nueva cronica 139

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  • 8/19/2019 Nueva Cronica 139

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    CULTURA y POLÍTICA / Publicación del Instituto PRISMA y PLURAL editores / 1era. quincena de marzo 2014 /Nº 139 / Bs 5

    Contrapuntos

    Carlos Mesa Gisbert: Una respuesta al libroIdentidadboliviana de García Linera, 4-5

    Álvaro García Linera:SobreLa sirena y el charango de Mesa Gisbert, 5Diego Ayo:¿Se puede hacer plata sin plata?: Las

    nuevas élites económicas indígenas, 6-7Pablo Stefanoni: Aborto, diversidades e “izquierdas”

    en América Latina, 8-9

    Debate

    Fernando L. García Yapur:El gobierno y lasoposiciones: Más sobre estrategias electorales,10-11

    Marco Antonio Saavedra Mogro:Sobre elEstadoIntegral , 11

    Crónica

    José Luis Saavedra:Crónica del ataquegubernamental a la sede del CONAMAQ, 1

    La Ley

    Arturo D. Villanueva Imaña:Revolucionariosen la retórica, reaccionarios en la realidad,

    Rosa Talavera Simoni:¿Pases de magia en lalegislacion tributaria?, 14

    Marcelo Gonzales Y.:Entre facturas y clausuras, 15

    Memoria / Arte

    Laura Klein:Vecinos: “Perdonaos a vosotrosmismos”, 16-17

    Alfonso Gumucio Dagron:Barbie, la reina dealasitas, 18

    Artista invitado: Alfonso Gumucio Dagron.

    Sobre los protagonistas del “proceso”

    Identidad y cambio: El mestizaQuizá porque ya no haymuchos más cambios queesperar del “proceso” masist–a no ser que las tragicomed

    del clientelismo corporativo sean consideradas una noved política–, parece que el debaintelectual se dirige hoyen Bolivia a una etapa dereconsideraciones históricas disputas terminológicas. Porejemplo, como si volviéramolos años 40 y 50 del siglo XX ,es otra vez necesario discutirlos dilemas y la naturaleza d“nuestro mestizaje”. Acaso e sea, de alguna manera, unade las tantas preguntas posib sobre la identidad de los sujdel cambio: ¿indios? ¿mestiz ¿cholos? ¿gays? ¿burgueses ¿comerciantes populares? Soello escriben: Carlos MesaGisbert, Álvaro García LinePablo Stefanoni y Diego Ayo

    Cuestión de dignidad

    El ministro de la Presidencia tiene muy aguzado el senti-do de la dignidad. Para justificar la compra de los nuevosautomóviles blindados que usará Evo Morales, argumen-tó que los que usaba antes ya estaban algo trajinados yque alguno de ellos había sido donado por la cooperacióninternacional. En su opinión, es indigno que su Excelen-cia se desplace en un vehículo donado. Para justificar queel convoy sea blindado, explicó que la vida del Presidentecorre riesgos a cada minuto: la revolución está llena deenemigos. El mismo Evo Morales contó que alguna vezun “hermano” borracho se inclinó sobre su auto y que sino hubiese sido blindado tal vez no estaría aquí para con-tarlo. Pero el argumento que sirve para explicar el consu-mo suntuario del gobierno sirvió también para negarlesa las víctimas de las inundaciones en el Beni el acceso a

    recursos de la cooperación internacional. Por dignidadde los damnificados, dijo Quintana, el Estado bolivianono puede aceptar ayuda externa. Es mejor morir con dig-nidad que sobrevivir bajo el oprobio de la caridad ajena.Una lección de dignidad que no olvidarán las 55 mil fa-milias damnificadas por la crecida de las aguas.

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    Colonialidades y descoloniza

    Librería La Paz: Rosendo Gutiérrez 595 esq. Ecuador Tel. 2411018 / Casilla 5097 / email:[email protected]ía Cochabamba: Nataniel Aguirre Nº 354 / Tel. 4511547 / Santa Cruz: Tel. 7216

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    Marzo 2014 / Nº 139 / 3

    Los lectores de Nueva Crónica puedenescribir al correo electrónico

    [email protected]

    Las colaboraciones no solicitadasserán sometidas a la consideración

    del Consejo Editorial

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    ISSN: 1996-4420

    La versión digital de los númerospasados de la revista pueden ser

    obtenidos en la siguiente dirección:

    www.institutoprisma.org

    www.cesu.umss.edu.bo

    EDITORIAL

    A tiempo de encarar una deliberación n

    Hace unas semanas decíamos lo si-guiente: Es claro que nadie puede estarcompletamente seguro de que el MAS

    ganará las elecciones de octubre. Lo que sí se puede decir es que nadie arriesga casi nadaconjeturando que lo hará. Y quizá por eso mis-mo buena parte de la reciente especulación elec-toral, luego de dar por sentada o sobrentendidala victoria masista, opta por concentrarse en losdetalles: “¿cuál será el margen de ese triunfoelectoral?”, “¿conseguirá los dos tercios en la Asamblea Legislativa?”, “¿ganará en SantaCruz?”, etc.

    Tenemos hoy algunas primeras res-puestas a esas preguntas de detalle, graciasa la “Macroencuesta nacional de intenciónde voto” realizada por la empresa Tal CualComunicación Estratégica y el periódicoPágina Siete. Por lo pronto y a ocho me-ses de las elecciones, las respuestas son lassiguientes:1. El MAS ganaría, si las elecciones fue-

    ran ahora, con un margen generoso:46% del total de votos (el opositormejor ubicado en la encuesta sólollega al 13%). Es decir, no habría se-gunda vuelta.

    2. Con la oposición dividida, ese 46%le bastaría al MAS para conseguir losdos tercios en la Asamblea Legislati- va.

    3. Y, sí, el MAS ganaría en Santa Cruz,de forma contundente. En realidad,el MAS ganaría en todos los departa-mentos menos el Beni.Que se sepa, no hay indicios o mo-

    tivos para desconfiar de esta información(que no es nueva: salvo por la reciente caídade Juan del Granado, todos los candidatosmantienen sus números más o menos es-tables desde diciembre de 2012). Por esocabe preguntarse por aquellos que, desdeun lado u otro del espectro político, la nie-gan casi por completo. ¿O quizá hay “otras”encuestas que casi nadie ve y que permitenoptimismos diferentes?

    Primer ejemplo: el 74% de los votosque propuso Evo Morales como la meta desu campaña ¿es una mera ilusión o es con-secuencia de alguna verificación empíricade lo que es posible? (Porque, según la en-cuesta que comentamos, no lo es: inclusosi todos los indecisos votaran por Morales,el MAS sólo llegaría al 65%).

    Segundo ejemplo: ¿Y qué pensar delo que afirman, con cierta seguridad, inte-lectuales críticos como Alejandro Almarazo Luis Tapia? Veamos:

    Almaraz: “Porque yo creo que [el MAS] marcha hacia su derrota. Más alládel entusiasmo desbordante y a veces pocoobjetivo que muestra el mismo Presidente,el Gobierno debe estar haciendo encues-tas verdaderas, de las que tengo algunanoticia, que están mostrando que está muydifícil que pueda eludir la segunda vuelta. Y creo francamente que en una segunda vuelta le va a ganar cualquiera, hasta elChapulín Colorado”.

    Tapia: “Yo creo que bajo la actualcorrelación de fuerzas y legislación elec-toral, el MAS ya no ganaría. El MAS pro-bablemente tiene un tercio de apoyo en elpaís, aunque le favorece la fragmentaciónde la oposición, que no se sabe si se va aunificar. Sin embargo, con un tercio iría asegunda vuelta, y en la segunda vuelta creoque perdería”.

    Habría que pedir, quizá, acceso a esasmisteriosas encuestas consultadas por Mo-rales, Almaraz y Tapia.

    Las actitudes que caracterizan las actividades electorales son cada vez más preocupantes. La ostensible indiferencia del Gobiernoante los damnificados por los desastres naturales en el Depar-

    tamento del Beni se puede interpretar como un castigo por haberelegido a un gobernador de la oposición. A ello se suma la negativade declarar zona de desastre natural a ese Departamento, para evitarque la Gobernación y los municipios dispongan de recursos adicio-nales provenientes de la cooperacióninternacional. Al obligarles a encararlos gastos emergentes con recursos desus presupuestos ordinarios, obviamen-te se les está recortando la posibilidadde cumplir con sus planes y proyectos,lo que acarrearía consecuencias electo-rales, entre otros problemas futuros.

    También preocupa que ni organi-zaciones de la sociedad civil ni fuerzaspolíticas opositoras den muestras detomar en serio las implicaciones detodo orden que trae consigo la profun-da crisis que afecta al sistema judicialen estos momentos. Aunque no puedecaber la menor duda de cuáles son elorigen y la gravedad de tal situación,la opinión pública está siendo distraí-da con temas secundarios. El grado dedescalificación del Tribunal Constitu-cional es de tal magnitud que cabríapreguntarse si no deberían quedar in- validados todos sus fallos, incluyendoel que habilita al presidente Morales para postularse a una nuevareelección presidencial.

    De ese tamaño es el problema, y no cabe imaginar que ahorano es tiempo de buscar soluciones porque la discusión podría politi-zarse. Todo lo contrario.

    Precisamente porque el país se dirige a un proceso electoral pla-gado de todo tipo de vicios y transgresiones legales, es ahora que setienen que enmendar dichos problemas mediante grandes acuerdosnacionales vinculantes. En efecto, es preciso encontrar solucionesconcertadas que detengan el colapso judicial, cuyas consecuenciasrestarían legitimidad a los ámbitos más importantes de la vida públicanacional. No sería en absoluto recomendable que un contexto de ile-

    gitimidad agravada de las instituciones judiciales, que tambiécontagiarse a las instituciones electorales, constituya el marccual se realicen las elecciones de octubre y abril próximos.

    Un gran pacto político ahora podría evitar consecuenciapredecibles en el futuro. Por otro lado, mediante un sistema turado de pactos y acuerdos nacionales podrían encontrarsemo soluciones creativas que permitan las elecciones sin rie

    que sus resultados sean impugnadosen todo o en parte por la acumulaciónde vicios institucionales, pero asimismo por la creciente ilegitimidad de lasinstancias encargadas de garantizar la vigencia plena de las normas que rigenestos procesos.

    Los acuerdos necesarios no se li-mitan por cierto a las cuestiones elec-torales. También es preciso debatir lasituación económica presente y susproyecciones futuras, a la luz de lasnuevas circunstancias que se han hechpresentes en el vecindario sudameri-cano. En tal contexto, es cada vez máurgente contar con los foros apropia-dos para concertar los contenidos de laleyes marco de la economía, tales comla ley de inversiones, la ley de mineríala ley del trabajo, para mencionar sólolas más importantes. Y en este orden dcosas es preciso recordar también quela propia Constitución Política del Es-

    tado señala que se debe establecer un pacto fiscal para reorgasistema tributario y la asignación equitativa de los recursos pa los diferentes entes nacionales y subnacionales.

