el observador de la actualidad 745

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Periodismo Católico El Observador DE LA ACTUALIDAD 18 de octubre de 2009 AÑO 15 No. 745 $8.00 Fundado en 1995 www.elobservadorenlinea.com PÓRTICO MILAGROS POR JAIME SEPTIÉN / [email protected] «Lo más increíble de los milagros es que se reali- zan», dijo con su habitual sabiduría cristiana el genial Chesterton. En efecto: lo increíble de creer en los mila- gros es que los milagros están a la vuelta de la esqui- na. La vida misma es un milagro. El amor es el más grande de los milagros de la vida. Y Dios es amor. Este número lo dedicamos a reflexionar sobre los milagros. Dostoievski, otro genio del cristianismo, escribió que «el hombre no puede vivir sin milagros y, por muy hereje y ateo que sea, busca a brujos y hechiceras». Queda claro que existen verdaderos y falsos milagros; estos últimos provienen de «brujos y hechiceras», es decir, del demonio mismo. Y aquí es donde el cristiano debe saber discernir. La verdad teológica del milagro consiste en que el milagro se produzca en coherencia con la fe; no se puede aspi- rar a un milagro en un contexto herético, en un con- texto dominado por el mal. El milagro precisa un con- texto teológica y moralmente sano. Es ahí donde nosotros intervenimos. El milagro lo realiza Dios en nuestras vidas pero si nuestras vidas están guiadas a hacer su Voluntad, si son obedientes a su Voluntad. Quiero poner el caso de los bancos de alimentos en México. El hecho que existan 19 millones de mexi- canos que padecen pobreza alimentaria nos enseña que en nuestro país el contexto es moralmente insa- no, injusto, la distribución de la riqueza alimentaria está mal hecha. Pero podemos revertir este contexto; podemos llevar comida a los hermanos nuestros en extrema necesidad. Según las estadísticas, diario se tiran en México 30 mil toneladas de alimentos útiles para el consumo humano. Es decir, 30 millones de kilos, para 30 millones de personas. ¿Imposible que se aproveche? Sí, si somos muy malos; pero si actuamos bien y por el bien, el milagro de un México sin hambre se puede lograr. Difícilmen- te quien ama al prójimo y se asocia para ayudarlo desde Dios no se ve beneficiado con su ayuda. Es milagro cotidiano que quienes viven en la caridad y la verdad reconocen y saben perfectamente. Este fin de semana los que gozamos del milagro mayor de la vida podemos iniciar un viraje de la si- tuación malsana que vive la Patria. Y siempre. Por- que una de las virtudes máximas del milagro es que está a la vuelta de la esquina, en el prójimo más próxi- mo, aquel que me ha sido dado por Dios para cons- truir juntos el camino de la libertad. Por cierto: la li- bertad de la solidaridad es un milagro. ESPECIAL: LOS MILAGROS Jesucristo sanando a una mujer. «El que cree en Mí hará las mismas cosas que Yo hago, y aún hará cosas mayores» (Jn 14, 12). ¿Todavía existen los milagros? Lea este número de El Observador y verá. Los milagros «acompañarán a los que hayan creído » POR UN MÉXICO SIN HAMBRE DIRECTORIO DE BANCOS DE ALIMENTOS ASOCIACIÓN MEXICANA DE BANCO DE ALIMENTOS (AMBA) CALLE RINCONADA DEL AGUA 2811 COL. RINCONADA DEL BOSQUE GUADALAJARA, JALISCO. TEL. (33) 3162-0330 / 01-800-010-2622 BANCO DIOCESANO DE ALIMENTOS DE GUADALAJARA PICHÓN 1147 ESQ. HALCÓN COL. MORELOS TEL. (33) 3810-6595 /3810 6996 ALIMENTOS PARA LOS MÁS NECESITADOS DE LEÓN BOULEVARD JORGE VÉRTIZ CAMPERO 177 FRACC. EL CRESPO TEL. (477) 772-7990 / 772-7991 BANCO DE ALIMENTOS DE MATEHUALA REYES 46 COL. CENTRO TEL. (488) 882-6043 BANCO DE ALIMENTOS DE SAN LUIS POTOSÍ AV. JOSÉ DE GALVEZ 160 COL. ESTRELLA DE ORIENTE TEL. (444) 821-4303 / 821-7351 ALIMENTOS PARA LA VIDA - QUERÉTARO PRIVADA PASTEUR NO. 4 COL. MERCURIO TEL. (442) 183-7320 / 183-7321

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Periodismo católico. Versión impresa. Año 15 No.745 Especial sobre los milagros - ¿Los milagros existen?

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Periodismo Católico

El ObservadorDE LA ACTUALIDAD

18 de octubre de 2009

AÑO 15

No. 745

$8.00

Fundado en 1995

www.elobservadorenlinea.com

�PÓRTICO

MILAGROSPOR JAIME SEPTIÉN / [email protected]

«Lo más increíble de los milagros es que se reali-zan», dijo con su habitual sabiduría cristiana el genialChesterton. En efecto: lo increíble de creer en los mila-gros es que los milagros están a la vuelta de la esqui-na. La vida misma es un milagro. El amor es el másgrande de los milagros de la vida. Y Dios es amor.

Este número lo dedicamos a reflexionar sobre losmilagros. Dostoievski, otro genio del cristianismo,escribió que «el hombre no puede vivir sin milagrosy, por muy hereje y ateo que sea, busca a brujos yhechiceras». Queda claro que existen verdaderos yfalsos milagros; estos últimos provienen de «brujosy hechiceras», es decir, del demonio mismo. Y aquíes donde el cristiano debe saber discernir. La verdadteológica del milagro consiste en que el milagro seproduzca en coherencia con la fe; no se puede aspi-rar a un milagro en un contexto herético, en un con-texto dominado por el mal. El milagro precisa un con-texto teológica y moralmente sano. Es ahí dondenosotros intervenimos. El milagro lo realiza Dios ennuestras vidas pero si nuestras vidas están guiadasa hacer su Voluntad, si son obedientes a su Voluntad.

Quiero poner el caso de los bancos de alimentosen México. El hecho que existan 19 millones de mexi-canos que padecen pobreza alimentaria nos enseñaque en nuestro país el contexto es moralmente insa-no, injusto, la distribución de la riqueza alimentariaestá mal hecha. Pero podemos revertir este contexto;podemos llevar comida a los hermanos nuestros enextrema necesidad. Según las estadísticas, diario setiran en México 30 mil toneladas de alimentos útilespara el consumo humano. Es decir, 30 millones dekilos, para 30 millones de personas.

¿Imposible que se aproveche? Sí, si somos muymalos; pero si actuamos bien y por el bien, el milagrode un México sin hambre se puede lograr. Difícilmen-te quien ama al prójimo y se asocia para ayudarlodesde Dios no se ve beneficiado con su ayuda. Esmilagro cotidiano que quienes viven en la caridad yla verdad reconocen y saben perfectamente.

Este fin de semana los que gozamos del milagromayor de la vida podemos iniciar un viraje de la si-tuación malsana que vive la Patria. Y siempre. Por-que una de las virtudes máximas del milagro es queestá a la vuelta de la esquina, en el prójimo más próxi-mo, aquel que me ha sido dado por Dios para cons-truir juntos el camino de la libertad. Por cierto: la li-bertad de la solidaridad es un milagro.

ESPECIAL: LOS M

ILAGROS

Jesucristo sanando a una mujer. «El que cree en Mí hará las mismas cosas que Yo hago, y aún harácosas mayores» (Jn 14, 12). ¿Todavía existen los milagros? Lea este número de El Observador y verá.

Los milagros «acompañarán alos que hayan creído»

POR UN MÉXICO SIN HAMBRE

DIRECTORIO DE BANCOS DE ALIMENTOS

ASOCIACIÓN MEXICANA DE BANCO DE ALIMENTOS (AMBA)CALLE RINCONADA DEL AGUA 2811COL. RINCONADA DEL BOSQUEGUADALAJARA, JALISCO.TEL. (33) 3162-0330 / 01-800-010-2622

BANCO DIOCESANO DE ALIMENTOS DE GUADALAJARA

PICHÓN 1147 ESQ. HALCÓN COL. MORELOS

TEL. (33) 3810-6595 /3810 6996

ALIMENTOS PARA LOS MÁS NECESITADOS DE LEÓNBOULEVARD JORGE VÉRTIZ CAMPERO 177FRACC. EL CRESPOTEL. (477) 772-7990 / 772-7991

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REYES 46 COL. CENTROTEL. (488) 882-6043

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MIRADAS2 El Observador18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745

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Dirección de proyectos: Rogelio Hernández Murillo

Jefe de redacción: J. Jesús García y García. Contraloría: María del Carmen Velasco de Uresti. Logística: Ricardo GarcíaMeza. Jefe de diseño: Diana Rosenda García Bayardo. Jefe de información: Omar Árcega Escobedo. Redactor asociado:Gilberto Hernández García. Jefatura de ventas: Patricia Flores de Aboytes. Asesor: Clemente Chauvet Flores. Jefe decirculación: José Trejo Hurtado. Coordinador de distribución: Agustín Morales Cabello. Diseño de publicidad:Octavio Espinosa Murillo. Crédito y cobranza: Fernando Maya Solano. Secretaria y suscripciones: Hilda ZendejasFrausto. Asistentes de dirección: María del Refugio Rojas de Hernández y Marcela Valenzuela de Adame. Agentes dedistribución y cobranza: Carmelo Aguillón Sánchez, José Trejo Hurtado y Salvador González Núñez. Mensajería: AlfonsoSánchez y Arrieta. Asistente de oficina: María del Carmen Olvera Castro. Responsables: Matehuala (Circulación y contenido)P. Antonio Ruiz Domínguez. Tel (488) 882-3505. León (Circulación) Mario Ante Landín (477) 716-3648. Tuxpan (Circulación ycontenido) P. Matías Reyes Salazar (783) 834-2016

El Observador de la actualidad. Publicación semanal de Clip Art de Querétaro, S. de R.L. de C.V. Reforma No. 48, Centrohistórico, C.P. 76000, Santiago de Querétaro, Qro., Tels. (442) 214-1842, 224-1454 y 214-5475, lada sin costo fuera de Querétaro 01800-253 3501.- Correo electrónico: [email protected] Número de Certificado de Licitud de Título 9598.- Númerode Certificado de Licitud de Contenido 6695.- Número de Reserva al Título en Derechos de Autor 1080200/2001.- Precio del ejemplar:$8.00.- Suscripción anual en la ciudad de Querétaro (aplican restricciones): $360.00 - Impresión: Compañía Periodística Meridiano,S.A. de C.V., Prol. Calzada 208 Col. Martinica, Tel. (477) 788-2115, León, Gto. Los artículos firmados son responsabilidad del autor.Permiso de publicación periódica, autorizado por SEPOMEX, número PP22-0001

Lada sin costo para nuestro lectores fuera de Querétaro: 01 800 253 35 01

El ObservadorDE LA ACTUALIDAD

DE LA ACTUALIDADDE LA ACTUALIDAD

UN MISIONERO. CON LA PALABRA DE DIOS EN LA MANO, ANUNCIA LA

BUENA NUEVA DEL EVANGELIO. NI SIQUIERA TIENE

UN TEMPLO PARA ELLO. COMO LO HIZO JESÚS, AL AIRE LIBRE.

LA PALABRA (EN LA MANO Y EN EL LEMA). ES LA PALABRA DE DIOS

PROCLAMADA A LOS HOMBRES PARA QUE LA ESCUCHEN, MEDITEN Y

ACOJAN COMO LA “CARTA” ESCRITA POR DIOS PARA CADA UNO.

LA CRUZ. CLAVADA EN LA TIERRA. ES LA SEÑAL DE IDENTIDAD PARA

AQUELLOS QUE SE HAN REUNIDO EN EL NOMBRE DEL SEÑOR,

PROCEDENTES DE TODOS LOS PUEBLOS

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3El Observador 18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745 LOS MILAGROS

El uso del término «milagro»se encuentra difundido por do-quier de la manera más arbitraria.«¡Qué milagro!», es el saludo ha-bitual que se dirige a quien no sesuele ver con mucha frecuencia.«Dios mío, hazme el milagro de quepase el examen de matemáticas»,suplican cientos de estudiantesque, si finalmente aprueban, lo ha-cen porque estudiaron y no porun hecho milagroso. Y se habla de«milagros médicos» cuando los ci-rujanos comienzan a aplicar exito-samente una técnica quirúrgica tanoriginal que parece salida de uncuento de ciencia ficción.

Hoy, pues, a todo se le quierellamar milagro: que si la selecciónmexicana de futbol le ganó al equi-po tal, ¡es un milagro!; que si mesaqué la lotería, ¡otro milagro! Yasí por el estilo. No se logra dife-renciar entre lo imposible y lo pocoprobable. Ganar una lotería no esimposible, sólo muy improbable.

Que algo sea notable no lo convierteautomáticamente en milagro

Incluso en ambientes cristia-nos se propaga el uso inadecuadode la palabra milagro. Basta recor-dar cuánta gente de la Iglesia seempeña en hablar del «milagro dela vida», siendo que ésta, por muymaravillosa que sea, no puede sercatalogada normalmente como mi-lagro, a menos que, por ejemplo,un muerto resucite.

El pasado mes de junio, en laIndia, durante el funeral del misio-nero jesuita Vicente Ferrer, el pa-dre Ángel García, presidente de laONG Mensajeros de la Paz, dijo enla homilía: «Vicente Ferrer hizo mu-chos milagros en vida... de los quehan sido testigos no sólo un pu-ñado de personas, sino más de dosmillones y medio de pobres y mar-ginados en la India a los que sutrabajo ha cambiado su vida. Vi-cente Ferrer multiplicó los panes ylos peces de la solidaridad, liberóde la ceguera del egoísmo a milesde personas; Vicente Ferrer hizomanar el agua en campos yermospara hacerlos fértiles, levantó hos-pitales en tierras asoladas por lamalaria, el SIDA o la disentería».Pero ni levantar hospitales ni nin-guna de estas hermosas obras de

caridad, por invaluables que sean,entran en la categoría de milagro.

