revista ingeniería y construcción (junio,1933)

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I M d l ] AÑO XI.-VOL. XI.-NÚM. 1S6. Madrid, junio 1933. TRANSPORTES Coordinación y competenci Por C. BOTIN(^) CONSIDERACIONES GENERALES. Parece procedente excusarse con los posibles lec- tores por insistir sobre un tema tan manoseado. No pretendemos decir nada nuevo, porque comprende- mos que es imposible. Pero si acertamos a decir co- sas razonables, ni aquéllos ni nosotros habremos per- dido el tiempo. A juicio de muchos, la copiosa literatura que se vierte actualmente sobre el tema es el epitafio del ferrocarril. Tanto se ha dicho, por el contrario, que cada medio de transporte tiene su campo propio de aplicación, que es pueril insistir sobre ello; pero es una gran verdad que conviene recordar, porque en ella se encierra toda la filosofía del problema, que estriba en buscar la coordinación, huyendo de la com- petencia. Esta coordinación es más necesaria a los trans- portistas por carretera que a los ferrocarriles. En la situación actual pierden generalmente más dinero aquéllos que éstos, y si de una manera simplista se habla del perjuicio que el autobús causa al ferroca- rril, ello se debe, principalmente, a que en el caso del primero faltan estadísticas, y en su administra- ción no es muy corriente el empleo de una contabili- dad que permita valorar las pérdidas en la compleja organización de suministradores, socios capitalistas y socios industriales que sirven habitualmente de base al llamado negocio de transportes por carrete- ra; mientras la solvencia de las explotaciones ferro- viarias se plasma en la publicación de sus resultados anuales, sensibles a la más pequeña influencia. Esto que afirrnamos es un hecho comprobable a través de las vicisitudes que sufren la mayoría de los trans- portes carreteros. Y lo es no obstante la desigualdad del trato fiscal aplicado a los ferrocarriles y a los autobuses, que tanto favorece a estos últimos. Y si- gue siendo cierto incluso en muchísimos casos de pi- ratería, realizados sin conocimiento del Fisco, posi- bles económicamente (!) merced al despojo de que son -víctimas tantos espíritus simples que sólo tie- nen para meterse en el negocio de transportes el dinero necesario para escarmentar en una prueba des- cabellada. Contrastando con esta clase de transportistas exis- te el grupo de los que, con una visión certera del pro- blema, se limitan a realizar servicios combinados con el ferrocarril. No es raro encontrar entre ellos los (1) Ingeniero de Caminos. Director del Ferrocarril Cantábrico. i'igura 1." Omnibimes de construcción nacional, con motor de E-.isolina "Na- val-Somua". que administran negocios muy saneados por haberse mantenido inmunes contra los ataques del microbio de la competencia. Son corrientes en estos casos ta- rifas de doce, catorce y hasta diez y ocho céntimos por viajero/Km., que justifican la posibilidad econó- mica del negocio. Pero hay alguno entre ellos que ata- cados por aquel morbo, u obligados por competencias clandestinas, en lugar de rendir viaje en la estación ferroviaria más próxima, corren paralelos a la línea al llegar a ella, perdiendo al hacerlo la posibilidad de aplicar unas tarifas remuneradoras por el pie for- zado que supone una competencia.

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Año XI. Vol. XI. Núm. 126. Junio 1933. Fundación Juanelo Turriano.

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I M d l ]

AÑO X I . - V O L . X I . - N Ú M . 1S6. Madrid, junio 1933.

T R A N S P O R T E S

C o o r d i n a c i ó n y c o m p e t e n c i

Por C. BOTIN(^)

CONSIDERACIONES GENERALES.

Parece procedente excusarse con los posibles lec-tores por insistir sobre un tema tan manoseado. No pretendemos decir nada nuevo, porque comprende-mos que es imposible. Pero si acertamos a decir co-sas razonables, ni aquéllos ni nosotros habremos per-dido el tiempo.

A juicio de muchos, la copiosa literatura que se vierte actualmente sobre el tema es el epitafio del ferrocarril. Tanto se ha dicho, por el contrario, que cada medio de transporte tiene su campo propio de aplicación, que es pueril insistir sobre ello; pero es una gran verdad que conviene recordar, porque en ella se encierra toda la filosofía del problema, que estriba en buscar la coordinación, huyendo de la com-petencia.

Esta coordinación es más necesaria a los trans-portistas por carretera que a los ferrocarriles. En la situación actual pierden generalmente más dinero aquéllos que éstos, y si de una manera simplista se habla del perjuicio que el autobús causa al ferroca-rril, ello se debe, principalmente, a que en el caso del primero faltan estadísticas, y en su administra-ción no es muy corriente el empleo de una contabili-dad que permita valorar las pérdidas en la compleja organización de suministradores, socios capitalistas y socios industriales que sirven habitualmente de base al llamado negocio de transportes por carrete-ra; mientras la solvencia de las explotaciones ferro-viarias se plasma en la publicación de sus resultados anuales, sensibles a la más pequeña influencia. Esto que afirrnamos es un hecho comprobable a través de las vicisitudes que sufren la mayoría de los trans-portes carreteros. Y lo es no obstante la desigualdad del trato fiscal aplicado a los ferrocarriles y a los autobuses, que tanto favorece a estos últimos. Y si-gue siendo cierto incluso en muchísimos casos de pi-ratería, realizados sin conocimiento del Fisco, posi-bles económicamente (!) merced al despojo de que son -víctimas tantos espíritus simples que sólo tie-

nen para meterse en el negocio de transportes el dinero necesario para escarmentar en una prueba des-cabellada.

Contrastando con esta clase de transportistas exis-te el grupo de los que, con una visión certera del pro-blema, se limitan a realizar servicios combinados con el ferrocarril. No es raro encontrar entre ellos los

(1) Ingeniero de Caminos. Director del Ferrocarril Cantábrico.

i'igura 1." Omnibimes de construcción nacional, con motor de E-.isolina "Na-

val-Somua".

que administran negocios muy saneados por haberse mantenido inmunes contra los ataques del microbio de la competencia. Son corrientes en estos casos ta-rifas de doce, catorce y hasta diez y ocho céntimos por viajero/Km., que justifican la posibilidad econó-mica del negocio. Pero hay alguno entre ellos que ata-cados por aquel morbo, u obligados por competencias clandestinas, en lugar de rendir viaje en la estación ferroviaria más próxima, corren paralelos a la línea al llegar a ella, perdiendo al hacerlo la posibilidad de aplicar unas tarifas remuneradoras por el pie for-zado que supone una competencia.

Dentro de un régimen tan extremadamente liberal que todos los transportistas, de cualquier clase que fuesen, no tuvieran relación alguna con el Estado, y en que éste no tuviera tampoco la menor interven-ción en la economía y recaudación de las explota-ciones, creemos que la coordinación se resolvería au-tomáticamente con más facilidad por conveniencia mutua de los dos tipos de transporte en litigio. Pero se da el caso peregrino de que la acción del Estado, pese a su intención ordenadora, es la que dificulta principalmente el logro de aquella coordinación:

1.'' Por la desigualdad del régimen fiscal estable-cido.

2." Por la falta de continuidad, o mejor dicho, por la inexistencia de una política general de transpor-tes, que hace posibles todas las esperanzas, aún las más locas económicamente consideradas.

3.° Por lo inadecuado de una regulación de trans-portes permanentemente provisional, a consecuencia de lo arriba apuntado; y

4.° Por lo ineficaz de su acción coactiva. Este último punto merece un aparte especial, y

para su mejor compresión citaremos dos ejemylos, suprimiendo nombres propios, porque no tienen es-tas líneas el propósito de suscitar polémicas ni el objetivo de una denuncia.

Se refiere el primero a la recaudación obtenida por imposición de multas, durante el año 1932, en una de las provincias españolas en que resulta más efi-caz la actuación de Los funcionarios del Estado en-cargados de fiscalizar el cumplimiento de las dispo-siciones vigentes sobre transportes, y la represión de las circulaciones piratas.

Fué en dicho período de 8.000 pesetas por todos conceptos. ¿Pueden suponerse siquiera los abusos que se esconden detrás de una cifra tan mezquina? ¿Cómo podrían calcularse los ceros que sería necesario aña-dir a esa cifra para que llegara a representar el im-porte de los cánones y gabelas que hubieran debi-do satisfacer los infractores para colocarse dentro de la Ley?

El otro ejemplo nos lo ofrece una empresa propie-taria de numerosísimos autobuses, instalada en un local que se ofrece al público con llamativos carte-les; que desde hace más de cinco meses realiza una serie de servicios periódicos anunciados en los co-rrespondientes folletos impresos donde se resumen itinerarios y tarifas. Todo ello perfecto; pero la con-cesión de los servicios "interurbanos" que efectúa le ha sido "otorgada" por el Ayuntamiento de ^ ciudad donde tiene instalado su domicilio social (!), y merced a este detalle no paga impuestos al Estado. De vez en cuando se le impone por la Jefatura de Obras públicas correspondiente una multa de vein-ticinco pesetas; la paga y continúan las circulaciones con una economía diaria de unas ciento cincuenta pesetas, que, según el régimen fiscal vigente, debiera satisfacer. Todo ello sin el compromiso de una obli-gación que cumplir, por lo que, probablemente, no aceptaría la concesión ni regalada.

Estas anécdotas de la picaresca de los transpor-tes tienen lugar con la complicidad por encubrimien-to del Estado, porque siempre que ocurre alguna hay interesados en evitar su repetición, y no faltan las denuncias; dándose el caso de ser generalmente los denunciantes quienes perciben la sensación de desagradar en las altas esferas, como si fueran ellos los infractores de la Ley.

Perdónesenos esta breve excursión por los alrede-

dores del tema principal del artículo, y volvamos al mismo.

Uno de los aspectos de la cuestión en que resalta de manera más evidente la nociva influencia del Es-tado, es el de reglamentación de concesiones de Des-pachos centrales, no obstante ser su acertada reso-lución la base de una coordinación eficaz entre los dos medios de transporte que equivocadamente se han colocado en pugna. No debiera existir limita-ción de distancia para la concesión de estos despa-chos ni entorpecerse ésta con disposiciones regla-mentarias que parecen pensadas para obstruir aque-llas concesiones, en perjuicio evidente del interés pú-blico.

La instalación de Despachos centrales con estable-cimiento de líneas de autobuses conjugadas con las ferroviarias, marca una directriz interesante para re-solver el problema, particularmente en las regiones norteñas de población bastante densa y muy repar-tida.

A nuestro juicio, en esta materia no puede haber otra política que esta: organizar los transportes ne-cesarios en las condiciones más económicas posibles y permitir los de lujo, gravándolos en beneficio de los primeros. Esto es aplicación del mismo principio que informó el sistema tarifario adoptado en los fe-rrocarriles, que determinó la agrupación de mercan-cías en tres clases, basándose principalmente en su valor relativo. Este principio, de indudable valor eco-nómico, aplicado al problema de los transportes en su estado actual, se traduce en la necesidad de prote-ger aquel medio de transporte que en cada caso pro-porcione la solución más económica para asegurar el tráfico existente o probable. decinios "en cada caso", porque no queremos prejuzgar la solución a favor de uno cualquiera de ellos. Probablemente, esta protección (eliminadas algunas líneas todavía exis-tentes por un milagro de equilibrio) se dispensaría a las explotaciones ferre, arias y a las líneas de au-tobuses coordinadas, porque esta coordinación pro-porcionaría el cauce más económico para el tráfico pesado, tanto de mercancías como de viajeros. Y po-drían autorizarse explotaciones concurrentes, en con-diciones fiscales onerosas, por la indudable mejora de servicio que en muchos casos representan; me-jora que no puede negarse a los usuarios que estén dispuestos a pagarla.

Para la mejor comprensión de lo indicado supon-gamos tres ciudades, A, B y C; entre A y B existe una línea férrea y un tráfico considerable de via-jeros y mercancías; entre B y C no hay ferrocarril y el tráfico es insuficiente para construirlo. Según nuestro criterio, deben gozar de las máximas faci-lidades de todos órdenes por parte del Estado la ex-plotación ferroviaria AB y las líneas de autobu-ses BC, y podrán autorizarse el establecimiento de éstas entre A y C (si su servicio, resulta más cómodo que el coordinado a que acabamos de referirnos), imponiéndolas cargas fiscales superiores a las que gravan a los transportistas anteriormente citados, y precisamente en beneficio de éstos, a los que iría a parar el exceso de cargas impuesto al competidor.

Las disposiciones reglamentarias en que este prin-cipio se recogiera podrían complementarse con au-torizaciones a las Compañías ferroviarias para sus-tituir total o parcialmente sus trenes de viajeros por circulaciones carreteras. Estas autorizaciones, que darían un sentido nuevo a las concesiones, y una gran elasticidad a la explotación, plantearían a las

cios de transporte de otras mercancías que nada tie-leii que ver con aquélla para la cual se plantea la

COMPARACION ENTRE LOS TRANSPORTES FÉRREOS Y CA- elección aludida. Sobre un ejemplo práctico explana-RRETEROS. remos ios términos en que a nuestro juicio debe es-

secundado de 105 ki-m r S n de los Íhf i . í ' ^ ^ ^ ^ ^^ « o® ^Pitales de provin-S n e t e r m r n a K X S ^ Z T ° importantes. El tráfico y recaudación porte determmado aplicando los distmtos medios que de este ferrocarril durante el último quinquenio se

CUADRO NUMERO 1

DATOS COMPARATIVOS DEL RESULTADO DE LA EXPLOTACION EN EL QUINQUENIO 1928-32

^ N C E P T O S . 1928 1 929 1930 193 1 1932

TRENES:

7.958 9.515 9.719 9.572 9 008 ^ 3 0 4.768 4.891 4.402 I Z '

Número total de trenes it^SS

Kilómetros recorridos por los trenes de viajeros 345.673 395.420 400.447 391.291 361541

Kilómetros recorridos por los trenes de mercancías 222.7Í2 238.289 236.078 228.629 201.047

Total de kilómetros recorridos SelsÜ 6l3T7o'9 "'636.525 ""ew'^O "l'o^^SS

VIAJEROS Y SU PRODUCTO: Número total de viajeros 1.000.685 1.051.777 1.053.815 1.077.229 1.084.759 Producto total por viajeros i.20O.756 1.197.709 1.205.140 1.195.160 1.185.571 Producto medio de un viajero 1,20 1,14 114 m 109 Kilómetros recorridos por los viajeros 22.284.868 22.691.224 23.054^904 23.133367 24 374991 Producto medio por viajero (Km.) 0,0539 0,0528 0,0522 0,0517 ' 0,0486

MERCANCIAS Y SU PRODUCTO: Equipajes y G. V.-Toneladas 13.963 IG.502 12.424 10.957 10 668 Mercancías P. V.-Toneladas 315.951 374.569 391.413 383.032 360.294

Total de toneladas transportadas 329.914 391.071 403.837 ~39^989 370.952

Producto de la G. V 259.646 303.761 253.782 236.312 226 205 Producto de la P. V 1.773.510 2.007.939 2.126.464 2.091.515 2.062.173

Producto total de mei-cancias 2.033.1Í56 2.311.701 2.380.246 2.327.827 2.288.378

Producto por tonelada de G. V 18,59 18,41 20,43 21 567 21 204 Producto por tonelada de P. V 5,61 5,37 5,72 5 15 572 Producto medio por tonelada 5,87 5,91 5,894 5,614 51866

GANADOS Y SU PRODUCTO: Cabezas transportadas 27.348 38.097 40.062 35.946 32.735 Producto obtenido 63.743 81.987 90.572 85.807 79.602 Producto medio por cabeza 2,33 2,15 2,26 2,39 2,43

RECAUDACIONES VARIAS 111.058 79.892 58.726 62.202 49.787 PRODUCTO BRUTO TOTAL 3.408.713 3.671.289 3.734.685 3.670.996 3.603.338

g a s t o s DE EXPLOTACION 2.455.819 2.719.125 2.654.250 2.644.928 2.624 335 " 57.338 78.418 83.372 87.855 90.365

Total de gastos 2.513.157 2.797.543 2.737.623 2.732.782 2.714.700

Coeficiente de explotación 73,73 76,20 73,30 74,44 75,34

p r o d u c t o NETO 895.555 87.3.745 997.062 938.214 888.638

resume en el cuadro núm. I. Analizados todos los gas- mos a fijar los precios efectivos por tren/Km. para tos e ingresos que determina la explotación, llega- viajeros y para mercancías en el cuadro núm. II.

CUADRO NUMERO n DISTRIBUCION DE CASTOS ENTRE TRENES DE MERCANCIAS Y TRENES DE VIAJEROS EN EL QUINQUENIO

1928 - 32

C O N C E P T O S

Gastos independientes de la clase de trenes =:(?i. Gastos dependientes de la clase de trenes = Gí....

Gastos totales: (? = G¿ + Gfí.

Recorrido de trenes de viajeros: Rv Recorrido de trenes de mercancías: Rm.,

Recorrido total de trenes: R = Rv-\- Em

Coeficiente independiente de la clase de trenes: Oi:

1 9 2 8 1 9 2 9 1 9 3 0 1 9 3 1 1 9 3 2

1.205.851 1.307.306

1.191.008 1.606.535

1.240.228 1.497.394

1.194.980 1.537.803

1.221.263 1.493.436

2.153.157 2.797.543 2.737.622 2.732.783 2.714.699

348.320 225.359

398.852 241.721

404.227 239.858

394.679 232.017

364.737 204.242

573.679 640.573 644.085 626.696 568.979

Oi

R Relación entre el costo del tren (Km.) de viajeros y el

de mercancías = : K Coeficiente para trenes de mercancías:

Gt Om=:Ci-{-

Rm = K. Rv. Coeficiente para trenes de viajeros: Ov=Oi + K (Cm — Ci) Gastos atribuidos a los trenes de mercancías = JimXCm... Gastos atribuidos a los trenes de viajeros = - B v X Cv

Gastos totales..

2,102

0,62

5,06

3,94 1.140.317 1.372.381

2.512.698

1,859

0,60

5,20

3,86 1.256.949 1.539.569

2.796.518

1,925

0,71

1,905

0,75

2,145

0,69

Gasto por tren (Km.): i r=: independiente

— 1.025 0,4 \3,34

" " |2,00 (Central y

4,765 4,815 5,420

3,941 4,087 4,405 1.142.923 1.117.162 1.106.992 1.593.059 1.613.053 1.606.666

2.735.982 2.730.215 2.713.658

— 1.640 — 2.578 — 1.041 0,6 0,94 0,38

2,260 Estaciones) y Pensiones.

Diferencia con la anterior — 439 Error por mil 0,2

m=mercancías ^ i i t;=viajeros ' /1,84

Gi = Todo.s los gastos de Administración Central, Vias y Obras, Movimiento Gt = Todos los gastos de Material y Tracción y Movimiento (trenes). Rv y Rm = A cada uno se ha agregado el 50 por 100 de los trenes de material y trabajos.

En éste aparece fijado el coeficiente K de relación circunstancias de la explotación y del material. Ad-entre el costo del tren/Km. de viajeros y el de mer- mitido dicho coeficiente, aparecen perfectamente cla-cancias. Hacemos, gracia a nuestros lectores, del pro- ras las cifras a que se llega en el cuadro, sin nece-cedimiento seguido para deducirlo, muy laborioso, sidad de explicaciones más prolijas, por la necesidad de tener en cuenta una porción de En el cuadro núm. III se resumen los resultados

CUADRO NUMERO m DISTRIBUCION DE PRODUCTOS ENTRE LOS TRENES DE VIAJEROS Y MERCANCIAS. — QUINQUENIO 1928-32

C O N C E P T O S 1 9 2 8 1 9 2 9 1930 1 9 3 1 1932

Producto por viajeros Producto de la G. V

^ 30% de recaudaciones varias.

TRENES DE VIAJEROS Producto bruto total Gastos totales Producto neto

^ Coeficiente de explotación..

(Producto por P. V

Producto por ganados 70% de recaudaciones varias. TRENES DE MERCANCIAS. í Producto bruto total

j Gastos totales F Producto neto. \ Coeficiente de explotación..

1.200.756 1.197.709 1.205.140 1.195.160 1.185.571 259.646 303.761 253.782 236.312 226.205

33.317 23.967 17.618 18.660 14.936

1.493.719 1.525.437 1.476.540 1.450.132 1.426.712 1.372.381 1.539.569 1.593.059 1.613.053 1.603.666

120.338 —14.132 —116.519 —162.921 —179.954 91,21 100,92 107,80 111,2 112,5

1.773.510 2.007.940 2.126.465 2.091.515 2.062.173 63.743 81.987 90.572 85.807 79.602 77.741 55.924 41.109 43.542 34.851

1.914.994 2.145.851 2.258.146 2.220.864 2.176.626 1.140.317 1.256.949 3.142.923 1.117.162 1.106.992

774.677 888.902 1.115.223 1.103.702 1.069.634 59,54 58,57 50,5 52,6 50,8

de la explotación durante el quinquenio, imputando por separado a cada uno de los servicios de viajeros y mercancías los ingresos y gastos que le son pecu-liares, para presentarlos individualmente como ex-plotaciones independientes.

De la consideración de dicho cuadro se concluye, en primer lugar, por simple observación, que el trans-porte de viajeros es parásito con relación al de mer-cancías. Se deduce también que su grado de parasi-tismo es creciente con el tiempo. Pero no sería lógico admitir la posibilidad de que suspendido el servicio de viajeros se mantuviera constante el coeficiente de explotación que se obtiene en el de mercancías, porque la existencia de aquél aligera a éste de una porción de gastos generales, que de estar solo, que-darían a su cargo. Claro está que no sería íntegra-mente, porque con el servicio de viajeros se supri-mirían muchos gastos de los clasificados como inde-pendientes de la circulación de trenes. Hemos calcu-lado detalladamente para el ejercicio de 1932 la cuan-tía de esta reducción que ciframos en 353.093 pese-tas. El resultado teórico en dicho ejercicio, suponien-do que durante el mismo sólo se hubiera realizado el servicio de mercancías, es:

Producto de la G. V 226.205 pts. Idem de la P. V 2.062.173 " Idem ganados 79.602 " 70 por 100 de las recaudaciones varias 34.851 "

Producto bruto total 2.402.831 " Gastos independientes de la circulación de

trenes 868.170 " Gastos directamente imputables al recorrido

de los trenes de mercancías 668.893 "

Gastos totales 1.537.063 " Producto neto 865.768 "

Como el producto neto realmente obtenido fué de 888.638 pesetas, cantidad comparable a la calculada

La conveniencia de la explotación se dibuja, pues, perfectamente clara en este caso particular, supuesto que con sólo el transporte de mercancías se asegura un producto neto equivalente al que se obtiene actual-mente con éste y el de viajeros; y nada impediría a

Figura 2.° Omnibus "S:'iHrer", con motor de aceite pesado.

con la explotación hipotética de transporte exclu-sivo de mercancías, y la tendencia comprobada de-termina el empobrecimiento de los transportes de viajeros, puede concluirse que en años sucesivos exis-tirá una ventaja económica en el abandono de éstos.

Figura 3.»

Automotor "Michelin", para vía de 1,00 m.

la Compañía dedicarse simultáneamente a los trans-portes por carretera, obteniendo en ella los beneficios que es lógico esperar aplicando un sistema que se dice acabará desplazando a los ferrocarriles.

Para lograr esta transformación sería necesario que el Estado accediese a modificar las concesiones actuales permitiendo a las Compañías la supresión del transporte de viajeros sobre carril, e incluso re-conociéndolas un derecho preferencial al estableci-miento de servicios sustitutivos por carretera, como más arriba decíamos. Esta transformación que, hoy por hoy, reconocemos utópica para largos recorri-dos, es perfectamente factible para los servicios rea-lizados generalmente por los ferrocarriles económi-cos y secundarios.

En el cuadro núm. I vimos que el transporte de viajeros, en el caso particular considerado, determi-nó un producto de 0,0486 pesetas por viajero/Km. en el ejercicio de 1932. Cabe ahora preguntar: ¿Podría subsistir con semejante producto una empresa de transportes automóviles que viniera a sustituir a la Compañía ferroviaria en su obligación de transpor-tar a "todos" los viajeros que se le presenten? No so-mos técnicos en este tipo de transporte, y por ello nos abstenemos de contestar a dicha pregunta. Pero como ilustración para los más letrados, dejamos con-signado aquí que habiendo sido de 24.374.991 Km. el recorrido de viajeros registrado, fué de 62.656.064 kilómetros el número de plazas ofrecidas, siendo, por tanto, 38,9 por 100 el coeficiente de utilización lo-grado como promedio anual, lo que supone uno bas-tante peor en ciertas épocas del año y una gran pre-visión de material en otras.

RESUMEN.

Concluímos de lo expuesto, que en el caso parti-cular considerado, el interés privado de la Compañía explotadora es favorable al abandono de los servi-cios de viajeros sobre carril, y esto nos obliga a su-poner la existencia de otros casos análogos. Queda por dilucidar si el interés general se beneficiaría también con aquel abandono. Para ello es necesario

conocer los términos en que se plantearía la cuestión si las explotaciones ferroviarias se desenvolvieran en condiciones análogas a las que disfrutan los trans-portes por carretera.

Para aclarar este punto hemos establecido, en el caso particular de nuestro ejemplo, el cuadro núm IV, en el que todos los gastos que no gravan a las ex-plotaciones carreteras los hemos cargado al trans-

CUADRO NUMERO IV DISTRIBUCION DE PRODUCTOS ENTRE LOS TRENES DE VIAJEROS Y MERCANCIAS.—QUINQUENIO 1928-32

C O N C E P T O S 1 9 2 8 1 9 2 9 1 9 3 0 1 9 3 1

Gastos de Administración, Vía y Obras, Movimiento (Central y Estaciones) y Pensiones

Gastos directamente imputables al recorrido de los trenes de mercancías

Suma de los dos conceptos anteriores

Gastos directamente imputables al recorrido de los trenes de viajeros

TRENES DE VIAJEROS..

1 9 3 2

1.205.851 1.191.008 1.240.228 1.194.980 1.221.263

667.033 807.348 681.197 675.169 668.893

1.872.914 1.998.356 1.921.425 1.870.149 1.890.156

640.243 799.187 816.197 862.634 824.543

/ Producto por viajeros 1.200.756 1.197.709 1.205.140 1.195.160 1.185.571 1 Producto por G. V. 259.646 303.761 253.782 236.312 226.205 >30% de recaudaciones varias... 33.317 23.967 17.618 18.660 14.936 ./ Producto bruto total 1.493.719 1.525.437 1.476.540 1.450.132 1.426.712

1 Gastos totales 640.243 799.187 816.197 862.634 824.543 1 Producto neto 853.476 726.250 660.343 587.498 602.169

Coeficiente de explotación 42,80 52,40 55,20 59,40 57,70

/ Productos por P. V 1.773.510 2.007.940 2.126.465 2.091.515 2.062.173 1 Productos por ganados 63.743 81.987 90.572 85.807 79.602 \lO% de recaudaciones varias... 77.741 55.924 41.109 43.542 34.851 . Producto bruto total 1.914.994 2.145.851 2.258.146 2.220.864 2.176.626

J Gastos totales 1.872.914 1.998.356 1.921.425 1.870.149 1.890.156 [ Producto neto 42.080 147.495 336.721 350.715 286.470 ' Coeficiente de explotación 97,80 93,10 85,00 84,20 86,70

porte de mercancías, imputando exclusivamente al de viajeros el gasto que realmente determina sobre una vía que otro conserva. Vemos asi que el coefi-ciente de explotación durante el último quinquenio oscila entre 42,8 y 59,4, resultado asombroso que nos obliga a concluir, aun no siendo perito en trans-portes automóviles, la mayor baratura de los férreos. (No se olvide que estos resultados se han obtenido con un producto medio de 0,0539 á 0,0486 pesetas por viajero/Km., sosteniendo una competencia que arre-bata al ferrocarril la "crema" del transporte, y en condiciones fiscales extraordinariamente onerosas para este último. Esto nos permite asegurar que en otras que pudiéramos llamar normales los resultados hubieran sido aún más expresivos.)

Quiere decir este resultado que no son las Compa-ñías, sino el Estado, quien tiene mayor interés en sostener las explotaciones ferroviarias en su forma actual, y si la Superioridad estima peligrosas ciertas transformaciones y carece de fe en sus resultados desde el punto de los usuarios, a los que desea ga-

rantizar la eficacia y baratura del servicio, está obli-gada a proteger de una manera también eficaz al transporte que a su juicio ofrece aquella garantía.

Si esa protección no se presta, deben aflojarse las ligaduras que atan a las empresas, para permitirlas, en los casos particulares en que sea posible, trans-formar su explotación en busca de una vitalidad que le va faltando por momentos. El enfermo no cura con paliativos, y desde el punto de vista técnico, es preciso no olvidar que el ferrocarril lo que tiene me-jor puesto es el ¡nombre; el carril de hierro es su característica, y de él arrancan sus posibilidades y sus defectos. No hay que tener por ello una fe ex-cesiva, desde el punto de vista de la competencia, ni en las electrificaciones (que conocieron días de más aprecio que los actuales), ni en los automotores, puestos de moda más recientemente. No negamos con esto el alto, altísimo valor de unas y otros, ni la con-veniencia de su adopción en muchos casos. Pero a las cosas sólo se les debe pedir lo que pueden dar. y a los Poderes públicos la comprensión suficiente.

Laboratorios de ensayos hidráulicos Los Ateliers de Constructions Electriques de Char-

leroi están actualmente en disposición de ensayar to-das las bombas hidráuhcas fabricadas. Las instala-ciones para este fin están descritas en uno de los últimos números del "Bulletin A.C.E.C." En una de ellas se comprueban las bombas de gasto inferior a los 2000 m'' por hora, pudiéndose ensayar en la otra bombas hasta de un gasto de 60.000 m '-h, estando

esta última provista de una instalación para el en-sayo de bombas de agua caliente hasta de 200". Las instalaciones tienen además disposiciones para el en-sayo de vombas para líquidos viscosos y la medida de las pérdidas de carga en tuberías, completando la instalación una estación de verificación que permite evaluar los errores a que dán lugar los aparatos in-dustriales de medida.

La soldadura eléctrica por arco con hidrógeno

atómico

Por E N R I Q U E G A L V E

Tales progresos ha alcanzado la soldadura eléc-trica en los últimos años, que por sí misma ha llega-do a constituir una de las industrias de tipo más mo-derno.

En lo que se refiere a los equipos generadores, se han llegado a fabricar tipos bastante perfectos, se-ñalándose como detalles interesantes el empleo de reactancias estabilizadoras de la corriente de solda-dura y el funcionamiento completamente automático de todos los aparatos.

Por lo que respecta a los electrodos, se fabrican diversas clases, que se ajustan a todas las necesida-des, permitiendo realizar buenas soldaduras en todos los planos y posiciones, incluso por debajo de un pla-no horizontal.

Además se han conseguido interesantes aplicacio-nes, tales como el uso de la soldadura automática en la fabricación en serie, la soldadura de las estructu-ras metálicas, la reconstrucción de ejes y ruedas y multitud de trabajos realizados en excelentes condi-ciones mecánicas y económicas.

Sin embargo, en lo que se refiere a los mf,tales y aleaciones soMables, había quedado reducido el em-pleo de la soldadura eléctrica al hierro y acero de uso corriente en la construcción, pues desarrollándo-se la soldadura en un medio oxidante, como lo es el aire, no se había podido conseguir para los otros me-tales y aleaciones la suficiente ductilidad, y en mu-chos casos era prácticamente imposible realizar una buena soldadura.

Ahora se emplea un nuevo procedimiento, que permite obtener soldaduras dúctiles y homogéneas en todos los metales ferrosos y no ferrosos, así como en las diversas aleaciones que se emplean en la construcción; este procedimiento es el conocido con el nombre de soldadura eléctrica por arco con hidró-geno atómico.

Estudiando el ilustre doctor Ir-ving Langmuir (1) la pérdida de calor en los filamentos -de tungsteno de las lámparas de incandescencia en una atmósfe-ra de hidrógeno, encontró las bases de este nuevo procedimiento de soldadura eléctrica.

Se efectuaron numerosos ensayos posteriormente, habiéndose llegado a las conclusiones siguientes:

La pérdida de calor por conducción y convección en un filamento de tungsteno^ en atmósfera de hidró-geno aumenta con el exponente 1,9 de la tempera-tura hasta 1.425° C, y a partir de este punto crece muy rápidamente. De tal modo, que para tempera-turas comprendidas entre 2.325 y 3.125" C, el calor

evacuado por el hidrógeno a la presión atmosférica aumenta con el exponente 5 de la temperatura y con hidrógeno a una presión de 50 mm. de columna de mercurio, dicho exponente alcanza la cifra de 6.

EL PROCESO DE LA SOLDADURA

Prosiguiendo las investigaciones y ensayos, quedó fijado el proceso de la soldadura eléctrica con hidró-geno atómico en la forma siguiente:

El calor intenso del arco, producido entre los elec-trodos de tungsteno, disocia el hidrógeno, el cual pasa del estado molecular al estado atómico, según la reacción H = 2 H; recombinándose el hidrógeno fuera del arco se desarrolla una gran cantidad de ca-

(1) El doctor Irving Langmuir .pertenece a los Laboratorios de Investigación de la General Electric Co., en Schenectady (Nue-va York), habiendo realizado y efectuado actualmente notables experimentos de alta técnica de laboratorio, que posteriormente han sido oKieto de importantes aplicaciones tidustriales, como la (lúe ahora nos ocupa.

Figura 1.»

Ensayo de soldadura eléctrica con hidrógeno atómico en chapa de acero, con baja proporción de carbón, sin añadir metal.

ior, superior al obtenido hasta el presente en ningu-na llama de gas. Este calor fundirá los metales que deben ser soldados. Las principales ventajas obteni-das con este procedimiento son las siguientes:

Siendo el hidrógeno un activo agente reductor, evita la formación de óxidos y, por consiguiente, se obtienen soldaduras uniformes, resistentes, dúctiles y bien terminadas. El metal que se suelda no queda en el circuito eléctrico y, por consiguiente, no es ne-cesario aislarlo ni ponerlo a tierra. El arco se man-tiene siempre constante y con un amplio margen de regulación en su tamaño y en su intensidad. La tem-peratura del arco es próximamente de 4.000° C, es decir, superior a la de la llama oxiacetilénica, que es aproximadamente de 3.200° C.

Además, el hidrógeno realiza los siguientes efec-tos: se comporta como un activo agente intensifica-dor de calor, protege los electrodos de tungsteno, que de otra forma se oxidarían rápidamente, y actúa como un activo agente reductor, evitando la oxidación y

permitiendo obtener una soldadura finamente aca-bada.

Representamos en la figura 1." un interesante en-sayo de soldadura eléctrica con hidrógeno atómico,

Una botella de hidrógeno. Representamos en la figura S.®' el esquema gene-

ral de conexiones del equipo eléctrico anteriormente descrito, y en la figura 6. , el equipo comipleto en dis-posición de efectuar los trabajos.

El transformador suministra la tensión convenien-te para el arco. Esta tensión suele ser en el arranque del arco de 300 voltios; pero ima vez que el arco ha sido estabilizado, la tensión necesaria es de 90 vol-tios para trabajos ligeros, y de 60 voltios para tra-bajos fuertes, y las intensidades correspondientes varían de 15 a 17 amperios.

Como puede verse, en este proceso' de soldadura se requiere alta tensión y baja intensidad, al contrarío de lo que ocurre en la soldadura ordinaria.

El portaelectrodo está formado por im soporte que sostiene los dos electrodos de tungsteno y un sople-

Figura 2.»

Transformador del equipo de soldadura.

verificada en acero con baja proporción de carbón. La ductilidad de la misma soldadura fué obtenida en alto grado, como puede verse en los efectos pro-ducidos por los esfuerzos a que ha sido sometida.

EL EQUIPO ELECTRICO

El problema de la soldadura eléctrica por arco con hidrógeno atómico ha quedado perfectamente resuel-to desde el punto de vista industrial y comercial, fa-bricándose ya normalmente el equipo eléctrico que permite realizar los trabajos correspondientes en las mejores condiciones eléctricas y mecánicas.

El equipo de soldadura está formado por los apa-ratos siguientes:

Un transformador para suministrar al arco la ten-sión conveniente (fig. 2.^).

Un panel de control que lleva montados: una reac-

Figura 3.» l'.auol de control, vista anterior y posterior abierta.

tanda, un amperímetro, un relé serie, un relé de tiempo limitado, un selector y un pulsador de arran-que y parada (fig. 3.").

Un portaelectrodo, especialmente construido nara este fin (fig. i.-»); y

Figura 4.»

Porta-electrodo.

te de alundum. Uno de los electrodos de tungsteno es fijo y el otro móvil, accionado por una palanca con resorte para verificar el arranque del arco; el sople-te de hidrógeno es controlado por una llave de paso.

Respecto al hidrógeno, se emplea con excelentes resultados el que se obtiene comercialmente en bote-llas, siendo de notar que la soldadura será tanto más perfecta y más rápida cuanto mayor sea la pureza del hidrógeno.

El consumo de este gas suele ser de 0,600 a 0,900 metros cúbicos por hora.

APLICACIONES •

Este sistema de soldadura ha sido aplicado con éxito hasta el presente para verificar los siguientes trabajos:

Soldadura del acero.—En general, todas las varie-dades del acero, incluyendo las aleaciones de acero-níquel, cromo, molibdeno y manganeso, se sueldan perfectamente. Así como el acero con una eleva>da proporción de carbón, tal como 1,25 por 100.

Las soldaduras efectuadas en el acero con hidró-geno atómico resultan muy resistentes y extremada-mente dúctiles. El metal fluye suave y constante-mente bajo la llama de hidrógeno y produce una fina soldadura. En la figura 7.-"' puede verse un depósito de acero de complicada forma, todo soldado con hidró-geno atómico.

A continuación exponemos un cuadro donde se de-tallan los consumos de corriente correspondientes a la soldadura del acero de diferentes espesores.

Espesores en mi l ímetros . . . 3 5 6 10 12

Amperios 30 40 50 60 70

Los demás metales requieren intensidades ligera-mente diferentes. En general, los metales que poseen

Ivwwv T rans fo rmado r

Con tac to r '

Pulsador de arranque y parada

Amperímetro E l e c t r o d o s

de Tungsteno

Figura 5.» Esquema general de conexiones del equipo eléctrico.

un bajo punto ¡de fusión requieren baja intensidad, y los metales que tienen un elevado punto de fusión necesitan más elevada intensidad.

Soldadura de hierro fundido.—Este material en espesores finos se suelda muy bien. También se eje-cuta cómcdamente el relleno de fallas en las fundi-ciones maleables. Cuando se trata de grandes espe-sores, es necesario emplear varilla para relleno.

Níquel.—^Este metal también se suelda muy fácil-mente.

Níquel-cromo.—Se sueldan muy satisfactoriamen-te todas las aleaciones de estos metales.

Cobre.—Se obtienen buenas soldaduras calentando previamente las piezas antes de efectuar la soldadu-ra, a causa de la tendencia a formarse pequeñas bol-

sas de viento cuando la soldadura se efectúa sin el calentamiento previo.

Bronce.—Esta aleación se suelda bien, siendo con-

Plgura 6."

Disposición de los aparatos para efectuar el trabajo de soldadura.

veniente tener en cuenta lo anteriormente expuesto para el cobre cuando esta aleación tiene un elevado tanto por ciento de dicho metal.

Latón.—Para obtener una buena soldadura es con-veniente emplear algún fundente; la sal común da excelentes resultados.

Aluminio.—Se suelda muy fácilmente hasta en fi-nos espesores. Es conveniente emplear un fundente.

Metales diversos. — El cinc, molibdeno, plata y tunsgteno se sueldan muy satisfactoriamente.

La soldadura por hidrógeno atómico significa un gran progreso en las aplicaciones modernas del calor

Figura 7."

Depó.sito de acero completamente íabricado por soldadura eléctricsi con hidrógeno atómico.

industrial, habiendo salido del campo de experimen-tación para entrar de lleno en la fabricación, cons-truyéndose normalmente los equipos que permiten realizar los trabajos en excelentes condiciones, des-de los pimtos de vista industrial y comercial.

