revista de historia naval nº55. año 1996

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    R VIST

    HISTORI N V L

    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVALARMADA ESPAOLA

    Ao XIV Nm

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    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVALARMADA ESPAOLA

    REVISTADEHISTORIA NAVAL

    Ao XIV 1996 Nm. 55

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    REVISTA DE HiSTORIA NAVAL fljCONSEJO RECTOR:Presidente. Directordel Instituto de Historia y Cultura Naval, Jos IgnacioGonzlez-Aher Hierro, contralmirante.Vicep residentey Director. JosCervera Pery, coronel auditor. Periodista.Vocales. FernandoGonzlez de Canales y Lpez-Obrero, Secretario Generaldel Instituto de Historia y Cultura Naval; Manuel Martnez Cerro,Jefe del Departamento d Cultura del Instituto de Historia y CulturaNaval; Hugo ODonnell y Duque de Estrada, de la Comisin Espaola de Historia Martima.Redaccin, Difusin yDistribucin: IsabelHernndez Sanz, Paloma Moreno de Alborn, Ana BerenguerBerenguer.Administracin: OvidioGarca Ramos, comandante de Intendencia de la Armada,Paloma Moreno de Alborn.DIRECCIN Y ADMINISTRACIN:

    Instituto de Historia y Cultura NavalJuan de Mena, 1, 1. planta.28071 Madrid (Espaa).EDICIN DEL MINISTERIO DE DEFENSAIMPRIME:Servicio de Publicaciones de la Armada.Publicacin trimestral: cuarto trimestre 1996.Precio del ejemplar suelto: 650 pesetas.Suscripcin anual:

    Espaa y Portugal: 2,600 pesetas.Resto del mundo: 4.000 pesetas.Depsito legal: M. 16.854-1983.ISSN-0212-467X.NIPO: 076-96-024-O.Impreso en Espaa. - Printed in Spain.CU8IERTA: Logotipo del Instituto de Historia y Cultura Naval.

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    SUMARIO

    NOTA EDITORIAL 5Los dos Van Halen, por Jos CerveraPery7La Junta del Rino y la Escuadri de Galicia 2.aparte), porManuel M. de Artaza Montero21Los basti,nen tos de la Armada invencible. Su escasez comocausa del fracaso, por Hugo ODonnell y Duque de Estrada47Las caractersticas operativas de los navos yfra gatas del siglo XVIII,

    por Jos Mara de Juan-Garca Aguado65Navegantes, cartas y derroteros en el Ro de la Plata colonial, porEmir Reitano81La historia vivida: Un olvido histrico: El paso del estrecho el 5 deagosto de 1.936 y el alfrez de navo Jos Mara Moreno yMateo-Sagasta, por Leopoldo Boado Endeiza97Documento: La pensin concedida por lord Wellington al tenientegeneral Ciscar101La Historia Martima en el inundo: Digitalizacin de documentos enel Museo Naval de Madrid, por Jos Antonio Ocampo Aneiros .... 105Noticias Generales109Recensiones117

    Pgs.

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    COLABORAN EN ESTE NMEROJos Cervera Peryes coronel auditor y periodista. Diplomadoen Tecnologa de la Informacin y en Derecho Internacional.Miembro correspondientede la Real Academiade laHistoria y de numerosas Academias Hispanoamericanas y autor de una serie de libros dehistoria naval. Conferenciante y articulista. Ultimo premio Santa Cruz de Marcenadodel Ministerio de Defensa. Actual director de la REVISTA DE HISTORIA NAVAL.Manuel Martn de Artaza Montero es doctor en Geografa e Historia, especialidadde Historia moderna, por la Universidad de Santiago de Compostela, en la que ejercela docencia como ayudante del Departamento de Sociologa, Ciencia Poltica y de laAdministracin de la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales de aquella universidad.Es autor de las obras La Corua en el siglo XVIII y Representacin poltica, guerra yfiscalidad en el Antiguo Rgimen: La Junta General del Reino de Galicia (ahora enprensa) y de numerosos artculos en diversas publicaciones y revistas nacionales.Recogemos, entre otras: La Corua y la Real Compaa de Galiia, en Revista delInstituto Jos Comide de Estudios corueses, y La Junta del Reino y la autonomade Galicia, en la revista Obradoiro de Historia Moderna.Hugo ODonnell y Duque de Estrada, marqus de Altamira, es comandante deInfantera de Marina (E. C.), licenciado en Derecho por la Universidad Central deMadrid, diplomado en Derecho Internacional por la City of London College, en Literatura francesa por la Universidad de Lausana (Suiza) y en Genealoga Herldica porel Servicio Histrico Militar espaol. Acadmico correspondiente de,las RR. AA. deSevilla y Crdoba es, asimismo, miembro del Comit Internacional de Historia Martima y de la Comisin Nacional de Historia Martima, de la que es vicepresidente. Hapublicado, entre otras obras, La fuerza de desembarco de la Gran Armada contraInglaterra 1588), y El viaje a Chilo de Jos de Moraleda 1787-]790). Colabora endiversas publicaciones nacionales y extranjeras, entre otras, la REVISTA DE HISTORIANAVAL.Jos Mara de Juan-Garca Aguado es doctor ingeniero naval. Responsable deArquitectura naval y Anteproyecto de la empresa ASTANO, S. A. es, en la actualidad, profesor titular de la Escuela Universitaria de la Universidad de La Corua, autorde la tesis doctoral La Construccin Naval Militar espaola en el siglo XVIII. La obrade Romero Fernndez de Landa y colaborador de la REVISTA DE HISTORIA NAVAL.Emir Reitano es doctor en Historia por la Universidad Nacional de La Plata, con latesis La comunidad portuguesa en la ciudad de Buenos Aires durante los siglos XVIIy XVIII. Ha ejercido la docencia como profesor de Historia Argentina y Americana,en los niveles universitario y de enseanza media, en la Universidad Nacional de LaPlata, en el Instituto de Enseanza Secundaria Padre Mrquez y en otros institutosy colegios. Es miembro del Centro de Estudios de Historia Americana y Colonial(CEHAC) y ha participado en numerosos congresos, simposios, cursos y seminarios.Es autor, entre otras publicaciones, de los trabajos El Tratado de Tordesillas, el desarrollo de la cartografa portuguesa y sus conflictos con la Corona espaola en el Rode la Plata, en la Revista Mare Libe rum, C.N.C.D.P.. Lisboa, Portugal; y El Ro dela Plata durante el perodo colonial. El desafo de su navegacin, en actas del V Congreso de Historia de los Pueblos de la provincia de Buenos Aires, celebrado en laciudad del Mar del Plata en noviembre-diciembre de 1995.

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    NOTA EDITORIALEstamos una vezms en vsperas de un nuevo ao, y la REVISTA DE HISTORIA NAVAL se revitaliza con renacidas dsperanzas e ilusiones ante estas nuevasperspectivas de futuro de labor continuaday de gestin cumplida. Cada vez,

    para nuestra satisfaccin, son ms numerosas las ilustres firmas de quienesnos distinguen coi su favor, y no es ptulancia decir que hasta tenemos ciertosapuros en los criterios de seleccin.En este nmero 55 se ha querido rendir homenaje a dos destacados personajes del siglo xix los hermanos don Juan y don Antonio van Halen queingresados en el servicio de las armas como marinos, alcanzaron su mayorgloria en el rango y talante de militares de tierra. El profesor Artaza Monteroculmina su esplndido trabajo La Junta del Reino y la Escuadra de Galicia;Los basti,nento de la Annada Invencible y su escasez como causa del fracasoson estudiados por el historiador Hugo ODonnell; el doctor Jos Mara deJuan-Garca Aguado escribe sobr las Caractersticas operativas de los navosy fragatas del siglo xviii, y, por ltimo, el profesor argentino Emir Reitanorealiza una excelnte estudio sobre Navegantes, cartas y derroteros en el Rode la Plata cbion ial.Las secciones habituales de La Historia vivida, Noticias generales,La Historia Martima en el mundo y el Documento, completan y autentifican el nmero, junto a las acostumbradas recensiones de libros de recientepublicacin. Un conjunto que esperamos y deseamos merezca la atencinamable y mantenida en las vsperas de un nuevo ao, en el que tantas cosasquedan por contar.

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    LOS DOS VAN HALEN(Las glorias de un transfuguismo)

    Jos CERVERA PERYDirector de la Revista de Historia Naval

    Pocas figuras castrenses aunhabiendo tanta abundancia de ellas a lo largodel tumultuoso siglo xix tienen una hoja de servicios tan dilatada y meritoria corno la de los dos hermanos Van Halen y Sarti (don Juan y don Antonio),el primero de ellos mariscal de campo del Ejrcito espaol y teniente generaldel Ejrcito belga, y el segundo, teniente general del Ejrcito espaol y condede Peracamps, aunque ambos iniciaran su carrera de armas como marinos deguerra, sentando plaza de guardiamarinas en los aos 1803 y 1804 respectivamente. Son, por tanto, dos vidas ciertamente paralelas en hechos y actitudes, ytanto a uno como a otro les alcanzaron, por sus notables hechos de armas, lasglorias de un transfuguismo (por otra parte propio del siglo xix) que convertaa marinos en militares de tierra y viceversa, en razn de determinados acontecimientos o circunstancias histricas.Hijos del matrimonio del teniente de fragata de la Real Armada don Antonio van Halen y de la cartagenera doa Francisca Santi, los dos nacieron en laReal Isla de Len, cuna de tantos y tan preclaros marinos, aunque el apellidoflamenco de su progenitor indicara la procedencia de Werther (Holanda), sibien afincado en Espaa y entroncado con apellidos nacionales de acusadaraigambre como los Murphy, Sarti o Castaeda.Don Antonio van Halen, padre, que alcanz el grado de capitn de fragata,haba ingresado en la Real Armada sin dificultad, lo que significa que probsu hidalgua y buen origen. No se contabilizan en su expediente personal relevantes hechos de armas como los que lograrn sus hijos si bien cornooficial de Marina de la mitad del siglo xviii, realizara frecuentes navegacionespor Amrica y Filipinas y tomara parte en destacadas operaciones navales,aunque s dej bien sembrada la semilla vocacional en sus dos hijos cuyamadre, doa Francisca Sarti, tambin era hija de un marino de origen italiano.Los comienzos navales

    Tanto Juan como Antonio van Halen Sarti sentaron plaza en la RealCompaa de Guardiamarinas, con apenas un ao de diferencia; Juan, a loscatorce aos, con dispensa de edad, y Antonio algo mayor, pero ambos cursaron brillantemente sus estudios con dotes especiales para las matemticas.Juan embarca, todava como guardiamarina, en la fragata Anfitrite, bajo elmando de don Jos Varela Ulloa, que le tom gran afecto durante la larganavegacin de La Habana a Veracruz llevando caudales. A Antonio lo encontramos de alfrez de fragata en las fuerzas sutiles que defienden los caosgaditanos de las huestes napolenicas, y as embarca en los caoneros de laAo 1996

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    JOS CERVERA PERYdefensa naval del apostadero de la Aguada, o en tierra desde la posicin isleade punta Cantera como lugar ms estratgico de la vanguardia ofensiva contralas bateras francesas. Juan, entretanto, como alfrez de navo, en unin deotro compaero, el alfrez de fragata Jos Hezeta, se ha presentado en elParque de Artillera madrileo el famoso 2 de mayo de 1808 incluso antes queDaoiz, organizando el reparto de armas para luchar contra las tropas francesas,siendo herido en un hombro. Todava los estamos contemplando juntos, bajoel comn denominador del botn de anda, al que tanto honraron, pero seimpone en aras de una mayor clarificacin de sus hazaas afrontarlos separadamente, aunque el destino volver incidentalmente a reunirlos, cuandoambos han conocido ya las glorias del transfuguismo y militan en los escalafones de los ejrcitos reales.Juan van Halen: un marino excelente

