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177UNA EXPERIENCIA DE DIÁLOGO, CONVIVENCIA Y NEGOCIACIÓN


Resistencia Indígena en la María, Piendamó Cauca: Una Experiencia de Diálogo, Convivencia y Negociación

Tejiendo Palabras De Paz

Vladimir Betancur Arias

Nota del Autor

Antropólogo de la Universidad de Antioquia. Investigador del Grupo Cultura, Política y Desarrollo Social. Línea: Globalización, Desarrollo y Cultura. E-mail: [email protected]

Resumen

Esta es la historia de un ave que creció en el árbol de la resistencia, que se reprodujo prolíficamente, y alza vuelo entre los vientos tormentosos de la globalización para defender el territorio, la identidad, la autonomía, la armonía y el buen vivir; del proceso indígena en el Departamento del Cauca, Colombia, desde la invasión en el año 1538 hasta nuestros días. Por el territorio de diálogo, convivencia y negociación de la sociedad civil han pasado, además de los indígenas, presidentes de la república y ministros, otros sectores sociales y solidarios de todo el país y de muchos otros. De allí parten y llegan marchas, en él se generan procesos que se establecen para pensar, así como para participar en la construcción colectiva por la solución al conflicto armado y social en Colombia, con la autodeterminación y la dignidad de pueblos en resistencia al colonialismo y a la guerra.

Este texto tiene forma de ave, en parte es un cóndor porque es fuerte y amplio; y es colibrí o esmeraldita, como se le conoce en el Cauca, porque es pequeño, rápido y ágil. En su cabeza lleva la memoria de la invasión, así como la lucha de los pueblos originarios por no disparager. Su torso lo constituye la creación del proceso político organizativo del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), pasando por la breve historia del Movimiento Armado Quintín Lame (MAQL), la participación indígena en la constituyente del 91 y el fortalecimiento de la Guardia Indígena. Sus Patas son el Territorio de Diálogo, Convivencia y Negociación de la sociedad civil de La María, espacio para la concertación, el diálogo, y la palabra de paz tejida colectivamente con trabajo, esfuerzo y pensando bonito. Sus alas son sus propuestas y acciones de Paz; sus otros, caminos.

Palabras claves: resistencia, movilización, autonomía, identidad, diálogos de paz, territorio de convivencia, diálogo y negociación de la sociedad civil, minga.


“No es verdad que sólo los hombres que han estudiado quince o veinte años, los que han aprendido a pensar, son los que tienen vocación, porque han subido del valle al monte. Pues yo nací y me crié en el monte, y del monte bajé hoy al valle a escribir la presente obra. Aquí se encuentra el pensamiento del hijo de las selvas que lo vieron nacer, y que se crió y educó debajo de ellas como se educan las aves para cantar, y se preparan los polluelos batiendo sus plumas para volar desafiando el infinito para mañana cruzarlo (Lame, 1939, p. 71)”.

Invasiones e Instituciones Coloniales y Republicanas: Raíces del Árbol de las Resistencias y Alzamientos Indígenas

Las raíces del árbol de la resistencia indígena, en el departamento del Cauca, se expanden por la acción de los invasores españoles, particularmente con la llegada a la frontera oriental Nasa, cercana a Timaná, de Pedro de Añasco en 1538 (Rappaport, 2000, p. 69), quien venía junto con Sebastián de Belalcázar en su empresa de saqueo y sometimiento. Este intento condujo a la derrota militar de los invasores españoles que encontraron la muerte de Añasco y la huida posterior de Belalcázar en 1542, quien luego de ver morir a la mayoría de sus soldados no tuvo otra salida que darse a la fuga y evitar a toda costa los territorios nasa, en especial Tierradentro y las regiones del norte del Cauca durante más de un siglo. Sería sólo hasta el año 1640, luego de la derrota militar de los Pijaos como aliados de los Nasas, que los españoles pudieron introducir de forma eficaz el sistema de encomienda en Tierradentro (Rappaport, 2000).

Así, la invasión española había dejado abierta la herida colonial en las poblaciones indígenas diezmadas por la esclavitud y el avasallaje, además de otras pestes traídas de Europa las cuales, junto con la imposición de la identidad nacional republicana, monolítica y moderna, sellaron el destino de los pueblos indígenas del Abya Ayala, resistir para existir.

El aparato ideológico de la colonia homologó lo “indígena” al periodo prehispánico y, de esta manera, lo convirtió en un mecanismo para caracterizar a los pueblos originarios como sub-humanos. Es así como Fray Pedro Simón, en sus Noticias historiales, excluye al indígena al considerarlo subhumano (Bolaños, 1994, p. 114), justificando la conquista militar y la imposición de la religión católica sobre la espiritualidad indígena ancestral con la intención de ganar almas para Dios y tierras para los españoles.

De igual modo, con la llegada de los movimientos independentistas, la República apareció en escena y con ella el Estado y su Proyecto de nación. Dicho proyecto se caracterizó, entre otras cosas, por las posiciones ambiguas frente al tema de lo indígena, ya que conservadores y liberales hacían explícitos sus discursos acerca de la historia nacionalista-liberal- y la historia colonialista –conservadora-, basándose las dos en la creación de una identidad nacional homogénea. Así la historia nacional que dio molde a la República de Colombia fue un punto de partida para la creación de una identidad nacional esencialista y totalizadora sobre la base de un pasado y un futuro comunes, donde la forma de vida indígena no tenía que


ver con los ideales republicanos.

