ULTRAJE Y MUERTE DE UN PAPA EN 1303 CON RESÚMENES DE OTROS HECHOS

FRANCISCO

SUÁREZ SALGUERO

~ 1 ~

Francisco Suárez Salguero ha compuesto estos escritos esmerándose en ofrecer

la crónica cronológica que el lector podrá aprovechar y disfrutar. Lo ha hecho

valiéndose de cuantas fuentes que ha tenido a mano o por medio de la red in-

formática. Agradece las aportaciones a cuantas personas le documentaron a tra-

vés de cualquier medio, teniendo en cuenta que actúa como editor en el caso de

algún texto conseguido por las vías mencionadas. Y para no causar ningún per-

juicio, ni propio ni ajeno, queda prohibida la reproducción total o parcial de este

libro, así como su tratamiento o transmisión informática, no debiendo utilizarse

ni manipularse su contenido por ningún registro o medio que no sea legal, ni se

reproduzcan indebidamente dichos contenidos, ni por fotografía ni por fotocopia,

etc.

~ 2 ~

Tumbas de Papas en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

La 38 es la de Bonifacio VIII

~ 3 ~

A MODO DE PRÓLOGO O PÓRTICO

HACIA LA CAÍDA DEL DOMINIO MEDIEVAL DE LOS PAPAS

Se sostiene que el Papa Bonifacio VIII fue el último de los romanos pontífices al

frente de la Iglesia que pretendió llevar hasta sus últimas consecuencias el dominio uni-

versal de la misma. Bonifacio VIII murió en 1303, año en el que ahora nos adentramos.

Chocó con el rey Felipe IV de Francia y fracasó frente a él, tanto en lo personal como

en lo institucional de un mundo que cambiaba los supuestos medievales por los paulati-

namente modernos. Así avanzamos por el todavía recién estrenado siglo XIV.

La afrenta que se conoce como atentado de Anagni culminó la impotencia del Papa

Bonifacio VIII para hacer frente a Felipe IV el Hermoso. La Iglesia quedaba bastante a

merced de los poderes franceses en el transcurrir del siglo XIV por estos años en los que

ahora transitaremos, años que culminarán con el traslado de los Papas a Aviñón. Se im-

ponen los poderes monárquicos de las nacientes naciones de Europa en estos años.

A Bonifacio VIII, aun siendo inteligente y de buena preparación, le faltó tacto político

y diplomático. Era más bien intransigente y arrogante, proclive a granjearse enemigos,

como le pasó, por ejemplo, con los miembros de la poderosa familia Colonna en Italia.

Hubo de considerarse en aquel pontificado que hubiera abdicado el Santo Celestino V,

luego encarcelado y muerto. Podemos evocar y recordar toda esa historia. Estamos lle-

gando a la caída del dominio medieval de los Papas y al tiempo que habrá de acabar con

los templarios. Ya lo iremos viendo y considerando en los años por venir.

Por lo demás, en este a modo de prólogo o pórtico podemos hablar de una incidencia

sísmica y del tiempo meteorológico. El 17 de septiembre, en Shanxi (China), se registró

un violento o fuerte terremoto de 8 grados en la escala de Richter. Hubo cerca de medio

millón de muertos. De otra parte, hubo numerosas víctimas también en varias riadas que

ocasionaron las intensas lluvias en Cataluña, concretamente en Barcelona. Hubo muchas

personas ahogadas y desaparecidas.

~ 4 ~

~ 5 ~

AÑO 1303

~ 6 ~

REINO NAZARÍ DE GRANADA

DE CÓMO VA EL REINADO DE MUHAMMAD III

Antes que con la Corona de Castilla, el sultán Muhammad III de Granada,1 firmó en

este año 1303, a 7 de febrero, un tratado con la potente Corona de Aragón comprome-

tiéndose por un año a tregua de paz.

Muhammad III de Granada sigue la misma política exterior que su predecesor y padre

Muhammad II, manteniendo las campañas militares contra Castilla, de la que recuperó

Quesada,2 conquistando además Bedmar.

3

Además de con los aragoneses, Muhammad III anda consolidando alianza con los be-

nimerines norteafricanos, a los que ayuda contra las sublevaciones magrebíes. De hecho

fueron tropas desde Granada en ayuda del sultán Abu Yaqub en su asedio sobre Treme-

cén.4

De todos modos, las relaciones pretendidamente amistosas de Muhammad III con ara-

goneses y benimerines, supuestamente contra los castellanos, fluctuaron pronto a favor

de éstos, pactando tregua por tres años, con tributo anual. Muhammad III rindió su va-

sallaje ante Fernando IV, temiéndose el expansionismo aragonés por territorio mur-

ciano. Pasó por esto mismo que gran parte de la nobleza nazarí mostró su oposición al

sultán precisamente por esa manera de maniobrar a favor de Castilla. Y por lo mismo

unen sus vínculos estratégicamente militares aragoneses y castellanos entre sí.

1 Reinante entre los años 1302-1309 (depuesto en este año y obligado a su abdicación), muerto unos años

después, en 1314.

2 Población jiennense que los granadinos perdieron en 1300.

3 Localidad jiennense de la que se adueñaron los nazaríes en varios momentos en los que avanzaron hacia

la también jiennense Baeza.

4 Al noroeste de la actual Argelia.

~ 7 ~

CONCEJO DE PLASENCIA Y OTROS LUGARES

(REINO DE CASTILLA)

DECISIONES DEL REY FERNANDO IV

El rey Fernando IV, entre los meses de febrero y marzo de este año 1303, decidió y

ordenó desgajar varios lugares del concejo de Plasencia para convertirlos en señoríos,5

favoreciendo así al placentino Nuño Pérez de Monroy,6 a quien le fueron otorgados los

señoríos de Jarandilla7 y Valverde,

8 con los lugares de Madrigal,

9 Talavera

10 y Vian-

dar.11

Igualmente hizo merced el rey a Fernán Gómez, su notario en los dominios regios

de Toledo, y a Diego García, mayordomo de su casa, otorgándoles la aldea de Albalá,

junto al río Tajo.12

5 Se refiere este noticia sobre todo al proceso de creación de señoríos en el alfoz de Plasencia (en la actual

provincia de Cáceres), proceso que se fue dando durante el reinado de Alfonso X y hasta el reinado de

Fernando IV (siglos XIII y XIV), lo cual conllevó significativos recortes o remodelaciones territoriales,

denotando todo esto un fracaso en las tareas de repoblación de la zona y el compromiso de la Corona en

retribuir a algunos destacados colaboradores con la misma, colaboradores en su mayor parte nobles

placentinos que son cabezas de los principales linajes del lugar.

6 Destacado abad en Santander y canciller real (notario mayor), confesor y director espiritual de la reina

María de Molina, gran impulsor en la construcción de la catedral santanderina. Muere en 1326.

7 Jarandilla de la Vera (Cáceres).

8 Valverde de la Vera (Cáceres).

9 Madrigal de la Vera (Cáceres).

10

Actual Talaveruela (Cáceres).

11

Viandar de la Vera (Cáceres).

12

Actual Higuera de Albalat, en la comarca cacereña de Campo Arañuelo.

~ 8 ~

~ 9 ~

SETENA DE CULLA (REINO DE VALENCIA)

LA COMPRAN LAS TEMPLARIOS

Guillermo IV de Anglesola, nieto de Blasco de Alagón, a 27 de marzo de este año

1303, vendió la Setena de Culla13

(castillos y pueblos del reino de Valencia pertene-

cientes al castillo de Culla), que incluye Culla, Benasal, Vistabella, Adzaneta, Benafi-

gos, Villar de Canes, Torre de Embesora y otros lugares a los templarios por 500.000

sueldos jaqueses.

Culla fue de dominio musulmán durante buen período de tiempo hasta principios del

siglo XIII, siendo lugar reconquistado por Blasco de Alagón14

en 1233. Llamándose

Cuellar, el rey Jaime I15

hizo documentada donación de esta plaza (castillo y villa) al

mencionado Blasco en 1235.

Culla recibió su Carta de Población en 1244, de manos de Guillermo III de Angleso-

la,16

participando en ello también su esposa, Constanza de Alagón, sucediendo poco

después que se disputaban su posesión Guillermo IV de Anglesola y su primo Blasco II

de Alagón, señor de Sástago,17

siendo de resaltar que el castillo de Culla representa su

importante estrategia de ubicación y dominio en amplio territorio. Ahora, como queda

dicho, pasa por compra a manos de los templarios.

13

En la actual provincia de Castellón, comarca del Alto Maestrazgo.

14

Muerto entre los años 1240-1242.

15

Muerto en 1276.

16

Muerto en 1296.

17

Provincia de Zaragoza, en la comarca de Ribera Baja del Ebro.

~ 10 ~

PRINCIPADO DE MOSCÚ

MUERTE DE DANIEL, PRÍNCIPE Y MONJE MOSCOVITA

El principado de Moscú surgió y se formó en los territorios septentrionales de lo que

fue anteriormente Rus de Kiev a partir del siglo XIII,18

teniendo en cuenta que Moscú

no era sino un pequeño pueblo del principado de Vladímir-Súzdal19

cuando el Imperio

Mongol invadió aquellas viejas tierras rusas que siguen aún referidas a Kiev. Recorde-

mos el año 1236, cuando el príncipe Yuri II de Vladímir donó Moscú como infantado a

un hijo suyo. Aunque los mongoles quemaron Moscú en el invierno de 1238 –recordé-

moslo también–, la localización forestal o boscosa del remoto pueblo ofrecía cierta se-

guridad y proyectos estratégicos de futuro.20

Fue determinante o muy importante para la formación territorial y política de Moscú

el gobierno de príncipes ambiciosos, determinados y con suerte, siendo propiamente el

primer príncipe moscovita el ahora difunto Daniel, de quien notificamos su muerte, a 4

de marzo de este año 1303, llevando vida monástica.21

Era hijo del bien recordado Ale-

jando Nevski.22

Fue de importancia su reinado o destacadas sus tareas de gobierno, ha-

biendo fundado también varios monasterios y muriendo en la paz monástica, santamen-

te.

Había estado casado, siendo María el nombre de su esposa y teniendo esta descenden-

cia: Yuri (quien ahora le sucede como príncipe de Moscú),23

Alejando, Boris, Afanasy,

Fedora e Iván.

18

Perdurando hasta el XVI.

19

De entre los años 1157-1363.

20

La existencia de numerosos ríos en muy amplia zona proporcionaría una futura posibilidad de acceso

desde Moscú a tres mares: el Báltico, el Negro y el Caspio, facilitándose también la conquista de Rusia

Occidental.

21

La Iglesia Ortodoxa Rusa lo considera Santo.

22

Muerto en 1263. Igualmente considerado Santo por la Iglesia Ortodoxa Rusa.

23

Nacido en 1281 y muerto con violencia en 1325.

