articulo 1 conducta humana en los incendios el panico

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  • 7/29/2019 Articulo 1 Conducta Humana en Los Incendios El Panico

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    Conducta humana en los incendosEL PzmICOE Programa de Investigacin IAI~TITIITO HERACL/rC,sobre la Conducta Humana e, rsitari Tontra-lncelos IncendIos (PI 2/81), desa

    rrollado por el Departame nto de Irvestigacin del Instituto He rclito dla Universidad de Oviedo, estableccomo punto de partida la distincientre Conducta Individual y Conduc-ta Colectiva. Respe cto a la primera, (el miedo se presentaba como unfactor decisivo y determinante parael desarrollo de la Condu cta Indivi-dual sometida a una situacin de in-cendio. En este artculo, analizare-.mo s elphico como una de las con-secuencias de la Conducta Hum anaColectiva en tales situaciones, peroqueriendo romper la lnea que sepa-ra tradicionalmente lo individual delo colectivo. El Pnico se planteaaqu como una Conducta racionaldel individuo que, formando parte de Iuna multitud se encuentra sometido

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    a una situacin de entrampamlento,donde la escasa infraestructura decondiciones de proteccin contra in-cendios motiva que la propia multi-tud represente un obstculo primor-dial para la propia salvacin.

    HISTORIA Y CIENCIA

    El comportamiento humano frentea las catstrofes de cualquier tipoplantea problemas soclopsicolglcostan Importantes que merecen unaatencin especial a la hora de elabo-rar tanto las Reglament aciones so-bre Prevencin y Proteccin ContraIncendIos como los Planes de Emer-gencia.

    El gran problema del PANICO sesita de lleno en el campo de la psi-cologa colectiva, sln embargo hundemuy profundam ente sus races enlos principios de la psicologa Indlvl-dual. Por ello, hemos de lamentar lafalta de inters manifestad a por nu-merosos autores en torno a los fen-menos colectivos y afirmamos conRoger W. Brown que rehusar el plan-teamie nto de estos problemas esfrustrar al pblico en una de susprincipales esperanzas, en la investi-gacin cientfica de la psicologa so-cial.

    Sin embargo, la antigedad clsi-ca, fuente evidente de nuestra cultu-ra, nos aporta gran profusin de im-genes de fenmenos de multitud, In-cendios de capitales, etc. En la litera-tura griega y romana se encuentrande este modo mil episodios de entu-siasmos populares, pnlcos, suble-vaciones, etc.; pginas en las que sesubraya el papel de los cabecillas,que saben excitar (Tito Livio) o cal-mar; y se reconoce e incluso analizael proceso de los rumores y se de-nuncia irnicamen te las racionaliza-ciones y las consecuencias de la co-barda human a (Csar).

    No obstante, la psicologa de lasmultitudes es una idea moderna,que no aparece apenas hasta el SI-glo XIX de la mano de los filsofosG. Tarde (1890) y, sobre todo, Gus-tave Le Bon, autor de la Psychologledes foules (1895) que ejercer lamayor influencia en planteamientosposteriores prolijos en definiciones yperspectivas tericas.

    La confusin de conceptos esenorme y quizs haya contribuido aello el abuso en la utllizacln de es-

    El gran problema del pnicose sita de lleno en el campode la psicologla colectiva, s inembargo hunde muyprofundamente sus races enlos principios de la psicologiaindividual.

    tos trminos por los diferentes me-dios Informativos.

    Se habla de que... muere al caerde un sexto piso huyendo del fuegoque se haba declarado en una mesacamilla de la sala de estar. La mujerpresa de/ p&ico quiso saltar a unaterraza contig ua cayendo al vacodonde result muerta en el acto. Elmarido de la vctima, que tambinestaba en la vivienda, slo result unpoco chamuscado... (Crdoba, EFE,28 de febrero de 1984).

    He aqu una reaccin individualtpica de huida hacia adelante.

    La explosin de un cohete de fe-ria alrededor de las 4 de la madru-gada de ayer, sembr el pnico entrelos vecinos de la calle Al de Gijn,quienes, ante la posibilidad de quese tratara de un nuevo artefacto ex-plosivo, alertaron a la polica. (LaVoz de Asturias, 18 de agosto de1984).

