caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/observatorio/...del homicidio en...

357

Upload: others

Post on 23-Apr-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 2: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

1995-2006Observatorio del Programa Presidencial

de Derechos Humanos y DIH

CARACTERIZACIÓNDEL HOMICIDIO

EN COLOMBIA

Bogotá,D.C.,2009

Page 3: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Caracterización del homicidio en Colombia 1995-2006

ISBN 978-958-9438-21-3

Francisco Santos CalderónVicepresidente de la República

Carlos FrancoDirectorPrograma Presidencial de Derechos Humanos y DIHVicepresidencia de la República

Tomás Concha SánzCoordinador Área de PolíticasPrograma Presidencial de Derechos Humanos y DIHVicepresidencia de la República

Anne-Sylvie LinderCoordinadora del Observatorio de DH y DIHPrograma Presidencial de Derechos Humanos y DIH

Luis Rodolfo Escobedo DavidInvestigador principalObservatorio de DH y DIHPrograma Presidencial de Derechos Humanos y DIH

Luis Gabriel SalasGeoreferenciaciónObservatorio de DH y DIHPrograma Presidencial de Derechos Humanos y DIH

Marcela PalaciosDiana BarbosaInvestigadores asistentesObservatorio de DH y DIHPrograma Presidencial de Derechos Humanos y DIH

Anne-Sylvie LinderViviana Bolívar BautistaCoordinación editorialObservatorio de Derechos Humanos y DIHPrograma Presidencial de Derechos Humanos y DIH

“Esta publicación fue posible gracias al apoyo del gobierno y el pueblo de Estados Unidos, a través de su Agencia para el DesarrolloInternacional (USAID), bajo los términos del Contrato No. 514C-00-06-00304-00. Las opiniones expresadas en este material norepresentan aquellas de la USAID y/o las del gobierno de Estados Unidos de América”.

Cocepto Gráfico e ilustracionesEditorial Scripto Ltda.

Impresión y acabadosEditorial Scripto Ltda.PBX: 756 20 03

© Distribución gratuita, está permitida la reproducción total o parcial del texto, citando la fuente.Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH.www.derechoshumanos.gov.co/observatorio/[email protected] 7 No.6-54 - Teléfono: 334 50 77

Impreso en Bogotá, Colombia, Junio de 2009.

Page 4: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CONTENIDO

PáginaIntroducciónntroducciónntroducciónntroducciónntroducción ..................................................................................................... 7

Capítulo IGeneralidades sobre el homicidio en ColombiaGeneralidades sobre el homicidio en ColombiaGeneralidades sobre el homicidio en ColombiaGeneralidades sobre el homicidio en ColombiaGeneralidades sobre el homicidio en Colombiaentre 1995 y 2006entre 1995 y 2006entre 1995 y 2006entre 1995 y 2006entre 1995 y 2006 ........................................................................................... 19

1.1.1.1.1. Evolución temporal, concentración del homicidioEvolución temporal, concentración del homicidioEvolución temporal, concentración del homicidioEvolución temporal, concentración del homicidioEvolución temporal, concentración del homicidioy persistencia en el tiempoy persistencia en el tiempoy persistencia en el tiempoy persistencia en el tiempoy persistencia en el tiempo ................................................ 21

1.1 Tasas de homicidio y niveles de persistenciaentre 1995 y 2006 según tres tamaños de población ........ 30

1.1.1 Número de municipios y población de acuerdocon tres tamaños de población ......................................... 30

1.1.2 Persistencia de los homicidios por grupos de población .... 32

1.1.3 Evolución de las tasas por grupos de población ................ 39

Capítulo IIAnálisis de variables de 2003 a 2006: distribución rural y urbana,Análisis de variables de 2003 a 2006: distribución rural y urbana,Análisis de variables de 2003 a 2006: distribución rural y urbana,Análisis de variables de 2003 a 2006: distribución rural y urbana,Análisis de variables de 2003 a 2006: distribución rural y urbana,arararararmas y móvilesmas y móvilesmas y móvilesmas y móvilesmas y móviles ................................................................................................ 45

2.1 El descenso de las tasas de homicidio: un análisiscomparado entre 2002 y 2003 - 2006 .............................. 47

2.2. Comportamiento rural – urbano en términos absolutosy relativos según tamaños de población y total nacional ... 67

2.3 Comportamiento por armas según tamaños de poblacióny contextos rural y urbano ................................................. 84

2.4 Comportamiento por móviles según tamañosde población y escenarios rural y urbano .......................... 92

Page 5: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

PáginaCapítulo IIIAAAAActores y regiones a parctores y regiones a parctores y regiones a parctores y regiones a parctores y regiones a partir de las relaciones entre tasas,tir de las relaciones entre tasas,tir de las relaciones entre tasas,tir de las relaciones entre tasas,tir de las relaciones entre tasas,arararararmas y móviles: Pmas y móviles: Pmas y móviles: Pmas y móviles: Pmas y móviles: Perspectiva desagregada por nueveerspectiva desagregada por nueveerspectiva desagregada por nueveerspectiva desagregada por nueveerspectiva desagregada por nuevetamaños de poblacióntamaños de poblacióntamaños de poblacióntamaños de poblacióntamaños de población ...................................................................................... 105

3.1 Municipios de más de cien mil habitantes: Grupos Uno, Dos y Tres 108

3.1.1 Concentraciones y persistencia del homicidioen las ciudades más grandes ................................................... 108

3.1.2 Análisis de variables entre 2003 y 2006: composiciónrural y urbana de las tasas y relaciones entre tasas, armasy móviles en la coyuntura reciente .......................................... 117

3.1.2.1 Composición rural y urbana de los homicidiosy respectivas tasas ................................................................... 117

3.1.2.2 Relaciones entre tasas, armas y móvilesen la coyuntura reciente .......................................................... 119

3.2 Municipios de menos de cien mil habitantes ........................... 148

3.2.1 Período 2003-2006: Tasas, distribución rural y urbana,armas y móviles ....................................................................... 159

3.2.2 Tasas rurales y urbanas por tamaños de población................. 159

3.3 Perspectiva desagregada por grupos de población.Relaciones entre tasas, armas y móviles .................................. 162

3.3.1 Grupo Cuatro: municipios entre cincuenta mil y cien mil habitantes 162

3.3.2 Grupo Cinco: municipios entre treinta mil y cincuenta milhabitantes. Relación entre tasas, armas y móviles .................. 174

3.3.3 Grupo Seis: municipios entre veinte mil y treinta milhomicidios. Relación entre tasas, armas y móviles .................. 185

3.3.4 Grupo Siete: municipios entre diez mil y viente milhabitantes. Relación entre tasas, armas y móviles .................. 195

3.3.5 Grupo Ocho: municipios entre cinco mil y diez milhabitantes. Relación entre tasas, armas y móviles .................. 207

3.3.6 Grupo Nueve: municipios de menos de cinco milhabitantes. Relación entre tasas, armas y móviles .................. 215

Capítulo IVEl homicidio en seis ciudades colombianasEl homicidio en seis ciudades colombianasEl homicidio en seis ciudades colombianasEl homicidio en seis ciudades colombianasEl homicidio en seis ciudades colombianas ...................................................... 223

4.1 Medellín ............................................................................ 227

4.2 Cali .................................................................................... 249

4.3 Buenaventura .................................................................... 271

4.4 Pereira y Dosquebradas ..................................................... 281

4.5 Cúcuta .............................................................................. 297

SíntesisS íntesisS íntesisS íntesisS íntesis ........................................................................................................... 313

Page 6: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Introducción

Page 7: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 8: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

9

El presente estudio se propone analizar la información recopilada por la PolicíaNacional sobre homicidios en el periodo comprendido entre 1995 y 2006,diferenciando nueve grupos de municipios, definidos a partir del tamaño de supoblación .

En este sentido, se definieron tres grupos de municipios: grandes, intermedios ypequeños, que a su vez se desagregaron en tres tamaños de población cada uno. Elgrupo de municipios grandes se dividió en los grupos Uno, Dos y Tres. El grupo Unoestá conformado por cinco municipios que tenían para 2006 más de un millón dehabitantes. El grupo Dos es integrado por 22 municipios y con una población entre200.000 habitantes y un millón y el grupo tres conformado por 26 municipios entre100 mil y 200 mil habitantes. En un segundo nivel, se definieron tres grupos másque en su conjunto conforman los denominados municipios de tamaño intermedio.Son éstos el grupo cuatro, conformado por 78 municipios entre 50 y cien milhabitantes, el grupo cinco que incluye 118 municipios entre 30 y 50 mil habitantes yel grupo seis que cuenta con 155 municipios entre 20 y treinta mil. Finalmente, tresgrupos de municipios más conforman los denominados pequeños. El grupo sieteestá conformado por 320 municipios con una población entre 10 y 20 mil habitantes,el grupo ocho, por 254 municipios entre cinco y diez mil habitantes y el grupo nueve,por 143 municipios de menos de cinco mil habitantes. El análisis se hizo en dosniveles. En el primero, se discriminaron los municipios grandes, intermedios ypequeños. En otro nivel, se enfocaron nueve tamaños de población lo que permitióun análisis más detallado.

Lo anterior permite establecer unos patrones sobre este delito, caracterizar losmunicipios donde se concentró, persistió, osciló, y donde se mantuvo o aumentóhasta 2006. Además, se trata de profundizar sobre la distribución de los homicidiosentre los nueve tamaños de población considerados, diferenciar su incidencia urbanay rural y determinar las características de los municipios más afectados, es decir si setrata de grandes ciudades, ciudades intermedias o municipios esencialmente rurales1.Por otra parte, se hace el estudio de la distribución por armas y móviles, en el período2003-2006, de tal manera que se pueda determinar el peso de los actores organizados,por un lado, y de los individuos y de la pequeña delincuencia, por el otro, en cadauno de los escenarios propuestos.

1 Los homicidios rurales, como veremos, atraviesan los nueve tamaños de población. Por otro lado, las grandes ciudades y las ciudades intermedias se concentranen los tamaños más grandes, pero igualmente hay dinámicas urbanas muy particulares en los municipios más pequeños.

Page 9: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

10

Gráfico No. 1Homicidios y tasas de homicidio en Colombia por años

1960 y 2006

Finalmente, a título de ilustración, se analizarán los casos de Medellín, Cali, Cúcuta,Pereira, Dosquebradas y Buenaventura, que fueron objeto de un trabajo de campo2.En los dos primeros municipios, se utiliza información histórica proveniente delInstituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en adelante Medicina Legal,a partir de una base de datos construida por Paz Pública de la Universidad de losAndes, utilizando esa fuente entre 1985 y 2004 y complementada con informaciónde la misma entidad (Medicina Legal) para 2005 y 2006, lo que permite hacer análisispor armas y móviles para una serie de 21 años. En los otros cuatro casos, se analizarála distribución por armas y móviles, a partir de la información proveniente de laPolicía Nacional entre 2003 y 2006.

Aunque el presente estudio se concentrará en los últimos doce años y en particularsobre los años comprendidos entre 2003 y 2006, es conveniente analizar la evolucióndel homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para talefecto, se utilizará una serie de datos de la Policía Nacional, cuya información básicase presenta a continuación.

Fuente: Policía Nacional y Dane. Los cálculos de las tasas fueron hechos por la Policía Nacional.Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

2 En Cúcuta y Cali se hicieron visitas en 2004 y 2005 respectivamente; en Pereira y Dosquebradas en 2006 y en Medellín y Buenaventura en el primer semestre de2007.

Page 10: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

11

3 La tasa de homicidio por cada cien mil habitantes relaciona el número de homicidios en función de cien mil habitantes. Por lo anterior, si varía el tamaño de lapoblación, varía la tasa.

4 Comparando con los cuatro años anteriores, los homicidios habían subido de 23.096 en 1998 a 28.837 (24.9%) en 2002 y las tasas habían pasado de 56.4 a 65.9, unascenso de nueve puntos, sin duda un nivel muy alto.

Fuente: Policía Nacional y Dane. Los cálculos de las tasas fueron hechos por la Policía Nacional.Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

Es así como de acuerdo con el gráfico No. 1 y la tabla correspondiente, el nivel másalto de los homicidios en el país se presentó en 1991 con 28.284 (79.3 homicidios porcada cien mil habitantes -hpch-)3 y si bien los homicidios disminuyeron en los añossiguientes hasta 1998 (23.096 homicidios y una tasa de 56.4 hpch) –cuando se inviertela tendencia descendente–, éstos se mantuvieron en un nivel alto a lo largo de los añosnoventa. Entre 2002 y 2006, el homicidio en Colombia se redujo de 28.837 a 17.479,es decir una disminución de 49.7% en cuatro años y la tasa nacional pasó de 65.9 a37.4 homicidios por cada cien mil habitantes (hpch), una reducción de 28 puntos entrelos dos años considerados; una disminución a todas luces muy significativa en lotemporal como en el nivel alcanzado durante el último año4.

Para encontrar en el pasado el nivel en que se situaron los homicidios en 2006, sedebe remontar a la década de los años ochenta. En términos absolutos, en 1987, sepresentaron 17.450 homicidios, no obstante en ese entonces la tasa había sido de52.9 hpch, es decir quince puntos por encima de la de 2006. Para tener una tasasimilar, ha de remontarse a 1982, cuando ocurrieron 10.679 homicidios que arrojaronuna tasa de 37.9 hpch. Ese año da cuenta de una situación antes de que lasautodefensas y el narcotráfico irrumpieran con fuerza en el escenario nacional,circunstancia que no puede pasar desapercibida, si se compara con el escenario de2006, cuando la desmovilización colectiva de las autodefensas se había producido.

Homicidios y tasas de homicidio en Colombia1960 - 2006

Page 11: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

12

5 La expresión autodefensas se utiliza en este estudio únicamente para los años previos a que se produjera la desmovilización de estas agrupaciones.6 El 29 de noviembre de 2002, en un comunicado denominado "Declaración por la Paz de Colombia", que fue firmado por la dirección política y militar de las AUC,

conformada por los comandantes de las ACCU, las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio antioqueño, las Autodefensas Campesinas de Puerto Boyacá,las Autodefensas Campesinas de Cundinamarca y las del Sur de Cesar, se tomaron determinaciones que en últimas incidieron en la disminución de los homicidiosantes de que se concretara el proceso de paz. Se presentaron una serie de puntos y determinaciones, fruto de un consenso en el seno de la organización, que optópor un cese de hostilidades a partir del primero de diciembre de 2002 y estableció las condiciones para entrar en una etapa de diálogos inmediatos con el GobiernoNacional, con el acompañamiento y la veeduría de la Iglesia Católica y la participación de la Organización de Estados Americanos -OEA-, la oficina en Colombia delAlto Comisionado de las Naciones Unidas -ONU- y la comunidad internacional.

7 En ciudades como Cúcuta y Medellín los homicidios bajaron cuando disminuyeron las disputas y las autodefensas se consolidaron respecto de las milicias y/o lasbandas, así como de las estructuras delincuenciales. Estas disputas no se dieron únicamente entre las autodefensas y las milicias. Fueron así mismo muy intensasentre las autodefensas y bandas delincuenciales; estos aspectos se muestran con más detalle en el desarrollo del escrito. Algo parecido ocurrió en una regióncomo el Catatumbo, en donde los homicidios cedieron después de que las autodefensas lograron expulsar a las guerrillas de zonas que previamente les estabandisputando.

8 Rubio, Mauricio. Crimen e Impunidad. Bogotá, Tercer Mundo Editores en coedición con el CEDE de la Universidad de los Andes, 1999. El autor anotó a finales de ladécada del noventa: "Es cada vez más claro que la violencia que llega a los juzgados está sub-representanda, de manera sistemática, la violencia profesional yorganizada, como la asociada con la confrontación o con el narcotráfico, y que por lo tanto se le otorga un énfasis excesivo a los problemas como las riñas o la violenciaentre personas conocidas". P 78. Más adelante, en la p 144, el autor afirma: "En estas últimas dos décadas (el autor hace la afirmación a finales de los años noventa),la tasa de homicidios colombiana se multiplicó por más de cuatro. En forma paralela, se incrementó la influencia de las principales organizaciones armadas: guerrilla,narcotráfico y grupos de autodefensas. En el mismo lapso, la capacidad del sistema penal para investigar los homicidios se redujo considerablemente."

En este estudio, no se trata de plantear hipótesis para explicar el descenso que seregistró entre 2002 y 2006, sin embargo es incuestionable que la Política deDefensa y Seguridad Democrática y en particular el proceso de paz adelantadopor el Gobierno nacional con las autodefensas están en el trasfondo de estareducción. En este sentido, resulta evidente que esta merma acompaña la primeraadministración de Álvaro Uribe Vélez y los primeros meses de la segunda, hastadiciembre de 2006, el límite del estudio. Sin embargo, tampoco se puede descartarque este descenso guarde relación con estrategias propias de los actoresirregulares, las autodefensas5 en particular. De hecho, la mayor disminución anivel nacional se produjo entre 2002 y 2003, pues los homicidios pasaron de28.837 a 23.523, una baja de 18.4% entre uno y otro año, es decir que la reducciónmás significativa en las muertes vilentas se presentó antes de que se produjera ladesmovilización de esta agrupación ilegal. No obstante, en el marco de lasexpectativas que generaba el proceso de paz, al parecer estas estructuras armadastomaron la decisión de disminuir los homicidios6. Así mismo, lo anterior sucedióen un contexto en el que se habían consolidado las autodefensas en varias zonasdel país, después de una intensa fase de disputas contra otras organizacionesarmadas, que se agudizaron más o menos a partir de 19987.

Por otra parte, el presente estudio identifica algunos factores adicionales queincidieron en la disminución reciente de los homicidios, así como intenta explicardónde y porqué bajaron, y dónde, cuándo y porqué subieron. De hecho, lasoscilaciones bruscas en algunos municipios y grupos de municipios nonecesariamente se produjeron al mismo tiempo que en el conjunto nacional, sinoque frecuentemente se presentan desfases, es decir que se produjeron antes, odespués; asuntos que el estudio también establecerá. No obstante, el punto centraldel estudio es destacar que la naturaleza de los homicidios en las zonas dondefueron relevantes en los últimos doce años, está asociada principalmente al actuarde actores organizados, particularmente de los grupos armados irregulares y deaquellos relacionados con el narcotráfico. De hecho, algunos estudios han llamadola atención desde hace varios años sobre este aspecto, no obstante que persistela creencia de que los homicidios ocurren en el marco de disputas personales, opor el elevado consumo de alcohol, en fin, por problemas asociados a laconvivencia8. Se trata así de aportar evidencia para respaldar el argumento queconsidera a los actores organizados como determinantes en los altos niveles enhomicidios.

Page 12: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

13

Un aspecto relevante fruto del análisis es el hecho de que los elevados niveles dehomicidios en los últimos doce años se concentran en unas zonas determinadasdel país y no se distribuyen homogéneamente en todo el territorio. Adicionalmente,persisten en unas zonas, pero así mismo, con el tiempo, se desplazan de unasáreas hacia otras. Finalmente, se pueden distinguir muy variados ciclos,dependiendo de la región estudiada y de los actores involucrados, de las estrategiasadoptadas por el Estado y por los actores irregulares y organizados, que tienenmás incidencia en algunas zonas rurales y en determinados contextos urbanos enun momento dado.

La violencia en Urabá por ejemplo fue excesivamente elevada en la segunda mitad delos años ochenta y buena parte de los noventa, pero los niveles que adquirió en esosaños disminuyeron y si bien en la actualidad siguen siendo preocupantes, no lo son enla misma medida que en años anteriores. Razonamiento parecido se puede aplicarse alCatatumbo, en Norte de Santander, que conoció niveles históricos muy elevados,particularmente entre 1999 y 2003. En la actualidad, la región presenta niveles críticos,pero cinco a seis veces menores que en el pasado en algunos de sus municipios; algosemejante se podría decir de Medellín o de Cúcuta, para referirse solamente a dosejemplos relevantes en los contextos urbanos.

Por otro lado, no obstante que la violencia homicida se ha reducido en el conjuntonacional, en los últimos años se ha expresado con mayor fuerza en determinadoscontextos. Algunos municipios del occidente colombiano y particularmente del Pacífico,en concreto ciudades como Pereira y Dosquebradas en Risaralda, o Buenaventura, enValle, o Tumaco, en Nariño, así como algunos municipios del oriente colombiano, enPutumayo y Meta, para solo señalar algunos ejemplos, han registrado recientementeniveles preocupantes.

En desarrollo de los propósitos del documento ya señalados, el objetivo es demostrarque el mayor peso de la violencia homicida, su concentración en el espacio, susdesplazamientos de unas zonas hacia otras, así como los ascensos y los descensos tanbruscos que han registrado en los últimos doce años, están en lo fundamentalrelacionados con la violencia ejecutada por actores organizados. Tanto los ejerciciospara los últimos doce años, como aquellos en que nos concentramos en los cuatroúltimos, están estructurados en torno a este planteamiento central.

No es pertinente aquí discutir si estos actores están o no asociados a la confrontaciónarmada. Mal podría pensarse que en un país como Colombia, donde han existido enlos últimos años organizaciones irregulares como las autodefensas, las Farc y el ELN,así como variadas expresiones armadas al servicio del narcotráfico, que han sostenidofuertes disputas entre ellas y que han influenciado estructuras delincuenciales dediferente naturaleza, la explicación de los altos niveles de homicidios no se remitaprincipalmente a ellas, no sólo en los contextos rurales, sino también en los urbanos9.Ya Daniel Pécaut había llamado la atención sobre este aspecto hace cerca de veinteaños, comentando el estudio de los violentólogos en el que se afirmó que la violenciapolítica no explicaba sino el 10% de los homicidios y había arguido que ese cálculo eradiscutible. Señalaba, haciendo referencia a la crisis de la época, que en la medida enque ésta se agravaba, la línea de separación entre lo que proviene de la política y lo

9 Rubio, Mauricio, en el libro ya citado discute este tema ampliamente.

Page 13: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

14

10 Pécaut, Daniel. Crónica de dos décadas de política colombiana 1968 – 1988. Siglo XXI Editores. Bogotá, Colombia, p 413. El estudio al que se refiere Pécaut es ella Comisión de Estudios sobre la violencia. Colombia: Violencia y Democracia. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1987.

11 Comisión de Estudios sobre la violencia. Colombia: Violencia y Democracia. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1987. En ese estudio, los que se conocieroncomo los violentólogos, trataron de refutar la tesis en el sentido de que la violencia es fundamentalmente política y expusieron la tesis según la cual tiene múltiplesexpresiones que no excluyen pero si sobrepasan la violencia política. En consecuencia estudiaron las violencias política, urbana, organizada, contra minorías étnicasy las asociadas a los medios de comunicación y la familia. Sus tesis fueron controvertidas. Afirmaron por ejemplo: "si se compara la proporción de muertos y heridosresultantes de acciones subversivas con la de los producidos por otro tipo de violencia, nuestra tesis inicial se reafirma: el porcentaje de muertos como resultado de lasubversión no pasó de 7.51% en 1985, que fue el año tope. Mucho más que la del monte, las violencias que nos están matando son las de la calle." P 18. Obviamentela concepción que se tenía en ese entonces de violencia política era la que vinculaba a únicamente la subversión. Se miraba por aparte de la anterior la que denominaronviolencia organizada. Hay que entender que las agrupaciones de autodefensas no habían adquirido la dinámica que tomaron después, el tema del narcotráfico eraanalizado también por aparte y se consideraba que la violencia urbana estaba separada de las anteriores. Resulta útil observar que en este marco consideraron en eseentonces que la violencia urbana era más social que política. Ver p 56.

12 Alejandro Gaviria en un prólogo a una publicación editada por Fabio Sánchez, destaca como una de las virtudes de los estudios que contiene el libro que comenta,es haber demostrado la compleja interrelación entre conflicto y violencia. Considera que por mucho tiempo el conflicto armado y la violencia se concibieron comofenómenos esencialmente inconexos y afirma que los resultados del libro demuestran que el conflicto y la violencia están conectados. Ver: Alejandro Gaviria."Prólogo". En Sánchez, Fabio (hay varios coautores). Las Cuentas de la Violencia. Ensayos Económicos sobre el Crimen y la Violencia. Bogotá, Grupo EditorialNorma – Economía Universidad de los Andes, 2007.

13 El Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH ha publicado varias aproximaciones a la dinámica de la confrontación armada en Colombia.14 Las desmovilizaciones de las autodefensas han planteado un problema conceptual. Las organizaciones vigentes ya no se pueden denominar como tal. Se han

utilizado varias expresiones, una de ellas se refiere a bandas emergentes, otra a organizaciones armadas al servicio del narcotráfico. De hecho ya no presentan lasmismas connotaciones que en el pasado. Para obviar este problema, para efectos de este estudio, se van a denominar como organizaciones criminales, ydependiendo del caso, se aclarará si están relacionadas o no con el narcotráfico. No obstante, el problema en este estudio no es analizar estas organizaciones. Elplanteamiento se orienta a explicar los cambios en los homicidios en su relación con actores organizados, incluidas estas últimas.

que es independiente de ella, se hace especialmente fluida: “Difícilmente puede aislarsela violencia “ordinaria” del contexto en que existe”, afirmaba entonces10.

El debate sobre violencia política y otras violencias de los años ochenta no se puedeplantear en los mismos términos en la actualidad11. De hecho, en la violencia asociada ala confrontación armada en los últimos doce años, no se puede incluir únicamente a lasguerrillas y su confrontación con el Estado, sino que hay que considerar también a lasautodefensas, antes de su desmovilización, así como a las organizaciones armadas alservicio del narcotráfico12. Estas dos últimas agrupaciones también afectan la esferapolítica. Al respecto, los informes elaborados por el Observatorio del ProgramaPresidencial de Derechos Humanos y DIH de la Vicepresidencia de la Repúblicaestudiaron entre 1999 y 2006 las regiones más afectadas por la violencia. Una constanteque se advierte en los mismos es que las alzas que presenciaron algunos municipiosentre 1998 y 2002, están asociadas a disputas entre actores irregulares, por factoresasociados al narcotráfico, por corredores estratégicos, en fin, por una multiplicidad derazones13. Adicionalmente, estas organizaciones atraviesan los contextos rural y urbano.

En este informe, se entiende por actores organizados a la sumatoria de los gruposirregulares, guerrillas y autodefensas, de la delincuencia relacionada con el narcotráfico(bandas, oficinas de cobro), así como de las organizaciones criminales. Un aspectocentral para entender la dinámica reciente es que el narcotráfico los influenció atodos. En este sentido, en los últimos veinte años no es posible separar a las guerrillasy a las autodefensas del narcotráfico; tampoco podemos concebir muy variadasorganizaciones criminales y delincuenciales sin tener como punto de referencia alnarcotráfico. De hecho, las oficinas de cobro y las redes de sicarios a su servicio, lasbandas con las que contratan trabajos, tienen una especial influencia en variosescenarios colombianos y explican en buena medida tanto los aumentos como lasdisminuciones de los homicidios.

El trípode conformado por: guerrillas, autodefensas14 y delincuencia organizada, esesencial para entender los cambios bruscos en los homicidios. No obstante, la realidades mucho más compleja. El narcotráfico no sólo los penetró a todos, sino que dinamizó

Page 14: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

15

15 Antes de hacer precisiones al respecto, es importante referirse a las limitaciones y las virtudes de las bases de datos disponibles. Las limitaciones radican, enlo esencial, en que no se dispone de una única base de datos, que permita desagregar en una serie larga de tiempo los homicidios a nivel municipal, coninformación que vaya más allá del total de las víctimas. La base de Medicina Legal incluye muchas variables, pero no integra en un mismo archivo loshomicidios de todos los municipios; considera únicamente la información que obtiene por vía directa de sus funcionarios a nivel nacional, pero deja por fuerala información que recibe indirectamente de médicos rurales y otras autoridades que no dependen de ella, sobre la cual no se dispone del mismo nivel dedesagregación. De esta manera no es posible comparar la información de unos municipios con otros, contemplando todas las variables que se estudian yobviamente es imposible hacerlo en el tiempo. Por otra parte, se dispone de una base de la Policía Nacional entre 1990 y 2006 que desagrega el total dehomicidios para cada municipio. No obstante, variables como el arma, la edad, el sexo, el móvil, si ocurrió en el casco urbano o en lo rural, son aspectos de losque se dispone únicamente desde 2003. Cuando se compara con la base de Medicina Legal, la base de la Policía sí permite comparar en el tiempo unosmunicipios con otros. No obstante, resulta claro que la de Medicina Legal es más completa en aquellos municipios donde obtiene en su totalidad la informacióndirectamente y particularmente en las grandes ciudades; la información de la Policía no incluye entonces todos los homicidios tampoco, aunque si una parteconsiderable de los mismos. Si bien las limitaciones son importantes, los progresos recientes son considerables y abren nuevas posibilidades de análisis.Resulta de la mayor importancia el ejercicio que viene haciendo la Policía Nacional desde 2003 en torno a discriminar los homicidios según sean rurales yurbanos, en registrar el arma utilizada y hacer una aproximación sobre los móviles. Estos ejercicios se hacen a nivel desagregado, es decir registro porregistro. Esto permite hacer descripciones que antes no se realizaban, haciendo discriminaciones a nivel de municipios y considerando al mismo tiempo todoel país. Es por ello propósito de este estudio aprovechar esta información y ponerla al servicio del análisis.

16 No se utilizó el censo de 2005 pues en el desarrollo de la investigación no se conocían sus resultados. Adicionalmente, porque no permitió considerar el homicidioen una perspectiva histórica, es decir no existen proyecciones con base en el mismo hacia atrás.

estructuras y organizaciones muy complejas como las pandillas barriales, lasagrupaciones dedicadas a las denominadas limpiezas sociales, en fin, a un conjuntode expresiones delincuenciales.

Se trata entonces de contextualizar el homicidio en el espacio y el tiempo y asociarlocon los factores expuestos. Se privilegia el período que se extiende entre 1995 y2006 por las limitaciones que imponen las bases de datos15, pero obviamente sehace referencia también a la primera mitad de los noventa y a la década de losochenta. En términos espaciales, se manejan los niveles municipal, departamental ynacional. Entrando más en detalle, el estudio se propone discriminar los homicidiosrurales y urbanos y profundizar respecto de las armas utilizadas y de los móviles.

Discriminar por municipios en lo rural y lo urbano es un análisis que presenta una granutilidad. Para complementar estos aspectos, se introdujo una perspectiva poco utilizadaque trasciende la división político-administrativa y que pretende concentrarse en lasdinámicas rurales y urbanas en varios contextos. Para hacer un análisis simplificado,que al mismo tiempo de cuenta del conjunto nacional en los doce años de la serieconsiderada, se dividió el país en tres tamaños de población, y a su turno cada uno deéstos se seccionó en otros tres con tamaños más refinados, para un total de nuevegrupos de municipios. Éstos a su turno se desagregan a partir de 2003, de acuerdocon lo urbano y lo rural, lo que permite hablar de 18 secciones, nueve de ellas ruralesy nueve urbanas, cada una con dinámicas muy variadas. Igualmente, estas seccionesse cruzan con divisiones político-administrativas, municipios y departamentos, y tambiéncon regiones16.

En lo que respecta a armas y móviles, se calcula la participación porcentual de cadauno de ellos, por años o en un período determinado a nivel nacional, y se hacen losmismos cálculos para cada uno de los tamaños de población. Después, se comparanlos promedios de cada grupo de población con el promedio nacional y se extraenconclusiones tendientes a demostrar hasta qué punto, en cada uno de los escenariosconsiderados, los homicidios se relacionan con actores organizados o con individuos eintegrantes de la pequeña delincuencia. Este planteamiento se entenderá mejor endesarrollo del texto, con base en ejemplos concretos.

En un segundo nivel, se separan, para cada tamaño de población, los municipiosque están por encima y por debajo de la tasa promedio nacional para un período

Page 15: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

16

17 Sicariato es la expresión utilizada en las bases de la Policía Nacional.

determinado; cuando se analizan las armas, el ejercicio se hace para el promedio2003 a 2006, pero cuando se enfocan los móviles se considera el período 2005 -2006, pues en esos años la información es más fidedigna, como se demostrará en eldesarrollo del estudio. Se estudian primero aquellos que están por encima delpromedio y se observa el comportamiento de las armas con los móviles. Después, seobservan los que están por debajo del nivel del país, utilizando el mismoprocedimiento. Igualmente, se interrelacionan unas variables con otras, es decir lasarmas con los móviles, en aras de descifrar la naturaleza de los actores que estándetrás de los altos niveles de homicidio. En particular, se busca aportar evidencia entorno a determinar si los homicidios están más relacionados con actores organizados,o con individuos e integrantes de la pequeña delincuencia. Igualmente, el ejerciciosirve para hacer precisiones sobre cada uno de los autores en los muy variadoscontextos en que ocurren los homicidios.

A partir de estos ejercicios, se construyen unas tipologías por grupos de municipios.En los casos en que la participación de armas de fuego del promedio del grupoanalizado es superior al promedio nacional, este comportamiento se constituye comoun indicio sobre la participación de actores organizados. Por el contrario, cuandoocurre lo propio en armas blancas, esto indica que la participación de los individuosy los integrantes de la pequeña delincuencia adquiere mayor importancia. En otrasarmas, la evaluación es más compleja, puesto que en unos contextos estánrelacionadas con actores organizados, principalmente en el caso de las granadas, losexplosivos y las minas antipersonal, y por otro lado, las armas contundentes,cortopunzantes, las sogas, entre otras, se relacionan más con individuos o conintegrantes de la pequeña delincuencia. Así mismo, métodos como la asfixia mecánica,son principalmente utilizados por organizaciones delincuenciales al servicio delnarcotráfico. Dependiendo del caso, se especifica entonces si las otras armas estánrelacionadas con los actores organizados o con los individuos y la pequeñadelincuencia.

En los móviles, las tipologías son más complejas, pues en el país se dispone de unaproporción muy elevada de homicidios sin información. Los años en que lainformación está más purificada (2005 y 2006), representa alrededor del 45% deltotal. De esta manera, se busca interpretar hasta qué punto las participaciones demóviles sin información sobrepasan el promedio nacional y en función de lo anterior,se busca interpretar si esto es un indicador o no de la actuación de gruposorganizados. Por otro lado, se analiza el móvil de sicariato17, que agrupa en 2005alrededor del 20% del total de los homicidios. Por su naturaleza, este móvil en loesencial está asociado con actores organizados, en algunos casos con agrupacionesde autodefensas, en otros con grupos guerrilleros o la delincuencia organizada, lamayoría de las veces al servicio del narcotráfico. De esta manera, si en un municipioo en un conjunto de éstos la participación del sicariato sobrepasa el promedionacional, este comportamiento es un indicio de que en esos escenarios, alguno deestos actores adquiere más preponderancia que en el ámbito nacional. Se intenta,a partir de información complementaria, precisar con qué agrupaciones estánrelacionados los homicidios tipificados en este móvil.

Page 16: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

17

La Policía discrimina varios móviles asociados a la confrontación armada, e incluye lasmuertes en combate como resultado de los enfrentamientos entre el Estado y losgrupos irregulares, algunos asesinatos selectivos protagonizados por los mismos, esdecir guerrillas y autodefensas y muertes por su accionar terrorista, principalmentelas guerrillas. Este conjunto de categorías se agrega en una sola y se busca establecerpara un municipio o para un conjunto de éstos, si su participación está por encima opor debajo del promedio del país. Si está por encima, es un indicio de que estosactores tienen más relevancia que en el promedio nacional. A continuación, se buscaprecisar qué grupos están detrás de los altos niveles de homicidios en los contextospropuestos, es decir si se trata de guerrillas, autodefensas (dependiendo del añoconsiderado) o de agrupaciones al servicio del narcotráfico.

Análisis parecidos se hacen en torno a las riñas y a los atracos, que son asociadosprincipalmente a individuos o a la pequeña delincuencia. De esta manera, si lospromedios en los grupos de municipios están por encima del que registra el país,esto es un indicio de que estos actores tienen mayor participación que en el nivelnacional. Se procede de la misma forma que en los otros móviles, es decir, se intentaprecisar las dinámicas que tienen lugar a partir de información complementaria.

De esta manera, se podrán establecer patrones para cada uno de los nueve tamañosde población y, en cada uno de éstos, en los escenarios rurales y urbanos. Se intentaráde esta manera, descifrar la naturaleza de los actores que están detrás de los homicidiosy tipificar los escenarios en los que se mueven las guerrillas, las autodefensas y lasmuy variadas organizaciones delincuenciales. Se podrá así diferenciar la violenciahomicida en las ciudades grandes, las intermedias y las pequeñas. Así mismo, sehará un análisis sobre los contextos rurales, comparando las dinámicas que seproducen en los municipios de tamaños grandes, donde su peso es reducido, deaquellos municipios intermedios –donde su dimensión es más significativa– y deaquellos más pequeños, donde su participación relativa, aunque no absoluta, esimportante. Se podrá precisar de igual manera en qué tamaños de municipios laincidencia del homicidio rural es más intensa, es decir donde sus tasas de homicidioson más elevadas.

El informe se divide en dos partes. La primera contiene tres capítulos. El primeroanaliza la evolución temporal del homicidio, sus niveles medidos en tasas de homicidio,así como su concentración y su persistencia en el tiempo; hace discriminaciones portres tamaños de población: grandes, intermedios y pequeños. En el segundo,profundiza en el período 2003 a 2006, distribuyendo los homicidios en contextosrurales y urbanos y discriminando el arma utilizada, y el móvil o la modalidad; enfatizaespecialmente en las reducciones que se registraron desde 2002 y mantiene laperspectiva respecto de tres grupos de acuerdo con los tamaños de población de losmunicipios. En el tercero, se aborda los municipios de acuerdo con nueve tamañosde población, lo que permite hacer una investigación más detallada en torno a lasrelaciones entre actores responsables, tasas, armas, móviles y regiones.

La segunda parte analiza seis ciudades: Medellín, Cali, Buenaventura, Pereira,Dosquebradas y Cúcuta, que se estudian en cinco capítulos aparte, pues en el cuartose consideran conjuntamente Pereira y Dosquebradas.

Page 17: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 18: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Generalidades sobreel homicidio en Colombiaentre 1995 y 2006

CAPÍTULO I

Page 19: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 20: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

21

1. Evolución temporal, concentración del homicidioy persistencia en el tiempo

Como se anotó en la introducción, las tasas de homicidio llegaron en Colombia a sunivel más alto en 1991, cuando registró un nivel de 79.3 hpch. Después, se produjoun descenso hasta 1998, salvo una oscilación hacia arriba entre 1995 y 1996, ydesde 1999, comenzó un ascenso que tiene como punto culminante a 2002, cuandose registró una tasa de 65.9 hpch. A partir de 2003, la tasa de homicidio desciendey llega a su punto más bajo en 2006, con 37.4.

Gráfico No. 2Tasas de homicidio en Colombia por años

1987-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane. Los cálculos de las tasas fueron hechos por la Policía NacionalProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 21: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

22

18 Los municipios que no arrojan información en todos los años corresponden a aquellos que fueron creados con posterioridad a 1995; algunos de ellos son corregimientosdepartamentales. Si la proporción fue 75%, fue conside rado muy crítico, si fue superior al 50% pero inferior al 75% fue crítico, si fue entre el 25% y el 50% fue medianamentecrítico y por debajo del 25% fue considerado no crítico. Son muy críticos, críticos, medianamente críticos o no críticos en lo que se refiere estrictamente al nivel de su tasa.No sobra señalar que en esencia hay municipios con niveles bajos o medios en términos de tasas, pero son críticos desde otra perspectiva, por ejemplo porque tienenpresencia de algún grupo irregular.

Distribuir espacialmente estos niveles de homicidios y precisar los municipios afectadoses una tarea compleja, porque es necesario hacerlo año a año. Igualmente, esindispensable hacer referencia a municipios con características muy diversas desde elpunto de vista del tamaño de la población y de su composición rural y urbana. Noobstante, para darle una dimensión espacial al homicidio, se construyó un mapa quepermita hacer una generalización en el tiempo y en el espacio en un mismo momento.Se creó para ello un indicador que da cuenta de la persistencia del homicidio, es decirel número de años en que los municipios del país registraron tasas de homicidio porencima o por debajo del promedio nacional, de acuerdo con una escala; lo anteriorsólo se pudo hacer entre 1995 y 2006 por las limitaciones anteriormente anotadasque imponen las bases de datos disponibles.

El ejercicio tiene la ventaja de que en un mismo mapa, se da cuenta de un períodomuy largo, y es especialmente útil para mirar los municipios más críticos, es decirque en la mayoría de los doce años considerados registraron tasas por encima delpromedio nacional. Igualmente, facilita el análisis de los no críticos, pues permiteidentificar las zonas donde reiteradamente los homicidios registran niveles muy bajos.No obstante, es de poca utilidad para mirar los niveles intermedios, puesto que nopermite precisar en qué años subieron o bajaron. Lo anterior obviamente secompensará más adelante, cuando se haga un análisis más detallado sobre la relaciónentre tiempo y espacio. Sin embargo, en su conjunto, el ejercicio es válido porqueparte de una generalización sobre el homicidio que combina espacio y tiempo, ysirve de punto de partida para abordar el tema.

Veamos en términos concretos en qué consistió el ejercicio y sus resultados másrelevantes. Los mapas No. 1 y 2, que representan la misma información en dosformatos diferentes, son valiosos. Espacialmente, expresan las zonas donde hay unamayor o menor incidencia del homicidio, y temporalmente señalan donde se presentamayor o menor persistencia. Para construir los dos mapas, la persistencia se calculóa partir del número de años en que cada uno de los 1.121 municipios y corregimientosdepartamentales del país superó o estuvo por debajo del promedio colombiano entre1995 y 2006, que son los años en que se tiene información confiable de poblacióndesagregada por municipios. Se consideraron muy críticos aquellos municipios queen nueve, diez, once o doce años de la serie considerada registraron tasas quesuperaron el promedio nacional. Se consideraron críticos los municipios que entreseis a ocho años de los doce considerados, presentaron tasas que se situaron porencima del promedio del país. Se consideraron medianamente críticos los municipiosen los que sus tasas superaron sólo entre tres a cinco de los años considerados elpromedio colombiano y se consideraron en un nivel no crítico aquellos en que enninguna oportunidad o por mucho en dos sobrepasaron el promedio del país; seexcluyeron del análisis 39 municipios y/o corregimientos departamentales que noarrojan información en ocho años o más y en los que se tiene información entreocho y once años se aplicaron proporciones equivalentes a las cuentas que consideranlos doce años18.

Page 22: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

23

Mapa No. 1Municipios según niveles críticos calculados a partir del número de años en que persisten tasas

de homicidio para el período 1995-2006

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 23: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

24

Mapa No. 2Municipios según niveles críticos calculados a partir del número de años en que persisten tasas

de homicidio para el período 1995-2006

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 24: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

25

19 En el sur de Bolívar el subregistro es impresionante. Las cifras de la Policía no registraron la ofensiva de las autodefensas entre 1997 y 2002. Obviamente haysubregistros también en otras zonas del país.

Una característica de la información expresada en los mapas es que los muy críticostienden a ser vecinos de los críticos, al tiempo que los medianamente críticosgeneralmente lo son de los no críticos. De esta manera, los pequeños redondeles rojosy anaranjados dibujan las zonas más críticas, es decir donde se concentran los municipiosdonde persisten altas tasas de homicidio, mientras que los azules y los grises configuranlas menos críticas, las más “pacíficas”, es decir donde reiteradamente se producen losniveles menos elevados, la mayoría de las veces por debajo del promedio nacional.Una visión por separado de cada uno de estos cuatro conjuntos de municipios sepuede apreciar también en los mapas No. 3 a 6.

Las zonas más críticas, las que se dibujan a partir de los redondeles rojos yanaranjados en el mapa No. 1, en lo fundamental son tres. Una primera zona quedibuja concentraciones de municipios muy críticos y críticos, se sitúa en el ladooccidental del país. Parte del extremo norte del Cauca, atraviesa el Valle, losdepartamentos del Viejo Caldas y abarca buena parte de Antioquia, principalmente;igualmente, se le podría añadir buena parte del occidente del Tolima, donde si bienen su mayoría no son muy críticos, hay muchos en los que entre seis y ocho añospresentaron tasas por encima del promedio del país. Una segunda zona es la cadenaque se dibuja en el piedemonte de la Cordillera Oriental e involucra a Putumayo,Caquetá, Meta, Casanare y Arauca, donde alternan municipios muy críticos y críticos;por su proximidad geográfica y aunque no hace parte del piedemonte de la CordilleraOriental, se le podía agregar parte del oriente del Huila (en el occidente de laCordillera Oriental). Finalmente, otra zona se dibuja en la confluencia entre Santandery Norte de Santander, y se prolonga hasta los departamentos de Cesar y La Guajira,pues se destacan municipios muy críticos y críticos. Por lo demás, se evidencianalgunos islotes críticos en varias partes, como en Nariño y Cauca, Cundinamarca,los Montes de María y parte de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Un ejercicio similar se puede hacer con los municipios menos críticos, es decir dondereiteradamente registran tasas por debajo del promedio nacional. La cadena de pequeñosredondeles o manchas grises y azules que se dibuja, parte desde Nariño y Cauca, dondepredominan municipios de la Cordillera Central, y se prolonga después por la CordilleraOriental, pasando por Huila, Tolima, Cundinamarca, Boyacá, Santander y termina en elsur de Norte de Santander. Hay una segunda zona en la región Caribe, en losdepartamentos de Bolívar19, Sucre, Córdoba y Magdalena, a la que se le puede agregaruna parte en el norte de La Guajira. Hay una tercera en la costa Pacífica, en losdepartamentos de Nariño, Cauca y Chocó (se aprecia mejor en el mapa No. 2 en el quese tiñe todo el polígono). Una cuarta zona se dibuja en el extremo oriental del país, en laOrinoquía y la Amazonía, en los departamentos de Amazonas, Vaupés, Vichada y Guainía.

Los mapas, no obstante que ayudan a precisar dos tipos de zonas, de acuerdo consu persistencia en términos de altas o bajas tasas de homicidio, no son suficientespara diferenciar las muy variadas dinámicas que hay detrás de los municipios que lasconforman. Las dinámicas que se desenvuelven son muy complejas, pues en unoscasos son eminentemente urbanas y en otros rurales, los actores involucrados sonmuy variados, al tiempo que los municipios críticos lo son más, en unos años que enotros. Los tamaños de los municipios oscilan entre 254 de menos de cinco milhabitantes y cinco ciudades que superan el millón.

Page 25: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

26

Mapa No. 3Municipios muy críticos porque en nueve, diez, once o doce años de la serie considerada

registraron tasas que superaron el promedio nacional en el período 1995-2006

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 26: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

27

Mapa No. 4Municipios críticos porque entre seis a ocho años de los doce considerados registraron

tasas que superaron el promedio nacional en el período 1995-2006

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 27: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

28

Mapa No. 5Municipios medianamente críticos porque entre tres a cinco de los doce años considerados

registraron tasas que superaron el promedio nacional en el período 1995-2006

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 28: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

29

Mapa No. 6Municipios no críticos porque en ninguna oportunidad o por mucho en dos de los doce años considerados

registraron tasas que superaron el promedio nacional en el período 1995-2006

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 29: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

30

Un rasgo común a los municipios más críticos es la estrecha relación entre altas tasasde homicidio y actores organizados, según se demostrará en el estudio. No obstante,la naturaleza de estos últimos es muy variada, pues mientras en unos casos pesaronmás las organizaciones criminales al servicio del narcotráfico y/o los grupos irregulares,especialmente las autodefensas, en otros la confrontación armada entre el Estado y lasguerrillas contribuyó en forma significativa. Así mismo, la situación ha venido cambiandoa través de los años, por lo que es necesario hacer precisiones de orden temporal.

1.1 Tasas de homicidio y niveles de persistencia entre 1995 y 2006según tres tamaños de población

Se discriminan ahora las tasas de homicidio y los niveles de persistencia por tamañosde población. La información sobre los homicidios rurales y urbanos sólo se tiene apartir de 2003 y su distribución en términos absolutos y relativos se puede apreciar enel aparte 1.1.2. Por ahora, se trata de hacer un ejercicio en el tiempo, entre 1995 y2006, y para ello se distribuyen los municipios del país entre grandes, medianos ypequeños, a partir de criterios que se exponen más adelante.

El propósito de este aparte es discriminar en tres tamaños de población los municipiossegún el nivel de persistencia del homicidio, establecido a partir de sus tasas, y el númerode años en que se produce a lo largo de los doce años analizados. Para lo anterior, elanálisis se divide en tres dimensiones. En la primera, se presenta muy brevemente ladistribución de los municipios del país de acuerdo con sus tamaños de población. En lasegunda, se distribuyen los homicidios de acuerdo con sus niveles de persistencia,desagregados en los tres tamaños de población y se representan espacialmente. En latercera, se hace un análisis comparado por grupos de población, teniendo en cuenta laevolución temporal de sus tasas de homicidio.

Se intenta determinar desde una perspectiva general en qué grupos de municipios seconcentran y persisten las tasas de homicidio, y cómo éstas han evolucionadotemporalmente en cada uno de éstos. Más en concreto, se busca diferenciar qué tipode municipios está afectado por los altos niveles de homicidio y su persistencia en eltiempo, es decir si son los de mayor tamaño, con altas concentraciones de poblaciónurbana, o los de tamaño intermedio, o los pequeños, donde la participación de lapoblación rural adquiere cada vez más importancia. Esto nos abrirá el camino paraestablecer si los homicidios tienen una mayor incidencia urbana o rural, en qué tamañosde población sucede y en qué períodos de tiempo.

Se presentan primero algunas características generales sobre la población de estosmunicipios, luego se analizan sus tasas de homicidio y se distribuyen en los nivelesrural y urbano, por armas y móviles.

1.1.1 Número de municipios y población de acuerdo con tres tamaños de población

Para comenzar, es importante resumir algunas generalidades sobre los municipioscolombianos, de tal manera que se facilite la presentación de los análisis. Primeroque todo, discriminamos los 1.121 municipios y corregimientos departamentalesde acuerdo a tres tamaños de población bastante gruesos. El primero es el de losmunicipios de más de cien mil habitantes, al que frecuentemente se hará alusión

Page 30: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

31

En promedio, con base en las proyecciones de 2006, el 72.8% de los habitantes delpaís vivía en las cabeceras de los municipios, que asociamos a la población urbana yel 27.2% en el resto de los municipios, en lo fundamental en el sector rural. De lostres grupos, el de los municipios con mayor tamaño es predominantemente urbano,el segundo es en promedio levemente más urbano que rural, aunque con proporcionesmuy cercanas a la mitad de los habitantes de las cabeceras y del resto de los municipios,y el tercero es esencialmente rural.

Es así como el grupo de municipios del tamaño más grande, de más de cien milhabitantes, albergaba en 2006 el 93.9% de la población en los cascos urbanos y el6.1% en el sector rural; el segundo grupo de municipios, entre veinte y cien mil

20 Incluye corregimientos departamentales. En adelante al conjunto de los municipios y los corregimientos departamentales los llamaremos municipios para abreviar.21 El censo de 2005 arrojó 42.090.502 habitantes. Las proyecciones de población de 2005 arrojan 46.040.164, es decir cerca de 4.000.000 menos de lo esperado.

Cuadro No. 1Municipios del país distribuidos por tamaños de población en 2006: número de municipios, población rural

y urbana, población total y respectivas participaciones porcentuales

Proyecciones de población del Dane.Cálculos del Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

como el de los municipios más grandes o de mayor tamaño. El segundo es el delos municipios comprendidos entre veinte y cien mil habitantes, que frecuentementese denominará de tamaño intermedio o mediano y el tercero es el de los municipiosde menos de veinte mil habitantes, que se denominará también como el grupo delos municipios de menor tamaño o más pequeños.

La división de los municipios20 del país en tres grupos de acuerdo con su tamaño depoblación se hizo teniendo en cuenta las proyecciones del Dane para 2006 con baseen el censo de 1993. El grupo que concentra el mayor número de población es elconformado por las ciudades de más de cien mil habitantes, 53 en total, que tan sólorepresentan el 4.7% de los 1.121 municipios considerados, pero albergan un total de26.325.456 habitantes, es decir el 56.3% del total del país. El segundo grupo es elconformado por municipios entre veinte y cien mil habitantes, en total 351, el 31.3%de los del país, que concentran 13.535.098 personas, el 28.9% de la población nacional.El tercer grupo que aglutina a 717 municipios, que oscilan entre cero y veinte milhabitantes, el 64% del total de municipios del país, que alberga 6.911.732 habitantes,es decir tan sólo el 14.8% del total nacional. La población total proyectada para todoel país fue de 46.772.286 en 200621.

Page 31: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

32

habitantes, tenía una población urbana de 51.1% y rural de 48.9%, mientras que eltercer grupo, de menos de veinte mil habitantes, contaba con una población urbanade 34.6% y rural de 65.4%. Es de la mayor importancia tener en cuenta los pesos delas poblaciones rural y urbana, porque como veremos adelante, en los municipios detamaño grande, la tasa de homicidio del municipio está determinada por lo urbano,mientras que en los pequeños lo está por lo rural; en los de tamaño intermedio, estáinfluenciada en proporciones casi iguales por lo rural y lo urbano, aunque depende delas características de cada uno de éstos.

Desde otra perspectiva, el 72.7% de los habitantes urbanos está concentrado en los53 municipios más grandes, el 20.3% en los 351, cuya población oscila entre veintey cien mil y sólo el 7% en los 717 municipios más pequeños. La distribución de lapoblación rural es obviamente diferente. El 52% de los habitantes rurales vivía en losmunicipios entre veinte y cien mil, el 35.5% en los más pequeños, por debajo deveinte mil habitantes, y solamente el 12.5% en los 53 municipios de más de cien milhabitantes. Por ello, para hacer énfasis en la violencia urbana, se estudiarán loshomicidios cometidos en las cabeceras del grupo de 53 municipios de mayor tamaño,y para hacer énfasis en lo rural, se pone el acento en los homicidios ocurridos en elresto de los municipios en los tamaños intermedio y pequeño, es decir el segundo yel tercer grupos.

1.1.2 Persistencia de los homicidios por grupos de población

En los mapas No. 7, 8 y 9, se aprecia la distribución de los municipios para cadatamaño de población, teniendo en cuenta si son muy críticos, críticos, medianamentecríticos o no críticos, a partir de los criterios definidos anteriormente. Estainformación va acompañada del cuadro No. 2 en el que se distribuye para cadatamaño de población el número de municipios afectados en cada nivel. Lainformación aparece en términos absolutos, en las primeras seis columnas, y entérminos porcentuales, en las cinco últimas; estas últimas se leen horizontalmentey suman el 100%.

Page 32: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

33

Mapa No. 7Municipios según niveles críticos calculados a partir del número de años en que persisten tasas

de homicidio para el período 1995-2006 en los 53 municipios de más de 100 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 33: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

34

Mapa No. 8Municipios según niveles críticos calculados a partir del número de años en que persisten tasasde homicidio para el período 1995-2006 en los 351 municipios entre 20 mil y 100 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 34: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

35

Mapa No. 9Municipios según niveles críticos calculados a partir del número de años en que persisten tasas

de homicidio para el período 1995-2006 en los 717 municipios de menos de 20 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 35: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

36

22 Esta conclusión no debe conducir al lector a deducir que la violencia rural sea menos intensa que la urbana. Por el contrario, como se mostrará después, la violenciarural es más intensa que la urbana en el conjunto nacional. A su turno, la violencia rural es más intensa que la urbana en los municipios intermedios y aún en losmás grandes.

Cuadro No. 2Municipios críticos según número de años en que sus tasas se sitúan por encima

o por debajo del promedio nacional1995-2006

Fuente: Policía Nacional y Proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

El Cuadro No. 2 permite precisar que todos los tamaños de población tienenmunicipios en todos los niveles (más o menos críticos), definidos por las tasas dehomicidio y el número de años en que persisten en la serie de doce años considerada.Así mismo, permite observar que en una mayor proporción los niveles muy críticos ycríticos se concentran en los dos tamaños de población más grandes (sumar respectivosporcentajes en el segundo componente del cuadro), y que los niveles menos afectadosse concentran en los más pequeños.

Se concluye que entre más grande es el tamaño de los municipios la proporción delos más críticos sube. Al mismo tiempo, entre más pequeños y rurales, gananparticipación los municipios menos críticos, es decir que en ninguna oportunidad omáximo en dos años, se superó el promedio nacional22.

Veamos las distribuciones por grupos de población con detalle. Haciendo una lecturahorizontal del cuadro No. 2, 12 de los 53 municipios de más de cien mil habitantes,es decir el 22.6% fueron considerados muy críticos y 10, o sea un 18.9%, fueroncríticos; en su conjunto, estos dos grupos suman el 41.5% de los 53 municipios demayor tamaño de población. Por el contrario, 5 fueron considerados medianamentecríticos y 26 más registraron un nivel no crítico; sumados estos dos últimosrepresentan el 58.5%. No deja de ser significativo que cuatro de cada diez municipioshayan sido considerados críticos o muy críticos en este nivel, habida cuenta de queson los de mayor tamaño y con fuertes concentraciones de población urbana; loanterior señala que los niveles altos de homicidio han persistido en cuatro de diezde estos municipios en los últimos doce años. Esto nos permite afirmar conevidencia, que en efecto, el homicidio tiene una alta incidencia urbana, es decir quehay un conjunto de municipios de tamaño grande donde la violencia homicida hapersistido.

Page 36: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

37

23 De los 351 municipios de entre veinte y cien mil habitantes, 81 fueron considerados muy críticos y 65 críticos, es decir el 41.6% cuando se suman las dos categorías.24 Cuarenta y ocho municipios fueron considerados medianamente críticos y 157 registraron por mucho en dos oportunidades niveles superiores a los del promedio

colombiano, es decir que se consideraron no críticos; sumados representan el 58.4%.

La distribución por niveles críticos de los 53 municipios de más de cien mil habitantesaparece representada en el mapa No. 7. Resulta un poco difícil visualizarlos, pues los53 municipios que se representan son un número muy reducido que se pierde en elmapa. No obstante, hay que señalar que la concentración de municipios muy críticosse produce en la primera zona definida párrafos atrás, concretamente en Valle, losdepartamentos del viejo Caldas y Antioquia. En Valle, están Cali, Buga y Cartago;Pereira, en el departamento de Risaralda y Manizales en Caldas; finalmente, en eldepartamento de Antioquia están Medellín, Itagüí, Bello y Apartadó; los demás estánmás dispersos. Así mismo, en la primera zona fueron considerados críticosBuenaventura, Palmira, Tulúa, Dosquebradas y Envigado. En la segunda zona, elpiedemonte de la Cordillera Oriental, considerando los muy críticos, sólo se destacaFlorencia en Caquetá. Finalmente, en la tercera zona, sólo sobresalen Cúcuta enNorte de Santander y Ciénaga en Magdalena.

Los no críticos y los medianamente críticos, los representan los redondeles azules ygrises del mapa No. 7. En lo esencial, están ubicados en la cadena que va desdeNariño hasta el sur de Norte de Santander, en la Cordillera Oriental y en la CostaCaribe. Considerando las ciudades más grandes, no fueron muy críticas o críticasPasto, Popayán, Bogotá, Soacha, Tunja, Bucaramanga, y Floridablanca, en lo que serefiere a la cordillera, así como tampoco Cartagena, Barranquilla, Santa Marta,Valledupar, Montería y Sincelejo, en la costa; ni Neiva, en el Valle del Magdalena,entre las Cordilleras Central y Oriental.

En resumen, lo anterior nos permite concluir que las ciudades donde el homicidio hapersistido están ubicados en el occidente colombiano, principalmente en losdepartamentos de Valle del Cauca, la región del Viejo Caldas y Antioquia. Así mismo,en las ciudades de la Cordillera Oriental y de la Costa Caribe, los altos niveles dehomicidio no han persistido en el tiempo.

Veamos ahora la distribución de los 351 municipios intermedios, con tamaños queoscilan entre los veinte y los cien mil habitantes. Para ello, hacemos nuevamenteuna lectura horizontal del cuadro No. 2. En lo esencial, es interesante señalar quecuando se agregan los muy críticos y los críticos, por un lado, y los medianamentecríticos y los no críticos, por el otro, los porcentajes son similares que en losmunicipios de tamaño más grande. En efecto, en los municipios intermedios losmuy críticos y los críticos suman el 41.6%23 y en los grandes el 41.5%. De la mismamanera, los medianamente críticos y los no críticos suman respectivamente 58.4%24

y 58.5%. En resumen, cuatro de cada diez fueron considerados críticos o muycríticos. Grosso modo, estos municipios intermedios encierran algo más de la mitadde la población en las cabeceras, pero así mismo cerca de la otra mitad en las zonasrurales, por lo que presentan mezclas muy complejas de dinámicas rurales y urbanasal mismo tiempo. En este caso, es imperativo diferenciarlos, porque una partetiene un peso más urbano que rural, y en la otra, los habitantes rurales pesan másque los de las cabeceras. Esta tarea se realizará cuando discriminemos este grupoen tamaños más restringidos.

Page 37: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

38

La distribución espacial de los 351 municipios intermedios, discriminando sus nivelescríticos se puede apreciar en el mapa No. 8. Una característica en este grupo demunicipios es que los muy críticos tienden a ser vecinos de los críticos, tal como ocurreen el conjunto nacional. Así mismo, los municipios muy críticos y críticos, es decir losredondeles rojos y anaranjados, en lo esencial dibujan las mismas zonas ya definidaspara el conjunto nacional. Como se aprecia en los mapas que resumen todo el país yestos 351 municipios en particular, un primer eje parte del extremo norte del Cauca,atraviesa el Valle, los departamentos del Viejo Caldas y el sur de Antioquia,principalmente. Citar todos los municipios muy críticos es tarea difícil, por lo que sedestacan en el estudio solamente aquellos que en todos los años considerados superaronel promedio nacional, es decir sólo una parte de los redondeles rojos: Sevilla yAnsermanuevo en el Valle; Belén de Umbría, La Virginia y Marsella en Risaralda; yChinchiná y Supía en Caldas. Una segunda zona es la que se dibuja en el piedemontede la Cordillera Oriental e involucra a Putumayo, Caquetá, Meta, Casanare y Arauca,donde hay sucesiones de municipios muy críticos y críticos; a la anterior se le podríasumar parte del oriente del Huila (en la parte occidental de la Cordillera Oriental) porsu proximidad geográfica. Se citan entonces Puerto Asís en Putumayo, Pitalito en Huila,Granada en Meta, Aguazul en Casanare y Tame y Saravena en Arauca. Finalmente, otrazona se dibuja en la confluencia entre Santander y Norte de Santander, Cesar y LaGuajira. Aquellos que en los doce años superaron el promedio nacional son Sabana deTorres en Santander, Tibú y El Zulia en Norte de Santander y Riohacha en La Guajira.

En contraste, resulta más difícil identificar las zonas donde existe persistencia de bajosniveles de homicidios, sin embargo son las mismas que se destacan en el conjuntonacional. La cadena que va desde Nariño a Norte de Santander, principalmente a travésde la Cordillera Oriental; así mismo, la Costa Caribe, la región Pacífica y la Orinoquía yla Amazonía en el extremo oriental del país. Como veremos, esta zona se aprecia enuna forma más nítida en los municipios más pequeños.

Se concluye que al igual que en los municipios más grandes, en los intermedios elhomicidio persiste a lo largo de la serie analizada en el occidente, en los departamentosde Valle, el Viejo Caldas y Antioquia. No obstante, a diferencia de éstos, también tienenuna incidencia en todo el piedemonte de la Cordillera Oriental y en la franja que sedibuja desde la confluencia entre Norte de Santander y Santander y que se prolongahasta la Guajira.

Un análisis de la distribución de los 717 municipios más pequeños, de menos de veintemil habitantes, señala que las proporciones de los críticos y muy críticos bajanconsiderablemente. De los 717 municipios y corregimientos departamentales, de menosde veinte mil habitantes, no hay información en ocho o más años en 39. Del total deéstos, analizando la persistencia, se tiene que, sólo 90, es decir el 13.3%, fueronconsiderados muy críticos, y 103 más, el 15.2%, fueron considerados críticos; estossuman el 28.5% de los municipios, es decir que sólo algo más de uno de cada cuatromunicipios fue considerado crítico o muy crítico, mientras que en los dos grupos demayor tamaño la proporción es de alrededor de cuatro de cada diez. Por el contrario,casi tres de cada cuatro registraron tasas inferiores que las del país. Fueron consideradosmedianamente críticos 140, o el 20.6% y arrojaron niveles no críticos 345 municipios,es decir el 50.9%, más de la mitad de todos los analizados en este grupo. Son éstosmunicipios mucho más rurales, obviamente de menor tamaño. Se concluye así quelos homicidios tienen menos incidencia en términos relativos en este grupo depoblación y éstos persisten menos tiempo en los municipios de menor tamaño.

Page 38: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

39

En el mapa No. 9, se resume la información para los municipios más pequeños.Evidentemente, existe un contraste cuando se comparan con los municipios detamaño grande e intermedio. Primero que todo, se debe señalar que si bien sonlos que albergan menos población, por el contrario son los más numerosos y losque abarcan la mayor parte del territorio. Segundo, en lo que se refiere a losmunicipios muy críticos y críticos, como ocurre en las ciudades grandes eintermedias, se dibujan las mismas tres zonas afectadas. La primera está conformadapor el norte del Valle, los departamentos del Viejo Caldas y Antioquia; se le podríaagregar el norte del Tolima. Es la zona más afectada, pues es la que más acumularedondeles rojos y anaranjados. La segunda es la conformada por municipios deloriente colombiano, con énfasis en el piedemonte, principalmente en losdepartamentos de Caquetá, Meta y Casanare. La tercera, menos nítida, pues noalberga tantos redondeles rojos y anaranjados, es la que está integrada por Nortede Santander, donde predominan redondeles anaranjados, y por Cesar y La Guajira,donde hay unos cuantos de los dos colores. Aparte de esto, hay una pequeñaconcentración en el norte de Nariño que se une al sur del Cauca, y unos muypocos en la Costa Atlántica. El mapa resalta, por otro lado, un elevado número deredondeles azules y grises, signo de que ahí se concentran los municipios dondepersisten bajos niveles de homicidio. Sobresale la cadena de municipios de Cordillera,principalmente la Oriental, que va desde Nariño (Cordillera Central) hasta Norte deSantander, pasando por Cauca, Huila, Tolima, Cundinamarca, Boyacá y Santander.Son en lo esencial municipios donde pesa mucho el campesinado de tierra fría. Porotro lado, se distinguen la Costa Caribe, en zonas de latifundio ganadero, así comoen la región Pacífica y el extremo oriental del país, en la Orinoquía y la Amazonía,con extensas zonas selváticas.

Se concluye que los municipios donde hay persistencia de bajos niveles de homicidioscoincide en buena parte con municipios de poco tamaño, con un enorme peso depoblación rural, con una muy importante extensión territorial, mucho mayor que el delos municipios de mayor tamaño de población.

En términos generales, a nivel nacional, se concluye, por un lado, que los elevadosniveles de homicidio persisten en unos pocos municipios, un 16.9% si se consideranlos muy críticos, y un tercio si se le agregan los críticos, tal como se aprecia en elcuadro. Estas proporciones ponen en evidencia una elevada concentración delhomicidio. Adicionalmente, en términos relativos, los más afectados por la persistenciay la concentración de altas tasas son los municipios de tamaños grandes e intermedios.

1.1.3 Evolución de las tasas por grupos de población

Teniendo una noción general sobre la concentración y persistencia de los homicidiospor grupos de población, es importante establecer unas primeras generalizacionessobre su distribución en el tiempo. Para ello, se calcularon para los tres grupos demunicipios las tasas promedios de homicidio por cada cien mil habitantes (hpch) entre1995 y 2006 y se compararon con el promedio nacional25. Los resultados se expresanen el gráfico No. 3.

25 Se tiene la información sobre el número de homicidios entre 1990 y 2006 pero no se tienen cifras confiables de población con base en el censo de 1993 de 1990 a1994. Se decidió por ello hacer los cálculos para el período ya anotado. No obstante, hay que señalar que el pico de las tasas de homicidios fue 1991. Esto significaque la serie considerada se inicia cuando las tasas de homicidios tenían en términos generales una inclinación a la baja.

Page 39: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

40

26 El comportamiento según el cual los de tamaño más pequeños superaron a los más grandes entre 2003 y 2006 se explica más adelante con detalle. En esenciaesto ocurre porque su ritmo de disminución es más leve que el de los más grandes entre 2002 y 2006.

Gráfico No. 3Tasas de homicidio por cada cien mil habitantes según tres tamaños de población y el promedio del país

1995-2006

Fuente: Policía Nacional y Proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En los primeros años de la serie considerada se destacan los 53 municipios de másde cien mil habitantes que superaron el promedio nacional entre 1995 a 2000; por elcontrario, a partir de 2001 su comportamiento siempre se ubicó por debajo delpromedio del país. De otro lado, los 351 municipios entre veinte y cien mil habitantesregistraron un comportamiento casi al revés del grupo más grande, pues entre 1995y 1999 estuvieron por debajo del promedio colombiano y a partir de 2000, se ubicaronpor encima del mismo. Finalmente, los 717 municipios entre cero y veinte milhabitantes siempre estuvieron por debajo del promedio colombiano, salvo en 2003y 2004, cuando alcanzaron un nivel que superó el del país. Se concluye que los dosgrupos de población más grandes concentraron las tasas más altas durante la mayorparte del periodo considerado, mientras que los más pequeños, eminentementerurales, casi siempre ocuparon el último lugar; no obstante, entre 2003 y 2006superaron a los más grandes26.

El comportamiento del país, observado independientemente del de los grupos,permite definir tres lapsos. El primero va de 1995 a 1998, año en el que el descensode los homicidios llega a su punto más bajo en lo que respecta a la década de losnoventa. El segundo momento va de 1999 a 2002, cuando las tasas de homicidiocrecen hasta llegar a su punto máximo en 2002. El tercero va de 2003 a 2006,cuando las tasas de homicidio descienden hasta llegar al punto más bajo de toda laserie en el último año. A partir de estos momentos definidos, observemos cómo secomportan los tres grupos considerados.

Page 40: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

41

El gráfico No. 4 incluye la misma información que el anterior, con la diferencia de queexcluye el promedio nacional. Se notan de esta manera más claramente las variacionesde los tres grupos y se pueden comparar los unos con los otros más fácilmente. A suturno, el Cuadro No.3 que lo acompaña resume el cambio porcentual de cada añorespecto de lo ocurrido en el año anterior.

Gráfico No. 4Tasas de homicidio según tres tamaños de población

1995-2006

Fuente: Policía Nacional y Proyecciones DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadro No. 3Cambios porcentuales en las tasas de homicidio entre años en los tres tamaños de población

1995-2006

El porcentaje de 1996 se calculó teniendo en cuenta 1995.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 41: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

42

27 El ritmo expresa el mayor crecimiento porcentual de un año a otro. En el gráfico se expresa en la mayor o menor inclinación de la pendiente.

A partir de las gráficas No. 3 y 4, en el primer lapso, de 1995 a 1998, el comportamientoes complejo pues mientras el grupo más grande baja, los otros dos suben; el grupomás grande es el que presenta los niveles de homicidio más elevados. En el segundo,salvo excepciones, todos los grupos en lo esencial suben. En el tercero, sin excepción,todos los grupos bajan. Analicemos en términos generales los tres tramos discriminadospor grupos de municipios.

En el primer tramo, el grupo de municipios más grande registró los niveles más elevadosen 1995 y 1996 con promedios de 73 y 74 hpch, mayores que en el período críticocomprendido entre 1999 y 2002, año en el que su promedio fue de 65.5, nuevepuntos menos que en 1996. Es importante advertir que los niveles más altos del primergrupo, el de los municipios más grandes, como se apreciará después, se explica poruna variedad de factores. No es prudente comprometerse en este nivel de análisis conexplicaciones. No obstante, no sobra anotar que pesó mucho la situación que vivíanMedellín y Cali que registraban tasas muy elevadas, que en lo esencial habían sidodinamizadas por efecto del narcotráfico. Así mismo, Barranquilla experimentó un alzaen sus homicidios en 1996. Las tasas de Pereira eran igualmente significativas y Cúcutaya registraba niveles elevados.

Los tres grupos muestran en general incrementos significativos en el segundo tramo,entre 1999 y 2002, salvo excepciones, aunque hay que señalar que se producen aritmos diferentes27. Los mayores ritmos de crecimiento hacia arriba los registró el grupointermedio, entre veinte y cien mil habitantes, pues entre 1999 y 2000 creció en un16% y entre 2000 y 2001 en un 9.6% (observar el cuadro No. 3); entre 2001 y 2002decreció un 0.8%, pero mantuvo un nivel elevado, tal como se aprecia en el gráficoNo. 4. Este grupo en conjunto pasó de 55.1 a 70 hpch en el período 1999 - 2001.

El importante crecimiento del grupo intermedio entre 1999 y 2001 a su turno explicaque el grupo de los municipios más grandes se haya ubicado por debajo del promediode la Nación a partir de 2001, no obstante que registró un aumento cuando se comparan1999 con 2002; en efecto, su incremento fue muy inferior al del grupo intermedio,pues fue de 3.3% entre 1999 a 2000, decreció en un 1.7% entre 2000 y 2001 y aumentóen un 2.9% entre 2001 y 2002. Los cambios diferentes entre los dos grupos mencionadostambién se aprecian en la menor o mayor inclinación de la pendiente en el gráfico No.4; la mayor inclinación hacia arriba la registra la curva de los municipios de tamañomediano.

El crecimiento de los más pequeños fue constante en el lapso comprendido entre 1999y 2002, es decir que en todos los años presentaron aumentos respecto del año anterior;del 5%, 9% y 3% respectivamente. No obstante, en esos años siempre su nivel semantuvo por debajo de los otros dos grupos, como se aprecia en el gráfico No. 4.

El comportamiento ascendente que se presenta en términos generales en los tres gruposentre 1999 y 2002 se explica en buena parte por las actuaciones de grupos deautodefensas que incursionaron con fuerza en áreas rurales y urbanas; no obstante, semezclan así mismo otros factores y particularmente aspectos relacionados con laconfrontación armada: respuestas de las guerrillas, actuaciones de grupos armados alservicio del narcotráfico, enfrentamientos entre irregulares y la Fuerza Pública,aspectos que se profundizan más adelante.

Page 42: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

43

Finalmente, todos los grupos registran descensos importantes en el tercer tramo,principalmente entre 2002 y 2003. No obstante, los ritmos son diferentes. En losmunicipios más grandes, el descenso entre 2002 y 2003 fue del 22%, en el de losintermedios del 19.7% y en el de los municipios más pequeños del 10.4%. Entre 2003y 2004, el mayor ritmo lo registró el de los municipios más pequeños, con una reduccióndel 17.4%, el segundo fue el de los más grandes, con un descenso del 16.7% y eltercero el de los intermedios con un 12.5%. Entre 2004 y 2005, los lugares fueron losmismos que en el anterior y los porcentajes de descenso fueron del 19%, 12.7% y6.9% respectivamente. Entre 2005 y 2006, el grupo de los municipios más pequeñosvuelve a crecer, solamente un 0.1%, mientras que los otros dos descienden: el de losmás grandes en un 6% y el de los municipios con un tamaño intermedio del 5%. Losritmos diferentes registrados a partir de 2002, explican que el grupo de menos deveinte mil, es decir el de los municipios más pequeños, haya superado el promedionacional cuando su comportamiento se orientaba a la baja; en particular su descensoentre 2002 y 2003 fue el menos pronunciado de los tres grupos.

Explicar el descenso simultáneo de los tres grupos es complejo. No obstante, no sepuede dejar de considerar tres factores. Primero, el efecto de la Política de Defensa ySeguridad Democrática y particularmente el proceso de paz adelantado por elGobierno nacional con las agrupaciones de autodefensas. El segundo, las decisionestácticas de los grupos de autodefensas que “dosificaron” los homicidios, puesabandonaron la violencia masiva y aumentaron los homicidios selectivos, menosvisibles, en el marco arriba mencionado. Tercero, las disputas entre grupos irregularesya habían disminuido, porque estos grupos estaban consolidados en varias regionesdel país. Entre las ciudades, Cúcuta y Medellín son ejemplos contundentes de cómolas disputas cesaron. Otro ejemplo es Barrancabermeja, que vivió sus niveles dedisputas más intensos en 2002. En los contextos rurales, el Catatumbo es un ejemplode cómo las autodefensas lograron un posicionamiento sobre el territorio y enconsecuencia las disputas disminuyeron considerablemente; algo parecido se puedeapreciar en el oriente antioqueño.

Volviendo al primer gráfico, pero teniendo en cuenta los cambios de ritmo, se puedeconcluir que el grupo intermedio es el que registra los niveles más altos desde 2001, yes a su turno el que jala la curva nacional hacia arriba. Por el contrario, la dinámica delos homicidios del grupo de los municipios más grandes pierde fuerza a partir de 2003,hasta el punto que en casi todos los años, salvo en 2005, se ve relegado al últimolugar, desplazado incluso por los municipios más pequeños. El grupo de los municipiosmás pequeños registró niveles parecidos entre 1995 y 1997 que entre 2000 y 2002,siendo sus años pico 1997 y 2002 con 62.9 y 62.1 hpch respectivamente.

Page 43: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 44: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Análisis de variablesde 2003 a 2006:distribución rural y urbana, armasy móviles

CAPÍTULO II

Page 45: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 46: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

47

28 Hubiera sido deseable hacerlo al menos a partir de 2002 que es un año pico en el período más reciente.29 En este caso se cuenta únicamente con información de la Policía para el período 2003 - 2006 y de Medicina Legal para 2004 - 2006. La virtud de la base de la Policía

es que considera estas variables para todos los municipios, mientras que la de Medicina Legal no. Por el contrario esta última es de una enorme utilidad para losmunicipios de mayor tamaño, pues en lo esencial incorpora un mayor número de homicidios. Es por ello que las comparaciones entre los diferentes tamaños depoblación sólo se hará con base en la información de la Policía. En los grupos que incluyen los municipios de mayor tamaño se compararán en algunos de los análisisde casos las dos fuentes para aprovechar cada una de las bases de datos disponibles y enriquecer el análisis.

Si bien se tiene información sobre el número de homicidios para una serie largapara todos los municipios, no sucede lo mismo para otras variables como ladistribución rural y urbana de los mismos, las armas y los móviles o modalidadesutilizadas, información que se tiene solamente desde 2003. Por ello, en este capítulose profundiza en el período que se extiende entre 2003 y 2006. Esta ruptura enel análisis presenta dificultades, sin embargo es indispensable hacerla, porque lainformación no está disponible para un período más largo.

De hecho, el período comprendido entre 2003 y 2006 se caracteriza por la disminuciónde los homicidios en todos los grupos de población –proceso que se inició entre2002 y 2003–, lo que permite obtener una visión de lo que ocurre cuando loshomicidios no están en sus niveles más elevados. Se intentará no obstante neutralizaresta falencia más adelante para los municipios de tamaño más grande, haciendocomparaciones temporales sobre los que se pudo recolectar información para unaserie más larga, como son los casos de Medellín y Cali; sin embargo, no es posiblehacerlo para los niveles intermedios y pequeños. El ejercicio a partir de 2003 permiteprofundizar en el período reciente, considerando el mayor número de variables a lasque es posible acceder, análisis que se complicaría con series más largas28.

En primer lugar, se analizará el descenso de las tasas de homicidio entre 2002 y elpromedio 2003-2006. Luego, la distribución rural y urbana de los homicidios, yfinalmente las armas y los móviles utilizados, haciendo discriminaciones por tamañosde población29.

2.1 El descenso de las tasas de homicidio:un análisis comparado entre 2002 y 2003 - 2006

Antes de abordar el análisis considerando las variables señaladas, es importantecaracterizar el descenso de los homicidios entre 2002 y 2006, haciendo comparacionesa partir de las tasas.

Page 47: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

48

30 Esto evita manejar un número considerable de mapas y hacer descripciones año a año.

Este aparte presenta dos ventajas. La primera es analizar el descenso de los homicidiosen el último tramo considerado en la serie histórica, que corresponde a la primeraadministración del presidente Álvaro Uribe. La segunda es permitir la profundizaciónpor variables, que se concentrará entre 2003 y 2006, y nos permitirá hacer precisionessobre los grupos responsables, sus relaciones con las armas utilizadas, los móviles ysu incidencia rural y urbana.

En el cuadro No. 4, se presentan unos nuevos cálculos para el período 2002-2006,tomando nuevos criterios. Dividimos los tres grupos de municipios en dos grandescomponentes, cada uno con seis columnas, y comparamos información de 2002 con elpromedio del período que se extiende entre 2003 y 200630. En las tres primeras columnas,a partir de las tasas de 2002, se clasifica los municipios para cada grupo de población porniveles muy altos, altos y bajos. Consideramos como muy altos a los municipios quedoblaron o superaron en más del doble el promedio nacional; como altos a los municipiosque superaron la tasa nacional pero que no llegaron hasta el doble y bajos a los municipiosque estuvieron por debajo de la tasa nacional.

En las siguientes tres columnas, hicimos lo propio para el promedio de las tasasmunicipales entre 2003 y 2006, pero establecimos el nivel en que se consideran muyaltos, altos y bajos, haciendo comparaciones con la tasa nacional de 2002 y no con elpromedio del período de los cuatro años estudiados, lo que permite apreciar conmás claridad los cambios entre las tasas. En el segundo componente del cuadro,hicimos los respectivos cálculos de las participaciones porcentuales. Los porcentajesse deben sumar en sentido horizontal, es decir de izquierda a derecha, y sepresentaron intercalados, para apreciar los cambios entre 2002 y el promedio 2003-2006. Es así como para tener el 100% en 2002, es necesario sumar la primera, latercera y la quinta columnas del segundo componente; lo mismo se hace para elpromedio 2003-2006, pero en este caso se tienen que considerar las columnas dos,cuatro y seis.

Cuadro No. 4Municipios según niveles de homicidio en 2002 y entre 2003 y 2006: número de municipios

cuyas tasas se sitúan por encima o por debajo del promedio nacional de 2002

Fuente: Policía Nacional y Proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la RepúblicaLos niveles críticos se establecen a partir de la tasa del país de 2002 que fue de 65 hpch

Page 48: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

49

Veamos primero como se comportan para el conjunto nacional los tres tipos demunicipios, según sean muy altos, altos o bajos, independientemente de lostamaños de población. Los mapas No. 10 y 11 resumen los cambios a nivel nacionalde los municipios muy altos para 2002 y 2003-2006 respectivamente. Se observauna disminución considerable, pues se pasó de 156 a 39, tal como se resume en elcuadro No. 4, es decir que pasaron de representar el 13.9% de los municipios delpaís, a sólo el 3.5%. En los mapas No. 12 y 13 se aprecian los municipios quepresentaron niveles altos en los dos lapsos considerados respectivamente. Éstosse mantuvieron prácticamente constantes, pues descendieron de 214 a 210, esdecir pasaron del 19.1% al 18.7%. No obstante, se debe observar que se desplazarongeoestratégicamente, principalmente porque muchos redondeles rojos setransformaron en anaranjados, es decir que muchos municipios muy altos pasaron aser solamente altos. Finalmente, en los mapas No. 14 y 15 se observan municipiosbajos para 2002 y 2003-2006 respectivamente, es decir que estuvieron por debajodel promedio nacional de 2002. Subieron de 751 a 872, y pasaron de representar el67% al 77.8% del total del país. El cambio se debe al hecho de que muchos de losmuy altos y altos, dejaron de serlo.

Teniendo en cuenta la gran cantidad de municipios, abordemos el análisis por tamañosde población, perspectiva que nos permite diferenciar en términos generales los cambiosproducidos. El análisis arroja conclusiones interesantes.

En el grupo de municipios de tamaños más grandes se pasó de cuatro muy altos en2002 a ninguno en el promedio 2003-2006, es decir que se pasó del 7.5% del total delgrupo a un porcentaje nulo. En los municipios de tamaño intermedio, se pasó de tener52 municipios a 12 con niveles muy altos, disminuyendo del 14.8% al 3.4%. En los demenor tamaño, se pasó de 100 a 27, que en términos porcentuales se traduce en 13.9%y 3.8% respectivamente. En resumen, los de tamaño intermedio son los más afectadosen términos relativos en los dos lapsos, y los más grandes ocuparon el último lugar.

Ahora, considerando conjuntamente los muy altos y los altos, se tiene que en 2002 el43.3% de los municipios grandes superó la tasa nacional, mientras que en el promedio2003-2006, comparado con la tasa nacional de 2002, se pasó a 22.6%; en losintermedios, los porcentajes fueron del 37.6% y 24.8% y en los de menos tamaño del29.9% y 21% respectivamente. En esta perspectiva, en 2002 los más afectados eranlos de tamaño grande y seguían los intermedios, mientras que entre 2003 y 2006 losmás afectados fueron los intermedios y siguieron los grandes; los más pequeños fueronlos menos afectados tanto en 2002 como entre 2003 y 2006.

Los cambios de los municipios de mayor tamaño se observan en los mapas No. 16 y17, que resumen respectivamente la información para 2002 y para el promedio 2003-2006. En 2002, entre los municipios de más de cien mil habitantes, se encuentran muyaltos Medellín, Cúcuta, Cartago y Tulúa, mientras que en el promedio 2003-2006,ninguno cumplió con el supuesto analizado, es decir que en el promedio de los cuatroaños hayan superado en más del doble la tasa nacional de 2002. Al respecto, es necesarioprecisar que el año 2002 es el año pico de Cúcuta, cuando aumentaron los homicidiosperpetrados por las autodefensas; es igualmente un año pico para Medellín, dondehabía disputas entre autodefensas y milicianos o bandas delincuenciales, frente a locual el Estado respondió a través de diferentes operaciones en la Comuna 13. EnBuga y Cartago, los niveles muy elevados estuvieron asociados ese año al narcotráficoy a su incidencia sobre organizaciones criminales.

Page 49: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

50

Mapa No. 10Municipios que presentaron un nivel muy alto en el año 2002, es decir que doblaron

o superaron en más del doble el promedio nacional

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 50: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

51

Mapa No. 11Municipios que presentaron un nivel muy alto entre 2003 y 2006, es decir que doblaron

o superaron en más del doble el promedio nacional de 2002

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 51: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

52

Mapa No. 12Municipios que presentaron un nivel alto en el año 2002, es decir que superaron

el promedio nacional pero que no lo doblaron

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 52: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

53

Mapa No. 13Municipios que presentaron un nivel alto entre 2003 y 2006, es decir que superaron

el promedio nacional de 2002 pero que no lo doblaron

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 53: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

54

Mapa No. 14Municipios que presentaron un nivel bajo en el año 2002, es decir que estuvieron

por debajo del promedio nacional de ese año

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 54: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

55

Mapa No. 15Municipios que presentaron un nivel bajo entre 2003 y 2006, es decir que estuvieron

por debajo del promedio nacional de 2002

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 55: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

56

Mapa No. 16Niveles de homicidios en los municipios de más 100 mil habitantes en 2002

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 56: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

57

Mapa No. 17Niveles de homicidios en los municipios de más 100 mil habitantes entre 2003 - 2006

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 57: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

58

Considerando al mismo tiempo los altos y los muy altos en lo que se refiere a losmunicipios grandes, se observa en la secuencia de los mapas No. 16 y 17 que en elpromedio 2003-2006 se mantiene principalmente la región del suroccidente. En 2002,se tienen seis municipios del Valle, cuatro de Antioquia, dos de Risaralda, dos de Nortede Santander, dos de Santander y uno de Caldas, Caquetá, Cauca, Cesar, La Guajira,Magdalena y Nariño, respectivamente. En contraste, entre 2003 y 2006, sólo apareceValle con seis, Risaralda con dos y uno en Nariño, Norte de Santander, Magdalena y LaGuajira. En resumen, en el Valle se destacan Cali, la capital departamental; Buenaventura,en la Costa Pacífica; Palmira, muy cerca de Cali; Tulúa, Cartago y Buga, en el norte deldepartamento. Se mantienen así mismo Pereira y Dosquebradas en Risaralda. En loque respecta a otras zonas del país, está Cúcuta se mantiene en Norte de Santander,aunque con niveles mucho más bajos que los de 2002, pero de todas maneras porencima del promedio colombiano de ese año. Tumaco persiste en Nariño, Ciénaga enel departamento del Magdalena, lo mismo que Maicao en La Guajira. Por el contrario,desaparecen los municipios de Antioquia, incluido Medellín, así como Manizales,Florencia, Popayán, Valledupar, Ocaña, Barrancabermeja y Girón.

La persistencia de tasas por encima del promedio nacional en el suroccidente en general,se explica porque ahí se agudizaron las disputas entre sectores de los carteles del nortedel Valle, al tiempo que se configuraron nuevos escenarios de enfrentamiento entrenarcotraficantes y las Farc, como es el caso de la costa Pacífica y particularmente Tumacoy Buenaventura. En Pereira y Dosquebradas, adicionalmente, tomaron cuerpoorganizaciones asociadas a la distribución de droga que fueron protagonistas de intensasdisputas. Las disminuciones, particularmente en Medellín, se explican porque cesaronlas disputas entre agrupaciones y se produjo la intervención de la Fuerza Pública,principalmente en la Comuna 13, además es allí donde se produjeron las primerasdesmovilizaciones de las autodefensas. Hay muchos factores asociados a estasdisminuciones en las otras regiones. Por ejemplo, en Valledupar, Ocaña yBarrancabermeja, que tuvieron su punto más alto en 2002, pesa el tema de laconsolidación de las autodefensas y posteriormente las desmovilizaciones masivas delas mismas.

Los cambios en los municipios de tamaño intermedio se aprecian en la secuencia delos mapas No. 18 y 19. En particular, se reducen significativamente los muy altos y lasuma de los muy altos y altos. Por ello, se nota que la suma de redondeles rojos yanaranjados disminuye, aumentan los grises, muchos de los rojos se transformaronen anaranjados, al tiempo que algunos de estos últimos pasaron a ser grises. Enparticular, descienden los municipios de la zona del occidente, conformada por Valle,Viejo Caldas y Antioquia, así como la franja que va de Norte de Santander hasta LaGuajira, pero aumenta levemente el piedemonte de la Cordillera Oriental, desdePutumayo hasta Arauca, así como el departamento de Guaviare.

En la zona conformada por Valle, el Viejo Caldas y Antioquia, las tasas promedio de2003-2006 registran un nivel superior al doble del promedio nacional de 2002, sólo endos municipios de Antioquia, San Carlos y Cocorná, mientras que en 2002 lo habíanhecho cuatro Valle, uno de Risaralda, cuatro de Caldas y nueve de Antioquia. En loque respecta a municipios altos, se subió levemente, pues mientras que en 2002habían sido 34, entre 2003 y 2006 se pasó a 3631. Valle sube significativamente de

31 Estas cifras fueron extraídas de los mapas. Teniendo en cuenta que el número de municipios aumentó, resulta muy difícil citarlos.

Page 58: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

59

seis municipios en 2002 a quince en 2003-2006 (muchos habían sido muy altos en2002); este comportamiento muestra que si bien las tasas en la mayoría de los casosno son superiores al doble del promedio nacional de 2002, sí lo superan. En estesentido, se destacan Jamundí, Florida, Yumbo, Caicedonia, Sevilla, Zarzal, Roldanillo,La Unión, Dagua, Ansermanuevo, Guacarí, Riofrío, Bugalagrande, Andalucía y Ginebra.En Quindío se pasó de dos a tres; en 2003-2006 se encuentran Quimbaya, La Tebaiday Montenegro. En Risaralda, se pasa de cinco a seis, donde al igual que en el Valle, sepresentan tasas muy elevadas, aunque no superiores al doble del promedio de 2002;se destacan entre 2003 y 2006 Santa Rosa de Cabal, La Virginia, Quinchía, Belén deUmbría, Mistrató y Marsella. Caldas se mantuvo en seis y sobresalen recientementeAnserma, Chinchiná, Samaná, Palestina, Supía y Neira. Por el contrario, en Antioquiase bajó de quince a sólo seis: Sonsón, Yarumal, Andes, San Carlos, Cocorná y Abejorral.

En conclusión, la región occidental, que ha sido crítica históricamente yparticularmente desde 1995, se mantiene, sin embargo se evidencia un descensoconsiderable, principalmente en Antioquia. Este descenso se explica en parte porquelas autodefensas disminuyeron las disputas que las enfrentaban a otras estructurasen la medida que se consolidaron, al tiempo que se producen las desmovilizacionesmasivas de esta agrupación ilegal. La parte del Valle y el Viejo Caldas mantiene unnivel importante en las tasas de homicidio por el peso del narcotráfico yparticularmente por disputas entre sectores de los carteles del norte del Valle. En elValle, en algunos casos, en el norte del departamento, se debe también a disputasentre organizaciones del narcotráfico y las Farc.

Siguiendo con los municipios intermedios, cuyos cambios se aprecian en los mapasNo. 18 y 19, veamos el piedemonte de la Cordillera Oriental (parte de la CordilleraCentral en el sur), unido a la Serranía de La Macarena y el departamento de Guaviare.Esta zona en su conjunto contiene municipios altos y muy altos tanto en 2002 comoen 2003-2006. En los años recientes, las tasas se han mantenido porque se consideraen el registro de la Policía una proporción significativa de muertes en combate frutode la confrontación, razón por la cual muy probablemente se pasó de 24 municipiosaltos o muy altos en 2002 a 28 en el promedio 2003-2006. En el último lapso, sedestacaron en el departamento de Putumayo, el municipio de Puerto Asís, que superóen el doble el promedio nacional de 2002, así como Valle del Guamuéz, Mocoa,Orito, Villagarzón y Puerto Guzmán, que sobre pasaron el promedio del país. DelCaquetá están Puerto Rico y Cartagena del Chairá, con más del doble del promediode 2002, así como San Vicente del Caguán, La Montañita y El Doncella, que lo superan.En Guaviare se destacan todos los municipios: San José, Calamar, Miraflores y ElRetorno. En el Meta, se encuentran Vistahermosa y Puerto Rico, con niveles superioresal doble del promedio de 2002, así como San Martín, Puerto López, Granada y Acacías.En el departamento del Casanare, el municipio de Aguazul superó en más del dobleal promedio de 2002, y registraron niveles altos Villanueva y Yopal. Finalmente, enArauca, Tame y Saravena fueron muy altos entre 2003 y 2006 y Arauquita y Fortulfueron altos.

Los niveles elevados en esta región se explican en gran medida por la incidencia de laconfrontación armada, pues como se anotó anteriormente, se incluye parte de lasmuertes en combate que tienen lugar en la región, pero así mismo están influidospor la incidencia de grupos armados al servicio del narcotráfico, como en Putumayoy Meta , y por disputas entre el ELN y las Farc, como en Arauca. Adelante, se haránlas precisiones al respecto porque se presentan dinámicas muy variadas en esta zona.

Page 59: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

60

Mapa No. 18Niveles de homicidios en los municipios entre 20 mil y 100 mil habitantes en 2002

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 60: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

61

Mapa No. 19Niveles de homicidios en los municipios entre 20 mil y 100 mil habitantes entre 2003 y 2006

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 61: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

62

La franja que se conforma entre Norte de Santander, Cesar y La Guajira muestra unaconsiderable disminución. En los niveles muy altos, es decir que superaron el promedio de2002 en más del doble, se pasó de diez en 2002 a sólo uno en 2003-2006; el municipio deTibú en Norte de Santander mantiene esta condición. Sumando los altos y los muy altos sepasó de 16 a 10. En 2003-2006 se destacan Los Patios, Tibú, El Zulia, Sardinata y Convenciónen Norte de Santander; Bosconia en Cesar; Riohacha, San Juan del Cesar, Villanueva yFonseca en La Guajira. Las disminuciones resultan en lo fundamental del afianzamiento delas autodefensas en espacios determinados, como en el Catatumbo, y como efecto de lasdesmovilizaciones que acaecieron en la misma región. Tibú, que se mantiene con tasaselevadas, presenta sin embargo una significativa disminución en sus índices. En estemunicipio, las muertes en combate fruto de enfrentamientos entre la Fuerza Pública y lasFarc ayudan a explicar a su turno que se mantengan niveles elevados en este municipio,aunque éstos sean muy inferiores al pico de 2002.

La reducción de los municipios altos y muy altos también se puede apreciar en losmunicipios de tamaños más pequeños. Los mapas No. 20 y 21 permiten observar talsituación. La zona conformada por Valle, los departamentos del Viejo Caldas y Antioquia,que tenía 36 municipios muy altos en 2002, pasó a nueve en 2003-2006; son éstos ElÁguila y El Cairo en Valle; Balboa en Risaralda y San Francisco, Granada, Remedios,Santo Domingo, Valdivia y Nariño en Antioquia. A los anteriores, se debe añadir a SanJosé del Palmar en Chocó, muy asociado a las dinámicas de Valle y Risaralda, donde seconforma un entramado muy complejo por las presiones que ejercen las Farc y gruposarmados de narcotraficantes a raíz de la dinámica que ha adquirido el narcotráfico enesta parte. Sumando altos y muy altos, el cambio fue de 69 en 2002 a 52 en 2003-2006. En lo que se refiere a municipios altos se pasó de 33 a 44, en parte explicable porla significativa reducción de los municipios muy altos. Se identificaron en Valle 7 altosen 2002 y 13 en 2003-2006, 4 en Quindío en los dos momentos comparados, 3 enRisaralda en iguales lapsos, 3 y 6 en Caldas respectivamente, y 16 y 18 en Antioquia.Son en esencia municipios de menor tamaño inscritos en dinámicas muy complejas denarcotráfico y guerrillas.

Los mapas No. 20 y 21 también resumen la situación de los municipios bajos y en particularsu aumento considerable, cuando se comparan 2002 con 2003-2006. En 2002, un primereje se distingue en una cadena de municipios en que se inicia en la Cordillera Central enNariño y Cauca y en la medida en que se sube de sur a norte pasa a la Cordillera Orientalen los departamentos de Huila, Tolima, Cundinamarca, Boyacá, Santander y parte deNorte de Santander. Un segundo eje es el de la costa Atlántica, en los departamentos deCórdoba, Sucre, Bolívar, y en menor medida Cesar, Magdalena y La Guajira. Un tercer ejese dibuja la costa Pacífica en Nariño, Cauca y Chocó, y el cuarto en el oriente en Amazonas,Vaupés, Guainía, Vichada, así como uno que otro municipio de Putumayo, Caquetá,Guaviare, Meta, Casanare y Arauca; estos últimos seis departamentos, como vimos,tienen un componente importante de municipios altos y muy altos. Ahora, es interesanteseñalar, que para entender el período 2003-2006, es indispensable analizar los cambiosdesde los niveles muy altos y altos a los bajos, es decir, representar los cambios espacialesdel descenso del homicidio. En lo que se refiere a los niveles bajos, en 2003-2006 se notaun incremento muy fuerte en el número de municipios en Antioquia, en donde adquiereneste nivel municipios que habían registrado niveles muy altos y altos en 2002. Por otraparte, se presenta un incremento en el número de municipios bajos en el eje que pasapor las Cordilleras Central y Oriental, desde Nariño hasta Norte de Santander, asícomo en la Costa Caribe, principalmente en Cesar y en alguna medida en Magdalena.Por el contrario, se vislumbra en el oriente del país una disminución de municipios que

Page 62: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

63

Mapa No. 20Niveles de homicidios en los municipios de menos de 20 mil habitantes en 2002

registraban niveles bajos en 2002, principalmente en Meta, donde varios pasaron aregistrar niveles altos y muy altos en 2003-2006. Los mapas No. 22 y 23 permitenapreciar todos los municipios del conjunto nacional y comparar los niveles de homicidiosque registraron en 2002 y en 2003-2006.

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 63: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

64

Mapa No. 21Niveles de homicidios en los municipios de menos de 20 mil habitantes entre 2003 y 2006

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 64: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

65

Mapa No. 22Niveles de homicidios en el conjunto nacional en 2002

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 65: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

66

Mapa No. 23Niveles de homicidios en el conjunto nacional entre 2003 y 2006 determinados a partir del promedio de 2002

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 66: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

67

2.2 Comportamiento rural – urbano en términos absolutosy relativos según tamaños de población y total nacional

En este aparte, el propósito es distribuir los homicidios en términos absolutos yrelativos (tasas) en los niveles rural y urbano de acuerdo con los tres tamaños depoblación seleccionados (seis secciones). En primer lugar, se presenta su distribuciónen términos absolutos. Posteriormente, se analizan en términos relativos, y enparticular a partir de las tasas de homicidio. Finalmente, se hacen algunasconsideraciones sobre el descenso de los homicidios entre 2003-2006.

Para empezar, es necesario determinar el peso de cada una de las seis secciones enque se dividió el país. En este sentido, se debe anotar que el sector urbano de losmunicipios más grandes pesa mucho en términos absolutos, pues allí ocurre casiuno de cada dos homicidios de los que tienen lugar en el país, al tiempo que en suconjunto, los municipios intermedios aportan casi uno de cada tres. Veamos loanterior con más detalle, partiendo de las secciones con más homicidios y llegandoa las que menos aportan.

El cuadro No. 5 resume la distribución en términos absolutos de los 79.305 homicidiosque ocurrieron en el país entre 2003-2006 en seis secciones; tres de ellas son ruralesy las otras tres urbanas y están asociadas a cada uno de los tamaños de población.A su turno, en el mismo cuadro se calcula la participación porcentual de cada una deestas secciones respecto del total nacional. Si organizamos de mayor a menor lasparticipaciones porcentuales de cada una de estas seis secciones, se tiene que la quemás homicidios concentra en el cuatrienio considerado es la parte urbana de los 53municipios más grandes, con el 48% del total nacional32. Siguen las zonas rurales delos municipios intermedios que representan el 18% de todos los ocurridos en el país,es decir casi dos de cada diez. Posteriormente, siguen los contextos urbanos de losmunicipios intermedios, donde se concentra el 14% de los que se presentan en elpaís, aproximadamente uno de cada siete. Siguen los ocurridos en las zonas ruralesde los municipios de menor tamaño, que concentra el 11% de los que ocurren en elpaís, algo más de uno de cada diez. Después siguen las zonas rurales de los municipiosmás grandes que pesan el 5% del total nacional, es decir uno de cada veinte.Finalmente, están las cabeceras de los municipios más pequeños con el 4% del totaldel país, o sea uno de cada veinticinco.

Ante todo, se debe precisar que las dinámicas rural y urbana se presentan en todoslos municipios33, aunque al respecto es bueno señalar que en los más grandesestán las cabeceras con más habitantes –las ciudades propiamente dichas–, mientrasque en los intermedios y en los pequeños el tamaño de éstas obviamente se reduceconsiderablemente en la medida en que disminuye el número de pobladores y elpeso de lo rural en el municipio va adquiriendo mayor participación. Es obvio queno resulta prudente hacer comparaciones entre zonas rurales de pequeñosmunicipios con cascos urbanos de municipios grandes, puesto que cada sectortiene su propia medida y está atravesado por dinámicas diferentes, peroprecisamente el ejercicio tiene sentido para manejar la dinámica desde varios

32 Los valores absolutos se pueden leer en el cuadro.33 Hay habitantes rurales en los municipios más grandes, que corresponden a las grandes ciudades, al tiempo que en los municipios más pequeños hay porciones

importantes de pobladores que viven en las cabeceras.

Page 67: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

68

El cuadro No. 6 distribuye los homicidios en los niveles rural y urbano y para cada unode los grupos se presenta la tasa promedio para el período 2003-2006 con base en elpromedio de la población para el mismo período. Se concluye que si bien en términosabsolutos, los homicidios son más urbanos que rurales, pues a nivel nacional el 66.1%ocurrieron en las cabeceras y el 33.9% en el resto de los municipios, su peso relativo esmás importante en lo rural que en lo urbano, puesto que sus tasas son mayores, esdecir en términos relativos la violencia rural es más intensa que la urbana.

Cuadro No. 5Distribución de los homicidios en los sectores urbano y rural

y participación porcentual respecto del total del país

Fuente: Policía Nacional y proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH,Vicepresidencia de la RepúblicaLa tasa promedio fue calculada con base en el promedio de los homicidios y lapoblación entre 2003 y 2006

Cuadro No. 6Distribución de los homicidios rurales y urbanos según grupos definidos

por el tamaño de población, participaciones porcentualesy tasas de homicidio en el período 2003-2006

Fuente: Policía Nacional y proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH,Vicepresidencia de la RepúblicaLa tasa promedio fue calculada con base en el promedio de los homicidios y la población entre2003 y 2006

enfoques: una cosa es que Buenaventura no se destaque entre las tasas más elevadasdel país y otra muy distinta es decir que es la tasa urbana más elevada de los 53municipios de mayor tamaño entre 2003-2006. El propósito entonces es partir elpaís en seis, examinar las partes separadamente, pero a su turno compararlasentre sí para arrojar conclusiones sobre sus diferentes dinámicas.

Page 68: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

69

A nivel nacional, la tasa promedio rural para 2003-2006 fue de 53.5 hpch y laurbana fue de 39.6; esta situación se repite en todos los tamaños de población. Enefecto, la tasa promedio anual en el contexto rural en los 53 municipios más grandeses de 60.2 hpch, mientras que en la parte urbana es de 39.8; en los municipiosintermedios, la relación es 54.8 hpch, en lo rural y 41.6 en lo urbano, y en los máspequeños, es de 49.2 en lo rural y 31.7 hpch en lo urbano. Es de anotar quecomparando los seis grupos analizados, tres rurales y tres urbanos, los tres primeroslugares los ocupan las tasas rurales y que éstas son más elevadas en la medida enque el tamaño de población es más grande. Por otro lado, en lo urbano, la tasamás alta es la de los municipios intermedios, sigue la de los más grandes y finalmentela de los más pequeños, tal como se aprecia en el cuadro No. 6. Este comportamientoen general, en el que lo rural está más afectado en términos relativos que lo urbano,y en el que los cascos urbanos más afectados son los de los municipios intermedios,está asociado en gran medida a factores relacionados con la confrontación armaday con el narcotráfico.

En los municipios más grandes, la tasa rural supera la urbana, pero se debe señalarque el contexto rural en términos absolutos pesa muy poco, el 9%, por lo que latasa del conjunto es muy similar a la urbana. En efecto, la tasa del total del conjuntofue de 41.1 hpch, mientras que la urbana fue de 39.8, sólo un poco más de unpunto por debajo. El mayor peso rural en términos relativos se explica porque eneste tamaño de población los pobladores rurales son muy pocos, contexto en elque pocos homicidios causan un impacto grande. No obstante, se debe anotarque existen municipios de gran tamaño con situaciones muy complicadas en loscontextos rurales como son los casos de Cartago (Valle), Maicao (La Guajira),Malambo (Atlántico), Valledupar (Cesar), Dosquebradas (Risaralda), Sincelejo (Sucre),Santa Marta (Magdalena), Florencia (Caquetá), para mencionar solamente los másafectados en términos relativos. El comportamiento de las tasas del conjunto deestos municipios en la parte rural para el promedio 2003-2006 se presenta en elmapa No. 2434. Por otro lado, en lo que se refiere a la tasa promedio urbana parael período 2003-2006 se destacan Buenaventura (Valle), Tulúa (Valle), Tumaco(Nariño), Car tago (Valle), Pereira (Risaralda), Cali (Valle), Buga (Valle) yDosquebradas (Risaralda), todos municipios del suroccidente, a los que hay queagregarle Ciénaga (Magdalena); la información de las tasas urbanas de todos losmunicipios de este grupo se aprecia en el mapa No. 25.

En los 351 municipios de rango mediano, entre veinte y cien mil habitantes, latasa rural es de 54.8 hpch y la urbana de 41.6; al respecto se observa que eneste caso la tasa del conjunto de los municipios está en un punto más o menosintermedio entre las tasas urbana y la rural: es casi siete puntos superior a laurbana, 48.2 contra 41.6 hpch, al tiempo que es algo más de seis puntos inferiora la rural, 48.2 contra 54.8. En el fondo, lo anterior refleja la complejidad deestos municipios, donde se mezclan dinámicas rurales y urbanas muy difíciles dedescifrar. La información sobre las tasas rurales y urbanas de estos municipios seaprecia en los mapas No. 26 y 27.

34 En los mapas se aprecia el resumen nacional, discriminando lo rural y lo urbano. Se consideraron muy críticos los municipios que superaron en más del doble elpromedio nacional para en lapso 2003 a 2006 de 53 hpch en lo rural y para lo urbano de 39 hpch. Se calificaron críticos aquellos que superaron el promedionacional pero que no llegaron a hacerlo en más del doble, y no críticos aquellos que se ubicaron por debajo del promedio nacional.