A partir de 1850, cuando llegaron al poder los liberales, el resguardo fue considerado como una institución colonial y vestigio del pasado, “que debía ser abolido para el progreso del indio y del País” (Pineda, 1984, p. 201). Esta idea favoreció una ideología anti comunal que promovía los intereses de la clase latifundista. Años más tarde, con el triunfo de la regeneración, regresó el proyecto moralizante conservador hispano-católico el cual consideraba al indio como vago y degenerado.

Entrado el siglo XX, el general liberal Rafael Uribe Uribe en su texto Reducción de salvajes (1907), como lo señala Pineda (1984, p. 207), afirmaba que los indios eran un peligro para “nuestra misma nacionalidad” ya que “estaban asentados en vastos y ricos territorios y constituían un escollo para el progreso de nuestra nación”, sin embargo, defendía la conveniencia económica y social de aprovechar la fuerza del trabajo indígena y mestiza. En este sentido, adelantó un plan para la “domesticación de los bárbaros”, a través de la utilización simultánea de Colonias militares, Cuerpos de intérpretes y Misioneros. Así mismo, se buscaba la asimilación del “salvaje”, por medio de un proceso de Mestizaje, como fundamento “racial” para la construcción de una nueva Sociedad Colombiana, en la cual la raza blanca y lo hispano-cristiano debía ser el paradigma de construcción de la nación.

Es en esta misma dirección que se aplicarán medidas “civilizatorias” como la Ley 19 del 23 de septiembre de 1927, por medio de la cual se ordenó dividir nuevamente a los resguardos (Pineda, 1984, p. 211), como una forma de atacar las acciones colectivas indígenas, en especial las rebeliones del Cauca encabezadas por Manuel Quintín Lame, jefe de 197 pueblos entre resguardos, tribus y agregaciones indígenas como él mismo lo señala en su texto El derecho de la raza indígena ante todo (1927). Como se ha venido mostrando las invasiones, al igual que las instituciones coloniales y republicanas, aparecen como el abono que se ha irrigado en las raíces del árbol de las resistencias y alzamientos de los pueblos indígenas que, desde los Nasas, tiene tres momentos históricos básicos:

La resistencia del pueblo Nasa frente a todas estas formas de sometimiento se inicia en el año 1535, cuando la Cacica Gaitana, logra acuerdos con los demás pueblos para confrontar al invasor de una manera material y espiritual. Más tarde, en el año 1700, los caciques Juan Tama de La Estrella y Manuel de Quilo y Ciclos, emprenden otra época de lucha y resistencia, utilizando el diálogo y las alianzas como estrategia de lucha… De esta forma, logran que el Rey de España Felipe II, otorgue en 1771 títulos coloniales en los que declara la existencia de los primeros resguardos (…)

Ya en la era republicana y después de que nuestros pueblos aportaron buena parte de los ejércitos patriotas, se desconocieron los títulos coloniales, declarando los resguardos como tierras baldías, dando origen a la recolonización de nuestros territorios (…)


Ante tanta ignominia, surge el líder Manuel Quintín Lame (1883-1967), quien en su trabajo de concientización recorre buena parte de los departamentos de Cauca, Tolima y Huila, invitando a los pueblos indígenas a no pagar el terraje y por el contrario, retomar las luchas de nuestros antepasados y rescatar la cultura y el derecho propio de los nativos de este continente. Visitó familia por familia advirtiendo que los “pueblos indígenas estábamos en esos territorios antes que el blanco, lo que hemos hecho es darle posada en nuestra casa y en vez de nosotros cobrarle el arriendo, él nos lo cobra”… El esfuerzo de Quintín Lame despertó la conciencia e identidad indígena, por lo que de manera clandestina continuaron las reuniones en diferentes sitios del Cauca, se consolidaron alianzas especialmente con la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, ANUC, y todo ello posibilitó el surgimiento del CRIC en 1971, en el municipio o resguardo de Toribio, con una plataforma de lucha tan clara, que aún en nuestros días encuentra absoluta validez. (Comunidades indígenas del Cauca. Comisión de reforma agraria, 2010).

Desde el proceso histórico de la colonización y la conquista española, pasando por la creación de La Republica de Colombia y hasta los acuerdos económicos-militares celebrados por los gobiernos, como el plan patriota, el plan Colombia o los tratados de libre comercio, se implementan a través de la violencia. Los valores culturales además del sistema económico nos han sido impuestos por medio del sometimiento a la cruz y el filo de la espada, los fusiles de asalto Israelíes o los helicópteros black hawk re-encauchados de la guerra de Vietnam, pero también a través de formas más sutiles como los medios masivos de comunicación por los cuales se difunde la idea colectiva de superioridad tecnológica, cultural y económica que sostiene el sistema mundo capitalista, el cual naturaliza la dominación intentando conducir entre otros proyectos modernizadores, a los pueblos originarios del mundo entero a su desaparición, mostrándolo como apenas natural , lógico y deseable, aún para ellos mismos.


En 1984 y tras el asesinato en Santander de Quilichao del sacerdote católico Nasa, Álvaro Ulcué Chocué, en unos hechos en los que se encuentran involucrados los agentes del F-2, Miguel Ángel Pimentel y Orlando Roa, según lo aseveró un testigo ocular del hecho que luego fue obligado a cambiar su versión, gestado con la participación de terratenientes y políticos de la región (Valero, 2011), quienes se sentían amenazados en sus intereses con el proceso organizativo indígena de recuperaciones de tierras en el cual participaba el sacerdote. Casi un año después, fruto de la rabia generada por la muerte no solo de Álvaro Ulcué sino de muchos otros que se encontraban recuperando las tierras, haciendo frente a la constante amenaza de los pájaros, como llamaban a los paramilitares en ese entonces, sale a la luz pública el Movimiento Armado Quintín Lame (MAQL) el 5 de enero de 1985 con la toma del municipio de Santander de Quilichao, ubicado a 1 hora de Cali, la capital del Departamento del Valle del Cauca.