    No debera decir alarm a la po-blacin? iHay tan poca diferenciaentre alarma y pnico? He aqu unareaccin individual de cierto nmerode personas, pero simultnea.

    Hasta aqu lo que se refiere al len-guaje coloquial o periodstico,sin embargo diversas entidades in-ternacionales en materia de protec-cin consideran que el pnico seproduce cuando una masa de indi-viduos, encerrados en un espacio enel que surge bruscamente un peligromuy temido, real o imaginario, se en-cuentra sometida simultneamentea una emocin muy vtolenta y aban-donada a reacciones ir racionales, que

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    le lleva a tratar de abandonar instlnl-vamente el lugar sinlestrado (EFE,13 de abril de 1983).

    Tal es as, que identifican el pnicocomo un comportam iento colectivode agitacin-inadaptado; una huidacolectiva desenfrenada y sin orden,con retroceso de las consecuenciasa un nivel primitivo y gregario, quepuede acompaarse de violenciacuando aparecen obstculos para lahuida y conducir a un aument o delnmero de vctimas, destruir el ordensocial y pisotear los valores colecti-vos.

    El 30 de octubre de 1938, unaemisin radiofnica de Orson Wells,que se refera con demasiad o realis-mo a un desembarco de marcianosen el estado de New Jersey, EstadosUnidos de Amrica, provoc en losoyentes que no haban escuchado laemisin desde el principio, y des-pus en una parte impo rtante de lapoblacin del estado (dos millon esde personas), un pnico en gran es-cala, con huida desenfrenada, refu-gio en las iglesias, congestin de Ila-madas telefnicas y propuestas deincorporacin masiva a la polica yejrcito.... (Cuadernos de ProteccinCivil, octubre-noviembre de 1984).

    El 9 de enero de 1905, en SanPetersburgo, el ejrcito d ispar so-bre una multit ud de 20.000 perso-nas que haban acudido a manlfes-tarse pacficamente en la explanadadel Palacio de Invierno, a causa delos despidos masivos realizados enlas fbricas. En cuanto son la pri-mera sa!va, los manifestantes em-

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    prendieron la desbandada en unslvese el que pueda mlentras quela tropa dtspar todava dos veces,las personas que huan presas de/pn~o, pisotearon a los hendos, au-mentando as el nmero de vctlmas(200 muertos)

    Pero volvamos de nuevo al campode la psicologa soclal y veremoscomo desde all se delImItan anms estos conceptos

    Para Le Bon (1895) la muchedum-bre es un conlunto congregado, actlVO y polarlzado de gente cuyos ras-gos sobresallentes son la homogeneldad de pensamiento y de accinentre sus particlpantes, as como losactos impulsivos e irracionales porparte de stos El pntco describeuna accin de la muchedumbre quees defensiva y que trata de escapar oevitar un lesin 0 una amenaza(Brown llega a diferenciar pnico deescape y pnico de adqulslcln, porescasez de allmentos, dinero, etc )

    La expresin fenmeno de muk-tud para Le Bon designa en realidadla psicologa de los hombres enmultitud Pero esta psicologa delos hombres en multitud difiereesencialmente de su psicologa Indo-vidual El solo hecho de formar partede una mult itud modlf lca al rndlvlduo

    Cualesqulera que sean los Indlvl-duos que la compongan, por mssemejante o desemejante quesea su modo de vrda, sus ocupa-clones, su carcter 0 su inteligen -cla, el hecho de que se les hayatransformado en una multitud lospone e n posesin de una suertede mental idad colectlva

    En consecuencia, la reunin de indi-viduos en una multitud conduce a laformacin de un ser nuevo, supraln-dividual, de un alma colectiva.

    en el agregado que constituyeuna mult itud no hay de ningunamanera una suma o un promedlode sus elementos Lo que tlenelugar realmente es una comblna-cln, seguida de la creacin denuevas caractersticas, tal y comoen la qumica algunos elementos,cuando se ponen en contacto (lasbases y los cidos, por ejemplo )se combinan para formar un cuer-po nuevo que posee propiedadesharto diferentes de las de loscuerpos que sirvieron para forma-to

    Y, este a lma, formada por el III-consuente, expresa la Influencia deherencias seculares, el pslqutsmo dela mult itud, locallzado en la mdulaespinal, es de naturaleza Inferior Co-locados en una multitud los Indlvl-duos ms Inteligentes adquleren unamental idad de brbaros y de pnmltl-vos (entre los que Le Bon Incluye cu-riosamente a los salvajes, los nios ylas mujeres)

