primera entrega

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Los degenerados Análisis del discurso médico judicial de la teoría de la degeneración aplicada a criminales detenidos en la ciudad de Santiago, Chile, entre 1900 y 1920 Marco temático: El tema de esta investigación está centrado en el análisis, desde una perspectiva etnohistórica, de la aplicación de la teoría de la degeneración en el discurso médico chileno, y utilizada como argumento en una serie de juicios realizados a principios del siglo XX, entre los años 1900 y 1920. El presente trabajo se centra en el análisis del caso de Antonio Ramón Ramón, un obrero español ligado a movimientos de carácter anarquista, quien atentó contra el general Roberto Silva el 14 de diciembre de 1914, en la ciudad de Santiago de Chile. Este atentado se enmarca en un contexto histórico caracterizado por el fervor político de la clase obrera chilena, y las respuestas violentas por parte de los mecanismos de poder. En este sentido, el hecho que habría motivado la acción de Ramón Ramón habría sido la muerte de su hermano en manos de los militares durante la matanza de la Escuela Santa María de Iquique, en 1907. El interés de la presente investigación se centra más allá del hecho en sí mismo; el foco de la investigación está en el proceso que se llevó a cabo por parte del poder judicial al momento de investigar el caso seleccionado, y cómo las ideas de la teoría de la degeneración tuvieron lugar en las pericias realizadas durante el juicio. Mediante el análisis en profundidad de este caso y sus particularidades pretendemos encontrar un discurso del otro sobre la categoría que se le impone desde una posición de poder. Para lograr este objetivo nos valdremos, en primer lugar, de la documentación del juicio de Ramón Ramón, considerando el acta del proceso y los documentos entregados por los peritos del caso. Además, pretendemos revisar, a modo de complemento, medios de prensa que nos entreguen distintas visiones sobre el caso en particular y las categorías impuestas por la justicia. Cabe destacar que, si bien nos centramos en el análisis de un caso en específico, consideramos que sería apropiado incluir un segundo caso con características similares en cuanto al discurso aplicado (Degeneración social) para poder realizar una comparación entre ambos casos. 1 1 En un primer momento se planteó la posibilidad de investigar el caso de Efraín Plaza Olmedo, un anarquista individualista santiaguino que disparó a dos jóvenes en el centro de Santiago el 14 de julio de 1912, y cuyo juicio tiene características similares a las del caso seleccionado. Sin embargo, no logramos encontrar material suficiente como para considerarlo dentro de la investigación. Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Antropología Integrandes: Leonel Astudillo, Luciano Correa, Andrés Diaz, Javiera Falcón, Ignacio Rojas Profesores: Andre Menard, Xochitl Inostroza

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Primera Entrega trabajo etnohistoria antropología segundo año

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  • Los degenerados

    Anlisis del discurso mdico judicial de la teora de la degeneracin aplicada a criminales

    detenidos en la ciudad de Santiago, Chile, entre 1900 y 1920

    Marco temtico:

    El tema de esta investigacin est centrado en el anlisis, desde una perspectiva etnohistrica, de

    la aplicacin de la teora de la degeneracin en el discurso mdico chileno, y utilizada como

    argumento en una serie de juicios realizados a principios del siglo XX, entre los aos 1900 y

    1920. El presente trabajo se centra en el anlisis del caso de Antonio Ramn Ramn, un obrero

    espaol ligado a movimientos de carcter anarquista, quien atent contra el general Roberto

    Silva el 14 de diciembre de 1914, en la ciudad de Santiago de Chile. Este atentado se enmarca en

    un contexto histrico caracterizado por el fervor poltico de la clase obrera chilena, y las

    respuestas violentas por parte de los mecanismos de poder. En este sentido, el hecho que habra

    motivado la accin de Ramn Ramn habra sido la muerte de su hermano en manos de los

    militares durante la matanza de la Escuela Santa Mara de Iquique, en 1907.

    El inters de la presente investigacin se centra ms all del hecho en s mismo; el foco de la

    investigacin est en el proceso que se llev a cabo por parte del poder judicial al momento de

    investigar el caso seleccionado, y cmo las ideas de la teora de la degeneracin tuvieron lugar

    en las pericias realizadas durante el juicio. Mediante el anlisis en profundidad de este caso y sus

    particularidades pretendemos encontrar un discurso del otro sobre la categora que se le impone

    desde una posicin de poder. Para lograr este objetivo nos valdremos, en primer lugar, de la

    documentacin del juicio de Ramn Ramn, considerando el acta del proceso y los documentos

    entregados por los peritos del caso. Adems, pretendemos revisar, a modo de complemento,

    medios de prensa que nos entreguen distintas visiones sobre el caso en particular y las categoras

    impuestas por la justicia.

    Cabe destacar que, si bien nos centramos en el anlisis de un caso en especfico, consideramos

    que sera apropiado incluir un segundo caso con caractersticas similares en cuanto al discurso

    aplicado (Degeneracin social) para poder realizar una comparacin entre ambos casos.1

    1 En un primer momento se plante la posibilidad de investigar el caso de Efran Plaza Olmedo, un

    anarquista individualista santiaguino que dispar a dos jvenes en el centro de Santiago el 14 de julio de 1912, y cuyo juicio tiene caractersticas similares a las del caso seleccionado. Sin embargo, no logramos encontrar material suficiente como para considerarlo dentro de la investigacin.

    Universidad de Chile

    Facultad de Ciencias Sociales

    Departamento de Antropologa

    Integrandes: Leonel Astudillo, Luciano Correa,

    Andrs Diaz, Javiera Falcn, Ignacio Rojas

    Profesores: Andre Menard, Xochitl Inostroza

  • Justificacin

    El cuerpo social no est compuesto por una pirmide de rdenes o una jerarqua, no constituye un

    organismo coherente y unitario, sino que est conformado por dos conjuntos no slo perfectamente

    distintos, sino opuestos.2

    La sociedad chilena, desde que se constituye como tal, ha construido el edificio de la Nacin sobre la

    diferencia, la otredad; espacio relativo y cambiante cuya funcin por excelencia es fundar el mismo, su

    complemento y oposicin. En este sentido, el objeto de esta otredad no permanece estable, sino que se

    transforma segn las necesidades del poder y las reacciones de los mismos sujetos otros. Si bien lo que

    hoy llamamos Chile comenz su construccin mediante su oposicin al supuesto salvajismo de las

    sociedades originarias de este territorio, esta categora fue transformndose con los procesos polticos y

    sociales vividos en el pas; en pocos aos el espacio de la otredad se fu llenando con todo aquello que

    recordara, aunque remotamente, a este salvajismo original: El criminal.

    Desde la antropologa, la recuperacin de una historia como la de Ramn Ramn significa, en primer

    lugar, un ejercicio de memoria: No de la memoria a la que estamos acostumbrados, con grandes heroes,

    figuras e incluso grandes edificios, sino que una memoria de lo expulsado de la sociedad, lo que ha sido

    dejado de lado, olvidado e incluso negado por gran parte de los actores involucrados. Este ejercicio no es

    en vano, sino que nos permite analizar las instituciones, pasadas y presentes, que han ostentado el poder y

    el monopolio de la verdad, desde otro punto de vista: El punto de vista de los sin voz, en este caso, los

    denominados locos. Siguiendo esta lnea, la figura del discurso mdico en comunin con el judicial es,

    quizs, uno de los focos ms interesantes para realizar un anlisis antropolgico y, por supuesto,

    etnohistrico. En l se cruzan una serie de elementos en la cual nuestra disciplina debera tener una

    postura crtica: Control del cuerpo, produccin de verdad, vigilancia de los sujetos, exclusin social,

    juicios arbitrarios, entre otros.

    Destaca aqu la figura del exmen como medio de control de los individuos, tal y como puede observarse

    en el informe mdico del caso seleccionado, ya que este objetiviza al sujeto para lograr encerrarlo en una

    serie de definiciones predefinidas. Debemos tener claro que

    En el vienen a unirse la ceremonia del poder y la forma de la experiencia, el despliegue de la fuerza y el

    establecimiento de la verdad. En el corazn de los procedimientos de esta disciplina, manifiesta el

    sometimiento de aquellos que se persiguen como objetos y la objetivacin de aquellos que estn

    sometidos. 3

    Un punto clave al momento de plantear el trabajo que pretendemos realizar es la ampliacin de la

    etnohistoria ms all de las fronteras de la etnia. Esta disciplina otorga una serie de herramientas que no

    podemos dejar de lado para analizar un fenmeno tan rico como el de la locura en la historia de la justicia

    chilena, ya que este presenta una clara constitucin de la otredad como punto de exclusin y desprestigio,

    mucho ms si le sumamos el discurso mdico de la degeneracin.

    2 FOUCAULT, MICHEL (2001). Defender la Sociedad. Fondo de cultura Econmica. Buenos Aires.

    Pp.85. 3 FOUCAULT, MICHEL. (2014) Vigilar y Castigar, Chernaya Krysa editorial, Santiago.p 202

  • El factor poltico que est ligado a gran parte de los casos en que se dan estas condiciones tambin es un

    punto a considerar al momento de seleccionar la etnohistoria como el foco terico y metodolgico, ya que

    aqu se presentan una serie de exclusiones y sesgos por parte de la historia oficial y su archivo.