~ 11 ~

DUCADO DE BRETAÑA

MUERTE DEL MUY VALORADO Y POPULAR IVO DE KREMARTIN,

ABOGADO QUE AMPARÓ A LOS PEQUEÑOS Y A LOS POBRES

Recogemos esta noticia del 19 de mayo en este año 1303: que murió el muy valorado

y popular Ivo de Kremartin, bretón, abogado que amparó a los pequeños y a los po-

bres.24

Era hijo de Helori, señor de Kremartin, y Azo de Kenquis. En 1267 empezó a prepa-

rarse como estudiante de derecho en París, donde se graduó. De París pasó a Orleans en

1277, donde realizó sus estudios sobre derecho canónico. Regresando a Bretaña y ha-

biendo recibido las eclesiásticas órdenes menores en 1280, fue designado oficial o juez

eclesiástico en Rennes, donde también se formó muy bien en Sagrada Escritura, hacién-

dose25

terciario franciscano en Guingamp. Fue invitado por el obispo de Tréguier para

pasar a ser su oficial, aceptando el ofrecimiento en 1284. Mostró gran celo y rectitud en

el desempeño de sus deberes y no desistió en la resistencia a la injusta fiscalidad del so-

berano y de los poderes bretones, defendiendo a los pobres y también los derechos ecle-

siásticos. Por su ferviente y eficaz caridad fue llamado por la gente abogado de los po-

bres. Habiendo sido ya ordenado como diácono y como presbítero, fue pronto párroco

en Tredez (1285) y años más tarde en Louannec, donde murió de manera natural, muy

entregado a sus tareas y también a penitencias, en la fecha que ya hemos indicado.

24

Se trata de San Ivo de Kremartin, canonizado en 1347 por el Papa Clemente VI (1342-1352), cele-

brándose en el santoral el 19 de mayo. Es el Santo Patrón de la Bretaña de Francia.

25

Según parece.

~ 12 ~

San Ivo de Kremartin. Pintado por Roger van der Weyden (1399-1464)

~ 13 ~

BARCELONA (CORONA DE ARAGÓN)

ORDENACIÓN EPISCOPAL DE PONCIO DE GUALBA

Resaltamos aquí como noticia, a 17 de febrero de 1303, la ordenación episcopal de

Poncio de Gualba como obispo de Barcelona.26

De entrada decretó este nuevo prelado la

concesión de indulgencias a cuantos contribuyan con limosnas y donativos que se des-

tinen a la construcción de la nueva catedral gótica, de obras emprendidas a partir del 4

de mayo.27

26

De pontificado entre los años 1303-1334. Tal vez la ordenación fue el 5 de septiembre de 1303, resul-

tando que desde la muerte del obispo Bernardo Pelegrí en 1300 estuvo vacante la sede episcopal bar-

celonesa. Tras su muerte, recibió sepultura Poncio de Gualba en la capilla de la Transfiguración de la ca-

tedral gótica barcelonesa. Yace como difunto en el muro izquierdo de dicha capilla, en un arcosolio co-

ronado por un calvario realizado por Jaume Cascalls (muerto en 1378).

27

Las obras se fueron realizando a buen ritmo, avanzando extraordinariamente la construcción, siendo

contratado en 1317 como arquitecto el maestro mallorquín Jaime Fabre. Bajo el mandato del obispo

Poncio se hizo en la catedral de Barcelona la cripta de Santa Eulalia.

~ 14 ~

CORONA DE CASTILLA

UNA ENTREVISTA EN BADAJOZ Y NOTICIAS RELACIONADAS

En mayo de este año 1303 se entrevistaron en Badajoz el rey castellano Fernando IV y

el rey portugués Dionisio I, pugnando por sus respectivos y correspondientes territorios,

algunos de ellos aún en liza o por los que contienden ambas Coronas. Pero no se logró

nada en estos encuentros, para decepción sobre todo de cuanto se proponía conseguir

Fernando IV.

Mientras tanto, los poderosos magnates castellanos enemigos del rey Fernando ur-

dieron su malévolo plan contra el joven monarca. Ya sabemos quiénes son esos ene-

migos del rey castellano-leonés: el infante Enrique de Castilla el Senador, el vizcaíno

señor Diego López V de Haro y el noble don Juan Manuel, del principesco señorío de

Villena28

y de gran dominio en otros varios lugares. Se confabularon con la Corona de

Aragón y ofrecieron al rey de la misma, Jaime II, a 24 de junio en las vistas de Ariza,29

separar Castilla de León, de modo que correspondiera Castilla al infante Pedro (hijo de

María de Molina y hermano de Fernando IV), pactando matrimonio con una hija de

Jaime II, y correspondiera León como reino al infante Alfonso de la Cerda, que habría

de Casarse con Isabel de Castilla (primogénita de Sancho IV y de María de Molina), ob-

teniendo también el reino de Jaén. Contrapartida ventajosa para la Corona de Aragón

vendría a ser que se quedara con el reino de Murcia, perdiéndolo la Corona de Castilla.

¡Menudo lío y menudos elementos los enemigos del rey Castellano y también de la rei-

na doña María!

28

Provincia de Alicante.

29

Que se halla actualmente al suroeste de la provincia de Zaragoza.

~ 15 ~

SEÑORÍO DE MEDELLÍN (REINO DE CASTILLA)

REPOBLACIÓN DE UNA ALDEA NUEVA

El rey Fernando IV de Castilla hizo desgajar del señorío de Medellín30

la que por lo

pronto se denominó Aldea Nueva de Medellín.31

Fue donada a la Orden de Alcántara32

para su repoblación, pasando a llamarse Aldeanueva de los Freires a partir de agosto.33

30

En la actual provincia de Badajoz. Fue en 1188 cuando esta plaza poseída por los musulmanes la ocu-

pó brevemente el rey Alfonso VIII de Castilla (1158-1214). Volvió a ser reconquistada por Alfonso IX de

León (1188-1230) en 1227, volviendo de nuevo a manos musulmanas en 1229. Fernando III el Santo

(1217-1252) la incorporó definitivamente a la Corona de Castilla en 1234.

Medellín gozó de gran valor estratégico, siendo considerable la riqueza de su vega. Aunque inicialmen-

te fue dada a la Orden de Alcántara, no tardó en pasar a ser villa de realengo. Estuvo en la divisoria entre

la Orden de Alcántara al este y la Orden de Santiago al oeste.

31

Actual Villanueva de la Serena (Badajoz).

32

Siendo maestre de la Orden Gonzalo Pérez (1296-1312/1298-1316).

33

Alcanzará del todo el rango de villa a partir de 1423.

~ 16 ~

CORONA DE CASTILLA Y REINO DE GRANADA

ACUERDO DE PAZ EN TREGUA POR TRES AÑOS

En pleno verano de este año 1303, entre los meses de julio y agosto, se negoció, acor-

dó y firmó un pacto o tratado de paz, de tregua por tres años, entre la Corona de Castilla

y el reino de Granada, reinando respectivamente Fernando IV y Muhammad III. Ya he-

mos hecho alusión anteriormente. Entre las cláusulas del pacto están que Granada se

mantenga en posesión de Alcaudete, Quesada, Bedmar, Castillo de Locubín y Arenas o

Campillo de Arenas.34

Granada se compromete también a ser reino vasallo de Castilla y

a pagar un considerable tributo anual. Castilla por su parte sigue conservando la impor-

tante plaza de Tarifa.35

34

Todo ello en la actual provincia de Jaén.

35

Provincia de Cádiz.

~ 17 ~

VILLA Y SEÑORÍO DE ROA (REINO DE CASTILLA)

MURIÓ EL INFANTE ENRIQUE DE CASTILLA EL SENADOR

Con motivo de morir el infante Enrique de Castilla en su villa y señorío de Roa,36

con-

tamos algo su biografía, informando en primer lugar que la fecha del óbito fue la del 8

de agosto de este año 1303, con 73 años de edad.37

Sabemos de él que fue hijo del rey

Fernando III38

y de Beatriz de Suabia,39

su primera esposa. Sus más y sus menos rodea-

ron esta muerte y las circunstancias testamentarias que se constataron al respecto.

Ciertamente podemos resaltar que, pese a ser familiar regio y a moverse enteramente

en los más altos ámbitos castellanos (tutor y regente entre los años 1295-1302), fue gran

enemigo o muy desleal del rey Fernando IV y de su madre doña María de Molina.

Tuvo en su poder el señorío de Vizcaya40

y más aún los señoríos de Morón,41

Écija,42

Roa, Medellín, Almazán,43

Dueñas,44

Atienza,45

Berlanga de Duero,46

Calatañazor47

y

San Esteban de Gormaz.48

36

Al suroeste de la actual provincia de Burgos.

37

Habiendo nacido en Burgos el 6 de marzo de 1230.

38

Muerto en 1252.

39

Muerta en 1235.

40

En 1294 y 1295.

41

Morón de la Frontera (Sevilla).

42

Provincia de Sevilla.

43

Provincia de Soria.

44

Provincia de Palencia.

45

Provincia de Guadalajara.

46

Provincia de Soria.

47

Provincia de Soria.

48

Provincia de Soria.

~ 18 ~

Durante el reinado de su hermano el rey Alfonso X (1252-1284), se ausentó de Cas-

tilla y efectuó periplo por tierras de Inglaterra, Túnez e Italia, siendo senador en Ro-

ma.49

Tras la derrota del bando gibelino en la batalla de Tagliacozzo50

(23 de agosto de

1268), sufrió encarcelamiento durante 23 años por orden de Carlos I de Anjou.51

Fue li-

berado en 1291 y regresó primero a Túnez, encontrándose con su amigo el emir Abou

Hafs, con quien permaneció durante un trienio, hasta que en 1294 se trasladó a Castilla,

donde su sobrino el rey Sancho IV le concedió el señorío de Vizcaya, que poseyó du-

rante un tiempo.

En 1295, tras la muerte de su sobrino Sancho IV y del modo que bien podemos re-

cordar, Enrique fue nombrado tutor del rey Fernando IV durante su minoría de edad,

cargo que ejerció hasta 1302, como ya hemos señalado. Durante ese período gobernó el

reino junto con la reina María de Molina, viuda de Sancho IV y madre de Fernando IV.

Desempeñó también los cargos de adelantado mayor de la frontera de Andalucía y ma-

yordomo mayor del rey Fernando IV.

El infante Enrique de Castilla se distinguió por su valor y entrega en la conquista de

Sevilla en 1248 y en los preparatorios años anteriores. Su padre Fernando III le compen-

só por su arrojo con los señoríos de Arcos,52

Lebrija,53

Morón54

y Medina Sidonia,55

lu-

gares que aún habrían de ser reconquistados, pues todavía estaban en poder de los mu-

sulmanes.

Era el año 1252 cuando el rey Fernando III murió en Sevilla y le sucedió en el trono

Alfonso X. Éste colocó a su hermano Enrique al mando de un importante ejército, orde-

nándole la reconquista de Lebrija y Arcos, lugares ambos que capitularon en cuanto su-

pieron que la ciudad de Jerez56

se había rendido ante las tropas de Alfonso X. Pero ocu-

rrió, una vez conquistadas las ciudades de Arcos y Lebrija (que según Fernando III ha-

brían de ser para su hijo Enrique), que Alfonso X ignoró las disposiciones paternas, re-

clamando al maestre de la Orden de Calatrava los privilegios que confirmaban la dona-

ción por parte de Fernando III de esas ciudades al infante Enrique, y los destruyó en pú-

blico (año 1253), deteriorándose así, más de lo que ya estaban, las relaciones entre el

rey y el infante, siendo en adelante más enemigos que hermanos, siendo Enrique despo-

49

Adquiriendo así el sobrenombre de el Senador.

