la cruda realidad y el traje viejo de la emperatriz

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Sagrario Rollán V Olimpiada filosófica Universidad de Valladolid (16 y 17 de abril de 2010)

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Page 1: La cruda realidad y el traje viejo de la emperatriz

Sagrario RollánV Olimpiada filosófica

Universidad de Valladolid (16 y 17 de abril de 2010)

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El traje viejo de la emperatriz

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Y la cruda REALIDAD

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Érase un vieja señora llamada tan confusamente como imaginarse pueda:

la Realidad

Deseaba un bonito y aparente traje para poderse presentar con gracia en el gran teatro del mundo.

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Encontró un joven y apasionado filósofo, que aceptó hacerle un traje tan hermoso, tan fino, tan delicado, que solo los espíritus más nobles podrían verlo y valorarlo en toda su dignidad. Audaz

cargó como un atlante con la empresa de fabricar un vestido de inigualable belleza para la señora

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Érase que se era… el apasionado joven, aristocrático, pero infeliz, desengañado de la política y asustado de la muerte, quiso conquistar la Belleza perenne, el Saber sin sombra, el Bien, la Justicia.

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Así que emprendió la excelsa tarea de confeccionar el traje nuevo para esa vieja emperatriz llamada Realidad, que

parecía escamotearse constantemente entre opiniones y sombras

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Tal vez tuvo frío y fue por eso por lo que puso tanto empeño y fervor en arropar de trascendencia a la vieja y

cansada emperatriz

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Pasó el tiempo urdiendo palabras, texturas conceptuales, enmarañando hilos y abstracciones, enluciendo vainicas de juicios resplandecientes

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Seguidores y discípulos le ayudaron en tan magnífica empresa, llegando a tornar el traje en excelsa morada

que llamaron el mundo de las Ideas

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Nuestro osado filósofo dio en pensar que ese

traje tan perfecto habría de ser invisible

para los sentidos, y por tanto para el

común de los mortales

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Aquellos empeñados en apetitos comercios carnales y pasiones guerreras, invisible sobre todo había de ser para los necios que traían y llevaban títeres y otras menudencias de allá para acá tras el fuego de la caverna.

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Los discípulos amados

no se atrevían a confesar sus

dudas, por temor a pecar

de necios o materialistas.

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Los que lo intentaron pasaron a la historia como escépticos y críticos de la

metafísica…

Page 15: La cruda realidad y el traje viejo de la emperatriz

Entre ruidos y mensajes de salvación triunfó entre los espíritus más puros una religión

que completó la empresa del viejo filósofo santificando y glorificando las vestimentas

invisibles de la hermosa señora consagrándole altares y liturgias

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De modo que a lo largo de los

siglos siguió adornándose el traje invisible y maquillando el enigmático rostro de la vieja emperatriz Realidad

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Algunos en extremo

ensimismados, un tal

Descartes, confundían sus

ideas con un sueño y otros,

como un holandés judío

creían poder demostrar su

belleza invisible al

modo matemático,

mientras pulían

diamantes.

YOyoyoyo

yo

yoyoyoyoy

yoyo

Page 18: La cruda realidad y el traje viejo de la emperatriz

También se inventaron artes ilustradas, como las de Kant, para decir noúmeno o imperativo a lo que no se veía, pero había de existir

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Despertó rebelde y sobresaltado al borde de la locura, que Descartes había conseguido escamotear, un

joven filólogo llamado Nietzsche que decía buscar a Dios

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Anunció que la Realidad estaba desnuda y enferma, que sus ropajes y bordados apestaban y que todo el hilar de la razón había sido una mentira

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El sol se apagaría y los astros empezarían a rotar sin sentido, no había ni realidad, ni dios, ni verdad ni mentira. en esta hora crepuscular y de vértigo ya no quedaba sino decir si a la vida a la muerte al destino y al rotar sin fin de la mascarada del instante.

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Se anunció una gran catástrofe de cuyo desenlace no se sabe todavía, pero hubo intentos de recuperar el paraíso perdido, donde reinara impasible la bella señora, y deseos enloquecidos de volver a arroparse bajo sus faldas…

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Se hicieron famosos dos niños que no querían crecer, el uno Peter Pan, a la vanguardia de una corriente de infantilismo que aun hoy nos embriaga…

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Oscar, que con su

Tambor de Hojalata se

negaba a crecer para

la guerra

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y prefería tocar sin fin desfilando bajo las cuatro faldas

de la vieja señora,

Page 26: La cruda realidad y el traje viejo de la emperatriz

que para entonces se

habíaenloquecido

también

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Ay, que la princesa salió rana, o rata se tornó, como en los cuentos, la vieja emperatriz…

Espejito espejito, dime quien es la más bella…

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Pero escuchemos a los sastres del Reino, que tejieron esta bonita historia, escuchemos como dialogan mientras trabajan, un momento de atención para Andersen, Nietzsche, y el viejo Platón…