Es en este contexto en el que un grupo de indígenas Nasa principalmente,


conformados anteriormente como un comando de autodefensa con algunas escopetas y algunas pistolas, deciden alzarse en armas, capacitarse militarmente, asociarse y consolidar los territorios ancestrales recuperados por las comunidades en el proceso de las liberaciones de la madre tierra.

Posteriormente, en 1989, junto con el Movimiento insurgente M-19, el MAQL entró en un proceso de negociación que lo llevó a la entrega de armas en 1991 y a la participación en la Asamblea Nacional Constituyente, consolidándose como actor social de paz y comprometiéndose con la promoción de iniciativas como la guardia indígena y la dinamización de procesos políticos por la defensa territorial, espiritual y de resistencia al colonialismo, convirtiéndose así en parte fundamental tanto del movimiento indígena caucano así como de importantes procesos de resistencia civil al proyecto de muerte llamado globalización, los cuales se han librando en distintos lugares de Colombia, desde ese entonces y hasta ahora, 21 años después.

Foto Manuel Quintìn1

1 Foto: Manuel Quintín Lame Chantre (sin autor)


Con la realización de la Asamblea Nacional Constituyente se intenta, entre otros asuntos, replantear una nueva relación entre las comunidades indígenas y el Estado, a través de unos acuerdos de paz entre varias fuerzas insurgentes presentes en diversas regiones del país y especialmente en el departamento del Cauca, naciendo la esperanza de la apertura democrática a todos los sectores sociales del país, ya que las organizaciones insurgentes se conformarían como partidos políticos y entrarían a participar de la democracia, como la Alianza Social Indígena-Quintín Lame (ASI-QL) y la Alianza Democrática M-19 (AD-M19). De ella participaron, entre otros, delegados de diversas organizaciones indígenas así como de los movimientos insurgentes insertos dentro de los acuerdos de paz: por el MAQL Alfonso Peña Chepe, por el M-19 Antonio Navarro Wolf, por la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) Francisco Rojas Birry, y por el pueblo Misak, Lorenzo Muelas Hurtado, quienes logran incluir dentro de la carta constitucional derechos ancestrales como la autonomía territorial, la declaración de la mayoría de edad para los indígenas, y la consideración de Colombia como una nación pluriétnica y multicultural, lo cual marca una diferencia muy grande con la anterior carta constitucional escrita en 1886, la cual no estaba acorde al contexto político y social de ese entonces.

Pero a la vez que esto ocurría, se iniciaba la apertura de la política económica neoliberal durante el gobierno de Cesar Gaviria Trujillo (1990-1994), la cual incidirá fuertemente tanto en los territorios indígenas como en los afrodescendientes y campesinos. Debido a esto, el movimiento indígena vislumbra este nuevo escenario y orienta el camino de la lucha alrededor del rechazo a los tratados de libre comercio y la mercantilización del territorio. Así queda de manifiesto un problema de fondo que consiste en el choque de dos pensamientos muy distintos, por un lado las cosmovisiones, los significados y prácticas diversas de los pueblos indígenas en los

Foto. Movimiento Armado Quintín lame2

2 Foto: Movimiento Armado Quintín Lame. Marco Aníbal Avirama Avirama. En: Revista Semana. Jueves 24 de Marzo del 2011.


territorios y, por otro, los intereses de un mundo globalizado y capitalista sobre los recursos naturales.

Contra el proyecto globalizador del neoliberalismo, la Comisión de Reforma Agraria (2010) de las comunidades indígenas del Cauca afirman que:

Hoy soportamos la imposición de un proyecto de muerte llamado GLOBALIZACIÓN, que no respeta fronteras, llega a todos los rincones del mundo y está en nuestros hogares. Tal proyecto impulsa la guerra, trae propaganda y difunde mentiras, leyes injustas y la acumulación de dinero como el único destino posible. Expresa su avidez por los recursos de la naturaleza y por el trabajo de la gente, para incrementar los niveles de extracción y explotación. Es un proyecto que se presenta como inevitable y convierte al ser humano, a la naturaleza y a la vida, en un artículo de cambio, en una mercancía. Y para imponerse construye poderosos ejércitos que hacen la guerra a los pueblos, los masacran y desplazan (…) (p. 14).

Con la expansión del capitalismo a los rincones más alejados se conforma el llamado sistema mundo, caracterizado por la mundialización del mercado, en el cual el capitalismo le pone precio a la vida según las leyes de oferta y demanda, convierte a la tierra, los minerales, el agua, las plantas, los animales, las personas y muchas otras formas de vida microscópicas, así como la cultura y hasta nuestros genes, en mercancías, vendibles y comprables. Es en este orden de ideas, que los movimientos sociales, especialmente el movimiento indígena, se resiste a las políticas privatizadoras, integracionistas y neoliberales, basándose sobre todo en la fortaleza de su cultura para defender su Autonomía como pueblos ancestrales, es decir, su Derecho Mayor a vivir según sus propias ideas y deseos, interpretando la realidad desde sus propios saberes milenarios, desde el pensamiento propio que fundamenta su existencia para seguir de esta forma con el Deber Mayor de proteger a la madre tierra de la destrucción a la que se ve sometida por la sobreexplotación del modelo capitalista.

