08. olive. (1999). el estado, la participación y el diálogo. 217-233

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'-i ., , . , OliVE! I leon l+iw pluYd/!' smo, FFL-VNFlM / . ,I ,. ,. '. EL ESTAD O, LA PARTICIPACION Y EL DIA.LOGO CONDI r: IONES P ARA UN,\ pO lh'ICA MULTI CUl T URA L En los capitulos "EI pluralismo» y . La pluralidad de los mun- dos» revbamos algunas ideas que sustentan el pluralismo l n el terreno de la epistemologfa. A 10 largo del libro hlmos suge ri d( qt'e pluralismo un modelo multicul- di erente de los que se deri van de las concepciones absolut i :tas y las relativistas. Cada tipo de modelo justifica polftica: diferentes. Por ejemplo, si se considera que es correcto un relativis- mo fuerte y extremo -en relaci6n con la racionalidad y, en generaL en los teuer os gnoseol6gico y etico- , entonces es posible j_ stificar propuestas aislacionistas, separa'istas y ex- !; luyep!es respecto de las comunidades indigen as, 0 a las turas en general. En el lado opuesto, un modelo absolutlsta Justifica la busqueda de la con lergencia hacia una (mi ca vi - ' si6n dd mundo, hacia una cultura univers11. De at:uerdo con el pluralismo . e 1 cambio, se p lede ofrecer una justificaci6n para un modelo multi cultural en el la s diferentes culturas se desa rr ollen co n armonia y coorye raClOn. Corno vimCl s en el capitulo anterior, las cultura:. son im- vrescindibl c:, pal .l la ,J enti daJ '1ersonal de sus y Ie': Srind an el hori zo n te de opcioneS' IJara la reaitzaClon de ., . - ---- _ ..

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Page 1: 08. Olive. (1999). El estado, la participación y el diálogo. 217-233

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OliVE! I leon (15'J~). M~ l+iw 1-tv~h's1Y\o ~ pluYd/!'smo, H~')£.i(o: FFL-VNFlM / Paido~ .

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EL ESTADO, LA PARTICIPACION

Y EL DIA.LOGO

CONDIr: IONES PARA UN,\ pOlh'ICA MULTICUlT URAL

En los capitulos "EI pluralismo» y . La pluralidad de los mun­dos» revbamos algunas ideas que sustentan el pluralismo l n el terreno de la epistemologfa. A 10 largo del libro hlmos sugerid( qt'e ~I pluralismo fundam~nta un modelo multicul­~ural di erente de los que se deri van de las concepciones absoluti :tas y las relativistas. Cada tipo de modelo justifica polftica: diferentes.

Por ejemplo, si se considera que es correcto un relativis­mo fuerte y extremo -en relaci6n con la racionalidad y, en generaL en los teuer os gnoseol6gico y etico-, entonces es posible j_ stificar propuestas aislacionistas, separa'istas y ex­!;luyep!es respecto de las comunidades indigenas, 0 a las ~ul­turas en general. En el lado opuesto, un modelo absolutlsta Justifica la busqueda de la con lergencia hacia una (mica vi­'si6n dd mundo, hacia una cultura univers11.

De at:uerdo con el pluralismo. e 1 cambio, se p lede ofrecer una justificaci6n para un modelo mu lticultural en el q\1~ las diferentes culturas se desarrollen con armonia y cooryeraClOn.

Corno vimCls en el capitulo anterior, las cultura:. son im­vrescindiblc:, pal.l la ,J entidaJ '1ersonal de sus m.iem.~ros y Ie': Srindan el horizonte de opcioneS' IJara la reaitzaClon de

., . - ---- _ ..

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21 8 ,.. !lLT I CUlTURALI~MO ) 1IUHA II .!> 10 ,

una v!_da buena, .de una vida autentiea yaut6noma De ('SIO

se deriva el derecho de IOda cLlltura a su supervivencia y a ga­rantizar su existencia, para ofreeer un horizonte de opciones a los miembros de la comunidad. Lv anterior Imry lic,1 ciertas obligacio nes para los lfderes de las cuI turas y para los I ~ pre­sentantes del Estado.

5egun el model a pluralista, ('1tonces, una pu liti ca multi­_c:~J;1l!11 ~ceptable de~dc las diversas pmp£ctivas de los age'n ­tes ndlvlduales y colectivo~ en un m undo p lural como el co n­temporaneo, yen partlcui:tr en parses coma Mexico, c.l eberia satisf2cer al mCJlos las siguielllcs..solid icic J'S: ._-­

, l) 5c tkbc garantizar ~ rcconocimieillo de las eLl ltula como enti dadcs co lectivas co'~~i e rt~s derecl~~s de grupo,- eu~ yos micm bros ti" fJ ell ciertos derechos co lectivos.

.2) N'). s,e p.uec:ie!l d.a~ p~!.~entado.~_!:I.LRringpills_elico s de valldn absoluta ni conce )(05 I com(' «d igni dad " 0 «necesidad basica) ) con significado ,.bsoluto,

3 J.dD~beevita~se I Tela~i2'.\~Jlo del tipo de «todo (sta permltl 0".

1) 5e deben garantizar los derechos funrlamentales de lq~jl1.<;l.iyi9uo.s en caildacfde derechos·it-iquebrantables. ;:sto plantea una ob/iga:i6n tanto para el Estado com .:> j:ara las di­versas eulturas,

5) El Estado tiene la res TJ onsabilidad de promover el ge,s.ar:roIro de todas las ' cultu'ras~ propici"r su cooperacion y evttar los conf. ictos.