Page 69: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

70

Mapa No. 24Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas rurales promedio entre 2003 y 2006

en los municipios de más de 100 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 70: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

71

Mapa No. 25Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas urbanas promedio entre 2003 y 2006

en los municipios de más de 100 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 71: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

72

Mapa No. 26Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas rurales promedio entre 2003 y 2006

en los municipios entre 20 mil y 100 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 72: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

73

Mapa No. 27Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas urbanas promedio entre 2003 y 2006

en los municipios entre 20 mil y 100 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 73: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

74

En lo rural, es muy afectada la zona occidental en los departamentos de Valle, elViejo Caldas y Antioquia; así mismo, el piedemonte de la Cordillera Oriental;igualmente la región caribe, principalmente algunos municipios de La Guajira, Cesar,Magdalena, Atlántico y Sucre; finalmente, unos municipios de Santander y Norte deSantander. Es interesante señalar que comparados con los patrones analizados anivel histórico, y por tasas del conjunto de estos municipios en los últimos cuatroaños, lo rural sobresale en las zonas señaladas en esos apartes, pero adicionalmenteen el Caribe. Ahora, cuando se comparan las tasas rurales y urbanas, sobresalen lasmismas regiones, con excepción de Antioquia y el Caribe. Se concluye entonces, desdeuna perspectiva muy general, que en estas dos regiones, Antioquia y el Caribe, elhomicidio tiene una mayor incidencia rural que urbana, mientras que en las demástiene al mismo tiempo una incidencia rural y urbana.

Después de describir las zonas en una perspectiva muy general, señalemos ahora losmunicipios excesivamente críticos en términos relativos. En lo rural, las tasas son muyaltas en 21 municipios, pues superan los 200 hpch; cuatro de éstos están ubicados enLa Guajira: los municipios de Fonseca, Riohacha, San Juan del Cesar y Villanueva; tresen Meta: Granada, San Martín y Vistahermosa; dos en Valle, Jamundí y Yumbo; dos enAntioquia, San Carlos y Segovia; dos en Arauca, Saravena y Tame; adicionalmenteestán Honda en Tolima, La Virginia en Risaralda, La Tebaida en Quindío, Fundación enMagdalena, Bosconia en Cesar, Aguazul en Casanare, Turbaco en Bolívar y Galapa enAtlántico. En lo urbano, son bastantes elevados en 9 municipios, pues superan los 160hpch, en Tibú (Norte de Santander), Acevedo (Huila), Valle del Guamuéz (Putumayo),Puerto Rico (Caquetá), Palestina (Caldas), Cumaribo (Vichada), Sardinata (Norte deSantander), Puerto Asís (Putumayo) y Vistahermosa (Meta).

Finalmente, en los 717 municipios, cuyo tamaño es inferior a veinte mil habitantes, latasa rural es de 53.4 hpch contra 34.4 en lo urbano. En este caso, los homicidiosrurales representan el 74.7% del total en este tamaño de población y la tasa del conjuntode los municipios, de 46.8 hpch, está más influenciado por la tasa rural que la urbana,como se aprecia en el cuadro No. 6. La mayor incidencia en el contexto rural, obviamentecon menos habitantes y con menos homicidios en términos absolutos, se explica porvarios factores asociados a la confrontación armada, como se mostrará adelante. Losmapas No. 28 y 29 expresan la información espacialmente.

En esencia, son los mismos focos descritos en los municipios intermedios. Al igualque en éstos, algunos municipios de Antioquia y de los departamentos del Caribetienen una mayor incidencia rural que urbana. En el conjunto de todos los municipiosde este grupo, registraron tasas rurales por encima de los 200 hpch, ocho municipiosde Meta: Cubarral, El Castillo, Fuente de Oro, Guamal, Mesetas, Puerto Lleras, SanJuan de Arama y San Carlos de Guaroa. También registraron tasas rurales por encimade 200 hpch cuatro municipios de Bolívar: Santa Rosa, Soplaviento, Villanueva yZambrano. Igualmente fueron afectados por índices muy elevados tres municipiosdel departamento de La Guajira, a saber El Molino, La Jagua de Ibirico y Urumita. EnHuila, fueron afectados por tasas rurales por encima de los 200 hpch los municipiosde Altamira, Baraya y Hobo, en Chocó San José del Palmar, en Boyacá el municipiode Pisba, en Caldas Viterbo, en Risaralda Balboa, en Sucre Chalán y en Tolima Armero.

En lo que respecta a los cascos urbanos, que en este caso se asocian más a unadinámica rural, pues su tamaño es muy pequeño, se destacaron con tasas de más de200 hpch seis municipios de Norte de Santander: Bucarasica, El Tarra, Hacarí, San

Page 74: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

75

Calixto, Santiago y Teorama; también aparecen dos del departamento de Nariño,Cumbitara y Ricaurte, así como Pisba en Boyacá, Sipí en Chocó, Gama enCundinamarca, El Dorado en Meta y Tona en Santander.

Estos ejemplos muestran de nuevo la incidencia de altos niveles de homicidios encontextos urbanos de municipios pequeños en la Costa Caribe y Antioquia, mientrasque a nivel urbano en los municipios de mayor tamaño, éstos no sobresalen. Meta sedestaca también más en lo rural que en lo urbano; por el contrario, el Catatumbo lohace más en lo urbano que en lo rural.

En los mapas No. 30, 31, 32 y 33 se presenta un resumen de todos los tamaños depoblación. En los No. 30 y 32 se expresan las tasas rurales en dos formatos diferentes,el primero representadas por pequeños redondeles, y en el segundo tiñendo todo elpolígono. En los No. 31 y 33 se hace lo propio para las tasas urbanas. En la medida enque los municipios más pequeños son los más numerosos, son los que marcan elpatrón observado. En los mapas de polígonos, se hace evidente, adicionalmente, queen el oriente, las tasas más elevadas en lo rural tienen más incidencia en Meta, Caquetáy Guaviare, mientras que en lo urbano sobresalen más Casanare, Arauca y Vichada.

No sobra anotar que entre 1995 y 2000 los 53 municipios de más de cien milhabitantes, que son en lo esencial urbanos, registraron tasas más elevadas que losmunicipios medianos y pequeños, por lo que no es aventurado suponer que en eseentonces las tasas urbanas pudieron estar por encima de las rurales o al menos quelas diferencias entre unas y otras eran menores que en los últimos cuatro años. Enparticular, en ciudades como Medellín y su zona metropolitana, así como en Cúcuta,en años pasados el homicidio urbano adquirió proporciones desmesuradas; entre2003 y 2005 se analizan en un contexto en el que ya se han producido las reduccionesmás sustanciales, por lo que seguramente las tasas urbanas arrastraron las tasas delconjunto hacia abajo. A pesar de ello, se debe señalar que en la situación actual, enun contexto de descenso de los homicidios urbanos, algunas de las ciudades siguenviviendo situaciones especialmente críticas que no se pueden separar deldesenvolvimiento de la confrontación armada y particularmente de la existencia deorganizaciones de autodefensa y de tipo mafioso. Caso especial es el de Pereira queregistró una tasa muy elevada en 2005 asociada a luchas entre estructuras mafiosas,algunas de éstas con entronques con miembros de las autodefensas desmovilizados,por el control de los expendios de droga.

El descenso de los homicidios entre 2003 y 2006 se aprecia en los cuadros No. 7 y 8,en los que se discriminan las tasas rurales, urbanas y del conjunto de los homicidiosy sus respectivos cambios. No sobra recordar que el porcentaje de descenso másimportante en el conjunto nacional se registró entre 2002 y 2003, sin embargo, lasbases de datos para 2002 no discriminaban desafortunadamente los homicidios enzonas rurales y urbanas35. Se debe advertir que a partir de 2003 en el conjuntonacional se ha registrado una disminución en las tasas, pero ésto ha venido perdiendosu ritmo, es así como fue del 15.5% entre 2003 y 2004, del 11.8% entre 2004 y

35 Es una lástima no poder apreciar los cambios entre 2002 y 2003, pues de acuerdo con el gráfico que representa las tasas por grupos de población, las de losdos más grandes muestran en ese lapso una pendiente mucho más inclinada que la de los más pequeños, es decir que se produjeron a un mayor ritmo, y eneste contexto muy posiblemente las tasas urbanas de los dos grupos más grandes registraron reducciones más significativas que las que mostraron después(las rurales en estos grupos muy posiblemente también).

Page 75: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

76

2005 y del 5% entre 2005 y 2006. En los dos primeros lapsos comparados, el descensofue más marcado en los municipios más pequeños, del 17.2% entre 2003 y 2004 ydel 19% entre 2004 y 2005, pero entre 2005 y 2006 este conjunto registró unaumento muy leve de 0.1%. Igualmente fue relevante en los de mayor tamaño, noobstante fue perdiendo ritmo en la medida en que avanzaron los años: del 16.7%entre 2003 y 2004, del 12.7% entre 2004 y 2005 y del 6.3% entre 2005 y 2006. Enlos municipios intermedios, el descenso es parecido al de los más grandes, pero conporcentajes más bajos, del 12.5% entre 2003 y 2004, del 6.9% entre 2004 y 2005 ydel 5% entre 2005 y 2006.

Cuadros No. 7 y 8Tasas rurales y urbanas desagregadas en tres tamaños de población

y cambios porcentuales por años en el período 2003-2006

Cuadro No. 7

Cuadro No. 8

Fuente: Policía Nacional y proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En los municipios más grandes pesó mucho el descenso en los homicidios urbanos,del 16.5% y del 14.5% en los dos primeros lapsos, mientras que los rurales, quesi bien descendieron entre 2003 y 2004 en un 18.6%, se incrementaron en un8% entre 2004 y 2005 y volvieron a bajar en un 5.7% entre 2005 y 2006. En losmunicipios entre veinte y cien mil habitantes influyeron, los descensos en lo urbanoy en lo rural, pero particularmente en lo urbano, donde bajaron en un 16.8%entre 2003 y 2004. En los más pequeños, pesaron los unos y los otros; los rurales

Page 76: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

77

bajaron un 15.4% entre 2003 y 2004 y un 21.5% entre 2004 y 2005, mientrasque los urbanos un 22.7% entre 2003 y 2004 y cerca de un 10% en los dossiguientes lapsos.

Un aspecto que es bueno aclarar es que el momento que marca el descenso nocoincide estrictamente con las desmovilizaciones de los grupos de autodefensa.Al parecer, lo que ocur re es que las disminuciones precedieron lasdesmovilizaciones, pues los homicidios empiezan a bajar entre 2002 y 2003,mientras que las segundas se empiezan a producir paulatinamente a partir de2003. Es decir que primero bajan los homicidios, como síntoma de unaconsolidación de estas agrupaciones, después se producen las desmovilizacionesy éstas a su vez refuerzan la tendencia a la disminución. No obstante el tema delas desmovilizaciones, que es apenas un factor a considerar, es bueno advertirque no se puede atribuir a un solo factor: la disminución de los homicidios entodos los grupos de población analizados y menos aún en todos los municipios,lo que se podrá apreciar cuando se profundice en municipios específicos y cuandose analicen grupos de población en rangos más reducidos.

Page 77: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

78

Mapa No. 28Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas rurales promedio entre 2003 y 2006

en los municipios de menos 20 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 78: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

79

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Mapa No. 29Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas urbanas promedio entre 2003 y 2006

en los municipios de menos de 20 mil habitantes

Page 79: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

80

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Mapa No. 30Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas rurales promedio entre 2003 y 2006

en el conjunto nacional

Page 80: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

81

Mapa No. 31Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas urbanas promedio entre 2003 y 2006

en el conjunto nacional

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 81: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

82

Mapa No. 32Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas rurales promedios entre 2003 y 2006

en el conjunto nacional

Fuente: Policía NacionalFuente base cartozgráfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 82: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

83

Mapa No. 33Niveles de homicidios determinados a partir de las tasas urbanas promedio entre 2003 y 2006

en el conjunto nacional

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 83: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

84

2.3 Comportamiento por armas según tamañosde población y contextos rural y urbano

En este aparte, se trata de distribuir los homicidios por armas, considerando al mismotiempo los grupos de municipios definidos por tamaños de población y los nivelesrural y urbano. Fundamentalmente, se consideran las armas de fuego y las armasblancas; las demás están agrupadas en una sola categoría. La utilidad de este apartees abonar insumos para hacer una interpretación sobre la naturaleza de los actoresarmados que están detrás de los homicidios, aspecto que se complementa en elanálisis por móviles y en la profundización sobre cada grupo de municipios. Enprincipio, las armas de fuego son usadas por individuos así como por actoresorganizados, pero cuando suben mucho sus niveles, cuando las tasas son muyelevadas, la autoría de los segundos predomina. Por el contrario, las armas blancasson usadas esencialmente por individuos y por la pequeña delincuencia. Las otrasarmas son más difíciles de discernir porque una parte de éstas son utilizadas porindividuos y por la pequeña delincuencia, lo que sucede más que todo en las grandesciudades, y las otras, las no convencionales, por grupos organizados y por las guerrillasen particular, aspecto que se expresa con mayor fuerza en las zonas rurales.

Las armas nos brindan entonces nuevos elementos para captar las dinámicas delos homicidios y la naturaleza de sus responsables. En lo esencial, se debe señalarque las armas de fuego aportan más de ocho de cada diez homicidios y que estecomportamiento atraviesa todos los grupos de población; si bien son usadas portodo el espectro de los responsables de la violencia, desde individuos hasta actoresorganizados, en principio se intuye que en un país como Colombia, donde sonnumerosos los actores organizados, en su gran mayoría son utilizadas por estosúltimos. Las armas blancas, por su lado, aportan algo más de uno de cada diez, yson empleadas por individuos y la pequeña delincuencia, y las otras armasrepresentan menos de uno de cada diez. Veamos lo anterior con más detalle y enparticular las diferencias entre el comportamiento de cada grupo de población y eltotal nacional.

Sumando los años 2003-2006, se tiene que en el conjunto nacional las armas defuego representan el 82.8%, las armas blancas el 12.4% y las otras armas el 4.8%, talcomo se expresa en el cuadro No. 9. Las diferencias en la participación porcentualentre los grupos respecto del total son a primera vista poco significativas, cuando sediscriminan por grupos de población. En lo que se refiere a armas de fuego, losmunicipios intermedios estuvieron un 0.9 por encima del promedio, pues registraron83.7%; los municipios de menor tamaño se ubicaron por encima del promedio delpaís, pues arrojaron un 83.8%, es decir un punto más. Por el contrario, los municipioscon más de cien mil habitantes, es decir los de mayor tamaño, arrojaron un 82%, un0.8 por debajo; esto último paradójicamente se explica por el mayor peso queadquieren las armas blancas en este grupo36. De lo anterior, se puede deducir que losgrupos organizados pesan en todos los tamaños de población, a partir de lasparticipaciones porcentuales de armas de fuego, pero en términos relativos más enlos intermedios, muy seguramente relacionados con las muertes en combate frutode la confrontación, como se apreciará después.

36 En la medida que se trata de proporciones, al subir la de las armas blancas, necesariamente bajan las otras.

Page 84: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

85

Cuadro No. 9Distribución de los homicidios por armas de fuego, armas blancas

y otras armas discriminadas por grupos de población, y participaciones porcentuales respecto de cada grupo

de población en el período 2003-2006

Por su lado, las armas blancas representan un 12.4% en el conjunto nacional. Ladistribución de la participación porcentual por grupos de población es al revés de lade armas de fuego. El grupo de municipios más grandes, de más de cien mil habitantes,sobrepasaron en un 1.5% el promedio nacional, mientras que los otros dos estuvieronpor debajo; el de los municipios de tamaño intermedio con un 1.6% menos y los máspequeños con el 1.8%. Adicionalmente, los homicidios con armas blancas afectanmás a las ciudades en términos relativos y principalmente a las más grandes, en lamedida en que ahí toman cuerpo la pequeña delincuencia que se dedica al atraco ypor que se presentan con mayor frecuencia riñas, en las cuales se utiliza con frecuenciaeste medio. Lo anterior se ratifica cuando se observan los cálculos en el cuadro No.10.En efecto, el 59.2% de los homicidios con armas blancas del total del país seprodujeron en los 53 municipios más grandes (primera fila de la penúltima columna),mientras que al mismo tiempo ocurrieron en ellos el 52.4% del total de los homicidioscon armas de fuego (ver a la izquierda de la anterior) y el 45.5% de los cometidos conotras armas (ver la primera fila de la última columna). Lo anterior permite avanzarque los individuos y la pequeña delincuencia tiene más incidencia relativa en lo urbanoy que ésa es mayor en la medida en que el tamaño del municipio es más grande.

Las otras armas son más difíciles de analizar por la enorme variedad de medios utilizadosy el poco peso que tienen; esta información está consignada en el cuadro No. 9. Enpromedio, representan un 4.8%, analizando el conjunto nacional en el período decuatro años estudiados. En los de mayor tamaño, esencialmente las ciudades másgrandes, participaron en el 4.1% de los homicidios, por debajo del promedio. Es lasumatoria de explosiones con carro bombas, homicidios con medios contundentes,asfixias, en fin, incluye modalidades desarrolladas por una gama muy amplia deorganizaciones.

En los grupos de municipios de tamaños mediano y pequeño, las otras armaspesaron un 5.6% respectivamente, en ambos casos por encima del promedio, talcomo se aprecia en el cuadro No. 9. Si bien se tiene muchos medios involucrados,sobresalen las armas no convencionales como los cilindros, las minas y en generallos medios más directamente asociados a la confrontación armada como granadasy similares. Los cálculos en sentido vertical, que se aprecian en el cuadro No. 10,

Fuente: Policía Nacional y proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 85: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

86

por otro lado, ratifican que los homicidios cometidos con otras armas tienenespecial incidencia en los municipios intermedios, pues en éstos ocurrieron el37.2% de los presentados en el país, mientras que al mismo tiempo acaecieron el32.5% de los cometidos con armas de fuego y el 28% de los ejecutados conarmas blancas, en ambos casos por debajo de la primera proporción. En principio,se puede hacer una aproximación a los contextos rurales donde las otras armasestán asociadas a actores organizados, principalmente a las guerrillas, que usangranadas, minas, explosivos y armas no convencionales, mientras que en loscontextos urbanos de las ciudades más grandes están asociadas a la pequeñadelincuencia (armas contundentes, cortantes, sogas), pero igualmente alnarcotráfico (asfixia) y a los grupos irregulares (explosivos y carro bombas). Estasproporciones varían mucho de un municipio a otro.

Cuadro No.10Distribución de los homicidios por armas de fuego, armas blancas y otras armas discriminadas

por grupos de población y participaciones porcentuales de cada arma respectodel total nacional en el período 2003-2006

Fuente: Policía Nacional y proyecciones DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

El análisis anterior se puede entender mucho mejor desde otra perspectiva. El cuadroNo. 11 proporciona las tasas de homicidio por armas en el período 2003-2006. Enpromedio, para el total nacional, los homicidios por armas de fuego presentaron unatasa de 36 hpch, las blancas una de 5.4 y las otras de 2.1; la sumatoria arroja un 43.4.En lo que respecta a las armas de fuego, los municipios de tamaños más grandes están2.3 puntos por debajo del promedio de 36 hpch, mientras que los intermedios están6.2 puntos y los pequeños 0.2 por encima. En principio, se deduce que los actoresorganizados pesan mucho en los municipios intermedios, lo que no implica que éstosno tengan una presencia en los otros dos tamaños de población. Como se verá después,a nivel espacial corresponde a municipios de Valle, Viejo Caldas y Antioquia, así comodel piedemonte de la Cordillera Oriental, desde Putumayo hasta Arauca, donde hayconcentraciones de altas tasas de homicidio.

La relación cambia con las armas blancas. La tasa de los más grandes está por encimadel promedio, 5.7 contra 5.4 hpch, mientras que la de los otros dos tamaños está pordebajo; arrojaron 5.3 y 4.5 hpch respectivamente. La tasa de armas blancas más elevadaindica en últimas el mayor peso relativo de la pequeña delincuencia y de las riñas entreindividuos, características de las grandes ciudades, sin que lo anterior quiera decirque ahí no haya presencia de actores organizados.

Page 86: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

87

37 En las grandes ciudades obviamente pesan más los homicidios de actores organizados; sin embargo, lo que se quiere decir es que los protagonizados por individuosy pequeños delincuentes pesan más que en los otros dos tamaños de población.

En las otras armas, sucede lo mismo que en las de fuego. Los municipios grandes, con1.7, están por debajo del promedio nacional de 2.1 hpch, mientras que los intermediosy los pequeños lo superaron, pues arrojaron 2.7 y 2.3 hpch respectivamente. En lasciudades, sobresalen más que en los otros tamaños las riñas y en general los homicidiosasociados a individuos, sin que signifique que sea la característica central de los mismos37,mientras que en los municipios intermedios y pequeños toma más realce la violenciaasociada a actores organizados y en particular a la confrontación: minas, granadas y engeneral armas no convencionales.

Por otro lado, un aspecto que sobresale es que mientras la participación de las armasde fuego descendieron año tras año entre 2003 y 2006, la de las armas blancas subieron;las otras armas bajaron entre 2003 y 2005, pero subieron en 2006. Esta informaciónse aprecia en los cuadros No. 12, 13 y 14. Es así como las armas de fuego disminuyensu participación en un 15.2% entre 2003 y 2004, un 13.1% entre 2004 y 2005 y un5.8% entre 2005 y 2006; una disminución entonces que va perdiendo ritmo. Por elcontrario, las armas blancas subieron un 1.5% entre 2003 y 2004, un 7.3% entre 2004y 2005 y un 1.1% entre 2005 y 2006. Las otras armas pierden participación en los dosprimeros lapsos en un 25.4% y 6.2% respectivamente, sin embargo sube un 23.3%entre 2005 y 2006.

Este comportamiento sugiere que en la disminución de los homicidios en su conjuntoparticipan sobre todo los asociados a actores organizados y en particular losrelacionados con la confrontación armada y el narcotráfico; lo anterior se deduce delas observaciones hechas respecto de los cambios en las armas de fuego. Quedan enentredicho, por otro lado, las políticas municipales orientadas a disminuir los problemasde riñas y pequeños ajustes de cuentas, que no se han producido como a primeravista se hubiera pensado, pues al parecer la violencia ejecutada por individuos ypequeñas organizaciones subió, como lo señala el comportamiento de las armasblancas.

Cuadro No. 11Tasas de homicidio por armas para el período 2003-2006

desagregadas por tamaños de población

Fuente: Policía Nacional y proyecciones Dane.La tasa promedio fue calculada con base en el promedio de los homicidios y la población entre2003 y 2006Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH,Vicepresidencia de la República

Page 87: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

88

Cuadros No. 12, 13 y 14Homicidios por armas y años desagregados por grupos de población

y respectivos cambios porcentuales año a año,en el período 2003-2006

Fuente: Policía Nacional y proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de D H y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadro No. 12

Cuadro No. 13

Cuadro No. 14

Si bien es aventurado afirmarlo, el análisis de los comportamientos por armas en losúltimos cuatro años sugiere en términos gruesos que el homicidio atado a problemasinterpersonales (riñas, violencia intrafamiliar, pequeñas venganzas) permanececonstante o se mueve hacia arriba de acuerdo con el crecimiento natural de lapoblación, mientras que el homicidio asociado a la confrontación armada o en generala organizaciones armadas38 disminuye, lo que resulta lógico porque fueron los factoresque dinamizaron el crecimiento del homicidio. En efecto, el conjunto de los homicidiossubió en las décadas de los ochenta y noventa a niveles muy elevados como

38 Es obvio que en los homicidios con armas de fuego participan también individuos y pequeñas delincuencias, pero el grueso es el que corresponde a actoresorganizados.

Page 88: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

89

consecuencia de la violencia propiciada por armas de fuego, que reflejan la actuaciónde actores organizados39. Sobre lo anterior, se profundizará cuando se enfoquenmunicipios muy críticos en los últimos doce años y se confronte la relación entreparticipaciones porcentuales por armas y altas o bajas tasas de homicidio. No obstante,queda la pregunta de si hay organizaciones que están sustituyendo las armas defuego por otras armas. Un análisis sobre Medellín publicado por El Espectador dice:“Con diferencia de escenarios, es la misma queja que expresan diariamente vocesanónimas de la comuna 13 y de la zona nororiental de Medellín, donde supuestamentese está incrementando el número de asesinatos con arma blanca, arma contundenteo asfixia, como una forma de encubrir los móviles políticos de algunos asesinatos. Esun control más sutil, pero en el fondo igual de terrorífico a épocas recientes; unapenetración del modelo paramilitar en el circuito económico de comunas y barrios”40.

Se cruzaron las armas de fuego con las zonas rurales y urbanas, información que sepresenta en los cuadros No. 15 y 16. En conjunto (mirar el total en el cuadro No. 16donde se especifican los porcentajes), los homicidios con armas de fuego se redujeronmás significativamente en lo urbano que en lo rural, pues mientras en el primero bajóen un 32.8% entre 2003 y 2006, en el segundo lo hizo en un 26.1% en el mismo lapso.A excepción de los homicidios rurales cometidos con armas de fuego, que crecieronentre 2004 y 2005 en el grupo de más de cien mil habitantes y entre 2005 y 2006 enlos municipios de tamaño más pequeño, en todas las otras opciones bajaron tanto enlo rural como en lo urbano y en todos los tamaños de población. Los porcentajes máselevados de descenso se registraron en los municipios más pequeños. Bajaron entre2003 y 2006 un 35.4% en lo rural y un 40.8% en lo urbano. Fueron tambiénsignificativas las reducciones en lo urbano en los municipios más grandes, puesdescendieron en un 34%. Las menores disminuciones se registraron en los municipiosintermedios, tanto en lo rural como en lo urbano, de un 21% y un 26.5%respectivamente, que no obstante también son significativas. Se puede concluir quelos descensos bruscos se presentan en espacios donde tuvieron especial impacto enaños pasados los grupos de autodefensa, y las menores disminuciones se explican porel peso que tienen los homicidios que la Policía asocia a la confrontación armada, comoes el caso de los municipios intermedios.

Los homicidios con otras armas tienen un comportamiento bastante particular; estainformación se presenta en los cuadros No. 17 y 18. Es así como en lo rural, descendieronentre 2003 y 2004 en un 17.6%, pero entre 2004 y 2005 subieron en un 9.1% y entre2005 y 2006 aumentaron en 14.4%; entre 2003 y 2006 fue un crecimiento de apenasun 2.8%. Por el contrario, en lo urbano bajaron un 29.9% y un 16.7% en los dosprimeros períodos considerados respectivamente, mientras que entre 2005 y 2006subieron un 31.4%; el balance entre 2003 y 2006 fue un decrecimiento del 23.3%. Sondos dinámicas diferentes. En lo rural, las otras armas están muy atadas a la confrontaciónarmada: artefactos explosivos, minas antipersonal, cilindros bomba, granadas de mano,entre otros. En lo urbano predominan más armas contundentes, punzantes, sogas,

39 El homicidio en su conjunto creció en la medida que crecieron los propinados por armas de fuego. Esto se puede apreciar en un documento elaborado por KatherineAguirre, Robert Muggah, Jorge A. Restrepo, y Michael Spagat. La Hidra de Colombia. Las Múltiples caras de la violencia armada. Bogotá, CERAC, 2007. Losautores muestran un gráfico construido con información del DANE procesada por CERAC en el que el ritmo con que crecen los homicidios en general y lospropiciados con armas de fuego entre 1979 y 2005 es el mismo. En esencia las dos curvas dibujan la misma trayectoria.

40 Ver: Renacer para Antioquia. En la Comuna 13 y en la zona nororiental de Medellín la población denuncia asesinatos con arma blanca, contundente o por asfixia.En: El Espectador . domingo 25 de febrero de 2007. Se analizaron las bases de datos de Medellín y de todas maneras hay que aclarar que los homicidios con armasblancas se concentraron en el centro de la ciudad, situación que parece corresponder con lo que dicen las autoridades, es decir que se trata de pequeñasdelincuencias. No obstante, una parte se produce en comunas populares, que podría corresponder con el análisis según el cual se usa este medio para esconderel verdadero móvil. En el aparte de Medellín se amplía al respecto.

Page 89: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

90

Cuadros No. 17 y 18Homicidios por otras armas, discriminados en rural y urbano

y desagregados por grupos de población.Respectivos cambios porcentuales año a año en el período 2003-2006

Cuadro No. 18

Cuadro No. 17

Fuente: Policía Nacional y proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadros No. 15 y 16Homicidios por armas de fuego, discriminados en rural y urbano

y desagregados por grupos de población.Respectivos cambios porcentuales año a año en el período 2003-2006

Cuadro No. 16

Cuadro No. 15

bolsas para asfixiar, aunque también hay explosivos y granadas, así como mediosutilizados por el narcotráfico y la delincuencia organizada, como ya se había anotado.El leve aumento en lo rural entre 2003 y 2006 se debe muy seguramente al hecho deque la Policía incluye las muertes en combate, algunos muertos por minas o comoconsecuencia de actos de terrorismo.

Fuente: Policía Nacional y proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 90: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

91

En lo que respecta a las otras armas, es interesate señalar que en lo rural, en losmunicipios grandes, donde incidió la confrontación armada, subieron en un 28.1%entre 2003 y 2006, explicable por el aumento del 69.6% entre 2004 y 2005: habíandisminuido en un 19% entre 2003 y 2004 y se redujeron en un 6.9% entre 2005 y2006. Igualmente subieron un 21.7% en los municipios intermedios entre 2003 y2006, donde la confrontación armada tiene también una especial incidencia; en estecaso, se nota un aumento en el ritmo de crecimiento entre un año y el otro, puesentre 2003 y 2004 había descendido un 13.4%, subió un 6.4% entre 2004 y 2005 yaumentó en un 32% entre 2005 y 2006. Finalmente, en los más pequeños, las otrasarmas decrecieron durante los períodos considerados para un acumulado de 33.8%menos en 2006 que en 2003; curiosamente, la intensidad de la confrontación armadaen éstos es menor que en los municipios grandes e intermedios. Por el contrario, enlo urbano bajaron en todos los escenarios entre 2003 y 2004 y entre 2004 y 2005,pero igualmente en todos subieron entre 2005 y 2006, como se aprecia en el cuadroNo. 18; el balance es un decrecimiento en todos los grupos entre 2003 y 2006. En elconjunto nacional, el descenso de otras armas en el contexto urbano fue de 23.3%,una proporción de disminución igual en los municipios más grandes, pues éstosarrojaron un 23%; en los intermedios, el descenso fue de 18.6% en el mismo lapso yen los pequeños fue de 36.8%. En este nivel, quedan preguntas abiertas, pero en lamedida en que las otras armas no están asociadas a la confrontación armada, suincidencia es menor que en lo urbano. El cambio entre 2005 y 2006 no deja de serpreocupante en la óptica según la cual se podría estar presentando por parte de ladelincuencia organizada una sustitución de armas de fuego por otros medios paraevitar ser identificados.

Las armas blancas, por el contrario, muestran signos ascendentes en el conjunto delpaís y en todos los tamaños de población, tanto en lo rural como en lo urbano entre2003 y 2006, tal como se aprecia en los cuadros No. 19 y 20. En lo rural, su participaciónsubio en un 13.4% en el conjunto nacional; el alza más significativa se presentó en elgrupo de los municipios más grandes con el 32.1%, siguieron los de tamaño intermediocon el 16.4% y después los pequeños con el 1.4%. En lo urbano, crecieron en un 9%en el conjunto nacional; el aumento más significativo se presentó en los municipiosintermedios con el 21.1%, siguieron los más pequeños con el 8% y después los másgrandes con el 6.0%. Los cambios año a año se pueden apreciar en los respectivoscuadros.

En conclusión, este aparte deja unas primeras enseñanzas. La participación de lasarmas de fuego, que es de más de ocho de cada diez homicidios en el contextonacional y en todos los tamaños de población, sugiere, aunque no se puedan hacerprecisiones matemáticas, la significativa participación de actores organizados en todoslos contextos; sobresalen los municipios intermedios, donde las tasas son muy elevadasen promedio. Adicionalmente, las armas blancas sugieren que los individuos y lapequeña delincuencia tienen un peso relativo más alto en los contextos urbanos delos municipios más grandes, sin que esto signifique que al mismo tiempo no haya unpeso importante de actores organizados. Las otras armas en los contextos rurales delos municipios, principalmente en los intermedios y los pequeños, tienen unaparticipación relativa mayor que en los contextos urbanos de los más grandes,situación explicable por el impacto de la confrontación armada en el campo, conocasión de la cual se usan minas, granadas, explosivos y armas no convencionales.Más adelante, cuando se asocien las armas con los móviles, se podrá descifrar conmás precisión la naturaleza de la violencia colombiana.

Page 91: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

92

2.4 Comportamiento por móviles según tamañosde población y escenarios rural y urbano

La distribución de los homicidios por móviles ayuda en gran medida a descifrar lanaturaleza de los homicidios y en particular a definir si están asociados a gruposorganizados o a individuos. Lo anterior es aún más nítido si se relacionan con armasy tasas, sin embargo para comenzar los analizaremos separadamente para despuésunirlos, posteriormente haremos un análisis más detallado, discriminando municipiosen el interior de cada grupo de población.

La problemática que se presenta en el análisis de los móviles son los altos niveles sininformación y la baja calidad del registro. En la medida en que se tienen muchosregistros sin información, es difícil proponer una hipótesis. No obstante, hacer cálculosal respecto permite sacar algunas conclusiones interesantes. Las dificultades se hacenmás nítidas cuando se calculan tasas por grupos de población y se discriminan en lorural y lo urbano. Al respecto se hacen algunos ejercicios que si bien no contribuyena descifrar la naturaleza de los homicidios, si están asociados a actores organizadoso a individuos, se presentan de todas maneras, pues dan algunas luces sobre losescenarios más afectados por el subregistro.

Respecto de los móviles, es bueno señalar que entre 2003 y 2006 se presenta unesfuerzo significativo por determinar las modalidades, es decir por disminuir laproporción “de lo no reportado”, sin duda un ejercicio importante. No obstante,paradójicamente lo anterior trae un efecto perverso, pues anula la posibilidad decomparar los móviles identificados, es decir sobre los que se tiene un indicio, en el

Cuadros No. 19 y 20Homicidios por armas blancas, discriminados en rural y urbano

y desagregados por grupos de población.Respectivos cambios porcentuales año a año en el período 2003-2006

Cuadro No. 20

Fuente: Policía Nacional y proyecciones Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadro No. 19

Page 92: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

93

tiempo. En esencia, más que registrarse aumentos o disminuciones en cada uno deéstos, lo que se evidencia es un mejor registro de la información. El cuadro No. 21,que resume el conjunto del país, sirve para apreciar lo ocurrido.

En efecto, los no reportados pasaron de representar para el conjunto nacional el66.8% en 2003, al 38.8% en 2004, 15% en 2005 y 11.4% en 2006. El problema esque una parte de éstos, en la medida en que fueron bajando, pasaron a una categoríamuy vaga, denominada agresión, que pasó de representar el 4.9% en 2003, al 13%en 2004, 29.2% en 2005 y 34.1% en 2006. En el fondo, todo homicidio lleva implícitauna agresión, lo que no arroja información adicional sobre la modalidad. Se comparóla distribución de estas dos categorías por armas y en lo grueso presentan algunasdiferencias, entre éstas y con el total de homicidios. Para el agregado 2003-2006, lasarmas de fuego pesaron el 85.6% en las modalidades no reportadas, el 83.2% en lasagresiones y el 82.8% en todos los homicidios. Así mismo, las armas blancasrepresentaron un 10.5% en los no reportados, un 13.4% en las agresiones y un12.4% en todos los homicidios. Esta variedad de proporciones no permite llegar aconclusiones y sugieren, en últimas, que las agresiones como los homicidios noreportados reúnen al mismo tiempo diferentes modalidades muy difíciles de definiren términos porcentuales.

En la medida en que se sabe muy poco de estas dos categorías, se decidió unirlasy crear la categoría “sin información o con poca información” que pasó del 71.7%en 2003, a 51.8% en 2004, a 44.2% en 2005 y a 45.5% en 2006; esta categoría seutiliza en un cuadro más adelante. Sin duda un progreso; sin embargo, en 2006 sepresenta un leve retroceso respecto de 2005, pues su participación dejó de bajar.Adicionalmente, no obstante la mejoría, su proporción es muy elevada, pues significaque casi uno de dos homicidios no tiene modalidad definida. Si bien, como seseñaló, lo anterior impide hacer comparaciones fidedignas para los demás móvilesen el tiempo, podemos especular algo sobre lo que ocurría en años anteriores enlos otros móviles, a partir de la información disponible para 2005 y 2006.Examinemos las modalidades utilizadas por la Policía en la base de datos.

Cuadro No. 21Homicidios por móviles en el conjunto nacional discriminados por años en el período 2003-2006.

Participaciones porcentuales por años y cambios porcentuales año a año

Fuente: Policía NacionalLas categorías utilizadas son agregaciones de las originalmente utilizadas en las bases de la PolicíaCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 93: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

94

La primera categoría concreta que sobresale es la del sicariato41. Pasó de representarel 6.8% en 2003, al 18.2% en 2004, 20.6% en 2005 y 19.7% en 2006. En un contextoen el que los homicidios se reducen, no se puede argumentar que esta modalidad enrealidad se incrementó. Ciertamente, mejoró el registro, lo que permite intuir quemirando hacia atrás, los homicidios por sicariato estaban incluidos en la categoría delos no reportados y más recientemente también en la de agresiones. No deja de sersintomático que los registros de los homicidios por este concepto aumentaron en un114% entre 2003 y 2006, señal de la gran proporción que no eran registrados bajoesta modalidad anteriormente, más aún cuando este incremento se produce en uncontexto en que los homicidios disminuyen. Se puede inferir por ello que los homicidiospor sicariato son un componente muy importante de los no registrados, síntoma deque estos últimos esconden homicidios de grupos organizados.

Sin embargo, en términos reales, no se sabe si aumentaron o disminuyeron loshomicidios cometidos por sicarios y presumiblemente bajaron, pero no se sabe enqué proporciones ni en qué escenarios. No obstante, no deja de ser interesante quese pueda afirmar que uno de cada cinco homicidios en Colombia en 2005 y en 2006ocurrió bajo esta modalidad, lo que nos remite a temas como el del narcotráfico, lasoficinas de cobro, la delincuencia organizada y los actores irregulares, particularmentelas autodefensas. El problema está en determinar qué proporción de los no reportadosnos remite a estas mismas organizaciones en el pasado y en el presente. Algunashipótesis se podrán plantear cuando se desagreguen los homicidios por tamaños demunicipios y se interrelacionen con altas y bajas tasas de homicidio.

Por otro lado, existen muchas categorías asociadas explícitamente a la confrontaciónarmada por lo que se decidió agregarlas en una sola. La categoría agregada apareceen el cuadro No. 21 y se desagrega en el cuadro No. 2242.

Cuadro No. 22Homicidios asociados a la confrontación armada por móviles

en el conjunto nacional discriminados 2003-2006.Participaciones y cambios porcentuales por años

41 Sicariato es la expresión utilizada por la Policía en las bases de datos consultadas.42 Estas categorías a su vez son agregaciones de múltiples categorías. En los asociados a los enfrentamientos se agregaron todas las combinaciones que hacen

referencia a guerrillas o autodefensas. En los selectivos se sumaron igualmente todos los ejecutados por la subversión o por las autodefensas.

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la RepúblicaLas categorías utilizadas son agregaciones de las originalmente utilizadas en las bases de la Policía

Page 94: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

95

Observando el cuadro No. 21, donde la confrontación aparece como una categoríacomparada con otras modalidades, se tiene que en la medida en que el conjunto delhomicidio bajó, la participación de los homicidios asociados a la confrontación armadapasó del 10.8% del total en 2003, al 12.6% en 2004, 13.8% en 2005 y bajaron denuevo al 12% en 2006. Desagregando la categoría, como aparece en el cuadro No.22, las muertes en combate derivadas de los enfrentamientos y los homicidiosselectivos, representan más de ocho de cada diez asociados a la confrontación en loscuatro años considerados.

Es preciso aclarar dos aspectos respecto de las categorías asociadas por la Policía a laconfrontación armada. Por un lado, no se tiene certeza de si se registran todas lasmuertes en combate consecuencia de los combates entre el Estado y los gruposirregulares, aunque es obvio que las que se conocen sí se registran. Por otro lado, lascategorías utilizadas no incluyen todo el espectro de la confrontación armada, puesen lo esencial hay una parte, los homicidios urbanos asociados a grupos irregulares,que o bien se incluyen en la categoría sicariato o en los homicidios S.I. (sin informacióny agresiones).

Veamos por aparte cada una de las categorías que unimos en los homicidios asociadosa la confrontación armada. En el caso de las muertes en combate, éstas pasaron derepresentar el 40.7% del total de la confrontación en 2003, al 49.7% en 2004, 46.8%en 2005 y 65% en 200643. El problema está en determinar si la Policía las incluyetodas y si lo ha hecho en la misma proporción en los años estudiados; la incertidumbreproviene del hecho de que la Policía no necesariamente conoce de todos los combateslibrados por iniciativa de las Fuerzas Militares ni los ataques de las guerrillas.

Por otro lado, los homicidios selectivos asociados a la confrontación han venido bajando,pues representaron el 46% en 2003, el 43.7% en 2004, el 42.1% en 2005 y el 26.4%en 2006. Lo anterior se explica porque los asociados a las autodefensas en los contextosrurales han venido bajando durante el periodo como consecuencia de lasdesmovilizaciones. De todas maneras, las muertes en combate y los homicidios selectivosrespecto del total de los asociados a la confrontación según la misma fuente, suman el86.7% en 2003, el 93.4% en 2004, el 88.9% en 2005 y llegaron al 91.4% en 2006, esdecir que explican aproximadamente nueve de cada diez que ocurrieron.

Si bien es nítido que en general en los selectivos se trata de homicidios asociados a laconfrontación, es bueno señalar que muchos de los que ocurren en la realidad, no seincluyen en esta categoría, como se ha señalado. Algunos de los asociados a sicariatose hubieran podido incluir en esta categoría. En efecto, como aparece en el siguientecuadro, las muertes por los enfrentamientos y los homicidios selectivos que la Policíaasocia a la confrontación son eminentemente rurales; en términos gruesos, más deocho de cada diez, con excepción de 2003. Al parecer, los selectivos asociados a lasautodefensas y principalmente los que ocurren a nivel urbano, no fueron incluidosen los homicidios selectivos a partir de los criterios de la fuente de la Policía.

Veamos por otro lado las categorías menos relevantes en términos cuantitativos. Talcomo se aprecia en el cuadro No. 23, los relacionados con terrorismo ocurren encontextos urbanos y rurales; en 2003, fueron más urbanos que rurales, posiblemente

43 En 2006 este comportamiento ayuda a explicar las elevadas tasas de homicidios en algunos municipios del país, y particularmente en el eje del oriente en algunoscomo Vistahermosa y Puerto Rico, en el Meta.

Page 95: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

96

por efecto de la bomba de El Nogal en Bogotá, y en 2004, 2005 y 2006 fueron másrurales que urbanos. Finalmente, los homicidios resultantes de enfrentamientos entreirregulares fueron sobre todo rurales. En su conjunto, los homicidios por actos deterrorismo y los derivados de supuestos enfrentamientos accidentales, si bien causanun enorme impacto en la opinión nacional e internacional, no alteran en lo fundamentalni el grueso de los homicidios de la confrontación ni el total de homicidios a nivelnacional; sin embargo, inciden en coyunturas muy precisas a nivel municipal.

Cuadro No. 23Homicidios asociados a la confrontación armada por móviles

en el conjunto nacional discriminados sectores rural y urbano y por añosen el período 2003-2006. Participaciones porcentuales rural y urbano para cada categoría y año

44 Se excluyen las riñas asociadas a violencia intrafamiliar que aparecen incluidas en la categoría Violencia Intrafamiliar.

Fuente: Policía NacionalLas categorías utilizadas son agregaciones de las originalmente utilizadas en las bases de la PolicíaCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

La información relacionada con la confrontación señala que en los municipios intermediosy pequeños, estos homicidios tienen la capacidad de alterar significativamente las tasas,tal como se demostrará en otro aparte de este documento en muchos municipios delpiedemonte de la Cordillera Oriental. Por el contrario, no inciden en una formacontundente para alterar los índices de los municipios más grandes, en la medida en queel grueso de estos homicidios no tiene lugar en los contextos urbanos.

Cambiemos de escenario y volvamos al cuadro No. 21 que desagrega móviles omodalidades. Las riñas, asociadas a problemas interpersonales44, aumentaron en un52% entre 2003 y 2006, por debajo del 114% de los atribuidos a sicarios, lo quepermite pensar que proporcionalmente en éstos pesaban menos en el subregistro,es decir sugiere que los homicidios sin información han escondido proporcionalmentemás homicidios de actores organizados que aquellos ejecutados por individuos.

Las riñas se incrementaron con el correr de los años, en un 32% entre 2003 y2004, un 8.3% entre 2004 y 2005 y un 6.4% entre 2005 y 2006. En un contextoen el que el total de los homicidios bajó, obviamente la participación porcentualpor año aumentó. Fue del 5.4% en 2003, 8.3% en 2004, 10% en 2005 y del 11%

Page 96: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

97

en 2006. Se concluye por ello, que independientemente de lo que haya ocurrido,no contribuye a explicar el aumento de los homicidios en municipios o en conjuntosde municipios donde las tasas se ubican muy por encima del promedio nacional.Por el contrario, las riñas tienden en términos generales a comportarse en formaparecida en el tiempo. En ocasiones, sus aumentos responden a los incrementosnaturales de la población, y en otros contextos, sus cambios pueden estar asociadosa políticas públicas y a medidas de Policía. No son, de todas maneras, la clave paraexplicar cambios bruscos en los homicidios, como si pueden ser los derivados de laconfrontación armada y del sicariato.

Los homicidios por atraco tienen características parecidas a los asociados a riñas. Losregistros aumentaron sólo en un 5% entre 2003 y 2006, señal de que, como en el casode las riñas, han participado en una proporción pequeña en el subregistro, muy inferiora los atribuidos a sicariato, que crecieron en un 114%. En términos porcentuales, loshomicidios por atraco, como se observa en el cuadro No. 21, aumentaron en un 14.7%entre 2003 y 2004, 2.3% entre 2004 y 2005, pero disminuyeron en un 10.5% entre2005 y 2006. Pasaron de representar el 3.4% de los homicidios en 2003, al 4.6% en2004, 5.2% en 2005 y 4.9% en 2006. Como las riñas, no se puede descartar que losaumentos hasta 2005 se deban a una purificación de la información, pero así mismo sepuede pensar que tradicionalmente ha sido una modalidad fácilmente identificable.Por otro lado, no se puede descartar que la disminución registrada en 2006 se deba alas políticas de las administraciones locales. No obstante, en su conjunto, no son laclave para explicar cambios bruscos en el comportamiento del homicidio y menos paradescifrar las altas tasas ni en el país ni en los municipios más afectados.

Los registros de homicidios relacionados con la violencia intrafamiliar también han sidocastigados en el tiempo. El aumento del 245.7% entre 2003 a 2004, al pasar de 35 a121, se explica en lo esencial por una mejora en el registro. No obstante, a diferenciade los atribuidos a sicariato, su peso es muy bajo en el conjunto nacional, pues fue de0.15% en 2003, 0.6% en 2004, 1% en 2005 y 0.9% en 2006. Lo anterior nos permiteconcluir que la violencia intrafamiliar no permite tampoco explicar los altos niveles dehomicidios. Si bien es claro que muchos quedan escondidos en los homicidios sininformación o en las agresiones, no es probable que la proporción que representanrespecto del conjunto cambie significativamente en el evento en que se purifiquetotalmente el registro. En conclusión, estos homicidios no parecen ser útiles para explicarlas muy elevadas tasas de homicidio.

Resulta entonces difícil sacar conclusiones irrefutables respecto de la distribuciónpor móviles y en principio se puede decir que entre los no registrados pesan más losrelacionados con actores organizados, tal como lo sugieren las categorías de“sicariato” y confrontación armada. Por el contrario, las riñas, los atracos y la violenciaintrafamiliar también contribuyen en los homicidios, pero en una proporción menor.A manera de resumen, si nos atenemos a las cifras de 2006, cuando supuestamenteel registro está más purificado, tendríamos que no se tiene información sobre elpresunto móvil en cuatro a cinco homicidios de cada diez (sumamos sin informacióny agresiones); de dos de cada diez sabemos que pueden estar asociados a “sicariato”,algo más de uno tiene que ver con la confrontación armada, uno está asociado ariñas, menos de uno a atracos, una décima parte de uno a violencia intrafamiliar yalgo más de la mitad de uno a otros móviles. Queda la pregunta abierta de sabera qué móviles se puede atribuir los cuatro y medio de cada diez sobre los cualesno se tiene información.

Page 97: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

98

Por el momento, entonces el único ejercicio factible es calcular la participación de losmóviles únicamente a partir de la información conocida, es decir excluyendo loshomicidios sin información. En la medida en que el registro ha venido mejorando, sehace ese cálculo para la suma de los años 2005 y 2006, por las razones anotadasanteriormente. El cuadro No. 24 suma los móviles de los que se tiene algún indiciopara 2005 y 2006 y calcula la participación porcentual para la suma de los dos años. Setiene que la modalidad denominada sicariato representa el 36.5% del total y que lacategoría que suma las modalidades asociadas a la confrontación armada representael 23.4%. La suma de las dos arroja el 59.9% y tiene la particularidad de que contienelas categorías que se pueden asociar a actores organizados. Por otro lado, las riñaspersonales representan el 19%, los atracos el 9.1%, y la violencia intrafamiliar el 1.7%,que sumados representan el 29.8%. Estas tres categorías se asocian más a los homicidiosrealizados por individuos y por integrantes de la delincuencia menor y representanaproximadamente la mitad de los anteriores. Los otros representan el 10.3%. Enconclusión, arrojaría que de cada diez homicidios, seis son llevados a cabo por actoresorganizados, tres por individuos y la pequeña delincuencia y sobre uno se tienen pocosindicios para saber si fueron ejecutados por los unos o por los otros. Las cifras parecencorroborar entonces que, en efecto, los altos niveles de homicidios están asociadosa actores organizados.

Cuadro No. 24Distribución de las modalidades conocidas para 2005 y 2006

y participación porcentual para la suma de los dos años considerados

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencialde DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Teniendo elementos para concluir que los homicidios están más asociados a actoresorganizados, cambiemos de escenario y hagamos otros cálculos. Primero secompararon las tasas por grupos de población con las del total de los homicidios.Después, se distribuyeron por grupos de población, y de acuerdo con lo urbano y lorural, para mostrar cómo se comportan en cada uno de estos escenarios; en esteejercicio, sólo se consideró 2006 para simplificar el análisis. Después de hacer losanálisis, se concluyó que los aportes no son relevantes, por el efecto del subregistro,que es muy elevado, pero se decidió presentarlos porque nos arroja algunas lucessobre los escenarios más afectados por el subregistro.

Analicemos primero la sumatoria de los homicidios con modalidad no reportada ylos atribuidos a agresiones, en adelante estas modalidades las incluimos en una solacategoría denominada sin información o con poca información, S.I. en formaabreviada.

Page 98: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

99

El cuadro No. 25 compara las tasas S.I. con las tasas de homicidio general. Cuandose compara el orden de las tasas entre estas dos categorías se concluye que hay unadiferencia en el ordenamiento de las tasas de mayor a menor. Es así como mientras enlas tasas del conjunto, los más afectados son los municipios intermedios, en las tasasde los homicidios S.I. son los más grandes, bien sea porque en éstos la informaciónrespecto de la modalidad es más compleja de identificar o diluida o porque la informaciónno ha sido correctamente procesada.

Igual conclusión se obtiene si se calcula la participación porcentual de las tasas S.I. enlas del total de homicidios. Tal como se observa en el cuadro No. 25, es en losmunicipios de mayor tamaño donde las tasas S.I. tienen una participación mayor,pues representaron el 49.1% y el 50.8% de las de todos los homicidios en 2005 y2006 respectivamente, cálculos que aparecen en las dos últimas columnas. Por otrolado, los municipios intermedios y pequeños están afectados de manera similar porel no registro, pero lo están más los segundos. En efecto, mientras en los municipiosde menor tamaño la tasa de los homicidios S.I. representaron el 40.3% y el 41.1% dela tasa del total de los homicidios, en los intermedios las proporciones fueron del38.2% y el 39.1% respectivamente.

El cuadro No. 26 permite hacer dos ejercicios. En el primero, se pueden comparar lastasas rurales con las tasas urbanas de los homicidios S.I por tamaños de población.En el segundo, se pueden comparar las tasas rurales y urbanas de los S.I. con lastasas rurales y urbanas del conjunto de todos los homicidios.

Cuadro No. 25Tasas de los homicidios sin información S.I., comparadas con las tasastotales para 2005 y 2006 y participación de las primeras en las segundas

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadro No. 26Tasas rurales y urbanas de los homicidios S.I. y del total de homicidios

por tamaños de población en 2006

Page 99: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

100

En cuanto a lo primero, las tasas rurales S.I. están por encima de las urbanas entodos los tamaños de población y en el conjunto nacional. Las tasas más altas entérminos rurales se encuentran en los municipios más grandes, pues arrojaron 30.1hpch, siguen las de los municipios intermedios con 17.8 hpch y después las de losmunicipios pequeños 16.6 hpch. Es decir, el no registro afecta en términos relativosmás el sector rural y más en la medida en que el tamaño de población es mayor.

En cuanto a la segunda lectura, es importante anotar que las tasas rurales de loshomicidios S.I. tienen el mismo ordenamiento que las rurales del total de loshomicidios; las más altas son las de los más grandes, siguen las de los intermedios ydespués las de los más pequeños. En contraste, el ordenamiento cambia cuando secomparan las tasas urbanas. En efecto, las tasas urbanas de los homicidios S.I. sonmayores en los más grandes, mientras que en el total de los homicidios lo son losintermedios. En términos absolutos, los municipios más grandes son los másafectados, porque es ahí donde se concentra la mayoría de los homicidios.

Analicemos ahora los móviles identificados y comencemos con la categoría de sicariato.Las conclusiones en este ejercicio son poco relevantes porque la participación delmóvil analizado está alterada por el subregistro y no muestran en forma nítida lanaturaleza de los homicidios, pero permite avanzar en ese propósito.

En lo que respecta a los homicidios cometidos por sicarios es bueno advertir que sibien se ha hecho un enorme esfuerzo por identificarlos, el proceso de purificación dela información es todavía muy incipiente. Sólo algunos ejemplos para demostrarlo.Mientras que en 2005 son atribuidos 224 en Medellín y 206 en Barranquilla, a Calisólo se le asignan 33, que equivalen a un tercio de los de Cartagena que son 96. Asímismo, en Cúcuta se presentaron 326, pero en Pereira ninguno. En 2006, elcomportamiento es similar aunque las diferencias se acortan en los tres municipiosmencionados primero. Es así como a Medellín y Barranquilla se les atribuye 133 y186 respectivamente, mientras que a Cali 67. Por otro lado, a Cúcuta se le asignan344 pero a Pereira ninguno. Esto nos permite concluir que el esfuerzo ha sidosignificativo en unas ciudades, regular en otras y insuficiente en otras. Lo anterior esconsistente con el hecho de que los homicidios S.I. son elevados en los municipios demayor tamaño, por lo que se intuye que una proporción de éstos son casos desicariato. Es un camino indirecto para corroborar que los homicidios S.I. están sobretodo asociados a actores organizados. Como se mostrará adelante, se hace másnítido cuando se cruzan homicidios sin información y por sicariato con armas y altastasas de homicidio, análisis que se hará en el siguiente numeral.

El siguiente cuadro nos permite hacer algunos ejercicios respecto del sicariato. En elcuadro No. 27, los homicidios bajo esta modalidad se distribuyen en términos absolutosen los niveles rural y urbano y se calcula su peso en el interior de cada grupo de población,que se suman horizontalmente. Adicionalmente, para contrastar la lectura de la reparticiónde los homicidios a nivel rural y urbano, se aplica la misma repartición a nivel de lapoblación. Es decir cuando la participación rural o urbana del homicidio supera la de lapoblación en el mismo grupo de municipios en un escenario, se asume que está porencima de lo esperado, y cuando es inferior, que está por debajo de lo esperado. Estemétodo nos permite sacar conclusiones en términos relativos y nos ayuda a interpretarque tan afectados están cada uno de los seis escenarios considerados.

El cuadro muestra que en los municipios más grandes los homicidios sin informacióno por sicariato están por encima de lo esperado en lo rural y por debajo en lo urbano.

Page 100: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

101

En los intermedios, por el contrario, están por debajo de lo esperado en lo rural ypor encima en lo urbano. En los pequeños también están por debajo de lo esperadoen lo rural y por encima en lo urbano.

Cuadro No. 27Homicidios por “sicariato” en 2005 y 2006 distribuidos en lo rural y lo urbano

y participaciones porcentuales por grupos comparadas con los porcentajes de la poblaciónpara el promedio de los dos años considerados

De nuevo hay que recalcar que las cifras están distorsionadas por el efecto del noregistro. Se puede decir hasta el momento que se debería llevar a cabo un esfuerzode purificación en las ciudades de los 53 municipios más grandes. A ciudades comoCali, Pereira, Buenaventura, que ostentan tasas muy elevadas en el conjunto de loshomicidios, no se les atribuye casi esta modalidad y los homicidios que cometensicarios están considerados en las categorías de las modalidades no reportadas o alas denominadas agresiones, lo que hace que los homicidios de los que se tieneregistro sean menores que lo esperado. La evidencia obtenida en las entrevistasseñala que en estas ciudades, el sicariato es una modalidad bastante generalizadaque no se compadece con el registro disponible. Se concluye que en Colombia sereconocen dos homicidios por sicariato de cada diez homicidios en total, pero en larealidad esta proporción es mayor. Con una información más procesada, muyposiblemente estas proporciones tendrían un comportamiento totalmente diferentey se asemejarían más a la distribución real de todos los homicidios.

En lo que respecta a la confrontación armada, expresión en la que agrupamos variascategorías utilizadas por la Policía, se calcularon las tasas por grupos de población ycontextos rural y urbano para 2005, porque es el año que muestra mejor informaciónpara hacer este ejercicio, pues, en 2006 los atribuidos a homicidios selectivos de lasautodefensas desaparecieron del registro como consecuencia de las desmovilizaciones.

El cuadro No. 28 que desagrega las tasas de los homicidio que la Policía asocia a laconfrontación armada, muestra que el contexto rural de los municipios intermedioses el más afectado, pues arrojó una tasa de 19.8 hpch; seguido de las zonas ruralesde los municipios de menor tamaño con 13.8 y posteriormente las zonas rurales delos municipios más grandes con 9.1 hpch. Lo anterior corrobora que las categoríasque usa la Policía en lo fundamental se concentran en las zonas rurales y no consideranen su totalidad los asesinatos selectivos que ocurren en las ciudades, protagonizadospor grupos irregulares, que en lo esencial quedan incluidos en la categoría de sicariatoo en los homicidios S.I. Es por ello que la tasa urbana de los municipios más grandes

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 101: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

102

sólo llega al 0.3. Adicionalmente, los contextos urbanos de los municipios intermediosy pequeños llegaron a 4.1 y 4.5 respectivamente, muy posiblemente porque incluyenalgunas muertes en combate de la confrontación armada, o algunos asesinatosselectivos, o muertes como consecuencia de acciones de terrorismo, pero noconsideran otros asesinatos selectivos perpetrados por los grupos irregulares.

Cuadro No. 28Tasas promedio para 2005 asociadas a la confrontación armada discriminadas

por rural, urbano y total

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH,Vicepresidencia de la República

El mayor peso de la categoría asociada a la confrontación armada lo aportan lasmuertes por enfrentamientos entre el Estado y los grupos irregulares y parte de losasesinatos selectivos, como se demostró atrás, razón por la cual sobresalen en loscontextos rurales y especialmente en los municipios intermedios y los pequeños; elpiedemonte de la Cordillera Oriental es apenas un ejemplo. Es diciente que laparticipación porcentual de estos homicidios en cada uno de estos grupos depoblación sea mucho más alta en las zonas rurales, no obstante que en el mismonivel la población tiene una participación más urbana en los más grandes y en losintermedios. La participación de los homicidios asociados a la confrontación armadapor la Policía es entonces mayor que la esperada.

A su turno, es sintomático que el 63.2% de los homicidios rurales asociados a laconfrontación tuvieron lugar en los municipios intermedios, el 29.8% en los máspequeños y el 7% en los más grandes, lo que corrobora que los municipios intermediosson los más afectados, porque al mismo tiempo su población rural representa el 51.9%.

Cuadro No. 29Homicidios asociados la confrontación armada en 2005 distribuidos en lo rural y lo urbanoy respectivas participaciones porcentuales comparadas con los porcentajes de la población

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 102: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

103

En lo que respecta a las riñas, se calcularon las tasas para el promedio 2005 y 2006en los contextos rural, urbano y en el conjunto. Los cálculos se acercan más a larealidad, pues son menos alterados por el efecto del no registro. Se tiene que la tasamás elevada es la de los municipios de tamaño más grande, pues fue de 9 hpch,sigue la de los más pequeños con 7 y la de los intermedios con 6.8. En todos loscasos, las tasas urbanas son superiores a las rurales, un comportamiento al revés delconjunto de todos los homicidios, pues en esos casos, la tasa rural está por encimade la urbana en todos los tamaños. En los más grandes, la tasa urbana es de 9.2hpch, y en los otros dos tamaños es igual, de 8.2. Las riñas tienen entonces unamayor incidencia urbana que rural a partir de la información disponible. Es improbableque estas proporciones cambien con una mayor purificación del registro; por otrolado, habíamos visto que las riñas parecen no tener un impacto definitivo para explicarlos altos niveles de homicidios.

Cuadro No. 30Tasas promedio para 2005 y 2006 asociadas a riñas discriminadas

por rural, urbano y total

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH,Vicepresidencia de la República

En términos absolutos, las riñas en el promedio 2005 y 2006 pesaron sobre todoen los municipios más grandes, por encima de lo esperado, y menos en losintermedios y pequeños. Observando las columnas de los cálculos verticales, esdecir la distribución de los homicidios por riñas teniendo en cuenta los tres tamañosde población, representaron el 62.7% en los 53 municipios más grandes, mientrasque al mismo tiempo estos municipios albergan solamente el 56.3% de la población.Por el contrario, en los municipios intermedios los homicidios por riñas pesaron el24.5%, cuando conforman el 28.9% de la población y en los pequeños el 12.8%,mientras que la población representa el 14.8%, es decir la riña es predominantementeurbana y se concentra en las ciudades más grandes. En efecto, siguiendo con loscálculos verticales, y enfocándonos estrictamente en lo urbano, se tiene que losmunicipios grandes concentraron el 74.8% de los homicidios por riñas que seproducen en las cabeceras, dos puntos por encima de lo esperado, mientras quelas proporciones de los intermedios y pequeños en los escenarios urbanos estánpor debajo de lo esperado.

Haciendo los análisis en términos relativos, se concluye adicionalmente que en loesencial los homicidios por riñas son predominantemente urbanos en todos lostamaños de población. Al respecto, es importante comparar los homicidios porriñas en lo urbano y observar la respectiva participación de la población. En efecto,de acuerdo con los cálculos horizontales, es decir las distribuciones urbanas y ruralespara cada tamaño de población por aparte, los homicidios por riñas en los municipiosgrandes pesaron el 95.9% en las cabeceras contra el 93.9% de la población (columnas

Page 103: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

104

cinco y siete); en los intermedios pesaron el 61.5% en las cabeceras mientras que lapoblación es del 51.1% y en los pequeños el 40.9%, mientras que la población esdel 34.6%.

Examinemos los atracos. Se calcularon igualmente las tasas para el promedio 2005 y2006 en los contextos rural, urbano y en el conjunto. Se concluye que la tasa máselevada corresponde a la de los municipios más grandes, que fue de 5.4 hpch, muysuperior a la de los municipios de tamaño intermedio de 2.1 y a la de los municipiosmás pequeños, de 1.6 hpch. En los municipios más grandes, la tasa urbana superó ala rural, pues fueron de 5.4 y 4.8 respectivamente, y por el peso de estos homicidiosen lo urbano, la tasa total es igual a la urbana. En los municipios de tamañointermedio, la tasa rural pesa más que la urbana pues fueron de 2.4 y 1.8 hpchrespectivamente. En los más pequeños la rural, de 1.7 hpch, también superó a laurbana de 1.6. En conclusión, y al revés de cómo se comporta el total de los homicidios,los cometidos por atracos son más urbanos que rurales y pesan sobre todo en lascabeceras de los municipios más grandes. Su mayor incidencia rural en los intermediosy pequeños pierde relieve por su poco peso y paradójicamente podría sugerir que elno registro es mayoritariamente urbano.

Cuadro No. 31Homicidios por riñas en 2005 y 2006 distribuidos en lo rural y lo urbano y respectivas participaciones porcentuales

comparadas con los porcentajes de la población para el promedio de los dos años considerados

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadro No. 32Tasas promedio para 2005 y 2006 asociadas a atracos discriminadas

por rural, urbano y total

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH,Vicepresidencia de la República

Page 104: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

105

Actores y regiones a partirde las relaciones entre tasas,armas y móviles:Perspectiva desagregadapor nueve tamaños de población

CAPÍTULO III

Page 105: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 106: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

107

El propósito de este capítulo es presentar un análisis más preciso a partir de unadesagregación de los municipios del país en nueve tamaños de población, en losniveles rural y urbano, para un total de 18 secciones. Por un lado, se presentanevidencias en torno al mayor peso de los actores organizados en el homicidio, y enparticular en sus niveles elevados, su persistencia, su concentración y sudesplazamiento de unas regiones a otras. Por otro lado, se enfatiza en actores yregiones a partir de las relaciones existentes entre tasas, armas y móviles en cadauno de los nueve grupos definidos. Se pretende de esta manera construir una tipología,y a partir de allí proponer hipótesis sobre la naturaleza del homicidio en cada uno deellos, empezando por las ciudades más grandes, hasta llegar a los municipios máspequeños y rurales, haciendo precisiones sobre los actores predominantes en cadauno de los tamaños considerados.

Al igual que en los capítulos anteriores se manejan dos dimensiones. En una primera,se analiza los municipios entre 1995 y 2006, a partir de los conceptos de persistenciade cuatro niveles de homicidios, y se precisa concentraciones y desplazamientosde los homicidios de unas zonas hacia otras, considerando no solamente losmunicipios muy críticos y críticos, sino también los medianamente críticos y los nocríticos; en este nivel, se hace énfasis en los tamaños de los municipios y en suscaracterísticas rurales y urbanas. En una segunda, nos concentramos en la coyunturareciente, entre 2003 y 2006, y profundizamos aún más en los dos últimos años apartir de las relaciones entre tasas, de un lado, y móviles y armas, del otro. En estasegunda dimensión, se dividen los municipios entre los que tienen tasas altas ybajas de homicidio y se estudia cómo se comportan en cada uno de éstos lasarmas y los móviles.

Pretendemos dar de esta manera una apreciación sobre el homicidio en sumanifestación reciente, sobre sus protagonistas, pero al mismo tiempo descifrarporqué subió a niveles tan elevados en el pasado y porqué disminuyó en los últimoscuatro años.

Presentaremos primero los grupos uno, dos y tres, que conforman los municipiosmás grandes, de más de cien mil habitantes, y después los grupos cuatro a nueveque conforman los municipios intermedios, entre veinte y cien mil, y los pequeños,de menos de veinte mil habitantes.

Page 107: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

108

3.1 Municipios de más de cien mil habitantes: Grupos uno, dos y tresAbordaremos estos municipios en dos apartes. En el primero, se describe lapersistencia y la concentración de los niveles de homicidios entre 1995 y 2006,diferenciando los municipios en los tres siguientes grupos: de más de un millón,entre doscientos mil y un millón y entre cien y doscientos mil habitantes, en adelanteuno, dos y tres, respectivamente. En el segundo, se profundiza en las relacionesentre tasas, por un lado, y móviles y armas, del otro, buscando caracterizar el descensode los homicidios a partir de 2002, pero al mismo tiempo analizando especialmente2005 y 2006, a partir de móviles y armas.

3.1.1 Concentración y persistencia del homicidio en las ciudades más grandes

Los 53 municipios de más de cien mil habitantes son muy complejos, razón por la cuales conveniente diferenciarlos. En su conjunto, representan el 56.3% de la poblacióndel país; sin embargo, dependiendo de su tamaño, presentan características diferentes.Cinco de éstos, Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Cartagena, tenían para 2006más de un millón de habitantes, en adelante el grupo uno, y en su conjunto albergabanmás de catorce millones de habitantes, es decir el 54.6% del grupo de los municipiosmás grandes. Así mismo, de acuerdo con las proyecciones de población para 2006, 22municipios más en su conjunto sumaban más de ocho millones y medio de habitantes,constituyendo el grupo dos, representando el 31.9% de la población del total de los53 municipios más grandes. Finalmente, están 26 municipios entre cien y doscientosmil habitantes, el grupo tres, con algo más de tres millones y medio de habitantes, esdecir el 13,5% de la población del grupo considerado.

Cuadro No. 33Municipios de más de cien mil habitantes distribuidos por tamaños de población en 2006: número

de municipios, población rural y urbana, población total y respectivas participaciones porcentuales

Fuente: DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En su conjunto, estos tres grupos de municipios que conforman el grupo de los 53más grandes concentran el 6.1% de la población en lo rural y el 93.9% en lo urbano.Es decir, son municipios eminentemente urbanos donde mucho más de la mitad dela población vive en las cabeceras, pero su participación baja en la medida en quedecrece el tamaño de la población, tal como se aprecia en el cuadro No. 33. Los cincomunicipios de más de un millón de habitantes, el grupo uno, son los que en términosabsolutos y relativos explican más esta concentración en lo urbano; acumulan el57.3% de la población urbana de los 53 municipios más grandes y a su turno enéstos el 98.5% de la población es urbana. El grupo dos concentra el 31.5% de lapoblación urbana de los más grandes y en éstos el 92.9% de la población es urbana.

Page 108: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

109

Finalmente, el grupo tres acumula solamente el 11.2% de la población urbana y enéstos el 78% de la población es urbana.

El gráfico No. 5 cruza los homicidios de los 53 municipios más grandes en términosabsolutos con su respectiva tasa entre 1995 y 2006. Se observa en los valores queaparecen debajo de la curva, que entre 1991 y 1996 los homicidios fueron más de15.000 por año. A partir de ese año, bajan a 12.779 en 1998 y desde 1999 vuelven asubir hasta llegar a 15.831 en 2002. Desde 2003, descienden y llegan a 9.123 en2006, el punto más bajo de la serie estudiada. En términos de tasas, el pico es 1996,con 74.1 hpch, y si bien las tasas no se pudieron calcular entre 1991 y 1995, se puedeintuir que la tasa fue muy elevada en esos años. El segundo nivel más alto se registróen 2002 con una tasa de 65.2 hpch y el nivel más bajo fue en 2006 con 34.7 hpch.

Gráfico No. 5Homicidios (1990 - 2006) y tasas de homicidio (1995 y 2006)

de los municipios de más de 100 mil habitantes

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Analizar los municipios de cada uno de los tres grupos que componen el conjunto delos 53 municipios más grandes es tarea compleja. Para simplificar las descripcionesvamos a utilizar los gráficos No. 6 y 7 y el cuadro No. 34. En los dos gráficos, sedesagregan los grupos uno, dos y tres y se presenta para cada uno de éstos su evoluciónen términos absolutos y por tasas de homicidio (éstas a partir de 1995); las tasas secomparan con el promedio del grupo (53 municipios) y con el promedio nacional.

En el cuadro No. 34, se discriminan los municipios de acuerdo con el número deveces en que superaron la tasa promedio nacional, utilizando los mismos criteriosdefinidos en el primer capítulo45. También, se calculó la tasa entre 1990 y 1994 con

45 De acuerdo con lo definido anteriormente, se consideraron muy críticos aquellos municipios que en nueve, diez, once u doce años de la serie de 1995 a 2006 superaron el promedionacional. Se consideraron críticos los municipios que entre seis y ocho años de los doce considerados, es decir más de la mitad, se situaron por encima del promedio del país.Se consideraron medianamente críticos los municipios cuyas tasas superaron sólo de tres a cinco de los años considerados el promedio colombiano y se consideraron en unnivel no crítico aquellos en que en ninguna oportunidad o por mucho en dos sobrepasaron el promedio del país.

Page 109: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

110

base en la población de 1993; sin embargo, los resultados no se publican en lamedida en que no se tienen proyecciones confiables. Los cálculos, no obstante, sirvenpara determinar si las tasas estuvieron por encima o por debajo del promedio delpaís, aunque esta información no se incluya en los gráficos ni en el cuadro y sólo seutilice con propósitos descriptivos.

Gráfico No. 6Evolución de los homicidios en términos absolutos en los 53 municipios más grandes

desagregados en tres tamaños de población entre 1990 y 2006

Gráfico No. 7Tasa de homicidio entre 1995 y 2006 de los municipios más grandes desagregadosen tres tamaños de población comparadas con los promedios del grupo y el país

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 110: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

111

Cuadro No. 34Persistencia del homicidio según tamaños de población en los 53 municipios más grandes:

municipios por niveles críticos según número de años en que sus tasas se sitúan por encimao por debajo del promedio nacional entre 1995 y 2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En el grupo uno, se identificaron entre 1995 y 2006 dos municipios muy críticos,Cali y Medellín, y tres con niveles bajos, no críticos: Bogotá, Barranquilla y Cartagena.Al respecto, resulta interesante comparar la evolución de los homicidios en términosrelativos, apoyándonos en el gráfico No. 7. Cali y Medellín empujan la curva delconjunto hacia arriba a lo largo de la serie estudiada, menos en los últimos años,mientras que Bogotá, Barranquilla y Cartagena la llevan hacia abajo, salvo excepcionesa lo largo de la serie. En este sentido, se debe tener en cuenta que Bogotá habíaregistrado niveles altos a principios de los años noventa y que a partir 1993, su nivelmás alto, su curva se orienta a la baja. Barranquilla tuvo su pico en 1996, que si bienempujó la curva del conjunto al alza, fue poco relevante porque al mismo tiempoMedellín, Cali y Bogotá se ubicaban muy por encima de su tasa. Cartagena contribuyóen poco históricamente a los niveles muy elevados y por el contrario jalaba elcomportamiento del conjunto hacia abajo46.

Respecto del grupo uno, es factible definir cuatro momentos. Es así como entre 1991y 1996, los homicidios crecen hasta llegar al pico de 9.882, explicable porque en esosaños, además de Cali y Medellín, municipios muy críticos a lo largo de la serie, Bogotátambién registraba niveles altos y en Barranquilla los homicidios se orientaban al alza. En1997 y 1998, los homicidios disminuyen en el conjunto, situación asociada a unadisminución simultánea en los dos municipios más críticos, es decir Medellín y Cali, asícomo en Bogotá. Entre 1999 y 2002, el conjunto mantiene prácticamente uncomportamiento uniforme, pues mientras en Cali y Medellín los homicidios subían,sobre todo desde 2000, en Barranquilla y Bogotá disminuían; el alza en unoscompensaba la baja en los otros. A partir de 2003, Medellín se suma a los municipiosque presentan tendencia a la baja, por lo que los aumentos en Cali no alcanzan aempujar la curva hacia arriba y el conjunto por el contrario desciende. A partir de2005, Cali también se suma a la baja. El análisis se corrobora, observando elcomportamiento a partir de las tasas, pues la tendencia es descendente desde mediadosde los años noventa, no obstante la pausa entre 2000 y 2002, por los factores expuestosanteriormente.

46 Se construyeron gráficos para describir estos comportamientos pero por falta de espacio no se incluyeron en el texto.

Page 111: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

112

Los momentos del grupo dos, analizado en su conjunto, son diferentes. A diferenciadel grupo uno, presenta los niveles más bajos entre 1990 y 1998, aunque sus cifrasen términos absolutos oscilaron entre 4.577 en 1991 y 3.669 en 1998; en esosaños, los municipios de la zona metropolitana de Medellín, muy influenciados por elnarcotráfico, eran los que empujaban la curva hacia arriba. El comportamiento delgrupo sube entre 1999 y 2002, hasta el punto que sobrepasa todas las demás curvasentre 2001 y 2002, año pico con 5.522 y una tasa de 71.4 hpch; a partir de ahí,descienden hasta 2006, el año más bajo de la serie, pues registró 3.364 homicidiosy una tasa de 40.1 hpch. En el lapso crítico entre 1999 y 2002, Bello, Itagüí y Pereiramantenían niveles muy elevados, a pesar de leves disminuciones, escenarios quehan tenido en común la influencia del narcotráfico, pero simultáneamente se registranincursiones de las autodefensas en Cúcuta, Barrancabermeja y Valledupar, queelevaron ostensiblemente las tasas en esos municipios y en el conjunto. Se presentaentonces una combinación entre narcotráfico y autodefensas, cuya violencia se estabaretroalimentando.

El grupo dos registró cinco municipios muy críticos de un total de 22. Se destacanBello e Itagüí, de la zona metropolitana de Medellín, que presentan a su turno uncomportamiento similar al de la capital de Antioquia. Casi siempre estuvieron porencima del promedio nacional y del grupo de ciudades al que pertenecen; su picofue 1991, al igual que en el conjunto nacional, y desde entonces registran una caídaque salvo una que otra oscilación se prolongó hasta 2005, año en el que sus tasas seubicaron por debajo del promedio del país, situación que se repitió en 2006. Sonciudades muy influenciadas por el narcotráfico, las bandas y las oficinas de cobro, altiempo que en las mismas se implantaron las autodefensas.

Sobresalen también Pereira y Manizales, aunque la segunda con niveles menos elevados.Mientras la primera superó el promedio del país en doce oportunidades, la segunda lohizo en diez. Entre 1990 y 2006, Pereira estuvo siempre muy por encima del promediodel país y del conjunto de población al que pertenece. El tramo más preocupante seregistra entre 1996 y 1999 y si bien entre 1999 y 2002 desciende, el hecho de estarpor encima de los promedios ya aludidos contribuye a explicar que la tasa de estegrupo de ciudades haya sido especialmente crítica en estos años. Entre 2003 y 2005,vuelve a subir, pero llega sólo a una tasa de 91 hpch, menor que su pico de 1999, 109hpch. Se destaca como una ciudad crítica, que a diferencia de Medellín, donde las tasasbajaron en los últimos años, en Pereira vuelven a subir hasta 2005, situación explicablepor la persistencia del narcotráfico; recientemente, sus niveles fueron influenciadospor las disputas para controlar expendios de droga. Manizales, por su lado, estuvo porencima del promedio del país en 1994 y entre 1998 y 2006. 2002 fue el pico en la serieconsiderada y si bien baja desde ese entonces, se mantiene por encima de los promediosnacional y del grupo de 22 ciudades al que pertenece. En esta ciudad, que a primeravista no sobresale a nivel nacional, se detectó la presencia de núcleos de autodefensaen el período reciente; al respecto, se debe señalar que el frente Cacique Pipintá, delBCB, que no se acogió al proceso de desmovilización masiva de las autodefensas, fueprácticamente desmantelado por la Fuerza Pública en el 2007.

47 La población del censo de 2005 es de 585.919 habitantes. La diferencia con las proyecciones que se tenían es de 156.770. Esto señala que la tasa de Cúcuta es aún máselevada que los cálculos que se tenían. Una posible explicación para el desfase es que Cúcuta es una ciudad que atrae población cuando las condiciones del intercambiocomercial con Venezuela son favorables, la que se devuelve a sus sitios de origen cuando éstas no lo son. Muy seguramente en la coyuntura actual muchos migrantes queestuvieron en la ciudad en 1993 se devolvieron por la falta de oportunidades para llevar a cabo relaciones comerciales.

Page 112: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

113

El caso de Cúcuta es significativo, pues en los doce años considerados, entre 1995 y2006, superó el promedio del país. Esta ciudad pesa mucho en el conjunto, puessegún las proyecciones de 2006 tiene 762.204 habitantes47. Su ascenso más significativose presenta entre 1999 y 2002, coincidiendo con las incursiones de los grupos deautodefensa en la ciudad, lo que explica en parte que el conjunto de municipios al quepertenece se haya comportado de manera similar. No obstante, presentaba nivelesmuy elevados desde 1992 y particularmente desde 1993. Si bien sus homicidios hanbajado desde 2003, año en el que registró 103 hpch, su tasas de 2004, 2005 y 2006fueron de 56, 58 y 53 hpch, bajas cuando se comparan con sus niveles más altos, peroelevadas si se tiene en cuenta que están por encima del promedio del país y del subgrupo.

Fueron considerados críticos porque en ocho oportunidades superaron el promediodel país los municipios de Buenaventura, Palmira y Barrancabermeja48. Los dos primerosson del departamento del Valle y el tercero de Santander. La ciudad más crítica esBuenaventura, que aumentó significativamente su tasa a partir de 1999, llegando a unpico de 165 hpch en 2000. Posteriormente, sus tasas descendieron, pero siemprecercanas a los cien, muy por encima de los promedios nacional y del grupo, y a partirde 2005 volvió a subir, registrando 105 hpch; su comportamiento al alza se mantuvo,pues en 2006 arrojó 144 hpch. Buenaventura llama especialmente la atención por lavinculación entre homicidio y narcotráfico, las fuertes disputas entre guerrillas yautodefensas, y por la persistencia de organizaciones armadas al servicio del narcotráficodespués de las desmovilizaciones de las autodefensas. Recientemente, la violencia enla cabecera del puerto se intensificó por disputas entre las Farc y organizacionesarmadas al servicio del narcotráfico, hasta el punto que es la ciudad, de las 53consideradas, que ha ostentado la tasa urbana más alta entre 2004 y 2006 y la únicaque superó la barrera de los 100 hpch.

En Palmira, la tasa sube a partir de 1999 y si bien no muestra niveles muy elevados,pues desde ese entonces han oscilado entre 63 y 82 hpch, siempre ha estado porencima de los promedios nacional y del grupo; a diferencia de Cali, el homicidio nosubió tanto y si bien ha sido considerada como una ciudad no muy influenciada por elnarcotráfico, la evidencia parecería sugerir lo contrario.

En lo que respecta a Barrancabermeja, la ciudad registró tasas muy elevadas entre1999 y 2001, coincidiendo con la incursión de grupos de autodefensas que seenfrentaron a las guerrillas en el puerto petrolero; no obstante que sus homicidiosdisminuyeron, sus promedios siguen superando el promedio nacional, pues apartede disputas entre autodefensas antes de las desmovilizaciones, después de éstas seregistró la presencia de organizaciones criminales relacionadas con el narcotráfico yel robo ilegal de gasolina.

Entre los municipios medianamente críticos están Santa Marta y Valledupar, porque encinco oportunidades superaron el promedio colombiano. Santa Marta fue más críticaen el pasado que en el periodo reciente y estuvo por encima de los promedios en1997, entre 1999 y 2001 y en 2003. Es una ciudad muy compleja por la relación queha tenido con la Sierra Nevada de Santa Marta, con la zona bananera, al tiempo que hasido muy influenciada por el narcotráfico, por las guerrillas y las autodefensas. Valledupar,

48 Es muy posible que Barrancabermeja lo haya hecho en las doce oportunidades pero las cifras que aporta la Policía entre 1995 y 1998 denotan un preocupante subregistro.Ver al respecto: Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos. Panorama de Barrancabermeja.

Page 113: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

114

por el contrario, ha sido más afectada en lo reciente que en el pasado, aunque en 1997por primera vez en la serie considerada superó al promedio del país. Por lo demás, apartir de 1999 emprendió un ascenso constante hasta llegar a su pico en 2002, y sibien desde ese entonces ha bajado, se ha mantenido casi siempre por encima delpromedio colombiano, aunque recortándose cada vez más la distancia; en 2006, seubicó por debajo del promedio nacional. Es una ciudad donde el incremento en loshomicidios estuvo relacionado con incursiones de las autodefensas, no solamente enla ciudad, sino también en la zona rural, en la Sierra Nevada de Santa Marta, siendoespecialmente afectada la comunidad indígena de los Kankuamo.

Fueron considerados no críticos o registraron niveles medianamente críticos entérminos de homicidios Bucaramanga, Villavicencio, Popayán, Ibagué, Pasto, Neiva,Montería, Soledad, Armenia, Soacha, Sincelejo y Floridablanca. Se debe llamar laatención sobre el hecho de que Villavicencio estuvo por debajo del promedio nacionalen los primeros años de la serie considerada, salvo en 1994, y entre 2003 y 2006,cuando en el país bajó; en el conjunto, fue considerado en un nivel medianamentecrítico, a pesar de ser el Meta un departamento cruzado por el narcotráfico, la guerrillade las Farc y expresiones armadas al servicio del narcotráfico, después de ladesmovilización de las autodefensas. Pasto y Popayán en lo esencial estuvieron pordebajo del promedio nacional y el pico de la segunda fue 2002, que coincide con unperiodo de consolidación de las autodefensas; Pasto, por el contrario, podría volversemás complejo hacia el futuro, por efecto del narcotráfico en el departamento deNariño. Ibagué y Neiva siempre estuvieron muy por debajo de los promedios delpaís y del grupo. Soacha, a pesar de registrar una situación muy preocupante por lapresencia de las autodefensas en algunas de sus zonas marginales, que explican suspicos de 2000 y 2002, levemente por debajo del promedio del país, en lo esencial semantuvo muy por debajo de los promedios analizados. Montería y Sincelejo, en laregión Caribe, no obstante la influencia de las autodefensas, en lo esencial estuvieronpor debajo de los promedios nacional y del grupo de ciudades al que pertenecen; laexcepción es Montería, que superó el promedio del país en 1990, pero para analizarsu situación más crítica tocaría remitirse a la década de los ochenta. Soledad, comoBarranquilla, casi siempre estuvieron por debajo de los promedios nacional y delgrupo, a pesar de que su nivel más crítico, 2003, se produce cuando el conjuntonacional descendía. En 2004, 2005 y 2006, desciende, como el conjunto del país,pero su tasa del último año alcanzó a estar por encima de la del país. Un aspecto quesobresale en algunas de estas últimas ciudades es que fueron críticas en la década delos ochenta: Villavicencio, Montería y Bucaramanga. Otras tienen nichos críticos enlo reciente, como Soledad, Soacha y Pasto, pues se encuentran afectadas zonas deestas ciudades, pero no se destacan en el conjunto de la serie analizada.

El grupo tres está conformado por 26 municipios. Una característica de estosmunicipios es que desaparecen las capitales y sobresalen ciudades intermedias. Ensu conjunto, estos 26 municipios sólo superan el promedio del país en 2000, y entre2004 y 2006, lo que ocurre paradójicamente cuando sus niveles vienen disminuyendo.Lo anterior se explica por el hecho de que los niveles de los grupos uno y dosdisminuyen más rápidamente y de manera mayor.

Se evidencian tres momentos. Uno entre 1990 y 1998, cuando nunca superaron los2.000 homicidios en términos absolutos y su tasa más alta fue de 65.3 hpch en1996. Otro entre 1999 y 2002, cuando registra sus niveles más elevados. El nivelmás alto en términos absolutos fue en 2002, cuando llega a 2.116 homicidios y una

Page 114: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

115

tasa de 64.6 hpch, pero su tasa más alta fue en 2000 con 66.8 hpch, que superó elpico anterior de 1996. El último a partir de 2003, cuando emprende un descensohasta 2006, arrojando 1.472 homicidios, el segundo año más bajo de la serie, peroregistrando la tasa más baja de los doce años considerados con 41.4 hpch,curiosamente por encima del promedio del país.

Cinco municipios fueron considerados muy críticos, siete críticos, y catorce no críticos.De los cinco muy críticos, las tasas de tres de éstos superaron las del país, en los doceaños considerados. Son éstos Florencia, Buga y Ciénaga; en dos más, ocurrió en oncey diez de los doce años considerados: Cartago y Apartadó. Adicionalmente, siete fueronconsiderados críticos porque entre seis y ocho ocasiones de los doce años consideradossus promedios fueron más altos que el del país: Maicao, Tulúa, Turbo, Dosquebradas,Envigado, Ocaña y Tumaco.

Florencia siempre estuvo por encima del promedio nacional y del de los 53 municipiosmás grandes, desde 1990. Hasta 1998, sus niveles oscilaron entre 80 y 100 hpch,asciende de manera significativa entre 1996 y 1999, cuando registró146 hpch, yhasta 2002 mantiene niveles por encima de 100 hpch; en los últimos cuatro años,registra los niveles más bajos con 62, 49, 57 y 57 hpch en 2003, 2004, 2005 y 2006,respectivamente. Es la capital del departamento de Caquetá, donde las Farc tienenprofundas raíces y donde el narcotráfico ha tenido un peso importante. En Florencia,pesa mucho la zona rural, donde la confrontación armada ha tenido dimensionesimportantes, lo que ha ocasionado muertes en combate por enfrentamientos, poracciones de terrorismo y por asesinatos selectivos. El pico de 1999 paradójicamenteestá asociado a la zona de distensión, pues al tiempo que se despejaron cuatromunicipios del Meta y San Vicente del Caguán en Caquetá, se intensificaron lasacciones de los grupos de autodefensas en el entorno de la zona desmilitarizada, asícomo las desarrolladas por parte de las Farc. Es importante observar que en loscuatro últimos años, si bien se mantienen niveles altos, la disminución ha sidoimportante, asunto que se puede explicar por el desarrollo de la operación JM,desplegada por las Fuerzas Militares en su entorno regional y por la disminución delas presiones de las autodefensas.

Buga y Cartago fueron considerados muy críticos porque en doce y en onceoportunidades respectivamente superaron el promedio del país. Por su lado, Tulúa fueconsiderado crítico, porque lo superó ocho veces. Los tres son municipios del norte delValle, zona muy afectada por la presencia del narcotráfico y por el accionar de bandasy de oficinas de cobro a su servicio. En Cartago, los niveles históricamente han sidomuy elevados, especialmente entre 1999 y 2002, y si bien sus tasas han disminuidoen los últimos tres años, éstas han estado muy por encima de los 100 hpch. Bugaregistró en general niveles más elevados que Cartago hasta 1998, pero a partir de1999, siempre ha tenido una tasa inferior a la de esta ciudad, aunque muy superiora la tasa nacional. Tulúa, por su lado, subió mucho a partir de 1999 y ha llegado aniveles muy altos, parecidos a los de Cartago: en su pico en 2002 registró 150 hpchy entre 2003 y 2005, sus tasas han estado muy por encima de los 100. La persistenciade los niveles elevados en los últimos años está asociada a la intensificación de disputasentre sectores de los carteles del norte del Valle, y en particular entre lasorganizaciones al mando de los narcotraficantes Wilber Varela y Diego Montoya.

Ciénaga, en el departamento del Magdalena, registró tasas por encima de las delpaís en los doce años considerados, pero otros cálculos indican que sus niveles más

Page 115: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

116

críticos se remontan a 1991. Como Santa Marta, es un municipio muy complejo,pues tiene jurisdicción en la zona bananera, en la Sierra Nevada de Santa Marta y ensu cabecera están asentadas, con viejas raíces, organizaciones criminales muyvariadas. Por ello, los homicidios son elevados tanto en la zona rural como en elcasco urbano, en un contexto en el que han coexistido guerrillas, especialmente lasFarc, y las autodefensas.

En el Urabá antioqueño, Apartadó fue considerado muy crítico, porque en diezoportunidades superó el promedio nacional y Turbo crítico, porque lo hizo en ochooportunidades. Estos municipios registraron niveles sobredimensionados desde finalesde los ochenta, en razón a la confluencia de grupos de autodefensas, las Farc y elEPL; estas dos guerrillas también sostenían disputas entre ellas. La situación se deterioróparticularmente entre 1994 y 1997, pues se registró una incursión sin precedentesde las autodefensas, que aniquiló las bases de apoyo de las Farc; el EPL se habíadesmovilizado en 1991, algunos de cuyos integrantes se habían integrado a lasautodefensas. Lo anterior explica que las tasas en Apartadó hayan llegado en 1995 y1996 a 283 y 598 hpch respectivamente y que las de Turbo hayan registrado 312 y273 hpch en esos mismos años. En Apartadó, no obstante su ostensible disminución,las tasas entre 1997 y 2001 siguieron siendo muy elevadas, muy cercanas a los 200hpch; por el contrario, en Turbo cedieron más. En este sentido, se debe tener encuenta que el área urbana de Turbo es muy pequeña, mientras que la de Apartadó esmuy grande; los dos municipios son eminentemente bananeros y son estratégicospor su cercanía al mar y por la existencia de embarcaderos en Turbo. Recientemente,la tasa de Turbo pasó de 45 hpch en 2005 a 61 hpch en 2006, explicable por laexistencia de agrupaciones armadas que se han dinamizado por el narcotráfico, enparte conformadas por algunos desmovilizados.

El municipio de Dosquebradas, de la zona metropolitana de Pereira, fueconsiderado crítico, porque en siete oportunidades superó el promedio del país.Es un municipio que tiene la particularidad de que sus tasas son muy altas sóloa partir de 2000, y que al revés de la tendencia nacional, desde 2003 suinclinación es al aumento; no obstante, en 2006 registró un descenso leve, sutasa fue de 84 hpch, de todas maneras un nivel muy elevado. Al igual quePereira, municipio del que es vecino, es un centro de negocios del narcotráficoy la importante presencia de este fenómeno explica que en años pasados hayaestado afectado por presencia de autodefensas, oficinas de cobro y redes desicarios. En el contexto más reciente, sus homicidios suben en la medida en queceden un poco en Pereira, pues desde esta ciudad se extendieron unas pugnaspor el control de expendios de droga por par te de agrupaciones muyheterogéneas; protagonismo especial ha jugado en los dos últimos años ladenominada organización Cordillera.

El municipio de Ocaña fue considerado crítico, porque en siete oportunidades sutasa superó el promedio nacional. Cinco años críticos fueron los comprendidos entre1998 y 2002, período en el que existe una estrecha relación con la penetración y laconsolidación del denominado bloque Catatumbo de las AUC; de hecho, su pico es1999, año crítico por las actuaciones de esta organización. Las tasas de 2005 y 2006se vuelven a ubicar por encima de las del país, esta vez por el enorme peso delnarcotráfico y por el carácter estratégico de Ocaña, por servir de corredor entre estacompleja región y las partes planas del Cesar. En este contexto, existen organizacionesarmadas al servicio del narcotráfico e inciden las disputas entre las estructuras que

Page 116: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

117

heredaron los intereses alrededor del narcotráfico de los denominados bloques CentralBolívar y Norte de las AUC.

En cuanto a Maicao, es crítico porque en ocho oportunidades su tasa superó elpromedio nacional. Hasta 1998, sus tasas se ubicaron por debajo de las del país,pero a partir de 1999 emprenden un alza sin interrupciones hasta 2003, cuandollegaron a 106 hpch. Entre 2004 y 2006, disminuyeron, pero se ubicaron porencima de las del país. Tradicionalmente, fue un centro del contrabando que conlos años acabó bajo la influencia del narcotráfico y de agrupaciones deautodefensas.

Tumaco fue considerado crítico, porque su tasa sólo superó la del país en seisoportunidades. No obstante, si se consideran únicamente sus últimos seis años,sería considerado muy crítico, porque las superó en todas las ocasiones. Estemunicipio se había ubicado muy por debajo del país y del grupo al que perteneceentre 1990 y 1998, sin embargo a partir de 1999 empieza un ascenso que se prolongahasta 2002, cuando registró 100 hpch; en 2003 y 2004 desciende, pero se mantienepor encima del país; en 2005, llega a 123.9 y en 2006 a 126 hpch, su pico en la serieconsiderada. En esencia, los altos niveles de homicidios tienen al narcotráfico comotrasfondo, a lo que hay que agregarle disputas entre las Farc y las autodefensas,primero, y entre la guerrilla y una enorme variedad de organizaciones al servicio delnarcotráfico después, que explican el ascenso pronunciado de los homicidios en losúltimos años. En Tumaco, la desmovilización del bloque Libertadores del Sur no setradujo en una reducción de los homicidios, por el contrario, adquirieron más fuerzaen la medida en que se asentaron agrupaciones asociadas a narcotraficantes comoWilber Varela y Diego Montoya, a lo que hay que agregarle expresiones armadas conentronques en el bloque de autodefensas desmovilizado. Así, las disputas seintensificaron entre estas organizaciones y entre éstas y las Farc.

3.1.2 Análisis de variables entre 2003 a 2006: composición rural y urbanade las tasas y relaciones entre tasas, armas y móviles en la coyuntura reciente

Se analiza primero la composición rural y urbana de las tasas entre 2003 y 2006,para después abordar la relación existente entre las tasas, las armas y los móviles,haciendo énfasis en 2005 y 2006, que son los años en los que la información sobremóviles es la más fidedigna.

3.1.2.1 Composición rural y urbana de los homicidios y respectivas tasas

Es importante hacer una aproximación de los homicidios en términos rurales yurbanos y calcular las respectivas tasas para los tres tamaños de población en quese dividió los 53 municipios más grandes del país. En promedio, por año, entre2003 y 2006, ocurrieron 10.506 homicidios en los 53 municipios más grandes, delos cuales 9% fueron perpetrados en el sector rural y 91% en el urbano; es decir,que aproximadamente nueve de cada diez homicidios ocurren en las ciudades yuno en el campo49.

49 Se decidió hacer los cálculos con base en el promedio de los cuatro años para no complicar el análisis año por año. El punto es formarse una idea con base en la informacióndisponible.

Page 117: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

118

Esta distribución varía dependiendo del tamaño de los municipios y mientras laparticipación urbana baja en la medida en que disminuye el tamaño de los municipios,la rural va en aumento. En el grupo uno, de más de un millón, el 98.7% de loshomicidios ocurrió en las cabeceras y sólo el 1.3% en el sector rural; en el grupo dos,entre doscientos mil y un millón, la participación urbana fue del 87.7% y la rural del12.1%; finalmente, en el grupo tres, entre cien y doscientos mil habitantes, la urbanafue de 73.2% y la rural de 26.6%.

La distribución de los homicidios considerando los tres tamaños de población de losmunicipios más grandes arroja que el grupo uno concentró el 49.5% del total, el dosel 35.4% y el tres el 15.1%. Por otro lado, los homicidios urbanos se concentransobre todo en los grupos uno y dos, pues ahí ocurrieron el 53.7% y el 34.1%respectivamente, mientras que en el tres sólo se produjeron el 12.2%. Por el contrario,los rurales ocurren ante todo en los grupos dos y tres, pues concentraronrespectivamente el 47.8% y el 45%, mientras que en el uno representa el 7.2%.

Adicionalmente, en la medida en que disminuye el tamaño de la población, las tasastotales van en aumento. Es así como mientras en los grupos dos y tres son similares,pues registraron 45.6 hpch y 46 respectivamente, en el uno, el de las cinco ciudadesmás grandes, fue de sólo 37.2 hpch.

La tasa urbana de los cinco municipios más grandes fue de 37.3 hpch, muy similar a latasa del conjunto, de 37.2, mientras que la rural fue de 31.3. Por el contrario, en losmunicipios dos y tres, la tasa rural superó la urbana. En los primeros, fue de 77.2 hpchy la tasa urbana de 43.1; no obstante, por el mayor peso urbano de los homicidios, latasa del total se asocia más a la segunda que fue de 45.6 hpch. En los municipios tres,la tasa rural fue de 55.3 hpch y la urbana de 43.3, pero igualmente, por el mayor pesode lo urbano, la tasa del total, 46 hpch, se aproxima más a la segunda.

Se concluye que en los 53 municipios más grandes, el peso de lo urbano determinael comportamiento de las tasas; es así como no obstante que en los municipios dosy tres la tasa rural es mayor que la urbana, el promedio del conjunto se aproximamás a la segunda. En esa medida, se puede afirmar que el comportamiento de estosmunicipios es eminentemente urbano, a pesar de que las dinámicas rurales de losgrupos dos y tres, es decir entre cien mil y un millón de habitantes, es significativa.

Cuadro No. 35Distribución de los homicidios rurales y urbanos en los tres grupos en que se dividen los 53 municipios

más grandes, participaciones porcentuales y tasas respectivas para el promedio 2003-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa presidencial de Derechos Humanos y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 118: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

119

3.1.2.2 Relaciones entre tasas, armas y móviles en la coyuntura reciente

En este aparte, se trata de establecer una relación entre las tasas de homicidio y elcomportamiento de las armas y las modalidades o móviles. En este caso, no seconsideraron los municipios por tamaños de población y se procedió a hacercomparaciones entre aquellos que están por encima del promedio nacional y aquellosque están por debajo; para cada uno de estos dos conjuntos, se observan loscomportamientos de las armas y de los móviles. Estos análisis nos dan luces sobre lanaturaleza de los actores que están detrás de los elevados niveles de homicidios.

Aquí, se debe aclarar que se analizan los móviles en estrecha relación con los casossin información para intentar determinar si éstos están más asociados a gruposorganizados o a individuos e integrantes de la pequeña delincuencia.50

El período analizado se extiende entre 2003 y 2006, pero en razón a que la informaciónsobre móviles es más confiable en 2005 y 2006, se hacen cálculos para el promediode estos dos años en todos los órdenes. En lo esencial, se observa cómo se comportanlas armas y los móviles, dependiendo del nivel de su tasa. Se analizan por un ladotodas las variables para los municipios que registraron tasas por encima del promediodel país para el período 2005-2006 y por el otro, se consideran para aquellos queestán por debajo; que se complementa, sobre todo en lo relacionado con armas,haciendo análisis para cada uno de los años considerados.

Analizar los móviles y las tasas en 2005-2006 permite analizar los dos años másrecientes e identificar los desplazamientos de las tasas de homicidio, según seanaltas o bajas, de unas zonas hacia otras. En este sentido, se abordan los municipiosmás críticos en los dos años más recientes –que no son los mismos donde las altastasas de homicidio fue muy crítica en los últimos doce años–. Igualmente se enfocanlos municipios menos críticos en estos dos años, algunos de los cuáles sí lo fueron alo largo de la serie considerada.

De los 53 municipios analizados, se identificaron 20 que tienen tasas por encima delpromedio nacional de 2005-2006, que fue de 38.3 hpch, y 33 están por debajo. Enel mapa No. 34, de los municipios de más de cien mil habitantes, es decir los gruposuno, dos, y tres, se representan los niveles de homicidios a partir de las tasas. Fueronconsiderados con niveles muy altos los municipios que superaron en más del doblela tasa del país para el período 2005-2006; fueron considerados con niveles altosaquellos que superaron la tasa nacional para el mismo período, pero no en más deldoble y, finalmente, fueron considerados con niveles bajos aquellos que se situaronpor debajo del promedio la tasa del país.

De los 20 municipios que están por encima, sólo Cali pertenece a los municipios demás de un millón de habitantes; 9 tienen entre doscientos mil y un millón y éstosson en su orden, de acuerdo con las tasas consideradas, Buenaventura, Pereira,Palmira, Cúcuta, Barrancabermeja, Manizales, Popayán, Villavicencio y Soacha.Finalmente, 10 son del grupo de entre cien y doscientos mil habitantes y en orden,de mayor a menor tasa, se encuentran Tumaco, Tulúa, Cartago, Dosquebradas, Buga,Ciénaga, Maicao, Florencia y Turbo.

50 Se encontró que cuando las tasas son elevadas, los altos niveles sin información se asocian a la participación de actores organizados, mientras que los bajos niveles desin información tienen sobre todo una relación con altos niveles de sicariato, éstos, sin ninguna duda, relacionados con actores organizados.

Page 119: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

120

Mapa No. 34Grupos Uno, Dos y Tres. Niveles de homicidios entre 2005-2006

en los 53 municipios de más de 100 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 120: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

121

En un primer nivel, se observa que existe una correlación entre tasas de homicidio porencima del promedio nacional (38.3 hpch) y participaciones de las armas de fuego porencima del promedio del país (80.5%). De los 20 municipios con tasas por encima de latasa nacional para 2005-2006, el 80% presenta porcentajes de armas de fuego porencima del país y solamente el 20% por debajo; además, los que están por debajo enla participación de armas de fuego registran tasas que son muy cercanas al promedionacional, mientras que los que están por encima siempre superan ampliamente la tasanacional; los cálculos se pueden apreciar los cuadros No. 36 y 37.....

Cuadro No. 36Municipios de más de cien mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006: Tasas de homicidio

y participaciones porcentuales de armas de fuego, armas blancas y otras armas entre 2005 y 2006,ordenado de mayor a menor por participación por armas de fuego

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En lo que respecta a armas blancas, la relación es al revés. Sólo el 25% de los municipios,cuyas tasas superan el promedio nacional tienen al mismo tiempo participaciones enarmas blancas por encima del promedio colombiano (14.4%), y el 75% restante estánpor debajo; adicionalmente, los municipios que superan el nivel nacional en armasblancas registran tasas muy cercanas al promedio nacional, es decir que no son lasmás elevadas.

Finalmente, el comportamiento de las otras armas es igual al de las armas blancas.Sólo el 25% de los municipios con tasas por encima del promedio nacional registraronproporciones de otras armas diferentes a las de fuego y las blancas por encima delpromedio y el 75% tienen participaciones por debajo. Al parecer, lo anterior estárelacionado con el mayor peso urbano del homicidio, escenario en el que sobresalen

Page 121: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

122

En un segundo nivel, se pueden hacer diferentes análisis respecto de los móviles. Nosobra recordar que la Policía ha hecho un esfuerzo por purificar la información y quelos homicidios sin información o con poca información han venido disminuyendo. Noobstante, el análisis ya presentado permite avanzar que la purificación del registrono se ha cumplido a cabalidad, asunto que se reiterará más adelante con ejemplos.

Cuadro No. 37Municipios de más de cien mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005 y 2006:

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios sin información y sicariato entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios sin Información

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

otras armas usadas por individuos y no las empleadas por los grupos irregulares quese expresan principalmente en escenarios rurales, en otros tamaños de población.

Es decir, en la medida en que las tasas son más altas, la participación de las armas defuego tiende a subir, y en la medida en que éstas se acercan al promedio, es decirque son más bajas, las armas blancas alcanzan a adquirir un mayor relieve.Obviamente, la relación no de uno a uno. Maicao y Cúcuta registran las mayoresparticipaciones en armas de fuego, con 93% y 92%, pero no son las tasas más altas,pues arrojaron 61 y 56 hpch respectivamente. Así mismo, Buenaventura y Tumaco,que muestran las tasas más altas, con 125 hpch cada uno, participan en el 88% y el87% en lo que a armas de fuego se refiere, porcentajes altos, pero no los más elevados.Por otro lado, Soacha, Villavicencio, Manizales y Popayán tienen las tasas más bajas,aunque superiores al promedio, entre 38 y 43 hpch, y al mismo tiempo susparticipaciones en armas de fuego están en todos los casos por debajo del promedio.

Page 122: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

123

Aquí es importante dejar por sentado que en los 53 municipios más grandes del paísexiste una relación estrecha entre móviles S.I. (sin información más agresiones) y sicariato,por un lado, y entre lo anterior y altas tasas de homicidio, por el otro. Se presentan dosescenarios. En el primero, las altas tasas de homicidio están asociadas a participacionesporcentuales en sicariato por encima del promedio colombiano, caso en los que los S.I.se reducen. En el segundo, las altas tasas están relacionadas con porcentajes S.I. porencima del promedio, casos en que los asociados a sicariato bajan. Lo anterior sugiereque en los 53 municipios más grandes, cuando los S.I. son altos, esconden en generalhomicidios por sicariato. En este sentido, lo anterior fue corroborado con informaciónobtenida de las entrevistas en Buenaventura, Cali, Pereira y Dosquebradas, pues tienentasas muy elevadas y altos niveles sin información, pero según las respuestas de losentrevistados sí se producen muchos homicidios cometidos por sicarios o en su defectopor grupos organizados. Cartago, Ciénaga, Tulúa y Buga son así mismo otros ejemplos,aunque en éstos no se hicieron entrevistas. En el cuadro No. 37, en los primerosmunicipios, cuyas tasas son elevadas, se puede apreciar el escenario en el cual loshomicidios sin información son altos y los asociados a sicariato bajos. Así mismo, sepuede apreciar que cuando los niveles sin información son bajos, el sicariato sube.

Además, se debe señalar que el 60% de los municipios con tasas por encima del paístienen al mismo tiempo participaciones de homicidios S.I. por encima del promedionacional y el 40% por debajo. Por otro lado, la categoría sicariato, que en el pasadono figuraba en los registros, no obstante que los niveles de homicidios eran másaltos, ha venido ganando participación. En efecto, el 55% de los municipios contasas por encima de Colombia registraron participaciones en sicariato por encimadel país y el 45% por debajo. En el caso de los municipios donde el sicariato es alto,un 55%, el registro mejoró notablemente y sobre éstos no existen dudas sobre lasrelaciones entre altas tasas de homicidio y un peso importante de actores organizados.

