hemorragia parenquimatosa

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Hemorragia Parenquimatosa Francisco Goyenechea Gutiérrez Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Ciudad de La Habana, Cuba Email: [email protected] Los Accidentes Vasculares Encefálicos (AVE) constituyen la tercera causa de muerte para ambos sexos en los países desarrollados; un 20% de los mismos son de tipo hemorrágico, ocurriendo una salida brusca de sangre al espacio extravascular cerebral por diversos orígenes, denominándose genéricamente hemorragia cerebral; de estos episodios hemorrágicos en el 5% de los enfermos la sangre se acumula en el espacio subaracnoideo y se conocen como Hemorragias Subaracnoideas (HSA) y en el 15% se sitúa en el parénquima cerebral y se designan Hemorragias Parenquimatosos (HIP). La Hemorragia Parenquimatosa es una colección de sangre dentro del parénquima cerebral (Fig. 1) secundaria a una rotura vascular no traumática, su gravedad es variable dependiendo del tamaño, tiempo de evolución y localización del hematoma, presentando, en general, una alta morbimortalidad relacionada tanto con la gravedad del cuadro como con las complicaciones secundarias al mismo.

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Page 1: Hemorragia Parenquimatosa

Hemorragia Parenquimatosa

 

Francisco Goyenechea Gutiérrez

Instituto Nacional de Neurología y NeurocirugíaCiudad de La Habana, CubaEmail:  [email protected]

  

Los Accidentes Vasculares Encefálicos (AVE) constituyen la tercera causa de

muerte para ambos sexos en los países desarrollados; un 20% de los mismos

son de tipo hemorrágico, ocurriendo una salida brusca de sangre al espacio

extravascular cerebral por diversos orígenes, denominándose genéricamente

hemorragia cerebral; de estos episodios hemorrágicos en el 5% de los

enfermos la sangre se acumula en el espacio subaracnoideo y se conocen

como Hemorragias Subaracnoideas (HSA) y en el 15% se sitúa en el

parénquima cerebral y se designan Hemorragias Parenquimatosos (HIP).

La Hemorragia Parenquimatosa es una

colección de sangre dentro del

parénquima cerebral (Fig. 1) secundaria a

una rotura vascular no traumática, su

gravedad es variable dependiendo del 

tamaño, tiempo de evolución y

localización del hematoma, presentando,

en general, una alta morbimortalidad

relacionada tanto con la gravedad del cuadro como con las complicaciones

secundarias al mismo.

 

 

Tabla 1

Clasificación y Causas de HIP 

Primarias

Page 2: Hemorragia Parenquimatosa

         Hemorragia Hipertensiva

         Angiopatía Amiloidea

 

Secundarias

         Malformaciones Vasculares

o        Aneurismas

o        Malformaciones Arteriovenosas

         Tumorales

         Trastornos Coagulación

         Vasculitis

o        Enfermedad de Moya-Moya

o        Sepsis

o        Drogas

o        Intoxicaciones

 

Desconocidas

 

Acorde a sus causas las HIP pueden clasificarse en primarias y secundarias

(Tabla 1). Las primarias constituyen el 80%, ocurren debido a la ruptura de un

vaso de la red vascular cerebral normal, por debilitamiento de su pared por la

presencia de trastornos degenerativos, en un 70% secundarios a Hipertensión

Arterial y en un 10% a la presencia de una  Angiopatía Amiloidea.

 

Las secundarias, que representan el 20%, los orígenes son diversos, ya sea

por la presencia de vasos congénitamente anormales o de neoformación, por la

ocurrencia de una vasculitis (reaccional, séptica, tóxica medicamentosa, por

Page 3: Hemorragia Parenquimatosa

ingestión de drogas), por una enfermedad de Moya-Moya, por trastornos de la

coagulación y en un 9% de los enfermos no se puede determinar la causa.

 

En la literatura médica cuando se habla de HIP, en general, se refiere a las de

tipo primario, en ocasiones esto no se aclara y como consecuencia se han

aplicado diversas denominaciones (hematoma intracerebral hipertensivo,

hemorragia intracerebral no traumática, entre otras), que en ocasiones mas que

esclarecer lo que hacen es confundir. Por otro lado se habla de HIP, pero en

ocasiones la sangre no sólo está contenida en el tejido cerebral, sino que se

puede abrir en los ventrículos cerebrales y/o  el espacio subaracnoideo y en

esa situación la denominación depende de donde esté la preponderancia del

acumulo de sangre. 

 

Centraremos nuestra atención en las HIP Primarias, definida por Nilsson y

colaboradores como el acumulo focal de sangre dentro del parénquima

cerebral y que en la Tomografía Axial (TAC) se presenta como un área

homogénea hiperdensa y que no está relacionada con un infarto cerebral, una

malformación vascular, un trauma o que constituya un hallazgo de necroscopia,

aunque nos referiremos a algunos aspectos fisiopatogénicos de las

secundarias, lo que nos permitirá esclarecer algunas de las confusiones

existentes..

 

 

Epidemiología

En la actualidad la incidencia de las HIP oscila entre 6 y 35 pacientes x 100,000

habitantes por año, con una cifra promedio de 13. Se han reportado variaciones

étnicas en su incidencia, con mayor número de enfermos en Japón, China y los

afroamericanos en USA, predominan en el sexo masculino antes de los 65

años, en una proporción de 7 a 3, tendencia que tiende a variar a partir de los

65 años llegando a invertirse a los 75, lo que pudiera ser por la mayor

Page 4: Hemorragia Parenquimatosa

longevidad del sexo femenino. La edad media de aparición es de 61 años para

los hombres y 65 para las mujeres, siendo raras por debajo de los 45 años. El

50% de los enfermos padecen de hipertensión arterial.

 

Respecto a los datos epidemiológicos señalados hay que destacar dos

aspectos interesantes: 1. las variaciones de la incidencia dependen

fundamentalmente del criterio diagnóstico aplicado (clínico, imagenológico,

necropsico); 2. se mencionan factores étnicos; pero la población de Japón y

China son mas “viejas” que las occidentales y es bien conocido la tendencia de

los negros de Norteamérica de padecer hipertensión arterial severa.

 

Es interesante destacar la evolución epidemiológica de las HIP, antes de la

introducción de la Tomografía Axial (TAC) en los años 70 y la Resonacia

Magnética (RMN) en los 80. Previo a la TAC el número de enfermos reportados

era menor, incluso algunos eran diagnosticados en la mesa de autopsias, y un

grupo de lesiones pequeñas pasaban inadvertidas y se diagnosticaban

clínicamente como infartos, lo que se pudo demostrar con los estudios

modernos de imágenes, por tal motivo se produjo un incremento aparente de

los HIP; pero que no hacían mas que indicar la verdadera incidencia.

 

La tasa de mortalidad es de 6 por 100,000 habitantes por año la que está

relacionada directamente con el tamaño del hematoma (el pronóstico es muy

malo en los mayores de 50 ml), la localización (no es igual un hematoma lobar

que uno situado en el tallo cerebral), el tiempo en que se instaló (minutos u

horas), la edad y la demora entre el diagnóstico y la instauración del

tratamiento. Antes de la introducción de la TAC fallecían alrededor del 90% de

los pacientes con HIP y en la actualidad dicha cifra se ha logrado reducir al

30%.

 

Page 5: Hemorragia Parenquimatosa

Un factor que ha influido de manera importante en la epidemiología de las HIP

es la mejor comprensión de los factores de riesgo: hipertensión arterial, hábitos

dietéticos, diabetes mellitas, tratamiento con anticoagulantes, edad, hábito de

fumar, alcoholismo, enfermedades hepáticas, entre otros.

