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  • 7/22/2019 El Observador Romano edicin 4 abril 2014.pdf

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    Nmero suelto 1,00. Nmero atrasado 2,00

    LO S S E RVATOR E ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suum

    EN LENGUA ESPAOLA

    Non praevalebunt

    Ao XLVI, nmero 14 (2.359) Ciudad del Vaticano 4 de abril de 2014

    La invitacin de la Cuaresma a cambiar de vida

    Una llamada que se renueva

    ngelus del 30 de marzo

    Quien no quiere ver la luz

    El Papa al captulo general de los salesianos

    Con los jvenes excluidos de la sociedadSon esos setenta y cinco millo-nes de jvenes sin trabajoaqu en Occidente lo quepreocupa al Papa Francisco, yque denuncia su exclusin deuna sociedad que tiende amarginarlos. Y confa en loshijos de san Juan Bosco paraque se ocupen de ellos. Es elsentido del encuentro del lunes31 de marzo, por la maana,con los participantes en el ca-ptulo general de la Sociedadsalesiana de San Juan Bosco, aquienes recibi en audiencia enla sala Clementina.

    PGINA 11

    SIGUEEN LAPGINA 5

    En vsperas de la canonizacin de Juan XXIII y Juan Pablo II

    Bondad y oracinEl 27 de abril deeste ao serninscritos en elcatlogo de lossantos dos gi-gantescas figurasde Papas: JuanXXIII y Juan Pa-blo II. Pontficesmuy queridos ypopulares, que

    El Papa Francisco de rodillas en la baslicavaticana, apoyado en el confesonario. Ante lun franciscano conventual que escucha suconfesin. Fue ciertamente esta indita ima-gen la que dio una impronta significativa a lacelebracin penitencial presidida por el Pont-fice el viernes 28 de marzo en la baslica deSan Pedro. Durante el rito, que tuvo lugar enpresencia de numerosos fieles, el Pontficeconfes a algunos penitentes.

    La reflexin propuesta por el Santo Padre alos presentes se centr en dos actitudes re-vestirse del hombre nuevo y permanecer en elamor necesarias para alcanzar esa vida nue-va que permite mirar la realidad con ojosdistintos sin ser ya distrados por las cosasque no cuentan y no pueden durar muchotiempo, por las cosas que se acaban con eltiemp o.

    PGINA 3

    El Papa Francisco alert a los cristianos acercadel riesgo de hundirse en la ceguera interiorque cierra el corazn a la gracia y a la luzde Dios. Habl de ello el domingo 30 demarzo, en la plaza de San Pedro, al comentarel pasaje evanglico de la curacin del ciegode nacimiento.

    Queridos hermanos y hermanas, buenosdas!

    El Evangelio de hoy nos presenta el epi-sodio del hombre ciego de nacimiento, aquien Jess le da la vista. El largo relato ini-cia con un ciego que comienza a ver y con-cluye es curioso esto con presuntos vi-dentes que siguen siendo ciegos en el alma.El milagro lo narra Juan en apenas dos ver-sculos, porque el evangelista quiere atraer laatencin no sobre el milagro en s, sino so-bre lo que sucede despus, sobre las discu-siones que suscita. Incluso sobre las habla-duras, muchas veces una obra buena, unaobra de caridad suscita crticas y discusio-nes, porque hay quienes no quieren ver laverdad. El evangelista Juan quiere atraer laatencin sobre esto que ocurre incluso ennuestros das cuando se realiza una obrabuena. Al ciego curado lo interroga primero

    la multitud asombrada han visto el milagroy lo interrogan, luego los doctores de laley; e interrogan tambin a sus padres. Al fi-nal, el ciego curado se acerca a la fe, y estaes la gracia ms grande que le da Jess: noslo ver, sino conocerlo a l, verlo a l co-mo la luz del mundo (Jn 9, 5).

    permanecieron en el corazn de lagente y que con su genialidad ope-rativa abrieron nuevos horizontes alcamino de la Iglesia y tuvieron re-percusiones en la historia del mun-do. Dos Papas distintos por origen

    y por formacin, pero ambos gran-des por la nobleza de nimo, por larica humanidad y por la extraordi-naria espiritualidad e inteligencia..

    GI O VA N N I BAT T I S TA RE EN PGINAS 8 Y 9

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    LOSSERVATORE ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suum

    EN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt

    00120 Ciudad del Vaticanoe d . e s pa n o l a @o ss ro m.v a

    http://www.osservatoreromano.vaTIPO GRAFIA VAT I C A N A EDITRICE LOS S E R VAT O R E ROMANO

    GI O VA N N I MARIA VIAN

    direct o rCarlo Di Cicco

    subdirector

    Marta Lagoredactor jefe de la edicin

    don Sergio Pellini S.D.B.director general

    Redaccin

    via del Pellegrino, 00120 Ciudad del Vaticanotelfono 39 06 698 99410

    Servicio fotogrficoph ot o @ o s s ro m .v a

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    pgina 2 LOSSERVATORE ROMANO viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

    La Penitenciara apostlica es cons-ciente de la centralidad del tema dela misericordia para la nueva evan-

    gelizacin. Lo afirm el cardenalMauro Piacenza, penitenciario ma-yor, en su saludo al Papa Franciscoal inicio de la audiencia que tuvolugar en el aula de las Bendiciones.

    El tema de la misericordia, expli-c el purpurado, es fundamentalpara proponer a los hombres denuestro tiempo un rostro creblede Dios. Precisamente porque lospecados que cada da llegan paraser examinados por la Penitenciaraestn entre los ms graves que sepueden cometer dijo el carde-nal experimentamos las entraasde misericordia del Seor, su conti-nua pasin por el hombre y la fuer-za sobrenatural de la Iglesia paraser siempre, y de una manera o de

    otra, madre de todos y maestra demisericordia y de vida.Al recordar que desde el inicio

    del pontificado, a partir del primerngelus, el Papa Francisco hizo re-ferencia al tema de la misericordia yal anuncio gozoso de la cercanade Dios a los hombres, el peniten-ciario mayor destac cmo este te-ma represent, y representa, unpunto central del magisterio que us-ted nos ofrece diariamente. Enefecto, aadi, la misericordia es elautntico y definitivo rostro deDios, el rostro que Dios quiso mos-trar a los hombres: Jesucristo cruci-ficado y resucitado.

    El purpurado record tambincmo el compromiso de los peni-

    tenciarios, en las baslicas papales,es continuo y ejemplar, animadopor esa tierna caridad que es pro-pia del buen pastor. Al destacarluego que el curso sobre el fuero in-terno lleg ya a su vigsima quintaedicin, el penitenciario mayor pu-so de relieve que esto responde auna precisa e invariada exigenciade los tiempos presentes.

    Incluso el alto nmero de partici-pantes, en gran parte jvenes, que seasoman a la celebracin del sacra-mento de la reconcil iacin, diceciertamente acerca de las dificultadesque se encuentran en el ejercicio deese ministerio, pero al mismo tiempoes el hermoso signo de la exigenciade profundizacin y de formacin,

    de comprensin autntica de lospliegues del corazn humano, quese abre a la divina misericordia.

    El cardenal concluy su saludodeseando que el servicio prestado ala Iglesia por la Penitenciara apos-tlica sea cada vez ms fiel almandato del Seor: A quienes lesperdonis los pecados, les quedanperdonados (Juan 20, 23), a finde que, a travs del servicio de lamisericordia, se pueda anunciarque la alegra del Evangelio llenael corazn y la vida entera de losque se encuentran con Jess(Evangelii gaudium, 1).

    A la Penitenciara apostlica el Papa recomienda la presencia constante de confesores en las iglesias

    Sacerdotes siempre disponibles

    Servicio dem i s e r i c o rd i a

    el corazn de Dios y quiereacompaar al alma en el ca-mino de la reconciliacin. LaConfesin no es un tribunalde condena, sino experienciade perdn y de misericordia.

    Por ltimo, todos conoce-mos las dificultades que con

    frecuencia encuentra la Confe-sin. Son muchas las razones,tanto histricas como espiri-tuales. Con todo, sabemosque el Seor quiso hacer esteinmenso don a la Iglesia, ofre-ciendo a los bautizados la se-guridad del perdn del Padre.Es esto: es la seguridad delperdn del Padre. Por ello esmuy importante que, en todaslas dicesis y en las comunida-des parroquiales se cuide demanera especial la celebracin

    Conviene que en cada parroquialos fieles sepan cundo puedenencontrar a los sacerdotes disponiblespara la confesin. Lo recomend elPapa Francisco dirigindose, el viernes28 de marzo, por la maana,a los participantes en el curso sobre

    el fuero interno organizadopor la Penitenciara apostlica.

    Queridos hermanos:

    Os doy la bienvenida con ocasindel curso anual sobre el fuero inter-no. Doy las gracias al cardenal Mau-ro Piacenza por las palabras con lasque ha introducido este encuentro.

    Desde hace un cuarto de siglo laPenitenciara apostlica ofrece, so-bre todo a los neopresbteros y a losdiconos, la ocasin de este curso,para contribuir a la formacin debuenos confesores, conscientes de laimportancia de este ministerio. Osagradezco este valioso servicio y osaliento a llevarlo adelante con com-promiso renovado, teniendo encuenta la experiencia adquirida ycon sabia creatividad, para ayudarcada vez mejor a la Iglesia y a losconfesores a desempear el ministe-rio de la misericordia, que es tanimp ortante.

    Al respecto, deseo ofreceros algu-nas reflexiones.

    Ante todo, el protagonista del mi-nisterio de la Reconciliacin es el Es-pritu Santo. El perdn que el sacra-mento confiere es la vida nuevatransmitida por el Seor Resucitadopor medio de su Espritu: Recibidel Espritu Santo; a quienes les per-donis los pecados, les quedan per-donados; a quienes se los retengis,les quedan retenidos (Jn 20, 22-

    23). Por lo tanto, vosotros estis lla-mados a ser siempre hombres delEspritu Santo, testigos y anuncia-dores, gozosos y fuertes, de la resu-rreccin del Seor. Este testimoniose lee en el rostro, se oye en la vozdel sacerdote que administra con fey con uncin el Sacramento de laReconciliacin. l acoge a los peni-tentes no con la actitud de un juezy tampoco con la actitud de un sim-ple amigo, sino con la caridad deDios, con el amor de un padre queve regresar al hijo y va a su encuen-tro, del pastor que ha encontrado ala oveja perdida. El corazn del sa-

    cerdote es un corazn que sabe con-moverse, no por sentimentalismo opor mera emotividad, sino por lasentraas de misericordia del Se-or. Si bien es verdad que la tradi-cin nos indica el doble papel demdico y juez para los confesores,

    no olvidemos nunca que como m-dico est llamado a curar y comojuez a absolver.

    Segundo aspecto: si la Reconci-liacin transmite la vida nueva delResucitado y renueva la gracia bau-tismal, entonces vuestra tarea es do-narla generosamente a los hermanos.Donar esta gracia. Un sacerdote queno cuida esta parte de su ministerio,tanto en el tiempo que le dedica co-mo en la calidad espiritual, es comoun pastor que no se ocupa de las

    acercamiento a la misericordia y alperdn. Pero muchas veces sucedeque una persona viene y dice: Nome confieso desde hace muchosaos, he tenido este problema, hedejado la Confesin porque he en-contrado a un sacerdote y me ha di-

    cho esto, y en lo que cuenta lapersona se ve la imprudencia, la fal-ta de amor pastoral. Y se alejan, poruna mala experiencia en la Confe-sin. Si se tiene esta actitud de pa-dre, que viene de la bondad deDios, esto no suceder jams.