50

En los Abruzos (Italia).

51

Muerto en 1285.

52

Arcos de la Frontera (Cádiz).

53

Provincia de Sevilla.

54

Morón de la Frontera (Sevilla).

55

Provincia de Cádiz.

56

Jerez de la Frontera (Cádiz).

~ 19 ~

seído de Arcos, Lebrija, Morón, Medina Sidonia y el castillo de Cote.57

La reina viuda

de Fernando III, su segunda esposa, Juana de Ponthieu o de Danmartín, que mantenía

excelentes relaciones con el infante Enrique, se vio desposeída, al igual que el infante

Enrique, de varios de sus señoríos y latifundios, por decidirlo también así el rey Alfonso

X. Además, el infante Enrique mantuvo en 1259, a su regreso de Inglaterra, una entre-

vista secreta con el rey Jaime I de Aragón, reunión tenida en Maluenda,58

planteándole

el posible matrimonio con la infanta aragonesa Constanza, la cual terminó casándose

con el infante Manuel, hermano de Enrique y de Alfonso X. Dicha entrevista de Enrique

con el rey aragonés, más los rumores que circularon sobre una posible relación senti-

mental y carnal entre el infante y Juana de Danmartín, ocasionaron el ya colmado enojo

de Alfonso X.

Así pues, no faltaron nunca serios rifirrafes entre Enrique de Castilla y su hermano

Alfonso, que luego reinó como Alfonso X. Se contuvieron en vida de Fernando III, pero

después no, para nada.59

Enrique de Castilla el Senador ha sido un guerrero trotamun-

dos, de azarosa vida, que tuvo por esposa a Juana Núñez de Lara.60

Aquí lo dejamos, instando a los lectores a seguir recabando más completas noticias si

así lo desean y por los cauces o fuentes que mejor consideren.

57

Sito en Montellano (Sevilla).

58

Provincia de Zaragoza.

59

Luego, la historia del infante Enrique se incrementó en muchos aspectos que incluyen tintes legenda-

rios. ¿Pudo ser el autor del legendario y caballeresco Amadís de Gaula? Tal vez.

60

Conocida como la Palomilla, muerta en 1351.

~ 20 ~

ROMA

SUFRIMIENTO Y MUERTE DEL PAPA BONIFACIO VIII

Y ELECCIÓN DE BENEDICTO XI

Consideremos ahora, tal como nos disponemos a contar, el dramático final del pontifi-

cado del Papa Bonifacio VIII en este año 1303, de mucho sufrimiento para él, habiendo

sido apresado y obligado a abdicar, siendo el año noveno desde su elección como Papa

en 1294, el 24 de diciembre. Finalmente murió en Roma, a 11 de octubre, con 68 años

de edad, siendo su sucesor Benedicto XI.

Se llamó Benedetto Gaetani y había nacido y crecido en Anagni,61

de prestigiosa y no-

ble familia. Se especializó en derecho canónico tras haber realizado sus estudios supe-

riores en Todi, Bolonia y París. Fue canónigo en varias sedes episcopales hasta que el

Papa Martín V (1281-1285) lo nombró cardenal diácono de San Nicolás, siendo luego,

en 1291, cardenal presbítero de San Silvestre y San Martín, nombrado a tal efecto por el

Papa Nicolás IV (1288-1292).

Tras la renuncia o abdicación del Papa Celestino V en 1294,62

como bien podemos re-

cordar, la elección de su sucesor fue muy rápida, a pesar de las diferencias existentes

entre los cardenales franceses e italianos. Ambos partidos estaban de acuerdo con que el

nuevo Papa debía tener competencias claras de gobierno, competencias de las que care-

ció Celestino. Al primer escrutinio fue elegido, sin que aceptara la elección, Matteo

Rosso Orsini.63

Finalmente fue elegido Benedetto Gaetani, el mismo que en su momen-

to hizo cuanto pudo, muy de las suyas, marginando a Celestino V. Benedetto adoptó el

nombre de Bonifacio VIII.

Enseguida se caracterizó este nuevo Papa por anular o suspender las decisiones de

Celestino V (excepto aquellas que tenían que ver con la nómina de los cardenales), sus-

tituyendo el personal de la Curia y restableciendo Roma como auténtica e inequívoca

sede pontificia. Temeroso, además, de que la atrayente figura de su predecesor produ-

jera un cisma, ordenó su encarcelamiento en el castillo de Fumone,64

propiedad de su fa-

milia, donde permaneció hasta su muerte. Los grupos representados por los celosos

61

No lejos de Roma.

62

Muerto en 1296. Se celebra en el santoral el 19 de mayo.

63

Que muere en 1305.

64

En la región italiana de Lacio.

~ 21 ~

franciscanos espirituales, según son conocidos estaban profundamente resentidos por

esta actuación.

Resumidamente puede decirse de Bonifacio VIII que era un hombre bien capacitado,

sobre todo en el orden de lo jurídico, pero no tanto en lo político, pues sus actuaciones

en este sentido se vieron empañadas por su falta de diplomacia y por su proceder ca-

rente de tacto. Cuando creía tener razón era intransigente y arrogante, creándose muchos

enemigos, como los de la poderosa familia Colonna, de mucha influencia en Italia y a

quienes marginó, incentivando por su parte exceso de favores con los que privilegió a su

propia familia, los Gaetani.

Puede decirse que Bonifacio VIII estuvo a punto de proporcionar a sus parientes un

principado, por lo que las familias romanas más importantes, como Colonna u Orsini, se

enfrentaran a él en más de una ocasión por contiendas territoriales, por problemas ad-

ministrativos y de beneficios o privilegios. Estas tensiones, especialmente con los Co-

lonna, estallaron cuando Stefano Colonna, hermano del cardenal Pietro Colonna, se

adueñó de una caravana de mulas que trasportaban el tesoro pontificio. La reacción del

Papa se dirigió enseguida contra toda la familia, respondiendo los cardenales de la mis-

ma escribiendo el conocido Manifiesto de Lunghezza, con muchas acusaciones contra el

pontífice declarando y juzgando inválida la renuncia de Celestino V, dando por sentado

que Bonifacio VIII no fuera considerado el verdadero Papa sino a modo de impostor.65

Ante las acusaciones redactadas en el Manifiesto, y aunque Bonifacio recuperó el te-

soro pontificio, el Papa reaccionó deponiendo y condenando a los cardenales de la fa-

milia Colonna y a sus colaboradores, considerándolos heréticos, cismáticos y blasfemos.

Además, en diciembre de 1297, Bonifacio proclamó una cruzada contra los Colonna,

cruzada por la que tuvieron que huir y refugiarse en Francia.

Otros asuntos que hemos de tener en cuenta o consideración son los relacionados de

Bonifacio VIII y los problemas sicilianos que se originaron y prolongaron desde las fa-

mosas Vísperas Sicilianas de 1282, problemas por los que se enfrentaron entre sí los rei-

nos de Nápoles y de Aragón. El Papa Bonifacio logró que Jaime II de Aragón firmase la

Paz de Anagni, en 1295, renunciando Jaime II a Sicilia y recibiendo a cambio los feudos

de Córcega y Cerdeña.

Los sicilianos se rebelaron contra ese acuerdo que suponía el retorno de los angevinos

o dinastía de Anjou, y nombraron rey al hermano de Jaime II, Federico II, que venía

ejerciendo hasta ese momento el cargo de gobernador de Sicilia. El Papa asumió este

65

El Manifiesto de Lunghezza es un documento con fecha del 10 de mayo de 1297, escrito en el castillo

de Lungheza, cercano a Roma, por los adversarios del Papa Bonifacio VIII, adversarios encabezados por

los cardenales Jacobo (muerto en 1318) y Pietro Colonna (muerto en 1326), apoyados por fray Jacopone

da Todi (muerto en 1306) y por algunos franciscanos espirituales. Contra el Papa Bonifacio se aliaron

también los gibelinos y los aragoneses.

En el documento de aquel manifiesto, los firmantes hacían saber que Benedetto Gaetani no era el legí-

timo Papa, puesto que la renuncia de su antecesor, Celestino V, había sido inválida y anticanónica, lo cual

intentaban probar con trece argumentos, según los cuales debía convocarse un concilio general a fin de

que se demostrara toda la verdad por el bien de la Iglesia. Los firmantes invitaron a una desobediencia

general contra Bonifacio VIII.

~ 22 ~

primer fracaso político coronando a Federico como rey de Sicilia, de Estado feudatario

vinculado a la Santa Sede.

A un nivel más enteramente internacional, fue objetivo de primer orden que se marcó

Bonifacio VIII su exhortación a emprender una nueva cruzada para la que se unieran to-

dos los reyes de la cristiandad a fin de restablecer la paz mutua y empeñarse de nuevo

en reconquistar Jerusalén.

Como mediador, Bonifacio VIII intervino vivamente respecto a la lucha por la suce-

sión imperial que enfrentaba a Alberto I de Habsburgo66

y a Adolfo de Nassau.67

Bo-

nifacio se mostró favorable a Alberto, quien a cambio del apoyo del Papa, en 1303 hizo

un juramento de obediencia y de defensa a su persona como sumo pontífice.

Pero tal vez o sin duda alguna el hecho más significativo del pontificado de Bonifacio

VIII sea el de su enfrentamiento con el rey Felipe IV de Francia, enfrentamiento que se

inició cuando el rey francés, pretendiendo hacer valer sus derechos, quiso hacer tributar

a todos los efectos de impuestos al clero de Francia. Eso dio lugar a conflictos entre los

señores eclesiásticos y los funcionarios reales respecto al ejercicio de todo tipo de de-

rechos sobre los hombres y las tierras; conflictos que, en general, se resolvieron en favor

de la jurisdicción real, a pesar de las protestas episcopales y del Papa.

El pontífice pretendió hacer valer su plenitudo potestatis. Respondió con la emisión

de su bula Clericis laicos, en fecha 25 de febrero de 1296, prohibiendo por dicha bula el

cobro de impuestos al clero sin el consentimiento del Papa, bajo pena de excomunión.

Resultó que la bula fue ignorada por Felipe IV, quien contestó emitiendo una serie de

edictos de embargo por los que se prohibía, tanto a laicos como a eclesiásticos, la expor-

tación de productos a Roma. Como resultado de unas difíciles negociaciones Bonifacio

VIII firmó un acuerdo por el que reconocía al rey francés la potestad de fijar tributos al

clero en casos de extrema necesidad y sin contar con una autorización previa del pontí-

fice. Como símbolo de buena voluntad, en 1297 canonizó el Papa a Luis IX, rey de

Francia y abuelo de Felipe.