0)

Estado actual del tratamiento térmico de metales por medio de hornos eléctricos

Por K. W. B O R C K ' - )

ATMOSFERAS DE HORNO

En algunos casos la actividad de los diferentes ga-ses sobre el metal caliente es diferente en sentido y fuerza, dependiendo esto de la presión, temperatura, clase id!el material y otras circunstancias. Aunque las atmósferas artificiales, en la mayoría de los casos.

a) Atmósfera de aire normal.

Puede ser aplicada para la calefacción si no se ne-cesita un gas de protección como los descritos segui-damente.

El aire normal es requerido como gas oxidante para hornos de barnizar, esmaltar hilos de cobre, coc-ción de moldes, etc.; para la formación de ima capa oxidada, como para el acero pavonado, eta.

b) Atmósfera neutra.

No tiene actividad apreciable sobre el metal calien-te, por ejemplo, vapor sobrecalentado para el recoci-do en blanco de hilos de cobre, como protección con-tra oxidaciones, de modo que la superficie del cobre recocido conserva su misma superficie blanca. Se em-plea para otros metales el nitrógeno como agente neu-tro, siempre que la temperatura no sea demasiado elevada y que la presión no exceda mucho de la at-mosférica. Igualmente se utiliza el hidrógeno que a las temperaturas normales de recocido, sobre todo para aceros de baja proporción 'de carbono; no re-duce, sino después de mucho tiempo, los óxidos en la superficie de los metales tratados. Comoquiera que ©1 hidrógeno tiene una fuerte afinidad para el

Figura 21.

Disociador eléctrico para gas de amo-níaco, 4,3 mVhora, 6 kW.

tienen solamente la función de gas neutro, es decir, para evitar una oxidación del metal, la actividad de diversos gases es aprovechada para actuar sobre la superficie del mismo. Trabajando con gas artificial, no solamente la calefacción, sino también el enfria-miento del metal deben realizarse en presencia de este gas. Antes de cargar el horno por completo con la atmósfera artificial, resulta a veces necesario es-perar, por ejemplo, hasta que el aceite del producto laminado se haya vaporizado y escape durante el pri-mer período de calefacción, ya que existe el peligro de que al disociarse los gases de aceite se forme car-bono libre, que puede carburar y ensuciar la super-ficie del metal. Para conservar una atmósfera pura es conveniente mantener en el hoi-no una ligera sobre-tensión, tanto durante la calefacción, como durante el enfriamiento.

Figura 22.

Quenxartor del gas combustible.

(1) Véase la,primera parte de este trabajo en INGENIERIA Y CONSTRUCCION, núm. 125, pág. 242, mayo 1933.

(2) Del Servicio de Industrias de Geathom, S. A.

carbono, no conviene, ti'atándose de aceros de alta proporción de carbono, emplear hidrógeno puro o con alto porcentaje en mezclas de gases, ya que se pro-duciría una descarburación de la capa. También el gas natural es gas neutro cuando se trata de tempe-

raturas por bajo de 600° C, utilizables para el reco-cido de latón.

Ahora bien; en ciertos casos ha sido pasible obte-ner lina atmósfera neutra, que admite un recocido libre de oxidación, sin que sea necesario recurrir a ningún gas artificial. Esto se basa en el hecho de que los productos laminados contienen considerables cantidades die diversos gases que se desprenden du-rante la calefacción. Si ahora el volumen de la car-ga, por ejemplo, chapas finas de acero, es muy gran-de en relación con el volumen de la cámara del hor-no, estos gases desprendidos pueden incluso desalo-jar por completo el oxígeno libre del aire, como se ve en el siguiente cuadro, que indica el análisis de la atmósfera de un horno eléctrico para chapas de acero:

Anhídrido carbónico, C O j . . . Oxígeno, O Oxido de carbono, CO Metano, CH., Hidróg-eno, H Nitrógeno, N

C O M P O S I C I Ó N DE LA A T M Ó S F E R A DEL HORNO EN D I V E R S O S PERÍODOS DE LA H O R N A D A . H A -BIENDO S I D O EL G A S INICIAL AIRE NORMAL

Poco despues Después de Después de de empezar. seis horas. diez horas.

Vo 7 o 7 o

6,2 8,7 8 0,15 0,1 0

24,5 14,4 13,75 8,0 0 0

39,1 8 5,7 22,05 68,8 72,55

100 100 100

resultando así una atmósfera neutra y hasta algo re-ductora. Claro está que este procedimiento sirve so-lamente para evitar una oxidación. Teniendo el ma-terial un revestimiento de aceite, adquirido al pasar

Figura 23. Piiriflcatlor eléctrico de gas, 11 mVhora. Cámara de purificación de 10 kW, 550» C, y cilindro.s desecadores llenos de cloruro

de calcio.

por el laminador y deseándose evitar carburación y la formación de manchas en la superficie, hay que desalojar los aceites vaporizados y cargar la cámara con gas de protección, sobre todo tratándose de tem-peraturas elevadas.

c) ^ Atmósfera para carburación.

Produce cementación de la superficie empleando hidrocarburo en forma de gas. Esta cementación de la superficie tam.bién se puede conseguir colocando

Figura 24. Soldadura del acero o hierro con cobre, a 1.150» C, en el horno eléctrico con

atmósfera reductora.

el acero en una masa que contenga carbono, o en el horno eléctrico de baño salino.

d) Atmósfera para nitruración.

Para la cementación de la superficie puede aplicar-se el nitrógeno (del amoníaco), que con cierta pre-sión y temperatura forma ferronitruros en las capas exteriores del metal. Los hornos para este procedi-miento están descritos en el párrafo sobre cementa-ción de la superficie.

e) Gas de reducción.

En primer lugar, el hidrógeno, que en ciertas cir-cunstancias es un fuerte agente de reducción, por ejemplo, para soldar con cobre en el horno eléctri-co, recocido en blanco y con brillo de ciertos metales. El hidrógeno, que a la vez aporta al servicio del hor-no una gran ventaja por tenor una muy elevada con-ductibilidad térmica—seis a siete veces mayor que los otros gases usuales—, limpia hasta cierto grado la superficie del metal por reducción de los óxidos, formándose vapor de agua. Esta reducción, es decir, formación de H^O, termina cuando el contenido de ésta en la mezcla de gas exceda de cierto límite, que depende de la temperatura. Este límite es, por ejem-plo, 40 por 100 H,0 ( + 60 por 100 H), a 750" C, y aumenta a 48 por 100 H.O a 1.000° C.

También el óxido de carbono, CO—presente en muchos gases de alumbrado—es un fuerte agente de reducción. Las circunstancias de las cuales depende la posibilidad de una reducción de los óxidos en la superficie del material calentado son tan numerosas, que en cada caso es necesario un estudio especial.

Al emplear el hidrógeno, prácticamente no existe im peligro de explosión si la maniobra se efectúa de una manera competente, según se ha demostrado en el servicio realizado durante varios años en instala-ciones con varios hornos. Hay que tener muy en cuen-ta que los hornos deben construirse de manera que estén cerrados en su parte superior, previéndose el o los orificios de carga en la parte inferior, con objeto de conservar la atmósfera combustible y evitar la entrada del oxígeno. Para reducir aún más la posi-

bilidad de explosión, disminuyéndose al mismo tiem-po los gastos, se puede diluir esta atmósfera con un gas neutro, por ejemplo, nitrógeno; una mezcla de esta clase es el amoníaco disociado = 75 por IGO H + 25 por 100 N.

f) Desea,rhiiración.

Debido a la fuerte afinidad entre el hidrógeno y carbono, a las elevadas temperaturas en cuestión, tiene lugar una idescarburación en la superficie, es decir, el hidrógeno y el carbono forman metano, CH4. que puede ser apreciable en aceros de alta propor-

a) Discciador de gas.

Cuando no dispone de gas de cok, de alumbra-do, de altos hornos,-etc., o cuando las características de éstos no reúnen las condiciones necesarias para ciertos trabajos, por ejemplo, recocidio' en blanco ab-soluto, es decir, con brillo, conviene producir un gas puro por medio de un disociador eléctrico. Este diso-ciador se utiliza en el caso de disponer de amoníaco a precios razonables. Al pasar el gas de amonia:co (NHo) por un serpentín calentado eléctricamente a unos" 820" C, el amoníaco se disocia en sus dos com-ponentes, o sea 75 por 100 hidrógeno y 25 por 100 nitrógeno, obteniéndose así un gas completamente

Figura 25.

Piezas soldadas en el horno eléctrico.

ción de carbono. El grado de descarburación depende de la temperatura, presión y tiempo. Conviene, por consiguiente, para aceros de alta proporción de car-bono, es decir, para temperaturas elevadas, emplear gases con poco contenido de hidrógeno, u otros ga-ses, que son fuertes agentes de reducción. Con este objeto se ha empleado mucho un quemador de ga-ses combustibles, cuando' se trata de gas disociado de amoníaco, de gas de alumbrado o de gas de es-cape de altos hornos, como se describe en el párrafo sobre quemador de gas.

PRODUCCION DE ATMOSFERAS ARTIFICIALES

Los gases que se aplican más en el horno para el tratamiento térmico de metales son el nitrógeno' y el hidrógeno. Las instalaciones normales para la pro-ducción de estos gases, pfir electrólisis del agua, por la liquefacción del aire, desde luego, no entran en consideración para los consumos relativamente pe-queños en el servicio del horno. Adquiriendo los ga-ses a los productores, resulta a veces muy costoso por los gastos de compresión, transporte, etc. En vis-ta de esto, se han buscado y encontrado otros me-dios para la producción económica de las cantidades de gas en cuestión, bien a base de una reforma ade-cuada de los gases disponibles, por ejemplo, gas de alumbrado y gas de altos hornos, etc., como tam-bién la producción misma de un gas a base de mate-rias químicas. Describimos a continuación algunos procedimientos eléctricos, que tienen gran aplicación en la industria siderúrgica norteamericgna.

puro, que tiene un 75 por 100 de potencia reductora. Un kilo de amoníaco a la presión atmosférica, a lá temperatura de 0° C, tiene un volumen de unos 1,3 metros cúbicos. , '

Disociando este gas, la mezcla obtenida de hidro-geno y nitrógeno tiene el doble volumen del gas de amoníaco, es decir, 1 kilogramo de amoníaco da apro-ximadamente 2,6 m. de gas disociado, siendo el con-sumo, para los aparatos de mediano tamaño unos 0.80 kWh. por 1 m. de gas disociado. ' La figura 21 representa im tipo pequeño para una

producción de unos 4,3 m.® por hora y para una po-tencia de 6 kW. Para dar una idea de lo sencillo que es un disociador dfe esta dase, ba-sta indicar que exis-te un modelo tan pequeño, que lo puede llevar una persona en la mano. Se trata del de 1,4 m.Vh., que es la cantidad normal para la soldadura eléctrica por arco, en atmósfera de protección.

El gas disociado de amoníaco puede utilizarse fectamente para el recocido en blanco y con_ brillo, para aceros de baja proporción de carbono, mientras que en la actualidad se prefiere para aceros de alta proporción de carbono, nitrógeno o gas disociado y quemado, para reducir el contenido de hidrógeno.

b) Quemador de gas.

Como las atmósferas de horno con elevado conte-nido de gases combustibles, reductores, motivan una descarburación indeseada para aceros de alta pro-porción de carbono, conviene reducir el porcentaje del agente reductor, quemando este último. A pri-

mera vista podría creerse que al quemar el gas se perdía volumen del gas disponible, ya que el hidró-geno se combina con el oxígeno del aire formando vapor de agua, que hay que desalojar; pero, por otra parte, como el nitrógeno que quedaba se une al del aire, aumenta su volumen, hasta tai punto, que el nitrógeno así obtenido tiene aún mayor volumen que el amoníaco disociado antes de la combustión del hi-drógeno. Disociando 1 ¡m. de amoníaco y mezclando el gas disociado con 3,5 de aire (para la combus-tión del hidrógeno), resulta teóricamente una canti-dad disponible de nitrógeno de algo más de 3,25 m.^ Prácticamente, desde luego, no es posible quemar to-do el hidrógeno, sino que quedará aproximadamente 5 por 100 del hidrógeno incombustible. En la actua-lidad se construyen dos clases de quemadores de ga-ses : un tipo para quemar el hidrógeno del gas diso-ciado, por medio del aire normal. La otra forma del quemador de gas se construye para el tratamiento de gas de cok u otros gases combustibles. La figu-ra 22 muestra el aspecto general de un quemador de esta clase. Aparte del aparato del grabado, se nece-sita un gasómetro para determinar la entrada del aire. En este tipo es posible regular la cantidad de gas quemado, de modo que se obtiene un producto cuyo efecto reductor puede variar entre amplios lí-mites, desde un gas casi inerte hasta imo fuertemen-te reductor, según las necesidades de cada proceso.

c) Purifico/dor de gas.

Siempre y cuando se disponga de gas puro para la atmósfera de protección, desde luego no es nece-spio emplear un purificador de gas. Por otra parte, si el gas de protección es mi gas de cok normal o que-mado, o tratándose de amoníaco disociado y quema-do (para la eliminación del hidrógeno), generalmente es muy conveniente instalar un purificador de gas para suprimir la himiedad, vestigios de óxido, hidro-carburos no disociados, sulfuros, fósforo e impu-rezas.

El purificador de gas se compone esencialmente de una cámara de calefacción conteniendo piezas de hie-rro y cobre y de los cilindros desecadores. Al pasar

torta y carcasa exterior con un material de aisla-miento. Los cilindros desecadores, llenos de cloruro de calcio, absorben la humedad, respectivamente, el vapor de agua, previéndose normalmente los dos ci-lindros para alternar en el servicio, es decir, para sustituir en uno el clomro de calcio, mientras el otro sigue en servicio.

HORNOS PARA SOLDAR ACEROS POR MEDIO DEL COBRE

El procedimiento que indicamos a continuación es análogo al empleado para soldar entre sí piezas de latón, diferenciándose en que las piezas soldadas pue-den ser de hierro o acero, siendo el medio de unión el cobre, empleándose como agente reductor, no el bórax (que se utiliza para el latón), sino un gas fuer-temente reductor, único modo de obtener una re-ducción absoluta de la superficie del acero o hierro. La aplicación de este procedimiento es muy extensa, sobre todo para soldadura en serie, citando como ejemplo soldar piezas de acero rápido sobre un brazo, para formar herramientas, según figura 26, y tam-bién para obtener imiones estancas al gas o agua. Ejemplo de este último tenemos en válvulas, arma-duras, flotadores, etc., según figura 25.

Las partes que se desea soldar se unen bien ado-sadas unas a otras y si es posible bajo cierta presión. Alrededor de la junta que se va a soldar se coloca un hilo de cobre como vemos en la figura 24, o tam-bién chapas, cintas, pasta o polvo de cobre, depen-diendo esto de la forma de la unión. Las piezas así preparadas se cargan en ¡el horno eléctrico, donde existe una atmósfera reductora—^hidrógeno o amo-niaco disociado, etc.—, se caüentan hasta 1150°C aproximadamente, es decir, por encima del punto de fusión del cobre, pero por debajo del de las piezas a soldar. El cobre se funde, distribuyéndose entre las superficies a soldar, formando una película muy delgada. De esta manera se consigue una unión p junta muy uniforme y de alta resistencia, que a ve-ces excede a la correspondiente de la pieza misma. Se obtiene una soldadura tan uniforme y resistente a causa de los siguientes procesos físico-químicos:

El hidrógeno no sólo evita toda oxidación durante

Figura 26.

Herramientas de aleación de tungsteno, soldadas con cobre en el horno eléctrico.

el gas por la cámara citada sufre un contacto íntimo con esas piezas, y debido a la elevada temperatura, se oxidan éstas, eliminando así el oxígeno del gas. Allí mismo los hidrocarburos son disociados, deposi-tando su carbono en la cámara del purificador y no en el homo. La figura 23 muestra un purificador de gas con dos cilindros secadores. A la derecha del di-bujo se ve la cámara de purificación, que tiene una retorta interior llena de piezas de cobre y hierro, que se calientan por medio de 4 unidades de 2,5 kW., a unos 550° C. La retorta interior se introduce en la carcasa de acero, llenándose el espacio libre entre re-

el proceso, sino que reduce también los óxidos que inevitablemente existen en la superficie, de modo que en esta se puede formar una aleación de apro-ximadamente 97 por 100 de hierro y acero y 3 por 100 de cobre, y por consiguiente ima unión muy resistente con la película de cobre. Debido a la afi-nidad del hierro para el cobre, este último se dis-tribuye uniformemente sobre la superficie total de soldadura, fluye en todas las direcciones, tanto ha-cia abajo como hacia arriba (efecto capilar en reci-pientes estrechos). Ahora bien, el cobre tiene una afinidad aún mayor para el hierro y por lo tanto la

capa fina de unión no es cobre puro, sino una alea-ción con un tanto por ciento de hierro, siendo esta aleación considerablemente más resistente que el co-bre puro. La resistencia de la junta se aumenta aun más; debido al proceso físico siguiente: los granos de acero en la superficie tienden a crecer, enlazando más el metal, siempre que las dos superficies a sol-dar se encuentran bajo cierta presión.

Las superficies de las piezas a tratar han de estar perfectamente limpias y deben ajustarse bien para aprovechar totalmente el movimiento capilar del co-bre Las capas de oxidación muy finas, inevitables, asi como algunas impurezas, son reducidas por el hidrógeno. Realizando también el enfriamiento en esta atmósfera se obtienen piezas cuya superficie es blanca y muy limpia, no necesitando ningún trata-miento posterior.

Se prestan para esta soldadura con cobre la ma-yoría de los metales férreos, como acero de alta o kia proporción de carbono, aceros carburados, ace-ros rápidos, etc. y especialmente hierro fundido ma-

Figura 2T.

Horno semicontinuo para soldar en serie.

leable, así como hierro fundido gris. Pero este últi-mo ha de ser previamente recocido, para la oxida-ción parcial de su superficie. No se prestan los aceros de alta proporción de cromo-níquel, aluminio y sili-cio, por ejemplo, si el contenido de cromo excede de O 5 por 100, ya que en este caso la capa de óxido de cromo en la superficie (esto es el acero inoxidable) impide la reducción por medio del hidrógeno y por tanto no admite la penetración del cobre. De las con-diciones especiales de este procedimiento, se deduce que ningún homo podrá garantizar el producto como el horno eléctrico, ya que en éste se puede ajustar una temperatura constante y uniforme muy próxi-ma a la de fusión del cobre.

Basándose en este procedimiento especial, han sido construidos numerosos hornos eléctricos. En primer lugar se trata del horno automático para servicio semi-continuo, ya que aquí la maniobra de carga y descarga, el control de la atmósfera y de la tempe-ratura son seguros, sencillos y económicos. Esta eje-cución consiste en un largo cilindro con soleras de transporte interiores, movidas por empuje hidráuli-co según figura 27. Las piezas preparadas entran por la parte inferior de uno de los extremos del ci-

lindro y una vez soldadas y enfriadas, salen por el otro extremo, también por su parte inferior. La ca-lefacción se efectúa solamente en el primer tercio de la longitud total del cilindro. En el resto de eUa, las piezas se someten a una refrigeración por medio de agua que rodea esta parte del cilindro. Todo el re-corrido de las piezas se efectúa en la atmosfera re-

Otro sistema es el representado en la figura 28, que consiste en una plataforma giratoria sobre la que se encuentran 3 bases de horno, dispuestas formando ángulos de 120° entre sí. En primer termino a ia derecha vemos una base que acaba de cargarse con las piezas. Sobre la base que está detras se ve la campana de calefacción, que puede ser elevada ver-ticalmente, y a la izquierda del g r a b a d o , sobre la tercera base, descansa la campana de refrigeración por agua. Al terminar un ciclo de trabajo se elevan las campanas de calefacción y refrigeración, giran-do entonces la plataforma 120", de modo que la base cargada con el nuevo material queda debajo de ia campana de calefacción aún caliente y el material soldado ha girado también y se encuentra debajo de la campana de enfriamiento. En este momento se baian ambas campanas—manteniendo las dos su con-tenido de hidrógeno—y se procede a descargar la tercera base con las piezas acabadas y enfriadas y a cargarla de nuevo, pudiendo comenzar otro ciclo de trabajo. Para una menor producción se constru-yen hornos más pequeños, generalmente del tipo üe dos cámaras; la primera para la calefacción y la segunda, separada por una puerta refractaria, para el enfriamiento, según se ve en la figura 29.

El mejor gas para la soldadura con cobre es el hidrógeno, por ser mi fuerte agente de reducción que tiene una gran conductibilidad calorífica. No obs-tante, puede ser diluido con el nitrógeno u otros ga-ses neutros. Una mezcla de esta índole es por ejem-plo el amoniaco disociado (véase apartado sobre el disociador eléctrico).

HORNO DE CAMPANA PARA EL RECOCIUÜ EN BLANCO

Para el recocido en blanco, es decir el recocido sin oxidación, se han utilizado no solamente las más di-versas formas de hornos, sino también unos proce-dimientos muy diferentes. Unos sistemas trabajan con aplicación del gas neutro sólo durante el período de enfriamiento, otros se basan en un enfriamiento en el homo mismo para poder mantener la atmósfe-ra de protección. Para el recocido en blanco de pie-zas de las más variadas formas, se prefieren en la actualidad hornos de cámara con plataforma eleva-dora. La cámara de calefacción se encuentra a vanos metros poi' encima del piso y tiene un solo orificio de carga ,y descarga, en la parte inferior, para de este modo conservar mejor la atmósfera de protec-ción. Al efectuar la carga, se encuentra la platafor-ma al nivel del piso, y una vez terminada aquélla, se eleva dicha plataforma por medio de un pequeño torno hasta la altura en que cierra por completo la cámara del horno. ^ _

Ahora bien, el campo de aplicación mas importan-te del recocido en blanco es el tratamiento de flejes y alambres de acero, latón, etc. Para estos trabajos se ha desarrollado un procedimiento muy interesan-te y ventajoso por todos conceptos: Se trata del hor-no eléctrico de campana, cuyo funcionamiento es aclarado por medio de la figura 30. Vemos en esta

4 bases {a) de horno con plataforma de carga. En estas bases se carga el material a recocer (&), cu-briéndolo con una retorta ligera (c). Encima de esta retorta se coloca la campana de calefacción (d). Cada base de horno (a) tiene tuberías para la entrada y salida del gas. Al iniciarse la calefacción, se intro-duce el gas de protección en la retorta. Entonces la grúa corredera coloca sobre esta retorta la campa-na de calefacción (d), que permanece hasta conse-guir la temperatura de régimen. Una vez obtenida ésta, la grúa traslada la campana de calefacción a la base siguiente con material frío, pero conserván-dose aun en la anterior retorta la atmósfera de pro-tección hasta que el material se enfría. Como quiera que la duración del enfriamiento (10 a 40 horas) es varias veces mayor que el tiempo necesario para la calefacción (3 a 14 horas) se pueden prever varias bases de horno y retortas (generalmente 4 ó 5) y

campana lleva resistencias no solamente en la pared cilindrica, sino también en el centro, de modo que el material apilado recibirá el calor tanto desde fue-ra como desde dentro. Segunda: en casos de no ad-mitirse un hueco central, o cuando se desea cargar también el espacio libre de la pila, se prevée en lugar de la resistencia en el centro, un ventilador en la base del horno para agitar fuertemente la atmós-fera caliente, obteniéndose una perfecta uniformidad de temperatura en muy poco tiempo. Las aletas gi-ran encima de la base, dentro de la retorta y el pe-queño motor de accionamiento va adosado en la par-te inferior de la base del horno. Así, como se reduce la duración de la calefacción en ambas soluciones, es lógico que se reduzca también el tiempo del en-friamiento en la primera solución por la mayor su-perficie de la retorta con hendidura para la resisten-cia central, y en la segunda por la circulación for-

Figura 28.

Horno eléctrico trijíle cou plataformii giratoria, con campana de calefacción de 400 k W y campana de reírigeración por agua, ambas con atmósfera reductora.

una sola campana común de calefacción, de tal ma-nera que los ciclos de calefacción representan un trabajo continuo. Cuando la campana está calentan-do la última base de las 4 ó 5 existentes, el material de la primera base se ha enfriado a una temperatu-ra que permite su desplazamiento y sustitución por nuevo material frío para empezar sin interrupción y con la cam_pana aún caliente, el segundo ciclo.

Calentando una pila de rollos de alambres o de flejes, es natural que las espiras interiores tarden mas p obtener la temperatura de régimen que las exteriores. Para compensar esta diferencia de tem-peratura o de tiempo y sobre todo, para evitar que las espiras exteriores sean recalentadas, se han pre-visto unas disposiciones auxiliares.

Estas ofrecen dos soluciones, a saber, primera: si el apilamiento del material, como flejes, etc., per-mite dejar un hueco en el centro de la pila, se pre-vee en la retorta una hendidura central en la cual se introduce un juego de resistencias adicionales al bajar la campana de calefacción; o sea que esta

zada de la atmósfera por el ventilador, que actúa también durante el período de enfriamiento.

Unos puntos muy interesantes de este procedimien-to son: control absoluto de la atmósfera de protec-ción, tanto durante la calefacción como durante el enfriamiento, manteniendo siempre una ligera sobre-presión dentro de la retorta. La posibilidad de em-plear toda clase de gases, bien inertes, como nitró-geno, etc., bien combustibles, o sea reductores, estos últimos sin el menor peligro. La sencilla maniobra del conjunto, ya que no es necesario cerrar ningún recipiente atornillando la tapa, como ocurre en los hornos de pozo, puesto que al bajar la retorta, un bor-de de ésta entra en un canal lleno de aceite, previsto en la base del horno, obteniéndose inmediatamente y de una manera automática un cierre estanco, hasta el punto que una sola persona puede maniobrar unos 8 a 10 hornos.

En los Estados Unidos de Norteamérica existen muchas de estas instalaciones, disponiendo una sola fábrica de alambre y productos similares, de 120 ba-

ses de horno con 24 campanas de, calefacción, es de-cir que cada campana trabaja con 5 bases de carga y 5 retortas. La figura 30 muestra una parte de esta instalación. La mayor parte de los hornos instala-

I'iguta 29. Horno (le 30 kVV con cámara de calefacción y enfriamiento,

para soldar con cobre.

dos han sido previstos para una potencia de co-nexión de 90 kW por término medio, con espacios disponibles de carga de aproximadamente 0,9 m de diámetro por 1,0 a 1,4 m de altura, ya que estos ta-maños son los que aun con gran economía de con-sumo, requieren tiempos relativamente reducidos para la calefacción y el enfriamiento. El consumo de ener-gía eléctrica es muy reducido, ya que la campana de calefacción trabaja en servicio continuo y la pérdida de energía por el calor absorbido por el material refractario de la base, por ejemplo para 600°C, no excede de 2,5 kWh durante un tiempo normal de ca-lefacción, que es de 3 a 4 horas. Debido a que la re-torta sirve únicamente para mantener la atmósfera de protección, no estando expuesta al menor esfuer-zo mecánico, puede ser construida de una chapa muy delgada de acero con un peso reducidísimo, por lo cual resulta una absorción del calor muy pequeña. Así resultan consumos de energía de sólo 192 kWh por tonelada de acero de alta proporción de carbono, para un recocido durante 5 horas, después de haber obtenido la total carga la temperatura del régimen.

Para la disposición de estas instalaciones con una campana común de calefacción, existen diferentes soluciones. La primera se comprende viendo la figura 30: las bases de horno se preveen para mon-taje fijo en determinados sitios, mientras que la cam-pana de calefacción es elevada y transportada desde una a otra base mediante una grúa. Para facilitar la alimentación de la campana de calefacción se pre-ve en cada base de horno un enchufe, de modo que la conexión se hará por un corto flexible entre base y campana. Otro procedimiento puede verse en la figura 32: la campana de calefacción se monta en determinado sitio, admitiendo únicamente un movi-miento vertical por un mecanismo elevador. Las ba-ses de hornos descansan sobre carros, de modo que

al terminar la operación, se levanta la campana de calefacción, desplazándose la base con la carga ca-lentada, y a su lugar será transportada otra base con nuevo material frío, bajando entonces la cam-pana para empezar un nuevo servicio.

CAPAS DE PROTECCIÓN PARA METALES

De la infinidad de procedimientos que existen para dar al metal una capa de protección contra oxidacio-nes, corrosiones, etc., indicamos a continuación unos cuantos, a saber: galvanizar, sherardizar y esmaltar en el horno eléctrico.

a) Galvanizar.

El procedimiento corriente consiste en suxnergir los materiales a galvanizar en un baño líquido de cinc a una temperatura de 440 a 48Ü"C y otras ve-ces hasta 530^ cuando se desea un baño muy líqui-do para trabajos especiales. Puesto que la solubili-dad del hierro en el cinc varía grandemente en de-pendencia de temperatura—por ejemplo, esta solu-bilidad a 510'C es aproximadamente 20 veces mayor que a 455"C—conviene procurar una temperatura constante y uniforme. Esto se consigue perfectamen-te en el horno eléctrico, sobre todo al distribuir con-venientemente los elementos de calefacción para una temperatura uniforme en todo el tanque, evitando sitios sobrecalentados, donde fácilmente es destruida la chapa del tanque.

Un inconveniente de las instalaciones corrientes es que se tarda mucho tiempo en comprobar que los depósitos de galvanización han perdido su condición estanca, con los consiguientes, perjuicios. Las instala-ciones modernas llevan un mecanismo eléctrico pars, denunciar rápidamente estas averías, que consiste en prever en el revestimiento, debajo del tanque, una o varias hendiduras, que en su parte inferior llevan un par de contactos. Al ocurrir una avería, el cinc fundido se escapa al principio poco a poco y basta una pequeña cantidad para cerrar los contactos y

Figura 30.

Disposición y maniobra de las bases, retortas y campana comíin de calefacción.

a = bases de horno con plataforma de carga; b = material a recocer; c = retortas para cubrir la carga; d = campana común

de calefacción; e = grúa corredera.

poner en funcionamiento el dispositivo de alarma óp-tico o acústico.

Indicamos a continuación las características prin-cipales de dos diferentes tipos de hornos eléctricos para galvanizar:

í anchura 0,76 ra Baño ¡ profundidad 0,90 m

I longitud 1,83 m Producción horaria 680 kgs. Potencia 90 kW Consumo 1 1 9 kWh/ton.

0,56 m 1,22 m 9,30 m

3640 kgs. 405 kW 108 kWh/ton.

Recientemente se han ensayado en los Estados Uni-dos con gran éxito dos baños de galvanizado (fig. 34), cuyos tanques de cinc están envueltos por otros tan-ques llenos de plomo líquido. En este plomo se han sumergido las resistencias eléctricas, de manera que se ha conseguido no solamente una perfecta unifor-midad del calor a lo largo del tanque, sino también una mínima diferencia entre la temperatura del cinc

dización tiene un diámetro de 0,65 m. y una longitud interior de 1,20 m.; la temperatura de régimen se logra en una hora con 40 kW, mientras que la po-tencia necesaria para mantener la temperatura y cu-brir las pérdidas de radiación es sólo de 10 kW. El cierre entre tapa y tanque exterior consiste en un canal lleno de arena.

c) Esmaltar.

Para esmaltar sirven los hornos eléctricos norma-les, de cámara o mufla, bien para carga por una puer-ta lateral, bien por una en el fondo de la cámara, como se prevé normalmente para el esmalte de pie-

Fignara 31.

Parte de una instalación, que se compone de 120 bases y 24 campanas par» recocer flejes de acero; cada campana de 90 k W y bases para cargas de 41 X

X 91 cm de diámetro, y 142 cm de altura < > 2,3 ton.

y la exterior del tanque de galvanizado, con lo que se logra una duración de los tanques no conocida hasta ahora.

b) Sherardisar.

Es un procedimiento sencillo y seguro para la obtención de una capa de protección contra oxidacio-nes, etc. El metal de revestimiento también es cinc u óxido de cinc, aplicado en forma de polvo a tempe-raturas de 375 a SBO C, es decir, un poco por bajo del punto de fusión del cinc. Como muestra la fi-gura 35 (150 veces ampUada), la capa obtenida es metálica y rígidamente unida con el metal tratado, M sufriendo daño al ser curvado o punzonado, etc. Es un hecho caracterizado que la estructura de la capa es completamente amorfa—libre de cristaliza-ción—y muy densa, teniendo un espesor uniforme, tanto en las superficies como en los ángulos. Gene-ralmente basta un espesor de la capa de 6 a 7 centé-simas de milímetro, para lo cual resulta un gasto de unos 255 hasta 330 gramos de m sherardizado. La figura 36 nos muestra un horno eléctrico para she-rardizar. El horno tiene un tambor interior, giratorio, accionado por un pequeño motor eléctrico con reduc-tor de velocidad. Este tambor o depósito de sherar-

zas grandes, como baños, etc. Debido a que el pro-ceso de fundir el esmalte es cuestión sólo de algu-nos minutos, es evidente que conviene procurar una temperatura muy uniforme y constante, si se desea evitar un elevado porcentaje de desecho. Esta uni-formidad de la calefacción no la puede asegurar el horno de combustión por tener una limitada canti-dad de toberas con calefacción excesiva en los puntos correspondientes.

El procedimiento normal para una producción re-ducida consiste en emplear un horno de cámara simi-lar a los descritos para recocido y temple, en el cual se introducen las piezas a esmaltar, y una vez fun-dido el esmalte, se sacan las piezas, que se enfrían rápidamente en contacto del aire, perdiendo desde luego el calor acumulado. En vista de esto, resulta muy interesante le figura 37, de un horno para es-maltar en trabajo continuo, con recuperación parcial del calor acumulado en las piezas cocidas. Una vez seca la pasta de esmalte, aplicada en las piezas, éstas se cargan en un transportador sin fin, que las intro-duce y saca del horno. La primera parte del mismo no lleva calefacción; en esta parte las piezas frías pasan en sentido contrario de las cocidas y muy cerca unas de otras, habiendo así un intercambio tér-mico, de tal manera, que con una velocidad de trans-

porte de 0,3 m/min. las piezas cocidas salen del horno con una temperatura de sólo 130°C, mientras que las piezas frías llegan a la cámara propia de calefac-

Figura 32.

Horno de cjvmi)ana con 5 bases de oarga sobre carros.

Base núm. 1 (sin retorta), con material enfriado para ser susti-tuido por nueva carga; bases núins. 2, 3 y 4, enfriando en atmos-fera de protección; base núm. 5, calentando material debajo de la

campana de calefacción.

ción ya con una temperatura de casi eOO C. De esta forma el consumo para la calefacción final, por ejem-plo a 850°C, es muy reducido. La ventaja de este procedimiento no consiste solamente en un menor consumo eléctrico, sino también en una mejor cali-dad del esmalte, ya que ésta aumenta con la dura-ción del enfriamiento. Para evitar una pérdida por radiación por la puerta de entrada y salida, que ne-

inclinada, encontrándose dicha cámara en un plano más elevado que la entrada y salida. Para que este horno realice un trabajo con rendimiento económico, necesita estar en servicio dieciocho horas diarias por lo menos, con una producción mínima; pero como quiera que en general las piezas se cuecen tres veces para otras tantas capas, también se llega fácilmente,

Figura 34 Disposición de un baño de gaiv,an.izado pana alam-bre, con baño de plomo rodeando el tanque de

gfialvanizado.

en una fábrica de mediana producción, a una que justifique la instalación de un horno continuo.

Las ventajas técnicas y económicas de este_ pro-cedimiento continuo son muy considerables; así, por ejemplo, en los talleres de esmaltar de la General Electric Company trabajan doce hornos continuos y solamente cinco de cámara para servicio intermitente.

Figura 33. Baño de galvanizado de 4,25 m de longitud, 78 kW,

480° C para tubos de condensación.

cesariamente ha de estar abierta durante el servi-cio, y para mantener el máximo de calor en la cá-mara de calefacción, el homo está previsto en forma

Figura 35. Sección de acero sherardizado (ampliada).

EQUIPO ELÉCTRICO PARA HORNOS.

La parte esencial del equipo eléctrico la consti-tuyen las resistencias de calefacción que son de cro-moníquel. Mientras que en Europa se emplea este material en forma de espiras de alambre, en Amé-rica se prefiere ñejes laminados, colocados en for-ma senoidal, según la figura 38, o también en espiras planas. En los hornos de mufla se preven general-

mente las resistencias en dos paredes, en el fondo y en el techo. Las resistencias del fondo se deben proteger por una solera—también de cromoníquel o de una aleación de éste con acero—para sostener la

Figura 36. Horno eléctrico con tambor giratorio de

slierardización.

carga y evitar que los óxidos, polvo de cementa-ción, etc., lleguen a las resistencias.

Los hornos pequeños suelen preverse para dos con-ductores, para conexión con corriente continua o co-rriente alterna monofásica, respectivamente; para co-nexión entre dos fases de un sistema trifásico; mien-tras que los tipos mayores tienen casi exclusivamente resistencias para conexión directa a corriente alter-na trifásica hasta 380 ó 500 voltios. Unicamente los hornos de baño salino, donde el calor se produce en

La regulación de la temperatura se realiza casi exclusivamente por conexión y desconexión de la co-rriente eléctrica. Esto se puede efectuar a mano, ma-niobrando un interruptor en dependencia con el indi-cador de temperatura. Pero generalmente se prefiere una regulación automática de la misma. En este caso se prevé en el horno un termoelemento que actúa so-bre un relé, y éste a su vez sobre un contactor que conecta y corta la corriente, manteniendo así una temperatura, cuyas desviaciones muchas veces no ex-ceden de 3 ó é C, de la ajustada. El relé antedicho se combina con un instrumento indicador de tempe-ratura, que algunas veces lleva una cinta registra-dora, que permite un control absoluto sobre la mar-cha del tratamiento. Estos reguladores automáticos son ajustables para las diversas temperaturas que se desea mantener constantes. Al iniciar un tratamiento térmico con horno y carga fríos, desde luego las re-sistencias están conectadas casi constantemente. Si entonces el horno se acerca a su temperatura de ré-gimen, actuará el regulador con más frecuencia, so-bre todo cuando el material tiene que ser sometido a la temperatura de régimen durante algún tiempo, ya que en este período el homo y la carga no absor-ben apenas calor, necesitándose únicamente cubrir las pérdidas por radiación, para mantener la tem-peratura. Estas pérdidas por radiación son solamen-te una pequeña parte de la potencia total conectada. Ahora bien, para poder trabajar en este período con la máxima economía, y reducir al mismo tiempo la frecuencia con que actúa el regulador de temperatura, conviene prever una conmutación de las resistencias. Esto se desprende de los esquemas de la figura 39. En caso de corriente alterna trifásica, se prevé una conmutación triángulo/estrella, es decir, durante el primer período el horno trabaja en conexión trián-gulo con plena potencia, y una vez conseguida la tem-peratura de régimen, por medio de un conmutador,

Figura 37.

Horno continuo, con recupera,ción del calor, para esmaltar piezas de chapa.

la misma sal sin necesidad de resistencias, necesitan siempre un transformador para reducir la tensión disponible, a la del baño, que oscila entre 10 y 25 voltios.

se cambia la conexión en estrella, consumiendo aho-ra el horno solamente la tercera parte, es decir, apro-ximadamente lo necesario para, cubrir la pérdida por radiación. Análogamente se consigue una reducción

de potencia para corriente continua o alterna mono-fásica, trabajando para plena potencia con las dos resistencias en paralelo, resultando una cuarta parte

Para proteger las resistencias contra sobretempe-raturas peligrosas, bien por maniobra falsa o averia del regulador, etc., se coloca en la cámara de calefac-ción un fusible de temperatura, que se funde a cier-ta sobretemperatura, desconectando el homo. Tam-bién se puede prever un contacto auxiliar en la puer-ta del horno para desconexión en caso de abrirse ésta.

Los baños eléctricos, por ejemplo de plomo o de galvanizado, cianuración, etc., que durante las noches o dias festivos son desconectados, suelen equiparse con un reloj de contacto para conectar automática-mente, y sin necesidad de personal, la corriente, una o dos horas antes de empezar la jornada, para que puedan prestar inmediatamente servicio, sobre todo en caso de existir tarifa noctuna reducida.

Completa el equipo eléctrico el cuadro o caja de

Figura 38.

Tipo americíino de resistencia en forma de fleje laminado de cro-moníquel, para hornos eléctricos.

de la energía total, después de formar la conexión en serie por un conmutador serie paralelo.