 

En los últimos 40 a 50 años ha habido una tendencia de las HIP a disminuir y

se ha especulado acerca de los factores que han contribuido. Al parecer lo mas

lógico es pensar que es consecuencia de un tratamiento mas agresivo de la

hipertensión arterial (mayor contribuyente en la producción de las HIP), pero en

los diversos estudios no se ha encontrado diferencias estadísticas significativas

y entonces se ha pensado en otros aspectos como unificación de los criterios,

mejoría de los medios diagnósticos, creación de unidades para el tratamiento

de los AVE y un mejor conocimiento de las HIP. En nuestro medio resulta

innegable el papel que desempeña el médico de la familia en la prevención de

los factores de riesgo y el plan nacional para la prevención de las ECV.

 

 

FACTORES DE RIESGO

Hipertensión Arterial: El principal factor de riesgo de las HIP es la hipertensión

arterial que está presente en el 80% de los enfermos e induce alteraciones

degenerativas de la pared de las arteriolas de los vasos perforantes. La TA

media no debe exceder de 150 mm. de Hg., recomendándose ejercer el control

fundamental sobre la tensión arterial diastólica. Aquí juega un papel esencial el

médico de la familia que con su labor diaria puede ayudar al control de las

cifras de tensión arterial y prevenir las HIP, que es lo ideal.

 

La Diabetes Mellitus constituye un factor de riesgo teniendo en cuenta la

repercusión de esta enfermedad metabólica sobre el sistema vascular, se

afirma que los vasos sanguíneos del diabético son “10 años mas viejos”.

Page 6: Hemorragia Parenquimatosa

 

El hábito de fumar se ha planteado que favorece la aparición de alteraciones

vasculares, aunque no está confirmado estadísticamente; sin embargo las

mujeres fumadoras tienen mayor propensión a un AVE hemorrágico, se ha

invocado el efecto a los alkitranes; así  como la repercusión que tiene sobre la

tensión arterial la ansiedad que se despierta en el fumador.

 

El consumo diario de 50-100 ml de alcohol es un factor de riesgo importante, se

ha especulado acerca de los posibles mecanismos de acción, pues el etanol no

induce ninguna alteración de la pared de las arterias cerebrales y parece que

sus efectos son consecuencia de las alteraciones hepáticas que puede inducir

y su efecto sobre la tensión arterial sistémica. Se reporta una relación directa

alcohol ingerido/riesgo de HIP, en una intoxicación moderada las

probabilidades se duplican y en la embriaguez se triplican.

 

Se han mencionado otros factores favorecedores como: colesterol alto,

elevación del hematocrito, aumento de la urea en sangre, dieta, pero todos se

relacionan en la repercusión de los mismos sobre las paredes arteriales

previamente “dañadas” por una hipertensión arterial conocida o no.

 

El uso de anticoagulantes incrementa los riesgos de la ocurrencia de una HIP

independientemente del sexo y edad del paciente, no se ha podido determinar

bien la relación; pero pudiera depender de la causa que dio origen a la

terapéutica. Se ha invocado como otro factor la ingestión crónica de aspirina,

como anti-agregante plaquetario.

Topografía 

La localización de las HIP depende en gran medida de la etiología del proceso y después precisaremos mas al respecto; pero presentan topográficas preferenciales: mas del 50% están en regiones

Page 7: Hemorragia Parenquimatosa

profundas (Fig. 2), en áreas de los núcleos grises basales (la mayor parte putaminales, por compromiso de las arterias lentículo-estriadas, seguidas por las talámicas por afectación de las arterias tálamo-geniculadas), el 31% son lobares, estando la mitad próximos a la encrucijada ventricular; el 10% son cerebelosas con lesiones en las arterias cerebelosas postero-inferiores o cerebelosas superiores y 10%  situadas en el tronco cerebral, sobre todo a nivel protuberancial  con compromiso de ramos perforantes de la arteria basilar. 

 

 

ETIOPATOGENIA

El 80% de los enfermos con HIP tienen el antecedente de hipertensión arterial

crónica, el resto generalmente ignora ser hipertenso, las mayores riesgos

aparecen cuando hay elevación de la tensión sistólica y la diastólica y en

menor grado cuando sólo está elevada la sistólica. La hipertensión arterial

crónica induce cambios degenerativos  en las paredes arteriales, sobre todo en

la capa media y en los vasos perforantes con diámetro cercano a los 400

micras, estas variaciones se denominan genéricamente arterioesclerosis e

incluyen diversos cambios anatomopatológicos como: hialinosis,

microateromas, necrosis fibrinoide, lipohialinosis y contribuyen a la formación

de microaneurismas.

 

Un 40% de los enfermos presenta los llamados microaneurisma de Charcot 

que consiste en pequeñas dilataciones saculares de las arteriolas mas

pequeñas, entre 0,1 y 0,2 mm, secundarias a ausencia de fibras musculares

lisas e infiltración plasmocitaria de la pared vascular y situadas en la bifurcación

de los vasos perforantes y que su ruptura da lugar a pequeños hematomas  y

forma lagunas. Al unísono las lesiones de la capa media pueden producir

microaneurismas fusiformes, que se ubican en la porción proximal de los vasos

perforantes que al romperse provocan sangrados extensos.

 

Page 8: Hemorragia Parenquimatosa

Todas estas alteraciones de la pared vascular favorecen la aparición de

oclusiones y/o rupturas vasculares con la consecuencia de un infarto cerebral o

una HIP. Para que se produzcan las hemorragias deben existir una suma de

factores: locales (alteraciones de la pared arterial de cualquier origen,

reacciones inflamatorias, aumento del flujo sanguíneo cerebral y la presión

dentro de la arteria), generales (envejecimiento, exposición al frío, concurrencia

de dolores intensos, sobre todo por afectación dentaria o neuralgia del

trigémino, crisis hipertensión arterial) y otros especiales (diabetes mellitas,

antecedentes de haberse realizado una endarterectomía carotídea,

cardiopatías, uso de anticoagulantes, entre otros); en dependencia de ellos

será la extensión de la hemorragia y las manifestaciones clínicas.

 

Los efectos iniciales de la extravasación sanguínea son la destrucción y

desplazamiento del tejido circundante, el volumen y localización determinan el

grado y extensión del daño tisular. Después del fenómeno hemorrágico, que

puede durar hasta seis horas en instalarse, viene el edema cerebral que tiene

su pico de máxima expresión al quinto día.

 

Además del daño primario se producen alteraciones secundarias en los tejidos,

como consecuencia del edema e hiperemia cerebral, isquemia de los tejidos

vecinos y por la acción química de los productos resultantes de la

descomposición de la sangre. Pueden ocurrir nuevos sangrados, por

distracción de los vasos que rodean el área del hematoma, con aumento del

efecto de masa y producción de conos de presión, asociados o no a

hidrocefalia.

 

Todas estas alteraciones en conjunto disminuyen el flujo cerebral local, lo que

puede llevar a isquemias y al desarrollo de infartos cerebrales, además se

rompe la barrera hemato-encefálica (BHE) y aparecen trastornos en la

regulación vascular; todo lo anterior puede conducir a eventos bioquímicos

Page 9: Hemorragia Parenquimatosa

(liberación de radicales libres, K+, Fe++, Cu++, entre otros),  que alteran el

metabolismo, producen acidosis tisular y conducen  a la muerte de un mayor

número de células.

 

En el momento del sangrado la presión dentro del canal vascular excede la

resistencia que brinda su pared previamente afectada, el vaso se rompe e

irrumpe la sangre en el parénquima cerebral produciendo el hematoma, que se

extiende por las zonas de menor resistencia, quedando el foco inicial en el

centro; el espesor del mismo puede variar en dependencia del grosor y número

de vasos implicados, aunque el efecto expansivo brusco puede comprometer

vasos en la periferia e incrementar mas el volumen.