Las categorías de atracos y riñas tienen comportamientos inversos a las tasas, esdecir que en la medida en que estas últimas suben, la participación de las primerasbaja. Solamente el 30% de los 20 municipios con tasas por encima del país registraronal mismo tiempo proporciones en homicidios por atraco por encima del promediocolombiano de 5.7% para 2005-2006, mientras que en el 70% estuvieron por debajo.En las riñas, la relación es más dramática, sólo el 15% de los municipios (tres deveinte), que registraron tasas por encima del país mostraron al mismo tiempoparticipaciones porcentuales por encima del promedio nacional de 10.5%, mientrasque el 85% arrojó participaciones porcentuales por debajo. Estos móviles que suelenser elevados en los conglomerados urbanos, como se concluyó en los dos primeroscapítulos, pierden participación en los casos en que otros móviles, como los S.I. o elsicariato son altos, es decir modalidades que orientan las tasas al alza. De lo anterior,se puede deducir que cuando los actores organizados actúan con fuerza, los individuosy la pequeña delincuencia pierdan relieve en la comisión de los homicidios.

Es sintomático, por otro lado, que los municipios que registraron porcentajes deriñas por encima del promedio, al mismo tiempo muestran tasas muy cercanas alpromedio, es decir que están entre las más bajas entre las que superan el promedio.Son los casos de Popayán, Manizales y Soacha con tasas entre 33 y 48 hpch, unas delas más cercanas al promedio. No se puede decir lo mismo en cuanto a los atracos.Las participaciones más altas son las de Pereira, Dosquebradas y Cali y en todos lastasas son altas. Al respecto, se debe anotar que en estas ciudades, operanorganizaciones, muchas de éstas bandas que le prestan servicio a las oficinas decobro, al tiempo que existen pandillas, que explican este comportamiento.

Page 123: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

124

Concretemos el análisis de las armas y los móviles, haciendo referencia a los municipiospara después proponer algunas conclusiones. Comencemos primero con los 20municipios que superan el promedio del país, para después analizar los 33 restantes,es decir los que muestran tasas por debajo del promedio colombiano. Para cada grupode municipios considerados, se examinan armas y móviles. El orden de los municipiosse puede apreciar en el cuadro No. 39 que los ordena por tasas; las armas y los móvilesse pueden apreciar en los respectivos cuadros, presentados con anterioridad.

De los 20 municipios que registraron tasas superiores al promedio del país en 2005-2006 (38.3 hpch), 3 registraron tasas de más de 100 hpch. Son éstos, en su orden,Tumaco, Buenaventura y Tulúa, que arrojaron respectivamente 125.3, 125.2 y 117.1hpch, tal como se aprecia en el cuadro No. 39. Adicionalmente, está Cartago queregistró 94.5 hpch. Aparte de Buenaventura, que en 2006 tenía 281.592 habitantes,

Cuadro No. 38Municipios de más de cien mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006:

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios por riñas y por atraco entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios por riña

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Finalmente, la confrontación armada presenta también una relación inversa. Alrespecto, no es relevante reproducir el cuadro. Solamente el 10% de los municipioscon tasas por encima de la del país registraron participaciones porcentuales porencima del promedio y el 90% por debajo. Ya se había demostrado que la Policíaregistra en lo esencial homicidios asociados a la confrontación en zonas rurales ybuena parte de los urbanos quedaron inmersos en sicariato o en homicidios S.I, loque no quiere decir que la confrontación armada no tenga impacto en las ciudades.

Page 124: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

125

los demás tienen entre cien y doscientos mil y tienen en común el tema delnarcotráfico. No obstante, mientras Buenaventura y Tumaco son puertos marítimos,en los cuales participan guerrillas y organizaciones armadas irregulares en torno alnegocio ilegal, en Tulúa y Cartago, se trata de organizaciones de narcotraficantes noreconocidas como irregulares, que se caracterizan por tener oficinas de cobro, bandasy redes de sicarios y por sostener entre ellas disputas en torno al negocio ilícito; entodos los casos, estos municipios están ubicados en el cuadrante suroccidental delpaís, especialmente crítico en la actualidad por la vigencia del narcotráfico. El análisispermite afirmar que en todos ellos la participación de las armas de fuego superó elpromedio nacional de 80.5% para el promedio 2005-2006. En este sentido, Cartagoregistró 89.4%, Tulúa 88.9%, Buenaventura 88.5% y Tumaco 87.2%, es decir entresiete y nueve puntos por encima del promedio (ver cuadro No. 36). Por el contrario,en todos ellos el arma blanca osciló entre el 5.8% y el 8.6%, es decir entre seis ynueve puntos menos que el promedio colombiano de 14.4%, o sea una relación a lainversa de las armas de fuego.

Cuadro No. 39Tasas de homicidio en municipios de más de cien mil habitantes

que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.Ordenado de mayor a menor por tasas

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En lo que se refiere a móviles, los porcentajes sin información son muy elevados,especialmente en Tulúa, Cartago y Buenaventura, entre el 78% y el 84%, mientrasque el promedio del país es de 44.8%: en Tumaco, este porcentaje es del 54.3%, notan elevado como los anteriores, pero de todas maneras representa más de la mitadde los homicidios y es superior al del país (Cuadro No. 37). Por otro lado, en estasciudades, la categoría de sicariato presenta proporciones muy bajas, es así comocuando en el país, la participación fue del 20.1%, en Tulúa fue del 13.6%, en Cartago

Page 125: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

126

del 11.3% y en Buenaventura del 7%. En Tumaco, donde los niveles sin informaciónson los más bajos de estos municipios, llegó a 23.3%; se concluye que entre más sepurifica el registro, en los municipios con tasas muy elevadas suben los atribuidos asicariato. En su conjunto, en estos municipios las proporciones en torno al sicariatono son el reflejo de la realidad, pues artículos de prensa y otras bases de datos lesatribuyen a los sicarios un papel protagónico en estas ciudades; Cartago se destacapor este fenómeno51, pero Tulúa, Buenaventura y Tumaco no son ajenos al mismo.

Las riñas en cambio tienen una relación inversa a las tasas de homicidio, es decir quelas primeras son bajas mientras que las segundas son altas; en efecto, la participaciónde las riñas es muy baja en estos cuatro municipios, entre el 1.5% y el 4.4%, mientrasque en el promedio nacional llega al 10.5%; se puede sostener que en la medida enque los homicidios asociados al narcotráfico y a las organizaciones afines a este negocioson altas, los problemas entre personas pierden participación. Algo parecido ocurrecon los homicidios por atracos; oscilaron entre el 0.7% y el 1.5% en Tulúa, Cartago yBuenaventura, mientras que el país llegó a 5.0%; Tumaco llegó a 4.2%, pero detodas maneras es una proporción menor al promedio colombiano.

En lo que respecta a los homicidios asociados a la confrontación armada52, pesaronmás en el país, el 12.9%, que en estos municipios. Tulúa y Cartago arrojaron el 0.4% yel 0.8%, Tumaco el 5.6% y Buenaventura el 6%. Tanto en Tumaco como enBuenaventura, se registra presencia de las guerrillas, que se enfrentan contra el Estado,contra otros grupos irregulares y cometen acciones que producen muertes en la FuerzaPública y entre la población civil. En Buenaventura, en particular, ha existido en losúltimos meses del año 2006 una especie de Plan Pistola contra la Policía.

Sigamos con los otros municipios. Sólo hay dos que superan en más del doble la tasa delpromedio colombiano, pero que al mismo tiempo se ubicaron por debajo de los 94 hpch–que es el nivel de Cartago– el cuarto municipio de los considerados. Son éstos Pereira yDosquebradas con 81.6 y 86.5 hpch respectivamente, ambos, como los anteriores,también ubicados en el suroccidente53. Se trata de dos municipios vecinos, cuyacaracterística central es el peso del narcotráfico que los utiliza como centro de negociosy como espacio de seguridad. Adicionalmente, en lo reciente, una organizacióndenominada Cordillera y otras de similares características han marcado la pauta en loshomicidios en medio de disputas por el control de expendios de droga, en un contextoen el que también hacen presencia pandillas y otras organizaciones delincuencialesque han sido dinamizadas por el narcotráfico. Las conclusiones son muy parecidas alos cuatro municipios más críticos; la excepción es el de los homicidios por atraco quese comporta a la inversa de los municipios anteriormente vistos, es decir que en estoscasos presentan una participación por encima de la del país.

En lo esencial, en Pereira y Dosquebradas las armas de fuego pesaron el 82.7% y el87.8% respectivamente, por encima del país, mientras que las blancas el 13.5% y el10.1%, por debajo de Colombia. En lo que respecta a móviles, los homicidios sininformación alcanzan el 76% y el 78.8%, muy por encima del 44.8% del nivel nacional;

51 Es reconocido que Cartago alberga redes de sicarios que actúan regionalmente.52 De acuerdo con la base de la Policía en lo esencial se trata de bajas de los enfrentamientos y homicidios selectivos principalmente rurales. Ya hemos anotado

que otros que hacen referencia a la confrontación, especialmente homicidios selectivos de las autodefensas en zonas urbanas son incluidos en sicariato o enhomicidios S.I.

53 En la segunda parte de este texto, se profundiza el estudio sobre Pereira y Dosquebradas.

Page 126: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

127

lo anterior a su turno explica que no se atribuya ninguno a sicariato, pues al parecerno se ha purificado la información, a pesar de que las entrevistas hacen entrever laimportancia de esta modalidad en estas ciudades.

Por otro lado, los atracos, al revés de los cuatro municipios más críticos, registran12.4% y 10.4% respectivamente y están muy por encima del 5% del país, explicableporque en estas ciudades, como se anotó anteriormente, delinquen bandas organizadasy pandillas. Las riñas, no obstante que existen, pierden peso a costa de los homicidiosde las organizaciones al servicio del narcotráfico: arrojaron 5.8% y 5.1% contra el10.5% del país. Los homicidios asociados a la confrontación son nulos, 0.2% y 0%,contra el 12.9% nacional, pues ahí el peso de las guerrillas es irrelevante y los reductosurbanos que existen no son los protagonistas de homicidios selectivos; el caso deLiliana Gaviria es más bien la excepción que la regla.

A continuación, siguen Buga y Palmira, también del suroccidente colombiano, contasas de 70 y 69.8 hpch; en ambos casos, sus tasas crecieron entre 2005 y 2006. En losdos, las armas de fuego pesaron 81% y 85.4%, y las armas blancas están muy pordebajo del promedio colombiano del 14.4%, pues registraron 4.8% y 7.7%respectivamente. Son municipios muy asociados al narcotráfico, tienen un enormepeso los homicidios S.I., con 78.5% y 84.5%, razón que explica que el sicariato hayareportado solamente el 10.8% y el 5.3%; es evidente que por sus características, y enparticular por el peso del narcotráfico, este móvil debió registrar un nivel más alto enestos municipios.

En los dos municipios, los atracos y las riñas pesaron mucho menos que el promedio,en ningún caso más del 2.9%, y en términos de la confrontación, los porcentajes tambiénestuvieron por debajo de los del país, pues fueron del 4.3% y 3.4%. Resulta interesanteconstatar que son municipios que mantienen una unidad respecto de la dinámica quese presenta en los anteriores, es decir Cartago, Tulúa, Dosquebradas y Pereira, en losque el elemento común es el narcotráfico y su particularidad la existencia de disputasentre sectores del mismo.

Cali es la primera ciudad de las cinco más grandes que sobresale54, con una tasa de63.8 hpch, y conviene tratarla acá pues hace parte de la dinámica del suroccidentecolombiano55. Se debe señalar sin embargo que muestra una disminución respecto dela tasa de 2003, cuando registró 91.9 hpch, y de 2004, cuando arrojó 91.3 hpch. Sinembargo, las pautas se mantienen: el arma de fuego pesa el 85.5% y ésta aumentaen la medida en que lo hace la tasa, pues en 2003, cuando ésta era más elevada, fuede 88.6% y en 2004 de 89%. El arma blanca, al revés de la anterior, se ubica pordebajo del país, pues mientras Cali arrojó el 11.2%, el promedio colombiano fue del14.4%. El porcentaje sin información está 24 puntos por encima del conjunto nacional,68.8% contra 44.8%, un comportamiento típico en contextos donde el narcotráficopesa mucho y la identificación de los móviles es deficiente. El sicariato, por su lado,sólo arroja un 3.2%, sin duda un enorme subregistro, explicable porque se le asignana la categoría agresiones, incluida en el análisis en los homicidios S.I. Por el contrario,contrastando esta información con trabajo en el terreno y seguimiento de prensa seconstata que el sicariato participa en proporciones más elevadas.

54 Está después de Maicao que se trata más adelante.55 En la segunda parte del texto, se profundiza en el caso de Cali.

Page 127: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

128

Los atracos en Cali están por encima del país, 8% contra 5%, mientras que las riñasestán algo por debajo, 9% contra 10.5%. Estos dos últimos móviles se resaltan, apesar que el uno esté por encima y el otro por debajo del país, pues se trata de unaciudad grande, donde los homicidios como consecuencia de riñas y atracos soncaracterísticos.

En conclusión, el factor que explica en los últimos cuatro años el alto nivel del homicidioen Cali, es sin duda el narcotráfico y en este marco las disputas entre organizacionesmuy variadas que tienen intereses en regiones más amplias del Valle del Cauca, enzonas de cultivos y en puertos de exportación, que utilizan a la capital del Valle comocentro de operaciones. Sobre esta ciudad, se profundizará el análisis adelante y seexaminará una serie que va desde 1985 hasta 2006. Se demostrará el impacto delnarcotráfico sobre organizaciones delincuenciales y criminales, así como sobre laspandillas, y como efecto de esta situación, los elevados niveles de homicidios, suconcentración en determinadas zonas de la ciudad y su persistencia en el tiempo.

Antes de Cali y después de ella, tenemos dos municipios de la Costa Caribe, Ciénaga yMaicao; son los primeros que se salen del cuadrante del suroccidente, a todas luces laregión más compleja en el pasado reciente en lo que se refiere a los 53 municipios másgrandes. Si bien sus tasas no son mayores en más del doble al promedio nacional de2005-2006, pues registraron 68.4 y 61.4 hpch, sí guardan características parecidas a losmunicipios más críticos: mayor peso en armas de fuego que el promedio del país,88.8% y 93.1% contra 80.5%; menor peso de armas blancas que en el promedio, 8.8%y 3.5% contra 14.4%. Hay que señalar que en Ciénaga los homicidios S.I. alcanzan el80%, muy elevados, mientras que en Maicao solamente el 18.5%, pues en este últimola modalidad del sicariato llega al 63.6%, mientras que Ciénaga no aparece. Se confirmanuevamente el planteamiento de los dos escenarios, es decir que cuando hay tasasaltas suben los homicidios S.I. o los atribuidos a sicariato, y cuando ocurre lo primerolos segundos tienen porcentajes bajos.

Los atracos y las riñas casi no pesan en Ciénaga y Maicao y oscilaron entre el 0.6% y el2.9%. En éstos, y a diferencia de los seis anteriores, la confrontación armada ganarelieve, pues mientras en el país el promedio fue de 12.9%, en Ciénaga fue del 15% yen Maicao del 9%. En la primera, se explica por la ocurrencia de incidentes asociadoscon las guerrillas, en este sentido Ciénaga tiene amplias zonas rurales en la zonabananera y en la Sierra Nevada de Santa Marta.

A continuación, se agrupan los municipios por regiones. Es importante destacar aBarrancabermeja y Cúcuta, ubicados en el nororiente. Estos dos municipios tuvieron supico en 2002, asociado a fuertes incursiones de las autodefensas, y si bien sus nivelesbajaron, en los cuatro últimos años se mantuvieron por encima del promedio nacional.En los dos, las armas de fuego pesaron en 2005 y 2006 el 84.5% y el 92%, porcentajesmuy superiores al promedio, al tiempo que las armas blancas están por debajo de lamitad del promedio colombiano del 14.4%. En Barrancabermeja y Cúcuta, los homicidiossin información pesan muy poco, solamente 7.3% y el 12.1% respectivamente; seexplica porque la modalidad del sicariato llegó a porcentajes muy elevados, del 75% yel 80%, muy por encima del 20% del país y muestra de que en ellos el registro demóviles identificados ha mejorado de manera notoria. En los dos municipios, los atracosy las riñas pesaron mucho menos que el promedio, en ningún caso más del 5%, y entérminos de la confrontación los porcentajes también estuvieron por debajo de los delpaís, con 3.2% y 0.8%. Lo anterior puede tener su explicación en el hecho de que las

Page 128: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

129

guerrillas tienen muy poco peso en la actualidad en esos municipios, en contraste conel pasado, cuando su presencia era significativa, hasta en las cabeceras municipales.

Caso particular es el de Florencia (Caquetá), el primer municipio que se destaca delsuroriente. Con una tasa de 57.6 hpch en 2005-2006, bajó respecto de 2003 con 62pero subió respecto de 2004, cuando arrojó 49.6 hpch. Si bien las armas de fuegopesan el 81.9% versus el 80.5% del país, y las armas blancas pesan menos, el 12.4%contra el 14.4%, entre los móviles el que se destaca es la confrontación armada, con el33.9%, por muertes en combate asociadas a la confrontación armada, principalmenteen la zona rural. Adicionalmente, se destaca la modalidad del sicariato con el 31.1%,contra el 20.1% del país. Por lo demás, los homicidios S.I. son bajos, en la medida enque el registro identifica los otros móviles, y los homicidios por atraco y por riñas, conel 0.6% y el 9.6% están por debajo del promedio colombiano; las riñas sobresalen,algo que no debe extrañar cuando se trata de una ciudad en la que si bien ostenta unatasa alta, no está entre las más elevadas.

Es importante registrar que Turbo, en el Urabá antioqueño, arroja una tasa de 53.5hpch en el promedio 2005-2006, quince puntos por encima del promedio nacional. Sevuelve a registrar un ascenso en los últimos años, pues pasó de 34.7 en 2003, a 31.6en 2004, a 45.2 en 2005 y a 61.5 hpch en 2006. Es muy posible que lo anterior estéasociado al tema de reincidencia de algunos desmovilizados en el delito y a la vigenciadel narcotráfico. Es de todas maneras una alerta en un contexto en el que el puertoha sido por muchos años estratégico para el narcotráfico y las autodefensas. Susindicadores no dejan de llamar la atención. El peso del arma de fuego es muy elevado,el 83,8%, pero al mismo tiempo las armas blancas pesaron el 14.7%, el primer ejemploen el que están por encima del promedio nacional de 14.4%, cuando las tasas sonaltas. Los homicidios sin información y por sicariato están equilibrados, pues fuerondel 42.6% y el 40.4%, muy elevados en ambos casos. La confrontación armada marcóun 8.8% y las riñas y los atracos están por debajo del promedio.

Las tasas promedio para 2005 y 2006 más cercanas a la que registra el país son las deManizales, Popayán, Villavicencio, Ocaña y Soacha. Aparte de Manizales, quetradicionalmente ha estado por encima del promedio colombiano, los demás municipiosingresaron recientemente a la categoría de municipios críticos.

Manizales, no obstante que se mantiene arriba del promedio, viene disminuyendo:pasó de 56.7 hpch en 2003, a 58.1, 49.5 y 38.9 en los años siguientes. Villavicenciotambién viene bajando, pues para los mismos años arrojó 54, 51, 41 y volvió a subir a43.5 en 2006; en esta ciudad, este pequeño ascenso se atribuyó a disputas entreestructuras armadas al servicio del narcotráfico, pero lo que es cierto es quetradicionalmente estuvo más abajo del promedio nacional. Soacha normalmenteestuvo por debajo del promedio colombiano, pero en la medida en que se estabilizóy el país bajó, pasó a ser crítico; arrojó 47 en 2003 y 38 hpch consecutivamente enlos tres últimos años. Ocaña tuvo su nivel más alto en 2003, con 52.7 hpch, seredujo a 39.9 en 2004, pero en los dos últimos años registró 43 y 41 hpch; síntomade la presencia de organizaciones asociadas al narcotráfico, pues sigue siendo unpunto importante para el intercambio de mercados ilegales entre Cesar y elCatatumbo. Popayán registra un ascenso reciente, pues pasó de 33 hpch en 2003, a36.4, a 41.4 y a 46.2 hpch en los últimos tres años del periódo, comportamientorelevante en un contexto en el que las tasas bajan en el país, donde esta ciudad noestá exenta de comportamientos asociados a actores organizados.

Page 129: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

130

En la medida en que en estos municipios las tasas son cercanas al promedio nacional,sus proporciones en armas y móviles no marcan contrastes tan fuertes. La excepciónes Ocaña, que registra un 86.5% en armas de fuego, un nivel sin duda muy elevado,que lleva la marca de la influencia del narcotráfico. En contraste, las armas blancaspesaron el 7.9%, cercano apenas a la mitad del promedio colombiano. Los homicidiossin información marcan un 24%, pero el sicariato un 57.3%, que corrobora de nuevola presencia de actores organizados. La confrontación pesa algo, un 7.9%, mientrasque riñas y atracos son muy bajos, apenas por encima del 2%.

Las demás ciudades, Manizales, Popayán, Villavicencio y Soacha arrojan niveles dearmas de fuego por debajo del promedio nacional de 80.5% y armas blancas porencima del 14.4% colombiano. Se asimilan de esta manera a municipios con tasasbajas; de hecho, son las menores entre las que superan el promedio del país. Loshomicidios sin información están levemente por encima del país en Manizales y Soachay están por debajo en los demás municipios. En todos los casos, el sicariato supera elpromedio colombiano, en particular en Villavicencio, donde llega al 53%. Las riñasestán por encima del promedio colombiano, con excepción de Villavicencio, dondesólo llegaron al 8.6%; son especialmente altas en Popayán, con el 22%.

Analicemos ahora los 33 municipios entre los 53 más grandes, cuya tasa está pordebajo de los 38.3 hpch del país. En resumen, las relaciones se invierten, cuandose comparan con los municipios más críticos en lo que se refiere a las armas.Se tiene que de los 33 municipios, cuyas tasas están por debajo del promedionacional, el 63.6% registró proporciones de armas de fuego por debajo delpromedio del país, mientras que el 36.3% estuvo por encima; es uncomportamiento a la inversa respecto de los municipios con las tasas más altas,pues en éstos en una amplia mayoría, las armas de fuego superaban enparticipación al promedio colombiano.

Si bien las relaciones cambian en lo que respecta a armas de fuego, se presenta unconjunto importante de municipios, donde la participación porcentual de éstas essuperior a la del país. Son doce municipios que aparecen en la parte alta del cuadroNo. 40, por encima de los datos de Colombia que están resaltados en negrilla. Sonciudades críticas por la presencia de actores organizados y muchas de ellasregistraron tasas por encima del promedio colombiano en el pasado: Envigado,Itagüí, Bello, Apartadó, Santa Marta son ejemplos de ello. En Sincelejo, Malambo,Sabanalarga, Soledad y Barranquilla, si bien en el pasado tenían tasas por debajodel país, igualmente se caracterizan por la presencia de actores organizados. Loanterior parece corroborar que los actores organizados atraviesan no solamentelos municipios más críticos, sino que también municipios que tienen un promedioinferior al del país.

En armas blancas, la relación también es a la inversa. En este caso, el 60.6% de losmunicipios superaron el promedio del país y el 39.4% restante estuvo por debajo; eneste caso, el arma blanca gana una enorme participación no tanto porque en términosabsolutos los homicidios sean muy elevados, sino porque las armas de fuego no sontan altas y en consecuencia sube la participación de las analizadas. En el cuadro, sepuede apreciar que esto ocurre en municipios donde las participaciones por armasde fuego están por debajo del país, es decir los que están ubicados en la parte bajade la tabla, después de los datos que se refieren a Colombia. Caso especial es Medellín,que se examinará más adelante.

Page 130: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

131

Cuadro No. 40Municipios de más de cien mil habitantes que están por debajo de la tasa promedio nacional de 2005-2006:

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de armas de fuego,armas blancas y otras armas entre 2005 y 2006.

Ordenado de mayor a menor por participación por armas de fuego

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

El análisis para móviles es complejo en apariencia, pues cuando se comparan losmunicipios con tasas por encima de las del país, en lo que se refiere a homicidios sininformación, no muestran niveles tan altos como en los anteriores. Sólo uno, SantaMarta, que aparece primero en la tabla, tiene un porcentaje superior al 80%, y losdemás que superan el promedio del país oscilan entre el 51% y el 67%. Pues bien, elhecho de que los niveles sin información no sean tan altos, explica también queprobablemente esconden menos homicidios por sicariato. En efecto, los homicidioscometidos por sicariato tienen más relieve que en los municipios por encima delpromedio del país; fue del 72% en los municipios con tasas por debajo del promedio

Page 131: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

132

colombiano, mientras que en los que estuvieron por encima fue de 55%.Adicionalmente, estos porcentajes señalan que la modalidad del sicariato tiene unpeso urbano muy importante en todas las ciudades independientemente del niveldel homicidio. No obstante, un aspecto fundamental, es que el subregistro en sicariatoes mucho mayor en los municipios donde las tasas son más altas y particularmenteen aquellas que superan ampliamente el promedio nacional.

Cuadro No. 41Municipios de más de cien mil habitantes que están por debajo de la tasa promedio nacional de 2005- 2006:

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios sin información y sicariato entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios sin información

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Analicemos ahora brevemente lo que ocurre en lo relacionado con atracos y riñas,cuya información aparece registrada en el cuadro No. 42. En riñas, la relación es a lainversa de lo que ocurre en los municipios con tasas por encima de las del país en losque esta modalidad arroja, en la mayoría de los casos, proporciones por debajo delpromedio del país. En el caso de los 33 municipios que estamos analizando, el 57.6%tienen porcentajes por encima del promedio y el 42.4% restante está por debajo. Lasproporciones no muestran un contraste tan fuerte, pero de todas maneras casi seisde cada diez cumplen con la condición de superar el promedio del país. Se puedeconcluir en este sentido que las riñas adquieren realce en aquellos municipios en quelos niveles de homicidios son más bajos.

Page 132: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

133

En lo que respecta a atracos, en los municipios con tasas por debajo del promedionacional la participación es cercana a la mitad56. Tenemos que de los 33 municipioscon tasas por debajo del promedio, el 45.3% de los homicidios registraron porcentajessuperiores al promedio colombiano en homicidios por atracos, mientras que el 54.2%está por debajo. Por el contrario, en los municipios con tasas por encima del país, ladiferencia fue más brusca porque los porcentajes que superaron el del país sólofueron del 30%, mientras que los que estuvieron por debajo fueron del 70%. En elcaso de los municipios por debajo del promedio del país, el peso del atraco es másimportante porque proporcionalmente los homicidios S.I. y los ejecutados por sicariosno sobresalen tanto. En un contexto en el que los homicidios son bajos, los homicidiospor atracos sobresalen más proporcionalmente y no son opacados por los altosniveles, bien sea de homicidios S.I. u homicidios por sicariato.

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadro No. 42Municipios de más de cien mil habitantes que están por debajo

de la tasa promedio nacional de 2005-2006:Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios

por riñas y por atracos entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por su participación en riñas

56 Aproximadamente la mitad de los municipios tienen proporciones superiores al promedio y aproximadamente la otra mitad registra proporciones por debajo.

Page 133: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

134

En lo que respecta a la confrontación armada, no nos pareció necesario presentar elcuadro. En lo esencial, sólo el 12.1% de los 33 municipios registró porcentajes por encimadel promedio del país y el 87.9% por debajo. Las razones son las mismas que en los 20municipios en que las tasas son más altas. En esta categoría, se incluyen ante todomuertes en combate por enfrentamientos y asesinatos selectivos, ambos principalmenteen contextos rurales, mientras que en lo urbano se registran víctimas del terrorismo queen términos absolutos pesan muy poco. No obstante, es importante señalar que estemóvil incrementa las tasas rurales de los municipios dos y tres, que en su conjunto sonlos que tienen poblaciones entre cien mil y un millón de habitantes. Hay que recordarque en estos dos conjuntos de municipios, las tasas rurales superan las urbanas, peroque por su poco peso, la tasa del conjunto se aproxima más a las segundas.

Veamos con más detalle los 33 municipios que en 2005 y 2006 registraron tasas pordebajo de la del país. Cuatro de éstos, Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cartagena,tienen más de un millón de habitantes. Otros trece municipios tienen entre doscientosmil y un millón de habitantes; dos de ellos son de Santander, Bucaramanga yFloridablanca; dos de Antioquia, Bello e Itagüí; además están Santa Marta, Valledupar,Montería, Sincelejo y Soledad en la Costa Caribe; finalmente, se encuentran Ibagué,Armenia, Neiva y Pasto. Se debe señalar que en este conjunto Medellín, Bello, Itagüí yValledupar, han sido considerados muy críticos por la persistencia de altos niveles dehomicidios en la serie de doce años, pero en los dos últimos años pasan a ocuparescalones bajos, cuando se ordenan las tasas de los 53 municipios más grandes.Finalmente, hay 16 municipios entre cien y doscientos mil habitantes. Cuatro de éstosson de Cundinamarca: Fusagasugá, Facatativá, Zipaquirá y Girardot; tres de Boyacá,Tunja, Duitama y Sogamoso; dos de Antioquia, Apartadó y Envigado; dos de Atlántico,Malambo y Sabanalarga; dos de Santander, Girón y Piedecuesta; dos de Córdoba,Sahagún y Lorica; y uno de Bolívar, Magangué.

Para comenzar, es importante analizar en conjunto los municipios que ocupan el lugarmás alto en la tabla, es decir que registran las tasas más altas, no obstante que están pordebajo del promedio del país, para comparar cómo se comportan las armas y los móvilesy determinar si hay patrones identificables. El análisis arrojó conclusiones interesantes,puesto que estos municipios presentan comportamientos parecidos a los de las tasas porencima del promedio nacional. En armas, tienen un comportamiento muy parecido alos más críticos y en móviles muestran los dos escenarios ya estudiados.

Tenemos que muy cerca del promedio nacional, pero por debajo de éste, que fue de38.3 hpch, sobresalen Soledad, Apartadó y Santa Marta con 37.7, 36.9 y 36.4 hpch,respectivamente. Son ciudades muy diferentes entre sí. Soledad está muy atada aBarranquilla, por el contrario, Apartadó en el Urabá, y Santa Marta, la capital deldepartamento del Magdalena, tienen unas dinámicas rural y urbana muy complejas.Las tres ciudades muestran en lo esencial comportamientos descendientes entre2003 y 2006. El análisis permite señalar que las tres presentan porcentajes de armasde fuego por encima del promedio nacional en 2005-2006, que fue de 80.5%, puesrespectivamente fueron de 85.6%, 84.4% y 82.5%. Es un comportamiento que separece más al conjunto de los municipios con tasas por encima del promedio nacional.La relación en armas blancas es también parecida a la de los municipios con tasasmás altas que el promedio nacional; en los tres casos, arrojaron porcentajes pordebajo del mismo, pues fueron de 11% en Soledad, de 11.7% en Apartadó y de10.5% en Santa Marta. En conjunto, estas cifras dan indicios sobre el peso de actoresorganizados, lo que coincide con diagnósticos anteriores sobre estos municipios.

Page 134: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

135

En Apartadó y Santa Marta pesaron en el pasado agrupaciones guerrilleras y deautodefensas, en Soledad, tuvo presencia el bloque Norte de las AUC.

En lo que respecta a las otras armas, en dos de éstas los porcentajes son inferiores alpromedio del país de 5.1%, pues Soledad registró 3.4% y Apartadó 3.9%, mientrasque en el caso de Santa Marta es superior, registrando 6.9%. De todas maneras, seestableció que se trata de armas típicamente urbanas, muy variadas, no asociadas a laconfrontación, sino más bien a la delincuencia y a actuaciones individuales, es decircontundentes, bolsas plásticas, no reportadas, en fin, muy similares a las que presentanlas ciudades en general.

En lo que respecta a los móviles, se presentan los dos escenarios ya descritos, quecorroboran el peso de los actores organizados. En los casos de Soledad y Apartadó,existe una correspondencia entre bajos niveles sin información y altos niveles de sicariato.En efecto, en lo que se refiere a los homicidios S.I., mientras el porcentaje a nivelnacional fue de 44%, en estas dos ciudades fue de 3% y 29% respectivamente. Encontraste, el sicariato llegó en Soledad al 62.7% y en Apartadó al 37.7%. Por el contrario,en Santa Marta, el nivel de los homicidios sin información es muy elevado, pues llegóal 84%, mientras que el de sicariato es inexistente. En la capital del Magdalena, el altonivel de armas de fuego y al mismo tiempo el no registro de los móviles revela laocurrencia de homicidios asociados a organizaciones, bien sean irregulares o no. Nosobra señalar que en este municipio, no obstante la importancia histórica de loshomicidios rurales por las dinámicas registradas en la zona bananera y en la SierraNevada, éstos han venido perdiendo participación, pues representaron el 18% en2004, el 11% en 2005 y el 13% en 2006; existen dinámicas urbanas también muycomplejas.

Se debe señalar, por otro lado, que los homicidios asociados por la Policía a laconfrontación armada adquirieron relieve en Apartadó, pues pesaron el 22.1%, mientrasque en el país solamente el 12.9%, explicable en esencia por situaciones que se registranen zonas rurales del municipio y en particular por la presencia de las Farc en la serraníade Abibe. En los otros dos, no hay asociaciones importantes en este nivel.

En homicidios por atracos y riñas, la que más sobresale es Soledad, pues los primerosarrojaron el 8.7%, por encima del 5% a nivel nacional, y las segundas el 17.1%, porencima del 10.5% del país. Son comportamientos típicamente urbanos que tienenrealce en ciudades, donde las tasas no adquieren niveles muy elevados.

Después de los tres municipios analizados, siguen Medellín e Itagüí. Su análisis serápresentado con el de Bello y Envigado, que ocupan lugares aún más bajos, en razón aque en su conjunto conforman la Zona Metropolitana de Medellín y presentancaracterísticas similares. Son interesantes en cuanto fueron considerados muy críticoso críticos por la persistencia de altos niveles de homicidios en los doce años de laserie considerada, pero así mismo porque en su conjunto disminuyen recientementey porque en los dos últimos años presentan tasas por debajo del promedio nacional.Sobre estos municipios entonces reconstruiremos brevemente la evolución históricade los homicidios y compararemos como se comportan las armas y los móviles en laactual coyuntura. Este análisis nos permite demostrar el peso de actores organizadosen los altos niveles de homicidios en el pasado, así como en sus disminuciones, altiempo que nos dan luces sobre los cambios en la composición de las armas en lamedida en que los niveles disminuyen.

Page 135: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

136

Estas cuatro ciudades registran todas tasas en 2005-2006 por debajo del promedionacional, en contraste con la década de los noventa y principios de los dos mil,cuando registraron tasas muy por encima de Colombia, no obstante que sucomportamiento descendente se produce desde 1992. Envigado, la de menoshabitantes, fue la primera que mostró una sensible disminución, sobre todo desde1995, pero siguió registrando niveles muy elevados unos años más y es en 2002,cuando se ubica por debajo del país. Este proceso se demora un poco más en lasotras tres y quedan por debajo del promedio colombiano a partir de 2004 o 2005.En Bello, la primera vez que esto ocurrió, fue en 2004, pues pasó de 68.7 hpch en2003, cuando el país registraba 53, y bajó a 41.5 en 2004, casi tres puntos pordebajo del promedio colombiano de 44; en 2005, en Bello se llegó a 30, nuevepuntos por debajo del 39 del país y en 2006 registró 25.4, doce puntos por debajode Colombia. En Medellín, su tasa descendió significativamente, pues fue de 94.6hpch en 2003, de 51.8 en 2004, de 36.1 en 2005 y de 33.5 hpch en 2006; en 2005estuvo, por primera vez desde 1990, por debajo del promedio del país, que fue de39.3 en ese mismo año. En Itagüí, su comportamiento general es muy parecido,pues también por primera vez en 2005 su tasa, de 35.7 hpch, se ubicó por debajodel promedio nacional, nivel que mantuvo en 2006, con el mismo guarismo de 35.7.(Gráfico No. 8)

Son varios los aspectos que incidieron en estas disminuciones. Uno de ellos es quelos homicidios bajan cuando se consolidan las autodefensas y bajan las disputasentre agrupaciones armadas, que se dieron entre autodefensas y milicias, pero asímismo entra a delinquir la oficina de Envigado y las bandas delincuenciales. Por otraparte, la Política de Seguridad Democrática ha incidido de manera significativa. Eneste sentido, en 2002 tuvo lugar la Operación Orión en la comuna Trece de Medellíny en otras comunas populares, que debilitó a las milicias y contribuyó para que

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Gráfico No. 8.Tasas de homicidio en Medellín, Itagüí, Bello y Envigado comparadas

con los promedios del país entre 1995 y 2006

Page 136: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

137

bajaran las disputas; adicionalmente, en los años posteriores, la presencia de la FuerzaPública subió sustancialmente. En tercer lugar, juega un papel muy importante elproceso de paz y la desmovilización de las autodefensas y particularmente del bloqueNutibara. Finalmente, se debe mencionar las políticas locales de seguridaddesarrolladas, en particular en Medellín.

En este contexto, las armas de fuego disminuyeron en Itagüí y Bello entre 2003 y2006, y en Medellín entre 2003 y 2005. En Itagüí, la participación de las armas defuego pasó de 92.9% en 2003 a 84.9% en 2006 y en Bello de 95% a 78.8%respectivamente. En Medellín, las armas de fuego habían participado en un 92% en2003 y en 2005 se llegó a 71%, es decir que en dos años bajó veintiún puntos, peroen 2006 volvió a subir a 74.6%, un porcentaje de todas maneras inferior al de 2003.No queda duda de que las disminuciones están asociadas en parte a cambios porparte de actores organizados, lo que a su turno corrobora que fueron estos mismosactores, los que explicaron por muchos años las altas tasas de homicidio57. Envigadoes la excepción, pues en ese municipio subieron de 85.5% en 2003 a 90% en 2006,situación que obviamente no se puede desligar tampoco de la participación de actoresorganizados y en particular de la Oficina de Envigado. Este comportamiento en lostres primeros municipios sugiere que a partir de un determinado nivel, se presentauna correspondencia entre la caída de los homicidios y una reducción sustancial en laparticipación de armas de fuego, aspecto que se observa más claramente en Medellín.

Por el contrario, la participación de las armas blancas subió del 4.1% al 22.1% enMedellín entre 2003 y 2006; hay que agregar que en términos absolutos, en uncontexto en el que bajaron drásticamente todos los homicidios, los ejecutados conarmas blancas aumentaron de 80 en 2003, a 144 en 2004, y a 177 en 2005, es decirque en dos años se doblaron, a pesar de que el conjunto de los homicidios bajaba;en 2006, volvieron a descender a 156, de todas maneras muy por encima del nivelde 2003. Aparte de la capital de Antioquia, en las otras tres ciudades también subióel porcentaje de armas blancas, en Itagüí de 5.7% a 13.2%, en Bello de 2.7% a 17.3%y en Envigado de 9.7% a 10%. Este análisis sugiere que las armas blancas tienden asobresalir en contextos donde las tasas de homicidio en su conjunto se reducen odonde las mismas son bajas históricamente.

El análisis de estas ciudades también muestra que en la medida en que mejora elregistro de los móviles, tienden a sobresalir los asociados a sicariato, comportamientoque parecería convertirse en una regla en los contextos urbanos. Describamos loscambios de los homicidios S.I. que presentan oscilaciones bruscas, pero que en últimascorroboran lo afirmado anteriormente, y posteriormente examinamos la composiciónde los móviles en su conjunto a partir de la información de 2005, que es la más confiable.

En estas ciudades, mejoró significativamente el registro de los homicidios entre 2003y 2005, pero en 2006 retrocedió de nuevo, pues los porcentajes se volvieron a elevar.En Medellín los homicidios S.I. pasaron de representar el 82.2% en 2003 al 41.5% en2005, este último más de dos puntos por debajo del promedio nacional de 44%,aunque presentó un retroceso en 2006 pues subió a 64.5%, veinte puntos por encimadel país. En Itagüí, el cambio fue de 94% a 34%, comparando 2003 con 2005, unamejora de sesenta puntos, pero de igual manera retrocedió en 2006, pues en ese año

57 Los homicidios suben a niveles a raíz de narcoterrorismo adelantado por Pablo Escobar, en 1991, así como en 2002, cuando se dio el punto más alto en las disputas entrelas autodefensas y las milicias y entre la Oficina de Envigado y las bandas delincuenciales.

Page 137: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

138

fue de 67.9%, más de veinte puntos por encima de Colombia. En Bello, se pasó de85% a 47% entre 2003 y 2005, pero al igual que los dos anteriores, se eleva a 77.9%en 2006, más de treinta puntos por encima del país. Finalmente, en Envigado bajó de87% a 45% entre 2003 y 2005, pero volvió a subir a 76.7% en 2006.

En consecuencia, es más confiable formarse una idea sobre los móviles a partir de loocurrido en 2005, pues es cuando se tiene la mejor información sobre los mismos.En Medellín en 2005, el sicariato arrojó el 31.7%, en Itagüí el 40.8%, en Bello el 47%y en Envigado el 45%, en todos los casos muy por encima del promedio del país de21%. Comparados estos porcentajes con lo ocurrido en 2003, el avance es significativo,por lo que se deduce que en el pasado, el sicariato estaba incluido en los homicidiosS.I. Igualmente, se concluye que esta modalidad fue una de las que más explicó losaltos niveles de homicidios en estas ciudades y hasta 2006, no obstante losimportantes descensos en el conjunto de los homicidios, siguió siendo un factor queincidió en la violencia de estos municipios. Las cifras de 2006 muestran a su turnoque cuando suben los niveles sin información, baja el sicariato, pues fue del 18.8%en Medellín, del 23.6% en Itagüí, del 10.6% en Bello y del 13.3% en Envigado, entodos los casos por debajo de lo ocurrido en 2005.

Analicemos ahora los otros móviles. Los atracos marcan porcentajes por debajo delpaís en estas ciudades en 2005 y 2006. Mientras que en la capital de Antioquia y enEnvigado la participación de los homicidios por atracos fue de 4.9% en el promedio2005 y 2006, y en el país de 5.0%, en Itagüí sólo llegó al 2.9% y en Bello al 1.8%. Noobstante que hay cambios bruscos constantemente, se evidencia una leve mejora enel registro, pues en 2003, por ejemplo, los porcentajes eran cercanos a cero. Es muyposible entonces que en los años pasados, cuando las tasas superaban ampliamente elpromedio del país, estos porcentajes fueran aún más bajos, lo que se explica nosolamente por el elevado nivel de homicidios asociados al narcotráfico y porque lasdisputas entre autodefensas y milicias los opacaban, sino también porque lasorganizaciones irregulares neutralizaban el accionar de los atracadores. Obviamente,no se puede excluir que el cambio se deba también a una mejora en el registro, comoya se ha anotado.

Es interesante observar cómo la participación de las riñas va ganando espacio en lamedida en que descienden los niveles de homicidios entre 2003 y 2005, pero asímismo, se vuelve a retroceder en 2006, pues vuelven a subir los casos sin información.Es así como en Medellín, se pasó de 2.6% a 11,1% entre 2003 y 2005, pero se bajóa 6.3% en 2006. A su turno, Itagüí pasó de 1.4% a 8.7%, pero retrocedió a 3.4% en2006. En Bello, se pasó de 1.5% a 12.7% entre 2003 y 2005, pero bajó a 4.8% en2006. En Envigado, la proporción se mantuvo en 3.2% y en 2006 registró 3.3%. Denuevo, el factor de distorsión es el elevado número de homicidios sin información,que impide precisar el peso de los móviles. De todas maneras, las riñas muestranque están por debajo del promedio del país y que en lo esencial están opacadas porel peso de la violencia organizada.

Finalmente, los homicidios asociados a la confrontación armada, en todas las ciudadesde la Zona Metropolitana de Medellín son inferiores al 1%, en razón a la poca presenciade guerrillas en las zonas rurales.

Los datos de 2005 son interesantes, pues por primera vez los porcentajes se muevensignificativamente, puesto que durante muchos años el arma de fuego había pesado

Page 138: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

139

mucho más del 80% y el arma blanca era marginal. En lo que respecta a los móviles,obviamente los cambios en buena medida se explican por una mejoría en el registro,al lograrse disminuir los niveles sin información, pero lo que se conoce en 2005corrobora lo que se sospechaba, es decir que en el pasado no sólo pesaba mucho lamodalidad del sicariato, que se asociaba a las oficinas de cobro, al narcotráfico y a lasautodefensas, sino que esta modalidad fue la que explicó el importante incrementode los homicidios y el hecho de que se mantuvieran por muchos años en nivelessuperiores a los 100 hpch, no obstante su comportamiento descendente. El deteriorodel registro en 2006 es una vuelta al pasado, en la medida en que suben los homicidiossin información en un contexto donde el arma de fuego también aumenta, lo que sedetecta es un escenario donde sobresalen los actores organizados.

A Medellín le sigue Valledupar, y conviene analizarlo por el peso que han tenido losactores organizados. Con una tasa promedio de 33 hpch para 2005-2006, se ubicacinco puntos por debajo del promedio nacional. Su comportamiento es descendentedesde 2002, cuando llegó a su pico por efecto del accionar de las autodefensas. En2003 registró 89, en 2004 arrojó 56.9, en 2005 bajó a 44.6 y en 2006 a 21.7, es decirque su tasa se redujo en más de cuatro veces en los últimos cuatro años. Este descensoguarda una relación con una disminución de la participación de las armas de fuegoque, no obstante algunas oscilaciones, presentaron los siguientes porcentajes: 83.9%,95.1%, 78.5% y 77.8% respectivamente. Al bajar las armas de fuego y el conjunto delos homicidios al mismo tiempo, tiende a subir la participación de las armas blancas,que pasaron de 4.8% en 2003, a 3.0% en 2004, a 8.6% en 2005 y se mantuvieronen 8.6% en 2006. Al mismo tiempo, tienden a subir las otras armas: pasaron de4.2%, a 2.0%, a 12.9% y a 13.6%.

Los móviles sin información sólo representaron en Valledupar un 3.7% en el promedio2005–2006. Es entonces una ciudad en la que se puede determinar con más facilidadlo que está ocurriendo. Sobresale el sicariato con 65.6%, una proporción muy alta quedenota la participación de grupos organizados, lo que guarda una correspondenciacon la presencia de autodefensas en los años pasados, antes de su desmovilización.Por el contrario, las riñas, con 9.5%, y los atracos, con el 4.5%, pesan menos que elpromedio del país. A su turno, la confrontación armada pesó un 7.8%, en todo casoinferior al promedio colombiano de 12.9%; sin embargo, se debe tener en cuentaque en sus zonas rurales hay presencia de grupos irregulares.

Las ciudades que siguen a continuación son ejemplos de bajas tasas a nivel histórico yque se mantienen por debajo del promedio nacional en los dos últimos años. Esinteresante hacer una aproximación a las mismas, pues presentan escenarios muyvariados. En particular, en unas de ellas, la presencia de actores organizados es nítida,no obstante que registran tasas bajas.

Armenia en 2005-2006 presentó una tasa de 33 hpch, más de cinco puntos pordebajo del promedio colombiano. A diferencia de Pereira, y no obstante que enArmenia hay presencia de narcotráfico, la ciudad muestra indicadores respectode las armas de fuego más moderados que en la capital de Risaralda. Las armasde fuego registran el 73.4%, por debajo del promedio del país, mientras que lasarmas blancas representan el 20.8%, muy por encima del promedio colombiano,síntomas de que las organizaciones no ocupan tantos espacios como en la capitalde Risaralda. En esta ciudad, los niveles S.I son muy bajos, 2.3% en el promediode los dos últimos años, lo que deja ver que el sicariato no es despreciable, pues

Page 139: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

140

es del 55.6%, es decir que casi seis de cada diez homicidios ocurren bajo estamodalidad; ilustra indirectamente las proporciones a que puede llegar esta variableen otras ciudades, donde el narcotráfico o el peso de organizaciones es mayor ydonde al mismo tiempo hay un alto nivel de subregistro, como serían los casosde Cali y Pereira. A su turno, las proporciones de atracos y riñas no sondespreciables y son típicas de ciudades, donde si bien las organizaciones pesan,no lo hacen en una proporción extremadamente elevada: los homicidios por atracorepresentaron el 11.6% y las riñas el 19.8%, en ambos casos mucho más que elpromedio colombiano.

En Pasto, las tasas han estado tradicionalmente por debajo del promedio nacional ysi bien subieron levemente en los últimos dos años, ocurre en un contexto donde elnarcotráfico tiene una importante incidencia en el departamento de Nariño, por loque se esperarían niveles aún más elevados. Es así como en 2005-2006 registró28.1 hpch, diez puntos por debajo de Colombia, un porcentaje bajo para la capitalde un departamento, donde la característica en los últimos años ha sido elfortalecimiento del narcotráfico y de los grupos irregulares. Las armas de fuego sólopesan el 63.9%, un nivel elevado pero de todas maneras inferior al del país de 80.5%.Por el contrario, las armas blancas representaron el 28.6%, el doble de Colombia,indicadores que corroboran los comportamientos en ciudades donde las tasas estánpor debajo del país. En Pasto, los homicidios sin información son del 43.6%, unaproporción similar al promedio, y en este contexto el sicariato pesa un 23.2%, lo queindica que la violencia organizada incide, situación lógica por la influencia de lasautodefensas, la delincuencia y el narcotráfico en Nariño. Las riñas con el 11.6% y elatraco con el 10% muestran por otro lado un comportamiento típico de ciudad. EnPasto, se mezclan de esta manera violencia organizada, expresada en sicariato ybuena parte de los homicidios sin información, con violencia ejecutada por individuosy la pequeña delincuencia, que se expresa en riñas y atracos; obviamente, pesa másla primera, pero en un escenario donde la tasa de homicidio no es muy elevada, lasegunda tiene relieve.

El procedimiento en adelante consiste en agrupar las ciudades en regiones. De estamanera, se considera primero a Barranquilla, Malambo, Cartagena, Sincelejo, Montería,Magangué, Lorica y Sahagún, ciudades de la Costa Caribe, que en su conjunto presentansíntomas de actuaciones de organizaciones irregulares y delincuenciales, no obstanteque sus tasas están por debajo del promedio colombiano.

La participación de armas de fuego es sobredimensionada en cuatro de estosmunicipios para tratarse de ciudades con tasas por debajo del promedio nacional.Fue en 2005-2006 de 89.8% en Malambo, de 90% en Sincelejo, de 84.5% enBarranquilla y de 81.5% en Cartagena, todas éstas por encima del promediocolombiano de 80.5%, síntoma del peso que tienen grupos organizados en laviolencia en esas ciudades. De otro lado, están por debajo Magangué con 78.9%,Montería con 75.5%, Lorica con 71.4% y Sahagún con 65.3%, ciudades donde lasautodefensas actuaban intensamente en los años ochenta y noventa y donde en loesencial la pequeña delincuencia fue neutralizada. En contraposición, considerandoeste conjunto de municipios, las armas blancas están por debajo del promediocolombiano de 14.5%, con excepción de Montería y Sahagún, que registraron 20%y 33% respectivamente; en Cartagena es igual, pues la ciudad y el país registran el14.5%. La baja participación de armas blancas tiende a corresponder en este casocon un peso más grande de grupos organizados.

Page 140: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

141

El registro de los homicidios ha mejorado sustancialmente en estas ciudades de la CostaCaribe; de hecho, como se ha mostrado, éste tiende a ser mejor en contextos donde lastasas de homicidio no son tan elevadas. La excepción es Magangué en donde los homicidiosS.I. representaron el 65.8%, muy por encima del 44.8% que arrojó Colombia. Enconsecuencia, en las demás ciudades se puede hablar con más propiedad sobre los móviles.La característica es que el sicariato arroja proporciones muy elevadas, llegó al 67.3% enMalambo, fue del 59% en Sincelejo, del 57.1% en Lorica, del 53.9% en Montería, del 51.9%en Barranquilla y del 40.2% en Cartagena, mientras que el promedio nacional llegó al20.1%; sumado a los altos niveles que presentan las armas de fuego, no deja duda sobreel peso de organizaciones detrás de estos homicidios, sean irregulares o delincuenciales.

El atraco es variable y mientras en unos municipios es nulo, como en Sahagún, Loricay Magangué, en los otros tiene participación más o menos alta. En Montería, es de3.9%, por debajo del promedio nacional de 5%; es importante señalar que viene enaumento, posiblemente porque el registro está más purificado, pero no se puededescartar que se haya incrementado como efecto de las desmovilizaciones, es decirque algunos reinsertados hayan ingresado al mundo de la delincuencia común paraobtener ingresos. En Cartagena, es del 8.8%, por encima del promedio colombiano;en los últimos dos años, había presentado porcentajes por encima del 7%, es decirque tiene un comportamiento típico de ciudad, explicable porque estamos hablandode un distrito turístico. En Barranquilla, es del 16.2%, mientras que en 2003 habíasido del 10%, es decir que presenta porcentajes comprensibles en ciudades, y si bienhay un aumento, éste, al igual que en Montería, se puede atribuir en parte a lapurificación del registro, pero así mismo al ingreso de algunos desmovilizados enactividades delincuenciales, o a una mayor actividad de la delincuencia común. EnMalambo, es de 10.2%, cuando en 2003 había sido de 11%; no hay que olvidar queeste municipio está muy articulado a Barranquilla. En Sincelejo, la participación esdel 5%, el mismo porcentaje del país.

Estas ciudades también presentan diferencias en las riñas, pero tienen en común queen todas sobresalen, un aspecto característico de contextos donde la tasa del conjuntode los homicidios no es muy elevada. En unas, la participación de las riñas está porencima y en otras por debajo del promedio colombiano de 10.5%. En Barranquillallegó al 20.3%, en Cartagena al 17.7%, en Lorica al 14.3% y en Montería al 10.8%. Porel contrario, fue de 8.2% en Malambo, de 8% en Sincelejo, de 7.9% en Magangué yde 6.3% en Sahagún.

Finalmente, en lo que se refiere a la confrontación armada, en todas es nulo salvo enMagangué, donde representa el 5.3% del total de los homicidios por muertes encombates resultantes de enfrentamientos entre la Fuerza Pública y la guerrilla. La bajaparticipación de la confrontación en estos municipios no es de extrañar, pues lasubversión fue neutralizada en la mayoría de estos municipios por parte de lasautodefensas antes de desmovilizarse, pero así mismo por las actuaciones recientesde la Fuerza Pública.

Se concluye que estas ciudades de la costa presentan tasas por debajo del país peroal mismo tiempo muestran síntomas del peso que tienen organizaciones armadas,sean éstas irregulares o no, deducida la importancia de las armas de fuego y de lamodalidad del sicariato. Al mismo tiempo, algunas se combinan con altos niveles deriñas y en menor medida atracos, modalidades típicas de grandes ciudades. En algunasde éstas, la coincidencia entre tasas bajas y presencia de organizaciones se explica

Page 141: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

142

por la importancia que adquirieron las autodefensas en el pasado: Montería, Lorica,Sahagún, Magangué y aún Sincelejo. En Malambo, Barranquilla y Cartagena, lasautodefensas tenían peso, pero al mismo tiempo su accionar se combinaba coningredientes de la delincuencia común y la violencia entre personas. Las tasas bajasexplican que estas últimas ganen relieve.

Veamos ahora los municipios de Cundinamarca: Fusagasugá, Facatativá, Zipaquirá yGirardot. En todos los casos, la participación de armas de fuego fue inferior al promedionacional de 80.5% para 2005-2006; fue de 78.2% en Fusagasugá, de 75% en Facatativá,de 48.3% en Zipaquirá y de 78.1% en Girardot. Se corrobora con estos municipios quelas tasas más bajas tienen una correspondencia con participaciones porcentuales enarmas de fuego por debajo del promedio del país. De hecho, Fusagasugá, que registróuna tasa elevada en 2003, de 78.8 hpch, mostró al mismo tiempo una participación enarmas de fuego de 85.9%, lo que refuerza el anterior razonamiento.

En lo referente a armas blancas, la situación es a la inversa. Mientras que en el país estaparticipación fue de 14.4% en 2005–2006, en Facatativá fue del 25%, en Zipaquirá del48.8% y en Girardot del 18.8%. La excepción es Fusagasugá, donde fue del 10.9%.Hay que tener en cuenta que este municipio registra la tasa más elevada de los cuatroconsiderados, y que ahí tuvieron una incidencia significativa las autodefensas en elpasado reciente.

Los municipios de Cundinamarca analizados presentan niveles elevados demodalidades sin información, aunque no son desproporcionados como en aquellosen los que sus tasas están por encima del promedio nacional. Fue de 56.4% enFusagasugá, por encima del promedio colombiano de 44.8%; de 61.1% en Facatativáy de 67.7% en Zipaquirá. La excepción es Girardot que registró 37.5%. El análisisindica que ahí donde el nivel sin información mejora, es factible identificar los móviles.Por ello, en Girardot registra el nivel de sicariato más elevado, del 34.4%, por encimadel promedio colombiano que fue de 20.1%, mientras que fue de 10.9% enFusagasugá, de 16.1% en Zipaquirá y de 22.2% en Facatativá.

En homicidios por atracos, en 2005-2006 Facatativá presenta un 5.6%, por encima delpromedio del país de 5%; hay que señalar que esta ciudad alcanza a presentar unadinámica parecida a la de Bogotá, de la que es vecina, aunque obviamente en lacapital los homicidios por este concepto son más elevados. Sigue Fusagasugá, con el5.5% y después Girardot con 3.1%. Hay que señalar que en Zipaquirá han sido nulosen los cuatro últimos años, señal de que la pequeña delincuencia está neutralizada ode que están incluidas en los homicidios sin información.

Conviene presentar a Bogotá después de Cundinamarca. Es una ciudad de muchointerés, no sólo porque es la más grande y la capital del país, sino también porquepresenta elementos que la diferencian de las otras cuatro urbes de más de un millónde habitantes. Sus indicadores indudablemente tienen mucho peso en el conjuntode los 53 municipios más grandes, pues ella concentra el 30% de sus habitantes. Sustasas de homicidio venían bajando sin interrupción desde 1994, pues su pico fue1993, con la sola excepción de 2005, cuando hubo un pequeño repunte.

Bogotá es una ciudad donde el peso de las armas de fuego es elevado, el 67.4% enel promedio 2005-2006, pero trece puntos por debajo del promedio del país de80.5%. Así mismo, como más de la mitad de los 33 municipios con tasas inferiores al

Page 142: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

143

promedio, registra niveles de armas blancas por encima del total nacional, puesmientras en Bogotá la proporción es del 27.6%, en el país es del 14.4% en 2005-2006. Las otras armas pesaron el 4.6%, una proporción por debajo del 5.1% deColombia.

En Bogotá, no se tiene información sobre el 51.6% de los homicidios en 2005- 2006,una proporción importante si se tiene en cuenta que en el conjunto nacional es de44.8%, pero no tan desproporcionada como en ciudades como Pereira y Cali. En lamodalidad de sicariato, sólo se llegó al 1.4%, una proporción que a todas luces muestraun subregistro, cuando se analizan los focos más críticos de la ciudad: Ciudad Bolívar,Corabastos, Patio Bonito, y el Centro, en la intersección entre Mártires y Santafé, dondeesta modalidad se expresa con fuerza; seguramente, algunos homicidios por sicariatoaparecen en los homicidios S.I, aunque obviamente no adquieren proporciones a quellegan ciudades como Medellín. Los atracos vienen en aumento en un contexto en elque los homicidios bajan, muy seguramente en buena medida como resultado de lapurificación del registro: pesaron el 8.6% en 2003 y el 14.4% en 2005-2006. Estaúltima proporción es casi el triple del promedio del país de 5% y muestra el pesorelativo que tiene la delincuencia común en la ciudad, uno de los rasgos característicosde Bogotá. Así mismo, muestra un peso muy grande en riñas, el 27.3% en 2005-2006,mucho más del doble del promedio del país, que fue de 10.5%; es interesante observar,no obstante, que éstas bajaron diez puntos respecto del 36.8% que exhibió la ciudaden 2004. Los homicidios asociados a la confrontación con la guerrilla son muy bajos,sólo 0.3%, proporción que ha subido esporádicamente en años anteriores, cuandose producen víctimas de bombas y atentados terroristas.

En conclusión, entonces, en Bogotá están más equilibrados los homicidios producidospor organizaciones delincuenciales o irregulares con aquellos que ocurren comoconsecuencia de riñas y pequeños atracos, cuando se la compara con otras ciudadescomo Pereira o Cali. En el promedio 2005–2006, en Bogotá las riñas y los atracospesan el 41%, mientras que los homicidios de los que no se tiene información algomás de la mitad. Por el contrario, en una ciudad como Pereira, la suma de riñas yatracos pesa solamente el 17%, menos de la mitad de los de la capital, mientras quelos homicidios sin información llegan al 76%. En Cali, las riñas más los atracosrepresentan también el 17%, al tiempo que aquellos de los que no se tiene informaciónllegaron a 68.8%.

Ibagué y Neiva se pueden analizar en conjunto, pues son las capitales de dosdepartamentos vecinos y tienen tasas similares, de 23.7 y 20.7 hpch respectivamentepara 2005-2006, muy por debajo del promedio del país de 38.3. Haciendo referenciasiempre al promedio 2005-2006, las armas de fuego representaron el 69% y el 68%,muy por debajo del 80.5% del país. Por otro lado, las armas blancas fueron del 24% enambos casos, diez puntos por encima del promedio nacional. Los niveles de homicidiossin información son elevados, pero no tan desproporcionados como los de otrasciudades: arrojaron 52% y 35% respectivamente. El sicariato no sobresale, pues registró3.3% y 10.1%. No obstante, en ellas la confrontación armada, y a diferencia de lamayoría de las ciudades analizadas, llegó al 13.6% y al 7.6% en Ibagué y Neivarespectivamente. Las riñas son mucho más elevadas en Neiva, con el 22%, el dobleque las del país, mientras que en Ibagué sólo llegaron al 9%; los atracos también pesanmás en Neiva, con el 12%, mientras que en Ibagué representaron el 3.7%. En lo esencial,estas ciudades muestran indicadores que corresponden a tasas muy por debajo delpromedio del país y corroboran los análisis hechos.

Page 143: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

144

Presentemos ahora las ciudades de Santander: Bucaramanga, Floridablanca, vecina de lacapital de Santander, Piedecuesta y Girón, éstos dos últimos municipios de más de cienmil habitantes. Todas presentan tasas muy bajas. Girón y Bucaramanga son las másaltas, con 24.9 y 24.5 hpch, alrededor de catorce puntos por debajo del promedio nacional;Piedecuesta y Floridablanca tienen 14.6 y 14.2, veinticuatro puntos por debajo del país.

Aparte de Floridablanca, donde las armas de fuego pesaron el 81.1% en 2005- 2006,algo por encima del 80.5% del país, en los demás municipios este porcentaje estápor debajo del porcentaje nacional; en Girón fue del 68.9%, en Bucaramanga del61.8% y en Piedecuesta de 54.8%. En armas blancas, la situación es consistente conlo ocurrido en armas de fuego, pues están por encima de Colombia. La participaciónde armas blancas fue de 27.9% en Girón, de 33% en Bucaramanga, de 18.9% enFloridablanca, y de 41.9% en Piedecuesta, en todos los casos por encima del promediodel país de 14.4%. Se corrobora que frecuentemente las armas blancas adquierenpeso en ciudades donde las tasas están muy por debajo del promedio nacional. Lasotras armas sólo tienen algún relieve en Bucaramanga, con el 5.3%, algo por encimadel país, que arrojó 5.1%, mientras que en las otras están por debajo, siendo nulasen Floridablanca.

Los porcentajes sin información son bajos en estos cuatro municipios de Santander,por debajo del 10%, por lo que en principio hay confiabilidad en los móviles reportados.El sicariato no es despreciable, representó el 36.5% en Floridablanca 2006 y el 24.2%en Bucaramanga, por encima del promedio colombiano de 20.1%; se corrobora queesta modalidad tiende a estar presente en las ciudades colombianas, aún en aquellasque presentan tasas bajas. Por otro lado, fue del 23% en Girón y de sólo 3.2% enPiedecuesta. Los homicidios por atracos representaron el 13% en Bucaramanga, casi eltriple del promedio colombiano de 5%, en Floridablanca el 9.5%, en Piedecuesta el6.5% y en Girón el 4.9%. Se confirma de nuevo que el atraco adquiere más relieve enciudades con tasas bajas. En todos los municipios santandereanos presentados enestos párrafos, las riñas superaron el promedio del país de 10.5% en 2005–2006. Fueronmuy elevadas en Bucaramanga con el 48.8% y en Floridablanca con el 43.2%, lasciudades más grandes; igualmente fueron de 67.7% en Piedecuesta y de 32.8% enGirón. Se tiene entonces que cuando la violencia entre individuos registra participacioneselevadas, en general sucede en zonas urbanas con tasas moderadas o bajas, pordebajo del promedio nacional.

Los últimos municipios por considerar son Tunja, Duitama y Sogamoso, deldepartamento de Boyacá, que ostentan tasas muy por debajo del promedio de los53 municipios más grandes y del país. En el período 2005–2006, Tunja arrojó 9hpch, Duitama 7.3 y Sogamoso 4.2. Históricamente, siempre presentaron tasas muybajas, por debajo de los promedios nacional y del grupo de población entre cien ydoscientos mil habitantes. En 2005-2006, las armas de fuego arrojaron porcentajespor debajo del 80.5% del país, pues en Tunja fue del 56.8%, en Sogamoso del 71.4%y en Duitama del 38.9%. En armas blancas, Tunja y Sogamoso estuvieron muy porencima del promedio colombiano de 14.4%, con 30% y 21.4% respectivamente,mientras que en Duitama fue del 33.3%.

En estas ciudades de Boyacá, los homicidios sin información, incluidas las denominadasagresiones, pesaron un 34.8% en Tunja, un 44.4% en Duitama y un 35.7% enSogamoso, en todos los casos por debajo del 44.8% en el país. Sorprende ver que almismo tiempo, el sicariato representó el 17.4% en Tunja, el 11.1% en Duitama y el

Page 144: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

145

21.4% en Sogamoso; no obstante, se debe a que en 2006 el registro cayó a cero entodas pero en 2005 fue de 30.8% en Tunja, en Duitama de 28.6% y en Sogamoso de42.9%, sin embargo en términos absolutos no son muchos, pues en 2005 el total dehomicidios fue de trece en Tunja y de siete en las otras dos.

Algunas conclusiones en torno a las armas y los móviles para el conjunto de los 53municipios -tanto las ciudades con tasas por encima del promedio como aquellasque están por debajo- son pertinentes.

La primera es que los municipios con tasas de homicidio muy elevadas, que duplican omás el promedio nacional, al mismo tiempo presentan un panorama en el que lasarmas de fuego arrojan porcentajes muy por encima del promedio colombiano y encuanto a móviles están asociados con altos niveles de sicariato o en su defecto, cuandoéstos no son registrados correctamente, con elevados niveles de homicidios sininformación o con poca información, S.I. Se debe enfatizar que entre más alta es latasa, mayor es la distancia respecto del promedio en lo que se refiere a los porcentajesde armas de fuego, y la modalidad del sicariato o los homicidios S.I. En este contexto,se destacaron Tumaco, Tulúa, y Buenaventura con tasas muy superiores a los 100hpch y en algunos casos por encima del triple de la tasa del país. Así mismo, sobresalenPereira, Cartago y Dosquebradas, con tasas qu superaron en más del doble el promedionacional. Estos municipios coinciden todos en la medida en que el narcotráfico seconvierte en el impulsor del homicidio, bien sea porque en ellos se presentan disputasentre guerrillas y otras organizaciones irregulares o delincuenciales con ocasión delnegocio ilícito, como en los casos de Tumaco y Buenaventura, o porque hay disputasentre organizaciones de narcotraficantes que toman cuerpo a través de bandas, oficinasde cobro y redes de sicarios, como son los casos de Tulúa, Cartago, Pereira yDosquebradas. En resumen, en todos ellos el narcotráfico es importante, porque sonpuertos de salida, como Tumaco y Buenaventura, hay cultivos, como en Tumaco, oestos municipios sirven como centro de negocios o espacio de seguridad denarcotraficantes, como en Pereira, Dosquebradas, Cartago y Tulúa; todos ellos, dealguna manera, son al mismo tiempo corredores.

Adicionalmente, en la medida en que las tasas van bajando, pero cuando son todavíamuy superiores al promedio nacional, se mantienen las mismas características que en losmunicipios con las tasas más elevadas, en torno a las armas de fuego, el sicariato o en sudefecto los homicidios S.I. Entre las tasas más altas de este grupo, están Buga, Palmira yCali, en los tres casos por influencia del narcotráfico. En éstas, la participación de lasarmas de fuego sigue siendo muy alta, y en estos casos, los homicidios sin información.Cali es la primera de las cinco ciudades más grandes, que tradicionalmente ha mantenidopresencia del narcotráfico y se ha caracterizado por la existencia de oficinas de cobro,bandas, redes de sicarios y disputas entre organizaciones delincuenciales conramificaciones en otros lugares del país. Palmira, vecina de ésta, también ha sidocontagiada por estos fenómenos. Buga, en el norte del Valle, presenta característicasparecidas a las de Cartago, es decir narcotráfico, bandas, sicarios y oficinas de cobro. Eneste grupo, están también Maicao y Ciénaga, donde se registran niveles muy elevadosde armas de fuego y de homicidios sin información o asociados a sicariato. Son municipiosdonde hay incidencia de grupos irregulares y expresiones de la delincuencia organizada.Adicionalmente, están Barrancabermeja y Cúcuta, que presentan altos niveles de armasde fuego y participaciones muy elevadas en sicariato. Estos municipios presentan unas uotras características, es decir narcotráfico en alguna de sus facetas, o tradición deagrupaciones irregulares y expresiones de la delincuencia organizada.

Page 145: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

146

Por otra parte, en la medida en que las tasas tienden a bajar y a acercarse al promedionacional, se producen cada vez más variaciones respecto de armas y móviles. Florenciaes la primera ciudad en cuyo incremento de las tasas en 2005-2006, pesó mucho laconfrontación armada, en particular por muertes en combates que tuvieron lugar enzona rural como consecuencia de enfrentamientos de la Fuerza Pública con las Farc,pero donde al mismo tiempo existen expresiones del narcotráfico y de delincuenciaorganizada. En otros municipios como Turbo, Ocaña, Manizales, Popayán yVillavicencio, donde no obstante que sus tasas son elevadas, se acercan más que lasanteriores al promedio nacional y donde, salvo excepciones, como en el caso dePopayán, se mantienen las características descritas, aunque los contrastes no sontan marcados; en Popayán, por ejemplo, las riñas tienen una alta participación, uncaso que es más la excepción que la regla. Está también Soacha, que tradicionalmentese ubicaba por debajo del promedio nacional, pero que en la medida en que el conjuntodel país bajó, ingresó a los municipios críticos, situación que no se puede separar dela incidencia de las autodefensas en lo urbano.

El análisis de los 53 municipios más grandes y entre éstos de los 20 que superaron elpromedio del país en 2005-2006, enseña que los factores que empujan los homicidioshacia arriba están más relacionados con organizaciones armadas, sean irregulares odelincuenciales, y que generalmente el narcotráfico está en el trasfondo de esteincremento. Se descarta que los homicidios se aumenten significativamente y más aúnque se mantengan con niveles elevados en el tiempo por factores asociados a problemasentre individuos o por el accionar de pequeñas organizaciones delincuenciales. Deesta manera, las armas blancas, así como los homicidios por riñas tienden a destacarsemás en términos porcentuales en los municipios con tasas por debajo del promedionacional y en lo esencial quedan opacados en aquellos donde los niveles de homicidiosen general son muy altos. Tienen participaciones altas en armas blancas municipioscomo Zipaquirá, Piedecuesta, Duitama, Bucaramanga, Sahagún, Tunja y Pasto, todoscon tasas por debajo del promedio nacional. En riñas, se destacan Piedecuesta,Bucaramanga, Floridablanca, Girón, Bogotá, Duitama, Neiva, Girardot, Tunja ySogamoso, todos también con tasas por debajo del promedio colombiano; el caso dePopayán es el único en el que las riñas pesan de manera notoria y cuya tasa está porencima de la del país, pero muy cercana a ella. Los atracos, a su turno, afectan mása los municipios con tasas bajas, en los que Bogotá y Barranquilla son dos ejemplos.

La categoría de sicariato es la categoría más afectada por el subregistro de los móviles,es decir por los homicidios S.I., circunstancia que dificulta su análisis, especialmente enciudades con tasas muy elevadas. Es interesante anotar al respecto que muchosmunicipios muy críticos por los niveles elevados a que llegan sus tasas no los reportan,como son los casos de Pereira, Dosquebradas, y Ciénaga, donde no hay informaciónal respecto, o en Cali y Buenaventura, donde los porcentajes atribuidos a estamodalidad son muy bajos, o en Tulúa y Cartago, donde no superan el 20% del totalde homicidios. Trabajo de campo, artículos de prensa y otras bases de datos permitensostener que en estos municipios la modalidad del sicariato es muy frecuente, de loque se deduce que no son registrados correctamente. Se debe señalar que estosmunicipios advierten al mismo tiempo niveles de los homicidios S.I muy elevados:oscilan entre el 70% y el 80% en Pereira, Dosquebradas, Cartago, Buenaventura,Tulúa, Cali, Buga, Palmira y Ciénaga, para sólo citar unos ejemplos.

Por otra parte, no obstante que el subregistro sigue siendo muy elevado, se hapresentado en los últimos años un enorme progreso. Son reconocidos altos niveles

Page 146: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

147

de sicariato en municipios que al mismo tiempo registran tasas por encima delpromedio en 2005–2006, en Cúcuta con el 82%, Barrancabermeja con el 75.3%,Maicao con el 63.6%, Ocaña con el 57.3%, Villavicencio con el 53.3% y Turbo con el40.4%. En 2006, el registro de esta categoría sufrió un retroceso en algunas ciudades,por lo que conviene destacar los porcentajes de 2005 que son más relevantes. Sedestacan Barrancabermeja con el 82%, Ciénaga con el 80.7%, Palmira con el 81.4%,Cúcuta con el 76.6%, Valledupar con el 70.6% y Ocaña con el 57.4%. Por otro lado,están Maicao con el 55.7%, Turbo con el 47.4% y Villavicencio con el 43.7%.

En torno al tema del sicariato, se debe resaltar que si bien adquiere relieve en losmunicipios con tasas de homicidio muy altas, independientemente de que hayansido registrados o no por la Policía, así mismo está presente en los municipios, cuyastasas son bajas y muy bajas, principalmente en contextos urbanos. Municipios de laCosta Caribe como Lorica, Malambo, Soledad, Sincelejo, Montería, Barranquilla yCartagena ostentan tasas bajas, por debajo del promedio nacional, pero niveles desicariato muy elevados, entre el 42% y el 83% en 2005. Unos son ejemplos de casosdonde la violencia organizada tiene peso, pero donde tiene consolidada su influencia,como en Sincelejo, Montería y Lorica, por lo que sus tasas son muy bajas. En otrosmunicipios como Barranquilla, Malambo y Soledad, en los últimos años hubo influenciade las autodefensas, y después de su desmovilización, han aparecido expresionesarmadas con un modus operandi parecido. En Cartagena, hay expresiones organizadasde violencia en determinados nichos, no obstante que sus índices bajaron en los tresúltimos años. En otras ciudades como Envigado e Itagüí, que en el pasado estuvieroncaracterizadas por la presencia del narcotráfico, las oficinas de cobro, las bandas y laexistencia de redes de sicarios, así como de autodefensas, muestran que a pesar de ladisminución de sus tasas, las organizaciones, bien sean delincuenciales o irregulares,son las que siguen poniendo la pauta en los homicidios. Ni que decir de Medellín,donde no obstante su descenso en el conjunto de los homicidios, muestra unaparticipación del sicariato del 31.7% en 2005 y del 25.4% en el promedio 2005-2006, al tiempo que los homicidios S.I. fueron de 52.6% en los dos últimos años.Aparte de esto, sorprende ver municipios con tasas muy bajas con participacionesimportantes del sicariato en 2005-2006; algunos ejemplos son Armenia con 55.6%de los homicidios por sicariato, Floridablanca con el 36.5%, Pasto con 23.2%,Bucaramanga con 24.2%. Adicionalmente, en 2005, el sicariato en Tunja fue del30.8%, en Duitama del 28.6% y en Sogamoso del 42.9%, donde las tasas se ubicaronmuy por debajo del promedio nacional. Indudablemente, es una modalidad que hapenetrado con fuerza en los principales escenarios urbanos e incide tanto en losmunicipios con tasas muy elevadas, donde el subregistro de esta modalidad esimportante, como en municipios con tasas moderadas o bajas.

En cuanto a los homicidios que la Policía asocia a la confrontación armada, son pocorelevantes en los 53 municipios más grandes, porque como se ha mostrado, con estacategoría la Policía se refiere en lo esencial a hechos sucedidos en el sector rural. Deacuerdo con información de 2005, año en el que los registros son más confiables, pueslos niveles sin información fueron los más bajos, dos tercios ocurrieron en zona rural yel restante en lo urbano, proporciones que adquieren relieve en un contexto donde deltotal de homicidios nueve de cada diez ocurren en el contexto urbano. Esta categoríafue alta en tres municipios con tasas por encima del promedio nacional y en otros trespor debajo. Entre los primeros, se destaca Florencia, pues representaron el 41.4% delos homicidios, explicable por muertes en combate de las guerrillas en zonas rurales.En Apartadó, representó el 32% y en Maicao el 14.4%. Por otro lado, los tres municipios

Page 147: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

148

con una alta participación de los homicidios asociados a la confrontación, cuyas tasasestán por debajo del promedio son Facatativá con el 20%, Ibagué con el 17.4% y Tunjacon el 15.4%. En el primero y en el tercero no son muy relevantes, pues en términosabsolutos el total de homicidios fue de diez y trece respectivamente. En Ibagué, por elcontrario, el total de homicidios fue de 115 y 20 de ellos fueron asociados a laconfrontación: 12 por ataques de las Farc, 7 por muertes en combate porenfrentamientos con la Fuerza Pública y 1 más por terrorismo.

Finalmente, se puede concluir que las riñas y los atracos definitivamente no explicanlos altos índices de homicidios, pero son las categorías que mejor expresan el accionarde los individuos y las pequeñas organizaciones delincuenciales. En cuanto a las riñas,pierden participación cuando las tasas son altas y adquieren relieve cuando las tasasson bajas; sólo Popayán y Manizales arrojaron porcentajes por encima del promedionacional en riñas entre los veinte municipios con tasas por encima del promediocolombiano. Por el contrario, las riñas se destacan en aquellos con tasas por debajo delpromedio colombiano. En su orden, de mayor a menor, en 2005 están Floridablanca,Bucaramanga, Duitama, Sogamoso, Piedecuesta, Girardot, Bogotá, Neiva, Cartagena,Armenia, Barranquilla, Girón, Ibagué, Soledad y Pasto. Desde otra perspectiva, nuevemunicipios concentran el 79% de los homicidios derivados de riñas: Bogotá el 38.7%,Cali el 11.2%, Medellín el 7.4%, Barranquilla el 5.5%, Bucaramanga el 5%, Cartagenael 4.1%, Pereira el 3.1%, Popayán el 2.6% y Armenia el 1.8%. Se concentran de estamanera en los municipios más grandes y principalmente en aquellos que al mismotiempo mostraron bajas tasas de homicidio; sólo Cali y Pereira son las excepciones,pues en éstos las tasas fueron elevadas.

3.2 Municipios de menos de cien mil habitantes

En este aparte, se enfoca el análisis de los 351 municipios intermedios, entre veinte ycien mil habitantes, y los 717 municipios más pequeños, de menos de veinte mil habitantes.Para presentar la naturaleza de estos municipios y en particular su composicióndemográfica y su distribución rural y urbana, partimos cada grupo en tres tamaños depoblación, lo que arroja a su turno seis grupos. Los municipios intermedios fueron divididosen los grupos cuatro, cinco y seis, tal como aparecen en el cuadro, respectivamenteaquellos entre cincuenta y cien mil, entre treinta y cincuenta mil y entre veinte y treintamil habitantes. Por otro lado, los municipios pequeños fueron divididos en el gruposiete, conformado por municipios con una población entre diez y veinte mil habitantes,el grupo ocho, entre cinco y diez mil habitantes y el grupo nueve, de menos de cinco milhabitantes. En un aparte anterior, habíamos mostrado que los municipios intermedios,con 13.535.098 habitantes representan para 2006 el 28.9% de la población del país ylos pequeños, con 6.911.732, el 14.8%; en su conjunto acumulan el 43.7% de la poblacióndel país; a su turno representan el 95.3% de los municipios colombianos.

Se observa en el cuadro No. 43 que el grupo de los 351 municipios intermediosencierran el 48.9% de la población en las zonas rurales y el 51.1% en las cabeceras,lo que se da ante todo por efecto del grupo cuatro, el más grande del grupoconsiderado, entre cincuenta y cien mil habitantes, pues encierra el 63.9% de supoblación en las cabeceras y el 36.1% en las zonas rurales. Por el contrario, el grupocinco tiene el 55.1% de su población en zonas rurales y el 44.9% restante en lascabeceras. La concentración rural es aún más evidente en el grupo seis, pues albergael 59.3% de la población en el campo, mientras que las cabeceras concentran el

Page 148: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

149

40.7%. Desde otra perspectiva, tenemos que el 28.8% de la población rural de esteconjunto está en el grupo cuatro, el 36.9% en el grupo cinco y el 34.2% en el gruposeis. Por otro lado, en el grupo cuatro se concentra el 48.8% de la población urbanade este conjunto, en el grupo cinco el 28.8% y en el grupo seis el 22.5%.

Cuadro No. 43Municipios intermedios distribuidos en los grupos cuatro, cinco y seis

de acuerdo con su tamaño de población en 2006: número de municipios, población ruraly urbana, población total y respectivas participaciones porcentuales

Proyecciones de población del DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Si los municipios intermedios son en su mayoría más rurales que urbanos y en suconjunto tienen casi la mitad de la población en el campo, este comportamiento esaún más marcado en los municipios pequeños. En su conjunto, los 717 municipiosmás pequeños tienen el 65.4% de su población en las zonas rurales y el 34.6% en lascabeceras. Esta distribución se acentúa en la medida en que el tamaño de la poblaciónde los municipios se reduce. En el grupo siete, la población rural representa el 63,5%,en el grupo ocho el 67.8% y en el nueve el 75.3%. De otro lado, el 64.5% de lapoblación rural de los municipios pequeños se concentra en el grupo siete, entrediez y veinte mil habitantes, el 28.1% en el grupo ocho, entre cinco y diez mil habitantesy el 7,3% en el grupo nueve, de menos de diez mil habitantes. En lo que respecta ala población de las cabeceras, el 70.2% está en el grupo siete, el 25.3% en el ocho ysolamente el 4,5% en el grupo nueve.

Cuadro No. 44Municipios pequeños distribuidos en los grupos siete, ocho y nueve de acuerdo con su tamaño

de población en 2006: número de municipios, población rural y urbana, población totaly respectivas participaciones porcentuales

Proyecciones de población del Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

Page 149: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

150

El siguiente gráfico cruza los homicidios de los 351 municipios intermedios en términosabsolutos con su respectiva tasa entre 1995 y 2006.

Gráfico No. 9Municipios intermedios: Homicidios entre 1990 y 2006 y tasas de homicidio entre 1995 y 2006

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En términos absolutos, el primer pico de homicidios en los municipios intermediosfue en 1991, con 8.874, el segundo fue en 2001 con 8.803 y el tercero en 2002 con8.872. En términos de tasas, el nivel más alto debe haberse presentado en 1991, loque se deduce de que en esos años la población era menor que la que registró aprincipios de los años 2000, cuando los homicidios en términos absolutos fueronaproximadamente los mismos. En el período más reciente, su pico fue 2001, cuandoregistró 70 hpch, y en 2002 pasó a 69.4, no obstante que en ese año se registraronmás homicidios en términos absolutos. Es de señalar que este grupo registró undescenso importante entre 1992 y 1999, a pesar de algunas oscilaciones hacia arribaentre 1995 y 1997, así como a partir de 2003, llegando al nivel más bajo de la serieen 2006, tanto en tasa como en términos absolutos. El ascenso más fuerte es el quese registra entre 1999 y 2001, y en 2002 los homicidios y la tasa se mantienen en unnivel muy alto. Este ascenso corresponde en lo esencial a actuaciones de agrupacionesde autodefensas que incursionaron en estos municipios; obviamente, inciden otrosfactores, sin embargo el peso de las autodefensas es considerable.

Discriminemos los homicidios de estos municipios de acuerdo con su tamaño. Es asícomo entre más grande, más homicidios se registraron. Los dos grupos más grandesdibujan a grandes rasgos el mismo comportamiento, pues en ambos el primer picofue en 1991 y el segundo en 2001, tal como se aprecia en el gráfico No. 9. Ladiferencia más protuberante radica en que mientras en el grupo cinco, el descensose pronuncia desde 2002, en el grupo cuatro es un año después, a partir de 2003.Por el contrario, el grupo seis se mantiene más o menos constante entre 1990 y1998 y a partir de 1999 emprende un ascenso sostenido hasta 2002. A partir de

Page 150: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

151

2003, como ocurre a nivel nacional, los homicidios descienden hasta llegar en 2006,en el nivel más bajo de toda la serie. Es de señalar que los tres grupos coinciden conun ascenso entre 1999 y 2002, salvo el grupo cinco que empieza a bajar desde2001, incremento que coincide con una ofensiva de los grupos de autodefensa enestos municipios. Así mismo, los tres grupos descienden a partir de 2003, coincidiendocon la puesta en marcha de la Política de Defensa y Seguridad Democrática y elcomienzo de las desmovilizaciones de las autodefensas (Gráfico No. 10).

Gráfico No. 10Municipios intermedios desagregados en los grupos cuatro, cinco y seis:

evolución de los homicidios en términos absolutos entre 1990 y 2006

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

El comportamiento cambia cuando el análisis se hace a partir de las tasas por cadacien mil habitantes. Es así como entre 1995 y 1999, el más afectado en términosrelativos es el grupo cinco, aunque casi se confunde con el grupo cuatro. Entre 2000y 2001, el grupo cuatro se adelanta, pero el cinco se ubica muy cerca. A partir de2002, los dos grupos descienden, pero el segundo grupo lo hace a un ritmo mayor,sobre todo en el primer año. En lo que respecta al grupo seis, presenta un incrementosostenido entre 1998 y 2002, cuando se iguala con el grupo cinco, y desde eseentonces su tasa disminuye hasta llegar a su nivel más bajo en 2006. Las respectivascifras se observan en la parte baja del gráfico No. 11.

El cuadro No. 45 y los gráficos No.10 y 11 nos sirven para hacer precisiones sobre laevolución de las tasas y su persistencia. En su conjunto, los tres tamaños en que sedividieron los 351 municipios intermedios arrojan algo más de cuatro de cada diezmunicipios como muy críticos y críticos y algo menos de seis que son medianamentecríticos o no críticos (sumar proporciones de las columnas seis, siete, ocho y nueve enla última fila). No obstante, cuando se discriminan los tamaños, proporcionalmente losmás afectados son los del grupo cuatro, entre cincuenta y cien mil habitantes, es decirlos que tienen la mayor parte de su población en las cabeceras. En efecto, en estegrupo cuatro, de cada diez municipios cinco son críticos o muy críticos y la otra mitad

Page 151: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

152

La distribución geográfica de estos municipios intermedios fue representada en el mapaNo. 8 (ver capítulo I). Los críticos y los muy críticos corresponden en lo fundamental atres zonas. La primera, la del suroccidente, principalmente los departamentos de Valle,el Viejo Caldas y Antioquia. La segunda está conformada ante todo por municipiosasociados al piedemonte de la Cordillera Oriental en los departamentos de Putumayo,Caquetá, Meta, Casanare y Arauca, a los cuales se suman algunos municipios deGuaviare. La tercera zona corresponde a una cadena de municipios que se forma apartir de la confluencia entre Santander y Norte de Santander, sigue por Cesar y LaGuajira. Aparte de estas regiones, aparecen algunos en Huila, Cauca y la región de losMontes de María.

Por el contrario, los menos críticos (no críticos y medianamente críticos), se ubicanen la Cordillera Central en Cauca y Nariño, en la Cordillera Oriental, principalmente

no. Por el contrario, en el grupo cinco, sólo son críticos o muy críticos el 40.7% y en elgrupo seis el 38%, es decir entre más pequeños son los municipios y entre mayor es laparticipación de la población rural, se reduce el porcentaje de los municipios críticos.

Obviamente, los cálculos cambian, cuando se presentan en términos absolutos. Elgrupo cuatro tiene 25 municipios muy críticos y 14 críticos, el grupo cinco tienerespectivamente 29 y 19 y el seis 27 y 32; esto se explica porque en la medida enque bajan los tamaños de población, el número de municipios consideradosaumentan. Sumando los medianamente críticos y los no críticos, hay 39 en el grupocuatro, 70 en el grupo cinco y 96 en el grupo seis. Las respectivas proporciones seaprecian en las cuatro últimas columnas, cuya lectura se debe hacer en sentidovertical, es decir de arriba hacia abajo. Entre los muy críticos, se destaca el grupocinco, pues ahí están el 35.8% de los municipios que cumplen esta condición en elconjunto de los intermedios, y en los críticos, se destacan los del grupo seis, puesahí está el 49.2%; los menos críticos predominan en el grupo seis.

Gráfico No. 11Municipios intermedios desagregados en los grupos cuatro, cinco y seis:

evolución de sus tasas de homicidios entre 1995 y 2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 152: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

153

Cuadro No. 45Municipios intermedios desagregados en los grupos cuatro, cinco y seis:

Municipios críticos según número de años en que sus tasas se sitúan por encimao por debajo del promedio nacional entre 1995 y 2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

58 Es importante anotar que el sur de Bolívar tiene un subregistro muy grande. En consecuencia se debió marcar en el mapa colores más intensos, es decir que sus tasas enla realidad estuvieron por encima de los registros que se poseen. Esto es más nítido entre 1998 y 2002, años que corresponden a la incursión de grupos de autodefensa.

en Cundinamarca y Santander, y en la Costa Caribe, en los departamentos de Córdoba,Sucre, Bolívar58, Atlántico y Magdalena.

Los niveles críticos se definieron para la serie considerada de acuerdo con el númerode años en que persistieron las tasas de homicidio por encima o por debajo delpromedio nacional. Sin embargo, para tener una noción de los desplazamientos delos niveles de las tasas en el tiempo, es importante remitirse a los mapas No. 18 y 19(ver capítulo II), donde se representan respectivamente los municipios intermediospara 2002 y para el promedio 2003-2006, de acuerdo con sus tasas de homicidioen tres niveles. En este caso, se definieron como muy altos los municipios quesuperaron en el doble la tasa nacional de 2002, altos aquellos que superaron latasa nacional de 2002 pero que no la doblaron y bajos los que se situaron pordebajo de la tasa del país en 2002. (Se utilizó el mismo criterio para 2002 y para2003-2006, para observar mejor los cambios).

Los desplazamientos son interesantes. Cuando se compara 2002 con el promedio2003-2006, se aprecia una notable disminución en el departamento de Antioquia,donde los municipios que superaban la tasa de 2002 pasan a estar por debajo, estoes especialmente nítido en el sur del departamento, y particularmente en el entornode Medellín. Lo anterior permite afirmar que los homicidios que fueron muy elevadoshistóricamente en esta zona, se reducen a partir de 2003, no sólo en Medellín y lazona metropolitana, sino también en su entorno.

Igualmente se aprecian cambios importantes en el departamento del Valle. Por unlado, desaparecen los municipios muy altos en el sur del departamento, pero por otrolado municipios bajos en 2002 pasaron a ser altos o muy altos entre 2003 y 2006,principalmente en el centro y sobre todo en el norte del departamento. En el ViejoCaldas, los municipios muy altos pasaron a ser altos, es decir que las tasas se mantienenelevadas, pero no tanto como en el pasado.

En el piedemonte de la Cordillera Oriental, por otro lado, bajan los municipios muyaltos, es decir que tenían tasas muy elevadas en 2002, pero en esencia se mantienen

Page 153: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

154

altos, es decir con tasas por encima del promedio de 2002 en el período 2003-2006;los municipios muy altos que se transformaron en altos se aprecian sobre todo enCaquetá y en menor medida en Meta y Casanare, pero en el tramo 2003-2006,todos estos departamentos, desde Putumayo hasta Arauca, mantienen muchosmunicipios altos y algunos muy altos.

En la cadena de municipios desde los Santanderes hasta La Guajira, pasando porCesar, hubo una reducción notable de municipios muy altos. Desaparecieron losdos que había en Santander, en Norte de Santander sólo quedó uno de cuatro quehabía; desaparecieron los cuatro que se registraron en Cesar, y uno que había enLa Guajira. En su conjunto se debe señalar que mientras los muy altos de Santandery Norte de Santander bajaron a altos, en el caso del Cesar pasaron a ser bajos, esdecir que en 2003-2006, sus tasas se ubicaron por debajo del promedio nacionalde 2002.

En consecuencia las zonas que registraron niveles bajos se ampliaron notablemente.La Costa Caribe, sumada Cesar y Antioquia, dibuja una zona más amplia que antes.

Hagamos ahora el mismo ejercicio para los 717 municipios más pequeños. Sus picosfueron en 1992, con 4.033 homicidios, en 1997 con 3.956 y en 2002 con 4.072. Noobstante que en 2002 hubo más homicidios en términos absolutos, en términos detasas, el año más elevado fue en 1992, que no se registra en el gráfico lo que sededuce del hecho de que en ese año había menos población y los homicidios presentaronprácticamente el mismo nivel que 1997 y 2002, de alrededor de 4.000. Recientemente,la tasa más elevada fue la de 1997, con 62.8 hpch, y de 2002 con 60.5 hpch. En líneasgenerales, se puede sostener que entre 1990 y 2002, los homicidios oscilaron entre3.292 homicidios y 4.072, sin que se cambiara bruscamente de nivel, pero a partir delos últimos cuatro años, el comportamiento baja en forma sostenida, llegando a unpromedio de 2.500 en 2005 y 2006 (ver gráfico No. 11a). Indudablemente, losdescensos están asociados a la Política de Defensa y Seguridad Democrática, no sólopor el incremento de la presencia de la Fuerza Pública sobre el territorio, sino tambiéncomo efecto del proceso de paz entre el Gobierno y las autodefensas. Es importantedestacar que el descenso se produce antes de las desmovilizaciones, pero no se puededescartar que la disminución sea consecuencia de una decisión de las autodefensas enla ambientación del proceso de paz. Adicionalmente, es posible pensar que se producenen la medida en que las autodefensas se consolidaron y cada vez fue menos necesariocometer homicidios.

Analicemos los homicidios por subgrupos. El gráfico No.12 muestra que el peso delos homicidios en términos absolutos lo tiene el grupo siete, entre diez y veinte milhabitantes, y que los grupos ocho y nueve juntos quedan muy por debajo delprimero. De hecho, el comportamiento de la curva del grupo siete dibuja el mismode la curva de los tres, pues sus picos fueron respectivamente en 1992, 1997 y2002. Los cambios en los grupos ocho y nueve son menos perceptibles en estenivel de análisis. Es bueno indicar que loGrçafico 11As picos del ocho no coincidencon el del conjunto de los 717 municipios, pues fueron en 1993, 1997 y 2000, conaproximadamente 1.100 homicidios; no obstante, al igual que el conjunto, hay undescenso a partir de 2003, hasta llegar a algo más de 500 en 2005 y 2006. Lospicos del grupo nueve fueron en 1991, 1999 y 2003, siendo el más alto el primero,cuando llegó a 319; en 2006, se presenta el punto más bajo con 127, casi un terciodel nivel más alto.

Page 154: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

155

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa presidencial de Derechos Humanos y DIH, Vicepresidencia de la República

Gráfico No. 12Municipios pequeños desagregados en los grupos siete, ocho y nueve:evolución de los homicidios en términos absolutos entre 1990 y 2006

Gráfico No. 11aMunicipios pequeños: homicidios entre 1990 y 2006 y tasas de homicidio entre 1995 y 2006

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Los cambios se pueden apreciar mejor haciendo el análisis a partir de las tasas. Seevidencian comportamientos disímiles hasta 2003, pues mientras un grupo sube losotros bajan; sólo coinciden a partir de 2004, cuando todos disminuyen. Los grupossiete y ocho, es decir los de tamaños más grandes, pesan de manera significativaentre 1995 y 2001; en líneas generales, es más afectado el siete, pues casi siempreestá por encima del ocho, con excepción del año 2000, y desde 2003 los dos dibujanuna trayectoria muy parecida, obviamente hacia abajo. El grupo nueve sube entre

Page 155: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

156

Fuente: Policía NacionalCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, Vicepresidencia de la República

Gráfico No. 13Municipios pequeños desagregados en los grupos siete, ocho y nueve:

evolución de sus tasas de homicidio entre 1995 y 2006

Cuadro No. 46Municipios pequeños desagregados en los grupos siete, ocho y nueve:

Municipios críticos según número de años en que sus tasas se sitúan por encimao por debajo del promedio nacional entre 1995 y 2006

1995 y 1999, y entre 2000 y 2003; este último ascenso es pronunciado, al igual quesu descenso posterior hasta 2005 y en 2006 la curva se aplana, al igual que en losotros dos grupos (Gráfico No. 13).

El siguiente cuadro nos sirve para identificar el número de municipios afectadossegún tamaños de población por la persistencia en los diferentes niveles de homicidio.En particular, nos ayuda a determinar conjuntos de municipios muy críticos porqueentre diez y doce oportunidades registraron niveles por encima del promedio nacional,críticos porque lo hicieron entre seis y ocho oportunidades, medianamente críticos,porque esto ocurrió entre tres y cinco veces y no críticos cuando sucedió menos dedos veces.

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 156: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

157

Apreciando el conjunto de los 717 municipios y excluyendo de las cuentas los 39sobre los cuales no se tiene información, el 28.5% fueron municipios muy críticos ocríticos y el 71.5% no lo fueron (medianamente o no). Algo menos de uno de cadatres fueron entonces críticos, porcentaje inferior al de los municipios grandes eintermedios, que arrojaron una proporción cercana al 40%.

Ahora bien, examinando los grupos siete, ocho y nueve, se tiene que entre más grandees el tamaño de la población, el porcentaje de los muy críticos y críticos crece. El 32.5%de los municipios del grupo siete lo fueron, el 27.2% del grupo ocho y el 19.3% delgrupo nueve. Se tiene entonces que los 717 municipios denominados pequeños son losmenos críticos, situación que se acentúa en la medida en que disminuye el tamaño de lapoblación.

De lejos el grupo siete, de entre diez y veinte mil habitantes, concentra el mayornúmero de municipios muy críticos, como se observa en el cuadro No.46. En efecto,registró 61 municipios muy críticos (columna uno) que equivalen al 67.8% (columnaonce) de los que tienen esta condición. Después, sigue el grupo ocho, con municipiosentre cinco y diez mil habitantes, que aportó 23 municipios que cumplen estacondición, que equivalen al 25.6%. Finalmente, el grupo nueve, conformado pormunicipios de menos de cinco mil habitantes, con sólo seis municipios, representael 6.7%.

En lo que respecta a los municipios críticos, los grupos siete y ocho concentraronrespectivamente el 41.7% y el 44.7%, mientras que el nueve el 13.6%. Finalmente,se debe señalar que los grupos siete y ocho, es decir los más grandes entre el grupode los más pequeños, también acaparan el mayor número de municipiosmedianamente críticos y no críticos.

Repasemos brevemente la distribución geográfica de estos 717 municipios,discriminando la persistencia de acuerdo con el número de veces en que superarono estuvieron por debajo de la tasa nacional. Estos municipios se aprecianespacialmente en los mapas No. 20 y 21 que fueron presentados en el primercapítulo. Los muy críticos y los críticos se concentran en la zona suroccidental,particularmente en el centro y el norte del Valle, en los departamentos del EjeCafetero y en Antioquia. Hay que agregarle algunos municipios del norte de Nariñoy del sur del Cauca, en la región del Patía; algunos del norte del Tolima, que sesitúan sobre la vertiente derecha de la Cordillera Central y marcan una continuidadrespecto del Eje Cafetero.

Igualmente, es crítica la cadena de municipios que se forma en el piedemonte de laCordillera Oriental, particularmente en el suroccidente de Caquetá, el noroccidentede Meta y el occidente de Casanare, así como algunos municipios en Norte deSantander, en Cesar, La Guajira y en la región de los Montes de María en eldepartamento de Sucre.

En contraste, una mancha muy significativa de municipios no críticos se forma en laCordillera Oriental en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Santander,que se prolonga hasta Norte de Santander, pero ahí se vuelven medianamente críticos.Es importante destacar que esta mancha sobresale en la medida en que ahí seconcentran muchos municipios pequeños, es decir de menos de veinte mil habitantes,

Page 157: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

158

con una alta participación del campesinado, por lo que la mayor parte de la poblaciónvive en zonas rurales. Por otra parte, aparecen algunos municipios en losdepartamentos de Nariño y Cauca, sobre la Cordillera Central, en buena parte en elMacizo colombiano.

Hay también un número considerable de municipios no críticos o medianamentecríticos en la Costa Caribe, en los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlánticoy Magdalena. Lo que ocurre es que la extensión de estos municipios es mayor a losde la Cordillera Oriental, en Cundinamarca, Boyacá y Santander, por lo que se apreciamenos la concentración. Es importante anotar que algunos de éstos están sobre laribera del río Magdalena, en límites entre Bolívar y Magdalena, así como en Atlántico.Los municipios menos críticos están igualmente en la Costa Pacífica, en losdepartamentos de Nariño y Chocó principalmente, así como en la Orinoquía y laAmazonía, en el extremo oriental del país, donde la extensión de los mismos esapreciable.

El ejercicio anterior es interesante porque sitúa niveles de persistencia de los nivelesde homicidios para una serie de doce años. No obstante, no permite observar loscambios en el tiempo. A continuación, observamos estos municipios comparando latasa promedio de 2002, año pico en los homicidios de los 717 municipios máspequeños, así como en el país, con el promedio 2003-2006. En este caso, losmunicipios se denominan como muy altos, cuando superan en más del doble latasa promedio nacional de 2002, altos cuando la superan pero no llegan al doble ybajos cuando están por debajo.

Comparando el año 2002 con el promedio 2003-2006, se aprecian varios cambios. Unomuy interesante es el que registra el departamento de Antioquia, principalmente en elsur del departamento y particularmente en el entorno de Medellín. Los municipios pasande niveles muy altos y altos a niveles bajos. Como se mencionaba líneas atrás, lo interesanteno es solamente que Medellín y los municipios de la zona metropolitana vieron su nivelmermarse, sino que lo hicieron también los municipios de su entorno, lo que se apreciaen los mapas No. 20 y 21 (ver capítulo II), que también sirven para apreciar los cambiosen las otras regiones que exponemos a continuación.

Otro caso interesante es el de Cundinamarca. En 2002, se aprecia una herradurade municipios que parte desde el oriente del departamento, sigue por el norte,baja por el occidente y llega al suroccidente; corresponde en líneas generales a laincursión del bloque Centauros de las AUC, que tuvo una expresión muy importanteen 2002. Pues bien, en el promedio de 2003-2006, esta herradura de municipioscon niveles muy altos y altos desaparece y en su mayoría se transforman enmunicipios con niveles bajos; se mantienen solamente algunos municipios altos,que en 2002 habían sido muy altos. No se puede dejar de asociar este cambio aldesarrollo de la operación Libertad Uno, así como a la incursión de las autodefensasantes mencionada.

Lo anterior también se observa en la confluencia entre Santander y Norte de Santander.En efecto, la zona aparece muy afectada por municipios muy altos y altos en 2002,es decir con tasas por encima del promedio nacional, mientras que en el promediode 2003-2006 los niveles bajan, pues se dejan de registrar puntos rojos, setransforman en amarillos, y éstos a su turno se transforman en grises, es decir quelos muy altos se volvieron altos, y los que eran altos pasaron a ser bajos.

Page 158: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

159

3.2.1 Período 2003-2006: Tasas, distribución rural y urbana, armas y móviles

En este aparte, estudiaremos con mayor profundidad el período 2003-2006. El númerode municipios a considerar es muy amplio; por ello, procederemos a analizarlos portamaños de población. No obstante, para comenzar, consideramos los 351 municipiosintermedios y los 717 pequeños en su conjunto y comparamos las tasas rurales y urbanaspara el promedio 2003-2006. Después, para cada uno de los tamaños de población,analizaremos las relaciones entre tasas por encima y por debajo del promedio nacionaly sus relaciones con el comportamiento de las armas y los móviles.

3.2.2 Tasas rurales y urbanas por tamaños de población

El gráfico No. 14 representa las tasas de homicidio para el promedio 2003-2006según los nueve tamaños de población considerados en este estudio. En color azul,se representan los tres tamaños de población asociados a los que denominamosmunicipios grandes, de más de cien mil habitantes. En color rojo, los municipiosintermedios, entre veinte y cien mil habitantes y en color fucsia, los tres tamañosasociados a los municipios pequeños, de menos de veinte mil habitantes. Si bien eneste aparte sólo estudiamos los intermedios y los pequeños, en los siguientes tresgráficos, los presentamos todos para poder contrastarlos.

Se observa que los más afectados son los municipios intermedios y entre éstos elgrupo cuatro, pues registró la tasa más alta, de 52.3 hpch. Los grupos dos, tres,cinco, seis y siete registran niveles similares, entre 44.3 y 46 hpch, y la diferenciaentre el mayor y el menor valor que registran no es superior a dos puntos. Elgrupo nueve, el de los de menos de cinco mil habitantes, les sigue a los anteriorescon 41.8 hpch. El grupo ocho, entre cinco y diez mil habitantes, y el uno, de másde un millón, registran una tasa de 37.3 y 37.2 hpch y son los menos afectados entérminos relativos.

Gráfico No. 14Tasas para el conjunto de los municipios para el promedio 2003-2006 según tamaños de población

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 159: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

160

Examinado ahora las tasas rurales y urbanas, se tiene que en todos los casos lasprimeras superan a las segundas, salvo en los municipios del grupo uno, de másde un millón de habitantes, donde la tasa de las cabeceras es la que registra el nivelmás alto; lo anterior se aprecia en el gráfico No. 15. La tasa rural más elevada es ladel grupo dos, entre doscientos mil y un millón de habitantes, pues registró 77.2hpch, un nivel sin duda muy elevado. Sigue la del grupo cuatro, conformado pormunicipios entre cincuenta y cien mil habitantes, pues alcanzó 65.5 hpch. Los grupostres, cinco, seis y siete, están por encima de los 50, pero por debajo de los 60hpch. Las tasas rurales de los municipios ocho y nueve, los más pequeños, estánapenas por encima de los 42 hpch. Finalmente, la tasa del grupo uno, de más deun millón, registró 31.3 hpch.

Gráfico No. 15Tasas rurales y urbanas para el promedio 2003-2006

en el conjunto de los municipios según tamaños de población

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En lo que respecta lo urbano, las tasas son más moderadas y la más alta es la delgrupo cuatro con 44.2 hpch. También por encima de 40 hpch están los grupos dos,tres, cinco y nueve. Los municipios de más de un millón, el grupo uno, registró 37.3hpch. El grupo seis sigue después y arrojó 35.4 hpch. Las más bajas son las de losgrupos siete y ocho con 32.3 y 28.4 hpch, respectivamente.

Las tasas rurales y urbanas tienen que leerse de acuerdo con el peso respectivo dela población rural y urbana respecto del total, aspecto que hemos presentado conanterioridad. En esencia, si el peso de la población rural es muy bajo, y su tasa muyalta, su incidencia en la tasa del conjunto no es relevante y ésta queda determinadapor la tasa urbana; incide en últimas entonces el peso de la población. En el gráficoNo. 16, comparamos las tasas rurales y urbanas con las del conjunto de losmunicipios.

Page 160: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

161

Se puede observar que la tasa del conjunto más elevada es la del grupo cuatro,más cercana a su tasa urbana, pues la población de las cabeceras pesa más de lamitad, pero indudablemente la tasa rural incide en el conjunto; la tasa del conjuntoes de 52.3 hpch, ocho puntos por encima de su tasa urbana, que fue de 44.2,pero trece puntos por debajo de su tasa rural que fue de 65.5 hpch. En el grupocinco, la población rural pesa más de la mitad, lo que explica que incidasignificativamente en la tasa del conjunto. Esta última es de 46.7, más de cuatropuntos por encima de su tasa urbana, de 42 hpch, y casi cuatro puntos por debajode su tasa rural de 50.6 hpch. Estos dos análisis nos enseñan que los municipiosintermedios tienen tasas elevadas, porque muestran índices rurales muy altos, yal mismo tiempo tasas urbanas que no son despreciables. Es preciso, por ello,discriminar las dinámicas que están detrás de los homicidios, tanto en las zonasrurales como en las urbanas.

