revista suigeneris #22

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Diciembre 2012 - Enero 2013, Año V Número 22 www.SuigenerisFapsi.com Publicación Gratuita ISSN: 2007-3119 Revista oficial de la uanl a través de la Facultad de Psicología 30 38 41 42 48 50 1 9 12 23 PsiqueCinema Miscelánea Read me Maktub PsicoanalizARTE Quid Editoriales Dil intro de la FaPsi Tema Central La s Entrevista s

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Page 1: Revista SuiGeneris #22

Diciembre 2012 - Enero 2013, Año V Número 22www.SuigenerisFapsi.com

Publicación Gratuita ISSN: 2007-3119

Revista oficial de la uanl a través de la Facultad de Psicología

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PsiqueCinemaMiscelánea

Read meMaktubPsicoanalizARTEQuid

EditorialesDil intro de la FaPsiTema CentralLas Entrevistas

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Una publicación de la Universidad Autónoma de Nuevo LeónDr. Jesús Ancer RodríguezRector

Ing. Rogelio G. Garza RiveraSecretario General

Dr. Ubaldo Ortiz MéndezSecretario Académico

Lic. Rogelio Villarreal ElizondoSecretario de Extensión y Cultura

Dr. Celso José Garza AcuñaDirector de Publicaciones

Mtro. José Armando PeñaDirector de la Facultad de Psicología

Mtra. Magaly CardenasSubdirectora Académica

Mtra. María Eugenia GónzalesSubdirectora Administrativa

Dra. Blanca Idalia MontoyaSubdirectora de Proyectos Educativos

José Cruz Rodríguez AlcaláSubdirector de Posgrado

Dr. Manuel Guadalupe MuñizSubdirector de Investigación

Omar Méndez CastilloEditor responsable

Iris Reyes Escobedo Ivan Guerrero Vidales José Arturo Baruch Marínez T. Oscar Barrera Rubio Comité editorial

Monserrat ReyesLuis CoronadoRedacción

Ramiro Ruiz CastilloDiseño

Luis Ángel Pérez VelazcoDiseño web

Jonatan Olvera salvador Director Creativo FRAMELOVA www.framelova.comDiseño de portada

Lista de colaboradores en:www.suigenerisFaPsi.com

SUIGENERIS SUI GENERIS, Año 5, No. 22, Diciembre 2012-Enero 2013. Fecha de publicación 5 de Enero del 2013. Revista Bimestral, editada y publicada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología. Domicilio de la publicación: Dr. Carlos Canseco y Mutualismo No. 110. Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Teléfono: +52 8183 33 7859 ext. 510. Fax. +52 81 83337859 Impresa por: EDIREY, Narciso Mendoza 4024, Col. Niño Artillero, Monterrey, Nuevo León, México. Fecha de terminación de impresión: 10 de Enero, Tiraje: 1000 ejemplares. Distribuido por: Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología, Carlos Canseco y Mutualismo No. 110. Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460.Número de reserva de derechos al uso exclusivo del título SUIGENERIS SUI GENERIS otorgada por el Instituto Nacional del Derecho de Autor 04-2010-030514053000-102 de fecha 5 de Marzo 2010. Número de certificado de licitud de título y contenido 14927 de fecha 25 de Agosto de 2010, concedido ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. ISSN en trámite. Registro de marca ante el instituto Mexicano de la Propiedad industrial II83057.Las opiniones y contenidos expresados son responsabilidad exclusiva de los autores.Prohibida su reproducción total o parcial, en cualquier forma o medio, del contenido editorial de este número.

Impreso en MéxicoTodos los derechos reservados

© Copyright [email protected]

Revista Universitaria

Twitter: @SuiGenerisUANL

Facebook: SuiGenerisUANL

Correo: [email protected]

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EditorialesHacia un estado democrático: gobierno, voto y ciudadanía Por Enrique Rivero Ojeda

Este año fueron las elecciones para Pre-sidente de la República. Los mexicanos fuimos testigos de un sinfín de mani-

festaciones políticas por parte de cuatro can-didatos: radio, televisión, internet, así como prensa escrita, fueron los medios por los que cada aspirante a la presidencia expuso su pla-taforma política. Como ciudadanos, el papel que nos atañe siempre ante esto es el de la crí-tica, la reflexión y la apuesta por aquello que nos parezca mejor para el país. Sin embargo, ¿alguna vez nos hemos preguntado para qué o por qué votar? ¿Tenemos claro qué repercusión o efecto real puede tener nuestro voto? Suele haber un porcentaje importante de indecisos y un grupo aún mayor y más preocupante

de abstencionis-mo. La política en nuestro país no es considerada como ejemplar, mucho menos los políti-cos que la repre-sentan. Este es tal vez el motivo de-terminante por el

que numerosos ciudadanos prefieren no invo-lucrarse en el terreno de las elecciones, y sim-plemente deciden no votar o anular su voto.

Cabe resaltar que, a pesar de la existencia de un grupo importante de abstencionistas, y otro más pequeño de electores que anula-ron su voto, uno de los cuatro candidatos fue

elegido: no hay otra posibilidad en el sistema electoral mexicano. En las elecciones del 2011 para gobernador en el Estado de México, por ejemplo, hubo un 57.4 % de abstencionismo, y es claro que existe un mandatario en esta entidad y que regirá  durante seis años. Esta es una razón más para involucrarse en deci-siones que son trascendentales para los indi-viduos y la sociedad en general. Los sistemas democráticos contemporáneos germinan tras una persistente lucha de los ciudadanos por defender sus derechos, y por su intervención constante en el terreno político. Y es que la democracia no es una realidad per se: es una esfera heterogénea que se construye paulati-namente con el trabajo, las responsabilidades y las exigencias de ciudadanos comprometi-dos con su entorno.

Esa es la razón por la que resulta impres-cindible evocar la etiología de una institución como el Estado, saber cuál es su función y entender el porqué de su existencia. Parecería que el Estado es una entidad atemporal, y que a los individuos no nos queda otra opción más que asumirla como una realidad inexpugna-ble. Es verdad que no se comprende al hombre moderno sin la existencia de un organismo que le garantice seguridad y una serie de dere-chos para existir, pero eso no significa que nos esté vetado calificar su desempeño.

Recordemos que antes de que existiera el Estado como tal, se vivía en un principio de naturaleza: la realidad del ser humano estaba constituida por el caos y   la inseguridad. La imposición del más fuerte, la transgresión ge-neralizada y un mundo sin ley eran los ante-cedentes del Estado. De ahí la necesidad de protegernos en un Estado de derecho que ve-lase por el respeto hacia las garantías mínimas para el desarrollo de los individuos.

«Tener una identidad es construir una figuraen la que nuestro pasado se integre en un proyectorenovado… A nosotros corresponde dibujar el rostroen que podamos reconocernos, y ver en él nuestro pasado.Pues un pueblo tiene que llegar a ser lo que ha elegido.»

Luis Villoro

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Editoriales: Hacia un estado democrático

El ser humano firmó un contrato en el que cedía el poder a un organismo que, a cambio, se comprometería a salvaguardarlo, respetarlo y darle las condiciones necesarias para un de-sarrollo óptimo: estas serían, además de mu-chas otras, las funciones mínimas de un Es-tado democrático. Sin embargo, un contrato sólo es efectivo si se lleva a cabo bilateralmente, es decir, si cada una de las partes cumple con la función que le corresponde. No podemos exigirle al Estado seguridad, salud, educación, vivienda, etcétera, si no somos capaces de res-ponsabilizarnos de una acción primaria como lo es votar. Lo que nos hace ciudadanos, entre otros elementos, es el  acto primigenio de de-cidir quién tiene que gobernar. Elegir a quién le voy a otorgar mi voto, con quién firmaré el acuerdo de reciprocidad, y con qué proyecto de nación me implico, es parte fundamental de esa responsabilidad.  Ahora bien, parte esencial de la democracia es aceptar que no siempre será elegido el candidato por el que votamos, así como también es obligación del Estado y de sus instituciones garantizar que el proceso electo-ral sea legítimo y transparente. Si el Estado de derecho sobre el que se sostiene la legalidad, la libertad y la autenticidad del proceso electoral no cumple a cabalidad con su labor, los resulta-dos podrían ser catastróficos.

Las sociedades contemporáneas —cada vez más complejas— requieren de ciudadanos preparados, que comprendan que el quehacer político es una actividad básica para alcanzar la justicia. Por ello, es necesario que los ciuda-danos se decanten por la práctica y el ejercicio reflexivo, por ejercer un voto bien pensado, que se encuentre comprometido con la verdad. Ese es el voto que beneficiará al país y a la so-ciedad en general.

Hay que tener claro que con el voto co-mienza la democracia, pero ésta no se agota ahí. Es condición necesaria que los ciudada-nos hagamos un frente común para defender dicha democracia. El individuo aislado es un cáncer para cualquier nación. No es posible desentendernos de lo que sucede en la  polis, cada vez es más claro que para que un país

crezca en todos los sentidos, es requisito in-dispensable que sus habitantes busquen no sólo el beneficio particular, sino el bien gene-ral. Ya lo afirmó alguna vez Rousseau: la dife-rencia entre el hombre y el ciudadano es que el primero busca la felicidad, mientras que el se-gundo busca la justicia. El ciudadano debería inclinarse a llevar a cabo una noción plural del bien, sabiendo que de esta manera también él saldrá beneficiado.

Resulta imperativo, pues, que exista una ordenación madura de la sociedad civil. Una sociedad organizada es una comunidad que comparte y desarrolla valores y objetivos con-juntos. Es indispensable que la esfera pública tenga un peso determinante en la realidad po-lítica de un país. Mientras los individuos estén apartados será más factible que los gobiernos decidan unilateralmente cuál debe ser el rum-bo. Participemos, hagámonos responsables de nuestro entorno, levantemos la voz ante la in-justicia, organicémonos y cobremos fuerza en la colectividad.

Referencias de imágeners:

Solidaridad-5 [Fotografía] (2012): Recuperado de http://necesito-detodos.org/2012/12/solidaridad-humana/

Concepto de Pacto Social: Mano a Mano [Fotografia]. (2012) Recuperado de http://arbolesdejusticia.org/blog/wp-content/uploads/2012/06/mano-a-mano.jpg

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Pequeñas medidas para transformar a MéxicoPor Paula Arizmendi | Integrante del colectivo Machincuepa | @parizmar«Una nación no se construye solamente con los gobernantes: es necesario que todos juntos trabajemos en tal sentido»

El primero de diciembre ya pasó. Se acabaron las elecciones, el presidente ya asumió su cargo y, nos guste o no el

resultado, nuestra participación en ese rubro ha terminado. Una gran mayoría de mexica-nos creen que, con haber decidido un voto, sus obligaciones han acabado. Que no es necesa-rio seguir interesándose en la política, puesto que ya han decidido y no tienen ninguna otra responsabilidad. Que su labor de ciudadanos ha concluido.

Pero esos mexicanos se equivocan. Esto es solo el comienzo: ser ciudadano no es nada más votar un día y des-entenderse de todo luego. Una nación no se construye solamente con los gobernantes: es ne-cesario que todos juntos trabajemos en tal sentido. Seguramente hemos es-cuchado este discurso de que todos tenemos que tomar acciones por el bien de nuestra patria, pero esto es un poco ambiguo. Si eres como la mayoría de los mexi-canos, seguramente trabajas, te esfuerzas, no te metes en problemas, y vives tu vida hacien-do lo mejor posible desde tu ámbito de acción local.

Pero también quieres que México sea un mejor país. Y si haces solamente lo tuyo, no va a haber cambios significativos visibles. La verdadera transformación surge de una par-

ticipación activa, de un involucramiento y un compromiso de todos los mexicanos. Esto significa, entonces, que hay que darle más a nuestro México, que hay que activar nuestro «chip» de ciudadano.

¿Pero qué se puede hacer como ciudadano? Quizá creas que una sola persona no puede cambiar una sociedad, que es muy poquito su ámbito de acción, que te falta conocimien-to y que no puedes dedicarte a lo que no sa-bes. Pensar eso es un error: si una pequeña parte de la población se pusiera las pilas y se dedicara a ejercer su ciudadanía consciente y comprometidamente, todo sería muy distinto. Imagina esto: somos 112 millones de mexicano en el país. Si solo un cinco por ciento de la población tomara estas medida, la situación podría llegar a ser muy distinta: ¿Te imaginas a miles quejándose de la recogida de basura, de la transparencia en las cuentas, proponien-do proyectos de cultura, creando nuevas aso-ciaciones civiles? ¿Te imaginas a seis millones

de personas luchando por un bienestar de todos? ¡Sería una fuerza for-midable! México podría avanzar en muy pocos años, lo que nunca, hacia una nueva era de progre-so e igualdad, con la for-taleza de los ciudadanos trabajando en un mismo sentido.

Es comprensible que te sientas frustrado porque

el sistema es muy fuerte, o por la corrupción, la ineficacia y la injusticia que prima en Mé-xico, y que se ve en todos lados. Quizá te pre-guntes, ¿Cómo comenzar a hacer cambios si todo está mal?, y desanimado te des por ven-cido. La buena noticia es que, con un poco de tesón y creatividad se pueden hacer muchas cosas por México. Así, la primera medida es tener la intención de transformar a México desde tu ámbito local. Aquí te damos algu-nas sugerencias de todo lo que puedes hacer, y puedes ir agregando todas las que se te ocu-

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rran, para que tengamos un fondo común y entre todos pensemos qué significa ser ciuda-dano, qué podemos hacer realmente.

1. Mandar una carta a un periódico. ¿Algu-na vez lo has hecho? Pues es una ventana para que se establezca un diálogo entre la gente «importante» y la opinión pública. Lo puedes hacer a la manera tradicional, por correo, o también lo puedes mandar por internet, más rápidamente.

2. Crear un foro en internet para comenzar un diálogo entre ciudadanos. Seguro hay muchas ideas que no se te han ocurrido y que entre todos se puede dialogar.

3. Piensa qué situaciones están no están funcionando en México. No necesaria-mente tiene que ser algo muy grande im-portante (puede ser algo que en tu barrio no funciona, un mal servicio en tu cuadra, una desavenencia entre tus vecinos). Des-pués, escríbelas para organizar tu cabeza. Y si tienes algo de tiempo, discútela con familiares y amigos: eso te dará una mejor idea y fortalecerá el diálogo y las ganas de trabajar para México. Puede ser algo apa-sionante y enriquecedor, y quizás te des cuenta de factores que antes no tenías tan claros. Luego,

4. Escribe un blog en el ciberespacio sobre lo que has pensado. De política, econo-mía, sociedad, o desde la perspectiva de aquello de lo que sepas. Con un poco de constancia, muy pronto te encontrarás

con un diálogo fructífero y mucha gente interesada.

5. Redactar una carta al presidente sobre algo que te preocupe. ¿Sabías que si le es-cribes una misiva al poder ejecutivo, por fuerza tienen que contestarte?

6. Informarte de quién es tu autoridad veci-nal. Investigar sus planes de trabajo y su presupuesto. Y claro, también puedes es-cribirle una carta o un correo electrónico en donde le platiques tus propuestas. Es probable que él o alguno de sus ayudantes te responda. Y si no, insístele: todos me-recemos una respuesta.

7. Crear reuniones en tu manzana para co-nocer a los vecinos, y platicar los proble-mas que existen. ¿Alguna vez se te había ocurrido?

8. Proponer clases gratuitas de lo que sepas a la gente de tu calle, y de tu barrio. Se-guro más de uno te lo agradecerá, y no te quitará mucho tiempo. La alegría de ayudar siempre será una recompensa más satisfactoria que cualquier dinero o re-muneración egoísta.

9. Informarte de las organizaciones no gu-bernamentales que existen en tu colonia, y hacer unas cuantas horas de voluntaria-do. Hay muchas y todas podrían benefi-ciarse de un poquito de tu tiempo.

10. Pedir informes al IFAI. ¿Sabes que todo ciudadano puede pedir cuentas de cual-

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quier cosa del gobierno? Si algo no te ha quedado claro o crees que las cuentas no cuadran, puedes hacer tu petición a dicho organismo. «La información solicitada pue-de ser sobre cualquier actividad que lleven a cabo las dependencias y entidades (minutas de reuniones, resultados de los proyectos y programas, entre muchos otros conceptos, o bien, sobre el desempeño de los servidores públicos; gastos que realizan, versión públi-ca de sus agendas laborales, versión pública de su currículo, etc.)».1

11. Ahora puede grabarse o tomar fotogra-fías con cualquier dispositivo. Si has visto o sido testigo de algún acto de corrupción o de delincuencia, no te quedes con la idea de que nadie hará nada. Graba, recauda evidencia, y después envíala a las autoridades (hay incluso líneas donde se pueden hacer denuncias anónimas). Si no confías en ellas, también puedes enviar tu evidencia a los periódicos o no-ticieros. Mientras la corrupción esté en lo «oscurito», crecerá y se hará más fuerte. Solo desaparecerá si denunciamos y ex-ponemos los actos de corrupción.

12. Se pueden enviar dudas, quejas y suge-rencias a los gobiernos de los estados mexicanos. No te quedes con tus ideas o tus críticas, hazlas llegar a su página de internet. Quizá no funcione, o quizás sí te hagan caso: solo lo sabrás si tomas tú la iniciativa.

13. ¿Te has fijado que la corrupción se cons-truye con pequeños actos? Cada vez que alguien da «mordida» a los policías por pasarse un alto, la corrupción se hace más fuerte. Si quieres que este cáncer se aca-

be, comienza dando el ejemplo: respeta el código de circulación, no cometas actos ilícitos, y sobre todo,

14. No te pienses como la excepción. Cuan-do tengas dudas sobre si hacer algo por-que solo lo estás haciendo tú (como tirar una colilla o dejar que tu perro haga sus necesidades y no recogerlas) piensa en lo siguiente: ¿me gustaría que todos los mexicanos hicieran esto? Ahora respón-dete: si todos los mexicanos dejaran que sus mascotas se hicieran en la calle, las banquetas serían un caos, el aire se con-taminaría exponencialmente, y probable-mente cundirían las enfermedades e in-

toxicaciones. Así que no, no te gustaría. Por lo tanto, abstente si te das cuenta de que está mal que todos lo hagan. Piensa que no solo eres tú, son mu-chísimos otros que creen lo mismo que tú.

15. Muy pro-bablemente te has cansado de escuchar la misma canción eco-

lógica de siempre. Pero sigue siendo igual de necesario: economiza la luz, repara fugas de agua, denuncia las fugas de la ca-lle, recicla tu basura, no tires basura en la calle. Esas pequeñas cosas también hacen que el mundo vaya cambiando.

16. Involúcrate en la educación de tus hijos. La escuela enseña, pero a veces no lo hace de forma completa. Trata de complemen-tar lo que vayan aprendiendo en la escuela, platica con ellos, infórmate si no sabes al-gún tema, y si puedes dales una ayudadi-ta a los amigos de tus hijos. Involucrarse seriamente en lo que aprenden tus hijos también es parte de ser un ciudadano, porque les estás enseñando cómo serlo.

17. Hay muchas páginas de internet en las

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que puedes hacer peticiones y recabar fir-mas. Es una de las mejores maneras para que la sociedad civil se entere y gracias a sus firmas se remedien situaciones injus-tas. En Change.org, por ejemplo, puedes pedir ayuda a las personas para cualquier atentado a los derechos humanos.

18. También puedes hacerte miembro de al-guna organización que defienda los dere-chos humanos. Siempre hay causas por las cuales luchar y que necesitan ayuda.

19. ¿Sabes que tú puedes ayudar a que las le-yes cambien? Si tienes una idea sobre una ley, acércate a tu diputado local o senador: con un poco de suerte, puedes exponerle tus dudas, presentar un escrito, y colabo-rar en la legislación mexicana. Y si tu di-putado no ha respondido como esperabas, también

20. Puedes entrarle a la vigilancia de tus go-bernantes. Un ejemplo de ello es la ini-ciativa de «Sigue a tu diputado» (http://sigueatudiputado.com/), en donde te responsabilizas de vigilar a tu diputado y de revisar que esté haciendo correc-tamente su trabajo. ¿Te imaginas como sería México si diez mil personas vigila-ran a los legisladores y gobernantes, y los expusieran a la luz pública? Seguramente los gobernantes serían más eficaces y se sentirían más responsables de lo que es-tán haciendo. Hay muchas iniciativas en este sentido, infórmate y comprométete a vigilar, por el bien de México.

21. ¿Crees que hay situaciones injustas en México? Estas situaciones proliferan en lo oscuro, cuando nadie se entera. Pero hay muchas formas de denunciar crea-tivamente las injusticias: por medio del arte, una gran cantidad de personas pue-den enterarse de lo que sucede en México. Un ejemplo de esto son los performances, flash-mobs, instalaciones o escritos lite-rarios. Puede que no seas un gran artista, pero si tienes alguna inquietud siempre

hay grupos a los que puedes ayudar, para que la gente conozca lo que está sucedien-do en su país.

22. A nuestro juicio, esta es la medida más importante: muchos de los ciudadanos no se sienten orgullosos de su país, y creen desanimados que no se puede hacer nada para resolver los problemas que nos aquejan. Por eso, prefieren a los otros paí-ses y a otras sociedades antes que la suya. A eso se le llama malinchismo Pero antes que nada México está constituido por lo que hacemos y por lo que somos, y hablar mal de México es hablar mal de nosotros. Por eso, nuestra última recomendación es que tomes conciencia de lo grande que es México: interésate por su historia, por su geografía, por su inabarcable biodiver-sidad, por sus decenas de lenguas, de gru-pos étnicos, por su productos originarios, por todas las maravillas que tiene nuestro país y que quizás no hemos notado.

