los valores y la educacion universitaria

7/31/2019 Los Valores y La Educacion Universitaria

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LOS VALORES Y LA EDUCACIN UNIVERSITARIA

Manuel Gonzlez vilaProfesor, Departamento de Educacin OdontolgicaFacultad de Odontologa de la Universidad de San Carlos de GuatemalaGuatemala, junio de 2010

I. LOS VALORES EN LAS PREGUNTAS INICIALES.

Para una universidad centroamericana cules son los retos que plantea el subdesarrollocientfico, tcnico, social y poltico de su entorno social y una dinmica mundial nueva ycompleja?Cmo podemos ensear habilidades democrticas y cvicas en un medio que en muchasformas importantes es antidemocrtico?

Son importantes los valores y la tica para definir acciones por parte de individuos einstituciones? Si lo son, cmo operan los mecanismos de aprendizaje y expresin devalores?Qu modalidades educativas han fracasado en la Universidad para promover actitudes yvalores en profesores y alumnos? Qu hacer para superar las equivocaciones del pasado?Hemos planteado todas las preguntas que son necesarias y suficientes para tomardecisiones en torno lo que queremos de la Universidad e introducir cambios reales?Cules son los valores que subyacen en las conductas actuales de la Universidad? Sonellos los ms coherentes con los propsitos universitarios? Cules pueden ser los valoresde una nueva Universidad coherente con la Sociedad y consigo misma?

Las reflexiones que se plantean aqu han resultado de las

experiencias del autor como profesor, investigador y administradoracadmico en la Universidad de San Carlos de Guatemala desde la dcada

de los aos 70. Algunas de las condiciones que se comentan son

aplicables a otras universidades de Centro Amrica y, probablemente,

tambin en otras regiones. Adicionalmente, las propuestas pueden ser de

valor para los interesados en temas relacionados con las innovaciones

universitarias y la democracia.

Algunas universidades muestran los efectos de una prolongada crisis

educativa cuyos signos se manifiestan en casi toda la vida acadmica. En

Guatemala se ha sentido la crisis y se han propuesto algunas soluciones,pero muchas de stas tienen carcter inmediatista. Adems carecen de lossuficientes elementos para corregir los problemas. Hay falta de espacios

para deliberar sobre los propsitos de la Universidad y la misin que tiene

con respecto a la Sociedad. A menudo vemos apoyo exclusivo a procesos


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formales iniciados de arriba hacia abajo, como un requisito que hay que

cumplir. Esto conlleva grandes riesgos. Uno de ellos es que conduzca ala Universidad a decidir cambios superficiales cuando tal vez lo que se

necesita son cambios profundos. Tambin puede llevarnos al autoaplauso

en la ilusin de que realizamos algo fundamental cuando en realidad sloefectuamos modificaciones cosmticas. Con ello se posponen los cambios

necesarios, se agrava la crisis y la Universidad se expone vulnerable ante

intereses particulares.

Es necesario un cambio de actitudes y valores en las maneras como

pensamos, hablamos y actuamos. Es cierto que la Universidad puede

contribuir a consolidar los valores actuales; pero tambin puede asumir

una funcin crtica frente a ellos y puede apoyar la realizacin de cambios

positivos en la Sociedad y en s misma. Si los resultados de una decisin

universitaria se han de materializar en actos, actitudes, mtodos,contenidos, polticas y filosofas, es necesario que todos los sectores de laUniversidad tengan oportunidades de expresarse con libertad. El dilogo

debe incluir a investigadores, profesores, alumnos, administradores y

organizaciones de la Sociedad. Entonces, antes de prescribir solucionesimprovisadas, caben las preguntas. Pueden hacerse los cambios deseados

sin una participacin amplia? Hay una innovacin real cuando los

resultados finales del proceso son documentos y no cambio de actitudes y

nuevos propsitos? Pueden lograrse las innovaciones sin cambio de

valores?

Esta presentacin ofrece unas notas de reflexin sobre el tema de los

valores en la educacin universitaria, con un ir y venir entre lo que es y lo

que podra ser.

II. CONTEXTO Y OPORTUNIDADES PARA LOS CAMBIOSUNIVERSITARIOS.

Los procesos polticos, econmicos y sociales que desde mediados

de 1989 han ocurrido en el mundo, han generado un contexto

drsticamente distinto al que estuvimos acostumbrados durante dcadas.

El esquema de bipolaridad en la poltica mundial diopaso a una nuevapoca en la historia. Esta poca comienza a caracterizarse por una sola

hegemona militar, multipolaridad econmica manifestada en la


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conformacin de grandes bloques en abierta disputa por megamercados

transnacionales, explosin de la informacin al mismo tiempo que

implosin del significado, creciente control del consumo basado en el

avance tecnolgico de los medios de comunicacin y ensanchamiento de

la brecha entre pases ricos y pases pobres. La conclusin de laconfrontacin Este-Oeste deja ver ahora la de Norte-Sur. El esquema, no

obstante, sigue siendo manifestacin del que desde hace siglos existe entre

el capital y el trabajo.

