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Meditacionescon reflexiones de Benedicto xvi

agosto 2011

¡Venga tu Reino!

agosto 1 Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 14, 13-21

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, subió a una barca y se dirigió a un lugar apartado y solitario. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos.

Como ya se hacía tarde, se acercaron sus discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y empieza a oscurecer. Despide a la gente para que vayan a los caseríos y compren algo de comer». Pero Jesús les replicó: «No hace falta que vayan. Denles ustedes de comer». Ellos le contestaron: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados». Él les dijo: «Tráiganmelos».

Luego mandó que la gente se sentara sobre el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, pronunció una bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos. Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor, aumenta mi fe para nunca dudar de la misericordia de tu amor que me busca en todo momento. Enséñame el valor de la oración para que se multipliquen los frutos de mi apostolado.

Petición Jesús, aumenta mi fe para hacer milagros de amor.

Meditación

Mutua disposición para compartir

«La multiplicación de los panes para los miles de personas que habían seguido al Señor en un lugar desértico. ¿Por qué se hace en ese momento lo que antes se había rechazado como tentación? La gente había llegado para escuchar la palabra de Dios y, para ello, habían dejado todo lo demás. Y así, como personas que han abierto su corazón a Dios y a los demás en reciprocidad, pueden recibir el pan del modo

adecuado. Este milagro de los panes supone tres elementos: le precede la búsqueda de Dios, de su palabra, de una recta orientación de toda la vida. Además, el pan se pide a Dios. Y, por último, un elemento fundamental del milagro es la mutua disposición a compartir. Escuchar a Dios se convierte en vivir con Dios, y lleva de la fe al amor, al descubrimiento del otro. Jesús no es indiferente al hambre de los hombres, a sus necesidades materiales, pero las sitúa en el contexto adecuado y les concede la prioridad debida». (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 21).

Reflexión apostólica

«Convertirse a la fe significaba compartirla, comenzando por la propia familia. Cada cristiano era un apóstol; cada comunidad cristiana, una llama viva de la Iglesia. Porque la fuerza del amor es incontenible» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 6.

Propósito

Revisaré el tiempo que estoy dedicando a la oración, para mejorarlo en tiempo y en calidad.

Diálogo con Cristo

Líbrame, Señor, de dudar de tu amor. Depende de mí el saberte dar el tiempo y el espacio en mi vida para que seas Tú quien multiplique, en frutos abundantes de salvación, mi pobre esfuerzo apostólico. «Compartir con los demás los bienes materiales es un gesto de generosidad y de amor; compartir los bienes espirituales, acercar a otra persona a Dios es el tesoro más grande

que podemos ofrecerle» (Cristo al centro, n. 382).

¡Venga tu Reino!

agosto 2

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 14, 22-36

En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes. Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba Él solo allí.

Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: «¡Es un fantasma!». Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: «Tranquilícense y no teman. Soy Yo».

Entonces le dijo Pedro: «Señor, si eres Tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua». Jesús le contestó: «Ven». Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: «¡Sálvame, Señor!». Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?».

En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: «Verdaderamente Tú eres el Hijo de Dios».

Terminada la travesía, llegaron a Genesaret. Apenas lo reconocieron los habitantes de aquel lugar, pregonaron la noticia por toda la región y le trajeron a todos los enfermos. Le pedían que los dejara tocar siquiera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron, quedaron curados. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Jesús, yo, como tus discípulos en la barca, ante las dificultades de la vida, pierdo de vista el faro que me puede llevar a puerto seguro. Ilumina esta oración para que sepa reconocerte siempre y en toda circunstancia de mi vida.

Petición Señor, aumenta mi confianza en tu Divina Providencia.

Meditación

En la tentación, mirar a Cristo

«El apóstol Pedro conoció bien esta experiencia, pues la vivió personalmente. Una noche, mientras con los demás discípulos estaba atravesando el lago de Galilea, se vio sorprendido por una tempestad. Su barca, a merced de las olas, ya no lograba avanzar. Jesús se acercó en ese momento caminando sobre las aguas, e invitó a Pedro a bajar de la barca y a caminar hacia él. Pedro dio algunos pasos entre las olas, pero luego comenzó a hundirse y entonces gritó: "Señor, ¡sálvame!". Este episodio fue un signo de la prueba que Pedro debía afrontar en el momento de la pasión de Jesús. Cuando el Señor fue arrestado, tuvo miedo y lo negó tres veces. Fue vencido por la tempestad. Pero cuando su mirada se cruzó con la de Cristo, la misericordia de Dios lo volvió a asir y, haciéndole derramar lágrimas, lo levantó de su caída» (Benedicto XVI, 14 de junio de 2008).

Reflexión apostólica

«El cristiano reconciliado con Dios sabe que no puede haber espacio en su corazón para la amargura ni el desaliento. Es preciso reemprender el camino con renovada confianza en la gracia de Dios y con la firme decisión de apoyarse en la fortaleza que procede de Él» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 261. Propósito

Rezar la jaculatoria «Jesús en ti confío» cuando se me presente un problema o dificultad.

Diálogo con Cristo

Cuantas veces me sucede lo que a Pedro, que ante los problemas y crisis de la vida, repentinamente siento que no voy a poder salir adelante olvidando que Tú siempre estás ahí, sosteniendo mi esfuerzo. Ayúdame, Señor, a saber fijar siempre mi mirada en Ti.

«¿Por qué tanto temor? Es el demonio quien pone en tu alma esta zozobra por lo que pueda pasar el día de mañana. No le hagas aprecio y rechaza esa tentación que tanto

te turba y atormenta» (Cristo al centro, n. 486).

¡Venga tu Reino!

agosto 3

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 15, 21-28

En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: «Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio». Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: «Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros». Él les contestó: «Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel».

Ella se acercó entonces a Jesús y postrada ante Él, le dijo: «¡Señor, ayúdame!». Él le respondió: «No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos». Pero ella replicó: «Es cierto, Señor, pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos». Entonces Jesús le respondió: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas». Y en aquel mismo instante quedó curada su hija. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Jesús, te pido, con todo mi corazón, que aumentes mi fe, ensanches mi esperanza e inflames mi caridad para que, como la mujer cananea del Evangelio, sepa perseverar en mi oración.

Petición Señor, que tenga la humildad de la cananea y nunca pierda la esperanza.

Meditación

Jesús nos da la mano que nos sostiene.

«Un singular ejemplo de fe: una mujer cananea, que pide a Jesús que cure a su hija, que "tenía un demonio muy malo". El Señor no hace caso a sus insistentes invocaciones y parece no ceder ni siquiera cuando los mismos discípulos interceden por ella, como refiere el evangelista san Mateo. Pero, al final, ante la perseverancia y la humildad de esta desconocida, Jesús condesciende: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas".

"Mujer, ¡qué grande es tu fe!". Jesús señala a esta humilde mujer como ejemplo de fe indómita. Su insistencia en invocar la intervención de Cristo es para nosotros un estímulo a no desalentarnos jamás y a no desesperar ni siquiera en medio de las

pruebas más duras de la vida. El Señor no cierra los ojos ante las necesidades de sus hijos y, si a veces parece insensible a sus peticiones, es sólo para ponerlos a prueba y templar su fe» (Benedicto XVI, 14 de agosto de 2005).

Reflexión apostólica

«La oración supone el ejercicio de las virtudes teologales. La fe, la esperanza y la caridad son expresión privilegiada de la relación de cada persona con Dios. Ellas son la fuente de su vida interior y apostólica» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 111.

Propósito

Hacer una visita al Santísimo Sacramento para reconocer humildemente mi necesidad de Dios. Diálogo con Cristo

Señor Jesús, gracias por este momento de oración que me anima mucho a seguir tu Evangelio, sabiendo que Tú estarás siempre dispuesto a estar a mi lado para sacar adelante el proyecto de salvación del mundo. Quiero terminar mi oración haciendo un acto de completa confianza en Ti, porque Tú, Señor, eres mi esperanza.

«La cara de la humildad es la sencillez» (Cristo al centro, n. 1371).

¡Venga tu Reino!

agosto 4

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-23

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas».

Luego les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?». Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo».

Jesús le dijo entonces: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los Cielos! Y Yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo». Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que Él era el Mesías.

A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: «No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti». Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: «¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!». Palabra del Señor.

Oración introductoria

¡Qué dicha el poder tener este momento de oración! Quiero encontrar el camino de tu voluntad, y por eso te pido, Señor y Dios mío, que ilumines y guíes esta meditación. Petición Señor, te pido la gracia de conocerte y conocer cuál es tu voluntad. Meditación

Dichosos los que creen si haber visto

«Estamos reunidos precisamente para celebrar una beatificación, y más aún porque hoy un Papa ha sido proclamado Beato, un Sucesor de Pedro, llamado a confirmar en la fe a los hermanos. Juan Pablo II es beato por su fe, fuerte y generosa, apostólica. E inmediatamente recordamos otra bienaventuranza: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo”. ¿Qué es lo que el Padre celestial reveló a Simón? Que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Por esta fe Simón se convierte en “Pedro”, la roca sobre la que Jesús edifica su Iglesia. La bienaventuranza eterna de Juan Pablo II, que la Iglesia tiene el gozo de proclamar hoy, está incluida en estas palabras de Cristo: “Dichoso, tú, Simón” y “Dichosos los que crean sin haber visto”. Ésta es la bienaventuranza de la fe, que también Juan Pablo II recibió de Dios Padre, como un don para la edificación de la Iglesia de Cristo» (Benedicto XVI, 1 de mayo de 2011).

Reflexión apostólica

«Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, constituye el paradigma de la plenitud humana. Él es el hombre perfecto; el que da respuesta a todos los anhelos y aspiraciones del ser humano; el que revela al hombre el sentido y el significado de su propia humanidad» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 119).

Propósito

Hacer una oración para pedir que se haga el milagro para la canonización del Beato Juan Pablo II. Diálogo con Cristo

Jesús, ayúdame a que nunca deje de maravillarme por el inmenso amor que me ofreces todos los días. Quiero corresponder buscando entablar diálogos de amistad contigo en medio de todas mis actividades, así como lo solía hacer Juan Pablo II.

«El apostolado es un invitar a los demás a realizar la misma experiencia espiritual de conocimiento y amor a Jesucristo»

(Cristo al centro, n. 1933).

¡Venga tu Reino!

agosto 5

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 16, 24-28

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras.

Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey”. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Padre mío, muchas veces mi oración se centra en pedirte que elimines el sufrimiento físico y espiritual en las personas que amo, el mío personal y el del resto de las personas. Ilumina mi oración para que sepa aceptar que todo tiene un sentido y un valor sobrenatural si es parte de tu camino, de tu voluntad. Petición

Señor, dame la gracia de aceptar y seguir tus caminos al crecer en la virtud de la abnegación. Meditación

Sufrir con Cristo y por Él, ¿tiene sentido?

