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Respuesta clínica, funcional y de calidad de vida a terapia anti-TNF alfa, en una cohorte de pacientes con Espondilitis Anquilosante Trabajo presentado al 1º PREMIO IBEROAMERICANO “JOSÉ ROMÁN” SOBRE INVESTIGACIÓN EN ESPONDILOARTROPATIAS Autores: Gracia María Abalos Medina, Gonzalo Ruiz Villaverde, Daniel Sánchez Cano, Ricardo Ruiz Villaverde, Carmen Villaverde Gutiérrez, Enrique Raya Álvarez.

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Respuesta clínica, funcional y de calidad de vida a terapia anti-TNF alfa, en una cohorte de pacientes con

Espondilitis Anquilosante

Trabajo presentado al 1º PREMIO IBEROAMERICANO “JOSÉ ROMÁN” SOBRE INVESTIGACIÓN EN ESPONDILOARTROPATIAS

Autores: Gracia María Abalos Medina, Gonzalo Ruiz Villaverde, Daniel

Sánchez Cano, Ricardo Ruiz Villaverde, Carmen Villaverde Gutiérrez,

Enrique Raya Álvarez.

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Respuesta clínica, funcional y de calidad de vida a terapia anti-TNF alfa, en una cohorte de pacientes con Espondilitis Anquilosante.

1Gracia María Abalos Medina, 2Gonzalo Ruiz Villaverde, 3Daniel Sánchez Cano, 4Ricardo Ruiz Villaverde, 5 Carmen Villaverde Gutiérrez, 1Enrique Raya Álvarez. 1Reumatólogo. Servicio de Reumatología, Hospital Universitario San Cecilio, Granada, España. 2Radiólogo.Servicio de Radiodiagnóstico, Complejo Hospitalario Virgen de las Nieves, Granada, España. 3Internista.Unidad de Enfermedades Autoinmunes, Hospital Universitario San Cecilio, Granada, España. 4Dermatólogo.Servicio de Dermatología, Complejo Hospitalario Ciudad de Jaén, España. 5Profª.Fisiología. E.U. Ciencias de la Salud. Universidad de Granada. España.

Autor para correspondencia: Gracia María Abalos Medina C/Emir nº3 bloque 2 portal 2 2ºA 18006 Granada e-mail: [email protected]

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Resumen

Objetivo: El objetivo del presente trabajo ha sido valorar el efecto de infliximab

y etanercept (terapia anti-TNFalfa -fármacos que bloquean la acción del factor

de necrosis tumoral alfa-) en la actividad de la enfermedad, capacidad funcional

y calidad de vida de 18 pacientes diagnosticados de espondilitis anquilosante .

Pacientes y Método: Los pacientes fueron seleccionados de forma consecutiva

en el Servicio de Reumatología del Hospital Clínico San Cecilio de Granada,

por ser refractarios al tratamiento convencional con fármacos antireumáticos

modificadores de la enfermedad (FAME) y/o AINE (antiinflamatorios no

esteroideos) según el caso. Para evaluar la actividad de la enfermedad

utilizamos el índice BASDAI (Bath Ankylosing Spondylitis Disease Activity

Index). Para capacidad funcional el índice BASFI (Bath Ankylosing Spondylitis

Functional Index) y para calidad de vida el ASQoL (Ankylosing Spondylitis

Quality of Life) como cuestionario específico y el SF-36 (Medical Outcomes

Study SF-36 o Health Survey) como cuestionario genérico.

Resultados: Se trata de un estudio piloto con 18 pacientes con espondilitis

anquilosante tratados con fármacos anti-TNF durante 16 semanas, en los que

se constata la disminución de actividad de la enfermedad por debajo del nivel

considerado aceptable para este tipo de fármacos. Los valores medios de las

puntuaciones EVA (escala visual analógica) del dolor y de la enfermedad,

muestran un descenso estadísticamente significativo postratamiento, así como

la percepción de la capacidad funcional y calidad de vida relacionada con la

salud (p<0,0001).

Discusión: Nuestros resultados están en la línea de lo informado por otros

estudios sobre la eficacia de la terapia anti-TNFalfa, reduciendo

significativamente la sintomatología clínica inflamatoria de la enfermedad a las

16 semanas y mejorando significativamente la funcionalidad y calidad de vida.

Conclusión: Estos resultados son extraordinariamente alentadores para los

pacientes de espondilitis anquilosante, y representan una opción terapéutica

de gran interés para prevenir la discapacidad y mantener la autonomía durante

el mayor tiempo posible.

Palabras clave: Espondilitis Anquilosante. Terapia anti TNF.

  4

Introducción

La espondilitis anquilosante (EA) es una enfermedad reumática

inflamatoria de evolución crónica que afecta fundamentalmente al esqueleto

axial (tórax, columna vertebral y pelvis), siendo la presencia de sacroileitis el

hallazgo radiológico característico.

El nombre de la enfermedad proviene de las raíces griegas angkylos =

rigidez o fusión, y spondylos = vértebra. Sin embargo, la anquilosis espinal

aparece sólo en estadios muy tardíos de la enfermedad y puede no producirse

en pacientes con afectación moderada. Además de la afectación del esqueleto

axial, puede manifestarse por inflamación en articulaciones periféricas y

entesis, así como manifestaciones extrarticulares (Sanmartí R y cols., 1998).

Articulaciones afectadas en EA

  5

La EA es una de las enfermedades reumáticas inflamatorias más

comunes, aunque la estimación de su prevalencia varía considerablemente,

incluso en grupos étnicos similares.

Los síntomas iniciales suelen comenzar en la tercera década de la vida y

predominantemente en el sexo masculino (2-3:1).

La etiología de la EA es desconocida. Desde las primeras descripciones

de la enfermedad se conoce su tendencia a la agregación familiar. La

predisposición genética a la enfermedad quedó patente en 1973, al descubrirse

su asociación con el antígeno de histocompatibilidad HLA-B27.

Los síntomas de la EA suelen presentarse en los últimos años de la

adolescencia o en la juventud con una edad media al comienzo de 26 años,

siendo excepcional el inicio a partir de los 50 años (Carette S y cols., 1983).

Entre el 4 y el 8% de los pacientes tienen más de 55 años al inicio de la

enfermedad (espondiloartropatías de inicio tardío). Estos enfermos presentan

con más frecuencia dolor cervical y dorsal, afectación torácica anterior, artritis

periférica, osteítis aséptica y manifestaciones sistémicas, como fiebre, fatiga o

pérdida de peso (Caplanne D y cols., 1997).

El síntoma inicial más característico es el dolor lumbar de ritmo

inflamatorio definido como un dolor insidioso, profundo, difícil de localizar,

cambiante, con unas peculiaridades que permiten distinguirlo del dolor no

inflamatorio predominantemente en la población general. Los siguientes

hallazgos son altamente sugestivos de dolor inflamatorio:

• inicio por debajo de los 40 años

• comienzo insidioso

• persistencia del dolor durante al menos 3 meses

  6

• asociación a rigidez matutina

• mejoría con el ejercicio y los antiinflamatorios no esteroideos

El dolor lumbar es la primera manifestación en, aproximadamente, el

75% de los pacientes. En ocasiones el dolor obliga al paciente a levantarse

durante la noche y moverse durante unos minutos antes de volver a la cama.

La rigidez es la segunda manifestación más frecuente. Empeora por la

mañana o tras los períodos de inactividad y mejora con la actividad física y la

ducha caliente. Puede durar hasta tres horas. Con frecuencia, el paciente

experimenta dificultad importante para levantarse de la cama por la mañana y

necesita rodar lateralmente para evitar flexionar o girar la columna y así

minimizar el dolor.

