proposiciones nº 4

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Revista de los residentes del CAMF de Leganés, nº 4, octubre 2010 EL ALCALDE DE LEGANÉS, DON RAFAEL GÓMEZ MONTOYA, NOS CONFIRMA DE TINTINES COMIENZA EL CURSO ElVerano CUIDADORAS DEL CAMF: IMPRESCINDIBLES HéroesDeAquí HE TOMADO LA DECISIÓN... Farmacias y estancos: nos cuidan demasiado LaCrónicaTeatral Un paseo por la realidad DE OCA A OCA Y PARO PORQUE ME TOCA (cuento)

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Revista de los residentes del CAMF de Leganés.

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EL ALCALDE DE LEGANÉS,DON RAFAEL GÓMEZ MONTOYA,

NOS CONFIRMA DE TINTINES

COMIENZA EL CURSOElVerano

CUIDADORAS DEL CAMF: IMPRESCINDIBLES

HéroesDeAquíHE TOMADO LA DECISIÓN...

Farmacias y estancos: nos cuidan demasiadoLaCrónicaTeatral

Un paseo por la realidadDE OCA A OCA Y PARO PORQUE ME TOCA (cuento)

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COMIENZA EL CURSO

A poco que prestemos atención, sorprende la cantidad decosas que nacen a cada instante. En el mismo segundo nace eldía y nace el café en la cafetera o nace en el parque el mosquitoque nos picará mañana o arranca el motor del aire acondicio-nado o arranca el bus que traerá a los cuidadores al centro o seabre una puerta y se abren todas las puertas y nace una amistady nace una lágrima o, sin darnos cuenta, comienza el otoño ycomienza otro curso. No hay como estar despiertos a la borra-chera de renovación de cada segundo.

Pues bien, se cerró el verano, comienza el curso y se mul-tiplican las actividades en nuestro centro, desde la musicoterapiao el cine o la escritura creativa o la radio hasta la boccia o losjuegos de mesa o internet, que no cierra nunca, o las cien cosasque concreta el cronograma de la pag. 15 que nos preparóArantxa. Ya no hay descanso para los que nos gusta ver nacerel mundo en cada instante.

Y con el comienzo de curso vuelve también esta revista avuestras manos. Los críticos os despachasteis agusto con el an-terior número y tanto los que decíais que éramos aburridos oque nos pasábamos de todo o que hicimos una hoja parroquial,todos teníais razón. La razón es muy simple, sois vosotros, loslectores, los que hacéis la revista y lo que a vosotros os parecees lo que es. Pero el número que nace ahora ante vuestros ojoses la consecuencia de aquellas críticas. Ya nos diréis en qué nohemos equivocado.

(Dos despedidas y un recordatorio)De entre todas las despedidas

de este año, este verano hemosasistido a dos especialmente emo-cionantes. Para siempre se nos fueAlfonso Gálvez en julio y se nosfue Juan Gallardo en septiembre,ambos personas de carácter y decompromiso con la vida, ejemplosde entusiasmo y autores de obrasque serán referente para muchosdurante mucho tiempo.

El recordatorio es para lasbuenas gentes que sabéis de nues-tra existencia, vecinos o no: atodos os decimos, tanto si fuisteisvoluntarios como si estáis dispues-tos a serlo, que las personas diver-sas funcionales tenemos lasmismas necesidades que cual-quiera, pero que necesitamos devuestra asistencia para satisfacer-las. Pasaos por aquí, Avda. Alema-nia 14, que os necesitamos.

La redacciónEsteban RiusCipriana CoboManuel BenéitezAmeba

MaquetaciónEnrique Muñoz

ColaboradoresSebastián RoldánCarmen LaGastonaJuan GallardoGuillermo de CalderónConchi LópezAsociación AMFIVIL

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Page 3: Proposiciones Nº 4

LaEntrevista

EL ALCALDE NOS CONFIRMA DE TINTINESC.C., M. Benéitez y (en la preparación) CCazadorr

La mañana estaba soleada y el alcalde de Le-ganés, Don Rafael Gómez Montoya, salió enmangas de camisa a saludarnos. Nosotros espe-rábamos la hora de la entrevista en una salita, enla sede municipal. Él mismo nos guió hasta sudespacho.

Era nuestra primera entrevista y , como eslógico, la habíamos preparado concienzuda-

mente. Ello no evitó que estuviésemos más ner-viosos de lo habitual en un becario a Tintín. Anuestro entrevistado, en cambio, le sobran tablas,difícilmente unos reporteros novatos le van aponer nervioso.

Nos contestó a todas las preguntas con bre-vedad. Estuvo muy amable y los tres cuartos dehora de entrevista se nos fueron volando. Nos-otros habíamos preparado una entrevista amable,más con afán de aprender que de enseñar, perocomo nos contestaba a todo, nos fuimos ani-mando.

–Antes de subir hemos tomado café en la plaza,

todo es nuevo, pero sólo dos bares son accesibles. ¿Qué haceel ayuntamiento para que los establecimientos públicoscumplan con la ley de accesibilidad?