    Es necesario evitar dos extremosopuestos: el rigorismo y el laxismo.Ninguno de los dos va bien, porqueen realidad no se hacen cargo de lapersona del penitente. En cambio lamisericordia escucha de verdad con

    ovejas que se han perdido; es comoun padre que se olvida del hijo per-dido y descuida esperarlo. Pero la

    misericordia es el corazn del Evan-gelio. No olvidis esto: la misericor-dia es el corazn del Evangelio. Esla buena noticia de que Dios nosama, que ama siempre al hombrepecador, y con este amor lo atrae as y lo invita a la conversin. No ol-videmos que a los fieles a menudoles cuesta acercarse al sacramento,sea por razones prcticas, sea por lanatural dificultad de confesar a otrohombre los propios pecados. Por es-ta razn es necesario trabajar muchosobre nosotros mismos, sobre nues-tra humanidad, para no ser nuncaobstculo sino favorecer siempre el

    de este sacramento de perdn y desalvacin. Conviene que en cada pa-rroquia los fieles sepan cundo pueden

    encontrar a los sacerdotes disponibles:cuando hay fidelidad, los frutos seven. Esto vale de modo particularpara las iglesias confiadas a las co-munidades religiosas, que puedenasegurar una presencia constante decon f es o re s.

    Encomendamos a la Virgen, Ma-dre de Misericordia, el ministerio delos sacerdotes y cada comunidadcristiana, para que comprendan ca-da vez ms el valor del sacramentode la Penitencia. A nuestra Madreos encomiendo a todos vosotros yde corazn os bendigo.

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    nmero 14, viernes 4 de abril de 2014 LOSSERVATORE ROMANO pgina 3

    En la liturgia penitencial el Pontfice recuerda que la Cuaresma es una invitacin a cambiar de vida

    El hombre nuevo

    Fiesta del perdnen la baslica vaticana

    Con el Seor en todo el mundopor lo que es que por lo que tiene(Gaudium et spes, 35). He aqu la di-ferencia entre la vida deformada porel pecado y la vida iluminada de lagracia. Del corazn del hombre re-novado segn Dios proceden loscomportamientos buenos: hablarsiempre con verdad y evitar todamentira; no robar, sino ms bien

    compartir lo que se posee con los de-ms, especialmente con quien pasanecesidad; no ceder a la ira, al rencory a la venganza, sino ser dciles,magnnimos y dispuestos al perdn;no caer en la murmuracin quearruina la buena fama de las perso-nas, sino mirar en mayor medida ellado positivo de cada uno. Se tratade revestirnos del hombre nuevo,con estas actitudes nuevas.

    El segundo elemento: Permaneceren el amor. El amor de Jesucristo du-ra para siempre, jams tendr finporque es la vida misma de Dios.Este amor vence el pecado y dona lafuerza de volver a levantarse y reco-menzar, porque con el perdn el co-razn se renueva y rejuvenece. To-dos lo sabemos: nuestro Padre no secansa jams de amar y sus ojos no secansan de mirar el camino que con-duce a casa, para ver si regresa elhijo que se march y se perdi. Po-demos hablar de la esperanza deDios: nuestro Padre nos espera siem-

    Pero, si confesamos nuestros

    pecados, l, que es fiel yjusto, nos perdonar los pe-cados y nos limpiar de todainjusticia (1 Jn 1, 8-9). Eslo que sucede tambin en es-ta celebracin y en toda esta

    jornada penitencial. La Pala-bra de Dios que hemos escu-chado nos introduce en doselementos esenciales de la vi-da cristiana.

    El primero: Revestirnos delhombre nuevo. El hombrenuevo, creado a imagen deDios (Ef4, 24), nace en elBautismo, donde se recibe lavida misma de Dios, que noshace sus hijos y nos incorpo-ra a Cristo y a su Iglesia. Es-

    ta vida nueva permite mirarla realidad con ojos distintos,sin dejarse distraer por lascosas que no cuentan y queno pueden durar mucho, porlas cosas que se acaban conel tiempo. Por eso estamosllamados a abandonar loscomportamientos del pecadoy fijar la mirada en lo esen-cial. El hombre vale ms

    El Papa Francisco de rodillas, apo-yado en el confesonario. Delantede l un franciscano conventualan incrdulo y sorprendido porla llegada del inesperado peniten-

    te que escucha su confesin.Una imagen nunca vista antes ladel viernes 28 de marzo, por la tar-de, y que en pocos instantes dio lavuelta al mundo.

    Un hecho fuera del programa, dealgunos minutos, que caus asom-bro en los fie les presentes en la ce-lebracin penitencial que tuvo lugar

    en la baslica de San Pedro. Estabaprevisto que fuese el Pontfice quienla presidiese y tambin que confesa-se a siete penitentes, cuatro mujeresy tres hombres. Sin embargo, nadie

    hubiese podido imaginar el gestoespontneo del Papa, quien, antesde administrar el sacramento de lapenitencia, quiso que quien acogie-se su arrepentimiento fuese precisa-mente uno de los sacerdotes quepasan horas en los confesonarios dela baslica.

    Indudablemente la imagen delPapa que se confiesa en pblico,como cualquier humilde pecador,dio una impronta particular a las24 horas para el Seor, iniciativadel Consejo pontificio para la pro-mocin de la nueva evangelizacin,que inici precisamente con estacelebracin.

    La baslica de San Pedro se con-virti en un gran confesonario: se-

    senta y un sacerdotes, entre elloslos penitenciarios de las cuatro ba-slicas papales San Pedro, San

    Juan de Letrn, Santa Mara laMayor y San Pablo Extramuros,que estuvieron a disposicin de losfieles. Su presencia representidealmente el momento conclusivodel vigsimo quinto curso sobre elfuero interno organizado por la Pe-nitenciara apostlica. La participa-cin de los fieles no se hizo espe-rar: en poco tiempo se formaronlargas filas ante los confesonariosde la baslica, pero tambin delantede los sacerdotes que en diversospuntos esperaban a los penitentes.

    Para facilitar la confesin, la Pe-nitenciara, en colaboracin con laOficina para las celebraciones litr-

    gicas del Sumo Pontfice, puso adisposicin un folleto en seis len-guas italiano, ingls, francs, es-paol, alemn y polaco con el es-quema general para el examen deconciencia.

    Confesonarios abiertos en las igle-sias, conventos, seminarios, cen-tros de asociaciones y movimien-tos, adems de peregrinaciones

    con miles de fieles, sobre todo j-venes: las 24 horas para el Se-or hizo que se registraran adhe-siones en todos los continentes.

    Muchas dicesis de todas laspartes del mundo, destac el Pa-pa Francisco, confirmaron el xitode la iniciativa promovida por eldicasterio para la nueva evangeli-zacin: un espacio dentro delitinerario cuaresmal dedicado a lasconfesiones.

    Desde el Consejo pontificio seinform acerca de iniciativas entoda Europa sobre todo en Italiay Espaa, pero tambin en Blgi-ca, Alemania, Francia, Suiza e In-glaterra y en diversos pases de

    Amrica Latina (con Argentina y

    Mxico en primer lugar), ademsde Estados Unidos y frica, y lle-garon noticias de celebraciones yencuentros penitenciales en pasesdel continente asitico, como Fili-pinas e India.

    Slo en Roma, en las tres igle-sias de Santa Mara en Trastvere,Santa Ins en Agone y de los San-tsimos Estigmas que el viernes

    estuvieron abiertas hasta altas ho-ras de la noche para la adoracineucarstica y las confesiones se al-ternaron al menos un centenar deconfesores en turnos de dos horas.

    tro Padre nos espera, nuestro Padre

    nos perdona, es ms, hace fiesta. Sit vas a l con toda tu vida, inclusocon muchos pecados, en lugar de re-criminarte hace fiesta: este es nuestroPadre. Esto debis decirlo vosotros,decirlo a mucha gente, hoy. Quienexperimenta la misericordia divina,

    se siente impulsado a ser artfice de

    misericordia entre los ltimos y lospobres. En estos hermanos ms pe-queos Jess nos espera (cf. Mt 25,40); recibamos misericordia y demosmisericordia. Vayamos a su encuen-tro y celebremos la Pascua en la ale-gra de Dios.

    Revestirse del hombre nuevo ypermanecer en el amor. Son los dos

    elementos para vivir la Cuaresma comotiempo de conversin indicados por elPapa Francisco el viernes 28 demarzo, por la tarde, durante lacelebracin penitencial en la baslicavaticana.

    En el perodo de la Cuaresma, laIglesia, en nombre de Dios, renuevala llamada a la conversin. Es la lla-mada a cambiar de vida. Convertirseno es cuestin de un momento o deun perodo del ao, es un compro-miso que dura toda la vida. Quinentre nosotros puede presumir de noser pecador? Nadie. Todos lo somos.Escribe el apstol Juan: Si decimosque no hemos pecado, nos engaa-mos y la verdad no est en nosotros.

    pre, no nos deja slo la puerta abier-ta, sino que nos espera. l est im-

    plicado en este esperar a los hijos. Yeste Padre no se cansa ni siquiera deamar al otro hijo que, incluso per-maneciendo siempre en casa con l,no es partcipe, sin embargo, de sumisericordia, de su compasin. Diosno est solamente en el origen delamor, sino que en Jesucristo nos lla-ma a imitar su modo mismo deamar: Como yo os he amado,amaos tambin unos a otros (Jn 13,34). En la medida en que los cristia-nos viven este amor, se convierten enel mundo en discpulos crebles deCristo. El amor no puede soportar elhecho de permanecer encerrado ens mismo. Por su misma naturalezaes abierto, se difunde y es fecundo,genera siempre nuevo amor.

    Queridos hermanosy hermanas, despus

    de esta celebracin,muchos de vosotrossern misioneros quepropondrn a otros laexperiencia de la re-conciliacin conDios. 24 horas parael Seor es la inicia-tiva a la que se hansumado muchas di-cesis en todas las par-tes del mundo. Aquienes encontraris,podris comunicar laalegra de recibir elperdn del Padre yde reencontrar laamistad plena con l.Y les diris que nues-

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    pgina 4 LOSSERVATORE ROMANO viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

    Como habla Jorge Mario Bergoglio

    Callejeros de la feCongregacin para las causas de los santos

    Promulgacin de decretosEl jueves 3 de abril de 2014, elSanto Padre Francisco recibi enaudiencia privada al cardenal An-

    gelo Amato, S.D.B., prefecto de laCongregacin para las causas delos santos.

    Durante la audiencia, el SantoPadre, tras acoger los informes delprefecto, inscribi en el catlogode los santos y extendi a la Igle-sia universal el culto litrgico enhonor de los siguientes beatos:

    FRANCISCO DE LAVA L, obispoemrito de Quebec (Canad); na-ci en Montigny-sur-Avre (Fran-cia) el 20 de abril de 1623 y murien Quebec el 6 de mayo de 1708;

    JOS DE AN C H I E TA, sacerdoteprofeso de la Compaa de Jess;

    naci en San Cristobal de La La-guna (Tenerife, Islas Canarias) el19 de marzo de 1534 y muri enReritiba (Brasil) el 9 de junio de1597;

    MARA DE LA ENCARNACIN(en el siglo: Marie Guyart), funda-dora del monasterio de las Ursuli-nas en la ciudad de Quebec; nacien Tours (Francia) el 28 de octu-bre de 1599 y muri en Quebec(Canad) el 30 de abril de 1672;

    Al mismo tiempo, el Santo Padreautoriz a la Congregacin a pro-mulgar los siguientes decretos:

    un milagro atribuido a la in-

    tercesin del beato JUA N ANTONIOFARINA, obispo de Vicenza, funda-dor del instituto de las HermanasMaestras de Santa Dorotea Hijasde los Sagrados Corazones; nacien Gambellara (Vicenza, Italia) el11 de enero de 1803 y muri en Vi-cenza el 4 de marzo de 1888;

    un milagro atribuido a la in-tercesin del beato CIRIACO ELASCH AVA R A, sacerdote, fundador dela congregacin de los Carmelitasde la Bienaventurada Virgen Ma-ra Inmaculada; naci en Kainaka-ry (Kerala, India) el 10 de febrerode 1805 y muri en Koonammavu(Kerala, India) el 3 de enero de1871;

    un milagro atribuido a la in-tercesin del beato NICOLS DELONGOBARDI (en el siglo: Giovan-ni Battista Clemente Saggio),oblato profeso de la Orden de losMnimos; naci en Longobardi(Cosenza, Italia) el 6 de enero de1650 y muri en Roma (Italia) el 3de febrero de 1709;

    un milagro atribuido a la in-tercesin de la beata EUFRASIADEL SAGRAD O CORAZN (en el si-glo: Rosa Eluvathingal), religiosaprofesa de la congregacin de lasHermanas de la Madre del Car-melo; naci en la aldea de Kattoor(Kerala, India) el 17 de octubre de