El entendimiento entre Bonifacio y Felipe fue del todo efímero, muy breve, durando

apenas cuatro años. En el verano de 1301 se produjo un nuevo choque cuando el rey or-

denó la detención del obispo Bernard Saisset de Pamiers (Occitania), acusado de trai-

ción. Constituyó ese asunto una clara violación de los privilegios eclesiásticos, ya que

únicamente al Papa se le reconoce la potestad de juzgar a un obispo. El motivo inme-

diato del arresto fue forzar a una solución del conflicto por la jurisdicción de Pamiers

que enfrentaba al conde de Foix,68

teniendo el apoyo del rey, y a la Iglesia, que contaba

con la intervención del Papa, ya que había puesto esa diócesis bajo su protección direc-

ta. Sin embargo el objetivo último tenía mucho más calado, pues pretendía arrancar a

Bonifacio VIII el reconocimiento de la jurisdicción suprema del rey sobre todos sus

súbditos, incluidos los miembros de la alta jerarquía eclesiástica; es decir, conllevó el

66

Muerto en 1308.

67

Muerto en 1298.

68

Roger Bernardo III a la sazón, entre los años 1265-1302.

~ 23 ~

asunto un reconocimiento de la superioridad absoluta del rey sobre el Papa en el interior

de su reino, no habiendo de ser reconocida otra autoridad.

El 24 de octubre de 1301, en Senlis, ante el rey Felipe y su consejo, se presentaron los

cargos contra el obispo, cargos cuya gravedad, según el monarca, justificaban su inter-

vención: Bernard Saisset, entre otras acusaciones que se le hacían,69

habría intentado

arrastrar al conde de Foix a participar en un complot dirigido al levantamiento o suble-

vación del occitano Languedoc contra el rey. De todos modos y pese al aumentado cú-

mulo de acusaciones, pasados unos días el consejero real y célebre legista Guillermo de

Nogaret70

envió una carta a Bonifacio VIII para justificar la actuación del rey, carta en

la que se ampliaba la acusación de traidor a la de hereje (se le acusaba de haber afir-

mado que la fornicación no es tan pecaminosa y sobre la inutilidad del sacramento de la

penitencia). Así –como quedaba reforzado en la carta– el rebelde contra el rey se con-

vertía también en rebelde contra Dios.

El rey Felipe intentó obtener el desafuero por parte del Papa Bonifacio, pero éste, en

nueva bula, Ausculta fili (Escucha, hijo), fechada a 5 de diciembre de 1301, reprobó al

rey francés su conducta por no haber tomado en consideración la Clericis laicos sobre

los impuestos a los clérigos, y por no obedecer al obispo de Roma y vicario de Cristo.

En Francia, como ya pudimos ver, la bula Ausculta fili fue quemada, y en su lugar cir-

culó inmediatamente una bula falsificada71

que se tituló Deum time. Sus cinco o seis lí-

neas altaneras se pensaron para incluir una cuidadosa frase: Scire te volumnus quod in

spiritualibus et temporalibus nobis subes (Queremos que sepas que tú eres nuestro súb-

dito tanto en los asuntos espirituales como en los temporales). Como si ello no bastara

también se añadía que quien lo negara era un hereje (lo cual era una frase hiriente para

“el nieto de San Luis”).

En vano protestó el Papa, así como también los cardenales, contra esta falsificación;

en vano intentó explicar, un poco después, que lo de ser súbdito según la supuesta bula

se refiere solamente a ratione peccati, referido por ejemplo a que la moralidad de cada

acto real, privado o público, cae dentro de la prerrogativa papal. Así se suscitó una

reacción de apoyo al rey y de rechazo al pontífice, apareciendo éste como quien in-

tentaba –en términos nada conciliatorios– someter al rey al Papa también en los asuntos

temporales.

Asimismo pasó que el Papa convocó al rey Felipe IV y al episcopado francés a un sí-

nodo que fuera celebrado en Roma el 1 de noviembre de 1302, para definir definitiva-

mente la relación de poderes entre Iglesia y Estado; y también para juzgar al rey como

culpable de abusos inauditos y sorprendentes para mal contra la Iglesia. Felipe IV res-

pondió inmediatamente con furor, acusando de herejía al Papa ante la reunión de los re-

presentantes del clero, de la nobleza y, por primera vez, de la representativa ciudad de

69

Sin que realmente las acrediten las actas del proceso.

70

Muerto en 1314.

71

De fake news, obra sesgada y manipulada, probablemente compuesta por el jurista y canciller Pierre de

Flote (muerto en 1302).

~ 24 ~

París, lo que constituye el nacimiento de los ya conocidos como Estados Generales de

Francia. Además, el rey convocó un concilio general para juzgar al pontífice y prohibió

la asistencia al sínodo en Roma que Bonifacio había convocado.

Al mencionado sínodo de Roma que convocó Bonifacio VIII se presentaron unos cua-

renta obispos y seis abades, pero la mayoría de ellos provenían de territorios que no es-

taban bajo la jurisdicción del rey de Francia. Entre los presentes se encontraba el obispo

de Burdeos, Bertrand de Got.72

En dicho sínodo se excomulga, sin nombre propio, a to-

do aquel que prohíba apelar a la Santa Sede. Al final, el 18 de noviembre de 1302, Bo-

nifacio VIII promulgó la bula Unam Sanctam, cuya doctrina lleva a sus últimas conse-

cuencias la pastoral política de Inocencio IV (1243-1254) y sus predecesores, exponién-

dose un sistema jerárquico con supremacía pontificia en la Iglesia tal como venía siendo

muy notoria también en los pontificados de Inocencio III (1198-1216) y Gregorio VII

(1073-1085). Entre otras cosas, se afirmaba así recientemente en la Unam Sanctam:

“Existen dos gobiernos, el espiritual y el temporal, y ambos pertenecen a la Iglesia. El

uno está en la mano del Papa y el otro en la mano de los reyes; pero los reyes no

pueden hacer uso de él más que por la Iglesia, según la orden y con el permiso del

Papa. Si el poder temporal se tuerce, debe ser enderezado por el poder espiritual […].

Así pues, declaramos, decimos, decidimos y pronunciamos que es de absoluta nece-

sidad para salvarse, que toda criatura humana esté sometida al pontífice romano”.73

Felipe IV de Francia reaccionó a la Uman Sanctam con la convocatoria de una asam-

blea en el Louvre de París a 12 de marzo de este año 1303. El monarca no podía aceptar

que la esfera religiosa le fuese arrebatada de su poder para quedársela en exclusiva el

Papa. A la asamblea se presentaron prelados y nobles (entre ellos los de la familia Co-

lonna refugiados en Francia), que acusaron a Bonifacio VIII (con no poca calumnia) de

herejía, simonía, blasfemia, hechicería… y de ser culpable de la muerte de Celestino V.

Se pidió además la convocatoria de un Concilio ecuménico para su procesamiento y de-

posición, encargando al consejero Guillermo de Nogaret su captura y traslado a París

para que abdicara con rapidez.

Cuando el Papa supo acerca de las intenciones que sobre él tenía y disponía el rey Fe-

lipe IV, reunió consistorio en Anagni rebatiendo allí las acusaciones de los franceses ba-

jo juramento contra sus poderes decidiéndose a preparar una nueva bula de excomunión,

una bula de las de “échate a temblar”, la Supra Petri solio. Pero no tuvo tiempo para

promulgarla, porque el 7 de septiembre de este año 1303, ocurrió el incidente que ahora

relatamos o notificamos, incidente que ya se conoce como atentado de Anagni.74

72

Futuro Papa Clemente V entre los años 1305-1314.

73

Como se lee y puede apreciarse, Bonifacio VIII reconocía la autonomía de la esfera política (poder

temporal), pero con una precisa limitación: dado que el hombre político en la cristiandad es también un

cristiano, éste ha de entenderse sujeto al poder espiritual del Papa. Sin embargo, transitando ya por el

siglo XIV, era la época del nacimiento de los Estados nacionales, que no se apoyaban ya en una relación

de tipo feudal, sino sobre las relaciones de tipo mercantil y burgués. Así pues, se interpretó la bula, como

una pretensión extemporánea, inadecuada y de tipo feudal por parte del romano pontífice.

74

Se conoce también como ultraje de Anagni o lo mismo como también la bofetada de Anagni, ocurrien-

do en este lugar y en la mencionada fecha del 7 de septiembre de 1303. Parece ser, según se cree actual-

~ 25 ~

Resumiendo sobre algunos aspectos, el pontificado de Bonifacio VIII puede conside-

rarse un fracaso o desastroso desde el punto de vista político, pero hubo actuaciones

destacadamente positivas por parte de este Papa, por ejemplo que estableciera el primer

Año Santo Jubilar en 1300, para que se celebrase en adelante cada cien años o en fechas

señaladas, de efemérides a resaltar.75

El Año Santo Jubilar de 1300 llevó a Roma mucha

mente, que no se trató propiamente de una bofetada materialmente dada, sino más bien de un golpe moral,

aun cuando algunos historiadores atribuyen a Sciarra Colonna (1270-1329) el acto de abofetear al Papa

Bonifacio VIII. El episodio fue recogido por Dante y cantado en su Divina Comedia (Canto XX, 85-90).

Consideremos una vez más qué era lo que pasaba, teniendo que ver con el absolutismo monárquico del

rey Felipe IV de Francia, absolutismo teorizado por sus romanistas cortesanos, los cuales no admitían

ningún poder exterior a la voluntad del soberano, chocando esto con la hierocracia teocrática propia de la

doctrina pontificia del Papa Bonifacio VIII, el cual afirmaba con mucha consistencia el derecho pontificio

sobre todos los hombres, incluidos los soberanos. La enemistad entre el pontífice romano y el rey francés,

como bien sabemos, hundía sus raíces en las motivaciones tributarias a las que nos venimos refiriendo,

con destino bélico, para el sostenimiento de las guerras que mantenía Francia especialmente contra In-

glaterra.

Ciertamente y a pesar de su desmesurada conciencia del poder pontificio, incluso en el orden terreno, el

Papa Bonifacio VIII negó enérgicamente haber querido arrogarse nunca la soberanía terrena por motivos

mundanos. Afirmó que se había atenido a la tesis fundamental de la ciencia medieval sobre el particular,

ciencia teológica según la cual el Papa podía (y debía) actuar solamente ratione peccati, o como lo

expresaba Santo Tomás de Aquino por el cuidado de las almas, pudiendo intervenir como juez en los

asuntos políticos, temporales. Pero, basado en este razonamiento, el Papa intervino de hecho, malamente

o con torpeza, en todos los asuntos de Europa, fracasando en todas partes: en Alemania, Sicilia, Hungría,

Escocia, Bohemia, Venecia, etc. Hay que destacar además la confusión objetiva y terminológica que gra-

vaba en general en aquella contextual tesis de la hierocracia medieval y en el contexto feudal, ya extem-

poráneo.

Sobre la base de aquel supuesto poder o dominio universal del Papa, el rey francés debía ser excomul-

gado en Anagni el día de la Natividad de la Virgen María (8 de septiembre de 1303) y sus súbditos de-

clarados exentos del juramento de fidelidad, teniéndose en cuanta que allí mismo se habían dado ya

excomuniones históricas, la de Alejando III (1159-1181) contra Federico I Barbarroja y la de Gregorio

IX (1227-1241) contra Federico II. Pero Felipe IV de Francia ya tenía un plan acordado para hacerse va-

ler con sus ministros e impedir la bula que pudiera afectarle de una manera tan drástica. Tal como lo es-

tamos contando.