Ciertamente el entusiasmo de-bido a un hecho notable lleva amuchos a emplear el término en unsentido figurado, es decir, de nin-guna manera se tienen intencionesde cambiar su verdadero significa-do; pero también es cierto que suuso poético o simplemente colo-quial contribuye a que de algunamanera se pierda poco a poco nosólo la noción de lo que realmenteson los milagros, sinoque esto tambiénayuda a que el mundode hoy crea cada vezmenos en ellos, o bien,que le llame milagro acualquier tontería.

Los llamados «cursosde milagros»

En marzo de 2006(El Observador, No.556) nuestro compa-ñero periodista WalterTurnbull hacía un aná-lisis de un gran frau-de de la New Age muyde moda conocidocomo «cursos de mi-lagros» y que no es otra cosa quelos escritos de la psicóloga HelenShucman , profesora de la Univer-sidad de Columbia, Nueva York,quien asegura que «Jesús» se losdictó. ¿Y qué le enseñó ese su-puesto «Jesús»? Que él no esDios, ni Salvador, ni Cristo; que noexiste el pecado, ni la enfermedadfísica, ni la muerte, ni la resurrec-ción, sino que todas estas creen-cias son el resultado de una menteenferma, son un mal sueño del quehay que despertar para curar nues-tra mente. Así, el único y verdade-ro milagro que puede existir es eldespertar de ese sueño o mentali-dad errónea para acceder a la men-talidad recta, con la cual toda en-fermedad física desaparecerá.

«Sólo que me suceda a mí»En el fondo el problema de

Shucman parece ser el mismo quetuvo en su momento el apóstolsanto Tomás —y que la mayoríade los seres humanos experimentaalguna vez en la vida—: «Si noveo... no creeré». Y como ella no

ha visto a un muerto resucitar, lacomida multiplicarse o levantarsea un parapléjico, se quedó con laidea de que los milagros —los ver-daderos milagros, como los queleemos en la Biblia— no son sinoespejismos.

En uno de tantos foros de in-ternet refiere un participante: «Creoque los milagros no existen; he leí-do y oído muchos relatos de genteque sabe de algún milagro, pero el90% de estas personas no vieron

la realización del milagro ni lo hanexperimentado en su propia perso-na».

Así, muchos dudan del mila-gro si no son testigos presencia-les de éste, no importa que quiense los dé a conocer sea una perso-na de entera probidad y confianza,porque, «la verdad, a mí no meconsta que su papá estuviera cie-go o que su hijita tuviera leuce-mia»; y, aunque sí les conste, nohay nada como probar en carnepropia: «Que Dios me cure de SIDAo de cáncer, o que me levante de lasilla de ruedas, y entonces creeréen milagros». Pero si uno no estáparalítico ni tiene cáncer ni SIDA—habría que agradecer a Dios poreso—, ciertamente nunca recibiráel espectacultar milagro que tantodesearía para poder creer.

La desmitologizacíon del EvangelioLo lamentable es que la nega-

ción de los milagros haya alcanza-do el nivel teológico, y que hastalas señales sobrenaturales realiza-das por Jesucristo, que se leen en

«Todo es milagro», dicen unos; «nada es milagro», aseguran otros

las Sagradas Escrituras, hayan sidopuestas en duda.

Rudolf Bultmann (1884-1976),teólogo protestante, no fue el pri-mero en negar la historicidad delos milagros de Cristo, pero sí fueel que más impacto generó al res-pecto entre los teólogos.

Según Bultmann, el mensajedel Nuevo Testamento se sirve dellenguaje imaginario mitológico, y,por tanto, es inaceptable que elhombre de hoy lo acepte como una

descripción literalde los acontecimien-tos: «No se puedeusar la luz eléctricay la radio, acudir a lamedicina modernaen el caso de enfer-medad, y al mismotiempo creer en elmundo de espíritusy milagros del Nue-vo Testamento».

Según él, habríaque desmitologizaro desmitificar elEvangelio para des-cubrir el verdaderomensaje que Diosnos quiere transmi-

tir a través de ese leguaje bíblico.Por increíble que parezca, esta

postura bulmanniana fue acepta-da por ciertos téologos católicos,y, de hecho, en la actualidad toda-vía se dan cursos tanto para con-sagrados como para laicos en losque se enseña la desmitologiza-ción del Evangelio como si se tra-tara de una verdad revelada.

Pero, entonces, ¿cómo entien-den los defensores de esta corrien-te los diversos pasajes del Evan-gelio donde el Señor cura, libera yresucita a la gente? Aquí dos ejem-plos:

1) En el llamado milagro de loscinco panes y dos pescados lagente llevaba suficiente comida,pero no quería hacerlo saber parano tener que compartirla. El mucha-cho de los panes y pescados estocado por la predicación de Cris-to, así que decide sacar su comiday dársela al Señor para compartirlacon todos. Ante este ejemplo soli-dario, todo el pueblo se siente cues-tionado y cambia de actitud, asíque saca su comida y la comparte.

Desde los «cursos de milagros» hasta la «desmitologización del Evangelio», la confusión cunde por doquier

Eran tantas las provisiones que lle-vaba la gente que con lo sobrantese llenaron los doce canastos.

2) La resurrección de Lázarodebe interpetarse como que Jesusle perdonó a su amigo un pecadomuy grande, un pecado que le ha-bía causado una tristeza parecidaa la muerte.

¿Un asunto de tontos?Así las cosas, hoy casi parece

arriesgado admitir que se cree enmilagros, so pena de ser conside-rado un tonto.

Pero, gracias a Dios, aún que-da gente que cree que las señalesmilagrosas hechas por Cristo y susapóstoles y discípulos fueron yson reales. Cierto que en la racio-nal Europa, según una encuestaque se publicó el Alemania en elaño 2002, el 71% de los entrevista-dos dijo que los milagros eran re-latos de ficción, no realidad. Y, se-gún otra encuesta, publicada en di-ciembre de 2008 por el publisco-pio del sitio de internet publico.es,los españoles mayores de 18 quese declaran «católicos practican-tes» son apenas el 29.2% de la po-blación, pero entre ellos apenas el67% cree en los milagros.

Mas en el mucho menos cultoEstados Unidos afortunadamentela cosa cambia. Al menos entre lapoblación mayor de 45 años. Se-gún encuesta realizada por AARPThe Magazine y publicada en no-viembre de 2008, entre los ibero-americanos de este rango de po-blación, el 86% dijo creer en mila-gros. Y entre la población angloa-mericana del mismo país e idénticorango de edad el 80% dice creer enellos.

Sin embargo, ni el creer en mi-lagros ni el ser testigo de uno o demuchos de ellos debiera ser unarareza. ¿Acaso no dice Jesús en elEvangelio de este domingo que«estos son los milagros que acom-pañarán a los que hayan creído:arrojarán demonios en mi nombre,hablarán lenguas nuevas, coge-rán serpientes en sus manos, y sibeben un veneno mortal no leshará daño; impondán las manosa los enfermos y éstos quedaránsanos»?

D. R. G. B.

La resurrección de Lázaro. Hasta este milagro es negado hoy

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4 El Observador18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745LOS MILAGROS

Que los milagros que ocurren enla Iglesia católica son... ¡falsos!

Las sectas protestantes se contradicen unas a otras ensu modo de entender los hechos milagrosos

«Los católicos dan mucho tes-timonio de milagros que, supues-tamente, han hecho sus ‘santos’.Los mormones dan el mismo testi-monio de los suyos hechos porsus ancianos. Los diferentes gru-pos de pentecosteses dan testimo-nio de los supuestos milagros quehan hecho por medio de oracionesa Dios y del poder del Espíritu San-to. Pero bien sabemos que el Espí-ritu de Dios no está con los católi-cos, los mormones, ni los pente-costeses al mismo tiempo... Perotodos dan el mismo testimonio y eltestimonio de cada grupo tiene lamisma fuerza. Esto es suficientepara hacernos creerque los milagros delos tres grupos sonfalsos».

Esto lo escribeMack Kercheville, un«pastor» cristonista,es decir, un miembrode las sectas protes-tantes autonombradas «Iglesias deCristo» (de doctrina campbellista),que desde hace algunos años es-tán presentes en los estados deSan Luis Potosí, Veracruz, Queré-taro, Jalisco y, prácticamente, entodo el país.

Según Kercheville y sus segui-dores, lo que los católicos o cual-quier otro grupo religioso llamamilagro se explica de cualquiera delas siguientes maneras: es una cu-ración natural, es consecuencia delpoder de la sugestión, se debe aque el diagnóstico de una enfer-medad era falso y cuando el pa-ciente constata que está sano creeque sanó milagrosamente, o bienSatanás hizo el milagro.

Para Kercheville, Jesús «sanósolamente a los que servirían comotestimonio de su divinidad»; «losapóstoles y otros discípulos deCristo en el primer siglo del cristia-nismo hicieron sus milagros... paraconfirmar el mensaje que predica-ban»; pero, «como ya que tene-mos la Santa Biblia en su formacompleta y mucha evidencia en ellapara hacernos creer en Cristo porla palabra de sus apóstoles, no ne-cesitamos poder milagroso paraconfirmar la palabra».

Hasta asegura, con una lectu-ra sacada de contexto, que el após-tol Pablo profetizó que los dones

milagrosos sólo serían «para la ni-ñez de la Iglesia» (1 Co 13, 8-11).Pensamiento el suyo muy semejan-te al del clérigo anglicano del sigloXVII que decía: «Los milagros sonlos pañales de las iglesias nacien-tes».

Por si fuera poco, Kercheville—totalmente ignorante de la su-cesión apostólica— cree que ya noexisten los dones transmitidos por«imposición de las manos de losapóstoles», por lo que, con la muer-te de éstos, «se terminó el don mi-lagroso».

Resulta más curiosa la posturade este sujeto si se considera que

la gran mayoría de las sectas cris-tonistas son de marcado carácterpentecostal, es decir, que su prin-cipal atractivo proselitista radica enel don de lenguas, las curacionessobrenaturales, las profecías, etc.Entonces, ¿cómo explica Kerche-ville estos acontecimientos? Con-testa: «Creemos que Dios tiene tan-to poder como siempre... Al negarla existencia de milagros en el tiem-po presente no negamos en nin-guna manera el poder de la oración,y creemos que Dios contesta nues-tras oraciones». Es decir, los mila-gros siguen ocurriendo —sólo enla secta, los demás son falsos—,pero ya no se les debe llamar mila-gros sino sólo respuesta de Dios.

En el protestantismo hay opi-niones diversas. Ray Coughran,estadounidense autonombrado«profeta de Dios» y fundador dela secta «Ministerio Internacionalde Milagros», está convencido deque éstos siguen existiendo. Peroutiliza el término de una manerabastante amplia; dice: «El milagromás grande que puedes recibir hoyes la libertad, el perdón y la pazque sólo da Jesucristo».

En un cierto programa de tele-visión del canal protestante Enla-ce TBN, se promovía un «pacto»en el que la gente se comprometie-ra a dar una determinada cantidad

de dinero por un período de tiem-po, y a cambio recibiría la bendi-ción divina. Más tarde uno de lospromotores anunciaba el resulta-do final: «Son 300 milagros, son300 personas que se han movido,son 300 personas que han sidoobedientes.». Y otro afirmaba: «Es-tos pactos de 58 dólares por cadames durante un año van a tener ungran testimonio... Se va a manifes-tar mayormente el poder de Diosen la vida de aquellos que obede-cieron la voz del profeta».

Pero esta compra-venta de mi-lagros no ha sido del agrado demuchos otros protestantes, quie-

nes también criticanel proceder del«apóstol» CashLuna, que en sus«Noches de Gloria»promueve los mila-gros casi como mer-cancía y tiene a bienaceptar todas las tar-

jetas de crédito. En mayo pasadotenía planeada una «Cruzada» enQuerétaro, que a última hora can-celó por la epidemia de influenza;en el exterior de autobuses urba-nos se veían sus anuncios, quedecían: «Ven y pide tu milagro».

En cuanto a los jehovistas,muy extendidos en el territorio na-cional, los milagros ya no son ne-cesarios. La doctrina oficial de lasecta «Testigos de Jehová» es que«Jesús hizo milagros para identifi-carse como el Mesías» y tambiénpara demostrar «que Dios le habíadado un poder especial» —los je-hovistas no creen que Jesús seaDios—; además, que «los milagrosdel primer siglo fueron una de laspruebas de que el favor de Jehováhabía pasado del Israel carnal a lacongregación cristiana primitiva»,y, como ya no es necesario de-mostrar esto, los que ahora hacenmilagros en el nombre de Jesús sonimpostores, según creen que en-seña Mateo 7, 22-23.

Resulta patente que esta diver-sidad de interpetaciones es el fru-to necesario del subjetivismo doc-trinal que sustenta el protestantis-mo. Ya lo lamentaba su padre, Mar-tín Lutero, en 1525: «Existen casitantas sectas y creencias comocabezas».

D. R. G. B.

Entonces... ¿qué esun milagro?

Blas Pascal, el matemático, físico, filósofo y teólogo francés delsiglo XVII, lo define así: «Un milagro es un efecto que supera lafuerza natural de los medios empleados para realizarlo».

