HOY POR HOY

Quedan apenas unos meses para queel Espacio Europeo de Educación Su-perior, lo que todos conocemos co-mo el proceso Bolonia, se haga realidad.En octubre de este año, las universidadesempezarán a trabajar con las nuevas titu-laciones y planes de estudio. Será la culmi-nación de un proceso largo y especialmen-te accidentado, sobre todo por la radicaloposición de una parte de los estudiantes,que abominaban de la filosofía misma delproceso. No obstante, hace un tiempo quelas protestas de los alumnos se apagaron.

Pero está visto que Bolonia tiene que serpolémico hasta el último día. Ahora, cuan-do se dan los últimos retoques a los planesde estudio, son los profesionales de las in-genierías técnicas los que se echan a la ca-lle. El Instituto de Ingenieros Técnicos deEspaña (INITE) convocó el pasado 20 defebrero una manifestación en Madrid, ba-jo el lema “No al grado degradado”. Por suparte, los ingenieros superiores tampocose quedan atrás en sus críticas.

LA UNIVERSIDAD SE TRANSFORMA

Pero para entender las quejas de los pro-fesionales, antes tenemos que sumergir-nos en el proceso de Bolonia y su aplica-ción en nuestra universidad, más en con-creto en la formación agraria. Lo hacemosde la mano de Francisco José Montero, se-cretario de la Conferencia de Directores yDecanos de Centros que imparten estu-dios de Ingenieros Agrónomos, Ingenierosde Montes, Ingenieros Técnicos Agrícolase Ingenieros Técnicos Forestales, a su vezmáximo responsable de formación agrariay forestal de la Universidad de Castilla-LaMancha en el campus de Albacete.

Empecemos por la misma definición delEspacio Europeo de Educación Superior:“La convergencia hacia una formación co-mún europea, pero en ella tienen cabidatodos los matices de cada país. Bolonia esun intento de homogeneizar la formaciónen Europa y es donde en estos momentosestamos trabajando para definir unas titu-laciones atractivas”. Esa es la idea que dasentido a la reforma.

Pero vayamos un poco más allá, a susconsecuencias concretas. Hasta ahora elGobierno marcaba unas directrices en lasque se definían los catálogos de las titula-ciones. “Ahora el Ministerio ha optado porun modelo diferente. Un registro de titula-ciones. Cada universidad hace su propues-ta y se inscribe en un registro. Serán dife-rentes y se les puede dar el visto bueno atodas”.

A pesar de ese grado de autonomía, laConferencia en la que se agrupan directo-res y rectores, “hemos pactado una estra-tegia en un proceso que dura ya cuatroaños. En el área agraria se han creado lostítulos de Ingeniero Agroalimentario, Inge-niero Agrícola y Medio Rural y finalmenteel de Ingeniero Agroalimentario y del Me-dio Rural”. Cada universidad elegirá sumodelo y todas ellas han de recibir el vistobueno de la Agencia de Evaluación de laCalidad y la Acreditación (ANECA).

Pero también cambia la forma misma dela carrera, que “se estructura en dos fases,el grado y el máster. Podríamos decir queel grado se correspondería con la actualIngeniería Técnica y el martes a la Ingenie-ría. Aunque lo cierto es que se acercan lascompetencias de ambas carreras, queahora son muy distintas y están muy biendelimitadas”.

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El proceso de Bolonia haentrado en su fase decisiva.Las universidades españolaspondrán en marcha los nuevosplanes de estudio a partir delpróximo curso. Ingenierostécnicos e ingenierosagrónomos observan consuspicacia lo que ocurre en losdespachos de lasuniversidades. Amboscolectivos critican ciertosaspectos de las nuevastitulaciones.