    1877 y muri en Ollur (Kerala) el29 de agosto de 1952;

    un milagro atribuido a la in-tercesin del venerable siervo deDios LUIS DE LA CONSOLACIN

    (en el siglo: Luigi Bordino), nacien Castellinaldo (Cneo, Italia) el12 de agosto de 1922 y muri en

    Turn (Italia) el 25 de agosto de1977;

    las virtudes heroicas del siervode Dios FRANCISCO SIMN RDE-NAS, de la Orden de los FrailesMenores Capuchinos, obispo titu-lar de Echino, obispo emrito deSanta Marta (Colombia); naci enLa Aparecida (Alicante, Espaa) el2 de octubre de 1849 y muri enMasamagrell (Valencia, Espaa) el22 de agosto de 1914;

    las virtudes heroicas del siervode Dios AD OLFO BARBERIS, sacer-dote diocesano, fundador del ins-tituto de las Hermanas del Famu-lato Cristiano; naci en Turn (Ita-

    lia) el 1 de junio de 1884 y muriall el 24 de septiembre de 1967;

    las virtudes heroicas del siervode Dios MARA CLEMENTE (en elsiglo: Joseph Staub), sacerdoteprofeso de la Congregacin de los

    Agustinos de la Asuncin, funda-dor de la congregacin de las Her-manas de Santa Juana de Arco;naci en Kaysersberg (Alsacia yLorena, Francia) el 2 de julio de1876 y muri en Sillery (Quebec,Canad) el 16 de mayo de 1936;

    las virtudes heroicas del siervode Dios SEBASTIN ELORZA ARIZ-MENDI, laico profeso de la Ordende San Agustn; naci en Idiaz-

    bal (Espaa) el 3 1 de octubre de1882 y muri en Santa Mara deLa Vid (Espaa) el 8 de diciembrede 1942;

    las virtudes heroicas de la sier-va de Dios MARA TERESA DE JE-SS EUCARSTICO (en el siglo:Dulce Rodrigues dos Santos), fun-dadora de la congregacin de laPequeas Misioneras de Mara In-maculada; naci en So Paulo(Brasil) el 20 de enero de 1901 ymuri en So Jos dos Campos(Brasil) el 8 de enero de 1972;

    las virtudes heroicas de la sier-va de Dios CLA RA DE LA CONCEP-CIN (en el siglo: Juana de la

    Concepcin Snchez Garca),monja profesa de la Orden deSanta Clara; naci en Torre deCameros (Logroo, Espaa) el 14de febrero de 1902 y muri en So-ria (Espaa) el 22 de enero de1973;

    las virtudes heroicas de la sier-va de Dios MARA MAGDALENA DE

    JESS SACRAMENTAD O (en el siglo:Maria Giuseppina Teresa Marcuc-ci), religiosa profesa de la Congre-gacin de la Pasin de Jesucristo;naci en San Gimignano-PonteMoriano (Lucca, Italia) el 24 deabril de 1888 y muri en Madrid(Espaa) el 10 de febrero de 1960;

    las virtudes heroicas del siervode Dios LUIGI RO CCHI, laico; na-ci en Roma (Italia) el 19 de fe-brero de 1932 y muri en Macerata(Italia) el 26 de marzo de 1979.

    JORGE MILIA

    En la versin espaola de laEvangeliigaudium encontr una expresin queme sorprendi mucho: Qu buenoes que los jvenes sean callejeros dela fe, felices de llevar a Jesucristo acada esquina, a cada plaza, a cadarincn de la tierra! (n 106). Calle-

    jeros de la fe ha sido traducido enla versin italiana con la expresinviandante y es, efectivamente, laexpresin que ms se aproxima desdeel punto de vista etimolgico a la pa-labra callejero. Hay que reconocerel mrito del traductor para encon-trarle la vuelta a un vocablo tan dif-

    cil . Porque el trmino es en s muyrico y significativo: se refiere a loschicos que vagabundean por la calle.Por eso, cuando lo le me sorprend yacto seguido los recuerdos vinieronen banda a asaltar mi memoria.

    En nuestra infancia que a uno ledijeran callejero era poco alenta-dor, porque callejero tena cierto sen-tido de abandono. Perros callejeros,pulgosos, echados de todas partes,pero libres. Un chico callejero es ge-neralmente pobre y vagabundea porlas calles sin hacer nada (cuando nodelinque). An as, en esa carenciamaterial y espiritual de los callejeros,todos sobamos con callejear almenos por media hora, hasta quesintiramos hambre o se hiciera de

    no che.Aunque las abuelas nos quisierantener dentro de las casas y a nuestrospadres les pareciera bien, nuestro ni-mo estaba afuera. Mirbamos a tra-vs del vidrio y nuestra imaginacinnos llevaba donde se le ocurriera: ala vereda de enfrente o a la lnea ja-ms trazada del horizonte. Cuandollegaba un poco desaliado, despei-nado, con un poco de tierra y las ro-dillas peladas luego de jugar alftbol con mis amigos, mi abuelaLoge me deca: Jorgito, pareces unc a l l e j e ro !

    La adolescencia sera diferente. ElColegio que nos contena da a da,sera el mismo que nos llevara a ca-llejear. Las misiones del ro Paran

    tenan un imn: el ro. All los alum-nos de la Inmaculada salamos losmircoles y sbados por la tarde enbotes de madera con seis remos yuna vela latina a catequizar Alto Ver-de. Cruzar un ro siempre ha sido un

    smbolo. En la literatura y en la vida.Uno pasa de una realidad a otra, dela orilla de la vida a la de la muerte,cruzar el Rubicn o la laguna Esti-gia. Nosotros tambin. Pasbamos dela ciudad de asfalto y costumbres albarrio fluvial de barro y pobreza.Cruzbamos de nuestra realidad auna periferia fsica y existencial. Yramos callejeros aunque furamoschicos de la Inmaculada. Yo pen-saba en qu dira mi abuela si meviera all. Pero no hubiera podido de-cir nada. Era el Colegio, eran losmismos jesuitas, quienes nos educa-ban en la misin, nos animaban a sa-lir, a ponernos en marcha, hacindo-

    nos callejeros de la fe.Siempre estuve con dudas de losresultados de nuestra enseanza aesos nios nuestra breve enseanzadel Catecismo a nias y nios de lazona trascenda la mecnica de pre-guntas y respuestas memorizadasno porque lo hiciramos mal sinoporque nosotros ramos los que enrealidad aprendamos ms de ellos.Quiz a eso nos enviaban los maes-tros jesuitas entre los cuales estabaB e rg o gl i o : a aprender. A no dudar,lo nuestro era ms aprendizaje queenseanza. Pero por poco que fueranuestro aporte, por dbil que fuera lasemilla, all estaba. Que fructificaseya no dependa de nosotros sino deD ios.

    Cuando, luego, una ducha nos sa-caba el olor a rancho, a humo, a po-breza, veamos nuestra cama, cmoday bien abrigada, la realidad de esecallejero que habamos sido por algu-nas horas se nos vena encima. No esque nos creyramos mejor que nadie,pero por un momento nos reconcilia-ba con la realidad.

    Nadie nos peda entonces queabandonsemos nuestra vida, nuestrafamilia ni nuestra educacin, slo nospedan que no ignorsemos las vidasajenas.

    De este modo he aprendido quehacernos callejeros de la fe no es ol-vidar nuestra realidad personal sinoaprender a conocer la del hermanoque sufre.

    No podemos quedarnos encerradosen nuestras casas, sigue diciendo hoyFrancisco, cuando tantas personas es-tn esperando el Evangelio, que al-guien se anime a abrir la boca, salgaa callejear y les anuncia la Palabra.

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    nmero 14, viernes 4 de abril de 2014 LOSSERVATORE ROMANO pgina 5

    El Papa al Movimiento apostlico de ciegos y a la Pequea misin para los sordomudos

    De la exclusin al encuentro

    El abrazo a Cyril Axelrod, sacerdote sudafricanosordo desde la infancia y ciego desde el ao 2000

    Se necesita ser testigos del Evangelio para oponer a la cultura de la exclusin ydel prejuicio la cultura del encuentro y de la esperanza. Lo dijo el Papa al

    dirigirse el sbado 29 de marzo, por la maana, a los miembros del Movimientoapostlico de ciegos y de la Pequea misin para los sordomudos, a quienes recibien audiencia en el aula Pablo VI.

    Pero lo significativo esque este hombre, a

    partir de lo que le suce-di, se convierte en tes-tigo de Jess y de suobra, que es la obra de

    Dios, de la vida, delamor, de la misericor-dia. Mientras los jefesde los fariseos, desdelo alto de su seguridad,le juzgan a l y a Jesscomo pecadores, elciego curado, con sen-cillez desarmante, de-fiende a Jess y al finalprofesa su fe en l, ycomparte tambin susuerte: Jess es exclui-

    Quien no quiere ver la luzVIENEDE LAPGINA 1

    plena. Es muy impor-tante que justo estaspersonas se conviertanen testigos de una nue-va actitud, que pode-mos llamar cultura dele n c u e n t ro. Ejemplo tpi-co es la figura del cie-go de nacimiento, quese leer maana en elEvangelio de la misa(Jn 9, 1-41).

    Ese hombre era cie-go de nacimiento y eramarginado en nombrede una falsa concep-

    Testigo del Evangelio esaquel que ha encontrado a Je-sucristo, que lo ha conocido,o mejor, se ha sentido conocido

    por l, re-conocido, respeta-do, amado, perdonado, y esteencuentro lo ha tocado enprofundidad, lo ha colmadode una alegra nueva, un nue-vo significado para la vida. Yesto trasluce, se comunica, setransmite a los dems.

    He recordado a la samarita-na porque es un ejemplo clarodel tipo de personas que Jessamaba encontrar, para hacer

    de ellos testigos:personas mar-ginadas, excluidas, despreciadas.La samaritana lo era en cuan-to mujer y en cuanto samari-tana, porque los samaritanoseran muy despreciados por los

    Aqu estn las dos culturas opues-tas. La cultura del encuentro y lacultura de la exclusin, la culturadel prejuicio, porque se perjudica yse excluye. La persona enferma ydiscapacitada, precisamente a partirde su fragilidad, de su lmite, puedellegar a ser testigo del encuentro: elencuentro con Jess, que abre a lavida y a la fe, y el encuentro con losdems, con la comunidad. En efecto,

    slo quien reconoce la propia fragilidad,el propio lmite puede construir relacio-nes fraternas y solidarias, en la Iglesiay en la sociedad.

    Queridos amigos, os doy las gra-cias por haber venido y os aliento aseguir adelante por esta senda, en laque ya caminis. Vosotros del Movi-miento apostlico de ciegos, hacien-do fructificar el carisma de MariaMotta, mujer llena de fe y de espri-tu apostlico. Y vosotros de la Pe-quea misin para los sordomudos,en la estela del venerable don Giu-seppe Gualandi. Y todos vosotros,aqu presentes, dejaos encontrar por

    Jess: slo l conoce verdaderamen-te el corazn del hombre, slo lpuede liberarlo de la cerrazn y delpesimismo estril y abrirlo a la viday a la esperanza.

    Antes de impartir la bendicin a lospresentes el Pontfice pronunciespontneamente las siguientes palabras.