–La ley es de obligado cumplimiento paralas nuevas licencias. Me dejáis preocupado, voy acomprobar ahora mismo la accesibilidad de estosbares. El ayuntamiento ayuda a los establecimien-tos que aún no son accesibles a que adapten sus

instalaciones, sobre todo cuando acomete refor-mas viales, como está ocurriendo ahora mismoen el barrio de las Vírgenes, pero no puede hacermucho más con los establecimientos viejos, node un día para otro. Pero estos de la plaza no loson y voy a comprobarlo.

–¿Sirve para algo el Foro de la Discapacidad queusted preside?

–Es un órgano no vinculante para la corpo-ración y un foro de encuentro del colectivo de losdiversos funcionales, pero es también un lugarprivilegiado para conocer las necesidades del co-lectivo. Este ayuntamiento es el único que lo tieneen la Comunidad de Madrid y sus propuestas sonpreceptivas para nosotros. Sirve para algo porquehacemos lo que el foro nos indica. La política dela discapacidad del ayuntamiento se diseña a par-

“No llega a un centenar las per-sonas, en Leganés, que recibenayudas de la Ley de dependencia”

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Page 4: Proposiciones Nº 4

LaEntrevista

tir de sus propuestas, sus propuestas son paranosotros muy esclarecedoras.

–¿Cuáles son las quejas más frecuentes en el muni-cipio sobre la aplicación de la ley 39/2006, la que se co-noce como Ley de dependencia?

–En Leganés hay unos 4500 diversos fun-cionales con derecho a las prestaciones que obligala ley. Sólo 100 personas aproximadamente estánrecibiendo estas ayudas. La Comunidad de Ma-drid es la responsable de la aplicación de la ley,pero no hace nada, el atraso es injustificado. Dehecho, el Estado les ha transferido ya los fondos,es inexplicable que no estén llegando a los quetienen derecho a ellos. Es tan sangrante esta si-tuación que todos, vosotros y nosotros, los dis-capacitados y la administración local, tendríamosque movilizarnos para que la ley se cumpla. Dehecho, en Leganés está funcionando la Plata-forma de aplicación de la Ley de la Dependenciapara presionar al gobierno de la CAM. Es intole-rable que Madrid no cumpla una ley que se estáaplicando de manera ejemplar en comunidadescomo Andalucía o Extremadura o Castilla LaMancha.

Nuestro alcalde, repetimos, nos habló detodo lo que le propusimos. Respecto de algunascosas nos prometió hacer gestiones, pero res-pecto de otras nos lo puso muy difícil. Por ejem-plo, le recordamos la promesa hecha a uncompañero, durante una visita a nuestro centrodel CAMF, de gestionar un espacio para nosotrosen ParqueSur, para exponer la obra plástica de loscompañeros, y nos prometió volver a insistir antelos gestores de la empresa del centro comercial.

Mas difícil nos lo puso cuando le pedimosimplicación del ayuntamiento en nuestro sueñode piscina cubierta para el CAMF. Nos dejó solosante el peligro, aunque conseguimos interesarloen algún tipo de proyecto arquitectónico fulle-riano (de Richard Buckminster Fuller) tipo domo,

bien para la piscina bien para cualquier otra pro-puesta, como pueda ser un espacio de vida inde-pendiente en Leganés (también nos prometióenviar a algún experto a la Spaceship Earth, ex-posición sobre Fuller organizada por NormanFoster, de la C/ Comandante Zorita).

Y hablando de proyectos de vida indepen-diente, nos aseguró que ya funcionan hasta cienpisos adaptados en los planes de vida indepen-diente impulsados por el ayuntamiento y gestio-nados por diversas asociaciones, si bien sólocubren de momento necesidades del colectivo delos diversos intelectuales.

–Una ciudad no lo es al completo hasta quetodos sus vecinos, sea cual sea su condición, nola disfrutan al cien por cien – nos aseguró el al-calde en un momento de la entrevista.

Y nos reconoció que hay pocos proyectosdeportivos para discapacitados, pero que tene-mos acceso a todos los que funcionan a día dehoy, puesto que somos vecinos de este pueblo.Desde nuestra asociación tendremos que gestio-nar la participación de los residentes en estos pro-gramas.

Cotilleamos un poco y nos confesó quetiene mala conciencia por quitarle tanto tiempo ala familia y a su hijo como consecuencia de suresponsabilidad pública.

–Duermo muy bien –afirmó–, aunquepoco. Y yo mismo elijo las tiendas donde comproy mi vestuario. Y lo pago de mi nómina, por su-puesto.

“El Estado ha transferido los fon-dos a la CAM, es inexplicableque las ayudas no estén llegandoa los que tienen derecho a ellas”

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Page 5: Proposiciones Nº 4

(Juan Gallardo –todos conocéis lo que su persona y su obra significa para este Centro– se despidió para siempre denosotros la tarde del 25 de septiembre de 2010. Tan sólo diez días antes nos había dictado estos folios, que hace in-necesaria cualquier otra reseña.)

HE TOMADO LA DECISIÓN...Juan Gallardo

He tomado la decisión de dejaros este es-crito porque creo en la máxima de Charlie Cha-plin: “Es importante lo que digan los demás de mí, peromás importante aún es lo que yo piense de mí mismo”.Por eso y porque desde pequeño mi madre meinculcó su propia máxima, que me repetía conti-nuamente y que quedó grabada para siempre enmí: “Hijo, la verdadera verdad del ser humano es tenerhonestidad y ser generoso”.

