historias de vida en antropología

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  • 7/29/2019 Historias de Vida en Antropologa

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    Hans BuechlerUniversity of Syracuse(New York, USA)Judith Maria BuechlerHobart & Wi!liam SmithCollege (New York, USA)

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    El rol de las historias de vida en antropologa

    Resumen

    En las ltimas dcadas, la antropologa culturalha comenzado a rechazar la posicin tericasegn la cual los promotores de cambios sociales y culturales se hallaran principalmente enlas civilizaciones occidentales, mientras que lasas llamadas sociedades tradicionales del TercerMundo y el campesinado europeo podran seranalizados preferentemente en trminos estticos. Un modelo ste que relega cualquier elemento dinmico bien a cambios internos cclicos o bien a influencias externas. Dichos modelos estn empezando a ser reemplazados po rotros que atribuyen un rol mucho mayor a lassociedades subalternas. El reciente inters en lametodologa de historias de vida, incluyendotestimonios personales, constituye una de laspautas tomadas para poner remedio a los pre-juicios tradicionales tanto de la historia comode la antropologa. En el presente trabajo, nosproponemos explorar algunos de dichos estudios incluyendo investigaciones realizadas po rlos presentes autores en Espaa, Bolivia y Alemania, para examinar las implicaciones tericasque tienen para el conocimiento de la relacinentre la historia y la antropologa cultural.Palabras claveHistoria de vida, testimonio personal, agencia,redes de relaciones, cambio social.

    THE ROL OF LIFE HISTORIES INANTHROPOLOGYAbstractIn the last decades cultural anthropology hasmoved from the acceptance of the position thatthe agents of change were largely located inWestern civilizations, while the so-called traditional societies of the Third World and the peasantries of Europe could best be described instatic terms, with any dynamic element eithermerely corresponding to interna! cyclical changes or coming from the outside, to models thatattribute agency to subaltern societies or part-societies. The recent interest in life history methodologies including testimonials is oneattempt to redress traditional biases both inhistory and in cultural anthropology. In thisanide we explore some of these studies, including research we undertook in Spain, Boliviaand Germany, and examine the theoreticalimplications they have for the understanding ofthe relationship between history and anthropo-logy.

    Key wordsLife history, personal testimonial, agency, networks , social change.

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    Hans BuechlerUniversity of Syracuse(New York, USA)Judith Maria BuechlerHobart & William SmithCollege (New York, USA)

    (,,.) Traduccin del ingls por JosMara Cardcsn.

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    El rol de las historias de vida en antropologa *

    En las ltimas dcadas, la antropologa culturalha comenzado a rechazar la posicin tericasegn la cual los promotores de cambios sociales y culturales se hallaran principalmente enlas civilizaciones occidentales, mientras que lasas llamadas sociedades tradicionales del TercerMundo y el campesinado europeo podran seranalizados preferentemente en trminos estticos. Un modelo ste que relega cualquier elemento dinmico bien a cambios internos cclicos o bien a influencias externas. Dichos modelos estn empezado a ser reemplazados porotros que atribuyen un rol mucho mayor a lassociedades subalternas. El reciente inters en lametodologa de historias de vida, incluyendotestimonios personales, constituye una de laspautas tomadas para poner remedio a los prejuicios tradicionales tanto de la historia comode la antropologa. En el presente trabajo, nosproponemos explorar algunos de dichos estudios incluyendo investigaciones realizadas porlos presentes autores en Espaa, Bolivia y Alemania, as como examinar las implicacionestericas que conllevan. Argumentaremos enfavor de la necesidad de realizar un esfuerzosistemtico para uti lizar las historias de vida, noslo como un simple medio para hacer queotras culturas y subculturas cobren vida, y paraque segmentos silenciados de la poblacin puedan tomar la palabra; sino tambin como unaforma de explorar la variedad de posiciones quelos individuos ocupan dentro de (y entre) lasculturas y los sistemas sociales, las identidadesque construyen como resultado de este posicionamiento, y los cambios que experimentanesas posiciones a lo largo de sus vidas.En la actualidad, tanto historiadores comoantroplogos hacen uso extensivo de materialesque proceden de historias de vida. En historiacomo en antropologa son frecuentes los casosen que esas vidas as retratadas corresponden agente corriente. Sin embargo, bajo esta convergencia se ocultan diferencias mayores en loscaminos que han llevado a miembros de ambasdisciplinas a hacer uso de esta metodologa,diferencias que nos remiten a las tambin dis-

    tintas formas que tienen ambas disciplinas deconceptualizar la "agencia". Para un a audienciade historiadores, ser preciso esclarecer previamente la va que ha seguido la antropologahasta llegar a entender la "agencia".Tradicionalmente, la historia ha estado claramente orientada a estudiar los agentes, co n lasalvedad de que se consideraba qu e las litesconstituan los agentes de cambio. Esta visincentrada en la agencia de los lderes fue sometida a crtica po r los marxistas, que considerabanque el cambio provena de fuerzas sociales; yms generalmente po r los evolucionistas, qu econceban el cambio como una sucesin deestadios. La antropologa como disciplina entren escena precisamente en estas circunstanciasy en principio se mostr de acuerdo con estacrtica. Sin embargo, muy pronto se distancidel evolucionismo, poniendo nfasis de un ladoen la estructura social y del otro en la cultura.Este nuevo nfasis continuaba minimizando laimportancia del rol que desempeaban losactores individuales, pero ahora tambin minimizaba los procesos, contemplando a las sociedades no occidentales y a las sociedades campesinas occidentales como esencialmente estticas, slo susceptibles de cambiar en repuesta aprstamos interculturales poco sistemticos, oal impacto de los regmenes coloniales o metropolitanos dominantes. La forma que adoptaraeste cambio pareca estar en gran medida determinada po r estas ltimas sociedades con las quese entraba en contacto. Un ejemplo destacadode este enfoque lo constituye el Schism andContinuity in an African Society, de VctorTurner. En este libro, el autor analiza las continuas tensiones que se producen en la sociedadNdembu y que resultan tanto de las demandascontradictorias que impone su sistema deparentesco, matrilineal, pero patrifocal, comode las constricciones y oportunidades quegenera la situacin colonial. Si bien Turnerdocumenta las maquinaciones que desarrollanlos lderes de la comunidad a lo largo del tiempo, acaba po r minusvalorar las formas novedosas mediante las que dichos lderes sacan parti-

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    do del acceso a recursos externos para respaldarsus propios objetivos y prioridades, centradasen mantener un marco religioso esttico quepermite a los Ndembu mantener las fronterasde su propia sociedad.Slo recientemente han comenzado los antroplogos a criticar esta imagen pasiva de lassociedades que estudian, y a subrayar el dinamismo interno que poseen las "sociedades tradicionales", y el impacto que inversamente tienen las sociedades "subalternas" sobre lasdominantes. Ya no se considera que la formaque adopta el cambio en situaciones de contacto venga unilateralmente determinada desde elexterior. Ni tampoco que los cambios hayan dedesarrollarse necesariamente en consonanciacon los deseos o los propsitos de los occidentales. Ni se piensa que las formas no occidentales de pensar la historia hayan de guardar necesariamente consonancia con la visin occidental caracterizada po r la linealidad. Es as comoSahlins (1985; 1993) argumenta que las expediciones realizadas por los exploradores occidentales a Polinesia y a China fueron interpretadaspor esas sociedades en trminos de sus marcosde referencia respectivos. Y de esta forma acabapor postular que la expansin de los marcos dereferencia autctonos para dar cabida a experiencias novedosas acab por generar transformaciones en los propios marcos.Esta nueva teora acerca de la naturaleza de lassociedades no occidentales ha requerido de unreplanteamiento de la agencia histrica paraincluir a todos aquellos agentes que en el pasado haban sido contemplados como carentes devoz propia, o como meros seguidores o subordinados; tambin ha obligado a reconceptualizar "tradicin" y "cultura" ya no como un contexto que constrie a los actores individuales,sino como algo que es continuamente reformulado por los propios agentes. Po r ejemplo, Sahlins muestra cmo los agentes individualestransforman los significados culturales reinterpretando la tradicin. Sin embargo, tales agentes continan en buena medida careciendo derostro. En contraste, Salisbury (1970) propor-

