semana 18 clase 71 engua y a

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en línea Aprendo Orientaciones para el trabajo Priorización Curricular medio Lengua y Literatura Semana 18 Clase 71

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en líneaAprendo

Orientaciones para el trabajo

Priorización Curricular

2°medio

Lengua yLiteratura

Semana 18Clase 71

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Para resolver esta guía necesitarás tu libro y tu cuaderno de lengua y literatura. Realiza todas las actividades que te proponemos en tu cuaderno, agregando como título el

número de la clase que estás desarrollando.

InicioInicio

1. Para comenzar, responde las siguientes preguntas:

• ¿Qué recuerdas sobre la crítica literaria? • ¿Qué recomendaciones le harías a un compañero o compañera si tuviera que escribir una crítica literaria?

2. A continuación, lee la reseña sobre el autor del cuento que leerás, ya que te servirá para contextualizar tu lectura.

Escribe y resuelve en tu cuaderno, cada una de las siguientes actividades.

En esta clase aprenderás a formular una interpretación de un texto literario, considerando una hipótesis sobre el sentido de la obra, que muestre un punto de vista personal, histórico, social o universal, una crítica sustentada en citas o ejemplos, así como su relación con la visión de mundo y el contexto histórico en el que se ambienta y/o en el que fue creada.

OA8

A continuación, leerás un fragmento del discurso con que Gabriel García Márquez aceptó el Premio Nobel de Literatura. Identifica cuál es su visión sobre nuestro continente y a qué evidencias recurre para fundamentarla.

meridional: relativo o perteneciente al sur.

alcatraz: tipo de ave marina.

engendro: monstruo.

enardecido: exaltado.

legar: dejar, transmitir.

cartógrafo: persona que hace mapas.

venático: extravagante, demente.

Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos pare-cían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen.

Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonio más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los cronistas de Indias nos legaron otros incontables. El Dorado1, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud2, el mítico Alvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición ve-nática cuyos miembros se comieron unos a otros y solo llegaron cinco de los 600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cusco para pagar el rescate de Atahualpa3 y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la Colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión,

1Ciudad legendaria riquísima en oro. Primero se la ubicó en la zona central de Colombia, pero debido al fracaso de las expediciones que salieron en su búsqueda, su posición comenzó a variar a medida que la conquista del continente avanzaba hacia el sur.

2Fuente legendaria que restablece la salud y devuelve la juventud a quien beba de sus aguas o se bañe en ellas.

3Soberano del Imperio inca en 1532 a la llegada de los españoles. En Cajamarca, norte del actual Perú, fue hecho prisionero por Francisco Pizarro y acusado de traición por no aceptar la fe cristiana y la autoridad del rey de España. Para recuperar su libertad, Atahual-pa ofreció a los españoles llenar una sala con oro, trato que fue aceptado. Sin embargo, luego Pizarro acusó a Atahualpa de traición y lo condenó a muerte.

Destacado escritor y periodista colombiano y uno de los máximos representantes de la corriente narrativa llamada realismo mágico. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura el año 1982. Algunas de sus novelas más conocidas son Cien años de soledad (1967), Crónica de una muerte anunciada (1981) y El amor en los tiempos del cólera (1985).

Gabriel García Márquez (1928-2014)

La soledad de América LatinaGabriel García Márquez

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Lengua y Literatura 2º medio 237

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Desarrollo

1. Antes de leer. Responde la siguiente pregunta: ¿A qué crees que se refiere el título del cuento “Espantos de agosto”?

2. Lee detenidamente el siguiente cuento del escritor colombiano Gabriel García Márquez y luego responde las preguntas que se formulan.

Lee y resuelve en tu cuaderno, cada una de las siguientes actividades.

Espantos de agostoGabriel García Márquez

Llegamos a Arezzo un poco antes del medio día, y perdimos más de dos horas buscando el castillo renacentista que el escritor venezolano Miguel Otero Silva había comprado en aquel recodo idílico de la campiña toscana. Era un domingo de principios de agosto, ardiente y bullicioso, y no era fácil encontrar a alguien que supiera algo en las calles abarrotadas de turistas. Al cabo de muchas tentativas inútiles volvimos al automóvil, abandonamos la ciudad por un sendero de cipreses sin indicaciones viales, y una vieja pastora de gansos nos indicó con precisión dónde estaba el castillo. Antes de despedirse nos preguntó si pensábamos dormir allí, y le contestamos, como lo teníamos previsto, que sólo íbamos a almorzar.