Pues bien, es de toda honestidad sentirmeagradecido hacia esta comunidad que tanto calorme ha hecho sentir, hasta conmover todo mi es-píritu. Siempre agradecí mi suerte de tener unavida llena de satisfacciones, que elogian por sísolas todo lo que me rodea. Por todo ello, doy lasgracias de corazón a todo el personal, empezandopor la Dirección y terminando con el último re-sidente. Y pasando, claro está, por todos los de-partamentos, sin dejar de mencionar a losmédicos que me atendieron allá en el Hospital Se-vero Ochoa.

Deseo resaltar en esta comunicación convosotros, queridos amigos, que me he dadocuenta del afecto con el que continuamente estáispendientes de mi bienestar. Y esto también se lohago saber a mis hermanas, que conviven con-migo, en primer término, y luego, a mi familia engeneral.

Pues desnudado el ego y creyendo que coneste testimonio hago honor a lo que mi madregrabó para siempre en mi ser, me viene ahora ala cabeza “que la virtud de la vida está en mantener lailusión”...

Ya no soy aquel joven tímido y temeroso, depaso firme y decidido, dispuesto a triunfar en laciudad. La metamorfosis me despojó del adoles-cente pueblerino y nací a la lucha permanente quesiempre mantuve como emblema. Y me enfrentéa las enormes dificultades que la gran ciudad y su

poder ponen a los más débiles. Y sentí las emo-ciones más delicadas y doy fe:

Nube Blanca, tengo la certezade que una buena acciónnunca se pierde.Nube Blanca, sólo tengouna oración en otoño:eres como hilo de plataque barre el ancho mary fuerza tiene para curarmi amor herido.Nube Blanca, sólo tengouna oración: en otoño vivoy pienso en tus ojos, en tusombra y en tu voz.Nube Blanca, aún repaso en mi silencio la huella que primero palpé y queme nutre de ternura,llenando de tu olor a floresel amanecer de hoy.

Pues bien,“ser o no ser” finalmente. Todos losparabienes y despedidas que he esbozado aquí nocontradicen mi esfuerzo por conseguir en el Cen-tro una buena convivencia y calidad de vida.Quiero decir con esto, que si yo, mientras tengaun poco de fuerza en las venas, veo que se tam-balea el trato humano que siempre defendí entrey para nosotros, iré a por esos galifantes de dis-cursos engañosos que confunden el corazón dela ciudadanía. Siempre defenderé la calidad devida de todos los que necesitamos ayuda parapoder vivir, tanto aquí como en las residencias demayores o en los hogares en los que alguna per-sona diversa funcional ve la luz y la calle a travésde una ventana.

Leganés, a 14 de septiembre de 2010

InMemoriam

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Page 6: Proposiciones Nº 4

Todos sabéis que era mi costumbre desarre-glar las reglas. Me ha ocurrido en más de una oca-sión y en distintos momentos de mi vida, por locual me acompañaron con frecuencia los conflic-tos y los problemas. Aquí, en el centro, me ocu-rrió que las normas no cuadraban mucho con misrutinas. Esto viene a cuento porque este verano,después de no pocos avisos de los responsablescensurando mi comportamiento en algunos asun-tos, fui enviado durante un mes, y como revul-sivo, al centro de San Andrés del Rabanedo, enLeón.

Cuando me lo comunicaron, yo me neguérotundamente. No obstante, los responsables mehicieron ver que teníapocas alternativas, así quehice el petate en el pocotiempo del que disponíay a las siete de la mañanadel día siguiente ya estabalisto para embarcarrumbo a lo desconocido.

Durante el viaje nodije ni mu, cosa que ex-trañó mucho a los que me acompañaban, ya queellos iban de intercambio. Pero yo iba de cambio,sin el inter, y no estaba para hacer risas.

La acogida en destino fue excelente. Tuvola virtud de devolverme el habla y el buen humor.El viaje había sido muy cansado, como lo sontodos generalmente para nosotros, pero las per-sonas que me recibieron, desde las recepcionistashasta el encargado de EULEN, fueron tan ama-bles que me despertaron al buen rollo. De inme-diato, las auxiliares se hicieron cargo de miequipaje y me acompañaron a la habitación 141.La habitación no era muy amplia, pero me sor-prendió lo bien adaptados que estaban todos loselementos. La cama, especialmente, es una vir-guería. La tele es plana , con TDT incorporado,y un DVD en la mesa, adaptada también para or-denador, y con conexión Internet.

Me sorprendió especialmente el trato tan

cercano, de persona a persona, por parte de todoel personal trabajador del centro. En el comedorme fijé especialmente en las mesas, con un piecentral y con mando automático para adaptar laaltura. El comedor tiene incorporado un serviciode cafetería que funciona a las mil maravillas.

Me citó la psicóloga y debo de admitir que,a pesar de parecerme muy simpática, iba conmucha prevención y no poco escepticismo. Consus primeras palabras derrumbó la muralla:“Estoy aquí para ayudarte, no me veas como tuenemiga”. Me tranquilizó lo suficiente para sersincero y soltarle el rollo de mi vida, que no esnada alegre. Pude hablar con ella en un par de

ocasiones más durante elmes y cada vez que salíade su despacho parecíaotro. Me sentía bien por-que me sentía valorado yme sentía mal porqueme hacía ver la cantidadde errores que he ido co-metiendo en la vida.