    ciona rostros a esos agentes, pero dado queintenta ajustar esa agencia a un modelo formalista derivado de la economa neoclsica, desarrolla una visin demasiado limitada de la dinmica subyacente, y simplifica excesivamente lanaturaleza de la agencia individual. Un desarrollo prometedor, que, como veremos ms adelante, ocupa un lugar prominente en nuestropropio trabajo a partir de autobiografas, vieneconstituido po r la aplicacin a la antropologadel anlisis de redes de relaciones (network analysis): es el caso de Gulliver (1971) y Epstein (1969), que analizaron sincrnicamente y dacrnicamente las relaciones sociales en trminos de los vnculos personales que existen entreindividuos concretos. Como en el caso del"anlisis situacional" (Gluckman, 1940; Turner,1957), la principal limitacin que presentabanestos enfoques se derivaba del hecho de que .raramente se incorporaban al anlisis los vncu- 1los que iban ms all de unos confines estrechosy fijados arbitrariamente.A lo largo de este artculo argumentaremos quela metodologa de historias de vida combinadacon la teora de redes y con el concepto posmoderno de "multivocalidad" permite superaralgunas de las limitaciones ya indicadas, ypuede servir para explicar de forma satisfactoria los procesos, la variacin intercultural y laagencia individual. Ms an, avanzamos que lacapacidad de este mtodo para alcanzar dichosobjetivos puede verse incrementada si dichashistorias de vida son contextualizadas de manera adecuada.Las historias de vida en antropologaEn historia, las historias de vida tendieron aconcentrarse sobre "figuras histricas", grandes hombres como Hitler o Ghandi. Comomuy bien explica Ritchie (1995:2), la historiaoral, de la cual el registro de historias de vidacompletas es slo una forma especial, era prctica comn hasta finales del s. XIX, "cuando laescuela alemana de historia cientfica promovila investigacin a partir de documentos sobre la

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    base de la exclusin de otras fuentes menos'objetivas' ".Hubo que esperar a los aos cincuenta y sesenta del presente siglo para que lahistoria oral volviera a convertirse en un gnero respetable de historia, y en los Estados Unidos, a diferencia de Europa, no fue hasta losaos setenta que los archivos de historiacomenzaron a recoger historias orales provenientes de individuos que no pertenecan a laslites (Ritchie, 1995: 3-4). Un vistazo rpido alos Historical Abstracts, nos muestra cmo seprodujo en los Estados Unidos una eclosin enel uso de las historias de vida, incluyendo larecogida de historias de vida completas, unacuestin esta que va ms all de los objetivos deeste artculo.En contraste, la utilizacin de la metodologade historias de vida en antropologa, en consonancia con el nfasis de la disciplina en los conceptos de cultura y estructura social, se esforzaba originalmente po r registrar las narracionesde individuos que pudieran presentarse comorepresentativos de su respectiva cultura. Po rregla general se trataba de varones de medianaedad. El ejemplo clsico lo constituye la Auto-biography of an Winnebago Indian, de Radin(1920). De manera simultnea, se consideraba lahistoria de vida como un mtodo que permitacaptar una era del pasado, rpidamente evanescente, cuyo recuerdo deba ser salvado por laantropologa. Ms adelante, las mujeres (Lurie,1961; Smith, 1954), as como otros individuosmarginales (DuBois, 1944), se vieron incorporados como sujeto de estudio. Pero la ampliacin de perspectiva no vino a modificar el propsito principal de estas narraciones, quesegua siendo mostrar la impronta que dejaba lacultura sobre las vidas humanas, y, po r tanto,esos estudios continuaron poniendo nfasis enlos aspectos que parecan conformarse a lanorma general, mientras que no prestaban atencin a la variabilidad.Pese a esta fcil ecuacin de individuo y cultura, no deberamos subestimar los efectos innovadores de este mtodo incluso en las primerasautobiografas de Radin. El tratamiento seco y

    descontextualizado de la religin Winnebagoque realiza Radin en buena parte de su obra sevio transformada en la segunda edicin de sulibro, aparecida seis aos despus de la edicinoriginal (Radin, 1926), cuando recontextualizlas descripciones de rituales que le haba proporcionado Trueno Retumbante dentro de lahistoria de vida de ese informante. Este enfoque ms personalizado parece incluso haberejercido influencia sobre parte del trabajo deRadin que no estaba asociado directa ni indirectamente con la recoleccin de narraciones deTrueno Retumbante y de su hermano mayor.De este modo, en lo que l mismo denomin suprimera tentativa para documentar los mecanismos reales del prstamo intercultural, Radines capaz de seguir la introduccin del cultopeyote en la cultura Winnebago examinando elpapel que en ello jugaron individuos concretosy ubicando el acontecimiento en el contexto dela vida de al menos uno de ellos (Radin, 1914).A{tnque Radin recurre a los modelos tericospredominantes en su tiempo, modelos que predicaban la necesidad de aislar rasgos culturalesfragmentarios para explicar el cambio, al menossu artculo bosquejaba un tipo de planteamiento ms complejo, ms orientado a los agentes.Resulta interesante que la experimentacin deRadin sobre textos no haya sido objeto de reconocimiento. Las ediciones ms recientes de laautobiografa de Trueno Retumbante se limitaron a reimprimir la primera edicin de la obra,quizs debido a que los editores consideraronque el texto hbrido de Radin (de la segundaedicin), que no diferenciaba claramente lasfuentes de los diferentes pasajes del texto, restaba autenticidad a la obra.Los intentos sistemticos de ubicar las descripciones de acontecimientos culturales dentro delcontexto de las vidas individuales se iniciaron,pues, en 1926, con la segunda vers in del True-no Retumbante de Radin. Pero es con la obrade Osear Lewis que otras tres cuestiones seconvierten en objetivo destacado de la antropologa: la ubicacin de las historias de vida en laperspectiva de otras historias de vida -"posi-

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    cionalidad"-, la contextualizacin de las histo-rias de vida en el marco ms amplio de los procesos culturales contemporneos y la voluntadde enmarcarlas dentro de estratos sociales espe-cficos y de subculturas. La obra de Lewissobre campesinos y habitantes de los suburbiosde Mxico, as como sobre los pobres de Puerto Rico y los trabajadores y revolucionarios deCuba, incorpor la utilizacin ms sistemticade las historias de vida que se haba realizadohasta la fecha. En cualquiera de los tres estu-dios, sus informantes son contemplados comorepresentantes de clases sociales especficas msque de culturas como un todo. Po r desgracia, almenos el trabajo ms tardo de Lewis sobreMxico y Puerto Rico se vio perjudicado po r laadopcin prematura de un modelo rgido de"cultura de la pobreza" que guardaba escasarelacin con el contenido de los textos registra-dos. Por tanto, el autor apenas lleg a reconocer la amplia variedad de visiones del mundoque expresaban informantes incluso de lamisma familia -por ejemplo, los miembros dela familia Snchez en la obra de Lewis (1955)The Children of Snchez-. Del mismo modo,una lectura cuidadosa de La vida (Lewis, 1965)impresiona al lector con la amplia variedad deposiciones sociales que ocupan los integrantesde la red de parentesco de los protagonistas,pero a pesar de ello y de las llamadas de aten-cin de Lewis sobre la similitud que presentanlas dinmicas de la familia Ros con las de lasclases superiores de Puerto Rico, su teorizacinse reduce finalmente a establecer una vez mslos rasgos que caracterizan a su concepto de"cultura de la pobreza". Lewis nos proporciona un contexto ms general en el que ubicar a lafamilia Ros en su obra A Study of Slum Culture: Backgrounds for La Vida (Lewis, 1968),pero ni l ni sus colaboradores llegaron a contextualizar jams el caso de esta familia dentrodel conjunto ms amplio de historias de vidarecogidas durante su trabajo de campo con uncentenar de familias de bajos ingresos en Puerto Rico y Nueva York, un proyecto anunciadoen los dos libros mencionados ms arriba. El