    El argumento de que estos temas pueden politizarse y quque postergarlos para la época posterior a las elecciones nolido antes y menos ahora. Precisamente porque se trata de sensibles para la ciudadanía en su conjunto lo que correspoen estos momentos es que las diferentes fuerzas políticas teoportunidad de presentar con la mayor responsabilidad posiideas, propuestas y posiciones sobre cada uno de estos tema

    En materia de debate y deliberación, el país necesita algque la propaganda del oficialismo y la oposición.

    Encuestas y respuestas

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    Una respuesta al libroIdentidad boliviana

    Las equivocaciones de Álvaro GarCarlos Mesa Gisbert*

    En su reciente libro de distribución gubernamental (La Razón) y gratuita,Identidad boliviana: Nación, mestizaje y plurinacio(2014), el vicepresidente del Estado Álvaro García Linera trazó una impugnación crítica, en una larga notambién reciente, del ex presidente Carlos Mesa Gisbert,La sirena y el charango. Ensayo sobre el mestizaje (2013). Publicamos aquí la

    respuesta de Mesa al texto de García, que también reproducimos.

    García, amigo de los adjetivos queacompañan debatibles argumentos, tomalo que le conviene y desecha lo que no.La existencia vital del denominado EstadoPlurinacional es una prueba de la pervi- vencia de los indígenas que fueron inva-didos por España, imposible si se hubieseconsumado un genocidio con intenciónexpresa de aniquilar a uno o varios pue-blos, y por supuesto de la pervivencia departe de un pasadoa través –subrayo– de

    un proceso de conquista y de colonia quedejó un “habitus colonial” inescindible dela identidad boliviana, y que carga todoslos elementos de visión de mundo diferen-te y nunca más igual a la “originaria”, queno se puede recuperar de otro modo queno sea por el paso del tamiz colonial.

    Sobre Túpac KatariEn cuanto a la gesta de Túpac Katari, laobservación de García es sólo instrumental.Lo que importa para la lectura de los obje-tivos históricos de la rebelión no es la tácti-ca de alianzas que, en efecto, buscó el líderaymara con los habitantes mestizos, criollos y españoles de La Paz durante el cerco, sino

    las razones de fondo que eran inequívoca-mente distintas a las razones que motivaronel proceso de la guerra de la independen-cia. Las ideas de los independentistas eranel liberalismo político y la construcción deciudadanía, expresadas y buscadas por losintelectuales y guerreros de la gesta ameri-

    Á lvaro García Linera –que tiene una ventaja incomparable: la difusióngratuita de sus textos en miles deejemplares junto al periódico no

    gubernamental La Razón– ha distribuidola obra Identidad boliviana: Nación, mestiza- je y plurinacionalidad, en la que ofrece su“visión” de nuestra identidad.

    Una caricatura de la historiaGarcía se apoya de manera fundamentalen la existencia de un “organizador esta-tal de la nación” que, en el Estado Plu-rinacional, logra la coincidencia entre la“forma de Estado” y la “forma social plu-rinacional”. Y García parte de la premisa–mal que le pese– de loscompartimen-tos estanco de la historia. A su juicio, el“Estado aparente”, que sería una ficciónporque margina la idea totalizadora, seconvierte en “Estado verdadero” con laCPE del 2009, que constituye por prime-ra vez lo real, aquello que totaliza, abar-ca y reconoce a todos. Esa mirada “total”

    no puede aceptar como referencia deagregación los procesos anteriores por-que eran excluyentes y porque respon-dían –marxismodixit – a una imposiciónnegadora. También a su juicio, inclusola revolución de 1952 cayó en la trampadel “habitus colonial” (uso sus términos),pues mantuvo a través de un subterfu-gio su enlace perverso con un pasado deélites y con un sustrato de construcciónoligárquica que disfrazaba, en la incor-poración democrática de todos, una baseracista y discriminadora. El autor afirmaque en “tiempos neoliberales” (marbeteinsuficiente, intencionado y convertidoen calificación peyorativa), el reconoci-

    miento de la pluralidad de culturas y laexistencia de múltiples etnias se tradujoen políticas “tibias” y en el resguardo deprácticas “folklóricas”. Es bueno venira enterarse de que la implementaciónde la educación intercultural y bilingüe,las autonomías municipales y las man-comunidades municipales indígenas, elreconocimiento de la propiedad comuni-taria andina y las tierras comunitarias deorigen en los llanos (LeyINRA ) fueronparte del “resguardo de prácticas folkló-ricas”. Siempre se aprende algo nuevo enla vida.

    La nota 19

    Me detendré, sin embargo, en la nota19 de su trabajo, una nota dedicada a milibro La sirena y el charango. Ensayo sobreel mestizaje(2013). Su primera observa-ción es que digo que no se puede hablarde genocidio en tiempos de la conquis-ta española, dada la evidencia no sólo de

    que la propiaCPE reconoce 36 nacionesindígenas, sino que el 40% de la pobla-ción se autoidentifica hoy como indígena.Investigadores serios, me recuerda, handemostrado la caída brutal de la pobla-ción originaria en América después de lainvasión española.

    Cierto, se produjo una caída demo-gráfica devastadora cuyo origen funda-mental estuvo vinculado a la transmisiónde enfermedades como la viruela, el sa-

    rampión o la gripe, que diezmaron a lapoblación indígena en una relación incon-mensurablemente mayor que la violenciadel hecho mismo de la conquista, o que lapropia explotación brutal de los mitayosen las minas. Para evitar lecturas sesgadas(me) cito:

    Brutal fue ese camino, implacable en su violencia, en la destrucción del otro, físi-camente, espiritualmente, en la sangre demiles de seres humanos amasada en el me-tal extraído de las minas que exprimieronhasta el último aliento. Brutales fueron lasencomiendas y los encomenderos, sordosa las voces de los otros, brutal fue el tra-to a esas personas como objetos de uso ydesecho. Épica y horror que transformóun mundo destruyendo y construyendo.Brutal había sido también –es bueno noolvidarlo- la conquista de los incas sobrelos collas. Baste mirar el estremecedor di-bujo de Guaman Poma del capitán Túpac Amaru Inca arrancándole los ojos a unprisionero colla. ( La sirena…, 50).

    cana del primer cuarto del siglo XIX. Katarino reivindicaba en absoluto la construccióde un Estado republicano y ese el meollde mi lectura; la diferencia conceptual entre los horizontes de 1781 y de 1809.

    Sobre ciertas estructurasde poder y los matices

    Los matices que García hace en torno ala concepción del poder en las estructurapolíticas aymaras, inequívocamente autoritarias, podrían hacerse del mismo modcon relación a la Corona española, inequ vocamente despótica, ante la realidad dinstituciones como el Cabildo que no sólatenuaban el poder real, sino que lo cuestionaron y estuvieron a punto de derri-barlo (es el caso de los primeros años dereinado de Carlos I de España en tierrascastellanas). El Cabildo, estructura democrática de la corona, fue tan importante ela visión horizontal de la sociedad, que stransformó en el germen jurídico-políticode la revolución independentista, y que

    como institución fue adoptada a plenitupor los indígenas hasta el día de hoy.

    Sobre el apellido del presidenteLa mención del apellido de origen hispánco del presidente Evo Morales Ayma ha sidsacada de contexto por García. Ese apellidno es otra cosa que el resultado de un proceso de mestizaje cultural, solo un rasgo, el único ni el principal. Lo que subrayo emi libro, por el contrario, es la formación d vida de Morales, su trayectoria en el Chapre, el uso del castellano como lengua principal a despecho del aymara y el quechusu aprendizaje político en el sindicalismsu ejercicio del mando muy poco vincul

    do a estructuras de complementariedad, ehecho de que su mentalidad esté muy fuetemente influida por una visión desarrolliseuropea, a las que suma –sin duda– valore visiones de su origen indígena. Eso es lo qhace al Presidente un mestizo. Pueril es, econsecuencia, la lectura que hace García dmi texto (o quizás sea mejor decir: intencinalmente pueril).

    Lo obvio: claro, el mestizajeno es “horizontal”El error básico del ensayo de García es prtender que mi libro convierte al mestizajen “angelical”, o que desconoce lo evidete: que la heterogeneidad es jerarquizada

    Por supuesto que lo es, y por supuesto quse produjeron y se producen afirmacionesnegaciones, miradas excluyentes y miradque no asumen la alteridad. Pero que esoconvierta al mestizaje en un tipo de etnocidio implicaría presumir que el desarrolinevitable de la humanidad en el camino d

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    la mezcla merece –ya que García mencionauna supuesta visión moralista de mi parte–una condena moral. ¿Condenar un hechoque ha construido una realidad distinta dela anterior, siempre producto de destruc-ciones y construcciones interminables en eldevenir humano?

    La perpetuación de las“dos repúblicas”García yerra en su interpretación de mi te-sis sobre los compartimentos estancos dela Constitución de 2009. El centro de mirazonamiento no es la ciudadanía. Es más,en el libro digo: “El arma más poderosade la Constitución de 2009 fue compren-der que la lectura radical del universalismoera una limitante en un momento históricoen el que había que remachar lo que el 52formuló en la práctica con tanta lucidez: la visibilización de lo indígena. Ese imperati- vo obligaba a romper con la premisa clásicade la ciudadanía. El salto del Estado repu-blicano al Estado Republicano Plurinacio-

    nal cambió el eje sobre el que se asentabala identidad colectiva… en el cuestiona-miento de la ciudadanía como conceptomonolítico” (128). El problema es otro: laconstrucción de dos mundos distintos, asu-midos como tales por laCPE. Escojo un parde ejemplos, el más obvio es el de la justicia.Un salto cualitativo fundamental hubiesesido integrar elementos de ambos modelosen un vértice integrador. Mantener las dosrutas separadas y no articuladas adecuada-mente muestra una forma de aceptación deque “la República de españoles y la Repú-blica de indios” sigue vigente. Lo propiopasa con la caracterización diferenciada dederechos sobre los recursos naturales reno-

    vables en los que hay una preeminencia delas naciones indígenas sobre el resto de losbolivianos, preeminencia que no es consis-tente con derechos que por su naturalezadeben ser de beneficio común para todos.