Tuve ocasión deconocer también, aunque informalmente, a ladoctora y al doctor. También su trato fue estimu-lante para mí porque eran muy accesibles. Más deuna charla ya tuvimos hablando de fútbol y deperdedores como yo.

Susana, la recepcionista, es de esas personascuya imagen difícilmente se borra. Su buenhumor, su sonrisa permanente, su armonía y suresponsabilidad la convierten en alguien siemprenecesario.

Las personas que me asistían me demostra-ron su competencia, su buen trato y buen hacer.Lo pasé muy bien con sus atenciones, pero he deconfesar que no veía el momento de regresaraquí, al CAMF de Leganés, donde las cuidadorasy yo nos conocemos perfectamente y no hay sor-presas, por no hablar de las enfermeras. Pues quesepan mis cuidadoras de aquí que no las cambiopor nadie, a pesar de los pesares.

UN MES EN LEÓNCCazadorr

ElVerano

CRE de San Andrés del Rabanedo, León

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ElVerano

SUCEDÁNEOS DEL VERANEOCarmen LaGastona

Yo tenía que haber nacido delfín en vez deesta puñetera cojitranca. Consigo sonreír única-mente, después de todo un año de buscar la feli-cidad haciendo el vago, durante los días de julioy agosto en que voy a lapiscina. Más en concreto,los martes y los jueves.

Me excito hasta eli-giendo la toalla o el bikinimás llamativo y César, mivecino, me tiene que ayu-dar en la tarea de hacer labolsa para estar a las cuatro en el vestíbulo. De laresidencia vamos nueve a mojarnos el culo en lapiscina municipal. Nos recogen voluntarios de laCruz Roja, que son los que nos asistirán. Se uneal grupo de piscineros algún familiar y todos sa-limos en fila. A veces yo no puedo esperar más ymeto el turbo.

–Mª Carmen, espéranos.Me entra la neura y no hago mucho caso.

En la puerta de la Avda. Francia me encuentro yaa Cipriana, que también nació para delfín y queahora se conforma con tomar el sol, como losguiris en Lanzarote. Incluso se me adelanta aveces Margarita, que es menos alocada que yo yno necesita dos horas para hacer la bolsa. A Césarlo dejo atrás, él viene con el grupo. En realidad,los primeros tenemos que esperar a los últimos,pues entramos todos juntos.

Ya estoy en el agua, ahora sí que la primera.El ritual de inmersión ha sido complejo: la sillaeléctrica, apagada, junto al elevador y retiradoslos posapiés. Llegó la hora de los socorristas, queestán para mojar pan y hasta se dejan besar. Yolos he besado, sobre todo, para que no reparenen la seriedad de mi culamen.

–Sergio, que tu amiga Carolina me dio re-cuerdos esta mañana, mientras me partía el fileteen el comedor.

También vale distraerles del esfuerzo. Ellos,dos por los brazos y otros dos por las piernas,entre los cuatro han conseguido cambiarme de

escaño, de mi silla al asiento elevador. Me ataroncon un cinturón y al agua. Y aquí estoy, pegada laespalda a la pared de la piscina pequeña y mo-viendo los pies como lo haría un delfín si fuera

como yo, e incluso los bra-zos. El agua me llega hastael cuello, es el mayor placerde mi vida. No comprendocómo alguien puede angus-tiarse por tener el aguahasta el cuello. Incluso aveces inclino mi cabeza

hacia atrás y consigo mojarme el pelo. Entoncessí que puedo decir que me he bañado.

A cualquiera que no sea cojo ni pese unquintal o más le parecerá una tontería este placerdel baño con elevador en piscina municipal. Enrealidad, a mí también me gustaría estar en otraparte en este momento en que chapoteo relajada,o mientras me da crema mi tocaya Carmen, la pe-lirroja, que es un cielo de asistente. Me gustaríaestar en el mar, otra vez en el mar, como en mijuventud, que pesaba menos y la arena no se re-velaba bajo mis pies. Yo sigo siendo delfín, quizáballena, si lo queréis así.

Lo peor del baño consistorial en elevadores que dura poco, pues tienes que dejar el sitio aotro compañero pasado un cuarto de hora, omenos. Siempre se hace muy corto. Otros añoslos compañeros en los tiempos muertos jugabanal tute, pero este verano ha fallado Josete, el grantahúr. No sé por qué, pero la piscina me da ham-bre y siempre me paso por el bar a comer un bo-cata y, de paso, a engordar el ojo con un par decamareros marroquíes que están sabrosísimos.

–Carmen, sólo el agua te gusta más que elqueso en aceite –para mi sorpresa, ellos tambiénse quedaron conmigo.

Y ya no me han quitado el ojo de encimadurante todo el verano. Al bar me acompañasiempre Manolo, uno de nuestros asistentes, queme tiene mucha ley. Pero pronto llegan las sietey hay que aligerar para volver a casa.