    trabajo de Lewis en este proyecto puede haber-se visto interrumpido de improviso po r sumuerte prematura en 1970.En 1969, Lewis, su esposa Ruth, Susan Rigdony algunos colaboradores ms comenzaron unproyecto de investigacin de tres aos en Cuba.Este ltimo trabajo se vio interrumpido por elgobierno cubano poco antes de la muerte deLewis, sin embargo sus colaboradores publica-ron 1S historias de vida en tres amplios vol-menes, que proporcionan una buena imagen dela amplia variedad de respuestas de los hombresy mujeres cubanos a la pobreza y a la Revolu-cin, incluso a pesar de que los autores apenasaportan escuetas introducciones a cada una deestas narraciones. Un a comparacin cuidadosade las autobiografas recogidas po r OsearLewis, tanto de aquellas que fueron objeto depublicacin como de las que no, revelara sinduda una gran riqueza de mecanismos de dife-renciacin y de conformidad social.Mintz (1960) est mucho ms implicado queLewis en la tarea de situar la historia de vida enel contexto de la comunidad y de la sociedadms amplia. Ubica a sus informantes, una fami-lia de trabajadores de la caa de azcar de Puerto Rico, en trminos de clase social y de reli-gin. Tambin muestra mayores matices encuanto a la agencia. Mintz, al igual que Lurie(1961), que public durante el mismo perodo,tambin da al lector una impresin ms clara dela relacin que estableci con sus informantes,prefigurando as la atencin posmoderna a lacuestin de la "reflexividad". En autobiografasms recientes (Behar, 1993; Crapanzano, 1980;Shostak, 1981; y otros), las posiciones relativasque ocupan informante y entrevistador se hanconvertido en s mismas en un elemento signi-ficativo de los textos. Una limitacin mu yimportante para explicitar tal posicionamientolo constituye el hecho de que -mencin apartede la cuestin de la ingenuidad- el investigadorpuede no ser la persona ms indicada paraaportar los aspectos ms relevantes de la rela-cin que establece con sus informantes, algocuya correcta comprensin permitira entender

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    los premctos inherentes a su aproximacton,incluidos los que emergen del poder desigual,de la comunicacin intercultural y de la produccin textual. Tambin resulta importanteque sea capaz de resistirse a la tentacin deequiparar sus propias dificultades existencialescon las dificultades a menudo muy superiorespo r las que atraviesan sus informantes, disminuyendo as de forma inadvertida el sentido dela narracin, una trampa (Behar, 1993 ).La aparicin del "testimonio" como forma literaria problematiza de una nueva manera la relacin entre narrador y entrevistador. Se presume que los libros que han sido elaboradoscomo testimonios reflejan la intencin delnarrador de manera ms estrecha que otras formas de autobiografa antropolgica, especialmente cuando de lo que se trata es de hablar delsufrimiento y de la opresin en la comunidaddel narrador. Generalmente, el entrevistadorpermanece en un segundo plano y aporta mu ypocos y a veces ningn comentario reflexivo ointerpretacin. Y queda an po r tratar el proceso de produccin: las cuestiones que se plantean, la edicin y revisin conjunta de losborradores mistifica la naturaleza del relato.Quizs esta falta de claridad sea resultado deque relatos como Let me Speak y Yo, Rigo-berta Mench fueron elaborados en un espacio de tiempo muy corto (una semana en elcaso de Mench) y fuera de contexto, despusde conferencias internacionales.La propia Mench ha criticado a Burgos po r nohaber incluido su nombre como coautora(Beverley, 1996: 268), pero sus quejas respectoal texto se limitan a sefalar la naturaleza fragmentaria e incompleta de la narracin, y cmoella incluira ahora ms material acerca de suvida y la de sus abuelos, otros miembros de sufamilia, "con la tierra" y algunos ejemplos deleyendas, experiencias, creencias y oracionesque aprendi de nia (Beverley, 1996: 279-280).La transcripcin de un relato oral en una formaescrita que sigue los cnones de los textospublicables es una tarea que se confa al entrevistador con la aquiescencia del narrador, quien

    es consciente de la necesidad de realizar dichatransformacin sin ser capaz de someterla a crtica. La intencin de la narracin -intencincompartida po r los autores- es poltica. Laintencin de Domitila Barrios era la de elaborarun libro al que pudieran acceder lo s miembrosde su comunidad, una narracin que, lejos deconstituir una mera extraccin explotadora delos pobres destinada a ser consumida en un pasextranjero, servira tambin para ganar ulteriores aliados en la lucha contra la opresin(Barrios y Viezzer, 1978: 15 y 234-235). A diferencia de las historias contadas por los indiosnorteamericanos a las que nos referimos msarriba, el estilo de esos testimonios latinoamericanos suele adoptar la forma de lamentos llenos de emocin que subrayan el sufrimiento delos informantes y de los grupos a los que representan.Resulta difcil de establecer cmo encajan esasnarraciones en el contexto ms amplio de lassociedades que los narradores pretenden representar. No se informa al lector acerca de si lasdescripciones cuyo objetivo es contextualizarla cultura del informante fueron realizadasespontneamente y de motu propio por elnarrador o, po r el contrario, fueron resultadode una lgica impuesta po r las propias preguntas, a menudo realizadas por entrevistadoresque contaban con un conocimiento escaso onulo de la cultura del informante, conduciendoas a relatos parciales o estereot ipados. No existe el propsito de verificar los relatos recurriendo a otros miembros de la comunidad, y amenudo los narradores presumen de hablar porsus propias comunidades. Esas comunidadespueden venir definidas de una manera bastanterigurosa, como en el caso de Domitila Barriosde Chungara (tratndose aqu de la sociedad delas minas en Bolivia), o puede ampliarse de un amanera pmgresiva, como en el caso de Rigoberta Mench, desde su comunidad quichmaya a otros grupos mayas, hasta acabar po rabarcar finalmente a otros pueblos indgenas deGuatemala, as como ladinos pobres, en particular mujeres. Mientras que este tipo de pre-

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    sunciones no implican necesariamente una cierta clase de soberbia de parte del narrador, indican, sin embargo, que un relato individualizado, particularizado, no presta la suficiente atencin a la accin sinrgica de muchos miembrosde la misma comunidad (Sommer, 1991: 38-39),que quizs actan de formas diversas. Po rejemplo, Rigoberta Mench no pone en primerplano las divisiones existentes dentro de sucomunidad y, po r el contrario, proporciona uninforme ingenuo y romntico acerca de susociedad. Se presenta a s misma como unafigura ejemplar, sino como una herona, en elcontexto de la opresin. Mientras que las historias de vida antropolgicas constituyen tentativas de desenmaraar los misterios de la culturaen orden a hacer ms comprensible el porqulas personas se esfuerzan tanto por mantener supropia cultura, el relato de Mench est llenode silencios autoconscientes (Sommer, 1996).Es como si, al igual que no puede confiar en susopresores, Mench tampoco pudiera confiarahora plenamente en quienes le vayan a escuchar. Ms an, en ltimo trmino el testimonioderiva su fuerza de la capacidad de evocar elescndalo frente a la injusticia y el sufrimiento,pero dado que este sufrimiento acontece en unlugar y tiempo lejanos, el lector puede pennanecer emocionalmente distante, tal y comonosotros mismos hemos experimentado cuando hemos hecho uso de esos textos en el aula.Resulta esclarecedor el comparar la literaturatestimonial con aquellas autobiografas antropolgicas basadas en mtodos de produccinms conscientes y por tanto ms explicitamente controlados y elaborados. June Nash se vioatrada al estudio de los mineros bolivianos porrazones mu y similares a aquellas que llevaron aViezzer y a Burgos a los congresos dondeencontraron a sus informantes (es ms, inclusoNash podra haber presentado a Domitila a sufutura entrevistadora Viezzer). Ella admiraba labien conocida y en parte victoriosa lucha de losmineros del estao contra la oligarqua, y mstarde contra el gobierno boliviano. Al igual queBurgos, Viezzer y sus informantes, Nash pre-