Las políticas neoliberales que implementa la globalización económica y los valores modernos han introducido un nuevo tipo de relación entre el estado y los movimientos sociales, sus escenarios, participantes, programas y alcances. Los significados propios de los pueblos indígenas y de otras expresiones sociales son elementos constitutivos de procesos que buscan dar nuevas/viejas definiciones a conceptos como territorio, naturaleza, raza, mujer, economía o política los cuales entran en fricción con los significados culturales dominantes.

Los planes de desarrollo que se implementan en Colombia distan mucho en la práctica, del pluralismo y la diversidad económica de la cuales tanto hablan, para los indígenas se resiste tanto desde la espiritualidad, como desde la cultura y sus propios planes de vida, defendiendo así su Autonomía. Con la apertura e internacionalización de la economía, asistimos a un mundo donde las políticas públicas y los territorios son dirigidos por organizaciones transnacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre otros, ajustados desde luego a los intereses del capitalismo mundial, dejando de


este modo y como única opción de participación de las comunidades, a simplemente someterse o movilizarse para resistir y defender su vida en su territorio.

La relación conflictiva que se ha presentado entre el Estado y el movimiento indígena ha llevado a este último a configurar una identidad propia como pueblos originarios en resistencia permanente, guerreros y guerreras ancestrales desde antes de la colonia; el tiempo en los resguardos del cauca se mide al ritmo de la resistencia, de las asambleas, de las mingas y de las labores del campo, la vida allí dista de ser monótona o fácil, ya que el trabajar duro la tierra, se acompaña de días o semanas de discusiones y de acciones colectivas; la justicia propia Nasa, se aferra a una estructura organizativa horizontal con gobernadores, gobernadoras, consejeros y consejeras, donde los cargos de autoridad son rotativos entre la comunidad, y su prestigio depende de su habilidad para caminar la palabra3 no de su capacidad para adquirir mercancías; en las asambleas generales, en los congresos, en los territorios ancestrales recuperados, el pueblo tiene voz y voto en las decisiones que se tomen y manda obedeciendo.

En Colombia, no solo en el Cauca, las movilizaciones indígenas desde sus variadas expresiones organizativas han venido ejerciendo una gran influencia en el sistema político colombiano, la acción política de estos movimientos ha permitido consolidar unos discursos, significados y prácticas que responden no solo a sus cosmovisiones particulares sino también a demandas sociales provenientes de la discriminación cultural, de la exclusión socioeconómica y también de las presiones sobre sus territorios ancestrales. Esa capacidad organizativa les ha permitido pervivir y hacer frente a las distintas formas de violencias que han tenido que afrontar a lo largo de su historia, formulando valiosos aportes al proceso de construcción de paz en este país, donde se han convertido durante el transcurso de las últimas décadas en importantes actores sociales y políticos; pero la distancia entre los postulados jurídicos de la constitución de 1991 y la realidades sociales en la actualidad es enorme, teniendo en cuenta que la mayoría de los pueblos indígenas siguen siendo sometidos a graves problemas como asesinatos, desplazamiento, degradación del territorio, la discriminación y la amenaza permanente de la extinción como lo señala el Consejo Económico y Social de la ONU (2011):

Más allá de los 34 pueblos indígenas identificados por la Corte como en peligro de extinción, la ONIC ha identificado otros pueblos indígenas que se encuentran ante el mismo riesgo por tener una población inferior a los 500 habitantes, incluidos 18 pueblos que tienen menos de 200 y 10 con menos de 100. (p. 5).

3 Concepto propio que hace referencia a la acción de movilizarse por todos los territorios, divulgando el pensamiento ancestral y generando procesos de articulación, participación y movilización social, no sólo dentro del movimiento indígena sino con otros sectores como el campesino, el afro y el urbano.



Entre los nuevos movimientos sociales cuya originalidad es el presentarse provenientes de la sociedad civil, fuera del esquema “clasista” y sin una intervención o control directo del Estado, el movimiento indígena se encuentra en primera línea en varios países, debiendo enfrentarse, por ello, además, al pensamiento autoritario de la izquierda que, por múltiples razones, rechazaba aceptar la irrupción de ese nuevo actor étnico. (Gros, 1997, p. 29).

El repertorio de acción del movimiento indígena del suroccidente Colombiano está compuesto por diversas modalidades y son en esencia formas de acción colectivas, donde elaboran sus propios significados y no hay en él formas de violencia:

• Peticiones y denuncias

• Marchas

• Concentraciones

• Congresos

• Tomas de vías o instalaciones

• Declaraciones de alerta

• Formación de comisiones masivas para búsqueda y rescate de personas

• Neutralización de acciones armadas.

• Destrucción de instalaciones de narcotráfico. (Hernández, 2003, p. 119).

Así las cosas, durante el Congreso Extraordinario de los Pueblos Indígenas del Cauca, convocado por el CRIC, realizado entre el 30 de Mayo y el 2 de junio de 1999 en La María, al cual concurrieron más de 15 mil personas (Hernández, 2003, p. 114), fue declarada una parte del territorio como de diálogo, convivencia y negociación de la sociedad civil; En ese momento y lugar, también es reconocido el CRIC como autoridad tradicional indígena con jurisdicción sobre todo el departamento del Cauca, ante el Gobierno nacional del Estado Colombiano.