Piscina El Carrascal

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Page 8: Proposiciones Nº 4

CUIDADORAS DEL CAMF: IMPRESCINDIBLESCCazadorr

Durante las 24 horas del día y de la noche,no importa en qué fecha del año, hay alguien porahí, en cualquiera de las cinco plantas de este cen-tro residencial, que vigila y está pendiente de nos-otros. Los que más necesitamos de su asistenciallegamos a reconocer hasta el tacto y la fuerza desus manos.

–Alfonso Gálvez nos traía todos los años,por mayo, un ramo de rosas con una dedicatoriainvariable: “Vosotras sois mis madres” –nos lo haconfesado la más veterana de las cuidadoras quehemos entrevistado; ella comenzó su historia connosotros en febrero del 91, cuando aún no sehabía inaugurado el centro.

Estamos hablando de todas ellas, de las cui-dadoras del CAMF, las mismas que cada día noslevantan, nos lavan, nos visten y nos ponen enmarcha.

–La mayoría de los residentes sois muyconscientes de que nosotras somos imprescindi-bles en vuestras vidas –esto nos lo dice la másjoven, apenas diez meses trabajando con nos-otros.

–¿Pero los hay entre nosotros que no son conscientesde ello? –la preguntamos

–Los hay que les cuesta un poco aceptar quenos necesitan. Yo les entiendo.

Antes, ella nos había confesado tambiénque se siente bien valorada, tanto por los residen-tes como por sus propios compañeros.

–Las cuidadoras de más experiencia me ayu-daban al principio a hacer mi trabajo. Algo tan

sencillo como un cambio postural me lo tuvieronque enseñar ellas, eso que tanto os insistimos dela flexión de la pierna contraria, para que no melesionase la columna.

Hemos hablado con muchas cuidadoraspara escribir estas notas y todas nos han atendidosuperamables. Las hemos preguntado sobre unmontón de cosas, su trabajo, los turnos, las no-vedades que se están produciendo en el centro, ya todo nos han contestado.

Una de ellas, con diez años de trabajo, nosdice que todo estaba un poco parado cuando ellaentró y que los cambios comenzaron a notarsecuando aumentó el personal y el trabajo se hizomenos estresante. Insiste en que ahora se está tra-bajando bien, unificando criterios, y que con In-ternet en las plantas ellas tendrán que aprendersu manejo, las cuidadoras que no sepan, pero que

LasTrabajadoras

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Page 9: Proposiciones Nº 4

LasTrabajadoras

mejorará la atención a los residentes.–Me encuentro muy agusto aquí y no soy

una excepción.–No estaría de más que nos sentásemos a

hablar con más frecuencia cuidadores y residen-tes –sugirió la más veterana–, todo fluiría conmás armonía, como en los primerostiempos, cuando todos éramos más jóve-nes.

Las cuidadoras están continua-mente con nosotros y nos asisten en todolo que necesitamos. Sin sus atenciones,nuestra calidad de vida sería lamentable,pero con sus cuidados todo es más fácil.

–El primer día de trabajo es extrañopara cualquiera de nosotras. Y el segundoy el tercero. Es muy impactante tratar conpersonas tan originales como vosotros.Cuando llegas, vuestros cuerpos parecen de cris-tal y trabajas con una tensión que te agota. Peroel tiempo te enseña que trabajas con seres adultosque tienen sus propias necesidades, que tú ayudasa satisfacer.

Esto nos lo contó una cuidadora con másde siete años de experiencia. Y añadió:

–Yo empecé a trabajar en diciembre. Puesbien, en la cena de Nochebuena en mi casa, tanpropicia para que los compadres se cuenten sus

achaques, me puse seria: “Ninguno de vosotrostiene derecho a quejarse, no quiero oír ni unaqueja hoy”, les grité.

Ellas saben muy bien que cada uno de nos-otros, cada residente, es un mundo. Nos asisten,nos observan y concluyen que unos nos lo pasa-

mos mejor que otros, como ocurre en todas par-tes. Lo que no saben, o por lo menos no se lodecimos con la frecuencia que deberíamos, es quenosotros también las observamos trabajar. Y quecon mucha frecuencia llegamos a la conclusiónde que difícilmente se podrá encontrar, en cual-quier otro colectivo de trabajadores, la abundan-cia de personas de la calidad humana que reúneel vuestro, el de las cuidadoras del CAMF de Le-ganés. Gracias.

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POLANKA AL APARATOC.C.

Se llama Paul Anca, pero todos le conocéiscomo Polanka. Llegó de otro país, más en con-creto de Perú, y se tuvo que enfrentar a una vidaque no era la que buscaba. Y aquí está, en elCAMF, en su silla de ruedas, cuidando de su

cuerpo con seriedad y soñando con volver a supaís para ver a su familia.

–¿Te gusta el gimnasio?–Lo necesito. Necesito estar más activo, no

puedo permitirme perder musculatura. Con lagimnasia me siento mejor, no quiero ir para atrás.También me estimula la circulación, para no irmás para atrás.

He preguntado a Po-lanka por la gimnasia por-que es un asiduo de nuestrasinstalaciones. Todas las tar-des se le ve por allí. Él sí quesabe aprovechar a tope losmedios a nuestra disposi-ción.

–¿Los aparatos que mejorte van del gimnasio?

