aditivos alimentarios

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ADITIVOS ALIMENTARIOS ¿Que son? Los aditivos son sustancias no nutritivas que se añaden en forma deliberada a los comestibles y bebidas para hacerlos más suculentos, mejorar su apariencia, aroma, consistencia o propiedades de conservación. Como puede verse, tal definición contiene muchas sustancias que no tienen nada que ver con hacer al consumidor más sano, fuerte, juvenil o inteligente. En otras palabras, esto quiere decir que los aditivos confieren a los comestibles colores, sabores y cualidades inexistentes en su estado original, orientado todo ello exclusivamente a aumentar las ventas. ¿Y la salud?, en la comida moderna es lo que menos importa. La seducción de los aditivos La formación de las preferencias y gustos alimentarios comienza desde la edad más temprana, y en el caso del ser humano, su apetito está desequilibrado debido a los aditivos. Sus antojos son de orden psicológico o emocional, y no está ya orientado por el instinto universal de los animales hacia los alimentos útiles. Desde la más tierna edad es la TV la que nos educa sobre lo que debemos o no comer, y las referencias suelen orientarse hacia 10 comestibles que más se anuncian en las televisoras. En los menores, las promociones y las figuritas plásticas de regalo resultan decisivos a la hora de comprar. En los adultos ¡influyen más el color, el sabor, la forma del envase y hasta los jingles publicitarios, que la lista de ingredientes que el producto pueda contener! Historia Los aditivos alimentarios tienen miles de años de antigüedad. El primer aditivo utilizado por el hombre fue la sal marina, tras descubrir que la carne salada y seca se conserva mucho tiempo. En el antiguo Egipto se usaron colores derivados de vegetales e insectos para mejorar el aspecto de la comida. En Mesoamérica se utilizó ampliamente el pigmento

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ADITIVOS ALIMENTARIOS

¿Que son?

     Los aditivos son sustancias no nutritivas que se añaden en forma deliberada a los comestibles y bebidas para hacerlos más suculentos, mejorar su apariencia, aroma, consistencia o propiedades de conservación. Como puede verse, tal definición contiene muchas sustancias que no tienen nada que ver con hacer al consumidor más sano, fuerte, juvenil o inteligente. En otras palabras, esto quiere decir que los aditivos confieren a los comestibles colores, sabores y cualidades inexistentes en su estado original, orientado todo ello exclusivamente a aumentar las ventas. ¿Y la salud?, en la comida moderna es lo que menos importa.

La seducción de los aditivos

     La formación de las preferencias y gustos alimentarios comienza desde la edad más temprana, y en el caso del ser humano, su apetito está desequilibrado debido a los aditivos. Sus antojos son de orden psicológico o emocional, y no está ya orientado por el instinto universal de los animales hacia los alimentos útiles. Desde la más tierna edad es la TV la que nos educa sobre lo que debemos o no comer, y las referencias suelen orientarse hacia 10 comestibles que más se anuncian en las televisoras. En los menores, las promociones y las figuritas plásticas de regalo resultan decisivos a la hora de comprar. En los adultos ¡influyen más el color, el sabor, la forma del envase y hasta los jingles publicitarios, que la lista de ingredientes que el producto pueda contener!

Historia

     Los aditivos alimentarios tienen miles de años de antigüedad. El primer aditivo utilizado por el hombre fue la sal marina, tras descubrir que la carne salada y seca se conserva mucho tiempo. En el antiguo Egipto se usaron colores derivados de vegetales e insectos para mejorar el aspecto de la comida. En Mesoamérica se utilizó ampliamente el pigmento derivado de la cochinilla del nopal, en China se aplicó por primera vez la cualidad conservadora del azúcar para prevenir la descomposición de las frutas mediante jarabes y mermeladas. Sin embargo, nada hay comparable en la historia a los 6 mil aditivos que cotidianamente son utilizados en la alimentación moderna. En las últimas décadas ha habido una transformación tal en los productos alimenticios, que prácticamente 9 de cada 10 han sido procesados y/o contienen algún aditivo químico.