Gráfico No.16Tasas rurales y urbanas y del conjunto para todos los municipiosdel país para el promedio 2003-2006 según tamaños de población

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

El grupo tres tiene en su conjunto una tasa de 46 hpch. En este caso, la poblaciónurbana pesa más que la rural, lo que explica que si bien la tasa rural es muy elevada,de 55.3 hpch, la tasa del total está más cerca de la urbana, que fue de 43.3 hpch. Denuevo, las dos dinámicas, la rural y la urbana, inciden en la composición de la tasa delconjunto, pero a pesar de que la rural sea muy elevada, la del conjunto se acerca mása la urbana. El caso del grupo dos es similar, aunque en este caso el peso de lo rural noes muy elevado. Por ello, a pesar de registrar la tasa rural más alta del país, de 77.2,la tasa del conjunto, que fue de 45.6 hpch, quedó determinada por su tasa urbanade 43.1. En estos municipios más urbanos que rurales, las tasas rurales son las máselevadas, pero su incidencia en la tasa del conjunto se ve neutralizada por el pocopeso que tienen en términos absolutos los homicidios en el campo.

Page 161: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

162

El grupo siete, entre diez y veinte mil habitantes, nos remite a una dinámicaeminentemente rural. El peso de la población rural es muy superior a la mitad ypor ello su incidencia en la tasa del conjunto es considerable. La tasa rural esmás elevada que la urbana, pues arrojaron 53.1 y 32.3 respectivamente, y porello la tasa del conjunto, de 45.4, se aproxima más a la primera, de la que estácasi ocho puntos por debajo, que a la segunda, a la que supera por más detrece puntos. Es indispensable en este caso hacer énfasis en la dinámica ruraldel homicidio.

El grupo nueve es muy particular. El peso de la población rural es muy grande, ylo urbano es muy pequeño, lo que trae como efecto que su tasa urbana seatípicamente rural. En consecuencia sus tasas rural y urbana son similares, de42.6 y 41.7 hpch, y a su turno son casi iguales a la del conjunto que fue de 41.8.El grupo ocho tiene también un peso rural muy importante en términos depoblación y la tasa rural está muy por encima de la urbana, pues fueron de 42 y28.4 hpch respectivamente. La tasa del conjunto de 37.3 hpch se acerca muchomás a la rural, de la que está casi cinco puntos por debajo, que a la urbana, de laque está casi nueve puntos por encima. De nuevo, la dinámica del homicidio esesencialmente rural.

El comportamiento del grupo uno, de más de un millón de habitantes, ya fueestudiado. Es de resaltar que la tasa del total es prácticamente la tasa urbana, puesel peso de la población de las cabeceras es determinante. La tasa del conjunto fue de37.2, mientras que la urbana fue de 37.3 hpch.

3.3 Perspectiva desagregada por grupos de población.Relaciones entre tasas, armas y móviles

El número de municipios a analizar aqui es muy elevado, por ello se agruparon deacuerdo con sus tamaños de población. Examinamos por ello, en su orden, los gruposcuatro, cinco, seis, siete, ocho y nueve.

3.3.1 Grupo cuatro: municipios entre cincuenta mil y cien mil habitantes.Relaciones entre tasas, armas y móviles

De los 78 municipios que conforman el grupo cuatro, 37 presentaron tasas dehomicidio por encima del promedio colombiano 2005-2006 y 41 por debajo. En elmapa No. 35, se representan los niveles de homicidios determinados a partir desus tasas. Fueron considerados con niveles muy altos aquellos municipios quesuperaron la tasa nacional en más del doble; con niveles altos aquellos que superaronla tasa nacional, pero no en más del doble; finalmente, los niveles bajoscorresponden a aquellos municipios con tasas por debajo de la nacional. Analicemosprimero los 37 municipios que están por encima de la tasa nacional, incluidos losniveles muy altos y altos, para después hacer lo propio con los demás 41, es decirlos que registraron niveles bajos y precisemos cómo se comportan los homicidiospor armas y móviles.

Page 162: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

163

Como en el tamaño más grande de población, existe una relación entre altas tasasde homicidio y participaciones porcentuales altas de homicidios por armas de fuego,pues en la medida en que las primeras suben las segundas también. De los 37municipios que se ubicaron por encima del promedio nacional 2005-2007, hubo 24,que representan el 64.9%, que presentaron para los mismos años participacionesporcentuales de homicidios por armas de fuego por encima del promedio colombianode 80.5%, mientras que el 35.1% están por debajo; lo anterior se aprecia en el cuadroNo. 47. A su turno, de los 13 municipios que presentaron porcentajes de homicidiospor armas de fuego por debajo del promedio nacional, 9, es decir un 69.2%,presentaron participaciones de otras armas, diferentes a las de fuego y a las blancas,por encima del 5.1% que presentó Colombia. Al mismo tiempo, 8 de estos 13municipios, el 61.5%, presentaron porcentajes de homicidios relacionados con laconfrontación armada por encima del porcentaje colombiano que fue de 12.9%.Estos cruces señalan que los municipios con tasas por encima del promedio colombianoestán relacionados con actores organizados y que también una parte considerablede éstos está asociada con la confrontación armada que tiene especial impacto en laszonas rurales. Esto último a su vez ayuda a explicar porqué en este grupo la tasarural es mucho más elevada que la urbana; de hecho, para el promedio de 2003-2006 fue la segunda del país, con 65.5 hpch.

Se debe señalar que entre los 37 que presentaron tasas por encima del promediocolombiano, hubo 17, el 45.9%, que lo superaron en más del doble, es decir queestuvieron por encima de 76.6 hpch. De estos 17, un total de 15, el 86.7%,presentaron participaciones de homicidios de armas de fuego por encima del promedioy de los dos restantes uno se destacó en otras armas, con una proporción por encimade la del país, lo que indica que entre más alta la tasa, la asociación es aún más claracon la participación de actores organizados.

Antes de mostrar más conclusiones, veamos las relaciones entre tasas altas yarmas blancas. Se observa que cuando las tasas superan el promedio colombiano,la participación de homicidios con armas blancas en la mayoría de los municipios,está por debajo del 14.1% que arrojó el país. Sólo 13 municipios de los 37considerados, es decir el 35.1%, superaron en armas blancas al país, mientras el64.9% presentaron porcentajes por debajo. Adicionalmente, entre los 13municipios con participaciones altas en armas blancas, sus tasas no son las máselevadas; sólo dos doblaron el promedio nacional y en lo esencial, los demás seacercan al mismo.

Hubo 16 municipios de los 37 con tasas por encima de la colombiana quesuperaron la participación en otras armas en el país, un 43.2%. De estos 16,hubo 14 que presentan una participación muy elevada de homicidios asociadospor la Policía a la confrontación armada, es decir que se trata en lo esencial demuertes como consecuencia del accionar de los grupos irregulares, en particularde las guerrillas, que utilizan minas, granadas, explosivos, entre otros. Por otrolado, hay 6 municipios que al mismo tiempo superaron el promedio colombianoen armas de fuego; éstos entonces tienen la particularidad de presentar al mismotiempo tasas muy elevadas, lo que sugiere que cuando se combinan varios factoresa la vez, es decir en este caso armas de fuego y armas no convencionales, la tasase ve empujada hacia arriba.

Page 163: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

164

Mapa No. 35Grupo Cuatro. Niveles de homicidios entre 2005-2006 en los 78 municipios

entre 50 mil y 100 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 164: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

165

Cuadro No. 47Grupo cuatro: Municipios entre 50 mil y 100 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006:

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de armas de fuego, armas blancas y otras armas entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación por armas de fuego para el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos: Elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, Vicepresidencia de la República

Veamos ahora los móviles, cuya información se resume en el cuadro No. 48. Lavariable que más se destaca es la de sicariato. En efecto, hay una correspondenciaentre altas tasas de homicidio y participaciones de homicidios por sicariato porencima del promedio nacional de 20.1%. El 59.5% de los municipios, es decir 22de los 37, presentaron una participación por encima de la del país en sicariato, esdecir que casi seis de cada diez de estos municipios con niveles altos de homicidiosestán relacionados con la presencia de actores organizados que ejecutan homicidios

Page 165: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

166

selectivos. A su turno, de estos 22 municipios, el 59.1% presenta al mismo tiempoaltos niveles de armas de fuego. Por otro lado, una combinación que eleva mucholas tasas de homicidio es la de sicariato y al mismo los asociados a la confrontaciónarmada. De los 13 municipios que superan el promedio nacional en homicidiosque la Policía asocia a la confrontación armada, 8 tienen al mismo tiempoproporciones de sicariato por encima del promedio de 20.1% que arrojó el país,es decir el 61,5% de estos municipios (esto se aprecia en el cuadro No. 51). Dehecho, los tres municipios más afectados por tasas de homicidio de este grupode 37, presenta estas características: Puerto Asís presentó una tasa de 216 hpch,Tame una de 163 y San Vicente del Caguán una de 144 y en todos éstos tienenpeso los homicidios asociados al sicariato y a la confrontación armada al mismotiempo.

El análisis de los homicidios sin información aporta elementos adicionales parainterpretar la dinámica de los homicidios en este grupo de municipios; se apreciaen el cuadro No. 49, donde se evidencia una variación si se compara con losmunicipios más grandes. En este sentido, hubo solamente 15 municipios, el 40.5%de los 37, que presentan proporciones por encima de la del país, que fue del 44.8%.Lo anterior sugiere que el subregistro no afecta tanto a estos municipios como alos 53 municipios más grandes. Se debe resaltar además que al analizar las cifras,cuando los niveles sin información son bajos, al mismo tiempo muchos municipiostienen participaciones porcentuales en sicariato por encima del promedio del país;17 de los 22 municipios que presentaron niveles sin información por debajo delpromedio nacional al mismo tiempo presentaron niveles de sicariato por encimade los del país, es decir el 77.3% de éstos. Adicionalmente, hay que tener en cuentaque los homicidios que la Policía asocia a la confrontación armada son más fácilesde identificar, especialmente cuando se trata de muertes en combate, lo que incideen la disminución de los índices sin información. Precisamente, una particularidadde los 15 municipios donde los niveles sin información son significativos es quesólo dos de éstos presentan porcentajes elevados en homicidios relacionados conla confrontación armada. No se puede descartar que los municipios con índicesaltos de homicidios sin información estén asociados a homicidios selectivos porparte de actores organizados, pues 7 de 15 tienen participaciones muy superioresen armas de fuego. A su turno, de los 8 restantes, 4 se asocian al mismo tiempo aelevados niveles de sicariato.

Por otra parte, 13 de los 37 de los municipios, es decir un 35.1%, está relacionadocon altos niveles de homicidios asociados a la confrontación armada. De estos 13, 9,es decir el 69%, tienen al mismo tiempo participaciones elevadas de homicidios porarmas de fuego y los 4 restantes presentan participaciones elevadas en otras armas.La confrontación armada, y particularmente las muertes en combate, así comoalgunos actos de terrorismo, explican los niveles elevados de homicidios en algo másdel tercio de estos municipios críticos.

En cuanto a la relación entre altas tasas de homicidio y riñas, que aparece en elcuadro No. 50, sólo el 18.9% de los municipios con tasas por encima del promedionacional presentan al mismo tiempo participaciones en riñas por encima del promediocolombiano de 10.5%. Es decir las riñas no sobresalen cuando los homicidios asociadosa actores organizados son muy elevados, sin embargo se destacan algunos municipiosen riñas donde el peso de lo urbano es muy importante, como Pitalito, Calarcá,Anserma, La Ceja e Ipiales.

Page 166: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

167

En cuanto a los atracos, solamente el 16.2% de los municipios con tasas altas tienenal mismo tiempo participaciones de homicidios por atraco por encima del 5.1% quepresenta el país. Son municipios muy parecidos a aquellos donde sobresalen las riñas:Ipiales, Calarcá, La Ceja, Puerto Tejada y Pitalito. Al parecer, el atraco sobresale enmunicipios con altas concentraciones urbanas; en la medida en que lo rural va ganandoparticipación, estos homicidios pierden relieve.

Cuadro No. 48Grupo cuatro: Municipios entre 50 mil y 100 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006:Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios sin información y sicariato entre 2005 y 2006.

Ordenado de mayor a menor por participación homicidios por sicariato para el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 167: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

168

Cuadro No. 49Grupo cuatro: Municipios entre 50 mil y 100 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a la confrontacióny sicariato entre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación

homicidios en la confrontación armada para el promedio 2005-2006

Ahora es necesario caracterizar las dinámicas que se presentan en los municipiosmás críticos. Ordenando los municipios desde las tasas más altas hacia las más bajaspara el promedio 2005-2006, que se aprecia en el cuadro No. 51, se tiene queencabezan la lista Puerto Asís, Tame y San Vicente del Caguán, de Putumayo, Araucay Caquetá respectivamente. Son municipios urbanos, cuyas zonas rurales son muyconflictivas por el peso de la confrontación armada. Todos éstos tienen unaparticipación en armas de fuego muy elevada en los homicidios, pues en el primero

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 168: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

169

y el tercero se llega prácticamente al 90%, mientras que en Tame es de 82%, pero almismo tiempo sobresalen las otras armas. Los niveles sin información están pordebajo del promedio colombiano y se destacan los homicidios asociados a laconfrontación armada, casi dos de cada tres; al mismo tiempo, está presente el sicariato.En éstos, inciden las muertes en combate por la confrontación y los asesinatosselectivos, combinación que explica que sus tasas se ubiquen por encima del dobledel promedio nacional.

Cuadro No. 50Grupo cuatro: Municipios entre 50 mil y 100 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios por riñas y por atracos entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación homicidios por riñas para el promedio 2005-2006.

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 169: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

170

Cuadro No.51Grupo Cuatro: Municipios entre 50 mil y 100 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.Tasas de homicidio por años entre 2003 y 2006. Ordenado de mayor a menor por tasas promedio para 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Siguen municipios de la zona suroccidental. Están Puerto Tejada, en el norte del Cauca,Jamundí, Florida y Yumbo en el Valle del Cauca y Anserma y Chinchiná en eldepartamento de Caldas. Se presenta una diferencia respecto de los municipios delpiedemonte de la Cordillera Oriental. El peso de los homicidios asociados a laconfrontación es bajo, y en estos casos sobresale el arma de fuego con porcentajesmuy elevados, salvo en Yumbo, donde adquieren relieve al mismo tiempo las armasblancas. Adicionalmente, se evidencian dos escenarios. En unos, el sicariato adquiereproporciones muy elevadas, como en Puerto Tejada, Anserma y Chinchiná, mientrasque en los otros, es decir en Jamundí, Florida y Yumbo, sobresalen los homicidios sininformación; en Anserma y Chinchiná, sobresalen al mismo tiempo las dos modalidades,escenarios donde los actores organizados tienen como eje central al narcotráfico

Page 170: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

171

alrededor del cual funcionan delincuencias organizadas. Entrevistas hechas en eldepartamento de Caldas dan cuenta del fenómeno de Chinchiná y Anserma, dondeexisten nichos de delincuencia organizada de mucha tradición, dinamizadas por elnarcotráfico. Igualmente, se habló de la existencia de núcleos de sicarios en la región,particularmente en Chinchiná, municipio muy influenciado por la dinámica de Pereira yManizales.

Analizando los demás municipios, éstos se adaptan a los dos modelos descritos.Por un lado, la combinación confrontación armada y asesinatos selectivos, y porel otro lado organizaciones delincuenciales muy influenciadas por el narcotráfico.En la línea de la combinación entre confrontación y homicidios selectivosprotagonizados por grupos irregulares, se destacan también Saravena, dondepesaron al mismo tiempo la confrontación armada y el sicariato, cuatro de diezcada uno; Riohacha, donde los cometidos por sicarios pesan cinco de cada diez yla confrontación sólo dos; en Acacías, Meta; en San José del Guaviare; enMontelíbano, Córdoba, donde estos dos móviles de sicariato y confrontaciónarmada son los que tienen relieve; en Yopal, Casanare y en Carmen de Bolívar. Sedebe anotar que son municipios con cascos urbanos importantes, de hechoalgunos son capitales, con zonas rurales al mismo tiempo muy complejas, dondela confrontación armada tiene una incidencia importante. En su mayoría, estánubicados en el eje del piedemonte de la Cordillera Oriental, pero así mismo unospocos se encuentran en la Costa Caribe.

El modelo en el que pesa mucho el narcotráfico, pero muy poco la confrontaciónarmada contra las guerrillas también se replica en otros municipios. En éstos aveces sobresalen los homicidios sin información, y en otros el sicariato. Se destacaun conjunto importante en el suroccidente, en Valle, el Viejo Caldas y Antioquia.Santa Rosa, Risaralda, es uno de éstos, municipio que hace parte de la zonametropolitana de Pereira. En este municipio, se hicieron entrevistas y en loesencial se comprobó el enorme peso del narcotráfico, en particular las disputaspor el expendio de droga que han tenido lugar en Pereira y Dosquebradas sehan trasladado hacia allá. Está Caicedonia, en el norte del Valle, municipio inscritoen una región muy afectada por disputas en el interior del narcotráfico, dondeestán sobredimensionados los homicidios sin información y donde el uso dearmas presenta muy elevados niveles. Comportamiento similar se registra enSevilla, también en Valle del Cauca; Santander de Quilichao, en límites entreValle y Cauca, muy articulado a la dinámica del departamento del Valle, dondesobresalen homicidios sin información y por sicariato con elevados niveles en eluso de armas de fuego. Algo similar ocurre en Puerto Tejada, pues son muyelevados los niveles de sicariato, sin información y armas de fuego al mismotiempo. En Copacabana, Antioquia, los homicidios sin información llegan al60.1% y el sicariato al 21.8%; algo similar ocurre en La Estrella, en el mismodepartamento.

Municipios de otras regiones presentan escenarios parecidos. En Los Patios, Nortede Santander, sobresale el sicariato con el 78.3%, y al mismo tiempo elevadosniveles en armas de fuego. En Fundación, Magdalena, los homicidios sin informaciónsobrepasan el 70%, pero en este caso la confrontación contribuye con el 12.5%.En Tierralta, Córdoba, el sicariato también registra el 70%. En Riohacha, pesanmucho los homicidios sin información y al mismo tiempo los niveles de armas defuego llegan casi al 90%.

Page 171: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

172

Existen unos municipios que se apartan de los modelos anteriores. Su característicaes que varios ingredientes inciden al mismo tiempo. Un ejemplo es el de Pitalitoen Huila, donde no solamente inciden el sicariato, la confrontación armada y loshomicidios, sino que al mismo tiempo las riñas aparecen por encima del 30%. EnLa Ceja, Antioquia, aparte de los asesinatos selectivos, pesan las riñas y las armasblancas. En Ipiales, se presentan concomitantemente pesos relativamenteimportantes en sicariato, sin información, homicidios asociados a la confrontacióny riñas. En Villa del Rosario, en Norte de Santander, los niveles de sicariato y sininformación son relevantes, pero al mismo tiempo las riñas participan por encimadel 12%.

Analicemos ahora brevemente los 41 municipios que están por debajo de la tasanacional de 38.3 hpch. En cuanto a la relación entre tasas bajas y participación enarmas de fuego, tenemos que el 46% de los municipios por debajo de la tasa nacionaltienen participaciones en homicidios por armas de fuego por encima del 80.5%, unaporción considerable, y el 54% no, es decir más de la mitad. Los municipios quetienen participaciones altas por armas de fuego y al mismo tiempo tasas bajasmuestran la presencia de actores organizados; ejemplos de los anteriores sonmunicipios de la Costa Caribe como San Marcos, Sampués, Plato, Zona Bananera,Aracataca, El Banco, Mompox, Uribia y Corozal. Otros están ubicados en otras regionescomo Samaniego, en Nariño, Garzón en Huila y Chía en Cundinamarca; igualmenteestán El Bagre y Caucasia en Antioquia.

En armas blancas, el 43.8% de los municipios con tasas bajas está por debajo de laparticipación del país y el 56.2% por encima, es decir que la relación es al revés de laque se presenta en los municipios críticos. Las armas blancas adquieren realce dondelas tasas son bajas y están relacionados con altos niveles de riñas. Esto ocurre en ElEspinal, Tolima; Candelaria, Valle; Pamplona en Norte de Santander; Funza enCundinamarca; Ayapel en Córdoba; Chiquinquirá en Boyacá; Chigorodó en Antioquia;Túquerres en Nariño; Rionegro en Santander, San Onofre en Sucre y Riosucio enCaldas. Llama la atención que algunos de éstos fueron críticos en el pasado, comoChigorodó, o Riosucio en Caldas, con altos niveles de armas de fuego, y que en estaocasión, se destacan por armas blancas y riñas.

En otras armas, es relevante anotar que el 41.4% de los municipios presentanparticipaciones por encima del promedio del país que es de 5.1%. Si bien en sumayoría estos municipios tienen participaciones por debajo de la colombiana,el hecho de que haya cuatro de cada diez municipios que se encuentran porencima del promedio nacional es relevante. Se evidenciaron dos situacionesdiferentes. En la primera, una parte de esos municipios tienen al mismo tiempoparticipaciones importantes de homicidios relacionados con la confrontación;son éstos Cumaribo, Vichada; María La Baja, Bolívar; Aracataca, Magdalena;Arauca; Chía, Cundinamarca, Codazzi, Cesar y Pivijay, Magdalena. Aquí las otrasarmas crecen por los medios utilizados por los grupos subversivos. En el segundoescenario, estas armas están asociadas a armas contundentes, bolsas plásticas,en general, que tienen lugar en contextos urbanos. Son éstos los casos de Madridy Funza en Cundinamarca; Ayapel, Cereté y Planeta Rica en Córdoba. Noobstante, los unos y los otros, tienen muy pocos homicidios en términosabsolutos, por lo que no es relevante profundizar.

Page 172: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

173

Por otra parte, no se evidencia una asociación entre tasas bajas y elevadosniveles de homicidios sin información, porque solamente ocurre en el 39% delos municipios; en el 61% restante, los niveles sin información están por debajodel promedio colombiano. Por el contrario, existe una relación con sicariato; enefecto, el 56% de los municipios con tasas bajas tiene al mismo tiempoporcentajes elevados de sicariato. Muchos de éstos son municipios de la regiónCaribe: Codazzi en Cesar; Sampués, Corozal y San Marcos en Sucre; Baranoa enAtlántico; Uribia en La Guajira; Cereté, Ayapel y Planeta Rica en Córdoba;Mompos en Bolívar. Además, hay algunos municipios de Cundinamarca, Boyacá,Cauca y Nariño, más dispersos. No obstante, se debe tener en cuenta que entérminos absolutos son pocos homicidios, por lo que el análisis pierde relevancia.De todas maneras, son municipios que muestran en últimas la importancia delhomicidio selectivo por parte de actores organizados en todos los tamaños depoblación.

La relación entre una alta participación de los homicidios asociados a laconfrontación y tasas bajas no es clara, pues el 40% de los municipios cumplencon esas dos condiciones. Pierde relevancia en la medida que el total de loshomicidios pesa muy poco en términos absolutos en estos municipios. Noobstante, se destacan municipios donde la confrontación armada tiene algunaincidencia, como ocurre en Zona Bananera, Aracataca, Plato y Pivijay en Magdalena;Arauca; El Bagre, en Antioquia; Cumaribo, en Vichada; Chía en Cundinamarca ySamaniego en Nariño.

Las relaciones entre tasas bajas y alta participación de homicidios por riñas no esrelevante tampoco, aunque se da en el 39% de los municipios; no obstante, essuperior a la participación que se registra en municipios con tasas por encima delpromedio colombiano, un 18.9%. Como se ha venido mostrando, las riñasadquieren más relieve en municipios con tasas bajas que en aquellos con tasasaltas. En atracos, la relación sólo se da en el 24.3%, de todas maneras un porcentajepor encima del 16% de los municipios con altas tasas de homicidio. Hay queseñalar, por otro lado, que estas categorías van perdiendo participación en lamedida en que el tamaño de los municipios va descendiendo y que el peso de lourbano se reduce.

Se puede concluir entonces que en estos municipios con tasas por debajo del promedionacional, el arma de fuego se mantiene alta pero no tanto como en los municipioscon tasas altas; adquieren más relieve las armas blancas (obviamente están por debajode las armas de fuego); igualmente, adquieren más participación las otras armas,cuando se las compara con los municipios que registran las tasas más altas. Por otrolado, los homicidios sin información no son tan altos como en los municipios contasas elevadas. El sicariato se destaca, lo que corrobora que esta modalidad se extiendeen casi todos los escenarios analizados, aunque es obvio que sobresale en municipioscon tasas bajas en la medida en que los homicidios sin información no son muyelevados. La confrontación, es decir muertes en combate o por ataques de lasguerrillas y homicidios selectivos rurales, también incide, pero no es una categoríarelevante porque en términos absolutos, su peso no es significativo. Las riñas y losatracos tienen cierto relieve, mayor que en los municipios con tasas altas, pero menorque en los municipios más grandes.

Page 173: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

174

3.3.2 Grupo cinco: municipios entre treinta mil y cincuenta mil habitantes.Relación entre tasas, armas y móviles

Son 118 municipios y es el primer grupo de los considerados, donde la poblaciónrural pesa más que la urbana. En efecto, en las cabeceras vive el 44.9% de loshabitantes y el 55.1% está en el sector rural. La tasa rural para el promedio 2003-2006 fue de 50.6 hpch, más alta que su tasa urbana, de 42 hpch, para un promediode 46.7 para el conjunto de los municipios.

Existen 54 municipios que registran tasas por encima del promedio nacional de 38.3hpch en el promedio 2005-2006, que representan el 45.8%, y el 54.2% restante estápor debajo. En el mapa No. 36 se aprecian los niveles. Es así como fueron consideradosmuy altos los municipios que entre 2005 y 2006 superan el promedio nacional enmás del doble. Fueron considerados altos aquellos que superan la tasa nacional,pero no en más del doble. Finalmente, fueron considerados bajos aquellos cuyopromedio está por debajo de la tasa nacional. Como en el grupo anterior, analicemosprimero el comportamiento de las armas y los móviles en los municipios que enpromedio tienen sus tasas por encima de la del país, es decir los que registraronniveles muy altos y altos, para después hacer lo propio con los que están por debajo,es decir los que registraron niveles bajos.

De los 54 municipios que superan la tasa nacional en 2005-2006, hubo 35, querepresentan el 64.8%, que presentan participaciones de homicidios por armas defuego por encima del país, que fue de 80.5%, mientras que el resto, es decir el35.2% de los municipios, tienen participaciones menores, lo que se aprecia en elcuadro No. 52. Existe entonces una correspondencia entre altos niveles en los dosaspectos relacionados. Se corrobora este comportamiento, que se da también enlos 53 municipios más grandes del país y en aquellos del grupo cuatro. Es unprimer indicio de la presencia de actores organizados y de su incidencia en los altosniveles de homicidios.

Por otro lado, hay 23 municipios donde la tasa es superior en más del doble alpromedio nacional, es decir aquellos municipios que en el mapa se representan conniveles muy altos. De éstos, el 86.9%, es decir 20 municipios, tienen participacionesmuy elevadas de homicidios por armas de fuego. Se ratifica entonces, que al igualque en los municipios principalmente urbanos, en éstos que son más rurales queurbanos, la participación del arma de fuego tiende a incrementarse, aún más en lamedida en que las tasas son más altas; un indicio más de la importancia de losactores organizados en la elevación de las tasas de homicidio.

Los 23 municipios en los que las tasas son más del doble que la colombiana serelacionaron con los móviles y se encontró que en 15, es decir el 65%, casi dos decada tres, tienen al mismo tiempo porcentajes en homicidios relacionados con laconfrontación armada por encima del promedio colombiano que fue de 12.9%; loque sugiere la importancia de este factor en estos municipios que tienen un altocomponente rural. La relación con sicariato no es tan marcada, pues solamente ocho,el 34.7%, cumplen con esta condición; con aquellos sin información tampoco larelación es muy clara, aunque es necesario señalar que existe en el 26% de los casos.Se concluye que las tasas en estos municipios suben ante todo por muertes en combateen la confrontación y por otra parte por homicidios selectivos.

Page 174: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

175

Mapa No. 36Grupo Cinco. Niveles de homicidios entre 2005-2006 en los 118 municipios

entre 30 mil y 50 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 175: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

176

Cuadro No. 52Grupo cinco: Municipios entre 30 mil y 50 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de armas de fuego, armas blancas y otras armas entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación por armas de fuego en el promedio 2005-2006

(Continúa)

Page 176: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

177

La relación entre altas tasas de homicidio y armas blancas no es relevante para elconjunto de los 54 municipios con tasas por encima del país; sólo en el 25.9% seproducen participaciones superiores al 14.4% que arrojó el promedio del país, lo queindica que las conclusiones arrojadas por los 53 municipios más grandes y los delgrupo cuatro es válida también en éstos, es decir que la relación es inversa, pues aaltas tasas de homicidio le corresponden bajas participaciones en armas blancas.

En otras armas, la relación adquiere más realce. De los 54 municipios con tasas porencima del país, hay 23, es decir el 42.6%, que tiene participaciones por encima delpromedio nacional en otras armas que fue de 5.1%, que se explica por la incidencia de lasmuertes derivadas de la confrontación armada, principalmente muertes en combate opor acción de las guerrillas. En efecto, de los 23 municipios, el 68% presentan al mismotiempo participaciones significativas en homicidios relacionados con la confrontaciónarmada. Se destacan en este nivel Dabeiba en Antioquia; San Juan del Cesar en La Guajira;Ábrego y Tibú en Norte de Santander; Samaná y Manzanares en Caldas; Orito, Valle delGuamuéz y Mocoa en Putumayo; Ortega y Chaparral en Tolima; Arauquita en Arauca;Barbacoas en Nariño; Santa Rosa del Sur en Bolívar; Yarumal y Tarazá en Antioquia; Calotoen Cauca. Se utilizan bien sea minas, granadas, explosivos y/o cilindros.

La relación entre confrontación armada y altas tasas de homicidio es significativaen 34 de los 54 municipios que presentaron tasas por encima del promedio nacional,es decir en el 62.9% de éstos. Los municipios donde más de la mitad de los homicidiosestán asociados a muertes en la confrontación o asesinatos selectivos identificadosen esta categoría por la Policía, son: Cartagena del Chairá y Puerto Rico en Caquetá;Dabeiba en Antioquia; San Juan del Cesar en La Guajira; Urrao, Ituango, y Sonsón enAntioquia; Ábrego en Norte de Santander; Orito y Puerto Guzmán en Putumayo;Quinchía en Risaralda y Samaná en Caldas y son en lo esencial afectados por lapresencia de las Farc (Cuadro No. 53).

La relación entre altas tasas de homicidio y participaciones elevadas de homicidiossin información no son relevantes en este grupo, pues se produce solamente en un

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 177: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

178

tercio de los 54 municipios, lo que se explica por el peso que tiene la confrontaciónarmada. En la medida en que son móviles fácilmente identificables, el subregistrobaja. No obstante, éste es muy elevado en municipios del sector occidental del país,donde se destacan La Virginia y Belén de Umbría, en Risaralda; Guacarí, Roldadillo,Zarzal, La Unión, Dagua y Ansermanuevo, en Valle del Cauca; Marinilla, Andes,Santuario, Yarumal, Barbosa y Sonsón, en Antioquia; Mariquita y Ortega en Tolima;Olaya Herrera en Nariño. En buena medida, principalmente en Valle, Risaralda yAntioquia, hay una alta asociación entre estos homicidios y el narcotráfico; entendiendoque éste ha permeado organizaciones delincuenciales, tales como redes de sicarios.

La relación entre altas tasas de homicidio y participaciones en la modalidad de sicariatopor encima del promedio colombiano sólo se da en 18 de los 54 municipios, es deciren el tercio, el 33.3%. Su distribución en la geografía es muy particular. De la zonaoccidental aparecen dos de Antioquia, Puerto Berrío y Sabaneta; Palestina en Caldasy Montenegro, Quimbaya y La Tebaida en Quindío. Así mismo, del piedemonte de laCordillera Oriental están Valle del Guamuéz en Putumayo; Granada en Meta yArauquita en Arauca. Adicionalmente, hay dos de Norte de Santander, Tibú y Ábrego,uno de Santander, Cimitarra, uno de Boyacá, Puerto Boyacá, además de Santa Rosadel Sur en Bolívar y Barrancas en La Guajira.

Es importante señalar que en este conjunto de 18 municipios, además de altos nivelesde sicariato, en 7 se producen al mismo tiempo altos niveles relacionados con laconfrontación armada. Esto ocurre en Valle del Guamuéz, Arauquita, Tibú, Ábrego,Santa Rosa del Sur, Barrancas y El Bordo, este último en Cauca.

En estos 18 municipios con altos niveles de sicariato no hay al mismo tiempoasociaciones con altos niveles sin información, es decir que ninguno superó el 44.8%del nivel nacional; no obstante, presentaron participaciones en este ámbito entre20% y 40%. Están los siguientes municipios: Palestina, en Caldas, Sabaneta, enAntioquia, Valle del Guamuéz en Putumayo, Granada en Meta, y El Bordo y Calotoen Cauca (Cuadro No. 54).

De los 54 municipios con tasas superiores al promedio colombiano en 2005–2006,sólo hay una correspondencia con altos niveles de riñas en 16 de ellos, es decir en el29.6%; la relación no es entonces significativa. Su distribución geográfica es compleja:tres son de Antioquia, dos del Quindío, dos de Caldas, y uno de Cauca, en lo quecorresponde al occidente: Barbosa, Puerto Berrío, Urrao, Montenegro, Quimbaya,Palestina, Manzanares, y Caloto. En el piedemonte de la Cordillera Oriental o cerca aella, están Puerto Rico en Caquetá y Paz de Ariporo en Casanare. Por lo demás, estánLa Plata y Campoalegre en Huila, Santa Rosa del Sur en Bolívar y Barrancas en LaGuajira.

De los 54 municipios con tasas superiores al promedio colombiano en 2005-2006,se presenta una correspondencia con altos niveles de atracos en 12 de éstos, esdecir en el 22.2%, lo que obviamente está relacionado con el hecho de que es unamodalidad más urbana que rural. Así mismo, ésta adquiere realce cuando las tasasno son muy elevadas. Se destacan en el occidente Sabaneta, Tarazá, Barbosa yMarinilla, en Antioquia; Quimbaya, Montenegro y La Tebaida en Quindío; Palestinaen Caldas y Ansermanuevo en Valle. En el piedemonte de la Cordillera Oriental ocerca de ella, están Mocoa y Orito en Putumayo. Adicionalmente, se destaca Chaparralen Tolima.

Page 178: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

179

Cuadro No. 53Grupo cinco: Municipios entre 30 mil y 50 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005- 006. Tasas de homicidios

y participaciones porcentuales de homicidios asociados a la confrontación armada y sin información entre 2005 y 2006. Ordenado demayor a menor por participación de homicidios relacionados con la confrontación armada en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 179: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

180

Cuadro No. 54Grupo cinco: Municipios entre 30 mil y 50 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a sicariato y sin informaciónentre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados

a sicariato en el promedio 2005- 2006

(Continúa)

Page 180: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

181

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En conclusión, en estos municipios más rurales que urbanos, donde sin embargo lapoblación de las cabeceras pesa, las tasas de homicidio sobresalen principalmentecuando hay altos niveles de participación de la confrontación armada y más aún, si almismo tiempo, se presentan altos niveles de sicariato, es decir que se combinanmuertes en combate por la confrontación y asesinatos selectivos. Estos componentesse explican en lo fundamental por lo que ocurre en zonas rurales y en menor medidapor lo que acaece en las cabeceras. Por otro lado, las riñas y los atracos no sobresalenen muchos de éstos, pero adquieren realce en algunos, principalmente en contextosurbanos. Los homicidios sin información no tienen tanta relevancia, situación explicableporque en buena medida los móviles están identificados. En términos de armas,sobresalen las de fuego y en su defecto, las otras armas, casos en los cuales estánasociadas a la confrontación. Las armas blancas, como las riñas, adquieren un mayorrealce en las cabeceras, pero en líneas generales no adquieren importancia, cuandose examina el conjunto.

Ahora, en los 64 municipios que tienen una tasa por debajo del promedio nacionalde 38.3 hpch, las cosas cambian. En armas de fuego, la relación se da en más de lamitad, pues el 51.6% tienen participaciones por encima del promedio nacional quefue de 80.5%. No obstante, la proporción es inferior que la que se presenta en losmunicipios que superan la tasa nacional, porque en éstos la relación se da en el64.8% de los municipios. Se concluye que en armas de fuego, la relación es más claraen aquellos cuyas tasas son superiores al promedio nacional.

En armas blancas, la relación es al revés de lo que ocurre en los municipios contasas altas. En efecto, entre estos 64 municipios, en un 51.6% las participacionesen armas blancas son superiores al promedio nacional de 14.4%, mientras que enaquellos con tasas altas, ésta había sido solamente de 25.9% de los municipios. Seratifica de nuevo que las armas blancas tienden a sobresalir, cuando las tasas sonmás bajas, porque no son opacadas por el accionar de actores organizados, queson los que elevan la participación de las armas de fuego y las tasas en unaproporción significativa.

Page 181: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

182

Cuadro No. 55Grupo cinco: Municipios entre 30 mil y 50 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a riñas y atracosentre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados a riñas

en el promedio 2005-2006

(Continúa)

Page 182: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

183

En otras armas, 27 municipios, que equivalen al 43.8%, tienen porcentajes porencima del promedio colombiano; es de hecho una proporción similar al 46%que registraron los municipios con tasas altas. En algunos de éstos, esto estárelacionado con la confrontación armada y homicidios rurales, tal como ocurreen Puerto Leguízamo, Putumayo; Planadas, Tolima; Simití en Bolívar, Carepa enAntioquia o en San Juan de Nepomuceno en Bolívar; no obstante, se debe señalarque en términos absolutos estos homicidios no fueron numerosos. En otros casos,los niveles elevados de las otras armas se relacionan con altos niveles de riñas, esdecir con dinámicas más urbanas, como es el caso de San Gil en Santander, PuertoColombia en Atlántico y Cajibío y Guapi en Cauca; no obstante, los homicidios entérminos absolutos también pesan muy poco y por ello no es relevante profundizarsobre ellos.

En los 64 municipios con tasas bajas, la relación con altos niveles de homicidiosasociados a la confrontación armada son menos relevantes que en los 54 contasas altas. Mientras que en los primeros, hay 24 municipios, es decir que el37.5% que presentan esta situación, en los de las tasas más elevadas ocurrióen el 61.1% de los municipios. Adicionalmente, muchos de estos municipiosregistran en términos absolutos muy pocos homicidios; el ejemplo extremo esPinillos en Bolívar, donde el único homicidio que ocurrió en el pueblo fue atribuidoa la confrontación, por lo que su participación es del 100%. De la misma manera,en Toribío y Morales, Cauca, ocurrieron tres y cuatro respectivamente, enChiriguaná, Cesar otros cuatro, donde sólo una parte del total está asociado ala confrontación.

En los niveles sin información, las proporciones difieren en los municipios contasas altas y bajas. En los 64 municipios con tasas bajas, el 40.6% de los homicidiospresentaron niveles sin información por encima del promedio nacional, mientrasque en los 54 con tasas más altas, sólo en el 33.3%. Lo anterior se explica por dosfactores principalmente. El primero tiene que ver con el hecho de que losmunicipios con tasas altas se asocian en buena medida a la confrontación armada,móvil que no es difícil de registrar, sobre todo en la medida en que se trata demuertes en combate en la confrontación. Por otro lado, en los municipios contasas bajas, el total en términos absolutos es muy reducido, por lo que uno o dos

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos: elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 183: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

184

homicidios cambian sensiblemente la composición de los mismos. De todasmaneras, los niveles sin información en los municipios con tasas bajas se destacanen Antioquia y en los departamentos de la región Caribe, como Magdalena,Córdoba, Atlántico y Sucre. En todos estos escenarios, se registra presencia deactores organizados, no obstante que las tasas son bajas. Igualmente, seencuentran algunos en Cundinamarca y Tolima.

En sicariato, la relación paradójicamente es también más fuerte en los municipioscon tasas bajas, con el 43.8%, mientras que en los municipios con tasas altas fuede 33.3%. Nuevamente, entendible por el alto peso que adquiere la confrontaciónarmada en los municipios con tasas altas, así como el hecho de que en términosabsolutos los homicidios que presentan tasas bajas no son significativos; sólo unmunicipio, Villamaría en Caldas, tiene 17; Carepa y La Jagua de Ibirico tienen 12,y el resto están por debajo de los diez. Aquí, pesa mucho la región Caribe,Atlántico, Cesar, Córdoba y La Guajira y también Cundinamarca y Antioquia.

Las riñas sobresalen más en los municipios con tasas bajas que en aquellos contasas altas. En los 64 municipios por debajo de la tasa del país hubo 30 conporcentajes destacados en riñas, el 46.9%, mientras que en los municipios contasas altas, esto sólo ocurrió en el 29.6%, por las razones anotadas anteriormente.Sobresalen con riñas altas entre los 64 estudiados, 8 municipios de Cauca, 3 deCundinamarca, 3 de Antioquia, 9 de la Costa Caribe, y 1 en Amazonas, Nariño yTolima, respectivamente.

En atracos, también se destacan más los que tienen tasas bajas, con el 28.1% delos 64, mientras que aquellos con tasas altas, la proporción fue del 22.2%. Enambos casos, la relación no es relevante, porque los homicidios que pesan másson los rurales y el atraco es una modalidad más urbana. Sobresalen 4 municipiosde Cundinamarca, 2 de Santander, 2 de Cauca y 1 de Antioquia, así como 7 de laCosta Caribe.

Se concluye que en los 64 municipios con tasas por debajo del promedio nacionallos análisis no son relevantes, porque en términos absolutos no pesan mucho.De esta manera, uno o dos homicidios de un arma o un móvil, cambiandrásticamente la composición. De todas maneras, se puede afirmar quecomparándolos con aquellos que tienen las tasas más altas, sobresalen menoslas armas de fuego, se destacan las armas blancas y en otras armas lasproporciones son similares. Así mismo, los homicidios asociados a la confrontaciónarmada son menos relevantes que en aquellos con tasas altas, pero es de todasmaneras un factor que adquiere alguna relevancia. En esa medida, se puede decirque la confrontación incide menos; los homicidios sin información y por sicariatoadquieren más realce que en aquellos con tasas más altas, pero su participaciónen términos absolutos es irrisoria. Los atracos y riñas adquieren más relieve enaquellos con tasas bajas. Se concluye, que aún en los municipios con tasas bajas,los actores organizados adquieren importancia, especialmente en zonas deAntioquia y la Costa Caribe. A ellos están asociados los homicidios por laconfrontación armada, sicariato y parte de los sin información. No obstante, enla medida en que su participación no está sobredimensionada, los individuos y lapequeña delincuencia tienen más realce.

Page 184: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

185

3.3.3 Grupo seis: municipios entre veinte mil y treinta mil homicidios.Relación entre tasas, armas y móviles

Se registran 155 municipios, en los cuales casi seis de cada diez habitantes viven enzonas rurales, pues el 59.30% está ubicado en esta parte, mientras que en las cabecerasse encuentra el 40.7% de la población. Su tasa para el conjunto de los municipios fuede 44.3 hpch para el promedio 2003-2006 y es más baja que la de los grupos cuatroy cinco, con los que conforma los municipios intermedios, pues éstos registraronrespectivamente 52.3 y 45.7 hpch. No obstante, al igual que en éstos, su tasa rural essuperior a la urbana y en este caso la supera en alrededor de quince puntos. En elgrupo seis, la tasa rural en promedio fue de 50.4 hpch y la urbana de 35.4. En principio,la dinámica rural de estos municipios influye mucho más que la urbana.

De los 155 municipios, en 59, es decir el 38.1% de éstos, la tasa de 2005-2006 fuesuperior al promedio nacional de 38.3 hpch y el 61.9% restante estuvo por debajo,lo que quiere decir que aproximadamente cuatro de cada diez municipios registraronniveles muy altos o altos y seis no. Adicionalmente, 21 de los críticos presentarontasas por encima del doble de la tasa nacional, lo que significa que el 13.5% de los155 municipios cumplieron con esta condición y el 35.6% de los 59 que superan elpromedio del país. Estos municipios se presentan en el mapa No. 37.

Analicemos ahora los comportamientos en armas y móviles, primero en los 59municipios que están por encima de la tasa promedio del país para 2005-2006, ydespués en los 96 restantes (Cuadro No. 56).

En los 59 municipios con tasas por encima del promedio nacional, se presentan 34, el59.3%, que al mismo tiempo tienen participaciones en homicidios por armas de fuegoque superan el porcentaje del país, que fue de 80.5%, una alta correspondencia eneste grupo de municipios, relación más nítida aún si se examinan los 21 municipios quesuperaron en más del doble el promedio nacional. En este caso, la proporción sube al66.6%, pues 14 cumplieron con esa condición; los 7 municipios restantes tienenparticipaciones elevadas bien sea en otras armas o en la confrontación armada. Estosanálisis nos permiten concluir que en el conjunto de estos municipios y con más fuerzaen aquellos que tienen las tasas más altas, existe una importante ingerencia de actoresorganizados.

Por el contrario, la relación es invertida en armas blancas, cuando hay solamente 21de 59 municipios, el 35.6%, que tienen al mismo tiempo participaciones porcentualesen armas blancas superiores al promedio nacional de 14.4%, mientras que los 38restantes, es decir el 64.4%, no la tienen. Al parecer la incidencia de individuos ypequeña delincuencia no es tampoco relevante para explicar los altos índices dehomicidios en estos municipios, conclusión parecida a la de los 53 municipios másgrandes, y respecto de los grupos cuatro y cinco, que junto con el analizado, conformanlos que denominamos municipios intermedios.

Finalmente, en otras armas, la relación existe en 25 municipios, es decir en el 42.3%de los casos. En 20 de estos 25 municipios, es decir en el 80%, al mismo tiempoexiste una relación con niveles de homicidios relacionados con la confrontación armadaque están por encima de la proporción que se presenta en el país, que es de 12.9%.Se concluye en principio que las armas de fuego y las otras armas son las que máspesan y que esto en buena medida está relacionado con la importancia que adquierela confrontación armada en estos municipios.

Page 185: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

186

Mapa No. 37Grupo Seis. Niveles de homicidios entre 2005-2006 en los 155 municipios

entre 20 mil y 30 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 186: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

187

Cuadro No. 56Grupo seis: Municipios entre 20 mil y 30 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de armas de fuego, armas blancas y otras armas entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación por armas de fuego en el promedio 2005-2006

(Continúa)

Page 187: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

188

En efecto, 40 de los 59 municipios (67.8%) con las tasas altas, tienen al mismotiempo participaciones de homicidios relacionados con la confrontación armadapor encima del promedio nacional, de lo que se deduce que algo más de dos decada tres municipios presenta índices elevados por la importancia que adquiereen éstos la confrontación armada. Este comportamiento parece ser entoncestípico de municipios con altas participaciones de los homicidios en los contextosrurales, principal escenario donde se desenvuelve la confrontación entre el Estadoy grupos armados irregulares, donde éstos cometen homicidios selectivos contrala población (Cuadro No. 57).

Entre los 16 municipios más afectados (analizamos solamente éstos), es decirque presentan tasas muy altas y al mismo tiempo participaciones muy elevadaspor la confrontación, tenemos a 9 de la zona oriental, en su mayoría delpiedemonte: Miraflores, Calamar y El Retorno en Guaviare; Vistahermosa, PuertoRico y Puerto López en Meta; Montañita en Caquetá; Fortul en Arauca y Aguazulen Casanare. Por otro lado, los demás municipios son más dispersos, perocoinciden con zonas con presencia de las guerrillas. Está San Carlos en el orienteantioqueño; Neira en Caldas; Algeciras en Huila; Córdoba en Nariño; Sardinata yConvención en Norte de Santander (en la región del Catatumbo); Mistrató enRisaralda y Sabana de Torres en Santander. Esto nos permite concluir, de todasmaneras, que la región más afectada por la alta incidencia de la confrontación enlos homicidios en este grupo de población es la oriental.

La relación no es tan relevante entre altas tasas de homicidio y participacionesporcentuales en homicidios sin información. Existe sólo en 20 municipios, es decir enel 33.8%. En este nivel, es relevante observar que los municipios que se destacan eneste ámbito corresponden en su mayoría al occidente del país. Hay 7 de Antioquia, 4de Valle del Cauca, 2 de Caldas y 2 de Risaralda, que en su conjunto conforman el75% de estos municipios. Adicionalmente, se presentan 2 en Tolima y Nariñorespectivamente y 1 en Meta. Si bien es cierto que en algunos de éstos hay tambiéncoincidencias con altos niveles de homicidios relacionados con la confrontación armada,lo cierto es que aquí estos homicidios sin información están más relacionados con elnarcotráfico y las organizaciones delincuenciales asociadas a éste. Hay coincidenciascon la confrontación armada al mismo tiempo en 10 de éstos, es decir en la mitad: 3de Antioquia, 2 de Caldas, 2 de Nariño, 2 de Tolima y 1 de Risaralda.

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 188: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

189

Cuadro No. 57Grupo seis: Municipios entre 20 mil y 30 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a la confrontación armaday sin información entre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios

relacionados con la confrontación armada en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 189: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

190

La relación entre altas tasas de homicidio y la modalidad del sicariato tampoco estan significativa, pero de todas maneras es relevante. En 21 de los 59 municipiosse presenta, es decir en el 35.6% de éstos. En este caso, es importante señalar queal mismo tiempo 18 de estos 21 municipios tienen una participación superior a ladel país en armas de fuego, lo que corrobora que en éstos se presentan asesinatosselectivos (Cuadro No. 58).

Los municipios más afectados por el sicariato corresponden a varias regiones; lospertenecientes al occidente se destacan, pero no tanto como en aquellos sininformación. Se presentan 3 de Caldas y 1 de Quindío, no obstante no aparecen enAntioquia, Risaralda y Valle, de lo que se puede intuir que en estos casos los homicidiosselectivos llevados a cabo por organizaciones se registran en móviles sin información.De la región del piedemonte de la Cordillera Oriental, sobresalen San Martín y PuertoLópez en Meta, El Doncello en Caquetá, Aguazul en Casanare y Fortul en Arauca, loque sugiere que en el oriente hay combinaciones entre confrontación armada ysicariato, de lo que se deduce que inciden las muertes en combate, pero así mismolos asesinatos selectivos protagonizados por actores organizados. Adicionalmente,se presentan 3 municipios de Norte de Santander, en el Catatumbo, y Barbosa deSantander. De la región Caribe, sobresalen 2 de La Guajira, 1 de Atlántico y otro deCórdoba. Finalmente, aparecen 2 en Cauca.

En riñas, la relación tampoco tiene mucha relevancia, hay 18 municipios de los59, el 30.1%, en los que se presentan al mismo tiempo altas tasas de homicidioy participaciones por riñas por encima del país, del 10.5%. Estos municipios notienen cascos urbanos muy grandes, pero en últ imas las r iñas reflejancomportamientos típicamente urbanos. Sólo en dos casos, Bolívar en Antioquia yAcevedo en Huila, las riñas representan más del tercio de todos los homicidios,sin embargo en su conjunto no son centrales para explicar las elevadas tasas dehomicidio. Si bien en algunos de éstos coinciden con elevados niveles de armasblancas, tampoco corresponden a la mayoría de los homicidios, por lo que noson determinantes para explicar las tasas altas. Coinciden en unos casos conaltos niveles sin información, en otros con homicidios por sicariato y en otrosmás por la confrontación armada, por lo que en últimas, estas tres categoríasson las que en mayor proporción explican las tasas elevadas en este tamaño depoblación (Cuadro No. 59).

La distribución de los municipios más afectados por riñas es particular. En eloccidente, se destacan tres de Antioquia, tres de Caldas, uno de Risaralda y unode Quindío; éstos coinciden con altos niveles en armas blancas, por encima del14% del país, pero al mismo tiempo sus participaciones en sicariato, sin informacióny confrontación armada son en suma elevadas. En el oriente, se encuentranMiraflores en Guaviare y El Doncello en Caquetá, pero en éstos pesa mucho másla confrontación armada o el sicariato. Hay tres municipios del Huila, Acevedo,Isnos y Gigante, con proporciones de riñas que rondan el tercio de los homicidiosde esos municipios, pero al mismo tiempo tienen proporciones superiores enhomicidios sin información. Así mismo aparecen tres municipios de Santander,pero en éstos al mismo tiempo son más altos los homicidios relacionados con laconfrontación armada o el sicariato. En conclusión, las riñas no son determinantesde los altos niveles de homicidios.

Page 190: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

191

Cuadro No. 58Grupo seis: Municipios entre 20 mil y 30 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.Tasas de homicidios y participaciones porcentuales de homicidios asociados a sicariato y sin información

entre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionadoscon sicariato en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 191: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

192

Cuadro No. 59Grupo seis: Municipios entre 20 mil y 30 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a riñas y atracosentre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados

a riñas en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 192: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

193

En atraco, la relación no es nada relevante; solamente en seis municipios, queequivalen al 10.2% de los 59, se presentan tasas por encima del promedio nacionaly participaciones porcentuales en homicidios por atraco superiores al 5% quepresenta el país. Éstos son Marsella en Risaralda, Circacia en Quindío, Salamina enCaldas, Galapa en Atlántico, Balboa en Cauca y El Zulia en Norte de Santander.Aparte de Marsella, municipio de Risaralda, donde los atracos representan el 23%de todos los homicidios, en ninguno otro superan el 10%, es decir que no más deuno de diez homicidios que ocurren en esos municipios se explican por atraco. Sedebe señalar, que en Marsella, donde casi llegan a explicar a uno de cada cuatro,los homicidios sin información explican seis de cada diez.

En conclusión, en el grupo seis, el número de municipios afectados por tasas porencima del promedio nacional que corresponden con altas participaciones de armasde fuego es cercano a seis de cada diez y entre aquellos que la superan ampliamentees de cerca de siete de cada diez; lo anterior señala que existe correspondencia entrealtas tasas y la participación de actores organizados. La relación tiene alguna relevanciaen otras armas, pues se presenta en cuatro de cada diez y es mucho menor en armasblancas, pues se da solamente en tres de cada diez. En general, en móviles, estosmunicipios tienen una relación entre altas tasas y confrontación armada, pues seproduce en el 67.8% de los considerados, situación que es más nítida en contextosrurales y particularmente en el piedemonte de la Cordillera Oriental; en la medida enque este móvil es fácilmente identificable, la relación no es tan relevante entre altastasas de homicidio y participaciones porcentuales en homicidios sin información,pues existe sólo en 20 municipios, es decir en el 33.8%, que se ubican principalmenteen Antioquia, Valle del Cauca, Caldas y Risaralda, que en su conjunto concentran el75% de estos municipios. La relación tampoco es muy relevante entre altas tasas dehomicidios y la modalidad del sicariato que se presenta en 21 de los 59 municipios,es decir en el 35.6% de ellos, pero de todas maneras no es despreciable pues representaalgo más de un tercio. En homicidios por riñas y atracos, la relación no es relevante,pues es de 30.1% para los primeros y de 10.2% en los segundos.

Examinemos ahora los 96 municipios restantes que tienen tasas por debajo delpromedio del país. En armas de fuego, la relación no es relevante, pues sólo 33municipios, es decir el 34.4%, tienen al mismo tiempo participaciones por encima del80.5% que registró el país. Es una proporción muy inferior al 59.3% que se presentóen aquellos municipios que tienen tasas superiores a la colombiana. Adicionalmente,14 de los municipios que tienen tasas por debajo del país registraron el 100% de loshomicidios por arma de fuego, pero en términos absolutos representan muy pocos,pues registran entre cuatro y siete homicidios en dos años. Se concluye que lasarmas de fuego inciden en municipios con tasas altas y bajas, pero más en los primeros.

Las armas blancas, por el contrario, tienen más realce en estos 96 municipios que enaquellos con tasas altas. En efecto, se presentaron 48 de 96 municipios en los quelas armas blancas tienen participaciones por encima del promedio nacional de 14.4%;en aquellos municipios con tasas altas esta participación había sido solamente de35.9%. Es la misma conclusión para todos los grupos analizados. Las armas blancasadquieren realce en los municipios con tasas bajas en la medida en que son menosopacados por los actores organizados.

En otras armas, la relación se da en 34 de 96 municipios, es decir en el 35.4%. Si bienla correspondencia no es clara, y es menor a la que se presenta en los municipios contasas altas, que fue de 42.9%, no deja de ser relevante, pues se da en uno de cada

Page 193: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

194

tres municipios. No obstante, hay que señalar que esto se produce en municipiosdonde los homicidios en términos absolutos son muy reducidos.

En lo que se refiere a los móviles, conviene presentar primero la confrontación armadadonde la relación fue significativa en los municipios con tasas altas, de 67.8%, es decirmás de dos de cada tres. En los 96 municipios con tasas por debajo de la del país, laparticipación de la confrontación armada se da en 31 municipios, es decir en el 32.3%,casi uno de cada tres. Se concluye que en estos municipios, la confrontación armadaincide en las tasas altas y tiene poco relieve en las tasas bajas, que generalmente seregistran en municipios, donde los homicidios en términos absolutos fueron bajos.

En homicidios sin información, la relación con tasas bajas no es despreciable. En 45 de96 municipios se presentan al mismo tiempo tasas por debajo del país y homicidios sininformación por encima del promedio nacional, que fue de 44.8%. Es una proporciónque supera el 33.8% que se presentó en los municipios con tasas elevadas. Es importanteaclarar que, como sucede en el grupo cinco, en los municipios con tasas altas, existe unalto grado de identificación del móvil, especialmente en lo relacionado con laconfrontación armada. Por el contrario, en municipios donde la confrontación armadano tiene relevancia, los homicidios sin información adquieren más realce. No obstante,en este caso es bueno aclarar que los homicidios sin información presentan proporcionesaltas en municipios donde los homicidios en términos absolutos no son muysignificativos. En 21 de los 45 municipios no se produjeron más de seis homicidios endos años y en 15 más no ocurrieron más de diez por año. De esta manera, sólo unospocos homicidios sin información incrementan el porcentaje a niveles muy elevados.

Por otro lado, hay 33 de 96 municipios donde al mismo tiempo se presentan tasaspor debajo del promedio nacional y homicidios por sicariato por encima del promediocolombiano, que fue de 20.1%, es decir en el 34.3%. Es una proporción levementeinferior al 35.6% que se presenta en los municipios con tasas superiores a la colombiana.En los dos casos, algo más de uno de cada tres. No obstante, en los municipios contasas bajas, el análisis no es relevante, pues las proporciones elevadas se dan encontextos en los que los homicidios en términos absolutos son reducidos. Es asícomo en 28 de estos municipios, no ocurrieron más de seis homicidios en promediopor año; en los restantes, no se llega a más de nueve por año. No obstante, las cifrasindican que el sicariato está muy extendido en el conjunto nacional, no solamente enmunicipios de tamaños grandes, sino también en los intermedios, lo anterior sindejar de considerar aquellos que quedan escondidos en los homicidios sin información.

Es interesante observar, como ocurre en casi todos los grupos analizados, que eneste caso las riñas también adquieren relieve en los municipios con tasas bajas. Enefecto, en 45 municipios, es decir en el 47%, existen al mismo tiempo tasas bajas yparticipaciones por riñas por encima del promedio colombiano, de 10.5%.

El atraco tampoco tiene relevancia en este grupo de municipios; solamente 22 de los96 municipios, es decir el 22.9%, tienen al mismo tiempo tasas por debajo de las delpaís y participaciones porcentuales por homicidios por atraco que superan el 5%, quearrojó el promedio colombiano. La relación tampoco fue relevante en los municipioscon tasas elevadas, pues en este caso el porcentaje de correspondencia entre los dosfactores analizados sólo llegó al 10.2%. En lo esencial este comportamiento adquieremás relieve en municipios con un importante peso en lo urbano, lo que no es el casodel grupo seis.

Page 194: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

195

3.3.4 Grupo siete: municipios entre diez mil y veinte mil habitantes.Relación entre tasas, armas y móviles

En este grupo, hay 320 municipios y lo conforma el mayor número de municipios; ensu conjunto representan el 44.6% de los del país, es decir casi la mitad. En estosmunicipios, más de seis de cada diez habitantes viven en zonas rurales (63.53%) y másde tres en la cabecera (36.47%). Su tasa para el conjunto de los municipios en promediofue de 45.4 hpch para el promedio 2003-2006 y es la más alta de los municipios máspequeños, pues los grupos ocho y nueve registraron 37.3 y 41.8 hpch respectivamente;así mismo, está por debajo de los grupos cuatro y cinco, de 52.3 y 45.7 hpch, peroestá por encima del grupo seis, que registró 44.3. En el grupo siete, la tasa rural esmuy superior a la urbana, pues fueron de 53.1 y 32.3 hpch respectivamente, y la rurales la más alta entre los grupos cinco a nueve. En estos 320 municipios, la dinámicarural es por ello mucho más significativa en términos relativos que la urbana.

De los 320 municipios, en 110, es decir en el 34.4%, la tasa de 2005-2006 fue superioral promedio nacional de 38.3 hpch y en el 65.6% restante estuvo por debajo, lo quequiere decir que aproximadamente uno de cada tres municipios registraron niveles muyaltos y altos y dos de cada tres niveles bajos. Adicionalmente, 49 presentaron tasas porencima del doble de la tasa nacional, el 15.3% de los 320 municipios considerados y el44.5% de los 110 que superaron el promedio del país. En el mapa No. 38, se representanestos 320 municipios de acuerdo con sus niveles medidos en tasas de homicidio.

Analicemos los comportamientos en armas y móviles, primero en los 110 municipiosque están por encima de la tasa promedio del país para 2005-2006, es decir los queregistran niveles muy altos y altos, y después en los 210 que registraron niveles bajos.

De los 110 municipios que superan la tasa del promedio nacional para 2005-2006, 72superan la participación de armas de fuego del país de 80.5%, es decir el 65.4%, y el34.6% están por debajo. Examinando únicamente la relación con los 49 municipiosque superaron en más del doble la tasa nacional, la proporción es de 77.5%, todavíamás elevada. Lo anterior es un indicio de la elevada participación de actores organizadosy que ésta es mayor en la medida en que la tasa es más alta (Cuadro No. 60).

En armas blancas, la relación es al revés; solamente 31 municipios de 110, es decir el30%, tiene participaciones en armas blancas superiores al 14.4%, que es el promedionacional; esto es que de cada diez municipios, cerca de tres tienen participaciones enarmas blancas superiores a las del país. Se concluye que la incidencia de individuos yde la pequeña delincuencia, no es relevante para explicar las altas tasas de homicidio,al igual que ocurre en los grupos uno a seis.

En otras armas, 36 de los 110 municipios, el 32.7%, superan el promedio nacional enlos que la participación es superior al promedio nacional de 5.1%. Estos municipiostienen a su turno una correspondencia con participaciones elevadas en homicidiosasociados a la confrontación armada, por encima del 12.9% nacional, lo que se produceen 31 de estos 36 municipios, es decir en el 86% de los casos. Lo anterior señala que laconfrontación armada en estos municipios pequeños, donde el peso de lo rural esimportante, adquiere relieve para explicar las elevadas tasas de homicidio. En particular,en este marco, el uso de otras armas, como minas antipersonal, granadas y explosivos,inciden en una parte de estos municipios, además de las armas de fuego.

Page 195: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

196

Mapa No. 38.Grupo Siete. Niveles de homicidios entre 2005-2006 en los 320 municipios

entre 10 mil y 20 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 196: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

197

Cuadro No. 60Grupo siete: Municipios entre 10 mil y 20 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de armas de fuego, armas blancas y otras armas entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación por armas de fuego en el promedio 2005-2006

(Continúa)

Page 197: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

198

(Continúa)

Page 198: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

199

Analicemos ahora los móviles. Se examinó para los 110 municipios que superan latasa promedio nacional para 2005-2006 el comportamiento de los homicidiosrelacionados con la confrontación armada y se encontró que el 65.5%, es decir 72municipios, superan la participación nacional de 12.9%; es decir en dos de cada trescasos, la confrontación armada tiene un peso importante para explicar las altas tasasde homicidio. Este comportamiento se relaciona con enfrentamientos entre el Estadoy la subversión, con ataques llevados a cabo por los grupos irregulares, en los quepesa mucho el arma de fuego y el uso de minas, granadas y explosivos, pero asímismo con escenarios donde se producen homicidios selectivos, principalmente porparte de grupos guerrilleros (Cuadro No. 61).

Se analizaron los municipios donde la confrontación armada incidió en la mitad o másde los homicidios y se tiene que sobresale el oriente del país, pues aparecen seis enMeta, La Macarena, La Uribe, Lejanías, Mesetas, Puerto Lleras y Puerto Concordia, unazona donde en los dos últimos años se han concentrado operaciones militares yactuaciones de las Farc; hay igualmente cuatro municipios de Caquetá: Curillo, El Paujil,Solita y Albania y cinco de Casanare: Hato Corozal, Monterrey, Nunchía, Pore y Támara.

De Norte de Santander, se destacan cuatro en la región del Catatumbo: El Tarra,Hacarí, San Calixto y Teorema. En estos municipios, se registra actividad de las guerrillasy operaciones militares por parte del Estado; particularmente después de ladesmovilización de las autodefensas. En Antioquia, se ubican nueve municipios, seisde éstos del oriente: Argelia, Granada, Nariño, San Francisco, San Luis y San Rafael;dos del norte, San Andrés y Campamento y Mutatá en Urabá; zonas donde persistenoperaciones militares y actuaciones de grupos guerrilleros.

En el sur del país, se destacan cuatro municipios en Nariño: Los Andes, Policarpa,Ricaurte y Santa Bárbara, donde se han producido ataques de las Farc y operacionesmilitares; en esta zona, las Farc han adquirido dinamismo en torno a la economía dela coca. Finalmente, se presentan municipios en forma más aislada: Pueblo Bello enCesar; Sucre en Santander; Tadó en Chocó; Rivera en Huila y Pijao en Quindío.

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 199: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

200

Cuadro No. 61Grupo siete: Municipios entre 10 mil y 20 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a la confrontación armaday sin información entre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados

con la confrontación armada en el promedio 2005-2006

(Continúa)

Page 200: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

201

En un contexto en que los homicidios asociados a la confrontación armada tienenuna estrecha relación con altas tasas de homicidio, los homicidios sin información nopesan tanto. No obstante, esta participación es relevante, pues se da en 47 de los110 municipios, es decir el 42.7% del total. De estos 47, 34, es decir el 72%, tienena su turno altas participaciones en armas de fuego, superiores al promedio nacionalde 80.5%, un indicio de la participación de actores organizados, muy posiblementeasociados a homicidios selectivos. Al parecer, como ocurre en la mayoría de los gruposde municipios con tasas altas, los homicidios sin información están más asociados ala actuación de actores organizados.

Se analizaron los municipios en los que la mitad o más de los homicidios se registran enmóviles sin información y se destaca el eje de Valle, Viejo Caldas y Antioquia. En Valle,se destacaron diez municipios: Alcalá, Calima, El Águila, El Dovio, La Cumbre, La Victoria,Obando, Toro, Trujillo y Yotocó, buena parte de éstos en el norte del departamento,donde tienen lugar disputas entre grupos de narcotraficantes. Se ubican cuatro enRisaralda, Apía, La Celia, Pueblo Rico y Santuario, y dos en Caldas, Filadelfia y Victoria,en su gran mayoría con características parecidas a las que se presentan en el Valle.Adicionalmente, aparecen catorce municipios de Antioquia; Amalfi, Anorí, Cisneros,Remedios, Santo Domingo y Yolombó, en el nordeste; Briceño en el norte; Betania,Jardín, Salgar y Támesis, en el suroeste; San Jerómimo y Sopetrán, en el occidente; yPuerto Triunfo en el Magdalena Medio. Por otra parte, el Valle, el Viejo Caldas y Antioquiason zonas que concentran los mayores subregistros en sicariato, por lo que se puedeintuir que buena parte de estos homicidios pudieron en últimas estar asociados aactores organizados, que usan con mucha frecuencia esta modalidad.

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 201: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

202

Aparte del eje del Valle, Viejo Caldas y Antioquia, hay cuatro municipios en Tolima: Falan,Icononzo, Roncesvalles y Rovira; tres en Nariño: El Rosario, Santa Cruz y Taminango;además de Santa Rosa en Bolívar, San Pablo de Borbur en Boyacá y Palestina en Huila.

El sicariato no presenta una relación positiva con altas tasas de homicidio en estegrupo de municipios, porque sólo 27 de los 110 municipios presentaron unaparticipación porcentual superior al promedio nacional de 20.1%, como se anotóanteriormente, por el peso de la confrontación. Así mismo, es evidente que buenaparte de los homicidios asociados a este móvil quedaron escondidos en la categoríasin información, especialmente aquellos ocurridos en Valle, la región del Viejo Caldasy Antioquia (Cuadro No. 62).

Se examinaron aquellos municipios en los que en más de un tercio de los homicidios seexplican por la categoría de sicariato. Se destaca el departamento de Caldas, donde estánmuy afectados Belalcázar, Filadelfia y Viterbo, que a su turno presentan elevados nivelessin información; en entrevistas, se estableció que Viterbo es muy afectado por organizacionesy bandas que actúan en torno a intereses asociados al narcotráfico. Adicionalmente, estánFinlandia en Quindío y Yondó en Antioquia. Se destacan en Casanare los municipios deMonterrey, Tauramena y Trinidad, donde tradicionalmente han tenido presencia gruposde autodefensa. En Norte de Santander, está San Calixto. En la región Caribe, se ubicanTubará, en Atlántico, Pailitas en Cesar y Dibulla en La Guajira.

Las riñas tampoco presentan una relación significativa; existe en 28 de los 110municipios, en los que se registraron tasas por encima del promedio nacional, esdecir en el 25.5%, o sea en uno de cada cuatro. Sólo en siete municipios, las riñasexplican un tercio o más de los homicidios; son éstos Guadalupe y Tarqui en Huila;Charalá y Simacota en Santander; Pijao en Quindío, Curillo en Caquetá y Trinidad enCasanare. No obstante, se debe destacar que en términos absolutos el total dehomicidios no pesa en forma considerable, pues se registraron en promedio por añoen 2005–2006 entre cuatro y siete homicidios de estas características. En lo que serefiere al atraco, la relación es de solamente el 18.2%, pues 20 de los 110 presentaronparticipaciones porcentuales por encima del 5% (Cuadro No. 63).

En contraste, 210 municipios de los 320 analizados en este grupo, el 65.6%, presentantasas por debajo del promedio nacional, es decir casi dos de cada tres.

Respecto de éstos, se debe anotar que 16 de los 220 considerados no presentaron unsolo homicidio entre 2005 y 2006 y en 69 no hubo más de un homicidio anual enpromedio en el mismo lapso; que representan el 31% del total de los que tienen tasaspor debajo del país; es decir que en casi uno de cada tres de estos municipios no sepresentó más de un homicidio por año entre 2005 y 2006. Adicionalmente, incluidoslos anteriores, en el 48.6%, casi la mitad, no se produjeron más de dos homicidios poraño en promedio. De la misma manera, solamente en el 10.4%, se produjo un promediosuperior a cinco; el que más homicidios registró fue de 6,5 en promedio por año. Estascifras nos señalan que en términos absolutos los homicidios tienen un peso muy bajoen los municipios con tasas por debajo de las del país; este comportamiento explicaque las relaciones propuestas sean poco relevantes aquí, no solamente en lo referentea armas, sino también en móviles. Entre los municipios con tasas por debajo del promedionacional, se destacan 37 de Cundinamarca, 22 de Boyacá, 16 de Bolívar, 15 de Antioquia,15 de Nariño, 12 de Santander, 11 del Magdalena, 10 de Córdoba, 9 de Cauca, 8 deNorte de Santander, 8 de Cesar, 7 de Atlántico y 7 de Chocó, entre los más significativos.

Page 202: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

203

Cuadro No. 62Grupo siete: Municipios entre 10 mil y 20 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a sicariato y sin información entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados

con sicariato en el promedio 2005-2006

(Continúa)

Page 203: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

204

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

La relación de estos 210 municipios con participaciones de armas de fuego porencima del promedio nacional es obviamente menos relevante que en los 110que presentaron tasas por encima. Se presentaron en 98 municipios, el 44.5% delos 220, que presentan al mismo tiempo tasas por debajo del promedio nacionaly participaciones en armas de fuego por encima del promedio del país de 80.5%.Es claramente inferior a la proporción de los municipios con tasas por encima delpromedio nacional, que fue de 65.4%. De todas maneras, el hecho de que encuatro de cada diez municipios la participación sea más elevada que en el promedionacional, se explica porque son municipios que presentan muy pocos homicidios,pero cometidos con armas de fuego. En efecto, en 62 municipios la participaciónfue del 100% en armas de fuego, pero en más del 90% de estos municipios, nohubo en promedio más de un homicidio por año.

En armas blancas, la relación es mucho más relevante que en los 110 municipios quepresentaron tasas por encima del promedio nacional. Mientras que entre los 220municipios hubo 90, es decir el 41% de los analizados, en los 110 la proporción fue del30%. Se tiene que las armas blancas, que en el conjunto nacional sólo explican catorcede cada cien homicidios, adquieren más relieve en municipios que ostentan bajastasas de homicidio.

Page 204: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

205

Cuadro No. 63Grupo siete: Municipios entre 10 mil y 20 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a riñas y atracosentre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados con riñas

en el promedio 2005-2006

(Continúa)

Page 205: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

206

Por otra parte, 46 de los 220 municipios, es decir el 20.9%, presentaron al mismotiempo tasas por debajo del promedio nacional para 2005-2006 y participacionesporcentuales en otras armas por encima del 5.1% que presentó el país. Es unporcentaje inferior al 32.7% en aquellos municipios con tasas por encima del promedionacional. Lo anterior se explica porque las otras armas adquieren importancia en loscontextos rurales en homicidios asociados a la confrontación armada, y en especialpor el uso de minas, granadas y explosivos. De tal manera que en la medida en quelos homicidios asociados a la confrontación disminuyen, así mismo se reduce el pesode las otras armas.

En este sentido, es relevante constatar que solamente 55 de los 220 municipiosconsiderados, es decir el 25%, hayan registrado participaciones porcentuales porhomicidios asociados a la confrontación armada por encima del promedio nacionaldel 12.9%. Es una proporción muy inferior al 42.7%, que se registró en los 110municipios con tasas por encima del promedio nacional. Es importante señalar porotro lado que, en contraste, en 163 de los 220 municipios, es decir el 74%, no sepresentó un solo homicidio asociado a la confrontación armada.

Por otra parte, 87 de 220 municipios, el 39.5%, presentó al mismo tiempo tasaspor debajo del promedio nacional y participaciones porcentuales por encima delpaís en móviles sin información. Es una proporción apenas tres puntos por debajodel 42.7% que se registró en los municipios con tasas por encima de las del país.

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 206: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

207

Solamente el 29.5% de los municipios presenciaron al mismo tiempo tasas pordebajo del promedio del país y participaciones en sicariato por encima del promediodel país del 20.1%. Es una participación por encima del 24% que se registró en losmunicipios que tienen tasas más altas que las del país. En lo esencial, es unacategoría que tiene poca relevancia en los municipios del grupo siete, y en generalen los municipios más pequeños con una alta participación de la población en loscontextos rurales.

En riñas, la relación es del 39.5%, pues presentaron participaciones porcentualespor este móvil superiores al porcentaje del país un total de 87 de 220 municipios. Noobstante, esta proporción es superior al 25.4% que se presenta en los municipiosque superan la tasa promedio del país. En atracos, sólo hay un 10% de los municipiosdonde se presentaron participaciones por este móvil por encima del país y al mismotiempo tasas por debajo del promedio nacional. Es una proporción muy por debajodel 18%, que se presentó en los municipios con tasas por encima del promedionacional para 2005-2006.

En conclusión, se tiene que en los 320 municipios, las tasas de homicidio elevadasestán asociadas a altas participaciones en armas de fuego y en general a homicidiosasociados a la confrontación armada, bien sea que hayan sido determinados porarmas de fuego o por otros medios como minas, granadas y explosivos. Estecomportamiento es especialmente nítido en el oriente del país, en losdepartamentos de Meta, Caquetá y Casanare, pero así mismo también en Antioquia,Norte de Santander y Nariño. Adicionalmente, están asociados a altos niveles demóviles no identificados, sin información, que al mismo tiempo fueron cometidoscon armas de fuego. Los anteriores se presentan con mayor frecuencia en el Valle,Viejo Caldas y Antioquia. Lo anterior explica que los asociados con sicariato seanreducidos en las tres regiones mencionadas. No son relevantes las armas blancas,como tampoco los móviles como riñas y atracos.

3.3.5 Grupo ocho: municipios entre cinco mil y diez mil habitantes.Relación entre tasas, armas y móviles

Este grupo está conformado por 254 municipios que representan el 35.4% de los delpaís, algo más del tercio. En estos municipios, casi siete de cada diez habitantesviven en zonas rurales (67.8%) y algo más de tres en la cabecera (32.2%). La tasapara el conjunto de los municipios fue en promedio de 37.7 hpch para el promedio2003-2006 y es la más baja de los municipios más pequeños y del conjunto nacional.En el grupo ocho, la tasa rural es muy superior a la urbana, pues fueron de 42.8 y28.4 hpch respectivamente, y en ambos casos son las más bajas del país.

De los 254 municipios, en 65, es decir en el 25.6%, la tasa de 2005-2006 fuesuperior al promedio nacional de 38.3 hpch y en el 74.4% restante estuvo pordebajo. Esto corrobora que en la medida en que los municipios son más pequeños,el porcentaje de los no violentos es mayor que en los más grandes. Adicionalmente,29 de los críticos presentaron tasas por encima del doble de la tasa nacional, el11.4% de los 254 municipios considerados y el 44.6% de los 65 que superan elpromedio del país. Los niveles de homicidios de estos municipios se presentan enel mapa No. 39.

Page 207: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

208

Mapa No. 39Grupo Ocho. Niveles de homicidios entre 2005-2006 en los 254 municipios

entre 5 mil y 10 mil habitantes

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 208: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

209

Analicemos los comportamientos en armas y móviles, primero en los 65 municipiosque están por encima de la tasa promedio del país para 2005-2006, y después en los189 restantes.

Entre los 65 municipios con tasas por encima de la del país, 48, es decir el 73.8%,tienen participaciones porcentuales en armas de fuego superiores al 80.5% quese registró en el país. Es entonces una relación que se presenta en casi tres decada cuatro municipios con tasas altas. La proporción se incrementa a 79.3%,cuando el análisis se hace respecto de los 29 municipios que superaron en másdel doble la tasa promedio para 2005–2006. Se tiene al mismo tiempo que entrelos 48 municipios, la mitad tienen al mismo tiempo altas participaciones en tornoa la confrontación armada, el 43% en móviles sin información y el 25% en sicariato(Cuadro No. 64).

En armas blancas, la relación es menos relevante, porque sólo 25 de los 65 municipiosque registraron tasas por encima del país en 2005-2006 presentan al mismo tiempoparticipaciones en armas blancas por encima del promedio nacional de 14.4%. Lasarmas blancas no tienen entonces aquí tanta relevancia como las de fuego paraexplicar los índices elevados.

En 15 de los 65 municipios considerados, se producen tasas por encima del país en2005-2006 y al mismo tiempo participaciones en otras armas por encima delpromedio nacional de 5.1%; una proporción del 13.1% de los municipios analizados,por lo que en principio la relación no es relevante. No obstante, se debe anotarque el 60% de estos municipios tienen al mismo tiempo participaciones muy elevadasen homicidios asociados a la confrontación armada, es decir que en éstos sepresentan muertes que han sido causadas por minas, granadas o explosivos;significativo si se tiene en cuenta que a nivel nacional, las otras armas solamenteexplican el 5.1% de los homicidios.

Analicemos ahora los móviles. Se debe anotar que analizando el conjunto de los 65municipios con tasas por encima del promedio nacional, sobresalen los homicidiosrelacionados con la confrontación armada. De los 65 que presentan tasas por encimadel promedio nacional, un total de 32, es decir el 49%, tienen participaciones entorno a la confrontación armada, por encima del 12.9% que presenta el promediodel país; es decir que la mitad de los municipios con tasas altas en este grupo demunicipios se explican en buena parte por homicidios asociados a la confrontaciónarmada. (Cuadro No. 65)

Se analizó la distribución espacial de los municipios en los que la mitad o más de loshomicidios se explican por móviles asociados a la confrontación armada y se encontróque se produce en 15 de éstos. En la medida en que se trata de municipios entrecinco y diez mil habitantes, la distribución es muy particular. Se destacan tresmunicipios de Norte de Santander: Bucarasica, La Playa y Villa Caro, a los que se lespuede agregar Coromoro en Santander. Sobresalen tres municipios en Huila, Baraya,Colombia y Villavieja y Dolores en Tolima. Están presentes igualmente Urumita y ElMolino, en La Guajira, así como Cantagallo en el sur de Bolívar, El Roble en Sucre ySan José del Palmar en Chocó. Finalmente, se debe mencionar a San Francisco enCundinamarca y La Llanada en Nariño.

Page 209: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

210

Cuadro No. 64Grupo ocho: Municipios entre 5 mil y 10 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de armas de fuego, armas blancas y otras armas entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación por armas de fuego en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 210: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

211

Cuadro No. 65Grupo ocho: Municipios entre 5 mil y 10 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005- 006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a la confrontación armaday sin información entre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados

con la confrontación armada en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 211: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

212

En homicidios sin información, se encontraron 28 de los 65 municipios aludidos enlos cuales la participación es superior al 44.8% que se presenta en el país; la proporciónes del 43.1%, si bien inferior a la mitad, de todas maneras relevante. En el 75% deestos 28 municipios, la participación en armas de fuego es superior al promedio delpaís, un indicio del peso que tienen actores organizados. Se identificaron 26 municipiosen los que la mitad o más de los homicidios se explican por móviles sin información;la mayoría son de Antioquia y Valle, pues éstos representan la mitad. En Antioquiaestán Alejandría, Angelópolis, Buriticá, Caicedo, Caracolí, Heliconia, Maceo ySabanalarga; en Valle están Argelia, El Cairo, Ulloa, Versalles y Vijes. Se destacan dosdel Viejo Caldas, Marmato en Caldas y Balboa en Risaralda. De nuevo, aparecenentonces en su mayoría municipios del occidente colombiano. Por otro lado, estántres de Tolima, Ambalema, Armero y Casablanca, tres en Meta, Cubarral, Fuente deOro y Guamal. Más aislados están Pauna en Boyacá, Florencia en Cauca, Suaza enHuila, Gualmatán en Nariño y El Peñón en Santander.

En sicariato, la relación es menos relevante que en la confrontación armada y enhomicidios sin información. Solamente 16 de los 65 municipios, el 24.6%, es deciraproximadamente uno de cada cuatro, presentan tasas por encima del promedionacional y al mismo tiempo porcentajes por encima del promedio del país que fue de20.1%. En Cundinamarca están Bojacá, Cabrera y Paratebueno; en Boyacá, Maripí,Pauna y Caldas; en el Viejo Caldas están Salento en Quindío y San José en Caldas; enCaquetá, Belén de los Andaquíes y Morelia; adicionalmente, están Guamal en Meta,Distracción en La Guajira, Bucarasica en Norte de Santander, Florián en Santander yLa Llanada en Nariño (Cuadro No. 66).

En riñas, la relación es inferior a la que se presenta en la confrontación armada y enhomicidios sin información, pero es superior a la de sicariato. Hay 20 municipios de 65,es decir el 30.8%, que presentan tasas por encima de las del país en 2005–2006 y almismo tiempo participaciones por riñas por encima del 10.5%. Este porcentaje señalaque las riñas también tienen lugar en los contextos rurales de municipios de tamañospequeños, no obstante que tienen menos relevancia que en los contextos urbanos;al respecto, es bueno señalar que el grupo ocho en términos absolutos tiene pocarelevancia, pues el total de homicidios oscila entre dos y ocho en promedio por año.Se encontraron sólo cinco municipios, donde las riñas explican la mitad o más deltotal de los homicidios. Tres de esos municipios son de Santander: La Belleza, Guepsay Tona; uno de Boyacá, Coper, y uno de Quindío, el municipio denominado Córdoba.

En atracos, la relación es muy poco relevante. Solamente en 11 de 65 municipios, el16.9%, se producen al mismo tiempo altas tasas y participaciones porcentuales superioresal 5.1% que se presenta en el conjunto nacional. El atraco no es entonces relevante paraexplicar los altos niveles de homicidios en estos municipios pequeños, mayoritariamenterurales. Aparecen sólo tres municipios que explican el 25% de sus homicidios por atracos.Son éstos Tona en Santander, Florencia en Cauca y Villavieja en Huila.

Analicemos ahora los 189 municipios, cuyas tasas están por debajo del promedio nacionalpara 2005-2006. Es importante advertir que en este caso las proporciones encontradastienen que ser observadas con cautela, puesto que los cálculos muestran un volumende homicidios en términos absolutos muy reducido. En términos absolutos, se tieneque 51 municipios no registraron un solo homicidio en los dos años considerados,2005-2006; en 50, sólo se produjo un homicidio en los dos años, en 23 municipios unhomicidio en promedio por año, en 24 municipios tres homicidios cada dos años, en

Page 212: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

213

21 municipios dos homicidios por año, en 7 municipios cinco homicidios cada dosaños, en 4 municipios tres homicidios por año y en 5 municipios siete homicidios endos años. A partir de volúmenes tan reducidos, uno o dos homicidios determinancambios muy bruscos en las proporciones calculadas. Se destacan con niveles muybajos 45 de Boyacá, 32 de Cundinamarca, 18 de Santander, 15 de Chocó, 13 deAntioquia, 13 de Nariño, 8 de Huila, para no destacar sino los más significativos.

De los 189 municipios con tasas por debajo del promedio nacional hubo 73, es decirel 38.6%, que presentaron al mismo tiempo participaciones en armas de fuego porencima del promedio del país, de 80.5%. Es una proporción inferior al 73.8% que sepresenta en los 65 municipios con tasas por encima del país. A primera vista, larelación no es despreciable, pero se explica por el reducido número de homicidios.De hecho, se destacan 65 municipios donde no se registraron más de dos homicidiosen promedio por año y en su totalidad fueron ocasionados con armas de fuego.

Veamos ahora el comportamiento de las armas blancas en estos 189 municipios. Setiene que hay 52 municipios en los que al mismo tiempo las tasas están por debajode Colombia y la participación en armas blancas por encima, lo que representa el26.9% del total analizado. Es una proporción inferior a la que se presentó en losmunicipios con tasas elevadas, pero en términos absolutos los 52 municipios sonalgo más del doble de los 25 municipios que presentaron este comportamientoentre los 65 con tasas por encima de las del país. De nuevo, la explicación reside enque el cálculo se hace sobre la base de muy pocos homicidios. De hecho, entre los 52municipios con proporciones altas en armas blancas, se registró 45 donde loshomicidios promedio por año no superaron los dos.

Hay solamente 17 municipios de los 189, el 8.9%, donde las tasas están por debajodel promedio nacional para 2005-2006 y al mismo tiempo las participaciones enotras armas superan el 5.1% del país. No es una relación relevante. La proporciónadquiere cierto relieve en la medida en que en 11, se produjeron entre 2 homicidiosen promedio anual y 5 en dos años.

A continuación, se presentan las conclusiones que se desprenden del análisis de losmóviles. Solamente 32 municipios de los 189 en los que las tasas están por debajodel promedio nacional para 2005-2006 presentan al mismo tiempo una participaciónen homicidios asociados a la confrontación superior al 12.9% del país; estorepresenta únicamente un 16.9%, una proporción que equivale al tercio del 49%que se obtiene en los municipios con tasas por encima del promedio del país. Nosobra señalar que en el caso de los 32 municipios que tienen tasas bajas peroparticipaciones en la confrontación por encima del país, hay 26 municipios dondeel promedio anual de homicidios fue de dos por año; entre los seis restantes, elmunicipio con más homicidios fue de de siete en dos años.

Por otro lado, 59 de los 189 analizados, el 31.2%, presentan al mismo tiempo tasaspor debajo del promedio del país en 2005-2006 y participaciones porcentuales enmóviles sin información por encima del 44.8% del nivel nacional. La proporción esapenas inferior en cinco puntos al 43.1% que resulta del análisis de los 65 municipiosen los que las tasas están por encima de la colombiana. Como se ha analizado, el31.2% aparece como una proporción no despreciable, pero explicable por el volumenbajo de homicidios que se analizan: 55 de los 59 municipios considerados no presentanpromedios anuales que superen los dos por año, y en el extremo, el municipio másafectado entre los cuatro restantes arroja siete homicidios en dos años.

Page 213: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

214

Cuadro No. 66Grupo ocho: Municipios entre 5 mil y 10 mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a sicariato y sin información entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados con sicariato en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 214: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

215

En sicariato, la relación sólo se presenta en el 15.1% de los 189 municipios, algo másde nueve puntos por debajo del 24.6%, que arrojan los 65 municipios con tasas porencima de la tasa del país; la relación entre sicariato es más relevante entonces en losmunicipios con tasas altas.

En riñas, la proporción es de 17.9% en los 189 municipios con tasas bajas, y fue de33.8% en los municipios con tasas altas. Finalmente, en atracos, la proporción es desolamente 4.8% de los 189 y de 18.5% en los 65 municipios con tasas por encima delpaís; esta categoría adquiere más relieve en la medida en que el número de homicidioses menor.

En conclusión, en los municipios entre cinco y diez mil habitantes, como en losdemás grupos analizados, existe una relación entre armas de fuego y tasas elevadas,mientras que las armas blancas adquieren más relieve entre los municipios con tasasbajas; las otras armas tienen una asociación más estrecha con los municipios contasas altas, pues éstas están asociadas a la confrontación armada. Entre los móviles,analizados, el que más explica las tasas elevadas, por encima del promedio nacional,de acuerdo con las estadísticas disponibles, es la confrontación armada. Esta categoríaprácticamente explica las tasas altas en uno de cada dos municipios, le sigue loshomicidios sin información; esto último no deja de ser relevante, pues los registrosson débiles en buena parte del occidente colombiano, donde hay coincidenciasentre tasas altas y participaciones elevadas de armas de fuego, lo que sugiere laparticipación de actores organizados. Por lo demás, el sicariato, las riñas y el atracotienen una incidencia mucho menor. Adicionalmente, se puede afirmar que lasproporciones en armas y móviles no son despreciables en los municipios con tasasbajas, situación que se explica por el escaso volumen de homicidios analizados, quehace que uno o dos homicidios determinen cambios muy bruscos en las proporcionesanalizadas. Este grupo aporta un importante volumen de municipios no afectadospor el homicidio en Boyacá, Cundinamarca, Santander, Antioquia, Chocó y Nariño,para mencionar algunos.

3.3.6 Grupo nueve: municipios de menos de cinco mil habitantes.Relación entre tasas, armas y móviles

Este último grupo está conformado por 143 municipios que representan el 19.9%de los del país, es decir cerca de uno de cada cinco. En estos municipios, entre sietey ocho de cada diez habitantes viven en zonas rurales (75.3%) y más de dos peromenos de tres en la cabecera (24.7%). Su tasa para el conjunto de los municipios enpromedio fue de 41.8 hpch para el promedio 2003-2006 y es de las más bajas delpaís, después de los grupos uno y ocho que registraron 37.2 y 37.3 hpchrespectivamente. En el grupo nueve, la tasa rural es superior a la urbana, sin embargoson muy cercanas, pues fueron de 42.6 y 41.7 hpch.

De los 143 municipios analizados, en 37, es decir en el 25.9%, la tasa de 2005–2006fue superior al promedio nacional de 38.3 hpch y en el 74.1% restante estuvo pordebajo. Adicionalmente, 18 municipios presentaron tasas por encima del doble de latasa nacional, el 12.6% de los 143 municipios considerados y el 48.6% de los 38 quesuperan la del país. Los niveles de homicidios en estos municipios se pueden apreciaren el mapa No. 40.

Page 215: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

216

Mapa No. 40Grupo Nueve. Niveles de homicidios entre 2005-2006 en los 143 municipios

de menos de cinco mil habitantes.

Fuente: Policía NacionalFuente base cartográfica: IgacProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 216: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

217

Analicemos los comportamientos en armas y móviles, primero en los 37 municipiosque están por encima de la tasa promedio del país para 2005-2006, y después en los106 restantes.

Entre los 37 municipios que presentaron tasas por encima del promedio nacionalpara 2005-2006, 23, es decir el 62.2%, presentan participaciones en armas defuego por encima del promedio nacional de 80.5%. Si examinamos los 18 municipiosque superan el promedio nacional en más del doble, la proporción sube al 72.2%.Estos cálculos señalan que existe una correspondencia entre altos niveles enparticipaciones en armas de fuego y tasas por encima del promedio nacional. Entrelos municipios que presentan tasas por encima de la colombiana pero cuyaparticipación en armas de fuego es inferior (16), se destacan seis en los que otrasarmas diferentes a las blancas tienen un peso superior al promedio nacional, que asu turno están asociados con altas participaciones de homicidios atribuidos a laconfrontación armada (Cuadro No. 67).

En contraste, 12 de los 37 municipios presentaron tasas por encima del promedionacional y al mismo tiempo participaciones porcentuales de armas blancas por encimade las del país de 14.4%; el 32.4%. Adicionalmente, únicamente 7 de los 37 municipiosque superaron el promedio de la tasa nacional para 2005-2006 al mismo tiemporegistraron participaciones por otras armas diferentes a las de fuego y las blancas porencima de la del país de 5.1%; estos municipios representan únicamente el 18.9% delos analizados No son entonces, las otras armas, por sí solas, las principalesdeterminantes de los niveles elevados de los homicidios; sin embargo, si se suman alas de fuego como determinantes asociados a la confrontación armada, ayudan aexplicar los homicidios ocasionados por actores organizados en los municipios máspequeños, en este caso las guerrillas.

Analicemos ahora las relaciones con los móviles. En 19 de los 37 municipios, esdecir el 51.4% del total de los estudiados, se presentan al mismo tiempo tasaspor encima de la del país y participaciones en homicidios asociados a laconfrontación armada por encima del 12.9% nacional, es decir uno de dosmunicipios con tasas altas se explican por la confrontación armada. Es un cálculoadicional que permite concluir que la confrontación armada incide en municipiosde tamaño pequeño y en especial en éstos, que son de menos de cinco milhabitantes (Cuadro No. 68).

La distribución espacial de estos homicidios asociados a la confrontación armada,que explican más de la mitad de todos los homicidios, se concentran principalmenteen Boyacá y Casanare. En Boyacá están Corrales, Labranzagrande, Monguí, Pisba ySanta María. En Casanare, están La Salina, Recetor y Sácama. Si bien en Boyacá seconcentran muchos cuyas tasas de homicidio son muy bajas, éstos, al igual que losdel Casanare, se explica porque están ubicados en corredores de mucha importanciapara las guerrillas y especialmente para las Farc. Después de Boyacá y Casanare, sedestacan tres de Santander, que son Cepitá, Charta y Chimá; Barranca de Upía yCastilla La Nueva, en Meta; Marulanda en Caldas; Sipí en Chocó, La Jagua del Pilaren La Guajira, Chalán en Sucre, Valle de San Juan en Tolima y Carurú en Vaupés. Ensu conjunto, son municipios que en términos absolutos presentan pocos homicidios(en el que más se produjeron es Castilla La Nueva, donde ocurrieron trece en dosaños), pero muchos de los anteriores están asociados a la confrontación, razón porla cual arrojan porcentajes muy elevados.

Page 217: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

218

Cuadro No. 67Grupo nueve: Municipios de menos de cinco mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005 2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de armas de fuego, armas blancas y otras armas entre 2005 y 2006.Ordenado de mayor a menor por participación por armas de fuego en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Por otra parte, 12 de los 37 municipios, el 32.4%, presentan tasas por encima delpromedio nacional para 2005-2006 y al mismo tiempo participaciones porcentualesde homicidios sin información por encima del 44.8%. A su turno, 7 de estos 12municipios presentan porcentajes del 100% en armas de fuego, lo que sugiere laparticipación de actores organizados. De nuevo, se destaca Boyacá, que aportacuatro de estos municipios con altas participaciones en homicidios sin información:Briceño, Santa María, Tinjacá y Viracachá; también el departamento de Meta, dondese ubican Barranca de Upía, Castilla la Nueva, El Dorado y San Carlos de Guaroa.En forma más dispersa y aislada, están Olaya en Antioquia, Elías en Huila y Coelloy Suárez en Tolima.

Page 218: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

219

Cuadro No. 68Grupo nueve: Municipios de menos de cinco mil habitantes que superan la tasa promedio nacional

de 2005-2006. Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a la confrontación armaday sin información entre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados

con la confrontación armada en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En sicariato, 9 de 37 municipios, el 24.3%, presentan participación por encima delpromedio nacional; cerca de uno de cada cuatro. En este caso, se destacan dos deCundinamarca que son Albán y Guataquí; dos de Casanare, La Salina y Sácama; estántambién Viracachá en Boyacá, Castilla La Nueva en Meta, San Cayetano en Norte deSantander, Puerto Parra en Santander y Santa Rosalía en Vichada (Cuadro No. 69).

11 de los 37 municipios analizados registran participaciones superiores al porcentajeque arrojó el país de 10.5% en riñas; representan el 29.7% de los analizados. No esuna proporción despreciable, pues es casi uno de cada tres municipios; no obstante,

Page 219: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

220

En atraco, solamente hay 4 de los 37 municipios, el 10.8%, donde se presenta unaparticipación porcentual por encima del 5.0% que arrojó el país. Se produce en JesúsMaría y Puerto Parra en Santander; en San Cayetano en Norte de Santander y enElías, en el departamento de Huila.

Cuadro No. 69Grupo nueve: Municipios de menos de cinco mil habitantes que superan la tasa promedio nacional de 2005-2006.

Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a sicariato y sin informaciónentre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados

con sicariato en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

es de destacar que esto ocurre en municipios donde en términos absolutos loshomicidios son muy bajos: oscilan entre uno y 4.5 por año en promedio. Vale lapena señalarlos espacialmente. En Boyacá están cinco: Briceño, Labranzagrande,Monguí, San Eduardo y Santa María. En Santander están Jesús María y SantaBárbara; además están Albán en Cundinamarca, San Carlos de Guaroa en Meta,Valle del San Juan en Tolima y el corregimiento departamental de Puerto Alegría enAmazonas (Cuadro No. 70).

Page 220: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

221

Cuadro No. 70Grupo nueve: Municipios de menos de cinco mil habitantes que superan la tasa promedio nacional

de 2005-2006. Tasas de homicidio y participaciones porcentuales de homicidios asociados a riñas y atracosentre 2005 y 2006. Ordenado de mayor a menor por participación de homicidios relacionados

con riñas en el promedio 2005-2006

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Para finalizar, se hacen brevemente algunas anotaciones para los 106 municipiosrestantes, que registran tasas por debajo del promedio nacional de 38.3 hpch. Alrespecto, se debe señalar que los homicidios en términos absolutos son muyreducidos, por lo que las proporciones calculadas no son muy significativas. Esimportante reportar que 70 municipios, el 66%, es decir dos de cada tres, noregistraron un solo homicidio en 2005-2006. Además, se tienen 13 municipiosdonde se produjo un homicidio en dos años, 17 más donde se presentó unhomicidio por año en promedio y 4 donde acaecieron tres homicidios en dosaños. Se destacan 30 de Boyacá, 22 de Santander, 12 de Cundinamarca, 8 deGuainía, 7 de Amazonas, 6 de Antioquia, 4 de Vaupés y 4 de Norte de Santander,entre los departamentos más sobresalientes.

Page 221: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

222

Se concluye que los municipios de menos de cinco mil habitantes presentan muypocos homicidios en términos absolutos y en una proporción considerable no seproduce ninguno. No obstante, cerca de uno de cada cuatro presentan tasas porencima del promedio del país para 2005-2006. Son en total 37 municipios en los quelas altas tasas se explican por el peso de las armas de fuego, que es significativa enseis de cada diez. Adicionalmente, están asociados a la confrontación armada, puesuno de cada dos tienen participaciones significativas en esta modalidad; en su mayorproporción, estos últimos son ocasionados por armas de fuego, no obstante encerca de uno de cada cinco se utilizaron medios como las minas, las granadas, losexplosivos y otros que son característicos del accionar de grupos irregulares,especialmente de las guerrillas. Adicionalmente, cerca de uno de cada tres, tienenuna participación porcentual en homicidios sin información por encima del promedionacional y en cerca de uno de cada cuatro el sicariato tiene relevancia.

Page 222: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

El homicidio en seisciudades colombianas

CAPÍTULO IV

Page 223: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 224: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

225

59 Se decidió no desagregar Dosquebradas de Pereira, en cuanto la dinámica de los últimos años muestra la expansión de los problemas de la primera a la segunda.Como se verá, además de la influencia del narcotráfico y su papel determinante en la dinámica que adquieren organizaciones criminales y pandillas juveniles, unaspecto que sobresale es el aumento de los homicidios como resultado de la apropiación de los expendios de droga por parte de una organización denominadaCordillera. Sobre estos aspectos nos referiremos con detalle en el aparte respectivo.

En esta segunda parte, se ahonda el análisis en seis ciudades colombianas. Estas ciudadesameritan una profundización en la medida en que es factible desagregar la informaciónpor comunas y barrios; por el contrario, la información de las bases de datos para losmunicipios más pequeños no permite hacer discriminaciones por corregimientos y veredas.

Se escogieron seis ciudades que se presentan en cinco apartes diferentes, a saber:Medellín, Cali, Buenaventura, Cúcuta, Pereira y Dosquebradas; estas dos últimas setratan de manera conjunta, porque son ciudades vecinas que presentan una dinámicasimilar59. El caso de Medellín es muy interesante por el hecho que históricamentepresentó tasas muy por encima del promedio nacional, pero entre 2003 y 2006, éstasdescendieron hasta ubicarse por debajo de las del país. Por el contrario, Cali hamantenido sus tasas por encima del promedio colombiano. Por lo anterior, para laprimera se enfatiza en los factores que determinaron una disminución considerable enlos homicidios, mientras que para la segunda, no obstante que han bajado en los dosúltimos años, se analiza porque persisten niveles elevados.

Buenaventura es un caso muy interesante, pues en los últimos años se ha registradoun incremento en las tasas de homicidio, mientras en el país se presenta una tendenciaa la disminución. El fenómeno reciente en Buenaventura es fundamentalmente urbanoy se buscará interpretar los factores asociados a este comportamiento ascendente.Algo similar se hará en los casos de Pereira y Dosquebradas, cuyos niveles de homicidiossiguen siendo muy elevados en los últimos años. Finalmente Cúcuta, como Medellín,muestra disminuciones en los últimos años, no obstante sus valores se mantienen porencima de los del país.

En todos los casos, se pretende demostrar que los factores asociados a los incrementossignificativos de los homicidios están asociados a actores organizados, bien seancriminales o irregulares. Así mismo, en los casos en que se han presentado disminucionesconsiderables, como en Medellín y Cúcuta, se busca establecer hasta qué puntoresponden a comportamientos de estos actores y en que medida inciden las políticaspúblicas, en esta disminución bien sean del orden nacional o local. Por el contrario, enlos casos en que los elevados niveles de homicidios persisten, como son los casos deCali, Pereira, Dosquebradas y Buenaventura, se pretende descifrar la participación deactores organizados en los mismos.

Page 225: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

226

Los casos estudiados sirven para demostrar que en las ciudades, los factoresrelacionados con los incrementos de los homicidios están asociados a actoresorganizados, tema que no es exclusivo del campo colombiano, donde se desenvuelvecon mayor fuerza la confrontación armada. En las anteriores, dependiendo del casode que se trate, se mezclan actores irregulares y criminales, que son los que enúltima instancia explican los altos niveles de homicidios. De esta manera, se llama laatención sobre el poco peso que tienen los individuos y la pequeña delincuencia eneste ámbito.

En los casos de Medellín y Cali, se dispone de información entre 1985 y 2006; seutilizó para ello una base de datos que construyó Paz Pública de la Universidad de losAndes, con base en información del Instituto Nacional de Medicina Legal y CienciasForenses, (en adelante Medicina Legal), ejercicio que se prolongó hasta 2003. A suturno, esta información se actualizó hasta 2006 con las bases de datos que MedicinaLegal suministró al Observatorio del Presidencial de Derechos Humanos y DIH entre2004 y 2006. Esta información es de una gran utilidad porque permite desagregarpara una serie larga de tiempo los homicidios, registro por registro, considerando ala vez variables como las armas, los móviles, la dirección, la comuna y el barrio dondeocurrieron. Lo anterior permite hacer análisis más sofisticados, ubicar los sectores dela ciudad donde se concentraron los homicidios y contrastar esta información conentrevistas hechas in situ 60.

No se dispone de una serie tan larga y con el mismo nivel de desagregación en loscasos de Buenaventura, Pereira, Dosquebradas y Cúcuta. En estos casos, se utilizó lainformación proveniente de la Policía Nacional entre 1995 y 2006, para la que no setiene información desagregada por armas, móviles, direcciones, barrios y comunas,sino desde 2003. Se hicieron visitas in situ en las anteriores ciudades. En Pereira yDosquebradas, se hizo trabajo de campo a finales de 2006; en Buenaventura a principiosde 2007 y en el caso de Cúcuta, se utiliza un trabajo de campo que se hizo en 2004,que si bien no permite actualizar los años recientes, toma en cuenta los años másálgidos y en particular 2002.

La estructura del informe para cada ciudad varía dependiendo de la informacióndisponible y de los temas particulares a tratar en cada una de éstas. Se presenta primerolos casos de Medellín y Cali, las dos ciudades más grandes, para después abordar elcaso de Buenaventura; siguen Pereira y Dosquebradas, que en cierta manera son uncaso intermedio entre Medellín y Cali, ciudades a las que están muy articuladas.Finalmente, se analiza Cúcuta, ubicada en el nororiente del país.

Es de anotar que la mayoría de las ciudades más afectadas por los índices de homicidiosen los últimos años se encuentran ubicadas en el occidente del país, principalmenteen Valle y Risaralda. Un rasgo determinante que sobresale en todas es el delnarcotráfico. En unos casos, este factor dinamizó organizaciones irregulares, comoen Cúcuta, Medellín y Buenaventura. En todas las ciudades consideradas, propició elauge de estructuras delincuenciales y criminales. Así mismo, es un factor que potenciópandillas juveniles, aspecto que se ilustra en Medellín, Pereira, Dosquebradas,Buenaventura y Cali.

60 En Medellín, se hizo una visita en el terreno a mediados de 2006. En el caso de Cali, se utiliza un trabajo de campo que se hizo en 2004.

Page 226: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

227

4.1MedellínEl caso de Medellín es interesante, porque pasó de ostentar a finales de los años ochentay principios de los noventa tasas de homicidio muy elevadas, las más altas del país-comparándolas con ciudades con características parecidas- a registrar tasas por debajodel promedio nacional en 2005 y 2006, es decir en los dos últimos años estudiados61.Por otra parte, pasó de tener participaciones en armas de fuego altas, entre 85% y 90%,a registrar niveles incluso por debajo del promedio nacional de 80% en 2005-2006 ysubió significativamente su participación en armas blancas en el miso lapso.

La ciudad es un punto de referencia muy importante para demostrar que las tasas dehomicidio suben a niveles notorios como consecuencia de actores organizados,irregulares y/o delincuenciales, y que los descensos también se explican por factoresrelacionados con éstos: narcotráfico y organizaciones criminales a su servicio comooficinas de cobro, redes de sicarios, bandas y combos; milicias de las guerrillas y losdenominados Comandos Armados del Pueblo, CAP; las autodefensas, entre éstos losbloques Metro de las AUC, y posteriormente los Nutibara y Héroes de Granada. Sontan sólo algunos ejemplos de los actores organizados que han estado detrás de losaltos niveles de homicidios que ha registrado la ciudad entre 1988 y 200262. No existenevidencias, por el contrario, de que los individuos o la pequeña delincuencia hayanincidido en forma importante en las tasas muy elevadas.

Una publicación de Ana María Jaramillo63 muestra que los factores que dinamizaron loshomicidios en Medellín en la década de los años ochenta, cuando aumentaronsignificativamente, no se gestaron de un momento a otro. En términos generales, veníanencubándose desde aproximadamente quince años. Según Jaramillo, el factor que tuvomayor incidencia en el auge de la violencia en la ciudad fue la conformación de unanueva organización delincuencial ligada al negocio de estupefacientes que, desde finesde la década de 1960, empezó a expresarse a través de acciones de ajuste de cuentas,que se denominaron en principio como “pistoleros de la moto”64.

Un factor que precede el narcotráfico en Medellín es el del contrabando y de lasorganizaciones armadas que se estructuraron alrededor del mismo. Unos apuntes deGermán Castro Caicedo, basados en entrevistas con Pablo Escobar, ilustran estasituación65. A juicio del entrevistado, el primer ciclo se cierra en 1973, cuando existíanlos capos del contrabando. Entre 1973 y 1979, se formaron las dos primerasgeneraciones de “duros de la coca” y de 1980 en adelante surgió lo que Escobarbautizó como la última cochada, que corresponde con lo que a su juicio losnorteamericanos llamaron el cartel. Respecto del período del contrabando, Escobar

61 Medellín, entre 1990 y 2002 concentró el 13,2% de los homicidios del país, alcanzando tasas de homicidio que superaban en más del doble la tasa nacional,convirtiéndose así en una de las ciudades más violentas del país. Incluso, a nivel internacional, llegó a ser considerada la tasa más alta del mundo, comparándolacon otras ciudades de características similares.