-Menos mal -dijo ella- porque en esa casa espantan.

Mi esposa y yo, que no creemos en aparecidos del medio día, nos burlamos de su credulidad. Pero nuestros dos hijos, de nueve y siete años, se pusieron dichosos con la idea de conocer un fantasma de cuerpo presente.

Miguel Otero Silva, que además de buen escritor era un anfitrión espléndido y un comedor refinado, nos esperaba con un almuerzo de nunca olvidar. Como se nos había hecho tarde no tuvimos tiempo de conocer el interior del castillo antes de sentarnos a la mesa, pero su aspecto desde fuera no tenía nada de pavoroso, y cualquier inquietud se disipaba con la visión completa de la ciudad desde la terraza florida donde estábamos almorzando. Era difícil creer que en aquella colina de casas encaramadas, donde apenas cabían noventa mil personas, hubieran nacido tantos hombres de genio perdurable. Sin embargo, Miguel Otero Silva nos dijo con su humor caribe que ninguno de tantos era el más insigne de Arezzo.

-El más grande -sentenció- fue Ludovico.

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Así, sin apellidos: Ludovico, el gran señor de las artes y de la guerra, que había construido aquel castillo de su desgracia, y de quien Miguel nos habló durante todo el almuerzo. Nos habló de su poder inmenso, de su amor contrariado y de su muerte espantosa. Nos contó cómo fue que en un instante de locura del corazón había apuñalado a su dama en el lecho donde acababan de amarse, y luego azuzó contra sí mismo a sus feroces perros de guerra que lo despedazaron a dentelladas. Nos aseguró, muy en serio, que a partir de la media noche el espectro de Ludovico deambulaba por la casa en tinieblas tratando de conseguir el sosiego en su purgatorio de amor.

El castillo, en realidad, era inmenso y sombrío. Pero a pleno día, con el estómago lleno y el corazón contento, el relato de Miguel no podía parecer sino una broma como tantas otras suyas para entretener a sus invitados. Los ochenta y dos cuartos que recorrimos sin asombro después de la siesta, habían padecido toda clase de mudanzas de sus dueños sucesivos. Miguel había restaurado por completo la planta baja y se había hecho construir un dormitorio moderno con suelos de mármol e instalaciones para sauna y cultura física, y la terraza de flores intensas donde habíamos almorzado. La segunda planta, que había sido la más usada en el curso de los siglos, era una sucesión de cuartos sin ningún carácter, con muebles de diferentes épocas abandonados a su suerte. Pero en la última se conservaba una habitación intacta por donde el tiempo se había olvidado de pasar. Era el dormitorio de Ludovico.

Fue un instante mágico. Allí estaba la cama de cortinas bordadas con hilos de oro, y el sobrecama de prodigios de pasamanería todavía acartonado por la sangre seca de la amante sacrificada. Estaba la chimenea con las cenizas heladas y el último leño convertido en piedra, el armario con sus armas bien cebadas, y el retrato al óleo del caballero pensativo en un marco de oro, pintado por alguno de los maestros florentinos que no tuvieron la fortuna de sobrevivir a su tiempo. Sin embargo, lo que más me impresionó fue el olor de fresas recientes que permanecía estancado sin explicación posible en el ámbito del dormitorio.

Los días del verano son largos y parsimoniosos en la Toscana, y el horizonte se mantiene en su sitio hasta las nueve de la noche. Cuando terminamos de conocer el castillo eran más de las cinco, pero Miguel insistió en llevarnos a ver los frescos de Piero della Francesca en la Iglesia de San Francisco, luego nos tomamos un café bien conversado bajo las pérgolas de la plaza, y cuando regresamos para recoger las maletas encontramos la cena servida. De modo que nos quedamos a cenar.