Por regla general se prevé un termoelemento sólo en el punto más estratégico del horno, para regular la potencia total a base de la temperatura reinante en este punto. En casos especiales, por ejemplo para tratar objetos de mucha longitud, conviene a veces distribuir la calefacción en varias unidades separa-das, para poder regular las diversas zonas indepen-dientemente a base de otros tantos termoelementos, necesitando cada circuito su regulador automático.

C o n m u t a d o r z s t r z i l a / i r i á n g u l o

loo kW 33-5 kW ( tr iángulo) (es t re l l a )

C o r r i e n t e a l t e r n a t r i f á s i c a .

C o n m u t a d o r s e r i e / p a r a l e l o .

l o o k W ( p a r a l e l o )

25 kW (serie)

C o r r i e n t e a l t e r n a m o n o f á s i c a ó c o r r i e n t e c o n t i n u a

Figura 39.

Conmutación para reducir la potencia de hornos eléctricovs.

maniobra con un interruptor con fusibles para pe-queños hornos, o interruptor automático—^mejor con desconexión térmica—para hornos mayores. Este cuadro lleva también los instrumentos, como ampe-rímetro, contador, indicador de temperatura, etc.

Determinación de la proporción de betún contenido en materiales asfálticos ^

Por D. M. W I L S O N

Con el empleo creciente del asfalto, no sólo para pavimentos de todas clases, sino también en la cons-trucción de fábricas y edificios para impermeabili-zar suelos y techos, es muy conveniente en los labo-ratorios químicos la operación de determinar la pro-porción de betún asfáltico soluble en bisulfuro de carbono. Aunque esta operación es relativamente sen-cilla, en la práctica no es fácil conseguir resultados exactos.

Los materiales asfálticos se componen de varias mezclas de betún con agregados minerales, que pue-den ser caliza, arena, granito, clinker o mezclas de estos constituyentes. La dificultad principal de es-tas operaciones, aparte de la de tener que trabajar

(1) Con la amable autorización de la Society of Chemical In-dustry, de Inglaterra. Traducción de L. López Jamar.

con muchas muestras, rápidamente y con exactitud, es la separación de los dos constituyentes principa-les sin que haya pérdidas al filtrar. Como la propor-ción de betún se determina corrientemente por di-ferencia, cualquier pérdida que tenga lugar quedará clasificada después del análisis como betún, y de aqm pueden resultar muchos errores. Es posible corregir estos errores evaporando y desecando las materias filtradas, quemando el betún y añadiendo el peso del residuo al del agregado mineral. Este procedimiento lleva consigo un empleo considerable de tiempo, y en muchos casos, especialmente si se emplea asfalto de Trinidad, el material fino cede peso durante la cal-cinación por perder agua.

Hace varios años nos fué preciso analizar varias muestras conteniendo trozos de granito de un diáme-tro máximo de 3,81 cm. con la mayor rapidez posible,

y para ello se emprendió un estudio de los diferen-tes métodos de análisis. De esta investigación se de-dujo que la pérdida de material fino no estaba pro-ducida por el paso a través del papel de filtro, sino

Figura 1.»

Modo corrienie de doblar el papel de filtro.

más bien por pérdidas al escaparse las partículas entre los pliegues del papel y pasar sobre el borde del filtro, estando favorecidas estas pérdidas por la eva-poración del disolvente extremadamente volátil situa-do encima del papel de filtro. Doblando este papel, como se indica en la figura 1.'', y usando un embudo especial, se pudo reducir al mínimo la pérdida de material fino hasta el punto de que prácticamente se anularon dichas pérdidas.

MÉTODO DE ANÁLISIS.

Se calienta la muestra en un homo a 105°C, y se desmenuza después con una espátula, tanto para fa-cilitar la eliminación completa de la humedad, como para hacer más rápido el enfriamiento. Se pesa di-rectamente sobre el platillo de la balanza una can-tidad suficiente para una muestra representativa y se (pasa a un vaso de aluminio o acero inoxidable

Figura 2.»

de 600 c. c. de capacidad cuyo peso se haya detei minado previamente. Se recomiendan los siguientes pesos de material:

Arena (agregados que pasen por completo un ta-

miz de 10 mallas por pulgada), dos muestras de 50 gramos.

Agregado conteniendo hasta un 25 por 100 de par-tículas de 6,3 mm. o 9,3 mm., dos muestras de 150 gramos.

Agregado conteniendo hasta un 25 por 100 de par-tículas de 18,9 mm., dos muestras de 300 gramos.

Agregado conteniendo hasta un 50 por 100 de par-tículas de 18,9 mm., dos muestras de 500 gramos.

Clinker, dos muestras de 150 gramos. Agregado de unión, tres muestras de 500 gramos. Se coloca en el vaso una varilla corta de vidrio,

se añade bisulfuro de carbono y se cubre el vaso

Método especial de doblar e! papel de filtro.

Figura 3."

con un disco especial de aluminio o con im vidrio de reloj. Se toman dos papeles de filtro Whatman del núm. 5 y de 32 cm., y después de secados en el homo y enfriados en un desecador, se doblan juntos, eomo antes se ha dicho, y se colocan en im embudo de 18 cm. de diámetro cuyo borde superior es plano. Se cubre este embudo con un disco de vidrio de 20 centímetros de diámetro, en cuyo centro lleva un ori-ficio de un centímetro de diámetro. Para conseguir

ue el disco cierre completamente el embudo es con-veniente unir el disco a dicho embudo con cemento gelatinoso que se prepara, disolviendo 10 gramos de gelatina en 80 c. c. de agua y añadiendo 20 gramos de glicerina. El disolvente que está en el vaso se vier-te al filtro por medio de un pequeño embudo de siete centímetros de diámetro, que pasa a través del orifi-

CÍO del disco de vidrio y se decanta el líquido de la manera corriente. Se agita en el vaso el bísulfuro de carbono fresco con la mezcla asfáltica, y después de dejarlo reposar, se vierte de nuevo el líquido en el papel de filtro, repitiéndose las operaciones hasta que el disolvente quede incoloro.

El tubo del embudo pequeño debe quedar un poco por debajo del nivel que alcance el disolvente en el embudo grande, y además es necesario mantener ce-rrado el embudo pequeño durante la filtración, con un vidrio de reloj ordinario, de tal modo que no haya evaporación alguna. Cuando todo el betún del agre-gado mineral se haya disuelto, se coloca el vaso en una corriente de aire para que se seque. Una vez terminada la filtración por completo se retira el dis-co de vidrio y se seca del mismo modo el papel. Cualquier partícula que haya quedado adherida al tubo del embudo debe ser llevada al vaso con ayuda de un pincel seco. Se colocan los papeles de filtro den-tro del vaso y se deseca este último y su contenido en un horno a 120° C. durante una hora. Después de enfriar el vaso se pesa, quitando antes el papel de filtro exterior y colocándolo de contrapeso en la ba-lanza. El peso del betún disuelto se obtiene restando el peso del agregado del peso primitivo de la mues-tra, y ya se puede calcular el tanto por ciento de betún contenido en la muestra.

MÁSTIC Y MÁSTIC DE GRANITO

En el caso de mezclas de mástic conteniendo una proporción elevada de agregado muy finamente di-vidido, el método de decantación no es satisfactorio, pues los agregados tardan mucho tiempo en sedi-mentarse después de cada filtrado, y es necesario emplear un método modificado.

Se calienta el mástic en el horno, se corta en pe-queñas piezas, y se pesa una cantidad determinada. Si se trata de mástic block, se deben tomar dos mues-

tras de 75 gr. y en el caso de mástic de granito dos muestras de 200 gr. Se toma un papel de filtro tarado y se dobla como antes hemos indicado; se coloca en un embudo, encima se vierte la muestra de mástic y se cubre el embudo con un plato de vidrio. Se vierte bísulfuro de carbono en el embudo con ayuda de otro embudo auxiliar, como se ve en la figura tercera,, de tal modo que se pueden hacer adiciones sucesivas sin que se remueva el agregado, el cual obstruiría, el papel de filtro. Es conveniente hacer que la adición de bísulfuro de carbono sea automática, de tal ma-nera que cuando el nivel del líquido en el embudo del filtro caiga por debajo de una altura previamente de-terminada, entre disolvente desde el embudo supe-rior, y de este modo continúe el proceso durante toda una noche sin que requiera cuidado alguno. Cuando el líquido filtrado sea perfectamente incoloro, se cierra la entrada de bísulfuro y el papel se deseca primero en el aire y finalmente en el homo. El tanto por ciento de betún se determina como antes, hallan-do la pérdida de peso producida por haberse disuelto el betún en el bísulfuro de carbono.

Como es preciso emplear pesos bastante grandes de material con objeto de que las muestras repre-senten realmente la composición de los materiales asfálticos de que se trate, se necesitan cantidades considerables de disolvente que puede ser recupe-rada casi en su totalidad por destilación. En el caso de que sea preciso hacer gran número de análisis, es conveniente conectar varios embudos por medio de tubos de cobre a un gran depósito central donde el disolvente conteniendo betún pueda ser elevado después de la filtración. Como el bísulfuro de car-bono es muy inñamable, puede ser sustituido por el trícloruro de etíleno, pero la disolución de betún y la filtración no son tan rápidas.

Estos procedimientos se emplean constantemente en los laboratorios de Híghways Construction Ltd. desde hace ocho años, y han dado en todos los casos excelentes resultados.

Pluviometría y aforos Por J. GELPI BLANCO

(1)

EXPOSICION

Cuando al técnico se le propone el estudio de un aprove-chamiento hidráulico para obtención de energía, y ha de bus-car, por tanto, la solución de máximo rendimiento económico, se le plantea el problema de cuál será el régimen de circu-lación de las aguas que trata de aprovechar. Para resolverlo puede seguir tres caminos distintos.

1.° En caso de existir aforos oficiales efectuados por el Estado o entidades públicas, o por corporaciones privadas de reconocida solvencia técnica, podrá gestionar la obtención de copias de dichos aforos. Es la solución más rápida y econó-mica, pero no siempre es posible utilizarla.

En Suiza, donde los estudios hidrológicos han adquirido gran vuelo, se dispone de servicios oficiales muy bien mon-tados, y se pueden obtener datos de la mayor parte de log

(1) Extracto de una conferencia dada por el autor en la Es-cuela Industrial de Barcelona durante el curso organizado por la Asociación de Directores de Industrias Eléctricas y Mecánica.^!.

(2) Profesor de la Escuela de Ingenieros Industriales de Bar-celona y de la Escuela Industrial.

ríos importantes. En Francia, Alemania, Estados Unidos, y otras naciones, aunque con menor extensión, pasa algo pa-recido. En España, y en particular en Cataluña, han comen-zado hace unos cinco años los trabajos serios en este sentido, emprendidos por las Confederaciones Sindicales Hidrográfi-cas (hoy Mancomunidades Hidrográficas), entidades que viven bajo el control del Estado, pero que llevan la representación de los intereses agrícolas e industriales de toda la cuenca del río de la que toman el nombre. Sus trabajos serán aprove-chables dentro de pocos años, pero los datos que hasta la fecha se tenían eran en general incompletos.

2." Puede el técnico organizar por sí mismo un servicio de aforos, pero esto es caro y además sólo podrá tener un conocimiento completo al cabo de algunos años, que en la mayor parte de los casos no será posible esperar. El ciclo de reproducción de los fenómenos meteorológicos no está todavía precisado; según unos es de 25 a 30 años; otros meteorólogos lo conceptúan de 43 años. No obstante puede tenerse una idea suficiente en general para decidir un proyecto si se po-seen los datos de 15 a 2Q años.

3." Es el que permite con la mayor rapidez y economía,

aunque con uO tanta exactitud, llegar al conocimiento de un régimen fluvial. Consiste en basarse en los datos pluviomé-tricos, aplicando coeficientes de reducción a los mismos, para deducir los caudales que circulaji por su cauce (caudales de escorrentia). Este método requiere la existencia de una red pluviométrica bien organizada, cosa mucho más fácil de en-contrar y de la que, en efecto, se dispone en todos los países civilizados.

En resumen, hay dos sistemas para llegar al conocimiento del régimen hidrológico de un rio: el directo mediante los aforos y el indirecto basándose en la pluviometría.

Tomando las cosas por su orden natural trataremos pri-meramente de la Pluviometría, pasaremos después revista a los principales métodos de aforo, y por fin, relacionaremos la primera con los últimos para poder deducir de los datos pluviométricos el régimen de un curso de agua.

PLUVIOMErrRIA La Pluviometría, como es bien sabido, tiene por objeto la

determinación del agua que cae sobre el suelo, sea en estado liquido o en estado sólido. Esta agua se designa con e-l nom-bre genérico de precipitación atmosférica, o simplemente precipitación, y puede presentarse en formas y estados di-versos que vamos a enumerar:

Precipitación líquida

Precipitación sólida de escasa densidad (0,10 a 0,20)

Niebla Niebla baja o neblina Niebla húmeda Bruma Rocío

Nieve Nieve granulada Lluvia helada, (rara en Es-

paña). Niebla helada. (Rara en Es-

paña). Borrasca de nieve Ventisca Escarcha

Precipitación sólida de gran densidad (0,8 a 0,9)

Granizo o pedrisco Granos de hielo, (raros

España). Agujas de hielo

en

La niebla no es más que una nube que ha descendido hasta el valle, bajando a veces por las faldas de las montañas; se llama niebla baja o neblina cuando su altura aparente es menor que la de un hombre; niebla húmeda, cuando, a dife-rencia de la corriente, puede ser medida la precipitación que produce mediante el pluviómetro, debido a que contiene ya vesículas acuosas de algún tamaño capaces de posarse en los aparatos. Como las nubes la niebla está constituida por una aglomeración de gotitas de agua, casi microscópicas, que descienden por tanto con extremada lentitud y se forman cuando el aire se satura de humedad.

Cuando esta saturación se alcanza por la evaporación del agua de los ríos o lagos, por la madrugada principalmente, o sea en las horas de baja temperatura, se forma lo que se llama bruma, que es necesario no confundir con la niebla, pues ésta presupone ya la existencia de una nube y en cambio la bruma se forma encima mismo del agua que la produce.

El rocío, de todos conocido, tiene por causa el enfriamiento del aire cargado de humedad, el cual provoca la condensación del vapor de agua que contiene sobre la superficie de las plantas y objetos de dimensiones transversales pequeñas, en-friados por la radiación nocturna, en forma de gotas de agua. Por esto tiene lugar con preferencia durante las noches frías de cielo despejado.

En cuanto a la precipitación sólida pueden ser, como se indica en la sinopsis anterior, de pequeña y de gran densidad. La primera es de forma escamosa, por lo cual desciende con lentitud en la atmósfera, y se designa con el nombre vulgar de nieve. Cuando se presenta aglomerada en forma de pe-queños granos, se llama nieve granulada. Una y otra se

forman cuando la temperatura del ambiente donde se hallan las nubes desciende por debajo de 0° C. Como variedades existen la lluvia helada y la niebla helada, que sobrevienen cuando la lluvia o la niebla pasan por zonas de aire frío o sobre árboles u objetos fríos que determinan la copgelación de las partículas de agua que contienen.

La borrasca de nieve no es más que un remolino de aire y nieve que esparce esta última en dirección variada, pero a veces son los mismos vientos reinantes los que levantan la nieve depositada en el suelo, y la acumulan en hondonadas o frente a obstáculos naturales que se interponen en su curso, formando los ventisqueros. Esta última forma de precipita-ción se llama ventisca.

La escarcha se origina al helarse el rocío por ser inferior a 0° C la temperatura de los vegetales sobre los cuales se deposita. Se produce con frecuencia en las plantas y arbus-tos, más que en los grandes árboles, por ser mayor en los primeros la rapidez de enfriamiento durante la noche.

Las precipitaciones de gran densidad se caracterizan por la transparencia total o parcial de sus partes propia del hie-lo. El granizo o pedrisco está formado por granos constituí-dos' por capas alternadas opacas y cristalinas, teniendo un volumen que varía entre el de un guisante y el de un huevo de gallina, o mayor aún. No ha de confundirse con la nieve granulada, cuyos granos son de menor tamaño y densidad.

Los granos de hielo se forman por la congelación rápida de las gotas de agua de lluvia, constituyendo pequeñas bolas transparentes. Las agujas de hielo representan un fenómeno parecido, pero caracterizado por la formación de pequeños cristales de hielo alargados y transparentes, que en tiempo claro y frío brillan al ser heridos por los rayos del sol.

Llegados aquí, cabe preguntar: ¿cuál es la causa de la precipitación pluvial en términos generales, es decir, pres-cindiendo de sus modalidades que acabamos de enumerar?

Esta causa puede decirse que. la constituyen los centros de depresión barométrica o ciclones, a donde acuden en forma de espirales los vientos de las regiones colindantes de mayor presión o anticiclones. Al pasar el aire de una a otra de estas zonas, experimenta una expansión próximamente adiabática, y si el vapor de agua recalentado que contenía el aire estaba próximo a la saturación, al enfriarse el aire, y por consi-guiente el vapor, llega al fin a la saturación y se originan las nubes. Si la condensación continúa con intensidad, las pequeñas vesículas formadas se reúnen formando gotas más o menos grandes, según la rapidez e importancia del enfria-miento, y sobreviene la lluvia.

Esta es la causa de las llm'las generales; en cuanto a las lluvias locales, pueden originarse por circunstancias diversas. En Suiza, Mr. Jean Lugeon, de quien hablaremos después, basándose en la teoría ciclónica de M. J. Bjerknes, de la escuela sueca, las ha clasificado en la siguiente forma:

a) Lluvias prefontales, producidas al iniciarse un descen-so local e inestable de presión que determina, como antes, una expansión adiabática (Promedio de precipitación, 3 mm.).

b) Lluvias de frente cálido, formadas por vientos calien-tes que ascienden dentro de una masa de aire frío, y al dis-minuir la presión con la altura se produce la correspondiente condensación (Unos 18 mm. de precipitación).

c) Lluvias de frente frío, que se forman en el seno de una masa de aire caliente elevada por la impulsión de vientos fríos (Unos 6 mm. de precipitación).

d) Lluvias con lineas de oclusión, formadas en la super-ficie de contacto de dos frentes, uno de viento cálido y hú-medo y otro de viento frío.

e) Lluvias orográficas, producidas por la ascensión de los vientos cálidos y húmedos por las vertientes de las montañas, originando, al disminuir la presión, la condensación corres-pondiente. Esto explica la mayor frecuencia e importancia de las lluvias en las regiones montañosas.

f ) Lluvias de nietla, ya citadas. g) Lluvias sedentarias, producidas por los centros gene-

rales de depresión y que a veces duran algunas semanas. h) Lluvias de frente casi estacionario, que tienen lugar

al encontrarse los vientos cálidos y húmedos de los trópicos con el aire frío del Norte.

Indicadas, aunque ligeramente, las formas y las causas de la precipitación, vamos a ver ahora cómo se mide.

Los aparatos utilizados para la medida de las precipita-ciones líquidas se llaman pluviómetros y los que se emplean para medir las precipitaciones sólidas se llaman nivómetros.

2 "

I

1

I

penetra por la boca del pluviómetro. Este bidón se apoya sobre un aro de fieltro o sobre tres puntas metálicas, y su diámetro es bastante menor que el del cuerpo inferior, para evitar toda pérdida por evaporación.

El pluviómetro se coloca sobre un soporte de hierro sujeto al extremo de un palo de madera pintado de blanco en la parte exterior, y quemado o creosotado en la parte enterrada en el suelo. Las alturas normales de instalación se indican en la figura 1.".

La probeta ad.'unta al aparato, representada en la misma figura, está divic'ída en 10 partes que corresponden, cada upa, a 1 mm. de precipitación. Cada una de estas partes está a su vez dividida en otras diez, que permitsn apreciar las dé-cimas. Cada una de las partes grandes ha de corresponder a un volumen de 200 X 0,1 = 20 cm'. y al objeto de que las pequeñas precipitaciones puedan medirse con más precisión, las divisiones del primer milímetro están más separadas, de-bido a la mayor estrechez del fondo de la probeta.

Cuando tienen lugar pequeñas nevadas, el pluviómetro pue-de servir perfectamente para medir la precipitación total, haciendo fundir previamente la nieve acercando el aparato a la lumbre, o echando dentro del aparato un volumen pre-viamente medido de agua caliente, que será preciso restar, del volumen total. Si la nevada es de mayor importancia puede aún medirse con el auxilio de otro pluviómetro de reserva, que se coloca al retirar el primero, tantas veces como sea nacesario.

Como pluvionivómetro más usado citaremos el de Mougin,

/ .Anillo de

Figura 1.»

Pluviómetro de Hellmann.

Como la nieve y lluvia muchas veces van juntas, puede de-cirse que en realidad los pluviómetros sirven también para la medida de las pequeñas nevadas; en cambio, para los pa-rajes elevados en que la precipitación sólida es muy im-portante, se utilizan los pluvionivómetros, que miden a la vez la lluvia y la nieve.

Los pluviómetros sirven corrientemente para medir la al-tura en milímetros de la capa de agua caída sobre el suelo durante un dia, y se leen ordinariamente a las 8 de la mañana.

Los pluvionivómetros, como suelen instalarse en parajes elevados, inaccesibles por causa de la nieve y de las tem-pestades durante buena parte del año, acostumbran a ser aparatos totalizadores de la nieve caída durante el año y se inspeccionan y leen a fines de verano. Su capacidad con re-lación a su boca debe ser pues muy grande.

Uno de los pluviómetros más usados, adoptado por el "Ser-vicio Meteorológico de Cataluña", como también por las Man-comunidades Hidrográficas, es el de Hellmann, que está re-presentado en la figura 1.». Su boca tiene una sección de 200 cm^ (159,6 mm. de diámetro) y tiene su borde de talón biselado. Está formado por dos cuerpos cilindricos que ajus-tan a enchufe: el superior constituye propiamente el reci-piente receptor de la precipitación, el cual tiene un fondo cónico provisto de un pequeño tubo adicional. El inferior sirve para contener un pequeño bidón en cuyo cuello penetra el tubo adicional anterior, que descarga en él el agua que

Nipher

Capa de aceite de vsseüna

g Solución saturada efp dz Ca

Figura 2.»

riuvionivómetro de Mougin.

modificación del de Vallot, el célebre observador del Mont Blanc, que es el adoptado por el Servicio de la Confederación Suiza.

La figura 2." lo representa, pudiendo observarse el gran vo-lumen del depósito en relación con el diámetro de la boca,

que es ignal que la de los pluviómetros corrientes. Esto es indispensable por varias razones: primeramente porque son totalizadores de la precipitación del año, después, porque la nieve ocupa de cinco a diez veces más volumen que el agua, y por fin, por el contenido previo que se deja dentro del aparato para evitar la congelación y la evaporación.

La congelación queda suprimida dejando en el fondo una solución saturada de .cloruro cálcico, y la evaporación con una capa de aceite de vaselina, también de difícil congelación. Asi resulta que al caer la nieve, es admitida primeramente por el depósito, y por causa del peso de la capa que forma, se introduce al través del aceite de vaselina en la solución de cloruro cálcico, donde se licúa rápidamente por la acción crioscópica de dicha solución. Para la eficacia de esta acción conviene que ei volumen de disolución de cloruro cálcico sea importante, por ejemplo, de la mitad al tercio del volumen del depósito.

El fondo del recipiente es esférico (el de Vallot es cónico) y tiene un tubo de salida, tapado con un tapón o grifo, por donde se deja verter la solución, que se mide primero con recipientes calibrados y el resto con una probeta de Hellmann. Del volumen total medido será preciso restar, naturalmente, el de la disolución de cloruro cálcico y el de la capa de aceite de vaselina:.

El aparato va sostenido por dos anillos de hierro sujetos a tres pies derechos de tubo de hierro, que se empotran sólidamente en el terreno con hormigón, para evitar que los vientos intensos que azotan los puntos elevados en que se instalan, puedan derribarlo.

En la parte alta del aparato, y rodeando la boca del de-pósito, se coloca una pantalla troncocónica de plancha de hierro, llamada anillo de Nipher, cuya eficacia es muy gran-de para evitar la influencia perturbadora de los vientos ho-rizontales y de las borrascas de nieve. Los primeros impiden que las partículas más tenues penetren en la boca, ya que describen trayectorias horizontales, y los segundos en cam-bio producen errores por exceso, pues levantan la nieve del suelo y la introducen en el interior del aparato. Este último caso es, no obstante, más "raro que el primero.

La altura del fondo del depósito sobre el terreno ha de ser por lo menos de 1,50 m., aconsejándose para los lugares donde se acumula gran espesor de nieve, alturas de 2 y hasta de 2,5 m., pues es preciso evitar que la capa de nieve llegue al fondo del aparato.

Las figuras 3. y 4." representan uno de dichos pluvionivó-

ten los pluviómetros registradores o pluviógrafos, que per-miten determinar la intensidad de la lluvia, o sea la preci-pitación en mihmetros por minuto por ejemplo. La mayoría de estos aparatos constan de un pluviómetro de boca ancha que por medio de un tubo dirige el agua a un depósito de

Figura 3."

i'luvionivómetro de Mougin instalado en la cima del pico de Matagalls (Montseny)

metros, la primera instalado en el pico de Matagalls (Mont-seny) y la segunda durante su transporte hasta el punto de emplazamiento.

Además de los aparatos mencionados, que sólo dan la precipitación total correspondiente a un día o a un afio, exis-

Figura 4."

Transporte del pluvionivómetro a la cima del Matagalls.

pequeña sección, dentro del cual existe un flotador cuyo vás-tago, que sale al exterior, mueve el brazo pequeño de una palanca en cuyo brazo largo lleva la pluma inscriptora. Esta traza sobre un papel arrollado en un cilindro, que gira ge-neralmente a razón de una vuelta diaria, el gráfico de la cantidad de agua precipitada. Trazando la tangente a la cur-va en el punto que interese, su coeflciente angular nos dará la intensidad de la precipitación. Estos aparatos suelen lle-var un tubo formando sifón, que al llenarse el recipiente que contiene el flotador queda encebado, vaciándolo completa-mente. La línea descrita por la pluma tiene en conjunto la forma de les dientes de ima sierra.

El doctor Jardí, Catedrático de esta Universidad y Jefe de la sección de aparatos del Servicio Meteorológico de Ca-taluña, ha ideado y construido un aparato que denomina plu-viómetro de intemidades, el cual evita este trazado permi-tiendo leer directamente en cada punto de la curva la in-tensidad de lluvia en milímetros por minuto. La modificación esencial que ha introducido para lograrlo consiste en que el depósito, de muy pequeña sección, tiene en su fondo un agujero, el cual puede cerrarse más o menos, mediante una varilla de sección decreciente sujeta al flotador por su parte inferior, dejando salir el agua al exterior. Si la precipitación aumenta de intensidad el flotador asciende, destapando más el agujero, para permitir la salida a una mayor cantidad da agua. Estudiando teóricáimente la ley de variación de- las secciones de la varilla, pudo lograr el doctor Jardí que el desplazamiento de la pluma fuese proporcional a la inten-sidad de lluvia.

La instalación de los pluviómetros, si quieren obtenerse resultados exactos, exige algunas precauciones. Conviene que estén apartados de todo obstáculo que pueda detener la lluvia en cualquier dirección. En general se admite que basta que quede libre el cono de eje vertical cuyo vértice es el centro de la boca del aparato y cuya generatriz forma un ángulo de 45° con el horizonte. No convienen tampoco los lugares muy elevados, porque los vientos horizontales lan-zan las gotas más tenues fuera del aparato. Lo niejor es colocarlos en un pequeño campo provisto de hierba, para evitar la radiación solar contra el fondo del aparato, el cual esté protegido en todas direcciones hasta una cierta altura contra los vientos horizontales, respetando el cono men-cionado.

Los errores de los pluviómetros cuando sólo miden la llu-via, si están debidamente instalados, son a lo sumo de 5 por

100. En cambio los plüviohivómetros puedeíi dar errores de 8 por 100 a unos 1.500 m. y hasta de 40 por 100 a lOÓ por 100 para las grandes altitudes de 2.500 a 3.000 m., si no están protegidos con el anillo de Nipher. Provistos de este anillo, los errores comprobados no suelen pasar de 1 a 2 pOr 100. De todos modos los errores son siempre por defecto.

El radio de extensión de las medidas pluviométricas puede decirse en términos generales que es de 1 km. en terreno llano y de 500 m. en lugares montañosos. El desiderátum sería, pues, que las estaciones pluvionivométricas estuviesen a 2 km. de distancia máxima en el primer caso y de 1 km. en el segundo, aproximadamente.

En Cataluña tenemos establecido el "Servicio Meteorológico de Cataluña", que tiene las oficinas y aparatos de observa-ción en la torre izquierda del edificio principal del recinto de la Escuela Industrial, ocupado actualmente por la Escuela de Ingenieros Industriales. Su director, doctor Eduardo Font-seré, ha colocado este Servicio a una altura envidiable, es-tableciendo una red bastante densa y con una organización sencilla y económica, puesto que el Servicio facilita los apa-ratos y recambios a los observadores, pero estos desempeñan su cometido sin ninguna gratificación, de lo cual resulta que

tieñe establecidas en las regiones colindantes de Cataluña), y eü cuanto a la vertiente mediterránea catalana, la Confe-deración del Pirineo Orientai tiene una red cuya relación es

LOO ^ ^ , ¿e En Zürich, en el valle del Thur, afluente del

147 Rhin, llega a 1,8.

Según lo dicho a propósito del radio de extensión de las medidas pluviométricas, convendría que dicha relación fuese de 29 en el llano y de 116 en los terrenos montañosos, lo que corresponde a una red pluviométrica en forma de trian-gulación regular de 2 Km. de lado en ©1 primer caso y de 1 Km. en el segundo. Esto demuestra lo lejos que estamos aún de lo deseable.

I n d i c e d e n i v o s i d a d e s l a relación:

N altura de agua precipitada en forma de nieve

p Altura total de precipitación Varía entre cero y uno.

C o e f i c i e n t e p l u v i o m é t r i c o de un mes:

Altura de agua precipitada en el mes

Altura mensual media del año

Varía de O a 5 o más; para los meses normales vale 1.

D e n s i d a d de u n a p r e c i p i t a c i ó n :

A = : dP Diferencial de la precipitación

dt Diferencial del tiempo

Es lo que se llama también intensidad de lluvia, de la que hemos hablado al tratar de los pluviógrafos, y que se suele expresar en milímetros por minuto.

Densidad media de precipitación en el tiempo t, será la

Curva inostrando la ley de variación de la precipitación con la altitud, según Mr. Lngeón.

los que aceptan lo hacen por entusiasmo, y por tanto, con mayores garantías de exactitud y orden.

Los aparatos que ha adoptado son del tipo de Hellmann, como se ha dicho, teniéndolos repartidos por los valles y al-turas medianas.

En cambio, la Confederación del Pirineo Oriental se ha preocupado de instalar, además, pluvionivómetros en los pun-tos más altos, completando la tarea del anterior Servicio. Hoy en día, esta Confederación y el Servicio Meteorológico de Cataluña están en íntima comunicación para intercambiar mutuamente los datos recogidos, a fin de completar los es-tudios que les son propios, es decir: al Servicio, por lo que respecta a la Meteorología y a la Confederación, en lo que hace referencia a la precipitación, para deducir después los caudales de escorrentia de los ríos.

El doctor Febrer, como resumen de sus trabajos y de los datos recogidos de los colaboradores del Servicio, ha pu-blicado con el apoyo de la Institución Patxot, un magnífico volumen titulado "Atlas Pluviométric de Catalunya", en el cual están incluidas las observaciones pluviométricas de 306 estaciones, acompañadas de mapas de las líneas isohie-tas, regímenes pluviométricos típicos, número de días de precipitación mensual y anual, etc. Representa en conjunto un esfuerzo digno de alabanza.

Indiquemos ahora algunas definiciones y expresiones plu-viométricas interesantes:

Se llama r e l a c i ó n p l u v i o n i v o t o p o g r á f i c a la que existe entre el número de estaciones pluviométricas y pluvionivométricas sumadas y el número de miriámetros cua-drados de la proyección horizontal de la región considerada. En Francia esta relación vale 0,4, en Suiza, llega a 0,69, y en Cataluña, por lo que se refiere al Servicio Meteorológico

290 es de (hemos prescindido de las estaciones que

295 " "

relación A„

M ó d u l o p l u v i o m é t r i c o : P es la precipitación anual en milímetros. Varía de 50, o menos, en los terrenos desier-tos de Asia y Africa, a 2.700 o más, en los puntos altos de los Alpes suizos, no pareciendo sea mayor para altitudes su-periores.

R e p r e s e n t a c i ó n t o p o g r á f i c a : Se efectúa trazan-do las líneas de igual módulo pluviométrico, llamadas isohie-tas, que dan una idea global de la repartición pluvial.

L e y d e v a r i a c i ó n de l a p r e c i p i t a c i ó n c o n l a a l t i t u d : Observando un mapa de líneas isohietas pue-de verse que parece un mapa hipsométrico, es decir, un plano con las curvas de nivel orográficas. Esto es debido al hecho de que la precipitación aumenta con la altitud, como puede comprenderse por lo dicho al tratar de las lluvias orográficas, ya que al ascender las nubes por las laderas de las montañas descargan la lluvia en mayor proporción en las partes altas, por ser mayor allí la expansión adiabática que experimentan.

Mougin y Vallot en Francia han estudiado la ley de varia-ción de la precipitación con la altitud. Riggenbach en Bale (Suiza), basándose en las leyes de Termodinámica, ha dedu-cido la expresión:

. P - P„ gA + K tg. s,

siendo P y Pe las precipitaciones anuales en milímetros en dos puntos con un desnivel de A metros, g el gradiente plu-viométrico o aumento de precipitación en milímetros por me-tro en una vertical, s el ángulo medio de inchnación de la vertiente del terreno respecto el horizonte, y X es una cons-tante local.

En Bale el valor de g hallado por Riggenbach fué de 0,414 mm. Entre Zoug y Rigi- encontró g = 0,446, por tanto para estos últimos puntos la fórmula sería:

P = 904 -1- 0,446 A

Esta fórmula no tiene en cuenta la velocidad ni la direc-ción de los vientos, que se ha reconocido ejercen una mar-cada influencia según como actúan sobre la vertiejiite. Además se ha visto que la ley de variación de las precipitaciones con la altitud no es una función lineal, sino más bien parabólica, por lo menos hasta una altitud de unos 2500 m.

La fórmula de Riggenbach, dá resultados bastante aproxi-mados en los valles anchos con vertiente regrular y altitudes moderadas, pero al ser aplicada a la alta montaña los erro-res crecen en gran manera.

Según dice Mr. Jean Lugeon, ingeniero de Lausane, en su interesante obra: "Précipitations Atmosphériques Ecoule-ment et Hidroéléctricité" parece estar demostrado que para las grandes altitudes rige la ley expresada por la siguiente fórmula:

P=P, m e

para llegar a ella, y que corresponde a la altitud , y K es un coeficiente que depende de la inclinación de la Ver-tiente.

La curva que representa esta función (Fig. 5.") tiene la for-ma de campana, con un valor inicial P„, al nivel del mar, que se repite para una altura A' = 2 , y dos puntos de inflexión para las altitudes:

A^ = Am — / 1_ 2K ^

/1 ~2K

en la que P es la precipitación anual en mm. de un punto cualquiera situado a la altitud A, , es la máxima pre-cipitación anual probable de la región que se considera, ob-tenida por extrapolación si las altitudes no son suficientes

La experiencia demuestra que a partir de la altitud de 1000 m., aproximadamente, las precipitaciones expresadas en función de la altitud, crecen al principio según una curva pa-rabólica o hiperbólica con la concavidad hacia arriba; después hacia los 2000 m. se presenta un punto de inflexión ,creciendo las ordenadas aunque con rapidez decreciente; hasta que a unos 3500 a 4000 m. alcanza su valor máximo, para decrecer después debido a la acción combinada de la temperatura, estado higrométrico y presión barométrica que reinan en las grandes altitudes.

(Ccmti/nuará.)

El carbón activado en su utilización como agente purificador de agua de bebida

Dado el empleo, cada día más generalizado, que se hace del carbón activado en los procesos de purificación del agua de bebida, creemos sean de actualidad los datos siguientes:

¿QUÉ ES UN CARBÓN ACTIVADO?

Carbón activado es toda sustancia carbonizada cuyos áto-mos, además de adoptar una disposición especial, tienen su Superficie libre o parcialmente libre de los compuestos que haya podido adsorber, resultado éste que se consigue por un tratamiento especial. Es, pues, el carbón activado aquel car-bón especialmente apto para los fenómenos de adsorción, fenó-menos éstos que no debemos confundir con los de absorción, de uin carácter mucho más general.

En el proceso ordinario de carbonización, tal como el que se ejecuta en la preparación del carbón vegetal, sucede que solamente una pequeña parte de los átomos se encuentran aptos para la adsorción. En cambio, si el proceso de carbo-nización tiene lugar en recipientes cerrados y a bajas tempe-raturas, hay mucha mayor probabilidad de obtemer un carbón activado o, en el peor caso, parcialmente saturado por los hidrocarburos desprendidos en la combustión, los cuales pue-den ser fácilmente separados por medio de la operación co-nocida con el nombre de a c t i v a c i ó n .

Desde el siglo XV, en que comenzó a utilizarse la propie-dad adsorbente del carbón vegetal, utilizándole como decolo-rante de ciertas soluciones, hasta la actualidad, ein que se utiliza para fines industriales, bien en las refinerías de azúcar, donde se emplea con ventaja el carbón de huesos, o bien en pequeñas instalaciones clarificadoras de agua, solamente era empleado el carbón vegetal de pequeña capacidad de adsorción. El carbón activado de alta capacidad de absorcióin no ha empezado a obtenerse hasta los años 1916-1917, durante la guerra europea, en que se intensificaron los estudios sobre esta materia con objeto de obtener un medio de defensa adecuado contra los gases venenosos. Del problema planteado en la guerra (obtener una mayor capacidad de adsorción para um volumen dado de carbón), fácilmente se pasó al que nos interesa, en que no afecta la consideración de volumen y sí únicamente la del precio para una capacidad dada de adsor-

(1) Extracto del artículo de J. R. Bayley, publicado en " W a -ter Works and Sewerage", Vol. L .XXVIII , pags. 320 y 357, pre-parado por nuestro colaborador P. Salvador Elizondo .

ción; también es de tener en cuenta, en nuestro caso, tanto su peso específico como su resistencia a la compresiófti y dis-gregación, pues dado su empleo en forma granular, debemos prevenir su fácil disgregación y arrastre por la corriente, ya que su disposición entre rejillas no es recomendable.

CLASIFICACIÓN DE LOS CARBONES VEGETALES.

Según su método de fabricación divide Mantell los carbo-nes vegetales decolorantes en las clases siguientes:

1." C a r b ó m s o b r e b a s e i n o r g á n i c a p o r o s a . Se obtiene calentando fuertemente una mezcla de materias vegetales carbonizables (tales como el serrín, algas marinas y melazas), y sustancias porosas inorgánicas (tales como tierra de infusorios, piedra pómez, sales insolubles, etc.).

2.» C a r b ó n s o b r e b a s e i n o r g á n i c a , que des-pués e s s e p a r a d a por procedimientos químicos. Se ob-tiene carboinizando una mezcla de materias vegetales y mi-nerales (tales como yeso, cal, etc.), siendo estas últimas se-paradas después, disolviéndolas por medio de reactivos apro-piados (ácido sulfúrico o ácido fosfórico, etc.). La presencia de materias minerales durante la carbonización tiene por ob-jeto prevenir la formación de películas de material inactivo que cubren la superficie del carbón cuando se le calienta sólo.

3." C a r b o n e s o b t e n i d o s p o r c a r b o n i z a c i ó n de m a t e r i a l e s , tales como el lignito, residuos pulposos de licores, serrín, maderas, etc., colocados en retortas y so-metidos a determinadas condiciones de presión y temperatura. Los carbones obtenidos por este procedimiento y conocidos por sus distintos nombres comerciales H y d r o d a r c o , Nu-c h a r y N o r i t , son los más comúnmente empleados en el tratamiento del agua. El H y d r o d a r c o se obtiene de lignito. El N u c h a r , de los residuos pulposos de los moli-nos de papel, y el N o r i t , de madera de abedul.

Como acabamos de decir, todos los carbones que se em-plean en el proceso de purificación de aguas pertenecen a la tercera categoría, sí bien necesitan, a su vez, una activación para producir un carbón de alta capacidad de adsorción.

ACTIVACIÓN DE UN CARBÓN.