El motivo de la conformación del territorio de Convivencia, Diálogo y Negociación, surge como respuesta a la no inclusión efectiva de la sociedad civil en los diálogos de Paz en la Zona de despeje, ubicada en San Vicente del Caguán (Caquetá), entre el gobierno del presidente de ese entonces, Andrés Pastrana (1998-2002) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del pueblo (FARC-EP), en dicho lugar, estos dos actores armados conformaron unas mesas de diálogo, a las cuales el movimiento indígena solicitó participación a través del mayor Nasa Anatolio Quirá; la respuesta que recibieron fue que participarían


como un tercero, sin voz ni voto, por lo cual el movimiento indígena no acepta dichas condiciones y en su reflexión busca un espacio donde pueda la sociedad civil sentarse a hablar entre ella y con el gobierno, sin necesidad de empuñar las armas, sin necesidad de estar bajo presión de ningún actor armado, pues si el estado cedía su territorio a un actor armado entonces los indígenas deciden también ceder parte del territorio de uno de sus resguardos al movimiento indígena del Cauca, de Colombia y a la sociedad colombiana en general, para exponer de frente al Estado, la situación social, política y económica por la que atraviesan así como para discutirlos colectivamente y realizar acciones colectivas orientadas a buscar una salida negociada al conflicto social y armado.

La María Piendamó surge así como un sitio de encuentro, como un territorio de paz a nivel local, regional, nacional e internacional, conformándose entonces como un espacio político-organizativo debido a la exclusión que se hizo al movimiento indígena en los diálogos del Caguán entre el gobierno Pastrana y la guerrilla de las FARC, declarándose e instalándose así un 12 de octubre de 1999 el Territorio de Convivencia, Diálogo y Negociación de la Sociedad Civil.

De esta forma la comunidad Misak de La María, en común acuerdo con el CRIC, entrega un pedazo del territorio para la creación del Territorio de Convivencia, Diálogo y Negociación, convirtiéndose en una experiencia para la unidad en la diversidad como principio para la paz y la convivencia, además de ello se considera que el territorio tiene una ubicación estratégica sobre la vía panamericana que lo hace de fácil acceso para las concentraciones, dicho proceso tiene la intención de ir materializando y sumando un espacio donde tengan cabida distintas organizaciones y movimientos sociales: indígenas, afrocolombianos, campesinos, mestizos, obreros, estudiantes, sindicatos, académicos, para que a través de una participación proactiva de todos los sectores, estos generen procesos políticos los cuales permitan una efectiva interlocución entre el Estado, la sociedad colombiana y los grupos alzados en armas, para así buscar una negociación política al conflicto social y armado, no solo buscando silenciar el ruido de los fusiles, sino buscando solucionar las razones que lo sostienen y le dan origen.

La María es la casa grande de todo el movimiento indígena, es un lugar de encuentro donde con alegría y autonomía caminan su historia, fortalecen la lucha y reivindican sus derechos para garantizar el futuro de los pueblos, pero también es el sitio de reunión de muchas diferentes organizaciones de los movimientos sociales, en donde se comparten las buenas ideas de solidaridad y reciprocidad; allí se construyen lazos de unidad donde todos y todas sin importar su origen, lengua o color de piel nos encontramos para convivir, compartir y legislar, es allí donde se va a llamar la atención sobre la problemática social en Colombia y a exigir al gobierno soluciones efectivas a las causas, así como a las consecuencias de la guerra.

Así, vemos que los eventos realizados en La María conservan los mismos objetivos, así como el mismo repertorio de acciones colectivas del movimiento indígena del suroccidente, incluidas las tomas de carretera, como los bloqueos del 2004, 2006, y 2008, realizados en el Marco de La Minga por la vida y de la Minga de Resistencia social y comunitaria, en las cuales se movilizaron comuneros y comuneras indígenas de todo el Cauca, bloqueando el paso vehicular sobre una


de las vías arteria de Colombia, con exigencias muy claras pero sobretodo de forma pacífica, a las cuales el Estado respondió en todas las ocasiones con represión, la destrucción de las casas cercanas al sitio de concentración así como con el asesinato de varios comuneros por heridas de bala de fusil disparadas por la policía contra la población desarmada, muchos perdieron un ojo a causa de las esquirlas, o las balas recalzadas lanzadas con los gases lacrimógenos por la policía, 23 manifestantes son capturados por la fuerza pública en el 2008, muchos otros más fueron brutalmente golpeados4.

¿Qué es la Minga de resistencia?

Que el país de abajo legisle.Que los pueblos manden.Que la gente ordene el territorio, la economía y la forma de gobernarse.Que camine la palabra.

En las comunidades indígenas las mingas (Alik en Namtrik, la lengua Misak) son formas tradicionales de acciones colectivas que consisten en juntarse para realizar entre toda la comunidad, trabajos de beneficio particular como la minga de hacer casa, o la minga de los comuneros, y también trabajos para el beneficio común como las mingas del cabildo, las mingas para arreglar la carretera o también la Minga por la Vida y contra la Violencia y la Minga de resistencia social y comunitaria, siendo estas, las manifestaciones más contundentes de los últimos años para oponerse a los efectos del conflicto armado y para advertir acerca de los efectos negativos de la economía de libre mercado sobre las comunidades y territorios indígenas, afrodescendientes y campesinas.