Estas y otras condiciones han modificado substancialmente la

realidad poltica de numerosos pases incluidos los pases

centroamericanos. Sin embargo, las estructuras econmicas y sociales

siguen siendo las mismas. Observamos destruccin del ambiente,

desprecio por la cultura y la diversidad, sensacin de impotencia de las

personas para controlar sus destinos, y sociedades aparente o falsamentedemocrticas, a veces claramente antidemocrticas. En varios pases

vemos Estados autoritarios y excluyentes, grandes poblaciones que

sobreviven con alto grado de pobreza y enfermedad, bajo nivel educativo,

pobre desarrollo poltico y relativamente baja capacidad cientfica y

tcnica.

Pero tambin se han producido procesos de transicin que traen

consigo nuevas oportunidades. Estos quiz contienen los caminos

alternativos. Los espacios de participacin poltica se han ido abriendo a

la par de la distensin de la poltica mundial. La intolerancia ideolgicagradualmente ha cedido paso al dilogo y al respeto a la diversidad.

Nuevos sujetos de la sociedad civil se constituyen en protagonistas de

movimientos polticos y sociales: los pueblos indgenas, los movimientos

humanitarios, las organizaciones de mujeres, la proteccin del ambiente e

incipientes organizaciones que propugnan por un efectivo Estado de

Derecho y el fin de la impunidad.

De una manera muy explcita la Sociedad demanda acciones para

impulsar la paz y el dilogo y se manifiesta por la eliminacin de todas las

formas de conflicto armado y las maniobras polticas basadas en laintimidacin o la fuerza.


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III. LAS RESPUESTAS ESPERADAS.

En la actualidad los aportes universitarios adquieren especial

importancia. Quirase o no, los fenmenos econmicos globales imponenurgentes transformaciones educativas. Las sociedades actuales dan alta

prioridad a la tecnologa y muestran tendencias a cosificar a las personas.

Los problemas de paz y democracia de unos pases afectan a otros. Brotan

tensiones sociales a partir de las diferencias no resueltas entre ricos y

pobres. Todos estos son temas contemporneos que caen dentro de los

mbitos de la Ciencia y las Humanidades (tales como biofsica,

microbiologa, medicina, tica, ciencia poltica y sociologa, por ejemplo)

y, por lo tanto, de las universidades.

Hay entonces una clara necesidad de que las universidades busquennuevas maneras de cumplir sus funciones y ofrezcan respuestas concretas

a los dilemas sociales. Esto debe tratarse con la consideracin de las

condiciones internas propias de la Universidad y algunas de las

disyuntivas actuales. Algunas de stas son tpicos conflictivos, como por

ejemplo, la controversia entre profesionalizacin y formacin general,

especializacin y polivalencia, y el nfasis en contenidos o procesos

educativos. Tambin se enfrentan problemas en el crecimiento de la

poblacin estudiantil, la estrechez financiera, la prdida de docentes e

investigadores ante el sector pblico y el privado, la carencia de los

suficientes programas de postgrado, problemas en el reconocimiento de lascompetencias y conocimientos adquiridos fuera de la educacin

escolarizada, la incoherencia de los esquemas administrativos con respecto

a los propsitos acadmicos y otros.

Como estos son retos que debe asumir la Universidad, es necesario

buscar maneras para exponer abierta y participativamente las necesidades

de la Sociedad y la Universidad e identificar las que son comunes a ambas.

Slo entonces podremos seleccionar opciones para actuar con mejor

posibilidad de xito. Para hacer esto, los procedimientos decisorios y

operacionales actuales no son suficientes porque son cerrados. Esimportante que comprendamos los mecanismos y valores inherentes a los

procesos de la toma de decisiones para poder identificar las fallas y

corregir los valores que subyacen en ellos.


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IV. UNA SNTESIS SOBRE LOS PROBLEMAS UNIVERSITARIOS.

Nuestro primer esfuerzo ha de ser el de buscarnos a nosotros

mismos y convencernos que el mejor desarrollo posible es el desarrollo deun movimiento universitario capaz de ser coherente con s mismo. No en

comparacin con otros movimientos o instituciones.

En Guatemala, los problemas que enfrenta actualmente la

Universidad estatal son explicables como procesos histricos generados

por varias causas. Algunas son internacionales y globales. Otras son muy

puntuales y tambin muy decisivas en la vida institucional, como la

singular violencia desatada contra la Universidad y la sociedad en general

en la dcada pasada. Lo real es que ahora los problemas estn ah. Es

necesario abrirlos, aceptarlos como situaciones problemticas y decidircolectivamente las opciones de solucin. Puede demostrarse la existencia

de las siguientes condiciones.1 En forma breve describen la situacin

actual.

En Enseanza-Aprendizaje. No existe un proyecto curricularinstitucional. Esto implica que falta una teora educativa explcita que

oriente los programas, que no existe documentacin, discusin ni

aceptacin de los principios valorativos para el proceso educativo en la

Institucin en su conjunto, y que falta integracin del proceso educativo

con la investigacin y la extensin, entre otros problemas.