Otra manifestación clínica poco estimada es el cansancio o fatiga que

está presente hasta en el 63% de los pacientes y sobre la que las modalidades

terapéuticas convencionales, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE),

tienen poca eficacia (Dernis-Labous E y cols., 2003).

El síndrome sacroilíaco se caracteriza por un dolor sordo, alternante,

profundo, localizado en el cuadrante superointerno de la nalga, que puede

referirse a la cara posterior del muslo, la cresta iliaca o la región trocantérea, y

que frecuentemente plantea el diagnóstico diferencial con lumbociática. Al inicio

con frecuencia es unilateral o intermitente. En pocos meses suele hacerse

bilateral y persistente, acompañado de rigidez y limitación de la movilidad. El

dolor es altamente sensible a los AINE y menos a los analgésicos. La

exploración de las articulaciones sacroilíacas puede resultar insatisfactoria,

existiendo poca correlación entre las diversas pruebas de sobrecarga y los

hallazgos radiológicos. A medida que el proceso inflamatorio avanza, las

  7

articulaciones sacroilíacas tienden a la anquilosis y la exploración de las

maniobras sacroilíacas pueden resultar negativas.

Maniobra de Erichsen. Sobrecarga en articulaciones sacroilíacas

La presencia de sacroileítis radiológica constituye el sello de la EA y

suele preceder a la aparición de cambios radiológicos en la columna, si bien,

de manera excepcional, algunos pacientes con EA pueden presentar datos de

afección espinal sin sacroileítis (Gran JT y cols., 1985).

  8

Radiografía de raquis lumbar. Sindesmofitos

(osificación reactiva). Cambios radiológicos típicos en EA

Radiografía lumbar. Puentes óseos entre

vértebras (caña de bambú). Imagen típica en enfermedad avanzada.

  9

Aproximadamente un tercio de los pacientes con EA desarrollan artritis

periférica en algún momento de la evolución de la enfermedad. Este porcentaje

se incrementa si se incluyen las articulaciones rizomiélicas (caderas y

hombros). Suelen desarrollarse durante los primeros años de la enfermedad,

pudiendo anteceder al dolor del esqueleto axial en un período de tiempo

variable (Ginsburg WW y cols., 1983).

La afección articular periférica es predominantemente oligoarticular y se

produce en las extremidades inferiores, si bien durante los períodos de

exacerbación puede objetivarse una poliartritis. La asimetría no es habitual, así

como tampoco lo es la participación de las pequeñas articulaciones de las

manos. Las articulaciones más frecuentemente comprometidas son rodillas,

tobillos, caderas, hombros, tarsos y metatarsofalángicas.

La afección articular periférica tiende a resolverse sin deformidad

residual en la mayoría de los casos, y raramente es permanente o erosiva

(Gran JT y cols., 1990), si bien algunos autores encuentran hallazgos

radiológicos similares a los de la artritis reumatoide en un 33% de los pacientes

con EA y afectación periférica (Ginsburg WW y cols., 1983).

La entesitis es un hallazgo característico de la EA y en general de las

espondiloartropatías. Hace referencia tanto a la estructura que se inserta,

tendón, ligamento, cápsula articular o fascia, como al lugar de inserción en el

periostio.

Entesis calcánea

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Clínicamente son más frecuentes en los miembros inferiores,

especialmente en las inserciones calcáneas del tendón de Aquiles y de la

fascia plantar, pero también puede aparecer en: la inserción patelar del

cuádriceps femoral, origen e inserción del ligamento rotuliano en el polo inferior

de la rótula y en la tuberosidad tibial respectivamente, la inserción de los

peroneos, el tibial posterior, los trocánteres, la tuberosidad isquiática y las

espinas iliacas.

Índice MASES (Maastricht Ankylosing Spondylitis Enthesitis Score). Valoración del dolor a la palpación de entesis

  11

Se asocia con frecuencia a la presencia de bursitis y sinovitis en

localizaciones adyacentes. La talalgia puede ser la primera manifestación de la

enfermedad; característicamente es persistente y resistente al tratamiento y, en

ocasiones, tremendamente invalidante.

El dolor torácico anterior constituye una de las manifestaciones

articulares frecuentes de la EA. Surge como consecuencia de la afección de las

articulaciones condroesternales, esternoclaviculares o manubrioesternal. A

menudo el dolor aumenta con la inspiración profunda, la tos o el estornudo, por

lo que puede fácilmente confundirse con dolores torácicos de otras etiologías.

La palpación puede poner de manifiesto dolor a la presión local, crepitación o

tumefacción. Las articulaciones esternoclaviculares se encuentran afectadas

en el 17% de los pacientes con EA y pueden ser motivo de preocupación por el

dolor, la deformidad y la apariencia tumoral (Jurik AG., 1992).

La espondilodiscitis inflamatoria o destrucción discovertebral aparece en

los pacientes con EA de larga evolución con una columna cifótica y rígida. Se

trata de una lesión erosiva de la unión discovertebral de patogenia

desconocida, en la que se han implicado factores inflamatorios, entesopatía

severa progresiva y factores mecánicos como los desplazamientos vertebrales

por la inestabilidad originada por la afección de las articulaciones

interapofisiarias o como la pseudoartrosis en relación con focos de fractura

(Rasker JJ y cols., 1996). En los estudios radiológicos aparece como erosión

del platillo vertebral adyacente al disco intervertebral con esclerosis manifiesta,

a diferencia de la discitis infecciosa, en la que predomina la osteopenia y, en

ocasiones, estrechamiento del espacio discal. Puede contribuir al acuñamiento

  12

vertebral dificultando su diferenciación con respecto a las fracturas patológicas

(Kabasakal Y y cols., 1996).

La sospecha del diagnóstico de la EA se basará fundamentalmente en

las manifestaciones clínicas. El dolor axial crónico de características

inflamatorias y la sensación de rigidez son los primeros síntomas que aparecen

en la mayoría de los casos.

Los criterios de clasificación de la EA que se utilizan en la mayoría de los

estudios y trabajos actuales fueron publicados por Van der Linden en 1984

(Van der Linden S y cols., 1984). Sin embargo, desde 1961 ya se habían

establecido criterios de diagnóstico para la EA. Los criterios modificados de

Nueva York para el diagnóstico de la EA (1984) son los siguientes (Cuadro 1):

Criterios clínicos

Dolor lumbar de tres meses de duración como mínimo, que mejora

con el ejercicio y empeora con el reposo

Limitación de la movilidad de la columna lumbar en el plano frontal

y sagital

Disminución de la expansión torácica en relación a los valores

normales para su edad y sexo

Criterios radiológicos

Sacroileítis radiológica unilateral grados III o IV

Sacroileítis bilateral grados II a IV Cuadro 1. Criterios modificados de Nueva York para el diagnóstico de la EA

Según los criterios modificados de Nueva York, se define la EA cuando

se cumple al menos un criterio radiológico y un criterio clínico. La presencia de

sacroileítis bilateral, o en algunos casos unilateral, (grado III o IV) es

  13

indispensable para el diagnóstico. Según estos criterios, las fases de la

afección radiológica son (Cuadro 2):

Grados

Afección radiológica

Grado I Corticales articulares mal definidas con transparencia

subcondral e imagen de seudoensanchamiento de la

interlínea articular y posible inicio de esclerosis

Grado II Presencia de esclerosis y de focos de resorción ósea o

erosiones

Grado III Se añaden imágenes de fusión ósea parcial con la

aparición de puentes óseos entre el hueso iliaco y el

sacro

Grado IV Fusión ósea completa Cuadro 2. Grados de afección radiológica en la sacroiletitis