62 En efecto, como lo afirma un documento de la Alcaldía de Medellín, las curvas ascendentes en la tasa de homicidios, coinciden con el escalamiento, a finales de1980 y a comienzos del nuevo siglo, de la ofensiva narcoterrorista, el crecimiento del fenómeno miliciano y la estrategia de urbanización de la guerra por parte delas guerrillas y las autodefensas. De la misma manera, los descensos más pronunciados en la tasa de homicidios tienen como precisos puntos de partida losacuerdos de paz de principios de los años noventa, la desarticulación del Cartel de Medellín y la Muerte de Pablo Escobar (1993), La Operación Orión en la comuna13 (2002) y la desmovilización del bloque Cacique Nutibara (2003). Ver: Alcaldía de Medellín. Análisis del Desempeño de la Seguridad en Medellín 2000 – 2006.

63 Jaramillo, Ana María. El Espejo Empañado: Crimen y Control Social en el Medellín del Siglo XX. Medellín, Corporación Región. 1ª Edición 1998.64 Jaramillo, Ana María. Ibid, p 33.65 De acuerdo con Germán Castro, Pablo Escobar afirmó en 1986: “Es que en este país uno se hace es en la guerra. Yo me hice en la guerra, en una guerra muy violenta que

fue la guerra del Marlboro. Le juro que ni los mismos paisas -a menos que hayan sido bandidos en esa época- saben que existió ese tropel. Digamos que fue lo que huboantes de comenzar la coca y que fue de donde salieron los primeros capos y donde salieron los primeros sicarios. Ver: “El Libro que nunca pude escribir. (Aproximación aPablo Escobar. En: En Secreto. Bogotá, Planeta Colombiana Editorial S.A., 1996, p. 283.

Page 227: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

228

citó los casos de alias Ramoncacho, don Alfredo, Mario Cacharrero, el Pariente y otros.Algunos de ellos se dedicaron al contrabando de whisky, de relojería, de cigarrillos yutilizaban el puerto de Turbo, para entrar la mercancía que llevaban a Medellín porcarretera. Posteriormente, sin abandonar el contrabando66, estos personajes empezaroncon el negocio de la coca y a utilizar aeronaves para transportar el producto queinicialmente traían de Ecuador. Surgen así las primeras disputas entre narcotraficantesy contrabandistas y en esa misma medida, aparecen los sicarios, el uso de la moto enlos asesinatos y los guardaespaldas67.

Según el análisis de Ana María Jaramillo, la década de 1970 marca el inicio de un nuevoperiodo en la historia de la criminalidad urbana, con la rápida consolidación del narcotráficoy el protagonismo de una nueva generación delincuencial, asociada a las muertes violentas,secuestros, extorsiones y robo de vehículos68. El incremento en los homicidios con armade fuego determinó una transformación del panorama de la criminalidad, al constituirseen la primera causa de muertes violentas desde 197569. Estos cambios ocasionaron, a suturno, atrasos en las prácticas judiciales e incrementaron los índices de impunidad, quefueron la característica de las décadas subsiguientes. Las acciones de levantamiento decadáveres se realizaban varias horas después de haber ocurrido el hecho; además muy amenudo, los funcionarios no disponían de los medios adecuados para recoger las pruebasni para hacer las primeras averiguaciones, como acostumbraban a hacerlo funcionariosde justicia a comienzos del siglo XX70. Según la autora ya citada, el ajuste de cuentas segeneralizó rápidamente como el recurso más eficaz para dar solución a los más diversosconflictos, mediante la contratación de matones a sueldo 71.

Un aspecto central que expone Ana María Jaramillo es que el narcotráfico influenció ydinamizó las organizaciones criminales que se venían conformando desde años atrás.Según ella, la consolidación del narcotráfico acarreó un proceso de recomposición delmundo delincuencial, con el predominio de las bandas dedicadas a aquellas actividadesde alta rentabilidad: robo de vehículos, piratería terrestre, secuestros y asaltos a entidadesbancarias, desplazando por un alto margen a los robos y hurtos menores72. Además,su análisis muestra que la emergencia del narcotráfico coincide con la crisis de la industriatextil, un punto fuerte de la economía local, y con profundas transformaciones en laestructura social y cultural de la población y bajo su influencia las muertes violentas segeneralizaron. La delincuencia logró mayores niveles de organización y eficiencia, aldisponer de sofisticado armamento y personal capacitado73. Una demostración de

66 Según Germán Castro, en su libro ya citado, en la p. 287, Escobar afirmó: “Bueno, pero a todas estas, continuaba el contrabando de Marlboro en su auge, de manera queaquí había en ese momento una mezcla de lo que podría llamarse la mafia de la época que eran los contrabandistas más fuertes y los que apenas se estaban iniciando enel negocio de la droga, que también habían estado en el negocio del cigarrillo. p. 287.

67 Empezaron a aparecer muertos por guerras entre contrabandistas, que generalmente se daban por disputas por las plazas y que en la memoria del entrevistadopudieron ser unos sesenta. Igualmente entre aquellos que se dedicaron al negocio de la coca. Las muertes alrededor del contrabando venían presentándose desdelos años sesenta. El primer muerto relacionado con la coca, a juicio del entrevistado, fue Evelio Antonio Giraldo que fue asesinado en Medellín en 1972. Ver el libroya citado de Germán Castro, pp. 288 y 289.

68 Jaramillo, Ana María. Ibid, p. 33.69 Según un estudio de la Universidad de Antioquia y EAFIT, en Medellín, desde 1986, no hubo causa de mortalidad que le disputara el primer lugar al homicidio, y su

participación en el total de muertes fue oscilante pero con una tendencia general al alza: se incrementó del 3.5% en 1976, al 8% en 1980, al 17% en 1985 y alcanzóel máximo del 42% en 1991. Desde entonces, aunque las cifras continuaron siendo preocupantemente altas, se presentó un descenso en su participación en el totalde muertes hasta el 30% en 1995 y 28% en 2002. Entre 1990 y 1999 hubo 45.434 homicidios, que equivale a la desaparición de un municipio de un tamaño dehabitantes intermedio entre Sabaneta y la Estrella, poblaciones del Valle de Aburrá. Ver: Grupo de Investigación en Violencia Urbana de la Universidad de Antioquiay la Universidad EAFIT. Medellín entre la vida y la muerte: Escenarios de homicidios de 1990 a 2002. Publicado en la Revista de Estudios Políticos de laUniversidad de Antioquia, No. 26, enero-junio de 2005, p. 3.

70 Jaramillo, Ana María. Ibid, pp. 33 y 34.71 Jaramillo, Ana María. Ibid, p 34.72 Jaramillo, Ana María. Ibid, pp. 34 y 35.73 Jaramillo, Ana María. Ibid, p 32.

Page 228: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

229

nuevas lógicas de actuación de la delincuencia organizada tuvo lugar en 1975, con laejecución de una serie de secuestros por parte de las bandas al servicio del narcotráfico,robos de vehículos y extorsiones, que obligó al presidente Alfonso López Michelsen ahacerse presente en la ciudad y anunciar el inicio de una “gran cruzada contra lainseguridad” 74.

Sin embargo, los cambios no tuvieron únicamente lugar en lo relacionado con lacriminalidad y el narcotráfico, también se produjeron cambios en la forma de actuaciónde las organizaciones de izquierda en la ciudad. El Partido Comunista Marxista Leninista-PCML-, el ELN y el M-19 conformaron estructuras militares para obtener recursosfinancieros, respaldar las movilizaciones de protesta, garantizar la seguridad de cuadrosdirectivos y la realización de atentados terroristas. Del mismo modo, a partir de 1975se registró un incremento en las acciones de secuestro y extorsión por parte de estosgrupos75. Los plagios afectaron posteriormente a familiares de narcotraficantes, comoocurrió en el caso de Martha Nieves Ochoa, una hermana de integrantes muyimportantes del cartel de Medellín, lo que a su turno dio origen a la organizaciónMuerte a Secuestradores, Mas, lo que provocó a principios de los años ochenta elcomienzo de un período especialmente crítico de enfrentamientos entre organizacionescriminales y irregulares76.

No sobra señalar, respecto del tema, que desde finales de la década de los sesenta,habían aparecido escuadrones de la muerte que empezaron a reivindicar la limpiezade los delincuentes comunes como un recurso válido para enfrentar la delincuenciaurbana y para la restauración del orden moral. Según Ana María Jaramillo, habíanhecho su aparición formas de autodefensa, mediante la conformación de comités devigilancia con la participación de líderes comunales debidamente capacitados yasesorados por la Policía y la Defensa Civil, entidad constituida en esta década77. Enlo que respecta a las autodefensas, se aprecia para la década de los setenta, unageneralización de los comités de vigilancia que se conformaron en diversos barriosde la ciudad, al amparo del Decreto 1355 de 1970, mediante el cual se autorizaba ala “Policía Nacional y las Juntas de Acción Comunal para el fomento de agrupacionesde moradores para prestar vigilancia en sus respectivos sectores”. Estas formas deautodefensa actuaban de manera autónoma y en función de la demanda de seguridadde sus respectivos sectores78.

Las décadas de los ochenta y noventa se caracterizan por la consolidación del narcotráficoy por el desarrollo de organizaciones milicianas y de autodefensa79. En cuanto al narcotráfico,si bien el cartel de Medellín se conformó alrededor de varias personas80, en lo que respectaa las organizaciones criminales adquiere especial importancia la figura de Pablo EscobarGaviria. Uno de los aspectos más significativos es la forma como el narcotráfico influencióorganizaciones de jóvenes, que aparecían como galladas que se transformaron en bandas

74 Jaramillo, Ana María. Ibid, p 35.75 Jaramillo, Ana María. Ibid, p 36.76 Refiriéndose al fenómeno de los jóvenes sicarios, un estudio señala que conformaron ejércitos privados que cumplieron diversas labores, entre ellas, la de perseguir

al M-19 por el secuestro de Marta Nieves Ochoa, que causó en la práctica desaparición del M-19 en Medellín y que, posteriormente, daría vida al MAS, Muerte aSecuestradores. Ver: “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la Memoria. Violacionesde Derechos Humanos y Crímenes de Lesa Humanidad en el Valle de Aburrá y el Oriente Antioqueño. Coordinador Equipo de Investigación: Alberto Preciado.Instituto Popular de Capacitación, IPC, de la Corporación de Promoción Popular. Medellín, L. Vieco e Hijas Ltda., Enero de 2006, p 33.

77 Jaramillo, Ana María. Ibid, p. 30.78 Jaramillo, Ana María. Ibid, p. 37.79 Las organizaciones milicianas de los ochenta y los noventa se exponen más adelante.80 Pablo Escobar, los hermanos Ochoa, Moncada, Galeano, para no mencionar sino los más conocidos.

Page 229: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

230

delincuenciales, teniendo una significativa influencia en los barrios populares81. A juicio deJaramillo, el auge de las bandas de oficina que actuaban al servicio de Pablo Escobar y delsicariato agravaron la tendencia a la segregación social y política de la población juvenil dela ciudad, en especial la que provenía de los barrios populares82.

Matar por dinero significó la posibilidad de adquisición rápida del mismo y, para suspatrocinadores, la forma de resolver cualquier disputa. Además de los efectos socialesnefastos, en términos urbanos, esta guerra acentuó la fragmentación territorial y laimposibilidad de acceso a la ciudad83. Los integrantes de estos grupos, ahora identificadoscon un entorno territorial de acuerdo con el poder de la banda que allí operaba y dadoel número de rencillas desatadas a partir de sus actividades, tuvieron que restringir almáximo sus posibilidades de circulación. Estar o simplemente pasar por una zona sobrela que no tenían control, significaba la muerte. Para muchos de ellos, el único lugarseguro era su barrio, su cuadra o su casa. Como resultado de lo anterior, muchos tuvieronque abandonar sus estudios y evitar cualquier contacto con los amigos o familiaresresidentes en lugares que implicaban un desplazamiento por fuera de su territorio84.

La movilidad y expansión de estos actores introdujo un cambio radical en lasterritorialidades del delito en la ciudad. Hasta la década de 1960, se mantuvo vigenteuna especialidad del delito referido a las zonas de prostitución y al centro histórico.Pero, esta diferenciación se tornó cada vez más difusa, ante la generalización de loshomicidios y los robos en zonas residenciales. Una tendencia similar se observa conrespecto a los tiempos y los días en que se cometen los homicidios y robos, pues estasactividades tienen una alta posibilidad de ocurrencia, ya no sólo en horas de la noche,sino también en el día y en cualquier día de la semana85.

El narcotráfico no tuvo solamente un efecto en los barrios populares de la capitalantioqueña; a partir de los ochenta, logró también una presencia igualmentedeterminante en la zona más exclusiva de Medellín, El Poblado, al convertirse en ellugar de residencia de Pablo Escobar y de muchas de las personas involucradas en elnegocio ilícito. Se dio lugar a un proceso de mezcla entre la nueva clase emergente ylas clases pudientes tradicionales, que favoreció la vinculación de gentes de clase mediay alta al negocio de la droga, una propagación del consumo de cocaína y el deterioroen las condiciones de seguridad, al hacer del Poblado un lugar vulnerable a los atentadosterroristas y las masacres86.

A partir del gráfico No. 17, analicemos las curvas que expresan los cambios en loshomicidios por años en Medellín y se relacionan con la actuación de actores criminales,delincuenciales y con los grupos irregulares. No obstante las diferencias entre las

81 Algunas de estas galladas fueron el antecedente inmediato de los grupos que después formaron las bandas. Éstas tenían un asiento territorial que, dependiendo desu poder, podía ser de algunas cuadras o una sucesión de barrios. Las bandas, al igual que las galladas, siguieron siendo espacios de socialización para susintegrantes: tenían un lugar de encuentro y realizaban una serie de actividades conjuntas, entre las cuales incluían cometer delitos de toda índole dentro y fuera delbarrio. Ver: Villa Martínez, Marta Inés. Ciudad y Conflicto. Las Huellas Territoriales del Conflicto Urbano. El Caso de Medellín. Master Cultura de las Metrópolis.Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Barcelona, 1998. Corporación Región, p 41.

82 Villa Martínez,Ana María. Op. cit, p. 38. Con el tiempo, según el estudio ya citado “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y OrienteAntioqueño 2000-2004”, contenido en la publicación denominada Píldoras para la Memoria, en la p. 33, se argumenta que las bases sociales que logró elnarcotráfico en Medellín se solidificaron con programas como “Medellín sin tugurios” que ayudó, entre otras cosas, a Pablo Escobar a ocupar su lugar en la Cámarade Representantes. Sin embargo, el Cartel de Medellín, dada su estrategia terrorista para presionar cambios en la políticas de gobierno como la no extradición,sumió a Medellín y a sus jóvenes en una guerra sin cuartel, llegando a ser calificada como la ciudad más violenta del mundo.

83 Villa Martínez, Marta Inés. Op. cit, p. 41.84 Villa Martínez, Marta Inés. Op. cit, p. 41.85 Villa Martínez, Marta Inés. Op. cit,, pp. 38 y 39.86 Villa Martínez, Marta Inés. Op. cit,, p 32.

Page 230: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

231

87 Es importante advertir que las fuentes consultadas presentan divergencias y similitudes en lo que se refiere el comportamiento del homicidio. Comparando las deMedicina Legal y la Policía Nacional de que se dispone, que se representan en el gráfico en el texto, se tiene que mientras la primera señala un comportamientodescendente entre 1991 y 1997, la segunda muestra que entre 1993 y 1997 se produce un ascenso. Entre 1998 y 2002 las dos curvas dibujan un comportamientohacia arriba, con excepción de un leve descenso entre 1999 y 2000, pero en lo esencial la trayectoria de las dos curvas es similar. A partir de 2002, el nivel más altode los últimos años, el descenso es muy importante y de nuevo las dos trayectorias son similares; no obstante hay que señalar que mientras entre 2005 y 2006 loshomicidios según Medicina Legal suben levemente, los de la Policía bajan.

88 Es necesario advertir que consultando algunos estudios, las cifras de homicidios de que disponemos presentan a su turno algunas diferencias adicionales con otroscálculos hechos por otras instituciones que utilizan fuentes primarias similares. Por ejemplo, según una apreciación de la Personería, la curva del homicidiodescendió a partir de 1991 hasta 1998, sube en 1999, desciende levemente en 2000 y desde ese año asciende continuamente hasta 2002. En efecto, a diferenciade lo que dibujan las dos curvas ya descritas, según este estudio de la Personería, entre 1997 y 1998 no hubo un ascenso, como lo señalan las cifras de MedicinaLegal a partir de la base de Paz Pública. Por otro lado, según un reporte de Fiscalías entregado a la Secretaría de Gobierno, citado por el estudio de la Personería,la cifra de homicidios en 2002 aumentó en el 7%, para una cifra de 3.271 homicidios, número que no coincide ni con los 3.114 que se desprenden de las cifras deMedicina Legal a partir de la base que construyó Paz Pública, ni con los 3.589 que reportó la Policía Nacional y que están representados en el gráfico. Es importanteseñalar que este estudio de la Personería cita a su turno una cifra de Medicina Legal que reporta 3.590 homicidios (uno más que los 3.589 de la Policía Nacionalque aparecen en la curva), de lo que se desprende que los que se presentan en la curva según lo que recopiló Paz Pública a partir de Medicina Legal, tienen 476homicidios menos. Ver: En deuda con los Derechos Humanos y el DIH: Diversas miradas críticas en Medellín “Informe de la Personería de Medellín”. IPC 2003, pp.222-223

89 Esta apreciación, en el sentido que la tendencia del homicidio en Medellín es a la baja desde 1991, es similar a la del Instituto Popular de Capacitación, IPC. Ver: “Balancede la situación de Derechos Humanos en Medellín - 2004. Personería de Medellín.” En: Un poco de luz en la Oscuridad: Derechos Humanos Integrales. Medellín, IPC, 2004,p. 140. Según este estudio la disminución creciente de homicidios en la ciudad es una tendencia que viene desde 1991, año en que tuvo su registro más alto en la historiade la ciudad. Según este estudio esta tendencia sólo fue interrumpida durante 2002, año en que se produjo la denominada Operación Orión. Obviamente esta apreciacióntiene sentido guardadas las proporciones, es decir haciendo salvedad de algunas oscilaciones hacia arriba, como ocurrió entre 1998 y 2002.

fuentes consultadas87, y a sabiendas de que los homicidios no coinciden con lainformación aportada por otros estudios88, es factible definir cuatro fases. La primera,es la comprendida entre finales de los años ochenta y 1991–1993, que está asociadaal fortalecimiento del cartel de Medellín, el desarrollo del narcoterrorismo y a laactuación de milicias de las guerrillas; un momento importante dentro de la mismaes la entrega de Pablo Escobar a las autoridades en 1992, y el surgimiento delmovimiento Perseguidos por Pablo Escobar, Pepes. Así mismo, está la fuga de PabloEscobar de la Catedral, el centro donde se encontraba recluido y la posteriorpersecución de que fue objeto hasta ser dado de baja en 1993. A partir de 1991, entérminos generales, la tendencia de los homicidios es a la baja hasta la actualidad89;no obstante, los niveles siguen siendo muy elevados hasta 2002.

Gráfico No. 17Homicidios en Medellín según fuentes entre 1990 y 2006

Fuente: Paz Pública con base en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y Policía NacionalProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 231: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

232

La segunda fase es la comprendida entre 1994 y 1997, que se caracteriza por lafragmentación del cartel de Medellín, la persistencia de jóvenes armados a través decombos y bandas que habían sido influenciados por el narcotráfico, el papel que jueganlos Pepes en la reorganización de estas estructuras criminales, el protagonismo queadquiere la denominada oficina de cobro de Envigado en el sometimiento y lacooptación de las bandas criminales y la negociación entre el Gobierno nacional y lasmilicias populares.

La tercera se extiende entre 1998 y 2002, que se caracteriza por la reorganización delas milicias, la conformación de las autodefensas y en particular del bloque Metro delas AUC, primero, y posteriormente del bloque Cacique Nutibara, generando unescenario de múltiples confrontaciones y disputas. Las disputas se dan entre bandascriminales y la oficina de cobro de Envigado, que se convirtió en la estructurapredominante, que sometió o cooptó a varias bandas delincuenciales. Estosenfrentamientos también se dieron entre el bloque Metro de las AUC, que representóuna variante antisubversiva, y el bloque Cacique Nutibara, al mando de alias DonBerna, una organización de tipo mafioso, que finalmente venció al anterior, y terminóapoyado en la oficina de cobro de Envigado. Dos hechos de especial importancia sonlas operaciones emprendidas por las autoridades para recuperar el control en los barrios,entre las que se destaca la operación Orión, con lo que la Fuerza Pública adquiere unprotagonismo importante, así como la declaración de un cese de hostilidades porparte del bloque Cacique Nutibara, BCN, que abrió el camino para que posteriormentese sostuvieran conversaciones de paz entre el Gobierno y las autodefensas.

Finalmente, está la cuarta fase, entre 2003 y 2006, que corresponde con el descensode los homicidios en Medellín, en la cual se destaca la desmovilización del BCN en2003, y posteriormente, en 2005, del frente Héroes de Granada, que era hacia presenciaen el Oriente antioqueño, pero que también había incursionado en Medellín desde2003. El descenso es especialmente pronunciado a partir de 2003, registrando nivelesa los que no se había llegado en los últimos veinte años, situación donde juega unpapel determinante la disminución de las disputas que existían previamente, la Políticade Defensa y Seguridad Democrática, la negociación con las autodefensas, la presenciadel Estado en las comunas y las políticas locales de seguridad.

Si bien es cierto que las bases de datos disponibles no dan cuenta al parecer de latotalidad de los homicidios, permiten sin embargo hacer cálculos útiles en torno alpropósito de este estudio. Las cifras de Medicina Legal90 son contundentes en demostrarque en Medellín el ascenso y descenso de los homicidios están estrechamenterelacionados con aquellos cometidos con armas de fuego. Entre 1988 y 1991, año enel que se registra el nivel más elevado de los homicidios en la serie considerada, seevidencia una trayectoria similar en el total de homicidios y en los atribuidos a armasde fuego. Por el contrario, la incidencia de las armas blancas y las otras armas esirrisoria y no explica ni el ascenso ni el descenso. Es particularmente interesante observarque entre 2002 y 2003, se produce una caída significativa en las curvas del total de loshomicidios y de aquellos cometidos con armas de fuego, que paulatinamente se acercancada vez más en cuanto los segundo al comportamiento de aquellos cometidos conarmas blancas y otras armas.

90 Se utiliza la base de datos que construyó Paz Pública entre 1988 y 2003 y se complementa con la información suministrada por Medicina Legal entre 2004 y 2006.

Page 232: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

233

Gráfico No. 18Homicidios en Medellín según tipo de arma entre 1988-2006

91 La información disponible arroja un 89.1% en 1996, un 100% en 1997, un 89.9% en 1998, un 89.9% en 1999, un 89.4% en 2000, un 89.2% en 2001 y un 89.5% en 2002.Desconocemos si el porcentaje del 100% en 1997 se deba a inconsistencias en la información disponible.

92 En 2002, según Medicina Legal, los homicidios con arma blanca fueron 213. Según la Policía, los homicidios con arma blanca en Medellín pasaron de 80 en 2003 a 157en 2006..

93 La mayor participación de los homicidios con armas blancas se produjo en La Candelaria, el centro de la ciudad, que acumuló el 43.6% en 2003, el 40.1% en 2004, el30.2% en 2005 y el 30.8% en 2006; es algo lógico, pues en el centro de la ciudad se concentran las acciones de la pequeña delincuencia y las muertes por riñas. Noobstante, no deja de ser sugerente que mucho más de la mitad de estos homicidios tienen móvil desconocido y que este fue del 72% en 2003, del 81.4% en 2004, del66.7% en 2005 y del 100% en 2006. Entre las comunas nororientales una muy afectada en 2006 fue Aranjuez, en el nororiente, con el 12.6%, mientras que en añospasados esta había oscilado entre el 4% y el 7%.

Fuente: Paz Pública con base en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y Policía NacionalProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Es importante advertir que en 1991, el año en que los homicidios llegaron al nivel másalto, la proporción de los ocasionados por arma de fuego fue de 85.6%, de hecho muyalta. No obstante, las participaciones más elevadas se presentaron entre 1996 y 2002,cuando superaron el 89%, coincidiendo con una fase en la cual la característica central fueel protagonismo de los grupos de autodefensa91. A partir de 2003, el arma de fuego cae yregistra una participación del 85.6% en 2003, del 79.6% en 2004, del 71.3% en 2005 y del70.7% en 2006. En consecuencia, las armas blancas suben del 6.8% en 2002 al 23.4% en2006, situación lógica, al presentarse una disminución de la participación porcentual de lasarmas de fuego; no obstante, es importante señalar que los homicidios con armas blancas92

aumentaron también en términos absolutos, pues pasaron de 137 homicidios en 2003 a189 en 200693. Así mismo, las otras armas pasaron de 3.7% en 2002 a 5.9% en 2006, altiempo que bajaron en términos absolutos entre 2002 y 2006, de 114 a 48.

Adicionalmente, como aparece en el gráfico anterior, el ascenso y la disminución de loshomicidios en Medellín están asociados a móviles de los que no se tiene información.Si bien la gráfica no nos da claridad sobre la naturaleza de los homicidios, ratifica, lahipótesis abordada en la primera parte de este estudio, según la cual cuando las tasasde homicidio suben significativamente y al mismo tiempo están asociadas a altos nivelesen móviles sin información y en armas de fuego, lo más probable es que lo anterior sea

Page 233: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

234

el resultado de las actuaciones de actores organizados. Como lo señaló Ana MaríaJaramillo, este comportamiento en el que se destacan los móviles sin información,refleja a su turno la manera como la administración de la justicia se fue deteriorandoante el impacto de la violencia, dando lugar a muy elevados niveles de impunidad.

Un estudio de la Universidad de Antioquia y EAFIT sostiene que si bien el escenariode violencia sin determinar es indescriptible, debido a la falta de informacióndisponible, pone en evidencia un nivel de sofisticación alto y la posesión de recursoseconómicos y logísticos, que permiten ocultar las huellas que pudieran permitir elesclarecimiento de las condiciones en las que se dio el homicidio o la identificaciónde la víctima. Esta última es transportada viva o muerta por largos trayectos, sin quenadie se percate o es desaparecida. Agrega el informe que en estos casos se da laconfluencia de la sofisticación de los medios utilizados, la participación de agentesparaestatales94 o las limitaciones técnicas de los organismos del Estado encargadosde las investigaciones judiciales95. Este análisis, sugiere, en últimas, la participaciónde actores violentos organizados.

Profundicemos sobre cada una de las cuatro fases consideradas. La primera fase, desdefinales de los años ochenta hasta 1993, es la que arroja el mayor número de homicidios,llegando a su pico en 1991, cuando oscilaron entre 4.585 y 5.662, dependiendo de lafuente consultada, tal como se aprecia en el gráfico que compara las cifras de la PolicíaNacional y de Medicina Legal.

Como se anotó anteriormente, el narcotráfico había traído cambios muy importantesen la criminalidad, al servir de dinamizador de las galladas, que se transformaron enbandas. Es importante señalar que ante las enormes ganancias dejadas por elnarcotráfico, por medio de la exportación de cocaína, y ante la necesidad de regularesta economía al margen de la ley, se estructuraron organizaciones armadas muycomplejas, en las que fueron adquiriendo importancia personas provenientes de losbarrios populares, entre los que se destacaron sicarios como John Jairo Velásquez,Carlos Aguilar, Otoniel González y los hermanos Mosquera, para no mencionar sinolos principales, que se apodaron con los remoquetes de Popeye, el Mugre, Otto, LaQuica y Tyson, que actuaban al servicio de Escobar96.

La investigación citada de la Universidad de Antioquia y EAFIT atribuye la mayorparticipación de los homicidios entre 1991 y 1993 al narcotráfico. A juicio de losinvestigadores que intervinieron en este trabajo, la macrocriminalidad que desata losnarcotraficantes está caracterizada por una relación contractual no formal, en la queun individuo o un grupo realiza un trabajo, por el que se paga un monto de dineroque depende del costo de los recursos a utilizar, el riesgo, el número de personas quese necesita para ejecutarlo y el valor social de la víctima. Según esta investigación, esteescenario de homicidio responde a determinantes lógicos y reconocidos en otras partesdel mundo. Por tratarse de actividades que en sí mismas son delictivas, las organizacionesinvolucradas no recurren a códigos jurídicos y sociales aceptados para resolver sus

94 Expresión utilizada por la investigación citada.95 Grupo de Investigación en Violencia Urbana de la Universidad de Antioquia y la Universidad EAFIT. Medellín entre la vida y la muerte: Escenarios de homicidios de

1990 a 2002. Publicado en la Revista de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, No. 26, enero-junio de 2005, p. 20.96 Yarce, Elizabeth. Medellín: 20 años de llanto en las calles. En El Colombiano, 20 de junio de 2002. Según este artículo se fortaleció entonces un aparato militar

liderado por Pablo Escobar , Alfredo Vásquez “El Pana”, John Jairo Velásquez “Popeye”, Carlos Aguilar “Mugre”, Otoniel González “Otto” y los hermanos Mosquera(“La Quica y Tyson”), al lado de una cultura proclive al enriquecimiento fácil y a la solución violenta de los conflictos. Se instala esa mentalidad y empieza a recorrerla ciudad, no sólo en los barrios populares.

Page 234: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

235

conflictos (malos negocios, denuncias a las autoridades, faltas en la lealtad y reciprocidad,competencias por mercados, deudas u otras interferencias en el curso comercial), porlo que los resuelven con violencia, que es el recurso más eficaz para mantener su podery defender sus negocios.

Hay que anotar, adicionalmente, que a raíz de un conjunto de factores, entre los queestán las divisiones entre los carteles de Medellín y de Cali, el uso que hizo el Estado dela extradición para luchar contra el narcotráfico y las respuestas del cartel de Medellína este mecanismo, en particular el asesinato del Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonillaen la primera mitad de los ochenta97, se desarrolló el denominado narcoterrorismo, enel que adquirieron especial notoriedad estos grupos de sicarios al servicio de Escobar98.Las disputas en el interior del narcotráfico, sumado al narcoterrorismo, impactaronnotoriamente en los homicidios hasta el punto que el pico que registró Medellín en1991 está en buena parte atribuido a estos procesos. A juicio de Ana María Jaramillo,los atentados terroristas se convirtieron en uno de los recursos más empleados por elnarcotráfico para intimidar, ajustar cuentas y finalmente para atentar contra lasautoridades. Entre 1989 y 1991, los homicidios cometidos en este marco fueronsignificativos y afectaron personal raso de la Policía, el comandante de la institución eincluso el Gobernador99.

En esta primera fase, se debe distinguir algunos aspectos particulares. El primero es laentrega de Pablo Escobar a las autoridades, en el marco de la Política de Sometimientoa la Justicia, impulsada por la administración Gaviria, factor que incide en una pequeñadisminución en los homicidios en 1992100. El segundo es la fragmentación del cartel deMedellín en dos alas, entre las cuales está el grupo denominado Perseguidos por PabloEscobar, Pepes. Pablo Escobar presionaba a los integrantes del cartel de Medellín parafinanciar la guerra contra el Estado, aspecto que no era compartido por buena partede sus integrantes101. En consecuencia, Escobar propició una purga entre sus antiguosaliados, entre los que se destacaron los asesinatos de algunos de los hermanos Moncaday Galeano en la cárcel de la Catedral, en Envigado, donde estaba recluido el entoncesjefe del cartel de Medellín. Posteriormente, Escobar escapó de su centro de reclusión22 de julio de 1992. Un año y medio después, en diciembre de 1993, fue dado debaja, después de que el Estado centrara todos sus esfuerzos en su captura y adquirieranun especial protagonismo los Pepes, asociación conformada por sus antiguos aliados,entre ellos los sobrevivientes de los hermanos Moncada y Galeano, así como GustavoUpegui, Diego Murillo Bejarano, los hermanos Castaño e integrantes del cartel de Cali.

En esta primera fase, también se tiene que distinguir algunos temas relacionados con lasmilicias, que adquirieron fuerza en los años ochenta, con base en núcleos del ELN, el EPL

97 Este asesinato dinamizó las extradiciones y en consecuencia las respuestas del cartel de Medellín por medio del narcoterrorismo.98 El asesinato del Ministro de Justicia de la administración Betancur, Rodrigo Lara Bonilla, ocurrió el 30 de abril de 1984. Hay que señalar que en marzo de 1982, en

la administración Turbay, había entrado en vigor la Ley 27 de 1980, mediante la cual el Estado colombiano ratificó el tratado de extradición entre Colombia yEstados Unidos, instrumento que sería en los siguientes años el eje de la lucha contra los carteles de la droga y a su turno uno de los principales determinantesde la violencia. Como lo señala Rafael Pardo, en un principio los narcotraficantes se opusieron al tratado por las vía jurídica y política, pero a la postre acabaronhaciéndolo por medio del terrorismo. Pardo, Rafael. De Primera Mano. Bogotá, Cerec y Norma, 1996, P 183.

99 En julio de 1989 asesinaron al gobernador de Antioquia, Antonio Roldán Betancur. El 18 de agosto de 1989, fue asesinado el comandante de la Policía deAntioquia, coronel Waldemar Franklin Quintero. Sobre el narcoterrorismo se puede consultar a Rafael Pardo. De Primera Mano. Bogotá, Cerec y Norma, 1996.Igualmente a Pécaut, Daniel. Crónica de Dos Décadas de Historia Política Colombiana. 1968 – 1988. Bogotá, ed Siglo XXI, 1989. Por su lado, Ana María Jaramillo,en el texto ya citado, reporta que en 1989 la ofensiva del denominado narcoterrorismo arrojó un saldo de 182 policías muertos y el estallido de once carros bomba.Ver su escrito El Espejo Empañado, p. 39.

100 Pablo Escobar se entregó el 19 de junio de 1991, el mismo día que la Asamblea Nacional Constituyente aprobó el artículo que prohibía la extradición de colombianospor nacimiento. Pardo, Rafael. De Primera Mano. Bogotá, Cerec y Norma, 1996, pp 299 a 301.

101 Entrevistas con un conocedor de los procesos que tienen que ver con la fragmentación del cartel de Medellín y la formación de los Pepes.

Page 235: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

236

y de las Farc102. Surgieron en particular las milicias populares, que llevaron a cabo una laborde limpieza de aquellas bandas que habían instaurado un ambiente de terror103. Mientrasen su génesis, las bandas estaban ligadas al narcotráfico, las milicias pretendían provocartransformaciones estructurales a partir de la movilización política y la acción militar. Sinembargo, su tarea inmediata fue el exterminio de los integrantes de las bandas. Lo anteriorfue el inicio de una cadena de asesinatos, en la que se alistaron todo tipo de conductasvistas por ellas como indeseables104. En esencia, se trataba de una nueva modalidad demilicias, donde se entremezclaban elementos propios de las prácticas y discursos de laizquierda, con formas de actuación características de los justicieros barriales y de las mismasbandas delincuenciales105. Hay que señalar que los homicidios subieron a principios de losaños noventa en el marco de estas disputas en los barrios populares, incremento en lo cualtambién influyeron los enfrentamientos entre otras estructurales criminales.

En los cabildos populares, los milicianos divulgaban sus reglas de juego, normas queregulaban los aspectos más cotidianos de la vida de las comunas y hacían juicios contralos “indeseables”; así hacían las veces de psicólogos, orientadores familiares, jueces depaz y “hasta de policías”. Fueron convirtiéndose en una opción de orden en las comunas,suplantando al Estado en muchas de sus funciones106. Al asentarse principalmente enla zona nororiental, donde vivía un poco más del 50% de la población y donde éstahacía parte de los estratos más pobres, adquirieron un fuerte dominio en esta zona. Lapoblación, en su mayoría, vio con complacencia que, si bien no podía satisfacerdemandas de inversión social, imponía una normatividad a través de la cual se podíaconstruir un cierto orden que era inexistente107.

Las milicias crecieron rápidamente, incorporando –al igual que las bandas organizadasdel narcotráfico– jóvenes de pequeños grupos delincuenciales, que ocasionaron seriosproblemas de fragmentación y obediencia. Ellos, con el paso del tiempo, terminaronprotagonizando continuos actos delictivos, amparados por la estructura miliciana. Estoshechos fueron, en buena medida, los que evidenciaron la necesidad de buscar un procesode negociación con el Gobierno; el estudio consultado señala que además existía en elpaís un “ánimo” de paz pues, en ese momento, se estaban adelantando negociacionescon la Corriente de Renovación Socialista, CRS, y otros grupos guerrilleros como el M-19;el EPL y el Quintín Lame ya habían se habían desmovilizado108.

La segunda fase, entre 1994 y 1997, es compleja. Por un lado, se debe tener en cuentaque una vez debilitada la estructura del cartel de Medellín, las estructuras quesobrevivieron, y en particular los denominados Perseguidos por Pablo Escobar, Pepes,lograron conformar nuevas organizaciones, reclutando integrantes de bandas

102 Si bien el ELN tiene más tradición en Medellín, el Partido Comunista tenía trabajo político desde hace muchos años. Según el artículo ya citado de ElizabethYarce, esta época coincidió con la propuesta del M-19, Eln, Epl y Farc, de desarrollar un proyecto militar urbano con la denominación de milicias. “Cada cualdesarrolló su actividad: los grupos milicianos contra el Estado y el narcotráfico como protección del negocio para ajustes de cuentas. Cuando comienza la guerradel Estado contra Pablo Escobar se tensionan estas fuerzas, se radicaliza mucho más la violencia y la propuesta miliciana de la guerrilla comienza a serpermeada por métodos militares de la delincuencia común.” Hay una reflexión del movimiento guerrillero, el M-19 se desmoviliza al final de la administraciónBarco y abandona su proyecto. Posteriormente, a inicios de la administración Gaviria lo hace el Epl. Las Farc y el Eln, no por negociación, sino por decisión,replantean las estructuras de sus milicias porque fueron ‘filtradas’ por la delincuencia común”.

103 Jaramillo, Ana María. El Espejo Empañado, p. 41-42. Se hace referencia al juzgamiento a la banda denominada Los Nachos y se cita a El Colombiano. Agosto 22de 1988.

104 Villa Martínez, Marta Inés. Ciudad y Conflicto, p 42.105 Ver la publicación de Ana María Jaramillo, ya citada, El Espejo Empañado, p. 42.106 Preciado, Alberto. Coordinador “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la

Memoria. p 33.107 Villa Martínez, Marta Inés. Ciudad y Conflicto. p. 43. Se cita entrevista con Pablo García, comandante de las Milicias del Pueblo y para el Pueblo, realizada por

Alonso Salazar.108 Preciado, Alberto. Coordinador Píldoras para la Memoria, p 35.

Page 236: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

237

delincuenciales y criminales. Se originó de esta manera la denominada oficina de cobrode Envigado, con antecedentes en la época de Escobar, por medio de la cual se le diotrámite a los conflictos entre narcotraficantes, y que sirvió para absorber las estructurascriminales más significativas, entre ellas La Terraza, el Combo La Francia, La Setenta, LaMarrana, Los Calvos, y otras como La Cañada109. Personajes centrales en este procesofueron Gustavo Upegui y Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna. Según unapublicación, la banda La Terraza, conformada desde la época de Pablo Escobar y conasiento en la comuna nororiental, sobrevivió a la persecución del capo y se convirtióentre 1994 y 1997 en la estructura armada más fuerte de la ciudad al servicio de laOficina de Envigado, con más de doscientos miembros110.

En esta segunda fase, se debe destacar que tuvo lugar un proceso de paz con las miliciasantes citadas, que estaban muy fragmentadas.111 Fue así como el 26 de mayo de 1994,se firmó el “Acuerdo para la Convivencia Ciudadana”, por medio del cual se desmovilizaronlas Milicias Populares del Pueblo y para el Pueblo, las Milicias Metropolitanas y las MiliciasIndependientes del Valle del Aburrá. Sin embargo, el proceso de reincorporación nologró culminar con éxito: sus líderes fueron asesinados, así como decenas de milicianosy los demás entraron a formar parte nuevamente de otras estructuras, de la guerrilla o deorganizaciones criminales112. A juicio de un estudio, surgieron un sinnúmero de pequeñasagrupaciones armadas que se disputaban con bandas el control del territorio, haciendode éste un elemento central de la conflictividad urbana113.

Se tiene entonces que con el desmonte, a finales de los ochenta y mediados de losnoventa, de las milicias urbanas del M-19, las Milicias Populares del Valle del Aburrá,las Milicias Populares del Pueblo y para el Pueblo, y las Milicias Independientes del Valledel Aburrá, una gran cantidad de jóvenes adiestrados militarmente ofrecieron susservicios al narcotráfico y posteriormente fueron cooptados por la oficina de Envigado,organización consolidada en 1994 por los Pepes y algunos sectores del extinto cartelde Medellín.

El proceso de fragmentación del Cartel y la recomposición de redes, aunado a la crisisde las milicias, mantuvo altos niveles de homicidio, aunque menores que los que sepresentaron al finalizar la década de los ochenta e iniciar la década de los noventa. Deacuerdo con Medicina Legal, la tendencia de los homicidios entre 1992 y 1997 fue aldescenso. Sin embargo, con datos de Policía Nacional esta tendencia descendentesólo se presenta hasta el año 1993 y en 1996 vuelve a aparecer un pico (202,4 hpch)como resultado del recrudecimiento del fenómeno en las comunas de La Candelaria,Aranjuez, Doce de Octubre, Buenos Aires y Castilla.

El punto de partida de la tercera fase, que se desarrolla entre 1998 y 2002, es elfortalecimiento simultáneo de las guerrillas a través de las milicias, por un lado, y delas autodefensas, como resultado de la decisión de las AUC de incursionar en laciudad de Medellín; proceso que acarreó enfrentamientos entre autodefensas y bandas

109 Las oficinas de cobro, de acuerdo con una entrevista, son organizaciones características de los años ochenta que fueron creadas para mediar conflictos entredelincuentes; los Priscos e incluso la banda de La Terraza, cumplían con este rol. Después de la muerte de Escobar, los Pepes crean la oficina de Envigado yconsolidan su poder en 1994.

110 Fundación Seguridad y Democracia. La situación de seguridad en la zona de desmovilización del Bloque Cacique Nutibara. Bogotá, 2006.111 Preciado, Alberto. Coordinador: “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la Memoria,

pp 34 y 35.112 Preciado, Alberto. Op. cit, p 35.113 Villa Martínez, Marta Inés. Ciudad y Conflicto, p 45.

Page 237: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

238

y combos, en el que adquirió protagonismo la oficina de cobro de Envigado, queterminó sometiendo a muy variadas estructuras criminales; enfrentamientos entreautodefensas y milicias; hubo adicionalmente enfrentamientos en el interior de lasautodefensas, particularmente entre el bloque Metro y el bloque Cacique Nutibara.Además, se debe mencionar también el mayor papel protagónico que adquieren lasautoridades y la Fuerza Pública, a través del desarrollo de la operación Orión enoctubre de 2002. Por otra parte, se evidenció la disposición del bloque CaciqueNutibara, BCN, de suspender hostilidades, con lo que se allanó el terreno para quese desarrollara un proceso de desmovilización, que tuvo lugar en la siguiente fase.Veamos esto con detalle.

Aquí, es importante introducir algunas breves definiciones sobre lo que son las bandasy los combos, y sus relaciones con la oficina de Envigado y las autodefensas. Unapersona entrevistada en Medellín, que conoce mucho estas estructuras criminales,que persisten en la ciudad después de la desmovilización de las autodefensas, haceuna breve descripción sobre las relaciones entre combos, bandas, oficinas yautodefensas. A su juicio, los actores primarios de la violencia urbana en Medellín sonlas bandas y combos que continúan activos en los barrios. El entrevistado aclara queen un primer nivel, están los parches, que son conformados en lo esencial por niños de8 a 12 años, que se dedican al consumo de drogas, tienen su primer contacto con lasarmas y se reúnen de manera ocasional en grupos pequeños; usualmente tienenantecedentes de deserción escolar, pero aún están sujetos al control de la familia114. Ensegundo término, están los combos, conformados principalmente por jóvenes entre12 a 19 años; a su juicio, los combos tienen un territorio, existe un nivel jerárquicoentre ellos, poseen armamento, coordinan o manejan plazas de vicio, vacunas o trabajosde otras organizaciones, tienen luchas por el territorio y aún viven en los barrios115.Finalmente, están las bandas, que en su mayoría son conformadas por mayores deedad, de 18 a 40 años; según su apreciación son solventes, no necesariamente vivenen los barrios populares, sino que también lo hacen en estratos cuatro o cinco, manejanarmas, vehículos, el nivel jerárquico está muy bien definido y subcontratan trabajoscon los combos116. Estas estructuras a su vez se relacionan con las oficinas de cobro.Las oficinas tienen poder económico, relaciones con el narcotráfico y las autodefensasy son las encargadas de manejar los combos y las bandas. Obviamente, las oficinastambién disponen de un personal estrictamente a su servicio. En la tercera fase que seestá analizando, las bandas y los combos todavía no estaban articulados a la oficina deEnvigado y en esa medida sostenían enfrentamientos entre sí; unas estaban alineadascon las milicias, otras trabajaban para la oficina de Envigado y otras más eranindependientes.

En el gráfico No. 19, se representan los homicidios por sectores de la ciudad y en elmapa No. 41 los sectores en que se dividió la ciudad. En los mapas No. 42 a 44, seexpresa espacialmente la concentración de los homicidios entre 2000 y 2002.

114 Parche es una expresión que tiene que ver con el espacio en donde se reúnen los jóvenes.115 Son en esencia pandillas.116 Según el gobierno municipal: “Los combos cuentan con reconocimiento delincuencial en el barrio donde se ubican; tienen un mínimo de jerarquía y se dedican a

alguna actividad ilícita para conseguir dinero. Las bandas cuentan con una organización militar, económica y jerárquica definida; por lo general son personasmayores de edad, con una situación económica buena; sus líderes casi nunca viven en los barrios donde se acentúan; poseen vehículos propios y trabajandirectamente para el narcotráfico, los paras o la guerrilla; casi nunca lo hacen directamente sino que subcontratan con los combos las actividades a realizar; lamayoría de sus miembros han estado detenidos o se encuentran sindicados”. Además, en esa descripción consideran que hay un proceso evolutivo que seorigina en los combos y que va supliendo etapas, cada vez de mayor complejidad en la organización, lo que da la forma final a una especie de estructura de estosdistintos tipos de grupos. Ver: Alcaldía de Medellín. Análisis del desempeño de la seguridad en Medellín 2000-2006, p. 29.

Page 238: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

239

Mapa No. 41Regionalización urbana en Medellín

Gráfico No. 19Tasas de homicidio por zonas entre 1995 y 2006

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y DaneProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Fuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 239: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

240

Mapas No. 42 a 44Homicidios en Medellín

Mapa No. 43

2000 2001

Mapa No. 42

2002

Mapa No. 44

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.Fuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH Vicepresidencia de la República

Page 240: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

241

Hay que señalar que a partir de 1998, Medicina Legal y la Policía Nacional coinciden enla tendencia ascendente del homicidio y evidencian un nuevo pico en el año 2002(177,1 hpch), concentrado en las comunas de San Javier, Popular, La Candelaria, Docede Octubre y Robledo, particularmente en los barrios 20 de Julio, San Javier 1 y 2,Popular, Santo Domingo Savio No.1, La Candelaria, Granizal, Pedregal y La Esperanza.

De acuerdo con la zonificación propuesta por Pilar Riaño117, la ciudad de Medellín sedivide en seis zonas: el Noreste o Nororiente que incluye las comunas de Aranjuez,Santa Cruz, Manrique y Popular; el Noroeste o Noroccidente con las comunas de Castilla,Doce de Octubre, y Robledo; el Este Central o Centro Oriente con las comunasVillahermosa, Buenos Aires, y La Candelaria; el Oeste Central o Centro Occidente conLaureles Estadio, La América, San Javier; el Sureste o Suroriente que incluye la comunade el Poblado, y el Suroeste o Suroccidente, con las comunas de Guayabal y Belén.

A finales de los años noventa, se fortalecieron tanto las guerrillas como las autodefensas.Las guerrillas se plantearon el propósito de incursionar nuevamente en la zona urbana,ocupando algunos sectores populares por medio de las milicias; en esa fase, adquirieronespecial protagonismo las Farc y el ELN, a través de sus respectivas milicias y losdenominados Comandos Armados del Pueblo, CAP118, mientras tanto, las autodefensastomaron la decisión de incursionar en la ciudad para disputarle a las anteriores el dominiosobre varios barrios. El estudio de la Universidad de Antioquia y EAFIT concluye por elloque lo que marca este lapso es la decisión política de la guerrilla de urbanizar su guerray el traslado del accionar de las autodefensas a la ciudad119. Los grupos guerrilleros seapoyaron para ello en distintas milicias y las autodefensas en bandas armadas barriales.

Las autodefensas, en particular las AUC, crearon el bloque Metro, comandado poralias Rodrigo o Doble Cero e iniciaron su incursión en el Área Metropolitana del Vallede Aburrá, por las comunas Nororiental, Centro oriental, Centro occidental yNoroccidental de Medellín120. Un estudio de la Fundación Seguridad y Democraciaamplía al respecto y señala que el bloque Metro ingresó a la ciudad principalmente porlas comunas nororientales, es decir de la Uno a la Cuatro, en el noroccidente por laCinco a la Siete, (ver en el gráfico noreste y noroeste) y por el centro occidente,principalmente en la Trece. Según el informe citado “al ingresar por estas zonas, sepuede decir que las autodefensas sitiaron a la ciudad, al crear una especie de anillo,que les facilitaba ejercer dominio sobre la misma, y utilizarla como salida hacia otrosmunicipios ubicados al oriente de la ciudad”.

Este bloque era una estructura armada de base fundamentalmente rural, desplazadaprincipalmente del Suroeste y de otras regiones como el Oriente y el Nordeste antioqueño.A este frente, se le asignaron comandantes urbanos, con la tarea de cumplir labores decontrainsurgencia y para posesionar el proyecto de las autodefensas en la ciudad121. Suestrategia de penetración se fundamentó en la generación de una extensa red de “aliados”,integrada por bandas y combos de la delincuencia organizada y de naturaleza territorial,

117 Riaño Alcalá, Pilar. Jóvenes, Memoria y Violencia en Medellín. Medellín, Universidad de Antioquia – Instituto Colombiano de Antropología, 2006.118 Los Comandos Armados del Pueblo, CAP, tuvieron influencia en la Comuna Trece o San Javier y en la parte noroccidental de la ciudad en la Comuna Siete. Se

consolidaron durante la década de 1990, a través de una oferta de seguridad para el sector, desarrollando un trabajo de “limpieza social” y operando como“contención” de la dinámica de las bandas y el sicariato vinculado al narcotráfico, que operaban en el resto de la ciudad. Ver el estudio ya citado, que coordinóAlberto Preciado, “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la Memoria, p. 38.

119 El lapso que considera el trabajo la Universidad de Antioquia y EAFIT es de 1999 a 2002. Ver el trabajo ya citado, pp 22 y 23.120 Ver el informe de Riesgo No 009 de 2007, del Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría.121 Preciado, Alberto. Coordinador: “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la Memoria.

(Píldoras para la memoria, p. 36.Ver igualmente es informe ya citado de la Fundación Seguridad y Democracia.

Page 241: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

242

y una base social de apoyo o simpatizantes; igualmente, reclutó jóvenes, cooptó milicianosy sometió a la población civil122.

El bloque Metro jugó un papel contrainsurgente desde finales de los años noventa yprincipios de 2000, combatiendo a las milicias, apoyándose principalmente en la banda deLa Terraza. Su comandante era Carlos García, alias Rodrigo o Doble Cero, quién finalmentetomó distancia de las AUC, porque se oponía a que se vendieran franquicias de lasautodefensas a narcotraficantes123.

Es difícil describir con precisión la complejidad que adquirieron los enfrentamientos. Segúnuna reciente publicación124, en la zona centro oriental, el conflicto territorial implicó a lasmilicias Seis y Siete de Noviembre, a grupos de autodefensa, en particular el bloqueMetro, y a la banda de La Cañada125. En la zona noroccidental, la confrontación tuvolugar entre la banda de Frank y las autodefensas126. En la zona centro occidental, y enparticular en la Comuna Trece, la confrontación se dio entre las autodefensas y lasmilicias127. En la zona nororiental, participaron las autodefensas, el ELN y las Farc, asícomo diferentes bandas, principalmente La Terraza128.

Según el gráfico No. 19, la zona centro oriental es la que mayores tasas de homicidioarrojó; lo anterior se debe fundamentalmente a que comprende el centro de la ciudad yla comuna La Candelaria, donde se mueve mucha población flotante, que no reside allí;sin embargo, el cálculo de su tasa se hace sobre la base de la población que permaneceen ella y no tiene en cuenta la afluencia de población flotante129. En los mapas No. 42 a44, que representan los años 2000 a 2002, se notan concentraciones de homicidios enesta zona y en una menor proporción que en la zona nororiental. En el gráfico No. 19, seevidencia que la zona nororiental registra altas tasas de homicidio, después de la centrooriental, en parte explicable por las disputas que se presentaron entre las autodefensas yla banda de La Terraza y por los enfrentamientos entre las autodefensas y las milicias; enlos mapas, las comunas más afectadas por las concentraciones son Santa Cruz y la Popular.La zona noroccidental ocupa el tercer lugar en tasas entre 1998 y 2000 y después quedarelegada al cuarto; en los mapas No. 42 a 44, se muestran concentraciones importantesen la comuna Doce de Octubre y en menor medida en las comunas Castilla y Robledo.La zona centro occidental presenta lugares secundarios entre 1998 y 2000, pero a partirde ese año suben significativamente en la medida en que las disputas se centran más enella y llega a ocupar el tercer lugar en 2002, coincidiendo con la operación Orión; es deanotar que las mayores concentraciones se dan en la comuna Trece o San Javier, másnítido a partir de 2001, como se evidencia en el mapa No. 43.

122 Ver el informe de Riesgo No 009 de 2007, del Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo.123 De acuerdo con el trabajo ya citado de Alberto Preciado, “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En:

Píldoras para la Memoria p. 37), hubo otros factores que intervinieron. Según este artículo, por el lento crecimiento del Bloque Metro y los pocos resultadosfavorables frente a los grupos milicianos, las AUC tomaron la decisión de vender la “franquicia” paramilitar a Don Berna quien, sería desde 2001, el encargado dedesarrollar la estrategia paramilitar en Medellín.

124 “El Nuevo Tráfico de Memorias”. En: Riaño Alcalá, Pilar. Jóvenes, Memoria y Violencia en Medellín. Medellín, Universidad de Antioquia – Instituto Colombiano de Antropología,2006, p 203.

125 En el sector centro oriental, el Bloque Metro realizó sus primeras incursiones en los barrios de Caicedo La Sierra, donde se enfrentó a las Milicias 6 y 7 de Noviembre.Debido a su tradición de grupo rural, el Bloque Metro se apoyó –por la poca experiencia en área urbana- en la banda La Terraza. Ver el texto ya citado que coordinóAlberto Preciado, “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la Memoria. p. 36.

126 Riaño, Pilar. Op. cit, p 203.127 Riaño, Pilar p 203.128 Riaño, Pilar. Op. cit, p 203. Según el informe de riesgo No 009 de 2007, ya citado, el bloque Metro estableció alianzas con las bandas más sólidas. El informe

señala que en la comuna Nor-oriental estableció alianzas con la banda La Terraza, en la Centro-oriental con La Cañada, y en la Centro-Occidental con la bandade Frank.

129 Esto ocurre en las zonas centrales de la mayoría de las ciudades. Las tasas suben porque la base para su cálculo es la población que duerme en ella, quegeneralmente es muy poca, pues en ellas existen comercios, oficinas, centros político administrativos, entre otros. No obstante, su característica es la afluenciade mucha población, de día, y muchas veces de noche, que pernoctan en ellas.

Page 242: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

243

El crecimiento y consolidación del bloque Metro en la ciudad no se dio de la maneraesperada, en parte, porque sus alianzas con bandas y combos resultaron bastanteproblemáticas. Se debe señalar que la dinámica de la expansión de las autodefensas enla ciudad no se dio únicamente por la vía de la asimilación, sino también supuso elsometimiento a la fuerza de las mismas130.

Dos factores permiten explicar el aumento de los homicidios en esta fase. El primeroestá relacionado con los enfrentamientos entre la banda de la Terraza y la oficina deEnvigado y el segundo por las disputas entre los bloques Metro y Cacique Nutibara,este último al mando Diego Murillo Bejarano, alias Don Berna.

Se debe aclarar que en un principio la banda de la Terraza, con influencia en el nororiente,era una conexión entre la oficina de Envigado –en la cual Don Berna tenía poder– y elbloque Metro. No obstante, se presentaron discrepancias entre la banda de La Terraza yla oficina de cobro de Envigado, pues aunque realizaba trabajos para ésta, exigía que lefueran asignadas algunas rutas del narcotráfico, lo que provocó una seria disputa131

entre estas dos estructuras. Adicionalmente, como lo afirmó un entrevistado de unorganismo de seguridad en Medellín, La Terraza se desalineó de la oficina de Envigado,que terminó exterminándola, como consecuencia de sus actividades delincuenciales,porque realizaba por su cuenta atracos y robos en todos los sectores de la ciudad. Comoconsecuencia de las disputas entre el bloque Metro y La Terraza, se producen grandesatentados como los de las bombas de El Tesoro y el parque Lleras. Así mismo,en un enfrentamiento que se desató entre La Terraza y Don Berna –por rutas delnarcotráfico–, La Terraza se desmorona, al ser asesinados la mayor parte de sus integrantes,teniendo como consecuencia la consolidación del poder de Don Berna en la ciudad132.

Por otro lado, se debe considerar que el Bloque Nutibara se constituyó bajo el mandode alias Don Berna, quien venía jugando un rol importante en la expansión de lasautodefensas en la ciudad, particularmente a través de la oficina de Envigado133. Antesde que se consolidara como bloque Cacique Nutibara, BCN, se habían presentadoenfrentamientos desde mediados de 2001, entre el bloque Metro y los hombres almando de Don Berna, en el centro oriente, en la comuna Ocho, así como en la comunaCuatro o Aranjuez, en el nororiente. Hacia mediados de 2002, nació formalmente elBCN, que finalmente terminó desplazando al bloque Metro de la ciudad hacia el orientedel departamento, donde también lo combatió y terminó absorbiéndolo134.Posteriormente, el BCN fue el encargado de consolidar el poder de las autodefensas enla ciudad, proceso que tuvo lugar en el centro oriente y el nororiente, principalmente.

130 Según un estudio, a diferencia del bloque Metro, que empezó por copar las zonas con presencia de las milicias, el Cacique Nutibara empieza copando las zonas conpresencia de bandas. Al golpear y cooptar las bandas, poniéndolas a su servicio o eliminándolas, se va fortaleciendo el ejército paramilitar que, poco a poco, vaentrando a los barrios de tradición miliciana. Ver el estudio ya citado, que coordinó Alberto Preciado, “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburráy Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la Memoria.. 37-38.

131 Preciado, Alberto. Coordinador: “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la Memoria.(Píldoras para la memoria, pp. 36-37

132 Preciado, Alberto. Coordinador “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la Memoria. p. 37.133 En su pasado fue un integrante del EPL, pero con el tiempo se transformó en un hombre de confianza de los hermanos Galeano, del cartel de Medellín, que

fueron asesinados por Pablo Escobar en la purga de principios de los años noventa, cuando estos se oponían a respaldar su guerra contra el Estado. MurilloBejarano hace parte después de los Perseguidos por Pablo Escobar, Pepes, que con sus acciones logran debilitar al entonces jefe del cartel de Medellín yfacilitan de esta manera el accionar de las autoridades que finalmente lo da de baja. Entre 1994 y 1997, más o menos, en compañía de Gustavo Upegui, lograaumentar su influencia en Medellín, apoyado en algunas bandas, entre ellas La terraza y logra convertirse en un hombre importante en la oficina de cobro deEnvigado. A finales de los años noventa logra vincularse a las AUC, desde cuando adopta el alias de Adolfo Paz.

134 Un entrevistado en Medellín aseguró que el desenlace fue que el bloque Nutibara acabó venciendo al bloque Metro, en todo Antioquia, siendo el municipio de SanRoque el lugar de la última confrontación entre los dos bloques; dos años después, en 2004, fue asesinado Doble Cero en un balneario de Santa Marta, un mesdespués de la muerte de Carlos Castaño.

Page 243: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

244

Esta estructura atrajo a los integrantes de las milicias y las bandas que persistían y unavez asegurado su dominio del sector nororiental, se expandieron hacia otros sectoresde la ciudad. El esquema consistía en que delegaban a las bandas los mercados yterritorios locales y que éstas les pagaban impuestos a cambio de lo anterior.

Otra de las disputas más importantes fue la que se presentó entre el Cacique Nutibara y labanda de Frank, en las comunas noroccidentales que limitan con el municipio de Bello. Elenfrentamiento culminó con la pérdida de poder de la banda. Numerosas masacres sevivieron en el marco de este enfrentamiento, sobre todo en la primera mitad de 2001. Losbarrios afectados fueron los ubicados en la comuna Ocho y el barrio París, todos en Bello135.

Otro aspecto de la mayor importancia en esta fase es la actuación de las autoridades,entre las que se destaca la Operación Orión en la Comuna Trece, principalmente136. Laoperación Orión tuvo lugar a mediados de octubre de 2002, fue llevada a cabo pororden presidencial y tuvo como propósito recuperar el control de algunos barrios de lacomuna Trece, y de otros más del nororiente de la ciudad, donde persistían núcleos delas milicias137. La operación implicó cruentos enfrentamientos contra los irregulares, enlo esencial las milicias, y su principal resultado fue la derrota de las guerrillas que desdeese entonces perdieron presencia en la ciudad. Así mismo, la presencia del Estado sehizo mucho más notoria. No obstante, persistieron bandas y combos, que en lo esencialquedaron sometidos a su turno al control de las autodefensas.

La cuarta fase, que va de 2003 a 2006, coincide con la disminución de las tasas dehomicidio. Lo anterior tiene lugar en todas las zonas de la ciudad, así como en todaslas comunas, como se aprecia en los mapas No. 45 a 48, que representan los años2003 a 2006. Inciden en esta disminución el hecho de que desaparecen las disputas,en la medida en que las milicias se repliegan y las autodefensas someten a las bandasy los combos. Un factor que sin duda incidió fue la declaratoria de tregua del BCN afinales de 2002 y su desmovilización en 2003, seguida de la del frente Héroes deGranada en 2005. Aquí también juega un papel central la mayor presencia del Estado,principalmente después de la operación Orión, que se expresa en un mayor cubrimientoterritorial por parte de la Policía y del Ejército, y en el desarrollo de programas de ordensocial promovidos por la Alcaldía de Medellín.

Después del cese de hostilidades del BCN en 2002, se efectuaron varias reunionesexploratorias que finalmente terminaron en el proceso de paz que tuvo lugar en lasegunda mitad de 2003. Durante el segundo semestre de 2003, se anunció ladesmovilización del bloque Cacique Nutibara. Fueron concentradas más de 850 personasen el municipio de La Ceja, en el oriente antioqueño. A pesar de las numerosas denuncias

135 Preciado, Alberto. Coordinador: “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En: Píldoras para la Memoria.p. 38. El texto ya citado de Pilar Riaño narra así mismo el proceso mediante el cual fueron cooptadas tres bandas del barrio Antioquia que se venían enfrentandoentre 2000 y 2002. Un líder de una de esas bandas, Leo, estableció una alianza con el BCN e instó a los integrantes de bandas para que cesaran las contiendas.Esto fue complementado con el ingreso de integrantes de las autodefensas al barrio, que sometieron a los que eran reacios. Posteriormente vino una firma depaz. A partir de ahí el BCN monitoreo y ejerció control sobre todos los aspectos del barrio. Las bandas pagan un impuesto por el expendio de droga y de armas,los residentes pagan por la seguridad e igualmente paga el comercio.

136 La Operación Orión fue solo una, la de más recordación. Se desarrollaron las operaciones Otoño, Contra Fuego, Mariscal, Potestad, Marfil y Antorcha. VerSistema de Alertas Tempranas. Informe de Riesgo No 009 de 2007. Según un estudio, la iniciativa más importante en materia de seguridad fueron los operativosconjuntos del Ejército y la Policía, los cuales se iniciaron en 2002, en parte de la Comuna 13, destacándose las operaciones “Mariscal” y “Orión”, en el marco dela aplicación de la “Política de Seguridad Democrática” para restablecer la autoridad gubernamental en la zona Centro-Occidental, así como otras zonas de laciudad. Ver: En deuda con los Derechos Humanos y el DIH: Diversas miradas críticas en Medellín. “Situación de violencia, conflicto urbano y Derechos Humanosen Medellín y el Valle del Aburrá.” IPC 2003, pp. 29-30.

137 El BCN había logrado influencia en casi toda la ciudad pero no había podido conquistar el cordón de periferia en la parte alta de la Comuna 3, ni ejercer el controlde los asentamientos localizados allí, entre ellos la Cruz, La Honda y Bello Oriente, territorios considerados en disputa y como espacios de movilizaciónesporádica de las milicias.

Page 244: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

245

por el reclutamiento que, en días anteriores, se había realizado en diferentes barriospopulares de Medellín, el Gobierno continuó con el proceso y el 25 de noviembre deese mismo año, fueron desmovilizados 871 miembros de dicho bloque138. El comandantepolítico del Estado Mayor Regional del bloque Cacique Nutibara, “Comandante R”,afirmó haber dejado la ciudad pacificada y consideró la desmovilización del bloquecomo un “proyecto piloto” de la desmovilización general de las AUC139.

Desmovilizado el Cacique Nutibara, el bloque Héroes de Granada, al mando de DanielAlberto Mejía Ángel, alias Danielito, hizo presencia en la zona metropolitana. Estebloque es la expresión rural del Cacique Nutibara, fruto del desdoblamiento del BCN,que llevó a cabo Don Berna, cuando fue ampliando su presencia hacia el orienteantioqueño, en la disputa por copar los territorios del bloque Metro140. Estaorganización se desmovilizó el 30 de enero de 2005. También lo hicieron lasAutodefensas Campesinas del Magdalena Medio, en particular el frente José LuisZuluaga, el 7 de febrero de 2006, así como algunos 500 integrantes deaproximadamente 40 organizaciones delincuenciales, cercanas al desmovilizadobloque Nutibara, manifestaron su intención de reincorporarse a la vida civil,acogiéndose al modelo de reinserción del BCN, que contemplaba seguimientopersonalizado, acción psicosocial para ellos y sus familias y oportunidades laboralesen las secretarías del municipio. Este proceso no se adelantó, debido a la inexistenciade una ley que contemple beneficios jurídicos para la delincuencia común.

Durante el proceso de verificación de la desmovilización del BCN, Sergio Caramagna, eljefe de la Misión de la OEA, afirmó que “presumía la existencia de una estructura del BCNque aún no se había desmovilizado”. El control que continuó ejerciendo en la ciudad sehizo evidente el 28 de mayo de 2005, cuando se paralizó el 90% de la ciudad, al noprestar servicio más de 160 rutas de buses –gracias al control que, en los sitios de despacho,seguían ejerciendo las bandas que estaban articulas al Cacique Nutibara–. Esta acciónfue una muestra del poder que Don Berna consolidó en los últimos años en Medellín yun desafío a la justicia, que le dictó orden de captura por el asesinato de Orlando Benítez141.

Según un estudio citado, la oficina de Envigado tiene el control de los circuitoseconómicos como la distribución de droga y el lavado de activos y lo ejerce a través deldominio de las casas de chance, bombas de gasolina, entre otros. En un nivel inferior,las bandas han recobrado su autonomía, reanudando las prácticas delictivas queobedecen a las lógicas del crimen organizado, sin desarticularse totalmente de la oficinade Envigado, a la cual sirven de apoyo para trabajos esporádicos142.

En la cuarta fase, como se anotó, los homicidios en la ciudad disminuyeronsignificativamente registrando en 2003 una tasa de 94.3 hpch, en 2004 de 51.8, en2005 de 36.1 y en 2006 de 33.5 hpch143. Esta caída significativa se aprecia en losmapas No. 45 a 48. En la actualidad, existen dos posturas que explican estecomportamiento a la baja, la primera hace referencia a la acción del Estado y la segundaa la acción de los grupos armados ilegales.

138 Ver el estudio ya citado coordinado por Alberto Preciado, “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En:Píldoras para la Memoria p. 44

139 Ver el estudio ya citado que coordinó Alberto Preciado, “Contexto de los Crímenes de Lesa Humanidad: Valle de Aburrá y Oriente Antioqueño 2000-2004.” En:Píldoras para la Memoria p. 44

140 Ver el estudio ya citado que coordinó Alberto Preciado, p. 45.141 Ver el estudio ya citado que coordinó Alberto Preciado, p. 45.142 Ver el estudio ya citado de Píldoras para la memoria, pp. 46-47.143 Según el IPC, de 43 muertes colectivas, registradas en 2002, se rebajó a sólo 13 (se habla de número de hechos, no de víctimas) en 2003, lo que implica disminuciones del

69.8% y del 70.9% para muertes colectivas y número de muertes individuales, respectivamente. Ver: En deuda con los Derechos Humanos y el DIH: Diversas miradas críticas

Page 245: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

246

Mapas No. 45 a 48Homicidios en Medellín

2005

Mapa No. 47

Mapa No. 46

2006

Mapa No. 48

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesFuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Mapa No. 45

2003 2004

Page 246: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

247

De hecho, uno de los argumentos que más se esgrimió por parte de los entrevistados,no sólo entre los funcionarios de la Alcaldía, la Gobernación y los organismos deseguridad, sino también entre los representantes de las ONG, es que los homicidiosdisminuyeron, porque cesaron las disputas. Varían los matices con que se describieronlas disputas que existieron y la situación que se vive actualmente, pero en lo esencialel argumento es el mismo144. Se considera que la disminución de los homicidios esresultado del triunfo de un actor armado sobre otro, en el sentido en que lasautodefensas se convierten en 2003 en el actor predominante en el territorio, puestoque las milicias fueron expulsadas de la ciudad y los combos y bandas fueron sometidoso asimilados, de tal forma que no hay lugar a disputas territoriales. Tema diferente esel de que después de las desmovilizaciones, hayan seguido habiendo disputas en elinterior del narcotráfico, y a nivel de los mandos, principalmente en lo que respectala oficina de Envigado, lo que se expresa en el asesinato de Gustavo Upegui, en sufinca de San Jerónimo el 3 de julio de 2006, supuestamente ordenado por DanielAlberto Mejía Ángel, Danielito, (desmovilizado del bloque Héroes de Granada de lasAUC y personaje con mando en la oficina de cobro de Envigado), quien a su turnofue asesinado a principios de 2007, factor que llevó al Presidente Uribe a trasladar alos jefes desmovilizados desde el centro de reclusión de La Ceja hacia la Cárcel deItagüí145. No obstante estas disputas ya no involucran combos y bandas de una maneramasiva, por lo que las muertes ocasionadas son selectivas y no alteran las cifras dehomicidios146.

Este factor indudablemente se explica por la acción del Estado, por un lado, porque eneste proceso influyó necesariamente el proceso de paz adelantado por el Gobiernonacional con las autodefensas, el aumento de la presencia de la Fuerza Pública en lascomunas y la mayor atención por parte de la Alcaldía por medio de programas sociales.No obstante, el hecho de que las disputas hayan cesado está relacionado con unapostura por parte de los actores armados. Es así como en la medida en que el BCN,que había sometido y asimilado la mayoría de las bandas y combos, se comprometiócon una tregua a finales de 2002, y adicionalmente en los últimos cuatro años, lasasociaciones de desmovilizados han jugado un papel muy importante en mantener loscombos y las bandas por fuera de la dinámica del homicidio, pues se les prohibiómatarse entre ellos. De hecho uno de los temas que causa más preocupación en laactualidad, es la existencia de integrantes de combos y bandas, no sólo en Medellínsino también en Bello y Envigado, que si bien tienen una inclinación a desmovilizarse,no lo han hecho por falta de un soporte jurídico. Si bien es cierto que éstos tienencierta autonomía, no lo es menos que están sujetos a un control que ejercen lasasociaciones de desmovilizados, y que según algunas versiones, tienen prohibiciónexpresa de delinquir y más aún, de cometer homicidios, caso en el que son llamados arendir cuentas.

144 El IPC, por ejemplo, argumenta que en los barrios se mantienen formas de control signadas por el miedo y que se cometen selectivamente homicidios aleccionadores.En una publicación se sostiene que dejó de existir disputa por el control territorial entre dos o más grupos armados y se estableció el control, no sólo territorial sinotambién político, de un solo grupo armado que tuvo la suficiente habilidad para “negociar” con el gobierno, tanto local como nacional y mantener durante eseproceso de negociación actividades armadas. Ver: En deuda con los Derechos Humanos y el DIH: Diversas miradas críticas en Medellín. “Violación de losDerechos Humanos de las mujeres en Medellín y el área metropolitana. Informe 2003.” IPC 2003, p. 83.

145 Varias fuentes ilustran esos ajustes en el interior del narcotráfico y sus estructuras armadas. Ver por ejemplo el informe de riesgo No 9 de 2007, ya citado. Adicionalmente,algunas crónicas de El Espectador dan cuenta de estos episodios y traen sus propias interpretaciones. Ver por ejemplo: El reencauche de la Oficina de Envigado. En ElEspectador, 5 de agosto de 2007.

146 Se habla de no más de una veintena de homicidios que han ocurrido en diferentes momentos, por lo que su impacto en el total de homicidios no es significativo.Algunos representantes de las autoridades aceptan que además de los ajustes en el interior de la Oficina de Envigado, no hay que descartar tensiones entresupuestos representantes de Don Berna y Macaco, de los que no se tienen pruebas contundentes, pero así mismo estos han sido selectivos y no han impactadoel conjunto de los homicidios.

Page 247: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

248

Con respecto a la acción del Estado, se aprecia el incremento de la presencia de laFuerza Pública y de las instituciones civiles del Estado en los espacios más deprimidosde la ciudad, en los que se asentaban actores armados ilegales. Después de lasoperaciones conjuntas de la Fuerza Pública, ésta ha logrado tener presencia permanenteo a través de patrullajes en los lugares más apartados del municipio, a los cuales nopodía acceder. También se debe considerar el hecho de que en los últimos años haexistido una concentración de la Policía en Medellín, la cual limita la acción de loscombos y bandas, contribuyendo así al descenso de los homicidios147. De acuerdo conesta perspectiva, la seguridad en la ciudad ha aumentado como consecuencia de laintervención de la Fuerza Pública (por ejemplo en la comuna 13 está el Batallón PedroNel Ospina), la presencia de la Policía, la instalación de Centros de Atención Inmediata,CAI, la presencia del Estado con inversión social, a través de los PresupuestosParticipativos para las comunas, en los que participan en la toma de decisiones actoresdesmovilizados, miembros de las Juntas de Acción Comunal, JAC, ediles, concejales,entre otros.

De acuerdo con reportes de la Oficina del Programa de Paz y Reconciliación de laAlcaldía de Medellín, en la actualidad, en el departamento de Antioquia permanecenmás de 10.500 desmovilizados, de los cuales aproximadamente 4.000 se concentranen Medellín y se han reorganizado dentro de la legalidad, realizando trabajo social yeconómico a través de corporaciones.

Sin embargo, con base en entrevistas hechas a organizaciones gubernamentales yno gubernamentales realizadas en la ciudad de Medellín, se encontraron versionesque suponen que no hubo una plena desmovilización, puesto que la estructurajerárquica de las autodefensas se mantiene y las modalidades que empiezan a aparecerson intimidatorias y de carácter más político que de confrontación. Tal es el caso delos dos paros de transporte que realizaron en la ciudad de Medellín en el año 2005y 2006, su intervención en los presupuestos participativos de las comunas y cincocasos de homicidio cometidos con sevicia. En este sentido, no se cometen muchoshomicidios, sin embargo los que se cometen son “aleccionadores”, tal como se precisóen una entrevista. Así mismo, sus objetivos criminales cambian y se trasladan haciaacciones de extorsión, manejo del negocio de apuestas (chance y casinos), pagadiario, expendios de droga, entre otros. En este sentido, la disminución de loshomicidios sería producto entre otros, de una instrucción de los jefes desmovilizadosde autodefensas.

En conclusión, el caso de Medellín no deja dudas sobre la incidencia de los actoresorganizados en el ascenso o disminución de los homicidios. El incremento sostenidode los homicidios en buena parte de los años ochenta y hasta 1991, está relacionadocon el impacto del narcotráfico y su incidencia sobre organizaciones criminales;adicionalmente, se enmarca en el denominado narcoterrorismo. Posteriormente,después de que Pablo Escobar fuera dado de baja en 1993, hecho precedido pordisputas entre los denominados Pepes y las estructuras que siguieron siendo fieles aljefe del denominado cartel de Medellín, así como por una importante acción desplegadapor las autoridades, toma fuerza la denominada oficina de Envigado, que procede a lareorganización de las bandas criminales que habían adquirido dinamismo alrededordel narcotráfico.

147 No obstante, según un entrevistado, la Fuerza Pública no ha llegado a zonas rurales, en las cuales se mantiene el modelo de violencia entre actores armados.

Page 248: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

249

En lo que al homicidio se refiere, se combinaron tres tipos de disputas en los años másálgidos, entre 1998 y 2002. Éstas se produjeron entre las milicias y las autodefensas,entre estructuras de autodefensas y particularmente entre el bloque Metro y el bloqueCacique Nutibara y, finalmente, entre la oficina de Envigado y las bandas. La confluenciade estos tres procesos empujó el homicidio hacia arriba. A su turno, la disminución delhomicidio está asociado al cese de estas disputas, y particularmente con el debilitamientode las milicias y el sometimiento y la cooptación de las bandas a la oficina de Envigado.

Si bien es cierto que la postura de los actores organizados jugó un papel preponderanteen la baja de los homicidios a partir de 2002, de la mayor importancia es tener encuenta el papel del Estado y de los gobiernos nacional y local. En el caso de Medellín,como se anotó es de suma importancia la operación Orión y el subsiguiente incrementode la presencia estatal en la totalidad de la ciudad. Lo anterior contribuyó a debilitar alas milicias, y por ende a disminuir las disputas con las autodefensas; también propicióa crear las condiciones para llevar a cabo un proceso de desmovilización de lasautodefensas.

Un papel muy importante jugó el proceso de paz con las autodefensas y lasdesmovilizaciones de los bloques Nutibara y Héroes de Granada. Este factorindudablemente determinó un cambio de actitud en estas organizaciones armadas,que se comprometieron con la disminución del homicidio. Igualmente, desempeñó unpapel muy importante el significativo incremento de la Fuerza Pública, que cada vezhizo más presencia en barrios donde tradicionalmente no la había tenido; se instalaronvarios puestos de Policía y cada vez más se producen patrullajes por parte de unidadesmilitares, factores que indudablemente han limitado el accionar de combos y pandillas.Finalmente, inciden las políticas de la administración municipal.

El caso de Medellín ilustra que el ascenso de los homicidios está muy relacionadocon el incremento en la utilización de las armas de fuego y que cuando el conjuntode los homicidios llega a niveles muy altos, la participación de éstas se eleva porencima del promedio del país. Así mismo, el caso de esta ciudad muestra que losdescensos de los homicidios corren paralelos con la baja de los propiciados por armasde fuego; sólo cuando la tasa se sitúa por debajo de la del país, las armas blancascobran importancia.

No obstante que la situación haya mejorado, persisten muchos problemas por resolver.La presencia de estructuras organizadas y la oficina de Envigado se mantiene, existendisputas relacionadas con el re-acomodamiento de personajes en el interior de lacriminalidad organizada y se vislumbra una situación latente relacionada con la presenciade bandas y combos.

4.2CaliEl caso de Cali es interesante, porque de las cuatro ciudades más grandes del país, esla que ostenta en los últimos tres años la tasa más alta. Conjuntamente con Medellín,fue considerada muy crítica en razón a que entre 1995 y 2003 sus tasas superaronampliamente el promedio nacional; sin embargo, a diferencia de la capital de Antioquia,que recientemente registra tasas por debajo del promedio del país, Cali se ha mantenidoen los doce años considerados en este estudio por encima de Colombia, tal como seaprecia en el Gráfico No. 20, construido con base en información de la Policía. La

Page 249: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

250

148 La discriminación por móviles es muy deficiente a lo largo de la serie estudiada y el registro empieza a mejorar a partir de 1999. Según la base de la Policía deque se dispone solamente hay información a partir de 2003.

149 Este ejercicio sólo se pude hacer hasta 2003, pues la información a partir de 2004 presenta muchos vacíos en lo relacionado con la ubicación espacial delhomicidio.

capital del Valle es un caso en el que las armas de fuego participan muy por encima delpromedio nacional en el total de los homicidios y al mismo tiempo tiene altos nivelesde homicidios con móviles sin información, razón por la cual presenta un reto importantepara la interpretación.

Gráfico No. 20Tasas de homicidio de Cali comparadas con las de Medellín, Bogotá, Barranquilla y nacional

1995-2006

Fuente: Policía Nacional y DaneProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Sin embargo, se tuvo acceso a una base de datos histórica que discrimina, entre otrasvariables, el arma utilizada y el móvil. La base de datos suministrada por Paz Pública dela Universidad de los Andes que se utiliza aquí, construida con información del InstitutoNacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en adelante Medicina Legal, permiteanalizar para Cali la evolución de los homicidios, discriminándolos por armas y móvilesentre 1985 y 2004148; la serie fue completada con datos de la misma institución para2005 y 2006. Así mismo, permite estudiar la evolución de la distribución espacial delos mismos por comunas y barrios, que a su vez fueron agrupados en cinco sectores,que se presenta a continuación149. Por otro lado, como fuente de contraste, se tieneuna serie de la Policía Nacional entre 1990 y 2006, la que a su turno discrimina lasmismas variables entre 2003 y 2006. Estos análisis, además de la información cualitativa,permiten inferir el peso de organizaciones delincuenciales e irregulares en el incrementodesmedido de los homicidios (Gráfico No. 21).

Page 250: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

251

Gráfico No. 21Homicidios en Cali según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses 1985-2006

y Policía Nacional 1990-2006

Fuentes: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y Policía NacionalProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

El gráfico presenta la evolución, en términos absolutos, de los homicidios ocurridos en Cali,comparando las series de Medicina Legal (procesada por Paz Pública hasta 2004) y de laPolicía; la primera entre 1985 y 2006 y la segunda entre 1990 y 2006. Aparte de algunasdiferencias, que en algunos casos son significativas, el comportamiento es muy similar150.Se observa que 1987 fue el punto más bajo de la serie considerada y que entre 1988 y1994, se produce un aumento sostenido de los homicidios que en el último año consideradosuperó los 2.000, según las dos fuentes. A partir de ese año, descienden hasta el año 1997y en 1998 nuevamente se registra un alza, que tiene su punto más alto en 2004, de nuevoun año que registró un nivel superior a los 2.000 homicidios, casi el mismo del pico que1994; en 2005 y 2006, los homicidios disminuyen hasta llegar a 1.540 aproximadamente,un nivel similar en términos absolutos al de 1992151. No obstante, su tasa, como ya seanotó, sigue estando por encima del promedio del país.

Es difícil establecer los factores asociados a esos cambios, sin embargo los estudiosconsultados y las entrevistas permiten inferir que son las organizaciones criminales enprimer lugar, seguidas de los grupos irregulares, los que influyen en las variacionesmás bruscas en los homicidios. Retomando algunas apreciaciones hechas al respecto,una de ellas enfatiza en la existencia de pandillas, milicias, guerrillas, grupos de limpiezay organizaciones criminales152 y otra se refiere a organizaciones articuladas al narcotráfico,

150 Hay diferencias significativas, como en 1991, pero la trayectoria de las dos curvas es similar.151 Entre 2004 y 2006 las diferencias entre las dos fuentes son mínimas. En 2006 Medicina Legal registra 1.538 y la Policía 1.540.152 A este respecto ver el estudio de Gildardo vanegas. En una investigación sobre Cali, que se conoció en 1998, hace una descripción de las organizaciones que intervenían

en la violencia en el Distrito de barrios de Aguablanca y el sector que denominó la loma, que incluye este último los barrios populares de ladera. Las conclusiones que sacason muy interesantes pues ponen de relieve un conjunto de organizaciones muy variadas. Dice que en los dos sectores hay “comercio de armas, droga y violencias;policías corruptos, grupos de limpieza, asesinos por cuenta propia, milicias y guerrillas, grupos de criminales y delincuentes organizados, bandas juveniles y parches.”

Page 251: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

252

especialmente las denominadas oficinas de cobro y las redes de sicarios, que estánrelacionadas con las bandas153. Obviamente, estas dos perspectivas no son excluyentes,sino que aducen que las muy variadas estructuras delincuenciales fueron influenciadasy dinamizadas por el narcotráfico154. Al respecto, uno se debe interrogar sobre el efectode la infiltración de dineros del narcotráfico en la dinámica que adquirieron las bandas,las organizaciones delincuenciales en general, las organizaciones dedicadas a la limpiezay las pandillas155.

A continuación, se examinará primero el comportamiento de los homicidios por armade fuego, y después por móviles, variables que nos permitirán demostrar su relacióncon actores organizados, contrastando esta información con las entrevistas y los informesde prensa.

El gráfico No. 22 permite apreciar el peso de las armas de fuego en los homicidios en laciudad. De hecho, los cometidos con este medio empujaron la curva del total de homicidioshacia arriba; así mismo están muy relacionados con sus disminuciones, es decir que cuandobaja su participación, el total lo hace en la misma medida. Los picos de los años 1994 y2004 en el total de homicidios corresponden con los niveles más altos de participación enarmas de fuego. A su turno, cuando el total de los homicidios baja, como ocurrió entre1995 y 1997, y en 2005 y 2006, descienden los propinados con armas de fuego. En elanálisis en que se compararon los 53 municipios más grandes con base en información dela Policía, se demostró que cuando las tasas de homicidio superan significativamente elpromedio nacional, al mismo tiempo las armas de fuego tienen una participación porcentualpor encima del promedio del país, concluyendo que lo anterior es un indicador de laactividad de organizaciones criminales o irregulares.

No obstante, es necesario señalar que las otras armas en ocasiones ganan participacióncuando el peso de las armas de fuego disminuye; casos claros son los de 1985 y 1990,como se aprecia en el gráfico No. 23. Aparte de esta consideración, las armas de fuegoganan un enorme peso en la década de los noventa, mientras que al mismo tiempo lasarmas blancas, más asociadas a los individuos y a los pequeños delincuentes, muestranuna participación ínfima.

Sin embargo, las armas no son suficientes para determinar qué organizacionesdelincuenciales están detrás de los homicidios. En este sentido, los móviles ayudanen este propósito, sin embargo, en el caso de Cali, los homicidios sin informaciónson muy numerosos. Al respecto es bueno recordar, como se demostró en los análisishechos en los primeros capítulos de este estudio, que cuando los homicidios sin

153 Los autores que han estudiado el fenómeno son varios: Alvaro Guzmán, Álvaro Camacho, Otty Patiño, entre otros, para sólo mencionar algunos. Una publicación delObservatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, titulado Dinámica Reciente de la Violencia en Cali hace una breve descripción de estas tesis y enparticular de la incidencia del narcotráfico en la violencia en Cali. Ver en particular a Álvaro Guzmán. Cali: entre la violencia organizada y la desregulación. Ponenciapresentada en el Seminario Internacional de Economía. Cali, Universidad del Valle, 2005. Los estudios de estos autores incluyen planteamientos y matices que en esteestudio no resaltamos. Interesa solamente enfatizar, en términos generales, en la incidencia de organizaciones delincuenciales y criminales en el incremento de loshomicidios y en el papel determinante del narcotráfico en ellas.

154 Gildardo Vanegas no profundiza en el tema del narcotráfico pero leyendo con cuidado sus afirmaciones en lo esencial no lo excluye pues deja de presente queintervienen el tema de la droga, el comercio de armas y hace alusión a grupos criminales y delincuentes organizados.

155 En entrevistas y en artículos de prensa se afirma que cuando a las oficinas de cobro les baja la demanda para llevar a cabo trabajos para el narcotráfico,fácilmente se desenvuelven en el ámbito de la delincuencia e incursionan en la comisión de otros delitos. Esto es explicable porque muchos de los trabajos quehacen los contratan a las bandas. En consecuencia si estas últimas no tienen trabajo, actúan por cuenta propia. Según una versión de prensa que cita a lasautoridades, al quedar sin líderes y sin trabajo, los sicarios que estaban al servicio de esas bandas, las cuales funcionaban como brazo armado de los narcotraficantesen las ciudades, conformaron grupos para cometer todo tipo de delitos. Según el secretario de Gobierno de Cali en 2006, Miguel Yusty: “Disueltos los carteles,los grupos que trabajan para ellos se atomizaron. Cuando no hay trabajo de sicarios ellos son responsables de robos de carros, de bancos y ‘fleteos’, tienen lainfraestructura para hacerlo.” Ver por ejemplo: En Cali todavía operan cuatro “oficinas de cobro”. En El País, 27 de noviembre de 2006.

Page 252: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

253

Gráfico No. 22Homicidios en Cali discriminados por armas 1985-2006

Gráfico No. 23.Distribución porcentual de los homicidios en Cali por armas 1985-2006

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Policía Nacional y Paz Pública de la Universidad de los AndesProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

información crecen mucho, incluyen en una proporción significativa móviles asociadosa la modalidad denominada sicariato. Así mismo, se apreció que los casos sininformación normalmente esconden pocas riñas o atracos o otros protagonizadospor la delincuencia común. Las riñas y atracos, por un lado, y las armas blancas, porel otro, no intervienen para explicar los incrementos notorios en las tasas de homicidio(Gráfico No. 24).

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Policía Nacional y Paz Pública de la Universidad de los AndesProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 253: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

254

Gráfico No. 24Homicidios en Cali según móviles 1985-2006

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Policía Nacional y Paz Pública de la Universidad de los AndesProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Es interesante anotar, como se observa en el gráfico No. 24, que el registro de MedicinaLegal en cuanto a modalidades empieza a mejorar a partir de 1998. Entre 2000 y2004, mientras los casos sin información bajan, suben los ajustes de cuentas y pordebajo de éstos, en su orden, los atracos y las riñas. Es interesante señalar que losajustes de cuentas representan un 38,1% y 47,6% en 2003 y 2004 respectivamente. Sibien esta categoría no es del todo clara, pues no define si se trata de venganzas entreindividuos o entre organizaciones armadas, o al interior de éstas, es factible inferir queen buena medida da cuenta de disputas protagonizadas entre organizaciones. Lamasacre de Cañandonga y una balacera acaecida en un centro comercial de Cali, quese describirán más adelante, ocurridos en 2003, son un ejemplo de lo anterior.

Por otra parte, vale la pena señalar que del total de los homicidios los atracos oscilaronentre el 9.9% y el 17.6% del total de homicidios entre 2000 y 2003, un porcentajeentendible en una ciudad como Cali; si bien no se puede discriminar si estos homicidiosson consecuencia de pequeños atracadores o de organizaciones de más peso, no sepuede excluir que los segundos participen en los anteriores, habida cuenta de quecuando baja la demanda en servicios de las oficinas de cobro, las bandas se dedican ala comisión de otros delitos156. Finalmente, las riñas siempre estuvieron por debajo del10% en el mismo lapso, con excepción de 2002, cuando registraron un 10.6%. En2005 y 2006, los homicidios bajan y al mismo tiempo se reducen los ajustes de cuentas,síntoma de que los homicidios disminuyen como consecuencia de una disminucióndel accionar de grupos organizados. Al mismo tiempo, suben los homicidios sininformación, que parece indicar un deterioro en el registro de la información, pero asímismo se ha anotado con anterioridad que cuando la calidad se desmejora en uncontexto de altos niveles de homicidio, lo anterior permite aducir la participación deactores organizados157.

156 Las oficinas de cobro contratan sicarios que a su turno son integrantes de bandas.157 El deterioro del registro está más asociado a la actuación de actores organizados que a la de individuos y pequeños atracadores.

Page 254: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

255

Resulta importante comparar la información de Medicina Legal con las cifras de laPolicía entre 2003 y 2006. Al respecto, se debe anotar que las proporciones sininformación son más elevadas en la Policía que en Medicina Legal, salvo en 2006cuando las dos son de alrededor de 62%. Adicionalmente, se puede resaltar que lasproporciones sin información de Medicina legal son más bajas en la medida en queel porcentaje de la categoría ajuste de cuentas es significativa; en este sentido, losajustes de cuentas pesaron 38.1% en 2003 y 47.4% en 2004, años en los que loshomicidios fueron muy elevados en su conjunto, y bajaron a 26.9% y a 24% en 2005y 2006, coincidiendo con una disminución en el conjunto de los homicidios. LaPolicía, a diferencia de Medicina Legal, utiliza la categoría sicariato, donde se presentaun importante subregistro, cuando se confrontan las cifras con las entrevistas.Respecto de los atracos, en 2003 pesaron un 11.4% según la Policía y un 15.6%según Medicina Legal, un desfase de cuatro puntos; en 2004 y 2005, los porcentajesson muy parecidos, pues según las dos fuentes fueron de 9.3% en 2004 y de algomás de 6% en 2005. En cuanto a las riñas, entre 2003 y 2005, las diferencias no sonmuy notorias entre las dos fuentes, como se aprecia en el cuadro No. 71, sin embargoen 2006 la proporción que arroja la Policía, de 10.1%, casi triplica la de MedicinaLegal, que arrojó el 3.6%.

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y Policía NacionalProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y Policía NacionalProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadro No. 72Participación porcentual de los homicidios en Cali distribuidos por móviles según el Instituto Nacional de Medicina Legal

y Ciencias Forenses y Policía Nacional 2003-2006

Cuadro No. 71Homicidios en Cali distribuidos por móviles según el Instituto Nacional de Medicina Legal

y Ciencias Forenses y Policía Nacional 2003-2006

Page 255: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

256

158 Las agresiones fueron incluidas en los homicidios sin información, en la medida en que es una categoría muy vaga. Al respecto se puede consultar el análisis 158Solo fue posible hacer el ejercicio entre 1985 y 2003, pues la información entre 2004 y 2006 viene con demasiados registros sin información asociada a barrio oa dirección.

159 Solo fue posible hacer el ejercicio entre 1985 y 2003, pues la información entre 2004 y 2006 viene con demasiados registros sin información apropiada a barrioo a dirección.

160 La sectorización de la ciudad está inspirada en la que hace Álvaro Guzmán.

Fuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH,Vicepresidencia de la República

Lo anterior demuestra que las dificultades en definir los móviles limitan las posibilidadesde análisis, no obstante se ratifica que las riñas y los atracos no participan de maneraimportante en las dos fuentes y que considerando conjuntamente los dos móviles norepresentan más de un homicidio de cada cinco que ocurren. Las otras categorías no soncomparables pues mientras la Policía maneja sicariato y agresión158, Medicina Legal utilizala categoría ajuste de cuentas. Sin embargo, los elevados niveles de homicidios sininformación registrados por la Policía se explicarían, observando las estadísticas de MedicinaLegal, por ajustes de cuentas, que se asocian más a hechos protagonizados pororganizaciones que por individuos.

Antes de analizar los cambios en los homicidios en Cali entre 1985 y 2006, veamos enprimer lugar la distribución espacial de los mismos, utilizando la fuente de MedicinaLegal159. Se aprovechará este aparte para presentar a su turno la configuración de laciudad, haciendo referencia a los homicidios. Espacialmente, se dividieron los homicidiosen cinco sectores160, que aparecen en el mapa No. 49.

Mapa No. 49Regionalizacion urbana en Cali

Page 256: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

257

El siguiente gráfico evidencia que los homicidios subieron significativamente entre finalesde los años ochenta y mediados de los años noventa en el oriente y en el centro de laciudad; se incluye en el oriente el conjunto de barrios que pertenecen al Distrito deAguablanca, es decir las comunas Trece (El Diamante), Catorce (Los Mangos), Quince (ElVallado) y Dieciséis (Mariano Ramos), así como las comunas que bordean el Jarrillón delrío Cauca, la Veintiuno (Desepaz), la Seis (Floralia) y la Siete (Alfonso López). Por su lado,en el centro, se considera el denominado centro, o la olla de Cali, es decir las comunasNueve (Junín), Tres (Fray Damián), Diez (Guabal), Once (Aguablanca)161, Doce (NuevaFloresta) y Ocho (Municipal).

Gráfico No. 25Homicidios en Cali distribuidos por sectores 1985-2003

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En principio, el oriente y el centro son los sectores que albergan la mayor cantidad depoblación en la ciudad. No se tiene una serie histórica sobre población suficientementeconfiable sobre los últimos veintiún años, sin embargo la información disponible entre1998 y 2005 nos da algunas pistas al respecto. En este sentido, las comunas del orientecrecieron en población a un ritmo mayor que las demás, como se observa en el siguientegráfico. No es aventurado deducir entonces que en la década de los años ochenta, eloriente experimentó un crecimiento demográfico importante, pues la ocupación de laszonas pantanosas del oriente de la ciudad, lo que después se denominó el Distrito debarrios de Aguablanca, se inició a finales de los 70 y principios de los 80162. El gráficoNo. 26 demuestra que su crecimiento no se había detenido a finales de los años noventay que continuó hasta la actualidad. Por su lado, el sector centro muestra que a partir

161 No confundir con el Distrito de barrios de Aguablanca.162 Vanegas, Gildardo. Cali tras el rostro oculto de las violencias. Cali: Instituto Cisalva – Universidad del Valle, 1998, p. 49. Este autor describe el proceso de

invasiones en el Distrito de barrios de Aguablanca desde principios de los años ochenta como masivo e intenso y muestra que las inmigraciones provenían de laCosta Pacífica, el norte del Cauca, el departamento de Nariño, el Valle del Cauca y de otros sectores de la ciudad.

Page 257: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

258

de 1998, el crecimiento fue moderado, explicable porque se había intensificado desdelos años treinta y empezó a equilibrarse, cuando se empezó a expandir el Distrito debarrios de Aguablanca163.

Gráfico No. 26Distribución de la población por sectores de la ciudad entre 1998 y 2005

Fuente: Proyecciones municipales Dane, Gerencia de Desarrollo Territorial. Unidad de Sistemas de Información para la Planificación y TécnicasCuantitativas, DAP.Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En el gráfico No. 27, se cruzaron los homicidios de Cali y del oriente de la ciudad en dosescalas diferentes para comparar los ritmos del uno y del otro. No obstante que el orientees el sector que alberga mayor población y registra un mayor crecimiento de la misma, sedebe señalar que el aumento de los homicidios entre 1991 y 1995 es muy significativo yse produce a un ritmo mayor que en los demás sectores, tal como se observa en elmencionado gráfico. Así mismo, este sector determina en buena medida el crecimientode los homicidios en Cali entre 2000 y 2001 y en general entre 2000 y 2003. Sólo sepudieron representar espacialmente los homicidios de Cali para 2002, 2003 y 2004,porque no se dispone de información para los dos años siguientes por sector; en losmapas No. 50 y 51, se aprecia que este sector de la ciudad es muy afectado por laconcentración de homicidios en esos años. Por lo anterior, es fundamental tener encuenta a este sector para explicar los cambios en los homicidios en Cali en los últimosaños. Sobre éstos, inciden diferentes factores: la presencia del M-19 en los años ochenta,la existencia de organizaciones dedicadas a la limpieza social en buena parte de la seriede homicidios considerada, la presencia de las pandillas, sobre todo a partir de los añosnoventa; las bandas, la importancia que adquiere el narcotráfico y particularmente lasdenominadas oficinas de cobro, en parte de los noventa y a principios de los años 2000.

163 El desarrollo de los años 1930, fue impulsado por el desarrollo del comercio y el surgimiento de empresas manufactureras. En esta época se construyeronalgunos de los barrios tradicionales de Cali como el Obrero y el Peñón. Posteriormente los sectores sociales de altos ingresos se localizaron cerca del centro, entanto que los barrios populares, como el Obrero, Santander, Jorge Isaacs, Benjamín Herrera y El Piloto fueron habitados en alta proporción por inmigrantespobres, en donde en esos años quedaba la periferia de la ciudad. En la actualidad estos barrios se asentaron y constituyen la parte central, mientras que laperiferia está conformada por el Distrito de barrios de Aguablanca y la zona de ladera en el occidente. Sobre el desarrollo urbano de Cali ver: Edgar Vásquez.Historia de Cali en el Siglo XX. Cali, ed…, 2001.

Page 258: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

259

Como se observó, el centro es el segundo sector con más población y si bien éstaaumenta a lo largo de la serie considerada, entre 1998 y 2005 lo hace a un ritmomucho menor que en el oriente de la ciudad. No obstante, los homicidios crecensignificativamente en los años considerados. El sector que se denomina centro en esteestudio, como en el caso del oriente, incide mucho en el crecimiento del homicidio enel conjunto de Cali, particularmente entre 1987 y 1994, tal como se aprecia en elgráfico No. 28, que cruza las dos curvas con escalas diferentes. Por el contrario, entre2000 y 2002 desciende el sector central, mientras que la curva de la ciudad aumenta;no obstante vuelve a incidir en el crecimiento de los homicidios de Cali entre 2002 y2003, pues el centro aumenta a un mayor ritmo que la ciudad; lo que se observa en elmapa No. 50. Lo anterior se explica, porque el sector involucra la denominada olla deCali, ubicada principalmente en las comunas Tres y Nueve, Fray Damián y Junín. Eneste sector, confluyen muy variadas organizaciones delincuenciales y tráficos ilegales.Al mismo tiempo, en las otras comunas centrales, existen nichos donde se instalaronestructuras delincuenciales organizadas y particularmente integrantes de las oficinasde cobro que estuvieron muy activas en 2003.

El occidente comprende comunas con buena parte de su espacio ubicado en ladera, enparticular la Uno, o Terrón Colorado, la Veinte o El Cortijo, que incluye el barrio Siloé, quejunto con parte de la Dieciocho o Meléndez, están conformadas por sectores populares;así mismo, considera la comuna Diecinueve o El Lido, compuesta por sectores de estratosmedios y altos. La población de este sector ocupa el tercer lugar después del oriente y elcentro. Se debe señalar que el occidente ayuda a explicar el incremento de los homicidiosen Cali entre 1987 y 1994, así como entre 1998 y 2000, cómo se aprecia en el gráficoNo. 29. Por el contrario, entre 2000 y 2002 la participación del occidente baja, mientrasque la curva de Cali asciende. Así mismo, resulta obvio que el peso de los incrementos ydisminuciones significativos recae principalmente en los barrios populares, como se apreciaen el gráfico No. 30, que separa El Lido (occidente), donde los habitantes son de estratosaltos y medios, de las otras tres comunas, donde se concentran los barrios populares,principalmente de ladera. Igualmente, el peso en los sectores populares se aprecia en los

Gráfico No. 27Homicidios en el sector oriente comparados con los del conjunto de la ciudad 1985-2003

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 259: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

260

Gráfico No. 28Homicidios en el sector centro comparados con los del conjunto de la ciudad 1985-2003

mapas No. 50 y 51, donde se hace evidente que las mayores concentraciones se presentanen la comuna Veinte o El Cortijo y en menor medida en la Uno o Terrón Colorado. Dehecho, Siloé, barrio de la Comuna Veinte, concentra históricamente el 25% de loshomicidios de la serie; sigue el barrio Terrón Colorado, de la comuna Uno, con el mismonombre, y en tercer lugar Lleras Camargo, barrio vecino de Siloé.

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Gráfico No. 29Homicidios en el sector occidental comparados con los del conjunto de la ciudad 1985-2003

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 260: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

261

Mapa No. 50Homicidios en la ciudad de Cali entre 2002 y 2003

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesBase cartografica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Mapa No. 51Homicidios en la ciudad de Cali en 2004

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesBase cartografica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencialde DH y DIH, Vicepresidencia de la República

2002 2003

2004

Page 261: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

262

Los demás sectores considerados de la ciudad, norte y sur, participan en una medidamucho menor en los homicidios, lo que se aprecia claramente para 2002- 2004 en losmapas No. 50 y 51. Históricamente, el norte conformado por las comunas Dos o LaFlora, Cuatro o San Francisco y Cinco o La Rivera, así como el sur con la comunaDiecisiete o Limonar, muestran los registros más bajos. El pico del norte fue 1999,cuando Cali no registraba sus niveles más altos y en lo posterior disminuye suparticipación, mientras que la ciudad subía. Por otro lado, el sur de Cali tiene su picoen 2001, no obstante a partir de ese año se reduce ostensiblemente, mientras que loshomicidios en Cali se incrementaban. Estos picos se produjeron por desplazamientosocasionales de disputas entre estructuras del narcotráfico, que no fueron duraderas.

Resulta del mayor interés asociar las fluctuaciones en los homicidios con factores quemarcaron cambios en el desarrollo de la violencia en la ciudad. Situémonos de nuevo enel primer gráfico de Cali, que ilustra la evolución de los homicidios, comparando dosfuentes: Medicina Legal y la Policía Nacional. Se aprecian varias fases. Una primera es laque marca un ascenso entre 1985 y 1996164. Una segunda es la comprendida entre 1997y 2004, cuando se observa de nuevo un incremento, después de una disminución entre1994 y 1996. Finalmente, una tercera, tiene lugar entre 2005 y 2006, cuando loshomicidios se reducen, sin embargo conservan niveles por encima del promedio nacional.

En la primera fase, y particularmente a mediados de los años ochenta, incide el temadel M-19. Así mismo, en esta primera fase, en los ochenta y la primera mitad de losnoventa, es determinante el cartel de Cali y el narcotráfico en general, a través de muyvariadas estructuras delincuenciales y en particular las bandas, las pandillas y lasorganizaciones de limpieza. En la segunda fase, de nuevo el narcotráfico juega unpapel central, no obstante en el marco de la fragmentación del cartel de Cali y a través

Gráfico No. 30Homicidios en el sector occidente discriminados entre la zona de ladera de estratos populares

y los barrios con predominio de estratos altos y medios 1985-2003

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

164 Los homicidios bajan entre 1985 y 1987, desde ahí emprenden un ascenso sostenido hasta 1994 y en 1995 y 1996 bajan pero se mantienen en niveles elevados.

Page 262: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

263

del naciente cartel del norte del Valle. En esta segunda fase, están presentes tambiénlas organizaciones de sicarios y diferentes organizaciones, no sólo criminales, sinotambién grupos de limpieza y pandillas. En la tercera fase, en 2005 y 2006, los factoresanotados siguen vigentes, sin embargo el descenso se explica por la disminución de lasdisputas en el interior de facciones del cartel del norte del valle. Abordemostemáticamente cada una de estas organizaciones y miremos su incidencia en cada unade las fases definidas.

Cronológicamente, es importante empezar caracterizando lo relacionado con el M-19, en cuanto su incidencia no sobrepasa la primera mitad de la segunda parte de ladécada de los años ochenta. Los años 1985 y 1986 coinciden a grandes rasgos conla presencia del M-19 en la ciudad, años durante los cuales funcionaron losdenominados campamentos de paz, que tuvieron especial incidencia en el occidentede la ciudad, en la zona de ladera, de estratos populares, particularmente en la comuna20, especialmente en Siloé, y en la Uno, Terrón Colorado, así como en el oriente,particularmente en el Distrito de barrios de Aguablanca. El desenlace fue la toma deestos campamentos por el Ejército. En esos años, el M-19 llevó a cabo homicidios,cuyas víctimas fueron ladrones, atracadores y viciosos; no en vano en Siloé ocurrieron51 homicidios en 1985, una cifra elevada para la época. Así mismo, se presentaronmuertes de integrantes del M-19, aparte de las bajas en combate que implicó latoma de los campamentos por parte del Ejército, que en lo esencial no quedaronregistradas.

No obstante que la presencia de esta organización guerrillera se diluyó, no se puedesubestimar su incidencia en la violencia posterior en la ciudad, porque muchos jóvenesque fueron influenciados por esta organización, posteriormente se vincularon a lasmilicias relacionadas con otras guerrillas y, por otro lado, dio pie para que las pandillasy los parches se fortalecieran y utilizaran las armas de fuego como medio para ejercer laviolencia. Adicionalmente, se fortaleció la práctica de las limpiezas, que siguieronocurriendo aún después de su desmovilización, protagonizadas por varios tipos deorganizaciones, como se verá adelante.

