¿Cuándo nos podéis utilizar?¿Durante cuánto tiempo?

¿Por qué puedo ser dañino cuando nos utilizáis mucho tiempo?

¿CÓMO AYUDAR A NUESTROS

HIJOS A PRONUNCIAR CORRECTAMENTE?

Sabemos que cada niño es único y particular, y desde esta perspectiva abordamos este trabajo. Queremos facilitar un adecuado uso de todos los movimientos necesarios para obtener un correcto hábito oral y facial, posibilitando que cada uno de nuestros hijos/as succione, deglute, mastique y articule con facilidad.

¿Saben los niños succionar? En el mismo momento del nacimiento el bebé

está dotado de la habilidad de succionar, de forma espontánea o como respuesta a estímulos sobre su boca.

¿Por qué es tan importante que succionen correctamente?

Es una función vital, que le proporciona placer, estimula el reflejo de la deglución y satisface importantes necesidades psicológicas.

¿Qué ocurriría si la función suctoria fuese incompleta o poco estimulada?

Generaría futuros hábitos suctorios nocivos, dónde el niño/a se succionaría el dedo, el labio, la lengua, el chupete o diferentes objetos, o se mordisquearía las mejillas o las uñas.

UNA SUCCIÓN INCOMPLETA O INCORRECTA CREA MUCHOS PROBLEMAS ORALES

SUCCIÓN DEL CHUPETE Y DEL BIBERÓN La succión cuando se realiza correctamente, estimula toda la musculatura facial y favorece el

crecimiento armónico de la cara. El movimiento de succión correcto mueve la lengua de delante atrás, llevando el objeto y la

saliva hacia dentro de la cavidad oral. La succión que distorsiona el cierre de los dientes es aquella en la que estos movimientos son

sustituidos por “lamer”. Los chupetes de tetina redonda propician este tipo de succión, o “lamer”.Las tetinas

ortodóncicas no permiten este tipo de movimiento, pues se caen con facilidad. Por esta razón, muchos niños se niegan utilizar estos chupetes.

La succión correcta cansa la musculatura oral y facial. Este es el motivo, por el que los niños que succionan bien usan el chupete antes de dormir, cansan la musculatura y después dejan de usarlo el resto de la noche.

Cuando la succión se hace con biberón también la tetina ha de ser la adecuada para la edad y la etapa evolutiva del bebé, dedicando especial atención al tamaño del orificio, para evitar malas posturas de la lengua.

Un uso adecuado del chupete y del biberón, estimulará la succión sólo sí se dan las condiciones correctas:

Características anatómicas: tamaño, largura y textura. Condiciones correctas de uso: Duración, frecuencia e intensidad.

MANTENER EL CHUPETE O EL BIBERÓN, MÁS TIEMPO DE LO RECOMENDADO, GENERARÁ FUTUROS PROBLEMAS EN LA BOCA Y EN LA ARTICULACIÓN.

HITOS DEL DESARROLLO NORMAL DE LA DEGLUCIÓN

A continuación os mostramos unos pasos de referencia en el proceso de deglución de los niños/as.

El bebé hasta los seis meses succiona pero de forma “pasiva”.

A partir de los seis meses la succión ya se realiza de forma “activa”.

Con cuatro meses debe comenzar la alimentación con cuchara.

A los siete meses ya es capaz de masticar. Entre seis y ocho meses puede sorber líquidos de una

taza. Cuando tiene entre nueve y diez meses empieza a beber

de una taza que sujeta otra persona. Con doce meses es capaz de comer solo, puede sujetar

la cuchara con toda la mano y también coger la taza con ambas manos.

Entre los quince y los veinticuatro meses el niño/a va perfeccionando todas las funciones para una alimentación independiente.