    Mientras estuvo enrolado en las filas de la Real Armada, es evidente queJuan van Halen se comport como un excelente marino en todas sus facetas.Desempe diferentes destinos en los buques del Rey, desde el navo Amricauno de los mejores y ms potentes de la poca a la fragata Magdalena, dedonde pasara a la divisin de lanchas mandada por don Francisco Manjn.Un ao ms tarde vuelve a la Magdalena, integrada en la escuadra de Gravina, y se hace a la mar con varias unidades francesas para llevar a cabo unasacciones contra los ingleses en las Antillas. Volvieron a la Pennsula trasladando heridos y enfermos y Van Halen, ascendido a alfrez de fragata, pas alnavo Prncipe.Resultara prolijo dar cuenta detallada de todos los destinos en que sirvi ylas caractersticas de los mismos, as como su actuacin en la lucha contracorsarios britnicos en el Mediterrneo, pero en todo momento fue un excelente oficial, segn se desprende de los informes emitidos por sus jefes. Era,sencillamente, un buen marino y un tcnico competente en materias relacionadas con los barcos, lo que se confirm en junio de 1807 al ser destinado aMadrid a las rdenes del ingeniero general de Marina cuando tena slo diecinueve aos y un bien cimentado prestigio profesional.Despus de su heroica actuacin el 2 de mayo, y perseguido por los franceses, logr ocultarse, y posteriormente huy de la capital en un viaje tan largocomo accidentado que tuvo por trmino Ferrol, donde ya se encontraban loscontingentes ingleses, los que se ofreci como oficial.Tras de participar bajo las rdenes del general Blake en la batalla de Rioseco, recibi el mando del caonero Estrago, con el que hostiliz a los francesesincluso cuando los jefes de stos y los espaoles estaban parlamentando, loque enfureci notablemente al mariscal Soult, que pretendi fusilar a VanHalen; pero al tenerlo en su presencia y ver que era un muchacho de veinteaos le perdon la vida. Con la capitulacin, los espaoles se vieron obligadosa prestar un juramento de fidelidad al rey intruso, y se produce entonces uncambio espectacular en Van Halen, que marcha a la Corte para ponerse a lasrdenes del rey Jos.8 55

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    Retrato de Juan van Halen y Sarti (1788-1864), con uniforme grande de mariscal de campoespaol, que se conserva en el Museo Naval de Madrid. (Oleo sobre lienzo, 84 x 63 cm, deautor annimo, signatura 670)

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    LOS DOS VAN HALENque dej sin efecto los cargose inclusoleconcedielascensoa tenientecoronel de Caballera en mrito a sus pasados servicios. Pero Van Halensigui conspirando y fundando nuevas logias masnicas, por lo que, otra vezdetenido, qued a disposicin del Santo Oficio. Eran palabras mayores.Despus de largos interrogatorios y de vanos intentos de que denuncie a suscompaeros de logia y conspiracin, logra, en medio de un ambiente rocambolesco, escapar de la crcel refugindose en casa de unos amigos, en precario estado de salud, para una vez repusto viajar a Francia con la ayuda desus compaeros masones y llegar a Inglaterra tras no pocas peripecias. Peroel antiguo marino no pareca dispuesto a mantenerse en paz mucho tiempo,y a travs de un antiguo diputado liberal de las Cortes de Cdiz exiliado enLondres, don Juan Antonio Yandiola, consigui entrar en.relacin con elencargado de negocios de Rusia en la capital britnica, Demetrio Bludof,quien le facilit pasaporte y carta d recomendacin para trasladarse a SanPetersburgo. Un nueva etapa de aventura se abre as en la vida del inquietomilitar espaol.La Campaa de Rusia

    A comienzos de noviembre de 1818 Van Halen, restablecidas al completo sus fuerzas, desembarca en Hamburgo y se dirige a su meta sin conocerms idiomas que el suyo propio y el francs. Tras numerosas gestiones conlos personajes destinatarios de las cartas suscritas por el diplomticoBludof, consigui que el emperador Alejandro, impresionado por s porte ysu talante, lo admitiera como coronel de sus ejrcitos. Y de San Petersburgo y Mosc march a Georgia, donde vivi etapas muy curiosas que seencargara de relatar despus en sus Memorias con muchos detalles interesantes.A lo largo de los ltimos meses de 1819 y primros de 1820 particip enencuentros armados contra grupos de rebeldes que, en ocasiones, formabanverdaderos ejrcitos, distinguindose Van Halen como el jefe aguerrido yvaliente que era, lo que le vali la felicitacin del comandante de su divisin, el general Yermolov. Este, por otra parte, le inform de los cambiosque se estaban produciendo en Espaa tras el alzamiento del general Riego,ya que Fernando VII, adems de suprimir la Inquisicin, haba otorgado elperdn a la mayor parte de los militares que se encontraban en el destierro.A mayor abundamiento, recibi una carta de su padre dndole cuenta deque poda regresar a Espaa sin miedo. Pero al solicitar la baja en el Ejrcito ruso se llev la sorpresa de que el Emperador, que tan satisfecho estabade sus servicios, se negaba a otorgrsela. Nuevamente la vida le colocabaen la tesitura de escapar y as lo hizo, atravesando Baviera, Suiza y Francia,con la ayuda, cmo no , de sus amigos masones y con el beneplcito de sugeneral Yermolov, quien le proporcion una laudatoria certificacin en laque reconoca y alababa sus extraordinarios mritos de guerra. -Ao 1996

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    Retrato y firma de Juan van Halen que figuran en la biografa del mismo que escribi Po Baroja. (Dibujo de Maurin para sus Memorias. Pars, 1827)

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    LOS DOS VAN HALENNueva etapa espaola

    A primerosde marzode 1821 llegaba Van Halen a Madrid con treinta ytres aos recin cumplidos y pletrico de entusiasmo; pero como el ministrode la Guerra, general Balanzat, no viera con buenos ojos su reincorporacin ala carrera militar, march a La Corua para ponerse a las rdenes del generalQuiroga, antiguo amigo suyo que formaba parte del Estado Mayor del generalMina. Vuelto a Madrid, obtuvo el ingreso como teniente coronel y fue destinado al Regimiento de la Constitucin, que operaba en Catalua contra laspartidas realistas absolutistas.En esta nueva etapa espaola otra vez se pone de manifiesto el temple yvalor del antiguo marino. Herido de gravedad en una pierna, se mantuvo ensu puesto y logr derrotar a sus enemigos, lo que le vali la concesin de laCruz laureada de San Fernando. Pero la expedicin del duque de Angulema,conocida histricamente con el nombre de los Cien Mil Hijos de San Luis,la ejecucin del general Riego y la reaccin popular a favor de FernandoVII, que recobr sus poderes absolutos, produjeron el desplome de las fuerzas liberales y, en su consecuencia, Van Halen toma de nuevo el camino delexilio:Comienza entonces un nuevo destierro que comparte con su mujer, Maradel Carmen Quiroga, hermana del general alzado con Riego en las Cabezas deSan Juan, y es marino mercante en Cuba, profesor de espaol en Filadelfia ycronista de sus propias memorias en Francia. Pero de nuevo la estrella blicabrilla sobre su cabeza. En septiembre de 1830 surgira el chispazo de la rebelin de los belgas contra el rey Guillermo de Holanda, del que habra de surgirinevitablemente la libertad de su patria. Van Halen, que se encontraba enBlgica, donde al parecer tena intereses econmicos heredados de su abuelo,no duda en poner su espada al servicio de esta nueva causa, sobre tododespus de su renuncia a volver a Espaa en pleno absolutismo fernandino tras recibir una carta del general Mina advirtindole del peligro quecorra a su regreso.Hroe nacional belga

    Cuando Juan van Halen supo que los holandeses se aprestaban a tomarpor las armas la ciudad de Bruselas y que el Ayuntamiento no contaba conun mnimo de organizacin militar, se ofreci como soldado experimentadoal alcalde, barn de Hooghvorts, quien le concedi el cargo de comandanteen jefe de la defensa, comenzando a tomar disposiciones contra un enemigoque contaba con poderosos medios, sobre todo de artillera , y pese a mandarvoluntarios inexpertos, la mayora de los cuales jams haba empuado unarma, organiz la defensa de manera admirable, sorprendiendo a los holandeses con varias iniciativas que no podan esperarse de tan menguadastropas. Los holandeses se vieron obligados a levantar el cerco y se retiraron,por lo que los asediados pasaron a la ofensiva, siempre bajo la direccin deAo 1996

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    Retrato de Fernando VII, realizado entre 1815 y 1820. (leo sobre lienzo, 107 x 83cm, obra deCarlos Blanco. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Medicina, n. de invt. 841)

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    LOS DOS VAN HALENVan Halen, que ya para entonces haba sido designado jefe supremo del improvisado ejrcito, al frente del cual logr la liberacin de todo el territorio belga.Restablecida la paz y alcanzada la independencia, el espaol fue colmadode honores y recibi un sable de honor del prncipe Leopoldo; pero susinquietudes despiertan desconfianza y, temerosos de su popularidad militar ypoltica, son los propios belgas quienes lo alejan al proclamarse corno reyLeopoldo 1. Se le reservaba y reconoca su empleo de teniente general, sucondicin de sbdito belga y una pensin de diez mil francos anuales. Subusto figura tambin en el monumento a los hroes de la independencia situado en la Gran Plaza de Bruselas.

    Sable de parada holands que perteneci Federico Guillermo de Orange (177- 1881), prncipe de los Pases Bajos. Fue entregado por el Gobierno provisional de Blgica al general spao1Juan van Halen y Sarti, y donado por ste al Museo Naval de Madrid hacia 1854Andanzas y contrandanzas espaolas

    La actividad de Van Halen no conoce descanso. Ya mandan los liberales enEspaa y el ministro Alvarez de Mendizbal le pone a reclutar un batalln devoluntarios para luchar en Portugal a favor de don Pedro de Braganza, empresa que tiene un final feliz; pero ahora el general Fernndez de Crdova loreclama para la lucha contra los carlistas, y con el grado de coronel de Caballera toma parte en la batalla de Peracamps junto a su hermano Antonio, msjoven que l pero de mayor categora militar. La jornada de Peracamps habrde concederles una segunda fraternidad en las armas.Ao 1996

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    JOS CERVERA PERYPermanece en servicio activo hasta 1844, ms bien en situacin de cuartel, pues el gobierno conservador no acababa de fiarse de l. Hace turismopor Alemania, y cuando se entera de la revolucin de 1854 en Espaa, se ofre

    ce al general Espartero, Pero ODonnell, aunque le otorga permiso para residiren su tierra natal, lo mantiene alejado de cualquier destino activo, y as pasavarios aos entre Chiclana, San Fernando y Cdiz, siempre bajo discreta vigilancia policial a pesar de que ya era mariscal de campo, gentilhombre decmara de 5. M. y Gran Cruz de Carlos III. Despus compr una lujosa fincaen el Puerto de Santa Mara y pareci quedar tranquilo. En 1859 enviud, por lo que contrajo segundo matrimonio con una gaditana, doa Clotilde Butler. Disfrutaba entonces de una pensin espaola yotra belga, adems de buenas rentas de sus posesiones, y segn todos lostestimonios de la poca era hombre rumboso, viajaba con gran despliegue ygustaba de la buena mesa y de la buena bodega. El panten que se hizolabrar en el cementerio portuense hubo de representar en su da un elevadoimporte.Por fin el viejo len al que haba afligido mucho el fallecimiento de suhijo, tambin marino entreg su alma al Seor el 8 de noviembre de 1864 alos setenta y seis aos de edad, cuando se encontraba en Cdiz atendiendo asu curacin. El cadver, obedeciendo disposicin testamentaria, fue trasladadoal camposanto portuense, y todos los peridicos gaditanos y varios de la Cortedieron noticia del bito y recordaron sus hazaas. El hroe de cuatro nacionesprevalece as como semilla de una gran siembra espaola, muy ajustadatemperamentalmente a su querida Espaa, como l exaltada, generosa yhondamente divorciada de la paz y la tranquilidad.Antonio van Halen: un militar brillante

