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115 AÑOS DE POLLERAS... Y CONTANDO UNA EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA DEL MUSEF EVIDENCIA LA TRANSFORMACIÓN CONSTANTE DE LA CHOLA PACEÑA Y LAS MUCHAS PERFORMANCES QUE ESTE PERSONAJE DESARROLLA EN LA HISTORIA. ESTAÑO, AMARGO PAN: VERSOS DESDE DENTRO DE LA MONTAÑA UNA SERIE DE POEMAS QUE DESCRIBEN LA REALIDAD SOCIAL DE LOS TRABAJADORES MINEROS CONSTITUYE EL CORPUS DE ‘ESTAÑO, AMARGO PAN’. SE TRATA DE UN TEXTO QUE MÁS ALLÁ DE UNA FONÉTICA MELODIOSA APUNTA A LLEVAR UN MENSAJE DE REBELDÍA Y ESPERANZA. 4 Y 5 6 DOMINGO | 9 de agosto de 2015 | año 6 | N° 297 Museo Nacional de Etnografía y Folklore

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115 AÑOS DE POLLERAS... Y CONTANDOUNA EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA DEL MUSEF EVIDENCIA LA TRANSFORMACIÓN CONSTANTE DE LA CHOLA PACEÑA Y LAS MUCHAS PERFORMANCES QUE ESTE PERSONAJE DESARROLLA EN LA HISTORIA.

ESTAÑO, AMARGO PAN: VERSOS DESDE DENTRO DE LA MONTAÑA

UNA SERIE DE POEMAS QUE DESCRIBEN LA REALIDAD SOCIAL DE LOS TRABAJADORES MINEROS CONSTITUYE EL CORPUS DE ‘ESTAÑO, AMARGO PAN’. SE TRATA DE UN TEXTO QUE MÁS ALLÁ DE UNA FONÉTICA MELODIOSA APUNTA A LLEVAR UN MENSAJE DE REBELDÍA Y ESPERANZA.

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DOMINGO | 9 de agosto de 2015 | año 6 | N° 297

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2 Domingo 9de agosto de 2015

Es recurrente el análisis del estado de situación de la prensa cultural en un contexto que ha debilitado el rol de los medios tradicionales y que más bien ha revolucionado la generación

de contenidos especializados desde los sitios web, ese es el tan citado periodismo 2.0. Sin embargo, la velocidad de la evolución de la co-municación ha marcado a fuego un cambio en la sociedad de las redes sociales, incluso las pá-ginas web han sido —en muchos casos— reba-sadas por la inmediatez de las redes sociales y por el veloz alcance que ellas tienen.

El panorama no es muy diferente cuando se trata de la crítica especializada de arte. Las redes sociales son las que marcan las tendencias y orien-tan el consumo. “Hablando seriamente, creo que estamos viviendo el fin de la crítica tal como la conocíamos. El Buzz es la nueva crítica. Los cool hunters o los trendsetters son chicos negros o gays que están en internet, desde sus facebooks o cuentas de Twitter. Ellos marcan la tendencia, lo que hay que consumir a nivel masivo. Nos indican que es cool y lo que no. Y los diarios no pueden ju-gar ya ese rol. La jerarquía tradicional de la prensa cultural es algo del pasado.” Así lo manifiesta el escritor francés Frederic Martel en una entrevista para la Revista Ñ de Buenos Aires.

Buzz es ruido, es conversación, es el boca a boca. Buzz es la esencia de los medios socia-les. Buzz es lo que se dice en webs y blogs. Es la conversación en Facebook, es el RT de Twitter, el post en Linkedin. El Buzz está en Google, Vi-meo, YouTube, Myspace, Bebo, Flick, etc. Es de lo que se habla y por lo tanto es lo importan-te. Esta importancia que se le asigna a lo que se dice es lo que marca una tendencia, aquello que merece atención, y aunque regularmente esto esté alejado de la “alta cultura” y haga más eco del chisme de farándula, lo que más prensa

as 500 mejores aplicaciones para Android de 2013, los pokemones de tercera generación más resistentes en ba-talla, salsas que le van mejor a las papas fritas, poetas latinoamericanos desconocidos del siglo XX, las recetas de pizza más extremas (paradógicamente, ninguna con

queso), bandas glam del siglo XXI, las lunas de miel más amargas, me-jores interpretaciones de Al Pacino, peores secuelas cinematográficas, personaje favorito del mundo Tolkien, villanos más sádicos (omitien-do al Guasón porque todos sabemos que él es el más cruel de todos), el mediocampista más atacante, los insectos más pequeños, los insectos más grandes, el mejor lugar turístico para visitar un 15 de enero si es-tás solo y en el hemisferio boreal, las listas más absurdas de todos los tiempos, etc... Hay listas y rankings para todo, desde las cosas más es-tándares hasta las más absurdas e innecesarias; sin embargo, aunque estamos conscientes de eso, este formato ejerce una peculiar atracción sobre el lector o público en general, obligándolo a consumirlo, a cono-cer el número uno, a emitir juicios y estar en total desacuerdo con la posición que ocupan nuestro ítem de preferencia, a llegar a conocer una gran cantidad de información que realmente no sabemos si nos servirá de algo en alguna ocasión.