Chaney cree que la temperatura a la que es liberado el carbón molecular es el primordial factor de control en la determinación de la variedad activada o inactivada del car-

bón. Supone que en el proceso ordinario de destilación de ma-teriales carbonosos a temperatura relativamente baja, se ob-tiene un carbón activado al descomponerse térmicamente los hidrocarburos inestables; ahora bien, este carbóm activado adsorbe una porción de hidrocarburos que permanecen esta-bles mientras se conserven determinadas condiciones de pre-sión y temperatura, y que pueden ser eliminados rápidamente al sufrir este carbón la más ligera descomposición. Este com-plejo estable de hidrocarburos adsorbidos sobre una base de ca,rbón activado, es el conocido, según Chaney, con el nombre de carbón primario, deducido de su proceso de formación.

Si la teoría de adsorción de hidrocarburos que acabamos de exponer es cierta, la activación consistiría entonces sim-plemente en separar estos hidrocarburos del carbón prima-rio. Esta separación se CQnsigue teniendo en cuenta que los hidrocarburos que forman el complejo son ligeramente menos resistentes a la oxidación que el carbón activo, y, por tanto, eligiendo una temperatura y concentración determinada de material oxidante, es fácil obtener la separación procadiepdo con cuidado. Los agentes oxidantes más comúnmente emplea-dos son el aire, vapor de agua y, en menor proporción, el anhídrido carbónico y el cloro.

Sobre las respectivas ventajas del aire o vapor de agua en la activación hay diversidad de opiniones. H y d r o d a r c o emplea el aire, mientras N u c h a r utiliza vapor de agua. Cuando se emplea el aire es probable que la oxidación del carbón sea directa bajo forma de CO ó CO, y cuando se usa el vapor son varias las reacciones posibles, según establecen Thiele y Haslam: C + H,0 = CO + H,; C + 2H.O = CO + -H 2H,; C - f CO, = SCO; CO + H,0 = TI, + CO,. Segi'm estos autores, cuando el valor de agua reacciona con el car-bón se forma un complejo muy estable de la forma CxOy, que, a su vez, puede transformarse en COj, y que desde el momen-to «e su formación cubrirá toda la superficie del carbón.

Hay otras muchas teorías que tratan de explicar la forma-ción del carbón activado, pero hasta ahora la de Chaney es la que está más de acuerdo con los hechos experimentales.

DEFINICIÓN DE ALGUNOS TÉRMINOS HMPLEADOS EN LOS ENSAYOS

DE CARBONES.

D e n s i d a d a p a r en t e .—El es peso en gramos de un centímetro cúbico de carbón. También suele expresarse en tamaño de gramos o número de mallas del tamiz al través del que puedan pasar.

D e n s i d a d granular.—^Peso en gramos de un centí-metro cúbico, tomando como base el volumen del gránulo in-dividual.

D e n s i d a d v e r d a d e r a . — P e s o en gramos de un cen-tímetro cúbico, excluyendo los vacíos o poros.

P o r o s i d a d . — E s el porcentaje de poros en el carbón, teniendo en cuenta tanto los poros de los granos como los va-cíos entre ellos.

A c t i v i d a d . — E s el peso de sustancia adsorbida por un gramo de carbón. Esta actividad estará influida necesariamen-te por la densidad aparente y la porosidad, habiéndose encon-trado por Chaney y sus colaboradores, como densidad más conveniente para los carbones de máscaras para gases la de 0,4, y para los carbones empleados en el tratamiento del agua, 0,2. Los carbones activados obtenidos del lignito dan en su forma granular una densidad excelente.

Dada la enorme porosidad de estos carbones, sus superfi-cies de acción son también grandísimas, y a título de curio-sidad damos la estimación que de ella hace Chaney para un carbón especialmente activado para adsorber gases, fijándola en 1.000 metros cuadrados por centímetro cúbico.

RENDIMIENTO EN I A TRANSFORMACIÓN DE LOS MATERIALES CAR-

BONIZABLES.

Las pérdidas sufridas en la obtención del carbón primario, por los materiales carbonosos, son considerables si se trata de materiales ricos en hidrocarburos, y menores para los pobres en materias volátiles, así la antracita. A continuación damos tres cuadros que ilustran esta cuestión:

Cuadro primero.—Composición de los materiales empleados en la fabricación del carbón activado (Memoria técnica nú-mero 479 del Bureau de Minas).

M A T E R I A L E S

Corteza de coco Madera de guayaba. Lignito de Texas.... Lignito N. Dakota... Carbón bituminoso... Coke de petróleo Antracita Jeddo, Pa.

Hume-dad. "lo

Mat.» volátil.

Vo Carbón fijado

"/o

Cenizas.

o/ lo Rendimiento por 2.000 Ib.

4,5 74,9 18,9 I J 555 7,1 72,8 19,3 0,8

10,0 37,7 34,2 18,1 19,6 33,3 41,2 5,9 1,9 35,5 56,5 6,1 1,0 6,5 90,3 2,2 1.820 3,8 3,4 89,8 3,0 1.960

Cuadro segiindo.—^Pérdidas en peso y densidad y aumento de adsorción por la activación. (Dada por Lamb, Wiison y Chaney.)

DENSIDAD A P A R E N T E

M A T E R I A L E S Carbón primario.

Carbón activado.

A C T I V A C I O N CON V A P O R A

900° C.

Tiempo Pérdidas

minutos en "/o

A C T I V A C I O N A C E -L E R A D A , E N S A Y O

C L O R O P I C R I N A

Pesoab- Tiempo en sorbido servicio, en o/" minutos.

Sicomoro 0,158 0,080 18 53 41 7,3 Cedro 0,223 0,097 60 88 78 16 Nuez del BrasU 0,520 0,316 120 71 46 32 Coco 0,710 0,445 120 60 61 58 Serrin 0,542 0,365 120 66 53 40 C. Bituminoso 0,789 0,430 165 61 58,3 50,5 Antracita 0,830 0,-371 480 81 54 40,7

De este cuadro puede deducirse que las pérdidas serán t ^ t o mayores cuanto mayor sea el tiempo de activación y como éste a su vez influye sobre la capacidad de adsorción, habrá que sopesar en cada caso lo que más pueda convenir.

Cuadro tercero.—^Cambios de volumen de los poros y de la adsorción de un carbón vegetal,, después de la activación. (Dada por Barker.)

Adsorción en Volumen C A R B O N E S m g .

por g-r. de C. g r a n u l a r , v e r d a d e r a . carbón.

Coco primario 47 0,96 1,46 Coco activado 630 0,84 2,15 Lignito primario... 30 1,09 1,43 Lignito activado.... 640 0,89 2,15 Lignito extremada-

mente activado... 2.715 0,31 2,15

1,04 1,19 0,92 1,12

3,23

CARACTERÍSTICAS QUÍMICAS DEL CARBÓN ACTIVADO.

A primera vista se reconoce la imprescindible necesidad de conocer las caracteristicas químicas del carbón activado que necesariamente han de influir sobre su cualidad adsor-bente, así como también nos ha de ser muy útil el mismo conocimiento de las substancias que impurifican el agua dado el caso, que no todas son perjudiciales, ni en la misma pro-porción, pudiendo ocurrir que las más fácilmente adsorbibles perjudiquen la buena actuación del carbón activado; y de aquí la necesaria colaboración del químico y el ingeniero pro-yectista.

Michaelis dice que la cualidad adsorbente de los carbones vegetales, se diferencia (tanto cuantitativamente como cua-litativamente), de la de cualquier otra substancia adsorbente, probando a su vez que las impurezas que acompañan a los carbones (Si, Al, Fe...), influyen sobre el poder adsorbente de los mismos, hecho comprobado por Miller con carbón de azúcar libre de cenizas que no adsorbía las toases inorgánicas de sales neutras, mientras el mismo carbón comercial adsor-bía tanto los iones positivos como los negativos.

Se puede afirmar que todas las substancias químicas son adsorbidas por el carbón activado, aunque en proporción dife-rente, inconveniente grande en sus aplicaciones a la purifica-ción del agua, pues puede ser exliaustado por substancias inofensivas que son las que más abundan en el agua.

Bruns y Fmmkin encontraron que el carbón de azúcar puro se conducía como un gas electrodo cuando se le colocaba en soluciones de electrolitos.

Otros experimentos dirigidos por Burstein y Frunüdn, con carbón puro de azúcar sometido en un ambiente gaseoso a diferentes temperaturas, muestran la influencia de estos fac-tores sobre la capacidad de adsorción; por otra parte, ya habíamos visto anteriormente que algimas fábricas de carbón activado utilizaban corriente de aire o vapor de agua sobre la masa carbonosa sometida a altas temperaturas.

Resumiendo los trabajos llevados a cabo por Miller y sus colaboradores con carbón vegetal puro actuando sobre ácidos, bases y sales, podemos decir que tienen un poder de adsorción positivo sobre los ácidos y negativo sobre las bases uiorgá-nicas, atribuyendo la débil adsorción de bases por los carbonea impuros, a la reacción con los ácidos de las impurezas. Tam-bién observaron la influencia negativa que tenía la introduc-ción de los grupos hidróxilo y amino sobre los ácidos orgáni-cos. Vieron que en la adsorción hidrolítica de sales, el ácido adsorbido es equivalente al álcali liberado. Por último, recti-ficaron la opinión errónea, por muchos sostenida, de que los iones de hidrógeno e hidróxilo eran igualimente adsorbidos.

Coolidge considera al carbón activado como la substancia hidrofóbica tipo, al comprobar que en solución acuosa es ca-paz de adsorber las más pequeñas porciones de cualquier substancia en disolución, con el correspondiente desplazamien-to del agua.

OKDEN DE ADSORCION DE VAKIOS COMPUESTOS.

Michaelis da el siguiente orden de adsorción de los cationes: de menor a mayor proporción, Na-|-, K-f, NH<+; Ca++; Mg-F-f; Al+^-^-; H-h; alcaloides y tintes de base orgánica. Para los aniones; SO—; OI—; Br—; I—; SCN—; OH—; tintes orgánicos, ácido sulfosalicílico, y algunos ácidos aromáticos. También dice que si se emplea un electrolito tal como el HCl, el ion H4- es mejor adsorbido que el C1—.

P U N T O ISOELÉCTRICO DEL CARBÓN VEGETAL.

Geyemant y Umetsu, encontraron cada uno por distinta vía, un insoeléctrico correspondiente a un pH oscilando en-tre 3 y 4 para un cairbón puro, y Kesse llegó hasta im pH de 6,6 para otros carbones, y, por último, Kroetz y Bohn obtuvieron resultados oscilantes entre 4,8 y 6,8.

ADSORCIÓN DE HIDROXIBENCENOS Y OTROS COMPUESTOS ARO-

MÁTICOS.

Kolthoff y Van der Goot estudiando la adsorción sobre estas substancias, comprobaron el carácter hidrofóbico del carbón activado, si bien vieron que podía ser alterado por la introdu-ción de algunas impurezas en el carbón, tales como el SO., ac-tuando a bajas presiones. Para la mejor comprensión del me-canismo de adsorción, creyeron importante conocer si la re-lación entre la adsorción de fuertes electrolitos y los no elec-trolitos depende de las propiedades del carbón, obteniendo que no dependía en ambos casos en la misma proporción, si bien encontraron la tendencia del carbón vegetal a saturarse él mismo con la substancia adsorbida, aumenta con el número de grupos polares.

El cuadro siguiente, dado por dichos investigadores, da los milimols (de varios compuestos orgánicos), adsorbidos por un gramo de carbón activado (Garbo Merk), cuando el carbón es saturado por la subtancia.

S U B S T A N C I A S Milimols adsorbidas por un gramo de carbón activado,

a saturación

Anilina 7 aproximadamente. Fenol 6 id. Resorctnol 3,7—4 Hidroquinol 3,9—4,4 Catecol 3,5—4 P-Nitrofenol 4,5—5 o-Nitrofenol 5 Pirogalol 2,7

El punto de saturación es aquel en que el carbón deja de adsorber más compuesto, variando dicho pimto para las dis-tintas concentraciones según la ecuación de Freimdlich, de este modo: si se desea, por ejemplo, que no quede prácticamente fenol en una solución, el total que adsorberá será mucho me-nor que el que da la tabla en que las soluciones están satu-radas. Para este mismo fenol las concentraciones que más nos interesan son las de 0,001 a 0,005 partes por millón, pues sabemos que bastan las más pequeñas proporciones de éste para que en presencia del cloruro produzca los sabores más desagradables.

Parece también ocurrir (según afirman estos mismos in-vestigadores), que los grupos polares de los compuestos aro-máticos son dirigidos más bien hacia el carbón que hacia el agua y según ésto se puede predecir en cierta extensión las características de adsorción para los compuestos de im grupo, conocidas que sean las de uno cualquiera de los componentes. Los grupos polares más corrientes en los compuestos orgáni-cos son los siguientes: —OH, —COOH, —CHO, —CN, —CONH2, —SH, —NH3, —NHCH3, —NCS, —COR, —COOM, —COOR, —NO., —CCH.

El cuadro que sigue nos muestra la manera en que proba-blemente son orientadas las moléculas en la superficie del carbón.

C O M P U E S T O S Compuesto adsorbido.

Acido benzóico Acido salicílico Acido o-aminobenzóico Acido fórmico Acido acético Acido láctico Fenol Anilina Piridina Acido clorhídrico Cloruro de potasio Hidrato de sodio

C„ H,. COOH HO. C, H,. COOH

NH3. C„ H,. COOH H. COOH

CH,. COOH CHJ. CH (OH), COOH

C„ H, OH C„ H, NH.

Cl. H Cl.H

No lo adsorbe. Parece ser una regla general que la adsorción aujnenta con

el incremento de los átomos de carbón o con la disminución de la tensión superficial, aunque suele haber algunas excep-ciones; así, por ejemplo, el alcohol metílico es adsorbido en mayor proporción que el etílico. Los hidrocarburos saturados siguen la regla general. Si los grupos polares se dirigen hacia la superficie del carbón, parece probable que los compuestos que contengan tres grupos polares serán adsorbidos mejor que los de dos y éstos mejor que los de uno.

En el cuadro que sigue (determinado por Bartell y Miller), se dan las cantidades de ácidos adsorbidos por 0,25 gramos de carbón de azúcar sin cenizas; en él se ve el efecto negativo que ejerce sobre la adsorción la introducción de los grupos hidróxilo y amino, siendo mayor la de éste último.

Total adsobi-do ex-

presado en c. c . de solu-ción o.ol normal

C O M P U E S T O F o R M U L A

Acidos aromáticos: Benzóico Salicílico O-aminobenzóico ...

C„ HJ. COOH HO. C„ H,. COOH . NH,. C„ H,. COOH ,

Acidos dicarboxilicos: Succínico Málico Tartárico Aminosuccínico

(CHJ. COOH), CHOH. COOH. CH,. COOH CHOH. COOH. CHOH. COOH. HOOC. CH3. CHNH,. COOH ....

Acidos alifáticos: Fórmico Acético Propiónico Butírico Láctico

H. COOH CH3. COOH CH3. CH,. COOH CH,. (CH,),. COOH .... CH,. CH (OH). COOH

75,80 73,76 67,00

48,00 35,88 31,76 8,78

15,70 16,44 24,36 35,52 17,86

TOBOS LOS COMPUESTOS PRODUCTOEES DE SABORES PARECE SON ABSORBIDOS POR EL CARBÓN ACTIVADO.

Excepto el cloro, todos los demás compuestos productores de sabores son orgánicos, y aunque no se tienen informes precisos respecto a su número y composición, podemos afir-mar que todos ellos son adsorbidos por el carbón activado. Los sabores siguientes son anulados: algas, aromáticos, cloro, clorofenol, creosota, -descomposición de vegetales, terrosos, pescados, gasolina, liumus, pantanoso, mohoso, fusión de hie-los, turboso, cenagoso, cloacas, azucarado, alquitranado, le-ñoso, etc.

La mayoría de los compuestos productores de sabores no se pueden descubrir, a pesar de los numerosos ensayos verifica-dos sobre el agua, por el oxígeno y el amoniaco.

ACCIÓN DEL CLORO SOBRE EL CARBÓN ACTIVADO.

Se ha comprobado que el cloro no es adsorbido por el car-bón lo mismo que los demás compuestos en solución, si no de la siguiente manera: la adición del cloro al agua da lugar a la formación de Cl, + H, O O HO + HCl, esto para peque-ñas porciones de cloro, pues para las grandes solam:ente una pequeña porción entrará en reacción con el agua, quedando el resto disuelto y al añadir carbón además de la adsorción del cloro, el oxígeno del OHCl se unirá al carbón; es decir, que la reacción (según Bohart y Gibss), será: 2 Cl + 2 H O + + C - 4 HCl + C Oo, con desprendimiento de CO y adsorción de cloro en disolución. Estos mismos investigadores trataron de obtener un medio industrial de obtener ácido clorhídrico por el cloro y el carbón, cosa que fué conseguida por primera vez en 1894, por Lorenz. Frank y F. Pullen Candy, obtenían en Inglaterra una patente, en 1916, sobre el uso del lignito para la decloración del agua.

ENSAYOS PARA DETERMINAR LA CAPACIDAD DE ADSORCIÓN DEL OAKBON .

Aunque el problema de la decoloración de algimas substan-cias por medio del carbón, es tan diferente del de la adsor-ción de los compuestos productores de sabores, se suele em-plear el ensayo de decoloración de melazas (empleado corrien-temente en la industria azucarera), para determinar (por comparación con un carbón tipo que produce un cierto efecto , decolorante) la capacidad de adsorción de un carbón sobre • dichos compuestos.

El ensayo a la cloropicrina para determinar la capacidad de adsorción sobre los gases tampoco dará indicaciones sa-tisfactorias en el caso que nos ocupa.

El ensayo al fenol es el más conveniente y eficaz, pues siendo el compuesto que con más frecuencia produce sabores desagradables, es, a su vez, fácilmente adsorbido y cuya pre-sencia se puede determinar aun en las más pequeñas propor-ciones (hasta la de 0,001 partes por millón), lo cual es muy útil cuando la mayoría de los compuestos que producen sa-bores se presentan en el agua en proporciones inferiores a 0,001 partes por millón. El autor de este articulo, John R. Baylis, emplea el siguiente procedimiento: se preparan, varias muestras de soluciones de un litro de agua y fenol en distin-tas proporciones, se añade a cada una un gramo de las mues-tras de carbón previamente pulverizado y pasado por un tamiz de 200 mallas, se agitan las mezclas durante cuatro horas y se futran después a través de papel fütro, determinando final-mente el fenol que queda en solución por medio del método de Gibbs a la dibromoquinonacloroimida con producción de indofenol.

Un buen carbón activado comercial, adsorberá a 20° o 25° C, unos 5 mgr. de fenol por gramo de carbón y dejará en solución menos de 0,005 mgr., o bien 15 mgr. de fenol por gramo de carbón, dejando en solución menos de 0,200 mgr., o sea 0,200 partes por millón.

D o t r a s R e s t s

CONSTRUCCION Ineficacia de prolongar el tiempo de amasado

del hormigón más de un minuto.—(F. S. Besson, Engimerín Nevos Records, 9 febrero 1932, pág. 183.) Es corriente en Norteamérica fijar el tiempo de amasado en

im minuto, pero en algunos pliegos se especifica hasta dos mi-nutos, especialmente si se emplean hormigones de gran ca-pacidad.

Las experiencias de Abrams, erróneamente interpretadas, llevaron al convencimiento de que la resistencia del hormigón aumentaba con el tiempo de amasado; pero un gran número de investigaciones posteriores no confirman tal conclusión. Así, el autor cita las experiencias de Hatt en la Universidad de Purdue, las de Pope y McKesson en el Departamento de Caminos de Califarnia, las de Harrison en carreteras de Oklaoma, Missouri y Michigan y las más completas, llevadas recientemente a cabo durante la reconstrucción de la presa número 4 del distrito de Nashville.

Se utilizaban dos hormigoneras, fabricándose hormigón con un áiúdo natural y cantidad de agua variable, para obtener una plasticidad conveniente. Para las experiencias se tomaron 500 probetas cilindricas de cada hormigonera, correspondien-do, por partes iguales, a masas con un minuto y dos minutos de trabajo. Los resultados comparativos aparecen en la figura adjunta, donde se ha tomado en ordenadas la carga de rotura media a los veintiocho días, y en abscisas el número de pro-bet£is rotas que daban esa resistencia como valor medio. Se observa que al principio los curvas difieren ampliamente, lo que es debido, en parte, a que durante los primeros días se cambiaba de árido para encontrar el mejor; pero a partir de unas 150 probetas, los resultados son perfectamente concor-

dantes, viéndose claramente que no se obtiene ninguna ga-nancia en los hormigones de dos minutos.

También es interesante observar que la hormigonera A era menos eficaz que la B, lo que quiere decir que realizaba la mezcla de un modo menos perfecto, y esto no se corrigió con aumentar el tiempo de mezclado.—C. Fernández Casado.

5 t W

5100 M i l

5 t W

5100 1 M l X E R A J ^ J

M I X C R

IIN i lN

.4900 ••1 \

M l X E R A J ^ J

M I X C R tlN —

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3600

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3600 j -

' 3700

3600 j -

3500

o 10 ¡o 30 ao 50 SO 9 0 100 l io IZO 130 MO 150 160 170 1B0 190 ZOO 210 2Z0 Z30 2 4 0 250

NUU9EB OF TEST CYUNOERS INCLUDEO IN AVERAGE

Carea de rotura media a los veintiocho días en función del número de probetas rotas de esa resistencia como valor medio.

Mixer = hormigonera; Average strength in pounds per square inch = Resistencia media en libras por pulgada cuadrada, Number oí tests cilinders included in average =_ Numero üe

probetas cilindricas incluidas en la media.

Doble paso superior de carreteras y ferrocarril.— (Burton Cohén, Engineering News Record, 9 febre-ro 1933, pág. 197.) Para cruzar im ferrocarril a dos carreteras de distinto nivel

se han utilizado un arco de Hormigón armado para la más elevada, y una estructura "flat-slab" para el ferrocarril.

Es más interesante esta última estructura, por su empleo poco corriente en ferrocarriles y sus características excepcio-nales. Consta de recuadros de 8,50 X 10,80, con espesor de 80 centímetros, sotare columnas circulares de 1,37 metros de diámetro, dispuestas en tres filas, de modo a quedar en el

New Park Driye, eusjnx'jmM.

— no'v.c.

Abuf/nent, M bnVge

Crown of road

dehigh Va/ky R.P

T.R.ins.O

Figura 1.» Disposición del paso superior de carre-

tera y ferrocarril.

Abutment = estribo; bridge = puente; hlghway = carretera.

centro y a los lados de la carretera inferior. Como el cruce es oblicuo, las filias de columnas quedan en esta situación, con respecto al eje de la vía; pero los recuadros son rectangulares, excepto los extremos, que se han dispuesto triangulares.

Para evitar los estribos en el "flat-slab", se ha dispuesto en los extremos de losa una cortina vertical que, además de darle rigidez para los esfuerzos de torsión y compensar la disime-

tría de carga en las columnas exteriores, soporta una parte del empuje de tierras, siendo ayudada en esta función por otra cortina que en toda la altura corre a lo laj-go de las columnas en una robusta viga en T que enlaza los pies de las mismas.

En las figuras adjuntas aparecen los detalles de los elemen-tos estructurales. Eln el arco para paso de la corretera supe-rior puede apreciarse la sustitución de los estribos de fábrica por pantallas de hormigón armado que utilizan el peso de las tierras.—C. Fernández Casado.

Riego continuo del hormigón para obtener un aumento de resistencia.—(Burrows, Engineering NeuDS Records, 30 marzo 1933, pág. 401.) En la construcción de la presa Rodríguez se ha dispuesto

un sistema de riego por aspersión, con objeto de mantener constantemente húmeda la superficie del hormigón durante sus veintiocho primeros días. Esto se consigue miediante una red de tuberías en comunicación con el abastecimiento gene-ral de la ciudad obrera, que llevan cada 1,25 metros agujeros para colocar los difusores, y que se tienden a lo largo de las secciones hormigonadas al día siguiente, dejándose hasta el veintiocho, sin otra manipulación.

La ventaja del riego es extraordinaria, po,r el aumento de resistencia que se obtiene. Así, en unos ensayos llevados a cabo en la presa de Stong Sorge sobre probetas cilindricas de 15 X 30, que se tenían un día en moldes, acusan im aumen-to del 45 por 100 para las que se regaban cuatro veces al día durante los veintisiete siguientes, con relación a las que se dejaban secar. En la misma presa Rodriguez se hicieron com-paraciones entre tres series de probetas: curadas al aire, sin riego (A); regadas cuatro veces al día, durante diecinueve (B), y sometidas a un riego continuo (C). La rotura de estas pro-betas pone de relieve la difeirencia de categorías, pues las

cover ,-;48-llí¡"" vertical ban

'EEquAHIC LAKE (fo be fíUed fornadway)

Section A-A

U ir-6"- >1 C e n + e r P i e r

ÉSilfai'* • Nor+h Pier

Foo+ing Rsinforcc-nent Sec+ion B-3 Figura 2.'

Planta y varias secciones de detalle del doble paso superior de carreteras y ferrocarril.

Abutment = estribo; bridge = puente; highway = carretera; railroad = ferrocarril; slab = losa; footing pier = columna.

zapata;

resistencias medias relativas son de 100 106 y f 1 P ^ J®^" tiocho dias; 100, 106 y 123 para sesenta días, y 100, 107 y 127 para noventa días.—O. Fernández Casado.

Las tribunas del Stadium Giovanni Berta, en Flo-^ rencia.—(La lechntque des Iravaux, febrero IVád,

página 93.) Son estructuras de hormigón armado extraordinariamente

interesantes, proyectadas y construidas por el ingemero P. L. Neris. , .4. ^

La tribuna cubierta (ñgs. 1.» y 2.»), con una longitud de

,63.45

(5925/

Figura 3.» Sección de la estructura de la tribuna descubierta.

Otra estructura interesante es la de las e9ca.leras posterio-res de las tribunas descubiertas, lanzadas en vuelo desde zan-

Ceu^re loini-

Figura 1.» Vista general de la tribuna cubierta.

110 metros, es capaz para 5.000 espectadores bajo un techo volado de 22 metros dé luz. Los entramados se repiten a dis-tancia de cinco metros, habiendo cada tres tramos una junta de dilatación obtenida por duplicación de los mismos. El techo se obtiene mediajite un forjaxio reticular, con ladrUlo cera-mico de 14 centímetros de expesor, sobre el que se ha dis-puesto una capa de asfalto puro. En los entramados de junta reposa por intermedio de cartones asfálticos, y se encuentra anclado como ai>arece en la figura 1.»

Las sobrecargas de cálculo han sido 120 kgs./m.^ en ambas direcciones, sobre el techo, y 500 kgs./m.= en la gradería.

Laa tribunas descubiertas constan de estructuras transver-

Figura 4.» DetaUe del enlace del iorjado y entramado de junta.

cas helicoidales, que se enlazan con vigas simétricas, segto plano vertical, para evitar la torsión.—O. Fernández Casado.

Tribuna cubierta del Stadium Comunal de Chate-lard Montreux. — T e c h n i q u e de la Smsse Romande, 18 febrero 1933, pág. 41.) La figura reproduce la seción de la estructura de una tri-

Figura 2."

Sección de la estructura de la tribuna cubierta.

sales, en las que las vigas inclinadas que sostienen la gradería se apoyan sobre pilares articulados en la base, volando en las dos extremidades. En otro tipo de estas tribunas, la gradería se apoya sobre un solo soporte, cimentado sobre una placa excéntrica, según aparece en la figura 3."

Sección de la estructura de la tribuna del stadium comunal de ChateUard Montreux.

buna cubierta, que con una longpitud de 20 metros es capaz para 250 espectadores.

En la construccián se ha empleado hormigón es.pecialm©nte dosificado, para el cual admite el pdiego suizo tensiones eleva-das, habiéndose llegado a obtener una media en las probetas de obra de 345 kgs./cmr a los veintiocho días. La dosificación era: 300 kilogramos de cemento Portland especial y 1.100 litros de basalto graduado.

Las pruebas de la estructura han sido muy satisfactorias; sa utilizaron seis clinómetros y tres flechrmietros del Labora-torio de Lausanne, obteniéndose flechas pequeñas, pues la del coladizo para carga total de 200 kgs./m.= no ha pasado de 1/2.000 de la luz.

El coste total de la obra ha sido 85.000 francos suizos.— C. Fernández Casado.

se ha obtenido por mejor composición química y mayor finura de molido.

En la figura 2." aparece la curva de resistencia de un hor-migón deducida de rotura de probetas hasta de diez años de edad; se observa que el aumento es continuo, contrastando con los resultados de probetas de morteros (lo mismo a trac-ción que a compresión), las cuales acusan un máximo a los seis meses, y se estacionan (compresión) o decrecen (trac-ción) de allí en a.delante.—C. Fernández Casado.

Experiencias para determinar la manera de com-portarse bajo cargas un terreno arcilloso. — (Krynine, Engineerings News Records, 29 diciembre 1932, pág-. 783.)

Aumento de resistencia del hormigón a largo ^l2iZo.—{Engineering News Records, 20 abril 1933, página 494.) .

Se exponen dos resultados interesantes de las investigacio-nes que sobre morteros y hormigones lleva a cabo la Portland Cement Association en el Laboratorio del Lewis ünstitute.

t:

£

Nofe. Two of the cement lots included in the curve for 1926-1930 are aiso . ¡ncludeol in +he curve for 1930-1931

J L y. I 6m ly 2y 5y.

28cl.- '-Sm. Age a+Test (raturalscole)

Figura 1."

Curvas de resistencia de hormisones fabrica-dos con cementos comerciales de distintas

épocas.

Compressive strengtii = resistencia de com-presión; age at test = edad de las probetas.

En la figura 1." aparecen las curvaos de resistencia de hor-migones fabricados con cementos comierciales desde 1916, todos ellos con áridos idénticos, e igual relación agua-cemento.

7,000

. 6,000

• 5.000

'4,000

3,000

5! 2,000,

I U 1,000

fi 7byí2-cy/i incc Me,

1 1

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H 7r¿> - -ricju y h H 7r¿> - -ricju eis-

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700

600 "I a. JS

500

xs' 400 C m 300 X

200 Ü5 I

lá. 28cl 3m. 6m. ly 2y. 5y lOy Age ort-Test(log.scale)

Figura 2.»

Curvas de resistencia de mortero y liormi^ón fabricados con el mismo cemento, durante un

período de 10 años.

Concrete = hormigón; mortar briquets = probetas de mortero a tracción; Mortar ciiin-

ders = probetas de mortero a compre.sión.

Es digno de notar el avance que se ha obtenido con los ce-mentos del período 1930-1931, lo que es consecuencia de las normas adoptaxias por la A. S. T. M. en 1930. La ganancia

La experiencia se hizo cargando un terreno arcilloso, del que previamente se habia retirado la zona de tierra vegetal, con un peso de 12 toneladas, aplicado sobre una superficie de 2,5 X 10 cm^ Al cabo de tres semanas se practicó una zanja de un metro de profundidad, observándose la compre-sión de las capas del terreno en la forma que indica la figu-ra 1.°, con ima zona muy comprimida casi semicircular, y el resto de los estratos con una curvatura cada vez menos acen-tuada, pero más extendida horizontalmente. Medida la hume-dad en las distintas zonas, pudo apreciarse que la corres-pondiente a la zona semicircular muy comprimida, denotaba que la arcilla habia perdido su plasticidad. En las zonas res-tantes la reducción de volumen de la arcilla había sido insig-nificante.

Estos resultados están perfectamente de acuerdo con las

Averape moishjre ccnfen

k-- ->1 Figura 1."

Deformación de: terreno después de tres semanas de carga. T..OS números indican el grado de humedad.

Original ground = terreno primitivo; higlily compressed zone = zona fuertemente comprimida; bent strata = estratos curvados.

experiencias fotoelásticas de transmisión de presiones a un macizo; las curvas isocromáticas (o de igual tensión tangen-cial máxima) son aproximadamente arcos de circunferencia, y según los estudios teóricos de Nadai sobre plasticidad de terrenos, todo asiento se producirá segiin la isocromática, que sea semicircunferencia con respecto a la base de transmisión de cargas. Asi resulta que esta superficie semicircular queda-rá como separada del resto.

Al cargar un terreno mediante una placa de ensayo, se ob-tienen asientos que son primero proporcionales a la carga por unidad de superficie, pero que pasado un cierto límite (carga crítica) dejan de serlo, creciendo bruscamente (fig. 2.», b). Pero esta carga critica no es más similar a los límites de pro-porcionalidad de otros ensayos de laboratorio, sino que co-rresponde, en opinión del autor, al momento de fallar la ten-sión tangencial a lo largo de la isocromática semicircunfe-rencial, o al producirse un corrimiento lateral en el terreno circundante.

Es muy difícil predecir el asiento que va a tener lugar en una edificación, porque se desconoce la relación que existe entre las dimensiones de la superficie cargada y el asiento correspondiente. Asi, en la figura 2." (c), aparece esta rela-ción para pequeñas placas circulares en arena, pero no hay

datos para grandes superficies. La diferencia de comporta-miento reside en que la tierra debajo de la parte central se

Umfhad

10 2,0 30 40 50 60 70 80 9 0 lOP Diameter of the Píate, inCm.

(C) Figura 2."

Diagramas de curvas isocromáticas (a), de carga crítica (b), y de relación entre las dimensiones de la placa de

transmisión y los asientos (c).

Load = carga; settlements = asientos.

encuentra sometida únicamente a compresión, mientras que la del contomo lia de transmitir una tensión tangencial im-portante.—O. Fernández Casado.

ELECTROTECNIA

Problemas de orden mecánico y metalúrgico sus-citados por la construcción de turbo-alternado-res de gran potencia. — {ETZ, 17 noviembre y 1 diciembre 1932, págs. 1100 y 1151). El autor indica que para el cálculo de los inductores de

grajndes turboalternadores es necesario considerarlos someti-dos, no solamente a cargas estáticas, sino también a esfuerzos alternados y que seria imprudente efectuar los cálculos ba-sándose solamente en los coeficientes utilizados corrientemen-te. Es preciso hacer el cálculo a base de recientes trabajos científicos que han permitido establecer nuevas curvas, que tienen en cuenta el efecto de las acciones alternadas. Por diferentes razones es preciso considerar a las inductores de gran longitud como sometidos a esfuerzos altemos sobre to-do a causa del juego de los cojinetes y las variaciones del en-trehierro. Tiene gran importancia establecer el recorrido par-cial correspondiente a cada inductor con gran precisión, con el fin de que el enfriamiento a través de ia pared de metal se pueda establecer de im modo uniforme sin que se pro-duzcaji tensiones intemas. Con objeto de descubrir los de-fectos de construcción, el inductor debe someterse a los si-guientes ensayos: Un ensayo cinematográfico con ayuda de un 'periscopio en el orificio central, un ensayo magnético y un ensayo de calentamiento, para poder darse cuenta del efecto de las dilataciones.

En lo referente al bobinado, parece que se abandona cada vez más el empleo del aluminio que había parecido conve-niente a causa de su' poco peso, permitiendo reducir los es-fuerzos de arranque de las espiras debidos a la fuerza cen-trifuga a velocidades elevadas. Pero el aliraiinio presenta va-rios inconvenientes, especialmente el de poseer un coeficien-te de dilatación mucho más elevado que el cobre.

También la dilatación desempeña un papel importante en las bobinas largas. Asi para un inductor de seis metros de longitud, el cobre conduce a una dilatación de 5 nmi. y el aluminio a la de 8,5 mm. Este alargamiento ha producido varios accidentes debidos a la rotura del aislamiento de los conductores, por frotamiento contra el metal de las ranuras.

Este último inconveniente se combate ahora de dos mane-ras; según el primer procedimiento se someten los conducto-res (de barras de cobre) a una tensión previa en el momento de montarlos sobre el inductor, tensión que debe compensar exactamente a la dilatación correspondiente a la temperatu-ra más elevada; el cálculo demuestra que esta tensión no lleva al cobre hasta su limite de elasticidad. El otro proce-dimiento consiste en montar las bobinas sobre soportes me-tálicos del mismo coeficiente de dilatación que los conduc-tores y unidas al inductor en forma deslizante.—1,. J.

El desarrollo de la economía eléctrica de la U. R. S. S. durante los últimos 15 años.- (Th. Sauer, L'Electriqiie, Abril 1933). El plan de electrificación propuesto en 1921 proyectaba la

creación en el plazo de 10 a 15 años de 30 centrales con un gran radio de distribución, de una potencia global de 1,5 mi-llones de kW interconectados por una red de alta temsión. Al final del último año la potencia instalada era de 5,2 mi-llones de kW y la producción anual de 1932 asciende a 15 mil millones de kWh (contra 2 mil millones en 1907). La energía consumida se distribuye así: industria 79 por ciento, alumbrado 9,5 por ciemto, tranvías 6,9 por ciento, ferrocarriles 0,5 por ciento, diversos 4,1 por ciento. En consumo de carbón de 7000 calorías por kg ha sido de 0,79 kg por kWh produ-cido y 0,86 kg por kWh enviado a la red.

Principales centrales: Dnieprogress 558000 kW, Kaschira 208000 kW, Nigress 204000 kW, Sterowka 152000, Sujewka 150000 kW, Schatura 136000 kW, Krasnij Oktjabr 108000 kW, Tscheljabinsk 99000 kW, Magnitogorsk 98000 kW, Beresnjaki 83200 kW, Wolchow 80000 kW, Iwanovo Wosnessensk 75000 kW, Kusnetzk 72000 kW.

El éxito conseguido por las centrales hidroeléctricas de Dmieprogress y de Wolchow, y el deseo de utilizar las fuer-zas hidráulicas de su país han incitado a los rusos a proyec-tar cuatro centrales sobre el Volga de una potencia total de 2,8 millones kW, cuya construcción se llevará a cabo en los cinco años próximos, estando destinada su producción a la industria y al riego. La construcción de las nuevas centrales térmicas de gran potencia se ha concebido previendo la posi-bilidad de calefacción a distancia.

La longitud total de las tuberías de calefacción en 1932 era alrededor de 130 km. En la central de calefacción (60.000 kW) del Instituto de Investigaciones Técnicas de Moscú es-tán en montaje: una caldera Loefler de 150 t/h y una turbina de alta presión a 130 atmósferas 480° C.

Se tieinde a utilizar los combustibles del país y muy parti-cularmente la turba en las centrales términas grandes y pequeñas cuya potencia total es 600.000 kW; queman exclu-sivamente turba y puede estimarse que la mayor parte de la energía llevada al público está producida partiendo de la turba.

La extracción de este combustible ha. llegado en 1932 a unos 14 millones de toneladas. El equipo de todas esas cen-trales se importa del extranjero; pero los rusos se esfuerzan en reducir estas importaciones al mípimo y los dos grupos alternadores de la central de Kaschira han sido ya construidos en Leningrado.

La fabricación de turbinas en el país está en buenas vías de ejecución, y la central en construcción en Dubrowka (200.000 kW) será equipada co(a grupos de 50.000 kW cons-truidos en Rusia, pero es preciso hacer notar que la cons-trucción de estas máquinas necesita aún la colaboración téc-nica del extranjero y la importación de numerosas piezas y materiales diversos.

La mayor parte de las grandes líneas de transmisión de energía están calculadas para tensiones de 100 kV. Pero la tefasión de 220 kV ha sido ya admitida para la línea que unirá Leningrado con la central hidroeléctrica de Swir (272 km), actualmente en construcción. A pesar de la rapidez de su desarrollo la producción de energía eléctrica está retar-dada en relación con el desarrollo de la industria, y así se proyecta llevar la potencia desarrollada a 22 miUones de kW con una utiUzación anual de 5000 horas al final del Segundo Plan Quinquenal, es decir hasta 1937. B. Mata.

La vibración de los conductores de las líneas de transporte de energ-ía bajo la acción del viento. (Electrical Engineering, noviembre 1932) La sección de las líneas aéreas ha aumentado proporcio-

nalmeftite a la potencia que tienen que transportar, y por consecuencia ofrecen mayor superficie al viento, lo que favo-rece su entrada en vibración; el fenómeno está aun acentuado por los coeficientes más elevados, que se admiten cada día para su trabajo elástico y las vibraciones que se pro-ducen en consecuencia, al introducir teosiones superiores a las previstas, alteran a la larga las propiedades mecánicas del metal. La amplitud de las vibraciones, rara vez excede de 50 mm; la separación de nodos es. muy variable, y la fre-cuencia está comprendida entre 10 y 100 períodos por se-gundó.

