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Capítulo 2 Historia de las Ciencias

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Capítulo 2Historia de las

Ciencias

Contrahipótesis - Tomo I66

Indice Temático Capítulo 2: Historia de las Ciencias

1. Conceptos iniciales. 691.1. La viga como unidad de estudio. 69

1.2. La filosofía y las ciencias. 69

1.3. Tecnología. 72

1.4. La ignorancia. 74

1.5. El método. 75

1.6. Arte, ciencia y dogma. 76

1.7. La experiencia, la sabiduría. 78

2. Triángulo del tiempo. 802.1. El tiempo con leyes. 80

2.2. El tiempo sin leyes. 81

2.3. Cosmología. 82

3. Tipos de historias. 834. Tamaño del objeto en estudio. 85

4.1. General. 85

4.2. Lo micro. 86

4.3. Lo mega. 88

4.4. Lo macro. 90

5. Los tipos de conocimientos. 916. Organización y método del estudio. 93

6.1. General. 93

6.2. Los descubrimientos naturales. 94

6.3. Los descubrimientos del hombre. 94

6.4. Las herramientas y materiales. 97

7. Los períodos y el conocimiento. 987.1. De la naturaleza. 98

7.2. Del hombre. 99

8. El Gran Año. 1008.1. Entrada. 100

8.2. Los períodos. 101

8.3. Pequeña “maqueta” del tiempo. 102

8.4. Los dispositivos de medición del tiempo. 103

8.5. Los acontecimientos del Gran Año. 104

8.6. Un resumen. 109

9. Períodos del ser humano. 1109.1. Entrada. 110

9.2. La antigüedad. 110

9.3. La Edad Media. 111

9.4. El Renacimiento. 113

9.5. Siglos XVII al XIX. 114

Contrahipótesis - Tomo I68

10. Las CC según los materiales. 12111. Las CC según los fracasos. 123

11.1. Introducción. 123

11.2. La plataforma Slepner A. 124

11.3. Las torres gemelas. 125

11.4. La torre de Pisa. 125

12. La ciencia y el empirismo. 12612.1. Introducción. 126

12.2. La mecánica racional, científica. 127

12.3. La mecánica empírica, intuitiva. 128

13. La última ciencia: patología de la construcción. 12813.1. Una nueva ciencia conciliadora. 128

13.2. Una cuestión de escala social. 130

13.3. Edificios enfermos. 130

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1. Conceptos iniciales.

1.1. La viga como unidad de estudio. En este estudio del origen y evolución de las CC

durante los tiempos, hago uso de uno de los ele-mentos estructurales, el más repetido, el más común: la viga. Cuando la nombro me refiero a todos los elementos estructurales, porque ninguno escapa de la flexión, hasta la más encumbrada columna le llega la curvatura. Lo hago así porque me resulta más fácil el relato, el escrito. Estudiar y aplicar el proceso de investigación científica a las disciplinas técnicas de la Ingeniería y Arquitectura, sin conocer el origen de la ciencia, es como estudiar cálculo o álgebra sin saber las cuatro operaciones aritméticas.

En la historia de las ciencias no existe un hito, un descubrimiento de la viga. No puede haberlo, es inútil buscarlo porque siempre estuvo al lado del hombre. Preocupó e intrigó a algunos primitivos cien-tíficos pero no tenían las herramientas, ni el lenguaje matemático para entenderla. Está allí como tantos cotidianos misterios.

En resumen, entre los grandes descubrimientos del hombre, el nombre de “viga” no figura. Los sabios, los científicos de todos los tiempos, se ocuparon de los enigmas del mega cosmos, de las estrellas, del sol, de los planetas. También lo hicieron del micro cosmos, del átomo, del electrón, de la radioactivi-dad. La viga quedó en el medio, en el macro. Por co-tidiana y vulgar nadie se ocupó de ella. Si no fuera por Arquímedes que la trata como palanca y luego Galileo como voladizo, su entrada en las ciencias se hubiera postergado.

1.2. La filosofía y las ciencias. Aquí debo ser breve en la definición, de lo con-

trario se me complica el razonamiento y más aún la explicación. Está el todo y los fragmentos. El todo puede ser un rompecabezas completado, armado y los fragmentos cada una de las piezas que encaja-

Contrahipótesis - Tomo I70

ron entre unas y otras. Desde esta imagen el todo es la filosofía, mientras que cada una de las piezas es una ciencia en particular, un fragmento.

La filosofía estudia la realidad, en su totalidad. Es totalizadora. No transforma la realidad, sino trata de comprenderla tal cual es. La filosofía, incluye a todas las ciencias particulares; da explicaciones de las causas últimas y remotas de todos los seres, supe-rando así al conocimiento científico.

Las ciencias de la construcción (CC) abarcan a todas las que participan tanto en la ingeniería como en la arquitectura. La cultura actual está dominada por la ciencia y una de las principales, las CC son las que transforman a la naturaleza para otorgar como-didad, confort y seguridad al ser humano. La quieta y silenciosa viga, cualquiera sea el material con que se haya construido es producto de una elucubración científica y tiene por objeto proteger al hombre.

Es el resultado de modificar la naturaleza, sea cortando un árbol, moliendo y calcinando la piedra o transformando la pirita en hierro. Todos son pro-cesos tecnológicos que tienen origen en las ciencias y están proyectados para satisfacer necesidades humanas. En el mundo natural (mineral y vegetal) existe un desorden y caos aparente. Las CC intentan ordenarlos para resolver la permanente necesidad del confort del hombre. Este pensamiento es una contra hipótesis, es un contra sentido, porque desde la entropía, la construcción de un edificio requiere quebrar el equilibrio de materiales que han estado por siglos y siglos en estabilidad física y química. La arcilla que se transforma en ladrillo, la pirita en hierro, la piedra en cemento o cal, la arena en vi-drio. Todos nuevos materiales menos estables que sus originales de materias primarias. Este mal concepto del orden y del equilibrio es la principal y primera contra hipótesis de las CC.

La ciencia tiene la cualidad de ser abierta, accesible. Tan pronto como ha sido establecido un conocimiento se hace público y puede ser refutado, mejorado o utilizado por la tecnología para pro-ducir bienes. En el caso de la viga, primero existió,

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sirvió, la usaron y luego con los años, le incorporan la ciencia para comprenderla mejor. Es algo parecido a pensar que el hombre existió antes de la medicina.

Los avances que se realizan en las cuestiones me-cánicas de la viga, son gracias a la transformación de la ciencia de privada y personal en pública y general. Se difunde en todas las direcciones, a todos los países.

Nadie se guarda los conocimientos obtenidos de su conducta una vez que están comprobados, tanto por métodos empíricos como teóricos. Mediante los libros, los congresos, las publicaciones, la enseñan-za, se custodia la marcha del conocimiento hacia el futuro y la verdad.

Sin embargo en la mecánica clásica, en épocas del cientificismo algunas CB (condiciones de borde) de la Estática fueron forzadas a salir del recinto de la realidad y pasar al patio de la teoría idealizado-ra por la característica narcisista de algunas ciencias.

“…se puede describir la ciencia como un juego entre dos participantes, en donde tenemos que adivi-nar el comportamiento de una realidad sin relación con nuestras creencias, nuestras ambiciones o nues-tras esperanzas. No puede forzarse a la naturaleza a decir lo que nosotros queramos. La investigación científica no es un monólogo…”

“La nueva alianza, metamorfosis de la ciencia” ILya Prigogine e Isabelle Stengers.

Editorial Alianza Universidad. Página 32.

Como veremos en estas hojas, las CC tienen la mala costumbre de empujar algunas verdades hacia la vereda de hipótesis dudosas y en muchos casos falsas. Se produce un cúmulo de datos, de conoci-mientos sobre un objeto estructural, en todas las for-mas posibles y con todos los materiales imaginables. Ese stock de conocimientos comienza a ser ordenado y elaborado. Se los interpreta y se descubre que al-gunos acontecimientos se repiten; ahí, en ese momen-to, surgen los primeros principios y leyes que dan for-ma a las CC. La ciencia que trata las estructuras, en resumen, es un conjunto de evidencias sistematizadas. Todas demostradas mediante las herramientas de las matemáticas. En la mayoría de los casos en maque-tas, en escalas reducidas, en asépticos laboratorios,

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alejados de la calle y la realidad. Para encausar a las CC en el sendero de la verdad son necesarias la filosofía de las ciencias y la epistemología.

Insisto en la disquisición. No existe una definición única de ciencia. Etimológicamente significa saber.

Según De la Mora: “se entiende por ciencia a un sistema de conoci-

mientos demostrados, que proceden de acuerdo a un método, y que se utiliza por el ser humano para describir y explicar los fenómenos que observa de acuerdo a leyes y principios científicos”.

Ciencia básica y ciencia aplicada se establece en términos del elemento motivador que mueve al investigador. Si trabaja para aumentar su saber, está haciendo ciencia básica, si lo hace para resolver un problema, está haciendo ciencia aplicada. En este preciso momento del escrito o de la lectura efectua-mos una operación de ciencia básica, deseamos ele-var nuestros conocimientos. Si dejo este razonamiento y comienzo con el cálculo de una estructura, en ese instante paso a la ciencia práctica, aplicada.

1.3. Tecnología.De la existencia real, de su ejecución y cons-

trucción se encarga la tecnología o la técnica. Es conveniente distinguir la diferencia esencial entre ciencia y tecnología. Se la establece en función del producto final que se obtiene. Si lo fabricado es un conocimiento, se hizo ciencia; si es un objeto (viga) o un procedimiento para hacer cosas (la mezcladora de hormigón), se está haciendo tecnología. La tecno-logía es un conjunto de conocimientos científicos que son aplicados. Cuando se transforma la viga ideal en hormigón armado, perfil de acero o tirante de madera, se aplica tecnología; la del hormigón, la del acero, de la madera o de cualquier otra.

Son aplicaciones sistemáticas, la mayoría de los personajes que las elaboran o construyen son técni-cos, aplican tecnología que se repite por años, por décadas; siempre lo mismo. Cuando la ciencia pega un saltito, apenas se lo percibe en la tecnología. En algunos casos la ciencia pasa de largo porque a la

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tecnología no le interesa, por ausencia de rédito del nuevo descubrimiento.

1. Objeto iniciado por la ciencia y me-jorado por la tecnología para su uso.2. Objeto iniciado por la ciencia y despreciado por la tecnología por no resultar rentable.3. Objeto iniciado por la tecnología y tomado por la ciencia para su investi-gación y explicación.4. Objeto iniciado por la tecnología y sin interés para la ciencia.

La posición de la delantera se intercambian, en algunas cuestiones la vanguardia la tiene la técnica o la tecnología y atrás la ciencia. Por ejemplo, esto pasó con el cemento que se disputaron la técnica, la tecnología y la ciencia. La técnica antes de los roma-nos en la forma de aplicarlo, en la artesanía de la utilización del cemento puzolánico natural. Luego una primitiva tecnología que logra mediante cedazos y tamices mejorarlo y comercializarlo. Tecnología que avanza con la cocción y la mezcla con otros elemen-tos hasta llegar al cemento actual. El cemento enton-ces, se desarrolla primero por las técnicas utilizadas, luego por la tecnología y recién cuando la química está desarrollada se lo justifica desde la ciencia.

Lo anterior fue el análisis del cemento. En cuanto al hormigón armado, la tecnología es la utilizada para aplicar ese cemento en la industria de la cons-trucción, las mezclas y sus proporciones con la arena y la piedra. Muy cercana a la tecnología está la técnica; que en el caso del hormigón podrían ser los tipos de máquinas que se emplean para diferentes formas de mezclado.

Existe una tecnología para la construcción de membranas impermeables, pero para su colocación en obra, se necesita del procedimiento adecuado. A qué hora del día, luego o antes de las lluvias. Esto es técnica combinada con artesanía, destreza y algo de sabiduría.

Según A. García Meseguer.Se hace ciencia cuando todo se sabe y nada fun-

ciona y se hace tecnología cuando todo funciona y

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nadie sabe porqué. En mi caso combino siempre cien-cia y tecnología: nada funciona y nadie sabe porqué.

La tecnología es la utilización de la ciencia apli-cada para resolver problemas de carácter social. Están muy cerca una de otra; podríamos confundir-las ¿Porqué no definir a la tecnología como ciencia aplicada? No, no es así, porque la ciencia aplicada es conocimiento, mientras que la tecnología implica procedimientos o acciones.

La tecnología usa y abusa de la ciencia. Pero no es tan inocente o ingenua la ciencia. En muchos acontecimientos dejó sola a la tecnología. La obser-vó silenciosa desde lejos en sus costosas aventuras y maniobras de la prueba y el error.

En el caso de la tecnología para los instrumentos de informática (computadoras), es una actividad que se mejora a sí misma. Que se perfecciona para con-vertirse rápidamente en inútil. Objetos que caducan sin haber envejecido, pantallas y teclados en basura-les. En ocasiones fabrica instrumentos que se transfor-man en iconos; aparatos de idolatría y fetichismo; es el caso de la telefonía celular. No envejece el apa-rato; caduca la novedad. Es la tecnología dirigida al consumismo.

Algo similar sucede en la arquitectura de “no lugares” donde los locales de grandes centros co-merciales tiene la efímera vida de su éxito o fracaso comercial. Quienes se salvan de esa tecnología del descarte son las viviendas, las del cálido cobijo. Ellas escapan del “use y tire”, sus cambios son generacio-nales.

1.4. La ignorancia.En las disciplinas donde actúan las estructuras, la

ignorancia es un pedazo de la ciencia. En muchos casos es un estado de dudas, de vacíos, donde el gran ausente es el conocimiento. Pero la ignorancia, lo repito, es parte de la ciencia. Es más, desde la ignorancia comienza a caminar la ciencia. Si todo es-tuviese resuelto, si todas las preguntas tuvieran todas las respuestas, donde no existiera la ignorancia, en ese lugar tampoco existiría ciencia.

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La ignorancia absoluta, quieta, estática, es peli-grosa, no interesa. Pero la ignorancia se transforma en ciencia, cuando se hace la primera pregunta ¿Por-qué? Siempre en la medida que tenga un método de análisis o estudio.

Hay una frase hecha, “la gestión de la igno-rancia”. Quien habitualmente la utilizaba o hacía gestión de ella era Leonardo da Vinci; en todos sus escritos, en el inicio, aparecía la frase: “yo me pre-gunto…”; a partir de ella efectuaba dibujos, esque-mas, escritos. La mayoría de las veces quedaba con mayor ignorancia que la inicial. Pero él se declaraba ignorante…”yo me pregunto”.

Creo en el cuaderno o libreta de apuntes de la vida profesional. Allí puedo administrar mi ignoran-cia dejando la fecha con el esquema o escrito de la duda. La sola presencia de ese recordatorio es un carburante para que mi subconsciente se ponga en marcha, casi sin saberlo. Creo en los esquemas volcados en sus hojas, creo en los apuntes, creo en las fechas de las ignorancias, creo en la intimidad del cuaderno, creo en el acopio de ellos de por vida.

