El Apóstol Pablo Aproximación biográfica  Elisenda Sans Ramón  

 

SEMINARIO UEBE Nuevo Testamento Curso 1995‐1996 

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Bosquejo Introducción Prolegómenos I. El hogar de Pablo. 1. Su nacimiento. 2. Su niñez. 3. Su juventud. II. La formación de Pablo. 1. Identidad judía. 2. Griego con los griegos. 3. Ciudadano romano. III. La teología de Pablo. 1. Antes de su conversión. 2. En su conversión. 3. Después de su conversión. Conclusión. Bibliografía.

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INTRODUCCIÓN

Las experiencias vivenciales y formativas marcan la

vida de las personas. En gran medida, nuestra familia,

nuestro contexto socio-cultural nos condiciona y a la vez

nos distingue de los demás.

Esta realidad la observamos en la vida de Pablo. El

fue el mayor representante de Cristo y el mayor exponente

del cristianismo. Fue un campeón osado, un misionero, un

predicador, un maestro ilustre, un gran siervo de Dios y

otras muchas cosas más, pero lo más importante en su vida

fue su formación familiar y académica. Bebió de varias

culturas a la vez y supo llevar a cabo una simbiosis

perfecta.

Pablo llevó el mensaje de Cristo de manera magistral.

Tenía un gran poder de convicción, una gran formación

judía y una mente abierta al mundo greco-romano. Todo

esto posibilitó que fuera considerado el gran apóstol de

los gentiles.

En este breve trabajo quisiera vislumbrar el

trasfondo de Pablo. En primer lugar nos acercaremos a su

hogar para después seguirle en su formación académico-

religiosa y acabar en una breve síntesis de lo acaecido

en su conversión y como ésta alteró toda su orientación

teológica.

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PROLEGÓMENOS.

Para llevar a cabo un estudio del trasfondo de Pablo

tenemos que ir a beber de las fuentes más cercanas. Para

ello recurrimos a sus epístolas, al libro de Hechos de

los Apóstoles, a la historia profana de la época del

apóstol y a todas aquellas obras escritas por estudiosos

de la materia, sobre la vida de Pablo.

Es importante conocer, para una mayor comprensión de

los hechos, las condiciones políticas, sociales, morales

y religiosas de la época en la que le tocó vivir a Pablo.

Políticamente, la dueña y señora del mundo conocido

era Roma. Sus legiones patrullaban por todas partes

llegando a conseguir que en todo su extenso territorio

reinara la "paz romana". Los países sometidos pagaban

tributos e impuestos a Roma y a cambio les permitían

gozar de ciertas libertades. El hecho de que tantas y

distintas naciones estuvieran bajo un solo imperio

posibilitó el fomento de relaciones comerciales y

culturales entre ellas.

El estado social estaba dominado por la marcada

división de clases. Roma aumentaba sus riquezas con el

producto del saqueo y a la vez conseguían un gran número

de esclavos. La burguesía o clase media, casi no

existía. Los esclavos formaban la gran mayoría de la

población, no tenían ningún derecho y casi todos eran

ignorantes.

La condición moral era decadente y baja. Los grandes

señores organizaban orgías y bacanales. Los propios

emperadores llegaron al máximo de la degradación moral

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siendo capaces de asesinar a sus propias madres, esposas,

hijos, favoritas y de destruir todo lo sagrado por el

placer bajo y mezquino.

La condición religiosa estaba dominada por el

sincretismo practicado por el imperio romano. Roma había

llegado a ser el centro de las religiones de todos los

países sometidos; allí tenían sus templos y sus

sacerdotes. La nobleza romana iba a uno u otro según las

modas. Habían llegado a un confusionismo. Tan sólo los

judíos no perdieron su identidad y religión. Nunca

transigieron a Roma ni al paganismo. Para ellos Jehová

era su Dios y Jerusalén su ciudad santa. Su firmeza a

negarse a dar culto al emperador ocasionó, tanto a judíos

como también a cristianos persecución y muerte.

Es importante destacar el hecho de que gran cantidad

de judíos estaban dispersos en muchos lugares distintos

ocasionando que se redoblaran en su ardor religioso,

llegando a conseguir gran numero de prosélitos judíos

ideales para la siembra del Evangelio.

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I. EL HOGAR DE PABLO.

1. Su nacimiento.

Conocemos muy pocas cosas del nacimiento de Pablo.

No sabemos el año exacto en que nació, ni tampoco el

nombre de su padre ni de su madre. Sabemos que nació en

Tarso. El propio Pablo en Hechos 21:39 nos lo dice con

cierto aire de orgullo: "Yo de cierto soy hombre judío de

Tarso ciudadano de una ciudad no insignificante de

Cilicia."