 

El sangrado es detenido por vaso-espasmo local reaccional, aumento de la

presión de resistencia local, aumento de la presión intracraneal, la acción

mecánica del hematoma, los fenómenos de la coagulación y la reacción

inflamatoria aguda local con acumulo de leucocitos y plaquetas, lo que se

aprecia tanto en el interior como en la periferia del HIP. Clásicamente se

postula que estos mecanismos actúan en el curso de una hora.

 

 Sin embargo en un grupo de enfermos la evolución es tórpida y no se logra

detener el crecimiento del hematoma, lo que produce una degradación clínica

rápida y hasta la muerte, por un aumento agudo de la presión intracraneal y la

producción de un cono de presión transtentorial. Estos cuadros se han

relacionado con la presencia de una hipertensión arterial mantenida no

controlada, la existencia de atrofia cerebral, la apertura del hematoma a uno de

los ventrículos cerebrales y la ingestión de manera reiterada de antiagregantes

plaquetarios.

 

Page 10: Hemorragia Parenquimatosa

Los hematomas se reabsorben en meses por acción de los macrófagos que

digieren los detritus celulares, con el tiempo la cavidad de hematoma se reduce

en tamaño  y forma y las paredes toman un color anaranjado, por la

descomposición de la hemoglobina, la cicatriz puede convertirse en un foco

epiléptógeno.

 

La figura tres trata de resumir algunos de los aspectos mas relevantes en la

fisiopatogenia de los HIP, donde H es el hematoma inicial y H1 la expansión de

la lesión inicial, P es la presión local del tejido circundante, PIC la presión

intracraneal y F/P los acúmulos de fibroblastos y plaquetas. Note como se

encuentran en el interior del hematoma y en la periferia. Por último señalar que

el tejido circundante generalmente presenta un petequiado hemorrágico

reaccional.

 

Fig. 3. Esquema de la Fisiopatogenia HIP Hipertensiva

 

Page 11: Hemorragia Parenquimatosa

Del 5 al 10% de las HIP son secundarias a la llamada Angiopatía Amiloidea en

la que ocurre un acúmulo de sustancia amiloide en las capas media y

adventicias de las arterias corticales y piales de pequeño y mediano tamaño, el

depósito es segmentario; en forma de parche en la corteza cerebral  y en

ocasiones es múltiple, sin afectación de los vasos fuera del cerebro. Las

hemorragias son subcorticales, recidivantes, múltiples y bilaterales afectando

con mayor asiduidad al sexo femenino. Con frecuencia se asocian a la

enfermedad de Alzheimer. Su diagnóstico es anatomopatológico pero debe

sospecharse clínicamente ante múltiples cuadros de hemorragias subcorticales

en ancianos con tensión arterial normal.

 

La Angiopatía Amiloidea se ha encontrado en el 30% de los fallecidos mayores

de 60 años y su frecuencia se incrementa con la edad, después de los 90 años

aparece en el 60% de los fallecidos.

 

En alrededor del 30% de los aneurismas cerebrales y en el 50% de las

malformaciones arteriovenosas el debut clínico es por una HIP, en ambos

casos se plantea que existe una alteración de tipo congénito y/o adquirido en

las paredes vasculares, al respecto sólo puntualizaremos algunos aspectos.

 

Los aneurismas son dilataciones de las paredes de los vasos cerebrales de

etiologías variables: degenerativos, congénitos y/o tramáticos y generalmente

están situados en los vasos del polígono de Willis, un 1/3 de los enfermos

puede debutar con una HIP.

 

Los aneurismas mas propensos a debutar con una HIP son los que están

rodeados de parénquima cerebral y se sitúan en ramas de la bifurcación de la

arteria cerebral media, en la bifurcación de la arteria carótida y en la región de

Page 12: Hemorragia Parenquimatosa

la arteria comunicante anterior; lo mas frecuente es que los hematomas se

localicen en los lóbulos frontal y temporal.

 

Hay un grupo de aneurismas erróneamente llamados micóticos y que su

verdadera denominación debiera ser aneurismas infecciosos. Se producen

como consecuencia de procesos infecciosos agudos o a las semanas o meses

de los mismos. En estos casos se produce una reacción inflamatoria de la

pared del vaso y que va de la porción externa a la interna del mismo, con

compromiso de la “vasa vasorum”, de la adventicia y la capa media, lo que

resta elasticidad al vaso provocando su dilatación ante cualquier obstrucción y

el desarrollo del saco aneurismático.

 

Constituyen alrededor del 6% de los aneurismas y los gérmenes mas

frecuentes que los producen son entre otros: Stretococos, Staphilococos,

Corenibacterium, Enterococos, Pseudomonas. Los verdaderamente micóticos

(producidos por hongos) aparecen asociados al Aspergillus y a las Candidas.

 

Las Malformaciones Vasculares Cerebrales (MAVC) son una anomalía congénita, que se desarrollan entre la cuarta y octava semana de la vida embrionaria y consisten en una comunicación anormal entre las arterias y venas del cerebro, estando constituida fundamentalmente por un ovillo de vasos anormales y/o embrionarios (nido), así como vasos arteriales que la nutren (aferencias) y venas de drenaje (eferencias), mas de la mitad de los enfermos debuta con una HIP. 

Un 5-6 % de las HIP son secundarias a la presencia de vasos de neoformación

de una masa expansiva. La presencia del sangrado se relaciona

fundamentalmente con la vascularización del proceso tumoral y no con la

malignidad del mismo, incluso la primera vez que se describió la asociación de

un tumor con una HIP fue en un enfermo portador de un meningeoma (tumor

benigno). La causa del sangrado puede ser por infiltración de un vaso

Page 13: Hemorragia Parenquimatosa

sanguíneo, la presencia de canales vasculares sin pared propia (de

neoformación), la presencia de vasos inmaduros y la ocurrencia de necrosis en

el tumor.

 

Contradictoriamente con lo anterior las lesiones que con mayor frecuencia se

asocian a una HIP son los tumores cerebrales malignos, sobre todo los gliomas

de alta grado de malignidad (glioblastoma multiforme) y las metástasis

(secundarias a hipernefromas, coriocarcinomas, melanomas, carcinomas

broncógenos) y en menor grado en los tumores benignos (meningeomas,

oligodendrogliomas y astrocitomas).

 

Existen algunos aspectos clínicos que hacen sospechar la existencia de un tumor

cerebral en un paciente con HIP incluyen:

        Presencia de edema papilar al momento de la presentación con HIP.

        Localización atípica de la hemorragia, en lugares como el cuerpo calloso, que

frecuentemente se compromete en casos de gliomas malignos.

        HIPs múltiples y simultáneas.

        Una imagen de tomografía axial computarizada (TAC) sin contraste que

muestra una hiperdensidad anular que rodea a un centro de baja densidad, como

resultado del sangrado de vasos tumorales en el margen entre el tumor y el

tejido adyacente.

        Una cantidad desproporcionada de edema de la sustancia blanca y efecto de

masa alrededor de una HIP aguda.

        Reforzamiento después de contraste en forma de nódulos en la periferia de la

HIP aguda.

Ante estos hallazgos clínicos y radiológicos, se debiera iniciar la búsqueda de un tumor

cerebral primario o metastásico, con RM y angiografía cerebral; en caso de resultados

negativos, se debiera considerar hacer una biopsia de la cavidad del hematoma, con el

Page 14: Hemorragia Parenquimatosa

objetivo de establecer el diagnóstico, ya que el tratamiento y el pronóstico son

diferentes en caso de hemorragia con o sin un tumor subyacente.