    Le Bon analiza con detalle las ca-ractersticas pslcolglcas de la multl-tud Habla de unanimidad (Ley dela unidad mental de las mult ltudes) yde que las acciones y los estadosmentales en todos los miembros deuna multitud tienen un carcter partl-cular son muy emotivos e Irraciona-les Se trata de reacclones emoclo-nales instantneas, simples, extre-mas, Intensas y muy cambiantes, loque demuestra la naturaleza femenl-na de las multltudes La Iglca co-lectiva es de un orden muy bajo Lamultitud es siempre Inferior al Indlvl-duo aislado El hombre que apareceen una multitud es voluble, crdu-lo e Intolerante exhibe la vlolen-cla y la ferocidad de los seres prlmltl-vos

    entre los miembros ms fero-ces, se encuentran ciudadanosinofenslvos, que, en circunstan-cias comunes, habran sido apacl-bles notarlos o vlrtuosos magls-trados

    Por otra parte, debemos selalarque existen vanos tipos de con/untossociales. por un lado estara el grupo

    con propiedades de organlzacln SIS-temtica. y por otro las masas quecarecen de dicha organlzacln; den-tro de stas, el trmino multitud seutiliza de manera ms restnngldapara designara un pblico congrega-do, un conjunto de personas reunidoen un sitio, respondiendo de formams 0 menos activa y con la aten-cin polarizada hacia una persona osuceso.

    En la mayora de los pslclogossociales . las caractersticas necesa-rias para la aparicin y el contagio deuna conducta colectlva de pnico pa-recen ser: un gran nmero de per-sonas que mantenga n contacto di-recto unas con otras y estn sometkdas a un confltcto comn entre tm-pulsos opuestos; uno de los cuales,el que ser domina nte Inlclalmen te,est de acuerdo con las normas so-ciales o valores reconocldos. el otrono (tales como precipitarse hacia lasalida de un teatro o guardar su tur-no para llegar a la misma). Por otraparte, debe existir la posibil idad fisI-ca de ejecutar el Impulso que co-mnmen te no se realizara. En pala-bras de Smelser (1963) para que sed una conducta de pnico es nece-sano que exista la posibil idad de es-capar y la de quedar atrapado.

    Pero, ipor qu es necesario ungran nmero de personas? iCun-tas?

    Para que se desencadene unaconducta de pnico el acento no de-bemos sltuarlo en el nmero de per-sonas, sino en la escasez de salidas

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    para la evacuacin El nmero de-be ser suflclentemen te grande paraque las salldas no sean completa-mente adecuadas, para que hayauna poslbllldad de entrampamlentoEs decir, dado un nmero de salidas,su tamal o, etc el nmero de per-sonas debe ser suficiente para crearun a competenc ia.

    La palabra pnico, segn RBrown, Jams se ha utilizado paradesignar una conducta de escape or-denada Por ms grande que sea elpeligro, por ms aguda que sea laemocin, SI los esfuerzos por esca-par se canalizan alustndose a nor-mas sociales, entonces no consti-tuyen un pnico Y an ms, el tr-mino se reserva para designar a ca-sos de IncendIos en los que se In-cumple el contrato soclal y cadahombre trata de salvar su propta vidasIn Importarle los dems

    Hablamos, pues, de pnico desdeesta perspectiva de la psicologa so-cial, cuando se empu ja, se derriba,se pisotea a personas y las salidasquedan obstruldas, cuando las per-sonas se portan con ms egosmo yfalta de conslderacln que lo que escomn y en grado mayor que el queaprueba la cultura

    Sln embargo, la Ciencia tiene queexplicar los dos aspectos que carac-tenzan este fenmen o. la aparicinen las multltud es de una conductade este tipo y la manera en que esaconducta se propaga por la multi tudhasta producir una homog eneidadde pensamie nto y accin

    Segn Le Bon, el salvajismo y lalocura de la multit ud no se crean denuevo en la multitud. Los impulsoshabitan siempre en todos nosotros,pero la conducta de la multi tud pare-ce ser incongruente con el carcterprivado, porque encuentran expre-sin en la conducta de la multit udimpulsos que comnm ente son con-trolados, e inclusive encerrados en lainconsciencia, por consideracionessociales. Los seres humanos msprimitivos a veces expresan sus na-turalezas insocializadas fuera de lamultit ud, pero se necesita ser miem-bro de una multitud para liberar a laestupidez y a la ferocidad a un hom-bre civilizado. La multi tud levanta latapa que cubra apetencias primit-vas existentes... Pero, ipor qu?iCmo es que esa emotividad eIrresponsabilidad, una vez que sur-gen en una multitud, son tan podero-samente contagiosas que producenuna suerte de unidad mental? LeBon habl vagamente de suges-t in..