6) ,Los miembros de todas}as culturas, en especial sus If·· dercs. t!~~!!n cl deber je Rro.l1}over lQ~s.ambiq.~.que sean I.e· ccsarios para convivir armoniosamente con las demas culturas

.dentro de un Est~ do de derecho:'D 'ara respetar los d~rechos humanos fundamentales,

L.. propuesta pluralista, pues, no propone normas mora. les espe.:ffic:ls; mas I- ien establece las condiciones que deb e. rlan cumplil las morales ~oc ial es positivas a fin de perndti una convivencia armoniosa entre (" munida, les diferen tes, y

" '.

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U. lSI \0 0 .\ :'.o\RTlClt',\C,OS y tL O'''LO('O 219

oflcce cl f· 1'1 hlTI~OlO par~ cl n:c lilocimicnlo lurid, :0 de cier. 100 derec .. os y obligaciones. laOlO del ESlado comv de las di . ve rsas comunidades culturales.

r UeSI ) que los principios 1TI0ralcs v c, significado de los co nceptos eticos fundamentales (d igniJad. necesidad basi ca. ctc .) van. 11 de un u cultu-a a otra Y l..C una epoca a oua, sin que h .. YJ cl .terios trascendenll:S para decidir en favor de unos u OLas. todas las panes invo lucradas deben pa rti c~ par en las redefi ni cio nes (' 2 esos conceptos cada vez que sea necesario . ['n ort icul ar. u~ben es t:Jbleccrsc los derechos hu manos sin SlI pu cstos :Jbso lulisras.

Si 10 que se bUSCil son inlcraccio nes pac lficas Y coopera­'iones fructi fe rasentre (ultmas d iferentes, los principios con· forme a los cuales se d :J rfa la (o nvivencia, asf como el conte· nido de los conceptos fundamentales. det en ponerse sobre la mesa de discusion entre los mi embns de las diferertes cultu­ras . Es to implica reconnccr q Je todas mereeen rtspeto, es decir, reconocer a los miembros de otra cultura son sujetos raci o nales, capaces de llegar a acuer-los, por 10 menDs los mi­l imos i nd i ~pen sables para una interaccion transcullural.

EI modelo pluralista sostiene que es posible la compren· sian r chroca entre los seres humanof que parten de contex· tos di fL rentes; es pds ible que es tablrzLan intera ccio lles cuya in' en, i6 n sea la busqueda de acuerdos. S;n emb<rgo, much as vecr s es necesario que hs agentef q~e interactuan CO i<str Jyan las bases para esos acuerdos, por ejemplo, estableCle,ndo los criterios para t,)mar decisiones c",munes. 0 debauen ) sobre lo s derechos humanos, Lo incorrecto es suponer que exiS' ten critelios absol ltoS y trascendentes a .as culluras, y que los mir:mbros de alguna :ultl>ra en particular tienen la ra2Ln por· qlle h n Il egado a cono( :r esos criterios absolutos,

P')r ejemplo, ell cada co ntexto de interacclon transcu~:~: ral al igilal que intr: ~ultulalmente. df bt dotarse de co I nido al cor cepto de dip idad . Como 'Im?s e1delbca~ . cu °1

d ' almer6n reeor a a que e «M LlIti culturalismoll. Fern an 0,)

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220

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MULTICULTURALISMO y;~ t.ui~ALISMO

concepto d ~ dignidad se rdiere a los lfmites intraspasables de respeto a las pers'ona1 (Salmer6n 2J, Pero el CO "1CL ptO de «dig­nidad» no tier le un contenido universal yabsoluto, Ese con­tenido depende de cada contexte especifico y por eso cons­tantemente debell redefinirse 'los lfmites q1\e radie puede traspasar, En el caso de interacciones ,mtre culiura ; que en­tiencien de manera distinta eso,s Ifmites 0, incluso, en pi caso de una mismJ sociedad en la que existen panes diferemes, di­games grupos diferentes, que entienn<!n cosas distintas por «dignidad», se requiere abrir la controversia, la discusi6n abie 1 , para que Jas p1nes lleguen a un acuerdo sobre aque­lle que nadie, ni otras personas ni la comunidad IIi el Estad0, puede v Jlnerar,

EL CAM llO, LA PARnCIPACION Y EL DIAl:OeO

D?da la muy inten~a comunica<.i6n en el mundo de hoy, la cread6n de nuevos COntextos de interacci6n entre culturas di­versa y entre cul ,uras tradicionales y soc:edades modernas es inevitaDle, 4s interacciones de los pueblos indfgenas con la sociedad mncema hacen Inelu'd'fbles ciertos ca.nbios, S610 ei aishirr iento , osoluto pod:fa poner a salvo de positles Gill 1-

bios a las cornunidades tradiciom.les , Esto introduce un fac­tor de dinamizaci6n necerario, aNe el cual tanto el Sstado cor 0 los di rigente! de los pueblo . indfgenas tienen que ac­tuar, ie6mo?, en ddensa de 10' pueli los y de su 'dentidad, propiciando que los miembros de cada comunidad IO bre_1 el mayor control posible sobre los caInbios de su CUltUId