«En un mundo en el que la mentira es poderosa, la verdad se paga con el sufrimiento. Quien quiera evitar el sufrimiento, mantenerlo lejos de sí, mantiene lejos la vida misma y su grandeza; no puede ser servidor de la verdad, y así servidor de la fe.

No hay amor sin sufrimiento, sin el sufrimiento de la renuncia a sí mismos, de la transformación y purificación del yo por la verdadera libertad. Donde no hay nada por lo que valga la pena sufrir, incluso la vida misma pierde su valor. La Eucaristía, el centro de nuestro ser cristianos, se funda en el sacrificio de Jesús por nosotros, nació del sufrimiento del amor, que en la cruz alcanzó su culmen. Nosotros vivimos de este amor que se entrega. Este amor nos da la valentía y la fuerza para sufrir con Cristo y por él en este mundo, sabiendo que precisamente así nuestra vida se hace grande, madura y verdadera» (Benedicto XVI, 28 de junio de 2008).

Reflexión apostólica

«La abnegación aparece no como un fin, sino como un medio necesario para alcanzar el fin: el crecimiento en la santidad personal y la extensión del Reino de Cristo. Cuando la abnegación brota como una exigencia del amor a Cristo y a los demás, entonces encuentra su verdadero sentido y justificación» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 116).

Propósito Abrazar con alegría y confianza las cruces que Dios permita en mi día. Diálogo con Cristo

Señor, ayúdame a vivir unido a Ti, no sólo en los momentos bonitos de la vida. Que pueda experimentar tu cercanía y que pueda llegar, en la medida de mi pequeñez, a parecerme a Ti, tomando la cruz que tu santa voluntad disponga para mi salvación y la de mis hermanos. «No se den a mortificaciones extraordinarias, sino procuren su abnegación en el fiel y

exacto cumplimiento de su deber» (Cristo al centro, n. 1043).

¡Venga tu Reino!

agosto 6

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 17, 1-9

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con él a un monte elevando. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.

Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.

Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: “Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”. Al oír esto, los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: “Levántense y no teman”. Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús.

Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No le cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor, ¡qué maravillosa experiencia tuvieron Pedro, Santiago y Juan! Y qué increíble es que ahora Tú me invitas a compartir esa vivencia en este momento de oración. ¡Ven Espíritu Santo!

Petición Señor, que sepa gozar de tu presencia.

Meditación

Que la Palabra sea nuestro criterio de vida

«A los tres discípulos que asisten a la escena les dominaba el sueño: es la actitud de quien, aun siendo espectador de los prodigios divinos, no comprende. Sólo la lucha contra el sopor que los asalta permite a Pedro, Santiago y Juan "ver" la gloria de Jesús. Entonces el ritmo se acelera: mientras Moisés y Elías se separan del Maestro, Pedro habla y, mientras está hablando, una nube lo cubre a él y a los otros discípulos con su sombra; es una nube, que, mientras cubre, revela la gloria de Dios, como

sucedió para el pueblo que peregrinaba en el desierto. Los ojos ya no pueden ver, pero los oídos pueden oír la voz que sale de la nube: "Este es mi Hijo, el elegido; escuchadlo".

Los discípulos ya no están frente a un rostro transfigurado, ni ante un vestido blanco, ni ante una nube que revela la presencia divina. Ante sus ojos está "Jesús solo". Jesús está solo ante su Padre, mientras reza, pero, al mismo tiempo, "Jesús solo" es todo lo que se les da a los discípulos y a la Iglesia de todos los tiempos: es lo que debe bastar en el camino. Él es la única voz que se debe escuchar, el único a quien es preciso seguir, él que subiendo hacia Jerusalén dará la vida y un día "transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo". "Maestro, qué bien se está aquí": es la expresión de éxtasis de Pedro, que a menudo se parece a nuestro deseo respecto de los consuelos del Señor. Pero la Transfiguración nos recuerda que las alegrías sembradas por Dios en la vida no son puntos de llegada, sino luces que él nos da en la peregrinación terrena, para que "Jesús solo" sea nuestra ley y su Palabra sea el criterio que guíe nuestra existencia» (Benedicto XVI, 28 de febrero de 2010).

Reflexión apostólica

«El miembro del Regnum Christi ha de poner toda su alma y corazón para lograr que la experiencia del amor de Cristo sea determinante en su vida. «Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como don. Es cierto –como nos dice el Señor– que el hombre puede convertirse en fuente de la que manan ríos de agua viva (Cf. Jn 7, 37-38). No obstante, para llegar a ser una fuente así, él mismo ha de beber siempre de nuevo de la primera y originaria fuente que es Jesucristo, de cuyo corazón traspasado brota el amor de Dios» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 76).

Propósito

Me esforzaré por conocer más el Evangelio y estar atento a las inspiraciones del Espíritu Santo para hacer el bien. Diálogo con Cristo

Señor, concédeme el no quedarme aturdido ni dormido ante las innumerables gracias con las que continuamente me manifiestas tu amor. Quiero seguir el estilo de vida de tu Santísima Madre que supo contemplarte en silencio.

«Vivir siempre en el regazo de María y contemplar mi camino hacia Cristo asido fuertemente de su mano maternal»

(Cristo al centro, n. 1542).

¡Venga tu Reino!

agosto 7

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 14, 22-33

En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y los dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió el monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí.

Entretanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: “¡Es un fantasma!” Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: “Tranquilícense y no teman. Soy Yo”.

Entonces le dijo Pedro: “Señor, si eres Tú, mándame ir a Ti caminando sobre el agua”. Jesús le contestó: “Ven”, Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: “¡Sálvame, Señor!”.

Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿Por qué dudaste?”.

En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: verdaderamente tú eres el Hijo de Dios”. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor, qué fácilmente el temor doblega mis buenas intenciones, por eso quiero iniciar este meditación haciendo silencio en mi corazón. Concédeme llenar este silencio con un verdadero espíritu de oración, de escucha y de adoración para que pueda sentir tu presencia y experimentar tu amor. Petición Jesús, que sepa confiar para poder unir mi voluntad a la de mi Padre Dios. Meditación

Sentir la presencia de Dios

«Una situación similar la encontramos en el relato de Jesús que camina sobre las aguas del lago encrespadas por la tempestad para llegar a la barca de los discípulos. Pedro le pide que le permita también a él andar sobre las aguas para ir a su encuentro. Como empezaba a hundirse, la mano tendida de Jesús lo salva, subiendo después los dos a la barca. En ese instante el viento se calma. Entonces ocurre lo mismo que había sucedido en la historia de la pesca milagrosa: los discípulos de la barca se postran ante Jesús, un gesto que expresa a la vez sobrecogimiento y adoración. Y reconocen: “Realmente eres el Hijo de Dios”. La confesión de Pedro narrada en Mateo 16, 16 encuentra claramente su fundamento en esta y en otras experiencias análogas que se relatan en el Evangelio. En Jesús, los discípulos sintieron muchas veces y de distintas formas la presencia misma del Dios vivo» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 121).

Reflexión apostólica

En la meditación «conviene tomar conciencia de la presencia de Dios preguntándose qué es lo que va a hacer y con quién se va a dialogar, y renovar las actitudes fundamentales de fe, esperanza y amor a Dios; de acción de gracias y de humildad ante Él. Un elemento más de estos preámbulos consiste en poner la meditación bajo el cuidado maternal de la Santísima Virgen, para que ella acompañe y sostenga con su maternal intercesión este importante acto del día» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 225).

Propósito

Iniciar y terminar mi día pidiendo a Jesús me permita unirme a su oración para poder sentir la presencia de Dios. Diálogo con Cristo

Jesús, teóricamente sé que la oración puede hacer maravillas, como el poder pasar serenamente las tempestades de la vida; por eso quiero fortalecer mi voluntad para saber perseverar en el propósito que hoy pongo en tus manos. «El trabajo solo es inútil, si no está sostenido, alimentado, vivificado e iluminado por la

oración» (Cristo al centro, n. 1713).

¡Venga tu Reino!

agosto 8

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 17, 22-27

En aquel tiempo, se hallaba Jesús con sus discípulos en Galilea y les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar». Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza.

Cuando llegaron a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto para el templo y le dijeron: «¿Acaso tu Maestro no paga el impuesto?». Él les respondió: «Si lo paga».

Al entrar Pedro en la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los extraños?». Pedro le respondió: «A los extraños». Entonces Jesús le dijo: «Por lo tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor, dame tu gracia para que haya coherencia entre lo que creo y lo que vivo. Ilumina mi oración para que sepa descubrir y corregir, las pequeñas o grandes infidelidades a tu ley y a la ley de mundo. Petición Jesús, que haya coherencia y honestidad en todas las áreas de mi vida.

Meditación

Un camino de auténtica solidaridad y de paz

«Por tanto, existe una íntima relación entre familia, sociedad y paz. "Quien obstaculiza la institución familiar, aunque sea inconscientemente —afirmo en el Mensaje para esta Jornada de la paz—, hace que la paz de toda la comunidad, nacional e internacional, sea frágil, porque debilita lo que, de hecho, es la principal "agencia" de paz". Y, también, "no vivimos unos al lado de otros por casualidad; todos estamos recorriendo un mismo camino como hombres y, por tanto, como hermanos y hermanas". Por tanto, es muy importante que cada uno asuma su responsabilidad ante Dios y reconozca en él el manantial originario de su existencia y de la de los demás. De esta conciencia brota un compromiso de convertir a la humanidad en una auténtica

comunidad de paz, gobernada por una "ley común, que ayude a la libertad a ser realmente lo que debe ser, (...) y que proteja al débil del abuso del más fuerte". Que María, Madre del Príncipe de la paz, sostenga a la Iglesia en su compromiso incansable al servicio de la paz, y ayude a la comunidad de los pueblos» (Benedicto XVI, 1 de enero de 2008).

Reflexión apostólica

«Los miembros del Movimiento han de distinguirse por respetar y observar las leyes y disposiciones legítimas de la autoridad civil, encargada de regular la convivencia social y procurar el bien común, reconociendo la importancia de su testimonio cristiano y de su colaboración para la buena marcha de la sociedad» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 208). Propósito Pagar los impuestos que marca la ley.

Diálogo con Cristo

Jesús, que sutilmente me puedo engañar para justificar mi incumplimiento a las leyes civiles. No permitas que justifique mis faltas al compararme con personas que a simple vista no cumplen con ninguna ley. Lo que hagan o dejen de hacer los demás no debe ser el criterio para mi comportamiento. Pero se dice fácil pero sin Ti, sin tu sabiduría y fortaleza, no lo voy a lograr, por eso te pido, ¡ven Señor Jesús!