A mediados de los años ochenta, otro factor que incide en los índices de violencia es eldesarrollo del narcotráfico y particularmente del cartel de Cali, no solamente a travésde las actuaciones de sus aparatos armados, que seguramente contribuyeron en elaumento de los homicidios, sino también por su efecto dinamizador en pandillas,organizaciones delincuenciales y en agrupaciones dedicadas a la limpieza.

Es así como el ascenso sostenido de los homicidios en Cali, que se produjo entre 1987y 1994, corresponde a la vigencia de esta organización, que llegó a disponer de cuerposde sicarios bastante poderosos, con alcance nacional e internacional. En el período delcartel de Cali, se habían insinuado algunas oficinas de cobro. Es difícil reconstruir elorigen de estas organizaciones, sin embargo Gustavo Duncan arguye que en el períododel cartel de Cali “la forma de los aparatos de violencia de las organizacionesnarcotraficantes de las grandes ciudades era la de bandas criminales, sin uniformes,armados con ametralladoras ligeras y armas cortas, que funcionaban al estilo deguardaespaldas, asesinos a sueldo y terroristas ocasionales”165. No obstante, según el

165 Duncan, Gustavo. “Narcotraficantes, mafiosos y guerreros. Historia de una subordinación.” En: Narcotráfico en Colombia. Economía y Violencia. Bogotá, FundaciónSeguridad y Democracia, 1995. P 44.

Page 263: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

264

mismo autor, en ese período “se crearon las famosas “oficinas de cobro”, donde losnarcotraficantes y demás delincuentes contrataban el uso de la violencia contra socioso contrapartes, que se rehusaban a cumplir con las deudas contraídas.”166

Si bien los jefes del cartel de Cali eran asociados con organizaciones menos visibles quelas relacionadas con el cartel de Medellín, no se debe subestimar su incidencia en loshomicidios167. Al respecto, se debe considerar que entre 1985 y 1988, el cartel de Calicontaba con un aparato de sicarios de grandes proporciones, que si bien tenía presenciaen buena medida en el norte del valle, también incidía en la capital del departamento168.Los ajustes de cuentas en el interior de la organización seguramente tuvieron algunaincidencia, sin embargo no necesariamente aumentaron en forma considerable losíndices de homicidios. Por otro lado, los enfrentamientos entre sectores del cartel deMedellín y de Cali, entre 1987 y 1993169, ciertamente incidieron, aunque es evidenteque no se produjeron en forma masiva y fueron asesinatos selectivos, principalmente.Si bien algunos homicidios tuvieron lugar en Cali y algunas bombas fueron colocadasen negocios de los Rodríguez Orejuela y de otros integrantes del cartel, no se puedeatribuir a estos eventos el incremento desmedido de los mismos170.

Es decir, la incidencia del narcotráfico en los altos índices de violencia, más que por losajustes de cuentas en el interior de la organización y los enfrentamientos entre loscarteles, dinamizó otras violencias. En este sentido, los sicarios no solamente sededicaron al servicio del negocio ilícito, sino que incidieron también en el desarrollo deestructuras delincuenciales. Así mismo, como ocurrió en el caso de las milicias, losdineros del narcotráfico incidieron para que los jóvenes se armaran cada vez más, searraigara esta práctica en la cultura de algunos sectores de población, se activaran laspugnas entre otras organizaciones delincuenciales y para que se extendieran las prácticasde la llamada limpieza.

Resulta por ello de la mayor importancia, complementar el análisis observando lasotras organizaciones mencionadas, por un lado las organizaciones dedicadas a las

166 Ibid, Duncan, Gustavo. p. 45.167 José Gregorio Pérez sostiene que “Los jefes del cartel de Cali siempre se preocuparon por mantener un bajo perfil para evitar atraer las miradas, esto les permitió

generar una fama de ‘gentes de bien’.” Más adelante agrega: “Para sus jefes lo prioritario no era ‘disparar’ sino ‘matricular’ amigos, aunque la danza de la muerteno les era ajena al momento de defender su territorio...” Ver su libro Operación Cali Pachanguero. Bogotça, Planeta, 2005, pp. 11 y 12.

168 Sin autor. Confesiones de un Narco. Una realización de la Gerencia de Contenido de la CEET. Intermedio Editores, división del Círculo de Lectores S.A. Bogotá, 2003.De acuerdo con este texto, el brazo armado que manejaba Pacho Herrera era financiado por todos los narcotraficantes, grandes y pequeños; el que no aportaba sucuota era, obviamente, sospechoso. Algunos, no solamente daban dinero, también ponían hombres que servían de informantes. La base principal de pistoleros era de250 individuos, aunque, podía triplicarse de un día para otro si una situación de emergencia lo exigía. Al respecto ver el texto citado en la p. 214. No obstante, hay queseñalar que las reservas de sicarios de que disponía el cartel se concentraban en buena parte en el norte del Valle. Personajes como Iván Urdinola manejaban bandasimportantes, además de Pacho Herrera. Eso es especialmente cierto en poblaciones como Cartago, Ansermanuevo y Tulúa, en donde ex Policías corruptos, muchosde ellos que salieron de la institución, pero otros activos, manejaban estas redes. En la segunda mitad de los ochenta los homicidios fueron significativos en el Nortedel Valle y una práctica que se generalizó es que votaban los cadáveres al río Cauca. Ver el texto citado en las pp 195 a 202.

169 La supuesta guerra entre el cartel de Medellín y el de Cali se desarrolló finalmente entre 1987 y 1993, año este último en que fue dado de baja Pablo Escobar.Sobre los motivos de la guerra entre el cartel de Medellín y de Cali hay algunas descripciones en el libro de José Gregorio Pérez. Operación Cali Pachanguero.Bogotá, Planeta, 2005, pp 13 y ss. El autor expresa que: “En 1987, Pablo Escobar Gaviria, aconsejado por su estratega militar, José Gonzalo Rodríguez Gacha,alias el ‘Mejicano’, trató de irrumpir en el mercado de Nueva York, que era de dominio exclusivo de los líderes de Cali. Fue entonces cuando se desató una guerraentre las redes de importadores, distribuidores y lavadores de dólares. La ferocidad de ambos carteles sorprendió a las mismas autoridades norteamericanas,que comprendieron que debían enfrentarse a poderosos adversarios capaces de todo.”. p 13. No obstante, según otra versión, la guerra no fue tanto entrecarteles sino entre personas en su interior. El inicio de los enfrentamientos se produce a raíz del atentado al edificio Mónaco, en Medellín, que fue llevado a cabopor Pacho Herrera. Según la versión del libro ya citado, Confesiones de un Narco, Escobar sabía que había sido él y le propuso a Gilberto Rodríguez que loentregara, pero este no aceptó y Escobar le dijo que se atuviera a las consecuencias. Como Herrera era un sanguinario, los Rodríguez le tenían miedo. Pensabanque si lo entregaban, iban a tener dos enemigos implacables. A Gilberto le hubiera gustado dárselo a Escobar o a la DEA, pero no podía: era él quien manejabatoda la organización armada. Ver p. 125.

170 Los asesinatos eran selectivos y muchos de ellos tuvieron lugar fuera de Cali y aún del país. En un relato que aparece en el libro ya citado de Confesiones de unNarco, se anota, que a raíz de la última bomba en Cali, contra una de las sucursales de Drogas La Rebaja, en el barrio La Alameda, el encargado de hacer lainteligencia fue Pacho Herrera. Supo que había sido gente del cartel de Medellín, hizo allanamientos en diferentes barrios de Cali y atrapó a tres o cuatromuchachos enviados por Escobar; los amarró, los torturó, los mató y los tiró a los cañaduzales. Ver pp. 213-214.

Page 264: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

265

“limpiezas” y las pandillas, y por el otro lado las organizaciones delincuenciales. Si bienéstas se deben entender por separado de las organizaciones al servicio de los carteles,indudablemente fueron muy influenciadas por éstos. Adicionalmente, están las miliciasdel ELN y las Farc. No es posible para estas cuatro organizaciones, es decir los gruposde limpieza, las pandillas, las bandas criminales y las milicias guerrilleras, establecer conprecisión una relación entre la curva del homicidio de la ciudad y sus actuaciones añoa año, no obstante, se tratará de mostrar cómo éstas incidieron en términos generalesen los homicidios a lo largo del período estudiado.

Las organizaciones de limpieza tienen una tradición muy importante en Cali. En estesentido, la literatura de los años ochenta presenta muchos indicios sobre la presenciade organizaciones de este corte171. Agrupaciones como “Cali Limpia”, “Amor a Cali”y “Palmira Eficiente” llevaron a cabo una campaña de intimidación, conocida comola limpieza social en 1986 y 1987, realizaron algunas masacres y principalmenteasesinatos selectivos que recayeron en sectores muy específicos de la población:homosexuales, drogadictos, delincuentes, indigentes, pobres, políticos de izquierday sindicalistas.

El estudio de Gildardo Vanegas aporta una descripción detallada sobre estasorganizaciones para finales de los ochenta y buena parte de la década de los noventay sostiene que muy variadas organizaciones adoptaron estas prácticas. Según Vanegas,aparecen milicias organizadas y armadas por las guerrillas de las Farc y el ELN; gruposque se organizan para defender intereses particulares; grupos de limpieza que actúanpor amor a los barrios; agrupaciones que actúan contra individuos previamenteestigmatizados; estructuras que buscan mantener y preservar el control en los barriospara adelantar acciones delictivas; elementos de la Fuerza Pública que actúan por sucuenta o por contrato, contra pandilleros o contra individuos que desarrollan actividadesque consideran dañinas; individuos o grupos que eliminan consumidores de droga odelincuentes; sicarios contratados y pagados para asesinar personas indeseables172.

La anterior descripción no deja dudas sobre la incidencia de las organizaciones delnarcotráfico en estas actividades, particularmente por parte de las redes de sicarios, porqueresponden a sus intereses o porque actúan contratados por muy variados sectores.Vanegas analiza el entrecruzamiento de las violencias e indirectamente ilustra sobre suincidencia en los homicidios: “Los grupos de delincuencia organizada han jugado unpapel muy importante en las violencias que suceden en la comuna 13 (pertenece aldistrito de barrios de Aguablanca), sin embargo las lógicas de violencia no se limitan a lacomuna. Muchos eventos de violencia son ocasionados por bandas de delincuenciasorganizadas y bandas de jóvenes de otras comunas y otros barrios. Buscan sitios donderesiden sus enemigos, atacan las casas, algunas personas resultan heridas y en muchasocasiones muertas. Las muertes se enmascaran desde formas de limpieza social. Milicianos,comerciantes y bandas de criminales se encargan de ejecutar tales actos. Las bandas dedelincuentes organizados se arrogan el derecho de aplicar justicia, so pretexto de garantizarla seguridad y la convivencia. Se habla de ciertos personajes que, según algunos, hanasesinado más de cien personas, en su mayoría jóvenes.”173

171 Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, Vicepresidencia de la República, 2003. Panorama Actual del Valle del Cauca. Bogotá:Presidencia de la República, p. 4.

172 Vanegas, Gildardo. Cali tras el rostro oculto de las violencias. Cali: Instituto Cisalva – Universidad del Valle, 1998, p.88. El autor hace un análisis pormenorizadosobre estas organizaciones en las pp 87 a 132.

173 Ibid, Vanegas, Gildardo. p. 111.

Page 265: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

266

Si bien Vanegas profundiza en el fenómeno en los barrios populares de ladera,especialmente en Siloé, y en sectores del Distrito de barrios de Aguablanca, se debeseñalar que también acaecieron en el sector central y en particular en la olla de Cali,donde se entrecruzan muy variadas organizaciones delincuenciales y tráficos ilegales,así como en otras comunas centrales donde en los años 2000 había presencia deintegrantes de la delincuencia organizada y particularmente de las oficinas de cobro.Estas organizaciones, en aras de mantener un control sobre los barrios, hicieron limpiezaspara atemorizar a pequeñas organizaciones delincuenciales.

Vanegas también aborda las milicias de las Farc y el ELN, ante todo en los barrios deladera y en el Distrito de barrios de Aguablanca para buena parte de los noventa. Serefiere así a las milicias bolivarianas y las milicias populares respectivamente. Las concibecomo grupos de avanzada de las guerrillas y describe el papel de ciertos individuospara organizar y armar a las milicias, así como para hacer reclutamiento para los frentesrurales. Señala que en los barrios donde se asentaron y pretendieron garantizar laseguridad de los mismos, actuaron por medio de limpiezas174. En los años noventa, enel Distrito de Aguablanca, participaron en asesinatos de jóvenes, como lo señalaVanegas; cabe anotar, no obstante, que estas agrupaciones han sido fuertementegolpeadas por la Fuerza Pública, que las han debilitado en este sector de la ciudad.Según entrevistas, han sido neutralizadas en numerosas ocasiones y en 2003 y 2004estaban muy debilitadas. Así mismo, la influencia del narcotráfico y la presencia deoficinas de cobro del narcotráfico contribuyeron a debilitarlas aún más. Se debe señalar,como lo afirma Vanegas, que en el Distrito de barrios de Aguablanca desarrollaron unperfil menos político, que en ocasiones se confundían con las pandillas y lasorganizaciones delincuenciales, por lo que se deduce que en buena medida lasabsorbieron. Por el contrario, en los barrios de ladera y particularmente en Siloé yTerrón Colorado, han mostrado un perfil más político y han mantenido un contactomás claro con los frentes rurales. En los límites rurales de las zonas de ladera, la presenciade estos frentes es más clara, lo que ha facilitado la conexión entre unos y otros. Noobstante su debilitamiento en años anteriores, en 2007, mostraron algunos signos dereactivación en el Distrito de Aguablanca, sin embargo nuevamente el Estado impidiósu fortalecimiento175.

Por otra parte, la presencia de las pandillas en Cali se remontan a los años ochenta,coincidiendo en buena medida con la expansión del Distrito de Aguablanca y otrossectores populares de la ciudad, pues con el incremento inusitado de población por lasmigraciones de los últimos treinta años, se produjo una especie de inundación dejóvenes176.Ya se señalo la influencia que ejerció el M-19 sobre las pandillas, pues conocasión de su presencia en 1985 y 1986 muchos jóvenes se armaron. Después fueronigualmente influenciados por otras organizaciones armadas177. Al respecto, Vanegas

174 Ibid, Vanegas, Gildardo. pp. 90 y ss.175 A principios de abril de 2007 fue colocada una bomba cerca del Comando de la Policía en Cali que causó un muerto y más de treinta heridos. Las autoridades le

atribuyeron la autoría a las Farc. Hubo análisis que establecieron una relación entre esta bomba y la dinámica de Buenaventura. Como consecuencia de losatentados en estas dos ciudades, el Gobierno fortaleció la presencia de la Policía y el Ejército. Ver al respecto la crónica que apareció en diarios como El País yEl Occidente. Por ejemplo: Una Bomba que destrozó los más sólidos sueños. En El País, 9 de Abril de 2007.

176 De acuerdo con Gildardo Vanegas: “Así, los sectores populares se inundan literalmente de jóvenes, que asumen por distintas vías estilos de vida particulares queempiezan a estructurar y construir una cultura juvenil”. Ver la obra ya citada, p 135. Más adelante expresa que en el Distrito de barrios de Aguablanca y la comunaveinte o el Cortijo las tasas de natalidad y de mortalidad son muy altas y que el patrón es sin duda el de una sociedad joven.

177 Gildardo Vanegas afirma: “Las armas y la violencia se han enraizado profundamente en nuestra sociedad. Guerrilleros, narcotraficantes, paramilitares (…) hanglorificado el uso de la violencia: atentados, ejecuciones sumarias, torturas y desapariciones, por sólo mencionar algunas. Las armas han demostrado ser unvehículo importante de poder. Y son los jóvenes quienes expresan de manera mucho más patética esta situación. La capacidad de generar violencia y el portararmas, se convierten en una importante fuente de reconocimiento y autoafirmación. Lo que no logran por la escuela (inexistente) y el trabajo se alcanzan con losúnicos instrumentos a disposición. Ver el libro ya citado, p 136.

Page 266: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

267

advierte que la etapa más intensa de las pandillas data de la primera mitad de los añosnoventa, cuando el cartel de Cali tenía plena vigencia y había dinamizado muy variadasestructuras delincuenciales, contexto en el cual, los jóvenes buscaban un escape a lainestabilidad familiar, la pobreza y la ausencia de oportunidades.178

Según un estudio de la Universidad de los Andes179, las pandillas son conformadas pormenores, que pueden oscilar entre los 12 y los 18 años; en ocasiones, sus integrantesrebasan la mayoría de edad, pero es más bien la excepción. Se movilizan a pie o enbicicleta, cuando no se han vinculado con trabajos contratados por organizacionesmás fuertes. Su radio de acción es limitado al barrio donde viven o a los barrios vecinosy generalmente no salen de la comuna a la que pertenecen. Delimitan un territorio enfunción de los recursos que puedan extraer a través del atraco y la extorsión. Luchanpor defender el territorio y atacan a sus pandilleros rivales, si sobrepasan el límiteestablecido. De otro lado, intentan ampliar sus territorios en su entorno próximo, sinembargo generalmente encuentran resistencia armada, pues los sectores más apetecidosestán generalmente bajo el control de otra pandilla, que a su turno extrae excedentespor medio del atraco y la extorsión.

Un factor que dinamizó las pandillas, aparte del contacto con las armas, es el consumo yexpendio de droga. Un citado estudio de Paz Pública de la Universidad de los Andesseñala una correspondencia entre la presencia de pandillas en las zonas marginales,particularmente en el Jarillón del río Cali y la existencia de expendios de droga. Ahora, enla medida en que se analizan espacios más articulados al centro de la ciudad, la presenciade unos y otros se atenúa, excepción hecha obviamente para la olla de la ciudad, unsector del centro, donde hay mucho expendio pero una presencia débil de pandillas. Alrespecto, se debe señalar que en la periferia, el consumo y la venta de drogas se juntan,pues en no pocos casos son las familias de los jóvenes las que la expenden. En esecontexto, y en la medida en que las pandillas buscan establecer controles sobre espaciosespecíficos de barrios, interactúan con otras organizaciones alrededor del negocio ilícito,contexto en el cual la violencia se convierte en el medio para regular esas relaciones. Poresa vía, los jóvenes toman contacto con el mundo de la delincuencia más organizada ycon alguna frecuencia son reclutados por la misma. Por otro lado, el estudio de los Andesencontró también una correlación entre comercio de armas hechizas y el Jarillón del ríoCali y las zonas más marginales del Distrito de Aguablanca180. De esta manera, las armasno sólo son el camino para cometer delitos, sino que al mismo tiempo se convierten enun tráfico ilegal, que les permite a las pandillas desarrollarse y fortalecer sus lazos conorganizaciones delincuenciales más fuertes.

Según el citado estudio de los Andes, el impacto directo sobre el homicidio al parecer no esmuy elevado. Con alguna frecuencia, se presentan enfrentamientos entre pandillas, queconsisten en intercambios de tiros entre dos grupos. Estos hechos no producen muertes

178 Según Vanegas “Las pandillas surgen espontáneamente por la necesidad de encontrarse con sus pares. No se construyen acuerdos ni se pactan normas, lapropia dinámica que empiezan a asumir estos encuentros van formando el carácter del grupo.” Ver p 143.

179 Según un estudio de Paz Pública de la Universidad de los Andes, hacia 2004: “El sector en donde mayor peso tienen las pandillas es en el de Aguablanca,incluidas las comunas que bordean el Jarrillón. Viven o actúan en el 78 % de los barrios. Le sigue el sector conformado por las comunas populares de Laderapues están el 67 % los barrios. En tercer lugar están las comunas centrales con el 53% de los barrios. A este respecto hay que anotar que en las comunascentrales, más que pandillas organizadas lo que hay son “parches”, es decir pequeñas agrupaciones de jóvenes que se dedican al consumo de droga y queocasionalmente delinquen. No delimitan un territorio en función de la extracción de recursos y más bien los asocian con el lugar donde departen y consumen.” VerPaz Pública de la Universidad de los Andes. Escenarios del Crimen en la ciudad de Cali. Bogotá, 2004, p8.

180 Vanegas y el estudio de los Andes coinciden en señalar que no todos los pandilleros usan armas de fuego, que estas son principalmente hechizas y que hay unuso muy extendido de armas blancas. El estudio de los Andes afirma: “Los pandilleros generalmente portan armas hechizas y blancas. En muchos de los barriosen donde tienen más fuerza cuentan con pequeñas armerías y organizan pequeños tráficos.”

Page 267: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

268

masivas, sino uno que otro homicidio y algunos heridos. Por otro lado, son muy frecuenteslos ajustes de cuentas entre integrantes de una pandilla o entre los integrantes de dos omás de ellas, muy difíciles de cuantificar. Según entrevistas, los pandilleros presentan unaventaja para la delincuencia organizada, consistente en que una vez detenidos, se escapande la correccional denominada Valle del Lilí. Este aspecto ha valorizado al menor sicario, asabiendas de que no tiene que pagar cuentas con la ley. Los pandilleros más avezados ymás bravos son reclutados por las oficinas de cobro y las otras organizaciones de delincuenciaorganizada. En el argot caleño, se habla de que un pandillero “prueba finura”, es decir quese adentra en el mundo del sicariato, lo que significa más poder, moto, arma y dinero.

La incidencia del narcotráfico en las organizaciones de limpieza, las organizacionescriminales y las pandillas, son válidas para explicar las tres fases; no obstante, esimportante analizar el fenómeno con más detenimiento en la segunda y tercera fases.En lo esencial, la disminución de los homicidios entre 1995 y 1997 se puede asociar ala captura, muerte o extradición de sus más connotados jefes181. Posteriormente, elascenso de los homicidios a partir de 1999 y particularmente entre 2003 y 2004, seexplica en parte por la irrupción de nuevas organizaciones y en particular de las asociadasal llamado cartel del norte del Valle.

A partir de mediados de los años noventa, desarticulado el cartel de Cali, el nuevofenómeno que se insinúa es la atomización del negocio ilícito en varios carteles yparticularmente la formación del denominado cartel del Norte del Valle182. De hecho,en Cali múltiples organizaciones de diferente corte y objetivos fueron tomando cuerpoen las áreas donde tenía influencia el cartel de Cali183. Es obvio que el ascenso en loshomicidios que se registra paulatinamente entre 1998 y 2004 se explique en buenaparte por este proceso. En efecto, la existencia de múltiples organizaciones conllevóhomicidios por ajustes de cuentas, al tiempo que dinamizó otras organizaciones yprácticas delincuenciales que en últimas repercutieron sobre los niveles del homicidio.Uno de los aspectos que mencionan las personas entrevistadas es que las oficinas decobro de esos años, mantenían una relación estrecha con bandas en la ciudad, no sólose dedicaban a los negocios del bajo mundo del narcotráfico, sino que paralelamentevendían el servicio de sicarios a otros postores e incursionaban en otros delitos, aspectosque a su vez incidieron en los aumentos de los homicidios.

Veamos algunos casos que ilustran la participación que tienen las disputas entrenarcotraficantes en el aumento del homicidio. En un primer momento, tuvo especial fuerzael clan de los Henao y los Urdinola, sin embargo a la postre esta organización fue fuertementegolpeada por las autoridades y sus jefes asesinados por otras estructuras, uno de ellos, IvánUrdinola, en prisión en 2002184. En este escenario, las fragmentaciones se agudizaronentre sus herederos y se volvieron protagonistas Luis Hernando Gómez, alias Rasguño,

181 Según una versión de prensa, entre 1995 y 1996 los principales capos de este grupo se entregaron. Años después dos de ellos, José Santacruz y ‘Pacho Herrera’,murieron. Ver: El fin del Cartel de Cali fue el inicio de otras redes de narcos. En: El País, Octubre 1 de 2006. El libro ya citado de José Gregorio Pérez resume esascapturas y las labores de las autoridades para llevarlas a cabo. Sobre aspectos anecdóticos de la historia del cartel de Cali y sobre la detención, la extradición y losasesinatos de sus jefes más importantes, se puede ver el libro ya citado de Confesiones de un Narco.

182 Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Dinámica Reciente de la Violencia en Cali.183 Patiño,Otty. Amenazas contra los Derechos Humanos en el Valle del Cauca se refiere a la paz entre estas agrupaciones. Observatorio para La paz. 2006. Según

este autor, en el área que antes controlaba el cartel de Cali, emergieron muchos pequeños grupos delincuenciales, sobre todo en barrios marginales de la capitaldel Valle del Cauca, que se fueron especializando en diversas actividades inherentes al negocio del narcotráfico; “oficinas” de cobro, control de rutas, abastecimientode precursores, manejo de bandas sicariales y demás ilícitos.

184 Según una versión de prensa “En ese momento muchos de los antiguos mandos medios y bajos crearon alianzas con narcos como Orlando Henao Montoya e IvánUrdinola. Aunque éstos murieron en prisión, su imperio fue heredado por Wílber Varela, alias ‘Jabón’, y Diego Montoya, alias ‘Don Diego’.” Ver: El fin del Cartel deCali fue el inicio de otras redes de narcos. En: El País, Octubre 1 de 2006.

Page 268: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

269

Arcángel de Jesús Henao, y más adelante Wilber Alirio Varela, alias Jabón, y Diego Montoya,alias Don Diego. Si bien tradicionalmente varias facciones se peleaban el negocio de lacoca en el departamento del Valle, y especialmente en el norte, a partir de 2003, losenfrentamientos se generalizaron y ya no sólo se producían por el control del negocio, sinotambién por venganzas por supuestas delaciones185. En este marco, las denominadas oficinasde cobro alcanzaron un enorme protagonismo, que según las autoridades y versiones deprensa cometieron múltiples homicidios en Cali entre 2003 y 2004186.

Es importante señalar que las oficinas contratan a las bandas que han sido especialmentefuertes en las comunas del sector central de la ciudad y en el Distrito de barrios deAguablanca, en las partes más articuladas al centro187. Las versiones de las autoridadesvarían. Según un artículo reciente de prensa, a mediados de 2003, la Policía identificó 18oficinas de cobro, que delinquían en Cali, Jamundí y Yumbo. A finales de 2006, el DirectorNacional de la Policía señaló que habían 4, al servicio de Varela y Montoya. No obstante,éste aclaró que existe una diferencia entre esas ‘oficinas’, al servicio del narcotráfico, y lasbandas criminales, que delinquen para el mejor postor; agregó que adicionalmente existenocho bandas criminales, conformadas por asesinos a sueldo, quienes también se dedicana otros delitos.

Los homicidios aumentaron significativamente a finales de 2003 en el Norte del Valle,donde tuvieron lugar vendettas, que se expresaron también en Cali y en los municipiosde su área metropolitana, Jamundí y Yumbo, principalmente. El trece de octubre,integrantes de la organización de Wilber Varela, apodados los Rastrojos, asesinaron en ladiscoteca Cañadonga, en Cali, a ocho de la banda los Yiyos, al servicio de Diego Montoya.Los Yiyos se habían organizado como el brazo armado de la organización de alias DonDiego y habían sido protagonistas de múltiples retaliaciones en municipios como Cartago,Roldanillo y Tulúa. Aparte de la masacre de Cañandonga, el 12 de diciembre de ese añose produjo una balacera en el centro comercial El Diamante II, en Cali, arrojando comoresultado la muerte de cinco personas y de seis más heridas. En los meses siguientes, loshomicidios, incluido en 2004, se expresaron con más fuerza en Cali188. En el intercambiode violencia protagonizado por las oficinas de cobro, otros jefes de sicarios fueron tambiénasesinados. Según una versión de prensa, eran grupos liderados por hombres conocidoscon los alias de Fofe, El Ingeniero, El Enano, y todos ellos murieron en medio de laconfrontación entre ambos bandos189. Se debe anotar que a la postre buena parte de losintegrantes de la banda de los Yiyos fueron detenidos, y su jefe extraditado; sin embargootra organización, los Machos, se convirtió en otro de los aparatos armados de Montoya.Esta estructura sostuvo también cruentos enfrentamientos con los Rastrojos en Valle,violencia que también repercutió en la capital del departamento. Posteriormente, estasorganizaciones, que sufrieron múltiples golpes por parte de las autoridades firmaron una

185 En un principio Don Diego, Jabón y Rasguño hacían parte del mismo clan pero aproximadamente en 2003 rompieron. Según una versión de la revista CambioDon Diego y Rasguño rompieron en forma abrupta, tras un encuentro que Rasguño sostuvo con agentes de la DEA en un hotel de Cali, en busca de un arreglopara entregarse a la justicia de Estados Unidos. Igualmente incidieron versiones en el sentido de que Arcángel Henao, detenido en Panamá y extraditado a losEstados Unidios, había entregado información a la DEA. Las supuestas delaciones sirvieron como chispas que desataron la guerra entre los capos del Norte delValle y que, según las autoridades, ha dejado 220 muertos. No obstante, hay que agregar que alias Jabón, que adquirió relieve después de la desaparición delcartel de Cali, tenía intenciones de acaparar el negocio, de excluir a pequeños carteles y en particular de sacar al propio Diego Montoya.

186 Haciendo referencia a la violencia de 2006, un artículo de prensa señala que:” Ese hecho resucitó el fantasma de las ‘oficinas de cobro’ que, entre el 2003 y el 2004,causaron una ola de violencia en el Valle del Cauca, especialmente en Cali.”. Ver: En Cali todavía operan cuatro “oficinas de cobro” en El País, noviembre 27 de 2006.

187 Según un estudio hecho por la universidad de los Andes, estas han funcionado en diferentes sitios de la ciudad, se mueven constantemente para evitar la acciónde las autoridades y si bien en un principio predominaban en el sur de Cali, utilizando como fachadas ventas de carros y otros negocios, después se ubicaron enbuena parte de las comunas centrales y en sectores del Distrito de barrios de Aguablanca cercanas a las anteriores, especialmente en la Comuna Dieciséis oMariano Ramos, guardando un perfil más bajo que el que ostentaban antes.

188 RCN, 10 de marzo de 2004189 Ver: En Cali todavía operan cuatro “oficinas de cobro” en El País, noviembre 27 de 2006.

Page 269: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

270

tregua190. Los descensos de los homicidios en Cali en 2005 y 2006 pueden explicarse enparte por esta situación.

Es interesante hacer una comparación entre Cali y Medellín. En la capital de Antioquia, loshomicidios disminuyeron hasta situarse por debajo del promedio del país. En Cali, si biense redujeron, se mantienen en niveles elevados. En el descenso, como se evidenció no soloinfluyó el acuerdo entre Varela y Montoya, sino también, indudablemente la acción de lasautoridades. En este sentido, de especial importancia son la Política de Seguridad desarrolladapor la Alcaldía191, el aumento del pie de fuerza de la Policía y el diseño de planes parautilizarlo en forma más eficiente; es así como se definieron cuadrantes que se calificansegún los niveles de homicidios y se asignan los hombres en función de las necesidades, esdecir que se dispone de un mayor número de ellos en las zonas más afectadas.

En conclusión, en Cali como en Medellín, los homicidios están también asociados aactores organizados y en una menor medida a individuos y a la pequeña delincuencia.En Cali, el narcotráfico no se puede analizar en forma separada de las organizacionesdelincuenciales y criminales, las pandillas y el fenómeno de la limpieza social, que ensu conjunto explican los elevados niveles de homicidios y que se dinamizaron porefecto del narcotráfico. Esto se evidencia en las bandas, que si bien arreglan negocioscon las oficinas de cobro y llevan a cabo trabajos de sicariato, a su turno tienenautonomía y desarrollan delitos por cuenta propia, aprovechando la infraestructurade que disponen. Es igualmente nítido en lo que se refiere a las pandillas, cuyapresencia tiene relación con el expendio de droga, y cuyos integrantes más destacadosson reclutados por parte de las bandas y en últimas como sicarios, que prestan susservicios a las oficinas de cobro. Finalmente, la limpieza en Cali ha sido llevada acabo por narcotraficantes, milicianos, integrantes de bandas y muy variadasorganizaciones de carácter barrial.

Existe, no obstante, aspectos particulares en cada década. Los altos niveles del homicidiode los años ochenta se explican no solamente por la vigencia del narcotráfico, y enespecial del cartel de Cali, sino también por la presencia del M-19. Se debe considerarque entre 1985 y 1988, el cartel de Cali contaba con un aparato de sicarios de grandesproporciones, que si bien tenía presencia en buena medida en el norte del valle, teníatambién incidencia en la capital del departamento. Por otro lado, entre los años 1985y 1987, la presencia del M-19 incidió directamente en los homicidios, pero tambiénrepercutió en la cultura de los jóvenes que se inclinaron a armarse, a conformar pandillas,a vincularse a la delincuencia. Igualmente, creó un precedente en lo que respecta alimpieza, pues la organización guerrillera asesinaba pequeños delincuentes comométodo para legitimarse en los barrios; esta práctica en lo posterior se generalizó.

En la década de los noventa, el tema del narcotráfico y su incidencia en otrasorganizaciones siguen vigente, no obstante, se presentan algunos momentos deruptura. La disminución de los homicidios entre 1995 y 1997 se puede asociar a lacaptura, muerte o extradición de los más connotados jefes del cartel de Cali.Posteriormente, el ascenso de los homicidios a partir de 1999 y particularmente entre

190 Patiño, Otty. Amenazas contra los Derechos Humanos en el Valle del Cauca se refiere a la paz entre estas agrupaciones. Observatorio para La paz. 2006. Unartículo de prensa ya citado sostiene lo mismo pero no da más detalles. Ver: En Cali todavía operan cuatro “oficinas de cobro” en El País, noviembre 27 de 2006.

191 La estrategia de seguridad pone el acento en la presencia institucional, el fortalecimiento de la vigilancia, en un mejor sistema de información, en el fortalecimientode la justicia y en un mejor servicio a la comunidad en el servicio de justicia. Igualmente se aplicaron medidas como las de la ley seca. Alcaldía de Santiago deCali, Secretaría de Gobierno, Convivencia y Seguridad, 2004. Cali Segura: Política Pública de Seguridad y Convivencia. Cali.

Page 270: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

271

2003 y 2004, se explica en parte por la irrupción de nuevas organizaciones y en particularde las asociadas al cartel del norte del Valle. Con el desmantelamiento del cartel deCali, las oficinas de cobro, que actúan en estrecha relación con las bandas, nodesaparecieron, sino que por el contrario se multiplicaron. Éstas adquirieron especialprotagonismo en la ciudad en 2003 y 2004, en el marco de los enfrentamientos entresectores de los carteles del Norte del Valle, bajo el mando de Varela y Montoya. Con lafirma de una tregua entre estos dos sectores, los homicidios se redujeron. Así mismo,juegan un rol importante en este sentido, las políticas locales de seguridad y elincremento y el uso más eficiente de la Fuerza Pública.

Sin embargo, en Cali, a diferencia de Medellín, donde las bandas fueron sometidas ocooptadas por la oficina de Envigado, las organizaciones criminales han estado en losúltimos años articuladas a sectores en disputa, razón que explica que los altos niveles dehomicidio persistan. En la capital del Valle, a diferencia de Medellín, no se presentarontampoco desmovilizaciones de autodefensas, pues las oficinas y las bandas no quedaronarticuladas a una organización que presentara estas características. Si bien Varela y Montoyaintentaron ser reconocidos como jefes de autodefensas, lo anterior no ocurrió. En esteescenario, las bandas tienen más autonomía y sirven a varios postores, lo que explicaque los niveles de homicidios se mantengan por encima del promedio nacional, a pesarde los esfuerzos que han hecho las autoridades para reducirlos.

4.3BuenaventuraBuenaventura es un caso muy interesante, pues desde 1999, año en el cual su tasa seincrementó significativamente, se ha mantenido siempre por encima de los 100 hpch,con excepción de 2003 y 2004, cuando registró 97.8 y 95.1 hpch respectivamente. Supico se presentó en 2000, con 165.4 hpch; sin embargo, después de haber descendidoentre 2000 y 2004, a partir de 2005 vuelve a mostrar una tendencia al alza, alcanzando105.4 hpch y 122 hpch en 2006. Es entonces una ciudad, donde los homicidios vienensubiendo en los últimos dos años, cuando en el país presentan una tendencia a ladisminución. Sus estadísticas en los dos últimos años arrojan una participación de90.8% en armas de fuego para 2005 y de 86.8% para 2006192; así mismo, muestra unnivel sin información muy elevado, pocas riñas y un subregistro en los demás móviles(Gráfico No. 31).

En el caso de Buenaventura193, se usó la información proveniente de la Policía Nacional,que es la más completa, que entre 1995 y 2002, tiene solamente registros sobre eltotal de homicidios y a partir de 2003, ofrece adicionalmente datos acerca de las variablesde móviles y armas.

El gráfico No. 31 nos permite identificar cuatro fases entre 1995 y 2006. Entre 1995y 1998, los homicidios registran los niveles más bajos de la serie considerada. Lasegunda fase, entre 1999 y 2002, coincide con un ascenso notorio de la tasa dehomicidio hasta 2000, que se mantiene con niveles altos hasta 2002. Una tercera

192 Hay que anotar que en 2006 los explosivos representaron el 1.23%, por efectos de acciones de las guerrillas. En el primer semestre de 2007, el arma de fuegoarroja el 86.4% y los artefactos explosivos el 7%, por lo que sumados se llegaría a más del 93%.

193 Teniendo en cuenta que en este municipio, los homicidios suben en 2005 y 2006, se decidió utilizar la información de la Policía, pues nos permitió tener así mismoun panorama sobre los primeros siete meses de 2007, año en el cual se hizo trabajo de campo y la situación sigue siendo crítica.

Page 271: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

272

fase se distingue entre 2003 y 2004, que en lo esencial mantiene las mismas pautasdel periodo anterior. Finalmente, la cuarta fase considera el periodo que se extiendeentre 2005 y mediados de 2007.

Analicemos brevemente cada una de estas fases, haciendo énfasis en la última.Indudablemente, a lo largo del período estudiado, entre 1995 y 2006–2007,Buenaventura ilustra cómo el homicidio crece desmedidamente como consecuenciadel accionar de organizaciones criminales e irregulares dinamizadas por efecto delnarcotráfico, que sostuvieron disputas entre sí194.

La primera fase, entre 1995 y 1998, se caracteriza por tener pocos homicidios, períodoen el que el actor irregular predominante eran las Farc. Según el informe de Riesgo No.68 del Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo195, desde 1997 sehabía registrado el reforzamiento del frente 30 de las Farc. Esta guerrilla avanzó desdeJamundí y Dagua hacia Buenaventura, con el apoyo de la Columna Móvil Arturo Ruiz.A juicio del mismo documento, en el municipio se ubicaron hombres en armas en laszonas rurales y milicianos en el casco urbano, principalmente en los barrios más pobres;su característica es la ausencia de disputas, pues no había contradictores entre losgrupos irregulares que le hicieran oposición a la guerrilla.

En la segunda fase, los niveles de homicidios suben a partir de 1999, llegan a su picoen 2000, y si bien descienden hasta 2002, se mantienen en niveles muy altos, cercanosa los 100 hpch. El ascenso está asociado en gran medida a la llegada de las autodefensasy especialmente del bloque Calima. Según el informe de riesgo ya citado, la incursión

194 Los informes de riesgo de la Defensoría del Pueblo y las notas de seguimiento que esta institución produce, son un excelente material para reconstruir lo ocurridoen los últimos años; son igualmente útiles los artículos de prensa publicados por el País de Cali y las bases de datos que tiene el Observatorio del ProgramaPresidencial de Derechos Humanos y DIH con información de los boletines diarios del DAS y la prensa. Finalmente, las entrevistas en el terreno, ayudaron acomplementar el período estudiado y especialmente, permitieron profundizar sobre las disputas que se intensificaron a partir de 2005

195 Informe de Riesgo No. 68, fechado en septiembre de 2004, Defensoría del Pueblo.

Gráfico No. 31Tasas de homicidio en Buenaventura 1995-2006

Fuente: Policía Nacional y DaneProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

Page 272: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

273

se produce desde Dagua y Calima y en el marco de la disputa que sostiene con las Farcatacan en la zona rural y en menor medida en la parte urbana a pobladores queconsideran apoyos del grupo subversivo. De especial importancia, fue su incursión alas veredas de Sabaletas, Agua Clara y Llano Bajo, donde dieron muerte a doce personas.Posteriormente, también hizo presencia el bloque Pacífico196.

Según la información del Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, en elaño 2000 se producen ocho masacres. En abril, se produce un homicidio múltiple detres víctimas en la llamada Curva del Diablo, en mayo en un área rural no identificadason asesinadas siete personas y secuestradas cuatro más, en junio en el lugardenominado Kananga fueron muertas siete más, incluidos dos menores y en el sectorde los Tubos dos personas más. Así mismo, se presentaron masacres en el área urbana.En el mes de mayo, las autodefensas asesinan a cinco personas en el barrio Cascajales,mientras que las Farc en junio ultiman a cuatro personas en el barrio Viento Libre. Enagosto, las autodefensas incursionan en los corregimientos Zaragoza y La Triana, dondeasesinan a ocho, en septiembre dan muerte a seis más en el barrio Las Palmas y ennoviembre, en el barrio Lleras, en la calle La Guarapera, ultiman a otros cuatro personas.Como consecuencia de esta disputa, las Farc pierden espacio y paulatinamente serepliegan hacia las áreas rurales, principalmente el Bajo Calima y el Naya.

La tercera fase cubre 2003 y 2004 y las características del período anterior se mantienen,pues se produce el posicionamiento de las autodefensas en la ciudad y las Farc siguenperdiendo espacios en el área urbana, no obstante se evidencian rasgos que lodiferencian del anterior. Por un lado, las autoridades lanzan una ofensiva contra losgrupos de autodefensas, no sólo el bloque Calima, sino también el bloque Pacífico,agrupación que reforzó al primero197. Adicionalmente, una vez consolidados en el áreaurbana, y ante el repliegue de las Farc, se plantea su desmovilización. Es así como másde 500 integrantes del bloque Calima de las autodefensas se desmovilizan el 18 dediciembre de 2004. Meses después, en la siguiente fase, lo hace el bloque Pacífico198.Por lo anterior, estos años registran los niveles de homicidios más bajos de los últimosaños, no obstante que seguían siendo elevados y particularmente en barrios comoBellavista, La Independencia, Alberto Lleras, Pueblo Nuevo y Nueva Granada199.

La cuarta fase coincide con la reactivación de las disputas en el área urbana. Laagrupación guerrillera, en un contexto en el que las autodefensas se desmovilizaron,intenta recuperar los espacios perdidos en la zona urbana y para ello trae combatientesmás especializados que le permite organizar milicias y prescindir cada vez más dedelincuentes juveniles, que integraban sus filas200. Por su lado, en oposición a las Farc,se constituyen nuevas agrupaciones al servicio del narcotráfico, con algunosdesmovilizados de las dos agrupaciones de autodefensas ya referidas y otrosprovenientes de otras zonas del país. Es así como estas estructuras logran organizarsepara contrarrestar la influencia de las Farc en varios barrios y disputarles su dominio.

196 Es difícil diferenciar los bloques Pacífico y Calima. Según un dispositivo del Ejército en 2002, el punto radica en que el bloque Calima hacía presencia a través delfrente Pacífico. No obstante, posteriormente, el bloque Calima se desmoviliza como una estructura y el bloque Pacífico como otra. A juicio de un entrevistado, elbloque Pacífico no tenía una presencia urbana, sino rural. Según otro entrevistado, son diferencias de matices entre narcotraficantes y autodefensas, las queexplican que se hayan segregado como dos estructuras.

197 Las entrevistas a las autoridades hacen énfasis en que las autodefensas fueron golpeadas antes de su desmovilización y atribuyen en parte su debilitamientocomo el factor que explica que las Farc tomen de nuevo posiciones en el área urbana.

198 El 18 de diciembre de 2004 se produce la desmovilización de más de 500 integrantes del bloque Calima de las Autodefensas. Así mismo, El 23 de agosto de 2005se produce la desmovilización de 151 combatientes del bloque Pacífico en Istmina, Chocó, y el 27 de Agosto en Santafé de Ralito lo hacen 50 integrantes de laGuardia personal de Francisco Javier Zuluaga, alías “Gordo Lindo”, máximo jefe del frente.

199 Más adelante se explica el carácter estratégico de algunos barrios de Buenaventura por tener una posición privilegiada como salida al mar.200 Más adelante se explica que milicias y autodefensas utilizaron las pandillas que existían en el puerto, que se transformaron por efecto del narcotráfico.

Page 273: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

274

Resulta difícil precisar con exactitud la naturaleza de estos grupos, no obstante, sonagrupaciones armadas al servicio del narcotráfico201.

Aquí, es necesario hacer algunas precisiones de contexto. El puerto de Buenaventura hasido tradicionalmente un punto estratégico para el narcotráfico y los grupos armadosirregulares. En este sentido, fue el puerto utilizado por el cartel de Cali y los grupos delnorte del Valle en los años ochenta y noventa, entre otros por Patiño Fómeque en los añosochenta, Asprilla en los ochenta y parte de los noventa, Perlaza en parte de los noventa ymás recientemente Varela, quienes se han especializado en comercializar el alcaloide pormar202. Es evidente que tanto las Farc como las organizaciones armadas con las que sostienendisputas tienen como eje al narcotráfico203. Sin embargo, el puerto sirve también dedispensador de insumos para el procesamiento de la coca, para sacar víveres, remesas ylogística, que van a parar a diferentes lugares del pacífico colombiano204; así mismo, sirvede punto de entrada de armas, que son traídas desde altamar a Buenaventura en pequeñasembarcaciones. En este contexto, los barrios de bajamar, que en su gran mayoría sonconformados por viviendas de palafito, es decir construidas sobre pilotes de madera encimadel agua, son utilizadas por las pequeñas embarcaciones; estos barrios se volvieronestratégicos para manejar las relaciones con altamar y sostener los múltiples tráficos yadescritos. De esta manera, se improvisan allí muelles hechizos, en muchos casos articuladosa esteros y manglares, los cuáles son usados como rutas que permiten a las embarcacionesmoverse, principalmente cuando la marea está alta, evadiendo de esta manera los controlesde las autoridades205. La posición del barrio es entonces estratégica en función de estosintercambios, y el dominio sobre los mismos es el que genera disputa, pues éste significatener capacidad para cobrar cuotas a los narcotraficantes. En este sentido, tanto las miliciascomo las bandas buscan extraer recursos por esta vía.

Un conocedor del puerto aclara que en el pasado existieron pandillas que se transformarony que se convirtieron en la fuente que alimenta tanto a las milicias como a las autodefensas,primero, y después de su desmovilización, a los grupos asociados al narcotráfico206. Segúnla Fuerza Pública, milicianos e integrantes de bandas criminales no se diferencian, sino

201 Las versiones son muchas. Se habla de las Autodefensas Campesinas del Pacífico, que a juicio de un entrevistado son reductos de desmovilizados reorganizadospara contrarrestar a las milicias. Así mismo, se ha argumentado respecto de la presencia de los Rastrojos al servicio de Wilber Varela. Se ha hablado de laconformación de oficinas de cobro, pero las autoridades señalaron que evidentemente si bien se percibieron rasgos de las mismas, en lo esencial no prosperaron.Igualmente existen rumores sobre la presencia de Águilas Negras, versión que tampoco ha sido comprobada a juicio de entrevistados de la Fuerza Pública. Lanaturaleza de estas organizaciones es muy difícil de precisar, pero tienen en común que defienden los intereses del narcotráfico y tienen como propósitoneutralizar a las Farc. Al parecer, su acceso a barrios privilegiados por su ubicación respecto cerca al mar es restringido, por lo que complementan los recursosque obtienen por el narcotráfico y el contrabando de armas, con extorsiones.

202 El narcotráfico en Buenaventura se ha especializado en fletear, es decir en sacar y transportar, y por ello ha sido un espacio de acopio y tránsito. Según relatos,los narcotraficantes contratan con milicias o con bandas, con el mejor postor, la salida de la droga. En un relato se aprecia: “‘El Chino’ relató como en 1997 fuecontactado para trabajar con las Farc. Su misión consistía en cobrar una ‘vacuna’ a los narcos por la droga que sacaban del Puerto.”. Ver Ana María Saavedra.Las Rutas de la Violencia se cruzan en Buenaventura. En El País. Informe Especial. http://www.elpais.com.co/paisonline/especiales/buenaventura/infografia.html

203 Según algunos, la coca del Pacífico, tanto de Nariño, como del Chocó, cuenta con muchas salidas, aunque no se descarta que Buenaventura sirva como un lugar deacopio para después sacarla por pequeñas partes y entregarla a los barcos en altamar. Tampoco se descarta que por ahí salga parte de la coca que se cultiva en laregión del Naya.

204 El municipio es estratégico porque tiene una especial influencia sobre todo el Pacífico colombiano, se conecta con los farallones de Cali, con la región del Alto Nayay con la capital del Valle y el interior del país. En cualquier punto del Pacífico, Buenaventura es el principal punto de referencia y este puerto es fundamental paraabastecerse. En Buenaventura en últimas tienen expresión las organizaciones irregulares que tienen presencia en el Pacífico.

205 Un entrevistado señala que la marea alta es la oportuna para despachar remesas o para recibir pequeños cargamentos. Señala que se usan embarcacionesartesanales y motores pequeños. Se meten y se sacan pequeños cargamentos, de a pocos en varios viajes, para minimizar los riesgos. Se aprovechan ventajascomo las de conocer los esteros, los manglares, escenarios en donde la Armada se mueve con menos conocimiento. Igualmente se aprovecha la noche, o lalluvia, para hacer movimientos sorpresivos. Los barrios y su entorno, los manglares y los esteros, conforman complicados laberintos por donde se mueven cargasque entran y salen.

206 Tradicionalmente estas pandillas se enfrentaban entre ellas, las de un barrio contra las del otro; por ejemplo, los de La Libertad no pasaban a Las Palmas, señalóel entrevistado. Posteriormente, como efecto del narcotráfico, las agrupaciones armadas utilizaron a estos jóvenes para vincularlos a sus organizaciones, con loque perdieron su característica inicial de ser estructuras en las que los jóvenes se identificaban con pares de las mismas características y delimitaban territoriospor los que luchaban para defenderlos. Quedaron así articulados a estructuras irregulares y criminales y no existen exclusivamente organizaciones juveniles. Espor ello que una parte considerable de las víctimas de homicidios son jóvenes. Entre 2003 y julio de 2007 el 57% de las víctimas fueron menores de treinta añossegún las estadísticas de la Policía.

Page 274: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

275

por los objetivos que persiguen cada una de sus organizaciones. De hecho, se hanidentificado tránsitos de integrantes de unas organizaciones a otras y en buena medidalos milicianos hacen presión para que los desmovilizados de las autodefensas ingresen asu organización. Algunos de ellos, de un bando o del otro, cumplen el papel decampaneros, es decir tienen como propósito advertir sobre cualquier novedad que sepresente. Otros se encargan de transportar armas o de mover mercancía, sean remesas,insumos o droga. Otros más son los que producen las muertes y por ello disponen dearmas y/o se especializan en la colocación de explosivos; a juicio de un entrevistado, unsector de las autodefensas, y después de su desmovilización de las bandas, sonbásicamente sicarios. Los que lideran las organizaciones generalmente vienen desde afuera,sin embargo la base está conformada principalmente por nativos del Pacífico. Se cambianconstantemente de barrios para no ser reconocidos y se mimetizan en la población. Losde mayor rango manejan dinero, pero en su gran mayoría se encuentran en condicionesde pobreza. Según otro entrevistado, las milicias son las más articuladas a lacomercialización de estupefacientes, mientras que los integrantes de las bandas, quetienen menos acceso al mar, se dedican también a la extorsión y buscan arrebatar losespacios estratégicos de los que disponen los milicianos.

En la organización delincuencial del puerto, se destacan los lancheros, adicionalmentelos que se denominan náuticos, porque se saben mover en el mar, y entre éstos losllamados culimochos, porque saben navegar en altamar; estos últimos provienenprincipalmente de Nariño, de poblaciones como El Charco, Bocas de Satinga y otras.Se desempeñan como fleteros, porque son los que se encargan de mover las remesas,eventualmente sacar droga e ingresar las armas. Controlar los barrios donde improvisanpuertos hechizos207 y disponer de la red para fletear, para mover remesas, insumos,droga y armas, es vital para la supervivencia de estos grupos.

Los homicidios aumentan a partir de los últimos cuatro meses de 2004 en varios barriosdel puerto, como consecuencia de las disputas anteriormente anotadas, situación quese prolonga hasta finales de 2006, como se observa en el gráfico No. 31208. Las Farclograron recuperar su influencia en varios de éstos, donde las autodefensas tenían undominio establecido. Un informe especial publicado por El País de Cali señala que en2006 los guerrilleros retomaron el control de la mayoría de los sectores de bajamarque les habían quitado las autodefensas209; los informes de seguimiento de la Defensoríadel Pueblo hacen a su turno balances pormenorizados al respecto.

Para entender la situación de disputa que vive Buenaventura y su incidencia sobre loshomicidios, se debe referir a la conformación de la cabecera urbana y la ubicación delas milicias y de los grupos armados al servicio del narcotráfico; acompañamos el relatode los mapas No. 52A y 52B, unos croquis en los que se señalan los barrios másafectados por los homicidios, por un lado, y el predominio de guerrillas, grupos armadosal servicio del narcotráfico y zonas de disputa, por el otro lado210.

207 Utilizan viviendas de los barrios como puertos hechizos. Estos se rotan constantemente para evadir la acción de las autoridades. Se han identificado presioneshacia familias, que abandonan sus viviendas, se desplazan por un período de tiempo y después vuelven a ellas. Los milicianos usan estas viviendas temporalmentey después las abandonan.

208 Las disputas también se han producido entre enero y julio de 2007, como se muestra más adelante.209 Según el Informe Especial del País de Cali, en el barrio Juan 23 funcionaba la llamada Cueva de Rolando. “La Cueva Rolando fue llamada en ‘honor’ al líder de la banda de

paramilitares que allí operaba. El año pasado (2006), los milicianos asesinaron al jefe y reclutaron a algunos de los integrantes de la agrupación. El barrio ahora está en poderde las Farc. Igual historia sucedió en San Francisco, donde mataron a ‘El Soldado’. Así mismo, el informe señala que “Con métodos similares, las milicias se apoderaronbarrios como Lleras, La Inmaculada, Juan XXXIII y La Playita.” Ver: Ana María Saavedra. Las Rutas de la Violencia se cruzan en Buenaventura. En El País. Informe Especial.http://www.elpais.com.co/paisonline/especiales/buenaventura/infografia.html

210 Un mapa interactivo se puede apreciar en el informe especial de El País, ya citado.

Page 275: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

276

Mapa No. 52AAproximación de algunos barrios más afectados por los homicidios entre 2003

y mediados de 2007 en Buenaventura

Mapa No. 52BPredominio de milicias o grupos armados al servicio del narcotráfico y zonas de disputa entre 2003

y mediados de 2007 en Buenaventura

Fuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Fuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Buenaventura se extiende de oriente a occidente, teniendo como eje la avenida SimónBolívar, que es la vía principal. En el extremo occidental, después de pasar por elpuente El Piñal, está la denominada isla, donde están ubicadas las comunas Uno,Dos, Tres y Cuatro. En la comuna Uno, que no es crítica en términos de homicidios,se encuentran el puerto propiamente dicho y la zona franca, que miran hacia el

Barrios más afectados por los homicidios

Page 276: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

277

norte, así como el centro político y administrativo de la ciudad; es muy vigilada porla Fuerza Pública y las actuaciones de los grupos irregulares son esporádicas, pormedio de algunos actos de terrorismo. Las Comunas Dos, Tres y Cuatro sonconsideradas bastante críticas, en tanto que en ellas se ubican barrios de bajamar, opalafitos, donde el agua del mar penetra y donde es factible navegar, principalmentecuando sube la marea. Los barrios de estas tres comunas son críticos, porque enéstos las milicias recuperaron espacio después de la desmovilización de lasautodefensas y los grupos que hacen presencia posteriormente, asociados alnarcotráfico, buscan posicionarse en los mismos.

Sobre la Comuna Cuatro, que mira hacia la bahía de Buenaventura, están barrios comoMuro Yusty, Viento Libre, La Playita, Pueblo Nuevo y San José. Muy cerca de losanteriores, en la comuna Dos, se ubican los barrios Bajo Firme, El Firme y El Jorge, concaracterísticas similares, pues buena parte de sus edificaciones están sobre el agua. Enla comuna Tres, se destacan los barrios Alberto Lleras y Alfonso López, que tambiénmiran hacia la bahía de Buenaventura y por ende su acceso al mar es de extremafacilidad. Muchos de estos barrios son críticos en términos de homicidios, porque enéstos las milicias de las Farc tienen presencia y por ende porque son disputados por losgrupos armados al servicio del narcotráfico (Cuadro No. 73).

Alberto Lleras registró 75 homicidios entre 2003 y julio de 2007, de los cuáles 28en 2005 y 28 en 2006; según informaciones obtenidas en las entrevistas, el barrioestá en buena medida bajo la influencia de las milicias, no obstante es objeto dedisputa por parte de las bandas. El barrio El Jorge presentó 31 homicidios en elmismo lapso, de éstos 10 en 2006; Muro Yusty tiene 30 homicidios en el lapsoconsiderado, 12 en 2006, 8 en los primeros siete meses de 2007 y es según lainformación obtenida un barrio que está en disputa. El Firme registró 29, de éstos13 en 2006 y 9 hasta julio de 2007 y está muy cerca de Viento Libre y La Playita,donde tienen influencia los grupos armados relacionados con el narcotráfico y lasmilicias respectivamente; La Playita, por su lado, arroja 19 homicidios, de éstos 5en 2006 y 4 en 2007, y Viento Libre 16, de los cuales 9 en 2006. El Alfonso Lópezpresenta 16, 7 el último año y en éste los grupos al servicio del narcotráfico hanganado terreno recientemente.

Pasando de la isla al continente, después del puente El Piñal, están las comunasCinco y Siete. En la comuna Cinco, existen tres barrios críticos, en cuanto tienenacceso al mar por la cara norte de la ciudad, a saber Punta del Este, Santa Cruz y LaInmaculada. En los tres, la mayor influencia la tienen las Farc. Los homicidios nofueron muy altos hasta 2006, porque las disputas no eran intensas; sin embargo, en2007 han aumentado en el primero y el tercero. En 2007, se produjeron 7 en Puntadel Este; en Santa Cruz, 16 en el lapso considerado, de éstos 6 el 2006, y en LaInmaculada 27 en el período analizado, de los cuáles 10 en 2006 y 11 en los primerossiete meses de 2007. Sigue la Comuna Siete, donde están ubicados los barrios SanFrancisco y Juan XXIII, también barrios palafitos, que miran al sur de la ciudad y dancontra esteros salados como San Antonio; es igualmente una zona de manglaresque conforman laberintos, por donde se desplazan pequeñas embarcaciones. Enestos barrios, el predominio también lo tienen las milicias. Sus homicidios sonsignificativos: en Juan XXIII ocurrieron 41 en cuatro años y medio y de éstos 16 en2006 y 11 más entre enero y julio de 2007, mientras que en San Francisco 12 entotal, 4 en 2006 y 3 en 2007.

Page 277: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

278

Cuadro No. 73Una aproximación a los homicidios en Buenaventura discriminados por barrios y años

entre 2003 y mediados de 2007

Fuente: Policía Nacional. Incluye información entre enero y julio de 2007.Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República.

La Comuna Seis, limítrofe con la siete, mira al norte y no es muy crítica, pues susbarrios están más enclavados en el continente. No obstante, las milicias tienen algunainfluencia en los barrios Miramar y El Jardín, donde no se destacan los homicidios; a suturno Miraflores registró 12 homicidios en el período considerado, de éstos 6 en 2006,y el barrio oriente registró 14, de los cuales 5 en 2006. Si bien la cercanía al mar esevidente, no constituyen barrios palafitos, pues en lo esencial están más ubicadossobre pendientes.

Page 278: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

279

La Comuna Ocho tiene un barrio palafito crítico, que es Bellavista, pues limita conesteros y manglares, donde hay presencia de bandas; registró 51 homicidios entre2003 y julio de 2007, de los cuales 9 en 2006 y 10 en 2007. Adicionalmente, losbarrios Cristal y Olímpico registraron 4 y 7 en 2006, respectivamente.

La característica en la actualidad es que los grupos armados al servicio del narcotráficotienen menos acceso al mar, mientras que las milicias están mejor posicionadas en losbarrios palafitos. Por lo anterior, las segundas tienen especial influencia en las comunasDos, Tres, Cuatro, Cinco y Siete, principalmente, mientras que los grupos al servicio delnarcotráfico buscan desplazarlas y predominan en las comunas Siete, Ocho, Nueve,Diez, Once y Doce211. Las disputas fueron intensas en 2005 y 2006 en las comunasDos, Tres, Cuatro, y Siete; en 2007, los enfrentamientos se mantienen en las anterioresy paulatinamente se intensifican también en las comunas Cinco y Seis.

Según entrevistas, el factor determinante de los homicidios no es únicamente el dominiosobre barrios estratégicos. Muchas veces, sucede que en otros sectores del puerto seproducen ajustes de cuentas por conflictos que se originan en otros espacios, bien seaen la ciudad o en el pacífico. Existen además factores adicionales. Un barrio como elAR-9, o urbanización San Buenaventura, de la comuna Nueve, es muy conflictivo porvarios motivos. Por un lado, se considera como un nicho, donde se encuentran ubicadosmuchos delincuentes; a juicio de un entrevistado “es una escuelita de malandros, habitanmuchos muchachos malos que contagian a otros”. Según otro, en este barrio habitanintegrantes de las bandas asociadas al narcotráfico; ahí fue asesinado un jefe de lasmismas en el marco de disputas con las milicias. El barrio no es estratégico por suposición respecto del mar y se originó por un desalojo en otro sector de la ciudad. Enel lapso considerado, se han producido 51 homicidios, de éstos 9 en 2006 y 11 en2007. En la misma comuna, queda también el barrio Doña Ceci, que tampoco esestratégico por su ubicación, no obstante en éste habitan integrantes de bandas alservicio del narcotráfico que sostienen disputas con las milicias; ahí se han producido5 homicidios en el lapso considerado. Por otro lado, la comuna Doce queda sobre elcontinente y a ésta han llegado muchos desplazados; el mayor peso lo tienen lasmilicias y en el Barrio La Independencia han ocurrido 41 homicidios en el lapso estudiado,de los cuales 11 en 2006 y otros 11 en 2007. Igualmente, queda el barrio UniónVivienda, donde se han producido 25 homicidios, de éstos 9 en 2006 y otros 9 en2007. Son barrios no estratégicos y en éstos en ese año se presentaron disputas entreintegrantes de grupos armados irregulares.

Los explosivos son otro factor que incide en los homicidios en Buenaventura. Éstos sehan expresado con especial fuerza en 2007, hasta el punto que explican el 7% de lasmuertes212. Según la Agencia Presidencial para la Acción Social, que atiende a las víctimasde los actos de terrorismo, el 16 de enero se produjo uno de éstos en el barrio SanFrancisco, donde falleció una persona y 52 quedaron heridas. El 21 de enero, sepresentaron siete muertos en un atentado en el barrio La Independencia, afectandoasí mismo 63 viviendas, ocho locales comerciales y un puesto de salud. El 8 de febrero,

211 Los nuevos grupos armados ilegales, tienen preponderancia en los barrios Urbanización San Buenaventura o R9 (Comuna 9), San Luís (Comuna 7), SanFrancisco (Comuna 7), Rockefeller (Comuna 7), Pampalinda (Comuna 8), El Cristal (Comuna 8), Olímpico (Comuna 8), Bajo Firme (Comuna 2), Alfonso LópezPumarejo (Comuna 3), Matía Mulumba (Comuna 12), Bellavista (Comuna 8), Las Palmas (Comuna 12), Juan XXIII (Comuna 7) y la vereda La Gloria (Comuna12). Las milicias tienen mucho poder en barrios de las comunas Dos, Tres, Cuatro, Cinco Seis y Siete.

212 Según una crónica, hasta el 27 de marzo de 2007 habían fallecido 20 personas como consecuencia de atentados terroristas. Ver: Diez heridos dejó explosión enBuenaventura. En El Tiempo, 27 de marzo de 2007.

Page 279: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

280

fueron afectadas 37 viviendas en Campoalegre. El 10 de febrero, fueron averiadas 22viviendas en la calle Piedras Cantan, del barrio Viento Libre, causando un muerto; eneste barrio, y particularmente en la calle mencionada, las disputas son frecuentes,pues ahí viven varios desmovilizados. El 2 de marzo, se produjo un muerto en JuanXXIII, por la colocación de un explosivo que afectó a 77 viviendas. El 11 de marzo,ocurrieron cinco atentados, uno de éstos muy cerca del comando de la Policía, afectandomás de setenta viviendas y varios locales comerciales. El 16 de marzo, un atentadoprodujo seis muertos y afectó a 65 viviendas en el barrio Nueva Granada de la ComunaDoce. El 26 de marzo, se presentó un atentado más en el barrio Gaitán, dejando ochoheridos. A finales de junio, tres personas más fallecieron en el puerto, como consecuenciade no menos de once atentados que ocurrieron en un fin de semana213.

Sobre lo anterior, se debe resaltar que la acción de la Policía y la Armada para debilitarla estructura de las Farc en el puerto tuvo como respuesta una especie de Plan Pistola,que consistió en asesinar a integrantes de la Fuerza Pública214. Es así como el 21 deenero de 2007, las Farc realizaron un atentado en el que detonaron dos cargas explosivasal paso de una patrulla de la Policía, muriendo seis personas, entre ellas dos patrulleros215.Como consecuencia de este atentado, las autoridades emprendieron una ofensiva contrala agrupación guerrillera que fructificó, pues se desmovilizaron algo más de cienmilicianos216. No obstante, el 9 de febrero seis civiles y tres infantes de Marina resultaronheridos, cuando una patrulla que se desplazaba por la calle Piedras Cantan, en elbarrio Bajo Firme, en zona insular del puerto, fue atacada por milicianos de las Farc217.Los atentados contra la Fuerza Pública han continuado a lo largo de 2007.

En conclusión, los homicidios en Buenaventura están asociados en gran medida a laactuación de actores organizados. Entre 1999 y 2002 (el pico fue el año 2000), seexplican en lo fundamental por el ingreso de las autodefensas y en particular del bloqueCalima de las AUC, años en que tuvieron una incidencia rural y urbana, por las disputasque éstas sostienen con las Farc y por el inicio del repliegue de estas últimas hacia elsector rural del municipio. Las disminuciones entre 2003 y 2004 se enmarcan en laofensiva de las autoridades contra las autodefensas y la posterior desmovilización delbloque Calima, no obstante los niveles se mantienen elevados. Finalmente, entre 2005y mediados de 2007, se reanudan las disputas, pues las Farc lanzan una nueva ofensivaen la zona urbana, donde recuperan espacios estratégicos que habían perdido, procesoen el que se enfrentan con grupos armados al servicio del narcotráfico que se conformandespués de las desmovilizaciones, y que pretenden neutralizar a la guerrilla, razón porla cual se incrementan nuevamente los homicidios.

El puerto de Buenaventura es estratégico por la salida de droga, pero así mismo por laentrada de armas. Adicionalmente, es un lugar desde donde se dispensan remesas einsumos a otros lugares del pacífico colombiano. Las disputas entonces se explican porel dominio sobre barrios estratégicos en la medida en que su ubicación favorece lasalida al mar. En lo esencial, el rasgo central en la coyuntura reciente, es que los grupos

213 Ver: Son tres las víctimas fatales por atentados en Buenaventura. En. El Espectador. 25 de junio de 2007.214 La nota de seguimiento de abril de 2006 al Informe de Riesgo Nº68 señala que “En el primer trimestre de 2006, se han presentado diferentes atentados contra la

vida de integrantes de la Fuerza Pública: el 04 de febrero en pleno centro de la ciudad es asesinado un Infante de Marina y heridos otros dos durante un atentado;el 27 del mismo mes es herido a bala un policía en el barrio Pueblo Nuevo; el 22 de marzo fue asesinado el agente Diego Alejandro Páez, quien prestabavigilancia en el hospital; el 05 de abril fue muerto por sicarios el agente Virgilio Hurtado a la altura del Puente El Piñal, quién oficiaba como conductor delComandante de Distrito. Al parecer, estos hechos se enmarcarían dentro de la operación “plan pistola” adelantada por la subversión.”

215 Bitácora de Prensa del Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos.216 New Herald. Se entregan 103 guerrilleros de las Farc de Colombia. Febrero 8 de 2007.217 El País. Seis civiles y tres infantes heridos en otro atentado. Febrero 12 de 2007.

Page 280: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

281

armados al servicio del narcotráfico tienen menos acceso al mar, mientras que lasmilicias están mejor posicionadas en los barrios palafitos. Por lo anterior, las segundastienen especial influencia en las comunas Dos, Tres, Cuatro, Cinco y Siete, principalmente,mientras que los grupos al servicio del narcotráfico buscan desplazarlas y predominanen las comunas Siete, Ocho, Nueve, Diez, Once y Doce. Las disputas fueron intensasen 2005 y 2006 en las comunas Dos, Tres, Cuatro y Siete; en 2007, las disputas semantienen en las anteriores y paulatinamente se intensifican también en las comunasCinco y Seis.

Los homicidios no solamente son intensos por el dominio sobre espacios estratégicos;también tienen incidencia en barrios donde hay presencia de unos u otros actores,espacios donde se trasladan estas disputas. Adicionalmente, están fuertemente ligadasa actos de terrorismo perpetrados por las Farc; son de todas maneras asociados aactores organizados, y particularmente a disputas entre guerrilla y agrupaciones armadasal servicio del narcotráfico.

4.4Pereira y DosquebradasPereira y Dosquebradas son dos ciudades que presentan una continuidad, razón por lacual en este aparte se analizaran conjuntamente218. La capital de Risaralda ostentatasas muy elevadas durante toda la serie considerada, entre 1995 y 2006, sin embargo,se debe señalar que sus niveles altos se remontan a la década de los ochenta. Elcomportamiento de Pereira y Dosquebradas se une en 2002, desde cuando registranuna tasa similar, después de que la segunda emprendió un ascenso significativo desde1999219. No obstante, en el pasado, mientras Pereira ostentaba tasas muy elevadas,muy por encima del promedio nacional y del promedio de las ciudades comprendidasentre doscientos y un millón de habitantes, Dosquebradas estuvo entre 1990 y 1999por debajo del promedio del país y de las ciudades entre cien y doscientos mil habitantes,rango al que pertenece220.

Pereira y Dosquebradas son nuevos ejemplos que corroboran la tesis de que los elevadosniveles de homicidios están asociados a organizaciones criminales y/o irregulares; eneste caso, vuelve a intervenir el narcotráfico como dinamizador de estas organizaciones.Las dos ciudades presentan niveles muy elevados en la participación porcentual dearmas de fuego y un alto nivel de móviles sin identificar. En Pereira, las armas de fuegopesaron el 84.8% en 2003, el 84.7% en 2004, el 85.6% en 2005 y el 82.7% en 2006.Por su lado, en Dosquebradas, las proporciones fueron de 84.8%, 84.7%, 85.6% y82.7%, respectivamente. En lo que respecta a participación de los móviles sininformación, las proporciones que arrojan están muy por encima del promedio nacional,tal como se observa en el cuadro No. 75.

218 Junto con Santa Rosa de Cabal y La Virginia conforman la zona Metropolitana de Pereira.219 Hay que tener en cuenta que en Dosquebradas el crecimiento de la población a partir de 2000 es muy importante y que se han formado barrios sin planeamiento,

donde han llegado desplazados de zonas de violencia en áreas circundantes. El aumento de la población y las características de la población inmigrante hanfavorecido el aumento de los homicidios, pues se han configurado escenarios en los cuales han surgido pandillas, se han asentado organizaciones criminales, sehan conformado redes de sicarios, entre otros. Adicionalmente, ahí se concentró una buena cantidad de los desmovilizados del frente Héroes y Mártires deGuática. Se podría decir entonces que Dosquebradas se consolidó como ciudad en los años 2000, presentando una problemática similar a la de Pereira.

220 Es de señalar que de las cuatro ciudades que conforman la zona metropolitana de Pereira, La Virginia siempre estuvo por encima de las demás y particularmentede Pereira. En 2006, el nivel más elevado es el de Santa Rosa, que por primera vez ocupa el primer lugar, sigue La Virginia, en tercer lugar Dosquebradas y enel cuarto Pereira. La Virginia y Santa Rosa no se desarrollan a profundidad; solamente se mencionan en la medida en que ayudan a interpretar la dinámica de lasciudades estudiadas.

Page 281: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

282

Cuadro No. 74Participación de los homicidios con armas de fuego en Pereira y Dosquebradas

comparada con la del país entre 2003-2006

Gráfico No. 32Tasas de homicidio en Pereira y Dosquebradas 1995-2006

Fuente: Policía Nacional y DaneProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Fuente: Policía NacionalProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadro No. 75Participación de los homicidios de los móviles sin información en Pereira

y Dosquebradas comparada con la del país 2003-2006

Fuente: Policía NacionalProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Las bases de datos consultadas y particularmente la de la Policía Nacional, que es la que seutiliza en mayor medida en estas ciudades, incluyen muchos datos sin información sobre ladirección, los barrios y las comunas, por lo que no fue factible hacer una aproximaciónconfiable por sectores de la ciudad, ejercicio que se hizo para Medellín, Cali y Buenaventura.No obstante, los homicidios que se pudieron georeferenciar se presentan en los mapasNo. 54 a 57, que respectivamente corresponden a 2003, 2004, 2005 y 2006. El mapa No.

Page 282: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

283

221 Se tomó la información de la Policía entre 2003 y 2005, en la que se tiene alguna información sobre barrios y comunas. Adicionalmente, se le incluyó para 2006la información de Medicina Legal que la discrimina por barrios pero no por comunas. Adicionalmente, para los barrios más afectados, se comparó la informaciónde Medicina Legal y la Policía para 2003 a 2005 y se incluyó para cada barrio la información que arrojó el mayor número de homicidios.

53 representa las comunas en que se divide Pereira y ubica a Dosquebradas respecto de lacapital departamental. Los diagnósticos hechos por la gobernación de Risaralda señalanque los homicidios están concentrados en determinadas zonas. En Pereira, sobresalen elcentro de la ciudad (comuna Tres) y las comunas de Cuba (Nueve), Villa Santana (Uno),comportamiento que se evidencia en los mapas mencionados. No obstante, se aprecianconcentraciones también en los límites entre las comunas Aeropuerto y Ferrocarril, asícomo en las comunas Villavicencio y Oriente, entre el Centro y Villa Santana, así como enel entorno de Cuba. El siguiente cuadro muestra una aproximación de lo ocurrido a nivelde los barrios. Para construirlo, se consideró conjuntamente información de la Policía y deMedicina Legal221. Aparte de los tres sectores ya señalados, se destaca la Galería Central, sinembargo se debe anotar que a partir de 2005, los homicidios descienden, pues la zona fuedestruida y se construyó un centro comercial (Cuadro No. 76).

Mapa No. 53Comunas de la ciudad de Pereira

Fuente base cartográfica: DaneProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

En lo que se refiere a Dosquebradas, cuyos homicidios no se pudieron representarespecialmente, pues no se disponía de una base cartográfica para hacerlo, son muyafectadas las comunas Uno, Ocho, Nueve, Dos y Tres, y particularmente los barrios ElJapón, Primero de Agosto, Santa Isabel Uno, Camilo Torres, San Judas y Santa Teresita.Al respecto, se debe tener en cuenta que en Dosquebradas casi todos los barrios sonde estratos bajos. La información que se resume en el siguiente cuadro fue construidoigualmente con información de la Policía y de Medicina Legal, utilizando unprocedimiento igual al adoptado en Pereira (Cuadro No.77).

Page 283: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

284

Mapa No. 55Homicidios en la ciudad de Pereira en el año 2004

Fuente de datos: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesFuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Mapa No. 54Homicidios en la ciudad de Pereria en el año 2003

Fuente de datos: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesFuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 284: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

285

Fuente de datos: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesFuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Mapa No. 56Homicidios en la ciudad de Pereira en el año 2005

Mapa No. 57Homicidios en la ciudad de Pereira en el año 2006

Fuente de datos: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesFuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 285: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

286

Cuadro No. 77Una aproximación a los barrios de Dosquebradas más afectados por los homicidios 2003-2006

Fuente: Policía NacionalNo se dispone de información para 2006 desagregada por barriosProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Cuadro No. 76Una aproximación a los barrios de Pereira más afectados por los homicidios 2003-2006

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y Policía NacionalProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 286: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

287

En la evolución de los homicidios en estas dos ciudades, influyen indudablemente elnarcotráfico y las organizaciones criminales que se estructuraron o se dinamizaron porsu efecto; entre éstas, se destacan las denominadas oficinas de cobro y las redes desicarios al servicio de narcotraficantes, que a su turno son las que dinamizan y empleanlas bandas criminales y las pandillas. Adicionalmente, en Risaralda y particularmenteen Pereira tomaron cuerpo organizaciones de autodefensas, particularmente el frenteHéroes y Mártires de Guática, que tuvo una corta duración, pues desde que se conformóhasta que se desmovilizó, el tiempo transcurrido no es superior a cinco años222. Pereiray Dosquebradas, como Cali, tienen a su turno tradición en lo que se refiere aorganizaciones de limpieza y existen igualmente algunos reductos de milicias, que sibien no inciden directamente sobre el homicidio, fueron objeto de persecución porparte de las autodefensas y grupos al servicio de narcotraficantes.

Es importante caracterizar las fases por las que atraviesa el homicidio en estas dosciudades. Para comenzar, se define una primera etapa que se inicia en los años ochentay se prolonga hasta 2002; en esta primera fase, se hará énfasis sobre Pereira, puestoque era la ciudad que ostentaba tasas de homicidio muy elevadas, en buena medidapor el impacto del narcotráfico y por sus efectos en organizaciones criminales y enpandillas. En la segunda fase, entre 2003 y 2005, Pereira mantiene niveles elevados ymuestra un ascenso entre los dos años considerados, mientras que Dosquebradasiguala la capital del departamento y registra niveles muy altos, hasta el punto que en2006 supera a Pereira. En esta fase, dos factores adicionales inciden, el primero es laincursión de las autodefensas y el otro es la irrupción en estas dos ciudades de laorganización Cordillera, después de la desmovilización de las anteriores, que eleva losíndices de homicidios como consecuencia de las disputas por la apropiación de lasollas o plazas de vicio. Observemos detenidamente estas dos fases.

Es importante apreciar, para entender la dinámica de Pereira, que en los años en quecrecían los carteles de Medellín y de Cali a finales de los setenta y principios de losochenta, existían pequeñas agrupaciones en Risaralda, en general en el Viejo Caldas yel norte del Valle, que servían como una especie de puente entre las dos primerasorganizaciones223 y funcionaban como amortiguadores entre las mafias antioqueña ycaleña: sostenían alianzas y negocios con uno y otro bando. A partir de la segundamitad de los ochenta, con la agudización de la guerra entre los carteles de Cali yMedellín, la persecución de la mafia antioqueña por parte del Estado y la captura yextradición de Carlos Ledher, que jugaba un papel de coordinación en los núcleos delViejo Caldas y el norte del Valle, se dieron las condiciones para que se produjeran losprimeros síntomas del fortalecimiento de los sectores antes mencionados. En esteescenario, se empezaron a dar ascensos entre pistoleros, traquetos y testaferros, quebuscaban independencia y abrirse nuevos mercados y negocios224.

El fortalecimiento del narcotráfico en Pereira atravesó entonces varias etapas a partirde los ochenta y durante los noventa225. En la primera mitad de los ochenta, cuando

222 552 integrantes del frente Héroes y Mártires de Guática se desmovilizaron el 15 de diciembre de 2005 en Santuario Risaralda.223 En esos años tenía especial importancia Carlos Ledher natural de Armenia, Quindío. Sobre el papel de puente que jugaba el viejo Caldas se puede ver a Darío

Betancourt y Martha L García. Contrabandistas, Marimberos y Mafiosos. Bogotá, Ed Siglo XXI ,1994, p 43. En lo esencial hay que señalar que por varios años lasagrupaciones de esa zona de amortiguación constituida por el Norte del Valle y el eje cafetero tuvieron conexiones tanto con el cartel de Medellín como con el deCali. Por ejemplo, Carlos Ledher en últimas estaba más articulado a Medellín, mientras personajes del Norte del Valle como Orlando Henao tenía más relacionescon Cali.

224 Ver el texto ya citado de Darío Betancourt y Martha García. pp. 76 y 242 y ss.225 Los carteles de Cali y Medellín en los ochenta y hasta mediados de los noventa y después las organizaciones asociadas al cartel del norte del Valle a partir de la

segunda mitad de los noventa. Sobre estos aspectos, ver el aparte respectivo dedicado a la ciudad de Cali.

Page 287: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

288

los grupos amortiguadores no se habían fortalecido y dependían del cartel de Cali o deMedellín, Pereira se convirtió en el lugar de predilección para cerrar negocios y por ellolos personajes que manejaban la órbita comercial de los dos carteles principales sefueron asentando en la ciudad. Cuando se desató la guerra entre los carteles de Cali yMedellín, y a raíz de la persecución por parte de las autoridades de los integrantes delos mismos, principalmente el de Medellín después del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla,algunos lugartenientes y mandos medios de los barones de Medellín y de Cali sereplegaron y se refugiaron en Risaralda. En la segunda mitad de los ochenta, a raíz dela captura y extradición de Carlos Ledher, algunos personajes, mandos medios y sicarios,empezaron a ascender, lo que alcanzó a repercutir en la capital del departamento deRisaralda. A raíz del debilitamiento del cartel de Cali, cuando fueron capturados losRodríguez Orejuela y se entregaron o fueron capturados o asesinados otros integrantescomo Santa Cruz y Pacho Herrera, y los grupos del norte del Valle empezaron aindependizarse, entre éstos Orlando Henao Montoya y su clan, y el peso del narcotráficoen Pereira se volvió todavía mayor. Como resultado de todos estos procesos, laconstrucción en la ciudad se incrementó; aumentaron las compras de tierras en elnorte del Valle y en las zonas rurales de Risaralda y los nuevos mafiosos utilizaban aPereira como espacio para sus transacciones. Además, proliferaron las compras y ventasde vehículos y en particular los concesionarios lujosos, se reprodujeron las casas decambio, los giros bancarios, al tiempo que se realizaban cada vez más negocios denarcotráfico por parte de nuevos personajes que se abrían nuevos mercados.

Por lo anterior, las tasas de homicidio de Pereira adquieren niveles muy elevados desdelos años ochenta. En ese entonces, empezaron a cobrarse dineros y a producirse ajustesde cuentas, aparecieron también los “amarres”, es decir los secuestros realizados en elbajo mundo del narcotráfico, bien sea por retaliación o como método para cobrar deudas.Por ello, tomaron fuerza las oficinas de cobro y las redes de sicarios que organizabantanto los homicidios como los amarres, adoptando modelos traídos del Valle y Antioquia;en esa medida, se volvieron un medio para reclutar integrantes de bandas y pandillas enla ejecución de estos trabajos. Estas estructuras, tanto las oficinas como las bandas y laspandillas, tomaron aún más fuerza a mediados de los años noventa.

Por otra parte, el fenómeno de los mandos medios en Pereira y Risaralda no se debeentender únicamente en función de las relaciones que sostenían con sus jefes, losllamados capos, situación que se daba sobre todo en los ochenta y principios de losnoventa. Los mandos medios pronto iniciaron sus propias empresas del crimen yempezaron a organizar comercios con el exterior, etapa que coincide con la extradiciónde Ledher en 1987 y después con el traspaso de las líneas de exportación desde elcartel de Cali hacia varios grupos del norte del Valle en la segunda mitad de los noventa,así como con el avance de organizaciones de Antioquia hacia el norte del Valle, despuésde que Escobar fuera dado de baja en 1993 y se fortalecieran los grupos que participaronen los denominados Perseguidos por Pablo Escobar, Pepes. Entre los ejemplos de nuevosmercados, se debe mencionar la amapola, que no fue un negocio llevado a cabo ni porel cartel de Medellín ni el de Cali, sino por las agrupaciones del norte del Valle226. Porotro lado, los narcotraficantes en ascenso que sacaban cocaína hacia el exterior emularonlos correos humanos, las mulas del narcotráfico, las maletas de doble fondo, los envíoscamuflados en ropa y zapatos y después utilizaron el método de ingerir la sustancia.

226 A juicio de Betancourt y García, en el texto ya citado, las contradicciones entre las mafias de Antioquia y Valle y las llamadas guerras contra el “narcotráfico”desatadas por el Gobierno contra el grupo de Antioquia, produjeron fracturas entre los grupos y facilitaron el ascenso de pequeños y medianos traquetos, dandoorigen a otros subnúcleos, incluyendo los que iniciaron desde el Norte del Valle, Armenia y Pereira las siembras de la amapola. Ver p 76.

Page 288: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

289

Así mismo, proliferaron los envíos de dinero desde el exterior y el denominado“pitufeo”227. Todas estas transacciones acababan en ocasiones en ajustes de cuentas yen esa medida el impacto sobre los homicidios no se debe despreciar228.

La dinámica del narcotráfico también presentó cambios hacia mediados de los añosnoventa pues surgieron los laboratorios en la región, situación que coincide con elascenso de nuevas estructuras. Los laboratorios se ubicaron en Santuario, Apía y Belénde Umbría, para no mencionar sino tres ejemplos. Si bien se habían insinuado en laépoca fuerte del cartel de Cali, quedaron en manos de los grupos del norte del Valle,una vez se produjo el debilitamiento del primero. El territorio era estratégico por el ríoCauca, cuyo valle sirve de corredor, así como por las salidas hacia el Pacífico por eldepartamento de Chocó. Más adelante, los laboratorios y cristalizaderos se volvieronimportantes en el cañón de las Garrapatas, que a su turno sirvió de salida hacia elPacífico por el norte del Valle. Esta situación dinamizó las transacciones del narcotráficoen Pereira, lo que repercutió a su turno en el homicidio, pues el negocio incidió asímismo en toda la cadena de la criminalidad.

Los homicidios ocurrían por muchas razones, pero eran principalmente ajustes decuentas. Se relatan los casos de integrantes del mundo del narcotráfico que eranultimados cuando regresaban del extranjero o entraban a Pereira, asesinados por encargopor parte de las oficinas de cobro, por problemas con las mulas, o por líos de dinero;así mismo, se presentaban por problemas originados en la ciudad. Lo anterior dinamizólas estructuras delincuenciales previamente existentes: aumentaron los robos de motosy carros y otras modalidades delincuenciales como los hurtos bancarios, los fleteos,entre otros. Después, estas estructuras diversificaron su accionar y no sólo arreglabancuentas del narcotráfico, sino que también cobraban deudas, muchas de éstas originadasen el bajo mundo; de igual modo, eran contratadas para realizar limpiezas.

Se debe anotar que estas estructuras se fueron trasformando en la segunda mitad delos años noventa e incursionaron en otras zonas del país, en un proceso parecido alque se registró con Wilber Varela y Diego Montoya en el norte del Valle. Una vez quelos carteles del norte del Valle se independizaron de los jefes del cartel de Cali, sepresenta una reorganización en la estructura criminal. Así ocurrió en Dosquebradascon Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, que pasó de ser un mando medio y organizadorde cobros, a ser un narcotraficante de primera línea y luego el jefe del bloque CentralBolívar de las autodefensas.

Algunos de estos mandos medios y sicarios del narcotráfico que en los años noventaorganizaron oficinas de cobro y toda una red criminal que empleaban a bandas ypandillas acabaron después transformados en capos del narcotráfico y posteriormenteen integrantes de poderosos grupos de autodefensas. En Pereira y Dosquebradas, losentrevistados no lograron precisar el proceso mediante el cual Macaco se fortaleció.Una versión señala que creció en Dosquebradas y fue surgiendo en el mundosubterráneo, mientras las autoridades luchaban contra otros narcotraficantes. Su origenes de clase media baja, fue creciendo paulatinamente económicamente y aumentandosu poder en la medida en que fue creando oficinas de cobro y redes de sicarios229. Las

227 El pitufeo consiste en realizar múltiples pequeñas transacciones para evitar sospechas de las autoridades. Estas transacciones son cambios de dinero y envíos.228 Entrevistas en Pereira con integrantes de los cuerpos de seguridad y con funcionarios de las administraciones municipal y departamental.229 Guardadas las proporciones es el mismo fenómeno de La Terraza en Medellín, es decir que bandas y sicarios de la ciudad se pusieron al servicio de narcotraficantes

y paramilitares. En Pereira sus bases se crearon principalmente en el sector de Cuba, pero posteriormente también en Villa Santana.

Page 289: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

290

versiones sobre sus vínculos iniciales son contradictorias230, sin embargo el punto esque su expansión finalmente se produce hacia el norte de Pereira. Una vez conformadauna red importante de sicarios en Pereira, se trasladó al sur de Bolívar, donde coordinabala exigencia de impuestos por la protección de cultivos, pistas y laboratorios231;igualmente, estuvo implicado en los cultivos de coca en Putumayo.

Sin embargo, Carlos Mario Jiménez estuvo muy vinculado con la expansión de lasoficinas de cobro y la organización de redes de sicarios. En un principio, miembros dela organización se asentaron en los barrios de la comuna de Cuba –que era la que másexpansión demográfica había tenido desde los años setenta–, comuna conformadapor sectores populares, donde hacían presencia estructuras delincuenciales. Así mismo,se organizaban en sectores centrales232, y posteriormente, en la comuna de Villasantana,de más reciente expansión. En barrios de esas comunas, reclutaron sicarios, pero asímismo trajeron otros de lugares circundantes, como Cartago y Chinchiná, de losdepartamentos de Valle y Risaralda respectivamente, de otros sectores de la ciudad eincluso de Armenia, la capital de Quindío. Así mismo, vincularon a jóvenes de laspandillas al mundo del sicariato y del narcotráfico. En esos años, se veía muchomovimiento de camionetas y motos, una mayor circulación de armas de fuego queantaño y obviamente un incremento en los homicidios.

En un principio, Carlos Mario Jiménez apareció como uno de los hombres más asociadoal tráfico de cocaína en las AUC. Posteriormente, fue presentado como uno de losprincipales jefes del bloque Central Bolívar. Este bloque de autodefensas aparecerelacionado con fuertes incursiones en el sur de Bolívar y con la consolidación de lasautodefensas en Barrancabermeja, en los dos primeros años de los 2000. Un artículodel Espectador de 2005 señala que “producto de esas actividades ilícitas habría adquiridogran cantidad de empresas en el Eje Cafetero, las cuales estarían a nombre de terceraspersonas”. Concluye que ‘Macaco’ posee estructuras armadas en el Eje Cafetero, surde Bolívar, Magdalena Medio, los Santanderes, Antioquia, Putumayo, Caquetá, Nariñoy Arauca233.

Volviendo al tema de las ciudades que nos ocupan, se debe advertir que en 2002 seinicia la segunda fase que se prolonga hasta la actualidad, pues los homicidios noson solamente elevados en Pereira, sino también en Dosquebradas. Además de losfactores ya señalados en torno al narcotráfico y sus efectos en organizacionescriminales y pandillas, se debe hacer hincapié en las autodefensas. En este sentido,las estructuras asociadas a Macaco no sólo se expandieron en otras regiones, sinoque el impacto en Pereira y Dosquebradas fue también significativo. Según el informede riesgo de la Defensoría del Pueblo No. 30 del 11 de abril de 2003, integrantes delbloque Central Bolívar de las autodefensas aparecieron en el curso del año 2002,con el propósito de ofrecer seguridad en Frailes, Saturno, San Judas, Vela I y II, LaCapilla, El Martillo, San Diego y Versalles, sectores de Dosquebradas, donde realizaronpatrullajes y llevaron a cabo una campaña de limpieza contra pandilleros, delincuentesy consumidores de droga. Es importante señalar que las limpiezas habían tenido

230 Una versión señala que tenía vínculos con Cali y el Norte del Valle, teoría que no se pudo verificar. Otra versión, más creíble, sostiene que tenía más vínculos conpersonajes de Antioquia que avanzaron hacia el Norte del Valle. Según entrevistas se constituyó en el brazo armado de Don Berna, un antiguo empleado dePablo Escobar, después enemigo suyo y promotor de los denominados Pepes.

231 Hay que señalar la importancia que juega en este proceso el corredor del río Cauca pues por su valle las conexiones con el norte de Antioquia y el sur de Bolívarse facilitaban. También por esa época, muchos personajes de la región se fueron al sur oriente del país a raspar, a organizar laboratorios y a traficar con coca.

232 Se citó el ejemplo de la calle 35 con carrera cuarta.233 Ver El Espectador del 9 al 15 de Enero de 2005.

Page 290: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

291

mucha tradición en Pereira y Dosquebradas; de hecho, ya había tomado auge porefecto del narcotráfico234. Tradicionalmente, existieron “manos negras” que sededicaban a asesinar personas indeseables, pequeños delincuentes, drogadictos ytrabajadoras sexuales. No obstante, como consecuencia de la expansión deorganizaciones de narcotraficantes, esta práctica se generalizó. En lo esencial, no sepermitía que este tipo de pequeñas delincuencias actuaran en zonas denarcotraficantes, oficinas de cobro y redes de sicarios. Muy posiblemente, lo anteriorobedeció adicionalmente al proceso mediante el cual las autodefensas sometieron yabsorbieron a las pandillas y bandas existentes. En Pereira, este fenómeno fue másnítido en los sectores de Cuba, el centro y Villa Santana. En Dosquebradas, estasprácticas también se arraigaron en buena parte de las comunas. Es así como el casode la comuna Once en Dosquebradas es significativo, pues según entrevistas, ahítradicionalmente existieron grupos que eliminaban a los que delinquían en ésta;posteriormente, este rol lo asumieron las autodefensas. De hecho es una comunacon muy bajos índices de homicidios en la actualidad, situación explicable porqueexiste dominio por parte de estas agrupaciones.

El bloque Central Bolívar llevó a cabo otras incursiones en otros sectores de la ciudaden el curso de 2002 y 2003. Según el informe de riesgo ya citado “para los meses deagosto a octubre de 2002, se conoció la presencia de un grupo de autodefensas en elAlto del Toro, quienes venían llevando a cabo homicidios selectivos y masacres contralos habitantes de estos sectores, lo que dio origen a algunas medidas de las autoridadesmunicipales, logrando frenar temporalmente la ola de violencia desatada contra losjóvenes en estos barrios.” Más adelante agrega: “A pesar de las medidas de lasautoridades, en el mes de diciembre de 2002 apareció una nueva lista de jóvenes deestos barrios que serían ejecutados por esta organización, muchos de los cuales debieronabandonar el municipio. Esta nueva campaña de limpieza social, incluyó dentro de susobjetivos a los funcionarios de la fundación Redepaz, a quienes estigmatizaban comoauxiliadores de la guerrilla.”

Las autodefensas lograron legitimarse en la medida en que sus prácticas en 2003 secentraron en neutralizar jóvenes integrantes de pandillas y milicianos, o en cooptarlos.Es importante hacer precisiones sobre estas agrupaciones, y especialmente las pandillas,porque nos permiten explicar los cambios en los homicidios.

El tema de las pandillas y las bandas tiene una relación directa con el homicidio, porquesegún algunas entrevistas están vinculadas con el tema del expendio de droga en losbarrios; así mismo, son una fuente para el reclutamiento de sicarios. Las característicasde las pandillas de Pereira y Dosquebradas son bastante particulares por la influenciaque ha ejercido sobre éstas el narcotráfico y constituyen una constante preocupaciónpara las autoridades, porque el homicidio en estas ciudades se concentra en zonas,donde éstas tienen presencia y afecta en una proporción importante a jóvenes. Es muyposible que la anterior situación tenga una relación directa con el tema de la apropiaciónde los expendios por parte de la organización Cordillera, fenómeno sobre el que seamplia más adelante, así como con el hecho de que el narcotráfico las asimiló. Estatesis adquiere relevancia en la medida en que tradicionalmente las pandillas producenhomicidios, sin embargo no en proporciones elevadas.

234 Darío Betancourt señala que hay cuatro formas de violencia de las mafias: paramilitarismo, sicariato, terrorismo y limpieza social. Así mismo argumenta que elnarcotráfico alimentó la limpieza social. Ver el texto ya citado de Batancourt y García, en la p. 171.

Page 291: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

292

Respecto de las pandillas juveniles, se debe señalar que cuentan con una importantetradición en estas ciudades235. Según las entrevistas, se mezclan bandas y pandillas,que generalmente llevan los nombres del jefe, apodos o se reconocen según el sectordonde actúan. Las pandillas adquieren desarrollos bastante particulares y en ocasioneses difícil diferenciarlas de las bandas236. Las pandillas de Pereira y Dosquebradas, porefecto del narcotráfico, disponen de armas de fuego (algunas hechizas traídas deCartago, pero otras convencionales conseguidas en el mercado negro), inciden en elcomercio de droga al detal, tienen intercambios con organizaciones criminales yparticularmente con oficinas de cobro y, frecuentemente sirven de cantera para elreclutamiento; de igual modo, ejecutan delitos que tradicionalmente son propios de ladelincuencia organizada.

Según analistas de la Gobernación del Risaralda que han estudiado el fenómeno de laspandillas desde hace varios años, se presentan varios fenómenos. Están las tradicionalespandillas, que en principio son asociaciones que delimitan un territorio y pelean poralgo237. Igualmente, se distingue a las bandolas, que son más organizadas, y si bien seforman a partir de las pandillas, empiezan a adoptar rasgos de la delincuencia organizaday en particular cometen delitos contra el patrimonio. Finalmente, existen bandasorganizadas que muy frecuentemente utilizan a las bandolas y las pandillas para hacertrabajos, es decir cuentan con muchos jóvenes en las redes a las que acuden parahacer los trabajos238. En últimas, las oficinas de cobro establecen relaciones con estasorganizaciones, que ponen a su servicio, aún cuando estas últimas mantienen unaautonomía239.

El mencionado estudio señala que existen 26 estructuras de pandillas en Pereira y otras19 en Dosquebradas240. Son organizaciones con algunas características de bandas, sinembargo se excluyen a pequeños acombos y pandillas que no han evolucionado hacialacomisión de delitos. En Pereira, se ubican al menos 6 en Cuba, una comuna ubicada aloccidente de la ciudad, de estratos populares, que creció mucho en los años setenta.Están las llamadas Gato Pardo, Carrilera-Cuba, los del Coliseo Cuba, así como Naranjitos,El Dorado y Leningrado. Por otro lado, existen pandillas en Villa Santana, en el extremooriente de la ciudad, de expansión más reciente que Cuba, ubicada muy cerca deDosquebradas. Se identifican pandillas que sostienen enfrentamientos, entre las cualesse encuentran Las Brisas, Santana Danubio, Las Margaritas Pimpollo, Intermedio ySantana. En la comuna Río Otún en el norte, hacen presencia Los Micos, los Tin, ElIndio y Las Vegas. Por otro lado, se encuentran pandillas, que se denominan bandas,en las comunas El Jardín, San Nicolás y Boston, en sectores ubicados hacia el centronorte de la ciudad. Es interesante apreciar que tiende a haber una correspondenciaentre estos sectores y la concentración de los homicidios.

235 Se han venido formando también en Santa Rosa de Cabal, municipio que hace parte también de la zona metropolitana.236 El entrevistado señala que mientras en términos generales las pandillas dan patadas, las de Dosquebradas dan balazos. Esta afirmación lo que en últimas señala

es que las pandillas adquieren dinámica en contextos donde están influenciadas por el narcotráfico. Guardadas las proporciones, explica que este tipo deorganizaciones adquieren fuerza en ciudades como Medellín, Cali, Pereira y Dosquebradas.

237 Los motivos son muchos: mujeres, mercados, espacios.238 Los entrevistados aceptaron que los embriones se mantienen en Pereira. En este sentido, si hay “combos”, es decir grupos de jóvenes que se reúnen a escuchar

música, a conversar, en ocasiones a consumir droga y eventualmente hacen parte de expendios. Por otro lado, existen pandillas es decir asociaciones de jóvenes queeventualmente incursionan en delitos. Señalaron que por efecto del narcotráfico los jóvenes se armaron, no solamente con armas hechizas sino también conconvencionales y que en esa medida han evolucionado en bandolas y sostienen relaciones con bandas organizadas y con otras organizaciones criminales.

239 Los entrevistados aclaran que la problemática es muy difícil de descifrar, porque como ya se señaló, las pandillas y bandolas se denominan así mismas bandas.Esto es un indicio de la manera como son influenciadas por el narcotráfico a través de las oficinas de cobro.

240 Resúmenes de estos planteamientos fueron entregados por la Gobernación en diapositivas. Ver por ejemplo: Gobernación de Risaralda. Programa de sensibilizaciónen Seguridad y Convivencia ciudadana dirigido a las empresas de seguridad privada y pública del departamento de Risaralda. Pereira, 2006.

Page 292: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

293

En lo que respecta a Dosquebradas, están Los Caliches, Camilo Torres, Pueblo Sol Alto,Teresita, Romelia, El Arracacho, Los Pinos, Frailes, San Judas, San Judas apartamenteros,La Aurora, Japón, Los Chichíes, San Diego, Las Vegas, La Graciela, Los Naranjos, Campestrey La Pradera. Sorprende ver las conclusiones a que llegan los investigadores sobre laspandillas en Dosquebradas; según información recolectada en trabajo de campo, en lacomuna Uno, se señala que son cobradores a sueldo y se dedican al sicariato. Así mismo,se señala que hay estructuras que se enfrentan: “los Varelas y los Montoya”, expresionessugerentes, pues reflejan los enfrentamientos entre narcotraficantes del norte del Valle,que sirven de referentes a estos jóvenes. En otros casos, se dedican al tráfico deestupefacientes y conforman redes. En ejemplos de la comuna Dos, se observa que sededican al hurto de apartamentos y de automotores, es decir que se trata de lasdenominadas bandolas. En la comuna Tres, se señala que esconden marihuana y armas.En varias comunas (hay doce en Dosquebradas), se advierte mucho el expendio de drogay los ajustes de cuentas en el marco de este mercado ilegal.

Los investigadores de la Gobernación de Risaralda proponen varias conclusiones,después de entrevistar a varios pandilleros y procesar la información. Son muyinteresantes porque por un lado las respuestas son típicas de jóvenes delincuentes, noobstante por el otro se destaca el nivel de imbricación que tienen con organizacionescriminales asociadas al narcotráfico.

En cuanto a lo primero, una respuesta muy frecuente entre los pandilleros se resumeasí: “Somos simplemente muchachos del mismo barrio, asistimos a la escuela juntos,sólo que no tuvimos buenas decisiones.” Así mismo “Somos chicos de trece o catorceaños y otros muchos menores, nos reunimos en una esquina, nos ‘parceramos’ paradefendernos de otra pandilla.”. Adicionalmente, “Hemos ingresado porque nos hacefalta amor, buscamos compañerismo y la intimidad que nos falta en el hogar.” Otrarespuesta muy frecuente se resume de la siguiente manera: “Mi papá me gritaba einsistía que abandonará el grupo, yo le conteste ‘ellos son ahora mi familia’”. Tambiénafirman: “Nos incorporamos a la banda o pandilla, porque vivimos en sectores muypobres y no tenemos más nada que hacer. Nosotros somos de modo (tenemos medios),pero en una pandilla tenemos más seguridad y conseguimos dinero fácil y éxtasis.”También es frecuente: “Varios de mis amigos que pertenecemos a la pandilla de cadatres estudiantes al menos, dos tenemos un solo padre.” Y en el mismo sentido: “Comono tuve un padre al cual admirar, tener como amigo que me diera disciplina y nogarrote, que infundiera valores, me uní a una pandilla para llenar ese vacío en mi vida.”

Los investigadores de la Gobernación y otros funcionarios de la Policía expusieron quesi bien es cierto que en varias ciudades colombianas, los jóvenes de sectores popularesviven en una proporción importante con un solo padre, en Pereira y Dosquebradas yen general en Risaralda, esta situación es más preocupante. Se señaló que en eldepartamento, se presenta una inclinación a migrar muy importante. Se calcula que almenos un cuarto de millón de risaraldenses241, la mayoría de Pereira y Dosquebradas,se ha ido al exterior entre 2001 y 2006. Estas personas envían remesas a sus hijos242,en promedio cada emigrante trabajador envía más o menos 200 Euros o 300 US$ almes. En el exterior, se dedican a oficios varios, en una menor proporción al trabajosexual y algunos pocos casos están vinculados a redes de distribución de droga y de

241 Se señaló que por ejemplo en New Yersey hay una colonia de algunos miles procedentes únicamente de Santuario, Risaralda.242 No por casualidad del aeropuerto Matecaña de Pereira salen rutas al exterior.

Page 293: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

294

delincuencia. El impacto de la anterior situación sobre los jóvenes que se quedan enRisaralda es importante, principalmente se rompen las relaciones de autoridad entreadultos y jóvenes. En general, quedan bajo el cuidado de un tío o tía, un familiar, y laremesa sirve para mantener a las familias de los acudientes. En consecuencia, como laremesa está destinada a los jóvenes que están bajo su cuidado, éstos frecuentementemanipulan o hacen presión sobre éstas. El resultado es que los adultos que los cuidanen Colombia se inclinan a no reprenderlos para seguir garantizando las remesas. Deesta manera, los jóvenes se acostumbran a recibir, salen a la calle y quedan vinculadosa las pandillas, fuera del control de los mayores.

En un segundo nivel, los pandilleros entrevistados dan respuestas que son lógicas enel mundo de las pandillas. Una muy importante es que “Estamos pensando en sacartodos los parásitos, malandros que nos invaden el territorio, nuestro mercado y nuestrasmujeres”. Los investigadores de la Gobernación relatan que una característica de laspandillas es que se enfrentan por un territorio. De esta manera narraron losenfrentamientos entre unas y otras, precisando comunas: “Pinos contra Guamal”; asímismo, “Japón y Frailes contra San Judas”. Se profundizará en este aspecto, cuando seanalicen la vinculación de las pandillas con el expendio de droga y se analice su impactoen los homicidios.

En un tercer nivel, las respuestas señalan las vinculaciones de las pandillas conorganizaciones criminales al servicio del narcotráfico. La conclusión de los investigadoreses impactante, cuando se refieren a lo que respondieron los pandilleros: “A los duros onarcotraficantes les hacemos las vueltas o negocios y vendemos droga en los colegios,pues son una buena línea.” En otras entrevistas, se estableció una relación directa entrelas pandillas y el expendio de droga. En la medida en que las pandillas tienen control enespacios de barrios, esta situación es aprovechada por narcotraficantes que les encarganla misión de manejar el expendio. Integrantes de cuerpos de seguridad que pidieronreserva de sus identidades dieron ejemplos sobre la presencia de “combos” en el sectorde Cuba, en Pereira, que se dedican a expender y que le rinden cuentas a organizacionesmás grandes. Así mismo, explicaron que en Dosquebradas, las pandillas protegen los“territorios” de las ollas e informan quienes se mueven sin el visto bueno de la organización.Se refirieron en concreto a los sectores de El Martillo, San Fernando y Júpiter, así mismoa Los Frailes, El Balso, Primero de Agosto, Pueblo Sol, Santa Isabel y Bombay.

Ahora bien, la lucha por el expendio de droga en Pereira y Dosquebradas está en eltrasfondo de los cambios en los homicidios en los últimos tres años243. Al respecto, serecogieron versiones de investigadores de la Gobernación de Risaralda y de otrasautoridades, que se resume a continuación.

A grandes rasgos, expusieron el fenómeno de la organización denominada Cordillera,que se conformó después de la desmovilización de las autodefensas que se produjo endiciembre de 2005 y que se ha venido apropiando del expendio de droga en la zonametropolitana. Relatan que antes existían varios distribuidores, sin embargo lo que ocurrióen los últimos años es que la organización Cordillera tiene como propósito monopolizartodo el expendio. Por lo anterior, los homicidios se incrementaron en Pereira en 2004 y2005, y en Dosquebradas en 2005 y se mantuvieron muy altos en 2006244. La naturaleza

243 Este fenómeno también se desplazó a Santa Rosa.244 En Santa Rosa, los homicidios suben en 2005 y 2006 como resultado de disputas por el control de expendios.

Page 294: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

295

de la organización Cordillera es muy difícil de descifrar, sin embargo las disputas por elexpendio de droga sin duda incidieron en el incremento de los homicidios245.

A juicio de algunos, la dinámica consiste en que todo expendedor tiene que pasarles unacuota o de lo contrario “sale del negocio”; es por ello que se han producido muchoshomicidios como represalia o por escarmiento por no cumplir246. Así mismo, señalan quela cordillera es una modalidad de empaque, es decir que las dosis llevan una mismaenvoltura, que es la que permite controlar que en efecto están trabajando para laorganización247. Funcionan a través de cobradores, quienes a su vez disponen de sicarios,que cumplen sus órdenes248. Señalan que una cosa es que la Cordillera disponga deredes de cobro y de sicarios, pero que al mismo tiempo los expendedores que están porfuera de su dominio, se arman y han llegado a utilizar a las pandillas para defenderse.