En Investigacin. El impacto de la investigacin realizada esinsuficiente. La poca y el contexto demandan un mayor esfuerzo en esta

rea. Pero no se ha podido vencer por un lado, el poco entendimiento de

los fines de la investigacin y, por otro, los obstculos burocrticos.

Adems, hay falta de aprovechamiento de oportunidades de

financiamiento externo, internacional y nacional. As, hay pocos

elementos tericos, que se articulen como un sistema de conocimientos,

que puedan sealarse como aporte decisivo de la Universidad.

En Extensin. Hay falta de apoyo institucional para el desarrollode formas alternativas de vinculacin de la Universidad con la Sociedad enlos rdenes de la integracin acadmica (falta de apoyo a los programas

1 Bravo, Mario A., R. M. Cruz, M. Gonzlez Avila, R. Gramajo de Arvalo, M. Gutirrez, M. Maldonado deMartnez, E. Ros de Maldonado, E. Soto Urbina, y S. Toledo. Fundamentos Generales de laTransformacin de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Universidad de San Carlos de Guatemala.Guatemala. Octubre, 1993.


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con comunidades, EDC, EPS y EPSUM), el desarrollo cultural y la

comunicacin social (folletos, televisin, comunicacin grfica,

produccin editorial).

En los Programas de Apoyo (Marco Jurdico, Administracin yFinanzas). El problema jurdico de la Universidad consiste en que hayincongruencia entre las normas jurdicas, por un lado, y los propsitos,

procedimientos y formas de organizacin de la Universidad, por el otro.

Algunos de los obstculos legales son fundamentales. La burocracia

administrativa y financiera central realiza una actividad que, sirvindose a

s misma, est desvinculada de los propsitos fundamentales de la USAC.

No se ejecuta una poltica administrativa que busque la eficiencia y

eficacia de sus procesos. Adems, carece de alternativas importantes de

financiamiento aparte de la asignacin estatal. El presupuesto

universitario se utiliza en alto porcentaje para la administracin y relega aun plano secundario la investigacin, la docencia, la extensin y la

inversin para el desarrollo educativo.

V. LOS ANTIVALORES QUE DEBEN SER IDENTIFICADOS.

Sin pretender dar una definicin, los valores pueden entenderse

como aquellas condiciones, caractersticas o cualidades intrnsecas en las

sociedades y personas, en el ambiente natural o en las cosas que pensamos

que son importantes, deseables o preciosas. Son relativas y contrarias alos antivalores. Cuando se encuentran en la Universidad, los valores y los

antivalores guardan correspondencia con sus contrapartes en la Sociedad

por cuanto que la Universidad es parte de ella.

Los procedimientos, los mtodos y los procesos internos que aplica

una institucin imprimen su marca y son determinantes sobre los

productos. En el caso de las instituciones educativas, los productos son

conocimientos, mtodos e imagen pblica, entre otros. En conjunto, todos

ellos constituyen la cultura institucional pues expresan consciente e

inconscientemente las ideologas y valores subyacentes. Su discusinayuda a explicar en alguna medida algunas de las limitaciones

universitarias mencionadas antes.

Las pretensiones de cambio acadmico real deben considerar los

procedimientos que la Universidad aplica internamente y comprometerse a


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examinar la cultura institucional en el largo plazo. Los antivalores deben

ser identificados, en primer lugar. Luego, su presencia debe ser aceptada

como problemtica --lo cual es difcil por cuanto que usualmente no se

piensa que uno mismo practica antivalores-- y corregidos o

contrarrestados.

El Autoritarismo.

La prctica de mtodos docentes y administrativos autoritarios slo

puede ayudar a perpetuar una prctica autoritaria y arbitraria. Como puede

esperarse, cuando los estudiantes son formados con mtodos autoritarios

se conviertan en profesionales que tambin reproducen mtodos

autoritarios. Los ejemplos de una prctica autoritaria se encuentran

cuando un administrador, docente o estudiante decide y ejerce acciones

excluyentes, exige una mal entendida disciplina entre sus colaboradores

y tiene o aplica la visin vertical del jefe. Cuando la disciplina mal

entendida y obediente al jefe se aplica al trabajo intelectual no toma en

cuenta que las ciencias y las humanidades son amplias, plurales y

deliberativas. No son intolerantes ni subordinadas a la autoridad. Los

esfuerzos educacionales que desean contribuir a una experiencia

universitaria crtica y reflexiva no pueden ser intransigentes. Los procesos

autoritarios son deficientes por naturaleza. El desarrollo del criterio

profesional y acadmico no se favorece en las estructuras jerrquicas

verticalistas y sofocantes. Ms bien necesitan ambientes que propician el

pensamiento exploratorio, reflexivo y el anlisis deliberativo.