La mayoría de los pueblos indígenas siguen sin resolver el asunto de la tenencia y uso económico de la tierra para no añadir que los indígenas del Cauca también han sido víctimas de otro desastre social, el del conflicto armado: durante décadas han sufrido la violencia de diversas corrientes guerrilleras, grupos de paramilitares y narcotraficantes, como también los abusos de agentes del Estado. A pesar de la retórica constitucional, los indígenas siguen siendo un sector de la población altamente “vulnerable” o - para decirlo sin el eufemismo- un grupo francamente vulnerado de la población colombiana.

Con la Minga de Resistencia realizada el año 2008, que tuvo como epicentro a La María, se logró llevar al entonces presidente Uribe, al silo (nombre del espacio de reunión) bajo las condiciones presentadas por La Minga para interpelarlo frente a toda la comunidad que se encontraba presente, respecto a los 5 puntos que constituían su pliego de exigencias.

La Minga de Resistencia, entonces, significa eso, unidad en la resistencia con diversos pueblos y sectores sociales, para el trabajo colectivo, en torno a la

4 Ver: Morris, Hollman. Programa Contravía. Minga 2008 (minga indígena). Morris producciones. http://www.youtube.com/watch?v=dqzLH39ome8&feature=related.


búsqueda de soluciones eficaces al sistema de explotación y exterminio que desangra la tierra, le pone precio a la vida y nos somete a la cadena productiva que alimenta la maquinaria capitalista. La María Piendamó, fue la primera casa de La Minga, de allí partió rumbo a Bogotá en 2008 de la misma manera que marchó a Cali en 2004 y aunque nace como propuesta del CRIC, es recogida, socializada y defendida por otros movimientos sociales, en los barrios de las ciudades y en las universidades como en el campo, en los territorios afro, y en los sindicatos. Su plataforma política fue construida colectivamente como resultado del proceso de la Minga por la vida, la justicia, la alegría, la autonomía y la libertad de los pueblos, que marchó a Cali en el 2004 con cerca de 80.000 indígenas, campesinos y miembros de organizaciones sociales que se reunieron en el “Congreso de Pueblos y movimientos sociales” en el cual se promulgó el “Mandato indígena y Popular” el 18 de septiembre de ese mismo año. En este marco de ideas y de acciones, en Julio del 2012, luego del recrudecimiento de la guerra en el norte del Cauca, entre las FARC y el ejército nacional, la comunidad conjuntamente con la guardia indígena realizan varias acciones de hecho conocidas como Mingas por la Paz, entre ellas el desalojo de efectivos del ejército nacional concentrados en el cerro Berlín, ubicado en jurisdicción de resguardo indígena de San Francisco, en Toribio Cauca, entre el 11 y el 13 de Julio, y el juicio tradicional Nasa a 4 milicianos de las FARC, a los cuales se les incautó también un importante material de guerra. Es así que, frente al plan de consolidación del ejército nacional, también relacionado directamente con la venta de títulos mineros en territorios indígenas así como los Tratados de Libre Comercio, y el incremento de las acciones militares de las FARC en los territorios ancestrales, se realiza el Encuentro nacional de los pueblos indígenas. Por la defensa de la madre tierra, 520 años de resistencia, en el resguardo Misak La maría, Piendamó Cauca, Territorio de diálogo, convivencia y negociación de la sociedad civil del 10 al 15 Agosto de 2012.

5 Foto: La guardia indígena en el Encuentro nacional de los Pueblos indígenas realizado en Agosto del 2012.

Foto. Guardia indigena5


Este encuentro surge en el contexto de la resistencia indígena a la militarización de los territorios así como a las políticas de exterminio que vienen disfrazadas de desarrollo, prosperidad, inversión extranjera y de seguridad; Así los recientes enfrentamientos entre los actores armados en el departamento del cauca responden a acciones de consolidación estratégica de ambos bandos, el Estado por su parte se esfuerza por imponer militarmente los negocios de las transnacionales mineras, así como de los grandes capitales transnacionales, masacrando, imponiendo, torturando; la guerrilla por su parte responde al avance militar del Estado, cambiando sus formas de actuar, poniendo carros bomba, sembrando minas antipersonas al rededor de las escuelas, en los sembrados y alrededor del territorio además de aumentar el número de hostigamientos en su esfuerzo por mantener el control militar de los territorios en conflicto, desconociendo las leyes mayores además de las autoridades tradicionales y espirituales, como el caso del asesinato selectivo del médico tradicional Nasa Lizandro Tenorio Trochez en el resguardo de López Adentro, el sábado 11 de agosto del 2012 mientras se realizaba el encuentro.

Desde la movilización el día 10 de agosto por las calles de Popayán, la cual le dio inicio al encuentro, las voces de descontento se hicieron escuchar no sólo en las calles sino a través de las radios comunitarias de todo el departamento, de los comunicadores indígenas y alternativos, quienes se sirvieron de todos los recursos que tienen a mano, de solidaridad y de dignidad para hacer contrapeso a los medios masivos de desinformación, orientados más a confundir que a informar, esparciendo su mensaje discriminatorio y colonialista para fortalecer las estrategias de control geo-estratégico de las empresas transnacionales, quienes son finalmente, los más beneficiados de la militarización de los territorios. Dicha militarización como se

Foto Movilización en Popayán6

6 Foto: Movilización en Popayán, capital del departamento Cauca, con motivo del Encuentro nacional de los Pueblos indígenas.


denuncia en este evento, lleva consigo no sólo la muerte violenta de miembros de ambos bandos, sino también la siembra de minas antipersona en los cultivos de indígenas, campesinos y afrodescendientes, impiden el trabajo en las labores diarias del campo, asistir al colegio, visitar los lugares sagrados y vivir según las orientaciones de los espíritus mayores, generando el desequilibrio espiritual y ecológico de la madre tierra.