Existen dos versiones sobre las relaciones entre estas organizaciones criminales y laspandillas. La primera relata que las pandillas manejan directamente las ollas y les rindencuentas a la organización; cuentan que en las redes están inmersas familias enteras,que hay niños que transportan la droga, las mujeres la empacan y la expenden y quelos pandilleros en no pocas ocasiones son a su vez integrantes de esas familias. Otraversión señala que las pandillas aportan la información sobre los expendedores quevenden droga por aparte de la organización Cordillera y ésta actúa a través de loscobradores y sus redes de sicarios; así mismo, en otros casos, los muchachos soncontratados para organizar y vigilar el expendio y a su turno extorsionan a loscomerciantes del sector. Finalmente, como se señaló, se presentan casos en que losexpendedores usan a las pandillas para defenderse de los cobradores y sus sicarios.

En conclusión, los casos de Pereira y Dosquebradas corroboran el peso de actoresorganizados en el incremento del homicidio, y como en los casos de Medellín, Cali yBuenaventura aquí el factor determinante es el narcotráfico. No por casualidad enPereira, los elevados niveles de homicidios coinciden con altas participaciones en armasde fuego, y así mismo, con elevados niveles de móviles sin información.

Las ciudades estudiadas registran altos niveles de concentración de los homicidios yuna correspondencia entre éstos y la presencia de bandas, bandolas, pandillas y combos,muchos de los cuales están articulados por oficinas de cobro. Por otro lado, se evidenciauna articulación con estructuras de autodefensas, que como en Medellín, toman cuerpoen medio de la relación existente entre oficinas y bandas; también inciden organizacionesde limpieza dinamizadas por el narcotráfico. En Pereira, los homicidios se concentran

245 A juicio de algunos este proyecto de monopolizar el expendio está relacionado con el bloque Central Bolívar, aún después de la desmovilización. Por otro lado, se sostieneque la organización está conformada por desmovilizados del bloque Héroes y Mártires de Guática y de otras organizaciones de autodefensas; incluso se llegó a afirmarque en la organización incide Wilber Varela, y que hay integrantes del bloque Centauros con asiento en los departamentos de Meta y Guaviare. Una versión señala queentre los “duros” hay uno de Pereira, de apellido Vasco, y otro apodado El Gordo, que es del Meta, y que entre ellos se respetan las áreas, pero así mismo es imposibledeterminar si hay disputas entre personajes que manejan varias áreas. Una versión intermedia señala que la organización Cordillera le paga a desmovilizados y a gruposque no se desmovilizaron. En este sentido se afirma que hay un número importante de desmovilizados en Dosquebradas y que muchos de ellos hacen parte de laorganización Cordillera. Las versiones varían sobre el número de desmovilizados que tendrían relación con Cordillera. Según la Gobernación de los 550 que se desmovilizaronen Santuario, aproximadamente hay 150 en Desquebradas. El CRO dice que de los 550 hay 350 en Risaralda. La Policía argumenta que hay 300. De todas maneras hayque señalar que en julio de 2006 cobraron 350 en Risaralda. Obviamente no todos se han vinculado a Cordillera y lo que se aprecia es que entre los desmovilizados, unaparte, no determinada, está vinculada con esta organización que ha venido acaparando el expendio de droga.

246 Según un entrevistado: “Si los de Cordillera ven que otro vende, entonces los desmo-vilizados o sicarios a su servicio lo asesinan”.247 Un miembro de las autoridades relató que fue identificada una de las empacadoras en donde fueron incautadas máquinas para hacer bolsas, 16.000 dosis que

estaban listas para ser distribuidas y una buena cantidad de base de coca.248 Varios integrantes de las autoridades están de acuerdo en que los “cabecillas” manejan a su turno oficinas de cobro que son las que les permiten poner en cintura a

los expendedores. Señalan que estas organizaciones son de vieja data pues se originaron con el cartel de Cali, se fortalecieron cuando esta organización se debilitóy están articuladas a los grupos del Norte del Valle. Señalan que traen sicarios de Cartago, Chinchiná y Cartago, así como utilizan gente de Pereira y Dosquebradas.

Page 295: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

296

en el centro de la ciudad, por un lado, así como en los sectores de Cuba y Villa Santana,entre los más importantes. En Dosquebradas, que tiene doce comunas, la mayoría deestratos bajos, esta situación se presenta en las comunas Uno, Ocho, Nueve, Dos yTres, y particularmente en los barrios El Japón, Primero de Agosto, Santa Isabel Uno,Camilo Torres, San Judas y Santa Teresita.

Por otro lado, los ritmos de los homicidios varían en Pereira y Dosquebradas. En laprimera, vienen siendo elevados desde los años ochenta, mientras que Dosquebradasalcanza los mismos niveles que la capital de Risaralda desde 2002. En Pereira, la tradiciónde elevados niveles de homicidios desde hace dos décadas corresponde al impacto delnarcotráfico y a las relaciones que se manejaron con los carteles de Cali y Medellín. Enla ciudad, se asentaron mandos medios de estas organizaciones e individuos quemanejaban la órbita comercial de los mismos y en ésta, ascendieron pistoleros, traquetosy testaferros, que buscaban independizarse y abrirse nuevos mercados y negocios,mientras se debilitaban los narcotraficantes por pugnas entre ellos y por la acción delas autoridades. Por ello, tomaron fuerza las oficinas de cobro y particularmente lasredes de sicarios, que organizaban tanto los homicidios como los amarres, adoptandomodelos traídos de Valle y Antioquia; en esa medida, se volvieron un referente parautilizar integrantes de bandas y pandillas en la ejecución de estos trabajos. Estasestructuras, tanto las oficinas como las bandas y las pandillas, se reforzaron aún más amediados de los años noventa.

La dinámica del narcotráfico también presentó cambios hacia mediados de los añosnoventa, pues surgieron laboratorios en la región, situación que coincidió con elascenso de nuevos grupos criminales. Pereira se volvió así receptor de dinámicasasociadas a lo que ocurría en el corredor del río Cauca, y en particular fue influenciadapor el desarrollo de laboratorios y cristalizaderos, que buscaban comercializar la cocapor el Pacífico. Esta situación dinamizó las transacciones del narcotráfico en Pereira yrepercutió en el homicidio, pues el negocio incidió así mismo en toda la cadena de lacriminalidad.

Un personaje central en los procesos de finales de los noventa y principios delnuevo milenio es Carlos Mario Jiménez, alias Macaco; es así como de las oficinasde cobro y de las redes de sicarios surgió en las autodefensas. Si bien sus tentáculosse desarrollaron en otras regiones del país, como Putumayo, sur de Bolívar y bajoCauca antioqueño, su influencia en Pereira y Dosquebradas no es despreciable. Apartir de 2002, Dosquebradas iguala a Pereira en niveles de homicidios, lo que nose puede separar de la incursión de las autodefensas. Se producen limpiezas, peroasí mismo se inicia un proceso de sometimiento de bandas y combos. Un capítuloparticular de esta dinámica es el surgimiento de la organización Cordillera, despuésde la desmovilización de las autodefensas, organización que impulsa un procesode apropiación de los expendios de droga de estas dos ciudades. Desde Pereira, elproceso se expande a Dosquebradas, y de esta última pasa a Santa Rosa. Nosolamente Macaco y parte de los desmovilizados del bloque Mártires y Héroes deGuática participan de esta estructura criminal, sino también personajes como WilberVarela y representantes de organizaciones desmovilizadas. Los niveles de homicidiospersisten en este marco, a diferencia de Medellín, y del país, donde se observa unatendencia a la disminución.

Page 296: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

297

4.5CúcutaEl caso de Cúcuta presenta un especial interés para el análisis, porque desde 1995,primer año de estudio de este documento, siempre ha estado por encima del promedionacional. Así mismo, en 2002, llegó a un nivel preocupante, pues registró una tasa de152.7 hpch, mucho más del doble del promedio del país en ese año. No obstante lassignificativas disminuciones a partir de 2003, los niveles no solamente siguen siendomuy elevados, sino que presentan también características que permiten asociarlos alaccionar de grupos organizados. En 2005, 326 homicidios fueron cometidos por sicariosen Cúcuta, casi el 74% de los ocurridos en la ciudad en ese año; en 2003 y 2004, estasproporciones habían llegado al 74% y 73% respectivamente. Así mismo, entre 2003 y2006, años para los que se tiene la información con más detalle, las armas de fuegosiempre han representado una participación por encima del 90% del total de homicidios;en 2003, la participación fue de 92.7%, en 2004 de 92.2%, en 2005 de 93.6% y en2006 de 91%; éstos porcentajes superan de manera significativa el promedio del paísque osciló entre el 80% y el 85% durante los mismos años. En contraste con lo anterior,la información señala que la participación de los individuos o la pequeña delincuenciaes muy baja. Las riñas y los homicidios por atracos sólo llegaron al 1.1% y al 1.4% en2005, el nivel más alto desde 2003. Las armas blancas registraron el 4.6%, el 6.6%, el3.7% y el 6.3% entre 2003 y 2006 respectivamente, mientras que en el país participaronen más del 10%.

Gráfico No. 33Tasas de homicidio en Cúcuta comparadas con el promedio nacional entre 1995-2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Es interesante analizar cinco aspectos significativos en Cúcuta. El primero tiene que vercon que los índices de homicidios han sido elevados históricamente por la presencia deactores organizados. El segundo es precisar que el pico de 2002 se debe principalmentea la llegada y posicionamiento de las autodefensas, que tenían como propósito“apoderarse” de la ciudad, un puerto internacional estratégico para acaparar muy variados

Page 297: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

298

mercados ilegales y ponerlos al servicio del narcotráfico. El tercero es demostrar que asícomo los homicidios subieron desmedidamente por efecto de las actuaciones de lasautodefensas, se redujeron, porque éstas cumplieron con sus propósitos estratégicos ypasaron de una fase de disputa a una de dominio; no obstante el descenso, el nivel dehomicidios sigue siendo elevado y las características de los que ocurren siguen revelandola participación de actores organizados. El cuarto está relacionado con el efecto delproceso de paz y la desmovilización de las autodefensas, en particular del bloqueCatatumbo. Al respecto, vale la pena resaltar que si bien es evidente que las autodefensasse habían posicionado en Cúcuta y en lo esencial ejercían control sobre los negociosilegales, no lo es menos que la desmovilización reforzó el comportamiento a la baja enlos homicidios. El quinto tiene que ver con el hecho de que si bien los homicidiosdisminuyeron respecto del nivel más alto, que se registró en 2002, en 2005 se registraun leve aumento, cuando se compara con 2004, y en 2006 los homicidios se mantienenen niveles elevados; este comportamiento tiene que ver con la aparición de nuevasdisputas entre actores organizados, que se generaron después de las desmovilizaciones.

Es indiscutible que los homicidios en Cúcuta han sido tradicionalmente elevados. A juzgarpor la información del gráfico No. 33, entre 1995 y 1997, antes de que se produjera unescalamiento aún mayor, la ciudad registró tasas que oscilaron entre 72 y 101 hpch. Porotro lado, el gráfico No. 34 muestra la evolución en términos absolutos entre 1990 y2006. Es claro que en 1993 se había registrado un nivel superior al de 1995. Respecto deestos comportamientos, se debe señalar que tradicionalmente la delincuencia en Cúcutaha sido muy dinámica por su calidad de puerto internacional.

Gráfico No. 34Evolución en términos absolutos de los homicidios en Cúcuta entre 1990 y 2006

Fuente: Policía Nacional y Dane.Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Al respecto de lo que ocurría en Cúcuta entre 1990 y 1997, año previo a la incursiónde las autodefensas –que fue la organización que influenció significativamente loshomicidios entre 1998 y 2002– se debe señalar que las organizaciones delincuencialeseran muy dinámicas, aprovechando la condición de puerto internacional que tenía la

Page 298: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

299

ciudad. En este sentido, la tradición del contrabando estaba muy arraigada y se movíanilegalmente productos terminados en grandes volúmenes249, muchos de éstos robados.Es interesante señalar que los diagnósticos sobre la ciudad evidencian como una de lasactividades de los habitantes de las comunas populares de Cúcuta el contrabando,actividad llevada a cabo generalmente por individuos articulados en última instancia aredes muy poderosas, que manejan los mercados ilegales. Había igualmente tráficoilegal internacional de gasolina robada; no por casualidad, una actividad también muyextendida en Cúcuta es la de los pimpineros, es decir pequeños expendedores degasolina robada o de contrabando, que se instalan en las principales avenidas, a surtira los carros y que dependen de mafias más grandes que mueven el mercado ilegal envolúmenes considerables. Se presentaba del mismo modo contrabando de armas, redesque manejaban las emigraciones ilegales, el narcotráfico, en fin, un sinnúmero deactividades ilícitas dirigidas por organizaciones criminales.

Un ejemplo es el de las organizaciones que se formaron alrededor del tráfico deautopartes robadas, en torno al cual se desarrollaron mafias, como las del Zurca y elPulpo, que se iniciaron como bandas, con la especialidad del robo de automotores y elcontrabando de los mismos entre un lado y el otro de la frontera, pero que luego seinvolucraron en otros negocios ilegales y particularmente con el expendio local dedroga y el narcotráfico250. Su incidencia en las comunas tradicionales de Cúcuta251 fuemuy grande y alrededor de estas organizaciones se movían otras, que se dedicaban adiferentes actividades delictivas. No en vano diferentes grupos delincuenciales le rendíancuentas a estas organizaciones, que contaban con redes de sicarios.

La banda de El Pulpo es una organización delincuencial de Norte de Santander, quetradicionalmente se dedicó al atraco y al jalado de carros en el barrio San Luis y en elconjunto de la Comuna Tres, una de las más tradicionales de Cúcuta; sirvió de base altráfico internacional de autos y partes robadas y posteriormente ingresó al negocio delexpendio de droga y al narcotráfico. Con el tiempo tuvo enorme importancia en eldenominado Barrio Chino, en la Comuna Uno, donde se tranzan negocios de droga y dearmas. Por su lado, la banda del Zurca, que también participó en la mafia de losautomotores robados, tradicionalmente ha tenido presencia en el barrio Carora, en laComuna Nueve, cerca del centro de la ciudad, y con el paso de los años, el jefe de laorganización quedó vinculado al narcotráfico. Su principal jefe, José Orlando VelázquezHidalgo, alias el “Zurca”, de 42 años, falleció a principios de 2007, como consecuenciade un atentado. La versión de prensa que resumió su prontuario señaló que “tuvo variasentradas a la cárcel, sindicado de homicidio, tráfico de estupefacientes, hurto de vehículosy motos, porte ilegal de armas y asociación para delinquir, entre otros delitos”. Añadeque “en junio de 1991, fue sorprendido por primera vez cometiendo un delito y la Sijinlo implicó en los asaltos a vehículos de Postobón y Norgás. Dos años más tarde, lodetuvieron por el hurto de una motocicleta. En diciembre de 1994, fue capturado por

249 La tradición del contrabando se remonta en Cúcuta desde muchos años atrás y ha sido un factor que ha atraído comerciantes de todo el país. De ello datestimonio el constante paso de artículos entre Colombia y Venezuela cuyo destino, entre un lado y el otro de la frontera, se ha definido dependiendo del estadode la economía de cada uno de los países y de las medidas económicas y monetarias tomadas por cada uno de ellos. Los renglones han sido muchos y elcontrabando se ha dado en pequeños y en grandes volúmenes. Es interesante resaltar que los diagnósticos sobre la ciudad advierten como una de las actividadesde los habitantes de las comunas populares de Cúcuta el contrabando. Por otro lado, es importante señalar el papel que en Colombia ha jugado el contrabandocomo precedente del narcotráfico. Esto no sólo tuvo lugar en Cúcuta. Igualmente ocurrió en Medellín y Cali.

250 Entrevistas en Cúcuta en junio de 2004.251 Cúcuta tiene diez comunas. La más tradicional, es la Uno que incluye el centro de la ciudad. La diez, en el sur, también es muy tradicional y alberga los barrios

más antiguos. En el occidente están las comunas Siete, Ocho y Nueve, que con la Seis, ubicada en el norte, son de reciente formación y que se expandierondemográfica y territorialmente a partir de los años ochenta. Las Comunas Tres y Cuatro, en el oriente, también son esencialmente populares. Finalmente lascomunas Dos y Cinco, también centrales, encierran los barrios de estratos medios y altos pero también albergan estratos populares. Una perspectiva porcomunas en Cúcuta se puede ver adelante en el mapa No. 57 A.

Page 299: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

300

porte de una pistola calibre 7,65, sin salvoconducto. En 1995, la Fiscalía Unidad de Vidalo vinculó con varios homicidios ocurridos en Cúcuta, pero no halló méritos para procesarloy recobró la libertad”. El artículo narra así mismo las acusaciones que se le hacían, cuandofue detenido en 1998 y dice: “sostenía a sueldo una red de vendedores de alucinógenos,jovencitas motorizadas que servían de informantes, sicarios y profesionales que trabajabanen instituciones públicas y privadas”252.

Lo anterior parece explicar porque en Cúcuta el homicidio presente cifras elevadasdesde hace muchos años. Se debe agregar que en esos años hacían presencia en laciudad un conjunto de pequeños delincuentes, que aprovechaban el gran volumen dedinero que se movía alrededor del comercio, que actuaban en el centro y las comunastradicionales, pero cuyos integrantes se asentaban principalmente en las comunaspopulares. En ese entonces, las limpiezas en Cúcuta eran una constante. Diversasorganizaciones, en diferentes contextos, eliminaban pequeños delincuentes; un ejemplode lo anterior es lo que realizaba la organización bajo el mando de El Zurca, que paraentonces contaba con redes de sicarios.

Aparte de la existencia de unas organizaciones criminales dinámicas, que orientabanel accionar de otras delincuencias, es importante señalar la presencia del ELN. Apartir de mediados de los años ochenta, animado por el auge del petróleo y enparticular por la construcción del oleoducto Caño Limón-Coveñas, este grupo irregularse había establecido en las comunas populares de la ciudad de reciente creación253,con un bajo perfil militar y dedicado a generar las condiciones necesarias para facilitarel secuestro y la extorsión a las empresas petroleras. El ELN aprovechó que por eseentonces existían barrios de constitución reciente y muchos otros asentamientosque se estaban conformando por fuera del control del Estado. Esta agrupación creóde esta manera unas redes orientadas al control de los barrios y asentamientos ycobraba cuotas a cambio de seguridad en los mismos. Su incidencia en el homicidiono es muy importante, sin embargo no se debe subestimar, pues cometía algunosque recaían en miembros de la delincuencia, situación que los legitimaba ante lospobladores, de igual forma, perpetraba asesinatos selectivos dispersos en otros ladosde la ciudad, también cometía extorsiones o secuestros, en desarrollo de susactividades ilegales.

Sus primeras redes, en los años ochenta, estuvieron muy articuladas a los frentes ruralesdel entorno de la ciudad y hacia mediados de la década surge la Regional 254 DiegoCristóbal Uribe, con una perspectiva mucho más urbana. Más tarde, en los años noventa,se forma la Regional urbana Velasco Villamizar, la cual organizó las milicias en Cúcuta,pero éstas no duraron mucho tiempo, pues salieron de la ciudad a partir de 1999,como consecuencia de la incursión de los grupos de autodefensas. A lo largo de suexistencia, el ELN ha contado igualmente con estructuras tipo comando, que permitieron

252 Sobre estas estructuras delincuenciales ver el informe del Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. Sobre el perfil de alias el Zurcaver: Muerto “Zurca” en Cúcuta. En: La Opinión. Sábado 3 de febrero de 2007. Por otro lado había otras organizaciones sobre las que se recolectaron apenasalgunos detalles. Una banda es la de los Boyacos, que se dedica al atraco de joyerías y al tráfico de drogas, que actuó en la Comuna 5 donde viven estratosacomodados. Es también el caso de el Mejicano, un personaje que lavó dinero en Cúcuta y posteriormente vivió en Méjico donde transportó mucha droga. Lasentrevistas mencionaron otras estructuras delincuenciales como las de Jualín, La Iguana y El Zorro. Este último se dedicaba al robo de carros pero disponía desicarios que ejecutaban atentados por encargo. Estaba la banda de El Papo, que operaba en Rumichaca y en Villa del Rosario, en las afueras de Cúcuta,dedicada al jalado de carros. El Papo era también dueño de un bar y un prostíbulo.

253 La influencia del ELN fue especialmente fuerte en las comunas Seis, Siete, Ocho y Nueve, ubicadas en el occidente de la ciudad que crecieron mucho a partir delos años ochenta por la llegada de inmigrantes y desplazados.

254 La regional en el caso del ELN es una estructura urbana que tiene unas conexiones con frentes regionales pero cuyo trabajo se centra en los barrios de la ciudad.

Page 300: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

301

asestar golpes contra la Policía y el Ejército, así como con otras unidades, que sededicaron al secuestro, la extorsión y a la afectación de la infraestructura.

El incremento de los homicidios en Cúcuta entre 1998 y 2002 y la disminución que seregistró a partir de 2003, indudablemente tienen como actor central a las autodefensas.En lo que se refiere al incremento de los homicidios entre 1998 y 2002, se destaca lainfluencia de las disputas que sostuvieron las autodefensas con organizaciones criminalesy con el ELN, a los que sometieron y/o cooptaron. Entre 2003 y 2004, sobresale elposicionamiento de las autodefensas en la ciudad y el control que adquirieron deeconomías y tráficos ilegales. A partir de 2005, se pone el acento sobre el proceso depaz con esta agrupación. Es importante señalar que no obstante la disminución de loshomicidios, se mantienen altos niveles, situación que se explica por la persistencia deorganizaciones criminales en la ciudad, con un perfil mafioso, que mantienen unainfluencia importante en el narcotráfico y las economías ilegales.

Para entender la incursión de las autodefensas en Cúcuta, se debe mencionar al menosdos factores que incidieron en la segunda mitad de los noventa. Lo primero es elaumento inusitado de los cultivos de coca en la región del Catatumbo, en eldepartamento de Norte de Santander, así como en el sur de Bolívar; el segundo es elnacimiento de las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, que se trazaronpropósitos de expansión con alcance regional255. Con el auge de los cultivos de coca,Cúcuta se volvió estratégico en su calidad de puerto terrestre internacional. El propósitode las autodefensas, que en ese entonces se estaban apropiando de las redes delnarcotráfico en otras regiones del país, era manejar las rutas y los corredores paragarantizar la salida de un volumen considerable de cocaína y a su turno apropiarse delos tráficos de armas y de insumos. En ese aspecto, era de la mayor importanciaapropiarse de los espacios que dominaba el ELN en las comunas occidentales, asícomo de la Seis, esta última ubicada en el norte de la ciudad, pues es un corredor haciaMaracaibo en Venezuela, pasando por Puerto Santander, un municipio vecino. Si bienes cierto que el narcotráfico era una práctica extendida en Cúcuta hacia 1997, pues entanto que puerto internacional atraía narcotraficantes de todo el país, en ese entoncesno había penetrado en profundidad en las otras delincuencias y tampoco ejercía unahegemonía sobre las organizaciones criminales y los mercados ilegales.

Los homicidios suben entonces en estrecha relación con la ocupación que hacen lasautodefensas principalmente en el norte y el occidente de la ciudad, proceso en el quedesplaza y se apropia de las redes del ELN. Así mismo, suben en la medida en queejecutaban limpiezas de drogadictos y pequeños delincuentes, prácticas que lespermitían legitimarse ante los pobladores. Se incrementan también en el marco de lasdisputas por apropiarse de las estructuras de la delincuencia organizada asociadas aredes del narcotráfico y por esa vía del contrabando y de otras prácticas y mercadosilegales. Finalmente, son el producto de ajustes de cuentas entre organizaciones denarcotraficantes y entre éstas y las autodefensas.

Para observar los cambios en los homicidios y simplificar el análisis, se decidió sectorizarla ciudad. Cúcuta tiene diez comunas. Se consideraron en el sector denominadocentral, la Comuna Uno (Centro), que incluye el centro de la ciudad, la Dos (Quinta

255 Su propósito estratégico era consolidar el corredor Tibú –Cúcuta– Arauca, para de esta manera prolongar el que venía desde la Costa Caribe, desde los departamentosde Córdoba y Sucre, por un lado, y desde los departamentos del Magdalena y el Cesar, por el otro.

Page 301: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

302

Gráfico No. 35Tasas de homicidio en Cúcuta por sectores de la ciudad entre 1995-2006

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Policía Nacional y proyecciones de poblaciónde la Alcaldía de Cúcuta para 2004Procesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Oriental) y la Cinco (Pescadero), que encierran los barrios de estratos medios y altos,pero también albergan estratos populares. Se consideró en el sector norte, la ComunaSeis (El Salado), de reciente formación, que creció demográfica y territorialmente apartir de los años ochenta. En el sector occidental, se agregaron las Comunas Siete(Chapinero), Ocho (Atalaya) y Nueve (Loma de Bolívar), con las mismas característicasde la anterior o sector norte. En el sector oriental, se sumaron las comunas Tres (LaLibertad) y Cuatro (San Luis), en lo esencial conformadas por sectores populares.Finalmente, en el sur de la ciudad, está la comuna Diez (Santo Domingo), que comola Uno o el centro de la ciudad, es muy tradicional y alberga los barrios más antiguos.Esta sectorización se resume en el mapa No. 57A.

Se calcularon tasas por sectores, que se resumen en el gráfico No. 34, y se tiene que éstasse incrementaron principalmente en los sectores norte (comuna Seis) y occidental (comunasSiete, Ocho y Nueve); en menor medida, en el sector central, principalmente por efectode lo que ocurrió en la comuna Uno, o el centro de la ciudad, mientras que los sectoressur y oriental, fueron los que registraron los niveles más moderados. Posteriormente, en2003 y 2004, los homicidios disminuyen en todos los sectores. En 2005, vuelven a subiren el sector norte y en menor medida en el central, por efecto de lo ocurrido en lacomuna Uno; en 2006, se reducen levemente en el norte, pero se mantienen elevados,suben en el central, que ocupa el segundo lugar después del anterior y los niveles másmoderados se presentan en los otros tres sectores. Una perspectiva de tasas por comunasentre 2001 y 2006, se aprecia en los mapas No. 58 a 63 y los homicidios en términosabsolutos se presentan en el cuadro No. 78.

Page 302: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

303

Mapa No. 57ARegiones de la ciudad de Cúcuta

Fuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 303: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

304

A continuación, se presentan los cambios en los homicidios, así como una interpretaciónsobre su distribución espacial. Entre 1998 y 1999, cuando los homicidios empezaron aincrementarse, se produce la incursión de las autodefensas en Cúcuta y suposicionamiento en los barrios populares, principalmente en los sectores norte yoccidental, situación que obviamente empuja los homicidios hacia arriba. Lasautodefensas actuaron primero en el corredor entre Tibú y Cúcuta, donde debilitaronal ELN, en el entorno de la ciudad256, donde incursionaron, cometiendo masacres yhomicidios selectivos en cadena257. Según las entrevistas realizadas, actuaron personastraídas posiblemente de Urabá, “unos morenos altos y fornidos que utilizabanmotosierras”258 para aterrorizar a la población y sentar un precedente, como ocurrióen la vía que de Cúcuta conduce al Zulia. Según un estudio reciente, circularon listasen las que se encontraban nombres de dirigentes sociales y los asesinos llevabanbrazaletes de las ACCU y las AUC. Pintaron graffitis y frecuentemente señalaron que lasvíctimas eran colaboradoras de las guerrillas. A juicio de un estudio reciente ocurrieronocho masacres259.

Según otra entrevista, buena parte de las estructuras urbanas y de las milicias del ELN,que se asentaban en los sectores norte y occidental, salieron rápidamente hacia Araucay Venezuela, aproximadamente en 1999. El estudio ya citado relata que fueron atacados

Cuadro No. 78Homicidios en Cúcuta discriminados por comunas 2001-2006

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Policía Nacional y DaneProcesado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

256 Esto se refleja en las cifras. El conjunto de los municipios del Catatumbo registró un aumento importante en sus índices de homicidio, particularmente Tibú, quesiempre había tenido tasas elevadas, se disparó desde 1999, año en que ocurrió una masacre de 26 víctimas en La Gabarra. También los municipios del entorno deCúcuta como El Zulia, Los Patios, San Cayetano y Villa del Rosario empezaron a ver subir sus índices. Aparte de la masacre en La Gabarra, nueve personas fueronasesinadas en el corregimiento de San Faustino, muy cerca de Cúcuta, lugar que más tarde se convirtió al parecer en sede de una base de las autodefensas; hubootra de seis en un corregimiento no identificado y tres masacres de a cuatro víctimas en los corregimientos Lagunas, del municipio de Salazar, Astilleros, del municipiode El Carmen y Paccelli, del municipio de Tibú.

257 Según cifras de la Defensoría en 1999, en la región del Catatumbo, en Tibú, se produjeron 14 masacres, 130 homicidios, 8,000 desplazados y 2,000 refugiados. Citado enel estudio de Alvaro Villarraga, Wilfredo Cañizares y Magali Ramos., p 15. Según lo expresado por un entrevistado las autodefensas “entraron pisando duro”.

258 Cita textual de una entrevista.259 Villarraga, Alvaro; Cañizares, Wilfredo y Ramos, Magali. Estudio sobre los Derechos Humanos en la ciudad de San José de Cúcuta, en el contexto de la Violencia

y el Conflicto Armado registrado en Norte de Santander. Fundación Cultura Democrática, Fundación Progresar – Cúcuta con el apoyo de la Consejería deProyectos. p 102. De otro lado, según los registros disponibles en la base de datos del Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia de la Repúblicaconstruida con base en boletines diarios del DAS, se llega a una conclusión parecida. En lo que se refiere al casco urbano, la base de datos consigna que en 1999en la terminal de transportes de la ciudad fueron asesinados siete personas en un solo hecho; en el barrio Niña Ceci, ubicado en la Comuna 8 en el sector de JuanAtalaya, otros seis fueron asesinados en un mismo día, al tiempo que ocurría lo mismo con otros cuatro en el barrio Toledo Plata, en la Comuna 6; habría queagregar que 60 miembros de las autodefensas ingresaron al barrio Belisario, de la Comuna 8 y asesinaron a cuatro, como lo relaciona el estudio ya citado.Adicionalmente, según la base de datos, en el casco urbano hubo otras cinco masacres de cuatro víctimas cada una en barrios no identificados. Se identificarondoce eventos más en los que hubo matanzas de a tres víctimas por registro, bien porque fueron masacres o por las llamadas rondas de la muerte. Figuraronbarrios de la ciudadela Juan Atalaya, como Chapinero, en la Comuna 7; Alfonso López de la Comuna 9; El Llano de la Comuna 1; Camilo Torres y Santo Domingode la Comuna 10 y Torcoroma de la Comuna 4.

Page 304: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

305

sectores de la población afectos al ELN, así como colaboradores y militantes, por loque la guerrilla no estuvo en condiciones de enfrentar la ofensiva y se vio obligada areplegarse260. El ELN abandonó el patrullaje y el control permanente en áreas dedeterminados barrios y su acción se tornó más esporádica y clandestina261. Lasautodefensas golpearon sus redes de informantes y sus apoyos y no en vano en losregistros de 1999 aparecen algunos celadores, pimpineros y conductores, sectoresvinculados algunos a las redes del ELN. Las autodefensas calcaron parte del esquemadesarrollado por el ELN en la ciudad. En este sentido, fueron instalando redes deinformantes a partir de celadores, algunos venidos de afuera, como del Catatumbo,antiguos guerrilleros, conductores, tenderos y otros sectores que por su actividad o sucondición tuvieran una perspectiva de lo que ocurría en los barrios. Se diferenciarondel ELN por el hecho que utilizaron redes de sicarios, unas compuestas por personasque vivía en Cúcuta y otras que trajeron desde afuera. Paulatinamente, fueron utilizandosistemáticamente la violencia para cobrar las extorsiones y desarticular la pequeñadelincuencia, en una proporción mucho mayor a la que hizo el ELN262.

A partir del año 2000, se hace más nítida la intención de desarticular las pequeñas redesde delincuentes, con lo que las autodefensas buscaban ganar legitimidad en los barrios.Igualmente, se presentaban asesinatos para someter a la delincuencia organizada. Latasa de homicidio en Cúcuta siguió creciendo como lo demuestra el gráfico No. 33. En elentorno de Cúcuta, en El Zulia, ocurrieron varios homicidios, así como en Los Patios y enPuerto Santander263. En el casco urbano de Cúcuta, los homicidios seguían presentándosecon mucha frecuencia y en no pocas ocasiones se trataba de masacres o de asesinatosselectivos en serie. La comuna Seis o el sector norte, como se aprecia en el cuadro No.78, que resume los homicidios por comunas y el gráfico No. 35, que calcula las tasas porsectores, es de hecho la más afectada, pues constituye un corredor estratégico haciaVenezuela. Igualmente, fue afectado el sector occidental, o las comunas Siete, Ocho yNueve. En ese año, se destacaron los barrios Cerro Norte, El Salado y Aeropuerto de lacomuna Seis. Se presentaron asesinatos en serie en barrios como Antonia Santos, DoñaNidia y Palmeras, en la comuna Ocho. De la comuna Nueve, sobresalieron Pastora,Belén, San Luis, Barrio Nuevo, Pueblo Nuevo y Cundinamarca. En la comuna Siete, noobstante que su tasa no había subido de manera significativa, se destacaron los barriosMotilones, Ospina Pérez, Chapinero y Claret. Los anteriores barrios hacen parte deloccidente de la ciudad que para ese entonces era una prioridad para las autodefensas.Además, estos grupos actuaron en la comuna Uno, en el centro, en los barrios El Llano,La Playa y El Callejón, este último sede del denominado barrio Chino. Ganar influenciaen el centro era también importante, pues era el espacio de seguridad de la delincuenciaorganizada y ahí se manejaban mercados de armas y de droga. Con menos frecuencia,hicieron presencia en el barrio Aniversario, en la Comuna Cuatro, en el sector oriental, enZulima y La Merced de la Comuna Cinco y en Pinos, en la Comuna Dos; estos últimoshacen parte del sector que denominamos central.

En 2001, la tasa de homicidio en Cúcuta descendió levemente, pero mantuvo un nivelmuy elevado; a partir de ese año, la información por tasas en las comunas se puede

260 Este aspecto fue anotado también en una entrevista.261 Op. cit, Villarraga, Alvaro; Cañizares, Wilfredo y Ramos, Maga. El estudio no especifica el año en que se replegaron.262 Según una entrevista El ELN actuaba de manera diferente. Primero llamaban a la persona acusada y le advertían que no lo volviera a hacer o le cobraban la

extorsión no pagada; solo después de advertida la ejecutaban o la sacaban del barrio. El ELN, dice el entrevistado, tenía una táctica de mediación y por ello laslimpiezas no involucraron un elevado número de víctimas.

263 En 2000 la arremetida de las autodefensas siguió en todo Norte de Santander. De nuevo Tibú y especialmente el corregimiento La Gabarra registraron masacresy asesinatos en serie. En Ocaña los índices también se volvieron preocupantes.

Page 305: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

306

apreciar en los mapas No. 58 a 63 que se muestran más adelante. En Norte de Santanderen su conjunto, los homicidios ocurrían en el marco de la confrontación y donde habíacultivos ilícitos264. La zona rural de Cúcuta, en la carretera que conduce a PuertoSantander, y su entorno, en Villa del Rosario, El Zulia y Los Patios, seguían por su ladoen una situación difícil por la ocurrencia de homicidios perpetrados por las autodefensas.En el casco urbano, seguían actuando, como lo muestran los registros analizados. Enel barrio Santander, en la Comuna Diez (Santo Domingo), en el sur de la ciudad, en elestablecimiento público “Miranda”, desconocidos que se movilizaban en una camionetaFord y en un vehículo Daewoo asesinaron con armas de fuego a siete personas, hechoque no se puede separar de las actuaciones contra redes de la delincuencia organizada,que tenía especial arraigo en este espacio. En el centro, en la comuna Uno, en elparque de los Mártires, siete más murieron en otra masacre, muy posiblementerelacionada con limpieza de indigentes y pequeños delincuentes.

Sin embargo, es muy difícil definir la participación de cada una de las organizaciones en laescalada de homicidios. Por un lado, es nítido que actuaba el bloque Catatumbo del bloqueNorte de las AUC y que el nombre de Mancuso era una clave para descifrar lo que ocurría;por otro lado, se debe señalar que Carlos Mario Jiménez, alias Macaco, también hizopresencia en la ciudad; de hecho, tiene cargos por el asesinato del ex-Defensor del Pueblode Norte de Santander, ocurrido en Cúcuta en febrero de 2001265.

Los homicidios en cadena se generalizaron en 2001, uno por uno o en pares, peroen sitios diferentes, separados los unos de los otros por minutos. Se presentaroncasos entre cuatro y cinco víctimas, en Cerro Pico y Comuneros en la Comuna Siete(Chapinero) y en el barrio Altos de Pamplonita en la Comuna Cuatro (San Luis). Nosobra señalar que Cerro Pico fue mencionado en junio de 2004 como uno de loslugares donde funcionó una base de las autodefensas en esos años; al parecer, allállevaban sus víctimas que eran torturadas antes de ser asesinadas. Existen muchosotros registros con cuatro y cinco víctimas, más no se especifica el lugar, pero suocurrencia revela la dimensión de lo que ocurría y más aún el hecho de que no se leatribuyeran responsables es un síntoma de terror y de miedo. Hay, adicionalmente,muchos registros en los que hubo entre una y tres víctimas. En el norte, en la ComunaSeis (El Salado), zona de control tradicional del ELN, donde las autodefensas actuabancontra la pequeña delincuencia, ocurrieron homicidios múltiples en El Salado, El Trigal,García Herreros y Toledo Plata. En el sector occidental de la ciudad, con las mismascaracterísticas que la anterior, ocurrieron en los barrios Niña Ceci, Antonia Santos,Nuevo Horizonte y Victoria, de la Comuna Ocho (Atalaya); en la Comuna Nueve(Loma de Bolívar) se presentaron en Carora, Belén, San Miguel, Loma de Bolívar yPueblo Nuevo; en la Comuna Siete (Chapinero) acaecieron en Motilones, CamiloDaza y Ospina Pérez. En el sur, en la Comuna Diez (Santo Domingo), ocurrieron enLa Magdalena, donde tradicionalmente operaban redes de sicarios, así como enCabrera y Santo Domingo. En el centro de la ciudad, en la Comuna Uno, los homicidiosse produjeron en El Contento, el barrio El Centro, El Llano y en la comuna Dos(Quinta Oriental) en Los Caobos y La Libertad, espacios donde ha actuado ladelincuencia organizada. Se presentaron con menor frecuencia en barrios de las

264 De nuevo Tibú y el corregimiento La Gabarra registraron masacres y homicidios en serie.265 Contra Jiménez figura una resolución de acusación emitida por la Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía como presunto responsable del asesinato

en febrero de 2001, del Defensor Regional del Pueblo, Iván Villamizar Luciani, y de cuatro personas que lo acompañaban. Villamizar fue asesinado en Cúcuta el12 de febrero de 2001 mientras se desempeñaba como rector de la Universidad Libre de esa ciudad. Varias versiones de prensa aportan esta información. Paraver una reciente, consultar: Evidencias indican que Macaco seguiría delinquiendo desde Itagüí. En: La Opinión, agosto de 2007.

Page 306: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

307

comunas orientales, también de estratos bajos, y algunos ubicados en la comunaCinco (Pescadero), de estratos medios; sin embargo, en esta última se destaca elbarrio Cerro de la Cruz, ubicado en una zona montañosa que divide la ciudad,considerada por los entrevistados como otra base de las autodefensas en esos años,es decir en 2001 y 2002. Una característica de parte de estos homicidios es que secometieron en sitios públicos y fueron ejecutados por hombres que se movilizabanen vehículos y motos.

En 2002, la tasa de homicidio de Cúcuta llega a su punto más alto, arrojando 152.7por cada cien mil habitantes266. La Defensoría del Pueblo publicó una ResoluciónDefensorial, en la que se afirmó que en el primer semestre del año en la ciudad deCúcuta se registraron 453 homicidios, 211 más que en el mismo período del añopasado, lo que representa un incremento del 87% en el número de muertes violentas.De acuerdo con la misma fuente, en el primer semestre de 2002 ocurrieron 32 masacres.De éstas, 13 registraron cuatro víctimas; se cometieron una masacre de ocho y otra decinco víctimas; y las restantes 17 arrojaron tres víctimas, respectivamente. Seconfrontaron estas masacres con los registros desagregados de que se dispone en elObservatorio del Programa Presidencial de DH y DIH y se estableció que se destacaronlas comunas Seis a Diez, es decir el norte, el occidente y el sur, tal como se aprecia enel mapa No. 59. Sobresalen los barrios Cerro Norte, Cecilia Castro, Toledo Plata y ElSalado de la comuna Seis (El Salado); los barrios Motilones, La Hermita, Camilo Daza,Chapinero y Comuneros, de la comuna Siete (Chapinero); en la comuna Ocho (Atalaya),se destacaron Antonia Santos y Belisario; acaecieron también en la Comuna Nueve(Loma de Bolívar) en Colinas, Pueblo Nuevo y San Miguel; en la Diez, se presentaronmasacres en Santo Domingo, Cabrera, Carora y Cuberos Niño.

El informe de la Defensoría añadió que los conductores de vehículos colectivos y taxis,celadores y pequeños comerciantes, fueron las principales víctimas de los homicidios;también figuraron personas dedicadas al comercio ilegal de gasolina, conocidas comopimpineros y aquellas que ejercen algún tipo de trabajo informal. En algunos casos, seidentificaron víctimas que eran expendedores y consumidores de droga. El informeseñaló que hubo un alto número de NN, cuyos cadáveres fueron arrojados a botadoresde basura o a canales de aguas negras. Un considerable número de víctimas registrabanantecedentes penales: 18 en marzo, 13 en abril y 16 en mayo, generalmente porhurto simple y calificado, porte ilegal de armas y homicidio267. Un análisis de los sectoressociales afectados permite concluir que los homicidios estaban relacionados con ajustesde cuentas o apropiación de las redes de la delincuencia y las limpiezas de indigentesy vendedores de droga. Del mismo modo, se puede decir que recayeron en algunosque se oponían a las extorsiones (los comerciantes representaron un 11.9%). Lainformación revela también algo sobre el modus operandi de las autodefensas. En estesentido, el 98% de las muertes se produjeron con armas de fuego, en su mayoríacortas. El análisis estimó que lo anterior es un indicador de que los victimariosfrecuentemente se mueven en un vehículo automotor, preferentemente motocicletas,pero se señaló que en ocasiones llegaron a pie. A algunas de las víctimas, las esperaroncuando descendían de algún vehículo de transporte público, en sitios públicos cuandodepartían e incluso fueron requeridos en su residencia. En unos casos, la víctima fuetrasladada a otro lugar antes de ser asesinada.

266 La Defensoría del Pueblo calculó para el primer semestre de 2002 la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes en 115 teniendo en consideración todos losmunicipios del Area Metropolitana. Ver Defensoría del Pueblo. Resolución Defensorial N°6. Bogotá, Agosto de 2002.

267 Defensoría del Pueblo. Resolución Defensorial N°6. Bogotá, Agosto de 2002.

Page 307: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

308

Mapas No. 58 a 61Tasa de homicidio por comunas en Cúcuta

Fuente de datos: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesFuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Mapa No. 59

Mapa No. 60 Mapa No. 61

Mapa No. 58

2001 2002

2003 2004

Page 308: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

309

Mapas No. 62 y 63Tasa de homicidios por comunas en Cúcuta

Fuente de datos: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias ForensesFuente base cartográfica: DaneProcesado y georeferenciado por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Mapas No. 62

2005

Mapa No. 63

Los homicidios empiezan a reducirse desde 2003, situación que se aprecia en los mapasNo. 60 y 61, cuando se comparan con el No. 59. Por un lado, es importante señalarque puede ser interpretado como un síntoma de que las autodefensas se habíanposicionado en Cúcuta y lograron neutralizar la resistencia que les oponíanorganizaciones delincuenciales. Por otro lado, es importante anotar que elcomportamiento descendente está reforzado por la desmovilización de las autodefensas.Al respecto, no se puede descartar que de cara a una posible desmovilización, que enefecto se produjo en diciembre de 2004, la decisión de estas agrupaciones haya sido lade disminuir las masacres y mantener los homicidios selectivos. El gráfico que distribuyelos homicidios por sectores muestra la magnitud del descenso. No obstante, como loregistra el gráfico No. 33, se mantuvieron por encima del promedio del país.

El comportamiento de 2005, que se aprecia en el mapa No. 62, se produce después dela desmovilización de las autodefensas268. Es importante resaltar que la tasa se mantuvoprácticamente igual a la del año anterior; así pasó de 56.6 a 58.7 hpch entre 2004 y2005. Desagregando la información por sectores, se tiene que un incremento importantese registró en el norte, es decir en la comuna Seis (El Salado), que pasó de 58 a 98homicidios, y en el central, que se incrementó de 88 a 109; en términos de tasas, sepasó de 60.6 a 103.3 hpch en el norte y de 49.3 a 61.1 en el centro. En lo que respectaa 2006, se debe señalar que en la comuna Seis, los homicidios se reducen, pero semantienen en un nivel muy elevado, pues llegaron a los 88.5 hpch; en el sector central,se incrementan a 68.9. El comportamiento se aprecia en el mapa No. 63.

2006

268 El bloque Catatumbo de las AUC se desmovilizó el 10 de diciembre de 2004 en el corregimiento Campo Dos, del municipio de Tibú, Norte de Santander. Los desmovilizadosen total fueron 1.425 pero solo una pequeña parte se quedó en Cúcuta, pues los demás se devolvieron a sus sitios de origen. Algo más de 400 desmovi-lizados seconcentraron en Cúcuta, de estos 260 del bloque Catatumbo y los demás de otras agrupaciones.

Page 309: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

310

Determinar lo ocurrido es complejo, no obstante una hipótesis es que el sector nortees el más afectado en la medida en que es el corredor para salir al Catatumbo y almunicipio de Puerto Santander, que a su turno sirve de corredor hacia Maracaibo enVenezuela. Al respecto, se debe considerar que después de la desmovilización del bloqueCatatumbo, surgió la organización denominada Águilas Negras, que precisamente seubicó en Puerto Santander. En este sentido, los homicidios en la comuna Seis (El Salado)pudieron estar asociados con el interés de mantener este corredor de salida tanimportante. En términos barriales, se produjeron en 2005 principalmente en ToledoPlata, Simón Bolívar y Caño Limón, que registraron respectivamente 12, 11 y 7homicidios, y en 2006 en Caño Limón, Toledo Plata, Panamericano y Trigal del norte,con 9, 8, 8 y 7, respectivamente.

En lo que respecta al sector central, hay que considerar que ahí se concentra el manejode los tráficos ilegales. Están ubicados en el sector denominado barrio Chino, quehace parte del barrio El Contento, donde se registraron 6 y 8 homicidios en 2005 y2006 respectivamente, lugar donde se transan negocios de drogas y de armas.Igualmente fueron muy afectados barrios como La Sexta, donde ocurrieron 10 y 16homicidios en 2005 y 2006, El Callejón donde se produjeron 14 y 15 en los mismosaños y en el barrio El Centro, donde acaecieron 12 y 5.

Un aspecto que ilustra la situación que se vivió en Cúcuta después de la desmovilizaciónde las autodefensas, es el asesinato de alias El Zurca, uno de los jefes de la delincuenciamás connotados. Del mismo modo, vale la pena señalar que cerca de cuarentadesmovilizados fueron asesinados en Cúcuta en el primer año después de ladesmovilización, una cifra significativa si se tiene en cuenta que 400 aproximadamentevivían en la ciudad. Igualmente fueron asesinados ex-mandos importantes de lasautodefensas, como los alias Pacho, El Gato y Camilo269.

Según algunas versiones, después de la desmovilización, se incrementaron las disputasentre las denominadas Águilas Negras y alias El Zurca270. Según una versión de prensa“asesinatos, extorsiones, amenazas, controles en los barrios, extensos laboratorios ycultivos de coca, regulación de horarios y el manejo de los grandes grupos dedelincuencia organizada han sido una constante para los habitantes de la región, luegode la desmovilización. La mayoría de esos hechos son atribuidos por las autoridades aesa disidencia de AUC.”271

En conclusión, los actores organizados son los determinantes del homicidio en Cúcutay el peso de los individuos y la pequeña delincuencia es irrisorio. Tradicionalmente, laciudad fue muy afectada por el homicidio, lo que estuvo asociado a la existencia deorganizaciones delincuenciales y criminales articuladas a tráficos ilegales. El ascenso de

269 Ver: Fundación Seguridad y Democracia. La Desmovilización del Bloque Catatumbo.http://64.233.169.104/search?q=cache:CXyWPMgp7 RgJ:www.seguridadydemocracia.org/docs/pdf/conflictoArmado/catatumbo.pdf+c%C3%BAcuta+gato&hl=es&ct=clnk&cd=4&gl=co

270 Según una versión de prensa: “Al final del puente de Reyes, en el barrio La Libertad dos personas que murieron tiroteadas fueron reconocidas como “familiares delpapá de Zurca”, dice uno de los vecinos del sector. Esas muertes se suman a una cadena de homicidios producto de los enfrentamientos entre las Águilas Negras yJosé Orlando Velásquez, alias Zurca, que se iniciaron desde 2005.” Posteriormente el artículo agrega. “Orlando Velásquez (Surca) dice que las Águilas Negras yatienen el control absoluto de “las ollas” de Cúcuta y por eso no quiere “meterse en esa pelea”. Ver: Los secretos del nido de las Águilas Negras. En: El Colombiano,sin fecha, 2006. La versión de internet se puede consultar en: http://64.233.169.104/search?q=cache:ob_Zd9-aZVwJ:www.elcolombiano.com.co/BancoConocimiento/L/los_secretos_del_nido_de_las/los_secretos_del_nido_de_las.as p+asesinatos+des movilizados+c%C3%BAcuta &hl=es&ct=clnk&cd=7&gl=co

271 La versión de El Colombiano, ya citada, anota: “Aquí en Cúcuta no hay bandas, hay paras que se apartaron de la desmovilización y nos tienen azotados. Son peligrosos y entreellos mismos se están matando por el cuento de la droga. Muchos de las Águilas Negras son los mismos que fueron paracos antes de 2004 y que eran los que ‘sicariaban’ aquíen Cúcuta.”, señala una líderes de la comuna 7.”

Page 310: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

311

los homicidios entre 1998 y 2002, se explica en lo fundamental por la incursión yposterior asentamiento de las autodefensas en la ciudad y en particular por las disputasque sostuvieron con organizaciones criminales y delincuenciales, a las que sometierono cooptaron. Por otro lado, también se presentaron disputas con el ELN, aunqueestas últimas no contribuyeron a incrementar los niveles muy altos de los homicidios,pues esta guerrilla se replegó hacia la zona rural y Venezuela en 1999. La disminuciónde los homicidios se produce desde 2003, proceso que se explica por la disminuciónde las disputas y porque las autodefensas se posicionaron en la ciudad, ejerciendocontrol sobre tráficos y economías ilegales. La desmovilización del bloque Catatumbose produce en 2004, pero no se puede descartar que las disminuciones en 2003 seprodujeran de cara al proceso de paz. Por otro lado, las desmovilizaciones refuerzanla permanencia de los niveles de homicidios en niveles muy inferiores a los registradosen 2002. En 2005 y 2006, los homicidios, no obstante su disminución, permanecenelevados, pues se sitúan por encima del promedio nacional. La característica centraldel homicidio en Cúcuta es que sigue en gran medida asociado a actores organizados,hecho que se comprueba si se tiene en cuenta que más del 90% de éstos se lleva acabo con armas de fuego y más del 70% se le atribuyen a sicarios. La característicareciente es la reanudación de disputas entre facciones de los grupos armados al serviciodel narcotráfico, por el control de los expendios y otros negocios ilegales y por elcontrol de la salida a Puerto Santander y hacia el Catatumbo.

Page 311: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 312: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

313

Síntesis

Page 313: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará
Page 314: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

315

El propósito central de este estudio fue caracterizar los homicidios entre 1995 y 2006,poniendo de relieve que su concentración en el espacio, sus desplazamientos de unas zonashacia otras, así como los ascensos y los descensos significativos que se registraron en losúltimos doce años, están en lo fundamental relacionados con la violencia ejecutada poractores organizados; los individuos y la pequeña delincuencia tienen una participaciónminoritaria y una incidencia menor en las variaciones registradas.

Los análisis propuestos se hicieron desde varias ópticas. En primer lugar, se estudió el periodocomprendido entre 1995 y 2006, haciendo énfasis sobre los años 2002 y 2006, para apreciarlos descensos recientes. Por otro lado, se profundizó el análisis entre 2003 y 2006, pues lainformación desagregada por armas y los niveles rural y urbano sólo se tiene para esosaños; así mismo, se hizo énfasis en los dos últimos años, porque los móviles o modalidadespara esos años son los que tienen mayor confiabilidad. No obstante, se guardó la perspectivahistórica para analizar la evolución del conjunto nacional, pues se dispone de una serie quese extiende entre 1960 y 2006.

En segundo lugar, a nivel espacial se consideraron municipios, departamentos y regiones yse desagregaron los 1.121 municipios y corregimientos departamentales (en adelantehacemos sólo referencia a municipios para simplificar) en tres tamaños de población, quedenominamos grandes, intermedios y pequeños. Los grandes o de mayor tamaño, son 53municipios que tienen más de cien mil habitantes; los medianos o de tamaño intermedioson 351, comprendidos entre veinte y cien mil habitantes; y, finalmente, los más pequeñoso de menor tamaño son 717, de menos de veinte mil habitantes. El grupo uno concentra26.325.456 habitantes, es decir el 56.3% del total del país. El grupo dos alberga 13.535.098personas, el 28.9% de la población nacional. Finalmente, el grupo tres tiene 6.911.732habitantes, tan sólo el 14.8% del total nacional. Se utilizaron para hacer estas divisiones lasproyecciones de 2006 con base en el censo del Dane de 1993 –la población total proyectadapara todo el país fue de 46.772.286 en 2006–; no se consideraron las cifras del censo de2005, no solamente porque en el desarrollo de la investigación, no se conocían aún susresultados, sino también porque el censo de 2005 no tenía proyecciones hacia adelante oatrás y por lo tanto no se hubiera podido apreciar los cambios en el tiempo.

En otro nivel, se hicieron análisis más detallados, dividiendo cada grupo considerado en 3grupos más, para un total de nueve. Se tiene así, que el grupo uno está conformado porcinco municipios, que tenían para 2006 más de un millón de habitantes, y en su conjuntoalbergaban más de catorce millones de habitantes, es decir el 54.6% del grupo de los 53municipios más grandes. Son éstos Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Cartagena. Elgrupo dos, está integrado por 22 municipios entre doscientos mil y un millón de habitantesque en su conjunto reunían más de ocho millones y medio de habitantes, el 31.9% de lapoblación del total de los 53 municipios más grandes. Finalmente, el grupo tres, estáconformado por 26 municipios entre cien y doscientos mil habitantes, con algo más de

Page 315: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

316

tres millones y medio de habitantes, es decir el 13,5% de la población del grupo de los 53municipios más grandes.

Los 351 municipios intermedios se dividieron a su turno en otros tres grupos. El cuatro es elque comprende 78 municipios entre cincuenta y cien mil habitantes, el grupo cinco incluye118 municipios entre treinta y cincuenta mil habitantes y el grupo seis 155 municipios,entre veinte y treinta mil habitantes. El grupo cuatro cuenta con 5.282.397 habitantes, querepresentan el 39% de los municipios intermedios. El grupo cinco tiene 4.433.790 habitantes,el 32.8%, y el grupo seis 3.838.911, el 28.2%.

Finalmente, los 717 pequeños fueron divididos en el grupo siete, conformado por 320municipios, con una población entre diez y veinte mil habitantes; el grupo ocho, por 254municipios entre cinco y diez mil habitantes y el grupo nueve, por 143 municipios, demenos de cinco mil habitantes. El grupo siete encierra 4.594.784 habitantes y representa el66.5% de los municipios pequeños. El grupo ocho cuenta con 1.877.464 habitantes, el27.2%, y el nueve, con 434.484, el 6.4% de los habitantes de los municipios más pequeños.

Los grupos uno a cuatro son más urbanos que rurales, pero la participación porcentual delas cabeceras va perdiendo peso en la medida en que su tamaño se va reduciendo. Por elcontrario, los grupos cinco a nueve son más rurales que urbanos y la participación delámbito rural va aumentando en la medida en que son más pequeños. En efecto, el grupouno tiene el 98.5% de la población en las cabeceras, el grupo dos el 92.9%, el grupo tres el78%, y el grupo cuatro el 63.9%. En el grupo cinco, el 55.1% de su población habita enzonas rurales, en el grupo seis el 59.3% de la población vive en el campo, en el grupo sieteel 63.5%, en el grupo ocho el 67.8% y en el nueve el 75.3%. Estas proporciones son de lamayor importancia, puesto que la tasa del conjunto de cada uno de estos municipios enúltimas está determinada por la tasa del sector donde predomina la población y enconsecuencia las dinámicas de los homicidios son más urbanas o rurales, dependiendo delcaso.

El tamaño de los municipios y las proporciones rurales y urbanas son de gran utilidad paradescifrar las dinámicas de los homicidios. En primer lugar, nos ayudan a determinar lasdinámicas de las ciudades propiamente dichas. De esta manera, las grandes ciudades seconcentran en los grupos uno y dos, las ciudades intermedias sobretodo en el dos, el tres yen alguna medida en el cuatro, mientras que las capitales departamentales se reparten antetodo en los tres primeros grupos. En segundo lugar, nos permite visualizar el homicidiorural, que atraviesa todos los tamaños de población, no obstante que la mayor parte de loshabitantes del campo está concentrada en los grupos cuatro a ocho. El grupo nueve, si bienes esencialmente rural, no tiene un peso determinante a nivel nacional, tiene incluso menorpoblación rural que los grupos dos y tres, que son esencialmente urbanos. Por otro lado, larelación entre tamaños de población y composición rural y urbana, proporciona elementospara interpretar la composición de las tasas del conjunto de los municipios.

En el primer capítulo, se combinó una perspectiva temporal y espacial al mismo tiempo,pero se omitió las oscilaciones por años, el tamaño de los municipios o su composición ruraly urbana. Se creó para ello un indicador que dio cuenta de la persistencia del homicidio, esdecir el número de años en que cada uno de los 1.121 municipios del país, para los cualesse tiene información confiable de población desagregada y sus respectivas proyecciones,superó o estuvo por debajo del promedio colombiano entre 1995 y 2006,

Se concluyó que 189 municipios, el 16.9%, fueron considerados muy críticos, es decir que ennueve, diez, once o doce años de la serie considerada registraron tasas que superaron elpromedio nacional; 178, es decir el 16.4%, fueron considerados críticos, pues entre seis a

Page 316: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

317

ocho años de los doce considerados, presentaron tasas que se situaron por encima delpromedio del país; 193, o sea el 17.8% fueron considerados medianamente críticos, es decirque superaron entre tres a cinco de los años considerados el promedio colombiano, y que528, el 48.8% fueron considerados no críticos, pues en ninguna oportunidad o por muchoen dos, sobrepasaron el promedio del país. Se excluyeron de los análisis porcentuales 39municipios que no arrojaron información suficiente porque son de creación reciente. Se tieneentonces que uno de cada tres municipios de los que se hizo el análisis fue consideradocrítico o muy crítico y los otros dos fueron considerados medianamente críticos o no críticos.

Se hizo un análisis espacial de estos municipios y se concluyó que los muy críticos son vecinosde los críticos, al tiempo que los medianamente críticos generalmente lo son de los no críticos,información que se corrobora en los mapas presentados en el estudio. Lo anterior evidenciaque los niveles de persistencia de los altos niveles de homicidios se concentraron en unasregiones determinadas; es así como las zonas críticas o muy criticas son más o menoshomogéneas y las zonas no criticas o escasamente críticas, guardan los mismos patrones.

Las zonas más críticas, es decir donde persisten niveles superiores al promedio nacional, enlo fundamental son tres. La primera región se sitúa en el lado occidental del país; parte delextremo norte del Cauca, atraviesa el departamento de Valle, los departamentos del ViejoCaldas y abarca buena parte de Antioquia, principalmente; al anterior, se le podría añadirbuena parte del occidente del Tolima, donde si bien los municipios en su mayoría no sonmuy críticos, se presenta un número significativo de municipios que presentaron tasas porencima del promedio del país entre seis y ocho años. Una segunda zona es la cadena que sedibuja en el piedemonte de la Cordillera Oriental, que involucra a Putumayo, Caquetá,Meta, Casanare y Arauca, donde se suceden municipios muy críticos y críticos; por suproximidad geográfica, y aunque no hace parte del piedemonte de la Cordillera Oriental,aparece el oriente del Huila (en el occidente de la Cordillera Oriental). Finalmente, otra árease dibuja desde la confluencia entre Santander y Norte de Santander, y se prolonga hastaCesar y La Guajira, pues se destaca una continuidad de municipios muy críticos y críticos.Por lo demás, hay algunos islotes críticos en varias partes, como en Nariño y Cauca,Cundinamarca, los Montes de María y parte de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Respecto de los municipios menos críticos, es decir que reiteradamente registran tasas pordebajo del promedio nacional, se hizo un ejercicio similar. En este sentido, se presenta unacadena de municipios no críticos que parte desde Nariño y Cauca, donde predominanmunicipios de la Cordillera Central, y que se prolonga después por la Cordillera Orientalpasando por Huila, Tolima, Cundinamarca, Boyacá, Santander y que termina en el sur deNorte de Santander. Se dibuja una segunda zona en la región Caribe, en los departamentosde Bolívar (excepción hecha del sur del departamento, donde se identificó un notoriosubregistro), Sucre, Córdoba y Magdalena, a la que se le puede agregar una mancha en elnorte de La Guajira. Aparece una tercera zona no crítica, en la costa Pacífica, en losdepartamentos de Nariño, Cauca y Chocó. Una cuarta zona se dibuja en el extremo orientaldel país, en la Orinoquía y la Amazonía, en los departamentos de Amazonas, Vaupés, Vichaday Guainía.

Si bien se concluyó que la discriminación de la persistencia en términos de altas o bajastasas de homicidio contribuye a identificar zonas críticas o no, no es suficiente paradiferenciar las muy variadas dinámicas de los municipios que las conforman, porque porun lado no permite apreciar las oscilaciones en términos temporales, es decir que losmunicipios críticos lo son más en unos años que en otros y por otro lado, porque lasdinámicas que se desenvuelven son muy complejas, pues en unos casos soneminentemente urbanas y en otros rurales y los actores involucrados son muy variados.Así mismo, los tamaños de los municipios oscilan entre 143 de menos de cinco milhabitantes y 5 ciudades que superan el millón.

Page 317: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

318

Un rasgo común a los municipios muy críticos y críticos es la participación de actoresorganizados; sin embargo, en unos casos pesaron mucho las organizaciones criminales alservicio del narcotráfico y/o los grupos irregulares, especialmente las autodefensas, o lasbandas emergentes después de la desmovilización de las anteriores, mientras en otros laconfrontación armada entre el Estado y las guerrillas contribuyó en forma importante. Esaquí donde adquiere relieve el análisis por tamaño de los municipios.

Se presenta en primer lugar el análisis, dividiendo el país en tres tamaños de población,haciendo omisión de las oscilaciones temporales. Es así como el homicidio afecta todos lostamaños de población, no obstante su incidencia varía, dependiendo de las características delos municipios. La persistencia de las tasas de homicidio por encima del promedio nacional esmás significativa en los municipios más grandes y en los intermedios que en los más pequeños.En este sentido, cuatro de cada diez municipios de los tamaños grande e intermedio persistieroncon tasas de homicidio por encima del promedio nacional en más de seis oportunidades, porlo que fueron considerados muy críticos o críticos. En contraste, entre los más pequeños,esto no ocurrió generalmente sino en tres de cada diez. De los tres grupos considerados, elde los municipios con mayor tamaño es predominantemente urbano, el segundo es enpromedio levemente más urbano que rural, aunque con proporciones muy cercanas a lamitad los habitantes de las cabeceras y del resto de los municipios, y el tercero es esencialmenterural. Así mismo, el grupo de los municipios grandes tiene muy pocos municipios, pero másde la mitad de la población nacional, el de los intermedios alberga casi un tercio de losmunicipios y el 29% de la población, mientras que los más pequeños concentran casi dostercios de los municipios, pero no más del 15% de la población.

Respecto de lo urbano, se tiene que entre los 53 municipios de mayor tamaño, dos de cadadiez fueron considerados muy críticos, y otros dos críticos; estos municipios en su conjuntocuentan con una considerable concentración de habitantes en las cabeceras. Considerandolas muy críticas, se destacan Cali y Medellín, pero así mismo Pereira, Manizales, Itagüí, Bello,Buga, Cartago y Apartadó. Así mismo, en esta zona fueron consideradas críticasBuenaventura, Palmira, Tulúa, Dosquebradas y Envigado. Por el contrario, en las ciudadesde la Cordillera Oriental y de la Costa Caribe, los altos niveles de homicidio no han persistidoen el tiempo. Aparte de Cúcuta y Ciénaga, consideradas muy críticas, no lo fueron Pasto,Popayán, Bogotá, Soacha, Tunja, Bucaramanga, y Floridablanca, en lo que se refiere a lacordillera, así como tampoco Cartagena, Barranquilla, Santa Marta, Valledupar, Montería ySincelejo, en la Costa Atlántica, entre las más grandes. Tampoco lo fue Neiva, en el Valle delMagdalena, entre las Cordilleras Central y Oriental. En resumen, nos permite concluir quelas ciudades, donde el homicidio ha persistido se encuentran ubicadas en el occidentecolombiano, como se anotó anteriormente.

En términos relativos, los municipios intermedios son afectados en la misma medida que losmás grandes, pero en términos absolutos representan mucho más municipios. Unacaracterística en este grupo de municipios es que los muy críticos tienden a ser vecinos delos críticos, tal como ocurre en el conjunto nacional. Así mismo, los municipios medianamentecríticos y los no críticos, dibujan las mismas zonas definidas para el conjunto nacional. En loesencial son muy afectados municipios intermedios ubicados en el occidente colombiano,en el eje del valle del río Cauca, incluidas las vertientes de las Cordilleras Occidental y Central,en los departamentos de Valle, Viejo Caldas y Antioquia. En este caso, citar todos losmunicipios muy críticos es tarea difícil, por lo que se destacan solamente aquellos que entodos los años considerados superaron el promedio nacional, es decir sólo una parte de losmuy afectados: Sevilla y Ansermanuevo en Valle; Belén de Umbría, La Virginia y Marsella enRisaralda; Chinchiná y Supía en Caldas. Una segunda zona es la que se dibuja en el piedemontede la Cordillera Oriental e involucra a Putumayo, Caquetá, Meta, Casanare y Arauca, partedel oriente del Huila, en particular Puerto Asís en Putumayo, Pitalito en Huila, Granada en

Page 318: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

319

Meta, Aguazul en Casanare y Tame y Saravena en Arauca. Igualmente, se destaca la franjaque va desde la confluencia entre Norte de Santander y Santander, y se prolonga hasta LaGuajira, principalmente Sabana de Torres en Santander, Tibú y El Zulia en Norte de Santander,y Riohacha en La Guajira. En contraste, no son tan afectados los municipios que se ubicanen la cadena que va desde Nariño a Norte de Santander. Tampoco lo son, o mucho menos,en la Costa Caribe, la región Pacífica, y la Orinoquia y la Amazonia, en el extremo oriental delpaís. Se concluye que al igual que en los municipios más grandes, en los intermedios elhomicidio persiste a lo largo de la serie analizada en el occidente, no obstante, a diferenciade los anteriores, también tienen una incidencia en todo el piedemonte de la CordilleraOriental y en la franja que se dibuja desde la confluencia entre Norte de Santander y Santander,y que se prolonga hasta La Guajira.

Los 717 municipios de menos de veinte mil habitantes son, en términos relativos, los menosafectado, pues sólo tres de cada diez presentaron una persistencia de altas tasas de homicidioen más de la mitad de los años considerados; se debe tener en cuenta, sin embargo, queson más numerosos. Es importante recalcar, al mismo tiempo, que la mitad de éstosregistraron los niveles más bajos, pues en menos de dos ocasiones en los doce añosconsiderados alcanzaron a superar el promedio nacional; en términos absolutos, los menosafectados son 345 municipios, a lo que hay que sumarle 39, de los que no se tienen registroshistóricos, porque fueron creados recientemente.

En lo que se refiere a los municipios muy críticos y críticos, como ocurre en los grandes y losintermedios, se dibujan las mismas tres zonas: la occidental, el eje que se prolonga alrededordel piedemonte de la Cordillera Oriental entre Putumayo y Arauca, y la zona que se prolongadesde la confluencia entre los Santanderes hasta Cesar y La Guajira. En contraste, entre losmenos críticos, sobresale la cadena de municipios de cordillera, principalmente la oriental,que va desde Nariño (Cordillera Central) a Norte de Santander, pasando por Cauca, Huila,Tolima, Cundinamarca, Boyacá y Santander. Son en lo esencial municipios donde pesa muchoel campesinado, de tierra fría. Por otro lado se distinguen la Costa Caribe, en zonas delatifundio ganadero, así como en la región Pacífica, y el extremo oriental del país, en laOrinoquía y la Amazonía, con extensas zonas selváticas, donde la densidad de la poblaciónes baja.

Considerando los tres grupos de municipios, se concluye que, por un lado, los elevadosniveles de homicidios persisten en unos pocos municipios, un 16.9% si se consideranlos muy críticos, y alrededor de un 30% si se le agregan los críticos. Estas proporcionesponen en evidencia una elevada concentración de los anteriores. Adicionalmente, entérminos relativos, los más afectados por la persistencia y la concentración son losmunicipios de tamaños grandes e intermedios. Por otro lado, aquellos donde se presentapersistencia de bajos niveles de homicidios coinciden en su mayoría con municipios depoca población, con un peso significativo de habitantes en la zona rural, con una muyimportante extensión territorial, mucho mayor que el de los municipios de mayor tamañode población.

No obstante, si bien es cierto que los municipios más pequeños son menos afectados encuanto a la persistencia de tasas de homicidio por encima del promedio nacional, se concluyóque en términos relativos en el contexto rural se presenta una mayor incidencia de loshomicidios, en particular en los municipios de tamaño intermedio.

Observando el comportamiento reciente del homicidio, se tiene que en Colombia pasó de28.837 en 2002 a 17.479 en 2006, es decir una disminución de 49.7% en cuatro años. Asímismo, el promedio nacional pasó de presentar de 65.9 a 37.4 hpch entre los dos añosconsiderados, una reducción de 28 puntos, una merma importante en un período muy corto.

Page 319: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

320

Se debe anotar sin embargo que los homicidios habían subido de 23.096 en 1998 a 28.837en 2002, un 24.9%, y la tasa había pasado de 56.4 a 65.9 hpch, un incremento de nuevepuntos. Sin duda, se registra un nivel muy alto en 2002, no obstante el descenso a partir de2002 fue a todas luces aún más significativo, tanto en su velocidad como en el nivel al que sellegó. En ambos casos, el ascenso significativo, como el posterior descenso, se explican pordiferentes factores. En primer lugar, es importante aclarar que la Política de Defensa y SeguridadDemocrática estuvo orientada desde 2003 fundamentalmente a neutralizar a actoresorganizados y que éstos a su turno actuaron de acuerdo con la perspectiva que les planteó elEstado. En esta óptica, las disminuciones se explican en últimas por las posturas que adoptaronlos actores organizados en el contexto al que se vieron abocados. En el nuevo escenario,optaron por cometer asesinatos selectivos en lugar de las masacres. Si bien es cierto que enmuchos casos, los homicidios descendieron antes de que se produjeran la desmovilizaciónmasiva de las autodefensas, se debe tener en cuenta que lo anterior ocurrió en el preámbulodel proceso de paz liderado por el Gobierno nacional y en la ambientación del mismo.

En una perspectiva más amplia, es importante situar los cambios temporales recientes enuna dimensión histórica. Al respecto, se debe tener en cuenta que el pico de los homicidiosse había presentado en 1991 con 28.284, para una tasa de 79.3 hpch, y que si bien loshomicidios habían disminuido en los años siguientes, su punto más bajo fue 1998 con23.096 y una tasa de 56.4 hpch; en efecto, los homicidios se mantuvieron en un nivel altoen el curso de los noventa, superior al registrado en la primera mitad de los ochenta y de lasdos décadas anteriores. Para encontrar en el pasado, el nivel en que se situaron los homicidiosde 2006, se debe remitir a la década de los años ochenta. En este sentido, se equipara entérminos absolutos al nivel de 1986, cuando fueron cometidos 15.743 homicidios, pero enese entonces la tasa había sido de 48.7 hpch, es decir once puntos por encima de la de2006. Para tener un promedio similar, se debe remontar hacia 1982, cuando ocurrieron10.679 homicidios, que arrojaron una tasa de 37.9. Se concluye, por lo anterior, que el nivelde violencia homicida que atraviesa el país en la actualidad es similar al escenario de principiosde los años ochenta, cuando las actuaciones de actores organizados no eran significativastodavía, bien sea autodefensas, narcotráfico y grupos guerrilleros. Es una apreciaciónrelevante, porque en la actualidad, nos situamos en una coyuntura en la que se desmovilizaron31.000 personas en armas. Sugiere, así mismo, que los niveles más elevados de los homicidiosalcanzados en los años noventa y en principios de los años 2000, en buena parte fueronconsecuencia de sus actuaciones.

En la perspectiva de los últimos doce años, considerando el conjunto nacional, se pudocaracterizar tres periodos. El primero se extiende entre 1995 y 1998 y en lo esencial las tasas,que venían bajando desde 1991, muestran una tendencia descendente. El segundo es elcomprendido entre 1999 y 2002, cuando los homicidios y las tasas se incrementan. Eltercero, entre 2003 y 2006, cuando los homicidios y las tasas descienden y llegan al nivelmás bajo de la serie considerada.

Se comparó el comportamiento de los tres grupos de población en estos lapsos. En elprimer tramo, entre 1995 y 1998, el nivel más elevado fue alcanzado por los municipiosmás grandes, que empujan la curva nacional hacia arriba. Los otros dos grupos presentanoscilaciones hacia arriba y hacia abajo, pero en lo esencial se ubican por debajo delpromedio del país. En el segundo tramo, entre 1999 y 2002, salvo excepción de un añoal otro en los más grandes, los tres grupos ascienden, pero el que lo hace a un mayorritmo es el de los intermedios. Finalmente, en el tercer período, los tres grupos depoblación descienden simultáneamente. Se concluye que los dos grupos de poblaciónmás grandes se alternan, y que los más pequeños, eminentemente rurales, casi siempreocuparon el último lugar; no obstante que entre 2003 y 2006, sus niveles superaron alos más grandes.

Page 320: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

321

Se comprobó que frecuentemente los comportamientos fueron similares (ascendentes odescendentes al mismo tiempo), sin embargo que los ritmos cambiaron. El grupo intermedioes el que registra los niveles más altos desde 2001, pues creció a un mayor ritmo que losotros dos, empujando la curva nacional hacia arriba. Por el contrario, la dinámica de loshomicidios del grupo de los municipios más grandes pierde fuerza a partir de 2003, pues enese año bajó respecto del 2002 a un ritmo mayor que los demás, hasta el punto que después,en casi todos los años, salvo en 2005, se ve relegado al último lugar, desplazado incluso porlos municipios más pequeños. El grupo de los municipios más pequeños registró nivelesparecidos entre 1995 y 1997 que entre 2000 y 2002, siendo sus años pico 1997 y 2002 con62.9 y 62.1 hpch, respectivamente; sus ritmos siempre fueron los más moderados, tanto enlos ascensos como en los descensos, lo que explica que por primera vez en los últimos añosocupa el segundo lugar, aunque se oriente a la baja, pues el ritmo de descenso de los másgrandes fue superior.

Los factores asociados a los cambios son difíciles de establecer por la gran cantidad demunicipios involucrados. No obstante, desde una perspectiva muy general, se llegaron a lassiguientes conclusiones. Los niveles elevados en 1995 y 1996 en el grupo de los 53 municipiosmás grandes se explican por el efecto de Medellín, los municipios de su zona metropolitanay Cali, que habían visto crecer sus tasas en forma desmedida por efecto del narcotráfico enla primera mitad de los noventa. Por otro lado, Bogotá llegó a su nivel más alto en 1993, yentre 1995 y 1996 si bien bajaba, todavía registraba tasas altas. Adicionalmente, ciudadescomo Pereira y Cúcuta, ostentaban ya en ese entonces tasas muy elevadas. La confluenciade estos factores explica que las tasas del grupo más grande eran las que empujaba la curvadel conjunto nacional hacia arriba.

Por el contrario, el ascenso que se presenta entre 1999 y 2002 en todos los grupos depoblación, se explica por las incursiones de los grupos de autodefensa, que involucraronzonas rurales y urbanas, en todos los tamaños de población. En este sentido, penetraron enzonas urbanas de los municipios más grandes, tal como ocurrió en Medellín, Cúcuta,Valledupar, Barrancabermeja, para sólo mencionar algunos ejemplos, así como en zonasrurales y urbanas de muchos municipios intermedios y pequeños, donde sostuvieron disputascontra otros actores organizados, en particular los grupos guerrilleros. Esto ocurrió al mismotiempo que el narcotráfico y las organizaciones delincuenciales asociadas a éste, incidían a suturno en el eje del valle del río Cauca, en los departamentos de Valle, Viejo Caldas y Antioquia.

Finalmente, el descenso registrado entre 2003 y 2006 se produce en el marco de la Políticade Defensa y Seguridad Democrática, y en particular el proceso de paz adelantado por elGobierno nacional con las autodefensas. En este marco, incidieron adicionalmente lasdecisiones de estas agrupaciones que mermaron ostensiblemente las masacres y se orientaronhacía la comisión de homicidios más selectivos, en un contexto en el que habían bajado lasdisputas con las guerrillas y habían logrado un posicionamiento importante en varias zonasdel país; en consecuencia, los homicidios bajaron en todos los tamaños de población.

El segundo capítulo se concentró en el período 2002-2006, analizando el descenso en loshomicidios entre 2002, el año pico reciente, y el promedio 2003-2006, que en lo esencialcorresponde a la primera administración del presidente Álvaro Uribe Vélez y permitir elanálisis sobre la distribución rural y urbana de los homicidios, las armas utilizadas, los móvilesy los grupos responsables entre 2003 y 2006.

Se creó para ello una escala que permite separar los municipios con tasas altas, medias ybajas. Es así como para 2002, se consideró como muy altos a los municipios que doblarono superaron en más del doble al promedio nacional, clasificamos como altos a los municipiosque superaron la tasa nacional pero que no llegaron hasta el doble y consideramos bajos

Page 321: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

322

a los municipios que estuvieron por debajo de la tasa nacional. Para el promedio 2003-2006, cuando los homicidios en el conjunto nacional descendieron, se consideró losmunicipios con niveles muy altos, altos y bajos, utilizando los mismos criterios pero haciendocomparaciones con la tasa nacional de 2002 y no con el promedio del período de loscuatro años estudiados, lo que permite apreciar con más claridad las reducciones de lastasas.

Es así como los municipios muy altos en 2002 pasaron de representar el 13.9% de losmunicipios del país, a sólo el 3.5% entre 2003-2006, es decir que se registró una reducciónsignificativa. En lo que respecta a los municipios con niveles altos, se mantuvieronprácticamente constantes, pues descendieron de 214 a 210, es decir pasaron del 19.1% al18.7%. No obstante, se debe observar que se desplazaron, principalmente porque muchosmunicipios con niveles muy altos pasaron a tener niveles altos, mientras que muchos quehabían registrado este nivel pasaron a niveles bajos. Finalmente, los municipios con nivelesbajos subieron de 751 a 872, y pasaron a representar el 67% al 77.8% del total del país. Elcambio se debe al hecho de que muchos de los muy altos y altos, pasaron a no serlo.

Se abordó luego el análisis por tamaños de población, perspectiva que nos permitió diferenciaren términos gruesos los cambios producidos. En el grupo de municipios de tamaños másgrandes, se pasó de cuatro muy altos en 2002 a ninguno en el promedio 2003-2006, esdecir que se pasó del 7.5% del total del grupo a un porcentaje nulo. En los municipios detamaño intermedio, se pasó de 52 a 12 municipios con niveles muy altos, o sea se pasó del14.8% al 3.4% de los de este grupo. En los de menor tamaño, se pasó de 100 a 27, y entérminos porcentuales de 13.9% a 3.8%. En resumen, los de tamaño intermedio son losmás afectados en términos relativos en los dos lapsos, y los más grandes ocuparon el últimolugar.

Haciendo la comparación para la suma de los muy altos y altos, se tuvo que en 2002, el43.3% de los municipios más grandes superó la tasa nacional, mientras que en el promedio2003-2006, comparado con la tasa nacional del 2002, se pasó a 22.6%; en los intermedios,los porcentajes fueron del 37.6% y el 24.8% y en los de menos tamaño del 29.9% y el 21%.En esta perspectiva, en 2002 los más afectados eran los de tamaño grande y seguían losintermedios, mientras que entre 2003 y 2006 los más afectados fueron los intermedios ysiguieron los grandes; los más pequeños fueron los menos afectados tanto en 2002 comoentre 2003 y 2006.

Los cambios de los municipios de mayor tamaño señalan que en 2002, entre los de más decien mil habitantes, fueron considerados muy altos Medellín, Cúcuta, Cartago y Tulúa,mientras que en el promedio 2003-2006, ninguno cumplió con el supuesto analizado, esdecir que en el promedio de los cuatro años hayan superado en más del doble la tasanacional de 2002. Al respecto es bueno precisar que el año 2002 es el año pico de Cúcuta,donde aumentaron los homicidios como resultado de la incursión de las autodefensas, eigualmente es un año pico para Medellín, donde había disputas entre autodefensas ymilicianos, entre autodefensas y bandas y el Estado llevó a cabo operaciones en la comunaTrece; por su lado en Buga y Cartago, los niveles muy elevados estuvieron asociados eseaño al narcotráfico y a su incidencia sobre organizaciones criminales.

Considerando al mismo tiempo los altos y los muy altos en lo que se refiere a los municipiosmás grandes, se evidenció que en el promedio 2003-2006, se mantienen los municipios delsuroccidente. En 2002, se tiene seis municipios del Valle, cuatro de Antioquia, dos de Risaralda,Norte de Santander y Santander respectivamente, y uno de Caldas, Caquetá, Cauca, Cesar,La Guajira, Magdalena y Nariño. Entre 2003 y 2006, aparecen seis en Valle, dos en Risaralday uno en Nariño, Norte de Santander, Magdalena y La Guajira. En Valle se mantuvo Cali, la

Page 322: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

323

capital; Buenaventura, en la Costa Pacífica; Palmira, muy cerca de Cali; Tulúa, Cartago yBuga, en el norte del departamento, así mismo Pereira y Dosquebradas en Risaralda. Cúcutase mantiene en Norte de Santander, aunque con niveles mucho más bajos que en 2002,pero de todas maneras por encima del promedio colombiano de ese año. Están Tumaco enNariño, Ciénaga en el departamento del Magdalena, lo mismo que Maicao en La Guajira.Por el contrario, desaparecen los municipios de Antioquia, incluido Medellín, así comoManizales, Florencia, Popayán, Valledupar, Ocaña, Barrancabermeja y Girón.

La persistencia de tasas por encima del promedio nacional en el suroccidente en general, seexplica porque ahí se agudizaron las disputas entre sectores de los carteles del norte delValle, al tiempo que se configuraron nuevos escenarios de enfrentamiento entrenarcotraficantes y las Farc, como es el caso de la costa Pacífica y particularmente Tumaco yBuenaventura; en Pereira y Dosquebradas, adicionalmente, tomaron cuerpo organizacionesatadas a la distribución de droga que fueron protagonistas de intensas disputas. Lasdisminuciones, particularmente en Medellín, tienen explicación porque cesaron las disputasy se produjo la intervención de la Fuerza Pública, principalmente en la comuna Trece, aligual que la desmovilización de estructuras de autodefensa. En Valledupar, Ocaña yBarrancabermeja, que tuvieron su pico en 2002, pesa el tema de la consolidación de lasautodefensas y su posterior desmovilización en el marco del proceso de paz.

En lo que respecta a los cambios en los municipios de tamaño intermedio, disminuyeronsignificativamente los municipios muy altos y la suma de los muy altos y altos. En particulardescienden en la zona del occidente, conformada por Valle, Viejo Caldas y Antioquia, asícomo en la franja que va de Norte de Santander hasta La Guajira, pero aumenta levementeen el piedemonte de la Cordillera Oriental, desde Putumayo hasta Arauca, así como en eldepartamento de Guaviare.

En la zona conformada por el occidente, las tasas promedio 2003-2006 registran un nivelsuperior al doble del promedio nacional de 2002, sólo en dos municipios de Antioquia, SanCarlos y Cocorná, mientras que en 2002 lo habían hecho cuatro del Valle, uno de Risaralda,cuatro de Caldas y nueve de Antioquia. En lo que respecta a municipios altos, subieronlevemente, pues mientras en 2002 habían sido 34, en 2003-2006, son 36. El Valle subesignificativamente de 6 en 2002 a 15 en 2003-2006 (muchos habían sido muy altos en2002); se destacan Jamundí, Florida, Yumbo, Caicedonia, Sevilla, Zarzal, Roldanillo, La Unión,Dagua, Ansermanuevo, Guacarí, Riofrío, Bugalagrande, Andalucía y Ginebra. En Quindío,se pasó de dos a tres; se destacan en 2003-2006 Quimbaya, La Tebaida y Montenegro. EnRisaralda, de cinco a seis, donde al igual que en Valle, tienen tasas muy elevadas aunque nosuperiores en el doble al promedio de 2002; se destacan en 2003-2006 Santa Rosa deCabal, La Virginia, Quinchía, Belén de Umbría, Mistrató y Marsella. Caldas se mantuvo enseis y sobresalen recientemente Anserma, Chinchiná, Samaná, Palestina, Supía y Neira. Porel contrario, en Antioquia se bajó de quince a sólo seis: Sonsón, Yarumal, Andes, San Carlos,Cocorná y Abejorral.

En conclusión, la zona occidental, que había sido crítica históricamente y particularmentedesde 1995, se mantuvo; sin embargo, se observa un descenso considerable, principalmenteen Antioquia, que se explica en este último departamento por cambios en el accionar de lasautodefensas que sostuvieron menos disputas en la medida en que se consolidaron, peroasí mismo a raíz de las desmovilizaciones. Valle y el Viejo Caldas mantienen tasas elevadas,por el peso del narcotráfico y particularmente por disputas entre sectores de los carteles delNorte del Valle.

Siguiendo con los municipios intermedios, la zona del piedemonte de la Cordillera Oriental(parte de la Cordillera Central en el sur), unido a la Serranía de La Macarena y el departamento

Page 323: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

324

de Guaviare, contienen municipios altos y muy altos tanto en 2002 como en 2003-2006.En los años recientes, las tasas se han mantenido, porque la Policía registra una proporciónconsiderable de muertes en combate en el marco de la confrontación; muy posiblemente,por ello se pasó de 24 municipios altos o muy altos en 2002 a 28 en el promedio 2003-2006. En el último lapso, se destacaron en el departamento de Putumayo, el municipio dePuerto Asís, que dobló el promedio nacional de 2002, así como Valle del Guamuéz, Mocoa,Orito, Villagarzón y Puerto Guzmán, que superaron el promedio del país. Del Caquetáestán Puerto Rico y Cartagena del Chairá, con más del doble del promedio nacional de2002, así como San Vicente del Caguán, La Montañita y El Doncello. En Guaviare, se destacantodos los municipios: San José, Calamar, Miraflores y El Retorno. En Meta, se destacanVistahermosa y Puerto Rico, con niveles superiores en más del doble al promedio de 2002,así como San Martín, Puerto López, Granada y Acacías. En el departamento de Casanare, elmunicipio de Aguazul superó en más del doble el promedio de 2002, y registraron nivelesaltos Villanueva y Yopal. Finalmente, en Arauca fueron muy altos entre 2003 a 2006 Tame ySaravena, y fueron altos Arauquita y Fortul.

Los niveles elevados se explican en lo fundamental por la incidencia de la confrontaciónarmada, pero así mismo por la incidencia de grupos armados al servicio del narcotráfico,como en Putumayo y Meta, y por disputas entre el ELN y las Farc, como en Arauca.

La franja que se conforma entre Norte de Santander, Cesar y La Guajira muestra unaconsiderable disminución. En los niveles muy altos, es decir que superaron el promedio de2002 en más del doble, se pasó de diez en 2002 a sólo uno en 2003-2006; el municipio deTibú en Norte de Santander mantiene esta condición. Sumando los altos y los muy altos, sepasó de 16 a 10. En 2003-2006, se destacan Los Patios, Tibú, El Zulia, Sardinata y Convenciónen Norte de Santander; Bosconia en Cesar; Riohacha, San Juan del Cesar, Villanueva yFonseca en La Guajira. Las disminuciones se explican en lo fundamental porque lasautodefensas lograron afianzarse en espacios determinados, como el Catatumbo, y comoefecto de las desmovilizaciones que tuvieron lugar en esos años. Aunque Tibú se mantienecon tasas elevadas, presenta una significativa disminución en sus índices; las muertes encombate como resultado de la confrontación entre las Farc y la Fuerza Pública ayudan aexplicar que se mantengan niveles elevados en este municipio, aunque muy inferiores alpico de 2002.

La reducción de los municipios altos y muy altos también se puede apreciar en los municipiosde tamaños más pequeños. La zona conformada por Valle, los departamentos del ViejoCaldas y Antioquia, tenía 36 municipios muy altos en 2002 y pasa a 9 en 2003-2006; sonéstos El Águila, y El Cairo en Valle; Balboa en Risaralda y San Francisco, Granada, Remedios,Santo Domingo, Valdivia y Nariño en Antioquia. Hay que añadirles San José del Palmar enChocó, muy asociado a las dinámicas de Valle y Risaralda, donde se evidencia una situacióncompleja por las presiones que ejercen las Farc y grupos armados de narcotraficantes, a raízde la dinámica que ha adquirido el narcotráfico en esta parte del país. Sumando municipiosaltos y muy altos, el cambio fue de 69 en 2002 a 52 en 2003-2006. En lo que se refiere amunicipios altos se pasó de 33 a 44, en parte explicable por la significativa reducción de losmunicipios muy altos. Se identificaron en Valle siete municipios altos en 2002 y trece en2003-2006, cuatro en Quindío en los dos momentos comparados, tres en Risaralda eniguales lapsos, tres y seis en Caldas respectivamente, y 16 y 18 en Antioquia. Son en esenciamunicipios de menor tamaño inscritos en dinámicas muy complejas de narcotráfico yguerrillas.

Por otra parte, los municipios bajos aumentaron considerablemente, cuando se comparan2002 con 2003-2006. En 2002, un primer eje se distingue en una cadena de municipiosque se inicia en la Cordillera Central en Nariño y Cauca y en la medida en que se sube

Page 324: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

325

de sur a norte, pasa a la Cordillera Oriental en los departamentos de Huila, Tolima,Cundinamarca, Boyacá, Santander y parte de Norte de Santander. Un segundo eje es elde la Costa Caribe en los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, y en menor medidaCesar, Magdalena y La Guajira. Un tercer eje es en la Costa Pacífica en Nariño, Cauca yChocó, y el cuarto en el oriente, en Amazonas, Vaupés, Guainía, Vichada, así como unoque otro municipio de Putumayo, Caquetá, Guaviare, Meta, Casanare y Arauca, noobstante que estos últimos seis departamentos, como vimos, tienen un componenteimportante de municipios altos y muy altos.

Ahora, es interesante señalar, que para entender el período 2003-2006, es indispensableanalizar los cambios desde los niveles muy altos y altos a bajos. En lo que se refiere a losniveles bajos, en 2003-2006, se nota un incremento muy fuerte en el número demunicipios en Antioquia, donde adquieren este nivel municipios que habían registradoniveles altos o muy altos en 2002. Hay igualmente un aumento en el número demunicipios bajos en el eje que va por las Cordilleras Central y Oriental, desde Nariñohasta Norte de Santander, así como en la costa Caribe, principalmente en Cesar y enalguna medida Magdalena. Hay, por el contrario, una disminución de municipios queregistraban niveles bajos en 2002 en el oriente del país, principalmente en Meta, dondepasaron a registrar niveles altos y muy altos en 2003-2006.

Por otro lado, es de especial importancia hacer precisiones respecto de las conclusionesen torno a los contextos rurales y urbanos de los tres grupos de municipios considerados,sobre los cuales se tiene información desde 2003. En términos absolutos, la zona quemás concentra homicidios en el cuatrienio considerado es la parte urbana de los 53municipios más grandes, con el 48% del total nacional, es decir que casi uno de cadados homicidios que ocurren en Colombia tienen lugar en las cabeceras de estosmunicipios. Siguen las zonas rurales de los municipios intermedios, que representan el18% de todos los del país, es decir casi dos de cada diez. Posteriormente, siguen loscontextos urbanos de los municipios intermedios, donde se concentra el 14% de losque ocurren en el país, aproximadamente uno de cada siete y los ocurridos en las zonasrurales de los municipios de menor tamaño, que concentra el 11% de los que se presentanen el país, algo más de uno de cada diez. Después, siguen las zonas rurales de losmunicipios más grandes que pesan el 5% del total nacional, es decir uno de cada veintey finalmente, están las cabeceras de los municipios más pequeños con el 4% del totaldel país, o sea uno de cada veinticinco.

Se concluye que si bien en términos absolutos los homicidios son más urbanos que rurales,pues a nivel nacional el 66.1% ocurrieron en las cabeceras y el 33.9% en el resto de losmunicipios, en términos relativos son más rurales que urbanos, puesto que las tasas de losprimeros son mayores que las de los segundos, lo que nos permite concluir que la violenciaes más intensa y concentrada en los campos que en las ciudades.

En efecto, a nivel nacional la tasa promedio rural para 2003-2006 fue de 53.5 hpch, mientrasla urbana fue de 39.6. Esta diferencia, en la que el contexto rural está más afectado entérminos relativos que el contexto urbano, tiene lugar en todos los tamaños de población.Es así como la tasa promedio anual en el contexto rural en los 53 municipios más grandes esde 60.2 hpch, mientras que en la parte urbana es de 39.8; en los municipios intermedios,entre veinte y cien mil habitantes, la relación es de 54.8 hpch en lo rural y 41.6 en lourbano, y en los más pequeños, de menos de veinte mil habitantes, es de 49.2 en lo rural y31.7 hpch en lo urbano. Los tres primeros lugares los ocupan las tasas rurales y éstas sonmás elevadas en la medida en que crece el tamaño de población. Por otro lado, en lourbano, la tasa más alta es la de los municipios intermedios, sigue la de los más grandes yfinalmente la de los más pequeños. Se concluye así que la violencia homicida en las ciudadesintermedias es más intensa que la de las grandes ciudades.

Page 325: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

326

En los 53 municipios más grandes, los niveles de homicidios rurales son muy altos en Cartago(Valle), Maicao (La Guajira), Malambo (Atlántico), Valledupar (Cesar), Dosquebradas (Risaralda),Sincelejo (Sucre), Santa Marta (Magdalena), Florencia (Caquetá), para mencionar solamentelos más afectados en términos relativos. En lo que se refiere a la tasa promedio urbana parael período 2003-2006, se destacan Buenaventura (Valle), Tulúa (Valle), Tumaco (Nariño),Cartago (Valle), Pereira (Risaralda), Cali (Valle), Buga (Valle) y Dosquebradas (Risaralda), todosmunicipios del suroccidente, y Ciénaga (Magdalena).

En los 351 municipios de rango mediano, entre veinte y cien mil habitantes, la tasa rural esde 54.8 hpch y la urbana de 41.6. Se debe señalar que la tasa del conjunto de los municipios,48.2 hpch, está en un punto más o menos intermedio entre la tasa urbana y la rural: es casisiete puntos superior a la urbana, al tiempo que es algo más de seis puntos inferior a larural. En el fondo, lo anterior evidencia la complejidad de estos municipios, donde se mezclandinámicas rurales y urbanas muy difíciles de descifrar.

En este tamaño de población, son muy afectadas en lo rural la zona occidental en losdepartamentos de Valle, el Viejo Caldas y Antioquia; así mismo, el piedemonte de la CordilleraOriental; igualmente, la región Caribe, principalmente algunos municipios de La Guajira,Cesar, Magdalena, Atlántico y Sucre; finalmente, unos municipios de Santander y Norte deSantander. En Antioquia y el Caribe, el homicidio tiene una mayor incidencia rural queurbana, mientras que en las demás mencionadas en este aparte tiene al mismo tiempo unaincidencia rural y urbana. Señalemos los 21 municipios excesivamente críticos en términosrelativos porque en lo rural, las tasas superan los 200 hpch. Cuatro de éstos se ubican en LaGuajira, Fonseca, Riohacha, San Juan del Cesar y Villanueva; tres en Meta, Granada, SanMartín y Vistahermosa; dos en Valle, Jamundí y Yumbo; dos en Antioquia, San Carlos ySegovia; dos en Arauca, Saravena y Tame; adicionalmente, están Honda en Tolima, La Virginiaen Risaralda, La Tebaida en Quindío, Fundación en Magdalena, Bosconia en Cesar, Aguazulen Casanare, Turbaco en Bolívar y Galapa en Atlántico. En lo urbano, son muy altas ennueve municipios, pues superan los 160 hpch, en Tibú (Norte de Santander), Acevedo(Huila), Valle del Guamuéz (Putumayo), Puerto Rico (Caquetá), Palestina (Caldas), Cumaribo(Vichada), Sardinata (Norte de Santander), Puerto Asís (Putumayo) y Vistahermosa (Meta).

Finalmente, en los 717 municipios, cuyo tamaño es inferior a veinte mil habitantes, la tasarural es de 53.4 contra 34.4 hpch en lo urbano. En este caso, los homicidios rurales pesanel 74.7% y la tasa del conjunto de los municipios, de 46.8 hpch, está mucho más cerca dela tasa rural que de la urbana. La mayor incidencia en el contexto rural, obviamente conmuchos menos habitantes y con menos homicidios en términos absolutos, se explica enbuena parte por varios factores asociados a la confrontación armada; igualmente, incide laparticipación de actores organizados que llevan a cabo homicidios selectivos.

Al igual que los municipios intermedios, se nota que algunos municipios de Antioquia y delos departamentos del Caribe tienen una mayor incidencia rural que urbana. En el conjuntode todos los municipios de este grupo, en lo rural registraron tasas por encima de los 200hpch, ocho de Meta, Cubarral, El Castillo, Fuente de Oro, Guamal, Mesetas, Puerto Lleras,San Juan de Arama y San Carlos de Guaroa; cuatro de Bolívar, Santa Rosa, Soplaviento,Villanueva y Zambrano; tres municipios del departamento de La Guajira, El Molino, LaJagua de Ibirico y Urumita; tres en Huila, Altamira, Baraya y Hobo. En Chocó, fue afectadoSan José del Palmar, en Boyacá el municipio de Pisba, en Caldas el municipio de Viterbo, enRisaralda el municipio de Balboa, en Sucre el municipio de Chalán y en Tolima el municipiode Armero o Guayabal.

En lo que respecta a los cascos urbanos, que en este caso se asocian más a una dinámicarural, pues su tamaño es muy pequeño, se destacaron con tasas de más de 200 hpch seis

Page 326: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

327

municipios de Norte de Santander: Bucarasica, El Tarra, Hacarí, San Calixto, Santiago yTeorama; también se destacaron dos del departamento de Nariño, Cumbitara y Ricaurte, asícomo Pisba en Boyacá, Sipí en Chocó, Gama en Cundinamarca, El Dorado en Meta y Tonaen Santander. Estos ejemplos muestran la incidencia de altos niveles de homicidios encontextos rurales en la costa Caribe, Antioquia y Meta, mientras que a nivel urbano éstos nosobresalen; por el contrario, el Catatumbo sobresale más en lo urbano que en lo rural.

Resulta paradójico que si bien los municipios más grandes ostentan tasas superiores en lorural y lo urbano a los más pequeños, las tasas del conjunto de los segundos superen a losprimeros. Lo anterior se explica porque en los más pequeños, la población y los homicidios seconcentran en el campo, mientras que en los más grandes se presentan en el casco urbano.Al respecto, se debe tener en cuenta que las tasas rurales de los más pequeños son superioresa las tasas urbanas de los más grandes. En los municipios intermedios, en la medida en quela población y los homicidios están distribuidos más homogéneamente, este efecto no seproduce. Son de hecho, en su conjunto, los más afectados en términos relativos.

Este comportamiento en el que lo rural está más afectado en términos relativos que lourbano, y en el que los cascos urbanos más afectados son los de los municipios intermedios,está asociado en lo fundamental a factores relacionados con la confrontación armada y elnarcotráfico.

Se estudió también la distribución de los homicidios por tipo de armas utilizadas y sediscriminaron por tamaños de población y niveles rural y urbano entre 2003 y 2006, añosen los que se dispone de información sobre esta variable. En términos generales, las armasde fuego pesaron entre 2003 y 2006 el 82.8%, las armas blancas el 12.4% y las otras armasel 4.8%, es decir más de ocho de cada diez homicidios se cometieron con armas de fuego yeste comportamiento atraviesa todos los tamaños de población y los niveles rural y urbano.Si bien la distribución de los homicidios por armas y tamaños no nos da elementos suficientespara precisar cual es la naturaleza de los responsables, la alta participación de armas defuego indica que están involucrados actores organizados.

Así mismo, se calcularon las tasas por armas a nivel nacional y en los tres grupos considerados.En el nivel nacional, los homicidios por armas de fuego arrojaron una tasa de 36 hpch, lasblancas una de 5.4 y las otras una de 2.1. Cuando se analizan las tasas por tamaños demunicipios, se tiene que en lo que respecta a armas de fuego, los municipios de tamañosmás grandes están 2.3 puntos por debajo del promedio de 36 hpch, mientras que losintermedios están 6.2 puntos por encima y los pequeños 0.2 por arriba. En principio, seaduce que los actores organizados pesan más en los municipios intermedios y correspondea municipios del Valle, Viejo Caldas y Antioquia, así como del piedemonte de la CordilleraOriental, desde Putumayo hasta Arauca, donde al mismo tiempo existen concentracionesde altas tasas de homicidios.

La relación cambia en cuanto a las armas blancas. La tasa de los más grandes está porencima del promedio, 5.7 contra 5.4 que registró el país, mientras que la de los otros dostamaños está por debajo; arrojaron 5.3 y 4.5 respectivamente. La tasa de armas blancasmás elevada indica en últimas el mayor peso relativo de la pequeña delincuencia y de lasriñas entre individuos, características de las grandes ciudades, sin que lo anterior signifiqueque ahí no exista una presencia de actores organizados. En las otras armas, sucede lomismo que en las de fuego. Los municipios grandes, con 1.7, están por debajo del promedionacional de 2.1, mientras que los intermedios y los pequeños lo superaron, pues arrojaron2.7 y 2.3 hpch, respectivamente, es decir en los municipios intermedios y pequeños tomamás realce las armas asociadas a actores organizados y en particular a la confrontaciónarmada: minas, granadas y en general armas no convencionales. Adicionalmente, un

Page 327: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

328

aspecto que sobresale es que mientras las armas de fuego descendieron año tras añoentre 2003 y 2006, las armas blancas subieron; las otras armas bajaron entre 2003 y2005, sin embargo se incrementaron en 2006.

En conclusión, el análisis por armas dejó unas primeras enseñanzas. La participación de lasarmas de fuego, que es de más de ocho de cada diez homicidios en el contexto nacional yen todos los tamaños de población, sugiere, aunque no se puedan hacer precisionesmatemáticas, el enorme peso de actores organizados en todos los contextos; sobresalen losmunicipios intermedios, donde las tasas son muy elevadas en promedio. Adicionalmente,las armas blancas sugieren que los individuos y la pequeña delincuencia tienen un pesorelativo más alto en los contextos urbanos de los municipios más grandes; las otras armasen los contextos rurales de los municipios, principalmente intermedios y pequeños, tienenun peso relativo mayor que en los contextos urbanos de los más grandes, situación explicablepor el impacto de la confrontación armada en el campo, donde se usan minas, granadas,explosivos y armas no convencionales.

La distribución de los homicidios por móviles o modalidades ayuda en gran medida a descifrarla naturaleza de los homicidios y en particular a definir si están asociados a grupos organizadoso a individuos, lo que es aún más nítido si se relacionan con armas y tasas. No obstante, suanálisis presentó problemas por los elevados niveles sin información, a pesar del enormeesfuerzo de la Policía por determinarlos entre 2003 y 2006, es decir por disminuir la proporciónde lo no reportado, sin duda un ejercicio importante. En efecto, los registros sin informaciónpasaron de representar para el conjunto nacional el 66.8% en 2003, al 38.8% en 2004, al 15%en 2005 y al 11.4% en 2006. El problema es que una parte de éstos, en la medida en quebajaron, ingresaron a una categoría sin definir denominada agresión, que pasó de representarel 4.9% en 2003, al 13% en 2004, el 29.2% en 2005 y el 34.1% en 2006. En la medida queestas dos categorías aportan pocos elementos para el análisis, se decidió agruparlas en unasola, denominada sin información o con muy poca información, que para abreviar se denominaS.I. Se pasó así de 71.7% en 2003, a 51.8% en 2004, a 44.2% en 2005 y a 45.5% en 2006.

La primera categoría concreta que sobresale es la del sicariato (expresión utilizada por laPolicía), que pasó de representar el 6.8% en 2003, al 18.2% en 2004, al 20.6% en 2005 y al19.7% en 2006. Sin embargo, en un contexto en que los homicidios en su conjunto bajan,no se puede argumentar que esta modalidad en realidad se incrementó. Ciertamente, semejoró sustancialmente el registro sobre esta variable, lo que permite concluir que parte delos homicidios por sicariato están incluidos en la categoría de los no reportados y másrecientemente también en la de agresión. No deja de ser sintomático que los registros delos homicidios por este concepto aumentaron en un 114% entre 2003 y 2006, señal de laenorme proporción en que no eran registrados. Se puede intuir por ello que los homicidiospor sicariato son un componente muy importante de los no registrados, síntoma de queestos últimos esconden homicidios de actores organizados. Por otro lado, no deja de serinteresante afirmar que uno de cada cinco homicidios en Colombia en 2005 y en 2006ocurrió bajo esta modalidad, lo que nos remite a temas como el narcotráfico, las oficinas decobro, la delincuencia organizada y los actores irregulares, y recientemente las bandascriminales emergentes, aunque un examen atento de las cifras disponibles arroja que el noregistro en este campo sigue siendo importante.

Respecto del subregistro del sicariato, se hizo un gran esfuerzo de purificación en las 53ciudades más grandes, sin embargo en ciudades como Cali, Pereira y Buenaventura, queostentan tasas de homicidio muy elevadas, no se les atribuye casi esta modalidad. La evidenciaobtenida en las entrevistas hechas en estas ciudades señala que el sicariato es una modalidadbastante generalizada que no se compadece con el registro disponible: a Pereira no se leatribuye ningún caso entre 2003 y 2006 y a Cali sólo 33 y 67 en 2005 y 2006 respectivamente;

Page 328: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

329

sin embargo, en otras ciudades, el registro ha mejorado sustancialmente como en Cúcuta,consistente con el hecho de que los homicidios S.I. son elevados en los municipios demayor tamaño, por lo que se intuye que una proporción de éstos son casos de sicariato.

Por otro lado, muchas categorías están asociadas a la confrontación armada, por lo que sedecidió agregarlas en una sola. Desde esta perspectiva, pasó de representar el 10.8% deltotal en 2003, al 12.6% en 2004, 13.8% en 2005 y bajaron nuevamente al 12% en 2006. Enresumen, agrupan las muertes en combate derivadas de los enfrentamientos y los homicidiosselectivos, que representan más de ocho de cada diez asociados a la confrontaciónconfrontación armada en los cuatro años considerados. Después de analizar la distribuciónde estos homicidios por tamaños de municipios y contextos rurales y urbanos, se concluyóque los homicidios asociados con la confrontación armada en los municipios intermedios ypequeños alteran significativamente las tasas, tal como lo ilustran muchos municipios delpiedemonte de la Cordillera Oriental. Por el contrario, estos homicidios no inciden en unaforma contundente para alterar los índices de los municipios más grandes, comportamientológico en la medida en que la mayor parte de éstos no tiene lugar en los contextos urbanos.