    Las emociones y las opinionesse comunican y por eso se multi-plican y refuerzan. En una multit ud,

    todo sentimien to, todo acto, soncontagiosos. Los pnicos colecti-vos deben precisamente su inten-sidad al contagio de las emocio-nes.

    McDoug all sugiri que se pone enacto una suerte de simpata primiti-va. El principio es que, en los hom-bres y en los animale s gregarios en

    Son las situaciones sociales ypsicolgicas de los sujetos lasque determinan susreacciones: nivel de espntucrit ico, dlrectamente asocladoal grado de instruccin;vulnerabilidad pslcolglca,que depende de la confianzaen s i mismos:preocupaciones,. sentimlentosde seguridad o insegurldad; yfinalmente situacin fl s ica ysocial del oyente, es decir,proximidad o aleJamIento delsupuesto lugar delacontecimiento y posibllldadms o menos grande de uncompor tamiento autnomo.

    general, tal instinto, con su emocinprimaria caracterstica y su impulsoespecflcos, puede ser excitado enun Individuo por la exprestn de lamisma emocin en otro, en virtud deuna adaptacin congnita especlaldel Insttnto, en su aspecto cognoscl-tuvo o perceptual F H Allpor t (1924)habl de una facllltacln soclal Enun enfoque ms conductlsta, Miller yDollard (1941) recalcaron el Impor-tante rol de la estlmulacl n repetltlvaen la produccin de homogeneidaden la muchedumbre. Supusleron quela estimulacin del Indlvlduo en lamuchedumbr e se ve IntensIfIcadapor los efectos agregados de los es-tmulos repetitivos Enseguid a puedepresentarse un efecto de alud amedida que la estlmulacln aumen-ta, se intensifica la reaccin de cadaparticipante a ella En el caso de laactlvacln de muchedumbres, al In-tensificarse la respuesta de cadaparticipante, se convierte en un est-mulo ms Intenso para otros As, lamuchedumbr e se convierte en unmedio catall t lco que reflela la estl-mulacl n interpersonal a niveles msy ms altos de Intensidad Esta In-tensificacin sucesiva, descrita porMille r y Dollard como reaccin clr-cular ampltfica eventualme nte cier-tos tipos especficos de estlmulacl ny por lo tanto alienta la homogenel-dad dentro de la muchedumbre Laestlmulacl n y la excitacin de unachusma tienden a estimular la con-ducta Impulsiva e Incontrolada, elImpulso se transforma en accin y el

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    Indlvlduo no puede controlar esosImpulsos conductuales sin la ate-nuante flltraclk~ de la lgica y la razn

    Turner y Kll llam (1957), aunquesostlenen que la descrlpcln de LeBon de la conducta de las multitu-des es grfica y muy exacta, selia-lan que ste y otros autores exagera-ron la homogeneidad de la conductaen una multitud y tambin cntlcan lacalkacln de IrracIonal y emotl-va que Le Bon da a la conducta dela multitud

    Segn ellos, hoy en da no seconsidera que la emocln y la raznsean Irreconclllables La raz de laconfusln es que la conducta que se

    asustados y se observ que estos l-tlmos eran gente menos instruida,menos capacitada para valorar lacredibilid ad y la veracidad de lasfuentes informatlvas. El resultadoms interesante quizs de este tra-bajo sera que no se puede hablar decontagio de sentimientos como factor fundam ental. Son las situacionessociales y psicolgicas de los suje-tos las que determi nan sus reaccio-nes: nivel de espritu crtico, directa-mente asociado al grado de Instruc-cin; vulnerab ilidad psicolgica, quedepende de la confianza en s mis-mos; preocupaciones; sentimientosde seguridad o inseguridad; y final-mente, situacin fsica y social deloyente. es decir, proxim idad o aleja-mien to del supuesto lugar del acon-tecimiento y posibilidad ms o me-nos grande de un comportam ientoautnomo.