Fórmulas y más fórmulas

     No es circunstancial el que miles de sustancias químicas formen parte de innumerables fórmulas de alimentos y bebidas, aun cuando muchos ni siquiera aparezcan en la lista de ingredientes. Si duda de esto último, tenga la curiosidad de examinar con detenimiento la lista de ingredientes de las bolsas de papas fritas que se venden dondequiera. Por ningún lado encontrará que las finas rodajas, que tan apetitosas se ven, proceden de papas rociadas unas 20 veces con pesticidas tóxicos durante su crecimiento, ni se le informará que una vez

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cosechadas, las papas fueron tratadas con antigerminativos dudosos como el alfanaftilacetato (para evitar los brotes prematuros); mucho menos se le advertirá que una vez cortadas en rodajas, fueron tratadas con un baño de sulfito de sodio y anhídrido carbónico para blanquearlas, después fueron fritas excesivamente en aceites industrializados que han hervido por horas o días (resultaba antieconómico o cambiarlos de continuo). Por último se salaron y se salpicaron con antioxidantes como el BHT o el BHA (para evitar que se hicieran rancias). Todo esto, sin contar con los aditivos que el aceite ya traía consigo.

Una inofensiva bebida sin gas

     Bajo la protección de los aditivos, alimentos y bebidas han perdido su poder nutricional y ganado en peligrosidad, pero nada más ilustrativo que examinar un ejemplo: el de una bebida de fruta sin gas. Las mamás con frecuencia prefieren que sus hijos la consuman en vez de los refrescos gaseosos; sin embargo, el problema no es el gas, sino la fórmula. En la inofensiva bebida sin gas, el principal ingredientes es agua azucarada (y no importa si en vez de azúcar refinada contiene fructosa o glucosa como endulzante; ambas resultan igualmente indeseables). Tras el agua azucarada vienen el ácido cítrico, el citrato de sodio, la goma arábiga, los sabores y los colores artificiales; e ácido benzoico, los antioxidantes y un pequeño porcentaje (5 a 15%) de pulpa de fruta procesada. Con frecuencia se les incluye vitamina C, en su afán por aparentar que su producto es sano.

     Algunas marcas incluyen una pizca de cloruro estanoso, el cual además de ayudar a preservar la mezcla, le da un cierto sabor picante líquido, el cual es muy del gusto de los niños. Otras marcas agregan un aditivo mucilaginoso: la carboximetilcelulosa, que actúa como estabilizador y espesante, y aún cuando la bebida contiene poca fruta, aparenta tener mucha. Y junto con el cuerpo, la bebida gana toxicidad, ya que dicha sustancia es carcinógena (puede provocar cáncer) y mutagénica (inducir defectos congénitos)

     Como puede verse algunos aditivos son de temer. Entre ellos están también el ácido tánico, utilizado como clarificador en bebidas enlatadas y embotelladas (es carcinógeno); la goma arábiga y los colorantes amarillos (que pueden desencadenar ataques de asma); la dulcina (sucril) que se emplea en algunas bebidas dietéticas (provoca muerte fetal en ratas de laboratorio), y el ácido benzoico, un conservador frecuente, inclusive en bebidas supuestamente saludables (provoca alergias).

     Algunos aditivos de uso común pueden causar daños y trastornos en el hígado, corazón, riñones y bazo en animales de experimentación, lo que no necesariamente significa que también ocasionen tales daños en el ser humano, sin embargo esto nos da una idea de su peligrosidad. Otros aditivos pueden ocasionar miocarditis, degeneración grasa del hígado, atrofia testicular y hasta reducción de la glucosa hepática en cuanto a aquellos aditivos que se desencadenan efectos agudos, pero otras sustancias tienden a acumularse en el organismo y a desencadenar con el tiempo intoxicaciones crónicas o daños irreversibles. Entre éstos se encuentran algunos carcinógenos, de los cuales hablaremos más extensamente.