    Las tcticas sucias y cruelmente sensatas de los aparatos de dominacin, que ejercen fuerza y poder

    siguen un curso donde el establecimiento de otredades irreductibles e inherentes juegan el rol de

    significaciones primarias, que le otorgan un sentido al hecho de excluir, de reconocer a un otro. La teora

    de la degeneracin planteo un nuevo conflicto histrico; se le otorga una explicacin organicista al

    constante ejercicio de fractura que desde los sectores populares se ejercia ante la moral criolla de la poca,

    repleta de carencias y frustraciones (de certeau, tener en mente). Si bien, no cabe duda que la sociedad

    binaria es un hecho transversal que atraviesa todo el mito de la chilenidad, desde su germen hispnico, es

    el giro de la a-historicidad lo que instala una nueva vertiente de entender la otredad :

    El tema de la sociedad binaria, dividida entre dos razas, dos grupos extranjeros por la lengua, el

    derecho, etc, va a ser reemplazado por el de una sociedad que ser, al contrario, biolgicamente

    monista...La pureza de la raza sustituye la idea de lucha de razas.4

    Despolitizar la lucha, la diferencia, la desigualdad. Enmascarar la irresponsabilidad poltica por

    fenmenos a-polticos sin duda que es una tctica lo suficientemente sensata como para definir al discurso

    oficial, que se ejerce desde lo estatal, como autoritario y desptico:

    La teora de la degeneracin era portadora de un pesimismo biolgico que nalmente liberaba a las

    lites de cualquier responsabilidad en las condiciones de vida de los marginados y proletarios.5

    Es una tcnica mdico-normalizadora6 la que le otorga la soberana moral a la normatividad moral

    hegemnica :

    La teora de la degeneracin tena un terreno abonado en el cuerpo mdico y docente chileno, que

    asuma entre sus deberes, junto al diagnstico clnico privado, el diagnstico social.7

    Pero el tema no adquiere ninguna relevancia si no somos capaces de reconstruir el relato, no a travs de

    los degeneradores, si no de los degenerados que, expulsados cientficamente de la normalidad social, no

    tuvieron ni siquiera la potestad de hablar, pues su naturaleza impa se lo impidi por hecho. El imaginario

    burgus siempre ha ejercido distintos mecanismos (operadores) para reproducirse e imponerse en el

    grueso del cuerpo social, sean cual sean sus lmites, y son esas tcticas las que en principio, no se

    transforman, o mejor dicho, la estrategia fundante es la misma: ejercer voluntad de poder. No hay que

    olvidar que La teora de la degeneracin se sita en un contexto social de mucha efervescencia,

    caracterizada por la inoperancia de la clase poltica de resolver las necesidades ms bsicas de un pueblo

    4 FOUCAULT, MICHEL (2001). Defender la Sociedad. Fondo de cultura Econmica. Buenos Aires.

    Pp.80. 5 SNCHEZ, M. (2014). La teora de la degeneracin en Chile (1892-1915). Historia , 47(2), Instituto de

    Historia PUC. Santiago. Pp.398 6 FOUCAULT, MICHEL. (2001) Ibd. Pp.81.

    7 SNCHEZ, M. Op.cit. Pp.380.

  • asediado por un estado de mentira, no es casualidad que se les haya ocurrido darle una explicacin natural

    a la decadencia.

    La importancia del archivo es fundamental, es lo nico que queda de aquella voz silenciada, y es la nica

    forma de acceder a un pasado marcado por el estigma, y eso marca tambin la funcionalidad de la

    investigacin, en tanto, nos permite seguir y rastrear la continuidad de la tctica del otro, como un mtodo

    de desconocer por identidad, por origen a quien subvierte, a quien se degenera. Si bien, hoy la razn no es

    una estupidez hereditaria, el objetivo final se cumple: una vocacin permanente de exclusin. La

    resistencia sigue interpretandose, desde la difusin permanente de lo hegemnico, como disociable a la

    sociedad (lo anti-social), prescinde no slo de cnones, sino que se bota a la basura un gran camino de la

    humanidad para superar la barbarie y concretar la paz. La tesis monista, de la unidad, no soporta

    desequilibrios.

    Antecedentes:

    1.- Antecedentes Histricos :

    Sujeto criminal en Chile.

    Podemos reconocer claramente dos discursos con respecto a el sujeto criminal en Chile. Entre los

    aos 1890 y 1920 el alza en los crmenes en las zonas urbanas fue considerable, y en relacin a

    eso por parte del Estado surge una visin de estos sujetos como condicionados biolgica y

    socialmente hacia el delito. El delincuente lo era en tanto heredero de sus progenitores, y por

    pertenecer a un estrato social bajo. Se comienza entonces la criminalizacin de los pobres como

    propensos al delito por su propia naturaleza . Esta visin de los grupos en el poder estaba

    vinculada la defensa de la propiedad privada.8

    Se produce as la deshumanizacin del sujeto criminal El habitante de las ranchas y

    conventillos, por su deterioro, poda incluso dejar de ser un miembro (y una consecuencia) de la

    sociedad humana y se le presentaba como un desastre biolgico, un ser que se iba inscribiendo

    en una humanidad otra, una subespecie frente a la cual no caba sino la defensa social. 9

    Sin embargo, a esta visin del sujeto criminal condicionado por la biologa y la condicin de

    clase, se contrapone un discurso surgido de los mismos sectores populares. Segn este, el sujeto

    criminal surgira por causa de las desigualdades e injusticias sociales propias de la poca.10

    El

    Sistema de dominacin sera el causante de la gran oleada de crmenes y delincuencia.11

    As el

    criminal era nuevamente humanizado, era merecedor de segundas oportunidades, de una

    8 PALMA, DANIEL (2006) La ley pareja no es dura: representaciones de la criminalidad y la justicia en

    la lira popular chilena., Historia , 39:I, junio, Instituto de Historia PUC. Santiago Pp. 177-229. 9 SNCHEZ, M. (2014). La teora de la degeneracin en Chile (1892-1915). Historia , 47(2), Instituto de

    Historia PUC. Santiago. Pp. 375-400. 10

    PALMA, DANIEL, Aproximacin Histrica a la cultura del robo en Chile. Lecciones de la poca del centenario. Quinto Congreso Nacional de Investigacin sobre la Violencia y Delincuecia. Pp. 29- 44 11

    PALMA, DANIEL (2006). Op. Cit.

  • reinsercin social, la educacin y el trabajo seran la solucin al problema de fondo. El Estado,

    por el contrario, propona la defensa social y el rigor punitivo, la vigilancia y los fusilamientos.

    El delito es visto, desde los sectores populares, como un recurso desesperado, los delincuentes

    intentan ganarse la vida en medio de esta sociedad de desigualdades e injusticias. 12

    En este

    discurso la atencin se desva del infractor a la sociedad, y las autoridades surgen como las

    responsables del crimen. Las diferencias en la aplicacin y el rigor de la ley entre un pobre y un

    ladrn de levita, el abuso de poder por parte de la fuerza policial y los desrdenes

    administrativos producen una criminalizacin del rico por parte de los sectores populares, una

    suerte de revancha social.

    Cuestin social.

    Hacia la dcada de 1870 comienza a vivirse en Chile un proceso de modernizacin capitalista,

    las condiciones laborales cambian rotundamente y no todos los sujetos logran adaptarse con

    suficiente velocidad, el sistema en s comienza a producir una exclusin social y econmica por

    causa del mercado laboral precario y mal regulado. Esto era algo nuevo para la sociedad. Gran

    parte de los obreros provenientes del mundo rural tienen problemas para insertarse en el naciente

    mercado laboral, la brecha entre pobres y ricos comienza a agigantarse al mismo tiempo que la

    convivencia de ambos sujetos en las ciudades la acenta. La delincuencia sera un modo de

    adaptacin de los sectores bajos al modelo capitalista. 13

    Hacia finales del 1800 y comienzo del 1900 la justicia criminal se ve influenciada por una

    mirada paternalista de parte de las elites que buscaba entender la delincuencia en Chile, ya sea

    como producto de la pobreza14

    o por encontrarse en un entorno social arcaico y desprestigiante.15

    La influencia se ve reflejada en un descenso en la cantidad de sentencias severas y un alza en la

    liberacin de sujetos acusados sin vnculo con redes sociales de la localidad, como una forma de

    evitar la exclusin.