Bajo el autoritarismo, los aportes a los procesos de paz y a la

democratizacin son necesariamente pobres, por cuanto que es escaso el

sustento poltico que pueden lograr las iniciativas verticales. Y agregado a

esto, se darn en un medio social que ya es notoriamente autoritario y

excluyente. El producto tender a reforzar las mismas caractersticas. En

esa forma de entender las relaciones humanas, la Universidad no favorece

al nuevo profesional, ni a la Sociedad, ni a ella misma.

Las opciones opuestas al autoritarismo se encuentran en el

cumplimiento fiel de los fines universitarios; y ante todo en laparticipacin y en los esfuerzos por lograr la reflexin, el terreno comn y

el dilogo.


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El Rechazo a la Crtica.

El rechazo a la crtica tiene manifestaciones diversas: las

contrataciones hechas slo a personas afines, la refutacin falaz ante un

planteamiento adverso, la ausencia de debate pblico y deliberacin. En

sus actos excluyentes los que rechazan a la crtica ahogan la expresin decaminos alternativos para comprender los problemas y las opciones de

solucin.

Este antivalor es evidente en algunos sectores universitarios.

Muchos, sin embargo, conservan su capacidad crtica y autocrtica. El

rechazo a la crtica es observable en algunos funcionarios y profesores

cuando aparecen sealamientos que resultan incmodos, aun cuando tales

sealamientos se ofrecen a la comunidad para procurar el dilogo y la

reflexin.

Tal parece que no hemos llegado a comprender suficientemente en

nuestras instituciones que la crtica cuando no es falaz e irresponsable, es

positiva y signo inequvoco de optimismo. Y al revs, todas las

manifestaciones contra la crtica (exclusin, secretividad, silencio, intriga,

complotismo e indiferencia) son signos inequvocos de desconfianza o

desprecio por las capacidades ajenas. Por eso mismo son pesimistas.

La crtica as como la generosidad y la solidaridad empiezan por

casa y con nosotros mismos. Frecuentemente se celebra la funcin crtica

universitaria, especialmente cuando se dirige hacia instituciones externas;

pero tambin se advierte a veces una exagerada susceptibilidad cuando se

expresan las autocrticas. Tal susceptibilidad contrasta con los principios

universitarios porque pierde de vista que la Universidad es necesariamente

heterognea. El cultivo de las habilidades intelectuales exige libertad para

la discusin y la expresin de juicios diversos.

Las universidades son instituciones que apoyan la diversidad en la

argumentacin y los juicios. El ejercicio de una crtica responsable es un

elemento cardinal en la construccin, reproduccin y divulgacin de la

ciencia, la filosofa y el arte, las materias primas de la educacin

universitaria. El anlisis crtico y la atencin al desarrollo de la capacidadde autocrtica deben ocupar un lugar preponderante en las universidades,

especialmente cuando a la par de la crtica se manifiestan opciones

factibles de solucin.


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El Dogmatismo.

Dogmatismo es la adhesin tenaz, irreflexiva y, a veces, doctrinaria,

a verdades supuestamente irrefutables y la negacin a aceptar enfoques o

soluciones alternativos, diferentes a los propios. Es afn al sectarismo.

Contiene el supuesto de infalibilidad, lo cual atenta contra la produccincientfica y envenena el pensamiento universitario. Es improbable que una

persona adquiera criterios de valoracin de las diferencias y cultive la

actitud cientfica en un ambiente en el que aflora la rigidez del dogmtico.

Las manifestaciones abiertamente dogmticas son probablemente

escasas en el ambiente universitario, pero en ocasiones s se observan

hbitos sutiles de prctica dogmtica. Las actitudes del humanista y el

cientfico no slo son abiertas a la deliberacin y la reflexin sino que

adems las valoran y las promueven. La ciencia y la actitud universitaria

son abiertas a las opciones de interpretacin y decisin. Tienden a sertransparentes. Ambos, el pensamiento universitario y la ciencia empiezan

por reconocer que sus mtodos y el conocimiento son falibles y

perfectibles. Casi todas las otras formas de produccin y reproduccin de

conocimiento muestran un rasgo comn: se aferran a verdades absolutas e

indiscutibles.

En este punto es inevitable pensar en las semejanzas compartidas

por los enfoques, valores y procedimientos de la ciencia y la filosofa, los

de la actitud universitaria y los de los mtodos polticos de la democracia.

La Falta de Coherencia e Integralidad.

Estos dos aspectos van de la mano. Cuando las soluciones son

parciales y carecen de una visin integral de largo plazo, tienen un

impacto social escaso o, peor an, son contradictorias entre s. Por eso es

impostergable resolver las faltas de coherencia entre varios aspectos de la

vida universitaria. La dedicacin de un tiempo prudencial a la reflexin de

este punto sera muy provechosa. Por ejemplo, es necesario evaluar el

grado de relacin entre los propsitos acadmicos de la Universidad y los

de la Sociedad. De igual manera, debe evaluarse la coherencia entre los

propsitos acadmicos de la Universidad y los de contribucin social.

Podemos relegar unos en favor de los otros? Podemos ver coherencia

entre los propsitos universitarios y los productos que entrega a la

Sociedad actualmente?