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     Ni siquiera los gourmets o los catadores se salvan de estos riesgos. Un "buen" vino puede haber sufrido la acción de sustancias como el anhídrido sulfuroso, el sulfuro de sodio, el sulfato de potasio, el ácido metatartártico, el ácido cítrico, la goma arábiga, la gelatina, los alginatos, y hasta la cola de pescado, pero quizás el lector sea aficionado al café y no a los vinos. Inclusive tal vez temeroso de los efectos de la cafeína, acostumbre consumir la variedad descafeinada. Si es así, le tengo malas noticias: uno de los solventes utilizados para extraer la cafeína de muchas marcas de café instantáneo, llamado tricloroetileno (TCE), puede provocar cáncer. En pruebas de laboratorio, indujo tumores hepáticos en el 30% de los animales expuestos a bajas dosis, y a más del 42% de los expuestos a dosis mayores. Ninguna etiqueta comercial de café dice algo así como "libre de TCE".

     Otro solvente similar: el cloruro de metileno, que pretendía sustituir al TCE, fue declarado carcinógeno, lo que nos lleva a pensar que debería sujetarse a pruebas similares a todos los demás solventes utilizados con el mismo fin. Mientras tanto, podemos concluir que tratando de eludir un riesgo, enfrentamos otro mayor; en este caso el café natural parece ser mucho más digno de confianza que el descafeinado. Consumiéndolo, quizás usted pierda el sueño, pero no algo más importante: la vida.

     La variedad existente de aditivos alimentarios es tan extensa como las propiedades que comunican a los alimentos. Con el paso del tiempo se ha desarrollado una categoría para cada propiedad buscada. Así los hay para dar color (colorantes), dar sabor o intensificarlo (saborizantes), comunicar olores (aromatizantes), conservar estables las mezclas (emulsificantes), alargar la vida en mostrador y evitar la descomposición bacteriana (conservadores), endulzar (edulcorantes)conservar la humedad (humectantes), cominucar dureza (endurecedores), dar sabor salado (saladores), dara ácido (acidulantes), dar sabor amargo (amargantes), estimular la formación de espuma (espumantes) o para impedirla (antiespumantes), aclarar líquidos (clarificantes), impedir o retrasar la oxidación (antioxidantes), impedir la solidificación (anticoagulantes), impedir que absorban humedad (antihigroscópicos), impedir que goteen (antiexudantes), comunicarles cuerpo (espesantes), restárselos (diluyentes), dar consistencia gelatinosa (gelificantes), impedir que los afecten lso metales que llevan disueltos (secuetrantes), y así indefinidamente.

¿En dónde se encuentran?

 La siguiente es una lista (parcial, por supuesto), de los aditivos voluntarios e involuntarios que es posible encontrar en alimentos y bebidas que ingerimos a diario. Los aditivos involuntarios, también peligrosos son aquellos que accidentalmente llegan a los comestibles (por ejemplo los residuos de antibióticos, pesticidas, hormonas sintéticas y metales pesados). Con la globalización, es posible que se encuentren algunos aditivos alimentarios descritos con una "E" y un número, lo que significa que se está siguiendo la legislación europea al respecto. El benzoato de sodio por ejemplo, se describe como E210, el nitrato de potasio como E252, y la tartrazina como "102.

