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NOVIEMBRE 2014

CON REFLEXIONES DEL PAPA FRANCISCO

¡V.T.R! Evangelios noviembre 2014

1 de noviembre Oración preparatoria Señor Jesús, Tú eres mi Dios y mi Señor. Gracias por darme la oportunidad de poder tener este diálogo de amor contigo. Seguirte, recorrer contigo el camino del amor, no es fácil, pero sé que es el único camino para ser verdaderamente feliz. Petición (gracia/fruto que se busca) Que todos los santos, que hoy celebramos, intercedan ante Dios para que esta oración sea el medio, el camino para vivir las bienaventuranzas. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12 En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

El camino del amor. «Siempre nos hace bien leer y meditar las Bienaventuranzas. Jesús las proclamó en su primera gran predicación, a orillas del lago de Galilea. Había un gentío tan grande, que subió a un monte para enseñar a sus discípulos; por eso, esa predicación se llama el “sermón de la montaña”. En la Biblia, el monte es el lugar donde Dios se revela, y Jesús, predicando desde el monte, se presenta como maestro divino, como un nuevo Moisés. Y ¿qué enseña? Jesús enseña el camino de la vida, el camino que Él mismo recorre, es más, que Él mismo es, y lo propone como camino para la

verdadera felicidad. En toda su vida, desde el nacimiento en la gruta de Belén hasta la muerte en la cruz y la resurrección, Jesús encarnó las Bienaventuranzas. Todas las promesas del Reino de Dios se han cumplido en Él.

Al proclamar las Bienaventuranzas, Jesús nos invita a seguirle, a recorrer con Él el camino del amor, el único que lleva a la vida eterna. No es un camino fácil, pero el Señor nos asegura su gracia y nunca nos deja solos» (S.S. Francisco, Mensaje para el XXIX Jornada Mundial de la Juventud). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) En mis conversaciones de hoy, voy a decir algo relacionado con alguna de las bienaventuranzas para plantar una semilla espiritual en los otros.

«Quien no ha sufrido por un ideal, nunca gustará la dicha que el alcanzarlo proporciona»

(Cristo al centro, n. 616).

2 de noviembre Oración preparatoria Señor, conmemorar a los difuntos me recuerda lo pasajero de mi vida. Por eso inicio mi oración pidiendo perdón por mis caídas, por dejarme atrapar tan fácilmente por los espejismos del mundo. Deseo vivir con el apremio de hacer rendir el tiempo que me concedes para amarte más, a Ti y a los demás. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, ayúdame a que esta meditación me recuerde que la vida es para llegar al día del juicio con las manos llenas de obras de amor para que nunca sea indiferente ante las carencias de los más frágiles y necesitados de misericordia. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.

Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’ Y el rey les dirá: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’.

Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron’.

Entonces ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’ Y él les replicará: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Llamados a cuidar a los más frágiles.

«209. Jesús, el evangelizador por excelencia y el Evangelio en persona, se identifica especialmente con los más pequeños. Esto nos recuerda que todos los cristianos estamos llamados a cuidar a los más frágiles de la tierra. Pero en el vigente modelo “exitista” y “privatista” no parece tener sentido invertir para que los lentos, débiles o menos dotados puedan abrirse camino en la vida. 210. Es indispensable prestar atención para estar cerca de nuevas formas de pobreza y fragilidad donde estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente, aunque eso aparentemente no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos: los sin techo, los tóxico dependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados, etc. Los migrantes me plantean un desafío particular por ser Pastor de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos» (S.S. Francisco, Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 209-210). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Rezar hoy por los difuntos y por las personas más necesitadas de la misericordia divina.

«Se requiere una fe sólida en la misión, en el auxilio divino, en el éxito final, para continuar no apoyados en las propias fuerzas o habilidades, sino en el poder de

Dios» (Cristo al centro, n.492)

3 de noviembre Oración preparatoria Señor, creo en Ti y te busco porque sólo puedo encontrar la felicidad en Ti. Mi gran anhelo es que esta oración me haga digno de colaborar contigo en la extensión de tu Reino, en mi vida personal y en la vida de los demás. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, que sepa abrirte mi corazón en esta meditación y alcanzar la gracia necesaria para vivir hoy la misericordia con todos. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 14, 12-14 En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado.

Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

No esperar recompensas pasajeras. «A quien quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacíos de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo. Hermanos cardenales, Jesús no ha venido para enseñarnos los buenos modales, las formas de cortesía. Para esto no era necesario que bajara del cielo y muriera en la cruz. Cristo vino para salvarnos, para mostrarnos el camino, el único camino para salir de las arenas movedizas del pecado, y este camino de santidad, es la misericordia. La que Él nos ha dado y cada día tiene con nosotros. Ser santos no es un lujo, es necesario para la salvación del mundo. Y esto es lo que el Señor nos pide a nosotros.

Queridos hermanos cardenales, el Señor Jesús y la Madre Iglesia nos piden testimoniar con mayor celo y ardor estas actitudes de santidad» (S.S. Francisco, 23 de febrero de 2014). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo)

Enviaré hoy un mensaje, o llamaré, a esa persona que sé que no tiene familiares ni amistades para visitarla o invitarla a tomar un café. «La fidelidad y la perseverancia son sobre todo obra de ese amor misericordioso que

Dios tiene a nuestra alma. A nosotros nos toca responder con el esfuerzo diario, humilde y generoso.»

(Cristo al centro, n. 1062)

4 de noviembre Oración preparatoria Señor, creo en Ti. Gracias por estar presente para mí. Agradezco que anheles mi presencia a pesar de mi pecado. Antes de la creación del mundo Tú me formaste de la nada para estar aquí hoy, en comunión conmigo. Enviaste a tu Hijo para ayudarme a comprender que, sin importar lo profundo de mi pecado, hay redención para mí. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, gracias por invitarme a tener este momento de oración, la acepto con gusto. Dame la gracia de saber presentarme dignamente ante Ti porque quiero que en mi meditación, y en mi día de hoy, seas Tú lo primero y lo más importante. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 14, 15-24 En aquel tiempo, uno de los que estaban sentados a la mesa con Jesús le dijo: «Dichoso aquel que participe en el banquete del Reino de Dios».

Entonces Jesús le dijo: «Un hombre preparó un gran banquete y convidó a muchas personas. Cuando llegó la hora del banquete, mandó un criado suyo a avisarles a los invitados que vinieran, porque ya todo estaba listo. Pero todos, sin excepción, comenzaron a disculparse. Uno le dijo: “Compré un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me disculpes”. Otro le dijo: “Compré cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego que me disculpes”. Y otro más le dijo: ‘Acabo de casarme y por eso no puedo ir”.

Volvió el criado y le contó todo al amo. Entonces el señor se enojó y le dijo al criado: “Sal corriendo a las plazas y a las calles de la ciudad y trae a mi casa a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.

Cuando regresó el criado, le dijo: “Señor, hice lo que ordenaste, y todavía hay lugar”. Entonces el amo respondió: “Sal a los caminos y a las veredas; insísteles a todos para que vengan y se llene mi casa. Yo les aseguro que ninguno de los primeros invitados participará de mi banquete”». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Invitado a participar, ¿qué respondes? Es la Iglesia de los invitados, estamos invitados a participar en una comunidad con todos. Pero en la parábola narrada por Jesús leemos que los invitados, uno tras otro, empiezan a encontrar excusas para no ir a la fiesta.

¡No aceptan la invitación! Dicen que sí, pero no lo hacen. Ellos son los cristianos que se conforman sólo con estar en la lista de los invitados: cristianos enumerados. Pero esto no es suficiente, porque si no se entra en la fiesta no se es cristiano. ¡Tú estarás en la lista, pero esto no sirve para tu salvación! Entrar en la Iglesia es una gracia; entrar en la Iglesia es una invitación. Y este derecho, no se

puede comprar. Entrar en la Iglesia es hacer comunidad, comunidad de la Iglesia; entrar en la Iglesia es participar de todo aquello que tenemos, de las virtudes, de las cualidades que el Señor nos ha dado, en el servicio del uno para el otro. Además entrar en la Iglesia significa estar disponible para aquello que el Señor Jesús nos pide. En definitiva entrar en la Iglesia es entrar en este Pueblo de Dios, que camina hacia la eternidad. Ninguno es protagonista en la Iglesia: pero tenemos Uno que ha hecho todo. ¡Dios es el protagonista! Todos nosotros vamos detrás de Él y quien no va detrás de Él, es uno que se excusa y no va a la fiesta. (Cf. S.S. Francisco, 5 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) La siguiente vez que me inviten a participar en alguna actividad de mi parroquia, me esforzaré por aceptar. «El desaliento y el pesimismo no nacen de Dios Si Él nos ha creado, nos ha redimido

y nos ha colmado de tantos y tan grandes dones, ¿cómo podría contradecirse invitándonos a hundirnos en la desesperación?»