    tenda exponer las condiciones deplorables y larepresin horrenda que sufran los pobres enlos pases del Tercer Mundo. Tambin le hubiera gustado a N ash el grabar la historia de vidade un activista, sino de un lder de la comunidad minera. En vez de eso, la administ racin dela mina le present a Juan, probablemente debido a la falta de militancia que le caracterizaba.Sin embargo, el profundo conocimiento queNash posea de la comunidad minera (quehaba descrito en un libro ms general, We Eatthe Mines and the Mines Eat Us), su sensibilidad hacia la lucha diaria por la supervivencia yel talento de Juan para otorgar significadoincluso a los detalles ms pequeos de la vidacotidiana, capacitaron a Nash y Juan para descubrir el potencial existente para redefinir lalucha poltica en trminos de estrategias desupervivencia. Nash afirma que Juan habla apartir de un contexto histrico y geogrficoespecfico, y desde una posicin de gnero y declase concreta, donde las convergencias y divergencias entre las perspectivas de la antroplogay del narrador llegan a ser evidentes, as comolo son las razones de los silencios y la especificidad de la posicin del narrador. Argumentamos que la fuerza de la moderna autobiografaantropolgica reside precisamente en la posicionalidad de entrevistador y narrador, y en lacontextualizacin del narrador en el marco msamplio de su propia sociedad, y ms all de ella.Es esta toma de postura lo que hace de la historia de vida antropolgica algo bastante diferente de una narracin testimonial.El trabajo de Wikan (1990) en Bali muestracmo es posible a un tiempo ubicar una historia de vida en el contexto de una cultura mu ydiferente y, po r otra parte, implicar al lector deuna manera ms personal, esto es, ms emotiva,en el sufrimiento que, si bien es comn a todaexperiencia humana, se vive de modo muy diferente en el contexto de cada cultura. Mientrasque muestra la especificidad cultural que tienenlas formas de manifestar desconsuelo en Bali-mantener una mscara de ecuanimidad, deexhibir siempre un "rostro radiante"-, Wikan

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    (1) Ella escribe: "Yo be[. .} modificadoaspectos/detalles de las historias devida y de las biografas, pem de talforma que los personajes de ficcin quesalen a la luz podran baber sido rea-les" (Wikan, 1990: xxvi -el nfasis essuyo-).

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    cuestiona la interpretacin que de tal comportamiento realizaron con anterioridad relativistasculturales como Mead y Geertz, quienes argumentaban que los balineses posean sentimientos ante la muerte muy diferentes de los de losoccidentales. Po r el contrario, esta autora reivindica que mantener tal mscara esconde unprofundo esfuerzo de parte del "desconsolado",un esfuerzo que es entendido y apreciado porlos individuos que le rodean. Es este esfuerzo,ms que el hecho mismo del autocontrol exhibido, lo que constituye a un tiempo la particularidad cultural y muestra la naturaleza humanacomn. Reconocer esta esencia comn pordetrs de una diferencia cultural aparentementeirreconciliable est en consonancia con la pretensin posmoderna de dar cabida a la indeterminacin y a la paradoja. Sin embargo, el hechode que Wikan elaborara literariamente a suspersonajes,' hace difcil el distinguir, excepto entrminos mu y generales, su propia contribucinde aquella de su informante clave -una mujerque pierde a su p r o m ~ t i d o de manera repentinay, sin embargo, mantiene un rostro radiante-.Las historias de vida que se presentan con laspalabras de los informantes varan en cuanto asu poder para acercar el narrador al lector. Elestilo de las primeras narraciones de los indiosnativos americanos parece seco, montono ycarente de emotividad, para el lector moderno.Es como si el temor a parecer fanfarrn, unrasgo objeto de desaprobacin rotunda en lacultura nativa americana, colorease no slo elcontenido, sino tambin el estilo de la narracin. Este contrasta con el estilo autoelogioso,plagado de referencias genealgicas, de lasnarraciones melanesias recogidas po r Keesing(1978) y Strathern (1979), y con la narracin deShuar recogida por Wall Hendricks (1993),donde el estilo es llevado ms explcitamente aun primer plano po r medio de un anlisis lingstico en profundidad, que nos arrastra hastala excitacin y la violencia contenidas en laautoafirmacin que de s mismos hacen loshombres po r medio del homicidio y la organizacin de fiestas.

    Estudios de caso procedentes de nuestra pro-pia investigacin: Galicia (Espaa), Bolivia yAlemania OrientalEl uso que hemos hecho de la metodologa dehistorias de vida en tres reas del mundo -Galicia, Bolivia y Alemania Oriental-, nos permitir ilustra r las formas en que las historias de vidapueden contribuir a mejorar nuestra comprensin acerca del papel que juega la agencia individual en los procesos socio-culturales. Nuestra investigacin en Galicia y sobre la migracin de gallegos a Suiza se ha desarrollado enlos aos 1972/73 y a lo largo de varias es tanciascortas entre 1974 y 1994. En Bolivia, entre losaos 1961 y 1998, hemos llevado a cabo investigaciones sobre diversos asuntos, incluyendoun estudio general de comunidad de una antigua "hacienda", sobre tenencia de la tierra yreforma agraria, comercializacin, ritual,empresas a pequea escala y migracin ruralurbana. Finalmente, la privatizacin y transformacin de empresas urbanas y de la agriculturaconstituy el objetivo de nuestra investigacinen Alemania del Este, entre septiembre de 1993y mayo de 1994.Nuestro inters po r la utilizacin de las historias de vida fue resultado de la lectura de unborrador del libro de June Nash (1976) Heagotado mi vida en la mina, texto que aosms tarde se vio ampliado y traducido al inglscon el ttulo de 1 Spent my Life in the Mines(Nash, 1992). Nos impresion considerablemente el hecho de que muchos de los problemas con que nos habamos encontrado al intentar confrontar el trabajo de June Nash co nnuestras propias investigaciones en torno allago Titicaca, sobre campesinos que tenan cierta experiencia como mineros, se vean resueltasen esta historia de vida que se desarrolla acaballo de las experiencias del informante en la Bolivia rural, las comunidades mineras y la ciudadde Oruro. El hecho de que las vidas de las personas no tienen porqu dejarse necesariamenteencapsular en categoras cientfico-sociales tradicionales del estilo de "ocupacin" y "locali-

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    dad" se haca evidente al constatar cmo lasvidas de nuestros informantes se entrecruzabancon las de los informantes de Nash, a pesar deque originariamente esas vidas se ubicaban ensectores muy diferentes de la economa. En unprimer momento de nuestra propia investigacin en Bolivia habamos prestado muy pocaatencin a la recoleccin de historias de vidadetalladas, influidos como estbamos po r laagenda positivista de aquellos tiempos, quepriorizaba la forma y la estructura sobre laagencia individual. Sin embargo, a la altura de1969, habamos llegado a concordar con laforma en que Salisbury colocaba el centro de ladinmica cultural en las estrategias econmicasindividuales, y con el nfasis de quienes practicaban el anlisis de redes sociales en la necesidad de entender las dinmicas sociales en trminos de los vnculos existentes entre individuos: todo lo cual exiga del anlisis minuciosode relaciones sociales entre individuos concretos. Por tanto, nuestro proyecto de investigacin para realizar trabajo de campo sobre lamigracin en Galicia pona de relieve la importancia de recoger historias de vida y datos acerca de cmo los individuos se influan y asistanmutuamente en el proceso de emigrar a Suiza oa cualquier otro lugar. Este trabajo eventualmente condujo a la publicacin de una narracin en formato de libro sobre una mujer gallega cuya vida se registr en varias sesiones degrabacin que se extendieron entre 1972 y lafecha de publicacin del libro en 1981, y queposteriormente ha seguido actualizndose connuevas sesiones que se prolongan hasta 1994.La satisfaccin intelectual y emocional que nosproporcion esta experiencia nos llev a aplicarnos en los aos 1975 y 1976 a la grabacinsistemtica de la vida de la ayudante de campoy principal informante de Judith-Mara enBolivia, trabajo que tambin nos ocupamos deir actualizando en diversas sesiones que se prolongan hasta 1998. Finalmente, hicimos uso deuna versin abreviada de este mtodo en nuestro trabajo de investigacin sobre empresariosde Alemania del Este. Sin embargo, en este lti-