23. Y siéntete orgulloso de pertenecer a este país. Porque además de lo que es, México es grande por lo que puede llegar a ser. Y esto solo sucederá si quieres a México y te comprometes con él para cambiar lo que encuentras mal. Te garantizamos que si te llenas de este espíritu y lo compartes, los cambios no tardarán en llegar.

24. ¿Tienes más ideas? Compártelas con no-sotros, solo así podremos construir una ciudadanía fuerte. Nos encantará escu-char tus sugerencias y comentarios.

Referencias:

1 En http://www.ifai.org.mx/SolicitudInfo/SolicitudInfoPublica

Referencias de imágeners:

20080305psamla_2: Social Networking Marketing [Fotografía] Recuperado de http://www.davmodelschool.com/sitebuilder/ima-ges/social-networking-marketing-995x855.jpg

Partic-1: Sanja Gjenero [Fotografía]. (2009) Recuperado de http://candobizmag.files.wordpress.com/2009/09/sanja-gjenero-01.jpg

population-six-billion-1: World Population Day 9 [Fotogra-fia]. (2012) Recuperado de http://careermasti.com/wp-content/

uploads/2012/07/World-Population-Day-9.jpg

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El mítico origen de la políticaPor PJosé Vieyra Rodríguez

Platón narra en su diálogo Protágoras, que estando solamente los Dioses y llegado el tiempo del génesis de las

especies, éstos mandaron a Prometeo y Epi-meteo a que distribuyesen las facultades con-venientemente entre todas las especies. Tras un acuerdo, es Epimeteo quien llevó a cabo la distribución, dando a algunos, rapidez mas no fuerza, haciendo veloces a los débiles, otor-gando gran prole a quienes servían de alimen-to de las demás especies, así como una piel dura y un gran pelaje a aquellos que requerían soportar delicadas condiciones climáticas, así

continuó hasta acabar con todas las facultades. Epimeteo, que no era sabio, erró, pues al

terminar cayó en cuenta que repartió todas las facultades a los salvajes y brutos y dejó al hombre «desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme», al llegar Prometeo a supervisar lo que Epimeteo realizó, se dio cuenta de la des-ventaja que esto propiciaba, por lo que decidió robar a Hefesto y Atenea la sabiduría de las artes mecánicas (técnicas) junto con el fuego, y se las ofreció de regalo al hombre.

Llegó el momento de que viera la luz la es-pecie humana, y por medio de las artes y el fuego participó de las cualidades divinas, por lo cual fue la única especie que accedió al re-conocimiento de los dioses, erigiendo altares e imágenes para los mismos, sin embargo, si-guió siendo la especie más débil en tanto no vivían en ciudades, estaban dispersos y eran aniquilados por las fieras. «El arte que pro-fesaban constituía un medio, adecuado para alimentarse, pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían el arte de la política, del que el de la guerra es una parte», por ello Zeus compadeciéndose del hombre, mandó a Hermes a que entregase el respeto recíproco y la justicia, pero éstas no fueron distribuidas de la manera que las de-más artes, ya que, por ejemplo, la medicina la puede dominar una sola persona para ayudar a muchos quienes son legos en la misma, por el contrario, Zeus ordenó a Hermes «que to-dos participen del pudor y la justicia; porque si participan de ellas solo unos pocos, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciu-dades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea elimi-nado, como una peste, de la ciudad».

El mito anterior, tiene dos vertientes por las cuales históricamente se ha interpretado, por un lado, narra la necesidad de la educación en el ser humano, pues las artes mecánicas (téc-nicas) no son facultades naturales adheridas al hombre, sino que son un artificio que se tiene que adquirir, y así mismo que no todos las poseerán, pues basta que algunos pocos

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sepan algunas artes para con ello generar el bien común en muchos que no las poseen, por tanto, de ahí también se explica la dependen-cia más prolongada del hombre al resto de sus congéneres durante sus primeros años de vida, pues la pura maduración biológica del cuerpo no garantizará en absoluto su supervivencia ni su adecuada convivencia con el resto de su es-pecie. En esta primera interpretación, enten-demos la artificialidad de la educación, la cual es un proceso largo y penoso, pero necesario.

La otra vertiente consustancial e inseparable de la primera, es el origen de la política y su natu-raleza en el hombre, siendo entendida esta como aquello que nos permite respetarnos unos a otros, así como conocer y llevar la justicia, no de-jando de lado el arte de la guerra, en caso de ser necesario en tanto atente contra las ciudades. La diferencia radical está en que la política fue con-cedida por igual, asegurando así la posible convi-vencia en grupos (dando por resultado también la sociedad) y sabiendo condenar el acto injusto, castigándolo incluso con la muerte.

La importancia y vigencia del mito es doble, por un lado no debemos olvidar que la fun-ción educativa está íntimamente relacionada con lo político, en tanto son dos cualidades puramente humanas, pues la adquisición de técnicas no puede darse disgregada del resto de los hombres, así como también es imposi-

ble hablar de política sin entenderla a su vez como un acto educativo que se da entre y para los demás hombres.

Actualmente quizá se olvida una parte que Protágoras nos cuenta; un oficio puede darse sólo en unos pocos para el beneficio del resto que carece de ese conocimiento, pero la po-lítica no puede darse en algunos solamente, Aristóteles llamó al hombre Zoon Politikón, lo cual no significa un «animal social» sino un «animal político», en tanto la palabra social se da en origen romano y carece de equivalente en el pensamiento griego, por tanto, al hablar de vocación en los jóvenes, estamos hablando de elección sobre un arte mecánico, pero que ello siempre equivaldrá a pensar junto a él un acto político, una dimensión de justicia y no de mera individualidad.

Bibliografía

Abbagnano, N., Visalberghi, A. (1998). Historia de la pedagogía. FCE: México DF

Arendt, H. (2011). La condición humana. Paidós: Barcelona

Platón. (2000). Protágoras en diálogos. Traducido por J. Ruiz Calonge, E. Iñigo Lledó y C. Gual García. Vol. I, p.357, Gredos: Madrid

Referencias de imágeners:

balanza justicia: Scales of Justice [Fotografía]. Recuperado de http://www.texaswatchdog.org/files/scales_of_justice.png

Prometeo2: Prometeo (Grabado) [Fotografía]. Recuperado de ht t p://4.bp.blogspot .com/-obY YClvaOm4/UEwZR xjFsgI/AAAAAAAAAbE/0w3x3PCBYSk/s1600/prometeo2.jpg

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II Congreso Internacional de Hipnosis Clínica y Terapia Breve «Un enfoque integral bio-psico-social»Por Osvel Becerra«En el Congreso se dejó ver un ambiente agradable y cálido, se respiraba amistad por parte de los colegas que se estrechaban las manos y convivían felices hablando de las novedades en el campo psicológico»

El día 15, 16 y 17 del mes de Noviembre del año en curso, se llevó a cabo en la Sala de Usos Múltiples de la Facultad

de Psicología de la UANL el II Congreso In-ternacional de Hipnosis Clínica y Terapia Breve «Un enfoque integral bio-psico-social».

Se contó con la distinguida presencia del Mtro. Arnoldo Téllez, director de la Asocia-ción de Hipnoterapia del estado de Nuevo León A.C., catedrático de la Facultad de Psi-cología. También de la Dra. Betty Alice Erick-son, hija del eminente especialista en Hipnosis Clínica y Terapia Familiar Milton H. Erickson.

En el Congreso se llevaron a cabo 8 confe-rencias magistrales y 20 talleres. Participaron diferentes doctores, maestros, licenciados, mé-dicos, psicólogos y especialistas, como Rubin Batino, consejero de Salud Mental y Profesor

adjunto en la Wright State University, editor y co-autor de libros, escritor de 15 obras de tea-tro y poeta. También estuvo presente Paul An-wandter, coach y profesor de Hipnosis Clínica e Hipnoterapia Avanzada. Luis Guzmán, médico egresado con honores de la Universidad Autó-noma de San Luis Potosí, especialista en Neu-rocirugía, fundador del Instituto Mexicano de Hipnosis Clínica y director del Instituto Milton Erickson de San Luis Potosí. Estuvo también el Mtro. Rafael Núñez, quien en la Universidad de las Américas se especializó en Consejería Fa-miliar y Terapia, es entrenador en Hipnosis y Psicoterapia Ericksoniana, avalado por el Insti-tuto Milton Erickson, es también codirector del Centro de Estudios Superiores de Hipnosis Clíni-ca en el Distrito Federal y presidente de la So-ciedad Mexicana de Hipnosis. El psicólogo Ri-cardo Figueroa Quiroga quien fue traductor de la Dra. Erickson durante su participación en el Congreso, Maestro en Ciencias en Desarrollo Organizacional, Docente de Maestría, miem-bro honorario de la Sociedad Puertorriqueña y de la Sociedad Caribeña de Hipnosis Terapéutica, fundador honorario de la Sociedad Mexicana de Hipnosis Clínica y Director del Instituto Milton Erickson de Guadalajara, Jalisco. Se contó con la participación del Psicólogo Jorge Orozco Mendoza, Master en Psicoterapia Gestalt y Psicoterapia Ericksoniana, especialista en te-rapia infantil, docente del nivel medio superior, licenciatura y maestría en Áreas Humanísticas, investigador y docente de la Maestría en Tera-pia Familiar. El Licenciado Ruperto Charles, quien cuenta con dos postgrados otorgados por la Facultad de Psicología de la UANL (Psi-cología Clínica y otro en Psicología Laboral), autor de «Soluciones para parejas y padres», «De la violencia al amor» e «Hipnosis con grupos», es Director y Fundador del Centro de Crecimiento Personal y Familiar, Instituto Milton Erickson de Monterrey y del Instituto Jalisciense de Estudios Sistémicos. Se contó también con Teresa Robles, Antropóloga y Especialista en Planificación

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del Desarrollo, Doctora en Psicología Clíni-ca y entrenada en Terapia Familiar Sistémica. También estuvo Omar Sánchez, quien se for-mó en Psicología y Salud. Tiene un Doctora-do en Psicología que cursó en la Washington State University; es jefe del Departamento de Investigación y Posgrado. Acompaño también el psicólogo Jaime Montalvo, interesado en la Psicología del Deporte, doctor por la Universi-dad Iberoamericana, profesor Titular, asesor de tesis, compilador de tres libros y autor de un li-bro sobre Terapia Breve Sistémica Estructural, fundador y director general del Instituto Fami-liar Sistémico A.C. También estuvo el Maestro Marco Tulio Garza González, psicólogo con formación conductual, neuropsicología, espe-cialista en Hipnosis Ericksoniana y master en Docencia, es también Coordinador del Depar-tamento de Neuropsicología de la Facultad de Psicología de la U.A.N.L., instructor de Hip-nosis Ericksoniana, Neuropsicología Clínica y Terapia Breve Sistémica en diversos estados de la república, coautor «del Diccionario Neu-ropsicologico», y miembro de La Asociación Mexicana de Neuropsicología. El psicólogo Jorge Dominguez Garcia, docente del Centro de Cre-cimiento Personal y Familiar A.C. en la Maes-tría de Psicoterapia Breve Sistémica, autor de «Preparando a los hijos para el éxito», «Terapia Breve Sistémica en el tratamiento del TDAH», «PNL en la Terapia Breve» y miembro activo de la Asociación de Psicólogos Escolares de Monterrey, A.C. Co-fundador de Talento y Capital Humano Consultores y con Magdalena Lorena Fernández Rodríguez, doctora por la Universidad Newport en California, maestría en Educación y Psicoterapia Gestalt Infantil, responsable del programa de la Maestría en Psicoterapia Gestalt Infantil, capacitadora de Gabinetes de Servicios Educativos de la SE del Estado de Nuevo León.

En el Congreso se dejo ver un ambiente

agradable y cálido, se respiraba amistad por parte de los colegas que se estrechaban las manos y convivían felices hablando de las no-vedades en el campo psicológico, los ponentes y quienes dieron talleres se mostraron muy amables con quienes quisieron hablar con ellos y que les firmaran sus libros, fue un ambiente muy participativo donde se ahondaron temas de actualidad y futuro sobre Hipnoterapia y Terapia Breve en México y el mundo. Se habló de violencia y de amor, problemas de autocon-trol y drogas, resistencias, trabajo emocional en Terapia Gestalt, auto hipnosis con PNL, Hipnosis en Neurología, lo más importante en la vida, Terapia Breve para resolver problemas y crear soluciones, imaginación guiada y me-táfora para sanación y Psicoterapia, investiga-ción sobre regresión a vidas pasadas, Hipnosis práctica para el profesionista, Terapia Racional Emotiva Cognitivo Conductual enfocada a so-luciones, encontrando significados en los sue-ños, expandir limites, técnicas de regresión y progresión en la Terapia Ericksoniana, elemen-tos psicodinámicos, Psicoterapia Ericksoniana mexicana, técnicas de regresión enfocada a so-luciones, aplicación y clasificación de la escala Stanford de susceptibilidad hipnótica.

Referencias de imágeners:

Becerra, O. (2012)

Aportes Psicoanalíticos al trabajo con niñosPor Redacción SuiGeneris

Del 29 de noviembre al 1 de diciembre del 2012 nuestra facultad recibió a la psicoanalista argentina la Dra. Li-

dia Agazzi, quién ha sido presidente, docente y coordinadora del Círculo Psicoanalítico Mexi-cano desde 1987, para impartir el seminario

Dil intro de la FaPsi

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Dil intro de la FaPsi

Asistieron alrededor de 40 estudiantes del área de psicología social, así como algunos maestros y supervisores de la facultad.

De la misma manera, la Dra. Montero quién fue Co-Fundadora de la Maestría en Psicología Social y del Doctorado en Psico-logía de la Universidad Central de Venezuela, también dio una conferencia magistral con el título «Ideas de base, ideas nuevas y transforma-ciones en la Psico-logía Comunita-ria actual» el día 14 de noviembre a las 12:00 ho-ras en la Sala de Usos Múltiples, a la cual asistieron  estudian-tes,  maestros e invitados de diversas institu-ciones de la localidad. Durante la conferencia se cuestionó la investigación, promoción e in-tervención actual desde la Psicología Comu-nitaria y algunas de las dificultades actuales que se han presentado, así como los nuevos posibles desarrollos de la misma.

Entre otras universidades donde ha parti-cipado como docente se encuentran la Univer-sidad de Oxford y Université de Paris VIII, y como Psicóloga Social ha trabajado con inves-tigación en Epistemología de la psicología social; Psicología Social Comunitaria y Psicología Social de la Política.

Referencias de imágeners:

Facultad de Psicología (2012)

«Aportes Psicoanalíticos al trabajo con niños». La Dra. Agazzi fue invitada a través de la Maes-tría en Psicología con Orientación en Clínica Psicoanalítica coordinada por el Dr. Guillermo Vanegas, así como en conjunto con las coordi-nadoras de las áreas de Psicología Clínica y Psi-cología Infantil, la Mtra. Angélica Limón y la Mtra. Natalia Carlos respectivamente.

Durante dicho fin de semana hubieron más 100 asistentes, tanto estudiantes, docentes y egre-sados. El programa de la Dra. Agazzi quién ha sido docente invitada en diferentes universida-des así como asesora por diferentes asociaciones nacionales e internacionales como la UNICEF incluyó un recorrido por algunos de los concep-tos fundamentales en la teoría del trabajo con niños, donde además de Sigmund Freud incluyó a autores como Jacques Lacan, Françoise Dolto, Silvia Bleichmar, Melanie Klein, entre otros.

La Dra. Agazzi es egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Ai-res, se formó en la Fundación de Investigaciones Interdisciplinarias, Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, Centro de Estudios Freudianos y Es-cuela Freudiana de Buenos Aires y cursó estudios de Maestría en el Centro de Investigaciones y Es-tudios Psicoanalíticos (México) y de Doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid (España).

Referencias de imágeners:

Facultad de Psicología (2012)

La Psicología Comunitaria actualPor Redacción SuiGeneris

Maritza Montero doctora en Sociología por la Universidad de Paris. Fue invi-tada por el área del Psicología Social

de nuestra facultad, coordinada por la maestra Le-ticia Verástegui, para impartir un taller titulado: «Metodología de la Psicología Comunitaria» lleván-dose a cabo los días 12 y 13 de noviembre de 2012.

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Introducción

Los acontecimientos de los últimos me-ses en la ciudad de Monterrey, en la ciudad de México, noticias que nos lle-

gan de todos lados: redes sociales, radiodifu-soras, periódicos; aconteceres mundiales, lo-cales, interrelacionados, uno al otro vividos en el día a día, desde que uno toma el transporte público hasta que uno es atendido por per-sonal de alguna tienda departamental, luego los compañeros, amigos y conocidos, con los que se busca construir proyectos, distintos eventos van anudando prácticas pretendidas de reflexividad, quizá esta sea una de ellas.

Quien escribe tie-ne su historia, tiene su psicología, su política. Más que tener, es po-sible en trazos del dis-curso psicológico, es posible en trazos que se intercomunican: pa-labra-acción adjetivada con el discurso político. Una razón descripti-va, no más que la pretensión de una fotografía de alto contraste gracias a las tecnologías del conocimiento.

Se podría negar estas explicaciones, las mo-tivaciones personales, ¿por qué negarlas, sa-biendo que son parte integral de lo que se es-cribe? Porque son vistas en el todo, esparcidas como esporas que emergen en puntos especí-

ficos e imperceptibles del texto. Por lo pronto partiríamos de una muy venerada (que no por venerada verdadera) tradición discursiva donde el que escribe es ajeno al mismo proce-so. «La pureza del conocimiento», ajeno a mis motivaciones, como un desapego de mi impli-cación. Intentémoslo, no se trata de desechar todo, sino abrir camino en la misma simplici-dad deificada de enunciar un saber, si no, éste enunciado, por más «crítico» que pretenda ser, será sólo un espectador de su proceso.

Lo que nos lleva a explicitar nuestra parte en el acontecer: ser acontecer con el acontecer de la escri-tura, reflexión, lectura, pronunciamiento. O como lo plantea De-leuze y Guatari «en un texto2, como cualquier otra cosa, hay líneas de articulación o de segmentaridad, estra-tos, territorialidades; pero también líneas de

fuga, movimientos de desterritorialización y de desestratificación». Es una apuesta difícil, lo que nosotros necesitamos explicitar es una de esas líneas de articulación y fuga, en el entendido de un texto sin fin ni inicio, un acontecimiento.

Es necesario decirlo, quien escribe llama a la problematización y subsecuente reconoci-miento complejizado de la ética que no puede ser tal sin la implicación del proceso relacio-

Temática central:

Psicología política, Notas para una epistemología (*Resumen)

Por Baruch Martínez Treviño

*Artículo completo en nuestro TUMBLR http://suigenerisuanl.tumblr.com/

«La existencia humana individual es, más allá de todo lo imaginable, mera reprivatización; lo más real, aquello a lo que se agarran los hombres es al mismo tiempo lo más irreal»

T. Adorno. Epistemología y ciencias sociales

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nal que el mismo escribiente tiene con el nudo de la escritura, sus líneas de territorialización: momento socio-histórico, discurso sobre la historia individual, vinculación, lectores, te-leologías, etcéteras.

Escribir acerca de psicología política como una propuesta alejada de las pretensiones universalistas, como un posible localismo. Considerar la psicología política como algo necesario de enunciar es pensarlo en su en-tramado con lo ya dicho, con lo que generó esta enunciación, es mirarlo en el entre para, crítica mediante, repensarlo. Una de las críti-cas que se le hace a la ciencia es su extremada especialización, su abierta ignorancia en vías de una supersespecialización del saber, podría pensarse, (y se tiene todo el derecho a) que entonces la psicología política podría ser una «especialización» más de la ciencia, ese no es nuestro propósito. Esta propuesta se pretende abierta y compleja con las interacciones hacia las demás disciplinas, ciencias, saberes, prác-ticas, tradiciones, reflexiones.

De la epistemologíaEn este primer apartado se propondrán lí-

neas para poder repensar la emergencia de la construcción del conocimiento, para tal efecto, es necesario hacer una primera comparación entre las características con las cuales se ha desenvuelto la práctica de la ciencia.

La ciencia, esa concreción de la abstrac-ción llamada Razón, hija de la modernidad occidental (no podría pensarla de otra for-ma), emerge como un brote de una miríada de acontecimientos. Un acontecer, nos dice Touraine:

La particularidad del pensamiento occiden-tal, en el momento de su más vigorosa iden-tificación con la modernidad, consiste en que la modernidad quiso pasar del papel esencial reconocido a la racionalización a la idea más amplia de una sociedad racional, en la cual la razón rige no sólo la actividad científica y técnica sino también el gobierno de los hom-bres y la administración de las cosas.»

En esta primera cita es de destacar que, en consenso generalizado, esta cualidad de gobier-no y administración de las cosas es uno de los principales sentidos que emana de la ciencia y que llega tanto a la política como a la psicología, para complementar, Foucault nos menciona

Por tanto las cosas de las que debe ocupar-se el gobierno son los hombres, pero en sus relaciones, ligazones, imbricaciones con esas otras cosas que son las riquezas, los recur-sos, los medios de subsistencia, el territorio, ciertamente con sus fronteras, sus ciudades, su clima, su sequedad, su fertilidad; son los hombres en sus relaciones con los usos, las costumbres, los modos de hacer o de pensar, etc., y finalmente los hombres en sus relacio-nes también con esas otras cosas tales como los incidentes o desgracias del tipo de la ca-restía, la epidemia, la muerte, etc.»