Prro . iexiste alguna posibilidari de que las culturas tradi­cion? les, pz.rticularnente las que estol.n inmersas e'1 socieda­des modemas y dentro de amplios contextos nacion~ les, manteo san su identidad ar te los inevitables cambios? iPue­den esos grupos cambiar y mantener su identidad? i.Que ti­pos :ie :ambios amenaz 10 la identiG.ad colectiva de l'nJ cul-

EL [STADO LA f'ARTICII'"CION Y I:.L OIALOCO 221

tura y ql ~ tipos de c31nbios podrian ser asimilados por una rultura sin que su identidad se yea amenazada? Mas aun. i impona si 1a identidad colectiva ae una cultura cambia? En <.aso de que c'-mb ' e. ia quien Ie impona, 0 a qui en podria imponarle '

Pro}l tic; mlnte toda sxiedad puedl asimilar cieno tipo de cameios, p )r ej~mplo, los que son resultado de cienas inno­vaciones te :noI6gicas, La identidarl de una cultura puede no verse amen lZada por cienos cambios, siempre y cuando eStos ocurran sin alterar la manera f.m damental como esa cultura constituye a las pers0nas, ni la clase 0 las clases de personas que constit\.!ve,

EI ,:ambI0 social en general pllede ocurril en am') ites muy qiferentes, C\igamos, en el e :onomico, el politico 0 el social. Si estos cambios no son 10 sufici r>ntemente intensos como pala tener repercusi6n e:1 las principales relaciones sociales de una cu ltura, por ejemplo si no afc :tan el scatus social de los diferentc:s grupos que la compon~n, {'ntonces es r,luy pro­bab le que no o(urran cambios significativo_ en las esferas de las creencias, los valores, las normas, las instituciones y los proyectos y, por consigui ' nte, que denuo de ese contexte no tie conStituyan personas de lIna manera ' Ignlfieauvamentc disti nto. Pero si, por ejempl_', eieno cambio economieo rc­percute en las relaciones y el status socia~ de algunos grupos, eIlto nces es po sible que ocurra un eamblO Importante en las eskras de las creencias, las normas, 10· valores y las InStItU­ciones y, por consiguiente, en las evaluacio~es que _e hacen de las personas -las personas que desempenan CIertos ;:>~pe­les purdw ~er'Vistas,de maneras diferentes- , Este camblO, a su vez, puede traer como consecuencia qLe las personas: al ser vistas de otra forma·, se :onstituyan realmente como dlfe-

n:ntes tipos de personas, , Cuando el cierta cultura las personas y3 no son conStItUl-

das con base en las creencias, los valores, las, llormas'fulas ,~a-, " t s cumplian con ~sa nCIon diciones y las IOsutUCIOnes q 1e an e -

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II . 212 MIIITlCl/LllIl:, "'".,. y 1't.URAI..ISMO

s:no por elemj!ntos extranos que pravien~n ue otras cul turas 0

t:e o tras socie lad'es -digamcs, las personas Je un a sociedau trad ici oal son constituidas de acuerdo con creenClas, estan­dal ~s yvalores que la t :ui :6n pl JIl UeVe para los ri utlau,mo~ de I: c1ase media en ulla oociedad urbana moderna -, enton­ces esa sociedad esta perd iendc su identidad y se esu} ()nvir­tiend o en o tra diferente. (Los ca mbios en las puso nas pueden percib irse por m ed io de 10J rambios en actitu des, crrenr ias, pel­tran es de acci6 n, costu mb res, etcetera .)

Pero hay que d iferenciar dos tipos de cambi vs. Uno OCLl­rre cu ando una en ti dad cc_ectTva -Llna cul,ura, d igam os- ex­pcrim erta cam bios y, sin er.l' 'a rgo, es pos ib le seguir id enlifi­cando I.::. c9_~0 la mi sma cLll tuI:a, porque manti ene rasgos que la identifican como tal. Es imlJortante que e;os rasgos sea n re­conocidos por los propios miembros de la co munidad; est') es 10 que normalmente ocurre er las sociedades m0dernas.

Elotro tip ) d f> cambio co ndl-ce a una perdid'a de la iden­lidacj,' p'or ejemplo, cuando - illi-a cultura des i1 parece, y la so­ci ' dad que continua 0 que la sustituye nada time que ver con la anterior. Este fue el caso de muchas culturas tras los proce­sos de colonizaci vn en America,

Las culturas tradicional es suelen tener una fuerte res'sln­cia al cambio; si se yen fo rzadas a cambiac introd '-'Ciendo en elias rasgos de modernidad ) si son asimiladas a una socie­dad moderna nas amplia, su identidad cc.lectiva ciertamente cambian1; ya no sw1n las mism /.S. E;to lS 10 que he venido ocurriendo a :os grupos etnicos tradicionales ~n pafses como Mt::Xico. Dentro de esos grupos, las perSOLas ya no se consti­tuyen por sus IT'arcos conceptuales tradicionales, sino por e\em,_ ntos ajenos, .rovcnientes de otros gn.pos, del ambito nacional y muchas veces del [ Iobal. Existe una tendcncia a moldear las creencia de los miembros.de esas culturas y a evaluar sus acciones de mane-as que no conuerdan con sus crecnci IS, norm as y valorcs tr,ldicionales. Tambien sus necc­sidajes y deseos estan cambiand o, pues se 1..;; inducen nue-

IL tST ..... OO , LA. r .... RflUI·ACIOS y tl OlALOCO 223

vas IH~ccsidade,; y deseo· s" la~ ~omete a presi6n para de)ar de sallsfacer b~ nccc ; l dJUl~ y los descos formJdos en su en­lOrno sor ial original.