–La bicicleta me vamuy bien para estimular lacirculación y el corazón. Las

pesas las utilizo para coger fuerza en los brazos,que mis brazos son el tiro de mi medio de trans-porte, la silla.

–¿Te dan mucha caña los físios en el gimnasio?–Caña, la que yo me meto. De los fisios ne-

cesitaría, sobre todo, ma-sajes que activen mismiembros paralizados,pero no tienen tiempopara todos.

–¿Con los masajes quete hacen a la semana tú creesque tienes suficiente, o necesita-rías más?

–Yo necesitaría ma-sajes diarios para no irpara atrás.

Y como de mo-mento esos masajes sonimposibles, pues Polankano falla, y cada día se pasapor el gimnasio y suda la

camiseta, ora en un aparato ora en otro, como éldice, “para no ir para atrás”.

Así nos enseña Polanka que también el es-fuerzo personal nos mejora, a veces más quecualquier otro cuidado, si no siempre.

–O sea, – concluye Polanka–, que tienes quecuidarte a ti mismo si no quieres ir para atrás.

ElBody

Paul Anca

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Page 11: Proposiciones Nº 4

MANUEL CANDELAS, UN HÉROE MUY DISCRETOSebas

HéroesDeAquí

Manuel Candelas tiene apellido de bando-lero famoso. Un apellido tan fuerte podía haberhecho de él una buena pieza, pero ha podido mássu gran corazón dentro de su diminuto cuerpo.

Él, el más necesitado de asistencia, siempreestá dispuesto a ayudar a un compañero. Te locuentan y no te lo crees. El caso es que lo ves conuna bolsa de pan, con un paquete de fortuna, conun cucurucho de pipas y no necesitas preguntarqué hace: está haciendo un recado. Ha salido a lacalle y ha vuelto porque alguien necesitaba algo.Cuando un compañero se cuelga de la silla deManolo –suele ser porque estaba cansado dedarle al aro de su silla manual– sabes que él lo vaa llevar a su destino, que puede ser a cualquierparte, pues Manolo siempre está atento a las ne-cesidades del otro.

Cuando yo comenzaba a darle vueltas a esteartículo, la primera aproximación a la figura deManolo se me dibujó en verso. Esto comenzó abailarme en la cabeza:

En silencio, despacito,en silencio por la vidacomo frágil mariposasobre las flores dormidas,libando del dulce néctarmaravillas de la vida,sin herir los sentimientos,despacito, de puntillas...

Manolo nació sin es-candalizar y creció dando patadas a las latas enlos recreos del colegio. Hasta que un día, con seisaños, su familia y él se dieron cuenta de que algono funcionaba bien en su cuerpo. Empezaba aperder facultades. Pronto le detectaron una en-fermedad neurológica (enfermedad de Hallervor-den-Spatz, con distrofia generalizada). Su cuerpose fue transformando hasta perder la movilidady la voz. A pesar de todo, la familia, los amigos yvoluntarios del barrio, que Manolo es más madri-leño que La Cibeles, de Aluche, se volcaron con

él y pudo asistir al colegio y a todas las verbenasque regala Madrid.

Pero Manolo se ha ido haciendo mayor, ycon él su familia, hasta que por fin consiguióplaza en el CAMF de Leganés en 2002. Venía ensilla manual, que no podía arrastrar, y venía en si-lencio, pues no pronuncia ni una palabra. Se pa-saba el día pegado a una pared y apenas podíacomunicarse con la mirada y con los gestos quele permitía el discreto movimiento de sus brazos.Al poco dispuso de una silla electrónica, que con-sigue manejar con mucha concentración, y de uncomunicador muy simple, pero muy ingenioso,todo proporcionado por las terapeutas ocupacio-nales del centro.

Esto a Manolo le cambió la vida. Con estasilla se puede desplazar con libertad. Se ha hechouna lagartija, está en todas partes, parece tener eldon de la ubicuidad. Lo mismo te lo encuentrasen el estanco de Juan Carlos I que en ParqueSur.

Y aprovecha sus pa-seos para hacer losrecados. En el co-municador tienegrabadas las necesi-dades más básicas yaún le queda sitiopara el saludo, e in-cluso para piropeara las chicas: –Nena,que estás muybuena.

A pesar de su comunicador, todos sabemosque Manolo siempre estará en silencio. Pero él seentera de todo lo que pasa en el centro, estáatento a todo, todo lo registra, quién entra, quiénsale, quién va, quién viene, y siempre dispuesto ahacer un favor a quien lo necesita.

Manolo cuenta con el apoyo fiel de su her-mana Josefina, sus gran protectora a pesar de laspropias limitaciones físicas. Pero ni su hermanasabe de los sueños despiertos de Manolo. O loque pensará durante sus largos silencios.

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Page 12: Proposiciones Nº 4

LaQuintaPlanta

UN PASEO POR LA REALIDADCCazadorr

Bajé de la quinta planta, mi territorio de lossueños, y la sorpresa fue mayúscula. Me sentíamejor que nunca en este centro del CAMF, algoestaba cambiando aquí dentro.

Estaba un poco mosca y meparé a hablar con Gabriel, un com-pañero difícil de localizar por aquí,pues le gusta coger el metro y lar-garse a Madrid.