    Sin embargo, el proceso penal pasa a ser un castigo en s mismo en el disciplinamiento social,

    por marcar a las personas como sujetos con antecedentes penales. El Discurso de la

    Civilizacin/barbarie toma fuerza dentro de la sociedad por la influencia del ideario liberal-

    ilustrado. Los delincuentes son vistos como brbaros en contraposicin a la civilizacin

    representada por los sectores altos y los pobres de buen comportamiento16

    Teora de la degeneracin

    El orgen de esta teora se atribuye al mdico francs Benedict Morel en su obra Trait des

    dgnrescences physiques, intellectuelles, et morales de lespce humaine: et des causes qui

    12

    PALMA, DANIEL (2006). Op. Cit. 13

    PALMA, DANIEL, Aproximacin Histrica a la cultura del robo en Chile. Lecciones de la poca del centenario. Quinto Congreso Nacional de Investigacin sobre la Violencia y Delincuecia 29- 44 14

    ibid 15

    BRANGIER, VICTOR (2011). Justicia Criminal en Chile, 1842-1906 Debido proceso o contencin social?. Revista Sociedad y Equidad, (1). 1-8 16

    PALMA, DANIEL (2006) "La ley pareja no es dura: representaciones de la criminalidad y la justicia en la lira popular chilena.", HISTORIA 39:I, junio 2006, 177-229

  • produisent ces varits maladives, de 1857. Reformulada hacia el fin del siglo XIX por los

    mdicos psiquiatras Valentn Magnan y Paul-Maurice Legrain. La tesis bsica de sta teora

    consista en considerar toda anomala del comportamiento humano como expresiones de una

    constitucin anormal del organismo de los sujetos que la presentan, siendo esta anormalidad

    heredable y sujeta a una evolucin progresiva hacia la decadencia17

    . Con una concepcin

    somaticista - que remite la enfermedad mental a un trastorno fsico - se pretenda clasificar a un

    enfermo mental a travs de mediciones del equilibrio en su constitucin corporal, ya que esta

    presentara caracteres evidentes -estigmas- que permitiran la identificacin de un trastorno

    mental, justificando as, de una manera aparentemente cientfica la marginacin social del

    enfermo mental y su distanciamiento del sujeto normal.18

    Estas ideas tuvieron una gran recepcin en el paradigma alienista, un proto-paradigma

    psiquitrico, en el cual se consideran los trastornos mentales como alienaciones - trmino que ha

    variado, siendo su primera acepcin una especie de posesin demonaca del sujeto, durante la

    edad media y posterior; luego asimilado a la insensatez o la prdida de lucidez, sin embargo

    siempre quedando como un trmino vago sin definicin o implicancias exactas - las cuales

    habran encontrado una explicacin cientfica y positivista en el degeneracionismo.

    Hacia el fin del siglo estas teoras - ya en un estado maduro de re-elaboracin - son aplicadas no

    solamente a fines mdico-psiquitricos, pues el mdico italiano Cesare Lombroso desarrollara

    una serie de principios deterministas de una ciencia del criminal, la cual bajo el paradigma

    degeneracionista atribuye ya no slo un estado de locura a los degenerados, sino un estado de

    criminal, todo esto tendiente a fortalecer las instituciones de vigilancia e identificacin de sujetos

    perifricos19

    .

    De acuerdo con su obra principal, El hombre delincuente (1876), y con lo expuesto por sus

    seguidores y crticos, Lombroso parta de la misma premisa que los antroplogos raciales, es

    decir, que las caractersticas fsicas tales como la longitud, la forma del crneo y los rasgos

    faciales determinaban las diferencias culturales y psicolgicas.20

    Estas ideas tuvieron asidero en Chile. As en la Revista Mdica de Chile y la Revista Forense

    Chilena se publicaron varios artculos sobre el tema, posteriores a 1890. Es destacable la

    participacin en el debate y auge de estas ideas de Augusto Orrego Luco quien alcanzara la

    17

    SNCHEZ, M. (2014). La teora de la degeneracin en Chile (1892-1915). Historia , 47(2), Instituto de Historia PUC. Santiago. Pp. 375-400. 18

    HUERTAS, RAFAEL. (1985). Valentin Magnam y la Teora de la Degeneracin. Revista de Asociacin Espaola de Neuropsiquiatra. Pp. 361-367. 19

    LEN, MARCO. (2014). Por una necesidad de preservacin social: Cesare Lombroso y la construccin de un homo criminalis en Chile (1880 - 1920). Cuaderno de Historia N 40. (Santiago). Pp. 31-59. 20

    bid

  • presidencia de la Sociedad Mdica de Chile en 1895, poniendo principal nfasis a las ideas de

    degeneracin como parte de su programa mdico de intervencin social.21

    De esto se deduce que la teora de la generacin fue en Chile un elemento importante de la praxis

    mdica y sobre todo aplicada a juicios penales, en peritajes para determinar la degeneracin o no

    de un sujeto. Pero ms importante es que bajo esta praxis mdica se poda relegar a todo otro

    ajeno al poder pero en conflicto con l, a la mera categora de orate; consideracin no menor

    para nuestro anlisis.

    2.-Antecedentes de los casos

    En el marco del sujeto criminal en Chile, a principios del 1900 surge la figura de Antonio Ramn

    Ramn, acusado de apualar al general Roberto Silva Renard producindole heridas que

    provocaran su muerte como venganza por la muerte de su hermano en la Matanza de la Escuela

    Santa Mara de Iquique, de la que el general sera responsable.

    Ramn Ramn era un obrero de nacionalidad espaola que haba viajado a Amrica en compaa

    de su medio hermano Manuel Vaca. Distintas circunstancias distanciaron a estos hombres en el

    continente americano. Luego de un tiempo sin noticias de l Antonio lleg a Iquique, en

    bsqueda de su medio hermano, lugar en el que se enter que Manuel haba muerto en la

    matanza ocurrida el 21 de diciembre de 1907 contra los obreros huelguistas en la Escuela Santa

    Mara de la misma ciudad. Ramn Ramn result sumamente afectado por la noticia, y comenz

    a moverse por distintas ciudades de Latinoamrica. Finalmente en la ciudad de Santiago,

    Antonio encontr al general Roberto Silva Renard responsable de la orden que dio lugar a la

    matanza en que su hermano perdi la vida y le asest cinco pualadas. El general sobrevivi al

    ataque en s, sin embargo, las heridas provocaron su muerte pocos aos despus. Ramn Ramn

    ingiri un veneno tras el ataque pero este no le caus efecto alguno y fue apresado por oficiales

    del ejrcito.

    En este contexto, se ve involucrado en el juego de la justicia que en un primer momento lo

    encuentra culpable para luego, bajo las pruebas psiquitricas de los doctores Augusto Lea-Plaza

    y Germn Greve, que explicaran su accionar con un trastorno mental, es dejado en libertad, con

    la marca ya, de criminal y con trastornos psiquitricos, logrando convertir a un sujeto en un otro

    excluido del grupo social en que se desenvolva.

    De esta forma, todos los factores mencionados se conjugan para hacer una separacin entre el

    sujeto normal, socialmente esperado y el sujeto criminal: entorno social como marcador de status

    quo, la conciencia por parte de la elite de la cuestin social con su respectivo intento por

    incluirlos o reducir su espacio de culpabilidad por medio de la disminucin de los castigos

    severos , el proceso penal como castigo22

    , la teora de la degeneracin aplicada para justificar su

    21

    SNCHEZ, M. (2014). La teora de la degeneracin en Chile (1892-1915). Historia , 47(2), Instituto de Historia PUC. Santiago. Pp. 375-400. 22

    BRANGIER, VICTOR (2011). Justicia Criminal en Chile, 1842-1906 Debido proceso o contencin social? Rev. Sociedad&Equidad N 1. Pp. 1 - 8.

  • crimen, apelando al factor biolgico para determinar una situacin que se cuestionaba su moral y

    que tena un contexto social de fondo, opacando a este ltimo.

    3.- Caracterizacin del discurso historiogrfico

    En relacin a la bibliografa revisada, el discurso historiogrfico se ha caracterizado por abordar

    la figura del criminal acusado bajo el paradigma de la degeneracin como una vctima de un

    sistema injusto, se ha realizado un amplio anlisis de los aspectos legales y judiciales de este

    asunto, sin embargo se ha dejado de lado el aspecto poltico de este discurso degeracionista. Se

    hace hincapi en las condiciones sociales y econmicas en que estos sucesos ocurrieron (de gran

    importancia, claro est) como la llamada cuestin social, los problemas laborales y las injusticias

    en el mbito legal.

    Los trabajos que revisamos han demostrado claramente los problemas asociados al discurso de la

    degeneracin, sin embargo poco han salido de la visin judicial-legal, para insertarse en el tema

    poltico-social; como es el caso de Brangier23

    que, si bien presenta un intento por relacionar

    aspectos como la cuestin social en el marco legal, su anlisis no logra trascender estos mrgenes

    judiciales, sino que slo logra dar una explicacin mediante datos cuantitativos de problemticas

    sociales que seguan la misma lnea historiogrfica oficial.

    Las consecuencias en los criminales han sido poco estudiadas, las implicancias en cuanto a la

    construccin identitaria de los sujetos involucrados, la exclusin no slo de los sujetos, sino de

    los conflictos subyacentes a estos ha sido poco abordada.

    Por otro lado encontramos trabajos que centran su atencin en el mundo popular como el de

    Daniel Palma .24

    Sin embargo, aun ah es un mundo popular civilizado el que observa a sus

    pares criminales y juzga sus acciones. El discurso es distinto al oficial, mas el delincuente sigue

    siendo visto como un ser lejano, corrompido, quizs no biolgicamente pero si en lo social.

    La figura del otro queda, de esta forma, estudiada desde el discurso oficial, opacando la visin

    del otro sobre s mismo y sobre las relaciones que tiene con este uno imperante que produce el

    discurso oficial. As se llegan a teoras que no satisfacen la realidad social y que, por tanto,

    generan un sesgo prolongado, histricamente, que se impone nuevamente como discurso oficial.

