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NOVIEMBRE 2013

¡Venga tu Reino!

noviembre 01 Oración introductoria

Señor, el hecho de poder tener este momento de diálogo contigo me llena de alegría. Te suplico humildemente, por intercesión de todos los santos, que esta oración me dé la sabiduría para comprender que la meta de mi vida debe ser alcanzar la santidad, recorriendo el camino seguro de las bienaventuranzas. Petición

Jesús, dame la fortaleza para luchar permanentemente por mi santidad en mi vida cotidiana, con mi familia, en mi trabajo o estudio, en el apostolado. Del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”. Palabra del Señor. Meditación La nueva ley que el Señor nos trae. «Estas Bienaventuranzas sólo se entienden si uno tiene el corazón abierto, se entienden por la consolación del Espíritu Santo, no se pueden entender sólo con la inteligencia humana. Son los nuevos mandamientos. Pero si nosotros no tenemos el corazón abierto al Espíritu Santo, parecerán tonterías. Ser pobres, ser humildes, ser misericordiosos no parece algo que te lleve al éxito. Si no tenemos el corazón abierto y si no hemos saboreado aquella consolación del Espíritu Santo, que es la salvación, esto no se entiende. Ésta es la ley para

aquellos que han sido salvados y que han abierto su corazón a la salvación. Ésta es la ley de los libres, con aquella libertad del Espíritu Santo. Una persona puede regular su vida, acomodarla en un elenco de mandamientos o procedimientos meramente humanos. Pero esto a la larga no nos lleva a la salvación, sólo el corazón abierto nos lleva a la salvación» (cf S.S. Francisco, 10 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Reflexionar con mi familia la vida de un santo de mi elección, haciendo hincapié en cómo vivió las bienaventuranzas. «Los santos no los hacen los hombres; es Dios quien hace un santo de cada alma que se le

presta» (Cristo al centro, n. 2000).

¡VTR!

noviembre 02 Oración introductoria

Jesucristo, hoy que celebramos a los difuntos, te pido la luz para poder contemplar, con mi corazón y con mi mente, el misterio de tu pasión, muerte y resurrección. Acompáñame muy de cerca en esta oración para que me identifique con tus sentimientos y sepa imitar tu seguimiento fiel a la voluntad del Padre. Petición

Jesús, dame la gracia de seguirte con disponibilidad a donde quieras llevarme, incluso si me llevas hasta la cruz y al desprendimiento de mí mismo. Del santo Evangelio según san Lucas 23, 44-46. 50. 52-53; 24, 1-6

Era casi el mediodía, cuando las tinieblas invadieron toda la región y se oscureció el sol hasta las tres de la tarde. El velo del templo se rasgó a la mitad. Jesús, clamando con voz potente, dijo: “¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!”. Y dicho esto, expiró.

Un hombre llamado José, consejero del sanedrín, hombre bueno y justo, presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Lo bajó de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca, donde no había puesto a nadie todavía.

El primer día después del sábado, muy de mañana, llegaron las mujeres al sepulcro, llevando los perfumes que habían preparado. Encontraron que la piedra ya había sido retirada del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

Estando ellas todas desconcertadas por esto, se les presentaron dos varones con vestidos resplandecientes. Como ellas se llenaron de miedo e inclinaron el rostro a tierra, los varones del dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”. Palabra del Señor. Meditación Jesús es el HOY eterno de Dios. «Encuentran la tumba vacía, el cuerpo de Jesús no está allí, algo nuevo ha sucedido, pero todo esto todavía no queda nada claro: suscita interrogantes, causa perplejidad, pero sin ofrecer una respuesta. Y he aquí dos hombres con vestidos resplandecientes, que dicen: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado”. Lo que era un simple gesto, algo hecho ciertamente por amor – el ir al sepulcro –, ahora se transforma en acontecimiento, en un evento que cambia verdaderamente la vida. Ya nada es como antes,

no sólo en la vida de aquellas mujeres, sino también en nuestra vida y en nuestra historia de la humanidad. Jesús no está muerto, ha resucitado, es el Viviente. No es simplemente que haya vuelto a vivir, sino que es la vida misma, porque es el Hijo de Dios, que es el que vive. Jesús ya no es del pasado, sino que vive en el presente y está proyectado hacia el futuro, Jesús es el “hoy” eterno de Dios» (S.S. Francisco, 30 de marzo de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito Rezar un rosario para pedir por las almas en el purgatorio. «No te dejes envolver por el desaliento que es hijo del demonio y que siempre termina en la

desesperación. Ábrete a la alegría de Dios que es un Dios de vivos y no de muertos» (Cristo al centro, n. 461).

¡VTR!

noviembre 03 Oración introductoria

Señor, Tú dijiste que habías venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido. Jesús, yo soy uno de ésos. Sin Ti, nada puedo, estoy perdido. Ven, Señor, que esta oración renueve en mí todo lo que está decaído, corrija todo aquello que necesito cambiar, transforme lo que haya en mi vida que no sea conforme a tu Evangelio. Petición

Jesús, dame la astucia para saber buscarte y la generosidad para poder imitar a Zaqueo, que supo corresponder a tu amor al poner sus bienes a tu servicio. Del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y ricos, trataba de conocer a Jesús; pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”.

Él bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”.

Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Palabra del Señor. Meditación Celebrar la misericordia de Dios. «Luego viene un segundo momento: la fiesta. El Señor hace fiesta con los pecadores. Se celebra la misericordia de Dios, que cambia la vida. Después de estos dos momentos, el estupor del encuentro y la fiesta, viene el trabajo diario, el anuncio del evangelio. Este trabajo debe ser alimentado con el recuerdo de aquel primer encuentro, de aquella fiesta. Y esto no es un momento, es un tiempo: hasta el final de la vida. La memoria. ¿Memoria de qué? ¡De aquellos hechos! ¡De ese encuentro con Jesús que cambió mi vida! ¡Cuando tuvo misericordia! Que ha sido muy bueno conmigo y también me dijo: “¡Invita a tus amigos pecadores, para que hagamos fiesta!”. Ese recuerdo le da fuerza a Zaqueo para seguir

adelante. “¡El Señor me ha cambiado la vida! ¡Me encontré con el Señor!”. Recordar siempre. Es como soplar sobre las brasas de aquella memoria, ¿verdad? Soplar para mantener el fuego, siempre» (cf S.S. Francisco, 5 de julio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Poner en mi agenda la fecha de mi próxima confesión y prepararla con un buen examen de conciencia.

«Cristo en su actitud con la Samaritana, con Zaqueo, con la adúltera o con la Magdalena, obra siempre con bondad y comprensión»

(Cristo al centro, n. 1450).

¡VTR!

noviembre 04 Oración introductoria

Dios mío, reconozco mi pobreza y mi nada, Tú eres mi Rey, mi Padre, mi Creador, quien me sostiene y me mantiene en la vida. Sin tu gracia no puedo nada y sin la ayuda del Espíritu Santo no puedo avanzar en mi camino a la santidad. Petición

Jesús, haz mi corazón humilde para hacer esta oración con un gran espíritu de sencillez, apoyándome sólo en tu gracia. Del santo Evangelio según san Lucas 14, 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado.

Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tiene con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”. Palabra del Señor. Meditación Llevar adelante la gracia no es fácil. «Tenemos que decirnos la verdad: la labor de evangelizar, de llevar adelante la gracia gratuitamente no es fácil, porque no estamos nosotros solos con Jesucristo; existe también un adversario, un enemigo que quiere tener a los hombres separados de Dios. Y por eso instila en los corazones la desilusión, cuando no vemos recompensado enseguida nuestro compromiso apostólico. El diablo cada día arroja en nuestros corazones semillas de pesimismo y amargura, y uno se desanima, nos desanimamos. “¡No sale! Hemos hecho esto, no sale; hemos hecho lo otro y no funciona. Y mira esa religión cómo atrae a tanta gente y nosotros no”. Es el diablo que introduce esto. Debemos prepararnos para la lucha espiritual. Esto es importante. No se puede predicar el Evangelio sin esta lucha espiritual: una lucha de todos los días contra la tristeza, contra la amargura, contra el pesimismo; ¡una lucha de todos los días! Sembrar no es fácil. Es más bello cosechar, pero sembrar no es fácil, y esta es la lucha de todos los días de los cristianos» (S.S. Francisco, 17 de junio de 2013).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito Sonreír a esa persona que tiendo a ignorar porque no me interesa su amistad.