«Hagan de la vida familiar una escuela doméstica de hombres y de cristianos íntegros, en la que los hijos aprendan a amar, a respetar a Dios, a asimilar y vivir sus leyes, a ver

la vida con ojos de bondad y de esperanza, a valorar al prójimo» (Cristo al centro, n. 895).

¡Venga tu Reino!

agosto 9

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10. 12-14

En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es el más grande en el Reino de los cielos?»

Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: «Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.

Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues Yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.

¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella, que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor, mi buen pastor, dame la sencillez y la humildad de un niño para poder tener un rato de intimidad contigo en la oración.

Petición ¡Ven Espíritu Santo! Ilumina mi mente y mi corazón.

Meditación

Aprender a conocerse a partir de Dios

«Trasladando esto a nuestra experiencia vital, podemos decir: sólo en Dios y a través de Dios se conoce verdaderamente al hombre. Un conocer que reduzca al hombre a la dimensión empírica y tangible no llega a lo más profundo de su ser. El hombre sólo se conoce a sí mismo cuando aprende a conocerse a partir de Dios, y sólo conoce al otro cuando ve en él el misterio de Dios. Para el pastor al servicio de Jesús eso significa que no debe sujetar a los hombres a él mismo, a su pequeño yo. El conocimiento recíproco que le une a las “ovejas” que le han sido confiadas debe tender a introducirse juntos en Dios y dirigirse hacia Él; debe ser, por tanto, un

encontrarse en la comunión del conocimiento y del amor de Dios» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 113).

Reflexión apostólica

«Un motivo más y fundamental para vivir la caridad es la identificación mística de Cristo con el prójimo. La fe nos enseña que Cristo, al encarnarse, se unió místicamente con toda la humanidad, de modo que no amar a todos los que pertenecen o pueden pertenecer al Cuerpo Místico de Cristo es no amar a Cristo mismo» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 90).

Propósito Acoger y tratar a los demás con amor, especialmente a los más pequeños. Diálogo con Cristo

Jesús, ayúdame a ser un testigo de tu amor, eso es lo que me hace grande ante los ojos de Dios. Dame la fuerza para saber entregar mi vida en el servicio y en el amor a los demás, como Tú lo hiciste. «El hombre del Reino debe ser para los que le rodean un signo visible del amor de Dios

a los hombres» (Cristo al centro, n. 1870).

¡Venga tu Reino!

agosto 10

Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 12, 24-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna.

El que quiera servirme, que me siga, para que donde Yo esté también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor, ayúdame a encontrarme contigo en esta oración. Quiero servirte y seguirte. Acalla mis inquietudes para que no caer en distracciones ni banalidades, y pueda así descubrir las miserias de mi vida que me alejan de tu amor.

Petición Señor, dame la humildad para reconocer mis fallas en el amor a los demás. Meditación

Germinar al calor de la Eucaristía

«Lo dijo Jesús mismo: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero, si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna”. Así habló y así hizo Jesús: su crucifixión parece un fracaso total, pero no lo es. Jesús, en virtud “del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha”. De este modo, cayendo en tierra, pudo dar fruto en todo tiempo y a lo largo de todos los tiempos. En medio de vosotros tenéis el nuevo Pan, el Pan de la vida futura, la Santa Eucaristía que nos alimenta y hace brotar la vida trinitaria en el corazón de los hombres.

Jóvenes amigos, semillas con la fuerza del mismo Espíritu Eterno, que han germinado al calor de la Eucaristía, en la que se realiza el testamento del Señor. Él se nos entrega y nosotros respondemos entregándonos a los otros por amor suyo. Éste es el camino de la vida; pero se podrá recorrer sólo con un diálogo constante con el Señor y en auténtico diálogo entre vosotros» (Benedicto XVI, 21 de marzo de 2009).

Reflexión apostólica

«El ejercicio de la abnegación puede ser muy variado: el cumplimiento esmerado y fiel del propio deber; el cultivo de una voluntad firme contra las veleidades de los sentimientos y las emociones; el dominio y temple del carácter; el control de las reacciones emotivas desordenadas; y la renuncia a todo aquello que impida la donación a Dios y a los demás. Esta renuncia algunas veces es necesaria porque se identifica con la renuncia al pecado, y otras veces puede ser muy conveniente, según las inspiraciones del Espíritu Santo, para la purificación y el perfeccionamiento de la vida personal o para la armonía de las relaciones con los demás» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 117).

Propósito

Hacer un examen de conciencia y confesarme para recibir adecuadamente la Eucaristía. Diálogo con Cristo

Señor Jesús, hoy que celebramos a san Lorenzo, que se distinguió por su solicitud por los pobres y que supo dar su vida en un atroz martirio, concédeme que sepa serte fiel en los pequeños detalles de todo los días para ir creciendo en el amor que me lleve a darte el lugar que te corresponde en mi vida. «El dolor será dolor; pero la cruz de Cristo es una semilla hundida en lo más íntimo de

nuestro ser; un día brotará con una espiga cuajada de frutos para la vida eterna» (Cristo al centro, n. 720).

¡Venga tu Reino!

agosto 11 Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 18, 21–29, 1

En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?». Jesús le contestó: «No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete».

Entonces Jesús les dijo: «El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.

Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero. Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: “Págame lo que me debes”. El compañero se le arrodilló y le rogaba: “Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo”. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.

Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contarle al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: “Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?”. Y el señor encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.

Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes si cada cual no perdona de corazón a su hermano».

Cuando Jesús terminó de hablar, salió de Galilea y fue a la región de Judea que queda al otro lado del Jordán. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor, setenta veces siete… Imposible de lograr si no eres Tú quien me da la luz y fuerza para saber doblegar mi orgullo para ver con amor y comprensión a los demás. Contigo todo es posible, por eso ven e ilumina esta oración. Petición Concédeme apreciar el valor de tu misericordia.

Meditación

El perdón es más que ignorar u olvidar

«A mitad del Evangelio de Mateo se encuentra la parábola del siervo despiadado: a él, que era un alto mandatario del rey, le había sido perdonada la increíble deuda de diez mil talentos; pero luego él no estuvo dispuesto a perdonar la deuda, ridícula en comparación, de cien denarios que le debían: cualquier cosa que debamos perdonarnos mutuamente es siempre bien poco comparado con la bondad de Dios que perdona a todos. Y finalmente escuchamos la petición de Jesús desde la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Si queremos entenderla a fondo y hacer nuestra la petición del Padrenuestro, hemos de dar todavía un paso más y preguntarnos: ¿Qué es realmente el perdón? ¿Qué ocurre en él? La ofensa es una realidad, una fuerza objetiva que ha causado una destrucción que se ha de remediar. Por eso el perdón debe ser algo más que ignorar, que tratar de olvidar. La ofensa tiene que ser subsanada, reparada y, así, superada. El perdón cuesta algo, ante todo al que perdona: tiene que superar en su interior el daño recibido, debe como cauterizarlo dentro de sí, y con ello renovarse a sí mismo, de modo que luego este proceso de transformación, de purificación interior, alcance también al otro, al culpable, y así ambos, sufriendo hasta el fondo el mal y superándolo, salgan renovados» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 68).

Reflexión apostólica

«El balance del día se concluye agradeciendo a Dios los progresos, reconociendo con humildad los fallos, pidiendo perdón y formulando un propósito que ayude a reemprender el camino sin desalientos» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 249).

Propósito Hacer un balance al final del día para reconocer las faltas cometidas. Diálogo con Cristo

Gracias, Señor, por tu gran misericordia y por este momento de oración. Es claro y justo que me perdonaras en la medida en que yo sepa perdonar a los demás, por eso te pido vengas a mi corazón para que pueda crecer en el amor, en la comprensión, en la paciencia que me lleve a tratar a todos con amor.

«Por muy fuertes que sean las dificultades de relaciones humanas, siempre se pueden

superar con la apertura franca, cordial, basada en la fe y en el amor» (Cristo al centro, n. 367).

¡Venga tu Reino!

agosto 12 Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 19, 3-12

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y, para ponerle una trampa, le preguntaron: «¿Le está permitido al hombre divorciarse de su esposa por cualquier motivo?».

Jesús les respondió: «¿No han leído que el creador, desde un principio los hizo hombre y mujer, y dijo: “Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y serán los dos una sola cosa?”. De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Así pues, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

Pero ellos replicaron: «Entonces ¿por qué ordenó Moisés que el esposo le diera a la mujer un acta de separación, cuando se divorcia de ella?».

Jesús les contestó: «Por la dureza de su corazón, Moisés les permitió divorciarse de sus esposas; pero al principio no fue así. Y Yo les declaro que quienquiera que se divorcie de su esposa, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, y se case con otra, comete adulterio; y el que se case con la divorciada, también comete adulterio».

Entonces le dijeron sus discípulos: «Si ésa es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse». Pero Jesús les dijo: «No todos comprenden esta enseñanza, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. Pues hay hombres que, desde su nacimiento, son incapaces para el matrimonio; otros han sido mutilados por los hombres, y hay otros que han renunciado al matrimonio por el Reino de los cielos. Que lo comprenda aquel que pueda comprenderlo». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Padre mío, no permitas que tenga un corazón duro. Concédeme un corazón como el de tu Madre santísima, ayúdame a tener sus mismos sentimientos, sus mismos pensamientos y su dulzura de corazón.

Petición

María de Guadalupe, intercede por mí para que salga de esta oración con la docilidad y apertura a los demás que caracterizó tu vida.

Meditación

Lo que permanece y salva

«Ha traído a Dios: ahora conocemos su rostro, ahora podemos invocarlo. Ahora conocemos el camino que debemos seguir como hombres en este mundo. Jesús ha traído a Dios y, con Él, la verdad sobre nuestro origen y nuestro destino; la fe, la esperanza y el amor. Sólo nuestra dureza de corazón nos hace pensar que esto es poco. Sí, el poder de Dios en este mundo es un poder silencioso, pero constituye el poder verdadero, duradero. La causa de Dios parece estar siempre como en agonía. Sin embargo, se demuestra siempre como lo que verdaderamente permanece y salva. Los reinos de la tierra, que Satanás puso en su momento ante el Señor, se han ido derrumbando todos. Su gloria, su doxa, ha resultado ser apariencia. Pero la gloria de Cristo, la gloria humilde y dispuesta a sufrir, la gloria de su amor, no ha desaparecido ni desaparecerá» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, p. 25).

Reflexión apostólica

«En su labor educativa, sepan conjugar prudentemente la suavidad y motivación con la debida exigencia. No cedan por facilidad y comodidad a los caprichos de sus hijos. Con prudencia y bondad, y tomando en cuenta su edad y grado de desarrollo, motívenlos adecuadamente para crear en ellos convicciones internas que les ayuden a conducirse con libertad y responsabilidad en el cumplimiento de sus deberes como cristianos y como miembros de la sociedad» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 287). Propósito Leer, al menos una vez por semana, algunos puntos del catecismo. Diálogo con Cristo

Dios mío, ayúdame porque necesito una conversión permanente. El relativismo y hedonismo no dejan de presentar caminos aparentemente mejores que el camino «exigente» del Evangelio. Que no sepa perder de vista que la gran diferencia está en el Amor, en todos los sentidos… Y, gracias por el excelso modelo que me dejaste en María, que además me acompaña en el único camino que lleva a la auténtica felicidad, aquí y en la eternidad, ¡bendito seas Señor!