    Ante este escenario, y en particular con los casos seleccionados, varios archivos, relacionados

    sobre todo con la prensa anarquista han intentado reivindicar el silencio que genera la historia

    oficial, mediante el levantamiento de historias como la de Efran plaza Olmedo y Antonio

    Ramn Ramn, que buscan remover del pasado las voces de quienes son considerados los

    otros .

    Sin embargo, sigue habiendo un obstculo en el discurso de la historiografa, puesto que la falta

    de datos que se presenta, por ejemplo como ocurri con el caso de Efran Plaza, dificulta el

    23

    BRANGIER, VICTOR (2011). Justicia Criminal en Chile, 1842-1906 Debido proceso o contencin social?. Revista Sociedad y Equidad, (1). 1-8 24

    PALMA, DANIEL (2006) "La ley pareja no es dura: representaciones de la criminalidad y la justicia en la lira popular chilena.", HISTORIA 39:I, junio 2006, 177-229

  • acceso a la informacin de primera fuente que mediante nuevas interpretaciones, ms ligadas a la

    traduccin del otro que a su comprensin externa, podran dar luces de un discurso

    radicalmente distinto de la historia.

  • Anexos

    Anexo1:

    Declaracin de Antonio Ramn

    Archivo Nacional, Fondo Judicial, Judicial Criminal de Santiago, legajo 1670, pieza 3

    Cientocincuenta y dos 152

    Diecisis de Abril de mil novecientos quince se hizo comparecer a Antonio Ramn i Ramn en

    el objeto de prestar confesin con cargos i despus de la lectura del sumario i previa promesa de

    decir verdad se le hizo cargo:

    Primero: de ser autor de las lesiones graves a don Robert Silva Renard.El reo acepta el

    cargo i dice que l hiri con daga a don Robert Silva Renard.

    Segundo: de haber procedido con premeditacin i alevosa como consta de las

    confesiones que l ha dado a fojas cinco y seis en las que dice que hiri al ofendido por venganza

    por haber sido l quien mand las tropas que hicieron fuego sobre los obreros en la plaza Santa

    Mara en Iquique; por haber concebido el proyecto de venganza cuando supo que su hermano

    Manuel Vaca haba muerto por las tropas mandadas por el ejrcito; Por haber arrendado una

    pieza cerca de la fbrica de cartuchos para conocer bien al ofendido i llevar a cabo su venganza i

    por usar en el bolsillo la daga con que cometi el delito con el objeto de vengarse de Silva

    Renard.

    Adems a fojas dieciocho declara: que no se haba vengado antes del general Silva

    Renard porque no haba tenido ocasin antes de encontrarse en una misma ciudad que l i porque

    a veces le venan pensamientos de venganza y otras veces se olvidaba de llos, i en su confesin

    con cargos de fojas cuarenta confiesa que si hiri al general Silva Renard fue solo por venganza

    personal suya, con cuyo objeto se traslad de la Repblica Arjentina donde se encontraba al

    saber la muerte de su hermano. El reo contestando

    Cienctocincuenta y tres 153

    el cargo dice: es verdad que yo he dado todas las declaraciones a que se refiere el cargo,

    menos la final porque yo no me he trasladado desde (...) Repblica Argentina, a Iquique para

    vengarme del general Silva Renard cuya existencia ignoraba, sino solo para averiguar el paradero

    de mi hermano Manuel Vaca que haba dejado de escribirme, cuya muerte ignoraba en Argentina

    i solo vine a saber en Iquique. El prrafo tercero de la foja cuarenta y uno est mal redactado i no

    lo acepto. Acepto s todas las dems declaraciones i confesiones que he prestado.

    Contesto al cargo:

    Es verdad que cuando supe la muerte de mi hermano Manuel Vaca i an mucho tiempo despus

    me venan ideas de venganza contra el general Silva Renard durante el sueo, pero las desechaba

    en cuanto despertaba.

  • Yo no he arrendado la pieza de la Avenida Vial para estar mas cerca del ofendido sino

    solo para estar mas cerca de una fbrica de jabn de la calle San Ignacio donde me iban a dar

    trabajo i para habitar en un barrio donde haban muchas fbricas i me podan dar facilmente

    trabajo.

    Antes de arrendar la pieza de la Avenida Vial ya saba que el general Silva Renard viva

    mui cerca en la fbrica de cartuchos, porque en una romera espaola un individuo cuyo nombre

    no recuerdo me mostr a un general que iba en un coche, cuya cara no v i dijo que era Silva

    Renard que viva en la fbrica de cartuchos.

    Cuando ya estaba viviendo en la Avenida Vial vi pasar varias veces

    Cientocincuenta y cuatro 154

    al general Silva Renard que entraba sala de la fbrica.

    Niego que haya usado la daga con el objeto de vengarme del ofendido; no podra precisar

    el motivo por que me la puse en el bolsillo la maana del delito porque yo mismo no me doi

    cuenta.

    Y tampoco puedo darme cuenta sobre el motivo que me llev a precipitarme sobre el

    general Silva Renard que iba dos pasos delante de m i a herirlo con mi daga, pues aunque

    durante el sueo he resistido pensamientos de venganza contra l en ese momento no los tena.

    Estaba esa maana fuera de m en pensamientos raros y muy lejos de encontrarme en mi estado

    normal; al ver al general sent un arrebato no de venganza , sino un impulso como de (...) i sin

    meditar un segundo momento llevado por ese impulso lo agred i lo her.

    El juzgado le hace cargos de haber retractado sus declaraciones anteriores en la cuales de

    un modo claro y terminante ha espresado que hiri al ofendido con premeditacin y por

    venganza.

    El reo espone: que sus anteriores confesiones las ha prestado por error de hecho , por

    apremio por falta de razn .- Despus de haber sido herido por un capitn inmediatamente

    despus de cometido el delito, por la prdida de sangre se le despej la cabeza i volvi a su

    estado normal.-

    El juzgado lo interrog pocos momentos despus de cometido el delito i como ya estaba en

    estado normal i se le haba pasado el arrebato de locura que lo llev a herir al general Silva

    Renard no crey que el juzgado pudiera

    Cientocincuenta y cinco 155

    darle crdito que haba cometido el delito en un momento de locura i por ese motivo di como

    causa de su delito la venganza, cuando, en realidad, no haba pensado en vengarse.

    El reo agrega: sostengo, pues, que he cometido en un momento de locura el delito por que

    se me procesa.

    El juzgado le hace cargo de haber sostenido siempre que fu la venganza el mvil de su

    delito i de retractar sus anteriores confesiones, atribuyndolo a la locura solo despus de haber

    sido ecsaminado por mdicos alienistas en la casa de orates lo que puede haberle hecho pensar

    que el juzgado lo estimaba loco.

  • El reo dice: que antes del ecsamen mdico no haba aribuido a un acuso de locura su

    agresin al general Silva Renard porque no habra sido credo i ahora dice la verdad porque hai

    un informe mdico que le da valor a su aseveracin.

    Ratificado Firm.-

    .

    Anexo 2:

    Defensa de Antonio Ramn

    Archivo Nacional, Fondo Judicial, Judicial Criminal de Santiago, Legajo 1670, pieza 3

    S.J. del C.

    El Procurador de turno en lo criminal, por el reo ANTONIO RAMON RAMON, procesado por

    lesiones, contestando la acusacin fiscal, a US. digo:

    Que en justicia se ha de servir US. absolver de la acusacin a mi representado, por estar exento

    de responsabilidad criminal. En subsidio, se servir US. aceptar las circunstancias atenuantes que

    invocar.

    Mi representado est exento de responsabilidad criminal en conformidad a los nmeros primero

    y nono del art. dcimo del Cdigo Penal.

    En efecto, el informe mdico de los doctores Greve y Lea-Plaza, de fs. 116 y siguientes, expresa

    claramente que Antonio Ramn en los momentos en que hiri a Silva Renard, estaba privado

    totalmente de razn por una causa independiente de su voluntad, circunstancia que lo exime de

    responsabilidad criminal en conformidad al nmero primero del art. dcimo del Cdigo Penal.

  • El informe de mi referencia, suscrito por los doctores Greve y Lea - Plaza, nombrados de oficio

    por tribunal, es categrico al respecto: concluye estableciendo que "el acto delictuoso de que se

    acusa a Antonio Ramn es el efecto de un proceso mental patolgico. "

    "Proceso mental patolgico" y "privacin total de la razn" son una sola y misma cosa. La razn

    o lucidez de espritu es indivisible; desde el momento en que hay una perturbacin mental

    cualquiera, un estado patolgico, la razn desaparece: el individuo est demente (fuera de su

    mente o razn)y es irresponsable.

    Y esta irresponsabilidad es de derecho estricto, porque nuestra ley penal, que es eminentemente

    represiva, castiga slo los delitos voluntarios, y entiendo por voluntarios los que se ejecutan con

    inteligencia, con libertad y con intencin. Inteligencia o razn es lo mismo. Razn patolgica,

    razn extraviada, razn enferma, locura, demencia, mentecatez, o privacin de la razn, es todo

    uno, ya que, como queda dicho, la razn o lucidez de espritu es indivisible. En un momento

    dado un individuo obra sensatamente u obra fuera de juicio. No hay trmino medio posible.