Así, los pueblos indígenas reunidos en el territorio de convivencia, diálogo y negociación de la sociedad civil acordaron declararse en asamblea permanente hasta que el presidente Santos en persona y no sólo sus ministros asistieran a la María, para interlocutar directamente con las delegaciones asistentes bajo el control territorial de la guardia indígena y el consejo de los mayores. Luego de tomada esta decisión colectivamente y prepararse para lo que pudiese pasar, como un bloqueo7 de la vía Panamericana con la consabida respuesta militar del aparato represor del Estado, el presidente cambió su posición, llegando así el Ministro del interior el día 14 de agosto para acordar la agenda presidencial con los consejeros indígenas y presentarla a la asamblea del encuentro, con la presencia de delegados de la ONU, la OEA y la Defensoría del Pueblo, entre otros.

Las exigencias planteadas por la Organización Indígena de Colombia (ONIC), el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), el Consejo territorial de autoridades indígenas del oriente caucano (COTAINDOC), la Organización Indígena de Antioquia (OIA) entre otras organizaciones, son muy claras, por ejemplo denuncian que el Estado se gasta en guerra 22.21 billones de pesos, 6,5% del producto interno bruto (PIB); Si el estado destinara a salud y educación el total del gasto militar, podrían construirse más de 3.700 escuelas y 220 hospitales de tercer y cuarto nivel. Según informes del CRIC8.

Con la llegada al resguardo Misak del Ministro del interior Federico Rengifo a organizar la agenda del presidente el día siguiente, comenzó el grueso del evento, así, luego de una muy corta reunión entre él y los consejeros indígenas marcada por el tira y afloje entre ellos, se logró concertar una reunión de 2 horas con la asamblea en pleno de los pueblos indígenas presentes en el evento, para presentarle a Juan Manuel Santos las exigencias del movimiento indígena nacional que consisten en varios puntos como son:

1. El gobierno nacional y la política para pueblos indígenas2. Evaluar el estado de cumplimiento de los acuerdos establecidos con los pueblos indígenas: • Iniciativas de Paz frente al conflicto armado y social • Acuerdos humanitarios • Agenda legislativa • Seguridad alimentaria • Medio Ambiente

7 También conocidos en otros países como cortes de ruta o piquetes.8 Volante entregado en el Encuentro nacional de los pueblos indígenas. Por la defensa de la madre tierra, 520 años de resistencia, realizado del 10 al 15 Agosto del 2012.


• Planes departamentales de agua • Impactos del TLC

• Autonomía territorial, referida a política pública con énfasis en Tierra y Territorio, SEIP (sistema de educación intercultural propio), SISPI (sistema indígena de salud propia e intercultural), administración propia, DDHH y consulta previa.

Es importante también, hacer referencia a que esta propuesta fue construida y socializada conjuntamente entre los y las consejeras, las autoridades tradicionales, y otros comuneros que se reunieron bajo el inclemente sol del medio día, a un lado del sitio de reunión y no a puerta cerrada como se acostumbra en el mundo moderno, blanco y occidental.

De esa manera el Ministro en cuestión, hizo una muy corta presentación de la agenda del presidente a la asamblea y se retiró nuevamente en medio del complejo dispositivo de seguridad organizado por la guardia indígena, ya que está rotundamente prohibido el ingreso de armas de fuego al territorio de diálogo y convivencia, así como de actores armados, con contadas excepciones como la guardia personal del presidente, aunque en este caso su seguridad corrió, en parte, por cuenta de la guardia indígena.

En el siguiente día llegó el Presidente de la República al territorio de diálogo, el cual se encontraba abarrotado de gente e inmerso en un dispositivo de seguridad mucho más complejo que el del día anterior, organizado conjuntamente entre la guardia indígena y un ejército así como una policía nacional desarmadas, sin fusiles ni pistolas.

Luego de los actos protocolarios, los himnos y los saludos, los distintos consejeros y consejeras hicieron informes completos, claros y detallados de cada uno de los puntos propuestos en el texto presentado al gobierno, quien expreso al respecto “este gobierno, no considera a las comunidades indígenas, y mucho menos a los indígenas del Cauca como guerrilleros o como portadores de violencia, esta estigmatización la rechazamos y la rechazo yo, que eso quede absolutamente claro”, pidió además perdón a los indígenas por las víctimas del conflicto armado, también argumentó que aunque su gobierno era “conciliador y dispuesto para la paz” , “sabía hacer la guerra” y “no le quedaba otra alternativa” que continuar haciéndola como comandante supremo de las fuerzas militares y además aseguró que “la fuerza pública no viola los derechos humanos”. Frente a esto el consejero mayor del CRIC Jesús Chávez, y los demás concejeros hicieron tres demandas muy claras a resolver en no menos de 2 meses desde esa fecha, cuando debería asistir nuevamente al territorio de la María, haciendo saber que los pueblos se alzarían de no cumplir con estas demandas: • La derogación inmediata de todos los títulos y concesiones mineras en todos los territorios indígenas del país.• La derogación inmediata de la resolución de la OPIC (organización pluricultural de los pueblos indígenas del Cauca) ya que fue creada por el gobierno de Uribe, conjuntamente con paramilitares y empresarios caucanos para hacer contrapeso a las organizaciones legítimas de los pueblos originarios del Cauca, romper sus


procesos, estigmatizar a sus miembros y a sus acciones generando problemas internos dentro de las mismas comunidades.