    Por otra parte, Roger Brown consikdera la posibil idad de describir laconducta de la multitud en trminosde la Teora de los Juegos, dndol eun carcter claramente especulativo.

    En primer lugar, en el pnico haymuchos jugadores; sin embargo, po-demos an alizarlo pensando el pro-blema desde el punto de vista decada persona por vez y represen tn-dose a los participantes como P(persona) y G (grupo de personas

    ajusta a normas es la conducta a laque estamos acostumbrados y pode-mos predcclr La conducta que po-demos predecir nos parece razona-ble o racional y la que no, Irracionallrraclonal en los tiempos de LeBon Implica ba emocional y por esola conducta colectlva fue calificadade IrracIonal y emotiva

    Pero, iqu es lo que causa la apa-ncln de esfuerzos por escapar quevlolan esas normas soctales?

    Entrevista s y encuestas posterio -res al caso Orson Wells (1938) com-pararon a los radloescuchas queconservaron calma relativa con aqu-Ilos que se mostraron bastante

    cercanas a P). Las dos acciones po-sibles que se les presentan tanto a Pcomo a G son:

    A) Precipitarse hacia la salida5) Esperar su turno

    Si representramos estas posibil-dades de accin en una matriz dedoble entrada, obtendramos un cua-dro terico de sus resultados, quevariara desde un polo (++) escapa-toria segura y sin lesiones para to-dos y (--) que dar atrap ado sIn du-da

    Por muchos conceptos, este rno-delo no es realista. Por ejemplo, losque estuvieran ms cerca de la sali-da podran confiar en escapar sindao (++) tanto SI se precipitasencomo si esperasen su turno. Quie-nes estuvieran ms lejos de la salidano tendran casi posibil idad de esca-par si esperasen su turno, indepen-dientemente de que lo hicieran losotros.

    Las perspectivas reales percibidasdependeran de la gravedad que pa-

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    reclera tener ei rncendro en un deter-mrnado caso, pero, siempre, lasperspecttvas que se le ofreceran aquien esperase su turno seran tantopeores cuanto ms lejos estuviesede la salrda Para qurenes estuvresenmuy alejados no habra dilem a, nrn-gn conflrcto de Impulsos Para ellosexistira el nico imperativo simplede salvar la propia vida a toda costa

    Alexander Mrntz (195 1) planteeste paradigm a del pnico La utrlr-dad del esperar a que le llegue suturno o de precrprtarse hacia la salr-da depende de lo que las dems per-sonas d ecidan hacer SI todos secomportan ordenadame nte, enton-ces todos tal vez podrn escapar -0quizs todos- salvo los de las ltr-mas f ilas de la galena Puede unoesperar srn miedo a que llegu e suturno SI no se encuentra en estas fi-las Pero SI la gente que t iene unodetrs corre para adelan te, entoncespodra quedarse uno a la cola, o lasalida podra obstruirse antes de quela alcanzramos Si otros empujan,lo nico que puede hacer uno, pues,es empujar

    Es 6sta acaso una conducta irra-cional?

    Este dilema del entrampamrentoencierra toda una Irona Cada rndrv-duo por separado trene que elegtrprecrprtarse hacra la salrda po rqueesto contiene los mejores resultadospara l Srn embargo, SI todos elrgre-ran racronalmente precipitarse hacra la salida para todos habra lesrones graves y bloque o total de las vasde evacuacin.

    Desastres tales como el rncendroen Chicago (1903) del Iroquors Thea-tre, donde 500 personas murieronen menos de 8 minutos a pesar deque el Teatro sufri tan solo daiossuperfrcrales, tien den a provocar estaconducta de pnrco En muchos ca-sos, la sevendad del fuego es poconotable como para que no se hubre-re perdido vida alguna Srn embargo,el resultado de sus comportamren-tos se crfr en cientos de muertospisoteados y sofocados