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La bsqueda de objetivos de naturaleza diferente a la ciencia, la

tecnologa y las humanidades, como puede ser la bsqueda de objetivos

polticos partidistas, no slo no es funcin principal de la Universidad sino

que incluso, desvirta a la Institucin o la somete a desgastes innecesarios.

Hace entrar a la Universidad en situaciones que no le son propias, eninjustificado conflicto interno y, muchas veces, tambin externo.

Debemos analizar los problemas de coherencia dentro de cada una

de las funciones universitarias de enseanza-aprendizaje, investigacin y

extensin, y tambin entre todas ellas.

La extensin y el trabajo universitario tienen un rol central para

resolver los problemas de incoherencia entre la Universidad y sus

circunstancias histrica, social y ambiental. La extensin universitaria

puede ser vista como un conglomerado de interacciones que busca

acciones positivas, mutuamente reforzantes, entre la Universidad y laSociedad. Por otro lado, el trabajo universitario es una actividad

universitaria fundamental que da sentido y validez a la docencia y la

investigacin. En este sentido es necesario que analicemos cmo las tres

funciones se refuerzan mutuamente. A partir de ese anlisis pueden

hacerse evidentes las oportunidades para coordinarlas en donde sea

aplicable.

El trabajo universitario no tiene lugar como parte de la educacin

superior si no se ejecuta en vinculacin con las otras dos funciones. El

trabajo universitario realizado por s, como fin nico, sustraeresponsabilidades de las organizaciones ms idneas para hacerlo y resta

esfuerzos y recursos para efectuar las propias. De igual forma, la docencia

o la investigacin carecen de orientacin y su validez se hace cuestionable

cuando se realizan sin el reto y la retroalimentacin que da la realidad de

las necesidades y expectativas humanas.

Esto no quiere decir que la Universidad no tiene o no debe perseguir

objetivos polticos y de servicio. Son parte esencial de la vida

universitaria. Slo subrayo que cuando la Universidad muestra mejor su

fuerza poltica y presencia social, es cuando hace coherentemente lo quedebe hacer. Cuando dirige sus esfuerzos a lograr acciones positivas en su

contexto natural y social y lo hace por su naturaleza humanstica, cientfica

y tcnica, no desvinculada de ella. El poder hacer de la Universidad y el

vigor de su presencia en el Pas se encuentra en el cumplimiento efectivo


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de sus funciones como institucin educativa con una concepcin clara

sobre su compromiso.

Una mencin aparte merece la incoordinacin entre las unidades

acadmicas (autnomas dentro de la autonoma). De ella no puede

lograrse ms que la repeticin de los enfoques monoprofesionales y

aislantes en los egresados.

Necesitamos comprender y resolver varios ngulos del problema de

la incoherencia. Ms adelante se proponen algunos.

VI. UNA PROPUESTA PARA FOMENTAR VALORESUNIVERSITARIOS.

En su funcin de re-crear la cultura, la Universidad encaradificultades considerables. Las subjetividades individual y la colectiva no

son inmediatamente perceptibles y sin embargo son socialmente muy

dinmicas. Imaginemos un cambio universitario sin cambios en la cultura

institucional y los valores. Tal vez llegue a una modificacin fsica,

organizacional o de la estructura legal. Pero slo con eso no logramos un

cambio importante. Esto no ayuda en nada si se queda ah porque no hay

cambio en las mentalidades. El patrn de las interacciones entre docentes

y alumnos no cambia si no hay cambio de valores. Lo mismo sucede en

las relaciones entre Universidad y Sociedad. Si las acciones no van msall de la definicin de nuevas normas, slo pueden obtenerse ajustes

formales.

Una transformacin en los valores y en la cultura institucional

requiere metodologas no tradicionales. Debemos estar en la disposicin

de estudiar los valores y aprender sobre ellos. No podemos persistir en la

simple adquisicin de conocimiento sobre valores y actitudes. Veamos,

por ejemplo, la didctica usual de los programas de Derechos Humanos.

La mayora hace nfasis en lo cognoscitivo, en adquirir contenidos

educacionales. No se puede lograr mucho con esos enfoques porquemuchas decisiones y acciones -- tal vez la mayora en nuestras vidas -- no

son plenamente conscientes, lgicas y determinadas por el saber. A

menudo son improvisadas, intuitivas y basadas en valores.


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Aparte de ser comprendidos, y posiblemente sin una comprensin

suficiente de ellos, los valores son internalizados. Se conectan y se

acoplan en la subjetividad de los individuos. Entonces se ratifican,

sancionan y convalidan en la prctica cotidiana, en las interacciones con

maestros, directivos, compaeros y otras personas, antes de convertirse enconvicciones y conductas conscientes e inconscientes en la vida prctica

de cada uno. Este es un proceso largo que tiene su propia dinmica y su

propio tiempo.