Si supera la fuerza natural significa que es sobrenatural. Y, paraque pueda ser catalogado así sin equivocación, es necesario que notenga ninguna explicación científica posible. A veces es muy difícilvalorar si, por ejemplo, un cáncer desapareció de manera milagrosa,ya que pueden entrar en juego muchos factores, entre ellos las remi-siones, que, si bien aún no son del todo comprendidas por la cien-cia, no por ello dejan de ser naturales; sin embargo, eso no quita quequizá de manera natural la curación no iba darse, así que si éstaocurrió podría deberse a una sobrenatural intervención divina, inde-pendientemente de si puede ser probada o no. Ésta es la razón por laque en el santuario de Lourdes hay más de diez mil curaciones certi-ficadas, pero apenas 68 de éstas certificadas como milagros.

¿Para qué sirven los milagros? Dice el padre Enrique Cases queel milagro tiene un fin espiritual. Dicho fin puede ser: reforzar oaumentar la fe de quienes conocen el hecho, manifiestar el amor y laprovidencia divinas, o bien producir un bien terreno (por ejemplo,curaciones).

¿Los milagros son siempre eficaces para la fe? No siempre.Aunque la mayoría de la gente suele pensar: «si soy testigo de unmilagro, entonces creeré en Dios», la verdad es que la libertad huma-na permanece siempre, y así como la fe pudo ser rechazada en laausencia de milagros, la fe puede seguir siendo rechazada aunqueuno sea testigo de éstos. Por ejemplo, los fariseos reconocieron losmilagros que Jesús realizó, y aun así decidieron no creer en Él sinomatarlo. Judas mismo vio e hizo milagros, y aun así entregó al Señor.En el siglo XX el sol de Fátima bailó en el cielo ante 70 mil personas,pero no todas se hicieron santas.

Entonces, ¿sigue ha-biendo milagros como enlos tiempos bíblicos? Sí; nosólo hizo Dios milagros entiempos bíblicos sino quesuceden en la actualidad.«También hoy se obran mi-lagros y en cada uno deellos se dibuja el rostro delHijo del hombre-Hijo deDios y se afirma en ellos undon de gracia y de salvación» (Juan Pablo II, Audiencia general del18 de noviembre de 1987).

¿Sólo la Iglesia puede decir si es un milagro? El reconocimientode un milagro por parte de la Iglesia sólo lo puede otorgar la jerarquíaeclesiástica. Esto ocurre tras una investigación rigurosa en la queintervienen expertos en la materia (médicos, científicos y teólogos).Sin embargo, la Iglesia no pretende investigar ni aprobar todos losmilagros. Mas Dios ha querido que algunos milagros sean reconoci-dos por la Iglesia para confirmar una verdad. Por ejemplo, los mila-gros eucarísticos nos recuerdan la realidad sobre la Eucaristía, o losmilagros asociados a la intercesión de una persona fallecida que sehalla en proceso de canonización confirman su santidad.

¿Por qué algunos reciben milagros y otros no? Los milagros nose pueden ni programar ni exigir. La fe del ministro o del enfermo noobliga a Dios a hacer un milagro. Si el milagro no ocurre no se debeconcluir que el ministro o el enfermo tienen poca fe. Dios puede tenerun plan diferente al nuestro si decide no concedernos el milagro porel que hemos orado. Hay que pedir, sí, pero dispuestos a que enúltima instancia sea la voluntad del Señor la que se realice. Diospermite el sufrimiento de los santos y en la mayoría de los casos nohace el milagro sino que los ayuda a crecer en santidad por medio delsufrimiento. En ocasiones podría tener una plan similar en nuestrocaso.

Con información de Ideasrapidas.org y Corazones.org

«También hoy se

obran milagros y en cada

uno de ellos se afirma un

don de gracia y de

salvación»: Juan Pablo

II el Grande

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5El Observador 18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745 LOS MILAGROS

La fe es condición para quese realice el milagro

Enseñanza de Juan Pablo II

«Los milagros y los signosque Jesús realizaba para confir-mar su misión mesiánica y la ve-nida del Reino de Dios, estánordenados y estrechamente liga-dos a la llamada a la fe. Esta lla-mada con relación al milagro tie-ne dos formas: la fe precede almilagro, más aún, es condiciónpara que se realice; la fe consti-tuye un efecto del milagro, bienporque el milagro mismo la pro-voca en el alma de quienes lo hanrecibido, bien porque han sidotestigos de él.

«Es sabido que la fe es unarespuesta del hombre a la pala-bra de la revelación divina. El milagro acontece en unión orgánicacon esta Palabra de Dios que se revela. Es una señal de su presenciay de su obra, un signo, se puede decir, particularmente intenso. Todoesto explica de modo suficiente el vínculo particular que existe entrelos milagros-signos de Cristo y la fe: vínculo tan claramente delinea-do en los Evangelios.

«Al jefe de la sinagoga, Jairo, que había venido a suplicar que suhija volviese a la vida, Jesús le dice: ‘No temas, ten sólo fe’ (Mc 5,36). Cuando el padre del epiléptico pide la curación de su hijo, dicien-do: ‘Pero si algo puedes, ayúdanos...’, Jesús le responde: ‘¡Qué eseso de si puedes! Todo es posible al que cree’. Tiene lugar entoncesel hermoso acto de fe en Cristo de aquel hombre probado: ‘¡Creo!Ayuda a mipoca fe’ (cfr. Mc 9, 22-24).

«Recordemos, finalmente, el coloquio bien conocido de Jesúscon Marta antes de la resurrección de Lázaro: ‘Yo soy la resurrec-ción y la vida... ¿Crees esto?’. ‘Sí, Señor, creo...’ (cfr. Jn 11, 25-27).

«El mismo vínculo entre el milagro-signo y la fe se confirma poroposición con otros hechos de signo negativo. Recordemos algu-nos de ellos. En el Evangelio de Marcos leemos que Jesús de Nazaret‘no pudo hacer...ningún milagro, fuera de que a algunos pocosdolientes les impuso las manos y los curó. Él se admiraba de suincredulidad’ (Mc 6, 5)6).

«Jesús subraya más de una vez que los milagros que Él realizaestán vinculados a la fe. ‘Tu fe te ha curado’, dice a la mujer quepadecía hemorragias desde hacia doce años y que, acercándose pordetrás le había tocado el borde de su manto, quedando sana (cfr. Mt9, 20-22; Lc 8, 48; Mc 5, 34). Palabras semejantes pronuncia Jesúsmientras cura al ciego Bartimeo a la salida de Jericó: ‘Ve, tu fe te hasalvado’ (Lc 18,42).

«Nótese cómo en la narración evangélica se pone continuamentede relieve el hecho de que Jesús, cuando ve la fe, realiza el milagro».

Extractado de la audiencia general de Juan Pablo II el 16 de diciembre de 1987.

Expulsar a los demonios y sanar a los enfermos son señales queacompañan también hoy a los que creen en el señorío de Cristo

Los sacerdotes de hoy ¿están convencidosdel poder que tienen de realizar milagros?

«Jesús, al obrar estos mila-gros y señales, actuó en nombrepropio, convencido de su poderdivino», dijo Juan Pablo II en sucatequesis del 18 de noviembrede 1987. Y el Evangelio de estedomingo anuncia que los mila-gros o señales «acompañarána los que hayan creído» (cfr. Mc16, 17-18).

Diversidad de carismas

Es verdad que en la Iglesiano todos tienen todos los caris-mas, ordinarios o extraordinarios,pues «a uno se le da por el Es-píritu palabra de sabiduría; aotro, palabra de ciencia segúnel mismo Espíritu; a otro, fe, enel mismo Espíritu; a otro, caris-mas de curaciones, en el únicoEspíritu; a otro, poder de mila-gros; a otro, profecía; a otro,discernimiento de espíritus; aotro, diversidad de lenguas; aotro, don de interpretarlas» (1Co 12, 8-10). Pero también es cier-to que los que ejercen el sacer-docio ministerial tienen, por de-cirlo así, un poder divino «mu-cho más completo» que el quede ordinario tienen los seglares,y que lo que más bien hace faltaes que, como Jesús, actúen con-vencidos de la existencia de di-cho poder en ellos.

El mandato de evengelizar y realizarmilagros sigue vigente

El día 27 de mayo de 1976 elpresbítero italiano monseñorOttavio Michelini habría recibi-do la siguiente revelación priva-da de parte de Jesucristo:

«Releed mi Evangelio segúnMarcos: ‘‘Jesús se apareció a losonce y les dijo: ‘Id por todo elmundo y proclamad el Evange-lio a toda la creación; el quecrea y sea bautizado se salva-rá; el que no crea se condena-

rá. Estas son las señales queacompañarán a los que crean: enmi nombre expulsarán demonios,hablarán en lenguas nuevas, to-marán serpientes en sus manos, yaunque beban veneno no les harádaño; impondrán las manos so-bre los enfermos y se pondránbien’. .... Ellos salieron a predi-car por todas partes colaboran-do el Señor con ellos y confirman-do la Palabra con las señales quela acompañaban’’.

«¿Por qué los pastores de al-mas no obran en conformidad conestas palabras? ¿Tal vez temen quela virtud de esta Palabra, despuésde tantos siglos, se haya hecho

estéril? ¿O bien, creen que su ac-ción pastoral no tenga necesidadde ser confirmada por el Cielo? ¿Obien, porque piensan que los mila-gros sobre los enfermos, sobre losmuertos, sobre los endemoniados,etc., han sido un lujo del tiempo demi vida terrena y que el mundo ac-tual no tiene ya necesidad de au-ténticos prodigios que iluminen sunoche y lo sacudan de su sopor?¡Todo prodigio, hijo mío, como laliberación de un endemoniado, nole cuesta a la omnipotencia devuestro Dios, sino a la debilidadde vuestra fe!».

El 28 de mayo del mismo añole propuso el pasaje del Evange-lio en que Él, el Señor, cura al pa-ralítico que no tenía quién lo me-tiera en la piscina de Betesda. «Enel paralítico ved representados atantos y tantos enfermos de su-frimientos físicos o espirituales.Hace años que sufren, hace añosque esperan que manos piado-sas se posen sobre ellos para cu-rarlos. Hace años que pastores yministros de Dios pasan junto aellos sin darse cuenta de su en-fermedad espiritual y a menudotambién física. Naturalmente, alno darse cuenta de nada, nadahacen para ayudarlos.

«Son muchísimos los que su-fren por culpa del demonio, y nosólo sufren espiritualmente, sinotambién físicamente. Una vez másserá bueno recordar que Satanástiene superioridad sobre la natu-raleza humana. Los sacerdotesno deberían ignorar que con unorden especial, así llamado me-nor, recibieron el poder de exor-cizar y de bendecir... Muchos demis sacerdotes se escandalizanhoy sólo de oír hablar de exorcis-mos. Dicen que es cosa de otrostiempos, si acaso hoy día reser-vada a los obispos. Cierto, pararealizarlos en público y con so-lemnidad, el sacerdote exorcistadebe ser autorizado por su obis-po. Pero, en privado, ¿quién lepuede prohibir valerse de un po-der que le ha sido reglamentaria-mente conferido?

«Pero, ¿saben mis sacerdotesde qué grandes poderes han sidoinvestidos? ¿Saben quiénes son?¿Saben que los ángeles, superio-res a ellos por naturaleza, son in-feriores a los sacerdotes en po-der? Pero, ¿de qué vale vuestropoder, si no lo usáis para la fina-lidad para la que os ha sidodado?».

Si el poder no se usa, es inútil

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LA EXPERIENCIA CONTEMPORÁNEA DEL PADRE TARDIF

«Los que temen a los prodigios del Señor le estánteniendo miedo al Señor de los prodigios»

Emiliano Tardif (1928 - 1999) fue un sacerdote de la congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón,enviado a República Dominicana. En 1973, después de 16 años de trabajo pastoral en esa nación, enfermó detuberculosis. Lo que siguió cambió su vida para siempre: se convirtió en testigo del amor de Dios en innumera-bles ciudades del orbe. Y donde él oraba los enfermos se sanaban y las conversiones se sucedían. Lo siguien-te ha sido extractado de su libro «Jesús está vivo».

están teniendo miedo al Señor delos prodigios. Algunos se admirande que el Señor responda tan pron-to a las oraciones. Yo les digo quelo asombrso sería que Él, siendotan bueno, no respondiera. ‘Antesque me llamen, Yo responderé;aún estarán hablando y Yo les es-cucharé’ (Is 65, 25).

Luego llegó el tiempo de que elpadre Emiliano Tardif dejara aquelpueblo «para que la gente tuvierafija la vista en Jesús y no en hom-bre alguno». Pero el país seguíaconvulsionado por lo acontecidoen Pimentel. «El secretario de Sa-lud me acusó por televisión deabusar de la ignorancia del pue-blo, haciéndole creer que sanaba.Hubo muchos ataques. Unos quese decían psicólogos vinieron adecirme que era natural y que nohabía nada de milagroso en quesucedieran tales curaciones; quetodo era debido al contagio demasas y a la histeria colectiva. Si-plemente les contesté que enton-ces me parecía una gran injusticiaque, sabiendo tanto de esto, ellosno organizaran reuniones cada tar-de para curar a todos los enfermosdel país».

«Un grupo del clero pidió quemi Provincial me sacara del paísporque con esas tonterías yo iba adestruir la estructura de la pasto-ral. Yo les contesté que Jesús nohabía venido a salvar estructuraspastorales sino a salvar a su pue-blo y que eso era lo único que Élestaba haciendo».

«Un sacerdote me decía queestábamos exagerando y que eranecesario ir más despacio. Su ar-gumento era así: ‘Si tú me hablarasde dos otres curaciones, tal vez yopodría creer. Pero ustedes los ca-rismáticos están locos, hablan detantos milagros...’. ‘Es que tú noconoces realmente a Jesús —ledije’. ‘Sí —me contestó—, pero enel santuario de Lourdes tienen uncentro médico donde estudian lascuraciones y dicen que hay muypocas curaciones milagrosas. Encambio ustedes...’. ‘Pero —yo lecontesté— el criterio de nuestra feno es el centro médico de Lour-des, sino el Evangelio, y éste ha-bla de tantos milagros...’».