    A don Antonio van Halen lo hemos dejado de alfrez de navo en 1815,despus de constatar sus valiosos servicios a bordo de los faluchos armadosque,dueos de los caos gaditanos,hostilizabany batan a fuerzas francesassuperiores. La guerra termin y la trayectoria del segundo Van Halen lo llevara campos de accin muy distintos de los de su hermano. Enrolado ya en elEjrcito, en el regimiento de Infantera del Rey, con el empleo de teniente,participa como ayudante del general Pascual Enrile en el sitio de Cartagena deIndias durante las campaas de la emancipacin americana. Hombre deconfianza tambin de Pablo Morillo, desempea misiones tanto militares comoculturales, e incluso diplomticas. Una de ellas, de extremada delicadeza yresponsabilidad, consisti en traer a Espaa toda la flora coleccionada y clasificada por el cientfico y botnico gaditano Jos Celestino Mutis. Y el generalMorillo, que haba podido rescatarla en unin de otros objetos de gran valor,encontr en Antonio van Halen, por su doble experiencia de militar de mar ytierra, el vehculo adecuado para su cuidado en una complicada navegacin. Lacomisin result un completo xito, y vuelto a Amrica, el tino y tacto en susnegociaciones con Bolvar le otorgaron el ascenso a teniente coronel.16 55

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    Don Antonio van Halen, teniente general, conde de Peracamps. (leo sobre lienzo, 126 x 92,5cm, siglo xix, autor annimo. Museo Naval de Madrid, sig. 4173)

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    JOS CERVERA PERYEl cerrojazo final de Ayacucho devuelve a Espaa a los protagonistas delas luchas hispanoamericanas, y Antonio van Halen cobra una vez msnotoriedad al desencadernarse la primera contienda entre carlistas y cristi

    nos, y del lado de estos ltimos, en defensa de la Reina Gobernadora, se ledestina a uno de los teatros ms importantes de la guerra en el sector deCatalua. Haba estado sin prestar servicios militares durante algn tiempo,pero entre 1833 y 1835, en una campaa justamente valorada, alcanz elempleo de coronel en este ltimo ao y el de brigadier dos aos despus(1837).Su carrera y sus lauros militares continan rpidos. La batalla de Barbastro le supone el ascenso a mariscal de campo y el mando de la 4: Divisindel Ejrcito de Operaciones del Norte, para, por ltimo, pasar a la Jefaturadel Estado Mayor General, puesto donde evidenci sus sentimientos humanitarios, en una guerra feroz y despiadada en la que ni unos ni otros solandar cuartel. Pero Van Halen, de acuerdo con el general carlista Cabrera,firman el Convenio de Lezera, de aplicacin en los Reinos de Aragn,Valencia y Murcia. La firma del conde de Morella qued estampada el 1 deabril de 1839; la de Van Halen el 3 del mismo mes, y dos das ms tardesurta el efecto deseado: los beligerantes quedaban obligados a respetar lasvidas de los que quedasen al margen momentneo de la lucha; los prisioneros deban ser asistidos y tratados convenientemente y confinados en depsitos de retaguardia, y tanto los heridos como los enfermos habran de serdevueltos. Nos encontramos, nada ms y nada menos, con un precedente dela Cruz Roja Internacional, fundada aos despus.En 1840 el segundo Van Halen era capitn general de Catalua, peroparticipa en primera lnea de campaa y obtiene un sealado triunfo en lasjornadas de Peracamps, durante las que fue herido y transportado a Barcelona, donde esperara por poco tiempo la concesin del ttulo nobiliario deeste nombre, En Peracamps, como se ha dicho, se encontraran los doshermanos, el mayor a las rdenes del menor, en una de las escasas confluencias histricas en las que coincidieron desde su casi simultneo ingreso en laReal Compaa de Guardiamarinas gaditana.La probada lealtad de Antonio van Halen hacia el general Espartero levali, a la cada de ste como Regente, correr su misma suerte, y juntostomaron camino del exilio a bordo del vapor Malabar; y as acabara no suvida militar, pues sera rehabilitado en el ao 1847 sino sus actividadescastrenses de campaa, en las que demostr brillantes aptitudes. Sus ltimosaos, de cuartel o con el destino en el Supremo, no oscurecieron su brillantetrayectoria de militar cumplido y hombre de bien con dos laureadas sencillas de San Fernando y la Gran Cruz Laureada, ms la Gran Cruz de CarlosIII y la de San Hermenegildo. Quiz debi lucir tambin en su pecho la

    naval, como recuerdo y testimonio de aquellos primeros y difciles destinosa bordo de frgiles caoneros o dbiles faluchos, imberbe an, pero biencurtidos nimos y esfuerzos para el rechace del invasor, en el ms hermosode los servicios a la patria.18 55

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    LOS DOS VAN HALENLas glorias de un transfuguismo

    Aunque el trmino sea ciertamente peyorativo, sobre todo en su aplicacin a una actitud poltica, me he permitido dignificarlo a travs de estaslneas en la conducta y trayectoria de dos hermanos que, escogidos en principio para las glorias.de la mar, supieron lograrlas y alcanzarlas en los paneles de la tierra. Y es que, valientes y patriotas, no dejaron en sus cambios defilas la ingrata huella de la desercin, sino el noble impulso de una mejorentrega.

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    NOTA PARA NUESTROS SUSCRIPTORESLa REVISTA DE HISTORIA NAVAL se encuentra en una fase de reorganizacin administrativa que comprende, entre otras cosas, la comprobacin y depuracin de datos de nuestro archivo. Con este motivosolicitamos de la amabilidad de nuestros suscriptores que nos comuniquen cualquier anomala que hayan observado en su recepcin, yaporque estn en cursos de larga duracin, ya porque hayan cambiadode situacin o porque tengan un nuevo domicilio. Hacemos notar quecuando la direccin sea de un organismo o dependencia oficial de grantamao, conviene precisar no slo la Subdireccin, sino la mismaSeccin, piso o planta para evitar prdidas por interpretacin errneade su destino final.Recordamos que la direccin postal de la REVISTA DE HISTORIA

    NAVAL es:Instituto de Historia y Cultura Naval.c/ Juan de Mena, 1, 1.028071 Madrid

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    MANUEL M. DE ARTAZA MONTEROde guerra forneos en el mando de las naves (98). La Junta protest contra ladesignacin de oficiales extranjeros, pero sus quejas fueron desestimadas (99).En definitiva, los primeros oficiales de la escuadra no comenzaron adisfrutar de sus empleos hasta 1633, tal como denuncian las quejas de la Juntaen 1634 contra el pago de sus haberes, injustificados segn la asamblea, al nodisponerse de buques operativos (100).La seleccin de ocho hidalgos gallegos que se adiestraran para la guerranaval en los mismos galeones entretenidos an tard ms. En lapropuesta de la asamblea al confesor Real para que designase a estos oficiales,se observa el gran inters de algunos procuradores de la Junta en obtener unnombramiento para s o los suyos (101). La Corua, avisada por su representante en el congreso, denunci la manipulacin de las listas enviadas a Soto-

    (98) Habindose entendido en el Consejo la resolucin que Vuestra Majestad ha sidoservido de tomar con el Reino de Galicia acerca de la fbrica y sustento de una escuadra deocho galeones y un patache, y servir con ella para asegurar aquellas costas y acudir a los demsefectos que las ocasiones obligaren, y que en una de las condiciones en que pidi el Reino queel general, almirante y capitanes fuesen naturales suyos: resolvi Vuestra Majestad que si depresente no tuviese el Reino tantas personas en quienes concurriese la experiencia convenientede las cosas de la mar y las partes y calidades que se requieren, se eligiese para dar principio aesta escuadra aunque fuesen naturales de otras provincias las que se juzgasen a propsito mientras se cran y hacen capaces las del mismo Reino, prefiriendo los naturales que tuvieren partesy suficiencia a los que no lo fueren. Consulta del Consejo de Guerra del 21 de julio citada, s. f(99) Ya el 10 de octubre de 1633 la Junta acord pedir al Rey que, a pesar de lo capitulado, las compaas de la escuadra fuesen dadas a caballeros gallegos. AMC. LAJR 1633, caja 1, f.272 y y. El descontento por el nombramiento de oficiales forneos se aprecia, por ejemplo, enel caso del capitn Sigler. En julio de 1637 la propuesta del general Castro en favor de Antonio Sigler para ocupar una plaza de capitn de mar, suscit una enrgica reaccin de laJunta contra la candidatura de dicho oficial: AMS, LAJR 1637, junta de 26 de julio, f. 272-273y memorial a Castro, f. 276v-277.(100) AMC, LAJR 1634, copia sin foliar, junta de 26 de abril. La Junta slo estimabajusto el abono de las pagas al general Castro, quien desde La Corua trabajaba en la organizacin de la escuadra. El gobernador sugiri a la asamblea que terciase los sueldos de loscapitanes y del sargento mayor (retirar la tercia parte dellos y socorrerles con las otras dos enla forma que Su Majestad socorre a los dems de sus presidios); y tambin advirti que supresncia en La Corua era necesaria para el apresto de los navos.(101) Estos entretenidos percibiran 25 escudos al mes pagados de los arbitrios. Entrelos candidatos figuraban don Jacinto de Ponte y Andrade, capitular por Santiago en esta Junta,capitn de milicias de 32 aos. Tambin aspiraba a un entretenimiento el procurador mindoniense don Fernando de Miranda Osorio, caballero de Santiago, de 34 aos, quien alegaba elservicio de su abuelo, el capitn Marcos Fernndez de Granda, en la Invencible. Miranda eracabo de 22 compaas de milicia del obispado de Mondoedo y haca nueve aos que habaasentado plaza de soldado en el presidio de La Corua. Probablemente su hermano, don Pedrode Miranda Osorio, de 24 aos de edad, alegaba que su padre don Fernando de Miranda habasido procurador por Mondoedo en las Juntas de escuadra celebradas en los aos 20 y,adems, hizo notar que era sobrino de don Juan Pardo Osorio, el almirante de la escuadra. Don

    Pedro de Castro y Neira era hijo del regidor lucense don Antonio de Castro y Tovar, el procurador que negoci el asiento de la escuadra. Don Pedro slo tena catorce aos. El hijo delprocurador y capitn de milicias de Betanzos en esta Junta, Fernando Prez das Seixas, deseaba otro entretenimiento. Su edad, diecinueve aos. Los dems linajudos candidatos eran donAntonio Correa de Sotomayor, de la casa solariega de los Correas, palacios y mayorazgo deGoyanes, de veintisis aos; don Diego de Crdenas, vecino de Orense, de treinta aos, excapitn de Infantera en Flandes; don Miguel de Sequeiros Sotomayor, de veinticuatro aos,22 55