LISTA DE ADITIVOS QUE CONSUMIMOS COTIDIANAMENTE

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Aceites comestibles: mono y diestearatos de glicerol, diacetilo, butilhidroxianisol (BHA) y butilhidroxitoluteno (BHT).Bacalao y pescados secos: anhídrido sulforoso, nitrato de sodio, alquitrán (si es ahumado).Café instantáneo: alcohol propílico, ciclohexano, esencias 60-80. si es descafeinado: cloruro de metileno, dibromometano, dicloretileno (DCE y tricloroetileno (TCE).Carnes frescas: alkanato, papaína, asafétida, metilvioleta (de la tinta para marcar), antibióticos, pesticidas, hormonas sintéticas y metales pesados.Carnes frías: ácido cítrico, asafétida, almidones y sus derivados, fosfato de calcio, sulfato de sodio, , polifosfatos, fosfato de potasio, nitratos, nitritos, agar, lactoserum, gomas, gelosa y enzimas proteolíticas.Cerveza: anhídrido sulfurosos, bisulfoto de potasio, sulfato de calcio, ácido clorhídrico, sulfato de magnesio, polimixin-B, taninos, colorantes, dextrina, enzimas proteolíticas y polivinilpirrolidona (PVP).Chocolate: manteca de cacao procesada, glucosa, jarabe de maíz, sorbitol, etilen glicol, polioxietileno, carboximetil celulosa, vainilla, etilvainilla, colorantes, saborizantes, aromatizantes.Dulces y caramelos: ácidos cítrico y láctico, lactatos de calcio y sodio, ácido benzoico, benzoato de sodio, ácido sórbico, vaselina, almidones, sorbitán monolaureato, mannitol, glucosa, fructosa, jarabe de maíz, sucroglicéridos, cinamaldehido, óxido de calcio, propilén glicol, grasa vegetal hidrogenada, , óxido de titanio, gelosa, pectinas, alginatos, agar, carragenina, colorantes, saborizantes, aromatizantes, BHA y BHT.Embutidos: alginatos, almidones, bicarbonato de sodio, nitratos y nitritos.Galletas: mono y diglicéridos, alginato de sodio, propionato de calcio, ácido butírico, cinamaldehído, bromto de potasio, fosfato de aluminio, cloruro de aluminio, alumbre (más aluminio), cloramine-T, colorantes y saborizantes (para el relleno de galletas sándwich.Helados: dietilén glicol, carboximetil celulosa, alcohol polivinílico, agar, gelosa, alginatos, pectina, almidón, saborizantes y colorantes.Jugos de fruta (enlatados y embotellados): ácido benzoico, anhidrido sulfuroso, cinamaldehído, caseína, albúmina, taninos, glucosa, fructosa, carboximetil celulosa, dimetil polisiloxano, cloruro estanoso, cola de pez, colorantes y saborizantes.Leche enlatada (evaporada o condensada): ácidos cítrico y láctico, óxido de calcio, cloruro de calcio, fosfatos sódico y potásico, citratos alcalinos, glucosa, metales pesados, antibióticos, pesticidas, hormonas sintéticas.Leche pasteurizada: carbonato y bicarbonato de sodio, óxido de calcio, peróxido de hidrógeno, gomas, pectinas, antibióticos, pesticidas, hormonas sintéticas.Mantecas y grasas vegetales hidrogenadas: galeatos de propilo e isopropilo, galeatos de octilo y dodecilo, antioxidantes, níquel.Mantequilla y margarina: ácido bórico, bicarbonato sódico, benzoato de sodio, nitrato de sodio, estearil citrato, diacetilo, almidón, ácido nordihidroguayarético, citrato monoisopropílico, grasas hidrogenadas total o parcialmente, colorantes, BHA.Mariscos enlatados: ácido benzoico, benzoato de sodio, ácido cítrico, citratos, hezametilentetramina, colorantes, alquitrán (en los ahumados).Mermeladas: ácidos tartárico y benzoico, benzoatos, ácido cítrico, tartrato sódico y potásico, dimetil polisiloxano, pectina, alginatos, agar, gelosa, gomas, metil celulosa, almidón, glucosa, jarabe de maíz, colorantes, saborizantes y aromatizantes.Mostaza: ácidos tartárico y cítrico, anhídrido sulfuroso, cúrcuma, colorantes.Pan (de dulce, de sal y de caja): mono y diglicéridos, bromato de potasio, nitrato de sodio,