«Cristo es el mejor amigo, el que siempre nos soporta y nos perdona olvidando nuestras pequeñas o tremendas ofensas a su amor»

(Cristo al centro, n. 58).

¡VTR!

noviembre 05 Oración introductoria

Señor, además de renovar mi fe, mi esperanza y mi caridad, en este momento de oración quiero agradecerte el que nunca me has dejado solo y que, permanentemente, buscas encontrarte conmigo, a pesar de mi infidelidades. Que esta meditación me ayude a encontrar, comprender y vivir de acuerdo a tu voluntad. Petición Jesús, concédeme la gracia de vivir con autenticidad mi fe católica. Del santo Evangelio según san Lucas 14, 15-24

En aquel tiempo, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: «Dichoso aquel que participe en el banquete del Reino de Dios».

Entonces Jesús le dijo: «Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchas personas. Cuando llegó la hora del banquete, mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque ya todo estaba listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. Uno le dijo: “Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpes”. Otro le dijo: “Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego que me disculpes”. Y otro más le dijo: ‘Acabo de casarme y por eso no puedo ir”.

Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces el señor se enojó y le dijo al criado: “Sal corriendo a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.

Cuando regresó el criado, le dijo: “Señor, hice lo que ordenaste, y todavía hay lugar”. Entonces el amo respondió: “Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa. Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados participará de mi banquete”». Palabra del Señor. Meditación Invitación a construir la Iglesia. «Desearía entonces que nos preguntáramos: ¿cómo vivimos nuestro ser Iglesia? ¿Somos piedras vivas o somos, por así decirlo, piedras cansadas, aburridas, indiferentes? ¿Habéis visto qué feo es ver a un cristiano cansado, aburrido, indiferente? Un cristiano así no funciona; el cristiano debe ser vivo, alegre de ser cristiano; debe vivir esta belleza de formar parte del pueblo de Dios que es la Iglesia. ¿Nos abrimos nosotros a la acción del Espíritu

Santo para ser parte activa en nuestras comunidades o nos cerramos en nosotros mismos, diciendo: “tengo mucho que hacer, no es tarea mía”? Que el Señor nos dé a todos su gracia, su fuerza, para que podamos estar profundamente unidos a Cristo, que es la piedra angular, el pilar, la piedra de sustentación de nuestra vida y de toda la vida de la Iglesia. Oremos para que, animados por su Espíritu, seamos siempre piedras vivas de su Iglesia» (S.S. Francisco, 26 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito Participar en la Eucaristía durante algún día de la semana, no sólo el domingo. «¡Qué sordera hay que padecer para no escuchar la voz del Espíritu Santo que invita,

que motiva y que regala la llave de la felicidad!» (Cristo al centro, n. 817).

¡VTR!

noviembre 06 Oración introductoria

Dios mío, no hay camino más corto y más seguro para alcanzar la felicidad que el conocimiento, amor, imitación y seguimiento de tu Hijo Jesucristo. Humildemente inicio mi oración con el deseo de amarle con un amor ardiente y personal, y que nunca haya nada, ni nadie, más importante para mí. Petición

Señor, te pido me concedas la gracia de saber cargar mi cruz con paciencia, amor y alegría, convencido de que es el medio que me has concedido para amarte y santificarme. Del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33

En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y Él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:

«Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.

Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: “Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar”.

¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.

Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo». Palabra del Señor. Meditación ¿Cómo lograr el desapego de los bienes? «“Es la de uno que tiene verdaderamente la conciencia de llevar a Cristo consigo”, como el bien precioso que hay que comunicar, anunciar, representar. Los bienes, las perspectivas de este mundo, acaban por desilusionar, empujan a no conformarse nunca; el Señor es el bien que no desilusiona, el único que no decepciona. Y esto exige un desapego de uno mismo

que se puede alcanzar sólo con una relación constante con el Señor y la unificación de la vida en torno a Cristo. Y esto se llama familiaridad con Jesús. La familiaridad con Jesucristo debe ser el alimento cotidiano […] porque es el alimento que nace de la memoria del primer encuentro con Él y porque constituye también la expresión cotidiana de fidelidad a su llamada. Familiaridad. Familiaridad con Jesucristo en la oración, en la celebración eucarística, que nunca hay que descuidar» (S.S. Francisco, 21 de junio). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Dedicar hoy unos minutos adicionales a mi oración diaria para contemplar a Cristo Crucificado.

«Tu quisieras ver las conquistas, verte más perfecto, que te vieran más santo. Tal vez estás preocupado por la fachada de tu vida espiritual, mientras que Jesucristo prefiere seguir

cimentando el edificio» (Cristo al centro, n.1790).

¡VTR!

noviembre 07 Oración introductoria

Dios mío, gracias por darme este tiempo para mi oración. Te pido perdón por los momentos en que se me ha olvidado que soy tu hijo. Ayúdame a confiar más en Ti, a abandonarme en todo en tus manos. Quiero apoyarme siempre en Ti porque sé que tu amor y tu fidelidad son inquebrantables. Petición Espíritu Santo, renueva mi confianza y mi fe, fortalece mi amor. Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: «Este recibe a los pecadores y come con ellos».

Jesús les dijo entonces esta parábola: «¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido”. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse.

¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: “Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido”. Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente». Palabra del Señor. Meditación Debéis salir fuera. «No entiendo las comunidades cristianas que están cerradas, en la parroquia. Quiero deciros algo. En el Evangelio es bonito ese pasaje que nos habla del pastor que, cuando vuelve al ovil, se da cuenta de que falta una oveja: deja las 99 y va a buscarla, a buscar una. Pero, hermanos y hermanas, nosotros tenemos una; ¡nos faltan 99! Debemos salir, ¡debemos ir hacia los demás! En esta cultura —digámonos la verdad— tenemos sólo una, ¡somos

minoría! ¿Y sentimos el fervor, el celo apostólico de ir y salir y buscar las otras 99? Esta es una gran responsabilidad y debemos pedir al Señor la gracia de la generosidad y el valor y la paciencia para salir, para salir a anunciar el Evangelio. Ah, esto es difícil. Es más fácil quedarse en casa, con esa única oveja. Es más fácil con esa oveja, peinarla, acariciarla... pero nosotros sacerdotes, también vosotros cristianos, todos: el Señor nos quiere pastores, no peinadores de ovejas; ¡pastores! Y cuando una comunidad está cerrada, siempre con las mismas personas que hablan, esta comunidad no es una comunidad que da vida. Es una comunidad estéril, no es fecunda. La fecundidad del Evangelio viene por la gracia de Jesucristo, pero a través de nosotros, de nuestra predicación, de nuestra valentía, de nuestra paciencia» (S.S. Francisco, 17 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Hoy, ante Jesucristo, voy a revisar mis actividades diarias y semanales, y me aseguraré de que estoy usando mi tiempo eficazmente para extender su Reino en el mundo.

«Jesucristo es profundo. No es la flor de la mañana que se corta y nos entrega a la primera todo su perfume, y pasada la ilusión nos deja con unos pétalos marchitos entre las manos y

una sensación de caducidad y de esperanzas rotas» (Cristo al centro, n. 537).

¡ VTR!

noviembre 08 Oración introductoria

Dios mío, ayúdame a hacer una verdadera meditación, ¡qué sepa escucharte! Señor, creo en Ti, confío en Ti, te amo, y el único deseo de mi vida es amarte hasta el último respiro de mi vida. Haz que esta oración me acerque más a hacer realidad este propósito. Petición

Señor, ayúdame a unirme a Ti a través de todo lo que sucede en mi vida y a agradarte en todo lo que hago. Del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-8

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador’. Entonces el administrador se puso a pensar: ‘¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan’.

Entonces fue llamado uno a uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’ El hombre respondió: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta’. Luego preguntó al siguiente: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’ Éste respondió: ‘Cien sacos de trigo’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y haz otro por ochenta’.