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    L4 JUNTA DEL REiNO Y L4 ESCUADRA DE GALICIA II)mayor (102), aunque al final los miembros ms activos de la asamblea y losregidores ms poderosos de cada Concejo y sus allegados ocuparon un entretenimiento (se esperaba disponer de veinte entretenimientos cuando navegasen los ocho galeones y el patache) (103).En el caso de la marinera, la escuadra tampoco dispuso de dotaciones ntegramente gallegas, pero este problema no fue motivo de las deliberaciones dela Junta, slo interesada por los reemplazos de la oficialidad (104).La actividad de la escuadra

    Segn la cdula de concesin del voto en Cortes, y los posteriores convenios que la Junta y sus comisionados suscribieron con Felipe IV, los bajelesde la escuadra patrullaran las costas gallegas sin abandonarlas a no ser quefuesen necesarios para servir al Rey. No nos sorprende, entonces, que entre1635 y 1639, momento lgido de la ofensiva naval espaola contra Holanda ydel inicio de la guerra con Francia, la Corona se aferrase a dicha clusula yemplease la escuadra de Galicia como un grupo tctico ms de la MarinaReal, una de cuyas bases se localizaba en La Corua. As, cuando en 1635 losprimeros navos del Reino entraron en accin, lo hicieron lejos de las aguasgallegas. Al menos eso se desprende del hundimiento en Inglaterra de una dealfrez en el presidio de Bayona; don Marcos de Bugueiro de Parga y Figueroa, de veinticincoaos, hijo del licenciado Juan Bugueiro de Parga, nieto del licenciado Fernando Arias Bugueiro, relator de la Real Audiencia; don Alonso Arias Enrquez de Sotomayor, de treinta aos,quien sirvi en Flandes como alfrez; don Andrs Labora, soldado del presidio de La Corua,de veintids aos, hijo de Pedro Labora de Andrade, que fue regidor de La Corua y abogadode la Real Audiencia y, por ltimo, don Nuo de Lobera y Sevil, de treinta y cuatro aos, quienalegaba una dilatada carrera militar en Flandes y ser sobrino de don Pedro Campoo, ex gobernador de Cdiz. AMC, LAJR 1634, copia sin foliar, sesin de 29 de abril.(102) AMC, AM 1634. Ayto. 27 de julio, fs. ll7v-118.(103) El 27 de julio de 1635 se acuerda suspender la celebracin de las sesiones de laJunta, entre otros motivos, porque los capitulares don Jacinto de Ponte y Andrade (Santiago) ydon Antonio de Castro y Tovar (Lugo), se haban embarcado para participar en la primerasingladura de la escuadra el 25 de julio. AMC, LAJR 1635, caja 1, f. 324v-325.(104) Sobre los problemas para dotar de tripulaciones a la escuadra en 1635, vase SAAVEDRA VZQUEZ:Actividad Militar..., pp. 401-404. En 1639, buena parte de una leva de 1.000asturianos casi todos gente de mar se destin a las dotaciones de los navos de Galicia.En ALCAL-ZAMORA,J.: Espaa, Flandes y el Mar del Norte..., p. 415. En 1640 los artilleros ymarineros que estn hoy sirviendo en la Escuadra de Galicia, los cuales son vizcanos y dicenque por cuanto ha dos aos, poco ms o menos, que tienen sentadas sus plazas (y), se han hallado en la ocasin del Pasaje y Guetaria. .. piden a la Junta permiso para regresar a sus hogares ysuplican el pago de los sueldos que se les adeudan. Estos tripulantes vizcanos haban sidoenrolados de manera forzosa por el secretario Quincoces. AMC, LAJR 1640, caja 2, f. 66.Sobre los asientos y la marinera, vase THOMPSON: Guerra y Decadencia..., pp. 250-253. En lapropuesta de nuevo asiento para la fbrica de galeones y fragatas, del que hablaremos msadelante, hecha al Reino por Francisco de Quincoces en 1638, ste pide que respecto de lafalta grande que hay de marinera en estos reinos se pueda traer de cualesquier reinos y provincias de Su Majestad, y de sus amigos y aliados los marineros necesarios para estos bajeles....AMC, LAJR 1638-39, caja 1, memorial de F. Quincoces, 24 de octubre, f. 529v.Ao 1996

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    sus naves, la Catalina (105). En 1636 la escuadra form parte de la expedicin del marqus de Fuentes, quien logr burlar el bloqueo holands del canaldela Mancha, transportando hasta el puerto flamenco de Mardick 4.000 soldados espaoles y una importante suma de dinero (106). Esta vez en el viaje devuelta naufrag el galeoncete Sacramento (107). En 1637 la escuadra volvi aeludir la vigilancia holandesa en otra operacin de ayuda a los ejrcitos deFlandes (traslado de algo ms de 5.000 infantes desde La Corua, de los que(105) Segn Saavedra Vzquez, la primera misin confiada a la escuadra fue el transportede artillera y municiones desde Santander a Cdiz, op. cit., p. 403. No obstante, el secretarioQuincoces nos refiere como el mismo ao de seiscientos treinta y cinco se perdi en la costade Inglaterra uno destos navos nombrado la Catalina..., Memorial citado. f. 523v.(106) ALCAL-ZAMORA: op. cit., p. 390.(107) Memorial de Quincoces citado, fs. 523v-524.

    Plano del puerto de La Corua realizado por Juan de Santans y Tapia por orden del gobernadory capitn general marqus de Valparaso en 1639. (Servicio Histrico Militar. Madrid)

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    L4 JUNTA DEL REiNO YL4 ESCUADRADE GALICiA JI)ms de 2.000 eran gallegos). Una urca arrendada cubri la baja del Sacramento,regresando todas las unidades a La Corua al ao siguiente sin novedad (108).Al parecer, los navos del general don Andrs de Castro participaron en varioscombates y su propia nave capitana captur un buque francs (109).Como antes dijimos, salvo el galeoncete Sacramento, los dems navoscon los que inici su actividad la escuadra eran fletados. Esta situacin nosatisfaca al general Castro ni a la Junta pero, a pesar de sus apremios, Francisco de Quincoces no entreg los ocho galeones en las fechas convenidas. Ala lentitud en el pago de su importe se aadieron dificultades tcnicas que loimpidieron. As, en el verano de 1638 la primera serie de cuatro navos an seestaba aparejando en el puerto de Pasajes (Guipzcoa), porque su excesivotonelaje superior al acordado con el Rey y Quincoces oblig a terminarlos fuera de la ra de Bilbao (110). Por fin, en 1638, una cdula Real oblig aun regidor tudense, comisionado por la Junta al efecto dos aos antes, a hacerse cargo de los galeones (111). Sin embargo, ninguno de los navos recibidospor don Juan de Ycora gan las costas de Galicia. En julio la escuadra delarzobispo de Burdeos los apres intactos en el mencionado puerto guipuzcoano (112). Pese a la desgracia, al menos no hubo vctimas, y es que fue el 22 deagosto cuando el mismo almirante francs caus verdadero dao a la unidadnaval gallega. En esa fecha la armada de don Lope de Hoces, a la que seconfi la ruptura del bloqueo martimo de Fuenterraba, fue atacada enGuetaria por el arzobispo. La victoria gala supuso uno de los mayores desastres de la historia de la Marina de guerra espaola (se perdieron once grandesbuques dos de Galicia, su capitana y la urca Neptuno y perecieron unos3.000 hombres) (113). Entre las numerosas bajas figuraban el almirantePardo Osorio, el principal artfice de la escuadra y uno de sus mandos mscualificados, y los capitanes Diego de Crdenas y Antonio Bermdez deSantiso (entretenidos) (114).

    (108) ALCAL-ZAMORA:op. cir., p. 392-396. Sobre los soldados gallegos transportados aFlandes, vase el apartado de Servicios de Armas.(109) AMC, LAJR 1638, caja 1, sesin del 12 de julio. f. 464 y y.(110) El 28 de agosto de 1637 el constructor de los galeones, don Juan de Amasa, se diriga a don Pedro Coloma informndole de la necesidad del traslado de los galeones a un puertoms profundo, pues encallan durante la bajamar y reciben gran dao. Amasa pide que saquencuanto antes los galeones de la ra de Bilbao. AGS, G. A., leg. 1.212. La necesidad de arbolarlos navos en Pasajes, en AMC, LAJR 1638-39, caja 1. fs. 590 y ss.(111) Ibid.. f. 597.(112) El 16 de julio se ley en la Junta una carta del agente del Reino en Madrid. donPedro Noguerido, en que da cuenta al Reino de que los cuatro bajeles nuevos estando en elPasaje arbolados, y en ellos Don Juan de Hicora. los llev el ejrcito de Francia con la artillera y hacienda que en ellos haba. Noguerido instaba al Reino para averiguar las circunstanciasdel suceso, a fin de determinar si era el Rey o el Reino de Galicia quien debera reponer losgaleones, y si en el interin que se frabrican ha de haber otros que sirvan y quien los ha debuscar. AMC, LAJR 1638, caja 1, f. 466v.(113) Vase ALCAL-ZAMORA: Flandespp. 398-399.(114) GNDARA: Armas y triunfosp. 511. El 29 de noviembre de 1638 la Junta accedial deseo del general Castro, quien peda a la asamblea la proposicin de su hijo, don Pedro deCastro Enrquez, como sustituto del infortunado don Antoni Bermdez de Santiso, primognito del capitular corues del mismo nombre. AMC, LAJR 1638-39, caja 1, f. 516.Ao 1996

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    MANUEL M. DE ARTAZ4 MONTEROTras el amargo verano la Junta volvi a reunirse en La Corua a peticinde Juan de Quincoces (26 de noviembre), quien plante a los capitulares, ennombre de su hermano Francisco, un nuevo asiento para mantener la escuadra

    hasta 1644 y construir cuatro galeones y dos fragatas que cubriesen las prdidas de Pasajes (los hundidos en Guetaria estaban a sueldo). Asimismo, elsecretario pretenda que la Junta le exonerase de su responsabilidad en losucedido en dicho puert de Pasajes (115). De todos modos, al margen de lasventajas o inconvenientes del contrato propuesto por el secretario Quincoces,antes de iniciarse la asamblea la mayor parte de oligarquas urbanas ya habantomado una decisin sobre el futuro de la escuadra: disolverla en cuanto fueseposible. Tal hecho es denunciado por don Luis Sotomayor Pimentel a la Diputacin del Reino. Segn las noticias de este agente de Galicia en la Corte, elfundamento de la disolucin de la escuadra era la creencia de que entoncesel Reino recuperara los arbitrios establecidos para mantenerla. Precisamenteese mismo objetivo el control de los arbitrios era tambin perseguido poralgunos ministros del Rey que, a su vez, pedan la reformacin de la fuerzanaval gallega (116). En todo caso, para Pimentel, como para Francisco deQuincoces, era evidente que Felipe IV no cedera al Reino los arbitrios cuando dejasen de navegar los galeones (117). Don Luis estimaba que se debacontinuar el servicio de la escuadra, pero sus argumentos no convencieron ni ala Diputacin ni posteriormente a la Junta y a la mayora de las capitales deprovincia (118). El precio de la fidelidad a la Corona haba sido muy elevado:amn de los cuatro primeros navos botados en la dcada de 1620, ocho galeones perdidos en cuatro aos e innumerables bajas entre muertos y heridos,estos ltimos convalecientes en un hospital corus tambin pagado por elReino (119).