El canciller del rey Felipe IV, Guillermo de Nogaret, aconsejó al rey la acción directa contra el Papa.

Con la calumnia, Nogaret indispuso los ánimos, al mismo tiempo que con sus tropas y junto a un acé-

rrimo enemigo de Bonifacio, Sciarra Colonna, se presentó en la residencia pontificia de Anagni, forzó la

guardia del castillo y en una escena humillante ultrajó al pontífice, acabando con hacerle prisionero. En el

ataque de Anagni murieron varios sirvientes o gente cercana del Papa, siendo uno de los muertos Gre-

gorio Bicskei, arzobispo de Estrigonia, que había abandonado el muy complejo reino húngaro unas se-

manas antes.

Nogaret privó a Bonifacio VIII de agua y comida durante tres días, para hacerlo desfallecer y obligar al

Papa a que abdicara. Pero el Papa aguantó y no abdicó. Y en un determinado momento, según se cuenta,

Sciarra Colonna, lleno de rabia y con deseos de venganza hacia el Papa, le dio una bofetada con un guante

de hierro. Sin embargo, la historiografía actual demuestra que ninguno de los contemporáneos del evento

habla de la supuesta bofetada.

La gente de Anagni, preocupada ante aquella situación, reaccionó contra los franceses obligándolos a

retirarse. El Papa lo agradeció y bendijo a sus salvadores, regresando a Roma. Pero un mes después, el 11

de octubre de este año 1303, murió Bonifacio VIII, de pena mortal, según se cuenta, tras haber sufrido

aquellos ultrajes que hemos relatado. En adelante, ya nada sería igual.

75

De hecho se sigue celebrando cada 25 años en la Iglesia Católica.

~ 26 ~

gente, cuantificable en más de dos millones de peregrinos, los mismos que contribu-

yeron al desarrollo de las llamadas Vías Romeas atravesando Europa, destacando la Vía

Francígena que une nada menos que Canterbury con Roma.76

También es mérito de Bonifacio VIII, en 1298, la publicación del canónico Liber

sextus, una importante recopilación de textos legales eclesiásticos, y que en 1303, año

de su muerte, se fundara en Roma su auspiciada y prestigiosa Universidad de la Sa-

pienza.

76

Además, se considera que la Seguridad Vial se originó en Roma más plenamente con Bonifacio VIII,

pues durante la celebración del Año Santo la gente se abalanzó multitudinariamente hacia las calles pró-

ximas a la Plaza de San Pedro, impidiendo o entorpeciendo el paso de los carruajes, lo que ocasionó in-

cluso que se produjeran muertes. Respondiendo a ello, el Papa ordenó que se marcaran líneas blancas por

la mitad de las calles hacia el Vaticano y allí mismo, para que de un lado cruzasen los carruajes y del otro

las personas en calidad de peatones. Esa fue la primera norma de tránsito o tráfico de la historia. Es decir,

a Bonifacio VIII se debe la norma que recogía la costumbre del Imperio Romano y que aún se respeta en

el Reino Unido, norma ordenando circular por la izquierda, y que en territorio continental sería modifi-

cada por la Revolución Francesa (hacia finales del siglo XVIII) y asentada tal modificación en el Imperio

Napoleónico (ya en el siglo XIX).

~ 27 ~

El cuerpo difunto del Papa Bonifacio VIII recibió sepultura en la vaticana basílica de

San Pedro, procediéndose luego al cónclave de cardenales y resultando elegido como

nuevo Papa el cardenal Nicola Baccasini, dominico, tímido en su personalidad, propen-

so a no provocar mucho ruido, el cual adoptó el nombre pontificio de Benedicto XI. Na-

ció en Treviso77

y tiene a la sazón 63 años de edad. Es el Papa número 194 en la su-

cesión de San Pedro.78

Tenía 14 años de edad cuando en Venecia ingresó en la Orden de Predicadores o de

los dominicos. Fue de preclara inteligencia y ejerció de manera excelente su magisterio

como docente. Fue nombrado prior en Lombardía en 1296 y fue el noveno Maestro Ge-

neral de su Orden, ejerciendo hasta 1298. Le había sido encargada una delicada misión

diplomática en Flandes, misión que se resolvió exitosa, tras la cual, en el mencionado

año 1298, fue nombrado cardenal por el Papa Bonifacio VIII, siendo obispo de Ostia (y

por lo mismo papable). Fue muy leal al pontífice, también en los desgraciados hechos

de Anagni. Podemos contar también de este año 1303 que el Papa Bonifacio VIII, dese-

ando el reconocimiento de Carlos Roberto de Anjou-Sicilia como rey de Hungría y

Croacia,79

envió a Boccasini como legado pontificio con misión diplomática a la ciudad

regia de Buda.80

Mucho más conciliador y dialogante que su predecesor, Benedicto XI comenzó su

pontificado aboliendo la excomunión que se había enarbolado contra el rey Felipe IV de

Francia, pero no mostró ninguna voluntad de perdonar a quienes ofendieron al Papa Bo-

nifacio sobre todo en Anagni. Excomulgó decididamente a Guillermo de Nogaret y a

Sciarra Colonna. Absolvió sin embargo a la familia Colonna, librando de la excomunión

a sus parientes, aunque los bienes confiscados no les fueron restituidos, por lo cual si-

guieron rebeldes y muy molestos contra el nuevo Papa los más afectados de los Colon-

na.

Ante las pretensiones del rey Felipe IV de Francia en sus intentos de iniciar un pro-

ceso contra el Papa Bonifacio VIII, y ante la rebelión de la familia Colonna y el recha-

zo de los partidarios de su predecesor por absolver al rey francés y a los Colonna, Bene-

dicto XI fue a refugiarse a Perugia. Ya iremos viendo y considerando el desenvolverse

de su pontificado.

77

Norte de Italia, región del Véneto.

78

Su pontificado será de tan sólo unos meses, hasta 1304.

79

Su muerte será en 1342.

80

La capital Budapest.

~ 28 ~

Felipe IV de Francia y el Papa Bonifacio VIII

El Papa Benedicto XI

~ 29 ~

REINO DE PORTUGAL

MUERTE DE LA REINA BEATRIZ,

QUE FUE CONSORTE DE ALFONSO III

Beatriz de Castilla, reina viuda de Portugal, que fue consorte del rey Alfonso III,

muerto en 1279, murió en este año 1303, el 27 de octubre, a sus 60 años de edad,81

reci-

biendo luego cristiana sepultura en el hermoso y gótico monasterio de monjes cister-

cienses de Santa María de Alcobaça. Tras este óbito, su hija primogénita, Blanca de

Portugal, señora del monasterio de monjas cistercienses de Santa María la Real de las

Huelgas en Burgos, incrementó también por herencia en su haber el señorío del Infan-

tado o de Alcocer.82

Beatriz de Castilla fue hija natural del rey castellano Alfonso X (muerto en 1284) y de

su amante o querida Mayor Guillén de Guzmán (muerta en 1262),83

de una de las fa-

milias de ricoshombres que se movió cortesanamente resuelta en los ámbitos de poder

del rey Fernando III. Fueron los padres de Mayor el ricohombre Guillén Pérez de Guz-

mán (muerto en 1233) y su familiar María González Girón.84

De su madre heredó Bea-

triz los señoríos de Alcocer, Salmereón, Viana de Mondéjar, Palazuelos, Cifuentes y

Valdeolivas.85

Como parte de su estrategia para llegar a un acuerdo con el reino portugués en lo con-

cerniente a la soberanía del Algarve, el rey Alfonso X ofreció en matrimonio a su hija

Beatriz para que se casara con el rey Alfonso III de Portugal, celebrándose la boda en

1253. En aquel acuerdo, el rey de Castilla prometía que devolvería todos sus derechos

sobre el Algarve al primer hijo varón que tuviesen Alfonso III y Beatriz cuando alcan-

zara la edad de siete años. Pero ocurrió que la nobleza portuguesa consideró que esa

“boda era humillante para el rey de Portugal”, y peor aún, criticándose que el matri-

monio se había celebrado estando Alfonso III todavía casado con Matilde de Boulogne

81

Habiendo nacido en Zaragoza y en alguna fecha entre los años 1242-1244. Lo más probable es que

naciera con anterioridad al 31 de diciembre de 1244, cuando el rey Alfonso X, “con el beneplácito de su

padre”, donó la villa de Elche (Alicante) a esta hija Beatriz y a todos los hijos que tuviese con su madre

Mayor Guillén de Guzmán

82

Provincia de Guadalajara.

83

O tal vez algo después.

84

Hija de Gonzalo Rodríguez Girón (muerto en 1231) y de Sancha Rodríguez (muerta entre 1209-1212).

85

Todo en la provincia de Guadalajara, menos Valdeolivas que pertenece a la de Cuenca.

~ 30 ~

o de Dammartín,86

la misma que en 1255 acusó a su marido de bigamia ante el Papa

Alejandro IV (1254-1261). En 1258, el pontífice dirigió su condena al rey de Portugal

por adulterio y exigió que le devolviera la dote correspondiente a la condesa Matilde,

pero al fallecer en 1260 la esposa repudiada quedaron sin efecto o suspendidas las ame-

nazas pontificias.

Hasta la muerte de su esposo el rey Alfonso III en 1279, Beatriz ejerció una gran in-

fluencia cortesana y respecto a los dominios portugueses, apoyando mucho en su contri-

bución al acercamiento y entendimiento entre los reinos portugués y castellano.

En 1282, Beatriz regresó a Sevilla, pues no eran pocas las discrepancias con su hijo el

rey Dionisio. Antes de noviembre de 1282, Beatriz, ya viuda, socorrió a su padre contra

su medio hermano, el infante Sancho (luego Sancho IV), con la cercanía de su persona y

con su dinero. Beatriz fue también muy correspondida por su padre Alfonso X, donán-

dole, a 4 de marzo de 1283,87

las villas de Mourão, Serpa, Moura con sus castillos88

y,

en el mismo día, le donó también el reino de Niebla89

con las rentas reales de la ciudad

de Badajoz. A la muerte de su madre, heredó tierras señoriales que ya hemos mencio-

nado.90

En Alcocer se hizo cargo o tomó bajo su custodia el convento de clarisas que

había fundado su madre. Resaltemos finalmente que se mantuvo siempre junto a su pa-

dre el rey Alfonso X y le acompañó cuando su muerte en 1284.

Del rey Alfonso III de Portugal y Beatriz de Castilla se tiene esta descendencia: Blan-

ca,91

Dionisio,92

Alfonso,93

Sancha,94

María,95

Constanza,96

Vicente97

y Fernando.98

86

Reina consorte de Portugal entre los años 1248-1253, muerta en 1260.

87

Según consta en el Archivo Real correspondiente en la actualidad al Nacional de la Torre do Tombo

que se halla en Lisboa.

88

En el sureste de Portugal.

89

Provincia de Huelva.

90

En la comarca castellana de La Alcarria.

91

Nacida en 1259 y muerta en 1321, señora del monasterio cisterciense de Santa María la Real de las

Huelgas en Burgos, donde recibió sepultura.