Radiografía de sacroilíacas. Sacroileítis grado II

  14

Recientemente el grupo ASAS (Assessment in Ankylosing Spondylitis

working group) y la Liga Europea Contra el Reumatismo (EULAR) han

establecido una serie de recomendaciones basadas en una extensa revisión de

la bibliografía y un consenso de expertos para el tratamiento de la EA (Gossec

L y cols., 2008) que incluye técnicas tales como la educación, terapia física,

ejercicios, rehabilitación y participación en grupos, en cualquier etapa de la

enfermedad, así como la administración de AINE, y en ciertos casos, la

administración de fármacos antireumáticos modificadores de la enfermedad

(FAME) como sulfasalazina o metotrexate para el control de las

manifestaciones periféricas y de glucocorticoides por vía oral o local tanto para

el tratamiento de la afección axial y de articulaciones y entesis periféricas

(Zochling J y cols., 2006). El tratamiento con anti-TNFalfa (fármacos que

bloquean la acción del factor de necrosis tumoral alfa) se considera de primera

elección en los casos en que ha fallado el tratamiento con los medicamentos

mencionados anteriormente. Actualmente disponemos de tres antagonistas del

TNFalfa: dos anticuerpos monoclonales, uno de ellos quimérico -infliximab-

(Griffoul I y cols., 2009) y el otro humano –adalimumab-(Rudwaleit M y cols.,

2009),y un receptor soluble –etanercept- (Davis JC y cols., 2008), con

indicación registrada para la EA. Los tres agentes parecen tener similar eficacia

en el tratamiento de dicha patología (Walter P Maksymowych., 2007).

El uso de analgésicos está indicado en cualquier momento y para la

corrección de alteraciones estructurales se pueden indicar procedimientos

quirúrgicos de diversa naturaleza.

  15

Por otra parte, la Sociedad Española de Reumatología (SER) también

publicó su propio Consenso sobre el uso de terapias biológicas en pacientes

con espondiloartropatías (Collantes E y cols., 2007).

Justificación

En las dos últimas décadas se ha producido un rápido crecimiento de la

producción científica en el área de la calidad de vida relacionada con la salud

(CVRS). Las razones de este llamativo interés son diversas. Por un lado, el

aumento de la prevalencia de las enfermedades crónicas como consecuencia

del envejecimiento de la población y demanda de niveles más altos de

bienestar, seguido de una mayor sensibilidad por conocer el punto de vista del

propio enfermo sobre su estado de salud ante procesos que carecen de

curación. En cierto sentido, es el resultado de una humanización de la atención

sanitaria, pero también el fruto de un deseo de aumentar el conocimiento sobre

la historia natural de estos procesos y establecer su interrelación con factores

pronósticos. Los avances tecnológicos, acompañados de un rápido incremento

en el gasto sanitario, han motivado una mayor preocupación por la evaluación

de los nuevos tratamientos y tecnologías, desde el punto de vista del individuo

y de la sociedad, para contar con mejores elementos de juicio ante la toma de

decisiones en planificación sanitaria. Bajo todos estos planteamientos subyace

una idea: toda atención sanitaria, además de aliviar los síntomas y prolongar la

supervivencia, debe mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas.

  16

La EA es una enfermedad crónica que implica un cambio importante en

la calidad de vida de las personas. Diversos estudios han demostrado que los

pacientes con dicha enfermedad tienen peor calidad de vida en todas las

dimensiones que la población general y que pacientes con enfermedades

consideradas de una mayor gravedad, tales como el infarto de miocardio, la

colitis ulcerativa y el lupus eritematoso sistémico (Ballina F, 2002).

El grado de actividad clínica de la enfermedad influye en la calidad de

vida; Los pacientes con enfermedad activa tienen más alteración de la calidad

de vida que los pacientes en remisión.

La reciente aprobación de fármacos obtenidos por biotecnología frente a

moléculas proinflamatorias en procesos artríticos, ha ampliado las expectativas

de tratamiento de muchos pacientes en reumatología. De hecho, están

surgiendo otras moléculas con dianas inmunológicas diferentes, aún en fase de

estudio, y es probable que en breve dispongamos de un arsenal de terapias

biológicas, no sólo para el tratamiento de la EA, sino para otras artropatías

inflamatorias de difícil control.

El tratamiento de la EA ha cambiado radicalmente en los últimos años

como consecuencia de la introducción de los fármacos anti-TNFalfa. Estos

fármacos reducen significativamente la actividad inflamatoria e inducen

cambios en el aspecto histopatológico de la membrana sinovial, el patrón de

citocinas en sangre periférica y líquido sinovial y en las imágenes obtenidas por

resonancia magnética y ultrasonido. En este momento se considera la

posibilidad de que el efecto de estas moléculas no sólo se reduzca al alivio de

síntomas y signos, y por tanto mejore la calidad de vida, sino que también

modifique la historia natural de estas enfermedades.

  17

Conocer la CVRS de estos pacientes así como los factores asociados

que influyen en ella, nos aportará información adicional para un mayor

conocimiento de la enfermedad, que puede ayudar por una parte a los

pacientes a prevenir factores desencadenantes de brotes de su enfermedad

y por otra a los propios médicos para actuar junto con el paciente sobre

dichos factores y aplicar todos los recursos y actitudes terapéuticas de los que

se dispone sobre la enfermedad.

Objetivos

En el presente estudio pretendemos revisar los casos de EA, que han

sido susceptibles de tratamiento con terapias biológicas en nuestro medio, y

establecer un perfil clínico y funcional de estos pacientes antes y después del

tratamiento, mediante los cuestionarios desarrollados y validados

recientemente para el manejo clínico de la EA.

1. Objetivo General

Valorar la eficacia de la terapia biológica con anti-TNF alfa, en un grupo de

pacientes con EA refractaria al tratamiento convencional.

2. Objetivos Específicos

2.1 Describir las principales características clínicas de los pacientes

afectados de EA.

2.2 Evaluar el efecto de la terapia biológica sobre la capacidad funcional de

la enfermedad, en un grupo de pacientes con EA refractaria a tratamiento

  18

convencional, a través de la aplicación del índice BASFI (Bath Ankylosing

Spondylitis Functional Index).

2.3 Evaluar el efecto de la terapia biológica sobre la actividad de la

enfermedad en un grupo de pacientes con EA refractaria a tratamiento

convencional, mediante la aplicación del índice BASDAI (Bath Ankylosing

Spondylitis Disease Activity Index), así como la utilización de otros

parámetros indicativos de actividad de la enfermedad como, VSG (velocidad

de sedimentación globular), PCR (proteína C reactiva), EVA (escala visual

analógica) del dolor y de la enfermedad y número de articulaciones

tumefactas (NAT) o dolorosas (NAD).

2.4 Evaluar el efecto de la terapia biológica sobre la CVRS, mediante la

aplicación del cuestionario específico ASQoL (Ankylosing Spondylitis Quality

of Life) y el cuestionario genérico SF-36 (Medical Outcomes Study SF-36 o

Health Survey) en un grupo de pacientes con EA refractaria a tratamiento

convencional.

Importancia práctica

La función física es un área fundamental de la calidad de vida de las

personas e incluye aspectos relacionados con la movilidad y capacidad para

llevar a cabo las actividades de la vida diaria. La EA provoca deterioro de la

función física (o capacidad funcional) de los pacientes, por lo que este dominio

se considera de gran importancia para valorar la respuesta al tratamiento,

utilizándose en la actualidad varios instrumentos para su evaluación, aunque

  19

es el índice BASFI (Calin A y cols., 1994) el utilizado en la mayoría de los

estudios recientemente publicados sobre los efectos de las terapias biológicas

(Keystone EC y cols., 2004), informando de una importante mejoría funcional y

prevención de la destrucción de las articulaciones.