    (115) El 29 de noviembre Juan de Quincoces se person en la sala donde se reuna la Junta yentreg dos cartas de su hermano Francisco y dentro dellas algunos papeles. Y, en especial, lospor donde se haban entregado al regidor don Juan de Hicora los cuatro navos que llev elenemigo del Puerto del Pasaje, y pidi al Reino que mandndolos ver se sirviese dar por libre aldicho secretario, su hermano de la prdida delios, pues no haba sido por su causa. Y que el dichosu hermano deseaba servir al Reino con hacer otros cuatro navos y dos fragatas en lugar delios,haciendo el Reino con el nuevo asiento en los mismos arbitrios, prorrogndolos a lo adelante....AMC, LAJR 1638-39 citado, f. 517. Cartas de Francisco en fs. 521-531v. Un memorial con unaproposicin del nuevo asiento idntica, pero sin firmar, en AGS, G.A., cg. 1.279.(116) AMC, LAJR 1638-39 citado, carta de Pimentel fechada en Madrid, 10 de noviembre de 1638, fs. 518-519. Contra la reformacin de la escuadra, vase el memorial de Pimentel, ibid., fs. 5 19-520.(117) La opinin de Quincoces en AMC, LAJR 1638-39 citado, f. 532.(118) El 4 de diciembre el Concejo de Santiago, informado por su procurador de lasproposiciones de Quincoces, le ordena que en cuanto a la escuadra la contradiga en todo ypor todo respecto de los pocos tiles que ha reconocido este Reino de ella y de los daos detemerla, y que si se pidiere la continuacin de los tres aos que faltan se contradiga tambinpor haber cesado la mayor parte de dicha escuadra y los efectos para que fue consignada....AMS, AM 1638, f. 239 y y.(119) La Junta enva comisiones a inspeccionar las instalaciones del hospital y se ocupa de susproblemas en 1638y 1640. AMC, LAJR 1638, caja 1, sesiones del 7 y 12 de julio, f. 460 y 464 yy., y 22 de diciembre, f. 552; AMC, LAJR 1640,caja 2, sesiones3 y 18 de febrero, fs. 28v-29v., 48y 60, y Junta de la Diputacindel Reino, 2 de abril de 1640.26 55

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    LA JUNTA DEL REINO YLA ESCUADRA DE GALICIA II)Con todo, lo ms doloroso para las oligarquas municipales gallegas fueadvertir que despus de tantos sacrificios econmicos y humanos la situacinde inseguridad en las costas del Reino continuaba igual que en 1621. Nada

    resume mejor la opinin generalizada contra el mantenimiento de la escuadraque el voto del regidor tudense Francisco de Caldas:Porque hasta hoy no se ha conseguido el intento para que la dichaescuadra se ha fabricado, que era para evadir la hostilidad e invasionesque los piratas hacen en los puertos de mar de este Reino impidiendo lapesquera en ellos y cautivando sus naturales y, principalmente, marineros, cosa que vena a ser a dichos naturales de notable detrimento, y alservicio de Su Majestad le serva de impedimento, porque hoy experimentamos los mismos daos que entonces sin que tanto gasto comohace el Reino con dicha escuadra le sirva de remedio, pues estando todol cercado de puertos martimos como es la provincia de Tuy, la deSantiago, Mondoedo, Betanzos y La Corua, en cada uno de loscuales hay muchos puertos, y habindose fabricado en su primerofundamento slo para que corriera sus costas, en ninguna de ellas se havisto hasta hoy la dicha escuadra, siquiera para que su vista sirviera deconsuelo a los naturales que tanto gastan en sustentarla y han gastadoen su fbrica. Y slo se ha visto en este puerto de La Corua, en dondeviene solamente a reforzarse, a llevar gente y sacar los mantenimientos

    de la tierra y a ocupar un hospital con los soldados que vienen enfermosy heridos, haciendo nuevos gastos con mdicos y los ms oficiales deque necesita, todo lo cual es aumentar males al Reino y no remedianinguno. (120)El empleo de algunos capitulares y notables en el mando de los navos yano contentaba a las cabezas de la Provincia. En consecuencia, el 29 de enero de1639 la Junta rechaz firmar otro asiento con los Quincoces. Galicia no estabadispuesta a seguir costeando la guerra martima de la Monarqua (121). Desengaados por la inutilidad de la escuadra, los procuradores no se limitaron a(120;) AMC. LAJR 1638-39, Junta de 29 de enero. votacin sobfe el nuevo asientopropuesto por E Quincoces, fs. 574v-575.Un ejemplo del clima de inseguridad vivido en ellitoral gallegoa fines de 1638es una consulta del da 21 de diciembreenviadaal Rey por elConsejo de Guerra.A peticin de los vecinosdel valle deMior y cosode Sayans.el Consejo solicita a FelipeIV queno seefectenlevasenesascomarcas,pueslos campesinosestnencontinuo estadode alertay sobrelas armasa causadel merodeode moros,turcos,holandesesyfranceses,quienesno slo impidenla pescasino que hacenentradastierra adentro.AGS,G.A., leg. 1.218.(121;) Desdeluego ningn regidor crey la afirmacinde don Luis de Pimentel de quesolo la famade la existenciade la escuadramantendraa los piratasy.corsariosalejadosdeGalicia mientrassusbuquesluchabanen Flandes,o quecuandofueseposibleviajaraa Amrica enriqueciendoa sustripulantes.AMC, LAJR 1638-39,lib. 1,fs. 518-520.Votacin sobreelasiento citadaen fs. 569v-582..Slo el capitular lucensepide que fenecidoel contratocon losQuincoces se mantengantres fragataspara defenderlade la piratera.Ibid., f. 572v. El 25 dejunio Santiagovuelvea instar a su procuradoren la Junta paraquecesasela escuadrapor losdaos quede ella redundanal Reino>.AMS, AM 1639.

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    MANUEL M. DE ARTA ZA MONTEROvotar en contra de un nuevo acuerdo con Francisco de Quincoces, sino quetambin apoderaron a un capitular para pedir en Madrid la suspensin delservicio (122). Slo el consistorio orensano contradijo el voto de su capitularen la Junta (123).Don Juan de Cadabal cumpli el encargo de la Junta, si bien ningin ministro real se detuvo a considerar una splica tan inoportuna (124). Desde enerose preparaba una gran armada que llevara a Flandes varios miles de soldadospara reforzar los tercios del Cardenal-Infante, y esta vez no se pensaba eludira la flota holandesa. Madrid haba decidido asumir los riesgos del combate yafrontar una batalla de aniquilamiento. La suerte del conflicto hispano-holands iba a dirimirse en el mar (125). En esa coyuntura la Corona no poda prescindir de ninguna de sus escuadras, y en septiembre de 1639 cinco navos asueldo al mando del almirante Feijoo zarparon con la flota de Oquendo hacialos Pases Bajos (126). Si el grupo naval gallego no se hizo a la mar con todossus efectivos nueve buques fue porque la segunda serie de galeones salinuevamente con retraso de los astilleros bilbanos. Adems, otra vez el arzobispo de Burdeos sorprendi a los navos del Reino, en esta ocasin en Santoa, e incendi uno y captur otro (127). Por tanto, slo dos alcanzaron lascostas del Reino: la capitana La Natividad de Nuestra Seora (de 700 toneladas) y el galen Nuestra Seora de la Encarnacin (de 500 toneladas) (128).Su anibada tarda les libr de participar en el revs ms serio de las armas de

    (122) Don Juan de Cadabal ofrecera a cambio de ello la construccin de un fuerte en lasCes que, como se recordar, se esperaba levantar con el dinero de los arbitrios o, al menos,intentara que se aprobase la ereccin de un castillo en La Corua o Ferrol. Por otro lado, Cadabal solicitara a la Junta de Armadas que el Reino no pagase los galeones capturados en Pasajes(la Junta alegaba que la culpa era de Francisco de Quincoces, quien, adems de cometer variasirregularidades, debi haber entregado los navos en julio de 1636). Asimismo, Cadabal pediraal Rey que el dinero invertido en la fbrica de los galeones se considerase parte del donativo delos 800.000 ducados (nueva apelacin a las clusulas del servicio aprobadas por la Corona en1630). Finalmente, el regidor orensano obtendra un mandato para que los hermanos Quincocesdiesen las cuentas de las cantidades percibidas en concepto de pagos del Reino por la fbrica yel mantenimiento de los galeones. AMC, LAJR 1638-39, caja 1, instruccin al seor don Juande Cadadal Aldao y Montenegro, fs. 586-587.(123) En el poder otorgado al regidor orensano don Fernando de Deza, el concejo le facultae instruye para que pueda contradeir el Repartimiento de las Armas echo a este Reyno, atentoay Armas bastantes en l para los diez y seis mil ombres que seala, y para ms. Y por quantoesta iudad no fue de pareer que la Squadra deste Reyno se consumiese; antes fue de pareerque la ubiese y prossiguiesse por el tiempo que hestava sealado con lo que proediesse de losarbitrios; y en esta conformidad dieron Ynstruin a Don Juan de Cadabal, Cavallero Regidordesta iudad que fue a la Junta y contrabinindola fue de pareer contrario y est nombradopara hir a la billa de Madrid a defender su boto. AMC, LAJR 1639, caja 1, fs. 625-626.(124) El informe de Cadabal a la Junta en AMC, LAJR 1640, caja 2, fs. 29v-30v.(125) Vase ALCAL-ZAMORA: Flandes..., pp. 413 y ss.

    (126) Ibid., pp. 431-432.(127) Se culp de la prdida de los navos al almirante Nicols de Judic. y la Junta acordsolicitar al Rey que dicho personaje diese otros... del mismo porte y calidad al Reino. AMC,LAJR 1640, caja 2, fs. 24 y 62. Sobre el retraso en la construccin de los ltimos cuatro galeones vase SAAVEDRA VZQUEZ: Actividad Militar..., T. 1,p. 437.(128) Tonelaje y nombre coinciden con los de los navos que Alcal-Zamora cita comoincapaces de alcanzar a Oquendo al haberse hecho a la mar el 30 de septiembre. Sin embargo,28 55

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    MANUEL M. DEARTAZ4 MONTEROFelipe IV hasta la fecha: la batalla de las Dunas. Cuatro de los cinco buquesdel Reino se perdieron en la trgica jornada del 21 de octubre de 1639 y elalmirante Feijoo y uno de los capitanes entretenidos, el brigantino donFernando das Seixas, cayeron prisioneros (129).La disolucin de la escuadra y sus consecuencias