92

Nacido en 1261 y muerto en 1325, rey de Portugal y Algarve como Dionisio I el Labrador desde 1279.

Su esposa consorte fue Isabel de Aragón, Santa Isabel de Portugal, muerta en 1336, celebrada en el san-

toral el 4 de julio.

93

Nacido en 1263 y muerto en 1312, ostentando propiedades y títulos varios. Casado con Violante Ma-

nuel, hija del infante Manuel de Castilla y hermanastra de don Juan Manuel, nieta del rey Fernando III el

Santo.

94

Nacida en 1264 y muerta antes de 1284. Acompañó a su madre y hermana Blanca a Sevilla. Final-

mente está enterrada en el monasterio de Alcobaça.

95

Nacida en 1264 y muerta en 1304, monja en Coímbra.

~ 31 ~

ISLAS SEÑORIALES DE TENOS Y MICONOS

EN LAS CÍCLADAS GRIEGAS DEL MAR EGEO

MURIÓ BARTOLOMEO I GHISI

En septiembre de este año 1303, a muy avanzada edad, murió Bartolomeo I Ghisi,

señor veneciano de las islas Tenos (o Tinos) y Miconos, de entre las Cícladas griegas

del mar Egeo. Sucedió a su padre, Andrea Ghisi, que había conquistado esas señoriales

islas, y ahora le sucede su hijo Jorge I Ghisi.99

Repartición de las islas del Egeo entre sus conquistadores

96

Nacida en 1266 y muerta en 1271. Nada se sabe de esta infanta.

97

Nacido y muerto en 1268, enterrado en el monasterio de Alcobaça.

98

Nacido y muerto en 1269, enterrado en el monasterio de Alcobaça.

99

Que muere en 1311.

~ 32 ~

DUCADO DE NAXOS EN LAS CÍCLADAS GRIEGAS

DEL MAR EGEO

MURIÓ MARCO II SANUDO

Marco II Sanudo, de ascendencia veneciana y muerto en este año 1303, pasa a la his-

toria como el tercer duque de Naxos, habiéndolo sido desde 1262.100

La mayor parte de

su vida tuvo como estancia, del todo cortesana, en el principado griego de Acaya (o de

Morea).101

Sucedió a su padre Angelo Sanudo y hubo de atravesar por varias dificulta-

des. Sus posesiones fueron reduciéndose debido a los ataques del Imperio Bizantino que

se recuperaba intentando retomar lo que perdió durante la cuarta cruzada (1198-1204).

Marco estuvo involucrado en los diversos conflictos de sus soberanos mereced a sus va-

sallajes: entre los bizantinos y los angevinos de Sicilia (Marco II era un vasallo de Car-

los I de Anjou,102

heredero del principado de Acaya, como bien sabemos); también entre

los angevinos y los aragoneses; así como igualmente entre los venecianos, los bizanti-

nos y los genoveses, otra tríada liosa y conflictiva entre sí y para sus alrededores. Hubo

también líos y conflictos locales que afectaron a Marco II Sanudo acerca de su sobe-

ranía en la isla de Andros y por unos burros robados en Tenos. A Marco II Sanudo le

sucede en el ducado su hijo Guglielmo Sanudo.103

100

Sus predecesores fueron Marco I (1207-1227) y Angelo, hijo del anterior (1227-1262).

101

Principado ubicado en el Peloponeso y entre los años 1205-1432.

102

Muerto en 1285.

103

Hasta su muerte en 1323. Tuvo también un hermano, igualmente llamado Marco, que llegó a ser señor

de Gridia (un feudo de la isla de Andros), siendo su muerte en 1371. De la desconocida madre de estos

hijos nada se sabe.

~ 33 ~

SALAMANCA (REINO DE CASTILLA)

MURIÓ JUAN FERNÁNDEZ CABELLOS DE ORO,

EXCELENTE DIPLOMÁTICO

En Salamanca y en este año 1303 murió Juan Fernández Cabellos de Oro, ricohombre

que fue hijo ilegítimo del deán Fernando Alfonso de León y de la dama Aldara López

de Ulloa.104

Fue señor del célebre castillo de Carpio-Bernardo y de algunas villas, como

Castroponce.105

Estuvo al servicio del rey Sancho IV de Castilla como mayordomo ma-

yor y tuvo también los cargos de adelantado mayor de la frontera de Andalucía, ade-

lantado mayor de Galicia y merino mayor de Galicia. Su prestigiosa vida cortesana ya le

venía de atrás, desde los tiempos de Fernando III y de Alfonso X.

Durante la rebelión del entonces infante Sancho de Castilla contra su padre, Alfonso

X, Juan Fernández apoyó al infante en los primeros momentos, pero en 1283 entró al

servicio de Alfonso X junto con Álvaro Núñez de Lara,106

Nuño Fernández de Valde-

nebro y Fernán Pérez de Limia, sumándose a ellos poco después el infante Juan de Cas-

tilla,107

hijo de Alfonso X. Pasó en su momento que Álvaro, Nuño y Fernán, con otros

ricoshombres, abandonaron al infante Sancho y, previo consentimiento del infante, se

dirigieron sin que nadie les estorbase el paso al reino de Portugal, desde donde viajaron

después a Sevilla, ciudad en la que se hallaba Alfonso X. Y el nombre de Juan Fernán-

104

Fernando Alfonso de León (de Salamanca, muerto en 1285) fue noble y eclesiástico, hijo ilegítimo del

rey Alfonso IX de León y de una misteriosa dama salmantina llamada Maura. Como eclesiástico, fue

deán de la catedral de Santiago de Compostela, arcediano de la catedral de Salamanca y canónigo sub-

diácono de la catedral de León, lo que a juicio de algunos historiadores constituye un claro caso de nepo-

tismo, destacando otros autores que la faceta mejor documentada de este eclesiástico emparentado con la

familia real se muestra en su cualidad de terrateniente y administrador o “gestor” de las grandes pro-

piedades y rentas que llegó a disfrutar por sus dominios y pingües cargos eclesiásticos.

Fruto de su relación con Aldara López de Ulloa, viuda de Gómez García e hija de Lope Rodríguez de

Ulloa, nacieron de Fernando Alfonso de León dos hijos: Juan Fernández Cabellos de Oro (de quien ahora

estamos tratando, por su muerte en este año 1303) y Juan Alfonso, señor de Tejeda y Segoyuela (Sa-

lamanca).

105

Provincia de Valladolid.

106

Muerto en 1287.

107

El de Tarifa, muerto en 1319.

~ 34 ~

dez aparece entre los confirmantes de un privilegio real expedido por Alfonso X el día

10 de enero de 1284, en plena época de la rebelión del infante Sancho contra su padre.

Tras su llegada a la ciudad de Sevilla, Juan Fernández tomó parte en la expedición

que, encabezada por el infante Juan de Castilla y por Fernán Pérez Ponce de León,108

te-

nía por objeto apoderarse de la ciudad de Mérida, que se hallaba en manos de los par-

tidarios del infante Sancho. En la misma expedición tomaron parte Álvaro Núñez de

Lara, Nuño Fernández de Valdenebro, Pedro Páez de Asturias y Fernán Fernández de

Limia, resultando que la ciudad de Mérida fue ocupada rápidamente por las tropas de

Alfonso X.

Como bien sabemos, Alfonso X murió en Sevilla el día 4 de abril de 1284, siendo su-

cedido en el trono por su hijo el infante Sancho en calidad de Sancho IV. Sin embargo,

el infante Juan de Castilla, igualmente hijo de Alfonso X, intentó apoderarse de la ciu-

dad de Sevilla, pero los ricoshombres que se hallaban allí, entre ellos Juan Fernández

Cabellos de Oro y Fernán Pérez Ponce de León, impidieron que el infante Juan consi-

guiera sus propósitos, ya que habían jurado reconocer al infante Sancho como rey tras la

muerte de su padre.

A finales de mayo o principios de junio de 1284 Sancho IV fue recibido en Córdo-

ba por un destacado grupo de nobles entre los que figuraban Juan Fernández y el propio

infante Juan, y todos ellos acompañaron a Sancho IV hasta Sevilla y le hicieron entrega

de todos los “castillos y fortalezas” que le correspondían, siendo poco después Juan

Fernández nombrado merino mayor de Galicia, así como señor de Castroponce y de

otras villas; a su vez, Sancho IV nombró mayordomo mayor al infante Juan y adelanta-

do mayor de Murcia a García Jofré de Loaysa.

El día 11 de febrero de 1286, estando en la ciudad de Salamanca, Juan Fernández

aprobó las donaciones que su padre había hecho a favor del cabildo catedralicio salman-

tino y de toda la diócesis, comprometiéndose a obtener un privilegio del rey Sancho IV

para que el mencionado cabildo y su deán poseyesen la ciudad de Palencia y la villa de

Negrilla109

“por privilegio y donación del rey, libres y exentas en cuanto pudiese”.

El 9 de mayo de 1286 Juan Fernández, como merino mayor de Galicia, ordenó que el

concejo de la ciudad de Lugo cumpliera lo dispuesto por Sancho IV en una carta del 4

de febrero de 1286, en la que el monarca ordenaba que al obispo de Lugo deberían en-

tregárseles la enseña y las llaves de la ciudad de Lugo en reconocimiento del seño-

río que el prelado ejercía sobre la ciudad.

En agosto de 1286, y en el transcurso de la peregrinación a Santiago de Compos-

tela realizada por Sancho IV para conocer el estado de la zona, Juan Fernández fue

cesado como merino mayor de Galicia y reemplazado por Juan Rodríguez, que asumió

un nuevo cargo llamado “teniente la justicia por el Rey en Galicia et en Asturias”. Ha-

bía habido desórdenes en Galicia que Juan Fernández no acertó a atajar conveniente-

mente.

108

Muerto en 1291.

109

Negrilla de Palencia, provincia de Salamanca.

~ 35 ~

El conde Lope Díaz III de Haro –como bien podemos recordar– murió asesinado en

Alfaro110

a manos del rey Sancho IV el día 8 de junio de 1288, y después de su muerte

Juan Fernández fue elegido para reemplazarle como mayordomo mayor del rey, ha-

biendo además constancia de que se benefició en esta época de algunas rentas que an-

teriormente habían disfrutado el señor de Vizcaya y el infante Juan, que también cayó

en desgracia después del asesinato del conde en Alfaro.111

Pero a pesar de su cargo de mayordomo mayor del rey, Juan Fernández no era desta-

cadamente uno de los ricoshombres más importantes del reino, por lo cual habría bas-

tante que precisar al respecto de este asunto, refiriéndonos a otros varios nobles o ricos-

hombres.112

En la corte castellana, a pesar del asesinato del conde Lope Díaz III de Haro, conti-

nuaron existiendo dos grandes bandos o partidos, militando en uno de ellos los parti-

darios de reconciliar al rey con los miembros de la renombrada Casa de Lara, y mili-

tando en el otro los que deseaban que fueran los miembros de la Casa de Haro los que

se aproximaran al monarca. Juan Fernández militó más bien113

en contra de la Casa de

Lara, concretamente de Juan Núñez I de Lara.114

En 1290 Juan Núñez I de Lara, que deseaba recuperar el señorío de Albarra-

cín,115

invadió con sus tropas el reino de Castilla, atacando las tierras de Cuenca y Alar-

cón.116

Pero andando por allí, le dieron alcance las tropas castellanas que dirigía Esteban

Fernández de Castro, señor de Lemos117

y pertiguero mayor de Santiago de Compostela,

con quien iban Juan Fernández Cabellos de Oro, mayordomo mayor del rey Sancho IV,

Ruy Gil de Villalobos, Pay Gómez Charino, Esteban Pérez Florián, Lope Rodríguez y

los hombres del conocido Sancho de Castilla el de la Paz,118

señor de Ledesma119

y de

otros territorios. Hubo batalla, en las cercanías de Chinchilla de Montearagón,120

resul-

110

La Rioja.