Su padre era un judío estricto como apreciamos en Hechos 22:3 en donde se nos dice que Saulo fue "instruido conforme a lo más riguroso de la ley de nuestros padres". En Hechos 23:6 nos dice que era hijo de fariseo.1 La madre permanece a oscuras en la historia que conocemos de Pablo. Tan sólo tenemos las palabras del apóstol en 2ª Timoteo 1:3 que nos dice: "Doy gracias a Dios a quien sirvo desde mis antepasados". Podemos especular también que las palabras de Pablo hacia Timoteo, en donde menciona la formación de éste en su hogar, pudiera ser reflejo de lo acontecido también en su propio hogar.2 A excepción de una hermana, cuyo hijo ayudó a Pablo en Hechos 23:16, no conocemos a ningún miembro más de su familia. Es posible que tuviera más hermanos, hermanas o familiares pero nos son completamente desconocidos.3

Si sabemos que era una familia puramente judía. La familia era judía de pura sangre y de fiel observación. Confesando su solidaridad con el pueblo judío, escribirá a los cristianos de Roma: "Porque también yo soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín" (11:1). Y con cierto tono polémico atacará así a sus adversarios judeo-cristianos que intentaban minar su autoridad en Corinto: "¿Que son hebreos? También yo. ¿Que son linaje de Israel? También yo. ¿Que son descendientes de Abraham? También yo" (2ª Cor. 11:22). En la carta a los Filipenses presenta también su tarjeta de identidad judía: "Circuncidado al octavo día, de raza israelita, de la tribu de Benjamín,                                                             

1A. T. Robertson, S. A. Hale, Épocas en la vida de Pablo (El Paso, Texas: C.B.P., 1937, p. 18.

2Ibid., p. 19. 3Ibid.

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hebreo de pura cepa" (3:5).4 El apóstol tenía dos nombres distintos, uno Paulos nombre romano, y el otro Saulos (pedido de Dios o de Yahvé) nombre judío.5 Algunos opinan que el nombre utilizado antes de la conversión es el de Saulo y después Pablo. Este hecho carece de fundamento debido a que en Hechos 13:9 (después de su conversión) relaciona el nombre de Saulo con el de Pablo en igualdad de condición. "En su circuncisión probablemente recibió un nombre doble, el de Saulo para su familia, y el de Pablo para el mundo del comercio y la vida civil."6 El cambio de un nombre a otro, en las Escrituras, pudiera explicarse simplemente por el empleo de diversas fuentes de información. En realidad era normal para judíos de la diáspora tener dos nombres, uno judío y otro griego.7 Como curiosidad podemos decir que Paulus significa en latín "pequeño", "exiguo".8

2. Su niñez. La niñez de Pablo, como la de cualquier niño judío transcurría alrededor de la enseñanza de la ley y de las tradiciones de su pueblo.9 Según una antigua tradición de los rabinos, el judío a los cinco años debía ser llevado a la lectura de la Torá (Ley), a los diez años a la Mischnah (tradición oral), a los quince años al Talmud (doctrina) y a los dieciocho años a la Chuppa (cámara nupcial).10

Meyer en su libro "Pablo siervo de Jesucristo" nos

presenta un resumen condensado de la primera etapa de la

formación de Pablo:

Seguramente siendo niño aprendió de memoria Deuteronomio cap.5 y 6; Salmos 113-118 (el gran Hallel). Los días de su niñez deben haber pasado así: A la edad de cinco años comenzar a leer las Escrituras; a la edad de seis años ser enviado a la escuela de un rabí vecino; a los diez años ser instruido en la ley oral; a los trece años llegar a ser por una especie de confirmación, un hijo de

                                                            4G. Barbaglio, Pablo de Tarso y los orígenes cristianos (Salamanca: ed. Sígueme, 1989), p.

34. 5J. A. Fitzmyer, Teología de San Pablo (Madrid: ed. Cristiandad, 1975), p.16. 6F. B. Meyer, Pablo. Siervo de Jesucristo (El Paso, Texas: C.B.P., 1935), p. 23. 7Barbaglio, p. 34. 8Fitzmyer, p. 17. 9H. B. Bardwell, p. 25. 10José Holzner, San Pablo heraldo de Cristo (Barcelona: ed. Herder, 1951), p. 13.

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la ley. Pero no es probable que recibiera la cultura de la filosofía griega, por la cual Tarso era algo famosa. Esto era imposible por la actitud inflexible de los judíos de la Dispersión hacia toda la comunidad gentil de su derredor.11

Halzner nos divide la enseñanza de esta época en dos

periodos:

- A los cinco años aprendía el contenido de la Ley, cantaba en las grandes fiestas y conocía el significado de los días conmemorativos judíos más importantes. "A los seis años fue Saulo al llamado 'viñedo' (nosotros diríamos: escuela infantil), la escuela de la sinagoga que estaba edificada junto a ésta."12 Los años siguientes se dedicaban a la historia sagrada. - A los diez años empezaba el segundo periodo donde era introducido en la "ley oral" conociendo una multitud de mandamientos y prescripciones de purificación.13 Un aspecto importante de su educación era aprender un oficio del cual poder llegar a mantenerse sin problemas económicos. Un proverbio decía: "El que no enseña un oficio a su hijo es como si le enseñara a ser ladrón". Hechos 18:3 nos dice que Pablo había aprendido el oficio de hacer tiendas.14 Este hecho facilitó la labor misionera de Pablo al no ser motivo de carga para nadie. "El hecho de que tuviera una vocación especial para "rabí" o maestro de la ley, no le eximía de esa obligación, ya que los rabies, no recibiendo remuneración por sus enseñanzas, debían subvenir a sus necesidades con su trabajo."15