    Y ahora miremos a la Virgen. En

    ella se dio el primer encuentro: elencuentro entre Dios y la humani-dad. Pidamos a la Virgen que nosayude a ir adelante en esta culturadel encuentro. Y nos dirigimos aElla con el Ave Mara.

    cin que lo consideraba afectado porun castigo divino. Jess rechaza ra-dicalmente este modo de pensarque es un modo verdaderamenteblasfemo y realiza para el ciego laobra de Dios, donndole la vista.

    judos. Pero pensemos en los mu-chos que Jess ha querido encontrar,

    sobre todo, personas afectadas porla enfermedad y la discapacidad, parasanarles y devolverles su dignidad

    do, y tambin l es excluido. Peroen realidad, ese hombre entr a for-

    mar parte de la nueva comunidad,basada en la fe en Jess y en elamor fraterno

    Queridos hermanos y hermanas,bienvenidos!

    Saludo al Movimiento apostlicode ciegos, que ha promovido esteencuentro con ocasin de sus Jorna-das de participacin; y saludo a laPequea misin para los sordomu-dos, que ha comprometido muchasrealidades de personas sordas en Ita-lia. Agradezco las palabras que mehan dirigido los dos responsables; yextiendo mi saludo a los miembrosde la Unione italiana ciechi e ipove-denti que participan en este encuen-

    t ro .Quisiera realizar con vosotros unabreve reflexin a partir del tema

    Testigos del Evangelio para una cul-tura del encuentro.

    Lo primero que observo es que es-ta expresin termina con la palabraencuentro, pero al inicio presupo-ne otro encuentro, el encuentro con Je-

    sucristo. En efecto, para ser testigosdel Evangelio, se necesita haberloe n c o n t ra d o a l, a Jess. Quien le co-noce de verdad, se convierte en sutestigo. Como la samaritana lemosel domingo pasado: esa mujer en-cuentra a Jess, habla con l, y suvida cambia; regresa con su gente y

    dice: Venid a ver a uno que me hadicho todo lo que he hecho, quizses el Mesas! (cf. Jn 4, 29).

    Mientras que el ciego se acercagradualmente a la luz, los doctoresde la ley, al contrario, se hunden ca-da vez ms en su ceguera interior.Cerrados en su presuncin, creen te-ner ya la luz; por ello no se abren a

    la verdad de Jess. Hacen todo loposible por negar la evidencia, po-nen en duda la identidad del hom-bre curado; luego niegan la accinde Dios en la curacin, tomando co-mo excusa que Dios no obra en dade sbado; llegan incluso a dudar deque ese hombre haya nacido ciego.Su cerrazn a la luz llega a ser agre-siva y desemboca en la expulsindel templo del hombre curado.

    El camino del ciego, en cambio,es un itinerario en etapas, que partedel conocimiento del nombre de Je-ss. No conoce nada ms sobre l;en efecto dice: Ese hombre que sellama Jess hizo barro, me lo unten los ojos (v. 11). Tras las insis-tentes preguntas de los doctores de

    la ley, lo considera en un primermomento un profeta (v. 17) y luegoun hombre cercano a Dios (v. 31).Despus que fue alejado del tem-plo, excluido de la sociedad, Jesslo encuentra de nuevo y le abre

    los ojos por segunda vez, reveln-dole la propia identidad: Yo soy elMesas, as le dice. A este punto elque haba sido ciego exclam:Creo, Seor (v. 38), y se postrante Jess. Este es un pasaje delEvangelio que hace ver el drama dela ceguera interior de mucha gente,

    tambin la nuestra porque nosotrosalgunas veces tenemos momentosde ceguera interior.

    Nuestra vida, algunas veces, es se-mejante a la del ciego que se abri ala luz, que se abri a Dios, que seabri a su gracia. A veces, lamenta-blemente, es un poco como la de losdoctores de la ley: desde lo alto denuestro orgullo juzgamos a los de-ms, incluso al Seor. Hoy, somosinvitados a abrirnos a la luz de Cris-to para dar fruto en nuestra vida,para eliminar los comportamientosque no son cristianos; todos noso-tros somos cristianos, pero todos no-sotros, todos, algunas veces tenemoscomportamientos no cristianos, com-portamientos que son pecados. De-

    bemos arrepentirnos de esto, elimi-nar estos comportamientos para ca-minar con decisin por el camino dela santidad, que tiene su origen enel Bautismo. Tambin nosotros, enefecto, hemos sido iluminados

    por Cristo en el Bautismo, a fin deque, como nos recuerda san Pablo,podamos comportarnos como hijosde la luz (Ef5, 9), con humildad,paciencia, misericordia. Estos docto-res de la ley no tenan ni humildadni paciencia ni misericordia.

    Os sugiero que hoy, cuando vol-vis a casa, tomis el Evangelio de

    Juan y leis este pasaje del captulo9. Os har bien, porque as verisesta senda de la ceguera hacia laluz y la otra senda nociva hacia unaceguera ms profunda. Pregunt-monos: cmo est nuestro cora-zn? Tengo un corazn abierto oun corazn cerrado? Abierto o ce-rrado hacia Dios? Abierto o cerra-do hacia el prjimo? Siempre tene-mos en nosotros alguna cerraznque nace del pecado, de las equivo-caciones, de los errores. No debe-mos tener miedo. Abrmonos a laluz del Seor, l nos espera siem-pre para hacer que veamos mejor,para darnos ms luz, para perdo-narnos. No olvidemos esto! A la

    Virgen Mara confiamos el caminocuaresmal, para que tambin noso-tros, como el ciego curado, con lagracia de Cristo podamos salir ala luz, ir ms adelante hacia la luzy renacer a una vida nueva.

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    pgina 6 LOSSERVATORE ROMANO viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

    El Papa pide a los obispos de Madagascar discernimiento en las vocaciones y vigilancia en el estilo de vida del clero

    Para un testimonio creble

    Queridos hermanosen el episcopado:

    Es una alegra para m encontrar-me con vosotros con ocasin devuestra visita ad limina. Agradezco amonseor Dsir Tsarahazana, presi-dente de vuestra Conferencia episco-pal, las cordiales palabras que me hadirigido en vuestro nombre. A travsde usted transmito mi ms cordialsaludo a los sacerdotes, a las perso-nas consagradas, a los catequistas ya todos los fieles laicos de vuestrasdicesis. Deseo que vuestra peregri-nacin a las tumbas de los Apstolessea para vosotros y para vuestrasIglesias locales la ocasin de una re-novacin espiritual y misionera, ytambin un signo de vuestra comu-nin con el Sucesor de Pedro y laIglesia universal.

    Deseo ante todo dar gracias convosotros por la vitalidad de la Igle-sia en Madagascar, y agradecerosvuestro valiente y perseverante traba-jo de evangelizacin. Saber que enesta obra, que realizis en condicio-nes difciles, Dios tiene siempre lainiciativa, nos permite conservar laalegra en medio de una tarea tanexigente (Evangelii gaudium, n. 12).Esta alegra tiene su origen en el en-cuentro personal con Cristo y en la

    acogida de su mensaje de misericor-dia. Es una exigencia primaria paralos evangelizadores que tienen la mi-

    178). Os aliento, por lo tanto, a per-severar en la atencin que prestis alos pobres, sosteniendo, material yespiritualmente, a todos los que sededican a ellos, en especial a lascongregaciones religiosas, a quienesdoy las gracias de todo corazn porsu abnegacin y el testimonio autn-tico que dan del amor de Cristo portodos los hombres. Os invito tam-bin a interpelar sin temor a toda lasociedad malgache, y en especial asus responsables, sobre la cuestinde la pobreza, debida en gran parte

    a la corrupcin y a una falta deatencin al bien comn.

    Tambin la educacin es para vo-sotros un campo que requiere consi-derables esfuerzos. Conozco todo elbien que hace la escuela catlica alos jvenes y a sus familias, a travsde su accin evangelizadora.

    La aportacin intelectual, culturaly moral que toda la sociedad deMadagascar recibe de ella es consi-derable. Es necesario, por lo tanto,tratar de que el mayor nmero posi-ble de nios, comprendidos los delas familias ms modestas, pueda serescolarizado, al mismo tiempo que,por dificultades econmicas, muchospadres ya no se lo pueden permitir.Del mismo modo, os invito a actuar

    a fin de que en los institutos pbli-cos se pueda garantizar una presen-cia cristiana. Que los cristianos com-

    cin al matrimonio, siempre que seaposible, se debe profundizar. Nume-rosas amenazas pesan sobre la fami-lia, clula vital de la sociedad y de laIglesia, por lo cual necesita ser pro-tegida y defendida, para poder pres-tar a la sociedad el servicio que lamisma espera de la familia, es decir,darle hombres y mujeres capaces deedificar un tejido social de paz y dearmona (Africae munus, n. 43).Adems, las familias tienen ms ne-cesidad que nunca de ser sostenidasen su camino de fe. Que puedan en-contrar perseverancia y fuerza en laoracin, en la escucha de la SagradaEscritura y en los sacramentos.

    Ante los nuevos desafos en mbi-to interreligioso, me parece urgente

    desarrollar, e incluso a veces impul-sar, un dilogo lcido y constructi-vo, con el fin de mantener la paz en-

    la vida consagrada no son instru-mentos de ascenso social, sino unservicio a Dios y a los hombres.Una atencin especial se debe pres-tar al discernimiento de las vocacio-nes sacerdotales y religiosas, tantoen las dicesis como en los diversosinstitutos de vida consagrada. Lacastidad y la obediencia se debenconsiderar con grandsima estima, yos corresponde a vosotros recordar-lo constantemente. Estas virtudesdeben ser presentadas y vividas sinambigedad por los formadores enlos seminarios y en los noviciados.Lo mismo vale para la relacin conlos bienes temporales y la prudenciaen su gestin. El antitestimonio enese mbito es particularmente de-

    sastroso por el escndalo que pro-voca, sobre todo ante una pobla-cin que vive en la indigencia.

    Vosotros habispuesto en prctica, envuestras dicesis, unprograma de forma-cin a la vida y alamor, ambicioso ymuy dinmico. Osaliento a perseveraren este camino, inclu-so si ello parece ir acontracorriente res-pecto a la mentalidadactual. La prepara-

    Cercanos a los pobres, constructores de unidad,promotores de justicia social, atentos a la formacin

    incluso de los ms necesitados, defensores de lafamilia, protagonistas de una vida coherente con elEvangelio: todo esto deben ser los obispos ysacerdotes si quieren dar un testimonio creble. Es el

    mandato confiado por el Papa a los obispos de laConferencia episcopal de Madagascar, a quienes

    recibi en audiencia el viernes 28 de marzo, conocasin de la visita ad limina Apostolorum.Publicamos la traduccin del texto entregado a losobispos malgaches.

    sin de favorecer esteencuentro del Seorcon los hombres y lasmujeres a los cualesson enviados.

    Queridos hermanos,vuestro pas, desde ha-ce muchos aos, atra-viesa un perodo dif-cil y vive graves difi-cultades socio-econ-micas. Vosotros habisexhortado a toda lasociedad a recobrarfuerzas con el fin deconstruir un futuro

    nuevo. No puedo de-jar de alentaros a ocu-par todo vuestro espa-cio en este trabajo de

    Vosotros tenis tam-bin el deber de estarcerca y de prestar granatencin a la vida y ala situacin de cadauno de vuestros sacer-dotes, cuyas condicio-nes de vida son algu-nas veces muy durasa causa de la sole-dad, la falta de me-dios y la inmensidadde la tarea y estnespecialmente expues-tos. Les aseguro mi es-tima y mi aliento en

    su misin, a fin deque sean pastores se-gn el corazn deDios, cercanos a los

    tre las comunidades y favorecer elbien comn. Os invito, sobre todo,a no dudar jams del dinamismo delEvangelio y tampoco de su capaci-dad de convertir los corazones aCristo resucitado y conducir a laspersonas a lo largo del camino de lasalvacin que esperan en lo ms pro-fundo de s mismas.

    Por lo tanto, es necesario que lafe, que los cristianos testimonian, seviva en la cotidianidad. La vida de-ber ser coherente con la fe a fin deque el testimonio sea creble. Os in-vito tambin a suscitar en vuestras

    comunidades, a todos los niveles,un trabajo de profundizacin de lafe para vivirla de modo cada vezms vigoroso. Esta invitacin se di-rige sobre todo al clero y a las per-sonas consagradas. El sacerdocio y

    fieles y deseosos de anunciarles laPalabra de vida. Queridos hermanosen el episcopado, amad a vuestrossacerdotes y ayudadles a vivir enunin ntima con Cristo. La comu-nin entre vosotros y con vuestrop re s b y t e r i u m es fuente de alegra y defecundidad en el anuncio del Evan-gelio.