–¿Qué pasó con tu excursiónde hoy? –se me ocurrió preguntarle.

Mi sorpresa fue mayúsculacuando me confesó que salir por ahíya le cansa un poco, pero que aquídentro, en el centro, no se aburrecomo antes, que se está aficionandoal fútbol y al cine desde que lo ponenen el salón de actos con el nuevoequipo de proyección, que en la ca-fetería recién abierta encuentra a compañeros conquien hablar un rato, que está por participar enlos torneos de boccia y que frecuenta también lastertulias que se montan los que hacen la revista:

–Hablan de todo, qué cotillas, vaya broncasque se montan.

Su respuesta me hizo reflexionar. ¿Qué estámoviéndose en nuestro centro para que tiposcomo Gabriel, más callejeros que la guía telefó-nica, no necesiten ya de sus escapadas, o sea, de

sus fugas?Resulta que las actividades para los residen-

tes se han multiplicado aquí dentro, resulta que

vuelven a funcionar los torneos de boccia, resultaque se dinamizan los juegos de mesa de máséxito, resulta que por fin se abre la cafetería, re-sulta que internet en las habitaciones está al caer,resulta que el aire funcionaba este verano comofuncionó este invierno la calefacción, resulta que

están cambiando algunosprotocolos de cuidadosque eran especialmentemolestos para los residen-tes, y resulta que Gabriel,por primera vez en suvida, no dice que se abu-rre en el centro.

Pues hasta hoy nohabía sabido yo valorarsemejantes cambios a mialrededor. Parece que conellos esta mejorando lavida de muchos de nos-

otros, y a lo mejor también la mía.Y yo sin enterarme. Creo que me bajaré con

más frecuencia de la Quinta Planta a darme unpaseo.

Cafetería del CAMF de Leganés

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Page 13: Proposiciones Nº 4

DePuertasAfuera

NOS CUIDAN DEMASIADOM. Benéitez

Las farmacias nos venden los “venenos”que nos recetan los facultativos y en el estanconos venden la “droga” sin receta. Estas drogaslegales no son un problema, salvo que abusemosde ellas.

El problema, como casi siempre para nues-tro colectivo de los diversos funcionales en sillade ruedas, es un problema de accesibilidad. Ennuestro barrio de El Carrascal hubo durantemucho tiempo, desde que comenzara a habitarseen los años 80, un estanco en la calle Polonia yuna farmacia en la Avda. Portugal, junto al Cen-tro de Salud. Ninguno de los dos establecimien-tos eran accesibles.

El estanco de la calle Polonia terminó ce-rrando cuando el consumo de tabaco comenzó acaer, no hace muchos años, pero la farmacia con-tinúa abierta y es sin duda la de mayores ventasde la zona. Y continúa manteniendo sus respec-tivos escalones en sus dos accesos. O sea, conti-núa sin cumplir la ley de accesibilidad, que obligaa suprimir las barreras arquitectónicas.

La otra gran farmacia de la zona, en Zarza-quemada, en la Avda. Juan Carlos I nº 54, junto ala marisquería Bilbao de la esquina con Rioja, que

durante muchos años fue la farmacia de guardia,tampoco estaba adaptada, pero su propietario seha dado más prisa en cumplir la ley y desde la úl-tima reforma ya no tiene escalón y es perfecta-mente accesible. Cuando hay voluntad, losobstáculos desaparecen sin grandes dificultades,¡chapó!

Con la liberalización del comercio farma-céutico se han abierto otras muchas farmacias enel barrio, la mayoría bien adaptadas y accesibles.Pero hay una, que justo abre las 24 horas, en JuanCarlos I, nº 96, con una rampa tan empinada quete quita las ganas de entrar.

O sea, que las dos farmacias más céntricasdel barrio no nos permiten comprar los “vene-nos” que venden. Alguien podría pensar que asíprotegen a nuestro colectivo de los abusos de suspócimas, pero yo no estoy seguro. Más bien creoque nos excluyen y nos niegan un derecho.

Lo mismo que ocurre con el único estancoactualmente existente en el barrio. Está ubicadotambién en Juan Carlos I, en el nº 83, y tiene enla entrada un escalón que es una vergüenza, deunos 20 centímetros. Para comprar tabaco tienesque comenzar por asomarte a la puerta y rezar almismo tiempo para que algún dependiente te vea,y no esté ocupado. Cuando hay cola olvídate,pues será difícil, si no imposible, que te vean. Yeso, si no sigue entrando gente, que entoncesapaga y vámonos. La única solución es rogar a al-guien de los que entran que avise, para que salgana atenderte.

He pensado muchas veces si no habránhecho el escalón para que dejemos de fumar,pero no acabo de creérmelo. Más bien sospecho,como en el caso de las farmacias aludidas, queponen los escalones, no para cuidarnos, sino paraahorrarse los cuartos y porque nosotros les im-portamos un bledo, por no decir otra cosa peor.

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LaCrónicaTeatral

La premura en la edición del anterior nú-mero de Proposiciones nos impidió la publicaciónde la crónica de las representaciones que el grupoteatral Rompiendo barreras ha llevado a las tablasdel salón de actos del CAMF, tanto en su estreno,durante las fiestas de Navidad de 2009, como enla reposición por los días del aniversario del cen-tro.