    Martha Wolfenstetn Intenta unaexposicin y una interpretacin con-junta de los comportamrentos en

    distintas catstrofes, y as habla deun perodo pre-crtico donde se ob-servan dos actitude s opuestas : re-chazo de la idea de peligro y temorexagerado al peligro. Estas actitudesestn as ociadas a caractersttcaspersona les muy prectsas (nivel crti-co, nivel de formacrn, segundad ens mismos, etc.). Tambi n habra unperodo de crisis en el que una mino-ra conserva su sangre fra; otra mi-nora presenta reacciones extremas(de ansiedad, de angustia, de confu-stn paralizante, etc.); pero la mayo-ra permanecen aturdidos balo lapresin de sentrmrentos diferentes:la ilusin de centralrdad, es decir,la impresin de hallarse en el centrode la catstrofe y por consiguiente,personalmente afectado y un senti-miento de abandon o por todos Lavctima trata de comprender lo queest sucediendo. Existe entonces un

    periodo de vacilacin en el que cadauno de los IndivIduos que se encuen-tran en el lugar tratan de valorar su SI -tuacin. Pero es un momen to dondelas decisiones han de tomarse rpr-damente. Los principios de rnfluen-

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    cia social t ienen aqu un peso espe-cf ico importante. La persona depen-de en gran parte de las informaciones vde los signos de los dem s para conacer la realidad social y para afirmar su capacidad de hacer frente aesa realidad. Las valoraciones de si-tuacin estn determinadas en granmedida por lo que los dem s hagano digan. En situaciones ambigua s,los individuos pueden ser muy sus-

    reacclones prcticas destinadas aponer al sujeto a cubierto. Es aqudonde, SI no se dan una serle decondlclones, tanto Internas como ex-ternas a cada Indwduo , que van mu-cho m s lejos de la mera elabora-w5n de un sugestivo plan de evacua-cin del local o la pronta aslstenclade los servIcIos sanitar ios, tendre-mos que hablar de PANICO ; pues nodebem os seguir pensando errnea-mente que estas reacciones de es-cape son absurdas, desordenadas eIrracIonales, en todo caso lo serandesde el punto de vista del especta-dor que se encuentra fuera del en-trampam iento y cae en la tentacinde considerar que aqullos que es-tn dentro son una masa compacta,de la que h emos de salvar el mayortrozo posible Y esto, porque no sedan cuenta de las Interpretaclonessubjetivas de la catstrofe; y no venque cada v c t ima se compor ta, Inde-pendientemente de los dem s -unavez valorada la situacin- perslgulen-do fines IndIvIduales

    Las expllcaclones por la unidadmental y el contagio son m uyaventuradas. En las situaciones demultitud, la individualidad de los su-jetos no se pierde tanto como se hacredo

    El perodo postcrt ico no es meno sImportan te. En primer lugar el tras-torno experimentado deja huellastanto en la f is iologa como en el PSI-qwsm o que pueden durar largo tiem-po e incluso toda la veda. Se habrnperdido much as vrdas y bienes; cadapersona encuentra que se ha hecho

    demasiado poco por ella, reivindica yacusa. Las instituciones sociales su-fr irn un notable desprestigio. Enuna palabra, catstrofes de este t ipodejan demasiada s secuelas comopara seguir s in tomar las medidas dePREVENCION adecuadas.

    DE LA REALIDADBenjamn VicuAa Mackenn a (San-

    tiago, 28 de diciembre de 1863)hace una exposicin sumam entegrfica de lo que l denomina la es-pantosa catstrofe que hoy tiene su-midas en el luto a centenares de fa-milias. Se trata de una descripcindel incendio acaecido en un temploque la CompaAa de Jess construyen Santiago de Chile. La relacin tie-ne un carcter de autentic idad incon-trastable, tomando por base todoslos artculos aparecidos en la prensa.Hemo s elegido es te suceso, a pesarde la poca, porque las descripcio-nes que lo han reflejado en los dis-t intos medios de comunicacin sontan dramticas y expresivas como ja-ms nosotros podramos dar a cono-cer de otro m odo. Nos vamo s a limi-tar, por ello, a transcribir prrafosque puedan relatar los hechos y ex-poner algunas de las reflexiones alas que lleg6 el propio autor; siendosu mxim a intencin dar a conocerel suceso que provoc la fundacindel Cuerpo de Bomberos de Santia-90 ,