Los resultados de algunos estudios señalan la posibilidad de que el

TNF-alfa participe de forma relevante en la patogenia de la EA. Tanto en la

membrana sinovial de las articulaciones sacroilíacas (Braun J y cols., 1995;

Bollow M y cols., 2000) como en la de articulaciones periféricas, así como en

las entesis, se ha podido identificar ARN mensajero del TNF-alfa (Laloux L y

cols., 2001). Por otro lado, el suero de pacientes con EA contiene

concentraciones elevadas de TNF-alfa. Algunos de estos hallazgos se han

observado, asimismo, en pacientes con artritis reactiva, artritis psoriásica,

enfermedad de Crohn y uveítis (McCormack G y cols., 2001). Desde el punto

de vista histopatológico, las células de la membrana sinovial expresan un gran

número de citocinas y marcadores celulares de activación (Baeten D y cols.,

2005). Después del tratamiento con bloqueadores del TNF-alfa se ha logrado

revertir algunas de estas alteraciones.

El objetivo del tratamiento consiste en reducir al mínimo la actividad

inflamatoria de la enfermedad, utilizándose en la actualidad varios instrumentos

para su evaluación, aunque es el índice BASDAI (Garrett S y cols., 1994) el

utilizado junto a otros parámetros en la práctica clínica diaria, que idealmente

correspondería a un índice BASDAI igual o inferior a 2 y a un EVA de la

enfermedad por debajo de 2 cm, lo que indicaría la práctica ausencia de dolor y

rigidez articular. No obstante, se consideran aceptables unos niveles de

BASDAI, EVA de la enfermedad por el paciente y de dolor raquídeo

  20

(inflamatorio), inferiores a 4 cm (Collantes E y cols., 2007), que conduzca así a

una mejoría significativa de los signos y síntomas como la inflamación articular,

el dolor y la rigidez, y preserve la capacidad funcional manteniendo una buena

calidad de vida (Hernández-Cruz B y cols., 1998).

El grado de actividad clínica de la enfermedad influye en la calidad de

vida. Cuando la enfermedad está activa, se ha visto que todas las dimensiones

puntúan más bajo que cuando se encuentran en remisión.

Dentro de la patología reumatológica se han elaborado diversos

cuestionarios específicos que valoran la calidad de vida en enfermedades

crónicas reumáticas, tanto orgánicas como funcionales. Como tales podrían

considerarse los instrumentos para medir función física, ya que ésta es un

subdominio de la CVRS. Sin embargo, se han desarrollado instrumentos

específicos para medir CVRS en sus diferentes dimensiones.

La medida de la CVRS tiene una creciente importancia, tanto en el área

de la investigación, como en su utilización como estimador de los programas e

intervenciones realizadas en el ámbito sanitario. Su uso ha crecido

exponencialmente, junto con otras medidas como la satisfacción, es lo que se

denomina medidas centradas en el paciente.

Entre las múltiples aplicaciones de la medición de la CVRS encontramos

(Irvine EJ, 1997; Carral F y cols., 2000; Younossi Z y cols., 1998; Viana A,

1994; Fizpatrick R y cols., 1992; Higginson IJ y cols., 2001):

• Identificar los problemas o necesidades sanitarias de individuos o

poblaciones, a partir de la percepción que los pacientes tienen de la

propia enfermedad.

  21

• Valorar la calidad asistencial, permitiendo conocer si determinadas

acciones que se realizan para mejorar a los pacientes, sirven realmente

para mejorar la calidad de vida.

• Mejorar y ampliar los conocimientos sobre una determinada patología, a

través de la información que aporta la percepción que el paciente tiene

de la misma, incluso en momentos diferentes de su evolución.

• Medir la eficacia terapéutica en un ensayo clínico; pues el punto de vista

del propio paciente es fundamental para evaluar los diferentes

tratamientos.

• Valorar las repercusiones de las intervenciones quirúrgicas, mediante la

evaluación de los cambios que el paciente percibe después de la misma,

así como valorar la respuesta a diferentes tratamientos quirúrgicos.

• Facilitar y mejorar la comunicación y la relación médico-paciente gracias

al conocimiento de la problemática en la que el paciente se encuentra

inmerso, su afectación por la misma, y las prioridades del paciente en

ese momento.

• Evaluación fármaco-económica; la calidad de vida puede ser utilizada

para realizar estudios de coste-efectividad de las diferentes actitudes

terapéuticas o intervenciones sanitarias.

• Análisis de las diferencias en los niveles de calidad de vida entre los

distintos grupos poblacionales en un mismo momento, o en un grupo

poblacional a lo largo del tiempo.

  22

Pacientes y método

Muestra: Se trata de un estudio piloto para valorar la respuesta inicial al

tratamiento con fármacos anti-TNFalfa abierto a continuar el tratamiento

después de las primeras 16 semanas, si los resultados indican la remisión o

disminución de la actividad inflamatoria de baja a moderada, además de la

tolerancia por el paciente y ausencia de complicaciones.

Se incluyeron de forma consecutiva 18 pacientes mayores de 45 años,

refractarios al tratamiento convencional con FAME, corticoides o AINE según el

caso y subsidiarios de terapia biológica con anti-TNF, que fueron seleccionados

en el Servicio de Reumatología del Hospital Clínico San Cecilio de Granada.

Procedimiento: Los fármacos anti-TNF empleados fueron infliximab en

perfusión intravenosa a dosis de 5 mg/kg seguida de dosis adicionales a las 2

y 6 semanas siguientes a la primera y posteriormente cada 6 a 8 semanas y

etanercept de forma subcutánea 25 mg dos veces por semana. Un régimen de

50 mg semanal parece ser tan efectivo como la pauta convencional (Keystone

EC y cols., 2004). La dosis superior a 50 mg de etanercept a la semana, no se

ha asociado a mayores efectos beneficiosos, pero sí incrementa el riesgo de

efectos secundarios (Kremer JM., 2009). Dado que no existe evidencia

científica que avale la superioridad de un fármaco sobre otro, y según ficha

técnica, ambos agentes estarían indicados, la elección del fármaco se hizo

tomando en consideración las características del paciente, optando por la

administración subcutánea (vía de administración de etanercept), por su

facilidad de aplicación en el domicilio del paciente cuando razones de edad o

nivel cultural, así lo aconsejaron.

  23

La recogida de información se realizó en dos momentos (previo y

postratamiento) separados por las 16 semanas iniciales de tratamiento.

Para la realización del trabajo se han tenido en cuenta todos los principios

y recomendaciones éticas preceptivas para este tipo de estudios, según los

díctámenes del Comité de Etica y Ensayos Clínicos de nuestro hospital,

incluyendo en todos los casos el consentimiento informado de los pacientes

para tratamiento anti-TNF.

Instrumentos: La actividad de la enfermedad se ha valorado con el índice

BASDAI -Bath Ankylosing Spondylitis Disease Activity Index-, (Garrett S y cols.,

1994) un cuestionario autoadministrado. Consta de 6 preguntas que se refieren

a diferentes dominios  que incluyen fatiga, dolor en esqueleto axial, dolor e

inflamación en articulaciones periféricas, malestar en regiones dolorosas al

tacto o a la presión y rigidez matutina a la que se refieren dos preguntas, una

acerca de la intensidad y otra sobre duración. Las cinco primeras preguntas se

responden sobre Escala Analógica Visual (EVA de 10 cm), en cuyo extremo

izquierdo figura la palabra “ninguna”, mientras que en el extremo derecho

figuran las palabras “muchísima”. La sexta pregunta se refiere a la duración de

la rigidez matutina en horas y se contesta sobre una línea también de 10 cm,

en la que figuran los puntos correspondientes desde 0 a 2 horas. El paciente

marca en el punto de la línea que mejor represente su situación en la última

semana. Cada pregunta se puntúa midiendo la distancia entre el extremo

izquierdo de la EVA y la marca realizada por el paciente. El BASDAI global es

el promedio de las puntuaciones de las 6 preguntas y varia de 0 (no actividad)

a 10 (máxima actividad). La determinación de los datos de laboratorio (VSG y

  24

PCR) también debe realizarse y complementarse con el BASDAI en la

valoración que el médico haga de la actividad de la enfermedad. 