    Que el Seor siga derramando so-bre vosotros sus gracias de luz, valory fuerza. Por mi parte os exhorto avivir siempre en la esperanza quenos viene de la presencia del Resuci-tado y os reitero mi afecto fraterno.

    Confo a cada uno de vosotros, ascomo a todos vuestros diocesanos, ala proteccin y a la intercesin ma-ternal de la Virgen Mara y os im-parto de todo corazn la bendicinap ostlica.

    reconstruccin, dentro del respeto delos derechos y los deberes de cadauno. Es importante que mantengisrelaciones constructivas con las auto-ridades de vuestro pas. Os corres-ponde a vosotros buscar la unidad,la justicia y la paz para servir mejora vuestro pueblo, rechazando todaimplicacin en disputas polticas endetrimento del bien comn. Quevuestra palabra y vuestros actos ma-nifiesten siempre vuestra comuninp ro f u n d a .

    En esta perspectiva, deseo alabarel compromiso insustituible de vues-

    tras dicesis en las obras sociales.De hecho, existe una ntima cone-xin entre evangelizacin y promo-cin humana. Esta se debe expresary desarrollar en toda la accin evan-gelizadora (cf. Evangelii gaudium, n.

    prometidos en el mundo de la edu-cacin contribuyan en la formacinde los valores evanglicos y huma-nos en las jvenes generaciones, quesern, incluso, los dirigentes de lasociedad futura.

    En vuestro mensaje de clausuradel Ao de la fe, os habis lamentadopor la prdida de la autnticafihava-nana, ese modo de vivir propio devuestra cultura, que favorece la ar-mona y la solidaridad entre los mal-gaches. Los valores que el Creadorinfundi en vuestra cultura se debenseguir transmitiendo iluminndolos

    desde dentro con el mensaje evang-lico. As, la dignidad de la personahumana, la cultura de la paz, deldilogo y de la reconciliacin podrnvolver a encontrar su lugar en la so-ciedad con vistas a un futuro mejor.

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    nmero 14, viernes 4 de abril de 2014 LOSSERVATORE ROMANO pgina 7

    Misa con el Santo Padre en Santa MartaRegreso a casa

    Si quieres conocer la ternura de unpadre, prueba a dirigirte a Dios.Prueba, y despus me cuentas!. Esel consejo espiritual que el PapaFrancisco dio en la misa que celebrel viernes 28 de marzo, por la maa-na, en la capilla de la Casa SantaMarta. Por ms pecados que haya-mos cometido, afirm el Pontfice,Dios nos espera siempre y est dis-puesto a acogernos y hacer fiestacon nosotros y por nosotros. Porquees un Padre que jams se cansa deperdonar y no tiene en cuenta si, alfinal, el balance es negativo: Diosno sabe hacer otra cosa que amar.

    Esta actitud, explic el Papa, sedescribe bien en la primera lectura dela liturgia, tomada del libro del pro-feta Oseas (14, 2-10). Es un texto quenos habla de la nostalgia que Dios,nuestro Padre, siente por todos noso-tros que nos hemos ido lejos y noshemos alejado de l. Sin embargo,con cunta ternura nos habla!.

    Y el Pontfice quiso remarcar pre-cisamente la ternura del Padre.Cuando omos la palabra que nosinvita a la conversin conver-tos!, quiz nos parezca algo fuerte,porque nos dice que tenemos quecambiar de vida, es verdad. Perodentro de la palabra conversin estprecisamente esta nostalgia amoro-sa de Dios. Es la palabra apasiona-da de un Padre que dice a su hijo:vuelve, vuelve, es hora de volver acasa!.

    Solamente con esta palabra po-demos pasar muchas horas en ora-cin, afirm el Pontfice, notandocmo Dios no se cansa nunca: lovemos en tantos siglos y conmuchas apostasas del pueblo. Sinembargo, l regresa siempre, por-que nuestro Dios es un Dios que es-pera. Y as tambin Adn salidel Paraso con una pena y tambincon una promesa. Y el Seor es fiela su promesa, porque no puede ne-garse a s mismo, es fiel!.

    Por esta razn Dios nos ha espe-rado a todos nosotros, a lo largo dela historia. En efecto, es un Diosque nos espera siempre. Y, al res-pecto, el Papa invit a contemplarel hermoso icono del padre y delhijo prdigo. El evangelio de Lu-cas (15, 11-32) nos dice que el padrevio al hijo desde lejos, porque lo es-

    peraba y todos los das iba a la te-rraza para ver si volva su hijo. Elpadre, pues, esperaba el regreso desu hijo, y as, cuando lo vio llegar,sali corriendo y se ech a su cue-llo. El hijo, en el camino de retor-no, haba preparado incluso las pala-bras que iba a decir para presentarsede nuevo en casa: Padre, he pecadocontra el cielo y contra ti; ya no me-rezco llamarme hijo tuyo. Pero elpadre no lo dej hablar, y con suabrazo le tap la boca.

    La parbola de Jess nos permitecomprender quin es nuestro Pa-dre: el Dios que nos espera siem-pre. Alguien podra decir: Peropadre, yo tengo tantos pecados queno s si l estar contento!. La res-

    puesta del Papa es: Prueba! Siquieres conocer la ternura de estePadre, ve a l y prueba! Despus,me cuentas. Porque el Dios quenos espera es tambin el Dios queperdona: el Dios de la misericor-

    El Dios que es-pera y perdona estambin el Diosque hace fiesta,pero no organi-zando un banque-te, como aquelhombre r ico encuyo portal estabael pobre Lzaro.No, esa fiesta nole agrada!, afir-m el Santo Pa-dre. En cambio,Dios preparaotro banquete,

    como el padre delhijo prdigo. Enel texto de Oseas,explic, Dios nosdice que tambint florecers comoel lirio. Es su

    cacin de cami-no. Se puede vol-ver: el Seor nosda esta gracia, depoder regresar.

    Y hay otrogrupo que es mspeligroso dijoporque se engaaa s mismo. Sonlos que caminanpero no hacencamino. Son loscristianos erran-tes: dan vueltas,dan vueltas como

    si la vida fueseun turismo exis-tencial, sin meta,sin tomar en se-rio las promesas.Los que danvueltas y se enga-

    dia. Y no se cansa de perdonar;somos nosotros los que nos cansa-mos de pedir perdn. Pero l no secansa: setenta veces siete! Siempre!

    Adelante con el perdn!.Ciertamente, prosigui el Papa,desde el punto de vista de una em-presa el balance es negativo, es ver-dad! l pierde siempre, pierde en elbalance de las cosas. Pero gana en elamor, porque l es el primero quecumple el mandamiento del amor:l ama, no sabe hacer otra cosa!,como recuerda el pasaje evanglicode la liturgia del da (Mc 12, 28-34).

    Es un Dios que nos dice, como selee en el libro de Oseas: Yo te sa-nar porque mi clera se ha alejadode ti. As habla Dios: Yo te llamopara sanarte!. Hasta tal punto que,explic el Pontfice, los milagrosque Jess haca a muchos enfermoseran tambin un signo del gran mi-

    lagro que cada da el Seor nos hacea nosotros cuando tenemos la valen-ta de levantarnos e ir a l.

    SIGUE ENLA PGINA13

    para nosotros: Yo creo cielos nue-vos y tierra nueva.... No recordarya el pasado, las fatigas... ser todonuevo. Cre Jerusaln para la ale-

    gra..... Habr alegra. Es la prome-sa de la alegra.El Seor, explic el obispo de Ro-

    ma, antes de pedir algo promete. Ypor ello el fundamento principal dela virtud de la esperanza es precisa-mente fiarse de las promesas del Se-or. Tambin porque esta esperan-za asegur no defrauda; porquel es fiel y no falla. El Seor, con-tinu, no pidi nunca a nadie ir, ac-tuar, sin antes haberle hecho unapromesa. Incluso Adn record alresp ecto cuando fue expulsado delParaso recibi una promesa. Y estees nuestro destino: caminar en laperspectiva de las promesas, segurosde que llegarn a ser realidad. Eshermoso leer el captulo once de la

    Carta a los Hebreos, donde se relatael camino del pueblo de Dios hacialas promesas: cmo esta gente ama-

    porque, precis, se forma parte demovimientos eclesiales y se sientenen ellos como en la propia casa es-piritual, casi cansados de cami-

    n a r.Contamos con muchos cristianosinmviles. Tienen una esperanza d-bil. S, creen que existe el cielo perono lo buscan. Siguen los manda-mientos evidenci el Pontfice,cumplen los preceptos, todo, todo;pero estn inmviles. Y el Seor nopuede sacar levadura de ellos parahacer crecer a su pueblo. Y esto esun problema: los inmviles.

    Luego aadi estn los otros,los que se equivocan de camino. To-dos nosotros algunas veces nos he-mos equivocado de camino. Pero elproblema, precis, no es equivocar-se de camino. El problema es novolver cuando uno se da cuenta deque se ha equivocado. Es nuestra

    condicin de pecadores lo que noshace errar el camino. Caminamos,pero a veces cometemos esta equivo-

    promesa: har fiesta por ti, hasta talpunto que brotarn tus retoos ytendrs el esplendor del olivo y lafragancia del Lbano.

    El Papa Francisco concluy sumeditacin reafirmando que la vidade toda persona, de todo hombre yde toda mujer que tiene la valentade acercarse al Seor, encontrar laalegra de la fiesta de Dios. De ahsu deseo final: Que estas palabrasnos ayuden a pensar en nuestro Pa-dre, el Padre que nos espera siem-pre, que nos perdona siempre y quehace fiesta cuando volvemos.

    Para no serturistas existenciales

    Ni cristianos errantes como turistasexistenciales ni cristianos inmvi-les, sino testigos de una fe que ca-mina siguiendo las promesas deDios. Es la identidad cristiana ascomo la traz el Papa Francisco ellunes 31 de marzo en la misa cele-brada en la capilla de la Casa SantaMarta.

    El Pontfice habl del valor queen la vida de un cristiano tiene laconfianza en Jess que no defraudanunca. Est escrito en el Evangelioy el Papa Francisco lo puso de relie-ve al comentar las lecturas de la li-turgia. En la primera lectura co-menz citando a Isaas (65, 17-21)est la promesa de Dios, lo que nosespera. Lo que Dios ha preparado

    ba mucho estas promesas y las bus-caba incluso con el martirio. Sabaque el Seor era fiel. La esperanzano defrauda nunca.

    Para ayudar a comprender mejorel valor de la confianza en las pro-mesas del Padre, el Papa hizo refe-rencia al episodio narrado por elEvangelio de san Juan (4, 43-54)proclamado poco antes, en el cual sehabla del funcionario del rey que, alenterarse de la l legada de Jess aCan, va a su encuentro para pedirleque salve al hijo enfermo que estabamurindose en Cafarnan. Fue sufi-ciente, record el Pontfice, que Je-ss dijera: Anda, tu hijo vive paraque ese hombre creyese en su pala-bra y se pusiese en camino: Esta esnuestra vida: creer y ponerse en ca-mino como hizo Abrahn, queconfi en el Seor y camin inclu-so en momentos difciles, cuando,por ejemplo, su fe fue probadacon la petic in del sacrificio delhijo. Incluso en esa ocasin l ca-min. Se fio del Seor destac elPontfice y sigui adelante. La vidacristiana es esto: caminar hacia laspromesas. Por ello la vida cristia-na es esperanza.

