"el tuitero sin cabeza"- gustavo gorriti

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 El tuitero sin cabeza Daniel Urresti ha saltado de ministro a candidato en la escena peruana GUSTAVO GORRITI 25 FEB 2!5 " 22#$% &ET 'a le(enda del )inete sin ca*e+a demuestra ,ue la decapitaci-n no si.ni/ca necesariamente el /n de las andan+as0 o ca*al.atas0 terrenales del desca*e+ado1 ue se sepa0 ni el hessiano sin testa en la le(enda de Sleep( 3ollo4 ni el teano similarmente a*r e6iado en la no6ela de Thomas 7a(ne Reid cele*rar on el ta)o del destino ,ue los 8or+- a lle6ar la ca*e+a en la mano1 9or lo contrario0 penaron 8uriosamente1 Al.o di8erente sucedi- el martes pasado en la pol:tica peruana1 9resionado por una crisis pol:tica0 de*ilitado por el descenso de su popularidad0 a menos de un a;o ( medio de terminar su mandato0 el presidente Ollanta 3umala cam*i- a cuatro ministros de su .a*inete1 Uno de los ,ue sali- 8ue el ministro del Interior0 Daniel Urresti0 un .eneral en retiro del E)<rcito ,ue en pocos meses de .esti-n acumul- .rados sorprendentes de popularidad ( de contro6ersia1 =in.uno de sus opositores cele*r- su salida con m>s entusiasmo ,ue el propio Urresti1 Descri*i- en su t4itter su decapitaci-n 8uncional como una .raduaci-n ( no un despido1 ?@ por,ue /nalmente lo ,ue ellos ,uer:an era mi ca*e+a0 a,u: est>0 ll<6ensela1 a tienen mi ca*e+a0 l a m:a ( l a de otros ministros @1 &on el re.alo *url-n de su ca*e+a0 Urresti su.iri- lo ,ue era e6idente ,ue i*a a suceder# el salto de ministro a candidato1 En Sleep( 3ollo4 la ca*e+a del hessiano ataca en silencioC la de Urresti en T 4itter no para de ha*lar1 3asta en el >m*ito casi etinto del populismo militar latinoamericano0 Urresti es sin.ular1 Su prota.onismo ( notoriedad han ocurrido dentro de una democracia0 utili+ando0 aun,ue con hiperacti6idad casi mani>tica0 sus instrumentos de de*ate p*lico1 &uando 8ue ministro0 una .esti-n de constante mo6imiento ( apariciones personales en lu.ares donde se produc:an hechos policiales pro(ect- ante la .ente una percepci-n de acci-n en<r.ica0 de mando ( de control1 Despu<s de las .estiones des6a:das de sus predecesores 0 la adrenalina con tur*o de Urresti hi+o ,ue su popularidad se ele6ara aceleradamente1 En pocos meses su pre8er encia en las encuestas era casi ma(or ,ue la suma de la de sus cole.as de .a*inete1 &uando la percepci-n ( la realidad no termina*an de compararse0 emer.i- otra 8aceta de Urresti1 7ientras el presidente ( casi todos sus otros ministros demostra*an elocuencias penosamente insu/ciente s en el de*ate ( mane)o de asuntos p*licos0 Urresti arranc- a polemi+ar con *urlona0 pun+ante a.resi6idad especialmente con ei o Fu)imori ( con el usualmente temido por su eperiencia pol:tica ( oratoriaH Alan Garc:a1 El militar retirado esco.i- la diatri*a ( el sarcasmo como armas pre8eridas ( T4itter como 6eh:culo de acci-n r>pida1

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Política-Perú

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El tuitero sin cabeza

Daniel Urresti ha saltado de ministro a candidato en la escena peruana

GUSTAVO GORRITI 25 FEB 2015 - 22:38 CET

La leyenda del jinete sin cabeza demuestra que la decapitacin no significa necesariamente el fin de las andanzas, o cabalgatas, terrenales del descabezado. Que se sepa, ni el hessiano sin testa en la leyenda de Sleepy Hollow ni el texano similarmente abreviado en la novela de Thomas Mayne Reid celebraron el tajo del destino que los forz a llevar la cabeza en la mano. Por lo contrario, penaron furiosamente.