 

En el 1% de los adenomas hipofisarios se presenta un cuadro clínico conocido

como ictus hipofisario. Se trata de una necrosis de la hipófisis con compresión

de los nervios ópticos y del seno cavernoso. Clínicamente se evidencia por

cefalea súbita, por la presencia de signos meníngeos, compromiso visual y de

los músculos oculomotores. Se piensa que es consecuencia de una isquemia

por compresión de la arteria hipofisaria superior.

 

Hay un grupo de enfermos que presentan la HIP por alteraciones

hematológicas con trastornos de la coagulación, que pueden ser consecuencia

de una enfermedad de la sangre propiamente dicha o de tipo medicamentoso.

El uso de anticoagulantes orales aumenta el riesgo de HIP 8 a 11 veces en

comparación con pacientes que no lo reciben. Este mecanismo de hemorragia

generalmente da lugar a hematomas de mayor tamaño lo que se correlaciona

con una mortalidad significativamente más alta.

 

Los agentes fibrinolíticos como la estreptoquinasa y el activador del

plasminógeno tisular (tPA) se están usando en forma extensa en el manejo de

pacientes con infarto agudo del miocardio. Aunque la frecuencia de

complicaciones hemorrágicas es baja con el uso de tPA, la HIP ocurre en 0.4 a

1.3% de los pacientes tratados. Los aspectos clínicos y de TAC de las HIPs

asociadas al uso de tPA en infarto del miocardio incluyen: a) comienzo

relativamente rápido después del tratamiento, con alrededor del 40% de las

hemorragias que empiezan durante la infusión de tPA, y otro 25% dentro de las

24 horas siguientes; b) localización predominantemente lobar, siendo raras en

la fosa posterior y en los núcleos basales; c) la presencia de hemorragias

simultáneas múltiples en alrededor del 30% de los casos; d) alta mortalidad, del

orden del 44 al 66%.

Page 15: Hemorragia Parenquimatosa

 

Otro grupo importante de HIP lo constituyen las vasculitis, donde las

alteraciones de la pared vascular pueden ser secundarias a fenómenos

inmunológicas, a la presencia de procesos sépticos, intoxicaciones

medicamentosas en estos enfermos la hemorragia es secundaria a necrosis de

la pared arterial o rotura de seudoaneurismas.

 

Los fármacos simpáticomiméticas (anfetaminas, dextroanfetamina,

metanfetamina), son causante de HIP sobre todo en pacientes jóvenes y

plantea que actúan por tres mecanismos: elevando la tensión arterial,

produciendo vasoespasmo y por vasculitis.

 

Aunque no constituyen un problema de salud en nuestro país el consumo de

cocaina y el crack son causa de HIP e infartos cerebrales en sujetos jóvenes al

parecer secundaria a una arteritis.

Manifestaciones Clínicas

El cuadro clínico varía desde una sintomatología mínima hasta el coma y la

muerte. La forma de inicio depende del volumen, ubicación y velocidad de

expansión del coágulo así como de la “complianza” cerebral del enfermo; en

general el 75% de las HIP se instalan progresivamente, apareciendo los signos

de focalización en un tiempo que oscila entre 10 y 30 minutos, aunque en otros

enfermos  puede demorar entre 2 ó 3 horas.

 

Antes de la introducción Tomografía Axial  (TAC) el diagnóstico era puramente

clínico y lógicamente se realizaba con menos frecuencia ante cuadros de inicio

catastrófico con cefaleas, defecto motor, toma de conciencia y líquido céfalo-

raquídeo (LCR) hemorrágico. En ese entonces muchos enfermos, con

evolución lenta de la enfermedad, eran catalogados erróneamente como

infartos cerebrales y en realidad eran potadores de una HIP.

Page 16: Hemorragia Parenquimatosa

 

La alteración clásica es la aparición súbita de un defecto neurológico focal con

cefaleas, vómitos y alteración del nivel de conciencia, la gran mayoría de los

enfermos presenta una hemiparesia contralateral al hematoma, que puede ser

transitoria, de progresión lenta o rápida o estable; sin que existan factores

desencadenantes, presentándose por lo general entre las 6 de la mañana y las

dos de la tarde. En ocasiones se inicia con un síndrome de hipertensión

endocraneana de instalación brusca, con toma de conciencia (Glasgow igual o

menor de 8) con progresión rápida y signos de enclavamiento, en estos casos

el 60% presenta inundación ventricular y/o signos de hidrocefalia aguda cuando

se bloquean las vías de circulación del líquido céfalo-raquídeo (LCR).

 

Se han descrito cuadros clínicos específicos según la localización:

o       Putaminales: son los mas frecuentes (40-50%), la hemorragia puede

permanecer circunscripta o extenderse a la sustancia blanca frontal o

temporal o abrirse en ventrículo. Clínicamente producen defecto motor

contralateral ligero o severo que puede asociarse a hemianestesia,

hemianopsia homónima, desviación conjugada de la mirada,

anosognosia y trastornos de la atención. Si está en el hemisferio

dominante se asocia afasia.

o       Talámicas: constituyen del 5 al 20% de las HIP  predominan la

hemianestesia con disestesias y hemiparesia variable por compromiso

de la cápsula interna. Si se extiende al tallo cerebral alto produce

alteraciones de la mirada vertical y pupilares

o       Lobares: Representan del 20 al  50% de las HIP, la clínica depende de

la neuroanatomía funcional del lóbulo cerebral afectado, por ejemplo en

los frontales hay una hemiparesia a predominio facio-braquial, presencia

de reflejos arcaicos de prensión palmar, si es en hemisferio dominante

afasia motora; en los parietales agrafia, acalculia, agnosia digital,

apraxias, etc; en los temporales hemianopsia homónima superior,

Page 17: Hemorragia Parenquimatosa

trastornos de memoria, si hemisferio dominante afasia sensitiva, entre

otros ; en los occipitales hemianopsia homónima y si hemisferio

dominante alexia.

o       Cerebelosos: Constituyen el 10% de las HIP, la clínica se caracteriza

por la aparición brusca de vómitos, vértigos, cefaleas, ataxia y

nistagmus, pueden presentar parálisis del VII y VI nervios craneales por

compresión de la protuberancia, si se abren al IV ventrículo se asocian a

hidrocefalia aguda y alteraciones graves de conciencia.

o       Pontinos: Representan entre el 5-10% de las HIP, su cuadro clínico va

desde trastornos focales de pares craneales, como alteraciones de los

movimientos oculares hasta coma paro respiratorio y muerte súbita, esto

depende del tamaño del hematoma y la velocidad de su instalación.

Tienen una mortalidad del 80% en las primeras 48 horas.

o       Intraventriculares: Ocurren espontáneamente de forma excepcional y

por lo general son secundarios a la extensión intraventricular de

hematomas vecinos a las paredes ventriculares (talámicos, putaminales

y lobares). En las pocas ocasiones en que ocurren “puros” son

consecuencia de la ruptura de una malformación vascular

(aneurismática o malformación arterio-venosa) o por la ocurrencia de un

sangrado intratumoral. 

 

El grado de alteración de la conciencia se relaciona con la topografía del

hematoma. En las ¾  parte de los enfermos con lesiones en la fosa posterior la

vigilia está seriamente comprometida, por compresión o distorsión de la

formación reticular ascendente; en los supratentoriales el mayor compromiso

se presenta en los talámicos y en los enfermos con inundación ventricular.

 

El tamaño es otro factor que influye sobre el estado de vigilia, los enfermos con

hematomas mayores de 5 cc. están en coma y su pronóstico es muy grave,

aunque es bueno puntualizar que hay que tener en mente dos factores: tamaño

Page 18: Hemorragia Parenquimatosa

y topografía, en otras palabras una HIP de 3 cc. hemisférica es considerada

pequeña y de buen pronóstico; pero esa misma lesión en el tallo encefálico es

fatal. 