Cuestionario BASDAI (Bath Ankylosing Spondylitis Disease Activity Index)

  25

La capacidad funcional se valoró mediante la escala visual analógica

(EVA) del dolor y de la enfermedad, que puntúan de 0 a 10, de tal forma que

cuanto mayor es el valor, mayor sensación de dolor y de enfermedad por parte

del paciente y mediante el índice BASFI -Bath Ankylosing Spondylitis

Functional Index- (Calin A y cols., 1994).

Cuestionario BASFI (Bath Ankylosing Spondylitis Functional Index)

  26

El índice BASFI consta de 8 preguntas relacionadas con la capacidad

funcional de diferentes regiones anatómicas del organismo y otras dos acerca

de la capacidad del paciente para realizar actividades cotidianas. La puntuación

global es el promedio de las puntuaciones de cada una de las 10 preguntas y

va de 0 (mejor función) a 10 (peor función). En la última versión (Cardiel MH y

cols., 2003), las EVA fueron sustituidas por escalas numéricas (de 0 a 10) con

el objetivo de mejorar la comprensión del cuestionario por los pacientes.

Para valorar el efecto del tratamiento en la Calidad de Vida de los

pacientes se utilizó el ASQoL -Ankylosing Spondylitis Quality of Life- (Doward

LC y cols., 2003) como cuestionario especifico, originalmente desarrollado en

Reino Unido y Países Bajos de forma paralela, con la idea de reflejar no sólo

los síntomas clínicos y la discapacidad que provoca la EA sino el impacto

global de la enfermedad en la vida de los pacientes. Se ha utilizado en diversos

estudios realizados en pacientes con EA, demostrando buenas propiedades

clinimétricas. Consta de 18 preguntas, cada una de las cuales tiene dos

posibles respuestas (afirmativas se puntúan como 1 y negativas como 0). La

puntuación global es la suma de las puntuaciones de cada pregunta y puede

estar entre 0 (la mejor CVRS) y 18 (la peor CVRS). Si hay más de 3 preguntas

en blanco no se puede calcular la puntuación global. La versión española del

ASQoL es válida, fiable y factible de aplicar en nuestro medio para medir CVRS

de pacientes con EA, demostrando una alta correlación con la mayoría de los

“constructos” representativos de la EA (Ariza-Ariza R y cols., 2003).

  27

Cuestionario ASQoL (Ankylosing Spondylitis Quality of Life)

Para valorar la CVRS de forma genérica y poderla comparar con la

población española de referencia, hemos utilizado el cuestionario SF-36, que

constituye una de las escalas genéricas con mayor potencial de uso en la

evaluación de los resultados clínicos. El SF-36 está diseñado para ser auto-

administrado, administrado por teléfono, o administrado durante una entrevista

  28

cara a cara con encuestados de 14 o más años de edad, tanto en la población

general como en pacientes, en estudios descriptivos y de evaluación.

Contiene 36 ítems que cubren dos áreas, el estado funcional y el

bienestar emocional. El área del estado funcional esta representada por las

siguientes dimensiones: función física (10 ítems), función social (2 ítems),

limitaciones de rol por problemas físicos (4 ítems) y limitaciones de rol por

problemas emocionales (3 ítems). El área de bienestar incluye las dimensiones

de salud mental (5 ítems), vitalidad (4 ítems) y dolor (2 ítems). Finalmente, la

evaluación general de la salud incluye la dimensión de la percepción de la

salud general (5 ítems) y el cambio de la salud en el tiempo (un ítem, que no

forma parte de la puntuación final).

El SF-36 fue construido para representar ocho de los conceptos de salud

más importantes incluidos en el MOS (Medical Outcomes Study SF-36 o Health

Survey) y otras encuestas de salud ampliamente utilizadas. El SF-36 da como

resultado un perfil de escalas multi-ítem conteniendo de dos a diez ítems cada

una, y una medida compuesta de un solo ítem de transición de salud declarada

que no se utiliza para puntuar ninguna de las ocho escalas multi-ítem. Las

medidas sumario de salud física y mental han sido publicadas (Ware y cols.,

1995).

Los ítems y las dimensiones del SF 36 están puntuados de forma que a

mayor puntuación mejor es el estado de salud. Para cada dimensión, los ítems

son codificados, agregados y transformados en una escala que tiene un

recorrido desde 0 (el peor estado de salud para esa dimensión) hasta 100 (el

mejor estado de salud). El cuestionario no ha sido diseñado para crear un

índice global. Sin embargo, permite el cálculo de dos puntuaciones resumen

  29

mediante la combinación de las puntuaciones de cada dimensión; una es la

suma del estado de salud física y otra el estado de salud mental. Se

recomienda que tanto la recodificación de ítems como la puntuación de las

escalas se hagan en un ordenador, utilizando los algoritmos de puntuación

documentados o el software disponible (Medical Outcomes Truts, 1995).

DIMENSIONES

Nº. DE ITEMS

Nº. DE

NIVELES

RESUMEN DEL CONTENIDO

FUNCIÓN FÍSICA

(PF)

10

21

Grado en que la salud limita las actividades físicas tales como el autocuidado, caminar, subir escaleras, inclinarse, coger o llevar pesos, y los esfuerzos moderados e intensos.

ROL FÍSICO (RP)

4

5

Grado en que la salud física interfiere en el trabajo y en otras actividades diarias, lo que incluye el rendimiento menor que el deseado, la limitación en el tipo de actividades realizadas o la dificultad en la realización de actividades.

DOLOR CORPORAL (BP)

2

11

La intensidad del dolor y su efecto en el trabajo habitual, tanto fuera de casa como en el hogar.

SALUD GENERAL (GH)

5

21

Valoración personal de la salud que incluye la salud actual, las perspectivas de salud en el futuro y la resistencia a enfermar.

VITALIDAD (VT) 4 21 Sentimiento de energía y vitalidad, frente al sentimiento de cansancio y agotamiento.

FUNCIÓN SOCIAL (SF)

2

9

Grado en el que los problemas de salud física o emocional interfieren en la vida social habitual.

ROL EMOCIONAL

(RE)

3

4

Grado en el que los problemas emocionales interfieren en el trabajo u otras actividades diarias, lo que incluye la reducción en el tiempo dedicado a esas actividades, el rendimiento menor que el deseado y una disminución del cuidado al trabajar.

SALUD MENTAL

(MH)

5

26

Salud mental general, lo que incluye la depresión, la ansiedad, el control de la conducta y el control emocional y el efecto positivo en general.

EVOLUCIÓN DECLARADA DE LA

SALUD (HT)

1

5

Valoración de la salud actual comparada con la de un año atrás.

Ítems y dimensiones del cuestionario SF 36

  30

La equivalencia de la versión española fue evaluada a través de diversos

estudios (Alonso y cols., 1995). Se realizaron retrotraducciones que fueron

comparadas con la versión original por investigadores independientes.

Asimismo, se realizó una reunión con los investigadores autores de las

versiones del cuestionario en otros países (Alemania, Australia, Canadá,

Francia, Holanda, Italia, Reino Unido y Suecia) para armonizar el contenido en

los casos con expresiones alternativas. Finalmente, se hizo un estudio piloto

con pacientes crónicos para evaluar la factibilidad y la comprensión del

cuestionario.