Para disminuir todo lo posible las vibraciones se han pro-puesto diversos artificios. Uno de los más eficaces consiste en dar a la sección de los conductores forma apropiada. Los autores han realizado experiencias en la Universidad de To-ronto sometiendo una serie de conductores a la acción de una corriente de agua, aplicando el método de Thoma. La velocidad del agua estaba comprendida entre 6 y 10 m por minuto, y la muestra de conductor examinada en cada ex-perimento, estaba utnida por una cinta de acero cuya longitud se hacía variar para conseguir la resonancia; las oscilaciones se registraron sobre el cilindro de un vibrógrafo. Se ha com-probado que un hilo fino arrollado en hélice de gran paso alrededor de un hilo de diámetro grande, ejerce un efecto amortiguador de la vibración, pero esta disposición ocasiona un reparto irregular de la carga eléctrica y no es aplicable; un hilo torcido de forma triangular vibra con una amplitud inferior al 90 por ciento de la correspondiente al hilo redondo de la misma sección. A base de esta deducción los autores indican la composición de 3 cables con hilos del mismo diá-metro o de dos diámetros diferentes. 'Sin embargo, se ha registrado un aumento de las pérdidas eléctricas con esta clase de cables.—^L. J.

Aislamiento de las lineas de alta tensión en la proximidad del mar.—(Informe número 19 de la Conferencia Internacional de Alta Tensión, París). En las Conferencias Internacionales de Alta Tensión ')e ios

años 1927 y 1929 informaron ya Montandon y Le Morgue, y Gravier sobre las características dificultades en lo referente al aislamiento que se había presentado en las líneas de 70 kV que se extienden a lo largo de la costa de Marruecos, a con-secuencia de las condiciones climatológicas. En la últiraa Conferencia de Alta Tensión completa^ los autores sus ante-riores comunicaciones a base de la experiencia acumulada en estos últimos años. Durante este tiempo se han sustituido en la red de 764 km a 70 kV casi todas las cadenas de ai^Ii,-dores compuestas de cuatro elementos tipo Hewlett por ca-denas de tres aisladores en aceite, de los cuales están ahora montados unos 49.000. El número de averías producidas aitit ;s por los depósitos de sal, especialmente en épocas de escasez de lluvias y un gran grado higroscópico del aire, han des-aparecido ahora casi por completo, aun cuando la construc-ción de aisladores en aceite tropezó en un principio con algu-nas dificultades, ya que fué necesario un epsayo eléctrico de los aisladores en los puntos en que se observaron mayores depósitos de sal.

Se ha observado una mejora importante de este tipo de aisladores colocando unas pantallas metálicas por encima ¿el depósito de aceite. Así se ha dificultado la entrada de hume-dad y la formación de depósitos salinos en el depósito de aceite, se ha mejorado la distribución de la tensión a lo largo de la cadena y se consigue por medio de un explosor producir la descarga antes que la tensión llegue a la de ro-tura del aislador.—R. M.

Protección óptica de objetos de valor. — (Siemens Zeitschrift.) Para conseguir ima protección eficaz de objetos de gran

valor hay que emplear la mayoría de las veces medios de-

masiado costosos. Se emplean con frecuencia cajas de segu-ridad con paredes y puertas de grandes espesores, o insta-laciones eléctricas de complicación verdaderamente maravi-llosa. Lo más nuevo en este aspecto es el rayo inerte de luz, al mismo tiempo invisible, con el fin de conseguir una jiro-tección mejor que la que dan los medios anteriormente men-cionados, aunque ello parezca increíble. Para conseguir e.?ta protección óptica ha empleado la casa Siemens & Halske lus más modernos elementos de la óptica y de la electrotecnia combinados después de laboriosas investigaciones. La insta-lación se funda en que los rayos invisibles forman una zona de barrera, cuyo traspaso produce la señal de alarma. El rayo invisible lo emite una lámpara eléctrica de la que se han absorbido todos los rayos visibles por un filtro especial, i.- cual da al filtro una opacidad perfecta. El rayo invisible incide sobre una célula fotoeléctrica delante de la cual está montado un filtro que absorbe igualmente todos los rayos visibles. La novedad de esta instalación con relación a otras más antiguas consiste en que funciona con luz alterna. Al-rededor de la lámpara incandescente gira un diafragma que interrumpe el rayo luminoso, originándose de este modo una luz alterna de frecuencia determinada que se transforma en

Fi ra 1." Protección óptica de cuadros.

En la parte superior se índica la marcha de los rayos, y en la inferior el aspecto normal de la instalación, perfectamente di-

simulada.

la célula fotoeléctrica en corriente alterna de la misma fre-cuencia. Esta corriente alterna sufre en primer lugar una ampliación, luego se rectifica y finalmente se hace llegar a los relés, los cuales están cerrados mientras recibein la co-rriente alterma ampliada y rectificada. En todos los demás casos, es decir, cuando se interrumpa el rayo de luz invisible o cuando ocurra alguna avería en los aparatos, funciona auto-máticamente el dispositivo de alarma. El empleo de la luz alterna significa una medida especial de precaución, puesto que impide que cualquiera otra persona pueda hacer llegar a la célula fotoeléctrica un rayo de luz producido por otra fuente luminosa distinta de la propia de la instalación. La corriente se toma directamente de la red. Como los rayos invisibles son reñejados por un espejo del mismo modo que los visibles, existe la posibilidad de hacerlos cambiar de di-rección dentro de los limites que permitan las características de la óptica y de la fuente luminosa de la instalación. Para que los espejos no llamen la atención se puedem colocar en la sala más espejos de los estrictamente necesarios. Variando de vez en cuando, con ayuda de estos espejos, la marcha de los rayos, puede conseguirse que incluso los vigilantes des-conozcan el funcionamiento exacto de la instalación.

Este sistema protector puede aplicarse eín todas las salas donde convenga proteger algún objeto valioso. Es superior al resto de las instalaciones eléctricas y mecánicas, ante todo

por su sencillez de montaje; pero utilizado como comple-mento de otros sistemas protectores se puede conseguir el máximo de seguridad. Es superior a todas las demás insta-laciones de protección cuando los objetos que se trata de proteger estén expuestos a la contemplación del público, como es, por ejemplo, el caso en los museos. Corti su ayuda puede impedirse con seguridad el paso más allá de una línea determinada sin que sea preciso el montaje de contactos. La

Sender Empfánger

I

StrahUiHer — + —

SchuüfUter

Mammcker

^HJ Verslárl<er\

"WVW

Bild 5 úleic/iríc/iter

Figura 2.» Representación esquemática del sistema óptico de protección.

Sender = emisor; Empfánger = receptor; StrahlenfUter y Schutz-filter =: filtros; Verstarker = amplificador; Gleichrichter = rec-

tificador ; Alarmwecker = timbre de alarma.

protección se consigue lo mismo de noche que de dia. El principio en que se funda esta protección puede aplicarse en otra serie de casos. El proceso de conexión producido • por la interrupción del rayo invisible puede utilizarse, por ejem-plo, para abrir una puerta, para insertar una instalación de alumbrado; indicar la aproximación de personas o vehículos a un punto determinado, etc.—Rem.

FERROCARRILES

Coches de metal ligero.—(G. ¡Wagner, Glasers An-nalen, vol. 109, pág. 100). En el ferrocarril elevado de Berlín circulan actualmente

coches en los que se han empleado en gran escala los metales ligeros para reducir más aún el peso de los "coches ligeros de acero" y emsayar las condiciones de competencia entre estos dos tipos de coches en lo que se refiere a su marcha, rigidez y duración. Este ensayo es tanto más interesante ya que se han empleado nuevos perfiles especiales para co-ches de ferrocarril con una altura máxima de 160 mm., y un procedimiento de uiaión con remaches de metal ligero que pueden colocarse en frío, aunque su diámetro llegue a ser de 16,8 mm. El ensayo que se ha hecho de los coches construidos por dos casas distintas en colaboración co(u la Reichsbahn, exigía de éstos una construcción que resistiera perfectamente las condiciones de servicio. El chasis tiene que recoger los golpes transmitidos a él a través del acoplamien-to. La escasa resistencia a la cortadura de los metales ligeros hace necesario, por consiguiente, construir los largueros y travesaños principales de acero de alta calidad, dejamdo sólo el metal ligero para los travesaños medios y los soportes de aparatos. Igualmente se construyeron las paredes, los tabi-ques, el techo y las puertas de corredera de la caja del coche y su guarnecido interior de metal ligero. Los carretones son semejantes a los coches de acero. Para pintar los coches de metal hgero se desengrasaron cuidadosamente las chapas de revestimiento de lautal, lijándolas después con papel de lija o mejor con un soplador de arena. La caja de estos coches está unida al chasis de acero por medio de remaches de lau-tal, protegiendo contra la corrosión todas las superficies de

contacto entre el acero y el metal ligero por una pintura espe-Las puertas de corredera están construidas en parte de si-lumin fundido y en parte de chapa de lautal. Las últimas son menos pesadas y más baratas.

El ahorro en peso de los coches de metal ligero con rela-ción a los coches ligeros de acero es el siguiente: los auto-motores 9,6 y 5,8 por ciento; los remolques 11,6 y 7,4 por ciento; refiriéndose estos dos números a los coches construí-dos por las dos diferentes casas. El tren completo (8 coches de las dos casas constructoras) tiene una reducción de peso de 22.000 kg., igual a 8,5 por ciento del peso total del tren compuesto por coches ligeros de acero. Esta reducción de peso se elevaría a 29.800 kg., igual a 11,5 por ciento si se formara el tren con unidades construidas por una sola casa constructora. Es de esperar que las experiencias adquiridas durante la explotación con estos coches de metal ligero con-duzcan a un amplio desarrollo de este tipo de construcción, que permite aprovechar aún más las ventajas del metal li-gero, consiguiéndose una mayor disminución de peso. El ahorro anual de energía se calcula en 5.000 marcos por tren, supuesta una reducción de peso en el tren completo de 30 toneladas, y por consiguiente en los 168 trenes completos que circulan por el ferrocarril elevado de Berlín se tendría al año un ahorro de energía de 840.000 marcos, igual al 10 por ciento del coste total de la energía. A esto hay que añadir las ventajas del menor desgaste de los tacos de freno y de las llantas de las ruedas, reducción de los desgastes de ca-rriles, etc. Los ensayos hechos hasta ahora en lo.3 coches ligeros han demostrado que reúnen condiciones de rnaroha perfecta, lo que permite que puedan emplearse en gran escala en los trenes de servicios urbanos. Sin embargo, hay que estudiar aún la cuestión de la rentabilidad, ya que el coste de adquisición de estos coches es aproximadamente 50 por ciento mayor que el de los coches ligeros de acero, siendo aún des conocidos los costes de entretenimiento y su durac: )n. K. Mata.

Los nuevos trolebuses de dos pisos en Llanelly (Pais de Gales).—rTramway and Rail'way World, Febrero, 1933.) Recientemente se ha puesto en servicio en Llanelly, cerca

de Swansea, un nuevo tipo de trolebús destinado al servicio de cercanías de la ciudad. Como se trata de una región in-dustrial, el tráfico es muy intenso a determinadas horas, que corresponden con la apertura y cierre de oficinas y ta-lleres. Por ello se han adoptado vehículos de gran capacidad, de dos pisos, que circulan por tres líneas que irradian del centro de la ciudad y cuyos trayectos respectivos miden 7,6, 3,6 y 3,8 km. Los coches son marca Leyland y están pro-vistos de equipo eléctrico de la General Electric.

Como la duración prevista para un trolebús es más ele-vada que la de un vehículo con motor de explosión, y ade-más el par motor es mas considerable que en este último caso, el bastidor del trolebús es más resistente que el de un autobús ordinario. El motor, de 80 CV de potencia, está montado en el centro del bastidor, de suerte que el árbol de trasmisión resulta relativamente corto. La carcasa del motor es de acero de alta permeabilidad y el conmutador está esta-blecido de modo que permite un desgaste radial de 11 mm. sin que se produzca avería alguna en el funcionamiento del motor. Un ventilador asegura el enfriamiento del motor por dos corrientes axiales y paralelas.

El regulador principal, del tipo de tambor, está provisto de un enclavamiento que se opone a su funcionamiento cuan-do la manivela no está en la posición de marcha adelante o atrás. Está montado sobre cojinetes de bolas y accionado por pedal; una cubierta móvil permite la fácil inspección de todos sus órganos. Los disyuntores son del tipo acorazado. El alumbrado está asegurado por una dinamo de 12 V. con regulación automática de tensión, accionada por el mismo motor de tracción del vehículo; una batería de acumuladores de 90 amperios-hora completa el circuito de alumbrado.

El sistema de frenado se compone de un freno de aire com-primido accionado por pedal y de un freno de mano. El fre-nado se consigue por seis pares de zapatas intercambiables;

cuatro de éstos pares actúan sobre las ruedas posteriores, y dos pares sobre las delanteras. El freno de mano actúa por intermedio de una timonerla sobre un par de zapatas corres-pondientes a las ruedas posteriores. El aire comprimido ¡nece-sario para el frenado está producido por un grupo motocom-presor eléctrico montado sobre el basudor. La carrocería, del tipo Leyland Hybridge, está establecida para 50 viajeros, de los cuales 24 van en el departamento inferior y 26 en el superior.—^L. J.

INGENIERIA QUIMICA

Fabricación sintética del cianuro sódico a partir de la cianamida de calcio.—(C/ím/e etIndustrie, octubre 1932). Se trata de un procedimiento estudiado en las fábricas de

productos químicos de Thann hace ya cinco años y que des-pués ha sido perfeccionado, resultando altamente satisfacto-rio. La idea de utilizar la cianamida de calcio para fabrica-ción de los cianuros alcalinos no es nueva; se hicieron los primeros trabajos hace ya 25 años. Se hace actuar al car-bón sobre la cianamida en presencia del cloruro sódico:

Cy^Ca + C -F 2 ClNa = CLCa + CyNa.

La reacción es muy endotérmica; para que se verifique es preciso calentar a más de 1.000°, con lo cual el material refractario sufre, y además el rendimiento es muy reducido y el consumo de combustible extremadamente elevado.

Este proceso se ha adoptado también en los Estados Unidos con poco éxito; el cianuro bruto obtenido no podía servir para la preparación de un cianuro puro ni tampoco podía utilizar-se para la cementación.

El nuevo procedimiento de Thann difiere esencialmente de los anteriores en que el carbón está sustituido por el carbu-ro de calcio y el cloruro sódico por el carbonato del mismo metal. Empleando proporciones convenientes basta llevar las materias acerca de 500° para que continúe después por sí misma la reacción, ya que presenta la cualidad de ser muy exotérmica:

Cy¿Oa + 2 C,Ca + CO,Na, = 2 CyNa 3 CaO + 4 C

El carburo cálcico, que desempeña el papel de reductor, puede ser sustituido también por otros cuerpos. El rendimien-to industrial es bueno. La masa bruta tratada a la tempe-ratura ordinaria y a presión por amoníaco anhidro, en el cual el cianuro sódico es soluble hasta un 30 por 100, permi-te obtener esta última sal con im grado de pureza del 99 por 100.—L. J.

La instalación para liidrogenación de petróleos de la Standard Oil Co. en New Jersey.—(A. H. Hayes, World Poiser, diciembre 1932, pág. 391).

Hace dos años que fimciona con carácter industrial la ins-talación de la Standard Oil Company de New Jersey en 3Bay-way, y este tiemipo ha sido suficiente para demostrar las posibilidades que encierra la hidrogenación del petróleo. Ade-más de los productos que se obtienen de la destilación ordi-naria del petróleo, en Bayway se ha obtenido, por hidrogena-ción, un nuevo aceite lubricante para motores de elevada relación de compresión, disolventes para diversas industrias, de pinturas, ibamices, fábricas de jabón y textiles; un com-bustible de seguridad para aviación y lanchas marinas; un aceite lubricante especial para motores de aviación, un susti-tutivo del benzol y un kerosene de elevada graduación. La instalación, en caso necesario, puede transformase en fábrica de amoníaco, ácido nítrico y explosivos.

La producción de aceites lubricantes, se hace en su casi to-talidad en fase líquida, cargándose las torres de reacción con aceite líquido a unos 428° C. La producción de esencias lige-ras se verifica en fase vapor a unos 540° C.

El hidrógeno necesario se obtiene en Bayway por cracking del gas. Este se lava en scrubbers y después de un lavado cáustico para retirar los sulfuros, se mezcla con vapor y se calienta en presencia de un catalizador hasta ima tempera-tura de unos 990° C a una presión de 1,03 kg por cm=. Por la reacción de los hidrocarburos que contiene el gas con el vapor, se produce una mezcla de hidrógeno y óxido de carbono, y en ima segunda fase o fase de conversión, se añaden a esta mezcla nuevas cantidades de vapor, produciéndose hidrógeno y anhídrido carbónico. Este último se recoge, haciendo pasar la mezcla a la presión de 17 kg por cm" a través de xma contracorriente de agua de mar.

En el proceso de liidrogenación, el petróleo pasa en primer lugar a las bombas de alimentación de alta presión, que fun-cionan a 250 kg por cm'. El petróleo y el hidrógeno, ambos a la misma presión, pasan a unos cambiadores, donde son precalentados por ima contracorriente de productos no hidro-genados que proceden de las cámaras de reacción. Después se calienta la mezcla hasta la temperatura de reacción en un serpentín calentado por mecheros de gas.

Hay cuatro cámaras de reacción en cada unidad. En ellas pasa la mezcla en sentido ascendente a través del catalizador a la temperatura de hidrogenación y a presión variable según el petróleo que se emplee y los productos que se desee obte-ner. Esta hidrogenación es una reacción exotérmica por la cual los mecheros de gas que calientan el serpentín antes ci-tado, sólo deben siiministrar una cantidad de calor bastante reiducida.

Los productos de la reacción salen por la parte superior de las cámaras y pasan por los cambiadores de calor y por un refrigerante a un depósito separador, de donde los produc-tos líquidos van a otro separador de baja presión (unos 14 kilogramos por cm'). El gas que llega a este separador va a alimentar los quemadores del serpentín y los productos líqui-dos se lavan en un scrubber para extraer el sulfhídrico que se haya formado, y después se elevan por medio de bombas a los depósitos como productos finales.

Los gases recogidos en el primer depósito separador se lavan a través de un scrubber con aceite antes de que entren de nuevo en el ciclo circulatorio. Después pasan a una bomba que eleva su presión hasta el valor necesario para que actúen de nuevo en el proceso de 'hidrogenación.

La instalación está dotada de aparatos de seguridad que in-dican la proporción de oxígeno que contiene el hidrógeno a presión, pues si esta proporción excediera del 5 por 100, habría peligro de explosión.

La instalación ha funcionado de un modo continuo día y noche, sin interrupción alguna. El catalizador queda inactivo con el uso, pero cuando esto sucede puede ser regenerado de nuevo.—Zi. Lóuez Jamar.

La industria del carburo de calcio en los Estados Unidos.—(Journal dii Four electrique et des Indtis-tries electrochimiques, vol. XLI, pág. 404.) Se dan en este artículo algunas indicaciones a la producción

de carburo de calcio en Norteamérica y sobre el estado ac-tual de esta industria. En el año 1931 esta producción ha llegado a unas 100.000 toneladas. La potencia imitaria de los hornos varia entre 1.000 y 15.000 kW. La producción de la cianamida está poco desarrollada; casi la totalidad de este producto, que se consume en los Estados Unidos, pro-viene únicamente de las fábricas de la American Cynami-de C.°, en Niágara Falls (Capadá). Esta fábrica, capaz de una producción anual de 350.000 toneladas, comprende cua-tro hamos de 4.000 CV., dos de 6.000 y tres de 30.000. Fabrica por si misma la cal necesaria para la preparación de la cia-nanaida en siete hornos cilindricos giratorios, con una pro-ducción diaria de 100 toneladas. El nitrógeno se obtiene por ei procedimimento Claude, y su ñjación por el carburo de calcio se efectúa en cubas de una capacidad unitaria de 3.600 kilogramos de carburo. El consumo de energía eléc-trica, que fué en un principio de 20.000 kWh. por tonelada de nitrógeno fijado, es actualmente de 9.000 kWh., compren-diendo en esta cifra el cosimio de energía absorbida por los aparatos auxiliares.—^R. M.

INSTALACIONES TERMICAS

Depuración de las aguas de alimentación de los generadores de vapor.—(Ryan, Po'wer, A olumen LXXVI, pág. 1-14). Dos de los principales procedimientos que se emplean hoy

día para la reducción del grado de dureza de las aguas son: el procedimiemto de las zeolitas y el de la sosa cáustica y cal. La fig. 1." muestra el aparato tipo del segundo sistema. El agua entra primero en el calentador, situado sobre el

Figura 1.» Es(iuema del aparato para reducir el grado de dureza del agua

de alimentación por medio de la sosa cáustica y la cal.

Heater = calentador; Settling tank = tanque de reacción.

tanque de reacción, donde se calienta a unos 100° C., poco más o menos, por medio de vapor; de aqui pasa el agua al tanque de depuración donde se mezcla con una solución de cal y sosa pudiendo añadirse algunas veces otras subs-tancias químicas.

Se han propuesto diferentes métodos para conseguir la perfecta mezcla de las substancias depuradoras y el agua a corregir. En la figura esto se consigue aprovechando la as-piración provocada por la tubería de alimentación del agua, y ésta a su vez se regula por una válvula flotante.

El carbonato cálcico y el hidrato de magnesio formados, caen al fondo del depurador y el agua extraída por el cono pasa a los filtros y entra en el ciclo de servicio.

Los depuradores a base de zeolitas son completamente di-ferentes. La fig. 2.» muestra esquemáticamente un depurador de esta clase. El agua pasa a través de la masa de zeolita y pierde dureza por la propiedad de cambiar el calcio y mag-nesio por el sodio de zeolita. Por medio de válvulas adecuadas se puede invertir en sentido de la corriente durante unos minutos para poder remover el lecho del mineral y eliminar el barro que se hubiera podido depositar. La zeolita se rege-nera haciendo pasar una solución de sal común.

El primer procedimiento reduce la dureza a 1,5 g por galón (3,785 1), o sea a 25 partos por millón, variando los resultados según las precauciones observadas durante la operación y la 'cantidad de materias químicas empleadas. Con las zeolitas se puede reducir de 2 a 10 p. p. m. pudiendo llegarse hasta los O". Si la dureza del agua es muy alta, superior a 20 g por galón, o si hay gran cantidad de sales de sodio, el agua resultante puede llegar a contener 25 p. p. m.

Supongamos un agua que contenga por galón 6 g de car-bonatos duros, 2 g de carbonates no duros y 2 de sales de sodio, es decir un total de 10 g.

Después de un tratamiento adecuado la dureza se ha re-ducido a 1,5, o sea que la cantidad de cuerpos sólidos di-sueltos ha disminuido en 4,5 g, pero como al tratar de eli-minar los otros carbonates se ha añadido sosa cáustica en exceso, resulta que el agua queda con más de 5,5 g de ma-terias sólidas disueltas.

La depuración por medio <ie zeolitas produce un aumento de materias sólidas debido a la conversión del calcio y mag-nesia en sales de sodio. Este aumento relativamente pequeño, puede tener un valor de 2 al 8 por ciento, dependiendo de la composición del agua.

Para evitar las incrustscjor.es en las calderas es necesario mantener una determinada concentración de determinadas materias, tales como c) t-jfcfato de sodio. La proporción varia con las presiones de t. ; L ijo. Para mantener esta proporción debe mantenerse una . erminada cctacentración en el com-pensador de agua, y pe-a. tener la seguridad de que las can-tidades son las desea''dfi hay que hacer en el laboratorio el análisis de las mise- •.ras que conviene tomar bastante fre-cuentemente.

Si en el agija primitiva la cantidad de sulfates no es la suficiente para tener la cantidad de sulfato de calcio que por el motivo anterior conviene, hay que modificar el trata-miento de cal y sosa en la siguiente forma:

1,0 Añadiendo al agua sulfato de sodio. 2.» Tratando con ácido sulfúrico (añadido a la sosa y cal). 3." Manteniendo una determinada concentración de PbO.,

en la caldera, para lo cual se añade fosfato de sodio en el compensador.

El uso del ácido sulfúrico disminuye la alcalinidad y au-menta los sulfates; cuanto mayor es la cantidad de ácido empleada mayor es la relación entre sulfates y carbonates; con el empleo del ácido se a,umenta la cantidad de sosa nece-saria y se disminuye la de cal, lo que produce un aumento de precio en la operación, per ser aquella más cara que esta. Per este motivo se ha pensado efectuar el tratamiento del sulfúrico después del de la sosa y cal, pero esto no ha dado buenos resultados.

Como el agua natural contiene más bicarbonatos que sul-fitos, y el procedimiento de las zeolitas no reduce la alcali-nidad, ya que solamente transforma todas las sales en sales de sodio, resultará que el agua, después de tratada, contendrá teóricamente la cantidad necesaria de dicha clase de cuerpos; no obstante como precaución se completa el tratamiento aña-diendo ácido sulfúrico, sulfato, o fosfato de sodio.

En el caso del tratamiento con cal y sosa hay que someter el agua a una filtración posterior para retener el carbonato cálcico y los cienes que hayan pedido ser arrastrados. Cuando se emplean zeolitas hay una filtración previa para eliminar las impurezas.

Económicamente considerados ambos procedimientos, no hay una gran diferencia cuando se trata de pequeñas insta-laciones; cuando se trata de grandes cantidades de agua con un grado muy alto de dureza por los carbonates, el coste

^ Bockwash DrairJ--'^^ V''ouflef

Figura 2.»

Representación esquemática de un depurador a base de zeolitas.

con zeoUtas sería muy alto, a no ser que se preceda de un tratamiento con cal para rebajar algo el grado. Hay que advertir que no se pueden dar reglas precisas, ya que la conveniencia de uno u otro procedimiento depende entre otras cosas del precio que en aquel lugar tengan las materias necesarias. Hay que atender en cada caso a las conveniencias químicas y económicas.—^L. N.

MAQUINAS Y MOTORES

El empleo del estroboscopio para el estudio de las máquinas hidráulicas. — (P. de llaller, Súmeise-rische BauseiUmg, vol. C. pág. 2t)2.) Los estroboscopios usuales utilizados para el estudio de

las máquinas hidráulioas y de los problemas de la circula-ción del agua permiten la observación directa, pero su in-tensidad luminosa es, en general, ' muy débil para la obten-ción de. registros fotográficos satisfactorios de los fenóme-nos. El laboratorio Mdráülico dé la Escber Wyss, de Zurich, está dotado desde hace poco de un aparato cuya intensidad lumíQOsa es suficiente para la fotografía directa. La fuente luminosa está constituida por una chispa eléctrica, cuyo mando se efectúa por ima chispa secundaria a alta tensión, alimentada por m a magneto de automóvil accionada por la turbina de ensayo. Observaciones sistemáticas han permitido descubrir el origen de corrosiones y desgastes profundos que debilitan frecuentemente los álabes de las ruedas Pelton. Este método está llamado a prestar grandes servicios en lo que se refiere a los estudios de la cavitación.—R. M.

MATERIALES DE CONSTRUCCION Aplicación del aluminio y del bronce en polvo

para la obtención de pinturas.—(M. H. Rabate, Remie de í'aluminium, vol. IX, pág. 1789.) El polvo de aluminio, suave al tacto, ligero y brillante, se

obtiene mecánicamente en presencia de un lubricante, par-tiendo de los recortes de aluminio, principalmente los pro-cedentes del papel de aluminio de un espesor de 1/100 mm., y que martillándolo pierde espesor y ductilidad, quedando con fecilidad reducido a polvo. La preparación del producto hay que efectuarla con algunas precauciones, ya que puede for-mar, en ciertas. condiciones, una mezcla explosiva con el aire, por ser fácilmente oxidable el aluminio al estar muy dividido. Es suficiente la presencia de 7 a 13 mg. de polvo en un litro de aire para que la mezcla se inflame en pre-sencia de una llama o de una chispa, desarrollándose grandes presiones.

Se parte industrialmente de un metal de ductilidad ade-cuada y de una riqueza del 99 por 100 de aluminio. La pre-sencia del hierro o el siUcio en cantidad superior al 1 por 100 hacen al metal duro y quebradizo. También es muy perjudi-cial la presencia de cobre.

En Francia se utilizan los desperdicios de los papeles para envolver chocolate, etc., etc. La masa, después de pulverizada mecánicamente, se tamiza y clasifica, eliminándose al mismo tiempo los agregados que se habían empleado. A continua-ción se hacen las mezclas necesarias para obtener un pro-ducto que contenga diferentes gruesos, ya que ello es necesario para que los espacios que quedan libres entre las partículas gruesas puedan ser ocupados por otras más peqiieñas, for-mándose así una superficie metálica sin solución de conti-nuidad.

Esta cuestión de la multiplicidad de dimensiones interviene también en el caso de la mezcla de polvo ínetálico con otros pigmentos; los sistemas así obtenidos se "someten a la ope-ración de lustrado, que se efectúa en presencia de un lubri-cante, ácido esteárico, en el interior de un cilindro horizontal de palastro, estriado interiormente y^coñ un'ejé al que van fijas, formando un ángulo de 120°, tres escobillas que se apo-yan en toda la longitud , del cilindro. Con un tratamiento me-cánico especial se obtiene un producto, blanco, mate, gris y algunas veces casi negro. El nombre comercial es bronce de aluminio; los americanos lo llaman: "Aluminium bronze powder".

Veamos ahora algunas de las propiedades más cái-acterís-ticas dé este producto: Ei polvo de aluminio tiene aspecto és-camoso, lo que hace que las pinturas preparadas a base de él tengan propiedades especiales. Cuando se encuentra en sus-pensión en un medio líquido, de los que generalmente se em-plean para este fln en las pinturas ordinarias, aunque la den-sidad del polvo es superior a la de dicho liquido, aquél flota par efecto de capilaridad, formando una superficie metálica

laminar de aspecto continuo. Este es el fenómeno conocido por los americanos con el nombre de "leafing".

Hay que advertir que las propiedades físicas y químicas del aluminio en forma de polvo fino no son las mismas que cuando está formando una masa, ya que, al aumentar extra-ordinariamente la superficie de acción, aumenta también la importancia y rapidez de las reacciones químicas.

Veamos cuáles son las principales características que, debe presentar el polvo de aluminio para que sea utilizado para pintura. El producto debe tener el 97 por 100 de Al (libre o combinado) como mínimo; esta riqueza está dada sin tener en cuenta la cantidad de cuerpo graso que entra en la cons-titución del polvo. La riqueza en cobre no debe pasar de 0,1 par 100. No debe tener más del 2,5 por 100 soluble en el éter de petróleo, ni más del 0,5 en el agua.

Análogamente a lo que sucede con el aluminio, si marti-llamos bronce de diferentes composiciones hasta reducirlo a polvo fino, obtendremos im producto que sirve para pinturas y qué da unos colores muy variados, ya que éstos dependen

Figura 1."

Una estación elevadora de tensión en la que todos los aparatos están protegidos con pintura de aluminio.

de la composición de las aleaciones de donde proceden. Sus principales características son: finura, brillo, pureza y unifor-midad; se alteran bajo la acción de los agentes atmosféri-cos, y son sensibles a la acción de los ácidos grasos. No deben utilizarse más que con barnices especiales.

Los medios de suspensión que se emplean para las pinturas y baños a base de polvo de aluminio son muy diferentes, y de, su elección dependen la eficacia y duración de los productos obtenidos. Las propiedades físicas y químicas del medio que se utilice han de ser tales que no alteren la propiedad que tiene el polvo de aluminio de quedar en forma de pequeñas escamas.

Entre los aceites vegetales, el de linaza no conviene en crudo, por lo que hay que utilizarle cocido, siendo conveniente mezclarle, a partes iguales, con esencia de trementina. Es con-veniente para trabajos sobre madera. El aceite de madera de China, o de tung, proporciona películas más duraderas e im-permeables que el ajiterior. Da un excelente resultado para trabajos de exteriores.

Los barnices grasos se emplean principalmente cuando hay que hacer trabajos en exteriores, siendo preferible utilizar los de secado lento a los de secado rápido. En América se em-plea mucho un barniz incoloro y de secado rápido, preparado a base de gomas duras, que se conoce con el nombre de "spar vamish".

Los barnices celulósicos dan películas que se secan rápida y completamiente; pero su empleo exige algunas precauciones, por disminuir el poder cubridor del aluminio y por obtenerse una película meinos brillante que en el caso de barnices grasos, sobre todo si la aplicación se efectúa por pulverización mecánica.

Los barnices asfálticos dan películas muy resistentes a la

Figura 2.>

La presa tle compuertas de Mlramont, en el Garona, está pintada con pintura de aluminio.

humedad, así como a los ácidos y bases; pero saltan con gran íaciilidad.

Las pinturas que se hacen a base de silicatos de potasa o de sosa (preferible este último para el caso del aluminio), deben prepararse con ciertas precauciones, pues se producen reacciones entre el silicato de sosa y el alinninio en polvo, desprendiéndose hidrógeno; para prepararlo hay que echar el aluminio sobre el silicato, trabajando en cubeta abierta. Dan buenos resultados para superficies de cemento, hormigón y metálicas destinadas a soportar altas temperaturas, y se em-plean también como ignífugos.

La preparación de las pinturas a base de polvo de almnánio se realiza fácilmente, ya que basta mezclar el polvo con el medio de suspensión. Las proporciones en las que hay que efectuar las mezclas varían evidentemente con la constitución del medio de suspensión y los resultados que se desean obte-ner en la aplicación de las pinturas. Veamos dos fórmulas tipo de composición:

A) Polvo de aluminio 200 gramos. Barniz graso 1.000 —

B) Polvo de aluminio 100 gramos. Barniz nitrocelulósico 1 litro.

Las pinturas a base de polvo de aluminio no deben utili-zarse más que recién preparadas, y su técnica de aplicación no ofrece ninguna dificultad, pudiendo extenderse bien con la brocha, o bien por un procedimiento neumático.

Las características esenciales de estos tipos de pinturas son las siguientes: a), gran facilidad de preparación, ya que se pueden obtener directamente en el mezclador sin necesidad de malaxar previamente; b), gran facilidad de aplicación, debido al poco peso específico y a la reducción de las fuerzas de fro-tamiento, por ser las partículas metálicas y llevar algo de grasa; c), gran poder cubridor: su densidad está comprendida entre 0,9 y 1,2, mientras que la de las pinturas de tipo co-rriente es de 1,3 a 2,5, o sea que, en volúmenes iguales, aqué-llas pesan dos veces menos; viene a emplearse 1 kilogramo por cada 15, ó 20 m.= de superficie, dependiendo del estado y naturaleza de los fondos; d), gran opacidad: ima capa de esta pintura es prácticamente impenetrable a la luz; experiencias realizadas, en América sobre todo, dan los siguientes resulta-dos: ima capa de pintura blanca corriente, aplicada sobre ima placa de vidrio, da un factor de transmisión de la luz inci-dente de 26,2 por 100; añadiendo el 5 por 100 de su peso de polvo de aluminio, el factor desciende hasta el 6,9 por 100; e), reflexión de la luz: esta pintura refleja el 60 al 80 por 100 de la luz indicante; para radiaciones caloríficas es algo mayor que para las luminosas, pero es algo inferior al de las pintu-ras blancas, tales como el blanco de cinc y el de titanio; / ) , el

poder emisor es débil, pero es algo superior al del metal en hojas; depende del objeto a que esté aplicada la pintura: una capota de automóvil de cuero artificial, con enlucido negro, absorbe el 80 al 90 por 100 de calar, y transmite por radia-ción la mitad al interior; pintando la capota con polvo de aluminio se reduce al 25 ó 30 por 100.

Eíntre otras características interesantes, se pueden mencio-nar las siguientes: resistir bien al calor, siempre que la apli-cación se haga en frío y se caliente progresivamente después del secado y endurecido completo de la película. Estas clases de pinturas resisten bien a la humedad y a la acción de los ácidos de pequeña concentración; dan buenos resultados en presencia del agua dulce y salada. Conducen mal la electri-cidad, son completamente inocuas y tienen un gran valor de-corativo.

EJn resumen, se puede afirmar que es conveniente utilizar este tipo de pintura en los siguientes casos: a), por su gran poder refiector, para postes indicadores, señales públicas, de-corado de interiores sombríos, pantallas de cine, etc.; b), por sus características térmicas, para trabajos de aislamientos térmicos; c), par servir para evitar la corrosión, para recu-brir toda clase de armaduras metálicas; d), por su ligereza, para reemplazar a las pinturas corrientes en las industrias naval, aeronáutica y en todos los casos en que el peso sea un problema, y e), com oelemento decorativo.—h. N.

Figura 3.»

Otro ejemplo de aplicación de la pintura de aluminio: el empleo de esta pintura en el crucero americano "Northampton", ha per-mitido conseg:uir un ahorro en peso de 14 tonela/das con relación

a las antiguas pinturas.

S E C C I O N D E E D I T O R I A L E S E I N F O R M A C I O N G E N E R A L

Año X I . - V 0 I . X I . - N ú m . 126, Madrid, jimio 1933

I N G E N I E R I A Y C O N S T R U C C I Ó N R£VI;STA MENSUAL HISPANO-AMERICANA

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Secretarlo de Redacción: É, Rodríguez Mata.

Sumario: Transportes. Coordinación

y competencia^ por C. Botín 285

La soldadura eléctrica por arco con hidrógeno ató-mico, por Enrique Galve 291

Estado actual del trata-miento térmico de me-tales por medio de hor-nos eléctricosj por K. W. Borck 294

Determinación de la pro-porción de betún conte-nido en materias asfál-ticas, por D. M. "Wilson 304

Pluviometría y aforos, por J. Gelpi Blanco 306

El carbón activado en su utilización como agente purificador de agua de bebida 311

DE OTEAS REVISTAS:

Laboratorios de ensayos hidráulicos 290

Ineficacia de prolongar el tiempo de amasado del hormigón más de un mi-nuto 314

Doble paso superior de ca-rretera y ferrocaiTil 315

Riego continuo del hormi-gón para obtener un au-mentó de resistencia 315

Las tribunas del Stadium Gioi>anni Berta, en Flo-rencia 316

Tribuna cubierta del Sta-dium comu/nal de Ohate-lard Montreux 316

Aumento de resistencia del hormigón a largo plano 317

Experiencias para deter-minar la manera d e comportarse bajo cargas un terreno arcilloso 317

Problemas de orden mecá-nico y metalúrgico sus-citados por la construc-ción de turbo-alternado-res de gran potencia 318

Págs

El desarrollo de la econo-mía eléctrica de la ü. R. S, S. durante los últi-mos años 318

La vibración de los con-ductores de las lineas de transporte d e energía bajo la acción del viento 319

Aislamiento de las lineas de alta tensión en la proximidad del mar 319

Protección óptica de obje-tos de valor "... 319

Coches de metal ligero... 320 Los nuevos trolebuses de

dos pisos en Llanelly (Pais de Gales) 320

Fabrioación sintética del cianuro sódico a partir de la cianamida de calcio 321

La instalación para hidro-genación de petróleos de la Standard Oil Co., en New Jersey 321

La industria del carburo de calcio en los Éstados Unidos 321

Depuración de las aguas de alimentación de los generadores de vapor... 322

El empleo del estrobosco-pio para el estudio de las máquinas hidráulicas 323

Aplicación del aluminio y del bronce el polvo para la obtención de pinturas 323

EDITORIALES : Un gran proyecto inglés... 323 INFORMACIÓN GENERAL: El regadío en España 326 La historia y la enseñanza

de la electricidad en el último Congreso de París 327

Una gran enciclopedia de quimíoa industrial 328

El ejercicio de 1932 en va-rias empresas 331

NOTICIAS VARIAS 337 BIBLIOGRAFÍA 344

Editoriales Un gran proyecto inglés.—Recientemente se ha pu-

blicado en Inglaterra un interesante folleto (1) que presenta el aspecto económico del aprovechamiento de las mareas para la obtención de energía eléctrica en el caso concreto del estuario del río Severn. Se trata de la realización de una antigua idea, pues ya en 1880 se habló de que el Severn podría ser utiliza-do para comprimir aire con destino a las minas pró-ximas. Después de la guerra volvió a tratarse del

T "®copomio Advisory Council, Severn Barrage Commitee".— i-ondres, H. M. Stationery Office.—Precio 6 d.

asunto con el propósito de comenzar su realización inmediata. Pero los técnicos ingleses y los organismos de la Administración, comprendiendo que una obra de importancia no puede ser concebida y ejecutada precipitadamente, manifestaron con toda claridad y crudeza su opinion opuesta a la iniciativa del Minis-terio de Transportes, que era el patrocinador de la empresa.

iül primer Gobierno laborista resucitó el proyecto, y trató de establecerlo sobre una base más sólida, nombrando una comisión de ingenieros, geólogos y economistas, a los que confirió el encargo ae estudiar la cuestión. Ahora empieza a apreciarse el resultado de la labor de tal comisión, que en parte resume la publicación antes mencionada, a la que en breve ha de seguir otra sobre los aspectos puramente técnicos.