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Mientras lo hacíamos, bajo un cielo malva con una sola estrella, los niños prendieron unas antorchas en la cocina, y se fueron a explorar las tinieblas en los pisos altos. Desde la mesa oíamos sus galopes de caballos cerreros por las escaleras, los lamentos de las puertas, los gritos felices llamando a Ludovico en los cuartos tenebrosos. Fue a ellos a quienes se les ocurrió la mala idea de quedarnos a dormir. Miguel Otero Silva los apoyó encantado, y nosotros no tuvimos el valor civil de decirles que no.

Al contrario de lo que yo temía, dormimos muy bien, mi esposa y yo en un dormitorio de la planta baja y mis hijos en el cuarto contiguo. Ambos habían sido modernizados y no tenían nada de tenebrosos. Mientras trataba de conseguir el sueño conté los doce toques insomnes del reloj de péndulo de la sala, y me acordé de la advertencia pavorosa de la pastora de gansos. Pero estábamos tan cansados que nos dormimos muy pronto, en un sueño denso y continuo, y desperté después de las siete con un sol espléndido entre las enredaderas de la ventana. A mi lado, mi esposa navegaba en el mar apacible de los inocentes. “Qué tontería -me dije-, que alguien siga creyendo en fantasmas por estos tiempos”. Sólo entonces me estremeció el olor de fresas recién cortadas, y vi la chimenea con las cenizas frías y el último leño convertido en piedra, y el retrato del caballero triste que nos miraba desde tres siglos antes en el marco de oro. Pues no estábamos en la alcoba de la planta baja donde nos habíamos acostado la noche anterior, sino en el dormitorio de Ludovico, bajo la cornisa y las cortinas polvorientas y las sábanas empapadas de sangre todavía caliente de su cama maldita.

3. ¿Cuál es la relación del título con la historia? ¿Era lo que pensaste anteriormente? Explica cómo se modificó o confirmó esa hipótesis de lectura.

4. ¿Cómo interpretas el final del relato? ¿Qué efecto causa en el lector?

5. Para terminar, escribe una crítica literaria que considere los siguientes aspectos del relato:

• Las creencias que se expresan sobre la relación entre la vida y la muerte.• Las características de la literatura fantástica.• La caracterización de los personajes.

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Recuerda seguir todos los pasos del proceso de escritura:

Planifico. Apunta las ideas que desarrollarás en cada parte de la crítica. Puedes investigar más acerca del cuento y el autor si es necesario. Si lo haces, no olvides seguir todos los pasos de la investigación.

Escribo. Escribe tu crítica a partir de la planificación que hiciste. Organiza tus ideas según te parezca más adecuado, pero procura que el texto sea claro y coherente. Cuida tu redacción y ortografía.

Reviso y reescribo. Revisa y busca errores (ortográficos y de redacción) en tu texto. Modifica las ideas que no se entiendan o que no aportan. Recuerda que siempre puedes volver sobre tus pasos si no estás conforme con tu texto.

Edito y publico. Una vez que hayas finalizado tu crítica, compártela con tu curso.

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Cierre

Evaluación de la claseResponde las siguientes preguntas en relación a la lectura de “Espantos de agosto”.

¿Qué característica define al protagonista?

A) Le teme a los fantasmas.B) No le gustan los castillos.C) Es un turista muy ingenuo.D) No cree en los fantasmas.

1

¿Quién era Ludovico?

A) El actual guía del castillo.B) El primer dueño del castillo.C) Un poeta del Renacimiento.D) Un escritor venezolano.

2

¿Cómo el protagonista reconoció que se encontraba en el dormitorio de Ludovico?

A) Por el olor de las fresas.B) Por el suelo de mármol. C) Por el fresco florentino.D) Por el galope del caballo.

3

Revisa tus respuestas en el solucionario y luego identifica tu nivel de aprendizaje, ubicando la cantidad de respuestas correctas, en la siguiente tabla:

Completa el siguiente cuadro, en tu cuaderno:

Mi aprendizaje de la clase número ______ fue: _______________________________.

3 respuestas correctas: Logrado.2 respuestas correctas: Medianamente logrado.1 respuesta correcta: Por lograr.