(Cristo al centro, n. 1368)

5 de noviembre Oración preparatoria Creo en tu amor, por eso espero en Ti. No hay camino más corto y más seguro para alcanzar la felicidad que el conocimiento, el amor, la imitación y el seguimiento de tu Hijo, Jesucristo. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, ayúdame a que esta oración sea el medio para vivir hoy centrado en Ti: trabajar por Ti, sufrir por Ti, gozar por Ti, amar por Ti, servir por Ti. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33 En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y Él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:

«Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.

Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: “Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar”.

¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las condiciones de paz.

Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

El estilo cristiano: tomar la cruz con Jesús. Jesús dice a sus discípulos: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y venga conmigo". Este es el estilo cristiano porque Jesús ha recorrido antes este camino. Nosotros no podemos pensar la vida cristiana fuera de este camino. Siempre está este camino que Él ha hecho antes: el camino de la humildad, el camino también de la humillación, de negarse a uno mismo y después resurgir de nuevo. Este es el camino. El estilo cristiano, sin cruz no es cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana. El estilo cristiano toma la cruz con Jesús y va adelante. No sin cruz, no sin Jesús.

Jesús ha dado el ejemplo y aun siendo igual a Dios, se humilló a sí mismo, y se ha hecho siervo por nosotros. Este estilo nos salvará, nos dará alegría y nos hará fecundos, porque este camino de renegarse a sí mismo es para dar vida, es contra el

camino del egoísmo, de estar apegado a todos los bienes solo para mí... Este camino está abierto a los otros, porque ese camino que ha hecho Jesús, de anonadamiento, ese camino ha sido para dar vida. (Cf. S.S. Francisco, 6 de marzo de 2014, homilía en Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Por amor a la cruz de Cristo, hoy voy a hacer un acto consciente de caridad a esas personas necesitadas que Dios ponga en mi camino. «Ante la cruz de Cristo, los hombres sólo debemos callar, admirar y amar. Ella es el

signo y la fuerza de nuestra confianza en Dios.» (Cristo al centro, n. 638)

6 de noviembre Oración preparatoria Dios mío, el saber que soy tu hijo, que me amas y eres mi Pastor me da seguridad. Me llena de felicidad poder llamarte Padre. Ayúdame a confiar mucho en Ti, a abandonarme en esta oración para poder serte fiel hoy. Petición (gracia/fruto que se busca) Espíritu Santo, renueva mi confianza y mi fe; fortalece mi amor para que esta oración me convierta en ese pastor que cuida, protege y sale a buscar, con ahínco, a sus ovejas. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-10 En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo; por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: «Éste recibe a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo entonces en parábola: « ¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido”. Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse.

¿Y qué mujer hay, que si tiene diez monedas de plata y pierde una, no enciende luego una lámpara y barre la casa y la busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: “Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que se me había perdido”. Yo les aseguro que así también se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se arrepiente. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Nos faltan las 99 ovejas. Algunos cristianos parecen ser devotos de la diosa lamentación. El mundo es el mundo, el mismo que hace cinco siglos atrás y es necesario dar testimonio fuerte, ir adelante pero también soportar las cosas que aún no se pueden cambiar. Con coraje y paciencia a salir de nosotros mismos, hacia la comunidad para invitarlos.

Sean por todas partes portadores de la palabra de vida, en nuestros barrios, dónde haya personas. Queridos hermanos, tenemos una oveja y nos faltan 99, salgamos a buscarlas, pidamos la gracia de salir a anunciar el evangelio. Porque es más fácil quedarse en casa con una sola oveja, peinarla, acariciarla, pero a todos nosotros el Señor nos quiere pastores y no peinadores.

Dios nos dio esta gracia gratuitamente, debemos darla gratuitamente. (Cf. S.S. Francisco, 17 de junio de 2013, homilía en Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hacer, hoy, un balance para analizar cómo tengo organizadas mis actividades y ver si puedo dedicar más tiempo para participar en la evangelización. «Nunca realizará genuinamente su misión el cristiano que no haya logrado parecerse

vitalmente al Buen Pastor.» (Cf. Cristo al centro, n. 1929)

7 de noviembre Oración preparatoria Señor, creo en Ti, confío en Ti, te amo. Mi único deseo en este momento es amarte, abrirte mi corazón y mi mente, quiero que sea tu voluntad la que guíe todas mis actividades de este día. Petición (gracia/fruto que se busca) Dios mío, ayúdame a hacer una verdadera oración en la que sepa escucharte y así sepa ser honesto y diligente en todas mis actividades del día de hoy. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-8 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Había una vez un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Es cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque en adelante ya no serás administrador’. Entonces el administrador se puso a pensar: ‘¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba en su casa, cuando me despidan’.

Entonces fue llamado uno a uno a los deudores de su amo. Al primero le preguntó: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’ El hombre respondió: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta’. Luego preguntó al siguiente: ‘Y tú, ¿cuánto debes?’ Éste respondió: ‘Cien sacos de trigo’. El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y haz otro por ochenta’.

El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

El soborno se convierte en dependencia. Este administrador es un ejemplo de mundanidad. Alguno de ustedes podrían decir: ¡pero, este hombre ha hecho lo que hacen todos! Pero todos, ¡no! Algunos administraciones de empresas, administradores públicos, algunos administradores de gobierno... Quizá no son muchos. Pero es un poco esa actitud del camino más corto, más cómodo para ganarse la vida.

En la parábola del Evangelio el patrón alaba al administrador deshonesto por su 'astucia'. La costumbre del soborno es una costumbre mundana y fuertemente pecadora. Es una costumbre que no viene de Dios: ¡Dios nos ha pedido llevar el pan a casa con nuestro trabajo honesto! Y este hombre, administrador, lo llevaba pero ¿cómo? ¡Daba de comer a sus hijos pan sucio! Y sus hijos, quizá educados en colegios caros, quizá crecidos en ambientes cultos, habían recibido de su padre suciedad como comida, porque su padre, llevando pan sucio a casa, ¡había perdido

la dignidad! ¡Y esto es un pecado grave! Porque se comienza quizá con un pequeño soborno, ¡pero es como la droga eh! La costumbre del soborno se convierte en dependencia. (Cf. S.S. Francisco, 8 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Practicar el desprendimiento de los bienes materiales donando algo que me gusta a la Cáritas parroquial. «No basta hacer el bien, no es suficiente trabajar apostólicamente ni dedicarse con

generosidad y abnegación al establecimiento del Reino de Cristo; hay que empeñarse seriamente por actuar del modo más eficaz.»

(Cristo al centro, n. 159)

8 de noviembre Oración preparatoria Omnipotente Señor, amoroso creador de todas las cosas. Estoy seguro de que por tu gran amor y misericordia hoy vas a actuar en mi vida. Te amo porque, a pesar de que Tú eres Dios todopoderoso, eres humilde y te hiciste uno como yo, para que pueda acercarme a Ti, con confianza, en esta oración. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, humilde pero insistentemente, te suplico que envíes a tu Espíritu Santo para que esta oración me transforme para que seas Tú el centro de mi vida, mi único Señor. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo evangelio según san Lucas 16, 9-15 En aquel tiempo decía Jesús a sus discípulos: "Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en mucho, el que es injusto en lo mínimo, también lo es lo mucho. Si, pues, no fuisteis fiel en el dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os lo dará lo vuestro?

Ningún criado puede servir a dos señores: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero".

Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él. Jesús les dijo: "Vosotros sois los que os la dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que es estimable para los hombres, es abominable ante Dios. Palabra de Dios. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Buen uso de las riquezas. No se puede servir a Dios y al dinero, no se puede: ¡o uno u otro! Y esto no es comunismo ¿eh? ¡Esto es evangelio puro! !Estas son las palabras de Jesús!