Para tal efecto era en el cruce de este pro-pósito y con el desarrollo de la ciencia política que se conformó un saber-poder en la políti-ca (Foucault), un desarrollo de la ciencia por su pragmática en la solución de problemas prácticos para la administración y el uso de poder (Sartori). Y esto es así porque la ciencia de la psicología y la ciencia de la política son gracias a la observación y la experimentación, herencia del positivismo comtiano (Alvaro y Garrido), a la argumentación lógica, herencia aristotélica reforzada por el positivismo ló-gico (Op. cit.). La comprobación, la descrip-ción, explicación y, en el mejor de los casos, predictiva (Sartori). La ciencia que ha habla-do secularizando el discurso judeo-cristiano y erigiéndose aquella como lo universal, en práctica deificada, pura y verdadera.

Dentro de la psicología, la producción e in-tención de erigirse como ciencia estuvo mar-cada por los contextos epistemológicos en el transcurso del siglo XX, desde el positivismo y la unidad de la ciencia, pasando por el posi-tivismo lógico, los cambios en la filosofía de la ciencia con Popper y Khun, hasta las posturas posmodernas (Alvaro y Garrido, Gergen).

Tema central: Psicología política, Notas para una epistemología

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Este desarrollo histórico de la ciencia emerge negando el caos en parcelas medidas y clasificadas por los saberes

Llevan siempre consigo el proyecto (…) de una puesta en orden exhaustiva; tienden siempre también hacia el descubrimiento de elementos simples y de su composición pro-gresiva; y en su medio, son un cuadro, pre-sentación de los conocimientos en un sistema contemporáneo a sí mismo» (Foucault).

La ciencia política para Sartori se enmarca en

Un conocimiento del tipo ‘ciencia’ requiere y presupone estas operaciones onomatológicas: primero, la definición y por consiguiente, la estabilización (relativa) de los propios con-ceptos que maneja; segundo, la creación de palabras nuevas con el fin de disponer de un vocabulario adecuadamente preciso y arti-culado; tercero, la adopción de una sintaxis lógica precisa. (…) las diversas etapas y mo-mentos del procedimiento científico se pueden resumir de este modo: a) la construcción de conceptos empíricos; b) construcción de cla-sificaciones y taxonomías; c) formulación de generalizaciones y leyes tendenciales, de regularidad o probabilística; d) teoría en-tendida como conjunto de generalizaciones interconectadas, como esquema conceptual ordenador y unificador.»

Más adelante nos menciona, resumiendo: la ciencia se configura como una «explicación empírica» que se basa en el relevamiento de he-chos, dirigida a alcanzar «previsiones» del tipo si-entonces, que constituyen su comprobación y su dimensión operativa. Para comprender este propósito de la ciencia se debe de entender den-tro del marco de la Razón como la regidora del porvenir humano, como lo menciona Touraine

Ni la sociedad ni la historia ni la vida in-dividual, sostienen los modernistas, están sometidas a la voluntad de un ser supremo a la que habría que obedecer o en la cual se podría influir mediante la magia. El indivi-duo sólo está sometido a leyes naturales.»

Antes de continuar, quiero mencionar que no se trata de satanizar a la ciencia y lo que ha posibilitado para la historia de la humanidad, pero tampoco hacer de ella un discurso dei-ficado e incuestionable. Particularmente, el método de la ciencia adecuado para que sea posible, llevó consigo una tajante negación de partes integrales de los fenómenos que quería conocer. Es aquí en donde se quiere centrar este primer apartado, en eso dejado por la ciencia, mucho de ello de repercusiones socia-les de gran amplitud.

Empezar a delinear una epistemología de la psicología política es justo retomar las for-mas en las cuales se ha generado epistemicidio, pero ya ni siquiera en el plano concreto, sino en la muerte anunciada de nuestras prácti-cas, en el desvanecer de pensar otras prácti-cas cotidianas y comunes. El epistemicidio lo sentimos por venerar la ciencia asesina de aspiraciones intersubjetivas, locales y eman-cipatorias, mismas que ocurren en el entre de nuestra convivencia. Una epistemología de la psicología política nos permitirá retomar ese orden propio, el que se practica en la negati-vidad del discurso universal, mismo del cual seríamos constructores reflexivos, prácticos, paralelos y simultáneos.

Tema central: Psicología política, Notas para una epistemología

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La psicología y la política como ese entre

Para el desarrollo de este apartado se re-currirá a la crítica a la psicología en donde el sujeto, el individuo, la mente es ese objeto de estudio que simplifica la capacidad para comprender el sujeto en relación, y más que el sujeto en relación, es el entre que existe en las relaciones que se tienen entre las partes del todo. El sujeto seguirá siendo sujeto, no se busca que deje de serlo, se mantiene el extenso desarrollo del ser como individuo indivisible, único y universal. Lo que se propone es revisar eso que lo hace ser: su acción, su construcción relacional. Por lo tanto revisaremos unos bre-ves postulados de diversos autores que descen-tran al sujeto como punto nodal del desarrollo de la psicología.

Gergen (1996) menciona que el lugar del conocimiento ya no es la mente del individuo, sino más bien las pautas de relación social, en donde la atención se dirige al lenguaje, «las proposiciones cognoscibles sobre el mundo son esencialmente el resultado del hecho de estar relacionados socialmente». Es así como se va poniendo énfasis en el conocimien-to compartido, «donde las exposiciones del mundo, lo real, lo verdadero, se incrustan en las prácticas sociales».

Este autor hace una crítica a las formas de representar el conocimiento por medio de la verdad en el sujeto, en la representación de la

realidad por medio del lenguaje, como si éste pudiera decirnos como es la realidad tal cual es. Estos cuestionamientos los realiza por medio de la crítica literaria, la crítica social y una crítica epistemológica insistente. Esto le permite ofrecernos que es a través de «la coor-dinación relacional [donde] nace el lenguaje, y a través del lenguaje adquirimos la capacidad de hacernos inteligibles, la relación, pues sus-tituye al individuo como unidad fundamental de la vida social».

Gergen habla de la construcción por me-dio del lenguaje como espacio de significado, como el lugar común en donde no se erige una Verdad, sino la posibilidad de congeniar nues-tra práctica común de enunciar nuestro su-puesto de subjetividad para reconocerlo como intersubjetividad.

Por su parte, Berenstein y Pichon-Rivière hablan de ese entre como el vínculo, que la similitud con Gergen es en el entre más que en la forma de conceptualizar éste. Nos dice Berenstein del vínculo:

Una subjetividad vincular reconoce que un sujeto deviene otro desde el vínculo con el otro, donde ninguno de ellos es centro de sí mismo ni de la relación, sino que ambos se producen como sujetos a partir de determinadas rela-ciones de poder que recorren el vínculo.»

Mientras que Pichón-Rivière plantea el vínculo como ese proceso dialéctico entre lo

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interno y lo externo al sujeto, donde deviene en subjetividad vinculada con el proceso dia-léctico del adentro-afuera del sujeto.

Estos tres autores hacen el señalamiento de ese entre que con los diversos postulados teóricos permiten pensar las relaciones que se establecen en los sujetos, por parte de Gergen, como espacio de construcciones de realidades y relaciones sociales, por el lado de Pichón y Berenstein, como el lugar donde se despliegan las subjetividades que son a su vez intersubje-tividades, se despliegan y se proyectan como lugares de giros al bucle de las características relacionales interpsíquicas. Algo que desde Pi-chón menciona como el esquema conceptual referencial y operativo, eso que nos comple-menta como agentes de adaptación activa a la realidad, donde nosotros transformamos ac-tivamente nuestro entorno en consideración con los grupos en los cuales nos desenvolve-mos para enriquecer ese esquema conceptual, mientras que en Berenstein, la cuestión de la vincularidad como el espacio donde el sujeto es, su razón de ser.

La actividad y la relación, ini-cios para una epistemología de

la psicología políticaKarl Marx es uno de los autores funda-

mentales para realizar un acercamiento filo-sófico, crítico y programático para considerar la actividad del hombre (considerado como genérico) como la actividad humana por ex-celencia, cargada ella misma de complejidad y anudada a prácticas tendientes a la soberanía de la emancipación en el reconocimiento de la construcción de uno mismo al trabajar la na-turaleza, al dialectizar la conciencia de uno en la transformación del medio ambiente que nos transforma. Es una dialéctica complejizada de la actividad del hombre, en donde ésta es inte-rrumpida y enajenada por la propiedad privada. Para tomar la tesis de este autor nos fundamen-tamos en dos textos básicos, Manuscritos eco-nómicos-filosóficos y La Ideología Alemana.

En el primer texto se considera la actividad, donde el hombre forma parte de la naturale-

za, ya que sin ella es imposible actuar sobre el mundo:

Decir que el hombre vive de la naturaleza significa que la naturaleza es su cuerpo, con el cual debe permanecer en continuo inter-cambio para no morir. La afirmación de que la vida física y mental del hombre y la natu-raleza son interdependientes significa simple-mente que la naturaleza es interdependiente consigo misma, puesto que el hombre es parte de la naturaleza.»

Siendo en ella donde se realiza la actividad del hombre

La vida productiva es, sin embargo, vida de la especie. Es la vida que crea vida. En el tipo de actividad vital reside todo el carácter de una especie, su carácter de especie y la acti-vidad libre, consciente, es el carácter de los seres humanos como especie. La vida misma aparece sólo como un medio de vida.»

Más adelante menciona, dentro del mismo marco de la actividad que «es en su trabajo sobre el mundo objetivo como el hombre se muestra realmente como ser genérico. Esta producción es su vida activa como especie, mediante ella, la naturaleza aparece como su obra y su realidad».

Así mismo nos habla de la relación que es-tablece el que trabaja con su propio acto, como un acto que es en sí mismo social.

La actividad y el espíritu son sociales en su contenido así como en su origen, son ac-tividad social y espíritu social. La esencia humana de la naturaleza sólo existe para el hombre social, porque sólo en este caso la naturaleza es un vínculo con otros hombres, la base de su existencia para los otros y de la existencia de los otros para él.»

A lo dicho, es trabajar mi relación con el en-tre, ese que existe en mi descentramiento ante mí-mismo, ese que me hace haciéndolo, pero en esta propuesta está el ver y realizar un acer-camiento sobre ese proceso, sobre la línea, los nudos y los enraizamientos que existen en ese

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ir y venir del sujeto con el objeto, del hombre con la naturaleza, del uno con el otro, como se le quiere llamar a esa dualidad que en vistas del empirismo debía prestar atención a lo ob-servable y medible, haciendo a un lado, por lo tanto, ese entre.

El hombre se ha convertido en un objeto enajenado de su humanidad, sin control sobre su ser, su ser que es actividad queda relegada a ser actividad para alguien más. Su ser deja de ser una actividad consciente y constructora de su humanidad, la humanidad es sustituida por La Verdadera Humanidad, el Ser Hom-bre que está difundido, expedido, con fecha de caducidad en las tiendas departamenta-les, en los canales de televisión, en las revistas de entretenimiento, en los discursos por los cuales nos convertimos en «humanos». Ante esto, tomar lo dicho en su extrañez, que es tal y funciona como lo que es, como algo extraño que debemos cuestionar para quizá ser.

Enajenados incluso a una idea, nuestra idea ya no es propia. De esto puede ilustrarnos esa frase célebre del texto de La ideología alemana «las ideas de la clase dominante son las ideas domi-nantes en cada época: o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder es-piritual dominante». Siendo esta sentencia una de las más polemizadas en el siglo pasado, no ha dejado de tener su validez en el presente.

De igual forma, Morin (2004) vuelve a retomar la materialidad de las ideas cuando dice que

Es necesario también considerar los sistemas de ideas como realidades de un tipo parti-cular, dotadas de una determinada autono-

mía ‘objetiva’ en relación a los espíritus que las nutren y se nutren de ellas. Es necesario, pues, ver el mundo de las ideas, no sólo como un producto de la sociedad solamente o un producto del espíritu, sino ver también que el producto tiene, en el dominio complejo, siem-pre una autonomía relativa.»

A modo de conclusión.Por convención del lenguaje llamamos pro-

visionalmente a esto una conclusión: La aper-tura a recomenzar una Psicología Política, no-tas para una epistemología.

¿Qué es entonces la psicología política? La conceptualización, como diría Lenin parafra-seado por Petrovsky,

Los conceptos humanos no son fijos, sino que están eternamente en movimiento, pasar uno al otro, fluyen uno hacia el otro, o de lo contrario no reflejan la vida viviente. El análisis de los conceptos, su estudio, el arte de operar con ellos (Engels, citado en Petro-vsky) exige siempre el estudio del movimiento de los conceptos, de su interconexión, de sus transiciones mutuas.»

Pretendemos, en momentos donde sea ne-cesaria una pausa operativa, realizar una toma móvil de lo que sería la psicología política. Por el momento hablamos del entre como ese es-pacio en donde se pueden empezar a desplegar las prácticas de nuevos discursos, una episte-mología para lo que pudiera ser una psicolo-gía política toma en cuenta los aconteceres del hombre en relación con el todo para terminar siendo la relación el punto al cual buscamos complejizar. La psicología política la vemos como ésta bucle tendiente a ser diversificado, los discursos nosotros los construimos.

La psicología política no puede reducirse únicamente a un esbozo de micro-política, a esa consideración simplista de la política como relaciones de poder, en donde cualquier movimiento es una relación de poder. Se busca, por ahora, considerar ese entre como el proceso por donde puedan transcurrir los proyectos, los futuros plasmados como ideas

Tema central: Psicología política, Notas para una epistemología

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vinculantes que dinamizan los movimientos a actividades complejas en su mutua depen-dencia al arraigamiento confortable y a la perspectiva de liberación. Ya lo mencionaba Martín Baró «contribuir a la transformación del hombre y la sociedad latinoamericanos, nos permitiese conocer a uno y otra no sólo en lo que de hecho son, sino también en su negatividad, es decir, en todas aquellas poten-cialidades negadas por los actuales ordena-mientos sociales». Esto nos abre las puertas a seguir construyendo una epistemología de la psicología política, pero ahora traspasando esos niveles micro-sociales, relacionales para incrustarlos en prácticas meso y macro, que complejice la relación que se tienen dentro de los grupos, en las instituciones, con la socie-dad, con el Estado, con el capitalismo, con las ideas dominantes, con las prácticas cotidianas.

Pies:

2 Libro en el original.

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El análisis de los fenómenos mediáticos como los vividos en los últimos tiem-pos (elecciones presidenciales, cober-

tura sesgada de movimientos sociales, trata-

Tema central: Psicología política, Notas para una epistemología

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miento discrecional de información, etcétera) nos pone en la disyuntiva, como estudiosos del comportamiento, de sucumbir ante las explicaciones simplistas que los medios de comunicación promueven. Las siguientes lí-neas buscan problematizar alrededor de un concepto un tanto olvidado, y sin embargo central, al momento de pensar lo social: la ideología. No son líneas de llegada, si acaso mero antecedente de una discusión que como psicólogos es necesario volver a pensar. Volver a pensar la ideología no es entronizarla como concepto base de nuestras investigaciones como psicólogos, sino como acá presentamos, desde la perspectiva foucaultiana. Pensarla otra vez para reflexionarla desde nuestro ám-bito de estudio, quizá desde otros acercamien-tos y perspectivas.

La importancia del análisis de la ideología

Desde las observaciones de Marx en torno al problema de la ideología, diversos autores se han esforzado por zanjar dicha cuestión. Quizás uno de los más importantes es Luis Althusser.

El análisis de la ideología de Althusser ela-borado en Ideología y aparatos ideológicos de

Estado se desprende de la problemática más general de la producción. Al intentar explicar cómo es posible la producción, se observa que ésta sólo es dable por la reproducción de las condiciones de producción que corren por tres vías: a) reproducción de las fuerzas producti-vas; b) reproducción de las relaciones de pro-ducción existentes; y c) reproducción de los me-dios de producción (este último punto es el más obvio pues hace referencia a los suministros esenciales para la producción de los productos, maquinas, herramientas y materia prima).

La reproducción de la fuerza productiva se garantiza, en primer lugar, por medio del salario, el cual debe ser suficiente para posi-bilitar la reproducción de estas fuerzas (obre-ros que tengan hijos para que estos a su vez se conviertan en nuevos obreros). En segundo lugar, dado que la fuerza de trabajo debe ser competente, apta para ser utilizada y suficien-temente diversificada, la reproducción tiende su mano hacia fuera del ámbito de la produc-ción extendiéndose al sistema educativo y a otras instituciones. En la escuela se aprenden habilidades y, al mismo tiempo, las «reglas» del buen uso.

Althusser señala que la reproducción de la fuerza de trabajo no sólo exige una reproduc-ción de su calificación sino, al mismo tiempo, la reproducción de su sumisión a las reglas del orden establecido, es decir, una reproduc-ción de su sumisión a la ideología dominan-te por parte de los agentes de la explotación y la represión. La reproducción de la fuerza de trabajo se da a condición de que al unísono se reproduzca el sometimiento de la ideología dominante. Así, la calificación de la fuerza de trabajo se asegura en y bajo las formas de so-metimiento ideológico, de esta manera se hace patente la presencia de la ideología.

En los análisis marxistas la ideología se en-cuentra dentro de la superestructura, la cual comprende, además, el nivel jurídico y políti-co: mientras que la infraestructura del edificio marxista se conforma por el aspecto económico.

Althusser trata de desarrollar a partir de este esquema, pero no ceñido totalmente a él,

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el análisis de la ideología. De esta forma, estu-dia el derecho, el estado y la ideología desde la práctica y la producción, por un lado, y la reproducción por otro.

El Estado es pensado esencialmente, desde Marx, como aparato represivo que permite a las clases dominantes asegurar su dominación sobre la clase subalterna para someterla al proceso de extorsión y arrebato de la plusvalía.

El Estado está constituido por los aparatos del mismo: policía, tribunales, prisiones, ejér-cito (fuerzas de intervención represiva). De esta manera, para Marx, el estado sólo tiene sentido en tanto que ostenta un poder.

Althusser puntualiza que nos encontramos efectivamente y de manera coercitiva con el aparato (represivo) de Estado y con el Apara-to Ideológico de Estado (AIE). El primero está constituido por la policía y el ejército. El segun-do, por instituciones diversas de corte religio-so, escolar, familiar, jurídico, político, sindical, de información, cultural, etcétera. El aparato represivo del Estado funciona por medio de la violencia, mientras que los AIE funcionan por medio de la ideología. Aunque no existen aparatos puramente represivos, como tampoco existen aparatos puramente ideológicos.

Althusser, comprometido con un esbozo de una teoría general de la ideología, señala que la ideología representa la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia. De esta manera, no son sus condi-ciones reales de existencia, el mundo real, lo que los hombres se representan en la ideología, sino, por el contrario, lo representado es la rela-ción que existe entre ellos y las condiciones de existencia. Todo ese teatro imaginativo que es la ideología no representa las relaciones de pro-ducción existentes, sino la relación (imaginaria) de los individuos con las relaciones de produc-ción y las relaciones que de ella resultan.

También menciona que la ideología tiene una existencia material. En un aparato y su práctica existe siempre una ideología. Tal existencia es material. La ideología se ma-terializa de alguna forma. Los individuos adoptan ciertos comportamientos prácticos,

además de participar en prácticas reguladas. Centraliza que no hay práctica sino por y bajo una ideología, a la vez que no hay ideología sino por el sujeto y para el sujeto. Es así como las tesis de Althusser se engarzan con la cues-tión del sujeto, pues para él la ideología sólo existe por el sujeto y para el sujeto, esto es, por la categoría de sujeto y su funcionamiento. La categoría de sujeto es constitutiva de toda ideología sólo en tanto que toda ideología tie-ne por función la “constitución” de los indivi-duos concretos en sujetos.

La ideología tiene una función reclutadora hacia los individuos en aras de convertirlos en sujetos, o más correctamente, «transforma» a los individuos en sujetos. Este reclutar, lo eje-cuta por medio de una interpelación. Como se observa la ideología interpela a los individuos como sujetos.

La interpelación es un «estar incluido en». De esta manera, la ideología no se presenta desde fuera como un elemento exterior a uno, sino que uno ya siempre se encuentra en la ideología, reaccionando a ella de manera na-tural y de la forma en que se nos ha enseñado a reaccionar, respondiendo a su interpelación.

Todo individuo se ha convertido en sujeto debido a condiciones históricas e ideológicas antecedentes al individuo mismo, de ahí que los individuos son siempre ya interpelados por la ideología como sujetos. Para Althusser hay dos «sujetos»: el Sujeto, con mayúsculas (dis-tinto de los sujetos ordinarios), Único y central en nombre. Es un Sujeto que, por medio de la ideología, interpela a todos los individuos como sujetos. No es un sujeto real, es más bien el Estado como entidad subjetiva. El sujeto, con minúsculas, es un sujeto sujetado por el Sujeto. Un sujeto que no se tiene así mismo, sino que responde a la interpelación del Sujeto que le ha arrebatado el «sí mismo» al reclutarlo como su-jeto siendo previamente individuo.

Pese al poder aplastante de interpelación del Sujeto, hay una especie de interdependen-cia entre el Sujeto y los sujetos. Según Althus-ser, esto se da en una relación especular, es decir, en forma de espejo. El Sujeto Absoluto

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ocupa el lugar único del Centro e interpela a su alrededor a la infinidad de los individuos como sujetos en una doble relación especular que termina por someter a los sujetos al Su-jeto; por otro lado y al mismo tiempo, les da en el Sujeto una imagen en la cual todo sujeto puede contemplar su propia imagen, identifi-cándose con él.