3. Su juventud. En Hechos 26:4 Pablo dice: "Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pase en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos." Una vez acabada la formación primaria en Tarso se traslado a Jerusalén.16 Un doble hecho podría explicar este viaje: por un lado su posible vocación y dirección divina; por otro cabe la posibilidad de que su padre, severo judaico, desease que Pablo fuera un leader entre los suyos. Sea uno u otro o los dos, lo cierto es que vivió en Jerusalén

                                                            11Meyer, p. 29. 12Holzner, p. 8. 13Ibid., p. 9. 14Bardwell, p. 25. 15A. F. Sosa, Enciclopedia Popular Evangélica. Breve Historia del Apóstol San Pablo, vol. 6

(Buenos Aires: ed. "La Aurora", 1949), p. 13. 16Ibid.

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durante su juventud posiblemente en casa de una hermana suya.17

En la ciudad Santa seguiría el "mishna" o período de

estudio para llegar a convertirse en un "rabí".

Un joven tan entusiasta y celoso por las cosas santas, difícilmente podría conformarse con menos que la Ciudad Santa como lugar donde cursar sus estudios, aunque podría tal vez haber seguido el mismo curso en el propio Tarso o en Antioquía. Su espíritu anhelaba empaparse de todo el tesoro tradicional de su religión y de su secta farisea.18 En Jerusalén había dos escuelas rabínicas la de Schammai y la de Hillel. La primera muy conservadora y cerrada, la segunda más liberal, flexible y abierta llegando incluso a admitir la lectura de literatura griega.19 El mismo Pablo nos dice en Hechos 25:5 lo siguiente: "Según la más estricta secta de nuestra religión, yo vivía fariseo", pero no dice que fuera educado en la más rígida de las escuelas farisaicas.20 La materia principal de instrucción en las escuelas de los rabies era la ley mosaica y sus interpretaciones.21 Alrededor de la ley se había acumulado un elevado número de decisiones e interpretaciones que llamaban "leyes orales" y que constituían una mayor extensión que las leyes básicas. Muchas de estas leyes eran insensatas y ridículas. Los estudiantes judaicos aprendían de memoria estas leyes y sus interpretaciones. El tiempo lo pasaban haciendo preguntas, discutiendo y haciendo sutiles distinciones. Aunque el tema a veces carecía de importancia, sin embargo, éste training era de gran valor, pues desarrollaba su perspicacia mental y los preparaba para los debates.22

Todo este proceso educacional y la disciplina mental

que la acompañaba ayudaron en gran manera a Pablo en su

formación académica y personal. Pablo fue muy

influenciado por el partido fariseo y llegó a                                                             

17Bardwell, p. 27. 18Sosa, p. 14. 19Robertson, p. 25. 20Ibid., p. 25. 21Bardwell, p. 28. 22Ibid., p. 29.

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identificarse con él plenamente.

El estudio de la teología constaba de dos grupos: la Halacha, tradiciones y determinaciones de la ley, y la Haggada, verdades religiosas derivadas de la historia del Antiguo Testamento y de leyendas a su alrededor.23

El gran propósito de Pablo al venir a Jerusalén era aprender de qué manera podía agradar a Dios, y Gamaliel le diría "para agradar a Dios tienes que obedecer sus leyes"; así es que Pablo veía en la ley la suprema personificación de lo bueno y se esforzaba en sobrepujar a los miembros de su clase en la perfección con que guardaban sus preceptos.

Léase lo que nos dice sobre esto en Hechos 26:4-5.24 Después de su educación en Jerusalén regresó a casa de sus padres en Tarso con el propósito de enseñar los conocimientos aprendidos a la generación venidera. Saulo regresaba con un concepto idealista y patriótico de su religión. Su mayor anhelo era llevar una vida virtuosa cumpliendo estrictamente la ley judía con todas sus interpretaciones.25 Jerusalén también influyó en su concepto y visión religiosa puesto que lo había hecho intolerante con todo sistema religioso diferente o distinto del suyo, preparándole para ser el gran perseguidor de la iglesia.26 Nada sabemos con respecto al tiempo que Saulo estuvo estudiando en Jerusalén ni cuando volvió a Tarso. No tenemos constancia de que Pablo viera u oyera a Jesús por lo que suponemos que salió de Jerusalén antes del inicio del ministerio de Jesús volviendo a su pueblo natal.27

Bardewell intenta hacer una cronología de la vida de

Pablo de la siguiente forma:

Pablo nació en el año 3 D.C., hasta la edad de trece años vivió en Tarso, aprendiendo a leer y escribir en hebreo y griego, y también el oficio de hacer tela para tiendas de campaña. En el año 16 D.C. fue a Jerusalén y estudió bajo la dirección de Gamaliel por espacio de diez años.

                                                            23Hozner, p. 14. 24Bardwell, p. 29. 25Ibid. 26Ibid., p. 30. 27Ibid.

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En el año 26 D.C. volvió a Tarso, y todo lo que se puede saber es que permaneció en Tarso los diez años siguientes.28

                                                            28Ibid.

