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POR MARIA JESUS CARVALLO · FOTOS PATRICIA NOVOARETRATO VICENTE GARCIA MEKIS

ENTRE LA SOMBRA

Y LA LUZASI SE LLAMA LA EXPOSICION QUE LA PINTORA CHILENA XIMENA ROJAS ESTARA PRESENTANDO DURANTE TODO

ABRIL EN LA GALERIA ANIMAL. OLEOS DE MEDIANO Y GRAN FORMATO TRABAJADOS SOBRE TERCIOPELO Y LINO Y QUE REPRESENTAN UN IMPORTANTE ENCUENTRO PERSONAL.

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asi estudió ingeniería comercial, pero al final la calculadora y las matemáticas cedieron ante los pinceles, los bastidores y los óleos. Ximena Rojas lleva más de 25 años dando vida a enormes pintu-ras llenas de color. Licenciada de la Universidad Católica, siempre tuvo una sensibilidad especial y una conexión con la naturaleza. Y aunque no hay otro artista en su familia, dice que los Rojas tienen un gen creativo en su ADN, porque además de ella, una de sus

hermanas terminó siendo fotógrafa y la otra decoradora. Gracias al artista Eduardo Vilches, descubrió el color, el uso y la impronta que podía darle en la pintura y se identificó con esta técnica. A mediados de los años 80, el panorama artístico chileno estaba bastante alejado de las potencias mundiales y, por lo mismo, junto a su amiga la artista Jo-sefina Guilisasti, decidió partir a Nueva York por tres meses y empaparse del mundo creativo de esa ciudad. Además de tomar cursos de cerámica y dibujo, fue a todas las exposiciones que pudo, a conciertos, estrenos de películas y todo tipo de manifestaciones culturales. También conoció a los artistas chilenos residentes –como Ismael Frigerio y Jorge Tacla– y vivenció lo difícil que era llevar a cabo este oficio. “Volví obsesionada con crear y con sacar adelante este trabajo, que es duro. Me puse a buscar una intención, lo que había detrás de la obra y que iba mucho más allá de pintar cosas bonitas o estéticas”.

No ha hecho tantas exhibiciones a lo largo de su trayectoria, sólo las justas, porque no le gusta exponer por el sólo hecho de hacerlo. Luego de siete años de ausencia, este 2011 decidió volver a los centros de arte. A fines de marzo inaugurará una muestra en la galería Animal, cerca de 14 obras de mediano y gran formato, donde los colores son los protagonis-tas principales. Titulada Entre la sombra y la luz, esta exhibición nació de una afinidad con un proceso personal que Ximena conectó con lo místico y lo religioso. “Me reencontré conmigo misma, me solté, boté sentimien-tos y conseguí el equilibrio. Estas obras representan ese encuentro con el silencio, con la tela, una entrega total a lo desconocido”.Al igual que en otras oportunidades, su trabajo se centró en la confron-tación de diferentes materiales; linos, terciopelos con óleos y láminas de oro. Un juego que se traslada de la figuración a la abstracción, “paisajes con personajes que aparecen, pero que ahora son más informales”. Tal como cuenta, sus óleos tocan el tema de la ceremonia, pinturas que buscan ser altares, catedrales, lugares de calma y acogida. “Un juego con la ambivalencia”. No le gusta explicar demasiado su trabajo, prefiere que la gente lo vea con sus propios ojos y que descubra algo personal en él. “Para soñar hay que estar bien despierta, atenta a las posibilidades y al cambio porque sino, no se avanza. Un cuadro no podría existir si no hubiesen otros que lo antecedan. Es una cadena. El exponerse no es fácil hay que estar abierta a la crítica y a los ojos de miles, pero esta vez estoy tranquila y feliz con el resultado”. Entre la sombra y la luz, desde el 29 de marzo al 14 de mayo en la Galería Animal.

CMANTO 2. PAGINA IZQUIERDA, EN OTOÑO EL SOL SE ALEJA.

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