    Una incapacidad de comprensiónLa debilidad esencial de García está en suincapacidad de comprender los procesosde agregación histórica y la insistencia ennegar que la construcción identitaria deBolivia pasa inexcusablemente por el pe-riodo colonial y republicano. No se puedepretender, como de hecho pretende García,que los mecanismos que construyeron elmestizaje de la sociedad boliviana “desna-

    turalizaron” la esencia de nuestra “concien-cia de sí”. Menos todavía presuponer que elreconocimiento pleno de los derechos delotro en su multiplicidad territorial, étnica ycultural sea excluyente de su propia trans-formación colectiva. Las naciones aymara,o quechua, o guaraní son hijas de ese proce-so de transformación que llevó adelante elperiodo colonial y la República. No es quela lengua o las creencias religiosas o las tra-diciones definan de modo absoluto a un serhumano y su sentido de pertenencia, peroson esenciales a su totalidad como perso-nas. Eso es el mestizaje.

    Nunca creí que nuestra afirmacióncomo personas se basara en la negación de

    los otros. La descalificación absoluta de unaparte del pasado es un error de grandes di-mensiones, por muchos que sean los ador-nos académicos con los que se vista o disfra-ce tal perspectiva equivocada de la historia.

    * Ex Presidente de Bolivia.

    La sirena y el charango de Carlos Mesa Gisbert

    Álvaro García Linera*

    Esta es la nota al pie número 19 del libro de distribución gubernamentalIdentidad bolivianade Álvaro García Linera.

    En un reciente libro, La sirena y elcharango. Ensayo sobre el mestizaje (Fundación Comunidad/Edito-

    rial Gisbert, La Paz, 2013), Carlos Mesa Gisbert intenta una defensa delmestizaje que podríamos denominar“moralizante” antes que académica oargumentativa. El texto presenta un

    gran número de errores históricos yprejuicios ideológicos. Así por ejemplo, se menciona que

    no sería posible decir que durante laColonia española se habría cometidoun genocidio hacia las naciones indíge-nas pues “Bolivia no tendría hoy trein-ta y seis pueblos indígenas” (pág. 192);afirmación que contrasta con los datoselaborados por investigadores seriosde la temática del colapso demográficoen el continente tras la llegada de la invasión española, quemuestran que en menos de 30 años, de 1520 a 1550, cercade 7/10 partes de la población indígena habría perecido acausa de guerras, enfermedades y asesinatos masivos (Carlos

    Sempat Assadourian, “‘La gran vejación y destrucción de latierra’: las guerras de sucesión y de conquista en el derrumbede la población indígena del Perú”; enTransiciones hacia el sis-tema colonial andino, IEP /Colegio de México, Lima, 1994). Lapercepción de Mesa, en ese sentido, peca de una sorprenden-te frivolidad en relación a los datos de una tragedia histórica.

    La misma ligereza con los conceptos e información his-tórica se halla al momento de valorar la rebelión de TúpacKatari. El autor señala que durante ésta, Katari “no tuvoalianza alguna con mestizos y criollos” (160), como si real-mente no las hubiera buscado; cuando en realidad las cartasdictadas por Katari y redactadas por sus escribanos, intentan-do precisamente pactar con los habitantes criollos de la ciu-dad de La Paz e incluso con los propios habitantes españolesofreciéndoles respetar su vida y permanencia, pero ya no bajo

    el régimen colonial de apropiación del trabajo indígena, sonbastante conocidas. Es la negativa de ambos sectores a estaforma inédita de convivencia multicultural bajo el mando in-dígena (con la restitución de las tierras de ayllus), y las con-tinuas incursiones de las tropas españolas que arrasaban a lascomunidades sublevadas, lo que lleva a Katari a plantearseuna guerra total contra españoles y criollos. (Ver las cartasde Túpac Katari en el “Diario de los Sucesos del Cerco de laciudad de La Paz, en 1781, por el Brigadier Don Sebastián deSegurola”; en Archivo Boliviano, Colección de DocumentosRelativos a la historia de Bolivia, Tomo I, 1872). Mesa in-cluso llega a afirmar que Katari habría buscado imponer eldominio indígena aymara en base a “la tradición verticalista yautoritaria del mundo prehispánico” (pág. 160), ignorando lacualidad de las estructuras políticas aymaras, caracterizadasprecisamente por una incesante atenuación de la concentra-ción del poder, por medio de la organización segmentaria delas jerarquías políticas en las confederaciones aymaras, viva-mente retratadas por Katari en sus declaraciones a sus cap-tores. (Ver Tristan Platt, “Pensamiento político aymara”, en El mundo aymara, Alianza Editorial/ UNESCO , España, 1988).

    Las mismas inconsistencias argu-mentales se muestran al momento dedescartar la identidad indígena de Evo Morales por su apellido o sus variosoficios, como si la identidad nacionaldependiera de los nombres. De ser así,uno no entendería entonces por quéCarlos Mesa es boliviano y no espa-

    ñol, de donde seguramente provienesu apellido. Evidentemente, se trata deuna explicación pueril que desconoceel funcionamiento de las identidadesnacionales que poco tienen que vercon los apellidos u oficios.

    Pero el error básico en el que sedesenvuelve todo el ensayo es la creen-cia de que el “mestizaje”, en tantomezcla, es la garantía de la igualdadde derechos. Mesa olvida que ningún

    mestizaje es “angelical” o neutro. Al contrario, todo mtizaje es una heterogeneidad jerarquizada, articuladatorno a un núcleo dominante, a un idioma que niega a otros idiomas, a unos héroes que esconden otros héro

    a unas prácticas culturales que niegan a tantas otras; yese sentido, todo mestizaje es en cierta forma un tipoetnocidio. En cada etapa histórica de un país existen ttos tipos de mestizajes como clases sociales o identidanacionales hay en la sociedad. No existe “el” mestizsino un tipo particular de mestizaje impulsado por un tespecífico de grupo social que universaliza sus práctculturales a otros grupos o naciones, recogiendo, de mnera subordinada, parte de las prácticas culturales y ornizativas de estos otros sectores y naciones subordinad

    Finalmente, los prejuicios ideológicos del autor llevan a falsear el significado del Estado Plurinacionalseñala (150) que el modelo constitucional que lo sustesería el de “compartimientos estancos” que niegan la dadanía igual para todos. No cabe duda que se trata de

    falsedad malintencionada, pues no toma en cuenta queEstado Plurinacional reconoce de manera plena, para tolos bolivianos y bolivianas, la totalidad de los derechos viduales universales, comenzando por los derechos civpolíticos, económicos, sociales y laborales. Y en ese senla Constitución boliviana es la más avanzada del mundlo que se refiere a la garantización de estos derechos cquistados por las luchas sociales mundiales a lo largo dúltimos 200 años. Estos derechos individuales universson la garantía de la unicidad del Estado y la nación esboliviana. Pero además, sobre la base y bajo el amparo cúpula de estos derechos individuales, el Estado Plurinanal les reconoce a los bolivianos que son a la vez indígun conjunto de derechos colectivos políticos, territoriasociales, económicos y culturales, propio de las identidnacionales culturales dentro del Estado. Esto garantizareconocimiento en el Estado de las naciones culturalesdígenas. Y esta articulación de la diferencia cultural eunidad estatal, es la identidad nacional compuesta.

    * Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bo

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    A propósito de una investigación

    ¿Se puede hacer plata sin plata?

    Las nuevas élites económicas indDiego Ayo* Hacer plata sin plata es el título de un reciente libro, coordinado por Nico Tassi, que se ofrece, a fin de cue“la singularidad” de una de las élites económicas emergentes en Bolivia, la de los comerciantes popula Diego Ayo la investigación de Tassiet al. le parece discutible, sobre todo por su tendencia a establecer dicotomíasuna singularidad que no existe. Esta nueva élite, aunque ya pluriétnica, no sería –sugiere Ayo– menosmás, incluso en tanto élite, perpetuaría viejas costumbres del capitalismo “más salvaje”: las desiguald

    obligaciones públicas (como el pago de impuestos), el menosprecio de los derechos l

    Éste es un artículo sobre las nuevasélites económicas emergentes delpaís. En verdad, estuvo pensadocomo un conjunto de interro-

    gantes al trabajo, coordinado por Nico Tassi, Hacer plata sin plata, publicado porelPIEB en 2013. Mi intención era dialo-gar con Tassi y su equipo, a partir de uncuestionario que preparé en octubre del2013. Lamentablemente, mi solicitudde diálogo no fue aceptada (cuestión detiempo, alegaron; imagino que es cier-to). Por ello, he preferido poner sobreel tapete algunos apuntes que, más quecríticas definitivas, son dudas.

    Un libro sugerente Antes de exponer mis dudas, cabe de- jar por sentado que el trabajo de Tassiet al. es muy sugerente. Su tesis cen-tral destaca el rol de estas nuevas éliteseconómicas emergentes de extracciónindígena como portadoras de un enco-miable aplomo para salir adelante a pe-sar de la total falta de apoyo estatal (adiferencia de las viejas élites criollas).Resulta fascinante observar que muchasde ellas tienen un pie en China, otro en Miami, otro en Arica y en regiones delpaís como Desaguadero, Zona Francade Cobija y/o Villazón. Son grandes

    comerciantes con una capacidad de in-novar constantemente su actividad. Sonparte de lo que se bautizó como “bur-guesía chola” (etiqueta que los autoresde esta investigación no usan).

    Arguedas revisitado Al margen de sus virtudes académicas,no son pocos los aspectos del libro Hacer plata sin plata que provocan dudas. Enprimer lugar, la mención reiterada de laexistencia de ciertas “élites decadentes”,cuyo único aparente mérito habría re-sidido enlucrar del Estado durante másde medio siglo –desde la Revolucióndel 52– y frente a las cuales se erige unconjunto de élites absolutamente in-trépidas que habrían logrado tener elanhelado éxito económicoa pesar del Estado. Considero que el concepto de

    “élites decadentes” suena más a recursoconceptual arguediano –recordemos lanoción de “pueblo enfermo”– que a unacategoría elaborada con algún respaldoempírico. Cabe mencionar que muchasde esas “élites decadentes” gozan hoyde muy buena salud y que han logradoampliarse a múltiples actividades lucra-tivas: nuevas empresas cerveceras (porejemplo Saya Beer), empresas de servi-cios de belleza (clínicas de transplantede cabellos como Hair Recovery), ropade exportación “andina” (por ejemplo Artessano), empresas constructoras des-perdigadas por todo el país. Todo estomanejado por esos decadentes ciudada-

    nos. Es decir, en el libro de Tassiet al. faltan datos que podrían tal vez mostraruna imagen más compleja y real, no unacaricaturización prejuiciosa.