No se puede negar, las listas ponen un orden atractivo al caos infor-mativo que inunda el aire que respiramos y al correspondiente desor-den en el que están sumidas nuestras álgidas y conmocionadas mentes transmodernistas. Simplifican un proceso de análisis y evaluación y lo presentan de forma agradable y, por qué no decirlo, cautivante.

Aunque parezcan producto de los avatares tecnológicos de esta era, Umberto Eco (quien por cierto, forma parte de mi top 5 de escri-

tores de toda la vida), dijo en cierta ocasión que “La lista es el origen de la cultura. Es parte de la historia del arte y la literatura. ¿Para qué queremos la cultura? Para hacer más comprensible el infinito”, otorgándole así un sitial privilegiado como herramienta para en-tender lo inentendible, y ponía como ejemplos de listados no sólo a los diccionarios y enciclopedias hogareñas, sino a las colecciones, las listas de plantas medicinales, catálogos de libros y otro tipo de índices de enumeración que eran tan populares en siglos pasados y que han producido míticos textos (reales y ficticios) que ahora son obras de culto para los coleccionistas.

El intelectual fue más profundo y reflexionó de la siguiente forma: “Tenemos un límite, uno muy desalentador y humillante: la muerte. Por eso nos gustan todas las cosas que se supone que no tienen límites y, por tanto, sin fin. Es una manera de escapar de los pensamientos so-bre la muerte. Nos gustan las listas porque no queremos morir”.

Y es que las listas ofrecen esa muy apreciable oportunidad de la continuidad. Por más que se marque un categórico “Top X” o “Los 10 más...”, tenemos la posibilidad de retar al “compilador” y dar todas las posibles variantes que nuestro conocimiento permita, prolongando así, interminablemente, la lista. Ninguna será definitiva, ni determi-nante. El infinito prevalecerá siempre.

Por lo pronto, sólo queda recordar la intención de hacer más listas, deshacerlas, olvidarlas, rearmarlas, inventar categorías, omitir a los elementos que no nos simpatizan, deconstruir las listas ajenas, reali-zar clasificaciones inútiles, ordenar nuestras bibliotecas, hacer una lis-ta de compras, hacer un inventario de nuestras pertenencias, y bueno, esa ya fue una lista, ahora empecemos otra...

La crítica hoy (parte 1)

La extraña atracción por las listas

LA FUNCIÓN ORIENTADORA Y ANALÍTICA CORRESPONDE A LA CRÍTICA “TRADICIONAL”, NO A LOS “GUÍAS DE LA TRIBU” CONTEMPORÁNEOS.

DIRECTORAdalid Cabrera Lemuz

EDITOR GENERALJavier Mancilla Luna

EDITOR DE LA ESQUINAMiguel A. Rivera [email protected]

Colaboradores: Marcelo Arduz Víctor Montoya Claudio Sánchez Juan Cori Ch.

Escriben en este número:Marcelo Arduz Isabel Mesa GisbertCleverth Cárdenas PlazaLadislao Salazar Claudio SánchezVíctor Montoya

Diseño: Eusebio Lazo Sumi

Diagramación: Horacio Copa Vargas

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genera como contenidos “interesantes” sue-le ser lo “menos importante”.

Si los trendsetters (quienes se encar-gan de establecer cuál será la próxima tendencia) son los nuevos “guías de la tribu” es porque han alcanzado cierta empatía con sus seguidores y han logra-

do convencerlos de que su criterio tiene una validez entre los mortales de una mis-ma comunidad, o en realidad estos mis-mos mortales son quienes le han asigna-do esta condición de orientadores.

Lo que sucede con la crítica como la entendíamos hasta ahora es que su ra-

zón de ser no responde simplemente a la determinación de una cierta moda sobre lo que hay que ver, sino sobre su función de orientación como provocador de un criterio propio surgido de la experiencia. Es decir, la crítica más allá del Buzz y los trendsetters, es el análisis de la com-plejidad de la obra que pone en valor determina-do objeto sensible. La crítica permite acercarse a la obra de arte con otros instrumentos de cono-cimiento, aquellos que le otorgan al espectador nuevos insumos para la lectura de lo que ve.

Claudio Sánchez Crítico de cine

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En narrativa se denomina caja china a la técnica literaria en la que, como si fuese una caja china, dentro aparece otra similar pero más pequeña, y den-tro de ésta otra más pequeña aún, y

así hasta el infinito. Luego, al cerrarse, se vuelve a la narración inicial como el perro que muerde su propia cola. Esta es precisamente la técnica que utiliza Brayan Mamani en su libro Tan cerca de la luna, ganador del Primer Premio Nacional de Literatura Infantil 2012.

Un aspecto interesante de la caja china en su estructura literaria es el hecho de que entre las distintas historias, que van una dentro de la otra, no necesariamente deben existir vínculos de argumento o de personajes. Así Brayan origi-na dos historias principales cuyos protagonistas se dirigen a un mismo punto: a la contemplación de la luna sobre el lomo de un dinosaurio dormi-do. Casi como una narración surrealista, el autor nos advierte que el lugar más cercano para ver la luna es llegar al lomo de aquel dinosaurio que fue sepultado por una tormenta de arena cuan-do emprendía su viaje a conocer a los bondado-sos dioses que le habían enviado a su compañera de vida en el momento en que más solo se sentía. En la actualidad, este dinosaurio se había con-vertido en una montaña.