    mo caso, la naturaleza extensiva del trabajo decampo realizado hasta el momento no nos hallevado an a registrar una narracin tanamplia.Para llegar a una correcta comprensin del contenido de estos proyectos es necesario poner derelieve la naturaleza interactiva de esta metodologa, que viene determinada por las agendasrespectivas de informante e investigador, lo quede un lado afecta a los objetivos que son cubiertos por la historia de vida, y del otro acaban po rdar forma a la misma investigacin. Esas agendas se ven influenciadas po r las preocupacionese intereses a largo plazo de ambas partes, aligual que por el contexto especfico.Las historias de vida se recogieron en el contexto de transformaciones histricas particulares: la imposicin de la dictadura del generalBanzer en Bolivia, la democratizacin queEspaa experiment despus de la muerte delgeneral Franco, y el trnsito del comunismo alcapitalismo en Europa del Este. Debido a ello,la estructura de la narracin alternaba entrereconstrucciones longitudinales de las vidas denuestros informantes y disertaciones sobreasuntos relativos a circunstancias histricasespecficas.Tanto nuestras motivaciones como nuestromtodo de recogida y subsiguiente utilizacinde las historias de vida se vieron profundamente influenciados por el principal aparato tericoy metodolgico que orient nuestro trabajo decampo: el anlisis de redes sociales. Pusimos endiscusin los acontecimientos que dejaronmayor huella en las vidas de nuestros informantes refirindolos a la implicacin de otrosindividuos en sus redes sociales, y cuando ellofue posible entrevistamos tambin a esos individuos.Lo que quizs es an ms importante, las narraciones se vieron influidas po r nuestras propiasagendas de investigacin y po r los interesesdominantes de nuestros informantes. A su vez,tales intereses estaban basados en las posicionesrelativas que ocupaban nuestros informantesdentro de la sociedad ms amplia. En buena

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    (2) La mayor parte de los resultadosde esta investigacin se publicaron almargen de la autobiografa propiamente dicha, dentro del libro TheMasked Media (Buechlcr, 1980).

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    medida est implicado un cierto elemento de"serendipity" [descubrimiento inesperado oazaroso] en el encuentro de antroplogos einformantes que son capaces de y estn dispuestos a dedicarse a una tarea que consume muchotiempo y que resulta agotadora intelectual y psicolgicamente, como es elaborar una historia devida completa. En Galicia, nos habamos esforzado po r entrevistar principalmente a individuos que contaran con una experiencia migratoria personal. De hecho llegamos a recoger variashistorias de vida ms cortas correspondientes amigrantes (y a sus familias) que haban marchado a pases de Europa o de las Amricas. Sinembargo, Carmen, aquella mujer cuya historiade vida finalmente publicamos, ni era ellamisma una emigrante ni tampoco perteneca a lacomunidad donde desarrollamos la mayor partede nuestro trabajo de campo. Ella ayudaba anuestra familia en la comunidad costera dondepudimos alquilar un apartamento amueblado, ynos fijamos en ella po r mor de sus habilidadesverbales y de su mente crtica. Nuestra empresacomn nos obligaba a ubicar a Carmen, unamujer que tras pasar una temporada empleadaen el servicio domstico en la cercana ciudad deLa Corua haba vuelto a casa para cuidar desus padres, en el contexto de las transformaciones sociales generadas po r la modernizacin dela regin a travs de la industrializacin, lamecanizacin agrcola, la transformacin de laindustria pesquera, y po r la migracin de granparte de la generacin ms joven, con inclusinen el caso de Carmen de uno de sus hermanosy de muchos de sus vecinos. La suya es unanarracin centrada en las ideas de progreso yesperanza en la posibilidad de ir mejorando deforma continua, una narracin que nos cuentasu huida de la pobreza y del trabajo infantil enel campo hacia una existencia ms segura comoindividuo que cuenta con una casa confortabley bien amueblada, la prctica de la agriculturaen algunas fincas que ha podido adquirir, y unmarido que tiene un empleo regular en la construccin. En los aos que siguieron a la publicacin del libro, esta imagen se ha ido progresi-

    vamente poniendo en cuestin en la medida enque el futuro que ella haba previ sto para su hijacomo continuadora del modelo de familia troncal matrifocal, la estabilidad del empleo de sumarido, y las oportunidades aportadas por laagricultura, todos estos se han ido convirtiendoen factores de futuro bastante inseguros dentrode sus planes de vida. Hemos podido trazar laconexin entre la narracin de Carmen y elobjeto principal de nuestro inters, la migracin, a travs del recurso de mostrar cmo untema sociocultural dominante acaba por permear la vida de todos los individuos , incluso deaquellos que aparentemente no son actoresprominentes con respecto a dicho tema.El registro y publicacin de la historia de vidade Sofa Velsquez presenta objetivos diferentes en trminos de nuestras agendas tespectivas.Sofa fue la ayudante de Judith-Mara desde elmismo comienzo de su trabajo de campo, cuando ella se centr en el estudio de las prcticas decrianza de los nios en una comunidad de lengua aymar de las orillas del lago Titicaca. Eneste caso, su implicacin y la de las compaerasde su misma edad en la comercializacin de lacebolla en la ciudad de La Paz influy en orientar el trabajo de campo subsiguiente de JudithMara en torno a las pautas de comercio regional y rural-urbano. Judith-Mara se familiarizpronto con la vida de Sofa, tal como sta le ibacontando de forma vivaz en el camino a lassesiones de entrevista o en las tardes que pasaban juntas. Pero no fue sino ms adelante, despus de leer la historia de vida de un mineroregistrada por June Nash y de grabar la narracin de Carmen, que nos dedicamos a grabar demanera sistemtica la historia de Sofa. A lolargo de las tres dcadas en que se ha desarrollado el proyecto, uno de los principales objetivos ha continuado siendo la descripcin detallada de las actividades de comercializacin enel contexto de una vida individual. A mayores,Hans pudo insertar en este proyecto de historiade vida uno de sus objetivos de investigacin, elanlisis de las fiestas y de las redes socialesimplicadas en las actividades rituales.' Sofa (as

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    como su propio ayudante y traductor, PazNacho) se convirtieron en informantes clave deesta investigacin. Mientras que nuestras propias agendas de investigacin podran haberpermanecido sin grandes cambios si no hubiramos trabajado con Sofa, fueron sus propiosnfasis en las entrevistas los que nos condujeron tanto a repensar algunos de los temasdominantes en nuestras agendas como a la posibilidad de usar su historia de vida para estudiarobjetivos que hasta entonces haban sido perifricos dentro de nuestros intereses de investigacin, en la poca en que habamos grabado lamayor parte de nuestras entrevistas. Por ponerun ejemplo, su narracin apuntaba a la existencia de intrincados vnculos entre las historiasque nos contaba de prcticas comerciales condeterminadas creencias en la magia y en lainterpretacin de los sueos. De manera similar, mientras buscbamos un hilo conductorque permitiera conectar los diferentes momentos dentro de la historia de vida de Sofa sobrelos que pudimos registrar informacin, nostopamos en nuestra investigacin con un temaque ni haba sido central dentro de los objetivosde investigacin de la antropologa de los aossetenta y primeros ochenta (poca en la que iniciamos nuestro proyecto) ni estaba ms queindirectamente relacionado con nuestros propios intereses, pero que ms tarde ha llegado adominar la antropologa moderna: la cuestinde la identidad. Pudimos as desenredar algunasde las hebras de su vida, vida que comparte conotros individuos que ocupan posiciones diversas en la sociedad de Bolivia, una vez que fuimos capaces de mezclar nuestros primerosobjetivos de investigacin sobre la ubicacin delos individuos en la sociedad en forma de rolesy nuestro inters en las dinmicas de las redesde relaciones, con la presentacin codificadaque haca Sofa de s misma, su relacin con lasinjusticias de la vida en una sociedad mu y estratificada y el uso de la magia como recurso paraexpresar la identidad. Cuando hemos utilizadoese libro como texto en cursos de nivel inferioro superior previos a la graduacin, hemos podi-