LA ALIMENTACIÓN CON LÍQUIDOS O PAPILLAS DESPUÉS DE LA EDAD CORRESPONDIENTE IMPIDE

UNA MASTICACIÓN ADECUADA

ALIMENTACIÓN PASTOSA PROLONGADA Los cambios en la alimentación son muy

importantes para la maduración en la masticación y la deglución y, en consecuencia, para el crecimiento facial armonioso.

El niño necesita experimentar consistencias y texturas diferentes que estimulen su propia percepción oral. Lo adecuado es una alimentación con comidas

variadas de diferentes consistencias. Lo que no es recomendable es la sustitución de

las comidas por los llamados “potitos”, purés, yogures o biberones para los niños que ya son capaces de masticar.

ERROR: Muchos padres y madres consideran que si el niño/a toma un biberón en sustitución a una comida al menos se encontrará bien alimentado. Es muy importante que nuestro hijo/a esté bien nutrido, pero sin olvidar que debe alcanzarlo masticando.¡Necesita estimular la musculatura oral.

IMPORTANTE: Lo más rápido y agradable no siempre es lo más recomendable. El alimento sólido o semisólido debe ser bien triturado antes de ser digerido. Es necesario disponer de tiempo, tanto por parte de los niños/as como de las madres y los padres.

POSIBLES CONSECUENCIAS NEGATIVAS DE LOS HÁBITOS DE SUCCIÓN Y DE UNA ALIMENTACIÓN INAPROPIADA PARA LA EDAD. Afecta a la sensibilidad bucal y al tono de la

musculatura orofacial. Malformaciones dentales y mandibulares,

determinando numerosas alteraciones de la forma del maxilar, en las arcadas dentales y en el desarrollo del patrón normal de movimiento y reacción.

Disminuye la posibilidad de adquirir las funciones correctas para la alimentación, la mordida, la masticación y la deglución.

Impide una adquisición adecuada de la motricidad bucal.

Provocan maloclusiones, anomalías en la deglución y alteraciones del equilibrio de los músculos orofaciales y de los movimientos articulares.

La alimentación con líquidos o papillas después de la edad correspondiente induce una “atrofia” de la mordida y culmina en inactividad oral.

¿CÓMO Y CUÁNDO QUITAR EL CHUPETE? DESABITUACIÓN DE LA SUCCIÓN

Una edad exacta para dejar de usar el chupete no existe, pues cada niño/a pasa por las etapas del desarrollo con un ritmo evolutivo distinto. Es muy importante tener presente que la succión está unida a factores emocionales y afectivos. Por tanto, no es aconsejable desechar el chupete demasiado pronto, pero tampoco alargarlo en el tiempo. Una edad adecuada sería entre los 24 y los 30 meses, siempre teniendo en cuenta el momento emocional que esté atravesando ( la llegada de un hermano/a menor, la pérdida de un familiar…)

Debemos evitar decidir por el niño/a una fecha en que dejará de usar el chupete. Evitar también avisar con antelación al niño/a, que a partir de tal fecha, a menudo

su cumpleaños, tendrá que dejar el chupete. El niño/ vivencia esta espera con angustia y desesperación, factores que en ocasiones desencadenan una mayor necesidad de succionar el chupete.

Evitar quitarlo sin una estrategia de planificación. Antes de actuar, debemos valorar el momento, pues volvérselo a dar por lo mal que lo está pasando, sería un error mayor.

Por todo ello es conveniente tomarse muy en serio el momento de quitar el chupete, pues muchos niños/as lo viven como una separación de un amigo, su consuelo, su seguridad…

Existen diferentes modos de dar este paso. Como padres os corresponde estimar cuál puede ser la más indicada para vuestro hijo/a. Proporcionamos algunas opciones que os puedan ayudar pero, no tienen que ser necesariamente las únicas ni dejar de ser válidas otras que os plantéis, teniendo presente siempre el momento madurativo y las características personales de niño/a.