    La cuestin de derecho sobre el particualar no admite duda, ya que la ley se expresa al respecto

    con su claridad habitual.

    En cuanto a la cuestin de hecho, es del exclusivo rescate de la medicina, y el Seor Promotor

    Fiscal es de todo punto incompetente para apreciarla. En su vista este funcionario se pronuncia

    en contra de la opinin de los mdicos, a pretensin de encontrar mucha lucidez, segn l en las

    declaraciones del rey. Hay en esta apreciacin del Ministerio Pblico un doble error. El primero

    consiste en no haber confrontado las declaraciones primeras del reo con su segunda confesin

    con cargos, la cual es contradictoria con aquellas, contradicciones que son implicables en un

    espritu fuerte y sano como el que el Seor Promotor se complace en atribuir al reo.

    El otro error proviene de la carencia de conocimientos mdico-legales del Ministerio Pblico.

    Ignora que el hecho de ...si un individuo est o n loco es cuestin mdica de psicologa y de

    clnica, que no puede resolverse a priori con el simple raciocinio. Debi en este punto atenerse de

    los mdicos,que es concluyente y luminoso que est ampliamente corroborado con la abundante

    y fidedigna informacin venida de Espaa sobre los antecedentes hereditarios del reo, anteceden-

    tes que no dejan lugar a dudas de que toda su familia eran locos y anormales.

    (...) El loco es un ser aparentemente normal cuya enfermedad, por lo general, no puede conocerse

    sino tras un detenido estudio de sus sntomas clnicos. Basta acercarse a la EX Casa de Crates

    para convencerse de este aserto. La mayora de los asilados hablan con gran acierto de las ms

    variadas cuestiones, siempre que no se trate de sus propias ideas delirantes, y como no los

    detiene ese temor al qu dirn que paraliza a muchos espritus pacatos, dicen a veces verdades

    como temples.

    En resumen: la privacin de la razn del reo Antonio Ramn, al herir a Silva Renard, es una

    cuestin mdica que aparece ya definitivamente resuelta en el luminoso informa de los doctores

    Greve y Lea- Plaza corriente a fs. 116, y no cabe mayor discusin al respecto.

    Creo innecesario insistir en que esta privacin de razn fue independiente de la voluntad del reo,

    pues el informe indica con claridad que la causa de este proceso patolgico es una degeneracin

    congnita de carcter hereditario, agravada o exacerbada por la angustia obsesora que produjo en

  • el nimo del reo la horrorosa tragedia de Iquique que cost la vida de trescientos obreros de la

    Pampa y cuyo protagonista desgraciado fue la propia vctima, general Silva Renard.

    Con las consideraciones que anteceden, creo haber demostrado suficientemente que Antonio

    Ramn est exento de responsabilidad dad criminal, en conformidad al nmero primero del

    artculo dcimo del Cdigo Penal; y aunque creo que US. habr de acoger esta causal de

    exencin, quiero hacerme cargo de otra que tambin favorece a mi parte, y es la del nmero nono

    del mismo artculo ya citado.

    En efecto, al no considerar US. que Ramn estaba fuera de su razn al agredir a Silva Renard,

    ser necesario que por lo me-nos considere US. que obr violentado por una fuerza irresistible,

    como es la pasin de la venganza que se hizo irresistible por el estado de debilidad mental y

    moral de que hace fe el informe mdico a que me he venido refiriendo.

    Y note US. de paso que esta venganza es la ms legtima y la ms justa que jams se intent.

    El veintiuno de Diciembre de mil novecientos siete fueron asesinados a mansalva, con

    ametralladoras, trescientos obreros de la Pampa por el delito, imperdonable en Chile, de pedir un

    poco de justicia contra la clase opresora. Los obreros de la Pampa se negaban a trabajar porque

    los salitreros les pagaban sus salarios estipulados, en "fichas" depreciadas que los patrones tenan

    el cinismo de cambiar con un sesenta y ms por ciento de descuento. Los obreros pedan el

    cambio de las fichas a la par, como es de justicia y razn; pero los salitreros estimaron que esta

    exigencia era inaceptable porque les significaba una "prdida de ocho millones de pesos al ao".

    Los salitreros llaman "perder" el verse en la imposibilidad de estafar a los humildes y

    desamparados esos ocho millones al ao.

    El conflicto se hizo agrio porque los patrones n slo no cedieron, sino que quisieron obligar a

    los obreros a trabajar forzadamente, como galeotes. No cedieron los obreros tampoco, ya que los

    acompaaba la justicia, y entonces los opresores no encontraron otra solucin al conflicto que las

    ametralladoras. Al general Roberto Silva Renard le correspondi la gloria indeleble de dirigir el

    fuego de las ametralladores contra los obreros asilados en la Escuela de Santa Mara. La obra de

    Silva Renard dur unos cuantos minutos y cost ochocientas vctimas, entre ellas mujeres y

    nios de pecho: trescientos muertos y quinientos heridos, muchos de estos graves. As se hace

    en Chile la justicia para los humildes. Tempora venient.

    Entre los muertos cay Manuel Vaca, hermano del reo Antonio Ramn y el nico cario de su

    vida. (...)

  • Anexo 3:

    Biblioteca Nacional, Saln Pablo Neruda, Revista Mdica de Chile, Tomo XLIII, ao 1915,

    pginas 275 - 282.

    Informe mdico legal dado por los doctores Greve i Lea Plaza sobre el reo Antonio Ramon

    Ramon apresado despues del atentado contra la vida del Jeneral Silva Renard.

    Seor Juez de Crimen,

    U.S. se ha dignado encomendarnos como peritos alienistas, el exmen de las facultadoes

    mentales del reo Antonio Ramon Ramon acusado de lesiones graves inferidas a la persona del

    Jeneral don Roberto Silva Renard, ya que por la relacion que U.S. se sirvi hacernos

    personalmente, apariencia sin causa suficientemente justificada el delito en cuestin.

    Solicitamos de U.S. un plazo de dos meses para evacuar dicho informe, pues desde el primer

    momento consideramos que se trataba de un caso difcil que nos obligara a engorrosas

    investigaciones i exmenes innumerables que precisamente deban demorar.

    Para corroborar los datos sobre los antecedentes hereditarios que el reo nos ha dado, i ya que

    atribuimos importancia a estos detalles, hemos tenido que dirijirnos a la administracin del

    Manicomio de Granada solicitando los datos respectivos, lo de que por si tardar dos meses. Aun

    no han llegado, pero no omitiremos ponerlos en conocimiento de U.S. tan luego como estn en

    nuestro poder, agregando de este modo un argumento mas a nuestras conclusiones.

    Asimismo solicitamos de U.S., para mejor clnica del reo su traslado al manicomio, en donde

    permaneci veinte das mas o mnos i de donde fue retirado sin conocimiento nuestro i antes de

    terminar las observaciones i esperimentaciones necesarias, las que tuvieron que ser proseguidas

    en la crcel.

    1

    Antonio Ramon Ramon es un individuo de 33 aos de edad nacido dentro de la provincia de

    Granada, en el pequeo pueblo de Molvizar de unos 600 a 700 habitantes. All vivi con su

    padre, su madre i una hermana. Su padre, Antonio Ramon Ortiz, trabajaban en las labores

    agrcolas de los fundos vecinos al pueblo en que vivian; en ocasiones se alejaba bastante de l,

    pero siempre regresaba a su hogar hacia la tarde. Era un individuo regularmente bebedor pero

    sobre todo mui caracterizado en el pueblo, porque era un sujeto francamente anormal: afirmaba

    que su mujer i su hija trataban de envenenarlo en las comidas, esta idea lo llevaba a actos de

    violencia contra su esposa, a la cual en una ocasin arremeti con una plancha. Fuera del hogar

    haba en el pueblo algunas personas que haban sido sus amigos i a quienes tom gran antipata,

    fundndose en anlogas o parecidas ideas de persecucin. Un tal Mariano Villalobos fue el

    preferido de sus odios; cada vez que lo encontraba lo insultaba groseramente i a grandes voces.

    Con su hija tuvo tambin en una ocasin actos de violencia; mientras se encontraba tejiendo se le

  • acerc sorpresivamente i le quit con brusquedad los tiles del bolsillo del delantal, dicindole

    que entre ellos tenia el veneno para contaminarle la comida. A pesar de que su esposa habia

    tenido siempre una conducta intachable, Antonio Ramon Ortiz la celaba en forma intolerable.

    Tales circunstancias interrumpieron varias veces las relaciones conyugales, hasta que por fin no

    volvieron a restablecerse y siguieron viviendo separadamente al lado de sus respectivos padres,

    sin que ambos cnyuges se vieran mas, no as los hijos i especialmente Antonio 2 que sigui

    visitando a su padre continuamente, correspondiendo al afecto de ste hacia l. Con tales

    antecedentes no es raro, pues, que Antonio Ramon Ortiz hubiera sido alguna vez internado en un

    asilo de alienados. El ao 1883 lo fue a peticin de su padre, estando ya casado: fue conducido

    por engao a Granada i recluido en el Hospital de locos de esa ciudad. All peraneci nueve

    meses i sali por jetones de un pariente de la mujer i, segun parece, a ruego de ella. Despues

    volvi nuevamente al hogar conyugal de Molvitzar pero fu mui poco tiempo despues, cuando

    nuevamente fue ingresado el hospital de locos con motivo del atentado contra su mujer que ha

    sido relatado. Esta vez fupe la autoridad quien lo recluy. En esta ocasion permaneci un tiempo

    as largo i a instancias del mismo pariente, Antonio Ramon padre, fu examinado por cuatro

    mdicos con el objeto de declararlo en interdiccion. No hay datos respecto al resultado de este

    exmen ni de la resolucion al respecto de sus propiedades.