Análisis estadístico: Una vez comprobada la normalidad de las variables

en estudio, para valorar los efectos terapéuticos de la medicación, se procedió

a la comparación de medias para muestras relacionadas mediante el

estadístico t de Student. Para comparar las puntuaciones obtenidas en nuestra

muestra en las diferentes dimensiones del cuestionario SF-36, con las normas

poblacionales de referencia se han seguido las tablas de percentiles (P) del

cuestionario SF-36, para la población española (Alonso y cols., 1998), en

función de la edad. Finalmente para valorar la relación entre los cambios

observados para la variable de actividad de la enfermedad (índice BASDAI)

como variable dependiente o de respuesta y los cambios en las variables

clínicas y de laboratorio asociadas (covariables o variables predictoras) se

analizó la correlación lineal previa, mediante el coeficiente de correlación de

Pearson. Finalmente se realizó el análisis de regresión lineal múltiple,

empleando el índice BASDAI como variable de respuesta al tratamiento, frente

al conjunto de las covariables citadas (NAT, NAD, VSG y PCR), añadiendo el

agregado físico SF-36 de la calidad de vida. La construcción del modelo se

  31

llevó a cabo empleando el método backward stepwise, introduciendo paso a

paso todas las covariables y permaneciendo en el modelo solo las que son

significativas según el nivel de significación prefijado del 5%, para un intervalo

de confianza del 95%. El análisis estadístico se realizó con SPSS versión 15.0

para Windows.

Resultados

Los resultados se presentan en tablas donde se indican las

puntuaciones medias con sus correspondientes desviaciones típicas, obtenidas

en los 18 pacientes con EA, antes de iniciar el tratamiento anti-TNF (previo) y

16 semanas después (postratamiento) así como la comparación entre ambas

medidas con indicación de la significación estadística. En la tabla 1, se

describen las variables de los pacientes en relación con su enfermedad,

indicando la frecuencia absoluta y el %.

Tabla 1. Variables de sujeto e historial de enfermedad

Espondilitis Anquilosante n=18

n (%)

Varones 14 (77,8%) Edad (45-54 años) 14 (77,8%) HLA B27 positivo 16 (88,9%) Tiempo evolución enfermedad > 5 años 14 (77,8%) Tratamiento previo con FAME 9 (50%) Tratamiento previo con corticoides 9 (50%) Tratamiento previo con AINEs 18 (100%) Tratamiento anti-TNF con Infliximab 12 (66,7%) Tratamiento anti-TNF con Etanercept 6 (33,3%) Necesidad de tratamiento suplementario 6 (33,3%) Efectos secundarios del tratamiento anti-TNF 1 (5,6%)

  32

En la tabla 2, se muestran los resultados para las variables clínicas y de

laboratorio: número de articulaciones dolorosas (NAD); número de

articulaciones tumefactas (NAT);Valoración del dolor y de la enfermedad por el

paciente, mediante Escala Visual Analógica (EVA) del dolor y de la

enfermedad; Velocidad de Sedimentación Globular (VSG) y Proteína C

Reactiva (PCR).

Tabla 2. Comparación de los resultados clínicos y de laboratorio obtenidos antes y después del tratamiento. Variables n = 18

Pre-Tratamiento

Media ±DT

Pos-Tratamiento

Media ±DT

Diferencia Pre-Pos

Media ±DT

p-valor

NAD 5,82±4,22 1,34±1,99 4,48±3,59 0.0001 NAT 2,76±2,28 0,28±0,60 2,48±2,11 0.0001 EVA-dolor 7,34±1,25 3,29±1,53 4,05±1,56 0.0001 EVA-Enferm 7,38±1,25 3,25±1,51 4,13±1,61 0.0001 VSG 40,16±17,68 17,68±12,73 22,48±16,65 0.0001 PCR 2,67±2,61 0,68±0,80 1,98 ±2,69 0.0001 NAD=Núm de articulaciones dolorosas; NAT=Núm de articulaciones tumefactas; EVA: Escala analógica visual del dolor y de la enfermedad;VSG=Velocidad de Sedimentación Globular;PCR=Proteína C Reactiva

En la tabla 3, se muestran los resultados obtenidos en la actividad de la

enfermedad valorada mediante el índice BASDAI; en la capacidad funcional,

mediante el índice BASFI y en la calidad de vida específica, mediante el

ASQoL.

Tabla 3 . Comparación de los resultados de Capacidad Funcional, Actividad de la enfermedad y CV especifica antes y después del tratamiento Variables n = 18

Pre-Tratamiento

Media ±DT

Pos-Tratamiento

Media ±DT

Diferencia Pre-Pos

Media ±DT

p-valor

BASFI 6,80±1,03  3,64±1,72 3,16±0,31  0.0001

BASDAI 6,35±1,18 2,78±1,07 3,57±0,11 0.0001

ASQoL 14,80±3,22 4,85±2,08 9,95±1,14 0.0001I. BASFI= Capacidad funcional; I. BASDAI= Actividad inflamatoria y ASQoL=Calidad de vida específica en EA

  33

Las puntuaciones de CVRS , una vez estandarizadas se han comparado

con la población general española según el estrato de edad correspondiente a

los pacientes del estudio (Fig.1). Fig. 1. Perfil SF-36 antes y después del tratamiento, respecto a los valores españoles de referencia de 45-54 años de edad.

 

PF: función física, RP: rol físico, BP: dolor corporal, GH: salud general, VT: vitalidad, SF: función social, RE: rol emocional, MH: salud mental.  

 

En la tabla 4 se muestran las puntuaciones de los agregados físico y

mental, calculadas a partir de las dimensiones correspondientes del cuestionario

genérico de calidad de vida SF-36 antes y después del tratamiento.

Tabla 4. Comparación de puntuaciones pre y postratamiento de los agregados fisico y mental de CV SF-36.

Variables n = 18

Pre-Tratamiento

Media ±DT

Pos-Tratamiento

Media ±DT

Diferencia Pre-Pos

Media ±DT

p-valor

Agregado Físico SF-36

20.55± 5.61

39.82±9.79

- 19.26± 10.70

0.0001

Agregado Mental SF-36

25.89± 10.17

46.29± 8.01

- 20.40± 12.20

0.0001

PRE-POST TRATAMIENTO FRENTE A VALORES ESPAÑOLES 45-54 AÑOS

-8,0

-7,0

-6,0

-5,0

-4,0

-3,0

-2,0

-1,0

0,0PF_Z RP_Z BP_Z GH_Z VT_Z SF_Z RE_Z M H_Z

ANTES DESPUÉS

  34

En la tabla 5 se presenta la correlación entre la puntuación específica de

calidad de vida (ASQoL), los agregados físico y mental y las diferentes

dimensiones del cuestionario genérico de calidad de vida SF-36, antes y

después del tratamiento.

Tabla 5. Comparación entre los cuestionarios de Calidad de Vida SF-36 Y ASQoL

PREVIO POSTERIOR AGREGADOS r (p) r (p)

AGG. F -0,24 0,85 ***AGG. M 0,57 *** 0,56 ***

DIMENSIONES SF-36 PREVIO POSTERIOR PF 0,43 ** 0,82 ***RP . 0,66 ***BP 0,20 0,84 ***GH 0,23 0,75 ***VT 0,43 ** 0,89 ***SF 0,41 * 0,77 ***RE 0,27 0,34 * MH 0,60 *** 0,79 ***

Coeficientes de correlación de Pearson y valor p, entre Agregados Físico y Mental y Dimensiones del Cuestionario de Calidad de Vida SF-36 y el específico ASQoL. AGG.F: Agregado Físico; AGG.M: Agregado Mental; PF: Función Física; RP: Rol Físico; BP: Dolor Corporal; GH: Salud General; VT: Vitalidad; SF: Función Social; RE: Rol Emocional; MH: Salud Mental. (* ) p<0,050; (**) p< 0,010; (***) p<0,001

En la tabla 6 se muestra la correlación de la actividad de la enfermedad

(índice BASDAI) con los reactantes de fase aguda (VSG y PCR) y con el

número de articulaciones dolorosas y tumefactas.

  35

Tabla 6. Correlación I. BASDAI postratamiento con variables clínicas y de laboratorio.