1.5. El método.El conocimiento que se ha obtenido del funcio-

namiento de las estructuras, de sus conductas, fue posible a un cierto orden dado en el estudio. Si bien las ciencias de la construcción omiten a la filosofía, adoptan en forma inconciente parte de la “meto-dología de las ciencias”. Solo se llega a la ciencia con método, orden, y con el sistema que da validez universal al conocimiento de la realidad.

Según De La Mora “se define al método tanto como la ruta o camino

a través del cual se llega a un fin propuesto y se al-canza un resultado prefijado, o como el orden que se sigue en las ciencias para hallar, enseñar y defender la verdad; podremos distinguir cierta relación entre el método y la técnica”.

Las circunstancias del avance del conocimiento, un poco por casualidad, otro por coincidencias, también por lamentables accidentes, hicieron que los cien-

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tíficos aplicaran el método. Existe un método en la forma de obtener los datos, otro método en la forma de ordenarlos, otro en la manera de investigarlos y por último el método que se emplea para transmitir y difundir nuestras conclusiones del estudio. En resu-men hay un objetivo, actividad, estrategia, realiza-ción y final.

El objetivo; antes del inicio de un trabajo se ubica la llegada, que también se puede definir como fin o meta de la investigación. En todos los casos signi-fica la aspiración del resultado final concreto, es el término al cual se dirigirá toda la acción. El objetivo debe ser concreto, difícil de alcanzar pero posible. En los ensayos de laboratorios de vigas de hormigón armado, por ejemplo el objeto es conocer su con-ducta frente a las fuerzas y el tamaño. También en diseño y proyecto de arquitectura o estructura, antes de la primera línea se debe tener un pensamiento que hace de mira para el propósito.

La actividad y la estrategia; representan o en-globan a todas las tareas que se deberán realizar para lograr el objetivo. Es siempre dinámica y es ac-ción. La estrategia es un plan de trabajos definidos y escalonados por todas las actividades. La estrategia se la diseña después que se define el objetivo y que esté dada la enumeración de las tareas. La estra-tegia es la más difícil de elaborar. En el ensayo de laboratorio es el plan de trabajo, es el camino que se elije para la investigación.

La realización y el final corresponden al cumpli-miento del plan de trabajos, a los controles, verifi-caciones y la interpretación de los resultados que se obtienen para llegar a las conclusiones que respon-den al objetivo.

1.6. Arte, ciencia y dogma.Las CC poseen las tres grandes disciplinas; arte,

ciencia y dogma. Es necesario que las contengan. El problema son los arquitectos e ingenieros que en la mayoría de los casos eligen una de ellas como princi-pal y las restantes son secundarias.

Las CC poseen un alto contenido de arte, porque

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es diseño, es proyecto. No existe una obra sin antes haber estado estacionada en la mente humana. Sólo después que han sido determinados los materiales y la forma, se utiliza la ciencia para comprobar su estabilidad. El técnico debe aceptar, practicar, ejercer y profesar el arte del diseño por sobre todas las ciencias. Pero como en las CC solo con el arte no se vive, es necesaria una fuerte cuota de ciencia, de actualización, de estudios para sostener al arte. Hace décadas atrás Vialidad Nacional denominaba a los puentes y alcantarillas de las rutas como “obras de arte” porque quebraban la monotonía de la ruta; requería diseños especiales con ciencia al lado.

El reverso del arte y la ciencia son los reglamen-tos, las normativas. El dogma. Muchos profesionales de las CC aún creen que la verdad se encuentra en algún artículo. Los reglamentos se han escrito para proteger al usuario de los técnicos distraídos y píca-ros. El orden no altera el producto, también de los pícaros y distraídos. En las CC el dogma es uno de los recursos facilista más utilizado.

“El dogma es toda opinión no confirmada de la que no se exige verificación porque se la supone verdadera…”

“La ciencia, su método y su filosofía” Mario Bunge. Editorial Debolsillo. Página 53.

Muchos técnicos realizan una operación sólo porque se la utiliza desde tiempos remotos y porque está en los libros. Los dogmáticos son los individuos más difundidos dentro del ámbito de las CC. No desean pensar, razonar, sólo aceptan creencias o liturgias rutinarias, repetitivas. Son sujetos que a pesar de las evidencias contrarias de la realidad, no aceptan someter a juicio lo que ya está escrito. La ciencia los rechaza, porque la característica principal de la ciencia es aceptar cambios, mutaciones.

En otros casos el conocimiento científico se confun-de con la conveniencia. Se mezcla lo verdadero con lo económico o con la comodidad de nada cambiar. El arte y la ciencia desaparecen cuando son inva-didos por el credo de la rutina. Acepto ortodoxia en las religiones, en las creencias, pero de ninguna manera dentro de las CC. En la actualidad el dogma

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1.7. La experiencia, la sabiduría.En la historia, antes de la ciencia estuvo la sabi-

duría y la experiencia. Todos los grandes monumen-tos, iglesias, puentes, que se realizaron antes que la ciencia avanzara fueron posibles al conjugarse la experiencia con la sabiduría. En forma lenta, segura y sencilla se acumulaba el conocimiento con el méto-do natural de la prueba y el error. Se transmitían los fracasos para mejorar los éxitos en la construcción. Hoy perduran construcciones de miles de años; me pregunto cuántas han caído, colapsado o desapare-cido para ofrendar los resultados de la tentativa y el equívoco a generaciones futura.

Las ciencias de la construcción amalgaman la sabiduría con la ciencia. La experiencia con la téc-nica. Los errores con los aciertos. Todo en ese orden. Porque la viga estuvo con el hombre desde su inicios. El bastón, la cumbrera, la lanza, son formas de vigas. La misma rutina secular de repetir por generaciones lo mismo es la experiencia, no sólo individual, sino colectiva.

Conocer los materiales por el tacto, por el peso, por el aroma. Me pregunto quienes han probado el gusto alcalino de una pizca de cemento nuevo y compararlo con la acidez de la cáscara en corrosión de una vieja barra de hierro. Saberlo es experiencia sin ciencia.

Las CC no destacan, ni estudian los aspectos de la experiencia y la sabiduría. Exigen sólo el cono-cimiento de las disciplinas que la representan: la Estática, la Elasticidad, la Plasticidad o la Resistencia de los Materiales. Veo cómo se forma un técnico sólo de los conocimientos dados por los libros.

La experiencia nos puede dar las condiciones de borde, las hipótesis de un fenómeno y sus resultados, pero en el camino queda la explicación. La expe-riencia y la sabiduría nos entregan los extremos. La

en las CC ha tomado una enorme ventaja al arte y a la ciencia, algo así como en la Edad Media; todo ortodoxia, credo y sagrados escritos.

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tarea de unir las hipótesis con los resultados es de la ciencia. La ciencia es una actividad que ordena los conocimientos.

”Y yo, que soy curioso por naturaleza, visito con frecuencia estos lugares, por mero pasatiempo, y para observar la labor de éstos a quienes noso-tros, por la superioridad que tienen sobre los de-más artesanos, llamamos “principales”. El trato con estas gentes me ha ayudado más de una vez en mis investigaciones sobre la razón de algunos hechos, no sólo maravillosos, sino también recónditos y aún increíbles…”

De Galileo “Diálogos acerca de dos nuevas ciencias”. Página 27. Editorial Losada.

En el escrito anterior Galileo reconoce la ayuda que recibe de los artesanos. En la actualidad esos artesanos pueden ser los capataces o los oficiales obreros de la construcción que poseen pericia y maestría. La sabiduría prolonga la actitud de las ciencias y las convierte en enigmas que a veces quedan sin respuestas. Tiene la virtud de enseñarnos a convivir con lo irresoluto. Es un saber que integra la verdad, el bien, la belleza y lo sagrado. Es costum-bre, es tradición, la continuidad de lo valioso realiza-do por los hombres del pasado. Es repetición de las cosas buenas de una generación a otra. No apuesta a lo nuevo sino a lo perdurable. Es un gran registro de la memoria, que se enriquece con los años. A la sabiduría no le preocupa descifrar todos los miste-rios, puede coexistir con algunos de ellos.

En las conductas de la viga existen ocasiones donde se lleva al técnico a participar de interro-gantes y ocultaciones aún no resueltas. No sólo de las anomalías en todas sus formas de vigas, sino también las formas de construirla. Algunas maderas cuyos árboles fueron cortados en luna llena poseen propiedades distintas a los cortados en otras lunas. A la sabiduría, a diferencia de la ciencia, le interesa el conjunto, la totalidad. El conjunto representa la realidad. La sabiduría se inclina por el todo.

Esta situación se plantea claramente en deter-minados ámbitos del proceso de una obra; cuántas veces veo al ingeniero consultar al albañil acerca de la mejor manera de preparar una mezcla de junta y

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revoque en función del tipo de ladrillo en la pared. El albañil lo sabe. Pero no se preocupa porqué del dosaje que aconseja. En este caso la sabiduría es tradición, es la continuidad de lo valioso realizado por generaciones anteriores al del albañil. Es memo-ria; se enriquece con los años. A pesar de ser arcai-ca, posee una juventud que no languidece.

La sabiduría se alimenta de la experiencia y no necesita de pensamientos racionales. Tiene la des-ventaja de la repetición. La sabiduría está antes de la ciencia, siempre.

2. Triángulo del tiempo.

2.1. El tiempo con leyes.No puede existir ciencia sin conocer su pasado. El

origen de los principios que sustentan a los actuales conocimientos. Con el estudio del pasado el lector caerá en la cuenta de que la ciencia cambia, que las explicaciones científicas se corrigen o descartan sin cesar. Todas están en continua contrastación o falsación en la permanente búsqueda de las leyes universales.

En este capítulo mezclo la gran historia de las CC con algunas definiciones efectuadas por la filosofía de las ciencias, de la epistemología, del método y las técnicas. No conviene repetirlas o transcribirlas porque producen pequeños desvíos en la interpre-tación. Recomiendo al lector que lea algunos libros elementales y simples de la filosofía de las ciencias que están indicados en las referencias.

Advierto que para analizar las CC no puedo dejar o soslayar a la misteriosa ciencia desarrollada por la misma Naturaleza, de la cual, nosotros los se-res humanos, así como la madera o el suelo, somos su producto. Si bien estudio la ciencia desarrollada por el hombre, en ningún momento separo mi pensamien-to de que ese hombre es el producto de los enigmas de la Naturaleza. Veamos algunos eones (millones de años).

Este triángulo invertido posee una base incierta,

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no sabemos con certeza su magnitud. Lo configuro quitando un cero al período anterior. Allí surge algo de la relatividad del tiempo o de los números; no es lo mis-mo quitar un cero a 500.000.000 que a 50. Existe una aceleración hacia el vértice inferior que representa el instante que es-cribo esta palabra. O también el segundo que llevará al lector leerla. Ese extremo se mueve en cada infinitésimo de tiempo.

La primera cifra corresponde a la edad de la tierra. El hombre en su primitiva forma de homos sapiens aparece en la línea de los cincuenta mil, luego de sacarle

cinco ceros a la cifra original. La ciencia se inicia en la línea de los cinco mil con las primeras geometrías. A los quinientos surge el renacimiento. En los últimos cincuenta las primeras computadoras. En el vértice de los últimos cinco años la ciencia transformada en tecnología, bienestar y confort, está al borde de co-lapsar al planeta. Nada raro sucederá. Del universo, la tierra es una partícula. De esa minúscula pizca sólo desaparecerá la brizna de superficie; la vida. Antes es posible que se llegue a la singularidad; será el momento donde las computadoras “piensen”. La inteligencia biológica será superada por la arti-ficial. A partir de esa singularidad el conocimiento tendrá una aceleración asombrosa. Algunos cientí-ficos optimistas creen que la singularidad salvará a los hombres.

Para comprender a las CC deben ser analizadas así, desde el aspecto universal, por la sencilla razón que el universo responde a precisas ecuaciones ma-temáticas. En definitiva, el gran descubrimiento del ser humano fue descifrar el idioma de todas las cues-tiones que lo rodean; la matemática es ese lenguaje.

2.2. El tiempo sin leyes. Pero puede haber existido un tiempo de millones

atrás, de miles de eones en el pasado donde las leyes universales no existían. Porque aún no se había formalizado la gravedad de las masas, tampoco las

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fuerzas del movimiento. Menos aún la composición de los materiales. Tiempo donde los átomos no poseían espacios vacíos, donde el electrón estaba pegado al núcleo. Puede haber existido un agujero negro de masa casi infinita, sin luz, sin nada de lo que el universo matemático es actualmente.

Luego de la explosión, del gran estallido “Algo” hizo que las cosas se vayan ordenando no solo en las galaxias, en los astros, sino también en la minúscula articulación de la pata de una pulga.

Todo esto fue mucho antes del hombre. En su ausencia se establecieron la posición de las nebulo-sas, las órbitas de los planetas, y el lenguaje de los códigos genéticos de los seres orgánicos. Todo sin la presencia del hombre. Cuando él llega al mundo las cosas ya estaban ordenadas. Para la secuencia de los tiempos y el orden actual se necesitó arte y sagacidad matemática. Virtudes imposibles de definir porque no corresponden a nuestra minúscula condición humana. Pero es deber de los arquitectos o ingenieros tratar de comprender, desde las ciencias las fabulosas manifestaciones de diseño estructural de la naturaleza. Ahí estamos en el vértice inferior del triángulo.

2.3. Cosmología.La palabra cosmos es de origen griego y significa

orden. El origen de las ciencias se ubica en el mo-mento que se observan ciertas regularidades, ciertas leyes naturales que se cumplen en el universo; el or-den del universo. En las estrellas, el sol, la luna. Tam-bién cuestiones terrenales. Los datos más antiguos de la astronomía, madre de las ciencias, se encuentran en los egipcios cuando estudian las crecidas del Nilo y las contrastan con las estaciones del año, posición de la luna y los planetas.

La cosmología se transforma en ciencia cuando de la observación repetida se logra una aseveración universal representada por una expresión matemá-tica o aritmética. Es el análisis de los fenómenos en busca de leyes, teorías, principios que los instale en forma organizada dentro del conocimiento.

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La cosmología, así como las ciencias son procesos del intelecto humano que busca predicción, pronósti-co. Todo en base al descubrimiento de cierta regu-laridad en los sucesos. Por ejemplo los calendarios, desde los más antiguos, hasta los actuales tienen el origen común de la observación metódica de los astros. El calendario así resulta una tabla, una matriz que sirve para pronosticar los días de la semana durante el año. La puntualidad de la rotación de la tierra me permite pronosticar que mañana habrá un amanecer.