Adems, en el ejercicio de los valores parece darse la caracterstica

del efecto potenciador o sinrgico, como sucede con respecto a los

satisfactores de las necesidades humanas2 y los elementos del proceso

educativo.3 Es decir, que el ejercicio de un valor, como puede ser el

aprecio por la verdad, se refuerza y consolida con el ejercicio de otro,

como pueden ser el sentido de justicia y la bsqueda de la libertad.Probablemente existe un tipo adicional de sinergismo cuando los valores

se practican por los miembros de un grupo o comunidad y no slo por

individuos solitarios. Los programas que propician cambios en los valores

deben tomar esto en cuenta.

De igual manera, las iniciativas que pretenden modificar los valores

tendrn xito cuando, entre otras medidas, los responsables del proyecto

educativo practiquen coherentemente tales valores y den al aprendizaje el

tiempo suficiente. Con estas consideraciones, propongo la reflexin sobre

algunos valores que pueden servir como ejes en la tarea de propiciar eldesarrollo de valores en la educacin universitaria.

La Dignidad Humana.

La persona humana es un alguien, no un algo, cuya existencia y

realizacin depende de las de los dems. En el enunciado de Fromm el

hombre no es una cosa se expresa el problema tico central de la

civilizacin. La persona sola, aislada, no existe.4 La identidad misma es

relativa pues depende del encuentro con otro. La educacin y la

2 Max-Neef, Manfred, A. Elizalde, y M. Hopenhayn. Amrica Latina: Crisis y Perplejidad. En: Desarrollo aEscala Humana. Una Opcin Para el Futuro. CEPAUR y Fundacin Dag Hammarskjold. DevelopmentDialogue. Nmero Especial 1986.

3 Gutirrez, Francisco. El Proceso de la Demanda. Instituto Latinoamericano de Pedagoga de laComunicacin. s.f.

4 Arag, Joaqun. La Dignidad de la Persona Humana. En: Estudios Sociales. IV poca. UniversidadRafael Landvar. Instituto de Investigaciones Econmicas y Sociales. No. 51. 1994.


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realizacin personales requieren, por lo tanto, la educacin y realizacin

colectivas que son complementos necesarios. La ma y la ajena, que a la

vez es propia.

Los principios universitarios se han desarrollado social e

histricamente como respuesta a los problemas, necesidades e intereses del

proceso histrico y social del entorno, en un marco de respeto a la

dignidad humana y alta valoracin del desarrollo humano integral. En la

misma direccin, el desarrollo humano como se comprende actualmente,

se sustenta en la satisfaccin de las necesidades humanas fundamentales,

en la generacin de niveles crecientes de autodependencia y en la

articulacin orgnica de los seres humanos con la naturaleza y la

tecnologa, de los procesos globales con los comportamientos locales, de

lo personal con lo social, de la planificacin con la autonoma y de la

Sociedad Civil con el Estado. Lograr la transformacin de la persona-objeto en persona-protagonista del desarrollo es, entre otros, un problema

de escala, porque no hay protagonismo posible en organizaciones

jerarquizadas de arriba hacia abajo.5

Educarse a s mismo o a otros es un acto humano. Lo esencial en el

acto educativo es la vivencia de individuos y grupos en procesos sociales

concretos, en la vida cotidiana y no los lugares o los programas. Cuando

la enseanza se acerca ms al aprendizaje es cuando se aproxima a los

intereses del educando, cuando se hace intuitivo, dinmico, complejo y

fundamentalmente basado en procesos educativos, no slo en contenidoseducativos. Slo as es capaz de desencadenar iniciativas porque slo as

tiene sentido para el educando.

Cuando la Universidad adopta mejor estas caractersticas es en los

momentos en que integra las actividades de investigacin, trabajo

acadmico y enseanza-aprendizaje en interaccin con ambientes y

sociedades concretas, para cooperar en la transformacin institucional y la

del medio social. Precisamente sa es una definicin de la extensin

universitaria. De ah tambin, el valor de la extensin como funcin

prioritaria de la vida universitaria.La Coherencia.

La bsqueda de la coherencia es necesaria en todos los aspectos de

la vida. Es un ideal plausible el de ser coherentes en todo. Por el

5 Max-Neef y col. Op. cit.


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momento, slo har destacar algunos aspectos en los que es necesario

analizar y tomar decisiones. La bsqueda de la coherencia adopta varias

formas. Uno es el de la coherencia entre el discurso y la prctica que es

paso necesario para hacer aportes efectivos, transparentes y confiables de

la Universidad al pas y al interior mismo de la Universidad. Para unacomunidad es importante la coherencia de la Universidad con el entorno

social. Adems, puede resultar productiva la bsqueda de la coherencia

entre los procedimientos polticos internos y los administrativos con los

acadmicos que son prioritarios. As, puede haber varios enfoques para

analizar la coherencia.

Entre ellos me parece muy valiosa la propuesta del postulado de la

coherencia,6 el cual afirma que entre 1) los propsitos institucionales, 2)

los mtodos para alcanzarlos y 3) las formas de organizacin existen

relaciones y condiciones que rigen uno al otro. Aplicado a la Universidades conveniente introducir al postulado el elemento adicional de 4) los

productos.7 Es substancial que se analice en forma participativa cmo es y

cmo ha cambiado la coherencia entre los propsitos universitarios, los

mtodos que aplica para alcanzarlos, las formas de organizacin que

adopta para tales propsitos, y qu relacin guardan estos tres elementos

entre s y con los productos institucionales. Es importante valorar

altamente la coherencia entre estos elementos, al igual que la coherencia

entre lo que se dice y lo que se hace.