El dinero ofrece un cierto bienestar al inicio pero que después te sientes algo importante y llega la vanidad. Y de la vanidad se va a la soberbia, al orgullo. Hay tres peldaños: la riqueza, la vanidad y el orgullo.

El demonio toma siempre este camino de tentaciones: la riqueza, para sentirte suficiente; la vanidad, para sentirte importante; y, al final, el orgullo, la soberbia: es precisamente su lenguaje, la soberbia.

Cuando uno hace una acción por el dinero se peca contra el primer mandamiento 'pecas de idolatría' porque el dinero se convierte en ídolo y tú das culto.

Se debe tender a la justicia, a la piedad, a la fe, a la caridad, y también a la paciencia, contra la vanidad y el orgullo, la humildad. Este es el camino de Dios, no

el del poder idolátrico que puede darte el dinero. (Cf S.S. Francisco, 20 de septiembre de 2013, capilla de Santa Martha). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hacer un examen de conciencia sobre mi apego a los bienes que poseo, para de ahí sacar un propósito concreto de hacer algo entorno a la justicia. «El camino es uno e invariable. A Dios se le encuentra y se le sirve en la medida que

nos sabemos dejar y olvidar a nosotros mismos.» (Cristo al centro, n. 467)

9 de noviembre Oración preparatoria Padre bueno, creador y amo del universo, gracias por desear escucharme y guiar mi vida diaria. Respetas mi libertad de elegirte y por ello te suplico, humildemente, que la gracia del Espíritu Santo me fortalezca e ilumine mi oración para no equivocar mi camino. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, te pido me des la gracia de gozar este momento de intimidad contigo, para que cuando vaya hoy domingo a tu templo, tenga la capacidad de percibir, en medio de las mil voces que escucho en el mundo, tu voz de Compañero y Amigo. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22 Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi padre”.

En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.

Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?” Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”

Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

En el templo se adora al Señor. El templo es un lugar donde la comunidad va a rezar, a alabar al Señor, a darle gracias, pero sobre todo a adorar: en el templo se adora al Señor. Y este es el punto importante. También, esto es válido para las ceremonias litúrgicas, ¿qué es más importante? Lo más importante es la adoración: toda la comunidad reunida mira al altar donde se celebra el sacrificio y adora. Pero, yo creo - humildemente lo digo - que nosotros cristianos quizá hemos perdido un poco el sentido de la adoración y pensamos: vamos al templo, nos reunimos como hermanos - ¡es bueno, es bonito! - pero el centro está donde está Dios. Y nosotros adoramos a Dios.

¿Nuestros templos, son lugares de adoración, favorecen la adoración? ¿Nuestras celebraciones favorecen la adoración? Jesús echa a los mercaderes que

habían tomado el tempo por un lugar de comercio más que de adoración. (Cf. S.S. Francisco, 22 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Vigilar mi actitud, que se refleja en mi postura, mi forma de vestir, y mi silencio, al entrar a una iglesia o capilla. «Entusiasma contemplar este momento histórico de la Iglesia. Ahí está, cuando hace

apenas unos años todos le auguraban su fin. Ahí está serena, segura, majestuosa, humilde, representando al que es, al Señor y dueño de la historia. ¡¡Ahí está!!»

(Cristo al centro, n. 1405)

10 de noviembre Oración preparatoria Señor, antes de comenzar mi meditación te pido me concedas perdonar de corazón todas aquellas ofensas que me han herido o molestado, desde lo más pequeño hasta lo más grande. Jesús, no permitas que el resentimiento, el enojo o la ira dominen mi interior. Dame la gracia de perdonar para yo también poder ser perdonado por Ti. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, ¡aumenta mi fe! Que esta oración me transforme y mi corazón sea misericordioso, como el tuyo. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 17, 1-6 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No es posible evitar que existan ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la gente sencilla. Tengan, pues, cuidado.

Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo».

Los apóstoles dijeron entonces al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor les contestó: «Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y los obedecería». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

¡Una fe fuerte y humilde hace tanto bien! «Me parece que todos nosotros podemos hacer nuestra esta invocación. También nosotros, como los apóstoles, decimos al Señor Jesús: “¡Auméntanos la fe!”. Sí, Señor, nuestra fe es pequeña, nuestra fe es débil, frágil, pero te la ofrecemos tal como es, para que Tú la hagas crecer. ¿Les parece que repitamos todos juntos esto: Señor, auméntanos la fe? ¿Lo hacemos? Todos: Señor auméntanos la fe. ¡Señor, auméntanos la fe. Señor auméntanos la fe! ¡Que nos la haga crecer, ¡eh!

Y el Señor, ¿qué cosa nos responde? Responde: “Si tuvieran fe como un grano de mostaza, habrían dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y les habría obedecido”. La semilla de la mostaza es pequeñísima, pero Jesús dice que basta tener una fe así, pequeña, pero verdadera, sincera, para hacer cosas humanamente imposibles, impensables. ¡Y es verdad!» (S.S. Francisco, 6 de octubre de 2013).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Diariamente, antes de iniciar mi oración, pedir a Dios que aumente mi fe.

«Mientras no hay dificultades todo marcha muy bien. Pero llega un momento, una circunstancia que nos molesta, un obstáculo imprevisto que se atraviesa en nuestro camino, qué sé yo, cualquier cosa… y surgen las dudas, los problemas, las crisis. Si

tuviéramos más fe veríamos que Dios nuestro Señor ha permitido esto para probarnos un poquito, porque quería ver cuánto le amábamos.»

(Cf. Cristo al centro, n. 954)

11 de noviembre Oración preparatoria Jesús, este momento de oración es lo más importante del día. Este tiempo de intimidad contigo me ayuda a poner todo en perspectiva de tu amor. Da un sentido de trascendencia el saber que, abriéndote mi corazón y mi mente, Tú harás que grandes cosas sucedan, porque tu gracia es la que las llevará a cabo. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, suplico tu gracia y tu misericordia para que mi oración me ayude a ser hoy más humilde y más comprensivo para saber salir al encuentro de los demás. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 17, 7-10 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: “Entra enseguida y ponte a comer”? ¿No le dirá más bien: “Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú”? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?

Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: “No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer”». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Ir al encuentro de los demás. «Porque la fe es un encuentro con Jesús, y nosotros debemos hacer lo mismo que hace Jesús: encontrar a los demás. Vivimos una cultura del desencuentro, una cultura de la fragmentación, una cultura en la que lo que no me sirve lo tiro, la cultura del descarte. Pero sobre este punto os invito a pensar —y es parte de la crisis— en los ancianos, que son la sabiduría de un pueblo, en los niños... ¡la cultura del descarte! Pero nosotros debemos ir al encuentro y debemos crear con nuestra fe una “cultura del encuentro”, una cultura de la amistad, una cultura donde hallamos hermanos, donde podemos hablar también con quienes no piensan como nosotros, también con quienes tienen otra fe, que no tienen la misma fe. Todos tienen algo en común con nosotros: son imágenes de Dios, son hijos de Dios. Ir al encuentro con todos, sin negociar nuestra pertenencia» (S.S. Francisco, 18 de mayo de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Voy a hacer un acto significativo, pero oculto, de caridad a esa persona con la que frecuentemente tengo disgustos y desacuerdos. «Busca la oración, momentos de silencio y de reflexión, de encuentro contigo mismo

y con Dios; y pregúntale qué quiere Él de ti. Y pídele que te dé su luz, su fuerza y generosidad para dar los pasos que Él te pide que des, como Abraham. “Sal de tu

tierra y ve al país que Yo te mostraré”.» (Cristo al centro, n. 2249)

12 de noviembre Oración preparatoria ¡Gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por este momento de oración! Dependo de Ti, y como un niño confío plenamente en tu amorosa providencia. Aunque soy indigno de estar en tu presencia, quiero ofrecerte mi vida, mi corazón y mi inmenso amor por Ti. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesucristo, ten compasión de mí. Ilumina mi oración para saber acoger tu voluntad y agradecerte las innumerables gracias con las que colmas mi vida. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 17, 11-19 En aquel tiempo, cuando Jesús iba de camino a Jerusalén, pasó entre Samaria y Galilea. Estaba cerca de un pueblo, cuando le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se detuvieron a lo lejos y a gritos le decían: « ¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!»

Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes». Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra.

Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó, alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias. Ese era un samaritano. Entonces dijo Jesús: «¿No eran diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros nueve? ¿No ha habido nadie, fuera de este extranjero, que volviera para dar gloria a Dios?» Después le dijo al samaritano: «Levántate y vete. Tu fe te ha salvado». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Algunos reciben la gracia y se van. En los evangelios, algunos reciben la gracia y se van: de los diez leprosos curados por Jesús, solo uno volvió a darle las gracias. Incluso el ciego de Jericó encuentra al Señor mediante la sanación y alaba a Dios. Pero debemos orar con el "valor de la fe", impulsándonos a pedir también aquello que la oración no se atreve a esperar: es decir, a Dios mismo:

Pedimos una gracia, pero no nos atrevemos a decir: ‘Ven Tú a traerla’. Sabemos que una gracia siempre es traída por Él: es Él que viene y nos la da. No demos la mala impresión de tomar la gracia y no reconocer a Aquel que nos la porta, Aquel que nos la da: el Señor. Que el Señor nos conceda la gracia de que Él se dé a nosotros, siempre, en cada gracia. Y que nosotros lo reconozcamos, y que lo alabemos como aquellos enfermos sanados del evangelio. Debido a que, con aquella gracia, hemos encontrado al Señor. (Cf. S.S. Francisco, 10 de octubre de 2013, homilía en Santa Marta).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hacer un recuento de mis talentos para agradecerlos a Dios, y asegurar que los esté usando para el bien de los demás.

«La persona humilde reconoce y agradece con sencillez sus éxitos y talentos, consciente de que son un don de Dios, y se esfuerza por acrecentarlos y

desarrollarlos, sabiendo que habrá de dar cuenta de ellos al final de la vida.» (Cristo al centro, n. 1326)

13 de noviembre Oración preparatoria Señor, vengo ante Ti para decirte que te amo, que quiero transformarme en Ti y agradarte siempre y en todo. Tú sabes cuán débil soy y qué pronto te fallo. Te pido perdón sincero por mis faltas y renuevo delante de Ti el propósito firme de dedicarme a amarte y servirte. ¡Con la ayuda de tu gracia sé que lo lograré! Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, envía a tu Espíritu Santo, dame su luz para saber orar y poder hablar contigo de corazón a Corazón y, así, extender tu Reino en mi vida y en la vida de los demás. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 17, 20-25 En aquel tiempo, los fariseos le preguntaron a Jesús: « ¿Cuándo llegará el Reino de Dios?» Jesús les respondió: «El Reino de Dios no llega aparatosamente. No se podrá decir: “Está aquí” o “Está allá”, pero no vayan corriendo a ver, pues así como el fulgor del relámpago brilla de un extremo a otro del cielo, así será la venida del Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser rechazado por los hombres de esta generación». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

En camino hacia el Reino de Dios. «Nosotros sabemos que la historia tiene un centro: Jesucristo, encarnado, muerto y resucitado; que está vivo entre nosotros y que tiene una finalidad: el Reino de Dios, Reino de paz, de justicia, de libertad en el amor.

Y tiene una fuerza que la mueve hacia aquel fin: es la fuerza del Espíritu Santo. Todos nosotros tenemos el Espíritu Santo que hemos recibido en el bautismo. Y él nos empuja a ir hacia adelante en el camino de la vida cristiana, en el camino de la historia, hacia el Reino de Dios.

Este Espíritu es la potencia del amor que ha fecundado el seno de la Virgen María; y es el mismo que anima los proyectos y las obras de todos los constructores de paz. Donde hay un hombre y una mujer constructor de paz, es exactamente el Espíritu Santo quien ayuda y lo empuja a hacer la paz» (S.S. Francisco, 1 de enero de 2014). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Preparar mi próxima confesión haciendo un examen de conciencia sobre el Reino de Dios en mi vida, ¿cómo lo estoy esperando? ¿Y preparando? «Rezar, hablar, escribir, sacrificarse para que Dios sea conocido, para que Dios sea

amado, que su nombre sea santificado y llegue su Reino.» (Cristo al centro, n. 125)

14 de noviembre Oración preparatoria Señor, creo que Tú ya estás conmigo al iniciar mi oración. Confío en tu bondad e inmenso amor. Conoces mis debilidades y cómo soy presa fácil de las distracciones, por eso confío en que me dejarás estar cerca de Ti en esta meditación, como estuvo tu santísima madre a los pies de tu cruz. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, te pido tu gracia para saber aprovechar este momento, y cada hora de este día, para aprender a desprenderme de mi juicio y vivir de acuerdo a tu voluntad. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 17, 26-37 En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: «Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos.

Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste.

Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.

Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada».

Entonces, los discípulos le dijeron: «¿Dónde sucederá eso, Señor?» Y Él les respondió: «Donde hay un cadáver, se juntan los buitres». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

El tiempo es de Dios. En este recorrido hacia el fin de nuestro camino, de cada uno de nosotros y también de toda la humanidad, el Señor aconseja dos cosas, dos cosas que son diferentes, y son diferentes según cómo vivamos, porque es diferente vivir en el instante y vivir en el tiempo.

Y el cristiano es un hombre o una mujer que sabe vivir en el instante y sabe vivir en el tiempo. El instante es lo que tenemos en las manos ahora: pero este no es el tiempo, ¡pasa! Tal vez podemos sentirnos dueños del instante, pero el engaño es creernos dueños del tiempo: ¡el tiempo no es nuestro, el tiempo es de Dios! El instante está en nuestras manos y también en nuestra libertad sobre cómo tomarlo. Y

aún más: nosotros podemos convertirnos en los soberanos del momento, pero solo hay un soberano del tiempo, un solo Señor, Jesucristo. (Cf. S.S. Francisco, 26 de noviembre de 2013, homilía en la capilla de Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Ayunar del uso de mi celular y otros aparatos electrónicos para dedicar un tiempo adicional a mi oración.

«El mundo necesita de apóstoles de tiempo completo, y no de apóstoles con horas de oficina.»

(Cristo al centro, n. 421)

15 de noviembre

Oración preparatoria Señor, quiero alimentar mi amistad contigo por medio de mi oración. Deseo cumplir tu voluntad sobre mi vida dejando que tus palabras modelen, hoy, todo mi comportamiento. No permitas que el miedo me acobarde. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, aumenta mi confianza, mi amor y mi fe para que esta oración no sea sólo palabrería, sino el medio por el cual tenga la fortaleza para extender tu Reino. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 18, 1-8 En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola:

En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: “Hazme justicia contra mi adversario”.

Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: “Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia para que no siga molestando”».

Dicho esto, Jesús comentó: «Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?» Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Dios escucha, ¡siempre! «Hay una lucha que llevar adelante cada día; pero Dios es nuestro aliado, la fe en Él es nuestra fuerza y la oración es la expresión de esta fe. Por eso Jesús nos asegura la victoria, pero nos pregunta: "Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?" Si se apaga la fe, se apaga la oración y nosotros caminamos en la oscuridad, nos perdemos en el camino de la vida.

Aprendamos por tanto de la viuda del Evangelio a rezar siempre, sin cansarnos. Era buena esta viuda, sabía luchar por sus hijos, y pienso en tantas mujeres que luchan por su familia, que rezan, que no se cansan nunca. Un recuerdo hoy todos nosotros a estas mujeres que con su actitud nos dan un verdadero testimonio de bien, de valentía, de poder de la oración. Un recuerdo a ellas. Luchar, rezar siempre ¡Pero no para convencer al Señor a fuerza de palabras! ¡Él sabe mejor que nosotros qué necesitamos! Más bien la oración perseverante es expresión de la fe en un Dios que nos llama a combatir con Él, cada día, en cada momento, para vencer al mal con el bien» (S.S. Francisco, 20 de octubre de 2013).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) El día de hoy, sábado, voy a rezar 10 minutos más, confiando a la intercesión de María mi propósito de crecer en mi vida de oración. «Busca la perfección pero no por ti mismo: para darle satisfacción al Amado, es para

poder complacerle a Él.» (Cristo al centro, n. 444)

16 de noviembre Oración preparatoria Padre, gracias por darme un día más para crecer en el amor a Ti y a los demás; un día para crecer en mi vida espiritual y apostólica; un día para orar por las necesidades de los demás. Aleja todas las distracciones para que mantenga mi mente y, sobre todo, mi corazón, abierto a tus inspiraciones. Petición (gracia/fruto que se busca) Ayúdame a orar con un corazón contrito, concédeme convertirme hoy un poco más a tu amor y llegar a seguirte con la generosidad necesaria para transformarme en ese discípulo y misionero de Cristo que busca extender tu Reino. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Mateo 25, 14-30 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro, dos; y un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.