111

Y conviene señalar que durante el siglo XIII y hasta mediados del siglo XIV el cargo de mayordomo

mayor del rey fue siempre ocupado por las más relevantes personalidades de la Corte castellana, ya que a

menudo fue desempeñado por miembros o muy allegados de la familia real.

112

Y así lo hacen los historiadores.

113

Según parece y puede opinarse.

114

Apodado el Gordo, muerto en 1294.

115

Provincia de Teruel.

116

Provincia de Cuenca.

117

En el sur de la actual provincia de Lugo.

117

Provincia de Salamanca.

118

Hijo del infante Pedro de Castilla y de Margarita de Narbona. Muerto en 1312.

120

Provincia de Albacete.

~ 36 ~

tando que las tropas del Lara derrotaron por completo a las de los hombres de Sancho

IV, causando muchas muertes y apoderándose “de todos los pendones que lleva-

ban”.121

Tras su victoria, el señor de la Casa de Lara regresó al reino de Aragón, donde el 22

de agosto de 1290, precisamente en la ciudad de Valencia, rindió homenaje al rey Al-

fonso III de Aragón, acompañando Juan Núñez II de Lara.122

Y posteriormente, y como

garantía del acuerdo de paz entre Sancho IV y Juan Núñez I de Lara, este último exigió

al monarca la entrega de algunos rehenes entre los que figuraba Juan Fernández Ca-

bellos de Oro, aunque todos ellos fueron liberados cuando Sancho IV aceptó una de las

condiciones exigidas por el señor de Lara que consistía en que castillos como los de San

Esteban de Gormaz,123

Castrojeriz124

y Fermoselle125

fueran entregados a vasallos del

rey que rindieran homenaje a Juan Núñez I de Lara. Y el día 18 de junio de 1291, en la

ciudad de Valladolid, Juan Fernández fue uno de los nobles presentes en la entrega de la

carta de arras que Esteban Fernández de Castro, pertiguero mayor de Santiago, dio a

Violante Sánchez de Castilla,126

hija ilegítima de Sancho IV, en nombre de su hijo Fer-

nando Rodríguez de Castro.127

A mediados de septiembre de 1291 Juan Fernández fue despojado del cargo de ma-

yordomo mayor del rey en favor de Juan Núñez I de Lara, pero pronto recuperó dicho

cargo, a finales de noviembre de 1292. Sin embargo, su segunda etapa como mayordo-

mo mayor fue muy breve, ya que en abril de 1293 fue reemplazado por Ruy Pérez Pon-

ce de León, maestre de la Orden de Calatrava entre los años 1284-1295.

Se constata que en las rentas ciertas de Castilla de 1292, a Juan Fernández le corres-

pondieron 30.600 maravedís, y en los derechos del reino de León del mismo año le co-

rrespondieron 33.800 maravedís, por lo que en total recibió como soldada en ese año

una suma de 64.400 maravedís.

Entre mayo de 1293 y agosto de 1295 Juan Fernández desempeñó el cargo de adelan-

tado mayor de la frontera de Andalucía, habiendo sido precedido en el mismo por el in-

fante Juan de Castilla.128

En 1293 ayudó Juan Fernández respecto a sofocar la rebelión

121

Además, según algunos cronistas, con sólo trescientos jinetes derrotaron los vencedores a los mil cua-

trocientos jinetes de Esteban Fernández de Castro. No olvidemos la permanente o prolongada belicosidad

entre los Castro y los miembros de la Casa de Lara.

122

Que muere en 1315.

123

En la provincia de Soria.

124

En la provincia de Burgos.

125

En la provincia de Zamora.

126

Que muere en 1330.

127

Que muere en 1304 o tal vez en 1305.

128

El de Tarifa, hijo de Alfonso X y hermano de Sancho IV. Resulta que el primer documento en el que

Juan Fernández aparece con el título de adelantado mayor de la frontera en Andalucía fue expedido el día

~ 37 ~

que el infante Juan de Castilla y Juan Núñez II de Lara protagonizaron contra el rey

Sancho IV.129

El día 20 de noviembre de 1293 Juan Fernández pronunció una sentencia

que autorizaba a los vecinos de Úbeda130

a “cortar leña y pescar” en los montes y ríos

de Santisteban131

sin pagar derecho alguno. Y el día 1 de febrero de 1294 Juan Fernán-

dez ordenó a los alcaldes del rey en Niebla que los judíos no prestaran a más del tres por

cuatro, según lo establecido por Sancho IV en una carta que envió al concejo de Sevilla,

ya que los hombres buenos del concejo de Niebla habían protestado ante el adelantado

mayor por causa de los préstamos.132

Vinieron luego las actuaciones de Juan Fernández durante el reinado de Fernando IV,

el mismo que tenía 9 años de edad cuando murió su padre, Sancho IV, siendo procla-

mado rey y jurando al respecto (respetar y guardar los fueros de nobles y plebeyos del

reino) en la catedral de Toledo. Y fue pasando que la reina María de Molina, viuda, y su

hijo Fernando IV se enfrentaban en esos momentos al infante Juan de Castilla, que as-

piraba, como bien sabemos, a convertirse en rey de León, Sevilla y Galicia, estando de

por medio Alfonso de la Cerda, nieto de Alfonso X, que aspiraba a lo mismo y no le fal-

taban propósitos de reinar, estando también de por medio la tensión respecto al reino de

Portugal, desde donde se apoyaba al infante Juan, mientras los reinos de Aragón y de

Francia apoyaban al infante Alfonso de la Cerda.

2 de mayo de 1293, y el último documento en el que el infante Juan de Castilla aparece con el mismo es

del día 22 de noviembre de 1292.

Según sugerencia de Mercedes Gaibrois de Ballesteros (1891-1960) y opinión del más actual Braulio

Vázquez Campos, el nombramiento de Juan Fernández como adelantado mayor de la frontera en An-

dalucía fue una de las “precauciones” que el rey Sancho IV adoptó en 1293 en relación con el deseo de

los benimerines y de los granadinos de reconquistar Tarifa. Y dicha historiadora también afirmó que el

papel de Juan Fernández, aunque secundario, fue “notable” en aquella época por lo que respecta a la de-

fensa de Andalucía frente a los musulmanes, aunque no afirmó categóricamente que ello fuera conse-

cuencia de su actividad como adelantado mayor. Y Braulio Vázquez Campos, por su parte, se preguntó si

la actividad militar de Juan Fernández en aquella época formó parte de su labor como adelantado, labor

tanto militar como judicial, pero más bien esto que lo primero.

Cf. Vázquez Campos, B. (2006): Los adelantados mayores de la frontera o Andalucía (siglos XIII-XIV),

Sevilla, Diputación de Sevilla.

129

Aunque Vázquez Campos, por su parte, señaló que Juan Fernández “tal vez” ayudara a aplastar esa

rebelión y también que a ningún historiador “se le ha ocurrido” relacionar ese hecho con su cargo de

adelantado mayor de la Frontera.

130

Provincia de Jaén.

131

Santisteban del Puerto (Jaén).

132

En ambos documentos aparecía Juan Fernández con el título de “adelantado mayor en la frontera por

el muy noble rey don Sancho y por el infante don Fernando so hijo primero heredero”, lo que demuestra,

en opinión de Vázquez Campos, la preocupación del rey por asociar el nombre del infante Fernando, que

era el heredero del trono, al del propio monarca, ya que el rey no gozaba de buena salud y tal vez sabía

que pronto moriría y que dejaría el reino en una delicada situación. De hecho, el rey Sancho IV falleció en

Toledo a 25 de abril de 1295.

~ 38 ~

Al mismo tiempo, la reina María de Molina y el infante Enrique133

se disputaban la

tutoría de Fernando IV, cuyo control supondría ejercer el gobierno efectivo del reino de

Castilla, por lo que ambos buscaron el apoyo de los nobles y de los concejos de las ciu-

dades castellanas. Y en las Cortes de Valladolid de 1295, que fueron las primeras del

reinado de Fernando IV, la reina María de Molina consiguió que todos los procuradores

rindiesen homenaje al rey Fernando IV y que reconociesen por tutor del rey al infante

Enrique. Juan Fernández ejerció el cargo de adelantado mayor de la frontera en Anda-

lucía hasta mediados de agosto de 1295.134

Entre los años 1296 y 1299 Juan Fernández ocupó el cargo de adelantado mayor de

Galicia, siendo reemplazado en esa última fecha señalada por el infante Felipe de Cas-

tilla,135

hermano de Fernando IV e hijo de Sancho IV y de María de Molina.136

En abril de 1297, y en relación con el proyecto de matrimonio entre Fernando IV y la

infanta Constanza de Portugal, Juan Fernández llegó a Valladolid, donde se hallaba la

reina María de Molina, y le transmitió la propuesta de matrimonio que en nombre del

rey de Portugal le había hecho llegar Juan Alfonso de Alburquerque.137

Y a continua-

ción comisionó la reina María de Molina a Juan Fernández para que viajara a Lisboa,

presentándose al rey Dionisio I de Portugal para transmitirle sus “contrapartidas y res-

puestas”. Y en su momento, unos meses después llegó Juan Fernández a Burgos, donde

se hallaba la reina, y le comunicó que los portugueses habían aceptado las propuestas de

la soberana y que estaban conformes con que se celebrara el matrimonio.138

El buen trabajo y arbitraje diplomático de Juan Fernández negociando entre los reinos

de Castilla y de Portugal motivaron al rey Fernando IV a incluirlo entre los confirman-

tes del célebre tratado de Alcañices,139

que fue suscrito por ambos reinos a 12 de sep-

tiembre de 1297, aunque las negociaciones previas comenzaron en la primavera de ese

año y habían sido efectuadas por Juan Fernández. La encomiable experiencia diplomá-

tica de Juan Fernández en la Corte de Portugal tuvo también gran reconocimiento desde

las Cortes de León y de Castilla, pues en la primavera de 1298, con la reina María de

133

Enrique de Castilla el Senador, último de los hijos supervivientes de Fernando III en esos momentos,

que muere en agosto de este año 1303.

134

Más o menos, habiendo constancia de que a finales de octubre de 1296 ya ejercía ese cargo Pedro

Ponce de León (que muere en 1314), pero en realidad se desconoce quién ocupó el cargo entre esas fe-

chas, ya que es posible que tanto Juan Fernández como su sucesor lo hicieran.

135

Muerto en 1327.