Actuaciones… Cortar el chupete. Cada día se corta un poco la tetina del chupete, hasta conseguir reducir al mínimo la forma de la tetina. Colgar los chupetes Todos los chupetes de la casa, se cuelgan en el árbol de Navidad. Al finalizar las fiestas navideñas se guardan con

el resto de los adornos y no se vuelve a utilizar. Ofrecérselo a los Reyes Magos o Papá Noel. Se plantea al niño/a el dárselo a los Reyes Magos o a Papá Noel la noche anterior a su llegada. Así ellos se lo

llevarán y en su lugar le dejarán un juguete especial. El ratoncito Pérez. También puede ser un aliado para quitar el chupete. Se le ofrece el chupete y se le deja comida, a cambio de un

regalo mayor a los que acostumbra el ratoncito Pérez. Sustituir “la succión por el olfato” con saquitos aromáticos. Los padres pueden preparar un saquito de tela (aprox. 15x2x10 cm.) y rellenarlo de algodón. El niño escogerá una

esencia aromática que le agrade, con la que se rociará el saquito. El niño olerá el saquito repetidas veces al día y se acompañará al final del día con la lectura de un cuento de buenas noches.

Supresión del uso del chupete. Como solución temporal utilizar un chupete anatómico de la marca NUK(o semejantes). Para los niños de más de 3

años se empleará el tamaño 4. Si durante el día el niño/a tiene una gran necesidad de usar su chupete, se le permitirá chuparlo unos 5 minutos de forma intensa, pero según un patrón adecuado (nunca succionando) y, a continuación se le retirará.

El cuento de “MAMPI” Antes de contarle el cuento, se le irá explicando los cambios que se producen en la luna, familiarizándose con las

distintas fases y observando cómo se agranda hasta ser luna llena. Explique a su hijo/a que así debe

aparecer la luna antes de que él deba dejar el MAMPI sobre la repisa. Pueden pedir algo de paciencia a la luna o al hada del chupete, si nota que su hijo/a aún no está preparado. Podrían aparecer propuestas de parte de su niño/a. Tómelas con seriedad, pero sea consecuente y recuérdele cómo sufrió Mampi al estar separado de su madre.

“MAMPI”Me llamo Mampi. Soy un chupete. Soy tu chupete y estoy feliz de estar contigo.

Tú tienes una mamá. Yo también tengo una mamá. Mi mamá es el hada del chupete, y yo la quiero mucho. Tengo también muchos hermanos.

La mayor parte del reino vivimos en el Reino de los chupetes. ¡Allí todo es fantástico! Pero cuando nace un niño, nos dejan venir a la tierra. Ahora bien, cuando el niño cumple 2 años nuestro tiempo

culmina y entonces deseamos volver con nuestra mamá y nuestros hermanos. Para que no nos olvidemos de volver a casa, nuestra mamá nos llama en una noche de luna llena. Y si no nos

vamos, nuestra mamá se pone tan triste que no puede dejar de llorar.Cuando mi mamá me llame TÚ debes ayudarme. Tú debes, por la noche, dejarme en la repisa,

antes de que aparezca la luna llena. Yo soy muy pequeñito para lograr trepar hasta allí. Cuando tú duermas profundamente, la luna me tomará en sus brazos plateados me llevará al Reino de los

chupetes.¿Me ayudarás? ¡Por favor! ¡No seas como la pequeña Sara! Ella no quiso dejar partir a su chupete,

aunque se lo había prometido. ¡Ella no lo puso sobre la repisa! ¿Puedes imaginártelo?El chupete de Sara era mi pequeño hermano.

El se llama Mampi como yo. Todos nosotros nosllamamos Mampi. Al principio todo estaba en perfecto

orden. Mampi y Sara se divertían mucho juntos, porque se querían mucho, como nosotros. Cuando Sara se cansaba se llevaba

a Mampi a su boca y lo succionaba largo rato, hasta que se dormía contenta. De igual modo lo haces tú.