En esa misión están Fernando, Galileo, Nica-nor y el escritor. Fernando es miembro de una pandilla de barrio, obligado a robar unos libros a su vecino para obtener algo de dinero. Galileo, muchacho impedido de las piernas y que tiene que caminar con muletas, descubre al ladrón a

quien chantajea con denunciarlo si no lo lleva hasta la luna. Vecinos y amigos por esa casuali-dad, ambos inician un viaje para conocer la sú-per luna en el que van a compartir mucho más que esa amistad casual que los une.

Por otro lado está el escritor, cuya vida se re-sume solamente a escribir y leer hasta que un día se enamora de Andrea Punk que es su prime-ra novia. Desgraciadamente, así como Andrea llega a su vida también desaparece dejando al es-critor sumido en la más profunda tristeza y sin poder escribir una sola línea más. Así, este per-sonaje queda sumido nuevamente en la soledad: “El escritor está solo. Despierta solo, almuerza solo, se acuesta solo. Al principio, no le gustaba estar así de solo. No le gustaba tener que com-prar una entrada en el cine. No le gustaba te-ner que enviarse sus propios regalos de Navidad. No le gustaba jugar solitario todo el tiempo. Por eso, para no sentirse tan solo, cada vez que tenía la chance, trataba de alargar las conversaciones con la repartidora de periódicos”. Sin embargo, un buen día, decide escribir sobre la luna. El es-critor convence a Nicanor, el único ser con el que tiene contacto y con quien juega frecuentemen-te al ajedrez, de ir hasta la luna para de esa ma-nera poder escribir mejor sobre ella.

De estas dos historias esenciales, y que via-jan paralelas a través de la novela, se van des-prendiendo a su vez pequeñas historias lle-nas de las más exquisitas excentricidades que

el ser humano pueda encerrar; historias que al final regresan hasta el origen mismo de donde partió la novela.

A su vez, Brayan juega en estas historias con seres humanos elegidos al azar, ya que el lector puede identificarse con cualquiera de ellos, cada uno con un deseo expreso de alcanzar algo que están seguros hará dar un giro a su vida actual. Buscan algo que signifique un verdadero cambio a la monotonía y a la rutina, algo que, de pronto, implique la felicidad. Pero, lo que no saben los que van a contemplar la luna sobre el lomo de aquel gigante, es que éste está solamente dormi-do y que cada vez que siente que alguien escala sobre él, se sacude para “advertir al mundo que la felicidad absoluta –que la perfección– era algo inalcanzable, y que más valía quedarse con lo que se tenía, porque de otro modo, uno podía terminar igual que el Dinosaurio Dormido: se-pultado por la ira del destino y atrapado en una soledad perenne”.

Una vez más, Brayan Mamani nos sorprende con su creación literaria en un libro que marca una manera distinta de hacer literatura juvenil; que si bien ganó un concurso infantil, está desti-nado a lectores a partir de los 12 años. No se pue-den dejar de mencionar las ilustraciones a tinta de su hermano Diego que le dan a la obra un to-que simpático que nos recuerda a los cuadernos de viaje que tanto escritores como ilustradores siempre tenemos a mano.

Libros para devorar: ‘Tan cerca de la luna’LOS PROTAGONISTAS ENCARAN UNA AVENTURA CARGADA DE PEQUEÑAS HISTORIAS Y EXQUISITAS EXCENTRICIDADES.

Isabel Mesa Gisbert Escritora - Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil

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Realidades solapadas: la transformación de las pollerasLA EXPOSICIÓN MUESTRA UN COMPLEJO PANORAMA A PARTIR DE LA CHOLA PACEÑA: MUJERES DE POSI-CIONES DIVERSAS, CON ESPACIOS CONCRETOS DE ACCIÓN ECONÓMICA, POLÍTICA, SOCIAL Y SIMBÓLICA.

Cleverth Cárdenas Plaza Investigador del Musef

FOTOGRAFÍA

E l Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) pone a con-sideración del público nacional una exposición fotográfica que presenta las diversas formas de

ser chola en el departamento de La Paz. Esta exposición forma parte de un pro-yecto mayor que busca mostrar la rique-za de los fondos fotográficos del Musef, ya que su Archivo Central resguarda más de 75.000 ítems entre placas de vidrio y de acetato, negativos, película, diapositivas e impresiones fotográficas. En esta ocasión, un equipo de investigadores y curadores del museo se dedicó a hacer una selección de ese fondo fotográfico en busca de imá-genes donde se evidencie la presencia de mujeres de pollera; considerando el ma-terial de principios de siglo y el contem-poráneo, se decidió hacer una recapitula-ción década por década.

En síntesis, la exposición es el resulta-do de un cuidadoso proceso de selección, restauración, catalogación, digitalización y curaduría de las fotos albergadas en su Archivo documental. Pero además se es-pera que estas fotos posibiliten al público asistente advertir que la vestimenta de las mujeres de pollera en La Paz se fue trans-formando a lo largo de estos 100 años. El público, pese a las limitaciones de la muestra, podrá notar las variaciones de acuerdo a cada espacio poblacional como el urbano, el poblano y el rural. De ese modo, la presencia de este vestido, a lo largo del tiempo, evidencia la simultanei-

dad y la coexistencia de diferentes modos del uso de las polleras, sus formas y telas; las fotos escenifican, de ese modo, la com-plejidad de lo social por medio de las mu-jeres y sus atuendos.