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II. LA FORMACIÓN DE PABLO.

1. Identidad judía. Ante todo Pablo conservó siempre su identidad judía, como nos dice Barclay: "Fue orgulloso, obstinado, inalterablemente judío."29 Cuando delante de unas acusaciones escribió a los corintios tomó la posición de su linaje judío (2ª Cor. 11:22). Las tres palabras que utiliza tienen un sentido propio. Un hebreo era un judío que aún podía hablar hebreo, a diferencia de los judíos de la Diáspora, quienes habían cambiado su lenguaje natal por el griego de sus patrias adoptivas. Un israelita era específicamente un miembro de la nación que había celebrado un pacto con Dios. Ser del linaje de Abraham era tener absoluta pureza racial. Pablo sostenía que en ninguna parte había un judío más puro que él.30 Todo en Pablo respira en sentimientos judíos. Escribiendo a sus amigos en Filipos dice: "Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible." (Fil. 3:4-6). De la misma manera se expresa cuando escribió a la iglesia de Roma en 11:1.31

Siempre en toda su vida tuvo el valor y la audacia de

presentarse como judío. Pablo no se avergonzaba de su

ascendencia todo lo contrario estaba orgulloso de ser

miembro del pueblo elegido por Dios.

Pablo no abandonó las leyes y costumbres de su pueblo y en muchos aspectos continuaba siendo un judío devoto. Lo vemos en Hechos 18:18 haciendo un juramento nazareno que era un voto que hacían los judíos creyentes cuando deseaban expresar su gratitud especial a Dios. "Pablo no olvidó nunca su origen judío; nunca dio la espalda a la fe de sus padres. Para él era natural decir: 'Entre los judíos me hacía como judío' (1ª Cor. 9:20)."32

                                                            29William Barclay, El pensamiento de San Pablo (Buenos Aires: ed. "La aurora", 1978), p.

10. 30Ibid. 31Ibid. 32Ibid., p. 13.

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Saulo era judío en palabras, acciones y pensamiento.

El era un hombre de un solo libro, el Antiguo Testamento.

En muchas ocasiones utilizó en sus escritos citas del

mismo antecediéndolas con la frase: "Esto está

escrito..."

Pablo no sólo conocía el Antiguo Testamento como un judío devoto, sino que además era un adiestrado rabino y conocía el Antiguo Testamento como lo conocía un rabino. No conocía sólo el Antiguo Testamento; conocía también las tradiciones especiales de los rabinos.33

Pertenecía a la tribu de Benjamín la cual tenía un

lugar único en la historia de Israel.

De Benjamín provenía el primer rey de Israel, porque Saúl era un benjamita (1ª Samuel 9:1). Cuando sobrevino la trágica división del reino, Benjamín y Judá fueron las dos únicas tribus que permanecieron fieles a Roboam (1ª Reyes 12:21). Benjamín era el único de los patriarcas realmente nacido en la tierra prometida. Cuando Israel entró en combate, la tribu de Benjamín fue la que sostuvo el puesto de honor. El grito de batalla de Israel era: "... tras de ti, Benjamín" (Jueces 5:12; Óseas 5:8).34

Era hebreo de hebreos, esto significaba que

pertenecía a la aristocracia de Israel. Significaba que

conocía y hablaba su propia lengua y no como otros judíos

de la Diáspora que habían perdido la lengua de sus

padres.

Era un fariseo. No sólo un judío devoto sino alguien comprometido al mantenimiento meticuloso e intachable de la ley.35 Pablo conoció lo mejor del judaísmo estando en lo más alto; lo conoció desde dentro; pasó por todas las experiencias de elevación y profundidad, que éste pudo

                                                            33Ibid., pp. 14-15. 34Ibid., p. 16. 35Ibid.

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ocasionar a cualquier hombre. Pablo era el hombre apropiado para entender el cristianismo con todo su trasfondo judío, y llevarlo a los judíos. Para una mitad del mundo, Pablo era, por su educación, el misionero ideal.36

2. Griego con los griegos. Para Saulo le fue fácil acercarse al mundo judío porque era un judío pero debía adaptarse también a los griegos.37 Pablo nació y se crió en una ciudad cosmopolita impregnada de la cultura e influencia griega. Tarso era famosa por sus filósofos en especial los de la escuela estoica. "Tarso amaba, respetaba y admiraba tanto el saber, que hubo una época en que Atenodoro y sus compañeros filósofos no sólo enseñaban a sus alumnos sino que además gobernaban la ciudad."38

Por ella, no se podía andar sin entrar en contacto

con las gentes más diversas de la tierra.

Una ciudad con una historia tal que no se podía vivir en ella sin una sensación de grandeza. Una ciudad con un deseo de conocer, un respeto por el estudio, un fermento de pensamiento intelectual tan grande, que ningún joven pensador podía escapar por entero a esa multitud de ideas que llenaban el aire.39

La ciudad, la riqueza, la literatura, la cultura era

griega y sin duda influyó en Saulo aunque tan sólo hay

dos referencias en sus escritos a escritores paganos:

En Hechos 17:28 cita la frase "Porque somos también de su linaje", de Arato, un poeta griego, y en Tito 1:12, la condena a los cretenses, "los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, vientres perezosos", es de un poeta llamado Epiménides.40

Los orgullosos romanos consideraban de gran prestigio

tener un esclavo griego culto para instruir a sus hijos.