Este aprovechamiento, tal como ahora se proyec-ta, podría producir anualmente, con 67 turbinas de 17.000 CV cada una, 2.250 mülones de kWh. no regu-lados; pero para tacihtar la colocación de la energía, se ha considerado preferible establecer un embalse auxiliar de almacenamiento de agua elevada, que per-mitirá una regulación total, si bien a costa de redu-cir la energía disponible a 1.600 mülones de kWh., descontadas las pérdidas debidas a la elevación y los 45 millones de kWh. necesarios para las maniobras de compuertas y consumo interior de las centrales.

La ejecución del proyecto exigiría quince años, con un presupuesto total de 2.000 mülones de pesetas (1) de los que en realidad no son imputables a la obra más que 1.500, pues los 500 restantes se refieren a obras auxüiares.

El precio de coste de la energía obtenida en el Se-vern se calcula que será de 0,04 pesetas el kWh., lo que representa una ventaja apreciable sobre el pre-cio 0,06 pesetas el kWh., a que resulta actualmente la energía en las centrales térmicas con un factor de carga de 34 por 100, y también sobre el precio de 0,05 pesetas que se espera obtener en las nuevas cen-trales térmicas de gran rendimiento actualmente en construcción. Sin regulación, el kWh. obtenido de las mareas en el Severn, resultaría a 0,03 pesetas. Los precios han sido calculados abonando un interés del 4 por 100 al capital desde el momento de su inmovi-lización y suponiendo una amortización de las obras en 75 años y del material eléctrico en veinte, que son las cifras utihzadas normalmente en Inglaterra para las obras e instalaciones del Estado. ^ Todavía no se sabe si el Gobierno inglés se decidi-

rá a acometer en breve la construcción de este gi-gantesco aprovechamiento; pero lo que sí puede ase-gurarse es que su decisión tendrá lugar sobre la base de un estudio concienzudo y completo. Creemos que este aspecto de la cuestión tiene una importancia casi tan grande como el técnico, y que constituye un ejemplo sobre el que deberían reflexionar tanto nuestros políticos como los técnicos de la Adminis-tración española.

(1) Todas las cifras de co.9te se han calculado .suponiendo aue una libra esterlina equivale a 40 pesetas. ^

I n f o r m a c i o n g e n e r a 1

El r e g a d í o e n E s p a ñ a POR JOSÉ CRUZ LAPAZARÁN, I N G E N I E R O A G R Ó N O M O (D

En el resumen publicado por la Jun-ta Consultiva Agronómica en 1904 apa-recen como tierras regadas, dentro del perímetro nacional, 1.230.000 hectáreas. Incluyendo entre ellas 310.000 que sólo disfrutan de riego eventual, resultando que esa cantidad de regadío representa tm 2,46 por 100 de la superficie total del territorio nacional, estimada por el Instituto Geográfico y Estadístico en unos 50 millones de hectáreas.

En tan interesante trabajo, que es la compilación fimdamental para poste-riores estudios, ya se anota la conve-niencia de transformar las indicadas 340.000 hectáreas de regadios precarios en sistema que pudiera utilizarse el agua benefactora en toda estación y, además, se esboza, aun cuando sin grandes estudios, que la antes indicada superficie total podría seguramente am-pliarse hasta dos y medio miUones de hectáreas. Por lo tanto, la cifra del 5 por 100 de la superficie total constituye la meta de las aspiraciones hidráulicas para riego, al menos en la fecha apun-tada.

Un nuevo estudio más profundo, pu-blicado por el mismo superior organis-mo, aprovechando la colaboración de las secciones agronómicas provinciales, resume nuevas cifras, que son las últi-mas, derivándose la necesidad de reali-

(1) Director de la Granja Agrícola de Zaragoza.

zar un nuevo esfuerzo, dado el avance en estos estudios y las variaciones pro-fimdas que en los conceptos de posibi-lidades se han infiltrado en estos úl-timos años.

Los datos, por regiones, se adjuntan en el cuadro que a continuación se in-serta. De tales datos, agrupados por re-giones, llaman seguidamente la atención las escasas tierras regadas que hay en Castilla la Vieja, Extremadura y An-dalucía Occidental, y un examen más detenido explica muchas de las causas y fenómenos que en tales reglones se presentan, y que se tratan de resolver por intermedio de la Ley Agraria.

La transformación de la agricultura en estos, cuarenta años últimos, en el sentido de producir materia.s primas para otras industrias, merced a los avances de las ciencias en que su pro-greso se cimenta, ha influido extraordi-nariamente en dirigir la vista hacia los regadíos, donde pueden organizarse al-ternativas de carácter intensivo, inter-polando en ellas plantas que sean base de potentes industrias. A la par, el es-tado floreciente de estas zonas ha in-fluido también, en el aspecto social, de manera insospechada, puesto que la ma-yoría de los patrimonios de abolengo han pasado a manos de los colonos, con sólo darles plazos prudenciales para los pagos escalonados. Por ello hemos re-petido muchas veces que las zonas de regadío no han precisado de ninguna

reforma agraria, bastándoles tener un cultivo industrial, con suficiente margen protector, para realizar ima labor de índole social verdaderamente extraor-dinaria.

Unas objeciones de gran importancia se hacen a las desmesuraxias activida-des puestas en pasados .tiempos, y aun en los actuales, en la ejecución de las obras hidráulicas y en la aplicación de los nuevos métodos de puesta en mar-cha para la rápida transformación: ¿qué cultivos se van a implantar en estos nuevos regadios? ¿para qué in-vertir tantos capitales del Erario públi-co y esclavizar a las respectivas zonas en las inversiones para la transforma-ción, si no van a tener medio fácU de defenderse en da obtención de cosechas?

En primer lugar, recorriendo mental-mente la huerta de Valencia, la de Mur-cia, los regadíos de Alicante, los nue-vos riegos del Guadalquivir, las vegas de Zaragoza, los verjgeles del Jalón, las huertas de Lérida y tantas más, se ad-quiere la certeza de que precisamente en tal-es regadíos se reconcentra el bienestar, la riqueza y la cultura, ob-servándose que hasta la fecha ninguna de estas zonas lleva vida lánguida, sino por el contrario, pujante.

Pero además hay que tener presente otro dato que no se toma en cuenta cuando se hace la critica de los nuevos regadíos: una familia, en secano, para poder vivir medianamente (puesto que nunca tiene seguridad de regularizar la producción) requiere unas 32 hectáreas de tierras sembradas de "año y vez";

Superficie regada en España por diversos procedimientos y agrupada por regiones agronómica..

R E G I O N E S AGR0NÓ.\'\1CAS

A G U A S S U M I N I S T R A D A S P O R

Castilla la N u e v a Castilla la V i e j a Cata luña Levante Andalucía Or ien ta l Andalucía Occidental E x t r e m a d u r a lyCÓn Galicia Vascongadas y N a v a r r a , Cantábr ica A r a g ó n Canar ias

Ríos, canales y acequias

Hectáreas

R Í O S con eleva-ción a máquina

Hectáreas

TOTALES.

S5-654 6 5 . 8 6 3

154.900 1 3 0 . 2 4 9

1 3 8 . 7 2 9

1 . 3 9 2

8 . 1 6 2

4 8 . i 6 6

6 2 1

30-597 2 Ó . 0 7 1

1 9 5 . 0 7 7

1 . 6 1 9

8 5 7 0 9 0

6 . 0 9 3

2 0 5 4

255 6.499

735 3 . 5 ' 4

85 • 397

8 2 . 0 6 6

»

4 . 2 0 7 »

2 6 . 9 1 3

Pantanos, lagunas, etc.

Hectáreas

2 . 8 0 8

7 6 4

1.615 43•904 3-704

1 1 0

5'i 2 . 4 8 6

1 4 Ó 5 »

22-543 7 8 0

8 0 . 6 9 0

A G U A S S U B T E R R A N E A S

Pozos con elevación

Hectáreas

37-239 2.497

1 0 5 6 3

3 0 . 1 2 1

3-304 6 2 5 1

4 2 6 7

3-738 13 44

»

304 '75

Socavones y g a l e r í a s

Hectáreas

4 . 7 8 9 »

14-447 4.798

1 0 ' ; 2 4

Fuentes y manantiales

Hectáreas

9 8 . 5 1 6

1 2 4

1 . 8 7 6

3 6 . 6 6 4

19-133 8 . 8 7 2

3 8 0 3

2 8 0 1 5

45-654

4 721 6.574

6 8 7 7 2

7 6 6

39929 7.538 2 . 0 0 4

Artesianas

Hectáreas

2 3 9 . 9 6 8

53 51

I 2 0 4

3 2 4

573 3.487

TOTAL

Hectáreas

25.019

2 7 . 3 0 0

1 2 5 . 7 6 9

8 0 . l O I

1 8 6 . 7 8 7

2 4 3 . 9 1 0

2 0 3 . 3 2 3

14-754 1 7 7 4 6

6 2 . 4 3 7

6 9 . 4 2 0

34-938 6 6 0 0 0

2 5 4 . S 1 2

6 444

1 . 3 6 6 . 4 4 1

por el contrario, en regadío, como ocu-rre en la vega de Zaragoza, una fami-lia vive bastante bien con tres y media hectáreas, y en la zona del Jalón, con dos. Es decir, que el regadío exige más brazos, más población; a esas zonaa de regadío tienen que venir los habitantes de otras de clima duro; ellas pueden restringir y aun llegar a suprimir la emigración. Nuestros estudios nos de-muestran que en Aragón, cuya pobla-ción es de 1.300.000 habitantes, se pre-cisará en el porvenir, ciiando las zonas de riego tengan la amplitud debida, triple población y, por lo tanto, el con-sumo no quedará estancado, sino que aumentará y lo hará en progresión cre-ciente. Además, cuantos hayan estu-diado algo la cuestión social en las zo-nas de regadío, 'habrán podido observar que sus habitantes tienen un poder ad-quisitivo grande, como corresponde ai que espera una producción segura, mientras que, por el contrario, los que habitan en zonas de secano tienen un poder adquisitivo muy restringido, en consonancia con lo eventual de su pro-ducción.

Pero estas razones de índole econó-micosentimental tienen su complemento en otras netamente económicas. Alar-deamos de ser un país eminentemente agrario (es el consabido disco) y, sin embargo, en este mismo año ha sido preciso importar cientos de miles de toneladas de trigo; el algodón en rama aparece con un saldo negativo de 198 millones de pesetas; el maíz, con 58,69; las textiles, con 66,12; las legumbres se-cas, con 24,99; las esencias para perfu-mería, con 7,86, y así otras varias ci-fras de importación, que también supo-nen millones de pesetas, para el tabaco, para los huevos frescos y algunas ma-terias primas de producción agropecua-ria. Si alardeamos de ser un país emi-nentemente agrario, debemos reconocer que es bien triste no lleguemos a produ-cir todas aquellas cosechas que son po-sibles en nuestras variadas condiciones climatológicas de las distintas comarcas.

Mientras no se regulen nuestras pro-ducciones de tal forma que al menos proporcionen lo necesario para el con-sumo interior, nuestra estabilización, al menos en lo esencial, será imposible. Claro es que esta orientación tiene ne-cesariamente que estar engranada con una política a,rancelaria debidamente estudiada y justicieramente planteada.

Falta el espacio para comentarios de más envergadura sobre el regadío y sus posibilidades; sin embargo, imos cuan-tos números o cifras vienen bien para colofón.

Una hectárea de tierra de secano vale (en lo que conocemos) 'de 1.000 a 3.000 pesetas; en regadío valen hasta 30.000 pesetas. Una hectárea de secano requiere como capital de explotación de 400 a 500 pesetas; en regadío hasta 2.000. En el secano, si el interés de ca-pitales y de trabajos, que siempre es aleatorio, alcanza una cifra del 8 por

100 anual, parece suficiente; en rega-dío casi siempre es más seguro obtener el interés calculado, que con frecuencia llega a rebasar del 15 por 100. En se-cano requiere amplias extensiones de tierra, para sembrar, por regla general, sólo la mitad, mientras que en regadio se aprovecha toda la tierra, al menos con ima cosecha, y frecuentemente con dos, y algunas veces más. EJ secano tiene que ser a base de monocultivo; el regadío tiene más variedad en esos

cultivos, que puede adaptarlos según las exigencias del consumo o las nece-sidades industriales. Las 32 hectáreas hectáreas de secano apenas dan cose-día valoradas en 8.000 pesetas, mien-tras que en regadío, con sólo tres y media hectáreas, se obtienen 11.000 pe-setas. Bien podemos decir que las cifras mandan; a ellas, pues, debemos atem-perar nuestras futuras actuaciones.

(De la revista "España".)

La historia y la enseñanza de la elec-tricidad en el último Congreso de París

HISTORIA DE LA ELECTRICIDAD

Las comunicaciones presentadas en esta sección muestran el estado origi-nal y la evolución de las diversas apli-caciones de la electricidad ihasta hace 50 años—1881—^fecha que marca el co-mienzo de lo que se pudiera llamar "era moderna" de la electricidad.

J. Bethenot presentó un informe so-bre la Exposición Internacional de Elec-tricidad de 1881; su influencia en el desarrollo de la ciencia y de la técni-ca, en el que pasa revista a los apa-ratos e instalaciones más notables de los expuestos en la Exposición Interna-cional de Electricidad de 1881, sirvién-dose, entre otras publicaciones, del fo-lleto "La electricidad y sus aplicacio-ne", publicado en aquel entonces por A. Lahure.

Oscar von IVCíller, uno de los pocos supervivientes del Congreso Internacio-nal de 1881, y que ha asistido a los pri-meros ensayos de cuestiones de electro-tecnia, presentó una comunicación so-bre los museos técnicos alemanes; una fuente fecunda para el estudio histórico de la electricidad. ¡Da cuenta en ella de lo."! aparatos que SB conservan en los mu-seos técnicos alemanes, como el Museo Bávaro de Correros, el Museo Imperial de Comunicaciones, de Berlín, y el Mu-seo Alemán, de Munich. Al tratar de ca-da objeto, el autor recuerda el principio científico en que se funda y considera las bases científicas de la electrotecnia, de la telegrafía, la telefonía, las máq7Tinas eléctricas, los transformadores, los acu-muladores y pilas y el transporte de energía. Recuerda a este respecto que la primera transmisión fué la de Munich a Wiesbaden (57 km). En el Museo alemán de Munich están conservados casi todos los primeros modelos de los aparatos arriba mencionados y de otra serie de instrumentos eléctricos.

Meyer y Natalú dieron a conocer ima interesante comunicación sobre la his-toria de la electrotecnia en Alemania, según los tratados técnicos y los comi-tés especializados. Los autores hacen notar la escasez de documentos preci-sos que permitan reconstruir la histo-ria de la electrotecnia. En la mayor par-te de las ciencias, los sabios describen el origen y desarrollo de los distintos

conocimientos a medida que avanzan sus trabajos, cosa que no ocurre, o en muy raras ocasiones, en la técnica, en la que los ocupados en los trabajos prác-ticos de aplicación no encuentran tiem-po para dedicar a la labor informativa.

Los autores señalan la tentativa de la Asociación de Ingenieros Alemanes de llegar a ima recopilación de los docu-mentos históricos interesantes para la técnica, que ha conducido ya a la publi-cación de las obras "Geschichte des Transformator" (Historia del transfor-mador), y "Geschichte der Elektrizi-tátszáler" (Historia del contador de electricidad). Asimismo se ha constituí-do con el mismo fin, en 1925, una "co-misión histórica de electrotecnia" que tiene reimidas más de 7650 fichas que servirán para poner al día los conoci-mientos sobre la historia de la electro-tecnia.

ENSEÑANZA DE LA ELECTRICIDAD

Se han presentado 18 informes, de otros tantos Estados que explican su-cesivamente el desarrollo de la ense-ñanza primaria, p,rofesional o misdia, y superior de la electrotecnia. España es-taba representada en esta sección por el Profesor MoriUo, de la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid.

Las conclusiones a que se ha llegado son las siguientes: Bajo el punto de vista del control del trabajo de los es-tudiantes se notan dos criterios distin-tos: imo, adaptado en general en los países de raza germánica, deja libertad al alumno para asistir a los cursos ora-les, exigiéndose únicamente la asisten-cia a las clases prácticas y de ejercicios escritos. Se adopta en estos países el principio de enseñanza univer"'itaria. hasta el punto de poder im ingeniero adquirir el título de doctor en la Uni-versidad después de dos cursos de estu-dio en ésta. El otro establece ima di-ferenciación precisa entre ia Universi-dad y las escuelas de ingenieros: es el criterio seguido particularmente en Francia y España. No son comparables, en cuanto a, sus resultados, estos sis-temas, por cuanto influ3'en multitud de factores muy complejos, como la edu-cación general del estudiante, su menta-lidad, íntimamente ligada a la del pue-

blo a que pertenece, la historia de este pueblo, su origen y evolución, etc.

Otro punto interesante es la especia-lización del ing-eniero. De los informes presentados se deduce que, incluso en los países que tienen establecido el di-ploma de ingeniero electricista, la espe-cialización no tiene lugar hast^ los últi-mos o el último año de la carrera. No se puede deducir de los informes la imi-portancia relativa de los cursos y tra-bajos prácticos que abarcan el conjun-to de la electrotecnia y los que tratan de materias especializadas. Seria inte-resante poder comparar los programas de estudios de las escuelas que condu-

"cen al mismo fin. Según unos, el estu-diante debe adquirir, ante todo, un es-píritu de método, de donde se sigue la necesidad de una enseñanza profunda

de las matemáticas y de las ciencias fí-sicas, mostrando el encadenamiento me-tódico de los hechos y de las teorías que los e3q)lican.

Por el contrario, otras escuelas se proponen formar ingeniaros que, una vez terminados sus estudios, entran a prestar servicios prácticos en la indus-tria. De estas dos tendencias parece más racional la primera, dada la rapi-dez de evolución de la técnica.

Se deduce de los informes presenta-dos que en todas las éscuelas se concede una gran importancia a la enseñanza de la electrotecnia; pero sorprende ver que hay va,ríos países donde aun no se ha instituido el diploma de ingeniero elec-tricista; y esto incluso en aquellos, en que la industria electrotécnica ha al-canzado un gran desarrollo.

Una gran enciclopedia de química industrial

El "Ullmaim". en lengua española ha sido también sa-ludada con júbilo en España y en las

"Sin "Ullmann" no puede ya conce- Repúblicas hispanoamericanas. Allí, co-birse un químico en actividad práctica ni mo en los países germanos, se ha reco-un fabricante de productos químicos", nocido en el "UUmann", a las primeras Están copiadas, estas palabras preci- de cambio, como la más moderna de las

Algunos ejemplos de las Ilustraciones del "Ulmann".

La figura representa esquemáticamente la instalación de gas de destilación de la Lurgi G. m. b. H. für Wármetechnlk, de Frankfurt a. M.

sas, de una revista química alemana universalmente conocida, la "Ohemiker-Zeitung", y han sido glosadas y remar-cadas por todas las revistas técnicas de las diversas naciones.

Por esto la publicación del "Ullmann"

Enciclopedias de Química industrial, preparada, desde el principio al fin, con vistas al estado actual de la industria química, y sin que gravite sobre ella el peso de anacronismos tradicionales que en las obras viejas se perpetúan y es-

capan a la renovación exigida por suce-sivas y espaciadísimas ediciones.

La Jiiaciclopedia de Química indus-trial dirigida por el Dr. 1'. Ullmann st empezó a publicar momentos antes de declararse la guerra europea en 1914. A pesar de la anormalidad en que se desenvolvieron todas las actividaues a partir de aqueUa fecha, los doce volu-minosos tomos de.1 Ullmann aparecie-ron regularmente, y hacia 1920 queda-ba terminada la publicación.

Ocho años escasos bastaron para que se agotara esta nutrida edición, primera alemana. En 1928 aparecieron las pri-meras entregas de la segunda edición, condensada en diez volúmenes por con-sideraciones principalmente económicas, y a principios üe 1933 quedaba con-cluida esta segunda edición, refundida y notablemente mejorada.

Antes de haberse agotado la prime-ra edición, se había ya emprendido la traducción en lengua española. Así los primeros aj-jtículos españoles, fueron traducidos sobre la primera edición ale-mana, pero pronto se pudieron traducir artículos sobre la segunda edición, has-ta que al fin la rapidez de publicación de la segimda edición alem'ana hizo po-sible traducir íntegramente sobre esta segunda edición los artículos de los últimos tomos de la edición española. Además, un tomo complementario final comprenderá, jimto con los índices ge-nerales, los complementos de todos aquellos artículos que hayan quedado en cierto modo incompletos o insuficientes en el curso de los otros tomos de la obra.

Esta circunstancia de haberse prepa-i;ado la edición española durante aque-lla época de transición entre la primera y la segunda edición alemanas ha sido razón suficiente para renimciar, en la edición española, a la condensación o reducción experimentada por la segunda edición alemana, y por el contrario, ha-berla sustituido por una ampliación, para abarcar junto a todas las cuestio-nes expuestas en la edición primera, todas las novedades introducidas en la segunda edición. Al fin y al cabo, a tan pocos años de distancia, no había te-mor de mantener anacronismos, y en cambio la obra resultaba más completa, más útiü, y no se corría el peligro de defraudar a quien buscaría en ella el es-tudio de alguna cuestión que figurase en la primera edición alemana y hubiera sido suprimida en la segunda.

Sin embargo, la característica espe-cial de la edición española no radica en la cuantía del contenido, sino en su dis-tribución. En vez de adoptar, como en las dos ediciones alemanas, im rígido orden alfabético, general, en cuya vir-tud resultan asociadas en un mismo to-mo, y aun en un mismo pliego, las cues-tiones más dispares, se ha dividido 1& totalidad de la obra en siete secciones, asociando en cada ima de eUas las ra-mas de la química tadustrial de más per-fecta analogía, y sólo dentro de cada sección ha servido de ordenador el alfa-beto. No queda así absolutamente evi-tado aquel escollo de la disparidad de

materias asociadas, pero sí queda muy atenuado, y sobre todo, esta forma de distribución ha permitido facilitar en España la adquisición del Ullmaun de una manera distinta y quizás más ló-gica, de como se üa tratado de facilitar en Alemania: el editor de la obra espa-ñola no exige del comprador el com-promiso de adquisición de la totalidad de los tomos; por el contrario, da faci-

restantes, todas estas tienen relaciones y puntos de contacto que invitarán con frecuencia al lector a buscar datos com-plementarios de determinado estudio en artículos muy distintos, alojados en otríLS secciones; pero esta constdta rá-pida de secciones que no interesan di-rectamente, no implica la adquisición de toda la obra, ni puede considerarse como defecto de la nueva distribución.

lo seréln en el tomo que comprenderá los Indices y el apéndice.

La edición espeiñola ha quedado es-tructurada así:

Sección I, (tomo 1). Química general. Máquinas y aparatos. Operaciones ge-nerales y auxiliares.

Sección II, (tomos 2 y 3). Industria química inorgánica y sus productos.

Algunos ejemplos de las ilus-traciones del "UUmann".

La fábrica de cera montana de las Montanwerke de Rie-beck. Pertenece este grabado a la sección' dedicada al lig-

nito.

i r ^ lidades para la adquisición parcial de las distintas secciones. Así, al interesa-do en ©1 problema de los medicamentos le bastará adquirir los dos tomos de la sección VT, que los comprende, y podrá prescindir de la adquisición de la tota-lidad de la Enciclopedia.

Claro está que el deslinde entre las distintas secciones no puede ser preciso ni absoluto. Aparte de que la primera sección, dedicada a los "Métodos y ope-raciones generales de la industria quí-mica" interíiere con cada una de las seis

cuyas numerosas ventajas, científicas y económicas, son por demás evidentes.

La edición española no se ha concre-tado tampoco a las meras y estrictas traducciones de los artículos de la edi-ción alemana. Cuantas estadísticas se han logrado ampliar, cuantos datos pos-teriores a la publicación de los distintos tomos de la segunda edición alemana se han podido recopilar, cuantas noticias de nuevos, métodos y nuevas substan-cias se han llegado a recoger, han sido introducidos en la edición española o

Sección ni , (tomos 4 y 5). Industria química orgánica y sus productos.

Sección IV, (tomos 6, 7, y 8). Meta-lurgia. Minería. Cerámica. Electroquí-mica. Explosivos.

Sección V, (tomo 9). Combustibles. Alumbrado.

Sección VI, tos agrícolas, les.

Sección VTI, (tomos 12 y 13). Tinto-reria. Curtidos. Arte textil. Artes grá-ficas.

(tomos 10 y 11). Produc-alimenticios y medícina-

Algunos ejemplos de las ilustraciones del "TJllmann".

En el artículo que se refiere al petróleo está intercalado, entre otros ^ste grabado q ^ repre-senta la planta y sección longitudinal de una instalación para destilar aceite lubrificante en el

^ vacío, sistema Porges-Singer-Steinschneider.

deración a las proposiciones. Los Indices alfabéticos que fi-guran en el último tomo de cada sección son extensísimos y permiten sacar el mayor par-tido d e l formidable material acumulado en las páginas de esta obra.

Ha contribuido a aumentar lo que podríamos llamar den-sidad de la obra (un máximo de datos en el más estricto vo-lumen posible), la ausencia de repeticiones, o diclio más con-cretamente : la existencia de los artículos que en la edición es-pañola han pasado a constituir la sección I (tomo 1). Asi, la cristalización, la desecación, la evaporación e n el vacío, la filtración, los métodos ósmi-cos d e separación 1 a medi-ción de temperaturas, el em-pleo del frío y otras muchas cuestiones acerca de métodos empleados en las diversas in-dustrias químicas, expuestas de una vez, ban ahorrado la insis-tencia en estudiarlos particu-larmente en los artículos refe-rentes a las distintas industrias o sustancias, y ha bastado una referencia y el detalle de algún pormenor para dar por agota-do su estudio.

Tomo 14. Apéndice e Indices gene-rales.

Ese tomo 14 no debe ser adquirido directamente, pues la casa editorial lo regala a todos los suscriptores de la obra completa.

Con frecuencia, en la edi-ción alemana, aparecen re-ferencias a los trabajos de químicos españoles y ame-ricanos. Mas quien conoce la ímproba labor que' en inves-tigación química se está rea-lizando en la actualidad en España, Argentina, Chile, etcétera, convendrá f á c i l -mente en que no son todavía suficientes aquellas referen-cias. Por esto en la edición española se han introducido oportimamente breves rese-ñas de los trabajos de Ca-brera, Moles, Palacios, Ca-talán, Piña de Rubíes, Ba-nús, Gimeno, Martí, Legui-zamón Ponda!, B. Díaz Ossa, Paolí, Baltá de Cela, Gai-llard, etc.

La obra va ilustrada con numerosos y excelentes gra-bados originales, ora esque-máticos, ora consistentes en vistas fotográficas de l a s instalaciones. De su notable claridad dan im buen ejem-plo los que reproducimos en este artículo.

En la traducción se nota el pertinaz esfuerzo de to-dos l o s traductores para

vencer las ímprobas dificultades de su Hemos empezado esta reseña con las trabajo y el cuidado de la dirección para palabras con que la "Chemiker-Zeitung" dar en lo posible unidad al léxico y pon- saludó la aparición de la "Enzyklopadie

Algunos ejemplos de las ilustraciones del "üllmann"

Destilería de colofonia, adjunta a una refinería de aceite de resina. Grabado que ilustra el articulo dedicado a la industria de la resina.

der teohnisciheii Chemie" de Ullmann. Nuestra Revista no puede menos de se-ñalar también la trascendencia que para el porvenir de la industria quími-ma española e hispanoamericana ha de tener la aparición de la edición espa-

ñola, tan cuidadosamente publicada por la casa Gustavo Güi, que en este caso ha llegado a superar la perfección in-discutible de sus anteriores publicacio-nes de todos conocidas, y terminaremos con esta opinión espontáneamente for-

mulada por un químico subscriptor del "Ullmann": "no conozco ninguna obra, en el terreno de la química industrial, con cuyo auxilio se pueda imo orientar tan rápidamente y tan seguramente como con el "Ullmann".

El ejercicio de 1 9 3 2 en varias empresas ELECTRICAS

Saltos del Alberohe.

En el año 1932 los resultados obte-nidos por esta sociedad reflejan la si-tuación próspera porque atraviesan las industrias productoras de energía eléc-trica.

La producción de energía sumó 57 millones de kWh., lo que representa un aumento de 34 por 100 sobre la del año anterior de 1931. Y su cuenta de Pérdidas y Ganancias ar,roja los si-guientes datos: remanente de 1931, pe-setas 212.365,94; administración del edi-ficio social, 60.302,07; explotación, ven-tas de energía, 4.864.781,42; forman un total de 5.137.450,33 pesetas. El Debe se distribuye así: gastos generales, pese-tas 426.928,02; contribuciones e impues-tos, 574.736,29 pesetas; intereses, pese-tas 3.264.808,63; gastos de explotación, pesetas 460.129,27. Saldo, 410.843,14, que pasa a su cuenta nueva.

En la Junta general de accionistas recientemente celebrada uno de los ac-cionistas presentó ima proposión a la consideración de los asistentes, acerca de si sería o no conveniente la fusión de Saltos del Alberche con la Unión Eléctrica Madrileña.

El señor Ruíz Senén manifestó que por ser él parte interesada en ambas entidades, estimaba conveniente que di-chos estudios los realizaran los accio-nistas independientemente; esto, por otra parte, facilitaría que tal asunto se tratara en una Jimta general extraordi-naria convocada al efecto, puesto que dicho tema no cabía en los ámbitos de la Jimta general que se estaba cele-brajido. Reunidos los accionistas, éstos podrían proponer los proyectos de fu-sión o de absorción, si así se estimara conveniente, y podría llegarse a un acuerdo.

No ocultó, sin embargo, el señor Rmz Senén que la entidad Saltos del Alber-che cuenta con vida autónoma y que existen precisamente en estos momen-tos perspectivas nuevas que hacen ver como floreciente la vida de la entidad.

De todos modos, se dió a los accio-nistas toda clase de facilidades. Incluso cesión de local, para que celebren las reuniones que estimen convenientes con el objeto citado.

Se hicieron manifestaciones en rela-ción con la posibilidad de conseguir al-guna subvención para la Empresa en forma de canon sobre los riegos que pudieran facilitarse gracias al embalse, asunto .sobre el cual parece que Saltos

del Alberche tiene puestas grandes es-peranzas, por la zona que comprende. También se habló del concurso para su-ministro de energía eléctrica a los fe-rrocarriles, que ha de resolverse en bre-ve, como base de la electrificación de las líneas de Avila y Segovia.

Se pidieron aclaraciones sobre la si-tuación del contrato con el Estado, ma-nifestando el presidente que no ha va-riado la situación, pero que tenia im-presiones de que el ministerio de Obras Públicas preparaba una fórmula de arreglo con las Sociedades que se en-cuentran en el mismo caso del Alber-che; es decir, con los beneficios conce-didos por el Estado en suspenso.

Las perspectivas que se ofrecen en los momentos actuales a Saltos del Al-berche son satisfactorias, pese a la carga que la negativa de esa subven-ción del Estado supone para dicha So-ciedad. Tanto la Eléctrica Abulense como la Distribuidora Eléctrica dé !as dos Castillas suponen un negocio es-pléndido. Eln esta última se ha intro-ducido, por primera vez en España, el uso de las llamadas tarifas block, que están dando un resultado muy satisfac-torio, desde todos los puntos de vista. Tanto es asi, que en la actualidad son varias las Empresas eléctricas que es-tudian su Implantación.

El agua que tiene embalsada supera los 210 millones de metros cúbicos. En lo que va de año se han vertido más de 300 millones de metros cúbicos, y en la, actualidad el embalse sigue ver-tiendo. Esto hace suponer una capaci-dad de 45 a 46 millones de kilovatios-hora.

Eléctricas Reunidas de Taragoza.

La cuenta de Pérdidas y Ganancias arroja un beneficio de 5.290.915 pesetas, de las que, descontando los intereses de obligaciones y bonos en circulación y las amortizaciones, queda un saldo de 3.970.377. Se distribuyó este remanente, junto con 850.000 del fondo de reserva, en la forma siguiente: Dividendo de 9 por 100, libre de impuestos (45 pesetas) a las acciones liberadas, 1.984.275 pese-tas; idemi de 9 por 100, libre, a las ac-ciones suscritas a plazos, 475.455; divi-dendo, con cargo a beneficios del ejerci-cio, para liberar parte del primer divi-dendo pasivo, 30 por 100 de las accio-nes suscritas en 1932, 350.000, tomado del fondo de reserva para completar la liberación del primer dividendo pasivo, 30 por 100, de las mencionadas accio-nes, 850.000; 5 por 100 estatutario al

Consejo de administración, 182.986; pa-ra contribución de utilidades, 901.553; para la Caja de retiros del personal, 34.938; Sobrante, 41.168 pesetas.

Ohade.

La producción total de las centrales argentinas de la Chade en 1932 alcanzó 932 millones de kWh., contra 841 en 1931. La potencia total instalada a fin de diciembre es de 515.115 kW., contra 490.500 el año anterior. En la supercen-tral de Buenos Aires se ha comenzado el montaje de nuevas calderas y un nuevo grupo alternador de 52.500 kilo-vatios, que comenzará a funcionar a fin de este año. Desde el pasado marzo, la Chade suministra energía a las lineas del Oeste y del Gran Sur de Buenos Aires.

Sociedad Popular Ovetense.

El 30 de marzo pasado celebró junta general esta entidad, aprobando la Me-moria correspondiente al ejercicio de 1932. Como dato comparativo y satis-factorio se consigna el número de kilo-vatios-hora distribuidos en dicho ejer-cicio, que se elevó en un 4 po,r 100 res-pecto al númiero de los distribuidos en 1931, siendo aquéllos 889.761,25 en 1931, contra 928.540,03 en 1932.

Los beneficios en los dos últimos años fueron: 107.019,80 en 1931, y 89.260,75 en 1932, siendo más aparente que real la disminución que resulta en 1932 con respecto a 1931, causada por restricción voluntaria en la venta para fuera de la proviacia durante el verano.

En un estado comparativo de canti-dades que adeuda a la. Popular Ove-tense el Ayuntamiento de Oviedo por las prestaciones del servicio de alumbrado público—gas y electricidad—^figura en 1932 la cifra de 510.470,01, descontadas 106.806,18 pesetas del importe del ser-vicio prestado, que ascendió a 617.276,19 pesetas.

En la Junta general extraordinaria de accionistas, celebrada a continuación de la ordinaria, se decidió la ampliación del capital social en otros 4.000.000 de pese-tas para renovar los elementos de pro-ducción en la fábrica de gas, saldar la cuenta con el Banco Herrero y atender a las ampliaciones y refo,rmas que en lo sucesivo requiera el desarrollo de los negocios que explota la Sociedad.

Cooperativa Electra Madrid.

El 6 del pasado marzo celebró Junta general de accionistas esta entidad,

aprobando la Memoria correspondiente al ejercicio pasado de 1932.

Entre las particularidades más sa-lientes de la Memoria figuran en el ca-pítulo de Explotación, en corriente con-tinua, el cambio de lineas aéreas por subterráneas en una zona del sector Sur, comprendida entre las calles de San Francisco, Calatrava, Humilladero y Puerta de Moros, y en otra del sector Norte, correspondiente a la calle de Calvo Asensio. Adaimás se ha tendido una línea nueva desde la Central de Salamanca hasta el edificio del per.iódt-coco e imprenta del A B C para el ser-vicio de motores de dicha empresa. En corriente alterna trifásica, en alta, se ha instalado una nueva línea para ali-mentación de un kiosco en el Canapo del Moro, y en baja, en el Paseo de la Vir-gen del Puerto y Casa de Campo. Se ha establecido una canalización de co-rriente alterna en las calles de Horta-leza y San Bernardo, conservando al mismo tiempo el servicio de corriente continua, y también en corriente alter-na se han practicado algunas acometi-das de importancia, incluso en la zona propia de corriente continua para ir descargando las redes de continua, pero conservando siempre esta clase de co-rriente en los sectores donde se halla establecida.

Por escritura de 19 de enero del año corriente adquirió la Cooperativa la ex-clusiva del suministro de energía eléc-trica para la zona de la Gran Vía, que pertenecía a la entidad concesionaria según el pliego de condiciones, para eje-cución de las obras del proyecto de "Reforma de la prolongación de la caJle de Preciados y enlace de la plaza del Callao con la calle de Alcalá".

Los beneficios líquidos obtenidos, as-cienden a la cifra de 4.680.831,90.pese-tas, a los que sumados los intereses, per-miten repartir un dividendo del 8,5 por 100.

Unión Eléctrica Madrileña.

En la Junta de accionistas de Unión Eléctrica Madrileña se aprobaron su Memoria y cuentas. En el ejercicio de 1932, las características del negocio fue-ron: aumento de abonados y de su con-sumo, y el mayor importe de las inver-siones par participación en negocios si-milares, especialmonte de aprovisiona-miento de energía. Sus productos tota-les ascendieron a 25,8 millones de pe-setas. Los gastos de producción, distri-bución y generales, 14,1. El beneficio líquido, 5,27 millones, y el repartible, 5,58, a cuenta del cual abona un 8 por 100 de dividendo a sus acciones.

Hidráulica Moncayo, S. A. Pamplona.

La recaudación de 1932 ha aumenta-do, con relación al año anterior, en 150,792 pesetas, de las que gran parte corresponden a los nuevos pueblos ser-vidos en el año. El resto se ajusta al incremento normal que se viene obte-niendo en la zona.

Los beneficios líquidos obtenidos en

el año último ascendieron a 978.440 pe-setas, que después de pagar todos • los gastos, permiten repartir un dividendo de 14 por ciento y queda todavía un remanente de 63.170 pesetas.

FERROCARRILES

Caminos de Hierro del Norte.

Durante el año último han continuado las condiciones generales, singularmente adversas, en que se desarrolló durante el año anterior la explotación de esta red. La depresión económica general, la paralización agrícola e industrial y con ellas la reducción de los intercambios co-merciales de toda clase, y de un modo especial del comercio internacional se han mantenido, acentuándose en el cur-so del ejercicio de 1932, no obstante la mejoría que pareció inieiarse en los pri-meros meses. También ha continuado, falta todavía de una regulación coordi-nadora, la competencia de los transpor-tes mecánicos por carretera. Todos es-tos factores han mantenido la contrac-ción de ingresos que se viene sufriendo desde el cuarto trimestre de 1930.

Los ingresos en 1932 ofrecen una baja de 8.574.738,78 pesetas con relación a los del ejercicio anterior, baja que re-presenta el 2,37 por 100.

La política de reducción de gastos de explotación iniciada ya en el pasado ejercicio con los resultados que en su Memoria quedaron consignados, se ha intensificado muy acentuadamente en el ejercicio de 1932. Como en el ejercicio anterior, esta política de economías se ha visto muy sensiblemente dificultada, por el aumento de gastos del personal, de-rivado de las numerosas disposicionss de carácter social y por el aumento de coste de gran parte de las primeras ma-terias, y muy singularmente del carbón y de los lubricantes. No obstante, se ha logtrado que la disminución de la ci-fra de gastos alcance la suma de pe-setas 12.050.351,96, resultado que puede calificarse de muy satisfactorio.

Como consecuencia de todo ello, y mer-ced a las importantes economías que quedan apuntadas, no obstante la baja ,de producto bruto, la insuficiencia de pesetas 2.319.575,13, observada en el ejercicio anterior se convierte en un pro-ducto,liquido de pesetas 525.913,26.