“…no hay rastros documentales…de una teoría astronómica. No se formularon en esos términos sus preguntas sobre el cosmos. Bastó para las necesida-des inmediatas de aquellos pueblos la constatación de regularidades empíricas y la capacidad predictiva de éstas. La exigencia de ofrecer modelos y explica-ciones teóricas fue patrimonio de una cultura poste-rior: la de los griegos del primer milenio anterior a Cristo”.

”Noticias del planeta tierra” Guillermo Boido. Página 22. Editorial AZ.

Lejanas de los astros, en el interior de una humil-de viga se producen cuplas; son universales. Cada material posee características propias, así en base a esa cosmología también puedo predecir, calcular, pronosticar la conducta de esa viga en el tiempo y ante las cargas. Desde la observación del fenómeno que se repite y con la ayuda de la matemática se lo-gra, mediante una expresión o fórmula establecer su futuro. Esto lo hizo Galileo cuando descubre nuevas ciencias: la estática y la resistencia de los materiales.

Notable la cosmología; antes de ejecutar una viga de hormigón armado puedo casi asegurar su futuro, su conducta frente a las fuerzas. Algo así como diseñar y calcular con la bola de cristal, el tarot o la quiromancia.

3. Tipos de historias.

Dentro del espacio que ocupa el concepto global de “historia” existen varios tipos, varias clases. La más extensa es la historia del universo sin el hombre.

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Es la historia de la naturaleza. Lue-go con el inicio del sapiens se puede estudiar la historia de las religiones y junto a ella la reseña geopolítica de las razas y países. A ellas les conti-núan los testimonios de la arquitectura o ingeniería realizadas en los últimos milenios. Rezagada, muy atrás está la historia que en este momento nos inte-resa, posiblemente la más pequeña, la reducida; es la historia de las ciencias, la descripción detallada del avance del conocimiento humano. No es común estudiarla. Es más, en los programas de las carreras técnicas, como el de la ingeniería, directamente se la ignora. En la de arquitectura aparece como la historia de los edificios, la historia de la arquitectura misma, pero no de las ciencias.

Es tan generalizado el error de interpretar la historia sólo para las cuestiones geopolíticas, que muchos alumnos, incluso profesionales arquitectos o ingenieros creen que la matemática, la estática, o la resistencia de los materiales nunca fueron descubier-tas; ya estaban desde el principio de los siglos.

Pero de todas las ciencias que existen, ahora sólo me interesan aquellas que han producido algo para mejorar el confort del hábitat humano: las ciencias de la construcción (CC). Dentro de ella están las desarrolladas por la Naturaleza en miles de millones de años, y también las realizadas por el hombre en apenas unos pocos miles. Muy pocos; uno, dos, tres.

Existen cuatro elementos que participan en las ciencias de la construcción: la naturaleza, el hombre, los materiales y los edifi-cios.

De estas cuatro enti-dades de las CC la única que se estudia es la “His-toria de la Arquitectura” o también la historia de los

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edificios y sus hombres. La historia de la naturaleza no interesa a los téc-

nicos. Desprecian los orígenes de aquellos materiales que fueron inventados por la Naturaleza: la madera, la arcilla, las fibras.

La biónica, la biotecnología, son ciencias que tra-tan ese aspecto, pero son ignoradas en la disciplinas de la construcción. Es con el estudio de éstas ciencias que puedo llegar a conocer la historia de estos ma-teriales, que sufren la indiferencia de la academia en cuanto a su origen y evolución.

La reseña de los descubrimientos de los materia-les fabricados por el hombre, se analiza muy poco, a pesar que los edificios, la arquitectura, están consti-tuidas en su mayor parte por materiales que poseen historia, tanta como el hombre mismo. Son materiales que surgen de un proceso inventado o descubierto por el ser humano.

Se conocen fórmulas por los nombres de antiguos genios. El teorema de Pitágoras, la ley de Hooke y muchas más. Pero se desconocen sus vidas, sus angus-tias; las costumbres y épocas que los rodearon. Ape-nas el nombre y apellido seguido de dos números; la fecha de su nacimiento y la otra de su muerte ¿Quié-nes fueron los grandes sabios que nos otorgaron el conocimiento y el confort de vida actual? Estamos en deuda con nuestros antepasados. El descubrimiento de la estática y los siglos que llevaron su ordena-miento no existe como inquietud de estudio. Todo pareciera que surgió junto al universo, desde allá, del inicio de la eternidad. Ahora, en estos escritos trataré de modificar esa indiferencia y la herramien-ta para hacerlo es la historia.

4. Tamaño del objeto en estudio.

4.1. General.En la historia de las ciencias se destacan tres ni-

chos de curiosidad humana; el micro cosmos, el macro cosmos y el mega cosmos. El tamaño del objeto en estudio en cada una de ellas difiere tanto como el

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diámetro de una estrella respecto al del átomo. Es extraño, el hombre se interesa en el principio de sus ciencias por aquellas que no tiene alcance para me-dirlas: los cielos y los corpúsculos invisibles.

El hombre en sus inicios, al mega cosmos, a los cielos, no tenía ninguna posibilidad de mensurarlo. No había instrumentos y tampoco lenguaje matemá-tico. Pero era la ciencia que más apasionaba. En un principio fue astrología, que luego se transforma en astronomía. La otra, la del micro cosmos, aquella cuyas partículas no son observadas por el ser huma-no también interesaba. Surge así una ciencia basada sólo en la fe de la existencia del átomo, del electrón. Sostenida por las reacciones entre compuestos, de las manifestaciones de la luz. Iniciada por la alqui-mia, seguida luego por la química y la mecánica cuántica.

Entre ambas se ubican las ciencias del macro cosmos, las que estudian las cuestiones domésticas, cotidianas. Las entidades físicas, reales y con posibi-lidad de ser observadas, medidas y pesadas. Entre esas están las ciencias de la construcción.

La historia nos muestra que estas ciencias, las domésticas, tuvieron una velocidad de avance menor que las otras dos. Es más, algunos descubri-mientos en el ámbito del micro o mega cosmos sirvieron para ordenar la del macro. Entre estas cuestiones está la mecánica de Newton que en su pasión por ordenar los cielos, logra herramientas para interpretar la elástica de una viga con el cálcu-lo infinitesimal.

4.2. Lo micro.La ansiedad del hombre de conocer los secretos

ocultos de los átomos y lo que ellos encierran han lle-vado a una búsqueda insaciable de lo micro. Antes, la alquimia en la búsqueda de la transmutación de los elementos involuntariamente desembarca en la química. Notable, no logran transmutar los elementos

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pero transmutan el conocimiento de la alquimia a la química. Las ciencias de la construcción (CC) abrevan en los conocimientos de la química para producir nuevos productos, nuevas tecnologías. No existe una sola barra de acero o partícula de cemento que antes no fue estudiada por la química.

Como todas las ciencias, la química tiene en su historia un destello por una cuestión filosófica. De-mócrito (500 a.C.) consideraba que toda la materia consistía de pequeñas partículas a las que llamó “átomos” que quiere decir “indivisible”. Los átomos eran eternos e indestructibles y existían diversos tipos de átomos que explicaban las diferencias entre las sustancias. Además de los átomos sólo existía el vacío. El genial pensamiento se agiganta cuando se lo ubica en su tiempo, más de 2.500 años atrás. La idea fue intuitiva, sólo de reflexión. No había quími-ca, microscopio ni dispositivo que pudiera demostrar la existencia de los diferentes átomos. Realmente fue una cuestión de fe hacia la composición de la mate-ria.

La burla y desprecio hacia Demócrito fueron algo común en Sócrates y Platón que lo consideraban absurdo, sin embargo también ellos partían de bases intuitivas para rechazar la idea atomista. Con los años se termina por despreciar los pensamientos del origen atómico de la materia. Sólo la Escuela de Epi-curo que la funda en Atenas unos 2.300 años atrás, adoptó la teoría atómica de Demócrito para expli-car el origen y composición de la materia; átomos y vacío.

Además dio el principio de la inercia; si un cuerpo se mueve, deberá continuar su movimiento a menos que exista un efecto que lo modifique. Galileo a esta idea le da base matemática y descubre los princi-pios de la mecánica moderna, el sabio también se metió con la idea atomista que en realidad fue la causa de su conflicto con la Iglesia. Porque de ella surgía que el pan es pan y el vino es vino, no hay transmutación en cuerpo ni en sangre.

Epicuro fue uno de los científicos filosóficos más asombrosos que tiene la CC. Explica el vacío y da

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principio a otra intuición difícil, tanto como la atómi-ca; bajo la acción de su peso, los cuerpos pesados y los ligeros deben moverse con la misma velocidad. También utilizada por Galileo en sus demostraciones.

Las partículas en suspensión, tanto en el aire como en líquidos, se desplazan con movimientos zigzagueantes, y él lo explicó como producido por choques con los átomos del aire transparente, que se mueven continuamente en todas direcciones. No es-tuvo tan errado. En la actualidad, esto se denomina movimiento Browniano y fue redescubierto en el siglo XIX por Robert Brown.

Lo micro atrae el misterio hacia su centro. No se sabe cuál es la última partícula; el origen. El hombre se desespera por conocerlo, así también como los límites, las fronteras del mega universo. Conocimiento centrípeto el primero y centrífugo el segundo. En el medio quedarán los restos del macro. El cotidiano, el nuestro, el de las CC.

4.3. Lo mega.Antes eran ciencias descriptivas. Intentaban ex-

plicar o describir lo observado en los cielos. Ahora son ciencias experimentales, desde 1.957; fecha que se coloca en el espacio el primer satélite. Hasta el extremo de ansiosa curiosidad; la reciente bomba que explotó en un cometa para analizar a distancias el espectro de sus gases. Que espantosa inquietud del conocimiento del hombre; llegar a destrozar un cometa para estudiar sus restos. Es desafiar a los cielos.

Estas megas ciencias también son utilizadas por nuestras ciencias domésticas para manipular las fuer-zas y sus consecuencias con modelos matemáticos. Durante siglos se discute sobre el centro del Universo. El dogmático pensamiento de la tierra inmóvil y todo el universo girando, tal como el antiguo esquema que sigue.

Esta idea no conformaba. Los inquietos descubren que el Sol, la Luna y los planetas no comparten el movimiento uniforme de las estrellas, sino que cada uno tenía su camino propio. Estas consideraciones

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fueron posibles gracias a la continua y perma-nente observación de los cielos, de los astros, de los planetas. Las ciencias surgen de la observación; en un principio fue astro-logía que luego transmuta en astronomía. En todos los casos ese cambio se produce cuando a un fenómeno se lo puede representar mediante un modelo matemático. Quien deja ordenado los cielos

es Newton con su asombrosa mecánica celeste. Aristóteles tuvo muchos aciertos en sus reflexio-

nes, pero errores muy grandes en la concepción del universo, al considerar la Tierra como el centro. Otros filósofos como Platón, Hiparco y Tolomeo considera-ban lo mismo.

La obra de Tolomeo, el Almagesto, fue traducida al árabe, de ahí al latín. Esta mecánica celeste era aceptada por la iglesia desde la Edad Media, que consideraba a la Tierra como lo más importante que Dios había creado y que por lo tanto todos los cuerpos celestes debían girar alrededor de ella, que estaba fija en el centro del Universo. En este momen-to de lectura con la mirada a unos treinta centímetros sobre el papel, en otros lugares unos pocos hombres tienen la mirada puesta millones de años luz de la tierra. La apasionada angustia por conocer nuestro origen, pronosticar el final. Esa ansiedad fue la cau-sa de los avances de la ciencia.

Luego de siglos, de persecuciones, la torturada ciencia termina demostrando que las cosas no son tan simples como las capas de la cebolla con el centro Tierra. Así Copérnico, Kepler, Galileo y otros muchos más, apasionados por la observación, por el método científico dan camino para que Newton con su asom-broso descubrimiento del cálculo infinitesimal ponga orden y fije el conocimiento real.

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4.4. Lo macro.Entre lo micro y lo mega se encuentra lo macro. La

parte cotidiana. La imagen a visual directa. Dentro de este espacio surge la mecánica de los cuerpos. La estática, la cinemática, la dinámica son partes de las ciencias que corresponden a lo macro. La mecánica engloba todas las ciencias duras de la humanidad; la física, la estática, la dinámica, la termodinámica y dentro de todas ellas está necesariamente la mate-mática.

Lo macro son entidades o fenómenos a escala perceptible en forma directa por el ser humano. Una viga de madera, una ladrillo, un triángulo dibujado en el papel. Todas esas manifestaciones poseen cien-cias como la matemática, la física, la química. Otras como la termodinámica, la electricidad.

Las primeras explicaciones sobre esta mecánica fueron de nivel filosófico, porque no existía el len-guaje preciso y maravilloso de la matemática. Así los filósofos griegos dieron los primeros pasos. Hace unos 2.600 años Pitágoras funda una escuela dedi-cada al razonamiento mecánico.

La palanca es una viga que se apoya en un solo punto. Tiene un voladizo en cada extremo. Es una viga con dos voladizos. Se la puede estudiar desde las relaciones de distancias con fuerzas. Pero tam-bién se la puede analizar desde un aspecto filo-sófico; lo hizo Arquímedes: “…un punto de apoyo y moveré el mundo…”. Creo que con esa palanca comienza la ciencia de lo macro. La perfecciona Ga-lileo dos mil años después. El dibujo le corresponde a Galileo, fue un excelente dibujante, mejor escritor y extraordinario genio.

Galileo. Diálogos acerca de dos nuevas ciencias”. Página 161. Editorial Losada.

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5. Los tipos de conocimientos.

Aquí tengo necesidad de distinguir al conocimien-to como el gran recipiente de la ciencia. La ciencia produce conocimientos nuevos. Es común establecer y estudiar el conocimiento acumulado por el ser hu-mano. Pero no es común, y pareciera hasta insólito, analizar el conocimiento de la Naturaleza.

Así separo dos tipos de conocimientos. Uno el gigantesco y aún misterioso conocimiento de la Naturaleza que con su ciencia nos hizo participar en este universo. El otro conocimiento, el más modesto, pequeñísimo, es el adquirido por el hombre. El de la Naturaleza necesito estudiarlo porque uno de sus objetivos de diseño fue sostener a los estáticos árbo-les y darles estructura a los animales dinámicos. Es difícil la frase del “conocimiento de la Naturaleza”. Pareciera imposible que posea conocimiento. Pero planteo un ejemplo. Ahora, en la actualidad, el ser humano ha logrado almacenar conocimiento en un dispositivo casi del tamaño de una pequeña moneda: son los denominados “pen drive”; también en ellos acumulan órdenes o disposiciones para la robótica. Son memorias en algunos casos estáticas, quietas y en otros son órdenes para un dispositivo particular. El más común es la música envasada en micro espacios que luego es reproducida.