Una noche de luna llena, ambos fueron despertados por una voz, una voz que decía suavemente:“¡Mampi!, ¡Mampi!,Mi pequeño, ¿me escuchas? Ven a casa, tu tiempo ha llegado!¡ Te

estamos esperando!”

¡Esa es mi mamá! Susurró Mampi y dio un salto. Sus redondos ojos de chupete se llenaron de alegría.

- ¡Mamá, mamá!!Ya voy! dijo y saltó. De pronto Sara lo atrapó y lo retuvo en sus manos: ¡No, Mampi me pertenece!¡No voy a devolvértelo! gritó ella. Mampi se asustó. Eso no era lo que habían

acordado. - ¡Sara, tú has prometido ponerme en la repisa cuando mi madre me llame. Yo la quiero mucho y

quiero ir con ella!-¡ No, dijo Sara de nuevo, y aprisionando aún más el chupete junto a sí y volvió a dormirse.

- ¡Mamá, oh, mamá! Se lamentaba Mampi y comenzó a llorar amargamente.Pasadas las horas, Mampi tuvo una idea: se enjuagó las lágrimas y pensó: ¡escalaré yo solo hasta la repisa! Silenciosamente saltó de la cama. En seguida estuvo delante de la ventana.¡Oh! ¡Esto sí que era alto!!Muy alto para un pequeño chupete! Entonces vio la cortina. ¿ No podría él escalarla?

Mampi tomó valor y se dirigió hacia la tela: Uno , dos, se impulsó hacia arriba. Colgaba de los pliegues de la cortina como si fuera un pequeño mono. Y fue subiendo cada vez más alto. Pero, el

camino era largo, y Mampi se cansó.- Un poquito más y ya estarás en la repisa, murmuraba la cortina.

- No puedo más , gemía Mampi, realmente no puedo más.En su desesperación comenzó a llorar de nuevo. Sollozaba tan fuerte, que Sara se despertó.

Asustada se frotó los ojos, en cuanto vio a su Mampi colgado de la cortina.- ¡Sujétate! ¡Ya te bajo! Dijo ella y saltó de la cama. Pero Mampi estaba muy alto para Sara, que

era muy pequeña. Sara vio una silla y enseguida se subió encima de ella.- ¡No te sueltes! ¡Enseguida estoy contigo!, dijo ella. Prontamente tuvo a Mampi en su mano. En

ese instante se tumbó la silla. Ambos cayeron al piso ruidosamente.- ¡Mami, Mami! Gritó Sara.

- ¡Mami,Mami! Susurró también Mampi. La mamá de Sara entró precipitadamente en la habitación.

-¡Hija,hija!¿Qué ha sucedido?, preguntó ella conmocionada. Sara le contó acerca de Mampi. Le habló del reino del Chupete, del Hada de los chupetes, que era la mamá de Mampi, y que él quería

volver de nuevo con su mamá.

- ¡Lo que se ha prometido , debe cumplirse, Sara! Dijo la mamá y tomó a Mampi en su cálida mano.

-¡ Yo también quiero estar con mi mamá! Sollozó el chupete.-¡Pues claro, pequeño Mampi!, prometió la mamá y volviéndose hacia Sara le preguntó:

-¡Te quiero mucho, mamá”cuchicheó Sara y puso sus bracitos alrededor del cuello de su madre. - ¡De la misma manera Mampi también quiere a su mamá! dijo la madre.