El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz. Palabra del Señor. Meditación Valientes y astutos o tibios… «Abraham y Moisés tuvieron el valor de negociar con el Señor. Una valentía en favor de los otros, a favor de la Iglesia. Cuando la Iglesia pierde la valentía, entra en la Iglesia la atmósfera de la tibieza. Los tibios, los cristianos tibios, sin valor... Eso le hace tanto mal a la Iglesia, porque la tibieza te encierra, empiezan los problemas entre nosotros; no tenemos horizontes, no tenemos valor, ni el valor de la oración hacia el cielo, ni el valor para

anunciar el evangelio. Somos tibios... Pero tenemos el coraje de encerrarnos en nuestras pequeñas cosas, en nuestros celos, en nuestras envidias, en el arribismo, en avanzar de manera egoísta...Todas estas cosas no son buenas para la Iglesia: ¡la Iglesia tiene que ser valiente! Todos tenemos que ser valientes en la oración, desafiando a Jesús. La Iglesia es una comunidad del ''sí'' en lugar del ''no''» (cf S.S. Francisco, 3 de mayo de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Organizarme para dedicar, este sábado o domingo, tiempo al apostolado, aunque algunos miembros de mi familia o amigos me digan que es fanatismo o que me estoy «dejando llevar».

«El apóstol es por definición un hombre de Dios, un hombre de la familia de Dios, un hombre de oración.»

(Cristo al centro, n. 118).

¡VTR!

noviembre 09 Oración introductoria

Señor, te pido me des la gracia de gozar en estos momentos de tu dulce amistad. Dame la capacidad de percibir, en medio de las mil voces que escucho en el mundo, tu voz de Compañero y Amigo que siempre está presente en mi conciencia y siempre habla conmigo. Petición

Señor, concédeme fraguar toda mi felicidad en amarte a Ti y a los demás con el mismo amor auténtico, fiel y respetuoso con el que me amas. Del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22

Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi padre”. En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.

Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?” Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho. Palabra del Señor. Meditación Una sana locura espiritual. «¡Somos privilegiados! Y el celo apostólico no es un entusiasmo por tener el poder, por tener algo. Es algo que viene de dentro, que el Señor lo quiere de nosotros: un cristiano con celo apostólico. Y ¿de dónde viene este celo apostólico? Viene del conocimiento de Jesucristo. Pablo ha encontrado a Jesucristo, se encontró con Jesucristo, pero no con un conocimiento intelectual o científico –eso es importante, porque nos ayuda--, sino con ese primer

conocimiento, el del corazón, del encuentro personal. Esto es lo que empuja a Pablo a seguir, a proclamar a Jesús siempre. Está siempre en problemas, pero no en problemas por problemas, sino por Jesús; proclamando a Jesús, estas son las consecuencias. El celo apostólico, subrayó, solo se puede entender en una atmósfera de amor. El celo apostólico tiene algo de locura, pero de locura espiritual, de sana locura» (cf S.S. Francisco, 16 de mayo de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Durante la semana, voy a evitar discutir con los demás, pero no voy aceptar que se hable mal de la Iglesia o de los sacerdotes. «Nunca se han visto con tanta claridad las angustiosas necesidades de nuestra Santa Iglesia,

y la urgencia que hay de venir en su ayuda con un nuevo batallón que sepa defender sus derechos haciendo vivir y practicar los principios cristianos»

(Cristo al centro, n. 1380).

¡VTR!

noviembre 10 Oración introductoria

Señor, el Evangelio nos dice que en aquel tiempo los saduceos se acercaron a Ti para preguntarte sobre la resurrección. Hoy también me acerco yo a Ti para pedirte que renueves mi fe, mi esperanza y mi amor en la vida eterna que me prometes. Petición Dios mío, hazme poner todas mis esperanzas en las alegrías del cielo. Del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-38

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos. El mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?”.

Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.

Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”. Palabra del Señor. Meditación Dios de vivos, no de muertos. «Dios es la fuente de la vida; y gracias a su aliento el hombre tiene vida y su aliento es lo que sostiene el camino de su existencia terrena. Pienso igualmente en la vocación de Moisés, cuando el Señor se presenta como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, como el Dios de los vivos; y, enviando a Moisés al faraón para liberar a su pueblo, revela su nombre: “Yo soy el que soy”, el Dios que se hace presente en la historia, que libera de la esclavitud, de la muerte, y que saca al pueblo porque es el Viviente. Pienso también en el don de los

Diez Mandamientos: una vía que Dios nos indica para una vida verdaderamente libre, para una vida plena; no son un himno al “no”, no debes hacer esto, no debes hacer esto, no debes hacer esto… No. Es un himno al “sí” a Dios, al Amor, a la Vida. Queridos amigos, nuestra vida es plena solo en Dios, porque solo Él es el Viviente» (S.S. Francisco, 16 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Antes o después de la celebración de la Eucaristía, hacer una visita al Sagrario, preferentemente en familia, para dar gracias a Dios por el don de la vida.

«Para los que conocemos y amamos a Cristo el dolor es un accidente y lo mismo la vida larga o corta. Sabemos que Él es nuestra vida y con su resurrección vencemos a la misma

muerte» (Cristo al centro, n. 687).

¡VTR!

noviembre 11 Oración introductoria

Señor, antes de comenzar mi meditación te pido me concedas perdonar de corazón esas ofensas que me han herido o molestado; desde lo más pequeño hasta lo más grande. Jesús, no permitas que el resentimiento, el enojo o la ira dominen mi interior. Permite que esta oración me dé la luz para saber transformar ese resentimiento en una ofrenda de amor a Ti. Petición

Jesús, dame un corazón misericordioso como el tuyo y la gracia de perdonar, para poder ser perdonado por Ti. Del santo Evangelio según san Lucas 17, 1-6

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado.

Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo».

Los apóstoles dijeron entonces al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor les contestó: «Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y los obedecería». Palabra del Señor. Meditación Si no perdonamos, tampoco el Padre nos perdonará. «Jesús, después de habernos enseñado el Padrenuestro, subraya que si no perdonamos a los demás, tampoco el Padre perdonará nuestros pecados. Es muy difícil perdonar a los demás, verdaderamente es muy difícil, porque siempre tenemos aquel pesar dentro. Pensamos: "Me lo hiciste, espera un poco..., para devolverle el favor que me has hecho". Oh no, no se puede orar con enemigos en el corazón, con hermanos y enemigos en el corazón. Esto es difícil, sí, es difícil, no es fácil. “Padre, no puedo decir Padre, no me viene”. Es cierto, yo lo entiendo. “No puedo decir nuestro, porque este me hizo esto, eso y...” ¡No se puede! “Estos deben de ir al infierno, ¿no? ¡No son de los míos!”. Es cierto, no es fácil. Pero Jesús nos ha prometido el Espíritu Santo: Él es quien nos enseña, desde dentro, desde el corazón, como

decir “Padre” y cómo decir “nuestro”. Pidamos hoy al Espíritu Santo que nos enseñe a decir “Padre” y a poder decir “nuestro”, haciendo la paz con todos nuestros enemigos» (cf S.S. Francisco, 20 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Esforzarme y pedir al Espíritu Santo la gracia para tener una mejor actitud con aquellas personas «difíciles» que no he sabido acoger o perdonar. «Con la bondad estén seguros que conquistaremos el mundo para el Corazón de Jesús; Él a su paso por este mundo arrastró a las multitudes porque se hizo todo para todos; fue bueno

con todos; perdonó y amó a todos de la misma manera» (Cristo al centro, n. 151).

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noviembre 12 Oración introductoria

Señor, no quiero ser un siervo inútil e infiel, pero soy débil y sin tu gracia me siento perdido. Aumenta mi fe, mi esperanza y mi caridad. Envía tu Espíritu Creador para que me guíe en este rato de oración. Petición

Jesús, dame la gracia de vivir con un espíritu de servicio profundo, y que cuando haya servido, esté convencido, en lo profundo de mi corazón, que sólo he hecho lo que tenía que hacer. Del santo Evangelio según san Lucas 17, 7-10

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: “Entra enseguida y ponte a comer”? ¿No le dirá más bien: “Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú”? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?

Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: “No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer”». Palabra del Señor. Meditación Orar para no perder la fe. «¿Rezamos por la Iglesia, pero por toda la Iglesia? ¿Por nuestros hermanos y hermanas que no conocemos, que están por todas partes del mundo? Es la Iglesia del Señor, y nosotros en nuestra oración le decimos al Señor: Señor, mira a tu Iglesia... Es tuya. Tu Iglesia son nuestros hermanos. Esta es una oración que tenemos que hacer desde el corazón, cada vez más. Es fácil orar pidiendo una gracia al Señor, para dar las gracias o cuando necesitamos algo. Pero fundamentalmente es orar al Señor por todos, por los que han recibido el mismo bautismo, diciendo: "Son los tuyos, son los nuestros, protégelos". Encomendar al Señor la Iglesia, es una oración que hace crecer la Iglesia. Es también un acto de fe; no podemos hacer nada, somos siervos pobres --todos--, de la Iglesia. Él es quien puede mantenerla en marcha y hacerla crecer, hacerla santa, defender, protegerla del príncipe de este mundo y de lo que él quiere que la Iglesia se convierta: en más y más mundana» (cf S.S. Francisco, 30 de abril de 2013).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

En lugar de quejarme o desalentarme, la próxima vez que me encuentre con una decepción o contradicción, la voy a ofrecer con alegría a Cristo.

«No somos siervos sino amigos. Obedecemos por amor» (Cristo al centro, n. 1694).

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noviembre 13 Oración introductoria

Inicio mi meditación, Señor, pidiéndote perdón por no corresponder ni agradecer, como debiera, tantas gracias recibidas. ¡Gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra por el don de tu amistad, de tu gracia y de tu misericordia! Concédeme el don de conocer a tu Hijo Jesucristo, pues éste es el don más grande al que puedo aspirar en mi vida. Petición Señor, dame un corazón agradecido contigo y con los demás. Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19

En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: «¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!» Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes». Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: «¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?» Después le dijo al samaritano: «Levántate y vete. Tu fe te ha salvado». Palabra del Señor. Meditación Olvidar el pasado. «Jesús nos dice que, o se sigue el Reino de Dios o a las riquezas y a las preocupaciones mundanas. En el Bautismo somos elegidos en el amor, por Él, tenemos un Padre que nos puso en camino. Y así, el futuro también es alegre, porque caminamos hacia una promesa. El Señor es fiel, Él no defrauda, y por lo tanto estamos llamados a hacer lo que podemos, sin decepción, sin olvidar que tenemos un Padre en el pasado que nos ha elegido. Las riquezas y las preocupaciones, advirtió, son las dos cosas que nos hacen olvidar nuestro pasado, que nos hacen vivir como si no tuviéramos un Padre. Olvidar el pasado, no aceptar el presente, desfigurar el futuro: esto es lo que hacen las riquezas y las preocupaciones. El Señor nos dice: '¡Pero, no te preocupes! Busquen el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás vendrá'. Pidamos al Señor la gracia de no equivocarnos con las preocupaciones, con la idolatría de la

riqueza y siempre tener memoria de que tenemos un Padre que nos ha elegido, recordar que este Padre nos promete algo bueno, que es caminar hacia aquella promesa y tener el valor de tomar el presente como viene. ¡Pidamos esta gracia al Señor!» (cf S.S. Francisco, 22 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito Leeré el salmo 103, Dios es amor, para agradecer a Dios los dones que he recibido. «Continúa amando tu hermosa vocación, medita en su grandeza siempre que te sea posible y no dejes de agradecer diariamente a Jesús y a la Virgen Santísima ese don tan rico que te

han hecho» (Cristo al centro, n. 2276).

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noviembre 14 Oración introductoria

Señor, vengo ante Ti para decirte que te amo, que quiero ser fiel y agradarte haciendo realidad el Reino de Dios en mi vida. Tú sabes cuán débil soy y qué pronto te fallo. Te pido perdón sincero por mis faltas y renuevo, delante de Ti, el propósito firme de dedicarme a amarte y a extender tu Reino con la ayuda de tu gracia. Petición Jesús, dame la gracia de extender el Reino de Cristo, en mi vida y en la vida de los demás. Del santo Evangelio según san Lucas 17, 20-25

En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: «¿Cuándo llegará el Reino de Dios?» Jesús les respondió: «El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: “Está aquí” o “Está allá”, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación». Palabra del Señor. Meditación Las dificultades del camino. «Abramos la puerta al Espíritu, dejemos que Él nos guíe, dejemos que la acción continua de Dios nos haga hombres y mujeres nuevos, animados por el amor de Dios, que el Espíritu Santo nos concede. Qué hermoso si cada noche, pudiésemos decir: hoy en la escuela, en casa, en el trabajo, guiado por Dios, he realizado un gesto de amor hacia un compañero, mis padres, un anciano. ¡Qué hermoso! Un segundo pensamiento: «hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios». El camino de la Iglesia, también nuestro camino cristiano personal, no es siempre fácil, encontramos dificultades, tribulación. Seguir al Señor, dejar que su Espíritu transforme nuestras zonas de sombra, nuestros comportamientos que no son según Dios, y lave nuestros pecados, es un camino que encuentra muchos obstáculos, fuera de nosotros, en el mundo, y también dentro de nosotros, en el corazón. Pero las dificultades, las tribulaciones, forman parte del camino para llegar a la gloria de Dios, como para Jesús, que ha sido glorificado en la Cruz; las encontraremos siempre en la vida. No desanimarse. Tenemos la fuerza del Espíritu Santo para vencer estas tribulaciones» (S.S. Francisco, 28 de abril de 2013).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Cuando se me presente, hoy, una contrariedad, en vez de disgustarme, voy agradecer a Dios la gracia de poder manifestarle mi amor al vencer el mal con el bien.

«La voluntad de Dios te dará luz, seguridad, convicciones. Ella es el astro que no se desploma. Ella indica siempre la ruta cierta. Cuando el sentimiento nos presenta nubarrones, dudas, dificultades, nos mantiene la convicción de que nuestra estrella no ha desaparecido:

está en el cielo, detrás de esa noche cerrada» (Cristo al centro, n. 2339).

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noviembre 15 Oración introductoria

Señor, dame la gracia de saber escuchar tu Palabra en la oración, de acogerla en mi corazón con docilidad y de llevarla a la práctica con atención, de modo que mi vida se afiance cada vez más firmemente en la roca de tu amor. Petición

Espíritu Santo, Tú sabes cuánto me cuesta desapegarme de mí mismo. Te pido tu gracia para saber abrirme a tus inspiraciones. Quiero hoy vaciarme un poco más de mí, para que me llenes más con tu amor. Del santo Evangelio según san Lucas 17, 26-37

En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: «Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará. Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada». Entonces, los discípulos le dijeron: «¿Dónde sucederá eso, Señor?» Y Él les respondió: «Donde hay un cadáver, se juntan los buitres». Palabra del Señor. Meditación Mártires cotidianos. «Hay aquí una síntesis del mensaje de Cristo, y está expresado con una paradoja muy eficaz, que nos permite conocer su modo de hablar, casi nos hace percibir su voz... Pero, ¿qué significa “perder la vida a causa de Jesús”? Esto puede realizarse de dos modos: explícitamente confesando la fe o implícitamente defendiendo la verdad. Los mártires son el

máximo ejemplo del perder la vida por Cristo. En dos mil años son una multitud inmensa los hombres y las mujeres que sacrificaron la vida por permanecer fieles a Jesucristo y a su Evangelio. Y hoy, en muchas partes del mundo, hay muchos, muchos, muchos mártires —más que en los primeros siglos—, que dan la propia vida por Cristo y son conducidos a la muerte por no negar a Jesucristo. Esta es nuestra Iglesia. Hoy tenemos más mártires que en los primeros siglos. Pero está también el martirio cotidiano, que no comporta la muerte pero que también es un “perder la vida” por Cristo, realizando el propio deber con amor, según la lógica de Jesús, la lógica del don, del sacrificio. Pensemos: cuántos padres y madres, cada día, ponen en práctica su fe ofreciendo concretamente la propia vida por el bien de la familia» (S.S. Francisco, 23 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Iniciar la novena de Cristo Rey para prepararme espiritualmente a esta celebración. Enlace: http://rc.missionkits.org/regnumchristi/organizacion/Pages/D%C3%ADa-del-Regnum-Christi.aspx

«En el campo de la fe el riesgo no está en la posibilidad de perder, sino en el riesgo de no arriesgarse del todo. Quien se arriesga sin condiciones, gana»

(Cristo al centro, n. 942).