136

No obstante, hay autores que no comparten la señalada cronología y afirman que Juan Fernández ocu-

pó el cargo de adelantado mayor de Galicia hasta el otoño de 1298.

137

Juan Alfonso Téllez de Meneses, IV señor de Alburquerque (Badajoz) y I conde de Barcelos (en el

noroeste de Portugal). Muere en 1304.

138

Todo lo cual se relata en un pasaje de la Crónica de Fernando IV.

139

En la actual provincia de Zamora, por la frontera con Portugal.

~ 39 ~

Molina al frente, por su iniciativa, fue enviado Juan Fernández a que solicitara ayuda al

rey de Portugal para hacer frente a la rebelión del infante Juan y de los nobles rebeldes

que en esos momentos se hallaban en guerra con Fernando IV de Castilla.140

En el otoño de 1298,141

Juan Fernández fue despojado del cargo de adelantado mayor

de Galicia por su vinculación a la Casa de Castro, vinculación que provocó entre los

años 1298 y 1300 que perdiera la confianza de la reina María de Molina, ya que en esos

momentos los Castro gallegos se hallaban enemistados con la soberana. Resultaba tam-

bién que a lo anterior habría que sumar el haberse casado Juan Fernández en segundas

nupcias con Juana Núñez de Lara, señora de Valdenebro142

e hija de Nuño Fernández de

Lara,143

de la rama de Lara que en 1298 había apoyado la rebelión del infante Juan de

Castilla en tierras gallegas.144

El día 7 de marzo de este año 1303, estando en la ciudad de Salamanca, Juan Fernán-

dez otorgó un codicilo testamentario, legando en el mismo al cabildo catedralicio del

lugar 10.000 maravedís para fundar una capellanía, disponiendo que su cadáver debiera

recibir sepultura en la capilla (catedralicia) que había dejado comenzada y donde estaba

enterrada145

su esposa, María Andrés de Castro.146

Al mismo tiempo, Juan Fernández le-

gó al cabildo salmantino sus heredades de Galisancho,147

Muñoz148

y Mercadillo.149

Gil Martín, el mayordomo de Juan Fernández, quedó obligado por el codicilo a “dar

cuenta de las rentas de los heredamientos y vasallos” de este último a la reina María de

Molina, prima de Juan Fernández y testamentaria suya. Y al mismo tiempo el otorgante

suplicaba lo siguiente a la reina María de Molina: “á quien dejo la mi alma, é los mis

fijos, é la pido que tome los mios fijos en la su merced; é mando á los mios fijos que so

140

Siendo todo ello relatado en la Crónica de Fernando IV (capítulo III).

141

Según sostienen algunos autores.

142

Provincia de Soria.

143

Siendo su madre Inés Íñiguez de Mendoza. No hubo descendencia de este matrimonio.

144

El historiador salmantino Manuel Villar y Macías (1828-1891) afirmó que el día 27 de julio de 1302

Juan Fernández asistió a las Cortes de Burgos y confirmó el privilegio que en esa fecha el rey Fernando

IV de Castilla concedió a la villa de Treviño. Y el mismo historiador aseguró otras noticias al respecto de

Juan Fernández sobre las que a nuestros efectos no es tan imprescindible insistir.

145

O habría de estar.

146

Su esposa en primeras nupcias, hija del ricohombre Andrés Fernández de Castro (muerto en 1265), se-

ñor de Lemos y Sarria (Lugo), además de pertiguero mayor de Santiago de Compostela, y de Mencía Ro-

dríguez Girón, siendo ésta la descendencia: Juan, Alfonso, Fernando, Leonor e Inés.

147

Provincia de Salamanca.

148

De La Fuente de San Esteban (Salamanca).

149

Pequeño municipio de la provincia de Ávila.

~ 40 ~

pena de la mi bendición, que nunca salgan de mandado de mi señora la reina, é la pido

que ordene la casa dellos; é mando á Juan Fernández é Alfonso Fernandez mis fijos

que ninguno dellos partan casa fasta que cada uno dellos sea de edad é por mandado

de la reina... Otrosí: mando é tengo por bien que el mi castiello del Carpio, que me dió

el rey don Fernando mio sennior, que luego que yo finare, que lo venda Gil Martin, mi

mayordomo, é lo que valiere sea para pagar mis debdas”.

~ 41 ~

BRANDEBURGO-SALZWEDEL (MARGRAVIATO DEL SACRO

IMPERIO ROMANO GERMÁNICO)

MUERTE DEL QUE FUE MARGRAVE OTÓN VI

Quien fue en su momento margrave Otón VI de Brandeburgo-Salzwedel,150

co-gober-

nando con sus hermanos y sus primos, murió en este año 1303, teniendo 48 de edad,

siendo hijo del margrave Otón III de Brandeburgo (muerto en 1267) y de Beatriz de Bo-

hemia.

En 1279 se casó con Eduvigis de Habsburgo, una hija de Rodolfo I o de Habsburgo.

En 1286, abdicando del margraviato, viudo y sin hijos, se hizo caballero templario, con-

virtiéndose posteriormente en monje cisterciense, y así murió.

150

Apodado el Corto.

~ 42 ~

CANTERBURY (REINO DE INGLATERRA)

MURIÓ EL CARDENAL DOMINICO WILLIAM MACCLESFIELD

Digno de resaltarse es, del reino de Inglaterra y por Europa, el cardenal dominico

William Macclesfield, muerto en este año 1303 en Canterbury (Inglaterra).151

Tenía 53

años de edad.152

Se había formado entre los dominicos de París y en el célebre Merton College de la

Universidad de Oxford, donde destacó refutando las ideas del escolástico Enrique de

Gante (muerto en 1203) y de Guillaume de la Mare.153

El Papa Benedicto XI fue quien recientemente (consistorio en diciembre de este año

1303) le confirió el nombramiento cardenalicio, del título presbítero romano de Santa

Sabina.154

De su haber155

nos quedan varias obras de teología: Postillæ in sacra Biblia, In Evan-

gelium de decem Virginibus, Questiones de Angelis, Questiones Ordinariæ, Contra

Henricum de Gandavo (in quibus impugnat Sanct. Thomam de Aquino), Contra Co-

rruptorem Sanct. Thomæ, De Unitate Formarum, De Comparatione Statuum, Orationes

ad Clerum, Varia Problemata.

151

Tal vez ocurriera este óbito en 1304 y lo mismo pudiera ser que el lugar de la muerte no hubiera sido

Canterbury sino Besançon (Francia).

152

O tal vez 54.

153

Franciscano que murió hacia 1285.

154

Ni siquiera se sabe si el interesado se enteró de su nombramiento.

155

O a él atribuidas.

~ 43 ~

OXFORD (REINO DE INGLATERRA)

MURIÓ ROGER MARSTON, FRANCISCANO

Digno de resaltarse es también, entre otros hermanos de su Orden, el franciscano in-

glés Roger Marston, muerto en este año 1303. Fue destacado maestro y escritor de la

escuela franciscana de Oxford, por donde se movió con excelencia, al igual que en

Cambridge, lo mismo que anteriormente por París. Fue ministro provincial de la Orden

franciscana en Inglaterra de 1292 a 1298.

Roger Marston dejó, entre otras, las siguientes obras: Cuestiones disputadas (De ema-

natione aeterna, De statu naturae lapsae y De anima) y cuatro Quodlibetos. Marston se

adhiere decididamente a la corriente agustiniana y es fiel seguidor de Buenaventura de

Fidanza156

y de John Peckham,157

del que se sirve más frecuente o abundantemente. Ello

motiva el que defienda las tesis clásicas de la escuela franciscana: el hilemorfismo uni-

versal, la pluralidad de formas sustanciales, las razones seminales, la materia prima co-

mo entidad positiva, la forma corporeitatis, la colligantia potentiarum, el conocimiento

inmediato e indirecto de los seres singulares, la primacía de la voluntad sobre la razón,

la iluminación divina, el tiempo eterno etc. Tiene a San Agustín de Hipona158

y a San

Anselmo de Canterbury159

como las grandes autoridades indiscutibles, y los llama au-

ténticos Doctores y Santos, en oposición a los filósofos paganos.

En su tratado De anima sigue la psicología agustiniana del conocimiento. La teoría

gnoseológica de Roger Marston es bastante singular, pues comienza con Aristóteles y

termina con San Agustín. Hace hincapié en la importancia de la voluntad y la libertad

como fuerzas fundamentales del desarrollo sobrenatural del creyente, a fin de que el

amor mantenga la primacía en la existencia. Por eso la teología entraña un aspecto afec-

tivo, propio de la sabiduría cristiana.

156

San Buenaventura, muerto en 1274, celebrado en el santoral el 15 de julio.

157

Muerto en 1290.

158

Muerto en 430, celebrado en el santoral el 28 de agosto.

159

Muerto en 1109, celebrado en el santoral el 21 de abril.

~ 44 ~

~ 45 ~

ÍNDICE

A modo de prólogo o pórtico

Hacia la caída del dominio medieval de los Papas …………………………… pág. 3

Reino nazarí de Granada

De cómo va el reinado de Muhammad III …………………………………….. pág. 6

Concejo de Plasencia y otros lugares (reino de Castilla)

Decisiones del rey Fernando IV ………………………………………………. pág. 7

Setena de Culla (reino de Valencia)

La compran los templarios ……………………………………………………. pág. 9

Principado de Moscú

Muerte de Daniel, príncipe y monje moscovita ………………………………. pág. 10

Ducado de Bretaña

Muerte del muy valorado y popular Ivo de Kremartin, abogado que amparó

a los pequeños y a los pobres …………………………………………………. pág. 11

Barcelona (Corona de Aragón)

Ordenación episcopal de Poncio de Gualba ………………………………….. pág. 13

Corona de Castilla

Una entrevista en Badajoz y noticias relacionadas …………………………... pág. 14

Señorío de Medellín (reino de Castilla)

Repoblación de una aldea nueva ……………………………………………… pág. 15

Corona de Castilla y reino de Granada

Acuerdo de paz en tregua por tres años ………………………………………. pág. 16

Villa y señorío de Roa (reino de Castilla)

Murió el infante Enrique de Castilla el Senador ……………………………… pág. 17

Roma

Sufrimiento y muerte del Papa Bonifacio VIII y elección de Benedicto XI …. pág. 20

Reino de Portugal

Muerte de la reina Beatriz, que fue consorte de Alfonso III …………………. pág. 29

Islas señoriales de Tenos y Miconos en las Cícladas griegas del mar Egeo

Murió Bartolomeo I Ghisi …………………………………………………….. pág. 31

~ 46 ~

Ducado de Naxos en las Cícladas griegas del mar Egeo

Murió Marco II Sanudo ……………………………………………………….. pág. 32

Salamanca (reino de Castilla)

Murió Juan Fernández Cabellos de Oro, excelente diplomático …………….. pág. 33

Brandeburgo-Salzwedel (margraviato del Sacro Imperio Romano Germánico)

Muerte del que fue margrave Otón VI ………………………………………… pág. 41

Canterbury (reino de Inglaterra)

Murió el cardenal dominico William Macclesfield …………………………... pág. 42

Oxford (reino de Inglaterra)

Murió Roger Marston, franciscano ……………………………………………. pág. 43

~ 47 ~