 

 Estudio de la HIP

Lo primero es la investigación clínica indagando sobre la existencia de una

hipertensión arterial crónica, lo que puede determinarse por un fondo de ojo

buscando alteraciones de una retinopatía hipertensiva.

 

Al lado del enfermo es vital la determinación del estado de conciencia por

medio de la Escala de Glasgow y el control periódico de la tensión arterial, si el

paciente está en coma es recomendable el monitoraje de la presión

intracraneal.

Son necesarias las pruebas básicas de laboratorio como:

o       Coagulación, sangramiento, tiempo de protrombina, conteo de

plaquetas; para detectar y evaluar una posible etiología por

alteraciones de la coagulación en cualquiera de sus variantes.

o       Hemograma completo.

o       Hemoquímica para estudiar las funciones de hígado, riñón.

o       Electrolitos.

o       En otros países determinación de drogas en sangre.

o       Descartar una Infección por SIDA.

 

Estudios Imagenológicos:

Page 19: Hemorragia Parenquimatosa

Es innegable el beneficio obtenido en el mejor conocimiento e historia natural

de las HIP, así como en la morbimortalidad desde la introducción de la

Tomografía Axial (TAC) y de Resonancia Magnética Nuclear (RMN).

 

Con vistas a comprender mejor los hallazgos en los estudios imagenológicos

es necesario un pequeño recordatorio de la evolución del hematoma

parenquimatoso y del metabolismo de la hemoglobina en el mismo.

 

En la fase aguda (primeras 24 – 48 horas) el hematoma es blando, constituido

por sangre fresca de color rojo y negruzca en algunas zonas, por la presencia

de coágulos, con restos de parénquima y vasos sanguíneos en su interior y

periferia, rodeado por una reacción inflamatoria local, inflamación, edema y una

zona petequial en el parénquima que lo rodea (conocida como hemorragia

marginal de Stammler); la hemoglobina (Hb) que contiene en su interior es

igual a la de las arteriolas, una mezcla de oxihemoglobina (OHb) y

metahemoglobina (MHb) a predominio de las dos primeras, contenida en el

eritrocito extravasado, el que se lisa en cuestión de horas; como consecuencia

de la ausencia de plasma, la célula roja sufre alteraciones metabólicas (falta de

glucosa)  y enzimáticas  que fragmentan y destruyen su membrana celular, la

OHB pasa a HB y esta a MHb, que se acumulan dentro de las células). Al final

del período el coagulo se retrae por reabsorción del plasma extravasado.

 

Entre los días 3º y 30 días (fase subaguda) ocurren cambios por etapas,

inicialmente alrededor del 5º día se hace máxima la reacción inflamatoria, con

aumento de mononucleares, edema y posteriormente de macrófagos y

fibroblastos. La MHb inicialmente acumulada en la periferia, se extiende a la

región central del hematoma, se transforma en hemosiderina y se impregnan

de ella las células y tejidos vecinos.

 

Page 20: Hemorragia Parenquimatosa

En la fase crónica (después del mes) se reabsorbe el edema, con retracción de

la cavidad inicial, los macrófagos pueden quedar en la periferia, para tratar de

restituir la BHE, los lisosomas de los cuales mantiene en su interior

hemosiderina, al igual que los fibroblatos y las células responsables de la

gliosis reactiva ciacatrizal.

 

Tomografía Axial (TAC): La TAC Simple es el estudio de elección en la fase

aguda y debe realizarse lo antes posible, su utilidad disminuye en la fase

subaguda y crónica. Su valor fundamental es en la determinación de la

presencia de sangre fresca, determinar el tamaño y topografía del hematoma,

la existencia de desplazamientos o no de las estructuras de la línea media y de

hidrocefalia.

 En la fase aguda (Fig. 4) la imagen del

hematoma es hiperdensa (tiene la misma

densidad que la sangre 54 unidades

Hounsfield, UH) y está determinada por la

OHb contenida en los glóbulos rojos, en los

pacientes con anemia la intensidad es

menor e incluso en enfermos muy

anémicos la imagen puede ser isodensa.

Los bordes son bien definidos y son pocos

cambios en el parénquima cerebral

circundante, si hay edema es poco y si es

mucho hay que pensar en el posible origen

tumoral.

 

Otros hallazgos en esta fase también son la presencia de un efecto de masa, el

desplazamiento de las estructuras de la línea media, si está en la fosa

posterior, si existe hidrocefalia. Fig.4.

 

Page 21: Hemorragia Parenquimatosa

En la fase subaguda (entre los días 4 y 21), el hematoma se va haciendo

isodenso en relación con el cerebro circundante (se dice que decrece 1,5 UH

por día), y comienza la reabsorción que va de la periferia al centro; al inyectar

contraste se dibuja un anillo en las márgenes, lo que traduce la ruptura de la

BHE; puede persistir el efecto de masa y aparecer zonas hipodensas por

infarto cerebral..

 

En la fase crónica (mas de 30 días) la lesión se hace hipodensa, de menor

tamaño que la inicial  y puede parecer un quiste por la presencia de una

encefalomalacia secundaria; pero en este momento lo ideal es realizar una

Resonancia Magnética (RMN).

 

Resonancia Magnética   (RMN) Es el estudio ideal para las fases sub-aguda y

crónica. En la fase aguda las alteraciones aparecen en T2, el hematoma se ve

hipointenso (traduce la intensidad de señales de la Hb) rodeado por un fino

anillo periférico hiperintenso por la presencia de edema, puede aparecer efecto

de masa. Es necesario señalar que la transformación de OHb en Hb consume

algo de tiempo y por tanto un pequeño hematoma puede pasar inadvertido, al

ser isointenso con el parénquima cerebral.

 

E n la fase subaguda la HIP se ve

hiper-intensa en T1 e hipointensa en

T2, esto ocurre entre los días 3 y 10

(intensidad de señales por la MHb),

después la imagen es hiperintensa

en T1 y T2, al transformarse la MHb

en hemosiderina la señal se vuelve

hipointensa en T1.

 

Page 22: Hemorragia Parenquimatosa

La fase crónica en la RMN dura entre 1 y 6 meses, el área central quística

aparece hipointensa en T1 e hiperintensa  rodeada de un anillo hipointenso  en

T2.

 

Según las imágenes las HIP se han clasificado acorde al tamaño en:

         Pequeños: Son menores de 4 cm, con un volumen inferior a 35 cc y

abarcan aproximadamente un 4% de la bóveda craneal. El pronóstico es

bueno y en general no precisan de cirugía.

         Medianos: Miden de 4 a 5.5 cm, con un volumen entre 35 y 87 cc,

ocupando entre un 4 y un 12 de la bóveda craneal. El pronóstico es

desfavorable si no se evacuan

         Grandes: Son mayores de 5.5 cc, con volúmenes mayores de 87 cc y

ocupan mas del 12% de la bóveda craneana. Su pronóstico es malo con

cualquier tipo de cirugía.

 

 

Pronóstico

En la HIP, como en la mayoría de las afecciones del Sistema Nervioso Central,

el estado de las funciones neurológicas es el mejor indicador de la evolución

del enfermo, en general la mayor o menor morbilidad y mortalidad en las HIP

se relacionan con diversos factores como la edad, el tamaño del hematoma, la

localización del mismo, el estado general del enfermo, el estado de conciencia,

el tiempo de evolución del accidente y el antecedente de padecer una

enfermedades cardiovasculares.