Ahora, si esos conectores, los “pen drivers” que en español aún no han sido bautizados los llamo “semi-llas”, puedo redondear el ejemplo. La naturaleza los tiene descubierto desde hace millones de años. Las semillas de un humilde perejil, hasta la de un álamo, son en definitiva dispositivos elaborados por la Na-turaleza que poseen “conocimiento”, miles de miles de millones. Son las órdenes que impartirán desde el primer brote hasta la muerte centenaria.

Desde este punto de vista la Naturaleza aco-pia “conocimientos” en cada ser vivo, sea vegetal o animal. Sea una bacteria, un microbio, un virus o los pájaros que en este momento están volando. Esas órdenes establecidas en las células o en las semillas

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poseen una historia. Es una arrogancia tratar de descifrarlas en estos escritos. Pero quede claro que gran parte de las ciencias que elabora el ser huma-no son justamente para tratar de correr la cortina de esa maravillosa historia. La Naturaleza es autista. Vive su propio mundo. No da a conocer el origen de sus logros. No participa de congresos, no escribe en revistas especializadas, no habla. Callada mira al desesperado hombre escudriñando, husmeando sus misterios.

En el principio, en el origen, la ciencia de los hombres era una sola: la filosofía. Luego se fueron desprendiendo diversas ramas para tratar cuestio-nes específicas. La química, la física, la biología, la medicina y otras tantas. Todas separadas.

El hombre en sus inicios analiza los fenómenos desde el pensamiento filosófico; pensar y conectar. La observación permanente era elaborada en el pensamiento y siempre conectada a otro aconteci-miento. Luego en los años de la revuelta científica, esos pensamientos colocados en un solo recipiente, el de la filosofía, comienzan a desprenderse. Aparecen las ciencias. Las nuevas ciencias. Se estudian y desa-rrollan de manera separada.

Ahora, en estos años, otro cambio. Esa tradicional división del conocimiento desaparece lentamente. Cada una de ellas forma enlaces que se superponen y en un tiempo dado un fenómeno particular es estu-diado con dos o tres ciencias superpuestas.

Es el caso de los suelos, o la antiguamente lla-mada mecánica de los suelos. En un principio sólo se aplicaba la ciencia física, la mecánica. Ahora es la química que empuja en cuña junto a la geología. Otras nuevas ciencias, como la Patología en la Cons-trucción, necesitan para desarrollarse de la gestión de muchas otras ciencias. Hasta de la medicina que nos enseña las metodologías de análisis clínicos para la prevención de enfermedades edilicias.

En las CC ya no es posible mantener el conoci-miento estancado en algunos nichos, ahora hay que darle movimiento. Deben ser como una flecha que en su trayectoria atraviesa varias láminas de papel;

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cada una representa una ciencia. Las CC estuvieron quietas por muchos años. En ocasiones avanzaron porque en forma increíble se le puso adelante la tecnología con nuevos materiales.

La buena ingeniería o arquitectura necesita abre-var todos los días en muchas otras ciencias; histo-ria, geología, matemática, filosofía, química, física, termodinámica, biología. Muchas más, porque todas de alguna u otra forma “tocan” a los edificios de la construcción.

6. Organización y método del estudio.

6.1. General.Antes de iniciar mi relato de “había una vez una

ciencia…”, es necesario organizar mi pensamiento para ordenar la secuencia del cuento. A mitad de camino de este capítulo debo buscar una posta para ajustar las alforjas de ideas. Mi disciplina es la inge-niería y en esta ruta de análisis necesito de sólidos conocimientos de epistemología, que no los tengo.

Trataré de dividir al estudio en solo dos partes. Una la evolución de la naturaleza y la otra los pro-gresos de los razonamiento del hombre. Esta sepa-ración tiene un error; el ser humano es parte de la naturaleza.

Comienzo por el principio de todas las historias; el origen del planeta Tierra y la maravillosa for-mación de manera conjunta de materiales, diseño y formas de los elementos estructurales que construye.

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Luego en un micro espacio del tiempo último, hago lo mismo con los avances de las ciencias que el hom-bre utiliza para construir. Es un corto resumen de la evolución de las CC. Como avanza de la mano del hombre, de su inteligencia, de su perseverancia y pasión. Mi intención es ubicar, dimensionar, “medir” las ciencias dentro la historia total. Decirlo, así, en una sola oración es un acto de soberbia de mi parte. Pero, bueno, es un humilde y minúsculo intento

6.2. Los descubrimientos

naturales.Me pregunto si es posible separar los aconteci-

mientos que se produjeron durante miles de millones de años en nuestro planeta, apartarlos de aquellos que produce el hombre con su inteligencia.

El hombre es parte del planeta. No llegó en una nave espacial, de otra galaxia y se plantó con su inteligencia. No, el ser humano es producto de la misma Naturaleza, así como la madera, la arcilla. Creo por ello en el análisis conjunto; primero la his-toria de los descubrimientos de la Naturaleza en sus materiales y maravillas, luego, como una continuación el estudio de los avances del ser humano realizado dentro de ella misma. El hombre como un producto más de la Naturaleza.

En párrafo aparte analizo en detalle el modelo ficticios del Gran Año que tiene 365 días con 8.760 horas. Cada hora de este Gran Año ideal, imagina-rio, tiene una duración de 500.000 (quinientos mil) años reales. Difícil comprenderlo de entrada, pero la ciencia humana sólo tiene unos 30 o 40 segundos del Gran Año. Una chispita. Así es, increíblemente nuevo, corto el tiempo de la ciencia moderna. El período o la época del hormigón armado dentro de la historia de la construcción es menor al segundo.

6.3. Los descubrimientos del

hombre.Le pido al lector que piense, que detenga su

lectura y medite. En ese escaso segundo hay miles de días, miles de hombres, miles de escritos y ensayos que han llevado a todos los integrantes, factores e

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ingredientes de los grandes edificios y los magníficos puentes a presentarse como maravillas de la inge-niería. También puedo decir lo mismo de la Estática o la Dinámica. Pero todo el conjunto de lo realiza-do por el hombre es apenas pestañeos en la Gran Historia.

Es la historia del ser humano preocupado por pensar, entender. Allí los elementos estructurales se transforman en teoría racional. Aparecen ciencias: la estática, la resistencia de los materiales, el análisis estructural. Todo se logra gracias a un nuevo len-guaje que entiende todas las manifestaciones y las puede describir y representar: la matemática.

La matemática como conjunto central se toca, se solapa con los otros sub-conjuntos: química, física, materiales, diseño, urbanismo. No existe CC que no necesite de ella.

Me interesa indagar cómo se crea-ron y la manera que se unieron para conformar la disciplina actual de la Construcción. Junto al estudio de las Ciencias les contaré la de los edificios, la de la Arquitectura. La forma que avanzaron los materiales y las técnicas de su empleo.

El interés de Galileo era conocer los sucesos en el interior de los materiales cuando se aplicaban fuer-zas. Así en forma lenta al principio y veloz al final surgen las CC. Las ciencias buscaban una respuesta racional, matemática a los fenómenos. Veremos que las encontró pero sobre la base de hipótesis muy simplista, casi ideales o irreales.

La Arquitectura y la Ingeniería deben su existen-cia a las ciencias que las sostienen, que las compo-nen. Sin esas ciencias resultarían disciplinas de masa informe, amorfa. El éxito de las CC del siglo XIX fue encontrar métodos y expresiones matemáticas que representen no sólo las tensiones que se forman de manera invisible en el interior del material, sino tam-bién traducir en una ecuación las líneas elásticas de los elementos deformados.

Contrahipótesis - Tomo I96

Esas disciplinas no fueron creadas de la nada. No están ahora presentes en nuestros libros porque de golpe una mutación las produjo. Un hada con la varita mágica golpeó sobre una mesa y apareció la Estática con toda sus matemáticas incluida. Existe un inicio embrionario y miles de días con miles de hombres que fueron armando con mucho esfuerzo y mayor ingenio estas ciencias que tan simples nos presentan en los pizarrones de las aulas.

La única ciencia que permite la comunicación de todas las otras es la matemática. Es el único idioma universal; se lo entiende y es utilizado en todos los rincones del planeta. Ahora es posible construir la torre de Babel; no habría problemas con la “traba-zón de las lenguas” porque la matemática es única. Estudio su historia y también la de otras dos ciencias que la han seguido muy de cerca; la mecánica y la química.

La historia empírica, costumbrista, la secular. Abarca todos los siglos, que el ser humano construye sin preocuparse en justificar teóricamente el fun-cionamiento de cada pieza estructural. La viga, la columna, el entrepiso son construidas por los arte-sanos de la madera, de la piedra o el ladrillo. De generación en generación. Milenios pasan sin modi-ficarse. En esa historia están las diferentes técnicas y tecnologías; tanto las rutinarias como las revolucio-narias; las del cambio. Me interesa indagar sólo en la construcción, que se hizo durante siglos. La forma en que avanzaron los materiales y las técnicas de su empleo. Trato de abarcar un período desde 15.000 años atrás hasta la fecha.

La ingeniería o arquitectura estructural en sus comienzos existía como arte. No formaba parte de ninguna ciencia porque no existían razonamientos o investigaciones sobre la resistencia de los materiales ni su relación con las fuerzas que actúan. Todo se ha-cía mediante reglas empíricas que se transmitían de padres a hijos. De viejos a jóvenes, por generaciones y siglos.

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6.4. Las herramientas y materiales. Los materiales de la construcción se encuentran en

tierra; algunos como la madera, la piedra, la arena, la arcilla, tantos otros, ya elaborados por la Natu-raleza, otros en un escalón inferior, como el hierro en forma de óxidos. Entre estos extremos hay innumera-bles elementos que son utilizados por el ser humano para construir. Cada uno tiene su propia historia. En este capítulo analizamos los principales de ellos.

La ciencia avanzó y atrás la tecnología que hizo posible producir miles de otros materiales artificiales. El avance de las ciencias produce nuevos materiales que son aprovechados para mejorar el confort del ser humano. En definitiva es lo que se busca. El con-fort a cualquier costo.

Por cada material nuevo artificial se produjo an-tes una investigación, un método, se hizo ciencia. Lue-go, según el rédito económico aparece la tecnología para atraparlo y lanzarlo al mercado del consumo. Todos los materiales artificiales son producidos por reacciones químicas y calor.

En todo edificio, construcción, puente, existe la ne-cesidad de desarrollar fuerzas superiores a las del ser humano, individual o en conjunto. Así surgen los primeros inventos o dispositivos para la construcción, como los son el plano inclinado, la cuña, el martillo, el tornillo y fundamental, la palanca con sus derivados: la polea, la correa, el eje.

El mejor uso de las herramientas y la combinación entre ellas la inician los egipcios y los babilónicos. Construyen asombrosos edificios de piedra e idearon métodos para la extracción de la materia prima de las canteras, el transporte y la elevación de enor-mes sillares, o la creación de gigantescos obeliscos y columnas. Todo esto no hubiera sido posible sin los conocimientos prácticos de la mecánica o de la estática; de la mecánica que utiliza la palanca y el plano inclinado. Los arqueólogos encontraron escua-dras, niveles, plomadas, balanzas y pesas.

La técnica egipcia es mejorada después por los griegos y romanos en el campo de la construcción. Todo un avance en la tecnología de los conocimientos

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7. Los períodos y el conocimiento.

7.1. De la naturaleza.Resulta difícil suponer que existan otros cono-

cimientos distintos a los que posee el hombre. Sin embargo el crecimiento de un gran árbol, desde su infinitésima semilla hasta su grandeza ante la muer-te, tuvo un orden y secuencia. Estaciones del año, sin hojas, otras con ellas y frutos. Todo repetido con frecuencias matemáticas, tanto que las cosechas y las siembras se pueden predecir, pronosticar. En cada semilla de cualquier planta o en el extremo de un brote hay conocimiento; está programado su avance y su futuro. Es una maravillosa ciencia.

Considero que la Naturaleza tuvo y tiene su pro-pia ciencia. Cómo la desarrolla, cuáles son sus mé-todos, son temas infinitos. Sólo pretendo analizar los períodos de su desarrollo, de sus aciertos y fracasos. De sus pruebas y errores. Los períodos abarcan miles de millones de años. Con estas declaraciones me proclamo panteísta porque encuentro representado a Dios en todas y cada una de las manifestaciones del universo. Por otro lado creo en al agnosticismo mientras enuncie la imposibilidad que el ser humano pueda comprender lo Absoluto. El Todo. Estoy de acuerdo. Pero es una alegría que el hombre pueda entender “partecitas, astillitas micrométricas” de lo Absoluto. Reniego de la soberbia y prepotencia del solipsismo idealista, donde nada existe fuera del pensamiento del individuo. ¿Significa que antes del hombre no hubo nada?

En el gráfico siguiente pretendo en forma irres-petuosa imaginar los 15.000 millones de años de nuestro universo y el avance de su “ciencia” en las mutaciones que produce. Al final, muy al final hay una arribada generada por la misma Naturaleza; la inteligencia de uno de sus animales: el hombre. Que

prácticos. Pero nadie hasta ese momento aplicó el pensamiento a la generalización de un fenómeno y su explicación mediante términos matemáticos.

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como parte del universo lo transforma, crea nue-vos materiales, genera ciudades con cobijos para millones. Quienes lo hacen son los ingenieros y los ar-quitectos. El conocimiento dentro de unas décadas entrará en la singulari-dad, allí será una asíntota a la vertical. Ese momento

se produce cuando una máquina, una computadora se transforme con una inteligencia igual o superior que la del hombre. Con la diferencia del “no cansan-cio”. Ella se reproducirá y a su vez logrará el deno-minado “conocimiento continuo”.

7.2. Del hombre.El espacio que ocupa la ciencia provocada por

el hombre es increíblemente pequeño respecto a la otra; la de la evolución de las especies vegetales o animales. La ciencia del hombre la considero como un avance más del conocimiento de la Naturaleza. El hombre no puede negar su origen; es del planeta tierra. Pero adquiere y elabora ciencia, conocimien-tos y productos, que en éstos últimos micrométricos siglos han cambiado la conducta del planeta.

El hombre aparece el último día del año. La recolección de ramas y frutos fue su primer acto de razonamiento y artesanía. El cobijo lo hallaba en la forma natural de las cuevas y cavernas. Las ramas y las grandes hojas de los árboles. Desde el primer hombre que cruzó un arroyo caminando sobre un tronco caído, en ese momento, ese prehistórico hom-bre sin saberlo, descubre la viga.

Esta historia; la del ser humano con su ciencia es apenas un infinitésimo dentro del período del Gran Año. Para ordenarla en el estudio la separo en eones. Un eón le corresponde mil millones de años. El universo tiene 15 eones, la tierra mucho más joven tiene solo 5 eones. La curva en el período que le corresponde al hombre, tiene una micro duración de

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0,00004 eones. Para interpretarla hay que utilizar otra progresión.