    do ver cmo dos cuestiones relacionadas directamente con el feminismo empezaban a destacar: el caso de la mujer sin pareja y sin niosque tras realizar repetidos intentos de adopcinconsigue convertirse en madre, y el papel quejuega la sexualidad y la relacin de pareja conun hombre.En nuestra investigacin en Alemania del Estehemos utilizado la metodologa de historias devida para intentar entender la influencia queejercen sobre nuestros informantes las experiencias que han vivido (y tambin las que hanvivido sus padres) en la etapa pre-comunista,comunista y poscomunista, a la hora de definirsus identidades en tanto que empresarios pioneros en el nuevo orden econmico poscomunista. De este modo hemos encarnado en personas las historias de empresas y el significadode la transformacin econmica y poltica. Enesta ocasin, nos hemos ocupado de estudiargeneraciones distintas, a veces dentro de lamisma familia y a veces dentro de una mismaocupacin. A lo largo de nuestro anlisis hemosconstruido nuestras generalizaciones a partir dela comparacin de casos concretos. Y en laactualidad estamos escribiendo un libro sobrelos cambios que se han producido en la agricultura en el que nos basamos en citas directas degestores de cooperativas y de granjeros individuales del este y del oeste para generar as undilogo entre los actores, y entre los actores ylos investigadores, y de este modo poder examinar los factores que entrelazan y oponen alos actores dentro de la nueva economa rural.Las posiciones que esos individuos ocuparoncon anterioridad a la asuncin de los nuevosroles empresariales explican la naturaleza de suimplicacin actual en la nueva economa y ladireccin en que pretenden encaminar susexplotaciones.Por su propia naturaleza, las historias de vidaconducen al anlisis procesual. Incluso aquellasnarraciones que han sido registradas en uncorto espacio de tiempo implican la reconstruccin de toda una serie de sucesos que vinierona transformar la vida del informante. Sin

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    embargo, la investigacin a largo plazo conlleva ventajas adicionales. La posibilidad de volver a examinar los mismos acontecimientos conel mismo informante a lo largo de una investigacin de larga duracin posibilita entender lamanera en que las interpretaciones cambian, yarroja luz sobre aspectos diversos de los sucesos. Adems, las limitaciones que presenta lamemoria individual se ven compensadas po r laposibilidad de seguir el hilo de los acontecimientos tal y como se desarrollan. Este enfoquees similar al que Van Velsen (1967) denomina"metodologa prolongada de casos", haciendola distincin entre dos tipos de "prolongacin"de casos: ya se trate de analizar un conjunto decasos contemporneos o de seguir el hilo de lascontroversias a lo largo del tiempo. En nuestrainvestigacin, jams contemplamos a nuestrosinformantes como seres aislados, sino comomiembros de grupos domsticos, familiasextensas, grupos de parentesco, comunidades yconjuntos ms amplios. Hemos tenido la suerte de poder entrevistar a miembros de diferentes generaciones de la misma familia y de pedirles que reflexionen sobre el pasado y sobre susrelaciones sociales y comportamiento econmico presente. Por tanto, hemos podido elucidar tanto patrones normativos como puntos devista idiosincrticos, y mostrar as en qu medida se corresponden con los comportamientosque nosotros mismos hemos observado.En el caso de Carmen, hemos tenido la ocasinde comparar su forma de ver las vidas quetuvieron sus padres con la que tiene de su propia vida, as como comparar la manera en queve la vida de su hermano con la visin que suhermano tiene de su propia vida. Hemos interrogado a Carmen sobre las vidas de otrosmiembros de su comunidad, y hemos conoborado sus relatos entrevistando a algunos de losindividuos que ella menciona en sus narraciones. Esto nos proporcion informacin sobrecmo iban cambiando las oportunidades econmicas en la regin, en lo que respecta a agricultura, pesca, industrializacin incipiente yemigracin. Tambin nos suministr informa-

    C!On acerca de cmo las aldeas costeras y lasaldeas del interior en las que desarrollamos lamayor parte de nuestras entrevistas se habandesarrollado de forma diferente (Buechler &Buechler, 1974) y las relaciones que estas aldeasmantenan con Madrid y con los principalespases a donde haban marchado los que migraron, as como del impacto de la Unin Europeaen las cuestiones locales.De forma similar, en el caso de Sofa, entrevistamos a su madre, a sus dos hermanos y a algunos de sus parientes, amigos y vecinos tanto ensu comunidad rural como en la vecindad de LaPaz donde viva, lo que nos permiti entenderla estructura cambiante de las familias aymardespus de la revolucin social y de la reformaagraria de 1952-53, as como los contextos de lamigracin y de las crisis econmicas y polticasde los aos 50 y 60.Finalmente, en Alemania, dentro del contextode la investigacin sobre historias laborales deempresarios del oeste y del este, pudimosreconstruir el pasado individual de nuestrosinformantes y de sus parientes inmediatos,prestando especial atencin al papel prominente que jug la unificacin y la migracin aloeste de Alemania, as como la interaccinentre las diversas hegemonas de la Alemaniadel este y del oeste.En todos los casos, jams contemplamos losprocesos histricos como si implicaran desplazamientos de una sociedad desde un primerestado a un segundo estado como resultado defuerzas externas o de una dinmica interna inexorable; por el contrario, los vimos como transformaciones dotadas de mltiples facetas qu eresultaban de interacciones complejas entrediversos agentes. Como ya hemos indicado, lasprimeras historias de vida que se hicieron enfatizaban la importancia de encontrar individuos"promedio" y "representativos", algo qu e amenudo implicaba para los investigadores elbuscar a varones de mediana edad. Esto constituy en s una reaccin contra la prctica msusual de registrar los recuerdos de individuosprominentes o muy aculturados. Mientras que

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    es cierto que continuamos esforzndonos po rpermitir hablar a individuos cuyas voces se hanvisto silenciadas o infrarrepresentadas en elpasado, en ningn modo pretendemos haberencontrado a "los individuos promedio o ideal-mente representativos". Al igual que DuBois(1944) reconocemos que las personas que seacercan al investigador tienden a alejarse delpatrn comn, que a veces algunos de los individuos ms exitosos jams cuentan con el tiem-po o la inclinacin a reflexionar y grabar susvidas, y que el talento preciso para desarrollaruna narracin de la extensin de un libro dehistoria oral es mu y poco corriente.Carmen no era una campesina tpica, pero sunarracin arroja luz sobre relaciones de clase,las antiguas y nuevas lites, el papel de la migra-cin y la importancia del gnero. Sofa tampoco era una tpica campesina, pero su narracinmuestra los vnculos existentes entre lo rural ylo urbano, la discriminacin racial, y la intrincada jerarqua de clases sociales e identidadestnicas que intervenan en la estructura delmercado en el medio rural y urbano del altipla-no boliviano. Con escasas excepciones, nuestrainvestigacin en Alemania se concentr envarones o en parejas que contaran con historiasexitosas, porque nuestro inters se centraba enempresas que estuvieran actualmente en servi-cio. La diversidad la buscamos en trminos deactividades, edad, clase, educacin y regin.A diferencia de los protagonistas de la literatura testimonial, estos individuos no suelen contemplarse a s mismos como portavoces de suscomunidades respectivas, sino que, en ciertosentido, se consideran como testigos de supoca, y en ningn caso son apolticos. Carmense ve a s misma como una superviviente de laopresin inherente a las jerarquas de clasesocial rural y urbana, jerarquas que se han fle-xibilizado un poco en los ltimos tiempos.Sofa piensa que el papel de lder que juega enlos mercados rurales y urbanos le otorga poder.Y nuestros informantes alemanes interpretansu papel histrico como el de pioneros capita-listas en la nueva Alemania.