BASDAI= Actividad inflamatoria VSG=Velocidad de Sedimentación Globular; PCR=Proteína C Reactiva; NAD=Número de articulaciones dolorosas y NAT=Número de articulaciones tumefactas. (* ) p<0,050; (**) p< 0,001

En la tabla 7 se correlacionan la actividad de la enfermedad (índice

BASDAI) y Capacidad funcional (índice BASFI) con los agregados físico y

mental SF-36.

Tabla 7. Correlación Actividad y Funcionalidad con los agregados fisico y mental SF-36

BASDAI= Actividad inflamatoria; BASFI=Capacidad funcional (* ) p<0,05; (**) p< 0,001

Correlación de Pearson

(n=18)

BASDAI

VSG

PCR

NAD

NAT

BASDAI Sig. (bilateral)

1.000 .

,154 ,307

-,107 ,364

,263 ,193

,113 ,357

VSG Sig. (bilateral)

,154,307

1.000.

,768 ,001**

,500 ,041*

,511 ,037*

PCR Sig. (bilateral)

-,107,364

,768,001

1.000 .

,394 ,092

,519 ,035*

NAD Sig. (bilateral)

,263,193

,500,041

,394,092

1.000.

,945 ,000**

NAT Sig. (bilateral)

,113,357

,511,037

,519,035

,945,000

1.000 .

Correlación de Pearson

(n=18)

C. FISICO

C. MENTAL

BASDAI Sig. (bilateral)

-,646*

,017 ,664*

,017 BASFI Sig. (bilateral)

,804** ,001**

,261 ,388

  36

Finalmente en las tablas 8, 9 y 10 se muestran los resultados del análisis

de regresión lineal múltiple como modelo explicativo de las modificaciones de la

actividad inflamatoria de la enfermedad (índice BASDAI) como variable de

respuesta a la terapia anti – TNF, frente a los parámetros clínicos y de

laboratorio considerados (PCR, VSG, NAT, NAD) como variables predictoras,

por ser los utilizados en la clínica diaria, más el agregado físico SF-36 de

CVRS. Para la construcción del modelo se ha utilizado un método ascendente

paso a paso, con probabilidades de inclusión inferiores al 5%. Para la

utilización de las variables predictoras se calculó la tasa de modificación de

cada una de ellas después del tratamiento (valor mayor – valor menor / valor

mayor).

Tabla 8. Análisis de regresión lineal multiple. Variable dependiente BASDAI postratamiento EA Modelo (pasos)

Variables Predictoras

B Error tip. t

g.

1 (Constante) 7,48818 1,21939 6,14092 0,00869 C. Fisico SF-36 -10,46657 2,75645 -3,79712 0,03207

2 (Constante) 10,44499 0,55562 18,79872 0,00282 C. Fisico SF-36 -9,67241 0,72917 -13,26503 0,00564 NAD -3,73148 0,57500 -6,48952 0,02293 1. Variables predictoras: Constant y Componente físico SF-36 2. Variables predictoras: Constant y Componente físico SF-36 y NAD

  37

Tabla 9. ANOVA índice BASDAI

1 Variables Predictoras: (Constant), C. Fisico SF-36 2 Variables Predictoras: (Constant), C. Fisico SF-36, NAD 3 Variable Dependiente: BASDAI pos-tratamiento (EA)

Tabla 10. Resumen del modelo: Variable dependiente BASDAI postratamiento EA

Modelo R R2 R2 corregido Error tip.

1 0,90982 0,82777 0,77035 0,70621

2 0,99609 0,99219 0,98438 0,18416

1. Variables predictoras: Constante y Componente físico SF-36 2. Variables predictoras: Constante y Componente físico SF-36 y NAD

Modelo (pasos)

RegresiónResidual Total RegresiónResidual Total

Suma de cuadrados

Grados de

libertad

Cuadrados

medios

F

Sig.

1

7,19073 1 7,1907 14,4181 0,0321 1,49619 3 0,4987 8,68692 4

2

8,61909 2 4,3095 127,0637 0,0078 0,06783 2 0,0339 8,68692 4

  38

Discusión

En todos los pacientes del estudio, la enfermedad reumática presentaba

actividad clínica, a pesar del tratamiento convencional correctamente pautado

con corticoides, AINE y/o FAME. En la tabla 1 se muestran los datos de los

pacientes en relación con la EA. En la mitad de los casos, los pacientes no

habían recibido tratamiento previo con FAME, al tratarse de EA con afectación

predominantemente axial, para los cuales no existe suficiente evidencia de

que los FAME sean realmente eficaces. La salazopirina ha demostrado su

efectividad, en estudios clínicos controlados, aunque de forma moderada sobre

las manifestaciones periféricas (Clegg DO y cols., 1999). En estudios más

recientes, se ha podido comprobar que el metotrexate, aunque en menor

medida, también puede ser eficaz sobre las manifestaciones periféricas de la

EA (Gónzalez-López L y cols., 2004).

Para clasificar la enfermedad se utiliza el HLA B27, presente en el 90%

de todos los pacientes caucasianos. En nuestra muestra observamos

frecuencias similares con un 88,9% (n=16) de los pacientes HLA B27 (+) y un

11,1% HLA B27 (-).

En los pacientes de nuestro estudio, el 66,7% fueron tratados con

infliximab y el 33,3% con etanercept. Dado que no existe evidencia científica

que avale la superioridad de un fármaco sobre otro, y según ficha técnica,

ambos agentes estarían indicados en la EA. La elección del fármaco se hizo

tomando en consideración las características del paciente.

Durante los 4 meses de tratamiento anti-TNF, el 33,3% de los pacientes

de nuestra muestra precisó de terapia suplementaria con corticoides, AINE y/o

 

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rapia

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  40

Como puede observarse en la tabla 2, los valores medios del NAD y

NAT así como la valoración del dolor y de la enfermedad por los pacientes

(EVA), muestran un descenso importante después del tratamiento anti-TNF,

(p<0,0001). Las cifras de las EVA, descienden desde 7,34 y 7,38 hasta 3,29 y

3,25 respectivamente, ambas por debajo de 4, nivel considerado aceptable

como respuesta al tratamiento anti-TNF (Collantes E y cols., 2007). La

respuesta para los reactantes de fase aguda, VSG y PCR resulta igualmente

significativa (p<0,0001), reduciéndose alrededor del 50% (p<0,0001).

Nuestros resultados muestran una significativa disminución de la

actividad de la enfermedad tras 16 semanas de tratamiento con fármacos anti-

TNF, constatada tanto por los parámetros clínicos y de laboratorio, como por el

índice BASDAI, cuya respuesta se sitúa alrededor del 50% (tabla 3),

respondiendo por tanto a lo esperado (Han C y cols., 2007; Boonen A y cols.,

2008). Aunque el objetivo terapéutico deseable sería conseguir un nivel de

actividad clínica lo más bajo posible, que idealmente correspondería a un

índice BASDAI igual o inferior a 2 y un EVA de la enfermedad por debajo de 2

cm, lo que indicaría la práctica ausencia de dolor y rigidez articular. No

obstante, se consideran aceptables niveles de BASDAI, EVA de la enfermedad

por el paciente y de dolor raquídeo (inflamatorio), inferiores a 4 cm según

recomendaciones del Consenso de la Sociedad Española de Reumatología

sobre el uso de antagonistas del TNF-alfa en las espondiloartritis (Collantes E y

cols., 2007).

El índice BASDAI constituye una herramienta de gran importancia para

valorar actividad de la enfermedad en EA, ya que tiene demostrada validez,

fiabilidad y resulta fácil de aplicar, pudiendo autocumplimentarse. Su bondad ha

  41

quedado patente al ser el instrumento de elección en numerosos estudios

realizados en pacientes con EA, incluyendo los ensayos clínicos con terapias

biológicas (Braun J y cols., 2003).