    En el mismo rden de ideas es preciso agregar que una tia del padre del reo, Paca Ramon Prado i

    un hijo de sta, Jos Ortega Ramon, tambin eran personas enajenadas, como asimismo un

    medio hermano de aquella tia; esto por lo que se refiere a antecedentes hereditarios por lnea

    paterna, en cuanto a la materna, una prima del acusado, Francisca Ramon Real, estuvo o est

    recluida en el manicomio de Granada. Por lo dems, Antonio Ramon Ortiz i su mujer son

    parientes lejanos.

    Antonio Ramon Ortiz, en su vida errante de trabajador agrcola, llegaba muchas veces hasta otros

    pueblos; fu as como en cierta poca , durante su vida de matrimonio, estuvo trabajando mui

    cerca del pueblo de Lbres, en donde conoci a una mujer de quien se enamor i de cuyas

    relaciones ilejitimas naci un hijo, a quien puso Manuel Vaca. Este hijo natural creci en su

    pueblo sin llegar nunca hasta Molvizar, i entrando apenas en la adolescencia sali con su madre

    de Espaa con destino al Africa. Entrtetanto Antonio Ramon Ortiz, aunque separado enteramente

    de su esposa, a quien no vi mas, continuaba en buenas relaciones con su hijo lejitimo, a quien

    parece haber tratado siempre con afecto. En la intimidad de padre a hijo le cont las amarguras

    anteriores de su vida i su estado mental desgraciado, que segun su espresion hacia que pudiera

    contener menos que un borracho, pero nunca le revel la existencia del hermano natural del

    vecino pueblo de Lbres; sin embargo, no era difcil que esto llegara a odos de Antonio, hijo, i

    en efecto, este estaba perfectamente enterado de aquella existencia. Asi pasaron los primeros

    aos de Antonio Ramon Ramon. Estuvo en la escuela durante un ao, en donde apenas aprendi

    a escribir, aprendizaje que continu despues por su cuenta hasta alcanzar una relativa perfeccion

    en la escritura i en las operaciones preliminares de la aritmtica. Siempre dedicado a las faenas

    agrcolas, nuestro sujeto llevaba una vida ordenada, era jeneralmente estimado, procuraba o

    molestar a nadie ni tampoco de entablar relaciones amorosas por timidez o por temor a las

  • censuras o al qu dirn de las jentes: no acostumbraba a beber. En una ocasin en que fue

    inducido a la bebida, a la edad de 18 aos, tuvo un ataque con fuertes convulsiones i prdida del

    conocimiento.

    Urjido por las necesidades de la vida o con deseos de viajar, Antonio Ramon Ramon, que jamas

    se habia separado de Molvzar, a los 23 aos de edad hizo un pequeo equipaje i abandon su

    pueblo natal con destino al Africa. Desconocedor en absoluto de aquellas rejiones, se ocup de

    diversos trabajos en el puero de Orn i otros puntos. A los cinco o seis meses despues ingres a

    un hospital de Orn afectado de paludismo, del cual se cur radicalmente. Fue por esta poca

    cuando conoci a su hermano natural de quien tenia noticias, aun de que se encontraba en Africa.

    Fue durante la Semana Santa, en esa poca los campesinos celebraban algunas fiestas con

    caracteres orijinales; en una de ellas se encontr casualmente Ramon mientras trabajaba en el

    bosque de Boutilyl. Le estrao sobremanera que se acercaran a l muchos individuos a quienes

    no conoca i que le hablaban en una mezcla de rabe, francs i castellano, que l no comprendia;

    intrigado Antonio, les dijo que talvez lo confundan, pues l recin llegaba all i ademas no

    podra entablar conversacin, pues ignoraba todo otro idioma que el castellano. Comprendieron

    los aldeanos que se trataba de una equivocacin i alguien explic a Antonio, en mal castellano, la

    causa de esto, no era otr que la de existir no ljos de all un indindividuo, amigo de ellos, de

    fsico muy parecido al suyo. Con esta relacion i con los antecedentes que Qntonio tenia de su

    hermano natural, pens luego en la posibilidad de que l fuera i pregunt por mayores detalles de

    este sujeto; se le dijo que viva i trabajaba en Aranzon. Tocado en su curiosidad, Antonio se puso

    en marcha hcia aquel pueblo i despues de no pocas averiguaciones dio con Manuel Vaca, a

    quien se present como su hermano natural, revelndole el secreto que su padre guard por tanto

    aos. Desde aquel dia se desarroll en Antonio un gran afecto por Manuel Vaca; pas a ser ste

    un compaero inseparable i durante el corto tiempo que vivieron juntos (dos o tres meses),

    conjeniaron admirablemente. Trabajaron juntos i mui luego se trasladaron a Rio Salado, siempre

    buscando mejores faenas. Esto ocurri, mas o menos, en 1905. Antonio guarda en su memoria

    muchos detalles de su vida en Africa; constantemente recibia cartas de su padre, a quien no

    olvidaba de comunicar su continuo cambio de residencia, a fin de recibir siempre su

    correspondencia. Mui luego propuso a Vaca salir del Africa i embarcarse para America, en busca

    de mejores trabajos i mejor situacion. Vaca acept i partieron con rumbo al Brasil, pero ya en el

    vapor, les aseguraron que all se trataba mui mal al trabajador, i como los fondos no alcanzaban

    para pagar la continuacin del viaje a mbos, solo Vaca sigui hasta Buenos Aires i Antonio se

    qued en el Brasil trabajando en Botucat en las faenas de un ferrocarril, que lo retuvieron once

    meses. Las noticias que de su hermana siempre recibia, lo haban impuesto que ste habia partido

    para Chile mui poco tiempo despues de llegar a la Arjentina.

    Lleg en estas condiciones en el ao 1907 i Manuel que se habia establecido en Iquique,

    trabajaba en las salitreras. Entretando Antonio continuaba en la Arjentina, en donde permaneci

    un ao. Las cartas de su hermano cesaron de llegar bruscamente. Antonio, que estaba impuesto

    de lo que habia ocurrido en Iquique en aquella poca, fue impacientndose progresivamente,

    hasta que el 21 de junio de 1908 llegaba a esta ciudad en busca de su hermano. Preguntando por

  • Manuel Vaca, mui luego le dijieron de la suerte que habia corrido; habia sido uno de los caidos

    durante los sucesos del ao anterior i fue conducido hasta el sitio mismo de su muerte. La

    afectividad de Antonio Ramon sufri rudamente con la relacion de aquellas escenas. Mui luego

    se intern hasta la oficina de Jazpampa, en donde trabaj como mozo; despues estuvo en Taltal,

    en Satniago, de donde pas nuevamente a la Arjentina para volver al poco tiempo a Valparaiso i

    de all, como ao i medio despues, nuevamente a Santiago, en donde ha llegado como tres o

    cuatro meses antes de su delito. En todos estos diferentes puntos ha trabajado siempre como

    jornalero en diversas faenas. Antonio Ramon profesa la relijion catlica, sin ser un observante

    exajerado; conforme con su modo de pensar, ha pertenecido a una asociacion catlica en

    Antofagasta, donde tambin estuvo un tiempo, asociacion que se dedicaba a la instruccin i

    beneficencia. Ramon dice haber hecho siempre el bien a medida de sus fuerzas i de sus recursos

    i, efectivamente, relata hechos que lo honran.

    Qu detalles nos d este sujeto de su vida despues de la muerte de su hermano? Atraido hasta

    Iquique por indagar el paradero de Vaca, el viaje de Antonio a Chile se habia efectuado de una

    manera imprevista, digamos fuera de programa; sin embargo, por una u otra circunstancia, como

    queda dicho, se qued en este pas cambiando repetidas veces su lugar de residencia. La

    impresion moral que le produjo desde el primer momento la relacion de la muerte de su

    hermano, no pudo desvanecerse i caso a raz de ella comenzaron a presentarse algunos

    fenmenos que nos interesan; el sueo de nuestro sujeto se perturb en estremo, aparecieron

    ensueos pesadillas, alucinaciones hipnaggicas. En ello se le presentaban siempre el hermano

    muerto viniendo hacia l en ademan de saludarlo, en otras, el mayor nmero, se le renovaba el

    trjico espectculo de su muerte. Estos ensueos se presentaban amenudo; i al despertar

    penosamente recordaba todo cuanto habia soado, pero se senta angustiado, con frecuentes

    palpitaciones al corazn, sensacin de ahogo, decaimiento general i asi quedaba por largas horas.