    ...La concurrencia, amagada porel fuego, pr incipi a huir. Las puertas

    rEs imprescindible que secumplan las ordenanzas deprevencin y proteccidn contraincendios y se hagaobligatoria la utilizacidn en laconstruccin de aquellosmateriales que se han venidodemostrando ignfugos,capaces de detener o delimitar al mxim o la velocidadde propagacicin del fuego, asicomo el desprendimiento degases altamente tdxicosderivados de la comb ustidn;qe e s hoy por ho y elcausante de un mayor nmerode victima s por asfix ia.

    no eran sin embargo sufic ientes paradarle paso El terror Invencible enesos casos se haba apoderado detodos; las puertas se obstruyeroncompletamente. Una matad, unasdos terceras partes de la concurren-cia haba alcanzado a salir ; el restose agolpaba a los lugares en dondese vea sallda. Cuerpo sobre cuerpo,se formaba una muralla comp acta ynume rosa. Haba mujeres que resls-tan el peso de diez o doce, otrastendidas enclma, a lo largo, a lo atra-vesado, en todas direcciones. Eramaterialmente imposible desprenderuna persona de esa masa compactay hornpllante. Los ms desgarrado-res lamentos se oan del Intertor dela iglesia...

    ...Slgul entonces un cuadro des-garrador. La concurrencia contlnua-ba agolpndose a las puertas y laspuertas no permitan la salida Cln-cuenta brazos formidables no basta-ban a desprender una Infeliz deaquel montn que ya pnnclplaba arectbir los trozos de madera Incen-diados que se desprendan del enta-blado... .

    ...El fuego llegada a las puertas.Se hacan esfuerzos sobrehumano spara deshacer la masa de gente quese haba aumentado en ellas. La fa-talidad era maldita. Por cada quinceminutos se consegua salvar unapersona, pero cada minuto eran 10vidas perdidas IrremedIablemente ,

    (Del Diano El Ferrocarnl, 9 DI-ciembre 1863).

    ...Slendo el da de Pursima el lt i-mo de la festiv idad del Mes de Ma-MAPFRE SEGURIDAD. N.0 18 - SEGUNDO TRIMESTRE 1985 9

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    ra, la m s popular y la m s concurrl-da de nuestras festtwdades, mll laresde devota s se agruparon esa nochepara aslstlr a la funcin final que de-ba ser ms suntuosa que las ante-riores A las seis de la tarde era tal elnmero de la gente, que las espacio-sas gradas de la Iglesia y parte de laplazuela, como nosotros mlsm os loobservamos, estaban literalmentecuajadas de mujeres de mantn queporfiaban frenticam ente por entraral temp lo, donde ya a esa hora nocaba una persona

    Los hombres entre tanto, se ha-ban logrado salvar, partwlarmentelos que ocupaban el presblterlo, y lasmujeres haban conseguldo desalo-jar la mitad de la Iglesia, en mediode la confusin ms espantosaPero el mism o tropel de la gente,las personas que caan accldenta-das, la obstruc cin de los ampulo-sos trajes y la misma ansia por ga-nar la calle, form aron al fin una ba-rrera Insuperable en las dos nicaspuertas que por una fatal Im pruden-cla daban acce so al aire libre haciala plazuela y hacia el pequeno patiodel costad o occidental de la Iglesia

    Aquel obstculo iera la barrera dela muerte!

    Y lo que nos pareca ms deses-perante era que, teniendo la salva-cin de la vida al alcance de nues-tros brazos, era Impostble salvar unasola de las vctima s hacinadas unassobre otras en los mlsmo s umbralesApenas los hombres generosos quese consagraron a rescatar algunasvidas a nesgo de las suyas asan delos brazos o de la ropa a alguna delas personas derribadas, las que es-taban Inmediatas a stas, desespe-radas por el terror y la proxlmldad delfuego, se tomaban, a su vez, de lavctima que Iba a salvarse, y as eraImpos ible casi desprender una solade aquellas Infelices y deshaceraquel nudo de horrores

    .. Todos dicen que el fuego, a pe-sar de la rapidez con que se fue en-sefioreando de la Iglesia, dlo tiempom s que suficiente para que huble-sen escapado todos SI hombres hu-biesen sido, y lo dlo tambtn a lasmujeres para que se librasen todassanas y salvas, pero todas corrierona un tiempo , se atropellaron cayendounas sobre otras y enredadas en losvestidos y mantos y en las crinolinas,y se aferraron de tal modo entre s,que las de adelante no pudieronavanzar un paso porque las de atrs

    las retenan con las ansias de lamuerte por salir primero que aqu-Ilas tal vez. Formaban de esta mane-ra una cadena tan fuertem ente unidaque cuando algunos caballeros yhombre s del pueblo entraron en losprimeros mom entos a sacar algunasmujeres atajadas cerca de las puer-tas, fue preciso muchas veces quecuatro o seis hombres sacaran a unacon mucha dificultad....