. Podría decirse que el índice BASDAI se ha convertido en un

instrumento de obligado uso en los estudios de EA y que es el estándar de oro

para medir actividad de la enfermedad, existiendo consenso en que una

puntuación superior a 4 indica enfermedad activa (Collantes E y cols., 2007).

No obstante compartimos con Lange y cols. (2000) el carácter subjetivo

que algunos autores atribuyen al índice BASDAI, lo que podría explicar la falta

de asociación con los parámetros clínicos y de laboratorio (tabla 6), cuya

respuesta es manifiestamente objetivable.

La disminución de la capacidad funcional, adquiere en estos pacientes

una gran relevancia por su impacto en las actividades básicas de la vida diaria

y por tanto en la calidad de vida, ya que la enfermedad tiene un alto potencial

discapacitante tanto en jóvenes como en personas mayores. Las puntuaciones

medias del índice BASFI (tabla 3) se modifican de forma significativa en

respuesta al tratamiento anti-TNF pasando de 6,80 a 3,64 para un recorrido de

0 (mejor función) a 10 (peor función). Los fármacos anti-TNF, reducen

significativamente la actividad inflamatoria, mejorando la función física, lo que

redunda en una mejor calidad de vida (Boonen A y cols., 2008).

En este sentido, hemos podido constatar como el tratamiento con

infliximab y etanercept se asocia a una mayor capacidad funcional para realizar

las actividades de la vida diaria, utilizando cuestionarios específicos como el

BASFI y ASQoL (Ankylosing Spondylitis Quality of Life) para pacientes con EA,

dada su eficacia en la evaluación de las características de dicha patología y en

  42

la demostración de los cambios producidos como efecto del tratamiento.

Hemos preferido las ventajas de estas escalas de medición frente a otras, ya

que están validadas, son de fácil aplicación, y tienen la posibilidad de poderse

utilizar en la consulta. En la tabla 3 se muestran los cambios postratamiento en

la calidad de vida específica ASQoL que mejora significativamente desde 14,80

a 4,85.

Las puntuaciones de calidad de vida complementan los efectos

producidos por la terapia anti-TNF en la actividad de la enfermedad, siendo una

parte muy importante de los efectos físicos, psicológicos y sociales que

proporciona adicionalmente la terapia. Así, las puntuaciones obtenidas en

nuestro estudio con el cuestionario SF-36 (Fig. 1), muestran el perfil de CVRS

antes y después del tratamiento en comparación con la población general de

referencia del mismo rango de edad. Los cambios experimentados en todas las

dimensiones fueron estadísticamente significativos (p< 0,0001). La observación

de las medidas previas al tratamiento, nos induce a pensar que no existe un

patrón de respuesta uniforme para todas las dimensiones, dada la diferente

repercusión de la enfermedad en las mismas. Aunque se mantiene

prácticamente el mismo perfil pos-tratamiento, pero mucho más próximo a la

línea basal o media de la población general, merece resaltarse la influencia de

la enfermedad en la función física, seguida de la función social, como las más

comprometidas antes del tratamiento y por tanto en las que la respuesta es de

una gran magnitud, a pesar de que los pacientes siguen percibiendo su salud

general muy por debajo de la población general, lo que pone de manifiesto su

condición de enfermos crónicos.

  43

El cuestionario permite el cálculo de dos puntuaciones resumen, los

agregados Físico y Mental, los cuales puntúan de forma similar antes de iniciar

la terapia, manteniéndose la similitud en las respuestas alcanzadas

postratamiento (tabla 4), con 20 puntos de diferencia pre-post.

Nuestros resultados están en la línea de lo informado por otros autores

(Han C y cols., 2007), acerca de la respuesta al tratamiento con biológicos en

EA, asociada a un aumento de la calidad de vida relacionada con la salud,

evaluada con SF-36 y con ASQoL. En la tabla 5 se muestra la correlación entre

las ocho dimensiones de la calidad de vida SF-36 y de los agregados físico y

mental con la puntuación media de CV medida con el cuestionario específico

para EA, el ASQoL. Antes de iniciar el tratamiento, la percepción de los

pacientes sobre los diferentes elementos implicados en la CV resulta

heterogénea al tratarse de la autopercepción de su enfermedad, mientras que

después del tratamiento, la percepción de los pacientes se hace mucho más

homogénea como reflejo de la mejoría experimentada como respuesta a la

terapia, lo que se pone de manifiesto en la correlación significativa de las

medidas genérica y especifica de la CV.

Nuestros resultados informan de una correlación directa entre los

componentes físico y mental de la CVRS y actividad de la enfermedad (tabla 6)

así como del componente físico con la capacidad funcional (BASFI) después

del tratamiento, partiendo de una situación inversa entre CVRS y actividad de

la enfermedad, previa al tratamiento, lo que confirma como a mayor capacidad

funcional de los pacientes mejor es su calidad de vida y a mayor actividad de la

enfermedad peor calidad de vida, lo que compartimos con Turan para

pacientes con EA (Turan y cols., 2007).

  44

Finalmente, para valorar los efectos de la terapia anti – TNF en la

actividad de la EA de nuestra muestra, hemos elaborado un modelo explicativo,

a partir de las covariables predictoras, utilizadas habitualmente en la clínica,

como son NAD, NAT, VSG y PCR a las que hemos añadido el Componente

físico de CV, utilizando para cada una de ellas la tasa de modificación pre-

postratamiento calculada previamente (tablas 8 y 9). Los coeficientes de

determinación R2 y R2 corregido, indican el porcentaje de la varianza para la

variable dependiente, explicado por todas las variables predictoras presentes

en el modelo (tabla 10).

Para la actividad de la EA, tomando como variable dependiente el índice

BASDAI, frente al resto de variables consideradas como predictoras en los

sucesivos pasos del modelo (tabla 8) se han ido incorporando las variables que

mostraban significación estadística en función de la magnitud de su

contribución a la varianza, quedando en el segundo y último paso del modelo

solo dos de las variables seleccionadas previamente, C. Fisico SF-36 y NAD.

El resto de covariables (VSG, PCR y NAT) han sido eliminadas del modelo.

Estos resultados corroboran el carácter subjetivo del índice BASDAI en la

percepción por el paciente de la actividad de su enfermedad, adquiriendo una

fuerte asociación con el componente físico de la CV y en la línea de lo

reportado por algunos autores (Lange y cols. 2000) justificando la falta de

asociación en el modelo de regresión con reactantes de fase aguda, a pesar de

que la respuesta al tratamiento para estos parámetros es estadísticamente

significativa y se aconseje su valoración clínica en estos pacientes.

La tabla ANOVA correspondiente (tabla 9) muestra el p-valor de los dos

pasos de la regresión residual total. El segundo paso del método nos permite

  45

confirmar que dicho modelo de regresión lineal múltiple tiene sentido de forma

conjunta, indicando que el índice de actividad BASDAI en la EA, se asocia

fuertemente con el C. Fisico SF-36 de Calidad de Vida y NAD, siendo la

correlación lineal inversa (coeficientes negativos) ya que la tasa de variación de

las variables predictoras considerada, disminuye con el tratamiento.

El algoritmo explicativo para las modificaciones de respuesta al

tratamiento con el índice BASDAI (tabla 10), a pesar del reducido número de

pacientes con EA, explica el 98,4 % de la varianza, según el coeficiente de

determinación R2 corregido.

Como conclusión y resumen final, consideramos que el tratamiento con

fármacos anti-TNF representa una opción terapéutica de gran interés para

prevenir la discapacidad y así poder mantener la autonomía de los pacientes

afectos de EA, durante el mayor tiempo posible, por ser una de las

enfermedades reumáticas consideradas de peor pronóstico.

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