Al poco tiempo «el Señor mehizo recapacitar y darme cuenta deque no debía defenderme de losataques, como Él tampoco se de-fendió de quienes lo acusaban».Ahora «yo simplemente predico yoro mientras que Jesús sana a losenfermos. Así hemos hecho elequipo de trabajo y nos acoplamosbien».

plo». La tercera semana «nos fui-mos al parque. Esa noche habíamás de siete mil personas. Celebra-mos la Misa y de nuevo el Señorcomenzó a sanar enfermos. Eraalgo casi exagerado. Él no tiene lí-mites en su poder ni en su amor».

En la cuarta reunión «llegabanautobuses y camionetas con gen-te de todo el país. Esa tarde habíaunas 20 mil personas en oración.Por tanta gente, nos tuvimos quesubir al techo, donde colocamosel altar y las bocinas. Hubo derro-che de milagros y prodigios. Vimosde todo. Era vivir a todo color, envivo y en directo, lo que cuenta elEvangelio».

Para la quinta reunión había 42mil personas. «La gente aumentótanto por la simple razón de que elSeñor Jesús no ha cambiado toda-vía su manera de trabajo. Mientrasnosotros buscamos métodos pas-torales más eficaces y acordes connuestro tiempo, el Señor continúacon el suyo: Él recorría la Galileasanando a los enfermos; entonceslas multitudes lo seguían y Él lespredicaba la Palabra de salvación(Cfr. Lc 6, 17-23). Hoy sigue hacien-do lo mismo: sana a los enfermos,la gente se reúne por miles y noso-tros proclamamos el reino de Dios.Es sencillamente el Evangelio quese repite».

«No debemos temer las gran-des multitudes. El Señor nos lasmanda para que les proclamemossu Palabra de salvación. Los quetemen a los prodigios del Señor le

ésta fue la resupuesta: «‘Está bien,haz el grupo, pero sin carismas’.‘Bueno —le contesté—, los caris-mas no los doy yo. Eso viene delEspíritu Santo. Si Él quiere dar ca-rismas a tu gente, ¿qué puedo ha-cer yo?’».

««Durante las Misas del primerdomingo invité a la gente para una

conferencia pro-meténdoles con-tar el testimoniode mi curación.Asistieron unas200 personas.Pero esa gentetenía tanta fe queen la noche lleva-ron a un paralíti-co en una cami-lla. Se le habíaroto la columnavertebral y nohabía vuelto acaminar desdehacía cinco añosy medio. Oramospor él... El hom-

bre comenzó a sudar abundante-mente y a temblar. Recordé que,cuando el Señor me sanó, yo tam-bién sentí mucho calor. Así que leordené: ‘¡Levántate en el nombrede Jesús!’. Se levantó y comenzóa andar lentamente. Llegó hasta elSagrario y, llorando, daba graciasa Dios».

«El siguiente miércoles llega-ron más de tres mil personas. En-tonces realizamos la reunión en lacalle porque no cabíamos en el tem-

«Los médicos me hicieron aná-lisis muy detenidos, detectándo-me tuberculosis pulmonar aguda.Al ver que estaba tan enfermo,decidí volver a mi país, Canadá».Ahí «me internaron en un centromédico especializado».

Un día recibió una inesperadavisita: cinco seglares de un grupode oración de laRenovación Ca-rismática. «EnRepública Domi-nicana me habíaburlado muchode la RenocaciónCarismática, yahora ellos ve-nían a orar des-interesadamentepor mí».

«Ellos me di-jeron muy con-vencidos: ‘Va-mos a hacer loque dice el Evan-gelio: Impon-drán las manossobre los enfermos y éstos queda-rán sanos’. Durante la oración yosentí un fuerte calor en mis pulmo-nes. A los tres ocuatro días me sen-tía perfectamente bien, pero losmédicos me obligaron a pasar unmes en el hospital buscando portodos lados la tuberculosis que seles había escapado».

Luego volvió a República Do-mincana. Lo asignaron a una pa-rroquia en la ciudad de Nagua. Elpadre Emiliano invitó a unas cua-renta personas para darles el testi-monio de su curación, y en esa re-unión «invité a los enfermos a pa-sar al frente para orar por ellos.Para mi sorpresa, había más genteen el grupo de enfermos que entrelos sanos. Esa noche al Señor se leocurrió sanar a dos de ellos. Laasamblea estalló en gran alegría ylos sanados daban testimonio portodas partes. Así, humildemente,comenzó una historia que no nosimaginábamos fuera tan maravillo-sa. Cada semana el Señor sanabaenfermos. La gente venía en grannúmero. Ante las curaciones y pro-digios estallaba el gozo y contabaa todo el mundo lo que pasaba. Araíz de estas reuniones algunos sa-cerdotes comenzaron a decir sar-cásticamente: ‘El padre Emiliano sesanó de tuberculosis pero se en-fermó de la cabeza’».

En junio de 1974 el padre Emi-liano fue enviado a un pueblo lla-mado Pimentel para suplir al párro-co, que se iba de vacaciones. Elpadre Emiliano le pidió permisopara hacer un grupo de oración, y

«Quienes piensan que las curaciones son algosuperficial o accidental en el ministerio de Jesúsestán completamente equivocados. Quienes creenque las curaciones salen sobrando hoy en día yque lo esencial es anunciar el Evangelio estánolvidando el método pastoral de Jesús. Nosotrosplaneamos y buscamos mil formas para atraer ala gente que cada vez viene menos a la iglesia.Organizamos fiestas, conciertos, convivencias,etcétera, y los resultado son muy pobres. Jesússanaba a los enfermos y la gente venía en tropel.Hoy sucede lo mismo: cuando Jesús sana a losenfermos se reúnen multitudes, y ahí lesanunciamos el Reino de Dios. Las consecuenciasson mucho más grandes que las simplescuraciones físicas. Que nadie olvide el objetivo deestos signos milagrosos de Jesús: son untestimonio para despertar la fe de los que nocreen y para fortificar la fe de los creyentes».

P. Emiliano Tardif

¡A cuántoshe curado!Primero a hacer,luego a enseñar

He empezado primero ahacer, luego a enseñar. Sitomáis en la mano elEvangelio podréisconstatar cómo Yo heobrado verdaderamente.Mi principal ocupación ypreocupación ha sido la deconocer y acercarme a losque sufren, aliviar laspenas, curar lasenfermedades, perdonarleslos pecados y liberar a losposeídos de los espíritus delmal. ¡A cuántos he curado!¿Qué hace pensar aobispos y sacerdotes que nodeban imitarme en estaimportante obra deapostolado? ¿No es éste unmedio para llegar a lasalmas y acercarlas a Dios?¿No es, ésta, buena y eficazpastoral? ¿Tal vez se dudade no poderlo hacer?Entonces Yo, DivinoMaestro, habría impartidoa mis Apóstoles una ordenno ejecutable. ¿QuéMaestro habría sido?¿Por qué los santos contanta eficacia bendecían ysanaban? Aun en estosaños, obispos y cardenalessantos ¡cuántas veces no lohan hecho!La causa de la ineficacia detantos pastores, ¿no sedebe buscar más bien en lafalta de fe y de penitencia?Hagan mis obispos unexamen de concienciasobre estos dos puntos yverán las razones por lasque se han alejado de unasólida pastoral.Es inútil huir la cuestión.Recordad, pastores dealmas, que quien ospropone estas impelentesinterrogaciones no es unpobre sacerdote, sino soy

Yo, Jesús.Revelaciones a monseñor Ottavio Michelini, 15 de

Junio de 1976

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7El Observador 18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745 LOS MILAGROS

Algunos milagros porintercesión del padre Pío

El milagro que se ha atribuido como elprimero obtenido por la intercesión del pa-dre san Pío de Pietrelcina ocurrió en 1908. Enese momento él vivía en el convento de Mon-tefusco. Un día fue al bosque a recolectarfrutillas en una bolsa que envió a su tía Da-ría. La mujer recibió y comió la fruta y guardóla bolsa. Días después estaba buscando algoen un cajón dónde su marido normalmentetenía pólvora. Era de noche y ella se alumbra-ba con una vela, y el cajón se incendió. La tíaDaría fue alcanzada por el fuego. En un ins-tante, ella agarró la bolsa que contuvo la frutilla del padre Pío y se lapuso en la cara. Inmediatamente su dolor desapareció y ninguna heridao marca de la quemadura quedó en su cara.

Durante la segunda guerra mundial, en Italia, el pan se racionó. En elconvento del padre Pío había siempre muchos invitados, más los pobresque siempre iban allí pidiendo comida. Un día los frailes se encontraroncon que apenas tenían dos libras (aproximadamente un kilogramo) depan. Todos los hermanos oraron antes de sentarse a comer. El padre Píoentró en la capilla y, rato después, regresó con muchísimo pan en susmanos. El superior le preguntó al padre Pío: «¿Dónde ha encontradopan?». El padre Pío contestó: «Me lo dìo un peregrino en la puerta».

Una hija espiritual del padre Pío estaba leyendo una carta del sacer-dote capuchino en el borde del camino. El viento se llevó la carta hasta eldeclive de un prado. La carta ya estaba lejos cuando de pronto se detu-vo debajo de una piedra. De esta manera la mujer pudo recuperar sucarta. El día en que después ella encontró al padre Pío, éste le dijo:«Usted tiene que prestar más atención al viento la próxima vez. Si yo nohubiera puesto mi pie en la carta, ésta se hubiera perdido».

La señora Cleonice, hija espiritual del padre Pío, atestiguó: «Durantela segunda guerra mundial mi sobrino estaba prisionero. Nosotros nohabíamos recibido noticias durante un año; y creíamos que él estabamuerto. Sus padres pensaban lo mismo. Decidí pedirle un milagro alpadre Pío. Yo le dije: ‘Voy a escribir una carta a mi sobrino Giovannino.Solamente escribiré su nombre en el sobre, porque nosotros no sabemosdonde está. Usted y su ángel de la guarda le llevarán la carta’. El padrePío no contestó pero yo escribí la carta y la dejé en mi mesa de nochepara por la mañana siguiente entregarla al padre Pío. Para mi gran sorpre-sa, la carta desapareció. Inmediatamente fui a darle las gracias al padrePío y él me dijo: ‘Dé sus gracias a Nuestra Señora’. Casi quince díasdespués, nuestro sobrino contestó la carta».

Testimonio de una madre: «Mi marido y yo estábamos en la iglesiapara asistir a la Santa Misa, y nuestra hijita estaba en casa con su abuelo.Repentinamente aconteció un accidente, y nuestra hija se quemó conuna olla de agua caliente. La quemadura era tan grande como grave. Eldoctor recomendó hospitalizarla inmediatamente debido a su estado desuma gravedad. Por esta razón él no nos dio ninguna medicina. Deses-perada al ver moribunda a mi hija, en lo que el doctor se fue invoquéfuertemente al padre Pío para que interviniera urgentemente, mientrasme preparaba para llevarla al hospital. De pronto la niña, que estaba solaen su cuarto, me llamó: ‘Mamá, mamá, ya no tengo ninguna herida’. ‘¿Yquién ha desaparecido tus heridas?’, pregunté asustada y con gran cu-riosidad. Ella contestó. ‘El padre Pío vino, él sanó mis heridas poniendosus manos llagadas sobre mi quemadura’. Para asombro de todos, real-mente no había ninguna seña ni marca de que hubiera alguna quemada;el cuerpo de mi hija estaba completamente sano».

Extractado de http://www.padrepio.catholicwebservices.com

Las imágenes milagrosas, ¿existen?metida a la ciencia y se ha de-mostrado que no es obra huma-na.

2) En algún momento de suhistoria o en la actualidad la ima-gen se ha manifestado milagro-samente. Ejemplo: la misma ima-gen de la Virgen de Guadalupe esun milagro que continúa, ya quela tilma debía haberse desintegra-do hace siglos.

3) La imagen es instrumentode Dios para hacer milagros.Aunque Dios no necesita instru-mentos, se puede valer de ellospara hacer milagros. Ejemplos:Dios tomó polvo para hacer elhombre (cfr. Gn 2,7), Jesús tomósaliva para curar al ciego (cfr.Mc7,33). En nuestro tiempo variasimágenes milagrosas señalan lapresencia de la Virgen que consi-gue de Dios grandes milagros.

Fuente: http://www.corazones.org

Una imagen se le llama «mi-lagrosa» cuando es el instru-mento escogido por Dios parahacer milagros. Aunque Dios nonecesita instrumentos, ha queri-do asociar a los hombres en suobra. Las imágenes representana la persona. Si una imagen de laVirgen es milagrosa es porqueMaría fue el instrumento esco-gido por Dios. Ya en el AntiguoTestamento hay ejemplos, entreellos el cayado milagroso deMoisés (cfr. Ex. 7,10) y el mantode Elías (cfr. II Reyes, 2,8). El ca-yado y el manto eran milagrosospor asociación a los hombresque lo utilizaban. Estos hombresfueron escogidos por Dios.

Éstas son las razones parallamar «milagrosa» a una imagen:

1) Su origen es milagroso.Por ejemplo: la imagen de la Vir-gen de Guadalupe ha sido so-

¡Cuidado!, el demonio también es capazde realizar milagros y prodigios

POR EL PADRE GABRIEL AMORTH

extrasensoriales, es decir: clarividencia, lectura delpensamiento, diagnósticos clínicos, lectura del co-razón y de la vida de personas vivas o muertas, yotros poderes. Meses después se añade otra facul-tad: la de anular el dolor físico con la imposición de

manos, aliviando o eliminando elestado de sufrimiento.

«Leyendo después la Palabrade Dios, me di cuenta de que mivida no había cambiado en abso-luto. Continuaba siendo fácil a laira, lento en perdonar, fácil al re-sentimiento, susceptible a la ofen-sa. Tenía miedo de tomar mi cruz,miedo de la incógnita del futuro yde la muerte.