    Sin embargo, se puede incluso no

    caminar en la vida. Y, de hechoapunt el obispo de Roma haymuchos, incluso cristianos y catli-cos de comunidad, que no caminan.Est la tentacin de detenerse, deconsiderar ser un buen cristiano slo

    an porque dicen: Yo camino....No; t no caminas, t das vueltas.En cambio el Seor nos pide que nonos detengamos, que no nos equivo-quemos de camino y que no demosvueltas por la vida. Nos pide quemiremos las promesas, que sigamosadelante con las promesas, como elhombre del Evangelio de Juan, quecrey en las promesas de Jess y sepuso en camino. Y la fe se pone encamino.

    La Cuaresma, dijo como conclu-sin, es un tiempo propicio parapensar si estamos en camino o si es-tamos demasiado inmviles y en-tonces debemos convertirnos; o biensi nos hemos equivocado de cami-no y entonces debemos ir a confe-sarnos para retomar el camino; o,por ltimo, si somos turistas teolo-gales, como los que dan vueltaspor la vida pero que nunca dan unpaso hacia adelante.

    Pidamos al Seor la gracia estafue la exhortacin del Papa Francis-co de retomar el camino, de poner-nos en camino hacia las promesas.Mientras pensamos en esto, nos harbien releer el captulo once de la

    Carta a los Hebreos, para compren-der bien lo que significa caminar ha-cia las promesas que nos hizo el Se-or.

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    nmero 14, viernes 4 de abril de 2014 LOSSERVATORE ROMANO pginas 8/9

    En vsperas de la canonizacin del 27 de abril

    Bondad y oracinGIOVANNI BATTISTA REEl 27 de abril de este ao sern inscri-tos en el catlogo de los santos dos gi-gantescas figuras de Papas: Juan XXIIIy Juan Pablo II. Pontfices muy queri-dos y populares, que permanecieronenelcoraznde lagente y queconsu ge-nialidad operativa abrieron nuevos ho-rizontesal camino de la Iglesia y tuvie-ron repercusiones en la historia delmundo. Dos Papas distintos por ori-gen y por formacin, pero ambosgrandes por la nobleza de nimo, porla rica humanidad y porla extraor-dinaria espiritualidad e inteligen-cia.

    Cul es el secreto de la in-contenible simpata que el Pa-pa Roncalli suscit en hom-bres y mujeres de toda na-cin, de toda condicin yhasta de diferente origen re-ligioso o poltico? El Papanativo de Sotto il Montefascin a grandes y peque-

    os con su desbordantebondad, manifestada incluso reali-zando gestos de afecto espontneosy conmovedores, como cuando la tardede la apertura del Concilio dijo a lagente en la plaza de San Pedro quetransmitiesenuna cariciaa sus nios, alvolver a casa, y decirles que era la ca-ricia del Papa. La humanidad tienesed de bondad, de amor, de calor hu-mano, y cuando encuentra estos valoresvividos con la intensidad que fue carac-tersticaen el Papa Roncalli, la admira-cin y la simpata irrumpen espont-neas.

    La bondad conla queel Papa JuanXXIII conquist el mundo tuvo la ven-taja de contar con un carcter alegre,sereno y optimista como era el suyo,pero no se debe olvidar que ese carc-ter era el resultado de un tesn y de unesfuerzo continuo de virtud personal,aprendido en la escuela del Evangelio.En otraspalabras, su modo deser y devivirera fruto de una profunda vida deoracin y de esfuerzoasctico demejo-rarse a s mismo, aprendido en la fami-lia en los primeros aos y que luegomadur y creci. Cuando era nuncio enBulgaria, escriba a sus padres: Desdeque sal de casa, a poco ms de 10aos, he ledo muchos libros y aprendi-do muchas cosas que vosotros no po-dais ensearme. Pero esas pocas queaprend de vosotros son todava las mspreciosasy las msimportantes, y sos-tienen y dan valor a las otras muchasque he aprendido luego.

    La bondad del Papa Roncalli alcan-z despus gran xito, porque ibaacompaada de sabidura y buen senti-do. Era una bondad iluminada por unainteligencia que siempre supo mirar le-

    jos. Cuando Roncalli lleg a ser Papa,dio origen a iniciativas que conmovie-ron al mundo, primero de todo la con-vocatoria del concilio. l busc siempremantener relaciones cordiales de amis-tad incluso con personas lejanas de laIglesia y de la fe cristiana. En su vidafue ciertamente no un constructor demuros, sino de puentes. El ConcilioVaticano II es en realidad un granpuente tendido por l hacia el mundomoderno. Incluso sus dos memorablesencclicas, Mater et magistra y Pacem interris son dos especies de puentes haciatodos los hombres de buena voluntadsobre temas de economa, trabajo,justi-cia social y paz. Con su bondad Ron-calli como nuncio apostlico, comopatriarca de Venecia y luego como Pa-pa logr resolver muchos problemas,porquesu bondad abra las puertas aldilogo y eso ayudaba a encontrar las

    soluciones justas. l estaba convencidode que, por mucho que una personahumana estuviese inclinada al mal, per-maneca en ella siempre un rayo debondad y una componente de humani-dad. En todo hombrey en toda mujer

    deca hay algo de bueno, incluso enaquellos que parecen ms malos. Poresto l confiaba no slo en Dios, sinotambin en los hombres.

    Mientras que la Iglesia proclamasanto al Papa Roncalli, brota espont-

    nea del corazn la aclamacin: Honory gloria a este Papa que abri el Conci-lio; bendito sea este Papa que dio almundo la imagen de la bondade indi-c a todos que la nica senda que con-ducea un futuro mejores el caminodela verdad, de la justicia, de la solidari-dad y del amor. Bendito estePapa queense al mundo que la humanidad ne-cesita sobre todo amor y bondad.

    El mundo apreci tambin la figuragigantesca del Papa Juan Pablo II, s o-bre todo por lo que hizo en los 26 aosy medio de pontificado, porque este erael aspecto que ms sobresala. Sin em-bargo, la dimensin dominante en lfue sin duda alguna la oracin. Su lar-ga vida fue una admirable sntesis deoracin y de accin, pero, en sualmayen su visin personal, la prioridad la

    tena la oracin. Desde su juventud Ka-rol Wojtyaam y dio un lugar de pri-vilegio a la oracin, que formaba partede su existencia. Podemos decir tam-bin que la oracin fue la autnticafuente de su dinamismo y de su incan-sable actividad apostlica, que fue tam-bin la raz de la eficacia de su testimo-nio.

    Trabajando cerca del Papa Juan Pa-blo II, muchas eran lascosas que con-movan. Su seguridad, ante todo: eraun hombre de certezas. Yluego la pro-fundidad de su pensamiento, la capaci-dad de hablar a las multitudes, la facili-dad para los idiomas, la prontitud depalabra adecuada en cada situacin.Pero lo que siempre me impresionabams era la intensidad de su oracin,manifestacin de una profunda y vivaunin con Dios. Impresionaba cmo sesumerga en la oracin: se notaba en lun arrebato que lo absorba comosi notuviese problemas y compromisos ur-gentes a los que dedicarse activamente.Suactituden la oracin erade profun-do recogimiento y, al mismo tiempo, deserena soltura: testimonio de una co-munin con Dios intensamente radica-da en su alma, expresin de una ora-cin convencida, gustada, vivida. Vin-dolo rezarcuando estaba solo,se intuacmo la unincon Dios era para l la

    respiracin delalma y la fuente de suentrega. Conmova la facilidad y laprontitud con las que pasaba del con-tacto humano con la gente al recogi-miento del coloquio ntimo con Dios.Tena una gran capacidad de concen-tracin. Cuando estaba recogido enoracin, lo que suceda a su alrededorpareca no tocarlo y no concernirle, ental medida se sumerga en el encuentrocon Dios. Durante la jornada, el pasode una ocupacin a otra estaba siempremarcada por una breve oracin. Cuan-do escriba, consu minuta caligrafa, eltexto en polaco de sus discursos, de sushomilas o de los documentos magiste-riales, iniciaba siempre con una breveinvocacin u oracin en latn, en laparte derecha del folio,y que retomabaluego en la pgina sucesiva. Por ejem-

    plo: Totus tuusego sum y enel foliosi-guiente: et omnia mea tua sunty as su-cesivamente en los otros folios. Se pre-paraba para los diversos encuentros dela jornada o de la semana rezando. Al-guna vez lo dijo expresamente. Porejemplo cuando recibi a Gorbachoven 1989, el Papa inici el coloquioconfiando a su interlocutor quese haba preparado para la citarezando a Dios porsu persona ypor el encuentro.

    Todas las opciones impor-tantes las maduraba en la ora-cin. Antes de cada una de lasdecisiones importantes JuanPablo II rezaba en torno a ellalargo tiempo, durante das y, aveces, durante semanas. Cuantoms importante era la decisin,tanto ms prolongada era la ora-cin. En las opcionesde cierto pesono decida nunca instintivamente. Asus interlocutores que lepreguntabano proponan algo, responda que de-seaba reflexionar antes de decidir. Enrealidad, ganaba tiempo para escucharalgn parecer tena siempre muchoscontactos pero sobre todo quera re-zar sobre el tema y obtener luz de loalto antes de decidir. Recuerdo ms deun caso, en los aos que fui sustitutoen la Secretara de Estado, en los que

    Brgamo y Roma para la canonizacin

    En el signode la caridad y la oracin

    Iniciativas del Centro televisivo vaticano para la canonizacin de los dos Papas y en las redes sociales informaciones en tiempo real

    Santos en alta definicin

    me pareci que el Papa ya estaba clara-mente a favor de una determinada op-cin. Le pregunt, por lo tanto, si sepoda proceder a comunicarlo. La res-puesta fue: Esperemos, quiero an re-zar un poco por esta opcin antes dedecidir definitivamente. Cuando se es-taba estudiando una cuestin y no selograba encontrar la solucin, el Papaconclua diciendo: Andebemos rezarpara que el Seor venga en nuestraayuda. Juan Pablo II se confiaba a laoracin para encontrar claridad en elcamino a seguir.

    Dos semanas despus de su eleccina la sede de Pedro, fue al santuariodela Mentorella, a unos sesenta kilme-tros de Roma, y habl de la oracin yafirm, entre otras cosas, que la prime-ra tarea del Papa en relacin con la

    Iglesia y con el mundo era rezar. Dijo:La oracin (...) es tambin la primeratarea y como el primer anuncio delPa-

    pa, del mismo modo que es el primerrequisitode suservicio a la Iglesia y almundo. Aadi, tambin, que la ora-cines laprimeracondicin de la au-tntica libertad de espritu... para escu-char la voz interior del Espritu divino.Laoracinda un sentido a toda lavidaen cada momento y en cualquier cir-cunstancia (Homila en el santuariode la Mentorella, LOsservatore Ro-mano, edicin en lengua espaola, 5 denoviembre de 1978, p. 11).

    La oracin era algoespontneo en ly, al mismo tiempo, estaba relacionadacon las prcticas de piedad tradiciona-les, entreellas la hora de adoracinca-da jueves, el va crucis quehaca cadaviernes y el rosario diario. La Eucaris-ta, elcrucifijo y laVirgen eran los trescentros de supiedad. La misa era para

    l la realidad ms alta y ms sagrada: elcorazn de cada uno de sus das. Enun encuentro con los sacerdotes en 1995dijo: La misa esen modo absoluto elcentrode mividay de cada unade mis

    jornadas. Cuando estaba en casa y elhorario le permita estar solo en la ca-pilla, me han contado que le gustabarezar incluso postrndose extendido enel suelo como losdas de la ordenacinsacerdotal y episcopal. Con esa posi-

    cinquera expresarprofunda adora-

    cin y humilde imploracin ante la in-finita grandeza de Dios.