Vemos así cual es el fin de la estructura especular redoblada de la ideología. Por un lado, busca la interpelación de los «indivi-duos» como sujetos. En segundo lugar, logra y consolida la sujeción de los sujetos al Sujeto. Además, se genera el reconocimiento mutuo entre los sujetos y el Sujeto, y entre los sujetos mismos y el reconocimiento del sujeto por él mismo. Finalmente, da una falsa certeza a los sujetos de que todo está bien como está.

CuestionamientoDurante su vida, Foucault tuvo algunas

objeciones a la noción de ideología. Esto se desprendía, en primer lugar, de sus reparos a la idea tradicional del poder, presupuesta en la ideología. En segundo lugar, dado que estaba interesado en las relaciones entre el individuo y verdad, la idea de ideología parecía estorbar-le. Ahondemos sobre estos dos puntos.

En cuanto al segundo punto, en La micro-física del poder, Foucault hace explicita su ob-jeción. Ahí señala que la noción de ideología debe ser utilizada con precaución debido a tres razones. La primera es que la ideología, de principio, se quiera o no, está siempre ne-cesariamente en oposición virtual a algo que sería la verdad. Para Foucault el problema no consiste en separar entre lo que, en un discur-so, evidencia la cientificidad y la verdad y lo que evidencia otra cosa, sino «ver histórica-mente cómo se producen los efectos de verdad en el interior de los discursos que no son en sí mismos ni verdaderos ni falsos». Desde el punto de vista de Foucault no hay una verdad oculta a la que hay que llegar, sino contextos de emergencia de ciertas verdades históricas. El segundo inconveniente que ve Foucault en esta noción de ideología es que se refiere a algo

como a un sujeto. Y, en tercer lugar, la obje-ción se dirige a que la ideología está en posi-ción secundaria e inferior respecto a algo que debe funcionar para ella como infraestructura o determinante económico, material, etcétera.

En La verdad y las formas jurídicas, Fou-cault califica a la noción de ideología como «embarazosa». Señala que en los análisis mar-xistas tradicionales la ideología parece tener un matiz negativo a través del cual se traduce el he-cho de que la relación del sujeto con la verdad, o la relación de conocimiento, se ve oscurecida y velada por las condiciones de existencia, por las relaciones sociales o por las formas políticas que se imponen desde el exterior al sujeto de conocimiento. Dice Foucault: «La ideología es la marca, el estigma de esas condiciones políti-cas o económicas de existencia que recae sobre un sujeto de conocimiento que, normalmente, debería estar abierto a la verdad».

Frente a esto, el proyecto de Foucault bus-ca mostrar cómo las condiciones políticas y económicas de existencia no son un velo o un obstáculo para el sujeto de conocimiento, sino

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un algo a través de lo cual se forman los suje-tos de conocimiento y las relaciones de verdad.

Por otro lado, como ya se señaló, Foucault se mantiene cauto a que sus análisis sigan la lógica de la ideología, pues ve a ésta como un efecto se-cundario. Observa, en torno a las precauciones que han de tomarse al hacer un análisis genea-lógico, que aunque es posible que las grandes máquinas de poder estuviesen acompañadas de producciones ideológicas (por ejemplo, una ideología de la educación, una ideología del poder monárquico), en el fondo, no es que se formen ideologías, sino instrumentos efecti-vos de formación y de acumulación del saber, métodos de observación, técnicas de registro, procedimientos de indagación, aparatos de ve-rificación, entre otros. Esto quiere decir que el poder, cuando se ejerce por medio de estos me-canismos sutiles, no puede hacerlo sin formar y poner en circulación un saber, o unos aparatos de saber que, sin embargo, no son construccio-nes ideológicas.

De esta forma Foucault inaugura un nuevo análisis del poder estudiándolo a partir de las técnicas y de las tácticas de dominación. El análisis de Foucault rompe con la idea del po-der tradicional que suponía que éste era una instancia netamente coercitiva. Aquí una vez más, su labor se engarza y se opone a toda la idea de poder y represión que se tiene desde la posición marxista. No se trata más de atacar sólo las formaciones de los aparatos represi-vos del estado. No se busca más denunciar el poder en su cara simplemente represora o ne-gativa, sino en su cara positiva (y con positiva Foucault no entiende la cara alegre y amable del poder, sino su cara maquiavélica más ocul-ta, la de generar saber y verdad).

Foucault señala que en su análisis del poder «No se ve de qué lado –a derecha o a izquierda- habría podido ser planteado este problema». Observa que a la derecha, sólo se planteaba al poder en términos de constitución, de sobera-nía, etcétera, y, por tanto, en términos estric-tamente jurídicos. Del lado contrario, el lado marxista, la cuestión se estudiaba en términos de aparato de Estado. Al final ambos análisis

olvidaban, según Foucault, una cuestión cru-cial, la manera cómo el poder se ejercía concre-tamente y en detalle, con toda su especificad, sus técnicas y sus tácticas. En otras palabras, la mecánica del poder jamás era analizada. Ob-serva que la noción de represión (que acompa-ña los análisis althusserianos sobre todo en lo atinente a los aparatos represivos de estado) es una noción «pérfida». Como en la noción de ideología, manifiesta que ha tenido dificultad para liberarse de ella debido a que parece con-jugarse bien con una serie de fenómenos que evidencian los efectos del poder. Observa, sin embargo, que la noción de represión es inade-cuada para dar cuenta de lo que hay de produc-tivo en el poder. Cuando se definen los efectos del poder por la represión se da una concepción puramente jurídica del poder; se identifica el poder a una ley que dice no, privilegiando así la fuerza de la prohibición. Foucault señala que ésta es una concepción negativa y estrecha del poder. El autor puntualiza que si el poder no fuera más que represivo, si no hiciera nunca otra cosa que decir no, difícilmente se le obe-decería. Lo que hace que al poder se le acepte, es que no aparece únicamente como una fuerza que dice no, sino que, de hecho, produce cosas, induce placer, forma saber, produce discursos. Por tal motivo, Foucault lo considera y lo ins-cribe en una red productiva que atraviesa todo el cuerpo social y que tiene más incidencia que la de simplemente reprimir.

Este acercamiento al cuestionamiento que Foucault hace a la ideología es sólo un botón de muestra de la necesidad de volver a pensar los conceptos de los que ya no nos atrevemos a po-ner en liza, ni a la derecha (desde el principio se les quería suprimir) ni a la izquierda (pues para ellos representan dogmas incuestionables). Sir-va la breve exposición de este cuestionamiento como invitación para nuevas críticas.

Referencias de imágenes:

Maestro Hacha: From Little Log to Blockhead [Fotografia]. Recupe-rado de http://hateandanger.files.wordpress.com/2013/01/from-little-log-to-blockhead.jpg?w=630&h=752

Althusser: Louis Althusser [Fotografia[ Recuperado de http://vpered.files.wordpress.com/2009/05/louis-althusser.jpg?w=500

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¿Cómo considera us-ted que la psicología política está concep-

tualizada/entendida/pensada en estos tiempos?

Es un tema complejo, hay muchas versiones de la Psicología política y diferentes formas de trabajo en general, en toda América latina hay muy poca Psicología política, podemos discutir el por qué, pero así es la cosa, por ejemplo, en la internacional de psicología políti-ca, que tiene un congreso anual en América latina, a veces somos dos, tres cuando mucho de todos los que vamos y presentamos algún trabajo. Hubo hace diez años, más o menos, un congreso que se hizo en Cuernavaca y ahí hubo mayor presencia, pero fue circunstancial, ni la misma gente de la UNAM que promovió ese congreso y que están en el tema de la Psicología política ha participado en todos los congresos de este tema.

Entonces hay, distintas formas de hacer psicología política, distintos tipos de desarro-llo, distintas formas de trabajo. También hay diferencias entre Estados Unidos y Europa y temas con distintos enfoques, por ejemplo, siempre hay una presencia muy importante de la psicología política en las universidades Israelitas, han participado en los congresos y bueno, los temas que ellos trabajan abarcan el problema de la paz, las relaciones entre pa-lestinos y judíos, temas muy particulares pero que tienen que ver con la psicología política. Aquí en USA, la Psicología política que más se ha trabajado, gira alrededor de las eleccio-nes, opiniones públicas, de las relaciones con

la ideología y elecciones, participación política, etc. En Europa hay otros temas más comple-jos, el problema de la personalidad política, los problemas del autoritarismo, no se puede ha-blar de un solo modelo o un solo tipo de trabajo de la Psicología política sino que varía según los contextos, según las sociedades así como también su evolución, en USA hay cursos de psicología política, doctorados en psicología po-lítica mientras que aquí en México no tenemos ni siquiera cursos en la carrera de Psicología.

¿Considera que ni siquiera tenemos un cono-cimiento de qué es la psicología política?

Ese es un problema serio, yo creo que, en Mon-terrey en particular tampoco hay un conoci-miento de lo que es la Psicología, ni la Sociolo-gía, etcétera, es decir creo que hay una especie de círculo vicioso, no se aborda la psicología política porque la gente no ve lo que hace la psicología política, y como no ve lo que hace no se demanda por parte de la población que se analicen ciertos procesos desde la psicología po-lítica, y mucha de la gente que hace psicología política en realidad vienen de otros campos.

¿Qué se puede entender de este tema, qué es la Psicología política?

Todo tipo de análisis del comportamiento po-lítico es psicología política y entonces ¿qué es eso? Cualquier cosa que alguien haga en la vida social, como parte de la psicología social, tiene que ver con la política, es decir ¿qué debe de ver la Psicología política? Debe plantearse preguntas como: ¿Por qué la gente vota como vota?, ¿Por qué la gente sigue o no a un de-terminado líder político?, ¿Por qué la gente se organiza en determinadas formas de acción comunitaria para hacer política?, ¿Por qué hay estilos de liderazgo políticos particulares?, ¿Por qué la gente vota por quién vota? ¿Por

Las entrevistas

Entrevista al Dr. José María Infante Bonfiglio Por Edén Sánchez Transcrita por E. González K

Dr. José María InfanteProfesor de la U.A.N.L desde hace 36 años, tra-baja en el Instituto de Investigaciones Sociales (IINSO) de la misma casa de estudios donde desarrolla los temas de sociología, sociología política, psicología so-cial y psicología política; además es miembro de la asociación inter-nacional de Psicología política

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qué la gente adopta o no ideologías políticas? También temas como la personalidad en los políticos, las ideologías políticas como el na-cionalismo y demás.

Ahora que toca el tema de los movimientos ciudadanos, ¿qué piensa por ejemplo del #Yo-Soy132 o el movimiento por la paz, encabe-zado por Javier Sicilia?

Son movimientos con diferencias, creo que uno de los problemas que hemos tenido es que los liderazgos que hemos tenido han sido de una u otra manera fabricados, los líderes políticos en México, antes de llegar a ser lí-deres han tenido cierto tipo de acción dentro de ciertos grupos, la mayoría de los casos han sido partidos políticos, pocos son los casos de líderes sociales que han surgido desde la pro-pia sociedad, aún ciertos tipos de líderes, por ejemplo el sub comandante Marcos, estaba perteneciendo a una estructura previa, llegó a ser lo que es o lo que fue por su participación en ciertas estructuras, ciertos movimientos y demás, no es un líder que surgió así como tal, quizás un caso aparte es el de (Javier) Sicilia que surge como líder por circunstancias par-ticulares que lo llevan a ejercer ese liderazgo. El problema es que los líderes políticos no se inventan, nosotros tenemos gobernadores, senadores, diputados que no necesariamente son líderes, cumplen una función pero no son líderes, no han ejercido un liderazgo ni tienen la capacidad de ser líderes y en algunos casos esos liderazgos son restringidos. Por ejemplo el caso de (Vicente) Fox, sin duda creo que Fox (no estoy de acuerdo ni con las cosas que hizo ni lo seguí) tenía un conjunto de seguido-res dentro y fuera de su partido que no lo ha tenido Calderón, es decir, los liderazgos no se fabrican, se puede llegar a ocupar una cierta posición de liderazgo y se le puede ejercer por todas las instituciones y se puede ejercer con más o menos dignidad pero eso no indica que se sea un líder, es mucho más complejo y di-fícil el problema del liderazgo. El problema de los partidos políticos en general, es que no han podido ofrecer a la ciudadanía líderes

que sean «seguibles», el único caso es Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pero López Obrador dentro de su mismo partido tiene ciertas resistencias y dificultades.

¿Cómo percibe usted el proceso del actual cambio de gobierno, vamos, considerando un rechazo por gran parte de la sociedad hacia el actual presidente Enrique Peña Nieto, las manifestaciones, etcétera?

Aquí el problema es el imaginario, es decir el problema no es quien es o no es Peña Nieto, sino que tipo de imagen tiene Peña Nieto en la sociedad, evidentemente Peña Nieto tiene una imagen negativa a partir de su propia historia, a partir de lo que pueda o no hacer. Entonces hay resistencia y una serie de opo-siciones a su figura, pero insisto, mucho más de lo imaginario, pero ese es el gran problema de la política, nosotros no votamos por el que tenga las mejores condiciones, la política es pasión y votamos por el imaginario que con-sista en aquel que este representa, los buenos y los malos. El punto es lograr ver, más allá de lo imaginario, que es lo que es capaz de hacer o no hacer, habrá que ver, es todo un tema, el problema es que ciertos imaginaros tampoco han funcionado. En el caso de Monterrey, he-mos tenido líderes políticos que tenían, desde cierta perspectiva, una serie de condiciones muy negativas, y sin embargo consiguieron ganar la elección. ¿Por qué individuos que desde cierta perspectiva tienen una imagen negativa, sin embargo ganan una elección? Esto no es fácil de explicar, pero se intenta explicar desde la Psicología política, vuelvo al punto, si nosotros le preguntamos a cualquier familiar o amistad por quien votaron, una posible respuesta, sin distinción de partidos, es por el desagrado del candidato contrario, la cual es una razón que justifica por quien votaste pero donde queda evidenciado el jue-go del imaginario, o este me cae bien porque es joven, tiene buena imagen, o sea, ningún atributo que lo convierta en buen político, en todo caso un buen líder, porque todos los lide-res se hacen en función de atributos. A veces

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los lideres juegan con ese imaginario, si algo tuvo genial el sub comandante Marcos era eso, ni siquiera mostraba su cara, habría que imaginarse cuál era su cara, que había detrás de su cara. En México aparece en la cultura popular, el asunto de los enmascarados en la lucha libre, es todo un tema para analizar.

Aquí empieza a resonar el asunto de los me-dios y cómo influyen los medios para mani-pular el imaginario, ¿cómo considera usted que los conflictos electorales son o han sido influenciados en gran parte por los medios de comunicación? ¿De qué manera?

Ese es un tema complejo, tengo un trabajo de hace mucho publicado, si ustedes ven los conflictos electorales, más allá del conflicto de López Obrador, que ese es un conflicto muy en particular, los conflictos que hay, las cosas que han tenido que revisar y trabajar el IFE y el TRIFE, etc. En todos los partidos hay conflictos, ¿Por qué eligieron al otro y no me eligieron a mí? Hay un problema de que te-nemos una cultura de la democracia muy en-deble, todo el mundo protesta por injusticias, dentro del PAN, del PRI, del PRD, hubo 3000 o 4000 demandas por irregularidades de gente que imaginariamente peleaba por eso, todo un problema. Es un problema serio, es un problema justamente del otro, un punto de vista que el Psicoanálisis trabaja mucho y el Psicoanálisis en la Psicología política le puede decir muchas cosas, pero esto es lo que siempre hay, un proceso imaginario, que es lo que la gente cree que es la democracia y a partir de eso funciona, a veces creemos que hay mejores democracias que otras, nosotros creemos que la democracia francesa es mejor que la mexicana, es todo un problema del imaginario todo lo que se juega ahí.

¿Desde dónde podrían las políticas públicas dotar al ciudadano de herramientas cívicas, éticas y sociales?

Un punto inicial es el famoso tema de la edu-cación cívica, pero la educación cívica no se debe de remitir sólo a una materia dentro del

plan de estudios, la educación cívica va mu-cho más allá de este entendido, en los últimos tiempos además, en todo el mundo, no sólo en México se han estado fomentado dos tipos de cosas que son muy negativas, una los famosos populismos y nacionalismos comunistas que está haciendo estragos en muchas partes del mundo, en Hungría, en España por ejem-plo el actual presidente de Catalunya estaba incentivando el nacionalismo populista con argumentos absurdos, ese es un problema, pero al mismo tiempo con eso, se han esta-do practicando políticas de odio, es decir, los ortodoxos, ignorantes, yo soy el único bueno, etc. Un problema básico de la educación demo-crática es el respeto al otro, convivimos con un ser humano de iguales características que uno mismo, tenemos que tener capacidades de dia-logar, discernir de buscar a partir del diálogo un cierto consenso, esto es lo que debe de hacer una verdadera educación democrática. Aquí hemos escuchado, con diferentes argumentos y en distintos partidos políticos de México: - Nosotros ganamos y tenemos derecho a hacer lo que queremos - dicho de alguna manera, el punto es que esto no es democracia, la demo-cracia es trabajar por el bien de la comunidad en general, respetando a cada uno, obviamente se habrá que tomar medidas que perjudicarán a otros, pero esta es la discusión, porque perju-dica, a quien perjudica, etc.

¿Cuál considera que es el imaginario o esta fantasía de la democracia aquí en México?

Yo coincido, lamentablemente, con lo que in-dican varios autores acerca de la decadencia de la democracia, el problema que hemos te-nido es que en el 2000 se incitó a una fantasía de la democracia desarrollada por Fox, que con él habría democracia que lo que había antes no era democracia, y claro, con él no fue tan buena como la gente esperaba, entonces eso crea una distorsión, para que queremos democracia si no es tan buena a como se espe-raba, ahora está igual o peor que como esta-ba antes, este es el juego perverso que se está dando a partir del año 2000, que no se puede

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diferenciar a la democracia como institución, como sistema, que son independientes de los grupos/partidos políticos que están ocupando el gobierno y que están ocupando esa relación, se confunde. Por ejemplo si a la gente se le pre-gunta si prefiere democracia o no, a veces es entendido como si se prefiere a este gobierno o no y siempre hay mucho más razones para no querer a este gobierno que sobre la democracia. Un punto difícil en el imaginario de México, la necesidad de deslindar la democracia como sistema ideal con todas sus virtudes y defectos de los gobiernos, es decir confundir democracia con gobierno, me parece que está muy presente en las encuestas de opinión.

¿Considera que esta opinión tan común de los ciudadanos acerca de la única responsa-bilidad del gobierno en los sucesos del país y deslindándose como afectan de alguna manera?

Todavía existen muchos mitos, mucho auto-ritarismo, esto es algo que no se terminó, si algo tenían como características los gobiernos llamados PRIstas era el autoritarismo, mis-mo que no se terminó ni con el gobierno de Fox ni con el gobierno de Calderón, hemos seguido teniendo autoritarismo, no creo que mucho menos. Este es el punto, el autoritaris-mo sigue persistiendo como actitud en mucho gente y justificando a mucha gente, es poca la gente que tiene esta capacidad de sustraerse a la imposición de una idea y poder pensar por si mismo, esta es una base para poder eliminar el autoritarismo. Hay mucha gente que en todos los grupos políticos, dice esto es así porque lo dijo el líder, esto es un problema serio para toda la cultura política democráti-ca y para una participación política, porque si vamos a hacer cosas porque las dice fulano entonces no hay participación y la gente sigue teniendo estos viejos mitos de mejor no me-terse a la política para no buscar problemas, mejor hacer lo que se te dice, no te compliques, y esto lo seguimos teniendo en todas las ins-tituciones. Los mismos partidos políticos que reclaman democracia por todo el país, todos,

absolutamente todos tienen mecanismos au-toritaristas dentro del propio partido, en su juego interno, en su lucha interna. Este es el gran problema, impulsar más participación implica más autonomía, que la gente pueda expresar sus ideas y que no sea reprimido por ello y esto lamentablemente.

Estudios:

• Doctorado en Psicología  (Facultad de Filo-sofía y Humanidades, UNC, 1999) 

• Maestría en Metodología de la Ciencia  (Facultad de Filosofía y Letras, UANL 1991) 

• Licenciado en Psicología  (Facultad de Filo-sofía y Humanidades, UNC, 1971) 

Actividad ProfesionalHa sido subdirector de investigación en la

Facultad de Filosofía y Letras en la UANL. Tam-bién fue Subdirector de Estudios de Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras en la UANL. Fue Secretario de Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras en la UANL, coordinador de la Maestría en Psicología Social en la Facultad de Psicología y Secretario Académico de la Facul-tad de Filosofía y Letras en la UANL

Actualmente es Profesor Titular “B” en la Facultad de Filosofía y Letras, UANL, desde 1976 a la fecha, en donde también es subdi-rector de Investigación. Sus líneas de investi-gación son la psicología social con énfasis en la psicología política. Es miembro de la Inter-national Society of political Psychology, de la World Association for Public Opinion Re-search y de la International Sociological Asso-ciation. Ha publicado: Guía para el diseño de investigación, y los artículos: Ideologías políti-cas y autoritarismo en la zona metropolitana de Monterrey; Participación electoral en Mé-xico y Apuntes para un análisis de los procesos científicos en la sociedad, entre otros.