Antonio Martínez

La encrucijada de Bolonia

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Se crean así dos titulaciones, la de gradoy máster, que habilitan, respectivamentepara el ejercicio de la profesión de Inge-niero Técnico Agrícola y la de IngenieroAgrónomo, tal y como recogieron las ór-denes ministeriales CIN/323/2009 yCIN/325/2009 de 9 de febrero de 2009. Yesto será así “en tanto en cuanto se esta-blecen las oportunas reformas de la regu-lación de las profesiones con carácter ge-neral en España”, según aclaran ambas ór-denes.

TÍTULOS DE GRADO Y MÁSTER

Para obtener el título de grado se han deacreditar 240 créditos europeos, “créditosdistintos a los que hasta ahora se definían.Ahora recogen todo el trabajo que elalumno ha de hacer para conseguir un de-terminado logro. Unas 25 o 30 horas. Aquí

se incluyen aula, laboratorio, prácticas yestudio. Se tiene en cuenta todo el traba-jo. Es un cambio muy positivo y motiva-dor”. En total cuatro años de estudio.

En cuanto al título de máster se ha fijadoel número de créditos en 90, a lo que hayque unir un trabajo fin de máster. Se esti-ma que un ingeniero necesitará cinco añosy medio para obtener el título, la suma decursar el grado y el máster.

De esta forma Francisco José Monteroentiende que “el grado debe servir paraejercer la profesión, mientras que el más-ter se trataría de una formación especiali-zada, más específica en áreas concretasdel conocimiento”.

Los antiguos títulos se extinguirán con eltiempo. “Todos los centros tenemos elproceso bastante avanzado, aunque bienes cierto que siempre nos tiene que pillarel toro”.

Grosso modo, éste es el modelo futurode la formación agraria universitaria paranuestro país. Pero se trata de un modeloque no todo el mundo comparte. Casi to-dos los colectivos hacen críticas más o me-nos severas sobre las nuevas titulaciones.

La primera tiene que ver con la filosofíamisma del proceso para configurar losplanes de estudio. Colegios profesionalesy alumnos se quejan de que cada univer-sidad tenga potestad para configurar sutítulo. María Cruz Díaz Álvarez, decanadel Colegio Oficial de Ingenieros Agróno-mos de Centro y Canarias es especial-mente dura en sus críticas. Entiende quela solución adoptada por el Ministerio es“peligrosa y no bien definida. No por que-rer seguir en un régimen antiguo y corpo-rativo, sino porque la disparidad de titu-laciones, cada una con sus peculiares ca-racterísticas, según universidades y auto-

TÍTULOS DE NUEVA IMPRONTA PARA ELAGRO

Se han creado los títulos de Inge-niero Agroalimentario, IngenieroAgrícola y del Medio Rural y final-mente el de Ingeniero Agroalimen-tario y del Medio Rural. Cada universidad elegirá su mode-lo y todas ellas han de recibir elvisto bueno de la Agencia de Eva-

luación de la Calidad y la Acredita-ción (ANECA). Pero también cam-bia la forma misma de la carrera,que se estructura en dos fases, elgrado y el máster. El grado se correspondería con laactual Ingeniería Técnica y elmáster a la Ingeniería. Se acercanlas competencias de ambas carre-ras, que ahora son muy distintas yestán muy bien delimitadas. El grado y el máster habilitan res-

pectivamente para el ejercicio de laprofesión de Ingeniero TécnicoAgrícola y la de Ingeniero Agróno-mo, tal y como recogieron las ór-denes ministeriales CIN/323/2009y CIN/325/2009 de 9 de febrerode 2009. Ésto será así “en tanto encuanto se establecen las oportu-nas reformas de la regulación delas profesiones con carácter gene-ral en España”, según aclaran am-bas órdenes.

