esquema del segundo artÍculo.doc

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ESQUEMA DE “SOBRE LA IMITACIÓN FORMATIVA DE LO BELLO” Introducción Moritz, con este artículo, completa la teoría del arte que había comenzado en 1785. En Propuesta para la unificación de todas las bellas artes y las ciencias bajo el concepto de lo perfecto en sí había logrado dar a luz el concepto moderno de arte, definiéndolo, en cuanto tal, como “aquel objeto que tiene su razón de ser y su fin en sí mismo”, y, consecuentemente, en relación al espectador como “aquel objeto que puede ser contemplado por sí mismo, desinteresadamente, y que, si así ocurre, proporciona a quien lo contempla un goce sutil que lo diferencia de las bestias, y en el cual procura un acuerdo con sus semejantes”. Ahora aborda, en cambio, la génesis del objeto bello, y, por tanto, su relación con el creador y los objetos circundantes. Si en 1785 los materiales que directamente elabora Moritz son las teorías de Mendelssohn y los conceptos del pietismo, en 1788 resultan más bien las ideas que le suministra la compañía de Goethe, y, sobretodo, dos libros de Herder, el Gott y las Ideas. De ambas cosas dan fe los comentarios del propio Goethe en su Viaje a Italia. No queda demasiado explicito qué es lo que Goethe transmitía a Moritz, pero sí la influencia decisiva de Herder. Quedó escrito el 1 de Septiembre de 1787 que Moritz has derived great benefit from Herder's ideas on God. Both his own nature and his talks with me had made him receptive to Herder's approach, and he immediately caught fire like a piece of dry wood : he will certainly regard the book as a milestone in his life. No se trata de ningún tipo de casualidad. Los contenidos de ese libro se enmarcan en la polémica sobre Spinoza que durante esos años era tema principal en la vida culta de Alemania, y cuyos contendientes más famosos eran Mendelssohn y Jacobi. Tanto uno como otro interpretaban a Spinoza como a un ateo mecanicista, en cuyo sistema no hay lugar para la libertad y el mundo moral; la cuestión era que si la Ilustración, y la filosofía en general, tendían o no inevitablemente hacia ese sistema. El Gott de Herder, en

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ESQUEMA DE SOBRE LA IMITACIN FORMATIVA DE LO BELLO

ESQUEMA DE SOBRE LA IMITACIN FORMATIVA DE LO BELLOIntroduccinMoritz, con este artculo, completa la teora del arte que haba comenzado en 1785. En Propuesta para la unificacin de todas las bellas artes y las ciencias bajo el concepto de lo perfecto en s haba logrado dar a luz el concepto moderno de arte, definindolo, en cuanto tal, como aquel objeto que tiene su razn de ser y su fin en s mismo, y, consecuentemente, en relacin al espectador como aquel objeto que puede ser contemplado por s mismo, desinteresadamente, y que, si as ocurre, proporciona a quien lo contempla un goce sutil que lo diferencia de las bestias, y en el cual procura un acuerdo con sus semejantes. Ahora aborda, en cambio, la gnesis del objeto bello, y, por tanto, su relacin con el creador y los objetos circundantes. Si en 1785 los materiales que directamente elabora Moritz son las teoras de Mendelssohn y los conceptos del pietismo, en 1788 resultan ms bien las ideas que le suministra la compaa de Goethe, y, sobretodo, dos libros de Herder, el Gott y las Ideas. De ambas cosas dan fe los comentarios del propio Goethe en su Viaje a Italia. No queda demasiado explicito qu es lo que Goethe transmita a Moritz, pero s la influencia decisiva de Herder. Qued escrito el 1 de Septiembre de 1787 que

Moritz has derived great benefit from Herder's ideas on God. Both his own nature and his talks with me had made him receptive to Herder's approach, and he immediately caught fire like a piece of dry wood : he will certainly regard the book as a milestone in his life.