Referencias de imágenes:

[Dr. José María Infante Bonfiglio], recuperado de http://www.uanl.mx/universidad/persona/investigador/jose-maria-infante-bonfiglio.html]

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Pensar en la psicología po-lítica nos plantea delimi-tar qué entendemos por

psicología y después por política. ¿Cómo hacer el enlace? ¿De qué epistemología estaríamos ha-blando? ¿Cómo concebir, pues, la razón y el sentido de la psico-logía política? ¿Qué puede decir-nos al respecto?Habría que aclarar en primer lugar que la psicología es una dis-ciplina que aparece en la moder-nidad y para los modernos. En-tiendo que tiene como «función» que las personas «funcionen» (en éste y para este sistema). La psico-logía y las otras ciencias psi- (como la psiquiatría, incluyendo la peda-gogía), son disciplinas que apare-cen cuando es nombrado y separa-

do lo normal y lo patológico. Cuando aparece el loco, el anormal, el perverso, el diferente pues; y con él, quien transgrede la ley, la mo-ral, los valores, el que no puede alinearse y alienarse a un sistema de verdad que busca homogeneizar la conducta, la conciencia, las prácticas del sujeto.

Estas prácticas o conocimientos psi- es-tán siempre al asecho del sujeto, para que en cuanto aparezca una señal fuera de lo nor-mal, poco común o diferente a las demás, reaccionen inmediatamente ante cualquier malestar, tratando de acallarlo, borrarlo, ocultarlo o definitivamente exterminarlo. Por supuesto que dependiendo de las condiciones y del momento histórico y social serán el tipo de desviaciones que el sujeto ha de manifes-tar. Finalmente los discursos que nos constru-yen preparan nuestra lógica, nuestra forma de razonar, de elaborar conclusiones y emitir un diagnóstico en torno al malestar o la pato-logía del otro. Nuestros sentidos como la mi-rada y la escucha, están siempre al asecho de

lo diferente, de lo anormal, de la enfermedad. La psicología se ha masificado, no con la fina-lidad de tener niños felices, sino niños «nor-males», alienados, que piensen lo mismo, que respondan lo mismo, que anhelen lo mismo, que deseen lo mismo, que compren lo mismo. Creo que por ello, de alguna manera, ahora ya casi todas las escuelas, trabajos y centros de atención se preocupan por tener un área de psicología y que los niños asistan a terapia. Ahora ya casi todos entienden, identifican y reconocen a un niño con TDA, muchos han sido diagnosticados y están medicados contra este mal que llaman «hiperactividad», y que es necesario tranquilizarlos, aquietarlos.

El tema de la política tiene otros antece-dentes. En la Grecia clásica, la política estaba íntimamente ligada a la práctica de la demo-cracia, se consideraba que el político deseaba el bien común. Sí, eran otras condiciones.

Maquiavelo propone otra forma de ha-cer política: da consejos al Príncipe sobre la manera de gobernar. El planteamiento de Maquiavelo se tergiversa completamente con-virtiendo la práctica política en la búsqueda del bienestar de unos cuantos en perjuicio de pueblos enteros, e incluso ahora detentando con la exterminación de pueblos, razas, co-munidades, ciudades, naciones, países, con-tinentes. Una amenaza planetaria. Como decía Max Weber: «hay quienes viven de la política y quienes viven para la política, esos son los indispensables».

Pero bajo la modernidad, el concepto de política se ha degradado. Se considera que hacer política se reduce a un tiempo y a una lógica electoral, y nos hacen creer que eso des-encadenará la instauración de una democra-cia. El sentido de la política es más amplio. Tendríamos que re significar el tema de la po-lítica y llevarlo a su sentido original. Recupe-rar el sentido del concepto y la praxis política como la búsqueda del bien común.

Entrevista a la Lic. Ruth Betancourt Vargas Por Baruch Martínez Treviño

Lic. Ruth BetancourtLicenciada en sociolo-gía, postulante a Maes-tra en filosofía. Trabajó diez años en Centros de Readaptación Social, ha dado clases a nivel de bachillerato y univer-sidad. Apasionada del psicoanálisis y la filoso-fía. Militante trotskista

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El tema de psicología política es algo que ya ha tenido cierta presencia, por ejemplo, en los estudios de preferencia electoral, medi-ción de opinión, campañas electorales y su impacto en el electorado. En fin, una gran cantidad de investigaciones y estudios. Todos ellos tienen algo en común, y es que parten de una concepción del hacer psicología política con los parámetros del positivismo. A partir de esta plétora de hacer psicología política, ¿cómo re-pensarla?

Creo que la psicología política no se tiene que repensar sino, más bien, realizar un serio análisis de este discurso, desenmascarar sus orígenes y sus intenciones. Efectivamente, no podemos concebir que la participación políti-ca de la sociedad sea un asunto que deba de cuantificarse, ponderarse, «cientifisarse», a partir de encuestas como si fuera una mer-cancía, un producto más para consumir. Las pasadas elecciones presidenciales dieron la oportunidad a un amplio debate en torno a este tipo de «investigaciones». Me parece que, finalmente, para algunos quedó claro que son útiles, que sirven a quienes las aplican para manipular, para generar cierto tipo de expec-tativas, para construir un determinado dis-curso político, dependiendo de los intereses de quienes tienen el control de los medios de co-municación. Me parece que en este aspecto es donde el maridaje psicología y política se ar-ticulan muy bien. Se justifican mutuamente. Creo que un análisis profundo del campo enunciativo de estos dos discursos, el de la psicología y la política, podría develar las in-tenciones de control, de poder, de quienes se aplican.

Acercándonos a una posible delimitación de lo que sería la psicología política, ¿cuál sería su fundamento social, su encargo, su hacer?

Me parece que esta combinación es peligro-sa. Creo que la psicología le dará herramien-tas a la política «moderna» para conducir y construir algún tipo de opinión; finalmente, para homogeneizar las opiniones. Se hablará entonces de opiniones correctas, adecuadas,

normales y anormales, enfermas, patológicas. Y creo que no está muy lejano ese momento.

El hacer de la psicología política tiene que tener en cuenta los momentos históricos, complejos y llenos de cruces en los cuales se enmarca cualquier práctica psicológica y polí-tica. ¿A qué aconteceres psico-socio-políticos se enfrenta? ¿Qué postura tomaría? ¿Cuáles son sus posibilidades de hacer qué cambio, o qué comprensión, o qué entendimiento? ¿Di-reccionado a hacer qué praxis?

Definitivamente estamos presenciando la po-sibilidad de grandes cambios históricos. Creo que la psicología y la política, en términos de lo que ya mencionamos anteriormente, de lo moderno, se están preparando para obstruir todo tipo de cambio; la psicología, la política y las otras «ciencias» que surgieron en la mo-dernidad, tienen como finalidad mantener el status económico y social vigente. Esos son discursos que aspiran a construir una subjeti-vidad pasiva, carente de deseo y de deseo de cambio. Sus mediciones, sus opiniones, sus resultados «científicos», no obedecen a una necesidad de transformación, sino de endu-recer la estructura del sistema actual. ¿Por qué menciono esto? Porque esos discursos no trascienden, sino que repiten, reproducen las condiciones actuales de existencia. No gene-ran condiciones de posibilidad, ni emplazan a otra discursividad que subvierta al sujeto y al sistema, no siente precedentes para una nueva subjetividad, sino que la reproduce.

La psicología política. Mencionan que se encarga de estudios de carácter positivo, de mediar opinión, de predecir resultados, de investigar preferencias, es decir, de construir una verdad. ¿Y cómo se construye? Sus inves-tigaciones deben fundamentarse en estudios e investigaciones de campo, realizados con un sencillo instrumento, pero nada inocente: el método de la encuesta, el que reactualiza la inquisición. Ese es el método que permite la sustracción de la verdad en los procesos in-quisitoriales. Habría que cuestionarnos si de alguna manera no actuamos, cuando aplica-

Las Entrevistas: Lic. Ruth Betancourt Vargas

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mos este método, como en los juicios inquisi-toriales. Seguimos mirando igual, buscando el error, buscando la diferencia, buscando lo condenable. Seguimos escuchando igual, atentos al decir del otro para condenarlo y, finalmente, construimos un «juicio» sobre el otro. Me parece que las posibilidades de cam-bio, estarían ahí, en modificar muestra mane-ra de ver, de escuchar, de percibir al otro. En modificar nuestros instrumentos y métodos de «investigación». Que la búsqueda de la verdad deje ser el único fin, pues finalmente esa verdad encontrada se impone siempre al otro.

Por último, ¿algo más que le gustaría agregar?Hay un texto muy interesante de Michel Foucault, «Marx, Freud y Nietzsche». A estos personajes, Foucault los ubica como los autores de la sospecha, de la ruptura episté-mica. El psicoanálisis, el marxismo y la filo-sofía de Nietzsche, surgen en el siglo XVIII y son estos autores quienes realizan una crítica radical de los mecanismos de control del na-ciente capitalismo. Es decir, el psicoanálisis, el marxismo y la filosofía de Nietzsche, generan las condiciones de posibilidad para una rup-tura epistémica, en el plano de la estructura económica capitalista, en la construcción de la subjetividad y en la moral. Creo que hacia allá deberíamos de dirigir nuestro análisis y la posibilidad de construcción de otra subje-tividad, no la normada, alienada y homogé-nea. Sino una subjetividad que cese de buscar la diferencia, lo patológico y lo enfermo para excluirlo. Que modifique el rumbo de su es-cucha y su mirada. Que cese de emitir juicios sobre el otro, que cese de inquirir.

Referencias:

Moscoso, Javier (2011). Historia cultural del dolor. Madrid: Tau-rus. Paula Arizmendi, lasalud.mx (2012) Portada [Fotografía] Recuperada de http://www.lasalud.mx/permalink/10272.html

Referencias de imágeners:

lychnos (sf) Perfil Javier Moscoso [Fotografía] Recuperada de http://www.fgcsic.es/lychnos/es_ES/articulos/investigacion_de_frontera_en_humanidades_y_ciencias_sociales

Las Entrevistas: Lic. Ruth Betancourt Vargas

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Introducción

En el presente trabajo no pretendo más que un ejercicio para poder ubicar con-ceptos revisados en la materia de Abor-

daje en Perversiones y Trastornos psicosomá-ticos, la cual forma parte del tercer semestre de la Maestría en Psicología con Orientación en Clínica Psicoanalítica, tomando la perver-sión como pieza fundamental de estas notas comentadas desde un panorama general y me-ramente descriptivo, que me han servido en este periodo de formación para ir clarificando aquello que se trabajó en la clase y particular-mente en la lectura realizada para la misma, Este breve ensayo es un primer paso en mi formación, espero, con el tiempo, la lectura y fundamentalmente, la clínica, pueda aclarar algunas dudas y generarme aún más en revi-siones posteriores.

El cine, que en su haber como en su ciencia ha desplegado formas artísticas que exponen lo humano y que nosotros, como espectadores, nos permite reflexionar en múltiples caminos con la única condición de no ser sólo un re-ceptor pasivo de lo que nos presentan. Hoy tomo en cuenta una película conocida para muchos, dado su carácter comercial, que sin embargo nos repliega personajes cuya inten-sidad y discurso han tomado la atención de esta estudiante, de «Batman, El Caballero de la Noche», he tomado breves diálogos de los que me he servido a manera de ejemplo en los conceptos que intentaré exponer de manera concreta, en particular en relación al persona-

je del Guasón, y bueno, como siempre a uno le faltan cosas, también revisé algunas de las his-torietas que el finado actor Heath Ledger es-tudió para el personaje que representó, «The Killing Joke» escrito por Allan Moore (1988) y «Mad Love» escrito por Paul Dini.

PerversiónLa perversión como concepto ha sido am-

pliamente problematizada, refiriéndose con el mismo término desde una cualidad de un su-jeto, de actos que son catalogados de perversos hasta una estructura psíquica. Haciendo un brevísimo recorrido, definiremos la perversión a partir de las aportaciones que han hecho va-rios autores. Partiendo del diccionario de la Real Academia Española leemos que pervertir, es definido como «Viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe, el gusto, etc». O «Perturbar el orden o estado de las cosas», estas acepciones organizan el concepto partiendo de la acción de un sujeto, con lo cual entendemos que refiere a los actos perversos, dentro de un marco social. Podemos notar que si la perver-sión es entendida desde parámetros sociales, de entrada la dificultad radica por las diferencias culturales, como ejemplo: las prácticas sexua-les que podrían ser consideradas perversas, se-rían muy distintas dependiendo desde donde se mire en el mapa, ya sea de oriente a occiden-te y más aún cuando se enlazan con cuestiones jurídicas. Otros autores, refieren al hablar de perversión a los sujetos que tienen comporta-mientos de crueldad.

MisceláneaDe la perversión y una sonrisa imborrable. Ejercicio sobre el «Guasón»Por Lic. Ana Gabriela Góngora Soto

Guasón: … Verás, su moral, su ley, es un mal chiste. … Te mostraré que, cuando las cosas van mal, estas personas civilizadas se comen entre ellas. Verás, yo no soy un monstruo. Solo estoy más adelantado

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I

En el presente trabajo no pretendo más que un ejercicio para poder ubicar con-ceptos revisados en la materia de Abor-

daje en Perversiones y Trastornos psicosomá-ticos, la cual forma parte del tercer semestre de la Maestría en Psicología con Orientación en Clínica Psicoanalítica, tomando la perver-sión como pieza fundamental de estas notas comentadas desde un panorama general y me-ramente descriptivo, que me han servido en este periodo de formación para ir clarificando aquello que se trabajó en la clase y particular-mente en la lectura realizada para la misma, Este breve ensayo es un primer paso en mi formación, espero, con el tiempo, la lectura y fundamentalmente, la clínica, pueda aclarar algunas dudas y generarme aún más en revi-siones posteriores.

El cine, que en su haber como en su ciencia ha desplegado formas artísticas que exponen lo humano y que nosotros, como espectadores, nos permite reflexionar en múltiples caminos con la única condición de no ser sólo un re-ceptor pasivo de lo que nos presentan. Hoy tomo en cuenta una película conocida para muchos, dado su carácter comercial, que sin embargo nos repliega personajes cuya inten-sidad y discurso han tomado la atención de esta estudiante, de «Batman, El Caballero de la Noche», he tomado breves diálogos de los que me he servido a manera de ejemplo en los conceptos que intentaré exponer de manera concreta, en particular en relación al persona-

je del Guasón, y bueno, como siempre a uno le faltan cosas, también revisé algunas de las his-torietas que el finado actor Heath Ledger es-tudió para el personaje que representó, «�e Killing Joke» escrito por Allan Moore (1988) y «Mad Love» escrito por Paul Dini.

PLa perversión como concepto ha sido am-

pliamente problematizada, refiriéndose con el mismo término desde una cualidad de un su-jeto, de actos que son catalogados de perversos hasta una estructura psíquica. Haciendo un brevísimo recorrido, definiremos la perversión a partir de las aportaciones que han hecho va-rios autores. Partiendo del diccionario de la Real Academia Española leemos que pervertir, es definido como «Viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe, el gusto, etc». O «Perturbar el orden o estado de las cosas», estas acepciones organizan el concepto partiendo de la acción de un sujeto, con lo cual entendemos que refiere a los actos perversos, dentro de un marco social. Podemos notar que si la perver-sión es entendida desde parámetros sociales, de entrada la dificultad radica por las diferencias culturales, como ejemplo: las prácticas sexua-les que podrían ser consideradas perversas, se-rían muy distintas dependiendo desde donde se mire en el mapa, ya sea de oriente a occiden-te y más aún cuando se enlazan con cuestiones jurídicas. Otros autores, refieren al hablar de perversión a los sujetos que tienen comporta-mientos de crueldad.

MisceláneaD . E «G»Por Lic. Ana Gabriela Góngora Soto

Guasón: … Verás, su moral, su ley, es un mal chiste. … Te mostraré que, cuando las cosas van mal, estas personas civilizadas se comen entre ellas. Verás, yo no soy un monstruo. Solo estoy más adelantado

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La perversión desde un plano psicoanalíti-co, tiene su explicación expuesta en el diccio-nario de Laplanche y Pontalis (1967) como una «desviación con respecto al acto sexual

“normal”, definido como coito dirigido a ob-tener el orgasmo por penetración genital, con una persona del sexo opuesto» Es decir, como la definición dada por Freud (1905), en Tres Ensayos de Teoría sexual, donde lo refiere a las pulsiones en su relación con la meta, el fin, el empuje y el efecto que tenderá a la descarga de su quantum libidinal. Cuando la satisfac-ción del orgasmo está estrictamente supedita-do a determinadas condiciones, es decir, todo lo que este afuera de lo típico. Sin embargo muchos actos llamados perversos, se dan en el lugar de placer preliminar en el acto sexual normal. ¿Y qué es lo típico?, nos tendríamos que cuestionar. Esta definición está cargada de un momento en que el concepto está ligado a la cuestión de norma y el evolucionismo.

Si revisamos el artículo de Manuel Her-nández (2000) Sexo sin sexuación, se hace un análisis de Tres ensayos…, en el que recorda-mos la pulsión en su carácter de pulsión par-cial, además de entenderla como perversa y polimorfa entre las zonas erógenas, sin identi-dad sexual, vasta y diversa como lo es la fanta-

sía, teniendo sus vestigios, tal como lo planteo Freud, a manera de síntomas o el carácter en un sujeto neurótico.

Joël Dor (p.47), comenta tomando en cuenta la teoría freudiana, que la perversión encuentra su etiología, por un lado, desde la angustia de castración, y por otra parte, en las defensas para lidiar con ella. Tiene como ca-racterística la fijación en estadios tempranos, y denegación de la realidad. Frente a la ausen-cia de pene en la madre y en las mujeres, el sujeto manifestará la creación de un sustituto del pene imaginario de la madre, un fetiche, es decir, dará cuenta de la castración, en tan-to se proteja con este objeto, que le servirá de vehículo para desmentirla, y en este mismo proceso, reconocerla.

¿La estructura perversa?Apareciendo la intersubjetividad en el dis-

curso para pensar la perversión, Lacan toma de Sartre el concepto y lo comienza a abordar tomando el carácter de estructura, dejando a un lado las cuestiones biológicas inmersas en las definiciones de ese momento, trabaja sobre la posición que toma el sujeto frente a la falta y el mecanismo que escoge para poder enfren-tarla: la desmentida, lo que llevará a constituir

Miscelánea: De la perversión y una sonrisa imborrable

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Miscelánea: De la perversión y una sonrisa imborrable

su psiquismo de un modo distinto que el neu-rótico o el psicótico.

La castración es simbólica, es un no sa-ber. No se aceptará el sujeto en ninguna falta, porque lo conduciría a un miedo real, la posibilidad de una castración en el plano simbólico, que para él está en el plano de lo real. Donde se asoma un hueco, colocará un falo, se establece donde tapa el vacío que ve en esa falta, él, situado en la posesión de un saber, es por eso que es de extrañar que un sujeto perverso llegue a acudir a análisis, ya que en el dispositivo psicoanalítico, el sujeto tendría que colocar al analista como el sujeto supuesto saber, y esto no ocurre, ya que él posee o cree poseer dicho saber.

El FetichismoDesde el diccionario de Dylan Evans (1996),

entendemos que el fetiche es definido por La-can partiendo de la distinción entre los concep-tos de pene y falo siendo este último el que se sustituye simbólicamente por el falo materno.

La escisión del yo se nos presenta como dos representaciones irreconciliables entre sí, coincidiendo en el psiquismo del sujeto. La evidencia de la falta de pene en la madre, y la instauración del objeto fetiche desmintiendo la realidad a su vez de recordarle dicha falta. Mabel Rodríguez (1994) habla sobre el feti-che, en relación a que no tiene que ser llevado a donde quiera que el sujeto vaya, puede traer-lo en el pensamiento, ya sean las medias o el pecho, se lo puede encontrar en su entorno, sin embargo es preciso que este se encuentre allí ya que es una premisa que permite que se sostenga el deseo. Cuando el sujeto perverso niega la falta en el Otro, se convierte él mis-mo en objeto. En su condición de objeto como causa de deseo (Rodriguez, 1994).

Siguiendo a Milmaniene (2004), enten-demos que la función paterna desempeñará el papel de la castración, será un agente de la misma, así como de la prohibición, ligado a la instalación de la función simbólica, la adscrip-ción del sujeto al mundo del lenguaje. Cuan-do no hay una distancia simbólica suficiente

y necesaria del deseo de la madre, el sujeto realizará diversos intentos por restituir dicha función, lo que ha de devenir en una estruc-tura psíquica. En la estructura que nos ocu-pa, el padre se vuelve un cómplice, no legisla, permite, se rebaja a otro lugar de simetría en donde no ejerce la función simbólica. El feti-che funciona como objeto para poder tapar la falta, desmentir la castración, se coloca de tal modo que intenta llenar al Otro en su falta, se coloca como goce del Otro. El fetiche, en relación con la función paterna, tendrá que ver con un padre ausente o no idealizado, que en su calidad de igual será testigo de los actos del sujeto, si nos remitimos como ejemplo a la escena de Moisés como Padre, quien se dirige al encuentro de las Tablas de la Ley, deja al pueblo de Israel desprovisto de guía, abando-nados de toda restricción, comenzaron a ve-nerar al becerro de oro, logramos ubicar esta materialización como fetiche colectivo para evitar la angustia que se suscita ante el vacío que se presenta frente la ausencia del padre, teniendo a Aarón como ese padre que no es guía, siendo incapaz de metabolizar la angus-tia del pueblo, no figura como ley.

Nuevamente con Mabel Rodríguez (1994), apuntamos que el perverso opera frente al neurótico, señalándole su falta, su sumisión a una ley, es en tanto que el neurótico es desbor-dado que el perverso gozará. Al convertirlo en

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objeto, destrozarle la razón, implantando una ley, su ley que no deberá ser debatida, inamovi-ble, removiéndole al compañero la posibilidad de palabra, llevándolo a los limites, allí donde

goza, evitando darle muerte ya que deja-ría dicho goce. El neurótico piensa que el perverso pue-de actuar sus fanta-sías, lo que sucede es que el sujeto de la perversión, no tiene otra opción, tendrá que actuar y estar atado a la compul-sión a la repetición de estos actos que le condenan. Goce donde el perverso está atrapado como causa de deseo del Otro.