// SE HAN CREADO TRESTITULACIONES:• INGENIEROAGROALIMENTARIO• INGENIERO AGRÍCOLA YDEL MEDIO RURAL • INGENIEROAGROALIMENTARIO Y DELMEDIO RURAL //

// “HEMOS PACTADO UNA ESTRATEGIA EN UN PROCESO QUE DURA YA CUATRO AÑOS. EN EL ÁREAAGRARIA SE HAN CREADO LOS TÍTULOS DE INGENIERO AGROALIMENTARIO, INGENIERO AGRÍCOLA YMEDIO RURAL Y FINALMENTE EL DE INGENIERO AGROALIMENTARIO Y DEL MEDIO RURAL”. CADAUNIVERSIDAD ELEGIRÁ SU MODELO Y TODAS ELLAS HAN DE RECIBIR EL VISTO BUENO DE LA AGENCIADE EVALUACIÓN DE LA CALIDAD Y LA ACREDITACIÓN (ANECA). FRANCISCO JOSÉ MONTERO, MÁXIMORESPONSABLE DE FORMACIÓN AGRARIA Y FORESTAL DE LA UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHAEN EL CAMPUS DE ALBACETE //

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NO CONFÍAN EN EL GOBIERNO

En teoría, todas esas titu-laciones han de pasar eltamiz de la Agencia deEvaluación de la Calidady la Acreditación (ANE-CA). No obstante, elConsejo General de Colegios de In-genieros Técnicos Agrícolas de Es-paña no cree que la ANECA estépreparada para asumir ese papel,al menos en lo que atañe a las ti-

tulaciones de la rama agra-ria. Su secretario general, IgnacioHernando no puede disimular suenfado por la forma en la que elGobierno está haciendo las cosas.

“El Ministerio nos ha engañadomuchas veces. Lo verdaderamentecurioso es que en la ANECA nohay ningún profesor de agrícolas.Así es imposible evaluar la calidadde los planes de estudio. Estánprostituyendo la ingeniería”. Esta fue una de las reivindicacio-nes que los ingenieros técnicosenarbolaron en la manifestacióndel pasado 20 de febrero ante laspuestar del Ministerio de Educa-ción. Allí mismo lograron el com-promiso del Gobierno de sentar enlas Comisiones de Evaluación de laANECA a un representante de losingenieros técnicos.Una victoria importante en el mar-co de una guerra de futuro incier-to. Y es que recordemos que eleslogan de la manifestación era“No al grado degradado”. Ahí estála verdadera reivindicación de estecolectivo. “Al final ha optado por el

modelo en el que el grado equiva-le a ingeniero técnico y másterpara ingeniero”. Esta solución, enopinión de este colectivo, pervierteel espíritu mismo de Bolonia, “de-bemos formar a un ingeniero conlos suficientes conocimientos entodos los ámbitos para que puedatrabajar y luego especializarlo enel máster, si es preciso. Eso esBolonia. ¿Qué ocurre?, que a lasuniversidades les interesa el más-ter”. El Instituto de Ingenieros Téc-nicos de España (INTE), convocan-te de la manifestación de Madrid,sostiene que la solución que haadoptado el Gobierno es la contra-ria a la que propugna Bolonia,“creando másteres generalistas ygrados de especialización, trans-grediendo así el modelo funda-mental de los estudios universita-rios de los países más avanzadosdel mundo”.

// “DEBEMOS FORMAR A UN INGENIERO CON LOSSUFICIENTES CONOCIMIENTOS EN TODOS LOS ÁMBITOS PARAQUE PUEDA TRABAJAR Y LUEGO ESPECIALIZARLO EN ELMÁSTER, SI ES PRECISO. ESO ES BOLONIA. ¿QUÉ OCURRE?,QUE A LAS UNIVERSIDADES LES INTERESA EL MÁSTER”.IGNACIO HERNANDO, SECRETARIO GENERAL DEL CONSEJOGENERAL DE COLEGIOS DE INGENIEROS TÉCNICOS AGRÍCOLASDE ESPAÑA //

nomías, va a llevar al sistema a tal disper-sión que nos obligará, a posteriori, a undebate difícil, y practicado en uno de lospeores momentos”.