    Creo, más bien, que si “antes” laeconomía tenía rasgos dominantes mo-noétnicos (de esa casta criolla que se citacomo decadente), hoy la realidad no esnuevamente monoétnica, aunque ay-mara, como parece querer demostrar eltrabajo. No, lo que creo es que la cosa seha vuelto pluriétnica: sociedades anóni-mas entre aymaras y criollos, por ejem-plo, pero no de supremacía de algunosaudaces frente a otros en retirada. Creo

    que la dicotomía entre élites criollas de-cadentes y élites aymaras e indígenas au-daces no sólo es inexacta, sino peligrosa.Evita visualizar la verdadera contradic-ción existente, que es de clase: entreaquellos ricos y aquellos pobres, sean dela extracción socioétnica que sean.

    El capitalismo “indígena”es, ante todo, un capitalismoEs sin duda justo que la investigaciónde Tassiet al. destaque el ímpetu de lasnuevas élites en ascenso. Sin embargo,al hacerlo, casi evita comprender queeste nuevo capitalismo, no obstante supujanza, no es más benévolo que susantecesores. Se pasan pues por alto lasnuevas formas de explotación, ya sufi-cientemente documentadas. Ya lo prue-ba una investigación de Carmen DuniaSandóval y Fabiana Chirinos: los chofe-res son un sector incuestionablemente

    explotado. O la elaborada por AlisonSpedding, que deja en claro que en elsector cocalero las decisiones finales re-caen en ciertas élites campesinas ricasque bien podríamos llamar oligarquías.O la coordinada por Carol Carlo, que vi-sualiza la conformación corporativa del

    comercio: un 10% de los comerciantesde la Zona Franca de Pando controlan el60% del total de recursos. O la que diri-gí yo y que prueba la emergencia de éli-tes locales al calor de licitaciones estata-les y municipales no muy transparentes.Son precisiones que el trabajo de Tassietal. casi pasa por alto y que requieren unanálisis. Aunque el desenlace final es co-nocido: más élites, aunque con otra piel,que no son menos corporativas que suspredecesoras. Y poco cambia: persistenlas desigualdades extremas, el incumpli-miento de obligaciones públicas (comoel pago de impuestos), el menospreciode los derechos laborales mínimos.

    Sobre la supuesta“excepcionalidad indígena”La investigación arriesga, además, unatesis: identifica un “modelo” económi-co capilar que sería singular, único. Y

    precisamente por esta notoria originalidad, categorías clásicas como la de “buguesía” –chola o no– o la de “capitalimo” resultarían inexactas y anacrónicaPero puede que las cosas sean menonovedosas.

    Hay en esta investigación una vieja

    insistencia teórica en la supuesta peculiaridad, “asombrosa”, de estas economías. Por mucho tiempo se ha habladde la existencia de un modelo indígendiferente al capitalismo: socialismo comunitario o economía de la reciprocidad. La que Temple, siguiente a Maussllamó “economía del don”, radicalmente diferente a una economía de mercado. Si ésta, la de mercado, es individulista, la indígena es colectivista; si ésse concentra en la acumulación privadla indígena apunta a la redistribuciónsi ésta se organiza desde la explotacióel modelo alternativo lo hace desde lcooperación. De ahí su particularidadLa resistencia a usar categorías clásica(burguesía, por ejemplo) reproducequizás hasta inconscientemente, estesueño de singularidad y alternabilidaeconómica. Pero frente a tantos ejemplos no de una “economía del don” sin* Politólogo.

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    Marzo 2014 / Nº 139 / 7CONTRAPUNTOS

    de una indigenización capitalista, resul-ta poco legítimo insistir en el concepto.Pero Tassiet al. insisten en este esen-cialismo: los indígenas son “singulares” y, como tales, desarrollan una econo-mía muy diferente a la capitalista, queamerita hasta otro nombre. Esto es unexceso: no creo que sea una economíamuy diferente (aunque tenga, comotodo capitalismo, detalles absolutamen-te singurales).

    Un correlato necesario: en toda América Latina hay hoy un crecimientode las clases medias. De cien millonesde ciudadanos de clase media a princi-pios del año 2000, hemos pasado ahora aciento cincuenta millones: un tercio de lapoblación del continente. Si antes los po-bres aventajaban en número a los ciuda-danos de clase media, en una proporciónde 2,5 a 1, hoy la cosa está igualada: 1/3de clase media, 1/3 de clase media-baja,casi un 1/3 de pobres y un 2% de ricos.

    O sea: esta nueva movilidad social no espatrimonio de ningún modelo singular y se repite en Perú, Ecuador y México. Tampoco se puede llamar singular aeste modelo cuando se observa que loque ocurre en nuestra economía ocurreen mayor o menor medida en la variadagama de economías que dependen de susrecursos naturales: lo que se ve como algomuy singular en verdad sucede en Nige-ria, Bahrein y Venezuela: los comercian-tes, transportistas y constructores estánen ascenso. Menos novedoso aun es queesas nuevas élites indígenas –aymaras– vi- van con un pie en lo legal y el otro en

    lo ilegal: el péndulo entre lo formal y loinformal es una constancia en la historiadel capitalismo (ver, al respecto, la obrareciente de Peter Andreas,Smuggler Na-tion. How Illicit Trade Made Americao Na-ción de contrabandistas ).

    Educación y capitalismoindígena Amerita ser discutida, sin duda, la ponde-ración de la audacia de estas nuevas éliteseconómicas, que triunfan a pesar de sufalta de educación. Se postula la tesis deque este tipo de capitalismo no ha reque-rido de emprendedores educados y queinsistir en la educación es más bien un lu-gar común para seguir menospreciandolo que verdaderamente existe: élites quese han hecho a sí mismas a pesar de todo,contra viento y marea. Pero ¿acaso no sa-bemos que la educación fue el motor dela economía en el siglo XX y lo es de laeconomía hoy? Estados Unidos registró125 mil patentes de nuevos inventos elaño pasado, Corea del Sur más de diezmil, Japón más de 35 mil. El bajo aportelatinoamericano quizá sea un correlatodel hecho de que, en el ranking de uni- versidades del mundo elaborado por laUniversidad de Shangai, sólo 3 univer-sidades latinoamericanas se encuentrenentre las quinientas más renombradas.O que muchas naciones destinen entre el2 y el 3% de suPIB al rubro “ciencia ytecnología” frente al casi nulo porcenta- je que destina Bolivia (menor al 1%). Enrealidad, celebrar los bajos niveles educa-

    tivos de las nuevas élites esnegar lo obvio: que esas éli-tes son parte de un tipo decapitalismo de pies cortos.Su sello es extractivista y esuna élite cuyo éxito tieneque ver poco o nada conla superación de los límitesestructurales de la econo-mía boliviana –escasa pro-ductividad, concentraciónde la economía en pocosproductos y contados mer-cados, esmirriada articula-ción de lo transable con lono transable, persistenciade la desigualdad y bajocrecimiento. Esta élite noes “más de lo mismo”, perociertamente no ofrece unaalternativa duradera paraenfrentar la pobreza.

    Conviene tener presente que las

    élites que hicieron la Revolución Indus-trial en Inglaterra tampoco tenían edu-cación. En su tiempo, estos burguesesfueron también llamados “ordinarios”por las aristocracias. Y quizás lo eran. Sumérito radicaba más en su valentía queen su formación. Entre las cosas que ha-cían, según ese valor, hay que recordarel hecho de que navegaban hacia África y ahí secuestraban esclavos; o que explo-taban a las poblaciones nativas de múl-tiples maneras. ¿Hoy lo meritorio seríasubirse a un barco con destino a China,desconociendo el idioma, y, una vez ahí,comprar mercadería, para luego burlar

    las reglamentaciones normativas me-tiendo productos de contrabando?; ¿eshoy una “audacia” ampliar la “fronterafamiliar” contratando a los ahijados porpaupérrimos salarios?. No hay duda deque en este escenario la educación sobra.

    La presencia del Estado ausenteLa investigación de Tassiet al. tiene elmérito de cuestionar la rigidez de algu-nas contraposiciones o binarismos: loformal versus lo informal, la economíade base ancha versus la economía debase estrecha, lo productivo versus lo noproductivo y, sobre todo, lo legal versuslo ilegal. Estas oposiciones sólo tiendena criminalizar o subestimar el polo dere-cho (lo informal, lo ilegal). La realidades más compleja. En verdad, las nuevasélites cabalgan entre estos mundos conigual intrepidez, impidiendo separar-las tan tajantemente. En ese sentido, espertinente rescatar la categoría de “in-tersticio” económico, que no es sino lacapacidad de estas élites de meterse enlos márgenes del mercado, desdeñadospor las élites tradicionales. Vale decir,ponderar esta versatilidad empresarial eslegítimo pues rescata el sentido prácti-co de estas nuevas élites para desarrollaruna lectura atenta y realista de lo queacontece, alejada del merodeber ser .

    Pero hay un aspecto cuestiona-ble en este realce: la afirmación de quefrente a la orfandad estatal, no quedabamás remedio que nadar en aguas legales/ ilegales con una soltura que sólo puede

    ser encomiable. O que el Estado siem-

    pre estuvo ausente y, por tanto, la sendaestadólatra típica en las “élites decaden-tes” –una senda de dependencia esta-tal– no fue la seguida por estos vibran-tes nuevos empresarios, que tuvieronque “ensuciarse las manos” y aprendera hacer indistinguibles las fronteras en-tre lo legal e ilegal. Considero que esteargumento es errado porque el Estadofue decisivo en todos los casos, aunqueciertamente con diversa intensidad.

    Lo que hay que discutir, por lo tan-to, no es la contraposición simple entreélites estatales (aquellas antiguas y enretirada) de las élites anti-estatales (las

    nuevas y pujantes), sino el grado y tipode incidencia estatal. Al hacerlo, des-cribiríamos un abanico más amplio deestatalidad, en un espectro que contem-plaría el parto de nuevas élites gracias aldirigismo estatal –por ejemplo a travésde subsidios para determinados empre-sarios estratégicos, como podría ser elcaso delBDP–, o gracias al favoritismoestatal –por ejemplo, a través de licita-ciones amañadas, como las que abundanen las autonomías–, o gracias a la permi-sividad estatal –por ejemplo, haciendo la vista gorda en el caso de la venta ilegalde coca o del contrabando de autos chu-

    tos–, o gracias a la negligencia y/o co-rrupción estatal –por ejemplo, el caso deempresas comoPAPELBOL o de la mafiaenquistada en el Ministerio de Gobier-no y dedicada al negocio de la extorsión.En estos ejemplos, la incidencia estatales variable pero vital y se configura laposibilidad de diversos tipos de capita-lismo, pero con un factor en común: entodos ellos lo legal es la excepción. Larealidad acaso sea menos difusa, menosentreverada y hasta menos ecléctica delo que se piensa. No, en verdad, lo real(que los autores de esta investigacióneluden) parece ser que este capitalismo“emergente” consolida una hegemoníaindiscutible: la hegemonía de lo infor-mal. Es decir, no es lo informal lo que seacopla a lo legal (por ejemplo, un impor-tador de ropa chuta que pide un créditobancario), sino que lo legal es lo que seabre un pequeño espacio legitimador en

    el campo hegemónico de lo informal

    contratos legales otorgados en funcióna afinidades ideológicas (aquellos dconstrucción otorgados a empresas cocaleras), créditos delBDP transferidos aempresarios dispuestos a votar por Even la siguiente elección, un tercio de linversión pública (definida en la Ley Fnancial) destinada a consolidar emprespúblicas que han otorgado más empleode los que se requiere –caso Huanu-ni– con el objetivo de “contentar” a usector corporativo, y un largo etcétera Todos estos ejemplos demuestran qulo legal se instrumentaliza en funciónde transacciones informales. Se cumpl

    la ley sólo si ese cumplimiento aceita maquinaria de la informalidad.