Los gastos totales de Material y Trac-ción se elevaron en el último año, por kilómetro de tren, a pesetas 3,91, con-tra pesetas 3,79 en 1931. Durante el año 1932 ha continuado la situación de incertidumbre que se lamentaba en el ejercicio anterior respecto del régimen jurídico de los ferrocarriles. Tampoco se han dictado hasta ahora las dispo-siciones precisas para la implantación del régimen definitivo, tal como lo de-fine el Estatuto Ferroviario establecido por real decreto de 12 de julio de 1924, a pesar de que, el periodo provisional de-finido por dicho Cuerpo legal y modifi-cado por el real decreto de 8 de agosto de 1926 terminó ya en fin de 1928.

No se han restablecido, como era de justicia, los anticipos para el pago de

haberes suplementarios al personal, que fueron concedidos por las reales órde-nes de 23 de marzo y 29 de abril de 1920 y 10 de abril de 1921, condición ésta que fué mantenida por las disposiciones pos-teriores correspondientes.

La situación creada a esta Empresa por la referida incertidumbre se ha visto agravada por una serie de disposiciones, algunas de ellas referentes a cuestiones de fundamental importancia, dictadas por el Poder público con denegación in-justificada del carácter contractual del vínciilo jurídico que une a la Empresa concesionaria de un servicio público, con la Administración.

Entre las causas de la contracción ex-perimentada por los productos del Norte en los ejercicios de 1931 y 1932, hemos señalado la competencia, en gran paarte anormal y debida a ima desigual situa-ción administrativa y fiscal, que viene experimentando el ferrocarril por parte de los transportes mecánicos por carre-tera. De acuerdo con el sentir unánime en favor de la necesidad de terminar este estado anormal de cosas, sustituyendo dicha competencia ilícita por la coordi-nación de ambos medios de transporte que es conveniente a la economía na-cional, se convocó por decreto de 17 de julio último una conferencia nacional de transportes terrestres, con la finalidad de estudiar la coordinación de los trans-portes ferroviarios con los mecánicos por carretera y de formular propuesta en vista de un proyecto de ordenación ju-rídica y fiscal de esta forma de tráfico. Como resultado de la deliberación de di-dicha conferencia, se elevó al Ministerio una propuesto de ordenación adoptada por unanimidad, y basada en los princi-pios de igualdad administrativa y fiscal de ambos medios de transportes y en la distinción fundamental del distinto tra-to de las líneas automóviles afluentes y complementarias del ferrocarril, de las paralelas y de competencia.

De desear es que las bases de esta propuesta, que por estar adoptadas por unanimidad de todos los representantes, parece que no deben suscitar recelo algu-no, fundamenten pronto una disposición legal que establezca orden en el descon-cierto existente en materia de transpor-tes mecánicos por carretera, y haga ce-sar una competencia de servicios, mu-chos de ellos ilegales y anormales, que desviaron el tráfico de sus cauces natu-rales, y causan un perjuicio muy consi-derable, no sólo a los intereses de los transportistas ferroviarios, sino también a los de la economía general del país.

Durante el año 1932 han continuado las aportaciones del Estado para mejo-ra de instalaciones y adquisición de ma-terial.

En dicho año se ha recibido del Es-tado:

Pesetas.

Para obras de mejora 25.769.014,29 Para adquisición de ma-

terial 21.089.703,75 Para mobüiario y enseres. 613.982,10

En total 47.472.700,14

Los ingresos por todos conceptos du-rante el ejercicio han sido de pesetas 351.736.706,50, con disminución de pese-tas 8.574.738,78 respecto de los obteni-dos en el anterior.

Los gastos totales han ascendido a 258.229.937,90 pesetas, con disminución también de 12.050.351,96 pesetas. La di-ferencia, o sea el producto neto, es de 93.506.769,60 pesetas.

Rebajando de esta diferencia el im-porte de las cantidades que la Compañía, con sus solos recursos, ha abonado en el año a los agentes retirados y familias de los fallecidos, en concepto de pensiones, que se ha elevado a 8.166.947,15 pese-tas, con un aumento de 591.537,62 pese-tas respecto de las pagadas por igual concepto en 1931, resulta un resto de 85.339.821.45 pesetas.

De éste hay que rebajar el importe de las sumas que corresponden al ejercicio en la liquidación de atrasos de la jor-nada de ocho ñoras, o sea 2.211.408,99 pesetas. Hecha esta deducción quedan 83.128.412.46 pesetas.

Las cargas financieras han resultado ser de 82.602.499,20 pesetas, con im au-mento respecto de las del ejercicio an-terior, de pesetas 75,931,88.

La diferencia resultante se traduce en un excedente liquido de productos de pe-setas 525.913,26.

Compañía de los ferrocarriles de M. Z. A.

El producto total obtenido en la ex-plotación de las líneas que constituyen las dos redes (antigua y catalana), per-tenecientes a esta Compañía, ha sido, en el ejercicio de 1932, de 289.460.295,70 pesetas, en vez de 289.820.771,68 pese-tas que se obtuvieron en 1931, con una reducción consiguiente de 460.475,98 pe-setas, debida a diferentes causas.

Los productos del tráfico en 1932 son menores a los del año 1931, según ante-riormente se ha expresado, en pesetas 460.475,98, distribuidas en la forma si-guiente:

Viajeros y trenes espe-ciales — 218.361,91

Gran velocidad 1^326.500,64 Pequeña velocidad — 1.353.447,67 Varios, almacenajes y re-

pesos 21.5.167,04

Total — 460.475,98

El número total de viajeros que uti-lizaron los trenes de M. Z. A. en 1932 excedió en 782.210 ál de los transporta-dos en 1931; pero como hubo gran des-plazamiento de viajeros de primera y segunda clase a tercera y como, además, el recorrido promedio efectuado por el conjunto de ellos fué menor que en 1931, la recaudación obtenida por este tráfico en 1932 se redujo a 218.361,91 pesetas con relación a la del año anterior.

El aumento logrado en el conjunto de los transportes realizados en gran velo-cidad, de 1.326.500,64 pesetas, se debe a los mayores ingresos: de 1.424.662,60 pesetas obtenido en las expediciones de encargos (comestibles y mercancías a doble pequeña velocidad) y de 1.508,12

pesetas en el transporte de la corres-pondencia pública, y a las disminuciones de 73.830,92 pesetas en las'T^rcepciones por excesos de equipaje y de 25.859,16 pesetas en las facturaciones de carrua-jes y ganados.

Los productos totales de los transpor-tes realizados en pequeña velocidad en el ejercicio de 1932 han sido de pesetas 183.749.588,25, con una baja de pesetas 1.353.447,67, cifra que se divide como si-gue:

Productos en 1932

Pi'srtns

Mercancías 178.644.823,36 Carruajes y ganado 5.104.764,88

Total 183.749.588,24

Diferen ¡as con 1931

Prpcfns

— 1.903.388,95 -f- 549.941,28

— 1.353.447,67

La suma de los productos brutos tota-les alcanzados en 1932 asciende a la can-tidad de 291.960.944,93 pesetas, con una disminución con relación a los alcanza-dos en 1931, que fueron de 292.737.419,38, de 776.474,45 pesetas.

Los gastos de explotación producidos en el pasado ejercicio de 1932, se elevan a. la cifra de 211.446.148,18 pesetas, con una disminución por consiguiente, de 615.504,16 pesetas respecto de los análo-gos de 1931, que ascendieron a pesetas 212.061.652,34.

El gasto total en concepto de combus-tible consumido en todas las atenciones del Servicio de Material y Tracción du-rante el año 1932 se eleva a la cantidad de 52.707.048,42 pesetas, con un mayor gasto de 2.831.338,00 pesetas con rela-ción a 19J1.

El número de toneladas-kilómetro re-molcadas fué de 9.682.123.621 en 1931, y han sido de 9.818.664.937 en 1932, con un auménto' de 136.541.316, producido principalmente durante los meses de ju-lio a diciembre, en los' cuales el incre-mento de tráfico compensó casi por com-pleto la disminución experimentada en

El premio Nobel de Física de 1933.

Fué concedido al doctor Irwing Langmulr, que trabaja en los Laboratorios de inves-tigación de la General Electric Co. Sobre la aplicación industrial de los resultados obtenidos en uno de sus experimentos, pu-blicamos en este número el artículo titu-lado "La soldadura eléctrica por arco con

hidrógeno atómico".

el mismo durante el primer semestre del año.

El importe de estas cargas en el pa-sado año de 1932 ha sido de 80.126.998,69 pesetas, o sea 1.507.970,62 pesetas me-nos que en el ejercicio de 1931, en el que alcanzaron un importe de 81.634.969,31 pesetas.

Resulta de los datos anteriores que el importe de los gastos y cargas de la explotación, sin incluir gastos de pen-siones, ha ascendido en el pasado ejer-cicio de 1932 a la cantidad de pesetas 291.573.146,87, que comparada con la ci-fra análoga de 1931, que fué de pesetas 293.696.621,65, acusa una disminución de 2.123.474,78 pesetas.

Con arreglo a lo consignado anterior-mente, la diferencia entre el importe y los productos totales, que es de pesetas 291.960.944,93 y el de 297.193.697,24 pe-setas a que ascienden los gastos y car-gas de la explotación, más el gasto lí-quido de las pensiones, representa una pérdida de 5.232.752,31 pesetas, produ-cida en el ejercicio de 1932, que compa-rada con la pérdida de 6.108.926,15 pe-setas experimentada en 1931, arroja una diferencia en menos de 876.173,84 pese-tas.

Compañía del ferrocarril de Zafra a Huelva.

La pérdida experimentada en el año ha sido debida principalmente a la gran depresión de los negocios en todo el mundo y a un nuevo descenso en los transportes de mineral que constituyen una considerable proporción de tráñco normal de la Compañía.

Los productos globales del tráñco del año 1932 ascendieron a 3.337.755 pesetas, y el resultado neto está representado por una pérdida de 397.669, que sumada a la pérdida de 293.544 experimentada en el año anterior representan una pérdi-da total durante los dos ejercicios de 691.214 pesetas. Esto supone la imposi-bilidad de distribuir cantidad alguna a los obligacionistas de primera hipoteca por concepto de intereses o de amorti-zación de obligaciones.

MINAS Y METALURGIA

Compañía Española Minas del Rif.

En el año 1932 la crisis siderúrgica alcanzó su máxima intensidad. Esto

El IV Depósito de los Canales del Lozoya.

íisA-sí? protectora de tierras.

obligó a Minas del Rif a llegar a la pa-ralización total de sus explotaciones, lo cual, juntamente con otras medidas de carácter general le permitieron reducir sus gastos en un 70 por 100, en relación con el año 1930, no obstante haber con-tinuado el montaje de sus instalaciones, hoy ultimadas, y el encarecimiento de los salarios a su personal, motivado por la implantación en Marruecos, de la jornada de ocho horas, reforma por la que Minas del Rif mantiene pleito, pues se la quiere dar efectos retroactivos.

Por estas razones, aumentan los gas-tos; 2,1 millones de pesetas, por obras, adquisiciones de terrenos e instalacio-nes; 158.657 pesetas por seguro del per-sonal; 6.833.407 pesetas, abono del pre-cio y del primero de los tres plazos por indemnización al Sr. Figueroa, más 30.162 pesetas importe de amortización e inmovilizaciones. Minas del Rif hubo de emitir 20.000 obligaciones de 500 pe-setas nominales cada una, que fueron tomadas en firme por los Bancos Espa-ñol de Crédito, Bilbao y Vizcaya (ope-ración ésta que se refiere al año 1932.) Y obtuvo ingresos por 7.058.316, de las que se deducen los 6.833.407 abonados al Sr. Figueroa, y a cuyo líquido hay que aumentar 997.440 por mayor valor de sus existencias de mineral a fin de año. Asi resulta un beneficio de explo-tación por 1.222.348, cantidad de la que hay que deducir 1.884.727 par amorti-zación de lo iimiovilizado e impuestos. Resultando, por tanto, un quebranto de

662.379 pesetas, que deducido del rema-nente de 1931, 4.904.357 pesetas, deja reducido el que pasa al ejercicio actual a 4.241.978. En cuanto al quebranto por indemnización, judicialmente decretada, a favor del Sr. Figueroa, por pesetas 4.748.320,88, propone Minas del Rif en-jugarlo mediante la correspondiente detracción de sus reservas, que al final de 1932 suman 31.159.622 pesetas.

Actualmente Minas del Rif ofrece un desenvolvimientto comipletamente libre de entorpecimientos, merced a la ter-minación e inauguración, con el mejor resultado, de sus instalaciones. Con sólo tres voladuras, mediante el nuevo siste-ma ha obtenido 400.000 toneladas de mineral de tamaño grueso. Otro es el completo aprovechamiento de sus resi-duos. Además, se observa una mayor animación en los negocios siderúrgicos, que le han permitido a Rif concertar ventas por unas 275.000 toneladas con Alemania, Inglaterra y Francia.

Minas de Río Tinto. A fines de abril último se celebró la

Junta general de accionistas de esta Empresa. El año 1932 ha sido memora-

Ingeniero diplomado de la Escuela Supe-rior de Berlín, dominando alemán, caste-llano, francés, inglés y raso, especial-mente apto para administración, orga-nización y negociaciones comerciales, aceptaría ocupación en España o Extrajen-

ro Excelentes referencias. Dirigirse a E. B. Administración de esta Revista.

ble para la Compañía, marcando el fin de im largo período de preparación y permitiendo inaugurar la concentración de operaciones. Después de veinticinco años de trabajos, se ha descubierto en el yacimiento "Atalaya", en las minas San Dionisio, una enorme masa de pi-rita, con débil proporción de cobre, pe-ro muy rica en azufre. La concentración de trabajos, consecuencia de dicha re-organización, permite prever que, en el porvenir, la Compañía ocupará un nú-mero de obreros mucho menos impor-tante. Esto provocará impo,rtantes eco-nomías, que la situación de España no permitió realizar hasta ahora. La So-ciedad piensa producir grandes cantida-des de pirita para la exportación. En realidad tiene seguridad de poder ex-traer todas las piritas que necesite para la exportación.

Respecto a las perspectivas del por-venir, la prosperidad de la Compañía depende del alza de precios y del fin de la crisis mundial. Los tres primeros me-ses del ejercicio en curso acusan un aumento de 80.000 toneladas en la ex-portación de piritas y 4.800 toneladas de azufre refinado. Por el contrario, los precios medios del cobre, han sido de 32 libras 19, contra 42 libras en el pre-cedente.

El presidente de la Comipañía resu-mió la situación indicando que las mi-nas españolas, después de un período de preparación superior a veinticinco años, están dispuestas para jugar un papel importante si el consumo de mineral mejora.

Minero-Siderúrgica; de PonferraSa.

A causa de la reducción del consumo y paralización de las industrias hulle-ras esta empresa se vió obligada a au-mentar sus depósitos de carbón y a mayores movilizaciones de capitales, al pimto de absorber todas las disponibi-lidades a muchas de estas Empresas; más, agravación del paro forzoso. Otra influencia desfavorable, principalmente a esta industria, son las disposiciones de carácter social: Vacaciones pagadas al personal obrero, nueva Ley de Acci-cidentes del Trabajo, y aumento en sa-larios, gravámenes que no se compen-san, ni con mucho, con el alza, recien-te, en los precios-venta del combusti-ble. Sin embargo, Ponferrada ha sabido pahar esos diversos y onerosos facto-res. Durante el año 1932 su producción bruta total fué 427.925 toneladas de carbón, es decir, 4.335 toneladas más que en el año anterior.

La Sociedad Minero-Siderúrgica de Ponferrada consiguió evitar el despido de su personal obrero, que a pesar de la paralización de muchos servicios con-tinuó en la empresa.

En 1932 se ha obtenido un balaince satisfactorio. Los beneficios líquidos as-cienden a la cifra de 686.738,47 pese-tas, ligeramente inferior a la consegui-da en el año precedente, mientras gran parte de las Empresas carboníferas na-cionales y extranjeras, saldan 1932 con crecidos déficits.

Este excelente resultado se ha podi-do coiTiseguir gracias a los siguientes factores: 1.° Sus recursos de orden téc-nico, tales como -la mayor concentra-ción de los trabajos y diversas mejoras de organización y mecanización de los mismos: extracción, apilamiento, clasi-ficación, lavado y transporte; más, gran utilidad de su planta productora de energía eléctrica erigida en Villablino. 2." Su muy austera administración. Pruebas de ello lo otorgan sus resulta-dos económicos del ejercicio 1932: be-neficios beclios desguís de las indicadas innovaciones, aumentos en cánones, por compras de minas, otros abonos y amor-tizaciones. 3." Los Excelentes resultados y, aún, mejores perspectivas de su Cen-tral Termoeléctrica en Panferrada. Mer-ced a ella, y, no obstante la anormal contracción existente en el consumo de energía, Ponferrada pudo salvar la baja tenida en su sección hullera, que por las influencias y órdenes referidas tuvo exiguo rendimiento en relacióin con el esfuerzo técnico y económico que exige.

Después de destinar 34.336,92 pese-tas al fondo de reserva, queda el resto destinado a la constitución de un fondo de reserva especial, cuya aplicación de-pende de como se desenvuelva el ejer-cicio actual. La Empresa abona ahora el dividendo correspondiente a sus be-neficios obtenidos en 1930; es decir, un 5 por 100 sobre los 15 millones de ca-pital social, o sea, 11,81 pesetas líqui-das a cada acción.

Minas del Centenillo.

El año último fué uno de los peores para los metales plomo y plata. Los precios medios del primer dicho metal bajaron, desde 13-0-6 3/4, en 1931, a 12-0-9 1/4, en 1932; el segundo lo me-joró, de 15,76 a 19,30; pero disminuye-ron fuertemente sus ventas. A la vez, la cotización del sterling sufrió dura flexión, desde 47.646 hasta 43.705. Esos factores se aprecian en las cuentas. Se vendieron 22.800 toneladas de mineral (1.200 más que en año anterior), obte-niendo 6.079.573,92 pesetas, al precio medio de 266,65 pesetas la tonelada; es decir, en baja de 50,30.

Para evitarse pérdidas, se suspendie-ron varias labores. Tal ingreso, unido a la renta de su Cartera (Deudas españo-las e inglesas), le han cedido benefi-cios por 6.423.909,17 pesetas (723.657,53 menos que en 1931). Y descontado de los mismos 5.362.410,62 (22.277,85 me-nos que durante el ejercicio anterior), importe de los gastos, le quedan pese-tas 1.061.498,55, como utilidad reparti-ble. De ella, más remanente anterior, 1.420.578,01 pesetas a dividendo (10 por 100 libre), más 25.000 a la Caja de Pre-visión de sus empleados, y 277.763,48 para cuenta nueva.

El IV Depósito (le los Canales del Lozoya.i

Pueden apreciarse en la fotografía los mu-ros de recinto del depósito; los tres mu-ros transversales que dividen el depósito en cuatro compartimientos y la estructura

de la cubierta.

L.a Sociedad Metalúrgica Dxiro-Felguera en 1932.

Los beneficios obtenidos por esta Em-presa en el año último, ascendieron a 393.762 pesetas, que después de pagar impuestos, dedica un 5 por 100 a fon-dos de reserva y otro tanto a reservas de explotación, deja un remanente de 63.036 pesetas para 1933.

La situación del mercado de carbo-nes acusaba ya al finalizar el ejercicio anterior algún descenso eíi las cifras de consumo de carbones menudos. Esta disminución fué acentuándose durante el ejercicio de 1932, llegando a produ-cir importante acumulación de existen-cias, a pesar de la menor solución del ejercicio: 1.225.600 toneladas c o n t r a 1.281.050 e;n el anterior.

Paralelamente, el precio de costo fué elevándose por causas tan ajenas a la voluntad del Consejo como la concesión de vacaciones a los mineros, disminu-ción de rendimiento útil, encarecimien-to de primeras materias, huelgas gene-rales y parciales y subida en las tari-fas ferroviarias, sin que estos aumeintos •tuvieran la compensación debida en los precios de venta, que permanecieron in-alterables durante el ejercicio, produ-ciéndose así un desequilibrio en la cuen-ta de explotación que acusa en los úl-timos meses resultados negativos.

La necesidad de reducir los trabajos en algunas minas de Asturias, dió lugar a la huelga general en el mes de no-viembre, huelga que se reproduce por las mismas causas en febrero de 1933.

Es de esperar que los poderes pú-blicos que han estudiado el problema últimamente lo resolverán como es ne-

cesario, evitando una situación insoste-nible para las Empresas, que ven ago-tadas todas sus disponibilidades econó-micas por los desfavorables resultados de la explotación y el aumento de los stocks.

El mercado de hierros sigue muy afectado por la crisis de coinsumo, que se acentuó más en el segundo semestre, obligando a esta Sociedad a disminuir el número de jornadas semanales, lo que dió lugar a la huelga de sus fábri-cas, que comenzó en 20 de noviembre y aún se prolonga en el momento de escribirse la Memoria.

En las minas de hierro de Llumeres se ha visto obligada la Sociedad a li-mitar más la producción, lo que reduce, como es consiguiente, los resultados de la explotación.

Los buques de vapor ven disminuidos sus beneficios por la baja de fletes y la disminución de tráfico.

En las minas de carbón se ha termi-nado la instalación del pozo Mosquite-ra y servicios auxiliares.

En las fábricas se ha continuado tra-bajando en la instalacióin de aprovecha-mientos de subproductos en la nueva batería de hornos de cok.

Las cuentas de Propiedades y Obras nuevas aparecen con una disminución de 1.243.329 pesetas, por los conceptos siguientes: Minas de carbón, terrenos y pertenencias, pesetas 8.405; Minas de hierro, 205.532; F á b r i c a s , terrenos, 1.298; Alto Horno número 3, 28.716; Obras nuevas en curso de ejecución, 1.504.718; total: 2.006.670. A deducir: Amortizaciones, 3.250.000; total: pesetas 1.243.329.

Altos Hornos de Nueva Montaña.

La grave crisis de ventas que empe-zó a sentirse a principios de 1931 y que se fué acentuando en el transcurso del año basta obligar ein el último cuatri-mestre del mismo a restringir la mar-cha del homo alto al mayor límite prácticamente posible, ha continuado durante todo el año 1932, por lo cual el horno sigue con una marcha reduci-da a su máximo extremo, con el recar-go grande que ello supone en el precio de costo.

En treinta años, sólo en el primer año de funcionamiento de Nueva Mon-taña y e(n 1919—en el que se sufrió al finalizar la guerra una gran paraliza-ción que duró casi un año—solamente en estos dos años, 1903 y 1919, se ha vendido menos lingote que en 1932.

Si tomamos el índice 100 para el pro-medio de ventas de los años 1922 a 1930 inclusive, los índices de venta de lingo-te en 1931 y 1932 han sido 83,5 y 60,2, respectivamente.

Mieintras continúe la crisis tan acen-tuada de ventas de lingote y por ello la obligación ineludible de una marcha re-

GOMAS - CORREAS - EMPAQUETADURAS 1^1 1 7 I M r« a SEGOVIA MADRID BARCELONA B I L B A O S E V I L L A VALENCIA I ^ L i l H l l y Aparfado24 : Ledesma, 8 Valparaíso, 7 Al. Cadarso, 12^

ducida ai extremo en el homo alto y en las baterías de cok, no será posible sacar de esta Sociedad el rendimiento de que es capaz. Por esta causa los be-neficios han sido mucho menores en 1932 que en 1931 (252.711 pesetas me-nos), que a su vez ya fueron menores que los de 1930 (31.196 menos).

Asimismo la crisis de veiata de tube-ria se ha dejado sentir, si bien parece que su punto máLs bajo ha sido en 1931.

Como en años anteriores, la venta de cementos y escoria ha sido muy peque-ña, dando lugar a un reducido beneficio.

En las minas de Olleros de Sabero se ha continuado atendiendo exclusiva-mente a su conservación, habiemdo ges-tionado la venta de estas minas en las mejores condiciones posibles, la que se espera ultimar en breve.

El movimiento de mercancias en el muelle fué de toneladas 54.343, muy in-ferior al de otros años a causa de la crisis.

La liquidación de beneficios en el ejercicio de 1932 es la siguiente: Utili-dades por todos los conceptos, 520.76T pesetas. A deducir: Intereses de las obligaciones circulantes e intereses y descuentos, 696.033; pérdida en 1932, pe-setas 175.265.

VARIOS

Unión Española de Explosivos.

Se ha celebrado la Junta general de esta entidad, en la que su presidente expuso el balance y los resultados ob-tenidos en el año último. Se observa una baja en las lientas de explosivos ¡industriales, que alcanza al 18 y hasta el 22 por 100, según sus clases. En cam-bio, en las ventas de abonos no existe reducción alguna, ya que las menores ventas en el Sur, debido a contracción de créditos, están compensadas por una mayor colocación de este producto den-tro del Norte de España.

De todos modos, la producción y ven-ta de sales potásicas, compensa sobra-dameinte la baja antes señalada, ya que los ingresos obtenidos por la venta de estas sales sumaron 21.879.388,55 pese-tas en 1931 y 22.217.717,554 en el año último. El primer pozo construido en Cardona se hizo con la idea de que sir-viera sólo para ventilación, pero des-pués, convenientemente dotado de los medios mecánicos necesarios, ha servi-do también para la extracción.

De él se hap explotado, durante el año último, 190.270 toneladas, y unas 22 000 en los doce meses de 1932 a abril último, que son las fechas durante las cuales se registran los contratos de po-tasas. Las ventas, durante el año di-cho, suman unas 30.000 toneladas de potasa pura; pero, en el segundo perio • do indicado, superan las 74.000, proce-diendo 14.000 de éstas de stock anterior, depósito el cual hoy no lo posee, dada la fuerte demanda que de estas sales le hace el extranjero. A la vez que se explotaba ese primer pozo, se ha podi-do terminar en el plazo previsto la ins-

EI IV Depósito de los Canales del Lozoya.

Curiosa fotografía de las obras, tomada desde el calderín de una grúa auxiliar.

talación del segundo pozo: "María Te-resa".

La extracción principal va a hacerse, por ahora, al nivel 620 del pozo "Alber-to", y hasta allí está hecha la profun-dización. Se ha montado también la quebrantadora, y lo mismo esta insta-, lación que las máquinas de extracción estáin terminadas, de modo que puede deducirse que para el otoño estará en marcha este segundo pozo.

La estimación de estas sales en el ex-tranjero está plenamente justificada por la alta ley y sequedad de las potasas de Cardona. Su riqueza normal osciló entre el 40 y 42 por 100, lo que ha per-mitido a Explosivos mantener sus pre-cios de venta, y a la vez inducirle a que su explotación, que actualmente os-cila entre las 1.200 a 1.300 toneladas diarias, llegue en breve plazo y con facilidad a las 150 tojneladas por hora; es decir, unas 3.600 toneladas al día, con tres turnos de ocho horas cada uno. Para ello ha duplicado la capacidad de su taller de concentración. Y tiene la posibilidad de hallar un franco merca-do, pues en vez de concentrar sus ven-tas en uno o dos, ha seguido la política de ceder sus potasas a un gran número de países. Hoy biein puede decirse que éstas son conocidas en todo el mundo.

También le permitirá una más fácil colocación de esas sales su proyectada fabricación de sulfato potásico en gran escala, de lo cual Española de Explosi-vos tiene gran experiencia.

Explosivos invirtió en el año último, en inmovilizaciones, muy cerca de seis millones de pesetas: 2,5 en las fábricas y 3,5 ein las minas, aproximadamente;

c . FERNANDEZ CASADO INGENIERO DE CAMINOS

E S T R U C T U R A S METALICAS - HORMIGON A R M A D O

Estudios.—Píoyectos.—Presupuestos

Alonso Martínez, 5 -MADRID-Telé fono 3 6 2 5 5

contándose, entre aquéllas, el traspaso de su fábrica de ácido sulfúrico, de Elo-rrieta a Baracaldo. Y una mayor exis-tencia de productos, al terminar el año, en algunas de sus fábricas del Sur, ex-plica el incremento de su Saldo de Mercaderías. No existe, tampoco, en el Pasivo alteración que mertizca la pena de señalarse. Se destinan a aumentar la dotación del Fondo de Previsión, pese-tas 1.442.600,21, con lo que tal cuenta llega a 4.442.600,21 pesetas, y su suma, con los 25.557.399,79 de las reservas, al-canza la cifra de 40 millones.

De sus beneficios durante el año 1932, que suman 16.382.506,12 pesetas, una vez atendidas atenciones estatutarias e incluido el remanente aiinterior, queda un total disponible de 15.609.706,90 pe-setas, que le permiten repartir un divi-dendo, totalizado, de 29 pesetas netas por acción, y a la vez destinar a cuen-ta nueva 270.566,90 pesetas.

S I

Fomento de Obras y Construcciones, Sociedad Anónima.—^Barcelona.

Los beneficios alcanzados por todos conceptos en 1932 suman 3.460.021 pe-setas, y hechas las deducciones corres-pondientes, queda un beneficio líquido de 2.143.634, repartidas así: Dividendo a cuenta de 30 por título, libre de impues-tos, 750.000; para el Fondo de reserva estatutario, 25.000; Reserva para tribu-tos del Estado, 600.000; Dividendo com-plementario de 30 pesetas por título, 750.000, y sobrante para 1933, 92.706.

Cementos Molins, S. A.—^Barcelona.

Durante el año 1932, los beneficios obtenidos por esta Empresa, ascendie-ron a pesetas 131.005, distribuidas así; Amortizaciones,-40.000 pesetas; impues-tos, 8.000; dividendo a las acciones pre-ferentes, 70.000; al Consejo de Admi-nistración, 12.341, y remanente a cuen-ta nueva, 663 pesetas.

El total de ventas de cementos y ca-les fué de 25.499 toneladas contra 32.861 en el año anterior.

La producción total de cemento de la fábrica de Cuatro Caminos fué, duran-te el año, de 12.898 toneladas contra 17.281 el año precedente.

Se ha empleado el cemento fundido principalmente en obras marítimas, hi-dráulicas, hidroeléctricas, ferrocarriles, obras de hormigón armado, fabricación de tubos y en muchas de carácter ur-gente. A pesar de que las ventas han disminuido con relación al año anterior, lo que fué debido priincipalmente a la paralización de las obras en los ferro-carriles, actualmente están en ejecución otras, algunas de ellas importantes, que emplean dicho cemento, todo lo cual hace prever que las ventas en el co-rriente año serán superiores a las del ejercicio que reseñamos.

Cementos y Cales Freixa, S. A.

Las utilidades a repartir por el vigé-simo ejercicio, correspondientes a 1932,

suman 91.050 pesetas, a cargo de las cuales se acordó distribuir un dividendo de 30 pesetas a las accioines A y de 15 a las de la serie B, sin deducción de impuestos.

Al descenso de las obras correspon-dió, como era forzoso, otro en el con-sumo, tanto que la venta de cemento durante el ejercicio decreció en la pro-porción de un 20 por 100 en relación con el anterior. Y ese descenso implicó también que la producción se redujera en términos proporcionales a la misma. El efecto de este fenómeno y a la vez reflejo de la crisis general que dañó a todos los órdenes de la economía, hubo de repercutir en el coste de producción, haciéndolo más gravoso.

Papelera Española.

A pesar de estar fomentando conti-nuamente el consumo, esta Compañía se halla todavía muy lejos de cubrir su capacidad productora: 80.000 tone-ladas, ampliable sin grandes esfuerzos, a pesar de lo cual ha podido mantener el rendimieinto a sus acciones.

La producción de papel ha sido de to-neladas 60.081, y las ventas llegan a 58.011, con un valor de 49.561.030,57 pe-setas.

La Papelera Española ha entregado a las Asociaciones obreras sobre el impor-te del papel facturado, como canon so-bre el mismo, la cantidad de 223.540,95 pesetas. Y destinó el año último pese-tas 1.234.431,92 para fines culturales y de beneficencia dedicados a sus obreros.

Sus reformas y ampliaciones efectua-das durante el transcurso del año im-portan 1.168.655,93 pesetas, repartidas entre las diversas fábricas y talleres.

La Memoria hace un somero resu-men de la marcha de otras Sociedades en que tiene participación, las cuales han visto disminuir su actividad a con-secuencia de la fuerte importación de papel de prensa, que al amparo de pri-vilegios arancelarios se elevó a 13.151 toneladas. Esta circunstancia ha afec-tado especialmente a la Papelera del Oarso, que primeramente redujo la jor-nada semanal y luego cerró totalmente. Derechos arancelarios que permiten a los fabricantes extranjeros ejercer un verdadero "dumping" sobre el mercado español.

Los resultados económicos de dicho año se cifran en 7.077.238,10 pesetas de utilidad liquida, contra 6.902.992,89 pe-setas de su precedente.

La inversión del saldo es: al fondo de reservas, 353.861,90 pesetas; para jubi-laciones, pensiones y canon, 478.223,56; 10 por 100 del dividendo a sus acciones, 5.000.000; obligaciones estatutarias, pe-setas 524.321,37, y para la Caja de par-ticipaciones de obreros y bonos del tra-bajo, 778.631,95 pesetas.

Historia de la tésnica.

El telégrafo de Weber y Gauss, construí-do en el año 1833, se conserva en el Mu-seo de Comunicaciones de Berlín. A la de-recha: el transmisor; en el centro, el re-ceptor, y a la izquierda, el anteojo de lec-tiua.

Electricidad y energía La Cámara de Productores y Distri-

buidores.

En la última reunión del Comité di-rectivo de la Cámara Oficial de Produc-tores y Distribuidores de Electricidad, se participó al Comité que los señores D. Manuel Querejeta y D. Andrés Mar-tínez de Velasco habían sido propuestos para que, como representantes de la Cámara, formein parte de la Comisión mixta nombrada por el Consejo Orde-nador de la Economía para procurar se intensifique la fabricación de aparatos eléctricos y maquinaria eléctrica.

También se notificó a los presentes que la Ponencia encargada de estudiar los asuntos relacionados con la tarifi-cación y contratación de ¡sumiiaistros continuaba su labor, y que era de espe-rar estuviese suficientemente documen-tada cuando se la requiriese para cola-borar en la Comisión mixta creada tam-bién en el Consejo Ordenador de la Eco-nomía para estudiar ton interesantes y complejos asuntos.

Al fiinal se leyó una invitación diri-gida por el ministro de Obras públicas a la Cámara para tratar del asunto re-lacionado con la electrificación de las lineas que unen a Madrid con Avila y Segovia.

Hacia la póliza újilca.

El Ministerio de Agricultura ha dis-puesto que el Consejo de Industria haga

un estudio resumen de todos los ante-cedentes reunidos acerca de la contra-tación y sumiinistro de energía eléctri-ca y que dentro del plazo de un mes eleve a la Dirección general de aquel ramo una propuesta sobre el modelo más oportuno de póliza a dichos efectos.

La séptima sesión de la Conferencia Internacional de Grandes Bedes Eléc-

tricas.

La próxima sesión de esta Conferen-cia tendrá lugar en París del 18 al 24 de junio corriente. Es la séptima desde la fundación de esta Conferencia en 1921. Hasta la fecha son 25 los países que se han inscrito, representados por 325 personas. Los temas a estudiar en dicha sesión serán:

Primera Sección: Producción j trans-formación de energía.

Segunda Sección: Construcción, con-servación y aislamiento de líneas.

Tercera Sección: Explotación y pro-tección de redes.

Los derecho de inscripción son 375 francos con derecuo a una colección de las Memorias y a la participación en las discusiones.

Los ferrocarriles franceses han con-cedido una reducción del 50 por 100 a todos los miembros de esta sesión. La Comisión organizadora ha obtenido de varios hoteles diferentes rebajas, que permitirán a los asistentes pasar en Pa-rís los siete días que dura la Conferen-cia, por el módico precio de 280 francos.

En España representa a dicha Con-ferenccia D. A. de Vinuesa, Marqués de Cubas, 19.

Ferrocarriles La participación del Estado en las Com-

pañías ferroviarias.

~La Asociación de Accionistas y Obli-gacionistas de Ferrocarriles ha editado un estudio sobre la participación rela-tiva del Estado y del capital en las Com-pañías ferroviarias. La investigación arranca de 1900 y se refiere a las can-tidades que ha percibido el Estado por todos conceptos de los rendimientos de las Compañías en comparación con lo percibido por las acciones, y de ella se desprende que mientras el primero re-cibió ein 1912, 46 pesetas por acción y el accionista 24, en la Compañía del Norte, en 1931 la cantidad correspon-diente al Estado es de 112 pesetas por acción mientras que el accionista sólo ha cobrado 12. Y para la Compañía de M. Z. A. la desproporción es aún ma-yor pues de 44 pesetas que percibía el Estado en 1912 pasa a recibir en 1931 unas 129, mientras que el accionista ha bajado en las mismas fecha de 24 a 10,

Ilustra el estudio un gráfico demos-trativo de la marcha seguida por las

^ARCAS aaaix CAUDALES •JIrtJrJgr.VJI P A R L A M E N T O 9-11

cifras aludidas, que son de gran elo-cuencia para demostrar que el Estado ha tenido un disfrute muy superior al del accionista y sin emibargo la da un trato desamparador.

Los accionistas y obUga^ionistas -de íe-rrocarriles.

El sábado día 6 de Mayo celebraron los accionistas y obligacionistas de fe-rrocarriles una reunión en el Círculo Mercantil para tratar de la situación en que se encuentra el problema ferrovia-rio, y pedir al Gobierno que se faciliten los medios para que las Compañías pue-daji desenvolverse con mayor indepen-dencia, intentando la solución de la cri-sis actual.

De modo especial se solicitó una re-glamentación menos rígida que permi-ta al ferrocarril luchar por su tráfico, la ordenación del tráfico por carretera con arreglo a lo acordado en la Confe-rencia de coordinación, modificación, funcionamiento de los Jurados mixtos y mantenimiento de la vigencia del Esta-do ferroviario; conclusiones que fueron todas votadas imánimemente por la nu-merosa concurrencia.

El dividendo en especies.

Ha sido presentada ya la proposición que se discutirá en la próxima Junta general de la Compañía del Norte refe-rente al dividendo en especie. En dicha proposición se solicita la concesión de cincuenta kilómetros por acción.

Este dividendo en especie supondría en total unos veinticinco millones de kilómetros para el total de las acciones. Segiln nuestras noticias, solamente por lo que se refiere al rápido y exprés de Irún, al rápido de Santander, al rápido de Asturias y al exprés de Galicia, hay al año un excedente desaprovechado que llega a unos 186 miUones de kilómetros.

La proposición deja a la Compañía la elección del tiempo en que podrían con-cederse estos cincuenta kilómetros, con el fin de que no puedan mermarse los ingresos de la recaudación en las épo-cas más propicias al tráfico. A este efecto, las Compañías podrán suspender, con arreglo a la proposición menciona-da, sus concesiones durante tres meses al año.

Contiene además la proposición otra especialidad, que hace más viable la concesión, y es que los billetes que se obtengan mediante este dividendo en especie solajnente podrán ser sacados en la víspera del viaje; por lo tanto, no podrán disfrutar los accionistas de las ventajas del plazo de quince días. De este modo, cabe aprovechar en todo mo-mento mejor la afluencia de viajeros.

Enlaces ferroviarios y electrificaciones.

Bajo este másmo título dice nuestro querido colega Revista de Obras Públi-cas:

"Por diversos conductos tenemos no-ticias de haber llegado a conocimiento del ministro de Obras públicas la opi-

'^S^j:--'. i:

Historia de la técnica.

La primera máquina de vapor alemana se conserva en el Departamento de Minas del Beich. Su constructor la llamó "Máquina de Fuego", y en la descripción de sus ele-mentos, inscrita sobre el mismo plano de conjunto, se emplea en gran parte una ter-minología latina, hoy ya sustituida por la

sajona.

nión que sobre el Enlace ferroviario, ac-tualmente en construcción, tienen las dos Compañías más importantes de Es-paña, únicas a quienes directamente afecta.

En esta opinión, según nos dicen, se razona, dentro de la mayor serenidad y respeto, la formidable desproporción entre el costo de esa obra y su utilidad, ya que no resuelve ninguno de los pro-blemas pendientes en esas Compañías, ni puede "sustituir a la más pequeña de las mejoras que se consideran indispen-sables o convenientes.