EI t111e ma frente 3' cambio ('e bs culturas t'adicionales consiste cn que 0 'Dier S~ in _n ta preservarlas a toda costa, en frascos de IO rmol y como curiosas piezas de museo - que no ca mbicn en nada, incluso a cxpc'lsas de mantener su identi­dad col ectiva de una manera artificial-, 0 b ien se acepta "\ los cambi os.

La interacci6r: co n el co ntexto s:xial mas am p'io, nacio­na l y global, es un hecho q ue, en deClO, amenaza las identi­cb{ 's co lectivas de las cultu ras tradicio nal es per ) esa inte­r:.:ci6 n es in cvitab 'l y no se Ie deber' a ofrecer resistencia. Tampoco deben recha;-:arse l o ~ cambios simplemente par ser ' ~ambios . Las entidades colectivas, como los indivi, uas, y co­m o to:lo organismo, viven durante ('eriodas fi nitos No de­berfam os temet los cal'1bics de las culturas; tal es el ;igniflca­do preciso de: concLp to d~ hisroria: las sociedades cambian. Mis aun, en cie rtos Ci sos el cambia de una cultura es desea­bl e, in cluso desde Ja per 'pcctiva de sus miembras (0 par 10 menos de sus mierr.!:> r0s progresistas,

Pero d cambio pu ~de ser del tipo de al£Jna de los das m encio nados antes. Uno de ellos i Tlplica la desaparaci6n to­ta l d ~ la cu ltura, la e1iminaci6 r de sus trad ici'Jnes Y de todos los ele menlOS q ue In identiflca 1 como la Cl lt lta que ha sido

y que es. EI otro tipo de cambios permite a las culturas n antener

su identidad, Ur,a cultura tradicional pu~de cambla~, 1I1c1uso asimilando elementos de las sociedad ~s mvoernas. S1l1 Jerder su identirlad. Los camb 'os pueden darse d~ mane.a que la cultura como tal continue ex;stienda y sea recanacl,da por sus

. . mbros y por otros como I~ r1lsma cu, .ura. aun-r:Jroplo l mle, ' I' a

r d Lo m's importante tS que as trns,orm --lue trans,orma a. d . d cioncs sean resultado de las accianes in,tenClOnales c sus pr Jpios miembros, Y no impue:.ti s desde fuera por mccafllS-

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:~;1' t" ; ; ,

MULTICULTURALISMO y J; (U:a:~·.LI~MO

m03 de los cua les sus miembros no tengan conciencia, 0 que, en to. 0 caso, no ·cuenten con su aprobaci6n .

. Por eso el cambio de una cultura tradicio~al no puede ser co ,drnado por eI solo hecho de que la cultura deje d ~ ser la mismc •. El :ambio no deberfa preocuparnos, cuando 10 jigni­fique la aniqui laci6'l de la cultura, sin ') su transfoiwaci6n con la pal1i cipaci6n consciente de sus miembros.

EI cambio de una cultura -salvo raras excepciones- ~s

condenable si significa la desaparici6n de los ser~s huma.10s que la constituyen, 0 si implica la aniquilaci6n de todos los rasgos constitutivos de su identidad colectivil. Pero una cul­tura pl'ede transformarse si J que ocuITa ninguna de esas dos posibil ldades.

La transform.lci6n de una entidad colectiva no necesaria­mente significa· que las personas que la constituyen desapa­rezcan tambien, pues las personas son entidades que puedf:n tener continuidad a pesar de la transforrnaci6n de la colecti­vidad. Lo que sf EOsJ?.s>.s.i~le es que)os iI!91'd911Ps ~ean tran ~­form ados como personas. Tambien puede ser que la nuev3.C:.C?­l~~tividad constit,:,y:i, en el futuro, n~ev~~. tipos d~~r.son.2j, 10 que puede ser bueno 0 malo; todu depende de los tipos de personas que sean constituidas en la nueva cul ,ura transfor­mada . AI menos en oarte, estO c'.epende de las ')oliticas que deliberadamente se pongan en pnictica en la nueva comu­nidad, de los firle~ que se persigan, y de los vi'lores que Sf

promuevan. 19ualmente imponante es que, en caso de transformaci 6n,

no se p erda todo 10 que haya sido producido y vJlorado d<!n­tro de la .comunidad tradicional. Lo fundamental es que los miembros de la cul~ura en cuesti6n dec idan que cambios son aceptables para enos y cu:!.les no y, final mente, que 10' miem­bros de la comunid.ld sucesora se identifiquen como miembros de 1a misma cultura 0, en todo caso, como sus sucesores.

