exposición unos cuadros que pintó en su última es-tancia en Roma, donde le mandaba el rey para que le comprara “porno-grafía” de la que pintaban en Venecia Tintoretto, Veronés o Tiziano. Son

los retratos que le abrieron el Vaticano, su amigo de juergas, Ferdinando Brandini, y Camilo Máximo, un curial de la cá-

mara secreta del Papa y mecenas de los pintores romanos del momento: el primero, un perdulario despeinado y casi con resaca, y el otro, un intelec-tual estirado, relamido, distante, azul, dos personajes difíciles de olvidar en cualquier pared de museo.

Estos trabajos y otros como ellos hechos en Roma le permitieron por fin a Velázquez retratar al papa Inocencio X, que era su gran objetivo de esta estancia en Roma. El cuadro que pintara para el papa no está en la exposición, pero sí una copia que se trajo el pintor a Madrid para enseñar a su patrón, el rey. Pintó sin tapujos en el lienzo a un gran tirano, al gran inquisidor, a un hombre sin alma, tanto que le hizo exclamar al propio modelo, Inocencio X: “Tropo vero”,

demasiado verdadero. Sólo un hombre íntegro y genial como Velázquez se podía permitir estas audacias.

La reina Mariana

La infanta María Teresa

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Exposición de obras realizadas en los talleres del CAMF y de otros Centros de Le-ganés, durante la semana de la Discapacidad en el Centro Cívico Julián Besteiro.