la magía de empezar: cómo poner en marcha mi ecoescuela (ii). cuentos

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Page 1: La magía de empezar: Cómo poner en marcha mi Ecoescuela (II). Cuentos

LA MAGIA DE EMPEZAR…Cómo poner en marcha mi Ecoescuela III Encuentro Regional de Ecoescuelas . 2014  

                                           Cazalla de la Sierra . El Remolino . Sevilla    

 

 

Cuento: Lejos, más lejos* Un caminante se detuvo un día ante una gran obra en la que trabajaban tres compañeros, Preguntó a uno de ellos: • ¿qué hace, amigo? • me gano el pan –respondió éste, sin alzar la cabeza. Preguntó al segundo: • ¿qué hace, amigo? Y el obrero, acariciando el objeto de su tarea, explicó: • ya lo ve, tallando piedras. ¿Qué hace, amigo? –preguntó al tercero. Y el hombre, alzando hacia él los ojos, exclamó, gozoso: • ¡estamos construyendo una catedral! Y el caso es que los tres estaban realizando la misma tarea. *El fulgor de la luciérnaga. Cuentos para repensar la educación Joseba Martínez Huerta. CATARATA

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LA MAGIA DE EMPEZAR…Cómo poner en marcha mi Ecoescuela III Encuentro Regional de Ecoescuelas . 2014  

                                           Cazalla de la Sierra . El Remolino . Sevilla    

 

 

Cuento: Percepciones* Más allá de Ghor, había una ciudad en la que todos sus habitantes eran ciegos. Un rey, con cortejo y su ejército, llegó cerca de aquel lugar, y acampó en el desierto. Tenía un poderoso elefante que usaba para atacar e incrementar el temor de la gente. La población estaba ansiosa por conocer aquel elefante, y enviaron a tres emisarios. Como no conocían ni la forma ni el aspecto del animal tantearon ciegamente, palpando su cuerpo. Cuando volvieron a la ciudad, la gente, impaciente, se apiñaba a su alrededor y preguntaba por la forma y aspecto del elefante. Uno, que había tocado la oreja, les dijo: • Es rugosa, ancha y gruesa como una pequeña alfombra. Otro, que había palpado la trompa, dijo: • Es como un tubo recto y hueco, horrible y destructivo. El tercero, que había tocado la pata, dijo: • Es poderoso y firme como un pilar Cada uno había palpado una parte, pero ninguno conocía la totalidad. *El fulgor de la luciérnaga. Cuentos para repensar la educación Joseba Martínez Huerta. CATARATA

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LA MAGIA DE EMPEZAR…Cómo poner en marcha mi Ecoescuela III Encuentro Regional de Ecoescuelas . 2014  

                                           Cazalla de la Sierra . El Remolino . Sevilla    

 

 

Cuento: Perseverancia* En cierta ocasión, dos ranas cayeron a un recipiente de nata. Ambas pataleaban para llegar al borde. Pero era inútil, salir de aquella masa espesa parecía imposible. • No puedo más –dijo una de ellas-. Es imposible salir de aquí. Voy

a morir, no tienen sentido prolongar el sufrimiento. Dicho esto, dejó de patalear y se hundió. • Prefiero luchar hasta el último aliento –se dijo la otra rana, más

persistente, o quizá más tozuda-. No quiero morir sin intentarlo. Siguió pataleando y chapoteando, durante horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir, la nata se había convertido en mantequilla. Sorprendida, y patinando, la rana se acercó al borde, dio un salto y salió del recipiente. *El fulgor de la luciérnaga. Cuentos para repensar la educación Joseba Martínez Huerta. CATARATA

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LA MAGIA DE EMPEZAR…Cómo poner en marcha mi Ecoescuela III Encuentro Regional de Ecoescuelas . 2014  

                                           Cazalla de la Sierra . El Remolino . Sevilla    

 

 

Cuento: Cambiar para mejorar* Cuando cada tarde se sentaba el gurú para las prácticas del culto, siempre andaba por allí el gato del ashram distrayendo a los fieles. De manera que ordenó que ataran al gato durante el culto de la tarde. Mucho después de haber muerto el gurú, seguían atando el gato durante el referido culto. Y cuando el gato murió, llevaron otro gato al ashram para poder atarlo durante el culto vespertino. Siglos más tarde, los discípulos del gurú escribieron doctos tratados acerca del importante papel que desempeña el gato en la realización de un culto como es debido. “Las cadenas del hábito, por lo general, son demasiado pequeñas para poder notarlas, hasta que se vuelven demasiado fuertes para poder cambiarlas” Samuel Johnson “Sería ingenuo de todas formas, pensar que todo cambio es para bien. No es cuestión de reivindicar el cambio por el cambio, sino de cambiar para mejorar” Joseba Martínez *El fulgor de la luciérnaga. Cuentos para repensar la educación Joseba Martínez Huerta. CATARATA

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                                           Cazalla de la Sierra . El Remolino . Sevilla    

 

 

Cuento: La carpintería* Cuentan que en cierta ocasión, hubo una extraña reunión en la carpintería. Se juntaron las herramientas para tratar sus diferencias. El martillo ejercía la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar: ¿la causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el día golpeando. El martillo aceptó, pero solicitó que también fuera vetado el tornillo, porque no hacía más que dar vueltas. El tornillo, a su vez, pidió la inhabilitación de la lija. Hizo ver que era muy áspera en el trato, y siempre tenía fricciones con los demás. La lija consintió, a condición de que fuera recusado el metro, que siempre andaba midiendo a los demás según su norma, como si fuera el modelo perfecto. De pronto, entró el carpintero e inició su trabajo. Utilizó el metro, el martillo, el tornillo, la lija….y la tosca madera inicial se convirtió, finalmente, en un precioso mueble. Cuando el carpintero abandonó el taller, las herramientas volvieron a reunirse. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: Ha quedado claro que tenemos defectos, pero que podemos trabajar juntos. Eso es lo que nos hace valiosos. No pensemos tanto en nuestros puntos débiles, centrémonos en nuestras cualidades y saquemos partido de ellas. La asamblea consideró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba solidez, la lija era especial para afinar y limar asperezas, y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo, capaces de colaborar. *El fulgor de la luciérnaga. Cuentos para repensar la educación Joseba Martínez Huerta. CATARATA