«Después de un largo pere-grinar y tormentosas penalidades,Jesús me indujo al Renovamiento.Aquí encontré algunos hermanos

que han rogado por mí, y se ha constatado que loque me había sucedido no era de origen divino sinofruto del maligno. He reconocido y confesado mispecados del pasado, me arrepentí y renuncié a todapráctica oculta. Mis poderes cesaron y fui perdo-nado por Dios».

Extractado del libro Narraciones de un exorcista

También Satanás confiere poderes a sus devo-tos. Puede suceder así que una persona tenga undon prudencial; otros, con sólo ponerse frente auna hoja de papel en blanco con una pluma en lamano escriben espontáneamente páginas y pági-nas de mensajes; y todavía más, otros tienen laimpresión de que pueden desdoblarse y que unaparte de su ser puede penetrar en casas y ambien-tes lejanos; es muy común que algunos oigan «unavoz» que a veces les sugiere plegarias y a vecesotras cosas.

Cuando san Pablo estaba en Tiatira, sucedióque continuamente era seguido por una esclavaque tenía el don de adivinar y por medio de estedon procuraba bastante dinero a sus patrones. Peroera un don diabólico, que desapareció en cuantosan Pablo expulsó al espíritu maligno (cfr. Hch 16,16-18).

A título de ejemplo reportamos algunos frag-mentos de un testimonio firmado «Erasmo di Basi»,publicado en Renovación del Espíritu Santo, sep-tiembre de 1987:

«Hace ya algunos años tuve la experiencia deljuego del vaso, no sabiendo que se trataba de unaforma de espiritismo. Después de algún tiempo meacometieron extrañas facultades. Tenía las mismasfacultades que en parapsicología se definen como

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LOS MILAGROS8 El Observador18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745

El milagro del sol en FátimaEl milagro del sol fue un acontecimiento extraordinario que fue atestiguado por más de cien milpersonas, el 13 de octubre de 1917, en la campiña de Cova da Iria, cerca de Fátima, Portugal.

se escuchó un clamor de la genteporque el sol rotaba y parecía quese desprendía del firmamento yavanzaba amenazante sobre la Tie-

rra como si fuera a impactarnos consu fiera masa inmensa. La sensa-ción durante esos momentos fueterrible», describió el doctor Almei-da Garret, profesor de Ciencias Na-turales en la Universidad de Coim-bra.

«Como si echasen a correr delcielo, las nubes fueron arrincona-das a un lado y el sol apareció enel zenit con todo su esplendor; co-menzó a girar vertigiosamente so-bre su eje, como la más magnificabola de fuego que pueda imaginaralguien, tomando sobre sí todoslos colores del arco iris y despren-diendo rayos de luz multicolores,produciendo el más asombrosoefecto. Este sublime e incompara-ble espectáculo, que fue repetidotres veces, duró aproximadamentediez minutos. La inmensa multitud,abrumada por la evidencia de tre-mendo prodigio, se tiró sobre susrodillas», dijo el doctor Formigäo,un profesor del seminario de San-tarem y sacerdote.

«Me siento incapaz de descri-bir lo que vi: miré fijamente al sol,el cual se veía pálido y no lastima-

su testimonio formal. Tales repor-tes fueron muy variados; en los pe-queños detalles existen divergen-cias de apreciación, pero ninguno

de ellos, hasta donde pudimos in-vestigar, negó el prodigio visibleque realizó el sol».

La prensa de la época reportó elinexplicable acontecimiento

Una copia fotostática de unapágina del la publicación Ilustra-cao Portugueza, del 28 de octubrede 1917, muestra a una gran mu-chedumbre mirando el milagro delsol, que tuvo lugar durante las apa-riciones de Fátima.

«Ante los asombrados ojos dela multitud, cuyo aspecto era casibíblico, esperando y ansiosamen-te mirando al cielo, el sol tembló,realizó inesperados e increíblesmovimientos fuera de todas las le-yes cósmicas; el sol ‘bailó’, deacuerdo con una expresión típicade la gente», escribió Avelino de

Almeida en O´Século, el periódicode mayor circulación y con mayorinfluencia en Portugal, el cual era,al tiempo, favorable al gobierno y

Según varias declaraciones detestigos, después de una lloviznase despejó el cielo y el sol luciócomo un disco opaco que girabaen el cielo. Lucía significativamen-te menos brillante que de costum-bre y arrojaba luces multicoloressobre todo el campo, sobre las som-bras del paisaje, la gente y las nu-bes que lo circundaban. Se repor-tó que entonces el sol osciló endirección a la Tierra trazando unpatrón de zig-zag, atemorizando aalgunas personas que pensaronque significaba el fin del mundo.Los testigos reportaron tambiénque el suelo y sus ropas, que ha-bían estado mojados por la lluvia,se habían secado completamente.

Miles y miles de testigos

Estimaciones del número detestigos van desde un rango de 30o 45 mil, según Avelino Almeida,quien escribía para el periódicoportugués O’Século, hasta unmáximo de cien mil, estimado porel doctor Joseph Garrett, profesorde la Universidad de Ciencias Na-turales de Coimbra. Ambos estu-vieron presentes ese día.

El milagro fue atribuido a Nues-tra Señora de Fátima, después dela aparición de la Virgen María atres jóvenes pastorcillos en 1917,como ella lo había predicho a susvidentes, el 13 de julio, el 19 deagosto y el 13 de septiembre. Losniños dijeron que ella había pro-metido que al medio día del 13 deoctubre, en Cova de Iria, la Señorales revelaría su identidad y lesmostraría un milagro «para que cre-yesen».

Según testigos, el milagro delsol duró aproximadamente diez mi-nutos. Los tres pequeños pastor-cillos, además de haber confirma-do el milagro del sol que tuvo lu-gar ese día, también reportaronhaber visto un panorama de visio-nes, incluyendo a Jesús, la Santí-sima Virgen María y a san José ben-diciendo a toda la gente.

Las descripciones más famo-sas de los acontecimientos repor-tados en Fátima pertenecen a losescritos de Juan deMachi, un sacerdote einvestigador católicoitaliano. De Machi pasósiete años en Fátima,desde 1943 a 1950, lle-vando a cabo una in-vestigación original yentrevistando a mu-chos testigos con unagran paciencia. En laobra el Corazón Inma-culado, publicada en1952, de Machi reportaque «la naturaleza delos testigos va desdelos creyentes hasta los incrédulos,venerables ancianas y jóvenes pe-tulantes. Cientos de personas deesta categoría tan diversa dieron

anticlerical. Los artículos previosde Almeida se habían concentra-do en satirizar los acontecimientosprevios de Fátima.

«El sol en un instante lució ro-deado con flamas rojizas y en otro,con una aureola amarilla y púrpuraintenso, se veía girando muy rápi-damente. En algunas ocasionesparecía que se desprendía del cie-lo y se aproximaba a la Tierra, sin-tiéndose su intensocalor», escribió el doc-tor Domingos PintoCoelho para el diarioOrdem.

«… el sol platea-do, envuelto en unamisma luz diáfana gri-sácea, fue visto dan-do vueltas y revolo-teando entre las nubesque lo rodeaban… Laluz tornó a un hermoso azul, comosi se filtrara a través de los vitralesde una catedral y desparramaba su

luz sobre la gente quepermanecía arrodilladacon las manos jun-tas… La gente llorabay rezaba, en la presen-cia de un milagro quehabían estado espe-rando. Los segundosparecieron horas, tanintensos fueron esosinstantes», anotó unreportero del periódi-co de Lisboa O Dia.

«El disco solar nopermaneció en la inmo-vilidad; esto no fue el

destello de un cuerpo celeste, yaque permaneció girando sobre sucentro, en un frenético arremolina-miento, cuando sorpresivamente

ba mis ojos, luciendo como unabola de nieve, dando vueltas so-bre sí mismo, y de repente parecióvenir hacia nosotros en zig-zag,amenazando a la tierra. Aterroriza-do, corrí y me escondí entre la mu-chedumbre, la cual lloraba y espe-raba el fin del mundo en cualquiermomento», confesó el reverendoJoaquim Lourenco, describiendo laexperiencia de su niñez en Alburi-tel a 18 kilómetros de Fátima.

«Ese día, del 13 de octubre de1917, sin recordar las prediccionesde los pastorcillos, fui encantadopor el extraordinario espectáculoen el cielo, espectáculo sin igual acuanto había visto antes; lo vi des-de esta terraza…», fue el testimo-nio de Alfonso Lopes Vieira, poetaportugués.

¿Alucinación colectiva?

Se ha dicho que el hecho deque haya sido predicho un mila-gro indeterminado, el abrupto co-mienzo y final del milagro del sol,la variada naturaleza de los obser-vadores, incluyendo escépticos ycreyentes, el gran número de per-sonas que estuvieron presentes yla falta de cualquier factor de cau-sa, excluyen la posibilidad de unaalucinación colectiva. Y se repor-tó que esta “actividad solar” fuevisible dentro del radio de los 18kilómetros.

Pío Scatizzi, SJ, concluye: «Elfenómeno solar no fue observadoen ningún observatorio. Hubierasido imposible que se les pasarade largo un acontecimiento así a

los astrónomos y aotros habitantes delhemisferio… No hayduda de que no fue unfenómeno natural as-tronómico o meteoro-lógico. Tampoco escierto que los testigosen Fátima fueron en-gañados colectiva-mente y estuvieranerrados en su testimo-

nio; al contrario, tal uniformidad depor sí supondría ya una interven-ción sobrenatural».

El Papa también lo vio

El milagro tampoco estuvo su-peditado al tiempo y el espacio,ya que el papa Pío XII vió el mila-gro del sol desde los jardines delVaticano (1950), como confirma-ción del Cielo en un momento de-cisivo en el cual él proclamaría undogma ex cathedra. En tres díassucesivos, el 30 y 31 de octubre y1 de noviembre de 1950, Pío XIIdirigió su mirada desde los jardi-nes del Vaticano hacia el sol, y enese momento fue renovado parasus ojos el milagro de Fátima. El 1de noviembre fue el día que elpapa proclamó el dogma de laAsunción de la Virgen María encuerpo y alma al Cielo.

Fuente: bibliaytradicion.wordpress.com

Foto del «Milagro del Sol» del 13 de octubre de 1917 publicada en L’Osservatore Romano en 1951.

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PALABRAS 9El Observador 18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745

ENSAYOS CRISTIANOS

SOBRE LA MUERTEPOR EL PADRE JUAN JESÚS PRIEGO / San Luis Potosí

en el que la palabra y el pensamiento son muchísimo másprofundos que todo lo que hemos conocido hasta ese mo-mento: entonces no tendremos el menor deseo de dar mar-cha atrás. Por eso nunca ha vuelto nadie de ese mundonuevo» (Guido van Hooff, Entretiens avec le CardinalDaneels)

Sí, así debe ser, en efecto. «Por eso nunca nadie ha vuel-to de ese mundo nuevo», como nadie ha vuelto jamás —nilo haría, aunque pudiera— al vientre de su madre. ¿Paraqué, si este nuevo mundo no es tan tenebroso, después de

todo? ¿Para qué, si la vida es ahora mucho más rica y lumi-nosa que antes? ¡Después de todo, de su estancia en elvientre no recuerda muchas cosas que digamos! Era feliz, sí,pero no le consta: la suya era entonces una felicidad quenada sabía de sí misma.

Hace poco leí en un libro una parábola que hablaba delnacimiento y de la muerte, y me gustó tanto que no meresisto a la tentación de transcribirla aquí; es una parábola,como puede verse, bastante moderna:

«Un día, las celulitas de la cavidad uterina materna vie-ron aterrizar algo así como una pequeña nave espacial que

Para un cristiano, morir es nacer; para él, el llanto quesale de la cama de los moribundos se parece mucho a lossollozos de las criaturas apenas nacidas.

¿Quiere el bebé salir del mundo uterino, en el que seencontraba hasta hace poco bastante bien, para venir adar a este mundo hostil en el que se trabaja y se suda? No,no quiere: si por él fuera, se quedaría para siempre en elvientre de su madre. Y, sin embargo, ese paraíso tienefecha de caducidad: bajo ninguna circunstancia debequedarse en él más de los nueve meses de rigor, pues delo contrario morirá; entonces el paraíso se le conver-tirá en infierno y el edén en una cámara de gas… Na-cer, para él, es una de las formas del morir: un traumaverdadero, según dicen los que saben. Pero no mue-re: únicamente nace.

Cuando el bebé salió del vientre de la madre, pen-só que de verdad moriría: una mano fría como un cu-chillo lo expulsaba del paraíso sin que él supiera quéhabía hecho para merecer tal castigo. Pero cuandocrezca, haya vivido y salga de este mundo, lo mismopensará. Sin embargo, tampoco entonces muere, sinoque nace: lo que sucede es que ahora ha sido expul-sado del vientre de este mundo.