Lo intento con otra escala de orde-nadas y abscisas. Así, dibujo en esque-ma la evolución del conocimiento del hombre. Asumo su inicio en unos 40 a 50 mil años atrás. Son coetáneos aún los hombres de Neanderthal con el Homo Sapiens. La Prehistoria es el pe-ríodo desde esos tiempos hasta el inicio de la Antigüedad, que sucede unos seis a cuatro mil años del presente. El lapso de la Antigüedad tiene unos dos mil años. Le sigue la Edad Media con una duración de unos mil años. Luego el Renacimiento que abarca unos dos siglos. Por fin la Edad Moderna con sus revoluciones, primera la científica, luego la indus-trial y casi contemporánea la conmoción producida por la informática, el tiempo actual.

8. El Gran Año.

8.1. Entrada.La historia no corresponde sólo a los seres huma-

nos. En el instante que se organiza una estructura orgánica en el planeta, a partir de ese misterioso momento se inicia la Gran Historia. Toda ella, en todo momento, en cada instante de los miles de mi-llones de años fue protagonista de los cambios que se producían en los organismos vegetales y animales, siempre en la búsqueda de una optimización de las estructuras soportes.

Todo lo orgánico posee un envase y una estructura de sostén. No es posible mostrar todos los ejemplos; el cuerpo del lector posee un envase que se confor-ma por la piel y una estructura de tensor (músculos) y puntal (huesos).

Más simple puede ser una semilla, que sólo posee envase. En algunos casos doble envase. La manza-na, una masa orgánica protegida con fina piel para acunar las semillas en el centro, que a su vez poseen

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8.2. Los períodos.

Para analizar la tabla que sigue es bueno tener presente los 15 mil millones de años del universo y los 5 mil millones del planeta tierra. Fíjese lector, que el período cuaternario se inicia sólo en los últimos dos millones de los cinco mil millones. En ese tiempo la Naturaleza hizo maravillas.

Millones años atrás

Período Plantas

1 a 2.5 Cuaternario

• Plantas bajas, hongos, líquenes, • Angiospermas (amplias hojas, flores, pastos y vegeta-

les).• Gymmospermas (coníferas).• El hombre.• Desaparecen los grandes mamíferos. • Plantas bajas, hongos, líquenes, • Angiospermas (amplias hojas, flores, pastos y vegeta-

les).• Auge de los mamíferos. Desarrollo de las ballenas. • Incremento de los cereales y frutales.

65 Terciario

136 Cretácico • Primeros antropoides.• Incremento de los cereales y frutales.• Predominio de los reptiles.• Bosques de coníferas.• Anfibios. • Bosques extensos, helechos arborescentes.

190 Jurásico

225 Triásico

280 Pérmico • Predominio de los peces.• Primeras plantas terrestres.• Invertebrados marinos.• Predominio de los trilobites.

345 Carbonífero

395 Devónico

430 Silúrico

500 OrdovícicoCámbrico

5.000 Arcaico • Vida unicelular en el mar.

una dura capa estructural protectora.En el intento de comprender la evolución de las

estructuras naturales, realizo un elemental relato de los acontecimientos en el planeta desde su origen. Lo hago desde una farsa, de un micrométrico modelo en escala: el Gran Año.

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Se comienza por los acontecimientos más recien-tes, los últimos, los del cuaternario dentro del cual aparecen las primeras manifestaciones del hombre. Luego en cada renglón (millones de años) nos inter-namos en el pasado cada vez más antiguo.

No resulta fácil leer la tabla. Por un motivo muy sencillo; no tenemos idea que es un millón de años. Tenemos noción de los dos mil años que nos separa de Cristo o los tres mil de algunas especulaciones an-tiguas. Pero un millón escapa de nuestra percepción del tiempo pasado.

8.3. Pequeña “maqueta” del

tiempo.Según las últimas investigaciones realizadas, la

edad de la tierra alcanza a la abrumadora cifra de 5.000 millones de años (cinco eones). Nuestra inte-ligencia puede generar pensamientos relacionados al tiempo. Sabemos el tiempo que dura un día, o un año. También, a través de la historia reconstruir imágenes de siglos atrás. Del Imperio Romano, de la civilización egipcia, maya o inca. Tiempos de 1.000 a 4.000 años atrás. Nuestra mente comienza a limi-tar su capacidad para elaborar un tiempo de más de 10.000 años.

La única forma de acercarnos tímidamente a esos tiempos es mediante una maqueta en escala del tiempo. Hacemos un Gran Año en escala de 1 / 5.000 millones. El Gran Año. Y en ese apretado año mayúsculo, cada parte toma los siguientes valores:

Partes del Gran Año Cantidad de Años Comunesaño 5.000.000.000 añosmes 388.000.000 añosdía 12.960.000 añoshora 540.000 añosminuto 9.000 añossegundo 150 años

El segundo de este tan ajustado tiempo dura nada menos que un siglo y medio. Se lo repito: en la maqueta modelo, la del Gran Año, el segundo tiene un tiempo de 150 años. Insisto en las pautas com-

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parativas de tiempos. Es la única manera de enten-der la historia de las estructuras fabricadas por la Naturaleza.

Lector, no se pierda en las cifras que vienen. Son arduas pero interesantes. En ocasiones advierto lo breve que resultan las cuestiones como las culturas, las religiones, las naciones creadas por el hombre. Lo hago desde la edad que tiene el Universo: 15.000 millones de años (la Tierra es tres veces más joven, sólo 5.000 millones). A la edad del Universo la coloco en una escala lineal geométrica que abarca desde el obelisco de Capital Federal de Argenti-na, hasta algún país Europeo: esa distancia es de 15.000 kilómetros que transformados en milímetros corresponden a 15.000 millones. Cifra igual que la edad del Universo. Ahora comparo; la religión más antigua debe tener unos 5.000 años. En la escala lineal son unos 5.000 milímetros; cinco metros. Sig-nifica sencillamente que las creencias más antiguas del hombre sólo recorrieron cinco pasos, aún están dentro del perímetro del obelisco. Les falta cruzar parte de Buenos Aires, el Río de la Plata, el Atlánti-co, España…

8.4. Los dispositivos de medición del

tiempo.La historia común, la de la humanidad, la de las

civilizaciones antiguas tienen una manera muy parti-cular de identificar los períodos: se realiza por siglos con los símbolos a.C. o d.C. (antes de Cristo o des-pués de Cristo). Los siglos se enumeraran con símbo-los romanos; Galileo vivió en el siglo XVII (d.C.), en este momento el lector lee en el siglo XXI (d.C.).

Los años se indican por números arábigos; el descubrimiento de América se realiza en el año 1.492. Los meses, las semanas y los días necesitan de un estático dispositivo que se llama calendario. Allí aparecen agrupados por filas y columnas diversos números que nos indican el nivel del día por donde transitamos.

Los días se dividen en horas, minutos y segundos. El artefacto que se utiliza es el reloj. El común sólo

Contrahipótesis - Tomo I104

mide hasta los minutos y segundos. El especial frac-ciona los segundos en centésimas. Es rara la conducta del ser humano cuando mide el tiempo. Tiene conflic-tos con sus mediciones, la relatividad temporal puede haber estado en el subconsciente.

Para los siglos, utiliza el sistema romano. Los mile-nios en sistema decimal. Un millón de años se deno-mina Eón. Para los días y los meses, las lunas, el 28, el 30 o el 31. Para las horas inventa una numeración extraña: 24 horas. Cero horas cuando comienza el día y 24 horas cuando termina. No existe el núme-ro 25 para las horas. Los minutos representan una fracción de 1/60 de la hora, y el segundo también 1/60 del minuto. Después de golpe, todo se vuelve a la aritmética normal. Los segundos se miden otra vez en sistema decimal, la centésima o milésima parte del segundo.

La medición del tiempo es un tremendo conflic-to. No sólo en su aparente relatividad sino en las unidades que se utilizan. Ahora le agrego algo más de confusión. Atienda lector: para el hombre normal si se mete en el Gran Año, la centésima parte del segundo le corresponde un año y medio; dieciocho meses. O mejor, más fácil; un segundo = 150 años. Bueno, todo un problema. Nuestra ansiedad por mensurar el tiempo que nos termina por deprimir por su rapidez “cómo pasan los años” o por su lentitud “nunca llega la hora”. Creo que los animales viven solo el presente, no les interesa el tiempo pasado ni el porvenir. Viven al día, según la ley de la sed y el hambre. Nunca he visto una tortuga con reloj pulsera.

8.5. Los acontecimientos del

Gran Año.Con estos nuevos conceptos de tiempos, ensayo

una interpretación de la historia de la Naturale-za. Otros autores ya lo ha hecho en otras escalas, de diversas maneras lo he leído en varias fuentes. Utilizo como escala el Gran Año. La forma que se presentan y cambian los acontecimientos. Al principio analizo períodos de meses, luego durante las mani-festaciones más espectaculares detengo el estudio en períodos más cortos; semanas, días, horas. Hay

Historia de las Ciencias 105

una espantosa aceleración desde el momento que la Naturaleza otorga inteligencia a uno de sus anima-les; el hombre.

A partir de allí, la aceleración. Un período que apenas ocupa unos diez segundos de todo el Gran Año; los hombres modifican algunos parámetros del planeta, como el clima. Los grandes desastres en la Tierra fueron las caídas de gigantescos aeroli-tos, erupciones volcánicas simultáneas con nubes de cenizas, terremotos, eras glaciales. En todos los casos el resultado final fue un cambio de las condiciones climáticas. Ahora, el ser humano, desde su minúscula presencia, también lo logra.Período de Enero a Marzo:

Abarca del año cero a 1.500 millones. (5.000 – 3.500 = 1.500). La tierra recién se formaba y luego de quinientos millones de años (el mes de Enero y parte pequeña de Febrero) aún estaba caliente; su corteza era fina y quebradiza. Aquel delgado revestimiento se hinchaba y estremecía por efecto de la turbulencia del material fundido que remolineaba justo debajo de la superficie. No había mar, ni tierra, ni vida.

Lentamente todo fue cambiando. Las capas supe-riores se enfriaron, los volcanes se fueron apagando. El vapor de agua que estaba en el aire se condensó y cayó en forma de lluvia. Todo se fue estabilizando y ordenando. Preparando la cuna para crear la ma-ravilla más espectacular: la vida. Se termina el pri-mer trimestre ya es Marzo. En todos estos meses aún no existe vida de ningún tipo. No pudo ser inventada estructura alguna, ni de envase ni de sostén.Período de Abril a Septiembre:

Surgen indicios de vida elemental. Una extraña coincidencia. Un milagro. Una combinación de una en millones. Posiblemente a orillas de un océano aún ti-bio, en una pequeña grieta con moléculas de carbón, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno se yuxtapusieron en forma correcta bajo la acción de una descarga eléc-trica de alguna arcaica tormenta.

Los elementos se combinaron. Se forma un ami-noácido. Luego producen proteínas y éstas hicieron

Contrahipótesis - Tomo I106

surgir las algas: las plantas primitivas más elementa-les. Segundo y tercer trimestre, la vida vegetal en el mar, submarina.

A fines de Septiembre apenas los musgos, los líquenes y los hongos dan señales de vida orgánica en tierra, pero sin estructura de sostén. Apenas son manchas sobre la piedra húmeda.

Período de Octubre: La vida animal surge en el fondo del mar. Apare-

cen los primeros auténticos animales: los protozoarios unicelulares que se alimentan de las algas. Se des-plazan con movimiento propio. Gran parte de la vida se desarrolla en el mar, la tierra aún se encuen-tra muy caliente para albergar vida, apenas primiti-vos hongos. Es el período de mayor asombro; la vida orgánica vegetal se transforma en animal con una particularidad: es libre en el desplazamiento.

Se inventa el tronco; aparecen los árboles. De-rechos, verticales y con ellos el primer dispositivo de viga; la rama en voladizo. Junto con ellos se perfecciona el primer “chip” estático inteligente que

Historia de las Ciencias 107

guarda miles de millones de datos: la semilla. No se lo activa con la electricidad, con un enchufe o botón. Es activado por otra carga, la eléctrica bipolar que contiene la molécula de agua. Se activa la semilla en determinadas condiciones de humedad y tempe-ratura. Luego de décadas, de siglos, reproduce otro árbol.

Período de la primera quincena de Noviembre.

La vida sale del mar. Primero husmean, obser-van, las orillas, la tierra seca como si fuera otro planeta. Luego se arras-tran, se internan desde las playas hacia los grandes bosques. Encuentran otros alimentos, más variados, más ricos.

Algunos de ellos aún perduran en la actualidad, hoy están en un extremo las morsas, las focas y en el otro los lagartos y cocodrilos, viven cerca del agua. Tanto arrastrarse con sus aletas dorsales se transfor-man en patas.Período de la segunda quincena de Noviembre.

Las aletas se transforman en patas cortas primero a los costados del cuerpo para luego desplazarse abajo y así los animales comienzan a poseer mayor velocidad en su desplazamiento sobre la tierra y se adentran en ella alejándose del mar. La vegetación ya se encuentra desarrollada en casi toda la superfi-cie terrestre. En algunos animales surge la piel pro-tectora con pelos de distintos largos y grosores. Los animales aprenden a desplazarse sobre las ramas de los árboles.

No sólo comienzan las flores en las plantas y árboles sino también las frutas. Los animales cada vez poseen más alimentos terrestres para mantener su energía. Período de la primera quincena de Diciembre.

Algunos animales comienzan a trasladarse so-bre dos patas y hacen uso de las delanteras para

Contrahipótesis - Tomo I108

alimentarse. Se modifican con notable diferenciación las patas traseras de las delanteras. Estas, pequeñas y débiles, sólo para el manejo diario de la alimen-tación y las traseras para el desplazamiento, correr, caminar, cazar. En otros, los ojos dejan de ubicarse a los lados de la cabeza para reubicarse al frente. Es necesario ubicar con precisión la presa; se logra con la visión de profundidad. Los dos ojos apenas separados al frente dan la perfecta sensación de distancia. Período de vísperas de Navidad:

Surgen los pájaros; los primeros cubiertos de fina piel, luego aparecen las plumas otorgándoles mayor ligereza. El peso de los mismos disminuye permanen-temente; los primeros vuelos fueron cortos para más tarde desplazarse distancias considerables.

A partir de ahora ya no es posible computar los tiempos con el calendario, ahora es necesario el reloj. Son las horas las que importan. Lo que viene posee una aceleración espantosa. Desde que apa-rece el bípedo primero y luego el devastador ser humano es similar al de apretar el acelerador de un motor. Pero con potencia ilimitada.Dos horas antes de la medianoche del 31 de Diciembre (22 horas).