Cuando se trata de culturas tradicionales en e sen·J de naciones 0 Estados modernos, de nuevo, 10 importante senln

225

las po/(ti cas que se pel 3lgan. Podrtan implamarse politicas que promuevan y fonalczcan cien.ts practicas, instituciones, costumbre ·, etc., consid ~ radas valiosas por los miembros de la cultura afect~da. Algo necesario en estes procesos seria que las po ifticas se concibiu<.n tomando como uase el dia\ogo entre las pr rsonas de I?s CC Tl unidades en proceso de trans­form ici0n y los responsables de idea r y apl icar las politicas que pueden afectar sus modes de vida, por ejemplo, los res­ponsable, de las polfticas ('e los Estados a los cua\es pene­nezcan como comunidades.

Oespues de todo, como senale antes, \0 imponante es que los seres humanos sean constituidos como ~ crsonas, de acuerdo con princ,p;os qL C to ,nen cn cuenta plen , mente su dignidad como individuos y les ofrezcan igua\ :s oponunida des para satisfacer sus necesidades basi :as. Pero en los casos de los miembros de una cultura, la posibilidad de satisfacer sus necesidades basicas exige la preservaci6n de esa rultura.

Hemos in"istido en que los conceptos basicos de dignidad ode necesid.ld basica no estan definido en ninguna teoria 0

filosofia trascendente, ni tienen un significado absoluto y universal. La definici6n misma de dignidad 0 de nece,idad ba­sica es pane C("l r stitu_tivad.e la idelllidad de las culturas. Por eso, -en - ·;1 caso ·de illleracciones en tre miembros de culturas dife­rentes, si han de ser constructivas, los diversos agentes deben pone.se de aCuerdo sobre el significado de esos conceptos.

Por 10 mismo, tam poco es eticamente admisible que una de las pan es -diga mos, los miembros de la sociedad moder­na- 0 los representantes del Estado s~ limiten a indlcar J las personas que provir nen de culturas tradicionales como deben cambiar, adoptando una actituc paternal!sta. Los camblos y las innovacion ~s dentro de las culturas ,radicionales dcberfan generarse a panir C~ las opiniones, los deseos y los proyectos d,: sus miembros, y tomando seriament ~ en cuedta sus nece­sidades, valores y creencias. Toda politica que afecte su forma de vida deb.eria desarroll . rse mediante ,un acuerdo con ellos

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226 MULTI C ULT UR .. Lh l> ' u )' ".LUR AL I SMO

En suma. las cu1turas tradicionales en pais! s como Mexi ­co estan eambia nao rea lmente y su identidad esta er peligro_ Un p.:>siDle curso de aecion consiste en hacel _s fuerzos para impedir que continuen estos proceso~ de cambio; no obstan­te. la condusi6n q'Je se exIne de las ideas que he defendido antes seiiala que esto no esta justificado.

Orro curso de accion posible consisre en pre Tlover politi­cas que ayuden a las comunidades tradiciomles , inser:arse en la sociedad moderna sin que por ello pierdan su jell tidad cul­tural y muchos rasgos que merecen preservarse; pero la de :er­minaci0n de los rasgos que vale la pena eonservar. asi como Je las maneras de lograrlo. es una cuestion que de'ue discutirs : y acordarse con las persolJas afectadas. Es mlly importante ' n­ronees la interaccion dialogica y racional en la que ir sisre el plu­ralismo, a diferenda del relativismo, que la niega_

De 10 anterio se desprende que la discusi6n -y el po­sible acuerdo que se logre- enu-e represent: ntes de los pue­blos indfgenas y del Estado deberfa tomar como base la satis­facci6n plena de do~ p_l !_~~.i p'i~como los que ha propuesto Gar"lJn Valdes: el oje~?~?geneizac:i.on -la igualdad de bs derechos dE' todos los ciudadanos de la nacion para satisfacer sus necef idades basicas- y la obl igacion ue dinamiza jon -Ia obligacion de aceptar que ' lilhistoria significa cambia (Garzon Valdes 1 ]-. Para concluir comentaremos estos dos principi.)s. junto con otras obligaciones del Estado y de Ie:; Ii­deres de las cllltu:as tradiciona le~.

OIlLlCACIONES DEI. EsrADO Y Oli LOS dDEnES

DE , .... 5 CUI:IUnAS TllADI '":,ONAI.ES

.. 1

Mexico e~ un pais multicultmal. Las diversas culturas q Ie 10 int~gran tienen distintos grados de es tabilidad. y sufren ~n di­ferente medida la amenaza de exlinci6n; sin embargo. wdas son viablc:; y tien<-" ;nll'IL~ Ul perdur'lI , ,lunquc sus capaci-

. '

(L ESTADO, LA rllR1 I Clr ACIOr-; EL OIALoce 227

jades para perpetuarse sea n diferencia' e~. y a vece~ las dife­reneias sean muy grandes [vease Raz. p. 158\ .

En Mexico hemos sido inc? p'lces de lIeva r a1elante una verdad\..ra politica multicultural. La lucha por el multicultura­li smo en es te pais es la lucha yor l.na po\[tica que 'e:onozea su situaci6n multicultural. que reconozca el dere, ho de las diversas comu _1idades a sobrevivir y a perpetuarse. y que al IT ismo tiempo ofrezca a sus miembros oponunidadt:5 de una vida digna. mas alia de garantizarle!, las cor '.ditiones para I? sat isfacci0n de sus necesidades basicas (obligaci6n que tambien tiene el Estado).