    Como caba esperar, el desastre de las Dunas reforz el deseo de las oligarquas urbanas de disolver la escuadra. As, en cuanto fue posible se traspasaron al Rey los dos navos que no acompaaron a Oquendo (130) y se exigi alos Quincoces la presentacin de las cuentas de los asientos (131). No obstante, Felipe IV no acept la liquidacin de la escuadra y la Junta fue instada aprorrogar el servicio (132). La asamblea, sin negarse de manera rotunda, alegque no poda atender a la peticin hasta que se ajustasen las cuentas con losQuincoces (133). Poco despus, al estallar la revuelta portuguesa las presionesafirma que fueron construidos en Portugal. Vase op. cit., p. 434. La Junta no da referenciassobre esos galeones hasta el 24 de enero de 1640 en que enva a dos procuradores para visitarlos. AMC, LAJR 1640, caja 2, fs. 18 y y. Certificacin de la calidad y caractersticas tcnicasde todos los navos de la escuadra en fs. 55-60. Sobre la venta de] Natividad y la Encarnacin,vid. mfra.(129) El nico navo que regres fue el denominado Aguila imperial, de 450 toneladas.ALCAL-ZAMORA:Flandes..., p. 456. Sobre Feijoo y su papel en las Dunas, vase PLACERBouzo, C.: El Almirante Feijoo, en La Ilustracin Gallega y Asturiana, ed. facsmil. Gijn,1979, T. 1(1879), pp. 76-92 y 196. Sobre Seixas y sus servicios, certificacin de Pedro de Iriarte dada en La Corua. 27 de diciembre de 1742 en AMC, LAJR 1644,junio, caja 3,s. f.(130) Conforme lo asentado con Juan de Quincoces, una vez concluido el tiempo de suasiento con el Reino, los dos navos supervivientes, el Natividad y la Encarnacin, fuerontrasladados a Cdiz para su venta. Las referencias a los trmites de la venta de los navos sonabundantes en las actas de la Junta. Finalmente el Rey los destinara a la Carrera de Indias.AMC, LAJR, caja 2. Juntas de Diputacin del Reino de 11 y 13 de noviembre, s. f. Poderes dela Junta a don Alonso Gmez Villardefrancos y a los capitanes don Marcos Bugueiro de Pargay don Pedro de Vllamarn para la venta de los galeones (17 de diciembre de 1640, caja citada,LAJR 1640,julio, f. 3). Sobre el destino de los galeones, vase AMC, LAJR 1644, caja 3, f. 39.(131) El 1 de febrero de 1640, ltimo ao del asiento, la Junta nombra como su contadorpara revisar las cuentas de los asientos con Juan y Francisco de Quincoces al procuradorcompostelano don Andrs Garca de Ceares, contador de la Inquisicin de Galicia. AMC, LAJR1640, caja 2, fs. 25-26. El 28 de julio la Junta pide al gobernador, marqus de Valparaso, quelos Quincoces rindiesen cuentas. ibid., LAJR julio, sesin de 28 de julio; el da 31 la asambleaotorga ante el gobernador poder a tres procuradores de la Audiencia para que pudiesen pedircuentas a Juan y Francisco de Quincoces, ibid., 1>.1.(132) Cfr. copia de Real cdula dirigida al marqus de Valparaso. Madrid, II de diciembrede 1640. AMC, AM, LAJR 1640,julio, caja 2, f. 90. Le acompaa una carta del secretario PedroColoma. Respuesta de la Junta a la peticin Real y rplica de la Corona exponiendo sus razonespara demandar la prrroga del servicio en AMC, Copias Reales Cdulas, Expte. n. 242.

    (133) Vase Expte. citado, fs. 501 y y.; y junta 16 de diciembre de 1640 en LAJR citado,fs. 87v-88. Todava el 1 de febrero de 1640 la Junta considera la oportunidad de solicitar alRey la construccin de algunas fragatas para impedir los muchos daos que reciben losnaturales y que no se cautivasen los pescadores y gente de mar que salen a pescar a ella y queno se hiciese dao en los puertos abiertos ni tampoco lo recibieran los mercaderes quevienen por vinos y bastimentos desde Vizcaya y otras costas y, en particular, los navos ycarabelas que traen sal del Reino de Portugal.... Las fragatas se construiran a costa de los30 55

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    JA JUNTA DEL REINO YL4 ESCUADRA DE GALICIA II)de la Monarqua cesaron, y aunque con posterioridad se emitieron cdulassolicitando la reconstruccin de la escuadra (134), incluso durante el reinadode Carlos II, la Junta siempre se neg a considerar el tema hasta no ver solucionado el contencioso del Reino con la casa vizcana (135), pleito que entre1640 y 1734 ocup a la asamblea y a sus delegados en la Corte sin resultadospositivos (136).En cuanto a los arbitrios, como vaticin Sotomayor, el trmino del asientono puso fin a su cobro. Un nuevo arrendador se ocup de percibir los gravmenes (137) y en 1664, segn el intendente Avils, la Corona ya haba ingresado 130.000 ducados ms sobre el donativo de 800.000 aprobado por la Juntaen 1629 (138). Aos ms tarde la casa de Quincoces logr hacerse con losgravmenes para resarcirse de la deuda contrada por el Reino en la fbrica delos ocho galeones (1677) (139), y an el Rey los usufructuara con posterioridad (fines del siglo xvii y primeras dcadas del xviii), hasta que en 1734despoj a la casa vizcana de los impuestos (140). En definitiva, los arbitriosse perpetuaron.arbitrios. AMC, LAJR 1640, caja 2, f. 27. En junio de 1644 la Junta intenta por ltima vezarmar embarcaciones ligeras que impidan las lanchas de los corsarios que infestan las costas yembarazan la pesca a costa de los arbitrios arrendados sin el consentimiento de la asamblea aVentura Dons. AMC, LAJR 1644, junio. Instruccin a los capitulares que se envan a Madrid,vizconde de Layosa y Jorge das Seixas, f. 52.(134) La Real cdula de 31 de marzo de 1646 vuelve a pedir a la Junta, Procuradores,Regidores, Caballeros, Escuderos (y), hombres buenos del mi Reino de Galicia la reconstruccin de la escuadra, ofreciendo para su ejecucin los arbitrios que propusieredes, y todas lascomodidades que fueren practicables, como en la navegacin de las Indias, que esto ser altiempo, y en la forma que se ajustare.... AMC, LAJR 1645, caja 3, f. 114. La Junta acuerdaresponder que no puede pronunciarse hasta que se den las cuentas de los asientos suscritos conlos hermanos Quincoces. Asimismo, la asamblea expone la imposibilidad de gravar al Reinocon nuevos arbitrios y, por tanto, espera... recibir merced de que no se le obligue a lo imposible, Ibid., fs. 122 y y.(135) Proposicin del gobernador, duque de Veragua, a la Junta y su respuesta en AMC,LAJR 1678, Junta de 29 de marzo, f. 364, 2 de abril, fs. 365-369v, y 15 de junio. fs. 372-373.(136) Este largusimo pleito es merecedor de una monografa y ha dejado testimonios enlos archivos gallegos hasta fines del siglo xviii. Inicialmente, el nombramiento del gobernador, el marqus de Valparaso, como juez del caso, favoreci al Reino. As, ante las continuasnegativas de los hermanos vizcanos a rendir cuentas se encarcel a Juan y se embargaron susbienes en Galicia. Pero los poderosos asentistas, bien relacionados en la Corte, pronto consiguieron liberarse de las sanciones de Valparaso. Fernndez-Villaamil sita, errneamente, elinicio del pleito en 1656. De todos modos su ensayo es el nico intento hasta la fecha de explicar las causas y el desarrollo del pleito, Juntas del Reino..., T. II. pp. 347 y ss. Esclarecetambin el conflicto, a pesar de sus omisiones y errores, el resumen o sntesis que por ordendel marqus de la Ensenada redact el intendente de Galicia, don Jos de Avils, el 8 dediciembre de 1750. Citamos la copia del ARG, papeles de Cordine>.,leg. 18, n. 301.(137) Informe de Avils citado, punto 21. El Rey arrend a la casa de Ventura de Onis los arbifrios el 1 de enero de 1641en el precio de 28.500 ducados anuales. Ventura los cobr hasta 1676.(138) Ibid., punto 40.(139) Ibid., puntos 43-44.(140) Puntos 58 y ss. En 1705 y hasta 1722 la Corona embarg los arbitrios, quevolvi a disfrutar la casa vizcana entre 1722 y 1734. Puntos 75-77. A partir de 1738, parte del caudal de los arbitrios se emple en fines ajenos al bien de Galicia. As, en 1738 unAo 1996

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    MANUEL M. DE ARTAZA MONTERODepus de 1640 los corsarios siguieron amenazando los puertos de Galicia y atacando a los barcos mercantes y de pesca que navegaban por susaguas (141), pues las iniciativas de defensa naval planteadas por la Junta acosta del donativo de 1629 no tuvieron xito (142). En consecuencia, lahistoria de la escuadra se convirti en un amargo recuerdo para las oligarquas urbanas (143), y an a principios del siglo XIX el economista LucasLabrada mantena que los galeones slo haban servido para aumentar lainfelicidad del Reino (144).Concluyendo, creemos que la leccin ms evidente que se desprende delepisodio de la escuadra ha sido constatar la incapacidad de las oligarquasurbanas de Galicia y los rganos representativos que controlaban, la Junta delReino y la Diputacin, para hacer cumplir y gestionar un servicio de cierta

    complicacin tcnico-administrativa. Por otra parte, el servicio de la escuadra fue una oportunidad perdida para institucionalizar la Junta. Es decir, elservicio de la escuadra pudo haber permitido dar el paso a la Junta paraconvertirse en un rgano permanente dotado de medios econmicos propiosmilln de reales fue destinado para dar limosna a los pueblos de Jan (citado por GRANADOSLOUREDA, J.: Un ejemplo de Comisariado en el Antiguo Rgimen Espaol. La intendencia deGalicia, 1712-1775, memoria de licenciatura indita, Santiago, 1986, p. 180); otro milln msse envi en 1739 para las obras de conduccin de aguas de Aranjuez y, por fin, en 1741 sedecret la consignacin de los arbitrios para obras de fortificacin y otros gastos militares deGalicia ibid.). Las cantidades destinadas por la Corona a satisfacer necesidades fuera del Reinofueron reclamadas por la Junta y los Diputados Generales hasta 1781, pero sin xito. AMC,LAJR 1781, conferencia 25 de diciembre y punto n. 5 de la Instruccin al diputado generaldon Andrs de Aguiar. sin fecha ni foliacin.(141) FERNNDEZ-VILLAAMIL:La Escuadrapp. 18-19.(142) Vase nota 131. Todava en 1681 los diputados de Santiago. Lugo y Orense pidenque tambin se sirva Su Majestad mandar formar la escuadra de los ocho galeones y un patache por cuenta de la Real Hacienda, para que este Reino ha concedido el donativo y arbitrio deque Su Majestad se ha valido y vale desde su concesin para que con esto se excusen los grandes gastos y daos que reciben los naturales de verse acosados y cautivos... AMC, LAJR1681, voto decisivo de los diputados citados, s.f.

    (143) En 1702 el Concejo de Santiago, en una representacin contra la sustitucin de lasmilicias por tercios, significa que discuniendo asimismo el Reino y Ciudades por los propiosmotivos y causas formar una escuadra de ocho galeones y un patache, cuya fbrica se ejedut yse pusieron a la vela en su costa, y a la de los naturales con toda prevencin de armas y soldados para defensa del Reino y sus puertos; capitulando asimismo debajo de Fe y palabra Real nose haba de quitar de la costa, y quitndola se haba de volver o en defecto pagar todo el costede su fbrica y dems concerniente, se quit para el Real servicio ha ms de sesenta aos, y noslo no ha vuelto, ni se dio ninguna satisfaccin, sino que contribuyeron despus en cada unode dichos aos ms de cincuenta mil ducados a la Real hacienda, y a la casa de los Quincoces,de quien se hallan feudatarios los naturales por dicha causa. Y en pleitos sobre las cuentas delasiento, consignaciones y pagas para la escuadra, dudas y diferencias dellas, y en diversasjuntas, y de muchos pleitos que se ocasionaron sobre lo mismo pagaron otras infinitas sumas dedinero, padeciendo por falta de la escuadra repetidas invasiones de corsarios y moros, quellevaron cautivos infinitas personas y familias enteras con sus haciendas, cuyos rescates costaron muchos millones; y, as, el Reino y sus naturales vinieron a enfermar mucho ms y padecermayores dolencias, trabajos, fatigas y gastos con los remedios discurridos para su alivio yconservacin. AHPP, Ayto. Tuy, Lib. 823, f. 294v.(144) LABRADA, J. L.: Descripcin Econmica del Reino de Galicia, Vigo, 1971 (Ferrol,l8O4)p. 191.32 55

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    LA JUNTA DEL REINO YLA ESCU.4DRA DE GALICIA JI)que se reuniese sin depender de la voluntad del Rey. De hecho, el asientopermita la reunin de la Asamblea con slo dar cuenta del acontecimiento algobernador para tratar sobre los problemas de los galeones, y mientras estuvoen vigor el contrato la Junta dispuso de una hacienda para pagar a los procuradores, para mantener una infraestructura (sala de juntas, archivo...) y unpersonal subalterno propio, as como de una diputacin permanente. Ahorabien, el particularismo de los dirigentes urbanos gallegos no permiti aprovechar la oportunidad. Esto es, como sucedera aos ms tarde con otras tentativas, los concejos de las siete ciudades no quisieron que la Junta del Reino seconvirtiese en una corporacin de corporaciones con personalidad propiapara decidir por ellos, Ningn concejo tuvo, pues, inters en potenciar unrgano intermedio, una voz comn de Galicia para relacionarse con laMonarqua, pero este tema nos llevara a otro artculo que no podernos desarrollar aqu. Por ltimo, y para terminar, debemos decir que lo sucedido conlos arbitrios a partir del siglo XVIII tampoco es un testimonio favorable de lahabilidad poltica de la Junta y de los representantes de Galicia en la Corte(diputados y agentes generales). En verdad, como afirm Labrada, la escuadra slo sirvi para aumentar la infelicidad del Reino; sin embargo, elepisodio de la malograda fuerza naval gallega demuestra que la Junta trat decumplir con la tarea bsica de las asambleas representativas del AntiguoRgimen: servir al Rey.