    Tal y como hemos visto, en el pasado, y hastacierto punto en el momento presente, muchosantroplogos han venido considerando que latarea de interpretar consiste en generalizardesde el caso individual hasta definir pautasculturales generales. Nuestra argumentacin ,apunta en cambio a que tal enfoque mistifica ladiversidad y complejidad que existe dentro decada cultura y tambin dentro de instituciones 'como la familia. Ms an, argumentamos que lametodologa de historias de vida est mu y biendotada para ubicar al individuo en contexto oposicin, permitiendo as al lector desenredarlos diversos vectores, generales y particulares,de los que se compone la vida de un individuo,as como llegar a comprender la naturaleza desu concatenacin.Un ejemplo de la importancia que tiene la"posicionalidad" lo proporciona el papel quejuega la herencia en las narraciones de nuestrosinformantes en los tres escenarios de trabajo decampo. La herencia constituye un punto deinflexin en las trayectorias de las familias yaporta una va hacia nuevas posibilidades, va 1que los individuos intentan manipular de una

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    forma bastante consciente, mostrando grados muy variables de xito en su esfuerzo por controlar el futuro. Cuando Carmen tuvo una hijaen los aos 70, pens en asegurarse una cierta 'seguridad en su propia vejez adquiriendo una 'finca destinada a construir una casa para su hijauna vez que se casara, y plane restringir laeducacin de esta hija de manera que las dife-rencias de status social no se interpusieran ensus relaciones mutuas en el futuro. Por lo tanto,intentaba perpetuar la tradicin que ella mismahaba seguido con sus propios padres, tradicinbasada en que una de las hijas permaneciera encasa y que las dems hijas (y los hijos varones)marcharan. Hasta la fecha ha fracasado. En prime r lugar, pronto se dio cuenta de que en elmundo moderno era necesaria una educacin iformal muy superior a la que ella misma habatenido. Despus, su yerno prefiri buscar aloja-miento independiente y limitar al mnimo lainteraccin con sus parientes polticos. El pen-

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    saba que su propio entorno familiar, as como eladiestramiento que haba recibido, le colocabanen una posicin lo suficientemente buena comopara que el aliciente econmico de un solar y-en el futuro- de un apartamento urbanopudieran compensar la existencia de diferenciasclaramente percibidas en las posiciones declase, as como sufrir las interferencias dentrode su grupo domstico. Esta escisin y su reso-lucin consiguiente a travs de la aceptacin deun nuevo status, vino a mostrar las dificultadesque existen para perpetuar las pautas normativas a travs de las generaciones dentro de uncontexto de cambio econmico rpido, y pusode relieve la importancia que continuabanteniendo las diferencias de clase social y lanecesidad de replantearse incluso las estrategiasms apreciadas, a la luz de las nuevas constric-ciones y oportunidades existentes. El mismomarco en que se desarrolla la narracin de Carmen ha cambiado, desde un momento inicialque podra caracterizarse como "discurso de lamodernizacin" en que subrayaba los cambiospositivos que le haban permitido a ella y a susvecinos prosperar, hasta un discurso de "inde-terminacin posmoderna" donde ni la seguri-dad del empleo (su marido ha estado muchosaos en el paro) ni los planes bien trazadosconcernientes al futuro de la familia puedenseguir siendo considerados como seguros.Carmen est educando a su hijo, nacido tard-amente dentro de su matrimonio, en la ocupacin ms moderna, la informtica, pero reco-noce que debido a los problemas de salud quetiene l, los esfuerzos que ella est desarrollan-do podran no servir para asegurarse su propiofuturo, que podra depender mucho ms delnivel que alcancen en el futuro las pensiones elEstado y del valor de la tierra.Sofa utiliza una estrategia diferente para man-tener control sobre su futuro, animando a suhija a progresar mucho ms all de las opcionesde que disfrut ella misma. Quiere ayudarle amontar una peluquera, que a su vez permitiradotarla de recursos financieros para estudiarmedicina. Ella est intentando salvar el bache

    potencial entre su propia posicin social y la desu hija por medio de renunciar a algunas de suspropias tradiciones aymar, tales como elrecurso a la magia, y en la actualidad asiste co nregularidad a misa en la iglesia ms importantedel centro de la ciudad. Al mismo tiempo, pla-nea vender la parte que le corresponde en laexplotacin familiar y comprarse su propiacasa, lo que le permitira acercar su estilo devida a las pautas de clase media.Finalmente, nuestros informantes que so npanaderos en Alemania del Este, se han vistoobligados a tomar en consideracin el renunciar a la sucesin po r va masculina dentro de sunegocio, debido a que las mujeres germanoorientales cuentan con menos opciones qu e loshombres y a que la competitividad de los panaderos independientes frente a sus competidoresde Alemania del Oeste es insegura. En todosestos casos, pues, los informantes han tenidoque repensar sus patrones culturales en el contexto de estructuras regionales y de clase en vasde modificacin.A lo largo de nuestro trabajo, al tiempo queprocurbamos ubicar a cada un o de nuestrosinformantes dentro de su propio contexto,intentbamos especificar las relaciones qu e sehaban establecido entre informante y entrevis-tador. Hemos seguido esa tendencia que se haido imponiendo en antropologa hacia una creciente "reflexividad", examinando minuciosa-mente el rol que jugbamos en el escenario deinvestigacin, y aquellos aspectos de nuestrosantecedentes personales que venan a afectar lasrelaciones que pudiramos establecer all. En elcaso de Galicia hemos escrito en otro lugaracerca de la situacin que continuamos ocupando dentro de una familia donde nuestrasposiciones personales y profesionales han aca-bado por estar intrincadamente entrelazadas, yhemos mostrado cmo hemos ido pasando deextraos a miembros de confianza de la familia(Buechler & Buechler, 1996a; para un primerintento en esta direccin ver H. Buechler,1969). Hemos puesto de relieve cmo pudimosavanzar en la comprensin mutua gracias a los

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    paralelos que exiStian en nuestras respectivashistorias familiares en lo que respecta a lamigracin (si bien hacia diferentes lugares ybajo circunstancias tambin diferentes).En la introduccin que escribimos para la historia de vida de Sofa (Buechler & Buechler,1996b) hemos examinado cuestiones como lainfluencia que tuvieron las relaciones que Hanshaba establecido desde haca ya mucho tiempocon Bolivia, en general, y con el rea del lagoTiticaca, en particular; la diferente extraccinsocial, el hecho de compartir determinadas actitudes con respecto a la autoridad, el feminismode Judith-Mara, el hecho de que Sofa eranuestra ayudante y de que, de una forma u otra,tom parte en todas nuestras investigaciones, yque ambos nos encontrbamos ligados a ella enla doble forma de ca-investigadores y de patrnversus empleada. Este ltimo hecho vino aimplicar el que nuestra relacin con ella seconstruyera de una manera menos jerrquicade lo que se suele pensar convencionalmente.En Alemania del Este, a ambos se nos vea ynosotros mismos nos presentbamos comoforasteros, y dado el hecho de que nosotros noramos germano-occidentales y po r tanto noestbamos implicados polticamente en el conflicto entre las dos Alemanias, probablementenuestros informantes del este y del oeste sintieron que las interpretaciones que hiciramos novendran sesgadas a favor de un o u otro lado.De otra parte, Judith-Mara tena races familiares en la zona y sigue contando con parientesque viven all, algo que fue la causa de nuestraprimera visita y de nuestra ulterior investigacin all. Para los germano-orientales, estehecho arrojaba cierta credibilidad sobre la existencia de un genuino inters po r nuestra parte,mientras que los germano-occidentales sentanque la posicin comn de "hasta cierto punto"extranjeros que compartamos con ellos generaba un vnculo comn. Para los germanoorientales, el hecho de que condujramos unautomvil usado y que viviramos de formamodesta nos distingua de otros extranjerosque haban llegado all a enriquecerse a expen-