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fosfato de aluminio, alumbre (más aluminio), acetato de sodio, fosfato cálcico, cloramina-T, polioxietileno, colorantes, saborizantes (sólo unos cuantos de los más de 100 aditivos posibles).Pastelería: ácidos cítrico y tartárico, bitartrato de potasio, pectina, gomas, gelosa, almidón, glucosa, sorbitol, acetato de amilo, ácido benzoico, parafina, colorantes, saborizantes, aromatizantes.Pastelitos: mono y diglicéridos, sucroglicéridos, polioxietileno, pectina, gomas, almidones, glucosa, grasa vegetal hidrogenada, colorantes, antioxidantes.Polvos para gelatinas y flanes: dietilén glicol, lactato de calcio, ortofosfatos y pirofosfatos alcalinos, ácido fumárico, carragenina, colorantes y saborizantes.Quesos: ácidos málico, acético y pirolígneo, fosfatos, propionato y citrato de calcio, alumbre, alginato de sodio, cloramine-T, hipoclorito de sodio, carboximetil celulosa, peróxido de hidrógeno, parafina.Refrescos gaseosos: ácidos cítrico, láctico y sórbico, benzoato de sodio, citratos alcalinos, alginatos, cinalmadehído, sorbitán monolaureato, BHA, colorantes, saborizantes, aromatizantes, ácido fosfórico (en los de cola), cafeína (en los de cola), fructosa (en algunos).Salchichas: lactosa, almidón modificado, papaína, fermentos lácticos, nitrato y nitrito de sodio, benzoatos, colorantes.Sopas enlatadas: ácido cítrico, glutamato monosódico, fosfato de sodio dibásico, dimetilpolisiloxano, BHA, colorantes, saborizantes, aromatizantes (y sodio en exceso).yogurt comercial: ácidos sórbico, bórico, tímico y salicílico, fosfatos disódico y dipotásico, sorbatos alcalinos, alumbre, glucosa, alcohol etílico, enzimas, colorantes y saborizantes.

     Las "recomendaciones" de algunos de los integrantes de este desfile son: el ácido fosfórico de los refrescos de cola que favorece el desarrollo de la osteoporosis; el BHT (butilhidroxitolueno) que retarda el crecimiento de animales de laboratorio y aumenta los niveles de colesterol y triglicéridos); el glutamato monosódico (MSG) y el ácido benzoico pueden desencadenar fuertes reacciones alérgicas; el alumbre, el sulfato de aluminio y demás compuestos de este metal son sospechoso de favorecer el desarrollo del mal de Alzheimer; los galatos (de propilo, de octilo, de dodecilo) a baja concentración) a baja concentración, ocasionan retraso del crecimiento en crías de ratas blancas, y a dosis mayores, les ocasionan la muerte en una semana; cierto colorante rojo (amaranto) provoca malformaciones fetales y cáncer; la eritrosina (otro colorante) ocasiona hemólisis (destrucción de los glóbulos rojos) en las ratas blancas y falla renal en el perro; los sulfitos favorecen el desarrollo de la mala flora intestinal, y destruyen vitaminas del complejo B; el hexano, el tricloretileno (TCE), los nitritos y muchos pesticidas, herbicidas y hormonas sintéticas son reconocidos carcinógenos; los alimentos irradiados pierden su contenido vitamínico.

Un experimento escalofriante

     En Estados Unidos, unos tres mil de estos aditivos están incluidos en la llamada lista de productos "considerados seguros" (GRAS, por sus siglas en inglés). Para los procesadores de alimentos, el hecho de que un aditivo esté comprendido en dicha lista es un justificante indisputable para incluirlo en sus productos. Lo esgrimen como si se tratase de una declaración jurada por Dios, de que tales sustancias son inofensivas.

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     Hay que reconocer que dentro de esta gama de aditivos no todos son dañinos para el ser humano. También los hay "de dudosa reputación"; es decir, que se sospecha de ellos, pero no se les ha podido comprobar nada (y esto ha sido motivo suficiente para que se sigan colando a nuestra comida).