Esto es novedoso porque cuando se pien-sa en la chola paceña, normalmente se la imagina como integrante de un grupo ho-mogéneo y estático, cuya permanencia escenifica siglos de continuidad social e identitaria. Sin embargo, tras analizar la presencia de mujeres de pollera en estas fo-tografías (tomadas entre 1900 y 2015), ve-mos muy difícil sostener dicho argumen-to de continuidad. Al contrario, creemos que nuestros documentos evidencian una transformación por la cual múltiples per-formances de ser chola se desenvuelven a lo largo de la historia, coexistiendo en cier-tos momentos y espacios.

Las fotografías de cholas de la expo-sición tienen una fuerza peculiar, que nace de su capacidad para narrar: en un caso se trata de retratos familiares y en otro de fotografías de documenta-ción social, etnográfica e histórica. Las fotografías familiares cuentan historias familiares y evocan emocionalmente al pasado. Al mismo tiempo, son objetos destacados, únicos por su capacidad para transmitir estas imágenes familiares ha-cia generaciones futuras. En cambio, las fotos documentales son objetos de análi-sis, desde los cuales un investigador pro-cura abstraer y narrar hechos sociales e históricos. Ahora bien, ¿qué sucede cuan-

1. Foto de Damián Ayma en la que se muestra a músicos e integrantes de una fiesta (aprox. 1960).2. Reunión social, fotrografiada por un autor anónimo, posiblemente en 1920. 3. Foto de un discurso sindical de Sabina Choquetijlla, tomada en 1990 por Vívian León.4. Una imagen lograda por Julio Cordero entre 1910 y 1930, en la que se muestra a una mujer indígena con dos acompañantes.

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Realidades solapadas: la transformación de las pollerasLA EXPOSICIÓN MUESTRA UN COMPLEJO PANORAMA A PARTIR DE LA CHOLA PACEÑA: MUJERES DE POSI-CIONES DIVERSAS, CON ESPACIOS CONCRETOS DE ACCIÓN ECONÓMICA, POLÍTICA, SOCIAL Y SIMBÓLICA.

dad y la coexistencia de diferentes modos del uso de las polleras, sus formas y telas; las fotos escenifican, de ese modo, la com-plejidad de lo social por medio de las mu-jeres y sus atuendos.

Esto es novedoso porque cuando se pien-sa en la chola paceña, normalmente se la imagina como integrante de un grupo ho-mogéneo y estático, cuya permanencia escenifica siglos de continuidad social e identitaria. Sin embargo, tras analizar la presencia de mujeres de pollera en estas fo-tografías (tomadas entre 1900 y 2015), ve-mos muy difícil sostener dicho argumen-to de continuidad. Al contrario, creemos que nuestros documentos evidencian una transformación por la cual múltiples per-formances de ser chola se desenvuelven a lo largo de la historia, coexistiendo en cier-tos momentos y espacios.

Las fotografías de cholas de la expo-sición tienen una fuerza peculiar, que nace de su capacidad para narrar: en un caso se trata de retratos familiares y en otro de fotografías de documenta-ción social, etnográfica e histórica. Las fotografías familiares cuentan historias familiares y evocan emocionalmente al pasado. Al mismo tiempo, son objetos destacados, únicos por su capacidad para transmitir estas imágenes familiares ha-cia generaciones futuras. En cambio, las fotos documentales son objetos de análi-sis, desde los cuales un investigador pro-cura abstraer y narrar hechos sociales e históricos. Ahora bien, ¿qué sucede cuan-

A lo largo de su historia, el Musef valoró, organizó y clasificó los diferentes fondos audiovisuales y textuales que fueron res-catados, conquistados y producidos, y que iban a ser destinados al servicio, en espe-cial para el trabajo de los investigadores de-pendientes de la institución y para las enti-dades que forman a los recursos humanos de nuestro país.

Una clara y rápida accesibilidad a los do-cumentos es la meta principal, la cual fue plasmada en torno a la creación y organiza-ción del Taller de Tratamiento de los Docu-mentos Audiovisuales y Textuales, unidad operadora del Archivo Central. Actualmen-te el taller se subdivide en tres áreas: el Audio/Sonoro, Imágenes en movimiento e Imágenes fijas. La concreción de estos espa-cios dependió de planes y políticas institu-cionales que fueron iniciadas desde el 2003 e iniciadas el 2007. El valor institucional, el de ser protector, preservador y difusor que posee el Archivo Central, le permitió pasar a una tarea museográfica para exponer las fotografías relacionadas a la pollera; estos documentos salvaguardados tienen un po-tencial que ya es explotado a través de su visualización en salas del Musef.

El Archivo Central se divide en dos grandes fondos: el Textual y Audiovisual. El primero sostiene el Fondo Administra-tivo y Fondo Gráfico (afiches). El segundo, el Oral o Sonoro; Imágenes en Movimien-to o videos; Imágenes fijas o fotográficos y Microfilms.