«No confundan el amor con el sentimiento de amor. El amor es algo mucho más sólido que un mero sentimiento, si bien lo puede incluir. El amor es la pasión por el bien del

otro a costa del propio sacrificio» (Cristo al centro, n. 1585).

¡Venga tu Reino!

agosto 13

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 19, 13-15

En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase por ellos. Los discípulos regañaron a la gente; pero Jesús les dijo: «Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos». Después les impuso las manos y continuó su camino. Palabra del Señor. Oración introductoria

Señor, dame la confianza y apertura que tiene un niño ante la persona que lo quiere y que lo cuida, porque deseo encontrarme contigo en esta meditación, no como un personaje histórico lejano, sino como persona viva y real, que me escucha y me ofrece toda su amistad.

Petición Jesús, dame la inocencia y generosidad de un niño. Meditación

Un don preciosísimo de Dios

«La Iglesia tiene una larga tradición de cuidar a los niños desde su más temprana edad hasta la madurez, siguiendo el ejemplo del afecto de Cristo, que bendijo a los niños que le presentaban, y que enseñó a sus discípulos que, de quienes son como aquellos, es el Reino de los Cielos. […] Es deplorable que, en neta contradicción con la larga tradición de la Iglesia de cuidar a los niños, éstos hayan sufrido abusos y malos tratos por parte de algunos sacerdotes y religiosos. Todos nos hemos concienciado mucho más de la necesidad de proteger a los niños, y vosotros sois una parte importante de la respuesta de amplio alcance que la Iglesia está dando a este problema. Aunque nunca podremos estar satisfechos del todo, el crédito se debe dar cuando es merecido: hay que reconocer los esfuerzos de la Iglesia en este país y en otros lugares, especialmente en los últimos diez años, para garantizar la seguridad de niños y jóvenes y para mostrarles respeto a medida que se encaminan a la madurez. Rezo para que vuestro generoso servicio ayude a reforzar un clima de confianza y renovado compromiso con el bienestar de los niños, que son un don preciosísimo de Dios» (Benedicto XVI, 18 de septiembre de 2010).

Reflexión apostólica

«La niñez y la juventud son el futuro y la esperanza de la Iglesia y de la sociedad. Por ello, junto al Regnum Christi, y dependiendo de él para su animación y organización, se estableció una organización para niños y adolescentes, de 11 a 16 años de edad, llamada ECYD, por sus siglas en castellano (Educación, Cultura y Deporte). Los miembros del ECYD se unen a Cristo y entre sí para colaborar en la construcción de un mundo mejor, y se comprometen, a ejemplo de Jesucristo, su amigo e Ideal supremo, a vivir la caridad, la sinceridad, la amistad, la pureza, la generosidad y la alegría, y a dar testimonio de ello a sus compañeros y amigos» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 383). Propósito

Apoyar, en la forma que me sea posible (oración, trabajo o apoyo económico), las iniciativas de mi parroquia enfocadas a la catequesis de los niños. Diálogo con Cristo

Jesús, concédeme tener una especial caridad fraterna, especialmente con los niños de mi familia y de mi comunidad parroquial. Ser un testigo auténtico de tu amor y concretar medios para buscar su crecimiento en la fe es el mayor bien que les podría dar y que con tu presencia en mi vida, lo puedo lograr. ¡Gracias por proponerme este hermoso camino para crecer en el amor!

«¿No les parece bueno, no les parece humilde Jesucristo reducido a la condición de

Niño que no puede valerse por sí? Es una lección sin palabras ni discursos, una lección viva»

(Cristo al centro, n. 569).

¡Venga Tu Reino!

agosto 14 Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 15, 21-38

En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: “Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: “Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros”. El les contestó: “Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel”.

Ella se acercó entonces a Jesús, y postrada ante él, le dijo: “¡Señor, ayúdame!” El le respondió: “No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”. Pero ella replicó: “Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Entonces Jesús le respondió: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas”. Y en aquel mismo instante quedó curada su hija. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor Jesús, ¡te necesito! ¡Ven a mí en esta oración! Como la canaea sé que sólo Tú puedes hacer la diferencia en mi vida. Tengo fe, sé que me escuchas. Tengo esperanza porque confío en tu amor.

Petición Jesús, dame un corazón humilde.

Meditación

Acoger a todos para lograr la paz

«El episodio de la mujer cananea, una extranjera respecto a los judíos, a la que el Señor atendió por su gran fe. La palabra de Dios nos ofrece así la oportunidad de reflexionar sobre la universalidad de la misión de la Iglesia, constituida por pueblos de toda raza y cultura. Precisamente de aquí proviene la gran responsabilidad de la comunidad eclesial, llamada a ser casa hospitalaria para todos, signo e instrumento de comunión para toda la familia humana.

Es sumamente importante, especialmente en nuestro tiempo, que toda comunidad cristiana tome cada vez más profundamente conciencia de ello, a fin de ayudar también a la sociedad civil a superar cualquier tentación que se pueda dar de

racismo, de intolerancia y de exclusión, y a organizarse con opciones respetuosas de la dignidad de todo ser humano. Una de las grandes conquistas de la humanidad es en efecto precisamente la superación del racismo. Pero, desgraciadamente, se registran en diversos países nuevas manifestaciones preocupantes, vinculadas a menudo a problemas sociales y económicos, que sin embargo jamás pueden justificar el desprecio y la discriminación racial. Oremos para que por doquier crezca el respeto a toda persona, junto a la conciencia responsable de que sólo en la acogida recíproca de todos se puede construir un mundo marcado por auténtica justicia y paz verdadera» (Benedicto XVI, 17 de agosto de 2008).

Reflexión apostólica

«El Regnum Christi está abierto a todos los fieles católicos sin distinción, hombres o mujeres, jóvenes o adultos, de cualquier estado de vida y condición social. Por caminos y con medios muy variados, Dios llama a quienes Él quiere a servirse del Movimiento como un medio y un estilo de vida cristiana en la Iglesia para así contribuir a la santificación del mundo y realizar la vocación con la que nos ha elegido en Cristo desde antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados por el amor y a ser imitadores de Dios» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 47).

Propósito Revisar mis relaciones sociales para detectar si no hay alguna discriminación.

Diálogo con Cristo

Jesucristo, Tú me enseñas que para ser un auténtico discípulo y misionero de tu amor debo ser una persona abierta a los demás. No permitas que mi trato o preferencias dañen la autoestima de las personas con las que convivo. Dame tu gracia para saber trasmitir tu amor en todas mis relaciones sociales.

«En esta convivencia con Jesucristo el alma se va llenando de Jesús, se va uniendo más

a Él, se va centrando en Él, con todos sus amores e intereses, para pensar como Él, sentir como Él, vivir los mismos valores que Él…»

(Cristo al centro, n. 1741).

¡Venga tu Reino!

agosto 15 ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: «¡Bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la Madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa Tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor».

Entonces dijo María: «Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre».

María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regresó a su casa. Palabra del Señor.

Oración introductoria

María, madre de Jesús, Tú supiste escuchar siempre a Dios, por eso hoy te suplico que intercedas ante tu Hijo para que sea el Espíritu Santo el que guíe mi oración.

Petición María, ayúdame a imitar tu docilidad, tu silencio y tu escucha.

Meditación

Vivir por la fe en la comunión con Cristo

«Entonces podemos preguntarnos: ¿Cuáles son las raíces de esta victoria sobre la muerte anticipada prodigiosamente en María? Las raíces están en la fe de la Virgen de Nazaret, como atestigua el pasaje del Evangelio que hemos escuchado: una fe que es obediencia a la Palabra de Dios y abandono total a la iniciativa y a la acción divina, según lo que le anuncia el arcángel. La fe, por tanto, es la grandeza de María, como proclama gozosamente Isabel: María es “bendita entre las mujeres”, “bendito es el fruto de su vientre” porque es “la madre del Señor”, porque cree y vive de forma única la “primera” de las bienaventuranzas, la bienaventuranza de la fe. Isabel lo confiesa en su alegría y en la del niño que salta en su seno: “¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”. Queridos amigos, no nos limitemos a admirar a María en su destino de gloria, como una persona muy lejana de nosotros. No. Estamos llamados a mirar lo que el Señor, en su amor, ha querido también para nosotros, para nuestro destino final: vivir por la fe en la comunión perfecta de amor con él y así vivir verdaderamente» (Benedicto XVI, 15 de agosto de 2010).

Reflexión apostólica

«La providencia divina que quiso otorgar a María un lugar tan destacado en la historia de la salvación sintoniza admirablemente con los sentimientos más íntimos y vivos del cristiano, con la necesidad hondamente sentida de una madre en la vida espiritual; una madre que acompaña, educa, guía y sostiene la peregrinación hacia la casa del Padre» Manual del miembro del Regnum Christi, n. 129).

Propósito

Hacer una visita al Cristo en la Eucaristía para agradecerle el que me haya dado a María como madre y compañera de vida.

Diálogo con Cristo

Jesús, tu santísima madre, María, me da un gran ejemplo de fidelidad. Ella fue siempre fiel, siempre confío y supo entregarse plenamente a los demás. Que pueda llegar a vivir esta actitud de servicio que caracterizó su vida es la gracia que te pido. Que sepa imitar su generosidad acogiendo a todas las personas, especialmente aquellas más cercanas.

«¿María? Ella es la vigía, la corredentora, la maestra, la madre del amor y la esperanza,

que es lo que más necesita el mundo de hoy» (Cristo al centro, n. 1510).

¡Venga tu Reino!

agosto 16

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 19, 23-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos».

Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: «Entonces ¿quién podrá salvarse?». Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió: «Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible».

Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: «Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?». Jesús les dijo: «Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Padre mío, Creador y Señor, ¡sólo Tú puedes salvarme! Te suplico que lo hagas. Quiero dejarlo todo para que seas sólo Tú el centro de mi vida. Ilumina esta oración para que pueda descubrir el orden que debo dar a mis apegos terrenales, y pueda trasmitir tu amor a los demás. Petición Jesús, ayúdame a dejar todo lo que me aparte de mi misión de discípulo y misionero. Meditación

Sabiduría para el uso de los bienes

«Dios no excluye a nadie, ni a pobres y ni a ricos. Dios no se deja condicionar por nuestros prejuicios humanos, sino que ve en cada uno un alma que es preciso

salvar, y le atraen especialmente aquellas almas a las que se considera perdidas y que así lo piensan ellas mismas. Jesucristo, encarnación de Dios, demostró esta inmensa misericordia, que no quita nada a la gravedad del pecado, sino que busca siempre salvar al pecador, ofrecerle la posibilidad de rescatarse, de volver a comenzar, de convertirse. En otro pasaje del Evangelio Jesús afirma que es muy difícil para un rico entrar en el reino de los cielos (cf. Mt 19, 23). En el caso de Zaqueo vemos precisamente que lo que parece imposible se realiza: “Él —comenta san Jerónimo— entregó su riqueza e inmediatamente la sustituyó con la riqueza del reino de los cielos”. Y san Máximo de Turín añade: “Para los necios, las riquezas son un alimento para la deshonestidad; sin embargo, para los sabios son una ayuda para la virtud; a estos se les ofrece una oportunidad para la salvación; a aquellos se les provoca un tropiezo que los arruina”» (Benedicto XVI, 31 de octubre de 2010).

Reflexión apostólica

«Los bienes materiales, aun los alcanzados como fruto del trabajo personal, son un don de Dios y se han de recibir con espíritu agradecido, usando de ellos con moderación, responsabilidad y conciencia de las exigencias de la justicia y de la caridad cristianas» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 197).

Propósito

Desprenderme de algo material, que pueda servir a otros. Llevarlo al Cáritas más cercano.

Diálogo con Cristo

A primera vista tus criterios, Señor, suelen parecer muy exigentes, demandantes, utópicos… porque siento que sobrepasan mis posibilidades. Neciamente olvido que no depende de mí sino de Ti, porque sé que puedo contar contigo, que puedo dejar todo lo demás y estar totalmente a tu disposición, porque sólo así podré estar auténticamente a disposición de los demás, especialmente de mi propia familia. «No estriben la santidad en bellas palabras sino en hechos prácticos, aunque para ello sea preciso una renunciación heroica hasta la muerte; el cumplimiento de sus deberes

ordinarios será la prueba de su santidad y de su heroísmo» (Cristo al centro, n. 1989).

¡Venga tu Reino!

agosto 17

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 20, 1-16

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo”. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.

Por último salió también al caer la tarde y encontró todavía otros que estaban en la plaza y les dijo: “¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?”. Ellos le respondieron: “Porque nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña”.

Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: “Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros”. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.

Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: “Ésos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor”.

Pero él respondió a uno de ellos: “Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?”.

De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Gracias, Señor, porque me sigues llamando y me das ahora la oportunidad de poder tener un diálogo de amor contigo. Aumenta mi fe, porque tengo la esperanza de que, con tu ayuda, puedo crecer en el amor para saber acoger a los demás.

Petición Señor, que sepa abrir mi corazón y mi vida a Ti y a los demás.

Meditación

La lógica de Dios es diversa a la del mundo

«El que narra la parábola es san Mateo, apóstol y evangelista […]. Me complace subrayar que san Mateo vivió personalmente esta experiencia (cf. Mt 9, 9). En efecto, antes de que Jesús lo llamara, ejercía el oficio de publicano y, por eso, era considerado pecador público, excluido de la "viña del Señor". Pero todo cambia cuando Jesús, pasando junto a su mesa de impuestos, lo mira y le dice: "Sígueme". Mateo se levantó y lo siguió. De publicano se convirtió inmediatamente en discípulo de Cristo. De "último" se convirtió en "primero", gracias a la lógica de Dios, que —¡por suerte para nosotros!— es diversa de la del mundo. "Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos", dice el Señor por boca del profeta Isaías (Is 55, 8)» (Benedicto XVI, 21 de septiembre de 2008).

Reflexión apostólica

«Para aspirar a ser miembro del Regnum Christi se requiere solamente la voluntad de responder más plenamente a la propia vocación cristiana con la ayuda de los medios de formación y de apostolado que éste ofrece. No se requiere haber alcanzado un cierto grado de santidad; ni siquiera un cumplimiento mínimo de ciertos deberes cristianos, pues el Movimiento se concibe más bien como una ayuda para avanzar por el camino de la vida cristiana a través de una creciente fidelidad a los compromisos de la fe y del amor» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 48).

Propósito Acoger con una gran sonrisa a todas las personas con que tenga contacto en este día.

Diálogo con Cristo

Dame, Espíritu Santo, la sabiduría y entendimiento para buscar siempre la unión eliminando radicalmente la crítica y la desconfianza en mis relaciones con los demás. Gracias por los testimonios del trabajo en equipo que día con día veo en tu Iglesia y en el Movimiento. Quiero vivir esa alegría en mi entrega cotidiana, especialmente dentro de mi familia, en mi trabajo, con mis amistades.

«El Movimiento es, ante todo, una verdadera familia en la Iglesia. Por eso, la vida de los

miembros se desarrolla en un marco de comunión espiritual y de caridad fraterna, como ocurre y ha ocurrido siempre en la Iglesia desde los inicios del cristianismo»

(Cristo al centro, n. 1833).

¡Venga tu Reino!

agosto 18

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, volvió Jesús a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: «El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir.

Envió de nuevo a otros criados que les dijeran: “Tengo preparado el banquete; he hecho matar mis terneras y los otros animales gordos; todo está listo. Vengan a la boda”. Pero los invitados no hicieron caso. Uno se fue a su campo, otro a su negocio y los demás se les echaron encima a los criados, los insultaron y los mataron.

Entonces el rey se llenó de cólera y mandó sus tropas, que dieron muerte a aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad.

Luego les dijo a sus criados: “La boda está preparada; pero los que habían sido invitados no fueron dignos. Salgan, pues, a los cruces de los caminos y conviden al banquete de bodas a todos los que encuentren”. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala del banquete se llenó de convidados.

Cuando el rey entró a saludar a los convidados, vio entre ellos a un hombre que no iba vestido con traje de fiesta y le preguntó: “amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?”. Aquel hombre se quedó callado. Entonces el rey dijo a los criados: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación”. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor Jesús, cuenta conmigo, con mucho gusto acepto tu invitación al banquete que supone el poder contemplarte en la oración. Que tu Espíritu Santo sea el guía para sacar mayores frutos. Petición

Señor, me pongo completamente a tu disposición. Ilumíname para ir a tu encuentro adecuadamente vestido.

Meditación

Ser atraídos hacia Dios

«A través de Jesús, por decirlo así, penetra nuestra mirada en la intimidad de Dios. San Juan, en su evangelio, lo expresó de este modo: "A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha revelado". Pero Jesús no sólo nos ha permitido penetrar con nuestra mirada en la intimidad de Dios; con él Dios, de alguna manera, salió también de su intimidad y vino a nuestro encuentro. Esto se realiza ante todo en su vida, pasión, muerte y resurrección; en su palabra. Pero Jesús no se contenta con salir a nuestro encuentro. Quiere más. Quiere unificación. Y este es el significado de las imágenes del banquete y de las bodas. Nosotros no sólo debemos saber algo de él; además, mediante él mismo, debemos ser atraídos hacia Dios. Por eso él debe morir y resucitar, porque ahora ya no se encuentra en un lugar determinado, sino que su Espíritu, el Espíritu Santo, ya emana de él y entra en nuestro corazón, uniéndonos así con Jesús mismo y con el Padre, con el Dios uno y trino» (Benedicto XVI, 3 de junio de 2006).

Reflexión apostólica

«La consagración es el momento central del sacrificio eucarístico. Cristo en persona, Sacerdote, Víctima y Altar, ofrece su Cuerpo y su Sangre para la gloria del Padre y la salvación de todos los hombres, recordando y haciendo presente el mismo sacrificio de la Última Cena y del Calvario. Para el alma que se acerca a estos misterios con verdadera fe, es un momento de estupor, adoración y agradecimiento y una oportunidad para hacer propios los sentimientos de Cristo en su inmolación y unirse a la plegaria universal de la Iglesia que ruega por sí misma, por el Papa, los Obispos, los fieles vivos y difuntos, y por quienes participan en la celebración» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 234).

Propósito

Participar en una Hora Eucarística, con sentido de reparación por las ofensas hechas a la Eucaristía: cuando se le delega, no se le valora, se acerca a ella con fines sociales o sin estar debidamente preparado.

Diálogo con Cristo

Señor, dame la gracia de poder crecer en la virtud de la piedad. Que nunca más mi participación en la Eucaristía sea una actividad más entre lo que se tiene que hacer durante el día. Que sea el momento más importante y especial, para ello pondré los medios para que sea lo más frecuente posible. Cuento con tu ayuda para saber encontrar el tiempo y los medios para hacerlo.

«¡Vivamos siempre muy cerca del Sagrario! Allí es el lugar donde se dan cita las almas

que se aman» (Cristo al centro, n. 830).

¡Venga tu Reino!

agosto 19

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40

En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a Él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?».

Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Jesucristo, gracias por señalarme el camino que hay que seguir para encontrar la plena felicidad. Amarte a Ti a través del amor a mis hermanos, simple, pero imposible de vivir si Tú no estás presente en mi vida, por ello te pido, ¡ven Espíritu Santo!

Petición Ser sensible y estar atento a las necesidades de quienes me rodean.

Meditación

Un mandamiento nuevo

«Jesús habla de un «mandamiento nuevo». ¿Cuál es su novedad? En el Antiguo Testamento Dios ya había dado el mandato del amor; pero ahora este mandamiento es nuevo porque Jesús añade algo muy importante: «Como yo os he amado, así amaos también vosotros los unos a los otros». Lo nuevo es precisamente este «amar como Jesús ha amado». Todo nuestro amar está precedido por su amor y se refiere a este amor, se inserta en este amor, se realiza precisamente por este amor. El Antiguo Testamento no presentaba ningún modelo de amor, sino que formulaba solamente el precepto de amar. Jesús, en cambio, se presenta a sí mismo como modelo y como fuente de amor. Se trata de un amor sin límites, universal, capaz de transformar también todas las circunstancias negativas y todos los obstáculos en ocasiones para progresar en el amor. Y en los santos de esta ciudad vemos la realización de este amor, siempre desde la fuente del amor de Jesús» (Benedicto XVI, 2 de mayo de 2010).

Reflexión apostólica

«La caridad evangélica, a diferencia de la mera filantropía, consiste en amar al prójimo con el mismo amor con que se ama a Cristo. Y el único modo auténtico de amar a Cristo es cumplir sus mandamientos; particularmente su mandamiento por excelencia: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros”. Vivir el amor es descubrir y servir a Cristo en los demás. Vivir el amor es donarse cristianamente a los demás» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 36». Propósito

Hablaré bien de todos los que me rodean, una forma práctica de vivir el amor a ellos y a Dios.