   También los hay que en teoría son inocuos por ser sustancias naturalmente presentes en el cuerpo humano (ácido cítrico), ya por ser sustancias con valor nutritivo (fosfato de calcio) o por haberse usado durante décadas sin problemas (cúrcuma). Sin embargo, el organismo no reacciona igual a ellos cuando forma parte del metabolismo o del alimento, que cuando se reciben como derivados químicos en cantidades apreciables.

     Asimismo, no se toman en cuenta las posibles interacciones entre los distintos aditivos presentes en un alimento dado. Un ejemplo de ello lo vimos hace un momento, al ocuparnos de las papas fritas. Otro ejemplo es el de tres aditivos químicos que son usados por separado, resultan -en apariencia- inofensivos. Se trata del ciclamato sódico, el colorante rojo # 2 y el monoestearato de polioxietileno. Un grupo de investigadores norteamericanos encabezados por el doctor Russell Howe quiso averiguar cuáles serían sus efectos si se les administraban a ratas blancas siguiendo dietas muy similares a las del ser humano (es decir, basadas en alimentos procesados y pobres en fibra dietética). Los resultados del estudio fueron sorprendentes.

     Cuando los tres aditivos se administraban por separado a los animales, prácticamente no había cambios. Cuando estos recibían dos de los aditivos juntos, su crecimiento disminuía y mostraban trastornos hepáticos y renales, y cuando fueron expuestos a los tres juntos, el 100 % de los animalitos falleció en menos de dos semanas. Hasta hora este tipo de interacciones en los alimentos destinados a consumo humano no se ha estudiado. Y el doctor Howe y su equipo se preguntan: ¿cuantos de nosotros y nuestros hijos hemos estado expuestos a riesgos similares o aun peores?

Nuestra salud futura, una incógnita

     En el aspecto alimentario aún tenemos mucho que aprender de naciones como Rusia, Francia y Grecia. En Francia., por ejemplo. Los colorantes, saborizantes y aromatizantes están prohibidos. Rusia mantiene un estricto control sobre los aditivos alimentarios, no existen industrias de aditivos sintéticos y el estado sólo produce tres colorantes (naturales) autorizados. Francia, por su parte, sólo tiene siete colorantes autorizados; y Grecia, el campeón en este campo, no tiene ninguno. Por ello no es de extrañar que la incidencia de cáncer en Rusia está disminuyendo, en tanto que en otros países, incluido el nuestro, sigue aumentando.

     No creemos exagerado decir que la adición sistemática e incontrolada de sustancias extrañas a los alimentos puede modificar la evolución de la humanidad. Cómo y hasta qué grado, son incógnitas que sólo el tiempo puede resolver. Después de todo, resulta admirable que ya en la antigüedad, el historiador griego Estrabón se percatara de la influencia del ser humano. Comentaba: "Los pastores nórdicos, que se alimenta de leche, miel y queso, aventajan a todos los demás pueblos en el respeto a la justicia..."

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COMO SOBREVIVIR A LOS ADITIVOS ALIMENTARIOS

Conviértase en un lector de etiquetas. Si la lista de ingredientes de un comestible parece más bien la tarea de química de la preparatoria, no los consuma.

No todos los aditivos químicos aparecen en las etiquetas; por lo tanto, si quiere evitarlos del todo, procure no consumir alimentos industrializados.

Hay aditivos más peligrosos que otros. Evite en especial aquellos que favorezcan el desarrollo del cáncer (se detallan en el texto).

Una protección adicional contra el cáncer la proveen la vitamina E, el betacaroteno y el selenio. Asegúrese de ingerirlos en cantidad suficiente a través de complementos.

Si tiene propensión a asma o a las alergias, evite en especial el ácido benzoico y sus derivados, los benzoatos (son un ingrediente común de dulces, pastelitos y refrescos).