Reconocer el derecho a la diferencia de los pueblos indl­genas tiene com" consecuencia que la pol itica cultural do! ~n Estado. como el mexicano. orientaJa durante decadas hacla el ideal de una naci6n monocultural, deb, ser rectificada, puef intentar ir egrar a las diversas culturas e~ ur ~o~elo link) es imnosi Ie. «Forjar la patria» -como dice LUIS Villo­ro- no debe en .enderse «como tratar de integrar a todos los componentes del ~a(s en e' mismo molde». sino que d~be aprovechar la riqueza c\e la multiplicidad de formas de VIda para impulsar una nacion multicult".Jr~1. donde las culturas cOlvivan «en una ;rmonfa supenop> [Ville ro 8. p. 601·

Para lIevar adelante una politic;, rea lmente mulucultural. el desafio es lograr una so~iedad p'olilica aute~ucamente plu­ral, en 13 que las eLil turas convivan en armoma. los confhctos -- ..... I ' 'no VI' olentas y los derechos lndlvlduales se reS.le van por vIas Raz' y colctivos se respeten irrestrictamente Como 10 .u:1rma : «el multiculturalismo rcquiere que la sOCledad pohu~a re~o noz(a cn pie de igualdao a todas las cumumdades cu tura es

I 'ables que exi,tan en ~sa sOCledad" [Raz. p. 1591· estao es y VI - OSI-. Que t" " 0 de is tado se requlerc (Jara que esto sea PI l ' ''' . 'edad mulucul tura se

b lel Para foment3r una aUlcnuca SOCl . I . I ,ita la c~ballntegraCI ( n Y a par-

n ~ cesita un Estadoque per 'd des y pueblos indigenas . ticip:1ci6n de las J lversa~ (omunl. a I s'n que e\ Estado per­

en 11 vici< Pllbli c3), la poliu .1 nlclOna "

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I

228

, . tenezca a ningu.R3 de ellas"ni..a ningU n ':> t (O grupo cultural , social. Por supuesto, el Estaao-no debe ser de ninguna cornu nidad cultural. perc. tampoco de ningu.ngrupo pc lftico, e :o n6mico 0 sodal. Como 10 hapl<inteado 'Joseph Raz, «una so ciedad polftica, un Estado, co'nsiste -si es multicultural- er diversas comunidades pero no-pertenece a ninguna de elias)· [Raz, p. 159). .'

En un Estado plural

los distintos grupos mantendn1n un sentido de soliciaridad [ ... ) en la medida en q'le se respete su identidad y s€ mantenga una situaci6n tendien .e a su trato«quitativo frente a los otros gru­pos. En eJ Es ta<lo, [los gruposJ yerian entonce, el garante d ~ su posibilid"d de cooperar con los otros grupos sin mengua de su particula ridad [Villoro 8; p. 62 J.

Por eso, para lIevar adelahte po1iticas multiculturales efedivas S~!!:g~!~~~_!:!!:!~ transfotmac~~~del E~tado, que debe comenzar con el r~conocimiento de que la 'cciilcepci6n mo­derna del Esiado-naci6n es inadecuada para la situaC16n mll l­ticultural de Mexico. Tiene raz6n Villoro aillamar la atenci6.1 sabre la necesidaci de un cambia en la concepci6n c' el Est'jldo, para verlo co mo una entidad constituida a partir dll pactb de las diversas . culturas, de agrupaciones soc'.ales previas que com parten una cultura, y no como si emergi~ra del pacta en­tre individuos aislado~ que no requieren ningum. entidad co­leetiva para eje -eer su autonomfa y su autenticidacl . Lajprinci­pal meta del Fstad,:> plural deberia ser -para de': lrlo de nuevo con palabras de Villoro- "Ia igualdad de oportunida­des y la cooperaci6n entre to jas las c..lltmas, comunidades e individuos que c0mpOnen el pars. Esa es la equid \d. Y la equidad es el signo de la justieia» [Villor , 8, p. 62J .

!Cu<1le; son, en suma, las obligacion .s mas urgentes que el Estado del: e cumplir en parses multiculturales como Mexi­col De 10 que .se ha dj~cutido en los capitulos ant.:riores po­demos conclulr que el Estado tiene la obJigaci6n de dialogar

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con los representan ,es de 105 g.-upos etntcos tmdtt' onales, \le­gar a acuerdos con ell os sobre los derechos d,: grupo que d !­bcr<i reconocer, y ayudar a que el grup,) los eierza.

A1 mismo tiempo, el ESlado eSla obligado a pH servar un margen de accion para 10l individuos. Como 10 he sef\alado Chandran '~ukathas, los individuos deben preservar el dere­eho de abandonar el grupo si, eiercitando su autonomia, as! 10 deciden (libertad de movilizaeion) \Kukalhasl·

EI Estado v los !ideres de las c.omunidades lienen la obli­gaci61 ) de \Iegar a aCllerdos ace rca de las necesidades basica ' de los miembros de esas comunidades. EI Estado debe ofre­cer condiciones adecuadas para satisfacerlas. 5i en la mesa de negociaciones uLa determinada comunid?d establece que la pertenencia al grupo es una necesldad baslca, el Estado de­ben! aceptarla, no porque sea un valor universaL sino rorque se trata de un valor espedfrco para esa comunrdad . 5e trata precisa nente del derecho de 1US miembros a la diferencia. 19ualmente, si el grupo reclama el derecho a preservar su cul-ura y su lenguajl:, el Estado debera tomar Y promover medl­

das consecuentes para ello, siempre y cuando r o se traspase'l los Iimites estab lecidos por el concepto de dignidad y los de­rechos hum dl10s basic')s reco nocilios l' "cional c IIltcrnaClO-

na lm ente. . V I EI Estado debe satisfacer, pues, 10 que ErneSIO Garzon a-

des ha llamado el principio de homogeneizaci6n de la sOCleda~ , el cual estat Ieee que las autoridades del Estado l1~nen la Ob/ gaci6n de garan tizar que todos sus miembro~ esten en COl 1-ciones de satisface: sus necesldades b"srcas.