Tratando de articular el filme. Del Guasón sabemos poco, hay un sinfín de historias que el inventa para dar «razón» de lo que lo ha conver-tido así como es el, con su sonrisa permanente, ¿una infancia difícil le dejo marcado?, ¿una re-lación de pareja tormentosa? ¿el padre quien les agrediera a él y a su madre?, ¿su madre quien es alcohólica?, realmente no lo sabemos.

En el Guasón, es claro que transgrede las normas sociales, mata, roba, comete actos te-rroristas, pero ¿qué manifestaciones, desde el plano analítico, pudieran ser colocadas como perversas?

Al Guasón no le interesa el dinero, para hacerlo claro, sin más, lo quema, tampoco el dolor físico, sometido a los golpes propinados por Batman, el Guasón arroja sus más sono-ras carcajadas, y aún pendiendo de un edificio le importa poco la muerte. Parece que lo que le interesa es llevar a los sujetos a sus límites, el tiene un punto que probar, su ley, su ley en relación a la locura, al caos, que aplicaría para todos, sin huecos, sin falta. Para efectos de ejemplificar esto nos encontramos una esce-

na. El Guasón pone un ejercicio social, sitúa a ciudadanos en un bote, separándolos de pre-sos y guardias que se encuentran en otro, cada uno con un control de una bomba del bote contiguo, no pueden salir porque entonces el suyo explotaría, si no se toma una decisión a tiempo explotaran los dos.

¿Qué es lo que le importa?, hacer probar su ley, su falo, su saber respecto a «todos», man-tener su ley de saber, donde las personas están condenadas en determinadas situaciones a transgredir su moral y desbordarse, como con su pareja la ex psicóloga del Asilo de Arkham, Harley Quinn. Sin embargo, ese saber que se jacta, es un saber que lo condena a repetirlo y entonces gozar, no tiene la posibilidad de tra-mitarlo por la vía de la fantasía. El Guasón habla de su pérdida de la realidad, y ése es el punto, lo puede hablar, para él es un mal chis-te, consecuencia de un mal día, un día que él no puede ver, el sujeto está en falta, no se en-cuentra en el goce perpetuo del psicótico, está atravesado, pero el camino que tomo es distin-to, ahora hay otra ley, la suya, él como objeto, no quiere ver que en su transgresión hay una confirmación de que se encuentra allí, castrado.

Del script original del caballero de la noche (Nolan, 2008):

Batman: Entonces ¿Por qué quieres matarme?

Guasón: ¡Ja, ja, ja! ¡Yo no quiero matarte! ¿Qué haría sin ti? ¿Volver a estafar a mafiosos? ¡No, no, no! ¡Tú me completas!

Batman: Eres basura, matas personas por dinero.

Guasón: ¡No hables como si fueras uno de ellos porque no lo eres! Incluso si eso es lo que quisie-ras. Para ellos solo eres un fenómeno, como yo. Te necesitan ahora pero cuando no, te van a deste-rrar, como a un leproso. Verás, su moral, su ley, es un mal chiste. Desechado a la primera señal de problemas. Ellos son tan buenos como el mundo les permite ser. Te mostraré que, cuando las cosas van mal, estas personas civilizadas se comen en-tre ellas. Verás, yo no soy un monstruo. Solo estoy más adelantado.

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¿Será Batman, el sujeto con leyes, con normas, con estándares, el objeto fetiche del Guasón?, es necesario que viva, es necesario que este puesto en escena, bajo su ley, por supuesto, hasta llevarlo a los bordes, a los bordes de la locura. No tengo respuestas posibles de mo-mento, lo hablo porque se me impone como muchas otras preguntas en esta reflexión.

Termino esta presentación con el chiste que el Guasón le cuenta a Batman en «The Killing Joke» después de haber dejado paralítica a Bárbara Gordon, Batichica, además de tomar-le fotos desnuda y exponérselas a Jim Gordon, padre de la misma. Un chiste en el que los dos sujetos ríen, Batman y el Guasón. En este chis-te se encontrarán aquel que tiene un saber, una linterna y pasa los límites, y aquel que de lo que sabe es de la posibilidad de caer.

Había una vez dos tipos en un manicomio... Y una noche... Una noche deciden que ya no les gus-ta vivir en él. ¡Así que deciden escaparse! Entonces, se suben al tejado y ahí, a un salto de distancia, ven las azoteas de los edificios de la ciudad, que se pierden en el horizonte bajo la luz de la luna... Que se pierden hacia la libertad. El primer tipo da un salto y cruza sin problemas. Pero su amigo no se atreve a saltar. ¿Porque?... Porque teme caer-se. Entonces, el que ha saltado tiene una idea... Y dice: «¡Eh! ¡Llevo una linterna encima! ¡Alumbra-ré con ella la distancia que separa ambos edificios para que así puedas caminar por el haz de luz y llegar hasta aquí!». P-pero el otro tipo niega con la cabeza. Y di-dice... Dice: «¿Pe-pero acaso te crees que estoy loco? ¡La apagarías cuando fuera por la mitad!» (Moore, 1988) The Killing Joke.

Referencias:

Dini, P. (2009). Mad Love. EEUU: DC Comics.

Dor., J. (1991). Estructuras clínicas y psicoanálisis. Buenos Aires. : Amorrotu. .

Evans, D. (1996). Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano. Buenos Aires: Paidós .

Green, A. (1990). De locuras privadas. Buenos Aires: Amorrortu.

Hernandez, M. (2000). Sexo sin sexuacion. Me cayo el veinte , 75-93.

Jean Laplanche, J.-B. P. (1967). Diccionario de Psicoanalisis. Barcelona : Paidos.

Milmaniene, J. E. (2004). La función paterna. Buenos Aires: Editorial Biblos, .

Moore, A. (1988). The Killing Joke. EEUU: DC Comics.

Nolan, C. (Dirección). (2008). Batman "El Caballero de la Noche" [Pe-lícula].

Rodriguez, M. (1994). Perversion, la angustia del Otro. En R. F. Car-los H. Bembibre, La angustia en la direccion de la cura. Argentina: Lu-gar Editorial.

Referencias de imágenes:

250px-Mad_Love_cover: Dini, P. Timm, B. (1994). Mad Love [Fo-tografía] Recuperado de http://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/thumb/8/8a/Mad_Love_cover.jpg/250px-Mad_Love_cover.jpg

Batman The killing joke: Moore, A. Bolland, B. (1988). [Fotogra-fía] Recuperado de http://2.bp.blogspot.com/_ZVkb0M61jmc/TS i B 4 S xYf 9I /A A A A A A A A B h o/ H C Pg 5 Iy b f Nw/s16 0 0/batman+the+killing+joke.jpg

Joker-the-joker-9028188-1024-768: Joker, Heath Ledger. [Fo-tografía] Recuperado de http://images2.fanpop.com/image/pho-tos/9000000/Joker-the-joker-9028188-1024-768.jpg

«Entre la espada y la pared» con las PsicosisPor Edgar Vázquez«Por la experiencia que nos da la clínica, que escuchar un discurso delirante es profundamente exhausto, cansado. Trae consigo una inercia la cual uno es convocado como testigo.»

La transferencia es la joya del dispositi-vo psicoanalítico. Sin el análisis de ella no existe dispositivo, es la función en

sí misma que da vuelta a la rueda llamada por Freud «cura». Como concepto psicoanalítico guarda dentro de sí el núcleo del análisis, sin el cual podríamos estar haciendo cualquier otra psicoterapia, pero no Psicoanálisis. Trae consigo un nudo conceptual que lleva tiempo entender y saber emplear en la dirección de la cura: podemos hablar de repetición en fun-ción de las figuras parentales, podemos hablar de regresión hacia la imagen del analista, idea-lización y alabanza en esa misma imagen, po-demos hablar de pulsión de muerte, destruc-ción por la figura del analista, podemos hablar de castración, «¿cómo es que ya se acabó la se-sión nada más porque tú dices?», tal cual una paciente me compartió algún tiempo atrás, podemos hablar de diagnóstico, podemos ha-

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blar del amor, porque el amor es transferencia, y ninguna otra de las «psicologías» hablan del amor tal y como lo habla el psicoanálisis.

¿Por qué lleva tiempo entender y saberla utilizar en la dirección de la cura? Porque está direccionada siempre hacia el analista, hacia la persona, hacia la figura del que está enfren-te, o detrás, podría ser, en tal caso de estar en un diván. Porque trae consigo la posibilidad ilusoria y fantasmatica de enredarse en la mis-ma transferencia proyectada por el paciente. El término «contratransferencia», amplia-mente rechazado por Lacan, y por un servi-dor, por el mismo hecho de estar funcionando como un tec-nicismo, como un malfuncio-namiento en un supuesto que debería funcio-nar, una varia-ble extraña que hay que descar-tar. No, hay que decirlo con to-das las letras, hablar las cosas por su nombre: «odio a mi paciente», «me aburre mi paciente y me hace bostezar»; en vez de «la contratrans-ferencia está haciendo efecto». El análisis de eso llevará a la posibilidad de ponerlo al servi-cio de la dirección de la cura.

Dentro de las Neurosis, la transferencia traerá consigo un supuesto: el lugar del su-puesto saber, donde el neurótico apuntala con su pregunta: « ¿Qué es ser mujer?», « ¿Estoy vivo, o estoy muerto?». Sin embargo dentro de las Psicosis el efecto de la transferencia in-cluirá un reverso que trastoca la técnica en sí misma.

Sin la necesidad de ahondar mucho en el profundo trabajo teórico que implica conocer la Estructura de la Psicosis, sabemos de an-temano que el mecanismo principal radica en la Forclusión. Mientras que en la Neuro-sis, el mecanismo primordial es la Represión, en la psicosis, la Forclusión permite al sujeto estructurarse en función de un «déficit», algo

que le diferencia de un Neurótico: el nombre del padre.

¿Qué sucede en las Psicosis?, como lo plan-tea Calligaris, la Metáfora Delirante efectúa un papel primordial en la significación subje-tiva del sujeto, válgame la redundancia. Mien-tras que en las Neurosis la Metáfora Paterna provee al sujeto la posibilidad de creer en una Ley, una ley que promueve la interacción pa-cífica entre los sujetos, entre sus deseos y una separación agradable y cómoda de sus queha-ceres, en las Psicosis, la Metáfora Delirante provee de una posibilidad de implementar un orden sobre el caos. El caos del deseo del

otro. Dentro del Delirio no existe la posi-bilidad de la pregunta, de la posibilidad de la opinión del otro. Es un saber puro que trae consi-go el delirante

ante la figura del analista como un testimonio, no como una posibilidad de validación, todo lo contrario, nosotros como psicoanalistas, como psicólogos clínicos, somos testigos del saber del delirante. Un ejemplo que un profe-sor ilustraba en este sentido, hablando de un delirante que decía haber sido abducido por los extraterrestres, imaginando que el psicote-rapeuta, lego del psicoanálisis, intentara pro-veer de una confrontación con la «realidad», le dice: «vayamos pues a ponerlo en un estudio de rayos X, veamos, pues, el aparato que usted dice que fue implantado en contra de su vo-luntad». A lo que el delirante responde: «bue-no, usted está loco, doctor. ¿Cómo se le puede ocurrir que una tecnología tan obsoleta y pri-mitiva como los rayos X pudiera dar testimo-nio de la avanzada tecnología alienígena?».

El delirio se defiende a sí mismo. Trae un vórtice de congruencia, imposible de eludir. Y si fuera incluso posible de eludir, la apuesta psicoanalítica es no hacerlo. Porque eso mis-

Miscelánea: Entre la espada y la pared

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mo, el Delirio, la Metáfora Delirante, es lo que le sostiene al paciente. Hay que aprender de ella.

Hemos de compartir, por la experiencia que nos da la clínica, que escuchar un discur-so delirante es profundamente exhausto, can-sado. Trae consigo una inercia la cual uno es convocado como testigo. Escuchar un discur-so delirante contrae retos hacia el narcisismo del analista, hacia la tangibilidad de «reducir-se» a un espectador, tal cual podría llegar a escuchar el Yo inflamado de un analista que levita sobre sus propias palabras. Contiene retos hacia la escucha del analista también, cuando lo imperante del discurso delirante, la tendencia a la cual invita es a la de la com-prensión, como decía Lacan, «una vez que comenzamos a comprender, ya no estamos escuchando nada».

¿Y podríamos entonces suponer que dentro del análisis con un paciente con Estructura Delirante no existe la transferencia? Sí la hay, pero la pregunta es ¿qué tipo de transferen-cia? «… de la nada no puede hacerse nada.» Diría Shakespeare. Y es que, caminando por el sendero del desarrollo psicosexual, la opor-tunidad que un paciente pueda tener con su psicosis (porque por supuesto que hablamos en plural, «las psicosis», así como «las neuro-sis», minimizar la subjetividad es peligroso) va a depender del vínculo que ha podido desa-rrollar a partir de su estructura. En el trans-curso del tratamiento el analista se vale de la parte neurótica del paciente, como lo comenta Rosenfeld. Esto significa que en la relación transferencial el paciente delirante se valdrá del bagaje vincular ofrecido en su propio Edi-po. Y el analista, igual a la relación vincular con los padres de la primera infancia, se val-drá del acompañamiento, del sostenimiento y la integración ofrecida al caos emocional de los objetos parciales del paciente, que como la escuela inglesa nos muestra, podría deambu-lar sin tregua alguna entre la posición esqui-zoparanoide y la posición depresiva.

Estar frente a las Psicosis es estar entre la espada y la pared. Porque exponen, a carne

viva, un reverso en la técnica, una posibilidad, que no cualquier analista está dispuesto a to-mar. Un lugar donde la escucha, la técnica y la teoría se ponen a prueba, de una manera que las Neurosis no necesariamente hacen.

Bibliografía

Calligaris, C. (1991). Introducción a una clínica diferencial de las psi-cosis. República Argentina: Ediciones Nueva Visión.

Rosenfeld, D. (2011). El alma, la mente y el psicoanalista. México: Paradiso Editores.

Referencias de imágenes:

(2010) Black Swan [fotografía] recuperada de http://blog-menor.blogspot.mx/2011/04/black-swan.html

Miscelánea: Entre la espada y la pared

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Cómo motivar al Psicólogo LaboralPor Por Orlando Ramos ([email protected]) | Egresado Área Laboral | puntolaboral.blogspot.mx«La importancia de la automotivación en el trabajo del Psicólogo Laboral abarca desde «estar un paso adelante» hasta entender el «porqué» de las cosas»

Ser Psicólogo Laboral vino a ser com-plicado desde el momento en que todo mundo cree que sabemos leer la mente,

entender empática y clínicamente a nuestros jefes y compañeros y sobre todo cuando nos enfrentamos al verdadero reto de aprender cosas de administración, nóminas, etcétera.

Pero no hay nada que un Psicólogo Laboral no pueda hacer, aun así hay que preguntarnos, ¿quién motiva al Psicólogo Laboral?

Ser parte del perfil creativo, emprende-dor y «alivianado» del Psicólogo Laboral frecuentemente no encaja con el perfil de trabajo del empleado común, como diría un gerente o director, «si no está estresado y fastidiado, es que le faltan actividades de trabajo», porque tenemos la habilidad de comprender (en la mayoría de los casos) el «porqué» de las cosas, y tendemos a no es-tar preguntándolo; tenemos la facilidad de crear planes y proyectos con muy poca infor-

mación, poseemos la capacidad de enfrentar retos lógicos y creativos por el simple hecho de ser Psicólogos.

Parte del proceso creativo es que en algún momento se atasca la creatividad, de algún modo nos sentimos dando vueltas en círculos, es aquí donde necesitamos esa motivación que normalmente debería venir de quien autoriza nuestra paga: Nuestro jefe(a); si alguno de us-tedes suspiró como diciendo «bueno fuera…» entonces vamos por buen camino, porque en realidad no necesitamos la motivación de otros cuando tenemos un arma 100 veces más poderosa: La automotivación.

Por automotivación he llegado a compren-der que es como aquella imagen de una perso-na sobre un caballito, con una zanahoria fren-te al caballito para hacerlo caminar. Nosotros somos la persona y el caballito al mismo tiem-po, la automotivación nos sirve para lograr nuestras metas personales y profesionales. La importancia de la automotivación en el traba-jo del Psicólogo Laboral abarca desde «estar un paso adelante» hasta entender el porqué de las cosas, todo depende de la actitud y Vi-sión de Negocio que tengas.

Si sumamos Auto-motivación con Visión de Negocio, obtendre-mos un resultado tan profesional, a tal punto de entender el pensa-miento de Gerentes y Directivos, incluso nos da la capacidad de ser uno al tener la experiencia requerida para el puesto; si usted y yo entendemos estos concep-tos podremos estar seguros de que la base del éxito está en la actitud de las personas, y esa actitud se debe mantener con Automotivación y Visión de Negocio para no desviar nuestras metas del éxito profesional.

Referencias de imágenes

Punto Laboral 1: Self Confidence. [Fotografia] Recuperado de http://www.economias.com/2010-09-06/5038/frases-de-motiva-cion-laboral/

Punto Laboral 2: Especial. (2011). [Fotografía] Recuperado de http://elempresario.mx/actualidad/fin-relacion-laboral

Punto Laboral

Punto Laboral

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El experimento / Das Experiment Director: Oliver Hirschbiegel

Alemania/2001

Por Karla Ivalisse Perales Herrera | @ IvalissePerales«Una mirada a la anatomía del poder que deja al descubierto el complejo entramado de las relaciones humanas»

Experimento de la

Universidad de Stanford

Basada en el experimento de la cárcel si-mulada de la Universidad de Stanford, realizado por Philip Zimbardo y sus

colaboradores en el año de 1971. Dicho expe-rimento fue subvencionado por los Estados Unidos quienes buscaban la explicación de los conflictos entre internos y reos en sus sistemas carcelarios.

Zimbardo intentaba comprobar sus hipó-tesis respecto al estudio del abuso de poder y la autoridad en función del entorno social, con la cual explicaría los abusos cometidos frecuentemente en las prisiones a partir de cierta disposición de autoselección entre guardias y convictos.

El estudio fue llevado a cabo en el sótano de la Universidad, el cual fue acondicionado como una prisión ficticia y la selección de los

participantes consistió en reclutar a un grupo de 24 jóvenes a través de anuncios de perió-dico, a quienes se les ofrecía la cantidad de 15 dólares diarios por su participación, poste-riormente fueron subdivididos en dos grupos a quienes se asignaron los roles de guardias y reclusos respectivamente.

La asignación de rolesZimbardo había establecido las condicio-

nes específicas para generar la desorientación, la despersonalización y la de individualiza-ción en los sujetos. Por ejemplo: a los reclusos se les asignaron batas de muselina y sandalias con tacones de goma para forzarles a adoptar posturas poco comunes e incómodas que ge-nerarán el sentido de desorientación.

A los guardias se les explicó que su respon-sabilidad sería mantener el orden de la prisión y ver que los reos cum-plieran con la ley, sin embargo, no se les pro-porcionó un reglamento con normas explicitas, únicamente se les men-ciono que tenían libertad para hacerlo de la mane-ra que consideraran más conveniente sin utilizar la violencia física.

Por su parte, a los pre-sos se les mencionó que cambiarían su nombre

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y apellido por un número; es decir que su identidad quedaría anulada. Se les proporcio-naron batas como única vestimenta, sin ropa interior y se les ató una cadena a sus tobillos para recordarles constantemente la opresión a la que estarían sometidos.

La dinámica del experimento consistía en asignarle roles a los individuos y observar la adopción y el desempeño de los mismos, a di-ferencia del experimento real, en la cinta son 8 sujetos los designados «guardias» y 12 «pri-sioneros», quienes fueron sometidos a ciertos tipos de pruebas psicológicas que determina-ron la asignación de roles, en comparación al experimento real, donde los papeles fueron designados por el lanzamiento de una mone-da y no hubo diferencias objetivas que estable-cieran diferencias entre complexión , estatura u otras variables; no obstante, el equipo hizo una selección de 24, de entre los 70 que res-pondieron al aviso, a quienes estimaron más saludables, con mejor condición física y psico-lógicamente más estables.

En la cinta, a los sujetos se les explicó que estarían sometidos durante 14 días y se les re-tribuiría por su participación con una paga de 2000 dólares.

Evolución en el cambio de conductasEl cambio de conducta que presentan los

guardias es impactante; en un principio, de-ben manejar el estrés típico que genera el cumplimiento adecuado de su labor, al estar sometidos por un mando superior que implica

el mantener el orden, hacerse respetar por los internos y velar por que se cumplan las leyes.

Sin embargo, cuando se presenta la primera situación incómoda que pone en una encruci-jada a uno de los guardias, éstos se ven obliga-dos a tomar una decisión que genera un fuerte conflicto respecto «al deber ser de su papel».

La situación, que comienza como un juego, no tarda en degenerar, cuando los guardias comienzan a utilizar una violencia despropor-cionada, que escapa al control de los organi-zadores, que perciben que la situación es más interesante cuanto más se complica, pero que no aciertan a ponerle fin a tiempo y cuando lo intentan ya es demasiado tarde, trayendo como consecuencia graves consecuencias psi-cológicas para los participantes, al generarse un duelo de poder entre Tarek, el prisionero 77 (Moritz Bleibtre) y el guardia Berus (Jus-tus von Dohnanyi).