Algo diferente sucedi el martes pasado en la poltica peruana. Presionado por una crisis poltica, debilitado por el descenso de su popularidad, a menos de un ao y medio de terminar su mandato, el presidente Ollanta Humala cambi a cuatro ministros de su gabinete. Uno de los que sali fue el ministro del Interior, Daniel Urresti, un general en retiro del Ejrcito que en pocos meses de gestin acumul grados sorprendentes de popularidad y de controversia.

Ninguno de sus opositores celebr su salida con ms entusiasmo que el propio Urresti. Describi en su twitter su decapitacin funcional como una graduacin y no un despido. porque finalmente lo que ellos queran era mi cabeza, aqu est, llvensela. Ya tienen mi cabeza, la ma y la de otros ministros . Con el regalo burln de su cabeza, Urresti sugiri lo que era evidente que iba a suceder: el salto de ministro a candidato. En Sleepy Hollow la cabeza del hessiano ataca en silencio; la de Urresti en Twitter no para de hablar.

Hasta en el mbito casi extinto del populismo militar latinoamericano, Urresti es singular. Su protagonismo y notoriedad han ocurrido dentro de una democracia, utilizando, aunque con hiperactividad casi manitica, sus instrumentos de debate pblico. Cuando fue ministro, una gestin de constante movimiento y apariciones personales en lugares donde se producan hechos policiales proyect ante la gente una percepcin de accin enrgica, de mando y de control. Despus de las gestiones desvadas de sus predecesores, la adrenalina con turbo de Urresti hizo que su popularidad se elevara aceleradamente. En pocos meses su preferencia en las encuestas era casi mayor que la suma de la de sus colegas de gabinete.

Cuando la percepcin y la realidad no terminaban de compararse, emergi otra faceta de Urresti. Mientras el presidente y casi todos sus otros ministros demostraban elocuencias penosamente insuficientes en el debate y manejo de asuntos pblicos, Urresti arranc a polemizar con burlona, punzante agresividad especialmente con Keiko Fujimori y con el usualmente temido (por su experiencia poltica y oratoria) Alan Garca. El militar retirado escogi la diatriba y el sarcasmo como armas preferidas y Twitter como vehculo de accin rpida.

Aunque buena parte de los tuits prodigados en rfaga por el exministro muestren un uso poco sutil, basto y muchas veces desmedido de la irona, consiguieron una eficacia sorprendente. Es que la diatriba y Twitter pueden danzar juntos toda la noche, estn hechos el uno para la otra.

De hecho, ante una prensa controlada en casi el 80% del mercado por un grupo, el de El Comercio, Urresti ha proclamado su estilo de Twitter como una alternativa eficaz para el combate comunicacional de la campaa presidencial. Al concentrarse cada da ms en los ataques a Garca y Fujimori logr la notoriedad que lo llev a regalar su cabeza de ministro para encasquetarse en la de candidato. Eso es lo bueno de las decapitaciones metafricas: uno puede cambiar igual de gorra o de cabeza.

En sus ataques a Garca y Fujimori, Urresti apela sin parar a la memoria de desastres y fechoras durante los regmenes de aquellos.

Pero Urresti carga tambin con la memoria como vulnerabilidad. En noviembre de 1988, cuando arreciaba la guerra interna contra Sendero Luminoso, Urresti era un capitn con el seudnimo de Arturo a cargo de la inteligencia y contrainteligencia en la provincia de Huanta, Ayacucho. Ese mes fue asesinado por militares el periodista Hugo Bustos. Dos jefes militares fueron luego juzgados y sentenciados por ese asesinato. Varios aos despus, el nombre del capitn Arturo sali a la luz y Urresti se enfrentar a una acusacin por el caso.

De acuerdo con lo que se sabe, Urresti no particip en la ejecucin del asesinato. Pero resulta muy poco probable que no hubiera sabido casi de inmediato quines mataron a Bustos, bajo las rdenes de quin.

De manera que, con la memoria como arma de mltiples filos, lo ms probable es que el principal enemigo del probable candidato gobiernista Urresti no resulte ser Alan Garca ni Keiko Fujimori sino, avanzando lento desde la distancia de los aos, el capitn Arturo con una cabeza por entregar.http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/25/actualidad/1424900332_855966.html