hoja parroquial 309
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Campaña contra el ParoTRANSCRIPT
Santa Aurea, 7 - 28011 Madrid · Tels. 91 463 99 60 y 640 631 217 · www. justayrufina.org
Nº 309
10 de abril 2016
Santa Justa y Santa Rufina
hoja parroquial
Noticias
Horario de Misa:
Días laborables: 10:00 y 19:30 h.
Domingos y días de precepto: 9:30, 11:00, 12:30 y 19:30 h.
· Reunión de padres de caminantes y navegantes, el próximo domingo 17 de abril
a las 12 horas.
· Como años anteriores, queremos tener el Campamento de Verano del 23 al 29
junio. Aquellos que quieran solicitar ayuda, pasen por el despacho parroquial los
martes y jueves de 17:30 a 18:30 horas.
· La excursión parroquial anual será los días 6, 7 y 8 de Mayo al Monasterio de
Santo Toribio de Liébana, Santillana del Mar y el Santuario de Ntra. Sra. de Cova-
donga.
Las inscripciones se podrán hacer en el despacho parroquial de lunes a viernes de
20 a 21 horas. El sábado y el domingo, después de cada Misa.
Para mas información ver los carteles situados en las puertas de la Parroquia.
Cáritas Madrid reclama en su Campaña Contra el Paro
'Derecho a un trabajo digno y estable'
Cáritas Madrid en su Campaña Contra el Paro con el lema Derecho a un trabajo digno y
estable renueva su compromiso con las personas y familias más afectadas por esta situación.
La Campaña nos invita a reflexionar sobre lo que está aconteciendo en el mundo laboral.
A descubrir y a denunciar las causas que propician el sufrimiento de tantas personas y fami-
lias. Donde todos tenemos una pieza que poner en la construcción de este mundo. Todas
las personas somos responsables, es una cuestión de justicia, caridad y bien común.
Tener o no trabajo, tener un salario suficiente para poder vivir, realizar un trabajo en condi-
ciones dignas son condiciones que posibilitan el crecimiento y el desarrollo de las personas o
lo impiden.
Cáritas Madrid, por su experiencia de acogida y acompañamiento a las personas que es-
tán viviendo estas situaciones de desempleo o que cuentan con empleos pocos estables e
indignos, sabe que la posibilidad para conseguir un trabajo con futuro en un mundo laboral
complejo y cambiante aumenta cuando la persona tiene una formación específica.
Por ello, Cáritas Madrid cuenta con Centros de Capacitación y Orientación Laboral, espa-
cios de enseñanza en diferentes oficios destinados a quienes acuden a nosotros y necesitan
formación. Su objetivo es formar en los sectores que tienen más demanda en el mercado
laboral y acompañarlos en la búsqueda de empleo.
Cáritas Madrid propone buscar nuevas respuestas a la realidad social entre todos, los po-
líticos, sindicatos, empresarios, cristianos y a la sociedad en general. Todos, somos corres-
ponsables en esta realidad que deseamos transformar, por eso proponemos lo siguiente:
• Las empresas han de ser apoyadas para que cumplan una de sus finalidades más valio-
sas: la creación de empleo.
• Las Administraciones públicas, en cuanto garantes de los derechos, deben asumir su
responsabilidad de mantener el estado social de bienestar.
• La sociedad civil ha de jugar un papel activo y comprometido en la consecución y de-
fensa del bien común.
• El mercado tiene que cumplir con su responsabilidad social a favor del bien común y
no pretenda solo sacar provecho de esta situación.
• Las personas tenemos que orientar nuestras vidas hacia actitudes de vida más austeras y
modelos de consumo más sostenibles.
En este difícil contexto social, en el que es necesario intensificar y hacer más efectivo
nuestro esfuerzo, Cáritas Madrid, en el año 2015, acogió a 5.167 personas en los 35 Servi-
cios de Orientación e Información sobre el Empleo, capacitó a 1.348 alumnos, en 95 cursos,
en los sectores con mayor demanda en el mercado laboral y se concedieron 3.224 ayudas
económicas a personas desempleadas en situación de grave precariedad. También cuenta
con 2 empresas de inserción, donde el objetivo principal es ayudar a sus trabajadores a in-
corporarse en el mercado laboral normalizado y cuyo método es «enseñar a trabajar traba-
jando».
Estas acciones del Servicio de Empleo se han podido realizar gracias a la generosidad e
implicación de 630 personas voluntarias y con el apoyo económico que ha permitido a Cá-
ritas Madrid destinar en el año 2015 la cantidad de 1.295.987€ en los distintos Servicios.