El conflicto de rolesEn su libro «Comportamiento Organiza-

cional: teoría y práctica», Stephen P. Robbins señala que dentro de una organización, el individuo se enfrenta constantemente a un conflicto de roles; definido como «la situación en la que un individuo es confrontado por ex-pectativas de papeles divergentes».

Los conflictos de roles generan cambios de conducta en los individuos al verse sometidos, por una parte, a la presión de su grupo, quienes esperan que cumpla con las expectativas que su-pone el desempeño de su papel y por otra, a las que esperan las personas que dependen de él.

El conflicto supone que el guardia tiene que decidir entre su capacidad de hacer que el reo cumpla con lo establecido o salvaguardar el bienestar personal de uno de ellos.

Dominación, sumisión,

respeto a la autoridadConforme los individuos comenzaron a in-

ternalizar sus roles, los guardias comienzan a presentar conductas agresivas e intimida-torias para someter a los reos, presos quienes iniciaron un motín. A medida que más pasa-ba el tiempo los guardianes fueron abusando

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más de su poder, llevando a cabo prácticas cada vez más sádicas y vejatorias, volviéndose seres dominantes que disfrutaban humillan-do y maltratando. Atraviesan un proceso de deshumanización y comienza a surgir el pla-cer por la dominación.

La explicación del porque el ser humano es capaz de obedecer y someterse sin objetar radica en que tenemos la capacidad de adap-tarnos a todo tipo de situaciones y muchas veces actuamos con sumisión y conformidad buscando sentirnos integrados. Sentirnos parte de algo, de un grupo o simplemente la integración, forma parte fundamental en nues-tras relaciones sociales y humanas, sin embargo, cuando la obediencia está predeterminada a una ideología legitimadora y cuenta con el apoyo ins-titucional, puede generar que los individuos actúen en contra de sus propios principios y sean capaces de someterse hasta grados extremos, incluso de cambiar sus con-ductas por el respeto a la autoridad.

El abuso de poder es la principal fuente de maldad moral y corrupción, pues el fin último del individuo es garantizar el bienestar común para mantener la sobrevivencia y el funciona-miento armónico de las sociedades, de otro modo ciertas situaciones nos llevarían a la destrucción total, como en el caso de la cinta.

El experimento se descontroló rápidamen-te, los prisioneros sufrieron y aceptaron un tratamiento sádico y humillante a manos de los guardias, y al final muchos mostraban gra-ves trastornos emocionales

En conclusión esta cinta abre el debate y el diálogo al dilema ético y moral respecto al abuso de poder en relación a la naturaleza humana, la bondad y la maldad dentro de un mismo hombre, las cuestiones respecto a fren-te a qué situaciones el hombre puede llegar a modificar su conducta, llegando a mostrar lo mejor de sí mismo o por el contrario, lo peor,

con este experimento queda demostrado que estas acciones serán el resultado de las condi-ciones del ambiente y no de las personalida-des reales de los individuos, por tanto ante el contexto actual que vivimos, sometido a tan-to estrés, competencia y respeto y miedo a la autoridad, nosotros, como sociedad tenemos la responsabilidad de generar condiciones adecuadas y armónicas propicias para el desa-rrollo de conductas positivas que aseguren el bienestar de todos.

Asimismo, nosotros tenemos la decisión de cómo habremos de conducirnos por la

vida, es decir, habremos de desarrollar nuestro «locus interno de control» concepto que se refiere a mantener una actitud de responsabilidad por nues-tros propios actos.

«El experimento» es una cinta alemana que pone en dilema «el libre albedrio» del ser huma-

no y cuestiona su comportamiento respecto a las relaciones de poder, abuso de autoridad y conflictos de roles que los llevan a modificar su conducta dentro de un grupo o ante determi-nada situación, que supone, en algunas ocasio-nes, el surgimiento de conductas destructivas que atentan contra la integridad y el bienestar de los propios individuos y un sistema social.

Altamente recomendable para aquellos que quieran seguir indagando en el complejo en-tramado de las relaciones humanas con rela-ción al poder.

Referencias

Gómez, V. (s.f.). Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología. ISSN 1695-9194. El experimento, algunas reflexiones sobre la cinta. Recuperado de http://criminet.ugr.es/recpc/08/recpc08-06.pdf

Referencias de las imágenes

(2001). Das Experiment, de Oliver Hirschbiegel. Recuperada de http://pasatelapelicula.blogspot.mx/2011/07/das-experiment-de-oliver-hirschbiegel.html

(2001). Das Experiment. Recuperada de http://www.educ.ar/dina-mico/UnidadHtml__get__1534896f-7a0a-11e1-82ca-ed15e3c494af/index.html

(2001). Das Experiment (título original). Recuperada de http://www.imdb.com/title/tt0250258/

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El país de uno Autor: Denise DresserMéxico: Aguilar Reseña por: E. González K.

Con letras pausadas e incisivas, Dresser nos in-vita a adentrarnos al mundo más «under» de la política y la sociedad mexicana. Desmenuzan-do uno a uno los posibles motivos por los cuales México vive una incertidumbre social, Denise hace un repaso histórico del mexicano bajo el papel de ciudadano, del político enmascarado en salvador y tirano y del país como la víctima final.

Con datos imperdibles, información cruda y real así como propuestas, «El país de uno» bien podría ser un manual del ciudadano para salir de la ignorancia y comenzar a reconstruir México.

Referencias de imágenes:

Dresser1: Aguilar, Ed. (2011). [Fotografía] Recuperado de http://www.vanguardia.com.mx/XStatic/vanguardia/template/content.aspx?se=nota&id=1118058

Historia cultural del dolorAutor: Moscoso, Javier (2011)

Madrid: Taurus Reseña por: Paula Arizmendi (Doctoranda de la UB y becaria MAEC/AECID)

El texto de Javier Moscoso es una exhaustiva revisión a la historia cultural de un concepto poco revi-sado desde las ciencias sociales, a

saber, el dolor, específicamente aquel que se siente en el cuerpo. Para Moscoso, la historia del dolor debe servir para desentrañar aquellos elementos que han permitido la articulación social de esta ex-periencia, o por examinar sus formas históricas de visibilidad colectiva. Aunque la ciencia ha dado por sentada la experiencia dolorosa, lo que queda por clarificar es el lugar en el cual reside la «culturalidad» del dolor.

En un texto de profunda erudición y múlti-ples referencias artísticas y plásticas, Moscoso se apropia de 500 años de historia de la vivencia del dolor. Pero su recorrido no sólo es cronológico. A partir de seis tópicos distintos (imitación, simpatía, adecuación, confianza, narratividad, coherencia y re-iteración), Moscoso postula términos que agrupan culturalmente la vivencia del dolor. Tales tópicos al final explicarán diversos horizontes en el que pueden comprenderse nuestras prácticas actuales sobre el dolor. Un libro muy recomendable.

Referencias de imágenes:

lasalud.mx (2012) Portada [Fotografía] Recuperada de http://www.lasalud.mx/permalink/10272.htm

Leer o no leer esa es la cuestión

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«Cómplices»Por David Bryann Dreamer | [email protected]«Un reloj no los presentó y no se habían prestado a todo esto solo para platicar, así que Daniel fue el que comenzó esta vez.»

— ¡Gané! ¡Gané!Escuchaba Daniel una voz de mujer mientras abría los ojos.

— Gané me debes otra como la de hace rato— ¡Hey!

Respondió Daniel — «Claro que sí, ven, así y así». (Dijo Da-niel mientras le hacía cosquillas a Claudia)

— Jajaja, mmm si (Claudia respondía riendo).

Claudia y Daniel se habían conocido 8 horas antes mientras los dos abordaban el mismo ca-mión urbano, Daniel para ir al trabajo, Claudia regresaba a su casa de hacer algunas compras.

Daniel y Claudia jamás se habían visto o al menos es lo que los dos creían.

Ese día Claudia se acababa de parar del asiento para timbrar al chofer del camión ha-ciendo la solicitud de parada. Solicitud la cual no fue atendida por el chofer cuya atención se encontraba hundida en la música que no to-dos los pasajeros disfrutaban.

De pronto una escena: una mano toca-ba accidentalmente los nudillos de Claudia mientras seguía tocando el timbre. Era la mano de Daniel quien aún no bajaría, pero en un gesto de atención hacia Claudia quiso insistir en el timbre al ver que no sucedía nada.

Como si hubiesen sido programados, am-bos, Claudia y Daniel al sentir uno la mano del otro voltearon a verse cara a cara.

Ambas reacciones aparentemente fueron

normales para cualquier persona que los hu-biese visto Incluso para ellos. Excepto por algo invisible, algo que los dos pudieron sentir de algún modo.

Sin embargo ese momento en que sus mi-radas se cruzaron solo duro un segundo. Los dos quitaron inmediatamente la mirada y continuaron la espera de la parada solicitada.

Un instante basto para que millares de ideas, sentimientos y gran cantidad de neurotransmi-sores hambrientos de acción y poco pudor apa-recieran para dar paso a reacciones inesperadas tanto en Daniel como en Claudia. Y así fue como Daniel quien iba ya con 25 minutos de retraso a su trabajo decidió no regresar a casa sin saber quién era esa mujer y así fue como Claudia quien se disponía a tomar su segundo camión para regresar a casa, decidió prestar más de la atención que ella misma juraría po-dría prestar alguna vez a un desconocido.

Nuevamente así como sus miradas pare-cían haber sido programadas para voltear al mismo tiempo, sus seres coordinados de al-gún modo, místicamente, hablaban el mismo idioma, como si los dos supieran que ese día por fin se verían y el tiempo estuviese contado, aunque de su lado, como si el momento y ellos dos fueran uno, como si en ese instante todo estuviese claro, como si no fuesen necesarias las palabras y así fue como luego de presentar-se con sus nombres y un par de sonrisas Da-niel dijo de pronto con un aire de seguridad y atrevimiento a Claudia: ¿Se me antojo de tu agua de melón, me das?

A lo que Claudia con su bolsa llena de com-pras en su mano izquierda y su mano derecha con su ya mencionada agua de melón respondió.

— Sí, pero eso depende.— ¿De qué? respondió Daniel.— De para que la quieras

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Cualquier persona pensaría que ella sabría o esperaría una respuesta de Daniel como: ¿Como que para qué?, ella a lo contrario obtu-vo lo que deseaba escuchar.

— Para untártela y beberla encima de ti.Expresión osada de parte de Daniel.

Claudia, sintió una sensación de hormigueo que le invadió de un segundo a otro desde su vientre, hasta más al fondo y más adentro que la hizo sentir terriblemente excitada, sensa-ción que a la par le ordeno contestar.:

— ¿Y quién te dijo que yo querría hacer eso contigo?

A lo que Daniel respondió: — Tu. Me lo estás diciendo ahora… Con tu mirada.

Claudia así misma no se explicaba por qué seguía ahí pero más aun no se podía explicar porque tremenda situación le gustaba y más aún le tenía tan excitada, siendo que ni siquie-ra conocía aquel hombre. Y entre miles de preguntas y dudas ella comenzó a mirar hacia los lados llena de confusión y al volver a mi-rar de frente a él, dio un suspiro y un pequeño brinco de sorpresa al sentir la nariz y boca de Daniel casi pegadas a su rostro.

Y de pronto fue Claudia quien a Daniel planto un beso.

Un largo beso selló y termino con lo poco que quedaba del nada invitado miedo y pudor a la situación.

Unos minutos más tarde entre jadeos de ambos y la mirada poco discreta de la gente que los veía casi fundidos en plena calle, se es-

cuchó la voz de Daniel tan sorprendida como excitada decirle a Claudia:

— Dos calles más arriba he visto que existe un motel de paso, tú dices ¿vamos para allá?

— Ammmm. ¡Ah! — Fue la respuesta de aprobación a modo de jadeo de la también sorprendida mujer, más sorprendida de sí misma que de cualquier otra cosa

Al subir los escalones del lugar la mirada de Daniel se encontraba puesta en los glúteos de Claudia quienes se mecían casi hipnotizán-dolo mientras se decía a sí mismo: ¿Que estás haciendo?, nunca has hecho esto Daniel, no la co-noces, no sabes quién es, no sabes si está sana si está casada, si es hija, novia o hermana de algún narcotraficante, ¿que no se te hace raro que no haya dicho que no? ¿Y si esta contagiada de algo y te quiere llevar a la ruina con ella? Y si…

En eso otra misma voz de él le interrumpía: ¡Cabrón!

¡Usa condón, no te traumes y no te vengas rápido no seas pendejo!

Al mismo tiempo que Daniel subía los es-calones y hablaba consigo mismo, dentro de la cabeza de Claudia se libraba una batalla, mientras sus ojos veían el techo y su cuerpo al igual que el de Daniel, se acercaba hacia el cuarto en estado automático más que cons-ciente.

Ella se decía así misma: ¿Que chingados te pasa Claudita? no seas pendeja mija, se te va a ir, dile algo, o que ¿ahora ya te vas a arrepentir? Acuérdate de aquel día que el albañil ése, sí ese el que siempre ves lleno de mezcla al pasar por el mercado diciéndote cosas, se sobrepasó un día y

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te rozó los pechos sin decir nada, acuérdate de ese instante; cuantos ricos ratos no le dedicaste fan-taseando y reviviendo el momento y de las ganas que tenías de decirle que accederías a todo con él siempre y cuando te demostrara en alguna forma que te seria fiel.

¡Jajaja!... Fiel… ¡Jajaja!

Pero que tonta. shsss, ¡Espera!

Él no es el albañil, ni siquiera sabes quién es.

Claudia ¿Que estás haciendo aquí? ¿Qué im-porta lo que piense si volteas y te vas así nada más?

No te va a obligar y no tienes que estar aquí si no quieres.

Porque no quieres estar aquí ¿O sí?Mientras todo eso ocurría en sus cabezas,

ambos dieron de frente con el final de un pa-sillo que advertía el número 211, con los prime-ros dos números en alguna especie de metal y el ultimo digito puesto con marcador de color negro indeleble, situación que los dos aprove-charon para mirarse nuevamente y regalarse una vez más una sonrisa tímida y nerviosa.

¡Pum, clic! El sonido de la puerta al cerrar-se con llave.

Por fin estaban juntos Daniel y Claudia, una hora treinta y tantos minutos luego de aquel inesperado choque de sus manos en ese camión.

El tiempo era algo incierto.Las palabras por el momento innecesarias.Un reloj no los presento y no se habían

prestado a todo esto solo para platicar, así que Daniel fue el que comenzó esta vez.

Y sin dejar de mirar a Claudia a los ojos le dijo con una voz muy calmada y casi susurra-da:

— Hoy ClaudiaHoyVas a sudar.HoyHoy ClaudiaVas a volar.Hoy

El día de hoy jamás lo olvidaras.

Mientras terminaba de decir estas últimas pa-labras Daniel tocaba con la yema de su dedo índice el descubierto hombro que Claudia dejaba ver y con la otra mano se aferraba a su muslo derecho gracias a larga falda gitana que ese día Claudia había decidido usar, y que nunca imagino le seria ajuar ideal para aquel día que pintaba desde ya de «inusualmente inolvidable».

Enseguida Daniel, con más tinta de arte que de paciencia, con ese mismo dedo índice recorría todo el brazo de Claudia hacia abajo, resbalándolo poco a poco, cosa que Claudia observaba con atención a la vez que comenza-ba a sentirse excitada y emocionada al mismo tiempo, mientras el dedo de Daniel llegaba a medio brazo su otra mano comenzó a hacer lo mismo en el otro, sorprendiendo a Claudia y haciéndole sentir en una situación de sumi-sión y placer.

Al instante Daniel pudo notar que entre la escotada y blanca blusa de manta de Claudia se podían apreciar unos grandes redondos y firmes senos, imagen que disparo a Daniel a un grado de excitación mayor, lo cual pudo ser visto también por Claudia, a través de su pantalón.

Claudia veía a Daniel como observaba sus pezones, como se saboreaba y mientras él mi-rando hacia arriba la veía, ella estaba con sus ojos clavados en él y su entrepierna mirando un bulto que se iba extendiendo por entre sus ropas, imaginando el grosor del mismo.

Sus miradas se cruzaron y enseguida se co-menzaron a besar. Ya con las manos afinadas y listas para tocar la melodía del placer, como guiadas por ojos invisibles, con gran tino lle-gaban a donde querían ir sin necesidad de ver.

Un breve sobresalto de parte de Claudia pudo sentir Daniel, al dejarla sentir su hela-da mano derecha tocar su no tan firme pero tampoco desagradable abdomen. Situación a la cual Daniel reacciono tomando con la otra mano la barbilla de ella y mientras levantaba levemente su rostro le besaba espacio a espa-

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cio todas las partes de su labio inferior, bajando sus besos un poco y regresando por su labio superior, rega-lándole pequeños mordis-cos en su mentón y largos suspiros calientes en acele-rado movimiento por todo su oído. A lo cual Claudia reaccionaba con un peque-ño sonido gutural o gemido y la separación inconsciente de sus piernas como acto de redención y ofrecimiento.

Daniel entonces respon-dió postrando su entre-pierna entre la de Claudia, mientras las manos de ella comenzaban a reaccionar, tocándole por la espalda y sobre su también blanca camisa mal planchada con la cual se dirigía tarde a tra-bajar.

Al lado de ellos se en-contraba un pequeño buró anclado al piso, tal vez por alguna razón de seguridad que el motel implementaría luego de alguna vieja y rancia experiencia.

Sobre el buró cargando a Claudia, Daniel la dejo caer con un toque de descuido, no de-jaban de reír por lo sucedido. Enseguida él se acercó a sentir su piel suave y recién depilada al tiempo que le decía que era lo más agrada-ble que le había tocado sentir luego de la sen-sación del papel opalina que a diario le tocaba manejar en su oficina, broma que Claudia no entendió, pero no fue necesario pues su aten-ción estaba más puesta en esas manos que ya no se sentían tan heladas recorriéndole lenta-mente la parte de atrás de sus muslos, mien-tras ella se encontraba de pie, aun con ropa y frente a él.

No paso mucho tiempo para que las ma-nos de Daniel llegaran más allá de donde fá-cilmente la falda le dejaba llegar, se dio cuen-

ta que su «cómplice» no usaba ropa interior, echo que le encendió más y era algo que no-taba le estaba fascinando pues con esa mujer era una sorpresa tras otra, una cada vez más excitante que la anterior.

El notaba que la excitación no cesaba al contrario seguía y seguía y le emocionaba pensar a que niveles de éxtasis podría con ella llegar.

Claudia ya entrando en etapa seria de exci-tación comenzó a estremecer su cuerpo poco a poco mientras sentía el calor invadirla desde adentro, dejándole ver a Daniel parte de un seno por uno de esos espacios de su blusa al desabrochársele un botón.

Daniel sorpresivamente se decía a sí mismo:Wow esta vieja no trae sosten.¡Me encanta!

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No sé porque, ni idea el porqué.Pero me encanta.

Entre sensaciones que les invadían a ambos a la par comenzaron a caer prendas.

Los zapatos de vestir de Daniel volaron casi tumbando la lámpara del cuarto, los hua-raches de Claudia, uno estaba siendo pisado por Daniel mientras el otro lucia colgado a casi caer de un pie de ella, la blusa de Clau-dia solo levantada y sostenida por el elástico a medio cuerpo. Ella centraba sus ojos en la rigidez de sus senos y el movimiento que ellos presentaban, tan cadenciosos y a la par de Da-niel quien aún con ropa no la dejaba de atacar a besos y caricias.

Por fin camisa y accesorios se perdieron en-tre el rojo azulejo del piso, mientras la falda de Claudia yacía también levantada, más arriba de su cintura.

Daniel hizo un esfuerzo impulsivo y exito-so de abrir las piernas de Claudia., Y al mirar-la él paró.Sorprendiendo su reacción a Claudia.

Y dijo: — ¡Wow! — Me sigo sorprendiendo contigo, cada vez encuentro algo que me excita más y más, te ves tan sensual, tan deseable, tan manoseable, tan cogible —. (Palabras que con voz de a entre dientes le decía mientras la miraba a los ojos y se le acercaba para darle un beso), aún no llegaban sus labios a su boca cuan-do la lengua de ella le esperaba ya de fuera y así las de ambos jugueteaban al aire una con la otra.

La mano derecha de Claudia se abría paso en-tre la ropa interior hasta que alcanzo la piel y entonces sintió como un rayo le partía por dentro de la emoción al poder sentir los ge-nitales de Daniel mientras sus lenguas y sus labios seguían su juego acalorado.

Ella sosteniéndole justo en la cabeza del pene, lo tocaba poco a poco, cada espacio, y paro un momento para imaginarlo, para sen-tirlo entre sus manos y darle forma en su ima-ginación, palpándolo, para crear una imagen

de centímetros antes de dejarse sentir a si misma penetrada por él, antes de dejarlo en-trar.

Entonces le tomo de nuevo por la punta del miembro Y como buena anfitriona le dejo pa-sar, entre suspiros y un largo ¡aaaahhhhh! Se dejaba sentir tremendo miembro viril, lo cual Daniel disfrutaba cerrando sus ojos y dejando esa tarea de sumo cuidado y tacto solo a ella.

Luego de comenzar a dar un poco de ritmo se comenzó a sentir una sensación de gran lu-bricación corporal y una gran armonía entre los dos.

Fue entonces cuando Daniel dejo sentir a Claudia todo su poder de embestida y Clau-dia a la par demostraba lo que tantas horas en la sala de spinning habían logrado, al hacer gala de su fuerza al apretar.

Las caras de ambos eran una gran función de sensación y emociones, las cuales si hubie-se habido testigos oculares habría sido difícil saber cuáles eran de dolor y cuáles de placer.