No se trata de ningn tipo de casualidad. Los contenidos de ese libro se enmarcan en la polmica sobre Spinoza que durante esos aos era tema principal en la vida culta de Alemania, y cuyos contendientes ms famosos eran Mendelssohn y Jacobi. Tanto uno como otro interpretaban a Spinoza como a un ateo mecanicista, en cuyo sistema no hay lugar para la libertad y el mundo moral; la cuestin era que si la Ilustracin, y la filosofa en general, tendan o no inevitablemente hacia ese sistema. El Gott de Herder, en cambio, tuvo como objetivo defender a Spinoza, interpretndolo en otro sentido, y cargando contra ambos bandos enfrentados. Herder es un admirador, aunque no ciego, de este filsofo; presenta su sistema, combinndolo con ideas de Leibniz, convertido en una suerte de dinamismo, en el que hay un principio de reciprocidad entre Dios y el mundo, basado no en el determinismo, sino en la libertad (frente a la definicin espinosista de Dios como sustancia, Herder propone la de fuerza o fuerza primordial: la fuerza primordial de todas las fuerzas, el alma de todas las almas), y que posibilita al hombre para tratar de crear un mundo de valores espirituales que le devuelva el libre albedro y la dignidad humana. Elabora, adems, una suerte de teora de la palingenesia, segn la cual el desarrollo de esa fuerza de la naturaleza implica la creacin y destruccin de especies escalonadas en una evolucin hacia principios superiores, siendo as la muerte y el sufrimiento de unas parte necesaria de ese proceso. Todo esto queda referido, en fin, a ese asunto capital de la Ilustracin, de pensar la naturaleza juntamente con el mundo moral, la sustancia como sujeto, y devolverle un sentido al devenir de los fenmenos. Se trata, pues, del ltimo momento de la inversin teolgica, el de la justificacin del mundo o teodicea.

El ttulo

El ttulo nos lleva de nuevo al trmino clave de mimesis. Lo mismo que en los antiguos discursos sobre el arte, la palabra se refiere tanto al proceso de generacin de la obra, como a las propiedades de la misma. Las antiguas tcnicas que pasaron a ser artes se caracterizaban porque, al ejercerse, se produca una obra que imitaba a la naturaleza; por esto tambin al proceso se le llama imitacin, e imitadores a los artistas. En este mbito se mueve tambin el artculo de Moritz. El artista imita el movimiento relacional de la naturaleza; tambin la obra del arte lo hace; y tambin al proceso se llama imitacin. De modo que debe Moritz rectificar la primera asuncin de que parte el artculo de 1785, segn el cual la imitacin no es definitoria del arte. Y esto es as, porque descubre que la definicin que l haba procurado, la de totalidad autnoma, coincide con la de imitacin. El objeto artstico solamente puede convertirse en totalidad autnoma imitando y copiando a la nica totalidad autnoma que realmente hay, esto es, la naturaleza. O, dicho de otro modo, el arte, para convertirse en imitador de la naturaleza en el sentido moderno, debe hacerse un todo autnomo. El otro elemento es lo de la creacin, que apunta a que, efectivamente, esa nueva imitacin debe de ser tambin, por sus caracteres intrnsecos, una creacin: tambin la naturaleza es algo creado y creador; hasta el punto que, para Moritz, el arte ser una tcnica de la misma naturaleza, que, crendose, se repite a s misma.El artculo est dividido en prrafos si ninguna otra clasificacin. Se podran ensayar varias maneras de clasificarlos; aqu sealaremos:1) Una somera introduccin donde se aborda el concepto de imitacin, aunque luego ese hilo no se retoma propiamente. [Pp. 1-8]

2) Un largo pasaje donde se trata de definir lo bello partiendo de las ideas acerca de lo til y lo moral. [Pp.9-45].3) Otro dedicado a discernir cmo funciona la Tatkraft en su relacin con el mundo y con las facultades superiores, as como con la Bildungskraft y la Empfindungskraft. [Pp. 46-89].

4) Las consecuencias de estas nociones en la naturaleza y en la historia, con una coda final. [Pp. 90-146].

Primera parte En este apartado solamente define la imitacin en general como la prctica que reproduce no algo individual, sino algo universal que puede estar presente en un individuo; lo que los preceptistas llamaban imitacin ideal. Se trata de una distincin muy bsica, en comparacin con toda la metafsica que le seguir, pero, ciertamente, ella la posibilita.

Segunda parte

Segn Moritz, si analizamos los usos lingsticos, lo bello y lo noble se distinguirn de lo til primariamente por razones lgicas: ste no se puede, ya no darse, sino pensarse, por s solo: no tiene sentido, es incompleto en s mismo, si no refiere a otra cosa, sino est relacionado con otro elemento, a la manera de una parte con un todo. No ocurre lo mismo con aqullos, que se autorreferencian. De ah que, al aplicar esas cualidades, por ejemplo, a una accin, entendamos que una accin noble es algo completo y vlido por s mismo, mientras que no lo es as una accin til. De esto se deriva la teora de los fines: una accin til no lo puede ser si carece de un para qu?, y no as la noble o bella: tiene el fin en s misma. De modo que, como afirmar ms adelante, stos pueden ser, siendo intiles, y se definen negativamente por esa no necesidad de utilidad; tambin pueden ser tiles, pero manteniendo un precario equilibro, meramente accidental.