    ABREVIATURASAMS: ArchivoHistrico Municipal de Santiago.AMC: ArchivoHistrico Municipal de La Corua.AHPL: ArchivoHistrico Provincial de Lugo.AMM: ArchivoHistrico Municipal de Mondoedo.AHPOR: ArchivoHistrico Municipal de Orense.AHPP: ArchivoHistrico Provincial de Pontevedra.ARG: Archivodel Reino de Galicia.ACNC: Archivodel Ilustre Colegio Notarial de La Corua.AHN: ArchivoHistrico Nacional.AGS: ArchivoGeneral de Simancas.PER: RevistaParliaments, Estwes and Represen tation.LAJR: Librode actas o acuerdos de la Junta del Reino de Galicia.AM: ActasMunicipales.Repr.: Representacin.

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    MANUEL M. DEARTAZA MONTERO

    ANEXOSDocumento 1

    CEDULA DE SU MAGESTAD PARA QUE GALICIA TENGABOTO EN CORTESDon Phelipe por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de Leon, de Aragon, delas dos Sicilias, de Jerusalem, de Portugal, de Nauarra, de Granada, de Toledo,de Balencia, de Galicia, de Mallorca, de Seuilla, de Cerdea, de Cordoua, de

    Corcega, de Murcia, de Jan, de los Algarues, de Algezira, de Gibraltar, de lasIslas de Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firmedel Mar Ocano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoa, de Brabante y deMilan, Conde de Abspurg, de Flandes, de Tirol y Barcelona, Seor de Vizcayay de Molina, etc. = Por quanto por parte del nuestro reino de Galicia nos asido hecha relacion que a muchos aos que pretende se le d licencia paranombrar procuradores de Cortes que se hallen en las que se celebren con losotros de las Ciudades y Villas destos Reinos que tienen boto en ellas, confirmando y renobando el que antiguamente tubieron, y concediendosele de-nuebo para mayor firmea; representando para ello sus muchos y continuosseruicios y algunas causas y consideraciones. Y ultimamente ha ofrecido darcien mill ducados de seruicio para fabricar seis nauios de Armada precisamente necesarios en aquella costa, y de asistirla despus de fabricados con quantopudiere, suplicandonos fuesemos seruido de tenerlo por uien o como la nuestra merced fuese, y auiendose uisto diuersas consultas y papeles que sobreesto se causaron y hicieron en tiempo del Rei nuestro Seor mi Padre, quesanta gloria aya, ansi por el Consejo de la Camara, como por algunas Juntas aquien lo cometio, por vna nuestra Cedula firmada de mi mano, fecha en elPardo a veinte y uno de Henero del ao pasado de mill y seiscientos y veinte ydos, mandamos al nuestro Gouernador y alcaldes mayores del dicho Reino,hiciesen juntar los Procuradores dl en su forma acostumbrada para repartir yasegurar el dicho seruicio mediante la concesion del boto en Cortes, y quetambien se tratase en Junta si seria necesario pedir Breue a Su Santidad para elrepartimiento que para pagarle se vbiese de hacer a los eclesiasticos. = Encumplimiento de la qual dicha nuestra Cedula embiaron la dicha relacion consu parecer, y auiendose uisto en nuestro Consejo de la Camara y con Nosconsultado, teniendo consideracion a lo que esta referido y a que el dichoReino es muy estendido y sus naturales an hecho muchos y grandes seruiciosa nuestra Real Corona y a que esta en l el cuerpo del Glorioso apostol Santiago, a quien tengo particular debocion, y por patron y abogado, tubimos poruien el concederle el dicho boto en Cortes, de lo qual la parte de la Ciudad deamora y de las demas ciudades y villa destos Reinos que tienen boto en lasdichas Cortes se agrauiaron y se lIcuaron los papeles al nuestro Consejo deJusticia donde llamadas y oidas las partes se pronunciaron autos de vista y34 55

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    LA JUNTA DEL REINO YLA ESCUADRA DE GALICiA Ji)reuista por los quales se mandaron boluer los papeles al dicho Consejo de laCamara para que se hiciese el despacho de la dicha merced en conformidad delo que teniamos mandado; y por parte del dicho reino de Galicia se ha presentado el poder de las ciudades que le representan, que son Santiago, La Corua,Betanos, Lugo, Mondoedo, Orense y Tuy, otorgado a Frai Antonio de Sotomayor, del nuestro Consejo y de la santa y general Inquisicin y nuestroconfesor, en ocho de Otubre del ao de mill y seiscientos y beinte y uno, paraque pudiese obligar al dicho Reino a pagar los dichos cien mill ducados enquatro aos contados desde el dia que se diese el despacho de la dicha merceden esta manera. = El primer ao treinta y quatro mill ducados, que se entendiaserian necesarios para la armaon y fabrica de los dichos seis vajeles, demasde lo que tenian ofrecido algunos prelados del mismo Reino, y lo restante enlos tres aos siguientes por iguales partes, con que se gasten en la fabrica,armaon y conseruacion de los dichos seis vaxeles que naueguen y esten deordinario por las costas dl, sin que puedan salir dellas y de sus puertos si nofuere a ocasion de nuestro seruicio y para boluerse luego que hubierencumplido con ella; que demas dellos se pueda repartir la quincena parte quesera necesario para la paga de los despachos, conducion, depositarios y demasgastos; que el repartimiento se aya de hacer por el Reino en su junta a cadaProuincia por mayor lo que pareciere justo, conforme a su distrito y partidos ya la calidad y posibilidad de los vecinos dellos, y con que las dichas Prouincias y cada vna dellas, de la misma forma ayan de repartir a cada vno de suspartidos por mayor lo que pareciere, cometiendolo a las justicias ordinarias decada vno dellos para que agan repartir y cobrar por menor lo que les tocare ensu jurisdicion, sin reseruar ninguna persona de qualquier calidad que sea; yque para que esto mejor se cumpla, y se aga el dicho repartimiento con laigualdad y justificacin que conuiene, antes de vsar dl los dichos partidos ycada vno dellos, le ayan de remitir a la cauea de prouincia para que le bea yd orden le executen en la forma que mexor le conviniere, y lo que as cobrasen lo ayan de remitir y lleuar a su riesgo a la dicha cauea de prouincia y a lapersona que para ello se nombrare, la qual cauea de prouincia lo a de remitira la parte que por nos estubiere sealada para la fabrica de los dichos bajeles yarmaon dellos, para cuia cobrana le ayamos de dar jurisdiccin. = Que eldicho Reino no quede obligado a la conseruacion y reparo de los dichos bajeles, porque esto a de correr en todo tiempo por quenta de nuestra Real Hacienda; que para la dicha conseruacion y reparo se ponga en renta todo lo quesobrare de los dichos cien mili ducados de la fabrica y guarnicion de losdichos bajeles o que siruiendonos de que se conuierta en otros efectos se hagacon tal condicion que primero se consigne en parte cierta y segura. = Que delas presas que hicieren los dichos baxeles se satisfaga primero todo el gastoque hasta entonces estubiere hecho con ellos antes que se saque parte algunapara Nos ni para otra persona, y lo que sobrare se diuida conforme a losdispuesto por Reales ordenes y cedulas. = Que se aya de consignar en el seruicio de millones de aquel Reino lo necesario para la paga de la gente de mar yguerra que siruieren en los dichos vageles, y lo demas que fuere menester parael apresto delios de la misma manera que estan consignados los sesenta millAio 1996

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    MANUEL M. DE ARTA ZA MONTEROducados para los presidios d . = Que los capitanes y oficiales que hubieren deseruir en los dichos vageles y tener a su cargo el gobierno dellos y de la gentede mar y guerra con que an de andar guarnecidos sean naturales del dichoReino, pues, como interesados, acudiran con mayor animo al efeto que sepretende. = Que porque tenemos mandado que en los presidios dl no puedaasentar plaa ningun soldado natural, declararnos que esto no se entienda enlas compaias que siruieren en los dichos vageles. Y vista ansimesmo la obligacion que el dicho Fray Antonio de Sotomayor a otorgado en conformidaddel dicho poder en la villa de Madrid en tres deste presente mes ante Pedro dela Torre nuestro Escriuano y del numero della, aprouando como por la presente aprouarnos la dicha obligacion en quanto a la paga de los dichos cien millducados, es nuestra merced y boluntad que aora y de aqui adelante perpetuamente para siempre jamas, el dicho reino de Galicia tenga voto en las dichasCortes segun y como las otras ciudades y villa que lo tienen, y asiento y lugaren el Reino y en qualquiera parte que concurrieren sus Procuradores conotros, despues de los del reino de Jaen, inmediatamente a ellos, precediendo,como han de preceder a los de las otras ciudades y villa que no tienen lugarsealado, y que el dicho Reino en su forma acostumbrada de juntarse, o en laque acordare que sea mas conueniente y de menos embarao y costa, puedaelegir y nombrar los dichos sus procuradores y darles su poder bastante parauenir a las dichas Cortes y asistir en ellas y hacer y conceder por Cortes ennombre del dicho Reino y de todas las demas ciudades y villa que tienen votoen ellas, todo lo que por Nos y los Reyes nuestros sucesores fuere mandado yordenado y vieren ser cumplidero al seruicio de nuestro Seor y nuestro yvien vniuersal destos Reinos; y mandamos al Presidente del nuestro Consejo,y asitentes de las Cortes, que siempre que las mandaremos conbocar, libren ydespachen conbocatorias para el dicho reino de Galicia, en la misma formaque se hace y deue hacer para las demas ciudades y villa que tienen boto enlas dichas Cortes, y que admitan a los procuradores que tubieren nombrados onombraren para las que al presente estan juntas y se celebren el la villa deMadrid, i para las que de aqui adelante se convocaren. = Y ansimesmo mandamos a los del nuestro Consejo, Presidentes y Oidores de las nuestras audiencias, alcaldes, alguaciles, de nuestra Casa y Corte y Chancillerias, y otrosqualesquier jueces y justicias destos nuestros Reinos y Seorios, que a losprocuradores de Cortes del dicho Reino, guarden y hagan guardar todas lashonrras y gracias, mercedes, franqueas y liuertades, preheminencias, prerrogativas, e inmunidades que por raon de ser tales procuradores de Cortesdeuen auer y goar y les deuen ser guardadas, y les recudan y hagan recudircon la Recetoria de los seruicios que se otorgaren, y con todos los demas derechos, salarios y emolumentos que, por raon de ser tales procuradores deCortes les pertencieren, y pueden y deuen pertenecer, sin faltarles cosa alguna,y que en ello ni en parte dello embargo ni impedimento alguno, les no ponganni consientan poner, que esta es nuestra determinada boluntad, sin embargo detodo lo que esta referido, y de qualquier estilo, vso y costumbre y otra cualquier cosa que aya en contrario. Y desta nuestra carta a de tomar la raonMartin de Arostigui, nuestro Secretario de la Guerra, en cuyo poder a de36 55

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    LA JUNTA DEL REINO Y LA ESCUADRA DE GAL/CIA II)quedar la obligacion de los dichos cien mili ducados para que tenga cuidadode que a su tiempo se cumpla y execute, y se fabriquen los dichos seis nauios,y de aduertir dello al nuestro Consejo de la Guerra para que lo haga cumplir. =Dada en San Loreno, a trece de Otubre de mill seiscientos y veinte y tresaos. = Yo el Rey = Yo Pedro de Contreras, secretario del Rey nuestro Seor,la fice escriuir por su mandado. = El licenciado Don Francisco de Contreras. =Licenciado Luis de Salcedo. = El licenciado Melchor de Molina. = El licenciado don Alonso de Cabrera. = El licenciado Don Juan de Chaues yMendoa.