    Con respecto al va crucis que JuanPablo II haca cada viernes, elcardenalInnocenti me cont el siguiente episo-dio. Era nuncio en Madrid cuando elprimer viaje a Espaa de Juan Pablo II.El Papa, eljuevesde esa semana, habatenido una jornada muy intensa, por loque lleg a la cena a las 21.00. El pro-grama del da siguiente prevea el desa-yuno a las 6.30 y luego la salida haciaSevilla alas 7.00. El nuncio se desperttemprano, un poco por la preocupa-cin de la visita pastoral del Papa, unpoco porque haba cedido su cama y suhabitacin al Papa por lo cual habadormido enuna cama pequea ubicadaen eldesvn. As, a las 5 de la maanaya se haba levantado. Baj al primerpiso a las 5.30 convencido de que el Pa-pa bajara una hora ms tarde. Not,sin embargo, que en la capilla de lanunciatura estaba encendida la luz.Pens que la noche anterior haban ol-vidado apagarla. Fue a abrir la puertade la capilla y, con sorpresa, vio al Pa-pa arrodillado entierra,ante una de lasestaciones del va crucis. Lajornada es-taba llena de compromisos pastoralesen Sevilla y en Granada, pero el Papaya estaba en la capilla a las 5.30 de lamaana para hacer el va crucis.

    Acompa al Papa a Tierra Santa enel ao 2000. El viernes de esa semana,en el vuelo de Jerusaln al lago de Ti-berades, el Papa, llevando en la manoun folleto, rezel vacrucis tal comolefue posible hacerlo, en el helicptero.En el ao 2000 no tena la salud de an-tes, de lo contrario seguramente lo hu-biese hecho de noche.

    Respecto a la oracin de peticin,respecto a la oracin de adoracin, deaccin de gracias y de peticinde per-dn, encontr interesante la respuestaque el Papa Juan Pablo II dio a AndrFrossard durante algunos coloquios quemantuvo con l en Castelgandolfo en1982. Traduzco literalmente el prrafodel tomo publicado por Frossard ennoviembre del mismo aobajo el ttulo

    Nayez pas peur!: Hubo un tiempo enmi vida en e l cual me pareca conve -niente limitar la oracin de peticin (esdecir, laoracin de intercesin en favorde una personao de una situacin) pa-ra dejar ms espacio a la oracin deadoracin, de alabanza y de accin degracias, juzgndola ms noble. Estetiempo ha pasado. Cuanto ms sigoadelantevoy porel caminoque la Pro-videncia me ha indicado, ms sientocon mayor fuerza en m la necesidad derecurrir a la oracin depeticin, y msse amplael crculo de laspeticiones aD ios.

    Juan Pablo II con su oracin abraza-ba a todo el mundo y en ms de unaocasin habl de geografa de la ora-cin, confiando que, mientras rezaba,daba idealmente la vuelta al mundo,detenindose en las naciones ms opri-midas y necesitadas.Su oracin de in-tercesin en favor de personas y de si-tuaciones tena siempre una amplituduniversal. No cabe duda de que JuanPablo II fue un mstico. Un mstico, sinembargo, atento a las personas y a lassituaciones. Un mstico que influy enel curso de la historia; un Papa queelmundo estim por el incontenible dina-mismo, por los numerosos gestos, lasinnumerables iniciativas, los grandiososviajes y que admir por la obra realiza-da a fin de que nuestro mundo abrieselas puertas y el corazn a Cristo, reden-tor del hombre. Motivo inspirador detoda la actividad del Papa Juan PabloII fue eldeseo deacercara los hombresy a las muj eres de nuestro t iempo aDiosy de hacer entrar a Dios en nues-tro mundo con plena ciudadana.SIGUEENLAPGINA11

    SIGUEENLAPGINA11

    Obras de caridad que implican di-rectamente a la Iglesia de Brgamo ysu clero;y dos citas de oracin, en-tre las cuales una noche blanca dela misericordia, organizadas por elvicariato de Roma: son los signoselegidos para la canonizacin de losPapas Juan XXIII y Juan Pablo II,presentados durante la conferenciaque tuvo lugarel lunes31 de marzo,por la maana, en la Oficina deprensa de la Santa Sede. A pocomenos de un mes de la cita del 27de abril,que ver en Romaa cientosde miles de fieles de todas las partesdel mundo, se ilustr el camino depreparacin para la ceremonia presi-dida por el Papa Francisco en la pla-za de San Pedro el domingo de la

    Divina misericordia.Los monseores Giulio Dellavite,secretario general de la curia dioce-sana de Brgamo, y Walter Insero,encargado de la oficina para las co-municaciones sociales del vicariatode Roma, informaron acerca de lasiniciativas promovidas por las res-pectivas dicesis. Las de Brgamo si-guen una triple direccin con otrasmuchas obras de caridad. La prime-ra lnea se orienta hacia algunos pro-yectos: uno internacionalpara Hait,con una aportacin para una escue-la; uno europeo, con la edificacinde una parroquia en Albania; y unoen casa, con la reestructuracin deun antiguo cuartel en desuso paratransformarlo en una estructura enfavor de los pobres. La segunda l-nea se refiere al apoyo a las familiasafectadas por la crisis econmica, atravs del aumento del fondo a sufavor, obtenido con la venta de bie-nes de la dicesis y con el compro-

    miso de los 900 sacerdotes del clerolocal a depositar el equivalente deun sueldo. La tercera, por ltimo, essocio-cultural y prev becas de estu-dio para los jvenes.

    En lo que respecta a Roma, elvi-cariato ha promovido dos citas deoracin y de testimonio: el primero,con la apertura nocturna de onceiglesias del centro histrico el sba-

    En casa o en una sala de cine, millonesde personas en cada rincn del mundopodrn participar en la canonizacinde Juan XXIII y Juan Pablo II junto alos cientos de miles de fieles que esta-rn presentes en la plaza de San Pe-dro. Y gracias al uso de las ms avan-zadas tecnologas, como la alta defini-cin, el 3D y el ultra HD, elprximo 27de abril podrn participar en una ex-periencia audiovisual sin precedentes.Mrito sobre todo del Centro televisi-vo vaticano (CTV) que transmitir endirecto el evento. Un esfuerzo titnicopara cincohoras en directo, hecho po-sible por la colaboracin de importan-tessocios del sector. Porprimera vez,en efecto, un acontecimiento de rele-vancia tan grande se realizar con laintegracinde lastres diferentes tecno-logas que representan el nivel msavanzado en mbito televisivo. La ini-ciativa fue presentada el lunes 31 de

    marzo, por la tarde, durante la confe-rencia de prensa que tuvo lugar en elatrio del aula Pablo VI, donde, entreotras cosas, la Oficina de prensa de laSanta Sede montar un muy bien equi-pado media center para acoger a loscientos de periodistas, fotgrafos y c-maras acreditados para la ocasin.

    Queremos ofrecer dijo monseorDario Vigan, director del CTV al pre-sentar el proyecto por un lado unagran difusin de tipo inmersin a laspersonas que no podrn venir. Todo elmundo est implicado en el aconteci-miento y haremos que los espectadoresdesde casa se sientan dentro de la ce-lebracin, junto a los muchos que par-ticiparn personalmente, para rezar.

    Por otro lado aadi monseorVi g a n sentimos la responsabilidadde custodiar la historia y por ello ex-perimentamos la tecnologa 4K, quehoy es la fronterams eficaz. La mis-

    ma, en efecto, permite obtener imge-nes sumamente ntidas, que se puedenarchivar y conservar para el futuro.

    En la misma longitud de onda el ar-zobispo Claudio Maria Celli, presi-dente del Consejo pontificio para lascomunicaciones sociales, para quien eldesafo es precisamente hacerpartci-pes a nivel mundial a los hombres ymujeres de hoy que quieren estar pre-sentes en este gran acontecimiento dela fe. Las nuevas tecnologas son, so-bre todo, una ocasin de relacin, deconocimiento, de participacin.

    Las tomas en 4K las har el CTVjunto al socio Sony, con el soportetecnolgico de DBW communication.La transmisin en 3D ser, en cambio,coordinada por el CTVjuntamente conla plataforma Sky. El 27 de abril seusarn trececmaras 3D de ltima ge-

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    pgina 10 LOSSERVATORE ROMANO viernes 4 de abril de 2014, nmero 14

    Colegio episcopal

    Audiencias pontificias

    Curia romana

    Enviado especial

    RENUNCIAS:

    El Papa ha aceptado la renuncia algobierno pastoral de la dicesis deesk Budjovice (Repblica Che-ca) que monseor JI PAOUR,O.F.M.CAP., le haba presentado enconformidad con el canon 401 2del Cdigo de derecho cannico.

    Ji Padour, O.F.M.CAP., naci enVrclav, dicesis de Hradec Krlo-v, el 4 de abril de 1943. Recibi laordenacin sacerdotal el 21 de juniode 1975. Juan Pablo II le nombrobispo titular de Ausuccura y auxi-liar de Praga el 3 de diciembre de1996; recibi la ordenacin episco-pal el 11 de enero de 1997. El mismoPapa le nombr obispo coadjutorde esk Budjovice el 23 de febre-ro de 2001. Pas a ser obispo de di-cha sede el 2 5 de septiembre de2002.

    El Papa ha aceptado la renuncia ala funcin de auxiliar de la archi-dicesis de Pozna (Polonia) quemonseor ZDZISAW FORTUNIAK,obispo titular de Tamagrista, le ha-ba presentado en conformidad conlos cnones 411 y 401 1 del Cdi-go de derecho cannico.

    Zdzisaw Fortuniak naci enWieszczyczyn, archidicesis de Poz-na, el 21 de febrero de 1939. Reci-bi la ordenacin sacerdotal el 26

    de mayo de 1963. Juan Pablo II lenombr obispo titular de Tamagris-ta y auxiliar de Pozna el 10 deabril de 1982; recibi la ordenacinepiscopal el 9 de mayo del mismoao.

    EL PA PA HA NOMBRAD O:

    Obispo de Wichita (Estados Uni-dos) a monseor CARL ALLAN KEM-ME.

    Carl Allan Kemme naci en Ef-fingham, dicesis de Springfield(Illinos, Estados Unidos), el 14 deagosto de 1960. Recibi la ordena-cin sacerdotal el 10 de mayo de1986. Ha sido vicario parroquial yprroco en diversas parroquias, ad-ministrador diocesano, vicario for-neo, y, en el ltimo perodo, vicariogeneral y moderador de la curia.

    Obispo de Amiens (Francia) amonseor OLIVIER LEBORGNE.

    Olivier Leborgne naci en Nan-tes (Francia) el 13 de noviembre de

    1963. Recibi la ordenacin sacerdo-tal el 29 de junio de 1991, incardina-do en la dicesis de Versalles. Se li-cenci en teologa en el Institutocatlico de Pars. En su ministerioha desempeado los siguientes car-gos: vicario parroquial y prroco;