    (Del Diario El Mercurio, 9 di-ciembre 1863).

    ...El mayor nmero de los que hanpodido salvarse lo han hecho por lasacr ista. La concurrencia se dirigapreferentem ente a las puertas princi-pales y, detenida all por el obstc u-lo, contribuan tan slo a robustecer-lo....

    (Del Diario el Ferrocarril, 10 di-ciembre 1863).

    ...H asta la hora en que escribi-mos se han extrado cerca de milseiscientos cadveres... ...Casi to-dos los hombres se salvaron, puesestaban situados en un costado dela iglesia, separado del resto por unaverja... . .De las mujeres el mayornmero de las salvadas escaparonpor la sacr ista. Hubieran salido m ssi hombre s indignos o empleadossin corazn no hubiesen obstruido lapuerta con algunos mueb les parasalvar ornamentos y santos de pa-lo....

    CONCLUSIONESMuchos son los paradigmas expe-

    rimentales que se han diseado des-de la psicologa social para tratar decomprender lo que denominamos.conducta colectiva en si tuacionesde catstrofe y ms especficame nteel PANIC O. Sin embargo, la conduc-ta de las multi tudes es muy de estu-diar en condiciones experim entales.Muchos son tambin los modelosque se han ensaya do y los resulta-dos han sido bastante escasos . Des-de luego que en los simulac ros laresponsabilidad tica exige que seponga fin al experimen to tan prontose presente el pnico verdadero y elcomportamiento de turba; en conse-cuencia, tales enfoques generanslo escasa informacin acerca delas reacciones prepnico de los indi-viduos . En el laboratorio tambin sehan realizado varios tipos de experi-mentos donde se crean circunstan-cias anlogas a las si tuaciones ame-

    nazantes capaces de desencadenarpnico Mlntz (1951), Schultz,(1969). etc

    Quizs el problema no est tantoen el Indlvlduo en s mismo como enlas condlclones externas, o quizs elnfasis no deba ponerse en culessean las pautas de su comporta-miento, sino en cmo podramosmodlflcarlo Y para ello, hem os ha-blado anteriormente del establecl-miento de medidas de PREV ENCIO NInternas y externas al Individuo comomx ima garanta de que el pnico nosea la nica alternativa de salvacinque les quede a aquellas personasque por estar ms Incapacitadas fsl-ca 0 psquicamente, ms prximas alfoco del Incendio, o m s aleladas delas vas de evacuacin, tlenen msdlflcultades para alcanzar su salva-cin.

    La respuesta social a esto s proble-ma s sera abordar el desarrollo deestas medidas Internas de conclen-ciacin y formacin

    Dado que el precipitarse hacia lasal ida se demuestra como una con-ducta Inevitable para un ncleo Im-portante de personas que se en-cuentran en una situacin de Incen-dio, es Impresclndlble que se cum-plan las Ordenanz as de Prevencin yProteccin Contra IncendIos y sehaga obllgatorla la utilizacin en laconstruccin de aquellos m atenalesque se han venido demo strando Ign-fugos , capac es de detener o de llmi-tar al m xtm o la velocidad de propa-gacin del fuego, as como el des-prendlmlento de gases altamen te t-xicos derivados de la combustin,que es hoy por hoy el causa nte de unmayor nmero de vctima s por asfl-xi a

    Una vez que se hayan tomado, yse vigile atentamente el cumplim len-to de estas medidas (Inspeccionesperodicas de los Bomb eros), podre-mos comenzar a elaborar los Planesde Evacua cin en la seguridad deque el ciudadano estar d ispuestoen una proporcln muy elevada a co-laborar al m ximo , porque sabr queesta conducta altruista no le costarla vida W

    10 MAPFRE SEGURIDAD No 18 SEGUNDO TRIMESTRE 1985