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noviembre 16 Oración introductoria

Señor, quiero alimentar mi amistad contigo por medio de la oración humilde y perseverante. Ayúdame a buscar cumplir tu voluntad sobre mi vida dejando que tu Palabra modele todo mi comportamiento. Aumenta mi confianza y mi amor para no desanimarme ante mis distracciones, ni cuando parece que no estoy logrando nada con mi meditación. Petición

Señor, ¡auméntame la fe!, para que termine de entender la necesidad de orar siempre, sin desanimarme, con la convicción de saber que siempre escuchas una oración humilde, necesitada de tu amor. Del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: «En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: “Hazme justicia contra mi adversario”. Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: “Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no siga molestando”». Dicho esto, Jesús comentó: «Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?» Palabra del Señor. Meditación La oración debe ser valiente. «Cuando hablamos de valor siempre pensamos siempre en la valentía apostólica, de ir y predicar el evangelio, estas cosas... Pero también está la valentía delante del Señor. Esa parresia ante el Señor: ir valientes donde el Señor para pedirle las cosas. Hace reír un poco, y eso está bien, pero me hace reír porque Abraham habla con el Señor de una manera especial, con este valor y uno no lo sabe: se está frente a un hombre que reza o al frente de un comercio fenicio, porque tira sobre el precio, y va, va... E insiste: de cincuenta fue capaz de bajar el precio a diez. Él sabía que no era posible. Solo había un justo: su sobrino, su

primo... pero con ese coraje, con esa insistencia, fue hacia adelante. A veces vamos donde el Señor para pedirle una cosa para una persona, se pide esto y lo otro y luego sigues. Pero aquello no es una oración, porque si quieres que el Señor nos dé una gracia, hay que ir con valentía y hacer lo que hizo Abraham, con aquella insistencia. Es el mismo Jesús quien nos dice que debemos orar, así como la viuda con el juez, como el que va por la noche a llamar a la puerta de su amigo. Con insistencia: Jesús nos enseña así» (cf S.S. Francisco, 1 de julio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Leeré en el Catecismo de la Iglesia Católica los nn. 2558 al 2561, sobre la oración en la vida cristiana. «El hombre contemporáneo, aunque cada vez más dependiente del ambiente y de los demás hombres, guarda secretamente el anhelo de la autosuficiencia. Quizá por eso le es tan difícil

creer; quizá por eso no entiende lo que significa orar, o cuando medita se contenta con dialogar consigo mismo» (Cristo al centro, n. 1299).

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noviembre 17 Oración introductoria

Señor, creo firmemente en tu existencia y en tu amor de Padre. Creo que me amas y me acompañas en todo momento. Mi vida te es conocida. Sabes cuáles son mis debilidades, los problemas y las circunstancias por las que atravieso en este momento. Señor, lo pongo todo en tus manos. Concédeme hacer verdadera oración y salir de esta meditación más unido a tu voluntad. Petición Dios mío, concédeme vivir, crecer y perseverar en mi fe católica hasta el fin. Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-19

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”. Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?” Él les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”. Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles. Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí. Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes. Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, no caerá ningún cabello de la cabeza de ustedes. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”. Palabra del Señor. Meditación El hombre tiene necesidad de la verdad, porque sin ella no puede subsistir.

«El [Evangelio] invita a comprender las vías del Señor, descubriendo en la fidelidad de Dios el plan de sabiduría que gobierna los siglos. San Agustín ha hecho una síntesis de “comprender” y “subsistir” en sus Confesiones, cuando habla de fiarse de la verdad para mantenerse en pie: “Me estabilizaré y consolidaré en ti […], en tu verdad”. Por el contexto sabemos que san Agustín quiere mostrar cómo esta verdad fidedigna de Dios, según aparece en la Biblia, es su presencia fiel a lo largo de la historia, su capacidad de mantener unidos los tiempos, recogiendo la dispersión de los días del hombre. 24. Leído a esta luz, el texto de Isaías lleva a una conclusión: el hombre tiene necesidad de conocimiento, tiene necesidad de verdad, porque sin ella no puede subsistir, no va adelante. La fe, sin verdad, no salva, no da seguridad a nuestros pasos. Se queda en una bella fábula, proyección de nuestros deseos de felicidad, algo que nos satisface únicamente en la medida en que queramos hacernos una ilusión. O bien se reduce a un sentimiento hermoso, que consuela y entusiasma, pero dependiendo de los cambios en nuestro estado de ánimo o de la situación de los tiempos, e incapaz de dar continuidad al camino de la vida» (S.S. Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 23-24). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Planear lo necesario para que la celebración de la Eucaristía dominical sea el momento más importante del día en mi familia.

«Sabiduría, ciencia, tecnología, ayudan, deslumbran, pero no resolverán jamás el problema

y la necesidad fundamental del hombre, amar y ser amado» (Cristo al centro, n. 36).

¡VTR!

noviembre 18 Oración introductoria

Señor Jesús, el día de hoy, en esta oración, te acercas a mi vida. Aquí me tienes, como un mendigo ciego y pobre a la orilla del camino. Tantas cosas y personas pasan por mi vida y mi alma sigue estando sedienta de Ti. ¡Jesús, ten compasión de mí! Señor, ¡haz que vea el gran amor que Tú me tienes! Petición Señor, ¡aumenta mi fe! Concédeme ver la vida desde la perspectiva del amor. Del santo Evangelio según san Lucas 18, 35-43

En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó que era aquello, y le explicaron que era Jesús el nazareno, que iba de camino. Entonces él comenzó a gritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí»! Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» Él le contestó: «Señor, que vea». Jesús le dijo: «Recobra la vista; tu fe te ha curado». Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. Palabra del Señor. Meditación Controladores, en vez de facilitadores de la fe. «Los apóstoles que impiden a la gente acercarse a Jesús no lo hacían por maldad, querían sólo ayudarle, como lo habían hecho aquellos que en Jericó trataron de hacer callar al ciego que, advertido de la presencia de Jesús, gritaba para atraer su atención y hacerse salvar. Era como si hubieran dicho: el protocolo no lo permite: este es la segunda persona de la Trinidad, ¿qué haces? Esto me hace pensar en muchos cristianos... Lo que sucede cuando dos novios que quieren casarse, se presentan en la secretaría de una parroquia y, en vez de apoyo o de felicitaciones, oyen enumerar los costes de la ceremonia o les preguntan si sus documentos están bien. Así a veces estos encuentran la puerta cerrada. De este modo quien tendría la posibilidad de abrir la puerta dando gracias a Dios por este nuevo matrimonio no lo hace, al contrario la cierra. Tantas veces somos controladores de la fe en lugar de ser

facilitadores de la fe de la gente. Es una tentación que tenemos; la de adueñarnos, apropiarnos del Señor» (cf S.S. Francisco, 25 de mayo de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Esforzarme hoy por tener una actitud de apertura y disponibilidad con todas las personas, especialmente con aquellas con las que más se me dificulta convivir.

«La compasión de que nos habla Jesucristo significa el compartir las dificultades y triunfos de nuestros hermanos, participar en sus alegrías y tristezas, hacernos una cosa con ellos en sus

ilusiones más profundas y auténticas» (Cristo al centro, n. 368).

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noviembre 19 Oración introductoria

Jesús, yo como Zaqueo quiero conocerte mejor, pero hay muchas cosas que me lo impiden y me distraen. Hoy vengo a esta oración dispuesto a encontrarme contigo. Mírame, Señor, con ese amor con que miraste a Zaqueo, ven a hospedarte en mi alma, prometo no dejarte ir nunca más. Petición Señor, haz que venga hoy tu salvación a mi alma. Del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa». Él bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador». Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: «Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido». Palabra del Señor. Meditación Servir para conducir a Cristo a los demás. «Por favor, no os canséis de ser misericordiosos. A los enfermos les daréis el alivio del óleo santo, y también a los ancianos: no sintáis vergüenza de mostrar ternura con los ancianos. […] Conscientes de haber sido escogidos entre los hombres y puestos al servicio de ellos en las cosas de Dios, ejerced con alegría perenne, llenos de verdadera caridad, el ministerio de Cristo Sacerdote, no buscando el propio interés, sino el de Jesucristo. Sois Pastores, no funcionarios. Sois mediadores, no intermediarios. Finalmente, al participar en la misión de Cristo, Cabeza y Pastor, permaneciendo unidos a vuestro Obispo, esforzaos por reunir a los fieles en una sola familia para conducirlos a Dios Padre, por medio de Cristo en el Espíritu

Santo. Tened siempre presente el ejemplo del Buen Pastor, que no vino para ser servido, sino para servir, y buscar y salvar lo que estaba perdido» (S.S. Francisco, 21 de abril de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón Propósito

Reconocer ese aspecto de mi vida que no corresponde a un auténtico discípulo y misionero de Cristo. Reflexionar sobre el medio que me puede ayudar a superar ese vicio o debilidad y proponerlo en mi próxima dirección espiritual.