    (Fuente: Actas de las Cortes de Castilla, Madrid, 1917, Tomo cuadragsimo, pp. 9-15.)

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    MANUEL M. DE ARTAZ4 MONTERODocumento 2

    PROPOSICIN DE JOS GONZLEZ, FISCAL DEL CONSEJO DECASTILLA, A LA JUNTA DEL REINO (JULIO DE 1629)En la ciudad de La Corua a ocho das del mes de jullio demili y seiscientos y veinte y nuebe aos, en la Audiencia Real y Casas donde bibe el seorDon Juan Faxardo, Marqus de Espinardo, gobernador y Capitn General delReyno de Galizia, donde se suele juntar el Reyno de Galicia, se junt agorapor convocatoria del Seor Licenciado Jossephe Gonlez, del Consejo de SuMagestad y su fiscal en el supremo de Castilla, en birtud de la comisin de

    veinte y dos de abril deste ao, presente el Seor Gobernador y el SeorLicenciado D. Juan de Torres muatones del Consejo de su Magestad y sualcalde mayor del dicho Reyno, en que se aliaron por l los caualleros siguientes:Por la ciudad de Santiago, con su poder, el seor doctor BernardinoYez.

    Por la ciudad de La Corua el seor Francisco Bzquez de Balboa. Por la ciudad de Betanos el seor D. Antonio de Luna. Por la ciudad de Lugo el seor Licenciado Gonalo Snchez. Por la ciudad de Mondoedo el seor D. Fernando de Miranda. Por la ciudad de Orense el seor Licenciado Francisco de Espinosa. Por la ciudad de Tuy el seor Francisco de Paos.Todos los dichos cavalleros tienen poderes de dichas ciudades por s y susprovincias, de que se compone el Reino; y ans juntos, el Seor LicenciadoJossephe Gonlez del consejo de Su Magestad y su Fiscal en el supremo, enbirtud de su comisin de veinte y dos de abril deste ao, en nombre de SuMagestad represent al Reyno las grandes necesidades y aprietos en que alpresente se halla esta Corona por los exrcitos que el Rey de Francia y otroscoligados tienen en Ytalia, y armadas de olandeses y otros enemigos que pretenden tomar y robar las flotas de las Yndias Orientales y Occidentales, y lasdems mercaduras que traen los naturales destos reynos, y oprimirlos, y embaraar la navegacin y estrecharles para que no salgan de las costas y quitar aSu Magestad los estados y seoros que tiene en Ytalia en universal daodesta Monarqua: Y el empeo de las rentas de Su Magestad y la imposibilidad de poder socorrer tantos daos como amenazan si este Reino, como lohacen los de Castilla, correspondiendo a sus obligaciones y lealtad no hace lo

    mismo, animndose y alentndose por el peligro tan claro que a todosamenaa y poca seguridad que podrn tener aun en sus mismas cassas respetode la gran potestad de los enemigos con la prdida de la Flota que tomaron losolandeses el ao passado. Y les rrepressent ansimismo el desbelo y amor conque Su Magestad acude por s y sus ministros a la defensa y quietud de susbasallos y Reinos y exsaltacin de la fee; y pidi en nombre de Su Magestad38 55

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    LA JUNTA DEL REINO Y LA ESCUADRA DE GALICIA II)le socorran y sirban conforme a su obligacin y posibilidad voluntariamente, yofreci concederles en su Real Merced los arbitrios de que con menos dao delos pobres se pueda sacar, y los dems que para alibio y bien de todo el Reynoparezcan justos y puedan ser de mayor aumento y conserbacin suya y relebarle en quanto pueda de penalidades y trauajos, sobre locual les hio unalarga y elegante oracin en que se ocup ms de una hora, fundando en letrasdivinas y humanas la obligacin del Reyno por ser para su defensa y beneficiocomn desta Monarqua: Y habiendo platicado y conferidose en esto y alentado y ayudado la pltica, el seor marqus, Governador y Capitn General y eldicho seor D. Juan de Torres, como oidor ms antiguo desta Audienzia, elReyno respondi que conoce el aprieto y empeos de su Magestad, el peligrode la Monarqua, sus necesidades y obligacin, y que lo conferir todo ypromete con todas sus fuersas servir y socorrer a Su Magestad con la grandezaque la ocasin pide y le dicta su nimo y obligacin como mejor pueda, exponiendo siempre su bida y de sus naturales al servicio de Dios Nuestro Seor yde Su Magestad, a quien Dios guarde muchos y felicsimo aos.Ante m Diego de Vera.

    (Fuente: AHPP, Ayuntamiento de Tuy, L.914, LAJR 1629.)

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    MANUEL M. DE ARTAZ4 MONTERODocumento 3SERVICIO DE 800.000DUCADOS CONCEDIDOPOR EL REINO DE GALI

    CIA A INSTANCIAS DE JOS GONZLEZ (12 DE JULIO DE 1629)En la ciudad de La Corua a doce das del mes de juilio de mill y seiscientos y veinte y nuebe aos, el Reyno de Galizia, junto en la forma que hacomenado para el servicio que a de hacer a Su Magestad en virtud de su Realdula y combocatorias del Sr. Licenciado Jossephe Gonlez, en que sehallaron los seores Doctor Bernardino Yez, por la iudad y Provinia deSantiago, Francisco Bzquez de Balboa, por la iudad y Provinia de LaCorua, D. Antonio de Luna, por la iudad y Provinia de Betanzos, el Licenciado Gonalo Snchez, por la iudad y Provinia de Lugo y D. Fernando deMiranda por la ciudad y provincia de Mondoedo, el licenciado Francisco deEspinosa por la iudad y provinia de Orense y Francisco de Paos, por laiudad y Provinia de Tuy, en birtud de los poderes que tienen de sus ciudadesy Provincias que estn en poder de m, el escribano, de que doy fee, acordarony resolbieron lo siguiente:Lo primero que el Reyno aya de servir y sirbe a su Magestad conducientos y treinta mill ducados en moneda de belln que an de salir de losadbitrios y medios que tiene sealados para que su Magestad se pueda baler

    delios para las necesidades presentes, los quales dar y pagar como fuerensaliendo de los dichos adbitrios en el mismo Reyno y partes donde secobraren sin obligarse ams de a dar la cantidad que fuere procediendodellos.Que, ansimismo sirbe con quarenta mili ducados, menos lo que no fueremenester, para edificar un fuerte en las yslas de Bayona y fortificacin dellas,por ser cossa tan importante para la guarda y defensa deste Reyno y conserbacin del comercio del, por estar ocupadas por los yngleses y olandeses y salirdellas a hacer sus correras y presas, y hacer en ellas sus aguadas y ser precisoy necesario desalojarlos de las dichas yslas, poniendo en ellas el dicho fuertecon soldados de guarda y los dichos cuarenta mil ducados se han de sacar delos dichos adbitrios y librarse y gastarse por mano del Reyno en el dichoedificio yfortificain.Que ansirnismo sirben con otros treinta mili ducados, que se entiendesern necesarios para componer los bajeles que faltaren para la esquadra que ade haber de ocho navos para guarda deste Reyno y sus costas, porque aunquepara el mesmo hefeto hio el Reyno otro servicio de cien mili ducados, porhaberse consumido mucha parte delios en otras cosas, sern necesarios losdichos treinta mill ducados, con los quales y con que su Magestad mande sebuelban a estas costas los dos bajeles que fueron a la Andaluza desta esquadra y con que se bendan otros dos bajeles que estn echos, que asta agora noan servido porque no an parecido a propsito para la dicha esquadra, se podrponer a punto. Y si fuere necessario ms de los treinta mili ducados para eldicho hefeto, se an de sacar de los dichos adbitrios, dando cuenta al consejo40 55

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    LA JUNTA DEL REINO YLA ESCUADRA DE GALiCIA II)dello y del hestado de la dicha esquadra sin que en esto tenga dependenciaotro ningn tribunal ms que el consejo y el Reyno.Que no embargante que Su Magestad est obligado a sustentar la dichaesquadra, jente de guerra y marinaje, el Reyno sirve con veinte y cinco millducados de renta cada un ao para el gasto del marinaje, los quales tambin ande salir de los dichos adbitrios y Su Magestad a de servirse de pagar todo lodems que costare la dicha esquadra, ans de la gente de guerra como el marinaje y la paga de los dichos veinte y inco mill ducados de renta y de lostreinta mill; y lo dems que se gastare en la esquadra a de correr por mano delReyno y personas que para ello se diputaren, y se declara que los dichos veintey cinco mill ducados de renta ha de ser por el tiempo que durare y se conservare la dicha esquadra en este Reyno y no ms (subrayado en el original).Y por que por parte del Reyno se est haciendo instancia a Su Magestadpor medio del consejo de guerra para que se sirba de mandar se guarde lo queest asentado sobre la dicha esquadra, que si su Magestad hubiere tomadoresolucin ms favorable a la guarda de las costas y pretenion del Reyno,aquello se ha de guardar y cumplir.Lo sesto, que de los dichos adbitrios en primer lugar se a de pagar lostreinta mill ducados o la ms cantidad que fuere menester para poner a puntola dicha esquadra, y pagados stos se han de sacar cien mill ducados para SuMagestad a quenta de los ducientos y treinta mill con que se le sirbe, y luegose han de sacar los cuarenta mill ducados para el fuerte y, en ltimo lugar, losciento y treinta mill ducados restantes a cumplimiento del dicho servicio, conesta declaracin, que los veinte cinco mill ducados que se sealan para elgasto de marinaje siempre an de preferirse a todo y pagarse en primer lugarestando ella formada, y en el entretanto que no se forma se a de guardar eldicho orden, que el Reyno, con el amor y fidelidad con que siempre ha serbido a su Magestad y a sus reales progenitores, pone a los pies de Su Magestadeste serbicio, que en la sustancia importa ms de ochenta mill ducados suplicndole (subrayado en el original) lo admita, y que en considerain del y porfavorecer ms este Reyno, y para que con mayore