Los romanos educados sabían, hablaban y leían en griego

                                                            36Ibid., p. 17. 37Ibid., p. 17. 38Ibid., p. 24. 39Ibid. 40Ibid., pp. 13-14.

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así como también miles de extranjeros y esclavos.

En Palestina los judíos hablaban el arameo, una lengua de la familia hebrea, no obstante el griego se extendía en el país y casi todos los judíos hablaban este idioma. Cerca de doscientos años antes de Cristo el Antiguo Testamento hebreo fue traducido al griego, y esta versión griega, llamada la Septuaginta (por haber sido traducido por setenta rabies), pronto llegó a ser la Biblia más leída entre los judíos de habla griega.41 El propio Pablo era un helenista, no era un judío de Palestina. El helenismo posterior a la época Aristotélica y el judaísmo de la Dispersión no estuvieron tan separados. Para Pablo el helenismo universalizado se fundía con un hebraísmo universalizado.42 "Pablo hablaba el griego, y todos sus escritos están en esa lengua. Todo el Nuevo Testamento también fue escrito en griego, si bien es cierto que de modo casi exclusivo los escritores eran judíos."43

3. Ciudadano romano. Roma tenía una organización política, militar y administrativa muy buenas. Gozaban de paz duradera y habían conseguido unas vias de comunicación, tanto por mar como por tierra envidiables.44

Hacían magníficas carreteras que permitían facilitar la comunicación por todo el vasto imperio: y dondequiera que en este vasto imperio hubiera un ciudadano romano gozaba siempre de la segura protección de su gobierno... Por el mar las flotas romanas habían acabado con los piratas; por tierra los espléndidos caminos llegaban a los senderos de las montañas Tauro, cruzaban el Asia Menor, alcanzaban a Macedonia y Grecia, extendiéndose así mismo hasta Italia y España e incluyendo las selvas de la Europa septentrional y aún los bosques vírgenes de las Islas Británicas; así pues, ya se quisiera viajar por mar o por tierra, Roma había preparado el camino, siempre fácil y seguro.45

Además el hecho de ser un ciudadano romano confería

                                                            41Bardwell, p. 11. 42Robertson, p. 29. 43Bardwell, p. 11. 44Barbaglio, p. 47. 45Bardwell, p. 10.

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una serie de privilegios y derechos importantes.

La ciudadanía romana no era un honor vacuo ni una dignidad formal. La ley romana era clara: un ciudadano romano no podía ser amarrado ni azotado; un ciudadano romano no podía ser crucificado. "es una infracción a la ley que un ciudadano romano sea amarrado; es un crimen que sea golpeado", decía Cicerón. Si un hombre sostenía su ciudadanía romana, no importa dónde se encontrara, hasta los confines de la tierra, el poder y la majestad de Roma lo respaldaban. "¡Cuán a menudo" - decía Cicerón - "la exclamación 'Soy un ciudadano romano' trajo ayuda y seguridad, incluso entre los bárbaros, en las más remotas regiones de la tierra!"46 Podía exigir ser juzgado ante César; si apelaba a César a César tenía que ir. Se le permitía hablar por sí mismo ante el tribunal de justicia romano. Tan grandes eran las ventajas, que hombres como Lysias pensaban que valía la pena comprar el derecho de libertad con una grande suma.47

Pablo era ciudadano romano de pleno derecho y

completamente libre (Hechos 22:28). Muchas conjeturas y

opiniones se han vertido para averiguar el motivo por que

Pablo era un ciudadano romano. Podemos decir al respecto

que la ciudadanía romana se conseguía de la siguiente

manera:

- Podía comprarse, aún cuando no todos podían ser

considerados compradores convenientes. Para un fariseo

no existía ningún interés válido para ser ciudadano

romano.

- Podía concederse a personas elegidas por algún

servicio distinguido al imperio romano en épocas de

crisis o de necesidad.

- Podía concederse a toda una población o distrito                                                             

46Barclay, p. 25. 47Meyer, p. 45.

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en recompensa de algún acto heroico o como un favor especial. Es posible que este sea el caso de la ciudad de Tarso.48

Desconocemos como la familia de Pablo obtuvo la

ciudadanía romana. Es cierto que este hecho facilitó en

gran manera que el mensaje corriera por todas partes y

que Pablo pudiera viajar con toda seguridad y

tranquilidad de un lugar a otro de la geografía.

Pablo, por tanto, había sido criado como judío de pensamiento y de cultura greco-romana. Tenía erudición judaica pero a la vez poseía una cultura griega y romana. Todo este factor posibilitó que fuera un ciudadano del mundo y un buen instrumento, útil y necesario para la propagación del mensaje de Cristo al mundo sin importar cultura, raza o condición.49

                                                            48Barclay, p. 27. 49Robertson, p. 30.

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III. TEOLOGÍA DE PABLO.