. dl'ce Ga~6n Valdes- cuando . d d s homogenea -- .~ ~~~:~~~e~e;bros gozan de los derech~s di rectamenle vlncu-

larlos con la salisfaccion de sus bienes ~~~~c~~e son condie :>n Bienes basicos \a suo vez) son aq ll:n de VIda es deCl!, lam­

nLcesaria para la re~hzaCl61~ d; :~:ooPc mo agenle moral\Gar bien para la aCluacl6n de 10 ", U ..-

zon Valdes 2, pp. 45-46j.

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230 MULTICULTURALI SMO 'i -\f'I.U·~JL ISMO

Por otra parte; las condiciones para la interacci6n pacflica y la cooperaci6n constructiv<\ entre diversas cuI! uras exigen que las comunidades tradicionales asuman la r~>ponsal 'ili­dad de cambiar. Habra ca~bios,necesarios inc1uso para pre­servar su identidad colectiva, si es 'lu'! esas comunidades han de interactuar con e1 re!;to de la 'sociedad y participar en la to­rna (le decisiones en la sociedad modema, Esta es la ob1iga­ci6n de la disposlci6n al cantbio 0 .. como la llama Garz6n Va ldes, la vbligaci6n de dinamizaci6n I Garz6r Valdes 2 I, , Los hderes de los grupos trad icionales tienen la obligaci6n d,e conducir a sus comu nidades por el camino de la coopera­Cl6n y r l d lalogo, En caso de no hacerlo, y de opta r po (~ rni ­nos qu t.: conduz,an al aislamienr ) 0 la cerraz6n, los cuales irn­piden los acuer~os de cooperaci6n con otras culturas y con 101 ES,tado, Ir s lfderel deberan dar cuenta de sus decisiones yex­phear c1aramente a los mlembros de SUl comunidades la. cb n­secuenci as que implica rechazar el princip.o de homogenfi ­zacl6n y negarse a las trar sformaciones que se re lU ieren para que los L1dlVIduos puedan sa ti sfacpr Sus necesidades bas icas,

Desde el punto de vista del Estado y de la soc i eda~ mo­dema, es injustifi cable que no se promuevan contextos de in­teracci6n con los grupos que han sido englobados dentro de la misma naci6n y cuyos miembros son ci:Jdadan r)s de ese Estado modemo, Seria irresponsable aceptar que el Estado 10

debe intervenir en una situati on el' la que e hecho txis te la interacci6n transcultural y es imposible eJ ~is l am l en to , pues esos p.rupos qu~dariar. cada vez mas expuestos -como 10 han utado- a la explotaci6n de diversos sectores de la so­ci~dad modema, 'de paises con sistemas tec 1016gico-econ6-mlco> l1I.b av.lllzauos,

le6mo fundamentar estos principios? Desde el pun to de vista plunlista, el principio de homogeneizaci6n no tienc va­lidez ab_ olut". ni • ,i ta rbdo n priOi i, Es un pri ncipio que dchp g\lIar la ac \Cll>n ucll:.stauo y ronersc a di cusi'l> 1\ cuanl,IS \t.:­ces s a dec ano, con quie ' sea nccesdr'o; es un principio, eso

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EL ESTt\DO, L ... I'ARTlCII't\CION Y EL D IA LOCO 231

sf, que dpbe defenderse como el mejor principio para esta epo­ca, daJa la situaci6n de interacCl6r. entre di ferentes culturas,

EI prin~i'pj.Q <!.eJ).9,fJ1qg!!,I}~' zaci6n es compatible con la idea de ( tieT<i '[orml aci6n y la real~a'ci6n del plan 1e vda de cada ind viduo 1'0 d, )en ser impuestas des de fuera del contexto so­cial dond<! l'ac( y se desarrolla la perso.1a, sino algo que debe decidir cada quien como a6ente moral situado en contextos especificos, El principi0, pues, l},Q.prop~a la un.iKorm~za5i6.n de es t:lo.> de vid;', sino la obligaci6n del Estado de garantizar 'a lodos ros ciudac'anos' las co~d-iCiones 'm i nimas p:na 'satisfa­'cer sus n'ecl'sidaCies blsicas y el pl an de vida que ellos elijan, ' siem pre y cliandosea compatible con la vida social.

si i1 embargo: :oil igUal que es un error pretender basar con­cepciones eticas sobre principios supuestamente absolutos, tambien es una equivocaci6n pensar que hay necesidades ba- r sicas universales, Reducir las necesidades humanas basicas a ,ne :esidades bioi6gicas como alimento y abrigo es inadecua- I do, pues ge pierd~ de vista su inevita':Jle contenido cultural.