La Calidad Acadmica.

Los retos del contexto y la poca obligan al movimiento

universitario a cultivar los valores ligados a la calidad acadmica en todas

las funciones universitarias. Como ha sido indicado con relacin a la

docencia, el concepto de calidad en la educacin universitaria es un

concepto relativo y evaluativo. Algo puede ser de mejor o peor calidad

que otro dentro de un conjunto de elementos, o en comparacin con algo

que sirve de referencia. El cambio en la calidad educativa tiene direccin

(la orientacin teleolgica y la concepcin curricular), magnitud (la

dimensin del cambio que se realiza) y sentido (grado de avance o6 Testa, Mario. Planificacin en Salud: Las Determinaciones Sociales. En: Ciencias Sociales y Salud en la

Amrica Latina. Tendencias y Perspectivas. Ed. por Everardo Duarte Nunes. OPS/OMS-CIESU,Montevideo, 1986.

7 Gonzlez, Manuel. Qu Universidad Queremos? Cul Necesitamos? 1. El Riesgo de un CambioIntrascendente. Cuadernos de Extensin No. 2. Programa de Discusin y Debate. Direccin General deExtensin Universitaria. Universidad de San Carlos de Guatemala. Guatemala. Junio 1994.


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retroceso hacia la orientacin teleolgica).8 A partir de esta concepcin

puede analizarse el cambio educativo y su significado para la sociedad.

Los resultados de un cambio educativo pueden ser considerados

positivos por aquellos que comparten ciertos valores, y negativos para

quienes sustentan valores antagnicos. Esta es, entre otras, una buena

razn para buscar la ms amplia participacin posible en un proceso de

cambio educativo. Un conveniente primer paso es ponerse de acuerdo en

cul es la misin de la Universidad y cules son las estrategias para

cumplirla.

Los movimientos orientados a mejorar la calidad educativa

dependen de la integracin de los componentes de la accin educativa,

incluyendo los aspectos ticos.

El cambio positivo de la calidad en los procesos educativos es un valorque debe ser promovido continuamente.

La Diversidad y la Diferencia.

Un modelo educativo universitario que aplica la uniformidad en la

enseanza-aprendizaje, la investigacin y la extensin, aparte de ser muy

rgido, est mal colocado para enfrentar la diversidad del mundo real. La

diversidad contiene potencial y promesa para superar los problemas

humanos. Consecuentemente cuando se discuten intereses y problemas, la

apreciacin y el fomento de la diversidad en la participacin estn en favor

del progreso humano. Su opuesto es la exclusin.

Aunque el concepto se origin en la gentica, con relacin a lo

educativo y lo social puede decirse que la vulnerabilidad de un sistema es

inversamente proporcional a la diversidad que contiene.9 En el campo de

lo social, la diversidad hace ms resistente a una institucin contra las

fuerzas adversas. Tiene que ver con legitimidad y justicia ya que fomenta

la incorporacin de individuos a procesos sociales y comunitarios como

miembros de organizaciones y sectores sociales y facilita la equidad en la

distribucin de bienes y oportunidades. En una institucin la diversidad es

valiosa para consolidarse en el futuro.

8 Gonzlez, Luis E. En: La Calidad de la Docencia en Amrica Latina y el Caribe. CINDA. Santiago deChile. 1990.

9 Max-Neef, Manfred y A. Elizalde. Sociedad Civil y Cultura Democrtica. Mensajes y Paradojas.NORDAN-CEPAUR. Montevideo. 1990.


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Las acciones que excluyen conscientemente a hombres o mujeres, o

a uno o ms grupos sociales tienen que recurrir al autoritarismo. La

exclusin contradice los principios del humanismo y la ciencia.

El modelo educativo que prevalece en Guatemala y en el continente

americano, en general, tiene un enfoque excluyente y parcial. Sostiene la

superioridad de la razn sobre la intuicin y la emocin, de la objetividad

sobre la subjetividad, la independencia del dato emprico con respecto al

contexto, la existencia de verdades universales, la primaca de la

tecnologa sobre creencias y significados.10 El resultado es un

encapsulamiento arbitrario. Esto ayuda a explicar el descuido en el

aprendizaje de valores que se ve en las instituciones educativas.

Las limitaciones de ese modelo empiezan a romperse en muchas

universidades. Los programas educativos valoran la diferencia de

culturas, apreciaciones, conocimientos y enfoques. Se integran alcurriculum los contenidos de gnero, derechos humanos, ambientales y

tnicos. No obstante, estas diferencias todava se tratan con perspectiva de

objeto o temas de estudio. El estudio acerca de los derechos humanos, por

ejemplo, no ha modificado sus procesos de enseanza-aprendizaje. No ha

variado los mtodos docentes.