A veces no se es alérgico a determinado alimento, sino a los aditivos que contiene. Para verificar si esto último es cierto, pruebe a consumir ese alimento en su estado natural, o de diferentes marcas.

Algunos de los signos de alergia provocada por aditivos pueden ser cólicos, diarrea, urticaria, eccema, dolores de cabeza, goteo nasal, colitis ulcerativa, síndrome del colon irritable, fatiga crónica, depresión, asma.

Estas alergias se pueden manifestar en los niños bajo formas inusuales: hiperactividad, síndrome por déficit de la atención, somnolencia, ojos llorosos, hinchazón en la boca, labio inferior u orejas.

Los nitritos son carcinógenos declarados que han sido implicados en el origen de tumores en senos, útero y próstata. Su fuente más común son las carnes frías.

Las vitaminas adicionales a la alimentación a la alimentación resultan muy útiles para protegerse contra los efectos de los aditivos. La vitamina C, por ejemplo, neutraliza a nitratos y nitritos.

La fibra soluble exhibe una propiedad protectora muy útil; absorbe sustancias tóxicas como residuos de pesticidas, hormonas y antibióticos disminuyendo sus riesgos. La encuentra principalmente en frutas, verduras, granos integrales y en el polvo de psillium plantago.

Trate de reducir el consumo de grasa, tanto de la saturada (animal) como de la insaturada (vegetal). En general se concentran en sustancias químicas indeseables, como hormonas y pesticidas.

Evite los productos dietéticos, que generalmente sustituyen el exceso de calorías con aditivos químicos peligrosos.

No consuma el mismo producto durante mucho tiempo seguido. Varíe su alimentación y vaya rotando lo que come. De esa manera se evitan acumulaciones de un mismo aditivo.

Si ha detectado que algún alimento le cae mal, evítelo. Cuando nuestro aparato digestivo no tolera bien algún producto, algo está tratando de decirnos.

Cuanto más amplia sea la variedad de alimentos que come y más naturales sean éstos, menos oportunidades habrá de que desarrolle alergias.

Mantenga en excelente estado su flora intestinal, ya que los lactobacilos protegen contra sustancias tóxicas, en especial contra ciertos carcinógenos.

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Puede mejorar su flora intestinal con el yogurt casero (búlgaros), las bebidas lácteas fermentadas, o los lactobacilos acidófilos en forma de tabletas o cápsulas.

Si le tiene miedo a la osteoporosis, deje de tomar refrescos de cola. Esa podría ser la principal medida preventiva, pero no por ello deje de tomar calcio y vitamina D.

Si le inspira desconfianza la leche que toma, cambie a la leche de soya. Si no sabe prepararla, éste es un buen pretexto para aprender; su salud se lo agradecerá.

La soya y sus derivados (leche, tofu, okara, harina de soya, proteína de soya) son fuente de fitoestrógenos, sustancias que protegen contra la toxicidad de las hormonas sintéticas.

Para poder desintoxicar su cuerpo de tantos aditivos que voluntariamente e involuntariamente ha consumido siga la dieta depurativa y después en la medida de sus posibilidades trate de llevar una dieta lo más sana posible.

LISTA DE ADITIVOS QUE DEBEN EVITARSE

Código europeo:

E 100 a E 180: ColorantesE 209 a E 297: ConservantesE 300 a E 321: AntioxidantesE 322 a E 494: Emulgentes y estabilizantesE 420 a E 421: Edulcorantes

En España, además, se usa el código H, seguido o no de 4 cifras, para codificar los aditivos autorizados en España pero no codificados en la CE.

 

 

 

 

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 Código OrigenAlimentos que

contienen aditivosPeligros

E 102

Tartracina, colorante nitrogenado amarillo

Repostería, postres instantáneos, caramelos, salchichas, embutidos, salazones

Reacciones alérgicas en las personas asmáticas o que toleran mal la aspirina. Picazón, rinitis, trastornos del sueño en los niños.