«Me preguntan a menudo lo que pienso de lamuerte —confesó una vez a un periodista el cardenalGodfried Daneels, arzobispo de Bruselas—. Mi res-puesta es siempre la misma: morir es nacer. El niñoque se encuentra aún en el seno de la madre no tieneel menor deseo de abandonarlo: en él se siente feliz yseguro. Pero cuando llega el momento de nacer, se veexpulsado de este lugar protector. Lanza un grito deangustia. Sin embargo, poco a poco irá descubriendolos colores y oyendo los sonidos, aprenderá a hablar,a gatear, a correr. Pronto no tendrá ya ningún deseode volver al seno de su madre, pues habrá descubierto ununiverso más rico. Lo mismo ocurrirá en el momento denuestra muerte. No querremos morir, no tendremos nin-gún deseo de abandonar un mundo familiar que, despuésde todo, apreciamos. A menos que no dispongamos ya detodas nuestras facultades físicas y mentales, nuestro or-ganismo se negará a morir. Pero envejeceremos y llegaráel día en que seremos arrancados de esta existencia. Encuanto nos encontremos en el otro mundo, descubrire-mos un universo increíblemente más rico en sonidos ycolores, un universo en el que el amor reina como señor,

se adhirió a la pared cerca de ellas. Había descendido porlas trompas de falopio un huevo fecundado. Durante me-ses, las celulitas vieron desarrollarse una criatura, tomarforma, palpitar y comenzar a flotar en aquel espacio. Seencariñaron con ella. Pero, hete aquí que, de pronto, seagita todo: un terremoto, unas convulsiones y contrac-ciones, unas corrientes de agua…, y aquella criaturita,con la que se habían encariñado, se les escapa por untúnel oscuro. La sujetan para retenerla, pero alguna fuer-za parece tirar desde fuera. Al fin se les escapa y se cierra

la salida o entrada de aquel túnel. Aquellas celulitasse quedaron solas y tristes en el interior del seno,llorando por la criatura desaparecida. Se pusieron aorganizar un funeral por su muerte, pero les molesta-ban los ruidos que venían del exterior. No sabían queallá fuera se estaba celebrando con júbilo el naci-miento» (Juan Masiá Clavel, S.J., Respirar y cami-nar. Ejercicios espirituales en reposo).

Como las celulitas, lloramos por lo que se ha ido,por lo que hemos perdido, sin saber que al otro lado,en la casa de Dios, se está organizando una fiesta porel hijo que acaba de nacer para la eternidad.

Y, ahora, ¿por qué no emprender una breve excur-sión al Oriente lejano en busca de lo que el concilioVaticano II llamó las semillas del Verbo? ¡Ah, la sabi-duría ancestral también afirmaba que vivir es nacer!Tomemos como botón de muestra un viejo libro deChuang Dsi, el filósofo chino, titulado El verdaderolibro del país meridional de las flores. ¿Lo conoceusted? Pues bien, si abre usted el volumen por lamitad se encontrará al instante con estos dos párra-fos maravillosos:

«¿Cómo puedo saber que el que odia a la muerteno se parece al niño que había equivocado el camino

e ignoraba que volvía a casa?«Gi de Li era hija del guardia de frontera de Ai. Cuando

el príncipe de Dsin acababa de desposarla, ella lloró amar-gamente y las lágrimas humedecieron sus vestidos. Masluego, cuando llegó al palacio real y se convirtió en com-pañera del monarca, se arrepintió de sus lágrimas. ¿Cómopuedo saber si los muertos no se arrepienten de su luchaanterior por la existencia?».

Sí, ¿cómo saberlo?, ¿cómo saber si morir no es única-mente regresar? ¿Cómo saber si, ante la muerte, sería pre-ferible reír a entristecerse? En efecto, ¿cómo saberlo?

Nuestro organismo se negará a morir. Pero

envejeceremos y llegará el día en que seremos

arrancados de esta existencia. En cuanto nos

encontremos en el otro mundo, descubriremos

un universo increíblemente más rico

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PUBLICIDAD10 El Observador18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745

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El Observador 18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745 CULTURA 11

¿Dios es de fiar?Nuevo libro examina la fidelidad de Dios y nuestras dudas

¿Hay caminos para superarnuestra desconfianza?

«Creo que hay muchos. Dedi-co dos capítulos del libro a un temaque considero fundamental: elajuste de nuestras expectativas deDios. Estoy convencido de quemuchas veces (aunque no siem-pre) nuestras experiencias de trai-ción proceden de un malentendi-do fundamental: ¡esperamos queDios cumpla promesas que nuncaha hecho, y en cambio no aprove-chamos plenamente de las prome-sas que nos ha hecho!

«Por ejemplo, Jesucristo jamásprometió que, si le seguimos, todoirá suavemente en nuestra vida. Noprometió seguridad en el empleo, niliquidez económica, ni perfecta sa-lud, ni matrimonios ideales ni muchasotras cosas que quisiéramos tener.De hecho, lo que prometió Jesucris-to a sus seguidores fue una parte desu cruz, todos los días».

Así que ¿lo que tenemos quehacer es esperar menos para noser decepcionados?

«No, no. ¡Es exactamente loopuesto! Las cosas que normalmen-te esperamos de Dios (y sobre lascuales nos enfadamos cuando no lasrecibimos) son bienes temporales, noeternos. Nos duele no tenerlas. PeroDios no nos promete menos queesto, ¡sino mucho más!

«Nos promete todo lo que ne-cesitamos para llegar al Cielo. Pro-mete que nunca nos exigirá más alláde lo que podemos dar. Prometeestar siempre con nosotros y nun-ca dejarnos solos. Promete dar sen-tido y valor a todos nuestros sacri-ficios, labores, pruebas y luchas.Promete ser nuestro premio eterno».

Zenit-El Observador

un equipo de investigadores queme ayudaron a entrevistar a cente-nares de personas de la calle sobresu confianza en Dios.

«A veces estas dificultadesprovienen de una serie de traicio-nes que se pueden remontar hastaa la primera infancia. A las perso-nas que se sienten defraudadas porsus padres, por ejemplo, muchasveces les cuesta confiar en Dios(que se presenta como ‘Padre’).Otros han experimentado la trai-ción de sacerdotes, lo cual ha lla-gado profundamente sus relacio-nes con Dios y con la Iglesia. Otrosllegan incluso a culparse a sí mis-mos, llegando a la conclusión deque no son dignos de la fidelidadajena. Y cuando uno ha sufrido deesta manera en las relaciones in-terpersonales, resulta difícil queesto no influya después en sus re-laciones con Dios.

«Pero otros, en cambio, real-mente se sienten defraudados porDios mismo. En nuestras encues-tas muchas personas afirmaronque habían dado a Dios su plenaconfianza, pero que les había falla-do. Se fiaron de Él, pero Él no dio lamedida».

¿Qué le dice a una persona quese siente traicionada por Dios?

«Lo que no puedes hacer es pre-dicar. Nadie quiere que le digas quese equivoca, que no es justo conDios o que imagina el asunto. Nose puede, y no sería constructivo.

«Trato de hablar más como uncompañero de camino que comoun maestro. Todos hemos tenidoque afrontar situaciones semejan-tes a éstas y tenemos que ayudar-nos los unos a los otros para su-perar los obstáculos a la fe y laconfianza.

El problema más grande queafrontan los católicos hoy en díaes una crisis de confianza en Dios,afirma el sacerdote Thomas D.Williams, LC, autor del libro CanGod Be Trusted? Finding Faithin Troubled Times («¿En Dios sepuede confiar? Cómo tener fe entiempos difíciles»), que se acabade publicar en los Estados Unidos.

En esta entrevista Zenit-ElObservador ha pedido al padreWilliams, profesor de teología enRoma y comentarista para el canalde televisión estadounidense CBS,que nos explique la naturaleza deesta crisis y los caminos hacia unasolución que presenta en su libro.

¿Por qué publica un libro enque pregunta si Dios es de fiar?

«Comencé este libro hace tresaños, cuando empecé a darmecuenta de cómo, a menudo, enconversaciones espirituales, losproblemas de las personas vuel-ven al tema de la confianza en Dios.Me parecía que todos tenemosproblemas con la confianza y quemuchas de nuestras dificultadesen la vida espiritual están de al-gún modo ligadas a una falta deconfianza en Dios.

«Por otra parte, es admirablecómo la Biblia —tomemos, porejemplo, el libro de los Salmos—insiste una y otra vez en la impor-tancia de la confianza en Dioscomo núcleo de la vida espiritual.Dios quiere que se le tenga con-fianza, y casi nos implora que de-pendamos de Él incondicional-mente. No hay nada más difícil, niimportante para la vida cristiana.

¿Cuáles son algunos de losproblemas de confianza en Dios?

«Para escribir este libro junté

Pbro. Thomas D. Williams, LC

OBSERVATORIO ILALUX

¿ES PLUTÓN UN PLANETA?POR REYNALDO HUERTA CERNA / [email protected]

La controversia sobre si Plutón es planeta o no, había iniciado desdela fecha de su descubrimiento, una vez que se conocieron las dimensio-nes y las condiciones de su entorno. Hay que reconocer que desde sudescubrimiento, Plutón fue, en el mundo de la astronomía, como unorgullo de Estados Unidos de América, y que este país con todo supoderío económico, influyó enormemente para que al “nuevo planeta”descubierto, se le respetase su jerarquía. El astrónomo que descubrióPlutón fue el americano Clyde Tombaugh. El tiempo corrió y tuvieron

que pasar 76 largos años, en los que el mun-do se acostumbró al nombre de Plutón, detal manera que cuando en Praga, el 24 deagosto del 2006, durante la XXVI asambleageneral de la UIA (Unión Astronómica In-ternaciónal, la cual es la máxima autoridadmundial en materia de la Ciencia Astronómi-ca), se excluyó definitivamente a Plutóncomo planeta del sistema solar, degradán-dolo a “planetoide” que equivale en térmi-nos astronómicos a asteroide, todo mundosiguió llamando al ahora planetoide, con elnombre del mitológico dios.

La decisión se tomó por unanimidad, y formalmente se reconoció elerror de 1930; desde ese día el sistema solar quedó compuesto, solamen-te por 8 planetas formales.

19 planetas

En esa misma asamblea general, la UIA categorizó a otros 11 astros delsistema solar haciendo de ellos 2 grupos diferentes, a los cuales llamó:

-Planetas enanos: Ceres, Plutón, Haumea, Makemake y Eris.-Planetas menores: Orcus, Ixión, TX300, Varuna, Quaoar y Sedna.Este es un orden de jerarquía de mayor a menor, y se dijo, incluso,

que algunos “planetas menores” podrían ser ascendidos a “planetasenanos”, una vez que se conozcan exactamente las circunstancias desu realidad.

Ateniéndonos a la definición básica de planeta, que dice que es todoaquel cuerpo que orbita, elípticamente al Sol, no importando su tamaño,De la misma manera, que es satélite todo cuerpo que orbita a los plane-tas, sin importar su tamaño, ni siquiera si es natural o artificial. Basándo-nos en esta premisas, estamos en condiciones de afirmar, que los plane-tas del Sol, no solo son 19, contando los formales, los enanos y losmenores, sino millones, y seguramente que miles de millones, pues exis-ten dos cinturones de asteroides, compuestos claro, de cuerpos mayo-res como Ceres en el cinturón interior, o Sedna en el cinturón exterior,llamado también de “Kuiper”, pero también, y sobre todo, compuestospor cuerpos menores cuyos diámetros oscilan entre unos cuantos me-tros y 900 kilómetros, sin contar las rocas pequeñas y las arenas. Poreste motivo, la UIA ha hecho bien en definir 8 planetas formales, pero losotros grupos que reconoció francamente nos confunden.

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CONTEXTO ECLESIAL12 El Observador18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745

DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES

«Vayan por todo el mundo» (Mc 16, 15-20)POR EL PADRE UMBERTO MARSICH, M.X. / [email protected]

REFLEXIONES

LAS TORMENTAS DENUESTRA VIDAPORL EL P. NICOLÁS SCHWIZER

Hay en Palestina dos lagos. Uno, el Muerto, en permanente cal-ma. No hay en él olas ni tempestades. El otro, el de Genesaret, cobratodos los años varias vidas humanas: la tempestad surge en él tre-menda e inesperada, los vientos le sacuden, sus olas llegan a alcanzarvarios metros. Pero los pescadores eligen este segundo lago. Porqueen el Mar Muerto no se encuentra jamás una barca, ya que en él nohay rastro de vida. En el lago de Genesaret el riesgo es compensandocon la abundancia de la pesca.

Jesús también eligió para sus apóstoles el lago del riesgo y de lavida. Porque vida plena y fecunda incluye riesgo, cruz y fracaso. Poreso les anuncia sin rodeos: lucharán, sufrirán, serán azotados, mori-rán violentamente. Serán odiados por su nombre y les perseguirán deciudad en ciudad.

La barca es un antiguo símbolo dela iglesia. Y esta barca pasó, a lo largode los siglos, por muchas tormentasque alternaron con tiempos de calma ytranquilidad. Y sabemos que estas tor-mentas no van a acabarse hasta el finalde los tiempos.

Algo semejante puede decirse tam-bién de los pueblos, familias, personas,de cada uno de nosotros. La barca denuestra vida atraviesa muchas tormen-tas. Es inevitable. Pertenece a la exis-

tencia humana. Pensemos, por ejemplo, en las tormentas de la:+ Vida familiar: problemas materiales, dificultades en el matrimo-

nio, en la educación de los hijos+ Vida profesional: falta de trabajo, cesantía, injusticias.+ Vida religiosa: crisis y dudas de fe, desilusiones con sacerdo-

tes, alejamiento de la Iglesia y de Dios.+ Vida personal: limitaciones físicas o síquicas, enfermedades,

tentaciones, enemistades, golpes del destino como la muerte de unser querido.

En estas tormentas de la vida los cristianos debemos distinguir-nos de los demás. Sabemos que no estamos solos en nuestra barcade vida. Sabemos que Jesús nos acompaña aun cuando parezca nopreocuparse por nosotros. La fe nos dice que Él vela por nosotros.Porque Él está comprometido, está metido dentro de la misma barcanuestra.

Dios es fiel a su compromiso. Pero Dios puede estar como estuvoen la barca de Pedro, es decir, dormido (cfr. Mt 8, 23ss). Pedro trató deluchar solo contra la tempestad. Y cuando estuvo en el colmo de laangustia se acordó que estaba el Señor y lo despertó. A nosotros nospasa así también: nos olvidamos que Él está, dejamos que se quededormido. Queremos luchar solos y recién cuando estamos muy des-esperados nos acordamos del pasajero que es el más importante.