«¡Qué fácil es ser santo! Basta abrir la puerta del corazón y dejar entrar en él a Cristo» (Cristo al centro, n. 1969).

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noviembre 20 Oración introductoria

Señor, te doy las gracias por todos los dones espirituales que me has concedido, particularmente la Redención, la gracia santificante y mi bautismo. No permitas que sea indiferente ante tu gracia, no quiero que haya nada que me separe de Ti; haz que todos los acontecimientos, las dificultades, las cruces y circunstancias que permites en mi vida me acerquen cada vez más a Ti. Concédeme orar hoy con un corazón sincero, para desprenderme de mi voluntad y unirme más a la tuya. Petición

Jesucristo, ayúdame a corresponderte, con generosidad creciente, a todos los dones que he recibido. Del santo Evangelio según san Lucas 19, 11-28

En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, Él les dijo esta parábola: «Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: “Inviertan este dinero mientras regreso”. Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran: “No queremos que éste sea nuestro rey”. Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno. Se presentó el primero y le dijo: “Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas”. Él le contestó: “Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás gobernador de diez ciudades”. Se presentó el segundo y le dijo: “Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas”. Y el señor le respondió: “Tú serás gobernador de cinco ciudades”. Se presentó el tercero y le dijo: “Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado”. El señor le contestó: “Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que yo soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?” Después les dijo a los presentes: “Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez”. Le respondieron: “Señor, ya tiene diez monedas”. Él les dijo: “Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto

a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia”». Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos. Palabra del Señor. Meditación Hoy es el día para hacer el bien. «La segunda parábola, la de los talentos, nos hace reflexionar sobre la relación entre cómo empleamos los dones recibidos de Dios y su retorno, cuando nos preguntará cómo los hemos utilizado. Conocemos bien la parábola: antes de su partida, el señor entrega a cada uno de sus siervos algunos talentos para que se empleen bien durante su ausencia. Al primero le da cinco, al segundo dos y al tercero uno. En el período de ausencia, los primeros dos siervos multiplican sus talentos —son monedas antiguas—, mientras que el tercero prefiere enterrar el suyo y devolverlo intacto al señor. A su regreso, el señor juzga su obra: alaba a los dos primeros, y el tercero es expulsado a las tinieblas, porque escondió por temor el talento, encerrándose en sí mismo. Un cristiano que se cierra en sí mismo, que oculta todo lo que el Señor le ha dado, es un cristiano... ¡no es cristiano! ¡Es un cristiano que no agradece a Dios todo lo que le ha dado! Esto nos dice que la espera del retorno del Señor es el tiempo de la acción —nosotros estamos en el tiempo de la acción» (S.S. Francisco, 24 de abril de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito Hoy voy a hacer tres actos ocultos de caridad.

«La santidad no es más que la síntesis armoniosa del desarrollo de los dones naturales y sobrenaturales recibidos de Dios»

(Cristo al centro, n. 2022)

¡VTR!

noviembre 21 Oración introductoria

Señor, si hoy comprendiera en esta oración lo que puede conducirme a vivir en la plenitud de tu amor, ¡sería auténticamente feliz! Abre mis ojos, mis oídos y, sobre todo, mi corazón; aumenta mi fe, acrecienta mi confianza, inflámame de tu amor y ayúdame a aprovechar esta oportunidad que me das para encontrarme contigo en esta meditación. Petición

Jesús, ayúdame a evitar toda distracción en este momento de oración; que sepa guardar el silencio necesario para poder escucharte. Del santo Evangelio según san Lucas 19, 41-44

En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó: «¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba». Palabra del Señor. Meditación Afinar nuestra vida espiritual. «“Señor, ¿a quién iremos?” pregunta el apóstol Pedro, portavoz de los seguidores fieles, ante la incomprensión de muchas de las personas que escuchaban a Jesús, y que habrían querido aprovecharse egoístamente de Él. Al plantearnos esta pregunta también nosotros somos miembros de la Iglesia de hoy, y si bien la pregunta es quizá más titubeante en nuestra boca que en los labios de Pedro, nuestra respuesta, como la del apóstol, puede ser sólo la persona de Jesús, que vivió hace dos mil años y sin embargo, nosotros podemos encontrarlo en nuestro tiempo cuando escuchamos su Palabra y estamos cerca de Él, de modo único, en la Eucaristía. ¡Que la Santa Misa no caiga para nosotros en una rutina superficial! ¡Que tomemos cada vez más de su profundidad! Hay que afinar nuestra vista espiritual por su amor. Es necesario aprender a vivir la Misa, como lo pedía el beato Juan Pablo II, recordando que a esto nos ayuda el hecho de detenernos en adoración ante el Señor eucarístico en el tabernáculo y recibir el Sacramento de la Reconciliación» (cf S.S. Francisco, 10 de junio de 2013).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito Organizarme para tener el tiempo suficiente para participar en una hora eucarística.

«El camino, el libro abierto, es Jesús. Estúdienlo, medítenlo en la oración, en la Eucaristía, ante el Sagrario. Descúbranlo cada día. Ese descubrimiento les irá llevando al amor»

(Cristo al centro, n. 542).

¡VTR!

noviembre 22 Oración introductoria

Señor, el Evangelio nos dice que todo el pueblo estaba pendiente de tus palabras. Concédeme la gracia de saber ponerme completamente a tu escucha. Que tu Palabra ilumine mi mente, mi voluntad, mi conciencia, mi corazón y mi comportamiento, para que en esta oración descubra qué es lo que quieres de mí y cómo puedo amarte mejor en las circunstancias concretas de este día. Petición

Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento para conocer la voluntad de Dios. Hazme gustar y comprender tus inspiraciones. Del santo Evangelio según san Lucas 19, 45-48

Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: «Está escrito: “Mi casa es casa de oración;” pero ustedes la han convertido en “cueva de ladrones”». Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras. Palabra del Señor. Meditación La Iglesia es la casa de Dios. «¿A qué pensamiento nos remite la palabra templo? Nos hace pensar en un edificio, en una construcción. De manera particular, la mente de muchos se dirige a la historia del Pueblo de Israel narrada en el Antiguo Testamento. […] Lo que estaba prefigurado en el antiguo Templo, está realizado, por el poder del Espíritu Santo, en la Iglesia: la Iglesia es la “casa de Dios”, el lugar de su presencia, donde podemos hallar y encontrar al Señor; la Iglesia es el Templo en el que habita el Espíritu Santo que la anima, la guía y la sostiene. Si nos preguntamos: ¿dónde podemos encontrar a Dios? ¿Dónde podemos entrar en comunión con Él a través de Cristo? ¿Dónde podemos encontrar la luz del Espíritu Santo que ilumine nuestra vida? La respuesta es: en el pueblo de Dios, entre nosotros, que somos Iglesia. Aquí encontraremos a Jesús, al Espíritu Santo y al Padre» (S.S. Francisco, 26 de junio de 2013).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Voy a rezar un vía crucis, o una oración especial, por los misioneros que predican el amor de Dios a los demás.

«Dios no nos envía ángeles para que sepamos lo que Él quiere de nosotros. Sin embargo Dios nos manifiesta su voluntad a través de las inspiraciones y deseos que experimentamos en la oración, a través de la voz de nuestra conciencia, a través del director espiritual, o de

una manera más simple, a través de lo ordinario» (Cristo al centro, n. 2237).