 

La morbi-mortalidad en las HIP es alta, con resultados fatales en la mitad de los

pacientes. En las primeras 24 horas fallecen el 40%  a consecuencia de

Page 23: Hemorragia Parenquimatosa

lesiones en el tallo cerebral, hernias cerebrales y arritmias cardíacas, llegando

hasta el 45% en la primera semana. En general los reportes de mortalidad al

año ictus varían desde 35% en Australia, 44% en Estados Unidos y hasta un

51% en Francia, Inglaterra y Finlandia; sorprendentemente Inagawa y

colaboradores reportan un 14% de mortalidad. El origen de este resultado

excepcional puede ser consecuencia de que se trata de un estudio regional,

con un manejo y conducta mas agresiva y  lo mas importante la existencia de

una unidad para la atención de los AVE.

 

Los dos factores pronósticos de mortalidad de mayor importancia son: el

estado de conciencia a la llegada al hospital (un paciente con 6 puntos en la

Escala de Glagow  tiene menores posibilidades de supervivencia) y la edad

(existe una relación directa entre el pronóstico y la edad, ensombreciéndose a

medida que se incrementa la misma, sobre todo después de los 75 años).

 

Otros aspecto importante a considerar que se relacionan con mayor mortalidad

son: el tamaño del coágulo, la localización y su extensión; en los menores de

30 cc es mínima, sólo de un 5% y cuando son mayores de 50 cc el 85%; no

debe olvidarse que la topografía es vital,  no es lo mismo una lesión lobar que

una protuberancial; la inundación ventricular generalmente es fatal.

 

Posteriormente un 15% de los pacientes puede morir por complicaciones

médicas, como consecuencia del encamamiento prolongado, la ocurrencia de

trombo-embolismos, neumonías y úlceras de stress.

 

La mayoría de los supervivientes quedan con defectos neurológicos

importantes en dependencia del tamaño y localización del coágulo y los

diferentes factores antes mencionados.

Page 24: Hemorragia Parenquimatosa

 

 

Tratamiento de la HIP

El primer reporte del tratamiento de una HIP data de 1888 cuando McEwens

reporta el hallazgo en un enfermo con un cuadro de defecto motor y toma de

conciencia de instalación súbita.

 

Antes de aparición de la TAC la mortalidad por HIP era muy elevada y existía

una gran discusión acerca de cual era la terapéutica ideal clínica o quirúrgica.

McKissock en los años 60, del pasado siglo, comparó los resultados con ambos

métodos y reporta que la cirugía no aportaba ningún beneficio global señalando

una mortalidad del 80%.

 

Luessenhop, en 1967, apunta que la mortalidad por HIP dependía de la

localización del hematoma, reportando un 4% de mortalidad en los lobares y

79% en los profundos, en esa década hay diversos resultados contrapuestos.

 

A partir de los años 80, de la pasada centuria, se experimenta un vuelco en el

manejo de las HIP, pues la TAC y RMN permitieron conocer mejor su historia

natural y evolución: En ese periodo se concluye que las lesiones lobares tienen

mejor pronóstico que las profundas, así como los enfermos con un Glasgow por

encima de 8 y la importancia del tratamiento en las primeras siete horas de

evolución.

 

El tratamiento de la HIP hay que dividirlo en varias etapas: primero el manejo

clínico inicial en la fase aguda; seguido por la terapéutica del factor etiológico

Page 25: Hemorragia Parenquimatosa

del cuadro y por último, el mas discutido, si el hematoma se evacua

quirúrgicamente o no.

 

Tratamiento Clínico

Las medidas inmediatas son la estabilización cardiorespiratoria, controlar el

aumento de la presión intracraneal (PIC) y prevenir la ocurrencia de

convulsiones

 

En primer lugar se requiere una evaluación del estado de conciencia y

funciones vitales. Entre estas últimas tiene particular importancia la

permeabilidad de la vía aérea, ya que la presencia de hipoxia tiende a

aumentar la PIC. Los pacientes que se presentan con una Escala de Coma de

Glasgow (ECG) inferior a 8 requieren intubación endotraqueal para prevenir

una broncoaspiración.

 

Si existe hipertensión  arterial hay que tratarla recordando que tan perjudicial

puede ser la hipertensión mantenida, como la hipotensión arterial, que puede

llevar a una hipoperfusión cerebral e isquemia, con mas edema reaccional y

aumento de la PIC. En los hipertensos crónicos se recomienda tratarlos cuando

la tensión arterial media es superior a 125-135 mm de Hg., aunque en esto no

existe un consenso y debe evaluarse cada enfermo individualmente.

 

Otro aspecto fundamental en la evaluación inicial del paciente es la detección de

posibles defectos de coagulación que requieran tratamiento urgente. Estos son

frecuentemente iatrogénicos, como el uso de anticoagulantes o fibrinolíticos (en

pacientes con infarto miocárdico o cerebral). En estas circunstancias, el efecto de estos

agentes debe ser revertido en forma urgente, con el uso de: sulfato de protamina en

infusión endovenosa lenta (1 mg por cada 100 U de heparina plasmática, sobre un

período de 10 minutos, sin exceder una dosis total de 50 mg, para evitar el riesgo de

Page 26: Hemorragia Parenquimatosa

hipotensión arterial), en los pacientes con HIP secundario a un tratamiento con

heparina; plasma fresco descongelado (10 a 20 cc/kg) o complejo concentrado de

protrombina para los pacientes tratados con warfarina; crioprecipitado o plasma fresco

descongelado, junto a transfusión de plaquetas, para aquéllos que han sangrado después

de recibir agentes fibrinolíticos.

 

Debe descartarse la presencia de sustancias tóxicas sobre todo en los enfermos jóvenes;

como drogas simpatomiméticas, especialmente la cocaína, y en menor cuantía

anfetaminas; sin olvidar las otras posibles etiologías de los HIP.

El aumento de la presión intracraneal (PIC) se trata  con las medidas habituales:

hiperventilación, diuréticos osmóticos, forosemida, drenaje ventricular de LCR, en caso

de hidrocefalias. Lo ideal es monitorear la PIC y así poder establecer la terapéutica

acorde a la respuesta ante cada medida, con vistas a mantener una presión de perfusión

cerebral entre 70 y 100 mm de Hg. y así evitar se incremente la isquemia. No se

recomienda el uso de esteroides en la HIP a no ser que sea secundaria a un proceso

tumoral.

Hay consenso en utilizar profilácticamente fenitoina, para evitar la ocurrencia de crisis

convulsivas, ya que pueden agravar el edema cerebral y el aumento de la PIC en la

lesiones supratentoriales.

Uno de los aspectos mas debatidos en la terapéutica de los HIP es el

tratamiento quirúrgico, teóricamente hay dos aspectos que pueden determinar

el mismo: que el efecto de masa del hematoma comprometa la supervivencia

del enfermo y  para “tratar de salvar” el tejido circundante al hematoma. Junto a

estos dos factores hay que considerar el tamaño y la localización de la lesión,

así como el estado clínico del enfermo.

Todos los autores están de acuerdo en no operar los pacientes en coma

profundo, es decir con un Glasgow de 3 a 5 puntos, y los enfermos que están

alertas o ligeramente somnolientos (Glasgow entre 13 y 15 puntos), ya que

generalmente tienen hematomas pequeños que no se benefician con la cirugía.

Page 27: Hemorragia Parenquimatosa

 

La mayor parte de los enfermos son los que presentan un Glasgow entre 12 y 6

puntos y entre ellos están los susceptibles de ser beneficiados por la cirugía y

esquemáticamente se pudiera afirmar que la cirugía está indicada en las

siguientes circunstancias:

        Paciente con un Glasgow estable en el que aparece una degradación

cefalocaudal

        En los pacientes jóvenes que debutan con un coma inicial, en los que

hay que descartar una malformación vascular como origen de la HIP

        Pacientes con hemorragia del cerebelo

        Pacientes con hidrocefalia

 

Como se aprecia estas conductas son muy esquemáticas y cada enfermo debe

evaluarse individualmente, pero esto es aplicable cuando no se puede contar

con estudios de TAC o RMN, dichos estudios imagenológicos hay

revolucionado el manejo de los pacientes con HIP y en la actualidad se pudiera

recomendar lo siguiente:

        HIP supratentoriales (lobares, ptaminales, talámicos) no operar.