    Especulación poco informativa Más allá de la mención de los 300.00comerciantes de la Feria del El Alto, nhay datos duros en la investigación d Tassiet al. sobre la contribución de lasnuevas élites emergentes a la economíboliviana. No hay dudas de su capacidde penetrar la economía: son élites quse aventuran una semana en China comprando o encargando productos, luegoestán en Villazón haciendo pasar vino dcontrabando, la siguiente vuelven a L

    Paz para controlar sus puestos de líneblanca en la Eloy Salmón y una subsguiente viajan a Cobija o a Miami a tratablets. Quizá todo esto sea cierto. Peroen este tema, convendría tal vez salir yde la anécdota, no obstante su relevanci Y empezar a definir, así sea especulativmente, el aporte de este sector alPIB na-cional, los empleos que genera, su apora la economía formal y otros detalles etadísticos. (Ya hemos visto que se puedproducir reflexiones sobre, por ejemplola economía orgánica, como las realizadpor elPNUD , que a pesar de su erudición y pertinencia, se ocupan de una econommarginal: las exportaciones de productoorgánicos no constituyen ni el 3% del total de las exportaciones).

    En este caso, el de los que “han he-cho dinero sin dinero”, valdría la penempezar a pedir, más allá de las anécdotas periodísticas, algunos números.

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    Puentes y precipicios

    Aborto, diversidades e “izquierdas” enPablo Stefanoni*

    Sobre las diversidades de género (y los derechos que esas diversidades reclaman), el presidente ecurecientemente, cual furioso tele-evangelista norteamericano: “¡Es una barbaridad que atenta contra laY así como Correa, son varios los gobiernos nacional-populares latinoamericanos entregados a perp

    social conservadora, en un despliegue de gestos no pocas veces homofóbicos y misóginos. Pablo Steconsideración crítica de esos gestos.

    Los ataques de histeria de un católicoconservadorHace unas semanas nos encontramos frente auna situación en apariencia paradójica: mien-

    tras la izquierda española enfrentaba un proyecto delderechista Partido Popular para restringir el derechoal aborto, acá en América Latina el presidente ecuato-riano Rafael Correa lanzaba un virulento alegato con-tra los “excesos” de la ideología de género. Su discursoresultaba sorprendente, en la medida que Ecuador noes un centro mundial de radicalismo feminista ni las

    marchas del orgullo gay paralizan Quito, como ocurreen otras urbes occidentales. Pero la cuestión traía colaporque el mandatario –que llegó al poder en 2006– ve-nía de hacer frente a diputadas de Alianza País –su par-tido– que habían defendido en el Parlamento el abortoen casos de violación. A tal punto llegó el malestar delpresidente, católico practicante y fan del Papa Francis-co, que amenazó con renunciar si pasaba el proyecto deley. Obviamente, la norma no pasó (ni de cerca).

    En su ataque a los excesos del género, Correa dijo:“una cosa es el movimiento feminista por igualdad dederechos, que lo apoyamos de todo corazón. Pero derepente hay unos excesos, unos fundamentalismos enlos que se proponen cosas absurdas. Ya no es igualdadde derechos, sino igualdad en todos los aspectos, quelos hombres parezcan mujeres y las mujeres hombres.¡Ya basta!”. Curiosamente, aclaró que su defensa de lafamilia y su oposición al aborto “no tiene nada que vercon izquierda o derecha” sino que es una cuestión mo-

    ral. Prosiguió: “Lo que propone esta ideología es quebásicamente no existe hombre y mujer natural, el queel sexo biológico no determina al hombre y a la mujer,sino las ‘condiciones sociales’. Y que uno tiene ‘dere-cho’ a la libertad de elegir incluso si uno es hombre omujer. ¡Vamos, por favor! ¡Eso no resiste el menor aná-lisis! ¡Es una barbaridad que atenta contra todo! Leyesnaturales, contra todo”.

    El presidente ecuatoriano buscó apelar a su for-mación universitaria para sostener que toda esta ideo-logía “académicamente no resiste el menor análisis”.

    Pero la solidez académica de “Rafael”, como se lo co-noce en Ecuador, no reside en la teoría de género sinoen el más árido terreno de la economía, desde cuyasolidez ha emprendido brillantes debates con el esta-blishment y los neoliberales, incluyendo a periodistasde laCNN . Sobre género, su visión se limita al sentidocomún de un católico medio, lo que es perfectamentelegítimo. “Ahora pareciera que ser heterosexual, creeren la familia, ser católico es un pecado”, dijo en una desus alocuciones.

    ¿Y si la democracia fuera realmente laica?Pero no hay que apelar a izquierdistas radicales para en-contrar puntos de vista más equilibrados desde el puntode vista de una democracia laica. Por ejemplo, pode-mos recurrir a un gaullista como Giscard d'Estaing,presidente de Francia entre 1974 y 1981. En un emble-mático discurso, el mandatario conservador señaló: “Yosoy católico, ya lo he dicho, pero soy presidente de laRepública de un Estado laico. No estoy para imponermis convicciones personales a mis conciudadanos sinopara velar que la ley corresponda al estado real de la

    sociedad francesa, para que sea respetada y puedaplicada. Entiendo perfectamente el punto de vistla Iglesia católica y, como creyente, yo lo compEncuentro legítimo que la Iglesia exija a quienes tican la fe respetar ciertas reglas. Pero estas no puser impuestas por la ley civil, con sanciones penaconjunto de la sociedad”.Derechos reproductivos y gobiernosLas posiciones “antiaborto” son compartidas por gobiernos nacional-populares. En Bolivia, Evo Mles frenó una iniciativa de una diputada del Movimto al Socialismo para que el Tribunal Constitucise pronuncie sobre la penalización de la interrup voluntaria del embarazo. El Presidente incluso lal silencio a los ministros y ministras que apoyarapertura del debate. Y más recientemente, la Asblea aprobó un nuevo Código del Niño y la Niñaestablece que la vida comienza en la concepcióneste Gobierno, ni esta bancada, ni esta Presideestá apoyando el aborto. Lo primero que el presid

    Morales nos recomendó, tras conocer el contenidartículo, es que quede claramente establecido quegobierno que ha luchado por unaCPE garantista de la vida, que se trabaje en una redacción que atiendaniños y niñas desde su concepción”, explicó la hace poco presidenta de Diputados Betty Tejada. Aque aclaró que en casos de violación se puede acuuna interrupción del embarazo, el Código –cuya tificación es de naturaleza social– introduce un ncandado que impide abrir el debate.

    En Argentina, la presidenta Cristina Fernándtambién se opone a abrir la discusión y sólo en Uguay se avanzó en el derecho al aborto, en la era jica, después de la cerrada oposición del ex presi Tabaré Vázquez.

    Sin duda, el derecho a la interrupción voluntadel embarazo enfrenta la oposición de una parte dsociedad. También la cuestión tiene frente la actdad de poderosos lobbies, de la Iglesia católica –también de los pentecostales–. Pero la cantidadabortos “clandestinos”, con riesgo de muerte, llamenmarcar el tema en el plano de las políticas púb y los derechos humanos, poniendo en el tapete tlos pliegues del tema, y complejizando el “derech vida” que los grupos antiabortistas usan como cato de batalla para sensibilizar a la población en cde la ampliación de los derechos reproductivos. Ade cuentas, como ya es sabido, la prohibición refulas diferencias de clase entre las mujeres. Pero lopredomina hoy es una mezcla de convicciones deconservadora” de los gobiernos con cálculos electque indicarían que es mejor no avivar la cuestión no perder votos”.

    Homofobias nacional-populares Algo parecido ocurre con el matrimonio igualitara veces el debate está mucho, mucho más atrás: e

    *Periodista e historiador. Es Jefe de Redacción de la revista Nueva Sociedad.

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    Balance y perspectivas

    El gobierno y las oposiciones:

    Más sobre estrategias electorale Fernando L. García Yapur* García Yapur identifica y describe aquí las que considera las fortalezas de la estrategia electoral del MAS - IPSP , fortalezas que son, en buena meuna prolongación natural de “una gestión hegemónica sin precedentes en nuestra historia”. Y sugiere lo po por hacer en esta coyuntura: “Priorizar la táctica sobre la estrategia, posicionarse en el campo del adversadel ‘enemigo’, moverse en función del tiempo más que del espacio o del territorio: atacar, agitar y salir, un

    política, esa porción de fortuna de la que también hablaba Maquiavelo al caracterizar lo político, sopl

    Durante el 2013, el gobierno y algunas organiza-ciones políticas encausaron sus estrategias polí-tico-partidarias hacia los desafíos del escenarioelectoral que se avecina y que adquirirá mayor

    vigor durante el segundo semestre del año 2014 (una vezque el Órgano Electoral Plurinacional haya establecidoel calendario correspondiente). Con el objeto de esta-blecer un ejercicio de balance de la coyuntura, interesadefinir las líneas de continuidad y las principales nove-dades políticas que se presentaron a lo largo de la ges-tión pasada y trazar las perspectivas o tendencias futuras.

    La coalición gubernamentalLa fuerza centrípeta que representa la coalición gober-nante del MAS-IPSP en el campo político se ha consoli-dando. La habilitación del presidente Evo Morales y del vicepresidente Álvaro García Linera ha sido ratificada

    por el Tribunal Constitucional Plurinacional, allanandoel camino para que el MAS-IPSP programe una estrategiaelectoral en tanto principal fuerza partidaria del campopolítico. Al respecto, de acuerdo a las tendencias de lagestión gubernamental y de la conducción política, laestrategia del MAS-ISPP parece consistir en el asenta-miento y despliegue del capital político y simbólico acu-mulado a lo largo de los últimos ocho años. En general,busca capitalizar los réditos alcanzados en los terrenoseconómico, político y social, que muestran en conjuntoresultados positivos, si los comparamos con los periodos y gobiernos inmediatamente anteriores. Según los da-tos oficiales del gobierno, el crecimiento económico delpaís bordea en promedio el 5% anual, la disminución dela pobreza extrema y de la desigualdad social, según los

    datos de entidades u organismos especializados e inter-nacionales, prefiguran la expansión de procesos de mo- vilidad ascendente en toda la estructura social.