El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un talento hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores.

Se acercó el que había recibido dos talentos y le dijo: ‘Señor, dos talentos me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’.

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y le dijo: ‘Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo’.

El señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo reviera yo con intereses? Quítenle el talento y dénselo al que tiene diez. Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene.

Y a este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación’”. Palabra del señor.

Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal) ¿De qué manera conservamos nosotros la fe?

«El apóstol Pablo, al final de su vida, hace un balance fundamental: "He conservado la fe" ¿Cómo la conservó? No en una caja fuerte. No la escondió bajo tierra, como aquel siervo perezoso. San Pablo compara su vida con una batalla y con una carrera. Ha conservado la fe porque no se ha limitado a defenderla, sino que la ha anunciado, irradiado, la ha llevado lejos. Se ha opuesto decididamente a quienes querían conservar, "embalsamar" el mensaje de Cristo dentro de los confines de Palestina. Por esto ha hecho opciones valientes, ha ido a territorios hostiles, he aceptado el reto de los alejados, de culturas diversas, ha hablado francamente, sin miedo. San Pablo ha conservado la fe porque, así como la había recibido, la ha dado, yendo a las periferias, sin atrincherarse en actitudes defensivas.

También aquí, nos podemos preguntar: ¿De qué manera conservamos nosotros la fe? ¿La tenemos para nosotros, en nuestra familia, como un bien privado, o sabemos compartirla con el testimonio, con la acogida, con la apertura hacia los demás?» (S.S. Francisco, 27 de octubre de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Motivar, con prudencia pero con convicción, a mi familia para que participemos juntos en la celebración de la Eucaristía dominical. «Crean en ustedes mismos y no duden de su capacidad, de sus dones, de sus talentos

para realizar la misión, a la que han sido llamados por Dios» (Cristo al centro, n. 1896)

17 de noviembre Oración preparatoria Señor Jesús, el día de hoy, en esta oración, te acercas a mi vida. Aquí me tienes, como el mendigo, ciego y pobre a la orilla del camino. Tantas cosas y personas pasan por mi vida y mi alma sigue estando sedienta de Ti. ¡Jesús, ten compasión de mí! Señor, ¡haz que vea el gran amor que Tú me tienes! Dame el don de la fe. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, ensáñame, hoy, a orar. Con humildad, con total sinceridad y con la confianza de un niño con su padre bueno, te lo pido con insistencia y confiando en tu gran misericordia. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 18, 35-43 En aquel tiempo, cuando Jesús se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado a un lado del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello, y le explicaron que era Jesús el Nazareno, que iba en camino. Entonces él comenzó a gritar: «Jesús, hijo de David, ten compasión de mí». Los que iban adelante lo regañaban para que se callara, pero él se puso a gritar más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!» Entonces Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?». Él le contestó: «Señor, que vea». Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha curado».

Enseguida el ciego recobró la vista y lo siguió, bendiciendo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Molestar a Dios por nuestra necesidad y seguridad en la oración. Él lo ha prometido: he aquí la piedra angular sobre la que se apoya la certeza de una oración. Con esta seguridad nosotros decimos al Señor nuestras necesidades, pero seguros de que Él pueda hacerlo. Rezar es sentir que Jesús nos dirige la pregunta del ciego: ¿tú crees que puedo hacer esto?

Él puede hacerlo. Cuándo lo hará, cómo lo hará no lo sabemos. Esta es la seguridad de la oración. La necesidad de decir la verdad al Señor. 'Soy ciego, Señor. Tengo esta necesidad. Tengo esta enfermedad. Tengo este pecado. Tengo este dolor...', pero siempre la verdad, como es la cosa. Y Él siente la necesidad, pero siente que nosotros pedimos su intervención con seguridad. Pensamos si nuestra oración es de necesidad y es segura: de necesidad porque nos decimos la verdad a nosotros mismos, y segura, porque creemos que el Señor puede hacer aquello que le pedimos. (Cf. S.S. Francisco, 6 de diciembre de 2013, homilía en Santa Marta).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hacer una visita al Santísimo para encomendarle mi determinación de dedicar un tiempo de calidad a mi oración diaria. «Acompaña tu apostolado con mucha oración; ten siempre presente que el llamado

no lo haces tú sino Cristo. Sé un buen instrumento.» (Cristo al centro, n. 1959)

18 de noviembre Oración preparatoria Señor, Tú dijiste que habías venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido. Jesús, yo soy uno de esos. Sin Ti, nada soy, nada puedo, estoy perdido. Quiero prometerte hoy, como lo hizo Zaqueo, poner todos mis talentos al servicio de la Iglesia, de los demás, de mi familia y de la sociedad. Petición (gracia/fruto que se busca) Ven, Señor, este día a mi alma. Renueva en mí todo lo que está decaído; corrige todo aquello que necesito cambiar; transforma lo que haya en mi vida que no sea conforme a tu Evangelio. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10 En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa».

Él bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Zaqueo, poniéndose en pie, dijo a Jesús: «Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Déjate mirar por Jesús. «Miremos a Zaqueo hoy en el árbol, ridículo, pero es un gesto de salvación, pero yo te digo a ti, si tú tienes un peso sobre tu consciencia, si tú tienes vergüenza de tantas cosas que has cometido, detente un poco, no te asustes, piensa que alguien te espera porque nunca ha dejado de acordarse de ti, de recordarte, y ese es tu padre Dios. Trépate, como ha hecho Zaqueo, sube sobre el árbol del deseo de ser transformado. Yo les aseguro que no serán desilusionados. Jesús, es misericordioso y nunca se cansa de perdonarnos. Así es Jesús.

Queridos hermanos y hermanas, dejemos nosotros también que Jesús nos llame por nuestro nombre. En lo profundo de nuestro corazón escuchemos su voz que nos dice: 'Hoy tengo que quedarme en tu casa', yo quiero detenerme en tu casa, en tu corazón, o sea en tu vida. Recibámoslo con alegría. Él puede cambiarnos, puede transformar nuestro corazón de piedra en corazón de carne. Puede liberarnos

del egoísmo y hacer de nuestra vida un don de amor. Jesús puede hacerlo, déjate mirar por Jesús» (S.S. Francisco, 3 de noviembre de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Al final del día, en un lugar apropiado, voy a hacer un acto sincero de contrición, pidiendo, agradeciendo y confiando en el gran amor y la misericordia de Dios.

«Sepamos combinar sabiamente, evangélicamente, la exigencia firme de una vida cristiana con la suavidad, la humildad, la bondad, la delicadeza, la comprensión, la

cordialidad, la afabilidad, la alegría y la unión de corazones.» (Cf Cristo al centro, n. 1451)

19 de noviembre Oración preparatoria Señor, ¡gracias! Creo que Tú me has llamado a tener este momento de oración porque me amas inmensamente, a pesar de mi debilidad, de mis traiciones. Confío y espero que me muestres el camino que hoy me puede llevar a crecer más en el amor a Ti y a los demás. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, quiero ser un cooperador en esta meditación. Dame la luz y la fortaleza para saber duplicar, en bien de los demás, los innumerables talentos que me has dado. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 19, 11-28 En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, él les dijo esta parábola:

«Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: “Inviertan este dinero mientras regreso”.

Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran: “No queremos que éste sea nuestro rey”.

Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno.

Se presentó el primero y le dijo: “Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas”. Él le contestó: “Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás gobernador de diez ciudades.

Se presentó el segundo y le dijo: “Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas”. Y el señor le respondió: «Tú serás gobernador de cinco ciudades”.