Parece ser que el ministro de Obras públicas, que por su propia y exclusiva voluntad, y sia la previa consulta a los organismos asesores y a las propias Compañías, emprendió alegremente esta obra simtuaria, ha sentido més tarde la necesidad de apoyarse en un expediente aue justifique o explique de alguna ma-ñera su determinación. Quizá pesa so-bre el ánimo del ministro la unanimidad existente en contra del famoso subte-rráneo, atacado primero en las revistas técnicas, que, ctunplíendo un estricto y penoso deber, dieron la cara desde el principio, oposición que pasó luego a la prensa diaria, incluso a órganos afec-tos al Sr. Prieto, y ha llegado ya a las meses de cafe, cuya dimensión de cul-tura ha sido puesta de .relieve por D. Miguel de Unamuno en sus intervencio-nes, recentísimas, en el Comité de

J. A R M E R O INGENIERO DE C A M I N O S

I N G E N I E R I A H I D R O E L É C T R I C A Organización y explotación de empresas. Proyectos. — Construcción- — Peritajes. G o y a , 3 4 . - M A D R I D . - T e l é f . 13.256

Aproximación intelectual, de la Socie-dad de las Naciones.

Como pieza principal de este expe-diente se solicitó, como era obligado— y es lamentable que la consulta no se realizara antes que la obra , la opi-nión de las Compañías del Norte y de M. Z. A., que han contestado, según nuestros informes, en los térmános des-favorables antes indicados."

Como en varias ocasiones hemos se-ñalado nuestra opinión en contra de la .realización de esta obra, no hemos de indicar de nuevo que coincidimos con el criterio arriba expuesto. Pero no que-remos dejar de exponer que las dos Compañías ferroviarias, que tienen sus correspondientes representantes en la Comisión de Enlaces, pudieron muy bien indicar su opinión sobre el famoso pro-yecto, al constituirse la citada Comi-sión, en vez de hacerlo aiiora, después de adjudicados algunos trozos y cuando las obras se encuentran bastante ade-lantadas.

Los concursos del túnel de enlace.

De acuerdo con lo informado por la Comisión de Enlaces Ferroviarios de Madrid, el Ministerio de Obras Públicas ha adjudicado las obras del trozo cuar-to de la segimda sección del Enlace de la Estación de Atocha (M. Z. A.) con la de Las Matas (Norte), a la "Monta-ñesa de Obras y Pavimentos", S. A., por la cantidad de 2.259.967,46 pesetas, que produce la b a > del 30,05 por 100 sobre el presupuesto de contrata, debiendo ter-minar las obras en el plazo de doce me-ses.

El Santander-Mediterráneo, incluido en la Intervención del Estado.

La- "Gaceta" del 11 de mayo, publica un decreto del Ministerio de Obras Pú-blicas, según el cual se considera inclui-da entre las Compañías a que se refiere la Ley, creando la Intervención perma-nente del Estado en los ferrocarriles, a Ja Compañía del Ferrocarril Santander-Mediterráneo.

Las bases de trabajo de los fen-o^iarios.

La "Gaceta" del 28 de abril publica las bases de trabajo del personal de la Compañía de los Ferrocarriles Económi-cos de Asturias y las de la Compañía de Tortosa a La Cava.

La "Gaceta" del 16 de mayo publica el acuerdo de carácter general, ¡relativo a los sueldos e indemnizaciones que afec-tan al personal de oficinas del ferroca-rril de Mallorca.

Y la del 11 de mayo, inserta el Contra-to de trabajo para el personal de la Compañía del Ferrocarril de Torralba a Soria.

Adquisición de locomotoras.

El ministro de Obras Públicas ha fir-mado una resolución por la cual se au-toriza a la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces para adquirir mediante con-curso cinco locomotoras, y a la Compa-

nía Nacional del Oeste para adquirir 20 por el mismo procedimiento. Aceptando la propuesta formulada por las casas constructoras en cuanto al pago a pla-zos de dichos pedidos, sólo se abonará en total durante el presente ejercicio la cantidad de I.6OO.OOO" pesetas.

Los transportes de naranja por feiTO-carril.

La Guceta del 7 de Mayo publica una ley de la Presidencia del Consejo con-cediendo la iDonificación equivalente al 50 por 100 de los portes por los trans-portes ferroviarios de naranja. Se con-cede un crédito extraordinario de pese-tas 1.900.000 para esta bonificación.

Se autoriza al Gobierno para que con-ceda un crédito reintegrable de tres mi-llones de pesetas a los exportadores na-ranjeros en sus expediciones a Inglate-rra. Dicho crédito se efectuará con el aval del Estado por el Banco Exterior de España a beneficio de la exportación naranjera de Andalucía y Levante, y tendrá efecto desde el 25 de abril último hasta el 25 de noviembre próximo.

El anticipo, que consistirá en tres pe-setas por cada media caja de un peso aproximado de 50 kilos, se efectuará por dicho Banco mediante conocimiento que acredite, el emibarque de naranjas a las Islas Británicas o certificado del mismo expedido por la Aduana.

El Estado gravará con cinco cénti-mos por media caja las expediciones que se verifiquen a Inglaterra hasta la to-tal cancelación del crédito.

El ferrocarril Baeza-Utiel.

En la sección cuarta del Congreso se han reunido los diputados de las cuatro provincias a que afecta el ferrocarril Baeza-Utiel. Se tomaron los siguientes acuerdos:

Primero. Insistir cerca de la Comi-sión de Obras públicas, para emitir im Duevo dictamen acerca del plan de construcción de ferrocarriles.

Segundo. Realizar gestiones pertinen-tes a la consecución de un crédito ex-traordinario para que los ferrocarriles en construcción continúen con el mismo ritmo que en el año 1931.

Tercero. Nombrar una Comisión, in-tegrada por los señores Velao, repre-sentante de Albacete; Lozano, de Jaén; Manteca, de Valencia, y Blanco, de Cuenca, para que realice las gestiones que se indican y se entreviste con los diputados interesados en el plan de fe-rrocarriles en construcción.

La electrificación del Norte.

Según cálculos realizados última-mente parece que el coste de la electri-ficación de Madrid a Avila y Segovia, asciende a la cifra de 75,6 mUlones de pesetas, es decir 246.919 pesetas por kilómetro electrificado. El 50 por 100 de esa suma corresponde a la mano de obra.

Traesportador gigante de carbón.

En las minas de lignito de Golpa, cerca de Bitterfeld (Alemania), está en servicio el transportador que reproduce la foto. El lignito se quema en la central de Golpa-Zschor-

newitz, cuya energía consume en gran parte la capital del Beich.

Petición de concesión.

La S. A. Locomoción y Transportes ha solicitado la concesión sin subven-ción ni garantía de interés por el Esta-do, de im funicular en el valle de Niuia (provincia de Gerona).

Minas y metalurgia.

La producción de metales y combusti-bles en los nueve primeros meses de 1933.

La producción de combustibles en los nueve primeros meses de 1932, según datos oficiales del ministerio de Agri-cultura, Industria y Comercio, ha sido la siguiente, en miles de toneladas:

Combustibles

Antracita 488,9 Hulla 4.662.5 Lignito 257.8

Total 5.369.2

Coque metalúrgico 300.1 Aglomerados 508.0

Las provincias que han registrado mayor producción han sido las siguien-tes:

En hulla: Asturias, con 364.6 miles de toneladas; León, con 54.5 y Ciudad Real, 27.8. En antracita: León, con 33.2 miles de toneladas; Falencia, con 14.8,

y Córdoba, con 13.2. En lignito: Cata-luña, con 9.3 miles de toneladas; Teruel, con 9.1; Zaragoza y Baleares, con 2.5.

Aceites combustibles

La producción nacional de aceites combustibles durante el mes de sep-tiembre último fué de 304.720 kilogra-mos, y en los nueve meses primeros, 1.961.901. Los aceites crudos (alquitra-nes) ascendieron a 1.852.279, y en los nueve meses, 15.435.432 kilogramos.

Los productos de las pizarras carbo-nosas de Puertollano han sido los si-guientes: aceites crudos, en septiembre, 607.027 kilogramos; en nueve meses, 4.116.670; gasolinas y similares, 518.375 en septiembre y en nueve meses kilo-gramos 5.057.781.

Mitverales y metales

La producción de minerales de hierro fué en septiembre de 121.040 toneladas, y en los nueve primeros meses de 1932, 1.316.362. El distrito minero más des-tacado es Vizcaya, con 86.544 toneladas, y Granada-Málaga, con 14.744 tonela-das.

La producción siderúrgica se descom-pone del modo siguiente, en toneladas:

Fundición 213.181 Acero 375.647 Ferromanganeso 1.335 Ferrosilicio 354

G O M A S Y T U B O S P A R A I N D U S T R I A S HUTCHINSON CORREAS, TRANSMISION

Y T R A N S P O R T A D O R

Un nuevo tipo ele a.utoe,arril.

Lleva cuatro motores Bugatti de 220 CV., habiendo desarrollado en las pruebas una velo-cidad de 275 km. por hora. El conductor tiene su puesto de mando en la torrecilla que sobresale del centro del vehiculo, que se pondrá, en servicio en la línea Paris-Deauville,

para reducir el recorrido a dos horas.

El distrito minero más destacado en acero es Vizcaya, ccn 20.373 toneladas, y en fundición, el mismo distrito, con 12.851.

Otras clases

La producción de nmnerales y meta-les de otras clases ha sido en las fechas indicadas, la siguiente:

Minerpl

Cinc 61.891 Cobre 1.790.038 Manganeso 1.490 Plata, —

Metal

'Cinc 7.514 Cobre 11.032.774 Manganeso — Plomo 89.416 Plata 17.7

La fabricación del amoníaco sintético y la Comisión del Nitrógeno.

Como anunciamos a nuestros lectores se ha constituido una sociedad filial de la Unión Española de Explosivos. La nueva Sociedad se denomina "Sociedad de Industi-ia, Comercio y Minería". En la escritura de constitución se indica que "El objeto de esta nueva Empresa es, en general, el ejercicio de la indus-tria y el comercio, pudiendo, por con-siguiente, dedicarse a la fabricación o elaboración de cualquier clase de pro-ductos industriales, especialmente quí-micos o derivados, y a la venta de los mismos y de cualquier género de ma-

terias primas y productos manufactu-rados, todo ello sin limitación alguna.

Podrá, asimismo, dedicarse a toda clase de operaciones mercantiles e in-dustriales, directa o indirectamiente re-lacionadas con las actividades señaladas o aunque no lo estuvieren.

Para la implantación y desarrollo de su objeto social, podrá adquirir, poseer, explotar y enajenar bienes de cualquier naturaleza, participar en la constitución de otras Compañías, realizar actos y concertar contratos de índole civil y mercantil sin limitación alguna."

Parece que por el momento la prin-cipal misión de la nueva empresa con-siste en dar mayor libertad de acción a la Unión Española de Explosivos y cooperar a la fabricación, en España, de amoníaco sintético.

Para esta fabricación se cuenta con el concurso de Saltos del Duero, que puede suministrar la energía suficiente a precio verdaderamente económico.

La Unión Española de Explosivos ha sido designada para la Comisión del Nitrógeno, en primier lugar, por su or-ganización perfecta en el comercio de abonos, y, por tonto, dados sus conoci-mientos en el mismo; a la vez, por ser productor de sales potásicas, que es uno de los artículos más necesarios para esa fabricación. Y esta Comisión, según ha manifestado el Presidente de la citada sociedad, no se propone establecer un precio exagerado al abono nitrogenado; pretende, sólo, un alza prudencial, te-

Pida a la

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cualquier libro y revista qoe le interesen.

niendo en cuenta los precios medios que rigen para el mercado interior de Francia, Italia y Alemania.

La descarga de los productos petrolíferos.

La "Gaceta" del- 21 de mayo publica una orden del Ministerio de Hacienda, en la que se dispone que, de acuerdo con lo propuesto por la Compañía Arrendata-ria del Monopolio de Petróleos, en lo sucesivo se efectúen sin interrupción, de un modo continuo, las descargas de los productos petrolíferos, en las factorías del litoral, mientras no haya una razón que lo impida.

La citada orden ministerial dice que de este modo se obtendrán aproximada-mente unos dos millones de pesetas en economías en estadías, cantidad superior al importe de los jornales extraordina-rios, que se tengan que pagar por ia descarga continua.

Se modifican los reglamentos de los Cuerpos de Ingenieros Industriales.

La "Gaceta" del 10 de mayo publica una rectificación de algunos artículos del Reglamento orgánico del Cuerpo de Ingenieros Industriales. Estas modifica-ciones afectan a la constitución del Con-sejo de Industria, en el^sentido de dis-minuir el número de Consejeros designa-dos por antigüedad en el referido Cuer-po y de aumentar, en cambio, los nom-bramientos por ©I procedimiento de con-curso-oposición de méritos, tanto entre Ingenieros del mismo como los origina-rios de la industria privada.

La "Gaceta" del 1 de mayo, publica un decreto del Ministerio de Hacienda modificando varios artículos del vigente reglamento orgánico del Cuerpo de In-genieros Industriales al servicio de la Hacienda pública.

Concurso para proveer tres plazas de ingenieros agrónomos.

En la Gaceta, del día 8 de Mayo se publica una orden de la Subsecretaría de Obras Públicas convocando im con-curso para cubrir tres vacantes de In-genieros agrónomos, existentes en la Delegación de los Servicios Hidráulicos del Duero. Se proveerán entre Ingenie-ros del referido Cuerpo, en servicio ac-tivo, supernumerarios, o con derecho a ingresar en el escalafón.

Nombramientos y traslados.

Con motivo de la Ley de Incompati-bilidades, han presentado la dimisión de sus cargos los siguientes señores: don Antonio Fernández Bolaños Mora, del cargo de Director general de Cominos; don Anastasio de Gracia y Villarrubia, del cargo de DSegado del Gobierno en los Canales del Lozoya; don Casimiro Lana Sarrate, del cargo de Delegado del

Gobierno en el Circiuto Pirenaico; don Juan Negrín López, del cargo de Vocal del Gabinete Técnico de Accesos y Ex-trarradio de Madrid; don Juan Usabiaga, del cargo de Vocal de la Comisión de Enlaces Ferroviarios de Madrid; don Ho-norato de Castro Bonell, del cargo de Director general del Instituto Geográfi-co y de Presidente del Patronato del Mu-seo Naval.

Se ha dispuesto cese de prestar sus servicios en la Dirección general de Ae-ronáutica civil el ingeniero industrial, jefe de Sección, don Mariano de las Pe-ñas y Mesqui, por pasar a otro cargo, y se nombra para sustituirle a don Anto-nio Grancha Baixauli, ingeniero indus-trial.

Ha sido nombrado presidente del Ca-nal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo, don Blas Cabrera y Felipe, ca-tedrático de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central.

Se ha nombrado, con carácter provi-sional, director de la Escuela de Inge-nieros Navales,' a don Nicolás Franco Bahamonde.

Se ha nombrado, con carácter acci-dental, Inspector general de las Escue-las de Trabajo, a don José Mallart y Cutó.

Se ha nombrado a don Joaquín Muñoz Amor profesor auxiliar encargado de Colecciones y Museos de la Escuela de Ingenieros de Minas.

Se ammcia concurso-oposición para proveer la cátedra de Mecánica racional y aplicada a las máquinas y construc-ciones y Física general. Técnica micro-gráfica y la cátedra de Elayotecnia, azu-carería, industrias de la leche y demás industrias de transformación de produc-tos agrícolas y del ganado, vacantes en la Escuela de Ingenieros Agrónomos.

La "Gaceta" de 9 de mayo ammcia un concurso para proveer dos plazas de ingenieros agrónomos vacantes en la De-legación de los Servicios hidráulicos de la cuenca del Guadalquivir y una plaza de ingeniero agrónomo, vacante en la Delegación de los Servicios hidráulicos del Pirineo Oriental.

Ha sido nombrado subsecretario de Agricultura D. Darío Marcos, que venía desempeñando la Dirección General de Minas.

Ha sido elegido presidente de la Fe-deración de las Asociaciones de Inge-nieros Industriales de España D. Pau-lino Castells y Vidal, presidente, a su vez, de la Asociación de Ingenieros In-dustriales de Barcelona.

Para formar parte de la Comisión que ha de estudiar las aplicaciones co-mo lubricantes de los aceites vegetales y animales, han sido designados los in-genieros industriales D. Luis Martínez Román y D. José M. Fernández-Yáñez,

en representación del Ministro de Ha-cienda: D. Pedro de Calvo Pablo, por la Dirección general de Industria, y D. José Arvilla, de la CAMPSA.

Ha sido nomibrado profesor agregado de la Escuela Nacional de Sanidad, en-cargado de la cátedra de Servicios Sa-nitarios Municipales, el ingeniero de Caminos D. José Paz Maroto.

El Ministerio de Agricultura ha fija-do en sesenta y siete años la edad de jubilación de los ingenieros industriales.

SERVICIOS DEL ESTADO Ingenieros agrónomos.—Se concede el

pase a situación de supernumerarios a su instancia a los ingenieros terceros don Manuel Manuel María de Zulueta Enríquez y a don Miguel Hernández Porcel.

Se dispone que el ingeniero tercero don Secundino Herrero Senabre que ve-nía prestando sus servicios en la Sec-ción Agronómica de Valencia, quede de-finitivamente afecto a la misma encar-gándose principalmente de los servicios de Laboratorio de la indicada Sección.

Han sido designados don Vicente Rui-gómez Velasco, ingeniero tercero, afecto a la Sección Agronómica de Santander, para que pase a prestar sus servicios a la Sección Agronómica de Guipúzcoa; don Francisco García Sanz, ingeniero tercero, pendiente de destino, para la Sección Agronómica de Córdoba; don Galo Carreras Megías, ingeniero terce-ro, pendiente de destino, para la Sec-ción Agronómica de Las Palmas, y don Esteban Martin Sicilia, ingeniero ter-cero, pendiente de destino, para la Sec-ción Agronómica de Burgos y don Adrián Abreu Ládrera, ingeniero ter-cero, pendiente de destino, para la Sec-ción Agronómica de Málaga.

Se nombra en ascenso de escala Con-sejero Inspector general del Cuerpo de Ingenieros Agrónomos a don Víctor Fer-nández Alejo y Bonnta; Ingeniero Jefe de primera clase del Cuerpo, a don Cán-dido Egoscozábal y Usabiaga; Consejero Inspector general del Cuerpo, a don Wis-tremundo de Loma y Lavaggi; Ingenie-ros Jefes de primera y segunda clase a don Pedro Herce Fernández y don Francisco de Paula Aguayo Bernuy.

Ha sido jubilado don Félix Aguilar Untoria, Consejero Inspector general del Cuerpo de Ingenieros Agrónomos.

Ingenieros de Caminos.—Han sido ju-bilados, por haber cumplido la edad re-glamentaria, los presidentes de Sección don Alfonso Rojo y Puertas y don Cle-to Miguel Mantecón y Arroyo.

Don Ricardo Agnilar Cappa, ingenie-ro primero en la Jefatura de explota-ción de ferrocarriles, pasa a la Inspec-ción del Estado en la Compañía de fe-rrocarriles de Madrid, Zaragoza y Ali-cante.

Don Marciano Martínez Catena, se dispone ejerza con carácter interino, como ingeniero auxiliar de la Jimta de Obras del Puerto de Ceuta, en tanto se celebra concurso para proveer la plaza.

Don Ramón Montagut y Miró, Presi-dente de Sección, supernumerario, se le jubila.

Don Emilio Serrano Navas, ingeniero jefe de primera, se le jubila.

Don Casto Méndez Núñez y Veláz-quez, ingeniero jefe de primera clase, subdirector de la Junta de Obras del Puerto de Vigo, pasa a supernumerario fuera del servicio activo.

Don Ramón Martínez de Velasco, in-geniero jefe de segunda clase, en la cuarta Jefatura de Estudios y Construc-ciones de ferrocarriles, se le nombra jefe de Obras públicas de Huesca.

Don Tomás Gómez Acebo, ingeniero segundo en la Comisaría del Estado, Compañías de la zona Sur, se dispene cese en el cargo y queda disponible.

Ha sido jubilado don Félix Romírez Doreste, Consejero Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Inge-niero Jefe del Circuito Nacional de Fir-mes Especiales.

Ingenieros industriales.—Ha sido in-corporado al Cuerpo del Ministerio de Agricultura, Industria y Comercio, en la categoría de ingeniero tercero, el inge-niero industrial don Luis Beraza y Zá-rraga, que anteriormente desempeñó funciones de Ayudante industrial.

A petición propia ha sido concedida la excedencia al ingeniero industria] don Antonio Rodríguez Guerra, del Cuerpo del Ministerio de Agricultura e Industria.

Se nombra Ingenieros Jefes de segun-da clase, a don Manuel Prieto Peláez y a don Mariano López Sánchez-Solís.

Se nombra Ingenieros Jefes de tercera clase de Cuerpo de Ingenieros Industria-les, a don Rafael Sáez Diez Vázquez, don Luis Erquicia Zabaleta, don Fran-cisco de las Cuevas Rey y don Miguel Martínez de Setién.

Ascienden a Ingenieros Jefes de pri-mera, segunda y tercera clase del Cuer-po de Ingenieros Industriales, don Carlos Mataix AracU, don Pedro M. de Artíiia-no y Galdácano y don José Martínez Roca, respectivamente.

Se declara excedente voluntario a don Luís Estrada Acebal, ingeniero industrial.

En el Cuerpo de Ingenieros industría-les del Ministerio de Agricultura se finuncia concurso de traslado para cubrir las vacantes siguientes:

Un ingeniero subalterno en las Jefa-turas de Industria de Avila, Madrid, Fa-lencia, Navarra, Santa Cruz de Tenerife y Vizcaya.

Un ingeniero del Cuerpo en la Direc-ción general de Industria.

Dos ingenieros del Cuerpo en la Je-fatura de Industria de Barcelona.

Ingenieros de Minas.—Se nombra en ascenso de escala Inspector general. Pre-sidente de Sección del Cuerpo de In-genieros de Minas, a don Pablo Fábrega y Coello; Inspector general del Cuerpo, a don Román Machimbarrena y Cogor-za; Ingeniero Jefe de primera clase del Cuerpo, a don Miguel Langreo y Con-treras; Ingeniero Jefe de segunda clase del Cuerpo, a don Ricardo Botín y Sán-chez de Porrúa.

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Obras públicas y municipales.

Las fianzas de los contratistas de Obras públicas.

La Asociación nacional de Contratis-tas de Obras públicas lia puesto en co-nocimiento de sus asociados, que ein vir-tud de una orden circular del Ministe-rio de la iGobernación, serán admitidas en las fianzas de las contratas, por su valor nominal, las cédiüas de Crédito Local interprovincial.

Asimismo les ha recordado la obliga-ción en que se encuentran de eiUviar una comunicación a la Inspección de Segu-ros Sociales del Ministerio del Trabajo con el nombre de la entidad, con la que han suscrito el contrato de seguro obli-gatorio, la fecha, trabajos que compren-de el contrato^ número de obreros y sus jornales; todo esto a los efectos de apli-cación de la nueva ley de Accidentes del Trabajo.

Se proyecta una carretera directa de Madrid a la Sierra,

El Gabinete Técnico de Accesos y Ex-trarradio de Madrid, ha acordado que se estudie Un proyecto de carretera di-recta a la sierra. Este proyecto es a base de ampliar y prolongar la actual carretera de El Pardo, la cual seguirá con una anchura de calzada de nueve metros hasta un punto situado a 35 ki-lómetros de Madrid, donde se bifurcará en dos ramas, yendo una de ellas a Manzanares el Real y Pedriza (alber-gue Giner) y la otra pasando por Cer-ceda para unirse con la carretera de Villalba a Segovia en su kilómetro 13-500, un poco más arriba del pueblo de Navacerrada.

Por esta nueva vía de distancia a Manzanares sería de 40,300 kilómetros, en vez de 53,100 que es el recorrido de ahora; a Cerceda, 40,500, en lugar de 49,000, y a Navacerrada, 49,500, siendo hoy de 53,000. Aunque el acortamiento para la zona actualmente más frecuen-tada no es tan importante como para la parte de la Pedriza, se obtendrá la ventaja de un trazado de mejores ca-racterísticas para el tráfico automóvil.

La carretera proyectada afecta a los términos municipales de El Pardo, Col-menar Viejo, Manzanares el Real, Cer-ceda, Moralzarzal, Becerril de la Sie-rra y Navacerrada, cuyos Ajruntamien-tos deberán ofrecer gratuitamente los terrenos necesarios.

La repoblación forestal en la cuenca del Duero.

El servicio forestal de la Mancomu-nidad del Duero, desarrolla un aconsi-derable campaña de repoblación fores-tal. La superficie plantada es de hectá-reas 20.093.261 y los árboles plantados 1.254.880, de los cuales 400.000 corres-ponden a la última campaña. También ha sido importantísima la repoblación de arbolado hecha ein las laderas del río

Carrión. Se han construido 42 diques y 150 empalizadas. Además se han efec-tuado importantes obras de defensa en diversos puntos. En enero, la Mancomu-nidad tenía ocupados 1.575 obreros; en febrero, 1.259, y en marzo, 1.180. Las obras realizadas suman varias decenas de millones de pesetas.

La Delegación ha acordado la pro-puesta de conservación y fijación de márgenes del río Carrión para el año 1933, derivada del proyecto de repobla-ción en la cuenca del expresado río, y que ha sido redactada por el Servicio Forestal.

Comprende los gastos de conservación del arbolado en las superficies que ya han sido repobladas y las obras de de-fensa indispensables. El presupuesto to-tal asciende a la cantidad de 47.551,26 pesetas.

Concurso de anteproyectos para arqui-tectos españoles.

El ministro de Obras públicas ha aprobado las bases para un concurso de anteproyectos de ocho poblados en la zona del valle inferior de Guadalquivir y de otro para cinco en la zona de Gua-daJmellato.

Para el primero de dichos concursos se establece un premio de 45.000 pese-tas, un accésit de 10.000 y otro accésit de 8.000.

En el segundo hay un premio de pe-setas 30.000, un accésit de 7.000 y otro de 5.000.

Ambos concursos están reservados a arquitectos españoles.

El embalse para riegos en Barco de Avila.

El Ayiintamieinto de Barco de Avila y la Junta de Regantes de la regadera de la villa, han enviado a la Delegación de Servicios Hidráulicos toda la docu-mentación necesaria, solicitando la con-cesión de los máximos auxilios posibles por parte del Estado para la construc-ción de un embalse que habrá de al-macenar las aguas de la citada rega-dera y de sus derivadas del Soto y He-lechares, logrando un aprovechamiento ordenado y eficaz en aquellas magnífi-cas zonas de regadío.

Los beneficios que habrá de reportar la construcción de este embalse, son muy dignos de tenerse en cuenta por-que se trata, precisamente, de los te-rrenos cuidadosamente cultivados y afa-nosamente regados, donde se producen las acreditadas judías del Barco de Avi-la. Es, pues, una obra inmediatamente reproductiva e interesantísima para la economía nacional.

La Delegación ha elevado a la Supe-rioridad las instancias y documentos anejos, con un informe favorable y lau-datorio.

Varios. Entrega del canal de experiencias hidro-

dinámicas.

El día 24 de mayo se entregó al Mi-nisterio de Marina el canal de experien-cias hidrodinámicas. Dicho canal queda bajo el Patronato de una Junta de Go-bierno, formada por don Blas Cabrera, como presidente; los señores Díaz Apari-cio, Cal, Lafita, Servet, Franco y Pre-syler, ingenieros; los señores González Quijano, Palacios y López, catedráticos; Fontela, capitán de navio, y Canal, re-presentante de las Asociaciones de Na-vieros.

Han sido nombrados, a propuesta de dicha Junta, director y subdirector, res-pectivamente, los ingenieros navales se-ñores González Aledo y López Acevo, que, con los señores Lago y Rodrigo, forman el equipo técnico de ingenieros de dicho canal de experiencias, donde se ha-rán estudios previos antes de construir cada barco, estudios que hasta ahora era necesario mandar hacer al extranjero.

La formación, del censo general de In-dustrias.

El Ministerio de Agricultura ha dis-puesto que por la Sección de Estadísti-ca Industrial de la Dirección general se proceda a la inmediata elaboración de un Censo general de Industrias.

La fotogrametría aérea en España.

La "Gaceta" del 7 de mayo, publica el Reglamento provisional de la Comi-sión interministerial nombrada por el Ministerio de Hacienda, y de los servi-cios que han de obtener las fotografías aéreas para su aplicación al avajice ca-tastral.

El Consorcio de Industrias Militares.

La "Gaceta" del 3 de mayo publica el Reglamento básico del Consorcio de In-dustrias Militares.

Se traslada a Madrid la Escuela de In-genieros Navales.

La "Gaceta" del día 13 de mayo pu-blica una orden ministerial de Instruc-ción Pública, disponiendo que se esta-blezca en Madrid la Escuela de Inge-nieros Navales, en el edificio (número 25 de la calle de Alberto Aguilera, que es donde, según una interpretación erró-nea, se creyó que se trasladaría la Es-cuela de Ingenieros Industriales.

En la nueva Escuela de Ingenieros Navales se continuarán los estudios in-terrumpidos de los alununos ingresados en la Escuela de El Ferrol, en un cur-sillo que abarcará desde mayo hasta agosto venidero.

La plantilla provisional de profesora-do de la Escuela estará integrada por un director, tres profesores, un ayudan-te profesor y un delineante de buques.

B i b l i o g r a f í a Pre-estudio sobre la íormación de un Instituto Argentino de Electrificación

rural.

La electrificación rural ocupa en es-tos momentos la atención de gran nu-mero de países de gran desarrollo agrí-cola El nuestro, con su reforma agra-ria en marcha, también se interesa por las posibilidades que pueda tener la electrificación de los campos. Y a este respecto es de un gran interés el libro que por encargo de la Asociación de Empresas Eléctricas Argetntinas, ha pu-blicado Luis S. Sidler.

El autor trata los distintos proble-mas que tendría que resolver un Insti-tuto cuya misión fuera la electrifica-ción del campo. Los agricultores han da-do, hasta ahora, pocas señales de mte-rés por estas cuestiones, debido sin du-da a la falta de conocimientos de esta clase. Por ello lo primero que debiera hacerse sería la creación de una o va-rias granjas experimentales, en las que se hicieran ver claramente al agricul-tor las ventajas que puede representar el empleo de la electricidad en sus for-mas de corriente fuerte, débil, rayos ul-travioleta y Rontgen.

Claro es que la clave de la electrifi-cación del campo es la red de distribu-ción, cuya formación hay que fomen-tar como base de aquélla.

Sidler compara luego los resultados de la electrificación en diversos países: Alemania, Estados Unidos, Inglaterra, donde después de establecerse su siste-ma de distribución (Grid) de 11.000/400/ 230 voltios, el número de consumidores agrarios ha aumentado en uin solo con-dado—Chester—de 318 en 1925 a 1.188 en 1928, esperándose llegar en diez años a un consumo de 230 mili, de kWh., y se detiene particularmente en Italia. Aquí se ha conseguido llegar a electri-ficar en 1931 el 91 por 100 de los Muni-cipios, cuando en 1917 sólo lo estaban el 53 por 100. El mayor consumo de energía para fines agrícolas ha sido, eíu 1930, en los trabajos de desecación y drenaje; 22,9 millones de kWh en ope-raciones de recolección y trilla; 4,3 mi-llones de kWh. Existen además 28.871 pequeñas fábricas y talleres que elabo-ran productos agrícolas con un consu-mo global de 9,3 millones Se kWh.

Se detiene luego el autor en el estu-dio de las condiciones ein que habría de construirse la red nacional argentina, estableciendo algunos cálculos de deta-lle; llega en total a la consecuencia de que el kilómetro de linea costaría unos 3.800 pesos. En sus consideraciones el autor se duele de las trabas que pone a la electrificación la multiplicidad de tipos de motores eléctricos, cuya repa-ración requiere dispoiner de un excesivo almacén de piezas de recambio, con ren-tabilidad difícil de defender.

CONSTRUCCION

Hormigón armado, por Alfonso Peña Boeuf.—^Un volumen de 219 páginas, 66 figuras y 11 tablas.—Madrid, 1933.

Este libro ha resultado, como se espe-raba, un tratado completo para el cálculo de piezas de hormigón armado.

Sus dos características: claridad en la exposición de los resultados obtenidos has-ta el presente y clarividencia en la mane-ra de tratar originalmente algunos temas, lo hacen de un extraordinario valor.

Está dividido en seis capítulos que tra-tan, respectivamente, de: Elementos com-ponentes de los hormigones y armaduras.— Composición y dosificación de morteros y hormigones. — Propiedades físicas de los hormigones.—Cálculo de sólidos sometidos a compresión y tensión.—Flexión simple.— Flexión compuesta.—Torsión.

En todos ellos el autor ha conseguido lo que se proponía, dar " la esencia en que llega a concentrarse el resultado de las in-vestigaciones hechas en largo tiempo, cu-yos accidentes no interesan",- describiendo de un modo sencillo y ordenado todo lo que actualmente tiene un valor práctico en la teoría del hormigón armado.

En el capítulo primero se pasa revista a las propiedades de arenas, gravas, agua, aglomerantes y armaduras, indicando las condiciones que se fijan en el pliego vigen-te y estudiando las cualidades que pueden influir en las propiedades del material re-sultante como: composición granulométri-ca, acción del agua del mar, cementos es-peciales, empalme de barras, etc.

En el segundo capítulo se exponen ma-gistralmente los estudios de Feret, Abrams, Fuller, Bolomey y Ros, sobre composición de hormigones, poniendo en claro los con-ceptos de módulo de finura, plasticidad, composición granulométrica, etc., indican-do un modo racional de dosificación de mor-teros y hormigones, para aplicar en los ca-sos prácticos de construcción.

El capítulo tercero se refiere a las pro-piedades físicas de los hormigones: resis-tencia, elasticidad, adherencias y variacio-nes de volumen, reuniéndose los datos prácticos de aceptación indiscutible a que se ha llegado mediante la experimentacióii.

autor, de un modo original, relaciona los coeficientes representativos de estas propiedades físicas, poniéndolos en función de la resistencia a la compresión, y así, por ejemplo, el coeficiente de equivalencia hierro hormigón: m resulta función de la carga de rotura a compresión del hormi-gón que se utiliza.

En el capítulo cuarto se expone el cálcu-lo de los sólidos sometidos a compresión y a tracción, ocupándose de los pilares con armadura longitudinal y los zunchados, es-tudiando en ambos casos el pandeo. En la tracción, se refiere especialmente al pro-blema de tubos, que es donde casi exclu-sivamente se presenta este modo de tra-bajar. ,

Los capítulos quinto, sexto y séptimo se dedican a la flexión simple, flexión com-puesta y torsión, respectivamente, empe-zando por estudiar el fenómeno físico, ex-poniendo después los procedimientos de cálculo analíticos y gráficos, haciendo es-pecial aplicación al caso de secciones rec-tangulares.

Para las cargas tangenciales se expone de un modo sencillo y completo el proce-dimiento de cálculo de estribos y de levan-tamiento de barras. La torsión también está tratada de un modo estricto y práctico.

La valiosa aportación del autor se refie-re, como ya hemos indicado, a la fijación del coeficiente de equivalencia en función de la resistencia de rotura del hormigón. Para esto parte de la expresión obtenida experimentalmente por Ritter para el coe-ficiente de elasticidad en función de esta resistencia y de la carga de trabajo y adopta el criterio de la instrucción fran-cesa de suponer esta última, igual a : 0,28 de la anterior. El coeficiente de equivalen-cia resulta ser inversamente proporcional a la carga de rotura, e introduciendo esta expresión en las fórmulas que dan las ten-sionfes máximas para los diferentes modos de solicitación, los obtenemos en función de aquélla, por lo que en cada caso, según la carga máxima que supongamos en el hierro, obtendremos la cuantía óptima.

Esto simplifica extraordinariamente los cálculos, y así, por ejemplo, en la flexión

de presas rectangulares las tablas para el cálculo de las mismas corresponden a los casos de armaduras simétricas, asimétri-cas V disimétricas y a dos valores de la carga en el hierro, 1.000 y 1.200, y en cada, caso la cuantía deflne el valor del coefi-ciente de equivalencia, la carga en el hor-migón y una función para calcular los ele-mentos que interesen en función del mo-mento flector. • • .

El valor de m varía entre 30 y 7, coin-cidiendo con los valores admitidos corrien-temente, pues para hormigones normales (160 kg/cm2 a los veintiocho días) vale 15 y para los supercementos y cementos alu-minosos de 7 a 10 (valores especificados en algunas instrucciones).

H a resultado un libro de tamaño pequeño, pues como su autor advierte en el prólogo, "ya que habríamos de conceder una gran importancia a la compacidad de los hormi-gones, tamljién nos pareció una virtud se-guir el mismo criterio en su redacción", pero resulta completo; todo lo contenido en él ha sido interpretado por el autor, que lo ha ordenado en ese horizonte de claridad tan característico en todas sus obras. , , ^ ,

L a impresión está muy cuidada, tanto en las figuras como en el texto.—C. Fer-nández Casado.

PUBLICACIONES RECIBIDAS

El hecho de que una obra aparezca en esta sección no impide que posteriormente nos ocupemos de ella con más detalle.

UBROS The measurement of air flow, por E. Ower.

243 páginas, 85 figuras y 18 tablas. Edi-tor- Chapman & Hall, Henrietta Street, 11, Londres, W . C. 2. Precio: 15 s.

Eléments de géométrie analytiqTie, por Per-cev F. Smith.—i26 páginas, 427 figuras y cuadros. Editor: Librairie Vuibert, Bou-levard Salnt-Germain, 63, París. Precio: 45 francos. .

Beinforced concrets bridge design, por (--. S. Chettoe y Haddon C. Adams.—400 pá-ginas, 308 figuras y cuadros. Editor; Chapman & Hall, Ltd., 11, Henrietta Street, Londres, W . C. 2. Precio; 42 ch.

Investís,ations of Fuels and Fuel Testing, 1930 and 1931.—166 páginas, figuras, cua-dros y tablas. Publicaciones del Depart-ment of Mines, Ottawa (Canadá).

Competitive desing of steel structures, por Peter Russell and George Dowell.—426 pá-ginas, 24 tablas y 234 figuras. Chapman & Hall, Ltd., 11, Henrietta Street, Lon-dres, W . C. 2. Precio: 21 ch.

FOLLETOS Y MEMORIAS Producción de carbones, tráfico en Astu-

rias e importación por las aduanas, fe-brero, marzo de 1933.

Ministerio de Tr,aba.io y Previsión Social.— Patronato de política social inmo'biliaria del Estado, memoria correspondiente al ejercicio 1932.—129 páginas, gráficos y fo-tografías.

Informe acerca de los fenómenos sísmicos ocurridos en la región de Pasti-ana (Gua-dalajara) (22 de diciembre de 1931 a 3 de julio de 1932), por Alfonso Rey Pastor.— 48 páginas y cuadros. Dirección General del Instituto Geográfico, Servicio sismo-lógico, Blasco de Garay.

El sismo de la Kioja ba.ja del 18 de febrero de 1929, por A. Rey Pastor.—10 páginas, figuras V cuadros.—£.1 período sísmico de " L a OaniaX de Berdún" (Pirineos), 1923-1925, por A. Rey Pastor.—70 páginas, 35 figuras y cuadros. Instituto Geográfico y Catastral, Servicio sismológico.

Traits sismiques de la péninsule Ibérlque, por Alfonso Rey Pastor.—72 páginas, 17 figuras y tablas. Instituto Geográfico y Catastral de España.

Bosquejo geomorfológico del Peñón Toleda-no, por Alfonso Rey Pastor, ingeaiero geó-grafo.—24 páginas, fotografías y planos. Real Academia de Bellas Artes y Cien-cías Históricas de Toledo.

El circo romano de Toledo, por Alfonso Rey Pastor.—42 páginas y 26 láminas. Biblio-teca Toledana. Toledo.

Nuevas orientaciones le la sismología pu-ra, por Alfonso Bey Payio.-.—U páginas y 8 figuras.—El sismo de la sierra lie J-ú-oar (Granada-Almería), por A. Rey Pas-tor.—17 páginas, figuras y cuadros.—L-i profundidad del foco sísmico, por A . Rey Pastor.—8 páginas y 2 cuadros.—L'i sis-mología moderna y ;a prcdi(-<;ióii de los sismos, por A. Rey Pastor.- -3 págmas. Revista Ibérica, Palau, 3, Barcelona.