    sas de ellos. Finalmente, el hecho de quemuchos de nuestros informantes hubieran pertenecido previamente al mundo acadmicoposibilitaba llegar a un nivel mu y alto de intercambio de ideas acerca de la naturaleza econmica y filosfica de la trans formac in que habaacaecido.A pesar de que la accin se vea constreida po rcircunstancias externas y po r las acciones concretas de otros, la historia de vida nos da laposibilidad de investigar acerca de la agenciadel individuo particular y de las personas que lerodean. En los ltimos aos ha ido hacindosecada vez ms fuerte el inters por este tipo de 1dinmicas, en la medida en la que los antroplogos se han dedicado a examinar procesos deresistencia contra los poderes hegemnicos yhan dejado de ver a los grupos subalternoscomo meras vctimas de la opresin. Las narraciones que hemos ido recogiendo muestrancmo los individuos van construyendo suagencia a lo largo del tiempo. Carmen nos harelatado de manera detallada cmo es que ella ysus hermanos fueron capaces de soportar lasindignidades que conllevaba trabajar comocriados para las familias con granjas ms prsperas, po r medio de la burla y de trucos comoroer las salchichas de forma que sus patronespensaran que los ratones las haban echado aperder para el consumo familiar, y as se lasdaran de comer a ellos en lugar de la racinhabitual de pan de centeno duro y mohoso, yde patatas fritas en grasa rancia. La narracinprogresa mostrando las nuevas y mejores posibilidades que vinieron a abrirse a partir de losaos sesenta gracias a la migracin a Europa y ala industrializacin. Carmen subraya cmo fuecapaz de superar el menosprecio de parte de lasfamilias ms ricas que no la consideraban dignade ser su nuera. De forma que ella, contandocon la ayuda de sus padres, cri sola a su propia hija, hasta que finalmente acab po r casarseaos ms tarde. Ella se ve a s misma comoalguien que ha tomado iniciativas decididas:comprar fincas, hacer mejoras en su casa, establecer contratos para la produccin para el

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    mercado y relacionarse con gente de clasemedia. Ahora se siente libre para enfrentarse aaquellas personas que en el pasado trataron mala su familia. Po r ejemplo, ella se desquita de unarrogante granjero que muchos aos atrshaba rehusado venderle una medida de trigo asu madre, negndose ahora a venderle semillasde cebolla y dicindole en la cara las razonesque le mueven e ello. Como ya dijimos msarriba, ese discurso de progreso que permea a lanarracin no vino impuesto por los entrevistadores, sino que es el marco que ella misma eligi. Polticamente, ella ha cambiado desde unprimer momento en que se vea a s mismacomo obediente sbdita de Franco, aunque dispuesta a defender los derechos legales de sufamilia que se haban visto recortados po r culpade burcratas locales incompetentes, almomento actual en que se considera una ciudadana informada que vota a partidos que estnimplicados en la mejora de la suerte del conjunto de los trabajadores.Sofa se vio fortalecida po r el partido que suposacar a recursos tradicionales (magia, dominiodel comercio, patrocinio ritual) y a otros dereciente intr oduccin, como es el caso del liderazgo sindical. Su historia de vida subraya suaprendizaje de las prcticas del mercado observando cmo su madre elaboraba y venda mercancas, observando a su amiga Yola y tambinlas actividades de las vendedoras del mercadoen los entornos rurales y urbanos. Ella desarrolla sus actividades comerciales recurriendotanto a prcticas legales como ilegales. Su movilidad ascendente se ve reforzada por la adopcin de cambios estratgicos en lo que respectaa los productos, y po r su capacidad de tomarventaja gracias a sus redes de relaciones parasacar partido de las carestas eventuales. Intenta obtener mayor seguridad recurriendo a lamagia a fin de aumentar sus ventas y de desbaratar la magia negativa de rivales envidiosas. Hadesarrollado su capacidad de experimentar einterpretar sueos clarividentes. Y adquiereprestigio patrocinando fiestas y asumiendoposiciOnes de liderazgo en el mercado y en la

    actualidad intentando poner a disposicin de suhija oportunidades propias de clase media, atravs de la educacin y de cambios en el trabajo y en el estilo de vida.Finalmente, los empresarios de la antiguaRepblica Democrtica Alemana nos cuentanen detalle las decisiones agnicas que tuvieronque adoptar para establecer sus empresas o paracontinuar trabajando como empresarios independientes bajo condiciones radicalmente diferentes. Describen cmo tuvieron que superarsus temores a endeudarse, cmo hacen frente alos "expertos" del oeste carentes de escrpulos,y cmo aprenden las complejidades de losmtodos capitalistas de contabilidad, comercializacin y las estrategias de diversificacin.Algunos deben pelear contra los prejuicios qu etienen los germano-occidentales contra cualquier empresa que recuerde las formas y prcticas empresariales admitidas bajo el comunismo, en sus intentos de continuar practicando laagricultura cooperativa. Y, a pesar del imperativo de reducir costes recortando los salarios,ellos se enorgullecen de poder dar empleo a sustrabajadores.ConclusinVolviendo a los primeros intentos que se hicieron de utilizar las historias de vida en antropologa de una manera sistemtica, este mtodoimplicaba la necesidad de recontextualizar lasabstracciones y de llegar a un reparto ms equitativo de la autoridad entre el etngrafo y laspersonas que eran objeto de estudio. Comoresultado, este enfoque llevaba a una incipienteexperimentacin textual de un tipo que apenasrecientemente ha llegado a ser objeto de aceptacin general en antropologa. Ms importantean, las historias de vida colocaban en primerplano nuevas preguntas, preguntas que inclusopioneros como Radin haban comenzado aplantearse en trabajos que slo indirectamenteestaban relacionados con el uso de esta metodologa. Sin embargo, las ltimas potencialidades de este mtodo para llegar a elaborar etno-

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    grafas ms complejas y diferenciadas, no fueron objeto de reconocimiento ni siquiera por sums ilustre protagonista, Osear Lewis, pues lasnarraciones que recogi parecen llevar una vidaindependiente de su labor de teorizacin, apesar de que con l aquellas vidas ya no pretendan ser exponentes de una cultura completa,sino de un segmento social ms reducido. Dehecho, y de diversas formas, las posibilidadesinherentes a las historias de vida slo ahoraestn comenzando a ser exploradas, y podraser llegado el momento de volver a analizar lasetnografas clsicas a partir de esta nueva perspectiva emergente. Las aproximaciones posmo-dernas que reconocen la naturaleza irreductiblede muchas de las contradicciones y paradojasinherentes a la cultura y a la sociedad podranllevarnos a una mejor comprensin de los mrgenes de indeterminacin inherentes a las vidasreales, mejor desde luego de lo que podranhacerlo los modelos unitarios o incluso losmodelos de conflicto.En este artculo hemos a rgumentado a favor deuna metodologa que se adapte de manera msespecfica a las historias de vida, una metodo-loga que ya fue bosquejada po r el "anlisissituacional" y que ms tarde fue plenamentedesarrollada po r el anlisis de redes sociales.Un a metodologa donde las generalizacionesacerca de pautas sincrnicas o de tendenciasdiacrnicas son resultado de la comparacincontextualizadora, po r ejemplo, entre diferentes perodos de la vida de un individuo y bajocircunstancias diversas, o en tre distintas historias de vida, as como ubicando la narracinante determinadas generalizaciones elaboradasa partir de otros medios. Este proceso no debera sino raramente comportar inferenciasdirectas de lo particular a lo general o viceversa, sino que tendra que implicar un procedimiento realizado paso a paso para ubicar loscasos estudiados vis a vis y para llegar a unacomprensin contextualizadora.Tal metodologa debera capacitarnos paramejorar en nuestra comprensin de la agenciaindividual. Una comprensin de las acciones de

    los individuos en referencia a su propio contexto o al de otros, nos permitira escapar de unavisin simplista de la agencia. En vez de ello, atravs de tal perspectiva, no nos sentimos tentados a confundir el concepto de agencia con"tener el control"; porque las acciones de cualquiera pueden verse obstaculizadas po r otraspersonas o bien necesitar del apoyo de otros.De forma similar, una tal perspectiva sobre laagencia supone tambin el rechazo a actuar o aimpedir las acciones de otros.Tanto para los antrop logos cuando se dedicana producir textos histricos como para los his- toriadores, que a menudo son capaces de seguirhistorias de una familia a lo largo de mltiplesgeneraciones, la metodologa de historias devida constituye una forma alternativa de documentar los acontecimientos del pasado quepodra servir de correctivo a la historia oficial.

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