Siguiendo el mismo anlisis del lenguaje, descubriremos, por otra parte, que lo bello no es idntico a lo noble; podramos decir que tienen la misma intensin, pero distinta extensin; esto es, que se refieren a una misma cualidad, en distintos rangos de objetos. Hay cosas que son nobles, pero no bellas, y viceversa. Esto es as porque predicamos la belleza de cosas sensibles, y la nobleza de cosas inteligibles. En cambio, tienen una relacin muy estrecha: no hay nada bello que no tenga, al menos, un principio noble, ni nada noble que no fuese, si accesible a los ojos, bello. Y es que la belleza es la impronta o imagen [Abdruck] de lo noble, la manifestacin sensible del inteligible. Ser esta nota la que definir la belleza desde el punto de vista lingstico, separndola de lo noble. Se trata, as, de algo que subsiste por s mismo, se autorreferencia, y tiene en s su propio fin; pero que, adems, es accesible a nuestros sentidos y nuestra imaginacin. Ahora bien, Moritz pasar de este anlisis lingstico a una elaboracin de tipo metafsico, y, a partir de este momento, su discurso tomar unas fuertes connotaciones neoplatnicas que ya no abandonar. Por otra parte, esa metafsica servir para perfeccionar las extraezas del anterior anlisis. Afirma que lo nico que cumple esas condiciones que son comunes a lo bello y a lo noble es la naturaleza en cuanto tal, en su conjunto, en su totalidad. De esta manera, es ella la que es bella, y noble, y es en ella donde lo bello y lo noble se confunden; idea de la cual unin es lo sublime. As, todo lo que es bello para nosotros, para nuestra sensibilidad, no ser sino un Erscheinung, manifestacin o apariencia de la naturaleza, y no la naturaleza misma. Adems de Erscheinung, tambin habla Moritz de ilusiones, que son, sin embargo, para nosotros, ms bellas que la naturaleza misma. Consecuencia de este hecho es que nosotros, con nuestras fuerzas, jams podramos hacer algo bello, jams podramos copiar a la inabarcable naturaleza; por ello, ha de ser ella misma, la que, mediatamente, lo haga en nosotros. La fuerza creadora de la naturaleza en nosotros, la llama Moritz Bildungskraft.

Pero el descubrimiento de esa tcnica de la naturaleza, de ese actuar de la misma por debajo de las facultades conscientes, implica necesariamente el aceptar de hecho todo un mbito en el interior de sujeto (el alma, para Moritz) de una actividad inconsciente. Moritz se percata y lo acepta con todas sus consecuencias. A esa actividad la llama Tatkraft, energa activa. [Vid. Leibniz]. Se trata de una facultad que percibe oscuramente el todo de la naturaleza y sus relaciones, y hace fuerza por llevarlas a consciencia. El entendimiento solamente puede subordinar individuos disgregados, la imaginacin solamente puede yuxtaponerlos, pero ninguna de las dos es capaz de entenderlos en sus relaciones orgnicas con la totalidad, sino que los entienden solos, disgregados. En cambo, un alma que est comprendiendo oscuramente en su Tatkraft el todo no puede conformarse con esa imagen rota. Por eso se produce un esfuerzo para presentar la totalidad en una medida asequible al ojo, a la imaginacin y al entendimiento. Tercera parte

La Tatkraft est constantemente luchando contra la Realitt de las cosas, esto es, su constitucin como individuos subordinados y yuxtapuestos pero no orgnicamente unidos; ella, en s, disuelve esta realidad en Erscheinung, y percibe otra cosa: la Individualitt, unos elementos indivisibles que, segn su especie, esto es, segn su conjunto de relaciones con el todo, son ellos en s mismo todos. Esto es, microcosmos, reflejos del macrocosmos. Aqu surge de nuevo el riguroso neoplatonismo, con esas ideas de Plotino repetidas despus por Leibniz. En esta nocin subsiste tambin la idea de que a partir de cualquier cosa puede conocerse cualquier otra, todas ellas, en tanto que todo est orgnicamente relacionado. As, la Tatkraft fuerza a formar el singular de forma accesible a los ojos, la imaginacin, y el entendimiento. Pero este singular nunca podr ser aquello que representa, pues nunca puede haber un todo cerrado dentro de otro mayor, y, as, se disolver en fenmeno. Las facultades conscientes, pues, percibirn el objeto, y se harn idea suya en el alma, pero nunca llegarn a percibir todas sus relaciones internas. Esto queda solamente para la Tatkraft, bien en el propio acto de la creacin, bien en el de la recepcin. Nunca puede la belleza ser entendida, solamente experimentada.