1. Antes de su conversión.

Dios siempre tiene un propósito para cada vida y

actúa de acuerdo a un plan concreto y preciso en un

proceso meticulosamente establecido. Así sucedió con

Saulo, Dios lo preparó para la gran misión que llevaría a

cabo, el gran apóstol de los gentiles. Desde su misma

cuna, en el barrio judío de Tarso, fue llevado hacia un

propósito divino.

En primer lugar el futuro apóstol debería ser profundamente conocedor de la ley judaica. Tenía que conocer la carga insoportable del yugo legalista.50 "Saulo de Tarso necesitaba pasar por las experiencias de que habla con tanta frecuencia en la Epístola a los Gálatas, a fin de que pudiera magnificar la libertad con que Cristo nos ha hecho libres."51 En segundo lugar necesitaba ser apto para aplicar y citar las escrituras hebreas. Toda la vida religiosa y ordinaria judía giraba alrededor de las Escrituras. Nadie podía ganar a un auditorio, ni a una congregación judaica sino probaba lo que decía por la palabra inspirada.52 En tercer lugar necesitaba tener opiniones amplias y liberales. La intolerancia y el exclusivismo de los propios judíos habían resultado en una dificultad insalvable entre ellos y los gentiles. Se debía traspasar las castas, derribar murallas, crear de dos pueblos, uno solo. Pablo era hebreo, educado por un rabí muy liberal. Pablo entendió que "no hay judío ni griego..."53 En cuarto lugar se necesitaba un amplio conocimiento del mundo. El hombre que llegaría a ser el más grande misionero de la historia necesitaba conocer las formas de vivir y pensar de todos los hombres y de todas las culturas. "Un judío de Jerusalem no habría hallado

                                                            50Meyer, p. 37. 51Ibid., p. 38. 52Ibid. 53Ibid., p. 42.

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posible adaptarse a griegos de cultura y a romanos prácticos, a Bárbaros y Escitas, a esclavos y libres; a Festo el gobernador nombrado por el imperio, y a Agripa el rey hebreo; a Onésimo el esclavo, y a Filemón el amo, como lo hizo Pablo."54

En quinto lugar necesitaba ser provisto de los

requisitos de un gran viajero. Para ello había tres

condiciones necesarias que tenían que ver con los

idiomas, la seguridad y el sostenimiento.

Idiomas. El griego era el idioma común del mundo

conocido en esa época. Pablo conocía bien el griego. Seguridad. Casi todo el mundo era romano. "Había gobernadores romanos en cada provincia; costumbres romanas en todas las ciudades; monedas, costumbres, y oficiales todo romano. El ser ciudadano romano daba a un hombre reputación y posición en cualquier parte del imperio."55 Sostenimiento. Pablo en cualquier lugar donde iba podía tener la posibilidad de ganarse la vida haciendo tiendas. En casi todos los lugares había cabras y necesidad de género grueso que él hacía desde su juventud.56 Pablo consideraba al fariseísmo como la esperanza de Israel y la esperanza del mundo. El como buen fariseo deseaba la aprobación de Dios e intentó obtenerla cumpliendo escrupulosamente la ley de Moisés.57 Esto llevó a una defensa cruel e involuntaria de la fe judía contra la naciente iglesia cristiana. El primero en recibir las consecuencias fue Esteban para continuar con un gran numero de personas a quién Saulo perseguía tenaz y violentamente.

En Jerusalén había tres corrientes predominantes en

esta época:

                                                            54Ibid., pp. 42-43. 55Ibid., p. 45. 56Ibid., p. 46. 57Bardwell, p. 32.

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- Primero, los judíos del partido fariseo, representados por Gamaliel, Saulo de Tarso y otros hombres notables.58 - Segundo, el grupo de cristianos hebreos guiados y representados por los apóstoles. No había intención de fundar una nueva religión u organización distinta a los judíos.59

- Tercero, los conversos de los judíos helenistas. Su

número creció mucho y fue necesario nombrar a siete

diáconos (para atenderlos en sus necesidades) entre los

que destacaba Esteban.

Esteban entró en controversia con los judíos

extranjeros y fue llevado ante el Sanedrín con la

consecuente posterior ajusticiamiento y muerte, dando

consentimiento el por Saulo, primera vez mencionado.

Pablo, como severo fariseo, no podía aceptar que el

galileo crucificado fuera el Mesías prometido.

La ley decía explícitamente que todo hombre que había sido colgado de un árbol era maldito, y Pablo creía en la ley. Léase Deuteronomio 21:22-23. Para Pablo la crucifixión era el mejor castigo para un blasfemador como Jesús. Sin embargo, ya la sombra de la cruz se cernía sobre él.60

Estaban fue acusado de pronunciar palabras blasfemas

contra Moisés, el Templo, la Ley, etc... Es interesante

la dualidad que presenta Meyer en el debate acontecido

entre Saulo y Esteban, del que se extrae lo siguiente:

                                                            58Ibid., p. 35. 59Ibid. 60Ibid., p. 37.

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Saulo. Esteban. Se espaciaba sobre las glorias del templo, situado en el sitio donde por siglos Jehová había sido adorado.

Insistía en que cualquier alma santa podía adorar a Dios en el templo de su propia alma. Dios no mora en templos hechos de manos.