El Fondo de Imágenes Fijas (fotografías), del cual salió la exposición de referencia, posee una gama temática para analizar y realizar investigaciones especializadas de carácter sociológico, histórico, ambiental, movilidad poblacional y social, caracterís-ticas y lógicas culturales, servicios econó-micos, productividad urbana o rural, mo-vimientos sociales, urbanismo, geografía humana y natural, festividades, tradicio-nes y costumbres, u objetos como las po-lleras. Estos temas invitan a estudiar los intercambios culturales y transformacio-nes sociales, identificando los orígenes y destinos del vínculo que se produce al concentrarse en el tema seleccionado. También permiten una descripción de las acciones conservadoras expresadas en los comportamientos por influencias hereda-das y practicadas dentro la actual sociedad boliviana. Los soportes fotográficos se en-cuentran en papel, placas de vidrio, y ace-tatos en sus diversas dimensiones, los cua-les son digitalizados para ser observados por el público.

El Archivo Central del MusefLadislao Salazar Archivista del Musef

do confluyen estas dos formas de cons-trucción de la memoria?

Nuestras imágenes cuentan las historias de esas mujeres paceñas habitualmente des-critas como cholas. Dan cuenta de un lado de nuestra historia que suele ser injusta-mente simplificado, sea como algo subalter-no o ensalzado banalmente. Estas fotogra-fías muestran un panorama más complejo: mujeres de posiciones diversas, con espa-cios concretos de acción económica, polí-tica, social y simbólica. En esas realidades espacial y temporalmente cambiantes, los matices de técnica, material y forma de las polleras y la indumentaria chola otorgan o impiden ciertas formas de agencia.

Sin embargo, sea posando para la pos-teridad o participando de la fiesta, en el trabajo cotidiano o la acción política, es-tas mujeres estaban construyendo diaria-

mente lo social, contribuyendo a un flujo histórico permanente, al cual la fotogra-fía logra, afortunadamente, arrancar al-gunos instantes. Estas dinámicas tampo-co se detienen hoy, cuando las mujeres de pollera participan de todos los espacios sociales. Algunas tienen ocupaciones hu-mildes, otras se mueven en la farándula, el espectáculo, u ocupan cargos oficiales, profesionales e incluso de autoridad a di-ferentes niveles.

Así, la chola es mucho más que un sím-bolo de La Paz. Es un conjunto complejo de mujeres de diferentes épocas, cuyas ac-ciones dieron forma a nuestras identida-des en ámbitos variados. Esperamos que esta exposición invite a reflexionar sobre el rol de las mujeres, la vestimenta y los documentos fotográficos en la construc-ción de nuestra historia.

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Publicar una antología de poesía mi-nera es poner en manos del lector un material explosivo, donde se amalgaman las luchas sociales con los gritos de esperanza, las carcaja-

das de estaño con el llanto de las masacres, las victorias del sindicalismo con las derrotas in-fligidas por los gendarmes de la oligarquía mi-nero-feudal. Se trata de un libro que, elaborado desde una perspectiva ética y estética, convoca a la reflexión y la protesta sin más armas que el uso del verbo y la razón.

Las poesías compendiadas en esta obra, lejos de todo maniqueísmo ideológico y artificio en el manejo del lenguaje poético, no tienen otra finalidad que la de reflejar los pensamientos y sentimientos de los titanes de las montañas, acostumbrados a convivir con la muerte en los tenebrosos socavones, donde dejan sus pulmo-nes reventados por la silicosis tras sufrir una despiadada explotación en las oquedades del si-lencio; una explotación que surgió durante el ré-gimen colonial y se prolongó hasta el sistema ca-pitalista de la época republicana, que permitió el saqueo imperialista de los recursos naturales, dejando una secuela inhumana y descarnada entre los desheredados de esta tierra hecha de puños en alto y banderas de libertad.

La antología ‘Estaño, Amargo Pan’, com-puesta por el talento y la sensibilidad de un selecto grupo de poetas comprometidos con la realidad social, es un desafío contra la desidia de los poderes de dominación, una propues-ta de dignidad escrita en versos y un maravi-lloso rescate de la memoria histórica de los trabajadores del subsuelo boliviano, quienes, junto a las valerosas palliris y amas de casa, constituyen la columna vertebral de la econo-mía nacional y el baluarte indiscutible de las transformaciones revolucionarias en un país de profundas raíces mineras.

En ‘Estaño, Amargo Pan’ es necesario sentir el pensa-miento y hacer que el pen-samiento se convierta en palabras con poder de evo-cación de los sentimien-tos. No basta con que la poesía tenga una fonéti-ca melodiosa, lo esencial es que tenga un mensaje de rebeldía y esperan-za, como toda poesía de compromiso y crítica contra un sistema de explotación que, apar-te de agudizar los an-tagonismos de las cla-ses sociales, simboliza la crisis de la huma-nidad y la desintegra-ción de los valores pro-pios de una sociedad cimentada en los principios del respeto a los derechos fundamen-tales de los humanos.