        HIP supratentoriales mayores de 60 cc operar.

        HIP supratentorial entre 30 y 60 cc operar si degradación cefalocaudal, deterioro progresivo o evidencias de crecimiento en la TAC

        HIP cerebeloso sin hidrocefalia y menores de 3 cm de diámetro no operar.

        HIP cerebeloso con hidrocefalia y mayor de 3 cm de diámero operar

Los esquemas 1 y 2 resumen la conducta recomendada en la lesiones

supratentoriales e infratentoriales.   

Esquema 1

Page 28: Hemorragia Parenquimatosa

 

 

Esquema 2

Page 29: Hemorragia Parenquimatosa

 

 

Independientemente de estos esquemas hay ciertas particularidades que son necesarias precisar:

¿existe un momento ideal para operar? LO ideal es tratar de definir la conducta en las primeras seis horas.

¿Hasta que edad operar? La incidencia de HIP se incrementa con la edad; pero el factor determinante es la edad biológica del enfermo y la presencia o no de otras enfermedades generales invalidantes para la cirugía.

En los paciente quirúrgicos ¿Qué tipo de cirugía utilizar?:1. Trepanos y evacuación2. Esterotaxia y evacuación3. Craneotomía y evacuación4. Uso o no de antifibrinolíticos

 

 

La punción del hematoma y su extracción por punción por medio de un agujero de trépanos o por cirugía esterotáxica constituyen cirugías de menor envergadura y mejor toleradas por pacientes en mal estado, pero la evacuación del coágulo no es fácil, pues el mismo se organiza y con una punción simple solo se puede extraer alrededor del 30%, por esto se han diseñado diversos aditamentos para facilitar la destrucción del coagulo o se han utilizado sustancias fibrinolíticas (estreptoquinasa, urokinasa). La Esterotaxia permite realizar la punción de forma selectiva en sitio que se elija.

Page 30: Hemorragia Parenquimatosa

 Las craneotomías se reservan para lesiones de los núcleos grises de la base y en las lobares en pacientes jóvenes, en los que se sospeche una malformación vascular. 

Por último algunas recomendaciones finales:1. Mantener una actitud conservadora en los enfermos estables con un

Glasgow entre 11 y 15 puntos y en los que presentan un hematoma con un volumen menor de 30cc.

2. Operar con Glasgow entre 7 y 10 puntos, con tendencia a la caída del mismo y cuando están situados en cerebelo y lóbulos cerebrales con un volumen entre 30 y 85 cc.

3. Momento ideal de operar en las primeras 24 horas.4. Cuando se opere en las primeras 6 horas lo ideal es realizar una

craneotomía.5. Los mejores resultados se obtienen con la prevención de los factores de

riesgo.6. Una vez que ocurrió el sangrado los mejores resultados en cuanto a

morbilidad y mortalidad se obtienen con un tratamiento intensivo.

 

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Page 32: Hemorragia Parenquimatosa

http://www.neuroc.sld.cu/papers/C-HParenquimatosa.htm

Hemorragia intraparenquimatosa. Ruptura de vasos sanguíneos intracerebrales con extravasación de sangre hacia el parénquima cerebral que forma una masa circular u oval que irrumpe al tejido y crece en volumen, mientras el sangramiento continúa, comprimiendo y desplazando el tejido cerebral adyacente.

Contenido [ocultar]

1   Clasificación

2   Patogenia

3   Diagnóstico

o 3.1   Cuadro clínico

o 3.2   Exámenes complementarios

o 3.3   Diagnóstico etiológico

4   Tratamiento en la fase aguda

5   Prevención secundaria

6   Fuente

Clasificación

Se utiliza el término de hemorragia parenquimatosa primaria cuando la ruptura de la pared vascular se ha producido como consecuencia de su afectación por procesos degenerativo, tales como laarteriosclerosis, la angiopatía amiloide o la hipertensión arterial. Se habla de hemorragia secundaria cuando se debe a la ruptura de vasos sanguíneos congénitamente anormales -malformaciones vasculares-, vasos neofor-mados -hemorragia intratumoral- o vasos alterados por procesos inflamatorios -vasculitis o aneurismas micóticos.

Si la hemorragia es grande se desplazan las estructuras de línea media hacia el lado opuesto, lo cual puede comprometer centros vitales del tallo cerebral; esto lleva al coma o la muerte. En dependencia de su tamaño y localización, la sangre puede abrirse paso a los ventrículos o al espacio subaracnoideo vecino -hemorragia cerebromeníngea. Según la topografía, la hemorragia cerebral se puede clasificar en: lobar, profunda -ganglios basales, capsular o subtalámica-, troncoencefálica y cere-belosa.

Page 33: Hemorragia Parenquimatosa

Patogenia

De acuerdo con su causa se puede dividir en traumática y espontánea. La hemorragia espontánea se puede originar por múltiples causas entre ellas:

1. Hemorragia intraparenquimatosa del hipertenso.

2. Ruptura de aneurisma sacular.

3. Ruptura de malformación arteriovenosa.

4. Angiopatía amiloide cerebral.

5. Tumores cerebrales: primarios y metastásicos.

6. Trastornos de la coagulación y administración de anticoagulantes orales.

7. Consumo de drogas simpáticomiméticas y de narcóticos.

8. Arteritis primarias y secundarias.

9. Infarto hemorrágico arterial o venoso.

Diagnóstico

Cuadro clínico

Los síntomas y signos más tempranos dependen de la localización del sangramiento intraparenquimatoso. Si el hematoma se inicia en la región putaminal derecha, al inicio el paciente nota disfunción de la cara, miembro superior, miembro inferior izquierdo o ambos. Si el hematoma afecta la sustancia subcortical de la porción laterosuperior del lóbulo temporal izquierdo, el primer síntoma puede ser el trastorno del lenguaje.

Si el sangramiento es cerebeloso deben predominar la ataxia y la sensación de inestabilidad y desequilibrio.

En la medida en que el hematoma crece, los síntomas focales empeoran. La rapidez e intensidad de la progresión dependen del tamaño y la localización de la arteria afectada, la tensión arterial sistémica y la cuantía del sangramiento. En sangramientos de desarrollo rápido, los signos focales se desarrollan y empeoran en segundos o pocos minutos; sin embargo, si el sangramiento es lento puede tomar hasta 6 h para alcanzar su tamaño máximo.

El vómito es un síntoma diagnóstico importante, en especial si el hematoma se encuentra en el compartimiento infratensorial. La cefalea se puede presentar con frecuencia, probablemente menos que el vómito, pero puede estar ausente en los hematomas pequeños; de forma habitual sigue a los signos focales iniciales.

Page 34: Hemorragia Parenquimatosa

La alteración del estado de conciencia depende del tamaño y la localización del hematoma. El letargo, estupor o coma son comunes en pacientes con hemorragias que afectan tálamo y protuberancia, debido a que afectan, de manera directa, el sistema reticular activador en esas regiones. El hematoma cerebeloso o cerebral causa estupor por el aumento del contenido e incremento de la presión intracraneal. Cuando el estupor o coma aparecen en un paciente con hemorragia lobar o putaminal, el pronóstico de recuperación es malo; sin embargo, en lesiones de tálamo no existe buena correlación entre el nivel de conciencia y el pronóstico.