- ¡ Lo sé murmuró la niña y se durmió!A la mañana siguiente la repisa estaba vacía. La luna llena se había llevado al pequeño chupete

junto a su madre. Mampi realmente cumplió su promesa: en muchos, muchos sueños vino a visitar a Sara. En esas ocasiones se divertían mucho y recordaban el tiempo que él pasó en la

tierra.Al final de cada sueño aparecía la mamá chupete de Mampi. Con mucho cariño lo tomaba en sus brazos. Y al verlo sonreír feliz . Sara también se ponía contenta. Porque ella sabía: Los

papás son lo más importante del mundo...también para un pequeño chupete como lo era Mampi.- Sara ¿ Qué te parece que debemos hacer? ¿ Note gustó que yo viniera enseguida, cuando tú

me llamaste?! Yo creo que ahora Mampi también necesita a su mamá!Sara no respondió. Disimuladamente dirigió su vista hacia su pequeño amigo, quien todavía

estaba en la mano de la madre. Él tenía el rostro apretado entre sus manos y aún lloraba amargamente. De pronto, la niña se imaginó a su madre lejos, tan lejos que ni sería posible

escucharla ni verla. Este pensamiento fue tan feo para Sara que en ese momento llegó a comprender.

- ¡ Yo también creo que Mampi necesita a su mamá!, respondió ella finalmente. Con cautela tomó a Mampi de la mano de la madre y lo dejó sobre la repisa. Una vez más lo acarició.

- ¡Adiós, Mampi. Te voy a extrañar. Pero puedo entenderte. No hay nada mejor que estar con mamá. ¿ Pero puedes al menos venir a vitarme? ¡Eso sería hermoso!

_ ¡ Sí, sí, eso sí lo voy a hacer- en tus sueños!, prometió el pequeño chupete. A lo cual Sara volvió a meterse rápidamente en su cama.

¿ CÓMO EJERCITAR LA SUCCIÓN ?

Los ejercicios que ayuden a succionar favorecerán: La correcta postura de la lengua. La fuerza del cierre oral. Contribuirán a prevenir hábitos suctorios lesivos( ejemplo: succión de dedo pulgar)

Hábito suctorio lesivo o dañino

EJERCICIOS Ejercicios con el propio cuerpo:

Silbar. Reproducir silbidos y distintas melodías. Soplar, recogiendo el aire por la nariz y soltándolo por la boca. Uniendo los dientes y pronunciando: iu, io, ui, ou, uo. Colocar los labios de forma saliente para dar besos.

Ejercicios con objetos: Soplar con un silbato. Con una pajita, trasvase de bolitas de papel, de un recipiente a otro.

Succionar con una jeringa: de aire, de líquido. Sorber con pajita. Succionar una naranja: con orificio grande, mediano, pequeño(quitar

a la naranja una tapita de diferente tamaño) Succionar una piruleta o un chupachús. Succionar un helado de polo o de cono. Succionar un dedo enguantado por los padres o por el propio niño/a.

Este ejercicio puede variarse mojando el dedo enguantado en agua de diferentes temperaturas (tibia, natural, fría) o en alguna sustancia o líquidos de distintos sabores.

Todos estos ejercicios realizados de forma sistemática favorecerán un proceso de succión adecuado. Para seguir

ayudando al niño/a también en la obtención de una correcta postura de los labios y la lengua, de una respiración nasal, una masticación apropiada y un control de la saliva en la deglución,

es favorable asimismo la repetición de ciertas frases en distintos momentos del día o por la noche, en el momento antes de cerrar

sus ojos para dormir.

Las frases pueden ser inventadas por los padres o por el niño con ayuda de ellos. El objetivo es repetir al niño/a de forma lúdica las frases y que él/ella las nombre y las aprenda sin poner casi esfuerzo, variando su expresión, cantándolas o poniéndolas ritmos. Algunos ejemplos que nos pueden servir de apoyo:

Al masticar, ambos lados utilizaré y mi boca cerraré.

Con mis labios juntos, mi boca cerraré. Con la lengua arriba, tragaré saliva. Boca cerrada, lengua guardada. Al tragar, mi lengua en su casa debe estar. Mis labios cerraré y por la nariz respiraré. Mi lengua arriba, traga tranquila.

¡Bravo, y al masticar ambos lados utilizaré

y mi boca cerraré!

¡Mamá, se acabaron los biberones y los

chupetes! ¡Yo quiero masticar!