Las riñas, asociadas a problemas interpersonales (excluye las enmarcadas en la violenciaintrafamiliar), aumentaron en un 52% entre 2003 y 2006, por debajo del 114% atribuidosa sicariato, lo que permite pensar que proporcionalmente participan menos en el noregistro, lo que en principio sugiere que los homicidios sin información han escondidoproporcionalmente más homicidios de actores organizados que aquellos ejecutados porindividuos. Las riñas se incrementaron con el correr de los años y crecieron en un 32%entre 2003 y 2004, un 8.3% entre 2004 y 2005 y un 6.4% entre 2005 y 2006. En uncontexto en el que el total de los homicidios disminuyó, su participación porcentual poraño aumentó; fue del 5.4% en 2003, del 8.3% en 2004, del 10% en 2005 y del 11% en2006. Hay dos escenarios posibles. El primero señalaría que aumentaron en términosreales, y el segundo, que se purificó el registro. Después de analizar su composición, seconcluyó que independientemente de lo que haya ocurrido, es decir si aumentaron entérminos reales o el subregistro se redujo, lo que es cierto es que es una categoría que nocontribuye a explicar el aumento de los homicidios en municipios o en conjuntos demunicipios donde las tasas se ubican muy por encima del promedio nacional. Por elcontrario, las riñas tienden en términos generales a comportarse en forma parecida en eltiempo. En ocasiones, sus aumentos responden a los incrementos naturales de la poblacióny en otros contextos, sus cambios pueden estar asociados a políticas públicas y a medidasde Policía. No son, de todas maneras, la clave para explicar cambios en los homicidios,como lo pueden ser los derivados de la confrontación armada y del sicariato.

Los homicidios por atraco tienen características parecidas a los asociados a riñas. Losregistros aumentaron en un 5% entre 2003 y 2006, señal de que, como en el caso de lasriñas, han participado en una proporción baja en el no registro, muy inferior a los atribuidosa sicariato. En términos porcentuales, los homicidios por atraco pasaron de representar el3.4% de los homicidios en 2003, al 4.6% en 2004, al 5.2% en 2005 y al 4.9% en 2006.Como las riñas, no se puede descartar que los aumentos hasta 2005 se deban a unapurificación del registro, pero así mismo se puede pensar que tradicionalmente ha sidouna modalidad fácilmente identificable. Por otro lado, no se puede descartar que la bajaen 2006 se deba a las políticas de las administraciones locales. No obstante, en su conjunto,tampoco son claves para explicar cambios en el comportamiento del homicidio y menospara descifrar las altas tasas ni en el país ni en los municipios más afectados.

Los registros de homicidios relacionados con la violencia intrafamiliar presentan un aumentodel 245.7% entre 2003 a 2004, al pasar de 35 a 121, lo que se explica en lo esencial poruna mejora en el registro. No obstante, a diferencia de los atribuidos a sicariato, su peso

Page 329: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

330

es muy bajo en el conjunto, pues fue de 0.15% en 2003, de 0.6% en 2004, de 1% en2005 y de 0.9% en 2006. Por el contrario, los atribuidos a sicariato pesaronaproximadamente veinte veces más en 2005 y 2006, lo que nos permite concluir que laviolencia intrafamiliar no ayuda tampoco a explicar los altos niveles de homicidios.

Dejando por fuera los homicidios S.I., es decir la suma de homicidios sin información y lasagresiones, resulta muy claro que en su mayoría los homicidios son más asociados aactores organizados que a individuos y la pequeña delincuencia. Se tiene que para elpromedio 2005-2006, sumando los homicidios relacionados con sicariato y confrontaciónarmada, arrojan el 59.9%, mientras que riñas, atracos y violencia intrafamiliar suman el29.8%; el 10.3% restante está asociado a otros móviles, difíciles de clasificar. En términosmás resumidos, arrojaría que de cada diez homicidios, seis son llevados a cabo por actoresorganizados, tres por individuos y la pequeña delincuencia y sobre uno, se tienen pocosindicios para saber si fueron ejecutados por los unos o por los otros. Las cifras parecensugerir entonces que, en efecto, los altos niveles de homicidios están más asociados aactores organizados que a individuos y a la pequeña delincuencia.

Respecto de los homicidios S.I., se concluyó que los municipios más grandes son másafectados que los otros en términos absolutos por el no registro. Por otro lado, en términosrelativos, el no registro afecta más el sector rural y más en la medida en que el tamaño depoblación es mayor. Adicionalmente, se puede inferir que los municipios intermedios,que son los que tienen las tasas más altas cuando se analiza el conjunto de los homicidios,no son tan afectados como los municipios más grandes por los S.I. ni en lo rural ni en lourbano, muy posiblemente porque los índices elevados están asociados en buena medidaa los homicidios relacionados con la confrontación armada, que son más fáciles deidentificar; esto explica que en lo rural, los homicidios S.I. de los municipios intermediosocupen el último lugar. Los más pequeños son los que en términos absolutos concentranmenos homicidios de estas características; de hecho, son los que ostentan las tasas másbajas cuando se analiza el conjunto de los homicidios.

El tercer capítulo da cuenta de un análisis más detallado, considerando nueve tamaños depoblación, enfatizando en actores y regiones, a partir del estudio de las relaciones entre tasas,armas y móviles. En este sentido, cada uno de los grupos de municipios, los grandes, losintermedios y los pequeños se desagregaron a su vez en tres tamaños de población. Senumeraron de mayor a menor tamaño, del uno al nueve y se discriminaron en los niveles ruraly urbano, con lo que el país se dividió en 18 secciones. Se aportaron de esta manera evidenciasque confirman el mayor peso de los actores organizados en el homicidio, y en particular ensus niveles elevados, su persistencia, su concentración y su desplazamiento de unas regioneshacia otras. Del mismo modo, se construyó una tipología para cada grupo de municipios y seaportaron hipótesis sobre la naturaleza del homicidio y su expresión particular, partiendodesde las ciudades más grandes, hasta llegar a los municipios más pequeños y rurales.

Al igual que en los otros dos capítulos, se manejaron dos dimensiones. En la primera, seanalizaron los municipios entre 1995 y 2006, a partir de los conceptos de persistencia delos cuatro niveles considerados, precisando concentraciones y desplazamientos de loshomicidios de unas zonas a otras, considerando no solamente los municipios muy críticosy críticos, sino también los medianamente críticos y los no críticos; en este nivel, se hizoénfasis en los tamaños de los municipios y en sus características rurales y urbanas. En unasegunda, nos concentramos en la coyuntura reciente, entre 2003 y 2006, y profundizamosaún más en los últimos dos años, a partir de las relaciones entre tasas, de un lado, ymóviles y armas, del otro. En esta oportunidad, no se hicieron cálculos por tamaños ni enlos contextos rurales y urbanos. Concretamente, se examinaron los homicidios, dividiendolos municipios entre los que tienen altas y bajas tasas de homicidio, y se comparó cómo se

Page 330: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

331

comportan en cada uno de éstos las armas y los móviles. Estos últimos se analizaron enrelación estrecha con aquellos sobre los que no se tiene información, para de esta maneradespejar las incógnitas que se tiene al respecto, es decir si lo no conocido se relaciona máscon actores organizados, o con individuos e integrantes de la pequeña delincuencia. Sepretendía de esta manera presentar una apreciación sobre el homicidio reciente, susprotagonistas, pero al mismo tiempo descifrar porqué se incrementaron a niveles muyelevados en el pasado y porqué bajaron en los últimos cuatro años.

Veamos primero las diferencias entre los grupos uno, dos y tres que conforman el grupo delos 53 municipios más grandes. En el grupo uno, se identificaron entre 1995 y 2006 dosmunicipios muy críticos, Cali y Medellín, y tres con niveles bajos: Bogotá, Barranquilla yCartagena y se identificaron cuatro momentos. Entre 1991 y 1996 crecen, porque en esosaños, aparte de Cali y Medellín, municipios muy críticos a lo largo de la serie, Bogotá tambiénregistraba niveles altos y en Barranquilla, los homicidios se orientaban al alza. En 1997 y1998, los homicidios bajan en el conjunto, situación asociada a una disminución simultáneaen los dos municipios más críticos, es decir Medellín y Cali, así como en Bogotá. Entre 1999y 2002, el conjunto mantiene prácticamente un comportamiento uniforme, pues mientrasen Cali y Medellín subían, sobre todo desde 2000, en Barranquilla y Bogotá disminuían; elalza en unos compensaba la baja en otros. A partir de 2003, Medellín se suma a los municipiosque bajan, por lo que los aumentos en Cali no alcanzan a empujar la curva hacia arriba y elconjunto por el contrario desciende. A partir de 2005, Cali también se suma a la baja.

Los momentos del grupo dos, analizado en su conjunto, son diferentes. A diferencia delgrupo uno, presenta los niveles más bajos entre 1990 y 1998; en esos años, los municipiosde la zona metropolitana de Medellín, muy influenciados por el narcotráfico, eran los queempujaban la curva hacia arriba. Sube entre 1999 y 2002, hasta el punto que sobrepasa lascurvas de los grupos uno y tres entre 2001 y 2002, año que marca el pico con una tasa de71.4 hpch; a partir de ahí, descienden hasta 2006, cuando registra la tasa más baja de laserie con 40.1 hpch. En el lapso crítico, de 1999 a 2002, Bello, Itagüí y Pereira manteníanniveles muy elevados, a pesar de leves disminuciones, escenarios que han tenido en comúnla influencia del narcotráfico; simultáneamente, se registran incursiones de las autodefensasen Cúcuta, Barrancabermeja y Valledupar, que elevaron ostensiblemente las tasas en esosmunicipios y en el conjunto. Se presenta entonces una combinación entre narcotráfico yautodefensas, donde las AUC estuvieron influenciadas por el narcotráfico.

El grupo dos registró cinco municipios muy críticos de un total de 22. Se destacan Bello eItagüí, de la zona metropolitana de Medellín, que presentan un comportamiento similaral de la capital de Antioquia. Son ciudades muy influenciadas por el narcotráfico, las bandasy las oficinas de cobro, al tiempo que en éstas se implantaron las autodefensas. Se destacantambién Pereira y Manizales, aunque la segunda con niveles menos elevados; mientras laprimera superó el promedio del país en doce oportunidades, la segunda lo hizo en diezocasiones. Pereira y se destaca como una ciudad crítica, que a diferencia de Medellín,donde las tasas bajaron en los últimos años, las tasas vuelven a subir hasta 2005, situaciónexplicable por la persistencia del narcotráfico; recientemente, sus niveles fueron elevadospor las disputas para controlar los expendios de droga. En Manizales, que a primera vistano sobresale a nivel nacional, se detectó la presencia de núcleos de autodefensa en elperíodo reciente y se debe señalar que el frente Cacique Pipintá, del BCB, finalmente no seacogió al proceso de desmovilización, aunque fue prácticamente desmantelado por laFuerza Pública en el transcurso de 2007. El caso de Cúcuta es significativo, pues en losdoce años considerados, entre 1995 y 2006, superó el promedio del país. Su ascenso mássignificativo se presenta entre 1999 y 2002, coincidiendo con la incursión de los gruposde autodefensa en la ciudad, lo que explica en parte que el conjunto de municipios al quepertenece se haya comportado de manera similar.

Page 331: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

332

Fueron considerados críticos porque en ocho oportunidades superaron el promedio del paíslos municipios de Buenaventura, Palmira y Barrancabermeja. La más crítica de éstas,Buenaventura, vio aumentar significativamente su tasa a partir de 1999, llegando a un pico de165 hpch en 2000. Posteriormente, sus tasas descendieron, pero siempre estuvieron cercanasa los cien, muy por encima de los promedios nacional y del grupo, y a partir de 2005 la tasavolvió a subir, registrando 105 hpch; su comportamiento al alza se mantuvo pues en 2006arrojó 144 hpch. Buenaventura llama especialmente la atención por la vinculación entre elhomicidio y el narcotráfico, porque han existido fuertes disputas entre guerrillas y autodefensas,y por la persistencia de organizaciones armadas al servicio del narcotráfico, después de ladesmovilización de las autodefensas. Recientemente, la violencia en la zona urbana del puertose intensificó por disputas entre las Farc y organizaciones armadas al servicio del narcotráfico,hasta el punto que es la ciudad, de las 53 consideradas, que ha ostentado la tasa urbana másalta entre 2004 y 2006 y la única que superó la barrera de los 100 hpch.

En Palmira, la tasa sube a partir de 1999 y si bien no muestra niveles tan elevados comolos de Buenaventura, pues desde entonces han oscilado entre 63 y 82 hpch, siemprehan estado por encima de los promedios nacional y del grupo. En lo que respecta aBarrancabermeja, registró tasas muy elevadas entre 1999 y 2001, coincidiendo con laincursión de los grupos de autodefensas que expulsaron a las guerrillas del puertopetrolero; no obstante que sus homicidios bajaron, sus promedios siguen superando elpromedio nacional, pues aparte de disputas entre diferentes estructuras de lasautodefensas, antes de las desmovilizaciones, se registró luego presencia deorganizaciones armadas irregulares y conflictos por la apropiación de los excedentesque genera el robo ilegal de gasolina.

Entre los municipios medianamente críticos, están Santa Marta y Valledupar porqueen cinco oportunidades superaron el promedio colombiano. No fueron críticos oregistraron niveles medianamente críticos en términos de homicidios Bucaramanga,Villavicencio, Popayán, Ibagué, Pasto, Neiva, Montería, Soledad, Armenia, Soacha,Sincelejo y Floridablanca.

El grupo tres está conformado por 26 municipios; en éstos desaparecen las capitales ysobresalen ciudades intermedias. En su conjunto estos 26 municipios sólo superan elpromedio del país en 2000, y entre 2004 y 2006, paradójicamente, cuando sus nivelesvienen disminuido; lo anterior se explica porque los niveles de los grupos uno y dos lohacen a un ritmo mayor.

Presenta tres momentos. Entre 1990 y 1998 registra niveles bajos y su pico fue 1996 con 65.3hpch. Entre 1999 y 2002, sus niveles suben pero su pico fue en 2000 con 66.8 hpch quesuperó la tasa de 1996. A partir de 2003, emprende un descenso hasta 2006, que registró latasa más baja de los doce años considerados con 41.4 hpch, paradójicamente por encima delpromedio del país, situación explicable porque su ritmo de descenso fue menor.

Cinco municipios fueron considerados muy críticos, siete críticos, y catorce no críticos. Delos cinco muy críticos, en tres de ellos, en los doce años estidiados, sus tasas superaron lasdel país: Florencia, Buga y Ciénaga; en dos más, ocurrió en once y diez de los doce años:Cartago y Apartadó. Adicionalmente siete fueron considerados críticos, porque entre seisy ocho veces de los doce años, sus promedios fueron más altos que los del país: Maicao,Tulúa, Turbo, Dosquebradas, Envigado, Ocaña y Tumaco.

Florencia es una ciudad compleja, pues es la capital de un departamento donde las Farctiene profundas raíces, aunado al enorme peso del narcotráfico. Buga, Cartago y Tulúa,son municipios del Norte del Valle, muy afectados por la presencia del narcotráfico y por

Page 332: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

333

el accionar de bandas y de oficinas de cobro a su servicio. Ciénaga, en el departamentodel Magdalena, registró tasas por encima de las del país en los doce años considerados,pero otros cálculos indican que sus niveles más críticos se remontan a 1991. Es el caso deSanta Marta, que es un municipio muy complejo pues tiene jurisdicción en la zona bananera,en la Sierra Nevada de Santa Marta y en su cabecera están asentadas, con viejas raíces,organizaciones criminales muy variadas; los homicidios son elevados tanto en la zonarural como en el casco urbano, en un contexto en el que han coexistido guerrillas,especialmente las Farc, y las autodefensas, hasta su desmovilización.

En el Urabá antioqueño, Apartadó fue considerado muy crítico porque en diezoportunidades superó el promedio nacional y Turbo crítico porque lo hizo en ochoocasiones. Estos municipios registraron niveles sobredimensionados desde finales de losochenta, en razón a la confluencia de grupos de autodefensas, las Farc y el EPL; se deberecordar que estas dos guerrillas a su turno sostuvieron disputas. La situación se deterioróaún más entre 1994 y 1997, pues se registró una incursión sin precedentes de lasautodefensas que aniquiló las bases de apoyo de las Farc, pues el EPL ya se habíadesmovilizado en 1991. Lo anterior explica que las tasas en Apartadó hayan llegado en1995 y 1996 a 283 y 598 hpch y que las de Turbo hayan registrado 312 y 273 hpchrespectivamente en esos dos años.

El municipio de Dosquebradas, de la zona metropolitana de Pereira, fue consideradocrítico porque en siete oportunidades superó el promedio del país. Es un municipio quetiene la particularidad de que sus tasas son muy altas sólo a partir de 2000, y que al revésde la tendencia nacional, desde 2003 su inclinación es a aumentar; no obstante, en 2006registró un descenso leve, pero su tasa fue de 84 hpch, de todas maneras muy elevada. Aligual que Pereira, municipio vecino, es centro de negocios del narcotráfico y la importantepresencia de este fenómeno explica que en años pasados haya estado afectado porpresencia de autodefensas, oficinas de cobro y redes de sicarios. En el contexto más reciente,los homicidios suben en la medida en que ceden un poco en Pereira, pues desde estaciudad se extendieron unas pugnas por el control de expendios de droga por parte deagrupaciones muy heterogéneas; protagonismo especial ha jugado en los dos últimosaños la denominada organización Cordillera.

El municipio de Ocaña fue considerado crítico, porque en siete oportunidades su tasasuperó el promedio nacional. Cinco años críticos fueron los comprendidos entre 1998 y2002, período asociado a la penetración y consolidación del bloque Catatumbo de lasAUC; de hecho, su pico es 1999, año crítico por las actuaciones de las autodefensas.Maicao fue considerado crítico, porque en ocho oportunidades su tasa superó el promedionacional. Hasta 1998, las tasas de Maicao se ubicaron por debajo de las del país, pero apartir de 1999 emprenden un alza sin interrupciones hasta 2003, cuando llegaron a 106hpch. Entre 2004 y 2006 bajaron, sin embargo se ubicaron por encima de las del país.Fue tradicionalmente un centro del contrabando, que con los años terminó bajo la influenciadel narcotráfico y de agrupaciones de autodefensas.

Tumaco fue considerado crítico, porque su tasa superó la del país en seis oportunidades. Noobstante, si se consideran sólo sus últimos seis años, sería considerado muy crítico porquelas superó en todas las ocasiones. Este municipio a partir de 1999 empieza un ascenso quese prolonga hasta 2002, cuando registró 100 hpch; en 2003 y 2004 desciende, pero semantiene por encima del país; en 2005 llega a 123.9 hpch y en 2006 a 126, su pico en laserie considerada. En este municipio, los altos niveles de homicidios tienen al narcotráficocomo trasfondo, aunado a disputas entre las Farc y las autodefensas, primero, y entre laguerrilla y una enorme variedad de organizaciones al servicio del narcotráfico, después, queexplican el ascenso pronunciado de los homicidios en los últimos años.

Page 333: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

334

Respecto de la composición rural y urbana de estos 53 municipios más grandes, se puedeconcluir que en promedio, por año, entre 2003 y 2006, ocurrieron 10.506 homicidios, delos cuales 9% en el sector rural y 91% en el urbano; es decir que aproximadamente nuevede cada diez homicidios ocurren en las ciudades y uno en el campo. Esta distribuciónvaría dependiendo del tamaño de los municipios y mientras la participación urbana baja,la rural va en aumento.

La composición de los homicidios considerando los tres tamaños de población de losmunicipios más grandes arroja que el grupo uno concentró el 49.5% del total, el dos el35.4% y el tres el 15.1%. Por otro lado, los homicidios urbanos se concentran sobre todoen los grupos uno y dos, pues ahí ocurrieron el 53.7% y el 35.4% respectivamente, mientrasque en el tres se produjo el 15.1%. Por el contrario, los rurales ocurrieron ante todo en losgrupos dos y tres, pues concentraron respectivamente el 47.8% y el 45%, mientras que eluno aglutina el 7.2% de los que ocurrieron en el total de 53 municipios. Adicionalmente,en la medida en que disminuye el tamaño de la población, las tasas van en aumento; esasí como mientras en los grupos dos y tres son similares, pues registraron 45.6 y 46 hpchrespectivamente, en el uno, el de las cinco ciudades más grandes, fue de 37.2 hpch.

La tasa urbana de los cinco municipios más grandes fue de 37.3 hpch, muy similar a latasa del conjunto, de 37.2, mientras que la rural fue de 31.3. Por el contrario, en losmunicipios dos y tres, la tasa rural superó la urbana. En los municipios dos, la tasa ruralfue de 77.2 hpch y la urbana de 43.1, pero por el mayor peso urbano de los homicidios,la tasa del total se asocia más a la segunda y fue de 45.6 hpch. En los municipios tres, latasa rural fue de 55.3 hpch y la urbana de 43.3, pero igualmente, por el mayor peso de lourbano, la tasa del total se aproxima más a la segunda y fue de 46 hpch. Es decir, en los 53municipios más grandes el peso de lo urbano determina el comportamiento de las tasas,y no obstante que en los municipios dos y tres la rural es mayor a la urbana, la tasa delconjunto se aproxima más a la segunda. En esa medida, se puede afirmar que elcomportamiento de estos municipios es eminentemente urbano, no obstante que lasdinámicas rurales de los grupos dos y tres, es decir entre cien mil y un millón de habitantes,es importante.

Algunas conclusiones en torno a las armas y los móviles para el conjunto de los 53municipios más grandes, tanto las ciudades con tasas por encima del promedio, comoaquellas que están por debajo, son pertinentes. La primera conclusión es que los municipioscon tasas de homicidio muy elevadas, que duplican o más el promedio nacional, al mismotiempo presentan un panorama en el que las armas de fuego arrojan porcentajes muy porencima del promedio colombiano y en cuanto a móviles están asociados con altos nivelesde sicariato o en su defecto, cuando éstos no son registrados correctamente, con elevadosniveles de homicidios sin información o con poca información, S.I. Al respecto, se debeenfatizar que entre más alta es la tasa, mayor es la distancia respecto del promedio en loque se refiere a los porcentajes de armas de fuego, y la modalidad del sicariato o loshomicidios S.I. En este contexto, se destacaron Tumaco, Tulúa, y Buenaventura con tasasmuy superiores a los cien y en algunos casos por encima del triple del promedio nacional.Así mismo sobresalen Pereira, Cartago y Dosquebradas, con tasas de más del doble. Estosmunicipios coinciden en la medida en que el narcotráfico se convierte en el factordinamizador del homicidio, bien sea porque en éstos existen disputas entre guerrillas yotras organizaciones irregulares o delincuenciales, como en los casos de Tumaco yBuenaventura, o porque hay enfrentamientos entre organizaciones de narcotraficantesque toman cuerpo a través de oficinas de cobro y redes de sicarios, como son los casos deTulúa, Cartago, Pereira y Dosquebradas. En resumen, en todos éstos el narcotráfico esimportante, porque en su territorio hay puerto de salida, como en Tumaco y Buenaventuray hay cultivos, como en Tumaco. Otros municipios sirven como centro de negocio o

Page 334: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

335

espacio de seguridad de narcotraficantes, como Pereira, Dosquebradas, Cartago y Tulúa;todos éstos, de alguna manera, son al mismo tiempo corredores.

La segunda conclusión es que en la medida en que las tasas van bajando, pero conservaníndices muy superiores al promedio nacional, mantienen las mismas características quelos municipios con las tasas muy elevadas, en torno a las armas de fuego, el sicariato o ensu defecto los homicidios S.I. Entre las tasas más altas de este grupo, están Buga, Palmiray Cali, todas influenciadas por el narcotráfico. En los tres casos, las participaciones de lasarmas de fuego siguen siendo muy altas y los homicidios sin información son muy elevados.Cali es la primera de las cinco ciudades más grandes, que tradicionalmente ha mantenidopresencia del narcotráfico y se ha caracterizado por la existencia de oficinas de cobro,redes de sicarios y disputas entre organizaciones delincuenciales con ramificaciones enotros lugares del país. Palmira, vecina de ésta, también ha sido contagiada por estosfenómenos. Buga, en el Norte del Valle, presenta características parecidas a las de Cartago,es decir narcotráfico, sicariato y oficinas de cobro. En este grupo, están también Maicao yCiénaga, donde se registran muy elevados niveles de armas de fuego y de homicidios sininformación o asociados a sicariato. Son municipios donde se registra la incidencia degrupos irregulares y expresiones de la delincuencia organizada. Adicionalmente, estánBarrancabermeja y Cúcuta, que presentan altos niveles de armas de fuego y participacionesmuy elevadas en sicariato. Estos municipios presentan unas u otras características,narcotráfico en alguna de sus facetas, o tradición de agrupaciones irregulares y expresionesde la delincuencia organizada.

La tercera conclusión es que en la medida en que las tasas tienden a bajar y a acercarse alpromedio nacional, se producen cada vez más variaciones respecto de las anteriores entérminos de armas y móviles y si bien las participaciones porcentuales siguen siendoelevadas, no adquieren las mismas dimensiones de los municipios con las tasas más altas.En Florencia, se presentan variaciones respecto de las otras ciudades que tienen tasas porencima del promedio nacional. Su tasa es mucho más elevada que el promedio nacional,sin embargo no tanto como la gran mayoría de las ya citadas y es la primera donde laconfrontación armada pesó de manera preponderante en el incremento de su tasa en2005-2006, en particular por las muertes en combate que tuvieron lugar en zona ruralcomo consecuencia de combates con las Farc, pero donde al mismo tiempo se presentanexpresiones del narcotráfico y de la delincuencia organizada. Hay otros municipios comoTurbo, Ocaña, Manizales, Popayán y Villavicencio, donde no obstante que sus tasas sonelevadas, se acercan más que las anteriores al promedio nacional y donde, salvoexcepciones, como en el caso de Popayán, se mantienen las características descritas, aunquelos contrastes no son tan marcados; en Popayán, por ejemplo, las riñas tienen una altaparticipación, un caso que es más la excepción que la regla. Está también Soacha, quetradicionalmente se ubicaba por debajo del promedio nacional, pero que en la medida enque el conjunto del país bajó, ingresó a los municipios críticos, situación que no se puedeseparar de la incidencia de las autodefensas en el escenario urbano.

La cuarta conclusión versa sobre las enseñanzas respecto del pasado que nos permitenlos análisis en torno a las relaciones entre tasas, armas y móviles, a pesar de que el períodoconsiderado, 2003-2006, es muy corto. El análisis de los 53 municipios más grandes yentre éstos los veinte que superaron el promedio del país en 2005-2006, nos demuestraque los factores que empujan los homicidios hacia arriba están más relacionados conorganizaciones armadas, sean irregulares o delincuenciales, y que generalmente elnarcotráfico está en el trasfondo. Se descarta que los homicidios se incrementensignificativamente y más aún que se mantengan con niveles elevados en el tiempo porfactores asociados a problemas entre individuos o por el accionar de pequeñasorganizaciones delincuenciales. De esta manera, las armas blancas, así como los homicidios

Page 335: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

336

por riñas tienden a destacarse más en términos porcentuales en los municipios con tasaspor debajo del promedio nacional y quedan opacados en aquellos donde los niveles dehomicidios en general son muy altos. Tienen participaciones altas en armas blancasmunicipios como Zipaquirá, Piedecuesta, Duitama, Bucaramanga, Sahagún, Tunja y Pasto,todos con tasas por debajo del promedio nacional. En riñas, se destacan Piedecuesta,Bucaramanga, Floridablanca, Girón, Bogotá, Duitama, Neiva, Girardot, Tunja y Sogamoso,todos también con tasas por debajo del promedio colombiano; el caso de Popayán es elúnico en el que las riñas tienen una participación significativa y cuya tasa está por encimade la del país, pero muy cercana a ésta. Los atracos, a su turno, afectan más a los municipioscon tasas bajas, en los que Bogotá y Barranquilla son sólo dos ejemplos.

La quinta conclusión hace énfasis en el móvil que la Policía tipifica como sicariato. Es lacategoría más afectada por el subregistro de los móviles, es decir por los homicidios S.I.,circunstancia que dificulta su análisis. Es interesante anotar que muchos municipios muycríticos por los niveles elevados a que llegan sus tasas no los reportan, como son los casosde Pereira, Dosquebradas, y Ciénaga, donde no se presentan registros, o en Cali yBuenaventura, donde son muy bajos, o aún en Tulúa y Cartago, donde no superan el20% del total de homicidios. Trabajo de campo, artículos de prensa y otras bases de datospermiten sostener que en estos municipios, la modalidad del sicariato es muy frecuente,de lo que se deduce que no son registrados correctamente. Al mismo tiempo, estosmunicipios tienen niveles de homicidios S.I muy elevados: oscilan entre el 70% y el 80%en Pereira, Dosquebradas, Cartago, Buenaventura, Tulúa, Cali, Buga, Palmira y Ciénaga,para sólo citar unos ejemplos.

Sin embargo, son reconocidos altos niveles de sicariato en municipios que al mismo tiemporegistran tasas por encima del promedio en 2005–2006, como Cúcuta con el 82%,Barrancabermeja con el 75.3%, Maicao con el 63.6%, Ocaña con el 57.3%, Villavicenciocon el 53.3% y Turbo con el 40.4%. En 2006, el registro de esta categoría sufrió unretroceso en algunas ciudades, por lo que conviene destacar los porcentajes de 2005 queson más relevantes. En ese año, se destacan Barrancabermeja con el 82%, Ciénaga con el80.7%, Palmira con el 81.4%, Cúcuta con el 76.6%, Valledupar con el 70.6% y Ocaña conel 57.4%. Por otro lado, están Maicao con el 55.7%, Turbo con el 47.4% y Villavicenciocon el 43.7%.

En torno al tema del sicariato, un aspecto que se debe resaltar es que si bien es cierto queadquiere relieve en los municipios con tasas de homicidio muy altas, independientementede que hayan sido registrados o no como tal por la Policía, así mismo está presente en losmunicipios cuyas tasas son bajas y muy bajas, principalmente en contextos urbanos. Esasí como municipios de la Costa Caribe como Lorica, Malambo, Soledad, Sincelejo,Montería, Barranquilla y Cartagena ostentan tasas bajas, por debajo del promedio nacional,pero niveles de sicariato muy elevados, entre el 42% y el 83% en 2005, que es el año enel que el registro fue más el serio. Unos son ejemplos de casos donde la violencia organizadatiene peso, pero donde tiene consolidada su influencia, como en Sincelejo, Montería yLorica, por lo que sus tasas son muy bajas. En los municipios de Barranquilla, Malambo ySoledad, en los últimos años, se registró influencia de autodefensas, y después de sudesmovilización, aparecen expresiones armadas con un modus operandi similar, por loque sus tasas son más altas. En Cartagena, existen expresiones organizadas de violenciaen determinados nichos, no obstante que sus índices bajaron en los tres últimos años.Otras ciudades como Envigado e Itagüí, que en el pasado estuvieron caracterizadas por lapresencia del narcotráfico, las oficinas de cobro y la existencia de redes de sicarios, asícomo de autodefensas, muestran que a pesar de la disminución de sus tasas, lasorganizaciones, bien sean delincuenciales o irregulares, son las que siguen poniendo lapauta en los homicidios. Medellín, a pesar de registrar un descenso en el conjunto de los

Page 336: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

337

homicidios, muestra una participación del sicariato del 31.7% en 2005 y del 25.4% en elpromedio 2005-2006, al tiempo que los homicidios S.I. fueron de 52.6% en los dos últimosaños. Aparte de esto, sorprende ver algunos municipios con tasas muy bajas pero conparticipaciones importantes del sicariato en 2005-2006. Algunos ejemplos son Armeniacon 55.6% de homicidios por sicariato, Floridablanca con el 36.5%, Pasto con 23.2%,Bucaramanga con 24.2%. Adicionalmente, en 2005, año en el que el registro es másconfiable, el sicariato en Tunja fue del 30.8%, en Duitama del 28.6% y en Sogamoso del42.9%, municipios cuyas tasas se ubicaron muy por debajo del promedio nacional.Indudablemente, es una modalidad que ha penetrado con fuerza en los principalesescenarios urbanos e incide tanto en los municipios con tasas muy elevadas, donde susubregistro es importante, así como en municipios con tasas moderadas o bajas.

La sexta conclusión tiene que ver con los homicidios que la Policía asocia a laconfrontación armada, que son poco relevantes en los 53 municipios más grandes,porque como se ha demostrado, se refiere principalmente a hechos sucedidos en elsector rural. Esta categoría fue alta en tres municipios con tasas por encima del promedionacional y en otros tres que las registraron por debajo. Entre los primeros, se destacaFlorencia, pues representaron el 41.4% de los homicidios, fruto de muertes en combateen zonas rurales. En Apartadó, representó el 32% y en Maicao el 14.4%. Por otro lado,los tres municipios con una alta participación de los homicidios asociados a laconfrontación, cuyas tasas están por debajo del promedio son Facatativa con el 20%,Ibagué con el 17.4% y Tunja con el 15.4%. El primero y en el tercero no son relevantes,pues en términos absolutos, el total de homicidios fue de diez y trece respectivamente.En Ibagué, sin embargo, el total de homicidios fue de 115 y 20 de éstos fueron asociadosa la confrontación: 12 por ataques de las Farc, 7 por muertes en enfrentamientos con laFuerza Pública y uno más por terrorismo.

La séptima conclusión apunta a que las riñas y los atracos definitivamente no explican losaltos índices de homicidios porque son categorías que expresan el accionar de individuosy de pequeñas organizaciones delincuenciales. En cuanto a las riñas, pierden participación,cuando las tasas son altas y adquieren relieve cuando las tasas son bajas; sólo Popayán yManizales arrojaron porcentajes por encima del promedio nacional en riñas entre losveinte municipios con tasas por encima del promedio colombiano. Por el contrario, lasriñas se destacan en aquellos con tasas por debajo del promedio colombiano; en suorden, de mayor a menor, en 2005 están Floridablanca, Bucaramanga, Duitama, Sogamoso,Piedecuesta, Girardot, Bogotá, Neiva, Cartagena, Armenia, Barranquilla, Girón, Ibagué,Soledad y Pasto. Desde otra perspectiva, 9 municipios concentran el 79% de los homicidiosderivados de riñas: Bogotá el 38.7%, Cali el 11.2%, Medellín el 7.4%, Barranquilla el5.5%, Bucaramanga el 5%, Cartagena el 4.1%, Pereira el 3.1%, Popayán el 2.6% y Armeniael 1.8%. Se concentran de esta manera en los municipios más grandes y principalmenteen aquellos que al mismo tiempo mostraron bajas tasas de homicidios; sólo Cali y Pereirason las excepciones, pues en éstos las tasas fueron elevadas.

Siguiendo con los municipios de tamaño intermedio y pequeño, se definió seis gruposmás, a saber los grupos cuatro, cinco y seis, que en su conjunto conforman los quedenominamos intermedios, y los siete, ocho y nueve, es decir los más pequeños.

Observando en términos gruesos la trayectoria de los homicidios de los 351 municipiosintermedios, es de señalar que los grupos cuatro, cinco y seis coinciden con un ascensoentre 1999 y 2002, salvo el grupo cinco que empieza a bajar desde 2001, incremento ensu conjunto que coincide con una ofensiva de los grupos de autodefensa. Así mismo, lostres grupos descienden a partir de 2003, coincidiendo con la puesta en ejecución de laPolítica de Seguridad Democrática y con el inicio de la desmovilización de las autodefensas.

Page 337: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

338

El comportamiento cambia, cuando se hace el análisis a partir de las tasas por cada cien milhabitantes. Entre 1995 y 1999, el más afectado en términos relativos es el grupo cinco,aunque muy cerca se ubicó el grupo cuatro. Entre 2000 y 2001, el grupo cuatro tiene elnivel más alto. A partir del 2002, los dos grupos descienden, sin embargo el segundo grupolo hace a un ritmo mayor, sobretodo en el primer año. En lo que respecta al grupo seis,presenta un incremento sostenido entre 1998 y 2002, cuando se iguala con el grupo dos, ydesde entonces su tasa disminuye hasta llegar a su nivel más bajo en 2006.

En su conjunto, los tres tamaños en que se dividieron los 351 municipios intermedios arrojanalgo más de cuatro de cada diez municipios como muy críticos y críticos y algo menos deseis que son medianamente críticos o no críticos. No obstante, cuando se discriminan lostamaños, proporcionalmente los más afectados son los del grupo cuatro, entre cincuenta ycien mil habitantes, es decir los que tienen la mayor parte de su población en las cabeceras.En efecto, en este grupo, cinco de cada diez municipios son críticos o muy críticos. Por elcontrario, en el grupo cinco, sólo son críticos o muy críticos el 40.7% y en el grupo seis, el38%, es decir que entre más pequeños son los municipios y entre mayor es la participaciónde la población rural, el porcentaje de los municipios críticos se reduce.

Los críticos y los muy críticos corresponden fundamentalmente a tres zonas, las mismasque en los municipios más grandes. La primera, la del suroccidente, principalmente de losdepartamentos de Valle, el Viejo Caldas y Antioquia. La segunda está conformada antetodo por municipios asociados al piedemonte de la Cordillera Orienta, en los departamentosde Putumayo, Caquetá, Meta, Casanare y Arauca y algunos municipios de Guaviare. Latercera corresponde a una cadena de municipios que se forma a partir de la confluenciaentre Santander y Norte de Santander, y sigue por Cesar y La Guajira. Se presentan algunosmunicipios en Huila, Cauca y la región de los Montes de María.

Por el contrario, los menos críticos (no críticos y medianamente críticos), están ubicadosen la Cordillera Central, en Cauca y Nariño, así como en la Cordillera Oriental, principalmenteen Cundinamarca y Santander y en la costa Caribe, en los departamentos de Córdoba,Sucre, Bolívar, Atlántico y Magdalena.

Para los municipios intermedios, se hicieron del mismo modo comparaciones entre 2002y el promedio 2003-2006, para de esta manera observar mejor las reducciones. Como enlos municipios más grandes, el punto de referencia siempre fue la tasa promedio de 2002.De esta manera, se consideraron muy altos, los municipios que superaron en el doble latasa nacional de 2002, altos aquellos que superaron la tasa nacional de 2002 pero que nola doblaron y bajos los que se situaron por debajo del promedio nacional de 2002.

Los desplazamientos espaciales de los niveles de homicidios son interesantes. Cuando secompara 2002 con el promedio 2003-2006, se aprecia una notable disminución en eldepartamento de Antioquia, donde la mayoría de los municipios que superaban la tasade 2002 pasan a estar por debajo; es especialmente nítido en el sur del departamento, yparticularmente en el entorno de Medellín. Lo anterior permite inferir que los homicidios,que fueron muy elevados históricamente en esta zona, se reducen a partir de 2003, nosólo en Medellín y su zona metropolitana, sino también en su entorno.

Además, se aprecian cambios importantes en el departamento de Valle. Por un lado,desaparece la mayoría de los municipios muy altos, es decir que superaron en más del dobleel promedio nacional de 2002, hacia el sur del departamento, pero por otro lado, municipiosbajos en 2002 pasaron a ser altos o muy altos en 2003-2006, principalmente en el centro ysobretodo en el norte del departamento. En el Viejo Caldas, los municipios muy altos pasarona ser altos, es decir que las tasas se mantienen elevadas, pero no tanto como en el pasado.

Page 338: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

339

En el piedemonte de la Cordillera Oriental, por otro lado, bajan los municipios muy altos,es decir que tenían tasas muy elevadas en 2002, pero en esencia se mantienen altos, contasas por encima del promedio de 2002 en el período 2003-2006; lo anterior se apreciaante todo en Caquetá y en menor medida en Meta y Casanare, pero en el tramo 2003-2006, todos estos departamentos, desde Putumayo hasta Arauca, mantienen muchosmunicipios altos y algunos muy altos.

En la cadena de municipios desde los Santanderes hasta La Guajira, pasando porCesar, se presentó una reducción notable de municipios muy altos. Desaparecieronlos dos que había en Santander, en Norte de Santander sólo quedó uno de cuatro queaparecía, desaparecieron los cuatro que estaban ubicados en Cesar, y uno que habíaen La Guajira. En su conjunto, se debe anotar que mientras los muy altos de Santandery Norte de Santander bajaron a altos, en el caso de Cesar pasaron a ser bajos. Enconsecuencia, las zonas que registraron niveles bajos se ampliaron notablemente; esasí como la Costa Caribe, sumada a Cesar y Antioquia, dibuja una zona más ampliaque antes.

Estudiemos ahora los grupos siete, ocho y nueve. Sus picos se presentaron en 1992,1997 y 2002; no obstante que en 2002 acaecieron más homicidios en términos absolutos,la tasa más elevada se presentó en 1992. Recientemente, el promedio más elevado seregistró en 1997, con 62.8 hpch, y en 2002 con 60.5 hpch. En líneas generales, se puedesostener que entre 1990 y 2002, los homicidios se mantuvieron prácticamente en el mismonivel; sin embargo, a partir de los últimos cuatro años, el comportamiento se reduce enforma sostenida, llegando a niveles bajos en 2005 y 2006. Indudablemente, los descensosestán asociados a la política de Defensa y Seguridad Democrática, no sólo por el incrementode la presencia de la Fuerza Pública, sino también como efecto del proceso de pazadelantado por el Gobierno con los grupos de autodefensas.

Comparando los grupos de acuerdo con sus tasas, se notan comportamientos disímileshasta 2003, pues mientras un grupo sube, los otros bajan; sólo coinciden a partir de2004, cuando todos disminuyen. Los grupos siete y ocho, es decir los de tamaños másgrandes, son los que tienen las tasas más altas entre 1995 y 2001; en líneas generales, esmás afectado el siete, pues casi siempre está por encima del ocho, con excepción del año2000, y desde 2003 los dos dibujan una trayectoria muy parecida, obviamente haciaabajo. El grupo nueve sube entre 1995 y 1999 y entre 2000 y 2003; este último ascensoes pronunciado, así como su descenso posterior es significativo, hasta 2005, y en 2006 lacurva se aplana, al igual que en los otros dos grupos.

Apreciando el conjunto de los 717 municipios y excluyendo los 39 de los que no se tieneinformación, se evidencia que el 28.5% fueron municipios muy críticos o críticos y el71.5% no lo fueron (medianamente o no); es decir algo menos de uno de cada tresfueron entonces críticos, porcentaje inferior al de los municipios grandes e intermedios,que arrojaron una proporción cercana al 40%.

Ahora, comparando los grupos siete, ocho y nueve, se tiene que entre más grande es eltamaño de la población, el porcentaje de los muy críticos y críticos aumenta, al igualque para los intermedios. El 32.5% de los municipios del grupo siete lo fueron, el 27.2%del grupo ocho y el 19% del grupo nueve. Se tiene entonces que los 717 municipiosdenominados pequeños que son los menos críticos, lo son aún más en la medida enque su población disminuye. De lejos el grupo siete, entre diez y veinte mil habitantes,concentra el mayor número de municipios muy críticos. En términos absolutos, los muycríticos fueron 61 en el grupo siete, el grupo ocho aportó 23 municipios y el gruponueve sólo 6.

Page 339: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

340

Distribuyendo los 717 municipios más pequeños, se tiene que los muy críticos y los críticosse concentran en la zona suroccidental, particularmente en el Centro y el norte del Valle,en los departamentos del Eje Cafetero y en Antioquia; además, se presentan algunosmunicipios del norte de Nariño y del sur del Cauca, en la región del Patía; algunos delnorte del Tolima, que en lo esencial se sitúan sobre la vertiente derecha de la CordilleraCentral y marcan una continuidad respecto del Eje Cafetero. Por otra parte, es crítica lacadena de municipios que se forma en el piedemonte de la Cordillera Oriental,particularmente en el suroccidente de Caquetá, el noroccidente de Meta y el occidente deCasanare; además de unos municipios críticos en Norte de Santander, Cesar y La Guajiray en los Montes de María, en el departamento de Sucre.

En contraste, una mancha muy significativa de municipios no críticos se forma en la CordilleraOriental en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Santander; mancha que seprolonga hasta Norte de Santander, pero ahí se vuelven medianamente críticos. Es importantedestacar que esta mancha sobresale en la medida en que ahí se concentran muchosmunicipios pequeños, es decir de menos de veinte mil habitantes, con una alta participacióndel campesinado. Aparte de la anterior, se presentan algunos municipios en los departamentosde Nariño y Cauca, sobre la Cordillera Central, en buena parte en el Macizo. Hay tambiénun número considerable de municipios no críticos o medianamente críticos en la CostaCaribe, en los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico y Magdalena; algunosde éstos están ubicados sobre la ribera del Magdalena, en límites entre Bolívar y Magdalena,así como en Atlántico. Los municipios menos críticos están igualmente en la Costa Pacífica,en los departamentos de Nariño y Chocó principalmente, así como en la Orinoquía y en laAmazonía, en el extremo oriental del país, donde la extensión de los mismos es significativa.

Apreciemos ahora los cambios entre 2002 y 2003-2006. El primero es el que se registraen el departamento de Antioquia, principalmente en el sur del departamento yparticularmente en el entorno de Medellín. Los municipios pasan de niveles muy altos yaltos a niveles bajos. Otro cambio interesante se presenta Cundinamarca. En 2002, seaprecia una herradura de municipios que parte desde el oriente del departamento, siguepor el norte, baja por el occidente y llega al sur occidente, lo que corresponde en líneasgenerales a la zona de incursión del bloque Centauros de las AUC, que tuvo una expresiónmuy importante en 2002. Pues bien, en el promedio de 2003-2006, esta herradura demunicipios con niveles muy altos y altos desaparece y en su mayoría se transforman enmunicipios bajos. Se mantienen solamente algunos municipios altos, que en 2002 habíansido muy altos. No se puede dejar de asociar este cambio al desarrollo de la operaciónLibertad Uno, que neutralizó las agrupaciones irregulares, especialmente a las Farc.

Otro cambio de importancia se aprecia en la confluencia entre Santander y Norte de Santander.En efecto, la zona aparece muy afectada por municipios muy altos y altos en 2002, es decircon tasas por encima del promedio nacional, mientras que en el promedio 2003-2006, losniveles bajan, es decir que los muy altos se volvieron altos, y éstos pasaron a ser bajos.

Ahora bien, se compararon las tasas de homicidio para los nueve grupos de poblaciónconsiderados en el estudio en el período 2003-2006. Los más afectados resultan ser losmunicipios intermedios y entre éstos el grupo cuatro, pues registró la tasa más alta, de52.3 hpch. Los grupos dos, tres, cinco, seis y siete registran niveles parecidos, entre 44.3y 46 hpch, y la diferencia entre el mayor y el menor valor que registran no es superior ados puntos. Los grupos ubicados en los extremos, es decir los municipios más grandes ylos más pequeños, son los menos afectados en términos relativos. Es así como, el gruponueve, el de los municipios de menos de cinco mil habitantes, presenta una tasa de 41,8hpch; el ocho, entre cinco y diez mil habitantes y el uno, de más de un millón, registranuna tasa de 37.3 y 37.2 hpch respectivamente.

Page 340: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

341

Examinando ahora las tasas rurales y urbanas, se evidencia en todos los tamaños depoblación que las primeras superan a las segundas, salvo en los municipios del grupouno, donde la tasa de las cabeceras es la que registra el nivel más alto. La tasa rural máselevada es la del grupo dos, entre doscientos y un millón de habitantes, pues registró77.2 hpch, un nivel sin duda muy elevado. Sigue la del grupo cuatro, conformado pormunicipios entre cincuenta y cien mil habitantes, pues alcanzó 65.5 hpch. Los grupostres, cinco, seis y siete, están por encima de los 50 hpch, pero por debajo de los 60hpch. Las tasas de los municipios ocho y nueve, los más pequeños, están apenas porencima de los 42 hpch. Finalmente, la tasa del grupo uno, de más de un millón, registró31.3 hpch.

En lo que respecta a lo urbano, las tasas son más moderadas y la más alta es la del grupocuatro con 44.2 hpch. También por encima de 40 hpch están los grupos dos, tres, cincoy nueve. Los municipios de más de un millón, el grupo uno, registró 37.3 hpch y el gruposeis arrojó 35.4 hpch. Las más bajas son las de los grupos siete y ocho con 32.3 y 28.4hpch, respectivamente.

Las tasas rurales y urbanas tienen que leerse de acuerdo con el peso respectivo de lapoblación rural y urbana en cada uno de los tamaños de población considerados. Enesencia, si el peso de la población rural es muy bajo y la tasa rural muy alta, su incidenciaen la tasa del conjunto no es relevante y ésta quedará determinada por la tasa urbana;inciden entonces las características de la población. Esto se aprecia en el siguiente cuadroen el que se discriminan todos los municipios del país en tres grandes grupos, que se traea colación para facilitar la comprensión del tema. Se observa que en el grupo uno, la tasarural fue de 60.1 hpch y la tasa urbana de 39.8, pero la tasa del conjunto es apenas de41.1, situación que se explica porque el peso de su población rural es de sólo el 6.1%. Enel grupo tres, ocurre lo contrario. Su tasa rural es de 49.2 hpch y su tasa urbana es de31.7, pero en la medida en que la población rural pesa el 65.4%, la tasa del conjunto seacerca más a la tasa rural; por ello es de 43.

Cuadro No. 78Distribución de los homicidios rurales y urbanos según grupos definidos por el tamaño de población,

participaciones porcentuales de los homicidios y la poblacióny tasas de homicidios en el período 2003 a 2006

A continuación, se resume el análisis para los nueve tamaños de población,discriminando tasas rurales y urbanas y señalando la cercanía de éstas con la tasa delconjunto. Veamos de mayor a menor, desde las tasas más altas para el conjunto,hacia las más bajas, en forma muy resumida. El ejercicio sirve para determinar si estosconjuntos están más asociados a dinámicas rurales y urbanas, o a las dos. Se reproduceaquí el gráfico que se mostró en desarrollo del texto para facilitar la comprensión delos planteamientos.

Fuente: Policía Nacional y DaneCálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Page 341: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

342

Fuente: Policía Nacional y Dane.Cálculos elaborados por el Observatorio del Programa Presidencial de DH y DIH, Vicepresidencia de la República

Gráfico No. 36Tasas rurales y urbanas y del conjunto para todos los municipios del país

según tamaños de población 2003-2006

En dos grupos, el cuatro y el cinco, se registran las tasas más altas para el conjunto, de52.3 y de 46.7 hpch, casos en los que éstas están más o menos en la mitad entre sustasas rurales y urbanas, pues el peso de la población en estos contextos es casi igual.Estos dos grupos nos enseñan que los municipios intermedios tienen tasas elevadas,porque muestran índices rurales altos y al mismo tiempo tasas urbanas que no sondespreciables.

Sigue el grupo tres con una tasa para el conjunto de 46.0 hpch; en éste, la poblaciónurbana pesa más de la mitad e incide significativamente en la tasa del conjunto, algomenos de tres puntos por encima de su tasa urbana, de 43.3 hpch, pero más de ochopuntos por debajo de su tasa rural de 55.3 hpch.

El caso del grupo dos es similar y ocupa el cuarto lugar en lo que respecta a la tasa delconjunto; en este caso, el peso de lo rural no es muy elevado, por ello, a pesar de registrarla tasa rural más alta del país, de 77.2 hpch, la tasa del conjunto, que fue de 45.6, quedófundamentalmente determinada por su tasa urbana de 43.1. En estos municipios másurbanos que rurales, las tasas rurales son las más elevadas, no obstante su incidencia enla tasa del conjunto se ve neutralizada por el poco peso que tienen en términos absolutoslos homicidios en el campo.

El grupo siete, que ocupa el quinto lugar, nos remite a una dinámica eminentementerural. El peso de la población rural es muy superior a la mitad y por ello su incidencia enla tasa del conjunto es considerable. Es así como la tasa rural es más elevada que laurbana, pues arrojaron 53.1 y 32.3 hpch respectivamente, y por ello la tasa del conjunto,de 45.4, se aproxima más a la primera que a la segunda. Es indispensable en este casohacer énfasis en la dinámica rural del homicidio.

Page 342: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

343

Sigue el grupo seis con una tasa para el conjunto de 44.3 hpch, más cercana a su tasarural de 50.4 por el peso preponderante de la población rural; su dinámica es principalmenterural, sin embargo lo urbano también incide. El grupo nueve es muy particular, porque elpeso de la población rural es muy grande. Sus tasas rural y urbana son similares, de 42.6y 41.7 hpch, y a su vez son casi iguales a la del conjunto, que fue de 41.8. La dinámica delos homicidios en este grupo es típicamente rural. El grupo ocho tiene también un pesorural muy importante en términos de población y la tasa rural está muy por encima de laurbana, pues fueron de 42 y 28.4 hpch respectivamente; es así como la tasa del conjuntode 37.3 se acerca mucho más a la rural, de la que está casi cinco puntos por debajo, quea la urbana, de la que está casi nueve puntos por encima; nuevamente, la dinámica delhomicidio aquí es esencialmente rural.

Finalmente, el comportamiento del grupo uno, en lo esencial está determinado por ladinámica urbana, pues la tasa del conjunto es prácticamente la tasa urbana y el peso de lapoblación de las urbes es muy grande. La tasa del conjunto fue de 37.2, mientras que laurbana fue de 37.3.

Veamos ahora para los grupos cuatro a nueve las tipologías que se pueden construir apartir de las relaciones entre las tasas, las armas y los móviles.

De los 78 municipios que conforman el grupo cuatro, 37 presentaron tasas de homicidiopor encima del promedio colombiano 2005-2006 y 41 se ubicaron por debajo. Entre losmás sobresalientes, es decir los que doblaron la tasa nacional, se tiene a Puerto Asís(Putumayo), Tame (Arauca), San Vicente del Caguán (Caquetá), Puerto Tejada (Cauca),Jamundí (Valle), Florida (Valle), Anserma (Caldas), Yumbo (Valle), Chinchiná (Caldas),Saravena (Arauca), Santa Rosa de Cabal (Risaralda), Pitalito (Huila), Riohacha (La Guajira),Caicedonia (Valle), Acacías (Meta), Sevilla (Valle) y Santander de Quilichao (Cauca).

Se concluyó que dos de cada tres de los municipios con tasas por encima del promediocolombiano están relacionados con actores organizados que llevan a cabo homicidiosselectivos, y que cerca de una tercera parte está asociada a la confrontación armada, quetiene especial impacto en las zonas rurales. Cuando estos dos factores se mezclan, losíndices suben aún más, como lo ilustran los casos de Puerto Asís, Tame y San Vicente delCaguán, que son precisamente los que ostentan las tasas más altas.

La significativa participación de actores organizados se deduce en primer término delhecho de que el 64.9% de los municipios con tasas por encima del promedio colombianotienen participaciones porcentuales de homicidios por armas de fuego por encima delpromedio colombiano de 80.5%. Así mismo, se debe señalar que entre los 37 quepresentaron tasas por encima del promedio nacional, hubo 17, el 45.9%, que lo superaronen más del doble, es decir que estuvieron por encima de 76.6 hpch. De estos 17, un totalde 13, el 76.5%, presentaron participaciones de homicidios de armas de fuego por encimadel promedio y de los cuatro restantes, uno se destacó en otras armas, con una proporciónpor encima de la del país.

El peso de los actores organizados se refleja más claramente, cuando se analiza el móvildenominado sicariato. La relación entre tasas por encima de las del país y alta participaciónde esta modalidad se da en el 59.5% de los mismos, es decir 22 de 37, lo que muestra quecasi seis de cada diez están relacionados con la presencia de actores organizados queejecutan homicidios selectivos. A su turno, de estos 22 municipios, el 59.1% presenta almismo tiempo altos niveles de armas de fuego. Por otro lado, la combinación de sicariatoy confrontación armada eleva mucho las tasas de homicidio. De los 13 municipios quesuperan el promedio nacional en homicidios que la Policía asocia a la confrontación, 8

Page 343: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

344

tienen al mismo tiempo proporciones de sicariato por encima del promedio de 20.1% quearrojó el país, es decir el 61,5% de estos municipios.

Los municipios del grupo cuatro no tienen solamente una asociación con actoresorganizados en general, sino que al mismo tiempo la confrontación armada entre el Estadoy las guerrillas participa en forma importante. El 35.1% de los municipios, es decir 13 de37, están relacionados con altos niveles de homicidios asociados por la Policía a laconfrontación armada, es decir que algo más de un tercio de estos municipios tienentasas elevadas por su relación con la confrontación armada. De estos 13, 9, es decir el69%, tienen al mismo tiempo participaciones elevadas de homicidios por armas de fuego,y los 4 restantes presentan participaciones elevadas en otras armas. La confrontaciónarmada, y particularmente las muertes en combate, así como algunos actos de terrorismo,explican los niveles elevados de homicidios en algo más del tercio de estos municipioscríticos. Esto se observa también en los municipios que tienen tasas por encima de lacolombiana, pero participaciones por armas de fuego por debajo. Es así como en 9 de 13de estos municipios, es decir el 69.2%, se presentaron participaciones de otras armas porencima del 5.1% que presentó el país. Igualmente, de los 13 que tienen tasas por encima,pero participaciones de armas de fuego por debajo, el 61.5% se asocian a móvilesrelacionados con la confrontación armada.

Desde otra perspectiva, hubo 16 municipios de los 37 con tasas por encima de lacolombiana que superaron la participación de otras armas en el país, el 43.2%. De estos16, hubo 14 que presentaron una participación muy elevada de homicidios asociados a laconfrontación armada, en la cual se utilizan minas, granadas, explosivos, entre otros. Porotro lado, 6 superaron al mismo tiempo el promedio colombiano en armas de fuego;éstos tienen la particularidad de presentar al mismo tiempo tasas muy elevadas, lo quesugiere que cuando se combinan varios factores a la vez, es decir en este caso armas defuego y armas no convencionales, la tasa se ve empujada hacia arriba.

En lo que respecta a armas blancas, la relación es a la inversa, es decir que cuando lastasas superan el promedio colombiano, la participación en la mayoría de los municipiosde homicidios con armas blancas está por debajo del 14.1%, que arrojó el país, lo quecorrobora que las altas tasas no están asociadas a las actuaciones de individuos y lapequeña delincuencia. Sólo 13 municipios de los 37, es decir el 35.1%, superaron enarmas blancas al país, mientras el 64.9% presentaron porcentajes por debajo.Adicionalmente, entre los 13 municipios con participaciones altas en armas blancas, lastasas no son las más elevadas; sólo dos doblaron el promedio nacional y en lo esencial losdemás se acercan al mismo.

Resulta interesante señalar que en este grupo, el nivel de los homicidios sin informaciónno es tan relevante, como sí lo es en los 53 municipios más grandes. Sólo 15 municipiosde los 37, el 40.5%, presentan proporciones por encima de la del país, que fue del 44.8%,explicable porque existe una buena proporción de municipios con tasas altas asociados alos móviles de sicariato y a la confrontación armada, este último móvil más fácil de registrar,lo que explica que los niveles sin determinar bajan, cuando se comparan con los municipiosgrandes.

Veamos ahora las conclusiones relacionadas con el grupo cinco, entre treinta y cincuentamil habitantes. En conclusión, en estos municipios más rurales que urbanos, pero dondesin embargo la población de las cabeceras es importante, las altas tasas de homicidiosobresalen principalmente cuando se presentan altos niveles de participación de laconfrontación armada y en segundo término por la participación de actores organizados,bien sea relacionados con el narcotráfico o no, que ejecutan homicidios selectivos.

Page 344: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

345

Adicionalmente, las tasas suben aún más si se combinan muertes en la confrontación yasesinatos selectivos. En términos de armas, sobresalen las de fuego y en su defecto, lasotras armas, casos en que existe una asociación con la confrontación. Estos componentes,es decir las altas participaciones de la confrontación y de las armas de fuego, se explicanen lo fundamental por lo que ocurre en zonas rurales y en menor medida por lo queacaece en las cabeceras. Los homicidios sin información no tienen tanta relevancia, situaciónexplicable porque en buena medida los móviles están identificados, no obstante representanun tercio de estos municipios y sobresalen en el occidente, donde existe una presenciaimportante del narcotráfico. Por otro lado, las riñas y los atracos no son importantes enmuchos de éstos, sin embargo adquieren realce en algunos, principalmente en contextosurbanos.

Veamos las cifras globales. De los 118 municipios que conforman este grupo, 54 municipiosregistran tasas por encima del promedio nacional de 38.3 hpch en el promedio 2005-2006, que representan el 45.8% del total. La alta participación de actores organizados enlos municipios con altos niveles de homicidios, se refleja en el hecho de que de los 54municipios que superan la tasa nacional en 2005-2006, hubo 35, que representan el64.8%, que presentan participaciones por armas de fuego por encima del país, que fue de80.5%. Además, 23 de los anteriores presentan una tasa superior en más del doble alpromedio nacional. De éstos, el 86.9%, es decir 20 municipios, tienen participacionesmuy elevadas de homicidios por armas de fuego. Se ratifica entonces, que al igual que enlos municipios principalmente urbanos, en éstos que son más rurales que urbanos, laparticipación del arma de fuego tiende a incrementarse aún más en la medida en que lastasas son más altas.

Los 23 municipios más afectados, es decir que ostentan tasas por encima del doble delpromedio nacional, son en su orden: Cartagena del Chairá (Caquetá), Puerto Rico (Caquetá),Valle del Guamuéz (Putumayo), Patía (Cauca), Tibú (Norte de Santander), La Virginia(Risaralda), Mocoa (Putumayo), Zarzal (Valle), Tarazá (Antioquia), Samaná (Caldas), Barbacoas(Nariño), Roldanillo (Valle), Orito (Putumayo), La Unión (Valle), Ansermanuevo (Valle),Villagarzón (Putumayo), La Tebaida (Quindío), Granada (Meta), Puerto Guzmán (Putumayo),Montenegro (Quindío), Arauquita (Arauca), Quinchía (Risaralda) y Quimbaya (Quindío).En lo esencial, estos municipios insinúan dos dinámicas. La primera se presenta en losmunicipios del piedemonte de la Cordillera Oriental, en los departamentos de Putumayo,Caquetá, Meta y Arauca, donde se combina la incidencia de la confrontación armada y lapresencia de actores organizados, que ejecutan homicidios selectivos. La otra dinámica esla de los municipios que hacen parte de departamentos del occidente colombiano,principalmente en Valle, Viejo Caldas y Antioquia, donde el peso de actores relacionadoscon el narcotráfico es sobresaliente.

En efecto, se encontró que 15 de los 23, es decir el 65%, casi dos de cada tres, tienen almismo tiempo porcentajes en homicidios relacionados con la confrontación armada porencima del promedio colombiano que fue de 12.9%, lo que sugiere la importancia deeste factor en estos municipios con un alto componente rural. En segundo término, existeuna relación con el sicariato en el 34.7% de estos municipios, que no es despreciablesobre todo si se sabe que es la categoría más castigada por el no registro. Se corrobora asíque las tasas en estos municipios suben ante todo por muertes en la confrontación y porhomicidios selectivos.

Lo que ocurre en los 23 municipios más afectados no da cuenta de las dinámicas que seesconde detrás de los 54 que superaron el promedio nacional. Considerando estos últimos,la relación entre la confrontación armada y altas tasas de homicidio es significativa en 34, esdecir en el 62.9% de éstos. Los municipios donde más de la mitad de los homicidios están

Page 345: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

346

asociados a la confrontación o a asesinatos selectivos identificados en esta categoría por laPolicía, son Cartagena del Chairá y Puerto Rico en Caquetá; Dabeiba en Antioquia; San Juandel Cesar en La Guajira; Urrao, Ituango, y Sonsón en Antioquia; Ábrego en Norte deSantander; Orito y Puerto Guzmán en Putumayo; Quinchía en Risaralda y Samaná en Caldas;todos éstos principalmente afectados por la presencia de las Farc.

Las relaciones entre tasas altas y altos niveles sin información sólo se da en un tercio delos municipios, principalmente en el suroccidente nuevamente, donde la dinámica estáasociada al narcotráfico. Se destacan La Virginia y Belén de Umbría, en Risaralda; Guacarí,Roldadillo, Zarzal, La Unión, Dagua y Anserma Nuevo, en Valle del Cauca; Marinilla, Andes,Santuario, Yarumal, Barbosa y Sonsón, en Antioquia; Mariquita y Ortega en Tolima; OlayaHerrera en Nariño.

La relación entre altas tasas de homicidio y participaciones en la modalidad de sicariatopor encima del promedio colombiano, sólo se da en 18 de los 54 municipios, es decir enel tercio, el 33.3%, porcentaje que de todas maneras no es despreciable, más si se tieneen cuenta que se presenta una proporción parecida de municipios que tienen altos nivelessin información. Su distribución en la geografía es muy particular. En la zona occidental,se presentan dos de Antioquia, Puerto Berrío y Sabaneta; Palestina en Caldas y Montenegro,Quimbaya y La Tebaida en Quindío; así mismo, del piedemonte de la Cordillera Orientalestán Valle del Guamuéz en Putumayo; Granada en Meta y Arauquita en Arauca. Además,aparecen dos en Norte de Santander, Tibú y Ábrego, uno de Santander, Cimitarra, uno deBoyacá, Puerto Boyacá, además de Santa Rosa del Sur en Bolívar y Barrancas en La Guajira.

Es importante señalar que en este conjunto de 18 municipios, además de altos niveles desicariato, en 7 se producen al mismo tiempo altos niveles de la confrontación armada,ocurre en Valle del Guamuéz, Arauquita, Tibú, Ábrego, Santa Rosa del Sur, Barrancas y ElBordo, este último en Cauca.

En lo que respecta el grupo seis, de los 155 municipios entre veinte y treinta mil habitantes,59, el 38.1%, presentan una tasa de 2005–2006 superior al promedio nacional de 38.3hpch. Adicionalmente, 21 de los municipios críticos presentaron tasas por encima deldoble de la tasa nacional. Éstos son, en su orden: Vistahermosa (Meta), Puerto Rico (Meta),Riofrío (Valle), Aguazul (Casanare), Miraflores (Guaviare), San Carlos (Antioquia), Sardinata(Norte de Santander), Algeciras (Huila), Calamar (Guaviare), Sabana de Torres (Santander),Fortul (Arauca), El Retorno (Guaviare), Bugalagrande (Valle), Mistrató (Risaralda), Marsella(Risaralda), La Montañita (Caquetá), Córdoba (Nariño), Neira (Caldas), Puerto López (Meta),Acevedo (Huila) y Valparaíso (Caquetá).

En el grupo seis, el número de municipios afectados por tasas por encima del promedionacional que corresponden con altas participaciones de armas de fuego es cercano a seis decada diez y entre aquellos que la superan ampliamente, en más del doble, es de cerca desiete de cada diez. La relación tiene alguna relevancia en otras armas, pues se presenta encuatro de cada diez y es mucho menor en armas blancas, pues se da solamente en tres decada diez. En general, en móviles, estos municipios tienen una relación entre altas tasas yconfrontación armada, pues se produce en el 67.8% de los considerados, situación que esmás nítida en contextos rurales y particularmente en el piedemonte de la Cordillera Oriental.

Estadísticamente, la relación no es tan relevante entre altas tasas de homicidio yparticipaciones porcentuales en homicidios sin información, donde sólo se da en 20municipios, es decir el 33.8%, ni tampoco con sicariato, relación que se produce en 21municipios, es decir el 35.6%. No obstante, vistos en conjunto estos dos móviles, la relaciónno es despreciable. Sin embargo, hay que señalar que los homicidios sin información

Page 346: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

347

tienen relieve en Antioquia, Valle del Cauca, Caldas y Risaralda, que en su conjuntoconcentran el 75% de estos municipios. Por su lado, aquellos relacionados con sicariatose reparten entre Caldas, Quindío, Meta, Caquetá, Casanare, Arauca, Norte de Santander,La Guajira, Atlántico y Córdoba, es decir que se mezclan regiones donde predominan lasmuertes resultantes de la confrontación y aquellas donde incide el narcotráfico.

En contraste, en estos municipios del grupo seis, la relación no es relevante con riñas yatracos, pues es de 30.1% para los primeros, y de solamente 10.2% en los segundos, esdecir los individuos y la pequeña delincuencia no incide en las elevadas tasas dehomicidio.

Siguen los grupos siete, ocho y nueve, que en su conjunto agrupan 717 municipios, enlos cuales el peso de la población rural es predominante.

El grupo siete está conformado por 320 municipios entre diez y veinte mil habitantes y ensu conjunto representan el 44.6% de los del país, es decir casi la mitad. En términosrelativos, los niveles de homicidios altos no afectan porcentajes de municipios tan elevadoscomo en los grandes e intermedios en su conjunto, pues de 320, solamente en el 34.4%de ellos, 110, la tasa de 2005-2006 fue superior al promedio nacional de 38.3 hpch y enel 65.6% restante estuvo por debajo, es decir que aproximadamente uno de cada tresmunicipios registraron niveles muy altos y altos, y dos no. Adicionalmente, 49 de loscríticos presentaron tasas por encima del doble de la tasa nacional, lo que significa que el15.3% de los 320 municipios cumplieron con esta condición y el 44.5% de los 110 quesuperan la del país.

No obstante que en términos relativos son pocos municipios afectados por tasas superioresal doble de la nacional, en términos absolutos son muchos, situación explicable porque elgrupo abarca una gran cantidad de municipios. En su orden, de la mayor a la menor tasa,los que doblaron o más la tasa del país, son: San Juan de Arama (Meta), Valdivia (Antioquia),Policarpa (Nariño), Briceño (Antioquia), Bolívar (Valle), Hacarí (Norte de Santander), Mutatá(Antioquia), Mesetas (Meta), Anorí (Antioquia), El Paujil (Caquetá), Puerto Concordia (Meta),Solita (Caquetá), Uribe (Meta), San Pedro (Valle), Tauramena (Casanare), Dibulla (La Guajira),Teorama (Norte de Santander), Calima (Valle), Ricaurte (Nariño), Trujillo (Valle), PuertoLleras (Meta), El Águila (Valle), Yotoco (Valle), Nariño (Antioquia), Salgar (Antioquia),Mercaderes (Cauca), La Victoria (Valle), Remedios (Antioquia), Belalcazar (Caldas), Taminango(Nariño), Hato Corozal (Casanare), Apía (Risaralda), Monterrey (Casanare), El Tarra (Nortede Santander), Viterbo (Caldas), La Macarena (Meta), San José del Fragua (Caquetá), Génova(Quindío), Risaralda (Caldas), Puerto Caicedo (Putumayo), Santo Domingo (Antioquia),Alcalá (Valle), El Dovio (Valle), Santuario (Risaralda), Obando (Valle), El Dovio (Valle), ElRosario (Nariño), El Castillo (Meta), Toro (Valle) y Yolombó (Antioquia).

El 65.4% de los 110 municipios que superaron la tasa nacional tienen al mismo tiempoparticipaciones en armas de fuego por encima de Colombia. El porcentaje sube al 77.5%,cuando se consideran los 49 municipios que superaron la tasa en el doble o más, unindicio de la elevada participación de actores organizados y una señal de que ésta esmayor en la medida en que la tasa es más alta.

En otras armas, la relación a primera vista no es fuerte, pues solamente en el 32.7% delos municipios, existe al mismo tiempo altos niveles de homicidios y participacionesporcentuales por encima del país, pero éstas adquieren relieve si se suman a las armasde fuego. Lo anterior señala que la confrontación armada, en estos municipios pequeños,donde el peso de lo rural es importante, adquiere relieve para explicar las elevadas tasasde homicidio. En particular, en este marco, el uso de otras armas, como minas

Page 347: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

348

antipersonal, granadas y explosivos, inciden en una parte de estos municipios, ademásde las armas de fuego. Se hace evidente no solamente en municipios del piedemontede la Cordillera Oriental, como en Meta y Casanare, sino también en varios de Antioquia,Nariño, e incluso en algunos de Valle y Boyacá. En armas blancas, la relación sólo se daen cerca de tres de cada diez.

En términos de móviles la relación entre altos niveles de homicidios y participacionesporcentuales de homicidios relacionados con la confrontación armada por encima de lacolombiana se da en el 65.5%, es decir 72 municipios. Este comportamiento se relacionacon enfrentamientos entre el Estado y la subversión, con ataques llevados a cabo por losgrupos irregulares, en los que pesa mucho el arma de fuego y el uso de minas, granadasy explosivos, pero así mismo, con homicidios selectivos, cometidos principalmente porparte de grupos guerrilleros. Se analizaron los municipios, donde la confrontación armadaincidió en la mitad o más de los homicidios y se tiene que sobresalen en el oriente del paísseis municipios del Meta, donde en los dos últimos años se han concentrado operacionesmilitares y actuaciones de las Farc; cuatro municipios del Caquetá y cinco de Casanare. Noobstante, esto se produce también en nueve de Antioquia, en cuatro municipios delCatatumbo y en cuatro de Nariño, es decir que tiene lugar en varias regiones del país,donde la incidencia de las Farc es significativa.

En contraste, solamente 27 de 110 municipios presentaron una participación porcentualen sicariato superior al promedio nacional de 20.1%, explicable en parte por la relevanciaque adquiere la categoría asociada a la confrontación armada. Así mismo, es evidenteque buena parte de los homicidios asociados a este móvil quedaron escondidos en lacategoría sin información. No en vano tienen altos niveles sin información y tasas muyelevadas al mismo tiempo municipios del Viejo Caldas y Valle. Por otro lado, se presentanal mismo tiempo tasas altas y porcentajes elevados de sicariato en tres municipios deCaldas, uno de Quindío, uno en Antioquia, tres del sur del Casanare, uno de Norte deSantander y varios en la Costa Caribe, en Atlántico, Cesar y La Guajira.

La relación entre homicidios sin información y altas tasas de homicidio no es despreciable,pues ocurre en el 42.7% de los municipios. En este nivel, se hace evidente que Valle, elViejo Caldas y Antioquia, con altos niveles sin información, son departamentos que tienenimportantes niveles de subregistros en sicariato, por lo que se puede intuir que buenaparte de estos homicidios pudieron en últimas estar asociados a actores organizados.

Es significativo que 210 municipios de los 320 considerados en este grupo de poablaciónregistren bajos niveles de homicidios, es decir que el grupo siete tiene entonces uncomponente muy elevado de municipios pacíficos; 16 no presentaron ni un solo homicidioy otros 69 registraron un homicidio promedio anual en 2005-2006. Adicionalmente,incluidos los anteriores, en el 48.6% de estos municipios, casi la mitad, no se produjeronmás de dos homicidios por año. De la misma manera, solamente en el 10.4%, se presentóun promedio anual superior a cinco; el que más homicidios registró fue de 6,5 en promediopor año. Estas cifras nos señalan que en términos absolutos, los homicidios tienen unpeso muy reducido en los municipios con tasas por debajo de las del país. Se destacan 37de Cundinamarca, 22 de Boyacá, 16 de Bolívar, 15 de Antioquia, 15 de Nariño, 12 deSantander, 11 de Magdalena, 10 de Córdoba, 9 del Cauca, 8 de Norte de Santander yCesar, 7 de Atlántico y Chocó, entre los más significativos y que en su conjunto dibujanlas áreas más pacíficas de este grupo.

Se tiene entonces que en los 320 municipios del grupo siete, las tasas de homicidio elevadasestán asociadas a altas participaciones en armas de fuego y en general a homicidios asociadosa la confrontación armada, bien sea que hayan sido determinados por armas de fuego o

Page 348: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

349

por otros medios como minas, granadas y explosivos. Este comportamiento es especialmentenítido en el oriente del país en los departamentos de Meta, Caquetá y Casanare, pero asímismo en Antioquia, Norte de Santander y Nariño. Adicionalmente, están asociados a altosniveles de móviles no identificados, sin información, que al mismo tiempo fueron cometidoscon armas de fuego; lo anterior se registra en el eje Valle, Viejo Caldas y Antioquia, queexplica que las asociaciones con sicariato sean bajas en las estadísticas. No son relevanteslas armas blancas, como tampoco lo son móviles como las riñas y los atracos.

En el grupo ocho, existen 254 municipios entre cinco y diez mil habitantes y sólo en 65 deellos, es decir en el 25.6%, la tasa de 2005–2006 fue superior al promedio nacional de38.3 hpch y en el 74.4% restante estuvo por debajo; es decir que en este grupoaproximadamente uno de cada cuatro municipios registraron niveles muy altos y altos ytres no; lo que corrobora que en la medida en que los municipios son más pequeños, elporcentaje de los no violentos es mayor que en los más grandes.

Sin embargo, 29 municipios presentaron tasas por encima del doble de la nacional, lo quesignifica que el 11.4% de los 254 municipios cumplieron con esta condición y el 44.6% delos 65 que superan el promedio del país. Son éstos, en su orden de mayor a menor,Cumbitara (Nariño), San José del Palmar (Chocó), Cubarral (Meta), Fuente de Oro (Meta),Argelia (Valle), Urumita (La Guajira), Baraya (Huila), Balboa (Risaralda), Guamal (Meta), ElCairo (Valle), Sabanalagra (Antioquia), Villacaro (Norte de Santander), Cantagallo (Bolívar),Morelia (Caquetá), Salento (Quindío), Cabrera (Cundinamarca), Belén de los Andaquíes(Caquetá), Vijes (Valle), Versalles (Valle), Casabianca (Tolima), Hobo (Huila), Pauna (Boyacá),Nátaga (Huila), Villavieja (Huila), Caicedo (Antioquia), Marmato (Caldas), Bojacá(Cundinamarca), Ulloa (Valle del Cauca) y Guayabal (Tolima).

En los 65 municipios con tasas por encima de la del país, 48, es decir el 73.8%, tienenparticipaciones porcentuales en armas de fuego superiores al 80.5% que se registró en elpaís. La proporción sube a 79.3%, cuatro de cada cinco, cuando el análisis se hace respectode los 29 municipios que superaron en más del doble la tasa promedio para 2005–2006,indicio de la importante participación de actores organizados en los pocos municipiosafectados por tasas elevadas.

En 15 de los 65 municipios considerados, se producen tasas por encima del país en 2005-2006 y al mismo tiempo participaciones en otras armas por encima del promedio nacionalde 5.1%, es decir en 13.1% de los municipios analizados. No obstante, esta categoría nose puede separar de las armas de fuego, pues en los contextos rurales, se asocian muy amenudo a minas, granadas o explosivos, y por lo tanto a la confrontación armada.

En contraste con las armas de fuego, en las armas blancas la relación es menos relevante,25 de los 65 municipios que registraron tasas por encima del país en 2005-2006 presentanal mismo tiempo participaciones en armas blancas por encima del promedio nacionalde 14.4%; es decir en el 38.5% de los municipios, casi la mitad del 73.8% que se registraen armas de fuego. Las armas blancas no tienen entonces tanta relevancia como las defuego para explicar los índices elevados y adquieren más relevancia en los municipioscon tasas bajas.

Veamos ahora las conclusiones sobre los móviles. Los relacionados con la confrontaciónarmada son los que sobresalen más en las estadísticas de los municipios con tasas elevadas,lo que se produce en 32 de 65, es decir en el 49%, es decir que la relación se presenta enuno de cada dos. Se analizó la distribución espacial de los municipios, en los que la mitad omás de los homicidios se explican por móviles asociados a la confrontación armada y seencontró que esto se produce en 15. Se distribuyen en varias zonas de la geografía nacional

Page 349: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

350

donde las guerrillas y especialmente las Farc tienen relevancia: Norte de Santander, Santander,Huila, Tolima, La Guajira, Bolívar, Sucre, Chocó, Nariño e igualmente se destaca Cundinamarca.

Sobre los homicidios sin información, se encontraron que en 28 de 65 municipios sepresentaron participación superior al 44.8%, y al mismo tiempo las tasas son elevadas; laproporción es del 43.1%, si bien inferior a la mitad, de todas maneras relevante. En el75% de estos 28 municipios, la participación en armas de fuego es superior al promediodel país, un indicio del peso que tienen actores organizados en los municipios con nivelesde homicidios altos. Se encontraron 26 municipios en los que la mitad o más de loshomicidios se explican por móviles sin información. La mayoría son del occidente: Antioquiay el Valle aportan la mitad, aparecen dos en Caldas y Risaralda en su conjunto y tres enTolima. Por otro lado, en el oriente, tres están ubicados en Meta, y en forma más aislada,otros departamentos del país, en Boyacá, Cauca, Huila, Nariño y Santander, con uno cadauno. El peso del occidente del país sugiere que en estos municipios existe subregistro demóviles asociados a actores organizados, tal como ocurre en otros tamaños de población.

En sicariato, la relación es menos relevante que en los homicidios asociados a laconfrontación armada y sin información en lo relacionado con los municipios con tasaselevadas. En este sentido, 16 municipios de 65, el 24.6%, es decir aproximadamente unode cada cuatro registra un nivel mayor que el nacional. Se producen en forma dispersa enCundinamarca, Boyacá, Quindío, Caldas, Caquetá, Meta, La Guajira, Norte de Santander,Santander y Nariño.

Un aspecto que llama la atención es el elevado nivel de municipios con tasas muy bajas.Es indudablemente un grupo que aporta muchos municipios que podríamos denominarno afectados por los homicidios. En términos absolutos, hay 51 municipios que noregistraron un solo homicidio en los dos años considerados, 2005-2006; en 50, se produjoun homicidio en los dos años, en 23 municipios más un homicidio en promedio por añoy en 61 más se presentó como siete homicidios en dos años. Se destacan con niveles muybajos 45 municipios de Boyacá, 32 de Cundinamarca, 18 de Santander, 15 de Chocó, 13de Antioquia,13 de Nariño, ocho de Huila, para no destacar sino los más significativos.

En conclusión, en los municipios del grupo ocho, como en los demás grupos analizados,existe una relación entre armas de fuego y tasas elevadas, mientras que las armas blancasadquieren más relieve entre los municipios con tasas bajas; las otras armas tienen unaasociación más estrecha con los municipios con tasas altas, pues éstas están relacionadascon la confrontación armada. Entre los móviles, el que más explica las tasas elevadas, porencima del promedio nacional, de acuerdo con las estadísticas disponibles, es laconfrontación armada. Esta categoría prácticamente explica las tasas altas en uno de cadados municipios, y a éste le siguen los homicidios sin información; esto último no deja deser relevante, pues los registros son débiles en buena parte del occidente colombiano,donde convergen tasas altas y participaciones elevadas de armas de fuego, lo que sugierela participación de actores organizados. Por lo demás, el sicariato, las riñas y el atracotienen una incidencia mucho menor en las estadísticas conocidas. Adicionalmente, sepuede afirmar que las proporciones en armas y móviles no son despreciables en losmunicipios con tasas bajas, situación que se explica por el escaso volumen de homicidiosanalizados, que hace que uno o dos determinen cambios muy bruscos en las proporcionesanalizadas. Este grupo aporta un importante volumen de municipios no afectados por elhomicidio en Boyacá, Cundinamarca, Santander, Antioquia, Chocó y Nariño, para nomencionar sino algunos.

Finalmente, el grupo nueve está conformado por 143 municipios de menos de cinco milhabitantes. De ellos, 37, es decir el 25.9%, presentan una tasa de 2005–2006 superior al

Page 350: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

351

promedio nacional de 38.3 hpch y en el 74.1% restante estuvo por debajo, es decir eneste grupo aproximadamente uno de cada cuatro municipios registraron niveles muyaltos y altos y tres no. Se corrobora que los municipios más pequeños no son tan afectadosen términos relativos por altos niveles de homicidios, como lo son los grandes y los detamaño intermedio. Adicionalmente, 18 municipios presentaron tasas por encima deldoble de la tasa nacional, lo que significa que el 12.6% de los 143 municipios cumplieroncon esta condición y el 48.6% de los 37 que superan la del país.

Entre los 37 municipios que presentaron tasas por encima del promedio nacional para2005-2006, en 23, es decir el 62.2%, las participaciones de armas de fuego estuvieronpor encima del promedio nacional de 80.5%, es decir seis de cada diez. Si examinamos los18 municipios que superan el promedio nacional en más del doble, la proporción sube al72.2%. Estos municipios son, en su orden, de mayor a menor: La Jagua del Pilar (LaGuajira), Carurú (Vaupés), Sipí (Chocó), Barranca de Upía (Meta), El Dorado (Meta), Pisba(Boyacá), Castilla La Nueva (Meta), Marulanda (Caldas), San Cayetano (Norte de Santander),Sácama (Casanare), Puerto Parra (Santander), Chalán (Sucre), Cepitá (Santander), Valle delSan Juan (Tolima), Albán (Cundinamarca), Jesús Matía (Santander), Olaya (Antioquia) ySan Eduardo (Boyacá).

Los cálculos señalan que en estos municipios existe una correspondencia entre altos nivelesde participaciones de armas de fuego y tasas por encima del promedio nacional. Entre losmunicipios que presentan tasas por encima del promedio nacional, pero cuya participaciónen armas de fuego es inferior, se presentan 6 de 16 municipios en los que otras armastienen un peso superior al promedio nacional, que a su turno están asociados con altasparticipaciones de homicidios atribuidos a la confrontación armada, a saber Carurú enVaupés, Coello en Tolima, Corrales y Labranzagrande en Boyacá, Guataquí enCundinamarca y Sácama en Casanare.

En contraste, las armas blancas sólo tienen una asociación con altas tasas de homicidioen uno de cada tres casos. Por otro lado, en el 18.9% de los analizados, es decir casi unode cada cinco, existe una relación entre tasas altas y participaciones significativas en otrasarmas. No son entonces, las otras armas, por si solas, las que determinan los niveleselevados de los homicidios en los municipios más pequeños. No obstante, como se haanotado, éstas se deben sumar a las de fuego como determinantes asociados a laconfrontación armada, por lo que en últimas ayudan a explicar los homicidios ocasionadospor actores organizados, en este caso las guerrillas.

En lo que respecta a los móviles, 19 de los 37 municipios considerados, es decir el 51.4%del total de los analizados, presentan al mismo tiempo tasas por encima de la del país yparticipaciones en homicidios asociados a la confrontación armada por encima del 12.9%nacional; es decir que uno de cada dos municipios con tasas altas se explican por laconfrontación armada, cálculo adicional que permite concluir que la confrontación armadaincide en municipios de tamaño pequeño y en especial en éstos, que son de menos decinco mil habitantes. La distribución espacial de estos homicidios asociados a laconfrontación armada, que en su gran mayoría explican más de la mitad de todos loshomicidios de cada uno de éstos, se concentran principalmente en Boyacá y Casanareque en su conjunto suman ocho, casi la mitad. Adicionalmente, se destacan tres enSantander, dos en Meta y uno respectivamente en Caldas, Chocó, La Guajira, Sucre, Tolimay Vaupés. En su conjunto son municipios que en términos absolutos presentan pocoshomicidios (en el que más se produjeron es Castilla La Nueva, donde ocurrieron trece endos años), por lo que muy pocos homicidios asociados a la confrontación arrojanporcentajes muy elevados.

Page 351: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

352

12 de los 37 municipios, el 32.4%, presentan tasas por encima del promedio nacionalpara 2005-2006 y al mismo tiempo participaciones porcentuales de homicidios sininformación por encima del 44.8%. A su turno, 7 de estos 12 municipios presentanporcentajes del 100% en armas de fuego, lo que sugiere la participación de actoresorganizados. De nuevo se destaca Boyacá, que aporta cuatro de estos municipios conaltas participaciones en homicidios sin información y también el departamento del Meta,con otros cuatro municipios. En forma más dispersa y aislada, aparece uno en Antioquia,Huila y Tolima, respectivamente.

En sicariato, hay 9 municipios de 37, el 24.3%, donde la participación de esta modalidadestá por encima del promedio nacional; cerca de uno de cada cuatro. En este caso, sedestacan dos de Cundinamarca, dos de Casanare, y uno en Boyacá, Meta, Norte deSantander, Santander y Vichada. En 11 de los 37 municipios analizados, las riñas tienenparticipaciones superiores al porcentaje que arrojó el país de 10.5%; el 29.7% de losanalizados. No es una proporción despreciable, pues es casi uno de cada de tres municipios,no obstante es de destacar que esto ocurre en municipios donde en términos absolutosse producen pocos homicidios. En atracos, la correlación sólo se da en el 10.8% de losmunicipios con tasas elevadas.

En contraste, los 106 municipios restantes, el 74% del total, registran tasas por debajo delpromedio nacional de 38.3 hpch. Es significativo reportar que 70 municipios, el 66%, esdecir dos de cada tres, no registraron un solo homicidio en 2005 y 2006. Además, setienen 13 municipios donde solamente se produjo un homicidio en dos años, 17 más endonde únicamente se presentó un homicidio por año en promedio, y cuatro dondeúnicamente se produjeron tres homicidios en dos años. Entre los municipios con tasaspor debajo de las del país, se destacan 30 de Boyacá, 22 de Santander, 12 de Cundinamarca,8 de Guainía, 7 de amazonas, 6 de Antioquia, 4 de Vaupés y Norte de Santanderrespectivamente, entre los departamentos más sobresalientes.

Se concluye que los municipios de menos de cinco mil habitantes presentan muy pocoshomicidios en términos absolutos y en una proporción considerable no se produce ninguno.No obstante, cerca de uno de cada cuatro presentan tasas por encima del promedio del paíspara 2005–2006; son en total 37 municipios en los que las altas tasas se explican por el pesode las armas de fuego, que es significativa en seis de cada diez. Adicionalmente, están asociadosa la confrontación armada, pues uno de cada dos tienen participaciones significativas en estamodalidad; en su mayor proporción, estos últimos son ocasionados por armas de fuego; sinembargo, cerca de uno de cada cinco dan cuenta de la utilización de medios como las minas,las granadas, los explosivos y otros que son característicos del accionar de grupos irregulares,especialmente de las guerrillas. Adicionalmente, cerca de uno de cada tres, tienen unaparticipación porcentual en homicidios sin información por encima del promedio nacional yen cerca de uno de cada cuatro, el sicariato tiene relevancia. En contraste, tres de cada cuatromunicipios de este grupo reportan muy bajos niveles de homicidios, situación que corroboraque entre más pequeños son los municipios, más pacíficos son en términos relativos.

En la segunda parte del escrito, se profundizó en seis ciudades: Medellín, Cali,Buenaventura, Cúcuta y Pereira y Dosquebradas; estas dos últimas se enfocaron de maneraconjunta en cuanto son ciudades vecinas que ameritaron un tratamiento común. Medellínes interesante en cuanto históricamente presentó tasas muy por encima del promedionacional; sin embargo, en los últimos tres años éstas descendieron hasta ubicarse pordebajo de las del país. Por el contrario, Cali ha mantenido promedios por encima del niveldel país. Por lo anterior, para Medellín se enfatizó en los factores que determinaron unabaja considerable en los homicidios, mientras que para Cali, no obstante que hubieranbajado en los dos últimos años, se analizó porque persisten niveles elevados.

Page 352: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

353

Buenaventura es un caso aparte, pues en los últimos años se ha presentado unincremento en las tasas de homicidio, mientras que las del país se orientan a la baja.El fenómeno reciente en Buenaventura es fundamentalmente urbano y se buscóinterpretar los factores asociados con este comportamiento ascendente. Algo parecido,se examinó en los casos de Pereira y Dosquebradas, cuyos niveles de homicidios siguensiendo muy elevados en los últimos años, no obstante que el comportamiento delconjunto del país se oriente a la baja. Finalmente Cúcuta, como Medellín, presentadisminuciones en los últimos años, sin embargo sus niveles se mantienen por encimade los del país.

Los diferentes casos estudiados sirvieron para demostrar que aún en las ciudades, losfactores relacionados con los incrementos de los mismos están asociados con temasrelacionados con los actores organizados, que no es exclusivo del campo colombiano,donde se desenvuelve con mayor fuerza la confrontación armada. En las ciudades,dependiendo del caso de que se trate, se mezclan actores irregulares y criminales, queson los que en última instancia explican los altos niveles de homicidios. De esta manera,se llamó la atención sobre el poco peso que tienen los individuos y la pequeña delincuenciasobre los altos niveles de homicidios.

En los casos de Medellín y Cali, se utilizó una serie entre 1985 y 2006 que construyó PazPública de la Universidad de los Andes con base en información del Instituto Nacional deMedicina Legal y Ciencias Forenses, Medicina Legal, ejercicio que se prolongó hasta 2003.Esta información se actualizó hasta 2006 con las bases de datos que Medicina Legalsuministró al Observatorio entre 2004 y 2006. Esta información fue de una gran utilidad,porque permitió desagregar para una serie larga de tiempo los homicidios hecho porhecho, considerando al mismo tiempo variables como las armas, los móviles, la dirección,la comuna y el barrio, donde ocurrieron. Lo anterior permitió hacer análisis más sofisticadosen el tiempo, ubicar los sectores de la ciudad, donde se concentraron los homicidios,caracterizar sus cambios y contrastar esta información con información recopilada duranteentrevistas hechas en el terreno.

En los casos de Buenaventura, Pereira, Dosquebradas y Cúcuta, en los que no se disponede una serie tan larga, se utilizó la información de la Policía Nacional entre 1995 y 2006,para la que no se tiene información desagregada por armas, móviles, direcciones, barriosy comunas sino desde 2003 y se hicieron visitas a estas ciudades.

Se concluyó que las ciudades más afectadas por los índices de homicidios en los últimosaños están ubicadas en el occidente del país, principalmente en Antioquia, Valle y Risaralda,también en Cúcuta, ubicada en el nororiente colombiano. Un rasgo determinante quesobresale en todas éstas es el del narcotráfico. En unos casos, este factor dinamizóorganizaciones irregulares, como en Cúcuta, Medellín y Buenaventura pero en todas lasciudades consideradas, fortaleció estructuras delincuenciales y criminales; así mismo, esun factor que potenció pandillas juveniles, aspecto que se ilustra en Medellín, Pereira,Dosquebradas, Buenaventura y Cali.

En conclusión, el caso de Medellín no deja dudas sobre la incidencia de los actoresorganizados en el ascenso y la disminución de los homicidios. El incremento sostenidode los homicidios en buena parte de los años ochenta y hasta 1991, está relacionadocon el impacto del narcotráfico y su incidencia en organizaciones criminales;adicionalmente, se enmarca en el denominado narcoterrorismo. Posteriormente, despuésde que Escobar fuese dado de baja en 1993, hecho precedido por disputas entre los

Page 353: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

354

denominados Pepes y las estructuras que siguieron siendo fieles al jefe del cartel deMedellín, toma fuerza la denominada oficina de Envigado, que procede a lareorganización de las bandas criminales que habían adquirido dinámica alrededor delnarcotráfico.

Tres tipos de disputas se combinaron en los años más álgidos, entre 1998 y 2002. Éstas seprodujeron entre las milicias y las autodefensas, entre estructuras de autodefensas yparticularmente entre los bloques Metro y Cacique Nutibara y, finalmente, entre la oficinade Envigado y las bandas. La confluencia de estos tres procesos empujó el homicidiohacia arriba. A su turno, la disminución del homicidio está asociada a la cesación de estasdisputas. Si bien es cierto que la postura de los actores organizados jugó un papelpreponderante en la disminución de los homicidios a partir de 2002, particularmente elsometimiento o cooptación de las bandas a la oficina de Envigado, es de la mayorimportancia tener en cuenta el papel del Estado y de los gobiernos nacional y local. En elcaso de Medellín, las acciones llevadas a cabo por las autoridades y en particular la operaciónOrión, que se desarrolló en sectores de las comunas populares, donde la confrontaciónera intensa entre autodefensas y milicias, contribuyó a debilitar a las milicias, y por ende adisminuir las disputas con las autodefensas; también, propició crear las condiciones parallevar a cabo un proceso de paz con las autodefensas.

Este proceso y la posterior desmovilización de los bloques Nutibara y Héroes de Granadaes un factor que indudablemente determinó un cambio de actitud en estas organizacionesarmadas, que se comprometieron con la disminución del homicidio. Igualmente,desempeñó un papel muy importante el significativo incremento de la Fuerza Pública quecada vez hizo más presencia en barrios donde tradicionalmente no la había tenido; seinstalaron varios puestos de Policía y cada vez más se produjeron patrullajes por parte deunidades militares, factores que han limitado el accionar de combos y pandillas. Finalmente,incidieron las políticas de la administración municipal.

El caso de Medellín ilustra que el ascenso de los homicidios está muy relacionado con elascenso en la utilización de armas de fuego, es decir cuando el conjunto de los homicidiosllega a niveles muy altos, la participación de éstas es muy elevada, por encima del promediodel país. Así mismo, el caso de esta ciudad muestra que los descensos de los homicidiosestán asociados a la disminución de los propiciados por armas de fuego; sólo cuando latasa se sitúa por debajo de la del país, las armas blancas adquieren relevancia.

No obstante que la situación de los homicidios ya ha mejorado, persisten muchos problemaspor resolver. La presencia de estructuras organizadas persiste, la oficina de Envigado semantiene, existen disputas relacionadas con el reacomodamiento en su interior y se presentauna situación latente de violencia relacionada con la presencia de bandas y combos.

En el caso de Cali, los homicidios están también asociados a actores organizados y en unamenor medida a individuos y a la pequeña delincuencia. En esta ciudad, el narcotráficono se puede analizar en forma separada de las organizaciones delincuenciales y criminales,las pandillas y el fenómeno de limpieza social, que en su conjunto explican los elevadosniveles de homicidios. La relación es estrecha y estas organizaciones se dinamizaron porefecto del narcotráfico, evidente en las bandas, que si bien arreglan negocios con lasoficinas de cobro y contratan trabajos de sicariato, a su turno tienen autonomía y desarrollandelitos por cuenta propia, aprovechando la infraestructura de que disponen. Es igualmentenítido en lo que se refiere a las pandillas, que tienen relación con el expendio de droga ysirven de cantera para el reclutamiento por parte de las bandas, las cuales en últimas

Page 354: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

355

producen sicarios que prestan sus servicios a las oficinas de cobro. Finalmente, la limpiezaen Cali ha sido llevada a cabo por narcotraficantes, milicianos, integrantes de bandas ymuy variadas organizaciones de carácter barrial.

Hay, no obstante, aspectos particulares en cada década. Los altos niveles de los añosochenta se explican no solamente por la vigencia del narcotráfico, y en especial del cartelde Cali, sino también por la presencia del M-19. Al respecto, se debe considerar que entre1985 y 1988, el cartel de Cali contaba con un aparato de sicarios de grandes proporciones,que si bien tenía presencia en buena medida en el Norte del Valle, tenía también incidenciaen la capital del departamento. Por otro lado, entre los años 1985 y 1987, la presencia delM-19 incidió directamente en los homicidios y repercutió en la cultura de los jóvenes, quese inclinaron a armarse, a conformar pandillas, a vincularse a la delincuencia. Igualmente,creó un precedente en lo que respecta a la limpieza, pues la organización guerrilleraasesinaba pequeños delincuentes, como método para legitimarse en los barrios, prácticaque posteriormente se generalizó en la ciudad.

En la década de los noventa, el tema del narcotráfico y su incidencia en otras organizacionessiguió vigente. No obstante, se presentan algunos momentos de ruptura. La disminuciónde los homicidios entre 1995 y 1997 se puede asociar a la captura, muerte o extradiciónde los más connotados jefes del cartel de Cali. Posteriormente, el ascenso de los homicidiosa partir de 1999 y particularmente entre 2003 y 2004, se explica en parte por la irrupciónde nuevas organizaciones y en particular de las asociadas al llamado cartel del norte delValle. Con el desmantelamiento del cartel de Cali, las oficinas de cobro, que actúan enestrecha relación con las bandas, no desaparecieron sino que por el contrario semultiplicaron. Éstas adquirieron especial protagonismo en la ciudad en 2003 y 2004, enel marco de los enfrentamientos entre sectores del cartel del Norte del Valle, en particularentre Wilber Varela y Diego Montoya. Con la firma de un pacto de no agresión, loshomicidios se redujeron. Así mismo, juegan un rol importante en este sentido, las políticaslocales de seguridad y el incremento y el uso más eficiente de la Fuerza Pública.

En Cali, a diferencia de Medellín, donde las bandas fueron sometidas o cooptadas por laoficina de Envigado, las organizaciones criminales han estado en los últimos años articuladasa sectores en disputa, razón que explica que los altos niveles de homicidio persistan. En lacapital del Valle, a diferencia de Medellín, tampoco se presentaron desmovilizaciones, pues lasoficinas y las bandas no quedaron articuladas a una organización que presentara estascaracterísticas. Si bien Varela y Montoya hicieron esfuerzos por ser reconocidos como jefes deautodefensas, esto no ocurrió. De esta manera, las bandas tienen más autonomía y le sirvena varios postores, lo que explican que los niveles de homicidios se mantengan por encima delpromedio nacional, a pesar de los esfuerzos que han hecho las autoridades para reducirlos.

En el caso de Buenaventura, los altos niveles de homicidios responden también a laactuación de actores organizados. Entre 1999 y 2002 (el pico fue el año 2000), son laexpresión de la incursión de las autodefensas y en particular del bloque Calima de lasAUC, años en que tuvieron una incidencia rural y urbana, por las disputas que sostuvieroncon las Farc y por el inicio del repliegue de estas últimas desde la zona urbana hacia elsector rural. Las disminuciones entre 2003 y 2004 se enmarcan en la desmovilización delbloque Calima y por efecto de la acción de las autoridades, que golpeó fuertemente aestas estructuras; los niveles se mantienen no obstante elevados. Finalmente, entre 2005y mediados de 2007, se reanudan las disputas, pues las Farc intentan volver a incursionaren la zona urbana, donde recuperan espacios estratégicos que habían perdido, procesoen el que se enfrentaron con grupos armados al servicio del narcotráfico, que se conformandespués de las desmovilizaciones, y que pretendieron neutralizar a la guerrilla, razón porla cual suben nuevamente los homicidios.

Page 355: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH

356

El puerto de Buenaventura es estratégico por la salida de droga, pero así mismo por laentrada de armas. Adicionalmente, es un lugar desde donde se dispensan remesas einsumos hacia otros lugares del Pacífico colombiano. Las disputas se explican entoncespor el control de barrios estratégicos en la medida en que su ubicación favorece elacceso al mar. El rasgo central en la coyuntura reciente es que los grupos armados alservicio del narcotráfico tienen menos acceso al mar, mientras que las milicias estánmejor posicionadas en los barrios palafitos; por lo anterior, las segundas tienen especialinfluencia en las comunas Dos, Tres, Cuatro, Cinco y Siete, principalmente, mientrasque los grupos al servicio del narcotráfico buscan desplazarlas y predominan en lascomunas Siete, Ocho, Nueve, Diez, Once y Doce. Las disputas fueron intensas en 2005y 2006 en las comunas Dos, Tres, Cuatro, y Siete; en 2007, los enfrentamientos semantienen en las anteriores y paulatinamente se intensifican también en las comunasCinco y Seis. Los homicidios no solamente son intensos por el control de espaciosestratégicos, tienen igualmente incidencia en barrios, donde se registra presencia deunos u otros actores, espacios donde se trasladan estas disputas. Adicionalmente, seexplican por oleadas terroristas por parte de las Farc. Son de todas maneras asociados aactores organizados, y particularmente a disputas entre las guerrillas y agrupacionesarmadas al servicio del narcotráfico.

Lo ocurrido en Pereira y Dosquebradas corrobora el peso de actores organizados en elincremento del homicidio, y como en los casos de Medellín y de Cali, un factor determinantees el narcotráfico. No por casualidad en Pereira los elevados niveles de homicidios coincidencon altas participaciones de armas de fuego, y así mismo, con elevados niveles de móvilessin información.

Las dos ciudades registran alta concentración de los homicidios y una correspondenciaentre éstos y la presencia de bandas, bandolas, pandillas y combos, muchos de los cualesarticulados por oficinas de cobro. Existe del mismo modo una correspondencia conestructuras de autodefensas, que como en Medellín, toman cuerpo en la relación entreoficinas y bandas; también inciden organizaciones de limpieza, igualmente dinamizadaspor el narcotráfico. En Pereira, los homicidios se concentran en el centro de la ciudad, porun lado, así como en sectores de Cuba y Villa Santana, entre los más afectados. EnDosquebradas, que tiene doce comunas, la mayoría de estratos bajos, ocurre en lascomunas Uno, Ocho, Nueve, Dos y Tres, y particularmente en los barrios El Japón, Primerode Agosto, Santa Isabel Uno, Camilo Torres, San Judas y Santa Teresita.

Los ritmos de los homicidios varían en Pereira y Dosquebradas. En Pereira, vienensiendo elevados desde los años ochenta, mientras que Dosquebradas alcanza los nivelesde la capital de Risaralda desde 2002. En Pereira, la tradición de elevados niveles dehomicidios desde hace dos décadas corresponde con el impacto del narcotráfico ycon las relaciones que se manejaron con los carteles de Cali y Medellín. Es así comoen la ciudad, se asentaron mandos medios de estas organizaciones e individuos quemanejaban la órbita comercial de los mismos y en ésta ascendieron pistoleros, traquetosy testaferros, que buscaban independencia y abrirse nuevos mercados y negocios,mientras se debilitaban los mafiosos por pugnas entre ellos y por la acción de lasautoridades. Tomaron fuerza por ello las oficinas de cobro y particularmente las redesde sicarios, que organizaban tanto los homicidios como los amarres, adoptandomodelos traídos de Valle y Antioquia; en esa medida, se volvieron un referente parautilizar integrantes de bandas y pandillas en la ejecución de estos trabajos. Estasestructuras, tanto las oficinas como las bandas y las pandillas, adquirieron aún másfuerza a mediados de los años noventa.

Page 356: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará

CARACTERIZACIÓN DEL HOMICIDIO EN COLOMBIA / 1995-2006

357

La dinámica del narcotráfico también presentó cambios hacia mediados de los añosnoventa, pues surgieron laboratorios en la región, situación que coincide con el ascensode nuevos grupos. Pereira se vuelve así receptor de dinámicas asociadas a lo que ocurríaen el corredor del río Cauca, y en particular el desarrollo de laboratorios y cristalizaderos,que buscaban exportar la coca por el Pacífico. Esta situación dinamizó las transaccionesdel narcotráfico en Pereira, lo que repercutió en el homicidio, pues el negocio incidió asímismo en toda la cadena de la criminalidad.

Un personaje central en los procesos de finales de los noventa y principios del nuevomilenio es Carlos Mario Jiménez, alias Macaco. De las oficinas de cobro y de las redes desicarios surgen las autodefensas. Si bien sus tentáculos se desarrollaron en otras regionesdel país, como Putumayo, el sur de Bolívar y el Bajo Cauca antioqueño, su repercusión enPereira y Dosquebradas no es despreciable. A partir de 2002, Dosquebradas, que tuvo enlos últimos años un crecimiento significativo, iguala a Pereira en niveles de homicidios. Seproducen limpiezas, pero así mismo se inicia un proceso de sometimiento de bandas ycombos. Un capítulo particular de esta dinámica es el surgimiento de la organizaciónCordillera, después de la desmovilización de las autodefensas. Esta organización impulsaun proceso de apropiación de los expendios en estas dos ciudades; de Pereira el procesose expande a Dosquebradas, y de esta última se pasa a Santa Rosa. Al parecer, Macaco yparte de los desmovilizados del bloque Mártires y Héroes de Guática participan de estaalianza, al igual que personajes como Wilber Varela, y representantes de otrasorganizaciones desmovilizadas. Los niveles de homicidios persisten en este marco, adiferencia de Medellín, y del país, donde se reducen.

Finalmente, en Cúcuta, los actores organizados invadieron la escena del homicidio desdelos años noventa y el peso de los individuos y de la pequeña delincuencia es irrisorio. Laciudad de manera histórica fue muy afectada por el homicidio, factor asociado a la existenciade organizaciones delincuenciales y criminales articuladas a tráficos ilegales, en particularel contrabando.

El ascenso de los homicidios entre 1998 y 2002 se explica en lo fundamental por la incursióny consolidación de las autodefensas en la ciudad y en particular por las disputas quesostuvieron con organizaciones criminales y delincuenciales, a las que sometieron ocooptaron, así como los enfrentamientos contra el ELN, aunque estas últimas nocontribuyeron al incremento en los homicidios a niveles muy altos, pues esta guerrilla sereplegó en 1999.

La disminución de los homicidios se produce desde 2003, proceso que se explica por ladisminución de las disputas y porque las autodefensas se posicionaron en la ciudad yejercieron control sobre tráficos y economías ilegales. Adicionalmente, la desmovilizacióndel bloque Catatumbo se produce en 2004; no obstante, no se puede descartar que lasdisminuciones en 2003 se produjeran de cara al proceso de paz. Este proceso refuerzala permanencia de los niveles de homicidios en niveles muy inferiores a los registradosen 2002.

En 2005 y 2006, los homicidios, no obstante que se orientan a la baja, siguen siendoelevados, pues se sitúan por encima del promedio nacional. La característica central delos homicidios en la actualidad es que siguen estando asociados a actores organizados,hecho que se comprueba si se tiene en cuenta que más del 90% se lleva a cabo con armasde fuego y más del 70% fue atribuido a la modalidad de sicariato. La característica es lareanudación de disputas entre facciones de grupos armados al servicio del narcotráfico,por el control de los expendios, de otros negocios ilegales y de la salida a Puerto Santandery hacia el Catatumbo.

Page 357: Caracterización del homicidiohistorico.derechoshumanos.gov.co/Observatorio/...del homicidio en Colombia desde una perspectiva histórica (1960-2006). Para tal efecto, se utilizará