Insistía en la necesidad del rito de la circuncisión.

No era importante. Dios dio promesas a Abraham antes del rito.

Inverosimilitud de que Jesús fuese el Libertador escogido por Dios, porque no era reconocido por los jefes y pastores de Israel.

no era extraordinario. José había sido vendido por celos y Moisés desechado en tres ocasiones.

Todos los profetas señalaron el glorioso advenimiento del Mesías.

Citó a Moisés, los profetas, y los Salmos mostrando que convenía que el Cristo padeciera.

Afirmó que nadie podía tomar el lugar de Moisés.

Citó al propio Moisés que afirmaba que el Señor Dios levantaría un profeta más grande que él mismo.

La batalla fue un conflicto asombroso: Entre: Contra:La autoridad antigua. La responsabilidad del individuo.La esclavitud de la letra. La libertad del espíritu. El sacerdote y el eclesiástico. El espíritu enseñado y guiado de

Dios.La intolerancia y el orgullo. La humildad y el discernimiento.Las trabas del alma. El cielo abierto.La forma. El espíritu.Religiosidad falsa. Religión del alma. (Sin velo

delante de Dios). Pablo fue impactado por la paz y el perdón que demostró Esteban al ser muerto a manos de sus verdugos. "Nunca se borró el recuerdo de aquel arrodillado orando por sus enemigos. El recuerdo de ese cuadro inspiró la furia que lanzó a Pablo enloquecido, amenazante, azotando y encarcelando a todos los creyentes en el Nazareno."61 Saulo estaba convencido de la gran herejía del Nazareno y quería acabar con ella como fuera y al precio que fuera. Con energía, determinación, firmeza y habilidad ejecutiva se dedicó a este propósito pensando de esta forma cumplir con la voluntad y el propósito de Dios salvaguardando la ley y la tradición judía.62 Pablo abrigaba la esperanza de acabar por completo con la nueva religión, pero su terrible persecución a los cristianos sólo servía para esparcirlos por toda Judea,

                                                            61Ibid. 62Ibid., p. 40.

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Samaria y las regiones de más allá. Viendo esto, y enfurecido porque sus esfuerzos para destruir sólo habían contribuido a extender esta nueva fe, y con su propósito siempre fijo, Pablo decidió visitar las colonias judaicas de todas las grandes ciudades del imperio.63 El esfuerzo por cumplir estrictamente la ley mosaica no le traía a Pablo el convencimiento de una victoria espiritual ni la conciencia de que estaba agradando a Dios.64

2. Su conversión.

El encuentro que Saulo tuvo con Jesús en el camino

hacia Damasco cambió y transformó completamente su vida y

rumbo posterior.

En primer lugar, el viaje de unos seis días pudo ser beneficioso para Pablo porque podía dedicarse a pensar con tranquilidad y calma.65

En segundo lugar, el encuentro con el Jesús

resucitado sepultó definitivamente sus dudas y problemas

para aceptarlo realmente como el Mesías.

En su orgullo y sabiduría, Pablo había rechazado a Jesús porque nadie podía ser colgado en un madero a menos que fuera maldito. Al enfrentarse ahora a su pecado, vio con irresistible intuición que en verdad Cristo había llevado una maldición en la cruz; pero no era la de El, sino la de Pablo y de todos los demás.66

En tercer lugar, se dio cuenta de la verdad del

cristianismo. Saulo no podía entender que Jesús de

Nazaret se anunciara como el Mesías y que sus seguidores

acusaran a los jefes del asesinato del Rey tan esperado.

Necesitaba oírle hablar. Creía una obligación exterminar

a los seguidores de Jesús y ahora, Jesús, el resucitado,

                                                            63Ibid. 64Ibid., p. 42. 65Meyer, p. 69. 66John Pollock, El apóstol. La vida de Pablo (Miami, Florida: ed. Vida, 1989), p. 33.

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se identificaba con ellos.

En cuarto lugar, Saulo se daba cuenta de la

imposibilidad de cumplir con las demandas de la ley y su

yugo intolerable y a la vez observaba como morían los

humildes discípulos de Jesús.

La humildad con que soportaban sus padecimientos estaba lejos de ser obstinación; la pureza de su vida íntima vindicaba sus profesiones; la luz que resplandecía en sus rostros al morir; las oraciones por sus perseguidores, pronunciadas con sus últimos alientos, daban evidencia de un secreto del cual él sabía que estaba privado.67

Todas las dudas acerca de su vida religiosa tuvieron su culminación cuando de repente vio y escuchó a Jesús de Nazaret y se vio a sí mismo, no como el defensor de la ley, sino como un asesino y un traidor al Creador de nuestra vida.68 Así Saulo se despertó de repente para hallar que había sido comprado por el Señor; que El había estado procurando por mucho tiempo hacerle seguir la senda predestinada, y que todo el amargo remordimiento de conciencia, le había sido infligido con este propósito. Era un concepto nuevo de la vida religiosa. Desde ahora no debía hacer su propia voluntad, sino la de Dios; no había de ser revestido de su propia justicia, sino de la de Dios; no había de desarraigar y destruir, sino de construir; no había de oponerse al Nazareno, sino tomar su yugo, llevar su carga, y hacer la voluntad de El.69