Se inicia la vida inteligente sobre el planeta: aparece el hombre, el ser humano.Catorce segundos antes de la media-noche del 31 de Diciembre:

Nace Cristo. La Era Cristiana en este Gran Año posee tan sólo catorce segundos. Allí el ser humano ya mata con dispositivos crueles; la crucifixión. Ya no sirve el reloj para medir los tiempos que siguen, hay que usar el cronómetro. Un segundo antes de la medianoche del 31 de Diciembre:

Se efectúa la primera colada conti-nua de hierro. Comienza la revolución industrial.

Historia de las Ciencias 109

8.6. Un resumen.Tomo al hormigón armado como el material de

referencia histórica. En la tabla muestro algunos hitos de la historia.

Formación del planeta. Enero, primera quincena (4.500 millones de años).

Aparición de la especie bípeda

A las 16,00 horas del día 31 de diciembre.

Dominio del fuego Una hora antes de la media-noche.

Aparición del homo sapiens Tres minutos y medio antes de la medianoche

Utilización del arco y flecha. Dos minutos antes de las 24 horas.

Escritura. Medio minuto; 30 segundos antes.

Máquina de vapor. Dos segundos antes.

Hormigón armado. Un segundo.

En realidad es menos que un segundo porque el uso efectivo del hormigón armado recién posee unos 70 años, mientras que el “segundo” de nuestro gran reloj es de 150 años.

Así es, increíble. El período o la época del hormi-gón armado dentro de la historia de la construcción apenas alcanza a un segundo dentro del Gran Año. Con éste ejemplo podemos apreciar que el hombre es un recién llegado a este escenario de la Tierra. Y si la Naturaleza pudiera observarnos resultaríamos para ella una novedosa criatura. Algo reciente; un bichito extraño.

Antes de nuestro arribo, la Naturaleza tuvo el tiempo necesario para crear, probar y modificar

Dos centésimas antes de la medianoche: El ser humano toma conciencia que sobrecalentó

al planeta, lo hizo en la mitad de un segundo. Sólo necesitó 50 centésimas de segundo. Comienza otra devastación, tan fuerte como los golpes de los aero-litos o las arcaicas erupciones volcánicas.

Contrahipótesis - Tomo I110

todos los elementos estructurales y adecuarlos a sus funciones específicas. El estudio de la Naturaleza, gracias a esta nueva disciplina que se está gestando: la Biónica, puede aportarnos notables y gratas sor-presas en las futuras soluciones de complejos sistemas estructurales.

Y por eso hago la demostración del concepto del Gran Año. Porque la investigación científica o el avance tecnológico necesitan de tiempo para descu-brir y aplicar dispositivos útiles y valederos. Con el concepto del Gran Año muestro el pequeño espa-cio que ocupa el hombre en la manufactura de las construcciones, de los edificios, de los puentes. Es una historia chica, pequeña, de centésimas de segundos, comparada con la otra historia de las estructuras: las de la Naturaleza.

9. Períodos del ser humano.

9.1. Entrada.Me resultó difícil explicar los períodos de la

Naturaleza en el diseño de sus estructuras, pero más complicado es analizar los períodos humanos. Los extremos son malos. El discurso muy largo, extenso, termina por cansar y no se atiende. El discurso extre-madamente corto es incompleto, pero tiene la virtud de la presentación. Es una variedad de cartelera. Es un anuncio. Esto es lo que pretendo en este brevísimo resumen de la historia en los períodos humanos. En el esquema lineal muestro los períodos del breve análisis.

9.2. La antigüedad.No es posible de soslayar a los primeros seres

humanos que ordenan el conocimiento científico. Son los que establecen que cualquier acción responde a un razonamiento. Esta existencia racional comienza

Historia de las Ciencias 111

con la misma filosofía. Es posible que las civilizaciones del Oriente Medio

hayan comenzado antes que los griegos el estudio de los fenómenos del universo. Pero los antecedentes que existen indican que los filósofos griegos iniciaron el estudio de la física en todos sus aspectos.

“De coincidir con Popper, el acta de nacimiento de la ciencia quedaría fechada en el siglo VI a.C. o poco antes, con el surgimiento de las audaces cosmológicas teorías debido a los filósofos presocrá-ticos…”

“Noticias del planeta tierra”. G. Boido. AZ editora. Página 23.

Una de dichas teorías relacionada con el micro cosmos la establece Demócrito y mediante razona-mientos filosóficos plantea el primer concepto de átomo. Luego, a menos de un siglo es Aristóteles quien rechaza esa teoría y plantea nuevamente la antigua hipótesis de los cuatro elementos componen-tes de la materia: tierra, agua, aire y fuego.

La física de Aristóteles es la primera organizada en forma sistemática para su estudio, tanto que el nombre actual deriva de aquella época. La novedad en sus razonamientos es haber aceptado la expe-riencia en el desarrollo científico, sin separarse de la razón. Dentro del campo de la física lo sigue Arquí-medes quien deja planteada la herramienta más utilizada en la mecánica: la palanca.

9.3. La Edad Media.Luego del derrumbe del imperio romano, la doc-

trina de los filósofos griegos es indiscutida. Nada queda por agregar y además se adapta a las sa-gradas escrituras de la Iglesia. Es un período donde el dogma supera la razón y Santo Tomás de Aquino busca vincular “dogma y razón” a través del pensa-miento aristotélico.

La física en este período pierde lo único que podía sustentarla: la experiencia, el experimento, el ensayo. Aquí sucede algo extraño, la prueba es sus-tituida por la autoridad del maestro. Maestros que viven y mueren solo para mantener inamovibles las

Contrahipótesis - Tomo I112

doctrinas. Así, por siglos. Además en el siglo XIII surge una novedad, un

nuevo freno a la razón: la inquisición. Los científicos eran castigados y catalogados de herejes en todo aquello que pudiera contradecir el dogma.

“En 1.633, Galileo fue procesado por la Iglesia debido a sus revolucionarios descubrimientos de as-tronomía que se consideraron una traición a las bases de la autoridad civil y religiosa de la iglesia. Se le excluyó radicalmente del estudio de la astronomía, y después de su famosa retracción, pudo considerar-se afortunado al permitírsele retirarse a su villa de Arcetri, cerca de Florencia. Viviendo allí, virtualmente en arresto domiciliario, se ocupó de la resistencia de materiales pensando, supongo, que era una actividad más segura y menos subversiva.”

“…el verdadero comienzo de los estudios serios sobre estructuras se debe a las persecuciones y al oscurantismo de la Inquisición…”.

“Estructuras o porqué las cosas no se caen”. J. E. Gordon. Celeste Ediciones. Página 25.

En el siglo XX, Juan Pablo II destaca la virtud cien-tífica de Galileo y disculpa a la iglesia de su erró-nea conducta de cuatrocientos años atrás. Por suerte las estructuras y las CC no fueron cuestiones dog-máticas. Ningún libro apócrifo las analiza, tampoco los canónicos. Los sabios, los genios, eran castigados en cuestiones de la astronomía o del atomismo, si sus ideas contradijeran las sagradas escrituras. Algunos fueron quemados en la hoguera. Otros, como Gali-leo, abjuran y salvan sus vidas. Fueron condenados a prisión. El italiano, allí bajo las inocentes vigas de la techumbre de su prisión, descubre el origen de las CC.

En la Edad Media se destaca un acontecimiento que se inserta dentro del arte de la construcción: el gótico. Es una manera distinta de construir. Despla-za al pesado y riguroso arte románico. Surge una vertical en las paredes y soportes que desafían a las leyes de la gravedad. Esta rebeldía en las formas se da justamente en los edificios religiosos, altos pilares, contrafuertes, arbotantes, bóvedas entrecruzadas que provocan una reducción en los pesos, de las car-gas de gravedad. Se inicia en el siglo XII y perdura por casi 400 años.

Historia de las Ciencias 113

El gótico es un avance en la construcción pero no como ciencia, sino como habilidad y artesanía de controlar las fuerzas desde la forma y el material. Es un dominio de las fuerzas sin ciencia, dirigidas por los maestros constructores que mantenían en secreto la relación entre altura, distancia, espesor y mate-rial. Algunos autores señalan que la francmasonería toma fuerza como sociedad secreta en los siglos del gótico, en ella se refugiaban todos los maestros cons-tructores. Solo ellos compartían los recónditos conoci-mientos adquiridos por transferencias en algunos ca-sos y por habilidad propia en otros. Para dar fuerza a esta hipótesis es interesante observar los símbolos de la francmasonería; son tomados de la albañilería: el mandil, la escuadra, el compás y la plomada.

En esos tiempos se redescubren los libros griegos, gracias a la traducción realizada por los árabes en el siglo IX. También se acumulan evidencias indiscu-tibles surgidas de la razón que se contraponen al credo. Son leños secos que se acumulan a la espera de la chispa y encender nuevamente el espíritu de la ciencia, el arte, la razón. Aparece el Renacimiento.

9.4. El Renacimiento. Es a mediados del siglo XV. Se inicia en Italia un

cambio en lo social, económico y del pensamiento. La ciencia como disciplina del pensamiento se despren-de de la filosofía. Luego todo se expande por el resto de Europa. Surgen extraordinarios genios del Renacimiento que modifican la doctrina de Aristó-teles haciendo temblar al dogma inamovible de las iglesias, quienes rechazan la ciencia y la investiga-ción razonada.

¿Qué tienen que ver Jerusalén con Atenas, la Iglesia con la Academia (de Platón), el cristiano con el herético? Nuestra doctrina proviene de la casa de Salomón, y éste nos ha enseñado: debemos buscar al Señor en la simplicidad de nuestro corazón…Toda curiosidad termina en Jesús y toda investigación en el Evangelio. Debemos tener fe y no desear nada más. (Tertuliano, Siglo II).

“Noticias del Planeta Tierra, Galileo Galilei y la revolu-ción científica”. Guillermo Boido. AZ editora. Página 45.

Contrahipótesis - Tomo I114

Este pensamiento dibuja con claridad el escollo impuesto por el dogma. La fe por sobre la razón. La curiosidad y la investigación comienzan a tomar movimiento con el Renacimiento. Además surge la imprenta como el viento que traslada las hojas con los nuevos pensamientos. La imprenta o la técnica de Gutenberg (los chinos la usaban desde hacía mucho tiempo) permitió la llegada del pensamiento escrito a mayores sectores de la sociedad. Por otra parte se iniciaban los viajes de los portugueses y españoles, principalmente los de Colón y Magallanes. Todo aco-tado en estos pocos siglos que terminó por cambiar a los hombres de toda Europa.

Si analizamos la historia de las ciencias desde los principales fundamentos, podemos ubicar su inicio en Aristóteles y luego un gran vacío hasta un nuevo y definitivo orden dado por Newton a los movimientos del universo.

“…la cosmología newtoniana que sustituyó a la aristotélica fue una nueva forma de concebir y rela-cionar a la naturaleza, al hombre y a Dios”.

“Noticias del Planeta Tierra, Galileo Galilei y la revolu-ción científica”. Guillermo Boido. AZ editora. Página 45.

No sólo la Iglesia debe aceptar los principios uni-versales, también sufre cambios la filosofía bajo el peso de las evidencias matemáticas de Newton.

En la historia de los hombres existen muchas re-voluciones sangrientas. Luchas de odios, venganzas. Cambios a hierro y fuego de los órdenes sociales. Pero existen sólo dos revoluciones pacíficas; la del conocimiento (científica) y la de los materiales y tec-nologías (industrial).

9.5. Siglos XVII al XIX.Introducción.

Entre estos siglos se producen acontecimientos que modifican las características del conocimiento. Apa-rece el conocimiento científico. El cuadro que sigue superpone en fechas, acontecimientos y hombres. De la observación vemos el peso que tienen esos años en la historia de la ciencia.

Estos siglos fueron la maceración para las dos

Historia de las Ciencias 115

Del 1.500 al 1550 Copérnico. Lucero. Cisma an-glicano. Concilio de Trento.

Del 1.550 al 1.600 Tico Brahe. Kepler. Galileo. Bellarmino. Contra reforma.

Del 1.600 al 1.700 Descartes. Newton.

revoluciones que se ges-taba; la científica y la industrial. Pero era nece-sario establecer, inaugu-rarlas en el conocimiento humano. Así, la mecánica de los cuerpos adquiere

por primera vez su forma de “clásica” desde Newton y otros. Fue el siglo de la Mecánica de Isaac Newton que se mantuvo sin variaciones por cuatro siglos y en la actualidad sigue siendo válida en el dominio de los sistemas macroscópicos.

Creo necesario destacar que la gigantesca labor de Newton se debe al descubrimiento por él realiza-do del cálculo diferencial. Lo tuvo que inventar para expresar y componer su Mecánica.

Otros genios estudiaban al cuerpo continuo. Ellos fueron Hooke, Young, Poisson y Lamé que inician nue-vas ciencias: la resistencia de los materiales, la elasti-cidad y la plasticidad. Otras ciencias se descubren y avanzan junto a la Mecánica; ellas son la termodiná-mica, la óptica, la astronomía.

Es imposible describir el asombroso avance de las ciencias en estos siglos. Es más, cometo una irreve-rencia al pretender describirla en la mitad de una carilla. Quiero destacar un acontecimiento particular, casi frívolo: la feria industrial internacional de Paris a fines del siglo XIX se inaugura con la torre Eiffel y es presentado con todo su esplendor el rey de los materiales: el hierro, el acero. Pero en forma tímida en uno de los rincones de la feria, una novedad casi perdida en la gigantesca ferretería; el hormigón armado. Un sistema constructivo patentado apenas unos años antes. Nadie se imaginó en ese momento el descomunal desarrollo que tendría ese invento.

La tecnología y la técnica. Estas palabras con todo su contenido también surgen en estos siglos. La ciencia entrega a la tecnología sus conocimientos y así surgen los productos manufacturados en serie, en gran escala. Son el resultado de sus aplicaciones técnicas. Surgen los inventos de los dispositivos mecá-nicos o productos basados en la ciencia.

Contrahipótesis - Tomo I116

En un principio el centro de todo el universo era la tierra. Fue Galileo quien destruye ese principio de-fendido por la Iglesia. Se quita a la Tierra como el centro, entonces queda el hombre como supervivien-te, como espíritu, como el eje. Pero más tarde apa-rece Darwin y lo saca al hombre de su eje principal. El hombre es producto de la Naturaleza, no estaba antes de la Naturaleza. Otra vez el dogma debe aceptar al razonamiento de la ciencia. Por último Freud hace temblar el ser humano con la psiquiatría; quita al alma como centro del hombre. La ciencia en cada paso empuja al hombre a bajar un escalón de su arcaico orgullo y soberbia.La revolución científica (1.550 al 1.650).

La revolución de la inteligencia comienza con el avance, primero lento, lineal. Luego con aceleración constante, casi exponencial. Es una revolución de la mente que se despierta con explosiones de descubri-mientos. Es la revolución científica.