• La desmilitarización inmediata del cerro Berlín, del resguardo Nasa de Toribio y de todos los resguardos indígenas de Colombia.

Luego de comprometido el presidente a estudiar las exigencias, así como a dar respuesta en el tiempo acordado, la gran mayoría de los y las asistentes desmontaron los cambuches, las carpas, las ollas, tomaron sus cosas, las subieron a las chivas9 y partieron hacia sus territorios a socializar los resultados del encuentro así como a pensarse nuevas/viejas estrategias que permitan dar solución al conflicto armado y social que enfrentan todas las comunidades indígenas en Colombia, fortalecer los planes de vida, la guardia indígena, la autonomía y el Buen vivir de los pueblos originarios.

Este encuentro significa también, la continuación del proceso de Minga de Resistencia y contó con el trabajo colectivo de personas de distintos pueblos y lugares de Colombia. Lamentablemente, días antes del encuentro y posteriormente del discurso presidencial, de sus disculpas públicas, y de su tono aparentemente “conciliador” pero evidentemente guerrerista, han muerto al menos 9 indígenas en el Cauca a manos de ambos actores armados, mediante asesinatos selectivos, extrajudiciales o “errores militares”, como los recuerdan Julie Manuela Muela y la Asociación Indígena del Norte del Cauca (ACIN):

Fabián Güetio de 22 años el 18 de julio, Aldemar Pinto el 6 de agosto, Lizandro Tenorio Trochez, líder espiritual el 12 de agosto, Sebastián Ul Secue de 5 años el 16 de agosto, Daniel Valenzuela Mosquera el 14 de agosto, Efraín Silva Jilcue de 15 años el 21 de agosto, Walter Tombé Maecha y Jhonny Alexander Zuleta Noscué, ambos de 17 años el 21 de agosto a manos de las FARC (Muela, 2012). Jaime Mestizo Pito, Alcalde Mayor del Resguardo de Huellas – Caloto, asesinado en horas de la mañana del día viernes 14 de septiembre por dos hombres en moto quienes le propinaron 3 disparos al altura del Tórax que le quitaron la vida (ACIN. Autoridad ancestral resguardo indígena de Huellas, Caloto, 2012, p.1).

9 También conocidos como Buses escalera, son buses modificados, con carrocería de madera, y capacidad de carga en el techo, Se caracterizan por su pintura multicolor, con dibujos de paisajes con flores e imágenes del pueblo del cual proviene el vehículo.


Conclusión

El conflicto armado y social en Colombia tiene más de 500 años y su solución negociada no se da únicamente con el cese al fuego bilateral ni con una asamblea nacional constituyente ya que la guerra no es el conflicto, es una parte de él, una muy importante por cierto, pero no su único rostro.

Es realmente triste conocer y vivir de primera mano la crueldad del conflicto, escuchar a las víctimas y ver caminar tranquilamente, como si nada pasara a los victimarios, pero sería mucho más triste si las comunidades afectadas y no beneficiarias del accionar de los grupos armados no se organizaran en búsqueda de soluciones reales a sus dificultades partiendo de sus fortalezas así como de sus habilidades. Para el caso del movimiento indígena del cauca, la resistencia indígena, es decir el esfuerzo colectivo, ancestral, material y espiritual por autogobernarse así como por autodeterminarse como culturas originarias, según sus propios usos y costumbres, es más que un deber o un derecho, una necesidad así como un mandato de las leyes Mayores, dejado por los espíritus de la tierra o los padres creadores, transmitido por los abuelos y las abuelas a sus hijos e hijas, quienes a su vez lo hicieron a los suyos, a nosotros, a través de la palabra de consejo que es palabra de vida, para el buen vivir de la gente del maíz, de la gente de la coca y del tabaco, de la gente de la yuca, de la gente del trueno, para la gente de río, la gente de montaña, para la gente del agua, para la armonía de la madre tierra y de todas las gentes del mundo. En este sentido, la resistencia continúa hasta que se apague el sol…

Por eso vamos a seguir recuperando las tierras. Por eso vamos a dejarla en libertad para convivir en ella y para defender la vida. Por eso, luchar por la tierra no es un problema ni un deber solamente de los indígenas, sino un mandato ancestral de todos los pueblos, de todos los hombres y mujeres que defienden la vida. Porque solo en la lucha para poner en libertad a nuestra madre recuperamos la dignidad, alcanzamos la justicia y la equidad, y caminamos la palabra que defiende la vida. Seguiremos coordinando, haciendo las alianzas estratégicas y llamando desde las palabras convertidas en acción en el espíritu de la comunidad a despertar las conciencias y a recuperar la Madre Tierra para ser libres. Desde este rincón sagrado del planeta, como pueblos ancestrales arraigados en estas tierras del Cauca, hacemos lo que nos corresponde por la tierra y por la vida, luchamos por la tierra y por la vida y en ese camino, la recuperamos, transformamos el derecho de propiedad para que sea colectivo y convocamos las conciencias a caminar palabras de libertad.. (Comunidades indígenas del Cauca. Comisión de reforma agraria. 2010, p. 2.)

A tejer palabras de Paz.


A la memoria de quienes sembraron las semillas, de quienes la regaron, y de todas y todos los que en esta guerra centenaria han sido asesinados defendiendo la vida, o simplemente viviéndola. A mi abuelo.


Referencias

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