¡VTR!

noviembre 23 Oración introductoria

Señor, al comenzar esta meditación te pido acrecientes mi esperanza y mi amor para que esta oración me haga gustar de antemano el gozo de tu presencia, de tu cercanía. Te pido una fe fuerte que no se tambalee ante los problemas que hoy voy afrontar. Petición

Espíritu Santo, fortaléceme con tu gracia, pues necesito de todo tu auxilio y ayuda para que crezca mi fe. Del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-40

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?» Jesús les dijo: «En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado. Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven». Entonces, unos escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien». Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada. Palabra del Señor. Meditación Rezar con el corazón. «En el Evangelio del día están los Saduceos que presentan a Jesús el caso límite de una mujer, viuda de siete hombres, que no hablaban de esta vicisitud con el corazón. Los Saduceos hablaban de esta mujer como si fuera un laboratorio, todo aséptico, todo… Era un caso de moral. Nosotros, cuando pensamos en esta gente que sufre tanto, pensamos como si

fuera un caso de moral, también en las ideas, pero en este caso…, este caso..., ¿o también pensamos con nuestro corazón, con nuestra carne? A mí no me gusta cuando se habla de estas situaciones de manera tan académica y no humana, a veces con las estadísticas... sino sólo allí. En la Iglesia hay tantas personas en esta situación. En estos casos es necesario hacer lo que dice Jesús, rezar por ellos. Ellos deben entrar en mi corazón, ellos deben ser una inquietud para mí: mi hermano sufre, mi hermana sufre. He aquí el misterio de la comunión de los Santos: rezar al Señor: Pero Señor, mira a este, llora, sufre. Rezar, permítanme decirlo, con la carne: que nuestra carne rece. No con las ideas. Rezar con el corazón» (cf S.S. Francisco, 6 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Aprovechar el tiempo libre del sábado para hacer una visita a Cristo en la Eucaristía. Contemplarlo y pedirle que nunca sea yo indiferente al dolor de mis hermanos.

«Más que decirle a Dios: Señor, voy a hacer esto y tienes que ayudarme, decirle simplemente: Señor, ¿qué quieres que haga? Estoy dispuesto a lo que sea tu voluntad»

(Cristo al centro, n. 2330).

¡VTR!

noviembre 24 Oración introductoria

Señor mío, acuérdate de mí. Tú eres mi Dios, mi Señor, mi Redentor. Inicio mi oración ofreciéndote mi libertad, mi voluntad, mi mente y mi corazón. Aleja de mi interior todo aquello que me distraiga; ayúdame a renunciar a mí mismo para dejar que seas Tú el único Rey en mi corazón. Petición

Jesús, ayúdame a luchar todos los días para hacerte reinar más en mi corazón y en el de los demás. ¡Venga tu Reino! Del santo Evangelio según san Lucas 23, 35-43

Cuando Jesús estaba ya crucificado, las autoridades le hacían muecas, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si Él es el Mesías de Dios, el elegido». También los soldados se burlaban de Jesús, y acercándose a Él, le ofrecían vinagre y le decían: «Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había, en efecto, sobre la cruz, un letrero en griego, latín y hebreo, que decía: «Este es el Rey de los judíos». Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús, diciéndole: «Si Tú eres el Mesías, sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro le reclamaba, indignado: «¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros justamente recibimos el pago de lo que hicimos. Pero éste ningún mal ha hecho». Y le decía a Jesús: «Señor, cuando llegues a tu Reino, acuérdate de mí». Jesús le respondió: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso». Palabra del Señor. Meditación Saber reconocer al Señor y aceptar su cruz. «El Señor se toma su tiempo. Pero incluso Él, en esta relación con nosotros, tiene mucha paciencia. No solo nosotros debemos tener paciencia: ¡Él la tiene! ¡Él nos espera! ¡Él nos espera hasta el final de la vida! Pensemos en el buen ladrón, hasta el final, al final reconoció a Dios. El Señor camina con nosotros, pero muchas veces no se deja ver, como en el caso de los discípulos de Emaús. El Señor está involucrado en nuestras vidas, ¡esto es seguro!, pero muchas veces no lo vemos. Esto nos exige paciencia. Pero el Señor que camina con nosotros, Él también tiene mucha paciencia con nosotros. Ese es el misterio de la paciencia de Dios, que al caminar, camina a nuestro ritmo. A veces en la vida las cosas se vuelven

muy oscuras, hay tanta oscuridad allí, que queremos, si estamos en problemas, bajar de la cruz. Es el momento preciso: la noche es más oscura, cuando se aproxima la madrugada. Y siempre cuando nos bajamos de la cruz, lo hacemos cinco minutos antes de que llegue la liberación, en el momento más grande de la impaciencia» (S.S. Francisco, 28 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito En familia, asistir a la celebración Eucarística en honor a Cristo Rey.

«Tenemos que ser decididos y audaces por Cristo nuestro Rey. Tenemos que ganarle un imperio y para esto hay que comenzar dándole un imperio en nuestro corazón»

(Cristo al centro, n. 756).

¡VTR!

noviembre 25 Oración introductoria

Señor, hoy humildemente te suplico dirijas tu mirada y observes mi corazón. Sabes cuánto me cuesta desprenderme de «lo mío», por eso necesito en esta oración que la luz de tu Espíritu Santo me ilumine y fortalezca para darte todo mi amor, todo mi ser, todos mis haberes, con generosidad creciente, porque Tú eres mi único Rey. Petición Señor, enséñame a darlo todo por Ti, y por los demás, con desinterés y caridad. Del santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4

En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: «Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir». Palabra del Señor. Meditación Una Iglesia pobre para los pobres. «Cuando yo iba confesar en la diócesis precedente, venían algunos y siempre hacía esta pregunta: “Pero ¿usted da limosna?”. —“Sí, padre”. “Ah, bien, bien”. Y hacía dos más: “Dígame, cuando usted da limosna, ¿mira a los ojos de aquél a quien da limosna?”. —“Ah, no sé, no me he dado cuenta”. Segunda pregunta: “Y cuando usted da la limosna, ¿toca la mano de aquel a quien le da la limosna, o le echa la moneda?”. Este es el problema: la carne de Cristo, tocar la carne de Cristo, tomar sobre nosotros este dolor por los pobres. La pobreza, para nosotros cristianos, no es una categoría sociológica o filosófica y cultural: no; es una categoría teologal. Diría, tal vez la primera categoría, porque aquel Dios, el Hijo de Dios, se abajó, se hizo pobre para caminar con nosotros por el camino. Y esta es nuestra pobreza: la pobreza de la carne de Cristo, la pobreza que nos ha traído el Hijo de Dios con su Encarnación. Una Iglesia pobre para los pobres empieza con ir hacia la carne de Cristo. Si vamos hacia la carne de Cristo, comenzamos a entender algo, a entender qué es esta pobreza, la pobreza del Señor» (S.S. Francisco, 18 de mayo de 2013).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

De los bienes materiales que poseo, regalar algo que me guste, que sirva y que sepa que va a ayudar a un necesitado.

«Actúa la caridad, que no significa donación de lo que nos sobra, sino entrega generosa y constante de todo lo que somos y tenemos a nuestros hermanos, por Cristo y en Cristo»

(Cristo al centro, n. 387).

¡VTR!

noviembre 26 Oración introductoria

Señor, creo en Ti, confío en tu misericordia y ¡te amo! Quiero encontrarme contigo en esta oración. Por eso te pido la gracia para saber retirarme de mis preocupaciones y poder escuchar lo que hoy me quieres decir. Sólo así averiguaré cómo aprovechar el tiempo que generosamente hoy me regalas. Petición

Señor, concédeme la gracia de afianzar mi vida en Ti de un modo definitivo. Que no haya nada más importante que Tú. Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11

En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que la adornaban, Jesús dijo: «Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando: todo será destruido». Entonces le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?» Él les respondió: «Cuídense que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: “Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado”. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin». Luego les dijo: «Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles». Palabra del Señor. Meditación Este tiempo inmediato. «La historia humana comienza con la creación del hombre y la mujer a imagen y semejanza de Dios y concluye con el juicio final de Cristo. A menudo se olvidan estos dos polos de la historia, y sobre todo la fe en el retorno de Cristo y en el juicio final a veces no es tan clara y firme en el corazón de los cristianos. Jesús, durante la vida pública, se detuvo frecuentemente en la realidad de su última venida. […]Ante todo recordemos que, con la Ascensión, el Hijo de Dios llevó junto al Padre nuestra humanidad que Él asumió y quiere atraer a todos hacia sí, llamar a todo el mundo para que sea acogido entre los brazos

abiertos de Dios, para que, al final de la historia, toda la realidad sea entregada al Padre. Pero existe este “tiempo inmediato” entre la primera venida de Cristo y la última, que es precisamente el tiempo que estamos viviendo» (S.S. Francisco, 24 de abril de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Ante cualquier obstáculo que se me presente hoy, aunque sea pequeño, voy a decir la jaculatoria «Cristo, en Ti confío». «Ante la brevedad de la vida, el cristiano ha de sentir el apremio por hacer rendir al máximo

el tiempo que Dios le concede» (Cristo al centro, n. 2081)

¡VTR!