    La actividad del dia hacia desaparecer estos fenmenos que volvan a presentarse con invencible

    regularidad i analojia en el prximo sueo. Poco a poco, el recuerdo que en el estado de previjilia

    conservaba todava del sueo, fue surjiendo la idea de la venganza que se presentaba

    imperiosamente; su razn la rechazaba i despues de una verdadera lucha entre sta i aquella, por

    fin lograba vencerla; dominando su anguista se distraa cantando, leyendo en voz alta,

    caminando i sale al trabajo despues de hacer los preparativos indispensables para sus comidas.

    Durante el dia, lejos de la influencia del ensueo, la idea de la venganza no se presenta i si esto

    pasa, es fcilmente rechazada. Nuestro sujeto se interesa por conocer a aquel a quien hace

    responsable de la prdida de su hermano i contra el cual se alzan las combatidas ideas de

    venganza: ya en Iquique obtuvo datos de l i en Santiago, durante las fiestas del 12 de octubre

    ltimo, estando entre la muchedumbre espectadora, oy hablar a otros sobre lo que la persona

    que iba en un carruaje era el Jeneral Silva Renard, agregaron que viva en la Fabrica de

    Cartuchos, l apenas logr divisarlo por la rapidez con que pas ese carruaje.

    Ramon es un individuo que ha sufrido siempre visibles alternativas en su modo de ser, yendo

    constantemente de estados de postracin a momentos de espansibidad. Durante su estada en la

    Casa de Orates estas alternativas fueron perfectamente notables. Estos estados depresivos dse

  • han mostrado en muchas otras ocasiones anteriores, han aparecido con las mas pequeas

    contrariedades o dificultades. Ramon no ha sabido nunca soportar con entereza de nimo las

    visicitudes de la vida, han sido especialmente las dificultades pecuniarias las que en muchas

    ocasiones le han provocado dichos estados de desaliento. Durante ellos se siente profundamente

    descontento de si mismo, nada logra distraerlo ni entusiasmarlo, es un malestar moral

    inexplicable que en muchas ocasiones lo ha hecho madurar ideas de suicidio que no ha llevado a

    la prctica por falta de voluntad i por timidez. Ramon no es un hombre capaz de tomar una

    resolucion semejante. Recuerda, por ejemplo, que durante su estada en Valparaiso,

    inmediatamente antes de trasladarse a Santiago, tuvo una poca de furor con desos intensos de

    morirse; se iba todos los das a Playa Ancha i ah pasaba slo i ensimismado, comiendo apenas.

    Durante los das de esta crisis, varias veces se ech a sus bolsillos un frasco con veneno que tenia

    desde algn tiempo atrasi que habia destinado a matar un perro que lo molestaba i la daga que se

    habia comprado en Arjentina. Durante su estadia en Santiago hasta el dia del atentado criminal

    que cometi, su vida habia sido difcil debido a la falta de trabajo que lo habia obligado a

    deshacerse de gran parte de su ropa i otros tiles de uso diario para aminorar las consecuencias

    del hambre. Esta situacionno dej de provocar bien luego un estado depresivo bien manifiesto;

    los ensueos, sin embargo, no se haban presentado tan seguidos ni con tanta intensidad en esta

    ltima poca, de manera que la idea de la venganza no habia tenido caracteres imperiosos.

    2

    El dia de crmen en que amaneci con un profundo estado depresivo, Antonio sali de su casa

    con rumbo indeterminado, buscando el silencio i sobre todo la soledad, disgustado de la vida, de

    su persona i de quien se le hubiera puesto por delante. Como en ocasiones anteriores i sin

    determinacin preconcebida, tom el frasco de veneno i la daga, alentando siempre ideas de

    concluir con su vida abominable, pero seguro tambin de que su timidez i su falta de voluntad no

    se lo permitiran seguramente; anduvo mucho, atraves los lmites urbanos hasta encontrarse en

    medio del campo para disipar su malestar i el afuscamiento de su cabeza; all vag hasta las

    ltimas horas de la maana en que regres a su casa; en el camino de regreso fue detenido dos

    veces, la primera, por unos individuos que solicitaron de l su compaa para beber vino.

    Antonio se neg razonando que si lograba reunir dinero para beber comprara pan; la segunda

    vez se detuvo por haber visto un grupo de cadetes a quienes reprendia un oficial instructor. Estar

    circunstancias lo retrasaron en su vuelta i fueron la causa de que siguiendo su camino encontrara

    al Jeneral Silva Renard, cuya cara no conoca i a quien identific por los datos que de l tena. En

    su estado de profundo descontento, bast su visita para que se agolparan en la mente de Ramon

    los acontecimientos mas tristes de su vida i ciego de emocin se avalanz sobre su vctima, la

    apuale sin compasin; arroj la daga, bebi el veneno i emprendi la fuga. Despues de ser

    atrapado i entregado a los soldados de la Fbrica de Cartuchos i mientras bien asegurado era

    conducido al cuero de guardia, fue golpeado en la cabeza con la espada por un oficial, al verse

    chorrear la sangre, djole a los soldados que iba como fue Jesucristo, a la cruz, lo que caus ira

    de los que lo oyeron; Antonio dice que cuando lo golpearon i hubo perdido tanta sangre, la

  • cabeza se le despej notablemente i el arrepentimiento lo abrum por entero. Aseguran los

    testigos que en el cuerpo de guardia trat de golpearse la cabeza contra el muro lo que el niega

    tenazmente.

    Anexo 4:

    Biblioteca Nacional, Saln Pablo Neruda, pginas 317- 322

    Informe mdico legal dado por los doctores Greve i Lea Plaza sobre el reo Antonio Ramon

    Ramon apresado despues del atentado contra la vida del Jeneral Silva Renard

    (Conclusin)

    Su exmen fsico nos d el resultado siguiente: rganos en su totalidad normales, crneo

    aplastado las protuberancias occipitales estn casi borradas i alargado hacia arriba (crneo en

    torre) con una circunferencia de 54 centmetros. Paladar ojival, orejas libres, sin otros estigmas

    de degeneracin. Est enflaquecido, resaltando el esqueleto seo de la cara i el hundimiento de

    los ojos en sus orbitas. La sensibilidad general la hemos constatado obtusa en toda la superficie

    del cuerpo, en algunos puntos se puede atravesar un alfiler por un pliegue de la piel sin

    manifestacin de dolor. El olfato i el gusto son poco intensos en ambos lados. El campo visual i

    la visin, normales; los reflejos tendinosos fuertes i simtricamente iguales, reflejo farinjeo

    difcil de excitar, temblor de los parpados i temblor de las manos que aumenta con las

    emociones.

    Solicitado por nosotros fue conducido al Manicomio el 18 de enero para observar con mas

    detencin su estado psquico. Aparece como un individuo misntropo, retraido, que busca la

    soledad como ya en las relaciones testimoniales se comprobaba; no tiene amigos i mui pocos lo

    conocen. Lleg al establecimiento sin que nada le llamara la atencin, sin entablar conversacin,

    contestando apenas a las preguntas i con manifiestos deseos de estar solo i en silencio. El dia 21

    de enero amaneci por primera vez risueo, alegre y locuaz, su fisonoma habia experimentado

    un notable cambio, entablaba conversaciones con algunos enfermos i aun les hacia confidencias,

    aseguraba sentirse bien pues notaba que su cabeza se habia despejado i no senta ya peso en ella.

    Su estadia en el Manicomio le era preferible a la de la crcel. Cinco das despues vuelve a

    sentirse deprimido, contrariado, nos pide que lo volvamos a la crcel, dice que la compaa de

    tantos enfermos lo desazona i el sufrimiento de estos se le hace intolerable; no pude ver miserias

    ajenas, las que siempre le han hecho impresin, de all que en todo caso haya tratado de

    aliviarlas. A fines de enero vuelve a tener un pequeo periodo de espansion, se encara con los

    guardianes a quienes acusa de maltratar a los recluidos i divertirse a costa de las miserias de los

    enfermos i aun de haberlo maltratado a l sin motivo. Es sometido a hipnotizacin i se consigui

    llegar con toda facilidad a los diez minutos de fijacin de la vista en el espejuelo rotatorio al

    estado sonamblico obedeciendo sin dificultad a las sugestiones que se le hacan fueran estas de

  • emocin o de ejecutar actos determinados. La segunda tercera i cuarta ves que fue sometido a la

    esperimentacion no se hizo uso sino de la sujestion para ponerlo en estado sonamblico.

    Fuertemente emocionado a la sujestion se le hacia pasar de una profunda pena con sollozos i

    quejidos a la espansion de la risa. Despues de una corta lucha moral se rob el reloj que en el

    sueo se le habia insinuado sin que guardara recuerdo del mandato; despierta i cumplida la orden

    se escusaba de su acto culpable. Fue posible tambin ponerlo en estado catalptico. En una de las

    sesiones le fueron sujeridas alucinaciones i reminiscencias de su vida emocional en relacion con

    el crimen que esteriorizaba con efectividad intensa. En otra sesin hecha durante uno de los

    periodos de espansion, desapareci este despues de la prueba quedando en su estado de

    retraimiento ordinario. Despues de estas sesiones se encontraba intranquilo i nervioso.