De hecho, los colegios profesionalesavanzan que esta dispersión puede crearproblemas a la hora de definir lo que es unIngeniero Agrónomo, “si esto continúa así,y cada universidad expide su título, vamosdirectos a la habilitación profesional porparte de los colegios, no sólo el de Agró-

nomos. Si tenemos que defender -y ya lohacemos- al consumidor, nos convertimos

en inquisidores de la profesión en vez dereguladores de la misma”.

Algunos alumnos comparten esa crítica.Ese es, al menos, el caso del Juan José Vi-llalobos, Delegado de Alumnos de la Es-cuela Técnica Superior de Ingenieros Agró-nomos de la Universidad Politécnica deMadrid. “Una de las pegas de Bolonia es latremenda heterogeneidad. Se ha dado de-masiada independencia a las universida-des. Evidentemente algunas lo harán bien,otras no tanto.”

CARRERA DEVALUADA

Tampoco los alumnos parecen especial-mente contentos con los planes de estu-dios del futuro título de grado. “El pro-blema es que el grado tendrá una reduc-ción de contenidos, que devaluará el co-nocimiento de la carrera”. Juan José Vi-llalobos, delegado de Alumnos de la Es-cuela Técnica Superior de IngenierosAgrónomos de la Universidad Politécnica

// GROSSO MODO, ÉSTE ES EL MODELO FUTURO DE LAFORMACIÓN AGRARIA UNIVERSITARIA PARA NUESTRO PAÍS. PEROSE TRATA DE UN MODELO QUE NO TODO EL MUNDO COMPARTE.CASI TODOS LOS COLECTIVOS HACEN CRÍTICAS MÁS O MENOSSEVERAS SOBRE LAS NUEVAS TITULACIONES //

Manifestación en Madrid de losingenieros técnicos

Fachada de la ETSIA de Madrid

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de Madrid entiende que los planes sequedan cortos, “ahora se incluyen mate-rias como economía e informática en

detrimento de otros contenidos esen-ciales. No se puede devaluar la carreraporque la gente venga mal preparada.

Quizás se debería haber empezado esteproceso por una transformación de laeducación secundaria”. Villalobos, en-tiende que efectivamente no se ha lo-grado definir a la perfección el título degrado que “debería ser algo a caballo dela ingeniería técnica y la ingeniería”.

Pero los alumnos apuntan a otra debi-lidad en todo el proceso. Cuando se de-finió la hoja de ruta de la adaptación aBolonia Europa vivía en plena bonanzaeconómica. Invertir dinero en la educa-ción parecía una buena noticia. “El pro-blema es que vamos a aplicar Bolonia enplena crisis, y es evidente que se requie-re mucho dinero para desarrollarlo. Ha-brá un problema económico. Nos teme-mos que se va a reformular sobre lamarcha”.

A pesar de todo, Juan José Villalobosconfía en que finalmente Bolonia sirvade revulsivo para una “carrera que seencuentra un poco anclada en la tradi-ción. En ese sentido Bolonia le va a sen-tar bien. El sector agrario necesita uncambio de perspectiva”.

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OPINIONES DISCORDANTES FRENTE ABOLONIAColegios profesionales y alumnos se quejan de que cada universidad tenga potestad paraconfigurar su título.

// “Es peligrosa y no bien definida. No por querer seguir en unrégimen antiguo y corporativo, sino porque la disparidad detitulaciones, cada una con sus peculiares características, segúnuniversidades y autonomías, va a llevar al sistema a tal dispersiónque nos obligará, a posteriori, a un debate difícil, y practicado enuno de los peores momentos”. MARÍA CRUZ DÍAZ ÁLVAREZ, DECANA DEL COLEGIO OFICIAL DEINGENIEROS AGRÓNOMOS DE CENTRO Y CANARIAS //

// “Una de las pegas de Bolonia es la tremenda heterogeneidad. Se ha dado demasiadaindependencia a las universidades. Evidentemente algunas lo harán bien, otras no tanto”. JUAN JOSÉ VILLALOBOS, DELEGADO DE ALUMNOS DE LA ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DEINGENIEROS AGRÓNOMOS DE LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID //

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