    CONGREGACIN PA R A LOSINSTITUTOS DE VIDA CONSAGRADA

    Y LAS SO CIEDADES DE VIDAAPOSTLICA

    El Santo Padre ha adoptado las si-guientes disposiciones en la Con-gregacin para los institutos de vidaconsagrada y las sociedades de vidaap ostlica:

    ha confirmado prefecto al car-

    denal Joo Braz de Aviz;ha nombrado miembros a loscardenales: Norberto Rivera Carre-ra, arzobispo de Mxico; Oscar An-drs Rodrguez Maradiaga, S.D.B.,arzobispo de Tegucigalpa (Hondu-ras); George Pell, prefecto de la Se-cretara de asuntos econmicos;Marc Ouellet, P.S.S., prefecto de laCongregacin para los obispos;Luis Antonio G. Tagle, arzobispode Manila (Filipinas); GianfrancoRavasi, presidente del Consejo pon-tificio para la cultura y de la Comi-sin pontificia de arqueologa sacra;Fernando Filoni, prefecto de laCongregacin para la evangeliza-cin de los pueblos; Domenico Cal-cagno, presidente de la Administra-

    cin del patrimonio de la Sedeapostlica; los monseores: Frances-co Cacucci, arzobispo de Bari-Bi-tonto (Italia); Leo Jun Ikenaga, S.J.,arzobispo de Osaka (Japn); Fran-cisco Chimoio, O.F.M.CAP., arzobispode Maputo (Mozambique); Gian-franco Agostino Gardin,O.F.M.CONV., arzobispo, obispo deTreviso (Italia); Luis Gerardo Ca-brera Herrera, O.F.M., arzobispo deCuenca en Ecuador; Ricardo Blz-quez Prez, arzobispo de Valladolid(Espaa); Joseph W. Tobin, C.S S.R.,arzobispo de Indianpolis (EstadosUnidos); Jaime Spengler, arzobispode Porto Alegre (Brasil); Jos Fran-cisco Ulloa Rojas, obispo de Carta-go (Costa Rica); Lucas Van Looy,S.D.B., obispo de Gante (Blgica);Vicente Jimnez Zamora, obispo deSantander (Espaa); Gregor MariaHanke, O.S.B., obispo de Eichsttt(Alemania); John Corriveau,O.F.M.CAP., obispo de Nelson (Cana-d); Kieran O'Reilly, S.M.A., obispode Killaloe (Irlanda); Eusebio Her-nndez Sola, O.A.R., obispo de Ta-razona (Espaa); al padre EnriqueFigaredo Alvargonzalez, S.J., prefec-to apostlico de Battambang (Cam-boya); a los superiores generales:dom Bruno Marin, abad presidentede la Congregacin Benedictina Su-blacense Casinense; padre BrunoCador, maestro general de la Or-den de Frailes Predicadores; padreMauro Jhri, ministro general de laOrden de los Frailes menores capu-

    chinos; padre Enrique SnchezGonzlez, superior general de losMisioneros Combonianos del Cora-zn de Jess; Fr. Emili Tur Rofes,superior general de los HermanosMaristas de las escuelas; al sacerdo-

    te Jacob Nampudakam, rector gene-ral de la Sociedad del ApostoladoCatlico; al seor Giorgio MarioMazzola, presidente general delInstituto secular Cristo Rey;

    ha confirmado miembros a loscardenales: Nicols de Jess LpezRodrguez, Francis Eugene George,Wilfrid Fox Napier, Philippe Bar-barin, Agostino Vallini, Sean Pa-trick O'Malley, Dominik Duka,Paolo Sardi, Giuseppe Versaldi; alos monseores: Thomas Menampa-rampil, Pierre Raffin; y al padre

    Adolfo Nicols Pachn, prepsitogeneral de la Compaa de Jess.

    CONSEJO PONTIFICIOPA R A EL DILO GO INTERRELIGIOSO

    El Papa ha confirmado presidentedel Consejo pontificio para el dilo-go interreligioso al cardenal JeanLouis Tauran y secretario al padreMiguel ngel Ayuso Guixot,M.C.C.J.

    El Sumo Pontfice ha confirma-do, hasta la conclusin de los res-pectivos mandatos, a los miembrosy consultores del Consejo pontificiopara el dilogo interreligioso, y ha

    nombrado miembro de dicho Con-sejo pontificio a Su Beatitud Louis

    El Papa ha nombrado enviadoespecial suyo al santuario de San

    Agustn de Hipona en Annaba(Argelia), recientemente restaura-do, para la celebracin de su

    consagracin en el centenario desu elevacin a baslica, que ten-dr lugar el 2 de mayo prximo,al cardenal JEAN LOUIS TAU R A N,presidente del Consejo pontificiopara el dilogo interreligioso.

    El Santo Padre presidi el martes1 de abril, en la sala Bolonia, unareunin de los jefes de dicasteriode la Curia romana. Tema de lareunin informa un comunica-do de la Oficina de prensa de laSanta Sede fueron las reflexio-nes y las reacciones suscitadas enlos diversos dicasterios por la ex-hortacin apostlica Evangeliigaudium y las perspectivas que seabren para su puesta en prctica.El encuentro inici a las 9.30 yconcluy a las 12.00.

    Reuninde los jefes de dicasterio

    presidida por el Papa

    COMUNICACIONES

    SIGUEEN LAPGINA 12

    SIGUE ENLA PGINA12

    Monseor Aurelio Pesoa Ribera y Jorge ngel Saldas Pedraza,auxiliares de la arquidicesis de La Paz (Bolivia)

    EL SANTO PADRE HA RECIBID O:

    Sbado 29 de marzo

    Al cardenal Marc Ouellet, P.S.S.,prefecto de la Congregacin para

    los obispos.Al cardenal Gerhard LudwigMller, prefecto de la Congregacinpara la doctrina de la fe.

    Lunes, da 31

    A monseor Mario Zenari, ar-zobispo titular de Zuglio, nuncioapostlico en Siria.

    Al presidente de la AmericanBible Society, Steven Todd Green,con su esposa y el squito.

    A monseor Lucas Van Looy,S.D.B., obispo de Gante (Blgica).

    Jueves 3 de abril

    A Su Majestad la Reina Isabel

    II de Inglaterra, con Su Alteza realel duque de Edimburgo y el squi-to.

    Al primer ministro de CaboVerde, Jos Maria Pereira Neves,con el squito.

    Al cardenal Angelo Amato,S.D.B., prefecto de la Congregacinpara las causas de los santos.

    A los obispos de la Conferencia

    episcopal de Ruanda, en visita adlimina Apostolorum:

    Monseor Thadde Ntihinyur-wa, arzobispo de Kigali.

    Monseor Philippe Rukamba,obispo de Butare, administradorapostlico sede vacante et ad nu-tum Sanctae Sedis de Gikongoro.

    Monseor Servilien Nzakamwi-ta, obispo de Byumba.

    Monseor Jean Damascne Bi-menyimana, obispo de Cyangugu.

    Monseor Smaragde Mbonyin-tege, obispo de Kabgayi.

    Monseor Antoine Kambanda,

    obispo de Kibungo.Monseor Alexis Habiyambere,

    S.J., obispo de Nyundo.

    Monseor Vincent Harolimana,obispo de Ruhengeri.

  • 7/22/2019 El Observador Romano edicin 4 abril 2014.pdf

    10/15

    nmero 14, viernes 4 de abril de 2014 LOSSERVATORE ROMANO pgina 11

    El Papa Francisco al captulo general de la Sociedad salesiana de San Juan Bosco

    Con los jvenes excluidos de la sociedad

    razn es fundamental paraacercarse y llegar a ser susamigos.

    Es de gran importanciaaqu la dimensin vocacio-nal. A veces la vocacin ala vida consagrada se con-funde con una opcin devoluntariado, y esta visindistorsionada no hace biena los institutos. El prximoao 2015, dedicado a la vi-da consagrada, ser unaocasin propicia para pre-sentar su belleza a los jve-nes. Es necesario evitar en

    cada caso visiones parcia-les, para no suscitar res-puestas vocacionales frgi-

    Brgamo y Roma para la canonizacinVIENEDE LAPGINA 8

    Santosen alta definicin

    neracin y los abonados accede-rn a la ceremonia en el canalSky3D. El socio Nexo digital, porsu parte, distribuir las imgenesen 500 cines del mundo, ms de120 en Italia (la lista completa es-t en www.nexodigital.it), dondeser posible asistir gratuitamentea todo el evento. A Globecast,por ltimo, se le confa la trans-misin de las seales, mientrasque Eutelsat garantizar la cober-tura global de la canonizacincon nueve satlites, ms de losque se utilizan para un mundialde ftbol o para una olimpiada.Radio Vaticana suministrar, co-mo es costumbre, el audio, con-cluy el director, padre FedericoL o mba rd i .

    Y sin precedentes ser tambinla cobertura social de la cere-monia: desde Facebook hastaTwitter y Youtube en todos losmedios digitales se encuentran ca-nales de comunicacin y de infor-macin referidos a la vida y a lasobras de Roncalli y Wojtya y elacontecimiento que los ve prota-gonistas juntos en la plaza de SanPe d ro .

    Adems, despus de la activa-cin del sitio oficial www.2papi-

    santi.org es inminente el lanza-miento del app gratuita santosu-bito para tableta y smartphone,que contiene indicaciones logsti-cas, material litrgico y noticiasen tiempo real.

    VIENE DELA PGINA8

    les y sostenidas por motivaciones d-biles. Las vocaciones apostlicas sonordinariamente fruto de una buenapastoral juvenil. El cultivo de las vo-caciones requiere atenciones especfi-cas: ante todo la oracin, luego acti-vidades propias, itinerarios persona-lizados, la valenta de la propuesta,el acompaamiento y la implicacinde las familias. La geografa vocacio-nal ha cambiado y est cambiando,y esto significa nuevas exigencias pa-ra la formacin, el acompaamientoy el discernimiento.

    Trabajando con los jvenes, voso-tros encontris el mundo de la ex-

    clusin juvenil. Y esto es tremendo.Hoy es tremendo pensar que hayms de 75 millones de jvenes sintrabajo, aqu, en Occidente. Pense-mos en la vasta realidad de la deso-cupacin, con tantas consecuenciasnegativas. Pensemos en las depen-dencias, que lamentablemente sonmltiples, pero que derivan de laraz comn de una falta de amor au-tntico. Ir al encuentro de los jve-nes marginados requiere valor, ma-durez y mucha oracin. Y a este tra-bajo se deben enviar a los mejores,los mejores! Puede existir el riesgode dejarse llevar por el entusiasmo,enviando a tales fronteras a personasde buena voluntad, pero no aptas.Por ello es necesario un atento dis-

    cernimiento y un constante acompa-amiento. El criterio es este: All vanlos mejores. Necesito a este parahacerlo superior de aqu, o para es-tudiar teologa.... Pero si tienes estamisin, mndalo all, a los mejores!

    Gracias a Dios vosotros no vivs yno trabajis como individuos aisla-dos, sino como comunidad: y dadgracias a Dios por esto. La comuni-dad sostiene todo el apostolado. Aveces las comunidades religiosas atra-viesan tensiones, con el riesgo del in-dividualismo y de la dispersin, encambio se necesita una comunicacinprofunda y de relaciones autnticas.La fuerza humanizadora del Evange-lio es testimoniada por laf ra t e r n i d a dvivida en comunidad, hecha de acogi-

    da, respeto, ayuda mutua, compren-sin, cortesa, perdn y alegra. El es-pritu de familia que os ha dejadodon Bosco ayuda mucho en este sen-tido, favorece la perseverancia y creaatraccin por la vida consagrada.

    Queridos hermanos, el bicentena-rio del nacimiento de don Bosco es-t ya a la puerta. Ser un momentopropicio para volver a proponer elcarisma de vuestro fundador. Mara

    Auxiliadora jams ha dejado faltarsu ayuda en la vida de la congrega-cin, y ciertamente no la har faltartampoco en el futuro. Que su inter-cesin maternal os alcance de Dioslos frutos esperados y deseados. Osbendigo y rezo por vosotros, y, porfavor, rezad por m.

    do 26 de abril y sacerdotes dispo-nibles para confesar en diversosidiomas; la segunda, un encuentrodedicado a los jvenes en San Juande Letrn, el martes 22. Por lti-mo, la Iglesia de Roma ha prepara-do la plataforma digital www.2pa-pisanti.org que ofrecer informacio-nes logsticas y contenidos sobre laespiritualidad de los dos Pontfices.

    El cardenal vicario Agostino Val-lini habl de una fiesta de la santi-dad, en una poca en la que haynecesidad de esperanza. Ofrecien-do una lectura espiritual delacontecimiento, el purpurado des-tac en particular el estilo de cer-cana y de acogida que une a losdos Pontfices. Hay un hilo con-ductor dijo que los une: su fecomo modelo de vida cristiana yhumana. Ambos indicaron atodos los cristianos una meta: Ron-calli con la convocatoria del Conci-

    lio Vaticano II, llamando con granvalenta y fe a la Iglesia a renovar-se; Wojtya comprometindose a lolargo de muchas sendas nuevas dela fe y de la pastoral.

    Durante el encuentro con los pe-riodistas, al responder a sus pre-guntas, el director de la Oficina deprensa, padre Federico Lombardi,precis que no hay an previsio-nes o cifras precisas por parte dela Santa Sede, acerca del nmerode peregrinos que llegarn. Noso-tros invitamos a todos a venir sere-namente, sin miedos, aadi. Porlo que respecta, en cambio, a lapresencia del Papa emrito, explicque Benedicto XVI ha sido invita-do pero que, a un mes del aconte-

    cimiento,