Dios es un Dios de la vida. Está presente permanentemente ennuestra vida. Y sobre todo está presente cuando más lo necesitamos:en medio de las tormentas. Sólo que en estos momentos es más difícilcreer en su presencia, tal como les pasó a los apóstoles en medio dellago. Porque la fe no es aceptar artículos de fe: es creer en una perso-na, es creer en Jesucristo, es confiar en Él, es confiarse a Él. La fe esun acto personal, entre persona y persona, entre hombre y Dios. Esun acto de confianza, de entrega, de seguimiento total y sin límites.

Y, por eso, el sentido de las tormentas en nuestra vida es: probarnuestra fe en una situación extrema; acercarnos más a Dios y poneren Él toda nuestra confianza.

En la pedagogía del riesgo de Jesús la cruz y el sufrimiento sonnecesarios para el triunfo final.

Queridos hermanos, pidamos al Señor que nos haga crecer ennuestra fe y nos regale una confianza heroica en medio de las tormen-tas de nuestra vida.

Después de la Resurrección.Marcos finaliza su Evangelio

con este texto, por cierto muy frag-mentado, del envío misionero y dela Ascensión de Jesús. Significa quelos discípulos, y la Iglesia en gene-ral, son llamados, como nuevo cuer-po de Jesús, a cristalizar su presen-cia y a continuar su misión: anun-ciar el Evangelio a todas las gentes,bautizarlas y construir el Reino deDios. Que se trate de Jesús resuci-tado no hay dudas. En efecto, asíse expresa el evangelista: “En aqueltiempo, se apareció Jesús a losOnce”. El poder que tiene Jesús, deaparecer o desaparecer, indica ladotación de una ‘corporalidad’ in-édita y diferente de la anterior, esdecir, ‘gloriosa’. El cuerpo de Jesús,salido de la tumba, ya no está so-metido a las leyes del espacio y deltiempo. Este tiempo, después de laResurrección, permite a Jesús com-pletar su obra y enseñanzas. Efecti-vamente, da la orden de ‘evangeli-zar’, ‘bautizar’ y crear condicionesde ‘bienestar corporal’, a través de‘signos’ milagrosos: “Vayan portodo el mundo –les manda Jesús- yprediquen el evangelio a todacreatura”. Los milagros, que acom-pañan a los apóstoles, no son pro-piamente confirmación de la predi-cación, ni una parte del poder con-cedido al que anuncia el evangelio,sino que hay que entenderlos comosignos de este ‘bienestar’ corporaldel hombre, que no es ajeno al pro-yecto evangelizador de Jesús y,desde luego, de la Iglesia.

La salvación, por cierto, o es de‘todo el hombre’, simultáneamentecuerpo y espíritu, temporalidad yeternidad, o no lo es. En este marcode significados debemos apreciarmejor lo que nos dice el evangelio,dirigiéndose a ‘todos los que ha-yan creído’: “Arrojarán demoniosen mi nombre, hablarán lenguasnuevas, cogerán serpientes en susmanos, y si beben un veneno mor-tal, no les hará daño; impondránlas manos a los enfermos y éstosquedarán sanos”. El poder de la fehace milagros: otorga la liberaciónde los males que, como demonios,

nos persiguen; da serenidad inte-rior frente a los peligros de la vidahumana y crea condiciones ópti-mas, para enfrentar, con la fortalezaque da el Espíritu, las enfermeda-des del cuerpo y del alma.

Vayan por todo el mundo.Por ese ‘envío’ los discípulos

se transforman en ‘apóstoles’. Ade-más, el mandato del Señor tumbabarreras y supera confines étnicosy culturales. Ya no se trata de predi-car en tierra de los judíos, sino ‘portodo el mundo’. La misión apostó-lica hereda espacios universalistas,es decir, todos los rincones de latierra. Desde este momento, la Igle-sia asume su nueva identidad esen-cial, o sea, la de ser ‘misionera’.Dejar de serlo sería traición del man-dato divino del Señor, cuyo objeti-vo principal sigue siendo la ‘evan-gelización’. Esta consiste en dar aconocer la rica enseñanza de Jesús,su misterio pascual de Redencióny la convocación final en su Reinode vida plena y de amor eterno. Se-ñal de inserción en la vida nueva deDios, adquirida por Cristo, y en suIglesia, comunidad de salvación, esel bautismo. Por esta razón Jesús,al enviar en misión a sus apóstoles,les dice: “El que crea y se bautice,se salvará; el que se resista a creer,será condenado”. Debemos reco-nocer, en estas palabras insisten-tes de Jesús, el valor salvador dedos realidades: el bautismo y la ne-cesidad de la fe. En efecto, el recha-zo de la fe en Él puede ser causa deexclusión de la salvación.

El Señor Jesús subió al cielo.“El Señor Jesús, después de

hablarles, -nos dice el evangelistaMarcos- subió al cielo y está sen-tado a la derecha del Padre”. Sonlos últimos versículos del evange-lio de Marcos. En los tres verbosde este texto evangélico, Marcosresume su propia fe en Jesús, reco-nociéndole como hijo de Dios, exal-tado por encima de todo y sentadocomo un igual a Dios a la derechadel Padre, o sea, en el puesto dehonor que le corresponde. Así, pro-

clama que Jesús es el Hijo de Dios,el Predilecto del Padre y el hombreal cual Dios ha exaltado y ha senta-do a su derecha. La ‘subida’ al cieloratifica el acontecimiento de la As-censión de Jesús al lugar de dondehabía salido y a la apropiación de laidentidad que le correspondía des-de toda la eternidad. Para el Señor,su Ascensión y retorno al Padre,son el final de una etapa y comien-zo de otra definitiva. En el interme-dio, entre su partida y el retorno fi-nal, será la Iglesia la encargada dedarle visibilidad y continuidad al lla-mado de Cristo. Jesús, quien en latierra fue ‘misionero’ del Padre, haceahora a la Iglesia misionera de Élmismo. Los apóstoles, llenos deEspíritu Santo, recibido el mismo díadel envío, cumplieron con cabali-dad la misión. El texto del evangelioasí lo documenta: “Ellos fueron yproclamaron el Evangelio por to-das partes”.

Conclusión.La experiencia misionera de los

Apóstoles, descrita en la parte fi-nal del Evangelio de Marcos, y alo largo del libro de ‘los Hechos’,pide ser también nuestra. Lo quenos motiva, para ello, es la perte-nencia ‘eclesial’. Desde el día denuestro Bautismo, en efecto, he-mos sido incorporados en ella y,desde entonces, hemos heredadola misma misión. El ser misioneroso misioneras, entonces, no perte-nece al mundo de las opcionesposibles y dejadas a la libertad decada quien, sino que resulta seruna obligación moral, de la que nopodemos eximirnos, si queremospermanecer fieles a nuestra identi-dad y vocación cristiana. Que cadaquien, por tanto, saque sus con-clusiones delante del Señor, misio-nero del Padre, enviado para evan-gelizar al mundo entero. Nos urge,ciertamente, rezar así: “Para quenosotros y los miembros de nues-tras comunidades consideremos,como parte integrante de nuestrafe, la solicitud apostólica detransmitir la luz y la alegría delEvangelio al mundo no creyente”.

Foto: www.mg.org.mx

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13El Observador 18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745 ALACENA

«Las nacionescaminarán en su Luz»

Mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Misionera

Mundial que se celebra hoy 18 de octubre

SAN RAFAEL ARNÁIZ:LA GLORIFICACIÓN DEL«FRUSTRADO»POR JOSÉ IGNACIO MUNILLA, OBISPO DE PALENCIA, ESPAÑA

El pasado domingo 11 de octubre una numerosa peregri-nación de la diócesis de Palencia se dio cita en el incompara-ble marco de la plaza de San Pedro en el Vaticano, dando gloriaa Dios por la obra buena que ha realizado en cinco nuevossantos, entre los que se encuentra quien desde ese día esinvocado como san Rafael Arnáiz.

Los escritos del hermano Rafael ya están publicados en la mayoría de las lenguasmodernas, y están siendo traducidos a numerosas lenguas orientales. El hermano Ra-fael tiene la virtud de expresar la más honda vivencia mística, con una frescura y cerca-nía de lenguaje que la hace fácilmente trasladable y aplicable a nuestra propia vida.

Pues bien, la «historia» del hermano Rafael, así como el «modelo» de vida cristianaque nos ofrece, están condicionados en gran medida por una grave enfermedad (ladiabetes sacarina), que «frustró» en gran manera sus planes y sus proyectos. Su saludno le permitió asumir la vida ordinaria del monje trapense, teniendo que resignarse allevar un régimen de vida distinto, a tener que abandonar con frecuencia el monasterio,a ser una carga para sus compañeros e, incluso, al sufrimiento ante la posibilidad de quela enfermedad fuera un impedimento para su propia vocación.

Entresaco de sus escritos, un pasaje muy significativo, en el que el hermano Rafaelnos abre su alma:

«Había una vez un ‘tonto de circo’ que cada vez que entraba en la ‘pista’ se caía...,iba de aquí para allá, arrastrando sus enormes zapatos y con grandes esfuerzos lograbaarreglar la esquina de la alfombra. Cuando ya creía que estaba bien, tropezaba en ella...,la volvía a arrugar y se caía...; sudaba...; su trabajo consistía en sacar una silla... Paraello se remangaba, se secaba el sudor de la frente con un enorme pañuelo, y como siarrastrara un enorme peso, sacaba a la pista la silla y, por último, se sentaba en ella.Todos se reían de él al ver lo orgulloso que se retiraba, creyendo que había ayudado alos demás a preparar los aparatos, alfombras y demás enseres que los artistas necesita-ban para su trabajo.

«Yo conozco a un trapense que en la Trapa hace igual que el ‘tonto del circo’: todasu actuación se reduce a un ‘hacer que hacemos’, arrastrando los pies y secándose elsudor.

«Este pobre hombre hace reír a los ángeles que contemplan desde el cielo el espec-táculo del mundo y, aunque no hace los arriesgados trabajos de los demás artistas, ni da‘saltos mortales’, ni ejercicios de fuerza, o ‘volteretas en el trapecio’..., ¿qué más da? ¡Sino sabe más que desarrugar las alfombras y con ello se gana los aplausos de losángeles!...».

Una de las grandes enseñanzas de la vida del hermano Rafael es ésta: la santidad nodebe de confundirse con el perfeccionismo. Este último, el perfeccionismo, se caracte-riza por centrar todos los esfuerzos en la materialidad de nuestras obras, de forma quelas podamos culminar correctamente, sin error ni fallo alguno… Sin embargo, la santi-dad no consiste tanto en la perfección material, cuanto en la aceptación y en el ofreci-miento, por amor de Dios, de nuestros esfuerzos y de nuestros pequeños «logros», asícomo de nuestras limitaciones y errores.

A lo largo de los escasos años en los que el joven Rafael permaneció en la Trapa deDueñas, tuvo que ir desprendiéndose —en un claro ejercicio de purificación pasiva—de sus planes, proyectos, propósitos… Rafael soñó al ingresar en la Trapa con llegar aser un monje perfecto; pero, finalmente, Dios le concedió ser… ¡un monje santo!

Otro aspecto muy característico de la espiritualidad del hermano Rafael es su senti-do del humor, vivido incluso en momentos trágicos de su vida, como expresión de unaadmirable confianza y abandono en las manos del «sólo Dios». Rafael nos enseña quecuando nos empapamos del amor infinito de Dios, entonces somos capaces de reírnosde nuestros agobios, de nuestras preocupaciones y de nuestro propio «yo».

Pero no olvidemos que la alegría del hermano Rafael, aun naciendo de su confianzaen Dios, requiere de un ejercicio ascético constante y firme. Mantener el sentido delhumor en medio de las cruces de la vida tiene el precio de mortificar nuestras melanco-lías, relativizar nuestras decepciones, pasar por alto los desprecios que podamos sufrir,y elevar nuestros corazones. La alegría y el sentido del humor del hermano Rafael sonla penitencia más agradable a los ojos de Dios.

este mundo y en su historia fuerza de justi-cia, de paz, de verdadera libertad y de respe-to de la dignidad de cada hombre. La Iglesiabusca transformar el mundo con la procla-mación del Evangelio del amor. (...) Es a estamisión y servicio que, con este mensaje, lla-mo a participar a todos los miembros e insti-tuciones de la Iglesia».

Renovar el compromiso de anunciar elEvangelio

«Es necesario, por lo tanto, renovar elcompromiso de anunciar el Evangelio, quees fermento de libertad y de progreso, defraternidad, de unidad y de paz. Deseo ‘con-firmar una vez más que la tarea de la evange-lización de todos los hombres constituye lamisión esencial de la Iglesia’, tarea y misiónque los amplios y profundos cambios de lasociedad actual hacen cada vez más urgen-tes. Está en juego la salvación eterna de laspersonas, el fin y la realización misma de lahistoria humana y del universo.

«En esta Jornada dedicada a las misio-nes recuerdo en la oración a quienes hanhecho de su vida una exclusiva consagra-ción a la labor de evangelización. Mencionoen modo particular a aquellas Iglesias loca-les, y a aquellos misioneros y misionerasque testimonian y difunden el Reino de Diosen situaciones de persecución, con formasde opresión que van desde la discrimina-ción social hasta la cárcel, la tortura y lamuerte. No son pocos los que actualmentemueren a causa de su Nombre.

«La Iglesia sigue el mismo camino y su-fre la misma suerte que Cristo, porque noactúa según una lógica humana o contandocon las razones de la fuerza, sino siguiendola vía de la Cruz y haciéndose, en obedien-cia filial al Padre, testigo y compañera deviaje de esta humanidad.

«A las Iglesias antiguas como a las dereciente fundación les recuerdo que han sidocolocadas por el Señor como sal de la tierray luz del mundo, llamadas a difundir a Cris-to, Luz de las gentes, hasta los extremosconfines de la tierra. La missio ad gentesdebe constituir la prioridad de sus planespastorales.