Los versos que conforman esta antología, además de manejar con elegancia el engranaje del lenguaje poético, denuncian la despiadada explotación en las minas, las masacres perpe-tradas por las oligarquías y la estremecedora pobreza de las familias hacinadas en los cam-pamentos, sin dejar de mencionar las estoicas luchas de los obreros por conquistar mejores condiciones de vida, a pesar del riesgo a ser re-primidos y perder sus fuentes de trabajo, cuya riqueza mineral contrasta paradójicamente

con la pobreza y el subde-sarrollo económico de un país que, por mucho tiem-po, soportó los látigos de la opresión imperialista.

La literatura minera, de un modo general e inevita-ble, asume una posición de te-sis y reflexión en torno a una realidad de fuertes contradic-ciones sociales y discrimina-ciones raciales que exceden por sí mismas lo estrictamente estético y literario en una obra que versa sobre temas enclava-dos en un contexto donde pocos tienen mucho y muchos no tie-nen nada. Es aquí donde la poe-sía se maneja como un arma al servicio de los ideales de justicia y libertad. Es aquí donde la poesía cumple la función de expresar los

pensamientos más genuinos de los hijos del es-taño y los herederos de la miseria.

Esta fue elaborada con conciencia de clase y compromiso ideológico con el proletariado bo-liviano, un sector combativo que conoce de cer-ca el profesor, narrador y poeta Eliseo Bilbao Ayaviri, quien, a tiempo de rendirles un justo homenaje a los titanes de las montañas, reunió en el texto a las voces más representativas de la poesía social de Bolivia, desde Alcira Cardo-na Torrico, pasando por Héctor Borda Leaño, Alberto Guerra Gutiérrez, Jorge Calvimontes y Calvimontes, Jorge Mansilla (Coco Manto), has-ta rematar en los versos del mismo compila-dor, quien, desde el instante en que concibió la idea de elaborar una antología, impulsado nada menos que por las emociones de su fue-ro interno, decidió poner delante de nuestros ojos un escaparate conformado con los mejo-res poemas inspirados en la realidad mine-ra, donde los gritos de protesta son vibrantes como la explosión de las dinamitas, lo mismo que el clamor popular es contundente como el alarido de los trabajadores del subsuelo.

‘Estaño, Amargo Pan’, que lleva el prólogo de los dirigentes de la gloriosa Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia, y una nota de la escritora Rosario Quiroga de Urquieta, a ma-nera de epílogo, acaba de salir de la imprenta y tiene todavía la tinta fresca. Al autor y a los implicados en este hermoso proyecto sólo nos queda someter a consideración de los lectores este abanico de poemas finamente ilustrados por el artista Mario Vargas Cuellar y augurar-les a los autores un feliz recorrido por los lin-deros de la literatura nacional, que siempre tiene un espacio reservado para sus cultores dedicados a pulir el lenguaje, como los joyeros pulen el diamante en bruto hasta dejarlo con su más límpido fulgor.

La realidad minera en versosUNA PROPUESTA DE DIGNIDAD Y RESCATE DE LA MEMORIA HISTÓRICA DE LOS TRABAJADORES DEL SUBSUELO.

Víctor Montoya Escritor y pedagogo

Un minero en pleno trabajo dentro de la mina. Arriba, la portada del libro.

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“Libro erotizado, páginas del panal, es-critura alambique, verbo trapiche, mi-tos y poetas con verdades recién en-contradas y sin embargo tan antiguas. Fábula contada y crucificada

a besos. Esta es la mía escritura, con visión adánica, original, tempestuosa; un Crusoe trán-sico en tránsito por el viñal de la vida”, así pre-senta Luis Mérida Coimbra a su poemario Hoja-rasca D’ la Mía vid’.

El texto fue editado por 3600 y será presenta-do el martes 11 de agosto, a las 21.00, en la Feria Internacional del Libro de La Paz. El autor mues-tra algo de su poesía y da luces sobre su proceso creativo y su obra.

¿De qué se trata el poemario Hojarasca D’ la Mía Vid’?Estos anales, estos archivos sin fastos resul-

taron un libro de la otredad poética augural, su-persticiosa; una diatriba emocional. Temporal de agua y fuego en la palabra.

Este breviario poético estuvo en cuarentena y observación entrañable tiempo, (aproximada-mente 15 años) vivíamos en sótanos o en altillos con un solo tragaluz. Luz cenital sobre la pala-bra labrada en el cuerpo. La poesía tramó lo sub-siguiente, lo entrañable, lo necesario, doloroso y feliz: la cristalización del presente absoluto.

Son hojas caídas del ramal de la vida; de la enredadera del amor, son testimonios de sole-dad y experiencia poética, revelación del cuer-po como autoridad divina, la poesía como de-mostración oscura y borrosa de lo sagrado, de la revelación materializada en la imagen, como teofanía del dolor, del placer hecho car-ne, hecho verbo y que habita en el yo del poe-ta. Este libro es una antología florecida, conce-bida al amparo de hojas putativas. Hojarasca de la mía vid´ es un libro donde viven tres engen-dros: ConFEsionarios del Insomnio, Florilegios y Mancebías a Lilith. Tres libros que son uno y son tres. Hojarasca de la mía vid´ es la irraciona-lidad cristalizada en el irreconciliable mundo donde galopamos en caballos muertos.