Asf, digamoslo ou a vez, las panes im plicadas en una co~­troversia -por ejemplo, el Estado y los represen ',antes de d~­versas wmunidades- deben establecer, en el CO _HextO penI­nenle cuales son las necesidades basicas de los individuos, Para ci~rta~ :omunidadcs, ademas de las nee esidades reconocidas en el nivel nacional (0 internacional ), cvmo ali mento, abng.), salud, ' clucaci6d ba ;ica, medios c' ~ subsistencia, etc., podrfa inc1dirse la necesidad de penenecer a ciena cuitura, como 10 se­fd a Salmer6n 121 ,

E! princir io de dinamizaci6n tam poco puede fundamen­larse a priori, pero si se reclama eI derecho a b dlferenCia pa­rJ los mit.:mbros de la propi~ cuitura, debe respetarse eI ?e­recho a la diferenLia de los micmbros de Olras culturas, i la (mica manera de respetar el derecho a la dl[erencl~ de todas

I It ra e~ fompnt~_,do la convivencia armoJ1losa e~tre ~s u u . I d hos mdlvl-

e\l as, 1:'J ell:ll t,lll ibicn c;'igc d respeto a. os erec I dua l c ~ , La coc..xiSlcncia -o mtru,ti va eI1tre bs culturas y e res-•

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232 MULTICULTUR ALISM o · ',' ..

peto r los derech9s'humanoSl:¢Undamel tales puede 1 exigir, asimi!:mo, ciertos cambios.'l'.nJas1formas Je vida, en las tradi­dones e incluso en los proy,eatbs,de las·culturas.

La obligacicn de la dlspo$id6n al ca'll~io t .. mbien surge del derecho a participar en.;11i,;.construcci6h de la sociedad mas amplia en la q!le convi~#S:,diversas culturas que cons­tituyen un pals; Si los m .embro.siil:I.e cada CUItUI a qLieren par­tidpar en el proceso de desarrciHo 'de la naci6n multi:ultural .. / y f n el Estadc plural. deben ,conceder ciertos cambios que pennitan esa participad6n y·que,.garanticen el respeto al ?e­redlo a la diferencia de los· miembros ue otras culturas y eI respe to a los derechos individuales de todos los ciudadanof . A camblo de esa dbposlci6n de.dinamizaci6n, el Estado tiene la obJigad6n de abrir es~acios. para la partidpaci6n efl'ctiv2 de los miembros de las diferentes culturas, no s610 en I, con­ducci6n de los asuntos de la vida colectiva de su propla co­munidad, sino e:1 Ja conducci6n.del Estado mismo.

En d contexte de la ipteracci6n transcultural entre Jas :>0-

ciedades tradicionales y las sociedades moderna~, una vez e~­tablecido el obietivc de coordinal' acciones entre los miem­bros de las diferentes culturas, y cuando exista la disposici6n de los involucrados a participaren un proceso comunicativo, seri1 po lible discutir ,can los lfderes de los diversos grupo , culturales las diversas opci(,nes y, en particular, la convenien­cia de ,Iceptar el principio ie dinamizaci6n a cambio de lo! derechos a la diferenda y a la participaci6n en la vioa ~ociaL poHtica y cultural mas amp',ia de tcdo el pars. En caso ie rio acep .arlo, ellos tienc. la obligaci6n m0ral de dejar claro ante los miembros de ~u grupo las cCl)secuencias de pe-manecer pasivos, de rechazar los cambios 0 d~ pro-/ocar un aisla.nil:n­to que impida garantizar la satisfa.:ci6n de las nece~idades biisica de sus integrantes.

L mstal'raci6n ce una polftica multicultura l adrcuada en Mexico requiere un largo proyecto de transformaciones p'J lf­t1cas, so;iales y culturalE.'s. Fara que estas puet'an darse es ne-

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EL EST .... OO , LA P" RTI C IP I\C'ON 'V EL olALOCO 2 ) 3

cesario un cambio en nuestra concepci6n del Estado, y en el Estad0 mismo. Tambien se requiere UI a disposici6n al canl ­bio po ; parte de las cliversas culturas que pretenden panicipar en el desarrollo del proyecto multicultural; pero es menester comenzar por un cambio en la tOncepci6n misma del omul­ticulturalisnlo» .

Las leflexiones plasmadas en este libro tienen eI corneti­do simr Ie ) ,llano de contribuir al iebale, y subrayar que eI plaralisl 10 es la posici6n mas adecuada para fundamentar etica y , pistemol6gicamente el multiculturalismo que mas convien ~ a pafses como Mexico. EI pluralismo permite sen tar las bases de un modelo multicultural que ni es relativista - y por consiguiente no deja a su suene a cada comunidad,. ale­gando que nadie tier. e derecho a criticar sus formas de VIda y me-lOS a _ntervenir en ellas- , ni tam poco absoluu ,ta -y por eso no pasa de contrabando la visi6n 10c~1 de. U.1a cultura co­mo si tuviera validez absoluta, para termtnar ImpoOiendo un punta de vista paniclliar. EI pllralismo evita esos dos extre­mas, y alienta la interacci6n armOOiosa y creatlva d~ ,las cul­turas, er aras de preservar su identidad. Por eso t2 mblen Slen­ta las bases del modelo mas id6neo para la construCClon de una sociedad multicultural en todo el planeta.

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