Exámenes complementarios

La TAC de cráneo es el medio diagnóstico de elección para la determinación de la hemorragia, su topografía, extensión y apertura al líquido cefalorraquídeo (LCR). permiten establecer la presencia de edema y desplazamiento de estructuras, y evaluar, evolutiva-mente, su resolución o aparición de complicaciones. Es prudente realizar TAC evolutiva simple y con contraste, después de la resolución total del hematoma, lo cual puede aclarar la posible presencia de una malformación arteriovenosa o un tumor primario o metastásico de base. La angiografía cerebral es, también, un estudio importante cuando se sospecha como causa una malformación vascular -aneurisma o malformación arteriovenosa.

Los estudios de la coagulación de la sangre y el funcionamiento hepático son imprescindibles para el pesquisaje de esta causa. La punción lumbar no reporta ninguna utilidad, pues la presencia de sangre en el LCR está presente, únicamente, cuando la sangre llega al espacio subaracnoideo o a los ventrículos, casos en los que puede ser peligroso por la posibilidad de herniación cerebral. Por otra parte, el IC hemorrágico arterial o venoso puede teñir de sangre el LCR

Diagnóstico etiológico

La HTA es la principal causa de este tipo de hemorragia, y se encuentra en el 60 % de los pacientes. Se debe a los cambios degenerativos de los vasos perforantes producidos por HTA, que provocan sangramientos en regiones profundas del encéfalo; estas por orden de frecuencia son:

Putamen.

Centro oval.

Tálamo.

Hemisferios cerebelosos.

Protuberancia.

Page 35: Hemorragia Parenquimatosa

Otras causas son: ruptura de aneurismas, angiomas cavernosos, drogas, alcohol, discrasias sanguíneas, terapia anticoagulante, angiopatía amiloide y tumores cerebrales.

Tratamiento en la fase aguda

Al igual que en el IC, el diagnóstico de HIP debe llevar una conducta terapéutica hacia la preservación de la vida del paciente, evitar las complicaciones y las posibles secuelas. Esto requiere un diagnóstico rápido y admisión urgente en unidades de cuidados especiales -unidad de ictus o de cuidados intensivos.

Las medidas generales son similares a las explicadas para el IC, a excepción de algunas particularidades, entre las que se encuentran:

1. Se recomienda un control más estricto de la presión arterial con reducción de las cifras 190/110 en las seis primeras horas.

2. Con mayor frecuencia será necesario el uso de medicación para el edema cerebral con manitol y furosemida.

3. Se aconseja el tratamiento con benzodiacepinas de vida media corta o neurolépticos y analgésicos en caso de agitación.

Prevención secundaria

En general, se recomienda tratamiento de la HTA y control estricto, procurando mantener cifras por debajo de 140/80 mmHg.

El resto de la prevención estará en dependencia del tratamiento etiológico. En caso de cavernomas, se recomienda la cirugía en las lesiones accesibles, y en las profundas, un estrecho seguimiento con indicación de la cirugía, en casos seleccionados. En las MAV se recomienda el tratamiento quirúrgico, endovascular o la radiocirugía, o bien la combinación de varios, en función de su localización, forma y tamaño.

En las hemorragias cerebrales (HC) secundaria a tumores se aconseja el tratamiento quirúrgico del tumor subyacente, siempre que el tumor sea accesible, que la exéresis sea curativa -Ej., tumores benignos- o mejore la calidad de vida o la supervivencia y el riesgo quirúrgico no sea mayor que el beneficio.

En las HC por vasculitis, inflamatorias o secundarias a fármacos se podrían emplear corticoides. En la HC secundaria a terapia anticoagulante o trombolítico se recomienda suspender el tratamiento e iniciar transfusión de plasma fresco o crioprecipitados y vitamina K, de forma inmediata, en los casos de tratamiento anticoagulante. Se podría recomendar la cirugía en casos

Page 36: Hemorragia Parenquimatosa

seleccionados, una vez revertido el efecto anticoagulante o trombolítico. En la HC asociada a trombopenia debe realizarse la transfusión de plaquetas.

En pacientes con trombopenia autoinmune se recomiendan corticoides, en especial si se va a realizar cirugía.

http://www.ecured.cu/index.php/Hemorragia_intraparenquimatosa

Hemorragia intracraneal

Hemorragia intracraneal

Clasificación y recursos externos

CIE-10 I60, I62, I69

CIE-9 430-432

DiseasesDB

6870

MedlinePlus

000796

PubMed

Buscar en Medline mediantePubMed (en inglés)

eMedicine

neuro/177

MeSH D020300

Page 37: Hemorragia Parenquimatosa

Sinónimos

Hemorragia intracraneal; Hemorragia intracerebral; Hemorragia hipertensiva

 Aviso médico 

La hemorragia intracraneal ocurre cuando de forma espontánea y súbita hay ruptura de un vaso

sanguíneo dentro del cerebro.1 Ello resulta en sangrado que se acumula en

el parénquima cerebral causando una repentina hipertensión intracraneal y un probableaccidente

cerebrovascular hemorrágico. Las hemorragias intracraneales son una emergencia médica

asociados a una alta morbilidad y mortalidad. La tomografía es la prueba más sensible para el

diagnóstico de una hemorragia intracerebral.2

Contenido

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1   Clasificación o 1.1   Hemorragia intraparenquimatosa o 1.2   Hemorragia subaracnoidea

2   Patología 3   Etiología 4   Véase también 5   Referencias

[editar]ClasificaciónHay dos tipos principales de hemorragias intracraneales no traumáticas, la hemorragia

intraparenquimatosa y la hemorragia subaracnoidea.

[editar]Hemorragia intraparenquimatosa

Page 38: Hemorragia Parenquimatosa

La hemorragia intraparenquimatosa constituye la primera causa de muerte por hemorragias

cerebrales, aproximadamente un 16% de los pacientes fallecen indiferentemente del tratamiento.

[cita requerida] La hipertensión arterial es la principal causa predisponente en el 80% de los casos.3 Otros

trastornos asociados son una malformación arteriovenosa (MAV) cerebral, los tumores, la diátesis

hemorrágica y la angiopatía amiloide cerebral.

La vasculopatía hipertensiva afecta el putamen en un 50-60%, el tálamo, la protuberancia y los

hemisferios cerebelosos. Esta hipertensión prolongada produce esclerosis arteriolar en

las arteriolas que penetran estos sitios en el cerebro. Se desarrollan luego

pequeñas aneurismas por debilitamiento y dilatación segmentaria que predisponen a la rotura del

vaso.

La evolución clínica depende del tamaño y localización de la lesión. En pacientes mayores de 70

años, el 10% de las hemorragias cerebrales se debe a la presencia de amiloide en las arterias

cerebrales. La hemorragia que se aprecia en la periferia de los hemisferios cerebrales se llama

hemorragia intracerebral lobular, mientras que si aparece en otras estructuras cerebrales como el

cerebelo o el tálamo, se llama hemorragia intracerebral profunda.1

[editar]Hemorragia subaracnoideaArtículo principal: Hemorragia subaracnoidea.

Se observan en el espacio subaracnoideo, entre la aracnoides y la piamadre. La causa más

frecuente es la ruptura de un aneurisma sacular y este constituye el cuarto trastorno vascular

cerebral más frecuente después de la trombosis ateroesclerótica, la embolia y la hemorragia

intraparenquimatosa hipertensiva. Otras causas menos frecuentes son la rotura de

un hematoma intracerebral en el espacio subaracnoideo o las malformaciones vasculares.

[editar]PatologíaLa clínica es producida directamente por:

Destrucción del tejido cerebral

Desplazamiento de estructuras intracerebrales

Edema cerebral , hidrocefalia y hernias cerebrales

[editar]EtiologíaLa hemorragia puede provenir de una anomalía en el vaso sanguíneo en cuestión

(aneurisma, angioma, aterosclerosis), o asociada ahipertensión