3. Después de su conversión. Pablo tuvo que dedicar tiempo a examinar toda su teología y conceptos rabínicos reorientándolo después de su experiencia con el Mesías. En ocasiones, las personas, una vez han sido transformadas y cambiadas por el poder de Dios deciden desecharlo todo y empezar de nuevo. Pablo como resultado de su experiencia, supo conservar lo que había de bueno en la religión de sus padres y desechar todo lo erróneo o perjudicial.70                                                             

67Meyer, pp. 69-70. 68Bardwell, p. 43. 69Meyer, pp. 71-72. 70R. H. Walker, El secreto del poder de Pablo (Santiago, Chile. ed. "El sembrador", 1994),

p. 24.

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Que distinto habría sido si Pablo no hubiera conservado los valores del pasado. Descubrió la verdad del cristianismo a través de la experiencia práctica, demostrando su ineficacia para cumplir los requisitos legalistas. Encontró en el cristianismo la alternativa que debía seguir porque conservaba todos los valores del Antiguo Testamento y conducía a los hombres a nuevas esferas de paz y poder.71 Pablo después de su conversión consagró sus talentos y su experiencia, aprendió y se identificó con el grupo cristiano y llevó adelante la penetración del evangelio a nuevos y sorprendentes horizontes, siendo considerado el apóstol de los gentiles.72

Pablo estaba preparado para simpatizar con el punto de vista judaico, y podía al mismo tiempo entender el mundo romano al cual era enviado. Por su educación era deudor a judíos y a griegos. Si hubiera estado cimentado con menos firmeza en la austera y puritana religión de Moisés y los profetas, es casi seguro que hubiera entrado en desastrosos compromisos con las normas de los griegos. Si no hubiera vivido en sus primeros años en una ciudad griega, habría sentido la tentación de imponer a los gentiles algunas costumbres nacionales judías que para ellos habrían sido repelentes, obstaculizando el progreso del evangelio. Pero con la educación recibida, él pudo mantener con éxito el vínculo de oro. Proclamó un evangelio que, sin ser estrechamente judaico, hizo prevalecer los ideales de moralidad más estrictos.73

La revelación de Jesús el Señor en el camino de Damasco había de ser el factor decisivo que dominara en adelante toda su vida. Por amor a Cristo se hizo "todo para todos" (1ª Cor. 9:22). Convirtiéndose en "siervo" de Cristo (Gál. 1:10; Rom. 1:1; etc...).74

Ahora Cristo tenía un nuevo e importante significado

resumido por el mismo Pablo en 1ª Corintios 13:13: La fe,

la esperanza y el amor.

1. Significación de Cristo para el mundo y la

                                                            71Walker, p. 25. 72Walker, p. 32. 73Walker, p. 20. 74Fitzmyer, p. 28.

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historia: palabra clave, esperanza. La verdadera

esperanza cristiana reside en el hecho de que el

curso de la historia está en el designio de Dios.

2. Significación de Cristo para el individuo: palabra clave, la fe. "Y fe para Pablo significa ese acto de completa fidelidad por el cual el hombre acepta lo que Dios le ofrece en Cristo, se somete a Dios en Cristo y se entrega a la misericordia y al amor de Dios revelado en la cruz."75

3. Significación de Cristo para la iglesia: palabra clave, el amor. La iglesia es la sociedad que encarna la ley del amor de Cristo. Mi relación con Cristo y con los hermanos se debe fundamentar en el amor.76

En Pablo, esta triple experiencia, resultó en un hombre nuevo, que vivió en un mundo nuevo como miembro de una nueva sociedad.77 Si Saulo diera una mirada atrás en su vida vería una división en dos mitades: el tiempo "sin Cristo" y el tiempo "en Cristo". La matanza de Esteban, la persecución en Judea y la ida a Damasco, fueron los puntos culminantes de su transformación y cambio.78

Pablo fue preparado meticulosamente para llevar a

cabo la obra misionera y pionera más importante de la

historia consiguiendo aglutinar en torno de Cristo a

judíos y a gentiles (griegos y romanos), en una simbiosis

que reforzó y aumentó la fuerza y el poder del evangelio.

Si fue un tenaz y duro perseguidor del cristianismo ahora

se convirtió en un tenaz y duro evangelista y misionero

de Cristo.

                                                            75T. W. Manson, Cristo en la teología de Pablo y Juan (Madrid: ed. Cristiandad, 1975), p.

107. 76Ibid., p. 108. 77Ibid. 78Holzner, p. 27.

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CONCLUSIÓN.

Hay personas que han marcado la historia y no se

pueden estudiar sin apreciar la mano de Dios detrás de

cada detalle. El nacimiento y familia de Pablo, su niñez

en Tarso, su juventud en Jerusalén y su desarrollo

intelectual fueron todos hechos que le llevaron a una

comprensión y aceptación de las tres culturas principales

de su época: la judía, la griega y la romana. Esta

comprensión le llevó a ser un instrumento útil en las

manos de Dios para llevar adelante la gran comisión.

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