Diálogo con Cristo

Jesús, quiero vivir con el apremio constante de crecer en el amor a Ti y a todos mis hermanos, especialmente aquellos que están más cerca de mí, porque el cristianismo es, en definitiva, el amor; y sólo podré comunicarte en la medida en que yo viva tu caridad. «¡Qué hermoso y fecundo es el misterio del amor! No la inteligibilidad del amor. Sino el amor que es vida, el amor que es donación, el amor que es compromiso. Es el amor

que brota de la experiencia del Amor: ¡Dios es amor!» (Cristo al centro, n. 46).

¡Venga tu Reino!

agosto 20

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame “maestros”.

Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen “maestros”, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen “padre”, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar “guías”, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Jesús, Tú me enseñas que lo más importante es amarte, desarrollar una relación personal contigo, y que esta relación se manifieste en la oración y se concrete en el servicio, por amor, a los demás. Concédeme ser perseverante en la oración y en la caridad.

Petición Señor, enséñame a amar a los demás con tu caridad divina.

Meditación

Uno sólo es nuestro Padre.

«Con estas palabras no situamos a Dios Padre en una lejana galaxia, sino que afirmamos que nosotros, aun teniendo padres terrenos diversos, procedemos todos de un único Padre, que es la medida y el origen de toda paternidad […] La paternidad de Dios es más real que la paternidad humana, porque en última instancia nuestro ser viene de Él; porque Él nos ha pensado y querido desde la eternidad; porque es Él quien nos da la auténtica, la eterna casa del Padre. Y si la paternidad terrenal separa, la

celestial une: cielo significa, pues, esa otra altura de Dios de la que todos venimos y hacia la que todos debemos encaminarnos. La paternidad “en los cielos” nos remite a ese “nosotros” más grande que supera toda frontera, derriba todos los muros y crea la paz» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, primera parte, pág. 61).

Reflexión apostólica

«La vocación y misión de los miembros del Regnum Christi consiste en hacer propia la realidad y el dinamismo de este amor, a la vez sublime y concreto: conocerlo, vivirlo y comunicarlo hasta lograr que el amor de Dios llegue a todos los hombres» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 73».

Propósito Recitar y hacer vida el «Magníficat» ,cántico de la Virgen María (Lc 1, 46-55).

Diálogo con Cristo

Jesús mío, gracias por haberte encarnado para mostrarme el único camino que me puede llevar a la salvación. El horizonte de la caridad es ilimitado, dame la sabiduría para comprenderlo y la fuerza para atreverme a seguirlo, con obras concretas de amor y servicio, especialmente en mi propia familia. «“Con amor eterno te he amado” (Jr 31,3). Después de alimentarnos y disfrutar de este pensamiento decidamos que en nuestra vida no enseñaremos a los hombres el Dios del

terror y la justicia sino el Dios del amor; el Dios que nos ama» (Cristo al centro, n. 47).

¡Venga tu Reino!

agosto 21

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-20

En aquel tiempo, Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”.

Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.

Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”.

Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Dios mío, ilumina mi mente y mi corazón, como lo hiciste con Pedro, para que pueda reconocerte siempre. Te encomiendo este rato de oración, hazme gustar el don del amor sobrenatural que puede cambiar y transformar toda mi vida. Petición

Señor, ayúdame a experimentar el cambio que tu amor puede hacer en mi vida, de una vez para siempre.

Meditación

Jesús, el Hijo de Dios vivo.

«"¿Y vosotros quién decís que soy yo?". En nombre de todos, con impulso y decisión, fue Pedro quien tomó la palabra: "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo". Solemne profesión de fe, que desde entonces la Iglesia sigue repitiendo. También nosotros queremos proclamar esto hoy con íntima convicción: ¡Sí, Jesús, tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo! Lo hacemos con la conciencia de que Cristo es el verdadero "tesoro" por el que vale la pena sacrificarlo todo; él es el amigo que nunca

nos abandona, porque conoce las expectativas más íntimas de nuestro corazón. Jesús es el "Hijo del Dios vivo", el Mesías prometido, que vino a la tierra para ofrecer a la humanidad la salvación y para colmar la sed de vida y de amor que siente todo ser humano. ¡Cuán beneficioso sería para la humanidad si acogiera este anuncio que conlleva la alegría y la paz!»(Benedicto XVI, 24 de agosto de 2008).

Reflexión apostólica

«La relación con Cristo no puede reducirse a una relación individualista, orientada sólo a la propia salvación. La espiritualidad del Movimiento lleva consigo la convicción, profundamente sentida, de que todos los hombres tienen necesidad de encontrarse con el amor redentor de Cristo. Por ello, los miembros del Regnum Christi se esfuerzan por ser testigos de su amor para todos los hombres» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 74). Propósito Profesar mi fe al rezar un credo antes de dormir.

Diálogo con Cristo

Jesús mío, las páginas del Evangelio están llenas de testimonios de personas que, al encontrarse contigo, cambiaron radicalmente su vida. Yo deseo, también, encontrarme contigo para que haya una transformación en mi vida que me lleve a ser un auténtico testigo de tu amor, ¡ven Señor y Dios mío!

«Las características de este amor de Dios que hay que destacar son cuatro: personal, total, real y ardiente. Con estas mismas características el hombre, desde su pequeñez,

ha de esforzarse por corresponder al amor de Dios» (Cristo al centro, n. 55).

¡Venga tu Reino!

agosto 22

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 23, 13-22

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto y, cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!

¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga, pero que jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Qué triste pero real es constatar que hoy se sigue repitiendo la misma escena. Cuántas personas se alejan de la Iglesia por el pobre testimonio que damos. Ayúdame, Señor Jesús, a hacer esta oración para que mi corazón escuche y mi generosidad crezca a fin de poder responder a todas las luces de tu Espíritu Santo.

Petición Padre mío, aumenta mi fe para que pueda crecer mi amor al prójimo. Meditación

Poner en práctica el amor al prójimo.

«El reino de Dios no es una cuestión de honores y de apariencias; por el contrario, como escribe san Pablo, es "justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo" (Rm 14, 17). Al Señor le importa nuestro bien, es decir, que todo hombre tenga la vida y que, especialmente sus hijos más "pequeños", puedan acceder al banquete que ha preparado para todos. Por eso, no soporta las formas hipócritas de quien dice: "Señor, Señor", y después no cumple sus mandamientos (cf. Mt 7, 21). En su reino eterno, Dios

acoge a los que día a día se esfuerzan por poner en práctica su palabra. Por eso la Virgen María, la más humilde de todas las criaturas, es la más grande a sus ojos y se sienta, como Reina, a la derecha de Cristo Rey. A su intercesión celestial queremos encomendarnos una vez más con confianza filial, para poder cumplir nuestra misión cristiana en el mundo» (Benedicto XVI, 23 de noviembre de 2008).

Reflexión apostólica

«Sin caridad no hay piedad auténtica ni auténtica virtud, pues la caridad es el alma y forma de todas las virtudes. Asimismo, la caridad es el sello de autenticidad de todo apostolado ya que encierra en sí toda la fuerza evangelizadora del cristianismo, como un impulso incontenible que lleva a servir a todos los hombres, especialmente a los más necesitados. “En una vida cristiana donde su esencia no sea la vivencia de la práctica de la caridad no podrá existir una auténtica santidad cristiana”» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 89).

Propósito

Rezar un misterio del rosario para pedir la intercesión de María para cumplir nuestra misión. Diálogo con Cristo

Gracias, Jesús, por haberme dejado a tu Madre como modelo para vivir la caridad. Gracias porque Ella no sólo es mi ejemplo ymi guía, sino que también es quien me sostiene. No dejes que me olvide de acudir a Ella para recibir consuelo ante los problemas y para estimularme constantemente con su ejemplo.

«Ámenla tiernamente, como verdaderos hijos, pero sin olvidar que no hay amor sin transformación en la persona amada. El hijo más fiel es el que mejor reproduce los

rasgos de su madre» (Cristo al centro, n. 1525).

¡Venga tu Reino!

agosto 23

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 23, 23-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: «¡Ay de ustedes escribas y fariseos hipócritas, porque pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero descuidan lo más importante de la ley, que son la justicia, la misericordia y la fidelidad! Esto es lo que tenían que practicar, sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito, pero se tragan el camello!

¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor, concédeme en esta meditación que crezca mi conocimiento personal y profundo de Ti. Permite tener la dicha no sólo de leer sobre Ti, sino sobre todo, de experimentar tu amor, tu presencia transformante en mi vida.

Petición Jesús, te pido la gracia de la autenticidad en todo lo que haga y diga

Meditación

Un momento para una auténtica escucha.

«La Reconciliación sacramental es uno de los momentos en que la libertad personal y la conciencia de sí mismos están llamadas a expresarse de modo particularmente evidente. Tal vez también por esto, en una época de relativismo y de consiguiente conciencia atenuada del propio ser, queda debilitada asimismo la práctica sacramental. El examen de conciencia tiene un valor pedagógico importante: educa a mirar con sinceridad la propia existencia, a confrontarla con la verdad del Evangelio y a valorarla con parámetros no sólo humanos, sino también tomados de la Revelación divina. La confrontación con los Mandamientos, con las Bienaventuranzas y, sobre todo, con el Mandamiento del amor, constituye la primera gran “escuela penitencial”. En nuestro tiempo, caracterizado por el ruido, por la distracción y por la soledad, el coloquio del penitente con el confesor puede representar una de las pocas

ocasiones, por no decir la única, para ser escuchados de verdad y en profundidad» (Benedicto XVI, 25 de marzo de 2011).

Reflexión apostólica

«Dentro del sacramento, [de la confesión] se han de exponer al sacerdote las faltas con orden, brevedad y claridad; aceptar con fe sus orientaciones y cumplir la penitencia con espíritu de reparación» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 260). Propósito Hacer un examen de conciencia antes de acercarme a la confesión. Diálogo con Cristo

Espíritu Santo dame el don del entendimiento para que pueda descubrir todo lo que me aparta del camino del amor. Con esa liberación podré ser un auténtico apóstol, porque quien realmente está convencido de que sin Ti la vida es incompleta, se lanza a predicar y a vivir tu Evangelio, a transmitir la alegría de haberte encontrado. «Vive con profundidad el encuentro con Cristo en los sacramentos de la penitencia y la

Eucaristía» (Cristo al centro, n. 851).

¡Venga tu Reino!

agosto 24

Evangelio Del santo Evangelio según san Juan 1, 45-51

En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José». Natanael replicó: «¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?» Felipe le contestó: «Ven y lo verás».

Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: «Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez». Natanael le preguntó: «¿De dónde me conoces?» Jesús le respondió: «Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera». Respondió Natanael: «Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el rey de Israel». Jesús le contestó: «Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver». Después añadió: «Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Jesús, como buen hermano y amigo, no te cansas de llamarme por diversos medios. Me insistes en la conversión del corazón, pues sólo el corazón decidido a convertirse aprende a orar en la fe. Ayúdame en esta meditación a disponer mi corazón para hacer la voluntad de tu Padre. Petición

Señor, concédeme buscar la santidad a través de la experiencia de tu presencia en mi vida. Meditación

Necesidad de una experiencia personal.