Los dientes poco o nada perceptiblemente fracturados de Daniel se dejaban sentir sobre los pezones de Claudia perfectamente mol-deados y carnosos.

Claudia sentía leves, muy leves mordiscos en la punta de sus senos y alrededor tiernas lamidas con la punta de la lengua, se estreme-cía arqueando su espalda y mostrando una mirada perdida y en momentos blanca de placer, sus manos se veían como queriendo torturar las tan ya gastadas cobijas al no de-jarlas de apretar antes de dar paso a sentirse como una fiera al rasguñar la espalda de su ahora «presa» a un nivel tan profundo que él se quejaba de dolor sin inmutarse de la acción. Ella entendía que él lo disfrutaba y le exci-taba más. Claudia continuaba latigueando de pasión su cuerpo en la cama la cual por cier-to se encontraba sellada al piso al igual que el mueble aquel y parecía quererse despegar por tan grande presión. Las gotas de sudor de Daniel resbalaban chocando en el cuerpo de Claudia, su medalla de plata colgando de su cuello tocaba parte del cuerpo de ella y daba golpes al reanudar la pasión, se daban tiempo

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para dibujar con sus manos partes del cuerpo del otro muy olvidadas por otras personas de su pasado, se recorrían y besaban las corvas de las piernas, se tocaban y atendían los codos, de chupaban despacio los lóbulos de las orejas mientras se regalan palabras sucias y excitan-tes al oído.

Daniel lamia la espalda de Claudia al pene-trarla por detrás, mientras veía sus nalgas cho-car con fuerza entre sus piernas, esto acompa-ñado de ricos y excitantes gritos de real placer, las tetas totalmente erizas de Claudia rebota-ban en su abdomen mientras ella misma se las estiraba, tocaba y apretaba con gestos de tremendo éxtasis, Daniel no descuidaba sus manos pues mientras con una dirigía los mo-vimientos de Claudia con la otra dando saña de todo un mago le masturbaba en su clítoris al mismo tiempo que la penetraba.

Así corrieron los minutos y las horas hasta que llegó el momento del agotamiento y de dar paz a la guerra de fuego que parecía no terminar.

Ambos quedaron dormidos.Fueron visitados un par de veces con un to-

que reglamentario a la puerta, de parte de quien atiende, para avisar sobre el término y horas extras de la renta del cuarto.

Profundamente satisfechos y cansados nin-guno lo logró captar.

Al cabo de un rato el cuerpo desnudo, del-gado y muy bien formado de Claudia se en-contraba sonriendo al espejo, con algo de timidez pero con una enorme sonrisa, pei-nándose con los dedos el cabello y cantando a voz baja, casi imperceptible una canción, vol-tea y ve su bolso de las compras que hace unas horas acababa de hacer.

Lo toma y saca de él un paquete de pulse-ras, las separa y con sonrisa traviesa las toma entre sus manos y volteando hacia el cuerpo dormido de Daniel con su miembro erecto y las comienza a lanzar.

Lanza una, lanza otra y a la tercera acierta insertándola en el pene y grita:

— ¡GANE, GANE!Grita emocionada y sonriendo

¡GANE!Me debes otra como la de hace rato.

Despertando con eso a un mucho más con-fundido Daniel.

Quien responde: — ¡Hey!Con un pensamiento único de: ¿¡Que estoy haciendo aquí!?Al que pronto él mismo mentalmente se

contesta.Uff.Es más real de lo que creí.

…………

Referencias de imágenes:

Pareja: Lunapic. Couple. (2010). [Fotografia] Recuperado de http://img442.imageshack.us/img442/9528/12843802nu9.jpg

Transporte Urbano: Derechos Humanos Transporte Publico [Foto-grafía] Recuperado de http://www.sabadodiadelautomovil.com/wp-content/uploads/2012/04/derechosHumanoTransportePublico.jpg

Juguete Didáctico: [Fotografía] Recuperado de http://img1.mlstatic.com/s_MLM_v_V_f_71703936_4429.jpg

Maktub: Cómplices

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Cuando la Segunda Guerra Mundial azotó Europa muchos refugiados lle-garon a países de todo el mundo con

la esperanza de continuar la vida que fue ame-nazada por la guerra y el Nacional Socialismo. Psicoanalistas que practicaban a lo largo y an-cho de Europa y que fueron pioneros junto a Freud llegaron a Norte América no con la espe-ranza de infectar con la plaga que hace años ha-bía llevado Freud y que cohabitaba en las con-ferencias en la Clark University y que en ese entonces fue llevar consigo más de veinte años después de psicoanálisis para América en carne propia. Pero en las circunstancias por las que partían nunca podrían haber infectado mejor que Freud, a penas y llegaron a Norte América a encontrarse con un lugar ajeno a Europa, con un estilo de vida nuevo y que impedía el psicoa-nálisis conocido por Freud y sus analizantes. El psicoanálisis mutaría en una América salvaje y peligrosa, los psicoanalistas en el mejor de los casos se incluyeron en la adaptación Ameri-cana y el psicoanálisis se volvió adaptabilidad. Por otro lado debido a su posición geográfica, lejos de poder refugiarse, Francia, siguió con el tiempo, después de la guerra sus habitantes de-solados por está, junto a toda Europa, recons-truyeron una nación. La política que en Francia, hasta hace tiempo, había sido una semblanza del psicoanálisis, entabla ahora una política anti-psicoanálisis para prohibir el tratamiento del niño esto o lo otro. Por ejemplo en sujetos en el campo que dan la impresión de poseer una cualidad de estructura, algunos niños que sus madres consultan por que les diagnostican que el niño tiene híper-actividad con o sin, o tal vez otros que le mandan decir que disque

con antiautoritarismo, mandan niños cataloga-dos y no catalogados por diferencial. Llaman la atención dos estilos particulares que son entre muchos casos una política de lo mismo y que tiene que ver con la plaga que se encontraron los psicoanalistas en medio del fin del mun-do, fue la plaga de la tierra de la oportunidad, dónde un estado político se convergía. No solo el psicoanálisis se vio americanizado, durante ese tiempo la filosofía cobro todo un ímpetu norte-americano que nada la ha podido sacar de ahí. El psicoanálisis en Francia no había sido desplazado, por suerte no fue siempre en toda politice del mundo, un psicoanálisis adaptativo. Pudimos ver en Francia un psicoanálisis sub-versivo impulsado por Lacan. Un psicoanálisis que impulsa la política como el inconsciente.

Los niños y el optimismo político. El clien-te del mercado.

El tratamiento psicoanalítico en Estados Unidos es una labor curiosa. Las cualidades no adaptativas del psicoanálisis hacen que este no se de en Estados Unidos más que en los departamentos de literatura casi como una bella arte. Actualmente en los Estados Uni-dos, los niños son difíciles de tratar si no es con medicamentos o terapias alternativas.

En México y en otros sistemas educativos del mundo la enseñanza de la lengua del mer-cado es algo que deben todos lo cual muestra que la americanización es incluso una plaga de la boca, de la lengua de América. Algo que te incluye aun que no lo comas y que se puede dar en Francia con un estilo de Jack-ass francés.

Existen niños en todos lados, en muchos la-dos y algunos de esos niños en las escuelas. En muchos de esos niños las madres de los otros

PsicoanalizARTEParís no es nuestraPor Osvel Becerra

«En México y en otros sistemas educativos del mundo la enseñanza de la len-gua del mercado es algo que deben todos lo cual muestra que la americani-zación es incluso una plaga de la boca, de la lengua de América.»

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niños y la madre del niño notan que ese niño no es igual a los otros niños. Toda una ecua-ción maternal. Hay entre esas madres, madrea-das que hacen del niño un show, un espectáculo. Un síntoma de un placer. Hay madres de todas como hay Lacan padre, Lacan hijo. Y también hay madres que consultan como autistas y lla-man la atención al ojo por que entre mucho u otro parece ser ¡que la madre esta autista frente a él, el autista! Algunas veces ya tiene un diag-nostico, el niño al psicoanálisis y al paso del tiempo el niño sigue siendo autista. Y la ma-dre dice no. ¿Qué otra cosa funciona? Y en el mercado recurre a la alternancia de comuni-cación, a decir a fin de cuentas lo que no es de él. Hace del autista un producto del mercado.

Nunca una sesión analítica, de quien tomé autistas en su consulta, será menos que una experiencia única cada vez, cada día, cada nueva sesión y así como lo es la vida. Actualmente el papel de baño y el saber es-cribir son los signos modernos de la inclusión al mundo del siglo XI. Los niños tienen que estar inscritos al mundo por que no se les puede resolver la vida siem-pre, sin embargo el sujeto no sólo no pasa por únicamente ser sólo un niño, sino también por ser alguien para otro que no es él y en este caso esta autista. La madre en algunos casos no se reconoce ni juez ni parte, sino como una madre que nada tiene que ver con el niño por que el niño no tiene nada que ver con ella. La relación con el niño autista esta marcada de antemano por no ser igual a todas, por ser siempre dife-rente, lo que hubiera sido como una manera de cura en el psicoanálisis al no estar americaniza-do. Vaya, es en cierto sentido, una cura contra la americanización que hace del psicoanálisis

ajeno a ella y vuelto a ser pero sobre está. Esta es ya una cualidad de relación que no todos los niños tienen y que no ocupa ser transcripta a fines adaptativos. Es un asunto curioso lo que se busca logar en un tratamiento psicoanalíti-co con autistas, el deseo de la madre tiene que estar inscrito en este como motor del mismo, vaya, y es que alguien tiene que llevarle al niño o ver en otras circunstancias como. En otro momento es también importante una madre que se las ingenie para enseñarse a decir otras cosas con el niño y para eso es necesario hablar

del niño y de su niño en psicoanálisis, es un lugar para la madre que sufre del autismo. Muchas preguntas surgen una en torno ¿A dónde irá a parar cuando yo muera? Se preguntan muchas madres que de alguna manera se han resigna-do a sus hijos y lamen-tablemente son para ellas una carga. No siempre la madre es quien hace la función de madre, es por esto que hay nanas, educa-doras y otras figuras

importantes para el niño pero el estado tam-poco aún provee un lugar no psiquiátrico ni de retiro que solvente las necesidades de estos niños en 50 años, por que no hay madres para tantos años en la época moderna que persigue la producción, el agotamiento y la extinción, la explosión del trabajo y de los recursos natura-les. Así una relación alterna que le provea al su-jeto autista una opción para ir o no al baño es un avance neurológico que nada tendrá que ver con la relación analítica y el tratamiento con el inconsciente.

Referencias de imágenes:

New York Times Store (1944) Soldiers at Eiffel Tower [Fotografia] Recuperado de http://www.nytstore.com/Soldiers-at-Eiffel-Tower-

-1944_p_7885.html

PsicoanalizARTE

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No hay salud porque hay pobreza, hay pobreza porque no hay saludPor Iván Guerrero Vidales | [email protected]

Quid  

En algún momento en la historia de la humanidad, el filósofo latino Séneca expuso que la pobreza no debe espan-

tarnos, pues consideraba que nadie vivía tan pobre como nació. Es cierto. Para quienes nacen en un estado de vulnerabilidad y que con el curso del tiempo, va dejando de existir gradualmente. Es incierto. Para quienes cre-cen en un ambiente en donde la situación de vulnerabilidad se mantiene o empeora. Es po-sible que Séneca se refiera a la transición que existe entre ambas circunstancias, aunque la distancia que les separa es amplia. Este es el pasaje que interesa.

Para ambos casos, entran en función una se-rie de factores mediadores que determinan si la circunstancia aumenta o disminuye. Esta es la dinámica por la cual se dice que la pobreza, en-tendida como un estado de vulnerabilidad, es multidimensional y compleja, pues abarca una variedad de aspectos que se entrecruzan y com-binan de tal manera que alteran la vida de las personas, tanto a nivel individual como social.

No es novedad saber que en nuestro país, la cifra de pobreza ascienda a 47.2 millones de personas, de acuerdo a datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social – CONE-VAL – (2009, Dic. 10). Y es así que no podemos dejar de pre-guntarnos, ¿Cómo es posible que en pleno Siglo XXI, exista

tal magnitud de pobreza? Y qué decir de la magnitud, ¡La profundidad! Este es un factor a considerar.

Con lo anterior expuesto, para saber más acerca de la pobreza habrá de comenzarse por su descripción, para la cual han participado múltiples organizaciones y autores, quienes han contribuido en la construcción de una de-finición propia a tan complejo fenómeno. Ini-ciando por la Real Academia Española, que describe la palabra de pobreza como una cua-lidad de quien es pobre, cuya principal carac-terística es que no tiene lo necesario para vivir.

Siguiendo con Vélez (1994, citado en el ar-tículo de Palomar Lever y Pérez Corres, 2003, pg. 28), se considera que una persona es pobre cuando se encuentra en una situación preca-ria en la que carece de capacidades y opor-tunidades de desarrollo. De manera similar, Boltvinik y Damián (2003, pg. 106) refieren que la pobreza se asocia con la carencia de bienes y servicios, con la insatisfacción de ne-cesidades humanas básicas. En suma, ¿Quién es pobre? ¿Bajo qué criterios se determina si

una persona tiene lo necesario para vivir? ¿Cuáles son las necesidades

básicas? ¿Cómo quedan satis-fechas? Y de no ser así, ¿Qué podría suceder?

Para contestar estas interro-gantes, es preciso guiarnos con la metodología oficial para la medición multidimensional de

«Quizá Séneca creía que, mientras la pobreza sea un estado y se perciba como una transición, existe la posibilidad de modificarlo de manera que no sea un impedimento para el desarrollo humano.»

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la pobreza en México, propuesta por el CONEVAL y dada a conocer en un comunicado de prensa en diciembre 10 del año 2009. Esta metodolo-gía permite conocer la situación social de toda la población mexicana y el tipo de atención que requiere cada grupo. A su vez, hace mención del término de pobreza multidimensional, el cual incorpora tres espacios de las condiciones de vida de la población: el bienestar económico, los derechos sociales y el contexto territorial. Así, una persona se considera en pobreza multidi-mensional cuando sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades y presenta caren-cia en al menos uno de los siguientes seis indi-cadores: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vi-vienda y acceso a la alimentación. Sobre la cifra expuesta anteriormente, de los 47.2 millones de personas en situación de pobreza, 35.99 millones de personas viven en situación de pobreza multi-dimensional moderada (2.3 carencias en prome-dio) y 11.2 millones de personas experimentaban pobreza multidimensional extrema (3.9 caren-cias en promedio) (2009, Dic. 10, pg. 2). Estos son números alarmantes.

En seguida, es importante conocer estas dimensiones porque además de las carencias económicas, como mencionan Palomar Lever y Pérez Corres (2003, pg. 38), la pobreza es una forma de ser, de sentir, de percibir y de actuar.

Es una forma de ser porque, como expone Palomar Lever (2004, pg. 18) los pobres refle-jan menores niveles de satisfacción en diferen-tes áreas de su vida en comparación con gente de mayores ingresos económicos. Es una for-ma de sentir y actuar porque a menor nivel de consumo de las personas, mayor tendencia a

la baja competitividad, más inseguridad y de-pendencia y, en consecuencia, menos persis-tencia y exigencia en las tareas que realizan, lo que produce estados de frustración y tristeza, que se acrecientan si las personas tienen una baja autoestima (2004, pg. 19). Por último, es una forma de percibir porque puede favorecer la presencia de ciertas percepciones relaciona-das con las escasas oportunidades a las que se tiene acceso y bajas probabilidades de éxito en cualquier meta que éstos se propongan (Ardi-la, 1979, citado en Palomar Lever y Pérez Co-rres, 2003, pg. 28). Además, las personas que se encuentran en un menor estatus, recurren a explicaciones estructuralistas (Kluegel y Smith, 1986, en 2003, pg. 29) para dar sentido a su condición de pobreza, lo que quiere decir que el sistema socioeconómico es percibido como el causal de la pobreza (Feagin, 1975, en 2003, pg. 29). Cada uno de estos componentes de la pobreza disminuyen, y en el peor de los casos, frenan el desarrollo de las personas.

Una vez reflexionada la pobreza como un modo o estilo de vida, debemos reconocer sus consecuencias a nivel de la salud mental. En re-lación a lo mencionado por la Secretaria de Sa-lubridad y Asistencia (en Sandoval y Richard, 2005, pg. 11), las familias pobres tienen una mayor prevalencia de depresión y trastornos de ansiedad. La pobreza se asocia con la falta de apoyo y de estimulación, ambientes caóticos, estrés psicológico y bajo control en las familias. Según el Sherman y Children’s Defense Fund (Weinger 1998, en 2003, pg. 28), puede afectar las capacidades básicas individuales, impedir el desarrollo de las capacidades interpersonales y ser la causa crónica de una mala salud física y mental. La OMS (2004, pg. 25) informa que la inseguridad, un bajo nivel educacional, la

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vivienda inadecuada y la subnutrición (todos mencionados en el enfoque multidimensional de la pobreza) han sido reconocidos como fac-tores asociados con los «trastornos mentales comunes». Además, indica que la depresión prevalece de 1.5 a 2 veces más entre las personas de bajos ingresos de la población.

La pobreza y la salud mental, aparecen unidos en un círculo vicioso (OMS, 2004, pg. 25). Mediar entre ambos extremos es el pun-to clave. Para lograr esto, es mejor prevenir que curar. Y la prevención en este sentido, se ubica en la satisfacción de necesidades básicas, que de no ocurrir, termina siendo una carga económica mayor, por ejemplo, las recaídas aumentan el costo de atención mental, pues la salud va deteriorándose y tornándose en algo más complicado para sobrellevarse.

Es necesario invertir en la satisfacción total y permanente de las necesidades básicas, desti-nar más recursos a la atención en salud mental, esto como un acompañamiento que da segui-miento al modo de sentir de las personas. Es por esto que cualquier estrategia política que busque aminorar la pobreza, debe considerar cada uno de estos rubros, como mínimo, para garantizar que los derechos humanos de cada uno de los miembros de la sociedad queden adecuadamente cubiertos y garantizados. Es un deber que ha de cumplirse para asegurar que las personas puedan crecer y alcanzar su propio bienestar. Es imprescindible empoderar a las personas con lo necesario para que trans-formen su estilo de vida, que tengan, perciban y compartan las mismas posibilidades. Sin duda, esto generará más cohesión social, se tendrá más confianza socio-económica y política.

Quizá Séneca creía que, mientras la pobre-za sea un estado y se perciba como una tran-sición, existe la posibilidad de modificarlo de manera que no sea un impedimento para el desarrollo humano. Si esto es correcto, tanto las instituciones públicas como las privadas deben prestar más atención y brindar más apoyo a las personas que lo necesitan, pues su función es ser un pilar que refuerce, sostenga y ayude a que la sociedad se organice y adapte a los cambios permanentes de la vida.

Referencias:

Boltvinik, J. y Damián, A. (2003). Derechos humanos y medición oficial de la pobreza en México. Papeles de Población, enero-marzo. No. 35, pp. 101-137

Recuperado de http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=11203506

Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (2009, 10 dic.). Comunicado de Prensa No. 008/09. CONEVAL da a conocer la metodología oficial para la medición multidimensional de la pobreza en México.

Recuperado de http://www.coneval.gob.mx/contenido/home/6124.pdf

Organización Mundial de la Salud (2004). Invertir en salud mental. Ginebra: OMS.

Recuperado de http://www.who.int/mental_health/advocacy/en/spanish_final.pdf

Palomar Lever, J. (2004). Pobreza, recursos psicológicos y bienestar subjetivo.

Recuperado de http://www.uia.mx/campus/publicaciones/IIDSES/idses3.pdf

Palomar Lever, J. y Pérez Corres, A. (2003). Un solo rostro y tres maneras de mirarlo: el significado de "pobreza" según el nivel socioe-conómico. Revista Latinoamericana de Psicología, pp. 27-39.

Recuperado de http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=80535103

Sandoval, J.M. y Richard, M.P. (2005). La Salud Mental en México.

Referencias de imágenes:

Ambrozjo (2011, Sep.22) XXI century civilization 2 [fotografía] Re-cuperado de http://www.sxc.hu/browse.phtml?f=view&id=1365278

mrdisaster (2007, Jun.19) Ranchos de Caracas [fotografía] Recupera-do de http://www.sxc.hu/browse.phtml?f=view&id=810983

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ElRincon (2005, Oct.17) Urban poverty 1 [fotografía] Recuperado de http://www.sxc.hu/browse.phtml?f=view&id=393155

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La Revista sui generis de la Facultad de Psicología de la uanl

y La Revista querencia Publicación del Instituto de Psicología Clínica de la Facultad de Psicología de

la Universidad de la República de Uruguay

Hacen de su conocimiento el acuerdo mutuo de cola-boración, en el cual se intercambiarán textos de ambas universidades con el fin de enriquecer el contenido edi-torial y compartir la diversidad de perspectivas de psi-coanálisis.

Se puede consultar en la página www.querencia.psico.edu.uy y la dirección de correo electrónico es [email protected]

Más información sobre Querencia:

La Revista Querencia es una publicación de-dicada a la divulgación del psicoanálisis y otras disciplinas afines a través artículos cien-tíficos, reseñas de textos así como la discusión y debate de aquellos temas que por su interés pueden promover la participación de los lec-tores de la Revista.

Orientada al diálogo con analistas de todas las corrientes teóricas del psicoanálisis, la re-vista aspira a ser un insumo de consulta para estudiantes de nuestra Facultad, analistas y público en general interesado en el Psicoaná-lisis y los temas que abordan las producciones presentadas.