noviembre 27 Oración introductoria

Espíritu Santo, Dulce huésped de mi alma, ilumina mi oración para ser ese discípulo y misionero que da un testimonio que ilumina y guía a los demás. Ayúdame a ponerte, en este Adviento y en este día, en el centro de toda mi actividad. Petición Señor, dame la gracia de vivir hoy actitudes de auténtica entrega y caridad. Del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí. Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes. Meditación Esa clase media de la santidad de la que todos podemos formar parte. «Pero esto vale para todos: el Evangelio ha de ser anunciado y testimoniado. Cada uno debería preguntarse: ¿Cómo doy yo testimonio de Cristo con mi fe? ¿Tengo el valor de Pedro y los otros Apóstoles de pensar, decidir y vivir como cristiano, obedeciendo a Dios? Es verdad que el testimonio de la fe tiene muchas formas, como en un gran mural hay variedad de colores y de matices; pero todos son importantes, incluso los que no destacan. En el gran designio de Dios, cada detalle es importante, también el pequeño y humilde testimonio tuyo y mío, también ese escondido de quien vive con sencillez su fe en lo cotidiano de las relaciones de familia, de trabajo, de amistad. Hay santos del cada día, los santos “ocultos”, una especie de “clase media de la santidad”, como decía un escritor francés, esa “clase media de la santidad” de la que todos podemos formar parte. Pero en diversas partes del mundo hay también quien sufre, como Pedro y los Apóstoles, a causa del Evangelio; hay quien entrega la propia vida por permanecer fiel a Cristo, con un testimonio marcado con el precio de su sangre. Recordémoslo bien todos: no se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a Dios» (S.S. Francisco, 14 de abril de 2013).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Hoy voy a comentar a alguien, un familiar, amigo, compañero de trabajo, un conocido o un extraño, mi inmensa gratitud y amor a Jesucristo. «En un mundo que va perdiendo el sentido de lo divino, ante la supervaloración de las cosas

materiales, ustedes, con su testimonio de vida, gritan silenciosamente que merece la pena elevar la mirada a las cosas de allá arriba»

(Cristo al centro, n. 2274).

¡VTR!

noviembre 28 Oración introductoria

Señor, te suplico tu gracia para poder estar atento a lo que hoy me quieres decir en mi oración. Permite que sepa aceptar con prontitud la guía y las inspiraciones de tu Espíritu Santo. Dame la sabiduría para poder amar y seguir tu voluntad, así como el don del entendimiento para comprender con profundidad las verdades de mi fe. Petición Jesús, en Ti confío. ¡Aumenta mi esperanza! Del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito. ¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado. Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación». Palabra del Señor. Meditación María sabe escuchar a Dios. «Atención: no es un simple "oír" superficial, sino es “la escucha”, acto de atención, de acogida, de disponibilidad hacia Dios. No es el modo distraído con el cual nosotros nos ponemos delante del Señor o ante los otros: oímos las palabras, pero no escuchamos realmente. María está atenta a Dios, escucha a Dios.

Pero María escucha también los hechos, es decir lee los acontecimientos de su vida, está atenta a la realidad concreta y no se para en la superficie, sino que va a lo profundo, para captar el significado. La pariente Isabel, que es ya anciana, espera un hijo: éste es el hecho. Pero María está atenta al significado, lo sabe comprender: "porque no hay nada imposible para Dios". Esto también vale en nuestra vida: escucha de Dios que nos habla, y también escucha de la realidad cotidiana, atención a las personas, a los hechos, porque el Señor está en la puerta de nuestra vida y golpea en muchos modos, pone señales en nuestro camino; está en nosotros la capacidad de verlos. María es la madre de la escucha, escucha atenta de Dios y escucha también atenta de los acontecimientos de la vida» (S.S. Francisco, 1 de junio de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Iniciar la novena de la Inmaculada Concepción pidiendo su intercesión para saber estar atento a las señales de Dios.

«Dios no habla en el tumulto de impresiones, ni en la disipación. Cuando el alma está en silencio interior y exterior, cuando el alma está recogida dentro de sí, entonces es cuando

Dios habla y cuando el alma puede escucharlo» (Cristo al centro, n. 1704).

¡VTR!

noviembre 29 Oración introductoria

Espíritu Santo, te pido en esta oración el don de ciencia para valorar lo que hoy voy a vivir en relación a mi último fin. Permite que pueda discernir convenientemente para saber lo que debo hacer en cada momento del día, y así, agradarte a Ti y servir a los demás. Petición Señor, dame el don de piedad para encontrar, en mi oración, mi fuente de alegría y paz. Del santo Evangelio según san Lucas 21, 29-33

En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos esta comparación: “Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando ven que empiezan a dar fruto, saben que ya está cerca el verano. Así también, cuando vean que suceden las cosas que les he dicho, sepan que el Reino de Dios está cerca. Yo les aseguro que antes de que esta generación muera, todo esto se cumplirá. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse”. Palabra del Señor. Meditación Anunciar la buena nueva del Reino de Dios. «¿Cuál es la finalidad de este pueblo? El fin es el Reino de Dios, iniciado en la tierra por Dios mismo y que debe ser ampliado hasta su realización, cuando venga Cristo, nuestra vida. El fin, entonces, es la comunión plena con el Señor, la familiaridad con el Señor, entrar en su misma vida divina, donde viviremos la alegría de su amor sin medida, un gozo pleno. Queridos hermanos y hermanas, ser Iglesia, ser pueblo de Dios, según el gran designio de amor del Padre, quiere decir ser el fermento de Dios en esta humanidad nuestra, quiere decir anunciar y llevar la salvación de Dios a este mundo nuestro, que a menudo está desorientado, necesitado de tener respuestas que alienten, que donen esperanza y nuevo vigor en el camino. Que la Iglesia sea espacio de la misericordia y de la esperanza de Dios, donde cada uno se sienta acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio. Y para hacer sentir al otro acogido, amado, perdonado y alentado, la Iglesia debe tener las puertas abiertas para que todos puedan entrar. Y nosotros debemos salir por esas puertas y anunciar el Evangelio» (S.S. Francisco, 12 de junio de 2013).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito

Hoy voy a ayunar. Ofreceré este sacrificio por la salvación eterna de todas las personas que Dios, de alguna manera, ha confiado a mi cuidado.

«El contacto en la fe con el Evangelio es capaz de transformar toda una vida Una escucha atenta de la Palabra de Dios es indispensable para no tener un corazón seco y árido, falto de

amor» (Cristo al centro, n. 2157)

¡VTR!

noviembre 30 Oración introductoria

Señor, ¡ayúdame! Quiero responder con la prontitud que respondieron Pedro y Andrés. Saber dejar a un lado el ajetreo propio de este tiempo cercano a la Navidad para tener un encuentro contigo en mi oración. Petición

Señor, concédeme saber guardar el silencio interior para poder escuchar lo que hoy me quieres decir. Del santo Evangelio según san Mateo 4, 18-22

Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme y los haré pescadores de hombres». Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron. Palabra del Señor. Meditación Dios nos llama por nuestro nombre. «Dios nos acompaña, Dios nos llama por nuestro nombre, Dios nos promete una descendencia. Y esta es un poco la seguridad del cristiano. ¡No es una casualidad, es una llamada! Una llamada que nos hace seguir adelante. Ser cristiano es un llamado de amor, de amistad; una llamada a convertirse en hijo de Dios, hermano de Jesús; a ser fecundo en la transmisión de esta llamada a los demás, a ser instrumentos de esta llamada. Hay tantos problemas, hay momentos difíciles: ¡Jesús ha pasado por tantos! Pero siempre con esa confianza: El Señor me ha llamado. El Señor es como yo. El Señor me ha prometido. Dios es fiel, pues Él nunca puede renegar de sí mismo: Él es la lealtad. Y pensando en esta pasaje donde Abraham es ungido como padre, por primera vez, padre de los pueblos, pensamos también en nosotros que hemos sido ungidos en el Bautismo, y pensamos en nuestra vida cristiana» (cf S.S. Francisco,25 de junio de 2013).

Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior. Propósito Voy hacer una oración especial por el sacerdote que me bautizó. «Dios ha puesto infinitos anhelos en nuestra alma y los ha puesto para saciarla. Lo único que

nos falta es combatir el amor propio hasta sus últimas trincheras, para que seamos instrumentos dóciles en las manos de Dios Nuestro Señor»

(Cristo al centro, n. 662).