    Versiones de la bonanzaSe menciona, por parte de actores de la oposición, quetodo esto se debe a un contexto internacional auspiciosopor el encarecimiento de las materias primas a nivel glo-bal y, por ende, el incremento de ingresos económicosresultado de la exportación de estas (principalmente gas y minería) en condiciones internacionales favorables.Sin embargo, el gobierno sostiene que la estabilidad, elcrecimiento económico y la movilidad social se deben,principalmente, al mérito de las decisiones asumidas porEvo Morales desde un inicio. Al respecto, fue central lapolítica de nacionalización de los hidrocarburos y, con-siguientemente, la puesta en marcha de un nuevo diseñode política macroeconómica aplicada, según el ministrode Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce Catacora“a contracorriente de las recomendaciones de las entida-

    des internacionales” como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Modelo de gestión que, deacuerdo también al gobierno, se acopla con el conjuntode decisiones gubernamentales en materia de desarro-

    llo social y productivo (bonos, transferencias, control deprecios y otras) que buscan en conjunto: “Configurar unnuevo modelo de desarrollo dirigido a la redistribuciónde la riqueza y a una economía plural”.

    El largo plazo: La Agenda PatrióticaEn esta dirección, la principal estrategia de posiciona-miento gubernamental a lo largo de la gestión 2013 fuela presentación de los resultados económicos y socia-les alcanzados por el país. Para el efecto, el gobiernoha formulado una estrategia de acciones que pretendeconstituirse en la principal plataforma gubernamentaldel diseño y ejecución de las políticas públicas. La de-nominada “Agenda Patriótica”, presentada como unapropuesta presidencial de resultados y metas que Boli-

    via debiera lograr para el año 2025, fecha del Bicente-nario de la República, propone trece líneas de diseño yejecución de políticas públicas que en conjunto buscantransformar estructuralmente las condiciones socialesde pobreza, desigualdad, equidad y desarrollo del país.

    El corto plazo: Del satélite al teleféricoEl gobierno, en el marco de su estrategia electoral, hapuesto en marcha la mencionada plataforma programá-tica implementando con rapidez proyectos ambiciososen distintos rubros: el lanzamiento de satélite TúpacKatari, el teleférico de conexión entre las ciudades deEl Alto y La Paz, la mejora de las carreteras de interco-nexión departamental, un conjunto de políticas de apoyoe incentivos a sectores productivos y empresariales deloriente y de asociaciones de productores del occidente,a la producción y exportación de la quinua, la reformade la política minera, la reforma de la política financieraprivada, la participación y el auspicio en la competenciainternacional Dakar, etc. Complementariamente, sumanotros réditos de la política internacional o del azar. He-chos fortuitos como el ocurrido con el avión presiden-

    cial en Europa a mediados del pasado año, el vacliderazgo regional dejado por el fallecimiento de HChávez y las gestiones realizadas por el gobierno e versos eventos y foros globales han desembocadoacrecentamiento de la figura internacional del preste. En los primeros días de enero del 2014, Evo Moasumió la presidencia pro tempore del Grupo 77 + Chinade laONU , oportunidad y palestra que lleva a Bolivia presidente Morales al primer plano internacional.

    La gestión como campañaEn suma, la estrategia gubernamental antes que prosas electorales y discursivas para el futuro, priorizpuesta en marcha de un conjunto de medidas y promas de desarrollo económico y social de impacto diato. La campaña estará asociada, más que a las cproclamas y movilizaciones electorales (que no d

    de realizarse), a la gestión gubernamental. Evo Mles es y será la principal figura protagónica. Todoacompañado de una estrategia comunicacional contrada en la imagen presidencial y los resultados gubmentales, y vinculada a una oferta de un país “cadmejor y promisorio”. Estrategia que buscará aprov y expandir la sensación de optimismo y esperanzsegún los datos de recientes encuestas y sondeos dnión, permea mayoritariamente en la población.

    Una hegemonía sin precedentes Junto a esta estrategia de comunicación la estructupoder gubernamental constituye un aparato políticcoordinación y articulación que se asemeja a la etura de un ejército o un cuerpo organizado para li

    batallas por “tierra” y “aire”. Esta estructura incluyamplio campo del espectro de instituciones políticubre todo el territorio y los espacios políticos. Nun dato menor la constatación de que el MAS-IPSP esla única organización política que puede completaproblema, las listas de candidatos en todo el terrinacional; sin contar que, adicionalmente, tiene –ehaber o bajo su influencia– cerca del 80% de los gonos municipales, siete gobernaciones departamenademás de toda la estructura del gobierno central promover la movilización y agitación política. Asmo, ha desplegado una política de articulación a tde mecanismos de intercambio político con sectoreganizados de la sociedad civil, sobre todo, con aqque son factores reales de poder por su número e imtancia respecto a la agregación de intereses secto y colectivos. La reciente “alianza” o “reencuentrogobierno con laCOB refuerza el esquema “neo-corpora-tivo” de gestión política inicialmente practicada y clidada con las organizaciones campesinas e indígebase territorial como laCSUTCB , los ex colonizadores ylas “Bartolinas” (lo que ya de por sí garantiza un * Politólogo.

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    de éxito político-electoral). Es decir: una gestión hege-mónica del poder sin precedentes en nuestra historia.

    Las nuevas oposicionesRespecto a la oposición, durante la gestión 2013 co-menzaron procesos importantes de (re)estructuración yrenovación político-partidaria, diferentes de las dinámi-cas del pasado, es decir, de las experiencias fallidas dePODEMOS yCN-PPB. Hasta fin del pasado año se logró,de hecho, afianzar con relativo éxito la presencia de tresimportantes fuerzas políticas que se proyectan como losprincipales vehículos electorales de la preferencia ciuda-dana contraria al gobierno: el Movimiento DemócrataSocial ( MDS) a la cabeza de Rubén Costas, actual gober-nador del departamento de Santa Cruz; Unidad Nacio-nal-Frente Amplio (UN-FA ), ahora bajo el liderazgo deSamuel Doria Medina, prominente empresario nacio-nal; y el Movimiento Sin Miedo ( MSM), que ya anuncióla candidatura de Juan del Granado, su principal líderhistórico y ex alcalde de la ciudad de La Paz.

    Si bien las mencionadas fuerzas han seguido distin-tos procesos de reestructuración y afianzamiento parti-dario, todas coinciden en la necesidad de dotarse de ins-

    trumentos u organismos políticos que vayan más allá delescenario o la contienda electoral que se avecina. Bus-can, como mencionan reiteradamente sus voceros, “laconsolidación de estructuras o aparatos institucionales”en el campo político y la democracia boliviana. Al pare-cer, a diferencia de las contiendas anteriores, la apuestaes por el futuro mediato más que por el inmediato.

    El espectro del naufragio o paradojasdel cambio opositorLa novedad en la modificación de las pautas tradicio-nales del comportamiento de las fuerzas opositoras sonsus reales esfuerzos de estructuración político-partida-ria. Existen iniciativas por dotarse de órganos y me-canismos de deliberación, coordinación y toma de po-

    siciones internas y externas, formación y capacitaciónpolítica, generación dethink tanks o “núcleos de análi-sis estratégico” en el seno de sus estructuras, oposiciónprogramática sobre la base del análisis de políticas pú-blicas, promoción de nuevas tecnologías de comunica-ción para la agitación política, etc. Empero, paradójica-mente, si bien todas estos esfuerzos organizativos y dedesempeño interno han sido desplegados con diferen-tes grados de institucionalización, aún constituyen pro-mesas embrionarias que dependerán de las decisionesque tomen en el corto plazo. Son promesas porque seráde los resultados electorales que obtengan en las con-tiendas del 2014 y del 2015 que los esfuerzos realizadoslogren desembocar en dinámicas continuas y estables.La paradoja es que a pesar de que en todos los casos sonoposiciones que pretenden mirar su derrotero más alláde las elecciones venideras, será precisamente en estaselecciones que se jugará y definirá su futuro.

    El desafío mayor de las oposicionesLas fuerzas opositoras enfrentan un desafío mayor: ladefinición de una estrategia político-electoral que laslleve no a la victoria (un objetivo inalcanzable e ilu-so a estas alturas), sino a un buen puerto: salir airososen la contienda electoral inmediata. Lo que implica,en general, medir con precisión sus alianzas e inter-cambios políticos, el posicionamiento estratégico desus identidades colectivas, marcar el terreno de sus in-fluencias y de su poder precario, sumar e incrementarsu incidencia pública, etc. En otros términos, priorizarla táctica sobre la estrategia; posicionarse en el campodel adversario, aprovechar oportunidades y grietas del“enemigo”, moverse en función del tiempo más que delespacio o del territorio: atacar, agitar y salir, una y otra vez. Sólo así será posible que la política, la porción de fortunade la que también hablaba Maquiavelo al carac-terizarlo político, sople y gire, poco a poco, a su favor.

    Crítica de un concepto

    Sobre elEstado integral Marco Antonio Saavedra Mogro*

    Si el capitalismo y su individualismo posesivo sonobjeto legítimo de impugnación, no menos impor-tante es la crítica del llamado socialismo del siglo

    XXI y de su sistema estatal. El vicepresidente del Esta-do Plurinacional, el señor García Linera, resume en lanoción de Estado Integral (una paráfrasis de Gramsci) varias cosas: “El Estado como el lugar donde se tomandecisiones para todos, se precautela el bienestar de to-dos”, el Estado como fabrica que convierte los intere-ses particulares y corporativos en comunidad políticaintegral, el Estado necesario y positivo en la medida enque lo utilicen correctamente hombres de “bien”, elEstado que abandona el reino de la apariencia porque

    “lo toman los indígenas”, el Estado que sólo a partirde Evo Morales encarna una transición hacia el Esta-do Integral, hacia el socialismo, el comunitarismo, elcomunismo de rostro indígena.

    En los hechos, la crítica del Estado Integral pasapor la deconstrucción de algo más simple: un presiden-cialismo personal que se desdobla como estatismo ¿Enqué mecanismos de poder nos tiene atrapados el Esta-do Plurinacional? ¿Qué cambios ha introducido en ellenguaje político el proceso de cambio? ¿Cuán diferen-tes al pasado son palabras comodescolonización, EstadoPlurinacional, Estado Integral, justicia indígena originariacampesina, democracia comunitaria, control social, antiim- perialismo, derecha, infiltrados, terrorismo, lucha contra elracismo y contra la corrupción? ¿En qué momento deja-ron de ser el Estado y el derecho una violencia? A estasalturas, el “proceso de cambio” no es más que un puntode vista interesado, una serie de palabras fetiche nece-sarias para ocultar una degeneración.