    4

    Al neurlogo que viera por primera vez al reo no escaparan algunos razgos jenerales mui visibles

    que lo caracterizan; sus ojos hundidos, brillantes, soolientos, el vago temblor de sus manos

    forman sus facies i su aspecto neuroptico e indican desde luego el camino por seguir en el

    exmen clnico. El embotamiento considerable de su sensibilidad con falta de absoluta sensacin

    dolorosa en algunos puntos, la torpeza de funcin de la sensibilidad especial, el parpadeo, la

    abolicin del reflejo de la farngeo son signos cuyo valor se aade al del conjunto de los razgos

    de su psicolojia especial bajo el punto de vista de la observacin nuestra, es decir, 1 la variedad

    de su carcter (ciclotimia) queda triste, pesimiesta, aptico, sin manifestar inters por su porvenir

    que ve negro i sin esperanzas, se torna bruscamente i sin causa aparente en lo locuaz,

    comunicativo, alegre, para volver al estado primero que podemos llamar el ordinario, i efectuar

    un nuevo ciclo. 2 La escasa energa personal (abulia). 3 La facilidad de hipnotizacin i la

    sujestibilidad que lo hace aceptar actuaciones como emanadas de su voluntad. Los caracteres

    psquicos que se destacan en el curso de la historia de su vida relatada por l mismo, converjen

    con los observados por nosotros a clasificar la mentalidad de nuestro sujeto. De aqu se

    desprende la veracidad de las declaraciones que nos ha hecho. El estraable afecto que con tan

    poca base se desarroll en el por su medio hermano casi desconocido, su emotividad e

    impresionabilidad, su timidez i la relacion que nos hace de sus ensueos que empezaron a

    sobrevenirle despues de la certidumbre de la muerte trjica de su hermano, son caracteres

    psicoljicos descollantes que se desprenden de su historia.

    Estos ensueos tienen inters especial para nuestra labor; Cul ha sido el mecanismo jentico de

    estos ensueos que han renovado durante siente aos un intenso dolor moral? Lograra ellos

    producirse indiferentemente en cualquier individuo tomado al azar a quien se sometiera a iguales

    condiciones? En otros trminos Representan un fenmeno ordinario, comn i por esto normal o

    son la manifestacin de un funcionalismo anormal? En tal caso Cul es su significado? Tales

    son los problemas cuya solucin se requiere.

    Las ideas tristes o penosas, aun las que mas subyugan i atormentan el espritu en un momento

    dado pueden ser vencidas i proscriptas disipndose el estado efectivo que las caracteriza, tal pasa

    en el hombre normal capaz de frenar su emotividad relegndola al dominio de su juicio, pero

  • cuando la desproporcin es visible i la afectividad anormalmente exajerada es dominadora,

    imperiosa de la mentalidad, no se disipan tales estados i estas ideas tristes pueden seguir

    vejetando en la mente hasta que logren hacerse fijas, entonces desarrollan todo su poder i

    estienden sus races en forma que terminan por constituir a su alrededor una segunda naturaleza,

    un segundo yo, un estado enfermizo de doble conciencia, un nuevo mecanismo de

    receptibilidad psquica mas o mnos independiente del primitivo; un solo elemento fuertemente

    emotivo ha encontrado terreno mental apropiado i la personalidad ha sido desdoblada a su solo

    empuje. El estado anormal ha quedado constituido desde el momento porque la idea que obsedia

    i que se fija es huracn que bate i arrastra el espritu. La influencia de las ideas fijas puede

    mostrarse en cualquier estado pero es especialmente en aquellos en que la conciencia ordinaria se

    debilita cuando aparece, como sucede en el sueo espontneo, en el estado snamblico i en

    mayor o menor grado en los estados afectivos, especialmente cuando estos son depresivos.

    Las pesadillas de nuestro sujeto representan, a no dudarlo, una idea fija de esta naturaleza

    durante el sueo, una idea fija sub-consciente (Janet), forma en que aparecen mui amenudo,

    idea que lo domina tan luego como la conciencia ordinaria no tiene sobre el todo su control,

    dejando, por lo menos en algunas ocasiones, recuerdo angustiado de ellas al despertar. Su

    despertar es difcil, penoso i queda dormitando por un tiempo mas o menos prolongado, a

    pesar de sus esfuerzos por salir de esa situacin desagradable. Durante estos estados de semi-

    inconciencia ha surjido la reaccin consecutiva de su estado afectivo normal, perfilndose la idea

    de la venganza. Esta nueva idea, que desde el comienzo tom necesariamente toda la intensidad

    del estado afectivo de la idea fija de que provenia, a pesar de aparecer en momentos en que la

    voluntad est debilitada por la inconciencia (estado de previjilia) es dominada aunque

    penosamente, por sta, instalndose una lucha entre las dos conciencias, lucha que es suficiente

    para borrar por completo la idea en los momentos de vigilia absoluta. En el instante en que una

    nueva i fuerte impresin, la vista de la persona en que se encarna la desgracia, se agrega a la

    intensa carga afectiva de que estaba dotada la idea, la voluntad no pudo dominar ya sus actos.

    El cumplimiento de la venganza i, por consiguiente, la satisfaccin de su estado angustioso se

    impuso sin contrapeso a su espritu. El estado moral depresivo en que amaneci aquel dia i la

    nueva emocin que se vino a agregar produjeron un estado momentneo de miseria

    psicolgica (Janet) que lo inhabilit para someter a juicio crtico el imperio de esa potente idea;

    el acto tuvo que ejecutarse fatalmente aquel momento.

    Es esta la realizacin del cuadro clsico del mecanismo de los actos a que son capaces de llevar

    las ideas fijas, obsesiones, etc., como los diversos autores las llaman i que, sin lugar a duda nos

    presenta el reo.

    Observamos en l los siguientes caracteres propios a un estado patoljico especial:

    1La reaccin afectiva a las impresiones morales no solo es intenssima sino que tambin

    perdurable, no se disipa normalmente cuando no se guarde recuerdo aparente de ella, sigue

    obrando desde la sub-conciencia

  • 2 Esta actuacin especial se revela mui a menudo por sueos o pesadillas que unas veces se

    recuerdan en la vigilia i otras no i que mantienen viva la carga afectiva.

    3 En estos casos, los estados afectivos aparentemente inmotivados sean depresivos o pasionales

    que se observan en la vigilia son referibles a estos sueos recordados u olvidados, son reacciones

    a esas poderosas ideas sub-concientes; la brusquedad del estallido pasional como asi mismo su

    brusca abolicin son otras caractersticas de esas reacciones.

    4 La intensidad de esas reacciones afectivas dependen de la cantidad i calidad de las

    excitaciones psquica, i de como tambin son exajeradas las consecuencias fsicas de esas

    reacciones afectivas, una impresin normal, por ejemplo, produce una actuacin superlativa en el

    individuo

    Todo concurre a mantenernos en el concepto que nos hemos formado sobre el estado psquico de

    nuestro sujeto. Sus antecedentes hereditarios neuropticos estraordiariamente cargados por

    ambas ramas i la consanguinidad de sus padres, la idiosincrasia contra el alcohol, etc., son datos

    que no habriamos querido aprovechar por faltarnos los medios para corroborarlos, si no fuera

    que su converjencia con los datos objetivos, nos induce a tomarlos como verdicos i

    considerarlos como una base mas de nuestro concepto.

    La mentalidad de este sujeto entra en el gran cuadro de la dejeneracion mental cuadro aun un

    poco vago, e indeterminado i en el cual figuran variados i caprichosos estigmas psicolojicos. Los

    encontramos en efecto en el curso del estudio del sujeto con una agrupacin de signos que

    perteneciendo a este cuadro llevan el sello de los que llaman estigmas histricos tales son sus

    sueos de reminiscencias o ideas fijas sub-concientes. Tal es la sujestibilidad intensa, las

    anestesias varias, etc.

    Hemos creido demostrar a U.S. en el anlisis psicoljico que hemos hecho del delito que ste ha

    sido consecuencia de este estado morboso.

    En conclusin, somos por consiguiente, de opinin que el acto delictuoso de que se acusa a

    Antonio Ramon Ramon es el resultado de un proceso mental patoljico.

    Santiago, a 27 de febrero de 1915

    (Firmado): Jerman Greve. (Firmado): Hugo Lea-Plaza

    Nota.- Despues de presentado este informe a la autoridad correspondiente, se recibi la

    contestacin pedida al Alcalde de Molvizar i a la direccin de Manicomio de Granada, en la cual

    se confirman los datos relacionados con los antecedentes hereditarios que el reo habia dado.

  • Lista de fondos, volmenes y medios de prensa revisados

    1.- Archivo Judicial: Descartado por tener casos slo desde 1940.

    2.- Biblioteca Nacional:

    -Saln Camilo Henrquez:

    -Revisin Diario Ilustrado de Diciembre de 1915 y La Nacin de Julio de 1912 y Diciembre

    de 1915. Sin resultados.

    -Saln Pablo Neruda: Revista Mdica de Chile: Caso de Antonio Ramn Ramn

    3.- Archivo Nacional:

    -Judicial:

    (Revisin de posibles casos)

    Judicial Civil de Iquique (nmero 29)

    Judicial Civil de Linares (nmero 37 y 38)

    Judicial Civil de Santiago (nmero 53, 54, 55 y 56)

    Judicial Criminal de Santiago (nmero 52), Legajo 1670 Pieza 3

    Judicial Criminal de Tal-tal (nmero 67 y 68)

    Judicial de Santiago Letra A (nmero 53)