Se presentó el tercero y le dijo: “Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues tuve miedo, porque eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado”. El señor le contestó: “Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?».

Después les dijo a los presentes: “Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez”. Le respondieron: “Señor, ya tiene diez monedas”. Él les dijo: “Les aseguro que a todo el que tenga, se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene, se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia”».

Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos.

Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Cooperar para la llegada del Reino de Dios. «El hombre no es un testigo inerte del ingreso de Dios en la historia. Jesús nos invita a "buscar" activamente "el reino de Dios y su justicia" y a considerar esta búsqueda como nuestra preocupación principal. A los que "creían que el reino de Dios aparecería de un momento a otro", les recomienda una actitud activa en vez de una espera pasiva, contándoles la parábola de las diez monedas encomendadas para hacerlas fructificar. Por su parte, el apóstol san Pablo declara que "el reino de Dios no es cuestión de comida o bebida, sino -ante todo- de justicia" e insta a los fieles a poner sus miembros al servicio de la justicia con vistas a la santificación. Así pues, la persona humana está llamada a cooperar con sus manos, su mente y su corazón al establecimiento del reino de Dios en el mundo. Esto es verdad de manera especial con respecto a los que están llamados al apostolado y que son, como dice san Pablo, "cooperadores del reino de Dios", pero también es verdad con respecto a toda persona humana» (S.S. san Juan Pablo II, 6 de diciembre de 2000). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hoy agradeceré, en una oración especial, los dones que he recibido en mi vida, y haré esa obra de misericordia que he estado posponiendo. «Lo importante es presentarse a Dios con el alma en blanco para que Él escriba sobre

tu vida lo que quiera. Aprende a rendir tu libertad a la de Dios.» (Cristo al centro, n. 1477)

20 de noviembre Oración preparatoria Señor, ¡si en este día comprendiera lo que puede conducirme a la paz, a la felicidad imperecedera! Abre mis ojos del alma, aumenta mi fe, acrecienta mi confianza, lléname de tu amor para poder ser un auténtico discípulo y misionero de tu Reino. Petición (gracia/fruto que se busca) Jesús, ayúdame a saber apartarme de las distracciones para poder hacer mi oración. Sé que me amas y que me mostrarás el camino para evitar todo lo que te ofende para poder, así, alcanzar la madurez y orientar toda mi vida a servirte en los demás. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 19, 41-44 En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:

«¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Aprovechar la oportunidad que Dios nos da. «También esta enseñanza de Jesús es importante verla en el contexto concreto, existencial en la que Él la ha transmitido. En este caso, el evangelista Lucas nos muestra Jesús que está caminando con sus discípulos hacia Jerusalén, hacia su Pascua de muerte y resurrección, y en este camino les educa confiándoles lo que Él mismo lleva en el corazón, las actitudes profundas de su alma.

Entre estas actitudes están el desapego de los bienes terrenos, la confianza en la providencia del Padre y, también, la vigilancia interior, la espera activa del Reino de Dios. Para Jesús es la espera de la vuelta a la casa del Padre. Para nosotros es la espera de Cristo mismo, que vendrá a cogernos para llevarnos a la fiesta sin fin» (S.S. Francisco, 11 de agosto de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Durante el día, voy hacer un examen de conciencia para, honestamente, evaluar la espontaneidad y la profundidad de mi caridad hacia los demás, especialmente con aquellos a los que, supuestamente, amo más.

«Se puede considerar maduro en primer lugar al hombre que ha adquirido la capacidad habitual de obrar libremente, es decir, a la persona que hace opciones

conscientes y responsables.» (Cristo al centro, n. 1481)

21 de noviembre Oración preparatoria

Tú eres, Señor, mi alegría y mi felicidad. ¿Por qué soy capaz de ofenderte al perseguir el placer o el éxito fugaz que me ofrece la vida? Soy un pecador y humildemente imploro tu misericordia. Creo en Ti, espero y confío en el gran amor que me tienes, ¡gracias por ser tan bueno conmigo! Petición (gracia/fruto que se busca) Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento para que esta oración me ayude a conocer la voluntad de Dios sobre mí. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 19, 45-48 Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: «Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones». Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

No ser hipócritas ni legalistas. Los que gestionaban el Templo eran ladrones. Eran sacerdotes, pero ladrones. Iban detrás del poder, detrás del dinero, explotaban a la gente, se aprovechaban de las limosnas, de los regalos y el Señor les castiga fuerte. Esta es la figura del cristiano corrupto, del laico corrupto, del sacerdote corrupto, del obispo corrupto, que se aprovecha de su situación, de su privilegio de la fe, de ser cristiano y su corazón acaba corrupto, como sucede a Judas. De un corazón corrupto sale la traición. Judas traiciona a Jesús. […]

El poder de la santidad, la novedad de Jesús es que trae consigo la Palabra de Dios, el mensaje de Dios, es decir el amor de Dios por cada uno de nosotros. Jesús, acerca a Dios a la gente y para hacerlo se acerca Él: está cerca de los pecadores. Jesús perdona a la adúltera, habla de teología con la Samaritana, que no era un angelito. Jesús busca el corazón de las personas, Jesús se acerca al corazón herido de las personas. (Cf. S.S. Francisco, 14 de enero de 2014, homilía en Santa Marta).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo)

En un momento de tentación, duda o angustia que tenga hoy, voy a recordar lo que Dios realmente quiere y le pediré su ayuda para cumplir su voluntad.

«La maduración presupone, ante todo, conocer la voluntad de Dios creador sobre mí, que soy criatura.»

(Cristo al centro, n. 1490)

22 de noviembre

Oración preparatoria Al ponerme hoy ante tu presencia, Señor, sé que no soy digno de experimentar tus manifestaciones de amor, pero sólo Tú, Señor, tienes palabras de vida eterna y yo te creo, te amo, confío en tu misericordia y anhelo estar ahora contigo. Petición (gracia/fruto que se busca) Espíritu Santo, que esta oración aumente mi fe y me fortalezca, pues para creer con fe viva necesito de tu gracia. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-40 En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?»

Jesús les dijo: «En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.

Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven».

Entonces, unos escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien». Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

La fe no es tener un conocimiento. La diferencia es que los demonios no tienen fe, porque tener fe no es tener un conocimiento, sino recibir el mensaje de Dios traído por Cristo. En el Evangelio se encuentran dos signos reveladores de quien sabe lo que se debe creer pero no tiene fe. El primer signo es la «casuística» representada por aquellos que preguntaban a Jesús si era lícito pagar las tasas o cuál de los siete hermanos del marido debía casarse con la mujer que había quedado viuda. El segundo signo es «la ideología».

Los cristianos que piensan la fe como un sistema de ideas, ideológico: también en el tiempo de Jesús los había. El apóstol Juan dice de ellos que son el anticristo, los ideólogos de la fe, de cualquier signo sean. En aquel tiempo había gnósticos, pero había muchos... Y así, estos que caen en la casuística o estos que caen en la ideología son cristianos que conocen la doctrina pero sin fe, como los demonios. (Cf. S.S. Francisco, 21 de febrero de 2014, homilía en la capilla de Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Desde hoy voy a iniciar siempre mi oración con actos de fe, esperanza, humildad y amor a Dios.

«La fe nos lleva de la mano lógicamente al amor de Dios nuestro Señor.» (Cristo al centro, n. 943)

23 de noviembre Oración preparatoria Señor, tú eres el Rey del universo y el rey de mi vida, el dador de todo lo que es bueno. Eres el sostén y quien sana mi vida. Te necesito y sé que necesito dejar a un lado lo que no me deje crecer en el amor. Te amo, te ofrezco y te abro mi corazón en este momento de oración. Petición (gracia/fruto que se busca) Cristo Rey, que esta oración me ayude a vivir de tal manera que pueda un día encontrarte en el cielo, donde me tienes reservado un premio inimaginable. Texto base para entablar el diálogo con Dios Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo. Del santo Evangelio según san Mateo 25, 31-46 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregados ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como el pastor aparta a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber; era forastero y me hospedaron; estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme”. Los justos contestarán entonces: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?” Y el rey les dirá: “Yo les aseguro, que cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron”.

Entonces dirá también a los de la izquierda: “Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron”.