Primera lectura
Hechos de los Apóstoles. 5, 27b-32. 40b-41
En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó
a los apóstoles y les dijo: «¿No os habíamos
prohibido formalmente enseñar en nombre de
ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con
vuestra enseñanza y queréis hacernos responsa-
bles de la sangre de ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que
obedecer a Dios antes que a los hombres. El
Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien
vosotros matasteis, colgándolo de un madero.
La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y
salvador, para otorgarle a Israel la conversión
con el perdón de los pecados. Testigos de esto
somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da
a los que le obedecen.»
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre
de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron
del Sanedrín contentos de haber merecido aquel
ultraje por el nombre de Jesús.
Sal 29, 2 y 4. 5 y 6. 11 y 12a y 13b
Ant. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante,
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas. Señor,
Dios mío, te daré gracias por siempre.
Salmo
Evangelio
San Juan. 21, 1-19.
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a
los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se
apareció de esta manera: Estaban juntos Simón
Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el
de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos
discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»
Ellos contestan: «Vamos también nosotros conti-
go.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no
cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando
Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos
no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron: «No.»
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la
barca y encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla,
por la multitud de peces. Y aquel discípulo que
Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que es-
taba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua.
Los demás discípulos se acercaron en la barca,
porque no distaban de tierra más que unos cien
Segunda lectura
5, 11-14
Yo, Juan, en la visión escuché la voz de mu-
chos ángeles: eran millares y millones alrededor
del trono y de los vivientes y de los ancianos, y
decían con voz potente:
«Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.»
Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo,
en la tierra, bajo la tierra, en el mar −todo lo que
hay en ellos−, que decían:
«Al que se sienta en el trono y al Cordero la
alabanza, el honor, la gloria y el poder por los
siglos de los siglos.»
Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.»
Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.
El evangelio comienza hoy con el relato de la pesca milagrosa, pesca de tonalidad claramente eucarística,
pues Jesús da de comer pan y pescado, como en aquella multiplicación de los panes de Jn 6. Él mismo es el
pan vivo, ya partido en su entrega pascual, y él mismo es el pez (así se lee su nombre en griego). También,
por tanto, este pasaje dirige nuestra mirada hacia el final de los tiempos, cuando Cristo nos haga sentar pa-
ra darnos de comer Él mismo: la Pascua ha dado comienzo a la Parusía, y la Iglesia, representada por los
apóstoles, contempla con expectación la visión del vencedor.
Esa intimidad de la comida pascual da paso a la profesión de amor de Pedro que, consciente ahora de su
debilidad tras las negaciones, no puede prometer amar, sino querer. No es obstáculo esto para el Señor,
que le advierte, en el momento culminante del diálogo, acerca del momento culminante de su existencia,
su muerte por el nombre de Cristo, signo del amor que ahora promete. Así, el que ha comenzado el pasaje
evangélico ciñéndose la túnica para echarse al agua, concluye el mismo advertido de que, al final, será ceñi-
do y llevado donde no quiera. Para poder hacer así, necesitará un amor mayor que los demás.
La Pascua recuerda a la Iglesia el amor sin fisuras de Cristo por nosotros. En su diálogo con Pedro no hay
reproche, hay una firmeza y una fidelidad que no permiten dudar ni echarse atrás: no es una elección casual
ni desesperada, sino confiada y llena de amor. En esa elección podemos nosotros también respirar seguros.
El primado de Pedro descansa sobre la elección y cuidado del que es nuestro único Pastor, Cristo.
La Iglesia, fruto de la Pascua, recibe la piedra sobre la que se edifica, una piedra que conoce y se apoya
en el misterio pascual de Cristo. ¿Cuál es el lugar de Pedro y sus sucesores en la celebración de la Iglesia? Su
nombre cada domingo en el seno de la Plegaria Eucarística no es aleatorio, no es por educación, simboliza
la comunión de la Iglesia y con la Iglesia, y por tanto con Cristo, su cabeza.
En aquel paseo a orillas del lago, Cristo estaba poniendo los fundamentos de nuestra comunión con Él.
Aquella noche junto al lago, la Pascua seguía extendiendo su imparable fuerza hasta los confines del tiempo
y el espacio, hasta alcanzar la alabanza del Apocalipsis, única digna para el Cordero degollado y Pastor
eterno.
Palabra de Dios
Domingo III de Pascua · ciclo C
Reflexión de la Palabra
Domingo III de Pascua · ciclo C
metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pes-
cado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed
de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta
la orilla la red repleta de peces grandes: ciento
cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se
rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»
Ninguno de los discípulos se atrevía a pre-
guntarle quién era, porque sabían bien que era
el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo
mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que
Jesús se apareció a los discípulos, después de re-
sucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quie-
ro.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de
Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quie-
ro.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de
Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por
tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú
conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo
aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías
e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo,
extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará
adonde no quieras.»
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a
dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»