¿Tienes otros libros en tu producción bibliográfica?Varios, sin embargo dejo al in-

efable tiempo que se encargue de la sobrevivencia de mis escritos. En poesía tengo dos propuestas, pero llevarán tiempo concluirlas, orfebrería poética que me lleva a delirios y a ríos con lirios infini-tos; hace 30 años publiqué una cró-nica poética denominada De Huellas De Oficios, resultó finalista en el certamen Casa de las Américas de la Habana, Cuba, en 1979.

El libro audiovisual Fragmentos de la Selva está listo para ser editado, es un libro audiovisual, pri-mer tomo de la colección Wallparrimachi: Nueva Crónica, va incluido un DVD, video que deparó, reconocimientos, premios y sobre todo la expe-riencia del vivir dentro un mundo lleno de en-cuentros poéticos, mágicos: la selva amazónica.

¿Qué te motiva a escribir?Escribir para no morir, escribo porque no es-

toy de acuerdo con este mundo, escribo vivien-do estados poéticos, no siempre encontrándolos, busco el silencio olvidado, el paraíso en esta tie-rra. Novalis decía: “Cuando el corazón se siente a sí mismo... entonces nace la poesía” y toda so-ledad es una revelación. Escribo desde el fondo aislado del todo y de la nada, mi insistencia, mi persistencia define su intento, consigue aislar lo real, aislar la expresión, haciendo aparecer la sustancia del lenguaje con la fuerza brutal de la palabra que sabe matar y sabe nacer.

Cada poema escrito, cada verso está inscrito con la energía de las aguas, de mi cosmovisión, de mi mitología; soy más acuático que terres-tre, más líquido que sólido, más aéreo que rep-tante. Mi materialismo onírico los extraigo de los elementos emanados del llanto, de la san-gre, del semen o de la leche. Son un continuo goteo que caen en forma de sustancia orgáni-ca, llámese, sal o agua, arena o roca; viento o noche. Las sabanas se confunden con la musa, se convierte en cuerpo, en acto sexual y con los mismos ritmos del eros escribo del deseo o de la posesión corporal. Mi experiencia poéti-ca, mi revelación, mis encuentros tienen ener-gía sexual determinante.

¿Cómo combinas tu oficio de cineasta con el de escritor? ¿Cuál tiene más influencia en el otro?Nací con la palabra y lo concebí como mi

dios supremo, luego vino el verbo, la acción y con el sustantivo hice la imagen. En ningún caso me siento un escritor profesional, las profesiones las abomino, son una forma de es-

clavitud mental. Cuando trabajo la imagen cine-matográfica o documental, la

realizó por conciencia, por ese sentir trascendente de que

sólo la memoria nos salva de la muerte, hacer cróni-

ca histórica audiovisual fue un devenir natural

a mi accionar políti-co militante, a las luchas por la demo-cracia, por el cam-bio, a mi presencia en las calles clan-destinas del 70, del exilio, de estar

preso en una cárcel de Perú en las marchas de obreros y cocaleros, en la mía vida política com-batiente. Me siento sobre todo un cronista audio-visual comprometido.

¿Tienes más escritos que no han visto todavía la luz? ¿Y audiovisuales?Escritos hay guardados con la tinta que va se-

cando los pasos del tiempo. Lo que tengo en pro-ceso de postproducción es una obra cinemato-gráfica (docuficción) que saldrá a comienzos del próximo año: Bolivia: Ruta de Independencia, a la que dedico todo mi tiempo, es una compilación de marchas históricas del siglo XX y reconstruc-ción de batallas independentistas del siglo XIX, junto a una trama motociclistica y amorosa. Ar-gumental entre documento y ficción.

¿Cómo ves a la poesía boliviana actual?Reverdeciente. Poetas, mitologías de esplen-

dor, maestros que mueren dejándonos legados maravillosos o que viven muy lejos de la Boli-via escribiendo sus otredades, sus nostalgias; otros, poetas noctámbulos, vagamundos, erran-tes, otros proclamando concilios ecuménicos de la verdad poética en los bares de las ciudades, en los santos lugares del submundo, en los luga-res sin nombre llenos de artistas, o en tugurios donde se comulga con la muerte, con el santo y seña, o en coloquios de coba cerrada e irra-cional. Una poesía subterránea, lúdica, lúcida, necrófila, sin vanguardias, sin masterados, ni pontificados.

Bolivia poética siempre, con exuberancia de amaneceres y mañanas jubilosas, con agua y neblinas, con fecundidad en la palabra: Vilma Tapia, por ejemplo, o poetas mayores como el gran soldado Terán o Robertito Echazú, cumbre de la economía verbal en la poética del siglo XX. No olvidar al hombre de los ojos azabache: Jesús Urzagastegi o al académico Eduardo Mitre. He aquí un homenaje al rector de la poesía en Co-chabamba: Jorge Zabala. De los nuevos dar nom-bres me resulta peligroso y engorroso.

Hay nueva buenísima poesía, poetas de la calle, del aula, poetas del amanecer, de su-burbios combatientes, poetas y musas unidas por la poesía.

¿Alguna observación con respecto al proceso de edición?Editorial 3.600, editor de mi libro, ha pasado

a la vanguardia en la producción de la nueva li-teratura, vanguardista en el apoyo a la produc-ción literaria, vigoriza a los nuevos poetas, es-critores, investigadores y hace reflorecer viejos textos de antaño. Su apoyo es incondicional a la poesía y a sus lectores, gran desafío de Mar-cel Ramírez, quien apuesta por la utopía, quien arriesga el todo por la palabra, en fin, un corace-ro de las letras del siglo XXI, un valiente en los tiempos de la siempre, siempre poesía.