Entonces ellos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero, o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?”. Y él les replicará: “Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo”. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna”. Palabra del Señor.

Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal) Quien practica la misericordia no teme a la muerte.

«La invitación de Jesús de estar siempre preparados, vigilantes, sabiendo que la vida en este mundo se nos ha dado para prepararnos a la otra vida, con el Padre celeste. Y para esto hay siempre una vía segura: prepararse bien a la muerte, estando cerca de Jesús. ¿Y cómo estamos cerca de Jesús? Con la oración, en los sacramentos y también en la práctica de la caridad.

Recordemos que Él está presente en los más débiles y necesitados. Él mismo se identificó con ellos, en la famosa parábola del juicio final, cuando dice: “Tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era extranjero y me acogisteis, desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, estaba en la cárcel y vinisteis a verme. Todo lo que hicisteis con estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”. Por tanto, un camino seguro es recuperar el sentido de la caridad cristiana y de la compartición fraterna, curar las heridas corporales y espirituales de nuestro prójimo. La solidaridad en compartir el dolor e infundir esperanza es premisa y condición para recibir en herencia el Reino preparado para nosotros. Quien practica la misericordia no teme a la muerte. Pensad bien en esto. Quien practica la misericordia no teme a la muerte» (S.S. Francisco, 27 de noviembre de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Voy a buscar a esa persona que se alejó por mi mal carácter o indiferencia, para intentar la reconciliación a través de un acto generoso de caridad y comprensión. «Cuando lo recibes en tu alma a través de la Comunión, no existe un momento más privilegiado para hablar con Él y para preguntarle qué quiere de ti. Ten presente que tienes dentro de ti al Creador de todo el universo, al Dios omnipotente y eterno, a tu

Padre y Amigo, a tu Redentor. Y con Él, ¿qué no serás capaz de hacer?» (Cristo al centro, n. 2247)

24 de noviembre Oración preparatoria Señor, sabes que soy pobre, que tengo muy poco que ofrecerte. Sin embargo, lo esperas todo de mí. Creo en Ti, confío en que tu gracia me hace crecer en el amor a Ti y a los demás. Tú eres mi único Dueño. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, que esta oración me enseñe a darlo todo por Ti y por los demás, con generosidad, desinterés y, sobre todo, por amor. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4 En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: «Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

La persona no es valiosa por lo que posee. «Pero los pobres –y este es el tercer punto– no sólo son personas a las que les podemos dar algo. También ellos tienen algo que ofrecernos, que enseñarnos. ¡Tenemos tanto que aprender de la sabiduría de los pobres!

Un santo del siglo XVIII, Benito José Labre, que dormía en las calles de Roma y vivía de las limosnas de la gente, se convirtió en consejero espiritual de muchas personas, entre las que figuraban nobles y prelados. En cierto sentido, los pobres son para nosotros como maestros. Nos enseñan que una persona no es valiosa por lo que posee, por lo que tiene en su cuenta en el banco. Un pobre, una persona que no tiene bienes materiales, mantiene siempre su dignidad. Los pobres pueden enseñarnos mucho, también sobre la humildad y la confianza en Dios. En la parábola del fariseo y el publicano, Jesús presenta a este último como modelo porque es humilde y se considera pecador. También la viuda que echa dos pequeñas monedas en el tesoro del templo es un ejemplo de la generosidad de quien, aun teniendo poco o nada, da todo» (S.S. Francisco, Mensaje para la XXIX Jornada mundial de la juventud, enero 2014). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Ser especialmente generoso en el pago del diezmo a la Iglesia este año.

«Sean fuertes en la caridad, sean generosos y magnánimos. No se entreguen a la estrechez tacaña de lo que es obligación estricta. Más allá comienza el amplio

campo de la delicadeza y de las atenciones, del sacrificio y de la afabilidad ingeniosa para dar gusto a los demás.»

(Cristo al centro, n. 359)

25 de noviembre Oración preparatoria Señor, nada tiene sentido sin tu amor. Sin ti, Señor, las personas, las cosas y los acontecimientos pierden su valor. Tú eres mi refugio y la fuente de mi felicidad ahora y siempre. Estoy convencido de que tus promesas se cumplirán y por eso, hoy confío en que guiarás mi meditación. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, concédeme que mi oración afiance mi vida en Ti de modo definitivo. Que no haya nada en mi vida que sea más importante que Tú. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11 En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que la adornaban, Jesús dijo: «Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando: todo será destruido».

Entonces le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?»

Él les respondió: «Cuídense que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: “Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado”. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin».

Luego les dijo: «Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Estamos en el tiempo de la espera de la venida del Señor. «El Evangelio consiste de un razonamiento de Jesús: el de los últimos tiempos. Jesús lo pronuncia en Jerusalén, cerca del templo; y la idea se la da precisamente la gente que hablaba del templo y de su belleza. ¡Porque era bello aquel templo!

Entonces Jesús dijo: “Esto que ven, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida”. Naturalmente le preguntan: ¿cuándo sucederá esto?, ¿cuáles serán los signos? Pero Jesús dirige la atención de estos aspectos secundarios – ¿cuándo será?, ¿cómo será? – la dirige a las verdaderas cuestiones. Y son dos:

Primero: no dejarse engañar por falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor» (S.S. Francisco, 17 de noviembre de 2013).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hacer, hoy, una revisión de mi vida para identificar las áreas en las que se manifiesta la duplicidad, y buscar los medios que me ayuden a vivir con más autenticidad. «El tiempo progresa en nosotros, y aunque destruya nuestra existencia terrestre, nos acerca irreversiblemente al gran instante en que se realizará la plenitud de nuestro

ser en el encuentro eterno con nuestro creador y redentor.» (Cristo al centro, n. 2084)

26 de noviembre Oración preparatoria Espíritu Santo, Dulce huésped de mi alma, Tú eres mi Consolador, el que me asiste, el que me ilumina y guía. Ayúdame a poner en el centro de mi vida y de mi actividad la Palabra de Dios que me indica la senda de la vida y me revela los secretos de la santidad. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, permite que esta oración me ayude a discernir hoy el camino que debo seguir para vivir una auténtica entrega y la caridad. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 21, 12-19 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí.

Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes.

Los traicionarán hasta sus padres y hermanos, sus parientes y amigos. Matarán algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Oración y discernimiento. Para conocer los signos verdaderos, para conocer el camino que debo tomar en este momento, es necesario el don del discernimiento y la oración para hacerlo bien. En cambio, para ver el tiempo, del cual solo el Señor es dueño, Jesucristo, nosotros no podemos tener ninguna virtud humana. La virtud necesaria para ver el tiempo debe ser dada, regalada por el Señor: ¡es la esperanza! Oración y discernimiento para el instante; esperanza para el tiempo. Y así el cristiano se mueve en este camino, momento tras momento, con la oración y el discernimiento, pero deja tiempo a la esperanza”:

El cristiano sabe esperar al Señor en cada instante, pero espera en el Señor hasta el fin de los tiempos. Hombre y mujer de instante y de tiempo: de oración y discernimiento, y de esperanza. Que el Señor nos dé la gracia para caminar con la sabiduría, que también es uno de sus dones: la sabiduría que en el instante nos lleve a rezar y a discernir. Y en el tiempo, que es el mensajero de Dios, nos haga vivir con esperanza. (Cf. S.S. Francisco, 26 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta).

Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Hacer un balance al final del día sobre mis actividades y revisar si tienen valor de cara a la eternidad.

«Puesto que la conciencia es centro de la persona y guía de su obrar, esfuércense activamente por formarla recta y madura, temerosa de Dios, abierta siempre al bien y a las inspiraciones del Espíritu Santo, capaz de discernir lo bueno de lo malo y de la

mentira.» (Cristo al centro, n. 1105)

27 de noviembre Oración preparatoria Dios y Padre mío, inicio mi oración con fe en tu inmensa misericordia. También confío en que la experiencia de tu presencia me fortalezca para dejar a un lado toda tentación que pueda sofocar mi espíritu. No espero un momento de autocomplacencia sino crecer en el amor para poder vivir la exigencia de tu voluntad. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, te suplico ilumines mi oración para poder aceptar con prontitud la guía y las inspiraciones del Espíritu Santo para nunca temer sino ansiar el día de tu venida. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-28 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito.

¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado.

Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Fidelidad y paciencia ante las calamidades. Cuando Jesús habla de estas calamidades, nos dice que habrá una profanación del templo, una profanación de la fe, del pueblo, será la abominación, será la desolación de la abominación. ¿Qué significa esto? Será como el triunfo del príncipe de este mundo: la derrota de Dios. Él parece que en ese momento final de calamidad, vendrá sobre este mundo, será el dueño del mundo.

He aquí el corazón de la "prueba final": la profanación de la fe. No es permitido hablar de religión, porque sería algo privado ¿no es así? De esto públicamente no se habla. Los signos religiosos se eliminan. Se debe obedecer a las

órdenes que vienen de los poderes mundanos. Se pueden hacer muchas cosas, cosas bonitas, pero no adorar a Dios. Prohibición de adoración. Este es el centro de este fin. Y cuando llega a la plenitud -al 'kairos' de esta actitud pagana, cuando se cumple este tiempo - entonces sí, vendrá Él: 'Y verán al Hijo del hombre venir sobre una nube con gran poder y gloria'. (Cf. S.S. Francisco, 28 de noviembre de 2013, homilía en Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Revisar mi plan de vida para asegurar que la caridad y el servicio a los demás, por amor a Dios, sean las metas a alcanzar.

«El pensamiento de la eternidad te hará amar y valorar más el tiempo y la tierra en que el Señor ha determinado que vivas.»

(Cristo al centro, n. 2112)

28 de noviembre Oración preparatoria Señor, te pido tu ayuda. Soy débil porque mi loca imaginación no me deja concentrarme; débil por mi falta de voluntad para dejar a un lado mis preocupaciones; débil por sentirme mal por haberte ofendido, en vez de confiar en tu misericordia; débil por mi tibieza espiritual, por mis pasiones desordenadas que me agitan e impiden orar. ¡Espíritu Santo, te necesito! Petición (gracia/fruto que se busca) Espíritu Santo, te pido el don de ciencia para que esta oración sea el medio para valorar las cosas humanas en relación a mi último fin. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del Santo Evangelio según san Lucas 21, 29-33 En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos esta comparación: «Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando ven que empiezan a dar fruto, saben que ya está cerca el verano. Así también, cuando vean que suceden las cosas que les he dicho, sepan que el reino de Dios está cerca. Yo les aseguro que antes de que esta generación muera, todo esto se cumplirá. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse. Palabra del señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Saber esperar y discernir los signos de los tiempos. «Al final, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: “Con su perseverancia salvarán sus almas”. ¡Cuánta esperanza en estas palabras! Son un llamamiento a la esperanza y a la paciencia, a saber esperar los frutos seguros de la salvación, confiando en el sentido profundo de la vida y de la historia: las pruebas y las dificultades forman parte de un designio más grande; el Señor, dueño de la historia, lleva todo a su cumplimiento. ¡A pesar de los desórdenes y de los desastres que turban al mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá!

Y esta es nuestra esperanza. Ir así, por este camino, en el designio de Dios que se cumplirá. Es nuestra esperanza.

Este mensaje de Jesús nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la fuerza para afrontarlo con coraje y esperanza, en compañía de la Virgen, que camina siempre con nosotros» (S.S. Francisco, 17 de noviembre de 2013). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Esforzarme hoy, con la ayuda de Dios, a superar mi defecto dominante, el que más me lleve al mal.

«Empieza cada día, porque cada día es toda una vida para ti.» (Cristo al centro, n. 2114)

29 de noviembre Oración preparatoria Cristo Rey, Tú eres el verdadero Señor del mundo, Tú eres el vencedor del pecado y de la muerte; quien está unido a Ti no debe temer a nada ni a nadie. Señor, contigo no tengo ningún enemigo y ninguna adversidad insuperable. Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, que mi oración me ayude a permanecer siempre unido a tu Corazón para, así, crecer en amor y ser fuerte con tu gracia. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Lucas 21, 34-36 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Estén alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerán de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.

Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Discernir lo que viene de Dios y lo que no viene de Dios. Saber "discernir los espíritus", discernir si una cosa nos hace permanecer en el Señor o nos aleja de Él. Nuestro corazón siempre tiene deseos, tiene anhelos, tiene pensamientos. Pero, ¿estos son del Señor o algunos de estos nos alejan del Señor? Hay que poner a prueba lo que pensamos y deseamos: Si esto va en la línea del Señor, así irá bien, pero si no va... Poner a prueba los espíritus para ver si son verdaderamente de Dios, porque muchos falsos profetas proceden del mundo. Profetas y profecías o propuestas: '¡Yo quiero hacer esto!' Pero no te lleva al Señor, te aleja de Él.

Por esto es necesaria la vigilancia. El cristiano es un hombre o una mujer que sabe vigilar su corazón. Y muchas veces nuestro corazón, con tantas cosas que van y vienen, parece un mercado local: de todo, encuentras de todo allí... ¡Y no! Debemos saber -esto es del Señor o esto no lo es- para permanecer en el Señor...» (Cf. S.S. Francisco, 7 de enero de 2014, homilía en Santa Marta). Diálogo con Cristo Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios.

Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Antes de iniciar mis actividades diarias pedir humildemente: ¡Ven Espíritu Santo! «Solemos pensar que aún nos queda mucho tiempo, pero no pensamos que por más

que nos quede será siempre infinitamente más pequeño que la eternidad que nos espera y de la que no podemos dudar.»

(Cristo al centro, n. 2118)

30 de noviembre Oración preparatoria Señor, el tiempo de Adviento que iniciamos me recuerda que Tú vienes a nosotros como un niño. ¿Qué demostración de amor puede haber más grande que ésta? Jesús, en tu Encarnación, Tú asumiste nuestra carne, ahora quiero darte yo mi vida entera para que de este modo puedas venir al mundo otra vez y transformarlo. ¡Ven, Señor, no tardes! ¡Ven que te esperamos! ¡Ven pronto Señor! Petición (gracia/fruto que se busca) Señor, concédeme que esta oración me lleve a vivir un auténtico tiempo de espera gozosa y vigilante para crecer así en mi amor por Ti y a los demás. Texto base para entablar el diálogo con Dios Del santo Evangelio según san Marcos 13, 33-37 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va regresar el dueño de la casa: si al anochecer, al medio día, al canto del gallo o a la madrugada. No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo que les digo a ustedes, lo digo a todos: permanezcan alerta». Palabra del Señor. Meditación (profundización propuesta, si bien se sugiere sea algo personal)

Ese juicio que ya ha comenzado. «El Señor Jesús se ha donado y sigue donándose a nosotros, para llenarnos de toda la misericordia y la gracia del Padre. Somos nosotros, por tanto, los que podemos convertirnos en cierto sentido en jueces de nosotros mismos, auto condenándonos a la exclusión de la comunión con Dios y con los hermanos, con la profunda soledad y tristeza que esto produce. No nos cansemos, por tanto, de vigilar nuestros pensamientos y nuestras actitudes, para pregustar desde ahora el calor y el esplendor del rostro de Dios.

Será bellísimo ese Dios que en la vida eterna contemplaremos en toda su plenitud. ¡Adelante! Pensando en ese juicio que comienza ahora, que ya ha empezado. ¡Adelante! Haciendo que nuestro corazón esté abierto a Jesús y a su salvación, y ¡Adelante! Sin tener miedo, porque el amor de Jesús es más grande, y si nosotros pedimos perdón por nuestros pecados él nos perdona. Jesús es así. ¡Adelante con esta certeza, que nos llevará a la gloria del cielo!» (S.S. Francisco, 11 de diciembre de 2013). Diálogo con Cristo

Dedica unos minutos a tener un diálogo espontáneo con Cristo, de corazón a Corazón, a partir de lo que haya llegado al propio interior, de lo que te haya dicho Dios. Propósito (es mejor que surja del diálogo íntimo que se ha tenido con Cristo) Medir y comparar, hoy, el tiempo que dedico al ocio y a la diversión con el tiempo que dedico a Dios.

«Cada momento en el tiempo de tu vida tiene un valor. Te propone un rasgo característico en tu donación. Con él vas cumpliendo tu misión en la existencia.

Dejas tu huella en la historia.» (Cristo al centro, n. 2126)