La valoracin de las diferencias lleva a reunir las diferentes

capacidades de un grupo o comunidad. De manera que cuando la tarea es

crear bienes filosficos, cientficos, tcnicos o polticos como puede ser el

caso de los esfuerzos para el desarrollo de paradigmas, hallazgoscientficos o alternativas de decisin y accin, se hace patente la necesidad

de las diferencias. Poca iniciativa puede crearse si todos pensamos igual.

En sentido contrario, la presin para asemejar las opiniones no logra hacer

pensar a todos igual. Lo que s produce es generar conflicto innecesario y

pospone las salidas democrticas. La transformacin curricular implica la

revisin de las premisas fundamentales acerca del conocimiento y las

formas de aprender. Para eso son necesarias todas las diferentes

capacidades de una comunidad.

Si aprendemos a tener en alta estima la diversidad y la diferencia yactuamos coherentemente, podremos ver repercusiones en la educacin

porque llevan a la reflexin e interconexin de varios asuntos: los

enfoques multidimensionales, la participacin de colectividades en los

10 Fried, Jane. Monocultural Perspectives and Campus Diversity. Higher Education Exchange. 1995.


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programas educativos, la entrada de la tica y la esttica al proceso

formativo, el trabajo en equipo y la comprensin de la misin cvica de la

Universidad y la Escuela.

La Participacin Democrtica.Urge un modelo educativo que no se postre acrticamente hacia el

futuro previsto por los prestidigitadores del mercado. La Universidad es

una oportunidad para construir ese modelo. Las condiciones de la verdad

y las de la democracia son similares. Ninguna de las dos concede

privilegio a los argumentos segn cmo o quin los origina; ni un

individuo tiene privilegios sobre otros segn qu jerarqua tiene. La

educacin, la investigacin y la extensin no florecen en medios que

atentan contra la libertad y la corresponsabilidad en el trabajo intelectual y

poltico.

La democratizacin del entorno social, la creacin de una

democracia de palabras (ciencia y conocimiento) y una democracia de

hechos (el estado democrtico) son actividades cvicas que constituyen

parte del conjunto de acciones que conforma la misin cvica de la

Universidad,11 la participacin democrtica. Si los asuntos cvicos y

polticos abarcan ms que influenciar o censurar gobiernos, entonces la

Universidad debe hacer su mejor esfuerzo para preparar a la prxima

generacin para la vida pblica.12 La Universidad (profesores y

estudiantes) debe establecer relaciones de cooperacin con otros sectores

de la sociedad que, en un marco de respeto mutuo, coincidan en el objetivo

comn de construir la sociedad y reducir las desigualdades. En el

ambiente cotidiano, las maneras como el docente trata al o a la estudiante

y cmo acta frente a las diferencias individuales son puntos decisivos

para impulsar un clima en el que todo el mundo aprenda y ensee. Tratar

al estudiante con dignidad es esencial. Sin duda existe un nexo entre el

campo de la educacin y el de la participacin democrtica. Sus

propsitos y sus mtodos son muy cercanos.

Sin embargo, no es posible cultivar las capacidades necesarias para

la participacin democrtica bajo la improvisacin. Es necesario tener la11 Barber, Benjamin R. The Civic Mission of the University. In: Higher Education and the Practice ofDemocratic Politics. A Political Education Reader. Kettering Foundation. Dayton, Oh. 1991.

12 Mathews, David. Civic Intelligence. In: Higher Education and the Practice of Democratic Politics. APolitical Education Reader. Kettering Foundation. Dayton, Oh. 1991.


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disposicin favorable para aprender los mtodos de la deliberacin y los

procesos polticos de la Sociedad Civil. Tal vez es hora de dejar la queja

por los males sociales y la desesperanza por la inadecuacin de los

estudiantes. Tal vez lleg la hora de pensar en lo que significa decir que la

comunidad es el principio y el fin de la educacin. Y si realmente locreemos, hacer algo al respecto, de palabra y de hecho.

VII. CONCLUSIN.

En conclusin, el contexto y la poca actuales demandan esfuerzos

renovados a las universidades. Sin embargo, los cambios necesarios slo

pueden ser impulsados eficazmente con el aprendizaje y la prctica de

nuevos valores. Por tener responsabilidades en la formacin integral de

personas, las universidades comparten responsabilidades en el aprendizaje

de los conocimientos, las capacidades y los valores que requiere la vida enuna sociedad democrtica, lo cual es ms que una capacitacin

profesional. Para aprender a practicar nuevos valores conviene identificar

y corregir los antivalores actuales y fomentar la prctica de valores, tales

como la dignidad humana, la coherencia, la calidad acadmica, el aprecio

por la diversidad y la diferencia, la participacin democrtica y otros. Para

ayudar a resolver las demandas impuestas a las universidades

contemporneas, existe promesa en el cultivo de los valores que son

comunes a la ciencia y la filosofa, la educacin y los procesos polticos de

la democracia.

los valores y la educacion universitaria

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