Una espuela del deseoHOJARASCA D’ LA MÍA VID’: UN BREVIARIO POÉTICO DESTINADO A SER ESTÍMULO DEL CUERPO Y APETITO DE LA IMAGINACIÓN.

Miguel RiveraLa Esquina

El autor y el texto recién salido de la imprenta.

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8 Domingo 9 de agosto de 2015

Derivación del latín Corpus: cuer-po, y Christus: el Redentor de la humanidad. Es la festividad cris-tiana más importante del jueves sexagésimo luego del domingo

de Resurrección, en la cual se celebra la consa-gración de la Eucaristía, instituida por el mis-mo Jesucristo durante la Última Cena, cuando en presencia de los apóstoles bendice el pan y el vino pronunciando las palabras: “Este es mi Cuerpo...”, expresión usual hoy en la misa an-tes de la comunión.

En estas latitudes también se celebra Cor-pus Christi con hondo fervor latinoamerica-no, desde que los habitantes originarios, por su permeabilidad ante el culto a la divinidad al arribo de la nueva fe, la asimilaron sin per-der la cosmovisión ancestral que antes tuvie-ra la Cruz y su prédica en épocas pretéritas (como vimos en una anterior etimología), asi-milando la festividad sus propios mitos bajo apariencia cristiana.

El inicio de aquel sincretismo se produjo al donar Carlos V a la antigua capital imperial de los incas, la efigie del Cristo desfalleciente en la cruz, cuando los nativos al pasear su lacerado cuerpo en la procesión, amalgamaron su dolor y sufrimiento por el suplicio infligido al último inca e inician el culto al Cristo Indio para que los redima de la opresión hispana. Entre otros milagros que le atribuyen, se halla la cesación inmediata del terrible terremoto de 1650 ape-nas transpuesto el portal de la Catedral, motivo por el cual las multitudes indígenas lo veneran hoy como Taytacha de los Temblores.

Así nacería en el Cusco la majestuosa y so-lemne procesión de Corpus, remembranza de la fiesta incaica en que sacaban en andas a las mo-mias de sus antepasados a pasear por las calles, acompañando hoy la imagen de Cristo con las quince más veneradas efigies de la capital Inca, como San Antonio Abad (Patrono de la benemé-rita Universidad), Tata Santiago, San Cristóbal, Santa Bárbara, San Sebastián, San Blas, San José, la Virgen de Belén, de los Remedios y otras.

La Enciclopedia Británica —que algunos consideran la más completa del mundo— pa-sando por alto la significación universal de Corpus no consigna la palabra, pero si deriva-dos como el nombre de la primera ciudad por-tuaria al sur del estado de Texas en su primer enclave colonizador en tierra americana o la ensenada del golfo de México que antaño en la festividad de Corpus de 1519 tomo posesión su descubridor Alonso de Pineda a nombre de la Corona española (recordemos que hace po-cos años en la zona se produjo el mayor derra-mamiento de petróleo de toda la historia, que de haberse tratado de un derrame nuclear ya no pudiéramos contarla...).

En cambio, la misma enciclopedia incluye por ejemplo la palabra ‘Máquina de coser’, in-necesaria, pues con ese criterio se podría llenar todo el diccionario con palabras no sustantivas o simple derivación: como ‘Maquina’ de lavar, de freír, tostar, cortar el césped (o rasurar bar-bas), etc. Error similar, comete la Real Academia Española al pretender dar de baja la voz Atlán-tida (tal vez el mayor mito “viviente” de todos los tiempos), pero manteniendo derivados tales

como Atlantes (habitantes de la isla), Atlas (nom-bre de su primer rey), Atlántides (hijas de Atlas), atlanticense (natural de una provincia españo-la), Atlantidense (natural del departamento de Honduras), o los adjetivos: atlantista, atlantide-ño, atlantiquense, etc.

El diccionario castellano, además de regis-trar la festividad de Corpus Christi, mantiene otras palabras como Corpus: “conjunto lo más extenso y ordenado posible de datos o textos científicos, literarios, etc., que pueden servir de base de una investigación”; Corpulencia (del lat. Corpulentus): “grandeza y magnitud de un cuerpo nato artificial”, y Corpuscular (lat. cor-pusculum, diminutivo de cuerpo), sistema fi-losófico que admite por materia elemental los corpúsculos, compuestos de cuerpos muy pe-queños: células, moléculas, partículas, etc.

La presente etimología dedicada a Corpus Christi debería aparecer el domingo 7 de ju-nio, pero hoy la publicamos —así con voz lati-noamericanizada— por considerar que man-tiene actualidad en cualquier otro momento, pues a la vez tiene el significado de cuerpo presente en la vida diaria.

Algo más que etimologías: Cuerpo de CristoUNA FESTIVIDAD SINCRÉTICA CUYA DENOMINACIÓN ES PA-SADA POR ALTO EN IMPORTANTES TEXTOS DE REFERENCIA.

Marcelo Arduz RuizEscritor

Dalí representa en su versión de la Última cena al Cuerpo de Cristo.

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