    La noción de Estado Integral representa un vaciamiento de la imaginación política: enseñorea alEstado en tanto poder total, pues es evidente quehablar del Estado es hablar de un lugar donde la leyes la del dominio y la imposición; quien habla a fa- vor del Estado formula un discurso necesariamenteinteresado y alienante. ¿Quién se atrevería a contra-riar el enseñoramiento del poder del Estado en unaépoca de estatolatria y si la política se entiende como

    conducta oportuna y el oportunismo resulta siendla verdadera política (Blanchot)? Rechazar el Estaen sus múltiples formas es hoy lo menos oportuno

    El Estado está enfermo de estatismo, que noes otra cosa que el exceso de poder. Así como la atoridad enferma de autoritarismo, el Estado ha enfermado de estatismo, de acumulación de autoriddiscrecional sobre las instituciones, y que tiene comefectos el uso abusivo de los aparatos ideológicode fuerza, un sometimiento del poder legislativo, manipulación del poder judicial y la mutilación dla ciudadanía en el ejercicio de sus derechos. Essobredosis de control pone en evidencia un Estad

    descontrolado en el uso de la violencia y una pelgrosa megalotimia de sus operadores, que imitapulsiones autoritarias en sus excesos represivos y la invención paranoica de enemigos.

    Reafirmar la omnipotencia del Estado es tam-bién exaltar la concentración del poder alrededor duna persona. El resultado de esta transformación dEstado es un poder que lleva un nombre, el de EvRasgo principal de la nueva “teoría” del Estado Itegral es la transformación del poder político en upoder de salvación y lo que está en juego es, mque “el hombre carismático llegado desde abajo paser ungido como un semidiós”, un presidencialismdictatorial: el presidente es la totalidad del Estad y sus poderes de decisión son absolutos. Nada mpeligroso que concentrar en un gobierno y en unpersona todos los poderes: estamos frente a un pr yecto de poder que no podría existir sin la autorididealizada del líder único y providencial.

    Desmontar la enfermedad del estatismo re-quiere una nueva Constitución que reduzca los poderes presidenciales, controle los usos discrecionade las fuentes de poder fiscal y de planificaciónparalice las groseras mañas con las que se instrumentaliza y se saca provecho del Estado (“integraporque el otro –dicen– era aparente).

    * Docente de la Carrera de Ciencias Políticas de laUMSA.

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    Marzo 2014 / Nº 13912 / CRÓNICA

    El propósito de este artículo es relatarlas recientes agresiones prohijadaspor el gobierno del presidente Evo Morales en contra de las organiza-

    ciones y autoridades indígenas. Si bien lareciente (10 de diciembre de 2013) irrup-

    ción gubernamental a la sede delCONAMAQ

    constituye la expresión más violenta y brutalde esta política, no es ni –mucho menos– unhecho aislado: representa la manifestaciónmás clara de una estrategia gubernamentalradicalmente anti-indígena. Esto es así nosólo en los últimos años (digamos desde laruptura del Pacto de Unidad el 2011), sinodesde el principio mismo de la primera ges-tión del presidente Evo Morales.

    “¡Que salgan de rodillas!”Para la relación de los hechos que hacen al despojo y usur-pación de la casa de gobierno delCONAMAQ, recurrimosal relato de unchaski clandestino, quien refiere que el 10de diciembre pasado llegó la noticia de que en elwist´u

    tantachawi (la asamblea falaz) delCONAM A S, demostra-damente financiada por el gobierno, se había decidido latoma de las oficinas y la destitución de las autoridades delConsejo de gobierno. Ante estas amenazas, elCONAMAQ orgánico decidió iniciar una vigilia para evitar una posibletoma violenta.

    Comenzaron a llegar no mucho después, paulati-namente, los taxis que transportaban una gran cantidadde gente desde el Coliseo Evo Morales, sede de la asam-blea espuria, y que provenían de la Nación Chichas dePotosí, Qhapax Umasuyus de La Paz y una fracción delos ayllus de Oruro. “Esa sede no es suya, le pertenece alEstado”, señalaban. Estos gritos provenían de un grupode individuos que se reunieron en la puerta principal deCONAMAQ, gente afín al gobierno, en evidente estado deebriedad y, en algunos casos, que no pertenecían a ningún

    suyu y que llegaron pidiendo alojamiento. Era esta mismagente la que en anteriores y reiteradas (cinco) ocasiones ya había intentado tomar de manera violenta esta sede,desconociendo a sus autoridades legítimas.

    La consigna oficialista estaba dada: el desalojo vio-lento de las autoridades y la toma de las oficinas delCO-NAMAQ. Recomenzaron los gritos y poco después unabrutal paliza a personas que son parte delCONAMAQ orgánico. La violencia ejercida por parte de los afinesal gobierno recrudeció y comenzaron a patear la puertaprincipal, que estaba resguardada por las autoridades or-gánicas e indígenas de base, entre las que se encontraban varias madres con sus hijos. Los gritos de amenazas haciael conjunto que resguardaba la sede se exacerbaron hastael punto de llegar a amenazas de muerte: “¡¡Les vamos amatar!!”.

    Fue tal la violencia, que lograron, finalmente, des-trozar y abrir la puerta. Sin embargo, la segunda puertaquedó protegida por una barricada armada por la vigiliade los valientesmamas t´allas . Mientras tanto, llegó lapolicía que se apersonó para negociar el abandono y “la

    rendición” de las autoridades legítimas. El mismísimoComandante de la Policía reiteró que las personas que es-taban dentro deberían abandonar el lugar para “guardarsu seguridad”. Sin embargo, horas más tarde, estando yafuera, se lo escuchó decir a la gente del MAS que “no sepreocupen, si no salen los vamos a sacar a patadas”.

    Las autoridades y bases, sobre todo mujeres, se opu-sieron tenazmente a esas exigencias, ya que el congresofinanciado por el gobierno no era orgánico: las supuestasautoridades que reclamaban la entrega de la sede no eran y no son reconocidas por los 16 suyus . Finalmente y antelas amenazas de toma, la salida era inevitable: u ocupabael lugar la policía o tomaban el lugar loswist´us , lo cualrepresentaba prácticamente lo mismo. Y continuaban losgritos: “¡Que salgan de rodillas!!!”.

    Al abandonar la sede, los indígenas en vigilia afir-maron que su retirada era momentánea y respondía alcumplimiento de su palabra para evitar más conflicto yagresión. Inmediatamente se generó una serie de denun-cias y solidaridades.

    Comunicado de emergencia

    “Este día 10 de diciembre de 2013, día de los derechos hu-manos, no olvidaremos nunca las naciones originarias, díaen que el Gobierno de Evo Morales y su grupo de choquehan celebrado golpeando cruel y violentamente a nuestroshermanos delCONAMAQ y han violentado las cerradurasde la puerta principal, en complicidad con la Policía, conla ambición de tomar por la fuerza alCONAMAQ, parasometer y aprobar las políticas en contra del movimientoindígena originario y del pueblo boliviano, sin que na-die pueda decir nada, para que nuevamente nos pongana disposición de las transnacionales y saquear nuestrosrecursos naturales. (…). Convocamos a la unidad de los16 suyus [naciones originarias] delCONAMAQ, al puebloboliviano en su conjunto, a la sociedad civil organizada detodo el pueblo boliviano para darle un alto a este gobiernoneoliberal. ¡Luchemos por la democracia! ¡Luchemos por

    nuestros derechos!”. Félix Becerra Villcarana, Jiliri Apu Mallku del CONAMAQ.

    Maniesto de la CIDOB“La Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia-CIDOB , ante los hechos de violencia acaecidos el día 10de diciembre de 2013, en contra de nuestros hermanos

    del Consejo de Ayllus y Markas del QullsuyuCONAMAQ, en el que se violaron losderechos fundamentales de las autoridadeoriginarias legítimamente elegidas, con lfinalidad de desestructurar, dividir y doblegar la firme posición de la organizacióemite el siguiente Manifiesto a la opiniópública nacional e internacional:

    Que, nuevamente el Gobierno, con lasmismas tácticas, como las desarrolladas 27 de julio de 2012, con apoyo de la polictomó por la fuerza las instalaciones de nuesCasa Grande, con el fin de dividirnos. Hobusca dividir y controlar alCONAMAQ, unade las organizaciones que se ha mantenido idependiente del control del gobierno, en un

    firme defensa de la Constitución Política del Estado y lrechos de las naciones y pueblos indígenas originarios

    Que, a la fecha, desconociendo nuestros derechoexistir libremente, a la autodeterminación, a la autonindígena, a la democracia comunitaria y a la libre asocel gobierno –a través de supuestos dirigentes– desplie

    ciones de violencia buscando dividir alCONAMAQ

    y consoli-dar ‘dirigencias’ paralelas que avalen la aprobación decas públicas contrarias a la Constitución Política del E y a los derechos de las naciones y pueblos indígenas,la construcción de la carretera Villa Tunari–San Ignac Mojos, la aprobación de la Ley de Deslinde Jurisdiccla designación de apenas siete escaños para la represción de las 36 naciones y pueblos indígenas, la malverde los recursos del Fondo Indígena, el anteproyecto Ley Marco de Consulta, entre otros. (…). Por tanto, ede nuestras legítimas atribuciones laCIDOB:

    Resuelve:Primero. - Expresar nuestra profunda solidaridad

    respaldo incondicional de los 34 pueblos y nacionedígenas del Oriente, Chaco y Amazonía, alCONAMAQ orgánico ante la flagrante violación de los derechos d

    pueblos indígenas, consagrados en laCPE .Segundo.- Repudiar el cobarde intento de intro-misión y división desplegado por el gobierno y cuyaratividad fue efectuada por serviles funcionarios a de ‘representantes o autoridades’ de los pueblos indnas-originarios, con el uso de la violencia, ante la mda cómplice de la policía, contra hermanos y hermmiembros del Consejo de Gobierno delCONAMAQ.

    Tercero.- Denunciar ante la opinión pública na-cional e internacional un nuevo hecho de violencia (cido) por el gobierno de Evo Morales contra nuesderechos a la libre-determinación y asociación, a pdel Gobierno que promueve y avala la conformacióorganizaciones paralelas con el apoyo de los ÓrganoEstado e instituciones como la policía, debilitando a mocracia a través del uso y abuso del poder.

    Quinto.- Solicitar al pueblo boliviano y la comundad internacional su solidaridad y apoyo ante las accde violencia desarrolladas con la finalidad de desmbrar al movimiento indígena originario de Bolivia instituir organizaciones que comulguen con las polícontrarias a los intereses del pueblo boliviano. (…). Cruz 12 de diciembre de 2013”.