E 150Caramelo, colorante de color pardo

Coca cola, vinagre (caramelo con sulfito de amonio), whisky, cervezas oscuras (caramelo con amoníaco)

Caramelo puro, ningún inconveniente. Con sulfito de amonio: problemas intestinales. Con amoníaco: disminución de los glóbulos blancos en la rata.Cuidado: las etiquetas no llevan ninguna indicación.

E 161 G

Cataxantina, colorante naranja natural (extracto de champiñones y plumas del flamencto rosado)

Mantequilla, quesos, sopas, embutidos, dulces, mermeladas, píldoras para broncearse

Manchas en la retina, trastornos de la visión, sensibilidad a la luz fuerte, mala adaptación a la disminución de luminosidad.

E 200 y derivados 201 a 203

Acido sórbico (bayas de serbal y síntesis química)

Caramelos, mermeladasvinos blancos dulces, castañas, salsas para postres, yogures y quesos secos

Reacción con los nitritos, podría ser mutágeno (investigaciones japonesas). Hasta ahorita considerado neutro para el organismo humano.

E 210 y derivados 211 a 217 y 219

Ácido benzoico (natural o sintético)

Sodas, hueva de pescado, caviar, margarinas

Irritaciones gástricas, fatiga el hígado encargado de eliminarla. Trastornos neurológicos cuadno va acompañado del E 222 (sulfito ácido de sodio)

E 220 a 227

Anhídrido sulfuroso (combustión de azufre o de yeso y sulfitos)

Mantequilla, sidra, mermeladas, blanqueo de los filetes de bacalao, vino, vinagre, mostaza, frutos secos

Irritaciones gástricas. Deben evitarse los enfermos del hígado y riñones, y lso asmáticos: destrucción de la vitamina B1.

E 230 a 232 difenil (por calentamiento del benceno)

Tratamiento de la cáscara de los cítricos (debe indicarse obligatoriamente al momento de

El difenil y sus derivados atraviezan la corteza de la fruta. Náuseas, vómitos, irrritación de los ojos.

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venderse)

E 249 a 252Nitrito de potasio y otros nitritos

Carnes cocidas, salazones, carnes ahumadas, embutidos

Al entrar a la sangre, los nitritos pueden modificar la hemoglobina, produciendo anemia y mareos. En el estómago, los nitritos reaccionan sobre las aminas, produciendo nitrosaminas, virtualmente cancerígenas. Hay que compensarlo mediante vitaminas A, C y E.

E 302Ascorbato de calcio (vitamina C sintética)

Salazones, alimentos para animales

Puede originar cálculos renales en las personas propensas a ellos.

E 310 a 312Galato de propilo (antioxidante sintético)

Purés en copos, platos preparados, aceites vegetales, materias grasas, galletas

Irritaciones gástricas en lso asmáticos y personas sensibles a la aspirina. Prohibidos en lso alimentos para bebés y niños de corta edad. El E 311 podría actuar en la formación de tumores (Laboratorio de Investigación en las Ciencias del Consumo)

E 320 y 321Antioxidantes BHA y BHT

Purés en copos, platos preparados, margarinas, cacahuates salados, cereales para el desayuno (no biológicos)

Muy sospechosos. Actuarían en el metabolismo energético y lipídico, del hígado, de la coagulación sangínea.

E 407Carragenatos (algas rojas)

Natillas, cremas instantáneas, leches aromatizadas

Tienen que ser muy puros para no producir efectos secundarios: fenómenos de descalcificación, colitis ulcerantes, tumores del colon y del recto en diversos animales de laboratorio. Preferir los productos con E 406 (agar-agar).

E 621 Glutamato monosódico (sal sódica del ácido

Sopas envasadas, preparados exóticos, salsas para raviolis

"Síndrome de la cocina china": rigidez de los músculos de la mandíbula y

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glutámico, códico E 620)

del cuello, náuseas, palpitaciones, mareos, destrucción de células cerebrales en la rata y el macaco.