El momento secular lo puedo ubicar a finales del Renacimiento. ¿Antes o después de Galileo? Es po-sible antes. Pero para mi historia, la de las ciencias de la construcción, adopto el año 1.638, cuando el italiano publica su “Discurso sobre dos nuevas cien-cias”. En realidad fueron varias ciencias; pero mi interés queda clavado en dos de ellas: la estática y la resistencia de los materiales.

Durante siglos los hombres de ciencia trabajan solos, aislados. Porque creían que el saber o el cono-cimiento eran privados, secretos y por otro lado las comunicaciones eran muy difíciles. Hubo muy pocas reuniones, algunas en Atenas, en Alejandría, también en Bagdad. Pero fueron más para producir poder con el conocimiento que para compartirlo y discutirlo.

La imprenta posibilitó que la comunicación se am-pliara a través de las publicaciones. Esto fue uno de los motivos de la revolución científica; la expansión del conocimiento.

Hay un episodio en la historia de las ciencias que vale la pena relatarlo. El de los matemáticos Tartaglia y Cardano. Una rareza del devenir de la ciencia que por un plagio se la destraba de su

Historia de las Ciencias 117

oscurantismo. Les cuento: en 1.535 el matemático Tartaglia descubre un método para resolver ecuacio-nes cúbicas. Lo mantiene en secreto pero su amigo y colega Cardano lo convence para que se lo muestre y se lo explique, lo felicita y le recomienda que la mantenga en secreto. A los pocos días la publica Cardano. Ante el hecho, Tartaglia denuncia, protes-ta, demanda, pero el mundo científico lo considera a Cardano como el autor.

Este ingrato precedente demostró que el mérito de un descubrimiento es para quien primero lo publi-que, no para el que descubre y guarda. En la ciencia no existe el tacaño y avaro porque se estableció que un descubrimiento le corresponde al primero que lo presenta a la sociedad científica. En la ciencia hubieron muchos hombres callados unos y mezquinos otros, pero llevarse a la tumba conocimientos nuevos es avaricia divina.

La ciencia avanza, se consolida cuando la investi-gación científica se separa, se le anima a la inquisi-ción. Es Newton quien queda con la última palabra.

“…con él (Newton) aquel maravilloso período de los siglos XVI y XVII que denominamos Revolución Científica llegó a su punto culminante…la prodigiosa habilidad de reducir los problemas físicos a proble-mas matemáticos…”

“Newton: Vida, pensamiento y obra” Editorial grandes pensadores”. Prólogo. J.M. Sánchez Ron.

Las dos revoluciones, la científica y la industrial tienen solo en común el cambio. En la primera la va-riación del pensamiento y en la segunda la innova-ción en la producción. Pero en sus orígenes y conse-cuencias poseen diferencias marcadas. El origen de la industrial se lo puede definir sin problemas con la aparición de la máquina de vapor, mientras que el inicio de la científica es difícil determinarlo.

Si bien elijo la fecha de la publicación de “Diálo-gos acerca de dos nuevas ciencias” de Galileo como el inicio de la revolución científica, esta elección puede ser discutida desde otras disciplinas. También hay suficiente argumentos para considerar, con toda razón, que no hubo una declaración de la indepen-dencia del pensamiento establecida con hora, día,

Contrahipótesis - Tomo I118

mes y año.La ciencia como producto del razonamiento de las

manifestaciones naturales, no puede surgir de golpe. El movimiento del pensamiento fuera de los cauces de las sagradas escrituras estuvo siempre presente durante todos los siglos previos a Galileo. Sucedía que muchos científicos temían la reacción del Santo Oficio o de la Inquisición, así se declaraban religio-sos en público pero eran heréticos en privado. Dentro de esa intimidad guardaban sus descubrimientos. Considero que el movimiento científico estuvo aletar-gado, invernando a la espera de salir sin ser per-seguido y atrapado por el dogma religioso. De no haber existido esa represión y censura al pensamien-to la ciencia hubiera despertado muchos siglos antes.

Lo elijo a Galileo porque es el primero que utiliza métodos científicos en sus descubrimientos: la duda, la curiosidad, la observación, la experimentación, la repetición y por fin la demostración matemática. Además efectúa consideraciones sobre el infinito y el infinitésimo, algo así como hablar del universo y del átomo, cuestión que la amplío en el capítulo de Matemáticas.

Estas novedades del pensamiento son difíciles de interpretar desde la actualidad. El peso, la grave-dad se la obtiene en la medida que analicemos el contexto del pensamiento de la época. Es necesario realizar un enroque del tiempo, colocarse el sayo mental utilizado cuatrocientos años atrás. Solo de esa manera se puede comprender el valor de las ideas que produjeron los hombres de ese período de la historia.La revolución industrial (1.750 al 1.850).

Sucede unos años después de la revolución cien-tífica. Aquí no es un hombre que la produce; es una máquina. La máquina de vapor entrega toda la energía necesaria para reemplazar miles de miles de hombres en la manufactura de productos.

En el año 1.780 Watt desarrolla y mejora la máquina de vapor. Fue la primera de las máquinas motrices.

“…La máquina de vapor, al extender el uso de la energía a más ingenios mecánicos que cualquier otro

Historia de las Ciencias 119

invento del pasado, fue la clave del rápido proceso que se desarrolló a continuación, que se conoce como Revolución Industrial. En su transcurso la faz del mundo cambió más drásticamente que en cualquier época desde la invención de la agricultura, casi diez mil años antes…”

“Cronología de los descubrimientos”. Isaac Asimov. Ariel Ciencia. Página 270.

Con esa energía barata se modifican los costos de producción de uno de los materiales más busca-do para las estructuras; el hierro. Junto con él viene el acero que hasta la actualidad está presente en todas las estructuras.

Con el acero es posible avanzar en las especu-laciones teóricas de los elementos estructurales. Se logra un material que resiste a la tracción y además, fundamental, logra componer “nudos” con bulones, clavos o tornillos.

Con su advenimiento es posible configurar piezas como las cerchas o cabria-das y mezclar la madera con el hierro. En la viga que muestro cada barra asume un esfuerzo bien determinado; compresión

en algunas y tracción en otras. Esta limpieza en el diseño es otorgada por los nuevos aceros producidos durante la revolución industrial.

Los cambios y posterior consolidación de las CC se producen luego de casi un siglo de iniciada la revolución industrial. Hasta el 1.850 el acero pro-ducido a bajo costo es obtenido a base de tecnolo-gía y pruebas de combinación con otros elementos. Luego, necesita de la ciencia para consolidar no solo el aspecto químico de su formación, sino también de la estática y de la resistencia de los materiales para calcular y diseñar su uso en las estructuras. Con estas consideraciones puedo establecer que la extensión, la edad de nuestras ciencias abarca un período de unos 150 años.

Hasta aquí el análisis desde el aspecto de la construcción. La revolución industrial trajo otros cam-

Contrahipótesis - Tomo I120

bios tan profundos que aún hoy perduran. Intento describirlos para interpretar su verdadera dimensión en los cambios de la sociedad.

Avanza la medicina y junto a ella la higiene en las ciudades, motivo para reducción de las epide-mias y las pestes. Hay un notable aumento de la población por un excedente en los alimentos. La agricultura multiplica su producción por las máquinas que sustituyen a la fuerza del hombre y del animal, además de los primeros fertilizantes de tierra.

Se produce una fuerte migración del campo a la ciudad por la necesidad de mano de obra en las fá-bricas, en las industrias y por otro lado por la reduc-ción del trabajo en el campo por las nuevas técnicas y tecnologías empleadas.

Se produce una expansión colonial por parte de algunos países industrializados (Inglaterra, Holan-da, Francia) que poseen excedentes de productos. Aumenta el comercio internacional con una fuerte acumulación de capital.

Surge una cuestión social en los extremos de la población. Por un lado la aristocracia pierde poder y tierras, deja de tener privilegios por el solo origen de su sangre. Es sustituida por la burguesía industrial que afirma su poder en el capital. En el otro extremo la clase pobre pierde sus mínimos bienes; la casa rural, algunas herramientas, pocos animales y reduci-da tierra. Pierde todo para trasladarse a la ciudad y ser explotada para beneficio del capital industrial. Así comienzan los primeros movimientos sociales en busca de una igualdad que hasta la fecha no ha podido ser resuelta.

También la revolución industrial genera una in-ducción, una incitación en el consumidor de la ob-solescencia del producto que ha comprado apenas unos años atrás. Nunca considera a los productos como totalmente acabados. El cambio de modelo en períodos cada vez mas breves. Todo para sostener a la industria que busca nuevas tecnologías para atraer al consumidor. Antes, la artesanía y manufac-tura era conservadora, los carruajes, los candiles, los arneses duraban tanto como una generación. Ahora

Historia de las Ciencias 121

10. Las CC según los materiales.

Veré como puedo relatar los acontecimientos de la ciencia ante la aparición de los materiales en la historia de la construcción. Lo de párrafos anteriores, lo empírico y lo racional es un estudio de la mane-ra que piensa el hombre. Ahora, con los materiales, es la manera que los utiliza para construir. Cómo fabrica los materiales que usa, las técnicas, las he-rramientas. Todos los materiales que se emplean en la construcción de alguna u otra manera han pasado por la técnica, por la tecnología o por la ciencia. No hay un orden o secuencia fijo, la delantera se la disputan entre las tres.

Desde hace miles de miles de años que el hombre elabora sus materiales, cuando produce con barro sus primeros ladrillos de adobe. O cuando corta un tronco para utilizarlo de cumbrera en una choza. Todo sin el razonamiento de una explicación del porqué esa madera, ese ladrillo o ese nudo en la soga. Es solo técnica. Desde la primera herramienta elaborada por el hombre hace dos millones de años atrás, todo el avance se hace sobre bases empíricas. Por tradición, por conocimientos transmitidos en gene-raciones. El puntal y el dintel, las paredes de piedra o adobe, la arcilla transformada en cerámica, son artesanías ligadas a la antiquísima arquitectura o ingeniería de la construcción.

La modalidad, el uso, fueron las mismas utilizadas por el nieto, el abuelo, el bisabuelo, el tatarabuelo, y así por miles y miles de años. Siempre lo mismo. Por milenios se mantuvo el sistema de dos palos a pi-que, clavados en tierra y horquetas en sus extremos donde apoyar el dintel; la viga. Esa parte estructural de la Ingeniería y Arquitectura inicia su cambio con

la innovación abarca toda la sociedad moderna y el recambio de un mismo objeto pero con tecnología diferente es continuo. Todas estas cuestiones son las que aún perduran de la revolución industrial que se inició hace más de 250 años atrás.

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el advenimiento del hierro. El origen de la historia de la construcción depen-

de del material que elegimos como referencia. Si es la madera, como rama, tronco u horqueta se remonta al mismo origen del hombre (40 a 50 mil años). Si es piedra labrada y de encastre podría tener unos 30 mil años. Ahora, si aceptamos al uso del ladrillo co-cido (el ladrillo común) como el inicio de los sistemas constructivos por el hombre, los restos más antiguos de paredes datan de 15 mil años atrás.

La ingeniería y la arquitectura se desarrollan por la búsqueda del bienestar del hombre. Imaginar el primer cobijo es ver hombres primitivos bajo los árboles y cercanos a una cueva. Nada creado por él, simplemente busca el cobijo como hoy lo puede hacer la vizcacha en una fuerte tormenta.

Creo que la primera actividad del hombre inge-niero fue colocar un tronco entre piedras para cruzar un arroyo. Luego, pasados miles de años vendrán otras artesanías y tecnologías, como la más primitiva de las chozas.

El transporte personal, el bulto sobre el hombro o las alforjas en los caballos o burros obligan a reducir caminos; aparece el puente. Es rele-vante que los primeros puentes fueron con tensores de lianas con un notable parecido a los actuales puentes de cables suspendidos. Además de la téc-nica, aparece una tecnología primitiva en su construcción.

En otras regiones, como Asia o África donde los animales, hasta las víboras son domesticadas, también logran disciplinar algunos árboles. Grandes juncos o flexibles tacuaras bambúes son doblegados en su crecimiento a unirse, participar, conjugar un conjunto que en definitiva es un cobijo.

Por milenios, los únicos materiales de la construcción fueron la arcilla, el cerámico, la piedra, las fibras y la

“Puentes, ejemplos internacionales”. Wittfoht. Editorial Gilli. Página 68.

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madera. Luego, con la entrada del hierro al escenario surgen el hormigón armado, el pretensado, el postesado; todo en un corto tiempo de la histo-ria: sólo dos siglos. El hombre ya con la ciencia consolidada no sólo aplica técnica y tecnología, sino predice el resultado de una mezcla de elemen-tos. Con porcentajes determinados de

carbono, magnesio, sílice, azufre, hierro y otros logra fabricar los aceros que necesita para cada destino. También puede pronosticar la conducta futura de un elemento estructural: aprende a calcular, a dimen-sionar sus edificios. Es la estática, la resistencia de los materiales, la química que llegan al final, muy al final de la historia del hombre. En los 50.000 años de su existencia, la ciencia ocupa solo los últimos 200 años.

Las fotos: “Arquitec-tura sin arquitectos”.

Bernard Rudofsky. Editorial Universitaria de

Buenos Aires”. Año 1.976.

Página 126.

11. Las CC según los fracasos.

11.1. Introducción.La prueba y el error fue la constante en el avance

de las ciencias de la construcción. Uno de los moti-vos era la dificultad de trabajar en laboratorios de ensayos en escalas directas. No es posible meter un edificio o un puente en laboratorio para el ensayo. Se trabaja en dimensiones menores, pero traen el virus del “tamaño”, o de la escala, porque existe un rango muy estrecho donde un elemento de escala menor reproduzca fielmente las manifestaciones de otro igual a escala mayor.

En resumen, el gran laboratorio termina siendo la misma obra. Luego del colapso, sus escombros actúan como enormes morgues donde se estudian los peda-zos, las formas de rotura, hasta llegar al motivo de la caída. Lamentablemente existen varios ejemplos donde los fracasos marcan hitos en la historia de la construcción. En mi caso tengo acreditados errores que sin llegar al colapso me enseñaron mucho más

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que los aciertos.A nivel internacional citaré tres ejemplos de los

miles y miles que existen. Cada uno responde a un tipo característico de fracaso. En el primero, el co-lapso de una plataforma de extracción de petróleo responde a un error de cálculo. El segundo, el de las torres gemelas a una situación extrema; un atentado terrorista que modifica el concepto de diseño de los edificios altos. El último y más antiguo es el de la Torre de Pisa, donde una paradoja la transforma en la torre más famosa; la anomalía de la inclinación.

11.2. La plataforma Slepner A.El de la plataforma Slepner A, se produjo el 23

de agosto del 1.991. La estructura de hormigón, de la base de plataforma submarina para extracción de petróleo estaba siendo instalada, las paredes de una de las celdas se rompe y toda la estructura termina en el fondo del mar.