En ambas ocasiones nuestro grupo dramá-tico, bajo la dirección de Miguel A. Martínez Vela,ha puesto en escena su propia adaptación de tresobras de mucho riesgo, una por ser un clásicoemblemático y las otras dos por su modernidad.

Empezaremos esta recensión por la vi-brante y depurada puesta en escena de la tragediade Federico García Lorca “La casa de BernardaAlba”, condensada por su director en breves rá-fagas del texto de la obra, dispuestas hábilmenteen su intensidad y dramatismo sobre un escenarioaustero, apenas unos cortinajes negros y el sonidode campanas de funeral al comienzo de la pieza,para dibujar un singular presentimiento trágico.Aparecen los dos personajes clave de la represen-tación enlutados, una solemne y dura Bernarda yuna Poncia más apegada a las peripecias cotidia-nas de la vida. Sólohay que palabras ygestos, palabras afi-ladas como cuchi-llos y gestos depasión, de orgulloy dominación, diá-logos de dos muje-res escarmentadas,condenadas a en-tenderse por go-bernar a un grupode mujeres inex-pertas que han des-cubierto de repente la vida, la sensualidad y elamor. Una intensa Paquita Díaz aborda su papelde Bernarda con gran fuerza en los pasajes másviolentos de la obra, mientras Mª Paz Álvarez,

como la Poncia, más mesurada, aporta sus répli-cas con energía y convicción, consiguiendo entreambas mantener la atención y, en los momentosmás dramáticos, imponer un silencio de emociónal público asistente, secundadas por una breve in-tervención de Nieves Félix interpretando a lacriada. Todas fueron premiadas con una clamo-rosa ovación.

Pero la función continúa. Y la propia NievesFélix y Miguel A. Martínez interpretaron la brevepieza de José Luis Alonso de Santos “Una verda-dera mártir”, en la que Nieves hizo alarde de sutremenda vis cómica, provocando la pareja lascarcajadas del público.

Y por ultimo, Mª Paz Álvarez, echandomano de su probado oficio sobre las tablas, hizoun insuperable monólogo sobre la obra delmismo autor, “Promesa de amor”, relatándonoslas venturas y desventuras de Paquiña, una des-lenguada galleguiña de armas tomar, exhibiendoun dominio de la gestualidad, acierto en el mar-cado del acento y la caracterización del personaje,gracia y desenvoltura en el escenario, que suponeun perfecto colofón para esta función del grupo,digna de ser representada ante otros públicos,

para que puedanapreciar el es-fuerzo y tesón deestos “cómicos dela rueda”.

Al paso nosviene la necesidadde recordar aaquellos residen-tes que sientan elgusanillo del tea-tro la urgencia enque se encuentrael grupo Rompiendo

barreras de recibir nuevos componentes en suelenco, para poder ampliar y renovar su reperto-rio y garantizar la continuidad de su proyecto es-cénico.

LOS CÓMICOS DE LA RUEDAGuillermo de Calderón

Rompiendo barreras

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DeciresHaceres

Marta a sus 50 años seguía soltera porque,aunque rubia y con buenas curvas, los tíos se har-taban de ella con facilidad. Como quería casarsea toda costa no hacía más que perseguir a cual-quier hombre que se cruzase en su camino, y sino se cruzaban iba a buscarlos.

Especialmente le gustaban los médicos y,aunque no la hacían ni caso, Marta no dejaba deintentarlo. A Don Francisco le hacía regalos paraque la atendiera mejor y para que estuviera másrato con ella en la consulta. A veces fingía que ledaba un desmayo y se dejaba caer al suelo para

que la examinara, pero él, harto ya de sus inven-ciones, le dijo con una voz muy seria:

–Lo siento, pero yo no estoy por la labor deperder el tiempo, a lo mejor debería visitar a unpsiquiatra.

–Pues me iré a otro médico que me hagamás caso –dijo Marta, y de un portazo cerró lapuerta tan fuertemente que casi la rompe.

Marta cambió de consulta pero no de cos-tumbres. Ahora los regalos se los llevaba a DonDamián.

Un día le llevó bombones y le dijo que teníavarices, así consiguió que le tocase las piernas.Otro día le llevó una botella de vino y le dijo quecreía que tenía bultos en el pecho, así consiguióque le tocase las tetas. El último día le llevó unaestilográfica y le dijo que tenía almorranas y asíconsiguió... que le pidiese en matrimonio.

Desde entonces Marta no necesitó ir al mé-dico.

(Doña Concha López, la escritora con más peligro de nuestro parnaso del CAMF, fue una de las autoras ganadorasdel I Concurso de MicroCuentos de la Diversidad. Su relato es tan genial que merece todos los honores, in-cluido este de su publicación en nuestra revista. A los demás ganadores del concurso los podéis encontrar en el blogde los adredistas, http://escribiradrede.blogspot.com.)

DE OCA A OCA Y PARO PORQUE ME TOCAConchi López

**SI DESEAS MÁS INFORMACIÓN SOBRE ALGUNO DE LOS PROGRAMAS, PUEDES PREGUNTAR: ARANTXA (COORDINADORA DE OCIO, DEPORTE Y CULTURA).

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