    Crónica de un toma gubernamental

    El ataque a la sede delCONAMAQ José Luis Saavedra*

    En este relato, que incluye la transcripción parcial de comunicados escasamente difundidos por la preno anda dormida o es del gobierno), José Luis Saavedra resume los sucesos del 10 de diciembre de 201respaldo de la Policía, una asamblea falaz o wist´u tantachawi emprendió la toma violenta de la Casa de Gobierno delCONAMAQ, una de

    las pocas organizaciones indígenas independientes.

    * Docente en laUMSA.

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    Marzo 2014 / Nº 139 / 13CRÓNICA

    ¡ Jallalla CONAMAQ!Para terminar, queremos reproducir las lúcidas palabrasde Alejandro Almaraz, quien, a propósito del asalto a lasede delCONAMAQ, explica, de manera contundente, porqué el gobierno del MAS es tan agresivo y violento con lasorganizaciones indígenas:

    “La animadversión que demuestra haciaCO-NAMAQ la cúpula sindical campesina, hoy gobernante y

    de la que el mismo Evo Morales es paradigmático y anti-guo miembro, tiene larga data y profundo significado his-tórico e ideológico. Se inicia en el rechazo al nacimientomismo deCONAMAQ.

    CONAMAQ se constituyó, a mediados de la décadade los 90 del siglo pasado, como expresión de una nueva ymás profunda emancipación de las comunidades indígenasde las tierras altas; la que, luego de la liberación del tutelajeestatal ejercido sobre el sindicalismo campesino, conquis-tada con la fundación de laCSUTCB , las liberaría de laspropias formas de organización sindical, política y socialimpuestas desde el poder emergente de la revolución del52, a modo de renovación del colonialismo interno. De estaemancipación resultaría la recuperación y revitalizacióndel ayllu, como estructura propia y ancestral de organiza-ción comunitaria y sustento social de su identidad étnica,

    y, al mismo tiempo, la reapropiación y reestructuraciónterritorial mediante la titulación comunitaria de la tierra. Todo esto era inaceptable para la aristocracia sindicalcampesina ideológicamente moldeada por el nacionalis-mo revolucionario y, por ello mismo, ganada al individua-lismo capitalista. Para empezar, ella no quiere ser india niindígena, condición que en el mejor de los casos aceptapara los abuelos; su divisa de identidad es la de ‘sindicalis-ta’. Para ella, el ayllu es una expresión de ‘atraso’, mientrasque el sindicato y el partido son los vehículos organizati- vos que conducen al progreso, la modernidad o, si es elcaso, a la revolución, ‘socialista comunitaria’ claro está.(…).

    Por eso,CONAMAQ recibió desde sus primeros mo-mentos de existencia la agresión, frecuentemente violenta y brutal, de la hoy poderosa cúpula sindical campesina.

    Para empeorar su imagen,CONAMAQ, igual queCIDOB , jamás se incorporó ni subordinó al instrumento políticoque vendría a denominarse MAS, y de cuya conducción seapoderaría la cúpula sindical tempranamente. (…).

    Ya durante el Gobierno de Evo Morales, y pasadoslos primeros años en los que los acuerdos con los sectorespopulares sustentaban y orientaban la gestión de gobier-no, la acción autónoma con la queCONAMAQ yCIDOB defendieron los derechos indígenas y el sentido democrá-tico y emancipador del proceso de cambio, ha merecidoel más descarnado encono del empoderado sindicalismocampesino, frenéticamente entregado a usufructuar delpoder en el festín del ‘ahora nos toca’ que comparte conaquellos a los que siempre les tocó.

    Como nunca antes en su historia, elCONAMAQ y el movimiento indígena en su conjunto soportan del

    Estado la represión brutal, la acción divisionista moto-rizada por la coacción intimidatoria y corruptora, y elensañamiento que derrocha prepotencia y abuso en ac-ciones como las tomas policiales de las sedes de sus or-ganizaciones, para instalar en ellas a oficialistas imposto-res. A todo ello se añade la proclamación gubernamentalde hacerlo en nombre de los indígenas y ‘por su bien’.La agresividad anti-indígena del Gobierno de coaliciónfáctica que las élites del sindicalismo campesino com-parten con los tradicionales detentadores del poder, nose explica sólo por el interés de allanar el camino de suspactados objetivos principales, como la entrega garan-tizada de los recursos naturales al capital extranjero, lareconcentración y mercantilización de la tierra o la am-pliación de las fronteras soyera y cocalera, sino también,al fondo de ella, por el desprecio racial que caracteriza

    al mestizo desarraigado, a-culturado y ávido de ascensosocial, aquel que despreciando al indio quiere ser comoel blanco que lo desprecia a él” (Página Siete , 18 de di-ciembre de 2013).

    En nuestra próxima entrega, relataremos el vio-lento y brutal desalojo de las autoridades legítimas delCONAMAQ, producido el 14 de enero de este año.

    De la Ley a los hechos:Revolucionarios en la retórica

    reaccionarios en la realidad Arturo D. Villanueva Imaña*

    A l mismo tiempo que las principales organiza-ciones sociales que sustentan al gobierno se en-cuentran muy atareadas en las actividades para

    la campaña proselitista que buscará la reelecciónpresidencial de Evo Morales, o que se encuentran

    estableciendo acuerdos al mismo tiempo de agrade-cer la entrega de sedes propias y motorizados, comosucede con laCOB y otras organizaciones obreras yfabriles, sobre la base del apoyo a la candidatura ofi-cial, en la Asamblea Legislativa se van considerando y aprobando un conjunto de normas que en varioscasos favorecen los grandes intereses empresarialeso, en su defecto, responden a un enfoque conserva-dor y hasta reaccionario.

    Por ejemplo, es lo que ha sucedido hace algúntiempo con la llamada Ley de Revolución Produc-tiva. Con su aprobación, se dio luz verde al ingresode transgénicos al país, lo que no sólo constituye unfuerte revés a los principios del Vivir Bien, sino quees el cumplimiento de uno de los anhelos más caros

    para terratenientes y agroindustriales del Oriente,en su afán por expandir la frontera agrícola y la mo-noproducción extensiva de productos transgénicos.

    Posteriormente, para complementar los “in-centivos y beneficios” de la anterior norma, y co-locándose totalmente en contramarcha de un pro-ceso agrario orientado a corregir la persistencia dellatifundismo y la concentración de tierras en pocasmanos, también se aprobó la Ley 337 de Apoyo a laProducción y Restitución de Bosques. Dicha normano solo despenaliza y otorga un perdonazo a los pro-ductores y grandes propietarios de tierras que desdeel año 1996 hubiesen provocado grandes incendios ydesmontes ilegales de tierras, sino que, previa con-fesión de parte y un pago de aproximadamente 60

    dólares por hectárea deforestada (¡420 bolivianos!),se los libera de culpa y se los autoriza a produciren dichas tierras. Es decir, se convalida la quema ypérdida de bosques y biodiversidad, se consolida latenencia de la tierra que estaba sujeta a reversión enmanos ilegales, y ni siquiera se recupera esas tierras

    que bien podían haber sido utilizadas para evitar lgraves problemas de avasallamientos y distribuirlcampesinos e indígenas que no tienen tierras, o qula tienen en forma insuficiente.

    En los ejemplos señalados, llama siempre la

    atención la contradicción entre el título de las ley y sus contenidos reales e implicaciones prácticas.decir que, en los hechos y pese a sus títulos, son leque promueven y protegen intereses empresarialeDurante los primeros días de febrero, apareció minformación relacionada con la Ley de Promocióde Inversiones, a través de la cual se busca promovla atracción de nuevos capitales. Surgió la sospecde que ese instrumento normativo podría promovenuevas concesiones a los grandes intereses capitaltas. El entredicho y la molestia presidencial se prdujo cuando el periódico Página Siete afirmó que Proyecto de Ley “frenaba nuevas nacionalizacione Al día siguiente, el propio Presidente se encargó desmentir el titular, señalando que: “las nacionaliz

    ciones están garantizadas”. Sin embargo, al analizel artículo 27 del proyecto de Ley, queda la pregunsobre cómo se pretende, al mismo tiempo, garantzar “que las inversiones que se realicen bajo las relaciones de la presente leyno serán nacionalizadas ” yque “únicamente se procederá a la nacionalización porrazones de interés público o cuando se compromela soberanía nacional” (el subrayado es nuestro). ¿qué quedamos? ¿Se nacionaliza o se protege la invsión? ¿No es acaso cierto quetoda nacionalización es justificada por suinterés público? Desde esa perspecti- va, y sin dudar en absoluto de su palabra, sería mconveniente que el criterio presidencial, que ademimplica ejercer y hacer prevalecer la soberanía, la dependencia y la dignidad nacionales, no sólo que

    allí, sino que prevalezca y se traduzca claramente eletra de la Ley que se encuentra en proceso de aprbación. Al menos quedará el consuelo de no haberdado curso a nuevas y mayores concesiones.

    * Sociólogo boliviano.

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    Marzo 2014 / Nº 13914 / LA LEY

    Para mejor comprender la señalada implicacihay que considerar algo que parece no haber vis AGIT: que si bien el período de prescripción es daños en la gestión 2013, en la gestión 2014 es de la 2015 de 7 y así sucesivamente, hasta llegar a 10en la gestión 2018, de modo que recién en ese año cribirían las acciones que el fisco pueda tomar resde obligaciones no cumplidas o contravenciones rzadas en el año 2008. El mismo destino esperaríailícitos tributarios correspondientes a la gestión 2que, siguiendo la interpretación de la AGIT , podrían sermateria de actuaciones fiscales hasta la gestión 2

    las del 2010, hasta la gestión2020 y así hacia adelante.

    El resultado último de lasucesión de modificaciones quese comenta sería que la amplia-ción del período de prescripciónoperaría en forma retroactiva ydirecta; es decir no se iniciaríaen la gestión 2013, ni iría au-mentado año con año, sino quesería de 10 años desde el vamos

    y sería aplicable a partir de lagestión 2008, en abierta viola-ción del principio general deirretroactividad de las normaslegales y, específicamente, delo prescrito por el artículo 123de la Constitución Política delEstado.

    El Ejecutivo a cargode las leyesLa forma en que se ha adoptadoesta medida, que se podría decir

    que procede por aproximaciones sucesivas, no sóldebilita la coherencia de la normativa tributaria y g

    ra dudas sobre su estabilidad en un horizonte temprazonable, sino que es un ejemplo más de la macómo funciona la Asamblea Legislativa Plurinacconvertida, cada vez más tristemente, en caja de nancia de las iniciativas que se toman en las divinstancias del Órgano Eje