«El caso de Natanael nos sugiere otra reflexión: en nuestra relación con Jesús, no tenemos que contentarnos sólo con las palabras. Felipe, en su respuesta, presenta a Natanael una invitación significativa: “Ven y lo verás”. Nuestro conocimiento de Jesús tiene necesidad sobre todo de una experiencia viva: el testimonio de otra persona es ciertamente importante, pues normalmente toda nuestra vida cristiana comienza con el anuncio que nos llega por obra de uno o de varios testigos. Pero nosotros mismos tenemos que quedar involucrados personalmente en una relación íntima y profunda con Jesús […] Las palabras de Natanael presentan un doble y complementario aspecto

de la identidad de Jesús: es reconocido tanto por su relación especial con Dios Padre, del que es Hijo unigénito, como por su relación con el pueblo de Israel, de quien es llamado rey, atribución propia del Mesías esperado». (Benedicto XVI, 4 de octubre de 2006).

Reflexión apostólica

«En virtud de la fuerza de su propio bautismo, todo cristiano puede y debe convertirse en un líder dentro de su ambiente que ayude a sus hermanos a hacer una experiencia personal de Cristo y de la vitalidad de la Iglesia» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 337). Propósito Hacer una visita a Cristo Eucaristía, preferentemente con un familiar o un amigo. Diálogo con Cristo

Jesús, quiero tener un encuentro personal contigo para llegar a ser un instrumento dócil en tus manos, sólo así mi acción será eficaz. Estoy convencido que al comunicarte a los demás estoy cumpliendo con la misión para la cual he sido creado, ¡gracias Señor por tan noble e importante misión!

«La misión brota de una profunda experiencia personal: el encuentro vivo y

transformante con Cristo» (Cristo al centro, n. 1601).

¡Venga tu Reino!

agosto 25

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 24, 42-51

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.

Fíjense en un servidor fiel y prudente, a quien su amo nombró encargado de toda la servidumbre para que le proporcionara oportunamente el alimento. Dichoso ese servidor, si al regresar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que le encargará la administración de todos sus bienes.

Pero si el servidor es un malvado, y pensando que su amo tardará, se pone a golpear a sus compañeros, a comer y emborracharse, vendrá su amo el día menos pensado, a una hora imprevista, lo castigará severamente y lo hará correr la misma suerte de los hipócritas. Entonces todo será llanto y desesperación». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Ven Espíritu Santo, inspírame en esta oración cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres y así mantenerme alerta, cumpliendo siempre, con mucho amor, la misión que me has encomendado.

Petición Jesús, dame la gracia de buscar hoy la santidad en lo ordinario de mi vida. Meditación

Dios está buscándome.

«No se debe apagar en nosotros la inquietud en relación con Dios, el estar en camino hacia Él, para conocerlo mejor, para amarlo mejor. […]. Dios es tan grande que supera siempre infinitamente todo nuestro conocimiento y todo nuestro ser. El conocer a Dios no se acaba nunca. Por toda la eternidad podemos, con una alegría creciente, continuar a buscarlo, para conocerlo y amarlo cada vez más. "Nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti", Sí, el hombre está inquieto, porque todo lo que es temporal es demasiado poco. Pero ¿es auténtica nuestra inquietud por Él? ¿No nos hemos resignado, tal vez, a su ausencia y tratamos de ser autosuficientes?

No permitamos semejante reduccionismo de nuestro ser humanos. Permanezcamos continuamente en camino hacia Él, en su añoranza, en la acogida siempre nueva de conocimiento y de amor» (Benedicto XVI, 21 de abril de 2011).

Reflexión apostólica

«No tengan reparo en hacer saber a sus allegados en peligro de muerte, de manera discreta pero veraz, la realidad de su situación, y ayúdenlos a prepararse para el encuentro definitivo con el Señor por la contrición del corazón y la devota recepción de los sacramentos» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 2969.

Propósito Participar en una Hora Eucarística pidiendo a Cristo por nuestra perseverancia final.

Diálogo con Cristo

Gracias Jesús porque sé que me acompañas en todo momento. Gracias por el don de mi bautismo, por él soy un hombre nuevo y puedo participar de tu vida divina. Te prometo esforzarme por permanecer alerta y preparado, de acuerdo a tu llamada a la santidad. «El amor es más fuerte que la muerte. La caridad vence el odio. Éste es nuestro carisma. Si caminamos por esta senda, el triunfo está asegurado. Y esto, por la presencia viva de

Dios en nuestras vidas» (Cristo al centro, n. 1622).

¡Venga tu Reino!

agosto 26

Evangelio Lectura del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.

A medianoche se oyó un grito: “¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!”. Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: “Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando”. Las previsoras les contestaron: “No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo”.

Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él les respondió: “Yo les aseguro que no las conozco”.

Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor Jesús, enciende la lámpara de mi fe. No permitas que me distraiga en este momento de oración. Que pueda guardar el silencio y la atención necesarios para entrar contigo al gran banquete de bodas, que puede ser esta meditación.

Petición Señor, aumenta mi esperanza para que sepa compartir la llama de mi fe.

Meditación

Vivir el amor no con palabras sino con hechos.

«¿Cómo no recordar la impresionante página evangélica en la que san Mateo nos presenta el encuentro definitivo con el Señor? Al final de la vida, solía repetir san Juan de la Cruz, seremos juzgados en el amor. ¡Cuán necesario es que también hoy,

más aún, especialmente en nuestra época marcada por tantos desafíos humanos y espirituales, los cristianos proclamen con obras el amor misericordioso de Dios! Todo bautizado debería ser un “Evangelio viviente”. En efecto, muchas personas que no acogen fácilmente a Cristo y sus exigentes enseñanzas son, sin embargo, sensibles al testimonio concreto de la caridad. El amor es un lenguaje que llega directamente al corazón y lo abre a la confianza. Os exhorto, pues, como san Pedro a los primeros cristianos, a estar siempre dispuestos “a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza”» (Benedicto XVI, 10 de febrero de 2007).

Reflexión apostólica

«La Iglesia siempre ha entendido que la oración forma parte esencial del apostolado, según la bella expresión de santo Tomás de Aquino: «Comunicar a los demás lo que primeramente se ha contemplado». La oración, en cuanto es experiencia del amor de Dios, está en el centro del anuncio del Evangelio» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 109).

Propósito Revisar el tiempo y la actitud que tengo diariamente en mi oración personal. Diálogo con Cristo

Jesús, qué diferente es mi vida cuando me esfuerzo por vivir alerta y en clave de tu amor. Cuando veo todo desde el plano de la fe: las cosas, las relaciones familiares y sociales, todo se transforma y se vuelve relativo de cara a la eternidad. Ayúdame a vivir pensando en el cielo que me has prometido y que puedo empezar a disfrutar si soy fiel a tu Amor. «Orar y rezar es amor. Y es esa convivencia plena, diaria, continua, de día y de noche

con el gran Amigo que llevamos en el corazón, con Cristo. ¡Eso es!» (Cristo al centro, n. 1700).

¡Venga tu Reino!

agosto 27

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.

El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor”.

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado”. Su señor le dijo: “Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte den la alegría de tu señor”.

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo: “Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.

El señor le respondió: “Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera yo con intereses? Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene.

Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Señor, quiero iniciar mi oración dándote gracias por todos los talentos con los que has enriquecido mi vida, empezando por el más importante, después de la vida misma: mi bautismo. Ven, ilumina mi oración para saber estar siempre listo, esforzándome para multiplicar los talentos que me has dado.

Petición Concédeme Señor que nunca te tenga temor, Tú eres quien más me amas.

Meditación

Espíritu de responsabilidad con el que se debe acoger el reino de Dios.

«El hombre de esta parábola representa a Cristo mismo; los siervos son los discípulos; y los talentos son los dones que Jesús les encomienda. Por tanto, estos dones, no sólo representan las cualidades naturales, sino también las riquezas que el Señor Jesús nos ha dejado como herencia para que las hagamos fructificar: su Palabra, depositada en el santo Evangelio; el Bautismo, que nos renueva en el Espíritu Santo; la oración —el "padrenuestro"— que elevamos a Dios como hijos unidos en el Hijo; su perdón, que nos ha ordenado llevar a todos; y el sacramento de su Cuerpo inmolado y de su Sangre derramada. En una palabra: el reino de Dios, que es él mismo, presente y vivo en medio de nosotros […] Lo que Cristo nos ha dado se multiplica dándolo. Es un tesoro que hemos recibido para gastarlo, invertirlo y compartirlo con todos: responsabilidad con Dios y con la humanidad» (Benedicto XVI, 16 de noviembre de 2008).

Reflexión apostólica

«Éstas son las metas espirituales que el Movimiento Regnum Christi propone a sus miembros para alcanzar la santidad cristiana y aportar una ayuda eficaz a la extensión del Reino de Cristo en el mundo. No todos avanzarán con igual profundidad y rapidez: Dios lleva a cada alma a su propio ritmo, según su Voluntad inescrutable y también según la correspondencia de cada alma a la gracia» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 312). Propósito Hacer una visita al Santísimo para agradecerle todos los dones que he recibido.

Diálogo con Cristo

Jesús, ayúdame a salir de esta meditación convencido de desgastarme en el cumplimiento de mi misión, por amor a Ti y a los demás. Tengo muchos dones que puedo compartir, especialmente el don de mi fe y de mi vocación al Regnum Christi, pero para ello necesito perseverar en tu amor. «Crean en ustedes mismos y no duden de su capacidad, de sus dones, de sus talentos para realizar la misión, a la que han sido llamados por Dios dentro del Movimiento»

(Cristo al centro, n. 1896).

¡Venga tu Reino!

agosto 28

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 16, 21-27

En aquel tiempo, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y trato de disuadirlo, diciéndole: “No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es del de Dios, sino el de los hombres!”.

Luego Jesús dijo a sus discípulos: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?

Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces le dará a cada uno lo que merecen sus obras”. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Jesús, quiero salvar mi vida, pero bien conoces mis apegos a lo pasajero, a las banalidades de esta cultura que me distraen con demasiada facilidad de mi oración y de mi misión. Ayúdame a orar con un corazón contrito por estas infidelidad; ilumíname y concédeme convertirme, hoy, un poco más a tu amor al tomar con gozo los problemas y contrariedades de este día. Petición

Señor, perdona mis pecados y dame tu gracia para saber tomar la cruz cotidiana que permitas en mi vida.

Meditación

El signo distintivo de Jesús es la cruz.