«A las Obras Misioneras Pontificias di-rijo mi agradecimiento y mi aliento por el in-dispensable trabajo de animación, formaciónmisionera y ayuda económica a las jóvenesIglesias».

Hacer creíble la comunión«El empuje misionero ha sido siempre

signo de vitalidad de nuestras Iglesias. (...)Pido por lo tanto a todos los católicos querecen al Espíritu Santo para que aumente enla Iglesia la pasión por la misión de difundirel Reino de Dios, y que sostenga a los mi-sioneros, las misioneras y las comunidadescristianas comprometidas en primera líneaen esta misión, a veces en ambientes hosti-les de persecución.

«Al mismo tiempo, invito a todos a ofre-cer un signo creíble de comunión entre lasIglesias, con una ayuda económica, espe-cialmente en la fase de crisis que está atra-vesando la humanidad, para que las Igle-sias locales puedan iluminar a las gentes conel Evangelio de la caridad».

Ofrecemos un extracto del mensajeque el vicario de Jesucristo ha escrito parala LXXXIII Jornada Misionera Mundial,que se celebra este domingo 18 de octu-bre, bajo el tema: «Las naciones camina-rán en su luz»:

«Objetivo de la misión de la Iglesia es,en efecto, iluminar con la luz del Evangelio atodos los pueblos en su camino históricohacia Dios, para que en Él tengan su realiza-ción plena y su cumplimiento. (...) Es en estaperspectiva que los discípulos de Cristo dis-persos por todo el mundo trabajan, se es-fuerzan, gimen bajo el peso de los sufrimien-tos y donan la vida. Reafirmo con fuerza loque ha sido varias veces dicho por mis ve-nerados predecesores: la Iglesia no actúapara extender su poder o afirmar su domi-nio, sino para llevar a todos a Cristo, salva-ción del mundo. Nosotros no pedimos sino

el ponernos al servicio de la humanidad, es-pecialmente de aquella más sufriente y mar-ginada, porque creemos que el esfuerzoorientado al anuncio del Evangelio a loshombres de nuestro tiempo... es sin dudaalguna un servicio que se presenta a la co-munidad cristiana e incluso a toda la huma-nidad».

Contagiar la esperanza«La humanidad entera tiene la vocación

radical de regresar a su fuente, que es Dios,el único en Quien encontrará su realizaciónfinal mediante la restauración de todas lascosas en Cristo. (...) El nuevo inicio ya co-menzó con la resurrección y exaltación deCristo, que atrae a sí todas las cosas, lasrenueva, las hace partícipes del eterno gozode Dios. (...) La misión de la Iglesia es la de«contagiar» de esperanza a todos los pue-blos. Para esto Cristo llama, justifica, santi-fica y envía a sus discípulos a anunciar elReino de Dios, para que todas las nacioneslleguen a ser Pueblo de Dios.

«La Iglesia universal, sin confines y sinfronteras, se siente responsable del anun-cio del Evangelio a pueblos enteros. (...) Sumisión y su servicio no son a la medida delas necesidades materiales o incluso espiri-tuales que se agotan en el marco de la exis-tencia temporal, sino de una salvación tras-cendente, que se actúa en el Reino de Dios.Este Reino, aun siendo en su plenitud esca-tológica y no de este mundo, es también en

La Iglesia universal, sin confinesy sin fronteras, se siente respon-sable del anuncio del Evangelioa pueblos enteros.

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JÓVENES14 El Observador18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745

CURSO DE ECONOMÍA BÁSICA PARA JÓVENES

La economía con vacas (II)Cada país tiene su modo de aplicarla

Economía a la estadounidense.- Tienes dos vacas. Vendes una ycon el dinero repartes dividendos para elevar artificialmente el valorde la acción. Fuerzas a la otra vaca a producir la leche de cuatro vacas.Te sorprendes cuando la pobre muere extenuada. Robas las vacas dealguien más pobre y débil y repites la jugada.

Economía a la china.- Tienes dos vacas. Tienes 300 personasordeñándolas. Afirmas tener pleno empleo y alta productividad bovi-na. Arrestas al reportero que publica la verdadera situación.

Economía a la iraquí.- Todos piensan que tienes dos vacas. Lesdices que no tienes ninguna. Nadie te cree, así que te bombardean einvaden. Igual sigues sin tener ni una vaca, pero por lo menos ahoraya eres parte de una «democracia».

Economía a la japonesa.- Tienes dos vacas. Las rediseñas paraque tengan la décima parte de su tamaño y produzcan veinte vecesmás leche. Entonces creas una serie de dibujos animados llamada“Vakemon” y vendes a todo el mundo ambas cosas.

Economía a la hindú.- Tienes dos vacas. Las adoras.

Economía a la suiza.- Tienes cinco mil vacas, ninguna de las cua-les te pertenece. Les cobras a otros por guardárselas, y por no decirlea Hacienda que son suyas.

Economía a la alemana.- Tienes dos vacas. Haces una re-ingenie-ría de las vacas para que vivan cien años, comanuna vez al mes y se ordeñen ellas mismas.

Economía a la francesa.- Tienes dos vacas. Tepones en huelga porque quieres tres.

Economía a la inglesa.- Tienes dos vacas. Lasdos están locas.

HumorHumor HumorHumor

Cómo interpretar unapromoción hotelera

Donde dice: «Habitaciones aireadas»debería decir: «No hay aire acondicionado».

Donde dice: «Habitaciones espaciosas»debería decir: «Habitaciones casi sin amueblar».

Donde dice: «Lejos del camino trillado»debería decir: «La gente ya no viene aquí».

Donde dice: «Verano luminoso»debería decir: «No hay electricidad».

Donde dice: «Paisaje por descubrir»debería decir: «No vale la pena descubrirlo».

Donde dice: «Armonía con la naturaleza»debería decir: «No hay retretes».

Donde dice: «Cocina selecta»debería decir: «Menú limitado».

Donde dice: «Anclado en el tiempo»debería decir: «Viejo y polvoriento».

Donde dice: «Clima constante»debería decir: «Siempre llueve».

Donde dice: «Todos los gastos pagados»debería decir: «Pago por adelantado».

Anónimo

Crucigrama

nidad israelita establecida en la re-gión que correspondía, más o me-nos, al antiguo Reino de Judá.

9. Marca que se grababa en elcuerpo de los siervos, soldados yadoradores de dioses para distin-guirlos.

11. Heroína del libro del AT delmismo nombre.

14. Perseguidor del justo, elque no hace penitencia y no ob-tendrá el perdón de Dios.

16. El libro del AT que cuentala historia de un hombre, para en-frentar, principalmente, el tema dela religión mercantilista, según lacual Dios recompensaría el biencon el bien y el mal con el mal.

SOLUCIÓN:

VERTICALES1. Nombre por el que se desig-

na a un ángel que por primera vezaparece en Dan. 9, 21; y posterior-mente anuncia a Zacarías el naci-miento de Juan el Bautista (Lc 1,19-26).

2. Palabra hebrea que significaviviente. Representa a la hembrahumana creada por Dios en Gen. 2,22.

3. Literalmente, segunda vía, ocopia, de la LEY (alusión a Dt 17,18).

4. (También se escribe Gilead).Nombre de un monte, y sus alre-dedores, al occidente del río Jor-dán.

5. Cristianos a los que San Pa-blo les escribe una de sus grandescartas apostólicas, desde Efeso.Empieza con G.

7. Término acuñado por losapóstoles tras la resurrección deJesús, como abreviatura y uniónde las dos entidades de Jesús deNazaret.

8. Después del destierro, nom-bre dado a un miembro de la comu-

HORIZONTALES1. También llamado Monte de

la Calavera o Calvario.6. Profeta que pronuncia sus

oráculos entre los años 605-600 a.C. Empieza con H.

9. Funerales rodeados de granboato que se celebraban con gran-des muestras de dolor.

10. Del griego FILOS-IPPOS ->FILIPPOS=Amigo de caballos,apóstol de Jesús (Mc 3, 18).

12. Vísceras. Los hebreos con-sideraban que en ellas radicabanlos afectos y sentimientos y signi-ficaban lo que para nosotros elcorazón.

13. Sacramento con que seunge a los enfermos terminales parasu purificación.

15. Habitantes de la ciudad deÉfeso.

17. Imagen considerada comodios, cuando en realidad no pasade ser un objeto hecho por manoshumanas.

18. Nombre que el pueblo delnorte daba al monte Sinaí (1 Re17, 1). http://www.evangelizando.cjb.net

Horizontales: 1) GOLGOTA. 6) HABACUC. 9)EXEQUIAS. 10) FELIPE. 12) ENTRAÑAS. 13)EXTREMAUNCIÓN. 15) EFESIOS. 17) ÍDOLO. 18)HOREB.

Verticales: 1) GABRIEL. 2) EVA. 3)DEUTERONOMIO. 4) GALAAD. 5) GÁLATAS. 7)JESUCRISTO. 8) JUDIO. 9) ESTIGMA. 11)ESTHER. 14) IMPÍO. 16) JOB.

ABCdario cristianoA-laba a Dios en cada circunstancia de la vida.B-usca la excelencia, no la perfección.C-uenta tus bendiciones en vez de sumar tus penas.D-evuelve todo lo que tomes prestado.E-ncomienda al menos a tres personas a Dios y a la Virgen cada díaF-íate de Dios de todo corazón y no confíes en tu propia inteligencia.G-ózate con los que se gozan y llora con los que lloran.H-az nuevos amigos, pero aprecia a los que ya tienes.I-nvita a Cristo a ser tu Señor y Salvador.J-amás pierdas una oportunidad de expresar amor.L-ee tu Biblia y ora cada día.M-antente alerta a las necesidades de tu prójimo.N-o culpes a los demás por tus infortunios.O-lvida las ofensas y perdona, así como Dios te perdona .P-romete todo lo que quieras; pero cumple todo lo que prometes.Q-ue se te conozca como a una persona en quien se puede confiar.R-econoce que no eres infalible, discúlpate por tus errores y confiésate.S-é la persona más amable y entusiasta que conoces.T-rata a todos como quisieras que te traten.Ú-nete al ejército de los agradecidos.V-ístete de misericordia, humildad y paciencia.Y no te olvides de soportar a los demás como a ti te soportan.Z-áfate de las garras seductoras de Satanás.

Fuente:Motivaciones.org

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15El Observador 18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745 NIÑOS

Colorea el dibujo y completa las frases:

necesitan que los misioneros

envía a los

Nosotros también podemos ser misoneroscuando

El DOMUND y las misionesEste domingo la Iglesia universal celebra el DOMUND, que significa

«Dumingo Mundial de las Misiones». De hecho, todo octubre se consi-dera el mes misionero, y el primer día de este mes se celebra cada año lafiesta de santa Teresita del Niño Jesús, que es patrona de las misiones apesar de que ella vivía en un convento de clausura (significa que nuncasalía de ahí y que nunca fue a tierras de misión), pero intercedía con suoración por todos los misioneros del mundo.

Pero, entonces, ¿quiénes son los misioneros?Son los enviados por Jesús para dar la Buena Noticia.

¿Cuál es la Buena Noticia?La Buena Noticia o Evangelio es:- Que Dios nos ama.- Que Jesucristo murió en la cruz para salvarnos y que resucitó.- Que el Señor quiere que todos los hombres seamos hermanos.

¿Qué más hacen los misioneros?Además de llevar a Jesucristo hasta los últimos rincones del mundo,

que es lo más importante de todo, también:- Atienden a los enfermos.- Dan de comer a los hambrientos.- Enseñan a leer y escribir.- Instruyen a los pobres para que aprendan oficios y así tengan una

ocupación que les ayude a ganarse la vida.

¿Cómo van los misioneros a su misión?- Van contentos y muy rápidos.- Dejan muchas cosas: comodidades, familia, y van donde más los

necesitan.- Pero hacen con alegría esta misión porque quieren a Dios y a los

hombres.

¿Quiénes necesitan de los misioneros?- Todos los hombres,- pero especialmente los pobres, los necesitados, los que no cono-

cen a Jesús.- Los que están en países muy lejanos,- pero también los que están a nuestro alrededor porque hay muchas

personas necesitadas del encuentro con Dios y de toda clase de ayuda.

¿Nosotros podemos ser misoneros?Siempre, todos los días:- cuando ayudamos a los que necesitan ayuda o cariño,- cuando somos amables con todos,- cuando hablamos con Dios y le pedimos por las misiones,- cuando damos limosna.

Misión

el amor de Dios Padreque Tú mostraste al mundo.Enséñame a ser como Tú,misionero de la paz, del perdón,de la fraternidad y del amor gratuito.Abre mi corazón a los niños que sufren.Yo también quiero ayudartea construir un mundo mejor...

Jesús,Tú has sido y eresel mejor amigo de los niños.Tú confías en nosotros,nos das a conocer la grandeza de tu Reinoy nos enseñas a llamar Padre a Dios.Señor,Ayúdame a sentir

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NIÑOS16 El Observador18 de octubre de 2009, AÑO 15, No. 745

Arma esta alcancía para cooperar con las mi-siones. Pega sobre una cartulina, recorta y do-bla por las líneas punteadas. Te quedará conforma de casita. Pega encima de las lengüetas.Haz una ranura arriba, de manera que quepauna moneda. No importa cuanto te tardes enjuntar un poco de dinero (puede ser un año, siquieres). Lo importante es que te sacrifiquesun poco para que Jesús pueda ser conocidopor todos los niños del mundo. Cuando tu al-cancía esté llena, entrégasela a tu párroco, y élsabrá hacer llegar este dinero a los misioneros.Y Jesús estará muy contento.

COMPROMISO: Todos los días de este mes rezaré de manera especial por todos los niños que aún no conocen a Jesús.