Lc 14, 1.7-14. Un sábado entró Jesús en casa de uno de los princi-pales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convida-dos escogían los primeros puestos, les propuso este ejemplo: «Cuando te con-viden a una boda, no siente en el puesto principal no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os con-vidó a ti y al otro, y te dirá: Cédele el puesto a éste. En-tonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humi-llado, y el que se humilla será enaltecido». Y dijo al que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque co-rresponderán invitándote y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque ellos no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos». Palabra del Señor.

Próxima semana: Sab 9,13-18 / Sal 89 / Flm 9b-10.12-17 / Lc 14,25-33

Domingo XXII del Tiempo Ordinario

(Semana 2ª del Salterio)

hojaparroquial29 de agosto de 2010Semanario de la Diócesis de Segorbe-CastellónNº 2.531

Rutas de Fe y Cultura La Costa

El Evangelio del Domingo

El Clot de la Mare de Déu en Burriana

2 // Hoja Parroquial de la Diócesis de Segorbe-Castellón

La CostaRutas de Fe y Cultura

El Clot de la Mare de Déu de Burriana. Según tradición, la imagen de la patrona de Burriana fue hallada bajo una campana en este bello paraje del Clot. Se trata de un “estany”, donde desemboca el río Ana, junto al mar Mediterrá-neo. El paraje natural, con abundancia de agua y frondosos árboles, enmarca una sencilla ermita erigida por la piedad de los fieles, ahora de propiedad parti-cular, donde se celebra la Misa todos los sábados de verano a las seis y media de la tarde. Tiene fiesta propia el segundo domingo de agosto, con misa y proce-sión por El Grau, el distrito más antiguo de la costa burrianense.

Cristo de la Jonquera de Chilches. En este lugar junto a la fuente de La Jon-quera, un paraje plagado desde antiguo de matas de juncos, unos labradores encontraron en el siglo XVI una imagen de Cristo Crucificado. Aunque la ima-gen, que se conserva, siempre ha sido venerada en la Parroquia, se construyó en conmemoración del hallazgo una ermita, que arruinada fue reconstruida en 2000. El domingo mas próximo al 18 de enero, día de la aparición, es llevada en romería su imagen hasta esta ermita. Allí hay misa y fiesta popular.

Sta. María Magdalena de Moncofa. La pequeña ermita del siglo XVIII está construida sobre una antigua torre costera de vigilancia del Señorio de los Cen-telles. En la ensenada costera, hoy hermosas playas, tiene lugar cada 23 de julio el desembarco de la imagen de la santa, que según tradición provino de Mar-sella. En la Sainte Baume, cerca de esta ciudad del sur de Francia se conserva la memoria del lugar de penitencia, muerte y sepulcro de la discípula del Señor. La escultura es depositada sobre las aguas del mar, siendo llevada en volandas por centenares de “moncofins” y por marinos hasta esta ermita.

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Benicassim. La larga -larguísima- extensión del término municipal de Benicassim comprende kilómetros de playa, un paseo jalonado por vi-llas señoriales del s.XIX, y una multitud de ermitas y capillas que ofre-cen culto a los veraneantes. Entre esas ermitas, destaca la de la patrona: Santa Águeda. Se llega por una pista junto al cementerio (al lado de la N340), y el último kilómetro se tiene que hacer a pie.

S. Francisco Javier en Torreblanca. En el recinto del Calvario, se encuen-tra la que fue la primera iglesia parroquial de la población: San Francis-co Javier. El edifi cio, con un marcado carácter de fortaleza, es del s.XIV, con bóveda de crucería, y en su interior se han descubierto reciente-mente pinturas murales del s.XV. Constituye así uno de los testimonios del gótico en la Diócesis.

Virgen de la Paciencia en Oropesa. En el casco antiguo, junto al castillo que mantiene vivos los orígenes de la villa en la orden militar de los Hospi-talarios, está lo que fue la iglesia parroquial de la población en el s.XVI: la actual ermita de la Virgen de la Paciencia, donde se celebra la misa todos los domingos a las 10h. Es de interés la Torre del Rey, en un promontorio de la costa junto al faro, construida en el s.XV para defensa de los piratas.

S. José o Antonio de Padua en Almazora.Esparcidas por el término municipal se encuentra toda una teoría de ermitas, todas ellas de sencilla pero elegante construcción. La mas popular y conocida es la de Santa Quiteria, junto al puente medieval y río de Mijares. En los caminos de la huerta que se diri-gen hacía el mar encon-tramos la de san Antonio de Padua del siglo XVII, o esta de San José, de estilo neogótico, con obra es-cultórica de José Gozalbo. Celebran sus fi estas du-rante los meses estivales, cuando podemos visitar su interior. Es algunas de ellas se celebra la Santa Misa en verano.

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POR JUAN MANUEL GIL

La eutanasia es inmoral y antisocialYa hace más de diez años que nues-tros Obispos españoles lo dijeron en una Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal. Los Obispos de España cogen el tren a tiempo para dar los avisos que corresponden, para que los legisladores de nuestra patria puedan atenerse a opiniones legítimas y no hacer caso a llamadas de sirena, que promulgan cotas altas de progre-so y modernidad. Pues a la hora de explicar el porqué de estas afi rmacio-nes nuestros prelados saben muy bien explicarse.

La eutanasia es inmoral porque contradice el signifi cado propio de la vida humana. No importa que las en-cuestas digan que son muchos los que no lo admiten y por tanto se muestran favorables a ella. Pero estas personas que así opinan ¿se han percatado de los que defi enden? ¿Se muestran favo-rables a que los enfermos se mueran en paz, sin ser agobiados ni martiri-zados por una medicina, que en oca-siones se cree tan infalible como para

impedir o retrasar indefi nidamente la llegada de la muerte? ¿Desean que, llegado el caso, se les administres los calmantes necesarios y se les apliquen todos los cuidados paliativos del do-lor de los que hoy dispone la medici-na desarrollada, aunque eso supusiera acortar la vida en días o meses?

Todos estos deseos son muy res-petables y la Iglesia no tiene nada en contra de ellos. Al contrario, piensa que dejar morir en paz y querer mo-rir en paz es verdaderamente moral. Pero hablando con propiedad, eso no tiene nada que ver con la eutanasia. Porque una cosa es morir y ayudar a morir con dignidad, y otra muy dis-tinta es matarse o quitar la vida a otra persona, que sí que es eso siempre in-moral.

Quienes defi enden como un su-puesto derecho humano la libertad que cada cual puede decidir cuando quiere y como quiere seguir viviendo y cuando no quiere seguir en vida, se empeñan en hacer creer que estos ac-

tos se pueden realizar con dignidad, y no se dan cuenta que quitarse la vida o pedir que otro se la quite, no puede ser nunca algo digno. Es una violación del quinto mandamiento, que prohí-be matar. La vida humana no está a disposición de nadie, ni siquiera de su titular. La vida no es como una fi nca o una cuenta bancaria. Concebir la vida como un objeto de uso y abuso por parte del propietario es llevar a un extremo mezquino el sentido burgués de la propiedad privada.

La vida la recibimos como un re-galo de Dios a través de la interven-ción de los padres y tenemos el deber de agradecerla y cuidarla. Y Dios está para ayudarnos a ese cometido. El auxilio nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Sin dios, montones de cosas en esta vida ni tienen sen-tido, ni tienen solución. Pero desde Hoja Parroquial hablamos a personas creyentes. Y el que cree, sabe muy bien, que del que se ha fi ado, no pue-de recibir engaño alguno.

5 DE SEPTIEMBREAlto Palancia

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