Desafortunadamente, el modelo de elementos finitos utilizado había seriamente estimado en defec-to las fuerzas de corte en la pared, mientras que la evaluación de la resistencia realizada por métodos de rutina, había sido fuertemente sobreestimada su capacidad de corte. La pared carecía de suficiente armadura de corte y entonces falló…En las discusio-nes que siguieron a la falla, fue seriamente sugerido que la destrucción de la plataforma podría haber sido prevenida por unos pocos ingenieros canosos utilizando reglas de cálculo!.

“Evolución del arte de la ingeniería estructural”. Michael Collins. Revista hormigón 38/02. Página 50.

La magnitud del fracaso representó no sólo una pérdida económica enorme sino que marcó un cam-bio en el diseño de las estructuras calculadas con programas de computadoras. A partir de esa fecha todas las obras de ingeniería deben ser controladas en sus proyectos, diseños y dimensionado mediante métodos manuales. Ahora se exige una “verificación” de lo realizado por los más sofisticados métodos de cálculos envasados. Este fue un caso donde el cientifi-cismo avanza en forma excesiva con el detonante de la informática, los dos juntos, relegan la experiencia, la sabiduría, la intuición.

Foto revista “Inge-niería Estructural” 30/04.

Página 18.

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11.3. Las torres gemelas. No fue un fracaso de la ingeniería o de la ar-

quitectura. Fue un espantoso colapso producido por fuerzas y agentes que no responden a las hipótesis de cálculo y diseño. En realidad fue el fracaso de la convivencia de los hombres.

La desaparición de las torres en las imágenes, en el recuerdo, es un dolor permanente. El colapso marcó también una nueva manera del diseño de los edificios muy altos, no sólo el diseño de arquitectu-ra, sino el diseño de los materiales a utilizar para el soporte. En ese desastre quien ganó es el hormigón armado sobre su contrincante, el acero. En la actua-lidad de los grandes edificios en altura las partes más comprometidas, las columnas, se realizan con el nuevo método de hormigón encapsulado de alta resistencia.

Todos sabemos que estábamos haciendo en el momento que nos enteramos de este quiebre de la civilización. Lo recuerdo y mi pensamiento fue que el perverso atentado marcaría por fin la soberbia del hombre de construir edificios cada vez más alto. Esa ambición de trepar y trepar. No fue así, se continúan construyendo en una escalada interminable torres que duplican en altura a las gemelas. Lo extraño es que la mayoría se construyen ahora en Asia.

11.4. La torre de Pisa.Un fracaso distinto a los dos anteriores. Se podría

llamar el éxito del fracaso. La torre fue diseñada y construida para que se muestre la más perfecta vertical, en esa época existían todos los elementos para que ello sucediera. Pero la falla se produce en algo que aún no era ciencia ni arte; el suelo.

Las 15.000 toneladas de peso de la torre lenta-mente fueron comprimiendo al suelo. Apretado como una densa esponja, la torre descendió en total 2,50 metros, cuestión que muchos ignoran. Pero el descen-so fue diferencial, del lado sur se inclina más. Ahí aparece la torre cada vez más inclinada de Pisa. Los científicos que trabajaron en el comité para la

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recuperación y seguridad antes de la entrada del nuevo milenio, lograron estabilizarla (no corregirla) con garantía por 300 años más. Lo hicieron desde lo más profundo del suelo; apenas tocaron la torre, modificaron el suelo. La ingeniería durante décadas abrevó en las posibles soluciones de un fracaso cons-tructivo que se trasformó en un éxito turístico. Los más de diez años que demandó el estudio y los trabajos de consolidación de la torre significaron un notable avance en las ciencias de los suelos y tecnologías de recuperación novedosas.

12. La ciencia y el empirismo.

12.1. Introducción.En la historia del conocimiento existen ondas, su-

bidas y bajadas. Valles y cimas. Empirismo y cientifi-cismo. Los fracasos en la ingeniería, aquellos que se producen en escala real, como los analizados en el punto anterior, indican los errores que se producen en el conocimiento cuando se apartan de la mezcla, de la dosificación ideal: mitad ciencia y mitad expe-riencia (empirismo). Cualquiera de los dos aislados, en soledad, son contraproducentes.

Las épocas de cien-tificismo y de empirismo difieren. Se mueven como las masas de agua en el mar. Poseen valles y ce-rros, hondonadas y picos. Así en algún momento la

experiencia y el empirismo puede estar en el fondo, mientras que la academia y el cientificismo en la cresta. La verdad sobre el diseño y cálculo de las estructuras es que está muy lejos de ser una práctica precisa. O una ciencia exacta.

E.H. Bron define a la Ingeniería Estructural como:El arte de moldear materiales que realmente no

conocemos, en formas que no podemos realmente analizar, bajo fuerzas que no podemos realmente calcular, de una manera tal que la gente realmente no alcanza a sospechar.

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Luego de leer la frase de Bron pareciera no que-dar nada de las CC o de la ingeniería. Es Freyssinet quien la rescata y sale en defensa del empirismo y de la experiencia, de la intuición y del arte, con una frase en contra de la ingeniería científica o acadé-mica:

Algunos ingenieros prefieren esconderse detrás de sus matrices de ecuaciones, a las cuales ellos conside-ran ser más efectivas cuanto más complicadas son.

También expresa su preocupación Michael Co-llins sobre estas dificultades, y destaca el tiempo, la experiencia y el rigor para obtener criterios adecua-dos en el diseño estructural.

Hoy en día, aún cuando la computadora ha reemplazado a la regla de cálculo, la maestría en diseño estructural, toma considerable tiempo. Las estructuras realmente creativas, elegantes y exitosas, son usualmente proyectadas por ingenieros con vasta experiencia.

En todas las citas hay escondida la defensa del empirismo. El respeto a la experiencia y la sabiduría. Es una manera de expresar la necesaria unión entre la ciencia y el empirismo.

12.2. La mecánica racional, científica. Pertenece a un período que los hombres de cien-

cias rechazan al empirismo. Se acepta solo si contie-ne una demostración teórica. Les cuento dos historias; la primera donde el cientificismo aplasta al empiris-mo y la otra, la inversa.

Con un ejemplo evidencio esa “in-quisición” del cientificismo en el avance de los conocimientos. En el año 1.870, Ritter considera que el volumen de tensiones a compresión en el interior de una viga de hormigón es una parábola que varía de forma según la intensidad de las cargas. Ritter ya lo dice en esos años que resulta difícil, sino imposible, encontrar una ecuación matemática que exprese esa forma.

Esa hipótesis es rechazada por la comunidad científica, porque Ritter no

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pudo demostrar con lenguaje matemático riguroso su “intuición”. Ahora, en la actualidad y a más de 130 años, los Reglamentos, las Normativas, los científi-cos del Hormigón Armado aceptan la parábola en la forma y además, lo notable, aseguran que no se puede demostrar matemáticamente su variación en un instante dado de las cargas. El cientificismo nece-sitó más de un siglo para doblegarse.

12.3. La mecánica empírica, intuitiva.Euler fue uno de los mejores matemáticos de

todos los tiempos. Produce la inversa. Sucedió en el caso de la teoría de Pandeo de Euler. Una bri-llante y genial demostración matemática sobre un fenómeno ideal: el pandeo. Pero ahora, después de 250 años, se establece que en la realidad no se lo puede reproducir. Siempre existe una excentricidad. En resumen, el pandeo es una flexo compresión; esta forma es más sencilla de interpretar y además posee todos los términos observacionales para efectuar los enunciados empíricos y teóricos compatibles. Ahora, más que nunca seguirá siendo “teoría”.

En resumen a Ritter se lo rechaza por falta de términos teóricos, siendo que poseía evidentes tér-minos observacionales. Sin embargo se lo acepta a Euler por tener términos teóricos sin las evidencias de los términos observacionales. Con esto muestro que el cientificismo prefiere una prolija ecuación matemáti-ca ideal, irreal, antes que un hecho empírico.

13. La última ciencia: patología de la construcción.

13.1. Una nueva ciencia conciliadora.Este conflicto entre el empirismo y el cientificismo

desde hace unos años comienza a desaparecer gra-cias al advenimiento de una nueva ciencia; la Patolo-gía de la Construcción. Por ser tan reciente aún no ha establecido su nombre definitivo, por ahora plagia a la medicina con el nombre de “patología”. Es una ciencia que hace el camino inverso de todas las otras

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que contiene las CC. La tradición en las CC es incorporar los conoci-

mientos en la medida que se respete un cierto proto-colo; primero la observa-ción del fenómeno, luego las hipótesis de salida, le sigue el soporte teórico matemático para llegar al final a toda orquesta con una corta fórmula que ex-presa las relaciones entre todas las variables que participaron en el aconte-cimiento. Una vez acepta-da la expresión pasa a la fase de la utilidad públi-ca; a la ciencia aplicada. Esta es la dirección formal de las CC.

En la Patología de la Construcción (PC) los acon-tecimientos tienen dirección contraria. Lo principal opuesto es que surge desde el edificio real, con años de uso. Analiza lo ya construido, lo consumado. No utiliza las ciencias para el diseño, el cálculo o el pronóstico. No, el problema es fáctico. Frente a las anomalías del edificio plantea las hipótesis o causas posibles que lo produjeron. Allí está la gran diferen-cia y el motivo de la conciliación entre las corrientes científicas. Con PC se descubren hipótesis que en la mayoría de los casos no coinciden con las originales de proyecto. En definitiva PC es una estrategia con base científica para descubrir las contra hipótesis.

Lo explico con el ejemplo de la habitación fuertemente iluminada, con ventanales de vidrios espejados y la tarde de un día nublado afuera. En esas condiciones sólo se observan los detalles que existen dentro de la habi-tación; que representa la academia, el cientificismo, la teoría. Todo se refleja hacia adentro. Pero un día con fuerte y luminoso sol se puede observar también

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el paisaje externo desde la ventana; el empirismo, la realidad. En esas condiciones se visualiza el interior y el exterior. Eso hace que la PC, permita la visión completa.

13.2. Una cuestión de escala social.A principios del siglo XX, el cemento, el hormigón

común y luego el armado desplaza a una de las construcciones milenarias: la cal y canto, al ladrillo y a la bovedilla. La aparente inalterabilidad del hor-migón, como una roca granítica hace que sea acce-sible solo para pocos. Se genera una cuestión social de nivel, de jerarquía, de clases. Sale al mercado como un material de alto costo y muy poca gente capacitada para producirlo.

Esta situación provoca aún hoy que los usuarios, cuando se le pregunta que tipo de vivienda posee, conteste “de material”. En realidad todo es mate-rial: la madera, la chapa, el ladrillo. Pero la frase “de material” indica que algo de hormigón arma-do tiene; o las fundaciones, o la cubierta. El rango de jerarquía de una construcción lo da el hormigón armado. Una cuestión de interés para las ciencias de la sociología. Esta introducción de conducta social es para destacar el excesivo uso y abuso del hormigón armado en todos los tipos de obras.

A pesar de su apariencia perpetua el hormigón armado es uno de los materiales de las CC que muestra anomalías tempranas con fuertes patologías. Es notable, las edades del hormigón armado en rela-ción a sus enfermedades tiene un paralelo similar al del ser humano. Además coinciden algunas causas, en especial “la acidez”.

13.3. Edificios enfermos.De las ciencias antiguas la única que se preocupa

por la salud de los enfermos es la medicina. Pocos pensadores analizan el deterioro, el envejecimien-to de los edificios. La física mediante la entropía realiza una aproximación, pero teórica. La decaden-cia de los edificios (PC), como disciplina, es recién

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estudiada cuando el hormigón cumple los 50 años de vida. En la década del ´70.

El estudio del deterioro y recuperación de los edificios podemos ubicarlos en dos épocas: antes y después del uso del hormigón armado. La utilización intensa del hormigón armado en la construcción de edificios surge hace 70 años, cuando los fabricantes de aceros comienzan a producir las barras especia-les para el hormigón, entre 1.930 a 1.940.

El ingreso de la PC como ciencia, posiblemente se haya generado, cuando el hormigón comenzó a mostrar los primeros síntomas de enfermedad. En un principio, se creía que el hormigón era un material rocoso inalterable. La realidad nos muestra que los hormigones después de 20 o 30 años muestran sig-nos de debilitamiento o anomalías.

Así, cuando ya existían grandes, innumerables obras de todo tipo, donde se utilizó el hormigón como estructura, surge la necesidad de la repa-ración, o de la restitución de la obra a su estado original. Comienza en forma desordenada una pre-ocupación a nivel mundial; se desarrollan congresos, se escriben artículos, se analizan las causas de una determinada anomalía, se procuran soluciones. En fin se hace toda una movida dentro de la ingeniería y la arquitectura sobre el interés que se debe prestar a los síntomas de debilitamiento de un edificio.

Así surge en forma desordenada la Patología de la Construcción, hace unos 20 años atrás. Aún hoy se encuentra con cierta desorganización y anarquía. Todos los documentos, libros, o escritos en revistas especializadas, tratan de manera puntual alguna parte de la Patología. Por ejemplo del hormigón armado o de la mampostería. Todavía no hay un orden en la forma que se deben estudiar y analizar las cuestiones de patología. La medicina nos da una gran ayuda con algunas de las ciencias que utiliza para el estudio clínico de sus pacientes.

La PC es la respuesta que aúna gran cantidad de contra hipótesis que se superponen en la etapa de diseño, proyecto y cálculo de los edificios. La mayor de las contra hipótesis del hormigón armado es el

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criterio equivocado de su inalterabilidad. Se enfer-ma más rápido que el resto de los materiales de la construcción.

Cuando las estructuras de hormigón armado comienzan a deteriorarse, nada más que por el paso del tiempo, mucho más rápido de lo que se pen-saba, se inicia un cambio profundo en las tareas y formas de recuperación de los edificios. En la figura que sigue se muestran de una manera aproximada, las edades del hormigón y el tipo de enfermedades que le corresponden a cada período. Tomo como modelo un edificio en altura con estructura de hor-migón armado y terraza de cubierta accesible.

La Ingeniería y la Arquitectura de-moraron la incorporación de “La Pato-logía” no sólo como ciencia (conocimien-to exacto y razonado), sino también como disciplina (conjunto de leyes o reglamentos). En el hormigón algo que aún hoy cuesta aceptar es la magnitud del “recubrimiento” como variable de diseño. Es la cantidad de hormigón que separa a las armaduras del ambiente.

Las anomalías de corrosión en sus armaduras que presentan los edificios con veinte o más años, es un claro testimonio de contra hipótesis. O de hipótesis no tenidas en cuenta en el diseño. La durabilidad es aún hoy un concepto ausente en el proyecto que la PC intenta y lucha por imponerlo.