«Tomar la cruz significa comprometerse para vencer el pecado que obstaculiza el camino hacia Dios, aceptar diariamente la voluntad del Señor, aumentar la fe sobre todo ante los problemas, las dificultades y el sufrimiento. La santa carmelita Edith Stein nos lo testimonió en un tiempo de persecución […] “Cuanto más densa es la oscuridad

a nuestro alrededor, más debemos abrir el corazón a la luz que viene de lo alto”. También en la época actual son muchos los cristianos en el mundo que, animados por el amor a Dios, toman cada día la cruz, tanto la de las pruebas cotidianas, como la que procura la barbarie humana, que a veces requiere la valentía del sacrificio extremo. Que el Señor nos conceda a cada uno poner siempre nuestra sólida esperanza en él, con la seguridad de que, al seguirlo llevando nuestra cruz, llegaremos con él a la luz de la Resurrección» (Benedicto XVI, 20 de junio de 2010).

Reflexión apostólica

«Los miembros del Regnum Christi siguen a Cristo por la senda de la cruz mediante la práctica fiel de los mandamientos divinos, la entrega generosa a sus deberes de estado y el cumplimiento de los medios de crecimiento espiritual, formativos y de apostolado propios de todo bautizado» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 349) .

Propósito Después de la misa dominical, hacer un momento de oración ante la Santa Cruz.

Diálogo con Cristo

Señor, permite que sea un fiel testigo de tu amor al saber ayudar a mis amigos, a mi familia, a todo el mundo que me rodea, a sobrellevar, con fe y confianza en tu amor, los problemas de su vida.

«El mundo necesita y pide sacerdotes [y fieles] que conozcan su mal y sufran con él. Aquellos cuyos ojos brillen como una esmeralda húmeda a fuerza de esperanza, como

las pupilas de los primerísimos sacerdotes que comenzaron la obra de la Iglesia después de la muerte de Cristo. Aquellos que tienen el alma puesta en el cielo y los

pies sobre la tierra. Aquellos cuyos brazos llevan la cruz de sus hermanos juntamente con la suya»

(Cristo al centro, n. 1906).

¡Venga tu Reino!

agosto 29 EL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA

Evangelio Del santo Evangelio según san Marcos 6, 17-29

En aquel tiempo, Herodes había mandado apresar a Juan el Bautista y lo había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: «No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano». Por eso Herodes lo mandó encarcelar.

Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida, pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado. Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.

La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados. El rey le dijo entonces a la joven: «Pídeme lo que quieras y yo te lo daré». Y le juró varias veces: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».

Ella fue a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?» Su madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo: «Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.

Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Dios mío, reconozco mi debilidad ante «el qué dirán». Tú eres mi Padre, mi Creador, el que me sostiene y me mantiene en la vida. Sin tu gracia no puedo nada y sin la ayuda de tu Espíritu Santo no puedo avanzar. Concédeme hacer esta oración con un gran espíritu de dependencia para ser fuerte ante la tentación. Petición Jesús, dame fortaleza y sabiduría para ser un testigo fiel de tu amor.

Meditación

¿De dónde nace la fuerza para afrontar el martirio?

«De la profunda e íntima unión con Cristo, porque el martirio y la vocación al martirio no son el resultado de un esfuerzo humano, sino la respuesta a una iniciativa y a una llamada de Dios; son un don de su gracia, que nos hace capaces de dar la propia vida por amor a Cristo y a la Iglesia, y así al mundo. Si leemos la vida de los mártires quedamos sorprendidos por la serenidad y la valentía a la hora de afrontar el sufrimiento y la muerte: el poder de Dios se manifiesta plenamente en la debilidad, en la pobreza de quien se encomienda a él y sólo en él pone su esperanza. Pero es importante subrayar que la gracia de Dios no suprime o sofoca la libertad de quien afronta el martirio, sino, al contrario, la enriquece y la exalta: el mártir es una persona sumamente libre, libre respecto del poder, del mundo: una persona libre, que en un único acto definitivo entrega toda su vida a Dios […] En una palabra, el martirio es un gran acto de amor en respuesta al inmenso amor de Dios» (Benedicto XVI, 11 de agosto de 2010).

Reflexión apostólica

«La abnegación es necesaria también en el campo apostólico, pues la misión exige un gran desprendimiento personal para emprender con fruto cualquier iniciativa apostólica, y para arrostrar sin desfallecer fatigas, contrariedades e incomprensiones por la causa de Cristo» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 118).

Propósito Ofrecer a Dios un sacrificio que el Espíritu Santo me inspire.

Diálogo con Cristo

Jesús, Tú siempre me das ejemplo de olvido personal, de servicio y de entrega desinteresada. Te pido las fuerzas para no mirar la conveniencia personal, ni que mi esfuerzo sea para agradar lo pasajero. Concédeme el poder imitar siempre ese espíritu de abnegación y entrega de tus mártires. «No tengan miedo al mundo, no tengan miedo a los hombres, no tengan miedo al qué

dirán, no tengan miedo al futuro, no tengan miedo a la entrega, no tengan miedo a Cristo. Abran las puertas de su corazón para que Él los ilumine y los guíe»

(Cristo al centro, n. 2047).

¡Venga tu Reino!

agosto 30

Evangelio Del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.

El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra». Palabra del Señor.

Oración introductoria

Jesús, concédeme iniciar esta meditación con un gran deseo de poder experimentar tu cercanía porque ése es el mayor tesoro que puedo tener y por el que vale la pena renunciar a todo lo demás. Quiero corresponderte con todas mis fuerzas y agradarte en todo. Petición Dios mío, dame la gracia de amarte más el día de hoy y de crecer en la santidad.

Meditación

Encuentren en Cristo su tesoro.

«El Espíritu Santo quiere la unidad, quiere la totalidad. Por eso, su presencia se demuestra finalmente también en el impulso misionero. Quien ha encontrado algo verdadero, hermoso y bueno en su vida —el único auténtico tesoro, la perla preciosa— corre a compartirlo por doquier, en la familia y en el trabajo, en todos los ámbitos de su existencia. Lo hace sin temor alguno, porque sabe que ha recibido la filiación adoptiva; sin ninguna presunción, porque todo es don; sin desalentarse, porque el Espíritu de Dios precede a su acción en el "corazón" de los hombres y como semilla en las culturas y religiones más diversas. Lo hace sin confines, porque es portador de una buena nueva destinada a todos los hombres, a todos los pueblos.

Queridos amigos, os pido que seáis, aún más, mucho más, colaboradores en el ministerio apostólico universal del Papa, abriendo las puertas a Cristo» (Benedicto XVI, 3 de junio de 2006).

Reflexión apostólica

«Uno de los primeros deberes de todo cristiano es tomar conciencia del tesoro de su propio compromiso bautismal, que conlleva el llamado de Dios a la perfección del amor mediante la santidad de vida y la entrega al apostolado. Antes que tarea, la vocación cristiana es un don destinado a crecer y desarrollarse, por su fuerza intrínseca, hasta alcanzar su plena madurez» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 272). Propósito Participar con mi oración, y de ser posible con mi colaboración, en las misiones. Diálogo con Cristo

Gracias, Padre mío, por mostrarme qué es lo que vale la pena en esta vida. Convénceme de que la auténtica santidad está en el amor, en el ejercicio continuo de la caridad. Ayúdame a ser santo desde ahora para aprovechar la vida atesorando los bienes que me lleven a crecer en el amor.

«Vive tu vida siempre con gran esperanza. Tienes tesoros que conoces pero que te olvidas de mirar, de apreciar y de poner en acción»

(Cristo al centro, n. 506).

¡Venga tu Reino!

agosto 31

Evangelio Del santo Evangelio según san Lucas 4, 38-44

En aquel tiempo, Jesús salió de la sinagoga y entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron a Jesús que hiciera algo por ella. Jesús, de pie junto a ella, mandó con energía a la fiebre, y la fiebre desapareció. Ella se levantó enseguida y se puso a servirles.

Al meterse el sol, todos los que tenían enfermos se los llevaron a Jesús y Él, imponiendo las manos sobre cada uno, los fue curando de sus enfermedades. De muchos de ellos salían también demonios que gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero Él les ordenaba enérgicamente que se callaran, porque sabían que Él era el Mesías.

Al día siguiente se fue a un lugar solitario y la gente lo andaba buscando. Cuando lo encontraron, quisieron retenerlo, para que no se alejara de ellos; pero Él les dijo: «También tengo que anunciarles el Reino de Dios a las otras ciudades, pues para eso he sido enviado». Y se fue a predicar en las sinagogas de Judea. Palabra del Señor.

Oración introductoria

Jesús, ilumíname en esta oración para saber cómo acercarme a Ti, con la confianza en que sólo Tú puedes sanar todo lo que necesita ser curado en mi vida. Petición Jesús, dame la fuerza de voluntad y la fe para recurrir a Ti en todas mis necesidades. Meditación

Cristo es solidario con los que sufren.

«Él revela a quienes padecen el lugar que tienen en el corazón de Dios y en la sociedad. El evangelista nos ofrece como ejemplo la curación de la suegra de Pedro. Dice que le hablan a Jesús de la enferma sin más preámbulos, y "Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó"[…] Vemos a Jesús pasar un día con los enfermos para confortarlos. Así, con gestos concretos, nos manifiesta su ternura y bondad para con todos los que tienen el corazón roto y el cuerpo herido […] Deseo portaros a todos vosotros, probados por la enfermedad y el dolor, así como a vuestras familias, un poco de consuelo de parte del Señor, renovaros mi cercanía e invitaros a dirigiros a Cristo y a María, que Él nos ha dado como Madre. Ella conoció el dolor y siguió a su Hijo en el

camino del Calvario, guardando en su corazón el mismo amor que Jesús vino a traer a todos los hombres» (Benedicto XVI, 20 de marzo de 2009).

Reflexión apostólica

«Compartan con las generaciones más jóvenes su sabiduría y experiencia de vida, y esmérense por ser fieles transmisores de las tradiciones cristianas que tanto enriquecen el hogar. Por su parte, los familiares de los ancianos o enfermos procuren tratarlos con paciencia, bondad y comprensión. Bríndenles atención y aprecio. No permitan que se consideren como una carga insoportable o seres inútiles. Atiéndanles lo mejor posible y no omitan esfuerzo para que se sientan acogidos, amados y tenidos en cuenta» (Manual del miembro del Regnum Christi, n. 294).

Propósito Llevar el consuelo y aliento a un enfermo poco visitado.

Diálogo con Cristo

Jesús, no permitas que sueñe con ser un gran discípulo y misionero sin tener la capacidad de acercarme al que sufre. Dame la generosidad de tu santísima Madre para tener un verdadero espíritu de sacrificio y desprendimiento, de tal manera que dedique lo mejor de mí, a la vocación que me has dado.

«Aun en la soledad más triste, en la enfermedad más dura, en la pena moral más

amarga, el alma que cree y vive de acuerdo con esa fe se siente íntimamente feliz» (Cristo al centro, n. 712).